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Revista de Historia de la FIM Núm.

3, 1er semestre de 2017

Las luchas por las libertades


y la reconquista de la
democracia en España
Nuestra Historia
Revista de Historia de la FIM

Número

Primer semestre de 2017


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Nuestra Historia: Revista de Historia de la FIM

ISSN: 2529-9808 • Edita: Fundación de Investigaciones Marxistas • Equipo coordinador:


Manuel Bueno Lluch, Francisco Erice Sebares, José Gómez Alén y Julián Sanz Hoya • Consejo
de Redacción: Irene Abad Buil, Juan Andrade Blanco, Manuel Bueno Lluch, Claudia Cabrero
Blanco, Francisco Erice Sebares, Juan Carlos García-Funes, José Gómez Alén, Fernando Her-
nández Sánchez, José Hinojosa Durán, David Ginard i Féron, Adrià Llacuna Hernando, Mir-
ta Núñez Díaz-Balart, Victoria Ramos Bello, Julián Sanz Hoya, Víctor Santidrián Arias, Juan
Trías Vejarano, Julián Vadillo Muñoz, Santiago Vega Sombría • Diseño de portada: Francisco
Gálvez • Diseño del interior y maquetación: Manuel Bueno Lluch • Foto de portada: José
Julio Ruiz Benavides (Archivo Histórico de CCOO de Andalucía) • Envío de colaboraciones:
historiapce@fim.org.es • Administración: c/ Olimpo 35, 28043, Madrid. Tfno: 913004969.
Correo-e: administracion@fim.org.es.
Índice
Editorial
A vueltas con la Transición
Consejo de Redacción de Nuestra Historia 5

Manifiesto: Los fondos del AGHD


Sección de Historia de la FIM 9

Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista


de la democracia en España

Presentación
Julián Sanz Hoya 11

La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976.


Presencia, espacios y redes del PSUC en comarcas
Cristian Ferrer González 18

El Partido Comunista de España en el campo andaluz.


Movilización jornalera y empoderamiento democrático
de la sociedad civil (1956-1979)
Mª Candelaria Fuentes Navarro 39

La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980. Una


aproximación desde el País Valenciano y el Bajo Vinalopó
Alberto Gómez Roda 52

El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas:


de la resistencia antifranquista a la movilización feminista
Claudia Cabrero Blanco 73

Miscelánea
Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el
franquismo (1966-1976)
Francisco Rojas Claros 103

Autora Invitada
Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala
y el órgano de prensa Mujeres de la Alianza Femenina
Guatemalteca
Anamaría Cofiño Kepfer 127

2 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808


Índice

Debates
Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente
popular
José Luis Martín Ramos 142

Entrevista
Josep Fontana i Lázaro
José Gómez Alén 163

Nuestros clásicos
Presentación
Manuel Loyola 188

Ricos y pobres
Luis Emilio Recabarren 191

Nuestro Documentos
Presentación
José Babiano 214

Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical


Nicolás Sartorius 217

Lecturas
Los cambios climáticos. La Pequeña Edad del Hielo en
España, de Armando Alberola Romá
José Luis Gasch Tomás 236

El pasado en construcción: revisionismos históricos en la


historiografía contemporánea, de C. Forcadell, I. Peiró
y M. Yusta
José Gómez Alén 239

Cartas presas, la correspondencia carcelaria en la Guerra


Civil y el Franquismo, de Verónica Sierra
Santiago Vega Sombría 245

De la hegemonía a la autodestrucción. El Partido Comunista


de España (1956-1982), de Carme Moliner y Pere Ysàs
David Ginard i Féron 250

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Índice

El guardián de la Revolución. Historia del Partido Comunista


en Cantabria (1921-1937), de José Manuel Puente Fernández
José Hinojosa Durán 254

Jesús Bayón: Un asturiano al frente del PCE. De la secretaría


general a guerrillero en el centro de España (1936-1946),
de Benito Díaz
Carmen García García 256

Encuentros
«Las otras protagonistas de la Transición. Izquierda
radical y movilizaciones sociales»
Eduardo Abad García 259

«El antifranquismo asturiano en (la) transición»


Francisco Erice 262

Memoria
Sobre la Querella Argentina
Pablo Martínez Corral 264

Breve crónica de la Asociación Memorial Campo de


Concentración de Castuera (2006-2017). Entre la Historia
y la Memoria
Antonio D. López Rodríguez 267

«España en guerra: violencia en las retaguardias», una


exposición necesaria
José Emilio Pérez Martínez 274

Lina Molina Rivero, el drama de una joven comunista


comprometida
Encarnación Barranquero Texeira 278

In Memoriam
Olga Ulianova
Rolando Álvarez 285

Autores (dossier, miscelánea y autor invitado) 288

4 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808


Editorial

A vueltas con la Transición


Consejo de Redacción de Nuestra Historia

El debate sobre la Transición postfran-


quista ha conocido, en los últimos años,
una revitalización que viene a mostrar-
nos, una vez más, la permeabilidad de
los análisis históricos a los cambios po-
lítico-sociales y culturales de cada mo-
mento. El desencanto ciudadano con la
actual situación, la desacralización de la
monarquía, las fisuras o quiebra (según
los juicios) del bipartidismo y los efec-
tos sociales demoledores de las políticas
neoliberales han contribuido, sin duda, a
fijar la atención en lo que fue la salida del
franquismo y la transición a la democra-
cia parlamentaria posterior, tendiendo
a subrayarse especialmente sus fiascos,
sus insuficiencias y sus hipotecas.
Es verdad que las interpretaciones
de los historiadores sobre este período,
como era de esperar, nunca han sido uni-
formes; siempre ha habido diferencias
entre los análisis más «estructurales» y
los más «intencionales», los que otor- dudable complacencia con los resultados y
gaban mayor protagonismo a las élites una identificación general —matices apar-
y los que consideraban, justamente, que te— con las políticas de cambio desarrolla-
la movilización obrera y popular ha- das por la derecha reformista heredera del
bía conseguido, ya que no imponer el franquismo y con las actitudes «responsa-
modelo de ruptura democrática al que bles» y realistas, en aquella coyuntura, de la
aspiraba buena parte de la oposición, izquierda antifranquista. En los esquemas
sí impedir al menos la continuidad del más simples, la Transición se convertía in-
régimen y forzar la apertura de un pro- cluso en un episodio —casi inédito en los
ceso democratizador. Pero es indudable anales de la historia— en que un proceso de
que la imagen predominante proyectada cambio político de esta envergadura se rea-
del período, entre la opinión pública en lizaba en condiciones de amplio consen-
general pero también en ámbitos acadé- so, sin vencedores ni vencidos, de manera
micos, se ha caracterizado por una in- pacífica y armónica. Tan insólito fenóme-

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Editorial

no (inmune no ya a la lógica de la lucha de allá por 1975-1977 y que si no se logró la


clases sino al carácter mismo conflictual de ruptura democrática que se pretendía con
las sociedades históricas y a las inevitables cambios sociales más radicales y avanza-
confrontaciones de intereses sociales) con- dos, se debió sobre todo a la «traición» de
vertía al caso español en un «modelo» para algunos partidos y dirigentes de la izquierda
otros procesos, más allá de que se tratara a mayoritaria. O que todos los males de hoy
menudo de situaciones difícilmente homo- proceden de aquella nefasta etapa «funda-
logables, por contexto y condiciones, con la cional» y de las ataduras y corsés entonces
de nuestro país. anudados. Olvidan sin embargo, quienes así
No es casualidad que las virtudes de- piensan, que las interpretaciones históricas
nuestra transición, según tan singulares y basadas en imputaciones personales de ca-
acríticos análisis, hayan convertido hoy en rácter moral —más allá de las responsabili-
las más entusiastas defensoras de la de- dades individuales que puedan existir— no
seabilidad de sus resultados y la adecua- explican sino que desplazan el problema; si
ción de sus procedimientos, a las fuerzas hubo «traidores», cabe preguntarse por qué
de la derecha, buena parte de la cual se las bases de las organizaciones, las masas o
había mostrado entonces refractaria o re- las mayorías sociales siguieron su estela o
celosa ante el proceso de democratización. no secundaron a quienes pretendían otras
Cuando hoy algunas de esas fuerzas resis- alternativas. Y no se plantean tampoco que,
ten denodadamente, recurriendo incluso a tras la Transición, los conflictos políticos y
los jueces (como en Alicante o en Oviedo), sociales siguieron desarrollándose y que, si
en defensa de los nombres franquistas del acaso hubiera existido una derrota inicial, lo
callejero, cabe pensar o que su elogio de que sucedió después pudiera tal vez expli-
la Transición es meramente instrumental, carse en mayor medida por la inadaptación
frente a posibles males mayores, o bien que de las fuerzas del antifranquismo a la nueva
las limitaciones del propio proceso, con- situación o frente a procesos más amplios de
servando las viejas hegemonías sociales y hegemonía neoliberal que azotaron y azo-
una parte del anterior aparato del Estado, tan el mundo sobre todo desde la década (ya
incluía desde su punto de vista, como algo pos-transicional) de los ochenta del pasado
insoslayable, la eliminación de la herencia siglo.
democrática del republicanismo y el anti- En los últimos meses hemos visto cómo
franquismo como sacrificio propiciatorio los juicios sobre la Transición han dado
para una «reconciliación» otorgada. lugar a tomas de posición en la izquierda
El 40 aniversario de las primeras elec- transformadora generalmente sobrados de
ciones democráticas puede aportar alguna «presentismo» y carentes, en general, de la
novedad bibliográfica y encuentros cientí- profundidad, el equilibrio y el rigor históri-
ficos fructíferos, pero también revitalizar co mínimamente exigibles. En algún caso,
el eco de los viejos argumentos en favor de se ha invocado la «herencia negativa» de
la ortodoxia interpretativa de la Transición la Transición, descalificando globalmente
(el relato armonista) y de algunos contra- y de forma simplista la política de algunas
relatos que, más allá de las simpatías con fuerzas antifranquistas (concretamente el
su intención crítica que puedan suscitar, se PCE) desde la perspectiva de los «males de
caracterizan, a nuestro juicio, por su sim- la moderación», aplicables ayer y hoy a los
plicidad y su esquematismo. Por ejemplo, debates en este espectro ideológico; ob-
aquellos que creen que «todo era posible» viando que, más allá de los juicios acerca

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de su utilización, los argumentos entonces tifican más con el «no es eso» de la canción
esgrimidos sobre la correlación de fuerzas de Lluís Llach que marcaba el temprano des-
o los riesgos de involución no deben ser encanto y el desfase entre las esperanzas de
desestimados como meramente artificia- cambio tenazmente construidas y el duro
les o interesados, y que la comparación de despertar. Pero de lo que se trata es de anali-
situaciones requiere siempre subrayar las zar críticamente y en su contexto un proce-
diferencias de contexto y huir de los ana- so que no puede ser liquidado con simplistas
cronismos. En sentido contrario, otros han caracterizaciones propicias al titular perio-
esgrimido la defensa cerrada de la política dístico convencional. Si queremos aprender
seguida entonces como la única posible, del pasado y no recurrir a la burda moraleja
pretendiendo incluso que su cuestiona- o a la instrumentalización pragmática del
miento representa un intolerable ataque a mismo, necesitamos no del cultivo del mito
los luchadores antifranquistas o una mi- —o del contra-mito, que es otra forma de fa-
nusvaloración de su esfuerzo. Olvidan, con bulación— tan de moda en algunas nuevas
ello, que los juicios acerca de las decisiones concepciones políticas emergentes, sino al
tácticas del momento pueden deslindarse análisis histórico racional.
de la valoración de los efectos de la resis-
tencia contra la dictadura, que la crítica de ***
las opciones elegidas es legítima o que el
análisis de los efectos de las renuncias ejer- Una parte importante del número 3 de
cidas en nombre de la viabilidad del proce- Nuestra Historia que ahora se presenta nos
so en las posteriores condiciones de lucha habla de algo que, más allá de las polémicas
bajo la democracia (como han puesto de re- historiográficas, nos parece fundamental y
lieve algunos historiadores) puede ser útil resulta plenamente compartido por quie-
para comprender la evolución posterior o nes elaboramos esta revista: la contribu-
la crisis de las organizaciones (empezando ción crucial de las luchas sociales a la ero-
por el PCE y siguiendo por la «izquierda ra- sión del franquismo y la implantación de
dical») que protagonizaron esencialmente la democracia. Empezando por el dossier
la lucha antifranquista. que, con la oportuna presentación de Julián
El debate sobre la Transición es y debe Sanz, incluye interesantes trabajos, en ma-
ser una controversia abierta. Aquí no defen- yor o menor medida vinculados a ámbitos
demos ninguna interpretación «ortodoxa» regionales o locales, sobre la implantación
del proceso, ni —por supuesto— la «oficial» del comunismo catalán (Cristian Ferrer), las
ni tampoco determinados contra-relatos movilizaciones jornaleras en el campo an-
hipercriticos, porque no es el papel de esta daluz (María Candelaria Fuentes), el prota-
revista, cuyos colaboradores sustentan, por gonismo de las mujeres (Claudia Cabrero) y
otra parte, opiniones plurales. Seguramente el papel de algunas formas de sindicalismo
algunas están más cerca de creer en las vir- (Alberto Gómez Roda).También nos evocan
tudes que, con todos los matices necesarios, la preparación de las condiciones que hi-
tuvo esa Transición que trajo eso tan im- cieron posible el cambio político el intere-
prescindible y a la vez tan insuficiente que sante y documentado trabajo de Francisco
son las libertades democráticas, recordan- Rojas sobre las ediciones en España de las
do como positivo, dadas las circunstancias, obras de Marx y Engels durante la dictadu-
aquello de la «libertad sin ira» de la canción ra y las prácticas de la censura; o el texto
popular de entonces. Sin duda otras se iden- de Nicolás Sartorius acerca del movimiento

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Editorial

sindical reproducido en la sección Nuestros obra y también la política militante en el


Documentos e introducido y explicado por pasado y el presente. Inauguramos, asimis-
Jose Babiano. mo, una sección de debates y controver-
Desde luego, el número dista de agotar- sias con la contundente respuesta de Josep
se con esta temática. Fieles a la reiterada Lluís Martín Ramos al libro de Manuel Ál-
intención de abrir nuestras páginas a las varez Tardío y Roberto Villa 1936. Fraude y
aportaciones de colegas latinoamericanos, violencia en las elecciones del Frente Popu-
tenemos la satisfacción de dar a conocer un lar, obra que pretende revitalizar tesis nada
interesante trabajo de la antropóloga e his- nuevas sobre la supuesta ilegitimidad de
toriadora feminista guatemalteca Anamaría tan importante experiencia de la izquier-
Cofino, que nos habla de la lucha de las mu- da republicana y antifascista española. Las
jeres comunistas guatemaltecas en un pe- «lecturas» de libros publicados (realizadas
ríodo crucial de la historia de su país, la dé- en esta ocasión por José Luis Gasch, José
cada revolucionaria (1944-1954). También Gómez Alén, Santiago Vega, David Ginard,
latinoamericano es el texto de Luis Emilio José Hinojosa y Carmen García) y las rese-
Recabarren que cubre la sección Nuestros ñas de encuentros (Eduardo Abad, Francis-
Clásicos, presentado y glosado por Manuel co Erice) completan un índice al que casi
Loyola. La inauguración de nuestra sección solo añadir el siempre presente en nuestras
dedicada al recuerdo (In Memoriam) de páginas repaso a temas relacionados con
compañeros y compañeras fallecidos que la memoria democrática: la denominada
compartían con nosotros una visión crítica Querella Argentina, la biografía de Lina
y comprometida de la función del historia- Molina, la Asociación Memorial Campo de
dor, tiene también nombre chileno (o me- Castuera y la exposición «España en gue-
jor, ruso-chileno), merced a la sentida nota rra: violencia en la retaguardia» aparecen
necrológica de Rolando Álvarez, colabora- en este apartado glosadas por Pablo Martí-
dor ya anterior de nuestra revista, sobre la nez Corral, Encarnación Barranquero, An-
malograda compañera Olga Ulianova. tonio D. López y José Emilio Pérez. Queda
En un número que, finalmente, ha re- por añadir el texto-manifiesto en favor de
sultado especialmente variado y tal vez una mayor apertura del Archivo General e
más extenso de lo inicialmente previsto, Histórico de Defensa, elaborado por la Sec-
no podía faltar la entrevista a un historia- ción de Historia de la FIM y enviado a la res-
dor de prestigio, en este caso nada menos ponsable de este departamento ministerial,
que nuestro admirado Josep Fontana, con en el contexto de nuestra preocupación por
quien José Gómez Alén conversa extensa- la máxima apertura de los fondos documen-
mente sobre la Historia, el balance de su tales a los investigadores.

Fe de erratas
En la «Introducción al Memorial de Yalta» de C. Spagnolo, incluida en el nº 2 de Nuestra
Historia, se deslizó una errata en la traducción. Hablando de Togliatti al comienzo de la pág.
142, donde dice «pocas horas antes de que un ictus cerebral, del que ya no se recuperó, im-
pidiese su participación en un encuentro con jóvenes pioneros de Artek», debe decir «pocas
horas antes de sufrir un ictus cerebral, del que ya no se recuperó, después de su participación
en un encuentro con los jóvenes pioneros de Artek».

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Los fondos del AGHD
Sección de Historia de la FIM

Actualmente el Archivo General e Histó-


rico de Defensa (Madrid) [1] es el depositario
de una rica y fundamental documentación
referida tanto a un buen número de per-
sonas que defendieron la democracia re-
publicana durante la Guerra Civil como a
aquellas que lucharon contra la dictadura
franquista. Por dichas actuaciones muchas
de ellas fueron sometidas a juicio sumarísi-
mo por la justicia militar franquista [2].
No cabe duda que la consulta y poste-
rior análisis de esta documentación está
suponiendo y supondrá un claro avance en
el conocimiento de lo acontecido tanto en
la zona sublevada como en la zona republi-
cana durante la Guerra Civil e igualmente
permitirá una mayor profundización en el
estudio de la oposición a la dictadura a par-
tir del 1 de abril de 1939.
Sin embargo, las actuales normas de
consulta y reproducción de documentos
del Archivo General e Histórico de Defen-
sa [3] suponen en la práctica un claro impe-
Portada del procedimiento sumarísimo de
dimento para alcanzar los objetivos antes urgencia contra Miguel Hernández, depositado
señalados. En este sentido podemos apun- en el AHGD (Fuente: www.mde.es).
1.–Fuente: http://www.portalcultura.mde.es/cultural/
archivos/madrid/archivo_159.html tar, entre otras cuestiones, el reducido ho-
2.– Tal y como recoge la web de este archivo nos referimos rario de consulta pública (menor aún si se
al Fondo de la Justicia Militar formado, principalmente, por tiene en cuenta el tiempo real transcurrido
la documentación generada por los Juzgados Militares desde la petición hasta la entrega de la do-
del bando franquista desde el comienzo de la Guerra Civil
cumentación), la restricción a tres del nú-
hasta finales del S. XX. Las fronteras territoriales en las
que se circunscribe el fondo son las que actualmente mero de sumarios que se pueden solicitar
delimitan la jurisdicción del Tribunal Militar Territorial en una petición, la prohibición de utilizar
Primero, es decir, las actuales Comunidades Autónomas cámara fotográfica para hacer copias (du-
de Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Valencia y
rante unos años sí fue posible, siendo una
Murcia.
práctica habitual en otros archivos públi-
3.–Fuente: http://www.portalcultura.mde.es/Galerias/
cultural/archivos/fichero/159_NORMAS_SALA_REPRO_ cos), la limitación de reproducciones por
AGHD_2015_SAD.pdf sumario o los actuales precios por copia.

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Editorial

Todas estas circunstancias se convierten en lunes a jueves, de 8,30h. a 18h. Viernes,


importantes obstáculos para cualquier ini- de 8,30h a 14,30h.
ciativa investigadora relacionada con esta
documentación. 2. Consulta: Hasta un máximo de 6 expe-
Desde instancias internacionales se ha dientes en cada turno (de 8,30h. a 12,30h
denunciado que determinados países impo- y de 13,30h a 18h., pasando a reserva
nen de manera práctica límites a la consul- para el día siguiente, salvo indicación de
ta de la documentación de algunos de sus lo contrario, todo documento solicitado
archivos históricos y ello a pesar de tener y no consultado antes de las 17,30h).
regulado el libre acceso a estas institucio-
nes [4]. En nuestro país no podemos permitir 3. Reproducción: Para toda reproducción
que estas situaciones ocurran, pues de con- de documentos en forma de fotocopias,
sentirlo se estarán cercenando derechos fotografías o microfilm, el lector deberá
fundamentales de los ciudadanos. dirigirse al personal de la sala de lectura
Por ello desde la revista Nuestra Historia para cumplimentar la correspondiente
solicitamos al gobierno el cambio de estas petición y el abono de las tarifas establec-
restrictivas normas en el Archivo Gener- idas. En cualquier caso, los lectores po-
al e Histórico de la Defensa por otras que drán fotografiar por sí mismos los docu-
favorezcan de forma real la investigación mentos mediante el uso de cámara digital
histórica. Y a modo de aportación, Nuestra o dispositivo móvil con cámara, sin el uso
Historia hace las siguientes propuestas: de flash. Las imágenes obtenidas de este
modo, sin ningún tipo de cargo, serán
1. Apertura del Archivo en horario ho- para uso personal del investigador/a,
mologable al de otras entidades de ám- debiendo recabar la autorización del Ar-
bito estatal dedicadas al mismo fin (Ar- chivo en aquellos casos en que su destino
chivo Histórico Nacional, Centro Docu- sea la reproducción en libros, catálogos u
mental de la Memoria Histórica…): De otro tipo de publicaciones.

4.– Informe de la Relatora Especial sobre los derechos


culturales, Sra. Farida Shaheed, Naciones Unidas,
A/68/296, Distribución general 9 de agosto de 2013.
Véase pág. 14, apartado 46. [http://www.ohchr.org/EN/
Issues/CulturalRights/Pages/AnnualReports.aspx].

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Dossier

Presentación
Julián Sanz Hoya
Universitat de València

En la España de los años sesenta, la cara


más visible del desarrollismo para una gran
mayoría de la población no eran las tópicas
imágenes de seiscientos, lavadoras y sue-
cas en bikini, sino una realidad cotidiana de
barriadas humildes sin dotaciones, trabajo
duro en las fábricas y los campos, mujeres
legalmente sometidas a sus maridos, falta
de los derechos y las libertades más ele-
mentales, torturas sistemáticas en las co-
misarías y penas de cárcel para la oposición
a la dictadura. Fue en aquellos barrios, en
aquellas fábricas, en aquellos campos, en
aquellas cárceles, donde las luchas contra
la explotación, la miseria y la falta de liber-
tades dieron cuerpo y fuerza al movimiento
antifranquista, hicieron germinar espacios
de libertad y pusieron las bases para cons-
truir un formidable ariete contra la conti-
nuación de la dictadura. Una realidad sin la
cual resulta imposible, además de injusto,
explicar la posterior reconquista de las li-
bertades democráticas. Pero en los relatos Estudiante preparando una pancarta en la
mediáticos y políticos dominantes sobre Universidad de Sevilla en 1976 (Foto: José
el nacimiento de la democracia española Julio Ruiz Benavides - Archivo Histórico de
—que de forma interesada u olvidadiza se CCOO de Andalucía).
identifica con la de 1978, ignorando tanto
la Segunda República como el largo hilo de chos los trabajos que vienen analizando el
luchas democráticas— los sujetos obreros y protagonismo de la sociedad en la lucha
populares han sido preteridos en favor de contra la dictadura y en la construcción de
las elites políticas y de los santos laicos de un sentido común democrático. Otra cosa
la transición. es que, con frecuencia, los historiadores y
No es así, en cambio, en el terreno de la las historiadoras no hayamos sido capaces
investigación histórica, donde son ya mu- de trasladar el resultado de nuestras in-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 11-17 11


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

vestigaciones al conjunto de la sociedad e vez con mayor presencia y peso— investi-


incidir en los debates sobre el pasado y el gaciones que vienen subrayando la impor-
presente. Precisamente, el motivo de este tancia decisiva de la movilización social. Al
dossier es el de presentar algunas de las tiempo, las visiones beatíficas del proceso
investigaciones recientes que, desde diver- democratizador han sido contestadas por
sos ángulos, se están ocupando de analizar otras que plantean un balance ambivalen-
diferentes sujetos políticos y sociales —co- te, cuando no oscuro de la transición, ex-
munistas, sindicalistas, trabajadores y tra- poniendo sus carencias y desmintiendo el
bajadoras de la ciudad y el campo, mujeres mito de la transición pacífica [1]. Resulta,
antifranquistas— cuya contribución resultó por tanto, incorrecto sostener que exis-
decisiva para acabar con la dictadura y for- ta un consenso académico en torno a una
zar la apertura de un proceso democratiza- historia oficial acrítica con la transición, o
dor en la España de los años setenta. centrada solo en la transición protagoniza-
da por las elites, pues contamos desde hace
La lucha por las libertades y la tiempo con influyentes estudios en sentido
transición a la democracia muy diferente.
Conviene insistir en ello, dada la tenta-
Sin duda, el protagonismo de la dictadu- ción adánica de algunos relatos que vienen
ra y de la transición postfranquista en los a descubrirnos mediterráneos y que, con
debates de actualidad está directamente excesiva frecuencia, prescinden de los re-
vinculado a los serios problemas sociales sultados de las investigaciones más riguro-
y políticos de nuestro presente, con la cre- sas, trasladan las frustraciones del presente
ciente impugnación —total o parcial— del al periodo transicional o plantean juicios
sistema político resultante, hasta cierto sumarios sobre las decisiones de la épo-
punto, de la transición. Uno de los resulta- ca sin atender a los equilibrios de fuerzas
dos más saludables del renovado espíritu y al contexto en que fueron tomadas. Sor-
crítico desarrollado al hilo de la contesta- prende, en especial, que algunas visiones
ción a la crisis económica, a los recortes so- pretendidamente críticas desde la izquier-
ciales y a la corrupción política, ha sido el da partan de asumir uno de los elementos
extenso cuestionamiento de la visión idea- clave del «mito de la transición», el cons-
lizadora de la «modélica transición». Cier- tituido por el relato autolegitimador de las
tamente, las visiones críticas sobre la tran- elites procedentes del franquismo sobre su
sición no son nuevas: estuvieron presentes papel en el diseño y el impulso de la demo-
ya en aquel periodo, se mantuvieron des- cratización, obviando en qué medida fue un
pués desde diferentes ángulos y resurgie- proceso no querido por aquellas, sino for-
ron con fuerza de la mano del movimiento zado por la movilización democrática [2].
por la memoria histórica. En este sentido, trabajos como los de
La historiografía y otras ciencias socia- Radcliff, Molinero e Ysàs, Sartorius y Sabio,
les no han sido ajenas a esta evolución: entre otras muchos, vienen mostrando que,
en su seno han convivido interpretaciones
condescendientes con el relato de las eli- 1.– Sophie Baby, Le mythe de la transition pacifique.
Violence et politique en Espagne (1975-1982), Madrid, Casa
tes protagonistas de la Transición, plantea-
de Velázquez, 2012.
mientos eclécticos que sumaban teoría de la
2.– Ferran Gallego, El mito de la transición. La crisis del
modernización, protagonismo de las elites franquismo y los orígenes de la democracia (1973-1977),
y participación de la sociedad civil, y —cada Barcelona, Crítica, 2008.

12 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 11-17


Presentación Julián Sanz Hoya

frente a las visiones de la historia que en- dictadura franquista como en la transición.
fatizan la democratización como resultado Dentro de este esquema, la transición sería
más o menos automático de la moderniza- «sólo un momento, una fase, de dicho pro-
ción económica y social, o a aquellas que la ceso», pero que no se entiende sin el com-
presentan como fruto de la decisión de unas bate antifranquista de las décadas previas y
elites virtuosas, resulta crucial devolver el la extensión de prácticas e ideas democrá-
protagonismo a la sociedad. Al desarrollo, ticas en crecientes sectores de la sociedad.
desde abajo, desde la experiencia de las cla- Y, segundo, en mi opinión tal deslinde debe
ses populares y de todas las personas que servir también para evitar un cierto teleo-
optaron por hacer frente a las desigualda- logismo que lleve directamente de las lu-
des y al aplastamiento de las libertades, de chas por la democracia a la consecución de
todo un conjunto de movimientos y prácti- un modelo concreto de democracia, equi-
cas sociales que se enfrentaron día a día a parando los objetivos —sin duda, diversos y
lo que significaba la dictadura. Esta opción plurales— por los que lucharon los sujetos
resulta coherente con una concepción de antifranquistas, individuales o colectivos,
la historia que apuesta por rescatar la vida con los resultados alcanzados en la Cons-
y las luchas de la mayoría trabajadora, al titución de 1978 o en el funcionamiento
tiempo que con la constatación del carácter concreto de la democracia española. En
central que desempeñó la contestación so- otras palabras, si el rescate de las liberta-
cial en el cuarteamiento de la fortaleza del des políticas, civiles y sindicales fue un lo-
régimen franquista y en la reconquista de gro evidente conseguido, en buena medida,
las libertades democráticas aplastadas por gracias a la movilización popular frente a la
los vencedores de 1939 [3]. dictadura, no es menos cierto que muchas
Asimismo, resulta importante atender de las organizaciones y las personas que
—como ha señalado Ismael Saz— al «ne- participaron de esa movilización aspiraban
cesario deslinde conceptual entre procesos a objetivos más amplios, a una democrati-
de democratización y de lucha por la demo- zación mayor, a un marco desde el que se
cracia desde abajo y la transición política». pensaba posible —e incluso, dado— avanzar
Y ello en al menos dos sentidos. Primero, hacia una democracia plena, de carácter so-
en la consideración de que lo fundamental cialista, o cuando menos se anhelaba con-
es el largo proceso de lucha por la recupe- quistar una sociedad más libre y más igual
ración de las libertades, en el que ocupa- de la que se configuró desde el final de los
ron un destacado lugar las movilizaciones años setenta. Una sociedad, en todo caso,
reivindicativas desarrolladas frente a la cuya evolución en absoluto quedó prefijada
dictadura y sus herederos tanto durante la por los resultados de la transición [4].

3.– Pamela Beth Radcliff, Making Democratic Citizens in


Spain. Civil Society and the Popular Origins of the Transition,
1960-78, Basingstoke/Nueva York, Palgrave MacMillan, 4.– Las reflexiones y citas iniciales en Ismael Saz, «Y
2011; Carme Molinero y Pere Ysàs, La anatomía del la sociedad marcó el camino. O sobre el triunfo de la
franquismo. De la supervivencia a la agonía, 1945-1977, democracia en España», recogido en I. Saz, Las caras del
Barcelona, Crítica, 2008; Nicolás Sartorius y Alberto Sabio, franquismo, Granada, Comares, 2013, pp. 177 y 169. La
El final de la dictadura. La conquista de la democracia en cuestión de los objetivos o las esperanzas que guiaban
España, Madrid, Temas de Hoy, 2007. Un excelente balance la participación de las personas movilizadas contra
en Pere Ysàs, «Ni modélica ni inmodèlica. La transició des la dictadura y por las libertades es objeto de debate
de la historiografía», en Franquisme & Transició, nº 1, 2013, y precisaría de una investigación más profunda de las
pp. 273-308. actitudes sociales.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 11-17 13


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Un aporte al estudio de las luchas El dossier que presentamos no pretende


sociales en el tardofranquismo y la ofrecer una visión panorámica del extenso
transición conjunto de sujetos, prácticas y movimien-
tos que se implicaron en la lucha por las li-
La historiografía del antifranquismo, bertades en la España de los años sesenta
en especial la centrada en el movimien- y setenta, pues tal pretensión desbordaría
to obrero, ha tenido un notable desarrollo las posibilidades y el espacio de que dis-
en las tres últimas décadas. Un conjunto ponemos. Pero sí incorpora un conjunto
de notables investigaciones nos han per- de investigaciones novedosas que abordan
mitido confirmar la relevancia de la mo- algunos de los temas imprescindibles para
vilización obrera en las grandes regiones un conocimiento más cabal y amplio de las
industriales (la Gran Barcelona, Madrid, luchas políticas y sociales de las clases po-
Vizcaya, Asturias, Valencia…) y, en menor pulares y del antifranquismo en las décadas
medida, también en otros territorios. Ello de 1960 y 1970.
nos ha permitido explicar mejor cómo se La extraordinaria capacidad del PCE y
desarrolló la renovada lucha de clases acti- del PSUC para impulsar y participar de las
vada desde los años sesenta, a través de la luchas populares frente a la dictadura con-
emergencia de un nuevo movimiento obrero, virtió a ambas fuerzas hermanas, como se
cuya constitución como sujeto antagonis- ha indicado, en «el partido del antifran-
ta resultó inseparable de la experiencia en quismo» por excelencia [6]. Con todo, aun-
las fábricas, en los barrios y en el conflic- que la militancia comunista constituyera
to social. La atención a las huelgas y a las una levadura esencial de la lucha por las
luchas desde abajo ha sido complementada libertades en la mayor parte del territorio
por el análisis de las organizaciones y de los español, habitualmente se da por sentado
entornos a través de los cuales se organi- que ejerció su mayor fuerza en las grandes
zó la movilización social, con un señalado concentraciones industriales y mineras. Sin
protagonismo de las Comisiones Obreras, duda, es cierto que la Gran Barcelona, Ma-
el PCE, el PSUC, o el obrerismo cristiano. drid, Asturias o Valencia constituyeron nú-
Asimismo, las últimas investigaciones han cleos esenciales en la actividad comunista
permitido constatar la extensa implicación que la presencia del Partido fue menor y
femenina en el movimiento obrero y en la más irregular en las ciudades medianas o en
contestación antifranquista, que constitu- las zonas rurales. Pero, como muestran los
yó a las mujeres como sujetos activos en el
recomendables Xavier Domènech, Cambio político y
combate por sus derechos y fue paralela al
movimiento obrero bajo el franquismo. Lucha de clases,
desarrollo de una conciencia feminista que dictadura y democracia (1939-1977), Barcelona, Icaria,
amplió decisivamente la agenda de las lu- 2012; y José Babiano (ed.), Del hogar a la huelga. Trabajo,
chas por las libertades. Del mismo modo, se género y movimiento obrero durante el franquismo, Madrid,
Los Libros de la Catarata, 2007.
viene prestando cada vez mayor atención al
6.– Carme Molinero y Pere Ysàs, Els anys del PSUC. El partit
movimiento vecinal y a los entornos aso-
de l’antifranquisme (1956-1981), Barcelona, L’Avenç, 2010;
ciativos convertidos en un ámbito de socia- ídem, De la hegemonía a la autodestrucción. El Partido
lización y praxis democrática, en una es- Comunista de España (1956-1982), Barcelona, Crítica,
cuela de ciudadanía forjada desde abajo [5]. 2017; Manuel Bueno y Sergio Gálvez (eds.), Nosotros los
comunistas. Memoria, identidad e historia social, Sevilla,
5.– De entre la abundante bibliografía sobre estos temas FIM/Atrapasueños, 2009; Emanuele Treglia, Fuera de las
(para la que, por motivos de espacio, remito a P. Ysàs, catacumbas. La política del PCE y el movimiento obrero,
«Ni modèlica ni inmodèlica») resultan especialmente Madrid, Eneida, 2012.

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Presentación Julián Sanz Hoya

Manifestación de estudiantes contra el Tribunal de Orden Público por la Avenida de Portugal (Madrid)
a principios de los años setenta (Foto original: L’Humanité, fuente: AHPCE).

trabajos de Cristian Ferrer y Candela Fuen- podrá comprobarse leyendo su trabajo, la


tes, debe atenderse asimismo la capacidad fortaleza alcanzada por el antifranquis-
mostrada por los y las comunistas para ex- mo catalán, en general, y por el PSUC, las
tender la lucha democrática más allá de las CCOO y la Unió de Pagesos, en particular,
grandes conurbaciones fabriles, no solo le- es inseparable de esta extensa implicación
vantando la organización partidaria, sino de la militancia comunista en las luchas so-
sobre todo impulsando movilizaciones y ciales desarrolladas no solo en la gran zona
reivindicaciones obreras, jornaleras, veci- industrial barcelonesa, sino también en las
nales y cívicas. ciudades medianas y las comarcas rurales
En el caso catalán, Ferrer nos muestra de Cataluña.
cómo el PSUC realizó un extraordinario es- En una línea similar, el artículo de Can-
fuerzo de extensión organizativa en todo el dela Fuentes pone de manifiesto la capaci-
territorio, ampliando su presencia a partir dad del Partido Comunista para integrar el
de mediados de la década de 1960 tanto combate político y social en la vida cotidia-
en las tierras leridanas, las comarcas jor- na de la clase trabajadora de las comarcas
naleras del sur catalán, el Bages o la Selva, rurales andaluzas. Su estudio atiende a la
como en las ciudades de Tarragona, Lleida y importancia de los contextos de micromovi-
Girona. Este proceso respondió sobre todo lización, de los imaginarios construidos en
a la implicación en los problemas locales, torno a la cuestión agraria, de las prácticas
de los trabajadores del campo, los obreros de asamblearismo campesino y jornalero,
de las pequeñas industrias o la construc- de la reivindicación en torno a injusticias
ción, construyendo las Comissions Pageses concretas y del impulso de las Comisiones
y, de manera más amplia, contribuyendo Obreras del Campo en la actividad impul-
al desarrollo de un amplio y heterogéneo sada por el PCE y puesta en práctica por
movimiento social antifranquista. Como su militancia en las comarcas andaluzas.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 11-17 15


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Como indica, estas luchas cotidianas por cracia, como es la Unión Sindical Obrera.
los derechos laborales y cívicos gestaron Precisamente, el artículo de José Alberto
el empoderamiento de sectores de la clase Gómez Roda presenta una contribución al
trabajadora y el progresivo aprendizaje de estudio de USO en los años de la transición,
la democracia desde abajo, en un proceso analizando la crisis que afrontó en su in-
directamente conectado con el posterior tento de consolidarse como fuerza sindical
desarrollo del sindicalismo agrario andaluz independiente a través de su trayectoria en
y con los apoyos conseguidos por el PCE en la importante comarca industrial alicanti-
diferentes comarcas rurales de Andalucía. na del Baix Vinalopó. Se trata de una apor-
La movilización por las libertades se am- tación relevante en el necesario esfuerzo
plió y enriqueció de manera decisiva con por conocer cómo enfrentó el movimiento
la creciente implicación femenina en los obrero los retos y los problemas que impli-
combates sociales y políticos. Claudia Ca- caron el cambio de marco político después
brero analiza en su artículo el Movimiento de 1977, la formación de organizaciones sin-
Democrático de Mujeres, a partir del caso dicales y los devastadores efectos de la crisis
de Asturias, prestando especial atención a económica sobre la clase trabajadora.
la implicación de las mujeres comunistas Como antes apuntábamos, este conjunto
en este movimiento unitario. Su investi- de artículos queda lejos de cubrir los dife-
gación muestra cómo el MDM resultó un rentes frentes de lo que fue la lucha con-
espacio de gran importancia para impulsar tra la dictadura y por la conquista de los
y visibilizar la implicación femenina en la derechos sociales y políticos, así como de
lucha antifranquista, favoreciendo el com- las muchas cuestiones que la historiografía
promiso y la concienciación política de mu- reciente, especialmente los investigadores
chas mujeres. A partir de ello, se constituyó e investigadoras jóvenes, está trabajan-
en un espacio de experiencia y lucha com- do. Junto a los principales partidos políti-
partida de gran relevancia para explicar el cos, el movimiento obrero, el estudiantil,
desarrollo del feminismo en la España de el feminista o el vecinal, la renovación de
los años setenta y la incorporación de las la agenda investigadora está permitiendo
demandas feministas, tanto específica- una mayor atención a la izquierda radical,
mente en el PCE, como más ampliamente las luchas por la autonomía o la indepen-
en la construcción de la nueva ciudadanía dencia, la reivindicación de los derechos de
democrática. homosexuales y lesbianas, el desarrollo del
Otro sujeto colectivo fundamental en el antifranquismo en diferentes ámbitos pro-
desarrollo de un renovado antifranquismo fesionales (abogacía y judicatura, militares,
fue el de la militancia católica progresista, docentes, etc.), las luchas ambientalistas,
expresada especialmente en el obrerismo el pacifismo o la contracultura. Y todavía
cristiano, que partiendo de la HOAC y la JOC queda un extenso margen de desarrollo en
alimentó extensamente el desarrollo de las los estudios sobre la clase trabajadora y el
Comisiones Obreras, del movimiento veci- movimiento obrero, pues es imprescindible
nal y de las organizaciones de la izquierda. profundizar en el análisis sobre las actitu-
Esta implicación de los cristianos antifran- des, las esperanzas y las ideas que expli-
quistas ha sido cada vez mejor estudiada caban la movilización obrera —o la falta
por la historiografía, pero sin embargo se de esta—, o sobre el grado y las formas de
ha prestado escasa atención a una de sus transmisión de la cultura militante en las
derivaciones más relevantes en la demo- familias, los barrios y las fábricas. Del mis-

16 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 11-17


Presentación Julián Sanz Hoya

mo modo, conocemos aún escasamente las sociedad española bajo la dictadura y cómo
formas de protesta y las actitudes sociales desde el seno de las clases populares que
en los entornos rurales de buena parte de el franquismo había tratado de someter se
España, o el cómo se relacionaron con la desarrollaron formas de conciencia, de pro-
crisis de la agricultura y la emigración ma- testa y de movilización que anticiparon e
siva. En suma, hay mucho por investigar impulsaron la recuperación de las prácticas
para conocer mejor cómo se desenvolvió la y de los derechos democráticos en España.

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La fase expansiva del antifranquismo,
1962-1976. Presencia, espacios y
redes del PSUC en comarcas

The expansive fase of the Anti-Francoism, 1962-1976


Presence, spaces and networks of the PSUC in the countryside

Cristian Ferrer González


Universitat Autònoma de Barcelona

Resumen

Desde mediados de los años sesenta, el PSUC se vio en condiciones de impulsar y


liderar un amplio movimiento para acabar con la dictadura, no sólo en el área industrial de
la Gran Barcelona, sino también más allá. Su voluntad por galvanizar las movilizaciones
de protesta en los ámbitos comarcales —que gracias a la actuación de los movimientos
sociales, en gran medida impulsados por comunistas, encontraban cada vez más espa-
cios para expresar su desafección— le llevó a realizar un esfuerzo considerable para
extender su influencia mucho más allá de donde ya era hegemónico. Actuaciones hacia el
campesinado, obreros de pequeñas industrias o de la construcción, que habían sido mera
retórica hasta entonces, comenzaron a centrar los debates y las actuaciones del PSUC
en comarcas.

Palabras clave: Antifranquismo, movimiento campesino, movimiento obrero, comunis-


mo, movilización popular.

Abstract

Since the mid sixties the Unified Socialist Party of Catalonia (PSUC, after its Catalan initials) was able
to promote and lead a broad movement to end the dictatorship, not only in the industrial area of the Great
Barcelona, but also beyond. Their willingness to galvanize the protest movements in rural areas —where,
due to the action of the social movements, to a large extent impelled by Communists, they found more and
more spaces to express their disaffection— led them to make a considerable effort to extend their influ-
ence far beyond from where they were already hegemonic. Work towards the peasantry, workers in small
industries or construction workers, which had been mere rhetoric until then, began to focus the debates
and actions of the PSUC in the countryside.

Keywords: Anti-Francoism, peasant movement, labour movement, communism, popular mobilization.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

Consideraciones previas el final de la dictadura. No es una tesis nue-


va. Son numerosos los estudios que desde
Hasta hace algunos años, la mayoría de finales de los años ochenta y a lo largo de
investigaciones sobre el antifranquismo se los noventa del pasado siglo apuntaban a
reducía al estudio de formaciones políticas la democracia como producto de las luchas
diversas durante los años de la dictadura. desde abajo [1]. Ha sido durante los últimos
Solían centrarse en cuestiones en torno a años, sin embargo, cuando esta visión ha
su organización, a los debates internos y adquirido un notable desarrollo a través de
a las concepciones ideológicas que soste- las investigaciones tanto de los organismos
nían, pero, en su mayoría, carecían de un de la dictadura como del papel que las fuer-
análisis que enmarcase estas cuestiones zas antifranquistas tuvieron como agentes
en relación a su programa y su acción para del cambio político [2]. A día de hoy puede
llevarlos a cabo que, necesariamente, de- afirmarse que solamente la publicística —y
bía ejecutarse en contra de la dictadura. Era no la historiografía— concibe la democra-
una historia «política» del antifranquismo cia como el producto exclusivo de un pacto
en la peor acepción del término —si es que entre élites, cuya clarividencia habría posi-
acaso puede hacerse política prescindiendo bilitado la construcción de un régimen de
del marco sobre el que se desarrolla—. En convivencia que dejara atrás las divisiones
cualquier caso, eran historias más preocu- de la Guerra Civil.
padas en mirar hacia dentro de las organi- Contrariamente, las investigaciones más
zaciones que hacia el entorno sobre el que solventes sobre el proceso que culminó en
debían actuar. Guarda relación con ello, sin la apertura de un curso democrático en
duda, la visión propagada entonces sobre el España ponen el acento en la naturaleza
final de la dictadura y la transición a la de- conflictiva de dicho proceso. Habría sido
mocracia. Una visión que, en lo sustancial, la relación antagónica entre dos proyectos
asumía que la democracia en España había antitéticos —ciertamente no los únicos en
sido una obra de «ingeniería política» cuyos
protagonistas eran unos pocos personajes 1.– Por citar solo lo más relevantes, cfr. Sebastian Balfour,
del establishment franquista —a menudo La dictadura, los trabajadores y la ciudad. El movimiento
obrero en el área metropolitana de Barcelona (1939-1988),
conceptualizados como reformistas dentro
València, Alfons el Magnànim, 1994 [1ª ed. en inglés de
del régimen— que, eso sí, motu propio ha- 1988]; José Babiano, Emigrantes, cronómetros y huelgas.
brían buscado el concurso de la oposición Un estudio sobre el trabajo y los trabajadores durante el
democrática moderada para generar un franquismo (Madrid, 1951-1977), Madrid, Siglo XXI, 1995;
Carme Molinero y Pere Ysàs, Trabajadores disciplinados y
nuevo marco de convivencia.
minorías subversivas. Clase obrera y conflictividad laboral en
Los movimientos sociales eran elemen- la España franquista, Madrid, Siglo XXI, 1998.
tos accesorios en esos estudios, si es que 2.– Pere Ysàs, Disidencia y subversión. La lucha del régimen
alguna vez aparecían. Las investigaciones franquista por su supervivencia, 1960-1975, Barcelona,
sobre el movimiento obrero, estudiantil o Crítica, 2004; Nicolás Sartorius y Alberto Sabio, El final
de la dictadura. La conquista de la democracia en España
vecinal, por citar solo los movimientos más
(Noviembre de 1975 - Junio de 1977), Madrid, Temas de
relevantes, eran asumidos como sectoria- Hoy, 2007; Carme Molinero y Pere Ysàs, La anatomía del
les y con escasa relación con la evolución franquismo. De la supervivencia a la agonía, 1945-1977,
del régimen. Contrariamente, en los últi- Barcelona, Crítica, 2008; Xavier Domènech, Clase obrera,
antifranquismo y cambio político. Pequeños grandes cambios,
mos lustros la historiografía sobre la época
1956-1969, Madrid, Catarata, 2008; Salvador Cruz y Julio
franquista ha puesto de relieve el peso que Ponce (coords.), El mundo del trabajo en la conquista de las
los movimientos de oposición tuvieron en libertades, Jaén, Universidad de Jaén, 2011.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Votación durante la asamblea multitudinaria de la huelga de la construcción. Sabadell, febrero de


1976 (Foto: Manuel Armengol, fuente: flickr).

disputa— lo que marcó la agenda política que más atención merecieron a lo largo de
en los años setenta. Por un lado, el refor- las décadas del ochenta, noventa y prime-
mismo franquista, que aspiraba a superar la ros años del nuevo milenio han sido los es-
crisis en que se hallaba la dictadura durante tudios en torno al movimiento obrero, sin
sus últimos años mediante la ampliación de duda la punta de lanza del antifranquismo.
las bases sociales del régimen dentro de las En los últimos años, sin embargo, hemos
Leyes Fundamentales del Movimiento; y, asistido a una basculación del interés his-
por el otro, la oposición antifranquista, que toriográfico hacia otros movimientos que
si bien fracasaría en su pretensión de im- también alcanzaron una gran envergadura:
poner la ruptura tal como la había formu- el estudiantil y el vecinal. Algunos historia-
lado, sí logró, al menos, abortar los planes dores han visto el incremento de estudios
del reformismo franquista y hacer inviable en torno a los movimientos estudiantiles y
cualquier otra alternativa que no fuese la vecinales como producto de la imposibili-
apertura de un proceso democratizador. En dad, por parte de los jóvenes investigado-
cualquier caso, aquel proceso impulsado res, de establecer un vínculo afectivo entre
desde abajo estableció las condiciones para su experiencia vital y su objeto de estudio,
la democratización del país en 1977, que debido al largo proceso de desmantela-
debió de haberse profundizado en los años miento del tejido industrial-fabril acaecido
siguientes. en nuestro país desde los años ochenta [3].
Desde esta perspectiva, contamos con Durante los últimos años de la dictadura,
valiosas investigaciones que han amplia- todos estos movimientos tuvieron su máxi-
do nuestro conocimiento sobre los movi- mo desarrollo en los principales centros
mientos, diversos y multiformes, que con-
3.– Esta reflexión la planteó Xavier Domènech en el
tribuyeron a ir laminando las bases de la
dosier coordinado por él sobre el movimiento vecinal. Cfr.
dictadura y que coadyuvaron, de ese modo, Introducción. El movimiento vecinal y la historia social de
a poner fin al franquismo. Entre ellos, los la Transición», Historia del Presente, 16 (2011), pp. 5-8.

20 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38


La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

industriales del país, lo que ha trasladado postulados del PSUC se convirtieron en los
una imagen que, siendo en lo fundamen- hegemónicos entre la oposición democrá-
tal cierta, no expresa toda la verdad: que el tica y la de los comunistas catalanes fue la
antifranquismo fue esencialmente un mo- única organización en disposición de ga-
vimiento urbano. Si bien resulta innegable rantizar su presencia allende el territorio
—y no es el propósito de este artículo po- catalán, por lo que deviene un prisma privi-
nerlo en discusión— que fue la intensa mo- legiado desde el que observar la evolución
vilización social acometida por inmensas del antifranquismo en la Gran Barcelona,
minorías de antifranquistas la que puso en pero también más allá de ella.
jaque a la dictadura y forzó el cambio polí- Nacido en julio de 1936, el PSUC era el
tico, también es cierto que dicha moviliza- producto de la fusión de cuatro partidos
ción no se redujo a esos espacios ni a aque- marxistas que, tras la derrota republica-
llos movimientos. Dicho de otro modo, que na, ingresaría como sección catalana de la
el antifranquismo —o, si se quiere, la con- Internacional Comunista. Como organiza-
testación antifranquista— no fue un mo- ción de los comunistas catalanes, el PSUC
vimiento reducido a las grandes ciudades, era formalmente un partido independien-
sino que su impacto en términos sociales, te pero hermanado con el PCE. No eran, en
culturales y finalmente políticos se exten- palabras de Gregorio López Raimundo, dos
dió como una mancha de aceite por todo el gajos de una misma naranja, sino dos na-
territorio. Al menos, así lo fue de una ma- ranjas totalmente diferentes, pero comple-
nera especialmente intensa en Catalunya [4]. tamente iguales.
En este sentido resulta interesante traer Los motivos por los cuales llegó a con-
a colación el caso del Partit Socialista Uni- vertirse en «el partido del antifranquismo»,
ficat de Catalunya. Pero no desde una pers- como han explicado sobradamente Moli-
pectiva analítica interna, sino como una nero e Ysàs, pueden sintetizarse en los dos
forma de acercarnos a la sociedad antifran- ejes que marcaron su política [5]. Por un lado,
quista en Catalunya. No es para menos. Los el modus operandi de los comunistas de
ejercer la oposición política a la dictadura
4.– De entre las investigaciones que han abordado mediante la movilización social convirtió al
la conflictividad más allá de los principales centros PSUC en la organización más operativa del
industriales, pueden destacarse obras de referencia como
antifranquismo [6]. Ello se combinaba con
el de M. Teresa Ortega, Del silencio a la protesta. Explotación,
pobreza y conflictividad en una provincia andaluza. Granada, una amplia política de alianzas que perse-
1936-1977, Granada, UGR, 2003; Antonio Herrera, La guía aislar a los sectores dirigentes del fran-
construcción de la democracia en el campo (1975-1988). quismo del grueso de la población [7]. Estos
El sindicalismo agrario socialista en la Transición española,
serán los ejes sobre los que versará nuestro
Madrid, MAGRAMA, 2007; Óscar J. Martín, A tientas con la
democracia. Movilización, actitudes y cambio en la provincia análisis sobre el antifranquismo más allá de
de Albacete, 1966-1977, Madrid, Catarata, 2008; Claudio
5.– Carme Molinero y Pere Ysàs, Els anys del PSUC. El partit
Hernández Burgos, Franquismo a ras de suelo. Zonas grises,
de l’antifranquisme (1956-1981), Barcelona, L’Avenç, 2010.
apoyos sociales y actitudes durante la dictadura (1936-1976),
Granada, UGR, 2013; Ana Cabana, La derrota de lo épico, 6.– Para mayor detalle sobre la cuestión, cfr. Carme
València, PUV, 2013; Canela Fuentes y Francisco Cobo Molinero, «Una gran apuesta: la oposición política
Romero, La tierra para quien la trabaja. Los comunistas, la mediante la movilización social», en Manuel Bueno
sociedad rural andaluza y la conquista de la democracia y Sergio Gálvez (eds.), «Nosotros los comunistas».
(1956-1983), Granada, UGR, 2017. También hay buenos Memoria, identidad e historia social, Sevilla, Fundación de
ejemplos en la obra colectiva dirigida por Daniel Lanero Investigaciones Marxistas, 2009.
(ed.), Por surcos y calles. Movilización social e identidades en 7.– Giaime Pala, El PSUC. L’antifranquisme i la política
Galicia y el País Vasco (1968-1980), Madrid, Catarata, 2013. d’aliances (1956-1977), Barcelona, Base, 2011.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 21


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

la Gran Barcelona a través de la mirada de elementos estratégicos para el PSUC. Se-


sus indiscutibles protagonistas, los propios gún su lectura del franquismo, la dictadura
militantes comunistas. descansaba en los intereses compartidos
de los grupos más reaccionarios de la cla-
El inicio del despliegue se dirigente y de los sectores monopolistas
y agrarios de reminiscencias feudales. La
Tras las oleadas huelguísticas de 1962 lucha contra el fascismo era, pues, la pugna
pudieron verse algunas fortalezas de la por eliminar las bases sociales y materiales
organización y también sus debilidades. sobre las que el régimen descansaba a través
El escaso eco que las huelgas de 1962 y de de una alianza de raíz antimonopolista. Era
1963 encontraron fuera del área industrial una formulación con regusto italiano que
barcelonesa apuntaba a problemas de fon- tanto el PCE como el PSUC se apropiaban de
do por resolver. Con las vistas puestas en la política de alianzas elaborada por el diri-
la dinamización de la organización en las gente de la IC Palmiro Togliatti en 1935 [8].
comarcas, y con las bases del movimiento En un informe de 1964 para el comité
obrero establecidas y en vías a ampliarse central, Josep Pardell, el responsable del
y extenderse en la Gran Barcelona, la di- partido en las comarcas, describía la situa-
rección creyó que existían las condiciones ción en el campo catalán como catastrófica
para reconstruir el movimiento campesino, en términos sociales, económicos y también
brutalmente desarticulado en la posguerra. político-organizativos. Aun así, enumeraba
Su reconstrucción resultaba fundamental una serie de conflictos agrarios que podían
para tejer una inmensa red de comités de romper el equilibrio de fuerzas en la Cata-
ámbito nacional que organizara el descon- lunya rural. De entre ellos, fue la acción de
tento con la dictadura en todo el territorio los campesinos de Lleida lo que hizo saltar
catalán. El campesino era considerado un las alarmas de la dirección: después de una
frente de trabajo central para al PSUC, al concentración delante de la Hermandad
menos por dos motivos. Por un lado, debía Sindical local, la junta directiva verticalista
permitir potenciar un movimiento social había dimitido [9]. El caso leridano mostra-
que, de conseguirlo y llegar a dirigirlo, re- ba el potencial del campo si se le orientaba
percutiría en el fortalecimiento orgánico convenientemente.
del partido —tal como estaba ocurriendo Fue precisamente en Lleida donde el
con el movimiento obrero— y contribuiría tándem formado por Pardell y el secretario
a llegar donde apenas quedaban reduc-
8.– Palmiro Togliatti, Lecciones sobre el fascismo, México
tos comunistas faltos de vida política. Por
D.F., Ed. Cultura Popular, 1977, pp. 110-126. El caso
otro lado, con el impulso de un nuevo mo- de la IC y del comunismo italiano en Donald Sassoon,
vimiento campesino se contribuiría a tejer Togliatti e il partito di massa. Il Pci dal 1944 al 1964, Roma,
un amplio territorio, el de las comarcas, y Castelvecchi, 2014, pp. 57-61. Para el caso del PCE, cfr.
Fernando Hernández Sánchez, Guerra o revolución. El
extender la organización.
Partido Comunista de España en la Guerra Civil, Barcelona,
En la política comunista los campesinos Crítica, 2010, pp. 65-68. Una panorámica más amplia en
eran el aliado fundamental del proletariado José Luis Martín Ramos, El Frente Popular. Victoria y derrota
industrial, por lo que un movimiento de- de la democracia en España, Barcelona, Pasado & Presente,
2015, pp. 33-46.
mocrático, como lo era el comunista, con
9.– Josep Pardell, «Carta de Sitges», 19 de noviembre
pretensión de ser nacional, debía incor-
de 1964, Nacionalidades y Regiones (NR), Catalunya, j.
porar sus demandas necesariamente. Asi- 1354, Archivo Histórico del Partido Comunista de España
mismo, la alianza obrero-campesina tenía (AHPCE).

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

de organización Josep Serradell comenzó tento existente en el campo catalán se ha-


a reorganizar el partido en las comarcas. bía iniciado ya durante los años 1964-1965.
Marcados por la necesidad de formar y ex- Fue durante el período de cuatro años de
tender cuadros políticos, Pardell cooptó a formación de CCPP, de 1964 a 1968, cuando
Vicenç Ximenis, un antiguo militante del el PSUC consiguió estructurarse por toda
Partido Obrero de Unificación Marxista. A Catalunya. En ese proceso no se trataba so-
caballo de los años cuarenta y cincuenta, lamente de crear células comunistas, sino,
Ximenis había organizado en las comarcas fundamentalmente de canalizar el descon-
de Lleida el Moviment Socialista de Cata- tento y las inquietudes de las gentes en los
lunya, la rama del POUM que había virado pueblos para potenciar el antifranquismo
hacia el socialismo en la posguerra mun- como movimiento social.
dial. La elección de Ximenis, que adoptó el Las elecciones a las Hermandades Sin-
nombre de guerra de «Salvador», y su pro- dicales de 1966 fueron, en este sentido,
moción a lugares de responsabilidad parece un momento que permitió establecer unas
estaba vinculada a su experiencia organiza- primeras bases sobre las que se desarrolla-
tiva con el POUM y el MSC y los contactos rían hasta el final de la década las CCPP.
campesinos que éste tenía en Bellvís [10]. Las candidaturas democráticas ligadas al
Paralelamente, desde Tarragona, el in- naciente movimiento campesino renovado
victo Leandro Saún y su mujer, Carme lograron victorias en poblaciones campe-
Casas, reorganizaron el partido en las re- sinas tan relevantes como Amposta o Sant
giones jornaleras del sur de Catalunya [11]. Carles de la Ràpita, en la zona baja del río
Ximenis y Pardell se dedicaron a establecer Ebro; también en Lleida y Balaguer triunfa-
contactos con campesinos vinculados al ron candidaturas de la oposición. El PSUC
mundo católico, socialista y catalanista por impulsó candidaturas amplias en donde los
toda Catalunya. La triangulación de los dos comunistas no eran los únicos presentes, ni
epicentros donde empezaban a cosechar siquiera los más relevantes. En la Herman-
resultados, la zona baja del río Ebro y el dad leridana, sin duda la más importante de
valle del Segrià, les llevó a establecer como Catalunya por la cantidad de recursos que
lugar de encuentro las comarcas de Tarra- manejaba, solamente dos comunistas for-
gona. Su objetivo era potenciar un nuevo maron parte de la nueva directiva, mien-
instrumento de carácter sociopolítico para tras que fue mediante un hombre del Front
el campo que les permitiera canalizar el Nacional de Catalunya a través del que se
descontento y que, a su vez, facilitara que el intentó ampliar el espectro ideológico del
PSUC ganara prestigio entre las gentes del movimiento [13].
campo. Ese fue el origen de las Comissions
Pageses (CCPP) [12]. Estas, en realidad, no Redes de extensión de la protesta
se fundarían como tal hasta 1968, pero la
toma de contacto para articular el descon- Ni el antifranquismo en general ni el
PSUC en particular fueron ajenos a los in-
10.– Vicenç Ximenis, Demòcrata i socialista. Memòries de tensos cambios que estaba experimentan-
setanta anys de lluita política apassionada, Lleida, Pagès,
do la sociedad catalana en los años sesenta.
1998, p. 137.
Una de las facetas de dichos cambios tenía
11.– Entrevista a Carme Casas Godessar, Colección de
Biografías Obreras (CBO), Arxiu Històric de la Comissió
Obrera Nacional de Catalunya (AHCONC). 13.– Josep Pardell, «Carta d’en Sitges», 24 de septiembre
12.– Vicenç Ximenis, Demòcrata i socialista, pp. 138-139. de 1966, NR, Catalunya, j. 1489, AHPCE.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 23


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

que ver con la gran movilidad poblacional A través de estos estudiantes politiza-
que se estaba dando en Catalunya. El prin- dos se produjo la traslación del compro-
cipal destino de los recién llegados desde miso antifranquista desde los epicentros
el sur peninsular fueron las ciudades del de la conflictividad hacia zonas hasta en-
cinturón industrial barcelonés, una provin- tonces escasamente movilizadas. Así pues,
cia que en aquellos años vio doblar su po- ese «poner en pie una gran red de comi-
blación, lo cual produjo graves problemas tés del Partido», como había pedido Josep
de acceso a la vivienda, masificación y de- «Román» Serradell en 1965, no solamente
sarrollo de áreas suburbiales desgajadas de atañía a la constitución de células comu-
los centros urbanos. Aunque no solamen- nistas sino, especialmente, a establecer
te ahí. Otras ciudades de menor entidad contactos personales con todo aquel sus-
como Reus, Tarragona, Girona, Olot, Ripoll ceptible de ampliar el antifranquismo a
o Lleida experimentaron equivalentes pro- través de su presencia en los movimientos
cesos migratorios y problemáticas análogas de amplio espectro. Y es que era «un deber
a las que se dieron en la Gran Barcelona y, de todo militante comunista de Barcelona
como aquellas, verían también desarrollar- y [de cualquier] otra gran ciudad, que por
se fuertes movimientos vecinales durante razones familiares o de relaciones de amis-
los años siguientes [14]. tad, tienen contactos o conocimientos con
Otro reflejo de los cambios sociales que otros lugares de Catalunya» [16], el esforzar-
se estaban produciendo tenía que ver con el se por organizar en sus poblaciones de ori-
acceso a los estudios superiores de sectores gen a los que vivían allí.
que, por primera vez, iban más allá de las Quien se encargaría de coordinar dicha
clases dirigentes. La revolución científico- labor sería el responsable del PSUC para las
técnica vino a alterar la naturaleza de la comarcas, Josep Pardell. Él fue precisamen-
universidad, debido a la creciente demanda te quien se encargó de reorganizar una serie
de profesionales bien formados. La educa- de comités locales con gente nueva entre
ción superior pasó de ser un espacio endo- 1964 y 1966; en su mayoría eran jóvenes,
gámico de unas pocas élites, a convertirse pero también cooptó a veteranos, tanto de
en un elemento que permitía el ascenso dentro como de fuera del partido. Tal es el
social para muchas gentes. Así, algunos caso mencionado de Ximenis en Lleida o del
hijos de empleados, trabajadores de cuello reenganchado Leandro Saún en Tarragona,
blanco o de payeses empezaron a obtener quien cumplía condena por haber estado
estudios universitarios. Para muchos de reorganizando el PCE en Aragón [17]. De he-
ellos la universidad fue una etapa de toma cho, a partir de 1968 la presencia de «Ro-
de conciencia política y de adquisición de mán» por las comarcas fue a menos. Desde
compromisos en el antifranquismo [15].
Noguera (PSUC), 10/12/2005, Fondo Memorial Democràtic
14.– Ivan Bordetas, «De la supervivencia a la resistència: la de Tortosa, Arxiu Comarcal de Terres de l’Ebre (ACTE).
gestació del moviment veïnal a la Catalunya franquista», 16.– Josep Román (Josep Serradell), «Informe de R. sobre
en Carme Molinero y Pere Ysàs (coords.), Construint la ciutat organització», II Congreso del PSUC, agosto de 1965, p.
democràtica. El moviment veïnal durant el tardofranquisme i 13, NR, Catalunya, c. 50, cp. 1/2, AHPCE. Todas las citas del
la transició, Barcelona, Icaria, 2010, pp. 35-112. texto han sido traducidas al castellano.
15.– Numerosas entrevistas que he realizado a lo largo de 17.– Sobre la labor desarrollada por él y su mujer Carme
mi investigación u otras depositadas en diversos archivos Casas durante los primeros años de franquismo en Aragón,
corroboran dicho itinerario: Josep Mª. Vericat Estellé cfr. Irene Abad e Iván Heredia, Leandro Saún y Carmen
(MSC), 26/7/2012; Eloi Toldà Andreu (JCC), 17/6/2013; Casas. Organización política clandestina en la Zaragoza de
Matías Vives March (PSUC), 10/2/2017. Entrevista a Julio los años 40, Gobierno de Aragón, Zaragoza, 2008.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

Primer congreso de la Unió de Pagesos. L’Espluga de Francolí (Tarragona), 28 de noviembre de


1976 (Foto: Manuel Armengol, fuente: flickr).

entonces centró su cometido de organiza- librarse. En 1968 el PSUC contaba ya con


ción en la Gran Barcelona junto al egaren- presencia estable en todos los rincones de
se Manuel Linares, «Alberto», a bordo de su Catalunya. El ritmo al que creció la orga-
Citroën Dyane 6 de color blanco, ya que Se- nización al calor, fundamentalmente, del
rradell carecía de vehículo propio [18]. La or- movimiento obrero hizo que en poblacio-
ganización en comarcas, por su parte, quedó nes industriales como Tarragona el número
bajo responsabilidad exclusiva de Pardell. de militantes se doblase en pocos años, al
Esta distinción de funciones entre los «se- tiempo que se expandían CCOO por diver-
cretarios de organización» se vio reflejada sas empresas. Ese año se formó la Comisión
a nivel orgánico, cuando Sabadell y Terras- Obrera Provincial, formada por represen-
sa quedaron exentas de la responsabilidad tantes de las CCOO locales de Tarragona,
sobre las organizaciones vecinas y pasaron Reus y Tortosa. Por otro lado, las bases para
a tener una vida orgánica propia, fuera del la creación de una Comisión Cívica —el
comité de comarcas que dirigía Pardell [19]. espacio de actuación de los profesionales
A partir de esas fechas, el desequilibrio e intelectuales— estaban ya puestos. En
territorial en número de militantes del par- el ámbito del movimiento juvenil de base
tido que había caracterizado las décadas obrera se había formado un núcleo de la Ju-
de los cincuenta y sesenta empezó a equi- ventud Comunista y se estaba empezando
a insuflar vida a las Comisiones Obreras Ju-
18.– Pere Meroño, «Román», l’home que va organitzar el
PSUC, Barcelona, F. Pere Ardiaca, 2005, p. 98. veniles en Reus y en las barriadas tarraco-
19.– Josep Pardell, «Carta de Sitges», 5 de julio de 1968,
NR, Catalunya, c. 58, cp. 3, AHPCE.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 25


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

nenses de Torreforta y Bonavista [20]. ción del partido no lo consideró oportuno [22].


Si bien en Reus la situación no empeza- El balance organizativo a inicios de 1969
ría a despegar hasta la llegada de la mili- podía considerarse francamente positivo.
tante del PCE Isabel Llàcer en 1969 para di- Sin embargo, el estado de excepción pro-
rigir el comité local, en el sur, en la zona del mulgado en toda España el 24 de enero inci-
Baix Ebre y del Montsià, el partido crecía y dió de lleno en la disponibilidad social para
se estructuraba en diversas poblaciones al la movilización y, asimismo, condicionó el
tiempo que CCOO y CCPP (a menudo Co- crecimiento del PSUC, tanto en las comar-
misiones Mixtas de obreros y campesinos) cas como en la Gran Barcelona. En Tortosa
conseguían sustanciosos incrementos sa- cayó toda la cúpula dirigente del partido [23].
lariales, tanto para los trabajadores indus- Incluso el responsable local Fernando To-
triales como para los jornaleros agrícolas. rres, alias «Solans», que había permanecido
Dos eran sus epicentros fundamentales: oculto desde la promulgación del estado de
Tortosa, donde comenzaba a irrumpir un excepción, fue detenido a finales de febre-
movimiento de protesta de base obrera, pero ro. Pese a ello, durante los meses que estuvo
donde el partido estaba dirigido por un nú- vigente, el PSUC de Tortosa no dejó de in-
cleo de intelectuales con escasa capacidad corporar nuevos militantes e incluso vería
para incidir en él; y Amposta, donde el mo- la luz el primer boletín del comité local, que
vimiento campesino era el predominante y llevaba como cabecera el elocuente término
la base del partido era más homogénea [21]. Llibertat. En Tarragona los trabajadores del
En Súria, Sallent y, en general, en la zona ramo químico consiguieron, en el primer se-
del Bages, los progresos eran lentos pero mestre del año, romper los techos salariales
sostenidos. Su base la constituían funda- impuestos para los convenios colectivos [24].
mentalmente mineros de la zona, un sector Estos hechos nos indican la existencia
que no había dejado de mostrar resistencia de una organización estable en las comar-
al franquismo mediante trabajo lento, ab- cas y con capacidad para resistir la repre-
sentismo y demandas salariales. El textil, sión, como mínimo tanto como el PSUC de
fundamental en aquella región, a pesar de la Gran Barcelona. Las movilizaciones del
la decadencia en la que se hallaba sumido Primero de Mayo de 1969 tomaron una ní-
desde hacía tiempo, no era un sector en que tida dimensión anti-represiva. A su vez, y
el PSUC hubiera conseguido penetrar toda- sin ser contradictorio con lo expuesto, la
vía. Diferente era la situación en la ciudad descarnada represión también desmovilizó
de Manresa, donde se había conformado un a potenciales nuevos activistas u otros que
comité local y la implantación de dos CCOO ya se habían movilizado con anterioridad.
en empresas punteras dejaba espacio para el Especialmente dramático fue su efecto so-
optimismo. Aunque se debatió en torno a la bre el movimiento campesino. Y es que el
formación de una coordinadora comarcal, la miedo seguía paralizando. En la barriada
situación era todavía complicada y la direc-
22.– Josep Pardell, «Carta de Sitges», 5 de julio de 1968,
20.– Cristian Ferrer González, «Bastint l’antifranquisme NR, Catalunya, c. 58, cp. 3, AHPCE.
de masses. La JCC més enllà de la Gran Barcelona, 1962- 23.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians.
1976«, Franquisme & Transició, 4 (2016), pp. 153-199. L’antifranquisme, el canvi polític i la construcció de la
21.– Cristian Ferrer González, «Popular empowerment, democràcia al Montsià (1972-1979), Lleida, Edicions i
peasant struggles and political change: Southern Publicacions de la Universitat de Lleida, 2014, p. 55.
Catalonia under late francoism (1968-1976)», Workers of 24.– Josep Serradell, «Carta de Miró», 3 de julio de 1969,
the World, 5 (2014), pp. 39-57. NR, Catalunya, c. 58, cp. 5, AHPCE.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

tarraconense de Campclar no fueron más el cambio de década [26]. El motivo de fon-


de cuarenta los reunidos con motivo del do era la falta de actividad real y de inci-
día del trabajo y la manifestación vesperti- dencia en los movimientos sociales. Desde
na en el centro de la ciudad sirvió solo para que la oleada de 1962 sacudiera con fuerza
recordar la omnipresencia de la represión, algunas empresas gerundenses, la repre-
cuando cinco activistas de CCOO, a la sa- sión sobre los huelguistas había erradicado
zón militantes del PSUC, fueron detenidos exitosamente los gérmenes sobre los que
por la policía. desarrollar un movimiento obrero que po-
tenciara el antifranquismo. Si bien en 1968
La «Operación Girona» como muestra se constituyó una Comisión Obrera local
de un desarrollo desigual que contaba con presencia en unas pocas
industrias —construcción, metal, papel,
Bastante distinta y desigual entre sí era banca y telefónica—, su actuación fue más
la evolución de la oposición en el norte de agitación y propaganda que de activismo
de Catalunya, de la que todavía no hemos de masas en las fábricas [27]. Entrados en la
hablado. En la zona baja del río Tordera el nueva década, el PSUC en Girona se vería en
PSUC creció de manera acelerada y, con él, competencia con nuevas organizaciones, en
el movimiento antifranquista. Desde fina- especial la Organización Comunista de Es-
les de los sesenta, los comunistas lograron paña (Bandera Roja), que tuvo un gran de-
conectar con las inquietudes de la juventud sarrollo y se mostró dispuesta a ocupar el
local a través de clubes legales que ya exis- puesto que el PSUC estaba dejando vacante.
tían anteriormente. De forma paralela a las Mientras en la capital del Gironès la si-
actividades cotidianas del club empezaron tuación era de atonía, en la comarca de la
a discutir de cultura, de urbanismo y de Selva la tesitura era bien distinta. En Bla-
problemáticas cívicas y políticas que afec- nes, los trabajadores de la industria textil
taban directamente a la juventud. El grupo SAFA habían empezado a reunirse y a dis-
juvenil se fue ampliando, como también lo minuir el ritmo de su trabajo. El partido
hacían sus actividades. De ese modo fueron tenía una sólida presencia en la empresa y
consiguiendo tener presencia por primera confiaba en conseguir mejoras sustancia-
vez en algunas fábricas textiles de la po- les para los trabajadores [28]. Las CCOO de
blación, desde las que empezaron a confor- Blanes se reunieron y enviaron más de tres
marse unas incipientes CCOO a inicios de mil pesetas en solidaridad con las huelgas
1969 [25]. A principios de la nueva década la que se estaban llevando a cabo en Asturias.
organización tenía más de una treintena de Ciertamente, el panorama en las comarcas
militantes, una presencia estable en fábri- de Girona en su conjunto no podía compa-
cas y dominaban por completo el asociacio- rarse con el de Tarragona, Lleida o las co-
nismo juvenil. marcas del Ebro. A pesar de ello, el PSUC
En Girona, no obstante, la situación era crecía en poblaciones tan alejadas de la me-
menos esperanzadora. Allí «el partido se trópolis como Sant Joan de les Abadesses o
está diluyendo», pues de los ochenta mili-
26.– Josep Serradell, «Carta de Miró», 24 de enero de 1970,
tantes con que contaba a finales de los se-
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE.
senta, solo había una decena en activo en
27.– Josep Clara, Girona sota el franquisme, 1939-1976,
Girona, Ajuntament de Girona, 1991, p. 83.
25.– «Informe de Tordera», 1969, NR, Catalunya, c. 63, cp. 28.– «Información comarcal», Adelante. Portavoz de las
18, AHPCE. CCOO de Blanes y Comarca, n. 2, enero de 1970.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 27


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Sant Quirze de Besora. Y en cuanto a las co- seguido que la organización gerundense
marcas centrales, las perspectivas también levantara cabeza y el movimiento antifran-
eran buenas después de los paros parciales quista en la ciudad estaba claramente es-
de medio millar de obreros en Manlleu [29]. tancado. La dirección no podía permitirse
Para intentar superar la crisis gerunden- tal desajuste en una ciudad donde existían
se se impulsaron reuniones conjuntas con las condiciones para desarrollar un potente
la HOAC a fin de coordinar acciones rela- movimiento de oposición y reclamaba «uti-
cionadas con la amnistía. Se creó una inter- lizar todas las vías que nos sean posibles»
comarcal, la Selva-Girona de Comisiones para reconducir la situación de crisis por la
Cívicas, que reunió en poco tiempo unas que atravesaban los comunistas gerunden-
seiscientas firmas de intelectuales gerun- ses [32]. Comenzaba la «Operación Girona».
denses a favor de la amnistía [30]. A pesar de Sin dilación, el partido envió allí a algunos
ello, la situación no mejoraba. Cuando es- de los despedidos de SAFA con la finalidad
talló el conflicto en SAFA en septiembre de de reorganizar el PSUC y dinamizar el mo-
1970 el PSUC de Girona ni siguiera reunió vimiento obrero. Miguel Agúdez era uno
fondos de resistencia para los trabajadores de ellos y recuerda que le dijeron: «os vais
de Blanes. La de SAFA fue una huelga dirigi- a encargar de la construcción. Olvidaros
da por los comunistas a través de CCOO. La ahora del tema de SAFA […] Blanes interesa
primera célula de empresa databa de 1962, pero interesa la provincia» [33].
pero hasta 1967 no se consiguió establecer De ese modo comenzaron a tejerse los
contactos con la plantilla de manera regu- núcleos existentes en las comarcas de Gi-
lar. En el fondo del conflicto de 1970 estaba rona: Figueres, Baix Empordà, Sant Feliu
la negociación de los convenios colectivos de Guíxols, La Bisbal, también en Anglès, la
de 1969, en los que se había conseguido el Garrotxa y Lloret de Mar. En Girona, con-
incremento salarial de un 20%. Una nego- trariamente, tardarían en levantar cabeza.
ciación que el gobierno desautorizó, fijan- Para agudizar la difícil situación que atra-
do el incremento en sólo un 11%. Este he- vesaban, los comunistas recibieron como
cho produjo una gran tensión dentro de la un jarro de agua fría el nombramiento del
colonia, hasta que en el mes de agosto el anticomunista Josep Pallach como profesor
obrero Manuel Ruiz fue despedido, hecho en un instituto de segunda enseñanza de
que marcó el inicio del conflicto abierto a Girona [34]. Temían que Pallach consiguiera
través de la huelga, que rápidamente reci- articular un núcleo opositor en torno a su
bió la respuesta violenta de la policía [31]. figura con un contenido político catalanis-
La huelga de SAFA se saldó con dieciséis ta de izquierdas y de un fuerte anticomu-
despidos, algunos de los cuales eran mili- nismo. Finalmente, el temor se demostró
tantes comunistas y la mayoría miembros infundado y la situación en Girona se fue
de la Comisión Obrera de la fábrica. La di- solucionando parcialmente con la autoex-
rección nacional del PSUC no había con- clusión de los responsables locales y la
reorganización del comité local.
29.– Josep Serradell, «Carta de Miró», 24 de enero de 1970,
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE. 32.– Josep Pardell, «Carta de Serós», 25 de septiembre de
30.– Cipriano García, «Carta de Blas», 16 de febrero de 1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 2, AHPCE.
1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 1, AHPCE. 33.– Entrevista a Miguel Agúdez (PSUC), Banc Audiovisual
31.– Para un breve seguimiento de la huelga en SAFA cfr. de Testimonis (BAT), cinta 243, Memorial Democràtic (MD).
Francisco Martínez, «El naixement del sindicalisme a la 34.– Josep Pardell, «Carta de Serós», 25 de septiembre de
SAFA de Blanes», Revista de Girona, 182 (1997). 1970, NR, Catalunya, c. 59, cp. 2, AHPCE.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

Si bien la recuperación del PSUC gerun- mista. Según la línea oficial del PCE y del
dense fue modesta, en comparación con PSUC, el estado de excepción confirmaba la
otras organizaciones, dos años después política de masas del partido. Aducían que
contaba con una base sólida de treinta y ello inauguraba una situación más favora-
nueve miembros que, juntamente con Cas- ble para la ruptura o que, como mínimo, se
sà de la Selva, Salt, Banyoles y Riudellots, había decantado la relación de fuerzas ha-
sumaban setenta y ocho militantes contro- cia los posicionamientos rupturistas. En tal
lados por el comité local de Girona. Pese a situación, Pardell apostaba por reforzar el
todo, sin duda Girona era la organización partido en las comarcas a través de movi-
local más retrasada de toda Catalunya, pues lizaciones por la amnistía, como las cele-
ni siquiera había conseguido impulsar un bradas en diversas poblaciones catalanas,
núcleo de la JCC en 1973 y el movimiento muy especialmente en Lleida [37]. Apuntaba,
obrero era todavía muy débil [35]. sin embargo, la perentoriedad de encontrar
A partir de aquellas fechas la fisonomía formas de organización más adecuadas a
del antifranquismo iría cambiando al ritmo las necesidades de los comunistas en las
que también lo hacía la sociedad gerun- comarcas. A pesar de las limitaciones que
dense. La progresiva apertura de centros se expondrán más adelante, el estado de la
de enseñanza vinculados a la Universidad organización en las comarcas era excelen-
Autónoma de Barcelona facilitaría el sur- te: unos mil seiscientos militantes, veinti-
gimiento de un movimiento estudiantil y, cinco comités locales con vida regular con-
especialmente, de profesores no numera- formados, presencia comunista en ciento
rios, que fueron los que mayoritariamente cincuenta pueblos, de los cuales sesenta
cubrían las vacantes en los nuevos centros. eran eminentemente campesinos [38]. Las in-
Si bien Girona estuvo lejos de presentar la tervenciones de Gregorio López Raimundo
conflictividad estudiantil que aquel mismo y Gabriel Arrom también giraron en torno a
proceso de descentralización universita- la exigencia de dotar de mayor autonomía
ria estaba produciendo en Lleida y en Ta- a las organizaciones locales y comités de
rragona, la aparición de activistas jóvenes zona del partido y Josep Serradell propuso
dispuestos a movilizarse dinamizó la vida estructurar las formas de dirección orgáni-
política de la oposición en Girona, que eclo- ca del partido a nivel de base [39].
sionaría con fuerza finalmente en 1976 [36]. Empezó entonces un dilatado proceso de
«territorialización» del partido. Una de las
1970: nueva fase y gran salto formas que tomó fueron las Comisiones de
cualitativo Pueblos. En 1970 se constituyó una en Tor-
tosa, la cual hacía las funciones de comité
Pese a todas las dificultades que sin duda comarcal de la zona del Baix Ebre-Montsià,
había, en el pleno del comité ejecutivo del a la que más tarde se le añadiría también la
PSUC de 1970 Pardell se mostraba opti-
37.– Anonieta Jarne y Pau Juvillà, El PSUC a les terres de
35.– Josep Roure (Josep Pardell), «Algunes Informacions Lleida, 1936-1986, Lleida, Pagès, 2014, pp. 110-113.
de les Organitzacions del Partit a Comarques», abril de 38.– Intervención de «Serós» en el Pleno del Comité
1973, NR, Catalunya, c. 63, cp. 1/1, AHPCE. Ejecutivo del PSUC (notas manuscritas), 3 de enero de
36.– Se da buena cuenta de ello en la «Memoria del 1970, NR, Catalunya, c. 51, cp. 1, AHPCE.
Gobierno Civil de Gerona de 1976», 1977, Ministerio de 39.– Intervenciones de «GLR», «Aribau» y «Román» en el
Gobernación, c. 32/11454, exp. 5, Archivo General de la Pleno del Comité Ejecutivo del PSUC (notas manuscritas),
Administración (AGA). 3 de enero de 1970, NR, Catalunya, c. 51, cp. 1, AHPCE.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Asamblea en la iglesia de Sant Josep (L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona), en la que la CONC


se constituye como sindicato. Puede verse a Agusti Prats, Francisco Frutos, Jose Luis López Bulla,
Nicolás Sartorius, Francisco Rodríguez, Josep Tablada, Cipriano García, Josep Maria Rodríguez
Rovira y Pedro León (Foto: Manel Armengol, fuente flickr).

