La física de la bicicleta
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Del texto: José Sánchez Real, 1978, 1984 y 1988
De esta edición: Ediciones de la Torre
Espronceda, 20 28003 Madrid
Tel.: 91 692 20 34 Fax.: 91 692 48 55
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www.edicionesdelatorre.com
Primera edición: febrero 2014
ETIndex: 208VAR04D
ISBN: 978-84-7960-678-7
Formato digital:
Iris Cultura y Comunicación S.L.
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INTRODUCCIÓN
Cuando de pequeños nos hemos visto ante una bicicleta, cuando aún no nos llegan los
pies a los pedales, lo primero que hemos hecho ha sido subirnos, ayudados y sostenidos por
las manos del padre o del amigo. Con la bicicleta parada hemos movido el manillar a un
lado y a otro, y ha empezado la primera lección de equilibrio y dirección. Después vendrá el
mantener el equilibrio sin apenas saber mover los pedales, empujada la bicicleta por un
ayudante o aprovechando una cuesta abajo; más tarde, la utilización de la la bicicleta como
patín, y por último, una vez dominada la máquina, convertido en ciclista, se pasará a la
mecánica, desmontando una rueda o arreglando el faro.
Por esta razón de que se aprende antes a montar en bicicleta que a conocer su
funcionamiento, la primera lección debe ser la del equilibrio, para pasar inmediatamente a
la de dirección y movimiento; ésta ha sido también la evolución histórica de la bicicleta. Los
primeros ciclistas resolvieron el problema con los pies; apoyados alternativamente en el
suelo servían para mantener el equilibrio y mover al mismo tiempo la máquina.
La bicicleta evolucionó con la invención del pedal, que separó el equilibrio del
movimiento, y hubo necesidad de un nuevo capítulo, el de la transmisión del movimiento y
de las fuerzas.
Estas etapas de equilibrio —movimiento— transmisión de fuerzas, por las que hemos
pasado todos en nuestro aprendizaje ciclista, y que como hemos visto ligeramente esbozado
son también las fases de la evolución y perfeccionamiento de la bicicleta, tienen su
repetición en la Física. En este mismo orden se van adquiriendo los conocimientos básicos
cuando se estudia.
Así pues, las materias a tratar las desarrollaremos en la siguiente forma: equilibrio,
dirección, transmisión de movimientos, fuerzas, trabajo, rendimiento, rozamiento,
elasticidad, gases y dispositivos para dar cuenta de la presencia del ciclista,
correspondiendo la mayoría de ellas al campo de la Mecánica, porque no sin razón se ha
llamado a la bicicleta la obra maestra de la Mecánica.
Aunque es posible que alguien quisiera encontrar en las páginas que siguen
conocimientos más elevados y desarrollos matemáticos completos, hay que tener en cuenta
que el libro pretende llegar a todos los que utilizan la bicicleta, sean o no estudiantes. Así,
los conocimientos que seguirán son, en su mayoría, de Física elemental.
Por esta misma razón, porque el conocimiento científico que se pretende dar rozaba la
frontera del conocimiento vulgar, las magnitudes se expresaron, en un principio, en
unidades del sistema técnico, más divulgadas.
No se ha creído conveniente darle más extensión al tema. La Física tiene en la bicicleta
muchas más aplicaciones que las que se desarrollan en el texto y que quedan para otra
ocasión: la forma del cuadro, su estructura tubular, la forma de la llanta, el montaje de los
radios, la resistencia de los materiales utilizados..., en todo esto y en más la Física está
presente en la bicicleta, pero con lo expuesto a continuación creo que se ha conseguido lo
que se pretendía: hacer que la bicicleta sea más conocida y más apreciada; pero como en
1967 España resolvió adoptar y declarar de uso legal el Sistema Internacional de Unidades
(SI), y se hizo de enseñanza obligatoria, en el nivel que correspondiera, en todos los centros
docentes (Ley 88/1967, art. 4.°), las unidades utilizadas serán las del SI.
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EL EQUILIBRIO EN LA BICICLETA
Leyes de la estática. Condición de equilibrio.—Características del peso. Centro de gravedad.—Determinación del centro de
gravedad.—Composición de fuerzas. Resultante.—Fuerzas concurrentes.—Fuerzas paralelas.—Ciclista en posición de paseo.
—Ciclista en posición de carrera.— Aumento de la estabilidad.—El equilibrio en movimiento.—Equilibrio en las curvas.—
Equilibrio a marcha lenta.
Se deja señalada con un hilo de coser atado al cuadro la dirección encontrada y se hace
la misma operación colgándola de otro punto —mientras se hace la prueba debe
procurarse que el manillar esté siempre en la misma posición—. El punto en donde se
corten o crucen las dos verticales es el centro de gravedad, en el aire, sin soporte material,
en un lugar del espacio limitado por el triángulo central del cuadro y en su mismo plano.
Está sobre la vertical que pasa por el eje del movimiento central y a una distancia de unos 25
centímetros por encima del citado eje.
En el punto encontrado estará exactamente el centro de gravedad y allí es donde
podremos considerar concentrada toda la masa de la bicicleta. Por allí, vertical y hacia
arriba, y con una magnitud igual, debe actuar la reacción del suelo para que la bicicleta se
encuentre en equilibrio. Esto quiere decir que la bicicleta debe estar en tal posición que
una línea bajada perpendicular al suelo desde aquel lugar debe encontrar la línea a lo
largo de la cual la bicicleta se apoya en el suelo —en la práctica el apoyo no son los dos
puntos A y B, ni la línea-base A-B, sino que como los neumáticos se deforman algo, el apoyo
es en realidad una superficie, y la base de sustentación es, aproximadamente, un rectángulo
de vértices redondeados.
Cumplir esta condición es difícil, y no hay nada más que probarlo para convencerse de
que cuesta mucho mantener la bicicleta en esa posición.
Si intentamos ahora repetir el experimento de mantener en equilibrio la bicicleta,
subidos en ella, sin moverla de sitio, sin mover el manillar ni girar los pedales, el ejercicio
sigue siendo difícil.
Es cierto que se ha incrementado el valor del peso, y que al deformarse más los
neumáticos se ha aumentado la base de sustentación o apoyo, con lo que se ha aumentado
la estabilidad, pero también se ha elevado el centro de gravedad y no se ha mejorado la
situación .
[1]
En efecto, el peso sumado —si el ciclista es una persona mayor— es hasta siete veces
mayor que el de la bicicleta, y está situado por encima de la línea del tubo horizontal del
cuadro. Sería interesante buscar en dónde está situado, en este caso, el centro de gravedad
del conjunto bicicleta-ciclista.
FUERZAS CONCURRENTES
En el primer caso, la resultante de dos fuerzas concurrentes es la diagonal del
paralelogramo construido sobre las fuerzas, es decir: la resultante de las fuerzas OA (Fa) y
OB (Fb) será la fuerza OC (Fc).
FUERZAS PARALELAS
En el caso de que las fuerzas sean paralelas, la resultante es otra fuerza paralela a las
componentes que estará tanto más cerca de la mayor, cuanto mayor sea ésta, y cuya
intensidad y sentido dependerán de las componentes y de su valor.
Si las fuerzas tienen el mismo sentido, la resultante se encuentra gráficamente de la
siguiente forma:
Sean las fuerzas AB (F1) y CD (F2) las que deben componerse.
Señalemos sobre cada una de ellas longitudes iguales a su compañera (puntos B’ y D’).
Únanse ahora los extremos nuevos con los orígenes primeros mediante unas líneas de
trazos (líneas D’C y B’A), y el lugar en que se cruzan, o mejor, el punto donde se cortan, es
por donde pasará la resultante.
La resultante será paralela a las componentes, del mismo sentido, de intensidad igual a
la suma y tendrá su punto de aplicación sobre la línea que une los orígenes (segmento AC).
Si las fuerzas son paralelas pero de sentido contrario, se sigue un método parecido para
encontrar la resultante, teniendo en cuenta que debe cambiarse el sentido de una de las
fuerzas.
Se unen los nuevos extremos de las fuerzas y sus orígenes primitivos, con unas rectas, y
por donde éstas se cortan, es decir, por su intersección, pasará la resultante, que será del
sentido de la mayor y con una intensidad igual a su diferencia.
En los dos casos se cumple que los productos de los valores, intensidades o magnitudes,
de las fuerzas por sus distancias a la resultante son iguales, o sea que,
Para terminar este apartado, baste con que digamos que esa fuerza de giro,
estabilizadora, depende de las características de la rueda, es decir, que la estabilidad es
mayor cuanto más pese la parte externa de la rueda (el neumático y llanta), cuanto mayor
sea su radio, y cuanto mayor sea la velocidad de giro, y por lo tanto, podremos decir que se
tiene más estabilidad cuanto más rápido se vaya. Por eso, si se marcha rápidamente y no hay
perturbaciones externas, es fácil ir en bicicleta con las manos separadas del manillar.
cuanto mayor es la velocidad, menor es el radio de la curva que hay que hacer y menos hay
que mover el manillar. Si se va despacio, el desequilibrio es grande y la fuerza estabilizadora
debe ser grande, por lo que el radio de la curva debe se pequeño y, por lo tanto, el golpe de
manillar grande.
Como el movimiento del manillar no es de precisión, se suele producir un exceso que
hay que compensar inmediatamente con un giro opuesto, y así sucesivamente. El resultado
es el zigzagueo o marcha sinuosa.
[1]
Recordemos las condiciones de máxima estabilidad: el equilibrio es tanto más estable cuanto mayor es la fuerza que
actúa (peso), mayor la base de sustentación (base de apoyo), y más bajo está el centro de gravedad.
[2]
El valor de la fuerza centrifuga (Fe) es igual a
donde p es el peso, g la aceleración de la gravedad, a> la velocidad angular, v la velocidad lineal y y r el radio, o sea
que — es la masa.
.
como
P será
es decir
y de aquí
siendo d = d1 + d2 la distancia a que están las dos fuerzas, en nuestro caso la distancia entre
los ejes de las ruedas.
Como en el caso del ciclista en la posición de carrera, la resultante pasa por el eje del
movimiento central, d1 será la distancia desde este punto al eje de la rueda delantera (unos
60 cm) y d2 la distancia al eje de la rueda trasera (unos 48 cm).
y 51,8 kilos = 507,6 newtons —para completar estos conocimientos hágase, como ejercicio, la
distribución de las fuerzas en bicicletas de distinto modelo y con distintos pesos. Puede
hacerse también la comprobación experimental apoyando la rueda delantera y la trasera,
separadamente, sobre la plataforma de una báscula.
En otras partes de la bicicleta se presenta el caso de tener que descomponer una fuerza
en varias que sean concurrentes.
Supongamos que la bicicleta salva una diferencia de nivel de forma brusca, por ejemplo,
baja una acera.
La rueda delantera, al bajar el borde de la acera, recibe un golpe y actúa sobre ella una
fuerza vertical y hacia arriba que se aplica sobre el eje (OA).
Como la horquilla delantera está inclinada con relación a la vertical, la fuerza se
descompone en dos: una que se transmite a lo largo del eje de la horquilla (OC) y otra
perpendicular (OB).
La primera empuja la horquilla hacia arriba y la segunda tiende a doblarla hacia
delante.
Un caso parecido se presenta cuando se frena, acto en el que además se produce
también un cambio en la distribución de las fuerzas sobre las ruedas.
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DIRECCIÓN. PEDALES
El efecto de una fuerza que actúa sobre un cuerpo que tenga un punto o un eje fijo,
alrededor del cual pueda moverse, depende, además de la magnitud de la fuerza, de la
distancia a que actúa del punto o eje fijo. Conocido es el ejemplo, repetido muchas veces,
de la acción de una fuerza sobre una puerta en su movimiento de abertura o cierre.
Bueno será recordar también que si la fuerza actúa en dirección perpendicular al punto
o eje fijo, el efecto de giro será nulo.
MOMENTO DE UNA FUERZA
Este efecto que viene medido físicamente por el producto de la magnitud de la fuerza
por su distancia o perpendicular desde el punto o eje fijo a la dirección de la fuerza, es lo
que se conoce con el nombre de momento de una fuerza, respecto a un punto o a un eje,
momento que será nulo cuando la fuerza pase por el punto o eje fijo; su valor es:
En muchas partes de la bicicleta puede observarse la acción de fuerzas sobre piezas que
tienen un punto o un eje fijo. Veamos un caso.
El eje que une el pedal a la manivela es una de las piezas más importantes de la
bicicleta, porque tiene que resistir el esfuerzo del pedaleo, el peso del ciclista al montar o
levantarse sobre el sillín y los choques por caída lateral.
Si la carga que actúa sobre la parte media del eje del pedal suponemos que es la carga
de prueba, 150 kilos = 1470 newtons y su distancia a la manivela es de 0,06 m, el momento
de la fuerza aplicada vale
PAR DE FUERZAS
Es natural que si a un lado y a otro del punto o eje fijo actúan dos fuerzas paralelas de
igual intensidad y de sentido contrario, el efecto se sumará y será el doble del que haría una
fuerza sola. A dos fuerzas que reúnen estas condiciones se les llama par de fuerzas. La
palabra par, por lo tanto, aplicada a las fuerzas, tiene un significado especial, lo mismo que
cuando se aplica, por ejemplo, a los zapatos o a los guantes: un par de zapatos no son dos
zapatos cualesquiera, sino dos zapatos, del mismo número, modelo, color,... uno para el pie
derecho y otro para el pie izquierdo. De igual modo, un par de fuerzas son dos fuerzas,
paralelas, de igual intensidad y de sentido contrario.
Por lo tanto, también se podrá escribir que el momento de un par de fuerzas es igual a la
suma de los momentos de las dos fuerzas que lo forman.
Es decir, que es igual al momento de una sola de las fuerzas que forman el par por la
distancia que separa a las fuerzas.
MOMENTOS EQUIVALENTES
Queda, por último, el considerar el caso de que fuerzas distintas, actuando a distancias
distintas de un punto fijo, puedan dar lugar a un mismo momento. Estos momentos reciben
entonces el nombre de momentos equivalentes.
El momento de cualquier fuerza puede tener muchos, infinitos equivalentes, y en
muchas ocasiones el buscar un momento equivalente a otro dado es un recurso utilizado
para facilitar un cálculo o un estudio.
Hemos dicho que cuando se salta el borde de la acera, y también en otras ocasiones,
como se verá más adelante, sobre la horquilla delantera actúa una fuerza vertical y hacia
arriba, que se descompone en dos: una que tiene la dirección del eje de la horquilla y otra
perpendicular.
Pues bien, para los cálculos es muy interesante encontrar una fuerza cuyo momento sea
equivalente al de la fuerza que tiende a flexionar la horquilla, y que esté aplicada en la
parte inferior del tubo de dirección.
y que tiene como equivalente el de la fuerza ED, que tendrá de intensidad el valor que
sea necesario para que el producto de ella por la distancia e sea igual al momento de la
fuerza OB.
