C A R LO S F I G U E R O A A .
1.- INTRODUCCIÓN
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Ver Pasteur y Blauert .
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Según palabras de Montañés se trata de propiciar la intervención de los sujetos constructores
de objetos (i.e, actores) sustituyendo al método de conocer la opinión sobre objetos.
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Se está entendiendo por evaluación a la evaluación de impacto, pues el monitoreo es
entendido también como una evaluación de procesos o actividades.
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Algo similar es señalado por Román quien manifiesta que al evaluar uno está emitiendo un
juicio de valor de si aquello que se hizo estuvo bien o mal y tal juicio se establece a partir de un
modelo de intervención que otros definieron como apropiado para cambiar realidades (reflejo
de los esquemas de distinción de los observados) y en base a esquemas de distinción propios
de los evaluadores. Por lo tanto al evaluar uno está opinando sobre lo ajustado y adecuado de
los esquemas de distinción de quienes observa ... pero más importante aún se establecen
juicios sobre el efecto y/o impacto que las acciones realizadas tuvieron en los sujetos
involucrados en la intervención. Lo que daría lugar según la autora a un nuevo y distinto
sistema de observadores.
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Lo de reciente se refiere al uso práctico del monitoreo participativo en nuestra región, pues
según M. Estrella el concepto de monitoreo participativo así como el de autoevaluación no son
nuevos sino que tienen una tradición de 20 años incluyendo la investigación acción participativa
(PAR) y el aprendizaje y acción participativa entre otras.
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Esta definición nos parece apropiada para los intereses de este artículo aún cuando
reconocemos la dificultad de obtener una definición estándar de monitoreo participativo. Una
discusión acerca de estas dificultades puede verse en M. Estrella.
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Dada la por ahora poca información o más bien desinformación existente en nuestros
países acerca del monitoreo participativo en los proyectos de desarrollo y dada la
importancia, interés y aplicación creciente que viene teniendo en otras latitudes7, es
que se hace necesario tomar nota de sus alcances y limitaciones, de forma tal que su
aplicación en la región no sea sólo calco o copia sino aplicación creativa y adaptativa.
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Una revisión de experiencias sobre monitoreo y evaluación participativa alrededor del mundo
a través de 12 estudios de caso, puede verse en M. Estrella.
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A este nivel el supuesto es que siempre es posible utilizar un monitoreo participativo y que no
existen limitaciones con respecto al marco social, político e institucional
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Por ejemplo el Marco Lógico, de amplia difusión especialmente a nivel de organismos
internacionales de desarrollo.
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WEB de la FAO.
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Nos estamos refiriendo al caso más general (o usual) de los proyectos de desarrollo, es decir
aquellos que tienen participación de agentes internos y externos. Por otro lado, la validez de la
premisa se mantiene aún en el caso que el MP se implemente luego de iniciado el proyecto.
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Monitoreo participativo vs el método tradicional
El cuadro siguiente resume las diferencias (de manera general) de lo que sería un MP
frente a un método tradicional:
Creemos que aún en el caso que la población beneficiaria sea entrenada en las
técnicas tradicionales de monitoreo y tengan un rol mayor en las acciones a
desarrollar, no convertiría ello en un monitoreo participativo pues la lógica detrás es
distinta, el enfoque y la conceptualización también.
El MP busca dar un giro desde las evaluaciones con búsqueda de data controladas
externamente hacia procesos basados en el reconocimiento de los involucrados para
obtener, analizar y usar información12. A diferencia del método de monitoreo
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Las aplicaciones prácticas del MP son muchas. Van desde la alternativa que los gobiernos
le dan a sus pueblos para manifestarse e involucrarse en los procesos de desarrollo local
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convencional que incorpora a los beneficiarios únicamente en la recolección de data
y/o para la obtención de la misma.
Limitaciones del MP
(descentralización, etc.), hasta las iniciativas locales para administrar conflictos sociales. Las
buenas prácticas de un MP establecen que junto a la participación son importantes el
aprendizaje, la negociación y la flexibilidad (Sobre esto último ver Estrella y Gaventa).
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Ello va de la mano necesariamente con una Gerencia Social moderna con rasgos
participativos, adaptativa de resultados y enfocada siempre en la mejora (o cambios) de las
condiciones de vida de un grupo objetivo específico. Esta modalidad de Gerencia Social es
promovida incluso por miembros del Instituto Interamericano para el Desarrollo Social del BID.
