Interrelación entre autoengaño y percepción de riesgo de consumo de drogas en una muestra clínica de
Talcahuano.
En distintos contextos, se han realizado investigaciones cuyo objetivo es describir la correlación entre
autoengaño y consumo de drogas, descubriendo que el autoengaño es un factor mantenedor del consumo.
Sin embargo, no se han realizado investigaciones que incorporen la percepción de riesgo de drogas,
conocida como una variable de carácter subjetiva. Por lo tanto, el objetivo general de la presente
investigación, es determinar la interrelación entre nivel de autoengaño, evaluado a través del cuestionario
IAM-40 y percepción de riesgo de drogas, evaluado a través de un cuestionario adaptado del utilizado
por Ruiz-Olivares, Lucena, Pino, Raya y Herruzo, utilizado en investigaciones similares, siendo
aplicados en una única instancia. Los cuestionarios fueron aplicados en un grupo de control participantes
y en una muestra clínica compuesta, la segunda recibiendo tratamientos por adicciones en la actualidad.
Los resultados arrojaron que no existe una relación causal entre autoengaño y percepción de riesgo de
drogas, sin embargo, se encontró al igual que en estudios similares que existe una correlación inversa, la
cual desaparece al ser controlada cuando se incorpora la asistencia a tratamientos como una variable
mediadora. Como conclusión, se refuerza la idea de que el autoengaño es relevante para ser incorporada
al intervenir en adicciones.
Abstract.
In different contexts, research has been carried out whose objective is to describe the correlation between
self-deception and drug consumption, discovering that self-deception is a maintenance factor of
consumption. However, there have been no studies that incorporate the perception of drug risk, known as
a variable of a subjective nature. Therefore, the general objective of the current research was to determine
the interrelation between levels of self-deception, it was evaluated through the IAM-40 questionnaire and
the perception of drug risk, it was evaluated through a questionnaire adapted from the one used by Ruiz-
Olivares, Lucena, Pino, Raya and Herruzo, used in similar investigations, being applied in a single
instance. The questionnaires were applied in a participant control group and in a composite clinical
sample, the second receiving treatments for addictions at present. The results showed that there is no
causal relationship between self-deception and the perception of drug risk, however, as in similar studies
there is an inverse correlation, which disappears when hired when treatment is incorporated into
treatments such as a mediating variable. As a conclusion, the idea that self-deception is relevant to be
incorporated when intervening in addictions is reinforced.
Key Words: Self-deception, addictions, drug risk perception, IAM-40, treatment for addictions.
Antecedentes teóricos y empíricos.
Autoengaño.
Generalmente, los mecanismos de autoengaño son activados cuando las personas tienen
importante evidencia sobre algo en concreto, pero esta evidencia atenta contra esquemas de pensamiento
anteriores. Ante esto, se busca proteger ciertas estructuras cognitivas previamente establecidas a pesar de
existir gran cantidad de evidencia que apoyan teorías alternativas sobre aquella situación
específica[CITATION Jes07 \l 13322 ].
La información filtrada a través de los mecanismos de autoengaño de las personas, suele tener la
característica de ser evidente para observadores externos, ya que al no interferir mecanismos emocionales
ni motivacionales, se logra procesar la información de una manera más integral, en cambio, aquella
persona que se autoengaña con respecto a algún tema, suele reevaluar la evidencia existente de una
manera rumiativa y dudosa, por lo que se genera una visión explicativa de los acontecimientos sucedidos,
sin integrar ciertos aspectos que podrían ser dolorosos para la persona en caso de ser internalizados. Esto
termina produciendo finalmente que la evidencia sea reevaluada constantemente, por lo que
generalmente se necesita un observador externo para reforzar los procesos de integración de información
discrepante [CITATION Uri14 \l 13322 ].
Como explicación teórica del autoengaño, existe una versión intencionalista, la cual propone que
las personas deliberadamente desencadenan mecanismos de autoengaño ante hechos o acontecimientos
que les cuesta interiorizar, auto-induciéndose falsas creencias. En este sentido, el autoengaño podría
catalogarse como un error de procesamiento de la información desde un punto cognitivo, ya que las
creencias normalmente, tendrían un significativo nivel de apego a la realidad percibida. Este modelo
apoya la idea de que la mente pudiese estar fragmentada, existiendo creencias inconsistentes
empíricamente y otras al contrario, consistentes, pero que estas estarían separadas entre sí, por lo que las
personas no emplearían mecanismos de autoengaño en términos generales, sino en relación a ciertos
ámbitos [ CITATION Don04 \l 13322 ].
El autoengaño desde un plano interpersonal, afecta la manera en cómo somos percibidos por otras
personas, trayendo consigo importantes beneficios. Una persona que toma en consideración solamente
aquellos aspectos positivos del sí mismo, suele tener mayor nivel de impacto a la hora de influir en otros,
por lo que podrían ser reconocidos como importantes líderes. La principal consecuencia de esto, es
obtener un estatus social más alto y por ende un mayor nivel de reconocimiento por el grupo de pares.
