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Teoría de las Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina
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Teoría de las Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina

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Teorías de Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina ofrece un análisis actualizado de los diferentes enfoques teóricos de la disciplina, con la participación de diversos autores mexicanos y latinoamericanos. La estructura del libro, organizada en tres secciones, aborda desde los aspectos ge
LanguageEspañol
Release dateJan 29, 2021
Teoría de las Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina
Author

Jorge A. Schiavon Uriegas

Jorge A. Schiavon Uriegas es profesor-investigador titular de la División de Estudios Internacionales del CIDE. Ha publicado más de cien productos académicos sobre relaciones internacionales y política exterior, entre ellos 16 libros. Es doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales por la Universidad de California en San Diego (UCSD). Pertenece al Sistema Nacional de Investigaciones, nivel II. Adriana S. Ortega Ramírez es profesora- investigadora de Relaciones Internacionales en la BUAP. Es doctora en Ciencias Políticas y sociales por la UNAM. Entre sus libros más recientes se encuentran en puebla y sus migrantes: Tendencias y retos de agenda pública (Gernika, 2014) y políticas migratorias subnacionales en México: Evaluación de las oficinas estatales de atención a migrantes (Plaza y Valdés, 2012). Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores. Marcela López-Vallejo es doctora en Relaciones Internacionales por la UDLAP y profesora-investigadora de la Universidad de Guadalajara. Es autora de Reconfiguring Global Climate Governance in North América: A Transregional Approach (Ashgate, 2014) y de más de 50 publicaciones nacionales e internacionales sobre cambio climático y política energética, diplomacia local y regionalismo en América del Norte, y teoría de Relaciones Internacionales. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel I. Rafael Velázquez Flores es profesor-investigador de la Universidad Autónoma de Baja California. Es doctor en Estudios Internacionales por la Universidad de Miami. Es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. Fue presidente de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI) (2015-2017). ha publicado varios libros y artículos sobre la política exterior de México y la disciplina de Relaciones Internacionales. Pertenece al Sistema Nacional de investigadores, nivel II.

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    Teoría de las Relaciones Internacionales en el siglo XXI - Jorge A. Schiavon Uriegas

    Biblioteca del CIDE – Registro catalogado

    Schiavon Uriegas, Jorge A., editor

    Título: Teorías de Relaciones Internacionales en el siglo XXI. Interpretaciones críticas desde México y América Latina.

    Responsable(s): Jorge A. Schiavon Uriegas, Adriana S. Ortega Ramírez, Marcela López-Vallejo, Rafael Velázquez Flores, editores.

    Autores: Jorge A. Schiavon Uriegas, Adriana S. Ortega Ramírez, Marcela López-Vallejo... [y otros] autores mencionados en la tabla de contenido.

    Pie de imprenta: Ciudad de México: Centro de Investigación y Docencia Económicas, ©2021.

    Edición: Tercera edición corregida y aumentada.

    Contenido: Introducción / Jorge A. Schiavon Uriegas, Adriana S. Ortega Ramírez, Marcela López-Vallejo y Rafael Velázquez Flores – Primera parte: La disciplina de las Relaciones Internacionales – I. Surgimiento y desarrollo de la disciplina de las Relaciones Internacionales / Luis Ochoa Bilbao, Jorge A. Schiavon Uriegas, Marta Tawil Kuri y Rafael Velázquez Flores – II. ¿Deben ser consideradas las Relaciones Internacionales como una disciplina autónoma? / David J. Sarquís Ramírez – III. El oscuro objeto de las Relaciones Internacionales: ¿Qué es hoy lo internacional en un mundo transnacionalizado y gubernamentalizado? / Isidro Morales Moreno – IV. Los tres niveles de análisis / Rafael Velázquez Flores, Marcela Maldonado Bodart y José Manuel Vázquez Godina – V. El estudio de las teorías de Relaciones Internacionales en América Latina / Arlene B. Tickner – VI. Pensamiento internacional latinoamericano / Alfonso Sánchez Mugica – VII. La sociología histórica de las Relaciones Internacionales / Luis Ochoa Bilbao – VIII. Economía política internacional / José Luis León-Manríquez – IX. Debates y diálogo entre positivismo y pospositivismo en Relaciones Internacionales / Alberto Lozano Vázquez – X. La enseñanza de las teorías de las Relaciones Internacionales / Marco Aurelio Almazán St. Hill – XI. El revisionismo y los orígenes disciplinarios de las Relaciones Internacionales / José Ricardo Villanueva Lira – Segunda parte: Enfoques teóricos clásicos – XII. Idealismo clásico / Rafael Velázquez Flores y Ana Bárbara Mungaray Moctezuma – XIII. Teoría normativa internacional / Alejandro Chávez Segura – XIV. Teoría de la paz democrática / Arturo Santa Cruz – XV. Realismo clásico / Rafael Velázquez Flores y Salvador Gerardo González Cruz – XVI. Realismo estructural / Jessica Lillian De Alba Ulloa – XVII. Teoría de la transición de poder / Ana Bárbara Mungaray Moctezuma – XVIII. La Escuela Inglesa de la teoría de Relaciones Internacionales: Una aproximación conceptual / José Luis García Aguilar – XIX. Marxismo y teoría del imperialismo / Salvador Vázquez Vallejo – XX. La teoría de la dependencia y los nuevos esquemas de dependencia económica / Juan Carlos Gachúz Maya – XXI. La teoría general de sistemas: Una opción teórica para el estudio de las Relaciones Internacionales / Luz Araceli González Uresti – XXII. El liberalismo institucional / Juan Pablo Prado Lallande – XXIII. La teoría de la interdependencia / Jorge A. Schiavon Uriegas – XXIV. Constructivismo / José Jesús Bravo Vergara y Miguel Ángel Sigala Gómez – XXV. La política exterior de los Estados nacionales / Rafael Velázquez Flores y Jorge A. Schiavon Uriegas – Tercera parte: Enfoques y debates teóricos contemporáneos – XXVI. El nuevo institucionalismo en las Relaciones Internacionales / Laura Zamudio González y Jorge Enrique Culebro Moreno – XXVII. Transnacionalismo / Adriana S. Ortega Ramírez y Misael González Ramírez – XXVIII. Gobernanza global / Marcela López-Vallejo – XXIX. Feminismo y género / Mónica Trujillo López – XXX. Poscolonialismo: Estudios decoloniales y Relaciones Internacionales / Marianne H. Marchand y Edmundo Meza Rodríguez – XXXI. Teoría crítica: Promesa y progreso en Relaciones Internacionales / Héctor Cuadra Montiel – XXXII. Investigar la paz en el ámbito de las Relaciones Internacionales / Gerardo Pérez Viramontes – XXXIII. El posthumanismo en las Relaciones Internacionales / Luisa Fernanda Grijalva Maza.

    Descripción física: 640 páginas, 23 cm.

