J.

GUSTAV KLEMM Y SU OBRA "LA MINERÍA EN VENEZUELA", 1859

Franco URBANI1, Max FURRER2, José Antonio RODRÍGUEZ3,

Herbert PÄTZ4† & J. HOFMANN4

1 UCV, Dept. de Geología, Caracas.

2 LAGOVÉN S.A., Laboratorio de Geología, Caracas.
3 FUNVISIS, Caracas.
4 Bergakademie Freiberg, Alemania.

RESUMEN

Johannes Gustav Klemm nació el 8 de setiembre de 1832 en Dresden, Alemania. Cursó estudios
superiores (1850-1854) en la Academia de Minas de Freiberg con los mejores profesores del
momento en el campo de la minería y metalurgia.
Después de culminar sus estudios trabaja en Venezuela (1855-1858), contratado por una casa de
negocios alemana radicada en Venezuela con oficina matriz en Hamburgo. Luego pasa a la Guayana
Francesa y en 1866-1867 aparece actuando como ingeniero de minas en Madrid y en la Sierra de
Almagreña. Nada más se sabe de su trayectoria posterior.
En 1859 publica el trabajo titulado Der bergbau in Venezuela, que tiene la particularidad de ser el
primer trabajo de relevancia publicado sobre minería en Venezuela, de mediados del siglo XIX. Allí
pasa revista a las actividades mineras de Venezuela desde el período colonial hasta ese momento.
Sus trabajos mineros en Venezuela estuvieron restringidos en intentos de explotación de oro y
cobre en la región central, a saber: exploración y explotación de minerales de cobre en la zona de Los
Teques - Carrizal (minas de San Corniel, La Mata y Gavilán); exploración para oro en Carrizal y
Baruta; exploración para carbón en Cabo Blanco. Toda la actividad minera culmina en 1858 cuando
por motivos de la crisis bancaria Alemania y la situación política en Venezuela, causan la quiebra de
la empresa. En la zona de Los Teques - Carrizal llega a exportar concentrados de minerales de cobre.
En cuanto a oro lo encuentra en diversas localidades, pero en concentraciones muy bajas para una
explotación comercial.
En resumen, la obra de Klemm es la más completa sobre la minería de Venezuela de mediados del
siglo XIX, divulgando prácticamente la existencia de todas las actividades mineras en el país a la
fecha, a excepción de la Guayana Venezolana. Realmente Klemm no llegó a imaginar la enorme
riqueza minera de esta región de país y quizás habiendo visto la pobreza en cuanto a oro de la región
central, supuso que Guayana tampoco tendría mayor potencial.

DEDICATORIA

Dedicamos este trabajo a la memoria del Dr. Herbert Pätz fallecido repentinamente en julio de
1993. Como coautor ya había leido una versión previa y siempre estuvo muy interesado en su
publicación. Asi mismo como Miembro Correspondiente de la Sociedad Venezolana de Historia de
las Geociencias, en los últimos años estuvo en búsqueda de información sobre Venezuela en los
archivos de la Academia de Minas de Freiberg.

ASPECTOS BIOGRÁFICOS estudiante de minería y metalurgia, pero el 1 de marzo

Johannes Gustav Klemm nació el 8 de setiembre de
1832 en Dresden, Alemania. Su padre fue el Dr. Gustav
Klemm, director del aún existente Museo Real de
Porcelana y Vasijas en Zwinger, Dresden.
Por cuatro años cursó estudios en la afamada
Academia de Minas de Freiberg desde comienzos de
1850 hasta el 8 de julio de 1854. Primeramente fue
de 1852 escribe una carta al Rector de la Academia para
solicitar cambiar el campo de sus estudios a Ciencias
Naturales ya que en el futuro le gustaría emplearse en
estas áreas. Al aprobarse esta solicitud entra en la
categoría de estudiante externo ("Extranner"), lo cual le
permite poder elegir los temas y profesores de su
preferencia. En general Klemm fue un buen estudiante,
lo que se evidencia en algunas de las notas por él
obtenidas que se conocen, basadas sobre 100 puntos, - 1855, julio: Trabajos preparatorios en la propiedad
100-81 = muy bien, 80-61 = bien, 60-41 = suficiente, de San Corniel al SE de Los Teques. Comienza la
40-21 = tolerable: construcción del camino hasta Carrizal, e inicia la
construcción de una galería y un pozo.
Año lectivo 1850-51: - Por ocho semanas permanece enfermo, señalando
Asignatura profesor talento avance una enfermedad "climática" que ataca a todos los recién
asiduidad progreso llegados.
Dibujo Heuchler 61 55 - 1855, octubre: Pasa a la propiedad de La Mata al
Física I 57 66 Este de Los Teques, iniciando a fines del mes la
Matemáticas puras 63 69 construcción de una galería.
Matemáticas superiores 62 63 - 1856, principios de febrero: La galería de La Mata
Mineralogía 78 70 ha avanzado 80 pies y se inicia la construcción del pozo.
Química teórica 62 72 - 1856, fines de julio: A causa de una grave
Francés 36 36 inundación se abandonan las obras de La Mata.
Año lectivo 1852-53 - 1856, julio: Se inician los trabajos preparatorios en
Química práctica la propiedad de El Gavilán (a dos horas al Este de La
Theodor Scheerer 76 72 Mata y una hora al Sur de Carrizal). Se construyen
Geología de los yaci- caminos y cabañas.
mientos minerales B.-v.Cotta 79 72 - 1856, agosto a mediados de noviembre: Realiza
Metalurgia Plattner 79 70 pruebas de lavado de oro en las minas de Baruta y Los
Francés 77 54 Teques (mina de Guaicaipuro). La de mina de Baruta
Minería 69 73 estaría ubicada cerca de la actual urbanización Santa
Inés y Las Minas, indica haber encontrado obras
Año lectivo 1853-54 subterráneas previas. La mina de Guaicaipuro parece
En los registros aparece que aprobó exámenes en haber estado ubicada al fondo de la quebrada localizada
'Paleontología' y `Estudio de minerales con soplete' al Sur de Carrizal (quebrada Las Minas), pero señala no
ambos con el prof. B.-v.-Cotta, pero no aparecen notas. haber encontrado oro. En Baruta halla algunos indicios
En el expediente hay una certificación del prof. Cotta de oro pero no suficiente para una explotación comercial
que dice que Klemm tiene un gran talento para la por el bajo rendimiento.
paleontología, pero que debería profundizar más en la - 1856, noviembre 19: Se reinician los trabajos en la
disciplina (B.F., 1851-s). mina de El Gavilán al Sur de Carrizal. Se comienza la
Adicionalmente tuvo como profesores a Breithaupt, construcción de la galería.
Reich, Fritzsch y otros. En dicha Academia aparece con - 1857, enero: La galería llega al filón después de un
el número de matrícula 1.712. poco más de 60 pies.
- 1857, abril 8: El pozo a los 90 pies se cruza con la
Después de culminar sus estudios trabaja en galería y con el filón, se inicia la construcción de
Venezuela (1855-1858), Guayana Francesa y en 1866- cruceros hacia ambos lados de la intersección.
1867 aparece como ingeniero de minas en Madrid y en Posteriormente se continúa el pozo por debajo del nivel
la Sierra de Almagreña (B.F., 1851-s). de la galería, llegando hasta 125 pies por debajo. Se
inicia la explotación de minerales de cobre propiamente
Existe otro Gustav Klemm (Dresden, 8 jul. 1858 - dicha, la exportación produce buen resultado y
1938), geólogo con especialidad en estratigrafía, parcialmente paga los gastos de la operación minera
tectónica y geología económica. Por su nombre es - 1858, febrero: Se cierra la operación por motivo de
posible que sea nieto del Dr. Gustav Klemm, pero no la bancarrota de la casa de negocios alemana que lo
parece factible que sea hijo de nuestro biografiado, ya había contratado y en parte por la revolución ocurrida en
que en ese entonces él se encontraba en Venezuela. ese momento.
- 1858, comienzos: Realiza una exploración de
carbón en las rocas sedimentarias de Cabo Blanco.
LA OBRA DE KLEMM EN VENEZUELA Perfora varias calicatas profundas sin éxito.
En el trabajo Der bergbau in Venezuela (KLEMM,
1859), se documenta su estadía contínua desde julio de La obra de Klemm es la más completa sobre la
1855 hasta febrero de 1858. Gustav Klemm fue minería de Venezuela de mediados del siglo XIX,
contratado por una casa de negocios alemana de divulgando prácticamente la existencia de todas las
Venezuela con base en Hamburgo, y en forma actividades mineras en el país a la fecha, a excepción de
aproximada se conoce la siguiente cronología: la Guayana Venezolana. Realmente Klemm no llegó a
imaginar la enorme riqueza minera de esta región de

