Anda di halaman 1dari 18

Expediente 4456-2013 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 4456-2013
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veinticuatro de enero de dos
mil catorce.
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de veintidós
de agosto de dos mil trece, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de
Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por el
Estado de Guatemala, por medio del abogado de la procuraduría General de la
Nación, Williams Haroldo López Sandoval, contra la Sala Segunda de la Corte de
Apelaciones de Trabajo y Previsión Social. El postulante actuó con el patrocinio
del abogado mencionado. Es ponente en el presente caso la Magistrada Vocal II,
Gloria Patricia Porras Escobar, quien expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. EL AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el veintiuno de mayo de dos mil trece
en la Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio. B) Acto
reclamado: auto de veinticinco de febrero de dos mil trece, emitido por la
autoridad reprochada que confirmó el proferido por el Juzgado Segundo de
Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, que declaró con lugar
las diligencias de reinstalación promovidas por María Mercedes García Ávila
contra el postulante, entidad nominadora Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social. C) Violaciones que se denuncian: al derecho de defensa y al principio
jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto
por el postulante y del estudio de los antecedentes, se resume: D.1) Producción
del acto reclamado: a) María Mercedes García Ávila promovió diligencias de
reinstalación en su contra, ante el Juzgado Segundo de Trabajo y Previsión Social
del departamento de Guatemala, argumentando haber sido despedida en forma
directa e injustificada del puesto que ocupaba como “Auxiliar de Enfermería” en el
Hospital Nacional de Uspantán, El Quiché, sin que la autoridad nominadora
Expediente 4456-2013 2

contara con la autorización judicial para el efecto, pese a encontrarse emplazada


por un conflicto colectivo de carácter económico social; b) el juez de primera
instancia, declaró con lugar el incidente mencionado, ordenando la inmediata
reincorporación de la interesada al puesto de trabajo que estaba ocupando al
momento del despido; c) apeló y, la Sala cuestionada, al emitir el auto que en la
vía constitucional se enjuicia, confirmó lo dispuesto por el Juzgado de primera
instancia. D.2) Agravios que se reprochan al acto reclamado: el postulante
argumentó que: a) con la denunciante no existió relación de carácter laboral,
debido a que prestó sus servicios mediante un contrato administrativo a plazo fijo
que a su vencimiento no fue renovado, situación que de conformidad con fallos de
la Corte de Constitucionalidad no pueden constituir contratos de trabajo; b) la
autoridad cuestionada al emitir el acto enjuiciado, no consideró los argumentos
que le fueron expuestos en la dilación del procedimiento; c) existe imposibilidad
material para hacer efectiva la reinstalación de marras, porque no existe plaza en
la que pueda ejecutarse aquella orden, debido a que la partida presupuestaria en
la que se desempeñó la incidentante tiene vigencia durante un período fiscal, sin
que se encuentre “dentro de la nómina de pago del Estado”; y d) María Mercedes
García Ávila no se encontraba protegida por las prevenciones dictadas dentro del
conflicto colectivo en el que solicitó su pretensión, porque fue planteado por el
“Sindicato Nacional de Trabajadores Administrativos del Ministerio de Salud
Pública y Asistencia Social” integrado por Gerentes Administrativos y Financieros,
cargos que en ningún momento desempeñó la interesada, como tampoco es
afiliada a dicha asociación permanente. D.3) Pretensión: solicitó que se otorgue
el amparo y, como consecuencia, se deje en suspenso el acto reclamado y se le
restituyan los derechos afectados. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de
procedencia: invocó los contenidos en las literales a), d) y h) del artículo 10 de la
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que se
consideran violadas: citó los artículos 12, 107, 108, 154, 203 y 204 de la
Constitución Política de la República de Guatemala; 4º de la Ley de
Sindicalización y Regulación de la Huelga de los Trabajadores del Estado; 3º, 18,
Expediente 4456-2013 3