    Identificadores: ISBN: 978-607-8508-90-7

    ORCID: 0000-0001-6962-088X (Jorge A. Schiavon Uriegas), ORCID: 0000-0002-3387-9635 (Adriana S. Ortega Ramírez), ORCID: 0000-0001-6804-9263 (Marcela López-Vallejo), ORCID: 0000-0002-1011-6811 (Rafael Velázquez Flores), ORCID: 0000-0003-2993-0693 (Marco Aurelio Almazán St. Hill), ORCID: 0000-0002-7176-314X (José Jesús Bravo Vergara), ORCID: 0000-0001-5569-1919 (Alejandro Chávez Segura), ORCID: 0000-0001-6405-7530 (Héctor Cuadra Montiel), ORCID: 0000-0001-9714-1042 (Jorge Enrique Culebro Moreno), ORCID: 0000-0003-1113-6694 (Jessica Lillian De Alba Ulloa), ORCID: 0000-0002-6770-0357 (Juan Carlos Gachúz Maya), ORCID: 0000-0002-0797-2393 (José Luis García Aguilar), ORCID: 0000-0003-1108-5321 (Salvador Gerardo González Cruz), ORCID: 0000-0003-2718-0809 (Misael González Ramírez), ORCID: 0000-0003-3627-644X (Luz Araceli González Uresti), ORCID: 0000-0003-3306-5428 (Luisa Fernanda Grijalva Maza), ORCID: 0000-0002-6236-0728 (Alberto Lozano Vázquez), ORCID: 0000-0001-7218-1590 (Marcela Maldonado Bodart), ORCID: 0000-0002-5717-9182 (Marianne H. Marchand), ORCID: 0000-0002-1730-1446 (Edmundo Meza Rodríguez), ORCID: 0000-0002-0537-3928 (Isidro Morales Moreno), ORCID: 0000-0003-3165-8617 (Ana Bárbara Mungaray Moctezuma), ORCID: 0000-0002-1164-1036 (Luis Ochoa Bilbao), ORCID: 0000-0003-4642-6667 (Gerardo Pérez Viramontes), ORCID: 0000-0003-4036-9964 (Juan Pablo Prado Lallande), ORCID: 0000-0002-6571-2952 (Alfonso Sánchez Mugica), ORCID: 0000-0002-6353-7441 (Arturo Santa Cruz), ORCID: 0000-0002-3296-7350 (David J. Sarquís Ramírez), ORCID: 0000-0002-9989-8193 (Miguel Ángel Sigala Gómez), ORCID: 0000-0002-9197-960X (Marta Tawil Kuri), ORCID: 0000-0003-1370-7382 (Arlene B. Tickner), ORCID: 0000-0002-6757-6253 (Mónica Trujillo López), ORCID: 0000-0003-2161-2770 (José Manuel Vázquez Godina), ORCID: 0000-0002-6488-9932 (Salvador Vázquez Vallejo), ORCID: 0000-0001-8862-1984 (José Ricardo Villanueva Lira), ORCID: 0000-0002-1479-2892 (Laura Zamudio González)

    Clasificación LC: JZ1238.M46 T46 2020

    Tema(s):

    International Relations – Study and teaching – Mexico

    D.R. © 2021, CIDE, Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C.

    Carretera México-Toluca 3655 (km 16.5), Lomas de Santa Fe, 01210, Ciudad de México

    www.cide.edu editorial@cide.edu

    Dirección editorial: Natalia Cervantes Larios

    Cuidado editorial: Pilar Tapia y Nora Matadamas

    Diseño editorial: Natalia Rojas Nieto

    Portada: Ilustración de Fabricio Vanden Broeck

    Las características gráficas y tipográficas de esta edición son propiedad del Centro de Investigación y Docencia Económicas, A.C.

    Todos los derechos reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de los titulares de los derechos de esta edición.

    Impreso en México/Printed in Mexico

    Conversión gestionada por:

    Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2021.

    +52 (55) 5254 3852

    contacto@ink-it.ink

    www.ink-it.ink

    ÍNDICE

    Introducción

    Jorge A. Schiavon Uriegas, Adriana S. Ortega Ramírez, Marcela López-Vallejo y Rafael Velázquez Flores

    Primera parte: La disciplina de las Relaciones Internacionales

    I. Surgimiento y desarrollo de la disciplina de las Relaciones Internacionales

    Luis Ochoa Bilbao, Jorge A. Schiavon Uriegas, Marta Tawil Kuri y Rafael Velázquez Flores

    II. ¿Deben ser consideradas las Relaciones Internacionales como una disciplina autónoma?

    David J. Sarquís Ramírez

    III. El oscuro objeto de las Relaciones Internacionales: ¿Qué es hoy lo internacional en un mundo transnacionalizado y gubernamentalizado?

    Isidro Morales Moreno

    IV. Los tres niveles de análisis

    Rafael Velázquez Flores, Marcela Maldonado Bodart y José Manuel Vázquez Godina

    V. El estudio de las teorías de Relaciones Internacionales en América Latina

    Arlene B. Tickner

    VI. Pensamiento internacional latinoamericano

    Alfonso Sánchez Mugica

    VII. La sociología histórica de las Relaciones Internacionales

    Luis Ochoa Bilbao

    VIII. Economía política internacional

    José Luis León-Manríquez

    IX. Debates y diálogo entre positivismo y pospositivismo en Relaciones Internacionales

    Alberto Lozano Vázquez

    X. La enseñanza de las teorías de las Relaciones Internacionales

    Marco Aurelio Almazán St. Hill

    XI. El revisionismo y los orígenes disciplinarios de las Relaciones Internacionales

    José Ricardo Villanueva Lira

    Segunda parte: Enfoques teóricos clásicos

    XII. Idealismo clásico

    Rafael Velázquez Flores y Ana Bárbara Mungaray Moctezuma

    XIII. Teoría normativa internacional

    Alejandro Chávez Segura

    XIV. Teoría de la paz democrática

    Arturo Santa Cruz

    XV. Realismo clásico

    Rafael Velázquez Flores y Salvador Gerardo González Cruz

    XVI. Realismo estructural

    Jessica Lillian De Alba Ulloa

    XVII. Teoría de la transición de poder

    Ana Bárbara Mungaray Moctezuma

    XVIII. La Escuela Inglesa de la teoría de Relaciones Internacionales: Una aproximación conceptual

    José Luis García Aguilar

    XIX. Marxismo y teoría del imperialismo

    Salvador Vázquez Vallejo

    XX. La teoría de la dependencia y los nuevos esquemas de dependencia económica

    Juan Carlos Gachúz Maya

    XXI. La teoría general de sistemas: Una opción teórica para el estudio de las Relaciones Internacionales

    Luz Araceli González Uresti

    XXII. El liberalismo institucional

    Juan Pablo Prado Lallande

    XXIII. La teoría de la interdependencia

    Jorge A. Schiavon Uriegas

    XXIV. Constructivismo

    José Jesús Bravo Vergara y Miguel Ángel Sigala Gómez

    XXV. La política exterior de los Estados nacionales

    Rafael Velázquez Flores y Jorge A. Schiavon Uriegas

    Tercera parte: Enfoques y debates teóricos contemporáneos

    XXVI. El nuevo institucionalismo en las Relaciones Internacionales

    Laura Zamudio González y Jorge Enrique Culebro Moreno

    XXVII. Transnacionalismo

    Adriana S. Ortega Ramírez y Misael González Ramírez

    XXVIII. Gobernanza global

    Marcela López-Vallejo

    XXIX. Feminismo y género

    Mónica Trujillo López

    XXX. Poscolonialismo: Estudios decoloniales y Relaciones Internacionales

    Marianne H. Marchand y Edmundo Meza Rodríguez

    XXXI. Teoría crítica: Promesa y progreso en Relaciones Internacionales

    Héctor Cuadra Montiel

    XXXII. Investigar la paz en el ámbito de las Relaciones Internacionales

    Gerardo Pérez Viramontes

    XXXIII. El posthumanismo en las Relaciones Internacionales

    Luisa Fernanda Grijalva Maza

    A los estudiantes y estudiosos de las Relaciones Internacionales en México y América Latina

    INTRODUCCIÓN

    Jorge A. Schiavon Uriegas,* Adriana S. Ortega Ramírez,**

    Marcela López-Vallejo*** y Rafael Velázquez Flores****

    El lector de estas líneas tiene enfrente la tercera edición del libro Teorías de Relaciones Internacionales en el siglo XXI: Interpretaciones críticas desde México y América Latina. Gracias a su amplia aceptación entre la comunidad de internacionalistas, las primeras dos ediciones se agotaron rápidamente ya que varias instituciones académicas han adoptado esta obra como libro de texto para impartir el curso de Teoría de Relaciones Internacionales. Esta tercera edición ha sido corregida y aumentada: contiene mejoras significativas en los capítulos existentes e incorpora tres nuevos capítulos, así como más herramientas pedagógicas para una mejor comprensión de los diferentes enfoques teóricos de las Relaciones Internacionales. En este sentido, esta tercera edición ofrece a los estudiosos de las relaciones internacionales un texto más completo y mejorado para tener un acercamiento más claro y profundo a las principales teorías de la disciplina.

    El objetivo principal de este libro es presentar a los estudiantes de Relaciones Internacionales (RI) los principales enfoques teóricos de la disciplina. El texto está dirigido a estudiantes de licenciatura, pero también puede ser un instrumento útil para profesores que enseñan la materia de Teoría de Relaciones Internacionales. Normalmente, las teorías de Relaciones Internacionales se han desarrollado en Europa y Estados Unidos. Esto significa que son pocas las contribuciones teóricas que se han generado en América Latina y un escaso número de trabajos se han presentado en México. Por lo tanto, la principal aportación de este libro es que analiza los diferentes enfoques teóricos de la disciplina desde una perspectiva mexicana y latinoamericana.

