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DICTADOS

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Todo lo que Harry había aprendido el año Me senté en una silla y estuve así sentado
anterior parecía habérsele ido de la cabeza durante mucho tiempo como hechizado...
durante el verano. Tenía que convertir un ¡Lo que sentía era tan nuevo y tan dulce!
escarabajo en un botón, pero lo único que Seguía sentado, mirando un poco hacia
conseguía era cansar al escarabajo, porque atrás, sin moverme, y sólo de vez en
cada vez que éste esquivaba la varita cuando me reía calladamente, recordando
mágica, se caía del pupitre. algo, o me estremecía al pensar que estaba
enamorado, que lo que sentía era el amor.
Harry Potter y la cámara secreta,
J.K.Rowling Primer amor, Ivan Turgueniev

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El ruido era espantoso. Los cuatro Luego continuó la tarea de meter cosas en
hermanos, dos niñas y dos niños, estaban la mochila. Tomaba un casete del grupo
sentados alrededor de la mesa de la cocina, Pur, uno de sus favoritos, lo guardaba,
comiendo como fieras. Había un gran dudaba, lo sacaba, y no sabía si volver a
bullicio de cuchillos y tenedores. Los meterlo en la mochila o dejarlo sobre la
platos tamborileaban sobre la mesa. Los mesilla. Era difícil decidir qué llevarse
niños no parecían advertir el estrépito que para las vacaciones y qué dejar en casa.
producían los platos en su terrible
tambaleo. Estaban encorvados y comían a Historia de una gaviota, Luis Sepúlveda
toda velocidad.

El proyecto abuelita, Anne Fine (adapt.)

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Nacho abrió los ojos. La oscuridad era Al fin volví en mí y me apresuré a
total y el frío comenzaba a atontarlo. abandonar aquel lugar, donde seguramente
Estaba allí, mojado y desnudo en una ya no tenía nada que hacer. Primero llené
cámara frigorífica de quién sabe cuántos mis bolsillos de dinero, después me até los
grados bajo cero. Pateó a Quico para ver si cordones de la bolsa al cuello, ocultándola
reaccionaba, pero su amigo no respondió. en mi pecho. Atravesé el parque sin que
Se puso de pie y a ciegas buscó primero la nadie se fijara en mí, llegué a la carretera y
puerta y luego la llave de la luz. La me puse en camino hacia la ciudad.
encontró después de un rato y encendió.
La maravillosa historia de Peter
Los dedos de Walt Disney, Juan Sasturain. Schlemihl, Adelbert von Chamisso.
DICTADOS

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Los dioses griegos vivían en el Olimpo, la La Antártida es la fábrica de hielo del planeta
montaña más alta del mundo. Zeus y Hera Tierra. Cada año se desprenden de este
eran una extraña pareja, y pasaban la mayor continente 1500 kilómetros cúbicos de agua
parte del tiempo peleándose o haciéndose la dulce congelada, lo que supone 1500 billones
guerra. El culpable era casi siempre Zeus, que, de litros de agua, la mitad de la cantidad que
si bien la respetaba en muchos aspectos, bebe la humanidad en un año. Es agua que
continuamente andaba haciendo planes para lleva miles de años congelada y que sale en
engañarla y marcharse a sus aventuras; sin forma de témpanos tan grandes como islas. El
embargo, Hera lo descubría casi siempre y más grande fue avistado en 1965 y tenía una
protestaba acaloradamente. superfície como la de Cataluña. Este año se ha
desprendido el tercero en la lista de los más
Monstruos, dioses y hombres de la mitología grandes, que tiene un tamaño como el de
griega, Michael Gibson (adapt.) Asturias.
El País (adapt.)

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Guillermo, un muchacho de 11 años, decide El cuarto era de techo bajo, con un encalado
fingirse enfermo para no ir al colegio porque muy viejo. Enfrente de la puerta había una
noha hecho sus deberes. Su padre le pregunta ventana chiquita. La cama de la abuela era de
qué le pasa y a Guillermo se le ocurre decir madera oscura, ancha y larga. La cabecera
que le duele al hablar. El muchacho estaba sobre la pared de la izquierda. Sobre la
permanece mudo mientras su padre va a cabecera había un ramo de olivo. La abuela
buscar a su vecino, que es médico. El médico tenía una mecedora junto a la ventana. La
lo examina. Guillermo no habla y hace ruidos mecedora tenía dos cojines muy aplastados;
raros. El médico se da cuenta de la mentira y uno para el respaldo, y el otro, para el asiento.
se dirige a su padre para decirle que la En medio del cuarto había una camilla y siete
enfermedad es grave y que intentará operar arcas junto a las paredes. Las arcas eran todas
allí mismo, y sin anestesia. distintas y de distintos tamaños...

