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JUZGADO FEDERAL Nro.

2 – CORRIENTES –

“FABRO DAVID y otros p/SUP. Inf ley 23.737” Expte. Nro. 4261/2017

PETICIONA DETENCIÓN DOMICILIARIA:

Sr JUEZ :

RICARDO SOSA , abogado , por la defensa técnica de RODRIGUEZ

NESTOR FABIAN manteniendo el domicilio constituido en la causa “FABRO

DAVID y otros p/SUP. Inf ley 23.737” Expte. Nro. 4261/2017 me presento y

respetuosamente digo:

I.- OBJETO:
Que vengo a peticionar la detención domiciliaria de mi asistido el Sr RODRIGUEZ

NESTOR FABIAN de conformidad con lo Establecido por el art. 18 de la Carta

Magna y los arts. 1 de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del

Hombre, 4 y 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos; 0.1 del Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos, estos últimos de jerarquía constitucional

conforme el art. 75 inc. 22 de la ley fundamental; 11 y 33 de la ley 24.660

II. FUNDAMENTOS:
Mi asistido cumple con uno de los requisitos previsto en las normas citadas, y

por tanto de acuerdo a lo establecido en la ley 24660, se encuentra presente una causal

objetiva para concederle la detención domiciliaria, sin que se exija ningún otro requisito

adicional, en la medida que sin aditamento alguno así lo ha previsto la reforma

instrumentada por la ley 26.472 a la Ley de Ejecución de la Pena (CFCP Sala III

1
“Menéndez, Luciano Benjamin s/rec. de casación”,Reg. 513/09 del 29/4/09, Sala IV

“Aguilera, Omar s/recurso de casación”, reg. 15862.4 del 9/11/11, entre muchas otras).

Este requisito es el que prescribe la ley “…al interno enfermo cuando la privación
de la libertad en el establecimiento carcelario le impida recuperarse o tratar
adecuadamente su dolencia y no correspondiere su alojamiento en un
establecimiento hospitalario”

El art. 18 de la Carta Magna establece que:


“…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para
castigo de los reos detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución
conduzca a mortificarlos más allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez
que la autorice”.-
Lo que establece la norma es la prohibición de mortificar más allá de lo que
el aseguramiento para la realización del proceso exija.-

La ley nro. 26.472 (modificatoria de la ley 24.660, del Código Penal y del
Código Procesal Penal), sancionada con fecha 17 de diciembre de 2008, en su art. 1
expresa que:

“El Juez de ejecución, o juez competente, podrá disponer el cumplimiento de la


pena impuesta en detención domiciliaria:

a) Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento


carcelario le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no
correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario;

b) Al interno que padezca una enfermedad incurable en período terminal;

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c) Al interno discapacitado cuando la privación de la libertad en el establecimiento
carcelario es inadecuada por su condición implicándole un trato indigno, inhumano o
cruel;

d) Al interno mayor de setenta (70) años;

e) A la mujer embarazada;

f) A la madre de un niño menor de cinco (5) años o de una persona con discapacidad,
a su cargo”.-

Y su art. 2 (modifica el art 33) expresa:


“La detención domiciliaria deber ser dispuesta por el juez de ejecución o
competente.
En los supuestos a), b) y c) del artículo 32, la decisión deberá fundarse en
informes médicos, psicológicos y social.

El juez, cuando lo estime conveniente, podrá disponer la supervisión de la medida a


cargo de un patronato de liberados o de un servicio social calificado, de no existir
aquél.
En ningún caso, la persona estará a cargo de organismos policiales o de seguridad”.-

El art. 11 de la Ley nro. 24.660, “Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad”,


señala que:

“Esta ley, con excepción de lo establecido en el artículo 7º, es aplicable a los


procesados a condición de que sus normas no contradigan el principio de inocencia y
resulten más favorables y útiles para resguardar su personalidad. Las cuestiones que
pudieran suscitarse serán resueltas por el juez competente”.-

En una palabra, sólo es aplicable esta ley a los procesados, cuando no contradiga
el principio de inocencia y cuando resulte más favorable para el procesado. La ley
nunca olvida que sus disposiciones se subordinan a lo dispuesto por la Constitución
Nacional.-