país y quizás habiendo visto la pobreza en cuanto a oro
de la región central, supuso que Guayana tampoco
tendría mayor potencial.
En diversas ocasiones el primer autor ha visitado la
zona de Los Teques y Carrizal en busca de la obras
mineras de Klemm pero sin éxito. Cerca de la redoma de
Los Teques se encuentra una zona llamada La Mata y La
Matica, pero no hemos encontrado a nadie que sepa de
la existencia de túneles allí. Lo mismo ocurre en el
sector de San Corniel, donde los habitantes actuales
tampoco conocen de túneles u otras obras mineras
específicas, si bien hay un vago recuerdo que había
"minas" en el lugar. Solo al sur de Carrizal en el sector
La Troja encontramos dos túneles pequeños, que siguen
vetas de cuarzo, con la presencia en superficie de
minerales secundarios como malaquita, calcantita y
melanterita, que evidencia la presencia de sulfuros
primarios de cobre y hierro, pero la meteorización de la
roca es intensa y estos no se logran identificar. Entre
Carrizal y San Diego también existe un sitio llamado
Gavilán, donde encontramos un habitante de bastante
edad, quien nos señaló una ladera donde se decía que
existió una labor minera en el pasado, pero que se había
derrumbado desde hace varias décadas. En la figura
anexa se presenta un mapa topográfico donde aparecen
los topónimos señalados por Klemm.
También es de interés la descripción que presenta de
las actividades mineras en Baruta, donde desde el
período de la colonia se indicaba la presencia de oro.
Klemm muestra que se encuentra oro pero en cantidades
tan bajas que no llegaban a pagar los gastos de
extracción.
Algo que sorprende es que haya explorado carbón en
la zona de Cabo Blanco. En los años sesenta cuando el
primer autor realizó algunas excursiones de
entrenamiento geológico en Cabo Blanco, notamos que
en la Formación Las Pailas habían fragmentos de
madera parcialmente convertidos en carbón (¿lignito?),
pero nunca como para esperar la posibilidad de su
explotación.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al personal de los archivos de
la Academia de Minas de Freiberg por la información
suministrada.
Así mismo se agradece a los profs. Peter Schmith
(Freiberg), Juan Manuel López de Azcona (Madrid) y
Francine Delmas (ORSTOM, París) por la búsqueda, si
bien infructuosa, de información sobre las actividades
de Klemm en España y Guayana Francesa.
También se agradece a Joris Lagarde, Eusebio
Lacca, Rafael Vizconti y Bernardo Urbani, miembros de
la Sociedad Venezolana de Espeleología, por los
trabajos de campo en búsqueda de túneles en la zona de
3
J. Gustav Klemm, 1859.
Carrizal y San Diego. Los srs. Emilio Álvarez y Roberto
Herrera (entonces estudiantes de geología) prestaron
mucha asistencia en los trabajos de campo en la zona de
San Corniel y Qebrada Las Minas, en búsqueda de
viejas obras mineras.
BIBLIOGRAFÍA
B.F. - BERGAKADEMIE FREIBERG. 1851-s.
Informes del Consejo Superior de Minería en
Freiberg: OBAJ, vol. 133, p. 140, 1851; 134: 184,
1852; 135: 11, 1852; 136: 159, 1853; 137: 39, 1853;
138: 43b, 1854. Así como papeles de otros
expedientes. Hochschularchivs der Bergakademie
Freiberg, Sajonia, Alemania.
KLEMM, J. Gustav. 1859. Der bergbau in Venezuela:
Berg. und Hüttenmännische Zeitung, Freiberg,
18(31): 277-281, 1 agosto; 18(32): 289-293, 8
agosto.
APÉNDICE DOCUMENTAL
A continuación se presenta la traducción de la obra
de Klemm, la cual estuvo a cargo fundamentalmente de
Max Furrer. Se intercalan algunos títulos entre
paréntesis, que no aparecen en el original, pero han sido
añadidos para facilitar la lectura.
LA MINERÍA EN VENEZUELA
Por J. Gustav Klemm
(Aspectos geográficos)
La República de Venezuela está situada en
Suramérica entre el tercer y undécimo grado de latitud
N, y ademas de extensos llanos también posee altas
montañas, sobre todo en la costa septentrional.
Estas que se extienden a lo largo de casi toda la
costa y constituyen las estribaciones de la cadena de los
Andes que atraviesan toda Suramérica, desde 55° de
latitud S, hasta 50° de latitud N, es decir en una
extensión de casi 1.600 millas geográficas.
Aparte de estas elevaciones costaneras al norte de
Venezuela, se encuentra otro grupo aislado de montañas
al sur del Orinoco, entre el cuarto y sexto grado de
latitud N, denominadas montañas de Parima.
Entre estos dos grupos de montañas esta situada una
gran cuenca, atravesada por filas de colinas que la
dividen en 3 grandes llanos: los de Apure, del Pao y de
Cumaná o del Orinoco inferior.
La mencionada estribación de la cadena de los
Andes se aparta de la misma cerca de la línea ecuatorial,
atraviesa las repúblicas del Ecuador y Nueva Granada y
entra a la República de Venezuela cerca de Mérida. Es
en este trayecto donde la estribación andina llega a las
excepcionales alturas de 18.000 y más pies; en
Venezuela su elevación más alta es de 15.000 pies en la
Sierra Nevada de Mérida. Una vez que llega a la costa
su altura disminuye bastante y solamente algunos puntos
se elevan, como la Silla de Caracas, a 8.100 pies sobre
el mar, estimándose su altura media en 4.500 pies.
Nuestra fila de montañas (1) encuentra la costa entre
la ciudad portuaria de Puerto Cabello y el lago de
Maracaibo y continúa a lo largo de ella por cerca de 160
millas. Sus estribaciones mas orientales se pueden
considerar como la península de Paria y la isla de
Trinidad.
En el pasado aparentemente existían otras dos
cadenas al norte, paralelas a la actual cadena litoral. Los
restos de la mas septentrional estarían presentes en las
islas de Aruba, Curaçao, Bonaire, Los Roques, Las
Aves, Orchila, Blanquilla y Los Hermanos, mientras que
las islas Tortuga, Margarita, Cubagua y los Testigos
representarían la segunda de estas posibles cadenas.
De ser esto cierto, en el pasado entre estas cadenas
debieron existir valles longitudinales y grandes cuencas,
como los actuales que existen entre la cadena litoral y la
cadena limítrofe con los llanos que se menciona más
adelante.
La cadena litoral de Venezuela tiene la peculiaridad
de estar dividida en varias filas paralelas, en parte
conectadas por filas transversales, y que encierran valles
longitudinales y cuencas. Este fenómeno es
prominentemente visible cerca de las ciudades de
Caracas y Valencia, ambas situadas en tales valles.
El limite Norte de estos valles longitudinales está
representado en ambos casos por la propia cadena
litoral. Al Sur del valle de Caracas se extiende una
cadena en dirección Este - Oeste, que separa este valle
de los valles del Tuy; ambos se unen a 4 horas al Este de
Caracas llegando a su final la estribación que separa los
mismos. El limite Sur del valle de Valencia y también de
los valles del Tuy, se debe a una segunda cadena
principal, la cual se extiende paralelamente a la cadena
del litoral en una distancia promedio de 4 a 6 millas.
Esta cadena dirige su vertiente sur hacia los llanos
anteriormente mencionados y alcanza su altura máxima
de unos 7.000 pies en los Morros de San Juan.
Estas dos cadenas se conectan por un nudo
montañoso entre las ciudades de Caracas y Valencia,
formado por las montañas de Las Cocuizas e Higuerote.
Al Oeste del nudo se encuentra la cuenca de Valencia,
también llamada valles de Aragua, con una altura media
de 1.500 pies sobre el nivel del mar; al Este, los dos
valles ya mencionados de Caracas y del Tuy están
separados por la estribación de Higuerote corriendo de
Oeste al Este. Estos valles llegan a alturas promedio de
3.000 pies sobre el nivel del mar. En el valle de Caracas
fluye el río Guaire, mientras que en los valles del Tuy el
río del mismo nombre, ambos tienen su origen en el
nudo montañoso, el primero cerca de Los Teques, una
pequeña ciudad a 6 horas al Oeste de Caracas, y el
último en las montañas de Las Cocuizas.
El grupo montañoso de Parima mencionado con
anterioridad, se encuentra al Sur del curso bajo del
Orinoco, mientras el curso alto de dicho río se encuentra
al Noroeste, Oeste y Suroeste de estas mismas
montañas. Al sur de Parima fluyen los ríos Negro y
Amazonas.
Los llanos de Cumaná o del Orinoco inferior están
limitados al Sur por el Orinoco, y al Norte por la cadena
litoral mas meridional de Venezuela, en el Oeste por las
montañas de Nueva Granada y en el Este se abren
libremente hacia el océano Atlántico, elevándose
solamente 250 a 300 pies sobre su nivel, e inundadas en
el pasado por el océano.
(Aspectos geológicos)
Las rocas que constituyen las montañas de
Venezuela son gneises con transiciones a esquistos
arcillosos por una parte, y por otra de esquistos
micáceos y granito. En el oriente de la cadena del litoral,
estos esquistos cristalinos están cubiertos por
formaciones más jóvenes, especialmente de calizas
jurásicas, y la vertiente Sur de la cadena de los llanos
consiste entre otras, de rocas volcánicas como toba,
fonolita y basalto (2).
El rumbo general de los estratos de los esquistos
cristalinos es de N 40-50°E y el buzamiento general es
de 60-70°NO. No es raro que los esquistos estén
penetrados por diques de rocas verdes.
Donde la roca aflora el suelo de los llanos consiste,
de una capa muy espesa de marga roja y grasa, arenisca,
conglomerado de caliza y yeso.
No existen volcanes activos en Venezuela, sin
embargo se manifiestan muchos fenómenos
relacionados con el volcanismo, como manantiales de
aguas calientes, petróleo y gas, así también los temibles
terremotos, conectados con la actividad de los mas
próximos volcanes andinos y antillanos. De estos los
mas notorios terremotos han sido los siguientes: el sismo
del 21 de octubre de 1776 que destruyó gran parte de la
ciudad de Cumaná, y 30 años mas tarde, el sismo del 14
de diciembre de 1796 que acabó completamente con la
misma ciudad; en ambos casos los terremotos
coincidieron con la erupción del volcán de Guadalupe.
Se repitieron los temblores el 4 de noviembre de 1799
(3), pero menos intensos.
En los siguientes años Maracaibo sufría mucho por
los terremotos, también Puerto Cabello y en 1802,
Caracas fue sacudida por muchos temblores fuertes.
En diciembre de 1811 el volcán de la isla de St.
Vincent inició su actividad manifestada en Caracas con
fuertes temblores, finalmente en abril de 1812 la ciudad
fue casi completamente destruida, y mas de 1.000
personas perdieron la vida. Este enorme sismo se

