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Cab Sire. Dr.297 OR FLACSO Hk DOCUMENTO DE TRABAJO PROGRAMA FLACSO-SANTIAGO DE CHILE NUMERO 247, Mayo 1985. BIDLIOTECA FLACSO . | SANTIAGO SH “8 EL REDESCUBRIMIENTO DEL CARACTER SOCIAL DEL PRO- BLEMA DEL HAMBRE : LAS OLLAS COMUNES. Bernarda Gallardo“ Esta serie de Documentos es editada por el Programa de la Fa- cultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en San- tiago de Chile. Las opiniones que en los documentos se presen- tan, asi como los an&lisis e interpretaciones que en ellos se contienen, son de la responsabilidad exclusiva de sus autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de la Facultad te eo RESUMEN El fenémeno del hambre, lejos de desaparecer con el proceso de modernizacién de nuestras sociedades latinoame- ricanas ha tendido a constituirse en un resabio que lo acom- pafia, cuestionando dicha modernizacién en su nficleo central en cuanto mejoramiento de la calidad de la vida, En nuestro pafs la agudizacién del problema del ham- bre como resultado del actual modelo de dominacién, ha lle- vado a la constitucién de distintas formas de respuestas de parte de los sectores populares en su afén por vivir Una de ellas es la Olla Comin: oranizacién popular surgi- ema del hambre. da para enfrentar directamente el prol Del estudio de esta peculiar e inédita préctica popu- lar colectiva, de su sentido y dindmica, surge la preocupa- cién por reflexionar sobre las diversas formas de respues- tas que histéricamente han desarrollado los sectores popu- lares ante el hambre, Esto,a su vez, replantea el car&c- ter privado con que socialmente es definido, Definicién privada que aparece constituyéndose en el principal obs- tGicfilo para el desarrollo y masificacién de este tipo de organizacién popular, a la vez que como uno de los més im- portantes dispositivos ideclégicos que el mismo proceso de modernizacién recupera para la matencién de las desigual- dades sociales que va reproduciendo. INDICE INTRODUCCION. . I. ANTECEDENTES HISTORTCOS. II, LA LUCHA CONTRA EL HAMBRE EN LAS ULTIMAS DECADAS Y SU DEFINICION COMO PROBLEMA PRIVADO..eeeee eee eee TIT. EL PROBLEMA DEL HAMBRE BAJO EL GOBIERNO MILITAR. ce sceseerereccereersceee IV. LA PRIMERA RESPUESTA AL HAMBRE: LOS COME- DORES INFANTILES.+++ee+eeeeeee LAS OLLAS COMUNES BAJO EL REGTMEN MILITAR. VI, PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS....+ NOTAS. BIBLIOGRAFIA. +++ +eeee 19 27 35 42 83 61 63 INTRODUCCION iP nanibre Ha Seompahado & huest#S piiebio a través de” ‘Yoda ‘sh; Hetuvo détefd'ae hachas de las geatiads! y dbamatitas’ ndvilizacioned’populares quéléierraier sipid * XIX’ y su presetici# rarcé el ‘surgimiento’y la formacién del nwt storia movinientd obrero 'y popular chileno. Hoy se encueritra’ thas’ las inhiime#ables or #anizaciones de Subsistencia que sé"desarrollan preferentemente en el mundo ‘poblacional: comprando juntos, comedores populares, ollas comunes. Su presencia no és ajena a 1a necesidad de trabajar en los programas de absorcién de mano de obra ni al resurgimiento de la mendicidad ‘infantil. bekooe ad i Ee ef hambre’ el qué ha despertado 1a”predcibacién ee los’ ‘sectores' dominantes por la "cuestién social" y da qué ha Aévado ala iniplementacién de Leyes’ y prorramas sociales “* para betlucip los niveles de pobreza de 1a poblaciéh. “Es tam- piéne21a’14 que’ fa impulsado a las’clases desposefdas @ lu- char pox bonquistay’ mejores niveles ‘de vida y uha reparticién mas justa de los bienes. la presdupaciér por el" hambrd"n6 es" exti/afia: ella’ pone _ oduceién’ misnias de La « en cuestiéh la subsistenéia’y la v poblaciéns’'8i comer és’ 1 iinimo’ que requiere una ‘persona pes el mini~ vol i para vivir, aségurar el “derecho de’ todos a c mo qué reduiere tina Sociedad’ para reproducirse coro tal ni arrastrar a la muerte a quienes la conforman, ‘Ai desinté2* grarse en la dramftica pugna por 1a sobrevivencia de cada i : aes Lovet Fon gine xo cual. 0 ve ie my 3 Blea Tal vez por eso es que uno de los pocos’ conbénsds’ que hay entre economistas y planificadores sea que el principal indicadoy.de progreso social, es la "calidad de vida" del con- S junto.de la poblacién, ocupando,en ella el acceso. a. 1a alimen- tacién un lugar central, Esto porque e] hambre.no es sélo ,, directamente.Ja falta de. una alimentacién. adecuada, (nica.en . calorfas y nutrientes) sino, que configura situaciones. globa- les de pobreza de una parte importante, a veces mayoritaria, de la poblacién. Una comunidad o colectivo, social que.no al- canza a cubrir,sus necesidades de alimentacién, tampoco.lo- gra ver satisfechas, sus demis necesidades basicas, (salud, abrigo, educacién, recreacién, etc.). Hambre y pobreza ponen en tela de juicio la organiza- cién misma de la sociedad. Cuestionan la forma en que se organiza su reproduccién material y social (la economfa, el control sobre la produccién,,el acceso alos bienes, sociales, las formas y mecanismos de, participacién. social, ete.) y sus. fundamentos ético-politicos.,,Si. hay hambre. y pobreza, la sociedad no parece estar, organizada de manera de garantizan la vida de. todos, sino en funcién de, criterios y valores de exclusién social El hambre .no es, entonces, un problema personal, o de las familias pobres, ni.giquiera de un grupo de la poblacién, sino un problema nacional, del conjunto de 1a comunidad, na- cional, que vemite a la forma. y principios.penerales.9. va- lores que organizan,la vida social (poder y, reproducci6n ma- terial y simbélica). an : fe Frente a este crucial problema tiende a cobrar