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CONFIEMOS EN EL SACERDOCIO SUPERIOR DE CRISTO

Hebreos 8: 1-5

Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que


tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de
la Majestad en los cielos,
2 ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que
levantó el Señor, y no el hombre.
3 Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar
ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste
tenga algo que ofrecer.
4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote,
habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas
celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el
tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al
modelo que se te ha mostrado en el monte.

Buenas noches hermanos y amigos. Continuamos nuestros estudios de la


Epístola a los Hebreos. Semanas atrás hemos venido hablando acerca de
lo especial y diferente que es el sacerdocio de Cristo frente al sacerdocio
levítico. Hoy seguiremos hablando del sacerdocio de Cristo, ¿sabe por
qué? porque para el autor de hebreos es vital e importante que sus
lectores entiendan la superioridad de la labor sacerdotal mesiánica, para
que puedan acercarse a Dios con total confianza, para recibir
misericordia y gracia en los momentos de necesidad.

“ Por lo tanto, ya que tenemos un gran Sumo Sacerdote que entró en


el cielo, Jesús el Hijo de Dios, aferrémonos a lo que creemos….Así que
acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro
Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que
nos ayudará cuando más la necesitemos.” He. 4.14,16

A lo largo de la historia, los hombres han preferido poner su confianza y


buscar ayuda en otros hombres, en ritos, en objetos, antes que a Dios.
Cuantas veces hemos visto actores, políticos y artistas recurrir a
chamanes para que en “nombre de Dios” les den “buena suerte”; otros
prefieren ir al cura para que les de una bendición de parte de Dios.

Muchas veces, cuando llegamos a la vida cristiana podemos arrastrar este


tipo de ideas, y podemos buscarnos mediadores humanos para llegar a

1
Dios, poniendo nuestra confianza en ellos en vez de poner toda nuestra
confianza en Cristo, nuestro único mediador y sumo sacerdote ante Dios.

Similar es lo que les ocurría a los judíos cristianos, que pretendían


regresar al judaísmo, seguir con sus prácticas y costumbres, y confiar en
un sacerdote humano (como su mediador) antes que confiar en el
sacerdote celestial que es Cristo.

Es por ello, que el autor de hebreos continua fundamentado la


superioridad del Sacerdocio de Cristo, para que sus lectores, y hoy
nosotros, podamos confiar plenamente en su labor como sumo sacerdote.
Mire como comienza este capítulo, v. 1 a

“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que


tenemos tal sumo sacerdote” v.1a

El término “tal” es un adjetivo que intensifica la expresión, que denota


superioridad, grandeza de Cristo como sumo sacerdote. Hermanos,
tenemos un sacerdote infinitamente superior a cualquier otro sacerdote
humano, y podemos confiar plenamente en Él. ¿Por qué? ¿Por qué es
superior el sacerdocio de Cristo? ¿Por qué podemos confiar en su oficio
sacerdotal? El autor de hebreos, en este pasaje leído, nos da tres razones
de la superioridad de Cristo como Sumo Sacerdote.

I. PORQUE CRISTO ESTA EN UN LUGAR DE AUTORIDAD Y HONOR


SUPERIOR (v.1)

“Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que


tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de
la Majestad en los cielos,” v.1

Cristo después de resucitar de su muerte en la cruz, se sentó en un lugar


de autoridad y honor superior: A LA DIESTRA DEL TRONO DE LA
MAJESTAD EN LOS CIELOS.

El trono de la Majestad se refiere al trono de Dios, al trono celestial, es el


lugar de autoridad máxima, pues del trono se reina; y es un lugar de
honor, solo para el Rey, y esto SOLO se le ha concedido a Cristo, el Hijo de
Dios. Esto evidencia que Jesús es un Sumo Sacerdote- Rey, pues ambos
oficios corresponden a Jesucristo.

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Cristo se sentó a la diestra de Dios en señal de autoridad, de gloria, de
honor, pero esto no significa que su obra terminó, como cuando una
persona se sienta a descansar después de haber terminado su trabajo, no,
más bien indica aprobación y exaltación de parte del Padre Celestial,
después de que terminó su obra en la cruz, mire lo que dice Filipenses
2:8–11.

“y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo,


haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”
Fil. 2:8-11

Pero como hemos visto la semana pasada, el ministerio como sumo


sacerdote de Cristo no acabó en la cruz, porque sino hoy no estaría
haciendo nada, al contrario, en la actualidad Cristo lleva a cabo el
ministerio de intercesión: “por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre
para interceder por ellos.” He. 7.25, pues es nuestro abogado en el cielo
que intercede cuando pedimos perdón por nuestros pecados (1 Juan 2.1)

Como no confiar en la labor sacerdotal de Cristo, si Él está en el trono


supremo y celestial como Rey. ¡Que precioso que tenemos un Rey es
también nuestro sumo sacerdote!