Guillermo el conquistador, Richmal Crompton Alfanhuí, Rafael Sánchez Ferlosio

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Le dije que iba a llamar a la doctora y ella dijo Me la encontré en la calle y entonces no era
que sí, que la llamara enseguida. El tipo que más que una gatita desvalida y hambrienta que
me atendió dijo que no estaba en casa. No sé maullaba, asustada. Al verme, se acercó
por qué se me ocurrió que mentía y le dije que vacilando, y empezó a restregarse en mis
no era cierto, porque yo la había visto entrar. vaqueros, dando vueltas entre mis pies,
Entonces me dijo que esperara un instante y al frotando su cabecita contra mis pantorrillas,
cabo de cinco minutos volvió al aparato e con esos ademanes que hacen los gatos para
inventó que yo tenía suerte, porque en ese captar nuestra atención. ¡Uf, a ver quién se
momento había llegado. Le dije “ mire qué resistía ante aquella monada! Y yo, claro, la
bien” y le hice anotar la dirección y la cogí en mis manos. Y me pareció tan débil y
urgencia. pequeña que pensé que se moriría antes de
llegar a casa.
“Sábado de gloria” en Relatos inquietantes,
Mario Benedetti (adapt). Cuando los gatos se sienten tan solos,
Mariasun Landa
DICTADOS

13 14 Las gaviotas lloran sal


Mucha gente se cree que Manhattan es Nueva
York, cuando simplemente forma parte de Un litro de agua del mar contiene disueltos
Nueva York. Una parte especial, eso sí. Se cerca de 35 gramos de sal. Tanta sal es un
trata de una isla en forma de jamón con un problema para las gaviotas, que no sólo beben
pastel de espinacas en el centro que se llama agua del mar, sino que además se alimentan de
Central Park. Es un gran parque alargado por peces que también están salados. ¿Cómo se
donde resulta excitante caminar de noche, libran del exceso de sal? La respuesta es
escondiéndose de vez en cuando detrás de los llorando. Las gaviotas poseen unas glándulas
árboles por miedo a los ladrones y asesinos en la parte superior de sus ojos y a través de
que andan por todas partes y sacando un ellas expulsan de su organismo la sal que les
poquito la cabeza para ver brillar las luces de sobra, en forma de lágrimas blanquecinas.
los anuncios y de los rascacielos que
flanquean el pastel de espinacas, como un El País (adapt.)
ejército de velas encendidas para celebrar el
cumpleaños de un rey milenario.

Caperucita en Manhattan,
Carmen Martín Gaite

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Sin embargo, al oír las doce en el reloj de la Por la puerta abierta se accedía al despacho
Diputación, todo cambia. Es la hora de las más grande que haya visto en mi vida. El
brujas. Los reflejos del televisor parecen escritorio tenía las dimensiones de una mesa
cobrar vida contra las paredes del salón. de ping-pong y un flexo halógeno iluminaba
Juraría haber escuchado siniestros crujidos tres montones de carpetas marrones que
procedentes de la cocina. A lo lejos se oye el encuadernaban en su interior papeles de
llanto de un niño, ¿ o es el aullido del diversos formatos. Sobre la mesa había
hombre-lobo? La sonrisa se me ha helado en también un gran paquete de pósters
la cara. Quiero cambiar de cadena, pero he anunciando en Tesis un concierto de Mecano y
perdido el mando a distancia entre los cojines tres conjuntos de rock catalán. Un poco más
del sofá. allá, otro halógeno, lámpara de pie, delimitaba
con su luz un espacio dedicado a la lectura:
“El fantasma de Rialto”, en el País, Fernando sofá, mesita con botella y vasos de whisky,
Lalana y José Mª Almárcegui libro abierto, boca abajo para no perder el
punto.

Cero a la izquierda, Andreu Martín (adapt.)


DICTADOS

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Una tarde, a finales de la primavera, se oyó, a Era el amanecer de un bonito día de mayo,
una hora desacostumbrada, el tañido de la cuando los setos están verdes y las flores
campana que había en lo más alto del castillo engalanan los prados; cuando crecen las
de Tunstall. Desde los lugares más lejanos y margaritas, los narcisos y las primaveras a lo
desde los más cercanos, y en el bosque y en largo del borde de los zarzales; cuando
los campos que bordeaban el río, la gente florecen los manzanos y cantan los pájaros;
abandonó sus trabajos para acercarse cuando los muchachos y las muchachas se
corriendo hacia donde se oía la campana; y en miran con pensamientos dulces. Mientras
la aldea de Tunstall, unos cuantos campesinos caminaba por el sendero, Robin silbaba
se quedaron escuchando, perplejos, aquella alegremente, pensando en la bella Marian y en
extraña llamada. sus ardientes ojos...