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En este sentido, sigue siendo más favorable y también más acorde con el
principio de inocencia la norma del art. 314 del Código Procesal que señala que:

“El Juez “ordenará” la detención domiciliaria de las personas a las cuales


pueda corresponder de acuerdo al Código Penal el cumplimiento de la pena de prisión
en el domicilio”.-

Y el Código Penal es claro, en el Capítulo “De las penas”, su artículo 10


(luego de la modificación de la ley 26.472) dice que:

“Podrán, a criterio del juez competente, cumplir la pena de reclusión o prisión


en detención domiciliaria:

a) El interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento


carcelario le impide recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no
correspondiere su alojamiento en un establecimiento hospitalario;

b) El interno que padezca una enfermedad incurable en período terminal;

c) El interno discapacitado cuando la privación de la libertad en el establecimiento


carcelario es inadecuada por su condición implicándole un trato indigno ,inhumano o
cruel;

d)El interno mayor de setenta (70) años,

e)la mujer embarazada

f) La madre de un niño menor de cinco (5) años o de una persona con discapacidad a
su cargo”.-

Su detención en el domicilio cumpliría la manda constitucional: no estaría


siendo sometido a una mortificación innecesaria, que la ley prohíbe y que la seguridad
del proceso en este caso no exige.-

4
El Dr. Eugenio Zaffaroni clarifica el tema cuando se refiere al sentido que en la
exégesis penal debe darse a la normas que otorgan un beneficio al encausado utilizando
el verbo “podrá”, como el art. 13 del Código Penal y el art. 33 de la ley 24.660. Cuando
se hallan reunidos los requisitos para el otorgamiento,

“tiene derecho a reclamarlo y el tribunal tiene el deber de acordarlo”.-

Lo contrario –agrega- implicaría sacar al beneficio “del ámbito de los actos

judiciales y remitirlo a la categoría de un acto político, es decir, del uso de una facultad

casi arbitraria del tribunal, que asimilaría su naturaleza a la de la gracia o perdón”

(Eugenio Raúl Zaffaroni: “Tratado de Derecho Penal”, Parte General, Tomo V, Ediar,

Bs.As., 1983, página 182. Análogas reflexiones formula el mismo autor en la antes

citada obra “Derecho Penal – Parte General”, escrita con la colaboración de Alejandro

Alagia y Alejandro Slokar, págs. 908/910).-

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, tiene dicho que en la interpretación y

aplicación de las normas penales debe observar el principio de legalidad (art. 18 C.P.) y

ceñirse al “texto legal”, sin extensiones que son ajenas al rol de los jueces, “en

consonancia con el principio político criminal que caracteriza al derecho penal como

la última ratio del ordenamiento jurídico, y con el principio pro homine que impone

privilegiar la interpretación legal que más derechos acuerde al ser humano frente al

poder estatal”.-

Ese límite etario, el legislador no lo fijó en forma arbitraria sino que tuvo en

mira las pautas constitucionales, convencionales y las reglas internacionales referidas a

la ancianidad y vulnerabilidad que ella conlleva. Veamos:

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Así, la detención domiciliaria cumple con el mandato constitucional de asegurar

la igualdad real de oportunidades y de trato de los detenidos beneficiarios de la ley

24.660 en el articulo que aludo respecto de los demás presos que están en mejores

condiciones de soportar los rigores inevitables del encierro carcelario, ampliamente

reconocidos por la doctrina y jurisprudencia actual.