Terra Alta. En inicio esta Comisión agrupa- comarcas [41]. Si bien carecemos de números
ba las organizaciones de Tortosa, Amposta, precisos sobre la militancia total en aquel
la Ràpita y la Sénia [40]. Este tipo de organi- período, los nuevos ingresos nos indican
zaciones de pueblos se aplicó por primera una tendencia de fondo en la que tres de
vez en Lleida. A finales de los sesenta la Co- cada cuatro nuevos ingresos se producían
misión de Pueblos de las tierras de Lleida en organizaciones de la Gran Barcelona.
estaba formada por las organizaciones de Quizá parece poco, pero era la misma pro-
Balaguer, Bellvís, Ponts y Pobla de Segur, porción que los habitantes en Catalunya,
bajo la dirección de un miembro del comité según datos estadísticos de 1970, cuando
local de Lleida. Pero la presencia del PSUC sólo uno de cada cuatro catalanes residía
no se circunscribía a estos municipios, pues fuera de la Gran Barcelona. Sin embargo, el
contaban con ciento treinta militantes re- auge de la movilización se dejó sentir con
partidos en treinta y ocho pueblos, de los fuerza y, para 1973, comarcas incorporaba
cuales estaban controlados de manera co- ya al 43% de los nuevos afiliados, mientras
lectiva por la Comisión de Pueblos. la tendencia poblacional seguía siendo pa-
Durante la campaña de reclutamiento recida [42]. Esto significó un salto espectacular
de 1969-1970, la llamada Promoción Lenin para muchas organizaciones en las comarcas.
con motivo del centenario del natalicio del
revolucionario ruso, fueron más de un cen- 41.– «La campanya per un Partit més fort i arrelat a les
tenar de nuevos militantes los que se incor- masses i el treball d’organització», 1970, Fondo PSUC, n.
407, c. 15, Arxiu Nacional de Catalunya (ANC).
poraron a las organizaciones del PSUC en
42.– Josep Román (Josep Serradell), «Algunos problemas
del trabajo de organización. Modificaciones a los
40.– Josep Pardell, «Carta de Serós», octubre de 1970, NR, Estatutos», III Congreso del PSUC, enero de 1973, p. 9, NR,
Catalunya, j. 2100, AHPCE. Catalunya, c. 62, cp. 6/3, AHPCE.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

Como se ha mencionado, el nuevo salto ventud de la ciudad y de más allá a través


adelante se produjo a raíz de las movili- de sus actividades lúdicas. Fue a partir de la
zaciones contra el Juicio de Burgos, en di- JCC que muchos jóvenes campesinos o hi-
ciembre de 1970. En Reus, la concentración jos de campesinos acabaron accediendo al
de varios centenares de antifranquistas en partido y que se consolidaron los núcleos
la plaza Prim en protesta contra la posible de CCPP en el Camp de Tarragona. A par-
ejecución de los militantes de ETA contri- tir de 1974-1975 estas comisiones locales
buyó a recuperar la vida política del partido. de campesinos serían las impulsoras de la
La concentración había sido impulsada por Unió de Pagesos —que adquiriría una fuer-
una plataforma unitaria de ámbito local —la za inusitada en el campo catalán en los
Aliança Democràtica de Reus— que agluti- años siguientes—, cuya presentación pú-
naba a comunistas, socialistas, democrata- blica se realizó en una fiesta de la JCC en
cristianos, republicanos y nacionalistas de Montblanc, en agosto de 1975 [46]. También
izquierdas. Esta «experiencia les ha sido muy las organizaciones locales de la Assemblea
útil y creo que sabrán aprovecharla para ex- de Catalunya proliferaron en diversas po-
tender y desarrollar su actividad política» [43]. blaciones del Baix i del Alt Camp, la Conca
Pero una nueva crisis estalló en la capital de Barberà y del Tarragonès a través de mi-
del Baix Camp después que la responsable litantes de la JCC en aquellos municipios [47].
local del PSUC, Isabel Llácer, fuese detenida La clave del crecimiento de las organiza-
en febrero de 1971, no mucho tiempo des- ciones comunistas, que nos sirve también
pués de que también fueran arrestados mi- para comprender el alcance del antifran-
litantes del MSC y del PSOE en la ciudad [44]. quismo en su conjunto, son los cambios
Las detenciones de diversos dirigentes de la moleculares que operaron en el seno de
JCC reusense, además, truncaron el desarro- la sociedad civil. Las movilizaciones de
llo de la organización juvenil, que no empe- bachilleres a partir de 1972 tomaron una
zaría a recuperarse hasta 1974 [45]. fuerza importante en todo el territorio ca-
Pese a todo, el cambio cualitativo que se talán, contribuyendo decisivamente a que
estaba produciendo a nivel catalán no era la conflictividad estudiantil se extendiese
el haber fortalecido a ciertos sectores es- más allá de los campus universitarios. Las
tratégicos en la lucha contra la dictadura, ciudades de Tarragona y Lleida son un buen
sino el de haber contribuido a tejer un den- ejemplo al respecto. Incluso lo es el caso de
so entramado social sobre el que se susten- Girona, donde a pesar del retraso en que se
taría el mismo antifranquismo. En los años encontraba, contaba con dos profesoras de
siguientes, el fortalecimiento del PSUC en enseñanza media en el comité local. Igual-
Tarragona y sus comarcas se produciría a mente, la recién inaugurada delegación
través de la labor desarrollada durante los universitaria había empezado a presen-
años anteriores por la JCC. Esta fue adqui- tar algunos conflictos en la ciudad [48]. Pero
riendo un creciente prestigio entre la ju- también se sucedían cambios en otros cen-
tros de menor envergadura como Tortosa,
43.– Josep Salas, «Carta de Fortuny», 23 de enero de 1971,
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE. 46.– Entrevistas a Andreu Mayayo i Artal (JCC), 6/9/2016 y
44.– Pedro A. Heras, La oposición al franquismo en las a Matías Vives March (PSUC), 10/2/2017.
comarcas de Tarragona, Tarragona, Mèdol, 1991, p. 59. 47.– Cristian Ferrer González, «Bastint l’antifranquisme de
45.– Cristian Ferrer González, «Bastint l’antifranquisme masses…», pp. 188 y ss.
de masses…», pp. 174-175. Entrevista a Miguel Giribets 48.– «Memoria de Gestión de Gobiernos Civiles del año
Martínez (JCC), 21/2/2017. 1971», Girona, 1972, Gobernación, c. 52/508, AGA.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 31


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

donde la presencia de los profesores comu- para continuar una vida política activa [51]. A
nistas Frederic Mauri y Fernando Torres en pesar de todo ello, existían también proble-
el principal instituto de la región del Ebro mas de índole interno, pues la composición
contribuyó a ampliar los límites del anti- eminentemente obrera del partido en Llei-
franquismo, incorporando a jóvenes ajenos da ocasionaba que algunos de sus dirigen-
a una tradición política determinada, algu- tes desatendieran las obligaciones partida-
nos de los cuales acabarían incorporándose rias por la intensidad de sus «jornadas de
al partido u otras formaciones políticas dis- trabajo de 14 y más horas diarias» [52].
tintas [49].
En Lleida, las movilizaciones contra el La multiplicación de los espacios de
Juicio de Burgos constituyen también una oposición
buena muestra de los cambios moleculares
producidos en el antifranquismo. La razón Las movilizaciones contra el Juicio de
era que aquella movilización potenció la Burgos no sólo habían marcado un antes y
unidad antifranquista en una zona donde un después en relación a la unidad de ac-
los grupos ferozmente anticomunistas de ción, sino también en términos de disputa
izquierda socialdemócrata tenían una con- del espacio público. Las manifestaciones y
siderable base militante. Eran los grupos las cargas policiales que se registraron am-
articulados en torno a las figuras de Josep pliamente en el territorio catalán abrieron
Pallach y Joaquim Arana, cuya capacidad una nueva fase en que el antifranquismo,
efectiva para establecer un cordón sanitario a medida que se dotaba de un organismo
alrededor del PSUC lo había aislado exitosa- unitario, también se esforzó por demostrar
mente del resto de la oposición —a excep- capacidad de convocatoria y de moviliza-
ción del FNC y de los católicos de la HOAC, ción. Como el PSUC, las nacientes instan-
cuya relación fue básicamente de colabora- cias unitarias consideraban la movilización
ción. La movilización conjunta no significa- como la mejor opción para hacer frente a la
ba todavía que ninguna de las desconfian- dictadura y presentar una alternativa via-
zas esgrimidas por los socialdemócratas ble para sustituirla [53].
se hubiera superado, sino que se habían Por otro lado, el movimiento campesino
iniciado los primeros contactos y, aquello, que impulsaron las CCPP desde la segunda
para una organización que en la práctica se mitad de los sesenta se vio truncado tras la
hallaba casi sola en su confrontación contra promulgación del estado de excepción de
el franquismo, ya era mucho [50]. 1969. A inicios de los setenta el movimien-
Por otro lado, el PSUC había dejado claro to diverso que representaban las CCPP en
que cualquier movilización contra la dicta- su primera fase se fue reduciendo a la ór-
dura debía contar con ellos y, a la vez, que, bita comunista, si bien seguían mantenien-
a pesar de la represión padecida —pues
51.– «Cuenta ingreso prisión siete detenidos», 15 de
siete de los principales dirigentes del par- diciembre de 1970, Fondo del Gobierno Civil, leg. 1793,
tido en las comarcas de Lleida habían sido Arxiu Històric Provincial de Lleida (AHPL).
detenidos por la policía— tenía capacidad 52.– Josep Pardell, «Carta de Serós, d’algunes
Organitzacions del P. a Comarques», 2 de abril de 1971,
NR, Catalunya, c. 59, cp. 3, AHPCE.
49.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians, pp. 82- 53.– Giaime Pala, El PSUC, pp. 106-108. Antoni Batista
89. y Josep Playà Maset, La gran conspiració. Crònica de
50.– «Carta de Lleida», 1 de febrero de 1971, NR, Catalunya, l’Assemblea de Catalunya, Barcelona, Empúries, 1991, pp.
c. 59, cp. 3, AHPCE. 115-139.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

do cierto pluralismo interno gracias a que poner sólo un ejemplo, contaba únicamen-
la facción liderada por Joan Reventós del te con 4.653 jornaleros pero sus cotizacio-
MSC apostó claramente por participar en nes a la SSA agregadas igualaban a las de
ellas [54]. Aunque en la mayoría de territorios Cádiz, donde había nada menos que 46.111
este hecho tenía escasa incidencia, pues la asalariados agrícolas [57].
presencia del MSC era muy reducida. Pese Precisamente en Girona —a pesar de la
a todo, las Comisiones como estructura debilidad orgánica de las fuerzas antifran-
orgánica continuaron existiendo, aunque quistas— se abonó con fuerza el boicot.
empezaron a explorarse otras fórmulas de Cuando el régimen le contrapuso la repre-
acción unitaria que eventualmente condu- sión para intentar la desmovilización de los
jeran a la constitución de una única estruc- campesinos, como había logrado en 1969,
tura orgánica del movimiento campesino. lo que obtuvo fue la solidaridad activa de
En las zonas de mayor concentración poblaciones enteras. Así ocurrió en Alba-
jornalera como el Montsià o el Baix Ebre, tàrrec, donde una extensa solidaridad, así
pero también en comarcas del cinturón in- como una campaña a través de la prensa,
dustrial barcelonés como el Baix Llobregat, impidió que 29 campesinos fueran deteni-
el Maresme, el Garraf y el mismo Barce- dos y sus bienes embargados tras haberse
lonès, los obreros agrícolas consiguieron negado a abonar los pagos de la SSA [58].
romper los techos salariales fijados por el Además, las elecciones sindicales de 1971
gobierno. En Amposta, además, las CCPP en muchos lugares fueron el inicio de una
organizaron una manifestación abierta por incorporación creciente de campesinos al
las calles de la capital del Montsià en abril movimiento antifranquista.
de 1971 [55]. Sin embargo, la campaña que Era evidente que la oposición ampliaba
insufló vida al movimiento campesino en la su influencia social y territorialmente. Una
nueva década fue el boicot contra las cuo- influencia que incrementó exponencial-
tas a la Seguridad Social Agraria. Campa- mente a medida que avanzaban los años
ñas similares contra la SSA venían produ- setenta. A la fundación de la Assemblea de
ciéndose desde 1968, impulsadas por CCPP Catalunya el 7 de noviembre de 1971 acu-
pero que fueron acogidas por multitud de dieron representantes de veinte comarcas
payeses que quedaban fuera de su estric- catalanas. La escasa representatividad real
ta zona de influencia [56]. Aquellas campa- de los fundadores se fue disipando a partir
ñas sirvieron como aglutinante del nuevo de 1972, cuando se dio inicio a la territoria-
movimiento campesino en un territorio, el lización y a la creación de asambleas locales
catalán, donde más del 70% del campesina- y, especialmente, con la profundización de
do estaba obligado a cotizar como grandes dicho proceso que logró tejer la totalidad
terratenientes. La provincia de Girona, por del territorio a partir de la X Permanente
de 1974 [59]. Con la previsiblemente cercana
54.– Andreu Mayayo, De pagesos a ciutadans. Cent anys muerte de Franco, se estimuló todavía más
de sindicalisme i cooperativisme agraris a Catalunya, 1893-
1994, Barcelona, Afers, 1995, p. 201. 57.– «Extractes de documents de la Coordinadora de
55.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians, pp. 74- Comissions de Pagesos del Camp de Catalunya», s.f.
75. [1968], Fondo PSUC, n. 1552, c. 128, ANC.
56.– El caso gallego guarda grandes similitudes con el 58.– «Las cuotas de la Seguridad Social Agraria», La
catalán, cfr. Ana Cabana y Daniel Lanero, «Movilización Vanguardia Española, 10 de mayo de 1972.
social en la Galicia rural del tardofranquismo (1960- 59.– Antoni Batista y Josep Playà Maset, La gran conspiració,
1977)», Historia Agraria, 48 (2009), pp. 111-132. pp. 146-150.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38 33


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

la presencia antifranquista a nivel territo- antifranquismo era compleja: estaba for-


rial. En el Camp de Tarragona los avances mada por partidos, de los cuales el PSUC
de la Assemblea de Catalunya fueron no- el principal; pero también había movi-
torios, como también lo fueron los nuevos mientos, cuya punta de lanza sería el obre-
grupos locales que se incorporaban al or- ro, pero no el único, ya que a finales de la
ganismo unitario. Organizaciones como el década otros aparecerían e irían cobrando
PSAN, MC o Partido Carlista se sumaron a relevancia, como el vecinal, el de bachille-
la Assemblea de Catalunya, que entonces res o el campesino; y, muy especialmente,
tenía presencia en el Baix y el Alt Camp, el antifranquismo conseguiría imbricarse
la Conca de Barberà, el Tarragonès, el Baix en la sociedad civil a través de los órganos
Ebre o el Montsià, entre otros. Estas asam- profesionales, las cooperativas, los grupos
bleas locales estimulaban movilizaciones juveniles, etc. A pesar de su tremenda com-
por la amnistía, como la celebrada en Valls plejidad interna, la cohesión del antifran-
en enero de 1976, previa a las que se cele- quismo venía dada desde fuera, desde su
brarían en Barcelona en febrero [60]. enemigo, es decir, la dictadura, que lo iden-
La clave de todo ello era la basculación tificaba como a un solo mundo [62].
que se había producido a nivel general a Pere Ysàs ha escrito en diversas ocasio-
favor de la oposición antifranquista. Si du- nes que no es posible analizar el final de la
rante los años anteriores los comunistas dictadura ni valorar la hegemonía del an-
habían actuado preferentemente a través tifranquismo sin hacerse cargo de la crisis
de los movimientos sociales, el fracaso del en que el régimen se hallaba sumido desde
estado de excepción en los términos que la principios de los años setenta [63]. Esta fase
dictadura lo había planteado inauguró una de hegemonía del antifranquismo era pa-
fase nueva. Era una fase que en las comar- ralela a la crisis de la dictadura. Es sabido
cas tardaría aún un tiempo en materializar- que los proyectos de reforma del régimen,
se, pero no demasiado. Y este era también encaminados a conseguir ampliar la base
un hecho relevante. La hegemonía del an- social a través de la atracción de sectores
tifranquismo no se dejaba notar solo en las blancos del antifranquismo, fracasó por la
grandes ciudades, sino también a lo largo y timidez de la misma reforma.
ancho de todo el territorio, tanto a través En el campo del antifranquismo, los es-
de distintas clases sociales como de grupos pacios de disidencia incrementaron, funda-
generacionales. Sirva de ejemplo la deten- mentalmente a través de las demandas de
ción de dos estudiantes de catorce años de amnistía. Incluso en Girona, un territorio
edad en Caseres, una población de la Terra donde, como hemos visto, el antifranquis-
Alta que apenas llegaba a 350 habitantes, mo se encontró con grandes dificultades
por realizar pintadas prodemocráticas so- para salir de sus propios círculos, se cele-
bre el testamento político de Franco y el dis- braron manifestaciones a favor de la am-
curso de coronación del rey Juan Carlos I [61].
Xavier Domènech nos ha hecho notar
que en los años setenta la morfología del 62.– Xavier Domènech, Cambio político y movimiento obrero
bajo el franquismo. Lucha de clases, dictadura y democracia
60.– Andreu Mayayo, La ruptura catalana. Les eleccions del (1939-1977), Madrid, Icaria, 2012, pp. 191-194.
15-J de 1977, Barcelona, Afers, 2002, pp. 21-22. 63.– Pere Ysàs, «La crisis de la dictadura franquista», en
61.– «Caseras (Tarragona): dos estudiantes detenidos por Carme Molinero (ed.), La Transición, treinta años después.
la Guardia Civil», 24 de abril de 1976, Fondo Cultura, c. De la dictadura a la instauración y consolidación de la
42/9112, AGA. democracia, Barcelona, Península, 2006.

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

nistía [64]. También en Tarragona las mani- como una maniobra de capitulación. Según
festaciones por la misma tuvieron una gran aducían los comunistas ilerdenses, el gru-
continuidad [65]. En la ampliación de los po socialdemócrata impulsado por Josep
márgenes del antifranquismo, que en gran Pallach y Joaquim Arana, el Bloc Popular
medida el PSUC había contribuido a en- de les Terres de Lleida, en connivencia con
sanchar, podemos encontrar un incipien- «católicos avanzados», estaba extendiendo
te movimiento ecologista favorecido por «una red por diferentes lugares de Catalun-
la tentativa de trasvase del río Ebro hacia ya para el momento de ir a unas eleccio-
las regiones industriales de Catalunya, así nes» amparados en la ley de asociaciones
como por la negativa de aquellas comarcas de 1974. Este grupo, según el PSUC de Llei-
a que se instalasen nuevos reactores nu- da, estaría actuando preferentemente en
cleares [66]. Era un engranaje que se movía «el campo al ver que la penetración entre la
independiente pero al unísono. También clase obrera les era mucho más difícil» [68].
CCOO hizo suyas las demandas antinuclea- El grupo de Lleida denunció que los comu-
res a través de paros y asambleas [67]. nistas estaban en minoría dentro del nuevo
En términos de política unitaria y de organismo ante los representantes del Bloc
construcción de una alternativa al fran- Popular y del Partido Carlista, frente a un
quismo, el PSUC consiguió un gran hito: representante del PCE(i) y otro del PSUC.
impulsar un sindicato campesino unitario. Pese a las reticencias del grupo de Llei-
En noviembre de 1974 se reunieron cam- da, la unidad sindical en el campo se con-
pesinos de dieciséis comarcas catalanas en sumó y la UP representó, especialmente a
Pontons para fundar la Unió de Pagesos. partir de 1976, la vertebración definitiva
Que el nuevo sindicato naciese en el Alt del antifranquismo en la Catalunya de co-
Penedès, una región donde el PSUC prác- marcas. El PSUC se erigió en la fuerza hege-
ticamente no tenía arraigo, mientras que mónica dentro de la UP, imponiendo parte
la mayor parte del antifranquismo con pre- de su discurso y sus concepciones sobre la
sencia allí era socialista, parece responder lucha política, el trabajo de masas, la cues-
a un gesto de deferencia de los comunistas tión nacional, las alianzas de clase, etc. En
hacia sus socios. La delegación campesina la capital del Segrià, precisamente, el grupo
de Lleida —que actuaba de manera autó- campesino adquirirá un desarrollo extraor-
noma desde hacía dos años— escribió al dinario durante los años siguientes y, jun-
comité central del partido con un tono de tamente con Amposta, se convertirá en la
claro enfado denunciando aquella reunión punta de lanza del nuevo movimiento cam-
pesino [69]. Pero no toda la conflictividad era
64.– «Manifestación pro amnistía», 9 de enero de 1976, campesina, ni siquiera la más importante.
Cultura, c. 42/9119, AGA.
El desarrollo de CCOO en Lleida permitió el
65.– «Desde el pasado martes, 20 jóvenes efectúan
reforzamiento del partido. A inicios de los
diariamente una sentada frente a la prisión provincial, en
petición de amnistía», Cultura, c. 42/9112, AGA. años setenta, el movimiento obrero lerida-
66.– Sobre el projecte de transvasament de les aigües de no protagonizó una dura conflictividad la-
l’Ebre», La Veu del Camp Català, n. 47, s.f. [1974]; «L’Ametlla boral que no paró de crecer. Especialmente
de Mar: ¡No a les nuclears!», La Veu del Camp Català, n. 48,
s.f. [1974]; cfr. Xavier García, La primera década de lluita 68.– «Informe de una reunión de campesinos de diversas
antinuclear a Catalunya (1970-1980), Torrotja del Priorat, comarcas de Cataluña», [noviembre] 1974, NR, Catalunya,
CCR la Unió, 2008. j. 2633, AHPCE.
67.– «Paros laborales», 6 de febrero de 1976, Cultura, c. 69.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quitidians, pp.
42/9112, AGA. 112-123.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Primera fiesta legal del PSUC, celebrada el 8 de mayo (había sido legalizado el día 2) de 1977 en
el Camping La Tortuga Ligera, en Gavà, Barcelona (Foto: Manel Armengol, fuente: flickr).

combativos fueron los obreros de la cons- ración de asambleas obreras en los lugares
trucción [70]. Pero no solamente. A medida de trabajo y el incremento de participantes
que avanzaban los años setenta irrumpie- en aquellas que se estaban produciendo en
ron nuevas formas de protesta muy vincu- los locales sindicales, supusieron un gran
ladas con el movimiento obrero, pero que salto adelante en el movimiento obrero
encontraban apoyo más allá de la clase tarraconense, que repercutió en el de toda
trabajadora, como el caso del movimiento la provincia. Entre enero y febrero de 1976
vecinal [71]. —el momento del «pulso» de la calle— se
Por otro lado, la conflictividad laboral en produjeron diversas huelgas en la cons-
Tarragona llegó a alcanzar grandes dimen- trucción que, en cierto modo, se convirtie-
siones, siendo también el de la construc- ron en un ensayo de huelga general a nivel
ción uno de los sectores más movilizados. local. Pese a no estarse negociando los con-
El gran resultado de CCOO en las eleccio- venios, CCOO impulsó la acción en Tarra-
nes sindicales de mayo de 1975, la prolife- gona con el fin de coordinarlas con las del
Baix Llobregat. Sesenta y siete empresas y
70.– Buena muestra de la conflictividad de la construcción más de 3.500 trabajadores participaron en
en Lleida queda patente en la correspondencia mantenida ellas. Tras una irregular vuelta al trabajo, la
entre el delegado provincial de la Organización Sindical huelga se reanudó y se extendió por todo el
Española, Guillermo Blanco, y el Ministro-Secretario
Camp de Tarragona, llegando a implicar a
General de la OSE, Rodolfo Martín Villa, conservadas en
el Fondo OSE, Secretaría General, c. 6540, cp. 3473, AGA. más de 6.000 trabajadores [72].
71.– Antonieta Jarne, L’oposició al franquisme a Lleida,
Lleida, Pagès, 1998, pp. 287-294. 72.– José Fernando Mota Muñoz, «Mis manos, mi capital».

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La fase expansiva del antifranquismo, 1962-1976... Cristian Ferrer González

La conflictividad abierta no se circuns- contraban cada vez mayores espacios para


cribió tan sólo al movimiento obrero, a expresar su desafección— le llevó a realizar
las barriadas o a los estudiantes, sino que un esfuerzo considerable para extender su
llegó también, como se ha apuntado, a los influencia y ampliar su capacidad moviliza-
campesinos, que empezaron a ser capa- dora mucho más allá de los territorios don-
ces de realizar demostraciones públicas de de ya eran hegemónicos. Actuaciones hacia
envergadura. A inicio de 1976 la mayoría el campesinado, los obreros de la construc-
de payeses y ganaderos estaban sujetos a ción o trabajadores de pequeñas industrias,
convenios colectivos caducos. Se espera- que habían sido mera retórica hasta enton-
ba que el gobierno decretase la regulación ces, comenzaron a centrar los debates y las
de precios de campaña para diversos pro- actuaciones del PSUC en las comarcas.
ductos agrarios y que permitiese llegar a Los comunistas catalanes comprendie-
unos precios mínimos que garantizaran a ron que era imprescindible la participación
los campesinos poder seguir viviendo de la activa de sus militantes en las comarcas:
tierra. Tras multitudinarias asambleas en el estallido de conflictos sobre la tenen-
las Cámaras Oficiales Sindicales Agrarias cia de la tierra, las huelgas que se estaban
de ámbito provincial, se decidió convocar produciendo en territorios de reciente in-
una manifestación en Tarragona y en Llei- dustrialización, las protestas vecinales en
da para mayo de 1976. Los días previos, tres las barriadas de algunas ciudades de cierta
campesinos de la UP fueron detenidos en importancia, la extensión de actos en so-
las Borges Blanques y la convocatoria tomó lidaridad con los trabajadores reprimidos
un gran impulso y las manifestaciones reu- en todo el Estado, los impagos a las contri-
nieron a más de 25.000 campesinos [73]. buciones rústicas por parte de payeses de
buena parte de Catalunya, la proliferación
Consideraciones finales de «candidaturas democráticas» a las elec-
ciones sindicales de las Hermandades de
En definitiva, como se ha apuntado, du- Labradores y Ganaderos a partir de 1966,
rante los últimos quince años de dictadura eran, entre otros, algunos de los motivos
el PSUC se vio en condiciones de impulsar y que justificaban aquella necesidad.
liderar un amplio movimiento para acabar De la misma manera que se había com-
con ella más allá del epicentro fundamen- probado que en los ámbitos metropolitanos
tal de movilización en Catalunya: el área los comunistas habían conseguido ampliar
industrial barcelonesa. Las dimensiones de su influencia a través del nuevo movimien-
ese movimiento han ocultado a menudo la to obrero, se entendía que en la Catalun-
relevancia que tuvo la extensa movilización ya rural era necesario construir un «nuevo
antifranquista más allá de la Gran Barcelo- movimiento campesino» a imagen y seme-
na. La voluntad del PSUC por galvanizar los janza del que emergió junto al movimiento
movimientos de protesta en los ámbitos de CCOO. Es decir: como ámbito sociopo-
comarcales —que gracias a la actuación de lítico que sobrepasara los entornos labora-
los nuevos movimientos sociales, en gran les. A través de la actuación de militantes
parte impulsados por los comunistas, en- del PSUC dentro de las hermandades, coo-
perativas, cámaras agrarias y más allá, la
Els treballadors de la construcció, les CCOO i l’organització
de la protesta a la Gran Barcelona (1964-1981), Barcelona, constitución de Comisiones (de Payeses y
Germania, 2010, pp. 90 y 103. Jornaleros, de Obreros del Campo, Mixtas
73.– Cristian Ferrer González, Lluitadors quotidians, pp. 93-96. de Obreros y Campesinos, Cívicas o Juveni-

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

les) devino una de las principales tareas de escasos pero influyentes grupos provenien-
los militantes comunistas en las comarcas. tes de los entornos profesionales de gran
La necesidad de ir más allá de ellos mis- prestigio social ocasionó que éstos —ge-
mos fue una constante en el PSUC durante neralmente personalidades de adscripción
el tardofranquismo. Los esfuerzos por no nacionalista, socialdemócrata o democra-
erigirse solamente como el partido de los tacristiana— no siempre se sumaran a los
comunistas en Catalunya, sino de conver- ámbitos de actuación propiciados por los
tirse en el partido nacional de las clases po- comunistas y que creasen otros propios.
pulares, llevó al PSUC a una amplia política Superar aquellos hándicaps y crear amplios
de alianzas que, si bien no tendría una plas- espacios de confluencia para acabar con la
mación específica en el ámbito estudiado, dictadura, así como no abdicar en su volun-
sí que le llevaron a afrontar unas dificulta- tad por incrementar la movilización social
des mayores para su realización, en compa- y hegemonizar los movimientos de protes-
ración con los entornos metropolitanos. La ta, devino el quehacer cotidiano de los mi-
animadversión hacia los comunistas de los litantes del PSUC en las comarcas.

38 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 18-38


El Partido Comunista de España en el
campo andaluz. Movilización jornalera
y empoderamiento democrático de la
sociedad civil (1956-1979)

The Spanish Communist Party in the andalusian countryside.


Rural movilisation and democratic empowerment (1956-1979)

Mª Candelaria Fuentes Navarro


Universidad de Granada

Resumen:

Presentamos un panorama general del trabajo realizado por el Partido Comunista de


España en el mundo rural andaluz durante los años sesenta y setenta del pasado siglo.
Prestamos especial atención a la evolución del discurso comunista en torno a la «cuestión
agraria», la Reforma Agraria y la lucha por la tierra y hacemos referencia a la manera en
la cual el PCE fue capaz de irse haciendo presente en la cotidianeidad de los trabajadores
rurales andaluces, empoderándolos poco a poco en la lucha cotidiana por sus derechos
laborales, pero también por sus derechos como ciudadanos. Pensamos que todo ello in-
fluyó decisivamente en los resultados de las elecciones municipales de 1979.

Palabras clave: Partido Comunista de España, empoderamiento democrático, campo


andaluz, Reforma Agraria, trabajadores rurales.

Abstract

The study offers an overall view of the work accomplished by the Spanish Communist Party in
rural Andalusia during the 1960s and 1970s. Emphasis is placed on the evolution of the Commu-
nist discourse regarding the ‘agrarian issue’, the Agricultural Reform and the struggle for land; and
on the way in which the party managed to get involved in the everyday life of Andalusian rural
workers, who became gradually empowered to fight for their rights as workers and citizens. We
believe all of this certainly influenced the results of the 1979 local elections.

Keywords: Spanish Communist Party, democratic empowerment, Andalusian countryside, Agri-


cultural Reform, rural workers.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 39


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Podemos considerar que los resultados de esta región durante el tardofranquismo


de las elecciones municipales celebradas el y la transición de una manera más comple-
3 de abril de 1979, y en cierto modo los da- ja y pluridimensional [2].
tos de afiliación a CCOO del Campo en An-
dalucía presentados por el sindicato ante Planteamientos teóricos
su primer congreso en 1978 [1], representan
la escenificación efectiva del gran apoyo Consideramos que para el estudio del
prestado por una porción significativa de surgimiento y de las características de la
la sociedad rural andaluza de las zonas de protesta campesina y jornalera en Andalu-
predominio latifundista y jornalero (cam- cía durante los años finales del franquismo
piñas de Córdoba y Sevilla) al proyecto de- y la transición es necesario partir de una
fendido por el PCE. Es a través de la prácti- profunda redefinición de los conceptos de
ca democrática de ejercer el voto individual participación política, protesta social, de-
y decidir hacerlo a una formación política mocracia y ciudadanía. Esta redefinición
determinada como se demuestra la comu- y flexibilización conceptual nos permitirá
nión de intereses entre el individuo que es construir un relato alternativo que haga
portador de una serie de aspiraciones, y el hincapié en el papel fundamental desem-
partido político que las encarna y promete peñado por el medio rural y el campesina-
defenderlas si logra el respaldo social ne- do en el desarrollo de expresiones de pro-
cesario. testa a favor de la democratización de las
Ahora bien, ¿cuál es el origen y cuáles estructuras políticas del marco local, y en la
las causas de este éxito expresado en tér- gestación de las condiciones que hicieron
minos de respaldo electoral al proyecto posible el desmantelamiento del régimen
comunista en Andalucía? A lo largo de las dictatorial y su posterior sustitución por un
páginas que siguen presentaremos una pa- régimen de libertades ciudadanas. Pensa-
norámica general de la labor del PCE en el mos que mediante la puesta en pie de un
campo andaluz desde finales de los años 50 nuevo marco analítico, comprenderemos
(momento en el que este partido comien- mejor cómo el campesinado y los sectores
za a reorganizarse clandestinamente des- populares de la sociedad rural de la etapa
pués de la dura represión desatada en el final del franquismo, a través de la aspira-
contexto de la Guerra Civil y los primeros ción a la consecución del reconocimiento
años del régimen franquista) y 1979 (fecha de derechos civiles, políticos, sociales o la-
de celebración las primeras elecciones mu- borales, fueron creando un marco referen-
nicipales «democráticas» tras la muerte del cial de señalamiento de injusticias que se
dictador). Utilizamos para ello un enfoque situó en la base de aquel proceso de lento
teórico que nos permite analizar la movili- aprendizaje de la ciudadanía y la democra-
zación social acontecida en el mundo rural
2.– En el presente artículo exponemos las conclusiones
1.– Consultar Cuadro 1 y Cuadro 2 del anexo. El PCE logró generales de nuestra Tesis doctoral [El Partido Comunista
un importante 20,38% de los votos en la campiña sevillana de España y la democratización del mundo rural anda-
–frente al 29,02% de la UCD y el 24,17 del PSOE–, y un luz: la organización de la protesta jornalera y campesina
35,80% en la campiña baja de Córdoba –frente al 25,12% y la difusión de valores pro-democráticos (1956-1983)];
de la UCD y el 26,63% del PSOE. Igualmente, consiguió gran publicada recientemente: Mª Candelaria Fuentes Navarro
número de alcaldías, así como con una cifra considerable y Francisco Cobo Romero, «La tierra para quien la trabaja».
de concejales en estas regiones. Datos disponibles en Los comunistas, la sociedad rural andaluza y la conquista de
www.datoselecciones.com/elecciones-municipales-1979/ la democracia (1953-1983), Granada, Editorial Universidad
andalucia [consulta: 28 de febrero de 2017]. de Granada, 2016.

40 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51


El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

Asamblea de trabajadores del campo en Morón de la Frontera, Sevilla, en 1977 (Foto: José Julio
Ruiz Benavides - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).

cia que tuvo lugar desde los años sesenta toda índole disponibles en el marco de la
en adelante [3]. El mundo rural de la etapa economía local, moviéndose más allá de los
del tardofranquismo fue el escenario de estrechos límites marcados por la legalidad
una gran variedad de movimientos socia- franquista y consiguiendo movilizar a un
les y actos de protesta colectiva dotados de considerable número de campesinos, jor-
un elevado potencial democratizador. Una naleros e integrantes de los sectores popu-
importante proporción de todos ellos recla- lares del mundo agrario a favor de la libre
maba la creación de sindicatos libres y una representatividad de los intereses contra-
gestión más democrática de los recursos de puestos y la convivencia política demo-
crática. Muchos de aquellos movimientos
3.– En esta línea interpretativa, véase por ejemplo Benjamin colectivos se constituyeron en auténticas
Isakhan y Stephen Stockwell (eds.), The Secret History of
experiencias de ciudadanía democrática
Democracy, Houndmills, Basingstoke, Palgrave MacMillan,
2011. La aplicabilidad de muchos de los nuevos marcos que, más allá de los beneficios económicos
interpretativos al caso andaluz ha sido desarrollada por que en el largo o medio plazo pudieran de-
el grupo de investigadores de la Universidad Pablo de rivarse de todos ellos, consiguieron socavar
Olavide. Entre sus recientes aportaciones destacaremos
las bases ideológicas, culturales o políticas
las siguientes: John Markoff y Antonio Herrera González de
Molina, «Another chapter from democracy’s secret history: sobre las que se había edificado el sistema
A research program on some small spanish towns» en franquista de dominación en el ámbito lo-
Barbara Wejnert (ed.), Voices of Globalization (Research in cal del mundo agrario.
Political Sociology, Volume 21), Emerald Group Publishing
Una de las propuestas teóricas funda-
Limited, 2014, pp. 31-49; y el dossier Antonio Herrera y
John Markoff (coords.), «Democracia y mundo rural en mentales sobre las que gira la presente
España», Ayer, 89. propuesta se inspira en una percepción

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 41


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

constructivista de los movimientos socia- ron significación discursiva y alegórica a un


les. El análisis de los movimientos sociales marco referencial dotado de una poderosa
pro-democráticos surgidos en los ámbitos carga representacional, que convertía a la
locales de la España rural del tardofran- histórica lucha por la tierra y a la Reforma
quismo debe instalarse sobre una visión Agraria en los requisitos inexcusables para
más compleja y pluridimensional que la la consecución de la democracia en el cam-
predominantemente ofrecida hasta ahora. po y el derrocamiento de la dictadura [5].
Pensamos que los movimientos políticos, Todo ello contribuye a mejorar nuestra
sindicales, regionalistas o izquierdistas que comprensión acerca de las microformas que
contribuyeron a movilizar a una porción de adquirió la movilización colectiva frente al
la población rural del sur de España contra franquismo en el seno de aquellas socie-
la dictadura franquista se instalaron sobre dades agrarias que habían experimentado
un constante proceso de construcción de una una profunda y acelerada transformación
identidad colectiva, es decir, sobre un deseo, desde la década de los 50 del pasado siglo
una afirmación y una determinada práctica xx, impulsada por la industrialización de
social, asociados a un modo de ver, inter- la agricultura, la descampesinización y el
pretar, estar y comportarse colectivamente derrumbe progresivo de la sociedad agraria
de forma diferenciada dentro de la realidad tradicional.
y el mundo circundantes [4].
Las recreaciones discursivas desplega- La reorganización del PCE y el resurgir
das por los comunistas en torno al mito del de la protesta organizada. Los primeros
reparto de la tierra y la idealización de la na- pasos (1956-1960)
turaleza salvífica de la Reforma Agraria se
erigirían en imaginarios colectivos carga- El PCE basó su programa agrario [6] en la
dos de una significativa potencialidad mo- constatación de que la sociedad rural tradi-
vilizadora. En consecuencia, la capacidad
5.– La construcción discursiva de la realidad ha sido
mediadora de las recreaciones discursivas estudiada en España por Miguel Ángel Cabrera entre
y simbólicas mencionadas debe ser consi- otros. Miguel Ángel Cabrera, «Historia y Teoría de la
derada esencial, pues predispusieron a mu- Sociedad. Del giro culturalista al giro lingüístico» en
Carlos Forcadell e Ignacio Peiró (coords.), Lecturas de la
chos jornaleros y campesinos para la parti-
Historia. Nueve reflexiones sobre Historia de la Historiografía,
cipación en la acción colectiva, la protesta Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 2002. pp. 255-
antifranquista y la lucha por la democracia. 272; Id., «On Language, Culture, and Social Action», History
Mediante la construcción de los imagina- and Theory, 40, (4), (2001), pp. 82-100; Id., Historia, lenguaje
y teoría de la sociedad, Madrid, Cátedra-Universitat de
rios mencionados los comunistas atribuye-
València, 2001.
6.– La documentación existente en el Archivo del PCE
4.– Sobre la creación de marcos de referencia e identidades sobre la «cuestión agraria» referente a esta época es
colectivas puede consultarse, por ejemplo: David Snow abundantísima. Sin embargo, la obra que quizá compile
y Robert Benford, «Ideology, Frame Resonance and mejor los planteamientos comunistas sobre el tema
Participant Mobilization» en Bert Klandermans et al. (eds.), a partir de finales de los años 50 sea Tomás García
Internacional Social Movement Research. From estructure to (Juan Gómez), La evolución de la cuestión agraria bajo el
action: comparing social movement research across cultures, franquismo, Madrid, Ministerio de Agricultura, Pesca y
Vol. I, Londres, JAI Press, 1988. pp. 197-217; Antonio Rivas, Alimentación, 1993; basada en la propia intervención
«El análisis de marcos: una metodología para el estudio de Juan Gómez ante el III Pleno del PCE en 1957
de los movimientos sociales», en Pedro Ibarra y Benjamín (Tomás Gómez, La evolución de la cuestión agraria bajo el
Tejerina (eds.), Los movimientos sociales. Transformaciones franquismo, Documentos del PCE: Documentos sueltos por
políticas y cambio cultural, Madrid, Editorial Trotta, 1998, años, Actas del Pleno del Comité Central del PCE, 1957,
pp. 181-215, pp. 190-193. Archivo Histórico del Partido Comunista de España).

42 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51


El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

cional había entrado en crisis como conse- de los cincuenta asistimos a un lento pero
cuencia de la capitalización de la agricultu- progresivo proceso de reorganización de
ra, siendo la mecanización y el éxodo rural la estructura del PCE y resurgimiento de
los catalizadores de este proceso [7]. Vieron la protesta en el campo andaluz. Es este el
en la manifiesta situación de descontento, punto de partida en la labor de los comu-
desarraigo y sensación de frustración de nistas españoles: comenzaron a establecer
esos sectores sociales por la inexistencia de conexiones entre las experiencias asociati-
salidas ni oportunidades de tener una vida vas previas a la Guerra Civil protagonizadas
digna, un auténtico filón para la moviliza- principalmente por socialistas, anarquistas,
ción, la protesta, y la suscitación de acti- republicanos y católicos; con las sensibili-
tudes pro-democráticas que identificaran dades de rechazo tosco, burdo, que genera-
claramente al franquismo como un sistema ba la propia aplicación del capitalismo en la
económico depredador y principal culpable agricultura tras la autarquía. Consideramos
de sus penosas condiciones de vida. A tra- que catalizaron ese descontento recupe-
vés de un reajuste de posiciones en torno rando y pulsando las teclas de la memoria
a la «cuestión agraria», otorgaron al mito colectiva de jornaleros y pequeños campe-
de la Reforma Agraria un renovado impulso sinos acerca de esas experiencias asociati-
simbólico y erigieron a jornaleros y peque- vas de defensa de sus intereses económi-
ños propietarios en los protagonistas prin- cos, presentes hasta la Segunda República,
cipales de la construcción de la democracia creando poco a poco, un tejido nuevo [9].
en el mundo rural andaluz [8]. La celebración del III Pleno del Comité
Durante los años finales de la década Central del PCE en 1957 y la Huelga Nacio-
nal Pacífica de 1959 [10] constituyeron dos
7.– Acerca de la capitalización de la agricultura española hitos referenciales en este proceso. En vís-
puede verse Carlos Abad y José Manuel Naredo, «Sobre la peras de la celebración del mencionado III
‘modernización’ de la agricultura española (1940-1995):
Pleno aparecieron los primeros síntomas
de la agricultura tradicional hacia la capitalización agraria
y dependencia asistencial» en Cristóbal Gómez Benito y de descontento y movimiento contestata-
Juan Jesús González Rodríguez, Agricultura y sociedad en rio en el campo [11]. Se trata de una actitud y
la España contemporánea, Madrid, CIS, 1997, pp. 249-317
y José Manuel Naredo, La evolución de la agricultura en 9.– En este sentido adoptamos los planteamientos
España (1940-2000), Granada, Universidad de Granada, teóricos de Pamela Radcliff, considerando al PCE como
2004. uno de los agentes fundamentales en la constitución
y puesta en marcha de esos mismos movimientos de
8.– Sobre los orígenes del discurso comunista en torno
protesta. Pensamos que este partido en muchos casos
a la «cuestión agraria» y la Reforma Agraria puede
dotó a las incipientes organizaciones ciudadanas rurales
consultarse: Francisco Acosta Ramírez, Salvador Cruz
tanto de un capital social mediante el cual organizarse,
Artacho y Manuel González de Molina, Socialismo agrario,
como de instrumentos lingüísticos y discursivos, de ideas
conflicto rural y democracia en el campo español (1880-
disponibles, valores y redes sociales que proporcionaron
1930). Los orígenes de la federación de trabajadores de la
los cimientos para pensar y actuar colectivamente. Pamela
tierra, Madrid, Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural
B. Radcliff, Making democratic citizens in Spain. Civil society
y Marino, 2009. Para los planteamientos del PCE acerca
and the popular origins of the transition, 1960-78, Londres,
de esta cuestión a partir de los años cincuenta: Francisco
Palgrave-Macmillan, 2011.
Cobo Romero y Teresa Mª Ortega López, «El Partido
Comunista de España y la cuestión agraria en Andalucía 10.– La repercusión y el alcance de la Jornada de
durante el Tardofranquismo y la Transición política a la Reconciliación Nacional y la Huelga Nacional Política
Democracia, 1956-1983», en Historia Actual Online, núm. en la estructura comunista en España se explican con
7, primavera 2005, pp. 27-42; Santiago Álvarez, El Partido claridad en Jesús Sánchez Rodríguez, Teoría y práctica
Comunista y el campo. La evolución del problema agrario y democrática en el PCE (1956-1982), Madrid, Fundación de
la posición de los comunistas, Madrid, Ediciones de la Torre, Investigaciones Marxistas, 2004.
1977. 11.– Sobre el resurgir de la protesta en Andalucía, Harmut

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 43


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

compromiso en muchas ocasiones previo a Las resoluciones adoptadas en el men-


la presencia del PCE propiamente dicha en cionado III Pleno constituyeron el paso
numerosas localidades rurales. Fue en este previo para el posicionamiento definitivo
momento cuando la organización comunis- del PCE tras su VI Congreso (1960) a favor
ta comenzó a dotar de una estructura orga- de llevar a cabo una política agraria que
nizativa y de coordinación a ese sentimiento prestase especial interés a la movilización
de desafecto con el modo de proceder del ré- de las masas del agro andaluz como con-
gimen franquista en el campo. La estrategia dición sine qua non para la consecución de
adoptada por el PCE consistió en ir hacién- la democracia en España [13]. Por otra parte,
dose presente en la vida cotidiana de los tra- la denominada Política de Reconciliación
bajadores rurales. A partir de las pequeñas Nacional impulsada por el PCE supuso un
afrentas del día a día, este partido empezó a antes y un después en la concepción comu-
formar parte de la cotidianeidad de los tra- nista de la lucha contra el franquismo y por
bajadores rurales que se vieron perjudicados la democracia. Sirvió, al margen de su es-
en sus intereses por el franquismo. Comen- caso éxito cuantitativo —en la convocato-
zaron a integrar las reivindicaciones de to- ria concreta del 5 de mayo de 1958—, como
das las capas sociales del campo —incluidos experiencia y referente que permitió al par-
jóvenes y mujeres y otras fuerzas de oposi- tido y a las personas que se encontraban en
ción— que habían visto dañados sus intere- su órbita, avanzar en sus objetivos [14]. En
ses por las políticas agrarias franquistas. Jor- efecto, bajo la óptica comunista la jornada
naleros, pero también pequeños campesinos recuperó muchas de las sensaciones per-
y arrendatarios, identificaron todos ellos un didas de los trabajadores con respecto a la
enemigo común: el régimen franquista. Se reivindicación de sus derechos laborales, lo
trata de la construcción colectiva un «no- que repercutió positivamente en ellos en lo
sotros» contra un «ellos» como paso previo que se podríamos denominar términos de
para entrar a formar parte en el movimiento experiencia tras la traumática ola de repre-
social comunista [12]. sión desatada durante la posguerra. Argu-
mentaron que se debió a que la iniciativa
Heine, La oposición política al franquismo, 1939-1952, orquestada por el PCE facilitó que en mu-
Barcelona, Crítica, 1983; Joe Foweraker, La democracia
chos lugares de Andalucía los trabajadores
española. Los verdaderos artífices de la democracia en
España, Madrid, Arias Montano, 1990, pp. 135-143; del campo volvieran a sentirse en contacto
Antonio Miguel Bernal, «Resignación de los campesinos con la actividad política, y retomaran la ex-
andaluces: la resistencia pasiva durante el franquismo»
en Manuel Ortiz Heras et al., España franquista: causa
general y actitudes sociales ante la dictadura, Universidad se encuentran consignados en las microfichas de la
de Castilla-La Mancha, Universidad de Castilla-La Mancha, sección «Nacionalidades y Regiones: Andalucía» del
1993, pp. 145-159; Francisco Cobo Romero y Teresa Mª Archivo del PCE. Especialmente en las primeras, por hacer
Ortega López, «La protesta de sólo unos pocos: el débil referencia a los años finales de la década de los cincuenta.
y tardío surgimiento de la protesta laboral y la oposición (Nacionalidades y regiones: Andalucía y Extremadura,
democrática al régimen franquista en Andalucía Oriental, Microfichas, AHPCE).
1951-1976», Historia Contemporánea, 26, (2003), pp. 113- 13.– Para un análisis completo de la postura comunista en
160; David Martínez López y Salvador Cruz Artacho, torno a las consecuencias de la penetración del capitalismo
Protesta obrera y sindicalismo en una región «idílica»: en la agricultura y sobre el proceso de concentración de la
historia de Comisiones Obreras en la provincia de Jaén, Jaén, tierra y proletarización del campesinado, véase: T. Gómez,
Universidad de Jaén, 2003. Evolución.
12.– Los primeros planteamientos del PCE con respecto 14.– Nacionalidades y regiones: Andalucía y Extremadura,
a la necesidad de reorganizarse y de hacerse presentes Microfichas. Microficha 37, 1957, AHPCE; ibid. microficha
en la vida cotidiana de los trabajadores rurales andaluces 40, 1958; ibid, microficha 42, 1958.

44 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51


El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

periencia de luchas pasadas. Es lo que los Años sesenta. «Asamblearismo»


comunistas denominaron «dejar de estar campesino y jornalero, dinamización
constituidos en tertulia de discusión amisto- de la protesta y sensibilización
sa, para pasar a vincularse más a los lugares democrática de la sociedad rural
en que trabajan y ligarse más a las masas» [15].
Sin duda, la existencia de este tipo de ac- A la hora de analizar la labor del PCE du-
titudes contestatarias provocó una cierta rante los años sesenta no podemos disociar
asimilación de comportamientos o efecto la actividad de este partido en este periodo
llamada entre poblaciones por una causa (dinamización de la protesta y empodera-
común, lo que llevó al PCE a considerar que miento democrático de la sociedad rural
estaban asistiendo a un cambio de actitud andaluza) del entramado discursivo que
definitiva por parte de jornaleros y peque- fue construyendo a en torno a la «cuestión
ños campesinos con respecto al franquismo agraria» dirigido específicamente al campo
y su situación, que debían dirigir: «quere- a partir de los acuerdos tomados en su VI
mos cavar olivos, pero ganando cincuenta pe- reunión congresual [18]. A lo largo esta etapa
setas y la olla; si no es así, que caven olivos el discurso comunista en torno a la «cues-
los mismos patronos» [16]. tión agraria» y sus dos puntas de lanza —
Según informa la documentación comu- reforma agraria y la consigna «la tierra para
nista, la celebración de una nueva jornada el que la trabaja»—, irrumpe con fuerza en
de lucha en España —la Huelga Nacional el imaginario colectivo comunista, se man-
Pacífica— convocada para el 18 de junio de tiene firme y evoluciona. [19] Pensamos que
1959, tuvo una gran repercusión en el cam- el PCE fue capaz de trasladar ese discurso
po, ofreciendo los ejemplos de lo sucedido al campo andaluz y hacerlo penetrar entre
en localidades de toda la geografía andalu- amplios sectores de la sociedad rural con-
za [17]. Supuso un nuevo paso en la reorga- virtiéndoles en partícipes del mismo. A la
nización del PCE en el mundo rural, con- vez que los familiarizó y «sensibilizó» con lo
firmando las sensaciones producidas tras la que podríamos denominar prácticas ciuda-
celebración de la Jornada de Reconciliación danas prodemocráticas. En este sentido el
Nacional. «asamblearismo» [20] campesino y jornalero,

18.– Documentos del PCE: Congresos, VI Congreso del PCE,


1960, AHPCE.
15.– Nacionalidades y regiones: Andalucía y Extremadura, 19.– Ignacio Gallego, «Consideraciones acerca de la
Microfichas. Microficha 43, 1958, AHPCE. consigna ‘la tierra para quien la trabaja’, en Nuestra
16.– Nacionalidades y regiones, Andalucía y Extremadura, Bandera. Revista teórica y política del Partido Comunista
Microfichas. Microficha 71, 1958, AHPCE. de España, n º 33, 1962, pp. 3-23; La tierra para el que la
17.– «El hecho más resonante fue el paro en masa de los trabaja, Documentos del PCE: Congresos, VII Congreso,
trabajadores del campo en Andalucía y Extremadura, y Resolución política, 1965, AHPCE.
muy particularmente en Córdoba, Sevilla, Jaén y Badajoz. 20.– Término ya empleado para el campo español, entre
Era la primera vez que los obreros agrícolas participaban otros por A. M. Bernal en Antonio Miguel Bernal, Ángel
tan ampliamente en una huelga política; que ella se Luis López Villaverde y Manuel Ortiz Heras, Entre surcos y
produjese, además, bajo la dictadura fascista del general arados. El asociacionismo agrario en la España del siglo XX,
Franco revelaba el alto nivel de conciencia adquirido por Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2001. pp. 17-
las masas del campo». Historia del Partido Comunista de 47. Desarrollamos estas cuestiones en Francisco Cobo Ro-
España, París, Éditions Sociales, 1960. Redactada por una mero y Mª Candelaria Fuentes Navarro, «Los comunistas,
comisión del Comité Central del Partido, formada por la democracia y el campo. El ‘asamblearismo campesino’
Dolores Ibárruri, Manuel Azcárate, Luis Balaguer, Antonio y la difusión de valores democráticos entre la sociedad
Cordón, Irene Falcón y José Sandoval, p. 269. rural, 1962-1975», en Teresa Mª Ortega López y Francisco

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 45


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

la suscitación y dinamización de la protes- campesinas creadas en esta época. Consi-


ta en torno al lema «la tierra para el que la deramos que todo ello contribuyó, en defi-
trabaja» y la creación de comisiones cam- nitiva, a la cimentación comunitaria de una
pesinas jugaron un papel esencial, puesto identidad colectiva en el que la distinción
que constituyen en sí mismos plataformas entre un «nosotros» claramente delimita-
de difusión del discurso agrario comunista. do, y un «ellos» frente al que luchar y opo-
En esta etapa el trabajo práctico desple- nerse, era esencial para la construcción de
gado por el PCE en el mundo rural andaluz una identidad democrática global dentro
y el impacto de los discursos comunistas de una oposición al franquismo fuerte y ca-
como propulsores de la movilización colec- paz de aglutinar las exigencias de sectores
tiva y la difusión de valores democráticos sociales muy diversos [22].
y ciudadanos fue ostensible. En nuestra in- Toda esta dinamización de la protesta
vestigación, el mencionado «asamblearis- jornalera y de sensibilización democrática
mo» campesino y jornalero nos permite in- de la sociedad rural andaluza durante la dé-
troducir la importancia de los contextos de cada de los sesenta encontró continuidad y
micromovilización [21], los núcleos de sociabi- se incrementó en el decenio siguiente, con-
lidad primaria y las redes de relaciones in- virtiéndose los años setenta en el momen-
terpersonales a la hora de la participación to en el que el PCE consiguió recolectar los
de los individuos en un movimiento social frutos del trabajo realizado por ellos mis-
determinado. Los comunistas españoles mos desde finales de los años cincuenta,
desplegados en el campo consiguieron que tanto en forma de movilizaciones masivas,
el discurso en torno a la reforma agraria y como una vez iniciado el denominado pe-
la consigna «la tierra para el que la trabaja» riodo de transición a la democracia, en for-
fuera asumido por importantes segmentos ma de apoyo electoral.
de la sociedad rural trabajadora afectados
por las políticas agrarias franquistas. Este Tiempo de cosecha. El PCE y
discurso caló igualmente en el seno de las Comisiones Obreras del Campo durante
incipientes organizaciones sindicales pro- los años setenta: movilización social
democráticas y las comisiones agrícolas y y construcción de la ciudadanía en el
mundo rural
Cobo Romero (eds), La España rural. Siglos XIX y XX, Grana-
da, Comares, 2011, pp. 319-357. Como decimos, durante los años setenta
21.– «Concebidos como mecanismos de interrelación la política del PCE —y con ella su discurso—,
personal fundados sobre experiencias primarias de estuvieron plenamente dedicados a dar los
convivencia, con capacidad para generar identidades
pasos necesarios para preparar a la forma-
colectivas dotadas de plena operatividad en la definición
de objetivos comunes». Doug McAdam, «Micromobilization ción comunista para el proceso de transi-
contexts and Recruitment to Activism», en Bert ción a la democracia. Sin embargo, esto no
Klandermans, Hanspeter Kriesi y Sidney Tarrow (eds.), implicó que dejaran de lado lo que había
From Structure to Action. Comparing Movements Across
sido su gran apuesta estratégica desde los
Cultures, International Social Movements Research, vol.
1, Greenwich, Connecticut, JAI Press, 1988, pp. 125-154. años sesenta para la democratización del
Consideramos estos contextos de micromovilización como
núcleos primarios de sociabilidad o «alvéolos sociales» 22.– Hemos abordado todas estas cuestiones en
insertándolo en un campo de observación general que profundidad en el artículo Mª Candelaria Fuentes Navarro,
gira alrededor del eje delimitado por el estudio de la «El Partido Comunista de España y la sensibilización
configuración de identidades y marcos para la acción democrática de la población rural andaluza durante los
colectiva. años sesenta», Historia y Política, 32 (2014), pp. 241-269.

46 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51


El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

Manifestación de mujeres en solidaridad con los trabajadores de Santana Motor. Linares (Jaén),
octubre de 1977 (Foto: Archivo Histórico de CCOO de Andalucía - Colección fotográfica).

país: el mundo rural. Los comunistas espa- mayoría de las acciones proyectadas tanto
ñoles entraron en los decisivos y convulsos por los trabajadores del campo organizados
años setenta respaldados por un último en torno a Comisiones Obreras Agrícolas y
impulso discursivo que defendía una vez Campesinas como por los que no lo esta-
más la realización de la Reforma Agraria y ban formalmente, giró en torno a estos dos
la consigna «la tierra para el que la trabaja» objetivos, que entroncaban con la petición
como condición inexcusable para la conse- de realización de una profunda Reforma
cución de la democracia en España. Un dis- Agraria que democratizase la estructura de
curso que fue paulatinamente perdiendo la propiedad de la tierra en Andalucía, y el
protagonismo en el seno del partido y en eslógan «la tierra para el que la trabaja».
el de CCOO del Campo, sin embargo, siguió Además, en sus repertorios de movilización
conservando toda su fuerza a la hora de y toma colectiva de decisiones, la centra-
movilizar a la población rural trabajadora, lidad del «asamblearismo» seguía siendo
dando a lo largo de esta década sus princi- esencial. El PCE fue capaz de integrar estas
pales frutos. reivindicaciones en el contexto general del
El paro y la tierra constituyeron las discurso comunista pretransicional, consi-
preocupaciones primordiales de los comu- guiendo que la política de pactos y alianzas
nistas españoles en su trabajo en el campo preconizada por ellos a partir de finales de
durante los años setenta. Algo que ya se los años sesenta —la Alianza de las Fuerzas
había empezado a dilucidar en los años fi- de la Cultura y el Trabajo y el Pacto para la
nales de la década de los sesenta. Una gran Libertad—, que incluía el establecimiento de

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 47


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

contactos entre lo que los comunistas de- Además, la organización comunista espa-
nominaron «la intelectualidad rural», gira- ñola continuó suscitando entre la población
se en torno tanto a la solución de esos dos rural toda una serie de actitudes marcada-
acuciantes problemas —y otros muchos—, mente pro-democráticas a lo largo de esta
como a la preparación del ámbito rural para década. Aparte de la protesta relacionada
la democratización de las estructuras de con los conflictos laborales y el mundo del
poder local rurales mediante el patrocinio trabajo, incitó a los habitantes de los pueblos
de comisiones locales democráticas, mesas a que comenzaran a ejercer su ciudadanía, re-
redondas y otro tipo de plataformas reivin- clamando sus derechos, haciendo partícipes
dicativas democráticas. Constituía todo ello de la construcción de la democracia y la ciu-
parte de un mismo objetivo: la construcción dadanía a extensas capas de la sociedad ru-
de la democracia en el campo andaluz. [23] ral y reinventando una nueva forma de sen-
El trabajo iniciado por el partido a finales tirse ciudadanos en el campo, algo que como
de la década de los cincuenta y sobre todo señalamos comenzó a desarrollarse durante
en los años sesenta, comenzó a dar sus fru- los años sesenta bajo la iniciativa comunis-
tos en forma de continuas protestas y mo- ta. [24] En este sentido, se confirma cómo el
vilizaciones, en cuya cabecera estaban casi proyecto pro-democrático que estaba des-
siempre las consignas y los objetivos mar- plegando el PCE en el campo desde la déca-
cados por el PCE. La reivindicación de la da anterior no trataba simplemente de mo-
realización de una profunda Reforma Agra- vilizar a la clase trabajadora del mundo rural
ria que democratizase las estructuras agra- por la consecución de una serie de objetivos
rias del campo español seguía estando pre- laborales vertebrados en torno a la reclama-
sente en el discurso comunista, pero en el ción de la Reforma Agraria y «la tierra para
ámbito de la acción concreta llevada a cabo el que la trabaja». El PCE daba muestras y así
por los trabajadores rurales, lo que verdade- lo podemos comprobar a través de su discur-
ramente estaba presente era la lucha por la so, de que su compromiso en el mundo rural
tierra en su versión de entregar la tierra sin era global. Sin el concurso de este sector de
cultivar o insuficientemente cultivada a los la sociedad, la construcción de democracia
trabajadores en paro, por el trabajo, contra en España no era viable. Ello pasaba por pre-
el paro y por un seguro de desempleo. parar a los habitantes del mundo rural para
ello, dotándolos de instrumentos propios y
23.– «Declaración del Comité Ejecutivo del Partido
Comunista de España, ¡Marchamos hacia el Pacto para la educándolos en valores democráticos y de
libertad! ¡Lucha de masas para acabar con la dictadura!» ciudadanía para el proceso que comenzaba.
en Mundo Obrero, año XL, n º 2, Madrid, 23 de enero de En estrecha relación con ello, el PCE incor-
1970; Santiago Álvarez, «Campo español y pacto para
poró la política aliancista, que estaba im-
la libertad», intervención ante el Pleno del Comité
Central del Partido Comunista de España, julio de 1973, pulsado la dirección general del partido en
Documentos del PCE: Documentos sueltos por años, aquella época, a la lucha por la construcción
Carpeta 54, 1973, AHPCE; Id., «El Partido Comunista de de la democracia en el campo, consiguien-
España y los campesinos. Intervención de Santiago Álvarez
en la conferencia de los PPCC de la Europa capitalista 24.– La Voz del Campo Andaluz, mayo de 1972; «Dos
sobre el problema agrario y la crisis», Dirigentes: Santiago Hermanas», en La Voz del Campo Andaluz, julio-agosto de
Álvarez, Caja 1, Carpeta 3, 1975, AHPCE, pp. 22 y ss; Id., 1974; Senda, Órgano del Comité Provincial de Sevilla del
«Manifiesto-Programa del Partido Comunista de España. Partido Comunista de España, agosto-septiembre de 1975:
La contradicción entre las exigencias de un desarrollo «Morón, por el agua y el pan’; El clamor de los pueblos
moderno para España y el régimen fascista. La lucha por de Sevilla», en La Voz del Campo Andaluz, septiembre de
las libertades», Documentos del PCE: Documentos sueltos 1975; «La enseñanza rural: reforma agraria y reforma
por años, Carpeta 56, 1975, AHPCE. educativa», en La Voz del Campo Andaluz, junio de 1975.

48 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51


El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

Mitin del PCE en Sevilla, junio de 1977 (Foto: Manuel Sanvicente - AHCCOOA).

do de este modo la implicación de amplios todo durante los años finales del franquis-
sectores de la sociedad rural andaluza. [25] mo, fue afianzada en la Transición. Ambas
Del mismo modo, continuó trabajando en la formaciones pudieron comprobar las con-
suscitación de la protesta por objetivos no secuencias de la penetración e influencia
estrictamente laborales, por la mejora de las efectiva de su discurso en extensas capas de
condiciones de vida en los pueblos y por la trabajadores rurales, mediante tanto su gran
necesidad de educar a los habitantes de los respaldo a las movilizaciones por ellos im-
mismos en valores democráticos. pulsadas en esta época, como su apoyo en
Finalmente, entre 1975 y 1983, el PCE y términos de afiliación al sindicato agrario y
las Comisiones Obreras del Campo —CCOO en las elecciones municipales de 1979. Unas
Federación Campo una vez legalizadas en elecciones donde el PCE consiguió un gran
1976­— pudieron finalmente recoger los fru- número de alcaldías y concejales en muchos
tos de su trabajo desplegado a lo largo de pueblos de las provincias de Sevilla y Córdo-
los años sesenta y setenta, especialmente ba, lugares donde hemos podido documen-
en las provincias de Córdoba y Sevilla. La tar la presencia comunista desde la década
intensa labor de movilización, «sensibili- de los sesenta. Es el caso por ejemplo de las
zación democrática», «desperezamiento» y sevillanas localidades de Brenes, La Campa-
«empoderamiento» de una gran porción de na, Coria del Río, Dos Hermanas, Fuentes de
la población jornalera y campesina llevada Andalucía, Gerena, Los Palacios, San José de
a cabo por los comunistas españoles sobre la Rinconada; o las cordobesas poblaciones
de Aguilar de la Frontera, Castro del Río, Es-
25.– «Libertad y socialismo». Informe pronunciado por pejo, Montemayor, Montilla o Montalbán.
el camarada Santiago Carrillo en nombre del Comité Lo mismo sucedió en los municipios gadita-
Ejecutivo ante el Pleno Ampliado del Comité Central
nos de Sanlúcar de Barrameda y Trebujena.
del Partido Comunista de España (Septiembre de 1970),
Documentos del PCE: Documentos sueltos por años,
Carpeta 51, 1970, AHPCE.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 49


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Cuadro 1. Afiliados a CCOO de Andalucía por grandes ramas de actividad (Mayo de 1978)

Censo de % sobre Núm. de % sobre Índice de


Trabaja- el total Afiliados total de represen-
Rama de actividad dores del Cen- Afiliados tatividad
so (A) (B) (*)

Ramas de actividad sobrerrepresentadas


Agricultura 373.417 33,39 89.586 38,9 + 12,988
Metal y Minería 127.311 11,38 30.509 13,3 + 1,513
Construcción, Vidrio y Cerámica 130.304 11,65 29.731 12,9 + 1,502
Actividades Diversas 59.359 5,31 15.497 6,7 + 0,355
Transporte 55.299 4,94 13.086 5,7 + 0,281
Textil 38.580 3,45 8.483 3,7 + 0,127
Químicas 24.852 2,22 5.717 2,5 + 0,055

Ramas de actividad infrarrepresentadas


Alimentación 91.867 8,21 12.425 5,4 – 0,443
Hostelería 37.462 3,35 5.924 2,6 – 0,087
Sanidad 34.857 3,12 4.921 2,1 – 0,065
Banca y Seguros 26.920 2,41 2.560 1,1 – 0,026
Madera y Corcho 17.260 1,54 3.459 1,5 – 0,023
Enseñanza 20.069 1,79 2.056 0,9 – 0,016
Federación del Mar 30.930 2,76 1.474 0,6 – 0,016
Informaciín, Papel y A. Gráficas 14.606 1,31 1.884 0,8 – 0,010
Agua, Gas y Electricidad 11.159 0,99 914 0,4 – 0,003
Combustible 7.335 0,65 1.032 0,4 – 0,002
Espectáculos 10.386 0,93 497 0,2 – 0,001
Piel y Calzado 6.312 0,56 300 0,1 – 0,0005
TOTAL 1.118.313 100,00 230.053 100,00 100,00

Fuente: Primer Congreso de las CCOO de Andalucía (20 y 21 de mayo de 1978); Archivo Histórico de las
Comisiones Obreras de Sevilla. (*) A × B : 100. Elaboración propia.

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El Partido Comunista de España en el campo andaluz... Mª Candelaria Fuentes Navarro

Cuadro 2. El voto comunista en distintas comarcas rurales andaluzas.

Elecciones Municipales, 1979-1983*

Comarcas rurales con predominio campesino y/o de la pequeña explotación familiar


1979 1983
CD UCD PSOE PCE PSA Otros AP CDS PSOE PCA PA Otros
Sierra Sur 2,31 47,74 35,52 8,93 – 5,50 36,18 1,36 50,79 6,59 – 5,08
(Jaén)

Sierra de Se- – 53,41 35,00 4,73 – 6,86 41,00 – 56,64 2,11 0,25 –
gura (Jaén)
La Costa (Gra- 0,12 55,56 28,10 6,46 0,27 9,49 31,75 2,26 50,88 2,68 – 12,43
nada)
Alto Andarax 0,77 55,45 26,74 3,44 – 13,60 23,25 1,07 47,13 0,63 – 27,92
(Almería)

Comarcas rurales con predominio jornalero y/o de la gran propiedad agraria


1979 1983
CD UCD PSOE PCE PSA Otros AP CDS PSOE PCA PA Otros
La Campiña 1,54 29,02 24,17 20,38 9,96 14,93 16,57 1,13 48,85 20,42 7,3 5,73
(Sevilla)

Campiña Baja 1,52 25,12 26,63 35,80 – 10,93 18,65 – 34,95 28,77 3,68 13,95
(Córdoba)

Fuente: Anuarios Estadísticos de Andalucía, Anuario «El País» e Instituto de Estadística de An-
dalucía: Elecciones Locales en Andalucía. (*) Porcentajes sobre el total de votos válidos emitidos.
Siglas utilizadas: CD. Coalición Democrática; AP. Alianza Popular; UCD. Unión de Centro Demo-
crático; CDS. Centro Democrático y Social; PSOE. Partido Socialista Obrero Español; PCE-PCA.
Partido Comunista de España/Partido Comunista de Andalucía; PSA-PA. Partido Socialista Anda-
luz/Partido Andalucista; Indep. Independientes. Elaboración propia.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 39-51 51


La Unión Sindical Obrera entre dos crisis,
1977-1980. Una aproximación desde el
País Valenciano y el Bajo Vinalopó

The Unión Sindical Obrera (USO) between two crisis, 1977-1980.


An Approach from the Pais Valenciano and the Lower Vinalopó

Alberto Gómez Roda


Fundación de Estudios e Iniciativas Sociolaborales – CCOOPV

Resumen:

En la larga Transición sindical, de la desaparición del sindicato único franquista en 1977 a la Ley
Orgánica de Libertad Sindical (LOLS) de 1985, la Unión Sindical Obrera (USO) intentó encontrar
un lugar como tercera fuerza entre los dos mayoritarios, CCOO y UGT, autónoma de las opciones
políticas que aquéllos tenían como referentes, el PCE y el PSOE. El intento se saldó con dos es-
cisiones, una primera a la UGT en el otoño de 1977 y otra a CCOO en la primavera de 1980, esta
última desencadenada por la firma del Acuerdo Marco Interconfederal (AMI) por Manuel Zaguirre,
Secretario General de la USO, escisión que en el caso valenciano encabezaron José Mª Corell y
Nicolás David y se llevó a buena parte de la militancia. Analizamos, a partir de la documentación
de la USO de la comarca de Elche y el Bajo Vinalopó de 1977-1980, conservada en el archivo de
CCOO del País Valenciano, los entresijos de esta crisis.

Palabras clave: transición sindical, Unión Sindical Obrera (USO), Comisiones Obreras (CCOO),
Unión General de Trabajadores (UGT), País Valenciano, Acuerdo Marco Interconfederal (AMI).

Abstract:

In the long union transition, from the disappearance of the single Francoist union in 1977 to the Organic
Law on Freedom of Association of 1985, the Unión Sindical Obrera (USO) attempted to find a place as the
third force between the two major unions, CCOO and UGT. It intended to be independent from the political
options the CCOO and the UGT had as reference: the PCE and the PSOE respectively. The attempt was com-
pleted with two splits, one affected the UGT in the fall of 1977 and another one affected CCOO in the spring
of 1980, triggered by the signing of the Interconfederal Framework Agreement (AMI) by Manuel Zaguirre,
Secretary General of USO. The one in Valencia, led by Jose María Corell and Nicolás David, caused a good part
of the militancy to leave. We analyze the ins and outs of this crisis from the documentation of the USO in the
region of Elche and Bajo Vinalopó of 1977-1980, which is kept in the archive of CCOO of the Pais Valenciano.

Keywords: trade union transition, Unión Sindical Obrera (USO), Comisiones Obreras (CCOO), Unión Gene-
ral de Trabajadores (UGT), País Valenciano, Interconfederal Framework Agreement (AMI).

