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Alternativas de la relación

entre familias y escuelas

Dr. Isabelino A. Siede


Setiembre de 2017
Antes las familias
funcionaban mejor
La relación entre
familias y escuelas es
cada día más difícil
Los problemas entre
familias y escuelas se
resuelven mejorando
la comunicación
Imágenes idílicas de un pasado mítico

• Las familias de antes eran


mejores que las de ahora

• Antes había una relación


armónica entre las familias y
la escuela
Las familias tienen historia
y no siempre con final feliz
Familias de comienzos
del siglo XIX

• Patriarcado
autoritario en
crisis

• Legalidad débil en
las zonas alejadas

(Moreno, 2004)
Familias de mediados
del siglo XIX

• Afectadas por la
revolución y las
guerras

• Mujeres jefas de
hogar

(Moreno, 2004)
Familias de fines del siglo XIX

• Migraciones con
mayoría de
varones

• Nuevas costumbres
e hibridación

(Moreno, 2004)
La escuela habla de las familias a
comienzos del siglo XX

(Wainerman y Heredia, 1998)


Cambios vertiginosos a
mediados del siglo XX
La escuela habla de las familias a
mediados del siglo XX

(Wainerman y Heredia, 1998)


Nuevas y variadas familias en
los cimbronazos del siglo XX y
el incierto siglo XXI…
Escuelas y familias se han relacionado
de diferentes formas
y no siempre amablemente
Figura de la alianza
Figura de la cuña

“No es posible decir cómo se trasmite de padres a hijos la aptitud


intelectual, la moralidad y la capacidad industrial, aun en aquellos
hombres que carecen de toda instrucción ordenadamente adquirida;
pero es un hecho fatal que los hijos sigan las tradiciones de sus
padres, y que el cambio de civilización, de instintos y de ideas no se
haga sino por cambio de razas. […] La concurrencia de los niños a la
escuela, trae el efecto moralizador de absorber una parte de tiempo,
que sin ella sería disipado en la ociosidad y en abandono; [Conviene]
añadir una autoridad más a la paterna, que no siempre obra
constantemente sobre la moral de los niños, lo que empieza ya a
formar el espíritu a la idea de una autoridad fuera del recinto de la
familia”.

Domingo Faustino Sarmiento (1915)


Figura de la prótesis

“En una sociedad como la nuestra, a cuyo análisis resiste


entrar nuestra pluma, porque sentimos el rubor de la
vergüenza en el rostro, en nuestro país, donde en 22 años de
tiranía, la clase pobre está habituada al lenguaje más
repugnante e inmoral, donde la infancia misma usa de ese
horrible lenguaje, y donde parece extinta la piedad, la moral,
la religión, creemos que las pocas horas pasadas en una
escuela, con el contacto de las calles y aun de sus propias
familias, no es suficiente a desarraigar esos hábitos funestos,
ni a morigerar los niños. En las casas de refugio por el
contrario, […] sería fácil a niños destinados a la más
profunda ignorancia el instruirse”.

Juana Manso (1854)


Figura de la criada
“La acción del hogar debe auxiliar y robustecer a la de la escuela; si esto
acontece, los resultados son rápidos. Si el hogar y la escuela están en pugna, si
los padres se oponen a la última, la educación de sus hijos se desvía y se retarda.
Cuando el hogar, la escuela y el ambiente social que rodea al niño concurren a
un mismo fin, los resultados que se obtienen son rápidos y positivos. […]
“La acción del maestro es directa en la escuela; allí estudia y trata de penetrar
en la psicología íntima de cada niño; es indirecta en el hogar, pero como la mala
conducta de un alumno fuera del recinto de la escuela refluye en ella,
perjudicando la buena educación de los sentimientos de sus compañeros, se ve
en la obligación de extender más allá su radio de acción, tratando de corregir la
conducta del niño fuera de la escuela; pero si el hogar no coadyuva en esta obra
y fomenta su mala conducta, no queda más recurso que sacrificar al malo por la
salud de todos”.

Rodolfo Senet (1918)


Figura del depósito
“La ley de la educación común obliga a los padres a mandar a sus hijos a la escuela desde los
seis hasta los catorce años de edad. Estos aceptan entre displicentes y complacidos dicha
compulsión; primero, porque es obligatorio hacerlo; segundo, porque el Estado corre con los
gastos de la enseñanza; tercero, porque casi todos ellos aspiran a deshacerse de un estorbo en
la casa; y en último término, porque no hay otro camino para darle carrera o profesión a los
hijos. Pero indudablemente que lo que más preocupa a los padres, sobre todo si son pobres, es
librarse de un estorbo en la casa. — ‘No veo la hora que vayas a la escuela para que me dejes
en paz’ es el ritornelo de los padres cuando se sienten incomodados por los hijos. Y si éstos
son ingobernablemente traviesos, entonces las mamás les amenazan con el ogro del maestro:
‘Ya te arreglará las cuentas el maestro cuando vayas a la escuela’. Y en efecto, el niño es
zampado en la escuela como el reo en la cárcel. El pobre chico se salva momentáneamente del
infierno del hogar para caer en el infierno de la escuela. A fuerza de oír estas amenazas ya va
sabiendo desde antes de trasponer los umbrales de la escuela, que el maestro es otro verdugo”.