Respecto al goce de los derechos a los que se refiere el inc. 23 del art.75 de la CN y a la

oportunidad real de hacerlos efectivos, no debe olvidarse que la Corte Suprema de

justicia de la Nación en los precedentes “Dessy Gustavo G." (rta. el 19/10/95) y

“Romero Cacharane, Hugo Alberto s/ ejecución penal” (rta. el 09/03/04); estableció

que la pena de prisión solo restringe la libertad ambulatoria, y que los detenidos

conservan todos los demás derechos y garantías de la persona humana cuyo

efectivo goce…”

También las Reglas de Brasilia sobre personas en estado de vulnerabilidad (XIV

Cumbre Judicial Iberoamericana) que deben seguir de guía para la interpretación

judicial,

Igualmente, proveen de sustento constitucional y convencional a la detención

domiciliaria, las normas internacionales relativas a la protección de la vida, la salud, el

desarrollo humano y la dignidad de las personas (art. 6.1 del PIDCyP, art.4° [derecho a

la vida], art.5° [derecho a la integridad personal] y art. 11 [protección de la honra y la

dignidad] de la CADH, art. I. [Derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad

eintegridad de la persona], art. XI Derecho a la preservación a la salud y al bienestar de

la DADH y art. 12.-1. “…el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel

posible de salud física y mental” del PIDESyC).

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A todo ello se deben agregar las normas constitucionales y convencionales

referidas a los derechos humanos de las personas detenidas y al principio de humanidad

de las penas. A saber, art. 18 de la CN “…Quedan abolidos para siempre la pena de

muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las cárceles de la

Nación serán sanas y limpias para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en

ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más allá de

lo que aquella exija, hará responsable al juez que la autorice.”; art. XXV DADDH “…

Tiene derecho también a un tratamiento humano durante la privación de su libertad”;

art.5 CADH “[derecho a la integridad personal] 1. Toda persona tiene derecho a que

se respete su integridad física, psíquica y moral. 2. Nadie deber ser sometido a torturas

ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes. Toda persona privada de libertad

será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano. 3. La pena no

puede trascender de la persona del delincuente…”, art. 7 PIDCyP “Nadie será

sometido a torturas ni a penas o tratos crueles inhumanos o degradantes...” y art. 10.1

PIDCyP “Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto

debido a la dignidad inherente al ser humano…” Asimismo deben atenderse las Reglas

mínimas para el tratamiento de los reclusos de las Naciones Unidas, las Reglas Mínimas

para Penas Privativas de la Libertad de Tokio y Reglas de Brasilia sobre personas en

estado de vulnerabilidad.

Requisito atinente a la salud de mi defendido

Mi defendido padece ISQUEMIA ARTERIAL en el miembro

inferior izquierdo para lo cual se le ha realizado una TROMBOEMBOLECTOMIA (

Extracción quirúrgica de un émbolo que está obstruyendo un vaso arterial o venoso. Se

trata de una operación delicada que se realiza mediante la introducción de un catéter

7
provisto en su extremo de una pequeña esfera hinchable con el que se debe arrastrar el

émbolo)- SEGÚN DEFINICION –

Según certificado también ANEURISMA POPLITEA (El

aneurisma de arteria poplítea es una entidad patológica que afecta a hombres mayores

de 65 años con múltiples morbilidades, siendo la hipertensión arterial la más frecuente.

Se asocia a aneurisma contralateral y aneurisma en otras áreas, principalmente la arteria

femoral y la aorta abdominal. El diagnóstico en la mayoría de los casos se realiza en

pacientes sintomáticos, principalmente debido a complicaciones trombo-embólicas. En

este grupo la amputación se realiza hasta en el 20% de los casos y la mortalidad alcanza

el 5%. La cirugía abierta es el procedimiento de elección, la cual se realiza

mayoritariamente por un abordaje medial aislando el aneurisma mediante ligaduras y

realizando un bypass con vena autóloga. En el tratamiento de urgencia puede asociarse

trombolisis intraoperatoria, la cual mejora el resultado de la cirugía. La cirugía

endovascular no ha demostrado ser mejor, sin embargo, posee resultados similares en el

tratamiento de pacientes asintomáticos. Existe, actualmente, su indicación en la cirugía

de urgencia en aquellos casos en los que la cirugía abierta no se puede efectuar

(Palabras claves/Key words: aneurisma/aneurysm; arteria poplítea/popliteal artry;

isquemia aguda/acute ischemia; cirugía endovascular/endovascular surgery))

La petición traída a estudio encuadra en el artiulo 10 a) del C.P.