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

La nueva generación de luchadores eran en las alturas. Esta confrontación estuvo


conscientes de llevar ellos el peso de la lu- muy ligada a las diferencias sobre la defi-
cha; de ahí que no entendieran las políticas nición del modelo de representación de las
de «despachos» tan al día dentro de las or- clases trabajadoras en las empresas, la ne-
ganizaciones sindicales de corte socialde- gociación colectiva y la concertación social,
mocrático. [...] Pero había más: esa nueva modelo que empezó a perfilarse con el Es-
generación estaba poseída por eso que Rosa tatuto de los Trabajadores, pero que hasta
Luxemburg llamaba «espontaneidad» de la la promulgación de la LOLS en 1985 no se
masa, que no es anarquismo o desorganiza- concretó tal como ha existido hasta la ac-
ción sino conciencia de trabajadores. Esta tualidad. La reorganización de la patronal
«espontaneidad» o radicalidad democrática en la CEOE fue difícil y complicada por su
era algo que se avenía mal con el dirigismo falta de tradición negociadora, después de
del centralismo democrático, tan al día en cuatro decadas de formación de un empre-
aquellos años dentro de las organizaciones sariado al abrigo de la dictadura y en no po-
comunistas. No es por casualidad que USO cos ámbitos compenetrado con ella. Comi-
[...] intentara desde el principio resumir su siones Obreras vivió una situación interna
proyecto revolucionario en términos de au- complicada desde que sus aspiraciones a ser
togestión [1]. el gran contenedor de la unidad sindical se
frustraron con el renacimiento y afirmación
Introducción a paso firme de la UGT. La coincidencia en
la militancia de CCOO de tradiciones comu-
Los años 1976 y 1977 fueron determi- nistas y cristianas desde la década de 1960
nantes en la ruptura democrática, con la ofrecía un terreno de confluencia con la
intervención decisiva de la movilización USO, sindicato que hundía sus raíces en el
obrera como ariete del cambio. En 1977, compromiso cristiano de base, pero preci-
las elecciones del 15 de junio pusieron lí- samente su pertinaz esfuerzo por afimarse
mite a las expectativas políticas del PCE e como opción sindical autónoma tenía en
impulsaron las del PSOE, mientras que los parte que ver con la prevención anticomu-
Pactos de la Moncloa en octubre, que con- nista de muchos de sus militantes.
siguieron frenar la espiral inflacionista en Este artículo es una aproximación, una
la que se había precipitado la economía es- invitación a la investigación sobre la crisis
pañola, significaron también el control de de la USO en la Transición, una tentativa
los partidos políticos sobre los sindicatos, motivada por el ingreso en el archivo his-
no sin problemas, en la gestión de la cri- tórico de Comisiones Obreras del País Va-
sis económica. Pero antes de pronunciarse lenciano (CCOOPV) de la documentación
sobre el papel de las direcciones sindica- de la comarcal de este sindicato en Elche
les, interesa explorar tanto los contenidos y su comarca, el Bajo Vinalopó, de los años
y aspiraciones de la movilización que venía 1977-1980 [2]. El tema ha sido tratado por la
del antifranquismo, como la traslación a la
2.– El fondo comprende seis cajas de archivo definitivo con
conflictividad laboral sectorial en ámbitos documentación original producida, recibida y recopilada
locales de los acuerdos y desacuerdos que, por la organización comarcal de la USO entre 1977 y
sobre la gestión de la crisis, se producían 1980. Reúne por tanto documentos propios de Elche y
su entorno, más los reunidos por la participación en los
órganos de dirección del País Valenciano y estatales, o
1.– José Mª Zufiaur, Unión Sindical Obrera, Barcelona, Avan- remitidos por éstos. Por estar en curso de organización,
ce-Mañana, 1976, p.9. no se indican signaturas de los documentos a los que

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 52-72 53


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

historiografía en trabajos sobre la UGT en muy primario entonces de la organización


la Transición. Manuela Aroca, en el marco del sindicato. En cambio, la de 1980 que en-
de un proyecto de investigación sobre la re- cabezó el valenciano José Mª Corell afectó
construcción del sindicalismo socialista de a una USO que, con dificultades extremas,
1970 a 1994, ha estudiado la «fusión/rup- había avanzado en su implantación orgá-
tura con UGT» de 1977 [3]. También Rubén nica. Otra publicación contemporánea de
Vega, en su historia de la UGT de 1976 a los hechos, de Pere Beneyto y Josep Picó
1994, trata el tema de la pluralidad sindi- sobre los sindicatos en el País Valenciano,
cal y sus claves en la Transición [4]. Sobre se detiene con un conocimiento de primera
la escisión de 1977, la USO superviviente a mano en el proceso que condujo de una cri-
aquella primera ruptura publicó, como par- sis a otra. La segunda escisión, de 1980, esta
te de su esfuerzo de reafirmación, Atentado vez hacia CCOO, se produjo en un momen-
contra USO: desafío a la autonomía sindical, to de cambio radical del contexto político,
que comprende un detallado relato de los laboral y sindical respecto a los años 1976-
hechos y una valoración política [5]. La esci- 77. En 1982, Beneyto y Picó daban a la USO
sión liderada por José Mª Zufiaur en 1977 por prácticamente desaparecida «como sin-
provocó una conmoción, pero es difícil me- dicato de incidencia real», y atribuían sus
dir su incidencia cuantitativa por el estadio crisis a su indefinición programática. Entre
la afirmación sociopolítica de CCOO y el
hacemos referencia en el texto del artículo. socialismo de la UGT, la autonomía obrera
3.– Manuela Aroca, «La Unión Sindical Obrera (USO): del
y el socialismo autogestionario de la USO
nacimiento del Nuevo Movimiento Obrero durante el
franquismo a la búsqueda de espacios sindicales en la no habrían acabado «nunca de definirse en
Transición», Historia del Presente, 18 (II/2011), pp. 113-131. la práctica de la acción sindical». Frente a
La autora se detiene en aspectos relevantes que no vamos la presión de una UGT «con más medios y
a tratar aquí, como son los orígenes en el franquismo y
cobertura política», y las presiones guber-
las referencias internacionales, francesas e italianas,
de la USO. La evolución del sindicalismo cristiano en namentales que intentaron «en más de una
estos países es interesante. En Francia, en 1964 la CFTC ocasión utilizarla como cuña amarillista en
(Confédération Française des Travaillerus Chrètiens) el seno del sindicalismo de clase», las esci-
abandonó sus referencias confesionales, lo que le costó
siones de la USO aportaron pluralidad in-
una escisión, y nació la CFDT (Confédération Française
Démocratique du Travail). La CFDT pretendía combatir terna y cuadros sindicales de gran valía a los
el capitalismo y el totalitarismo. En 2014 abandonó la dos sindicatos mayoritarios [6].
referencia al «humanismo cristiano» y el anticapitalismo Como venimos diciendo, este artícu-
dejó paso a una apuesta por el diálogo social. Sobre
lo presenta un recorrido por este proceso
el dilema identitario de la CFDT, entre el «socialismo
autogestionario» y el «reformismo asumido», Frank de crisis de la USO de 1977 a 1980, en una
Georgi, CFDT: l’identité en questions. Regards sur un demi- aproximación muy «a pie de tierra» de la
siècle (1964-2014), Nancy, Arbre Bleu Èditions, 2014. documentación del archivo de la comarcal
4.– Rubén Vega, Historia de la UGT. La reconstrucción del de Elche y el Bajo Vinalopó. En primer lu-
sindicalismo en democracia, 1976-1994, Madrid, Siglo XXI,
gar, prestamos atención al trauma vivido
2011.
nada más nacer a la legalidad con la deci-
5.– Manolo Prados, Juan B. Prades y Juan M. Fuentes,
Atentado contra USO: desafío a la autonomía sindical, sión de José Mª Zufiaur, dirigente históri-
Barcelona, Unión Sindical Obrera, 1977. El libro de 93 co de la USO, de proceder a la unión de su
páginas resulta ser un detallado informe con referencias a sindicato con la UGT. Nos detenemos luego
declaraciones en prensa y otras fuentes. Corresponde a la
interpretación de los que defendieron mantenerse fieles 6.– Pere Beneyto y Jospe Picó, Los sindicatos en el País
a las siglas de una USO independiente. Se distribuyó para Valenciano (1975-1981), Valencia, Institució Alfons el
su venta en las organizaciones del sindicato. Magnànim, 1982, pp. 80-82 y 256-269.

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

Militantes de la USO en abril de 1978 (Foto: Archivo Histórico de CCOO del País Valenciano).

en la USO del País Valenciano y la comar- La USO de José María Zufiaur y la


cal del Bajo Vinalopó, tan solo para apuntar «ruptura / fusión» con la UGT en 1977
aspectos relevantes para una perspectiva
«desde abajo» sobre un territorio que tuvo Ante los resultados de las elecciones po-
cierto protagonismo en la posterior ruptura líticas del 15 de junio de 1977, el 15-J, con
de 1980. Por último, nos sumergimos en los la mirada puesta en una convocatoria inmi-
entresijos de la crisis de 1980 por la firma nente de los primeros comicios sindicales
del Acuerdo Marco Interconfederal (AMI). de la democracia, Zufiaur [7], secretario ge-
Con la perspectiva de los años transcurri- neral de la USO, se pronunció públicamente
dos, conviene subrayar el momento de in- en Cambio 16 por la unión con la UGT. Aquel
flexión en que se sitúa aquella crisis, no sólo giro y ruptura se anunció como fusión del
en la Transición política y sindical en Espa- sindicalismo socialista que ahorraría a la
ña, sino también en el plano internacional.
7.– José Mª Zufiaur Narvaiza nació en Vergara (Guipúzcoa)
En lo que sigue podrá verse que los actores en 1944 e ingresó en la USO en 1964 después de tener
de este drama lo tuvieron bien presente. relación con las JOC, el grupo Egi y el PNV. Fue secretario
general de la USO de 1971 a la «fusión» con la UGT en 1977.
En la UGT formó parte de la ejecutiva y el secretariado
con diversas responsabilidades de 1978 a 1994. Participó
por la UGT en la negociación de los grandes acuerdos de
concertación de la década de 1980 (ABI, AMI, ANE, AI, AES).

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USO «el camino de la marginalización y de cobar [10]. Estos mismos, José Corell [11] y siete
la dispersión». La reacción no se hizo espe- más, miembros todos ellos del Secretariado
rar y un Congreso Extraordinario convocado elegido en el I Congreso, habían dirigido un
por las organizaciones contrarias, al que ya comunicado a la afiliación. En él explicaban
no acudieron ni Zufiaur ni otros 11 miem- que, bajo su responsabilidad, habían aban-
bros de los 23 de la ejecutiva del sindicato, se donado la reunión del Secretariado del 10
reafirmó el 2 de octubre en proseguir como de septiembre por no aceptar las propues-
USO. Zufiaur y los «fusionistas» celebraron tas de Zufiaur, entre otras la de «dar carác-
su congreso de unión socialista el 27 de no- ter oficial y público a las conversaciones
viembre. En su VI Consejo Confederal, el 10 con la UGT y propiciar que éstas se den a
de diciembre, la USO intentó poner término todos los niveles» [12]. La reacción de aban-
a la escisión y preparar las, entonces sí, in- donar el Secretariado trataría de impedir
minentes elecciones sindicales. el hipotético propósito de Zufiaur de abrir
En la reunión del Secretariado estatal a un proceso prolongado de debate a todos
finales de julio, ya se propuso la «Opción B: los niveles, para convencer y ganar a unas
Afirmar la USO como organización diferen- bases que serían refractarias a la «fusión»
ciada, adaptando su orientación al nuevo con la UGT [13]. Abrir un proceso así, para los
contexto sociopolítico, buscando su cohe- partidarios de la opción B, supondría me-
sión interna sobre nuevas bases», para ser terse en «un debate ya superado», en el que
debatida en pie de igualdad como alterna- la USO «quedaría atrapada en una situación
tiva a la Opción A. Ya entonces se declaró de inactividad y frenazo de la afiliación».
la división del Secretariado: doce de sus De ahí, según ellos, su rápida reacción para
miembros defendieron la Opción B contra la convocar un congreso extraordinario. Reu-
fusión que defendía Zufiaur y otros once [8].
10.– Dativo Escobar había nacido en 1940 en Ciudad Real,
La Opción A tenía por lema «Por la unidad trabajaba en el Banco Español de Crédito, en el que había
del sindicalismo socialista como un enclave sido elegido enlace y vocal del Jurado de Empresa en
importante en el proceso de definitiva uni- Madrid ya en las elecciones del vertical de 1966, hasta
que en 1972 fue expedientado y desposeído de cargos
dad sindical».
sindicales. Manuel Zaguirre y José M. de la Hoz, Presente
La convocatoria del Congreso extraor- y futuro del sindicalismo, Barcelona, Nova Terra, 1976, pp.
dinario del 2 de octubre lleva fecha del 24 21-25.
de septiembre y la firmó una Comisión Téc- 11.– José Mª Corell había hecho carrera eclesiástica,
nica de seis miembros, entre ellos Manuel que luego abandonó, y fue dirigente de HOAC y JOC en
Valencia. En representación de USO participó en 1975
Zaguirre [9], José Mª de la Hoz y Dativo Es-
en el Consell Democràtic del País Valencià (la plataforma
8.– Secretariado de la USO, Comunicado interno, 25 alternativa a la Junta promovida por el PCE), y en 1976
de julio de 1977, Fondo Unión Sindical Obrera del en la Taula de Forces Polítiques i Sindicals. Después de
Bajo Vinalopó, Archivo Histórico José Luis Borbolla de protagonizar la escisión de USO hacia CCOO en 1980, fue
Comisiones Obreras del País Valenciano (en adelante asesor de presidencia de la Generalitat cuando la presidía
USOBV, AHCCOOPV). el socialista Joan Lerma, y continuó en la administración
autonómica con Eduardo Zaplana. Falleció en 2002. Javier
9.– Manuel Zaguirre nació en Bacares (Almería) en 1947
Paniagua y José A. Piqueras (dirs.), Diccionario biográfico
y a los cinco años emigró con su familia a Barcelona.
de políticos valencianos, 1810-2006, Valencia, Fundación
Trabajó de aprendiz en ENASA y en 1965 ingresó en el
Instituto Hª Social - Institució Alfons el Magnànim, 2006,
Banco Ibérico de Barcelona, donde entró en contacto
2ª ed. corregida y ampliada, p. 181.
con militantes de USO que antes habían sido de la JOC,
y fue elegido miembro del Jurado de Empresa. En 1969 12.– «A todos los afiliados a la USO», 13 de septiembre de
se convirtió en el dirigente de la USO de Cataluña y en 1977, USOBV, AHCCOOPV.
1971 fue liberado para dedicarse al trabajo clandestino 13.– «Circular de uso personal: De la Hoz - Zaguirre nº3»,
de organización del sindicato. sin fecha, USOBV, AHCCOOPV.

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

nidos los avales de 652 federaciones locales, nal, se admitía que los «fusionistas» habían
más de los necesarios para su convocatoria, tenido más éxito que en el propio país. En
según los Estatutos, el Congreso debía de- diciembre se recibió con indignación el res-
cidir sobre dos opciones estratégicas: «afir- paldo internacional de la Confederación Eu-
mación de la USO como alternativa sindical ropea de Sindicatos (CES) a la escisión. Ha-
diferenciada o proceso de fusión con UGT». cía cuatro años que la USO había solicitado
En este congreso del 2 de octubre, en el que el ingreso en la CES sin obtener respuesta.
no participaron los escisionistas, que tenían Ciertamente, el monopolio por la UGT y sus
convocado el suyo de fusión con UGT para aliados del reconocimiento internacional,
el 27 del mismo mes, no podía ganar otra bloqueando el de otras opciones sindicales
opción que la de los convocantes. democráticas en España, fue un factor a te-
Tras el Congreso Extraordinario del 2 de ner en cuenta. Tuvo repercusiones políticas
octubre, la reafirmación de la USO indepen- y aún económicas no menores para aquellos
diente por todos aquellos que no siguieron sindicatos recién nacidos a la legalidad, sin
a Zufiaur en su camino de ingreso en la UGT locales propios y con una financiación por
se trasladó a las organizaciones territoria- afiliación por consolidar, en un momen-
les, que ratificaron los acuerdos, entre ellas to de lealtades aún muy volátiles y pronto
la del País Valenciano. La escisión abrió afectadas por la dura crisis económica.
heridas y una duradera animadversión a A la reafirmación de la USO en el congre-
la UGT por parte del sector que siguió fiel so del 2 de octubre siguió el VI Consejo, el
a las siglas de la USO, como se manifiesta 10 y 11 de diciembre de 1978 [16]. Prueba del
en el Comunicado de su ejecutiva del 25 estado aún embrionario de organización de
de noviembre, en el que se anunciaban im- la USO, en la legalidad desde hacía pocos
pugnaciones y denuncias por «divulgación meses, es que aquel VI Consejo, que buscó
sistemática de noticias falsas, el robo de recuperar la continuidad y normalidad, de-
documentos y ficheros, [...] la creación de bía tratar el anteproyecto de régimen inte-
directivas fantasmas, etc.» [14]. En una circu- rior y la carta financiera, además del presu-
lar previa dirigida a la afiliación, la Comi- puesto para 1978. El desgarro de la escisión
sión Ejecutiva [15] criticaba intervenciones en afectaba a las aún precarias estructuras del
prensa como la que se pudo leer en El País sindicato y pesaba la urgencia de preparar
que hablaba de dos USOs y llamaba «histó- las primeras elecciones sindicales de la de-
rica» a la facción escisionista. Para aseverar mocracia, convocadas por decreto del go-
que la organización seguía «prácticamente bierno del 6 de diciembre de 1977. Las elec-
intacta», la circular hacía balance de la si- ciones iban a ser similares a unas políticas,
tuación en cada territorio y urgía a consti- con 20 días de campaña. Había que pagar y
tuir y registrar legalmente todas las uniones distribuir propaganda, así como formar a
y federaciones de rama, a todos los niveles. los militantes sobre los procedimientos a
En el plano del reconocimiento internacio- seguir.
La crisis de 1977 radicalizó la adhesión
14.– Comisión Ejecutiva de la USO, Circular interna, 25 de de la USO a la autonomía obrera y al socia-
noviembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. lismo autogestionario, con el añadido de
15.– Comisión Ejecutiva de la USO, Circular interna, 26 de la crítica a los Pactos de la Moncloa, que
octubre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. Firmaban la circular
Manuel Zaguirre, José Mª de la Hoz, Ángel Otero, Rafael
Lacalle, José Mª Freire, José Corell, José L. Peñar e Isabel 16.– Consejo Confederal de la USO, Acta del VI Consejo, 10
Berenguer. y 11 de diciembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV.

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se habían firmado en octubre y la direc- el PSOE, que se ha buscado colocación jun-


ción nacida del Congreso del 2 de octubre to a la socialdemocracia alemana, árbitro de
rechazaba, como en general abominaba de los intereses USA en Europa [...]. Igualmen-
cualquier pacto social: «es la resultante de te el PCE acepta los planteamientos de la
un consenso político amplio basado en la Reforma con la única perspectiva de hacer
necesidad de presentar[lo] a los grandes partido por encima de todo [...]. PSOE y PCE
burós políticos internacionales al objeto de tienen firmado el pacto social como se está
conseguir créditos extranjeros». El apoyo a evidenciando en la práctica de sus respec-
los mismos por la UGT y CCOO como sin- tivos sindicatos: UGT y CCOO. Nosotros,
dicatos dependientes respectivamente del la USO, sin partido que nos controle que-
PSOE y del PCE condenaba al sindicalismo, damos como un interrogante molesto para
según el Secretariado, a un papel subsidia- todas las fuerzas pactistas. No es pues de
rio en la gestión de la crisis económica [17]. extrañar que haya presiones de todos lados
para reducirnos. De lo dicho se desprende
La USO del País Valenciano y el Bajo que nuestro OBJETIVO HOY debe ser hacer
Vinalopó entre dos crisis una USO fuerte (por la afiliación masiva, por
la estructuración sólida, y por la capacidad
La USO del País Valenciano, en la reunión de respuesta), que no quepa en las órbitas
ordinaria de su Comité Confederal de prin- del PCE o del PSOE».
cipios de junio [18], trató la cuestión política
del posicionamiento estratégico de la USO Una organización fuerte y sólida era la
en la lucha sindical, pasando por ser cam- clave del futuro. La misma reunión del Co-
peón del anticapitalismo contra cualquier mité Confederal, previa al estallido de la
pacto social, con un análisis en términos escisión de los «fusionistas», abordó la im-
que difícilmente iban a casar con los plan- plantación territorial y sectorial del sindi-
teamientos de Zufiaur de fusión con UGT cato de la USO en el PV. Destacaba el creci-
tras el inminente 15-J o ni los Pactos de la miento de la afiliación y la falta de cuadros
Moncloa que se iban a firmar en octubre: para gestionarlo, sobre todo en las comar-
cas industriales del textil y del calzado, del
«¿Qué papel ha tenido en el cambio la Opo- centro y sur del País. En Xàtiva, capital de
sición Democrática? El impulsor del cambio La Costera, se crecía «relativamente bien»,
ha sido la clase obrera. La burguesía ha sido sin apenas competencia de otros sindicatos.
quien ha puesto las reglas del cambio para Los delegados de Ontinyent (capital de la
conseguir un nuevo modelo de desarrollo Vall d’Albaida, comarca con dominio indus-
capitalista: el neocapitalismo. Y la Oposi- trial del textil) decían enfrentarse a «cierto
ción ha jugado para la burguesía el papel desbordamiento por el crecimiento despro-
por una parte de imagen a exportar a Eu- porcionado a la capacidad de los cuadros».
ropa y USA, y por otra como interlocutor de En Alcoi también lamentaban tener «mu-
cara al pacto social para estabilizar la eco- cho trabajo para los que son». Los delegados
nomía. Este papel ha sido asumido intere- de Elche hablaban en el mismo tono de un
sada e inteligentemente en primer lugar por «crecimiento desbordante». El caso de Elda,
ciudad en medio del Valle del Vinalopó, es
17.– Secretariado de la USO, Acta de la reunión del 12 y 13
de noviembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. significativo por el protagonismo que tuvo
18.– Comité Confederal de la USO del PV, Acta de la en el movimiento asambleario del calzado:
reunión del 5 de junio de 1977, USOBV, AHCCOOPV.

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

«Hay equipo de implantación. Tropiezan Oposición a los Pactos de la Moncloa por


con la dificultad de que no está constituída ser un pacto social impuesto a los trabajado-
la Federación de la Piel a nivel del PV. Nece- res por los partidos políticos, listas abiertas
sitan abrir nuevos locales en la comarca. Se en las elecciones sindicales, unidad de ac-
ven con un crecimiento masivo y una hege- ción sindical y poder decisorio de las asam-
monía sindical muy por delante de las otras bleas eran rasgos por los que procuraba
centrales. Se dan algunos casos de militan- distinguirse la USO, que aspiraba en aquel
tes de la UGT que se pasan a USO, debido a momento a lograr una afiliación masiva. La
la falta de respeto que aquélla mostró a la composición del Secretariado elegido en
coordinadora a la hora de negociar». el I Congreso de la USO valenciana refleja
algunos rasgos peculiares del sindicato. Es
El I Congreso de la USO del PV tuvo lugar significativa la presencia de trabajadores de
el 22 y 23 de octubre de 1977, reafirmándo- banca, sector del que procedían dirigentes
se en los principios fundacionales. Así, en estatales como Manuel Zaguirre o Dativo
el apartado del informe general relativo a Escobar, que habían captado militantes en-
la política sindical [19], encontramos declara- tre los trabajadores bancarios en los años
ciones como las siguientes: finales de la dictadura. Por la frecuente pro-
cedencia de militancia en entidades católi-
«Nuestra política sindical está orientada a cas para obreros, es relevante el trabajo de
la superación del sindicalismo basado en la algunos de ellos en centros educativos re-
institucionalización del conflicto, y que solo ligiosos (Escuelas Profesionales San José,
plantea reivindicaciones asimilables por el Colegio Juan XXIII). Otro aspecto a destacar
sistema capitalista, (y que no ataca las cau- es la presencia de la USO en empresas im-
sas y estructuras que apoyan al capitalismo) portantes como Valenciana de Cementos,
y que a la vez convierte a los trabajadores en Telefónica, Vilarrasa (gran empresa de fa-
profesionales del sindicalismo, que delegan bricación de tableros de madera) y la Ford.
su poder en manos de la burocracia sindical, El perfil general responde a la imagen de
sin controlar ni ejercer nunca su poder. sindicato de cuadros medios cualificados.
[...] ha de quedar claro que nos oponemos al Por otra parte, en la representación comar-
llamado pacto social. [...] La USO del PV se cal destaca el área metropolitana de Valen-
negará siempre a firmar un pacto que deje cia y la procedente de zonas de dominio del
atados de pies y manos a los trabajadores. sector textil y del calzado (Ontinyent, Elda,
Esto no quiere decir que la USO del PV se Elche).
lance a reivindicaciones utópicas, que en la Al VI Consejo de USO en diciembre asis-
actual correlación de fuerzas y en plena cri- tieron por el País Valenciano, como parte
sis económica, pudieran llevar a los trabaja- del tercio de uniones territoriales, Nicolás
dores a un callejón sin salida. La USO del PV David, Roque Miralles, Anastasio Romero
nunca frenará la acción reivindicativa de los y Pedro Brígido [20]. Roque Miralles tenía su
trabajadores, en todo caso serán éstos quie- actividad sindical en Elda y Pedro Brígido
nes decidirán en cada momento la política en Xàtiva.
más adecuada a sus intereses». Había llegado el momento de trasladar
a la acción sindical los grandes principios

19.– USO del País Valenciano, Primer Congreso, Informe 20.– Consejo Confederal de la USO, Acta del VI Consejo, 10
general, 22 y 23 de octubre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. y 11 de diciembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

proclamados en los congresos de reafir- De inmediato, había que clausurar el epi-


mación contra los «fusionistas». Hacía fal- sodio de la escisión:
ta desarrollar la organización y relanzar la
afiliación. En su primera reunión, el 6 de «El asunto del «Zufi y sus muchachos» to-
noviembre, el Secretariado del País Valen- davía sigue coleando. Como todos sabéis,
ciano discutió sobre los resultados del Con- Zufi impugnó el Congreso de Madrid [del 2
greso e hizo constar que los tiempos habían de octubre], así como la legalización de la
cambiado. Se veía la necesidad de cierta do- Federación de Químicas a nivel estatal, ale-
sis de realismo —«ideológicamente la USO gando que ellos eran el Secretariado y no
está viviendo del pasado», dice el acta— y, habían dado el visto bueno. El tema está en
sobre todo, de organización, formación de manos de Enrique Tierno Galván y Joaquín
cuadros y afiliaciones: Ruiz Giménez [21] por nuestra parte, los cua-
les para defender la legalización del Con-
«[…] contar con medios técnicos, abogados, greso nos solicitan con extremada urgencia
economistas, etc., la época de llamar a la la legalización de las actas de solicitud del
huelga sin más ha pasado, se trata ahora de Congreso mediante dos Notarios».
alternativas de lucha y organización, res-
puestas económicas, políticas, etc., adecua- Problemas locales relacionados con la
das a cada momento en que se agudiza la escisión de los «fusionistas» con la UGT
crisis del sistema». solo se estaban dando en Elche, capital del
Bajo Vinalopó y ciudad industrial del calza-
En un documento adjunto, de valoración do con larga tradición socialista desde antes
crítica del I Congreso de la USO valenciana, de la Guerra Civil [22]:
se advertía que las dificultades internas ha-
bían dejado poco espacio para debates so- «[...] el compañero de Elche informó sobre
bre las cuestiones urgentes para las que el los problemas que les están ocasionando
sindicato debía tener respuestas: los elementos adictos al Zufi, además de
pretender desalojar a los compañeros del
«Hemos llegado al Congreso demasiado local, ya que el contrato se hizo en la clan-
‘traumatizados’ por la ‘jugada’ de los ex- destinidad a nombre del tesorero (profu-
ejecutivos. Esto ha supuesto que toda nues- sionista), están cometiendo irregularidades
tra obsesión se ha centrado en cómo «atar» tales como quedarse las cuotas de los afilia-
a los nuevos dirigentes y nos hemos olvida- dos a los que pueden llegar, legalizar fede-
do de darle un contenido político y sindical
serio a la organización. Como consecuencia 21.– Es de suponer que los apoyos de socialistas no del
de todo ello notamos que en la USO hay PSOE y demócrata-cristinos se perdieron al entrar sus
mucho voluntarismo y sentimentalismo, opciones partidistas en crisis y ser absorbidos en el partido
de Felipe González. La posterior acta del Secretariado de
pero poca base política y poca concreción
la USO del PV, del 4 de diciembre, advertía que el PSP
de las ideas-eje de la USO. Hay que partir y el PSPV (Partit Socialista del País Valencià) tenían
del hecho de que nuestra situación (debi- «problemas de división por su fusión con el PSOE», que
do a nuestra autonomía) es distinta de las invitaba a sus militantes afiliados en USO a pasarse a la
UGT. Secretariado de la USO del País Valenciano, Acta de
demás centrales sindicales. Estas no tienen
la reunión del 4 de diciembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV.
la necesidad de hacer su valoración políti-
22.– Véase al respecto Salvador Forner, Industrialización
ca, puesto que ya se la hacen los cuadros de y movimiento obrero : Alicante 1923-1936, Valencia,
partido, y esto es lo que echamos en falta». Institución Alfonso el Magnánimo, [1982].

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Manifestación de mujeres en solidaridad con los trabajadores afectados por los expedientes de
ciris. Sevilla, agosto de 1977 (Foto: Manuel Sanvicente. Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).

raciones con sus nombres y pretender dar en lugar de la elegida por una asamblea ge-
un mitin en el Estadio del Elche trayéndose neral de afiliados el 16 de octubre anterior:
a Zufi de Madrid. La Unión Local de Elche Martín Carpena, Luis Mendicuti, Fernan-
realizará esta semana una Asamblea para do Huedo, Antonio Albadalejo, Francisco
dar a conocer estos hechos a todo afiliado y Baeza, Francisco Caballero y Antonio Can-
proceder contra esta gente». tos. Posteriormente, Mendicuti y Baeza no
acompañarían a sus compañeros en el pos-
El 8 de noviembre, la USO de Elche di- terior ingreso en CCOO de una mayoría de
rigió una carta al diario Información para la USO de Elche, en 1980.
desmentir una noticia publicada sobre ne- La crisis económica llamaba a la puerta
gociaciones locales de fusión entre la USO del nuevo sindicalismo. Sin apenas Estado
y la UGT, haciendo mención a seis personas social para paliar sus efectos, con formas
que decían ser la ejecutiva del sindicato [23], de hacer negocios obsoletas heredadas de
la dictadura y un empresariado sin cultura
23.– Dolores Mollá, Rafael Pérez, Juana Carrión, Pascuala
negociadora, el futuro del mundo del tra-
Amor, Pascual Baños y Antonio Gallud. USO del Bajo
Vinalopó / Elche, Carta del Secretario General al diario bajo se oscurecía con rapidez. La crisis de
Información, 8 de noviembre de 1977, USOBV, AHCCOOPV. Segarra, empresa modelo de la Vall d’Uixó
Según Beneyto y Picó, «a Zufiaur tan sólo le acompañaron
en el «Congreso de Unificación» algunos colectivos
de Euzkadi, Murcia, Asturias y Baleares, así como un afiliados a USO que pasaron a UGT, y solo en la ciudad de
número disperso de afiliados a título individual, difícil de Elx». Pere Beneyto y Jospe Picó, Los sindicatos en el País
cuantificar», y en el País Valenciano «fueron tan solo 6 los Valenciano (1975-1981), pág. 81.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

(Castellón) [24], protegida por la dictadura se aplique el delito social». Se sucedieron


con el monopolio de fabricación de calzado las actuaciones de protesta unidos contra
militar, irrumpió en la reunión del Secreta- la oficina de colocación, que obligaba a los
riado del 6 de noviembre, con la presencia parados a aceptar empleos por debajo de su
de unas trabajadoras de la misma que pe- categoría profesional, protestando por los
dían asesoría para responder a un plan de retrasos en el cobro del subsidio, contra las
reestructuración de plantilla. Al sur, en el listas negras de los empresarios que dejaban
Bajo Vinalopó, la crisis del calzado, con la sin trabajo a los «trabajadores conscien-
extensión del paro en Elche y su comarca, tes», para plantear soluciones al problema
tenía que ver con un sector intensivo en del impago de alquileres por los trabajado-
mano de obra y poca inversión en maqui- res en desempleo, etc. La unidad de acción
naria, en gran medida a cargo de los propios sindical llevó a la formación de plataformas
trabajadores. En los años 60 y 70, la ciudad intersindicales. Pero al crearse en Elche una
de Elche creció en población obrera de for- Mesa Intersindical, a partir de una primera
ma espectacular. Donde en los años 20 se reunión convocada por la CNT-AIT, la «UGT
fabricaban alpargatas, en la década de 1960 planteó un problema que tenía y que con-
muchos pequeños talleres se convirtieron sistía [en] que no firmaría ningún documen-
en fábricas y surgieron nuevos empresarios to conjunto en el que estuviera la USO, por
que antes habían sido empleados. En situa- decir que esta central sindical no existía».
ciones de crisis, un sector que ya funciona- La UGT se excluyó de esta manera y la In-
ba por putting out a domicilio de parte de la tersindical se constituyó el 23 de diciembre
fabricación tenía fácil reversión al trabajo por CCOO, la CNT, la USO, el SU y la CSUT,
en negro, a la economía sumergida o, como decididos a afrontar en común los cierres de
se conoce en Elche, clandestinaje. Desde la empresas del calzado y a darse unas normas
crisis de los 70, el paro y el clandestinaje se- para una campaña leal de elecciones sindi-
rían problemas endémicos para el reconoci- cales.
miento de derechos de trabajadoras y traba- Llegados a este punto, no proseguimos
jadores del calzado. en la exposición de la dinámica interna de
En los años que nos ocupan, el cierre la USO del Bajo Vinalopó. Queda claro que
de fábricas y el paro fueron motivo para existía una afinidad y coincidencia que fa-
la unidad de acción sindical, con una sin- cilitaría la posterior unión del sindicato a
tonía de la USO con CCOO que no se daría las CCOO. Hay que decir que, no obstante,
con la UGT, por el empeño de ésta en ne- en 1978 y 1979 también CCOO en ocasiones
gar reconocimiento a la USO local desde la actuaría excluyendo a la USO para afirmarse
escisión de Zufiaur. Fueron múltiples las como sindicato mayoritario, por exigencia
iniciativas para actuar unidos contra el des- directa de la UGT local o por la presión de la
empleo. Así, por ejemplo, el 20 de diciem- competencia con este sindicato. Falta ana-
bre de 1977 convocaba CCOO a USO a una lizar, es fundamental en la aproximación
reunión en sus locales «para tratar el tema que proponemos, la negociación sindical
de las empresas que cierran de forma ilegal de los convenios del calzado y la moviliza-
y la posibilidad de hacer gestiones para que ción obrera que la acompañó en Elda y El-
che, teniendo presentes las características
24.– Sobre la historia de esta empresa en la posguerra,
particulares de esta industria y la ecología
Fernando Peña, Història de l’empresa Segarra. Paternalisme
industrial i franquisme a La Vall d’Uixó, 1939-1952, Castellón,
Diputación de Castellón, 1998.

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

social que la sostenía [25]. Este tema supera se había acordado convocar el XIV Consejo
el propósito y desbordaría la extensión de Confederal, en el que José María Corell se-
este artículo. El movimiento asambleario ría ponente en el debate sobre la negocia-
con motivo de la negociación en Madrid del ción y la adhesión o no del sindicato al AMI.
convenio del calzado sería, en los valles del El Consejo tuvo lugar en Madrid, del 8 al 9
Vinalopó, la más conseguida expresión de de enero de 1980. Al abordar el posiciona-
las aspiraciones a la unidad asamblearia y miento de la USO ante el AMI, Corell se re-
la autonomía obrera. Se llegó a la huelga mitía a la alternativa a la política económi-
indefinida y CCOO ha pasado a la historia ca del gobierno formulada en el II Congreso,
por cumplir el feo papel de desconvocar- de junio de 1979 en Castelldefells [27]. Según
la, una vez que por laudo el gobierno hizo la Resolución General entonces adopta-
concesiones que superaban los límites que da, el gobierno y la patronal se proponían
el mismo había establecido a la negociación enfrentar la crisis económica con políticas
colectiva [26]. de austeridad: contener los salarios empo-
breciendo a los trabajadores para elevar el
La segunda ruptura: el Acuerdo Marco margen de beneficio de las empresas, faci-
Interconfederal (AMI) y las estrategias litar la entrada en el Mercado Común con
sindicales en 1979-1980 la reconversión industrial y desarrollar un
programa nuclear que elevaría la inversión
La adhesión firmada por el secretario ge- por puesto de trabajo. A estos objetivos la
neral Manuel Zaguirre, en enero de 1980 al USO oponía su «alternativa de clase ten-
Acuerdo Marco Interconfederal (AMI), que dente [...] a una reducción importante del
habían suscrito la UGT y la patronal CEOE, volumen de paro, el mantenimiento y ele-
fue el motivo de la segunda crisis de la USO vación de los salarios, y a la reconversión de
en la Transición. La profunda división in- la economía en un sentido más favorable a
terna que se puso entonces de manifiesto los trabajadores» [28]. El Acuerdo Marco, que
venía de las estrategias adoptadas por Za- habían firmado la patronal CEOE y la UGT y
guirre para afianzar el sindicato después de había sido rechazado por CCOO y ELA-STV,
la crisis «fusionista», con la formación de en lugar de elevar salarios suponía, decía la
un sector crítico que adoptaría el nombre de ponencia redactada por Corell, la «condena
Corriente Socialista Autogestionaria. a una auténtica pérdida del poder adquisi-
En la reunión del Secretariado estatal de tivo». En lugar de repartir el trabajo exis-
la USO de principios de diciembre de 1979 tente, mantenía la jornada laboral vigente
«acomodándola a las exigencias de la em-
25.–  Para Elda, véase José Ramón Valero Escandell y otros, presa», que podía decidir sobre la necesidad
Elda, 1832-1980: industria del  calzado  y transformación de horas extras. El AMI perseguía elevar
social, Elda, Instituto de Cultura Juan Gil-Albert, la productividad y combatir el absentismo
Ayuntamiento, 1992
apoyándose en el articulado del nuevo Es-
26.– Para la historia de este episodio y, en general, sobre
tatuto de los Trabajadores que facilitaba el
la historia de las CCOO en la provincia de Alicante y en
la comarca del Bajo Vinalopó, Justo Linde, Memorias de despido. Además, según el ponente, tendía
Justo Linde. Historia de Comisiones Obreras y el movimiento a centralizar la negociación colectiva, en
obrero en Elche y el Bajo Vinalopó, 1966-1982 (Valencia,
FEIS-CCOOPV, 2011) y Francisco Moreno Sáez y Manuel 27.– USO, XIV Consejo Confederal, Ponencia:
Parra Pozuelo, La resistencia antifranquista y las Comisiones Posicionamiento de la USO ante el AMI, 8 y 9 de enero de
Obreras en las comarcas del sur del País Valencià (1939- 1980, USOBV, AHCCOOPV.
1982), Alzira, Germania, 2007. 28.– Subrayados originales del texto

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 52-72 63


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

dirección contraria al modelo que defen- da sindical». La incapacidad de UGT para


día la USO de un «acuerdos marco de mí- aguantar el pulso ante «convenio a conve-
nimos» que no condicionase los contenidos nio» es manifiesta. El dinero le ha dado apa-
de lo que se acordase en ámbitos inferiores. rato, nombre, y muchos delegados; pero no
Reconocía las secciones sindicales, como le ha dado militancia y la «solera» de los que
deseaba la USO, pero con atribuciones que lucharon, año tras año, en la clandestinidad.
contrarrestaban y reducían las funciones de UGT se juega su superviviencia como Central
control y participación de los comités, que Sindical; no sólo su protagonismo. Correla-
eran la representación de toda la plantilla. tivamente, el PSOE necesita potenciar su
Reforzaba por tanto el tipo de sindicalismo peana sindical, sin la docilidad de la cual no
corporativo que defendía la UGT e interesa- podría llegar a gobernar, sea con coalición
ba a la patronal para gestionar la crisis: fe- o sin ella. Se trata, tanto para UGT-PSOE
deraciones sindicales de rama fuertes, con como para UCD-CEOE, de consolidar el mo-
sus secciones en las empresas, y pactos en delo de Sindicato de Servicios, que negocia
las alturas. por arriba y es capaz de pactar la paz social
Después de ubicar el AMI en las antípo- y anular las movilizaciones».
das de la alternativa económica y del sindi-
calismo con el que se identificaba la USO, Al referirse a los objetivos políticos de la
Corell exponía su opinión sobre la inten- patronal con el AMI, Corell reiteraba la idea
cionalidad política del AMI. CCOO y el PCE central de su argumentario: se trataba de
sabían que estaba definiéndose el modelo «primar el modelo sindical que a la patro-
sindical de la democracia, que la profundi- nal le conviene, y que hoy representa UGT,
dad de la crisis dejaba poco margen para la frente al modelo de participación y luchas
reivindicación y eran conscientes del giro sociales». De la misma manera le parecía
político que suponía, «consistente en su «evidente la intencionalidad política (coin-
acorralamiento y marginación». Decía Co- cidente con todo el giro internacional a la
rell que CCOO podía confiar aún en su fuer- derecha) de [la UCD de] marginar al Comu-
za en las empresas, donde la negociación nismo, tanto a nivel político como a nivel
«convenio a convenio» les podía favorecer sindical, potenciando, para esto último,
«lavando la imagen y la mancha de [su apo- no sólo a otra Central Sindical, sino, sobre
yo a] los Pactos de la Moncloa, sobre todo todo, otra forma de Sindicalismo». Ahora
si, como es probable, consiguen cuatro o bien, Corell advertía que la UCD podía a la
cinco huelgas en empresas clave». Respecto par estar jugando a favorecer esa forma de
a la intencionalidad política de la UGT con sindicalismo en la propia USO, que en caso
la firma del AMI, la valoración de Corell era de suscribir el AMI aceptaría «la división de
contundente: los trabajadores en dos bloques, pro y anti-
comunistas», en contra de «los intereses
«Las palabras de Ferrer Salat [29] son las más reales de los trabajadores que, como Sindi-
significativas al respecto: «Si no firmamos cato de Clase, la USO debería defender». No
el Acuerdo-Marco, nos cargamos a UGT... firmar el AMI significaría para la USO, se-
y perderíamos un posible aliado en la ban- gún Corell, rechazar la política de bloques y
reafirmarse en su sindicalismo de participa-
29.– Se refiere a unas famosas declaraciones de Ferrer
ción y en la búsqueda de la unidad [sindical]
Salat, presidente de la patronal, a Europa Press, durante
la negociación del AMI, publicadas el 19 de diciembre de por la base.
1979. En la práctica de la negociación colecti-

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

va que se avecinaba, Corell tenía presente un acuerdo a dos bandas «suficientemente


que en breve entraría en vigor el Estatuto bueno para que UGT salga triunfante en las
de los Trabajadores y que «sería de nuevo próximas negociaciones de convenios co-
CCOO quién lucharía por cortar nuestra lectivos, así como para arrinconar, más de
presencia» por falta de representatividad lo que está después [de la negociación] del
en muchos lugares, por más que por presio- Estatuto [de los Trabajadores], a CCOO».
nes de la patronal se consiguiese «ESTAR» Según Rivero, CCOO había supeditado la
en las negociaciones de algunos convenios, negociación del AMI a la del Estatuto de
aunque fuera de tal forma impuesta desde los Trabajadores, no sólo por el tema de las
arriba. Ante esta perspectiva inmediata, Co- conquistas sindicales sino también, según
rell se inclinaba porque la USO no firmase Rivero, por suplir la ausencia del PCE en la
el AMI y aspirase modestamente a «poder vida política de esos meses. Como USO ya se
negociar, donde tenemos fuerzas y presen- había unido a CCOO en la crítica al «Estatu-
cia real, y tratando de mejorar, real y efecti- to de los Trabajadores de la UCD», no firmar
vamente, las condiciones de los trabajado- el AMI la situaría a ojos de todos como alia-
res». Un mes después, en febrero de 1980, la da del «sindicato comunista». En ello CCOO
opción de Corell, responsable de Relaciones tendría respaldo de su afiliación para hacer
Políticas y Sindicales de USO, y del «sector más llevadera la marginación que sin duda
crítico» que como Corriente Socialista Au- sufriría, pero en la USO la consecuencia de
togestionaria representaba, sería la escisión no participar en la negociación colectiva se-
y el ingreso en CCOO. ¿Qué había sucedido? ría demoledora para sus cuadros. Por contra,
Los acontecimientos se sucedieron con firmar el AMI daría a la USO la imagen de
rapidez. La USO ya estaba dividida y el seguidismo de la UGT, pero Rivero confiaba
Acuerdo Marco se proponía regular la nego- en marcar diferencias con los ugetistas en la
ciación colectiva en 1980. La USO no par- acción cotidiana de la negociación de con-
ticipó en la negociación del AMI, que fue venios. La alternativa de no firmar signifi-
obra de la CEOE, UGT y CCOO. Entre los caba seguir a CCOO en el camino a la mar-
materiales del XIV Consejo se encuentra un ginación, que para la USO vendría reforzada
documento detallando la que hubiera sido por el listón del 10% en la representatividad
la posición de USO en caso de tomar parte exigible para acceder a participar en la ne-
en el debate y de seguimiento de las nego- gociación de convenios que iba a imponer el
ciaciones, iniciadas el 22 de noviembre de Estatuto de los Trabajadores. La argumen-
1979, con mención a declaraciones de José tación de Rivero huía de la perspectiva más
Mª Cuevas y J. A. Segurado (CEOE), José Mª política de Corell, con el objetivo puesto en
Zufiaur (UGT) y Nicolás Sartorius (CCOO). la credibilidad a ganar en la negociación co-
También se menciona una intervención del lectiva, conciliando la estrategia reivindica-
valenciano Abril Martorell, por el gobierno, tiva definida en el II Congreso de USO con la
respaldando poner coto en el 15% al aumen- supeditación al Acuerdo Marco.
to en los salarios, cuando el aumento oficial El 8 de enero de 1980, el Secretariado
del IPC previsto para 1980 era del 14%. El de la USO, reunido de forma extraordina-
13 de diciembre se hablaba ya de la firma ria, emitió un comunicado de prensa sobre
entre CEOE y UGT, excluyendo a CCOO. El el AMI, proponiendo al XIV Consejo, que
21 de diciembre, el secretario de acción sin- iniciaba ese día sus debates, la no firma del
dical de USO, José Rivero, se había pronun-
ciado a favor de la firma. Rivero suponía ya

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 52-72 65


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Acuerdo Marco [30]. El acuerdo del Secretaria- de convenios». Por mandato de la Ejecutiva


do era consecuente con la argumentación en cumplimiento del acuerdo del XIV Con-
de Corell. Pero el XIV Consejo resolvió a fa- sejo, el secretario general Manuel Zaguirre
vor de negociar con los firmantes del AMI la procedió a firmar un acta de adhesión de la
adhesión de la USO al mismo. Ponía como USO al AMI.
condición a UGT y CEOE «el reconocimien- Tres días después del XIV Consejo, el
to expreso [...] de la capacidad y presencia 12 de enero, Nicolás David firmaba una re-
negociadora de la USO en todos los conve- solución de la Ejecutiva de la USO PV que
nios colectivos del ámbito que fuera donde representaba la posición oficial de la orga-
nuestra Central tenga legalmente acredi- nización valenciana [32]. Se reafirmaba en su
tada su implantación [...], sin condiciona- posición, manifestada en el Consejo, con-
mientos de representatividad de ningún traria a firmar el AMI. Entre otros motivos
tipo, habida cuenta de que dichos condicio- porque «con el Acuerdo-Marco se está pri-
namientos carecen de fundamento jurídico mando un determinado modelo sindical,
o electoral alguno en estos momentos» [31]. En más propio de otros países». Reconocía que
clara alusión a CCOO, afirmaba que «cual- esta posición contraria al AMI, comparti-
quier maniobra de aislamiento o autoex- da con otras Uniones y Federaciones de la
clusión político-sindical por razones par- USO, había sido mayoritaria en el Secreta-
tidarias, resulta rechazable para la USO y riado pero no así en el Consejo, «que aprobó
negativa para la superación de la crisis y el esta adhesión por 178.729 votos a favor y
afianzamiento y desarrollo permanente de 143.163 en contra». Se resignaba, en con-
la Democracia». Que se consideraba política secuencia, a aceptar lo que se acordase en
la negativa de CCOO a firmar el AMI venía la negociación de adhesión y a aplicarlo en
subrayado al afirmar que las diferencias en- consonancia con la política reivindicativa
tre sus propuestas reivindicativas y el AMI aprobada el año anterior en el II Congreso.
no eran significativas. La Resolución se pro- El Secretariado de la USO del PV había
nunciaba por una «alternativa negociada a pasado su última reunión de 1979, celebra-
la crisis» con participación sindical, «fren- da en Xàtiva el 22 de diciembre, debatiendo
te a alternativas puramente políticas como sobre la situación de emergencia financiera
fueron en su día los Pactos de la Moncloa». de la organización, sobrevolando los deba-
A la UGT le pedía «normalizar las relacio- tes la cuestión de la confederalidad y de la
nes bilaterales» desde el respeto mutuo, de- definición ideológica vinculada al plan eco-
jando atrás «posturas de cerrazón irracio- nómico que se veía obligado a aplicar para
nal frente a la USO». Pedía a CCOO que se recortar gastos [33]. La siguiente reunión tuvo
uniese al acuerdo. Por último, la Resolución lugar ya después del XIV Consejo de USO,
apostaba por la unidad de los tres sindica- también en Xàtiva el 26 de enero de 1980.
tos en la práctica de la negociación de con- Después de la exposición por Nicolás David
venios, «frente al riesgo del enfrentamiento de lo sucedido en el Consejo, en el debate se
sistemático en la negociación o del chala- criticó que no se hubiese discutido el Acuero
neo excluyente al que han sido tan propi- Marco entre las bases y que la adhesión fir-
cias CCOO y UGT en anteriores coyunturas mada por Zaguirre no se hubiese hecho «ni
32.– Comisión Ejecutiva de la USO del PV, Resolución, 12
30.– Secretariado de la USO, Comunicado, 8 de enero de de enero de 1980, USOBV, AHCCOOPV.
1980, USOBV, AHCCOOPV. 33.– Secretariado de la USO del PV, Acta de la reunión del
31.–Subrayado del autor. 22 de diciembre de 1979, USOBV, AHCCOOPV.

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

Primera Asamblea General de delegados de secciones sindicales de toda España de la USO.


Barcelona, octubre de 1976 (Foto: Manuel Armengol, fuente: flickr).

siquiera cumpliendo la resolución del Con- En su reunión ordinaria del 12-14 de fe-
sejo estatal». Se acordó que el Secretariado brero de 1980, el Secretariado estatal dejó
valenciano se pronunciase sobre el tema, en suspenso el acta de adhesión al AMI fir-
pero sin hacer público su posicionamiento. mada por Zaguirre, porque no garantizaba
Por 12 votos se adoptó el acuerdo de respal- «en absoluto la presencia de la USO en la
dar el comunicado emitido por la Ejecutiva negociación de todos los convenios con in-
estatal en su día, que trasladaba el acuerdo dependencia de su índice de representativi-
del Consejo de adhesión condicionada a que dad que el XIV Consejo consideró condición
la USO participase en toda negociación de imprescindible para la adhesión». Consta-
convenios. Ya existían noticias del «compor- taba que en la práctica, desde la firma del
tamiento de UGT en algunas zonas» impi- acta, la USO había quedado «marginada de
diéndolo. Pero el Secretariado valenciano se la negociación de los convenios de Quími-
mostró prudente y solo cuatro de sus miem- cas, Banca y Vidrio, y Cerámica, sectores en
bros votaron a favor de una moción que pro- los que las respectivas federaciones de la
ponía rechazar someterse al AMI y respaldar USO superan sobradamente el 10% de de-
«todas las plataformas que la USO defienda legados sindicales, debido a la obstinada
en los distintos convenios que se negocien». negativa de la UGT». En la misma reunión,
A continuación de este debate, volvió a tra- el Secretariado trató de mantener bajo con-
tarse la situación económica «extremada- trol las reacciones de contestación interna
mente grave», «de urgencia», al límite de la que se estaban multiplicando, aprobando
subsistencia, que sufría la USO del PV. A esta una resolución contra «las manifestaciones
situación no se hacía mención en el comuni- aisladas de indisciplina que se han produ-
cado de prensa que firmó Nicolás David [34]. cido por parte de algunas organizaciones y

34.– Secretariado de la USO del PV, Acta y comunicado de la reunión del 26 de enero de 1980, USOBV, AHCCOOPV.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 52-72 67


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

personas» [35]. En su reunión del 16-17 de fe- neral Nicolás David, proponía desconfede-
brero, el Consejo Nacional de la USO valen- rar la USO valenciana de la estatal y abrir
ciana ratificaba el acuerdo del Secretariado un proceso de unificación con CCOOPV.
estatal de suspender la adhesión al AMI, Afirmaba que «la Autonomía de la USO ha
hasta que la UGT y la CEOE cumpliesen lo sido absolutamente hipotecada a UCD, que
acordado referente a la participación de es quien nos financia por la vía de los avales
USO en la negociación de convenios [36]. La con cargo al Patrimonio Sindical», y se re-
escisión de una parte de la USO hacia CCOO fería a «las condiciones impuestas por UCD
y en particular de casi toda la organización en algunas regiones del Estado para conce-
del País Valenciano estaba ya en marcha. der aval de varios millones con cargo a este
El 10 de Marzo, la Comisión Ejecutiva patrimonio». Las organizaciones fieles a la
estatal de la USO tomaba medidas contra línea de Zaguirre estarían recibiendo crédi-
los dirigentes encabezados por José Corell, tos generosos y a sus dirigentes no les fal-
seguido por Vicente Campos, Pablo Campos taba cobrar «bajo cuerda, todos sus sueldos,
y José Domingo Malea, que habían iniciado mientras nuestros compañeros socialistas
la escisión hacia CCOO, suspendiéndolos de llevan sin cobrar tres meses». En definitiva,
sus cargos en la misma. Hablaba de un nue- consideraba a la USO de Zaguirre «un sindi-
vo ataque a la autonomía sindical como el de cato dependiente de UCD», lo que contra-
1977 y Zaguirre cargaba contras «los llama- ponía a los principios fundacionales o señas
dos radicales de la USO», que ahora se iban de identidad, reiterados en el Congreso de
en su mayoría a CCOO o montaban «plata- Castelldefels de 1979, de sindicato de clase
formas y tinglados diversos». Y afirmaba: y de masas, autónomo, democrático y que
«Ahora tiene explicación tanta demagogia, se postulaba como instrumento para trans-
tanta indisciplina, tanto envenenamiento formar la sociedad. Eran principios que te-
interno» [37]. nían significados precisos para la corriente
La fronda en la organización de la USO socialista y que chocaban frontalmente con
del País Valenciano se extendió con rapidez ser «el sindicato de la UCD». Sindicato de
y entre el 3 y el 14 de marzo se reunieron clase quería decir anticapitalista y de masas
solicitudes suficientes de federaciones de significaba no ser una vanguardia de élites
rama, más uniones locales y comarcales, y despachos. La autonomía no era un valor
para pedir legalmente con arreglo a sus absoluto o doctrinal, sino un medio para la
Estatutos la celebración de un Congreso unidad, y debía afirmarse respecto al gobier-
Extraordinario, que tendría lugar el 22 de no y a la patronal, «de quien no podemos
marzo de 1980 [38]. El documento base para ser deudores agradecidos o indigentes a la
el debate, presentado por el secretario ge- espera de favores», pero también respec-
to a los partidos en el sentido de no tener
35.– Secretariado de la USO, Acta de la reunión del 12, 13
«padrino politico». Y una USO democrática
y 14 de febrero de 1980, USOBV, AHCCOOPV significaba admitir el pluralismo interno y
36.– Consejo Nacional de la USO del País Valenciano, la «participación real y control efectivo de
Acta de la reunión del 16-17 de febrero de 1980, USOBV, los afiliados». Estaría reñido con «caer en
AHCCOOPV.
un centralismo democrático y en la discipli-
37.– Comisión Ejecutiva de la USO, Acta de la reunión del
na de voto en los órganos». Su opuesto sería
10 de marzo de 1980, USOBV, AHCCOOPV..
la burocratización progresiva en la que los
38.– Congreso Extraordinario de la USO del País
Valenciano, Documento para el debate, 22 de marzo de líderes obreros serían sustituidos o conver-
1980, USOBV, AHCCOOPV. tidos en «profesionales del sindicalismo»,

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

que «deciden y negocian, en nombre de los ba en su informe que a lo largo del lunes
interesados; los que, a fin de cuentas, nada 3 de marzo, José Mª Corell, Dativo Esco-
se juegan, si no es su prestigio personal y bar y Manuel Alonso habían intentado sin
su carrera política». Y reafirmarse en la éxito negociar con Zaguirre una serie de
unidad, cuando en 1979 se consolidaba «el exigencias: que respetase las decisiones
pluralismo sindical en el Estado español», de los órganos de dirección, tanto de aqué-
significaba «el rechazo a dejarse integrar llos en los que tenía mayoría (la Ejecutiva
en la política de dos bloques». El documen- y el Consejo) como de aquéllos en los que
to, que claramente reflejaba el pensar de la tenía más peso el sector crítico (el Secre-
Corriente Socialista Autogestionaria como tariado y el Congreso); que abandonase su
oficial de la dirección de la USO valencia- propósito de destituir al Secretariado con-
na, afirmaba «haber llegado al límite de lo federal; que reconociese de forma expresa
no aceptable», en relación a la política de «la existencia de la corriente socialista [...]
Zaguirre. Después de denunciar una larga y de su derecho a permanecer» en la USO;
serie de actuaciones de expulsión del sector que respetase la mayoría socialista en las
crítico, el documento concluía: organizaciones donde ésta era dominante,
territoriales (el País Valenciano, Asturias) y
«[...] la política sindical de la USO-Zaguirre, sectoriales (federaciones de Construcción,
tiende claramente a situarse a la derecha de Banca, Textil, etc.), en lugar de duplicarlas
UGT, sea como «a la derecha» de ésta o como con estructuras y cargos fieles a Zaguirre;
central sindical «independiente», inmersa que desbloquease «las posibilidades de ob-
por completo en el espacio de referencia del tención de créditos, con carácter urgente
centro derecha que UCD representa». para aquellas organizaciones situadas ya al
límite del ahogo económico»; y que se rea-
Para llevar a cabo esta operación, siem- lizase, «sin más retrasos ni dilaciones», la
pre según el documento base de debate del afiliación a la CMT, que dificultaba la UCD
Congreso que acordó el pase de la USO del pero era un mandato del II Congreso.
PV a CCOO, Zaguirre habría dado Precisamente, la ponencia aventura-
ba una hipótesis de estrategia de la UCD
«[...] todos los «pasos precisos» que según de «cierre sindical a tres» del que las rela-
nuestro análisis anterior necesitaban para ciones internacionales en aquel momento
hacer el sindicato de UCD y barrer del mis- mostraba indicios en «los contactos man-
mo a la corriente socialista: descrédito de tenidos por USO-Cataluña con la AFL-CIO,
la izquierda, bloqueo de los órganos, ahogo la asistencia de militantes de USO-Zaguirre
económico, imagen de bloques «irreconci- [...] junto con otros de UCD, de la CGDT y
liables», entrada de «independientes» que de la DGB alemana a un seminario de la
vuelquen la relación de fuerzas, «toma» de Fundación Conrad Adenauer, etc.» A medio
ejecutivas de Federaciones y Uniones, etc.». plazo, la ponencia se atrevía a suponer una
fusión a medio plazo de la USO de Zagui-
Nicolás David planteaba la ruptura como rre con la UGT. Bien en esta hipótesis o en
última opción después de haber intenta- la de la USO como sindicato de la UCD, el
do la corriente socialista seguir dentro de giro a la derecha del sindicato de Zaguirre
la USO a pesar de las diferencias que con cuadraba con otra hipótesis coyuntural de
Zaguirre se habían ido acentuando desde aquel momento, la de un gobierno de coali-
hacía dos años, según verenos. Explica- ción UCD-PSOE.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

La conclusión de Nicolás David era que la y CCOO. El 25 de enero de 1980, la CNT,


autonomía no era una realidad posible, que CCOO y el SU local de Elche solicitaron a la
sólo podía existir como corriente en un sin- USO su participación en una reunión «ante
dicato de masas y que éste, era ya evidente la inquietud que ha despertado en los tra-
para la corriente socialista, no podía ser la bajadores la firma del Acuerdo Marco, y de
USO. La mejor salida para «muchos militan- lo que esto puede suponer para la división
tes de la USO-PV», entre las opciones ana- sindical» [41]. La USO tenía previsto celebrar
lizadas (crear «un Sindicato Nacional [del su primer Congreso Comarcal el 28 y 29 de
PV], replegarse a sindicatos gremiales [39], o marzo y llevaba un par de meses de traba-
bien la integración en la CNT, en la UGT o jos precongresuales al declararse la crisis
en CCOO»), era integrarse como corriente, de USO por la firma del AMI. El Consejo or-
manteniendo su cohesión por medio del dinario reunido el 14 de febrero informó de
CDES, en Comisiones Obreras [40]. Esta op- los mismos y presentó el reparto de dele-
ción tendría dos inconvenientes: la «clara gados previsto. Serían 126 los asistentes [42].
dependencia de CCOO respecto al PCE» Decisiva fue la reunión extraordinaria
desde finales de los años 1960 y el riesgo del Secretariado del Bajo Vinalopó el 17 de
de que la USO se diluyese en su seno. Pero marzo de 1980, con 12 asistentes, en la que
el mismo documento afirmaba «que CCOO la crisis de la USO se puso en primer lugar
es, hoy por hoy, la única central sindical a del orden del dia [43]. A petición de uno de
la que el sistema capitalista y el poder po- los asistentes, que decía estar informado
lítico teme, podríamos decir, simplificando, de la crisis solamente por la prensa, Gas-
que son su verdadero enemigo». Para CCOO, par Pomares expuso lo sucedido desde la
la incorporación posibilitaría «abrir su es- anterior escisión de 1977. Según explicó
pacio sindical actual, excesivamente cir- Pomares, a partir de 1978 la Ejecutiva ha-
cunscrito al campo comunista, lo que tiene bía iniciado contactos con la UCD y en el
como consecuencia romper el bloqueo que VII Consejo, de abril de ese año, se había
la derecha y el capitalismo quieren impo- aprobado la «Operación independientes»
ner». El documento consideraba que por la o «Estrategia del Espacio Sindical de Ma-
base la incorporación no sería dificil, por- sas», sobre la que se habrían manifestado
que existía «una práctica sindical común en las dos tendencias de la USO presentes en
muchos aspectos desde la época de la clan- la crisis del sindicato. Unos querían que los
destinidad». «independientes» entrasen en grupos or-
Como hemos podido ver, en la comar- ganizados con sus mandos, y otros que se
ca de Elche y el Bajo Vinalopó existían ya admitiese a las bases sin problema pero se
unas relaciones de proximidad y acuerdo vigilase la procedencia de los líderes antes
para la unidad de acción sindical entre USO de darles ingreso [44]. Siguiendo el relato de

39.– La opción de «replegarse en sindicatos gremiales»


41.– Carta suscrita por la CNT, CCOO y el SU de Elche
sería la de los llamados «topos». El Colectivo Autónomo
dirigida al Secretario General de la USO del Bajo Vinalopó,
de Trabajadores (CAT) en la fábrica de motores navales
Martín Carpena, 25 de enero de 1980, USOBV, AHCCOOPV.
de AESA (antigua Elcano, del INI) en Manises (Valencia),
dirigido por Manuel Tornero, fue una interesante 42.– Consejo Comarcal de la USO del Bajo Vinalopó, Acta,
experiencia. Véase «Una conversación con Manolo 14 de febrero de 1980, USOBV, AHCCOOPV.
Tornero» en César Llorca, La factoría de ELCANO en Manises 43.– Secretariado de la USO del Bajo Vinalopó, Acta, 17 de
y CCOO, Valencia, FEIS, 2009, pp. 155-173. marzo de 1980, USOBV, AHCCOOPV.
40.– El CDES era el Centro de Debate y Estudios Sindicales 44.– En la formación del mapa del pluralismo sindical
- Autonomía Obrera, creado en esas fechas. tras la disolución del sindicato «vertical» franquista,

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La Unión Sindical Obrera entre dos crisis, 1977-1980... Alberto Gómez Roda

Pomares, ya en septiembre de 1978, ante el tivo Escobar, Nicolás David, Vicente Olcina,
II Congreso que tendría lugar en junio del Jesús Molina y los secretarios generales de
año siguiente, empezaron «las escaramu- Químicas, Gloria Cavanna, y de Construc-
zas entre las dos líneas de la USO». Según ción, Pallarés), se alcanzó un acuerdo de
Pomares, Zaguirre y su grupo «moderado» principios y se nombró una comisión para
hicieron campaña para hacerse con la hege- seguir la negociación.
monía, mientras que los «críticos» habrían Francisco Baeza, en esta reunión del
intentado llegar a un acuerdo de síntesis Secretariado de la USO de Elche y su co-
para que tanto en la Ejecutiva como en el marca, quiso desmentir la explicación de
Secretariado estuvieran representadas «las Pomares en aspectos como el «espacio de
dos líneas por mitad». En el II Congreso, masas» o las expulsiones, y a él se unió Luis
al iniciarse las votaciones con victorias de Mendicuti. Del cómputo de las votaciones
los «críticos», los «moderados» se enroca- que siguieron sobre los pasos a seguir para
ron obligando a suspender las sesiones du- concretar el posicionamiento de la unión
rante unas horas. Para salvar la situación, comarcal, parece claro que de 11 votantes,
los «críticos» decidieron apoyar a Zaguirre siete siguieron las propuestas de la direc-
«votando una Ejecutiva de síntesis en que ción que encabezaban Martín Carpena y
estuvieran representadas las dos» tenden- Gaspar Pomares, alineada con la corriente
cias. Después el sector Zaguirre boicotearía socialista, mientras que cuatro votaron en
las reuniones de la Ejecutiva y expulsaría contra o se abstuvieron. Se deduce también
a miembros del Secretariado como el líder del debate posterior sobre la «situación de
de la federación textil y los representantes agobio» económico que sufría la Unión, que
de Galicia y Cataluña. Llegaríamos así a la los discrepantes llevaban meses apartados
reunión del 3 de marzo en la que Dativo de la actividad del sindicato. Uno no com-
Escobar, Corell y Nicolás David plantearon parecía por los locales, dejando de funcio-
a Zaguirre sus exigencias para continuar nar las comisiones de las que era miembro,
en la USO. No hubo respuesta, la policía a mientras que otro no había pagado en todo
petición de Zaguirre detuvo al secretario 1979 las cuotas de afiliado. Se acordó la
general de la USO de Madrid y se cerraron expulsión de los militantes no al corrien-
los locales de esta unión regional. Entonces te del pago de cuotas y la convocatoria una
la Corriente Socialista «legalizó el CEDES Asamblea de Delegados, Consejo y Con-
(Centro de Estudios y Debates Sindicales) greso para que la organización comarcal se
y se puso en contacto con Sartorius, de la pronunciase sobre la crisis del sindicato.
Ejecutiva de CCOO». En una reunión el 12 El Consejo Comarcal reunido el 25 de
de marzo, con una amplia representación marzo aprobó la celebración del I Congreso
por CCOO (Sartorius, Ariza, los secretarios comarcal con carácter extraordinario, para
generales de Andalucía, País Valenciano, debatir el ingreso en CCOO que proponía la
Murcia, Cataluña) y por la USO (Corell, Da- dirección, por 10 votos a favor, la oposición
de Luis Mendicuti y Francisco Baeza, más
surgieron grupos corporativos que se reivindicaron
como «independientes», en relación a las grandes dos abstenciones. Baeza, Mendicuti y Eva
confederaciones o sindicatos de clase, CCOO y la UGT. Medina abandonan el Consejo, que deci-
Esta declaración de independencia venía dada por dió entonces por unanimidad la expulsión
peculiaridades de su sector laboral pero, a veces también,
de Baeza «por tener pruebas evidentes de
por el rechazo de los grandes a integrarlos en sus filas
por proceder del verticalismo o ser opciones reconocidas que forma parte de una gestora paralela a
como «amarillas» en sus ámbitos locales.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 52-72 71


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

la USO, en el País Valenciano» [45]. La incor- José Mª Zufiaur y su grupo en el otoño de


poración de una mayoría de la USO del PV 1977 hacia la UGT, la USO se esforzó por
a CCOO era legal, pero otros se postulaban sobrevivir. CCOO, el movimiento obrero de
ya para seguir a Zaguirre y continuar bajo masas que fue ariete del combate contra
aquellas siglas. El 28 de marzo, la USO del la dictadura, recibió una segunda escisión
Bajo Vinalopó celebró su I Congreso, «con de la USO que se unió a sus filas como un
gran número de intervenciones, en las cua- balón de oxígeno que, en la primavera de
les se piden aclaraciones sobre todo, en el 1980, rompía su aislamiento y reforzaba su
por qué se ha llegado a esta situación en la pluralismo interno [48]. Y aún otros siguieron
organización y cómo será nuestra integra- con las siglas de la USO como tercera fuerza
ción en CCOO». Se aprobó la propuesta de sindical del país. En 1979-1980, el cambio
la dirección con solo tres abstenciones. Se de régimen político estaba ya casi clausu-
suspendió el debate sobre el resto de temas rado y el ciclo económico había cambiado
del orden del día y se eligió un Secretariado radicalmente. El entorno internacional con
con la sola misión de mantener el funciona- el impacto de la «segunda crisis del petró-
miento de la organización comarcal mien- leo» giraba hacia la derecha, se acercaba la
tras durasen las negociaciones de ingreso segunda Guerra Fría y la orientación del ca-
en CCOO, de las que se iba a encargar [46]. El pitalismo occidental hacia el neoliberalis-
9 de abril, este Secretariado en funciones mo. Los partidos políticos que hicieron la
de gestora acordó la incorporación a la di- Transición actuaron, como recuerdan José
rección de las CCOO de la comarca de Elche Babiano y Javier Tébar, con desconfianza
de 8 dirigentes de la USO del Bajo Vinalopó, e incluso hostilidad hacia la acción sindi-
tres de ellos en la Permanente con respon- cal [49]. A veces se olvida la tremenda debili-
sabilidades en materia de relaciones uni- dad organizativa y la división en la que los
tarias, prensa y propaganda, y empleo. Se sindicatos hicieron la travesía de la Transi-
mantendrían el local de USO con todos sus ción, en particular los que basaban su fuer-
servicios, CCOO se haría cargo de las deu- za en la movilización social antifranquista.
das, se cancelaron las cuentas bancarias a
nombre de la USO, y se programó celebrar
el acto público de fusión el 12 de abril en
los locales de la USO en Elche [47].

Una historia por escribir

A modo de conclusión, podemos decir


que nos encontramos ante una historia por
escribir, en particular desde una perspecti- 48.– Marcelino Camacho [entrevista a], «Nuestra política
unitaria ha roto el intento de cerco», Gaceta Sindical, 1,
va «desde abajo», sobre la división sindical
abril 1980, pp. 27 y 28.
en la Transición. Después de la escisión de
49.– Véase José Babiano y Javier Tébar, «La parábola del
sindicato en España. Los movimientos sindicales en la
45.– Consejo Comarcal de la USO del Bajo Vinalopó, Acta,
Transición ‘larga’, a través del caso de CCOO (1975-1986)»,
25 de marzo de 1980, USOBV, AHCCOOPV..
en Damián A. González Madrid, Manuel Ortiz Heras y Juan
46.– I Congreso de la USO del Bajo Vinalopó, Acta, 28 de Sisinio Pérez Garzón, La Historia, lost in traslation? Actas del
marzo de 1980, USOBV, AHCCOOPV. XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea,
47.– Secretariado de la USO del Bajo Vinalopó, Acta de la Cuenca, Ediciones de la Univesidad de Castilla – La
reunión del 9 de abril de 1980, USOBV, AHCCOOPV. Mancha, 2017, pp. 1471-1483.

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El Movimiento Democrático de Mujeres
y las comunistas: de la resistencia
antifranquista a la movilización feminista

The Movimiento Democrático de Mujeres and the communist women:


from antifrancoism ressistence to the feminist movilization

Claudia Cabrero Blanco


Doctora en Historia Conremporánea por la Universidad de Oviedo

Resumen

Como parte de la estrategia puesta en marcha desde comienzos de los años sesenta, el
PCE impulsó, en 1965, la creación de un movimiento unitario concebido sobre bases am-
plias y plurales, el Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), que se convirtió, ya en los
setenta, en la principal vía a través de la cual se articuló la presencia de las comunistas en el
movimiento feminista. El MDM contribuyó a hacer visible la labor femenina en la oposición al
franquismo, impulsó la lucha en los barrios y fue una organización clave en el desarrollo del
feminismo en los años finales de la dictadura. Además, los planteamientos de mujeres comu-
nistas y de militantes feministas abrieron vías para el debate sobre la cuestión femenina en
las filas del PCE por lo que su trayectoria permite analizar el discurso comunista respecto la
organización política de las mujeres y la forma en la que las militantes lo asumieron, negocia-
ron o cuestionaron.

Palabras clave: Movimiento Democrático de Mujeres (MDM), Partido Comunista de Espa-


ña (PCE), feminismo, antifranquismo, Asturias.

Abstract

As part of the strategy launched since the early 1960s, the Communist Party of Spain (PCE) promoted
in 1965 the creation of a unitary and plural movement called Women’s Democratic Movement (MDM).
This organization became, in the seventies, the main way through which the presence of communists
was organized in the feminist movement. The MDM contributed to give visibility to the role women
played in the opposition to Francoism, increased local mobilization and was a key organization in the
development of feminism in the final years of Franco’s dictatorship. In addition, the views of communist
women and feminist militants opened the debate on the woman question in the PCE. For this reason,
the evolution of the MDM allows an analysis of the communist discourse on the political organization
of women and the way in which the militants assumed, negotiated or questioned it.