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Relación plato-piñón
El movimiento de giro de los pedales o del manillar hay que transmitirlo, y para ello es
necesario hacer solidaria la parte de la bicicleta que se mueve con la que se quiere mover.
La transmisión del movimiento, en la práctica, se consigue por variados procedimientos
de entre los cuales destacan: por unión directa, que es el caso del manillar unido
directamente a la horquilla de la rueda delantera; por contacto de superficies, lisas o
estriadas; o utilizando como intermedio una pieza, que puede ser una cadena, una varilla o
una correa.
Aunque se han construido algunos modelos de bicicletas que transmiten el movimiento
de los pedales a la rueda con una barra (sistema limpio y elegante, pero que exige un
acabado perfecto), en general la transmisión del movimiento a la rueda se hace por cadena,
sistema sencillo, resistente y de entretenimiento fácil.
En particular interesa ahora estudiar la transmisión del movimiento del plato a la rueda
trasera. La cadena se fija por una parte al plato y por otra al piñón de la rueda, por medio
de unos dientes que llevan, tanto uno como otro, en su borde. De esta forma los pedales, al
moverse, hacen girar el plato y éste arrastra la cadena que, a su vez, hace girar al piñón,
solidario de la rueda en el avance.
Al ser todas las piezas solidarias, el recorrido lineal de la cadena y de los bordes
dentados es el mismo y, por lo tanto, la longitud de arco recorrido es la misma en las dos
ruedas dentadas (plato y piñón) y como tienen distintos radios, el ángulo girado por uno y
otro varía. A mayor radio, menor ángulo, conservándose la igualdad de recorrido.
RELACIÓN PLATO-PIÑÓN
Si queremos saber en qué relación se hallan el plato y el piñón, ésta se puede conocer
dando una vuelta completa al plato, y contando las vueltas que da el piñón, obteniéndose
un número aproximado, por la dificultad que habrá de apreciar con exactitud las
fracciones de vuelta dadas por el piñón de la rueda. Aproximadamente, con los piñones
corrientes, la relación es de un cuarto; es decir, que por cada vuelta completa del platillo, el
piñón da cuatro vueltas (véase la figura).
Esta es la relación de transformación
Este valor es necesario conocerlo con exactitud cuando se construye una bicicleta o
cuando se usan juegos de piñones para cambios de marcha.
Si queremos relacionar el número de vueltas con el de dientes, como cuanto menor es el
radio, menos dientes tiene el borde del piñón o del plato y el recorrido debe ser el mismo, a
menor número de dientes, o sea, a menor radio, más vueltas dará:
Pueden calcularse estos valores para diferentes combinaciones de piñones y platos. Más
adelante volveremos sobre esta cuestión.
.
LA DINÁMICA EN LA BICICLETA
En Física hay un capítulo en el que se estudian las relaciones existentes entre las fuerzas,
las masas de los cuerpos sobre los que actúan y las aceleraciones que se producen. Dicho
capítulo recibe el nombre de Dinámica.
Estas relaciones vienen fijadas por las llamadas leyes de la Dinámica, y vamos a ver en
qué forma se cumplen en la bicicleta.
LEY DE LA INERCIA
La primera de esas leyes dice que todo cuerpo tiende a estar y conservar el reposo o el
movimiento rectilíneo y uniforme en que se encuentre, mientras no actúe sobre él una acción o
causa externa que se va a llamar fuerza.
Según esto, el ciclista en una recta de un llano, una vez en movimiento, debería
continuar en la misma forma sin necesidad de aplicar fuerza alguna. La experiencia
muestra que no es así, pero que hay una tendencia a que ocurra, ya que los tramos rectos y
llanos son los más descansados, y que un mismo esfuerzo se aprovecha tanto más cuanto
mejor es el pavimento, con lo que vemos que la bicicleta en movimiento tiende a cumplir
con el principio de inercia, y que lo cumple tanto más cuanto menor es el rozamiento.
Por consiguiente, para una misma fuerza será tanto mayor la aceleración que se alcance
cuanto menor sea la masa del conjunto bicicleta-ciclista, y para alcanzar una misma
aceleración se necesitará menos esfuerzo cuanto menor sea la masa, de ahí que los ciclistas
corredores sean hombres de poco peso y utilicen bicicletas ligeras.
LEY DE LA ACCIÓN Y REACCIÓN
Existe otra ley de la Dinámica que es la llamada de la acción y reacción: a toda fuerza
aplicada, acción, se le opone una igual y opuesta, reacción.
Por esta ley se mueve la bicicleta, ya que al fijarse las ruedas al suelo tienden a empujar
la Tierra hacia atrás, con lo que aparece una fuerza igual y contraria que hace avanzar la
bicicleta; si el suelo cediera, la bicicleta no avanzaría, como puede probarse colocando la
bicicleta sobre unos rodillos y pedaleando, con lo que los rodillos giran en sentido contrario
que las ruedas.
FRENADOS Y ACELERACIONES
Al frenar se produce una fuerza F , que obra en el punto de contacto con el suelo, en
1
sentido contrario de la marcha, y que queda en cierto modo contrarrestada por otra igual y
contraria y paralela F , aplicada en el centro de gravedad (punto en el que hemos
2
de donde
es decir, que la fuerza que tiende a volcar la bicicleta depende de la fuerza del frenado, y de
la relación a/l que es constante para cada bicicleta, por lo que se compensará la tendencia
a dar la vuelta de campana cuanto menor sea la altura de la bicicleta y mayor la distancia
entre los ejes.
Obsérvese cómo, además de las fuerzas que hemos estudiado en capítulos anteriores,
pueden actuar sobre el eje delantero otras fuerzas, como ésta del frenado, cuya acción
también repercutirá sobre la horquilla, y de ahí la necesidad de que ésta tenga una gran
resistencia.
Algo parecido a los frenados ocurre con las aceleraciones. Al aumentar la velocidad
aparece una fuerza F ’ que contrarresta la masa del conjunto con una fuerza F ’ formándose
1 2
que tiende a voltear la bicicleta, tal como se indica en la figura apoyándose en el punto
B de la rueda trasera, levantando la rueda delantera con un momento equivalente a F’*l, es
decir,
EL TRABAJO EN LA BICICLETA
Las fuerzas cuando se desplazan, actuando sobre los cuerpos, realizan un trabajo, trabajo W que
depende de la intensidad de la fuerza y del recorrido que haga
Hay que decir que si la dirección y sentido de la fuerza no coinciden con la dirección y
sentido del desplazamiento, el valor efectivo del trabajo no es el que resulta de aplicar esta
sencilla fórmula y hay que modificarla.
En el movimiento de los pedales se considera que en cada instante la fuerza, tangente a
la circunferencia del plato, coincide en dirección y sentido con el pequeño arco
correspondiente a la distancia entre dos dientes del plato.
En conjunto, en la bicicleta las fuerzas aplicadas a los pedales recorren un camino que
será la circunferencia descrita por el eje del pedal. En una vuelta el trabajo será
Hay que hacer dos salvedades: la primera es que, en realidad, son dos los pedales y por
lo tanto las fuerzas que actúan, si las suponemos iguales, constituyen un par, por lo que el
trabajo será doble y se podrá hablar del trabajo realizado por el par —en la práctica no se
presenta este caso, ya que nunca la pierna que sube puede realizar la misma fuerza que la
pierna que empuja al pedal hacia abajo,
REPRESENTACIÓN GRÁFICA
La variación de la intensidad de la fuerza aplicada podría, en principio, representarse
por una línea ondulada y el trabajo realizado sería el área rayada.