extendió hasta Mérida y fue sentido en Santa Fe de
Bogotá y en Sta. Marta, Nueva Granada. En Valencia a
solamente 18 millas de Caracas, se sintió débilmente,
pero cerca de esa ciudad aparecieron algunos
manantiales nuevos (4). El Lago de Maracaibo fue
afectado disminuyendo su nivel.
Estos fueron los terremotos principales en el
transcurso de los últimos cien años, pequeños temblores
no son de ninguna manera raros en Venezuela y cada
año se notan varios.
Otro fenómeno probablemente también relacionado
con la actividad volcánica es una especie de gran luz
mala o columna de fuego en los llanos de Cumaná, a la
que denominan El Alma del Tirano Aguirre y lo mismo
en la orilla sur del lago de Maracaibo, llamado el Faro
de Maracaibo. Este último aparece cada noche tan
regularmente que los buques se sirven de él como faro.
Este fenómeno se debe probablemente a la existencia de
grandes yacimientos de brea en la extremidad Sur del
Lago.
Con respecto a manantiales cálidos y calientes, se
conocen nueve en toda la montaña del litoral, el mas
importante y caliente es el de Las Trincheras en la
vertiente Norte de la cadena litoral, entre Valencia y
Puerto Cabello; tiene 90°C y contiene mucha cal y H2S.
Manaderos (5) también hay muchos, especialmente
cerca de Cumaná, en tierra y también en el mar.
(Hidrografía)
Grandes ríos hay pocos en Venezuela, los mas
grandes son el Orinoco con sus afluentes, el Apure y
Meta. En las partes montañosas del país los grandes ríos
están totalmente ausentes; no obstante los caudales de
agua son relativamente grandes y los mas importantes
son el Tuy y el Guaire, así como también el río Aguas
Calientes cerca de Puerto Cabello.
En la cuenca de Valencia entre las cadenas litorales y
los llanos, se encuentra el lago del mismo nombre,
también llamado lago de Tacarigua; tiene 13 millas de
longitud, 4 millas promedio de ancho, con una
profundidad promedio de 250 pies y 7 islas. Tiene su
propio sistema de agua y 13 arroyos de variado tamaño
desembocan en él, sin drenar; la alta temperatura media
anual de la cuenca donde está situado como también sus
orillas llanas favorecen mucho la evaporación, la cual es
mas grande que el aporte de agua, de manera que la
superficie del lago ha disminuido lenta pero
continuamente, como ha sido probado por observaciones
precisas.
Otro lago de agua dulce es el de Maracaibo, tiene
una longitud de 50 millas, 30 millas de ancho y esta
conectado en el norte por un estrecho, que tiene una
barra de arena en frente, con el Lago (6).
Los llanos tienen muy poca agua, porque los
pequeños arroyos que los atraviesan se mantienen secos
en la temporada de verano, pero en la temporada de las
5
J. Gustav Klemm, 1859.
lluvias se inundan. Esa desecación también tiene lugar,
pero en un grado menor en las montañas de Venezuela.
(Minería en el período colonial)
En estas montañas, de las cuales trate de dar una
descripción corta, se encuentra la riqueza mineral, y a
pesar de que parece poca en comparación con otros
países, siempre ha sido objeto de atención por los
inmigrantes desde el descubrimiento del país, hasta en
los tiempos recientes en que en muchos lugares de las
montañas venezolanas se han hecho análisis de minería
con pocos beneficios para los empresarios.
Los metales de mayor interés hasta ahora han sido:
oro, cobre y plomo. El fracaso de estas pruebas no se
debe solamente al contenido mineral de los yacimientos
descubiertos, sino también a la enorme carestía de todas
las facilidades para vivir, además de los salarios muy
altos y los medios de comunicación insuficientes entre el
interior y la costa.
Muchas de las empresas de minería operadas y
abandonadas por falta de rentabilidad sí estuvieran en
Europa, se podrían ciertamente operar con muchas
ganancias.
Para los inmigrantes y los indígenas, lo mas
importante ha sido siempre el oro. Cuando a principios
del siglo XVI los españoles llegan a Venezuela,
interrogan a los indígenas acerca de la existencia de oro.
El mismo lo había en muchos lugares pero siempre
dispuesto en pequeñas cantidades. El trato dado a los
indios provocó que estos quisieran expulsar a sus
atormentadores hacia el quimérico El Dorado, es decir el
país donde el oro se encuentra tan frecuentemente como
el hierro en otros países.
Ya en los primeros años de la ocupación española se
mandaron expediciones para buscar El Dorado, que
según la tradición se encontraría en las montañas de
Parima.
Es extraño que en todas partes donde los españoles
se encontraban con los nativos, estos les daban informes
bastante semejantes respecto a El Dorado,
probablemente resultado de hacer las mismas preguntas.
Los indios del oriente del país, en Guayana, los
pobladores del lago Maracaibo, los indios peruanos,
todos se expresaban de la misma manera en relación a El
Dorado. Supuestamente estaría en las montañas de
Parima, cerca de un lago, que todavía figura en mapas,
aunque la existencia no se ha verificado de ninguna
manera. Este lugar estaría poblado por una muy grande
y culta nación de indios altamente bélica llamados
Omeguas, cuyas casas estarían techadas de planchas de
oro y cuyas armas y utensilios se fabricaron de oro y
plata. Desde Perú, Pizarro mandó en su búsqueda al
Capitán; de Quito fue Pedro de Ordaz; de Santa Fe de
Bogotá (sic), Antonio Berrío; posteriormente y desde
Perú, Francisco Orellana, todos para regresar sin éxito.