valor un viejo refran popular: "lo que por sabido se calla, por callado. se. olvida". Xai bien conocemos este problema por cifras (mortali- dad, desnutricién, morbilidad, etc.) poco saberios de la otra realidad del hambre, aquella marcada por los esfuerzos y 1u- chas que desarrollan los sujetos obligados a padecerla:y que histéricamente han sido la principal fuerza y motor que ha impulsado.los cambios necesarios para ir superandd el: proble- y.sus secuelas de deterioro fisico, -psiquico y social. Esta otra historia 1a damos por conocida -cuando no: la ignoramos- yno la registramos ni analizamos en ‘su cabal im+ portancia,, sentido y proyeccién histérica y socialy. © 1? Este documento;-fruto de un trabajo conjunto con una o ganizacién: de:Ollas:Comunes de Santiago -la Coordinadora: de: La: Florida; realizado.durante el afio 1984, pretende ir rom piendo;lo obvio 0. desconocido, mostrando o empezando a mos- trar eb otra realidadie historia del hambre -no la de civ fras y estadisticas oficiales o la de las politicas: y prograt mas estatales- sino la de las acciones y esfuerzos colecti- vos realizados por quienes viven con su compafifa dia a/ dia. : : bio 28 \ Las paginas ique>siguen constituyen un! primer.intento de presentar unai realidad: que no es -pese a su dramatica, coti- dianeidad- obvia.. Nolo es paratauienes organizan ollas co- munes 0 desarvollan otras actividades: colectivas de sebrevi+ vencia. No. lo-eS para.educadores populares y trabajadores 1 sociales que acompafian estas experiencias ni para los parti- dos, populares que intentan articularlas enpropuestas glo- bales, de transformacién: politica y social. coal -4e [Las ollas comunes, tema central de este trabajo, conju- gan la vivencia'diaria del hambre -queiamenaza.en convertir- se en la condicién natural de una parte impoptante.de los ehilenos--y el conjunto de. practicas, anhelos. y valores’ que se van plasmando en esta lucha comin-por-mantener la vida.) mbign-en las ollas se conjugan acciones y motivacio- nes.de. otros. Por una, parté, de quienes detentan el poder y niegan la realidad de las ollas comunes, sea desconocien- do su-misma existencia, sea negando la existencia del ham- bre en el pais, estighatizando a quienes la denuncian.y pa- decen, bajo calificativos de subversivos, violentistas o traidores a la patria, y desarticulando por la via de la re- presién las organizaciones: - que los sectores populares se van dando para. enfrentar colectivamente sus problemas. Por otra parteysde.quienes, ante la indefensién:en que ge en- cuentran los.sectores populares, intentan apoyarlos para su- perar su situacién-de miseria, subordinacién y exclusién :po- litica y social. EL thabajo que aquicse presenta quiere-ir-mas:al14 de lo obvio: las ollas comunes como un paliativo m4s del ham- bre, y avanzar‘en la comprénsién histérieca del«préblema del hambre y de las respuestas populares frente.aél. Se quiere, con esto, dar ‘algunos elementos que permitan:a:los-actores apropianse:reflexivamente de su experiencia fy eonstruir auté- nomamente. una -interpretacién de.suipropia practica, 12 Estamos conscientes de:lo ambicioso de esta intenciona+ lidad, pero creemos que ella refleja ld iexigencia y el desa~ fio que la aspiracién popular de emancipacién plantea a la practica intelectual. WNuestro trabajo debe entenderse como un paso preliminar de compromiso con esta exigencia, que se traduce, en este caso, en el intento de bosquejar la histo- ria y realidad actual de las ollas comunes en nuestro pais. a Ty ANTECEDENTES"HISTORTCOS + 1. Los phincipales tipos de ollas ‘comuned! Laé ollas“comunes no son-un fenémeno nuevo, Han esta~ tintos momentos de la historia de nuestro do’ phesentes ‘én di pais y de nuestro pueblo. Si bien no'se ha estudiado en pro- fundidad el origen y desarrollo de esta forma colectiva de enfrentar el problema del ‘hambre, eS posible comprobar que_ las ollas comunes han surgido ante tres tipos de situacién, que describimos brevemente: a) En la historia del movimiento obrero descubrimos ollag comunes, en primer lugar, en situaciones de huelga. La @eacién de cllas comunes es una de las actividades que genéralmente ha acompafiado las paralizaciones de trabajo de los sectores asalariados.' Este tipo de olla intenta paliar el problema de subsisten- cia de los trabajadores y sus familias durante 1a huelga. Pero también busca contribuir a la unién de los’ obreros ovimiento, otorpén- y ala intepracién de sus mujeres al doles, de esta manera, un papel activo, Esta intesraci6n de las mujeres & las luchas sindicales ha sido planteada, con diversos énfasis, por los propios trabajadores, como desafto y como necesidad, Por la via de este esfuerzo ilia sé ha ido transformando en un fac- integrador, la tor de fuerza y de'apoyo’a la accién de los trabajaddres, que se hace especialmente visible én'el‘¢aso de ‘las ollas comunes, Este encuentro y préctica conjunta de la familia popular ha ayudado a mantener el espiritu de grupo y la cohesién de los participantes, ayud4ndoles a enfrentar en mejor forma las dificultades inherentes a las negociacio- nes con empresarios y autoridade! gubernamentales. | La olla surgida. de la huelga Sunciona habitualmente sobre da basé del aporte de sus propios.participantes, de los fondos que los sindicatos mantienen para momentos de paro, del aporte. de otros sindicatos.y. grupos sociales y de la recoleccién de alimentos y dinero que realizan los huel- .