25, 84, 86, 379 y 380 del Código de Trabajo; 2º y 4º de la Ley de Servicio Civil; 4º
de la Ley de Salarios de la Administración Pública; 75 de la Ley Orgánica del
Presupuesto; 44, 47, 48, 49, 65 y 69 de la Ley de Contrataciones del Estado; y 1º,
12, 17 y 29 del Reglamento de la Ley de Servicio Civil.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Ministerio de
Salud Pública y Asistencia Social; b) María Mercedes García Ávila; y c) Sindicato
Nacional de Trabajadores Administrativos del Ministerio de Salud Pública y
Asistencia Social. C) Antecedentes remitidos: copia certificada de las partes
conducentes de: a) incidente de reinstalación cuarenta y uno (41), dentro del
conflicto colectivo mil ciento setenta y tres guión dos mil once guión mil trescientos
noventa (1173-2011-1390) del Juzgado Segundo de Primera Instancia de Trabajo
y Previsión Social del departamento de Guatemala; y b) apelación sesenta y seis
(66) dentro del incidente de reinstalación cuarenta y uno (41), en el conflicto
colectivo mil ciento setenta y tres guión dos mil once guión mil trescientos noventa
(1173-2011-1390) de la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y
Previsión Social. D) Prueba: la aportada en primera instancia del presente
proceso de amparo. E) Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia,
Cámara de Amparo y Antejuicio, consideró: “…esta Cámara establece que la
Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, al dictar
el auto del veinticinco de febrero de dos mil trece, que constituye el acto
reclamado, actuó en ejercicio de la función jurisdiccional que le corresponde,
dentro del ámbito de su competencia, de conformidad con el artículo 372 del
Código de Trabajo, el cual está debidamente fundamentado al haber considerado:
‘… de conformidad con lo expuesto por la parte actora en relación al tiempo que
duró la relación laboral, la aceptación tácita de esta situación y la falta de medios
probatorios idóneos para sustentar la supuesta relación contractual, este Tribunal
concluye que la relación existente entre la parte actora y el Estado de Guatemala,
es laboral […] resulta evidente que se cumplen todos los elementos característicos
que permiten diferenciar este tipo de contratación, siendo estos el vínculo
Expediente 4456-2013 4

económico jurídico, la prestación de los servicios personales bajo la dependencia


continuada y la dirección inmediata o delegada a cambio de una retribución siendo
la naturaleza de la prestación de tracto sucesivo; lo anterior con base en el
principio de primacía de la realidad que constituye un principio universal del
derecho laboral, lo que determina la naturaleza jurídica de una relación laboral no
es la voluntad de las partes sino a presencia de elementos que la ley establece
como criterios para la definición del ámbito de la relación de trabajo…’. De lo
transcrito se establece la inexistencia de violación a los derechos de la entidad
postulante, razón por la cual el auto impugnado no le causa ningún agravio ya que
la autoridad impugnada tuvo por acreditado que entre María Mercedes García
Ávila y el Estado de Guatemala, existió una relación de trabajo, producto de la
falta de medios probatorios idóneos para sustentar una relación contractual
diferente y la aceptación tácita del Estado de Guatemala, por lo que al existir una
relación de esa naturaleza estaba protegida por las prevenciones ordenadas
oportunamente, por lo que al ordenarse el despido de la mencionada sin solicitar
autorización judicial es procedente la reinstalación, de donde se advierte
únicamente su inconformidad con lo resuelto, como consecuencia este tribunal
constitucional se ve impedido para interferir en el ámbito de competencia de la
autoridad impugnada, pues de no ser así el amparo constituiría una tercera
instancia revisora de lo actuado por los jueces y magistrados en la función
jurisdiccional que les corresponde (…). De lo anterior se concluye que no existe
restricción ni limitación alguna de los derechos denunciados por la entidad
amparista que la Constitución Política de la República de Guatemala y demás
leyes garantizan, por lo que el amparo debe denegarse, haciendo las demás
declaraciones que en derecho corresponden. No obstante la improcedencia del
amparo, se exonera del pago de las costas procesales al Estado de Guatemala,
porque actúa en defensa de sus intereses, como tampoco se impone multa al
abogado patrocinante…”. Y resolvió: “…I) Deniega por notoriamente
improcedente el amparo solicitado por el Estado de Guatemala [autoridad
nominadora: Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social], a través de la
Expediente 4456-2013 5

