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Consigna Final

LINGÜÍSTICA, LENGUA, SIGNO Y SISTEMA


DRA. MARIANA GOMEZ

Maestría en Teoría Psicoanalítica Lacaniana - Universidad


Nacional De Córdoba

Título: “El inconsciente como discurso: De la estructura al


acontecimiento”.

Alumnos:

Balzarini, Marco Máximo.

Begué, Aliaga M. Elisa.

Brizio, Hernán José.

Tumas, Ana Paula.

Marzo de 2017
El inconsciente como discurso: De la estructura al acontecimiento

Resumen

A partir de algunos interrogantes en conversaciones grupales nos proponemos realizar un


recorrido conceptual: desde la estructura al acontecimiento y del acontecimiento al discurso. Para
lo cual nos serviremos de los aportes de La lingüística, el Estructuralismo y el Psicoanálisis de
Orientación Lacaniana. ¿Por qué hay discurso?, ¿Porque hay acontecimiento? ¿El acontecimiento
introduce un impredecible en lo predecible de la estructura? ¿Cuáles son los efectos?

Palabras claves

Estructura- Discurso- Inconsciente- Acontecimiento.

Para comenzar nos interesa referenciarnos a lo que Claude Lévi-Strauss plantea en su obra
“Las Estructuras Elementales del Parentesco”, a partir de lo cual podremos deducir la noción de
estructura como un sistema de relaciones entre elementos, es decir, un sistema social o red cuyas
relaciones se tejen alrededor de una pérdida inicial, a partir de la cual se establece un
funcionamiento exogámico basado en el intercambio. Strauss se interroga: “¿Dónde termina la
naturaleza? ¿Dónde comienza la cultura?” (Strauss, 1969, 36), dicho de otro modo, ¿qué hace que
nos culturicemos? Lo que enuncia para responder es que la ley de la prohibición del incesto, como
regla universal, provoca un pasaje de naturaleza a cultura estableciendo un campo mediatizado por
simbolismos o ritos que representan al grupo y su forma relacional. Entonces la regla -como
prohibición- genera un campo representativo que elide un objeto y permite el intercambio social
normado, coercitivo y sustitutivo, es decir funda, instituye e instaura una ley a partir de la cual los
objetos no son accesibles directamente, sino mediatizados. Así, la idea de cultura queda ligada a un
orden simbólico. En esta idea lo que importa es que al menos un elemento quede por fuera,
denegado (No importa cuál). Destacando que dicha exclusión no implica una anulación, sino que
éste elemento quede subyugado a una representación.
De este modo, el establecimiento de una estructura y sus leyes se ordenará y organizará
como un conjunto de elementos articulados que sólo pueden ser definidos en relación a otros y a
partir de dicha exclusión. Levi Strauss lo plantea con precisión: “No necesitamos demostrar que la
prohibición del incesto constituye una regla; bastará recordar que la prohibición del matrimonio
entre parientes puede tener un campo de aplicación variable según el modo en el que cada grupo
define lo que entiende por pariente próximo” (…) “La cuestión no es, pues, saber si existen grupos
que permiten matrimonios que otros excluyen sino más bien si hay grupos en los que no se prohíbe
tipo alguno de matrimonio” (Strauss, 1969, 42).
El elemento excluido para Levi Strauss funciona como “fady” (lo que decae), determinando
que por lo menos un miembro o pariente prohibido (madre, tía, hermano o hermana) debe cumplir
la condición y el estatuto de imposible en el campo relacional.