La mayoría de las expediciones, sin embargo, se
formaron en Venezuela. Una de las primeras fue la del
Capitán Felipe de Hutten quien llegó por intermedio de
la familia de negocios Welser de Augsburgo, dueños de
Venezuela entre 1526 y 1548. Después de muchas
dificultades y sufrimientos llegó a la montaña de Parima,
detrás de la cual debería estar situado El Dorado. Tras
gran esfuerzo se dice que alcanzó la cima y vio del otro
lado un país bien cultivado con grandes ciudades, cuyos
techos brillaron en el sol como oro. Un gran ejército de
indios bien armados pararon su avance más allá y lo
repelieron. Enfermo y miserable llegó con un pequeño
remanente de su gente a Coro, donde le mataron más
tarde.
Desde ese entonces se hicieron muchos intentos de
llegar a El Dorado. El último viaje ocurrió en 1780 con
el mismo resultado de la expedición de Hutten. Entonces
un indio visitó al Gobernador de la Guayana española,
diciendo que venía de la orilla del lago de Parima.
Relató que en la orilla de ese Lago se encontraba una
ciudad cuyos habitantes eran muy cultos y bélicos. El
elogió la belleza de los edificios, lo limpio de las calles,
la regularidad de las plazas y la riqueza del pueblo.
Los techos de los excelentes edificios eran de oro o
plata, y los jerarcas en los días de fiestas, en lugar de
vestirse, se untaban todo el cuerpo con grasa de tortuga
y luego se cubrían con polvo de oro.
El indio dibujó con carbón en una mesa, la ubicación
y un plano de la ciudad, y se ofreció de guía en una
expedición.
Varios españoles quisieron participar en este viaje,
entre ellos Don Antonio Santos (7). Salieron y se
dirigieron siempre hacia el Sur por cerca de 500 millas,
en caminos terribles, llanos secos, pantanos, jungla y
montañas. Después de haber muerto casi todos por el
hambre, el calor y los aguaceros, el guía desapareció en
una noche de lluvias, después de haberles dicho que
solamente les separaba de El Dorado unos 4 ó 5 días.
El pequeño resto no podía encontrar el camino de
regreso, se separaron y probablemente murieron todos,
con la excepción de Santos, que se desvistió y pintó
todo su cuerpo viviendo mucho tiempo con los indios,
entendiendo varios de sus idiomas, hasta que finalmente
cayó en las manos de los portugueses en Río Negro, que
le hicieron preso por largo tiempo y finalmente lo
liberaron. Murió en 1796 en Cumaná.
En 1800, A. de Humboldt, durante su viaje por el
Orinoco y la cuenca del Amazonas quiso buscar la
región de El Dorado, para conocer la verdad sobre este
asunto. Su intento se vio frustrado, y oyó solamente que
la fábula probablemente se originó en el brillo de una
rocas del valle, que para los nativos y españoles ávidos
de oro, parecieran los techos dorados de una gran
ciudad.
Aunque los primeros conquistadores dirigieron su
interés principal a El Dorado, no quiere decir que
dejaran de buscar oro en otros lugares del país.
Un criollo de la Isla Margarita, llamado Francisco
Fajardo, que servía bajo los españoles, trató en 1550,
muchas veces en vano, de residir en el país de los indios
Caracas, donde ahora está ubicada la ciudad del mismo
nombre. Sin embargo, descubrió cerca de la ciudad de
San Sebastián de los Reyes minas de oro, en las cuales
el Gobernador Collado mandó iniciar trabajos. Sin
embargo, los dejaron después de corto tiempo por la
rebelión de los indios. Después de la restauración de la
paz, se repitieron las intenciones de volver con los
trabajo, pero los indios atacaron el pueblo, matando a
todos los trabajadores, destruyendo la mina y borrando
repentinamente toda huella de la misma.
En 1551 Pedro Damián abrió las minas de oro de
Buría bajo el nombre de Real de Minas de San Felipe de
Buría provocando la fundación de la ciudad de
Barquisimeto bajo el nombre de Nueva Segovia. Para
1554 se abandonaron estas minas como consecuencia de
una rebelión de negros. En 1555 el Gobernador
Villacinda quiso reiniciar el trabajo y reconstruir la
ciudad destruida de Nueva Segovia bajo el nombre Las
Paluras; sin embargo, ya en el transcurso de los trabajos
reanudados fue destruida de nuevo por un ataque de los
indios. En 1557 finalmente el nuevo Gobernador
Gutiérrez construyó en el mismo lugar una nueva
población llamada Nirgua que se mantendría más tiempo
que las anteriores, pero solamente hasta 1568.
El ya mencionado Francisco Fajardo descubrió en
1560 las minas de oro de Los Teques, las que
pertenecían a la muy bélica nación de los indios Teques
comandada por su cacique Guaicaipuro, también las
minas de Baruta al Suroeste de Caracas, donde todavía
se notan las huellas de los trabajos de los indios y
españoles y a las cuales regresaremos más tarde. Otros
lugares conocidos como minas de oro son: Los
Mariches, al Sur de Caracas, Apa y Carapa en el Tuy,
descubiertas en 1584 por Sebastián Díaz, que por su
clima nefasto fueron abandonadas; Tipe al Noroeste de
Caracas, la Sierra de Mariara cerca de Valencia, la
Sierra de Chacao (8), la Quebrada de Oro cerca de
Güigüe en la orilla Sur del lago de Valencia, los Morros
de San Juan y la Quebrada de Tucutunemo, ésta última
bajo el nombre de Real de Santa Bárbara donde se
trabajó por largo tiempo, además la Quebrada de
Petaquire, donde todavía en estos días los indios están
ocupados lavando oro.
En todos estos lugares la ocurrencia del oro es más o
menos la misma, es decir, se encuentra en más grandes o
más pequeños filones de cuarzo atravesando los