POTENCIA
Interesa también conocer el trabajo realizado en la bicicleta en la unidad de tiempo, es
decir, lo que se conoce con el nombre de potencia.
ENERGÍA
Este trabajo aplicado en los pedales se invierte (sin tener en cuenta ahora los
rozamientos) en mover el conjunto bicicleta-ciclista y comunicarle una energía .
[1]
Esta energía, que es energía cinética, es de dos clases: energía cinética de traslación y
energía cinética de rotación.
en la que m representa la masa de las partes que giran en la bicicleta, r el radio de giro y
w la velocidad angular. Expresión muy parecida a la anterior, en la que vemos que la masa
en la fórmula de la energía cinética de traslación es sustituida en la rotación por el
producto mr2 (que se llama momento de inercia) y la velocidad lineal v por la velocidad
angular w —es decir, que en las rotaciones son aplicables las mismas fórmulas que en las
traslaciones, sustituyendo las fuerzas por los momentos, las masas por los momentos de
inercia y los valores lineales por los angulares.
Se puede comprobar también, comparando la primera expresión de la energía cinética
de traslación
con la de rotación
De las partes que giran en la bicicleta, las más importantes son las ruedas.
Como lo que interesa en la bicicleta es que se desplace, convendrá que el trabajo se gaste
en su mayor parte en realizar el desplazamiento y que el gastado en aumentar la energía de
rotación sea mínimo, lo que se conseguirá reduciendo el radio de giro o reduciendo la
masa p/g de la parte que gira, es decir, de las ruedas.
El radio de la rueda no interesa reducirlo por lo que hay que aligerar la rueda, y como
una rueda ligera no será sólo la que pese menos, sino la que tenga más ligera su parte más
externa, la más alejada del eje de giro, aunque éste sea pesado, es decir, que la llanta y los
neumáticos deben ser ligeros.
Este razonamiento sirve también para las otras partes que giran, como son el plato y los
piñones. El primero deberá tener los pedales ligeros, y en los segundos se procurará que el
diámetro de los engranajes sea el más reducido, dentro de las exigencias mecánicas de la
bicicleta.
[1]
Recuérdese que se conoce como energía, la capacidad de producir un trabajo.
.
De acuerdo con la ley más arriba expuesta, sustituyendo R por l y Fr por T, queda:
de donde se puede calcular el valor de la tensión T que en este ejemplo vale 3026,4 newtons
—en la práctica el número que se obtiene es mucho menor, ya que en el ejemplo se ha
aplicado la fuerza máxima de ensayo.
Como la tensión es igual a
se puede escribir
en la que se muestra: que el plato, la cadena y el piñón no hacen más que transmitir la
fuerza aplicada en los pedales a la rueda, que la relación entre ellas es
y que la ventaja en la realización de trabajo vendrá dada por la relación entre la fuerza
que se vence y la que se aplica, y será igual a
la relación entre la biela y el radio de la rueda; es decir, que interesaría tener unas ruedas
pequeñas y unas bielas grandes. Ya hemos dicho antes los inconvenientes que limitan la
longitud de la biela. En cuanto a utilizar una rueda de radio pequeño, llevaría consigo la
incomodidad ; en el radio de la rueda manda la comodidad que supone el poder tocar
[1]
Y como el número de dientes de cada uno está en razón directa del radio
Así, con coronas de plato de 48 y 52 dientes y piñones de 16, 18 y 20 dientes, para subir,
la combinación
En resumen: para las subidas, plato pequeño (48 dientes) y pifión grande (20 dientes).
CAMBIO DE VELOCIDADES
No hay duda de que con la adaptación de la cadena a los distintos dentados de piñones
y platos, la velocidad de la rueda puede hacerse variar dentro de unos valores. Por eso a este
montaje de dentados se le llama cambio de velocidades.
DESARROLLO DE LA BICICLETA
La relación entre el número de dientes del plato y el número de dientes del piñón, es la
misma que existe entre el número de vueltas que puede dar la rueda y el número de vueltas
del plato, y este número nos da el número de vueltas que da la rueda por cada giro
completo del pedal. Es decir, que si la corona del plato tiene 48 dientes y el piñón de la
rueda 16, como la relación es de 3, este número indica las vueltas que dará la rueda por
cada vuelta de pedal.
Si este número de la relación se multiplica por la longitud de la rueda, obtendremos un
número que se conoce con el nombre de desarrollo y es el número de metros que avanza la
bicicleta por cada vuelta completa de pedal.
Se comprende que una bicicleta con una determinada clase de rueda podrá tener tantos
desarrollos como relaciones puedan establecerse entre el número de dientes de la corona
del plato y el número de dientes de los piñones usados.
Así, con los números antes apuntados se podrán tener las siguientes relaciones:
Cuando la bicicleta se mueva por un llano, en donde el trabajo de ascensión sea nulo,
será conveniente que la rueda avance lo más posible por cada vuelta de pedal. Hará falta,
pues, para correr, corona de plato grande con muchos dientes y piñón pequeño con pocos
dientes.
No hay duda de que de las combinaciones antes anotadas la 52/16 será la que dé más
velocidad, y la 48/20 la que dé menos.
Si se supone que se dan 80 vueltas de pedal por minuto y la rueda minuto y la rueda
tiene un diámetro de 0,7 metros, la velocidad que alcanzará con la primera combinación
será la siguiente:
Si se utiliza la combinación en las mismas condiciones, se obtiene un número que
corresponde a una velocidad de 7,0 m/s, o sea, de 25,320 km/hora. Pueden realizarse las
operaciones para comprobación.
FRENO-PALANCAS
Parece lógico que, conocido el sistema que pone en movimiento la bicicleta y el trabajo
que se realiza, se estudie ahora la forma de inmovilizarla o detenerla, para lo cual habrá
que realizar también un trabajo, es decir, que si para mover la máquina hace falta la
aplicación de unas fuerzas, para detenerla hará falta también aplicar otras.
Como los pies están, o deben estar, ocupados en los pedales, y los brazos sujetan el
manillar, la única forma de aplicar nuevas fuerzas a la bicicleta es utilizando las manos y de
manera que no tengan que soltar el manillar; por eso allí, en los puños, es donde debe
montarse el dispositivo para aplicar una fuerza que se transmita a la parte móvil, las ruedas.
Dos ruedas exigen dos frenos accionados por las dos manos, lógicamente uno para cada
una.
El artificio utilizado, el freno, no es más que una pieza rígida que puede girar alrededor
de un punto fijo o punto de apoyo, es decir, una palanca; la fuerza aplicada en un extremo
se transmite al otro, y de éste, a través de un cable o de una combinación de varillas y otras
palancas, llega a la rueda.
En la maneta, primera palanca del dispositivo, palanca de segundo género, la ley de
equilibrio será
y la ventaja vendrá dada por la relación entre la distancia de donde se sujeta el cable al
punto de apoyo, y la distancia desde donde se aplica la fuerza al citado punto fijo o de
apoyo.
Por último, el final del cable o de la varilla, actúa sobre un dispositivo que acerca a la
llanta los patines, que al fijarse sobre ella impiden o dificultan el movimiento de la rueda —
hay bicicletas que tienen para frenar un sistema distinto que actúa sobre el eje de la rueda:
son los frenos de tambor.
En el tipo de freno central, las piezas que llevan en sus extremos los patines se cierran
sobre la llanta por medio de un movimiento de tenaza y la fuerza que actúa sobre la llanta
dependerá de las medidas del freno. En este caso la palanca es de primer género de brazos
desiguales.