-guistas. A través de las redeg-de apoyo y solidaridad que ») se crean a partir de la olla comin, e] conflicto que, en- vuelve a los trabajadores se vuelve conocido y p&blico, trascendiendo el 4mbito de una empresa particular. la olla que ‘se origina en estas circunstancias se disu ve una vez terminddo-el conflicto. No tiene ni busca una proyeccién mayor en el tiempo o.en las actividades normales del sindicato. No. se;transforma,,por lo mismo, en una nueva or- ganizacién espeifica ren toyno al problema del hambre y de la alimentacién. 5 a oy Hay otro tipo.de oFla, en segundo lugar, que,no ha surgi- do de la iniciativa popular, sino que de otros grupos. y sectores sociales.’ En determinadas circunstancias de crisis, la-Igkesia y el, Estado -hanentregado alimentes co- cinados a‘sectores, empobrecidos. de la poblagién o.a tra- b ores expulsados de.su‘trabajog.°. c Este es el caso por ejemplo, de las “ollas del pobre", que se. forman durante el gobierno de A.Alessandri (1932- 1938), Hacia los.afios 30, el pais se ve envuelto en una aguda y.ya prolongada crisis econémica, resultado del tér- mino del ciclo del salitve y de la crisis mundial de 1929. Ambas crisis. lesionan gravemente la economia nacional al afectar los pilares mismos sobre los que ella descansaba: una economia monoexportadora de productos mineros (salitre- cobre) y dependiente de capitales extranjeros. El término del ciclo del salitre se tradujo en un pri- mer momento en la cesantia de grandes masas de mineros que migraron de les enclaves salitreros al centro y sur del pais (Santiago y Valparaiso principalmente) en bGsqueda de trabajo, pero la crisis del 29 propagé -aunque en forma desigual- ia cesantia a tedo lo largo del pais, afectando al conjunto de la ectivided econdmica nacional. El pais vive una situacién.carecterizada por alzas de ‘én de las fuentes de trabajo y reduceién de los salarios reales, falta de precios, escasez de alimentos, disminue divisas y de recursos fiscales, etc. Ante esta situacién, el gobierno responde a las expre- siones de descontento y presién de las grandes masas de desocupados, entregindoles magras raciones.de comida que diariamente retiran de escuelas o de los mismos cuarteles donde se concesirai ius. fuerzas de orden, temerosas que el descontento y aglutinacién de cesantes pudieran irrumpir violentamente, alterando el orden piblico y poniendo en dominacién vigente. cuestién 0 Las cifras son elocuentes: s6lo en 1931 cerca de 120.000 nineros migran hacia el centro y sur del pais; 1a crisis se propaga afectando a empleados y asalariados n general, que entre 1929 y 1932 se ven afectados por una disminucién del 40% de los salarios reales resultado de una inflacién sostenida; el gobierno ve disminuidos sus inpresos tributa- rios a m4s de la mitad entre esos mismos ajios, dificultaéndo- se su capacidad de importacién o de creacién de nuevas fuen- tes de trabajo para absorber la cesantia, A esta situaci6n se suma la escasez v encarecimiento de la produccién agrico- la a raiz de malas cosechas en los afios 1932 y 1933, todo re de 1932 el gobierno esté lo cual lleva a que en dici alimentando a 325.000 desempleados en estado de indipencia ya sus familias)’, Es en este contexto donde se inscribe la iniciativa gu- bernamental de formar las "ollas del pobre" para los obre. vos desempleados y sus familias, como respuesta inmediata y Paliativa ante una situacién de crisis econémica que vuel- ve evidente los limites objetivos de una economia monoexporta- dora y dependiente. La olla resulta ser asi no s6lo un me- canismo econémico para enfrentar una situacién de desempleo tico que busca genevalizada, sino también un mecanismo polf descompr'imir e1 descontento popular y tensién social aue po- dria llevar a propugnar una transformacién profunda del mo- delo de dominacién imperante en el pais. Fsta respuesta de emergencia es también coherente con una cierta visién "desa- rrollista" del Fstado, en cuyo centro est4 la preocupacién uerza de trabajo. por la reproduccién de la “sll - --nEsta forma de reparticién de comida funcioné sobre 1a basevde: recursos estatales en lo que se refiere a abasteci- miento, manipulacién y distribucién de alimentos, sin tener los trabajadores y familias que a ellas acuden ninguna par- ticipacién.o ingerencia en su organizacién y funcionamiento. Se puede decir que este mecanismo que el Estado implementé para paliar situaciones de hambruna generalizada, nace, se organiza, funciona y muere segfin la decisién v voluntad de la autoridad. Las familias y trabajadoresvacuden a 61 en forma atomizada, participando. pasivanente de tal "beneficio" © caridad estatal, recibiendo lo aue otro (1a autoridad) da. la experiencia de los sujetos populares de esta forma de caridad estatal no logré generar lazos de solidaridad y comunidad suficientes como para generar alguna forma de or- ganizacién especffica para enfrentar el problema del hambre. Sin embargo, la vivencia de éste en un contexto nacional de crisis (econémica y politica) generé las condiciones para una respuesta del tipo de la "revuelta" espontdnea y violen- ta (tumultos callejeros, marchas de hambre, "robo" y’ "delin- cuencia")ypara una cierta politizaci6n del descontento’ popu- lar, condicionando ambas las distintas ‘alternativas politi- cas ‘globales que los sectores dominantes van articulando ‘en su intento de encarar la crisis del modelo de dominacién y de- sarrollo' imperante. En la misma @poca, 1a Ilesia entrepa alimentos a los sectores m4s empobrecidos de la poblacién, inspirada en cri- terios de justicia social enunciados por Leén XIII en su eneiclica Rerum Novarum, de 1981, Ouienes reciben alimentos e) de parte de la Iglesia satisfacen -parcialmente- una