En este procedimiento, el pozo se rellena cada intervalos regulares utilizando una
línea de llenado, y se registra el volumen de lodo necesario para llenar el pozo. Generalmente, se hace cada 5 tiros de tubería de perforación o cada un tiro de lastrabarrenas. Puede dilatarse, dependiendo de las circunstancias, a un llenado cada 10 tiros de tubería de perforación o dos tiros de lastrabarrenas. El volumen de lodo agregado puede calcularse ya sea monitoreando la cantidad de carreras necesarias utilizando una bomba de desplazamiento conocido, o bien bombeando lodo desde un tanque de maniobras y teniendo en el piso de perforación una lectura directa del volumen de lodo disponible en dicho tanque. Idealmente, el tanque de maniobras será alto y delgado, de manera que pequeños cambios en el volumen muestren grandes cambios en el nivel de lodo. La ventaja del método de rellenado es que cada intervalos regulares, se presta atención al lodo para verificar los volúmenes de pozo y se establece una rutina. Su principal desventaja es que otros problemas de pozo o requisitos de equipo pueden interrumpir la rutina de maniobras (ritmo), y por lo tanto interrumpir también la atención en la necesidad de llenar el pozo.