Si llamamos Fe a la fuerza aplicada en el extremo del cable, Fp a la que actúa en los
patines y dc’ y dp a los brazos de las piezas móviles resultará
De la primera
y sustituyendo en la segunda y despejando Fp queda
lo que nos dice que la fuerza que actúa sobre la llanta depende de la fuerza aplicada y
de la relación de las longitudes de los brazos.
Háganse, como práctica, ejercicios sobre esto.
[1]
El estudio de la teoría de la rueda muestra, por otras razones, que su radio no debe ser pequeño.
.
EL RENDIMIENTO DE LA BICICLETA
Cuando se habla de máquinas hay que hablar también de rendimiento. En una máquina
no todo el trabajo que se aplica, o trabajo motor, se aprovecha; parte de él se pierde, es
decir que el
Trabajo motor = trabajo aprovechado + trabajo perdido
y como el rendimiento es la relación que existe entre el trabajo aprovechado o útil y el
trabajo aplicado, resulta
es decir, que el rendimiento será mejor cuanto menor sea la parte que se resta a la
unidad, y por consiguiente será tanto mayor cuanto menor sea el trabajo perdido.
Veamos, pues, cuáles son los principales componentes de este trabajo perdido, y qué es
lo que se puede hacer para reducirlos.
y, por lo tanto, que debe procurarse que las masas que giran con grandes radios sean lo
más pequeñas posibles según las exigencias de la máquina.
Se define el coeficiente de rozamiento, por lo tanto, como la relación que existe entre la
fuerza que hay que hacer para que se deslicen y la fuerza que acerca las superficies.
PATINAJE
En cuanto cambian las características de las superficies que por su contacto originan el
rozamiento, los coeficientes de rozamiento varían.
Así pues, si se mojan las llantas o el pavimento, el rozamiento disminuye y
las superficies patinarán. La bicicleta se agarra peor al suelo y los frenados son menos
eficaces.
Por otra parte, la presencia de gravilla, arena o polvo fino en el suelo, transforma el
deslizamiento de las superficies en rodadura de los pequeños granos de tierra, por lo que,
al ser el coeficiente de rozamiento de rodadura menor que el coeficiente de rozamiento de
deslizamiento, se producirá también el patinazo.
De ahí que como en la bicicleta no se va a estar cambiando de neumáticos cada vez que
cambia la estructura del pavimento, los neumáticos se hacen «polivalentes», gracias a unos
dibujos en relieve, cuya forma y tamaño está determinado por los estudios hechos de las
condiciones en que se produce el patinaje de la máquina.
A ese mismo valor puede llegarse considerando el trabajo que se realizará al llegar al
suelo la bicicleta o energía cinética que lleva .
[2]
Este trabajo es igual al de amortiguamiento, y será igual a la fuerza debida al choque por
el espacio recorrido al deformarse elásticamente los cuerpos en contacto, que en este caso
será el conjunto horquilla-rueda delantera.
de donde
en la que H es el peso que corresponde a la rueda delantera (por ejemplo, 40-50 kilos =
490 newtons) h la altura de la acera, (por ejemplo, 20 centímetros), y s el recorrido de
amortiguamiento compuesto por: la deformación elástica que experimenta el neumático
(calculable en unos 0,2 milímetros por kilo de peso), la deformación elástica de la horquilla
(que suele ser de unos 5 milímetros), y la contracción elástica de los brazos (que puede
calcularse en unos 25 milímetros); en total se le puede dar a 5 el valor de 40 milímetros.
En resumen:
Supongamos que la horquilla forma un ángulo de 20 grados con la vertical; entonces los
valores serán
La fuerza F2, si actúa a la distancia de 0,55 metros del punto fijo de la horquilla, crea un
momento igual a
en la que k es una constante aerodinámica que depende de la forma del cuerpo que se
mueve, s es la superficie eficaz y v es la velocidad del conjunto.
Si el aire se mueve con relación al ciclista, se produce una variación de velocidad
relativa, y por lo tanto la resistencia aumentará si el viento sopla en contra o disminuirá si
sopla de espaldas.
Por otra parte, la influencia de la superficie se comprueba inclinándose sobre el
manillar; los corredores cuando quieren alcanzar la velocidad máxima se inclinan, entre
otras razones, para ofrecer una superficie menor al aire. Lo mismo ocurre si se colocan
detrás de otro móvil, como, por ejemplo, en las carreras tras moto.
[1]
También se define un coeficiente de rozamiento de rodadura que depende de la naturaleza de las superficies, y
que es menor que el coeficiente de rozamiento y de deslizamiento.
[2]
La velocidad de caída de la bicicleta, de acuerdo con las leyes de caída de los cuerpos, será
Hay que decir que no siempre el rozamiento es sinónimo de pérdida de trabajo y, por lo
tanto, debe evitarse. En algunas ocasiones ocurre lo contrario, y es útil favorecer y
aprovechar el rozamiento que se produce entre dos superficies que se ponen en contacto.
EN EL MOVIMIENTO
La primera, base de la aplicación de la bicicleta, es la de la movilidad. Si una bicicleta se
mueve es debido a que las ruedas, en su contacto con el suelo, rozan, frotan, y al fijarse en el
suelo hacen avanzar al conjunto. Una bicicleta sobre el hielo no avanzaría.
En este caso es conveniente favorecer el rozamiento y, por lo tanto, exaltar los valores
que anteriormente hemos dicho que era conveniente minimizar. Así, se procura que la
superficie de los neumáticos sea lo más irregular posible, con lo que el coeficiente de
rozamiento (K) será mayor, aumentará el esfuerzo de tracción y se evitarán los patinajes —
es interesante hacer notar que de esta forma se perjudica el rodamiento, ya que la
resistencia a la rodadura es mayor.
Sin embargo, esta ventaja no se aumenta llevando los neumáticos un poco deshinchados,
ya que la resistencia al deslizamiento y el valor del coeficiente es independiente de la
superficie puesta en contacto.
EN LOS FRENOS
Otra ocasión en la que se aprovecha el rozamiento para realizar una tarea útil es en los
frenos, con los que se aplica una fuerza a la llanta de la rueda para detenerla.
Teniendo en cuenta lo que se ha dicho en su lugar sobre la proporcionalidad entre la
fuerza aplicada y la fuerza de rozamiento (pág. 64), el efecto de un frenado será mayor
cuanto mayor sea la fuerza con que se apriete el patín sobre la llanta, y no serán los patines
más eficaces porque tengan más superficie.
Por otra parte, el efecto de esta fuerza será mayor cuanto más lejos del eje se aplique, por
lo que serán preferibles los frenos corrientes de tenaza sobre la llanta que los frenos de
tambor.
Un mismo patín actuando con la misma fuerza no frenará igual sobre una llanta de
madera que sobre una metálica, por ser el coeficiente de rozamiento distinto.
EN LA DINAMO
[1]
Una caloría grande o kilocaloría eleva la temperatura de un kilogramo de agua un grado centígrado.
.
La energía que se manifiesta como calor en los lugares en que hay que vencer
rozamientos no queda estacionado en el lugar del roce, sino que como consecuencia de la
elevación de temperatura se propaga y pasa al aire o al material que le rodea y que, por
ejemplo, en el caso del freno, es a la totalidad del patín y de la llanta.
PROPAGACIÓN
El paso de esta energía de un punto a otro puede hacerse de tres maneras: por conducción, por
convención y por radiación. De estas tres, la primera es la que tiene más importancia en
nuestro caso.
