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MERO CRISTIANISMO

LIBRO III – EL COMPORTAMIENTO DEL CRISTIANO

LAS TRES PARTES DE LA MORAL

Las reglas morales son instrucciones para el funcionamiento de la máquina humana. Toda regla
moral está ahí para impedir un desperfecto, un esfuerzo desmedido o una fricción en el
funcionamiento de esa máquina.

La perfección moral es un ideal, en el sentido que no podemos alcanzarla  Cualquier clase de


perfección es un ideal.

Cada uno tiene su ideal  Al tener gustos diferentes, se tienen ideales diferentes.

Puede que el comportamiento perfecto sea difícil de alcanzar, pero es un ideal necesario que
se le recomienda a todos los hombres por la naturaleza misma de la máquina humana.

Pero no hay nada de extraordinario, en intentar ser perfecto sabiendo que es imposible. Y no
intentarlo, causará problemas más adelante. Todo fracaso moral nos causará problemas,
seguramente a los demás y ciertamente a nosotros mismos.

Al hablar de reglas y obediencia en vez de “ideales” e “idealismo” nos ayuda a nosotros


mismos a recordar estos hechos.

Hay dos maneras en que la máquina humana se estropea:

1. Ocurre cuando los individuos se apartan unos de otros, o chocan entre sí causando se
daño, engañándose…
2. Tiene lugar cuando las cosas se estropean dentro del individuo… cuando as diferentes
partes que lo componen (facultades, deseos…) se separan entre sí o se interfieren unas
con otras.

La moral parece ocuparse de tres cosas:

1. Justicia y armonía entre los individuos


2. Ordenar y armonizar lo que acontece en el interior de cada individuo
3. Como el fin del hombre  para qué hemos sido creados.

Las personas modernas siempre piensan en la primera cosa y se olvidan de las otras s “si solo
me afecta a mi, lo puedo hacer”

Cuando en los periódicos dicen que intentamos alcanzar pautas morales cristianas, se refieren
a que nos esforzamos a alcanzar la solidaridad y la justicia entre naciones, las clases y los
individuos  pensando en la primera cosa.

Los resultados de una mala moral en una esfera son muy evidentes y nos influyen todos los
días: guerra, pobreza, sobornos, mentiras, trabajo mal hecho.
Salvo el valor y la generosidad de los individuos, nada conseguirá que ningún sistema funcione
correctamente.

No se puede hacer buenos a los hombres por ley, y sin hombres buenos no es posible una
sociedad buena. Poe eso debemos pasar a una segunda cosa: LA MORALIDAD DENTRO DEL
INDIVIDUO.

La religión implica una serie de afirmaciones acerca de ciertos hechos que deben ser falsos o
verdaderos. Si son verdaderos, ciertas conclusiones se seguirán acerca de la correcta
navegación de la flota humana.

Si alguien me ha creado para sus propios fines yo tendré muchos deberes que cumplir, deberes
que no tendría si sencillamente me perteneciera a mí mismo.

Si los individuos solo viven setenta años, un estado, una nación o una civilización, que puede
durar más de mil años, son más importantes que el individuo. Pero si el cristianismo es verdad
(vida eterna), el individuo es incomparablemente más importante.

Si pensamos en la moral, debemos pensar en tres departamentos:

1. Las relaciones entre un hombre y otro


2. Lo que hay en el interior de cada hombre
3. Las relaciones entre el hombre y el ser que lo creó.
LAS VIRTUDES CARDINALES

Hay 7 virtudes. 4 de ellas son cardinales y 3 teologales.

Las virtudes cardinales son aquellas que reconoce la gente civilizada; las teologales son
aquellas que principalmente conocen los cristianos.

“Cardinales” no de cardenal de la iglesia, sino que proviene de la palabra griega que significa
“el gozne de una puerta”. Se llamaron virtudes cardinales porque cumplen la función de un eje
o pivote. Estas son: PRUDENCIA, TEMPLANZA, JUSTICIA y FORTALEZA.

