infantil
Morgan Angela T, Vogel Adam P
Fecha de la modificación significativa más reciente: 13 de mayo de 2008
Esta revisión debería citarse como: Morgan Angela T, Vogel Adam P. Intervención para la
apraxia del habla infantil (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008
Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com.
(Traducida de The Cochrane Library, 2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).
RESUMEN
Antecedentes
Los criterios diagnósticos para la apraxia del habla infantil (AHI), y las causas subyacentes de
este trastorno, siguen siendo muy debatidos. Existe cierto acuerdo en que los niños con AHI
pueden tener deficiencias en uno o más de los siguientes dominios: función motora oral no
relativa al habla, función motora del habla, sonidos y estructuras del habla (es decir, formas de
las sílabas y palabras), prosodia, lenguaje, apreciación fonémica / habilidades metalingüísticas
y lectoescritura. Recientemente se ha llegado al consenso de que sólo tres características de
estos dominios tienen validez para el diagnóstico: (1) producción de errores inconsecuentes
tanto de consonantes como de vocales en repetidas producciones de sílabas o palabras, (2)
transiciones coarticulatorias prolongadas y deterioradas entre los sonidos y las sílabas y (3)
prosodia inadecuada (ASHA 2007). Quizás debido a la actual discusión sobre la etiología y el
diagnóstico, se publica escasa evidencia sobre intervenciones para la AHI.
Objetivos
Evaluar la eficacia de las intervenciones administradas por patólogos del habla y lenguaje /
terapeutas del habla y lenguaje dirigidas a niños y adolescentes con AHI.
Estrategia de búsqueda
Criterios de selección
La revisión consideró los ensayos controlados con asignación al azar (ECAa) y los estudios
cuasialeatorios de niños de tres a 16 años de edad con AHI, agrupados por tipo de tratamiento
(p.ej. técnicas terapéuticas de biorretroalimentación perceptivas e instrumentales).
Dos autores evaluaron de forma independiente los títulos y los resúmenes identificados en las
búsquedas y obtuvieron las versiones de texto completo de todos los artículos potencialmente
pertinentes. Se evaluó el diseño y el riesgo de sesgo de los artículos. Además de los datos de
las medidas de resultado, se documentaron una serie de variables acerca de los grupos de
participantes y resultados.
Resultados principales
De 825 títulos y resúmenes examinados, sólo 31 resúmenes parecían reunir los criterios de
inclusión. Los 794 documentos restantes se excluyeron principalmente debido a que no
incluían participantes con AHI (p.ej. se centraban en otros trastornos del habla infantil o en la
apraxia del habla adquirida durante la adultez), o no eran estudios de intervención (es decir,
eran de diagnóstico o descriptivos). Los 31 artículos completos que se habían obtenido fueron
excluidos después de la evaluación, ya que no cumplían con los criterios de inclusión sobre el
diseño. . Por lo tanto, ningún estudio fue incluido en esta revisión.
La revisión demuestra una falta muy importante de estudios de tratamiento bien controlados
que aborden la eficacia del tratamiento para la AHI, situación que hace imposible extraer
conclusiones acerca de qué intervenciones son más efectivas para tratar la AHI en los niños o
adolescentes.
A los niños que presentan apraxia del habla infantil (AHI) les resulta muy difícil producir los
sonidos en el orden correcto, lo cual hace que a los otros les resulte difícil comprenderlos. Por
lo tanto, la comunicación entre el hablante y el oyente puede cortarse.
La revisión demuestra que actualmente existen muy pocos estudios bien controlados en este
campo como para establecer conclusiones acerca de la eficacia del tratamiento para toda la
población con AHI, y se hace un llamado a los PHL que trabajan en esta área para que diseñen
mejores estudios.
ANTECEDENTES
Descripción de la enfermedad
Morley, Court y Miller (Morley 1954) proporcionaron un artículo fundamental que documenta
una serie de características del habla de los niños que se asemejan al trastorno de producción
del habla de los adultos con apraxia adquirida del habla. En el presente, se utilizan diversos
términos para denotar este grupo de síntomas apráxicos del desarrollo del habla en los niños,
sin embargo, la nosología más frecuente incluye los términos Apraxia del habla infantil (AHI),
Dispraxia verbal del desarrollo (DVD) y Apraxia del habla del desarrollo (DAS, por sus siglas en
inglés, developmental apraxia of speech).
