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03/06/2016 OPINIÓN

"Los chicos en la escuela, no en la calle"


Omar Perotti, senador nacional por el Frente para la Victoria de Santa Fe, opinó para
Télam sobre la necesidad de que los chicos estén en la escuela y no en la calle, a partir
de un proyecto que presentó en el Senado para crear dos Programas Federales, uno de
Inclusión Educativa y otro de Inclusión Tecnológica.
La educación es un tema central para toda la ciudadanía, ya que es una de las herramientas más
efectivas para avanzar en una sociedad inclusiva y con paridad de oportunidades. Es muy
importante que todos los chicos que abandonaron la escuela vuelvan, pero es mucho más
importante que todos los que terminaron la escuela primaria estén sentados en sus bancos el
primer día de clases comenzando sus estudios secundarios y cuando el Estado no se involucra
activamente con acciones orientadas a garantizar esta transición, está consolidando una
desigualdad. Este debe ser uno de los desafíos a asumir ante el Bicentenario de la
Independencia; dotar a los gobiernos de los instrumentos necesarios para alcanzar dicho
objetivo.

Con este convencimiento presenté en el Senado de la Nación un Proyecto de Ley para crear dos
Programas Federales, uno de Inclusión Educativa y otro de Inclusión Tecnológica. También se
contempla la creación de un Fondo Federal de Inclusión Educativa y Tecnológica del
Bicentenario para dotar a esta iniciativa del presupuesto necesario para su instrumentación.

El primer programa -de Inclusión Educativa- tiene como objeto garantizar el acceso, la
permanencia y culminación del nivel medio de educación a todos los jóvenes que hayan
completado el primario, a través de la implementación de políticas públicas concretas.

La experiencia desarrollada en la localidad de Rafaela, Santa Fe, a través del "Programa


Bicentenario de Inclusión Educativa" cuyo objetivo principal es reducir el abandono escolar en
la transición de séptimo grado a primer año de la escuela secundaria es una muestra acabada de
que los resultados trascienden el carácter de estadísticas positivas: son cientos de chicos a los
que fuimos a buscar casa por casa luego de que finalizaran la primaria y que lograron ocupar su
banco el primer día de inicio del ciclo secundario y muchos de ellos, concluirlo.

Es por ello que propongo llevar esta práctica exitosa a nivel federal, no sólo porque constituye
una herramienta orientada a concretar el principio de obligatoriedad de la educación secundaria,
sino porque mediante un trabajo interdisciplinario y multisectorial de acompañamiento escolar,
constituye un instrumento de inclusión social al cual todas las provincias deben aspirar.
A partir del lema "los chicos en la escuela, no en la calle" el programa busca tender un puente.
Por eso convocamos no sólo a los tres niveles del Estado, nacional, provincial y municipal, sino
también a la participación activa de toda la comunidad educativa, las organizaciones sociales,
los jóvenes y toda la sociedad en este desafío.

Con este objetivo, proponemos focalizar la atención en los alumnos de los establecimientos
primarios que hayan promocionado con dificultades los sucesivos grados y trabajar en la
información sobre la oferta educativa secundaria. Se trata de detectar los casos que no tengan
prevista la continuidad en la secundaria y trabajar con la comunidad educativa y sus familias
para resolver esta encrucijada.

El segundo programa- de Inclusión Tecnológica- apunta a promover la familiarización de los


niños, niñas y adolescentes de los distintos niveles de educación, con la ciencia y la tecnología,
mediante un trabajo conjunto entre la comunidad educativa y la sociedad civil.

Esto responde a un hecho innegable. Una enseñanza que está pensada en tiempo presente y que
apunta a garantizar derechos, no puede dejar de lado la tecnología, porque ella atraviesa todas
las dimensiones de la sociedad. Adecuarse a los tiempos que corren es un imperativo que no
podemos eludir, puesto que el desarrollo tecnológico está transformando al mundo a una
velocidad casi inimaginable. Desconocer esta realidad condena a nuestros jóvenes a la exclusión
no sólo digital, sino social y laboral; puesto que allí encontramos ámbitos, profundamente
marcados por la competencia, el desarrollo científico y la innovación tecnológica.

Nuestros chicos no pueden quedar afuera de ello.

Debemos prepararlos para enfrentar las exigencias que impondrá en el futuro próximo el acceso
al mundo del trabajo, achicando la brecha digital y adecuando los planes educativos para
generar más oportunidades y habilidades. Debemos despertar en nuestros niños y niñas la
curiosidad, que redunda en creatividad.

Finalmente, el proyecto contempla la creación de un Fondo Federal de Inclusión Educativa y


Tecnológica del Bicentenario, porque, como bien sabemos, el ámbito de las políticas públicas,
así como cualquier otro, requiere de operatividad para su funcionamiento.

Dicho fondo estará conformado por el veinte por ciento (20%) de lo que perciba el Estado
Nacional a través de la implementación de programas de repatriación de activos financieros
(blanqueo de capitales) así como por préstamos, subsidios, donaciones y todo otro aporte
destinado a su cumplimiento.

Educación, tecnología e inclusión, ese es nuestro aporte. Y hacia allá vamos.

(*) Senador nacional por la provincia de Santa Fe, Frente para la Victoria

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