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Hay autores que consideran que en la práctica no es del todo clara la dicotomía entre
monitoreo participativo y monitoreo convencional, pues argumentan que el MP podría recurrir a
expertos externos para colaborar en su administración o utilizar indicadores predeterminados
(Para una discusión al respecto ver M. Estrella). Creemos sin embargo que la importancia está
en quien conduce el proceso más que en la existencia o no de agentes externos, que de hecho
siempre van a estar presentes de una u otra manera.
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El caso de los conflictos sociales originados en las comunidades donde actúan las empresas
mineras podría relativizarse si es que se implementa un Plan de Monitoreo Participativo
conducido y dirigido por la propia comunidad y cuyas conclusiones y recomendaciones sean
acatadas por las empresas. El Plan de Monitoreo surge en este caso como consecuencia de un
proyecto empresarial (extractivo) en ejecución.
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validez de su data hasta preocupaciones acerca de su superficialidad y sobre-
simplificación.
Tal parece que el punto aquí sería establecer si existe una relación directa entre
mayor participación y menor rigor científico, dado que los enfoques de MP, de hecho
más innovativos, buscan incluir un amplio rango de involucrados (stakeholders) en
cada etapa del proceso.
De otro lado está la importancia del hecho de quién mide los cambios dados y quién
se beneficia del aprendizaje de estos cambios, dado que medir el cambio puede ser
usado para varios propósitos, dependiendo de las diferentes necesidades de
información y objetivos de los beneficiarios. De donde, las características o perfil de
las personas encargadas de iniciar procesos de MP cobran vital importancia: abiertas,
con voluntad de escuchar diferentes puntos de vista, reconocer la valía y rol de los
diferentes participantes y una habilidad para dar crédito cuando es debido no son
características que se encuentren fácilmente.
La sección final de este artículo más que conclusiones, más que ideas que pretenden
cerrar la discusión nos conduce por el contrario a señalar lo que está aún por definirse,
conocerse e investigarse acerca de la aplicación del Monitoreo Participativo en los
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Dado que lo que se busca en esta sección es revisar las limitaciones del MP, asumiremos
como cierto que el enfoque tradicional conduce a obtener efectivamente información objetiva y
cuantificable. Si bien en la práctica dicha objetividad es relativa (está en juego la subjetividad
del investigador) no puede negarse los esfuerzos técnicos y científicos para que la objetividad
sea cada vez mayor.
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Es cierto que no existen reglas del todo claras para definir los indicadores, no obstante una
guía práctica es el recurrir a las siglas SMART: Specific, Measurable, Action-oriented, Relevant
y Time bound, o a uno más reciente y supuestamente ajustado a enfoque participativos
SPICED: Subjective, Participatory, Interpreted, Communicable, Empowering y Dissaggregated.
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proyectos de desarrollo para avanzar hacia un uso mayor pero efectivo del mismo,
especialmente en la poblaciones de menores condiciones de vida y mayor exclusión
de nuestra región.
A la luz de lo descrito en las secciones anteriores son dos los puntos que deberían
trabajarse en mayor profundidad en lo que a la aplicación del MP se refiere, cuyo
punto de partida son las preguntas siguientes: ¿La información obtenida de un MP es
lo suficientemente buena para las tareas a mano?, y ¿El MP puede ser aplicado en
esfuerzos de desarrollo de gran escala, por cuanto no solo incluye un gran área
geográfica sino también un gran número de participantes?.
4.- BIBLIOGRAFÍA
• Estrella Marisol et al. Editors. Learning from change: Issues and experiences in
participatory monitoring and evaluation. London IIED, 1998, Special Issue on
participatory monitoring and evaluation. PLA Notes 31, London IIED.
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• NEF, 1998. Communities Count!. A step by step guide to community
sustainability indicators. London NEF.
Páginas WEB:
• www.web.net/pdforum
• www.ids.ac.uk/ids/particip
• www.ids.ac.uk/ids/eldis
• www.nrm.massey.ac.nz/changelinks
• www.prgaproram.org/tool_ref_80.htm
• www.ucm.es/info/iudc/publicaciones.htm
• www.worldbank.org
• www.iadb.org
• www.fao.org
• www.rehue.csociales.uchile.cl/publicaciones/mad/01/paper04.htm