esquistos cristalinos, probablemente formando parte de
la pirita, la cual a menudo es muy abundante en estos
filones. Expuesta al aire y a la humedad la pirita
meteoriza muy rápidamente y deja la cavidad
originalmente ocupada por ella, con un material de color
ocre marrón, que al lavarlo muestra oro. Sin embargo,
yo poseo un pedazo de cuarzo del filón de Baruta que
contiene oro metálico.
De estos filones, el oro llegó a los guijarros y arenas
de las quebradas, así como también a los depósitos de
aluviones en donde se limita la búsqueda de oro hoy en
día.
En el pasado cuando la labor todavía era barata, los
españoles trabajaban preferencialmente los filones
cuarcíferos con oro. En todas estas minas y filones
mencionados no se han encontrado piezas de oro de
gran tamaño, las más grandes que se conocen no
sobrepasan al tamaño de un guisante.
(Investigaciones en las minas de oro de Baruta y
Los Teques)
Tuve la ocasión de ver varias de las viejas minas
antes mencionadas, como por ejemplo la de Los
Teques, la cual según la tradición pertenecía al viejo
cacique Guaicaipuro. Este noble indio por mucho
tiempo impidió que los españoles avanzarán hasta el
valle de Caracas. El lugar que todavía se llama La Mina
de Guaicaipuro está ubicada en un distrito de minas
descrito más adelante, del cual fui supervisor.
La vieja mina se encuentra en la bifurcación de una
quebrada escarpada, pero ahora no se ve nada excepto
dos peñas paralelas, que se dice fueron hechas por los
hombres, de aproximadamente 20 varas (9) de longitud,
30 varas de altura y 10 varas de distancia entre ellas. El
suelo entre las mismas ha sido cubierto en el transcurso
del tiempo por masas de gravas y tierra comprimida.
Aquí los españoles en busca de oro, hicieron varias
excavaciones hasta el fondo rocoso. Yo también
investigué a fondo el lugar y en ninguna parte descubrí
ni traza de filones de cuarzo conteniendo oro o pirita; el
suelo aluvial de la quebrada tampoco contiene oro. En
mi opinión estas peñas no son producto de actividad
humana, sino una grieta abierta y no llenada y las
famosas minas de oro tienen que buscarse en otras
partes (10).
Las minas de Baruta se encuentran al Este de
Caracas, y presentan importantes huellas de actividad
humana.
Aquí en el pasado se trabajó un filón de cuarzo, con
un rumbo de 1 a 2 horas (11), y unos 4 pies de espesor y
buzamiento 15-20° el Oeste.
El cuarzo de este filón es blanco como leche y
cristalino, pero en ninguna parte tiene grandes cristales,
sin embargo contiene mucha pirita, su parte externa está
7
J. Gustav Klemm, 1859.
profundamente meteorizada y posee cavidades y
espacios celulares rellenos en parte por ocre rojizo -
marrón.
El filón de buzamiento suave tiene su acuñamiento
en la vertiente oriental de una colina, casi en el fondo de
una quebrada. En su cima de solamente 150 pies de
altura, se encuentra un pozo perteneciente a una anterior
actividad minera; tiene 5 varas de longitud y 3 varas de
ancho. En un intento de investigar su profundidad eché
una luz atada a un mecate, pero no logré mi propósito y
ni siquiera llegué los 100 pies, lanzando algunas piedras
indicaba la presencia de agua. El pozo está
completamente excavado en gneis, sin construcciones de
sostenimiento, pero en ambos lados se ven huecos
esculpidos, que probablemente servían para este
propósito.
En la zona del acuñamiento del filón hay una galería
penetrando al mismo. A unos 30 pies de la bocamina
ésta se divide en 3 ramas; debido al buzamiento del filón
hacia el interior, las 3 ramas van profundizando y tienen
agua casi hasta el techo; ésta probablemente fue la razón
del porque, desde el punto de la ramificación de la
galería y hasta la bocamina, en el piso excavaron un
surco de 1 pie de ancho para proveer un drenaje al agua.
Ahora este surco esta relleno de tierra, de tal manera que
el interior de la galería es inaccesible, dado que entre la
superficie del agua y los techos de las 3 ramas de la
galería, hay solamente 2-3 pulgadas de espacio.
La parte anterior de la galería sirve de refugio para
innumerables murciélagos. Un poblador que tiene sus
cultivos en la cercanía, me dijo que había visto a estos
animales saliendo del pozo así que presumo que el pozo
está conectado con ella.
Más o menos a una hora al Este de esta vieja mina se
encuentra en una colina sin vegetación, una segunda
mina. Hay una quebrada que se extiende desde aquí
hasta la primera; se une con otra quebrada cerca de la
bocamina de la galería y allí se acuña el filón
mencionado antes.
Esta segunda mina consiste en 3 pozos, los cuales
perforan al azar las rocas, que en ciertos tramos
contienen algunos filones muy delgados de cuarzo y
algo de pirita. Estos tramos parcialmente son muy
estrechos y bajos, yo atravesé uno de ellos, que
solamente tenía 2 pies de ancho y 5 pies de altura.
Penetran más o menos 50 pies la roca.
Estas son la huellas de las viejas minas de oro en los
alrededores de Caracas, las cuales tuve la oportunidad
de ver e investigar, y muy pronto me convencí de que no
se podía pensar en una operación de ellas, porque los
gastos laborales y de importación sobrepasarían con
mucho el valor del oro obtenido.
(Ensayos de lavado de oro)
 La casa de negocios alemana que me contrató, quería
que investigara las minas mencionadas y también el
terreno circundante donde están situadas, a fin de
averiguar la rentabilidad del lavado de suelo aluvial
aurífero, para lo cual ejecuté trabajos en los meses de
agosto a noviembre de 1856. Estos señores por
casualidad recibieron en posesión un terreno extenso en
esta región, y querían sacar el mayor provecho posible
de él lavando oro.
En mis investigaciones preliminares, para determinar
la capa más rica de los aluviones, me ayudó un indio de
Nueva Granada que fue lavador de oro en las montañas
del Chocó.
Este hombre trabajaba con una batea de madera de +
20 pulgadas de diámetro (fig. 31). Esta batea recibía
unas 10 libras de tierra y resultó que en los lugares más
ricos se obtuvieron cerca de 8 a 10 pequeñas láminas de
oro pesando en total cerca de 2 a 5 miligramos.
Todavía antes de la terminación completa de esta
investigación, se alejó el indio sin razón alguna.
Luego recibí como ayudante a un español que por
largo tiempo se ocupó de lavar oro en Santo Domingo y
Puerto Rico.
Este hombre poseía un aparato peculiar, un tipo de
tamiz (fig. 32) y una batea de lámina de zinc en forma
de un cono muy plano (fig. 33).
El tamiz tenía una longitud de 6 varas y 1,5 varas de
ancho, de ambos lados, un margen de 8 pulgadas de
altura y en la extremidad inferior, un pedazo fuerte de
hoja de hierro con huecos de 0,25 pulgadas de diámetro
y distancia de 1,5 pulgadas entre uno y otro.
Este tamiz se ponía oblicuamente en un surco que en
su extremidad superior estaba conectado con un arroyo.
La extremidad superior del tamiz estaba 1,5 varas más
alta que la inferior.
Por debajo de la hoja perforada mencionada se ponía
una caja cuadrangular de 2 varas de lado, que en la
mitad tenía una diferencia que se debía elevar según la
necesidad.
La manipulación con este aparato es la siguiente:
después de acumular suficiente cantidad de material
para lavar (uno puede lavar en 8 horas cerca de 50
quintales de arena con este aparato), se dirige un chorro
de agua a través de la arena, luego dos trabajadores
ubicados a ambos lados del tamiz mueven en vaivén esta
masa de unos dos quintales, con sus palas (fig. 34)
dentro de la corriente de agua del tamiz, hasta que toda
la grava está libre de arena y se queda en la lámina de
hierro. Hecho esto se quita la grava con las palas y se
echa a un lado. Todas las partículas finas asociadas a la
grava se las lleva el agua a través de la hoja con huecos
hasta la caja inferior. En la caja se pone una división, y
una vez llena la parte anterior de la misma hasta la altura
de la división, se pone una segunda, continuando hasta
que esta parte está llena.
Ahora, con el agua fluyendo continuamente, se
suelta y perfora con las palas el material acumulado en
la mitad anterior, hasta que la mayor parte de este se
traslada por encima de las divisiones, las cuales son
quitadas poco a poco. Cuando el material de la primera
mitad de la caja disminuye es llevado a la segunda
mitad.
Aquí en la segunda parte, se trata de la misma
manera hasta que la mayor parte de la arena y tierra es
transportada por el agua a través de la pared anterior de
la caja. El residuo de aquí es reunido con el de la
primera mitad y se repite la manipulación ya descrita,
hasta que el trabajador considera haber enriquecido el
residuo suficientemente, y luego es lavado en la batea.
Estos ensayos continuaron por varios meses, pero
luego fueron abandonados, porque los costos eran
demasiado elevados en comparación con la ganancia.
Todavía al final del siglo anterior un intendente de
Venezuela, don José Avalo hizo la misma observación,
cuando con grandes costos quiso buscar minas en todas
partes de la región de Caracas empleando a dos mineros
mexicanos, Pedro Mentana y Antonio Henríquez,
quienes recibieron 1.500 francos de salario anuales.
Esta gente, para los cuales era ventajoso desinformar
al gobierno, perdieron mucho tiempo con la búsqueda y
operación de supuestas minas, porque presumieron que
todo lo que brillaba, hasta la mica y pirita, era plata y
oro. Finalmente, después de haber malgastado mucho
dinero y largo tiempo en esta empresa inútil, se la
abandonó enteramente.
En estos días se habla mucho de las minas de oro de
Upata cerca de Angostura en el Orinoco, y no obstante
del viaje largo y peligroso muchos aventureros de
Caracas se van para allá. Según informaciones dignas de
fe se encuentra en el lugar oro lavado, pero de ninguna
manera como se piensa ordinariamente, porque en Cara-
cas se cree poseer con estos campos de oro, una rique-za
que dejaría muy atrás a California y Australia (12).
(Minas de cobre de Aroa, Yaracuy)
Además de la minería de oro, es la del cobre la que
se trabaja con más frecuencia en Venezuela. Las más
viejas minas de este metal están ubicadas cerca de San
Felipe el Fuerte y de Puerto Cabello, en la estribación
septentrional de la cadena del litoral venezolana y son
conocidas con el nombre de Minas de Aroa. Se abrieron
en la mitad del siglo XVII, pero las abandonaron pronto
hasta que al final del siglo pasado don Antonio
Henríquez reanudó los trabajos.
Según él, los minerales de cobre que allí existen son:
el mineral "rojo de cobre", "azul de cobre" y malaquita,
los cuales ocurren en un piso formado por varios filones