Procuraduría General de la Nación, por medio del abogado Williams Haroldo


López Sandoval, contra la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y
Previsión Social y en consecuencia: a) no se condena en costas al postulante; b)
no se impone multa al abogado patrocinante…”.
III) APELACIÓN
El postulante y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, tercero
interesado, apelaron. A) El Estado de Guatemala argumentó que si bien la
potestad de juzgar le corresponde a los órganos de justicia, también lo es que
éstos deben resguardar los derechos que les asisten a las partes que conforman
la litis, lo que en el procedimiento que subyace a la presente acción no aconteció.
Agregado a lo anterior, la autoridad reprochada aplicó normas del Código de
Trabajo, las que únicamente son aplicables a las relaciones laborales del sector
privado y no a una contratista del Estado, a quien ilegalmente se le otorgó la
calidad de servidor público por oposición, nombrándola por tiempo indefinido,
creando una nueva forma de ingreso al servicio civil bajo el renglón presupuestario
cero once (011), lo que le compete a la Oficina Nacional del Servicio Civil. Señaló
que el argumento respecto a que se determinó que la relación fue de tracto
sucesivo y que ese es un elemento de los contratos de trabajo, es inaplicable,
porque en cada período fiscal se suscribió un contrato que no superó un año por
vez. Concluyó señalando que la autoridad nominadora incurriría en delito al
reinstalar a María Mercedes García Ávila, debido a la inexistencia de plaza en la
que se pueda hacer efectiva aquella orden, debido a que las partidas asignadas
tienen vigencia durante un año. B) El Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social, tercero interesado, indicó que no está de acuerdo con la totalidad del fallo
de primer grado, porque no se ajusto a lo preceptuado en la Constitución Política
de la República de Guatemala y la Ley del Organismo Judicial, trasgrediendo los
derechos del amparista al denegar la protección constitucional, sosteniendo con
dicho pronunciamiento las vulneraciones cometidas por la Sala objetada.
IV) ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) El postulante reiteró los argumentos sostenidos en el escrito de apelación que
Expediente 4456-2013 6

motivó esta instancia constitucional. Agregó que no es posible aplicar las normas
del Código de Trabajo en el caso concreto, de conformidad con lo preceptuado
expresamente en el artículo 108 de la Constitución Política de la República de
Guatemala, debido a que no existió despido, sino la finalización de un contrato
administrativo por haber acaecido el plazo pactado. Solicitó que se declaren con
lugar los recursos de apelación y, como consecuencia, se otorgue la protección
constitucional. B) El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, tercero
interesado, arguyó que la incidentante fue contratada mediante contrato
administrativo bajo el renglón presupuestario cero veintinueve (029), que de
conformidad con el Manual de Clasificaciones Presupuestarias para el Sector
Público de Guatemala, se encuentra clasificado como personal temporal y
regulado por la Ley de Contrataciones del Estado, es decir María Mercedes García
Ávila ostentó la calidad de contratista del Estado y no de servidora pública,
recibiendo honorarios luego de presentar las facturas correspondientes como
contraprestación de sus servicios. Argumentó que la denunciante al suscribir el
contrato mencionado, tenía pleno conocimiento de que era de carácter temporal;
por lo que al ordenarse la reincorporación de la interesada, se trasgreden los
derechos que le asisten al postulante, asignando en forma ilícita un puesto de
trabajo a quien nunca tuvo la calidad de servidor público, defraudando al patrono
en su patrimonio. Agregó que existe imposibilidad material para ejecutar la orden
judicial, debido a que no existe puesto ni presupuesto para dar efectivo
cumplimiento a esa disposición, porque es la Oficina Nacional de Servicio Civil a la
que corresponde determinar las plazas de los entes estatales. Solicitó que se
declaren con lugar los recursos de apelación y, como consecuencia, se revoque lo
resuelto por el tribunal de primera instancia. C) María Mercedes García Ávila,
tercera interesada, indicó que cuando se emitieron las prevenciones en el
conflicto colectivo de mérito, se sujetó al empleador a no poder finalizar la relación
laboral con sus empleados sin que contara con la autorización judicial
correspondiente, por lo que al no haberse obtenido esa licencia para romper el
vínculo económico jurídico que existió, procedente devenía la reinstalación, ello
Expediente 4456-2013 7

