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Saber disciplinario y saber pedagógico: tensiones y respiros en un programa de formación inicial docente consecutivo

Saber disciplinario
y saber pedagógico:
tensiones y respiros
en un programa de
formación inicial

PROFESIÓN DOCENTE
docente consecutivo
Mauricio Núñez Rojas1
Lino Cubillos Silva2

El presente artículo aborda la problemática en torno a la formación


pedagógica y la formación disciplinar de los estudiantes del área de educación.
Justo cuando el debate acerca de la pertinencia y calidad de la formación inicial
docente está en la primera línea de la discusión a raíz de los resultados obtenidos en
la prueba Inicia, y cuando el Ministerio de Educación hace públicos los Estándares
Orientadores para Carreras de Pedagogía, presentamos este ensayo que aborda
la articulación entre saberes pedagógicos y saberes disciplinarios en la perspectiva
de la construcción de saberes pedagógicos de los contenidos, aspecto clave en la
formación inicial de los futuros docentes.

1 Profesor de Historia y Geografía. Dr. en psicopedagogía, Universidad Laval. Subdirector del Departamento de Estudios Pedagógicos,
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.
2 Profesor de Matemática y Computación. Magíster en Gestión Educacional. Director del Departamento de Estudios Pedagógicos, Facultad
de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.

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Goldberg poseía el más hermoso jardín de la trabajo, de su función, del valor de su acción personal
ciudad y, siempre que pasaba por allí, el rabino en la creación del jardín, llegando al extremo de desme-
le decía a Goldberg: “Tienes un jardín que es recer todo lo hecho con antelación a su intervención. Si
una preciosidad. ¡El Señor y tú sois socios!”. el jardín es bello es gracias a él. Este tipo de percepción
“Gracias, rabino”, respondía Goldberg, a la vez podría encontrarse fácilmente en un programa de for-
que hacía una reverencia. Y así durante días, mación inicial docente, donde los socios en el cultivo
semanas y meses... del jardín serían los expertos disciplinarios y sus saberes
por un lado, y los educadores y sus saberes pedagógicos
Al menos dos veces al día, cuando se dirigía por otro. Esto, en el bien entendido que unos y otros sa-
a la sinagoga o regresaba de ella, el rabino beres proceden de fuentes diversas y donde los sujetos
decía lo mismo: “¡El Señor y tú sois socios!”. implicados siguen enfocando la formación inicial como
Hasta que a Goldberg empezó a fastidiarle dos problemas en uno. Pero ¿quién es aquí el jardinero?
lo que, evidentemente, pretendía ser un ¿De quién es la mano?
cumplido por parte del rabino. De manera
que la siguiente vez que el rabino dijo: “¡El La formación inicial seguirá adoleciendo de
Señor y tú sois socios”, Goldberg le replicó: “Tal tal dualidad epistémica mientras no resuelva articular
vez tengas razón. ¡Pero tendrías que haber ambas esferas de saberes, en otras palabras, mientras
la base disciplinar no se integre con los saberes peda-
visto este jardín cuando era el Señor su único
gógicos en una apuesta más cercana a lo propio de la
propietario!”.
didáctica, los saberes didácticos o, en palabras de Lee
Anthony de Mello, La Oración de la Rana Shulman, a la construcción de un conocimiento peda-
gógico del contenido.
Comenzar un artículo
En un artículo publicado por Shulman en 1986,
''La formación con una metáfora puede resultar
ya se perfilaba este problema cuando, tomando presta-
algo exótico, sobre todo cuando
inicial seguirá lo que se espera es la explicita- das palabras de George Bernard Shaw, el propio Shul-
man daba cuenta de un aforismo que reconocía infa-
adoleciendo ción de posturas más bien racio-
me, agraviante para la profesión docente: “El que sabe,
nales sobre un tema. Pero, si he-
de tal dualidad mos optado aquí por proponer sabe. El que no, enseña”. A lo largo del artículo se sientan
las bases de esta discusión y de las tensiones que la
epistémica este breve texto, no ha sido solo
para introducirnos en el proble- acompañan desde el siglo XIX. Sin embargo, el artículo
mientras ma de la relación de poder y de acaba con una modificación sustancial a la referencia a
los espacios de negociación po- Bernard Shaw. Shulman vuelve a escribir “El que sabe,
no resuelva sibles entre los saberes discipli- sabe…” y luego acaba la sentencia modificando el origi-
articular ambas narios y los pedagógicos en un nal por “…y el que comprende, enseña”. ¿Dónde está la
programa de formación inicial frontera entre el saber y el comprender? ¿Cómo pode-
esferas de docente. Lo hemos hecho por- mos medir tal transición en un programa de formación
saberes, en que creemos que las metáforas inicial docente que se caracteriza como consecutivo3? El
presentan un formato intere- problema excede, por cierto, la naturaleza de un pro-
otras palabras, sante para abordar un proble- grama de dichas características, porque también en un
mientras la ma de esta naturaleza y porque programa concurrente4 la instalación de la compren-
sión, que da cuenta de una plena apropiación disciplinar,
entendemos que la narración es
base disciplinar el paisaje natural en el que los debe ocurrir en algún momento.
no se integre profesores nos movemos y exis-
timos (Elbaz, 1991). El problema de las relaciones y de las tensio-
con los saberes nes que se generan entre los campos disciplinarios y
Claramente, Goldberg los conocimientos pedagógicos de los mismos son his-
pedagógicos''. tiene un sentido elevado de su tóricas. En el siglo XIX dominó más bien un paradigma

