Osiris Fernández
Título: Pese a todo, fantasmas
Resumen
Esta conferencia propone una revisión del concepto Imagen fantasma, el cual alude a una
taxonomía que hace legibles y permite la interpretación de los archivos/imágenes que no
cuentan con un sentido claro ni verificable para su organización y por lo tanto demandan un
modelo que les permita articularse como parte de una narrativa . De ahí la necesidad de
pensar en la imagen fantasma no como un modelo generador de conocimiento, sino como
una categoría estética, una especie de montaje que torna visible y analizables a ciertas
imagenes
Para los fines antes expuestos, nos basaremos en el paralelismo crítico entre la “imagen
fantasma”” el concepto “montaje” de Aby Warburg y la “imagen mariposa” de George Didi
Huberman, .
Hoy recuerdo mariposas que ayer solo fueron humo.—“Mariposas”, Silvio Rodriguez.
Decidi iniciar con una frase del teorico Frances G. Didi Huberman , quien durante una
entrevista fue cuestionado sobre que es la imagen y a esto respondio con la
profundidad poetica que le carateriza
“Si realmente quieres verle las alas a una mariposa primero tienes que matarla y luego ponerla en una vitrina. Una vez muerta,
y sólo entonces, puedes contemplarla tranquilamente. Pero si quieres conservar la vida, que al fin y al cabo es lo más
interesante, sólo veras las alas fugazmente, muy poco tiempo, un abrir y cerrar de ojos. Eso es la imagen. La imagen es una
mariposa. Una imagen es algo que vive y que sólo nos muestra su capacidad de verdad en un destello.”
Yo creo que la imagen no solo es una mariposa, sino que es la ceniza de una mariposa,
el fantasma de una imagen. La imagen como una mariposa...la imagen como un
organismo viviente. Si realmente queremos entender lo que la imagen nos puede decir,
su verdad posible,, tendriamos que inmovilizarla. Sin embargo, no creo que nada eso
sea importante. No debemos limitarnos al significado de las cosas porque eso no es
trascedente. Aquel metodo antiquisimo y anticuado de Panofski ya no puede
aportarnos mucho sobre el mundo de la imagen y esto se debe a que la imagen ya no
es un signficado, sino que es un accion, una circunstancia. La imagen muda en el
capullo de la realidad. Lo que debemos hacer es comenzar a pensar en la imagen en
terminos de sentidos, de gestos.
Entonces, partiendo de la idea preciosa de Didi Huberman, dije :Bueno, el titulo de esta
platica esta dividido en tres partes:
Entonces, “La casa embrujada” es el ejemplo con el cual explicare este proyecto. La
necesidad de este ejemplo viene de que a veces leo este proyecto para alguna persona
y al leerlo esta me dice “Si, esta muy bonito” pero cuando le pregunto cualquier cosa
sobre el tema, lo unico que responden es “Mm la verdad es que no entendi”. Para mi
es muy importante que a aprtir de este ejemplo, de este relato ficticio, podamos
generar una pequena discusion. Asi, pues, vamos a comenzar.
Despues de todo lo que hemos escuchado con el Maestro Pedro Mota Garcia, despues
de hablar sobre la imagen como verdad, la imagen como poesia, y sobre aquella
dimension previa a la imagen, es decir, el origen de la imagen, ha llegado la hora de
preguntarnos, de presentar un nuevo cuestionamiento, que es una imagen en terminos
memoria?. La imagen fantasma es un archivo, pero un archivo que no esta escrito, sino
que su existencia es apenas imaginable, esta suspendida entre la imaginacion, la locura
y la razon. La imagen fantasma toca a lo real, nos lleva a lo real, sin embargo, una
imagen en-si no es nada; la imagen solo es eso: una imagen. La imagen no es lo real y,
sin embargo, lo toca.
Hace un ano murio mi abuela. Ahorita lo digo con mucha tranquilidad pero cuando
sucedio me senti quebrantado, vulneralble a aquella memoria inconclusa que llevaba a
cuestas como un Atlante. Dias antes de su muerte, si, dos dias antes de aquel dia
funesto, estabamos en su casa ahi en La Paz. . La verdad es que mi abuela no
disfrutaba platicar con nadie; ncluso cuando hablaba solo lo hacia para insultar o
criticar a otros. Solia tomar mucho cafe y meserce todo el dia en su silla antigua.