Estos beneficios sin embargo, no siempre están completamente garantizados, ya que en caso de que las
personas con un mayor nivel de autoengaño con respecto a sus características personales expongan
características negativas, causan un impacto negativo en el grupo de pares, generando gran decepción y
rechazo [ CITATION Cha15 \l 13322 ].
Existen indicadores objetivos y subjetivos para la percepción de riesgo. Los primeros indicadores
se basan en mediciones estadísticas y cuantitativas para dimensionar el riesgo de una sustancia en
particular, como por ejemplo, la edad de quien la consume, los efectos nocivos de la sustancia
comprobados en un amplio número de sujetos, los daños a largo plazo que provocan, probabilidad de
volverse adicto, relación entre abstinencia y tolerancia, entre otros factores que son cuantificables. Entre
los indicadores subjetivos, destacan las creencias individuales que cada persona tenga sobre la sustancia
en específico, la calidad de la información recibida, la motivación personal para consumir, los
estereotipos y esquemas sociales de la persona y la experiencia relacionada con la sustancia [CITATION
Con12 \t \l 13322 ].
Como resumen general de los indicadores objetivos y subjetivos sobre percepción de riesgo, se
presenta a continuación la figura 2.
La percepción de riesgo es menor en la población juvenil, debido al hecho de que se tiene menor
consciencia sobre los potenciales daños que podrían ocasionar ciertas drogas, lo cual se encuentra
íntimamente relacionado con la frecuencia de consumo en este ciclo evolutivo, en cambio,
posteriormente se generaría una perspectiva más integra sobre los potenciales daños que podría producir
algún tipo de sustancia, por lo que la percepción de riesgo aumentaría según la edad [ CITATION
Aré15 \l 13322 ]. Durante la adolescencia, existen una serie de variables que influye en la percepción de
riesgo las cuales impactan directamente en el consumo de algunas sustancias, ejemplos de estas variables
son los niveles de ansiedad auto-percibidos, la necesidad de ser popular, la imagen que se tiene
culturalmente sobre la adolescencia, la búsqueda de placer y experiencias novedosas, por nombrar
algunas [ CITATION Net15 \l 3082 ].
Como subproducto de una baja percepción de riesgo, existe la nula valoración de la sustancia
como causa de los problemas de salud asociados a esta, lo cual es conocido como “invulnerabilidad
percibida”, por ejemplo, atribuir falta de motivación y problemas sexuales a alguna causa externa en
lugar de al consumo de tabaco [CITATION Rui10 \l 13322 ]. Por otro lado, un concepto también
relevante que se encuentra subordinado a una baja percepción de riesgo es el de “ilusión de control”, el
cual se relaciona con la creencia de que los efectos nocivos de ciertas sustancias podrían afectar a otras
personas, sin embargo, no a uno mismo [ CITATION Roj15 \l 13322 ].
Entre las drogas cuyo consumo es percibido como más riesgoso, se encuentra el alcohol debido a
la relación directa entre su consumo y la probabilidad de sufrir algún accidente de tránsito, el tabaco,
relacionándose con problemas psíquicos y el temor a la abstinencia que produce (caracterizada en la
mayoría de los casos por un constante estado de ansiedad) y la cocaína debido a los problemas físicos y
neurológicos con los cuales es relacionada. La sustancia con menor percepción de riesgo de consumo es
el cannabis, debido a sus constantes comparaciones con otras drogas, siendo valorada como “la menos
dañina” [ CITATION Her16 \l 13322 ]. Además, particularmente con la marihuana, se han identificado
creencias sobre ella como por ejemplo, que no es como las otras drogas tanto en un sentido fisiológico
como cultural, que la legalización de la sustancia es atribuible a un contexto sociopolítico más que a una
medida de prevención de abuso de drogas y que el consumo de marihuana no es tan impactante en la vida
cotidiana como otras sustancias [ CITATION Wil15 \l 3082 ].
Es interesante también que aquellas personas que consumen fármacos de manera irregular (sin
tener necesariamente una prescripción médica) presentan una baja percepción de riesgo sobre estas
sustancias, incluso sin informarse sobre sus implicancias para la salud o sin conocer los efectos
secundarios que estos pueden tener [ CITATION Fon06 \l 13322 ].
Para trabajar con la percepción de riesgo de consumo cuando esta es desproporcional a los efectos
reales de la sustancia relacionada, es importante en un principio entregar información de fuentes
verídicas a los pacientes, mostrando evidencia real sobre los potenciales efectos de la sustancia en
cuestión. Es importante mencionar a los pacientes consecuencias a corto plazo y a largo plazo, con el fin
de que la percepción de riesgo aumente, lo cual probablemente reduciría y anularía la frecuencia de
consumo de la sustancia en particular. Importante también es hacer un trabajo preventivo a nivel socio-
cultural, informando sobre las potenciales consecuencias de consumir algunas sustancias en distintas
instituciones como por ejemplo, colegios, hospitales, consultorios, empresas, etc [ CITATION Wid16 \l
3082 ].