3 En un programa consecutivo o de poslicenciatura la formación pedagógica se realiza a continuación de la formación en la disciplina.


4 Se denomina programa concurrente a aquel en que la disciplina a enseñar se estudia en forma paralela a la formación pedagógica.

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de preeminencia del contenido disciplinar en los cu- dares buscan reflejar la profundidad y com-
rrículos de formación de profesores. Luego, avanzado plejidad de la enseñanza, destacando aquellos
el siglo XX, la tendencia fue dejar que los métodos aspectos que resultan indispensables y decisi-
gobernaran por sobre los contenidos a enseñar5. Hoy vos para la efectividad del quehacer docente
pareciera ser que la rueda vuelve a girar posicionando (Mineduc, 2012, p. 7).
nuevamente los contenidos disciplinares en el centro
del debate y de las apuestas para la formación inicial Pero en el momento en el que dichos están-
docente. Lo vemos claramente en nuestro escenario dares se formulan desde y para los conocimientos dis-
local donde las discusiones en torno a los resultados ciplinarios, vemos que el qué y el cuánto, se presentan
de la prueba Inicia dejan en evidencia la carencia de como decisiones sobre los contenidos disciplinarios
conocimientos disciplinarios en los profesores nóveles. que debe manejar un profesor, definidos por expertos
Frente a esta situación, la elaboración de estándares en las respectivas áreas. Claramente estamos ante una
ha sido pensada como un medio que debiera estable- zona de definiciones de preeminencias de lo discipli-
cer los pisos mínimos de nar sobre lo pedagógico y
conocimientos que tendría de las respectivas decisio-
que poseer un profesor

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nes políticas que la acom-
recién egresado y una cla- pañan.
ra señal para las institucio-
nes formadoras. No obs- Al leer los están-
tante, y coincidiendo en la dares disciplinarios estos
importancia de contar con presentan, en mayor o me-
pisos mínimos, el proble- nor medida, una constante
ma hoy en Chile pareciera en sus enunciados, parti-
centrarse en la factura de cularmente en el de los
dichos estándares en los respectivos indicadores: el
cuales los conocimientos profesor debe “saber”, un
disciplinarios han sido evi- saber que está enmascara-
dentemente escindidos de do en formulaciones tales
los conocimientos peda- como caracteriza, explica,
gógicos. describe, conoce, y que en
En la introducción sus propios descriptores
del documento Estándares da cuenta de la demanda
orientadores para carreras de manejo disciplinario. “El
de pedagogía en educación Cinetismo. Victor Vasarely (1880-1965) que sabe, sabe…”, decía
media, publicado este año Bernard Shaw. Si entramos
por el Ministerio de Edu- un poco más a fondo en la
cación, se señala que: lectura, veremos que en dichos enunciados poco hay
de articulación con las respectivas didácticas. Es como
Los estándares tienen una doble función: si la disciplina y su didáctica estuvieran irremediable-
señalan un “qué”, referido a un conjunto de mente separadas. Seguro que no era ese el espíritu
aspectos o dimensiones que se debieran ob- de los que trabajaron en las respectivas comisiones
servar en el desempeño de un futuro profesor redactoras, pero da cuenta claramente del “giro en la
o profesora; y también, establecen un “cuánto” rueda”. Si a esto sumamos las demandas de un mode-
o medida, que permite evaluar qué tan lejos o lo de formación por competencias, veremos que nue-
cerca se encuentra un nuevo profesor o profe- vamente hay ausencias en este referencial dado que el
sora de alcanzar un determinado desempeño. “saber” de los enunciados da poca cabida a acciones
En términos de un qué orientador, los están- del tipo diseña, aplica, ejemplifica, ilustra, entre otras.

