En términos generales hay un malestar por la forma en que la administración a través del
departamento administrativo de planeación atendió el foro de Corregimientos con funcionarios que
no estaban en la capacidad de desarrollar los temas solicitados por la comunidad, en el caso de San
Cristóbal el asunto fue aun mas critico ya que no se había hecho devolución por parte de planeación
en este territorio.
Hay una crítica fuerte a la forma en que se presenta la información y se exige más pedagogía para
lograr que este tema no sea solo un asunto de técnicos.
Hay una expectativa de la comunidad de ser tenidos en cuenta en el proceso y un temor de que no
sea así como hasta ahora.
En los corregimientos hay un significado más fuerte de lo que significa el territorio y el arraigo al
mismo, aquí toma especial cuidado el tema de protección a moradores y lo que significan los macro
proyectos.
Los planes parciales para San Cristóbal y San Antonio de Prado han dejado unas consecuencias
devastadoras y la mayoría de los habitantes rechazan estos desarrollos que no se han dado con
conceptos de urbanismo donde lleguen también los equipamientos públicos y el hábitat para la gente,
esto ha terminado por presionar fuertemente la vida de los habitantes nativos de estos
corregimientos. Aun hay una deuda en este ámbito ya que las condiciones de vida de estos
territorios son preocupantes.
A continuación se presenta un resumen de lo planteado por cada corregimiento con base a las
relatorías:
SAN SEBASTIÁN DE PALMITAS
Vemos con mucho temor las delimitaciones que establece el DMI, pues nuestra vocación es
campesina y rural, y queremos conservar las áreas de producción. ¿Cómo decirle al campesino que
no puede cultivar y que tiene que conservar? Se sentiría desplazado.
Debe de quedar más claro y concreto en el POT el tema de compensaciones ambientales
Conclusiones
Resumen de temas:
En Santa Elena está la categoría de suelo de protección (Reserva Protectora del Río Nare),
lo que genera un conflicto con la producción agrícola.
El uso agrícola está dividido en muchas categorías, que no necesariamente tienen que ver
con el campesino, el bosque maderero por ejemplo no hace parte de la vocación campesina,
y no sería un territorio relacionable a lo rural-campesino.
En términos generales, Santa Elena se proyecta como un terreno de reserva ambiental, por
lo que a largo plazo, usos agrarios tenderían a desaparecer. El POT no asegura la
permanencia de los usos agrarios, se necesita inversión, acompañamiento técnico e
innovación.
Controlar y definir bien la densidad del hábitat suburbano, para evitar la aparición de
complejos habitacionales a mediano y largo plazo.
No hay disyuntiva radical entre suelo de protección y el suburbano: el suelo mixto urbano
rural de permitir una mayor densidad de viviendas, con usos agrícolas, pero conteniendo los
complejos habitacionales más densos.
Zonas de reserva forestal y de protección: alternativas para la permanencia de los
campesinos con actividades de protección remunerada.
El POT no debería ser flexible ante los intereses de grupos con alta capacidad de inversión:
que no se hagan excepciones o modificaciones (por ejemplo, en zonas de reserva o de baja
densidad habitacional, para proyectos urbanísticos)
Economía agroindustrial
Definir, reglamentar e implementar una figura jurídica para la protección del territorio con uso
rural-campesino, asociado a la seguridad alimentaria. Esto implica planes de desarrollo
rural-campesino, cadenas económicas. La alternativa más viable es la de patrimonio cultura.
Que el DAP defina claramente las tierras para uso agrícola, que no se meta en ese uso
otras variantes que no tienen que ver con lo campesino o la soberanía alimentaria, como es
el caso del uso forestal maderero.
Hacer énfasis para lograr reconocimiento legal y administrativo al uso del suelo relacionado
con la soberanía alimentaria.
Veredas nuevas
Elaboró: