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RESIGNIFICACIÓN DE LA ESCUELA SALESIANA EN AMERICA

EN PROSPECTIVA DE LA CULTURA DE LA COMUNICACIÓN

Aporte de la región ANDINA – CINAB

INTRODUCCIÓN

El Segundo Encuentro Continental de Educación Salesiana (Cumbayá II, 2001), con sus
compromisos, políticas y líneas de acción, ha sido la referencia programática para las obras
escolares y centros de formación profesional de las Inspectorías y Provincias de la Familia
Salesiana del continente. En el marco de este Tercer Encuentro continental de la Escuela
Salesiana en América (ESA), se presenta ahora una reflexión sobre el hecho
educomunicacional en la escuela salesiana, con la intención de renovar su compromiso de
resignificación.

Después de hacer una lectura crítica de la realidad comunicacional en la educación, el


referente doctrinal señalará unos principios metodológicos para que la educación salesiana se
oriente hacia una cultura de la comunicación. Así se preparan las políticas, líneas de acción e
indicadores con los que la propuesta operativa quiere inspirar los proyectos educativos
pastorales de las escuelas y centros profesionales del continente.

I. REFERENTE SITUACIONAL, UNA LECTURA CRÍTICA

1.1. Conciencia del hecho educomunicacional desde la ESA

En la década del 70 se discutía la validez de la Escuela Católica, poniendo en tela de juicio su


capacidad de producir un cambio de mentalidad en la sociedad. Se le achacaba incluso de ser
parte de la cadena de transmisión de un sistema injusto y de su correspondiente ideología 1.
Hoy en día se reconoce el derecho y la legitimidad de la Escuela Católica respecto a la
educación, la cultura y la evangelización2.

En el Encuentro Latinoamericano de estudio sobre el Proceso educativo salesiano y culturas


emergentes (Cumbayá I, 994), se asumieron opciones que reflejaban la necesidad de
sintonizar con el mundo juvenil y crear estructuras de participación y proyectos que garanticen
el protagonismo juvenil. Para ello los educadores/as reconocían la necesidad de capacitarse
en el campo de las “nuevas tecnologías, los nuevos lenguajes y de elaborar itinerarios que
favorezcan la formación de un joven crítico/a, participativo, solidario, inserto en la sociedad y
en la Iglesia”3.

En ese sentido la Propuesta de Educomunicación presentada por el Equipo de Comunicación


social de América (ECOSAM) en Cumbayá II constituyó un tema novedoso que inicialmente se
lo asoció con la necesidad de incorporar el manejo de las nuevas tecnologías de la información
y la comunicación (NTICs) a la escuela. Actualmente se trata de tomar conciencia del hecho
educomunicativo y de comprender su incidencia en todos los contextos sociales, instituciones
y órdenes de la vida contemporánea.

ECOSAM propuso un plan continental de educomunicación para la formación ciudadana. La


tarea apuntaba a “asegurar la relación educación – comunicación – ciudadanía, a partir de una

1
VECCHI JUAN E., La Escuela Católica, plataforma de evangelización y de acción pastoral. Relación
compartida en un encuentro de religiosos educadores, en Cumbayá, 1982, Documento inédito, p. 1
2
La Escuela Católica, n8. Citado por el P. Juan Vecchi en la relación antes citada.

1
ética comunicacional basada en el evangelio”3. Se deseaba pasar de una concepción
instrumental a una concepción cultural, de una información unidireccional a una comunicación
recíproca e incluyente. Para esto priorizó cuatro áreas de intervención: 1) Educación para la
comunicación, 2) Mediación tecnológica, 3) Educomunicación para la ciudadana, 4) Expresión
y artes, para una transformación social.

Transcurridos siete años desde Cumbayá II (2001) retomamos en esta reflexión la


preocupación en torno a la necesidad de “Resignificar la Escuela Salesiana en América en
prospectiva de la cultura de la comunicación”. Nos preocupa constatar que mientras la
información circula por banda ancha, la comunicación humana circula por banda cada vez más
estrecha.

1.2. Mentalidad del hombre y mujer de la sociedad actual

Nuevos hábitos comunicaciones. En las últimas tres décadas, en las medianas y grandes
ciudades, estamos acostumbrándonos a nuevos ritos y costumbres que asoman en nuestra
“realidad virtualizada”. Constatamos la producción de una cadena de vínculos dónde lo
virtual/digital se ha vuelto necesario en la vida cotidiana: los correos electrónicos, los mensajes
de textos, el chat, los pagos por tarjetas; a través de los teléfonos celulares tenemos múltiples
servicios: reproducción de mp3, cámara de foto y video, portal de Internet, pantalla de
televisión, tarjeta de crédito y operador bancario móvil. Esto se desarrolla en un contexto
sociocultural cambiante, en el que se presentan emergentes analfabetismos que erosionan la
calidad de la comunicación humana y de las interrelaciones sociales, como son: el
analfabetismo de la lecto escritura, el sociocultural, el tecnológico y el emocional.

En una realidad más compleja. La revolución tecnocomunicacional ha llegado a constituirse


un tercer entorno en una sociedad secular, tecnocrática regida por la razón de mercado en la
que coexisten de modo conflictuado e inconciente la cultura posmoderna, moderna y
tradicional. Lo cierto es que en las últimas cinco décadas los cambios socioculturales son
profundos, expansivos y en duraciones cada vez más cortas4.

El pensamiento contemporáneo fuertemente influenciado por la filosofía existencialista, el


cambio de la física atómica a la física cuántica, los conceptos de: relatividad, incertidumbre,
falsabilidad, el desarrollo de las neurociencias, los aportes sobre pensamiento complejo, la
cibernética y las nuevas versiones de la web en internet, imponen la necesidad de cambiar de
un paradigma simple - atomizado a un paradigma complejo – sistémico. En el primer
encuentro de Cumbayá (1994) el P. Italo Gastaldi anunció la necesidad de “cobrar conciencia
ecológica, tender puentes en todas direcciones, interrelacionando todo con todo y evolucionar
hacia un holismo totalizante en que todo se armonice”5.

