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Elogio fúnebre de Francisco de Olmeda y León, marqués de los Llanos de

Alguazas, leído en la Sociedad Económica de Madrid (1780)

Es una pieza oratoria, elaborada para ser leída o escuchada por mucha gente de
distinta condición y lugares de España. Fue leída en la Real Sociedad Económica de Madrid, el 5
de agosto de 1780.

En esta pieza, Jovellanos no sigue la tradición: realizar elogios, obligado por las
circunstancias, sobre la persona; elogios que sonrojarían a quien los escucha por
constituir una serie de afirmaciones falsas o exageradas. Le interesa más resaltar el
hombre que fue, valorar los aspectos positivos, sin exagerarlos y no ocultar la verdad
aunque sea molesta. Son elogios justos basados en el rigor, el afecto, la sinceridad y la
sencillez, que destacan lo que para Jovellanos es digno de imitación y alabanza.
Jovellanos describe al noble que admira.
Cabe destacar que por aquella época, autores como Carrabús, con una postura
más radical, se negaban a realizar elogios por considerarlos una pérdida de tiempo y un
tributo innecesario a la persona fallecida.

Pág.119-130

Al Doctor Prado, del gremio y claustro de la Universidad de Oviedo,


sobre el método de estudiar Derecho (1795).

El documento es una carta de Jovellanos dirigida al Doctor Prado, profesor del claustro
de la Universidad de Oviedo, el cual se mostraba preocupado con la metodología y los
contenidos que se enseñaban en su centro académico.
Es un documento dirigido a personas representativas y no al gran público. En él,
Jovellanos refleja su ideología ilustrada, destaca la importancia del uso de la lengua
castellana como lengua vehicular de la enseñanza, la necesidad de establecer una
constitución española y su opinión acerca de la enseñanza universitaria de Derecho.
Adopta una postura sincera y valiente que le acarreará numerosos enemigos del gremio
de Derecho y del campo ideológico tradicional.
Ataca sin contemplaciones el método empleado en la enseñanza universitaria de
Derecho y como alternativa, elabora lo que considera debería ser el currículo necesario
para formar buenos abogados y juristas.
Deja clara la importancia y valor de la lengua latina pero critica duramente su uso
como lengua de enseñanza, en vez de la lengua castellana. En su opinión, si las ideas
dependen de las palabras que las representan para dar y recibir conocimientos, nada más
apropiado que la lengua propia para facilitar la enseñanza y el aprendizaje. Aprovecha
para plantear una reforma esencial, la creación de escuelas de lengua castellana en vez
de tantas malas escuelas de latinidad.

Pág.131-142
Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las
ciencias (1797)

El texto Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las ciencias


es un discurso que tuvo lugar durante el primer certamen del Real Instituto de Náutica y
Mineralogía de Gijón, que se celebró en abril de 1797. Va dirigido a la primera cohorte
de estudiantes que finaliza el plan de estudios del establecimiento.

Creado por Jovellanos, El Real Instituto de Náutica y Mineralogía de Gijón tenía


como objetivo destacar la importancia y utilidad que las ciencias, frente a otros
conocimientos, tenían en el desarrollo económico nacional y en el bienestar de los
ciudadanos. Pretendía, por un lado, formar a técnicos en náutica y en minería pero
también formar en conocimientos a un grupo de burgueses y nobles para que
constituyeran un fermento cultural entre sus compatriotas.
La idea más original de Jovellanos fue la de considerar imprescindible y básica para
sus técnicos la formación humanística. Aplicó la formación humanística de manera
combinada con la enseñanza de las ciencias usando metodologías modernas, en
oposición a la realidad educativa del momento que se basaba en metodologías y
contenidos anticuados.
Piensa que la instrucción pública saldrá beneficiada de la unión entre la literatura y
las ciencias. Según Jovellanos, esta alianza conducirá a un mayor bienestar colectivo, a
un desarrollo económico superior, pues los avances científicos bien explicados y
aplicados se convierten en fuente de riqueza. Propone a sus alumnos el estudio de la
literatura para alcanzar la felicidad y la virtud pues, para Jovellanos, las ciencias están
relacionadas con la razón y las letras con el sentimiento. El autor denomina las buenas
letras a las humanidades.