Desde un punto de vista clínico, Guidano (1987), propone que los mecanismos de autoengaño,
están íntimamente relacionados con las problemáticas psicológicas, ya que su aparición implica una
visión rígida e inflexible sobre la imagen que se tiene sobre sí mismo. En personas con un
funcionamiento psicológico normal, la autoimagen sería más bien un abanico de posibilidades, en lugar
de relacionarse con visiones concretas sobre la propia autoimagen, lo cual impediría la internalización de
información por parte del ambiente, tanto en términos de calidad como en términos de cantidad.
Reconocer estos mecanismos ayudaría a la persona a conocer mejor sus reglas de procesamiento y a
integrar de mejor manera su experiencia.
Desde la teoría procesal sistémica de este autor, el autoengaño implica también cierto nivel de
autoconsciencia, ya que el paciente, conoce aquellos temas que le generan discrepancia o que le cuesta
internalizar, encontrándose estas en un nivel de procesamiento tácito, es decir, en un grado de
procesamiento a través del cual es representada toda aquella información que es difícilmente accesible a
la consciencia [ CITATION Mol04 \l 13322 ].
Habitualmente, cuando el nivel de consciencia que se tiene sobre alguna temática de significado
personal disfuncional para el paciente es alta, la influencia generada los mecanismos de autoengaño suele
disminuir, por lo que la persona puede elaborar explicaciones más generativas e integras sobre qué es lo
que le genera malestar. En el escenario contrario, se encuentra la posibilidad de que el paciente no logre
tener un nivel de consciencia adecuado con respecto a su problemática, lo que genera un aumento en los
niveles de autoengaño del paciente, produciendo que este genere teorías no adaptativas sobre su
problema y que en términos generales, suela atribuir externamente aquellos problemas que le acongojan
(lo cual sucede principalmente en los niveles de procesamiento neurótico y psicótico) por lo que no logra
articular una narrativa articulada sobre lo que le pasa [ CITATION Mol04 \l 13322 ].
Por su parte Neimeyer (2011) propone el concepto de Posición Pro-Síntoma (PPS), que se
relaciona con la necesidad vital de que algunos síntomas psicológicos perduren a lo largo del tiempo,
principalmente porque el síntoma tendría una función importante o implicaría una ganancia secundaria.
El conocimiento de la importancia entregada al síntoma y la función que este cumple en la vida de los
pacientes, los ayudaría a integrar y articular diferentes puntos de vista sobre la forma en que existen
esfuerzos para el mantenimiento de la sintomatología, convirtiéndose el síntoma en una decisión. Por el
contrario, el paciente trae consigo una Posición Anti-Síntoma (PAS) la cual está relacionada directamente
con los esfuerzos para disminuir los efectos negativos del síntoma, posición que generalmente es
expresada a través del motivo de consulta, expresándose como un malestar psicológico, fisiológico o
conductual.
En algunos pacientes, el autoengaño puede incluso verse reflejado a través del humor, aunque
generalmente, sus manifestaciones se observan a través de la mentira a amigos, familiares y redes de
apoyo del paciente o también a través de la inocencia presentada al ser increpado por sus actos
[ CITATION Por05 \l 13322 ]. Desde este punto de vista, es fundamental reflejar al paciente aquella
información que omite pero desde una manera gradual, pues cada paciente tiene su ritmo de trabajo y es
importante por parte del terapeuta, respetar estos ritmos, lo cual se realiza a criterio de cada terapeuta
según las capacidades de integración de información ignorada que estime en su paciente. [CITATION
Gui01 \t \l 13322 ]. La terapia por ende, si no integra los mecanismos de autoengaño, pierde bastante
efectividad, por lo que se debe encontrar una estrategia para incluir al autoengaño en terapia sin pasar a
llevar los tiempos del paciente [ CITATION Por05 \l 13322 ].
Figura 3: “Trastornos psiquiátricos y su relación con el autoengaño” [CITATION Sir14 \t \l
13322 ].
Debido a que las adicciones en un tiempo prolongado suelen volverse egosintónicas, el paciente
suele ignorar cualquier tipo de información que pueda refutar la probabilidad de que se esté haciendo
daño a la hora de consumir, por lo que comienza a desconfiar de todas aquellas personas que quieran
brindar apoyo para suprimir la pauta adictiva (se cree que los familiares quieren hacerle daño al pedirle
que deje de consumir, que los médicos están equivocados, que la sustancia en realidad no genera efectos
tan nocivos para su salud, por nombrar algunos ejemplos). En base a lo anterior, el paciente genera una
coraza que no permite procesar ningún tipo de información relacionada con los efectos perjudiciales que
genera la sustancia, por lo que las intervenciones se vuelven menos efectivas en este punto [ CITATION
Sir06 \l 13322 ].
Por su parte, Moral, Sirvent y Blanco [CITATION Mor \n \t \l 13322 ], señalan que el
mantenimiento de las adicciones en función de los procesos de autoengaño, se relaciona con la necesidad
de obtener ciertos beneficios secundarios, como por ejemplo, la necesidad de ser apoyado, reconocido
por los demás, de complacer, de no ser excluido, entre otras posibilidades. Principalmente, el motivo o la
necesidad subyacente a la adicción, suele ser información desplazada de la consciencia, por lo que el
autoengaño se genera como un mecanismo de evitación de estas temáticas pues, de volverse conscientes,
pudiesen provocar una importante perturbación emocional en el paciente, lo cual podría amenazar su
sentido de identidad y su coherencia personal, obedeciendo al principio general de funcionamiento de los
mecanismos de autoengaño.
