Dentro de esta clase de delitos se pueden diferenciar los propios, y los impropios o de
comisión por omisión. La clasificación de éstos se ha hecho a través de varios criterios.
Así, en las omisiones propias la norma exigiría al sujeto la realización de determinada
acción salvadora en razón a criterios de solidaridad que se imponen en cabeza de los
individuos; en cambio, en las omisiones impropias la norma exigiría del sujeto la
evitación del resultado que se quiere impedir con la norma
Se puede señalar que el delito impropio de omisión es aquél en que además de existir un
no hacer (no-realización de la acción ordenada por la ley por medio de una norma
imperativa) se exige que se produzca un determinado resultado, el cual será imputado al
1
SILVA SÁNCHEZ, Jesús-María. El Delito de Omisión. Concepto y Sistema. Barcelona: Ed. Bosch, 1986, p. 306.
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autor de la omisión en virtud de la ley o por una equivalencia estructural y normativa
entre acción y omisión.
Cabe señalar que el delito de omisión impropio no se vulnera una norma prohibitiva
sino que una preceptiva que ordena la realización de una determinada acción que evite
la producción de un resultado lesivo a un bien jurídico.
Silva Sánchez señala al respecto que dentro de las omisiones, tampoco es posible
olvidar la significativa diferencia político-criminal existente entre omisiones puras
como las de socorro y denuncia (o impedir determinados delitos), y los supuestos de
comisión por omisión (“omisiones impropias” en la terminología dominante alemana).
Si en ambos casos se trata de la no-realización de una prestación positiva de
salvaguarda, es, sin duda, diversa la fundamentación material de la exigencia de tal
prestación. En las omisiones puras mencionadas, se halla la vigencia de un principio
solidarístico. En las otras, se advierte al pronto la existencia de una base funcional
específica. De ahí que también la exigibilidad, de admitirse su operatividad en la esfera
típica, deba entenderse de modo necesariamente diferente en uno y otro caso.2
Por tanto, en una primera aproximación podemos centrar la idea del delito de omisión
impropio en torno a los siguientes caracteres: a) un tipo penal que contemple un
resultado lesivo de un bien jurídico; b) un omitente obligado específicamente a proteger
2
Ídem
2
de manera activa ese bien y; c) la no realización por ese omitente de movimientos
corporales que habrían permitido impedir la lesión de ese bien jurídico.
Principio de Legalidad
Como ya es conocido nuestro código penal en el artículo II del título preliminar señala
el principio de legalidad la cual señala “Nadie será sancionado por un acto no previsto
como delito o falta por la ley vigente al momento de su comisión, ni sometido a pena o
medida de seguridad que no se encuentren establecidas en ella.”
3
A lo largo del Código Penal podemos encontrar normas prohibitivas e imperativas, las
prohibitivas son las que prohíben un determinado comportamiento y las imperativas son
aquellas que imponen una responsabilidad al sujeto.
Durante mucho tiempo se han venido formulado serias objeciones sobre la validez
jurídica de los delitos de omisión impropia, reclamándose que esta forma de aparición
delictiva lesiona además el Principio de Determinación de la Ley Penal debido a que no
se encuentran previamente determinadas ni las hipótesis delictivas fácticas ni las demás
4
circunstancias por las cuales se imputa objetivamente el resultado a la persona que
omitió impedirlo.
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CAPITULO I1
1.1.POSICION DE GARANTE
Entonces colegimos que garante es aquella persona la cual tiene el compromiso de velar
y proteger a una persona o un grupo de ellas de peligros o riesgos a los que se
encuentran expuestos. El legislador entonces para asegurar la integridad de quienes en
determinado momento sufran alguna situación de debilidad fijó en ciertas personas una
posición de preeminencia, predominio o superioridad; por lo que en el evento de hacer
caso omiso a esa responsabilidad legal, la imputación se equipara a realizar la conducta;
a esta condición se le denomina posición de garante.
Luis Gracia define “La posición de garante se define genéricamente por la relación
existente entre un sujeto y un bien jurídico, determinante de que aquel se hace
responsable de la indemnidad del bien jurídico. De aquella relación surge para el sujeto,
por ello, un deber jurídico especifico de evitación del resultado. De tal modo que la no
evitación del resultado por el garante seria equiparable a su realización mediante una
conducta activa”3
3
GRACIA MARTIN, Luis. La comisión por omisión en el derecho penal español. p. 127
6
Jesus Gomez señala “el elemento más característico de la omisión impropia es
precisamente el sujeto activo en posición de garante, el cual se encuentra determinado
en otras normas complementarias al tipo penal y que por lo mismo obran como
elementos de reenvío. La posición de garante se encuentra constituida por el conjunto
de circunstancias y condiciones que hacen que jurídicamente una persona esté
particularmente obligada a proteger un bien jurídico de un riesgo o a supervigilar su
indemnidad con relación a ciertas fuentes de peligro; estas circunstancias específicas
hacen para el derecho, que quien omite salvaguardar el bien sea asimilado a autor del
hecho punible o a partícipe del mismo.”4
4
Citado por Giovani Criollo Mayorga, a realizar en su artículo denominado “La posición de garante en los
delitos de Comisión por Omisión.