Key words: Women’s Democratic Movement (MDM), Communist Party of Spain (PCE), feminism, anti-
Franco movement, Asturias.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

En el proceso de desgaste que fue expe- guió vinculada al proyecto político de aca-
rimentando la dictadura durante los años bar con la dictadura, pero las dimensiones
del Segundo Franquismo fueron muchas y las expectativas de la lucha que protago-
y muy diversas las voces discordantes im- nizaron las mujeres fueron cambiando. Sus
plicadas y, entre ellas, las de las mujeres actitudes de resistencia se fueron diversifi-
resonaban cada vez con más fuerza. Fren- cando y dieron lugar a un amplio repertorio
te a la negación de derechos y la falta de de protesta que iba desde la colaboración
libertades a que las constreñía el régimen, en papeles considerados auxiliares a los de
en el nuevo contexto que se inició con la los varones hasta una actuación colectiva,
década de los sesenta un número crecien- más o menos independiente según los ca-
te de ellas empezó a incorporarse al mo- sos, con la que se irá avanzando en el cami-
vimiento obrero, a la lucha política, a la no hacia una lucha propia. La implicación
agitación universitaria y a la conflictividad cada vez más significativa de las mujeres
vecinal. Mujeres de generaciones y extrac- en el combate por la democracia y la hete-
ciones sociales diferentes confluyeron en rogeneidad cada vez más manifiesta de su
este proceso, y a militantes veteranas de la militancia llevó a las organizaciones de la
izquierda tradicional, que protagonizaron izquierda a hacer esfuerzos por adaptar sus
desde finales de los cincuenta las labores de esquemas teóricos y su práctica política a
apoyo al movimiento obrero, se sumaron, a la nueva realidad. El Partido Comunista fue
mediados de los sesenta, otras más jóvenes el que llevó a cabo un mayor esfuerzo en
procedentes del ámbito estudiantil o uni- este sentido aunque, a pesar de ello, en el
versitario. Mientras las primeras represen- tratamiento de la cuestión femenina el PCE
taban a una generación en la que la repre- siguió desarrollando, hasta bien entrados
sión y el parentesco habían desembocado los años setenta, un discurso ambiguo que
en la adopción de una ideología claramente se movía entre la defensa del igualitarismo
antifranquista, en el caso de las segundas en la teoría y la difícil aceptación de la dife-
la vinculación a la resistencia no estaba rencia en la práctica [2].
tan relacionada con la tradición familiar y La visión general que sobre la proble-
los lazos afectivos. Es más, como apuntaba mática de la mujer mantuvo el PCE en los
Carme Molinero, una parte de esta nueva años sesenta se puso de manifiesto en el VII
militancia femenina llegó a la política tam- Congreso del Partido, celebrado en 1965 y
bién como mecanismo de rebeldía respecto cuyas actas se publicaron en 1967 bajo el
al modelo vital ligado al ámbito domésti- título de Un futuro para España: la demo-
co que se les había asignado: inicialmente, cracia económica y política. En el apartado
más que igualdad, muchas buscaban mayor dedicado a «La emancipación de la mujer y
libertad y autoafirmación en la propia inte- las bases humanas de la nueva sociedad» se
ligencia y capacidad [1]. resaltaban las discriminaciones laborales y
En términos generales, hasta la década educacionales de la población femenina, el
de los setenta la movilización femenina si- relegamiento al hogar y el peso de la tradi-
ción, pero no se consideraba la cuestión de
1.– Carme Molinero, «Historia, mujeres, franquismo. Una
posible agenda de investigación en el ámbito político», la mujer como un problema distinto al resto
en Manuel Ortiz Heras (coord.), Memoria e Historia del
Franquismo: V Encuentro de Investigadores del Franquismo, 2.– Giaime Pala, «Entre paternalismo e igualitarismo. El
Cuenca, Universidad de Castilla La Mancha, 2005, pp. 185- PSUC y la cuestión de la mujer en los años del tardofran-
186. quismo», Mientras Tanto, n° 97 (2005), pp. 133-148.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

de los que presentaba la sociedad españo- creación de células de mujeres o con formas
la [3].También en 1967, la Resolución de abril más flexibles de integración; por otro, se
del Comité Ejecutivo del Partido incluía trató de fomentar el trabajo entre las ma-
una serie de consideraciones acerca del sas, especialmente entre las trabajadoras,
trabajo entre las mujeres y la actividad de las amas de casa y las asociaciones vecina-
militantes y cuadros al respecto. En primer les y culturales; y por último, con el objeti-
lugar, se hacía referencia a la importancia vo de insertar la lucha de las mujeres en la
de atraer a sus filas a las mujeres de los pre- más amplia lucha contra el franquismo, el
sos, que venían desarrollando una intensa PCE impulsó la creación de un movimien-
actividad en solidaridad con el movimiento to unitario concebido sobre bases amplias
obrero, y rentabilizar su influencia social. y plurales: el Movimiento Democrático de
Pero además, como parte de la estrategia Mujeres (MDM). En el MDM coexistieron
puesta en marcha en estos años, que bus- perfiles e intereses diferentes que en oca-
caba convertir al PCE en el primer partido siones se entrecruzaron y en otras se con-
de masas del antifranquismo, se planteaba frontaron. La convivencia de reivindicacio-
la necesidad de contar con las mujeres de nes que se ajustaban a los planteamientos
diversos grupos sociales que simpatizaban de género más tradicionales con la llegada
con la lucha y las ideas del Partido. En este de la nueva militancia femenina generó
sentido, empezaba a hacerse evidente que conflictos y tensiones. Pero al mismo tiem-
las estructuras estrictamente clandestinas po, esta convivencia favoreció la creación
no se adaptaban siempre a las posibilidades de un espacio de confluencia desde el que
de participación de las mujeres, por lo que se fue incorporando la cuestión femenina
era necesario rehuir toda rigidez, adoptan- al discurso del PCE y que se convirtió, ya
do en cada lugar las formas más apropiadas en la década de los setenta, en el principal
para su incorporación [4]. Este planteamien- vehículo a través del cual se articuló la pre-
to fue reiterado en el informe al pleno del sencia de un sector de las mujeres comu-
Comité Central del verano de 1967, que se nistas en el movimiento feminista.
publicó a finales del año como Nuevos enfo-
ques a problemas de hoy y en el que se asegu- Origen, objetivos y primeras estrategias
raba que una parte vital del movimiento de del Movimiento Democrático de
masas en marcha hacia la libertad era el na- Mujeres: entre la solidaridad, la lucha
ciente movimiento femenino. Esta elabora- política y la defensa de los derechos
ción teórica tuvo su plasmación práctica en femeninos
la orientación del trabajo del Partido entre
las mujeres en una triple dirección: por un El MDM fue la primera organización de
lado, se buscó favorecer su encuadramien- mujeres, tras la reconstrucción de las Agru-
to dentro del organigrama partidario con la paciones Femeninas Antifascistas de la
Guerra Civil (AFA), creada en los años de
3.– Santiago Carrillo (prol.), Un futuro para España: la de- dictadura. Ambas surgieron por iniciativa
mocracia económica y política, París, Colección Ebro, Édi- comunista y ambas lo hicieron dentro de la
tions de la Librairie du Globe, 1967, pp. 205-210. órbita identitaria de la cultura política an-
4.– Resolución del Comité Ejecutivo del Partido Comunis- tifascista aunque, a diferencia de las AFA,
ta de España, «Por un Partido Comunista de masas para
el MDM nació con vocación de convertirse
acelerar la transición hacia la democracia», 1967, Docu-
mentos del PCE: carpeta 48, Archivo Histórico del PCE (en en un movimiento autónomo, con instru-
lo sucesivo AHPCE). mentos de lucha propios. Para entender

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 75


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Concentración del MDM en la Universidad de Sevilla, ca. 1977 (Foto M. Sanvicente - AHCCOOA).

la creación del MDM es preciso remontar- repercusión para el movimiento de muje-


se a finales de los años cincuenta, cuando res: la concentración llevada a cabo ante la
el PCE comenzó a plantearse la moviliza- Puerta del Sol de Madrid, en mayo de 1962,
ción de las mujeres a través del trabajo en y las posteriores reuniones a las que ésta dio
grupos sectoriales. Ahora bien, si hay un lugar, a las que asistieron por parte del PCE
momento a partir del cual los comunistas Julián Grimau y Francisco Romero Marín,
tomaron conciencia de la necesidad de for- desembocaron en lo que puede considerar-
talecer su presencia en el frente femenino se el precedente directo de la formación del
éste es el año 1962. El papel que durante el MDM, la Unión de Mujeres Democráticas [6].
ciclo huelguístico iniciado entonces tuvo Este embrión de organización supuso el
la movilización de las mujeres asturianas y primer intento de crear un grupo exclusi-
las reacciones de solidaridad que provocó vamente femenino que aglutinase tanto a
su acción colectiva llevaron a que en el PCE las mujeres de preso como a aquéllas que se
comenzara a operarse un cambio de actitud movían en círculos intelectuales. Tras va-
respecto a la militancia femenina [5]. De he- rias reuniones y el lanzamiento de alguna
cho, de entre las muchas manifestaciones octavilla, la Unión de Mujeres Democráti-
de solidaridad que se produjeron en estos cas desapareció, pero su disolución no se
momentos, hubo una que tuvo especial
6.– La concentración contó entre sus organizadoras con
5.– Sobre la acción colectiva de las mujeres asturianas en una mayoría de mujeres comunistas. Entre quienes se
las huelgas de 1962 véase Claudia Cabrero Blanco, «Astu- concentraron en la céntrica plaza madrileña estuvieron
rias. Las mujeres y las huelgas», en José Babiano (ed.), Del Carmen Martín Gaite, Aurora Bautista, Nuria Espert, Ampa-
hogar a la huelga. Trabajo, género y movimiento obrero du- ro Gascón, Eva Forest, Gloria Alonso, Ana Guardione, Gab-
rante el franquismo, Madrid, Los Libros de la Catarata, 2007, riela Sánchez Ferlosio o María Luisa Romero. La concen-
pp. 189-244; Ramón García Piñeiro, «Mujeres en huelga», tración es descrita en las informaciones emitidas por REI
en Rubén Vega. (coord.), Las huelgas de 1962 en Asturias, el 15 de mayo de 1962 («Alocución de Dolores Ibárruri»),
Gijón, Trea, 2002, pp. 242-256. el 16 de mayo de 1962 y el 27 de mayo de 1962.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

llevó consigo ni el interés del Partido ni la lladolid o Logroño. En 1968 el Movimiento


necesidad de sus integrantes por crear una hizo público su programa y dos años des-
estructura que permitiese continuar la la- pués celebró su I Reunión General.
bor de concienciación política que se había La creación del MDM respondía al pro-
iniciado con las mujeres de preso [7]. Así, por pósito de promover un movimiento feme-
un lado, en julio de 1962 el PCE insistía, en nino de masas a nivel estatal, de carácter
una Carta a todos los Comités de Partido, en plural, interclasista e intergeneracional [10].
la conveniencia de crear una organización La heterogeneidad social y política era una
sectorial que permitiera involucrar en la lu- de las características más significativas del
cha contra el régimen al mayor número de Movimiento, que se declaraba abierto a
mujeres posible. [8] Por otro lado, en Madrid, amas de casa, trabajadoras o profesionales
Dulcinea Bellido, una de las asistentes a las universitarias; a mujeres de distintas ideo-
reuniones previas a la creación de la Unión logías y creencias y a otras sin militancia de
de Mujeres Democráticas, se encargó de partido ni compromiso religioso. El MDM
conciliar los distintos intereses de aquellas defendió en todo momento la existencia
mujeres que venían reuniéndose en grupos de una línea de acción propia, decidida a
informales y de iniciar contactos con otras través de la discusión abierta y colectiva, e
de procedencia diversa con el propósito insistió en su independencia económica e
de perseverar en la idea surgida entonces. ideológica de los partidos políticos, de las
Finalmente, a finales de 1964 nació en la organizaciones sectoriales y del Estado. Sin
capital el Movimiento Democrático de Mu- embargo, pese a sus esfuerzos por no hacer
jeres en una reunión convocada al efecto a explícita su relación con el PCE, las tensio-
la que asistió, en representación del PCE, nes provocadas por el «dirigismo» comu-
Romero Marín [9]. Siguiendo el ejemplo ma- nista fueron constantes desde los primeros
drileño, en torno a la segunda mitad de los momentos. La manera en la que el propio
años sesenta se formaron grupos del MDM, Partido entendía el papel que el MDM de-
con mayor o menor arraigo y duración, en bía jugar en la lucha antifranquista apare-
lugares como Barcelona, Zaragoza, Valen- cía bien definida en un artículo que Mundo
cia, el País Vasco, Galicia y Asturias. En los Obrero dedicó al Movimiento Democrático
años finales de la década se formaron otros de Mujeres asturiano en 1968. En él, el por-
en ciudades como Castellón, Alicante, o tavoz comunista se hacía eco de la acción
Málaga y, a partir de 1971, en Albacete, Va- de «2.500 asturianas» que habían entregado
un escrito al gobernador vivil de Oviedo en
7.– Francisco Arriero Ranz, «Contra Franco y algo más:
el tortuoso viaje del Movimiento Democrático de Muje- el que denunciaban la situación económica
res hacia el feminismo (1964-1975)», en Manuel Bueno de la clase trabajadora, a la vez que conde-
Lluch (coord.), Comunicaciones del II Congreso de Historia naban la persecución de que eran víctimas
del PCE. De la resistencia antifranquista a la creación de IU.
los obreros que defendían los derechos de
Un enfoque social, Madrid, FIM, 2007.
su clase. El gobernador había dado respues-
8.– Partido Comunista de España, «Carta a todos los Comi-
tés del Partido sobre las medidas para acelerar la recon- ta formal al escrito de las mujeres, pero és-
stitución de la Unión de Juventudes Comunistas de Espa- tas la consideraron insatisfactoria y volvie-
ña» (copia), 25- 07-1962, Fondo de Cultura, Ministerio de
Información y Turismo, Oficina de Enlace: caja 643, Archivo 10.– Sobre la historia del MDM y su evolución a lo largo
General de la Administración (AGA). de sus veinte años de existencia véase Francisco Arriero
9.– Testimonio de Aurora Villena en Fernanda Romeu Al- Ranz, El Movimiento Democrático de Mujeres. De la lucha
faro, El silencio roto. Mujeres contra el franquismo, Oviedo, contra Franco al feminismo (1965-1985), Madrid, Los Libros
Gráficas Summa, 1994, p. 160. de la Catarata, 2016

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 77


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

ron a suscribir un documento con más de objetivo de prestarle al MDM la máxima


2.000 firmas que entregaron a la autoridad ayuda para su desarrollo partiendo en todo
gubernativa. En este último iban más allá, momento del respeto a su independencia.
rechazando las «justificaciones» del gober- Así se hizo, por ejemplo, en el informe pre-
nador con argumentos de la vida cotidiana sentado por Ignacio Gallego en nombre del
y reafirmando la demanda fundamental: el Comité Ejecutivo del Partido en 1970, en el
derecho de huelga para los trabajadores. que se aseguraba que no era la intención
Para el periódico del PCE esta acción reba- de los comunistas ser mentores, dar direc-
saba los marcos de Asturias y expresaba el trices y convertirse en los dirigentes de di-
rasgo fundamental del Movimiento Demo- cho movimiento, ya que ese proceder sería
crático de Mujeres, que no era otro que el contradictorio a su posición de respeto a la
hecho de estar motivado por circunstancias autonomía de los movimientos de masas [12].
económico-sociales y políticas que afecta- Sin embargo, pese al compromiso de acatar
ban a hombres y a mujeres. Así se refería la autonomía del MDM, con frecuencia el
Mundo Obrero al Movimiento en Asturias: PCE, y consecuentemente las comunistas,
fueron acusados no sólo de decidir su es-
«No es un movimiento «subalterno», como trategia y sus actividades sino también de
temen algunas personas que se interesan manipular sus acciones y de utilizarlo para
en ello. Es una expresión particular de la reproducir sus propios intereses de partido.
lucha general por la democracia y la justi- Estas tensiones se hicieron evidentes ya en
cia social en España. Tiene un gran valor la I Reunión Estatal del Movimiento, cele-
general por ser susceptible de arrastrar y brada en Madrid en 1970, que contó con la
movilizar a miles de mujeres que no son asistencia de más de una treintena de mu-
aún conscientes de lo global pero que se jeres de diversas tendencias políticas. Las
rebelan ante lo parcial, lo sectorial, en este afirmaciones de una de ellas son especial-
caso: lo difícil que es vivir decorosamente mente ilustrativas al respecto:
con los míseros sueldos y la carestía de ali-
mentos, ropa, estudios y asistencia médica. «Para empezar os diré que considero muy
Las 2000 mujeres que han firmado el docu- importante esta reunión por razones muy
mento de Oviedo no reivindican derechos diversas. En primer lugar, la participación
exclusivamente femeninos pero al luchar de mujeres de todo tipo (obreras, profe-
como esposas, hermanas y madres de mi- sionales, estudiantes, mujeres de presos,
neros aportan su valiosa contribución para etc…). En segundo lugar, su distinta ideolo-
que en España se llegue a una situación en gía: el MDM de Madrid estaba representado
la cual la mujer no sea discriminada como por una delegación integrada por católicas,
tal. Así debemos concebir el movimiento sin partido, comunistas. Santander venía
de mujeres que se ha puesto en marcha en representado por dos mujeres católicas (es-
nuestro país, si no queremos empequeñe- posas de los de la HOAC de CCOO). Valla-
cerlo y aislarlo» [11]. dolid mandó a dos dogmáticas prochinas
o ‘gauchistas’… y lo demás era gente más
A lo largo de estos años se repetirán las o menos del Partido. […] Conclusiones ne-
ocasiones en las que el PCE manifieste su
12.– Informe presentado por Ignacio Gallego en nombre
11.– «DEL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO DE MUJERES: en del Comité Ejecutivo ante el Pleno ampliado del Comité
el ejemplo de las asturianas», Mundo Obrero, 1ª quincena Central del Partido Comunista de España en septiembre
de marzo de 1968. de 1970, Nuestra Bandera, nº 65, 3er trimestre de 1970.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

gativas: la falta total de preparación y de luidas en la lucha política, sino saber que
claridad de ideas entre las mujeres de los el feminismo y el contexto político debían
camaradas. […] Con respecto al problema aunarse en ella [16]. En este sentido, desde su
concreto de la discriminación de la mujer, origen el MDM reconoció que la situación
ni una de nuestras insignes ‘cónyuges’ se de discriminación específica que sufría la
aclaraba, ante el regodeo de las compañeras mujer hacía necesario recurrir a métodos
católicas. La de Asturias incluso nos llamó igualmente específicos para el trabajo en el
a todas camaradas (fue espantoso) y alguna frente femenino y exigía, también, enfocar
más habló de las católicas con desprecio y la lucha hacia objetivos concretos. En pri-
diciendo ‘los nuestros’, ‘nosotras’, frente a mer lugar, era necesario contar con una or-
‘esos curas’, ‘esas santurronas’» [13]. ganización democrática y autónoma, unida
al resto de los movimientos de masas en lu-
A pesar de que las ideólogas del MDM cha. En segundo lugar, se imponía elaborar
ponían el énfasis en la necesidad de articu- un programa que abarcara todos los pro-
lar un movimiento femenino plural, lo cier- blemas, desde los más particulares y con-
to es que en sus primeros años éste siguió, cretos de la mujer hasta los más generales,
en términos generales, el planteamiento haciéndolos coincidir con la problemática
del PCE sobre la lucha contra el régimen. general del país. La promoción de cuadros
En sus propios documentos programáticos plenamente conscientes del protagonismo
se definía como un movimiento de masas de la mujer dentro de la lucha hacia el so-
cuyo campo específico de acción era la cialismo era otro de los objetivos del Movi-
masa femenina, pero cuyo trabajo estaba miento a los que se sumaba, por último, la
indisolublemente ligado a la lucha socio- necesidad de adaptarse «a las distintas con-
política general del país contra el franquis- diciones de la mujer de los distintos secto-
mo y por una sociedad sin clases, «única res de las diversas zonas», para poder uti-
sociedad en la que la mujer podrá reali- lizar todos los medios, tanto legales como
zarse plenamente» [14]. Consecuentemente, extralegales, posibles [17].
defendía la actuación conjunta de la clase Una de las primeras actividades que el
trabajadora hacia unos mismos objetivos MDM llevó a cabo fue la redacción de un
ya que, como afirmaba Sara Iribarren, co- documento titulado «Por los derechos de
munista y teórica del MDM, lo que era una la mujer española» que, en junio de 1967,
lucha social no podía plantearse como una fue presentado en la Vicepresidencia del
lucha de sexos [15]. El MDM entendía que la Gobierno con el respaldo de 1.518 firmas
liberación de la mujer exigía, para su con- de mujeres de diferentes estratos sociales
creción práctica en la lucha reivindicativa, e ideologías [18]. Este documento, en el que
unas condiciones políticas, económicas
16.– «¿Cómo surge el Movimiento Democrático de
y sociales que permitieran avanzar en su
Mujeres?», Programa del Movimiento Democrático de
camino. Esto no suponía dejar las reivin- Mujeres/Movimiento de Liberación de la Mujer, Madrid,
dicaciones femeninas postergadas ni di- octubre de 1976, citado en Amparo Moreno Sardá, Mujeres
en lucha. El movimiento feminista en España, Barcelona,
13.– «Informe de Amaya», 1970, Organizaciones de Muje- Anagrama, 1977, pp. 108-114.
res, MDM, Informes: caja 117, carpeta 2/3, AHPCE. 17.– «¿Qué es el MDM?», s/f, Organizaciones de Mujeres,
14.– «¿Qué es el MDM?», s/f, Organizaciones de Mujeres, MDM, Propaganda: caja 117, carpeta 2/1, AHPCE.
MDM, Propaganda: caja 117, carpeta 2/1, AHPCE. 18.– «Por los derechos de la Mujer Española», documento
15.– Sara Iribarren, La liberación de la mujer, París, Ebro, publicado en Realidad, revista de cultura y política del PCE,
1973, p. 126. n° 15, octubre de 1967, reproducido en Giuliana Di Febo,

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

se reclamaban cuestiones como la igualdad uso interno acerca de esta reunión asegu-
de oportunidades para acceder al mundo raba que la región ofrecía muchas posibi-
laboral, la creación de guarderías para los lidades, a pesar de que aún no había entre
hijos de las trabajadoras, el acceso total a sus integrantes una orientación homo-
la universidad, el control de la natalidad, génea y éstas actuaban «un poco a lo que
el divorcio o la reforma del Código Civil, sale, un poco a la espera de la consigna, de
sirvió de base para la elaboración, en 1968, la orientación de los camaradas». También
del primer programa del MDM [19]. El do- se constataba que los trabajos relaciona-
ble objetivo que marcará la trayectoria del dos con la solidaridad con el movimiento
Movimiento, es decir, la combinación de la obrero seguían ocupando el primer plano
lucha de las mujeres contra la dictadura y de la lucha. Aun así, se afirmaba que la re-
por sus derechos, quedaba ya claramen- presentante asturiana «era de lo más vivo
te definido en sus páginas. Poco a poco el y contestatario» y tenía capacidad para
MDM se fue extendiendo y organizándose impulsar un auténtico movimiento de ma-
en toda la nación y su carácter solidario se sas [21]. En este primer encuentro, mediante
potenció a través de comisiones como la un análisis del momento político y social de
que se creó en 1969 para conseguir medica- España, se destacó la necesidad de incorpo-
mentos, ropa y dinero con los que paliar la rar a la mujer a la lucha y se analizaron sus
situación de algunas familias represaliadas problemas en tanto que ser social afectado
por la dictadura. Ahora bien, si en un prin- por la carencia de libertades generales y
cipio los distintos colectivos actuaron de doblemente discriminado por su condición
forma no coordinada, a partir de 1970 y con femenina. Además, se concretaron los ob-
el objetivo de hacer balance de las distintas jetivos por los que debían luchar las mu-
actividades e intercambiar experiencias, jeres, que se podían dividir en tres grupos.
tuvieron lugar encuentros de ámbito nacio- En primer lugar, atendiendo a su discrimi-
nal que pusieron de manifiesto la intención nación específica dentro de la sociedad, se
de configurarse como una organización de contemplaba la necesidad de plantear rei-
carácter estatal [20]. vindicaciones centradas en la defensa de su
La I Reunión General del MDM tuvo lu- igualdad jurídica y social, pero sobre todo,
gar en Madrid, en febrero de 1970, y contó de su igualdad laboral. Así, como primer
con la asistencia de delegaciones de Alcoy, paso para alcanzar la emancipación feme-
Guipúzcoa, Madrid, Puertollano, Santan- nina, se exigía la aprobación de medidas
der, Tarrasa, Valencia, Valladolid, Vizcaya, que facilitaran la incorporación de la mujer
Zaragoza y también Asturias. Respecto al al trabajo, como la creación de guarderías
MDM de Asturias (MDMA), una reseña para y casas cuna, la abolición de leyes discri-
minatorias o el acceso a la educación a la
Resistencia y movimiento de mujeres en España, 1936-1976,
cultura en igualdad de condiciones que los
Barcelona, Icaria, 1979, pp. 219-224.
hombres. En segundo lugar, en un punto
19.– Asociación «Mujeres en la Transición Democrática»,
Españolas en la Transición. De excluidas a protagonistas intermedio entre lo concreto y lo general,
(1973-1982), Madrid, Biblioteca Nueva, 1999, p. 30; Merche se planteaban determinadas exigencias so-
Comabella, «Movimiento Democrático de Mujeres», en C. ciales que, a pesar de ser comunes a hom-
Martínez Ten, P. Gutiérrez López, P. González Ruiz, (eds.),
bres y mujeres, se consideraban más próxi-
El movimiento feminista en España en los años 70, Madrid,
Fundación Pablo Iglesias y ediciones Cátedra, 2009 p. 253.
20.– Vicenta Verdugo Martí, «El Movimiento Democrático 21.– «Carta de Ana», 1971, Organizaciones de Mujeres,
de Mujeres…», p. 118. MDM: caja 117, carpeta 2, AHPCE.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

mas a las preocupaciones de estas últimas


y a la militancia femenina más tradicional,
entre las que destacaban los problemas de
los barrios, la casa, la carestía de la vida o la
educación de los hijos. Por último, y como
objetivo prioritario, se situaba la lucha ge-
neral en defensa de la democracia, contra
la represión y por un régimen de libertades,
que beneficiaría al conjunto de la clase tra-
bajadora [22]. La visión de la lucha imperante
en este primer encuentro estatal insistía en
las reivindicaciones de los derechos labo-
rales por encima de los civiles y combinaba
reivindicaciones políticas y sociales gene-
rales con otras específicas que aún se defi-
nían muy tímidamente, pues se contempla-
ban en función de su aportación a la causa
general de la lucha por la democracia. En
su defensa de los derechos de la mujer, el
MDM se apoyaba en el movimiento obrero
y en los demás sectores de la oposición y
propugnaba una acción ligada a éstos y no
Ejemplar de 1975 del periódico clandestino
una forma de lucha reservada exclusiva- del MDM, La Mujery la Lucha (Archivo
mente a las mujeres. Histórico del PCE).
Definidos los objetivos, el MDM se pro-
puso utilizar las estructuras que estaban contaban, como un cauce privilegiado para
funcionando legalmente, a consecuencia llegar al mayor número de mujeres posi-
de la Ley de Asociaciones de 1964, como ble. Esta línea de actuación se confirmó en la
medio a través del cual canalizar su labor. I Reunión Nacional, en la que se insistió en
Ya en abril de 1968, desde el boletín del la conveniencia de orientar el trabajo ha-
Movimiento, La mujer y la lucha, se había cia los barrios, y en los sucesivos encuen-
planteado la posibilidad de que las amas tros que tuvieron lugar en el año 1971. En
de casa organizaran boicots a los merca- ellos se acordó partir de las distintas reali-
dos como forma de protestar no sólo por dades de las mujeres y de las plataformas
la carestía de la vida sino también por la legales existentes —asociaciones vecinales,
injusticia social provocada por la dictadu- de amas de casa y grupos de barrio—, y ac-
ra [23]. Poco después, en 1969, el MDM tomó tuar allí donde pudiera existir conciencia
la decisión de infiltrarse en las asociaciones de problemas como la carestía de la vida y
de amas de casa, que se revelaron, por su la falta de infraestructuras. Además se hizo
legalidad y el número de socias con el que un llamamiento a todos los sectores en lu-
cha asegurando que sin la participación de
22.– «Primera Reunión general de las Mujeres Demócratas
las mujeres difícilmente se podrían conse-
de España», 30 de abril de 1970, Boletín de Información,
Tomo 31 (sin número, pero correspondiente al 1.179), AH- guir los cambios democráticos que requería
PCE. el país. Siguiendo estas premisas, el MDM
23.– «Un año difícil», La mujer y la lucha, abril de 1968. llevó a cabo múltiples actividades. Unas

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

eran de tipo teórico —como la organización Asturias, a comienzos de 1968, comenzó


de charlas en colegios e iglesias, la realiza- a publicarse Mundo Femenino, inicialmen-
ción de mítines «relámpago» en los merca- te con el subtítulo de «Boletín Informati-
dos o la celebración de seminarios y asam- vo de las Mujeres Asturianas» y, a partir
bleas en los barrios— y tenían el objetivo de de 1970, como «Portavoz del Movimiento
generar debate y discusión entre las muje- Democrático de Mujeres». En consonancia
res acerca de cuestiones como su situación con el planteamiento general del MDM,
en la familia y la sociedad, la carestía de la el contenido de sus boletines reflejaba un
vida, los problemas de la escuela o la sani- predominio de temas generales, ligados a
dad. Otras eran de tipo práctico -como la la lucha política global, que se combinaban
organización de manifestaciones, el envío con otros más específicamente femeninos.
de comisiones a las fábricas o a los ayun- Todo ello tratado, en los primeros años, con
tamientos, la redacción de documentos un tono feminista muy mesurado que se irá
destinados a las autoridades, la formación haciendo más evidente según avance la dé-
de comités de solidaridad con los presos o cada de los setenta.
despedidos, la realización de encierros en
iglesias o las acciones en los mercados con- La trayectoria del MDM en Asturias:
tra la carestía de la vida- [24]. de la protesta cotidiana al compromiso
Si los barrios se convirtieron en el espacio feminista
prioritario de actuación del MDM, para ha-
cer más efectivo su trabajo éste contó tam- Desde su creación en 1966 hasta su des-
bién con un aparato de propaganda propio. aparición en 1979, el MDM tuvo en Asturias
Así, en 1967, inició la edición de un boletín un recorrido que, pese a su relativa breve-
mensual, La mujer y la lucha, que desde ese dad, no estuvo exento de dificultades. Las
mismo año se reprodujo y distribuyó en los contradicciones que vivió en la región el
lugares en los que el MDM logró implantar- Movimiento tuvieron un claro reflejo en las
se, entre ellos Asturias. Poco después REI dos etapas por las que atravesó su boletín,
informaba sobre la aparición de la publi- Mundo Femenino, cuya trayectoria refleja
cación asegurando que sería «un auténtico la combinación de elementos discursivos
portavoz de las inquietudes de las muje- tradicionales en el tratamiento de la cues-
res, de nuestro pensamiento y de nuestra tión femenina con una mayor apertura ha-
esperanza» [25]. Tras la aparición de La mujer cia las posibilidades de una acción política
y la lucha se editaron boletines propios en y comunicativa relativamente autónomas
otras ciudades: es el caso de A Nosa Loita por parte de las mujeres [26]. En su primera
y Muller na loita (a partir de 1970) en Vigo etapa (1968-1969) el boletín, que vio la luz
y Coruña, Nuestra Voz, en Málaga o Avan- en enero de 1968 como Mundo Femenino.
zando (n° 1, marzo de 1975) en Valencia. En Boletín Informativo de las Mujeres Asturia-
nas, tuvo una periodicidad mensual. Ya en
24.– «Segunda Reunión General del Movimiento de Mu-
jeres Democráticas», mayo de 1971, Organizaciones de su número uno quedaron de manifiesto las
Mujeres, MDM, Informes: caja 117, carpeta 2, AHPCE. tensiones entre la tradición obrerista y los
25.– Nota informativa de REI sobre la aparición de La mu- nuevos elementos con orígenes sociales y
jer y la lucha, 8 de abril de 1968, Ministerio de Información
y Turismo, Gabinete de Enlace, Expedientes informativos 26.– No conocemos la duración exacta del periódico, que
del Gabinete de Enlace (1962-1977): caja 643.CO. 00.800. con toda probabilidad dejó de editarse en 1969. El último
Documentación relativa al Movimiento Democrático de número conocido de esta primera etapa data de septiem-
Mujeres (1966-1975): sign. 66.885, AGA. bre de 1968.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

bagajes culturales más heterogéneos. Su de Oviedo [27]. Las mujeres que formaban


propio título, que recordaba inevitable- este grupo eran amas de casa, esposas o fa-
mente al de Mundo Obrero, dejaba clara su miliares de militantes represaliados y, se-
procedencia y su vínculo político, pero su gún Amelia Miranda, sólo había entre ellas
subtítulo anunciaba la intención de no ser una mujer trabajadora, concretamente una
un mero portavoz del Partido Comunista. maestra. Todas ellas se reunían separada-
En Asturias, la primera dirigente del MDM mente, sin pertenecer al mismo tiempo a
y directora de su portavoz clandestino fue células mixtas en las que hubiera hombres.
Amelia Miranda (1937), ama de casa y sig- Sin embargo, no existía aún algo similar a
nificada comunista gijonesa que en 1966 una organización específica de mujeres ni
regresó a Asturias tras haber emigrado a una responsabilidad concreta en esta área.
Francia en 1959. Como otras veteranas de La actividad de este grupo primigenio del
extracción obrera, sus primeras armas en MDM en la región era supervisada por diri-
la militancia clandestina se centraron en la gentes comunistas como Ángel León y Ho-
difusión de propaganda y el paso de cama- racio Fernández Inguanzo y las reuniones
radas por la frontera. Al calor de las movi- se hacían en las casas de las propias muje-
lizaciones de los sesenta, en 1966 Amelia res [28]. A pesar de que en origen las militan-
Miranda pasó a encargarse de estructurar tes de las cuencas eran las más numerosas,
un colectivo femenino que estuvo en acti- poco a poco el grupo de Gijón fue creciendo
vo hasta 1969. Las reuniones entre grupos y dio muestras de cierta actividad en la Aso-
de militantes comunistas procedentes de ciación de Cabezas de Familia de El Llano y
las cuencas mineras y de Gijón, a quienes en la Asociación de Amas de Casa de Gijón,
se unieron mujeres sin adscripción polí- donde pronto fueron detectadas. Una de las
tica concreta, llevaron a la creación de un acciones de mayor repercusión que lleva-
pequeño grupo vinculado a las corrientes ron a cabo fue una protesta por la cuestión
más tradicionales de la organización. Entre de la recogida de basuras, encabezando la
estas mujeres que participaron en el pri- comisión que se dirigió al Ayuntamiento [29].
mer MDM de la región y que colaboraron
27.– En 1969 tuvo lugar en la catedral de Oviedo un en-
también en la redacción o el reparto de su
cierro de mujeres que reclamaban, entre otras cosas, el
boletín, destacaron, junto a la propia Mi- Estatuto de Preso Político para sus maridos y familiares y
randa, Nieves Álvarez Areces (esposa de la readmisión de los despedidos por HUNOSA a causa de
José Manuel Torre Arca), y Carmen Cuervo la huelga que había tenido lugar en los primeros días del
año. Respecto a la filiación política de la mayor parte de
(esposa de José Suárez, Planerías) en Gijón;
las protagonistas, en la Memoria elaborada por el Gobier-
Josefina García Páramo, La Nena, y dos mu- no Civil correspondiente a las actividades de ese año se
jeres que aparecen en el boletín como Julia aseguraba que se trataba de «mujeres en relación directa
y Pacita, en Mieres y Anita Sirgo, Celestina con la actividad comunista» que actuaban secundando la
campaña contra la represión que estaba alcanzando vi-
Marrón o Luisina Marrón, en Langreo. Los
rulencia en toda España. El encierro se desarrolló en dos
cometidos de este primer grupo del MDM fases, una que dio comienzo el 8 de enero y otra el día 13.
se centraron en el apoyo a los presos y al Brigada de Investigación Social de la Jefatura Superior de
movimiento obrero y, de forma especial, en Policía de Oviedo, «Memoria del Gobierno Civil», 1964-
1969, Fondo Gobierno Civil: caja 25004, Archivo Histórico
la lucha por la amnistía, tomando parte sus
de Asturias (AHA).
integrantes en los dos encierros que tuvie-
28.– Entrevista a Anita Sirgo, Lada, 2006, Archivo de Histo-
ron lugar en enero de 1969 en la catedral ria del Trabajo, Fundación 1º de Mayo.
29.– Entrevista a Amelia Miranda, Gijón, 1995, Archivo per-
sonal de Rubén Vega.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Asimismo, en 1969, el MDMA hizo un lla- Mundo Femenino buscaba llegar a un des-
mamiento a las mujeres gijonesas para que tinatario plural lo que, una vez más, remi-
convirtieran la celebración del Primero de tía al carácter de la lucha femenina como
Mayo en una jornada de protesta femenina, parte de un movimiento unitario y demo-
animándolas a concentrarse, con sus mari- crático. Su deuda con la visión tradicional
dos, padres o hermanos, en la céntrica calle estaba también presente en ese primer nú-
Corrida de la ciudad [30]. mero: «Los problemas del país nos atañen
En esta primera etapa las actividades lo mismo que al hombre, apoyémoslos y
del MDM coincidían con el planteamiento juntos démosles solución». En este senti-
tradicional de la militancia femenina impe- do, el MDM volvía la vista a la experiencia
rante en el PCE: partiendo de su papel de histórica de las mujeres en la República y
madres y esposas las mujeres llevaban sus la Guerra Civil y los referentes políticos,
reivindicaciones al ámbito público y ponían ideológicos y culturales que se ofrecían en
en marcha un repertorio de protesta en el sus páginas partían del modelo representa-
que lo político estaba directamente relacio- do por el Frente Popular y las Agrupaciones
nado con lo afectivo, con la ética del cuidado de Mujeres Antifascistas. Pero al mismo
y con la maternidad social [31]. El proyecto y tiempo el objetivo de incorporar mujeres
los objetivos de este primer MDM quedaron al Movimiento se asemejaba ahora al mo-
reflejados ya en la declaración de principios delo seguido por las recién creadas Comi-
del número uno de su boletín: «Las mujeres siones Obreras. El editorial de este primer
españolas, obreras, campesinas, estudian- número concretaba, además, un programa
tes, amas de casa, independientemente de con los «Fines por los que toda mujer debe
nuestra condición social o ideológica, tene- de luchar», en el que se incluían reivindica-
mos muchos problemas a los cuales debe- ciones laborales, culturales, económicas y
mos dar solución y no podemos esperar a políticas. Así, al tiempo que se daba cuenta
mañana, es hoy cuando debemos empezar, de las acciones de las mujeres contra la ca-
por nuestro porvenir, por el de nuestros restía de la vida o en protesta por las insufi-
hijos». Ya desde su momento fundacional, ciencias de los barrios, se insistía en que las
luchas de éstas debían comprender otras
30.– «A todas las mujeres de Gijón», 30 de mayo de 1969,
cuestiones como la reclamación de puestos
Boletín de Información del PCE, Tomo 28, n ª 1135, AHPCE.
La celebración del 1 de mayo en Gijón se saldó con un to- de trabajo en igualdad de condiciones y sin
tal de 16 detenidos, acusados de manifestación ilegal, de discriminación en la percepción del sala-
los que siete era mujeres, entre las que estaba la propia rio, la creación de escuelas de formación,
Amelia Miranda, muy activa en la Asociación de cabezas
«casas cuna» o guarderías, el derecho a la
de familia de El Llano (Gijón). «Expedientes de mujeres,
hijas y esposas de militantes del PCE, por intento de mani- atención médica en el embarazo y a permi-
festación ilegal el 1 mayo 1969 en Gijón», Gobierno Civil, sos remunerados antes y después del parto
Orden Público: caja 19516, AHA. o la existencia de colegios gratuitos hasta
31.– Temma Kaplan, «Luchar por la democracia: formas de los dieciséis años. Además, se manifestaba
organización de las mujeres entre los años cincuenta y
preocupación por sucesos internacionales
los años setenta», en Ana Aguado (ed.), Mujeres, regulación
de conflictos sociales y cultura de la paz, Valencia, Institut como la guerra de Vietnam o la interven-
Universitari d’Estudis de la Dona/PUV, 1999, pp. 89-107; ción soviética en Checoslovaquia, haciendo
Irene Abad Buil, «Movimiento Democrático de Mujeres. llamamientos a favor de la paz y contra el
Un vehículo para la búsqueda de una nueva ciudadanía
establecimiento de bases militares en Es-
femenina en la transición española», en Actes del Congrés
La Transició de la dictadura franquista a la democracia, Bar- paña. Junto a estos objetivos, se exponía el
celona, UAB, 2005, pp. 245-252. camino para lograrlos: «formar comisiones

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

de trabajo, de barrio, yendo a protestar a las lizados en las luchas de solidaridad con el
máximas autoridades de la provincia con movimiento obrero en las grandes huelgas
escritos, exponiendo nuestras razones» [32]. desde finales de los cincuenta, como la re-
Estas consignas se dirigían siempre al cogida de firmas y la formación de comisio-
conjunto de las mujeres, a las que se ins- nes para entrevistarse con las autoridades.
taba a actuar unidas, como quedaba refle- Así, cuando en 1968 en Langreo, en la ba-
jado en las páginas del segundo número rriada de Pando, las mujeres tomaron parte
del periódico: «Tengamos en cuenta que en las movilizaciones contra el Consorcio
nuestros intereses son comunes, nuestros de Aguas, la protesta, enmarcada en las ac-
problemas los mismos, sólo unidas podre- ciones contra el traslado de la metalurgia
mos poner fin a toda esa serie de injusti- del concejo a Gijón, fue examinada desde
cias que dañan nuestros intereses» [33]. En un punto de vista inhabitual en los medios
general, los temas de los que se hacía eco vinculados al PCE: el factor clave en la ex-
el periódico abarcaban desde la crítica a la plicación del boletín no era el coste eco-
falta de equipamientos sanitarios o la con- nómico o la situación particular del obrero
taminación a la carestía de los precios y la industrial, sino que la reivindicación se le-
escasez de escuelas dotadas adecuadamen- gitimaba como defensa contra un atentado
te. Así, en el número uno aparecía también a la salud de toda la comunidad. Se infor-
una referencia a la actuación de las muje- maba, desde esta perspectiva, de que había
res de La Rebollada (Mieres), que se habían barriadas, como Pando, donde no había lle-
movilizado para recoger firmas contra los gado el agua corriente y para remediar esta
problemas de abastecimiento de aguas de situación se hacía un llamamiento unitario
esta pequeña localidad y que se presenta- basado en el género [35]. Esta apelación a la
ron en el ayuntamiento con una comisión pluralidad generacional, de condición civil
elegida entre ellas. Mundo Femenino subra- e incluso de clase, acercaba el discurso de
yaba la valentía de las participantes, que no las mujeres democráticas a la práctica de
se habían dejado engañar por la palabrería los movimientos sociales que se estaban
técnica con la que trataban de abrumarlas gestando en la Asturias tardofranquista. Y
desde el consistorio. A este artículo seguían tanto esta pluralidad como el interclasismo
otros que denunciaban la falta de compro- entroncaban, asimismo, con los intereses
miso de los ayuntamientos de Gijón y Mie- de los pequeños y medianos comerciantes,
res (Santa Marina) con la recogida de basu- fomentando así un sentimiento de comu-
ras en los barrios populares, cuestiones que nidad local que los vinculaba a las luchas
serán parte fundamental del programa de obreras. También resulta de interés el tra-
las recién creadas asociaciones de cabezas tamiento dado a los nuevos modos de con-
de familia, embriones de las futuras asocia- sumo que se hallaban, según se deduce de
ciones de vecinos [34]. Pero las mujeres del algunas de sus páginas, al servicio de un
MDMA no sólo coincidirán con los movi- capitalismo feroz. Tomando la introduc-
mientos vecinales en las reivindicaciones, ción de electrodomésticos como ejemplo,
sino también en los modos de protesta, Mundo Femenino lanzaba algunas críticas
que habían sido los tradicionalmente uti- a la mistificación de las relaciones sociales
que estos cambios encubrían, asegurando
32.– Mundo Femenino, nº 1, enero de 1968. que eran «un telón que oculta la miseria
33.– Mundo Femenino, nº 2, marzo de 1968.
34.– Mundo Femenino, nº 1, enero de 1968. 35.– Mundo Femenino, nº 2, marzo de 1968

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

que arrastramos los que de verdad somos el periódico para la mujer que se publicó en
alma del progreso» [36]. En el último núme- Asturias no era, en sentido estricto, un pe-
ro de esta primera etapa, Mundo Femenino riódico feminista, ni un periódico dedica-
se mostró también abierto a abordar otros do a las trabajadoras, sino un instrumento
problemas específicamente femeninos, para movilizar a las mujeres en la lucha ge-
como los relacionados con la reproducción neral contra la dictadura.
y el control de la natalidad: Los resultados de este primer MDM no
fueron muy visibles, pero tanto la edición
«¿Cómo se puede ignorar la tragedia de esas fa- de un boletín propio como la penetración
milias archinumerosas en un hogar […] donde en las asociaciones de los barrios pueden
ni sitio para dormir tiene, donde el naci- considerarse ya un éxito. Además, la propia
miento de uno más equivale a estirar más existencia del Movimiento pone de mani-
un mismo plato? […] Y no olvidemos la fiesto un esfuerzo, por parte del PCE, por
intranquilidad y el desequilibrio de tantos reforzar su presencia entre las mujeres y
matrimonios ante la posible venida de un por operar un cambio de mentalidad res-
hijo más, una inquietud que acaba minando pecto a la militancia femenina. Significati-
las mismas relaciones matrimoniales. […] vo al respecto es el hecho de que la respon-
Consideramos pues el control de la nata- sable de este primer colectivo femenino de
lidad como una necesidad de hoy, una ne- la región, Amelia Miranda, fuera la primera
cesidad temporal, pero ineludible mientras mujer incorporada al Comité Provincial del
no logremos una sociedad donde un nom- Partido, en 1967. No obstante, también es
bre más no sea una carga sino una ayuda y cierto que iniciativas como ésta parecían
donde una colectividad trabajadora pueda responder a un intento de compensar la de-
proporcionarle todo para su relación como bilidad organizativa que el PCE asturiano
tal hombre: su trabajo, su formación inte- sufrió a partir de ese año [38]. En el fondo, el
gral humana y su integración en esta colec- núcleo del discurso de género continuaba
tividad con un futuro PARA TODOS» [37]. sin transformarse y el potencial subver-
sivo de las acciones de las mujeres seguía
Este artículo representa una excepción residiendo en aquéllas que se interpreta-
en esta etapa, al abordar una cuestión tan ban como expresión de sus «virtudes fe-
polémica como la de la conveniencia del meninas», es decir, las protagonizadas por
uso de la píldora anticonceptiva. Aun así, quienes, desde los conflictos huelguísticos
la manera en la que se concibe el control de principios de la década, venían desarro-
de la natalidad también es ilustrativa de la llando una labor de apoyo al movimiento
posición ideológica del MDM: lejos de ser obrero a través de su actuación en los fren-
un instrumento para lograr una sexualidad tes tradicionales de la militancia femenina.
femenina más libre, la píldora, con un cri- Sin embargo, desde finales de los sesen-
terio economicista, se contemplaba como ta se estaba produciendo en el conjunto de
un medio para evitar la «tragedia» de las fa- la resistencia antifranquista un relevo ge-
milias numerosas sin recursos. No se puede neracional que estaba favoreciendo la apa-
olvidar que, aunque en ocasiones llegara a rición de una nueva militancia femenina.
abordarse este tipo de cuestiones, el primer
38.– Dos de las protagonistas de las huelgas de 1962, Ana
Sirgo y Tina Pérez fueron también entonces incorporadas
36.– Mundo Femenino, nº 3, mayo de 1968 al Comité Central pero no pertenecían, sin embargo, al Co-
37.– Mundo Femenino, nº 4, septiembre de 1968. mité Provincial.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

Ésta estaba integrada por mujeres jóvenes, de bien joven por organizar y sobre todo
en la mayor parte de los casos universita- formar a las mujeres, tanto a las de su mis-
rias, que aportaban una cultura militan- ma cultura política como a las de otras or-
te distinta a la de las más veteranas y un ganizaciones o a las amas de casa. En 1968
punto de vista más abierto en relación a las presiones policiales derivadas de su in-
movimientos de liberación que no se ate- tensa actividad en la agitación universita-
nían estrictamente a las luchas fabriles y ria forzaron su traslado temporal a Madrid,
a la definición clásica del concepto de cla- donde continuó su militancia, pero ya fuera
se obrera. La incorporación de esta nueva de la Universidad [41]. Fue precisamente du-
generación de mujeres llevó a la definitiva rante su estancia en la capital cuando sur-
transformación del MDM, que pasó de ser gió la idea de relanzar en Asturias el MDM.
concebido como el frente femenino de lu- Todo comenzó con su participación en la
cha contra la dictadura a convertirse en una Comisión de la Mujer del Comité Federal
organización específicamente feminista [39]. del PCE, que tuvo lo que ella misma cali-
En Asturias, tras un breve lapsus de inac- ficaba como «un tránsito psicodélico» por-
tividad, en el año 1970 reaparecieron tanto que inicialmente estaba encabezada por un
el Movimiento como su boletín. En esta hombre. El hecho de que en su propio par-
nueva etapa, que se extendió hasta 1979, tido no se las considerara capaces de crear
ambos pasaron a ser dirigidos por Marisa una Comisión específica para defender sus
Castro (1946), joven cuadro comunista que derechos sin la presencia de un hombre en
había formado parte del grupo de estudian- la dirección hizo reflexionar a algunas de
tes del PCE en la Universidad de Oviedo. las participantes, llevándolas a la conclu-
Castro pertenecía a esa segunda genera- sión de que el único camino para cambiar
ción de militantes que no habían vivido la las cosas era trabajar unidas con el conjun-
Guerra Civil, pero que desde muy jóvenes to de las mujeres. Esas mismas compañe-
habían tenido claro su compromiso con el ras de Partido fueron las que la animaron
antifranquismo. En su temprana toma de a poner en marcha nuevamente el MDM en
conciencia tuvo un papel determinante su Asturias. Según la propia Marisa Castro, ni
madre, una mujer anarquista con una fuer- ella ni el resto de las comunistas querían
te conciencia de solidaridad de género, que tutelas dentro del Movimiento sino que as-
se convirtió en su primera gran escuela [40]. piraban a la mayor autonomía posible: «Yo
Su «pre-feminismo», como ella misma lo he sido muy beligerante en estas cuestio-
definía, la había llevado a preocuparse des- nes porque éramos muy pocas las mujeres
feministas y teníamos que hacernos oír
39.– Vicenta Verdugo Martí, «El Movimiento Democrático mucho y ser muy pesadas y estar todo el día
de Mujeres: el compromiso político por una ciudadanía un poco haciendo entender que existíamos
democrática», en Ana Aguado y Luz Sanfeliu (eds.), Cami- las mujeres, que queríamos cambiar las co-
nos de democracia. Ciudadanías y culturas democráticas en
sas, que queríamos cargarnos a Franco, a la
el siglo XX, Granada, Comares, 2014, p. 117 y p. 126.
40.– En este sentido su trayectoria resulta un tanto ex- 41.– La implicación de Marisa Castro en la lucha política,
cepcional en comparación con la de sus compañeras del tanto en la universidad como en otros ámbitos vinculados
mundo universitario, ya que lo habitual, no sólo entre las al PCE, se remonta al curso 1965-66, participando en los
mujeres sino también entre los hombres, era la discon- años siguientes en diferentes protestas e iniciativas. «Su-
tinuidad respecto a la cultura política de sus padres. En mario 143/69. Informando del titulado Comité Universi-
el caso de las mujeres, además, lo más frecuente era que tario del Partido Comunista», 26 de marzo de 1969, Go-
rechazaran la experiencia de sus madres, que representa- bierno Civil, Secretaría Particular, Correspondencia: caja
ba, por lo general, lo contrario a sus propias aspiraciones. 22.631, AHA.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

dictadura franquista, pero que queríamos «movimientos feministas» y se puso de ma-


saber si la democracia se iba a hacer con nifiesto la necesidad de llevar a cabo una
nosotras o sin nosotras» [42]. labor de «esclarecimiento» para mostrar no
El relevo generacional y el cambio de sólo la necesidad y efectividad de los movi-
perspectiva que estaba empezando a apre- mientos de mujeres en el presente sino sus
ciarse en las actividades del MDM nacional, posibilidades y proyección en el futuro [43].
y también en el de Asturias, quedó refleja- El informe que con motivo de la Reunión se
do ya en la II Reunión General del Movi- elaboró sobre Asturias era optimista pues,
miento que tuvo lugar en mayo de 1971 y aunque el nuevo MDM acababa de iniciar su
a la que asistió nuevamente la delegación trayectoria, se auguraban grandes perspec-
asturiana, además de las de Sevilla, Córdo- tivas «en vista del empuje de la delegación
ba, Cabra, Galicia, Alcoy, Madrid y Zarago- que acudió a la reunión y de su claridad de
za. Según se afirmaba en las conclusiones concepción en cuanto a la problemática de
de la misma: «se va superando la antigua la mujer» [44].
composición de familiares de los represa- Sin embargo, a la III Reunión General,
liados, generalmente personas mayores que tuvo lugar en octubre del mismo año
que tenían una visión muy limitada de los 1971, no asistió ninguna representante del
movimientos de masas femeninos». En la MDMA. En el contexto de dicho encuen-
Reunión se planteó también la necesidad tro, eso sí, la organización estatal hizo un
de profundizar en el análisis de la opresión llamamiento a las asturianas en el que las
femenina así como de defender las reivin- animaba a incorporarse a la lucha general:
dicaciones de las mujeres más allá de las «sumándose a las huelgas, participando en
tareas de solidaridad y se volvió a insistir manifestaciones y piquetes, recogiendo
en la táctica que el MDM debía seguir para ayuda para los parados, haciendo accio-
lograr sus objetivos: la combinación de la nes contra la represión». [45]Como se pone
actuación desde plataformas legales con de manifiesto en estas líneas, en la Astu-
acciones propias del Movimiento. Las aso- rias de principios de los setenta las luchas
ciaciones de amas de casa, los clubs y otros tradicionales relacionadas con el apoyo al
centros similares a los que acudían cotidia-
namente las mujeres permitían llegar a la 43.– «Segunda Reunión General del Movimiento de Mu-
masa femenina y movilizarla a través de la jeres Democráticas», mayo de 1971, Organizaciones de
lucha por los problemas de la carestía de la Mujeres, MDM, Informes: caja 117, carpeta 2, AHPCE.
vida, de las viviendas, de la educación, de 44.– Francisco Erice Sebares, «Mujeres comunistas. La mi-
litancia femenina en el comunismo asturiano, de los orí-
las escuelas y guarderías o de las infraes-
genes al final del Franquismo», en Francisco Erice Sebares
tructura en los barrios. Por ello, debían (Coord.), Los comunistas en Asturias (1920-1982), Gijón, Trea,
llevarse a cabo charlas, encuestas, consultas y 1996, p. 341. A la III Reunión General sí asistieron las dele-
recogidas de firmas que habrían de sumarse a gaciones de Andalucía, Canarias, Cataluña, Galicia, Guipúz-
coa, Logroño, Madrid, Mallorca, Levante, Santander, Vizcaya
la acción en la calle, con octavillas, mítines o
y Zaragoza, que acordaron constituir una coordinadora ge-
manifestaciones. El trabajo a través de acti- neral que facilitase los contactos e intercambios de expe-
vidades legales era lento, pero ofrecía gran- riencias. Partido Comunista de España, «Tercera Reunión
des posibilidades. Además, en esta segunda General del MDM», 17 de diciembre de 1971, Boletín de
Información, Tomo 35, n° 44, AHPCE.
reunión se analizaron por vez primera las
45.– «El Movimiento Democrático de Mujeres a las Muje-
causas del desprestigio de los llamados
res de Asturias», octubre de 1971, Organizaciones de Mu-
jeres, MDM, Propaganda, 1965-1975, Octavillas realizadas
42.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. por el MDM: caja 117, carpeta 2/6, AHPCE.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

Protesta de mujeres y corte de tráfico en la calle principal de Triana. Sevilla, 1977 (Foto: M.
Sanvicente - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).

movimiento obrero eran aún el principal partiera un buen número de reivindicacio-


referente para la movilización de las mu- nes con las luchas comunitarias de los ba-
jeres, algo que queda de manifiesto, de he- rrios obreros. Sin embargo, en esta segunda
cho, en un repaso a las octavillas realiza- etapa, las activistas de este movimiento
das por el MDM hasta 1975 [46]. No obstante, subrayaron con mucho más énfasis la co-
desde esta plataforma la nueva dirección nexión existente entre las mejoras concre-
empezó también a plantear a sus militan- tas de la situación en los barrios y la dis-
tes otro tipo de tareas, siguiendo el modelo criminación que sufrían las mujeres [48]. De
del movimiento sindical y aprovechando hecho, a medida que avanzaba la década de
las estructuras legales, a través de las cua- los setenta, las protestas del MDM asturia-
les se fueron intercalando reivindicaciones no fueron adquiriendo un tono más reivin-
políticas y feministas [47]. La penetración en dicativo y centrándose en la reclamación
el movimiento vecinal de las mujeres anti- de una ciudadanía democrática para las
franquistas se había visto favorecida por el mujeres. Así, por ejemplo, en septiembre de
hecho de que el programa del MDMA com- 1971 el Movimiento hizo un llamamiento a
la solidaridad con las vecinas de Pumarín,
46.– Numerosos ejemplos de ello en Organizaciones de
Mujeres, MDM, Propaganda, 1965-1975, Octavillas realiz- en Gijón, donde se habían construido unos
adas por el MDM: caja 117, carpeta 2/6, AHPCE. edificios que no cumplían con las mínimas
47.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. condiciones de habitabilidad. En protes-
Castro tuvo también una importante trayectoria en el mo- ta por esa situación las mujeres del barrio
vimiento vecinal, donde encontró ejemplos prácticos de
lo que durante años había nutrido las páginas de Mundo 48.– Como rezaban las páginas de Mundo Femenino en
Femenino. Entre 1975 y 1976 fue, por ejemplo, presidenta 1971: «La carestía de la vida, los bajos salarios, la falta de
de la Asociación de Vecinos de El Llano. Sobre el trabajo escuelas, de guarderías, etc. Todas unidas en la protesta,
de las mujeres del MDM en el movimiento vecinal asturi- en la acción pacífica, con otras capas sociales a nuestro
ano véase Claudia Cabrero, «Género, antifranquismo y ciu- lado, somos una fuerza impresionante y podemos contri-
dadanía. Mujeres y movimiento vecinal en la Asturias del buir mucho a conseguir una sociedad más justa, donde to-
desarrollismo y el tardofranquismo», Historia del Presente, dos tengamos igualdad de oportunidades reales», Mundo
15 (2010/2), pp. 9-26. Femenino, nº de enero de 1971.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

habían comenzado, ya en junio de 1970, a teamientos respecto a la lucha femenina, y


«ocupar» a turnos la obra, acompañadas de esta confluencia provocó, al igual que en el
sus hijos y con el beneplácito del resto del conjunto del Movimiento, choques y faltas
vecindario. La actitud de las gijonesas fue de entendimiento entre sus integrantes. En
vista como un ejemplo a seguir por parte Asturias, durante los primeros momentos,
de las mujeres de MDM que aprovecharon los mayores enfrentamientos se produje-
su protesta para animar al conjunto de las ron dentro del propio Partido Comunista.
mujeres asturianas a sumarse, como aqué- En estos años aún no podía hacerse en el
llas, a la lucha «por los derechos de la mujer comunismo regional una división entre
como ciudadana» [49]. mujeres feministas y no feministas sino
El objetivo en esta segunda etapa era más bien entre, de un lado, las militantes
crear entre las mujeres la conciencia de que de clase popular, escasa preparación aca-
era necesario ir más allá de la lucha contra démica y generalmente sin trabajo cualifi-
la dictadura para plantearse el futuro con un cado, que se identificaban plenamente con
diseño democrático en el que ellas partici- el Partido y, de otro, las jóvenes de clase
paran y en el que estuvieran contemplados media, con mejor formación y profesiones
sus derechos. Y para ello era imprescindible liberales, que eran más críticas con el PCE.
lograr una participación plural. Marisa Cas- Las primeras priorizaban la lucha antifran-
tro reconocía que inicialmente estuvo muy quista frente a cualquier lucha específica y
sola, pero pronto fue consiguiendo que se tenían la percepción de que en el MDM se
«aliaran» con ella otras camaradas como olvidaban los problemas cotidianos de la
Nieves Álvarez Areces, Carmen Mouren- mayoría de ellas para centrarse en asun-
za, María Jesús y Lola Menéndez del Llano, tos privados considerados menos urgentes
Carmen Bascarán o Marisa Escandón, todas e incluso frívolos. Las segundas entendían
ellas procedentes de las ciudades de Oviedo que aquéllas ofrecían una fidelidad incon-
y Gijón y vinculadas al mundo universita- dicional al Partido, mientras ellas expresa-
rio. Con el tiempo se fue estrechando tam- ban dudas legítimas [50]. La colaboración en-
bién la relación con el resto de organiza- tre unas y otras, como es lógico, no siempre
ciones de la nueva izquierda, especialmente fue sencilla. De hecho, los problemas se hi-
con las mujeres de la LCR y del MC, y con cieron evidentes ya al plantear cómo debía
católicas de la JOC y la HOAC. Respecto a enfocarse la lucha femenina. Aunque parti-
su implantación territorial, en esta etapa el ciparan en las reuniones del MDM, muchas
MDMA intervino principalmente en Gijón, de las mujeres obreras lo hacían siguiendo
la ciudad asturiana con una mayor diversi- las consignas del Partido Comunista, pero
ficación en cuanto a estructura económica no acababan de comulgar con el tipo de lu-
y con una composición de clase más com- cha que desde sus filas se planteaba. Una de
pleja y heterogénea de lo que era usual en estas mujeres, Honorina Álvarez Marrón,
las cuencas mineras. La actividad en torno dirigente de las Juventudes del Partido, lo
al MDM facilitó los contactos de mujeres de explicaba así: «Podía ir a alguna reunión
distinta procedencia y generación, con dife- pero no me gustaba. Yo siempre decía, las
rentes culturas militantes y distintos plan-
50.– Mónica Moreno Seco, «A la sombra de Pasionaria.
49.– Mujeres Democráticas de Gijón, «A todas las mu- Mujeres y militancia comunista (1960-1982), en XIII
jeres de Gijón», junio 1971, Organizaciones de Mujeres, Coloquio Internacional de la AEIHM. La Historia de las
MDM, Propaganda, 1965-1975, Octavillas realizadas por Mujeres: Perspectivas actuales, Barcelona, 19-21 de octubre
el MDM: caja 117, carpeta 2/6, AHPCE. de 2006, Edición CD-Rom, p. 12.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

mujeres… ¿por qué las mujeres sólo? […] preso», pero la división interna era mani-
Se estaban discriminando ellas, en el mo- fiesta [52].
mento en que tú te apartas, para mí te es- El cambio en el rumbo del Movimiento
tás discriminando tú misma [51]. También se vio reflejado también en la nueva línea
Eufrasia Albes, una de las veteranas de las editorial que adoptó su aparato de propa-
cuencas que en 1971 se había desplazado a ganda. Casi dos años después de que viera
vivir a Gijón, compartía esta visión sobre la la luz el último número de Mundo Feme-
falta de sentido del MDM, asegurando que nino, en agosto de 1970 reapareció el bo-
las Mujeres Democráticas y las comunistas letín, ahora con periodicidad bimensual y
eran básicamente las mismas y que la dife- con un cambio significativo en su subtítu-
rencia se limitaba al nombre. De hecho, ella lo: «Portavoz del Movimiento Democrático
misma recordaba cómo en una de las pri- de Mujeres». Si en la primera etapa la fal-
meras reuniones del MDM, que tuvo lugar ta de concreción respecto a las destinata-
en Langreo y que contó con la presencia, rias del periódico podía interpretarse como
por parte del Comité Provincial, de Hora- una forma deliberada de transmitir la idea
cio Fernández Inguanzo, Ángel León, Julio de que se trataba de un grupo reunido en
Gallardo y Amelia Miranda, la dirección del torno a cuestiones concretas y sólo indirec-
Partido les transmitió el mensaje de que tamente politizado, ahora se enfatizaba la
era mejor hablar de Mujeres Democráticas existencia de un proyecto político organi-
simplemente porque así no se «asustaba» a zado y de unas siglas propias. Otra llama-
la gente. Al margen de las distintas visiones da de atención sobre el cambio de rumbo
acerca del significado del MDM, las diferen- la proporciona la ilustración de la portada
cias entre las militantes que procedían de del boletín. En 1968 la viñeta representaba
las cuencas, como la propia Eufrasia Al- un perfil femenino mirando, esperanzada y
bes, Celestina Marrón, Anita Sirgo, Blanca anhelante, al horizonte. En 1970, dos bra-
Huarte o Carmen Cuervo, y las de Gijón se zos femeninos se alzaban al cielo, previsi-
pusieron de manifiesto también en cuestio- blemente para romper las cadenas que las
nes más concretas, como la organización sujetaban [53]. El nuevo Mundo Femenino te-
de las campañas en favor de los presos. El nía claramente definido el tipo de público al
problema estribaba en el hecho de que, se- que se dirigía: «Nuestro periódico pretende
gún las primeras, a ellas se les asignaban llegar a todas las mujeres de Asturias, nece-
los barrios más pobres, mientras el resto, y sitadas de una sana información, invitán-
especialmente Marisa Castro, hacía campa- dolas a que, a través de él, puedan plantear
ña entre los sectores más favorecidos, que sus problemas. Planteamientos que nos
a su vez eran los que más dinero aportaban. llevarán sin duda a buscar soluciones que
El enfrentamiento en torno a las formas nos acerquen a la conquista de una plena
de gestionar lo recaudado y de ponerlo en emancipación, que nos permita ya de for-
común terminó con Castro denunciando a ma progresiva, contribuir al progreso social
la dirección provincial que la habían acu- de nuestra época» [54]. El boletín compartía
sado de «ladrona» y Eufrasia Albes a punto con muchas de las publicaciones del PCE de
de ser expulsada del Partido. Finalmente, la
52.– Entrevista a Eufrasia Albes García, Gijón, 2012.
dirección decidió no hacerlo alegando que
53.– Carlos Gordon Rodríguez, Prensa política y sindical en
era «la mujer de un camarada que ha estado Asturias en el franquismo y la transición (1937-1982), Tesis
Doctoral inédita, Universidad de Oviedo, 2008.
51.– Entrevista a Honorina Álvarez Marrón, Gijón, 2005. 54.– Mundo Femenino, nº de agosto de 1970.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

esta época el escaso cultivo de la memoria que se reclamaba, por ejemplo, la instala-
histórica. En esta etapa prácticamente no ción de depuradoras o la gestión municipal
había referencias al período de la Guerra de los servicios públicos, en algunos casos
Civil ni se aludía al ejemplo de Pasionaria con los primeros atisbos de denuncia ecoló-
tan abundante entre los materiales de pro- gica. La lucha contra el «consumismo», uno
paganda femenina hasta entonces. De he- de los puntos clave del movimiento vecinal,
cho, la única figura que discretamente se tuvo en las militantes del MDMA algunas de
proponía como ejemplo, aunque nunca con sus aportaciones más originales. De hecho,
las dimensiones de Dolores Ibárruri, era la la visión de la cuestión que adoptó Mundo
afroamericana Angela Davis. Además, el Femenino llama la atención por su lucidez a
nuevo estilo militante del MDM quedaba de la hora de analizar la dimensión cultural y
manifiesto también en la voluntad de Mun- cualitativa del fenómeno. Igualmente ori-
do Femenino de llegar a un sector de las mu- ginal es la intuición de que la lucha contra
jeres de clase obrera que, paradójicamente, el capitalismo incluía la necesidad de po-
había estado poco representado hasta en- ner límites al consumo. Entre las integran-
tonces: la mujer trabajadora, la asalariada. tes del Movimiento había, por ejemplo, una
Castro era la encargada de escribir prác- abanderada del ecologismo, vinculada al
ticamente todo el boletín, que también es- asociacionismo cultural, que para reducir el
taba abierto a colaboraciones del exterior, consumo de plástico hacía bolsas de basura
y de la parte técnica se encargaba Marisa juntando las de la leche del día [56]. En este
Escandón. Para la reproducción de los bo- terreno es precisamente donde las mujeres
letines se utilizaban las máquinas del Par- del MDMA acabarán convergiendo con una
tido y una vez elaborados los distribuían suerte de protoecologismo que resulta ex-
a través de las organizaciones del mismo cepcional en el conjunto de la prensa anti-
pero también fuera de ellas, en fábricas franquista. Así, por ejemplo, cuando se pu-
con mano de obra femenina como IKE o blicó la noticia de que cuatro mil toneladas
CRADY, o en grandes almacenes como Bo- de residuos radioactivos yacían en el Golfo
tas: «Había estanterías de productos, era de Vizcaya y empezaron a llegar los ecos de
el primer gran almacén de Asturias [Botas] las críticas del Sindicato de Turismo fran-
y entonces íbamos colocando el periódico cés a los gobiernos de Francia y España,
en los estantes, por debajo de una prenda, Mundo Femenino coincidió con éstos en la
para cuando una mujer viniera a coger algo, amenaza que el hecho suponía tanto para
o una trabajadora. Siempre con estrategias el ecosistema de la zona como para los pes-
muy diversas: el puerta a puerta hemos he- cadores y habitantes de la costa. Con tris-
cho, el buzoneo…» [55]. teza el periódico constataba que en España
Desde las páginas del nuevo Mundo Fe- no se conocía protesta alguna comparable
menino se planteaba una amplia tabla rei- a la de los sindicatos vecinos a pesar de
vindicativa: así, junto a artículos de carácter que los capitalistas europeos utilizaban las
político general —sobre los conflictos labo- aguas españolas como basurero radiactivo. Se
rales, la carestía de la vida, la represión, las aseguraba que se jugaba con la ignorancia de
bases americanas o la guerra del Vietnam—
aparecían denuncias relacionadas con las 56.– Marisa Castro no recuerda el nombre completo de
esta mujer a la que conocían como Conchita y de la que
condiciones de vida en los barrios, en las
recuerda que era esposa de López Cuesta, sobrino a su vez
del que fuera rector de la Universidad de Oviedo. Entrevis-
55.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. ta a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

la gente «llamando a las cosas por distinto ños y, tampoco en este caso, había razón
nombre», pero lo realmente grave era que alguna por la que discriminación de género
los atropellos alcanzaban ya la gravedad y reivindicación comunitaria no pudieran
de atentar «a nuestra propia existencia y a convivir en la misma protesta, como ocu-
la de nuestros hijos», algo que, a nivel lo- rrió, por ejemplo, en el caso de la supresión
cal, concretamente en el caso de Mieres, se del Colegio de La Rebollada en 1970 [58]. Ló-
materializaba en la pasividad con la que el gicamente, al lado de este tipo de artículos,
Ayuntamiento trataba la avería de la depu- los más habituales seguían siendo aquéllos
radora de agua, provocando brotes de tifus que insistían en denunciar problemas espe-
y colitis [57]. Más allá de una crítica teórica, cíficamente femeninos como la explotación
la reivindicación ecologista tenía su base de la mujer por el hombre, la necesidad de
en las condiciones de vida de la población una educación igual como base para una
obrera en general y la degradación ambien- plena emancipación o la importancia de la
tal se atisbaba como un posible banderín incorporación al trabajo para favorecer la
de enganche para la protesta y la acción co- independencia económica y la realización
lectivas. Por supuesto otro de los ejes de la personal de las mujeres. Además, cum-
crítica de Mundo Femenino, coincidente con pliendo una de las funciones clásicas de la
las preocupaciones del movimiento veci- prensa clandestina, Mundo Femenino trató
nal, eran las consecuencias de la carestía de también de ejercer de orientador del gusto
la vida. Las luchas contra el acaparamiento de sus lectoras ofreciendo una alternativa a
y la subida de precios habían formado parte la difusión de productos culturales de ma-
de las tareas asignadas por la oposición a sas y poniendo de manifiesto la necesidad
la militancia femenina desde los años cua- de acabar con los estereotipos que abunda-
renta, algo que, con otra perspectiva y en ban en la prensa oficial sobre el papel tra-
un contexto bien distinto, se va a mantener dicional que las mujeres debían asumir en
en este período y hasta las postrimerías de la sociedad y la familia. Ya en el primer nú-
la dictadura. Con frecuencia el periódico se mero de esta nueva fase se dejaba claro que
hacía eco de opiniones —reales o no— de el propósito del periódico era oponerse a la
amas de casa de barrios obreros que tenían degradación cultural y al «embrutecimien-
muy claro qué tipo de actuaciones había to» de las revistas femeninas habituales y
que llevar a cabo contra las condiciones de combatir la imagen de la mujer que predo-
vida que el sistema económico y político les minaba en la radio, la televisión, «las his-
había impuesto. Así, por ejemplo, al repro- torietas de reinas y príncipes», las «novelas
ducir una conversación en la cola de la com- rosas» y la publicidad [59].
pra en Gijón, se aseguraba que la pregunta La estrategia del boletín era, por tanto,
que circulaba entre las mujeres era: «¿Por partir de lo considerado femenino para mo-
qué no vamos a visitar al Alcalde, para ma- vilizar a las mujeres, combinando las rei-
nifestar nuestra protesta por la carestía de vindicaciones políticas y sociales con otras
la vida, exigiendo un mejor control sobre el relacionadas con problemas específicos que
precio de los artículos, sobre el mal estado cada vez iban adoptando un tono más rei-
de las calles, etc.?» Además, la lucha por la vindicativo. Es importante destacar que los
mejora de las condiciones de vida incluía,
evidentemente, la escolarización de los ni- 58.– Mundo Femenino, nº de agosto de 1970.
59.– Mundo Femenino, nº 1 (segunda época) de agosto de
57.– Mundo Femenino, nº de septiembre de 1971. 1970.

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Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

contenidos y la línea editorial del periódico níamos a debatir cosas concretas. Con las
no pasaban ninguna supervisión. Al con- mujeres de mi partido y con las mujeres de
trario, eran las propias mujeres, y especial- los presos. […] Las reuniones eran leyendo
mente Marisa Castro, quienes lo decidían: los artículos, leyéndolos y no exigiéndoles
«No te digo que no haya tenido intentos de a ellas el plus de «léetelo tú sola en tu casa»
supervisión, claro que había intentos de su- sino, primero, poniéndoselo fácil, sociali-
pervisión, con nombres y apellidos, pero… zándolo, haciendo que fuera algo diverti-
He de decir que tuve que actuar con inteli- do, que se sintieran cómodas y que vieran
gencia además de con prudencia para que que eso era interesante para que luego ellas
no me quitaran del medio, porque mi obje- ya tuvieran la curiosidad de hacerlo por su
tivo era estar allí el mayor tiempo posible, cuenta y de tratar de superarse» [61].
porque un periódico era para nosotras un
instrumento de poder tremendo, ¿no? En- Una de las cuestiones más delicadas
tonces yo he de decir que he tenido suerte, sobre las que el MDM a través de las pági-
pero en esos momentos eran sólo intentos nas de Mundo Femenino comenzó a gene-
de supervisión». A pesar de que el femi- rar debate fue la de la maternidad. Así, por
nismo de la cabeza visible del Movimiento ejemplo, en el número correspondiente a
generaba recelos entre los miembros del noviembre-diciembre de 1972, el boletín
Comité Provincial, hubo también líderes publicó una de las declaraciones feministas
del Partido que mostraron una total con- más abiertas que se pueden encontrar en
fianza en la labor del MDM, y en concreto sus páginas. El texto partía de la constata-
en la suya propia, como Horacio Fernández ción de que, dentro de la unidad familiar, la
Inguanzo o Juan Muñiz Zapico, lo que hizo crianza recaía exclusivamente en la mujer
más fácil su trabajo. De hecho, como ella mientras el hombre no tenía prácticamente
misma afirmaba: «ese instrumento de po- ninguna obligación legal de compartir esta
der que es un periódico lo pusieron en ma- tarea, lo que llevaba a considerar a la ley
nos de una feminista» [60]. que sancionaba este comportamiento como
En efecto, especialmente en esta eta- una herramienta que apuntalaba la vincu-
pa, además de un medio de comunicación, lación de la mujer al hogar. Para realizarse
Mundo Femenino se reveló como una valio- en lo personal y vencer el aislamiento que
sa herramienta para la formación política y suponía la rutina cotidiana del hogar, la
la cohesión interna de sus participantes. En mujer necesitaba acceder al trabajo asala-
este sentido, resultan sumamente intere- riado, pero en España éste se consideraba un
santes las lecturas colectivas que en el Gi- freno para la productividad y por eso se uti-
jón de comienzos de los setenta promovía lizaba la maternidad para apresar a la ma-
Marisa Castro: dre en una estructura familiar tradicional y
conservadora: «los niños suponen para ella
«Yo les leía los periódicos a las mujeres de una carga, un freno, una traba más para su
mi partido. Yo me reunía con las mujeres y desalienación específica como trabajadora
algunas no sabían leer, otras eran práctica-
mente analfabetas funcionales y entonces
yo les leía los periódicos en alto y les ex- 61.– Ibidem. También mujeres como Anita Sirgo, para quie-
nes leer exigía un gran esfuerzo, valoraban estas lecturas
plicaba. Primero se los leía y luego nos po-
colectivas y las discusiones que entre ellas generaban.
Entrevista a Anita Sirgo, Lada, 2006, Archivo de Historia
60.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. del Trabajo, Fundación 1º de Mayo.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

y ser humano» [62]. A medida que avanzaba revelan divergencias que eran tanto de ca-
la década de los setenta no sólo la mater- rácter vertical, es decir, entre la dirección
nidad, sino cuestiones como los derechos y la base femenina, como horizontal, entre
sexuales y reproductivos de las mujeres o las mujeres decididamente feministas y las
incluso los malos tratos dentro del hogar, que no lo eran. Mientras para el PCE y para
empezaron a ocupar un lugar destacado las comunistas más veteranas la deriva fe-
tanto en las páginas de Mundo Femenino minista era una desviación de lo priorita-
como en los seminarios de trabajo que el rio, para una minoría, la dependencia de la
MDM había empezado a celebrar en Ovie- lucha antifranquista y la «manipulación»
do. En estas reuniones se analizaban las por parte del Partido de las acciones de las
estrategias del Movimiento, se diseñaban mujeres era la que lastraba sus objetivos [65].
sus acciones y se planteaban temas como Estos choques hicieron difícil el camino del
el aborto y el divorcio, ante la incomodi- Movimiento pero, en el caso asturiano, al
dad e incomprensión de las mujeres de las menos entre las propias mujeres, los deseos
comarcas mineras [63]. Pese a los esfuerzos de colaboración por ambas partes fueron
de las más jóvenes por dotar de contenido más fuertes que los conflictos:
político a estas reivindicaciones, aquéllas
seguían pensando que lo prioritario era la «Éramos pocas las mujeres que nos escapá-
resistencia política y la consecución de la bamos de la alienación machista, muy po-
democracia. Los debates relacionados con cas, pero también he de decir que [las mu-
la sexualidad provocaban rechazos y po- jeres de extracción obrera] fueron grandes
nían de manifiesto que causa social y causa colaboradoras del MDM, grandes militantes
sexual seguían entrando en contradicción y del MDM y que entendieron muy deprisa.
generando discrepancias en la cultura co- […] Entonces, de alguna manera yo siempre
munista [64]. me he sentido muy cerca de ellas, he apren-
Pese a los cambios que, desde comien- dido muchas cosas de ellas, muchas. Casi
zos de la década de los sesenta, se habían todo lo que sé lo he aprendido de ellas. Y
ido operando en la mentalidad y las acti- han sido generosas y han sabido defender
tudes de las y los comunistas asturianos, y respetar. Y yo puedo decir que me he sen-
pervivían vestigios de la vieja moralidad tido muy respetada por las mujeres de mi
militante que se hicieron ahora especial- cultura, que me siento muy respetada por
mente visibles. El nuevo giro que la pers- las mujeres de mi cultura. Y esa diferencia
pectiva feminista imprimió a los programas para mí es muy notable. Yo no puedo juz-
y objetivos del MDM provocó el rechazo gar igual a una mujer de los años 60 que
de un sector del Movimiento y del propio está en la represión, en la postguerra, en el
Partido y puso de manifiesto que cada vez duelo de tantos seres queridos que se que-
eran más insalvables las dificultades para daron en la cuneta, sobre todo en Asturias,
articular una organización unitaria de mu- yo no puedo juzgarla igual que la mujer que
jeres. Los testimonios de sus protagonistas ha tenido la oportunidad de ir a la univer-

62.– Mundo Femenino, nº de nov.-dic. de 1972.


65.– Francisco Arriero Ranz, «El Movimiento Democrático
63.– F. Erice Sebares «Mujeres comunistas», p. 339; Entre- de Mujeres: de la lucha antifranquista a la conciencia fe-
vista a María Dolores Menéndez del Llano, Oviedo, 2011, minista (1964-1975)», Actes del Congrés La Transcició de la
Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. dictadura franquista a la democracia, Barcelona, Universitat
64.– V. Verdugo Martí, «El Movimiento Democrático de Mu- Autònoma de Barcelona, 2005, p. 254. G. Pala, «Entre pa-
jeres», p. 128. ternalismo e igualitarismo», p. 142.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 95


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Encierro de mujeres del MDM como acto de protesta contra la prohibición gubernativa de
celebración de un acto informativo sobre planificación familiar. Sevilla, noviembre de 1976 (Foto:
José Julio Ruiz Benavides - AHCCOOA).

sidad, por tanto, de entrar en contacto con tas acabó primando el entendimiento, este
una realidad más plural» [66]. propósito se complicó con los compañeros
de militancia. Aunque desde principios de
A pesar de las diferencias, mujeres ma- los setenta el PCE había dado muestras de
yores y otras más jóvenes compartían refe- un interés creciente por los problemas de la
rencias provenientes de su cultura política mujer, la práctica del Partido distaba aún de
comunista y, para estas últimas, aquéllas responder a las expectativas planteadas por
eran ejemplos a los que no estaban dispues- sus dirigentes entre los que, como afirmaba
tas a renunciar. También los testimonios de Marisa Castro en relación al caso asturiano,
las más veteranas ponían de manifiesto que era muy difícil encontrar complicidad [68].
los enfrentamientos debían interpretarse Cierto es que hubo excepciones como las de
simplemente como un problema relacionado Horacio Fernández Inguanzo, Juan Muñiz
con la existencia de dos estilos militantes Zapico o Vicente Gutiérrez Solís, quienes
diferentes, ambos válidos y ambos respeta- habían llegado a la conclusión de que, pese
bles y, de hecho, no fueron pocas las oca- las dificultades que todo cambio de menta-
siones en las que sus experiencias se vieron lidad implicaba, la adopción del feminismo
igualmente enriquecidas con la formación era un paso necesario para el Partido [69].
política y cultural de las más jóvenes. [67] Sin embargo, en tanto que organiza-
Ahora bien, si entre las mujeres comunis- ción plural, el MDM tuvo que hacer frente
66.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. 68.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006.
67.– Entrevista a Anita Sirgo, Lada, 2006, Archivo de Histo- 69.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006;
ria del Trabajo, Fundación 1º de Mayo; Entrevista a Eufra- Testimonio de Vicente Gutiérrez Solís recogido en F. Ro-
sia Albes García, Gijón, 2012. meu Alfaro, p. 85.

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El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

en estos años, además, a dificultades que criminaciones que pesaban sobre ellas [71].
procedían de las discrepancias entre mili- Si desde el comienzo de los años setenta
tantes del PCE y otros grupos de la nueva habían surgido en el seno del Movimiento
izquierda, como el PTE, la ORT o el MCE, fuertes tensiones, el nuevo giro adopta-
que empezaban a involucrarse en la lu- do agravará la situación. En el mismo año
cha de las mujeres y a generar escisiones 1976 las mujeres del PTE abandonaron el
en el seno del Movimiento [70]. Como con- MDM para crear, junto con las militantes
secuencia de estas tensiones, la composi- de la ORT, la Asociación Democrática de
ción del MDM experimentó importantes la Mujer. Posteriormente surgirán también
transformaciones, que se concretaron en problemas entre las mujeres de estos par-
la redacción, en 1976, de un nuevo pro- tidos políticos, y las militantes de la ORT
grama como Movimiento Democrático de formarán la Unión para la Liberación de la
Mujeres/Movimiento de Liberación de la Mujer. Por su parte, las mujeres socialistas,
Mujer (MDM/MLM). Éste, a diferencia del que en un momento dado y de forma mino-
definido en las reuniones de 1970 y 1971, ritaria habían militado en el MDM, a me-
consideraba la incorporación de la mujer dida que se aproximaba el fin de la dicta-
al trabajo remunerado como una premisa dura decidieron dedicarse prioritariamente
básica para su liberación y se mostraba a trabajar en el seno de su partido. Obvia-
mucho más tajante en las reivindicaciones mente, también en el propio PCE surgieron
relativas a la vida familiar. Se demandaba fuertes discusiones ideológicas, aunque
el matrimonio civil, la legalización de los las grandes divergencias se manifestaron
anticonceptivos y del aborto, y la amnistía sobre todo en la práctica política. Como
para los actos considerados delictivos por consecuencia de estas discusiones, se pro-
una legislación que discriminaba a la mu- dujo el abandono por parte de un grupo de
jer. Pero, además, en este nuevo programa, militantes del Partido del MDM de Madrid.
había una diferencia fundamental respec- Poco tiempo después, la dirección nacional
to al anterior. Mientras en el primero, aún del PCE consideró que el MDM había tenido
a la altura de 1974, se reconocía que el su importancia durante la dictadura, pero
MDM no propugnaba una forma de lucha que no tenía razón de ser en los albores de
específica reservada a las mujeres, en 1976 la democracia. Muchas comunistas se mos-
se definía al MDM/MLM como un Movi- traron contrarias a esta decisión y opta-
miento Feminista, puesto que su objetivo ron por seguir trabajando en el MDM, que
era luchar contra la discriminación de la durante esta época jugó también un papel
mujer. Se entendía que la lucha feminista importante en el conjunto del Movimiento
exigía una respuesta de masas ya que sólo Feminista [72].
la asunción por parte de la gran mayoría
de mujeres de su situación de oprimidas 71.–«Movimiento Democrático de Mujeres», julio de 1974,
Organizaciones de Mujeres, Movimiento Democrático de
haría posible eliminar, de hecho, las dis-
Mujeres, Propaganda, 1968-1975, Octavillas realizada por
el MDM: caja 117, carpeta 2/6, AHPCE; Programa del Movi-
70.– A nivel estatal, en 1971 un grupo de mujeres cristia- miento Democrático de Mujeres/Movimiento de Liberaci-
nas abandonó el MDM por considerar que el planteamien- ón de la Mujer, Madrid, octubre de 1976. Folleto publicado
to de éste era excesivamente feminista y que se estaba por el MDM/MLM, Organizaciones de Mujeres, Movimien-
olvidando el objetivo prioritario de la lucha de clases. En to Democrático de Mujeres, Programas 1976: caja 117, car-
1973 hizo lo mismo un reducido grupo de mujeres comu- peta 2/1, AHPCE.
nistas. Véase para estas cuestiones M. Comabella, «Movi- 72.– Carmen Suárez Suárez, Feministas en la Transición
miento Democrático de Mujeres», pp. 254-256. asturiana (1975-1983). La Asociación Feminista de Asturias,

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 97


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

El MDM/MLM asturiano no permaneció públicamente, defendiendo su autonomía


ajeno a la transformación que se experi- e independencia respecto a los partidos
mentó en el conjunto del Movimiento a raíz políticos y con un programa inspirado en
de los primeros encuentros coordinados las Jornadas de la Dona de Barcelona. Las
con grupos feministas de todo el Estado. En reuniones que durante todo el año 1976 se
él se habían integrado algunas universita- sucedieron para organizar un movimiento
rias que se mostraban proclives a defender unitario pusieron de manifiesto que esta
un programa semejante al elaborado en las tarea iba a presentar serias dificultades. Las
jornadas de 1975 y una de las estrategias integrantes de grupos de la nueva izquier-
adoptadas fue plantear un programa femi- da y colectivos como el Feminista de Astu-
nista para aglutinarlas y potenciar la propia rias no querían sumarse a una asociación
organización. El sector más favorable a de- que propiciaran las mujeres del PCE y del
fender el programa feminista, el universi- MDM/MLM, porque tenían posiciones teó-
tario, tenía en 1976 treinta mujeres [73]. En ricas y prácticas diferentes [75]. Una vez más
noviembre de ese año, las páginas de Ver- las comunistas eran acusadas de querer he-
dad, Órgano del Comité Regional de Asturias gemonizar el Movimiento, críticas de las
del PCE, recogían la entrevista a una mili- que Marisa Castro se defendía asegurando
tante del MDM/MLM asturiano, a través de que su militancia y la de sus compañeras en
la cual se hacía público el programa del Movi- el feminismo había sido siempre libre e in-
miento que recogía «todas las reivindicaciones dependiente [76].
feministas» y que estaba basado en el marco de Finalmente, el programa del movimien-
la actuación para el Estado. La entrevistada to unitario se discutió y se divulgó, pero
abogaba, además, por la unión de la libera- para entonces las integrantes del MDM/
ción de las mujeres con la de los sectores MLM ya lo habían abandonado. Hubo quie-
obreros: «Nuestra lucha está unida a la de nes se sumaron individualmente pero no
la clase trabajadora, aunque nosotras intro- desde las instancias del PCE. AFA acabó
ducimos en esta lucha una serie de reivindi- aglutinando a las feministas independien-
caciones específicas que creemos ayudarán tes y a quienes militaban en los partidos de
a la liberación del pueblo en su conjunto. la nueva izquierda y contó con la presencia
[…] La solución al problema femenino es del Colectivo Feminista de Asturias [77]. El
obra fundamentalmente de las propias feminismo del MDM/MLM fue relegado,
mujeres, de un movimiento colectivo, de pero sus militantes siguieron colaborando
masas, y no de minorías muy avanzadas y cooperando desde las iniciativas que se
políticamente» [74]. Como ha señalado Car- habían propiciado ya desde los años sesen-
men Suárez, es muy probable que al hablar ta e intentando organizar un movimiento
de una asociación «minoritaria» esta mili- de masas. Para ello, siguieron planteando
tante se refiriera a la Asociación Feminista el programa de sus primeros años, centrado
de Asturias (AFA), que en este mismo mes en llegar a un colectivo plural de mujeres y
de noviembre de 1976 se había presentado unir la lucha por las libertades con la espe-
cíficamente femenina hasta que, en 1979, el
Oviedo, KRK, 2003, pp. 89-90.
73.– Carmen Suárez Suárez, El feminismo asturiano en la 75.– C. Suárez Suárez, El feminismo asturiano en la oposici-
oposición al Franquismo y en la Transición democrática. Vi- ón al Franquismo.
vencias, conciencia y acción política, Tesis Doctoral, Oviedo, 76.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006.
2012. 77.– C. Suárez Suárez, El feminismo asturiano en la oposici-
74.– Verdad, noviembre 1976. ón al Franquismo.