5 Un claro ejemplo de esto puede verse en el uso de las guías didácticas presentes en las prácticas docentes en Chile desde los años
sesenta. ¿Cuál es la genealogía de dichas guías? ¿Son herederas de un enfoque técnico curricular? ¿Malas traducciones de propuestas con
bases deweynianas? ¿Resabios que cohabitan con otros enfoques y que, a modo de capas, de estratos, forman parte del sincretismo
curricular, didáctico, pedagógico que caracteriza la práctica de los profesores? Referirnos aquí a un sincretismo es normal, si consideramos
que muchos de los profesores que aún trabajan en el sistema escolar han debido “reformatearse” en los últimos 30 o 40 años a la luz de
diversos enfoques.
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Debemos reconocer que ha habido un es- más que teóricos, a través del trabajo en equipo en-
fuerzo por articular lo disciplinar con lo didáctico, sin tre especialistas disciplinares y docentes, que valoren
embargo persiste una clara desarticulación, al parecer mutuamente el trabajo y la experticia del otro. Ello
propia del tiempo que vivimos, cual es la organización requiere asumir que no se tiene toda la verdad y que
misma de los estándares: “en el caso de Biología, Física, la experticia del otro es necesaria y respetable. En un
Química y de Historia, Geografía y Ciencias Sociales, ambiente de trabajo colaborativo con estos atributos
unos estándares distinguen los conocimientos disci- no tiene cabida la bizantina discusión ¿qué es más im-
plinarios que debe lograr el futuro docente, mientras portante… saber la disciplina o saber pedagogía? Los
otros describen las principales herramientas pedagógi- buenos profesores son buenos en ambas dimensiones
cas para su enseñanza” (Mineduc, 2012, p.10). y los saberes de ambas dimensiones están integrados,
lo cual no debiera sorprender, pues en la realidad de
Al referirnos a los aula es muy difícil e in-
conocimientos didácticos necesario separar lo
debemos necesariamente didáctico de lo discipli-
volver sobre la noción de nar. Lo mismo podría
conocimiento pedagógico decirse de los buenos
del contenido, conocimien- programas formativos
to que se presta a confu- de profesores: cursos
sión entre los expertos integrados, discusión
en las disciplinas y que en y colaboración aca-
su momento, dada la au- démica, alineación de
sencia de atención por el esfuerzos, propósitos
mundo académico, fuera compartidos.
categorizado por Shulman
como un paradigma ausen- En un progra-
te (1986). Por cierto que ma de formación inicial
el conocimiento disciplina- docente de modalidad
rio es fundamental, pero consecutiva (poslicen-
¿es suficiente? ¿Qué es el ciatura), hemos de ha-
conocimiento pedagógico cernos cargo, particu-
del contenido? ¿Por qué larmente, de este pro-
el documento ministerial blema de articulación.
insiste en distinguir cono- Nuestros postulantes
cimientos disciplinarios de poseen ya un bagaje
“herramientas” pedagó- de conocimientos en
gicas para su enseñanza? sus respectivas áreas.
Sin título. Víctor Vasarely
¿Qué quiere decir el do- Son licenciados en ma-
cumento cuando enuncia temática, historia, artes
“herramientas”? Pareciera ser que inevitablemente visuales, música, inglés, lingüística, literatura, etc. Han
caemos en lugares comunes de la comprensión de lo estado ocho o más semestres dedicados al estudio
que debiera ser concebido como un conocimiento exclusivo de su especialidad, muchas veces sin haber
complejo: el conocimiento pedagógico del contenido. Y pensado que luego se dedicarán a enseñarla. Arriban
nuevamente quedamos sin “romper aguas”, es decir, al programa de formación pedagógica con un valioso
sin parir la nueva criatura que debiera ser la síntesis capital cultural-disciplinar que debe ser movilizado y
perfecta de lo disciplinar y lo pedagógico. reorientado a la enseñanza. Con ello, son capaces de
moverse con cierta soltura y solidez en los temas que
De acuerdo a nuestra experiencia, esta inte- han de abordar en sus futuras prácticas. Sin embargo,
gración puede ser intencionada, en términos prácticos en un momento determinado enfrentan el shock: sus