Una nueva mentalidad: este contexto sociocultural contemporáneo ha configurado en


hombres y mujeres, especialmente en las nuevas generaciones una nueva mentalidad

3
EQUIPO DE COORDINACIÓN CENTRAL, II Encuentro Continental de Educación Salesiana (Cumbayá II),
editorial Don Bosco. Cuenca – Ecuador, 2001, pgs. 306 – 316.
4
La expresión “sociedad de la información” se la debemos al sociólogo Daniel Bell. Describe así la
nueva situación social de una economía basada en el conocimiento teórico, en la información y su
gestión. Es una definición que se ha utilizado en las políticas globales asociadas al neoliberalismo y
hace énfasis en el carácter positivo de este tipo de economía y sociedad en la que la información se
vuelve el capital más importante en un mercado mundial abierto que se autorregula y al cual todos los
países deben integrarse. La “sociedad del conocimiento”, también llamada “sociedad del saber”, por
organismos como la UNESCO, va más allá de la definición basada en la economía. La sociedad del
conocimiento, implica las transformaciones que han experimentado las dimensiones sociales,
culturales y políticas de las instituciones y las comunidades.
5
GASTALDI Italo, Educar y evangelizar en la ‘posmodernidad’ y en la new age, en CENTRO SALESIANO
REGIONAL Proceso educativo. Salesiano y culturas emergentes, Cumbayá – Ecuador, 15 – 25 de mayo
de 1994, p. 290.

2
conocida como la del cuarto hombre6. Se trata del modo de pensar y actuar de quien emerge
del paso de las tecnologías de las necesidades, a las tecnologías de los deseos en una
sociedad de consumo. El cuarto hombre, - afirma el P. Alejandro Saavedra, sdb -, pierde el
sentido histórico porque cualquier orden que dé a los acontecimientos le parece válidos; el
modo privilegiado de saber es el estético, relegando a planos secundarios el saber científico,
religioso y filosófico. La libertad de expresión muchas veces está cargada de subjetivismo y
relativismo. Son actitudes que limitan la posibilidad de establecer consensos y compromisos
duraderos. Los actos humanos ya no se juzgan desde la ética, sino sólo desde la estética. Se
prefiere una religiosidad genérica que responda a los deseos y, dado que no puede creer en
modo real, cree en modo imaginativo. Esto explica por qué la persona vive en situación de
permanente inseguridad existencial y cómo su vida está plagada de sin sentidos.

“El hombre postmoderno privilegia lo que es individual sobre todo aquello que es social” 7. De
ahí que la relación con los demás se vuelve utilitarista, funcional, privada de la capacidad para
reconocer la dignidad del otro. Mientras tanto, la intersubjetividad clama por la relacionalidad y
la corresponsabilidad, expresadas en la acogida, el reconocimiento de la dignidad y la
capacidad de donación.

Tiene dificultad para reconocer la superioridad del bien común sobre el bien individual”8. Se da
más importancia a lo legal que a lo que es justo, es decir, a lo ético. La ruptura con la tradición
y el temor a la incertidumbre han generado una confianza dirigida únicamente en el presente e
inmediato. El presentismo enfría los sueños y las utopías aniquilan el interés por proyectos a
largo plazo. Lo pasado pierde valor por considerarlo fuera de moda y fácilmente se confunde lo
novedoso con lo valioso (Cfr. Aparecida, 38-39).

Las nuevas generaciones: en este histórico cultural cambiante, reclaman nuevas y


significativas maneras de comunicar y educar asumiendo en forma crítica las nuevas
tecnologías. El joven de hoy se conecta a tiempos y espacios múltiples, relativos y
ambivalentes, su cosmovisión se configura a partir de experiencias de intercambios
comunicacionales planetarios, interculturales, entretejiendo percepciones, opiniones, opciones,
que le permiten ir dando significados a sus comportamientos y búsquedas.

A los jóvenes les interesa experienciar nuevos modos de comunicación: estar juntos, pasear de
noche, estar en la esquina, los cyber café, grafitis, aretes, tatuajes, pandillas, Chat, uso del
celular, las comunidades virtuales, blogs… Existen nuevos areópagos en los que se evidencia
una vigorosa creatividad, la sed de felicidad, desde siempre presente en el corazón humano,
pero que en cada época pide cosas diferentes, en situaciones diversas (Cfr. LOME, 16).

Es importante reconocer que, por parte de los mayores, existe un desconocimiento de los
actuales modos juveniles de comunicación. No se ha de olvidar que para acompañar a los
jóvenes, no basta conocer sus potencialidades, carencias, contextos de vida y los nuevos
lenguajes, sino que es necesario estar con ellos para realizar procesos de transformación
social.

1.3. La escuela y la cultura mass mediática

En el transcurso de la historia, la escuela ha transitado tres revoluciones: la primera tiene que


ver con su nacimiento, la segunda corresponde a la ilustración y la tercera se asocia con la
revolución tecnológica de los medios de comunicación. La escuela vigente, es la moderna, la
hija de la ilustración, aquella que nació modelada desde los intereses del Estado, pero que no
está suficientemente preparada para asimilar la tercera revolución. Esto explica la vigencia y
crisis de la escuela moderna, cuyos currículos estaban centrados exclusivamente en la
6
AAVV., Sophía: el sujeto en la educación, Editorial Abya – Yala, Quito – Ecuador, 2007, p. 133.
7
AAVV. Sophía: el sujeto en la educación. Editorial Abya – Yala, Quito – Ecuador, 2007, p. 143
8
Ibidem, p. 153

3
academia, desde la cual se cultivó la razón, desplazando el mundo de los afectos, la formación
en valores éticos y estéticos, sin caer en cuenta que el hombre y mujer postmodernos
desarrollaron una mayor sensibilidad hacia estos saberes.