Inconsciente y Estructura
Tomaremos en primer lugar la referencia de Lacan a Levi-Strauss e implícitamente nos
remitiremos a F. Saussure para comenzar a tratar el concepto de inconsciente como discurso
abordado en el Seminario 11 “Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis”.
“La mayoría de los presentes tiene alguna noción de que he afirmado lo siguiente: el
inconsciente está estructurado como un lenguaje, lo cual se refiere a un campo que hoy en día no
es mucho más accesible a la época de Freud. Lo ilustraré con algo que se ha materializado en un
plano indudablemente científico, ese campo que explora, estructura y elabora Claude Lévi-Strauss,
y se fijó con el título de Pensamiento Salvaje”. (Lacan, 2010, 27, 28).
En la frase de Lacan “el inconsciente está estructurado como un lenguaje” el adverbio como
resulta fundamental, pues no está diciendo que el inconsciente es reductible al lenguaje como
conjunto cerrado, sino que su estructura es como un lenguaje en tanto conserva su lógica articulada
y sus leyes. La lógica del significante a diferencia de la lingüística estructural de Sausurre no remite
a ningún significado. Pues dicha lógica introducida por Lacan implica que en su articulación (de
significantes) el significado y el sujeto no están pre-definidos, sino que son efectos de la misma.
El inconsciente entonces tiene una estructura –significante-, es decir un modo de
funcionamiento lógico que como dijimos comparte las leyes de la estructura del lenguaje, pero se
diferencia de él en tanto las estructuras discursivas en la que el psicoanálisis se interesa,
desvalorizan el significado (en el sentido saussureano). Miller acentúa que al psicoanálisis no le
interesa el significado de una palabra sino la lógica de los elementos articulados, “se ocupa del
significante puro, es decir, del significante en tanto no quiere decir nada” (Miller, 2008, 9).
Por lo tanto se diferenciará de la lingüística en tanto del lenguaje se extrae una lógica
significante, lo que podríamos leer como un discurso que adquiere su significación por articulación,
negativización y diferenciación con otros elementos. En resumen, no puede definirse por sí mismo,
sino en relación a Otro específico en cada caso.
La inconsistencia de la estructura
En una estructura discursiva -en la que un elemento del conjunto queda por fuera- la
totalización del sentido no es posible. Tal como advertimos anteriormente, para que un sentido se
establezca es necesario remitir a Otro siendo imposible definir unívocamente los objetos. Por ello
el sentido escapa al dominio del sujeto, dando cuenta de un real imposible que retorna y se vuelve
a introducir como causación en la estructuración de un discurso, eso sí, ya no desde el mismo vector.
Así la estructura se acciona cada vez que se hace uso de los elementos del lenguaje, lo que provocará
que un discurso en su utilización particular solo sea posible de constituirse bajo la regla de la
asociación libre planteada por Freud.
En resumen, el inconsciente como discurso definido por Lacan como “discurso del Otro”
(Lacan, 2010, 137) es una subversión al conjunto de conocimientos o teorías universales para erigirse
como un saber hecho de significantes articulados que se estructuran como un lenguaje. Nos interesa
reafirmar el hecho de que dicha articulación puede establecerse en tanto el significante no puede
significarse a sí mismo -ya que no tiene un sentido unívoco y recíproco como en la lingüística- por lo
cual necesita permutar con otros significantes para que el sentido se establezca a posteriori.
Esto arroja la idea de que un significante ex – siste al conjunto del lenguaje, de lo contrario
no habría necesidad de permutación y tendríamos la posibilidad de acceder a un carácter universal
(total) de la estructura. Miller lo expresa de este modo: “ese lugar total de todos los significantes no
existe o incluso que ese lugar total de los significantes conlleva una falta” (Miller, 1994, 18). Esto
quiere decir que no existe en el lenguaje o en todas las lenguas una palabra que pueda definir al
sujeto en su totalidad o de una vez y para siempre. El sentido se multiplica por estar articulado a los
sentidos otorgados por el Otro, lo cual contribuye a su variabilidad e inconsistencia. Entonces,
deberemos crear las condiciones de un dispositivo para el establecimiento de un discurso por el cual
un sujeto emerja como efecto del mismo.
Pero, ¿que provocará que de un lenguaje común o convencional se den las coordenadas de
un discurso ligado a las formaciones del inconsciente?
¿Que provoca la necesidad de una articulación, de un lazo, en búsqueda de un sentido que
permita un tratamiento de lo real mediante lo simbólico?1 En esta línea: ¿El acontecimiento
introduce lo impredecible en lo predecible de la estructura? ¿Cuáles son los efectos?