Pág.143-154

“Plan para arreglar los estudios de las universidades”


“Hubo un tiempo en que España, saliendo de los siglos oscuros, se dio con ansia a las
letras. Convencida al principio de que todos los conocimientos humanos estaban
depositados en las obras de los antiguos, trató de conocerlas; conocidas, trató de
publicarlas e ilustrarlas; y publicadas, se dejó arrastrar con preferencia de aquellas en
que más brillaba el ingenio y lisonjeaban más el gusto y la imaginación. No se procuró
buscar en estas obras la verdad, sino la elegancia, y mientras descuidaba los
conocimientos útiles, se fue con ansia tras las chispas del ingenio que brillaban en
ellas. España, por consecuencia, se hizo humanista, y mientras hacía progresos en la
gramática, poesía, elocuencia, historia, apenas admitía en el círculo de sus estudios
aquellas que habrían de labrar un día su prosperidad y gloria.
Vino después otra época en que los riesgos de la religión arrebataron toda su
atención hacia su estudio. Vino el tiempo de las herejías y las sectas, tanto más
ominosa a las Estados, cuanto entrándose a discurrir sobre los derechos de los
príncipes y los pueblos parecían atacar la autoridad pública y presentar la horrible
imagen de la anarquía y el desorden. Desde entonces, las ciencias eclesiásticas
merecieron todo su cuidado; y de cuantos progresos hicieron en ellas, pueden ser
ejemplo el Concilio de Trento y las insignes obras que nos dejaron”.
En esta época nacieron nuestras universidades, formadas para el mismo objeto y
sobre el mismo gusto (...)”.
JOVELLANOS: “Plan para arreglar los estudios de las universidades”, en
Antología de escritos pedagógicos de Gaspar Melchor de Jovellanos, edición de
Olegario Negrín Fajardo, Madrid, Sanz y Torres, 2010, pp. 157-158.

En el fragmento del texto Plan para arreglar los estudios de las universidades,
Jovellanos describe la evolución de los contenidos escolares y académicos en relación
con la Historia de España.
Es un texto de carácter histórico-educativo, que, junto con el texto Apuntamientos para el Plan
de Estudios, forman parte de los reglamentos y planes de estudio que elaboró Jovellanos.
Ambos textos coinciden con su corta experiencia ministerial y en ellos, nuestro autor, insiste en
la necesidad de introducir contenidos científicos en todas las instituciones y destaca la
importancia de la instrucción pública en el desarrollo económico nacional.
En un primer momento, describe a la España humanista que busca volver a los
clásicos para encontrar la fuente de todo conocimiento, de cómo se dejó llevar por
aquellas obras que recogían las artes liberales (gramática, retórica, dialéctica) y
descuidaba aquellas que hacían referencia a las artes manuales.
A continuación, describe a la España Barroca, época en la que la Iglesia vuelve a
adquirir el poder y la formación religiosa pasa a ser el fin de la educación, a la cual se
deben supeditar el resto de contenidos.
En el fragmento objeto de análisis, Jovellanos señala las diversas fases de la evolución
de la educación española en el camino equivocado, es decir, apartándose de lo que él
consideraba eran las ciencias útiles y aplicadas. En ese momento, la base de la
enseñanza universitaria eran las ciencias eclesiásticas y las jurídicas mientras que las
ciencias aplicadas se dejaban de tratar o se cultivan poco y parcialmente.
En este sentido, Jovellanos enumera los distintos problemas que, a su parecer, están
presentes en la enseñanza. De entre ellos podemos destacar:

1. Los contenidos: critica los contenidos enseñados en los centros académicos de


todos los niveles educativos, especialmente los referidos al currículo
universitario. En la Ilustración, las pocas disciplinas científicas que tenían
enseñanza abierta o cátedra en las universidades, o no se impartían o, de hacerse,
lo hacían a un escaso nivel. Jovellanos contrapone los contenidos especulativos
y teoréticos de las universidades con los conocimientos prácticos, aplicados que
se habían puesto en acción en el Instituto de Gijón.

