Cuantos de nosotros nos hemos enfrentado al problema de impartir una clase sin tener
conocimientos de pedagogía, ni de didáctica, y ni mucho menos tenemos idea de lo que es
la formación de profesor ó instructor; y esto nos sucede desde el hogar cuando tenemos que
“asesorar” a nuestros hijos ó a nuestros hermanos en las tareas, ó bien cuando por razones
de nuestro trabajo también tenemos que asumir necesariamente el rol de “enseñante” al
menos, para transmitir a nuestros compañeros de trabajo conocimientos que nosotros
dominamos, derivándose de esta situación en una verdadera pesadilla que hay que superar
de cualquier manera.
– Motivación.
– Presentación.
– Aplicación
– Evaluación.
1.- Motivación
Este es el primer paso y juega un papel determinante para los subsecuentes, aquí se trata de
que tengas la capacidad de despertar “la necesidad de aprender el tema de sesión a tus
estudiantes”, para lo cual te debes de valer de todos los estímulos necesarios para conseguir
tu objetivo, recuerda que la motivación es un “impulso interno” que hace que se genere una
necesidad; tu habilidad estratégica entonces para éste paso consistirá en, como lograr a
través de los estímulos antes mencionados despertar ese impulso interno.
Un ejemplo válido sería el recurso que usaba un profesor de Física para motivar a sus
alumnos a aprender la Ley de la gravitación universal, y que consiste en lo siguiente:
Antes de iniciar la sesión se paraba al centro del salón sin decir nada, y justo cuando todos
los estudiantes lo estaban observando dejaba caer al suelo la lista, los libros etc. de tal
manera que lograba el impacto con los alumnos de preguntarse “pues que demonios le pasa
al profesor”, y cuando esto sucedía el profesor empezaba con el siguiente paso.
2.- Presentación
3.- Aplicación
Para éste paso es sumamente necesario que se tengan de antemano bien planeados y
programados los ejemplos concretos, de donde tiene aplicación el tema tratado, y que los
estudiantes lo vean reflejado en sus vidas cotidianas, porque para que el conocimiento sea
“significativo”, necesariamente tiene que ser práctico, útil y probado, de otra forma no
pasará de ser flor de un día.
4.- Evaluación