Cuando la escuela se pone al servicio del Estado y no de la Nación se “acostumbra


tácticamente a estar al servicio de un grupo de la sociedad, convirtiéndose en el instrumento de
intereses particulares”9. Según Pablo Pinau, la característica central de la Escuela Moderna
(1870 – 1980) fue precisamente su carácter hegemónico. “Escuela y Modernidad parecen
haber establecido una relación de producción mutua, una sucesión por la cual una genera a la
otra como si fueran el día y la noche”10. Ella también ha funcionado según las leyes del
mercado, pues si el triunfo de la escuela del siglo XX estuvo asociado a los ciclos de
expansión basados en la ampliación de la oferta, en cambio en el siglo XXI se presenta de
acuerdo con ciclos de expansión basados en la satisfacción de la demanda.

Sin embargo, como afirma Jesús Martín Barbero, una población mayoritaria de América Latina
ya no está accediendo a la modernidad de la mano del libro, siguiendo el proyecto ilustrado,
sino desde los formatos y los géneros de las industrias culturales del audiovisual. La sociedad
a través de los medios está suministrando un “caudal” de información que les sirve para
desenvolverse en la vida urbana.

Cuando las NTICs se utilizan como “simples aparatos” que garantizan la modernidad de la
Escuela, desconociendo esta nueva racionalidad tecnológica y la necesidad de una mediación,
ocurre lo que describe Laura Manolakis11 al plantear que la escuela actual, al pretender asumir
esta cultura masmediática ha experimentado cuatro efectos, que son a la vez defectos:

1) Las NTICs como panacea y signo de la innovación educativa;


2) El gatopardismo, realizar muchos cambios espectaculares para que no cambie nada;
3) La instantaneidad “No importa donde se encuentre espacialmente el otro, lo
importante es encontrarlo”12. Como afirma Bauman Zygmunt “la proximidad ya no
implica cercanía física; pero la cercanía física ya no determina la proximidad”13.
4) Los nativos, inmigrantes digitales y anainfos. Los primeros pertenecen a la
generación nacida antes del ochenta, los anainfos, son aquellos que no han superado el
analfabetismo de la tecnología digital.

En este sentido y para dar continuidad a la reflexión de Cumbayá II, se aspira a que ESA III
proponga algunas políticas de gestión de la comunicación en el ámbito educativo escolar
salesiano, para construir una cultura comunicacional. Dado que solo una escuela que
humaniza y forma ciudadanos justifica su existencia en la sociedad. (Cfr Aparecida, 61).

1.4. La comunicación en las familias

La familia que es la primera institución social llamada a educar desde la tradición de valores
heredados en un clima de interrelaciones cálidas y solidarias, ha cambiado radicalmente en las
últimas décadas.

En la década del sesenta la relación entre padres e hijos/as sufrió una confrontación radical
declarando el rechazo a todo tipo de autoritarismo; la generación de los setenta asumió como

9
FULLAT OCTAVI, Filosofías de la educación. Ediciones CEAC, Barcelona – España, 1979, p. 171
10
AAVV., Las formas de lo escolar. Del estante editorial, Buenos Aires – Argentina, 2007 p. 33
11
Magister en Ciencias Sociales con mención en Educación (FLACSO – Argentina); miembro del
Programa de Investigación “Sujetos y políticas en educación” y Directora de la carrera de licenciatura
en Educación (UNQ).
12
MANOLAKIS LAURA, Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la escuela.
Artículo que consta en la obra titulada: Las formas de lo escolar, p. 188
13
BUMAN ZYGMUNT, citado por Manolakis Laura, p. 189

4
estrategia contestataria una actitud de pasotismo15, sin renunciar al derecho de disentir con los
adultos. La generación de los ochenta, es decir los hijos e hijas de padres que en su momento
fueron los rebeldes, se interesó por la coexistencia pacífica en la familia. En su afán de
rechazar el autoritarismo, abandonaron la autoridad y se pasaron a la indiferencia y
permisividad, se volvieron padres light. De este modo privaron a los hijos/as de la presencia
paterna, rompieron con la transmisión de valores heredados, sea por falta de convicción, sea
por temor a imponerlos de un modo que antes ellos lo repudiaron.

En la familia urbana, predominantemente nuclear, la comunicación entre hermanos ha


cambiado, pues si el vínculo fraternal era la corresponsabilidad en las tareas de casa de una
familia tradicional, ahora cada uno construye su mundo en torno a las cosas. Rodeado de
artefactos, computadora, televisor, ipod, teléfonos móvil y fijo, se establecen múltiples
contactos con amigos que viven en el otro extremo de la ciudad, con amigos virtuales con
quienes se expresa libremente y se organizan encuentros en torno a intereses consensuados.
Resulta más fácil relacionarse con sus pares lejanos, antes que con los hermanos con quienes
se convive. La permisividad, la sobreprotección y el mundo construido en torno a las cosas,
han erosionado la comunicación fraterna. Al conversar ya no nos miramos los rostros, sino que
nos dejamos mediar por la pantalla.

En la actualidad el matrimonio ya no se percibe como factor imprescindible para una


experiencia de maduración integral, tampoco es la base de la seguridad económica. La
educación y comunicación en el seno familiar son procesos muy frágiles porque hay muy pocos
adultos referentes de crecimiento y madurez. Las generaciones de más años han puesto de
moda a la juventud; ahora son ellos quienes imitan la conducta de los jóvenes y de este modo
les privan de modelos de identificación.

II. REFERENTE DOCTRINAL, UNA ORIENTACIÓN METODOLÓGICA

1. ILUMINACIÓN

1.1 La significatividad en la comunicación

La significatividad tiene que ver con lo que impacta la vida de las personas desde su
interioridad. Hay hechos que se convierten así en acontecimientos de buena noticia, porque
transmiten mensajes nuevos a las personas. La admiración y fascinación que tienen revelan el
atractivo de sus valores, la relevancia que representan. Significativo es lo que se nota distinto,
relevante y atractivo a causa del brillo con el que deja traslucir a la conciencia el bonum
axiológico y el sentido de la existencia. La significatividad es como la tonalidad de la
comunicación porque le sirve de antesala a la atmósfera humana del encuentro y porque lo
nuevo o descubierto de un mejor modo, siempre se quiere comunicar. La pregunta
consecuente que se le plantea a la Escuela salesiana en América es si la propuesta de
humanidad que ofrece en su proyecto, es o no significativa para la juventud del continente. (Cfr.
Aparecida, 100d).