La conducción en un cuerpo viene medida por un coeficiente de conductividad que para
los tres materiales que suelen usarse en la fabricación de las llantas: madera, hierro (acero)
y aluminio, está en la relación de 1, 40 y 160 (valores numéricos de los coeficientes: madera
0,003, acero 0,12 y aluminio 0,49); es decir, que como la conducción de esta energía es
mayor en los metales que en la madera, distribuirá mejor esta energía una llanta metálica
que de otro material, y dentro de las metálicas, la llanta de aluminio repartirá mejor esta
energía que la de acero.
ELEVACIÓN DE LA TEMPERATURA
Uno de los efectos del aumento de la energía interna es el de producir aumento de
temperatura y como consecuencia parte de la energía interna pasa al entorno constituyendo
el calor. Un mismo aumento de la energía interna hará variar de distinta manera la energía
de los cuerpos receptores y podrá producir distintas elevaciones de temperatura porque
esta elevación depende, además, de la masa del cuerpo y de una constante que es el calor
especifico
LA ELASTICIDAD EN LA BICICLETA
EL SILLÍN
Ordinariamente en los sillines pueden utilizarse, a la vez o separadamente, hasta tres
tipos de muelles. Unos llamados muelles verticales que situados en la parte posterior
trabajan a la compresión, muelles que suelen ser dos; otros que suelen montarse de delante
hacia atrás y que trabajan a la torsión, y unos terceros, en número variable y más pequeños,
que están extendidos a lo largo de la superficie interior del sillín y que trabajan a la
tracción.
En todos ellos se puede comprobar que la deformación de los muelles depende del peso
del ciclista, y que existe proporcionalidad entre la deformación que sufren, D, y la fuerza
deformadora, f; es decir, que
Contacto de las ruedas.—Propiedad de los gases.—Movilidad de las moléculas.—Bomba de aire.—Presión del aire en la
cámara.— Variación de la presión.—Expansibilidad. Válvulas.—Compresibilidad. Elasticidad. —Presión y volumen. Ley de
Boyle y Mariotte.
La fuerza que en el freno se transmite por el cable o varillas, actúa sobre los patines que
tocan en más de un punto a la llanta, es decir, que la fuerza actúa repartida sobre una
superficie a esta acción es a lo que se le llama presión:
y de esta expresión se deduce que, a medida que la superficie se hace mayor, para una
misma fuerza, la presión es menor.
La unidad utilizada para su medida suele ser, en las tablas utilizadas para el llenado de
los neumáticos, el kilo por centímetro cuadrado , que es igual a 98000 N/m2 o lo que es lo
[1]
BOMBA DE AIRE
La movilidad de las moléculas permite trasladar el aire con facilidad de un lado a otro,
lo que se aprovecha para introducirlo en las cámaras por medio de la bomba de aire.
Un volumen dado de aire (el que cabe en el cuerpo de bomba) se pasa al otro lado del
émbolo a través de una válvula, y en el segundo movimiento se comprime el aire
obligándole a pasar a través de una segunda válvula, al interior de la cámara de la rueda.
Si se impide la salida del aire, éste se comprime y la bomba se calienta: el trabajo gastado
en comprimir ha aumentado la energía interna del aire y como consecuencia ha
aumentado su temperatura lo que da lugar a que salga parte de la energía al exterior
produciendo la sensación de calor. Este ejemplo se puede unir a los presentados en la
página 77.
Parte del calor obtenido procede del trabajo invertido en vencer el rozamiento del
émbolo con las paredes interiores de la bomba.
de donde puede obtenerse el valor de la presión, suponiendo que la cámara estaba vacía
al empezar y que se conoce la capacidad
Esta presión actúa por igual en todas direcciones, calculándose que la fuerza total f = p x
s, que se aplica a la llanta de una rueda corriente, es de unos 2450 newtons.
VARIACIÓN DE LA PRESIÓN
La presión de un gas, en relación a sus moléculas, depende del número de éstas, de su
masa y de su velocidad —relacionada esta última con la temperatura.
Por lo tanto, cuando se quiere hacer variar el valor de la presión, se hace variando la
magnitud que es más fácil manejar, que es la del número de las moléculas. Si se quiere más
presión, se darán más emboladas, con lo que se introducirán en la cámara un número
mayor de moléculas.
La influencia de la temperatura sobre la presión se pone de manifiesto cuando,
habiendo estado la bicicleta a la sombra, se coloca al sol; cuando se calientan los neumáticos se
hinchan más y ofrecen más resistencia a la deformación.
EXPANSIBILIDAD. VÁLVULAS
Hemos dicho que las moléculas de los gases tienden siempre a ocupar un espacio mayor;
por lo tanto, el aire introducido en las cámaras tenderá a salir. Para impedirlo se colocan
unas válvulas que cierran de dentro hacia fuera.
COMPRESIBILIDAD. ELASTICIDAD
La compresibilidad y la elasticidad han hecho más cómoda la bicicleta. El neumático se
deforma hasta que el producto de la presión interior p por la superficie de contacto con el
suelo s (una elipse) sea igual a la carga C y la equilibre:
por eso cuanto mayor es el peso del ciclista, mayor es la deformación del neumático.
PRESIÓN Y VOLUMEN. LEY DE BOYLE Y MARIOTTE
Queda por último, en este capítulo, hablar un poco sobre la relación presión-volumen
de los gases, consecuencia de las propiedades de éstos, y que se pueden descubrir
experimentando con la bomba de aire.
Si tapamos con un dedo de una mano la salida del aire de la bomba, y con la otra
empujamos el émbolo en su avance, despacio, para que no haya aumento sensible de
temperatura , observaremos que cuanto más avanza el émbolo en su recorrido, más fuerza
[2]
hay que hacer, es decir, que al reducirse el volumen hay que aumentar más la presión para
que siga avanzando. Es más: si se deja de hacer fuerza, el émbolo es lanzado hacia su
posición inicial con tanta más fuerza cuanto menor es el volumen a que se redujo el aire del
interior.
Suponiendo, pues, que no hay fugas de aire, podremos comprobar que es imposible
hacer llegar el émbolo hasta el final del recorrido, operación que se puede decir que no
cuesta nada cuando se deja libre la salida del aire.
Este resultado no es extraño ya que las medidas de las presiones desarrolladas han
mostrado que las reducciones de volúmenes están en razón inversa de las presiones
ejercidas y por lo tanto, reducir el volumen a la mitad supone cada vez hacer una fuerza
doble de la anterior. Así se llega a un momento en que las pequeñas moléculas encerradas
en la cámara de la bomba pueden más que nosotros y se niegan a acercarse más.
El estudio detenido de este fenómeno llevó a los señores Boyle y Mariotte a deducir una
ley experimental que fija la relación entre los volúmenes y presiones que puede tener una
misma masa gaseosa, si la temperatura no varía.
Si el gas ocupa un volumen v, a una presión px y el mismo pasa a ocupar un volumen v2,
la presión p2 tendrá que ser tal que
a temperatura constante.
Si se lleva esta expresión al caso de la bomba de aire, la reducción del volumen de la
cámara a una décima parte supone ejercer una presión diez veces mayor que al principio
del recorrido, lo que, dada la superficie del émbolo, supondrá aplicar una fuerza de unas
decenas de newtons.
[1]
Existen otras unidades como son la baria (dina por centímetro cuadrado), el bar (un millón de barias) y derivados,
la atmósfera, el kilo por milímetro cuadrado, y otras.
El aparato utilizado para medir la presión se llama manómetro, uno de cuyos tipos, el manómetro metálico, basa su
funcionamiento en la deformación que se produce en un tubo o cámara metálica elástica cuando el gas actúa en su interior.