Problema de Investigación.
A través de la literatura revisada, se encuentran los siguientes vacíos: en primer lugar, las
investigaciones que relacionan autoengaño y drogas, establecen relaciones específicamente en el
consumo y su frecuencia, no en la percepción de riesgo asociado, el cual es un constructo importante a
tener en cuenta ya que determina qué tan perjudicial es percibido el consumo de cierta droga, entrando en
juego la subjetividad. Por otro lado, existen pocos antecedentes sobre estudios relacionados con
autoengaño y drogas en población chilena, por lo que sería importante realizar un estudio afín
incorporando además de la variable percepción de riesgo, el contexto particular de una muestra clínica de
Chile.
Finalmente, no se ha estudiado si es que existe una relación causal entre autoengaño y percepción
de riesgo de drogas, solo realizándose estudios correlacionales anteriormente.
La principal pregunta de investigación sería ¿cómo podría describirse la interrelación entre nivel
de autoengaño y percepción de consumo de riesgo en una muestra clínica de Talcahuano?
Los resultados podrían ser aplicables para diseñar futuros proyectos de intervención, ya que si el
autoengaño resulta ser una variable significativa al relacionarse con percepción de riesgo de consumo de
drogas, podrían elaborarse metodologías de tratamiento basadas en la reducción del autoengaño tanto
como foco remedial o preventivo.
Hipótesis de investigación.
Hipótesis Nula: No existe influencia del autoengaño sobre la percepción de riesgo de consumo de
drogas en la población estudiada.
Objetivos de la investigación.
Objetivos específicos:
Metodología.
B) Participantes:
El principal criterio de inclusión para participar en el estudio, es saber leer y escribir, pues es
necesario para responder el instrumento.
C) Definición de variables:
2) Percepción de riesgo de consumo de drogas: Creencia sobre cuánto daño podría provocarme
cierta sustancia y qué consecuencias pudiese tener su consumo. Será medida a través de una adaptación
del cuestionario de percepción de riesgo de drogas diseñado por Ruiz-Olivares, Lucena, Pino, Raya y
Herruzo.
D) Se aplicarán dos instrumentos, el IAM-40 para medir nivel de autoengaño (2014), el cual
recientemente fue validado en España obteniendo un Alpha de Cronbach de 0,922. Este cuestionario
posee 5 dimensiones.
2) Manipulación: Se relaciona con el manipular las propias emociones y las de los interlocutores
con el fin de conseguir un objetivo
Las dimensiones del cuestionario, se relacionan con una amplia gama de situaciones en que el
consumo de drogas podría traer consecuencias negativas, puntuando qué tan influyentes podrían ser
ciertas drogas a la hora de ser la causa algunos acontecimientos adversos. Las situaciones escogidas son:
1) Accidentes de tráfico.
En ambas escalas, se promedia el puntaje de cada escala para obtener el puntaje total.
E) Los cuestionarios serán aplicados en dos días distintos y luego los puntajes obtenidos serán
analizados a través del software SPSS. Además, se entregará una hoja alterna para registrar datos
sociodemográficos, tales como sexo, edad, ocupación, entre otras características.
F) Plan de análisis: Los resultados serán analizados a través de la técnica regresión lineal múltiple,
con el objetivo de identificar la influencia que el autoengaño tiene sobre la percepción de riesgo de
consumo de drogas o si es que ésta influencia se encuentra subordinada a otra variable (como por
ejemplo, nivel socio-económico, sexo, escolaridad, etc.).
G) Aspectos éticos: Se utilizó un consentimiento institucional para que los responsables del centro
de trabajo en que se encuentra la muestra clínica tuviesen conocimiento sobre los procedimientos a
realizar y el objetivo de la investigación. A cada participante, en ambos grupos, se le entrego un
consentimiento informado individual. En la investigación, no se darán a conocer datos de identificación
de ningún participante para proteger su confidencialidad.
Resultados.
Tabla 3
Correlaciones entre Nivel de autoengaño y Percepción de riesgo de drogas.
Variables 1 2
1. Nivel de autoengaño --
2. Percepción de riesgo de - -
drogas. 0.747** -
**P<0.001
La tabla 3 expone que existe una correlación inversa alta entre el Nivel de autoengaño y la
Percepción de riesgo de drogas, siendo esta estadísticamente significativa (P<0.001), por lo que cuando
una de las dos variables aumenta, la otra tendería a disminuir en cuanto a su valor.
Para determinar si existe influencia por parte de la variable asistencia a tratamientos por
adicciones, se realizó el mismo procedimiento pero a través del método de correlaciones parciales,
controlando la relación entre Nivel de autoengaño y Percepción de riesgo de drogas por la variable
Asistencia a tratamientos por adicciones. Los resultados son expuestos en la tabla 6.
Tabla 4
Correlación entre Autoengaño y Percepción de riesgo de drogas
controlando por Asistencia a tratamientos por adicciones.
Tabla 5
Resumen del modelo 1.