PRUDENCIA

Se refiere al práctico sentido común, a tomarse el trabajo de pensar en lo que uno esta
haciendo y en lo que podría resultar de ello.

Muchos cristianos tienen la idea de que siempre que uno sea bueno, no importa que sea un
imbécil  MALENTENDIDO

Cristo quiere un corazón de niño, pero una cabeza de adulto. Quiere que seamos sencillos,
coherentes, afectuosos y sujetos a ser enseñados, pero también quiere toda la inteligencia de
la que podamos disponer para estar alerta en el trabajo y en óptimo estado físico.

Dios tiene sitio para personas con muy poco sentido común, pero quiere que todos hagan uso
del sentido común que poseen.

Los cristianos lo exigen todo de sí, el cerebro incluido. Una de las razones por las que no se
necesita una educación especial para ser cristiano, es que el cristianismo es una educación en
sí mismo.

TEMPLANZA

Se refiere a todos los placeres, no sólo a la bebida. Y no significa abstenerse de ellos, sino
disfrutarlos hasta un límite adecuado y no más allá.

JUSTICIA

Significa mucho más que lo que ocurre en los juzgados. Es el antiguo nombre para todo aquello
que ahora llamaríamos “imparcialidad”. Esto incluye la honestidad, la flexibilidad, la sinceridad,
el cumplir con las promesas, y todos esos aspectos de la vida.

FORTALEZA
Incluye dos tipos de valor:

- el que se enfrenta al peligro


- el que aguanta el dolor.
Existe una diferencia entre llevar a cabo una acción justa o templada o ser un hombre justo y
templado  en el primero no se puede confiar que lo haga y en el otro s í que se puede
confiar, porque son así.

Un hombre que persevera en hacer buenas acciones adquiere al final una cierta cualidad de
carácter. Y es esa cualidad, antes que sus acciones en particular, a lo que llamamos virtud.

Si pensáramos solamente en las acciones en particular, podríamos fomentar 3 ideas


equivocadas:

1. Podríamos pensar que, siempre que hiciéramos lo correcto, no importaba cómo o por
qué lo hiciéramos. Pero la verdad es que las buenas acciones llevadas a cabo por
motivos equivocados no ayudan a contribuir la cualidad interna o característica
llamada “virtud”, y es esta cualidad la que importa realmente.
2. Podríamos pensar que Dios sólo quiere la simple obediencia a un conjunto de reglas,
mientras que lo que quiere es personas de una determinada manera de ser.
3. Podríamos pensar que las “virtudes” son sólo necesarias en la vida presente… que en
el otro mundo podremos dejar de ser justos porque no hay nada por qué disputar, o
dejar de ser valientes porque allí no hay ningún peligro. Bien es verdad que
probablemente no habrá ocasiones para acciones justas o valientes en el otro mundo,
pero habrá todo tipo de ocasiones para ser la clase de personas en las que podríamos
convertirnos sólo como resultado de haber llevado esas acciones en la tierra. No se
trata de que Dios os niegue la admisión en Su paraíso si no poseéis ciertas cualidades
de carácter: se trata de que si las personas no tienen al menos un indicio de tales
cualidades en su interior, ninguna condición externa posible podría crear un “cielo”
para ellas… es decir, hacerlas felices con la profunda, intensa, inamovible felicidad que
Dios nos tiene reservada.
MORAL SOCIAL

Primero a aclarar  Cristo no vino a predicar ninguna moral nueva. La regla de oro del nuevo
testamento (haz lo que los demás quieres que te hagan a ti) es un resumen de lo que todos
sabíamos que era correcto. Los grandes maestros morales nunca introducen moralidades
nuevas; sólo los embaucadores y los charlatanes lo hacen.

El verdadero trabajo de todo maestro moral es seguir llevándonos, una y otra vez, a los
antiguos y sencillos principios que estamos tan intranquilos por ignorar.