    Este libro cuenta con un balance teórico, pues explora desde la ontología del concepto relaciones internacionales y el origen de la disciplina, pasando por una discusión de su objeto y sujeto de estudio, hasta el debate y los diálogos entre las teorías positivistas y pospositivistas. Dentro de este balance también hay una recopilación de los principales argumentos de diversas teorías clásicas y contemporáneas, la cual permite mostrar una discusión actualizada en donde se presentan teorías que están siendo debatidas hoy en día.

    Lo que este libro propone no es un simple resumen teórico de los autores más reconocidos de la disciplina. El objetivo de cada capítulo es realizar una interpretación crítica desde los ojos de investigadores mexicanos y latinoamericanos. Por ello, una parte fundamental de cada capítulo es que cuenta con un apartado crítico que evidencia los límites explicativos de cada teoría. En otras palabras, este libro asume que las teorías de Relaciones Internacionales no son una camisa de fuerza en donde hay que manipular la realidad (o la percepción sobre ella) para que la teoría funcione perfectamente. Los colaboradores de este libro consideramos que las teorías deben ser útiles para explicar, interpretar, entender o cambiar la realidad, pero que una teoría nunca permite analizar todos los aspectos de una situación o problema.

    Siendo así, los colaboradores de este volumen invitan a los lectores a conocer la variedad de interpretaciones y decidan qué enfoque(s) prefieren para explicar los fenómenos internacionales que son de su interés. Este libro, además, propone elementos pedagógicos que ayudan al profesor y al lector (sea estudiante, tomador de decisiones o público en general) a comprender los postulados generales de cada teoría. A través de ejemplos y casos actuales de las relaciones internacionales, mapas mentales y esquemas, preguntas guía y lecturas recomendadas, cualquier persona interesada en las relaciones internacionales podrá comprender el sentido de las afirmaciones y argumentos planteados en cada capítulo.

    El libro está dividido en tres grandes partes. La primera presenta algunas generalidades sobre la disciplina de las Relaciones Internacionales. La segunda contiene las teorías clásicas que surgieron al principio de esta disciplina. La última parte aborda las teorías contemporáneas.

    En el capítulo I de la primera parte, Luis Ochoa, Jorge A. Schiavon, Marta Tawil y Rafael Velázquez describen el surgimiento y desarrollo de la disciplina de Relaciones Internacionales en el mundo y en México. La finalidad de este texto es que sirva como un primer acercamiento del estudiante a la disciplina para que conozca el contexto histórico y cómo éste se vincula con las teorías propias de las RI.

    En el segundo capítulo, David J. Sarquís discute si las Relaciones Internacionales deben ser consideradas como una disciplina autónoma. El autor plantea que la condición disciplinaria de las relaciones internacionales depende en gran medida de una identificación clara y oportuna de un objeto de estudio propio. Derivado de este ejercicio, se discute el análisis, diagnóstico, comprensión y, posteriormente, el desarrollo de una metodología propia aplicable al objeto de estudio. Con esto, se sientan las bases para la construcción intelectual específica de la nueva disciplina.

    El capítulo III presenta una visión general sobre lo internacional en un mundo transnacionalizado y gubernamentalizado. En él, Isidro Morales pone especial énfasis en la construcción del concepto westfaliano de soberanía, explicando su genealogía tanto histórica como teórica desde los ojos de la teoría postestructuralista. El autor hace una revisión de ideas previas de origen estructuralista, como el marxismo, el imperialismo de Lenin o la teoría de la dependencia. Fundamentándose en autores como Michel Foucault, Michael Hardt, Antonio Negri y Manuel Castells, Isidro Morales resalta conceptos como el biopoder, la gubernamentalización, el imperio y la desnacionaliza-ción-transnacionalización de las relaciones sociales e individuos. Estas discusiones llevan al autor y al lector a criticar de manera inevitable las teorías clásicas de Relaciones Internacionales, así como a cuestionar el sentido mismo de la disciplina en una era de interconexión y cosmopolitismo.

    El cuarto capítulo analiza los tres niveles de análisis como una herramienta teórico-metodológica para el estudio de los fenómenos internacionales. Rafael Velázquez, Marcela Maldonado Bodart y José Manuel Vázquez apuntan el origen de los tres niveles, los principales supuestos teóricos, así como las principales debilidades y fortalezas que tiene esta herramienta teórico-metodológica. Para los autores, los tres niveles de análisis son muy útiles cuando se usan de manera conjunta. Es decir, la utilización de un solo nivel por separado únicamente explica una parte de la realidad y no todo el contexto. Por ello, los autores proponen utilizar los tres niveles para entender los fenómenos de la realidad internacional.

    En el quinto capítulo, Arlene B. Tickner explica el acercamiento teórico desde América Latina en Relaciones Internacionales. Para ello, analiza el desarrollo de las teorías de Relaciones Internacionales en la región, haciendo un estudio de la evolución del pensamiento regional sobre la autonomía. Con ese fin, discute algunos de los factores políticos, económicos e intelectuales que influyeron dicho proceso entre las décadas de 1950 y 1990, cuando las ideas de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), la escuela de dependencia y las reflexiones académicas sobre la autonomía periférica florecieron y se propagaron por toda la región. En su análisis, destaca tres categorías que son recurrentes en estos estudios teóricos (Estado, desarrollo y autonomía). Argumenta que la influencia ejercida por las teorías estadounidenses de Relaciones Internacionales (especialmente el realismo clásico y la interdependencia) permitieron la formación de un marco analítico nuevo que fusionó tanto las ideas regionales propias como las extranjeras. Posteriormente, describe el declive de estas categorías como resultado del final de la Guerra Fría y el auge del neoliberalismo a partir de la década de 1990. Finalmente, argumenta que América Latina está experimentando un retorno del Estado debido a la implosión del modelo neoliberal, lo que podría significar el retorno de las políticas (internas y externas) y desarrollos teóricos basados en la autonomía.

    Dialogando con el capítulo previo, el sexto capítulo, de Alfonso Sánchez Mugica, analiza una amplia variedad de ideas, conceptos y reflexiones que han surgido en América Latina y el Caribe sobre la realidad regional y mundial, y que forman parte de lo que se conoce como pensamiento latinoamericano. La presencia de un apartado así en un libro de teorías de las Relaciones Internacionales escrito desde México está ampliamente justificado no sólo porque México forma parte de esta región y ha contribuido a este cuerpo de ideas de manera relevante, sino porque el pensamiento latinoamericano constituye una aportación muy significativa a las ciencias sociales con ideas que contribuyen a entender la realidad internacional contemporánea.

    El capítulo VII pone sobre la mesa de discusión la aportación de la sociología histórica a la disciplina de Relaciones Internacionales, dejando ver que la interpretación histórica es fundamental para ambas. Luis Ochoa Bilbao analiza las premisas de tres autores fundamentales de la Sociología clásica, Norbert Elias, Raymond Aron y Marcel Merle, para explicar de forma posterior su influencia en las Relaciones Internacionales. En esta última parte del texto, el autor argumenta que el sociólogo de las relaciones internacionales puede responder diversas preguntas encontrando sus causas de largo plazo. Asimismo, podría explicar las continuidades y los cambios en las relaciones entre actores y el sistema internacional.

    José Luis León-Manríquez analiza la relevancia de la Economía Política Internacional (EPI) para el estudio científico de las Relaciones Internacionales en el octavo capítulo. Para alcanzar este objetivo, el autor primero describe brevemente las relaciones entre Economía y Política dentro de una perspectiva interdisciplinaria amplia. Más adelante, el autor profundiza en los orígenes y principales supuestos de la EPI y discute hasta qué punto es una teoría y hasta dónde resulta una herramienta analítica al servicio de distintos enfoques. En conclusión, León-Manríquez considera que la EPI puede utilizarse en las diversas teorías de Relaciones Internacionales. Para ello, ofrece algunos ejemplos de aplicaciones concretas de la EPI en el realismo/neorrealismo, el neoliberalismo institucional y el marxismo/dependencia.