98 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102


El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

MDM asturiano desapareció, según su prin- se enfrentaban a la moralidad y respetabi-


cipal responsable, liquidado por el Partido: lidad estrechas que el régimen pretendía
imponer a colectivos como el femenino. La
«Yo creo que nos quitaron del medio. Yo práctica política dentro del MDM impulsó
creo que sí, que hubo dirigentes que se el activismo femenino de forma evidente
asustaron con la fuerza del Movimiento y y, además, la labor de sus integrantes po-
también con la energía que teníamos las di- tenció la lucha en los barrios. A través de
rigentes del Movimiento que es que éramos la acción colectiva femenina, problemas
torbellinos y trabajábamos denodadamente sociales de la vida cotidiana de las muje-
y éramos también las que denodadamente res de la clase trabajadora se enlazaron con
trabajábamos en la solidaridad de los pre- otras cuestiones políticas de carácter más
sos, porque además la mayoría éramos mu- general, como la falta de libertades y de
jeres de presos. Teníamos mucha presencia. derechos o la desigualdad entre las clases
Y claro, en el año 79 ya estábamos en etapa sociales. Y esta estrategia, tras la que sub-
democrática y ya había instituciones y ya yacía una forma de politizar lo cotidiano,
había habido elecciones generales y ya fue- dio al rol de ama de casa y de madre de fa-
ron las primeras municipales en ese año y milia una nueva dimensión. [79] Además, el
ya había que repartir...» [78]. hecho de formar parte de un movimiento
autónomo permitió a sus militantes poner
Un espacio plural de reflexión y en práctica una capacidad de actuación po-
confluencia lítica y social que tanto el régimen como,
en mayor o menor medida las organizacio-
El Movimiento Democrático de Mujeres nes de la izquierda tradicional, les habían
tuvo en Asturias una experiencia jalonada negado. Incluso el haber conseguido lanzar
de conflictos, tensiones y dificultades pero, un boletín dirigido y redactado por las inte-
en conjunto, su trayectoria puede conside- grantes del Movimiento constituye una ex-
rarse un logro. Reducir la polémica dentro periencia única que merece ser destacada.
del mismo a una oposición binaria mejor Por primera vez aparecía de forma expresa
o peor resuelta, impediría valorar su papel en una publicación un tratamiento directo
como lugar de confluencia entre mujeres y de la explotación femenina. Además, Mun-
como espacio generador de conciencia y ac- do Femenino proporcionó a las mujeres, y
ción colectivas. El MDM consiguió crear sus especialmente a un sector de la militancia
propias referencias y transmitir sus propios comunista apartado tradicionalmente de
valores sociales, culturales y políticos. Uno las tareas de dirección, un espacio de dis-
de sus mayores éxitos consistió, precisa- cusión, actividad y contacto donde esbozar
mente, en su capacidad para convertirse en un principio de cierta autonomía política.
foco de construcción de una nueva subjeti- Respecto al propio Partido Comunista, la
vidad femenina, a través de la negociación influencia de MDM se dejó sentir también
y la convivencia de tradiciones y orígenes en su interior en un doble sentido. En pri-
diferentes. El sentimiento de poder colec- mer lugar, el hecho de que en sus acciones
tivo animó a mujeres de ideologías diferen- participaran mujeres independientes for-
tes a involucrarse en protestas e iniciativas taleció al Partido, ya que algunas de ellas
que, desde la politización de lo cotidiano,
79.– Temma, Kaplan «Luchar por la democracia», pp. 89-
78.– Entrevista a Marisa Castro Fonseca, Madrid, 2006. 107.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 99


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

Manifestación feminista a finales de la década de 1970 (Foto: Archivo Histórico del PCE).

acabaron integrándose en sus filas a través las mujeres ya no sólo obedecía al deseo de
de esta vía. Pero, además, la trayectoria del integrar en sus filas a un mayor número de
MDM refleja la evolución del discurso del ellas sino también a la presión de algunas
PCE respecto a la organización política de militantes y a la creciente importancia del
las mujeres y la forma en la que las comu- feminismo. Ya en septiembre de 1970 el Co-
nistas lo asumieron, negociaron o cuestio- mité Central había hecho público un mani-
naron [80]. Las contradicciones introducidas fiesto en que se reconocía el intenso trabajo
en el discurso tradicional por la nueva mili- del MDM y en 1972, en el VIII Congreso del
tancia femenina y la apertura de vías para el Partido, se enunció la necesidad de dar un
debate interno sobre el feminismo hicieron giro de 180 grados sobre el problema de la
que la cuestión de la liberación de la mu- mujer. En el informe presentado al Comité
jer fuera incorporándose cada vez con más Central, Santiago Carrillo hacía autocrítica,
fuerza a los programas del PCE, que empezó al tiempo que destacaba la labor del MDM
a ser consciente la necesidad de adaptar su asegurando que, pese a no haber tenido el
discurso y su práctica política a los nuevos camino fácil, había logrado en pocos años
retos que iba introduciendo la propia movi- resultados alentadores [81]. Un año después,
lización de las mujeres. De hecho, el interés
81.– Nuestra Bandera, nº 65, 3er trimestre de 1970; «Hacia
creciente que desde principios de los seten- la libertad. Informe del CC presentado por Santiago Car-
ta mostró el Partido ante los problemas de rillo», Actas VIII Congreso del Partido Comunista de España,
1972, pp. 71-72. También Ignacio Gallego, en su interven-
80.– Nadia Varo Moral, «La larga sombra del Movimien- ción en el Congreso, insistió en la necesidad de facilitar la
to Democrático de Mujeres. El PSUC y la organización de incorporación de mujeres al Partido y alabó la actuación
mujeres durante el franquismo», Historia, Antropología y del MDM. Ignacio Gallego, «Problemas de organización
Fuentes Orales, 47-48 (2012), pp. 48-49. y modificaciones a los estatutos», Actas VIII Congreso del

100 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102


El Movimiento Democrático de Mujeres y las comunistas... Claudia Cabrero Blanco

en 1973, el Manifiesto-Programa volvía a objetivo superior. De hecho, en la II Con-


insistir en la necesidad de adoptar medidas ferencia Nacional del Partido, celebrada en
que liberaran a la mujer de su condición 1975, se llegó a afirmar que el PCE era el
doblemente explotada [82]. El debate con el Partido de la Liberación de la Mujer, una
feminismo, áspero en no pocas ocasiones, línea de pensamiento que se confirmó en
enriqueció y forzó la autocrítica del discur- la Conferencia sobre el problema femeni-
so del PCE, logrando que se replantearan no, celebrada también en 1976, y, ya en la
algunas posiciones tradicionales asumidas legalidad, en el IX Congreso que tuvo lu-
hasta entonces como la última palabra so- gar en 1978. [85] Además, tanto en los meses
bre la cuestión. De hecho, desde la perspec- que precedieron a la legalización del PCE
tiva de género, el lenguaje político del PCE como en los inmediatamente posteriores,
ofrece en los años setenta un panorama in- los problemas de la mujer y el papel del
teresante caracterizado por una renovación MDM/MLM fueron objeto de frecuente tra-
intensa de su vocabulario analítico. Así, tamiento por parte de la prensa comunista.
sobre todo en los materiales de agitación Ciertamente esta apertura tenía aún sus li-
y propaganda, empieza a detectarse cierta mitaciones. Sin ir más lejos, la intensa la-
tendencia a abandonar progresivamente la bor de captación llevada a cabo por el MDM
consigna, dirigida a las mujeres, de limitar- asturiano no obtuvo, por ejemplo, un reco-
se a subsumir sus reivindicaciones especí- nocimiento en forma de mayor poder y ac-
ficas en la lucha antifranquista general. [83] ceso de sus mujeres a los puestos dirigen-
El eco de estos cambios alcanzó también a tes del Partido. Sin embargo, no conviene
la organización y propaganda asturianas y tampoco subestimar los avances que expe-
el órgano del comunismo regional, Verdad, rimentó el comunismo en esta materia, ni
comenzó a insertar en sus páginas, desde los logros y los esfuerzos de las militantes
finales de la primera mitad de los setenta, para conseguir cambiar la percepción que
análisis teóricos de la condición social de la sus camaradas varones tenían tanto de su
mujer asturiana en un estilo que hasta en- actividad política y social como de su visión
tonces sólo había practicado, entre los co- de las mujeres en general.
munistas, Mundo Femenino [84]. Pese a las El MDM contribuyó, en definitiva, a ha-
cautelas y la desconfianza, los comunistas cer visible la labor femenina en la oposi-
empezaban a aceptar que las aportaciones ción al franquismo, impulsó la lucha en los
del feminismo debían ser incorporadas y barrios, favoreció la denuncia del machis-
no eternamente pospuestas en aras de un mo imperante en la izquierda y fue clave
en el desarrollo del feminismo en los años
Partido Comunista de España, 1972, pp. 295-296. finales de la dictadura. Su mayor potencial
82.– «Manifiesto-Programa del PCE», 1973, Documentos residió en su capacidad para convertirse,
del PCE: carpeta 54, AHPCE.
en tanto que movimiento autónomo y plu-
83.– Mónica Moreno Seco, «Mujer y culturas políticas en el
ral, en un espacio femenino de reflexión y
franquismo y el antifranquismo», en Ana Aguado y Teresa
M. Ortega, Mujeres y culturas políticas, Pasado y memoria. al mismo tiempo de confluencia. Es cierto
Revista de Historia Contemporánea, nº 7 (2008), p 176. que la coincidencia de mujeres obreras con
84.– Véase Claudia Cabrero Blanco, «El ejemplo de las militantes más jóvenes, con un perfil dife-
asturianas. Género, clase e identidad a través de la cultura rente y con una visión más clara de la sub-
política del PCE (1937-1975)», en Rubén Vega García
(coord.), El movimiento obrero en Asturias durante el Fran- 85.– Ignacio Gallego, El desarrollo del Partido Comunista,
quismo. 1937-1977, Oviedo, Fundación Muñiz Zapico/ KRK, París, Colección Ebro, 1976, pp. 191-193; M. Moreno Seco,
2013, pp. 138-143. «Mujer y culturas políticas», pp. 175-178.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102 101


Dossier: Las luchas por las libertades y la reconquista de la democracia en España

ordinación femenina, provocó a menudo el dad de género que en unos casos fortaleció
surgimiento de disputas y enfrentamientos un compromiso previo, en otros mostró el
entre ellas y que la difícil convivencia en- camino de la lucha política y en ocasiones
tre posiciones enfrentadas limitó conside- llevó a luchar por encontrar un lugar den-
rablemente las posibilidades de actuación tro del espacio político y por reivindicar el
del MDM durante los últimos años. Sin em- debate feminista en el ámbito público. De
bargo, esta misma coincidencia fue tam- hecho, el trabajo desarrollado por el MDM
bién la que favoreció la creación de lazos y su capacidad para divulgar entre las cla-
solidarios gracias a los cuales las experien- ses populares un feminismo moderado,
cias de unas mujeres se enriquecieron con dotaron al movimiento feminista de una
las de las otras. Fue así como los vínculos base social que le proporcionó visibilidad y
establecidos en movimientos informales capacidad de presión durante los primeros
como los motivados por la solidaridad y los años de la transición a la democracia. [86] El
consumos sirvieron a las mujeres más jó- camino que quedaba por recorrer era aún
venes para aplicarlos al MDM, mientras la largo, pero la labor que militantes de varias
presencia de activistas con mayor forma- generaciones llevaron a cabo en los años fi-
ción profesional o cultural, relacionadas nales de la dictadura desde el interior del
con el ámbito universitario, el mundo del Movimiento Democrático de Mujeres jugó
derecho o la reivindicación feminista, en- un importante papel en el cambio político y
riqueció la lucha de las más veteranas. El social iniciado en los años finales del fran-
trabajo en un espacio de actuación política quismo y fue determinante en el proceso
definido y dirigido por mujeres fomentó la de reelaboración de una nueva ciudadanía
aparición de una complicidad y solidari- democrática.

86.– Francisco Arriero Ranz, «El Movimiento Democrático


de Mujeres: del antifranquismo a la movilización vecinal y
feminista», Historia, Trabajo y Sociedad, 2 (2011), pp. 59-62.

102 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 73-102


Miscelánea

Edición y censura de libros de Marx y


Engels durante el franquismo
(1966-1976)*

Editing and censorship of Marx’s and Engels’s books under


Francoism (1966-1976)

Francisco Rojas Claros


Universidad de Alicante

Resumen:

En este trabajo se analiza la publicación de libros de Karl Marx y Friedrich Engels en


España durante el período 1966-1976, fundamentalmente a través de los fondos de cen-
sura bibliográfica del Ministerio de Información y Turismo de la dictadura de Franco

Palabras clave: Marx, Engels, franquismo, censura, marxismo.

Abstract:

This article analyzes the publishing process of Karl Marx’s and Friedrich Engels’s books in Spain
during the period 1966-1976, drawing from bibliographical censorship collections of the Ministe-
rio de Información y Turismo of the Franco’s dictatorship.

Keywords: Marx, Engels, Francoism, censorship, Marxism.

* Este trabajo es complementario al estudio del autor de estas páginas Dirigismo cultural y disidencia editorial en España
(1962-1973), Publicaciones de la Universidad de Alicante, 2013

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 103


Miscelánea

«Hay que celebrar que la empresa de editar res trataron de aprovechar [3]. Como afirma
los clásicos del marxismo continúe abrién- Pedro Ribas, tras la victoria de Franco en
dose tenazmente un resquicio, por estrecho la Guerra Civil y hasta los años sesenta, el
que sea, en la muralla, dos veces ya bautiza- marxismo había sido duramente perseguido
da, de la censura franquista. Menos saluda- y sólo se permitió publicar sobre él desde
bles son algunos rasgos de la manera como posiciones específicamente antimarxistas [4].
a menudo se hacen estas ediciones [1]» A partir de ahí, la situación evidenció un
Manuel Sacristán Luzón en 1967. cambio. Entre 1962 y 1976 —desde los pri-
meros años del «aperturismo» cultural hasta
Introducción y cuestiones preliminares los primeros gobiernos de la monarquía— se
consiguió editar en España un acervo biblio-
El panorama del libro de lucha ideológica, gráfico de textos marxistas, impensable en
académico y cultural experimentó una im- los años cuarenta y cincuenta. Ello permitió
portante evolución durante el segundo fran- una recuperación y renovación del marxis-
quismo. En palabras de Juan Pablo Fusi: «El mo en distintas áreas —no sólo con propó-
marxismo, la filosofía más detestada por el sitos militantes, sino también culturales y
franquismo, se convirtió por unos años [des- académicos—, donde la edición y reedición
de mediados de los sesenta] en la subcultura de textos de Marx y Engels —que había esta-
dominante de la oposición» [2]. En un contex- do en pleno auge hasta la implantación del
to de institucionalización y modernización franquismo— resultó fundamental [5]. No es
de la dictadura para adaptarse a los nuevos el propósito de estas páginas entrar en los
tiempos sin cambiar en lo esencial, en pleno aspectos doctrinales e ideológicos de sus
auge del «desarrollismo» tras el abandono de obras, sino exponer el enfrentamiento dia-
la política autárquica, y con las miras pues- léctico entre la disidencia editorial y el diri-
tas en la Comunidad Económica Europea gismo cultural del régimen [6].
(CEE) y otros organismos internacionales, el
arranque de un tímido proceso de «apertu- 3.– Sobre las cuestiones esenciales de la política de aper-
tura cultural, véase la figura 1 del anexo.
ra» cultural (más cosmético y aparente que
4.– Pedro Ribas, «El marxismo español desde el final de la
real) por parte del dirigismo cultural del ré-
Guerra Civil hasta hoy», Pensamiento español y latinoame-
gimen propició el surgimiento de un impor- ricano contemporáneo, Editorial Feijóo, 2002.
tante movimiento de disidencia editorial. El 5.– Para conocer el alcance y la difusión de las obras mar-
punto de inflexión lo marcó la promulgación xistas en España, desde sus inicios hasta el final de la
de la Ley de Prensa e Imprenta de 1966 [en Guerra Civil, son de especial importancia los trabajos de
Pedro Ribas, en especial La introducción del marxismo en
adelante, LPI], una nueva normativa que, al
España (1869-1939), Ediciones de la Torre, Madrid, 1981,
contrario de lo proclamado por la propagan- y Aproximación a la Historia del Marxismo Español (1869-
da oficial, impuso unos márgenes de actua- 1939), Edymion, Madrid, 1990. Para el período posterior,
ción muy estrechos y arbitrarios y unos ni- reviste especial interés ­—además del artículo de Pedro Ri-
vas anteriormente citado— Álvaro Ceballos Viro, «El mar-
veles muy altos de control y represión, pero
xismo del régimen (1940-1960)», Revista de Hispanismo
con fisuras importantes que muchos edito- Filosófico n. 12, CSIC, Madrid, 2007, pp. 45-64. Así mismo,
puede verse una síntesis de la sucesiva introducción del
1.– Manuel Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y tex- marxismo en España (desde sus inicios hasta los años se-
tos afines) [Edición de Salvador López Arnal con prólogo tenta del siglo XX), en la tercera parte de la obra colectiva
de Alfons Barceló y epílogo de Óscar Carpintero], Madrid, Gian Mario Bravo et al., El Marxismo en España, Madrid,
FIM/El Viejo Topo, 2004, p. 42. Fundación de Investigaciones Marxistas, 1984, pp. 131-
2.– Juan Pablo Fusi, Un siglo de España. La cultura, Madrid, 199.
Marcial Pons, pp. 129-130. 6.– Sobre el mundo editorial y el dirigismo cultural del

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

En realidad, y haciendo un inciso, el pri- Fue autorizado en agosto de 1960, en


mer libro de Marx y Engels aparecido en una tirada de 2500 ejemplares. Esta prime-
posguerra fue la antología Revolución en ra publicación fue una mera anécdota, aun-
España, presentado a censura en febrero de que todavía resulta sorprendente que viera
1960 por Ariel para su colección «Demos» de la luz en tiempos del integrista autoritario
ciencia política, y traducido por el filósofo Gabriel Arias Salgado, bajo una legislación
Manuel Sacristán Luzón bajo el pseudónimo totalmente anacrónica, en vigor desde los
de Manuel Entenza. Para el censor de turno terribles años de la Guerra Civil.
(que ni siquiera reparó en Engels) era una En el plano cultural y bibliográfico, el pe-
colección de artículos periodísticos «(…) en ríodo 1962-1976 puede dividirse en 5 etapas
los que Marx recoge el ambiente español fundamentales. La primera etapa comenzó
desde 1854 a 1873 resultando interesante con los años de «aperturismo» en los que
como aprecia las lacras del país sobre el que nació el fenómeno de la disidencia editorial,
escribe y los fenómenos económico sociales desde la llegada de Fraga Iribarne y su equi-
que detecta. Describe las luchas obreras en po al frente del Ministerio de Información y
tal época y nos retrata a los focos anarquis- Turismo [en adelante, MIT] en julio de 1962
tas de Barcelona y de Alcoy como los más hasta la puesta en marcha de la LPI a lo largo
importantes». Sólo hubo que eliminar un de 1967. La publicación de los primeros li-
párrafo de la página 77, al considerarse que bros de Marx y Engels tuvo lugar a finales de
atacaba al dogma eclesiástico, a la Iglesia y esta etapa, en fechas relativamente tardías.
a sus ministros: La segunda etapa correspondería a los años
1968 y 1969, en que se desató el boom edi-
«Fríamente cruel y cobardemente hipócrita, torial y el recrudecimiento represivo de la
[Isabel II] ha demostrado ser digna hija de acción ministerial de Fraga, con la declara-
Fernando VII, el rey tan aficionado a la cama ción del estado de excepción de 24 de enero
que pese a su beatería nunca pudo conven- de 1969 como punto de máxima inflexión.
cerse, ni siquiera con la ayuda de la inquisi- La tercera etapa abarcaría el período 1970-
ción, de que personajes tan exaltados como 1973 (en realidad, desde noviembre de 1969
Jesucristo y sus apóstoles pudieran decir hasta diciembre de 1973), con la hegemonía
verdad» [7]. incontestable de los tecnócratas del Opus
Dei (presentes en los sucesivos gobiernos
franquismo es importante destacar una serie de obras, desde 1957) bajo el mandato del almirante
tanto clásicas como actuales. Algunas de las principales Carrero Blanco, años difíciles donde pri-
serían: Manuel Luis Abellán, Censura y creación literaria en
mó un importante intento de regresión al
España (1939-1976), Barcelona, Península, 1980; Georgina
Cisquella, José Luis Erviti y José A. Sorolla, La represión cul- integrismo y autoritarismo de los años 50 —
tural en el franquismo. Diez años de censura de libros du- en línea con la última etapa de Fraga—. Las
rante la Ley de Prensa (1966-1976), Barcelona, Anagrama, ediciones de Marx y Engels fueron práctica-
2002; Eduardo Ruiz Bautista (coord.), Tiempo de censura:
mente prohibidas. A estas tres fases siguie-
la represión editorial durante el franquismo, Gijón, Edicio-
nes Trea, 2008; Fernando Larraz, Letricidio español. Cen- ron otras dos bien diferenciadas, correspon-
sura y novela durante el franquismo, Gijón, Trea, 2014; Ana dientes a los sucesivos gobiernos de Arias
Martínez Rus, La persecución del libro: hogueras, infiernos Navarro. La breve etapa enero-octubre de
y buenas lecturas (1936-1951), Gijón, Trea, 2014.; Jesús A.
1974 con Pío Cabanillas Gallas como Minis-
Martínez Martín, Historia de la edición en España (1939-
1975), Madrid, Marcial Pons, 2015. tro del MIT (antiguo miembro del equipo de
7.– «Informe del censor 15, José de Pablo Muñoz [falangis-
ta, jurista y maestro de escuela],» 27 de febrero de 1960, AGA, Sección Cultura, Expediente 855-60.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 105


Miscelánea

Fraga y verdadero artífice de la LPI), último (Madrid), Equipo Editorial (San Sebastián),
intento «aperturista» cultural del régimen. Halcón (Madrid), ZYX/ZERO (Madrid), Fun-
Y una última fase del franquismo muy re- damentos (Barcelona), Grijalbo (Barcelona),
gresiva y represiva entre octubre de 1974 y Lur (San Sebastián), Fontanella (Barcelona),
julio de 1976, marcada por dos hechos fun- Castellote Castellote (Madrid), Ediciones de
damentales: la muerte de Franco en noviem- Cultura Popular (Barcelona), Comunicación/
bre de 1975 y la coronación de Juan Carlos Alberto Corazón (Madrid), Helios (Madrid),
I, con el Decreto Ley sobre prevención del Oikos-Tau (Madrid), Siglo XXI de España Edi-
terrorismo de 1975 como eje represivo prin- tores (Madrid), Ediciones Ibéricas (Madrid),
cipal (en vigor desde agosto de 1975 hasta Akal (Madrid), Laia (Barcelona), Tusquets
febrero de 1976) [8]. Ahora bien, téngase en (Barcelona), Martínez Roca (Barcelona), Crí-
cuenta que el sistema de dirigismo y control tica (Barcelona), Júcar (Gijón), Anagrama
cultural se mantuvo plenamente operativo (Barcelona) [10].
hasta, como mínimo, 1979 [9] (en el ámbito
bibliográfico al menos), aunque incapaz de Los años del «aperturismo» cultural.
hacer frente a las actitudes de la disidencia Primeros libros de Marx y Engels
editorial.
En cuando a las editoriales implicadas en En esencia, el primer gran logro en la
la publicación de textos de ambos autores edición de vanguardia de la década de los
durante el período especificado —o en su in- sesenta lo constituyó la publicación de El
tento, ya que no todas las que lo intentaron Capital de Karl Marx por parte de la edito-
lo consiguieron— la lista sería larga, aun- rial EDAF, en edición completa de lujo. Se
que cabría citar las siguientes: Ariel (Bar- presentó a consulta voluntaria a fines de
celona), Edicions 62/Península (Barcelona), marzo de 1967, con un prólogo de Jesús
Ciencia Nueva (Madrid), EDAF (Argentina/ Prados Arrarte titulado «La opinión de los
Madrid), EDIMA (Barcelona), ORBE/Ricardo economistas del presente », que tuvo inme-
Aguilera y Ayuso [que junto con Artiach for- diatamente el visto bueno de la censura por
maban un mismo grupo] (Madrid), Aguilar considerarse «(…) fundamentalmente de
carácter técnico con primacía absoluta de
8.– Cuyo artículo cuarto convertía en delito de terrorismo
los aspectos económicos sobre los políticos
la publicación de obras consideradas de propaganda de
grupos «comunistas, anarquistas, separatistas y aquellos en la interpretación de la obra». La edición,
otros que preconicen o empleen la violencia como instru- de 7000 ejemplares de tirada, constaba de
mento de acción política o social». BOE núm. 205, de 27 de dos volúmenes, de 1129 y 1338 páginas res-
agosto de 1975, pp. 18117 a 18120.
pectivamente, con un precio total de 1000
9.– El Decreto-Ley de 1 de abril de 1977 sobre libertad de
pesetas. Y en el margen del informe censo-
expresión —conocido en la época como «Ley Antilibelo»—
suavizó en cierto grado los aspectos más represivos de rial fue escrito a bolígrafo «puede autorizar-
la LPI, pero prohibiendo expresamente —junto a la por- se la edición», denotando que la orden fue
nografía— cualquier crítica a la Monarquía, a la unidad dada, bien por el Director General o por el
de España y a las Fuerzas Armadas. BOE n 87 de 12 de
abril de 1977, páginas 7928 a 7929. En definitiva, «puso de
manifiesto los límites políticos con los que se iniciaba el 10.– La lista más completa hasta el momento puede
tránsito de la dictadura a la democracia» según Marc Ca- consultarse en Pedro Ribas, «Documentación. Selección
rrillo, «El marco jurídico-político de la libertad de prensa bibliográfica hispánica de Marx/Engels (1960-1983)»
en la transición a la democracia en España (1975-1978)», y «Fuentes documentales sobre marxismo en España»,
Revista Electrónica de Historia Constitucional, n 2, 2001, Anthropos. Boletín de Información y Documentación n 33-
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/266771.pdf 34. Extraordinario: Marx en España, 100 años después, Ma-
[consulta: 20 de febrero de 2017]. drid, 1984, pp. 36-51 y 52-53 respectivamente.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

propio Ministro. En resumidas cuentas, una más, la editorial se ofrecía a dialogar para
edición de lujo, con un precio de venta muy consensuar con la Administración cualquier
elevado y un prólogo introductorio donde modificación del texto. La censura aceptó el
se primaba el carácter de ciencia económi- recurso, al considerar que:
ca de la obra reduciéndolo a la categoría de
texto histórico, fueron factores que lo con- «[...] no tiene pues carácter de propagan-
figuraron como una edición, podría decirse, da de las ideas en la selección de pasajes
«a la medida » de la política de Fraga, de contenida, aunque no las critica tampoco,
gran trascendencia propagandística y evi- y más se pronuncia contra aquellos que, a
dente contenido simbólico, y además, lejos toda costa quieren cerrar los ojos y el paso a
del alcance de la mayoría, siendo aprobado este conocimiento. La presentación y notas,
finalmente en depósito en mayo de 1967 [11]. hechas con criterio liberal, son aceptables.
Este acontecimiento resultó también bene- Me parece válida la razón de que a Marx hay
ficioso para los editores de vanguardia. que conocerle y la forma como lo hace este
Como contrapartida, algunas editoriales libro es sustancia sana» [13].
consiguieron publicar, a lo largo de 1967,
textos de Marx y Engels a precios mucho Pero aun así el propio Carlos Robles Pi-
más económicos y, por ende, accesibles a quer dejó la decisión en manos del Ministro,
capas más amplias de la población. Así por que optó por la autorización [14]. Se publicó
ejemplo, Ediciones 62 logró publicar dos an- en marzo de 1967, con una tirada de 1500
tologías de Marx en catalán a cargo de Jordi ejemplares. La segunda antología de Marx
Solé Tura que venía intentando desde enero fue Sociología y filosofía social [15], también
de 1966. La primera, titulada Teoria econo- en catalán y presentada en la misma fecha
mica, aunque la censura dictaminó que no que la anterior, resultando igualmente de-
era obra proselitista, sino sólo apta para in- negada en primera instancia, si bien el cen-
telectuales (pese a ser una edición comenta- sor de turno había optado inicialmente por
da, para facilitar la comprensión de los tex- practicar tachaduras sin reparar en el factor
tos), fue denegada principalmente por estar idiomático: «Antología de textos de Marx
traducida al catalán [12]. La editorial recurrió, sobre sociología y filosofía social con las
presentando una serie de argumentaciones inevitables inclusiones de textos netamente
que, paradójicamente, surtieron efecto: era ideológicos o políticos. [...] Sería interesante
una obra de ciencia económica integrada autorizar esta obra antológica con notas
por textos históricos, sólo apta para espe- que ilustren y recuerden las contradicciones
cialistas pero a la vez importante para la y errores de Marx a la luz de la evolución
formación de los mismos, dotada de un pró- histórica posterior a la redacción de sus
logo que orientaba al potencial lector en ese textos [...]» [16]. La editorial interpuso recur-
sentido, en una colección muy minoritaria
y (aquí los editores le dieron la vuelta al 13.– «Informe del censor 21, Saturnino Álvarez de Turien-
principal argumento del MIT) en lengua ca- zo [fraile agustino, doctor en filosofía y teología, y catedrá-
tico de filosofía en la Pontificia de Salamanca]», 6/3/1966,
talana, idioma que dificultaba todavía más
AGA, Sección Cultura, Expediente 451-66.
su comprensión para el lector medio. Ade-
14.– Carlos Robles Piquer, «Nota para el EXCMO. Señor
11.– AGA, Sección Cultura, Expediente, 2485-67. Ministro», 14/3/1966. Ibídem.
12.– «Informe del censor 9, Manuel María Massa Toboso 15.– T.B. Bottomore y M. Rubel, Karl Marx: selected writings
[abogado y funcionario del sindicato vertical]», 31/1/1966, in sociology and social philosophy, London, Watts, 1956.
AGA, Sección Cultura, Expediente 451-66. 16.– «Informe del censor 34», 9/2/1966, AGA, Sección

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Miscelánea

so también esta vez con argumentos simi- autorizada. No autorizable» [17]. A pesar del
lares: se ofrecía a dialogar y colaborar con informe negativo, por decisión del Ministro
la Administración para poder publicar lo Fraga Iribarne se terminó considerando vá-
que en definitiva eran meros textos histó- lida la solución del prólogo y se acabó tole-
ricos pero fundamentales para la labor de rando la publicación, que fue presentada a
los especialistas, haciendo hincapié en que depósito en octubre de 1967, con una tirada
el idioma de la traducción le confería una de 1500 ejemplares.
difusión más restringida. Además, se ofre- Otra de las antologías pioneras sobre Karl
ció la inclusión de un prólogo que especi- Marx fue Formaciones económicas precapita-
ficara el carácter intelectual de la antolo- listas, de Ciencia Nueva. Su importancia era
gía. El informe censorial negativo sobre el doble como parte de los Grundrisse. Presen-
recurso muestra uno de los testimonios de tada a consulta voluntaria en septiembre
lo que constituía la esencia de la política de 1966, contó con la ventaja de la exis-
«aperturista » y las resistencias a la misma tencia de al menos dos textos similares ya
experimentadas por los propios censores, autorizados (aunque todavía no estuvieran
conocedores de la nueva realidad pero te- publicados), por lo cual las trabas ministe-
merosos a su vez frente a cualquier cambio riales para su autorización fueron mínimas:
o evolución: «Se contienen en esta obra, eliminación de cuatro párrafos del estudio
una serie de ensayos y trozos escogidos de introductorio desarrollado por Eric Hobs-
la obra de Marx. Naturalmente, sería inge- bawm y la inclusión de un prólogo a la edi-
nuo a estas alturas realizar una crítica de los ción española que incidiera en la naturaleza
trabajos de Marx. El que suscribe entiende exclusiva histórico-intelectual del libro, que
que la autorización o denegación de la pre- corrió a cargo de Juan Carlos Rey Martínez.
sente obra es un problema de oportunidad Finalmente se aprobó el depósito a mediados
política. Aunque es difícil que por la simple de julio de 1967, con una tirada de 3000 ejem-
lectura del pensamiento de Marx (por otro plares al precio de venta de 60 pesetas (con
lado, y aunque el recurrente diga lo contra- una segunda edición en diciembre de 1968).
rio, suficientemente expuesto, analizado, y Más importante si cabe resultó la
digámoslo también, desfasado) alguien se publicación de Las luchas de clases en Fran-
convierta al comunismo (cuerpo ideológico cia, también por Ciencia Nueva. Inicialmen-
muy distinto del marxismo químicamente te se pretendía incluir El 18 brumario de Luis
puro), por otro lado autorizar la presente Bonaparte en el mismo volumen, pero hubo
obra, nos llevaría mañana a autorizar todo que desistir. La obra se presentó a censura
el pensamiento marxista, o sus obras com- en enero de 1967, y la opinión de los cen-
pletas. Como Marx, dígase lo que se diga, no sores sobre la misma fue en principio casi
es en ciertos países todavía un «mero clá- unánime: era un texto clásico con una im-
sico del siglo XIX», en la autorización de portante carga de exaltación revoluciona-
este tipo de obras exegéticas, deviene, como ria, muy peligroso por tanto en el contexto
habíamos dicho, una cuestión de oportuni- de agitación estudiantil universitaria. Sobre
dad política, y no de mera censura. Con es- todo tratándose de una tirada de 3000 ejem-
tas salvedades el que suscribe entiende sin plares al precio de 150 pesetas. La editorial
embargo, que la presente obra no debe ser recurrió apelando directamente al «espíritu
de la LPI», y a que Marx y Engels estaban

Cultura, Expediente 452-66. 17.– «Informe del censor 32», 9/3/1966. Ibídem.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

ya aceptados y asumidos por la comunidad 1968, y los censores no pusieran reparos en


académica como autores clásicos del pensa- aceptarlo, tal como se expuso en el informe
miento universal. Con algunas discrepan- correspondiente:
cias entre censores, finalmente se obligó a
modificar el texto mediante la eliminación «[...] Este epistolario nos parece que cabe
de tres citas de Lenin del prólogo y de una considerarlo como una obra de estudio
frase del texto de la contraportada: «Las para estudiosos y especialistas del tema,
luchas de clases en Francia es la primera no pudiéndose a nuestro juicio considerar
tentativa de explicación de un fragmento como un panfleto subversivo. No se trata
de historia contemporánea con ayuda de la de una obra de hermenéutica marxista sino
concepción materialista, partiendo de los de los textos auténticos de los creadores
datos económicos que implica la situación del marxismo en este caso económico. El
(…)» [18]. La edición constó de 5000 ejempla- que nos parezca publicable, salvo mejor
res al precio de 60 pesetas, siendo aprobada juicio de la Superioridad, no indica que sea
en depósito en diciembre de 1967, casi un recomendable [...]» [19].
año más tarde de su presentación.
Se trataba de una edición de 2000 ejem-
Del «boom» editorial de 1968 al fin de la plares de tirada a 200 pesetas el ejemplar,
«era Fraga». El bienio regresivo demasiado reducida y costosa para obtener
gran difusión. Mayor importancia tuvo en el
El año 1968 fue de especial significa- plano editorial la publicación, por Ciencia
ción en cuanto a la recuperación de textos Nueva, de Anti-Dühring o la revolución de la
de Marx y Engels se refiere, más allá de una ciencia de Eugenio Dühring, de Friedrich En-
mera continuación de la dinámica de 1967. gels. Fue presentado a censura en noviem-
El problema se hallaba fundamentalmente bre de 1967. Tanto el censor Antonio María
en la falta de una política editorial conjunta Massa Toboso como Antonio Albizu Salegui
que resultase mínimamente coherente, pues (fraile franciscano, doctor en teología) estu-
muchos de los títulos estaban repetidos en vieron de acuerdo en permitir la publicación
el catálogo de distintas editoriales, aumen- de la obra, al considerarlo un mero texto
tando la competencia y llegando a poner en histórico, ejemplo además de las discrepan-
peligro la continuidad de las propias edito- cias doctrinales en el seno del marxismo [20].
riales, por la competencia y por la falta de Si bien una vez presentadas las galeradas
prudencia. En general, no hubo complicadas hubo que realizar una supresión de última
negociaciones de cara a la publicación de hora, en relación a una nota de la editorial
los textos. Las editoriales existentes siguie- sobre el traductor original de la obra,
ron en términos generales con su habitual
prudencia, y las nuevas decidieron publicar «La traducción es correcta y científica y
«a las bravas», forzando directamente la acredita la labor del profesor Verdes Mon-
LPI. El año comenzó con el lanzamiento de tenegro, que fue catedrático del Instituto
dos títulos de cierta importancia. La antolo- de Alicante, y más tarde del de San Isidro
gía Cartas sobre el capital y el Anti-Düring, de Madrid, así como miembro del Partido
de Engels. El primero fue presentado por la
19.– «Informe del censor 9, Manuel María Massa Toboso»,
editorial barcelonesa EDIMA en febrero de 21/2/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 1538-68.
20.– Informes de los censores de 30/11/1967 y 07/12/967
18.– AGA, Sección Cultura, Expediente 468-67. respectivamente, AGA, Sección Cultura, Expediente 8934-67.

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Miscelánea

Socialista Obrero Español y autor de diver- ejemplares a 50 pesetas, dándose por acep-
sas obras de filosofía y política, entre ellas tado sin reparos: «[...] Al no sentar ningu-
Apuntes de psicología científica, Boceto de na teoría política y limitarse a criticar estos
ética científica, Deberes éticos y cívicos, De estamentos políticos centrados en Francia,
mi campo, Propaganda socialista y Contra la estimamos que no encierran ninguna peli-
guerra» [21]. grosidad, ni inciden en ninguna disposición
legal. Se confirma la autorización concedi-
El depósito se efectuó en abril de 1968, si da a esta obra [...]» [22]. El 18 brumario de Luis
bien, de una tirada inicialmente propuesta Bonaparte fue editado además por Ediciones
de 2000 ejemplares, se editaron 8000, a 100 Halcón, en diciembre de 1968, y aunque la
pesetas el ejemplar, siendo uno de los mayo- censura estimó aceptar el depósito, una vez
res éxitos de ventas de la editorial. El interés comprobado que ya había sido autorizado
(sobre todo histórico) de la obra en la épo- previamente se determinó resolver el expe-
ca de su publicación era doble: por un lado, diente bajo silencio administrativo [23].
se trataba era un texto fundamental para el En los meses de junio y julio de 1968,
estudio y la comprensión del marxismo en Ciencia Nueva presentó a censura Miseria de
toda su extensión, y por otro, el proceder de la Filosofía y Sobre arte y literatura, respecti-
una edición traducida y publicada en Espa- vamente. El primero constituía la respuesta
ña por José Verdes Montenegro y Montoro de Marx a la Filosofía de la miseria, de Prou-
en una época donde la terminología marxis- dhon. De los dos censores que examinaron
ta todavía no había sido aplicada al vocabu- el libro, tanto Pedro Borjes (fraile francisca-
lario de la economía política en castellano. no, americanista e historiador de la Iglesia
Así lo hicieron ver los editores en la nota y profesor de la Complutense) como Ma-
preliminar citada, al comentar la labor re- nuel María Massa Toboso coincidieron en
querida para su puesta al día, sustituyendo, su argumentación: se trataba de una obra
por ejemplo, el término «mercaderías» por técnica, donde primaban los aspectos eco-
«mercancías», «renta fundiaria» por «renta nómicos. Pero para ser autorizada había que
de la tierra», «repartición» por «distribu- eliminar un par de apartados en los que se
ción», o «supervalía» por «plusvalía». abogaba por el derecho a la huelga. Al final,
Pero la gran proliferación de ediciones se optó por solicitar el texto traducido, que
de estos textos comenzó a partir de mayo nunca llegó a entregarse [24]. Fue la editorial
de 1968. Durante ese mismo mes vieron la Aguilar la que, bajo el mismo criterio cen-
luz dos títulos. En primer lugar, la antología sorial, logró publicar la obra en 1969, tra-
Manuscritos de economía y filosofía, de Karl ducida y prologada por Dalmacio Negro Pa-
Marx, con traducción, introducción y notas vón. Aguilar había publicado Filosofía de la
de Francisco Rubio Llorente, publicado por miseria antes de la guerra: treinta años más
Alianza; en segundo lugar, El 18 brumario de tarde lograba así complementar su catálogo.
Luis Bonaparte, que había sido denegado a En cuanto a la antología Sobre arte y litera-
Ciencia Nueva algunos meses antes. Presen-
tado a depósito directo por Ariel, fue el pri- 22.– «Informe de censura [firma no identificada], 20/5/1968,
AGA, Sección Cultura, Expediente 4749-68.
mer texto de Marx publicado en la colección
23.– «Informe del censor Onofre Gómez Nisa [abogado]»,
«Ariel Quincenal» en una edición de 5000
02/12/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 10487-68.
24.– Informes de los citados censores, de 12/6/1967 y
21.– MIT, Orientación Bibliográfica. Contestación a la gale- 24/6/1967 respectivamente, AGA, Sección Cultura, Expe-
rada 150-68, AGA, Ibídem. diente 4964-67.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

Panorámica temporal de las principales editoriales que publicaron textos de Marx y Engels en
España (Elaboración del autor).

tura, no hubo reparos en autorizarlo. No por «[...] A pesar de que sería útil esta obra para
su temática, que los censores identificaron conocer el pensamiento de los autores acer-
más próxima a la política que al arte y la li- ca de la religión (sin necesidad de recurrir a
teratura propiamente dichos, sino por estar las obras completas), el prólogo original de
integrada por textos previamente autoriza- los editores, la editorial española y la tirada
dos por el MIT (algo que la propia editorial de la misma [5000] obra dan a entender que
había indicado en nota manuscrita), y sin se trata más bien de una propaganda contra
una ilación apreciable [25]. La obra se entregó la religión. Por eso, creemos que no puede
a depósito finalmente en febrero de 1969, publicarse» [26].
con un prólogo de Valeriano Bozal.
A partir de agosto, la recién funda- En cuanto a Temas militares, se descono-
da Equipo Editorial de San Sebastián probó cen los pormenores ocurridos con la censu-
suerte con dos obras antológicas. Sobre la ra, porque su expediente no se ha conserva-
religión y Temas militares. La primera, Sobre do, pero los registros sugieren que la obra
la religión, propuesta en agosto, resultó de- se entregó a depósito directo, circulando
negada sin contemplaciones. El expediente probablemente bajo silencio administrati-
de censura es elocuente al respecto: vo, dado que no hubo denuncia inmediata
(pero sí problemas posteriores, durante el
25.– «Informes de los censores 41 y Antonio Iglesias Lagu-
na [crítico literario, historiador de la literatura, novelista y
poeta]» de 15/7/1968 y 31/7/1968 respectivamente, AGA, 26.– «Informe del censor 20», 02/9/1968, AGA, Sección
Sección Cultura, Expediente 6122-68. Cultura, Expediente 7083-68.

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estado de excepción de 1969). vadas a cabo por tres editoriales diferentes.


Fue en octubre cuando Aguilar presen- La primera fue la edición de Equipo Editorial
tó La guerra civil en Francia, de Marx, otra de San Sebastián, en un volumen que incluía
de las grandes aplicaciones de su método además Trabajo asalariado y capital, y que
analítico a la historiografía, prácticamente empezó a poner a los censores en situación
complementaria de El 18 Brumario de Luis de alerta, dada la rápida proliferación de las
Bonaparte. Curiosamente, el MIT no ofre- obras de estos autores, como se puede apre-
ció ningún tipo de pega a su publicación, ciar en el respectivo expediente:
que tuvo lugar finalmente en diciembre de
ese mismo año. De hecho, ORBE de Ricardo «[...] En régimen de depósito, y atendiendo
Aguilera la propuso igualmente en enero de al carácter económico de los textos (no se
1969, sin encontrar resistencias por parte de trata de textos filosóficos o de carácter pre-
la censura. dominantemente político) podría autorizar-
En septiembre de 1968, Ciencia Nueva se por tratarse de obras que se pueden con-
propuso Salario, precio y ganancia, que re- siderar clásicas. De todas maneras se indica
sultó denegado. Y no precisamente por el a la superioridad la «invasión» de textos de
texto en sí, sino en base a otros argumentos, este tipo, por si estima oportuno impartir
ya conocidos: determinadas sugerencias» [29]

«[...] Aunque otros textos económicos de Motivo por el cual se determinó el silen-
Marx se han autorizado, parece a quien sus- cio administrativo. En diciembre de 1968
cribe que la elevada difusión del texto (5000 se presentó a depósito directo la edición de
ejemplares) y su mínimo coste (30 pesetas) ORBE/Ricardo Aguilera, 5000 ejemplares a
no hace aconsejable semejante difusión 30 pesetas el ejemplar, y en enero de 1969,
masiva de textos marxistas que llegan al la edición de Ediciones Halcón, con la misma
gran público y no sólo a los estudiosos de tirada a la mitad de precio, 15 pesetas. Am-
Marx, salvo mejor criterio» [27]. bas recibieron el silencio administrativo por
toda respuesta del Ministerio.
La misma obra le fue denegada a Edicio- Algo similar ocurrió con la edición de los
nes 62 en su versión catalana, Salari, preu i textos Del socialismo utópico al socialismo
profit, presentada a consulta en septiembre científico y Ludwig Feuerbach y el fin de la fi-
del mismo año. También se prohibió publi- losofía clásica alemana, presentados a depó-
carla a ZYX, «[…] por el carácter popular de sito directo en un único volumen por Equipo
la edición [5000 ejemplares a 20 pesetas] y Editorial en noviembre de 1968. Pese a las
ser en realidad el meollo de la doctrina co- discrepancias iniciales entre los censores
munista sobre la remuneración del trabajo que la examinaron, hubo que tolerarla bajo
[…]» [28]. Sin embargo, otras editoriales sí fue- silencio administrativo [30]. Y mientras que el
ron capaces de editar esa obra, utilizando la mismo texto de Del socialismo utópico al so-
estrategia más agresiva del depósito direc- cialismo científico fue denegado en consulta
to. Hubo hasta tres ediciones de la obra, lle- voluntaria a Ediciones de Cultura Popular en
diciembre de 1968, ORBE/Ricardo Aguilera
27.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
14/10/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 8066-68.
28.– «Informe del censor Francisco Fernández Jardón 29.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
[abogado municipal]», 2/12/1968, AGA, Sección Cultura, 5/11/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 9390-68.
Expediente 10374-68. 30.– AGA, Sección Cultura, Expediente 9392-68.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

pudo publicar Ludwig Feuerbach y el fin de la zar un Marx completo, en obras completas
filosofía clásica alemana en enero de 1969, (con las debidas reservas) y otra muy dis-
por medio del depósito directo y bajo silen- tinta la proliferación de textos marxistas,
cio administrativo. A PRECIOS CADA VEZ MÁS POPULARES
Por otra parte, de la obra ya citada Tra- (hasta que llegue el carácter gratuito). Los
bajo asalariado y capital, aparte de la edi- precios decrecientes en progresión geomé-
ción de Equipo Editorial hubo otras en las trica, a juicio de quien suscribe, y salvo me-
que conviene detenerse, sobre todo las de jor criterio, revelan intención de difusión.
ORBE/Ricardo Aguilera y Ediciones Halcón. Salvo mejor criterio de la Superioridad, no
En la de ORBE/Ricardo Aguilera, presentada es aceptable el depósito [...]» [31].
a depósito en diciembre de 1968, el propio
editor Ricardo Aguilera López indicó en el Finalmente se optó por la fórmula habi-
formulario de depósito «Este título ha sido tual del silencio administrativo, tanto para
publicado por otra firma editorial española». Ricardo Aguilera como para Ediciones Hal-
El pequeño formato de la obra (11x18), su cón, cuya edición todavía resultó más bara-
elevada tirada (5000 ejemplares), pero sobre ta, al precio de 15 pesetas el ejemplar.
todo, su bajo precio (30 pesetas), puso a los Otro de los textos de gran repercusión
censores nuevamente en alerta, demostran- fue El Capital, desarrollo de la producción ca-
do una vez más que la política de supuesta pitalista en su versión resumida por Gabriel
«apertura», no era más que una operación Deville. Se presentó a depósito por Equipo
de propaganda política, contraria a la po- Editorial y, de forma casi simultánea, por
pularización de determinados textos. El Ediciones Halcón, ambas en diciembre de
informe elaborado al respecto es elocuente 1968. Los censores consideraron que, si bien
por sí mismo (las mayúsculas proceden del la obra original ya había sido autorizada en
original): edición de lujo, una edición sintética de
bolsillo y a bajo precio era accesible al gran
«[...] Esta obra, junto con otra de Marx, fue público y, por lo tanto, violaba la Ley de Re-
autorizada en régimen de depósito al pre- presión de la masonería y el comunismo de
cio de SETENTA pesetas, La otra obra de 1940, con lo que ambas ediciones fueron se-
Marx, a que se refiere el apartado anterior cuestradas de forma sistemática.
titulada Salario, precio y ganancia fue de-
negada por el lector que suscribe en base «[...] Tal resumen se hace con la clara y evi-
a su precio ULTRAPOPULAR de VEINTE dente intención de poner al alcance de las
pesetas. Trabajo asalariado y capital se pre- mentalidades poco cultivadas aquellos as-
senta ahora a depósito con nueva rebaja del pectos de la doctrina de Marx que exaltan
precio: a TREINTA PESETAS y CINCO MIL la explotación del proletariado por el capi-
EJEMPLARES, con una edición francamente talismo y la forzosa acumulación del capital
muy decente. Siguiendo este camino, cual- con el consiguiente aumento de la proleta-
quier otro equipo editor, puede presentar rización y el ineludible triunfo de la propie-
esta obra a depósito, por ejemplo, a DOCE dad comunista producida por la conciencia
pesetas (precio muy normal en la editorial de clase adquirida por los proletarios. Si la
ZYX). La intencionalidad de las editoras es obra completa de Marx, hoy, como obra ya
manifiesta (inserción de notas a la Adminis-
tración, señalando que ya se ha autorizado 31.– «Censor Antonio María Massa Toboso,» 16/12/1968,
la obra a otra editorial). Una cosa es autori- AGA, Sección Cultura, Expediente 11036-68.

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histórica, puede considerarse de inexcusa- autor no sacaba consecuencias de tipo ma-


ble conocimiento para todo investigador o terialista sobre la actualidad ni hacía ningu-
curioso [...] su condensación resumida im- na referencia a ella [35]. Y por lo que respecta a
plica claramente intención de difusión o Los bakuninistas en acción. Memoria sobre el
propaganda de las tesis marxistas [...]» [32]. levantamiento en España en el verano de 1873,
fue presentada en noviembre de 1968 por
El propio Carlos Robles Piquer se lo co- Ciencia Nueva, en su colección «Cuadernos
municó al Fiscal del Tribunal Supremo, Ciencia Nueva». Se trataba de un fragmento
haciéndole saber que «[...] Aunque hemos de la obra Revolución en España (Ariel, 1960).
autorizado, en alguna ocasión, la edición Fue examinada por dos censores, con opi-
de obras de Marx en su contexto completo, niones dispares. Francisco Fernández Jar-
me ha parecido que debemos cerrar el paso dón consideró que se trataba de una obra sin
a ediciones resumidas y de clara intención valor histórico ni político alguno, catalogán-
divulgadora [...]» [33]. El TOP, si bien hizo in- dola como una curiosidad que ejemplificaba
coación de ambas causas, finalmente las so- los enfrentamientos entre facciones marxis-
breseyó en marzo de 1969, declarando el al- tas ya en sus primeros tiempos. En cambio,
zamiento de los secuestros y declarando de el segundo censor, le otorgó un gran valor
oficio las costas del proceso [34]. historiográfico, peligroso por los juicios de
Hubo otros títulos interesantes, tales valor emitidos por Engels, especialmente
como Crítica del programa de Gotha, El ori- sobre el uso colectivo de la huelga contra el
gen de la familia, la propiedad privada y el es- Estado en suma, y por consiguiente abogó
tado, y Los bakuninistas en acción. Memoria por no autorizarla [36]. Al final fue autorizada
sobre el levantamiento en España en el verano sin problemas, siendo entregada a depósito
de 1873. En la primera, presentada en con- en diciembre de ese mismo año. Una tirada
sulta voluntaria por ORBE/Ricardo Aguilera de 5000 ejemplares a 30 pesetas cada uno.
en septiembre de 1968, hubo que efectuarse Realmente curioso fue el valiente inten-
algunas modificaciones en el texto para ser to por parte de ORBE/Ricardo Aguilera de
autorizado, siendo entregado a depósito en publicar El manifiesto comunista, bajo el tí-
diciembre del mismo año. En enero de 1969 tulo Un fantasma recorre Europa. Cuando se
se imprimió una segunda edición que, pese a presentó en diciembre de 1968, el censor de
su económico precio (30 pesetas) y su eleva- turno lo consideró prácticamente una to-
da tirada (5000 ejemplares), se dio por váli- madura de pelo: «[…] Manifiesto del Partido
do el depósito al haberse respetado las mo- Comunista, con el nombre cambiado. La edi-
dificaciones propuestas por el Ministerio. En torial revela un rotundo sentido del cinismo,
cuanto a El origen de la familia, la propiedad con independencia de lo burdo de la estra-
privada y el estado, de Engels, entregada a tegia. Desaconsejable» [37]. El editor no se dio
depósito directo en septiembre de 1968 por por vencido y solicitó una nueva lectura, ar-
Equipo Editorial, se consideró autorizable ticulando una argumentación al respecto: se
porque, a juicio del censor que la examinó, el
35.– «Informe del censor 30», 26/9/1968, AGA, Sección
32.– «Informe del censor Francisco Fernández Jardón», Cultura, Expediente 39-68.
6/12/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 10650-68 36.– Informes del censor Francisco Fernández Jardón,
33.– Carta de Carlos Robles Piquer al Fiscal General del 29/11/1968, y del censor número 29, 30/11/1968, AGA,
Fiscal Supremo, 09-XII-1969, AGA, Ibídem. Sección Cultura, 10335-68.
34.– «Sentencia del Tribunal de Orden Público», Sumario 37.– «Informe del censor Antonio María Massa Toboso»,
950/68, 11/3/1969, AGA, Ibídem. 9/3/1968, AGA, Sección Cultura, Expediente 10700-68

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

trataba de un documento histórico, con edi- Sin embargo, declarado el estado de ex-
ciones por todo el mundo, útil tan sólo en el cepción de 24 de enero de 1969 (es decir, al
entorno académico, nada peligroso «frente a día siguiente), la Orden Ministerial de 25 de
la solidez evidente de los principios políticos enero de 1969 establecía específicamente la
vigentes en España», y cuya edición —como suspensión de cinco títulos de Marx y En-
medida de comprensión y tolerancia de la gels ya citados, en todas sus ediciones: Del
política ministerial— aumentaría la riqueza socialismo utópico al socialismo científico, Sa-
editorial española y su prestigio internacio- lario, precio y ganancia, Trabajo asalariado y
nal [38]. Pero la censura determinó que no era capital, Temas militares y El 18 brumario de
posible tolerar su publicación, por ser «un Luis Bonaparte (la versión de El Capital resu-
programa político y el punto de arranque mida por Gabriel Deville no entró en la lista,
de la acción comunista», y además una obra porque ya estaba secuestrada). Además, el
expresamente incursa entre las prohibidas Ministerio de Información y Turismo elabo-
por la ley: se consideraba un documento ró un informe a modo de pliego de cargos
con plena vigencia, y en ningún caso pieza explicando las razones que impulsaban al
de archivo ni curiosidad histórica [39]. Todavía régimen al secuestro de tales obras.
habría que esperar varios años hasta ver esta
obra publicada. «[…] Del socialismo utópico al socialismo
El extenso informe ministerial titulado científico: Síntesis de las bases del marxismo
«Aplicación de la Ley de Prensa e Impren- que han servido de modelo y pauta para la
ta. Informe sobre la producción editorial formulación, organización y desarrollo de la
española», de 23 de enero de 1969, ponía teoría del Partido Comunista.
de relieve algunas cuestiones interesantes Salario, precio y ganancia, y Trabajo asala-
sobre la censura de textos marxistas: riado y capital: Los textos de Marx son tanto
más peligrosos cuanto más breves sean. Así
«[…] Se ha procurado distinguir entre ocurre con Salario... y con Trabajo.... Se trata
la literatura marxista de propaganda de súmulas del pensamiento marxista en las
proselitista y subversiva (que se ha frenado que, sin embargo, está presente toda la retó-
fuertemente) y la que corresponde a zonas rica de la lucha de clases.
más informativas y expositivas, de cuyo Temas militares: Recopilación de artículos
conocimiento no puede privarse a los de Engels estudiando el aspecto militar de la
españoles sistemáticamente y a perpetuidad. revolución de 1848, de la Guerra de Crimea,
El prestigio de lo tan drásticamente vetado de las Campañas de Garibaldi... Pero queda
sería tremendo. No hay razón alguna para clara la antipatía del autor por el ejército y,
que ciertos textos de Marx no puedan ser con cualquier pretexto, se exalta la insu-
editados en España. La ceguera no parece rrección social y se elogia el comunismo.
el mejor procedimiento para combatir el El 18 Brumario de Luis Bonaparte: En esta
marxismo» [40]. breve obra, Carlos Marx agrupa todos sus tó-
picos contra las estructuras sociales, contra
los partidos y fuerzas del orden y contra la
38.– «Carta de Ricardo Aguilera al MIT», Madrid, 2/1/1969.
Iglesia. Exaltación y lucha de clases […]» [41].
Ibídem.
39.– «Informe del censor Miguel Piernavieja del Pozo [fa-
langista, historiador del deporte, antiguo espía en Londres
y divisionario azul]», 9/1/1968. Ibídem. 41.– «Títulos retirados de la circulación», enero de 1969,
40.– AGA, Sección Cultura, Gabinete de Enlace, Caja 587. AGA, Sección Cultura, Caja 21/19209.

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Los libros fueron examinados por el fiscal La difícil etapa bajo el control de
del Tribunal Supremo Hernández Gil para Carrero Blanco
determinar qué obras podían ser encausa-
das judicialmente y prohibirlas de forma de- La obra Carlos Marx en testimonios pro-
finitiva. El fiscal estableció una clasificación pios y documentos gráficos, de Werner Blu-
según su contenido supuestamente delicti- menberg, no era una obra de Marx propia-
vo. Los libros de Marx y Engels entraban en mente dicha, sino un ensayo biográfico,
los considerados «no delictivos», la tercera apoyado sólidamente en algunos de sus
categoría. Respecto a las obras de Marx, el escritos. Fue presentada por Edicusa a con-
informe afirmaba: sulta voluntaria en noviembre de 1969. La
censura la consideró «un estudio científico
«[...] Sus contenidos son sumamente cono- sólido y objetivo sobre Marx», que además
cidos y contienen las ideas sobre economía «rompe el mito de Marx, haciéndole des-
y filosofía marxistas, pero son difíciles de cender a la categoría de un hombre, aunque
considerar delictivas en España por su sola extraordinario» [43]. No obstante, hubo que
publicación. Los propios servicios del Mi- modificar el texto en algunos puntos, sobre
nisterio de Información y Turismo aducen todo referentes a las citas bibliográficas:
que alguna de estas obras fue autorizada
al precio de 60 pts. y lo que desaconseja su «[...] En lo que respecta a la bibliografía
autorización ahora es el precio popular de presentada, hay que hacer notar que
20 pesetas que puede darles mayor difusión. muchas de las obras están publicadas
Esto es cierto, pero no podemos basar en en editoriales españolas, pero dudo que
ello una acusación formal [...]». todas estén aprobadas y otras muchas en
editoriales extranjeras muy sospechosas
En cuanto a las específicas de Engels, el y algunas ciertamente reprobables [como
informe también era claro al respecto: «[...] Ruedo Ibérico] que hacen suponer que no
Aunque sus doctrinas no se acomodan a las podrían autorizarse» [44].
estructuras de nuestro sistema político, se
trata de doctrinas en cierto modo clásicas, No sólo estaba prohibido publicar obras
prácticamente imposibles de incluir en pre- prohibidas: también estaba prohibido ci-
ceptos penales [...]» [42]. tarlas, y también citar obras de editoriales
Durante este bienio regresivo, la obse- prohibidas. La obra fue publicada final-
sión del dirigismo cultural fue establecer un mente en mayo de 1970.
rígido control sobre la disidencia editorial, No hubo problema, sin embargo, en la
con medidas que transgredían la propia LPI. publicación de Para una crítica de la econo-
Pero lo más llamativo lo constituyó el cierre mía política, de Marx, prologada por Mau-
administrativo de varias editoriales: Equipo rice Dobb y con un apéndice documental
Editorial, ORBE/Ricardo Aguilera (que tras interesante. Presentada a consulta por Co-
duras gestiones pudo reabrir), Halcón, EDI- municación/Alberto Corazón, en febrero de
MA y Ciencia Nueva. Con la amenaza adicio- 1970, la censura la consideró el preceden-
nal de que el cierre se extendiese a Edicusa, a te más directo de El Capital, orientada a la
ZYX (refundada como ZERO) y a Nova Terra.
43.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui»,
42.– «Nota sobre treinta libros elevados a consulta por 18/9/1969, AGA, Sección Cultura, Expediente 11092-69.
el Ministerio de Información y Turismo», 24 de marzo de 44.– Informe del censor anterior sobre las galeradas,
1969, AGA, Sección Cultura, Expediente 3017-68. 23/4/1970. Ibídem.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

economía, con valor meramente histórico y lector no formado sólo puede ser portador
carente de propaganda [45]. Se entregó a de- de una mentalidad materialista y anticris-
pósito en septiembre de 1970 bajo el título tiana, sobre todo por el contexto ideológico
definitivo de Contribución a la crítica de la que implica su mismo autor [...]» [46].
economía política.
También se autorizó la edición catalana Como también fue denegada la edición
de La ideologia alemanya, de Marx y Engels, de Cartas a Kugelman por Ayuso, aun estan-
propuesta desde septiembre de 1968 por do autorizada la versión de Ediciones 62.
Edicions 62 y publicada en abril de 1970, si Los motivos, la inclusión de un prólogo de
bien la versión en castellano fue más pro- Lenin que constituía un verdadero «panfle-
blemática. La presentó Grijalbo en enero de to revolucionario» y, sobre todo, que fuera
1969, pero fue denegada en primera instan- edición de difusión popular, de 5000 ejem-
cia por culpa del estado de excepción. Fi- plares a 60 pesetas [47].
nalmente pudo ver la luz en abril de 1970. A partir de ese momento, las obras de
No pudo publicarse, sin embargo, un li- Marx y Engels fueron denegadas de forma
bro integrado por dos trabajos de Engels, casi sistemática, siguiendo criterios especí-
El papel del trabajo en la transformación del ficamente políticos y circunstanciales. Así
mono en hombre e Introducción a la dialécti- por ejemplo, la obra Historia del pensamien-
ca de la naturaleza, presentado por Ayuso en to económico clásico, propuesta por Ayuso
abril de 1970. El libro fue considerado poco para ser publicada en dos volúmenes a un
más que una mera curiosidad histórica, precio de 600 pesetas, resultó denegada por
donde las contradicciones con la Iglesia y dichos motivos:
el cristianismo —evidentes— podían «sub-
sanarse» mediante unas cuantas tachadu- «[...] Libro técnico para un público de
ras. Sin embargo, el haberse propuesto en la misma índole. Desde este punto de
edición barata (unas 40 pesetas), y cuantio- vista y dado su carácter científico sería
sa tirada (5000 ejemplares), motivó su de- autorizable. Sin embargo, el peso específico
negación: del autor y su significación política, hace
que HOY, su posible autorización quede
«[...] En ambos trabajos los asertos histó- sometida al CRITERIO POLÍTICO, a la
ricos y científicos de Engels están hoy am- DECISIÓN MERAMENTE POLÍTICA de la
pliamente desbordados, resultando algu- Superioridad» [48].
nos de ellos irrisorios. Esto da un carácter
acentuadamente histórico a estos docu- En octubre de 1970, Ayuso sufrió la de-
mentos. [...] Encuentro muy razonable que negación de El Origen de la familia, la pro-
esta obrita se publique en una edición mi- piedad privada y el Estado, de Engels [49]. La
noritaria para especialistas, particularmen- editorial Fundamentos, por el contrario,
te en Obras Completas o algo semejante, presentó su propia edición directamente a
por su interés para conocer el pensamiento
46.– «Informe del censor 15», 4/4/1970, AGA, Sección Cul-
de este artífice parcial del marxismo. Pero
tura, Expediente 3479-70.
no veo justificación para su publicación en
47.– «Informe censorial», 9/10/1970, AGA, Sección Cultura,
edición mayoritaria y barata, pues para el Expediente 9975-70.
48.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
45.– «Informe del censor Francisco Fernández Jardón», 30/7/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 7270-70.
2/2/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 223-70. 49.– AGA, Sección Cultura, Expediente 10717-70. 26-X-1970.

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depósito, resultando una verdadera provo- cia del secuestro, poniéndose de manifiesto
cación para el MIT: que existía una edición previa circulando li-
bremente por las librerías, de la antigua edi-
«[...] Se atacan principios fundamentales torial Equipo Editorial de San Sebastián [52],
relativos a instituciones como la familia, el algo que no dejaba en buena posición al MIT
Estado y la propiedad privada, lo que desde ante la opinión pública. Sobre todo cuando
un punto de vista jurídico hace viable la el caso resultó sobreseído, para disgusto de
impugnación del contenido de la publicación. la Administración [53].
Es una aportación más a la infiltración No se permitió la publicación de El pro-
sistemática de la ideología marxista a través blema campesino en Francia y Alemania, de
de la vertiente de autores reconocidos, lo que Engels, propuesto por Ayuso en octubre de
obliga a la adopción de medidas enérgicas 1971, dado que, aunque estuviese conside-
por parte de la Administración para combatir rado como un texto ajeno a la problemática
tal escalada [...]» [50]. del régimen franquista de los años 70, era
preciso «[…] cortar la INUNDACIÓN (así,
Los censores elaboraron un informe so- con mayúsculas) de literatura marxista que
bre la trayectoria de la obra en cuestión. llena al país, o intenta al menos llenarlo» [54].
Desde su primera publicación en 1968 por Como también se denegó Las revoluciones
Equipo Editorial, hasta la edición de Funda- en Alemania, del mismo autor, que había
mentos, pasando por la propuesta denegada propuesto Ayuso en marzo de 1972.
de Ayuso. Se ponía así de manifiesto, por una Si bien como ejemplos más claros de de-
parte, la identificación de Ayuso como edi- negación sistemática por criterios políticos
torial potencialmente subversiva (y no de cabe citar dos propuestas de la editorial Si-
Fundamentos), y por otra parte, se reiteraba glo XXI. En primer lugar la edición de El ca-
la necesidad de poner freno a la difusión de pital, capítulo IV, libro I. Se trataba de un ca-
obras de temática marxista: pítulo de El capital no incluido en su versión
definitiva que se había mantenido inédito
«[...] Es de destacar la clara tendencia hasta 1933. La editorial propuso el texto en
ideológica de la editorial Ayuso que en su julio de 1971, y aunque la censura reconoció
producción editorial muestra últimamen- su carácter específicamente económico, los
te una dedicación casi exclusiva a obras de criterios circunstanciales de naturaleza po-
contenido y matiz marxistas [...] A fin de lítica establecieron su denegación: «[...] En
evitar esta escalada en la producción edito- los actuales momentos, parece lógico que,
rial de obras marxistas, parece aconsejable con independencia del carácter netamen-
impedir la difusión de la obra presente, pese te económico de la publicación, debe des-
a que en su favor pueda alegarse su carácter aconsejarse por la repercusión política que
clásico o técnico. Jurídicamente existe base
52.– «Confirmado por la autoridad judicial el secuestro de
para ello [...]» [51]. un libro», en Ya, 9/1/1971.
53.– «Te adjunto nota de sobreseimiento de una obra del
Con lo que la obra fue secuestrada y de- padre del socialismo doctrinario Federico Engels. Un so-
nunciada al TOP. En la prensa se dio noti- breseimiento más que añadir a los casi treinta que han
seguido la misma suerte». Nota para el Sr. Ministro de
50.– «Informe del censor 14», 15/12/1970, AGA, Sección Enrique Thomas de Carranza, Director General de Cultura
Cultura, Expediente 12687-70. Popular y Espectáculos, 3/3/1971. Ibídem.
51.– «Informe de los lectores de Ordenación Editorial», 54.– Informe del censor Manuel María Massa Toboso, 26-
Madrid, 15-XII-1970. Ibídem. IX-1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 10212-71.

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Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

siempre tiene el autor [...]» [55]. Propuesto y mía y dado que el precio de la edición, 300
denegado a su vez en junio de 1972, y en oc- pesetas, puede considerarse elevado para
tubre de 1972, la obra pudo ver finalmente una edición popular, si por parte de la Su-
la luz nada menos que en mayo de 1973. En perioridad no existiese criterio taxativo de
segundo lugar, es preciso citar Fundamentos prohibición de obras de este autor, podría,
de la crítica de la economía política, también CON RESERVAS, AUTORIZARSE LA PUBLI-
de Marx. Propuesta inicialmente por Helios CACIÓN [...]» [57].
en septiembre de 1970, resultó igualmente
denegada tanto para Helios como para Siglo Sin embargo, para el caso de Siglo XXI
XXI y Ariel. El expediente indica los motivos: una conversación «oficiosa» posterior entre
los editores y Alejandro Muñoz Alonso [58] —
«Obra clásica en el campo económico y fun- por aquel entonces Subdirector de Cultura
damental para el estudio del pensamiento y Popular y Espectáculos—, permitió la circu-
la historia de la economía [...] Sin embargo, lación de la obra bajo silencio administrati-
su proyección política es evidente, y desde vo en febrero de 1972, a cambio de eliminar
este punto de vista puede ser desaconseja- el estudio introductorio de Martín Nicolaus
ble en un régimen surgido del 18 de julio. que figuraba en las ediciones de México y
Políticamente, hay que inclinarse al nivel Argentina de la misma editorial.
meramente administrativo del lector por No tuvo tanta suerte la antología Materiales
desaconsejarla, salvo el más acertado crite- sobre América Latina, propuesta igualmente
rio de la Superioridad» [56]. por Siglo XXI en diciembre de 1972, pues

Por tanto, no se trataba de una edición «[…] aunque los textos son de una demago-
popular, ni de simple propaganda subversi- gia antañosa y decimonónica, repetitivos
va —al menos no en apariencia— pero sobre hasta la sociedad de conceptos ya un tanto
determinadas temáticas pesaba una prohi- «demodés» como la «burguería y el proleta-
bición ministerial específica, tal como indi- riado» [...] toda la teoría básica de la subver-
caba otro de los informes de la censura: sión marxista está presente en toda la obra y
las tachaduras, pese a ser numerosas [...] no
«[...] Considerando el aspecto científico de consiguen quitarle ese carácter de indoctri-
la publicación, puede afirmarse, que la obra nación de teorías políticas en plena virulen-
de Marx constituye uno de los análisis más cia tras una modernización actualizada de
profundos de la coyuntura económica, en conceptos. En consecuencia, se considera
general y de la particular de su época, ver- que su publicación debe ser DENEGADA» [59].
daderamente crucial y constitutiva del naci-
miento de todas las más modernas situacio-
nes de la economía, que hoy tiene e incluso
disfruta la humanidad y en algún modo, 57.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui»,
derivadas de las ideas difundidas por Marx. 6/8/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 7630-71.
Por ello, como obra de consulta para erudi- 58.– «Carta de J. Ignacio Quintana de Siglo XXI a Alejandro
tos y estudiosos de la Ciencia de la Econo- Muñoz Alonso,» 11/2/1972. Ibídem.
59.– «Informe del censor Fernando Monzón de Altolagui-
55.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso», rre [coronel de aviación, experto en criptografía del Alto
5/8/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 7575-71. Estado Mayor, miembro del Servicio de Espionaje y juris-
56.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso», ta]», 9/12/1972, AGA, Sección Cultura, Expediente 14420-
19/10/1970, AGA, Sección Cultura, Expediente 9495-70. 72.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 119


Miscelánea

La prohibición ministerial expresa de las coherente» [62]. El propio fiscal elaboró un


obras de Marx y Engels llevó al extremo de detallado informe sobre las posibilidades
secuestrar obras que hasta la propia cen- reales de impedir la difusión de la obra. En
sura consideraba prácticamente indesci- síntesis, se trataba de un texto dirigido a los
frables para los lectores, caso del libro Lan universitarios, en una tirada extensa, con un
alokatua eta kapitala;Alokairua prezioa eta prólogo y un epílogo que realzaban «hábil-
irabazia, versión en euskera de los textos mente» la figura de Marx, sin caer en la pro-
Trabajo asalariado y capital y Salario precio y paganda aparente. En cuanto a las conside-
ganancia, de Marx, con estudio y traducción raciones políticas, se trataba de una obra de
a cargo de Xabier Kintanak Itzuliak. Según divulgación del pensamiento de Marx, pre-
el informe, «[...] Dados los antecedentes sentada como mera exposición de sus tex-
que tiene la obra [...] la decisión debe estar tos, aunque «de forma encubierta» se exal-
a cargo de la superioridad. Personalmente tara la teoría socioeconómica marxista, sin
considero que no hay vasco que pueda leer ningún comentario subversivo ni alusión al
semejante traducción [...]» [60]. Fue presen- régimen. Además, algunos textos ya habían
tado a depósito directo por la editorial Lur sido publicados anteriormente. En cuanto a
en septiembre de 1971 y automáticamente las consideraciones jurídicas, la tipificación
secuestrado y denunciado al TOP. delictiva de la obra resultaba prácticamente
Hubo, no obstante, obras que sortearon imposible:
la prohibición. Como por ejemplo Diferencia
de la filosofía de la naturaleza en Demócrito y «[…] En resumen: llegamos a la conclusión
en Epicuro, de Marx, texto que constituyó la de que siendo una obra peligrosa, es casi im-
tesis doctoral del autor y que no tuvo pro- posible una acción judicial y aun cuando la
blemas en ser aceptado, ya que «[...] En este obra incida en este momento universitario
escrito aparecen los rudimentos de las ideas tan conflictivo, y sean los destinatarios los
de Marx, pero opino que la obra sólo tiene un estudiantes al parecer, no puede descono-
interés meramente histórico» [61], siendo pu- cerse que los estudiantes que quieran ilus-
blicado por Ayuso en septiembre de 1971, en trar sus ideas bajo esas doctrinas, puedan
una tirada de 3000 ejemplares a 40 pesetas. recurrir, y en el mercado del libro lo hay, a
Más importante resultó la publicación obras de mayor y más completa doctrina.
de Antología y biografía de Karl Marx, a car- Volvemos a reiterar la gran dificultad que
go de Enrique Tierno Galván. Presentada a tiene una acción judicial de intervención de
depósito directo en edición de bolsillo por tal ensayo y ello nos lleva a la afirmativa que
Edicusa en marzo de 1973, en una tirada una vez más se hace necesario la reforma
de 8000 ejemplares al precio de 150 pese- del artículo 69 de la Ley de Prensa e Impren-
tas por ejemplar. La censura consideró que ta, para que bajo una sanción administrativa
«La presente obra es una antología que AC- y con todas las garantías legales de recursos,
CESIBILIZA, FACILITA, DIVULGA y PRO- se pueda prohibir la circulación de obras de
PAGA la doctrina marxista como un todo ésta o similar naturaleza» [63].

60.– «Informe del censor Antonio Albizu Salegui», 62.– «Informe del censor Manuel María Massa Toboso»,
29/9/1971, AGA, Sección Cultura, Expediente 9289-71. 9/3/1972, AGA, Sección Cultura, Expediente 3038-72.
61.– «Informe del censor 20», 10/9/1971, AGA, Sección 63.– «Informe del Fiscal sobre Antología de Marx», Madrid,
Cultura, Expediente 8526-71. 20/3/1972. Ibídem.

120 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126


Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

Expediente de censura de la cuarta edición de «Revolución en España» (traducida por Manuel


Sacristán), que fue autorizada sólo para exportación, 1973 (Archivo General de la Administración).

