Teniendo en cuenta que no existe una salud general sin salud mental, la OMS
definió esta última como: un estado de bienestar en el cual el individuo se da
cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar normales de la vida, puede
trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su
comunidad (OMS, 2001).
En este sentido positivo, la salud mental es la base para el bienestar y el
funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad, como mencione
arriba, es mucho más que la ausencia de una enfermedad, ya que las
condiciones y capacidades mencionadas en la definición, tiene valor por sí
mismas.
La salud mental se tiene que tener en cuenta a lo largo de todo el ciclo vital, en
este sentido es importante tener en cuenta cómo se puede promover la salud
mental en los niños y los adolescentes. Los jóvenes son uno de los grupos
etarios que presenta mayor probabilidad de sufrir depresión, ya que como se
mencionó arriba en la etapa de la adolescencia se llevan a cabo procesos de
cambio físico, psicológico, sociocultural y cognitivo.