    El capítulo IX presenta al lector una posibilidad de diálogo entre dos posiciones tradicionalmente asumidas en debate y antagonismo en las RI: positivismo y pospositivismo. Alberto Lozano presenta de forma clara cuáles son los debates tradicionales, los antecedentes de la discusión entre positivismo y pospositivismo, el eventual diálogo entre éstos, la literatura escrita al respecto y su aplicabilidad práctica a temas o problemas del mundo contemporáneo, como el resurgimiento de los nacionalismos ante la posible crisis de las instituciones globales. El objetivo del autor es guiar al lector en la comprensión de la importancia de un posible diálogo entre estos dos enfoques epistemológicos.

    El décimo capítulo aborda las principales debilidades de la enseñanza de la Teoría de las Relaciones Internacionales. Para Marco Almazán, cuatro problemas repercuten negativamente en la enseñanza y aprendizaje de las teorías de las RI: la sobreabundancia de publicaciones basadas en ciertos tipos de teorización, la escasez de publicaciones respecto a otros tipos de teorización, la falta de consenso teórico, y la tendencia a recurrir a métodos y técnicas pasivos para la enseñanza y el aprendizaje de teorías de RI en el nivel licenciatura. El autor también propone soluciones a estas cuatro problemáticas para mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje.

    Para concluir la primera sección, el capítulo de Ricardo Villanueva sintetiza el revisionismo de los orígenes en 1919 de la disciplina de Relaciones Internacionales considerando obras y cátedras previas a ese año que abordaron temáticas internacionales. Cuestiona el mito fundacional del año de 1919 para la disciplina citando previas obras clásicas muy empleadas en Relaciones Internacionales como las de Tucídides y Maquiavelo, así como también las aportaciones de Karl Marx, Paul Reinsch, Henry Brailsford, Leonard Woolf, Norman Angell, Vladimir Lenin y Nikolai Bujarin, al igual que la existencia de cursos en distintas universidades a principios del siglo XX antes de la fundación del Departamento de Política Internacional en la Universidad de Gales en Aberystwyth. Asimismo, critica la existencia del llamado primer gran debate de las Relaciones Internacionales supuestamente entre idealistas y realistas.

    La segunda parte del libro describe y analiza los enfoques clásicos de la realidad internacional. El capítulo XII analiza el idealismo clásico. En la teoría de las RI existen diferentes versiones de idealismo o liberalismo. Por ello, los coordinadores de este libro consideraron oportuno incluir un capítulo sobre el primer enfoque que utilizó la disciplina. En este capítulo, Rafael Velázquez y Ana Bárbara Mungaray describen el surgimiento del enfoque, así como sus principales supuestos teóricos. También identifican sus principales debilidades y fortalezas. De la misma forma, los autores presentan algunos puntos sobre el primer debate de la disciplina: realismo versus idealismo. Para finalizar, los autores incluyen una interpretación de cómo se explica la política exterior de México a partir del idealismo clásico.

    El capítulo XIII aborda la teoría normativa. Su autor, Alejandro Chávez Segura, explica el desarrollo de la teoría normativa internacional (TNI) desde sus dimensiones morales y éticas. Esta teoría tiene fundamentos no sólo jurídicos sino filosófico-políticos, lo cual permite cuestionar expectativas, decisiones, acciones y dilemas que continuamente se presentan en las relaciones internacionales. Las normas, por su fuerza prescriptiva, generan expectativas morales que tienen sustento en las bases de la teoría política, en la filosofía moral y en la teoría de Relaciones Internacionales. Esto permite renovar las discusiones clásicas en relaciones internacionales sobre la justicia y la injusticia, pero también de manera contemporánea discutir los dilemas sobre comunitarismo etnocentrista y cosmopolitismo, así como las obligaciones morales hacia el otro que puede ser el extranjero, el ilegal o el enemigo como objeto de abusos. De esta manera, el autor cuestiona los derechos, reglas y responsabilidades de los agentes morales en las relaciones internacionales.

    El decimocuarto capítulo aborda la teoría de la paz democrática (TDP). El autor, Arturo Santa Cruz, revisa y cuestiona las relaciones entre la democracia y la paz internacional. El postulado central las democracias no hacen la guerra entre sí ha generado, desde el punto de vista del autor, el desarrollo de un programa de investigación que es actualmente uno de los más importantes en la disciplina de las Relaciones Internacionales por la cantidad de estudios que genera al respecto. Los orígenes de la TDP en las propuestas de Immanuel Kant sobre liberalismo y republicanismo continúan teniendo importancia en las vinculaciones de investigaciones sobre política interna, política exterior, estados de guerra y de paz internacionales. El autor profundiza en diversas variantes principales de la TPD: monádica, diádica, institucional, normativa y constructivista, así como en las principales críticas a este enfoque sobre su validez y consistencia e incluso explicaciones alternativas a la TDP.

    El capítulo XV analiza el realismo clásico. Aquí, Rafael Velázquez y Salvador González describen y explican los principales aspectos de la teoría realista de las Relaciones Internacionales. En la introducción, los autores presentan los conceptos más importantes de esta teoría. El texto se divide en cuatro secciones: los orígenes del realismo, sus principales supuestos, las fortalezas y debilidades de la teoría, y una breve explicación de la política exterior de México con base en el contenido expuesto anteriormente. Así, la primera sección presenta a los principales pensadores —así como sus escritos— que contribuyeron a la construcción teórica del realismo. Mediante el resumen de las obras de Tucídides, Maquiavelo, Hobbes, Carr y Morgenthau, identifica sus principales aportaciones conceptuales y análisis explicativos sobre el Estado y el conflicto internacional. La segunda sección de este mismo capítulo describe con mayor profundidad los pilares conceptuales de la teoría del realismo: el Estado racional y unitario como principal actor del sistema internacional (SI), cuyo interés nacional se define en términos de la maximización del poder; la naturaleza anárquica del SI y el equilibrio de poder como la forma de mitigarla; la seguridad como primer tema en la agenda internacional, y los instrumentos de política exterior que concibe esta teoría, es decir, el uso de la fuerza y la diplomacia coercitiva.

    Continuando con el análisis del realismo, el capítulo XVI trata sobre el realismo estructural. Jessica De Alba Ulloa presenta los diferentes conceptos, elementos teóricos y explicaciones causales del neorrealismo o realismo estructural con base en las aportaciones de autores como Kenneth Waltz, Mearsheimer, Ruth Adams o Mastanduno. La autora explica el concepto más importante de esta teoría, la estructura, así como los componentes que sirven como eje para el estudio del sistema político internacional y la posición de los Estados como unidades de esta estructura. El capítulo continúa explicando los conceptos de poder, equilibrio de poder, polaridad, alianzas y el dilema de seguridad, los cuales son esenciales para la comprensión de esta teoría.

    El capítulo XVII, escrito por Ana Bárbara Mungaray, presenta reflexiones sobre la teoría de la transición de poder. El objetivo de la autora es abordar las generalidades de este enfoque teórico y su importancia como herramienta analítica para el entendimiento de los conflictos internacionales. El capítulo está dividido en tres partes. La primera describe los principales conceptos teóricos que sustentan la teoría. La segunda parte explica la dinámica de la jerarquía internacional y las predicciones más importantes de la misma. Por último, la tercera parte comenta sobre sus relaciones con otras teorías de las Relaciones Internacionales y con la Economía y la Política.

    El capítulo XVIII, elaborado por José Luis García Aguilar, propone el análisis de la Escuela Inglesa, una de las corrientes teóricas contemporáneas en la disciplina de Relaciones Internacionales. La llamada Escuela Inglesa de Relaciones Internacionales ha sido poco estudiada desde América Latina y, por supuesto, desde México. El autor sugiere que la Escuela Inglesa es una corriente teórica ecléctica, pues conjunta diferentes aspectos de otras teorías como el realismo, el neorrealismo o el constructivismo. El concepto básico de dicha corriente teórica es la sociedad internacional, la cual, como establece el autor, hace alusión a marcos normativos que asumen que con la soberanía viene intrínsecamente la responsabilidad internacional. El autor, además, nos propone la aplicación práctica de esta corriente teórica a la política exterior mexicana, argumentando que aún no se ha podido consolidar un compromiso ético a nivel internacional y, por lo tanto, su participación en la sociedad internacional es muy limitada.