1.2 Creemos en un Dios que se comunica.

La fe cristiana orienta nuestra existencia hacia el intercambio interpersonal con un Dios que es,
vive y revela la comunión. Creemos en un Dios cuyo dinamismo vital es la comunicación. Por
su palabra creadora, nos mostró el secreto amoroso de su corazón (cfr. Ef 1, 5-6). Con obras,
palabras y por medio de los profetas, fue mostrando a su pueblo el camino de la liberación (cfr.
DV, 4). Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios se nos reveló en su Hijo amado,
15
Pasotismo se refiere a la actitud asumida por quienes pretenden prescindir de reglas sociales y
normas morales sin que esto suponga una rebelión contra las mismas.

5
Jesucristo (cfr. Heb. 1, 1-2), la Palabra eterna encarnada en el misterio de la humanidad (Cfr.
Aparecida, 41). En medio de sus coetáneos, Jesús de Nazareth se dedicó al anuncio de la
Buena nueva del Reino de Dios por medio de gestos, parábolas y la entrega de sí mismo.
Después de su Resurrección nos envía a seguir comunicándolo.

Estos fundamentos de nuestra fe cristiana nos dan unos criterios que iluminan de modo
significativo los procesos educativos en perspectiva de comunicación (Cfr Aparecida, 331-332).
Algunos de esos criterios orientadores son:

1) Nuestra fe cristiana es una experiencia de comunicación, de intercambio y de


solidaridad corporativa.
2) La Buena noticia de Dios se anuncia, se comunica y se transmite.
3) La Buena noticia también cuestiona, genera conversión y vida e impulsa procesos de
restauración.
4) La Palabra de Dios es significativa e incide en la vida de las personas.
5) La palabra y la escucha, son experiencias y actitudes de contemplación y
discernimiento para escrutar la realidad e intervenir en ella.

1.3 Referencias de evangelio para un proceso educativo de comunicación significativa

La revelación de Dios en Jesús nos permite encontrar algunas maneras de cómo es la


significatividad en la comunicación. Hay dos textos del Evangelio que refieren unos procesos
de comunicación: la experiencia del encuentro vivido entre Jesús y la Samaritana (Jn 4, 4-30.
39-42) y el pasaje de Lucas sobre el encuentro de Jesús con los discípulos que caminaban
hacia Emaús (Lc 24, 13-35). En esos relatos se percibe un conjunto de símbolos, gestos y
palabras, por los cuales se desarrolla una comunicación profunda y significativa entre Jesús y
las personas que intervienen.

Los referentes simbólicos son distintos: un cántaro para sacar agua del pozo y poder calmar la
sed (cfr. Jn 4, 4ss), y un camino recorrido entre el desencanto y el asombro (cfr. Lc 24, 13ss).
En ambos relatos notamos unas fases de comunicación: el acercamiento entre las personas, el
respeto por una situación humana que embarga, la solicitud de una ayuda mutua, la mediación
simbólica del cántaro y el pozo en el primer relato, o la del camino y la fracción del pan, en el
segundo; la escucha profunda en el diálogo desde la alteridad, el descubrimiento y el
planteamiento de algo nuevo para la vida, el anuncio que se quiere compartir con otros,
después del encuentro vivo con Jesús.

Estudiando la experiencia educativa de prevención que vivió Don Bosco con sus jóvenes y
colaboradores, también descubrimos algunas actitudes de comunicación que son propias del
carisma educativo salesiano. Nos servimos de los diálogos iniciales que establece Don Bosco
con Miguel Magone en 185616. En ese encuentro se deja ver una constante que se percibe en
Don Bosco cuando establece otros diálogos citados en sus Memorias del Oratorio. Nos
referimos a su diálogo de adolescente con Don Calosso, en 1829 [MO, 9] y, posteriormente, el
diálogo que entabla en 1841 como sacerdote con Bartolomé Garelli [MO, 40]. En esos diálogos
se deja ver el dinamismo de unas actitudes muy salesianas: la búsqueda, el encuentro, el
diálogo, la propuesta y el acompañamiento (cfr. CGXXsdb, 360).

Don Bosco crea el Oratorio desde una experiencia de educación preventiva en la reciprocidad.
De ese modo le da forma orgánica y sistémica a su acción educativa, con y a favor de los
16
BOSCO Juan, Apuntes biográficos del joven Miguel Magone, capítulos I y II = CANALS J. - MARTINEZ
A., San Juan Bosco. Obras fundamentales, BAC 402, Madrid, 1978, pp 224-229
17
Cf. DICASTERIO DE LA PASTORAL JUVENIL, La Pastoral Juvenil salesiana. Cuadro de
referencia, Roma2000, p.19

6
muchachos más pobres de Turín. Las interrelaciones personales entre ellos generan una
modalidad pedagógica original que Don Bosco posteriormente llamará Sistema Preventivo. Es
un conjunto orgánico de intervenciones educativas y pastorales que conforman un ecosistema
humano, una aldea alternativa para la vida de los muchachos más necesitados.

