La definición y diagnóstico de retraso mental a lo largo de nuestra historia ha sido un tema de recurrente discusión en donde lejos de llegar a un consenso, emergen nuevos enfoques en relación a esta. Dicha situación nos obliga a reestructurar de forma permanente todas aquellas condiciones, lo que nos impide llevar a la práctica estas nuevas visiones y concepciones de la discapacidad intelectual. Por mucho tiempo se preciso que para determinar si un sujeto pudiese presentar retraso mental lo fundamental para esto era la medición del coeficiente intelectual (CI). Es por esto que el presente ensayo tiene por objeto demostrar la importancia que tiene la conducta adaptativa por medio de su evolución, y su consideración progresiva al momento del diagnóstico de retado mental.
Uno de los primeros indicios del concepto de conducta adaptativa se
manifestó en 1908, cuando Tredgold incorporo en su definición de retraso mental que “la persona afectada es incapaz de desempeñar sus deberes como miembro de la sociedad en la posición de la vida en la cual ha nacido”. Posteriormente el mismo autor en 1937 incorpora en su nueva definición nuevos elementos a lo que seria la conducta adaptativa y el funcionamiento individual “el individuo es incapaz de adaptarse al ambiente normal […], de manera que mantenga una existencia independiente de supervisión, control o apoyo externo”.
En 1941 Doll definía retraso metal como “un estado de incompetencia
social […] debido a una subnormalidad mental”.
Lo anterior refleja los primeros indicios de lo que sería la conducta
adaptativa y funcionamiento individual.
Durante la segunda mitad del Siglo XX, junto con la aparición de la
Asociación Americana de Retraso Mental (AAMR) se logran avances significativos en la construcción del concepto de conducta adaptativa.
En este sentido en 1959 la definición de retraso mental integra la
conducta adaptativa entendida como “la eficacia con la cual el individuo afronta las demandas naturales y sociales del ambiente”. En las siguientes definiciones de 1961, 1973 y 1983 de la AAMR se mantiene el sentido otorgado a la conducta adaptativa.
Lo anterior puede ser reflejo de un estancamiento en la evolución del
concepto de conducta adaptativa. Este estancamiento permitió afianzar el valor de dicho concepto en la definición de retraso mental.
Sin embargo, en 1992 la AAMR modifica su definición sustituyendo
conducta adaptativa por diez áreas de habilidades de adaptación considerando como requisito para el diagnóstico de retraso mental la limitación en al menos dos de estas diez áreas.
Esta situación si bien propició el debate y discusión en relación a la
fiabilidad de la medición de las áreas y la ausencia de base empírica para la determinación de dichas áreas. Como consecuencia de esto el valor de la conducta adaptativa pudo haberse perdido, resignificando el valor del CI como criterio único y fundamental para el diagnóstico de retraso mental.
Favorablemente acontecimientos no siguieron ese curso. Las críticas a
las diez áreas de habilidades de adaptación permitieron reestructurar la concepción de conducta adaptativa, otorgándole de esta forma una mayor consistencia.
Esta consistencia esta dada por la delimitación clara y precisa de tres
dominios de habilidad de conducta adaptativa: habilidad conceptual, práctica y social.
La conducta adaptativa, como se ha mostrado, ha tenido una evolución
favorable para su valoración en la definición y diagnóstico del retraso mental. Con la última definición de 2002, se alcanza una maduración del concepto de conducta adaptativa. La maduración a la que se alude permite instalar en una nueva dimensión el concepto de conducta adaptativa. Habiéndose superado la dificultad en torno a la medición y a la terminología, los desafíos de esta nueva dimensión están puestos en la aplicación y puesta en práctica del concepto.
Es tarea de la educación y por sobre todo de la educación especial
hacerse cargo y asumir los desafíos impuestos por esta nueva dimensión, a través de un trabajo que se muestra tan complejo como necesario.
Blanco, Ginnobili & Lorenzano-La Capacidad Unificadora de Las Teorías Científicas-Una Propuesta Alternativa Desde El Estructuralismo Metateórico Al Enfoque Kitchereano de Patrones Explicativos PDF