ne- cesidad urgente, pero de una manera individual y pasiva La caridad de la Iglesia no aparece como adecuada para fomentar respuestas independientes, solidarias y activas de aquéllos que la reciben. Los beneficiarios, por su parte, no logran transformar esta caridad en compromiso por un cambio de la situacién, Y¥ en esto, la accién del Estado y de la Iglesia se asemejan: en ambos casos se tra~ ta de una accién de carécter parcial y exterior que reproduce la pasividad y subordinacién de los sectores populares. Un tercer tipo de olla comfin (y aqui si que corresponde hablar de tal) es el que aparece con las movilizaciones de tomas de terrenos aproximadamente-a fines de los afios a nacional en la 40 y que con fuerza se instala en la vii década de los 60. Esta olla es bastante parecida a la que se organiza duran- te la huelga de sectores asalariados. Ambas mantienen. una caracteristica en comin: se trata de una actividad en- tendida como puntual y limitada en el tiempo, que se de- sarrolla en el contexto de una movilizacién mayor o en torno a un objetivo distinto al del problema del hambre, la olla surge para responder temporalmente a la necesidad de comer de las familias que participan en la toma, mien- tras se organiza el campamento y se levantan las proviso- ediaguas. Pasado es¢ primer momento la olla vias carpas 0 se disuelve y cada familia volver a cocinar en su casa para los‘ suyos. - 13 - Esta olla funciona sobre la base del trabajo colecti- vo y solidarid de las familias’ gue eh ella se alimentan, en lo fundamental sobre la base’ del trabajo de las mujeres en las tareas de manipulacién y elaboracién de los alimentos} No se la concibe como una ‘forma m4s permanente para encarar los problemas de alimentaci6n del conjunto de las familias del campamento y de aSumir’ en forma colectiva, no en forma individual familiar, 1a labor de cocinar y alimentar a los miembros del campamento, pasaje o manzana. t Es, por el contrario, asumida como una respuesta extra- ordinaria generada por una situacién de emergencia (igualmen- te extra-ordinaria o ‘extra-cotidiana). Condebida de antemano tomo una actividad estrictamente temporal o puntual, la experiencia de cocinar y comer ‘en con- junto no logra proyectarse mAs alld en el tiempo. La olla no se transforma en una organizacién propiamente tal sobre la base del cambio de las pautas tradicionales que rigen la organizacién de la alimentacién de la poblacién (quién cocina, déndé se come, quién provee, cémo se provee, etc.) Deeste brevé recuento se desprende que las ollas comu- nes no son Una pr&ctica desconocida en nuestra historia y que ‘se pueden encontrar similitudes entre las del primer y tercer’ tipo.’. Las que hoy existen en campamentosy poblacio- nes, sin’répresentar una ruptura total de las anteriores!, predéhtan caracteristicas especificas. Recordar’ Yox' tipos de Olas més conocidas antes del golpe de Estado lde-2979 a- yuda a situar y comprender més claramente la singularidad -au de las ollas actuales, También ayuda a ello’ evocar algunos nitos de la movilizacién hist6rica desarrollada por‘ los sec= tores populares en su lucha contra el hambre, 2, Hambre y movilizacién popular Podemos decir que las ollas comunes, tienen también otra historia, que se encuentra y entronca con los distintos tipos de movilizaciones y formas de lucha que han desarrolla- do los sectores populares frente al problema del hambre. Algunos hitos importantes: de esta otra historia de las ollas que resurgen en la memoria colectiva al hablar de la lucha contra el hambre son, tal vez por su magnitud y cardc- ter "heroico", la "semana roja" o “huelga de la carne" y la Asamblea Obrera de Alimentacién’ Nacional,. ambas.de principios de siglo2’,. a) La "semana roja" o "huelga de 1a carne", de 1905. Si bien la anexién: de las provincias salitreras (Tarapa- c& y Antofagasta) a raiz de la Guerra del Pacifico(1879) provocé un auge de la economia del pais, éste y los mayo- res ingresos que obtiene el Estado no:se tradujeron en = mejoria de la calidad de vida de las’ maSas populares (campesinos, trabajadores asalariados; etc.)2/, Asi,el Estado no destina los recursos econémicos necesarios para la solucién de'los "problemas sociales" que grupos de los propios sectores dominantes (principalnente intelectuales ilustrados) denuncian reclamando algin tipo de solucién. Entre tales problemas se encuentran: la falta de vivienda y la situacién de insalubridad, la carestfa de la vida 5 agravada por los. bajos.salarios y, la falta de,empleos y las malas condiciones: de trabajo, y..sobreexplotacién de .1os asalariados por la falta de reculacién,legal de las relacio- nes; laborales. Tras el auge que trae la explotacién del salitre, el pais se encuentra profundamente polarizado, siendo la mise~ via y explotacién 1a condicién natural de vida de los sec- tores mayoritarios del pais. Por otro lado, las acciones y movilizaciones que rea- lizan en ese periodo los sectores populares para solucio- nar sus problemas vitales son vistos por la autoriddd gu- bernamentai glo como afén de “alteracién del orden pi- ” blico";:dando como finica respuesta a ellas la represién vio- lenta. Es en este marco donde, en Santiago de 1905, se desa~ eedlla und protesta popular ‘tasiva de rechazo aun impues+: to que el Estado fija sobre la importacién de ganado ar= gentino, lo que hacia aumentar:el preoio dé la carne; mens mando ld ya deteriorada calidadide vidd de lds prupos po=r7 bres y asalariados.” at La exigencia de que el pobierno decretara 1a libre in- ternacién ‘del ‘ganado’ argentino’ cristaliz6 todo el descon- tento popular en'contra del alza del costo de la vidaiyalcan- zando 1a protesta ribetes de masividad y violencia, incita- da, esta filtima, por la fuerte represién con que el gobier- no responde. la protesta ‘duré varios dias con enfrentamientos en las calles entre el pueblo, por un lado, y la policta, bom~ beros y jévenes aristocraticos por otro, hasta que es di- * suelta por las tropas militares. W,,,hubo muertos y heridos, la muchédumbre en repre- salia por el duro comportamiento de 1a policfa, salié’a las calles y ocasioné destrozos de consideracién. En la nist6rica Alameda -nos dicen los diarios y re- vistas de 1a &poca- no qued6 un farol del alumbrado pibli- co en buenas condiciones y sus anchas calzadas de piedras, fueron deshechas de trecho en trecho por los propios huel- guistas jpara atacar con {mpetu,. con estos primitivos proyectiles, a los encargados,de resguardar el orden, tanto .fug. asi que la: Folicla; wesulté insuficiente para impedir que las masas se apoderaran pr&cticamente de la capital, que el gobierno se vio en la necesidad de dis- poner el rapido regreso a Santiago de los regimientos de la guarni yn que se encontraban en maniobras en el Sur" (agos, 1941). b) - a7 Tras el "mitin de la carne" el gobierno procedid a la sus- pensién del impuesto a la internacién de ganado argenti no, el que se reestablece en el afio 1911. Sinvembargo, la baja cambiaria adoptada esé mismo afio (1905) neutra- lizé los efectos positivos que esta medida podria haber tenido sobre la calidad de la vida de los ‘sectores asala- piados y pobres del pais, (Vial, 1981). la Asamblea Obrera de Alimentacién Nacional Otro hecho importante ocurre en 1919. Fn el contexto de la crisis del modelo primario-exportador, a mediados de 1918 se forma la Asamblea Obrera de Alimentacién Na- eional, entidad nacida a iniciativa de la FOCH.y que se constituye en un amplio frente en el aue se agrupan organi- zaciones sociales y politicas representativas de amplios sectores sociales: obreros y asalariados en general, tra- bajadores independientes, estudiantes, profesores, secto- res catélicos y clases medias, Entre las onganizaciones sociales que participan en 1a AOAN se encuentran la Fede- racién de Obreros de Chile, Federacién de Estudiantes de Chile, Federaciones de Zapateros.y Sastres, el Congre- so Social Obrero -organizacién de antiguas mutuales-, el Consejo Nacional de Alimentacién: -institucién catélica-, la 'Federaci6fi de la Clase Media', la Federacién de Pro-~ fesores de ‘Instruccién Primaria y, entre las organizacio- nes polfticas, el Partido Obrere Socialista, la. Agrupa- cién Denécrata de Santiago, el Centro de ‘Propaganda Radi- cal, el Centro Liberal y la Asamblea de Propaganda Con- servadora2!, : Esta organizacién, que se constituye, en la practica, en la guia y conductora del movimiento de masas de la época, convoca desde su constitucién a la realizacién de "mitines de hambre" a lo largo del pafs, como’ una forma de presionar al gobierno en pos de medidas que permitan superar la crisis y salvaguardar mininas condiciones de vida de los sectores de asalariados y trabajadores en general. Esta din&mica de organizacién y movilizaci6n encuentra su punto culminante en la jornada de-movilizaci6n del 23 de agosto de 1919. En ese dia se realizan mitines de hambre en todo el pais (Iquiqie, CopiapS, Caldera, Antofagasta, Chuqui- camata, Mejillones, Valparaiso, Vifia, Quillota, Los Andes, Rancagua, San Rosendo, Temuco, Concepeién, Talcahuano y Puer- to Montt), adhiriendo a ellos 80 organizaciones, desde gre- miales a politicas. En Santiago ¢1 mitin es acompafiado por un paro general de actividades. Se organiza-una marcha masiva silenciosa (estimando algunos autores que participan en ella unos 100.000 maniféstantes)®’, ‘que culmina en una concentracién en la que hablan distintos diripentes de 1a“AOAN y en una conversacién de los dirigenteé con la autoridad gubernamen- tal, en la que presentan un petitorio conteniendo las princi- palés reivindicaciones dei movimiento, un andlisis de la gitvdcién del pais y las recomendaciones de medidas concre- tas pata satisfacer las principales’ demandas. populares y ehfrentar'la crisis’ general’, A diferencia de la movilizacién de 1905, la mayor or- ganizacién que hay en el movimiento de 1919 y la alta re- Sia presentatividad politica y social que logra adquirir la AOAN son factores que posibilitaron tanto la masividad de los mi tines del hambre, la disciplina con que éstos se realizan neutralizando intentos de provocacién, como la legitimidad que logra adauirir el movimiento ante los mismos sectores dominantes (opinién pGblica y autoridad gubernamental). To- do esto permite al movimiento presentar piblicamente sus pe~ ticiones y establecer conversaciones con la autoridad. La situacién de crisis del pafs va a demorar todavia largos afios para ser resuelta y los sectores populares segui- rn cargando sobremanera el costo de esta crisis econémica y politica, Sin embargo, la legitimidad que van adquiriendo los planteamientos de sus organizaciones politicas y socia- les, va a ir dando como fruto el logro de ciertas conquistas y el reconocimiento del mundo popular como un actor impor- tante en la vida nacional y en las formas en que se iré re- solviendo la crisis de la dominacién oligarca. 