2. La metodología escolástica de los peripatéticos: En el Plan para arreglar los


estudios de las universidades, el autor critica la educación basada en la memoria
y en el método escolástico y plantea una enseñanza fundamentada en la
experimentación. Frente a una enseñanza basada en la memorización, en el uso
de técnicas de trabajo encorsetadas en ejercicios repetitivos y en una lengua
latina no asimilada o mal ingerida, Jovellanos propone una metodología basada
en la experimentación y aplicación de técnicas científicas y el diálogo sosegado,
respetuoso y comprensivo.
3. Los establecimientos: Jovellanos ve un problema en la existencia de más
establecimientos de enseñanza dedicados a las ciencias o a impartir contenidos
de poca calidad (escuela de primeras letras) o poco útiles (cátedras de latinidad,
teología y jurisprudencia) en España que en cualquier otra nación. Como
alternativa al problema, propugna la creación de centros de enseñanza técnicos,
parecidos a los centros técnicos o profesionales, en los cuales se impartirían
conocimientos útiles y aplicados.

En Plan para arreglar los estudios de las universidades, Jovellanos se expresa como
el pensador ilustrado y el político que ha de tratar con prudencia la renovación de la
educación, debido a su especial importancia. Distingue entre las acciones que,
obligatoriamente, deben ser rápidas y concretas de las que, como ocurre en la
educación, deben se meditadas y planteadas con la seriedad con la que entendía habían
de ser tomados los asuntos que tenían que ver con la instrucción cuando se estaba en el
poder.

Pág.155-158

Apuntamientos para el Plan de Estudios o Discurso al Rey (1798)

Estamos ante el borrador de un documento seguramente de mayor envergadura en el


que Jovellanos vuelve a insistir en sus ideas, que girna en torno a la esencial
importancia que le concede a la instrucción pública, sin la cual no cree posible ningún
avance serio de la nación española. Trata de esta manera de convencer a las máximas
autoridades de la necesidad de colocar a la instrucción pública en el lugar que le
corresponde para que sirva de trampolín para el resto de las actividades productivas.
Para ello, claro está, no propone cualquier educación sino aquella que se apoya en los
conocimientos prácticos y útiles de la metodología moderna, alejada del escolasticismo
tradicional.

Supone un resumen de su pensamiento o una síntesis de sus principales criterios de


orden pedagógico. Redactado en torno al período en el que ocupó el Ministerio de
Gracia y Justicia, en este documento se describen las funciones del ministro y del rey, y
no sólo, como era habitual, las del funcionario de turno. Jovellanos le recuerda al rey
sus obligaciones, que en este caso, es velar por una mejora de la instrucción pública;
mientras que la obligación del ministro ha de ser la de poner los medios más adecuados
para que se produzca esa mejora. Insiste en su ideario político e ideológico, en donde la
instrucción pública ocupa un lugar central, pues sólo ella podía inclinar la balanza hacia
el progreso o el caos.
Entiende que el efecto y el fin de la educación es la instrucción. Desde este punto de
vista, la instrucción pública se alcanza a partir de los esfuerzos educativos (individuales
y colectivos) que se pongan en marcha. La educación e instrucción no son para
Jovellanos, términos equivalentes sino términos interrelacionados, de tal manera que sin
educación no se puede alcanzar la instrucción.
Vuelve Jovellanos sobre una de las ideas constantes de su pensamiento, la denuncia
de la educación tradicional, basada en el método escolástico, y caracterizada por el
memorismo, la repetición y los métodos artificiosos y competitivos. Como alternativa a
estas enseñanzas impuestas por la inercia y apoyadas por las fuerzas conservadoras, el
autor planteará la introducción de contenidos y metodologías pensadas para facilitar el
desarrollo nacional o, lo que es lo mismo, la felicidad individual y colectiva por medio
de la educación pública moderna, ya cercana a lo que se puede denominar educación
nacional para el ciudadano, frente a la educación estatal anterior propia del súbdito.
Incorpora como finalidad de la educación dos tipos de bienes: el bien físico y el
bien moral de los individuos y del Estado. Del primero se encargan todos aquellos
conocimientos que producen la riqueza de los individuos y el poder de las sociedades;
del segundo, los principios de moral pública o privada que hacen al hombre virtuoso y a
las sociedades justas. La conjunción de ambos tipos de contenidos formativos, prácticos
y morales, serían la solución aportada por Jovellanos a las autoridades del Estado,
dentro de su pensamiento de la educación al servicio de la economía.
Aplica la división de las ciencias para destacar la función a desarrollar las ciencias
prácticas frente a las especulativas. Las ciencias especulativas se deben cultivar en
cierta medida mientras que las prácticas se deben desarrollar masivamente. Explica el
currículo necesario para dinamizar el sistema educativo en todos sus niveles, ocupando
la lengua castellana el centro de la enseñanza.