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conocimientos de base no siempre sirven para ense- Abordar el qué enseñar, exige que los futu-
ñar un contenido. ros docentes conozcan muy bien los contenidos dis-
ciplinarios, ya que deben ser capaces de discernir lo
Para muchos este es un momento en esencial de lo secundario y, en diálogo con los instru-
el cual no solo se ponen en juego las habilidades mentos curriculares y sobre todo con los contextos
comunicativas, el manejo de grupos o las habilidades de enseñanza, ser capaces de definir lo que será el
sociales, sino también la comprensión profunda que foco de una unidad. Esto, con el fin de no perderse ni
el propio estudiante de pedagogía posee del sentido perder a sus alumnos en un mar de conceptos que en
de lo que enseña y de su relevancia para las vidas de algún momento volverán a la escena de la relación di-
quienes son sus ocasionales discípulos. dáctica. El gran error en nuestro sistema de enseñanza
es concebir que “todo debe ser pasado”. En la ela-
Es el momento en que él toma conciencia de boración de los estándares, cada experto cree, desde
que su saber no es –como señala Alejandro Piscitelli– su propia fascinación disciplinaria, que hay contenidos
un “producto encantado” (2009) que por sí mismo que no pueden dejar de ser enseñados; pero sí, una
atrae a sus estudiantes con avidez y que su labor, vez hecho el discernimiento que signa lo esencial de
en tal escenario, es poner dicho saber al alcance de

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lo secundario, hay contenidos que pueden ser dejados
ellos. Se da cuenta de que, en realidad, lo primero es de lado y otros que pueden o deben ser postergados.
despertar el apetito o necesidad de tal conocimiento, No obstante, el qué ha llegado a ser una definición
pues sin ese ingrediente su labor se convertirá, a poco dada por los expertos más que por los docentes, pu-
andar, en un ejercicio de autoritarismo e imposición diendo generarse de este modo currículos para la for-
cultural que, obviamente, no favorece el desarrollo de mación inicial que se presenten fácilmente hipertrofia-
los alumnos y pervierte el acto docente. Se da cuenta dos en sus contenidos disciplinarios. ¿Sería realmente
también de que la forma en que él fue enseñado capaz el profesor recién egresado de dar cuenta de
en la disciplina no funciona igual con aprendices tanto conocimiento de su área como
que tienen otros intereses, otras dinámicas y otras el que demandarían los estándares dis-
preocupaciones vitales. También comprende que sus ciplinarios que hoy se nos presentan? ''En un
representaciones iniciales de la pedagogía, cuando ¿No es prerrogativa de los docentes ambiente
postulaba a este programa, eran, por decir lo menos, el ir adquiriendo conocimientos disci-
muy rudimentarias y que finalmente no consistía en plinarios y desarrollando conocimiento de trabajo
“adquirir técnicas para enseñar lo que ya sé”. pedagógico de los contenidos mientras colaborativo
construyen su experiencia y su exper-
La apuesta de los programas de formación ticia? ¿No es en parte ese el sentido de con estos
inicial docente de modalidad consecutiva por la la profesionalización entendida como
articulación con las disciplinas, está claramente dada desarrollo continuo?
atributos no
por el trabajo en las didácticas de especialidad. Allí, tiene cabida
los profesores en formación son puestos inicialmente Responder al qué enseñar,
frente a la necesaria reflexión epistemológica, de exige también poseer un conocimiento la bizantina
los sentidos de los saberes, de sus estructuras y sus del currículo escolar y de los planes discusión
formas de construcción (cf. Schwab, 1978). Este y programas de estudio respectivos,
trabajo no siempre es hecho en las licenciaturas de no para someterse ciegamente a los ¿qué es más
base y evidenciamos su necesidad. mismos, sino para dialogar críticamente importante…
con ellos. Así, el profesor llega a
Del saber al comprender: preguntas ser capaz de realizar una selección saber la
clave para el inicio de un tránsito curricular, hacer adecuaciones y
justificar sus decisiones.
disciplina
Las preguntas a abordar para la enseñanza o saber
de cada disciplina pasan por al menos cuatro grandes La segunda pregunta: para
temas: qué, para qué, cómo y a quiénes. qué enseñar ciertos contenidos, gira pedagogía?''.