Estos textos del evangelio y del primer momento del Oratorio de Don Bosco, los leemos en el
clima que inspira la espiritualidad de la comunión, señalada como el principio educativo de la
Iglesia para el tercer milenio (NMI, 43). Estas orientaciones pedagógicas constituyen una
referencia metodológica en el planteamiento doctrinal que ilumina el asunto de la comunicación
en la educación.

a. La búsqueda, actitud de salir hacia el mundo del otro, la realidad circundante, la cultura
juvenil para conocer sus necesidades y buscar juntos sus posibilidades. Actitud educativa que
debe cultivarse a nivel personal e institucional. Las instituciones educativas, van
reconociéndose como un sistema amplio de comunicación con el cual se confrontan y dentro
del cual interactúa. Un proyecto educativo pastoral salesiano (PEPS) se desarrolla siempre en
relación con las personas implicadas y en el territorio en el cual la obra salesiana está colocada
como centro de integración y agente de transformación social.17

b. El encuentro, experiencia del intercambio interpersonal e intercultural para la puesta en


común de lo que abre nuevas posibilidades (Cfr. Educar juntos,1). El encuentro lleva a la
valoración del otro, desde las similitudes y diferencias. Encuentra quien vive la experiencia del
descubrimiento de alguien o algo valioso. Cuando una comunidad escolar salesiana vive en la
prospectiva de la comunicación, va respondiendo a la exigencia de una comunidad que sale al
encuentro de sus miembros, que se educa en cuanto cada miembro comparte los compromisos
del proyecto común. En la comunidad las relaciones se establecen según el “espíritu de familia”
por el que las personas crecen en libertad y corresponsabilidad (Cfr. LOME, 149).

Hay una experiencia privilegiada de encuentro que debe favorecer la escuela católica: la
adhesión personal y comunitaria a Jesucristo (Cfr Aparecida, 41). El proyecto de la escuela
católica sólo es convincente si es realizado por personas profundamente motivadas, testigos de
un encuentro vivo con Cristo (Cfr. Educar juntos, 4).

Nos educamos como comunidad educativa (Cfr Aparecida, 156). En el ámbito educativo
escolar ya no es suficiente la espontaneidad en relaciones o la distribución informal de
funciones y cargos, hoy las relaciones cercanas y familiares del carisma salesiano, requieren
de una gestión de comunicación que las canalice. Es el momento de buscar y proponer
caminos de gestión de la comunicación en las comunidades, privilegiando la humanización, la
ciudadanía y la interculturalidad.

c. El diálogo, intercambio existencial que se vive en la comunidad educativa posibilita la


experiencia del diálogo. En la experiencia preventiva de Don Bosco la coordenada de la razón
es la vivencia del diálogo, del consenso y del acuerdo. Es la experiencia de una comunidad
escolar cuando se establecen consensos desde las diversidades y cuando se aprende a
compartir descubriendo nuevas visiones y acercamientos a la verdad. Exige la valoración y la
comprensión de los nuevos lenguajes para orientar hacia la asunción de los aspectos
comunicativos del sistema preventivo salesiano, e intervenir con inteligencia y competencia en
la nueva cultura digital (Cfr LOME, 56).

d. Un ambiente que se hace propuesta. Don Bosco afirmaba que “la educación es cosa del
corazón”. Esta expresión identifica el ambiente de las obras salesianas; se refiere al clima de
familiaridad con el que educandos, educadores, religiosas, religiosos, familias y amigos se
tratan entre sí. Este clima de familia, de alegría, creatividad, confianza y libertad es un
ambiente que se construye poco a poco entre todos. En los ambientes salesianos se cuenta
con un amplio margen de expresiones de arte y servicios de comunicación: la radio escolar, los
murales, los grafitti, el teatro, la música, la lírica, etc. Para el Sistema Preventivo, la educación

7
tiene su fundamento principal en la relación y en sus dinámicas interactivas y comunicativas, en
el clima, en el ambiente.

Don Bosco “inventa” el cariño educativo (amorevolezza) y crea para los jóvenes -y junto con
ellos, como primeros colaboradores-, un ecosistema cálido en el que cada persona encontraba
espacio para ser y crecer. Esta es la propuesta: una familia que se educa en la reciprocidad.
Toda obra salesiana que acoge a los jóvenes no es simplemente un espacio físico,
circunstancial, sino una ecología pedagógica. Se educa en primer lugar a través de un “medio
ambiente”, un hábitat sano donde se respira y vive una atmósfera de intensos valores humanos
y cristianos. (Cfr. Fernando Peraza, 1998).

e. El acompañamiento. La escuela salesiana quiere recorrer un camino compartido de


maduración integral. Para ello requiere el aprendizaje de la coparticipación. Además del
aprendizaje de los conocimientos, es necesario que los estudiantes vivan una experiencia
fuerte de coparticipación entre ellos y con los educadores. Para conseguir esta experiencia, los
educadores deben ser interlocutores acogedores y preparados, capaces de suscitar y orientar
las mejores energías de los estudiantes hacia la búsqueda de la verdad y el sentido de la
existencia (Cfr Educar juntos, 2).

Los colegios salesianos siempre fueron “casas”. El patio era para Don Bosco un espacio
educativo tan importante o más que el salón de clase. Ahí podían los educadores acercarse a
los jóvenes e interesarse por ellos, entrar en su mundo sin la formalidad que da un aula. Se
educa no solo enseñando o motivando, sino también a través de una buena relación
interpersonal, la forjada en el trinomio “razón, religión y amabilidad”, con la creación de un
clima favorable y estimulante a obrar bien. El estilo salesiano que anima la comunidad une a
educadoras, educadores y jóvenes en una única experiencia formativa, presupone un ambiente
de participación, de reciprocidad, de valores compartidos, de paciente espera de los ritmos de
crecimiento personal y de respetuoso diálogo con quien es portador de otra tradición cultural y
religiosa.