El texto pudo así circular bajo la fórmu- lariado y capital, de Miguel Castellote Caste-
la del silencio administrativo, un verdadero llote, Textos sobre la producción artística, de
logro para Edicusa. Si bien otros textos de Comunicación/Alberto Corazón (versión ac-
interés, como la antología Escritos filosóficos tualizada por Valeriano Bozal de la antolo-
de juventud y La concepción materialista de la gía Sobre arte y literatura, de Ciencia Nueva),
historia, presentados por la editorial catala- y varias ediciones de La crítica del programa
na Fontanella en noviembre de 1973, resul- de Gotha, de ORBE/Ricardo Aguilera y Edi-
taron automáticamente denegados [64]. ciones 62, por sólo citar algunos ejemplos.
Hubo, sin embargo, una modalidad que Estas publicaciones eran claramente sus-
permitió a numerosas editoriales —aparte ceptibles de circular de forma clandestina,
de Siglo XXI y otras con filial en Latinoamé- aunque bajo la amenaza de fuertes sancio-
rica— la publicación de ciertas obras, decla- nes ministeriales.
rando que estaban «destinadas a la exporta- El caso más impactante y revelador de
ción». Obras como la edición abreviada de los niveles de retroceso cultural que pre-
El capital, de Ediciones Ibéricas, Trabajo asa- tendía el régimen fue la cuarta edición de
Revolución en España. Entregada a depó-
64.– Georgina Cisquella, José Luis Ervitit y José A. Sorolla,
sito directo por Ariel en abril de 1973 en
La represión cultural. Diez años de censura de libros durante
la Ley de Prensa (1966-1976), Barcelona, Anagrama, 2002, una tirada de 10.000 ejemplares, hubo que
pp. 187. destinarla a la exportación —salvo unos

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 121


Miscelánea

cuantos ejemplares necesarios para cubrir bre de 1968 bajo el título Un fantasma reco-
a los suscriptores—. El informe de la censu- rre Europa, la siguiente tentativa tuvo lugar
ra no ofrece desperdicio: «[...] recopilación en julio de 1974, cuando la editorial Ayuso
de una serie de artículos de Marx y Engels entregó a depósito directo El Manifiesto del
comentando los acontecimientos en partido comunista, en una tirada de 3000
nuestro país de matiz revolucionario en el ejemplares a 200 pesetas. El libro incluía
siglo pasado. Es la cuarta edición de la obra una introducción histórica de Wenceslao
(la anterior se publicó en 1970). La visión Roces como traductor y unas extensas notas
de aquellos hechos por los citados autores aclaratorias del ruso David Riazanof, de for-
es puramente marxista. Hay que tener en ma que el texto del Manifiesto apenas ocu-
cuenta que varios de los trabajos están paba 18 páginas de un total de 196. Según
escritos después del Manifiesto Comunista, Jesús Ayuso, tanto el precio como la exten-
y llevan en sí fuerte carga de exaltación re- sión fueron imposiciones del MIT a través de
volucionaria. A juicio de este lector y aun conversaciones oficiosas al más alto nivel, lo
teniendo en cuenta que es una obra ya au- cual significaba retrotraerse a los criterios
torizada en anteriores ocasiones, dadas las censoriales impuestos durante la dictadura
circunstancias actuales y la creciente pro- de Primo de Rivera. Sin embargo, una vez en
liferación de propaganda de carácter mar- manos del Ministerio, los censores encon-
xista difundiendo este pensamiento con traron el texto intolerable en su conjunto:
cualquier pretexto, no es aconsejable que
aparezca una nueva edición de esta obra y «[...] Sobre el contenido del MANIFIESTO,
menos den una difusión tan amplia como nada comentamos. Simplemente que es
se la pretende dar lanzando la cifra de una sucinta, clara y sencilla exposición de
10.000 ejemplares. En consecuencia, esti- las ideas centrales del marxismo [...] Tanto
mamos que NO ES ACEPTABLE el depósito las notas de Riazanof como la introducción
o, en último caso, autorizar solamente una de W. Roces son, dentro de una exgénesis
edición sumamente reducida» [65]. Es decir, aparentemente aséptica, una apología tan-
trece años más tarde de su primera edición to de la doctrina comunista en sí, como de
en España (1960), el Gobierno de Carrero las luchas que históricamente se han veni-
Blanco prohibió publicar una cuarta. do desarrollando para ponerla en práctica.
Considero que hay base más que suficiente
El Manifiesto Comunista y los últimos para denegar la obra. Es, al mismo tiempo
conflictos con la censura. que una información doctrinal marxista de
primera mano, una obra concebida, por sus
Tras la muerte de Carrero Blanco, ape- notas e introducción, para facilitar la asimi
nas hubo conflictos con el MIT por textos lación de la doctrina marxista a un amplio
de Marx y Engels. Según indican los expe- sector del público» [66].
dientes de censura, las editoriales de la di-
sidencia lograron publicarlos con relativa De esa forma, bajo la amenaza de la de-
facilidad. El último logro era el Manifiesto nuncia y el secuestro, los editores solicita-
comunista. Fracasado el intento —anterior- ron la anulación del depósito de la obra el
mente descrito— de publicarlo en diciem- 1 de agosto de 1974. Ni siquiera se permitió

65.– «Informe del censor 24», 3/4/1973, AGA, Sección Cul- 66.– «Informe del censor J. Morán», 31/9/1974, AGA, Sec-
tura, Expediente 4239-73. ción Cultura, Expediente 8503-74.

122 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126


Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

declarar la tirada «destinada a la exporta-


ción». No obstante, tras largas conversacio-
nes con el MIT, la editorial solicitó una re-
consideración en marzo de 1975, alegando
que se trataba de una obra histórica del pen-
samiento humano, cuyo texto ya había sido
editado parcialmente por otras editoriales
en apéndices documentales —incluso por
la Editora Nacional en una obra de 1955—.
El compromiso al que se llegó fue —aparte
de elevar el precio a 250 pesetas— la necesi-
dad suprimir todo rastro de las palabras «del
partido», asumiendo que no se ajustaba a la
traducción correcta del original (dado tam-
bién que los partidos políticos estaban pro-
hibidos en España, especialmente el Partido
Comunista). La edición definitiva se presen-
tó el 5 de abril de 1975, y según informaba el
Director General Miguel Cruz Fernández, se
consideró oportuno «aplicar la fórmula del
Silencio, tolerando la circulación del mismo
sin acudir a la denuncia judicial, por esti-
mar que existirían pocas posibilidades de
que prosperase acción jurídica alguna» [67]. A
pesar de lo cual, la obra fue denunciada al
Portada censurada de Él Manifiesto del
TOP apenas un mes más tarde, en mayo de Partido Comunista» de Ayuso, 1975 (AGA).
1975. Los expedientes están incompletos al
respecto, pero el testimonio del editor Jesús Frente a aquel sobreseimiento, el MIT se
Ayuso resulta significativo: vio obligado a «aceptar con reparos» bajo
silencio administrativo sucesivas ediciones
«Cuando publicamos El Manifiesto comunis- de la obra. Empezando por la presentada por
ta nos lo denunciaron al TOP. Para mi sor- Grijalbo a depósito directo en junio de 1975,
presa, el temible juez Gómez Chaparro me Manifiesto comunista y otros escritos políti-
preguntó si yo era Carlos Marx o Federico cos, en una tirada de 4000 ejemplares a 100
Engels, los autores de aquel texto subver- pesetas. Según la censura, «Este Manifiesto
sivo. Como yo no era ninguno de ellos, me [...] ha sido publicado ya por otra editorial y
mandó a casa y sobreseyó el caso. Hubo ri- tolerado, no habiendo a mi juicio otra solu-
sas, pero es obvio que el juez se quería quitar ción que tolerar esta nueva edición. La an-
el asunto de encima a aquellas alturas» [68]. terior puede verse en todas las librerías. Por
tanto, NO DENUNCIABLE» [69].
67.– Miguel Ángel Cruz, «Nota informativa sobre el MA- No obstante, el Decreto-Ley 10/1975 de
NIFIESTO COMUNISTA DE CARLOS MARX Y FEDERICO
26 de agosto sobre Prevención del Terroris-
ENGELS», 11/4/1975, AGA, Sección Cultura, Expediente
3748-75. 69.– «Informe del censor Luis Martos Lalanne [General de
68.– Jesús Ayuso, Madrid, entrevista realizada por el autor, División del Alto Estado Mayor], 17/6/1975, AGA, Sección
3-V-2004. Cultura, Expediente 6770-75.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 123


Miscelánea

mo (vigente hasta febrero de 1976) tuvo es- familia e incitación al homicidio [71]. Incluso
casa incidencia en la publicación de textos pensaron que era una forma de propagan-
de Marx y Engels, dado que el régimen los da destinada a los más jóvenes: «[…] hasta
había asumido ya como documentos histó- ahora la literatura comunista en España ha-
ricos, lo cual no significa que los censores bía respetado el campo de la infancia. Esta
bajaran la guardia en ningún momento. El obra, si se autoriza, puede dar estado legal
22 de septiembre, Ayuso presentó a depósi- a la introducción del comunismo en cómics
to directo una nueva edición de 119 páginas y fotonovelas […]» [72]. Tal como recogió la
más económica del Manifiesto comunista. prensa, el libro fue secuestrado y denun-
Tres mil ejemplares a 60 pesetas. El informe ciado por propaganda ilegal al TOP [73], que
de censura resulta clarificador: «[…] Pese a terminó sobreseyendo provisionalmente el
que puede considerarse como documento sumario antes de ser suprimido, si bien el
histórico, y por supuesto circulando con an- alzamiento del secuestro no tuvo lugar has-
terioridad, se somete a criterio de la Supe- ta el 23 de febrero de 1977 [74].
rioridad por si se estima conveniente la no
circulación de la presente edición en base a A modo de breve epílogo
la normativa del Decreto-Ley sobre preven-
ción del terrorismo» [70]. En palabras de Miguel Cruz Fernández
En realidad, el último gran conflicto con (último Director General del MIT encargado
el MIT relacionado con el asunto no fue de la censura bibliográfica), «Marx fue un te-
por un texto de Marx y Engels propiamen- rrorista en los años cuarenta y un clásico en
te dicho, sino por una adaptación libre del los setenta» [75]. Ahora bien, no se puede atri-
mismo. En noviembre de 1976, la editorial buir el mérito al dirigismo cultural del régi-
Tusquets entregó a depósito directo una men porque no hubo voluntad de establecer
edición de El manifiesto comunista conver- una liberalización cultural más allá de una
tido en novela gráfica por el dibujante ita- simple estrategia de propaganda. A pesar
liano Ro Marcenaro, en una tirada de 1.500 de ello, hubo un proceso de divulgación de
ejemplares a 250 pesetas. El informe del obras de lucha ideológica a una escala mu-
MIT no ofrece desperdicio: se trataba de cho mayor que la deseada por el franquismo.
«[…] una edición en cierto modo extracta- Y se debió precisamente a ciertas fisuras en
da del famoso Manifiesto comunista [...] pero la nueva normativa y a la tenacidad y per-
realizada a la forma de los cómics o histo- severancia de las empresas de la disidencia
rietas para una mejor comprensión del tex- editorial. Los resultados de ese proceso son
to, con aclaraciones al alcance de las men- evidentes: hubo una importante difusión de
tes menos dotadas para la lectura [...]» cuyo
contenido, en resumidas cuentas, atacaba la 71.– Informe del censor Francisco Fernández Jardón, 9-VI-
Ley de Principios del Movimiento Nacional, 1976, AGA, Sección Cultura, Expediente 12665-76.
el Fuero del Trabajo y el Fuero de los Espa- 72.– MIT, Nota «MANIFIESTO COMUNISTA. Dibujos y co-
ñoles, e incurría en delitos del Código Penal mentarios de Ro Mascerano», sin fecha ni firma [probable-
tales como escarnio de la religión católica, mente, noviembre de 1976], AGA, Sección Cultura, Ibídem.
73.– «Secuestrada la versión de El manifiesto comunista»,
propaganda de la subversión, ataque a la
El País, 12/2/1976.
74.– «Levantado secuestro», Diario 16, 17/3/1977.
70.– MIT, «Nota informatica acerca del libro EL MANIFIES- 75.– Miguel Cruz Fernández, «Del deterioro al desmante-
TO COMUNISTA de Marx y Engels», 22/9/1975, AGA, Sec- lamiento: los últimos años de la censura de libros», Diálo-
ción Cultura, Expediente 9828-75. gos Hispánicos de Amsterdam n 5, 1987, pp. 28-41.

124 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126


Edición y censura de libros de Marx y Engels durante el franquismo Francisco Rojas Claros

una serie de obras de naturaleza cultural, nes completas de El Capital vieron la luz en
social y política de gran significación, entre aquellos años, como la de Akal de 1976, diri-
unos sectores mucho más amplios de la so- gida por Vicente Romano García, o la de Siglo
ciedad de los que el régimen tenía previsto, XXI de 1975, dirigida por Pedro Scaron. Pero
en una fase claramente ascendente de rei- sin duda fue OME (Obras de Marx y Engels)
vindicaciones estudiantiles y obreras. Las li- el proyecto más importante y ambicioso con
brerías «de izquierdas» se poblaron de títu- diferencia. Estuvo Dirigido por Manuel Sa-
los impensables hasta entonces. El coste, no cristán, primero desde la editorial Grijalbo y
obstante, fue muy alto. Con algunas excep- retomado poco después por editorial Críti-
ciones —tales como Alianza Editorial, EDAF ca. Según el propio filósofo, el problema era
y la veterana Aguilera, entre otras— la gran que «La literatura marxista, por regla gene-
mayoría estas editoriales fueron incluidas ral, está hecha de antologías. Lo que sue-
en las listas negras del régimen, siendo cas- le leer el público son pequeñas antologías
tigadas algunas con el temible cierre admi- entrecortadas. Tenía la intención, por tanto,
nistrativo, como fue el caso de Ciencia Nue- de presentar los clásicos enteros» [76]. Ahora
va, EDIMA, Equipo Editorial, Halcón, Estela bien, como aclaró años más tarde el editor
y ZYX, entre otras. Las denuncias y los se- Gonzalo Pontón (fundador de Crítica y an-
cuestros fueron también una constante que tiguo director), el proyecto de traducir todas
suponía un serio quebranto económico para las obras de Marx y Engels era algo que no
los editores. Como en otros ámbitos, el catá- había hecho ninguna editorial privada del
logo de publicaciones de Marx y Engels fue mundo porque precisaba de una inversión
fragmentario y con lagunas, porque el diri- desorbitada. La edición que se estaba tra-
gismo cultural del régimen no permitió que duciendo era la de Dietz Verlag, la editorial
fuera de otra manera. En cualquier caso, los del Partido Comunista de la República De-
textos de Marx y Engels fueron un símbolo mocrática Alemana, íntegramente financia-
de doble dirección. Un supuesto triunfo de da con fondos públicos. La realidad es que
la «apertura» cultural de Fraga y un símbolo apenas hubo presupuesto para una veinte-
de la disidencia editorial donde cada nuevo na de títulos, con lo que el proyecto acabó
título publicado suponía un hito. Pronto se fracasando. La edición de los OME se inte-
vio la certeza de lo segundo más que de lo rrumpió hacia 1980 por las nuevas exigen-
primero. cias del mercado. De El Capital únicamente
Durante los años finales de la dictadura aparecieron los libros I y II, y muchas de las
y el período de la Transición hubo distintos obras ya traducidas al castellano —como los
proyectos de traducción y edición de textos 12 volúmenes del epistolario— permanecen
y Marx y Engels. Monumentales traduccio- inéditas todavía hoy en día [77].

76.– Francisco Fernández Buey y Salvador López Arral


(eds.), De la Primavera de Praga al marxismo ecologista.
Entrevistas con Manuel Sacristán Luzón, Madrid, Catarata,
2004, p. 144.
77.– Del proyecto OME en general y de la edición (incom-
pleta) de El Capital a cargo de Manuel Sacristán véase
Manuel Sacristán Luzón, Escritos sobre El Capital (y textos
afines), Madrid, FIM/El Viejo Topo, 2004.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 103-126 125


Miscelánea

Cuadro 1: Cuestiones esenciales de la política de «apertura» cultural (1962-1976)

Fuente: Francisco Rojas Claros, Dirigismo cultural y disidencia editorial en España, Publicacio-
nes de la Universidad de Alicate, 2013.

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Autora invitada

Las comunistas de la década


revolucionaria en Guatemala, y el
órgano de prensa Mujeres de la
Alianza Femenina Guatemalteca
Communist Women in the revolutionary decade in Guatemala
and the journal Mujeres of the Guatemalan Feminine Alliance

Anamaría Cofiño Kepfer


Antropóloga, historiadora y editora. Asoc. Feminista La Cuerda

Resumen:

En este artículo nos basamos en las publicaciones de Mujeres, órgano de divulgación


de la Alianza Femenina Guatemalteca —AFG—, organización apoyada y dirigida por sim-
patizantes o militantes comunistas, para leer e interpretar sus propias palabras, analizar lo
que planteaban, y ubicarlas como protagonistas en un periodo determinante para el futuro
del país. El periodo revolucionario iniciado en 1944 constituyó un momento excepcional
en la historia de la participación política de las mujeres, en el que las comunistas dejaron
su impronta. En 1954, cuando el proceso revolucionario fue violentamente interrumpido,
las organizaciones y actividades democráticas fueron suspendidas y muchas dirigentes
se vieron forzadas a salir al exilio o pasar a la clandestinidad.

Palabras clave: comunistas, mujeres, revolución, prensa, transgresora.

Abstract:

This article is based on the contributions published by Mujeres (Women), a journal of the Alian-
za Femenina de Guatemala —AFG— (Guatemalan Feminine Alliance), an organization run and sup-
ported by communist militants and sympathizers to read and interpret their own words, to analyze
what they proposed, to give them a leading role in a crucial period for the future of their country.
The Revolutionary period initiated in 1944 was an exceptional moment in the history of the politi-
cal participation of women and one in which communist ones left their mark. In 1954, when the
revolutionary process was violently disrupted, democratic organizations and activities were sus-
pended and many leaders were forced to run into exile or go underground.

Keywords: Communists, women, revolution, press, transgressors.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 127-141 127


Autora invitada

Este artículo tiene la intención de sacar cualitativo en sus vidas. Pudieron organi-
del silencio a las mujeres comunistas como zarse, plantear sus propias demandas y ha-
actoras de la historia social, como pioneras cerse escuchar. Estudiar en la universidad,
de la militancia política y como anteceso- trabajar fuera de casa y viajar, les posibilitó
ras de quienes posteriormente continuaron transitar por caminos que les habrían de
las luchas contra las dictaduras militares y deparar nuevas experiencias pero también
a favor de la justicia y por los derechos hu- consecuencias para sus vidas.
manos. Para encontrar a las mujeres en el pasa-
El comunismo como fenómeno sociopo- do, es fundamental la búsqueda de docu-
lítico, no se puede analizar ni comprender mentos, testimonios, que surjan desde ellas
de manera integral si se ignora a las mu- mismas. Esto plantea la necesidad de hur-
jeres como sujetas activas que, desde sus gar entre líneas, desenterrar y hacer visi-
propias experiencias, percepciones e inter- bles a quienes la historia ha dejado de lado.
pretaciones, contribuyen a construir una
historia en la que intervienen como actoras Las primeras comunistas de la etapa
y narradoras, con sus particulares formas fundante
de ver el mundo, en relación con sus entor-
nos sociales, temporales y espaciales. La revolución rusa marcó un hito inne-
A causa de la represión y violencia ex- gable en la historia de la humanidad. En
tremas desatadas contra personas y orga- Guatemala, los medios de comunicación
nizaciones que promovieran la justicia o transmitieron noticias e imágenes en torno
se opusieran al orden establecido, acceder a este suceso, desde perspectivas conserva-
a la historia del comunismo en Guatemala doras que enfatizaban las expropiaciones,
ha enfrentado varias dificultades. La censu- atemorizaban a la población con la amena-
ra, el silencio, la cautela, la clandestinidad, za de ser víctimas de los horrores del comu-
han sido obstáculos para conocer la histo- nismo. No obstante, versiones más apega-
ria de esta corriente política que dejó hue- das a las ideas socialistas lograron filtrarse
llas imborrables —para bien o para mal— en a través de los resquicios de las dictaduras,
la historia del siglo XX. Durante la segun- y de esa manera, sectores de la población
da década del siglo recién pasado, cientos urbana supieron que el proletariado había
de miles de personas fueron perseguidas, tomado el poder en Rusia, con la intención
desaparecidas y asesinadas por ser consi- de ponerle fin a la explotación e implantar
deradas o tildadas de comunistas. No obs- un orden donde no hubiera propiedad pri-
tante, en las últimas décadas ha surgido un vada de los medios de producción.
interés renovado en la academia por este Estas informaciones trajeron consigo
fenómeno y se han publicado documentos, ideas de emancipación social que presen-
testimonios e investigaciones que facilitan taban a las mujeres como una nueva fuerza
el trabajo. de trabajo que se incorporaba a la produc-
El periodo revolucionario que va de 1944 ción con derechos propios. El aumento del
a 1954, fue clave para el posterior desenvol- número de trabajadoras asalariadas, generó
vimiento de las ideas y las prácticas políti- la preocupación de que abandonaran la fa-
cas, cuando las mujeres daban sus primeros milia. La maternidad era prioritaria para la
pasos. Obtener la ciudadanía fue para quie- economía [1].
nes les fue concedido el derecho de votar
—porque sabían leer y escribir—, un salto 1.– Joan W. Scott, «La mujer trabajadora en el siglo XIX»,

128 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 127-141


Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

Juan José Arévalo en la campaña electoral que le llevó a la presidencia de Guatemala en 1945
(Foto: autoría desconocida, fuente: Printerest).

El primer Partido Comunista de Gua- lla organización, como el carpintero An-


temala —PCG— fue fundado, según varios tonio Obando Sánchez, quien publicó sus
autores, entre 1922 y 1923, integrado por memorias sobre dicho periodo, habían par-
artesanos provenientes de talleres de za- ticipado en la insurrección de abril de 1920,
patería, carpintería y panadería; obreros de que puso fin a la dictadura de 22 años de
las fábricas de alimentos, licores, textiles, Manuel Estrada Cabrera.
cemento; intelectuales y extranjeros como En dicha rebelión participaron mujeres
el abogado salvadoreño Miguel Ángel Váz- imbuidas del espíritu anti-dictatorial, su
quez, el comunista hondureño Juan Pablo contribución principal fue como enferme-
Wainwright y el estudiante salvadoreño ras, cocineras costureras, labores apegadas
Max Melgar [2]. Algunos miembros de aque- a su condición doméstica, impuesta por los
patrones de género. En aquella coyuntura,
en Georges Duby y Michelle Perrot, Historia de las mujeres,
organizaron decenas de comedores popu-
El siglo XIX, Cuerpo, trabajo y modernidad, Taurus, Madrid,
1993, pp.127-128. lares, cuidaron heridos y apoyaron a los
2.– Arturo Taracena Arriola, «El Partido Comunista de insurrectos. Algunas fueron más allá y em-
Guatemala y el Partido comunista de Centro América puñaron machetes y armas de fuego contra
(1922-1932)», en Pacarina del Sur: http://www.pacari-
nadelsur.com/home/oleajes/166-el-partido-comunista-
de-guatemala-y-el-partido-comunista-de-centro-ame- partido Guatemalteco del Trabajo, Comisión Política del Co-
rica-1922-1932 [consultado 28 de febrero de 2017]. mité Central del Partido Guatemalteco del Trabajo, Guate-
Huberto Alvarado Arellano, Apuntes para la historia del mala, 26 de septiembre de 1975.

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Autora invitada

la dictadura [3]. Ese PCG originario tuvo una accidentada


El periodo de relativa democratización existencia, debida a la persecución de que
que se abrió a partir de la caída de este dic- fue objeto durante el régimen de José Ma-
tador, permitió el surgimiento de centrales ría Orellana (1921-1926) y posteriormen-
de trabajadores como la Liga Obrera, así te, durante el gobierno del General Lázaro
como la conformación de un movimiento Chacón (1926-1930), ello no impidió que
sindical que demandó mejoras en las con- participara en una serie de movimientos
diciones de trabajo, la jornada laboral de populares como las celebraciones del Pri-
ocho horas diarias y aumentos salariales [4]. mero de mayo y varias huelgas importan-
El PCG contó con el apoyo de la III Inter- tes, entre las que destaca la de las escoge-
nacional, que estimulaba la creación del doras de café del Beneficio «La Moderna»,
Partido Comunista de Centroamérica, con propiedad de la empresa Gerlach & Co., en
sus respectivas secciones en cada país. No 1925, donde las mujeres tuvieron un papel
obstante, tuvo escasos adeptos, pocos re- protagónico, acompañadas y asesoradas
cursos y corta duración. El encarcelamiento por comunistas como Obando Sánchez. La
de muchos de sus miembros durante largos movilización obrera, que aparece en las fo-
periodos, y el fusilamiento de Juan Pablo tografías de los diarios con la bandera de
Wainwright fueron las causas que lo lleva- la hoz y el martillo, tenía reivindicaciones
ron a su desaparición en 1932. propias, como la lucha contra el registro
En distintas fuentes podemos ver que el que les hacían vigilantes de la fábrica para
PCG participó en las huelgas que prolifera- constatar que no robaran, y la demanda
ron en el país en esa década; impartió con- de un permiso para salir al medio día para
ferencias y pláticas para dar a conocer las realizar tareas domésticas, entre otras [5].
ideas socialistas, y llevó a cabo la impresión La prensa de la época registra más de cien
de documentos, hojas sueltas y pronuncia- operarias que se unieron al movimiento en-
mientos, así como la publicación de El So- cabezado por un comité directivo que ne-
cialista, su órgano oficial. goció las demandas con la parte patronal.
Es probable que entre las primeras tra- Jorge Ubico (1931-1944) asumió el poder
bajadoras asalariadas de inicios de siglo, como jefe de Estado al salir triunfante como
empleadas como costureras, cigarreras y candidato único en las elecciones celebra-
dependientas, existieran algunas cercanas das después de la muerte del presidente
a aquellos primeros comunistas, tal es el Lázaro Chacón, con apoyo de algunas fami-
caso de Isabel Saquilmer, trabajadora de la lias pudientes, el beneplácito del gobierno
camisería Pamarco, quien posteriormente de Estados Unidos y el ejército de Guate-
se casó con Obando Sánchez, y la esposa de mala. Entre diciembre de 1931 y enero de
Julio del Pinal, Soledad, ambas menciona- 1932 realizó una batida represiva contra las
das en la prensa durante las capturas que organizaciones populares, en la que fueron
realizaron sucesivos gobiernos. consignadas numerosas mujeres señaladas
como comunistas, anarquistas o socialistas,
3.– Lorena Carrillo Padilla, Luchas de las guatemaltecas del acusadas de colaborar con una supuesta in-
siglo XX. Mirada al trabajo y la participación política de las surrección que se preparaba para la toma
mujeres, Guatemala, Ediciones del Pensativo, 2004, pp. 141-
147. 5.– Ver el artículo de Lorena Carrillo, «Sufridas hijas del
4.– Edgar Ruano Najarro, Comunismo y movimiento obrero pueblo: la huelga de las escogedoras de café de 1925 en
en la vida de Antonio Obando Sánchez 1922-1932, Guate- Guatemala», revista Mesoamérica No. 27, Guatemala, CIR-
mala, Ediciones del Pensativo, 2007, pp. 74-75. MA, 1994.

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

del poder. La prensa conservadora las llamó 1932. Cerca de 25 mujeres que La Gaceta de
Rojas y registró sus datos, describiéndolas la Policía presenta y acusa de ser líderes bol-
como cómplices y simpatizantes de los bol- cheviques, cayeron presas de la represión,
cheviques, empleando un tono moralista y acusadas de poseer propaganda, dar hospe-
de crítica mordaz a sus supuestas liberta- daje a algunos comunistas, portar material
des sexuales [6]. La madre, suegra, esposa y subversivo, prestar domicilio para reunio-
cuñada de Obando Sánchez, fueron arresta- nes, dirigir y participar en huelgas, como la
das en las redadas mencionadas [7]. de las locatarias del Mercado Sur en 1931.
Al investigar ese periodo, se encuen- Entre ellas, Filomena Mungía (sic) Sibaja,
tra a varias mujeres que simpatizaron con acusada de encabezar la organización de
el comunismo. Eso no se puede demos- los festejos del Día de la Mujer Comunis-
trar con documentos, mas los relatos de la ta, el 8 de marzo, -fecha que corresponde al
prensa dan cuenta de su involucramiento, Día Internacional de la Mujer-, agregando
por cuanto a la hora de las capturas, les que era oradora, escritora y corresponsal de
encontraron papeles, manuscritos y hasta la «Sociedad del Nudismo» [8]. La prensa ofi-
mimeógrafos escondidos bajo su cuidado. cialista, conservadora y anticomunista, las
Es probable que las ideas socialistas hayan acusó de promiscuas, de ser liberales con
permeado a las mujeres, quienes a pesar sus cuerpos y de promover orgías y desma-
de estar formalmente excluidas del ámbi- nes. Esto no es casual, dada la cultura pro-
to público, eran sensibles a lo que sucedía vinciana y moralista que predominaba.
a su alrededor y padecían en carne propia En relación con lo anterior, es importan-
las consecuencias de las opresiones. Las te subrayar que el régimen ubiquista se dis-
mujeres, sea por parentesco o afinidad, se tinguió por las humillaciones y los abusos
vieron involucradas en las actividades de cometidos contra las mujeres. El dictador
sus compañeros, lo cual las llevó a adqui- aprovechaba su posición de poder para usar
rir experiencias en campos que salían de su sexualmente a jovencitas y mujeres que sus
ámbito doméstico, como las leyes, los juz- subalternos le «conseguían». En las fincas
gados, los medios de prensa, las protestas y plantaciones se ejerció impunemente,
en las calles. Ser señaladas como comunis- por parte de terratenientes y caporales, el
tas, no sólo les colocaba un estigma, sino derecho de pernada. Las maestras, gremio
que las llevaba a establecer estrategias de destacado por su combatividad anti-dicta-
sobrevivencia en situaciones desconocidas. torial, eran obligadas a abandonar sus pues-
Todo ello repercutió, sin duda, en sus vidas tos de trabajo al casarse o embarazarse. To-
y subjetividades. das estas formas de violencia, perpetradas
Temeroso de que en Guatemala pudie- con la tolerancia del Estado, son muestra
ra desatarse una insurrección como la que del sesgo patriarcal que todavía ostenta el
se estaba preparando en El Salvador, Ubico Estado de Guatemala, y que ha reproducido
tomó medidas drásticas para impedirlo, or- y adaptado con el paso del tiempo.
denando la persecución y captura de dece- La dictadura, con sus crímenes y violen-
nas de supuestos comunistas en enero de cia, concitó sentimientos populares de re-
chazo, odio e indignación que desemboca-
6.– Arturo Taracena Arriola y Omar Lucas Monteflores, Dic-
cionario Biográfico del movimiento obrero urbano de Guate- 8.– A. Taracena y O. Lucas, Diccionario biográfico del movi-
mala, 1877-1944, Guatemala, Flacso, 2014. miento obrero urbano de Guatemala, 1877-1944, pp. 51-359.
7.– E. Ruano, Comunismo y movimiento obrero, págs. 101, Asociarlas al nudismo era una estrategia para despresti-
117 y 119. giarlas y crispar a la sociedad conservadora.

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ron en la incorporación masiva de personas al comunismo, accidental o consciente-


de distintas procedencias a las luchas revo- mente, fueron transgresoras, voluntarias o
lucionarias contra el admirador de Napo- involuntarias, del orden existente. Trans-
león Bonaparte, Adolfo Hitler y Francisco gresoras no sólo de las leyes vigentes, sino
Franco que ocupaba la presidencia. El 25 de de las convenciones y mandatos sociales:
junio de 1944, cientos de mujeres vestidas Transponer las cuatro paredes del hogar,
de negro, maestras en su mayoría, cami- participar como oradoras en mítines, escri-
naron en una manifestación silenciosa por bir panfletos, distribuir materiales, cues-
las calles de la ciudad de Guatemala para tionar al sistema y establecer relaciones
protestar por la represión gubernamental. de compañerismo, de trabajo y de lucha,
La respuesta violenta del régimen cobró la constituyeron acciones fuera de lo común,
vida de la maestra María Chinchilla, quien de lo aceptado e impuesto. En su calidad de
murió baleada por las fuerzas policiales. rompedoras de esquemas, aquellas mujeres
Este crimen concitó la ira popular, con- abrieron brecha a las siguientes generacio-
tribuyendo a que luego se convocara a un nes que, aunque no las hayan reconocido,
paro nacional. María Chinchilla se convir- se beneficiaron de sus avances.
tió en icono de la valentía y entrega de las
mujeres en las luchas por la democracia. El Guatemala florece
25 de junio se conmemora en Guatemala el
Día del Maestro, en honor a ella. El advenimiento de la Revolución de Oc-
Varios sucesos se fueron enlazando ver- tubre de 1944, como parteaguas en la his-
tiginosamente, la publicación de una carta toria, impactó al conjunto de la sociedad y
firmada por intelectuales, algunos miem- a las mujeres en particular, al abrir espacios
bros de la oligarquía e inclusive colabora- de expresión y organización hasta entonces
dores de Ubico, llevaron a su renuncia y a la prohibidos. Las jóvenes que en 1944 cola-
imposición del General Federico Ponce Vai- boraron con la insurrección y vieron caer a
des como su sucesor, en julio de ese año. El la dictadura con regocijo, así como las que
asesinato del periodista opositor del diario posteriormente votaron por primera vez en
El Imparcial, Alejandro Córdoba, precipitó las elecciones que le dieron el triunfo al pro-
los acontecimientos que, encabezados por fesor Juan José Arévalo, primer presidente
grupos de estudiantes universitarios, mili- democrático que gobernó de 1945-1951, vi-
tares jóvenes, empresarios progresistas, el vieron un periodo de transformaciones que
magisterio, obreros y trabajadores, conflu- marcaría sus vidas, las de sus hijas y descen-
yeron en la ciudad de Guatemala en el al- dientes. La Revolución no sólo les permitió
zamiento popular que finalmente obligó a salir del ámbito doméstico, sino compartir
Ponce Vaides a asilarse en la embajada de con otras y otros, espacios de libertad, de
México. El 20 de octubre, un triunvirato in- acceso a conocimientos, de creatividad. Ir
tegrado por dos militares, Francisco Javier a la universidad, pertenecer a sindicatos,
Arana y Jacobo Árbenz, y el civil Jorge To- ligas campesinas y asociaciones, incorpo-
riello, protagonizó el golpe que abrió paso rarse al trabajo político, atreverse a cues-
a un proceso revolucionario reconocido en tionar a los poderes hegemónicos, presen-
la historia como los Diez años de Primavera ciar obras de arte antes proscritas, fueron
Democrática en Guatemala. experiencias novedosas, pero más que eso,
Desde una perspectiva actual, se puede liberadoras. De allí surge un nuevo mode-
decir que las mujeres que se adscribieron lo de mujer, de ciudadana con derechos, y

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

El Presidente Jacobo Árbenz Guzman con campesinas gutemaltecas (Foto: autoría desconocida,
fuente: Printerest).

sostén de un proceso de transformaciones tituyó la cultura del Estado finquero [9].


trascendentales. En el área rural, las cam- La Revolución de 1944 debe verse en
pesinas empezaron a sentir por primera dos etapas distintas: La primera, delimita-
vez que el Estado las tomaba en cuenta, y da por el gobierno del pedagogo Juan José
aunque la Reforma Agraria no las favoreció Arévalo, quien preconizaba el socialismo
como propietarias, algunas sí se beneficia- espiritual, y puso énfasis en la educación
ron con el aumento en la productividad que como vía para reconfigurar a la sociedad;
hubo entre las familias que recibieron tie- dictó un nuevo código laboral que prohi-
rras, préstamos e insumos agrícolas. bía la discriminación salarial por razones
Los diez años de primavera en el país de de edad, raza, sexo, nacionalidad, creencias
la eterna dictadura, frase del escritor Luis religiosas o afiliación política; creó el Insti-
Cardoza y Aragón, fueron en realidad una tuto Guatemalteco de Seguro Social que dio
década en la que se puso en marcha un protección a las madres trabajadoras afilia-
proyecto modernizador que conllevaba la das y a sus descendientes. En el contexto
transformación de las estructuras semi feu- del fin de la Segunda Guerra Mundial, este
dales que habían conformado al país como primer gobierno revolucionario llamó la
un Estado finquero. Es decir, un Estado so- atención por las posiciones que asumió en
metido al servicio de los terratenientes, cu- el terreno internacional, tal como el reco-
yas prácticas colonialistas en el trato con nocimiento al gobierno de la República es-
los trabajadores, y cuyas políticas fiscales pañola en el exilio, que provocó reacciones
estaban diseñadas para su propio beneficio. negativas del imperialismo y de las dicta-
Un Estado concebido como momento de la duras centroamericanas vecinas. Las viejas
forma social dominante, en el que la servi-
9.– Sergio Tischler Visquerra, Guatemala 1944: Crisis y Re-
dumbre agraria configuró la actitud y cons- volución. Ocaso y quiebre de una forma estatal, Guatemala y
Puebla, USAC – BUAP, 1998, pp. 69, 73-82.

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huestes ubiquistas, sectores de la derecha distintos frentes de masas, y divulgó la


centroamericana y los empresarios nor- teoría marxista por medio de conferencias,
teamericanos afincados en el país, como la folletos, libros y revistas, así como la infor-
United Fruit Company —UFCO—, empren- mación proveniente del campo socialista.
dieron una campaña en la que se acusó al Entre los miembros que integraron Van-
presidente Arévalo de comunista, por las guardia, estuvieron algunas mujeres como
reformas que beneficiaban a la población Irma Chávez, quien posteriormente integró
empobrecida, campesinos, indígenas, mu- el Comité Central del PGT; Hortensia Her-
jeres y niñez. nández Rojas, Concepción Castro de Men-
Durante este sexenio hubo un auge in- cos y Dora Franco, cercanas desde tiempo
usitado de las organizaciones políticas, atrás a los grupos posicionados a la izquier-
populares y sindicales, pese a la oposi- da de la Revolución del 20 de Octubre.
ción de los sectores más recalcitrantes de En septiembre de 1949 se llevó a cabo
la derecha. En ese contexto de agitación el primer congreso del Partido Comunista
y cambios, surgió la Escuela «Claridad», de Guatemala que se prolongó durante va-
cuyo objetivo fue capacitar y brindar for- rias semanas. Fue aprobada su orientación
mación política a las clases trabajadoras. política, estatutos, el nombre de Partido
Dicha escuela sindical fue clausurada a los Comunista de Guatemala y se eligió un Co-
seis meses de fundación por el mismo pre- mité Central, donde por cierto, no participó
sidente Arévalo, acusado por la derecha de ninguna mujer [11]. El 21 de junio de 1950 se
sovietizar al país. Graciela García, comu- publicó el primer número de Octubre, ór-
nista salvadoreña-hondureña, fundadora y gano de divulgación comunista que irrum-
animadora de la misma, quien, además de pió en el panorama mediático, provocando
alfabetizar y compartir herramientas polí- ardientes reacciones de la derecha antico-
ticas con miembros de los sindicatos, relata munista que lo percibió como una afrenta.
en sus memorias que ejerció su influencia Este semanario jugó un papel importante
para tratar de revivir al desaparecido Parti- como educador, organizador y movilizador
do Comunista [10]. de las masas y de los integrantes del par-
En el mes de septiembre de 1947, se tido. Con un tiraje de 15 mil ejemplares,
conformó Vanguardia Democrática Guate- fue distribuido en los comités de base que
malteca, cuyo fin era organizar el partido a su vez lo llevaron a centros de trabajo, a
comunista, pese a la represión que el go- las calles y concentraciones populares. En
bierno de Arévalo desató contra los extran- la distribución contribuyeron colaborado-
jeros que colaboraban en esta iniciativa, res y simpatizantes de la capital y de los
presionado por los grupos anticomunistas departamentos, entre ellos mujeres que lo
que exigían al gobierno impedirles realizar repartían en mercados y lugares de trabajo.
sus actividades políticas, argumentando su El segundo congreso del PCG, celebrado en
filiación internacional. Vanguardia Demo- 1952 , anunciado en los medios partidarios
crática reunió a miembros de los partidos como un evento de la mayor relevancia, de-
revolucionarios, de los grupos marxistas, cidió inscribir a la organización como Par-
de la Confederación de Trabajadores de tido Guatemalteco del Trabajo, nombre con
Guatemala —CTG— y organizó células en el que se le conoce históricamente.

10.– Graciela García, Las luchas revolucionarias de la Nueva 11.– H. Alvarado, Apuntes para la historia del partido Gua-
Guatemala, México, (s.d.e), 1952, págs..42, 63 y 79. temalteco del Trabajo, p. 32.

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

En agosto de 1947 se llevó a cabo en adquirido el derecho al sufragio en 1945.


Guatemala el Primer Congreso Interame- Esta participación femenina consistió en su
ricano de Mujeres, patrocinado entre otras presencia activa en las campañas electora-
personalidades, por Gabriela Mistral y Vic- les, divulgación de información, militancia
toria Ocampo, auspiciado por la Women’s partidaria y por supuesto, en el voto en las
International League for Peace and Free- urnas.
dom —WILPF— (Liga Internacional de Mu- Es necesario subrayar el papel que jugó
jeres por la Paz y la Libertad) y por la recién la United Fruit Company —UFCO—, como
fundada Unión de Mujeres Democráticas punta de lanza de la oposición al gobierno
de Guatemala. Entre los asuntos que allí democrático de Árbenz, promoviendo la
se trataron, aparecen temas que el entor- invasión, financiando agentes, cabildeando
no político de la Guerra Fría ponía sobre la en Washington. La frutera, llamada El Pulpo
mesa, como los relacionados con la guerra por sus poderosas ramificaciones, era due-
y el uso de las bombas atómicas; la imple- ña de grandes extensiones de tierra para la
mentación de la democracia, la promoción siembra y cultivo de banano; además poseía
de la libertad y la paz; derechos políticos y 40 por ciento de las acciones de la empresa
civiles de las mujeres. ferroviaria International Railways of Cen-
Durante la celebración de ese congreso, tral America —IRCA—, medio de transporte
se reunieron mujeres vinculadas a los dis- que utilizaba para sus exportaciones desde
tintos partidos políticos que surgieron con Puerto Barrios, en el Atlántico [13].
la revolución, algunas que posteriormente Jacobo Árbenz se propuso como meta
se vincularían a la Alianza Femenina Gua- más ambiciosa de su gobierno, llevar a cabo
temalteca —AFG—, agrupación apoyada una reforma agraria que trastocara las es-
por los comunistas, afiliada a la Federa- tructuras económicas de corte feudal, favo-
ción Democrática Internacional de Muje- rables para los terratenientes, además de la
res —FDIM—, que tenía entre sus objetivos construcción de infraestructura, (carrete-
defender los derechos de las mujeres y la ras, hidroeléctricas, hospitales, escuelas) y
niñez e incorporar a las mujeres a la Revo- la implementación de políticas económicas
lución. Aparecen nombradas como asisten- dirigidas a la modernización del país.
tes al evento, Dora Franco y Franco, Hor- El decreto 900 de Reforma Agraria desa-
tensia Hernández Rojas, Esther de Urrutia, tó una serie de campañas difamatorias que
cercanas a los comunistas. En una entrevis- contaron con el apoyo directo del departa-
ta a Esther de Urrutia, publicada años más mento de Estado norteamericano. Los her-
tarde, como secretaria interina de AFG, dio manos Allen y John Foster Dulles contribu-
como la fecha de nacimiento de dicha orga- yeron personalmente a armar las intrigas,
nización el año de 1947 [12]. las manipulaciones y el financiamiento a
El segundo gobierno de la Revolución, los grupos que minaban al gobierno arben-
fue encabezado por el joven Coronel Ja- cista [14]. Sus propios intereses en la UFCO,
cobo Árbenz Guzmán (1951-1944), electo
por una abrumadora mayoría de votantes 13.– Alfredo Guerra Borges, «Semblanza de la Revolución
(65.44 por ciento), en una contienda en la Guatemalteca», en: VVAA, Historia General de Guatemala,
Época Contemporánea: De 1945 a la Actualidad, Guatemala,
que participaron las mujeres que habían
Asociación de Amigos del País, 1997, pp.15-16
14.– Stephen Kinzer, The Brothers, John Foster Dulles, Allen
12.– Tribuna Popular No. 2, Guatemala, 16 de agosto de Dulles and their Secret World War, New York, Henry Holt,
1953. 2013, pp. 101, 147, 164, 174, 194.

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así como su acendrado anticomunismo, les «El periódico no es solo un propagandísti-


convirtieron en sus más feroces enemigos, co colectivo y un agitador colectivo, sino
aliados de la oligarquía local que veía ame- también un organizador colectivo. […]Me-
nazado el sistema de privilegios que desde diante el periódico y en relación con éste,
siempre les permitía conducir los destinos se irá formando por sí misma una organiza-
del país para su propio beneficio. ción permanente, que se ocupe no sólo del
trabajo local, sino también de la labor ge-
Mujeres neral regular, que habitúe a sus miembros
para seguir atentamente los acontecimien-
La AFG fue, como quedó dicho, una or- tos políticos, a apreciar su significado y su
ganización auspiciada por el PGT, con su influencia sobre las distintas capas de la
propia estructura interna, que tuvo filiales población, a elaborar los medios más ade-
en departamentos como Escuintla, Zacapa, cuados para que el partido revolucionario
Quetzaltenango, Santa Rosa e Izabal. En- influya en los acontecimientos» [16].
tre sus integrantes hubo trabajadoras del
sector servicios, comerciantes, maestras y De su lado, las organizaciones de mu-
algunas profesionales, obreras de talleres y jeres y feministas en el mundo, ya habían
fábricas, campesinas, amas de casa, esposas dado pasos significativos en el campo de
de destacados dirigentes como Irma Chávez la publicación de periódicos para expresar
de Alvarado, Elsa Castañeda de Guerra Bor- sus ideas y demandas. En Europa y Améri-
ges, María Jerez de Fortuny, y militantes ca del Norte, las publicaciones de mujeres
vinculadas a las clases trabajadoras, como reclamaban su derecho a la educación y
Dora Franco y Hortensia Hernández Rojas. propugnaban por cambios fundamentales
Algunas integrantes de AFG (y del Partido) en las condiciones legales y políticas. En
asistieron como representantes a diversos el caso de las alianzas con los partidos so-
eventos internacionales. Esta participación cialistas, fue común que estos pospusieran
facilitó experiencias que las fortalecieron y sus demandas o las cuestionaran, argu-
proporcionaron contactos y conocimientos mentando que podían dividir a los movi-
para la organización [15]. Dentro de sus acti- mientos [17].
vidades, la AFG apoyó activamente la can- En Guatemala, esta tradición se remon-
didatura de Árbenz, convocando a las muje- ta al siglo XIX, cuando se publicaron La
res para que participaran plenamente en las Voz de la Mujer (1881) y El Ideal (1885),
elecciones ejerciendo su derecho al voto. de la mano de la educadora, dramaturga y
Como sucedió en los partidos comunis- poetisa Vicenta Laparra de la Cerda. Más
tas del mundo, la propaganda fue una tarea tarde, en los años veinte, la Sociedad Ga-
fundamental para organizar, formar y mo- briela Mistral publicó Vida, donde expresó
vilizar a las masas. Lenin planteó en su fa- sus ideales de igualdad y exigió el derecho
moso artículo «Por dónde empezar»: al sufragio para las mujeres.
15.– Mujeres, 20 de junio de 1952, p. 3. Se refiere a las peri-
pecias vividas por Irma Chávez de Alvarado y Dora Franco 16.– V. I. Lenin, «Por donde empezar», artículo original-
-detenidas arbitrariamente en La Habana a su vuelta de mente publicado en Iskra (Chispa) en 1901, disponible
la Conferencia Internacional en Defensa de la infancia y, en: [https://www.marxists.org/espanol/lenin/obras/1901/
también, tras su liberación, ambas declararon que su visita mayo/001.htm]. [Consultado el 8 de mayo de 2016].
a Checoslovaquia y Alemania Oriental les había permitido 17.– Anne-Marie Käppeli, «Escenarios del feminismo», en:
constatar la obra de reconstrucción en función del bien- Georges Duby y Michelle Perrot, Historia de las mujeres,
estar social. Madrid, Taurus, 1993, pp.214-223.

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

Mujeres, órgano de divulgación de AFG, una nota sin firma, como casi todas las pu-
dirigida por Lily M. de Alvarado, responde blicadas, se informa que integrantes de AFG
en alguna medida a los lineamientos leni- conversaron con trabajadoras de la fábrica
nistas, aunque en el número uno, fechado de textiles Nueva York para compartirles
en septiembre de 1951, en su editorial acla- los objetivos e integrarlas al trabajo «por
ra que «no es una organización sectaria, las reivindicaciones de las mujeres» [19].
que pertenezca a una ideología determina- La revisión de una colección incompleta
da.» En otra nota de ese mismo ejemplar, ti- que se conserva de este periódico, ha permi-
tulada «Tareas organizativas que debemos tido observar elementos que aparecen con
realizar», convoca a las socias a «colocarnos frecuencia en sus números. En principio,
a la cabeza de la lucha por sus demandas, hay un apoyo irrestricto al proceso revolu-
para que las mujeres vean cómo lucha la cionario, en editoriales y notas se da infor-
AFG por sus intereses.» Más adelante dice mación sobre los avances logrados, sobre
que deben ver en AFG la organización que todo en relación con la Reforma Agraria:
lucha «por idéntico derecho al del hombre dan los nombres de las fincas denunciadas
de ocupar cargos electivos, ejecutivos y de para su expropiación; comentan sobre los
administración, por el cumplimiento del beneficios que ésta trae para la población,
principio: ‘a trabajo igual, salario igual’» [18]. manifiestan su rechazo a los abusos come-
Este primer número tiene un tono declara- tidos por la UFCO. Aparecen campos paga-
tivo, en el sentido de expresar los princi- dos por la Presidencia de la República, en
pios y dictar lo que debe hacerse. los que se convoca a apoyar al gobierno en
En portada del segundo número, el en- la implementación de la Reforma Agraria
cabezado publica la convocatoria para la impulsada por el gobierno de Jacobo Árbenz
Conferencia Nacional de la Infancia, misma como una solución económica para el país.
que está calzada por varios profesionales La infancia, su atención y protección,
especializados en el tema. En la misma pá- ocupan un espacio preponderante en es-
gina, en un recuadro se hace un «Llamado a tas publicaciones. En muchas portadas de
la mujer guatemalteca» en el que, apelan- Mujeres se aborda el tema, para la prepa-
do a su nobleza y sinceridad, atendiendo a ración de algún evento o dar información
sus papeles de madre, esposa y ciudadana, sobre la situación de la niñez en Guatemala
las invita a no ser indiferentes «ante la mi- y el mundo. La celebración de la Conferen-
seria y la explotación a que son sometidos cia Nacional de la Infancia, así como de la
sus semejantes», a continuación las invita Conferencia Internacional de Defensa de la
a incorporarse a AFG. En esa misma pági- Infancia, ocupan varias páginas de distin-
na, menciona a Hortensia Hernández Rojas tos números [20]. La AFG siempre puso én-
como una de las presentes en el homena- fasis en que su objetivo era luchar por los
je rendido a Dolores Bedoya, «patriota que derechos de las mujeres y de la niñez, con-
luchando contra los prejuicios de aquella
época, fue factor decisivo en el triunfo his- 19.– Mujeres, No. 2, Guatemala, octubre de 1951.
tórico del 15 de septiembre de 1821.» En 20.– Mujeres, No. 1, año I, Guatemala, 15 de septiembre de
1951; No. 2, Guatemala, octubre de 1951; No. 4, Guatema-
18.– Mujer, No. 1, año 1, Guatemala, 15 de septiembre de la, 20 de febrero de 1952, donde se publicó una «Carta de
1951. El titular de portada reza «Luchemos Contra la Ca- Defensa de la Infancia», donde se enumeran los principios
restía de la Vida» y como ilustración tiene la imagen de esenciales de acción; No. 7, Guatemala, 21 de mayo de
una madre abrazando a su niño, donde aparece la frase 1952, en el día de la madre dice «Honrémosla Luchando
¡Defendamos a nuestros hijos! por una Infancia Feliz», P. 04.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 127-141 137


Autora invitada

siderando que las mujeres estaban ligadas a transmitido por la radio nacional de Gua-
la maternidad y que era su responsabilidad temala, TGW.
en tanto madres, mejorar la situación de la En el ámbito internacional, dio a cono-
niñez. En un recuadro afirma: «El pueblo cer y planteó posiciones en torno a la de-
de Guatemala sólo podrá descansar cuando tención de mujeres como Olga Luzardo,
todos sus niños conozcan el bienestar y la opositora a la dictadura de Marcos Pérez
felicidad» [21]. Jiménez en Venezuela; exigió la liberación
En casi todos los ejemplares revisados, de mujeres salvadoreñas sometidas a tortu-
hallamos notas sobre conflictos labora- ras; denunció la situación de las mujeres en
les, como el de la Panamerican Airways Colombia y Centroamérica, donde se ejer-
­—PAA—, en 1952, al que AFG le dio apoyo ce el negocio de la trata; y exigió justicia
y seguimiento, así como ayuda para las fa- por la pareja de Ethel y Julius Rosemberg,
milias de los huelguistas; escuchó y publicó acusados de espionaje en Estados Unidos, y
las demandas planteadas por las locatarias condenados a morir en la silla eléctrica en
del Mercado No. 2 de la capital, quienes se 1953, caso que ocupó las páginas de publi-
quejaban de malas condiciones para su tra- caciones socialistas en el mundo [23]. Trans-
bajo y presionó al alcalde para introducir mitió información y comentarios sobre la
mejoras; acompañó a las trabajadoras de la participación en eventos internacionales,
fábrica de textiles Nueva York, visitó a las como el Congreso de los Pueblos por la Paz,
campesinas de Escuintla y a las del Bene- que se llevó a cabo en Viena, con participa-
ficio de Café La Moderna, que al momento ción de una delegación de AFG, en diciem-
de escribir la nota, estaba manejada por el bre de 1953, así como de su conferencia
Estado [22]. El apoyo proclamado a sus de- preparatoria, celebrada en Pekín (Beijing).
mandas, el acompañamiento e intercambio También dio informaciones sobre su re-
personal y la invitación a incorporarse a lación con la FDIM, congratulándose por
la AFG, son presentados en Mujeres como haber sido aceptada como socia y formar
acciones inherentes a su quehacer como parte de la misma junto con millones de
organización que lucha por los derechos mujeres en el mundo, «para la conquista de
propios de las mujeres. Aquí es importante los derechos de la mujer y el niño, así como
detenernos para destacar cómo la AFG, si- para la conquista de la paz» [24]. El lengua-
guiendo buscó acercarse a las mujeres tra- je y tono, la selección de temas y la forma
bajadoras y expandió su trabajo fuera de la de abordarlos son similares a los de otros
ciudad donde tenía sus oficinas, acercándo- partidos comunistas, influenciados por el
se a las mujeres del campo para fortalecer stalinismo que predominaba en la época.
la lucha a favor de la Reforma Agraria. Las mujeres que trabajaron en la AFG, fue-
Mujeres contó también con una sección ron fieles a ese estilo en el que se exalta la
titulada «Panorama, mirando a Guatema- patria, la maternidad, los logros del gobier-
la», donde colocó notas cortas sobre dis- no revolucionario y el internacionalismo.
tintos asuntos de coyuntura que iban desde El que no aparezcan cuestionamientos a la
denuncias de abusos hasta realización de igualdad, ni se mencione la sexualidad, es
eventos político-culturales. También hizo propio de un tiempo en el que «el ser revo-
publicidad del programa radial de AFG,
23.– Mujeres, No. 16, Guatemala, febrero de 1953, p.2.
21.– Mujeres, No. 16, Guatemala, febrero de 1953, p. 4. 24.– Mujeres, No. 4, Guatemala, 20 de febrero de 1952, sin
22.– Mujeres, No. 14, Guatemala, enero de 1953, p.2. número de página.

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

lucionarios no significaba cuestionarse las nina del Comité Central del PGT se men-
desigualdades entre sexos [25]. ciona que la AFG cuenta con 1577 socias
Siguiendo el modelo de la prensa feme- ubicadas en los departamentos del país [26].
nina tradicional, publicó una «Sección del Algunas consignas que adornaron el local
Hogar» donde aparecieron consejos para el del pequeño teatro donde se llevó a cabo el
arreglo personal, el trabajo doméstico, re- evento, postulaban «Pidamos el voto para
cetas de cocina y, por supuesto, cuidado de la mujer analfabeta», «Defendamos la Paz
la niñez. y la soberanía nacional para asegurar la fe-
Es notorio que en ninguna de las notas licidad del pueblo», «Exijamos el cumpli-
aparece el nombre de la autora, como sí lo miento del salario igual a trabajo igual» [27],
pusieron en algunas piezas literarias escri- demandas avanzadas que no llegaron a
tas por hombres. Este detalle llama la aten- concretarse debido a que el proceso demo-
ción porque revela un anonimato asumido, cratizador fue abruptamente interrumpido
que riñe con su representación como suje- a los pocos meses de realizado este encuen-
tas, en contraste con el periódico Octubre tro nacional.
y Tribuna Popular, ambos del PGT, donde Irma Chávez, Secretaria de organización
los autores sí tienen nombre y apellido. En de AFG e integrante del Comité Central
la investigación sobre la prensa comunista del Partido, quien participó en el segundo
se puede observar que entre las dirigentes congreso del PGT en 1952, planteó la ne-
nombradas en las páginas de la publica- cesidad de fortalecer la organización de las
ción, se repiten con frecuencia los nombres mujeres e instó a los integrantes a brindar
de las integrantes de AFG como Dora Fran- su apoyo para que las mujeres pudieran de-
co y Franco, Esther Urrutia, Irma Chávez, sarrollar su trabajo y apoyar a la revolución
Victoria Moraga, Hortensia Hernández Ro- expresó: «Debe ser claro para los camara-
jas, Concepción de Mencos, quienes fue- das que nuestro partido tiene una concep-
ron integrantes de la Junta Directiva de la ción distinta de la mujer, que la respeta y
alianza. dignifica, que le da derechos iguales y por
En noviembre de 1953, AFG celebró su consiguiente lucha por sus demandas, por
primer Congreso Nacional, con el objetivo su liberación y por su felicidad» [28]. Cabe
de darle a la organización una estructura decir que, si bien su alocución tiene rasgos
realmente democrática, fijar claramente que podrían parecer feministas por recla-
sus objetivos como organización popular, mar sus derechos, en su conjunto es más un
aprobar los estatutos y elegir a su Comité mensaje de adscripción al trabajo partida-
Ejecutivo nacional. Entre los temas a tratar, rio de apoyo a la Revolución, similar al que
aparecen en la agenda: a) Derechos civiles
y políticos de la Mujer; b) Mujer y Reforma 26.– «Sobre el Congreso de Alianza Femenina Guatemal-
teca». Caja 6, documento Y-X 2, Guatemalan Documents
Agraria; c) Problemas de la Mujer Trabaja-
Collections, Manuscript Division, Library of Congress,
dora; d) La Mujer en la Lucha por la Paz y Washington, D.C.
la Defensa de la Soberanía Nacional contra 27.– Nuestro Diario, Guatemala, 27 de noviembre de 1953,
la intervención extranjera; e) Defensa y págs. 1 y 10.
Protección de los Derechos de la Infancia. 28.– «Intervención especial Sobre el Trabajo en el FREN-
En un documento de la Comisión Feme- TE FEMENINO a cargo de IRMA DE ALVARADO en el SE-
GUNDO CONGRESO DEL PARTIDO GUATEMALTECO DEL
TRABAJO (P.G.T.), Guatemala, Diciembre de 1952. En: Caja
25.– Marisa Silva Schultze, Aquellos comunistas (1955- 6, documento 8013, Guatemalan Documents Collections,
1973), Uruguay, Ediciones Santillana, 2009, p. 50. Manuscript Division, Library of Congress, Washington D. C.

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Autora invitada

Mural «La Gloriosa Victoria», de Diego Rivera, alusivo a la intervención norteamericana en el


derrocamiento del presidente democrático de Guatemala Jacobo Arbenz (Fuente: Histocom20).

emitió María Vilanova de Árbenz, esposa explicando que su permanencia en la presi-


del presidente, en su discurso ante el Con- dencia era el pretexto para una invasión [30].
greso de AFG: «La suerte de la mujer gua- Unos meses antes, las integrantes de
temalteca está particularmente ligada a la AFG anunciaron su apoyo incondicional a
suerte de la Revolución de nuestro país» [29]. la Revolución e inclusive dijeron estar dis-
Las fuerzas contrarrevolucionarias na- puestas a tomar las armas para defenderla
cionales, sus aliados regionales, la Agencia  [31]
. Las condiciones para hacerlo no se die-
Central de Inteligencia —CIA, por sus si- ron, y en vez de salir a luchar a las calles,
glas en inglés— y el Departamento de Es- tuvieron que asilarse en las embajadas para
tado norteamericano, implementaron una resguardar sus vidas. El exilio fue el desti-
serie de acciones, desde las psicológicas y no de muchas de aquellas comunistas que
económicas hasta las armadas, en lo que se soñaron con la felicidad y el bienestar. La
conoce como Operación PBSuccess, para primavera fue interrumpida y durante más
derrocar a quien en ese momento conside- de treinta años, el terror y la violencia do-
raban enemigos para la democracia, Jacobo minaron a la sociedad que vio morir a miles
Árbenz y la Revolución Guatemalteca. La de personas señaladas de comunistas.
campaña anticomunista, respaldada por la En la ciudad de México, a finales de los
alta jerarquía de la Iglesia Católica, los me- setenta, conocí a algunas de estas muje-
dios de comunicación, la Cámara del Agro res, con quienes participamos en eventos
y los empresarios, tuvo éxito entre secto- sobre Guatemala, y con quienes sostuve
res de la población que, atemorizados por relaciones amistosas [32]. De ellas escuché
falsas amenazas, dieron su apoyo a la in-
30.– Piero Gleijeses, Shatered Hope. The Guatemalan Revo-
tervención que encabezó el Coronel Carlos
lution and the United States, 1944-1954, New Jersey, Prince-
Castillo Armas desde Honduras. El 27 de ju- ton University Press, 1991, pp. 342-351.
nio Jacobo Árbenz hizo pública su renuncia, 31.– Nuestro Diario, Guatemala, 22 junio 1954, p. 5
32.– María Jerez de Fortuny, Elsa Castañeda de Guerra Bor-
29.– La Nación, Guatemala, sábado 5 de diciembre de 1953. ges, Thelma de Gómez Padilla, entre quienes integraban

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Las comunistas de la década revolucionaria en Guatemala... Anamaría Cofiño Kepfer

relatos que me permitieron tener una mi- segada por la furia anticomunista. Mujeres
rada más íntima de lo que para ellas, co- jóvenes y de distintas edades, identifica-
munistas, implicó la revolución y su fatal das como comunistas fueron perseguidas,
interrupción. capturadas, torturadas, desaparecidas y
La militancia del PGT, pese a la desban- asesinadas [33].
dada hacia el exilio y las persecuciones, Las mujeres comunistas que militaron
continuó luchando desde la clandestinidad en ese tercer periodo de la vida partidista
por «Guatemala, la Revolución y el Socia- son sujetas de una investigación que, se es-
lismo» hasta los años ochenta, cuando se pera pueda arrojar luces sobre su militancia
desató la peor ola de violencia, durante la en el PGT, en el contexto de la guerra con-
guerra contra insurgente que duró 35 años. trainsurgente, y los efectos que ello tuvo en
La vida de cientos de sus integrantes fue sus vidas y en la del país.

33.– Cinco militares del ejército de Guatemala están acu-


sados de violaciones sexuales y delitos contra los dere-
chos de la humanidad por el secuestro, captura, tortura y
violaciones sexuales continuadas de Emma Molina Theis-
sen, detenida portando documentos del Partido Guate-
la Unión Nacional de Mujeres de Guatemala–UNAMG- en malteco del Trabajo, en un retén militar en septiembre de
el exilio. 1981.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 127-141 141


Debates

Mucho ruido y pocas nueces. La


falsedad del fraude del Frente popular
José Luis Martín Ramos*
Universitat Autònoma de Barcelona

1 yan incisos que aparentan matizar, las con-


clusiones finales que el lector sacará (y que
A final de cuentas, el explosivo anuncio ellos han repetido literalmente en los me-
de Payne en 2016 de que Manuel Álvarez dios: «los fraudes probados otorgaron, así,
Tardío y Roberto Villa iban a demostrar el una mayoría absoluta en la primera vuelta
gran fraude de las elecciones de 1936, que a la coalición de izquierdas»), son que el
deslegitimaban de raíz al Frente Popular, Frente Popular ganó con trampa; y que esa
se queda en una explosión de fuegos artifi- trampa la preparó y la cebó con un asalto a
ciales, que redunda en las interpretaciones las calles que hizo caer al gobierno Portela
conocidas de los autores sobre la república y sustituirlo por Azaña, que fue quien tole-
democrática del 31, pero que, sin poder con- rándola finalmente la convalidó. No solo se
cluir en el vuelco anunciado por Payne, y deslegitima, de hecho, la victoria del Frente
por los propios autores en su libro, siembra Popular, sino la formación de su gobierno,
de sospechas el importante cambio político del cual se dice —inventándose la Constitu-
de 1936. El libro —1936. Fraude y violencia ción— que tenía que haberse limitado a un
en las elecciones del Frente Popular— es- gobierno de gestión en vez de extralimitar-
perado por la derecha historiográfica y me- se desde el primer momento….impulsando
diática, ha recibido una cadena hiperbólica un decreto de amnistía ¡que votó incluso la
de felicitaciones que han redundado en la CEDA! En medio de un farragoso discurso
ilegitimidad del Frente Popular y en los ar- descriptivo -con constantes reiteraciones
gumentos de legitimación de la sublevación de hechos- van colocando conclusiones que
de julio. Álvarez Tardío y Villa (en lo sucesi- no están en proporción con tales hechos. Da
vo, ATV) se han quejado de ello, con la boca la sensación final de que los autores hayan
pequeña, y han protestado que ellos no pre- estado buscando un asesinato —el que in-
tendían eso y que son inocentes, que no son vocaba Payne, el que han invocado los me-
sus interpretaciones. Que no se engañen. Lo dios de la derecha de hoy que han jaleado su
reconozcan o no, su trabajo camina por esa libro— que no han conseguido encontrar;
senda, y aunque en algún momento inclu- ante lo cual, sin poder cumplir aquel primer
* Es autor de: El Frente Popular. Victoria y derrota de la de- objetivo lo reducen a la sospecha de un ho-
mocracia en España, Baarcelona, Pasado y Presente (2012) micidio, quien sabe si imprudente incluso.

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

Dolores Ibárruri durante un mitin de apoyo al Frente Popular. Madrid, primavera de 1936 (Foto:
Archivo HIstórico del PCE).

El primer capítulo del libro, una síntesis primacía indiscutible de los derechos in-
muy parcial del bienio que había empeza- dividuales. Pero no eran partidarios de un
do con la victoria de las derechas en 1933, régimen político que anulara las libertades
pone en evidencia el peculiar método dis- de expresión, reunión y manifestación; y ni
criminatorio, maniqueo, de uso de la docu- siquiera querían suprimir el Parlamento»
mentación y de exposición. Se nos presenta (pág. 17). La apostilla final ilumina el senti-
una imagen edulcorada de la CEDA, donde do de esa versión. ATV se basan para esa in-
se dice predominaba el sector más modera- terpretación en la presentación en Cortes,
do —ya se vio en el éxito que las propuestas en 1935, de las líneas generales de la refor-
de Giménez Fernández tuvieron en el seno ma constitucional pactadas con el Partido
de su partido— y de su líder Gil Robles. Radical, pero escamotean que el objetivo de
Edulcoración y maniqueísmo en el uso de la CEDA iba más allá, como lo confesó de
la documentación que se manifiesta en esa manera pública Gil Robles en los mítines
presentación de la propuesta de reforma organizados por las JAP: su objetivo era la
constitucional cedista tan inocente: «An- sustitución del parlamentarismo democrá-
helaban un sistema político más favorable tico (la democracia inorgánica) por un ré-
para los católicos, querían un modelo cor- gimen autoritario, similar al Estado Novo
porativo para las relaciones laborales, ha- de Salazar, en el que el Parlamento pasaría
blaban de reforzar el poder ejecutivo frente a ser un poder subordinado, las libertades
a la inestabilidad y la parálisis parlamen- individuales discutidas y los derechos de
taria y eran radicalmente antimarxistas y expresión y manifestación discriminados
enemigos de la visión liberal clásica de la de acuerdo con el contenido de las corres-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 142-162 143


Debates

pondientes expresiones y manifestaciones. Gil Robles en el encumbramiento de de-


Es lo que públicamente manifestó Gil Ro- terminados militares por el hecho de que
bles en sus discursos en los mítines orga- fueran conservadores y sintonizaran con
nizados por las JAP. Pero ATV no tienen en su rechazo a la República del 31, pero sobre
cuenta este último detalle; es más, en el todo no acepto que se pase por alto que no
ensayo biográfico de Álvarez Tardío sobre sólo hubo una sublevación en julio de 1936,
Gil Robles lo deja fuera del marco interpre- sino que hubo un proceso conspirativo muy
tativo, sosteniendo que esas no eran más anterior. Y escamotean el conflicto social;
que palabras para contentar a sus inquietas no existe para ellos más conflicto en la Re-
juventudes. Cuando analizan discursos de pública que el católico. De manera que el
José Díaz o de Largo Caballero, en sintonía comportamiento de la izquierda obrera no
con los auditorios que tienen, ATV no los es ninguna manifestación de conflicto so-
interpretan, en cambio, ni siquiera como cial, sino de la suma de ambición de poder
mensajes de propaganda, sino como men- de sus dirigentes y de la barbarie de sus ba-
sajes programáticos, como propuesta de ses; el movimiento obrero queda reducido
objetivos inmediatos. Eso es maniqueísmo a la condición de manifestación del pueblo
en el uso de las fuentes. La rectificación au- incivilizado: intimida, violenta, se que-
toritaria y corporativa de la República fue ja sin razón o exagerando las razones… El
desde el primer momento el objetivo de Gil conflicto queda encorsetado en el conflicto
Robles y la razón por la que Alcalá Zamora partidario y la política reducida a su dimen-
no accedió a darle los definitivos puestos de sión más negativa de lucha por el poder, se-
mando del gobierno. gregada de su dimensión social. Desde esa
No solo distorsionan el objetivo estra- perspectiva, para ellos la polarización del 36
tégico de la CEDA, escamotean el contex- fue resultado de los acontecimientos del 34
to europeo, que explica muchos compor- y sobre todo del hecho de que las izquierdas
tamientos políticos españoles de la época, no lo condenaran; la obsesiva insistencia
consecuencia directa de él o de la percep- en la no condena de octubre de 1934 sugie-
ción que de él se tuviera. Escamotean tam- re que un nuevo «octubre» era, en el fondo,
bién la cuestión militar. Resulta escanda- el plan oculto de la izquierda obrera. Las
loso cómo se disfrazan los importantes derechas no tienen, para ellos, arte ni par-
cambios de Gil Robles como Ministro de la te en esa polarización. Octubre del 34 solo
Guerra dando el mando a significados mili- existe como insurrección, no existe como
tares enfrentados, por una u otra razón con represión. ATV minimizan la represión, que
la República, conspiradores intermiten- no se limitó al sofocamiento del levanta-
tes algunos de ellos antes de 1936 y luego miento de Asturias, cruento, de brutalidad
a partir de marzo de 1936 organizadores desproporcionada; olvidan que se extendió
conscientes de una sublevación para la que en forma de despidos masivos de trabaja-
asumen —si no desean, algunos— el riesgo dores en razón no de su acción sino de su
de la guerra civil: Fanjul, Franco, Goded... carnet, de desahucios de campesinos arren-
ATV se escudan en que no puede hacerse datarios (más de 2.000 desahucios de rabas-
una lectura retroactiva desde la subleva- saires en Cataluña, tirando por lo bajo), de
ción de julio de la gestión de Gil Robles en detenciones y procesos arbitrarios como el
1935 y de sus comportamientos en febrero de Azaña, de sustitución masiva de ayunta-
de 1936. No sé por qué no puede conside- mientos electos por gestoras integradas por
rarse la parte de responsabilidad que tuvo miembros de la derecha, de imposición in-

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

decente y políticamente afrentosa de Pich la intervención de la fuerza pública. Esta se


y Pon al frente de la Generalitat interve- fundaba en el hecho cierto de que la cam-
nida. Su menosprecio llega al extremo de paña electoral había sido muy violenta,
burlarse de la reivindicación de la amnistía, hasta el punto de registrarse un número de
que consideran injustificada porque, dicen agresiones, muertos y heridos sin prece-
ellos, no afectaba a 30.000 detenidos como dente en ninguna otra convocatoria elec-
sostenían las organizaciones obreras sino toral». Aunque luego añaden, no sin dejar
«solo» a 8.000, cifra que deducen, pero no de contradecirse con la boca pequeña —re-
documentan. curso constante— que «la violencia no fue
tan generalizada como para obstaculizar
2 decisivamente el proceso electoral, pero sí
fue una manifestación contundente de la
ATV se aplican a la tarea de desacredi- radicalización política» (pág. 520). Para ese
tar todo lo que puedan el proceso electo- viaje no eran necesarias alforjas; Tusell ya
ral y poner entre interrogantes su resulta- había concluido que se produjeron inciden-
do. De entrada, desacreditan la formación tes, pero que no tuvieron trascendencia sig-
del Frente Popular, que sólo explican en nificativa en el resultado global.
su tramo final, poniendo el acento en las Sostienen que la campaña electoral es-
diferencias entre sus componentes y no tuvo afectada por una violencia «sin paran-
en sus acuerdos finales; e insistiendo, sin gón anterior». Para empezar el parangón
reconocerlo de manera explícita, en la te- se limita al período republicano y se elude
sis del «plan oculto» —tan querida por su considerar la incidencia de la violencia en
protector Payne y tan poco original— al los procesos electorales desde el restable-
sostener sucesivamente dos interpretacio- cimiento del sufragio masculino universal.
nes, que encima son contradictorias: que el La comparación se establece en exclusiva
programa de la izquierda obrera, que para con las elecciones de 1933, convertidas en
ellos domina la gestión del Frente, era el de referencia fundamental de limpieza elec-
la insurrección de octubre de 1934, y que toral y, sobre todo, de resultados (los de
aunque fuese un programa moderado —que 1933 tendrían que avalar o desacreditar
ellos no lo creen, porque reputan de revo- los de 1936 en caso de conflicto), lo que es,
lucionaria incluso la progresividad de los cuando menos, una barbaridad estadísti-
impuestos directos— no importa porque ca. Pero además esa comparación se hace
fue un «papel mojado» y porque los valores trufada también de errores estadísticos. En
que reclamaba dicho programa (libertad, el capítulo 6, «Católicos y anarquistas. La
justicia, democracia, progreso social) «no violencia electoral» —un mejunje curioso—
se entendían desde presupuestos liberal- después de sostener que «en la España de
democráticos, sino ligados a un proyecto la Segunda República la violencia política
político exclusivo» (pág. 88). tuvo un papel relevante», como si no hubie-
En el epílogo sostienen que «nuestro es- ra existido antes y, sobre todo, como si sólo
tudio supone un vuelco respecto de lo que entonces hubiera sido relevante, se compa-
ahora sabemos» (pág. 518). De entrada, en ran los 27 muertos y 58 heridos graves de
que «hasta ahora la mayoría de historia- la campaña de 1933, con los 41 y 80 de la
dores habían proporcionado una imagen de 1936; aunque para empezar se introduce
de normalidad de la jornada del día 16 que ya un elemento de confusión al reconocer
resulta bastante engañosa si no se explica ellos mismos que 9 de los 41 muertos no es

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 142-162 145


Debates

seguro que lo fueran por razones de violen- nio de 1936 con lo que como en un episodio
cia política, con lo que la cifra de compara- pueden haber diversos «actos» las cifras se
ción habría de ser 32. Pero eso no es lo más abultan; con una diferencia, mientras que
grave, falsean la comparación estadística al en el trabajo sobre la violencia anticlerical
obviar la diferente duración de ambas cam- la trampa era constatable al dar el detalle
pañas, que fue de 40 días en 1933 y de 47 de episodios y acciones, aquí no es posible
en 1936. Si hacemos la correlación, impres- porque sólo se nos proporciona el cuadro.
cindible, entre tiempo y víctimas mortales, El cuadro es materialmente insostenible
y solo consideramos las que en efecto ellos por la heterogeneidad de sus componentes
consideran como indudablemente fruto de y por las confusiones conceptuales que hay.
la violencia política, el coeficiente resultan- Los 487 «actos» que registran incluyen 25
te es de hecho el mismo: el 0,675 en 1933 que corresponden a detenciones guberna-
y el 0,680 en 1936. ¿Dónde está el salto sin mentales, lo cual sería muy discutible como
parangón? En la morbosa imaginación de «violencia política electoral», o en todo
ATV. La cifra en la que sí hay una diferencia caso tendría que discriminarse caso por
sustancial es la de los heridos, pero si no se caso; y mezclan razones políticas con razo-
nos da el detalle de las circunstancias en las nes sociales que nada tendría que ver, for-
que se producen es imposible de interpretar, zosamente, con la violencia electoral. Hay
más allá del juicio de intención; quizás solo dos filas definidas inadecuadamente: la de
se pueda suponer que en 1936 los inciden- «detenciones policiales con violencia (mo-
tes de grupo fueron más tumultuosos que en tivos socio-políticos)» que suman 19 actos y
1933, pero eso no es en sí mismo un indica- «atentados políticos o socio-laborales», 70;
tivo del nivel de violencia, puede serlo sen- en ninguno de ambos casos se tenía que ha-
cillamente del nivel de movilización. Y en ber hecho semejante suma de motivos polí-
esto último podemos estar de acuerdo, en la ticos, sociales y laborales en un cuadro que
campaña de 1936 hubo una mayor movili- pretende establecer la violencia política y,
zación; lo que no es malo, sino bueno desde además, en campaña electoral. Esa incorpo-
una perspectiva democrática. Por cierto que ración de actos sociales o laborales ponen
un supuesto también recurrente en su libro más que en entredicho que fueran violencia
es que no hubo más víctimas gracias a la política electoral las acciones atribuidas a
intervención policial; por más que las fuer- los anarquistas (4 muertos de una lista de
zas de orden causaron 8 de los 41 muertos, 41), con lo que la cifra de dudosos incluso
frente a 6 causadas por derechistas, 8 por podría ser superior a 9 (ATV solo reconocen
elementos del Frente Popular y 4 por anar- que de esos 9, dos lo fueron producidos por
quistas (ellos asignan 6 víctimas a la acción anarquistas). En las cuestiones de la vio-
de desconocidos que presuponen que sean lencia hay que ir con mucho más cuidado
en un caso de derechas y en 5 de izquierdas). en la cuantificación, la conceptualización y
La incorrecta manipulación estadísti- la interpretación. El vuelco de la violencia
ca para sostener eso de la violencia políti- «sin parangón» no queda demostrado; pero
ca «sin parangón» se manifiesta también la piedra ha sido lanzada.
en un cuadro de «Actos de violencia» en la
campaña electoral en el que, para empezar 3
reinciden en enumerar actos y no episo-
dios, como ya hicieron en su trabajo sobre El segundo supuesto vuelco en la inves-
la violencia anticlerical entre febrero y ju- tigación es el que sostiene, bajo un título

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

Propaganda del Frente Popular ante las elecciones de febrero de 1936 (Archivo Histórico del PCE).

algo peliculero —«cuatro días de febrero»— inequívoco: «en las horas previas se hizo
un desbordamiento general de las institu- evidente que no todos iban a aceptar una
ciones por la izquierda frentepopulista y posible derrota. El Socialista anticipaba en
particularmente la obrera; que habría ope- su editorial el mismo 16 que <en un juego
rado desde la misma tarde-noche del 16 de sucio, como el que se ha planteado ahora,
febrero en forma de manifestaciones, mo- jugamos tan solo a ganar>» y tanto el diario
tines en las cárceles y diversas formas de socialista como el republicano El Heraldo
«intimidación», palabra clave y repetida ponían en guardia ante los posibles puche-
de manera recurrente en la exposición de razos que produciría un control tan genera-
ATV. Desbordamiento que llevó al aban- lizado de los municipios por «gestoras mo-
dono precipitado del gobierno por parte nárquicas» (pág. 275). Deducir de todo eso
de Portela y al asimismo precipitado —y se que socialistas y republicanos se disponían
sugiere que injustificado— acceso del Fren- de entrada a desconocer el resultado si les
te Popular al poder, lo que validó el artero era adverso y sugerir que ya se preveía algu-
objetivo de aquellos desbordamientos de na acción contra los resultados electorales
masas y propició por un lado la celebración efectivos es una absoluta grosería de inter-
de las elecciones pendientes todavía en un pretación. ¿Es que no todos iban a ganar?
clima de coerción de la izquierda y por otro El Socialista y El Heraldo estaban llamando
los definitivos falseamientos de los escruti- a la participación e incluso a la vigilancia,
nios. Para predisponer al lector a entender lo que no era innecesario. Sólo una amplia
de una manera determinada la secuencia de participación les podía dar la victoria y con
los hechos ATV la inician con un mensaje las elecciones municipales sin hacer —es-