7
defensa de determinados bienes jurídicos y posición de garante en virtud de
supervigilancia de fuentes de peligros
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a) Hecho precedente (injerencia): Se trata de los supuestos de quienes con
un hacer activo han dado lugar al peligro inminente de un resultado típico,
teniendo la obligación de impedir la producción del resultado. Ejemplo: los
excursionistas que prenden una fogata en el bosque, que tienen la
obligación de procurar que la fogata no ocasione un incendio en el bosque.
El delito impropio de omisión es la infracción no tipificada del deber de
evitar un delito de comisión tipificado en el Código Penal. Sólo pueden ser
sujetos activos del delito aquellos que tengan un deber jurídico específico.
(7. Los delitos de omisión implican la sustracción voluntaria del sujeto del
deber tipificado o no de evitar un delito de comisión previsto en el Código
Penal.
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supuestos en los que una persona se encuentra en la obligación de evitar un resultado
lesivo para un determinado bien jurídico.
Según una extendida opinión que goza de tranquilo consenso, las llamadas “posiciones
de garante”, al lado realización del tipo mediante un comportamiento omisivo, cumplen
la función de equiparar a nivel de tipicidad los comportamientos activos y los omisivos
a los cuales se les vincula la causación de un resultado.
Para poder imputar un resultado a una persona que omite, éste tiene que detentar una
posición de garante (protección de un bien jurídico o control de una fuente de peligro)
que le obligue a actuar para evitar el resultado. Y como las posiciones de garante no se
encuentran previstas en los tipos de la Parte especial, pues, según se dice, los tipos de la
Parte especial que podrían ser perpetrados en comisión por omisión se encuentran
redactados sólo de manera comisiva, resulta necesario incorporar una cláusula en los
Códigos Penales -ya sea en la Parte general, ya en la especial- que indique cuáles son
las posiciones de garante que permiten afirmar que una persona debió evitar un
resultado, y con ello conceder tipicidad a las omisiones que se equiparan a una
realización activa de un delito de resultado de la Parte especial. Sin dicha cláusula la
comisión por omisión sería atípica.
Según este precepto (en concreto, según el art. 13.1 CP), las posiciones de garante son
(i) tener un deber jurídico de evitar el hecho punible, vale decir, contrato y ley; y (ii)
crear un peligro inminente propio para producirlo, o lo que es lo mismo, ingerencia. El
numeral 2 del art. 13 CP no puede ser considerado posición de garante, ya que para que
la omisión se corresponda a la realización del tipo penal mediante un hacer, hay que
verificar primero la existencia de una posición de garante. La función de este segundo
numeral es la de declarar, luego de verificada la infracción del deber de garante, que la
producción de un resultado a consecuencia de la omisión se corresponde con la
producción del mismo resultado mediante un comportamiento activo. Dicho con un
ejemplo: una vez comprobado que la madre tiene un deber de garante frente a su hijo de
6 meses que le obliga a cuidar de él (art. 13.1 CP), el que el niño haya muerto de
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inanición porque la madre omitió darle de lactar se corresponde con la realización
activa del delito de parricidio del art. 107 CP (art. 13.2 CP).
Pero lo más importante es que cuando el art. 13.2 CP indica que la omisión se
corresponde a la realización activa de un tipo penal, declara que comisión por omisión y
realización activa del mismo delito no son lo mismo, que no son idénticas. Dicho con
nuestro ejemplo: la muerte del niño de seis meses producida por la omisión de la
madregarante al no darle de lactar, es algo distinto, pero se corresponde, con la muerte
del mismo niño causada por la misma madre si es que ésta le hubiera disparado. Esto
presupone que para el art. 13 CP los delitos que pueden ser cometidos en comisión por
omisión son delitos que en principio y según la forma como se encuentran tipificados
sólo se pueden perpetrar de manera activa. Pues si pudieran ser cometidos directamente
mediante comportamiento omisivos no tendría sentido hablar de correspondencia, y
menos prever una cláusula como la del art. 13 CP.
CONCLUSIONES
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1.
BIBLIOGRAFIA
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1) GOMEZ TOLEDO, Pablo (2009). “El delito de omisión impropia”
Universidad de Chile. Santiago – Chile. pp. 322
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