Tabla 6
Modelo de regresión lineal empleado
Dependiente: Percepción de
riesgo.
Variable B Error Estándar Beta Valor p
Sexo (Hombre=0/Mujer=1) -0,117 0,096 -0,79 0,228
Edad 0,136 0,061 0,129 0,030**
Escolaridad -0,080 0.131 -0,052 0,545
(Sin est. Super.=0 /con est. Super.=1)
Asiste a tratamiento por adicciones 1,408 0.185 0,931 0,000**
(No Asiste=0 / asiste=1)
Nivel Socioeconómico 0,087 0.056 0,103 0,125
Nivel de autoengaño. -0,149 0.104 -0,144 0,156
R cuadrado 0,782
R Cuadrado corregido. 0,764
*P<0.0 **P<0,01
5
Como principales resultados del modelo obtenido, se observa que el nivel de autoengaño, no
genera una influencia estadísticamente significativa en la percepción de riesgo de consumo de drogas.
Sin embargo, la asistencia a tratamientos por adicciones genera una influencia estadísticamente
significativa (p<0.01), pues la condición de asistir a un tratamiento por adicciones provoca una mayor
percepción de riesgo de drogas. Además, la edad también influye en la percepción de riesgo de drogas de
manera estadísticamente significativa (p<0,05), ya que el modelo indica que a menor edad, el autoengaño
es menor.
Se realizó también un segundo modelo, en el cual la variable dependiente sería el autoengaño,
para descartar que la influencia fuese por parte de la percepción de riesgo de drogas y otras variables
hacia el nivel en que las personas pudiesen engañarse a sí mismo. Se utilizó la prueba ANOVA para
determinar la significancia de este modelo. El resumen del modelo se expone en la tabla 7.
Tabla 7.
Resumen del modelo 2.
Tabla 8.
Modelo de regresión lineal para explicar influencia sobre el autoengaño.
Tabla 9
Comparación del Autoengaño y sus dimensiones entre grupo de control y muestra clínica.
Tabla 10.
Comparación de la Percepción de riesgo y sus dimensiones entre grupo de control y muestra clínica.
La tabla expone que la percepción de riesgo de drogas difiere entre el grupo de control (M=4,23
DE=0,41) y la muestra clínica (M=2,92 DE=0,29). Existe una mayor Percepción de riesgo de drogas en
el grupo de control, a diferencia de la muestra clínica. Para caracterizar el consumo de alcohol tanto en el
grupo de control como en la muestra clínica, se presenta la tabla 11.
Tabla 11
Caracterización consumo de alcohol en grupo de control y muestra clínica.
Tabla 12
Caracterización consumo de tabaco en el grupo de control.
Tabla 13:
Caracterización consumo de marihuana en el grupo de control.
1-2 6 -Menos de 5
Muestr Si 6 días. 0,5 16,17 (2,56) Si 0 (0%) Si 1
a gramos. (3,1%)
clínica. -Entre 0,6 1
y 1 gramo.
No 26 No 6 No 5
(18,8% (15,6%
) )
.En la tabla 14, se caracteriza el consumo de pasta base de la muestra clínica, en el grupo de
control, no se registraron consumidores de pasta base.
Tabla 14
Conclusiones.
Al aplicar la prueba Coeficiente de Correlación r de Pearson, se puede denotar que existe una
correlación inversa entre el nivel de autoengaño y la percepción de riesgo de drogas, la cual es
estadísticamente significativa. Esto quiere decir que al aumentar una de las dos variables, la otra tiende a
disminuir y viceversa. Sin embargo, cuando se controla la correlación a través de la variable “asistencia a
tratamiento por drogas” (que define el grupo de control y la muestra clínica) esta desaparece. Por lo
tanto, asistir o no a un tratamiento es fundamental para entender cómo el autoengaño y la percepción de
riesgo de drogas se relacionan mutuamente, explicando mejor la relación existente entre estos dos
conceptos.
A través del segundo modelo de regresión lineal obtenido, el cual busca explicar qué variables
influyen directamente en el autoengaño, se encontró que la percepción de riesgo de drogas no es una
variable estadísticamente significativa a la hora de explicar los procesos de autoengaño. Esto significa
que no existiría una influencia directa sobre el autoengaño por parte de la percepción de riesgo ni
tampoco de parte del autoengaño sobre la percepción de riesgo, existiendo solo una correlación inversa
entre estas dos variables, pero sin existir causalidad. El autoengaño es mejor explicado por la variable
asistencia a tratamiento de drogas, aumentando en caso de asistir a tratamiento o disminuyendo al no
poseer esta condición. En segundo lugar, otra variable que también influye directamente es el sexo,
siendo los hombres quienes poseen un mayor nivel de autoengaño en contraste con las mujeres.
En base a lo expuesto anteriormente, se rechaza la hipótesis de trabajo y se acepta la hipótesis
nula.
Discusión.
El principal hallazgo del presente estudio, es que no existe una influencia directa del autoengaño
sobre la percepción de riesgo de drogas ni tampoco por parte de la percepción de riesgo de drogas sobre
el autoengaño, rechazándose la hipótesis de trabajo.