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Debates

taban pendientes desde 1934— una gran 18 de julio de 1936» elaborado por el régi-
cantidad de municipios, sobre todo en la men franquista, que ATV dicen no compar-
España rural, estaban en manos de gestoras tir, pero que incluso utilizan en algún caso
nombradas primero por el gobierno radical- como prueba documental válida, sin más
cedista y luego por Portela, quien en una úl- (lo veremos más adelante).
tima maniobra removió todos los gobiernos La jornada electoral del 16 fue, salvo
civiles y los delegados gubernativos. A la excepciones —por graves que localmente
derecha no le preocupaba tanto esa cues- fueran—, aceptable. Lo han de reconocer
tión porque estaba absolutamente conven- ATV aunque no pueden ahorrarse un nuevo
cida de su victoria, que pregonaban como juicio de intención al afirmar que si resul-
cierta en su prensa antes de las elecciones. tó así fue por el extraordinario despliegue
¿Podrían considerar eso ATV también una de las fuerzas de seguridad; ignorando que
incitación al desconocimiento del resultado el Frente Popular y sus organizaciones lla-
si no se cumplía tal previsión? Una nueva maron a una votación tranquila. El Frente
doble vara de medir las fuentes. Popular, las izquierdas están siempre bajo
El sectarismo de ATV les lleva a ver en la sospecha en el trabajo de ATV; el resto, solo
movilización del frentepopulismo siempre en alguna ocasión, siempre que no afecte a
una amenaza a la democracia, una mani- Gil Robles al que libra de toda sombra de
festación de una mera ambición de poder y sospecha. Que tras conocerse la victoria en
de los instintos bárbaros de las turbas ¿No Madrid, que nadie discutió, y en Cataluña,
había razones para esa actitud de moviliza- también indiscutible, y la probabilidad de
ción? De sobra, entre ellas la amenaza del que fuera el Frente Popular el que mayores
golpismo que pendía sobre la república de- opciones tenía de ganar, se produjera una
mocrática, que no por generar rumores era concentración en Puerta del Sol no tiene
menos cierta; el río no sonaba porque sí. No la significación subversiva que le atribu-
voy a discutir que se produjeron inciden- yen ATV ¿Por qué las manifestaciones solo
tes, episodios de violencia en una situación han de tener significación subversiva y no,
de desconcierto por el comportamiento de también, de celebración? Como reconocen
Portela, pero hacer de eso el fantasma de los autores, el Comité del Frente Popular
una casi insurrección general es absolu- desautorizó una octavilla anónima que su-
tamente desproporcionado. Sin embargo, gería convertir la celebración en protesta y
esa desproporción es imprescindible en a pesar de todo se empeñan en afirmar que
el relato de ATV porque crea un clima de eran mucho más que celebraciones y que se
pre-asalto al poder de las masas populares, produjo «un goteo constante de episodios
que justifica su interpretación pero que en con distintos niveles de gravedad», que jus-
aquel momento no existió de ninguna ma- tificarían en su opinión las gestiones —pre-
nera. Ese relato de ATV no es tan novedoso, siones, digo yo— de Gil Robles, de Franco,
tiene sus antecedentes en bibliografía an- de Fanjul y de Goded para tomar decisiones
terior; desde las memorias de Gil Robles, extraordinarias, rozando lo extremo.
en la que la secuencia del desbordamien- «Más que incidentes» es el subtítulo con
to de las masas a Portela es también clave el que ATV juegan a desacreditar la imagen
para la consideración de la para él irregular de normalidad mayoritaria durante la jor-
y no justificada formación del gobierno de nada electoral. Lo que luego describen no
Azaña hasta el «Dictamen de la Comisión son otra cosa que incidentes, por más que
sobre ilegitimidad de poderes actuantes el exageren su trascendencia prejuzgando

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

que «sin bien no fueron generalizadas, sí ven obligados a añadir «pero no es menos
es cierto que la reiteración indica una vio- cierto que, antes de los disparos, se había
lencia latente significativa». Pero, ¿de qué entablado una fuerte discusión», en la que
están hablando? De diversos episodios dis- al representante cedista, que se quejaba
persos, en Andalucía, Galicia, Asturias, País ante la mesa de supuestas irregularidades,
Vasco, Aragón, la mayor parte de signo me- «se le propinó un fuerte golpe». El comen-
nor por muy lamentables que fueran (como tario es absurdo, en casi todos los enfrenta-
las coacciones a grupos de monjas para que mientos, excepto los atentados que sufrie-
no pudieran ir a votar, las peleas entre sim- ron militantes de izquierda —a un vendedor
patizantes, el apedreamiento de un candi- de prensa los falangistas le obligaron a be-
dato de la derecha) y algunos con conse- ber gasolina— hubo primero alguna fuerte
cuencias mayores, al aparecer las navajas, discusión, que fue a más porque alguien te-
las pistolas, o las fuerzas de orden público. nía pistola o navaja.
ATV citan una treintena de incidentes con- Esta peculiar exposición de sucesos sir-
cretos, de los que una docena larga se pro- ve a ATV para desacreditar la versión del
dujeron en Galicia y, sin precisar, «muertos gobierno de que la jornada fue tranquila y,
y heridos de diferente consideración» en las sobre todo, para concluir que «todo ello fue
provincias de Córdoba, Guipúzcoa, Navarra, un mal augurio y anticipó los desórdenes
Oviedo, Salamanca, Santander, Sevilla, To- que comenzaron a propagarse durante la
ledo y Zaragoza, de los que solo concretan tarde y noche del 16 de febrero». Estable-
media docena de ellos, los que tuvieron cen así una relación de continuidad abso-
consecuencia de muerte, por lo que hemos lutamente insostenible. Lo cierto es que el
de suponer que el resto fueron de carácter grueso de las elecciones tuvo un transcurso
tan menor que ni siquiera ATV han consi- normal y su resultado ya anticipó una vic-
derado oportuno señalarlos. Eso no descri- toria —ajustada, pero victoria— del Frente
be un cuadro de nada que sea «más que in- Popular, de la que sólo quedaba por conocer
cidentes», por más que los que produjeran si llegaría a mayoría absoluta y las dimen-
muertes resultaran irremediables. siones de ésta si se producía. El recuento
Por otra parte, la responsabilidad de los de las elecciones del 16 habría de ser algo
incidentes más graves correspondió a las largo y accidentado y la gestión informati-
derechas: de los 10 muertos reconocidos, 8 va que el gobierno Portela hizo del mismo
lo fueron de izquierdas, a manos de falan- resultó muy poco acertada; dominada como
gistas, japistas o cedistas y en un caso de la estaba por el conocimiento del estrepitoso
guardia civil, por un muerto cedista y otro fracaso de su Partido del Centro. Tenemos
cuya filiación política no se da. La propor- experiencias recientes de cómo gobiernos
ción es tan elocuente en perjuicio de la iz- perdedores alargan y enredan todo lo que
quierda que extraña que ATV, que señalan pueden los recuentos. A pesar de todo, en el
tantos detalles, no hayan subrayado éste de 1936 en ningún momento se invirtió de
y sacado conclusiones. Sí, en cambio, se manera clara la tendencia; por más que el
permiten comentarios increíbles, para ex- Gobierno Portela intentó reducir el impacto
culpar las agresiones perpetradas por ele- inmediato manteniendo por algunas horas
mentos derechistas: en Antas de Ulloa, los la expectativa de un triunfo, no de las de-
japistas malhirieron a tiros a un presidente rechas, sino de la problemática suma de las
de mesa y a un partidario de Portela y, como derechas y el centro (dicho sea de paso, ATV
quiera que no pueden negar que fue así, se recurren más de una vez a la improceden-

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cia de sumar las fuerzas centristas a la de tarse que ATV están, una vez más, sumando
las poco avenidas de la derecha; no signi- contra el Frente Popular todo lo que no era
ficaban políticamente lo mismo, ni mucho Frente Popular.
menos, y además el portelismo estuvo más El 19, cuando se produjo el cambio del
cercano de las izquierdas que de las dere- gobierno, en el cuarto de aquellos días de
chas en muchas de las circunscripciones). febrero, Martínez Barrio y Azaña —y Alca-
En la madrugada del 17, gracias al voto lá Zamora lo aceptaba, a regañadientes—
de las grandes ciudades, el Frente Popu- consideraban que el Frente Popular tenía
lar iba por delante y en la mañana del 17, 217, a 20 de la mayoría absoluta (no de una
Portela anunció en el Consejo de Ministros cincuentena, como de vez en cuando se in-
que aquel ya podría estar contando con 193 sinúa en el libro). Azaña se quejó de tener
diputados. Ese es el dato que vale y no las que asumir el gobierno sin saber cuál era su
informaciones o intoxicaciones que ATV ci- mayoría definitiva, pero no rechazó formar
tan del embajador portugués que atribuía la gobierno —ATV citan la queja, pero no con-
victoria al «Bloque de derechas», o del can- sideran el valor de la aceptación— porque
didato granadino Melchor Almagro, según a pesar de todo, lo que había quedado claro
cuya versión Portela le había asegurado que a lo largo de esos días es que la formación
las derechas y el centro sumarían mayoría ganadora era el Frente Popular, que podría
(pág. 362); utilizar estas dos manifesta- llegar a la mayoría absoluta o que tenía
ciones como documentación firme, frente margen de negociación con otras forma-
a la del Consejo de Ministros es ridículo. ciones políticas para revalidar su gobierno
Como ATV reconocen, «los escrutinios del en las nuevas Cortes cuando se constituye-
17 solo eran terminantes en que el Frente ran. Y que la CEDA y Renovación Española,
Popular iba por delante en el escrutinio y que no tenían acordado ningún programa
en que sus adversarios sólo podían enco- de gobierno y cuya alianza era fundamen-
mendarse, para ganarle, a los votos de los talmente negativa (contra la «revolución»,
distritos rurales aún por ganar» (pág. 363); que nadie que fuera significativo proponía
el primer «solo» sobra, desde luego, pero no en ese momento) no estaban en condicio-
pueden evitar trufar los irremediables re- nes de formar un gobierno que pudiera te-
conocimientos de la realidad con fórmulas ner el apoyo final de la cámara.
adversativas. Siguiendo a ATV, los datos ya
indiscutiblemente definitivos, en la tarde 4
del 17 de febrero —los que correspondían a
las circunscripciones en las que el ganador Desde la tarde del 16 la sensación domi-
aventajaba claramente a sus competidores nante era la del triunfo del Frente Popular
y estaba por encima del 40% para llevarse o, si se quiere, la de la derrota de la CEDA y
los escaños por mayoría— daban al Frente sus aliados. Más allá de las manifestaciones
Popular 65 escaños, mientras que «la CEDA parciales a la prensa, de las exageraciones
y sus aliados» quedaban en 51 y el Partido de unos y otros, e incluso de las intoxica-
del Centro no tenía ninguno. Otra mani- ciones informativas, ésa era la situación
festación clara de cuál era la tendencia. En y produjo tres respuestas: la primera, que
la mañana del 18 la situación se mantenía sólo desde el sectarismo se puede conside-
con una ampliación de resultados definiti- rar improcedente, la celebración de los sim-
vos: 198 escaños para el Frente Popular y patizantes del Frente Popular; la segunda,
161 para «sus adversarios», pero ha de no- las presiones políticas y militares que muy

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

Cola de votantes en Madrid,16 de febrero de 1936 (Foto: Autoría desconocida).

pronto se ejercieron sobre Portela; y final- lentos son señalados como una indicación
mente la espantada de Portela, que enturbió de esa voluntad de desbordar la situación,
la sucesión gubernamental, pero que nunca despreciando en la práctica las reiteradas
pudo ni poner en duda ni su legalidad ni su llamadas a la calma de los dirigentes del
legitimidad. Frente Popular. La retórica de los autores
Para ATV la respuesta fundamental, la exacerba el relato para subrayar la ima-
clave de todo, fue la primera, considera- gen que pretender dar de golpe de masas;
da no como una celebración sino como apostillando las manifestaciones de Madrid
una gran maniobra de intimidación, en la del 16 de febrero y el relevo de autoridades
práctica un movimiento de acoso al poder, en Cataluña —hecho con toda normalidad,
preludio del asalto. Los términos con que por cierto— concluyen: «de acuerdo con el
describen y califican las manifestaciones Gobierno, no pasaba nada, pero empeza-
reinciden en la ausencia de toda reflexión ba a pasar de todo» (pág. 286). ¿De todo?
social en su trabajo, y en un menosprecio ¿Qué todo es ese? Y siguen: «la noche del
de la manifestación popular. Todo es visto 16 […] comenzaron los desórdenes»; dan-
como una magna maniobra, dirigida —pues do una imagen de desorden general que no
se habla literalmente de instrumentaliza- correspondió a la realidad —sin negar que
ción— para forzar a Portela a abandonar el en efecto se produjeron incidentes disper-
poder antes de que se completaran las elec- sos—, que ATV necesitan para justificar, y
ciones con los comicios pendientes por no legitimar, la otra cara de la moneda de su
haberse podido celebrar y con el recuento relato: la reducción de las presiones de Gil
completo de votos. Y los incidentes vio- Robles, Franco y más adelante otros gene-

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rales, a meras «solicitudes» (es el término había llegado ya la hora, reaccionó consi-
que utilizan, «solicitaron») de una respues- derando en firme la posibilidad de un golpe
ta enérgica de orden público, a la altura de militar. Las palabras de Gil Robles son bien
la supuesta generalidad y gravedad de esos claras, por más que se escudara en que la
desórdenes. ATV eluden considerar que un primera iniciativa le vino de Fanjul, que
factor de impulso de esas movilizaciones, y propuso sublevar la guarnición de Madrid,
no menor, no fue solo la celebración, y la cosa que según el propio dirigente de la
demanda del cumplimiento de la promesa CEDA rechazó no por estar en contra por
electoral de amnistía de manera inmediata, principio, sino porque «no me parece ade-
sino el temor a que una intervención mili- cuado el medio que me propone» añadien-
tar interfiriera lo que estaba pareciendo — do, al parecer, «hoy no se hacen los pronun-
por más que no se hubiese confirmado por ciamientos como en el siglo XIX, sobre todo
completo— una victoria del Frente Popular, cuando hay que contar con una fuerte reac-
relativa o absoluta. ción de las masas encuadradas en el par-
La indulgencia, la minimización de la es- tido socialista y en la CNT». Para ATV Gil
pada militar suspendida sobre la república Robles fue un modelo de demócrata, ¿es esa
democrática es uno de los puntos clave de la respuesta de un demócrata? Pero no solo
la obra. Minimización que pretende zanjar- respondió a Fanjul con argumentos que no
se a cuenta del término usado por González condenaban la intervención militar sino
Calleja de «golpe legal», sosteniendo que que se movían en consideraciones sobre su
eso es un oxímoron, porque, dicen, o es gol- éxito, sino que encima le dio un encargo:
pe o es legal y en cualquier caso nunca se «Ahora bien, si el Ejército, agrupado en tor-
planteó. Dejemos de lado la discusión sobre no a sus mandos naturales opina que debe
las palabras y vayamos a los hechos; no sin ocupar transitoriamente el poder con obje-
aclarar que en historia ese «golpe legal» no to de que se salve el espíritu de la Constitu-
fue ningún oxímoron y que, precisamente, ción y se evite el fraude gigantesco de signo
el fascismo se destacó por golpear a la de- revolucionario, yo no constituiré el menor
mocracia representativa desde la legalidad, obstáculo». Y con la condición de que la in-
para después, con el poder en sus manos sin tervención del ejército se «limitara riguro-
posibilidad de control popular democrático, samente a restablecer el normal funciona-
cambiar la legalidad en favor de un estado miento de la mecánica constitucional» (¿?)
totalitario que siguió basado en leyes. Lo le envió a consultar «inmediatamente con
hizo Mussolini y lo hizo Hitler; y de forma el jefe del Estado Mayor Central [Franco] y
más próxima en el tiempo, y a algunos ac- con los generales que más confianza le ins-
tores políticos de la España de la época, lo piren» para que «mañana mismo» le diera la
hizo Dollfuss. contestación. Gil Robles no durmió, dice él:
Conviene remontarse a un episodio an- «con ansiedad enorme aguardé el resultado
terior al de febrero de 1936, porque tuvo de las conversaciones mantenidas aquella
los mismos protagonistas y entre ellos se noche por los generales Franco, Fanjul, Va-
intercambiaron reflexiones semejantes. En rela y Goded»; y finalmente le comunicaron
diciembre de1935 y según sus propias me- que Franco consideraba «que no podía ni
morias, Gil Robles, desairado por la nega- debía contarse con el Ejército, en aquellos
tiva de Alcalá Zamora de encomendarle la momentos, para dar un golpe de Estado».
formación de un nuevo gobierno, para el Tras esa respuesta, «con amargura infini-
que el dirigente de la CEDA pensaba que le ta», abandonó Gil Robles el ministerio de

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

la Guerra. En definitiva, el líder de la CEDA respondiendo solo que «meditaría» la opor-


había instigado un golpe militar, «transi- tunidad del estado de guerra, alertó por sí
torio» (¿?), y había fracasado, lo que sintió mismo al Jefe del Estado Mayor Central, que
«con amargura infinita». La tentación del seguía siendo Franco, para que presionara
recurso a la intervención militar no era una al ministro de la Guerra para conseguir la
invención de la plebe, de las masas frente- declaración del estado de guerra al Conse-
populistas, o de los historiadores que no jo de Ministros que había de reunirse pocas
comparten la ideología de los autores. Por horas después.
más que los que pensaban en esa interven- ¿En nombre de qué autoridad actuaba
ción no querían verla ni como pronuncia- Gil Robles entrometiéndose en la cadena de
miento, ni como golpe; eran más imagina- mando militar y ministerial? Por otra parte
tivos y estaban creando una nueva forma de ¿qué grave noticia justificaba en la madru-
golpismo, que todavía no tenía nombre. gada del 17 una declaración general de es-
¿Qué hizo Gil Robles en la madrugada tado de guerra en toda España? Los «desór-
del 16 al 17 de febrero? A esas horas y por denes» no habían desbordado a las fuerzas
mucho que ATV afirmen que ya había em- de orden público, ni se habían extendido
pezado todo y que aquella noche ya habían a los cuatro puntos cardinales del Estado.
comenzado los desórdenes, no había ni de Como ATV han de reconocer, lo más efec-
lejos razón suficiente para que se dirigiera a tivo contra los disturbios no fueron las car-
la residencia del jefe del gobierno y forzara, gas, el uso de la porra y el sable, sino el de
a las cuatro de la madrugada, una entrevis- la política, como se hizo en Cataluña, mal
ta en la que le exigió el estado de guerra. que les pese; y como el propio general Ca-
Esa fue la primera presión importante que banellas hizo en Zaragoza tras comprobar
Portela recibió y es en buena parte a partir que desplegar el ejército en la calle de la ca-
de ahí que ha de entenderse la desmorali- pital aragonesa no acababa con el conflicto,
zación de Portela —un fracasado político, sino que podía empeorarlo más, por lo que
por completo— que le llevó a abandonar su recurrió a retirar ametralladoras y a pactar
puesto. Lo mínimo que ATV habrían de re- con el Frente Popular local. La noticia más
conocer es la importancia de ese factor, y grave para Gil Robles era… su derrota y la
darle cuando menos la misma que le dieron victoria del Frente Popular. La ligereza con
a las movilizaciones callejeras, sin perder que ATV tratan las cuestiones de orden pú-
de vista ni un momento una diferencia: es- blico va pareja de la ligereza política con la
tas últimas por sí mismas no podían echar a que actuó Gil Robles, en diciembre de 1935
Portela del gobierno, las presiones militares y en febrero de 1936.
sí. Gil Robles intentó una segunda edición, Finalmente, no hubo estado de guerra
adaptada a la nueva circunstancia, de su general. ATV suponen que solo se trataba
iniciativa de diciembre. No se limitó a una de una medida normal de orden público;
entrevista política con Portela, a hacerle pero era tan desproporcionada que no era
una «solicitud», sino que extralimitándose, de ninguna manera normal. Suponen que
puenteando al jefe de gobierno y vulneran- su objetivo habría sido asegurar el desen-
do las normas democráticas de gobierno, lace final de las elecciones y un escrutinio
siguió en el papel que se había atribuido de sin presiones; pero no parece que ese hu-
salvapatrias; y como quiera que Alcalá Za- biese sido la única consecuencia posible, y
mora, requerido por Portela a instancias de también podría haber tenido exactamente
Gil Robles, le había dado de nuevo largas, la contraria. La que las izquierdas venían

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temiendo —no sin razones— desde hacía ra enfrentado a cualquier militar sublevado
tiempo: que una intervención de fuerza con la Guardia Civil y la Guardia de Asalto,
impidiera la consumación de la victoria po- poniendo en serio peligro la intervención
pular. En su exculpación de Gil Robles y los militar unilateral. No en vano, entre los ru-
generales que intervinieron en ambos epi- mores también empezó a circular aquellos
sodios se esgrimen argumentos formales días el del traslado de tropas de África a la
desprovistos del contexto: que la declara- península; estos sin fundamento, todavía.
ción del estado de guerra era una medida ATV, tan descuidados en su análisis de
prevista en la ley de orden público y que no los comportamientos militares, miran con
era por tanto el instrumento de un golpe de lupa todos las manifestaciones e incidentes
estado; eso es una banalidad, que obvia que de aquellos cuatro días, mezclando hechos
en julio de 1936 fue uno de los instrumen- ciertamente graves localmente con otros
tos formales de la sublevación. Un estado que no tendrían que estar presentes en una
de guerra general el 17 de febrero difícil- crónica de problemas de orden público,
mente no habría sido considerado, por unos como la petición de la Guardia Civil en la
y otros, como un desafío al Frente Popular. provincia de Cuenca para que les enviaran
El anuncio primero de la posibilidad de la refuerzos para controlar a los que se mani-
medida y la retirada después pudo incre- festaban con banderas rojas y puños en alto,
mentar los rumores sobre intervencionis- sin que se produjera más amenaza. Y aña-
mo militar. Pero no hubo solo rumores y al den los conflictos en las prisiones a la lista
día siguiente, según Arrarás en información de acciones de intimidación, sin caer en la
nunca desmentida, el 18 de febrero Fanjul, cuenta que éstos se produjeron en gran par-
Goded y Rodríguez del Barrio instaron una te por la absoluta falta de previsión del go-
vez más a Franco para promover un pro- bierno Portela, que se preocupó al detalle de
nunciamiento; no se produjo porque Fran- prever una jornada electoral en orden, pero
co volvió a considerar que no procedía. ATV no previó lo que habría de pasar en las ho-
se sienten satisfechos con Franco, porque ras y días siguientes. Convencido del triun-
consideró que el estado de guerra general fo de la derecha y del éxito suficiente de su
correspondía al gobierno, y deducen que se proyecto centrista, no había previsto el es-
mantuvo leal a éste, limitándose a secundar cenario contrario, el que se dio, y marchó
las iniciativas del gobierno. Cabe precisar, siempre por detrás de los acontecimientos.
no obstante, que esa lealtad nunca le llevó Eso, sin embargo, fue el demérito de Porte-
a poner en evidencia ante sus superiores a la, no el supuesto «mérito» de la moviliza-
los militares golpistas, a los que cuando me- ción social. ATV son incapaces de reconocer
nos cubrió; que el que correspondiera al go- el esfuerzo del Frente Popular por reducir al
bierno la declaración general del estado de mínimo los desórdenes mediante lo único
guerra no podía ser una opinión de Franco, que estaba a su alcance, los llamamientos
era una norma ineludible de la ley de orden a la calma; eso reduciría su hipótesis de las
público; y que una de las razones por las que manifestaciones «instrumentalizadas» y
Franco tuvo que dar marcha atrás fue tam- la intimidación subversiva, de manera que
bién el conocimiento de la posición contra- tienen que inventarse un nuevo juicio de
ria al estado de guerra general —y no diga- intención : «Con todo, la línea que separaba
mos a otras cosas— del Inspector General de las llamadas a la prudencia de la aspiración
la Guardia Civil, el general Pozas, y de la Di- a hacer caer al Gobierno, cambiar los ayun-
rección General de Seguridad, lo que hubie- tamientos y precipitar la salida de los pre-

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

sos de las cárceles era muy tenue. Porque demostrado como gobernante y su espan-
difícilmente podía resistirse una presión tada estimuló la de muchos de sus gober-
en forma de manifestación si los dirigentes nadores y de sus delegados gubernativos.
de la izquierda obrera no establecían como Fue entonces cuando el orden público que-
prioridad la desmovilización hasta que se dó por horas fuera de control, en la transi-
constituyeran las nuevas Cortes» (pág. 298). ción de un gobierno a otro y la instauración
Pretender esa prioridad es ilógico; la priori- por parte del Gobierno de una nueva red de
dad para la izquierda, obrera o no obrera, gobernadores y delegados, improvisado y
era que no se le escamoteara una victoria precipitados, incluido el Ministro de la Go-
que tenía al alcance de las manos por cual- bernación, Amós Salvador, que nunca había
quier maniobra militar y política. querido para sí esa responsabilidad.
Los problemas de orden público provo- Entre el 19 y el 20 se contaron 16 muer-
caron la marcha de Portela, insisten una y tos, aunque las dos terceras partes de ellos
otra vez ATV; no es cierto, y en el peor de lo fueron, una vez más, como consecuencia
los casos no fueron solo esos problemas. de acciones de las fuerzas de orden. Lue-
Portela marchó porque fue personalmente go, con las medidas políticas del gobierno
incapaz de superar su fracaso y las presio- Azaña, se inició el descenso de la violen-
nes que de inmediato recibió, porque no te- cia, pero a ATV les sigue costando recono-
nía ninguna autoridad (tenía ya bien poca cer lo evidente: «Comparada con la oleada
cuando recibió el encargo de gobierno, y de violencia que se había producido en los
conseguirla dependía del éxito que tuviera días 19 y 20, ciertamente el orden público
en su maniobra «centrista»); y las presiones mejoró algo las jornadas siguientes, si bien
más difíciles de superar no eran las de «las no regresó ni mucho menos a una situación
masas», sino las de los militares que des- normalizada» (pág. 343). Los cuatro días
preciaban la democracia, las de las derechas de febrero irían a enlazar en su relato con
que despreciaron las elecciones y sus resul- la imagen de una primavera de desorden y
tados, desde luego las monárquicas pero no sangre, que es la esgrimida por la derecha
pocas de los conmilitones del primero que para abonar y legitimar el camino de la sub-
empezó a presionar, antes que nadie, en la versión que definitivamente había tomado.
madrugada del 17 de febrero, Gil Robles. El Aquí acaba este supuesto segundo vuelco
18 los incidentes empezaron a remitir, aun- en la interpretación de la historia, en la que
que al mediodía al gobierno llegaron noti- el amontonamiento de episodios de movili-
cias de nuevos episodios; los que enumeran zación, confrontación, desorden, etc., en un
ATV tienen ya mucha menor intensidad y totum revolutum que solo tiene un culpable
gravedad que el día anterior, aunque eso no sirve para introducir una tesis fundamen-
obsta para que supongan que para Porte- tal: las izquierdas se habrían aferrado a las
la «eran sintomáticos de lo que estaba por primeras noticias incompletas de victoria
desencadenarse». Y, dejando siempre a sal- para «sacar al gobierno» ponerse ellas en el
vo a los militares cuando hay que concluir, poder y desde él manipular la continuación
insisten: «para nadie fue un secreto a voces del proceso electoral para atribuirse una
que el traspaso del poder a las izquierdas fraudulenta e ilegítima mayoría. No es una
fue anormal, fruto de una presión callejera tesis tan original, pero ya va siendo hora de
y mediática a la que Portela no había sabi- que repasemos las cuentas de los resultados
do resistir» (pag. 312). Portela mostró en su electorales y veamos si hubo tamaño fraude
abandono la misma incapacidad que había y tamaño escamoteo de resultado general.

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Debates

Guardia municipal votando durante la jornada del 16 de febrero de 1936 (Foto: autoría desconocida).

5 dientes en situación de movilización, las


decisiones de las juntas de escrutinio y las
La exposición de la celebración de los decisiones de las Cortes en la validación de-
comicios pendientes y del proceso final de finitiva de las actas protestadas.
escrutinio repite el método de descripción Sobre la primera cuestión hay una re-
densa categorizada para justificar la con- petida consideración de que algunas elec-
clusión de que la relativamente aceptable ciones pendientes no tendrían que haber-
jornada electoral del 16 fue enturbiada por se celebrado en el clima de movilización,
todo lo que después sucedió. En esta parte, llegándose a afirmar en el caso de Málaga
además, se introduce una constante alusión y las elecciones pendientes del 20 de fe-
a la ley, a la legalidad, a las normas jurídi- brero «la ilegalidad manifiesta de celebrar
cas, a menudo enfrentándolas a la política elecciones en medio de manifestaciones y
en la concepción más débil del Estado de violencias, que contravenía explícitamente
derecho. Es un tema complejo que no cabe dos artículos de la ley electoral» (pág. 394),
en esta réplica, pero sí es necesario señalar el 67 y el 69-7. La acusación no es baladí
que la alusión a la legalidad, la invocación porque supondría una prevaricación por
de la ley electoral y de la supremacía de lo parte del nuevo gobierno de Azaña, pero es
jurídico sobre lo político frecuentemente falsa. Puede considerarse la conveniencia
se utiliza de manera incorrecta. Hay tres política de celebrar o no aquellas eleccio-
muestras principales de ello: la considera- nes y optar por el mal menor —no tengo
ción de la celebración de los comicios pen- ninguna duda de que el mal mayor habría

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

sido no celebrarlas—, pero no invocar esos el candidato o apoderado suyo en forma»;


artículos porque ninguno de ellos establece que el uso era potestativo y no prescriptivo
lo que ATV pretenden, esa «ilegalidad ma- se repite en la Circular de la Junta Central
nifiesta»: ambos se refieren a las sanciones del Censo Electoral de 2 de julio de 1921. Se
penales que pueden recaer sobre quienes puede lamentar que la Ley electoral fuera
coaccionan un proceso electoral. El 67 dice en esta cuestión poco taxativa, pero era la
así «Todo acto, omisión o manifestación ley vigente. ATV no pueden recriminar in-
contrarios a esta ley o a disposiciones de vocando la legalidad que las Juntas de es-
carácter general dictadas para su ejecución crutinio no utilizaran siempre, por princi-
que, no comprendido en los anteriores, ten- pio prescriptivo, esos certificados, y todavía
ga por objeto cohibir o ejercer presión sobre menos que los utilizaran como pretenden
los electores para que no usen su derecho, o en el caso de Cáceres para sustituir las ac-
lo ejerciten contra su voluntad a fin de que tas que habían llegado en sobres abiertos a
voten o dejen de votar candidaturas de- la Junta con lo que, como ellos sostienen,
terminadas, constituye delito de coacción tenían que haber sido proclamados siete di-
electoral y si no estuviere previsto y penado putados de la derecha y dos del Frente Po-
en el Código penal con sanción más grave, pular y no al revés, como se proclamaron.
será castigado con una multa de 125 a 2.500 Finalmente, el rechazo constante al uso
pesetas». El 69 aclara que «Incurrirán tam- del «criterio moral» en la definitiva decisión
bién en las penas señaladas en el artículo sobre las actas por parte de las Cortes y la
67, cuando no les fueran aplicables otras invocación de que el único criterio que las
más graves con arreglo a lo dispuesto en el Cortes tenían que considerar era el jurídico
Código penal: (…) «El que de cualquier otro obvia que una de las principales modifica-
modo no previsto en esta ley, impida o di- ciones de la Ley electoral, que era de 1907,
ficulte que un elector ejercite sus derechos aprobada en 1931, era la que sustituía al
o cumpla sus deberes». En ningún caso se Tribunal Supremo —que sí tenía que ceñir-
refieren a otra cosa que a la sanción penal se a normas jurídicas— como instancia de
de los actos, nada dicen sobre la celebra- resolución de las protestas por las Cortes,
ción de las elecciones; la acusación de «ile- a las que corresponde un criterio político
galidad manifiesta» es una manifiesta ca- soberano. ATV pueden discrepar del conte-
lumnia. Tampoco es correcta la recurrente nido de la ley, pero no utilizarla a capricho
consideración sobre «las prescripciones le- en beneficio de sus argumentos, ni siquie-
gales» (por ejemplo, pág. 393-394) para que ra en el caso de que sus argumentos fueran
las juntas de escrutinio contabilizaran las los únicos correctos, que no es el caso. La
certificaciones de los candidatos cuando no Ley electoral de 1907 con las enmiendas
hubiese datos o los disponibles no fueran de 1931 y 1933 era discutible y perfectible,
procedentes, de acuerdo según ellos con el pero era la vigente. Entre otras cosas por-
artículo 51 de la Ley electoral. Esta vez ATV que ni siquiera en la CEDA se pusieron de
incurren en una interpretación exagerada acuerdo en 1934-1935 sobre cómo modifi-
de la ley, que no prescribe —ordena— el uso carla; de manera que en la validación final
de esos certificados, sino que considera la de las actas de diputados siguió prevale-
posibilidad de su uso, quedando por tanto a ciendo una decisión soberana, por consi-
criterio de la Junta hacerlo o no : «Si faltase guiente política fundamentalmente, de las
el acta de alguna sección podrá suplirse con Cortes, que actuaba en esta cuestión si se
el certificado de la misma, que presentará quiere en términos de convención en una

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 142-162 157


Debates

etapa que era todavía de construcción de la es imposible entrar en esta cuestión porque
República. ATV no detallan qué corresponde al uso de
Y, en definitiva ¿cuál fue el resultado? la media aritmética (que también es discu-
Tras una exposición farragosa, fragmenta- tible) ni cuáles son las diferencias brutas
da en tiempos y repetitiva, a la que habría entre los datos de las fuentes.
convenido una sistematización final por Dejemos los votos y volvamos a los dipu-
distritos electorales en beneficio del lector, tados. Esos 259 del Frente Popular, que to-
la conclusión a la que se llega es que finali- davía podían verse aumentados por cuanto
zada la primera vuelta, el escrutinio adjudi- en segunda vuelta se disputarían una vein-
có al Frente Popular 259 escaños, veintidós tena y el Frente Popular tenía opciones de
por encima de la mayoría, en tanto que la mayorías en Castellón y alguna de minorías
suma de todas las derechas «antirrevolu- en las provincias vascas, ¿hasta qué punto
cionarias» quedaban cien escaños por de- correspondían a resultados «enturbiados»
bajo, si se incluían en ella los conseguidos por los sucesos posteriores al 16 de febre-
por la Lliga, que compartiendo posiciones ro? Es innegable que en las elecciones y en
«antirrevolucionarias» no formó un bloque el escrutinio se produjeron irregularidades,
claro con la CEDA y los monárquicos. Des- pero lo fundamental no es eso, sino si fue-
de luego la ley electoral había primado — ron de tal calibre como para darle al Frente
como se preveía— la formación de una cla- Popular la mayoría y la mayoría absoluta
ra mayoría parlamentaria, muy por encima sin haberlo merecido con el voto limpio.
de la proporcionalidad de los votos; había Haciendo el resumen de todas las inciden-
ocurrido en 1933 y volvía a ocurrir en 1936, cias descritas, resulta finalmente que las
con beneficiarios distintos. ATV establecen circunscripciones conflictivas, en las que se
una nueva cuantificación de votos, algo podrían haber producido pucherazo signifi-
distinta a la de Tusell, basada según dicen cativo en el voto o en el escrutinio son algo
en dos diferencias de criterios: que mien- más de una media docena. ATV incluyen
tras Tusell se basó sobre todo en datos de también en su relato de conflictos a Alican-
prensa y poco en los proporcionados por te, Badajoz, Córdoba, Sevilla, Jaén, Las Pal-
los boletines oficiales, ellos lo han hecho en mas, Murcia, Vizcaya y Málaga, pero en nin-
exclusiva sobre los datos documentados en guna de ellas hay realmente caso fehaciente
el Congreso de Diputados; que en la adju- de delito electoral. En las cuatro primeras lo
dicación de votos a candidaturas políticas que hubo fue pactos entre candidaturas del
(muy problemático en el sistema electoral Frente Popular y de los centristas, o de estos
de la República, en el que el votante podía y los «republicanos progresistas» en perjui-
mezclar votos de diferentes candidaturas) cio de la CEDA, orientando a sus electores
Tusell había optado por sumar los candi- al ejercicio del voto compuesto para mini-
datos más votados que aspiraban a mayo- mizar lo que pudieran sumar las listas de
ría, mientras que ellos han hecho una me- la derecha; eso puede ser motivo de debate
dia aritmética de los votos. El resultado es político, pero nada más, y además ese tipo
que los datos de ATV reducen la votación de pactos locales no era infrecuente. Ya que
del Frente Popular y aumentan la del resto, ATV reconocen que «deslealtad no equivale
haciendo todavía más apretado el resulta- a ilegalidad», tendrían que haber obrado en
do; no es una consecuencia jurídicamente consecuencia no incluyendo esas circuns-
trascendente —por la ley electoral— pero sí cripciones en el relato de la duda sobre la
en términos de imagen política, aunque no victoria del Frente Popular. En Jaén, pasa-

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

ra lo que pasase no tuvo suficiente entidad proponen se basa en dar por supuesto que
como para poner en cuestión el resultado la Junta tenía por ley que haber contado las
que se dio, hasta el punto que los propios certificaciones de los candidatos conserva-
candidatos de la CEDA lo aceptaron. En Las dores y no haber votado la aceptación de
Palmas, las denuncias no tienen más base las actas que venían en los sobres abiertos
documental que la de la prensa de derechas (ya se ha dicho que no existía tal obligación
y el conflicto que se produjo fue entre las legal, sino una facultad que la Junta por
derechas y no entre estas y el Frente Popu- mayoría decidió utilizar en un determinado
lar. En Murcia-provincia, ATV reconocen sentido); ATV contabilizan siempre los vo-
que las irregularidades que se produjeron tos en disputa adjudicándolos en beneficio
de haberse rectificado no habrían variado de la derecha (lo que es indemostrable); y
el resultado, que daban sin ninguna duda el esgrimen como argumento también el an-
triunfo al Frente Popular por mayorías y a tecedente de los datos electorales de 1933,
los centristas las minorías en perjuicio de la lo cual estadísticamente no se sostiene, por
CEDA. Tampoco hay caso. Como no lo hubo no hablar del contexto diferente. Como hi-
en Vizcaya, donde lo que se señala son pre- pótesis no es imposible que alguna correc-
siones de los nacionalistas sobre los tradi- ción de datos hubiera proporcionado tam-
cionalistas. También es más que discutible bién una corrección parcial de resultados,
que la elección por minorías en la ciudad de pero no es sostenible que esas correcciones
Málaga, a pesar de las manifestaciones y de hubiesen llegado a la corrección completa,
las irregularidades, hubiesen dado un resul- pasando el Frente Popular de 7 a 5 diputa-
tado diferente al que dieron; el contrincan- dos y sus antagonistas de 2 a 7.
te de la derecha se había retirado y el can- Algo similar ocurre en Valencia-provin-
didato del Frente Popular no necesitó más cia, donde a falta de algunos datos por in-
que la mitad de los votos que obtuvo para corporar, de unas ocho poblaciones, el re-
hacerse con el escaño. Ninguno de esos ca- sultado oficioso daba una ligera ventaja al
sos cuentan bajo el signo de interrogación, Frente Popular de 400 votos («empate téc-
incluirlos en el relato de la irregularidad es nico», lo llaman ATV, impropiamente dado
una distorsión de imagen absoluta; el lector que un solo voto decidía el reparto por ma-
no avisado o abrumado por tanta descrip- yoría o por minoría). Sin tener todos los da-
ción negativa podrá quedará con esa ima- tos de los cinco municipios que no se con-
gen, sin percibir su distorsión. tabilizaron, ni de tres mesas de otros tres
Donde pudo haber caso, siempre según municipios, y contando solo con los de tres,
el relato de ATV, fue en Cáceres, Santa Cruz ATV se aventuran —aunque lo hacen en
de Tenerife, Valencia-provincia y en gene- nota y no en cuerpo de texto, quizás porque
ral en Galicia, lo que, por cierto, era poca son conscientes del abuso— a una atribu-
novedad. En todos ellos las irregularidades ción diferente de escaños que les supondría
son indiscutibles. No obstante, su sustan- al Frente Popular la pérdida de dos escaños.
ciación, su evaluación y la realización de un Teniendo en cuenta que la diferencia entre
nuevo escrutinio y una nueva propuesta de el último de la CEDA al que ellos atribuyen
adjudicación de escaños, que es lo que hacen escaño y el primero del Frente Popular al
ATV, no deja de ser problemático y en algún que se lo niegan era de 75 votos, con solo
caso una especulación sin base suficiente. datos de tres pueblos —y encima sin hacer
Lo es de manera particular en el caso de Cá- en ellos ninguna discriminación— no es
ceres: el vuelco del reparto de escaños que procedente el intercambio de escaños (los

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Debates

pueblos de los que no consiguieron datos generales —que no siempre resuelven— y


sumaban una población de 3.358, y los de prescinden, como prescinden de toda la bi-
las mesas que faltaban, cuyo censo de vo- bliografía que no les conviene, de los tra-
tantes no conocemos, sumaban 26.000 ha- bajos de historia local, como ha puesto de
bitantes). Por cierto, en favor de sus argu- relieve López Villaverde, que se lo ha seña-
mentaciones utilizan el testimonio viciado lado de manera particular para el caso de
de Luis Larrea ante la comisión franquista Cuenca.
del «Dictamen de la Comisión sobre ilegi-
timidad de poderes actuantes el 18 de julio 6
de 1936», que en otras partes del libro pre-
tenden no seguir. Mayores argumentos son Las Cortes que se reunieron a mediados
los que aparecen en las provincias gallegas de marzo, eran legítimas, y la mayoría abso-
y en Santa Cruz de Tenerife. luta en ellas era, por corta que quiera con-
Para la conclusión general no hay que siderarse, absolutamente real y legítima. El
insistir en los detalles. Concediendo a ATV, Frente Popular había vencido legal y polí-
por hipótesis formal —no por convicción ticamente y no cabe poner en interrogan-
material—crédito en los cambios de adjudi- tes esa victoria, por mucho detalle que se
cación que proponen para Galicia y Tene- acumule en una inconfesada pequeña cau-
rife, el Frente Popular habría perdido una sa general contra esas elecciones. Luego las
docena de escaños (8 en La Coruña, 2 en Cortes actuaron, en pleno ejercicio de so-
Lugo y 2 en Santa Cruz de Tenerife), con lo beranía absoluta al que han de someterse el
que la mayoría del Frente Popular se habría resto de poderes, tomando decisiones de va-
mantenido, aun reduciéndose, en térmi- lidación, y algunas decisiones de anulación.
nos de absoluta con 247 escaños. El «frau- El debate puede considerarse a manera de
de y la violencia» no habrían llegado para metáfora como una «tercera vuelta», pero
dar lugar a un resultado ilegítimo. Incluso solo como metáfora, las vueltas electorales
si concediéramos todo el crédito a ATV en ya estaban hechas. Eso, en su peculiar esti-
los casos de Cáceres, Valencia-provincia lo, lo reconocen ATV al examinar la actua-
y Málaga-ciudad —lo cual no es posible, ción de la Comisión de Actas de las Cortes:
como he argumentado— el total de escaños «El Frente Popular sumó con las nulidades
perdidos sería de 20, los 12 anteriores más parciales 6 escaños, si bien las totales de
otros 8 (5 de Cáceres, 2 de Valencia-provin- Cuenca y Granada les acabarían otorgando
cia, 1 de Málaga-ciudad); por poco, pero el 17 más. El partidismo de la Comisión de Ac-
Frente Popular antes de la segunda vuelta tas había contribuido ciertamente a refor-
habría tenido ya la mayoría absoluta. Tras zar el cupo de escaños del Frente Popular.
la segunda vuelta el Frente Popular sumó Pero no fabricó una mayoría que era ya una
a esa mayoría absoluta 8 diputados más; el realidad cuando se completaron las opera-
resto se quedó con 206, pero todos esos es- ciones de escrutinio y se constituyó interi-
caños no eran antagónicos por completo al namente el Congreso. De ahí que todos los
Frente Popular, y menos si su gobierno era grupos conservadores acabaran aceptando,
republicano y su programa se mantenía en con más o menos reservas, este hecho con-
los términos del programa electoral. Aun- sumado» (pag. 496). El debate en Cortes sir-
que, insisto, eso es concediéndoles crédito vió para cerrar formalmente el resultado de
a sus cálculos, que son discutibles; entre las elecciones y para abrir al propio tiempo
otras cosas porque se quedan en las fuentes el nuevo curso de debate político. El par-

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Mucho ruido y pocas nueces. La falsedad del fraude del Frente popular... José Luis Martín Ramos

Manifestación en Madrid de celebración de la vitoria del Frente Popular (Foto: Alfonso, fuente: AGA).

tidismo de la Comisión de Actas no fue un lítico de unos y otros, también de los que
pecado de la izquierda, formaba parte del concluyeron después de febrero que el in-
diseño de la Cortes como cámara de ape- tento de contrarreforma desde la ley no era
lación de protestas; visto en la perspectiva posible y que había que ir ya a la solución
de hoy ese un grave problema del sistema, final de la sublevación, amagada con los
pero la perspectiva de entonces era la que intentos de golpes blandos que no habían
imponía el estado inicial de construcción llegado a materializarse. Y formó parte del
de un sistema democrático, como todavía nuevo curso político el incidente que más
no había existido en España, por más que empañó ese debate, que ya no era material-
muchos se empeñen en confundir parla- mente decisivo pero que tenía un valor polí-
mentarismo liberal con democracia y pre- tico trascendente para el futuro. El inciden-
tendan que ese estado democrático lo era te doble, de la retirada puntual de la CEDA
ya la Monarquía restaurada. El partidismo de la Comisión de Actas y de las Cortes, un
estuvo en el debate de la Comisión de Actas acto de irresponsabilidad política, como re-
por parte del Frente Popular y por parte de conocen ATV, perjudicando la imagen de
las oposiciones; las Cortes se constituían las Cortes y perjudicando al propio tiempo
sobre una base de representación partida- a la CEDA, y la dimisión de Prieto, que ATV
ria y difícilmente podría haber actuado de manipulan en favor de su exposición.
otra manera. Escriben ATV: «el problema de fondo era
Parte de lo que ocurrió discutiendo las que Prieto se oponía a afrontar la anulación
actas perteneció ya al nuevo discurso po- de Cuenca, Granada o Salamanca, sin hacer

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 142-162 161


Debates

lo propio con los triunfos izquierdistas en sión fue, sin duda, el peor fuego amigo que
Cáceres y La Coruña». No sé cuál es su fuen- recibió el Frente Popular. Tras la dimisión
te documental. Lo que reflejan las actas del de Prieto el debate siguió y concluyó en los
Grupo Parlamentario Socialista, del 26 y 31 asuntos más peliagudos de los que Prieto
de marzo (Archivo de la Fundación Pablo se apartó como figura principal: las actas
Iglesias), no es exactamente eso. El 26 Prie- de Galicia, las que implicaban los escaños
to comunicó a sus compañeros que consi- de Casares Quiroga, de Portela, y también
deraba «absolutamente indefendibles» las de Calvo Sotelo.
actas de La Coruña y las comparó con las de La mayor parte de las decisiones man-
Salamanca y en esa misma reunión se infor- tuvieron los resultados del escrutinio —sin
mó que Azaña era partidario de anular las que la mayoría absoluta de las Cortes inci-
de La Coruña, Granada y «si acaso Ciudad dieran, por tanto, de manera sustantiva en el
Real». La discusión que siguió en ningún resultado final— y solo se acordó la nulidad
momento introdujo la cuestión de Cáceres, general de dos distritos, Granada y Cuenca.
ni tampoco se puso en cuestión que las de Tusell ya sostuvo que había razones sufi-
Granada tuvieran que anularse; el debate cientes que abonaban la acusación de las
fue en torno a las elecciones gallegas. En izquierdas sobre las coacciones derechistas
la siguiente reunión Prieto dio cuenta de la en Granada y no en el caso de Cuenca. ATV
anulación de Granada y anunció que dimi- no me han dado argumentos para pensar
tía por oponerse a la validación de las actas que ese juicio de Tusell no fuese acertado.
de La Coruña, que suponía la elección de De cualquier forma, las elecciones de Gra-
Casares Quiroga, e insistió en ello, al tiem- nada y Cuenca ya no podían cambiar nada
po que ratificaba su acuerdo con todas las sustancial y en cualquier caso, su resulta-
actas firmadas. En el curso del debate que- do definitivo habría de salir de unas nuevas
dó claro que su dimisión era por negarse a elecciones, el 3 de mayo, en las que el Fren-
aceptar la presión republicana para la vali- te Popular llevaba las de ganar en Granada
dación de las actas de La Coruña y por la di- y las de perder en Cuenca. Lo que sucedió,
visión socialista, que estaba contaminando dando el triunfo general a las candidaturas
también la actuación de los representantes del Frente Popular, no tuvo ya nada que ver
socialistas en la Comisión de Actas. Actuó con las elecciones de febrero, sino con la
como lo haría meses más tarde, viéndose en decisión de la derecha de sumarse al carro
minoría y dispuesto a acatar la decisión de de la conspiración: dirigieron un mensaje
la mayoría, pero no a hacer de portavoz y negativo a sus partidarios, de desprecio de
defensor de una posición que no compar- la República, retirándose de las elecciones
tía. Ni Cáceres ni Granada estuvieron en el en Granada y confundiendo con sus listas
debate interno, y sí Salamanca, sobre cuya en Cuenca, en las que incorporaron a José
anulación general Prieto no encontró moti- Antonio Primo de Rivera y a Franco. Su
vos suficientes, aunque sí para alguna me- historia ya no pertenece a la historia de fe-
dida parcial. En cualquier caso, ese no era brero de 1936, sino a la de la conspiración
un problema de las «elecciones del 16 de que había empezado a reunirse en marzo en
febrero» sino de los socialistas, cuya divi- casa del diputado de la CEDA, José Delgado.

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Entrevista

Josep Fontana Lazaro


Entrevista , introducción y notas a cargo de José G. Alén
Sección de Historia de la FIM

Introducción

Josep Fontana (Barcelona, 1931). Li-


cenciado en Geografía e Historia por la
Universidad de Barcelona, reconoce entre
sus maestros a Ferran Soldevila que des-
pertó su interés por la historia; a Vicens
Vives que lo introdujo en la historia eco-
nómica y social y a Pierre Vilar con quien
mantendría un contacto de colaboración
permanente. Durante el curso 1956-57
fue assistant lecturer en la Universidad de
Liverpool, donde se familiarizó con la his-
toriografía marxista británica a través de
«Past and Present» y otras publicaciones.
En 1957 se integró en el PSUC y fue
un activo militante del Comité de in-
telectuales. Participó en la edición de
Quaderns de Cultura Catalana (1959-
1960) que se imprimía en un aparato de
propaganda organizado por el mismo
Fontana y publicó sus primeros trabajos
en Nous Horizonts bajo el pseudónimo
de Ferrán Costa [1]. Durante los primeros
años sesenta, diversos acontecimientos
lo colocaron públicamente frente a las
autoridades políticas y académicas de la
dictadura. En 1962, en el contexto de la oleada huelguística que recorrió la geografía es-
pañola firmó el manifiesto de 130 intelectuales catalanes para reclamar una política in-
formativa real y denunciar la represión contra los obreros y estudiantes; participó en las
protestas contra la ejecución de Julián Grimau en abril de 1963 por lo que fue detenido y

1.–Giaime Pala, Cultura clandestina. Los intelectuales del PSUC bajo el franquismo, Colmares Historia, Granada, 2016 p.
43-108.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 163


Entrevista

al final de ese año, protagonizó, junto con otros intelectuales, un sonoro enfrentamiento
epistolar con el entonces Ministro de Información, Manuel Fraga. Fontana firmaba las
cartas denunciando las torturas a los mineros y a sus mujeres, mientras Fraga justificaba
la actuación policial y, aunque reconocía los malos tratos sobre Constantina Pérez y Anita
Braña, restaba despectivamente importancia al hecho porque solo se trataba de un «corte
de pelo a esas damas» [2].
En ese tiempo, Fontana vivió los enfrentamientos entre la dirección del PSUC y el Co-
mité de intelectuales y los debates acerca del Problema Nacional Catalán y la «Declara-
ción Política de abril» (1967), cuando Carrillo propuso abrir la política de unidad demo-
crática a posibles aliados procedentes de los sectores del Régimen que no compartían el
inmovilismo de Carrero Blanco. La declaración fue duramente cuestionada por Fontana
porque suponía «pactar con los asesinos de Julián Grimau». Durante esta confrontación
con el responsable político, Antoni Gutiérrez, Sacristán criticó el autoritarismo del «Guti»
por someter a Fontana a una persecución política [3].
La actividad política de Fontana, también tendría consecuencias para su carrera acadé-
mica. Vigilado por la Brigada de Investigación Político Social, era considerado un profesor
«de matiz filo comunista» [4] y, en 1966, en el contexto de la formación del Sindicato Demo-
crático de Estudiantes, firmó un escrito contra el rector Francisco García Valdecasas por
el que fue multado y expulsado de su plaza de profesor. Trabajó entonces en la sección de
Historia de la Enciclopedia Larousse hasta que en 1968 volvió a la universidad como pro-
fesor ayudante de Jordi Nadal. Ese momento coincidió con la reactivación de la militancia
de los intelectuales y Fontana volvería a frecuentar las páginas de Nous Horitzonts si bien,
su independencia intelectual le ocasionaría incluso algún conflicto más con la dirección
del PSUC [5].
A comienzos de los años setenta intensificó su actividad historiográfica: participó en la
creación de «Recerqués» con Garrabou, Termes y Lluch; presentó su tesis; se integró en el
equipo editor de Ariel y en 1974 ganó por oposición la cátedra de Historia Económica de
la Universidad de Valencia. En 1977 se trasladó a la universidad Autónoma de Barcelona y
dirigió la colección de Historia de la Editorial Crítica desde la que fortaleció la presencia
de la bibliografía marxista en los medios académicos españoles. También, su libro «La His-
toria», se convertiría en una referencia reconocida en los movimientos para la renovación
didáctica de la Historia.
En 1991 accedió a la cátedra de Historia Contemporánea de la Universidad Pompeu Fa-
bra donde finalizaría su etapa docente como profesor emérito. Hoy, Fontana reconoce que
«los mejores años de mi militancia fueron posiblemente los primeros del posfranquismo,
cuando el partido recogía la herencia del buen trabajo que había hecho en la clandestini-
2.–El manifiesto del 25 de mayo de 1962 y la reproducción facsímil de las firmas en Ignacio Fernández de Castro y José
Martínez, España Hoy, Ruedo Ibérico, París, 1963, pp. 169-170; 329; 477-482. Le Monde publicaba las cartas el 3 de oc-
tubre de 1963 y la respuesta de Fraga en El Español, nº 52, 1963.
3.–Cartas de «Miro» y «Ricardo» (Sacristán). Sobre Luis (Gutiérrez Díaz)-Rosell (Fontana), 3/7/67 en AHPCE, Fondo PSUC
caja 47 y 57, citadas por Giaime Pala, 2015, o.c., pp. 133-133.
4.– Informe de la Guardia Civil en expedientes personales, Gabinete de Enlace, Ministerio de Información y Turismo,
Archivo General Administración, 42/ 08819.
5.–Una recensión de Ferran Costa (Fontana) sobre el libro de Gabriel Jackson, La Guerra Civil, fue criticada duramente
por Teresa Pamies mientras Manuel Sacristán defendía el rigor del historiador y la libertad crítica de los intelectuales
en Giaime Pala, 2016, o.c., pp. 98-100.

164 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187


Josep Fontana José G. Alén

dad… Fue un tiempo en que todo parecía anunciar un futuro de democracia que al final no
pudo llegar a ser…». Pero también fue cuando, decepcionado con la evolución política del
PCE y PSUC, abandonó la militancia. Desde entonces se considera un militante sin partido
que mantiene el mismo compromiso intelectual y social que ha guiado su vida y que hoy
podemos percibir en entrevistas, artículos de prensa, conferencias o libros para continuar
definiéndose como la «clase de ‘rojo’ que soy y espero no dejar de ser» [6].
Fue catedrático de Historia Económica en la Universidad de Valencia y de Historia Con-
temporánea en la Autónoma de Barcelona y la Pompeu Fabra donde fundó y dirigió hasta
su jubilación el Institut d´Història Jaume Vicens Vives. Reconocido como maestro de his-
toriadores y premiado por diferentes instituciones de Cataluña, es Doctor Honoris Causa
por universidades como la Nacional de Comahue (Argentina); la Rovira i Vigil de Tarrago-
na, la de Valladolid, la de Gerona y la Universidad de Valencia.
Desde su primeros artículos en Nous Horitzons y su libro La quiebra de la monarquía ab-
soluta, 1814-1820 (1971), ha contribuido durante más de cuatro décadas, a la renovación
de la forma de pensar, estudiar y enseñar la Historia con una ingente obra desgranada en
multitud de revistas, obras colectivas y libros como La historia (1974); Historia: análisis
del pasado y proyecto social (1982); La historia después del fin de la Historia (1992); Intro-
ducción al estudio de la Historia (1999) o la Historia de los hombres (2000-2005). Su labor
como editor en Ariel y Crítica, facilitó la difusión en España de la historia que se hacía en
Europa, lo que sin duda supuso una importante contribución a la renovación de nuestra
historiografía. Otros títulos publicados son Hacienda y Estado en la crisis de final del Anti-
guo régimen, 1823-1833 (1973); La revolución liberal. Política y Hacienda 1833-1945 (1977);
De en medio del tiempo. La segunda restauración española 1823-1834 (2001); La época del
liberalismo (2007). También prestó atención historiográfica al estudio del siglo XX y la cri-
sis de comienzos del siglo XXI en libros como Europa ante el espejo (1994); Por el bien del
Imperio. Una historia del mundo desde 1945 (2011) o El futuro es un país extraño (2013). Sus
últimos libros son La formació d´una identitat (2014) y El siglo de la revolución. Una Historia
del mundo desde 1914 (2017).

6.– Josep Fontana, Por una sola vez, El Periódico, 4 de junio, 2014

Entrevista
[J. G. Alén] Disponemos de algunas no- despierta en un niño, que vive en el con-
tas biográficas, que de manera fragmentada texto de miseria económica y cultural de
has ido desgranado en las múltiples entre- la posguerra, el interés por la lectura y la
vistas concedidas durante las dos últimas pasión por los libros que se mantendría a lo
décadas y, aun siendo conocedor de tu es- largo de tu vida?; ¿estaba la historia entre
caso interés por la ego historia, me gustaría tus primeras lecturas?
plantearte algunas preguntas de carácter
biográfico y comenzar con una sobre tu re- [J. Fontana] La pasión por los libros surge,
lación con los libros y la Historia, ¿Cómo se de manera natural, por el hecho de vivir en

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 165


Entrevista

una librería, donde podía ver, escoger y hojear pe II. Este último examen, en unos momentos
todo lo que me apetecía. Y mi padre la alienta en que me sentía desesperado por haber de
al darme mis siete primeros libros, entre ellos luchar en aquel ambiente hostil, debió salvar
uno admirable de Soldevila destinado a los mi calificación final. Estuve a punto, además,
niños, y animarme a hacer mi propia biblio- de desistir de presentarme al «examen de es-
teca. Pero a pesar de la presencia entre ellos tado» que se hacía en la universidad. Cuando
del libro de Soldevila, no tenía por entonces fui a comprobar la nota que había obtenido,
un interés especial por la historia y he de me encontré con mi compañero de crisis en
decir que el tipo de enseñanza de la historia los Escolapios, que, al comprobar que estaba
que recibí hasta el bachillerato, con horrores suspendido, me pidió que le acompañara a la
como la memorización de la supuesta lista de casa del catedrático de filosofía de la Univer-
supuestos reyes godos, hubiera bastado para sidad de Barcelona al que había pagado para
desalentarme. que le garantizase que aprobaría. Debo acla-
rar que me quedé fuera de la casa, esperán-
Sabemos que estudias en los Escolapios dole.
y que fuiste expulsado del colegio, ¿por qué
se produjo esa expulsión y donde finalizas Llegas a la Universidad algo mas tarde
el bachillerato? de lo habitual, a comienzos de los años cin-
cuenta. ¿A qué se debe ese retraso?
Mi escasa disposición a prestarme a ha-
cer la corte a los frailes provocó que uno de En estos años de mi vida surge un hecho
ellos, que nos pilló a mí y a un compañero que la marcará por mucho tiempo: mi madre
bromeando en la capilla, nos echara de ella. enfermó de esclerosis múltiple y mi padre ne-
La diferencia posterior residió en que mi com- cesitaba toda la ayuda que pudiera prestarle
pañero, que era hijo de un pastor analfabeto para gestionar su pequeño negocio, que por
que se había enriquecido como dueño de unos entonces se había convertido en uno de venta
cuantos burdeles, fuese a pedir perdón al frai- de restos de edición por correspondencia. Por
le, porque temía la reacción que podía pro- eso no fui a la universidad en el primer año y
ducirse en su casa si le echaban, y yo me ne- si lo hice en el segundo fue porque, consciente
gase a hacerlo. El séptimo curso lo hice como de que no podía correr el riego de que en el
«libre» en una academia, donde una buena servicio militar me enviasen a África, opté por
profesora me contagió el gusto por las mate- la solución de las milicias universitarias, que
máticas. Lo malo fue examinarse de séptimo me garantizaban que no estaría mucho tiem-
como libre, ante un profesorado que te recibía po lejos de casa. Que fuese posteriormente a
como a un paria (una de las preguntas que Liverpool, regresando a casa en cada período
me hizo mi examinador de filosofía fue: «Di- de vacaciones y limitando mi estancia a uno
ferencias entre el pensamiento de san Grego- de los dos años que hubiese podido durar, se
rio Niseno y el de san Gregorio Nacianceno». debió al sacrificio que hizo mi padre, que me
Me salvaron mis conocimientos de griego, escribía cada día para contarme cómo iban
que eran superiores a la media, y el examen las cosas en la casa y en el negocio.
de Formación del Espíritu Nacional en que la
profesora, que era la secretaria del instituto, En la Universidad de Barcelona se pro-
me preguntó algo así como «La religiosidad duce tu contacto con la Historia oficial que
y el imperio español» y ante mi entusiasmo se enseñaba entonces. Dejando de lado la
nacional-católico no me dejase pasar de Feli- aportación de Vicens Vives, al que volvere-

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Josep Fontana José G. Alén

mos más adelante, ¿Qué valoración haces marginado y olvidado cuando la militancia
de la docencia universitaria y de la Historia se convirtió en una carrera. La entrada se
que predominaba en el primer lustro de los confirmó en un viaje a París, donde conocí a
años cincuenta?. ¿Había muestras de des- Miguel Núñez, un tipo por el que he sentido
afección política como ocurría en Madrid estima toda mi vida, que aceptó sin protesta
y como se fue conformando tu conciencia que le dijera que alguno de los libros que me
progresista y antifranquista? habían dejado para que me formara, como
una obra de Konstantinov, eran ladrillos sin
No quisiera hacer sangre con un profeso- interés alguno. Fue también entonces cuando
rado de bajísima calidad, y prefiero recordar tuve mi única entrevista con Carrillo, que me
que encontré a excelentes profesores de li- recomendó que siguiera el ejemplo de Claudín
teratura, como Vilanova, o de arte, como el y antepusiera mis obligaciones políticas a mi
entonces joven José Milicua. El gusto por la trabajo profesional. Me cayó fatal y, por su-
historia me vino en los cursos que seguía pa- puesto, decidí no hacerle caso, consciente de
ralelamente con Ferran Soldevila en los clan- que era a través de mi trabajo que podía tener
destinos Estudis Universitaris Catalans. alguna influencia en la sociedad.
El antifranquismo lo respiraba en casa, Mi primer grupo de trabajo, a mi regreso
puesto que mi padre era de izquierdas, y esta- a Barcelona, fue el Comité de intelectuales,
ba implícito en la opción de seguir estos cur- donde encontré inicialmente a Manolo Sa-
sos clandestinos de los Estudis Universitaris cristán, Jaén, Vallverdú y algún otro que pre-
en los que, junto a Soldevila, conocí a otro fiero olvidar. Termes era todavía un estudian-
maestro de gran categoría, como Jordi Rubió. te y ni Vicens ni Solé Tura estaban ahí. Vicens
Mis años de universidad, de 1951 a 1956, son se había exiliado, no recuerdo si Solé Tura
de relativa calma en Barcelona; había acaba- también en este momento; en todo caso es-
do el período en que grupos falangistas agre- tos dos son personajes con los que tengo muy
sivos practicaban el terror y no había empe- escaso contacto. De los «pájaros» del exterior
zado aún la etapa de agitación universitaria que nos visitaban —este era el nombre que
que culminó en 1962. les dábamos— recuerdo a Ardiaca y, con un
cariño especial, a Gregorio López Raimundo.
Después de tu estancia en Liverpool Entre estos también había dos o tres persona-
como «assistant lecturer» te integraste en jes que prefiero no recordar, como el que pre-
el PSUC en 1957 ¿cómo se produjo tu en- tendía convencerme de que toda la sabiduría
trada y quién te abre las puertas de esa mi- del mundo estaba sintetizada en el manual de
litancia clandestina en el partido de los co- economía política de la Academia de Ciencias
munistas catalanes? de la URSS.

En unos momentos en que había vivido la En algunas entrevistas has mencionado


experiencia de Liverpool y en que había co- el compromiso de aquel colectivo de inte-
nocido ya a Vilar a mi paso por París, mis lectuales del PSUC que realizó un trabajo
decisiones las tomé por mí mismo. Me ayudó importante en el ámbito cultural y con los
a encontrar el contacto con el PSUC un com- que viviste debates y situaciones políticas
pañero de curso, Paco Rodón, pero el enlace sobre las que, en mi opinión, convendría
se produjo sobre todo a través del psiquiatra profundizar ¿Podrías apuntarnos alguna
Josep María Jaén, un tipo de una calidad in- valoración sobre la crisis Claudín-Semprún
telectual y humana extraordinaria, que quedó y sus consecuencias en Cataluña; el debate

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 167


Entrevista

sobre la cuestión nacional catalana o la re- mo de promoción personal, como me lo con-


lación de los intelectuales con la dirección firmó, aparte de mi propia experiencia, lo que
del PSUC? me contó Sacristán.
Para mí los años de militancia en el PSUC
Lamento defraudar tus expectativas pero, se centran sobre todo en la actuación efec-
a diferencia de lo que le ocurrió a Sacristán, tuada hacia dentro de la sociedad catalana,
a quien su relación con el PCE le traumatizó, que es lo que explica la fuerza con la que el
a mí me importaban muy poco las formula- partido llegó a la transición, plenamente im-
ciones políticas que venían de arriba, nacidas plicado con las capas populares. Una de las
de un desconocimiento de la realidad que ali- ventajas que teníamos la gente del grupo de
mentaban las deformaciones voluntaristas de intelectuales era que actuábamos por nuestra
la información que se enviaba hacia arriba. propia iniciativa, sin hacer demasiado caso
Una huelga fracasada se convertía en un éxi- de las instrucciones «de la dirección».
to parcial en el primer informe, que no que- No era fácil hacer compatible la aparente
ría caer en el derrotismo, y acababa jaleado apertura de la dirección en estas cuestiones
como un gran triunfo en la prensa del partido. —reconocimiento en los programas del PCE y
Viví con paciencia, y cumpliendo con mi apor- del PSUC del derecho de autodeterminación,
tación, unos planes inútiles, como la Jornada etc.— con la praxis, como lo había demostra-
de Reconciliación Nacional de 1958 y, sobre do el caso Comorera. Pero debe quedar claro
todo, la Huelga Nacional Pacífica de 1959, que, para nosotros, la lucha contra el fran-
que debía acabar con una huelga general que quismo era el objetivo central y que veíamos
pondría en marcha un gobierno alternativo. la recuperación de los derechos sociales y na-
En 1975, semanas antes de la muerte de la cionales como algo que estaba naturalmente
muerte de Franco, Carrillo seguía sostenien- asociado. El comité de intelectuales tenía el
do que el franquismo acabaría a manos de catalán como lengua de trabajo y nunca hubo
las masas que se echarían a la calle. Cuando por ello problemas con Manuel Sacristán,
falló esta perspectiva, se dispuso a negociar que formaba parte de él. Había discrepan-
con los herederos del régimen y se quedó tan cias, como la que se produjo en la redacción
tranquilo. de Nous Horitzons respecto de las posturas
Mi única actuación en este terreno fue la simplistas de Solé Tura con su identificación
discusión que mantuve con Gregorio (López de nacionalismo y burguesía, y tomábamos
Raimundo) oponiéndome al plan de hacer iniciativas por nuestra cuenta, como cuando
desaparecer el PSUC para convertirlo en un decidimos continuar con la preparación de un
PC de Catalunya satelizado hasta en el nom- Congreso de cultura catalana cuando la di-
bre, como lo estaba en la gestión. Tampoco me rección nos dijo que lo dejáramos correr, etc.
puedes pedir que me tomase muy en serio la Pero nunca me resultó difícil hacer compati-
ruptura que condujo en el PSUC a la escisión ble mi militancia en el PSUC con mi condición
de Bandera Roja, que acabaría cuando los es- de catalán [1].
cindidos regresaron al partido, pero entrando
por arriba, en puestos de mando Y eso no es Para finalizar con ese pasado de mi-
una crítica a Solé Tura, que nunca engañó a litancia, según tu propio testimonio, la
nadie, puesto que lo que deseaba era llegar a Transición fue la etapa más feliz de tu vida
ministro y lo consiguió con el PSOE, pero que
1.– Sobre estas cuestiones y la participación de Josep Fon-
nunca le hizo una faena a nadie, cosa que no tana en ese comité véase Giaime Pala, Cultura clandestina.
diría del Guti, por ejemplo, que era un enfer- los intelectuales del PSUC, Barcelona, 2016.

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Josep Fontana José G. Alén

Fontana, a la derecha de la imagen, durante una asamblea en la Universidad Autónoma, que


estaba ocupada por los estudiantes, 1976 (Foto cedida por J. Fontana).

militante y también el final de esa expe- me iban a tomar más el pelo y me marché a
riencia. ¿Qué te llevó a abandonar el PSUC mi casa. Después he tratado de descifrar todo
y qué balance haces de aquel compromiso? este asunto de los pactos y pienso que ten-
Cuando llegamos a la transición, yo era go ya una imagen clara de lo sucedido, de la
consciente de que los objetivos que se plan- que puede deducirse que ni la clase obrera ni
teaban en los programas del partido, por la democracia social les importaban nada.
los cuales habíamos luchado en la clandes- Mi amigo Ernest Lluch, que sentía una gran
tinidad, no podían alcanzarse de momento, consideración por Carrillo, me dejó entender
pero esperaba, por lo menos, que mi partido que pensaba que había sacrificado delibera-
siguiese luchando por ellos, en la medida de damente el PCE para salvar la democracia.
sus posibilidades. Cuando descubrí que eso se Era una de tantas cosas en que discrepába-
había acabado, que, al igual que sucedió con mos. Expresé mi frustración por las ilusiones
el PSOE, el PCE decidió que ahora las cosas perdidas en el prólogo a un libro de carteles y
eran distintas y que la política no se hacía ya diseños, del que te he hecho una traducción al
en la calle, sino en el parlamento, me sentí castellano, que te envío adjunto [2].
estafado. El punto de ruptura se produjo el
día en que Carrillo vino a dar un discurso a Pasando a tu trabajo en el campo de la
Barcelona, tras un congreso del PSUC al que Historia, siempre has reconocido la in-
yo asistía como invitado y nos explicó aquella fluencia que ejercieron algunos historia-
fantasía de que los pactos de la Moncloa ga- dores sobre tu trabajo: Ferran Soldevila,
rantizaban grandes beneficios a la clase obre-
2.–Se refiere a Josep Fontana, Un temps que podía ser i que
ra y eran un camino hacia la conquista de una no va a arribar a ser en Barcelona, una iconografía urbana de
democracia social. Decidí entonces que ya no la Transició. La donació Villluendas+Gómez, Barcelona, 2014.

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Entrevista

Vicens Vives, Pierre Vilar… ¿Qué aspectos De Vicens aprendí sobre todo dos cosas
destacarías de esa influencia, tanto histo- fundamentales, más importantes que los mé-
riográficamente como por su actitud ante todos y las teorías, que se pueden aprender
posibles «discípulos» como tú? y ¿en qué en los libros. Aprendí que este de historiador
sentido tu relación con ellos pudo influir en es un oficio difícil, que exige mucho trabajo:
la que has mantenido a lo largo de tu reco- un oficio en el que siempre somos aprendices
rrido profesional con alumnos y discípulos? y nunca llegamos a maestros (y el que crea
lo contrario, y piense que ya domina el oficio,
A Soldevila le encuentro el mismo año en está perdido sin remedio). Lo segundo, y mu-
que ingreso en la universidad, cuando la en- cho más importante, que lo que hacemos no
señanza de la historia que había recibido has- tiene sentido si le falta una dimensión cívica,
ta entonces era la lamentable del bachillerato una utilidad social. Su concepción de la uti-
o la no menos lamentable de un profesor de lidad del trabajo del investigador la formuló
primer curso de Letras, de cuyo nombre me brevemente en una carta en que me decía:
olvidaré por piedad. Me encuentro entonces, «Sigo pensando que hay algo más importante
fuera de las aulas, con un historiador que ha que la universidad, que es el país, y que más
regresado del exilio y que lucha por sobrevivir importante que la ciencia histórica es la uni-
con una gran dignidad, que me enseña a leer versidad, pero que se puede servir al país a
un documento o una crónica, a reflexionar través de la ciencia histórica».
sobre ellos y a tratar de entender a los seres Vicens sabía que yo era un rojo incorregi-
humanos a quienes estos textos se refieren. Y ble, y con una tendencia habitual a la imper-
por primera vez le encuentro gusto al estudio tinencia; pero no sólo lo toleraba sino que en
de la historia [3]. una de las cartas que me envió a Liverpool de-
cía: «Amigo Fontana, continúeme escribiendo
A Vicens lo conocí en el último curso de la con frecuencia y expresándose con tanta sin-
carrera, cuando ya había hecho camino por ceridad. Lo necesito; es un soplo de aire fresco
mi cuenta —ya estaba suscrito personalmente en nuestros ambientes, muchas veces enrare-
a Annales— y me costó poco entenderme con cidos». Parece que me destinaba a los cursos
él, aun dejando claro que mi posición política de historia económica de la recién creada fa-
era distinta a la suya —por más que no había cultad de Económicas de Barcelona; pero su
ingresado aun en el PSUC— y que esto nos se- muerte en 1960, a los cincuenta años de edad,
paraba. El hecho de que en el tiempo en que me dejó fuera del juego.
traté con él transcurrieran mi año de estancia Conocí a Pierre Vilar en 1957. Le había ex-
en Liverpool y los meses de alférez de com- plicado a Vicens la línea de trabajo que me
plemento en Mallorca dio lugar a que mantu- proponía seguir y este me recomendó que es-
viéramos una correspondencia que se publicó cribiera a Vilar, indicándole que era alumno
hace unos años (las cartas de él, naturalmen- suyo, y que le pidiese consejo. Lo hice y recibí
te; de las mías me proporcionó fotocopias la de él una larga y densa respuesta en que co-
familia, y las tengo por algún lado) [4]. menzaba tratándome de amigo, «como cata-
lán y como discípulo de Vicens», me daba una
3.–Véase Josep Fontana El meu Ferran Soldevila, en Per co- extraordinaria lección de método histórico y
neixer Ferran Soldevila, Publicacións L´Abadia de Montse-
acababa invitándome a visitarle cuando pa-
rrat, Barcelona, 1994 y Ferran Soldevila en su centenario en
Catalònia Cultura, 42, 1995. sase por París. Vilar me decía en esta carta
4.–En Josep Clara et al., Epistolari de Jaume Vicens Vives, que la historia era para él algo muy serio, por-
Cercle de Estudis Històrics, Girona, 1998. que la concebía sobre todo como un instru-

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Josep Fontana José G. Alén

mento para comprender el mundo y ayudar


a cambiarlo: «Si no creyese a la ciencia his-
tórica capaz de explicación y de evocación
ante la desdicha humana y ante la grandeza
humana (con la gran esperanza, en el tras-
fondo, de aliviar la una y ayudar a la otra), no
pasaría mi vida entre cifras y papeles. Pero si
fuésemos al encuentro del hombre con buenos
sentimientos y una intención de literatura,
esto añadiría a la inutilidad una pretensión
harto antipática. No queremos una ciencia
fría, pero queremos una ciencia» [5].
De Vilar conservo cartas, pero las con-
versaciones con él, en Barcelona, en París,
en Granada, en Italia, fueron mucho más
importantes que las cartas. Lo más valioso
que conservo de él son textos policopiados de
sus cursos, que nunca se han publicado. En
cuanto a las conversaciones, expliqué en una
entrevista que «hablábamos de lo que pasa-
ba por el mundo, no de libros ni del pasado.
Por tanto, la idea de que éste era un oficio que
servía para entender el mundo en que vives,
la he tenido muy clara, y he intentado seguir
manteniéndola. Entretener contando histo- Con uno sus «maestros», el historiador
rias no merece la pena». Ramón Carande (Foto cedida por J. Fontana).
Ninguno de estos «maestros» quería segui-
dores, sino gente que pensase por su cuenta. teníamos la ilusión de que la universidad po-
Siempre he procurado que cada joven que día cambiar el día en que mudase el régimen,
me venía a proponer la dirección de una te- Carande me decía, en una carta escrita des-
sis escogiera un tema que respondiese a sus de Extremadura en julio de 1970: «Lo único
preocupaciones e intereses. De mis maestros claro, me parece, es que nada debemos es-
aprendí a respetar su iniciativa y su indepen- perar de la universidad, incluso si expulsase
dencia. ¿cuándo? a los policías, mientras imperen
De quien guardo una preciosa correspon- los docentes actuales. En lugar de ¿nuevas?
dencia es de don Ramón Carande, de quien universidades, sin profesores, necesitamos
me gusta recordar su respuesta a un perio- muchos miles de escuelas y maestros. Única-
dista que le pedía que resumiese la historia de mente cuando lleguen a discurrir los españo-
España en dos palabras: «Demasiados retro- les, discurriendo harán que se conmuevan las
cesos». Nunca me dio clases, pero sí buenos estructuras más reacias, y barrerán a las que
consejos, y lo considero también como uno ya están putrefactas». Cambió el régimen y se
de mis maestros. En tiempos en que muchos pudo ver que don Ramón había acertado en
sus vaticinios sobre la universidad. Por otra
5.– Carta citada por Pedro Ruiz Torres, Laudatio, Valencia parte, no está claro que los españoles hayan
2016. El original en Atelier Pierre Vilar. llegado realmente a discurrir. Intentó conse-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 171


Entrevista

guirlo en su tiempo la Segunda República con aquellos historiadores mantuviste una re-
su política de escuelas y maestros, y se orga- lación especial ¿podrías decirnos quiénes
nizó una Guerra Civil para impedirlo. te impactaron más y en qué sentido?