La deformación que se produce (y que es proporcional a la fuerza y a la presión) se transmite a una aguja que indica su
valor.
[2]
Esta precaución hay que tomarla, y tenerla presente, porque como hemos visto en la página anterior, la
temperatura influye también en el volumen de los gases y es conveniente, cuando se quiere estudiar la influencia de una
variable en un fenómeno, hacer que las otras no perturben la operación procurando que no varíen.
.
Queda por tratar lo relativo a los dispositivos ideados para hacer notar la presencia de la
bicicleta, de día, por medios acústicos, y de noche, por medios ópticos.
MEDIOS ACÚSTICOS
Los medios acústicos utilizados fueron en su día las bocinas, sustituidas hoy por los
timbres, sencillo montaje de una palanca con un brazo dentado, y dos tornos, el último de
los cuales, al girar, separa, por la fuerza centrífuga, unas piezas que golpean la tapa del
timbre. Estos se colocan en el manillar, cerca de la empuñadura y se manejan con el dedo
pulgar de la mano que sujeta el puño. Resulta interesante desmontar uno y estudiar el
mecanismo de su funcionamiento, como máquina compuesta, descubriendo sus secretos.
MEDIOS ÓPTICOS
Los medios ópticos son el faro y el captafaros.
La luz se propaga en línea recta y cuando se encuentra un obstáculo en su propagación, lo
penetra, lo bordea o es rechazado por él.
La luz producida en la bombilla del faro, ya veremos cómo, sale en todas las direcciones,
pero como interesa que alumbre en el sentido de la marcha, se coloca en la parte posterior
un espejo, de forma tal que toda la luz que llegue a su superficie sea enviada hacia
adelante, formando un haz ligeramente abierto.
REFLEXIÓN DE LA LUZ
Al reflejarse la luz cumple con las dos leyes de la reflexión: el ángulo formado por el rayo
de llegada y la perpendicular al plano de contacto (ángulo de incidencia) es igual al
formado por el rayo que sale y la citada perpendicular (ángulo de reflexión), y los rayos
incidente y reflejado y la perpendicular están en el mismo plano.
¿Cómo debe ser el espejo? Si un espejo fuera plano, los rayos de luz divergerían.
Si fuera convexo, también la luz reflejada divergería, por lo que sólo puede ser cóncavo.
Estudiados los distintos tipos de espejos cóncavos, se ha comprobado que el mejor es el
espejo parabólico colocando la bombilla en el foco.
Esta luz constituye lo que podríamos llamar luz propia de la bicicleta. Sin embargo,
existe otra clase de luz, que puede servir para indicar la presencia de la bicicleta y es la luz
reflejada que procede del vehículo que se acerca. Para ello se utiliza una pieza accesoria
llamada captafaros.
En el captafaros se utiliza no sólo la luz reflejada, sino que también se aprovecha la luz
refractada, es decir, la que ha experimentado una desviación penetrando en la materia, que es
el fenómeno de la refracción.
REFRACCIÓN DE LA LUZ
La refracción se produce de acuerdo con dos leyes: la que establece que el rayo de luz
que llega y el que penetra están en el mismo plano que la perpendicular a la superficie de
contacto, y la que establece que hay una relación constante (índice de refracción) entre los
senos de los ángulos formados por el rayo que llega y la perpendicular y el rayo que penetra
y la citada perpendicular.
Este fenómeno de la refracción, que hace que varíen las direcciones de los rayos que
llegan al continuar por el interior del cuerpo en que han tocado, es el que hace que nos
aparezcan más altos los fondos de las piscinas, y que cuando se introduce una cucharilla en
un vaso de agua, según cómo se mire, parezca que la cucharilla está doblada por el punto
que corresponde al nivel del agua.
Lo que le ocurre a un rayo de luz es independiente del sentido que siga en su recorrido, y por lo
tanto, si al pasar del aire al vidrio el rayo se acerca a la perpendicular, al pasar del vidrio al
aire, se aparta.
ÁNGULO LÍMITE
A medida que el ángulo i aumenta, también aumenta el ángulo r, hasta que llega un
momento en que el ángulo de salida vale 90° y entonces la luz saldrá rasante a la superficie.
EL CAPTAFAROS
Teniendo en cuenta lo dicho, si se coloca detrás de un objeto transparente una
superficie formada por un espejo plano, y su frente se ha formado por muchas caras planas
—como si fuera un poliedro—, con una inclinación tal que la mayoría de la luz reflejada en
el espejo plano las encuentre con una inclinación mayor que la correspondiente al ángulo
límite, la luz no podrá salir y quedará en el interior, iluminando las caras en que toca hasta
que encuentre a una con un ángulo menor que el ángulo límite y salga al exterior.
LA ELECTRICIDAD EN LA BICICLETA
PRODUCCIÓN DE LA CORRIENTE
Para que se produzca corriente hay que hacer girar la pieza móvil, y entonces se puede
observar que la corriente generada produce en la bombilla del faro una luz tanto más
intensa cuanto mayor es la velocidad que se imprime a la rueda.
Tenemos, por consiguiente:
1°—Que es necesario hacer un trabajo para que gire la pieza móvil, y que este trabajo es
el que se transforma en energía eléctrica.
2°—Que la fuerza que hace mover las cargas eléctricas y, por lo tanto, produce la
corriente, depende, en principio, de la velocidad de paso del imán por delante de los
extremos de la pieza que tiene los arrollamientos.
La fórmula completa que fija esta relación muestra que la fuerza electromotriz, que es
como se llama esta fuerza que hace mover a las cargas eléctricas, es igual
por lo que vemos que depende de la velocidad de la variación de la «fuerza» del imán
(en realidad, a Ø se le llama variación del flujo magnético), y del número n de
arrollamientos que forman la bobina.
CIRCULACIÓN DE LA CORRIENTE
La electricidad producida sólo circulará si se establece un camino, un circuito por el
que puedan desplazarse las cargas eléctricas, es decir, si hay un circuito cerrado.
Si nos fijamos en el faro de la bicicleta veremos que sólo está conectado a él un hilo o
cable, que podemos tomar como el de llegada de la corriente y parece que debería
encontrarse también el de vuelta, porque así estamos acostumbrados a verlo en las
instalaciones eléctricas. ¿Dónde está el cable de vuelta?
No hay que buscarlo inútilmente; el camino de regreso de la corriente lo constituye la
misma armadura metálica de la bicicleta; es lo que llaman los montadores eléctricos la
«masa». Las cargas eléctricas, después de circular por la bombilla, pasan a la parte exterior
del faro y de allí, por el manillar y la horquilla, pasan a la «dinamo», con lo que se cierra el
circuito.
MAGNETISMO INDUCIDO
MAGNETO, NO DINAMO
Establecido que el origen de la corriente está en el magnetismo permanente del imán y
en su variación, el generador de corriente debería llamarse magneto, porque el nombre de
dinamo se suele emplear cuando el magnetismo lo produce una corriente eléctrica.
Sin embargo, se ha extendido tanto el nombre de «dinamo» aplicado al aparato
utilizado en las bicicletas, que será difícil rectificar el error.
BIBLIOGRAFÍA RECIENTE
La bicicleta está siendo utilizada en los centros docentes extranjeros como recurso
didáctico, y se está investigando su utilidad en la enseñanza. Como muestra de ello reseño a
continuación los artículos más interesantes aparecidos en las revistas científicas de los
últimos años.