1.4 - Necesidad de una cultura comunicacional

Este es el horizonte amplio al que se quiere orientar la Escuela salesiana en América,


superando las visiones reduccionistas de la comunicación y la actitud defensiva ante las NTICs,
para asumir el compromiso por la construcción de una auténtica cultura de la comunicación (Cfr
Aparecida, 484, 486, 331).

a. El modelo comunicativo. En el entorno actual está superado el modelo por el que se


concebía la comunicación como un proceso lineal y unidireccional. Este esquema hacía que el
destinatario pudiera ser instruido, formado, pero también eventualmente manipulado(s) por el
emisor, sin tener otra forma de reacción que el feedback automático, la respuesta que sólo
servía al emisor para saber de qué manera se habría recibido su mensaje. La Sociedad Red
implica la asunción de otro modelo comunicativo, que ya opera en los entornos mediáticos
contemporáneos, en fenómenos como la Web 2.0 y en general, en los medios digitales que han
permitido el surgimiento de redes y comunidades virtuales219.

b. El aprendizaje colaborativo o cooperativo. En la nueva lógica de la Red el conocimiento


es una construcción en la que muchos participan, de modo que los procesos de enseñanza–
aprendizaje ya no se dan en la lógica vertical de la transmisión desde arriba, sino que instauran
bucles horizontales, incluso transversales, en los que todos reciben y trasmiten, construyen y
navegan. Es el aprendizaje colaborativo, también llamado cooperativo. En este modelo no hay
218
Más información sobre educomunicación en:
http://argentina.indymedia.org/news/2005/10/332263.php
19
Rune Baggetun, Prácticas emergentes en la Web y nuevas oportunidades educativas,
http://www.campusred.net/telos/articulocuaderno.asp?idarticulo=5&rev=67

8
un trasmisor que tenga el conocimiento y un grupo que reciba ese conocimiento. En la
sociedad Red, todos estamos en un proceso de aprendizaje permanente en el que aprender
significa implicarse en la información y no solo recibirla. Hoy en día, más que nunca, aprender
significa experimentar de manera proactiva y con sentido. Los conocimientos se descubren, se
construyen, se editan y se transforman.

c. La arquitectura colectiva del conocimiento. El saber siempre se ha construido de manera


colectiva. Las sociedades occidentales, a lo largo de su historia, han erigido instituciones
encargadas de administrar y gestionar el conocimiento a través de estructuras de poder
nítidamente jerarquizadas y de modelos de instrucción que distribuyen el aprendizaje al tiempo
que constituyen modos de subjetividad que sustentan y mantienen las jerarquías de poder
establecido. Al interior de estas sociedades disciplinarias, el saber es poder; sólo quienes están
determinados por el sistema para saber, pueden construir, legitimar y trasmitir el conocimiento,
de acuerdo a una serie de disciplinas, programas y modalidades rígidamente establecidas.

En la nueva lógica, instaurada por la Sociedad Red, la educación no puede concebirse más de
acuerdo a las formas tradicionales, ni de la educación ni de la comunicación. Hoy en día los
estudiantes se mueven con la misma libertad, y –casi siempre- con mayor versatilidad por la
red del conocimiento y la información; no sólo la transitan o navegan, sino que la nutren y
participan en su construcción. Por eso que pretender que vayan a un aula a “recibir”
información que deben procesar pasivamente, no tiene sentido. En la red se respira de manera
diferente, de modo que el aula ha de entrar en esta nueva lógica, constituyéndose en un
espacio de construcción colectiva del saber, propiciando el aprendizaje colaborativo, entrando
en el nuevo ecosistema educomunicativo20.

De igual modo, se activan mecanismos y espacios de participación que dan lugar a inéditas
concepciones y prácticas de la ciudadanía. Los procesos de la globalización, la cibernética, la
hermenéutica actual, el constructivismo y el pensamiento complejo contribuyen actualmente en
el modo de aprender y madurar, sea como personas o como colectivo. La escuela está
desafiada a incorporarse y aportar en este nuevo orden cultural. La relación entre
comunicación y educación tiene como meta la ciudadanía y como proceso la gestión
participativa y el uso de los medios (Ismar de Oliveira, 2006). Este modelo de ciudadanía
implica el cuidado de dimensiones, como son: la política, la social, la económica, la intercultural
y la comunicacional.

1.5 Desde la Educomunicación

La cultura de la comunicación la pensamos desde la Educomunicación, nuevo campo de


intervención social, interdiscursivo e interdisciplinario, con una justificación teórica propia y un
largo camino de experiencia y reflexión en la relación educación-comunicación, que tiene como
finalidad ampliar el coeficiente comunicativo de las acciones humanas y está presente en los
diversos sectores de la sociedad, incluidos los media, la escuela, los centros culturales y las
organizaciones no gubernamentales.

En el II Encuentro Continental de Educación Salesiana se asumió la educomunicación como


toda acción comunicativa en el espacio educativo, en los ámbitos interpersonal, grupal,
organizacional y colectiva, con el objetivo de producir y desarrollar ecosistemas comunicativos.
En este ambiente educativo se va dando un conjunto de relaciones, de acciones y condiciones
que se implican mutuamente y envuelven a todos en una fuerza comunicativa que influye en
las personas, las metodologías y procesos que realizan en la misión educativa (Genésio da
Silva, 2002).

20
En el blog de José Joaquín Brunner (http://mt.educarchile.cl/MT/jjbrunner/) se puede consultar la obra
de LEVY Pierre, La Inteligencia Colectiva. Ver también en Video la entrevista con Martín Barbero:
http://es.youtube.com/watch?v=L2LHEkZiO58

9
Educar es comunicar. Esta convicción encuentra amplio espacio en la vivencia del Sistema
Preventivo salesiano. La educomunicación se realiza mediante relaciones y procesos de
propuestas, razonables y amables que ponen a la escucha de la respuesta por parte del
interlocutor. En la praxis salesiana es creación de relaciones recíprocas e intergeneracionales,
abiertas y profundas, situadas en un más amplio sistema en el que actúan otras fuerzas
sociales, culturales, institucionales y económicas. Responde a necesidades, como el
conocimiento, la confrontación con la diversidad, el intercambio y la colaboración. Posee un
potencial de solidaridad para que desemboque en iniciativas que se extiendan de la relación
yo-tú al grupo, a la comunidad educativa, hasta la más amplia realidad social. Según la lógica
de la comunicación, todo ambiente educativo debería configurarse como ecosistema donde es
posible encontrar un espacio apto para el propio crecimiento (cfr. LOME, 53, 55).

En una escuela con amplios canales de conversación y entendimiento con los más diversos
actores sociales, con la cultura, así como reestructurar nuestros sistemas educativos ante la
nueva realidad (Da Silva, 2002). Instituciones educativas, que lejos de ser aparatos sociales de
reproducción de estructuras existentes, se afirman a sí mismas como espacio de producción,
difusión y gestión de significado social. Los lugares dedicados a las funciones y procesos
educativos comparten escenarios con un sinnúmero de nuevas fuentes de información, diálogo
y encuentro.