que se cruzan en todas direcciones. A veces este piso
aparentemente llega a un espesor de 12 a 18 pies. La
galería de drenaje está situada a solamente 180 pies de
profundidad, y por ende sucede que la parte más rica del
piso no se puede minar por el aporte de agua, dado que
no se conoce la forma de su extracción por medio de
máquinas movidas por molinos de agua.
Al final del siglo pasado existían tres minas en Aroa,
de las cuales la más importante (La Vizcaína) no tenía
más de 30 trabajadores. El total de los trabajadores en
minería y fundición solamente era de 60 a 70, todos
esclavos.
Anualmente, las minas suministraron 1.200 a 1.500
quintales de minerales y desde Puerto Cabello se
exportaba el cobre a España: 115 quintales en 1794, 311
quintales en 1796 y 24 quintales en 1797. Allí era muy
apreciado y lo preferían al cobre de Noruega o China. El
resto era usado en el país, para fundir campanas, pero
principalmente para la fabricación de calderos de cobre
usados para ebullición en el procesamiento de la caña de
azúcar.
El rendimiento de las minas fue disminuyendo de un
año a otro y la operación se suspendió enteramente en
1810. Solamente recién en 1855, un alemán residente de
San Felipe trató de reactivar las minas. Me mandó
minerales para su ensayo, consistiendo de puro cristal de
cobre rojo, y también un pedazo de metal que después
de una prueba fue identificado como estaño con 4-5%
de cobre. El mineral del cual supuestamente se fundió el
estaño yo no lo vi. Que yo sepa la operación nunca
comenzó.
(Minas de cobre de la región de Los Teques -
Carrizal, Miranda)
Las minas de cobre que estuvieron bajo mi dirección
se encuentran en el antes mencionado nudo de
montañas, donde se unen la cadena litoral septentrional
con la cadena de los llanos. En el tiempo de mi estadía
en este distrito, desde julio 1855 hasta febrero 1858 se
empezaron a operar tres minas, una tras otra, sin
embargo solamente la última prometió suficiente
rendimiento de manera que se podían cubrir los gastos.
La operación de ésta última encontró dificultades,
puesto que el empresario, una casa de negocios alemana
de Caracas, como consecuencia de la crisis monetaria de
Hamburgo a finales de 1857, y también por la
revolución al principio de 1858, se declaró en
bancarrota y por ende se terminaron las operaciones
mineras, así como también mi actividad en ellas.
Todo el terreno que contiene minerales es de
aproximadamente una milla cuadrada, y hasta mi salida
se habían encontrado bastantes lugares con minerales de
cobre. Una investigación más detallada reveló que estos
9
J. Gustav Klemm, 1859.
minerales se encontraban en filones, que a su vez
pertenecían a una fila común de filones.
El rumbo de todos ellos era mas o menos regular, de
10 a 12 horas (13), así como también el buzamiento, 40-
50°E. De este paralelismo, como también de la
homogeneidad de los minerales de relleno, se podía
deducir el mismo tiempo de formación de todos los
filones. Los cristales de estos filones son: calcopirita,
sulfato de cobre, calcocina, mineral de cobre rojo y en
las profundidades superiores, malaquita y azurita. Como
ocurrencias subordinadas se nota: sulfato de hierro,
mineral de hierro marrón, psilomelana, espato de hierro,
así como también alteraciones de este a hierro marrón, y
también pseudomorfos de hierro marrón a sulfato de
hierro. Los filones propiamente dichos son de cuarzo,
espato de calcita y también, pero raramente, espato
pesado (14). El espesor promedio de estos filones es
muy pequeño y raramente llega a los 4 pies, en resumen
el espesor es muy irregular y cambia muy a menudo y de
repente.
El contenido de minerales de interés varía en forma
muy irregular, pero ordinariamente está relacionado con
el espesor, cambiando de manera que donde el filón
tiene un espesor máximo se encuentra la acumulación
más grande del contenido mineral. Frecuentemente al
lado o por debajo se reduce el filón a pocas pulgadas de
espesor y a excepción del cuarzo y espato de calcita no
contiene nada más, hasta que a una distancia bastante
grande, de nuevo se nota mineral cuando el filón otra
vez va creciendo a 3 ó 4 pies de espesor.
La roca adyacente especialmente la suprayacente,
está usualmente muy comprimida, fenómeno éste que
sigue por 6 a 8 pies de distancia vertical del filón.
Frecuentemente la roca suprayacente consiste solamen-
te de una acumulación de grandes pedazos de gneis no
conectados entre sí, y también a menudo de una masa
arcillosa, en el cual se encuentran pedazos de roca no
pulverizados. Esta fue la razón del por qué en todas las
galerías y construcciones, para llegar a los filones las
obras de carpintería se hicieron lentas y con interrup-
ciones, lo cual es un asunto muy importante,
considerando que para las minas hay que comprar made-
ras venezolanas que son costosas y de poca duración.
En donde la roca estaba menos desintegrada y
solamente tenía grietas y rajaduras, éstas a menudo
estaban impregnadas del contenido del cobre de los
filones y la propia roca frecuentemente a una distancia
de 2 a más pies del filón también estaba llena de
malaquita y azurita.
El descubrimiento de los filones fue posible ya que
estas montañas raramente están cubiertas de mucha
tierra o suelo y a menudo la roca está presente en la
superficie. Allí se encuentran los minerales aflorando, o
a veces por acción de la atmósfera se sueltan pedazos de
mineral o cuarcita, que han rodado a la profundidad de
las quebradas donde los campesinos y moradores los
han hallado y de esta manera resultan las primeras
oportunidades para el descubrimiento de los
afloramientos.
Los filones de minerales de cobre explotados por mí
durante mi estadía en Venezuela, se distribuyen en tres
áreas separadas que se llaman San Corniel, La Mata y
Gavilán:
San Corniel.
En esta área se conocía un filón, ya destapado antes
de mi llegada. Este termina en la vertiente oriental de la
montaña de San Corniel (que se ve desde lejos y cuya
elevación es de 6.350 pies sobre el nivel del mar) y
continúa a través de una pequeña dorsal llegando al tope
de la montaña. En las partes superiores del filón, en los
únicos lugares que aflora había mucha malaquita, mena
de hierro marrón y también sulfato de cobre.
Debido a las peculiares leyes de Venezuela y a la
situación especial de arriendo de este terreno, los
empresarios de la minería de cobre estaban
especialmente interesados en empezar rápido con los
verdaderos trabajos de minería. Al principio de julio
comencé con los trabajos de preparación, sobre todo la
construcción de un camino, puesto que hasta ese
entonces, sólo se llegaba a pie a este lugar.
Llegando al pueblo de Carrizal, el cual como ya se
ha mencionado está situado cerca de las áreas mineras,
dos educados moradores del pueblo se me presentaron
como supervisores de la empresa, quienes también
estaban encargados de contratar obreros. Con estas dos
personas investigué el terreno en general, buscando la
mejor ubicación del nuevo camino a la bocamina. Mi
solución fue la de conectar el filón con un pozo en una
capa arcillosa, desde el lugar del afloramiento hasta una
galería en las capas subyacentes en el pie de la vertiente
oriental de la montaña. La bocamina después de más o
menos 450 pies de longitud llegaría al filón y al mismo
tiempo el pozo, éste último teniendo entonces más o
menos 320 pies de profundidad.
Durante los mencionados trabajos de preparación y
pruebas, me atacó una enfermedad climática, que hace
sufrir a todos los extranjeros recién llegados, esto me
obligó a quedarme en cama por casi 8 semanas. Durante
este tiempo el trabajo en la galería continuó, y también
la construcción del camino. Los trabajadores del pozo se
emplearon para cortar madera. Después de recuperarme,
el camino estaba casi terminado y la galería tenía más o
menos 40 pies, pero los obreros le habían dado un
ascenso de casi 5 pies en esta corta distancia. Después
de modificar el nivel del piso de la galería, empezó la
temporada de las cosechas y por ende me abandonaron
casi todos los trabajadores.
La Mata.
Con los pocos hombres que se quedaron conmigo,
debía yo (según las órdenes de los empresarios)
investigar esta nueva zona hasta que los trabajadores
estuvieran de regreso. Esta área esta situada al Sur (15)
de la de San Corniel. La quebrada principal de San
Corniel (que al mismo tiempo forma el límite oriental de
aquella área) desemboca en la quebrada principal de La
Mata, que tiene un rumbo Este - Oeste, y ésta a su vez
representa el límite septentrional de la zona.
Al Este de San Corniel y al Norte de La Mata está el
terreno de San Simón, perteneciente a otra compañía de
minería cuyos propietarios son criollos, allí también
fueron cateados filones de mena de cobre.
En La Mata varios filones eran ya conocidos y
trabajados, a saber:
1) La Penneda. En esta montaña éste fue uno de los
filones de más espesor dentro de esta tendencia de
filones. Su rumbo es de 11 horas (16) y su buzamiento
de 50°E. Se manifestó en la vertiente occidental de una
montaña y por ende buzando a dentro de ella. En los
lugares de cateo tenía un espesor de 3,5 pies,
conteniendo minerales de hierro marrón, y el mineral
psilomelana mencionado arriba, cuarzo y muy débiles
trazas de malaquita y azurita. Por medio de varios cateos
abiertos constaté la continuación del filón hacia el Norte
y también hacia el Sur, siempre con las mismas
características.
2) El Huachaquero. Este fue otro filón a unos 1.000
pasos al Oeste del primero, y que afloraba en la vertiente
septentrional de una colina. Solamente tenía 1 pie de
espesor con rumbo y buzamiento igual al de La Penneda
y en los cateos contenía solamente malaquita. La roca
envolvente a ambos lados estaba impregnada del mismo
mineral hasta 2 pies del filón.
3) La Mata. Este filón ya era conocido antes de los
demás y dio su nombre a toda la zona. Afloraba en la
vertiente occidental de una dorsal, casi en el límite norte
del área y solamente a 200 pies por encima del fondo de
la quebrada principal. Tenía un espesor de 15-16
pulgadas y además de cuarzo y espato calcáreo, contenía
espato de hierro, roca de hierro marrón, malaquita,
azurita y especialmente abundante en sulfato de cobre.
Un alemán, quién antes de mi llegada había
investigado estos filones para unos empresarios, resultó
ser un hombre sin ningún conocimiento, determinando
la roca de hierro marrón en La Penneda, primero como

