Anda di halaman 1dari 1

FRAGMENTOS DE MEIN KAMPF

“En consecuencia, es la raza y no el Estado lo que constituye la condición previa de la existencia de


una sociedad humana superior. Según esto, el fin supremo de un Estado racista consiste en velar
por la conservación de aquellos elementos raciales de origen que, como factores de cultura, fueron
capaces de crear lo bello y lo digno inherente a una sociedad humana superior. Nosotros
entendemos el Estado como el organismo viviente de un pueblo que no sólo garantiza la
conservación de éste, sino que lo conduce al goce de una máxima libertad, impulsando el
desarrollo de sus fa-cultades morales e intelectuales.

(...) Una ideología que, rechazando el principio democrático de la masa, aspira a consagrar este
mundo en favor de los mejores pueblos, es decir, en favor del hombre superior, está lógicamente
obligada a reconocer también el precepto aristocrático de la selección dentro de cada nación,
garantizando así el gobierno y la máxima in-fluencia de los más capacitados en sus preceptivos
pueblos; esta concepción se fun-da en la idea de la personalidad y no en la de la mayoría.

(...) La política exterior del Estado racista tiene que asegurar a la raza que abarca ese Estado los
medios de subsistencia sobre este planeta, estableciendo una relación natural, vital y sana, entre
la densidad y el aumento de la población, por un lado, y la extensión y calidad del suelo en que se
habita, por otro.

(...) La capacidad de asimilación de la gran masa es muy reducida, su inteligencia peque a y su


falta de memoria grande. De esta forma, toda propaganda eficaz debe limitarse a pocos puntos,
convirtiéndolos en fórmulas estereotipadas, repitiéndolas siempre que sea necesario hasta que el
último de los oyentes pueda entenderlos...

(...) Fundándose en esta convicción, el Estado racista no particulariza su misión educadora a la


mera tarea de insuflar conocimientos del saber humano, no; su objetivo consiste, en primer
término, en formar a hombres físicamente sanos, en segundo plano esta el desarrollo de las
facultades mentales y aquí, a su vez en lugar preferente, la educación del carácter y sobre todo el
fomento de la fuerza de voluntad y de decisión, habituando al educando a asumir gustoso la
responsabilidad de sus actos, sólo después de todo esto viene la instrucción científica.

(...) La culminación de toda labor educacional del Estado racista consistirá en infiltrar instintiva y
racionalmente en los corazones y los cerebros de la juventud que le esta confiada, la noción y el
sentimiento de raza. Ningún adolescente, sea varón o mujer, deberá dejar la escuela antes de
hallarse plenamente convencido de lo que significa la puridad de la sangre y su necesidad (...)

La ideología nacional racista ve el valor de la humanidad en sus elementos raciales de origen. En


principio considera el Estado sólo como un medio hacía un determinado fin y cuyo objetivo es la
conservación racial del hombre. De ninguna manera cree, por tanto, en la igualdad de las razas,
sino que, por el contrario, al admitir su diversidad, reconoce también la diferencia cualitativa
existente entre ellas.

Esa persuasión de la verdad le obliga a fomentar la preponderancia del más fuerte y a exigir la
supeditación del inferior y del débil, de acuerdo con la voluntad inexorable que domina el universo.

Página | 36

(...) El Estado tiene que empezar por hacer de la cuestión raza el punto central de la vida general;
tiene que velar por la conservación de su pureza y tiene también que consagrar al niño como el
bien más preciado de su pueblo. Está obligado a cuidar de que sólo los individuos sanos tengan
descendencia.

(…) Todos aquellos que, en este mundo, no son de raza pura, no son más que desechos."

Anda mungkin juga menyukai