En este nuevo contexto, la evangelización, educación, comunicación y cultura ya no pueden


pensarse de manera separada porque vivimos en un entorno de aprendizaje continuo, e
inmersos en redes de interacción, intercambio, diálogo, debate, encuentro y construcción
conjunta de cultura. Por tanto, la educomunicación, sustentada en un modelo de comunicación
acorde con los tiempos y las sociedades actuales, en la formación de un espíritu crítico de un
sujeto que se convierte en actor y gestor en la producción del conocimiento desde la
intervención en el mundo on line. Vivimos un tiempo de comunicación y hablar de educación
en la era de la información es, sobre todo analizar el proyecto de enseñanza que estamos
diseñando e indagar en qué tipo de cultura lo estamos insertando.

1.6 La Escuela salesiana en prospectiva de una cultura de la comunicación

El momento cultural que vivimos exige a la Escuela un nuevo perfil para la formación del
ciudadano comunicador. La prospectiva comunicativa es particularmente importante para
favorecer la relación y el encuentro. Por esto es necesario prestar atención a las exigencias
comunicativas de las generaciones jóvenes, educarlas al diálogo interpersonal, a la apertura al
otro respetando su originalidad, a la vida de grupo como laboratorio de relaciones auténticas, al
redescubrimiento de la familia, al compartir en comunidad de fe, a la utilización positiva de los
nuevos medios, a la valoración del teatro, de la música, del arte. (Cfr. LOME, 54).

El ambiente humano para el logro de este perfil de ciudadana y ciudadano es la comunidad


educativa construida sobre la base de valores de proyectos compartidos. De allí surgen los
elementos del perfil deseado respecto a todos los actores de la institución escuela: los
educandos, los educadores y las familias24.

a. Escuela en búsqueda. La escuela de la modernidad llega con normas bien definidas y un


enorme caudal de servicios prestados a la humanidad, pero sin haber creado o gestionado
suficientemente procesos de interrelación cultural que la coloquen en sintonía con el nuevo
mundo que la rodea. El nuevo rostro de la escuela necesita redescubrir su identidad por la
apertura al diálogo entre pedagogos y teóricos de la cultura y de la comunicación (Ismar de
Oliveira, 1998).

24
LOPEZ TORNERO José Manuel, Comunicación y educación en la sociedad de la información, edic,
2000.

10
La escuela de hoy ha de estar sistemáticamente abierta a nuevas fuentes de saber, sean éstas
convergentes o no, ya que los estudiantes están confrontados con estas fuentes y necesitan
ser acompañados para aprovecharlas en su valor o para discutirlas con conciencia crítica y
lucidez. Escuelas diseñadas como espacios de exploración, de descubrimiento y de invención
que vayan dejando de ser unos centros de transmisión del saber para comenzar a ser
escenarios de descubrimientos colectivos y centros de producción del conocimiento.

Se pide la renovación tecnológica de la escuela que parta de la alfabetización propia de la


sociedad de la información, para enriquecer los procesos pedagógicos a través de una nueva
alfabetización multimedia, en la formación de nuevos modos de percibir, de comprender los
nuevos lenguajes. Una escuela alternativa ha de favorecer nuevas comunidades educativas,
ensayando una suerte de educación multicultural e internacional. El mundo virtual permite
conformar comunidades que, trascendiendo límites de espacio y tiempo, potencie nuevos
valores de convivencia y nuevos ámbitos de producción y discusión del saber.

b. Escuela al encuentro. La educación se ha convertido en una dimensión de la convivencia y


de la socialidad y todos están obligados a participar. Se habla de “sociedad educativa”, aquella
en la que todo puede ser ocasión para aprender y desarrollar las capacidades de la persona,
en la que se ofrecen múltiples posibilidades no sólo en la escuela, sino en la vida económica,
social y cultural. Se hace necesario, entonces, multiplicar las formas de concertación y de
asociación, aprender a establecer alianzas.

Una comunidad educativa que aspira a constituirse en comunidad cristiana, comunidad de fe


capaz de crear relaciones de comunión, es, precisamente, la que hace de la escuela católica
un ámbito propicio para una experiencia auténticamente eclesial (Cfr. Educar juntos, 14).

c. Escuela en diálogo. La escuela es un ambiente arquetípico de la comunicación. Por ello


necesita crear permanentemente las condiciones necesarias para que esa experiencia sea
significativa. La relación de comunicación es la base de toda experiencia educativa. La Escuela
de hoy es para aprender, no solo para enseñar conocimientos. Se trata de aprender a leer la
realidad. Esto conlleva la necesidad de comprender los ecosistemas comunicativos.

Según estos retos, la Escuela está llamada a pasar a un aprendizaje dialógico y socialmente
significativo; un aprendizaje que supere las concepciones academicistas y se abra a un
horizonte de solidaridad, igualdad y transformación social, con el ejercicio efectivo de
ciudadanía.

Lo cual implica la redefinición del rol del profesorado, como mediadores, acompañantes y
comunicadores que resignifican la asistencia salesiana en procesos de aprendizajes
cooperativos entre y con los estudiantes. En ese sentido, promotores de nuevos grupos y
comunidades educativas, diseñadores de nuevos entornos de aprendizaje, mediadores de
conflictos. Educadores, en una palabra.

d. Escuela que propone. La elaboración de un proyecto compartido se convierte en un


llamamiento imprescindible que ha de impulsar la escuela católica a definirse como lugar de
experiencia eclesial, desde los valores de una comunión de vida desarrollada en la reciprocidad
y en la misma pertenencia a Cristo. Todos estos referentes se asumen como normas
educativas y motivos que orientan la meta final del recorrido escolar. Exige de los educadores
la disponibilidad a un empeño de formación permanente, de acuerdo a una opción de valores
culturales y vitales, que es necesario hacer presentes en la comunidad educativa (Cfr Educar
juntos, 5).