debido a que superó en demasía el período de prueba que señala la ley,


circunstancia que en conjunto con los demás elementos constatados por los
órganos de la jurisdicción ordinaria, permiten constatar que era una empleada
“regular” del Estado, al haber prestado sus servicios como auxiliar de enfermería
por más de cuatro años y dos meses en el Ministerio relacionado, sin que durante
ese período de tiempo la hayan sancionado con alguna medida disciplinaria.
Solicitó que se declaren sin lugar los recursos de apelación y se confirme el fallo
de primer grado. D) El Ministerio Público señaló que no comparte el criterio
sostenido por el tribunal a quo en cuanto a denegar el amparo, porque esa
garantía constitucional cuando un acto de autoridad o de un particular trasgrede,
lesione o amenace derechos reconocidos por la Constitución y las leyes, como
suceden en el caso sub litis, en el que se suscribió con la incidentante un contrato
de trabajo a plazo fijo, sin que sea factible entender que existió una relación por
tiempo indefinido, es decir que a la interesada no le asiste el derecho a ser
reinstalada conforme lo preceptuado en los artículos 379 y 380 del Código de
Trabajo, dadas las características en las que prestó sus servicios para el Estado
de Guatemala. Solicitó que se declaren con lugar los recursos de apelación y,
como consecuencia, se otorgue la tutela constitucional pretendida.
CONSIDERANDO
-I-
El agravio es un elemento esencial para la procedencia del amparo y, sin su
concurrencia, no es posible el otorgamiento de la protección que la mencionada
acción conlleva, sobre todo cuando la autoridad reclamada, al emitir el acto que se
denuncia como agraviante, ha actuado en el ejercicio de sus atribuciones y
funciones reconocidas por la ley, ha interpretado y aplicado la norma en un sentido
apropiado, lo que no patentiza violación de derechos fundamentales garantizados
por la Constitución Política de la República, los tratados internacionales y las
leyes.
-II-
El Estado de Guatemala acude en amparo contra la Sala Segunda de la
Expediente 4456-2013 8

Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social, señalando como acto


reclamado el auto de veinticinco de febrero de dos mil trece, emitido por la
autoridad reprochada que confirmó el proferido por el Juzgado Segundo de
Trabajo y Previsión Social del departamento de Guatemala, que declaró con lugar
las diligencias de reinstalación promovidas por María Mercedes García Ávila
contra el postulante, entidad nominadora Ministerio de Salud Pública y Asistencia
Social.
Argumenta el accionante que con la emisión de la resolución referida, se
trasgredió el principio y derecho señalados, por los motivos expuestos en el
apartado de Antecedentes del presente fallo.
-III-
Esta Corte estima que los principios generales del Derecho del Trabajo son
reglas inmutables e ideas esenciales que forman las bases sobre las que se
sustenta todo el ordenamiento jurídico laboral, cuya finalidad es proteger la
dignidad del trabajador, que proyectan su eficacia al inicio, en el desarrollo y al
momento de la extinción del vínculo laboral, y que sirven como una especie de
filtro para la aplicación de normas ajenas al Derecho del Trabajo. También ha
manifestado este Tribunal, que entre los principios de más relevancia en materia
laboral se encuentra el de primacía de la realidad, que otorga prioridad a los
hechos sobre las formas o apariencias o lo que las partes hayan convenido incluso
de buena o mala fe. Mediante este principio, el contrato de trabajo es un “contrato
realidad”, que prescinde de las formas para hacer prevalecer lo que efectivamente
sucede o sucedió, por lo que en caso de discordancia entre lo que ocurre en la
práctica y lo que surge de documentos suscritos por las partes o acuerdos
celebrados entre ellos, se debe dar preferencia a los hechos. Además, se ha
considerado que la presunción contenida en el artículo 19 del Código de Trabajo
opera incluso cuando se utilicen figuras no laborales para caracterizar al vínculo
jurídico, y se refuerza esta idea con lo normado en los artículos 106 de la
Constitución Política de la República de Guatemala y 12 del Código de Trabajo
que declaran nulas ipso jure todas las estipulaciones que impliquen renuncia,
Expediente 4456-2013 9

disminución, tergiversación o limitación de los derechos reconocidos a los


trabajadores, que fueran expresadas en un contrato colectivo o individual de
trabajo, en un convenio o en otro documento. Concluyendo que si se produjeran
alguna de las situaciones descritas, se causaría una simulación, al pretender eludir
la verdadera naturaleza del contrato celebrado mediante el uso de figuras extra
laborales, lo que le produce perjuicio al trabajador porque se le niegan los
beneficios que las normas laborales establecen a su favor; y que la sanción por
ese proceder es la nulidad de lo actuado, lo que causa que los actos viciados por
las normas desplazadas, sean sustituidos por las leyes atinentes, que para el caso
concreto son las vigentes en el ordenamiento jurídico laboral del país.
Al efectuar el análisis de las constancias procesales, se establece que la
Sala cuestionada, al valorar la prueba aportada por las partes conforme las reglas
de la valoración de la prueba en conciencia, y con fundamento en los principios de
equidad, justicia y realidad, determinó que en el presente caso existió una relación
de carácter laboral por tiempo indefinido entre las partes, sin importar la
denominación de los contratos que suscribieron, debido a que desde el inicio de la
relación hasta su finalización, se dieron los elementos esenciales de un contrato
de trabajo, de conformidad con lo que establece el artículo 18 del Código de
Trabajo, por lo que, al analizar las condiciones en que se desarrolló la relación
entre el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social y María Mercedes García
Ávila, constató la existencia de un vínculo económico jurídico, porque la prestación
de los servicios fueron en forma personal bajo la dependencia continua y bajo la
dirección inmediata o delegada a cambio de una retribución, los que son
elementos esenciales de un contrato de trabajo. De ahí que la entidad
empleadora, al celebrar con el servidor público (como fue verificado por los
órganos de la jurisdicción privativa de trabajo) varios contratos administrativos a
plazo fijo con la intención de interrumpir la continuidad de la prestación, vulneró la
ley, y siendo que la sanción por tal proceder es la nulidad de lo actuado, se deben
sustituir los actos que contienen los vicios denunciados por las normas
desplazadas, como se indicó en el párrafo precedente. Con ello se descarta que
Expediente 4456-2013 10