plata, luego como mercurio y finalmente como oro.
También durante la exploración del filón de La Mata,
hizo botar el sulfato de cobre como algo completamente
sin valor, de manera que mis obreros en apenas un
cuarto de hora recogieron más de un quintal y medio del
sulfato de cobre botado.
Hacia al Sur el rumbo del filón no se podía
reconocer, debido a la cobertura de la tierra y arcilla, sin
embargo hacia el Norte dio un resultado tan satisfactorio
respecto al contenido mineral, que los empresarios
determinaron que solamente se continuase la galería en
San Corniel y terminase la profundización del pozo, y
que todos los demás obreros fueran a trabajar en el filón
de La Mata.
En cuatro semanas se construyó una cabaña para los
obreros, y también un camino al pueblo. Ya para fines
de octubre de 1855 se comenzaron los trabajos de una
galería en dirección perpendicular al rumbo del filón, y
por no tener otra posibilidad, en la capa subyacente a él.
Para llegar al filón la galería debía tener una longitud de
más o menos 300 pies. El pozo debería bajar hasta el
filón y al llegar al nivel de la galería tendría 170 pies de
profundidad y estaría a una distancia de más o menos 40
pies del punto donde el pozo llegaría al filón.
A principios de febrero de 1856 la galería ya tenía
más o menos 80 pies de longitud y estaba en un esquisto
micáceos conteniendo mucha pirita, después de haber
atravesado una capa de 50 pies de guijarros, bloques y
arena. En este mismo tiempo se inició la construcción
del pozo, pero muy pronto fue necesario cambiar los
planes originales, ya que la capa suprayacente al filón,
justo en este punto se disolvió por un manantial situado
encima de esta capa, y no se pudo sostener aplastando
las obras de soporte de carpintería.
Después de varios intentos se decidió continuar el
pozo verticalmente y de vez en cuando abrir
lateralmente hacia el filón. Esta profundización no causó
dificultades adicionales, y pronto se avanzó hasta 75
pies de profundidad después de haber sido establecida
un aspa de extracción, y por las fuertes aguas a una
profundidad de 30 pies, se instaló una bomba manual de
hierro colado la cual bombeaba y chupaba al mismo
tiempo.
En julio los empresarios pidieron se perforase a
través hacia el filón. Yo tuve que hacerlo, aunque me
hubiera gustado establecerlo en el nivel de la galería.
Después de pocas semanas, con este desvío se encontró
el filón a unos 50 pies de distancia de la galería. Pero
por allí entró tanta agua, que los obreros tuvieron que
huir rápidamente, dejando atrás sus herramientas, todo
esto no obstante el bombeo más forzado y de que
adicionalmente se estaba sacando agua con bolsas de
cuero. En 10 horas el pozo se llenó con agua a 12 pies
bajo tierra. Por la situación de los caminos, en la
11
J. Gustav Klemm, 1859.
montaña era imposible traer equipos de más de dos
quintales al lugar, por lo tanto tuvimos que olvidarnos
de una bomba más grande, y de continuar la apertura del
pozo hasta que la galería encontrara el filón.
Gavilán
Al mismo tiempo pero en otra área se descubrió un
nuevo filón llamado Gavilán, ubicado a dos horas al
Este de La Mata y a una hora al Sur de Carrizal. Este
filón tiene un rumbo de 11 horas (16) y un buzamiento
de 50o E y se acuña en la dorsal de una estribación
montañosa que se extiende de Norte al Sur por más o
menos 2 horas, así cortando al eje de este filón bajo un
ángulo agudo. La estribación forma una escarpa y de
ambos lados tenía quebradas muy profundas.
En el lugar donde se descubrió el filón, este tenía un
espesor de 2,5 pies, conteniendo mucho mineral de
cobre rojo, sulfato de cobre, calcocita, malaquita y
azurita, además mineral de cobre marrón, pseudo-
morfos de éste como sulfato de hierro, espato de calcita
y cuarzo.
Los empresarios de la minería de cobre tuvieron la
oportunidad de arrendar de manera muy ventajosa todo
este terreno de Gavilán, que es de muy gran extensión.
Ellos decidieron dedicar todos los esfuerzos a esta nueva
prospección.
La operación empezó en julio de 1856 con un pozo
en arcillas, además se construyeron unas cabañas y se
mejoraron los caminos. El 19 de noviembre del mismo
año se empezó a perforar una galería, la cual llegó al
filón a fines de enero de 1857 después de 60 y algunos
pies. El 8 de abril del mismo año se cruzó el pozo con la
galería, a 90 pies de profundidad. Después se entró a
ambos lados del filón. El ala izquierda del Sur a unos 80
pies llegó a la tierra, mientras que el ala derecha hacia el
Norte, progresó hasta el fin del trabajo en febrero 1858
y llegó a 340 pies.
El filón hasta entonces atravesado, en general
presentaba muchos cambios con respecto al contenido
de minerales útiles y también al espesor, de manera que
un incremento del mismo era proporcional a un
contenido mayor de riqueza mineral, así que se podía
considerar el filón como un número de nidos situados ya
sea al lado o por encima el uno al otro, conectados por
detritos de una masa de filón estéril.
En donde el filón contenía minerales, estos se
amasaban en pilas mayores y el filón tenía un espesor de
2 a 2,5 pies, mientras que el contenido mineral de
repente se terminaba cuando el filón se adelgazaba a 2 ó
3 pulgadas de espesor.
Después de la unión del pozo con la galería, se inició
la explotación del yacimiento mineral perforando desde
el pozo pequeños tramos por debajo del yacimiento y así
se explotó cavando hacia arriba, esto se logró por un
levantamiento del yacimiento donde lo cruzó la galería
(17).
Después se continuó la profundización del pozo por
debajo del piso de la galería, de manera que a la
terminación de los trabajos en febrero 1858 tuvo una
profundidad de 125 pies por debajo de la cota de la
galería.
Al mismo tiempo de la profundización del pozo se
empezó con una galería profunda que hubiera tenido una
longitud de más o menos de 450 pies y una profundidad
de 520 pies por debajo de la galería superior, sin
embargo esta operación fue suspendida después de 45
pies de longitud por falta de obreros.
Con la profundización del pozo debajo del piso de la
galería, se perforaron a menudo muy ricos yacimientos
minerales, los cuales se hicieron más frecuentes con la
profundidad. Todas estas circunstancias favorecían
mucho esta minería, y es deplorable que la situación no
nos permitiera continuarla, puesto que con el tiempo
hubiera dado un óptimo resultado y compensado
ricamente los gastos de los empresarios.
Las rocas en lo suprayacente del filón también
estaban en pedazos y rotas como en los demás filones.
Pero no penetradas del agua y el drenaje en el pozo y en
la galería era casi ilimitado. Además a una distancia no
lejana a esta mina, dentro de pocos meses iban a
construir un buen camino a Caracas. En el terreno de
Gavilán había una selva muy importante, considerando
las montañas con las mejores especies de madera y que
eran fácilmente accesibles. El filón se podía explotar sin
obstáculos desde la parte suprayacente, en pocas
palabras, todas las ventajas de la minería de reunían
aquí, tal como se reunieron todas las desventajas en La
Mata.
Lo único que me dio dificultades fue la continua
escasez de obreros, pero no se sentía tanto como en las
demás minas, porque me fue posible atraer de 10 a 12
hombres de los cuales varios, aunque siendo
venezolanos, eran obreros muy buenos y laboriosos, y
ellos estuvieron conmigo continuamente por casi un año
y cuarto.
Hacia el fin de 1857 se presentó la explotación
mineral, de manera que los costos laborales se
compensaron completamente, pero los costos de
transporte en tan sólo una parte muy pequeña. Este
último costo fue en efecto muy alto, siendo el precio del
flete de un quintal de mineral de la mina a Caracas, a sea
a una distancia de 7-8 horas, 1 Talero y 6 Groschen de
plata. De Caracas a La Guaira (el puerto), el transporte
fue más barato por la carretera existente, en este trayecto
el quintal usualmente costaba 10, frecuentemente en el
caso de fletes acumulados, 15 Groschen de plata.
Por la falta general de madera en Venezuela, no se
podía pensar en la fundición de los minerales en este
país, y por ello fue necesaria la separación a mano de
ellos para mejorarlos y luego exportarlos.
El envío se dirigió a varias herrerías, una parte a
Francia, parte a Hamburgo y por mucho la mayoría a
Swansea en Inglaterra. El embalaje se hizo en pequeños
barriles que contenían un poco más de un quintal, dos de
estos son la carga para las mulas, cuyo mantenimiento es
muy barato en Venezuela. En estos barriles llega
manteca de cerdo de Norteamérica en importantes
cantidades, que después de ser vaciados los mismos
quedan prácticamente sin valor.
Con la separación a mano arriba mencionada, el
contenido de cobre de la mena llega a 30-38%, los
minerales menores se almacenaron en el mismo lugar,
puesto que los gastos de transporte eran tales que
minerales con 17% apenas pagaban el flete.
En los últimos meses de la operación se enviaron un
promedio de 14-18 quintales de mena y parecía que este
monto aumentaba con el tiempo, cuando de improviso
esta empresa aparentemente tan ventajosa, se terminó
por la quiebra de la casa de negocios alemana.
(Minas de plomo de Venezuela)
De las minas de plomo en operación, la única
conocida desde hace mucho tiempo está en Carúpano
entre Cumaná y Barcelona en la costa. Los minerales de
plomo consisten de galena de plomo y mineral blanco de
plomo que ocurren en la caliza jurásica, en un filón que
a veces tiene un espesor de 8 pies. La galena de plomo
es de grano muy fino y contiene 1 a 3 partes/libra de
plata por quintal. Los minerales que se consiguen allá se
mandan a Inglaterra.
Otro yacimiento de minerales de plomo se encuentra
en Tipe, a pocas horas de Caracas. Aquí la galena de
plomo es muy irregular en un espeso yacimiento de
cuarzo y forma en éste, pequeños nidos y filones en
parte conteniendo plata.
(Exploración de carbón en Cabo Blanco, D.F.)
También se quiere mencionar un esfuerzo de minería
de carbón. Cerca de Cabo Blanco a más o menos 1 hora
de distancia al Oeste de La Guaira. Allí el mar
frecuentemente bota pedazos de carbón, muchos de
estos asociados con fragmentos de arcillas. Esta arcilla
se encuentra allí aflorando.
Si en realidad, como ha sido mencionado, las islas de
Curazao, Orchila, etc., son los restos de una antigua