Con respecto al diagnóstico de la AHI, los médicos no se ponen de acuerdo acerca de las
características discriminatorias fundamentales, o acerca de las tareas de evaluación para
diferenciar el trastorno de otras formas de deficiencia del desarrollo del habla. Existe cierto
acuerdo en que los niños con AHI pueden tener deficiencias en uno o una combinación de los
siguientes dominios generales: función motora oral no relativa al habla, función motora del
habla, sonidos y estructuras del habla (es decir, formas de las sílabas y palabras), prosodia,
lenguaje, apreciación fonémica/metalingüística y lectoescritura. (ASHA 2007). Recientemente
se ha llegado al consenso de que tres características de la AHI en estos dominios tienen
validez diagnóstica: (a) producción de errores inconsecuentes tanto de consonantes como de
vocales en repetidas producciones de sílabas o palabras, (b) transiciones coarticulatorias
prolongadas y deterioradas entre los sonidos y las sílabas y (c) prosodia inadecuada (ASHA
2007).
A pesar de que este trastorno se informó hace más de cincuenta años, aún no es posible
establecer un consenso con respecto a las características diagnósticas o a la causa
subyacente del mismo (ASHA 2007). En particular, se debate mucho si la forma infantil de
apraxia del habla se debe a un déficit subyacente lingüístico o motor o a una combinación de
ambos. Ha sido difícil disociar las características motoras y lingüísticas de la dispraxia verbal
porque los déficit léxicos, fonológicos y articulatorios son concomitantes y habitualmente se
consideran de forma simultánea durante una evaluación clínica, debido a la naturaleza misma
de las tareas de evaluación (Maassen 2002).
Existe también poco conocimiento de como cambia la AHI a través del tiempo, aunque los
niños más pequeños presentan formas más graves del trastorno, con mejoría con el transcurso
del tiempo en presencia de errores irregulares persistentes en consonantes, vocales y a nivel
de las sílabas (Davis 2005; Jacks 2006). Se desconoce el impacto de la edad o la gravedad de
la AHI sobre el éxito de tratamiento.
Descripción de la intervención
Recientemente una revisión no sistemática del tratamiento para la AHI puso de manifiesto que,
hasta ese momento, no había estudios con pruebas de alto nivel realizados en este campo
(ASHA 2007). En resumen, hasta la fecha no se han realizado revisiones sistemáticas de la
eficacia del tratamiento para la AHI.
Evaluar la eficacia de las intervenciones para la apraxia del habla del desarrollo / dispraxia
verbal del desarrollo.
Tipos de estudios
Se incluirán los ensayos controlados con asignación al azar (ECAs) y los estudios
cuasialeatorios (p.ej. los estudios en los cuales los participantes fueron asignados en días
alternados).
Tipos de participantes
Niños de tres a 16 años de edad con diagnóstico de apraxia del habla del desarrollo / dispraxia
verbal del desarrollo.
Tipos de intervención
Los grupos control pueden ser un grupo control en lista de espera o un grupo control sin
tratamiento.
Se considerarán para el análisis tres niveles de medidas de resultado, utilizadas para medir el
cambio en la producción del habla (Law 2003):
1. Al nivel de la función aislada de la producción del habla, p.ej. aumento de los sonidos
representados en un inventario fonético; disminución de la frecuencia de omisión, sustitución o
adición de errores fonéticos.
2. Al nivel de la palabra o de la oración de la producción general del habla, p.ej. mejoría en el
patrón prosódico general del habla, medido a través de las características de la acentuación
léxica y oracional (p.ej. sobre la base de medidas como la duración de la vocal, la frecuencia
fundamental en el punto medio de la vocal, la sincronización del pico de frecuencia fundamental
relativo al comienzo de la vocal, etc.).
3. Al nivel más amplio de la producción del habla, donde los resultados demuestran beneficios
funcionales en la comunicación, p.ej. mejoras observadas en la inteligibilidad del habla
espontánea, según la evaluación de los médicos o de evaluadores cegados, o según lo
informado por los niños o los padres en cuestionarios sobre la función del habla.