Aquel dia decidi sentarme a platicar con ella y le pregunte “Oye abuela, me dejas ver
tus albumes de fotos?”; a esto, mi abuela respondio “Pues si...”
Entones comence a hojear y ante mi se abrio una dimension de misterio. Entendi que
lo que tenia en mis manos era una memoria inconclusa; habia intersticios huecos, habia
fragmentos inconclusos. Se trataba de una memoria a medias. Aquella narrativa visual
era un archivo que pendia de un hilo ontologico que apenas resistia el peso de los
anos a los que debia dar nombre y vida. En los albumes habia imagenes donde
realmente no podia verse nada; era como se hubiesen borrado no solo los rostros de
los personajes, sino los colores del cielo, la textura de los arboles. Era como si el oceano
registrado en las fotografias pudiera estar lejos o cerca. No habia manera de leer
aquellas imagenes. Eran archivos cerrados, eran mariposas sin alas.
(Risas)
Asi fue como mi abuela empezo a hablar. Asi fue como mi abuela regreso a su Yo
inmemorial; asi fue como empezamos un juego hasta cierto punto adivinatorio, un
juego de lecturas e interpretaciones de aquello que no estaba escrito. Mi abuela, en su
afan de explicar lo que habia pasado, de subsanar ese hueco en la memoria, empezo a
reinventarse a si misma. Creo un sistema magico autoreferencial basado en si misma y
cuyo proposito era ofrecerse una lectura de si misma. Entonces mi abuela se sintio
capaz y animada para relatar la vida de mi familia. Hablo sobre mi Tio Ramses, sobre mi
madre, mis otros tios...Y para cada fotografia tenia una nueva historia; para cada
documento tenia un orden exacto, una posicion precisa en su memoria. Lo interesante
de estos relatos era que, a pesar de ser explicaciones de las fotografias que ella tenia
en susn manos, ninguno tenia una relacion directa con la imagen. Mi abuela hablaba
de algo que estaba fuera de la realidad de la imagen, mi abuela trasgredia el sentido
de realidad del documento. A ella no le importa el documento en cuanto tal, sino la
situacion en que fue escrito, las condiciones emotivas, historicas, familiares. A ella le
interesaba la relacion de esta fotografia consigo misma: no con la realidad.
Este momento fue realmente significativo para mi. Se trata de la escena en que mi
abuela tomo de las patitas a la mariposa, con toda la delicadez con que se trata a un
ser fragil, y la sostuvo en sus manos para mostrarme el aleteo de aquella memoria
visible en los pligues de las alas de aquel insecto fantasma.
Cuando mi abuela tuvo en sus manos a la mariposa -en este caso una imagen, un
recuerdo, un fatasma- inicio un estudio anatomico de aquellos recuerdos de los que
quiza ya no tenia conciencia y sin embargo podia augurar. La memoria de mi familia,
los fantasmas de nuestro pasado, se abrian y cerraban, ardian y renacian de sus
propias cenizas. Mi abuela vislumbro su pasado en un instante, en una experiencia
momentea tan fugaz como el aleteo de una mariposa. Un instante vasto para evocar
aquella experiencia de extraneza ante el pasado incierto. Un instante fue suficiente para
invocar a los fantasmas que custodian el palacio de la memoria.
Quiza fue el compromiso de mi abuela, aquel “Algo tengo que decir ” lo que la para
construir un discurso tan vasto. Entonces mi abuela tomo una fotografia en la cual
aparecian personajes difusos y recomenzo el discurso. A continuacion leere un breve
escrito que escribi para relatar este primer encuentro con la memoria familiar, esta
primera ceremonia de invocacion y ritualizacion de las imagenes.
Siempre que hablo sobre esta anecdota siento la impresion de que falta algo, de que
debo decir algo mas. Es por esa razon que decidi escribir un breve texto, algo
realmente pequeno, pero que permite atisbar aquel primer encuentro.
Mi abuela tomo un album y comenzo a leerlo, hojearlo, reconstruirlo, reinventarlo. Empezo una ceremonia, un ritual. Aquellas
hojas de libro pasaron de ser imagenes-reales a ser templos, vehiculos espirituales. Mi abuela no solo leia aquel libro, sino
que lo transformaba. Leia no al archivo visible, sino al archivo imaginario, al que se encontraba en el punto medio entre la
imagen y el recuerdo. La lectura -ritual- significaba abrir la puerta a los fantasmas que habitan en la imagen. A traves de
aquel ritual las imagenes fantasma se tornaban visibles, tangibles, experimentables, imaginables.
