Es una pieza oratoria, elaborada para ser leída o escuchada por mucha gente de
distinta condición y lugares de España. Fue leída en la Real Sociedad Económica de Madrid, el 5
de agosto de 1780.
En esta pieza, Jovellanos no sigue la tradición: realizar elogios, obligado por las
circunstancias, sobre la persona; elogios que sonrojarían a quien los escucha por
constituir una serie de afirmaciones falsas o exageradas. Le interesa más resaltar el
hombre que fue, valorar los aspectos positivos, sin exagerarlos y no ocultar la verdad
aunque sea molesta. Son elogios justos basados en el rigor, el afecto, la sinceridad y la
sencillez, que destacan lo que para Jovellanos es digno de imitación y alabanza.
Jovellanos describe al noble que admira.
Cabe destacar que por aquella época, autores como Carrabús, con una postura
más radical, se negaban a realizar elogios por considerarlos una pérdida de tiempo y un
tributo innecesario a la persona fallecida.
Pág.119-130
El documento es una carta de Jovellanos dirigida al Doctor Prado, profesor del claustro
de la Universidad de Oviedo, el cual se mostraba preocupado con la metodología y los
contenidos que se enseñaban en su centro académico.
Es un documento dirigido a personas representativas y no al gran público. En él,
Jovellanos refleja su ideología ilustrada, destaca la importancia del uso de la lengua
castellana como lengua vehicular de la enseñanza, la necesidad de establecer una
constitución española y su opinión acerca de la enseñanza universitaria de Derecho.
Adopta una postura sincera y valiente que le acarreará numerosos enemigos del gremio
de Derecho y del campo ideológico tradicional.
Ataca sin contemplaciones el método empleado en la enseñanza universitaria de
Derecho y como alternativa, elabora lo que considera debería ser el currículo necesario
para formar buenos abogados y juristas.
Deja clara la importancia y valor de la lengua latina pero critica duramente su uso
como lengua de enseñanza, en vez de la lengua castellana. En su opinión, si las ideas
dependen de las palabras que las representan para dar y recibir conocimientos, nada más
apropiado que la lengua propia para facilitar la enseñanza y el aprendizaje. Aprovecha
para plantear una reforma esencial, la creación de escuelas de lengua castellana en vez
de tantas malas escuelas de latinidad.
Pág.131-142
Oración sobre la necesidad de unir el estudio de la literatura al de las
ciencias (1797)
Pág.143-154
En el fragmento del texto Plan para arreglar los estudios de las universidades,
Jovellanos describe la evolución de los contenidos escolares y académicos en relación
con la Historia de España.
Es un texto de carácter histórico-educativo, que, junto con el texto Apuntamientos para el Plan
de Estudios, forman parte de los reglamentos y planes de estudio que elaboró Jovellanos.
Ambos textos coinciden con su corta experiencia ministerial y en ellos, nuestro autor, insiste en
la necesidad de introducir contenidos científicos en todas las instituciones y destaca la
importancia de la instrucción pública en el desarrollo económico nacional.
En un primer momento, describe a la España humanista que busca volver a los
clásicos para encontrar la fuente de todo conocimiento, de cómo se dejó llevar por
aquellas obras que recogían las artes liberales (gramática, retórica, dialéctica) y
descuidaba aquellas que hacían referencia a las artes manuales.
A continuación, describe a la España Barroca, época en la que la Iglesia vuelve a
adquirir el poder y la formación religiosa pasa a ser el fin de la educación, a la cual se
deben supeditar el resto de contenidos.
En el fragmento objeto de análisis, Jovellanos señala las diversas fases de la evolución
de la educación española en el camino equivocado, es decir, apartándose de lo que él
consideraba eran las ciencias útiles y aplicadas. En ese momento, la base de la
enseñanza universitaria eran las ciencias eclesiásticas y las jurídicas mientras que las
ciencias aplicadas se dejaban de tratar o se cultivan poco y parcialmente.
En este sentido, Jovellanos enumera los distintos problemas que, a su parecer, están
presentes en la enseñanza. De entre ellos podemos destacar:
En Plan para arreglar los estudios de las universidades, Jovellanos se expresa como
el pensador ilustrado y el político que ha de tratar con prudencia la renovación de la
educación, debido a su especial importancia. Distingue entre las acciones que,
obligatoriamente, deben ser rápidas y concretas de las que, como ocurre en la
educación, deben se meditadas y planteadas con la seriedad con la que entendía habían
de ser tomados los asuntos que tenían que ver con la instrucción cuando se estaba en el
poder.
Pág.155-158
Pág.159-162
Carta a José Vargas Ponce, amigo y discípulo a la vez, con el cual mantenía una estrecha
amistad y compartía el mismo interés por los temas educativos. Es un modelo de
correspondencia en donde Jovellanos muestra la sinceridad de la que hace gala para
orientar a Vargas Ponce en un momento delicado de su trayectoria como escritor. A
petición de Vargas Ponce, Jovellanos analizará el discurso que éste presenta a un premio
de la Academia.
En ella no se limita a escribirle halagos, sino que realiza un análisis profundo de las
carencias de su trabajo. Le critica con dureza, pero con afecto, a la vez que le anima a
alcanzar metas mucho más amplias para las que, entiende, está más dotado.
Su crítica comienza centrándose en la afición de Vargas por presentarse a todos los
premios que ofrece la Corte, teniendo en cuenta que ya había ganado uno y que le
habían rechazado de malas maneras de otro.
Continúa analizando la formalidad del escrito y, aunque reconoce que existe un
cúmulo de ideas interesantes, para Jovellanos, estas ideas no están relacionadas las unas
con las otras.
Acusa a Vargas de no poseer un estilo propio a la hora de escribir y le recuerda la
importancia de escribir como se habla y de componer como se escribe. Se queja del uso
de palabras, modos y frases nuevas y del epitetismo, el cual aborrece. En su opinión,
Vargas hablaba y escribía con soltura, fluidez y calidad.
Califica el discurso de desigual y oscuro, excesivamente erudito en algunos
momentos, que da la impresión de haber sido construido por acumulación, en diferentes
tiempos y estados de ánimo. Al tratarse de un escrito de contenidos relativos a la
instrucción pública, entiende que el estilo adecuado era el didáctico: ordenado, preciso,
sencillo y claro evitando la erudición innecesaria y la ampulosidad del estilo oratorio.
Un estilo, este último, que triunfaba últimamente.
Pág. 163-172
Discurso del Cuarto Certamen Público pronunciado en el Real Instituto
de Gijón (1801)
Páag.173-179
Pág. 180-272
Por una parte, y como es normal dentro del pensamiento ilustrado, aparece el tema
educativo como centro del texto. Jovellanos nos propone una instrucción nacional para
todos los ciudadanos, que debe ser constante, sólida, completa y general, Propone una
instrucción en diferentes ámbitos, la educación física para formar ciudadanos, como
político y moral, perfeccionar las leyes, y en las ciencias prácticas, progresar en las
distintas industrias. Así conseguir una nación más grande y fuerte a través de dicha
instrucción. Su gran interés es formar a los ciudadanos, mejorar las leyes, perfeccionar
las diferentes industrias de nuestro país, sueña con una mejora social, cuya finalidad es
conseguir la felicidad de los ciudadanos y una nación sabia y poderosa.
Pág.273-298