A través de las pruebas estadísticas aplicadas, se demuestra que no existe una interrelación entre
autoengaño y percepción de riesgo de drogas. Esto significa que no existe influencia de una variable
sobre la otra, refutándose la idea de que pudiese existir una relación causal. Sirvent [CITATION Sir06
\n \t \l 13322 ] señala que no existe causalidad entre estas dos variables, pero si una correlación inversa,
la cual fue comprobada también a través del presente estudio, lo que significa que a menor nivel de
autoengaño, mayor es el nivel de percepción de riesgo de drogas y viceversa. Por lo tanto, las personas
que evidencian menor nivel de autoengaño, tendrían una mayor percepción de riesgo de drogas,
probablemente debido a que integran aquellos aspectos de las drogas que son perjudiciales para la salud,
no omitiendo información que pudiese cambiar significativamente sus creencias acerca de las drogas
[CITATION Con12 \t \l 13322 ].
Al investigar cuales son las variables que más influyen en la percepción de riesgo de drogas, se
encuentran el asistir a tratamientos por adicciones y la edad. La asistencia a tratamientos por adicciones
influiría en la medida en que al cumplir esta condición, la percepción de riesgo tendería a aumentar. Lo
anterior podría ser explicado por el hecho de que los tratamientos recibidos por este tipo de pacientes,
integran el aumento de la percepción de riesgo de las drogas para disminuir su consumo [ CITATION
Rom08 \l 13322 ]. Otros autores, también señalan que el aumento de la percepción de riesgo de ciertas
sustancias, está relacionada con la disminución de su consumo [ CITATION Aré15 \l 13322 ] por lo que
sería una parte fundamental de las intervenciones terapéuticas.
Otra variable significativa para explicar la percepción de riesgo de drogas, sería la edad, ya que al
aumentar la edad, la percepción de riesgo de drogas aumentaría. Esto podría ser explicado debido a que
en etapas avanzadas del desarrollo, la capacidad cognitiva de los individuos permite realizar una
apreciación más efectiva a la hora de dimensionar posibles consecuencias a largo plazo sobre diferentes
conductas de riesgo en general, lo cual no sería diferente con respecto al consumo de sustancias
[CITATION Gar07 \t \l 13322 ].
A la hora de analizar las variables que explicarían el nivel de autoengaño, se encontró en primer
lugar que la condición de asistir a tratamientos por drogas es la más significativa. El asistir a tratamiento
por adicciones, estaría relacionado con elevados niveles de autoengaño, lo cual es congruente con
estudios realizados al respecto [ CITATION Por05 \l 13322 ]. Una vez que los pacientes que cumplan
esta condición sean dados de alta, es esperable que los mecanismos de autoengaño disminuyan su nivel,
pues en gran medida, las intervenciones terapéuticas se orientan a la integración de aquella información
que pudiese ser difícil de interiorizar por parte de los pacientes [ CITATION Rom08 \l 13322 ].
Otra variable estadísticamente significativa es el sexo, siendo los hombres quienes poseen un
mayor nivel de autoengaño. Esto no se había observado en estudios anteriores sobre sexo y nivel de
autoengaño, ya que se ha estudiado que no existen diferencias estadísticamente significativas con
respecto al nivel de autoengaño y el sexo [ CITATION Ros14 \l 13322 ]. Probablemente el hecho de que
en este estudio se evidencie un mayor nivel de autoengaño en los hombres, tenga relación con la
composición del grupo que asiste a tratamientos relacionados por adicciones, pues este se encontraba
compuesto principalmente por hombres.
Al realizar la comparación entre el grupo de control y la muestra clínica con respecto a nivel de
autoengaño, los resultados arrojaron que la muestra clínica posee un mayor nivel de autoengaño. Esto
podría explicarse debido al hecho de que el autoengaño es una dimensión importante a considerar en los
trastornos psicológicos en general [ CITATION Mor \l 13322 ] por lo que los resultados fueron
congruentes con los antecedentes teóricos encontrados. En cambio, en el grupo de control, no existe
representatividad mayoritaria de pacientes psicológicos, por lo que es esperable que sus niveles de
autoengaño fuesen menores [ CITATION Gon05 \l 13322 ]. También existe la posibilidad de que en el
grupo de control, los mecanismos de autoengaño se desenvuelvan de una manera más adaptativa,
mientras que en la muestra clínica, estos funcionen de manera patológica [CITATION Qui11 \t \l
13322 ]. Para corroborar esta hipótesis, sería adecuado realizar mayores indagaciones sobre la presencia
de psicopatología en el grupo de control, para así establecer conclusiones más fundamentadas al respecto.
Es importante mencionar que los niveles de autoengaño y percepción de riesgo de drogas, son
coherentes con la caracterización de consumo realizada tanto en el grupo de control y en la muestra
clínica. La muestra clínica, teniendo un nivel mayor de autoengaño y un nivel menor de percepción de
riesgo de drogas, evidencia mayor cantidad y frecuencia de consumo con respecto a las drogas
consultadas. Además, se identificó una alta frecuencia de participantes en esta muestra que consumen
pasta base, droga que es altamente perjudicial para la salud y cuyos consumidores son caracterizados por
ignorar las consecuencias a largo plazo que produce el consumo de dicha sustancia [ CITATION Pér03 \l
13322 ].