Al momento de acercarme a mi abuela esperando una respuesta ante el misterio de la imagen, yo habia abierto, sin darme
cuenta, una especie de portal que me conduciria hacia la experiencia reveladora de la imagen fantasma.
Entonces mi abuela me abandono. Se cuerpo fue a otro lugar, otro tiempo. De aquella narracion solo nos quedan aquellos
archivos inconclusos que dejo aquel Aruspice familiar. La historia siempre estara inconclusa: solo nos queda imaginarla,
suponerla.
En la cultura Etrusca, los Aruspices eran una especie de interpretes del pasado y
adivinos del porvenir, cuya practica adivinatoria se basaba en la lectura de los pliegues
de las visceras de animales. Es algo que me parece muy interesante porque los
Aruspices eran mitad locos y mitad sabios. Emperadores, reyes, y cualquier otro
personaje poderoso acudian en busca de una lectura del futuro que los orientara para
tomar decisiones apropiadas.
Entonces todo este ritual era una cosa bastante chistosa porque el futuro de un pueblo
estaba en las manos de un Aruspice y en las visceras putrefactas de un animal. Era
una situacion muy compleja.
Asi fue como adopte a la figura del Aruspice como un elemento crucial en el desarrollo
de esta investigacion. Y como fue que lo hice? A traves de mi abuela. Mi abuela, es
decir, el Aruspice familiar, hizo durante la ceremonia de la que ya hablamos, una
lectura, una interpretacion de las visceras de las imagenes que tenia en sus manos, de
aquellas imagenes sacrificadas para invocar a ciertos fantasmas.
Mi abuela hizo un montaje de discursos sobre una imagen que realmente no decia
nada en-si, sino que todo significado tenia una imprecacion de imaginacion y
demencia. Los limites de la imagen son los limites de la imaginacion.
(Risas)
De que tipo de imagen se trataria?. Pensemos en tres categorias de imagen, cada una
situada en su propia temporalidad. Tenemos, en primer lugar, a la imagen real, esto es,
lo que vemos. Las cosas como nos son presentadas. Vemos lo que podemos ver y en
este limite de representaciones se yergue como maximo pilar la imagen real. En
segunda instancia se encuentra la Imagen posible, es decir, lo que las cosas podrian
llegar a ser, representar, tocar, arder. Se trata del segundo nivel epistemico de la
imagen. Es el “ir hacia” de la imagen real. La imagen posible es la llama que hace arder
a la realidad. Y por ultimo, un tercer concepto – mi propuesta: la Imagen fantasma.
Lamina no.1
Nuestra comprension del mundo se encuentra dividida por una bipolaridad de niveles:
lo real y lo posible. El primero, es una experiencia inmediata del mundo, un tipo de
conocimiento basada en nuestra relacion perceptiva con las cosas. El segundo, es una
experiencia de la imagen, un posicionamiento que debate a la realidad de la imagen.
Sin embargo, existe un tipo de conocimiento no acecsible mediante la razon que nos
proporciona la imagen real; esto se debe a que la imagen real esta inconclusa. Nuestro
conocimiento del mundo esta condicionado por nuestra compresion de lo visible, lo
comprobable, del discurso.
Lo que vemos, es decir, lo que la imagen nos permite ver, esta mediado por el discurso.
Es como si solo pudieramos imaginar lo que una imagen nos dice. No existiria una
realidad fuera de la imagen. La imagen seria el estato definitivo de la realidad. Esto
seria una situacion muy complicada por que en este caso la memoria -aquello aun no
registrado, el discurso no institucionalizado- no tendria validez como forma de
conocimiento. Ejem. Mi abuela jamas hubiera alcanzado un conocimiento de su pasado
si se hubiera limitado a la experiencia inmediata que le proporcionaba la imagen real.
Mi abuela no podia decir “Ay, no me acuerdo que paso ahi”. Ella debia jugar un poco al
Aruspice familiar.