se esté otorgando tutela laboral a una contratista del Estado, porque esa calidad
(de contratista) no resultó ser real, debido a que la verdadera naturaleza de la
relación sostenida entre el Estado y la denunciante era de carácter laboral, en
atención de lo preceptuado en los artículos 18 y 26 del Código de Trabajo y con
base en los principios relacionados, porque no es la voluntad de las partes la que
se advierte, sino la existencia de los elementos que la ley establece como criterios
objetivos para su definición -de contrato de trabajo-.
Al haberse establecido que la naturaleza de la relación sostenida entre los
sujetos procesales relacionados era de carácter laboral, es menester indicar que el
emplazamiento de las entidades patronales, de conformidad con lo regulado en el
artículo 379 del Código de Trabajo, contiene una disposición con carácter
preventivo, porque desde el momento en que se presenta el pliego de peticiones
al juez respectivo, se tiene por planteado el conflicto colectivo para el sólo efecto
de mantener la estabilidad en el centro de labores y resguardar los derechos de
los sujetos que han iniciado el medio de resolución de controversias mencionado.
Asimismo, el artículo 380 del cuerpo normativo mencionado, establece que toda
terminación de los contratos de trabajo al existir un emplazamiento, únicamente
puede efectuarse si se obtiene autorización judicial, ello como garantía para evitar
despidos arbitrarios; además esa norma no hace distinción respecto a qué tipo de
contratos les es aplicable tal disposición, pudiendo ser por tiempo indefinido o a
plazo fijo, por lo que no puede hacerse una aplicación restrictiva de la misma y,
por tanto, debe entenderse que dicha protección es aplicable a todas las
modalidades de contratos de trabajo establecidos en la legislación laboral
nacional, siempre que no haya concluido su vigencia. [Similar criterio ha sostenido
esta Corte, en cuanto a que es factible determinar la existencia de una relación
laboral cuando se prestan servicios bajo figuras extra laborales, en las sentencias
de veintisiete de agosto, veintiséis de septiembre y, ocho de noviembre, todas de
dos mil trece, dentro de los expedientes mil ciento cinco guión dos mil trece (1105-
2013), dos mil quinientos cuarenta guión dos mil trece (2540-2013) y, dos mil
seiscientos ochenta guión dos mil trece (2680-2013), respectivamente]
Expediente 4456-2013 11

En cuanto al agravio presentado tanto por el amparista, como por el


Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, tercero interesado, respecto a que
la denunciante no se encontraba protegida por el emplazamiento decretado en el
conflicto colectivo de carácter económico social promovido por el Sindicato
Nacional de Trabajadores Administrativos del Ministerio de Salud Pública y
Asistencia Social, integrado por Gerentes Administrativos y Financieros de la
cartera respectiva, cargos que en ningún momento desempeñó el actor y no es
afiliada a dicha asociación permanente, este Tribunal estima atinente señalar lo
que expresamente preceptúa, en lo conducente, el artículo 380 ibídem: “A partir
del momento a que se refiere el artículo anterior toda terminación de contratos de
trabajo en la empresa en que se ha planteado el conflicto, aunque se trate de
trabajadores que no han suscrito el pliego de peticiones o que no se hubieren
adherido al conflicto respectivo, debe ser autorizada por el juez quien tramitará el
asunto en forma de incidente y sin que la resolución definitiva que se dicte
prejuzgue sobre la justicia o injusticia del despido…”. De lo transcrito se aprecia
que, en apego a la norma relacionada, todos los trabajadores que prestan sus
servicios para “la empresa” (entiéndase centro de trabajo) la cual se encuentra
emplazada, aún si se trate de trabajadores que no formen parte del conflicto, se
encuentran protegidos por las prevenciones que se dicten, sin que se aprecie en
forma alguna la existencia de exclusión de trabajadores en la forma como lo
pretende hacer valer el ahora postulante, en el sentido de señalar que por no
haber desempeñado la plaza de Gerente Administrativo o Financiero, la interesada
no se encontraba protegida por los apercibimientos decretados, lo que no puede
ser atendible, por el motivo expuesto. Así también es atinente señalar que esta
Corte ha establecido jurisprudencialmente que, de conformidad al artículo
transcrito, la inamovilidad que causa el planteamiento de un conflicto colectivo
protege a los empleados del centro de trabajo respecto del que se ha planteado el
mencionado conflicto, motivo que atiende a razones de seguridad y certeza
jurídica [en similar sentido se pronunció esta Corte en sentencia de diecisiete de
octubre de dos mil trece, expediente dos mil seiscientos treinta y uno guión dos mil
Expediente 4456-2013 12