Al interno enfermo cuando la privación de la libertad en el establecimiento carcelario

le impida recuperarse o tratar adecuadamente su dolencia y no correspondiere su

alojamiento en un establecimiento hospitalario;

Es dable entender que la privación de libertad le impide tratar adecuadamente su

dolencia ya que mi Defendido debe caminar de manera constante a fin de evitar la

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formación de coágulos de sangre y que a la postre ellos redundaran en trombosis

(cuestión esta que podría ser letal para su vida)

Es imposible pensar que una persona encerrada en una celda pueda caminar de

manera constate y asi evitar la formación de coágulos ya que la misma limitación

espacial de la celda se lo impide

Asimismo debe ingerir medicamentos los que tienen horarios específicos que si bien

ellos son proporcionados por la PREFECTURA existen veces que dichos horarios no

se respetan y hasta en ocasiones no se cumple

Mi Representado ya ha sido operado otrora de la dolencia en su pierna izquierda

colocándosele un by pass para que la sangra corriera de la manera más normal

posible , pero es del caso que se requiere otra intervención quirúrgica a la fecha para lo

cual ya se ostenta como fecha tentativa JUNIO del presente año

Todo ello puede ser mejor explicado y de manera correcta con el lenguaje apropiado

por su médico particular a quien solicito se lo cite a los efectos que brinde e ilustre con

mayor precisión ,LA ENFERMEDAD QUE PADECE MI DEFENDIDO , SU

TRATAMIENTO , LOS CUIDADOS QUE DEBE BRINDARSE , POSIBLES

INTERVENCIONES QUIRURGICAS , y por sobre todas las cosas LA

POSIBILIDAD DE RECUPERARSE O TRATAR ADECUADAMENTE SU

DOLENCIA Y EN SU CASO SI CORRESPONDE LA INTERNACION EN UN

HOSPITAL

En esta inteligencia, se advierte que el deber del Estado de proveer servicios de

salud a las personas sometidas a su custodia es una obligación que deriva directamente

de su deber de garantizar los derechos a la vida e integridad personal de los reclusos,

reglamentado, principalmente, en el art. 25 de la Declaración Americana de los

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Derechos y Deberes del Hombre, art. 5.2 de la Convención Americana sobre Derecho

Humanos, art. 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, etc.

“Con relación al contenido y alcances generales del derecho de las personas

privadas de libertad a la atención médica, el Principio X de los Principios y Buenas

Prácticas de la CIDH establece que: `Las personas privadas de libertad tendrán

derecho a la salud, entendida como el disfrute del más alto nivel posible de bienestar

físico, mental y social, que incluye, entre otros, la atención médica, psiquiátrica y

odontológica adecuada; la disponibilidad permanente de personal médico idóneo e

imparcial; el acceso a tratamiento y medicamentos apropiados y gratuitos; la

implementación de programas de educación y promoción en salud, inmunización,

prevención y tratamiento de enfermedades infecciosas, endémicas y de otra índole; y

las medidas especiales para satisfacer las necesidades particulares de salud de las

personas privadas de libertad pertenecientes a grupos vulnerables o de alto riesgo,

tales como: las personas adultas mayores, las mujeres, los niños y las niñas, las

personas con discapacidad, las personas portadoras del VIH/SIDA, tuberculosis, y las

personas con enfermedades en fase terminal´.

En cuanto a la calidad de los servicios médicos este principio establece que,

`[e]l tratamiento deberá basarse en principios científicos y aplicar las mejores

prácticas. Además, que `[e]n toda circunstancia la prestación del servicio de salud

deberá respetar los principios siguientes: confidencialidad de la información médica;

autonomía de los pacientes respecto de su propia salud; y consentimiento informado en

la relación médico‐paciente´.

Asimismo, la CIDH ha tomado en cuenta como estándares internacionales

aplicables las disposiciones 22 a la 26 de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas

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para el Tratamiento de Reclusos, y lo dispuesto por los Principios de Ética Médica

Aplicables a la Función del Personal de Salud,

Especialmente los Médicos, en la Protección de Personas Presas y Detenidas contra la

Tortura y otros Tratos Crueles, Inhumanos o Degradantes” (confr. “Informe de la

Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre los Derechos Humanos de las

Personas Privadas de Libertad en las Américas”).

En síntesis, la provisión de atención médica adecuada es un requisito material

mínimo e indispensable que debe ser cumplido por el Estado para garantizar un trato

humano a las personas bajo su custodia. La pérdida de libertad no debe representar

jamás la pérdida del derecho a la salud. Del mismo modo, tampoco es tolerable que el

encarcelamiento agregue enfermedad y padecimientos físicos y mentales adicionales a

la privación de libertad.

Este deber a cargo de los Estados, como ha especificado la Corte

interamericana, “no significa que existe una obligación de cumplir con todos los

deseos y preferencias de la persona privada de libertad en cuanto a atención médica,

sino con aquellas verdaderamente necesarias conforme a su situación real”. Por lo

tanto, “la falta de atención médica adecuada podría considerarse en sí misma

violatoria del artículo 5.1 y 5.2 de la Convención dependiendo de las circunstancias

concretas de la persona en particular, el tipo de dolencia que padece, el lapso

transcurrido sin atención y sus efectos acumulativos.

La Corte Europea al referirse al contenido y alcances del artículo 3 de la

Convención Europea ha establecido que debido a las necesidades propias de la

privación de libertad, la salud y el bienestar de los reclusos deben ser debidamente

asegurados mediante, entre otras cosas, la provisión de atención médica necesaria. Por

11
lo que, dependiendo de las circunstancias concretas del caso, la falta de atención

médica adecuada puede llegar a constituir una forma de tratamiento violatorio al

derecho a la integridad personal” (confr. informe cit.). Asimismo, en el Primer Informe

Anual - correspondiente al año 2011-sobre casos de torturas y/o malos tratos, emitido

por la Procuración Penitenciaria de la Nación, se expresó que “quienes padecen

problemas de salud diagnosticados pero no reciben atención médica periódica y

regular durante el encierro carcelario, ven afectada seriamente su salud, sufriendo un

agravamiento de los síntomas y el malestar. Frente a la desatención médica los

problemas de salud diagnosticados, ordinariamente tratables en el ámbito libre, dentro

de la cárcel se constituyen en problemas severos para quienes los padecen, poniendo en

riesgo sus propias vidas”.

Así, retomando las circunstancias concretas que rodean el presente caso se

advierte de los informes médicos que dan cuenta de la declinación en la salud que

padece respecto del cual se debe seguir un estricto tratamiento medico NO

PUDIENDO ELLO SER SOPORTADO EN UN AMBITO DE ENCARCELAMIENTO .

Ello, y las graves deficiencias que al respecto presentan la mayoría de las unidades

penitenciarias del país y que no constituyen problemas nuevos, genera por un lado, el

riesgo de un aumento en la gravedad de las dolencias que el nombrado padece y, por

otro lado, la compleja tarea de coordinar, de forma permanente, los correspondientes

traslados hacia los centros de salud que pudieran brindar la atención necesaria.

Todo lo hasta aquí expuesto exige una inmediata solución, pues el cumplimiento

de una obligación internacionalmente asumida -investigar y sancionar a los

responsables de delitos de lesa humanidad- no puede llevarse a cabo en detrimento de

otra obligación -brindar trato digno y humanitario a todos los reclusos-, por lo que

ambas deben respetarse de forma mancomunada.

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Ahora bien, y a esta altura de mi análisis, habré de recordar que la Corte

Suprema de Justicia de la Nación tiene dicho que “no es propio del cometido fijado al

Poder Judicial en el art. 116 de la Constitución Nacional dictar una sentencia con

carácter de norma general derogatoria de las disposiciones en cuestión implementando

un mecanismo de reemplazo en su lugar, cuando resulta evidente que -en esta materia-

tal solución requiere de la suficiente e indispensable concreción de medidas de política

pública previas (conf. arg. Fallos: 329:3089; 330:4866).