cadena litoral de Venezuela, entonces se habría formado
paralelo a la presente cadena litoral, un valle elongado
muy importante de 100 millas de longitud y 15-20
millas de ancho, donde podría haber tenido lugar una
importante formación de carbón.
Esta configuración de las montañas y el hecho de
que el oleaje botaba pedazos de carbón y arcillas, dio
origen a un esfuerzo de cateo del material fósil
mencionado. La prospección empezó inmediatamente en
el pie de la peña de Cabo Blanco en su lado oriental.
Justamente en este lugar se encuentra una llanura que se
extiende desde el pueblo de Maiquetía hasta Catia (18)
al Oeste de La Guaira y tiene una longitud de 2 horas y
un ancho de un ¼ hora. En esta llanura y a la mitad entre
ambos pueblos se eleva el aislado Cabo Blanco a más o
menos 100 pies. La llanura entra con el mismo
buzamiento desde el pie de la cadena de montañas hasta
el mar, continuando bajo el fondo del mismo.
En este cateo a pie de Cabo Blanco a 15 pies de
profundidad se encontró una capa regular de arcillas,
que de vez en cuando contuvo impresiones de helechos
y pedazos de carbón.
Puesto que el pozo de cateo debía bajar
profundamente bajo el nivel del mar, yo sugerí a los
empresarios que ordenasen un taladro de Norteamérica o
Europa para probar sin mucho esfuerzo la existencia de
carbón. Sin embargo, esos señores, esperando llegar
rápidamente al carbón, querían evitar la demora
necesaria y por ende se hizo el pozo de cateo con las
mínimas dimensiones posibles, siendo cuadrado y con 4
pies de lado. La arcilla se mantuvo muy bien, de manera
que no se necesitaron obras de carpintería para el
sostenimiento y se podía excavar muy fácilmente con un
hacha y la barra (figs. 35 y 36), que son las herramientas
favoritas de los obreros venezolanos. Para quitar el
material excavado se hacía con una azada (fig. 37), de
las que generalmente se usan en los trabajos de
agricultura.
Puesto que cerca del cateo habían bastantes arbustos
pero pocos troncos fuertes de madera, todo el trabajo se
tuvo que hacer con poco gasto y no se pusieron rieles.
Así también se hicieron pequeñas profundiza-ciones en
dos pozos vecinos. Para la extracción se afianza los pies,
luego con las manos se agarra la soga de extracción, que
pasa por una polea atada a un tronco de árbol a través
del pozo. El envase de extracción fue un zurrón o sea
una bolsa de cuero, que se usa en Venezuela a menudo
para el transporte de mercancías.
Cuando el pozo llegó a más o menos 15 pies
encontramos los primeros pedazos de carbón, lo que
luego se repitió diariamente hasta la terminación de los
13
J. Gustav Klemm, 1859.
trabajos. En ese momento tuvo una profundidad de 140
pies y el fondo se encontraba a 123 pies por debajo del
nivel del mar, no obstante estaba completamente seco.
El trabajo se terminó, puesto que entre la población
de la costa no se encontró gente que se atreviera a bajar
en el pozo estrecho y profundo, y además porque los
empresarios perdieron su paciencia ya que tenían la
esperanza de obtener resultados más rápidos y mejores
que en las operaciones de las minas de cobre.
(CONCLUSIONES)
(1.- Estado general)
Como se puede ver de lo procedente, la minería en
Venezuela de ninguna manera se encuentra en una
situación floreciente. Esto probablemente tiene varias
causas, fundamentalmente la escasa ocurrencia de
minerales, pero también la situación general del país y el
carácter de la gente.
(2.- Recursos minerales)
El oro se encuentra con bastante frecuencia, pero
en ningún lugar se presenta en suficiente abundancia
como para justificar la explotación (12). Minerales de
plata hasta ahora no se han encontrado y los minerales
de cobre no valen la pena de extraerlos considerando los
precios de los víveres y salarios.
(3.- Medios de transporte)
Un obstáculo adicional muy grande para el
florecimiento de la minería es la muy difícil
comunicación de una parte del país a otra. En toda
Venezuela que es un país más grande que Alemania solo
existen muy pocas carreteras transitables. El transporte
de las mercancías se hace exclusivamente por animales
de carga, lo que por supuesto tiene gran influencia en la
cantidad y la calidad de los objetos a transportar.
Envases de 4 y 5 quintales de peso requieren mucha
preparación para el transporte, lo que obviamente
encarece el mismo; para tales envases se instalan
relevos, dependiendo del camino, de hora a hora, o
también a distancias más cortas porque un animal de
carga no estaría en una posición de llevar este peso por
largo tiempo.
(4.- Recursos humanos)
Por mucho el obstáculo principal para la minería en
Venezuela, tiene su razón de ser en el carácter de los
nativos. Fuera de un gran temor a cualquier esfuerzo y
peligro, poseen una indolencia que no tiene igual.
Además desafortunadamente las condiciones de vida de
los obreros, no son tales como para encorazonar
esfuerzos físicos muy grandes. Puesto que los
trabajadores nativos tienen muy pocas necesidades, y la
naturaleza les recompensa mucho con un mínimo de
trabajo; esta gente no necesariamente tiene que trabajar (15) Dice "al Sur", pero en realidad debe ser al
por pago, más bien pueden vivir por largo tiempo sin Norte o Noroeste.
trabajo. Además como la población del país es muy (16) N 30°W.
pequeña, siempre habrá trabajo para aquellos que lo (17) Firstenbau y Ueberhauen, véase la fig. 2 que
quieran. Por estas dos razones surge un fenómeno muestra ilustraciones sobre estas modalidades de
curioso, de que a pesar de los bajos precios de los explotación minera.
víveres que comen esta clase de hombres, disfrutan de (18) Catia la Mar.
un pago muy elevado, pero a menudo no es suficiente (19) Klemm es muy severo en sus apreciaciones
para satisfacerles. Es esta la razón de la escasez para con los obreros venezolanos, pero debemos
constante de trabajadores y que ellos raramente se reconocer que al menos parcialmente está en lo correcto.
queden por mucho tiempo en el trabajo.
El obrero venezolano cree que cuando acepta un
trabajo, le está haciendo un gran favor al patrón y espera
ser tratado en forma acorde. De lo dicho se ve que en
Venezuela para mover la minería a un nivel más alto, es
absolutamente necesario emplear trabajadores
extranjeros (19). ÿ

Notas de los autores:

(1) Se refiere a la Cordillera de la Costa.

(2) Rocas de la faja de Villa de Cura.
(3) Alejandro de Humboldt y A. Bompland en el
momento del acontecimiento se encontraban en
Cumaná.
(4) Información tomada de las obras de A. de
Humboldt, quien a su vez la tomó de Manuel Palacios.
(5) Se refiere a menes de petróleo.
(6) En vez de Lago, debería decir Golfo de
Venezuela.
(7) Antonio Santos y Nicolás Rodríguez realizan
este viaje en 1775, según A. de Humboldt, 'Cuadros de
la Naturaleza'.
(8) La zona de Chacao se ubica entre los Morros
de San Juan y Villa de Cura. Allí se localiza la hoy
llamada "Mina de Santa Isabel" propiedad del Sr. Sosa,
pero que no se encuentra en explotación.
(9) 1 vara = 0,835 m.
(10) La Quebrada Las Minas está ubicada al sur de
Carrizal, a su vez afluente de la Qebrada Palo Negro que
llega a Paracotos. Aquí se encuentran las ruinas de
diversas obras civiles y algunas maquinarias,
remanentes de la explotación minera de fines del siglo
XIX, posteriores a Klemm.
(11) El rumbo lo presenta en "horas" donde 1 h =
30°, es decir que de 1 a 2 horas, equivale a un rumbo de
N 30-60°E.
(12) Para el momento de escribir este trabajo
parece que Klemm no había visitado las minas de oro de
Guayana, se muestra muy pesimista en sus apreciaciones
sobre esta región.
(13) N 0-60°W.
(14) "Espato pesado" puede ser baritina, pero esto
parece difícil ya que en la Serranía Costera nunca se ha
reportado este mineral.