El segundo punto que debemos aclarar es que el cristianismo no tiene, ni pretende tener, un
detallado programa político para aplicar el “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” a
una sociedad en particular en un momento en particular. No podría tenerlo, ya que las
sociedades cambian.

La gente dice: “La Iglesia debería darnos una pauta”. Eso es verdad si lo dicen de la manera
acertada, y falsa si lo dicen de manera equivocada. Por iglesia deberían querer decir el cuerpo
entero de los cristianos practicantes. Y cuando dicen que la Iglesia debería darnos una pauta,
deberían decir que algunos cristianos –aquellos que posean talento adecuado- deberían ser
economistas y hombres de estado, y que todos los economistas y hombres de estado deberían
ser cristianos, y que todos sus esfuerzos en política o economía deberían estar dirigidos a
poner en práctica el “haz a los demás lo que quieres que te hagan a ti” Si eso ocurriera, y si
nosotros estuviéramos realmente preparados para aceptarlo, encontraríamos la solución
cristiana a nuestros problemas sociales con considerable rapidez. Pero cuando piden una pauta
por parte de la Iglesia, la mayoría de las personas se refiere a que sea el clero el que proponga
un programa político. Esto es absurdo. El clero está compuesto por esas personas en particular
dentro de la Iglesia que han sido especialmente preparadas y señaladas para cuidar de lo que
nos concierne como criatura que van a vivir para siempre; y nosotros les estamos pidiendo que
hagan un trabajo enteramente diferentes para el cual no han sido preparadas. El trabajo nos
atañe a nosotros, los seglares.

Nuevo testamento nos da una idea bastante clara de lo que sería una sociedad enteramente
cristiana. Nos dice que no habrá parásitos o pasajeros: si un hombre no trabaja no debería
comer. El trabajo de cada uno habrá que producir algo bueno. Tampoco habrá vana publicidad
para inducirnos a que compremos.

Tercer lugar  Sociedad alegre.


Una sociedad eterna es lo que cabría esperar si el cristianismo fuese el plan total para la
máquina humana. Todos nos hemos alejado de ese plan de diferentes maneras y cada uno
quiere hacer ver que su propia modificación del plan original es el plan. A cada uno le atraen
pequeños fragmentos de la religión, y quiere escogerlos y dejar fuera a los demás. Es por eso
que no hacemos grandes progresos.

En un pasaje del Nuevo Testamento dice que todos tenemos que trabajar para dar algo a los
necesitados. La caridad es una parte esencial de la moral cristiana. La caridad debería ser
innecesaria, y que en vez de dar a los pobres deberíamos estar creando una sociedad en la que
no hubiera pobres  la única norma segura es dar más de lo que podemos permitirnos. Si
nuestras obras de caridad no nos incomodan o no afectan demasiado a nuestro presupuesto,
yo diría que son demasiado pequeñas.

La mayoría de nosotros no abordamos el tema con el objeto de descubrir lo que dice el


cristianismo: lo abordamos con la esperanza de encontrar algún apoyo por parte del
cristianismo para las ideas de nuestro grupo. Estamos buscando un aliado allí donde se nos
ofrece o un Maestro… o un juez.

No llegaremos nunca a conseguir una sociedad cristiana hasta que la mayoría de nosotros lo
desee de verdad. Y no lo desearemos de verdad hasta que nos hagamos totalmente cristianos.

De los asuntos sociales a los religiosos:

Tengo que obedecer a Dios para amarle

Tengo que amar a Dios para amar al prójimo como a uno mismo.

Tengo que amar al prójimo como a uno mismo para “Hacer a los demás lo que quiero que me
hagan a mi”

Tengo que “Hacer a los demás lo que quiero que me hagan a mi” para ser cristiano

Tengo que ser cristiano para desear una sociedad verdaderamente de verdad.

Tengo que desear una sociedad verdaderamente de verdad para tener una sociedad cristiana.

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