1 IZ. LA LUCHA ‘CONTRA EL HAMBRE EN: LAS ULTIMAS DECADAS ¥ SU DEFINICION ‘COMO PROBLEMA PRIVADO : Asumiendo el riesgo de la arbitrariedad de todo corté © periodizacién histérica; eréemos que es posible uSicar en.el nuevo process politico y social por el que eli.pais ipieza a transitan con el triunfo del Frente Popular en 1938, una nueva modalidad qué crecientemente va asumiendo la lucha de los sectores populares contra el hambre. Esta modalidad puede ser ‘entendida como 1a bfisqueda de una respuesta organica a las nuévas condiciones histéri- cas que entrafa el proyecto social frentista como respuesta a la crisis de dominacién anterior y.al tipo de organizacién iza- social, estatal y econémica que la posibilitaban (pola: cién social, exclusién politica, una economia dependiente de la explotacién y exportacién de materias primas), Uno:de los fenédmenos que ‘resaltan al estudiar el Frente Popular eg 1a dismimucién de la:movilizacién masiva popular, tante en lo general ‘como en lo referente al.problema del ham- bress'¥esto noves extrafio. El Frente Popular: -céalicién de partidos democr4ticos y populares en 1a que participa.la Con- federacién de Trabajadores de Chile, CTCH+ triunfa pqrtando. un‘proyecto de-reorganizacién del pais capaz.de asumir los intereses inmediatos de sectores medios y populares y.de res- ponder a los urgentes problemas que éstos venian soportando y adumulatido. por afi Cy El ‘gobierno del FRAP-impulsa. dos. procesos que van.a.en- marear, con algunos ziggagueos,' la vida nacional hasta prinr cipios de los afios 70 rializacién, “Desde ei punto de vista de 12 movilizacién contra el hambre, sin embargo, son otros procesos m&s subte- vr4neos los que van a incidir en las modalidades de esa mo- vilizacién: el proceso de institucionalizacién. de los conflic- n de: la: demnada tos sociales y el proceso de especializa: popular. ‘Ambos se van constituyendo en el: sostén del Esta- do democrAtico y d4ndole su car&cter de Estado benefactor. Es cierto que estos procesos venfan germinando desde an- tes -como es el caso de la legislacién social ‘promulgada en 1924+ pero 'es'en este perfodo donde logran cristalizar, al profundizarsey al articularse:en un proyecto global y cohe- verte de organizacién nacional.'! i EL fuerte érifasis que el modelo de! ‘sustitucién de las importaciones ‘pone ‘en el desarrollo de la ‘actividad produc- tiva industrial permite enfrentar el problema del desempleo, absorbiendo iano de obra y poniendo al alcance’del iconsumo, popular productos! antes Vedados por su-precio. Este énfasisi, paralelamente; va ‘haciendo del salario”el medio por excelien- cia ‘através -del cual losi sectores no“propietarios pueden ac ceder ‘a 16s biienes nateriales y culturales ‘nécesarios para la‘vida. Esto se refuerza con canales‘institucionalés ade~ cuados ‘para 1a-defensa de las fuerites ‘de empleo y-delos sax larios. f 3 re : Creemos, asi, que si la causa de la disminucién de la movilizacién popular, durante este perfodo se encuentra en el compromiso que los’ sectored populares ‘hacen con el no, la disminu¢i6n’ de la movilizaci6n directa contra’ el chambre y po “ la defensa de la calidad de la vida se explica en buena par- te por la preeminencia que adquiere el salario como medio de vida. Por otro lado, esta defensa de la calidad de\.la vida en- cuentra también otros cauces que la van a ‘ir’ redefiniendo © vedefiniendo 1a modalidad que ella astinia. £1 impulso del proceso industrializador no sélo es promovido por el Estado a través de politicas crediti © asuniendo y participando directamente en las actividades s, tributarias,. arancelarias, econémicas que tal industrializacién requerfa, sino ademas asune funciones que permiten abaratar el costo de la mano de obra (salud y educacién gratuita, programas de vivienda y ca- pacitacién laboral, ete.) y que van a incidir directamente en la calidad de vida de la poblacién en general y de los sectores populares. en particular®’. Esta responsabilidad directa aue asume €l Estado en re- lacién a aspectos importantes de las condiciones de vida de La poblacién,!lo transforma en el-otro polo-de la demanda”! 4! popular itempresario en un caso, Estado en el otro), Pero:: esta interlocucién no es directa: se produce via: los parti- dos politicos, que cuentan con los canales institucionales para participar en é1 representando y negociando. 1a. demanda popular. Va a ser en el apoyo a tal o cual partido, que pro- mueve tal 0 cual medida o reforma, como los sectores popula- res van a iridefendiendo lo. que consideran condiciones de vi- da dignas. ? : ‘ La accién directa yomasiva,|asponténea u-organizada, no desaparece, pero ya néves la fundamerital.’ ‘La légica' de la So movilizacién tiende a encauzarse en lailégica general de es- ta nueva forma de organizacién nacional. Otro proceso que también sirve para entender 1a din&mi- ca y dificultades de las ollas comunes actuales tiene re- lacién con la consideracién del hambre y la tarea de alimen- tacién de la poblacién como asunto privado. zEn-qué sentido la tarea de alimentar,a‘la poblacién-o el hambre és un asunto privado? Sabemos gue la produccién y acceso a los bienes alimen- ticios refiere a la forma en que se organiza la vida social y al Estado en cuanto organizador de.dicha sociedad: La so- brevivencia y reproduceién de 1a poblacién y 1a alimentacién por ende, en tanto condicién insoslayable para 1a vida y re- produccién biolégica de la poblacién son tarea y asunto co- lectivo y politico. Pero sabemos’ también que la vida en nuestras sociedadeé se-organiza constituyendo dos mundos: tno pi- plico y otro privado, mindos que, si bien -s6lo . existen rec{proca- mente, aparecen socialnente como.escindidos; como autorreferi- dos y auténomds. Esta aparienoia es refrendada culturalmen- te y-en ella se ‘van socializando»los