trece (2631-2013)]; es decir, que al encontrarse emplazado el Ministerio de Salud


Pública y Asistencia Social mediante la acción instada por el sindicato relacionado,
todas las personas que prestan sus servicios para ese centro de trabajo gozan de
inamovilidad, sin que sea posible crear un principio de discriminación respecto a
los empleados que forman parte de la asociación permanente de trabajadores que
plantearon el conflicto colectivo y de quienes no lo hicieron, debido a que la norma
señalada (artículo 380 ibíd) es clara en indicar que toda terminación de contratos
de trabajo, aunque se trate de trabajadores que no suscribieron el pliego de
peticiones o que no se adhirieron al conflicto que se trate, gozan de la protección a
no ser removidos de su empleo sin previa autorización judicial.
Al haberse establecido la existencia de relación de trabajo y el cese de ésta
mientras estaba vigente el emplazamiento, en atención a lo considerado en
párrafos precedentes, se concluye que la relación laboral de María Mercedes
García Ávila con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, se encontraba
protegida por las prevenciones derivadas del planteamiento de un conflicto
colectivo de carácter económico social y, al no contar la entidad nominadora con la
autorización judicial que permitiera disponer la terminación del contrato de trabajo
aludido, esa circunstancia conlleva la consecuencia establecida en el artículo 380
del Código de Trabajo, es decir el derecho de aquella a solicitar la reincorporación
a su puesto de trabajo y la restitución de sus derechos laborales vulnerados.
Respecto al agravio sostenido por los apelantes, consistente en que existe
imposibilidad material de operar la reinstalación de marras, porque no existe plaza
en la que pueda hacerse efectiva esa resolución -que ordena la reinstalación-,
este Tribunal estima que las dificultades que en el sentido denunciado pueda
enfrentar la autoridad nominadora, son consecuencia de la simulación del vínculo
laboral en que incurrió, eso a tenor de lo resuelto por las autoridades judiciales
competentes que conocieron el caso en las instancias ordinarias respectivas, por
lo que no resulta atendible ese argumento, ya que las autoridades obligadas
habrán de propiciar las condiciones necesarias y conducentes para dar debido
cumplimiento a la orden de reinstalación mencionada.
Expediente 4456-2013 13

En relación al agravio señalado por el postulante, concerniente a que el


acto reclamado encontró respaldo en el Código de Trabajo, el que es aplicable
únicamente a los trabajadores y patronos del sector privado y no a quienes
prestan sus servicios para el Estado, se debe indicar que, en efecto, las relaciones
de carácter laboral entre el Estado y sus empleados se rigen por la Ley de Servicio
Civil, ya sea la de carácter general o en caso de que la institución pública de que
se trate cuente con la propia, se aplicará ésta, sin embargo, el Código de Trabajo
por ser el cuerpo normativo laboral de carácter general dentro del sistema jurídico
guatemalteco, que señala las reglas tanto de carácter sustantivo como adjetivo, es
a éste al que se debe acudir cuando, como en el caso sub litis, la ley específica -
Ley de Servicio Civil- no cuenta con las figuras atinentes como la simulación
contractual oculta en una contratación de carácter administrativo, pretendiendo
evadir la verdadera naturaleza de la relación, además es atinente indicar que
aquel Código es el que señala el procedimiento que debe seguirse al momento de
finalizar el vínculo económico-jurídico cuando se encuentran vigentes las
prevenciones en un centro de trabajo con motivo del planteamiento de un conflicto
colectivo, de ahí que, al haberse empleado esa normativa por parte de los órganos
de la jurisdicción ordinaria, fue correcta la aplicación en forma supletoria del
Código ibídem, sin que por ello se haya causado trasgresión a los derechos que le
asisten a la partes, por el contrario resolvió en total apego a la facultad de juzgar
que les asigna el artículo 203 de la Constitución Política de la República de
Guatemala.
Por último, en relación a que esta Corte ha emitido un fallo en el que se
sostuvo que al contratar los servicios de una persona mediante contratos
administrativos no constituye una relación laboral, se debe señalar que esa
sentencia constitucional constituye un caso aislado en el que se advirtió -en ese
caso concreto- que no coexistían todos los elementos necesarios para sostener
que había existido un contrato de trabajo por tiempo indefinido, como ocurre en el
caso que ahora se analiza, en el que se constató que acontecen esos elementos
indispensables, los que permitieron arribar a la conclusión que existió un vínculo
Expediente 4456-2013 14