Acontecimiento y Discurso
Si decimos que un discurso es lo que da sentido y este proviene del Otro, aludimos a que
dicho sentido traza una línea vectorial donde la dirección enmarca la trayectoria de un sujeto y cuya
relación a ese discurso resulta representativa. Así, más allá de la estructura, deducimos al sujeto (el
cual por excluido- no anulado- conservaba el estatuto de una X) a partir de sus efectos localizados
en lo que falla a la representación, es decir en la indeterminación subjetiva. En este punto se torna
imprescindible ubicar la función de la tyque como encuentro fallido:
“La función de la tyche, de lo real como encuentro - el encuentro en tanto que puede ser
fallido, en tanto que es, esencialmente, el encuentro fallido - se presentó primero en la historia del
psicoanálisis bajo una forma que ya basta por sí sola para despertar la atención- la del trauma. ¿No
les parece notable que, en el origen de la experiencia analítica, lo real se haya presentado bajo la
forma de lo que tiene de inasimilable - bajo la forma del trauma, que determina todo lo que sigue,
y le impone un origen al parecer accidental?” (Lacan, 2010, 63).
Nos referimos en este punto a la irrupción de lo real como imposible, lo cual no permite una
totalización de la estructura en tanto el elemento en menos (o en mas) que se presenta remite a
otro campo el cual escapa a la representación, y cuyo estatuto se caracteriza por un retorno de lo
siempre igual e idéntico. En otras palabras, lo que no permuta, como sí sucede a nivel significante.
En conclusión, aquello sorpresivo que ocurre contingentemente tiene valor de
acontecimiento, lo que concierne a un sujeto, dando muestras de su indeterminación respecto al
discurso y su sentido, en resumidas cuentas, un despertar. Lacan lo dirá del siguiente modo: “El
despertar nos muestra el despuntar de la consciencia del sujeto en la representación de lo sucedido:
¡enojoso accidente de la realidad, ante el cual sólo queda buscar remediarlo! ¿Pero qué era ese
accidente?” (Lacan, 2010, 67)
Haciendo una analogía con R. Barthes respondemos que ese accidente en la representación
(y en la realidad que ésta recorta) se corresponde al punctum (pinchazo en latín) que cumple muy

1
Remitimos al concepto de praxis abordado por Lacan en el Seminario 11 de los Cuatro Conceptos: “Es el
término más amplio para designar una acción concertada por el hombre, sea cual fuere, que le da la
posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico”. (Lacan, 2010, 14)
bien la función del despertar que lo real encarna, tratándose de un punto que no se va a buscar de
antemano, para el que no se estaba preparado, sino que aparece como una sorpresa pues “sale de
la escena como una flecha y viene a punzarme” (Barthes, 1990, p.64). Así la contingencia es capaz
de conmover y romper el sentido, y en esa ruptura, en ese acontecimiento, el efecto es un sujeto a
partir del cual se funda un nuevo orden del relato, es decir, “una acción de la estructura” (Miller,
2010, 9). En esta vía solo es posible “recuperar” una nueva representación desfasada del hecho o
acontecer “original”, lo cual a nuestro entender resulta un aspecto fundante del discurso
inconsciente situando el fundamento del mismo en una pérdida, es decir, en el objeto imposible de
aprehender. Por ello Miller propondrá distinguir una estructura estructurante y una estructura
estructurada, en la primera -según nuestra lectura- podremos ubicar el discurso como acción, en la
segunda el lenguaje y su lógica a la cual la subjetividad se halla sujetada. Pero no podremos leer este
funcionamiento por separado, hasta el punto en el que una y la otra se continúan en un
encabalgamiento y por ello debemos advertir que de un elemento en exclusión y su retorno como
falla “se obtiene una distorsión general que afecta al conjunto de la economía estructural y la
recompone según leyes nuevas” (…) “la acción de la estructura pasa a estar sostenida por una falta.
Lo estructurante, por no estar allí, rige lo real” (Miller, 2010, 10) y es ello a nuestro entender lo que
tal vez posibilite -por la vía de la transferencia- la introducción del discurso analítico como diferente
de otros discursos. 2

2
Remitimos al capítulo XX del Seminario 11 de Jaques Lacan: “Es el deseo de obtener la diferencia absoluta”
(…) “cuando el sujeto, confrontado al significante primordial, accede por primera vez a la posición de
sujeción a él”. (Lacan, 2010, 284).
Bibliografía.

- Barthes, R. (1990) Studium y Punctum. En “La cámara lúcida. Nota sobre la fotografía”,
64. Buenos Aires: Paidós.

- Lacan, J. (2010). TYCHE Y AUTOMATON. En “Los Cuatro conceptos fundamentales del


Psicoanálisis”, 63- 67. Buenos Aires: Paidós.

- Lacan, J. (2010). EL INCONSCIENTE FREUDIANO Y EL NUESTRO. En “Los Cuatro conceptos


fundamentales del Psicoanálisis”, 27-28. Buenos Aires: Paidós.

- Lacan, J. (2010). PRESENCIA DEL ANALISTA. En “Los Cuatro conceptos fundamentales


del Psicoanálisis”, 137. Buenos Aires: Paidós.
- Miller, J. A. (2008). LA LOGICA DEL SIGNIFICANTE 1ra. Conferencia. En “Matemas II”,
9-18. Buenos Aires: Manantial.

- Miller, J.A. (2010) ACCION DE LA ESTRUCTURA. En “Matemas I”,


9-10. Buenos Aires: Manantial.

- Strauss, L. (1969). Naturaleza y Cultura. El problema del incesto. En “Las Estructuras


Elementales del Parentesco”, 36-42. Buenos Aires: Paidós

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