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''¿No es prerrogativa en torno a los sentidos examinado los tipos de estrategias apropiados
otorgados a los saberes para facilitar el aprendizaje de estos conceptos.
de los docentes disciplinarios en contexto. Con la ayuda de amplias discusiones y de la
el ir adquiriendo En la elaboración de los técnica de los mapas conceptuales los profe-
estándares esta pregunta sores han comenzado a analizar sus discipli-
conocimientos se ve aún más lejana. El nas e imaginar las formas más apropiadas para
disciplinarios y saber pareciera justificar- representarlas de manera que sus alumnos y
se por sí mismo desde las alumnas puedan construir conocimiento signi-
desarrollando disciplinas. El docente lo ficativo. El proceso ha ido desde reelaborar su
conocimiento cubre de intencionalidad. modo de entender lo que era un concepto, a
Al abordar esta pregunta establecer cuáles son los conceptos centrales
pedagógico de en la formación inicial se de un tema a enseñar y diseñar las actividades
los contenidos busca hacer explícitas las para enseñarlo (Ávalos, 1999, p. 240).
intencionalidades vehi-
mientras construyen culadas en la enseñanza. Respecto del cómo, no es posible responderlo
Qué y para qué, forman únicamente por la aplicación de metodologías y enfo-
su experiencia y parte del núcleo duro de ques. Las disciplinas, y por cierto también los sujetos,
su experticia? ¿No la reflexión epistemológi- tienen algo importante que decir en este punto. No es
ca que se ha de instalar lo mismo enseñar a un sordo que a un oyente, o a un
es en parte ese desde el inicio y en la cual sujeto con déficit atencional (pensando, por ejemplo,
el sentido de la lo disciplinario y lo didác- en las aulas integradas). Eso, racionalmente todos lo sa-
tico comienzan a conver- bemos. Cada cual tiene sus particularidades y sus for-
profesionalización ger. mas de comprender el mundo. Asimismo, las disciplinas
entendida como cuentan con estructuras conceptuales y con aproxima-
Una de las for- ciones epistémicas a la realidad que les son propias, las
desarrollo continuo?''. mas posibles de abor- que también deben ser consideradas para desarrollar
dar estas preguntas es un plan de clase. Por ejemplo, ¿cómo enseñar concep-
la elaboración de mapas tos como temporalidad o espacialidad? Son preguntas
conceptuales. Dichos mapas, concebidos inicialmente que se responden necesariamente desde la historia o la
como un sistema de registro de investigación, fueron geografía. Pero aquí, el desafío frente al que nos pone la
rápidamente valorados por su potencial para graficar pregunta del cómo, está en llevar a un punto de encuen-
las conexiones conceptuales y facilitar los aprendizajes. tro las aproximaciones epistémicas a la realidad, propias
Si bien el modelo de mapas conceptuales se popula- de las disciplinas, con las formas de comprender y de
rizó llegando a perder en cierto modo su sentido pri- sentir el mundo, propias de los sujetos.
mero, estos han de ser rescatados de la mera utilidad
gráfica para discutir desde sus bases disciplinarias los Por último, a quiénes enseñar, resulta una
contenidos a enseñar. Un ejemplo del sentido dado a cuestión central. Esto lo sabe el docente que enfrenta
esta práctica de construcción de mapas conceptuales en el día a día de su ejercicio profesional el desafío de
por los propios docentes, lo encontramos en los regis- sacar adelante a cada uno de sus estudiantes: ¿cómo
tros de experiencias de los Grupos Profesionales de convencer a unos y otros de la importancia de los te-
Trabajo (GPT). mas en estudio?, ¿cómo brindar respuestas y apoyo a
los aprendices más rápidos y a lo más lentos, a los más
El proceso de análisis didáctico y elaboración participativos y a los más retraídos, a los más confiados
curricular no es simple. Los profesores rara- de sí mismos y a quienes poseen menor autoestima?
mente se habían enfrentado con un análisis
de los conceptos estructurantes de los conte- Resolver exitosamente estos dilemas requie-
nidos que enseñan, con las distinciones entre re, en primer lugar, reconocer y dimensionar su exis-
conceptos generativos y otros excluyentes, ni tencia. Entender que se trabaja en contextos de diver-