económico-jurídico por tiempo indefinido oculto bajo figuras extra laborales, que
buscaban ocultar la verdadera naturaleza de la relación.
De lo considerado se determina que la Sala reclamada actuó ajustada a
Derecho, tomando como asidero la doctrina legal emanada de esta Corte, que
refiere que al encontrarse emplazada la parte empleadora por un conflicto
colectivo de carácter económico social, toda terminación de los contratos de
trabajo vigentes debe ser autorizada por el juez respectivo, mediante el
procedimiento previsto en el artículo 380 ibíd, siendo la consecuencia de esa
omisión, la reinstalación de la trabajadora en el cargo que ocupaba al momento
del despido antijurídico.
Lo anteriormente señalado evidencia la inexistencia de agravio que haya
lesionado derechos y garantías constitucionales del postulante y que deba ser
reparado por esta vía, razón por la que, el amparo deviene improcedente, y siendo
que el tribunal a quo resolvió en igual sentido, se debe confirmar la sentencia
apelada.
LEYES APLICABLES
Artículos citados y 265, 268 y 272 inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 1º, 5º, 6º, 8º, 60, 61, 62, 63, 64, 67, 149, 163 inciso c),
185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 17, 34 bis
del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I) Sin lugar los recursos de apelación interpuestos por el Estado de
Guatemala –postulante– y, el Ministerio de Salud Pública y Asistencia social –
tercero interesado–; como consecuencia, se confirma la sentencia venida en
grado. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvanse los
antecedentes.
HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA
PRESIDENTE

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA
Expediente 4456-2013 15

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


MAGISTRADO MAGISTRADO

RICARDO ALVARADO SANDOVAL JUAN CARLOS MEDINA SALAS


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

ACLARACIÓN Y AMPLIACIÓN

EXPEDIENTE 4456-2013
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, diez de febrero de dos mil
catorce.
Se tienen a la vista para resolver, las solicitudes de aclaración y ampliación
presentadas por el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, tercero
interesado, por medio del Ministro, Jorge Alejandro Villavicencio Álvarez, de la
sentencia de veinticuatro de enero de dos mil catorce, en la acción constitucional
de amparo promovida por el Estado de Guatemala, por medio del abogado de la
Procuraduría General de la Nación, Williams Haroldo López Sandoval, contra la
Sala Segunda de la Corte de Apelaciones de Trabajo y Previsión Social.

ANTECEDENTES

I) DEL PLANTEAMIENTO DE AMPARO Y RESOLUCIÓN DE PRIMER GRADO:


En la acción constitucional de amparo dentro de la cual se plantean los correctivos
que se resuelven, se señaló como acto reclamado el auto de veinticinco de febrero
de dos mil trece, emitido por la autoridad denunciada que confirmó el proferido por
el Juzgado Segundo de Trabajo y Previsión Social del departamento de
Guatemala, que declaró con lugar las diligencias de reinstalación promovidas por
María Mercedes García Ávila contra el Estado de Guatemala y como entidad
nominadora el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.
Expediente 4456-2013 16

La Corte Suprema de Justicia, Cámara de Amparo y Antejuicio denegó la


protección constitucional solicitada, argumentando que la Sala denunciada al
emitir el acto reclamado, actuó en el correcto ejercicio de las facultades que se le
han otorgado, pues tuvo por acreditado que existió una relación de trabajo,
producto de la falta de medios probatorios idóneos para sustentar una relación
contractual diferente y la aceptación tácita del Estado de Guatemala, por lo que al
existir una relación de esa naturaleza la trabajadora estaba protegida por las
prevenciones ordenadas oportunamente y al ordenarse el despido sin solicitar
autorización judicial, es procedente la reinstalación.