miembros de la comuni- » dad nacional. Es en este sentido que la tarea dela sobrevivencia. se convierte en asunto privado-y en particular labor’ y..responsa~ bilidad de cada familia como unidad social baésica y:pri ria, asigndndosele a la mijer (esposa y/o madre) un papel sin duda primordial; en cuanto responsable de 1A! alimentacién y elaboracién del alimento y al var6n la igualmente necesaria responsabilidad de proveedor de los recursos monetarios .ne~ cesarios para-el acceso a dichos bienes de consumo familiar. Dejada a la iniciativa privada, la tarea de la alimen- tacién es vivida por las familias como asunto de su exclus va competencia y, puesto que en el caso de las lares ella depende principalmente de la obtencién del salario, familias popu- todo el esfuerzo de la sobrevivencia encuentra en la lucha por trabajo y salario su cause natural, no exclusivo, como ya vimes, pero principal. Y es muy largo e imbricado el ca- mino para romper con la fuerza de la "naturalidad" de las co- sas. Creemos que esta fo el hambre es la que tiende a-prevalecer hasta los afios 70. a que va asumiendo la lucha contra Ella no niega ni la reivindicacién por la fijacién de pre- cios de productos esenciales ni las medidas que, principal- mente desde el Estado, se toman en relacién a los procesos de comercializacién y distribucién de bienes de primera nece- sidad. Tal modalidad sigue. presente actualmente,, Antes de terminar este recuento, necesario para poder entender la realidad de las actuales ollas comunes, queremos rescatar de lo dicho, sobre todo en este timo punto, un par de reflexiones sobre las que. volveremos m&s adelante. Establecido el salario. como medio de vida por excelen- cia de las familias y sectores populares, no sélo se conso- lida la preeminencia de la lucha sindical como forma de de~ fensa de la calidad de la vida, sino que tiende a excluir de esta lucha a la familia popular, dada la baja participacién laboral y sindical db"lds“tujeres consagradas a1 4mbito domés. ¢ico-familiar. “La mujer'y él résto de la familia no°éncuen- tran asi canales "normales" de participaci6n para defender y conquistar una vida me wr para ella y los suyos (afin cuando reconocemos 1a participacién que ella pudo tener en el caso de 1a Promocién Popular y JAP y su participacién politica a través del ejercicio de la ciudadania). La participacién de la mujer duefia' dé casa y familia én la accién sindical tien- de a ser escasa, puntual y secundaria (como lo es en el caso de la huelga y ollas comunes que se establecen en tales’ mo- mentos). Esta exclusién de la mujer, principalmente de la lucha laboral y por la conquista de una vida mejor; no s6lo resta fuerza al movimiento aino también la deja sin experiencia pa- ra asumir esa lucha cuando’se ve obligada a ella, como es el caso de situaciones de desempleo y alza del costo de la vida masivas y prolongadas, Aunque tal vez con menos frustracio- nes una vez qué se asume como sujéto activo, la deja‘también sometida a ideologias individualistas y conservadoras que opera como freno a su propio desarrollo y a su participacién en luchas que no entiende 'y teme. Otro freno, nada de despreciablé para la lucha por 1a calidad de la vida, se origina en la préctica politica de delegacién de la defensa de los intereses populares en los partidos politicos y sistema politico partidario. En estas condiciones, los sectores populares no se asumen directamente como sujetos protagénicos de la decisién politica, sino que s61lo en cuanto ciudadanos individuales que apoyan o rechazan vesulta normal dentro canza un cierto grado lastre, pues deja sin a las bases populares determinadas iniciativas. Esto, que de un sistema democratico y que al- de eficacia, puede constituir un grave experiencia, organizacién y recursos para asumir esa lucha, en situaciones en que ese sistema ya no opera, vale decir, en situaciones de autoritarismo y exclusién politica. ITI. FL PROBLEMA DEL HAMBRE BAJO EL REGIMEN MILITAR con el advenimiento'del régimen militar y.la cancelacién del ‘proceso de industrializacién sustitutiva de décadas ante- riores, se asiste a un proceso en el cual se ven alteradas tanto la forma en que se constituye el fenémeno del hambre como #1 tipo de respuesta desarrollada por los sectores popu- lares. La cesantia es sin duda un primer elemento que explica la gravedad que adquiere el hambre en estos afios'al negar el acceso al salario a mayoritarios sectores de 1a poblacién®/ Sin m4s recursos que la venta de su fuerza de trabajo, los sectores populares encuentran en la falta de puestos de tra= bajo la principal barrera para su sobrevivencia, wok Sin trabajo, sin salarios o con salarios insuficientes como para cubrir las necesidades basicas de alimentacién, #1 problema del hambre se acrecienta con otro conjunto de proce- sos que ha desencadenado la implementacién del actual mode- lo de dominacién. Entre ellos est4 la dr&stica disminucién de la produccién agricola y en particular de aquella destinada a la alimenta~ cién nacional. Por ejemplo, entre 1982 y 1983 hay una dis~ minucién apuda de la superficie sembrada de los 14 cultivos tradicionales (trigo, cebada, centeno, avena, arroz, maiz, porotos, arvejas, garbanzos, lentejas y papas, maravilla, vaps, remolacha), alcanzando 1a siembra la cifra mas baja del siglo. Se -suma-a esto la baja experimentada en la pro- duccién ganaderlali(eabne y leche) *2/. 