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3.- Reacciones Circulares Secundarias (4-8 meses): repite las acciones porque le resultan
placenteras de forma voluntaria. Estas acciones ya no están centradas en su cuerpo solamente
sino que también en los objetos que le rodean.
4.- Coordinación de Esquemas Secundarios (8-12 meses): la conducta es intencional. Ya
busca los objetos en el lugar en el que los vio desaparecer.
5.- Reacciones Circulares Terciarias (12-18 meses): repite las acciones pero modificándolas sin
ser siempre iguales, experimentando. Busca los objetos en el último lugar en los que los vio.
6.- Paso a las Representaciones Mentales (18-24 meses): va interiorizando esquemas de
acción que le permiten conocer las propiedades de los objetos sin tener que actuar con ellos.
Con los objetos sabe que permanecen en un lugar aunque no los esté viendo.
c) Desarrollo Afectivo-Social. Se inicia en el nacimiento. Destaca la importancia del
primer año de vida ya que estas capacidades están implicadas en los conflictos displacenteros
y en las reacciones placenteras. Ambos están ligados a las necesidades básicas de índole
fisiológicas.
El niño empieza a socializarse por la necesidad que tiene de que los adultos le satisfagan sus
necesidades (alimento, protección, higiene...). Necesita a los adultos y ellos le irán
introduciendo en los valores. Normas, actitudes a interiorizar (Herencia Social). Los primeros
agentes sociales son la familia y luego, la escuela y el grupo de iguales.
A partir de los 6 meses distingue a personas concretas y procura su compañía mediante las
llamadas Conductas de Interacción Privilegiada estableciendo así un Vínculo de Apego. Su
vida afectiva se reduce a emociones.
A los 8 meses ya teme a los desconocidos y reacciona de forma distinta si es o no conocida la
persona con la que trata.
Durante el primer año se va formando, en el segundo se consolida, y de ahí en adelante las
figuras de apego se van alejando ya que el niño va adquiriendo autonomía.
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sensoriomotrices. Es una incipiente Representación Mental. Se caracteriza por el uso de
preconceptos y de razonamientos transductivos. Va adquiriendo el conocimiento del mundo,
formándose esquemas a través de la acción con las personas y con los objetos.
El niño utiliza la función simbólica, que permite evocar lo ausente mediante signos y símbolos
diversos, manifestándolo con una imitación diferenciada o bien en el juego simbólico o en el
lenguaje.
La manera del niño de representar el entorno que le rodea sigue siendo subjetiva ya que su
pensamiento se caracteriza por el egocentrismo.
c) Desarrollo Afectivo-Social. A los 2 años ya conoce algunas palabras que le van a
permitir en el futuro desarrollar y formar su gran imaginación e irse interesando por cosas
abstractas (4 años) como la luna, el sol ...
Vemos, así, como el lenguaje resulta clave en esta época, pues permitirá el contacto verbal
explícito con los otros, y sobre todo con el adulto, siéndole útil para conseguir sus fines.
El desarrollo social se verá fuertemente influenciado por la familia, por la escuela y por la
relación con los iguales. Según sean los padres (autoritarios, permisivos, democráticos...) así
serán los niños.
En cuanto al desarrollo afectivo, el niño va a ir desplazando al amor y el afecto por la madre
(figura de apego) a otras personas u objetos.
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c) Desarrollo emocional. En esta edad, la mayoría empieza a desarrollar un concepto más
realista acerca de sí mismos, y, en este sentido, la autoeficacia es la percepción que tenemos
de nuestra efectividad. Bandura (1986) considera cuatro fases: percepción de los propios
logros personales, comparación de uno mismo con los demás, persuasión de los demás y nivel
de activación.
d) Desarrollo social. El mayor desarrollo de esta etapa se produce en el ámbito escolar por
medio de la interacción entre pares, el juego y la cooperación. A la vez adquiere también gran
importancia la popularidad, las pandillas o la competición.
e) Desarrollo musical. En esta etapa es consciente de que puede representar y expresar
corporalmente la abstracción que la música representa. Compara sonidos. Emite sonidos y
puede captar la importancia de la voz humana. Es capaz de utilizar la escritura musical,
interpretar sencillas partituras, seguir secuencias rítmicas, etc. Zenatti llama a esta etapa
estadio organizativo improvisatorio, caracterizado por: la capacidad de organización interválica,
el asentamiento de lo tonal, la adquisición de la pulsación, la percepción de esquemas
cadenciales y capacidad para hacer improvisaciones, iniciándose en la organización formal.
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1.6.2 Medidas específicas para alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo
Educativo
a) Alumnado de incorporación tardía al sistema educativo
“Las Administraciones educativas garantizarán que la escolarización del alumnado que acceda
de forma tardía al sistema educativo español se realice atendiendo a sus circunstancias,
conocimientos, edad e historial académico, de modo que se pueda incorporar al curso más
adecuado a sus características y conocimientos previos, con los apoyos oportunos, y de esta
forma continuar con aprovechamiento su educación” (LOE, artículo 78).
Se darán dos tipos de medidas de atención a este alumnado procedente del extranjero:
• Cuando presenten graves carencias en la lengua de escolarización del centro, recibirán
una atención específica que será, en todo caso, simultánea a su escolarización en los grupos
ordinarios, con los que compartirán el mayor tiempo posible del horario semanal.
• Cuando el alumnado tiene un desfase curricular de más de un ciclo, podrán ser
escolarizados en el curso anterior al que les correspondería por edad. Si tras las medidas de
refuerzo trazadas, el alumno superase su desfase, podría incorporarse de nuevo al grupo
correspondiente a su edad.
b) Alumnado con altas capacidades intelectuales
“Corresponde a las Administraciones educativas adoptar las medidas necesarias para
identificar al alumnado con altas capacidades intelectuales y valorar de forma temprana sus
necesidades. Así mismo, les corresponde adoptar planes de actuación adecuados a dichas
necesidades” (LOE, artículo 76).
Real Decreto 1513\2006, de 7 de diciembre, establece para la Educación primaria que la
escolarización este tipo de alumnado se flexibilizará de forma que pueda anticiparse un curso
el inicio de la escolarización en la etapa o reducirse la duración de la misma, cuando se prevea
que son éstas las medidas más adecuadas para el desarrollo de su equilibrio personal y su
socialización.
c) Alumnado con necesidades educativas especiales
La LOGSE supuso un gran revulsivo en cuanto a la aplicación de determinados principios
acuñados por la LISMI (Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración social del Minusválido)
aplicables de cara a la atención educativa para alumnos y alumnas con algún tipo de necesidad
educativa. Sin embargo, la LOE mantiene tan sólo dos de ellos:
-Normalización en el trato a las personas minusválidas.
-Integración en el contexto ordinario de los alumnos/as con alguna minusvalía.