La flecha negra, Robert L. Stevenson Las alegres aventuras de Robin Hood,


Howard Pyle

19 La ropa y el calor 20
Lo recuerdo como si fuera ayer, meciéndose
Un cuerpo vestido pierde su calor dos veces como un navío llegó a la puerta de la posada,
más despacio que otro desnudo, mientras que y tras él arrastraba, en una especie de
la ropa contra el frío ártico reduce a la sexta angarillas, su cofre marino; era un viejo recio,
parte la velocidad de pérdida del calor macizo, alto, con el color de bronze viejo que
corporal. Todo esto se pierde cuando la ropa se los océanos dejan en la piel; su coleta
moja, porque la conductividad del agua embreada le caía sobre los hombros de una
aumenta hasta veinte veces la transmisión del casaca que había sido azul, tenía las manos
calor. Así que, para evitar el frío, es agrietadas y llenas de cicatrices, con uñas
imprescindible que la ropa esté seca. negras y rotas; y el sablazo que cruzaba su
mejilla era como un costurón de siniestra
El País (adapt.) blancura.

La isla del tesoro, Robert L. Stevenson

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Érase una vez dos pobres leñadores, que Tal vez adivinaba que ya no sería largo el
regresaban a su casa por un gran pinar. Era trecho por cubrir en aquella jornada. Pero
invierno y hacía una noche de frío crudísimo. estuvo lleno de escollos y dificultades:
La nieve se extendía espesa sobre la tierra y montículos y depresiones del terreno, frondas
sobre las ramas de los árboles: la helada hacía espesas, ríos atravesados, campos pedregosos,
chasquear continuamente las ramitas a un lado altos zarzales, puentes colgantes que oscilan a
y otro, a su paso, y cuando llegaron al torrente su paso, arenas movedizas que amenazaban
de la montaña éste estaba suspendido inmóvil con tragárselos, serpientes que se dejaban caer
en el aire, pues el rey del hielo lo había desde los árboles, zonas pantanosas pobladas
besado. por mosquitos, espesas telarañas, pasos
El niño estrella, Oscar Wilde angostos entre peñascos, vapores hipnóticos
que salían de las oquedades de la tierra.

El Mago de Esmirna, Joan Manuel Gisbert


DICTADOS

23 24 El peine
La mañana anterior me había comprado unos En excavaciones arqueológicas llevadas a
tejanos, auténticos vaqueros americanos, que cabo en Escandinavia, entre otros objetos del
entonces aún eran muy infrecuentes. Mi madre ajuar del hombre prehistórico apareció el
estaba absolutamente en contra de ellos, pero peine. El ejemplar hallado, hecho de hueso,
había logrado convencerla. Para hacer un viaje tiene diez mil años de antigüedad. Su forma, la
en bicicleta se necesitan unos pantalones de la mano, recuerda que ésta fue seguramente
resistentes. Eso lo habían convencido, y desde el primer peine del que se valieron los seres
entonces llevo vaqueros, y me encanta humanos primitivos para poner orden en su
llevarlos. poblada cabeza. El arqueólogo encargado del
yacimiento exclamó:”¡Qué antigua es la
El tesoro de Pagensand, Uwe Timm (adapt.) coquetería humana!”.

Historia de las cosas, Pancracio Celdrán


(adapt.)
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Desde la infancia me distinguía por la Desde el aire habían visto el maravilloso
docilidad y humanidad de mi carácter. La paisaje del Reino Prohibido: entre la
ternura de mi corazón era incluso tan evidente majestuosa cadena de montañas nevadas había
que me convertía en objeto de burla para mis una serie de angostos valles y terrazas en las
compañeros. Sobre todo, sentía un gran afecto laderas de los cerros donde crecía una
por los animales, y mis padres me permitían lujuriosa vegetación semitropical. Las aldeas
tener una gran variedad. Pasaba la mayor parte se veían como blancas casitas de muñecas,
de mi tiempo con ellos y nunca me sentía tan salpicadas por aquí y por allá en sitios casi
feliz como cuando les daba de comer y los inaccesibles. La capital quedaba en un valle
acariciaba. largo y angosto, encajonado entre montañas.
El gato negro, Edgar Allan Poe Parecía imposible maniobrar el avión allí, pero
el piloto sabía muy bien lo que hacía. Cuando
por fin tocaron tierra, todos aplaudieron
celebrando su asombrosa pericia.