Lamina no. 2
No basta con tener acceso a la realidad, tambien hay que ritualizarla, quebrantarla,
hacarla arder. Entonces habria que pensar en otro tipo de imagen, otro tipo de
temporalidad y espacialidad, otro tipo de discursos y otra manera de leer que permita
la lectura no ya de lo “real” sino de lo posible. Esta seria, pues, una lectura de lo posible,
una lectura de las visceras de las imagenes fantasma.
Asi que es importante escuchar a ciertos discursos que de alguna manera se convierten
en archivos. Es un poco como aquello que nos dice Carlo Ginzburg al hablar del
discurso de las brujas durante el medievo. El discurso de las brujas, aquello que decian
sobre si mismas o la comunidad las obligada a decir- permite una lectura de la historia
de las mentalidades del periodo en que se situaron (Carlo Ginzburg, “El Aquelarre:”,
Historia nocturna).
Todo lo que mi abuela decia eran discursos mas que palabras, archivos mas que
anecdotas. El discurso magico de mi abuela era una especie de montaje de tiempos
heterogeneos. Por eso propongo la categoria de Imagen fantasma: es una manera de
leer y experimentar – considerando a la imagen una forma de conocimiento estetico-
aquello que nunca fue escrito y, sin embargo, es visible en su forma de heterotopia
vivificada. La imagen fantasma posibilita el acceso a todos aquellos documentos,
aquellas mariposas suspendidas en el silencio.
Claro que mis comentarios sobre la figura de Benito Juarez no serian bien recibidos en
un libro de tercera de primera; sin embargo, hay que reconocer su lado comico y
tiernamente estimulante (Risas).
Lamina III
El fantasma se torna visible en la medida en que creamos en el. Si alguien me dice que
cierto fantasma se aparece en tal lugar y a determinadas horas, yo podre verlo siempre
y cuando espere verlo. Sin embargo, si desde el comienzo estoy negado al encuentro
fantasmagorico, entonces estaria cerrando los portales de la invocacion. La imagen
fantasma es un pacto, la complicidad teatral entre quien narra y quien imagina.
Recuerdo una de las clases de la Doctora Vera Pugliese. Aquella clase fue asi: Vera
Pugliese se levanto de la silla, se acomodo el cabello y dirigio una pregunta publico
“Que es el teatro?”. Acto seguido, prosiguió diciendo esto “ Imaginen que yo no soy
Vera Pugliese; que soy una persona contratada para hablarles sobre historia del arte;
imaginen que soy cualquier otra persona, alguien sin conocimientos. Ustedes confiarían
en todo lo que digo?. Entonces se mantuvo en silencio.
Tanto mas sepas sobre la imagen mayor será lo que podras obtener de ella. Es muy
importante pensar en esto: debemos colocarnos ante la imagen ya con un
conocimiento de lo que puede pasar, sabiendo en que temporalidad se ubica la
imagen/documento. Imaginemos esta situación
Yo visito a mi abuela- el arúspice familiar- con un libro en manos. Yo se que este libro
pertene a mi familia y que fue “escrito” –en términos de imagen-por una persona
cercana a mi. Sin embargo, mi conocimiento sobre el libro y las practicas de
interpretación que de el puedan derivar están limitados a mi condición como lector-
pasivo. Necesito de alguien que amplie mi horizonte interpretativo de la imagen. Yo
solo puedo ver aquello que conozco y entiendo. Necesito de alguien que me inicie en
la practica de hablar con fantasmas, en el ritual de invocación de las imágenes
supervivientes..
Lamina III
Este problema también fue planteado por Carlo Ginzburg en “El Aquelarre”. En este
trabajo Ginzburg propone una revisión de los archivos y documentos sociales legados
por las brujas durante el medievo y el renascimiento. El autor supone que una revisión
del discurso no institucional proferido por las brujas para referirse a si mismas, podría
permitirnos un mapeo de las mentalidades de aquella época. Asi mismo, seria
conveniente una revisión del “decir” de los campesinos que participaban en los juegos
de forma deliberada con tal de condenar a una mujer demente. Ambos lados – la bruja
y el sistema- desempeñan un papel fundamental en el proceso de legitimizacion y
construcción del paradigma que hoy seguimos. Sin el discurso imaginario de las brujas
no habría huellas que seguir, excepto documentos oficiales y reportes tan subjetivos
como los discursos blasfemos de las brujas condenadas.