    El capítulo XIX aborda los supuestos básicos del paradigma marxista para el estudio de Relaciones Internacionales y, en particular, la teoría del imperialismo y sus desarrollos durante el siglo XX. Su autor, Salvador Vázquez Vallejo, toma como base las propuestas de la denominada teoría clásica del imperialismo y las distintas variantes soviéticas, así como aquellas vertientes desarrolladas a partir de divergencias con la URSS de Stalin que supeditó el conflicto clasista en el mundo por consideraciones geopolíticas en el contexto de la Guerra Fría. Este capítulo ofrece un panorama de las distintas formulaciones sobre el imperialismo desarrolladas por los eurocomunistas occidentales a partir de la segunda mitad del siglo XX y también las reconstrucciones teóricas que se hicieron desde el Tercer Mundo en África, Asia y América Latina en los procesos de descolonización y por parte de movimientos de liberación nacional.

    El vigésimo capítulo, elaborado por Juan Carlos Gachúz, analiza la teoría de la dependencia como un enfoque teórico latinoamericano cuyos preceptos siguen siendo vigentes para explicar problemas estructurales de las economías de países subdesarrollados, sus relaciones de dependencia entre países industrializados y el papel de la inversión extranjera directa e indirecta, así como su efecto en las economías de estos últimos países. Este capítulo incluye antecedentes donde se explican los inicios de la teoría, el contexto y los académicos y pensadores que desarrollan las bases de este enfoque teórico. Posteriormente, el texto explica las premisas básicas de la teoría, los conceptos centrales, las ideas principales, así como esquemas básicos.

    El vigésimo primer capítulo está dedicado a la teoría general de sistemas (TGS). En él, Luz Araceli González Uresti presenta esta teoría como una opción para el estudio de las Relaciones Internacionales. La autora va de lo general a lo particular para presentar la TGS, pues el texto inicia con la exposición de los aspectos más generales de esta teoría y, en cada sección, la información es más específica y enfocada a la aplicación de ésta en el estudio de las Relaciones Internacionales. El capítulo está dedicado a ofrecer una explicación completa y precisa de la TGS. González Uresti inicia con el origen de esta teoría en las ciencias naturales y apunta que su objetivo es explicar la realidad universal como sistemas. Así, el propósito de la TGS es utilizar el concepto de sistemas para explicar los diversos elementos del universo como subsistemas que interactúan en una totalidad que es un sistema, siendo por tanto aplicable a las relaciones internacionales.

    Posteriormente, en el vigésimo segundo capítulo, sobre liberalismo institucional en la teoría de las Relaciones Internacionales, Juan Pablo Prado explica en términos teóricos y temporales los elementos básicos para profundizar en esta perspectiva. El concepto principal que el autor utiliza y recuerda a lo largo del capítulo es la cooperación internacional, interpretada como premisa, propósito y objetivo del liberalismo institucional vis-à-vis el análisis del conflicto que es atendido por las teorías realistas. El autor presenta a los exponentes más importantes del liberalismo desde el siglo XVII para subrayar que la modernización, en términos teóricos, y la preeminencia del Estado liberal democrático al fin de la Guerra Fría, en términos históricos, son los marcos en los que se inserta el liberalismo moderno. Antes de revisar las diferentes ramas del liberalismo, el capítulo presenta los supuestos de esta teoría y presta especial atención a la diferencia entre armonía y cooperación. Más adelante, explica los elementos más importantes del liberalismo sociológico, el interdependiente, el republicano y el institucional.

    El capítulo XXIII está dedicado a la teoría de la interdependencia, en él Jorge A. Schiavon describe, explica y analiza los diferentes elementos de estas teorías en el campo de las Relaciones Internacionales. Además de una recapitulación histórica y una exposición estructurada de esta teoría, el autor la compara con los componentes de la teoría del realismo estructural. Este esfuerzo ayuda al estudiante de Relaciones Internacionales a comprender las similitudes y diferencias que existen entre ambas y, en consecuencia, a poder identificar cuál es más adecuada para estudiar diversos eventos del sistema internacional. En su capítulo, Schiavon presenta el contexto en el cual se concibió la teoría de la interdependencia: la Guerra Fría, el desarrollo económico del bloque capitalista y la globalización. Aquí, el autor describe ampliamente la necesidad de contar con una teoría que pueda explicar la nueva dinámica internacional, ya que la teoría neorrealista muestra importantes limitaciones. En este trabajo, Schiavon presenta los elementos más importantes de la interdependencia compleja como una teoría multidimensional (multiplicidad de actores, instrumentos de poder y temas en la agenda) y, por lo tanto, antitética a la teoría neorrealista. Por último, aplica esta teoría en un caso hipotético en la relación México-Estados Unidos.

    El capítulo XXIV aborda el enfoque constructivista en Relaciones Internacionales. En éste se presenta el contexto en el cual la disciplina de las RI adopta esta teoría a partir de la crisis explicativa de los enfoques racionalistas y positivistas que fueron incapaces de predecir el fin de la Guerra Fría. José Jesús Bravo Vergara y Miguel Sigala exponen las principales premisas sobre las que el constructivismo aborda las relaciones internacionales como relaciones sociales e intersubjetivas y no únicamente como relaciones políticas. El capítulo también explica el entramado conceptual que sustenta este enfoque. Los autores enfatizan la importancia de las estructuras sociales y las normas, las identidades en la construcción de los intereses de los actores internacionales, así como la capacidad explicativa de las acciones de estos actores a través de dichos conceptos.

    El capítulo que cierra esta sección es nuevo en la tercera edición. En él, se analiza la política exterior como tema de aplicación para las teorías clásicas de Relaciones Internacionales. Rafael Velázquez Flores y Jorge A. Schiavon analizan la política exterior de los Estados nacionales. Estudian la política exterior como el conjunto de acciones y decisiones que lleva a cabo un Estado en el sistema internacional y que están basadas en el interés nacional. Argumentan que estas acciones están determinadas por los condicionantes internos y externos en un momento determinado; por la capacidad de negociación internacional que tenga el Estado; por el proyecto de nación definido por el grupo en el poder; por la identidad nacional del país en cuestión; por los valores y normas de conducta previamente establecidas, entre otros. Asimismo, afirman que la política exterior incluye una serie de objetivos, estrategias e instrumentos que establecen los distintos actores gubernamentales y no gubernamentales vinculados al proceso de toma de decisiones, y que el diseño de dicha política está determinado por factores de diversa naturaleza, como económicos, políticos, sociales, demográficos y tecnológicos, entre otros. Finalmente, ubican los principales actores que participan en el diseño de la política exterior y exponen los principales modelos de análisis de esta política.

    La tercera y última parte del libro presenta versiones alternativas de las relaciones internacionales desde enfoques y debates teóricos contemporáneos. Abonando a Relaciones Internacionales desde diferentes disciplinas sociales, los autores proponen una visión crítica, tanto de los objetos/sujetos de estudio como de las teorías positivistas presentadas previamente en este libro. Algunos capítulos analizan revisiones de teorías clásicas y sus derivaciones contemporáneas. Otros parten de un enfoque que trasciende el positivismo en tanto los autores proponen la necesidad de desagregación del Estado, del análisis de flujos de personas, bienes, servicios, ideas en contextos de vulnerabilidad socioambiental. Estas situaciones llevan a la emancipación, al cambio e inclusión sociales en un mundo que pareciera cooptado por Estados, élites o grupos que se adjudican la autoridad y ejercen el poder.

    En estos capítulos se cuestiona la soberanía, el Estado y las premisas que se han dado por sentadas históricamente en la política internacional. Por ejemplo, algunos autores se preguntan sobre quién y con qué fin se diseñan ciertas normas e instituciones, quién realmente tiene el poder, quién lo ha construido y con qué intención. Así también, los capítulos de esta sección proponen categorías de análisis diferentes a los análisis clásicos y nuevas visiones de las relaciones internacionales.

    Esta sección inicia con el capítulo dedicado al nuevo institucionalismo en las Relaciones Internacionales. Aquí, Laura Zamudio y Jorge E. Culebro presentan la premisa esencial que guía a la teoría del nuevo institucionalismo: que las instituciones importan. Por ello, subrayan el papel del individuo en sus relaciones con otros y como sujetos de normas que limitan su comportamiento y sus interacciones. Así, los autores plantean la forma en la que esta teoría se inserta en la disciplina de las relaciones internacionales en el marco del liberalismo institucional y los regímenes internacionales. El capítulo introduce los principales elementos teóricos del nuevo institucionalismo y pone énfasis en que, aun cuando esta teoría ha sido adaptada a los diversos campos de las ciencias sociales, comparte ciertos postulados generales. Posteriormente, los autores describen las áreas principales de la teoría que se inscriben en dos marcos: la versión instrumental y la versión sociológica.