En el grupo de control en cambio, no se registró consumo de pasta base o alguna droga que tenga
consecuencias similares para el rendimiento en las distintas áreas de funcionamiento de las personas
(como por ejemplo, la cocaína u otra droga dura). Esto puede ser atribuible a los niveles de percepción de
riesgo de este grupo, los cuales, como fue mencionado anteriormente, son significativamente menores a
los de la muestra clínica [ CITATION Wid16 \l 13322 ].
Es evidente que existe un gran porcentaje de pacientes en la muestra clínica que reportan tener
problemas para controlar su consumo o que este les ha traído problemas interpersonales con amigos o
familiares. Sin embargo, este hallazgo no tendría mucha relevancia, pues es un paso clave para llegar a
consultar debido a adicciones el hecho de percibir que no se tiene control sobre el consumo o que estos
han significado importantes problemas a la hora de relacionarse con seres queridos. De no percibir el
consumo como problemático, no existiría necesidad de acceder a tratamientos psicológicos para
disminuir el consumo [ CITATION Rom10 \l 13322 ].
La principal contribución de este estudio, es descartar la idea de que pudiese existir una influencia
directa por parte del autoengaño hacia la percepción de riesgo de drogas o viceversa, por lo tanto y
siendo coherente con los antecedentes teóricos y empíricos recabados, solamente existe una correlación
inversa entre estas variables, sin existir causalidad [CITATION Sir06 \t \l 13322 ]. Sin embargo, el
estudio demuestra que esta relación es mejor explicada por la condición de asistir a tratamientos por
adicciones, lo cual anteriormente no había sido evaluado.
El estudio además puede apoyar la idea de que es fundamental para el tratamiento con adicciones,
intervenir en la percepción de riesgo [ CITATION Net15 \l 13322 ], pues demostrar a los pacientes los
daños a largo plazo que pueden producir ciertas sustancias en específico, puede ayudar a reducir el
consumo de manera significativa. Es relevante desde este punto de vista, que las intervenciones
terapéuticas incorporen la percepción de riesgo como un tema a no dejar de lado, pues aumentarla puede
ayudar a que los niveles de consumo disminuyan de manera significativa [ CITATION Wil15 \l 13322 ].
Desde un punto de vista clínico, la investigación apoya la idea de que para disminuir el consumo
perjudicial de drogas, se debe incorporar el autoengaño a las intervenciones psicológicas a realizar
[ CITATION Rom08 \l 13322 ], pues la disminución de los mecanismos de autoengaño contribuiría a una
mejora clínica tanto en el ámbito del tratamiento de adicciones como en el funcionamiento psicológico en
general [ CITATION Por05 \l 13322 ]. Esto implica primero realizar una evaluación sobre los
mecanismos de autoengaño del paciente [CITATION Qui08 \t \l 13322 ] para comprender qué tipo de
información el paciente busca omitir, para así incorporar estos factores a la psicoterapia.
La mayor parte de los estudios consultados, establecen relaciones entre el nivel de autoengaño y
el consumo de drogas, evaluando este último a través de la frecuencia del consumo y la cantidad de este [
CITATION Mar16 \l 13322 ], lo cual es medible a través de cuestionarios estandarizados similares al
presentado en la hoja de identificación de los participantes. Por lo tanto, en estos estudios, el consumo de
drogas es medido a través de indicadores observables. Para ampliar esta mirada, la presente investigación
decidió centrarse en la interrelación entre el autoengaño y la percepción de riesgo de drogas, es decir, en
una variable de carácter subjetiva, la cual como fue definida desde un principio, se asocia con la
integración de consecuencias negativas de la sustancia tanto a largo plazo como en el funcionamiento
actual de cada individuo. En base a esto, se puede evidenciar que el autoengaño, repercute en la
percepción que tenemos sobre el riesgo que pueden provocar ciertas sustancias, por lo que se deja
explicitado a través de las correlaciones que evidentemente, una persona que se autoengaña más, percibe
las drogas como menos riesgosas. Sin embargo, esta relación no es causal, solamente correlacional.
Entre las limitaciones del presente estudio, se encuentra en primer lugar, haber utilizado dos
instrumentos que fueron estandarizados en España, por lo que anteriormente no habían sido aplicados en
un contexto latinoamericano. Si bien el IAM-40 y el cuestionario de percepción de riesgo de drogas de
Ruiz-Olivares, Lucena, Pino, Raya y Herruzo poseen un lenguaje comprensible para la población de
habla hispana y un nivel bueno y aceptable de Alpha de Cronbach respectivamente, será fundamental
para próximas investigaciones validar anteriormente alguna de estas escalas en población
latinoamericana si es que se realizan más estudios de este tipo. Además, las drogas incluidas en el
cuestionario original de Ruiz-Olivares, Lucena, Pino, Raya y Herruzo se alejan del contexto chileno, por
lo que fueron reemplazadas por las drogas con mayor frecuencia de consumo en nuestro país.