Eso es lo que me interesa: el discurso que nunca fue escrito, aquel discurso inestable
que sobrevive arrastrándose entre los fisuras del discurso
(risas)
Sin embargo, el Aruspice puedes ser tu mismo. Hemos dicho que la imagen fantasma
implica una discontinuidad en el tiempo-espacio. La imagen fantasma es un
espejo/portal que nos lleva a esa otro dimensión en que estamos de una manera
diferente. A través de un juguete puedo vislumbrar los anos que vive en una casa que
ha sido demolida. Solo yo puedo ver a mi pasado, pero existen ocasiones,
principalmente cuando la imagen-real nos es extraña, en que necesitamos de un
Aruspice externo para ver aquel mundo. Aunque, a decir verdad, la función del
Aruspice seria doble: para nosotros, seria un guía entre los senderos de la memoria;
para si mismo, seria un enfrentamiento, una relectura de si mismo. Mi abuela, el
arúspice familiar, no solo reconstruia su memoria para ofrecérmela, sino que
reconstruia aquellos lugares donde estuvo para volver a ciertos lugares, con ciertas
personas y a hacer no se que cosas.
Osiris Arias.- Si, justamente por eso he dicho que la imagen fantasma implica una
discontinuidad en la temporalidad de la imagen real –objeto presente, discurso
institucional-.
Francisco Buelna.- Y que sucede con las imágenes que están internet; es posible tener
una experiencia como la que has descrito con aquellas imágenes virtuales que podrían
pertenecer a cualquiera; donde queda el discurso del Aruspice y el ritual mágico?
Osiris Arias.- Esa es una excelente pregunta. Ya había reflexionado sobre esto que
planteas y sinceramente reconozco que temia que me cuestionaran algo al respecto.
(Risas)
La respuesta que tengo es que internet no puede ser un arúspice ni siquiera una
ceremonia o ritual de invocación de imágenes fantasma . Esto se debe a que para
invocar a un fantasma es precisa una relación afectiva con el objeto, se necesita un
misterio por resolver. Es un poco lo que Walter Benjamin decía sobre el Aura…Las
imágenes de internet son mariposas estáticas, congeladas, inertes. Y algo mas: siempre
aluden a otra imagen, a otra realidad. Se trataría, aun en el caso de aquellas imágenes
que estimulan el espíritu de los cibernatuas, de una experiencia mediada…es como
cuando te muestran la fotografía de un fantasma . Siempre podrá sorprendernos y
aterrarnos, pero jamás será una experiencia tan siniestra, tan intensa como estar en el
ritual mismo de la invocación. Para tener un contacto con real hay que meter las manos
al fuego: no basta con acercarlas a la llama.
Mara Rodriguez.- Jorge, podríamos decir que el arúspice es un discurso que nace de la
confrontación ante el discurso institucionalizado. El Aruspice rescata a la oralidad, al
sentido oculto y misterioso de la historia. Representa a la posibilidad de una nueva
forma de interpretación de aquello que esta ahí pero el discurso institucionalizado no
nos permite leer. El Aruspice posibilita, creo, el conocimiento de aquello a lo que
decias que le interesaba a Foucault.
1: 04
Es necesario el contacto con una persona que “ha vivido” o ha “experimentado” aquello
que deseamos entender. Si, es cierto: es posible el autoreconocimiento ante el objeto
pero difícilmente esto podría significar una vivencia significativa. El Aruspice es un
espejo de tu discurso, o mas bien: es Aruspice se encarga de rescatar al discurso
perdido en los laberintos de la memoria. Es una especie de arqueología de imágenes
supervivientes, de fantasmas.
Rodrigo Mendez.- Que diferencia hay entre lo que el Aruspice pueda inventar o
augurar, y lo que tu podrias decir al mentirte?
(Risas)
(Risas)
Lamina IV
Entonces, la imagen fantasma ya no pertenece a este mundo y, sin embargo, una parte
de si ha quedado entre nosotros y, tal vez, parte de nosotros también esta ahí, en el
tiempo perdido de los fantasmas. Si, es cierto: la imagen fantasma proviene de un
documento real y esta ultima es una cosa, un objeto, etc.. Sin embargo, cuando la
imagen fantasma se manifiesta su presencia deslumbra a lo real, y es tanto el calor y es
tanto el misterio que el interés por lo real se desvanece. Entonces estamos ahí, delante
a lo misterioso, parados sobre los escombros de la memoria y absortos a tal grado que
nos paralizamos. Es ahí cuando regresamos, cuando nuestra memoria episódica se
debate consigo misma. Entonces la imagen fantasma, aquel objeto siniestro- no solo es
imagen, sino que también es experiencia, conocimiento de lo real.