Ello implicaría sustituirse a competencias propias de los otros poderes al

Estado (Fallos: 330:4866, 4873/4874)” (confr. “García Méndez, Emilio y Musa,

Laura Cristina s/ causa Nº 4537", rta. el 02/12/08, Fallos: 331:2691)….”.-

Con la sanción de la ley 24.660, cuyo artículo 229 señala que es

complementaria del Código Penal, se produjo la ampliación de los supuestos en los que

el juez de la causa puede decidir que la medida cautelar privativa de la libertad se

cumpla en el domicilio (art. 314 del C.P.P.N.); agregándole dos nuevos supuestos que

son los contemplados en el art. 33 -cuya aplicación a los procesados se ve reafirmada

por lo dispuesto en el art. 11, ambos de esa misma ley (C.N.C.P., Sala 1, causa Nro.

4001, "OLGUIN, Emma Luisa s/recurso de casación", Reg. Nro. 5030, rta. el 14/5/02:

Sala llI, causa Nro. 9163, "KEARNEY, Miguel s/recurso de casación", Reg. Nro. 770,

rta. el 17/6/08; Sala IV, "BROWN MANCINI, Dora Elda s/recurso de casación", causa

Nro. 5348, Reg. Nro. 6664, rta. El 1/6/05)-; a saber: procede la prisión domiciliaria en

los casos de personas mayores de setenta años o (conjunción disyuntiva) que padezcan

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una enfermedad incurable en período terminal, mediando pedido de un familiar,

persona o institución responsable que asuma su cuidado.

Resulta equitativa la decisión del legislador de permitir a los procesados en

prisión preventiva gozar de este beneficio en idénticos supuestos a los de los

condenados, puesto que, respecto de ellos, rige el principio de presunción de inocencia

(Francisco 1. D' Albora, Código Procesal Penal de la Nación. Anotado. Comentado.

Concordado, Tomo II, Sexta edición corregida, ampliada y actualizada, Lexis Nexis,

Abeledo Perrot, Buenos Aires, 18/3/03, págs. 665 y sus citas) y constitucionalmente

nuestro Estado se comprometió a brindarles un tratamiento adecuado a su condición de

personas no condenadas (C.A.D.H., art. 5.4)……….”.-

III.- El CASO FEDERAL:

Ante la eventualidad de que no fuere receptada la petición de acuerdo a los

fundamentos expuestos, al verse afectadas garantías constitucionales contenidas en el

Art. 18 de la Carta Magna, y las garantías de los tratados de derechos humanos de

jerarquía constitucional citadas al inicio, hacemos la pertinente reserva de acudir a

casación y del caso federal.

IV.- PRUEBAS :

1.-DOCUMENTAL : Documental varias acerca del estado de salud , análisis

historia clínica y certificado de salud

2.- PROPONGO PERITO al médico de mi Defendido RODRIGUEZ

NESTOR FABIAN en su defecto declaración testimonial de CARDOZO DARIO

quien podrá ser citado en instalaciones del INSTITUTO DE CARDIOLOGIA “JUANA

FRANCISCA CABRAL” ubicado en calle BOLIVAR Nro. 1334

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3.- DOMICILIO: El domicilio en el cual se habrá de cumplir el arresto domiciliario

es el allanado y ubicado en Brrio GUEMES II , 270 viv S “6” , M”B” C “59”

( domicilio allanado). Si bien es cierto que su mujer la Sra CELESTE IBARRA se

encuentra cumpliendo ARRESTO DOMICILIARIO en el arriba mencionado es dable

entender que la LEY no lo impide , asi como tampoco impide que la responsable sea la

misma que en el caso de IBARRA ofreciendo también se instale PULSERA

ELECTRONICA

V.- PETITORIO:
Por todo lo expuesto ut supra, solicito a Vs. Excs, que:
1) Se disponga la detención domiciliaria de CRISTIAN ANDRES ROMERO

.de conformidad con lo dispuesto por los arts 11, 32 y 33 de la Ley 24.660; 1, 2 y 4 de la

Ley 26.472; arts. 18 y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional, 1 de la Declaración

Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, 4 y 5 de la Convención Americana

sobre Derechos Humanos, y 10.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles

y Políticos.
2) Hago reserva del caso Federal por encontrarse conculcadas las garantías

constitucionales mencionadas a lo largo de esta presentación.-

Proveer de conformidad

SERA JUSTICIA

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