II. PORQUE CRISTO SIRVE EN UN SANTUARIO SUPERIOR (v.


2,4,5)

“ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que


levantó el Señor, y no el hombre” v.2

“Allí sirve como ministro en el tabernáculo del cielo, el verdadero


lugar de adoración construido por el Señor y no por manos
humanas..” v.2 (NTV)

Cristo no es como los sacerdotes humanos que servían en los


tabernáculos terrenales, sino que sirve en un tabernáculo verdadero, el
cual es superior, porque es el santuario celestial.

3
El Santuario es el lugar donde se manifiesta la presencia de Dios: “Haz
que los israelitas me construyan un santuario para que yo habite en
medio de ellos. Deberán construir el tabernáculo y su mobiliario
exactamente según el modelo que te mostraré.” Ex. 25.8-9. El
tabernáculo era una tienda (similar a las carpas) que servía de santuario
terrenal1, donde el pueblo acudía a adorar a Dios, y donde los sacerdotes
ministraban a Dios intercediendo por el pueblo y ofreciendo los
sacrificios por los pecados (Ex. 29:38-46), sin embargo, con todo no
dejaba de ser un tabernáculo terrenal.

Cristo, a diferencia de los sacerdotes terrenales, sirve en el tabernáculo


celestial, el cual sirvió de modelo para la elaboración del tabernáculo
terrenal. Mire lo que dice el v.4 y 5:

4 Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote,


habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
5 los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas
celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el
tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al
modelo que se te ha mostrado en el monte. v.4-5

El tabernáculo que levantó Moisés, no fue invención humana, sino que él


tomó de la figura del celestial, que el mismo Señor hizo ver a su siervo en
el Monte Sinaí (Ex. 25.9). Por eso el v.5 nos dice que el tabernáculo que
erigió Moisés era figura y sombra del verdadero tabernáculo.

En este tabernáculo celestial ministra Cristo, un santuario que es


infinitamente superior porque ha sido erigido por Dios y no por los
hombres, donde mora la presencia de Dios.

“Porque miró desde lo alto de su santuario;


Jehová miró desde los cielos a la tierra,” Sal. 102.19

Por eso podemos confiar en la obra sacerdotal de Cristo, porque ministra


en el santuario verdadero y celestial donde mora perpetuamente la
presencia de Dios.

1 Santuario y Tabernáculo se usan en forma indistinta para representar donde mora


la presencia de Dios y como lugar de adoración a Él.

4
III. PORQUE CRISTO PRESENTÓ UN SACRIFICIO SUPERIOR (v. 3)

“Porque todo sumo sacerdote es constituido para presentar ofrendas


y sacrificios; por lo cual, es necesario también Éste haya tenido algo
que ofrecer.” v.3 (BTX)

Sacerdocio y sacrificio están estrechamente vinculados, porque el


sacerdote está constituido para que presente ofrendas y sacrificios por el
pecado (He. 5.1). Es imprescindible, que el sacerdote tenga algo que
ofrecer, en razón del oficio para el que fue constituido.

El texto original de este versículo nos dice que Cristo presentó un


sacrificio en el pasado (prosehegkei- ofrecer en el pasado, en razón del
modo verbal), por lo que una mejor traducción sería “.. por lo cual es
necesario que también tenga algo que ya ha ofrecido” o como lo presenta
la BTX “es necesario también Éste haya tenido algo que ofrecer”.

Vinculando de esta manera el sacrificio que Cristo al tiempo pasado y por


tanto al único sacrificio realizado por Él mismo y de Él mismo, en forma
voluntaria, su sacrificio y muerte en la Cruz para el perdón de nuestros
pecados.

Como sumo sacerdote Cristo tuvo que presentar un sacrificio, pero su


sacrificio es superior y definitivo, no admite comparación con el
sacerdocio levítico, que por su condición tenía que ser reiterativo, en
cambio el sacrificio de Cristo es una vez y para siempre; y además fue
una ofrenda superior a cualquier sacrificio, pues fue la propia sangre del
Hijo de Dios, entregada en sacrificio por nosotros.

Como lo dice Hebreos 7.27 “que no tiene necesidad cada día, como
aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus
propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una
vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.”

Conclusión
Mis hermanos, como no confiar en la labor sacerdotal de Cristo, si es
infinitamente superior, porque está en el Trono Celestial, porque
intercede por nosotros desde el Santuario Celestial y porque dio un

5
sacrificio superior, su vida, su sangre (y muerte) en la Cruz, una vez y para
siempre, para el perdón de nuestros pecados.

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