Se evaluarán las medidas de resultado tanto estandarizadas como informales, entre ellas, los
cuestionarios sobre los resultados informados por los médicos, padres o niños.
ESTRATEGIA DE BÚSQUEDA PARA LA IDENTIFICACIÓN DE LOS ESTUDIOS
Se solicitó información sobre ensayos no publicados a los autores de los estudios publicados y
a los expertos y grupos de información de las áreas de lingüística y terapia del habla.
MÉTODOS DE LA REVISIÓN
Los títulos y los resúmenes serán revisados por ambos autores (AV) y (AM), de forma
independiente, para determinar su inclusión. En caso de dudas, por parte de cualquiera de los
autores, en cuanto a si un resumen reúne los criterios de inclusión, se obtendrá el texto
completo del artículo. Entonces, cada documento será evaluado de forma independiente por los
dos revisores (AV) y (AM) para determinar su inclusión. En caso de desacuerdo sobre la
inclusión de un artículo en particular, se llegará a un consenso entre AV y AM mediante la
reevaluación conjunta del criterio de inclusión.
Ningún estudio cumplió criterios de inclusión para esta revisión. Para más información sobre los
métodos del protocolo, que han sido archivados para ser utilizados en las actualizaciones
futuras de esta revisión, sírvase ver el Apéndice 1. Ver también Higgins 2008.
Ver Apéndice 1.
Ver Apéndice 1.
Ver Apéndice 1.
Evaluación de la heterogeneidad
Ver Apéndice 1.
Ver Apéndice 1.
Ver Apéndice 1.
Análisis de sensibilidad
Ver Apéndice 1.
Seis artículos se excluyeron por incluir participantes con apraxia del habla adquirida durante la
adultez y no AHI (Bose 2001; Dworkin 1988; Katz 2006; Lozano 1978; Ray 2003; Hadar 1984).
Los documentos restantes también fueron excluidos por no contener participantes con AHI.
Estos estudios se centraban en niños con dispraxia motora, más que apraxia del habla
(Richardson 2004), trastorno general del habla (Kingston 1987; Forrest 2003), o agrupaban una
combinación de niños con AHI y otros trastornos del habla sin discriminar entre los
participantes (Head 1975), excluyendo la posibilidad de extraer conclusiones específicas
acerca de la respuesta al tratamiento de los participantes con AHI. Un artículo se excluyó
porque la metodología no permitía determinar si el participante presentaba AHI o sólo algunas
“características dispráxicas” (Jaroma 1984).
El último estudio excluido consistió en tres discusiones diferentes de casos de tratamiento, con
inclusión de un estudio de casos descriptivo y longitudinal (1M seguido de 3;5 a 8; 6 años), un
estudio de casos descriptivo (1M, 16 años) y un estudio descriptivo de diseño mixto que
consistió en un grupo de cuatro participantes (3M, 1F, entre diez y 14 años de edad) (Rosenthal
1994). El grupo de cuatro participantes del estudio de diseño mixto experimentó un aspecto del
tratamiento que fue de naturaleza cuasiexperimental; un diseño ABAB que comparó el modo
inicial (velocidad del habla típica) con un modo de tratamiento (reducción de la velocidad del
habla a aproximadamente el 50% de la velocidad del habla típica de los participantes). No se
informó la duración exacta y la intensidad del tratamiento de cada individuo. Además, en una
segunda fase se incorporó una combinación de técnicas terapéuticas adicionales a la terapia
de control de la velocidad, y la naturaleza exacta, la duración y la intensidad de este enfoque
no se informaron, ni tampoco los datos cuantitativos sobre los resultados específicos de los
participantes individuales. Como resultado, este estudio no permitió establecer conclusiones
claras acerca del efecto del tratamiento de las técnicas específicas para los participantes
individuales y fue excluido. En resumen, no se encontraron ECAs o estudios
cuasiexperimentales en esta área.
CALIDAD METODOLÓGICA
RESULTADOS
Seis artículos se excluyeron por incluir participantes con apraxia del habla adquirida durante la
adultez y no AHI (Bose 2001; Dworkin 1988; Katz 2006; Lozano 1978; Ray 2003; Hadar 1984).
Los documentos restantes también fueron excluidos por no contener participantes con AHI.