La tarea de la comunicación es de importancia decisiva en el anuncio explícito de Cristo. El


contexto cultural en el que nos encontramos requiere una fe robusta, una convencida adhesión
al evangelio, pero también una especial capacidad comunicativa. La pretensión de ser
educadoras y educadores, no teniendo en cuenta las formas con que hoy la sociedad se

11
expresa, las categorías mediante las cuales las personas elaboran sus propios juicios sobre la
realidad, los principales lazos existenciales en el tejido de la vida cotidiana, restan realce a la
belleza del mismo mensaje que deseamos comunicar, es decir el evangelio (Cfr. LOME, 57).

La circulación correcta de información dentro de una institución y fuera de ella, es una de las
primeras condiciones de apertura a éste nuevo paradigma educativo que persiguen ambientes
en los que los procesos de comunicación se potencien, converjan y se pongan al servicio del
crecimiento de las personas y sus comunidades.

e. Escuela que acompaña. La presencia de los actores sociales de la comunidad educativa,


procedentes de diversos contextos culturales y religiosos, requiere un permanente empeño de
discernimiento y acompañamiento en la Escuela. Pensamos en una Escuela que se ve
servidora de la educación a lo largo de toda la vida. Esto supone ordenar las distintas etapas,
preparar las transiciones, diversificar y valorizar los diferentes itinerarios. Un sistema con
diversas trayectorias y tiempos, más flexible y centrado en las demandas de los actores
sociales, más que en las exigencias institucionales. Se le pide la implicación en el mundo
práctico, de modo que sea directamente útil a la comunidad a la que sirve. Que los problemas
del entorno sean también los de la escuela y ésta decida participar en su desarrollo cultural.

En el clima familiar de la Escuela madura y se forma el joven comunicador. Se piensa una


persona que se forma en relación de amistad y solidaridad, propositivo para la comunión y
crítico en el uso de las NITCs. La educación, precisamente porque aspira a hacer más humana
a cada persona, puede realizarse auténticamente sólo en un contexto relacional y comunitario.

1.7Gestión de los procesos comunicacionales

Lo planteado hasta este momento, nos exige buscar los diferentes modos de interrelación entre
la educación y la comunicación. La educación debemos entenderla como un espacio de
comunicación dentro del nuevo y complejo ecosistema cultural que emerge en la Era de la
Información. En este sentido se requiere el concepto y la práctica de Gestión de la
comunicación en el espacio educativo.

El concepto de gestión de la educomunicación, designa todo proceso articulado y orgánico


orientado desde una clara intencionalidad educativa, hacia la planeación, ejecución y
evaluación de actividades dirigidas a crear y mantener ecosistemas comunicacionales. Por
“gestión de procesos comunicacionales” se entiende la administración del ecosistema
comunicacional que garantice la interconexión orgánica y en sinergia. La gestión de procesos
comunicacionales está orientada a producir análisis del sistema masivo de los medios de
comunicación, utilizando metodologías adecuadas, educando responsablemente para el
consumo y la convivencia proactiva y ciudadana.

Entre los diversos factores del proceso de gestión, resaltamos la investigación. Es el motor del
proceso educomunicacional, busca darle soporte teórico a la práctica y legitima la calidad
educativa en el campo de la comunicación. La reflexión permanente sobre los procesos que se
llevan a cabo, permite la evolución en el área.

La formación y capacitación se presentan como un eje transversal en todo el proceso


educativo. Debe constituir una práctica permanente en los educadores y educandos, un diálogo
permanente con la sociedad y con las nuevas tecnologías de la comunicación, para rescatar el
espíritu humanista y formar ciudadanos despiertos para la solidaridad planetaria, para la
cooperación y para la ética de la responsabilidad social.

2 Criterios

12
2.1. Los sujetos de la comunicación siempre son las personas. Su grado de conciencia
en esta interacción les posibilita procesos de educomunicación.
2.2. La comunicación es el clima educativo en la escuela.
2.3. La fe cristiana y el carisma salesiano que profesamos inspiran y exigen pedagogías
de comunicación, inclusión y reciprocidad.
2.4. Solo una experiencia significativa de comunicación orienta el proyecto de vida
personal de los actores sociales, particularmente de los jóvenes.
2.5. Las transformaciones científicas de la comunicación y la informática posibilitan
experiencias formativas para una cultura de la comunicación.
2.6. La comunicación corporativa es el clima desde el cual se proyecta la imagen
institucional de la escuela para tejer redes y ecosistemas comunicativos.
2.7. La escuela, paradigma de la educomunicación, debe constituirse en un centro de
evangelización para la formación ciudadana con criterio de inclusión.

II. REFERENTE OPERACIONAL, UNA PROPUESTA OPERATIVA

DESAFÍO

Favorecer la cultura comunicacional inspirada en los valores del Evangelio, educándonos para
la comunicación interpersonal, la mediación tecnológica, la expresión y el arte y la formación
ciudadana, comprendiendo los nuevos lenguajes de las culturas juveniles, en la óptica de la
Educomunicación.

POLITICAS LINEAS DE ACCION INDICADORES

1. Construir 1.1. Conocer la 1.1.1. Programas de


ecosistemas Educomunicación y formación para la
comunicacionales sus implicaciones. Educomunicación por
ricos de parte de los actores
intencionalidad de la CEP.
educativa, como 1.2. Impulsar la
búsqueda de asistencia 1.2.2. Presencia de
sentidos y salesiana en “los educadores/as
resignificación de nuevos patios” de salesianos/as en “los
las relaciones presencia juvenil. nuevos patios” de las
sociales. culturas juveniles.

2. Orientar los 2.1. Incorporar en el 2.1.1. Currículo que incorpora


procesos currículo la la formación
educativos dimensión socio sociopolítica.

13
pastorales a una política.
acción
comunicativa que 2.2.2. Redes de vinculación
genere una 2.2. Establecer vínculos interinstitucionales.
ciudadanía activa. de interacción
comunicativa en la
CEP y su entorno.

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