Una limitación importante del estudio se observó al observar la conformación de los grupos que
fueron estudiados, ya que por un lado, el grupo de control está compuesto en su mayoría por estudiantes
universitarios, por lo que la muestra se vuelve menos heterogénea. En la muestra clínica existen dos
limitaciones importantes. En primer lugar, la muestra estaba compuesta casi por su totalidad por
hombres, por lo que también el grupo se vuelve poco heterogéneo, pues en condiciones óptimas, se
espera tener una representación más equitativa de ambos sexos. En segundo lugar, la muestra clínica
tenía un menor número de participantes y estos asisten actualmente a tratamientos por adicciones en un
centro de Talcahuano específico, lo que podría limitar la generalización de los resultados, esperándose
que exista una mayor representatividad de centros clínicos de la región que se busca estudiar.
Futuras investigaciones relacionadas con el tema, podrían dedicarse a validar los cuestionarios en
población latinoamericana, realizar un estudio con una muestra mucho mayor para lograr una mejor
representatividad de los resultados y además incorporar otras variables que pudiesen intervenir en la
relación existente entre autoengaño y percepción de riesgo de drogas, ya que a través del estudio se refuta
la posibilidad de que exista causalidad de una por sobre la otra, pero si existe una correlación que ha sido
demostrada anteriormente [ CITATION Mar16 \l 13322 ].
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Anexo I
A través del presente documento, declaro conocer los propósitos del trabajo sobre Nivel de autoengaño y
percepción de riesgo de consumo de drogas, que se encuentra realizando el estudiante de psicología
Ignacio Cárdenas bajo la supervisión del profesor Rodrigo Díaz, de la Universidad del Desarrollo. Por tal
razón, DOY MI CONSENTIMIENTO para participar como informante en el estudio anteriormente
señalado.
Los datos a consultar, serán registrados a través de dos cuestionarios. Los resultados serán de carácter
confidencial, anónimo y sólo conocida por los investigadores que realizan el estudio y el profesor
encargado. De esta forma se garantiza la privacidad de las opiniones y juicios emitidos por los
participantes.
Asimismo, los resultados del estudio estarán circunscritos sólo al ámbito académico y universitario en el
cual se inscribe el presente estudio, y no tendrán una difusión en los medios de prensa escrita y
audiovisual.
Si usted está dispuesto a participar de esta entrevista, por favor firme donde corresponda.
NOMBRE ________________________________________
FIRMA___________________________________________
Fecha ____________________________________________
Si tiene alguna pregunta, puede comunicarse con Ignacio Cárdenas al correo icardenasn@udd.cl o llamar
al teléfono 952185020
Anexo II
Carta informativa consentimiento institucional de participación
Anexo III
Hoja de identificación de participantes.
Sexo (encierre en un círculo el número correspondiente): 1. Masculino. 2. Femenino.
Nacionalidad:____________________________________
Edad (años cumplidos):_________________Fecha de nacimiento __/__/____
En general, y considerando los ingresos totales de su hogar (de todas las personas que trabajan,
pensiones, bonos, etc.) ¿Cómo considera que es la situación económica de su hogar?
Alcanzan para cubrir las necesidades mensuales y sobra bastante
dinero todos los meses
Alcanza para cubrir el mes y solo sobra un poco de dinero.
Patrón de consumo. Complete la siguiente tabla, si no consume alguna de las sustancias señaladas, deje el
espacio en blanco.
Tabaco
Marihuana
Cocaína.
Pasta base
Anfetaminas
Alucinógenos
.
Heroína
Inflamables
volátiles.
Anexo IV
Cuestionario IAM-40 para la evaluación de autoengaño
Muy en desacuerdo.
En desacuerdo
De acuerdo
Nro. Pregunta.
Inseguro
Muy de acuerdo.
Responde con sinceridad, ya que no hay respuestas correctas o
incorrectas
Señala cuál es tu nivel de acuerdo con las siguientes afirmaciones
(marca con una X).
pocoNi mucho ni
En qué medida crees que el Alcohol puede producir o
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
ser la causa de las siguientes situaciones (marque con
Algo
una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
Muchísimo
Bastante
ser la causa de las siguientes situaciones (marque con
Algo
Accidentes de tráfico
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
producir o ser la causa de las siguientes situaciones
Algo
(marque con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
pocoNi mucho ni
En qué medida crees que la Cocaína puede producir
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
o ser la causa de las siguientes situaciones (marque Algo
con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
producir o ser la causa de las siguientes situaciones
Algo
(marque con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
pocoNi mucho ni
En qué medida crees que las Anfetaminas pueden Poco o nada
Muchísimo
Bastante
producir o ser la causa de las siguientes situaciones
Algo
(marque con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
producir o ser la causa de las siguientes situaciones
Algo
(marque con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
pocoNi mucho ni
En qué medida crees que la Heroína puede producir Poco o nada
Muchísimo
Bastante
o ser la causa de las siguientes situaciones (marque
Algo
con una X según corresponda).
Accidentes de tráfico
Poco o nada
Muchísimo
Bastante
Aerosoles pueden producir o ser la causa de las
Algo
siguientes situaciones (marque con una X según
corresponda).
Accidentes de tráfico