Estos estudios se centraban en niños con dispraxia motora, más que apraxia del habla
(Richardson 2004), trastorno general del habla (Kingston 1987; Forrest 2003), o agrupaban una
combinación de niños con AHI y otros trastornos del habla sin discriminar entre los
participantes (Head 1975), excluyendo la posibilidad de extraer conclusiones específicas
acerca de la respuesta al tratamiento de los participantes con AHI. Un artículo se excluyó
porque la metodología no permitía determinar si el participante presentaba AHI o sólo algunas
"características dispráxicas” (Jaroma 1984).
El último estudio excluido consistió en tres discusiones diferentes de casos de tratamiento, con
inclusión de un estudio de casos descriptivo y longitudinal (1M seguido de 3,5 a 8, 6 años), un
estudio de casos descriptivo (1M, 16 años) y un estudio descriptivo de diseño mixto que
consistió en un grupo de cuatro participantes (3M, 1F, entre diez y 14 años de edad) (Rosenthal
1994). El grupo de cuatro participantes del estudio de diseño mixto experimentó un aspecto del
tratamiento que fue de naturaleza cuasiexperimental; un diseño ABAB que comparó el modo
inicial (velocidad del habla típica) con un modo de tratamiento (reducción de la velocidad del
habla a aproximadamente el 50% de la velocidad del habla típica de los participantes). No se
informó la duración exacta y la intensidad del tratamiento de cada individuo. Además, en una
segunda fase se incorporó una combinación de técnicas terapéuticas adicionales a la terapia
de control de la velocidad, y la naturaleza exacta, la duración y la intensidad de este enfoque
no se informaron, ni tampoco los datos cuantitativos sobre las medidas de resultado específicas
de los participantes individuales. Como resultado, este estudio no permitió establecer
conclusiones claras acerca del efecto del tratamiento de las técnicas específicas para los
participantes individuales y fue excluido. En resumen, no se encontraron ECAs o estudios
cuasiexperimentales en esta área.
No aplicable.
No aplicable.
DISCUSIÓN
La presente revisión procuró investigar la efectividad de las intervenciones para la AHI en niños
y jóvenes de tres a 16 años de edad. Ningún estudio cumplió el criterio metodológico de
inclusión, es decir, no se hallaron estudios cuasiexperimentales o ECAs. Ante la falta de
estudios bien controlados, actualmente no es posible establecer conclusiones acerca de la
efectividad de los tratamientos particulares para los individuos con AHI. Se requieren con
urgencia estudios bien controlados en esta área, ya que las intervenciones efectivas no sólo
tendrán repercusiones positivas a largo plazo para los niños con AHI, sino que también tendrán
mayores beneficios socioeconómicos para los sistemas de salud y educación.
Frecuentemente las revisiones Cochrane son criticadas en los campos conductuales pequeños
como la patología del habla y lenguaje (PHL) porque no tienen en cuenta niveles inferiores de
evidencia, y culminan habitualmente en el resultado: “no existen pruebas suficientes que
permitan establecer conclusiones”, tal como se afirma en el presente estudio. Los críticos
argumentan que muchos trastornos de habla (p.ej. la disartria y la AHI) son relativamente raros
y por lo tanto es difícil realizar ensayos experimentales a gran escala. Sin embargo, esta
perspectiva negativa es limitante.
Además de los temas más generales de la cultura de la investigación que afectan la profesión
de los PHL, una serie de razones más específicas pueden ayudar a explicar la falta de datos de
intervención en el campo de la AHI hasta la fecha, incluidas: i) la falta de un sistema definitivo
de clasificación del diagnóstico y de medidas de resultado para estos niños; ii) una falta de
comprensión de la etiología y los resultados longitudinales (“evolución natural”) de la AHI; y iii)
la baja incidencia o prevalencia del trastorno. A continuación se analiza la posible repercusión
de cada uno de estos factores en la obtención de evidencia sobre el tratamiento de la AHI.
En primer lugar, los avances en el diagnóstico pueden ayudar a despejar las aparentes dudas
de los autores a la hora de informar de forma sistemática y explícita la evaluación y los datos
de tratamiento en los estudios de intervención. En la actualidad, esta vacilación es
comprensible, dado el debate sobre el diagnóstico y las características de los niños con AHI.