METZ, J. R.. «Pedaling Mathematics.» The Mathematics Teacher 68, 6 (1975), 495-498.
Es una muestra de la posibilidad de utilizar la bicicleta para que los estudiantes aprendan a medir, utilizando reglas y
transportadores.
Medidas de longitudes y ángulos de ciertas partes de la bicicleta y resolución de problemas basados en estas medidas,
en un trabajo que puede hacer el alumno tanto en su casa como en los ratos libres, utilizando bicicletas de diferentes
modelos, incluidas las de carreras. Un grupo de actividades tiene como base el cuadro, otro las ruedas y neumáticos y un
tercero el plato, piñones y cadena; longitudes y ángulos del cuadro, desarrollo de la rueda, diámetros de la llanta y de los
neumáticos, dientes del plato y de los piñones, diámetros respectivos, etc., y la búsqueda de posibles relaciones entre los
datos recogidos son trabajos útiles para el escolar.
DILAVORE, P.. «The bicycle. A module on force, work and energy.» 1976. Proyecto Tech Physics de la
National Science Foundation, USA.
Se intenta dar a los estudiantes comprensión de algunos conceptos básicos de Física utilizando la bicicleta como
soporte experimental que proporciona resultados convincentes y suficientes para el aprendizaje, sin necesidad de la
rigurosidad de alta precisión.
El trabajo es eminentemente personal. El módulo exige que el estudiante posea algunas destrezas en Matemática
básica y entienda algunos coneptos físicos fundamentales. Entre los primeros están la confección e interpretación de
gráficas, elementos de trigonometría y razones trigonométricas, y entre los segundos, los conceptos de velocidad,
diferencia entre peso y masa, energía cinética y potencial gravitatoria, trabajo y potencia.
En el contenido del módulo se mide el trabajo aplicado y obtenido, se calibra un velocímetro, la ventaja mecánica, la
energía cinética de rotación, la energía perdida por rozamiento, la resistencia del aire y otros detalles.
GREENSLADE, T. B.. «Exponential bicycle gearing.» The Physics Teacher 17 (1979), 455-456.
Muestra que un esquema lógico para las combinaciones de dentados del plato y piñones proporciona una serie de
relaciones que aumentan de forma exponencial, con unos valores que vienen a ser los utilizados en la práctica. El
número de dientes de los platos que se consideran son: 32, 42 y 52, y el de los piñones: 14, 18, 22, 28 y 34.
DILAVORE , P.. «Why is it easier to ride a bicycle than to run the same distance?» The Physics
Teacher 19 (1981), 194.
Detalla las razones por las que en el desplazamiento en bicicleta se realiza menos trabajo que yendo a pie, ya que
cuando se anda el centro de masa sube y baja cada vez que se da un paso.
HAWLEY, J. W.. «The bicycle. A useful resource.» The School Science Review 63, 223 (1981), 340-
341.
La bicicleta es un recurso que realmente se puede tener siempre a mano y que puede utilizarse para temas como:
materiales de que está formada, resistencia de la estructura, movimiento, velocidad, fuerzas, rozamiento, dentado,
palancas, transmisiones, aire, electricidad, luz, sonido.
MISITI, F. L. «Gear up with bike mechanics.» The Science Teacher 50, 6 (1983), 34-37.
Se aprovecha el interés de los estudiantes por los mecanismos de las bicicletas para hacer que adquieran agilidad en
operar y resolver problemas con quebrados y decimales, estudiando las transmisiones y posibles combinaciones de
engranajes, experimentando sobre la bicicleta, colocada en posición invertida, las diferentes posiciones de la cadena y la
ventaja de cada una de ellas.
La bicicleta puede considerarse como un verdadero laboratorio rodante de Física.
ENGEL, L., y GIRARD, B. «Motorcycle Physics.» The Science Teacher 50, 1 (1983) 40-46.
Para mostrar la relación que existe entre los hechos y los conceptos que se estudian en Ciencias y el mundo en que
vivimos, algo que necesitan los estudiantes para sentirse interesados, se indican unas actividades que tienen como base la
motocicleta.
Para ello los alumnos, días antes de las pruebas, agrupados en equipos reciben una breve descripción de la tarea a
realizar, ya que deben decidir qué datos necesitarán recoger (masa, distancia y tiempo), qué material hará falta y en qué
forma se llevará a la práctica, con el fm de conocer la masa del conjunto máquina-conductor, velocidad en el frenado,
energía cinética después del frenado, fuerza necesaria para la detención y trabajo que se habrá realizado para ello, así
como potencia desarrollada.
Además deberán responder a unas cuestiones relacionadas con tres dispositivos que en la máquina ofrezcan ventaja
mecánica, describir las palancas de las tres clases que encuentren en ella y los números de los capítulos del texto
estudiado en los que pueden aplicarse las actividades desarrolladas.
Otro día, antes de la prueba, se dedica brevemente a aclarar dudas y resolver las dificultades materiales que hayan
podido encontrar en: formación de los equipos, elección del lugar para realizar la prueba, señalización en el mismo de
los puntos en que se tomaron los datos (área de aproximación, zona de velocidad constante, punto de frenado, zona de
detención), procedimiento para determinar la masa de la moto, designación de los conometradores, instrucciones para
el conductor, etc.
Las pruebas se repiten tres veces por cada equipo.
Para muchos de los estudiantes esta actividad ha sido la primera ilustración real de la interrelación entre los
conceptos de fuerza, trabajo y potencia.
Redactados los informes por equipos, se comparan los resultados y se discuten en una sesión de puesta en común
comentándose las incidencias, decisiones tomadas y razones que se tuvieron en cuenta, planteándose nuevas cuestiones
sobre si se considera el rozamiento, sobre la posibilidad de que la fuerza de frenado no sea siempre la misma, etc.
G ROSS, A. C., K YLE , Ch. T., y M ALEWICKI, D. J. «Aerodinámica de los vehículos terrestres de
propulsión humana.» Investigación y Ciencia 89 (1984), 82-91.
La resistencia al avance que encuentra el ciclista en su desplazamiento se debe en un setenta por ciento a su cuerpo y
en un treinta por ciento a la bicicleta. Esta resistencia consta de dos términos: la resistencia de presión o de forma y la
resistencia de fricción o de rozamiento, debida a la viscosidad del aire. Hay que tener en cuenta por otra parte que se
puede conseguir facilidad en el avance aprovechando el empuje de cola que aparece cuando el ciclista se mueve en la
estela y cerca de otro móvil, con lo que se puede reducir la potencia necesaria en un treinta por ciento.
Teniendo en cuenta esto, los trabajos que se hacen tienden a mejorar la aerodinámica del ciclista por lo que se
construyen fuselajes que se superponen a la máquina.
Sin embargo, dado que la resistencia al avance empieza a tener importancia a velocidades superiores a 15 kilómetros
por hora, y dado que la mayor parte de los ciclistas no utilizan la máquina para competir, parece que tiene más sentido
el trabajar por disminuir la resistencia de rodadura, mejorando las cubiertas de los neumáticos y los pavimentos.
***
Aunque no tan relacionados con el objetivo que se fija en este escrito, merecen citarse:
JONES, D. E. H. «The stability of the bicycle.» Physic Today 23 (1970), 34-40.
DATTA, S. «Demonstrations of angular momentum.» American Journal of Physics 46 (1978), 1190-
1192.
KIRSHNER, D. «Some nonexplanations of bicycle stability.» American Journal of Physics 48 (1980),
36-38.
LOWELL, J., y M C KELL , H. D. «The stability of bicycle.» American Journal of Physics 50 (1982),
1106-1112.
***