Lamina V
La imagen fantasma se manifiesta como el eco de una experiencia en que la
imaginación y la memoria interactúan y tienen un papel fundamental en el ritual
donde la imagen fantasma toma posición sobre lo real.
No se si alguno de ustedes ha visto una serie llamada “El fantasma escritor”. Era
buenísima.
El fantasma escritor es un gran ejemplo sobre el problema de la complicidad entre el
Aruspice y quien escucha.
El fantasma escritor es el único capaz de ofrecer las claves para alcanzar un mayor
conocimiento de lo real. El fantasma ve lo invisible, ve lo remoto., conoce las claves
para leer aquello que nunca fue escrito. La visión del fantasma penetra en el capullo
de la mariposa.
El hecho de que tu veas y sientas algo y que el discurso inventado –la mentira-
responda a tu misterio, convierte en verdad posible a todo lo que se dice sobre la
imagen real.
Me pregunto por qué existen los fantasmas. Su razón de ser es el asunto pendiente. El
fantasma es alguien aquién le faltó hacer algo, decir algo, narrar algo. Los fantasmas de
mi abuela sobreviven porqué hoy, después de tantos años, por fin encuentran la
oportunidad para liberarse, para descansar. Después de cumplir su condena, después
de saldar su deuda, el fantasma desaparece y se escabulle. Pienso en la mariposa: una
mariposa, después de ser vista y admirada, se va. No queda más que el halo de su
aleteo, que una minúscula marca de su existencia. Tal es la condición de la imagen.
Jorge Fernández.- Eres Arúspice en el momento en que alguien te pide que lo seas;
cuando sucede una comunión con el otro, cuando nace la necesidad de un
conocimiento y de una lectura de lo nunca escrito. Entonces únicamente el Aruspice
podrá socorrernos, únicamente el Otro yo –en el caso de ser tu mismo el Aruspice-
podrá leer aquellos pliegues de la memoria.
Lamina VI
Lo que recibimos de una obra de arte depende de aquello que le llevamos ( Nicole
Everart). Aquello que vemos durante el ritual de invocación depende de nuestra
disposición intelectual y afectiva hacia tal percepción. Para ver, no basta con que el
signo exista, sino que debemos “creer” en el. El fantasma existe en tanto que lo “vemos”
de una manera diferente; la imagen se convierte en un fantasma al ser vista de una
manera distinta, al ser vista como una ruptura de su propio estatuto fenomenológico.
Lamina VII
Para ver una imagen fantasma debemos meternos en la dimensión del Aruspice, no
solo interactuar, sino entrar en un estado empático donde la distancia entre el acto y la
poesía se borren. La relación con el Aruspice debe ser una relación Total, un encuentro
de sacrificio, de perdida, de olvido y rencuentro.
Asi pues, La imagen fantasma solo es visible en tanto que exista la disposición hacia
una apertura de las facultades de conocer, hacia un despojo de los esquemas de
conocimiento heredados de la imagen real. La imagen fantasma solo aparecerá
cuando nos atrevemos a frotar la lámpara de la realidad.
Frida de la Sota.- Todo puede tener una imagen fantasma; objetos, esculturas, pinturas,
fotografías, textos?
Osiris Fernandez.- Es muy buena pregunta. Todo puede albergar una imagen
fantasma en tanto que exista el reconocimiento o la empatía con ese algo.
Recordemos que la imagen fantasma surge como una unión –por asi decirlo- de dos
mundos: lo real y lo posible. Se trata de algún modo del “misterio” del que hemos
hablado. Recuerdo que el escritor Octavio Paz dijo que existe un pequeño espacio
entre dos palabras. Y creo que la imagen fantasma es ese pequeño archivo, ese
pequeño recuerdo que existe entre dos discursos.
Si, es cierto; Existen ciertos objetos en lo que podríamos decir que “habita” la imagen
fantasma. El hecho de que yo haga una pintura no significa que este creando una
“imagen fantasma”; a lo sumo podría tratarse de una evocación de la experiencia
sensible que tuve ante el objeto de mi recuerdo. La imagen fantasma toma posición
como una anacronia, como un desbordamiento poético de lo real. La “visión” que ábre
las entrañas de lo real y que permite la lectura de lo nunca escrito, es una visión de lo
imaginario,de lo posible, lo insolito.