Se requieren informes claros y explícitos en todas las áreas de evaluación y tratamiento de la
AHI aunque, en particular, los autores deberían informar de manera sistemática lo siguiente:
qué criterios de inclusión y exclusión se utilizaron, exactamente qué evaluaciones se
emplearon, qué características presentaban los participantes y cuál fue su diagnóstico al inicio
del ensayo, específicamente qué se trató (es decir, objetivos primarios y secundarios del
tratamiento) y como (es decir, naturaleza, duración e intensidad), qué medidas de resultado (es
decir, deficiencia, actividad, participación) se aplicaron y cuál fue el resultado. El informe
sistemático de los detalles de la evaluación y el tratamiento es crucial para ayudar a los
médicos en la interpretación o generalización de los resultados de los estudios, en relación con
casos similares de sus pacientes con trastornos del habla. El informe sistemático también es
fundamental para que otros investigadores puedan repetir los estudios existentes para
determinar si los resultados originales de la intervención eran consistentes. Sin embargo como
lo destaca Law (Law 2003), gran parte de la información detallada importante sobre los
procedimientos exactos de administración de las intervenciones puede perderse durante el
proceso de redacción. Es probable que los editores modernos no reciban con beneplácito esta
cantidad de detalles para la publicación. Este tema no es trivial y requiere seria consideración
por parte de los PHL. De ser posible, los autores deberían intentar incluir apéndices adicionales
que describan los procedimientos de tratamiento, o deberían publicar en las revistas que
permiten que estos apéndices adicionales aparezcan en el sitio web de la editorial.
También existe una falta de consenso con respecto a las medidas de resultado relevantes para
esta población. Probablemente este hecho se debe en parte al escaso consenso sobre las
características clave de la AHI. ¿Si no se comprende como se presenta el trastorno antes del
tratamiento, cómo es posible prever lo que puede cambiar y lo que se debería medir después
del tratamiento? Los actuales estudios de intervención sobre la AHI se han concentrado
principalmente sólo en medidas de resultado basadas en la deficiencia. Los futuros estudios
sistemáticos sobre la eficacia del tratamiento deberían considerar repercusiones más
funcionales del tratamiento además del nivel de la deficiencia (es decir, actividad y
participación), la eficacia del tratamiento según diversos ambientes de comunicación (es decir,
incorporar contextos más naturales para el niño con AHI como el hogar y la escuela) y deberían
considerar evaluaciones hechas por los padres o compañeros del niño y no sólo por el médico
(WHO 2002). Sin embargo, hay que señalar que no es apropiado medir un gran número de
resultados en estudios que contienen escaso número de participantes. Debe evaluarse el poder
estadístico y los investigadores deberían ser claros acerca de las variables primarias de interés
(p.ej. las variables que se evalúan de manera directa, tales como las secuencias de articulación
de las sílabas), las variables secundarias de interés (p.ej. las variables que pueden verse
indirectamente afectadas por el tratamiento, tal como la prosodia) y qué áreas se evaluarán
para la generalización (p.ej. las sílabas de palabras que no fueron directamente tratadas)
La falta de datos longitudinales sobre los patrones de las características, la evolución natural y
la recuperación de estas poblaciones pediátricas tiene como resultado una incapacidad para
predecir qué niños pueden recuperarse con rapidez, en relación con los casos que presentan
deficiencia del habla persistente crónica (p.ej. el caso de “Fred” de 16 años de edad en
Rosenthal 1994). Los datos sobre la evolución natural de la AHI pueden ayudar a determinar
los subgrupos de participantes para la comparación en los estudios de tratamiento o los
ensayos controlados (es decir, determinar si diversos subgrupos de pacientes obtendrían
mayores beneficios con ciertos enfoques terapéuticos). Estos datos también pueden ayudar a
determinar si algunos niños responden mejor al tratamiento en “períodos cruciales” del
desarrollo en particular (es decir, ¿siempre es mejor el tratamiento temprano, o existe un
beneficio si se espera la maduración de otras características que pueden afectar el resultado
del tratamiento, p.ej. la función cognitiva?)
Dada la presunta baja incidencia de este trastorno, intentar realizar un ECA en este grupo de
pacientes supondría un gran desafío, debido al escaso número de participantes en cualquier
ubicación geográfica y a la complejidad del diagnóstico y los probables criterios de inclusión.