    El capítulo XXVII de esta sección introduce el enfoque del transnacionalismo, el cual ha adquirido una importancia significativa debido a que hoy las relaciones entre comunidades en diferentes países son más intensas y constantes. Esta característica ha hecho que el sistema internacional sea cada vez más complejo debido al número de actores y asuntos que intervienen en el contexto global. Adriana Ortega y Misael González plantean que, en la teoría de Relaciones Internacionales, la incorporación de lo transnacional ha sido un reto debido a tres problemáticas básicas: 1) las dificultades para superar el Estado-centrismo esencialista que dio origen a la disciplina; 2) caracterizar a los actores no-Estado y ampliar su conceptualización para incluir también a individuos y colectividades, no solamente a líderes, élites y organizaciones, y 3) entender el poder de las interconexiones y de las redes que cruzan las fronteras y sus repercusiones en diversos espacios geográficos. En este capítulo, los autores conceptualizan el término transnacional y abordan los debates sobre los actores no-Estado en las Relaciones Internacionales. Finalmente, explican las principales premisas del transnacionalismo y cuatro de sus conceptos relevantes: las redes, los espacios sociales, los circuitos y la difusión transnacional.

    El capítulo XXVIII analiza la gobernanza global. Marcela López-Vallejo contribuye en la construcción de dicha teoría desde una interpretación mexicana. En opinión de la autora, la teoría de la gobernanza global es fundamental para entender las relaciones internacionales contemporáneas. La gobernanza global explica el papel de las instituciones internacionales y su vínculo con regímenes normativos y otros actores. A diferencia de enfoques neoinstitucionales, la gobernanza global amplía su espectro de actores y temas para analizar la interrelación entre procesos institucionales formales e informales. El argumento que guía el análisis del capítulo es que, ante la diversidad normativa e institucional, los Estados ya no son los únicos que ostentan la autoridad y el ejercicio del poder. La autora enfatiza los nuevos matices e innovaciones teóricos de esta teoría en el mundo contemporáneo, especialmente desde interpretaciones del sur global.

    El capítulo XXIX presenta el enfoque feminista y de género en las Relaciones Internacionales. A pesar de que las teorías feministas cuentan con una larga trayectoria en otras disciplinas, éstas no se incorporan a las RI hasta la década de 1980. Así como los estudios poscoloniales, la integración del feminismo y del enfoque de género a la disciplina aportó un espacio para la inclusión de temas que las teorías clásicas (e incluso algunas teorías críticas) no tenían: la diversidad de identidades y sexualidades vinculadas a la teoría y práctica de las relaciones internacionales. Mónica Trujillo López explica que la desvalorización y la falta de entendimiento de estas comunidades vulnerables y sus enfoques en Relaciones Internacionales han llevado a entender erróneamente que sólo con agregarle el término de mujer a un estudio o política pública es suficiente para comprender los sesgos que conceptos como Estado, poder, seguridad, violencia, inequidad o pobreza han tenido a lo largo de la historia. La autora, además, plantea que, derivado de estudios de género, se han desarrollado otros enfoques, como la teoría queer o los estudios de masculinidad, que han incluido a poblaciones otrora invisibles en el estudio y práctica de las Relaciones Internacionales contemporáneas.

    En el trigésimo capítulo de esta sección, Marianne H. Marchand y Edmundo Meza Rodríguez exponen el poscolonialismo y las aportaciones de los estudios de descolonización. Aquí, los autores proponen la reinterpretación de las viejas prácticas coloniales de los grandes imperios. Al reconocer que estas prácticas siguen vigentes, Marchand y Meza evidencian las nuevas formas que éstas toman hoy en día en un contexto en donde existen movimientos informales de bienes, servicios y cuerpos a través de las fronteras. En otras palabras, los autores argumentan que una gran variedad de actividades políticas, sociales y económicas se mantienen fuera del ámbito de competencia de los Estados (y sus leyes), haciendo que los nuevos colonialismos (explotación, tráfico ilegal, dependencia económica, pobreza, discriminación, entre otros) se favorezcan. Para Marchand y Meza, explicar las relaciones internacionales desde esta perspectiva teórica implica darle voz y visibilidad a temas que tradicionalmente no son reconocidos por teorías clásicas o globalizantes.

    El capítulo XXXI presenta la teoría crítica. Héctor Cuadra Montiel la caracteriza como una teoría sui generis, puesto que dentro de la gama de ideas de las ciencias sociales y de la disciplina de Relaciones Internacionales esta teoría evoca la promesa de liberación y emancipación. En otras palabras, la teoría crítica no se entiende sin el vínculo teoría-praxis y llama a la acción como el único mecanismo real para lograr cambios sociales. A través de un recorrido sobre Marx, Gramsci, la Escuela de Frankfurt y autores más contemporáneos como Robert Cox, Stephen Gill, Karl Polanyi, Jürgen Habermas y Andrew Linklater, el autor propone una discusión sobre el concepto de hegemonía, la importancia de la interpretación histórica, la acción y la resistencia en un contexto de hiperglobalización.

    En el capítulo XXXII, Gerardo Pérez Viramontes propone un enfoque diferente para tratar la problemática internacional. En lugar de partir de un análisis que defina la paz como ausencia de guerra, el autor propone iniciar desde un enfoque de paz para explicar el conflicto y violencia dentro de los análisis en Relaciones Internacionales. El autor advierte que hay cinco parcelas para la construcción de la cultura de la paz que se basan en la clasificación de los tipos de violencia. Por ejemplo, una de las parcelas remite a entender la guerra como una de tantas expresiones de la violencia. En este sentido, para evitar la guerra, el autor enfatiza que la paz es un proceso de construcción social que exige el compromiso explícito y decidido de todas las personas, instituciones y sectores sociales. El capítulo nos deja con la esperanza de cambio y nos alerta sobre el compromiso de los universitarios (estudiantes y profesores) como actores preponderantes en la búsqueda y consecución de la paz.

    El último capítulo de esta tercera edición también es nuevo. En él se analizan las premisas básicas de una teoría innovadora y contemporánea, el posthumanismo. Luisa Grijalva cuestiona el antropocentrismo de la modernidad que implica el posthumanismo y explica cómo en las Relaciones Internacionales se incorporan recientemente estas discusiones filosóficas. Dimensiona el Antropoceno a partir de problemáticas medioambientales como el cambio climático. Reflexiona sobre las dimensiones materiales de la existencia, las relaciones humanas y sociales a partir de conexiones biológicas, atómicas y químicas con objetos y seres vivos de tal manera que la disciplina de las Relaciones Internacionales está obligada a repensarse.

    Finalmente, los editores de este libro deseamos agradecer el trabajo y el compromiso de cada uno de los autores de los capítulos de este volumen. Sin su valioso empeño y generosidad al seguir puntualmente los lineamientos establecidos, esta obra no se hubiera concretado. La dictaminación de cada capítulo y la discusión entre pares no sólo aumentó la calidad de los textos, sino que también incrementó la homogeneidad en la estructura de éstos, gracias a la cual logramos un libro muy equilibrado, en el que los capítulos se comunican entre sí.

    Asimismo, los cuatro editores reconocemos sinceramente el gran trabajo realizado por los dictaminadores anónimos de la obra, puesto que sus observaciones y comentarios ayudaron a mejorar este volumen colectivo. Finalmente, agradecen también a las autoridades de cada una de sus instituciones por el apoyo para hacer realidad este proyecto, en especial a los rectores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), de El Colegio de San Luis (Colsan), de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), por la confianza y el apoyo ofrecidos a este proyecto. En particular, agradecemos a los directores de las Facultades de Derecho y Ciencias Sociales de la BUAP, al de la Facultad de Economía y Relaciones Internacionales de la UABC, al de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UANL y a las autoridades académicas y administrativas del CIDE, de la UPAEP y el Colsan por el apoyo financiero y logístico para publicar este libro. Nuestro objetivo siempre fue, por un lado, contribuir al debate teórico de las Relaciones Internacionales desde una perspectiva mexicana y latinoamericana y, por el otro, ayudar a la formación de los estudiantes y estudiosos de esta disciplina, a quienes este libro está dedicado. Sinceramente consideramos que, de forma colectiva, lo hemos conseguido, aunque será el lector de la obra quien tenga la última palabra∎

    Centro de Investigación y Docencia Económicas.

    Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

    Universidad de Guadalajara.

    Universidad Autónoma de Baja California.

    Primera parte

    La disciplina de las Relaciones Internacionales

    I. SURGIMIENTO Y DESARROLLO DE LA DISCIPLINA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

    Luis Ochoa Bilbao,* Jorge A. Schiavon Uriegas,**

    Marta Tawil Kuri*** y Rafael Velázquez Flores****

    Introducción

    Desde hace un largo tiempo, ha existido un debate en torno a discutir si las Relaciones Internacionales (RI) son una ciencia independiente, o bien, una subdisciplina de la Ciencia Política. Ambas partes del debate esbozan argumentos válidos. Efectivamente, las RI surgen a partir de los estudios políticos y se ha cuestionado que tengan un método propio y un campo de estudio independiente. También existen defensores de la autonomía de las Relaciones Internacionales como disciplina, quienes argumentan que existe un cuerpo teórico específico para explicar los fenómenos internacionales y un campo de estudio propio. El objetivo de esta introducción no es desarrollar este debate, ya que existe otro capítulo en el libro que profundiza en el mismo. Sin embargo, una premisa de este volumen es que las Relaciones Internacionales pueden considerarse como una disciplina científica con teorías propias y con un campo de estudio específico: los fenómenos políticos, sociales, económicos y jurídicos que ocurren en el sistema internacional. Siguiendo esta misma discusión en torno al origen de las RI, a menudo ha existido una confusión sobre el inicio de las Relaciones Internacionales como disciplina científica. Algunos ubican su nacimiento a partir de la Paz de Westfalia en 1648. Otros sugieren que el surgimiento es a partir del término de la Primera Guerra Mundial en 1919, mientras que otros argumentan que la Segunda Guerra Mundial dio origen a la disciplina. Cada una de estas versiones tiene argumentos válidos, como se discutirá más adelante.

    Siendo así, el objetivo de esta introducción es describir el surgimiento y el desarrollo histórico de la disciplina de las Relaciones Internacionales en el mundo y en México. El texto está dividido en dos partes. La primera realiza un recuento histórico del origen de la disciplina de manera general. La segunda parte reseña el inicio de los estudios internacionales en México.

    El surgimiento de las Relaciones Internacionales como disciplina científica

    Para iniciar la discusión, es importante primero hacer una distinción entre tres conceptos muy similares en naturaleza, pero distintos en la práctica. Un asunto es Relaciones Internacionales con mayúsculas y otro muy diferente es relaciones internacionales con minúsculas. El primer concepto se refiere efectivamente a la disciplina que estudia las interacciones entre los diversos actores del sistema internacional. El segundo es, en la práctica, el objeto de estudio de esa disciplina. Es decir, las Relaciones Internacionales (RI) son una disciplina científica que estudia las relaciones internacionales, o sea, los acontecimientos que suceden en el plano mundial. El tercer concepto alude a las relaciones interestatales, en referencia a las interacciones entre los Estados, ya que son éstos los principales actores en el sistema internacional.

    Quizá valdría la pena ahondar un poco más en la definición de las RI, y en la importancia de la teoría, aunque no resulta fácil definir a las RI como disciplina académica. El término relaciones internacionales parece demasiado exclusivo, ya que restringe nuestra atención a las relaciones entre naciones. Hay varias definiciones. Para algunos, las relaciones internacionales se refieren a las relaciones diplomático-estratégicas entre Estados, y su enfoque es en temas de guerra y paz, conflicto y cooperación. Otros consideran que las relaciones internacionales se refieren a transacciones transfronterizas de todo tipo, políticas, económicas, sociales, por lo que quienes defienden esta perspectiva se abocan a defender el estudio de las negociaciones comerciales o el funcionamiento de instituciones intergubernamentales o de organismos no gubernamentales. De nuevo, y con cada vez más frecuencia en este siglo, otros más se enfocan en la globalización y estudian, por ejemplo, la comunicación mundial, sistemas financieros y de transporte, corporaciones de negocios mundiales y la emergencia de una sociedad civil global. Ante este panorama, cómo entendemos e interpretamos el mundo depende, en buena medida, de cómo definimos el mundo que estamos tratando de entender e interpretar. Siempre es probable que cualquier definición que adoptemos sea controvertida.

    ¿Cuál es o cuál debería ser el tema o contenido sobre el cual los estudiantes de Relaciones Internacionales están o deberían estar más interesados? ¿Qué enfoques y métodos son útiles para estudiar este tema central, y cómo debe escoger el estudiante de Relaciones Internacionales entre ellos? ¿Cuáles son algunos de los lineamientos que un académico especialista en Relaciones Internacionales debe seguir al desarrollar su trabajo en la universidad y en la sociedad?

    Por teoría de Relaciones Internacionales puede entenderse el cuerpo de proposiciones generales acerca de las relaciones entre los Estados o, de forma más general, acerca de la política mundial. Es un sistema conceptual que aspira a ofrecer una explicación general y comprehensiva en ocasiones causal, de los fenómenos internacionales. La teoría es una especie de aparato de simplificación que permite decidir qué hechos importan y cuáles no para explicar la realidad internacional. La teoría no es una opción. No existe la posibilidad de decir que no queremos molestarnos en usar una teoría, y que todo lo que queremos hacer es simplemente observar los hechos. La única forma mediante la cual se puede decidir qué hechos observar, de los millones posibles, es a través de un aparato de simplificación que pueda decirnos cuáles importan más. Las hipótesis teóricas deben ser explícitas, esto es, siempre se debe buscar ser tan claros y categóricos como sea posible cuando se trata de analizar las relaciones internacionales.

    La teoría de relaciones internacionales incluye proposiciones normativas, consideraciones morales, legales o racionales. Incluye teorías generales, enfocadas a describir o a prescribir la política mundial en su conjunto, pero también teorías particulares relacionadas con algún elemento de ella, tales como guerra y paz, estrategia o diplomacia. Asimismo, abarca tanto teorías acerca de la sociedad internacional (organizaciones internacionales, etcétera), como teorías que no se interesan en ofrecer alguna orientación a la política o alguna solución a los problemas de carácter práctico o, por el contrario, teorías abiertamente orientadas a la política o con inclinaciones prácticas. Incluye, por último, teorías en el modelo clásico de la investigación histórica, filosófica y legal, así como teorías que esperan ser científicas.

    También ha existido una discusión sobre quién acuñó el término relaciones internacionales. Hoy en día, existe un consenso amplio en acreditarle a Jeremy Bentham la invención del término. En su obra Principios de moral y legislación, de 1789, Bentham propuso el término para referirse al vínculo entre los Estados del sistema internacional. Ahora bien, cabe preguntarse ¿qué es lo que las RI deben explicar? ¿Deben primordialmente interesarse en el sistema internacional, esto es, las interacciones entre sus unidades? ¿Deben concentrar sus esfuerzos en las unidades en sí mismas? De la respuesta a estas preguntas resultan dos tipos de estrategias de análisis. Una postula que el sistema tiene, por así decirlo, algún tipo de vida en su esencia y que, por lo tanto, debemos comprender los patrones de interacción y entender por qué los actores se comportan de la forma en que lo hacen. La otra postula que hay que observar los movimientos de los actores para comprender al sistema internacional. La inclinación por una u otra respuesta corresponde al estudio, respectivamente, del sistema internacional y de la política exterior.

    Una de las razones por las que RI es un campo de estudio sumamente interesante es porque ambiciona producir teoría no sólo de la política de un país o de un continente, sino de las relaciones globales. Eso significa que cualquier teoría de RI que pretenda tener validez tiene que ser capaz, entre otros aspectos, de tomar en cuenta y trabajar con una multiplicidad de culturas, con el fin de ofrecer una perspectiva del mundo que no sea etnocéntrica. La necesidad de este tipo de apertura a la ambigüedad refleja la importancia y el interés intrínseco de estudiar Relaciones Internacionales, de observar y comprender el que ahora es uno de los temas claves del siglo XXI: cómo aminorar, por un lado, el enfrentamiento entre las fuerzas sociales y económicas globales y, por el otro lado, las jurisdicciones políticas y las culturas locales.