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sidad y que esta heterogeneidad no es la excepción, sario separar lo didáctico de lo disciplinar. Tal vez por
sino la regla. Es también entender que no se enseña eso el problema se sitúe más específicamente en el
de manera estándar a todos los estudiantes, porque área chica de la formación inicial.
no todos aprenden igual. Así, responder a la pregunta
a quiénes, o bien con quiénes, para quiénes desarrolla Es oportuno señalar que el proceso que vi-
el profesor todo un aparato didáctico, requiere de la ven los estudiantes de pedagogía, en programas de
consideración de los contextos, lo que implica un co- formación consecutiva, es revelador de cómo se re-
nocimiento de los alumnos y sus particularidades, de configuran los saberes disciplinares en la perspectiva
sus entornos socioculturales, de la cultura juvenil y de de adaptarlos al nuevo rol que se está construyen-
la cultura escolar (de la institución que los acoge y del do y que se desea asumir. Para ellos, los estudiantes
funcionamiento del sistema). El qué, pero más clara- de pedagogía, es una verdadera transformación que,
mente el para qué y el cómo, estarán en gran medida partiendo desde el saber disciplinar, se encamina y or-
afectos a esta consideración. ganiza en función de las demandas que emergen del
sistema escolar. Es su propia y personal peregrinación
Reflexiones finales de especialista disciplinar a profesor de aula.

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Resulta interesante constatar que las discipli- Los profesores no solo deben ser capaces de
nas son constructos que no dejan de ser fundamenta- dar a conocer a sus alumnos cuáles son las
les para la enseñabilidad de los contenidos escolares. verdades aceptadas de una disciplina. Además,
En otras palabras, dejamos aquí la evidencia que indica deben poder explicar la justificación de un
que la cuestión central puesta en disputa en este artí- enunciado determinado, por qué vale la pena
culo, no resulta ser sino una escisión arbitraria presen- conocerlo y cuál es su relación con otros enun-
te en los documentos oficiales e instalada en nuestras ciados, tanto al interior como fuera de la disci-
preocupaciones académicas. Tal como decíamos más plina, a la vez que en la teoría y en la práctica
arriba, en la realidad de aula es muy difícil e innece- (Shulman, 1986, p. 211).

Referencias
Ávalos, B. (1999, junio). Desarrollo docente en el contexto de la institución escolar. Los Microcentros
Rurales y los Grupos Profesionales de Trabajo en Chile. Los maestros en América Latina: nuevas
perspectivas sobre su desarrollo. Seminario realizado en San José de Costa Rica, junio (Banco
Mundial, y PREAL). Recuperado el 7 de agosto de 2012, de http://www.opech.cl/bibliografico/
Doc_Docente/Desarrollo_del_docente_en_la_institutcion_escolar_Chile_los_microcentros_
rurales_y_los_grupos_profesioanesl_de_trabajo_en_Chile.pdf
De Mello, A. (1988). La Oración de la Rana. Santander: Sal Terrae.
Elbaz, F. (1991). Research on teacher’s knowledge: The Evolution of a Discourse. Journal of Curriculum
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Mineduc (2012). Estándares orientadores para carreras de pedagogía en educación media. Santiago.
Piscitelli, A. (2009). Nativos digitales. Montevideo: Santillana.
Shulman, L. S. (1986). Those who understand: knowledge growth in teaching. Educational Researcher,
15 (2), 4-14. Traducción al castellano en Estudios Públicos, 99, 2005.
Schwab, J. J. (1978). Science, curriculum and liberal education. Chicago: University of Chicago Press.

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