Además, puede ser muy difícil obtener financiamiento para los estudios de tratamiento de la
AHI, ya que el número de participantes es limitado en comparación con otras áreas de interés
de mayor prevalencia en la salud pública pediátrica (p.ej. el trastorno del desarrollo del habla o
la obesidad). Sin embargo, estas limitaciones y restricciones no excluyen el uso de diseños
cuasiexperimentales de sujeto único, bien controlados, en esta área (p.ej. los estudios de casos
múltiples). Los estudios pequeños bien controlados constituyen un primer paso crucial para
identificar los tratamientos que podría ser apropiado evaluar en un ensayo controlado aleatorio
más amplio.
Los médicos que tratan individuos con AHI en contextos educativos y comunitarios deberían
recibir apoyo para poder realizar investigación, mediante el establecimiento de vínculos con
centros locales dedicados a la investigación (p.ej. las instituciones académicas).
Existe una necesidad urgente de llegar a un consenso sobre las características de diagnóstico
específicas para la AHI y las escalas de clasificación de la gravedad en esta población. De
manera similar, se requiere investigación adicional que contenga medidas de resultado que
consideren la actividad y la participación, además de la deficiencia. Sin esta información, los
estudios seguirán utilizando una variedad de medidas iniciales y de resultado, lo cual dificulta
comparar la eficacia de los diferentes estudios de intervención.
El consenso sobre las características del diagnóstico también facilitaría el diseño de estudios
epidemiológicos para investigar la prevalencia de la DAS.
Existe una apremiante necesidad de estudios adicionales sobre la eficacia del tratamiento para
la AHI. Debería considerarse cuidadosamente el diseño de los tratamientos para este grupo de
pacientes que constituye un desafío. Los ECAs y los estudios cuasialeatorios pueden ser
difíciles de realizar dada la heterogeneidad de la naturaleza y la gravedad de la AHI, y debido a
la aparente baja prevalencia de este trastorno.
Los estudios futuros pueden investigar numerosas variables de tratamiento comunes a muchas
poblaciones de habla y lenguajeLaw 2003 para aumentar la comprensión de la respuesta al
tratamiento en esta población, entre ellas:
AGRADECIMIENTOS
Se agradece a Jane Dennis de la Universidad de Bristol, a la profesora Geraldine Macdonald
de la Queen's University (Belfast, Reino Unido) y al profesor James Law de la Queen Margaret
University College (Escocia), por su apoyo y orientación en todo el proceso de elaboración del
protocolo.
Ninguno conocido.
TABLAS
REFERENCIAS
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GRÁFICOS
CARÁTULA
Número de protocolo
2006/4
publicado inicialmente
Número de revisión
2008/3
publicada inicialmente
Fecha de la
modificación más La información no está disponible
reciente
Fecha de la
modificación
13 mayo 2008
SIGNIFICATIVA más
reciente
Cambios más recientes Última actualización evaluada: 22 febrero 2007 Fecha Evento
Descripción 13 mayo 2008 Modificado La revisión fue adaptada
al nuevo formato. 12 mayo 2008 Modificado Cambio del título
desde el estadio de protocolo (“apraxia del habla del
desarrollo”) a “apraxia del habla infantil”
Fecha de búsqueda de
nuevos estudios no El autor no facilitó la información
localizados
Fecha de localización
de nuevos estudios aún El autor no facilitó la información
no incluidos/excluidos
Fecha de localización
de nuevos estudios El autor no facilitó la información
incluidos/excluidos
Fecha de modificación
de la sección
El autor no facilitó la información
conclusiones de los
autores
FUENTES DE FINANCIACIÓN
Recursos externos
1. Definición
Fisiología de la deglución
3. Disfagia
Como se mencionó anteriormente, cualquier alteración tanto en
las estructuras como en las etapas de la deglución, trae como
consecuencia un trastorno en la deglución llamado disfagia.
Es así como la disfagia corresponde a “toda dificultad para
tragar alimentos (en sus distintas consistencias: liquido,
semisólido y sólido) causado por una alteración en una o mas
etapas de la deglución explicado por alteraciones anatómicas,
por compromiso neuromuscular o también por patologías
psiquiatricas (disfagia funcional”).
4. Tratamiento
5. Alimentación no oral