    Tras aclarar estos puntos, es factible plantear tres premisas. La primera es que no existe una fecha específica para decir cuándo empezaron las relaciones internacionales. Es posible afirmar que las relaciones internacionales iniciaron cuando dos comunidades independientes establecieron un primer contacto. Obviamente, la historia no tiene registro de este acontecimiento. El primer registro histórico que se tiene de un contacto entre dos comunidades es el Tratado de Qadesh. Este documento fue un acuerdo de paz firmado entre los imperios egipcio e hitita en 1269 a.C., el cual ponía fin a una larga guerra entre ambos actores (Palacios, 1982). Pero es muy probable que antes hayan ocurrido contactos entre dos comunidades distintas.

    La segunda premisa es que es posible poner una fecha específica al nacimiento de las relaciones interestatales. Esto ocurrió cuando surgió la figura del Estado moderno. Por lo tanto, el inicio de las interacciones entre Estados podría establecerse a partir de la Paz de Westfalia en 1648. Después de este importante acontecimiento, surgieron los Estados modernos y, por lo tanto, las relaciones entre estos actores dominantes del escenario mundial durante los subsiguientes siglos. Este punto histórico marcó, por un lado, el fin de la era medieval y, por el otro, el inicio del sistema internacional moderno. La Paz de Westfalia implicó el final de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la cual Europa enfrentó su primera guerra continental. A partir de entonces el Estado se constituyó como el único sistema político legítimo en Europa, basado en gobiernos independientes que ejercían su soberanía sobre las poblaciones asentadas en su territorio.

    La tercera premisa es que las Relaciones Internacionales, como disciplina científica, surgen a partir de 1919, después del término de la Primera Guerra Mundial. El estudio académico de las RI era embrionario antes de este gran acontecimiento. En la segunda mitad del siglo XIX, cuando las ciencias sociales como las conocemos ahora empezaron a distinguirse, cuando la Economía se consolidó como un campo de estudio científico y cuando la Sociología, la Ciencia Política y la teoría social se reconocieron, las RI siguieron sin ser identificadas como un foco de estudio autónomo; lo que ahora entendemos como RI era visto simplemente como una faceta o extensión de las disciplinas antes mencionadas. No existía antes una visión de conjunto que se ocupara de los temas mundiales. Por lo tanto, la disciplina de las RI es una ciencia joven a la cual le llevó tiempo surgir. Es probable que esto se deba a que los temas internacionales, como la firma de tratados, las guerras y las divisiones geográficas, eran asuntos exclusivos de los soberanos y, por lo tanto, la opinión pública y los académicos tenían un acceso muy limitado a la información sobre los temas internacionales.

    RECUADRO I.1. Cronología del surgimiento de las Relaciones Internacionales

    1269 a.C. Primer registro de un tratado entre dos actores.

    1648 Inicio de las relaciones interestatales a partir de la Paz de Westfalia.

    1919 Inicio formal de la disciplina de las Relaciones Internacionales.

    1945 Consolidación y expansión de la disciplina.

    En resumen, las relaciones internacionales (con minúscula) surgen varios años antes de la era cristiana, mientras que las relaciones entre Estados modernos surgen a partir de la Paz de Westfalia en 1648, y las Relaciones Internacionales (con mayúsculas) como disciplina científica, aparecen a partir del término de la Primera Guerra Mundial en 1919. También es posible afirmar que, después de la Segunda Guerra Mundial, las Relaciones Internacionales se consolidaron y tuvieron mayor presencia en muchos otros países. Siendo así, las dos guerras mundiales, la Guerra Fría, la consolidación de la cooperación económica estrecha entre Estados occidentales y la persistente brecha de desarrollo entre el Norte y el Sur son ejemplos de acontecimientos y problemas mundiales que estimularon los estudios de Relaciones Internacionales en el siglo XX. El ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001 ha sido uno de los retos recientes más importantes en el estudio de Relaciones Internacionales.

    El desarrollo de la disciplina

    Como ya se mencionó, el estudio formal de las Relaciones Internacionales como disciplina científica se inició en 1919, después del término de la Primera Guerra Mundial. Es decir, esta conflagración global tuvo un impacto directo en la formación de esta disciplina. Por lo tanto, los primeros estudiosos enfocaron sus esfuerzos en buscar formas para evitar un nuevo conflicto como el que apenas había finalizado. En este contexto, la enseñanza de las Relaciones Internacionales tuvo en sus inicios un enfoque idealista porque buscaba la paz mediante la cooperación, las instituciones y las normas internacionales, particularmente con personajes como Woodrow Wilson.

    Los primeros estudios formales surgieron en Inglaterra y Estados Unidos, por lo que esta disciplina tuvo un carácter anglosajón desde sus inicios. La Universidad de Aberystwyth, en Gales, estableció la primera cátedra dedicada al estudio de las relaciones internacionales. Más adelante, la Escuela de Economía de Londres fundó otra cátedra similar. En Estados Unidos, en 1921, se erigió el Consejo de Relaciones Exteriores, que fue la primera institución de investigación dedicada al análisis de los fenómenos mundiales. El Consejo creó también, desde su fundación, la revista Foreign Affairs, la primera publicación académica centrada en estos temas.

    Sin embargo, la visión idealista con la que inició la disciplina pronto mostró su limitado poder explicativo. Veinte años después surgió un nuevo conflicto, aún de mayor alcance que la Primera Guerra Mundial. Desde la década de 1920, varios académicos ya habían confrontado las propuestas idealistas y planteaban que este paradigma no era la mejor alternativa teórica. Por lo tanto, en el periodo de entreguerras surgió el enfoque realista y, en consecuencia, nació el primer debate entre idealistas y realistas. Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945, el realismo se convirtió en el enfoque dominante en la enseñanza de Relaciones Internacionales, con autores como Edward H. Carr, Hans L. Morgenthau, Reinhold Niebuhr, George Kennan y Arnold Wolfers.

    Más adelante, a finales de la década de 1950 y principios de la de 1960, surgieron nuevas perspectivas de estudio. Algunos académicos empezaron a plantear que el realismo carecía de suficiente poder explicativo y que era necesario emplear una metodología más científica. Entonces surgió el segundo debate de la disciplina: los científicos que usaban visiones positivistas y los tradicionalistas que se apegaban a los enfoques realistas e idealistas. En la década de 1970, tuvieron lugar tres acontecimientos internacionales que revolucionaron el pensamiento internacionalista: la Guerra de Vietnam, la caída del sistema de Bretton Woods y el final del patrón oro/dólar por parte de Estados Unidos en 1971, y el boicot petrolero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) a los países de Occidente. Estos acontecimientos cuestionaron las bases explicativas del realismo al proponer que el poder no era la única variable que explicaba el comportamiento de los Estados. Siendo así, los internacionalistas empezaron a tomar en consideración de manera sistemática otras variables relevantes para explicar las acciones estatales en el sistema internacional, como aspectos económicos, otros actores no gubernamentales, los regímenes internacionales, las instituciones, entre otros. Nació así el tercer debate teórico de las Relaciones Internacionales entre los neorrealistas, como Kenneth Waltz, y los neoliberales institucionales, como Robert Keohane y Joseph Nye, el cual dominó la discusión teórica entre los académicos hasta finales de la década de 1980.

    Obviamente, los académicos en el mundo desarrollaron nuevas formas de aproximarse a los fenómenos internacionales, como fueron los enfoques marxistas, la teoría general de los sistemas, las teorías institucionales y neoinstitucionales, el posmodernismo, el feminismo, entre muchos otros enfoques teóricos. A partir de la década de 1990, surgió una propuesta teórica muy distinta a las tradicionales: el constructivismo. Esta visión planteaba un enfoque novedoso, en el cual las percepciones, las ideas, los valores y la identidad son elementos centrales para explicar los fenómenos internacionales. El constructivismo, con autores como Alexander Wendt, Friedrich Kratochwil y Nicholas Onuf, ofrece puentes entre los niveles de análisis (en términos conceptuales supera ese enfrentamiento u oposición entre nivel estatal e internacional y muestra que no son tan separables) y en el plano teórico permite explorar los múltiples mecanismos que conectan a lo internacional con lo interno.

    Sin embargo, a principios del siglo XXI un hecho impactante, los ataques del 11 de septiembre de 2001, ocasionó un nuevo cuestionamiento sobre la

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