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El Indecopi y la protección al consumidor

¿Hasta dónde llega su competencia?


by EL CRISTAL ROTO on Mar 13, 2014 • 3:1314 Comments
La protección al consumidor y las disposiciones sectoriales

No hay duda de que una de las funciones que resaltan de todas las que tiene el Indecopi es la referida a
la protección al consumidor. En efecto, en estos casos la referida autoridad aparece como el defensor de
los derechos de los consumidores frente a los posibles abusos de los que pueden ser víctimas por parte
de los empresarios o proveedores en general.

Sin embargo, es necesario no perder de vista que el Indecopi forma parte de un conjunto de entidades
estatales cuyas funciones también se encuentran vinculadas estrechamente con la protección de los
derechos de los consumidores, como por ejemplo, velar por su salud y seguridad.

Tomemos el caso de las medicinas o los alimentos por ejemplo. El Ministerio de Salud cuenta con
Direcciones (como Digemid o Digesa) que se encargan de regular las especificaciones técnicas de los
productos que van a ser utilizados o ingeridos por nosotros cuando los necesitemos, disponiendo
requisitos de etiquetado para evitar que se induzca a error a los consumidores.

Ante la vigencia de las normas de protección al consumidor y de las normas sectoriales que regulan la
comercialización de productos y la prestación de servicios que pueden afectar la integridad de los
consumidores, resulta necesario definir con claridad qué autoridad administrativa es competente para
fiscalizar y sancionar el incumplimiento de las obligaciones de las empresas que los ofrecen en el
mercado.
El criterio anterior
Con la finalidad de responder a lo indicado, la Sala Especializada en Protección al Consumidor del
Tribunal del Indecopi (en adelante, la Sala) estableció un criterio que se mantuvo hasta el 12 marzo de
2013. En efecto, mediante la Resolución 601-2013/SPC-INDECOPI, referida a supuestos defectos de
idoneidad en la prestación del servicio de transporte terrestre, determinó que el Indecopi no resultaba
competente para aplicar la Ley 29571, Código de Protección al Consumidor, en aquellos supuestos en los
que existe una regulación sectorial aplicable a un producto o servicio específico, y no se presente una
lesión efectiva a algún consumidor en particular.
Esto quiere decir que si, por ejemplo, se detecta que una cadena de farmacias está ofreciendo
medicamentos vencidos, al contar la Digemid con la competencia para fiscalizar (lo que implica determinar
medidas cautelares) y sancionar a las empresas involucradas por ese hecho, y al no haberse presentado
ninguna denuncia ante el Indecopi por parte de un consumidor, esta última institución no está facultada a
intervenir, siendo la única competente la autoridad sectorial correspondiente.

Como se puede apreciar, no es que la falta de participación del Indecopi afecte la tutela de los derechos
de los consumidores, sino que al no existir una relación de consumo que implique una afectación concreta
a los consumidores, es la autoridad sectorial la indicada para ejercer las facultades a su cargo y tutelar los
derechos de los consumidores.
El nuevo criterio
El criterio mencionado se mantuvo hasta el 20 de mayo de 2013. Mediante la Resolución 1235-2013/SPC-
INDECOPI la Sala dispuso, en mayoría, que es posible que el Indecopi sancione por un caso similar al
caso anterior debido a que su fundamento es distinto del establecido por la normativa de transporte
terrestre. El Indecopi velaría por los derechos de los consumidores potencial o efectivamente afectados;
mientras que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones lo haría por una adecuada atribución de la
infraestructura vial entre las diferentes concesionarias.
Esta decisión tiene un voto en discordia muy interesante. Se resalta que, en atención a la composición del
Consejo Nacional de Protección al Consumidor, esta materia puede encauzarse por distintos medios y
órganos del Estado, mediante autorizaciones y la verificación de requisitos mínimos de seguridad y
operatividad, función que se encuentra a cargo de las autoridades sectoriales, cuya regulación busca
prevenir las afectaciones a la integridad de los consumidores.

En esencia, el voto retoma y complementa los argumentos del criterio anterior, destacando que el nuevo
criterio permite que se imponga una doble sanción por un mismo fundamento, contrariamente a lo
establecido por el voto en mayoría, viciando de nulidad cualquier pronunciamiento en ese sentido.
Nuestra opinión
Creemos que el criterio anterior y el voto en discordia delimitan correctamente el alcance de las funciones
del Indecopi en materia de protección al consumidor, tomando en cuenta su ubicación dentro del
ordenamiento jurídico y la relación con otras autoridades sectoriales que también buscan proteger los
derechos de los consumidores.
Seguir una interpretación distinta, además de posibilitar una doble sanción a un administrado, dejaría en
un segundo plano al resto de instituciones involucradas, cuando lo ideal es que la labor del Indecopi sea
complementada con la de las autoridades especializadas en las materias a su cargo, como los casos del
Ministerio de Salud y del Ministerio de Transportes y Comunicaciones que hemos comentado.

El riesgo del criterio vigente es que el Indecopi termine abarcando casos que involucren materias que
pueden ser mejor fiscalizadas por autoridades sectoriales y descuide su labor en otros aspectos en los
cuales no existe regulación y en los que su intervención activa resulta mucho más importante.

Sólo por ponerles un ejemplo, por la Resolución 101-2014/SPC-INDECOPI del 15 de enero de 2014 la
Sala, aplicando el nuevo criterio en mayoría, estableció que el Indecopi era competente para fiscalizar y
sancionar la falta de idoneidad en la elaboración y comercialización de alimentos que afecten, de manera
potencial o concreta, los derechos de los consumidores.
Pensamos que casos como el indicado pueden ser fiscalizados por las municipalidades o por la autoridad
de salud respectiva, sin que sea necesaria la participación del Indecopi, tal como lo establece el voto en
discordia en la resolución indicada, la cual mantiene los fundamentos que hemos explicado y que
compartimos.
Gianfranco Mejía Trujillo

Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con estudios en la Maestría en Gestión
Pública de la Universidad del Pacífico. Profesor del curso de Economía Política en la Facultad de Derecho
de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas.
*Imagen tomada de la galería de leondeurgel.

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