Con este convencimiento presenté en el Senado de la Nación un Proyecto de Ley para crear dos
Programas Federales, uno de Inclusión Educativa y otro de Inclusión Tecnológica. También se
contempla la creación de un Fondo Federal de Inclusión Educativa y Tecnológica del
Bicentenario para dotar a esta iniciativa del presupuesto necesario para su instrumentación.
El primer programa -de Inclusión Educativa- tiene como objeto garantizar el acceso, la
permanencia y culminación del nivel medio de educación a todos los jóvenes que hayan
completado el primario, a través de la implementación de políticas públicas concretas.
Es por ello que propongo llevar esta práctica exitosa a nivel federal, no sólo porque constituye
una herramienta orientada a concretar el principio de obligatoriedad de la educación secundaria,
sino porque mediante un trabajo interdisciplinario y multisectorial de acompañamiento escolar,
constituye un instrumento de inclusión social al cual todas las provincias deben aspirar.
A partir del lema "los chicos en la escuela, no en la calle" el programa busca tender un puente.
Por eso convocamos no sólo a los tres niveles del Estado, nacional, provincial y municipal, sino
también a la participación activa de toda la comunidad educativa, las organizaciones sociales,
los jóvenes y toda la sociedad en este desafío.
Con este objetivo, proponemos focalizar la atención en los alumnos de los establecimientos
primarios que hayan promocionado con dificultades los sucesivos grados y trabajar en la
información sobre la oferta educativa secundaria. Se trata de detectar los casos que no tengan
prevista la continuidad en la secundaria y trabajar con la comunidad educativa y sus familias
para resolver esta encrucijada.
Esto responde a un hecho innegable. Una enseñanza que está pensada en tiempo presente y que
apunta a garantizar derechos, no puede dejar de lado la tecnología, porque ella atraviesa todas
las dimensiones de la sociedad. Adecuarse a los tiempos que corren es un imperativo que no
podemos eludir, puesto que el desarrollo tecnológico está transformando al mundo a una
velocidad casi inimaginable. Desconocer esta realidad condena a nuestros jóvenes a la exclusión
no sólo digital, sino social y laboral; puesto que allí encontramos ámbitos, profundamente
marcados por la competencia, el desarrollo científico y la innovación tecnológica.
Debemos prepararlos para enfrentar las exigencias que impondrá en el futuro próximo el acceso
al mundo del trabajo, achicando la brecha digital y adecuando los planes educativos para
generar más oportunidades y habilidades. Debemos despertar en nuestros niños y niñas la
curiosidad, que redunda en creatividad.
Dicho fondo estará conformado por el veinte por ciento (20%) de lo que perciba el Estado
Nacional a través de la implementación de programas de repatriación de activos financieros
(blanqueo de capitales) así como por préstamos, subsidios, donaciones y todo otro aporte
destinado a su cumplimiento.
(*) Senador nacional por la provincia de Santa Fe, Frente para la Victoria