Julio Barcos (1928)


Figura del guante

“Cuando las condiciones normales están dadas, la familia es un agente y


una comunidad educadora de primer orden. Es el núcleo donde se
presentan a las generaciones jóvenes los primeros elementos educativos.
Mediante ella actúan las costumbres, la tradición, la moral; es ella quien
crea los primeros lazos que unen al hombre con su comunidad. […]
Es muy difícil encontrar estas condiciones pedagógicas ideales en una
familia determinada. La situación en que se encuentra la familia
contemporánea le impide reunirlas, pero esto no significa que no sean
necesarias para la completa formación del hombre. Mas como no se dan
en la familia, la escuela busca colaborar con ella en la educación de sus
hijos, e incluso busca convertirse cada vez con mayor intensidad en un
‘ambiente formativo’ total que satisfaga las necesidades materiales y
espirituales del educando”.

Ricardo Nassif (1958)


Figura del cliente Figura de la yunta

Nuevas
alternativas…

(Siede, 2017)
Tensiones actuales entre
escuelas y familias
y algunas oportunidades
Tensiones en torno a la confianza

✓ Componente ético: confianza en que el otro ofrece lo


mejor de sí en el desempeño de su rol

✓ Crecientes desconfianzas y críticas recíprocas o exceso de


confianza basada en supuestos.

✓ Tercer momento que necesitamos explorar más: la no-


confianza.
Tensiones en torno a la autoridad

✓ Creencia en la capacidad del otro para intervenir en las


cuestiones de las que es responsable.

✓ Coexisten múltiples autoridades sobre la infancia, que


no son convergentes y siembran sospechas sobre las
demás.

✓ La tarea ofrece posibilidades de autorizarnos.


Tensiones en torno a la legitimidad

✓ Distinción de territorios entre las familias y el ámbito


público escolar.

✓ Las familias tienen derecho a orientar a sus hijos en


creencias, valores y búsqueda de la felicidad.

✓ Lo propio de la escuela es ser “espacio público de


construcción de lo público” (Cullen, 1997): construir
ciudadanía.

✓ Deslindar cuatro enunciados: lo obligatorio, lo


prohibido, lo permitido y lo promovido
Tensiones en torno a la comunicación

✓ Nivel del trato: tiene que ser clara, redundante y


bidireccional. Clarificar los canales adecuados para
cada tipo de información.

✓ Nivel del contrato: emerge cuando se rompe o se


transgreden las expectativas recíprocas, lo cual ofrece
posibilidad de reafirmarlo.

✓ Nivel del sustrato: la escuela pretende provocar


culturalmente, intervenir en el imaginario colectivo.
Tensiones en torno a la cooperación

✓ Articulación de la potencia de cada organización en la


consecución de propósitos compartidos: reconocer
ámbitos y posibilidades de cada uno.

✓ En nuestras tradiciones pedagógicas, no ha


predominado la cooperación solidaria, sino las
prácticas de dar lo que sobra y pedir si es gratis.

✓ Cooperar requiere una construcción deliberada de


política institucional, no exenta de conflictos y rica en
posibilidades.
❖ La transformación de los grupos familiares
interpelan nuestras miradas edulcoradas y nuestras
modalidades institucionales demasiado rígidas.

❖ La fantasía de un pasado o un futuro exento de


conflictos dificulta ver lo que podemos aprender de
cada situación.

❖ Valoremos estas tensiones como invitación a recrear


nuestras convicciones y el compromiso cotidiano.

Para seguir andando


y no creer que todo está perdido
Fuentes y bibliografía citada
• Barcos, Julio (1928). Cómo educa el estado a tu hijo. Buenos Aires, Acción. 2ª edición
corregida y actualizada.
• Cullen, Carlos (1997). Crítica de las razones de educar. Buenos Aires, Paidós.
• Manso, Juana (1854). Álbum de Señoritas. Tomo I. Nº 3. Buenos Aires, s/e. 15 de enero de
1854.
• Moreno, José Luis (2004). Historia de las familias en el Río de la Plata. Buenos Aires,
Sudamericana.
• Nassif, Ricardo (1958). Pedagogía general. Buenos Aires, Kapelusz.
• Sarmiento, Domingo F. (1915). Educación popular. Buenos Aires, Librería de La Facultad.
Primera edición: 1949.
• Senet, Rodolfo (1918). Apuntes de Pedagogía. Buenos Aires, Cabaut y Cia. 6ª edición.
• Siede, Isabelino (2017). Entre familias y escuelas. Alternativas de una relación compleja.
Buenos Aires, Paidós.
• Wainerman, Catalina y Heredia, Mariana (1998). ¿Mamá amasa la masa? Cien años en los libros
de lectura de la escuela primaria. Buenos Aires, Editorial de Belgrano.

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