Me parece importante recordar que la imagen fantasma siempre surge para subsanar
un hueco, para dar sentido a un espacio en blanco. Siguiendo el caso del pintor, este
no podrá jamas crear sus propios fantasmas, aunque podría crear un mito que otros
creeran e incluso podría crear un sistema de fantasmas y sentidos. Pero jamas una
imagen fantasma. La memoria se rige con sus propias reglas y estas son
inquebrantables. No podemos hacer “surgir” a un misterio. El misterio sucede por si
mismo y una consecuencia de su apariacion es el quebrantamiento de todo estatuto
de realidad.
En una imagen fantasmas siempre habrá algo que preguntar pero aun siendo tu
mismo e lcreador las respuestas no podrán salir de nuestra imaginación, sino que están
en algún otro lugar, en algún otro espacio. Quiza los sentidos y el orden definitivo de la
memoria – si es que lo hay- esta en ese Otro cuerpo que no es el mismo en que
habitamos.
Frida de la Sota.- Entonces si cada persona “pregunta” algo diferente, cada quien vera
una imagen fantasma distinta?
Osiris Fernandez.- Si, porque cada persona tiene una expectativa distinta de lo real.
Cada persona tiene una pregunta diferente y una visión diferente del mundo posible.
Solo podemos ver aquello que esperamos, aquello que de alguna manera ya hemos
vislumbrado aunque sea solo en el mundo del sueño. Y después de todo, las imágenes,
aun aquellas que puedan ser llamadas fantasmas, no son mas que representaciones de
nuestra voluntad de recordar, reconstrui. Una imagen es un montage de discursos y
tiempos, de sentimientos y acciones.
Y es tanta nuestra desesperacion por saber que paso en ese lugar o por lo menos si
acaso ocurrio algo, que comenzamos a elucubrar hipótesis fantásticas, posibles
explicaciones para el aura tenebrosa que envuelve al edificio. Y es en este momento, en
esta juego de locura-imaginacion, cuando la casa (véase figura 1) pasa de ser un objeto
real a un objeto posible.
(figura 1. Imagen real) (figura 2. Imagen posible
La lectura del Aruspice permite vislumbrar aquellos archivos que no fueron escritos.
Todos nos es develado: los modos de organización de una comunidad, la comunidad
de pensamiento, los secretos de un espacio. El Aruspice articula una narrativa
sistematica de la historia perdida; construye un montaje de nexos por intervalos. Si,es
cierto: la lectura del arúspice es una lectura de lo real; pero mas alla de “leer a lo real”
su interés esta en estimular el contacto entre todos los mundos posibles. El arúspice
interpreta para abrir los intersticios, para abrir la posibilidad de una interpretación
infinita del mundo. La imagen fantasma es, entonces, ese archivo, ese intersticio
abierto. Se trataría, pues, de una especie de espejo. Y por que un espejo? Porque un
fantasma es el reflejo de una idea, de un mito, una situación. Y la imagen no es mas
que la situación mental de un interpretante.
Asi es como nuestra curiosidad reposa. Descubrimos que en aquella casa si hay
fantasmas, pero no del tipo que aterrorizan en las películas o relatos.. Se trata de
imágenes supervivientes. El arúspice señala la existencia de casas vecinas, de personas
que caminaron por ahí, mascotas, fiestas, muerte. El relato del arúspice es una
explicación sobre el proceso en que se moldea la memoria. La memoria no se
compone de momentos aislados, sin de interacciones donde la distancia entre el
objeto y el tiempo no se hacen mas que constatar la presencia de puntos medios. La
memoria es el espacio que existe entre un recuerdo y otro,, entre el espacio y el
tiempo.
Y los habitantes de aquella casa ya no están ahí. Solo quedan las condiciones de la
ausencia, los escombros de una presencia. En esta casa solo podemos ver resquicios,
fisuras.
En esta casa no se aparecen fantasmas como La Llorona, el Señor del camión, ni otros
tantos. Solo están los fantasmas de una memoria. Solo quedan archivos que
únicamente pueden ser leidos por un arúspice, por alguien que tenga la imaginacin – o
quizá la demencia- para hacer una lectura de lo nunca escrito.