Pág.159-162

Cartas a Vargas Ponce (1799)

Carta a José Vargas Ponce, amigo y discípulo a la vez, con el cual mantenía una estrecha
amistad y compartía el mismo interés por los temas educativos. Es un modelo de
correspondencia en donde Jovellanos muestra la sinceridad de la que hace gala para
orientar a Vargas Ponce en un momento delicado de su trayectoria como escritor. A
petición de Vargas Ponce, Jovellanos analizará el discurso que éste presenta a un premio
de la Academia.
En ella no se limita a escribirle halagos, sino que realiza un análisis profundo de las
carencias de su trabajo. Le critica con dureza, pero con afecto, a la vez que le anima a
alcanzar metas mucho más amplias para las que, entiende, está más dotado.
Su crítica comienza centrándose en la afición de Vargas por presentarse a todos los
premios que ofrece la Corte, teniendo en cuenta que ya había ganado uno y que le
habían rechazado de malas maneras de otro.
Continúa analizando la formalidad del escrito y, aunque reconoce que existe un
cúmulo de ideas interesantes, para Jovellanos, estas ideas no están relacionadas las unas
con las otras.
Acusa a Vargas de no poseer un estilo propio a la hora de escribir y le recuerda la
importancia de escribir como se habla y de componer como se escribe. Se queja del uso
de palabras, modos y frases nuevas y del epitetismo, el cual aborrece. En su opinión,
Vargas hablaba y escribía con soltura, fluidez y calidad.
Califica el discurso de desigual y oscuro, excesivamente erudito en algunos
momentos, que da la impresión de haber sido construido por acumulación, en diferentes
tiempos y estados de ánimo. Al tratarse de un escrito de contenidos relativos a la
instrucción pública, entiende que el estilo adecuado era el didáctico: ordenado, preciso,
sencillo y claro evitando la erudición innecesaria y la ampulosidad del estilo oratorio.
Un estilo, este último, que triunfaba últimamente.

Pág. 163-172
Discurso del Cuarto Certamen Público pronunciado en el Real Instituto
de Gijón (1801)

Discurso pronunciado en el Real Instituto de Gijón el 1 de febrero de 1801. Es un


escrito incompleto que nunca fue publicado; posiblemente fue un borrador sin finalizar
que Jovellanos empleó a modo de guión para su intervención en el certamen. Teniendo
en cuenta la situación de acoso en la que se encontraba, puede que ni siquiera fuese un
discurso formal, sino unas palabras sobre el acto.
Los objetivos de dicho discurso son dar a conocer los resultados de la institución
educativa en el último año, premiar a los alumnos más destacados y anunciar los
proyectos para el curso siguiente.
En este documento, Jovellanos define la instrucción como la reunión de los conocimientos
necesarios para la perfección del ser. Es decir, es la perfección de uno mismo hasta el nivel que
uno desee o necesite, usando para ello los conocimientos precisos. Consecuencia de esto es
que, según sea el grado de instrucción recibida, se producen desarrollos y diferencias en la
formación de cada persona.

