Serie 2
ISBN-13:978-1539383321
ISBN-10:1539383326
Guelph ON Canadá
Contactar al autor a:
coaching@discipulado.net
Como lo verás en este estudio, los verbos son el motor del aprendizaje. A mi me impresionan
especialmente los verbos del Español, que son los que me han atraído a este tema. Por lo tanto,
tengo que agradecer a las miles de personas que no solo han sufrido con mi Español a lo largo de 32
años, sino que pacientemente me han corregido. Yo quizás debería hablar mejor de lo que puedo,
pero como digo a menudo, “Yo entiendo todo lo que digo”.
Soy particularmente consciente de los equipos ministeriales en los cuales he participado o participo
tanto a nivel de Iglesia local como de agencias nacionales y de misiones internacionales. Estos
amigos me han mostrado como funcionan los verbos del aprendizaje. De igual manera, deseo
agradecer al Dr. Jon Baggaley, profesor de educación que me ayudó a reconocer los patrones del
aprendizaje en los adultos. También quiero mencionar a Gord Jones, “profesor de la vida real”, que
aplica los verbos del aprendizaje en todo lo que hace.
En el tercer paso de su método, Jesús comenzó a invertir a través del proceso de “estar
con". Lee los Evangelios y observa cómo Jesús invirtió en sus discípulos. ¿Cuál fue su
estrategia? ¿Cuáles fueron los métodos que utilizó? Él hizo y le hicieron una cantidad de
preguntas a medida que los discípulos participaban en todo lo que Él hacía. Jesús les
asignó tareas. Dejó que fallaran y que volvieran a intentarlo. Él hizo muchas cosas que les
permitieron a sus discípulos adquirir convicción en sus vidas.
Para Reflexionar:
¿Cuál es el tipo de cosas que hacen que no quieras poner el Reino de Dios en
primer lugar?
¿Por qué consideramos el riesgo como algo negativo
que debe ser limitado?
Nosotros tenemos la mente de Cristo, pero no es siempre fácil tener Sus pensamientos.
Aunque tenemos el espejo de la Palabra que nos muestra lo que debemos cambiar, nos
vemos en un espejo opacado. Tenemos gracia en sobreabundancia pero nos cuesta
ponerla en práctica. Dios nos conoce profunda e íntimamente, pero a veces nosotros
mismos nos desconocemos.
La reflexión nos ayuda a resolver esto. La Palabra nos lava e iluminas nuestro camino.
Recibimos consuelo aunque no podemos entender. La reflexión nos da espacio para
descansar y para tener esperanza. La reflexión nos quita el desgaste, sana nuestras
heridas, nos quita el cansancio, nos reabastece de gozo y nos hace sabios.
Cuando tomamos tiempo para reflexionar, nos preguntamos por qué no accedimos a esta
bendición antes. La reflexión nos permite despojarnos de nuestro egocentrismo, tener una
mejor perspectiva y tomar decisiones bajo la claridad de la luz de Dios. Reemplazamos la
prisa por el reposo, la confusión por la claridad y el ruido por la quietud.
La reflexión no se trata de buscar información acerca de Dios, sino de estar con Dios.
Podemos empezar leyendo su Palabra, pero pronto nos damos cuenta de que Él está
leyendo con nosotros. En la reflexión todo cobra perspectiva y empezamos a conocer la
manera en que somos conocidos por Dios. Aunque es tan hermosa, fácilmente nos
olvidamos de ella.
Para la discusión de grupo:
1. ¿Cómo practicas la reflexión? ¿Cómo podrías profundizar en la reflexión?
2. ¿Qué te parece difícil acerca de la reflexión? ¿Cómo podrías ayudar a otros?
3. ¿Conoces a alguien que sea bueno para reflexionar? ¿Qué te atrae de esa
persona?
4. ¿Cómo encaja la reflexión con los otros verbos que vimos anteriormente:
imaginar, conectarse y arriesgar?