El Reino del Dragón de Oro, Isabel Allende


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La primera línea férrea en la península ibérica Las camareras de aquel bar llevaban lacitos en
fue inaugurada en 1848 con el proyecto el pelo y circulaban de una mesa a otra en
Mataró- Barcelona. Hasta la llegada del AVE patines. A pesar de lo cual, mantenían la
la estrella de los ferrocarriles españoles fue el bandeja con sus vasos, botellas y copas de
TALGO, cuyo diseño representó la helado en equilibrio estable. Sin caerse ellas ni
modernidad y la velocidad. En 1992 la tirar la bandeja, que parecía pegada a su mano,
tecnología de la alta velocidad llegó a España frenaban los patines mediante una leve torsión
con el AVE (Alta Velocidad Española). Se del tobillo, y en seguida recuperaban el
trataba de un modelo basado en el TGV impulso necesario para deslizarse otra vez
francés, que podía alcanzar, en tramos de sobre las baldosas blancas y negras, camino de
prueba, velocidades superiores a los 350 km/h. la barra o de las mesas, iluminadas con velas
rojas al amparo de una campanita de cristal.
Inventos del milenio, El País-Aguilar (adapt)
Caperucita en Manhattan, Carmen Martín
Gaite (adapt.)
DICTADOS

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Las observaciones por satélite son Hay que reconocer que hacía mucho tiempo
indispensables porque dan una visión global que no ensayábamos, y los números no
del volcán. Observamos cosas que no pueden salieron tan bien como cabía esperar. Probó
verse en una foto aérea. Podemos conocer el suerte el domador, que intentó el increíble
aumento de la temperatura del cono volcánico número de la torre de elefantes. Al son de una
y calcular cuántos miles de toneladas de lava y cancioncilla, iban subiendo y construyendo la
cenizas expulsa el volcán en una erupción. Si torre. Todo marchaba bien, hasta que empezó
conocemos la duración de los periodos de a subir el tercer nivel de elefantes. Y, de
actividad y reposo de un volcán, podemos repente, del peso se hundió el pavimento y
deducir cada cuánto tiempo entra en erupción. cayeron todos hechos un ovillo por el enorme
Este dato permite a los vulcanólogos hacer agujero, de donde empezó a salir agua a
previsiones sobre futuras erupciones. borbotones. Tuvieron que venir los bomberos
y cuatro o cinco grúas para arreglar aquel
Reportero Doc, núm. 63. desbarajuste.
Historia de una receta, Carles Cano (adapt.)

31 32 Parques zoológicos
Miles de seres extrañísimos la miraban.
Guardando un silencio hostil, esperaban su Los parques zoológicos tienen más de
discurso. Unos eran gigantes verdosos, doscientos años de historia. Comenzaron
parecidos a los reptiles prehistóricos de la siendo colecciones de animales exóticos
Tierra. Ese de la primera fila re recordaba a enjaulados. Muchos zoológicos diseñaron sus
una vaca de hojalata construida por un herrero instalaciones pensando más en la comodidad
loco. Aquel otro que la miraba era todo ojos: de los que tenían que cuidarlas que en la de los
catorce o quince grandes ojos unidos entre sí animales que allí iban a habitar. En la
por unos hilos, como si los llevase actualidad se intenta modernizar estas
arracimados un vendedor de globos. Muchos instalaciones para evitar el sufrimiento de sus
escaños estaban vacíos. Pero ella sabía que no habitantes.
era debido a que faltase mucha gente, como en El País (adapt.)
los parlamentos de la Tierra, sino porque los
habitantes de numerosos planetas eran
microscópicos, y algunos incluso invisibles.

Oposiciones a bruja y otros cuentos,


José Antonio del Cañizo (adapt.)
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Los pantalones vaqueros tienen más de ciento El uso de la energía eléctrica dio origen a una
cincuenta años de historia. Se inventaron gran parte de los cambios más importantes del
pensando en los vaqueros del oeste americano siglo XX. Influyó en el desarrollo de la
y en los mineros que explotaban y excavaban industrialización permitiendo construir
las minas en busca de oro. Por este motivo, al fábricas cada vez más alejadas de las fuentes
principio se confeccionaron con un tejido de energía. Cambió el aspecto de las ciudades
extraordinariamente resistente y prácticamente en términos de crecimiento y de población, y
irrompible: la tela de lona. No tenían nada que ayudó a los campesinos a incrementar su
ver con las actuales exigencias de marca y de producción con el empleo de la nueva
diseño exclusivo, se trataba solamente de ropa maquinaria.
de trabajo. El Periódico (adapt.)
DICTADOS

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