Páag.173-179

Memoria sobre Educación Pública (1802)

Memoria sobre Educación Pública es un tratado teórico-práctico de enseñanza que,


junto al Reglamento del Colegio de Calatrava, es una de las principales aportaciones a la
organización escolar y a la pedagogía del momento y uno de los documentos pedagógicos más
importantes de toda su obra. Se trata de un escrito pedagógico de madurez, donde el autor
sintetiza todas sus lecturas y experiencias anteriores, y elabora un plan educativo de
referencia.

Pág. 180-272

BASES PARA LA FORMACIÓN DE UN PLAN GENERAL DE INSTRUCCIÓN


PÚBLICA (SEVILLA, 1809)

… “La junta, a vista de estas reflexiones, que se presentan a su consideración solo


para llamar toda su atención hacía un objeto de tan grande importancia y
trascendencia, después de haberlas meditado y mejorado con su celo y sus luces,
propondrá a la comisión de Cortes cuanto crea necesario para dirigir, mejorar y
extender la instrucción nacional, considerándola como la primera y más abundante
fuente de la pública felicidad; porque no se le puede esconder que sin educación
física no se podrán formar ciudadanos ágiles, robustos y esforzados; sin instrucción
política y moral no se podrán mejorar las leyes con que estos ciudadanos deben vivir
seguros, ni el carácter y costumbres que los han de hacer felices y virtuosos; y sin
ciencias prácticas y conocimientos útiles no se podrán dirigir y perfeccionar la
agricultura, la industria, el comercio y las demás profesiones activas que los han de
multiplicar, enriquecer y defender. Y por último, que siendo también constante que la
nación más sabia es siempre, en igualdad de circunstancias, la más poderosa,
España, colocada por la Providencia en la situación más favorable, bajo de un cielo
el más benigno, sobre un suelo el más fértil, poseedora de las más ricas y dilatadas
provincias, y llena de ingenios los más perspicaces y profundos, puede y debe
levantarse, por medio de leyes sabias y de una instrucción sólida, completa y general,
a ser la primera nación de la tierra.”
JOVELLANOS, G.M. de: Antología de escritos pedagógicos. Edición, introducción y
notas de O. Negrín Fajardo. Madrid, Sanz y Torres 2010.

Este fragmento, de carácter pedagógico, escrito en prosa, sacado de su obra “Bases


para la formación de un Plan General de Instrucción Publica” (Sevilla, 1809) pertenece
a su obra ANTOLOGÍA DE ESCRITOS PEDAGÓGICOS. En éstas pone de manifiesto
la importancia de las enseñanzas técnicas y científicas al lado de las humanidades y en
la necesidad de que el Estado se hiciese cargo de la enseñanza. Jovellanos se muestra
convencido de la relación que existe entre la `prosperidad social y la instrucción
pública. La finalidad que persigue Jovellanos es la de fomentar las ciencias prácticas
con las cuales se va a lograr la prosperidad del país. El objeto de la instrucción debe
extenderse a las necesidades de los nuevos tiempos, potenciar el comercio, la industria,
la agricultura y utilizar todos los medios para incrementar la prosperidad de los
ciudadanos y de la nación, una nación que considera tanto física como intelectualmente
dotada para llevar a cabo su proyecto reformador

Por una parte, y como es normal dentro del pensamiento ilustrado, aparece el tema
educativo como centro del texto. Jovellanos nos propone una instrucción nacional para
todos los ciudadanos, que debe ser constante, sólida, completa y general, Propone una
instrucción en diferentes ámbitos, la educación física para formar ciudadanos, como
político y moral, perfeccionar las leyes, y en las ciencias prácticas, progresar en las
distintas industrias. Así conseguir una nación más grande y fuerte a través de dicha
instrucción. Su gran interés es formar a los ciudadanos, mejorar las leyes, perfeccionar
las diferentes industrias de nuestro país, sueña con una mejora social, cuya finalidad es
conseguir la felicidad de los ciudadanos y una nación sabia y poderosa.

Pág.273-298

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