Anda di halaman 1dari 3

LOS OTROS ADORADORES DE YAWEH

USEL - PENTATEUCO

Guillermo Balvin Mendoza

Esta tarea me despertó bastante el interés y me hizo recordar un libro que leí de

Don Richardson: “El factor Melquisedec”, de los cuales tomaré algunas ideas y citas

más adelante. Quizá uno de los personajes que se nos viene a mente al pensar en otros

adoradores fuera del pueblo hebreo es Melquisedec, quien también es uno de los más

misteriosos y que no se tiene mucha información en la Biblia.

Las Escrituras nos muestran en varias partes que Dios se ha revelado de varias

formas al hombre a través de la historia de la humanidad. Podemos ver en Eclesiastés

3:11 que Dios eternidad en nuestros corazones, y en Romanos 2:15 donde Dios también

ha escrito su ley en nosotros y algún día nos juzgará en base a ello.

El dios de los ancestros era conocido por varios nombres. Por ejemplo en Éxodo

6:2-3 Dios se hace conocer como “El Shaddai” que ha sido traducido generalmente

como “Dios Todopoderoso”. Considerando que el vocablo “El” se trata de un nombre

personal (Dios). Podemos fundamentar esto porque “El” era también la divinidad

principal en el panteón cananeo según los textos de la antigua Ugarit. Se daba por

sentado que la divinidad que operaba en la vida de aquellos antiguos personajes,


aunque ellos mismos no lo supieran, era el dios Yahvé, cuyo carácter sólo fue revelado

a partir de Moisés. Para ellos Dios no era sólo na fuerza remota o impersonal, ni era

alguien inalcanzable al que sólo se le podía acercar a través de una parafernalia religiosa

compleja, estaba con ellos en los problemas de la vida cotidiana, por ejemplo

ayudándoles a encontrar esposos o a tener hijos y también haciendo frente a sus

necesidades personales y emocionales más profundas. No es coincidencia que, para

estas personas la manera más natural de describir a Dios fuera la de llamarlo "el Dios de

mi padre” (Génesis 26, 24; 31, 5.29.42.53; 32, 9; 46,1.3; 48,15:49, 25; 50, 17), porque

estaba tan unido a ellas como la propia familia. Efectivamente, en un sentido

importante, él formaba parte de la misma, era su jefe y ellas eran sus hijos.

Apreciamos entonces que Dios a través de la descendencia de Set forma un

remanente que busque estar con Él e invocarlo (Génesis 4:26), a pesar de la caída y la

depravación por el pecado. Vemos el caso de Enoc que caminó con Dios. Podríamos

hablar de Jetro, un madianita -descendiente de Abraham- que terminó siendo el suegro

de Moisés. Entendemos que temía a Dios. Y así también podríamos pasar por Rahab -

ciudadana de un pueblo que tenía conocimiento de un Dios llamado Jehová-, una

prostituta quien da refugio a los espías israelitas. Y terminar con uno de los personajes

más místicos del Pentateuco: Melquisedec.

Si Dios dio a los cananeos pruebas anteriores de su existencia, ¿acaso no lo pudo

hacer con otros pueblos del mundo? o quizás con todos. Don Richardson recalca que

Dios de antemano ha preparado a todos los pueblos del mundo para recibir el evangelio

de Cristo. Un claro ejemplo son los atenienses con su monumento al “dios


desconocido”. Ya tenían una reminiscencia de una religión monoteísta y un único

creador y señor de todo lo que existe. Asimismo podríamos mostrar los testimonios que

Richardson comenta de diferentes tribus de Asia y áfrica -como los Gedeos o los

Mkaba- donde sus ancianos cuentan que sus antepasados adoraban a una divinidad que

en varios casos tienen nombres o pronunciación parecida al Dios hebreo. Igualmente

esperaban la llegada de un mensajero o profeta para mostrarles un libro donde les

enseñara los mandamientos del Dios de sus antepasados y cómo ser salvos.

También Richardson muestra un testimonio de un sacerdote español de la

colonia que coleccionó algunos himnos incaicos que mostraban que la deidad del Inti

(Sol) no era la mayor, sino que existía un Dios mayor, Señor Omnipotente y Creador de

todas las cosas, Wiracocha. Este era adorado por el Inca Pachacútec según la

recopilación de estas tradiciones. Entonces concluir que Dios se ha dado a conocer

desde el Pentateuco a otros pueblos y naciones para que lo adoren.

Bibliografía:

- Richardson, Don. Año 2002. El factor Melquisedec. Título original: Eternity in their

hearts. Vida Nova. Sao Paulo, Brasil.

- - Drane, John. Año 2000. Introducción al Antiguo Testamento. Ed. Clie. Barcelona.

Anda mungkin juga menyukai