II) DE LA APELACIÓN PROMOVIDA Y LA RESOLUCIÓN DE SEGUNDO


GRADO: El Estado de Guatemala, amparista y el Ministerio de Salud Pública y
Asistencia Social, tercero interesado, apelaron. Esta Corte en sentencia de
veinticuatro de enero de dos mil catorce, confirmó el fallo de primer grado, al
considerar que la Sala reclamada actuó ajustada a Derecho, tomando como
asidero la doctrina legal emanada por esta Corte, que refiere que al encontrarse
emplazada la parta empleadora por un conflicto colectivo de carácter económico
social, toda terminación de los contratos de trabajo vigentes debe ser autorizada
por el juez respectivo, mediante el procedimiento previsto en el artículo 380 del
Código de Trabajo, siendo la consecuencia de esa omisión, la reinstalación de la
trabajadora en el cargo que ocupaba al momento del despido antijurídico.

III) DE LOS ARGUMENTOS DE LA ACLARACIÓN Y AMPLIACIÓN: En el


presente caso, el solicitante considera que la sentencia emitida por este Tribunal
debe aclararse tomando como base que la resolución recurrida contiene términos
obscuros o ambiguos, no es totalmente clara por no encontrarse apegada a
Derecho.
En cuanto a la solicitud de ampliación, estima que esta Corte no se
pronunció respecto de todos los motivos de inconformidad denunciados, tales
como las violaciones de la Carta Magna tales como los artículos 12, 107, 108 y
154, dejando de resolver aspectos inherentes al debido proceso, a los derechos
Expediente 4456-2013 17

de defensa, petición, legalidad y supremacía constitucional.

CONSIDERANDO

-I-

De conformidad con el artículo 70 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal


y de Constitucionalidad, cuando los conceptos de un auto o de una sentencia sean
obscuros, ambiguos o contradictorios, podrá pedirse que se aclaren. Si se hubiere
omitido resolver alguno de los puntos sobre los que versare el amparo, podrá
solicitarse la ampliación.

- II -

La aclaración, según la norma invocada en el considerando anterior, tiene


por finalidad corregir las ambigüedades, contradicciones y obscuridades que los
términos de un mismo fallo tengan entre sí; por su parte, la ampliación persigue
superar la falta de pronunciamiento respecto de algún asunto sometido a
discusión.
En el presente caso, de la lectura del escrito contentivo de las solicitudes
instadas, esta Corte al efectuar el estudio del fallo aludido, advierte que, contrario
a lo manifestado por la requirente, la decisión cuestionada no es ambigua porque
está resuelta en una misma línea interpretativa de conformidad con lo reclamado y
su aplicación jurídica; no es obscura, porque sus términos son claramente
comprensibles; ni es contradictoria, en tanto que los puntos de lo decidido son
coherentes entre sí; además, el fallo se encuentra debidamente fundamentado y
resuelto de conformidad con las constancias procesales lo cual se puede
comprobar de su lectura, motivo por el cual no se aprecia aspecto alguno que
amerite ser aclarado. En cuanto a la ampliación, este Tribunal estima que en la
sentencia objeto de impugnación no se dejó de resolver alguno de los puntos
sobre los cuales versó el amparo, cuyo presupuesto es necesario para que
prospere este correctivo.
Expediente 4456-2013 18

Por lo anterior se concluye que las solicitudes que ahora se conocen


deberán ser declaradas sin lugar.
LEYES APLICABLES

Artículo citado y 265, 268 y 272, literal i), de la Constitución Política de la


República de Guatemala; 71, 149, 163, literal i), 85 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas,
resuelve: I. Sin lugar la aclaración y ampliación solicitadas por el Ministerio de
Salud Pública y Asistencia Social –tercero interesado–, por medio del Ministro
Jorge Alejandro Villavicencio Álvarez, contra la sentencia dictada por esta Corte el
veinticuatro de enero de dos mil catorce. II. Notifíquese.
HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA
PRESIDENTE

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


MAGISTRADO MAGISTRADO

RICARDO ALVARO SANDOVAL JUAN CARLOS MEDINA SALAS


MAGISTRADO MAGISTRADO

GEOVANI SALGUERO SALVADOR


SECRETARIO GENERAL ADJUNTO

Anda mungkin juga menyukai