2Qué significa esto?, que disminuye la disponibilidad 2 de productos que aportan las calorfas y proteinas necesarias para vivir, "...cereales, papas, leguminosas, aceite y azG- car aportan en conjunto el 75%-de las calorfas y el 51% de las. proteinas de la dieta promedio de la poblacién. Estos productos representaban el 72% de la superficie sembrada con cultivos anuales. En comparacién con 1977. (fecha en la cual estos productos ya presentaban una disminucién en rela- cién a la habida a principios de la década) los cereales han disminuido en 48%, las papas en 26%, las lesuminosas en 31% y las oleaginosas (aceites) en un 93%..." (GIA, 1983) Como esta disminucién de la disponibilidad de productos agefcolas no.logra ser compensada por la importaci6n de ellos dada la falta de-divisas -a lo que hay que agregar el alza creciente de los precios de estos productos y en general de aquéllos que conforman 1a canasta popular- tenemos que no s6élo los sectores populares no cuentan con los ingresos ne- cesarios para satisfacer.su consumo, sino ademis se enfren- tan a la escasez y carestia, : En el Gltimo tiempo y debido a las presiones del empre- sariado agricola-y a los desastrosos resultados obtenidos, el gobierno modifieé la polftica agraria, asegurando precios minimos y otorgando créditos, con lo cual se produce un cier- = to repunte de la produccién que, en. todo caso, no recupera niveles anteriores. Si los ingresos de los sectores asalariados venian pre- sentando una creciente disminucién de su capacidad de com- pra, por su_no reajustabilidad o reajustabilidad inferior, al -3l-. IPC (que sabemos no es un muy buen indicador para analizar la situacién de consumo de los sectores populares), con pos- terioridad a las medidas tomedas por #1 gobierno el 17 de septiembre de 1984 (devaluacién), la capacidad de compra de las f. lias populares se va a ver una vez més dram&ticamen- te disminuida. Segfin datos de Fortin Mapocho, en 6 dfas 14 productos p&sicos experimentan las siguientes alzas: Producto Precio al Precio al % alza 17 de sept. __23 de sept. fevite Citro) 120 170 41.6 Aatoar (kilo) 48 60 25.0 TB grado 2 (octavo) 48 70 45.8 Pan 48 65 3544 Tallarines (400 prs.) 42 54 28.5 Farina (kilo) 43 60 39.5 Caldo Maggi’ 10 le 20.0 Nescafé (50 grms.) 108 120 38.9 Papel confort mH 30 25.0 Qn chico a 30 25.0 Rinso chico 1s 25 31.6 Huevos lera. 7.50 9 20.0 Fasaje micro 5 30 20.0 Parafina 35 43 22,9 Fuente : Fortin Mapocho, 3 de octubre, 1984, otra fuente, El M: © del 16 de septiembre de 1984 sostiene: "Mientras en los Gltimos doce meses los alimentos, ro) en promedio, han experimentado un alza en los precios al con- sumidor de 14.5% -sepGn el IP » #1 costo de una canasta de 17 alimentos basicos se ha incrementado en'18,6% en igual perfodo. En agosto recién pasado el costo para el consumidor de la canasta de alimentos bsicos alcanzé a $ 11.466, regis- trando un alza promedio de 13.1% en relaci6n a fines del afio pasado y de 0,6% respecto del mes anterior, Entre los mis- mos perfodos 1 rubro de alimentaci6éndel IPC muestra alzas de 6.2% y -0.5% respectivamente; en tanto cue para el IPC general las variaciones alcanzan a 7.8% y 0.3%". Por Gltimo, dos factores més contribuyen a configurar la situacién de hambre y miseria de las familias populares. Uno es ld anarcufa en los procesos de comercializacién y dis- tribucién que impone la légica del mercado, que no s6lo en- carece el precio de los productos para los consumidores, si- no adem&s dificulta el acceso de los sectores populares a @ichos productos al concentrarse los centros comerciales en los espa¢ios urbanos de residencia de los sectores con’ mas va a la proli- altos ingresos. Esto, junto al desempleo, feracién'de pequefios "bolichesn a los cuales las familias se ven obligadas a acudir por la lejania de otros centros de abastecimiento (Vega, Mercado) porque alif se puede comprar en medidas cantidades que salen de la pauta vordinariar (cuartos, octavos, unidades, ete.) y también "al fiadon, institueién que no existe en otros medios, Estos boliches los instalan los expulsados de la actividad productiva en las 'poblaciones' populares, gener4ndose: tina:enriarafiada ein- tevminable ‘cadena que rédunda en mayores precios que deben pagar las familias populares en comparacién al precio que esos mismos’ productos tienen para los sectores de mayores ingrésos. El otro factor es la politica estatal de progresiva dis- mirtici6én del gasto social, consecuente con un modelo econé- mice que hace de la l6gica-del mercado (1a libre competencia de sujetos econémicos privados) la rectora del nuevo ordena~ miento social. La puesta en marcha de este modelo implica trastocar profundamente el rol que el Estado habia venido asu- miendo, principalmente desde la década de los 30, como agen- te aetivo en el impulso del desarrollo econédmico. Se trata, ahora, de restringir“la incidencia estatal en la vida econémica, para permitir que el mercado, ahora sin trabas que asfixien, se desarrolle en plenitud, logrando con ello el crécimiento econémico, Esta restriccién también apunta a una "despolitizacién de la vida social. El régimen actual define’al Estado como "subsidiario™.” El Estado subsi lias actividades que el sector privado no esté en condicio~ fia o se hace cargo momentaneamente de aque- nes de asu! Y por poco rentables, riesgosas o por requerir de una inversién cuyo plazo de retorno en ganancias no apa~ rece conveniente al interés privado del capital. Se trata principalmente de actividades que histéricamente han formado parte del gasto social (educacién, salud, seguridad social, ete.) y que inciden directamente en ‘la’ calidad de la vida del grueso de la poblacién nacional

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