Hablando de maestros e influencias, en Una cosa son los libros, que son los que di-
tus primeros libros está ya muy presente funden las ideas, y otra los autores. Y en este
la historiografía británica: E.P. Thompson; caso se dan paradojas como la de la escasa
Hobsbawn, Phillis Deane, G. Rude, ade- influencia personal que sobre mí tuvo alguien
más de Gramsci, A. Soboul o P. Vilar, lo que como Hobsbawm, al que he tratado en diver-
evidencia una temprana lectura de Past sas ocasiones, en contraste con Thompson,
and Present y de las ediciones de Lawren- con quien solo hablé en sus dos viajes a Bar-
ce &Wishart ¿Hasta qué punto la estancia celona, en uno de los cuales le hicimos una
en Liverpool como «assistant lecturer» y la entrevista que me impresionó vivamente. Mis
posibilidad de leer en inglés, algo poco fre- amigos historiadores han sido muy diversos, y
cuente en la España de los años cincuenta y no siempre son los autores de mis libros pre-
sesenta, te acercó a la historiografía británi- feridos. Dejando a un lado los españoles, que
ca y a tu gradual incorporación al marxismo? son muchos, mis amigos han sido gente como
John Lynch, con quien no sólo compartí en Li-
Aunque suene lo mismo que «profesor verpool la misma residencia, sino «parties»
ayudante», era un cargo con responsabili- que acababan en un elevado grado de intoxi-
dades y con un buen sueldo, que me permi- cación etílica, como Renato Zangheri, que fue
tió comprar, además de libros, mis primeros alcalde de la Bolonia roja, como Bohumil Ba-
discos… En Liverpool encontré una esplén- dura, un checo que en 1968 me enviaba una
dida biblioteca universitaria en la que pasé carta conmovedora sobre lo ocurrido en Pra-
muchas horas; pero a eso hay que añadir lo ga y a quien pude acoger en diversas ocasio-
que significaba descubrir las librerías de Lon- nes en Barcelona, o como Manfred Kossok, de
dres, las mejores que he visto en ningún lugar quien conservo textos impresionantes sobre
del mundo, donde había además una cadena la historia de la DDR. Junto a un gran núme-
de establecimientos izquierdistas, que fue el ro de latinoamericanos, comenzando por dos
lugar en que descubrí, además de los libros, cubanos, Juan Pérez de la Riva y, por encima
publicaciones como Marxism today y Our de todos, Manuel Moreno Fraginals, autor
History de las que todavía conservo los ejem- de aquella obra maestra que es El ingenio,
plares adquiridos hace sesenta años. Está y rebelde inadaptado hasta el fin de sus días,
claro que esto contribuyó a que, de regreso a a los que habría que añadir un buen número
Barcelona, buscase el contacto con el PSUC. de argentinos, chilenos, ecuatorianos, colom-
Fue un viaje posterior a Italia, en un coloquio bianos... Amistades nacidas en muchos casos
celebrado en Nápoles, el que me llevó a des- de la experiencia de conferencias y cursos en
cubrir a Gramsci y, con él, la cultura que se ciudades tan diversas como Quito, Ayacucho,
difundía en torno a las grandes editoriales Neuquén, Tunja, México o Valparaíso.
italianas influidas por la izquierda.
Como historiador comienzas centran-
Al frente de las colecciones de Historia do tu atención en el siglo XIX y en cues-
en Ariel y Crítica difundiste los trabajos de tiones como la relación entre los cambios
la amplia nómina que formaba el marxismo económicos y la quiebra del absolutismo;
historiográfico europeo y con algunos de el estudio de la Hacienda pública o la des-

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Josep Fontana José G. Alén

amortización para pasar a interesarte en 1968, enviados por amigos que lo vivieron). El
el desarrollo histórico de siglo XX y ahora problema es que terminé Por el bien del im-
también en el XXI. ¿Qué es lo que determina perio cuando tan solo empezaban a sentirse
ese salto temporal? ¿Fue un cambio histo- los efectos de la crisis de 2008 y que el tiempo
riográfico o la voluntad de estudiar un pa- transcurrido desde entonces ha puesto en evi-
sado más inmediato? dencia que estamos en el inicio de una nueva
época, lo cual ha dado un nuevo sentido a lo
Comencé a trabajar en la España de co- ocurrido desde 1945. Pero una vez acabado
mienzos del siglo XIX porque quería investi- este nuevo libro, y aunque sigo manteniendo
gar el tránsito del Antiguo régimen al libera- abiertas las vías de información sobre lo que
lismo. Enfrentarse a una época como la de ocurre en el mundo, mi trabajo en este campo
Fernando VII me obligó a utilizar los mate- se va a reducir a articulillos ocasionales como
riales de la hacienda, porque eran los que los que publico en La Lamentable.
ofrecían una cobertura más amplia y conti-
nuada, y porque me daban pistas importan- Apuntas en tu respuesta la intención
tes sobre las relaciones entre el gobierno y la de volver a la primera mitad del siglo XIX,
sociedad. Pero que mi intención iba más allá ¿podemos entender que está ahí el foco de
lo demuestra el más trabajado de los libros atención de tu próximo libro?
que dediqué a esta época, De en medio del
tiempo, donde el relato estaba plenamente Una vez acabado el esfuerzo que me ha
imbricado en la historia europea de aquellos significado escribir El siglo de la revolución
años. Mi intención era ir a parar a una visión necesitaba mantener una disciplina de tra-
de conjunto de la historia europea entre 1814 bajo, aunque sólo fuera por razones de salud
y 1848, entre la derrota de Napoleón y el Ma- intelectual (la verdad es que trabajar en lo
nifiesto comunista. Nunca abandoné este mío me divierte). Pero mis condiciones físicas
proyecto, del que tengo muchos materiales a actuales, que me impiden trabajar normal-
medio elaborar. De hecho, una vez acabado mente en las bibliotecas, me limitaban las
el último libro sobre el siglo XX, empecé en- posibilidades. De manera que opté por recu-
seguida a retomar el viejo proyecto, y en ello perar un trabajo en que tenía mucho prepa-
estoy, aun siendo consciente de que es poco rado, partes ya escritas y en que conservaba
probable que me queden años suficientes en casa muchos de los libros, que no figuran
para completarlo. Pero hay ideas nuevas que entre los 35.000 que ya he dado a la bibliote-
me atraen y que quisiera desarrollar, aunque ca del Instituto de Historia de la Universitat
solo sea para mi consumo. Pompeu Fabra. Eso, que me ahorraba una
A la historia del siglo XX me había dedica- primera fase de erudición, me animó a volver
do como profesor en los cursos de la Universi- por este camino, aunque mi propósito actual
tat Pompeu Fabra, pero la necesidad de tra- es darle por completo la vuelta al viejo pro-
bajar con más profundidad vino determinada yecto: explicar primero la historia de los reyes
por la voluntad de tratar de encontrar un y los gobernantes y subvertirla después con la
sentido a la catástrofe de la segunda mitad de los campesinos, los trabajadores de fábri-
del siglo XX, que era algo que me había toca- ca y, no lo olvidemos, la persistencia de la es-
do vivir personalmente, y de manera indirec- clavitud en las plantaciones. Es un proyecto
ta por las experiencias de amigos míos (ten- muy ambicioso, que requeriría unos años de
go, por ejemplo, un buen archivo de papeles, los que no creo que disponga, pero lo que más
periódicos y octavillas de París en mayo de me estimula es lo que aprendo yo mismo tra-

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Entrevista

bajando, sin que me importe mucho si tendré


o no capacidad de acabarlo.

La publicación del libro de Maurice Dobb


Studies in the Development of Capitalism
(1946) generó un debate historiográfico du-
rante décadas, aunque llegó a España con
cierto retraso, en 1967. En los últimos años
el debate repunta, en algún caso teñido de
un revisionismo que minimiza la concep-
tualización que viene de la diversa tradición
marxista; descalifica el trabajo de Dobb
y Sweezy porque no eran historiadores ni
especialistas en el feudalismo, rechaza la
importancia urbana e industrial y se susti-
tuye a la burguesía por elites sociales como
protagonistas del proceso revolucionario y
de la transición al capitalismo. En los años
setenta participaste de aquellas reflexiones
y valorabas los planteamientos teóricos de
Dobb porque servían para estimular a los Participando en el V Congreso de CCOO
historiadores a investigar los problemas de Catalunya (Foto: Arxiù Històric de CCOO
que sugería y polemizabas con Bartolomé Catalunya).
Clavero quien, ya entonces, «condenaba a
la hoguera a Dobb, Hobsbawm o Lublinska- no que hayan de ser uno u otro en particular,
ya» a propósito de las transiciones. ¿Cómo ni tal vez tampoco predeterminados en el or-
ves hoy aquel debate cuando se cumplieron den de sucesión», lo que significaba una rup-
40 años de la muerte de Dobb? [6]. tura explícita con la interpretación canónica
del estalinismo, que había empobrecido y co-
El estímulo de Dobb fue muy importante dificado la teoría marxista de la historia [7].
para remover una teorización marxista an- El debate con Clavero a que te refieres —
clada en formulaciones catequísticas. De su con quien, por cierto, me entiendo hoy muy
impulso nació un trabajo de renovación que bien y sin problema alguno— tenía que ver
tuvo como una de sus manifestaciones más mucho menos con la historia que con el uso
importantes la publicación por Hobsbawm, político que se hacía del concepto «revolución
en 1964, del fragmento de las Grundisse de burguesa». Pero ha corrido mucha agua bajo
Marx dedicado a las formaciones precapita- los puentes en estos años y, con todo el res-
listas, con una introducción provocadora en peto que merecen los viejos debates, debemos
que sostenía que «la teoría del materialismo tomar en cuenta hoy lo mucho que ha apor-
histórico requiere solamente la existencia de
una sucesión de modos de producción, pero 7.–Formaciones económicas precapitalistas, publicado en
España por Ciencia Nueva (1967), una vez que la censu-
6.–Josep Fontana, Maurice Dobb y el problema de la transi- ra eliminase algunos párrafos de la introducción de Eric
ción del feudalismo al capitalismo en «Investigaciones eco- Hobsbawm, véase en este número Francisco Rojas Claros,
nómicas» nº 4, 1977 y Sobre revoluciones burguesas y autos Edición y censura: los libros de Marx y Engels durante el fran-
de fe en «Mientras tanto», nº 1, 1979. quismo, 1966-1976.

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Josep Fontana José G. Alén

tado la investigación en estos años. El propio Es imposible que un acontecimiento que


concepto de «transición», en la medida en tuvo la trascendencia de la revolución rusa
que sugiere el paso de una etapa claramen- pase sin controversias, sobre todo si tenemos
te definida a otra igualmente diferenciada, es en cuenta que todavía sigue dando miedo. Ahí
posiblemente insuficiente para analizar los tienes el caso de El País, que el 28 de enero de
cambios que se han producido. Uno de los te- 2017, en las páginas de Babelia, presentaba
mas al que estoy ahora dando vueltas es el a Richard Pipes como «una de las máximas
de la invención de la revolución burguesa, autoridades en estudios de historiografía so-
claramente ilustrado por la gran mentira que viética a escala mundial». Pipes, polaco de
fue «La libertad guiando al pueblo», el cuadro nacimiento, es un auténtico energúmeno que
que Delacroix pintó para celebrar la revolu- fue escogido en 1976 por G. H. W. Bush, cuan-
ción de 1830, que no tenía nada que ver con do era jefe de la CIA, para presidir el «Team
lo que había sucedido en realidad (cuando de B», el equipo que inventó las más delirantes
verdad pudo haber una revolución, en 1848, visiones de una URSS, entonces ya en plena
Delacroix se dedicó a pintar flores y paisajes). decadencia, en las que sostenía que los rusos
Cuando se analiza de cerca lo que sucede preparaban fantásticos planes para conquis-
en París en julio de 1830, donde la gran bur- tar el mundo con armas secretas de un increí-
guesía tuvo que intervenir para salvaguardar ble poder. Si recurres a un experto como éste
el orden social establecido, el cuadro de De- para valorar la revolución ¿qué es lo que es-
lacroix aparece como una farsa. Pero esto, tás buscando?
pese a las posibilidades de generalización que
ofrece, no es más que un aspecto menor del Preguntas si hubo un cambio de rumbo de-
proyecto. cisivo con el ascenso al poder de Stalin y su
equipo. Pienso que sí. Pienso que existía la al-
Se conmemora el centenario de la re- ternativa que planteaban Bujarin y los suyos
volución rusa y parece un buen momento de seguir un curso más lento sobre la base de
para hacer un balance tanto historiográfi- la continuidad de la NEP, mientras comenza-
co como político de un acontecimiento que ban a aplicarse los planes de los equipos que
cambio el mundo durante más de 70 años. estaban desarrollando los programas de pla-
Aparecen reediciones y nuevos trabajos so- nificación; una opción que hubiera evitado la
bre aquel proceso y de nuevo, como ocurrió violencia contra los campesinos que el propio
con el bicentenario de la revolución france- Stalin inició personalmente en Siberia. Que
sa, nos inunda una marea revisionista que esto era factible parece demostrarlo lo suce-
básicamente responsabiliza a aquella expe- dido en China a partir de 1978, cuando Deng
riencia revolucionaria de gran parte de los Xiaoping se opuso a que se repitiera la po-
males y horrores del siglo XX e incluso al- lítica de industrialización forzada con la que
gunos reducen la revolución a la categoría Mao había llevado el país al desastre e inició
de un simple golpe de estado. En tu último un plan que comenzaba con la mejora de la
libro El siglo de la revolución, diferencias en- situación de los agricultores y la eliminación
tre los primeros momentos del proceso re- del hambre, lo que ha conducido finalmente a
volucionario hasta 1928 y la posterior etapa un extraordinario crecimiento económico.
estalinista. Sin embargo algunos historia- Lo que me interesa es averiguar si el pro-
dores sostienen que las causas de todos los yecto que significaba la continuidad de la NEP
errores estaban presentes en el mismo ori- mientras proseguía el desarrollo a más largo
gen y en Lenin, ¿compartes ese análisis? plazo de los proyectos de planificación tenía

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Entrevista

sentido, como proponía Bujarin. Stalin optó erigido, paradójicamente, para salvar la re-
por la industrialización forzada, de acuerdo volución». Los diarios de Chernyaev me sir-
con un modelo que era posiblemente erróneo ven para ver desde dentro lo que sucede en
—por eso hice traducir, con escaso éxito, el un aparato gobernante que se limita a se-
libro de Loren Graham, El fantasma del in- guir una política de gran potencia [8], donde
geniero ejecutado. Por qué fracasó la indus- el marxismo se ha convertido en una liturgia
trialización soviética— y que exigió el uso de con la que los especialistas adornan las for-
la violencia desde el primer momento (fue el mulaciones de los políticos y en que un futuro
propio Stalin el que la inició en Siberia). Un ministro de cultura sostiene que es peligroso
motivo para ahondar en esta reflexión es la leer a Lenin porque da demasiadas cosas en
comparación con lo sucedido en China desde que pensar. De hecho Jruschov fue el último a
1978, cuando por iniciativa de Deng Xiaoping quien preocupó la transformación de la socie-
se rechazó volver al proyecto de industriali- dad; sus sucesores fueron burócratas que se
zación forzada, que con Mao había llevado al contentaban con sobrevivir.
desastre, y se inició un camino que podríamos
llamar de inspiración bujarinista. En pocos años aquel modelo, que pare-
cía tan sólido, se desmoronó sin grandes
En un libro anterior Por el bien del impe- convulsiones. Gorbachov y una parte de sus
rio, trazas un minucioso repaso del mundo colaboradores de los años ochenta fueron
de nuestro tiempo y de la evolución del mo- la primera generación que entraba en el
delo resultante de la revolución rusa hasta PCUS al calor del XX Congreso. Los aconte-
su desaparición. La revolución parecía abrir cimientos de Hungría y la evolución poste-
la posibilidad de construir un modelo alter- rior marcaron los límites de la desestalini-
nativo al liberalismo capitalista, pero esa zación y la rápida caída de Jruschov impidió
esperanza, finalizó en un sonoro fracaso. la posibilidad de renovación intelectual y
Un punto de inflexión en la historia de la política de unos cuadros y dirigentes libe-
URSS fue la etapa que se abrió con la muer- rados de la práctica política estalinista. La
te de Stalin y el proceso de desestaliniza- Perestroika parecía pues el primer intento
ción iniciado con el XX Congreso del PCUS real de desestalinización de la sociedad y
¿Había realmente condiciones internas en su fracaso interviene tanto la oposición
para que ese proceso fraguara después de interna de los «halcones» soviéticos como
los 30 años que Stalin se mantuvo en el po- los intereses de políticos oportunistas
der? ¿Qué factores influyeron en el fracaso como Boris Yeltsin. ¿Qué factores pueden
de la desestalinización que finalmente de- explicar su rápida desintegración política
cantó la lucha interna que se llevó por de- y la pasividad de los ciudadanos soviéticos
lante a Jruschov? ante el derrumbe del estado de los soviets?

La respuesta a esta pregunta requeriría Los factores que condujeron al hundi-


una larga argumentación. En mi último libro miento fueron complejos. Uno de ellos fue el
la he sintetizado afirmando que los sucesores coste insoportable de un imperio que vivía de
de Stalin «consiguieron salvar el estado so- las subvenciones directas e indirectas de la
viético a costa de renunciar a la construcción URSS. Otro, haber confiado en la buena fe de
de una sociedad socialista. La revolución que
había nacido para eliminar la tiranía del es- 8.–Los diarios de Chernyaev en National Security Archieve,
tado acabó construyendo un estado opresor, George Washington University

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Josep Fontana José G. Alén

los norteamericanos con los que estaban pac-


tando el fin de la guerra fría y que, con George
H.W. Bush al frente, lo que realmente desea-
ban era hundir de una vez el estado soviético.
Pero los mayores errores los cometieron en el
interior. Si algo parece claro es que Gorba-
chov no estaba a la altura de la tarea y que
fue incapaz de diseñar un plan de transfor-
mación de la economía, que hubiera debido
aplicarse con un liderazgo enérgico y no con
una simple propuesta de liberalización.

Hobsbawm, reconocía los horrores del


estalinismo y el fracaso del «socialismo
realmente existente» como alternativa al
liberalismo capitalista, pero en la balan-
za de la valoración colocaba el papel de la
URSS como contrapoder a los Estados Uni-
dos en la escena política internacional y el
peso que el modelo había ejercido sobre
la gestión socialdemócrata en la creación
y expansión del llamado estado del bien-
estar. ¿Podemos, como defienden algunos,
mantener que no hubo nada aprovechable
en aquella experiencia o por el contrario,
como Hobsbawm defendía, hay que tener Con Eric Hobsbawm, durante la presentación
de las memorias de éste en Madrid (Foto
en cuenta su influencia en la vida de los cedida por J. Fontana).
ciudadanos rusos y también europeos?
cedido en «el imperio» necesitaría un análisis
Que el miedo al comunismo —a su posible más complejo. Para comenzar te recomen-
expansión subversiva mucho más que al po- daría un libro, que habla precisamente de la
der militar de la URSS— fue una de las cau- trágica historia del hermano de Thompson [9].
sas del «reformismo de miedo» que condujo al
auge de la socialdemocracia y a la aparición En otro de tus ultimo libros El futuro es un
del estado de bienestar está claro. Pero es ab- país extraño nos sitúas ante la crisis econó-
surdo interpretar negativamente todo lo que mica con sus secuelas de crecimiento de la
el «socialismo realmente existente» propor- desigualdad, la pérdida de derechos y el len-
cionó a los rusos; basta con advertir que su to desvanecimiento del estado del bienestar,
súbita desaparición produjo una catástrofe: en una fase en la que el capital muestra una
de 1989 a 1998 el PNB se redujo a la mitad, voracidad sin límites que sugiere un futuro
el consumo de carne disminuyó en un 23 por complejo, plagado de dificultades para la
ciento, los hospitales se quedaron sin recur- gente, con miles de refugiados que invaden
sos, la esperanza de vida de los hombres cayó
9.–Se refiere a Kristen Ghodsee, The left side of history.
de 64 a 58 años y la población disminuyó en World War II and the unfulfilled promise of communism in
tres millones de habitantes. Examinar lo su- Eastern Europe, Duke University Press, 2015.

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Entrevista

en pateras el «paraíso europeo» y con pers- breza en el mundo. Ahí está el caso de África,
pectivas de transformación muy lejanas. a la que el cambio climático está afectando
¿Hacia dónde caminamos?. ¿Es posible en gravemente, que seguimos saqueando des-
este contexto un proceso revolucionario de piadadamente y que crece demográficamente
características similares al que se desarrolló de manera explosiva. Se prevé que Nigeria va
en la Rusia de comienzos del siglo XX? a tener en 2100 un total de 752 millones de
habitantes, que su territorio no parece que
La función del historiador no es anticipar pueda alimentar, cuando toda Europa no pa-
el futuro, eso forma parte del repertorio pro- sará de los 646 millones. Lo que ahora nos
fesional de economistas y políticos, sino la llega a través del Mediterráneo no es más que
de tratar de explicar el presente a la luz de un anticipo del futuro. Salvo que haya una
la evolución que lo ha configurado. Y en este transformación radical en nuestra organiza-
presente hay unos problemas que no podemos ción social, las previsiones deberían apuntar
pasar por alto: en los países desarrollados hay a largo término a una repetición de las gran-
una situación de estancamiento económico des invasiones del pasado. ¿Puede surgir una
que los economistas aseguran que va a durar revolución? Las revoluciones solo triunfan
largamente y hay una desigualdad creciente cuando surgen donde y cuando el orden es-
que todo el mundo reconoce, y que se supone tablecido no las espera y no está preparado
que representa un riesgo de fractura social, para reprimirlas. En febrero de 1917 el zar,
sin que nadie proponga remedios serios que que había marchado hacia el frente, se limi-
puedan frenarlo (Alex Nunn y Paul White han tó a ordenar a la policía que liquidase de in-
denunciado la hipocresía del Fondo Moneta- mediato los alborotos; no debía temer nada,
rio Internacional que hace declaraciones con- dado que los jefes de los partidos revolucio-
tra la desigualdad y promueve políticas que narios estaban o en el exilio o en Siberia. No
la favorecen) [10]. Lo cual ha provocado, como sabemos dónde o cuándo puede iniciarse una
consecuencia, la pérdida de confianza en el revolución, porque es imposible preverla.
sistema existente de una democracia parla-
mentaria en que unas élites, organizadas en La crisis económica financiera también
dos partidos —más o menos conservador y se ha utilizado para desarticular la nego-
socialdemócrata, pero con el mismo progra- ciación colectiva, vía reformas laborales
ma económico— se van alternando en el go- que impusieron una pérdida de derechos;
bierno. Con el agravante de que esto que se el avance de la precariedad y una sensible
ha dado en llamar «populismo» no tiene hoy disminución de los salarios. Ante esa rea-
una alternativa creíble de izquierdas, sino lidad los ciudadanos parecen desarmados
tan solo la de una derecha «nacionalista» que con las organizaciones sindicales sin recur-
carece de soluciones para atender estas de- sos de movilización social. ¿Qué ha ocurri-
mandas (no confundamos esto con el fascis- do para llegar a esa situación? ¿Es posible
mo, que se presentaba como una promesa de recuperar la capacidad de presión de unas
revolución). organizaciones sindicales desideologizadas
Y, suponiendo que consiguiéramos resolver y despolitizadas o es necesario comenzar
el problema en las sociedades desarrolladas, de nuevo con la mirada en el pasado, por
seguiría quedando el mucho mayor de la po- ejemplo en el espíritu de la 1ª Internacional?
10.–Alex Nunn y Paul White, The IMF and a new global
politics of inequality? en «Journal of Australian Political La operación de debilitación de los sin-
Economy» nº 78, 2016/17. dicatos se organizó en Estados Unidos y en

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Josep Fontana José G. Alén

Gran Bretaña en los tiempos de Reagan y de tal vez haya más esperanza en los movimien-
la señora Thatcher (en Estados Unidos el nivel tos sociales que en los partidos tradicionales.
de afiliación a los sindicatos en las empresas El futuro hay que inventarlo todavía.
privadas es en la actualidad de poco más del
6 por ciento). La Europa continental, donde Afirmas, en tu respuesta que «es absur-
la tradición de asociación obrera era más só- do pensar que se pueden volver a librar las
lida, aguantó más; pero las políticas de aus- batallas perdidas con las misma armas. Al
teridad que surgieron tras la crisis de 2008 enemigo que te ha vencido le debes oponer
permitieron desmantelarlos con las reformas nuevas formas de combate…»¿No será que
laborales, que seguramente los encontraron también las organizaciones sindicales y
ya debilitados. El problema es que la progre- políticas entregaron o perdieron sus armas
siva destrucción de los sindicatos ha permi- en el camino o no las utilizaron convenien-
tido que se modifiquen en la realidad las for- temente y no acertaron con la estrategia en
mas de trabajo, que van en camino de lo que esas batallas perdidas?. ¿Es realmente po-
se llama la «gig economy», la contratación de sible inventar ese futuro de movilización
trabajadores autónomos para hacer trabajos social y encontrar nuevas formas de orga-
concretos [11]. El New York Times publicaba nización sin mirar críticamente los errores
el 23 de febrero de 2017 un trabajo con el tí- cometidos y sin recoger las ideas y la ex-
tulo de «The jobs Americans do», con una se- periencia de lucha e incluso lo útil de sus
rie de entrevistas con trabajadores, precedida formas organizativas que, en confluencia
de un texto donde se comenta la decadencia con lo nuevo, puedan funcionar como ins-
de «la vieja clase obrera» y se afirma que la trumentos de lucha?
nueva faz del trabajo no son ya las masas
de obreros ante las fábricas sino que ahora Me parece evidente que hay que mirar crí-
a los trabajadores se les paga no por hacer ticamente el pasado para aprender, pero lo
cosas sino por prestar servicios, como cuidar primero que advertimos entonces es que no
de los niños o de los viejos o limpiar la casa se puede repetir. Entre otras razones, porque
de otra familia. Hay que tener clara una cosa: cuando el orden establecido ha aprendido la
la ofensiva del capitalismo depredador contra lección, no permite repeticiones. Me gusta
las viejas formas de organización obrera aca- poner como ejemplo el triunfo del castrismo
bó con su victoria, y es absurdo pensar que en Cuba; pilló por sorpresa a los norteameri-
se pueden volver a librar las batallas perdi- canos, que lo habrían podido aplastar. Pero,
das con las mismas armas. Al enemigo que te una vez aprendida la lección, fue imposible
ha vencido le debes oponer nuevas formas de repetir otro triunfo semejante en América La-
combate que no sepa todavía cómo contra- tina, como lo experimentó Guevara en Bolivia
rrestar. Tengo más esperanzas puestas en el en 1967. Acabo de leer un trabajo de Barbara
activismo que nace de abajo, reaccionando a Ehrenreich que sostiene que, ante los cambios
problemas concretos, que en las prédicas que que han sufrido las formas de trabajo, hay
repiten viejas estrategias. Es posible que la que encontrar nuevas formas de organizarse
nueva Internacional salga de organizaciones en defensa de los derechos de los trabajado-
como «Vía campesina» y que entre nosotros, res [12]. Hay que ser consciente de la magni-
en este «mundo desarrollado» en decadencia, tud de los cambios a que nos enfrentamos. El
12.– Barbara Ehrenreich, Living with a Wild God? A
11.– Véase Josep Fontana, Gig Economic en «La Lamenta- nonbeliever´s Search for the Truth about Everything, Twelve,
ble», junio, 2016. 2014.

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Entrevista

En la librería Crisol (Barcelona) en 1995, durante la presentación de un libro sobre la revista


Triunfo, junto a Teresa Pamies, José Ángel Ezcurra y Manuel Vázquez Montalbán, entre otros.
(Foto cedida por J. Fontana).

23 de febrero pasado The New York Times Tus observaciones sobre los sindicatos
publicaba un largo artículo sobre «The Jobs me llevan a reflexiones demasiado complejas
Americans do» que comenzaba con este esca- como para exponerlas con brevedad. Limi-
lofriante párrafo: tándome a los sindicatos europeos de filiación
comunista, está claro que sus estrategias es-
«Forget the images  of men in hardhats taban condicionadas por las de los partidos
standing before factory gates, of men with comunistas, que desde 1945 habían recibido
coal-blackened faces, of men perched high instrucciones de Stalin de no embarcarse en
above New York City on steel beams. The intentos revolucionarios. Los partidos comu-
emerging face of the American working nistas europeos eran ahora semejantes a los
class is a hispanic woman who has never set socialdemócratas de 1914: organizaciones de
foot on a factory floor. That’s not the kind una praxis reformista que encubrían con re-
of work much of the working class does any- tórica revolucionaria. Podría justificárselos
more. Instead of making things, they are con el argumento de que no tenía sentido que
more often paid to serve people: to care for se lanzasen a enfrentamientos que no podían
someone else’s children or someone else’s ganar; pero pienso que su acomodación fue
parents; to clean another family’s home» [13]. más lejos. Entre diversos ejemplos que podría
citar me limitaré al de los Pactos de la Mon-
13.– Olviden las imágenes de hombres con cascos de seguri-
dad ante las verjas de las fábricas, de hombres con las caras Ese ya no es el tipo de trabajo que gran parte de la clase
ennegrecidas por el carbón, de hombres encaramados en lo trabajadora hace ahora. En lugar de fabricar cosas, con más
alto de vigas de acero sobre la ciudad de Nueva York. El ros- frecuencia se les paga por servir a otros: por cuidar de los
tro emergente de la clase trabajadora americana es el de niños de alguien o por los padres de alguien; por limpiar la
una mujer hispana que nunca ha puesto un pie en la fábrica. casa de otro

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Josep Fontana José G. Alén

cloa de octubre de 1977. Podría considerarse entre ellos no parecen, salvo excepciones,
justificado que Carrillo aceptase acabar con implicados en la realidad que vemos a dia-
la combatividad que Comisiones Obreras rio, mientras en Iberoamérica o en el mundo
había demostrado en los últimos años; pero anglosajón existen muestras de un mayor
hay algo que no tiene perdón: que Carrillo y compromiso con los movimientos sociales,
los suyos se olvidasen de reclamar el cumpli- sirva como ejemplo el colectivo Historians
miento de las concesiones favorables que el Against War que viene haciéndolo en Esta-
gobierno de UCD había hecho en los pactos dos Unidos desde la guerra de Irak y que en
demuestra que lo único que les importaba era el 2011 apoyó el movimiento Occupy Wall
su propia promoción en el nuevo juego políti- Street. Entre nosotros, incluso cualquier
co de la transición. posición crítica con el pensamiento domi-
Y en cuanto a la situación actual: entre los nante, es tergiversada como tú mismo has
artículos que publica hoy sinPermiso hay uno podido comprobar después de participar en
terrible de Heiner Faessbeck que denuncia unas jornadas en Cataluña y con tu libro La
cómo los sindicatos alemanes hacen el juego formació d’una identitat. Entonces se utilizó
de los empresarios contra los trabajadores y tu antigua militancia en el PSUC para des-
presionan además sobre los sindicalistas en calificar tu posición política acusándote de
Bruselas en el mismo sentido [14]. saltar de un pasado estalinista y jacobino
Los mecanismos políticos que hicieron po- al nacionalismo radical. ¿Qué ha ocurrido
sible el estado del bienestar —el apoyo a la para llegar a esta situación de desarme in-
capacidad negociadora de los sindicatos y telectual y para descender a este nivel de
una fiscalidad exigente que permitía financiar debate?
los servicios sociales— se perdieron porque
la socialdemocracia se vendió a una políti- Es una pregunta que no puedo contestar,
ca de pactos que le era beneficiosa y cedió a porque siempre he tratado de vivir fuera de
las exigencias del poder económico. Una vez eso que se llama «la intelectualidad». Pero
desmantelado el sistema parece imposible conozco muchas voces independientes que
recomponerlo. Las estadísticas de huelgas de libran combates contra corriente. Entre no-
Estados Unidos y del Reino Unido demuestran sotros, por ejemplo, los que reivindican la Se-
hoy la impotencia de los sindicatos, y la eva- gunda República y la Guerra Civil contra el
sión de los impuestos por parte de las grandes predominio de un revisionismo alentado des-
empresas es un testimonio de un triunfo que de arriba y jaleado por los medios «liberales».
se ha alcanzado porque, como dicen Hacker y Yo os podría citar bastantes historias perso-
Pierson «la clase política e intelectual encon- nales de gente que han aceptado «no hacer
tró que le resultaba personalmente provecho- carrera» para conservar el derecho a seguir
so facilitarlo o mirar para otro lado» [15]. diciendo verdades incómodas. Tal vez no se
les ha hecho el caso que merecían.
Ante el paisaje que deja la crisis en Es- Este caso es distinto y necesita algunas
paña, la intelectualidad y los historiadores precisiones. Cuando acepté participar en un
ciclo sobre el tercer centenario de la derrota en
14.–Heiner Faessbeck, Los salarios alemanes, la eurocrisis y la guerra de Sucesión, nadie me dijo que iban
la suicida incompetencia económica del presente sindicalis-
a darle un título, «España contra Cataluña»,
mo europeo, Sinpermiso, marzo 2017.
que no solo era una provocación innecesaria,
15.– Jacob J. Hacker & Paul Pierson, Winner- Take –All poli-
tics: How Washington Made The Rich Richer and Turned its sino que era bien contrario a lo que muchos
back on the middle Class, Simon & Shuster, 2011. sostenemos, que es que quienes pelearon en

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Entrevista

esta guerra hasta 1714 era precisamente los tervención en unas jornadas en la FIM,
que querían construir una nación española señalando que no se había agotado la ca-
en que pudiesen convivir y prosperar. En la pacidad de renovación del marxismo y que
monarquía española «nacional» fue una de- «ese capítulo de la historia de la historia no
nominación subversiva hasta más o menos era un capitulo en modo alguno cerrado».
1835, y sobre lo que se construyó después ha- Posteriormente, el «fin de la historia» y el
bría mucho que discutir. En cuanto a La for- triunfo definitivo del liberalismo capitalis-
mació d’una identitat la escribí para lectores ta que nos auguraba un mundo feliz, pro-
de cultura catalana por razones que creía, y vocaba una desbandada de intelectuales e
sigo creyendo, que lo hacían oportuno. Y me historiadores hacia espacios culturales más
negué a alguna oferta de traducirlo al cas- cálidos, mientras rechazabas las recetas
tellano porque a un lector de otras latitudes posmodernas y mantenías que, en la obra
culturales, que ha recibido una educación de- madura de Marx y en la tradición de pen-
terminada en la escuela y vive en un contexto samiento marxista, había aun herramien-
de patriotismo oficial, tenía que ofrecerle una tas teóricas útiles para seguir estudiando el
visión comparada —tenía que explicarle, por pasado y entender el mundo [16]. ¿Estamos
ejemplo, la diferencia que había entre las cor- hoy definitivamente instalados en la pos-
tes catalanas y las de Castilla, que no tenían modernidad y debe desaparecer todo rastro
una diputación permanente y no controlaban teórico del marxismo?
directamente la recaudación de los impuestos
y la gestión de la deuda pública. Y no me sen- Vamos por partes. Que yo sepa no hay
tía con fuerzas para meterme en esta batalla. ningún canon historiográfico establecido
Después he rehuido el debate con mis críticos por Marx, sino una variedad de tendencias
por una razón esencial: ninguno de ellos se ha y corrientes, como traté de explicar en una
molestado en leer previamente el caudal de conferencia en la FIM, a fines de 2014 [17]. Si
bibliografía que he empleado; casi ninguno hablamos de Hobsbawm, de Thompson, de
ha leído Cataluña en la España moderna de Ranahit Guha, de Chris Wickham o de Mc-
Vilar que es un libro del que partimos todos Cormick, hablamos de métodos y visiones
nosotros. ¿Qué vas a hacer? ¿Dedicarte a ir distintos, pero que tienen en común la vo-
combatiendo tópicos que se asientan más en luntad de aportar una mirada crítica al sa-
la fe que en la razón (soy un lector entusiasta ber académico construido para legitimar el
de George Lakoff)? En cuanto a mi conver- orden establecido y la conciencia del signifi-
sión al nacionalismo resulta tan ridícula que cado de las contradicciones de clase en la his-
no merece la pena replicar: en 1957 me afilié toria. No veo por qué habría de caducar un
a un partido, el PSUC, que reconocía en sus enfoque semejante. En estos momentos, por
estatutos el derecho de autodeterminación ejemplo, uno de los grandes problemas a los
(como lo reconocía el PCE y el PSOE cuando que hemos de enfrentarnos es el del aumento
andaba de juntas antes de aceptar el pacto desbocado de la desigualdad. Frente a él los
de la Transición). ¿Que todo esto me hace historiadores pueden dar respuestas acomo-
molesto y me evita ser bien aceptado por «la daticias, que son las que el orden establecido
intelectualidad orgánica»? Me parece muy
16.– Josep Fontana, Historia: El grupo de «Past and Pre-
bien; es un precio que acepto sin quejarme,
sent». Christopher Hill, V. Gordon Childe, etc. FIM, 1988 y La
porque yo mismo me lo he buscado. Historia después del fin de la Historia, Crítica, 1992.
17.– Josep Fontana, Para una historia de la historia marxis-
Hace más de 30 años finalizabas tu in- ta, 2014.

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Josep Fontana José G. Alén

patrocina, o bucear críticamente en la génesis


y evolución de un proceso que ha dado lugar
a que uno de los hombres más ricos del mun-
do sostenga: «la guerra de clases existe, y la
ha ganado mi clase, la de los ricos». Una afir-
mación que nos mantiene en un terreno apto
para una reflexión de inspiración marxiana.
Sin olvidar las perspectivas renovadoras que
ofrecen debates como los que se desarrollan
en torno a temas como los de la grande y la
pequeña divergencias, que proyectan la aten-
ción a un escenario mundial, la revisión de
los mitos sobre la revolución industrial, las
perspectivas que ofrece el estudio de la evolu-
ción antropométrica, etc. A lo que no hay que
prestar demasiada atención es a las modas
metodológicas académicas, que se consumen
tras haber proporcionado mucha retórica y
pocas aportaciones. ¿Quién se acuerda ahora
Durante las jornadas «Historiografía, marxismo
de modas como la de las «mentalidades», el y compromiso político en España», organizadas
postcolonialismo, etc. que fenecieron sin de- por la Sección de Historia de la FIM en noviem-
jar nada que merezca la pena recordar? bre de 2014 (Foto: FIM).

Hoy se están librando combates por la nadores y solo algunos responden con sus
memoria y has escrito que el trabajo del trabajos pero sin capacidad para ampliar
historiador tiene sentido si contribuye a sus lectores y sin influencia en los medios
entender el mundo y encontrar soluciones de comunicación. ¿Qué ha pasado desde la
a los problemas de la gente. Esas ideas esta- Transición para llegar a esta situación de
ban presentes entre los historiadores pero desarme social de los historiadores?
hoy parecen replegados en los cuarteles de
invierno y escriben para la «tribu» como Que no haya en estos momentos un clima
has señalado en alguna ocasión. Ese replie- de euforia colectiva como el de la transición,
gue ha facilitado el auge de un revisionismo alimentado por las esperanzas que daba la
historiográfico que centra en la II República salida del franquismo, que sirvieron para que
la responsabilidad de la Guerra Civil y mi- nos engañásemos acerca de la naturaleza
nimiza la importancia de la represión fran- real de los cambios que se estaban producien-
quista, mientras periodistas, publicistas o do, es natural. Como lo es que no haya euforia
historiadores universitarios monopolizan en un mundo marcado por el estancamiento
los medios de comunicación e inundan con económico y el reparto desigual. Pero el pa-
sus libros los estantes de las librerías para norama pesimista que montas sobre esto me
proyectar sobre la sociedad una determina- parece exagerado. No ha disminuido el inte-
da memoria que tergiversa la realidad his- rés del lector educado, que es el único que lee
tórica. Ante esa ofensiva, los historiadores libros, por la historia, como revelan las cifras
no han dado una respuesta colectiva para de edición, y no estoy tan seguro de que la ba-
contrarrestar esos revisionismos distorsio- talla por la memoria de la República y la Gue-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 183


Entrevista

rra Civil la esté ganando un revisionismo que len a quien te lea a «pensar históricamente»,
tiene poco crédito científico —las últimas in- a entrenarse en un método de reflexión que
tentonas de Stanley Payne, por ejemplo, han le ayude a entender mejor los problemas de
acabado en un fracaso. Y si tal vez es verdad su tiempo y de su entorno. Esto plantea va-
que cuentan con el apoyo de la prensa escri- rios problemas. Hoy me escribía un profesor
ta, el peso que esta tenía en la formación de de instituto que es un excelente historiador y
opinión en los viejos tiempos tiene poco que un buen escritor, a quien le preocupa cómo
ver con el que ejerce en su decadencia actual. se puede llegar a muchachos como los de sus
clases que nunca leerán un libro por su propio
Entiendes que dibujo una situación muy gusto. Él pensaba en los recursos que ofrece
pesimista, pero las cifras reales de edición una buena narración. Algo puede haber de
(entre 2.000 y 5.000 ejemplares como mu- esto en casos como el suyo, que es el de al-
cho) y las ventas de libros de la calidad guien dotado para narrar.
científica que apuntas son pequeñísimas, En términos más generales, debemos
no pasan de unos cientos de ejemplares aprender a escapar del error de pensar que
o un par de miles en los mejores casos, tú la posesión de la verdad razonada nos da
eres una excepción entre los historiadores. una fuerza de convicción invencible. George
La batalla no está sólo en la calidad sino, Lakoff nos recuerda que una gran parte de lo
sobre todo, en la capacidad para penetrar que pensamos no procede del razonamiento,
en la sociedad y ganar espacio social en la sino de prejuicios, sentimientos y conviccio-
lucha ideológica. Es la clientela del PP y del nes, y que suele ser un error de los políticos de
resto de las derechas que pululan por nues- izquierda acudir a pedir el voto con la fuerza
tra geografía la que consume esa literatura. de la razón, cuando la derecha utiliza sobre
Los libros que no llegan a sus destinatarios todo la apelación a los sentimientos. Una ex-
pierden su utilidad social y de poco vale presion suya puede aclarar lo que digo: «Re-
que se lean dentro de la cofradía de histo- member that voters vote their identity and
riadores o que académicamente fracasen their values, which need not coincide with
«la últimas intentonas de Staley Payne» y their self-interest» [18]. Investigar es importan-
adláteres porque ellos no juegan ese par- te, pero comunicar lo es igualmente, o más. El
tido ni en ese campo. Sus objetivos no es- de historiador no es un oficio fácil.
tán tanto en el ámbito académico sino en
difundir otra historia y construir otra me- Volviendo al escenario incierto que di-
moria. Las numerosas reediciones de sus bujabas en El futuro es un país extraño, la
libros también explican hasta qué punto victoria electoral de Donald Trump, ha
esa visión contribuye a mantener la cohe- despertado la alarma en sectores intelec-
sión ideológica de una clientela conserva- tuales que perciben un grave peligro en sus
dora movilizada para proyectarla electoral- declaraciones y primeras medidas. Ven en
mente. De ahí mis preguntas ¿Qué historia Trump el retorno a fantasmas del pasado y
tenemos que hacer y para qué? y ¿cómo po- síntomas de un nuevo fascismo que puede
demos ganar espacio cultural y social para alterar la estabilidad internacional. En tus
contrarrestar las visiones revisionistas de
la historia? 18.– «Recuerden que los votantes votan su identidad y sus
valores, lo cual no tiene porque coincidir con su propio in-
terés personal», George Lakoff, Don´t Think of an Elephant
Pienso que hay que tratar siempre de know your values and frame The Debate, Chelsea Green Pu-
acercarnos a formas de trabajo que estimu- blishing, 2004.

184 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187


Josep Fontana José G. Alén

trabajos muestras una atención especial a la crisis económica surgió en la sociedad un


todo lo que se cuece en los Estados Uni- movimiento social de protesta que identifi-
dos ¿Coincides con las voces de esos inte- camos con las movilizaciones del 15 M. De
lectuales, también norteamericanos o son ahí emergió un nuevo partido que prome-
excesivamente alarmistas al identificarlo tía hacer saltar por los aires lo que parecía
con el fascismo?; ¿Qué posibilitó su triunfo inmutable la «vieja» hegemonía política
electoral? electoral del turnismo instalado en estos
cuarenta años. Sin embargo, ante la crítica
La elección de Trump es un síntoma más interna y la discrepancia, muestran vicios y
del desgaste de un sistema de democracia pautas de comportamiento alarmantes por
parlamentaria dominado por unas élites que, la similitud a lo ya vivido tanto en el PSOE
estratégicamente divididas en un ala derecha como en el campo de la tradición del PCE/
y otra izquierda, unidas en la aceptación de IU. Como observador minucioso de la reali-
una misma política económica, han acaba- dad actual ¿cómo ves la deriva de un movi-
do cansando a un electorado que se ha dado miento que en principio contó con el apoyo
cuenta de que no se ocupan de sus problemas. de una parte del sector crítico del país?
El 10 de noviembre de 2016 Markus F. Robin-
son escribía a una publicación norteamerica- Los movimientos de protesta de «occupy»-
na progresista: «Estimados amigos america- indignados, surgidos de la lógica desespe-
nos. Vivo en una región de Pennsylvania que ranza de los jóvenes, no trascendieron nunca
votó decididamente por Donald Trump. Son más allá. Mientras los jóvenes protestaban
mis vecinos y mis amigos. Están indignados en la Puerta del Sol sus padres seguían vo-
porque se sienten traicionados por TODAS tando al PP. En cuanto a la acomodación de
las élites políticas de este país (…) Por eso nuestros partidos de izquierda, la realidad es
dieron apoyo a un hombre que prometía «lim- que comenzó mucho antes de lo que se suele
piar el pantano» de Washington. Mis vecinos pensar. Según cuenta Juan Mª de Peñaranda,
y mis amigos no son el enemigo. Ya es hora de el 23 de octubre de 1976 se reunieron en Ma-
que las élites políticas de la derecha y de la drid, en una suite del hotel Princesa-Plaza,
izquierda les presten alguna atención». los comandantes Faura y Cassinello (que lle-
Eso en cuanto a las causas de su elección. garía más adelante a teniente general), en re-
Sobre las consecuencias que puede tener es- presentación del SECED (lo que más adelante
tamos todavía en la incertidumbre. Está por sería el CESID) y dos dirigentes del PSOE, Fe-
un lado Steve Bannon, el Lenin católico de lipe González y Alfonso Guerra, que estaban
esta contrarrevolución, que anuncia, entre en aquellos momentos negociando la legali-
otros grandes cambios, la «deconstrucción zación de su partido. En la entrevista, «que
del estado administrativo»; por otro, la in- duró tres horas largas en un ambiente de ex-
cierta relación de Trump con el «deep state» trema cordialidad», Felipe González definió
dominado por la «comunidad de los servicios «la actitud de su partido» respecto de la po-
de inteligencia» y el Pentágono. Lo que puede lítica española. Respecto de la concepción del
surgir de esta confusión es imprevisible [19]. estado, que era lo que más angustiaba a Cas-
sinello, se expresó de tal modo que Peñaran-
Hace unos años, como consecuencia de da, que participaba en la reunión, nos dice:
«los representantes del SECED nos sentimos
19.– Josep Fontana, La amenaza del Deep State en «La La- reconfortados con tan patriótico e inesperado
mentable», enero, 2017. lenguaje». Un lenguaje que difería por com-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 185


Entrevista

pleto del que usaban en los manifiestos que se


destinaban al público en estos mismos días.

En más de una ocasión, has indicado que


eres un militante sin partido ¿Qué hay de-
trás de esas palabras? ¿Pueden los partidos
heredados del pasado ser útiles hoy como
instrumentos de lucha para el cambio polí-
tico o hay que comenzar de nuevo y tratar
de encontrar en ese pasado rasgos e ideas
para construirlos?

Fue Manolo Sacristán quien, en una car-


ta enviada a un preso del GRAPO poco antes
de su muerte, decía de mí «que, como yo está
ahora sin partido, por como están los par-
tidos». Ya he explicado antes los motivos de
mi decepción. Seguiré votando, por supuesto,
aunque sea sólo para oponerme a la derecha
más cerril y daré apoyo a cada actuación y
a cada movimiento que defienda una causa Apoyando la candidatura de Guanyem
legítima. Pero pienso que los movimientos Barcelona en las eleciones municipales de
que han de enfrentarse a los problemas del mayo de 2015 (Foto: Carmen Guimerá).
presente deberán surgir de una nueva movi-
lización nacida de abajo, de la reivindicación del historiador, buceando en el pasado para
de las necesidades y las aspiraciones de «la averiguar lo que llevaba dentro, le puede
gente», reemplazando a los partidos que pre- conducir a descubrir en él unos futuros po-
dican su doctrina desde arriba y asumen la sibles, objeto legítimo de esperanza, más que
responsabilidad de dirigir sin preocuparse de de profecía.
garantizar la participación de quienes les si-
guen. Para eso no hay que mirar al pasado, A lo largo de tu trayectoria profesional y
sino al futuro. desde aquel primer libro de Salvat, La His-
Estudiar el pasado sirve ante todo para toria (1974) has mostrado siempre una es-
entender cómo hemos llegado a donde es- pecial preocupación por la enseñanza de la
tamos, pero nos ayuda también a descubrir historia en los niveles no universitarios. Y
que había otros caminos posibles que no se me consta que aun hoy mantienes una re-
siguieron. Me gusta citar aquel texto que An- lación con el profesorado de la antigua en-
tonio Machado publicó durante la Guerra señanza media [20]. También has denunciado
Civil española: «En realidad, cuando medi- los intentos del PP por controlar la memo-
tamos sobre el pasado, para enterarnos de lo ria y los programas de historia. ¿Cómo ves
que llevaba dentro, es fácil que encontremos hoy la enseñanza de la historia? ¿Hemos
en él un cúmulo de esperanzas —no logradas,
20.–En el Institut Jaume Vicens Vives, siendo su director
pero tampoco fallidas—, un futuro, en suma,
Josep Fontana se creó el «Seminario para profesores de
objeto legítimo de profecía». Yo cambiaría el Historia de IES» que desarrolla diversas actividades y
final de este texto para decir que el trabajo también edita el Butlletí de L´IUHJVV.

186 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187


Josep Fontana José G. Alén

avanzado o estamos en una ya larga fase de Cómo me considero todavía en activo, nun-
retroceso en lo que se refiere al contenido y ca se me ocurrió hacer balances del pasado.
orientación de los programas? Nunca me he considerado un buen docente,
pero me ha sorprendido encontrarme en oca-
Tuve este sábado pasado una sesión de se- siones con antiguos alumnos míos que me
minario con profesores de enseñanza media dicen: «Me acuerdo de aquel día en que nos
a quienes me tocó hablar de la destrucción dijiste…». Yo no lo recuerdo en absoluto, pero
del estado del bienestar. Es un seminario que me siento orgulloso de haber sembrado una
se fundó hace más de veinticinco años y que idea, de haber estimulado a alguien a pensar
todavía sigue. Más que preocuparme por lo por su cuenta, que es lo que explica que esta
que contienen los programas me importa que idea siga viva en la actualidad. Eso debe ser
los profesores enseñen lo que Vilar llamaba lo mejor que me ha pasado en este terreno. En
«pensar históricamente», porque la historia cuanto a los libros, no tengo quejas de la difu-
acaba apareciendo por todo, incluso cuando sión que han alcanzado (uno de 1994, Europa
enseñas matemáticas. Recuerdo que, cuando ante el espejo, que tenía ya diez traducciones
en los tiempos del franquismo, los estudian- a otras lenguas, me ha dado recientemente la
tes discutían qué debía contener un programa sorpresa de que lo vayan a traducir al ruso y al
progresista, yo les decía que no me importaba chino). Más que de mis libros me siento orgu-
lo que dijera el programa, que ya me encarga- lloso de los que he contribuido a difundir, como
ría yo de interpretarlo. los de Thompson, y me siento apenado por no
haber conseguido que el público se interesase
Por último, después de sesenta años de por otros que lo merecían como, por citar tan
dedicación a la Historia como profesor e solo dos ejemplos, los de Ranahit Guha o de
historiador ¿qué balance haces del trabajo Lev Gumilov, el hijo de la gran Anna Ajmátova.
realizado? y ¿cuál de las facetas de tu tra- Pero todavía me quedan fuerzas para escuchar
bajo te ha dado más satisfacciones? voces nuevas y ayudar a difundirlas.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 163-187 187


Nuestros clásicos

Nota al folleto Ricos y Pobres, de Luis


Emilio Recabarren
Manuel Loyola
Editor Revista de Izquierdas, Universidad de Santiago de Chile

Hijo de una familia de sectores medios


empobrecidos, la vida del líder obrero chi-
leno Luis Emilio Recabarren Serrano (1876-
1924), se despliega en una época marcada
tanto por síntomas de malestar y rechazo
hacia el orden oligárquico decimonónico,
como también por los anuncios de la nove-
dad y los anhelos de cambio. Respecto de tal
clima de ánimo, Recabarren fue parte de las
voces críticas que clamaron por modifica-
ciones sustanciales en la trama institucional
del país, y su folleto Ricos y Pobres a través
de un siglo de vida republicana, de 1910, debe
ser citado como una suerte de clásico distin-
tivo dentro del conjunto de textos y discur-
sos que dieron expresión a la llamada «lite-
ratura de la crisis».
Ahora bien, más allá de ciertas sensibili-
Luis E. Recabarren en 1928 (Biblioteca
dades compartidas (por ejemplo, las preocu-
Nacional de Chile - Archivo Fotográfico).
paciones por lo «nacional» o lo «social»)
pareciera que entre los autores y publicistas do o relacionadas, otras tantas causas de la
críticos, no hubo otro punto de identidad que ruina. Si hay un punto de comunión, ese no
el del sentimiento de crisis. De igual manera, tuvo que ver tanto con los contenidos como
la falta de unidad entre ellos, también se re- con la actitud de sinceridad y pesar que es
fleja en la carencia de una idea común acer- posible percibir en el semblante político-
ca del origen de las dificultades. Mientras emocional que trasuntan los ensayistas de
para unos la raíz del mal que denunciaban la mencionada «literatura de la crisis».
radicaba en la decadencia del «ser nacional», Ahora bien, Recabarren y, junto con él,
para otros, la negligencia gubernamental, otros que lo antecedieron o fueron sus con-
la relajación moral de las clases altas, los temporáneos, presentaron también un dis-
problemas de la raza, de la educación o del curso crítico respecto de la sociedad en que
sistema monetario, constituían, por separa- vivían, mas su crítica no era el dolor de su

188 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 188-190


Nota al folleto «Ricos y Pobres», de Luis Emilio Recabarren Manuel Loyola

persona ni de lo que representaban. Si para con Abdón Díaz (impulsor de mancomuna-


algunos de los ensayistas la tematización de lismo en las oficinas salitreras del norte de
la frustración y el desaliento implicaba el Chile), el dirigente obrero se pregunta por
naufragio de todo lo que tenían por verda- las causas que daban existencia a lo que lla-
dero y valioso con relación al país —de ahí mó un «anacronismo fenomenal», expresión
la reiterada nostalgia por el Chile de antes por la cual buscó fijar el dato básico que, a su
de 1870, el Chile portaliano que se volvía a entender, determinaba la realidad histórica
proponer como mito restaurador—, para la del país, a saber, la constatación de la total
vertiente socialista, la crítica importó un ausencia de justicia que reinaba en las rela-
principio constructor de una nueva reali- ciones sociales, en particular, en el campo de
dad, de un proyecto utópico que presenta- lo económico. Pues bien, en tanto «anacro-
rían no como especulación quimérica, sino nismo», la referida carencia de justicia resul-
como posibilidad histórica necesaria de ve- taba una cuestión absolutamente insosteni-
rificar. Recabarren tiene claro que la tarea ble, sea moral como históricamente; de este
a emprender no es fácil ni menos sencilla, modo, era imperioso poner término a esa
no obstante, el sentido básico de su discur- situación, conclusión que para Recabarren
so fue tremendamente esperanzador. Otros no sólo significaba la abolición de un de-
podrían quejarse de su tiempo, comprome- terminado estado de cosas, sino también, la
tiendo amargamente el futuro: lo digno y necesaria entrada en vigencia de un nuevo
significativo para la nación ya había acon- orden social moralmente justo. Entre uno y
tecido y lo venidero, con suerte, sólo traería otro estado, cabían los requerimientos de la
remedos de una gloria que, o estaba de una acción política revolucionaria de los compo-
vez por todas perdida, o requería de hom- nentes de la clase trabajadora, la cual, en su
bres con tales talentos que resultaban muy actuación, debía ajustarse a un determinado
difíciles de encontrar. imperativo de orden esencialmente ético.
Recabarren, en cambio, ofrecerá una
apuesta emergente —asentada en la valía Como fue dicho, Recabarren se insertó
de los hombres de trabajo— que contrastaba en el ánimo crítico que prevaleció en los cír-
con el decadentismo republicano y moral de culos políticos y reflexivos de comienzos de
su tiempo. Ciertamente, él no se siente com- siglo pasado, pero lo hizo de un modo signi-
prometido con el pasado de la nación: éste ficativamente distinto al de sus contempo-
ha sido un completo fracaso y nada es posi- ráneos. La distinción en él corrió por cuenta
ble reconocerle, y si lo ha de tener en mente, de la propositividad ético-proletaria que se
sólo será para catapultar su promesa de re- afanó en exponer en tanto fundamento de
novación. Esa es la nación que le interesa, la una nueva cosmovisión política del mundo
que viene, no la que ha sido, sino el que será, popular chileno de entonces. En términos
en un tiempo que supone no lejano. Más alla de sus manifestaciones más explícitas, esta
del problema del derrumbe moral de la cla- cosmovisión debía propiciar el desarrollo
se alta, Recabarren representó al vocero de de una cultura obrera ilustrada en calidad
la nueva moralidad social que vendría a re- de fundamento de una acción social y polí-
componer la unidad de la verdad perdida en- tica capaz de redundar en la emancipación
tre tanto engaño y egoísmo: la verdad de la completa del pueblo. Nada de esto hubo en
dignidad proletaria, nacida y alimentada en el resto de la intelectualidad crítica.
los afluentes de la razón y los sentimientos.
A comienzos de 1902, en diálogo epistolar ***

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 188-190 189


Nuestros clásicos

El Centenario del proceso independen- servicios sociales y rehabilitación, conni-


tista iniciado en Chile en 1810, dio motivo vencia con poderes imperiales… En síntesis,
para numerosos festejos oficiales. La oca- luego de un siglo de vida independiente, el
sión —como era de esperarse en este tipo de Chile popular, el de la casi totalidad de su
circunstancias— fue propicia para el monta- población, seguía tan mal —si no peor— que
je de una seguidilla de solemnes discursos, en los tiempos de Colonia, de modo que bien
banquetes y pompas republicanas donde la podía concluirse que el pueblo no tenía nin-
clase pudiente y gobernante ensalzó los em- guna razón para celebrar ni menos sentirse
peños y logros acometidos por los prohom- parte de la fantochería gubernamental.
bres del país, los mismos que, desde los al- El talante de Recabarren en Ricos y Pobres
bores de la ruptura con la Corona española, es marcadamente crítico y de denostación
habían hecho de la patria un modelo en una de la clase gobernante y, salvo algunas pá-
senda plagada de logros y valores cívicos. ginas donde apunta a los factores de rege-
Recabarren y otros componentes de la neración social y política de la sociedad a
ilustración obrera y mesocrática, reaccio- base de la actuación libre y consciente de
naron ante lo que estimaron no eran sino los hombres de trabajo, no es posible ha-
artilugios públicos y maniobras de embota- llar aquí una exposición más extensa de sus
miento mental de una población que, a ex- idea de emancipación y socialismo. Dos glo-
cepción de la mínima franja de adinerados sas podrían dar comprensión a esto: de un
de siempre, poco o nada se había beneficiado lado, que el escrito fue, en su origen, una
tras un siglo de gobiernos independientes. conferencia pública ante un auditorio com-
Aún más, lejos de la fanfarria de avances y puesto preferentemente de campesinos es-
bienestares, lo que el país presenciaba eran casamente proletarizados, de modo que la
incrementos sin parangón en la pobreza y denuncia de la burguesía nacional y la ape-
pésimas condiciones de vida de los chilenos lación a la recta comprensión histórica del
en general, especialmente de trabajadores Centenario —comprensión social— por par-
urbanos y campesinos. Y es que en Ricos y te de la audiencia, llevó a evitar complejida-
Pobres, a diferencia de la constante fijación des especulativas. De otro, para la época de
en los blasones institucionales a que recu- redacción de la conferencia, Recabarren es-
rren los sectores dominantes al momento taba en tránsito de componer un repertorio
de justificar su desempeño, el verbo recaba- de definiciones socialistas las que, en alguna
rriano es completamente social, óptica in- medida, culminará un par de años más tarde,
eludible al momento de ponderar balances y cuando en compañía de cientos de obreros y
resultados que tocan de manera tan directa adherentes, funden el Partido Obrero Socia-
al conjunto de la población involucrada en lista. Con todo, la alta significación del texto
las decisiones de los poderes públicos y es- que aquí presentamos no sólo ha de ser es-
tatales. De ahí que su prosa sea certera y sin timada con relación a los aspectos ya men-
retoques al hacer la relación de hechos que, cionados (clásico en la literatura crítica del
a su juicio, caracterizaban la realidad popu- Centenario; su impronta como análisis ma-
lar chilena hacia 1910: analfabetismo, igno- terialista de la sociedad chilena) sino tam-
rancia, imperio de los engaños religiosos y bién, para la misma época de su redacción,
patrioteros, abyección y venalidad públicas, como contenido que actuó de base para la
explotación obrera, arribismo clasista, alco- formación y despliegue de sectores impor-
holismo, estado lamentable o ausencia de tantes del mundo obrero-popular chileno.

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Ricos y Pobres a través de un siglo de
vida republicana*
Luis Emilio Recabarren

Algunas palabras Hablar o escribir en sentido contrario a


lo que parece pensar toda una nación o su
Quiero trazar con expresiones sinceras mayoría, puede ser audacia y suele clasifi-
los pensamientos que en mí se albergan so- carse de maldad. Mas, quien cree sincera-
bre el siglo transcurrido bajo el régimen de mente que vive en la verdad no debe sentir-
la República, y procuraré que estas expre- se cohibido ni esclavizado para decir a sus
siones sean el retrato de la verdad, es decir, semejantes lo que siente, sobre todo cuando
de la verdad como yo la comprendo, como esto se hace dentro del debido respeto para
yo la siento, ya que desgraciadamente exis- todos. Yo miro y veo por todas partes, ge-
ten diferencias para apreciar la verdad. nerales alegrías y entusiasmos al acercarse
Esta conferencia que voy a desarrollar no cualquier ocasión de festividades, y yo en
es, ni puede ser, el fruto de expresiones an- mi ser, en lo intimo de mi ser, no siento ni
tojadizas; es el resultado de reflexiones y de siquiera el contagio de esa alegría ni de ese
observaciones hechas durante cerca de un entusiasmo. Más bien siento tristeza.
cuarto de siglo en medio de una vida llena Y siento tristeza porque creo que aque-
de miserias y mirando en todos sus contor- llos que sienten alegrías viven en el mundo
nos miserias de todas clases. de las ilusiones, muy lejos de la verdad. Dis-
No tengo valor moral para contrariar mis culpadme si acaso hago mal en decir esto.
sentimientos y por esto yo no puedo bos- Hoy todo el mundo habla de grandezas
quejar aquí otras cosas que expresiones de y de progresos y les pondera y les ensalza
la vida vivida por el proletariado al cual per- considerando todo esto como propiedad
tenezco, comparándole a la vida vivida por común disfrutable por todos.
la burguesía y hasta dónde es posible verla. Yo quiero también hablar de esos progre-
De sobra comprendo que mi conferencia, sos y de esas grandezas, pero me permitiréis
por ahora, va a encontrar muchos escollos, que los coloque en el sitio que corresponde y
porque el modo de apreciar el desarrollo de que saque a la luz todas las miserias que están
la historia de un pueblo, es diferente, según olvidadas u ocultas o que por ser ya demasia-
sean las personas que le juzguen. Sin embar- do comunes no nos preocupamos de ellas.
go, espero y confío en vuestra benevolencia, Esta conferencia va dividida en tres ca-
en vuestra cultura, en vuestro espíritu de pítulos y un resumen para tratar por se-
observación y de estudio, que habréis de oír parado la situación del proletariado y la
o de leer estas páginas tolerando bondado- burguesía en el transcurso del siglo, en el
samente la disconformidad que ellas arrojen orden social, político y económico.
con respecto a vuestro modo de pensar. Entremos, pues, en materia.
Texto de una conferencia dictada en Rengo, Chile, en la noche del 3 de septiembre de 1910, en ocasión del centenario
de la independencia de Chile. Edición: Marxist Internet Archive. Fuente: Fuente: Archivos Salvador Allende.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 191-213 191


Nuestros clásicos

Obreros castigados. Troncoso, Angostura (Chile), 1882 (Foto: Emilio Chaigneau, fuente: Biblioteca
Nacional de Chile).

I La situación moral y social del tado la clase capitalista ha sido el medio


proletariado y la burguesía más eficaz para su progreso social, no así
para su perfección moral, pues aunque pe-
No es posible mirar a la nacionalidad chi- que de pesimista, creo sinceramente que
lena desde un solo punto de vista, porque nuestra burguesía, se ha alejado de la per-
toda observación resultaría incompleta. Es fección moral verdadera.
culpa común que existan dos clases sociales Sin tomar en cuenta los individuos, creo
opuestas, y como si esto fuera poco, todavía que la colectividad burguesa vive habituada
tenemos una clase intermedia que complica ya en un ambiente vicioso e inmoral, que
más este mecanismo social de los pueblos. quizás en muchos casos no se note o se
Reconocidas estas divisiones de la socie- disculpe por no tener la noción suficiente
dad nos corresponde estudiar su desarrollo para saber estimar íntegramente la verda-
por separado, para deducir si ha habido pro- dera moral. El espíritu de beatitud en cierta
greso y qué valor puede tener este progreso. parte de esta sociedad no la ha detenido ni
La clase capitalista, o burguesa, como le alejado de esta situación.
llamamos, ha hecho evidentes progresos a Cien años ha, cuando la población de
partir de los últimos cincuenta años, pero este país vivía en el ambiente propio de una
muy notablemente después de la guerra de colonia europea, que le había inoculado sus
conquista de 1879 en que la clase gobernan- usos y costumbres; parece que no se des-
te de Chile se anexó a la región salitrera. tacaba la nota inmoral y voluptuosa de la
El progreso económico que ha conquis- época presente. Se vivía en este país bajo el

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

régimen de la sociedad feudal, algo atenua- progreso evidente, en mi concepto digno


do si se quiere, pero con todas las formas de llamarse progreso. Se me dirá que el nú-
de la esclavitud y con todos los prejuicios mero de analfabetos es, en proporción, mu-
propios del feudalismo. El sometimiento cho menor que el de antes, pero con esta
demasiado servil de la clase esclava entre- afirmación no se prueba nada que ponga
gada en su mayor número a la vida pastoril en evidencia un progreso. Para esta última
y a la agricultura era tina circunstancia que clase de la sociedad el saber leer y escri-
no provocaba ninguna acción de la clase bir, no es sino un medio de comunicación,
señorial, en que pudiera notarse como hoy, que no le ha producido ningún bienestar
sus crueldades. social. El escasísimo ejercicio que de estos
La ultima clase, como puede considerar- conocimientos hace esta parte del pueblo, le
se en la escala social, a los gañanes, jorna- coloca en tal condición que casi es igual sí
leros, peones de los campos, carretoneros, nada supiese, En las ciudades y en los cam-
etc., vive hoy como vivió en 1810. Si fuera pos, el saber escribir, o simplemente firmar,
posible reproducir ahora la vida y costum- ha sido para los hombres un nuevo medio de
bres de esta clase de aquella época y com- corrupción, pues, la clase gobernante les ha
pararla con la de hoy día, podríamos ver fá- degradado cívicamente enseñándoles a ven-
cilmente que no existe ni un solo progreso der su conciencia, su voluntad, su soberanía.
social. En cuanto a su situación moral po- El pueblo en su ingenua ignorancia apre-
dríamos afirmar que en los campos perma- cia en mucho saber escribir para vender su
nece estacionaria y que en las ciudades se conciencia. ¿Es esto un progreso? Haber
ha desmoralizado más. Esta clase más po- aprendido a leer y a escribir pésimamente,
bre de la sociedad, más pobre en todo sen- como pasa con la generalidad del pueblo
tido material y moral, ha vivido tanto antes que vive en el extremo, opuesto de la co-
como ahora en un ambiente completamen- modidad, no significa en verdad el más leve
te católico y cristiano. Si afirmáramos que átomo de progreso.
hoy vive más dominada por la Iglesia que Muchos periodistas han afirmado en
antes, no haríamos una exageración. Sin más de una ocasión que las conscripcio-
embargo, antes se notaban en esta clase nes militares han aportado al pueblo un
mejores costumbres que ahora. Con sobra- contingente visible de progreso porque
da razón podríamos preguntarnos: ¿Por han contribuido a desarrollar hábitos úti-
qué no ha progresado esta clase social que les desconocidos entre la llamada gente del
ha vivido siempre al amparo moral del ca- pueblo. Se ha dicho que esta parte de las
tolicismo? poblaciones ha aprendido hábitos de higie-
Es esta nueva pregunta para la cual cada ne, se ha educado, aprendido nociones ele-
persona debe buscar la respuesta con sus mentales, etcétera. Estas afirmaciones son
propios esfuerzos, porque es menester, más ficticias que reales.
para el desarrollo de las inteligencias, que La pobreza, y la pobreza en grado exce-
se realice este ejercicio mental, a fin de que sivo sobre todo, impide todo progreso. Hay
cada cual resuelva este problema social y gentes que no tienen un tiesto para lavarse.
procure cooperar a mejorar las cosas. La vida del cuartel, generalmente, ha pro-
La última clase de la sociedad que cons- ducido hábitos innobles y ha fomentado o
tituye probablemente más de un tercio de despertado malas costumbres en personas
la población del país, es decir, más de un buenas y sencillas. Yo creo que produce
millón de personas no ha adquirido ningún más desastres que beneficios.

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Nuestros clásicos

El movimiento judicial y penitenciario sas existentes, y el campo fúnebre no tenía


del país nos prueba de una manera eviden- término, ni vereda alguna, ni salvación po-
te el desastre moral de nuestra sociedad, sible.
durante los cien años que han transcurrido En un tajo abierto como una grieta profun-
para la vida de la República. La magistratu- da, mansión de cíclopes antiguos que ha-
ra del país ha perdido todo el prestigio que bían partido los porfiados con sus formida-
debió conservar o de que debió rodearse. Yo bles miembros, vivía un ser monstruoso, sin
no podría afirmar si los procedimientos ju- forma humana, sin perfiles de consciente.
diciales estuvieran alguna vez dentro de la La mitad derecha del rostro reía como Qua-
órbita de la moral. Pero lo que puedo decir simodo, sordo, incapaz, idiota; la izquierda
es que debido al desarrollo intelectual na- era un conglomerado de contracciones fa-
tural del pueblo, éste ha llegado a conven- ciales, hijas del llanto, del pesar, del furor
cerse de que la Justicia no existe o de que y el despecho, difícil de bosquejar por la
es parte integrante del sistema mercantil y pluma más sagaz y maestra. El contraste
opresor de la burguesía. formado por estas dos actitudes revelaba
Yo he llegado a convencerme de que la la monstruosidad en su carácter más com-
organización judicial sólo existe para con- pleto; era aquello una fiera digna émula
servar y cuidar los privilegios de los capita- del Apocalipsis, con que suelen soñar los
listas. ¡Ojalá, para felicidad social, estuvie- remordimientos humanos. Creía hallarme
ra equivocado! La organización judicial es solo en aquel páramo desolado. Pero no le-
el dique más seguro que la burguesía opone jos de allí se destacó un ujier armado hasta
a los que aspiran a las transformaciones del los dientes, inabordable, asegurado por to-
actual orden social. das partes.
La literatura nacional tiene muchas ex- —¿Cómo has llegado hasta aquí, mendigo?
presiones, que son la más dura acusación a ¿No sabes que este erial y esta grieta honda e
la inmoralidad social y a su administración inaccesible está destinada para un monstruo
de justicia, literatura que está basada en la que debe vivir alejado para siempre de las
verdad histórica. No puedo resistir el deseo sociedades cuya constitución está amparada
de copiar aquí una página de un autor chi- por la más estrecha justicia? Te prohibo que
leno que dice así: asomes la cabeza en ese abismo... Los ojos
del monstruo te atraerían y sucumbirías
«La noche aquella, la oscura noche en la bajo el peso de su atracción diabólica.
cual iba dejando mis harapos enredados en —Ya lo he visto —respondí.
las piedras cortantes del camino, recliné mi — ¡Desgraciado!... ¿Y no sientes ya el hielo
cabeza cansada sobre el tronco de un árbol de la muerte en tus entrañas? ¿No has visto
secular. que sus pupilas relampagueaban como las de
Me hizo dormir el peso de la Fatalidad que voraces reptiles ?
gravitaba sobre mi frente. Había clamado —¿Y cómo se llama esa bestia? —pregunté
tantas veces por la equidad humana, que azorado.
esta idea se había aferrado a mi cerebro —¡Prevaricato! —respondióme el bondado-
como esas raíces añosas adheridas a la tie- so, ujier.
rra difícil de arrancar. Y soñé... Y desperté... y resolví entonces morir de
Me hallé súbitamente en un erial cubierto vergüenza, de hastío y de dolor. Ya no exis-
de secas malezas, sin árboles, sin flores. tía la justicia...».
Un letal vapor de sepulcro invadía las co-

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

El régimen carcelario es de lo peor que personal carcelario o judicial que podría in-
puede haber en este país. Yo creo no exage- fluir en la regeneración de los reos? Ningu-
rar si afirmo que cada prisión es la «escuela na respuesta satisfactoria podría obtener.
práctica y profesional» más perfecta para el Acerca de la crueldad moral que envuel-
aprendizaje y progreso del estudio del cri- ve en sí la prisión escribe un autor chileno
men y del vicio. Oh monstruosidad huma- en un librito titulado Palabras de un Mendi-
na! Todos los crímenes y todos los vicios se go lo que sigue:
perfeccionan en las prisiones, sin que haya
quien pretenda evitar este desarrollo! «El mudo carcelero me introdujo dentro
Yo he vivido cuatro meses en la cárcel de de una mazmorra helada, hizo rechinar la
Santiago, cuatro en la de Los Andes, cerca puerta del calabozo, y puso el férreo canda-
de tres en la de Valparaíso y ocho en la de do a la prisión a donde se me habla arras-
Tocopilla. Yo he ocupado mí tiempo de re- trado.
clusión estudiando la vida. carcelaria y me Luego después no había más que intensa y
he convencido que la vida de la cárcel es lo espantosa sombra a mi rededor. Era aquello
más horripilante que cabe conocer. Allí se el abismo abierto a un hombre que buscaba
rinde fervoroso y público culto a los vicios la luz, pero a quien se le encerraba en un
solitarios... La inversión sexual no es una sepulcro insondable para evitar que los ra-
novedad para los reos. Los delincuentes que yos vivificadores del astro rey llegaran has-
principian la vida del delito, encontrarían ta su pupila dilatada y profunda.
en las cárceles los profesores y maestros Yo no había pecado. A nadie había hecho
para perfeccionar el arte de la delincuencia. mal. Mis vestidos se habían desgarrado en
El personal de empleados de prisiones y medio de los zarzales punzadores del cami-
sus anexos es bastante numeroso. Pero, a no, mi sangre había corrido a raudales. Lle-
pesar de esto, yo no conozco un solo caso gué exánime a la prisión y caí desfallecido
de alguno que haya estudiado o propuesto en brazos de los primeros sayones que me
medios encaminados a buscar un perfec- oprimieron.
cionamiento en el sistema carcelario que ¿Por qué se me encerraba, oh Pueblo? Yo no
contribuyera a proporcionar una verdadera había delinquido, ni robado, ni asesinado.
regeneración entre tantos seres más des- Alguien murmuró a mis oídos cuando
graciados que delincuentes. entré en el fúnebre recinto, al sitio de la
Y el personal de los juzgados, ¿habrá perdición, al calabozo nauseabundo:
producido alguna idea en este sentido? Yo — ¡Otro bandido!
no conozco ninguna. Yo en un rapto de sagrado entusiasmo ha-
Yo creo que la prisión no es un sistema bía gritado: ¡Muera la Tiranía!
penal digno del hombre y propio para re- Y cuando el esbirro ensañado vació en mis
generarle. Hoy que se habla tanto de pro- oídos la bazofia brutal de su desvergüenza,
gresos y que se celebra como un gran acon- sentí en mi ser algo así como la lava hir-
tecimiento el haber llegado a los cien años viente de un volcán que amenazaba esta-
de vida libre, yo me pregunto, ¿ha progre- llar; y experimenté un agrupamiento de
sado en la República el sistema penal? ¿Ha ideas enloquecidas, terribles, impetuosas...
disminuido el número de delincuentes? Era la indignación que saben experimentar
¿Cuántas cárceles se han cerrado a impul- las almas buenas, que todavía no han en-
sos de la educación? ¿Ha mejorado o pro- tregado su conciencia al odioso mercader
gresado siquiera la condición moral del que suele comprarla a precios bajos.»

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Nuestros clásicos

¡Cuánta amargura, cuánta ironía hay en ción, ¿cómo se pretende asociar al pueblo a
todo esto! ¡Pero sobre todo cuánta verdad! los regocijos del primer centenario?
¡Son palabras candentes que abrazan todo El conventillo y los suburbios, han cre-
el rostro de los privilegiados! cido quizás en mayor proporción que el de-
¿Veremos mejorarse el sistema carcelario sarrollo de la población. Y aun cuando se
y judicial ,en el sentido de producir una alegara que el aumento de los conventillos
disminución en la delincuencia, por la, ha ido en relación con el aumento de la po-
acción moral más que por la acción penal? blación, no sería este un argumento justi-
El porvenir lo dirá. ficativo ni de razón. El conventillo es una
La sociedad debe preocuparse de corre- ignominia. Su mantenimiento o su conser-
gir la delincuencia, creando un ambiente de vación constituyen un delito.
elevada moral, cuyo ejemplo abrace, pues Sintamos pesar por los niños que allí cre-
el sistema penal debemos considerarlo ya cen, rodeados de malos ejemplos, empujados
un fracaso. Estimo que el sistema penal al camino de la desgracia. Allí están, en abi-
generalmente atemoriza, pero no corri- garrado conjunto, dentro del conventillo, la
ge; detendrá la acción criminal, pero no la virtud y el vicio, con su corolario natural de
intención. La sociedad debe, por el propio la miseria que quebranta todas las virtudes.
interés de su perfección, convencerse que Si hubiera, habido progreso moral en la
el principal factor de la delincuencia existe vida social, debió detener el aumento de los
en la miseria moral y en la miseria material. conventillos, como debe detenerlo en lo su-
Hacer desaparecer estas dos miserias es la cesivo, pero esto ya no se operará por ini-
misión social de la Humanidad que piensa ciativa especial de la burguesía sino por la
y que ama a sus semejantes. acción proletaria que empuja la acción de la
Comprobar fehacientemente el progre- sociedad. Es necesario transformar el siste-
so que ha hecho el vicio, es bastante para ma de habitación para contribuir a perfec-
poner a la luz del día la verdad. La verdad cionar los hábitos del pueblo.
de que en cien años de vida republicana se Poco después de escrita esta conferen-
constata el progreso paralelo de dos cir- cia, algunos diarios emprendieron una dé-
cunstancias: bil cruzada contra los conventillos. Para
El progreso económico de la burguesía. reforzar mis argumentos he colocado al fi-
El progreso de los crímenes y de los vicios nal de la conferencia algunas publicaciones
en toda la sociedad. hechas al respecto por los diarios.
La vida del conventillo y de los subur- La clase media que se recluta entre los
bios no es menos degradada que la vida del obreros más preparados y los empleados,
presidio. ¿habrá hecho progresos? ¡Recorramos su
El conventillo y los suburbios son la es- condición y convenzámonos! Esta clase es
cuela primaria obligada del vicio y del cri- hoy mucho más numerosa que lo que lo era
men. Los niños se deleitan en su iniciación antes en proporción a cada época. Ha au-
viciosa empujados por el delictuoso ejem- mentado su número a expensas de los dos
plo de sus padres cargados de vicios y de extremos sociales. A ella llegan los ricos
defectos. El conventillo y los suburbios son que se empobrecen y que no pueden recu-
la antesala del prostíbulo y de la taberna. perar su condición y los que logran supe-
Y si a los cien años de vida republicana, rarse en la última clase.
democrática y progresista como se le quie- Esta clase ha ganado un poco en su as-
re llamar, existen estos antros de degenera- pecto social y es la que vive más esclavizada

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

Obreros chilenos de la construcción en 1921 (Archivo Chilectra - Biblioteca Nacional de Chile).

al qué dirán, a la vanidad y con fervientes su natural cortejo de degradación.


aspiraciones a las grandezas superfluas y al El crimen ha sido muchas veces el epílo-
brillo falso. Debido a estas circunstancias go doloroso de estos hechos del pueblo. Los
que le han servido de alimento, esta clase pobladores de las cárceles son todos reli-
ha hecho progresos en sus comodidades y giosos. Es un hecho entonces lo que afirmo,
vestuario, ha mejorado sus hábitos socia- que nuestro pueblo posee una religión sin
les, pero a costa de mil sacrificios, en algu- moral, y yo deduzco de aquí que la religión
nos casos; de hechos delictuosos en otros protegida por el Estado y la Sociedad con
y poco delicados en la mayor parte de los el fin de moralizar, no ha tenido la fuerza
casos. suficiente o la capacidad necesaria para
Es en esta clase, la clase media, donde se moralizar y lo único que ha conseguido es
encuentra el mayor número de los descon- hacer creyentes o fanáticos de una doctrina
tentos del actual orden de cosas y de donde teórica, sin práctica moral.
salen los que luchan por una sociedad me- La acción de los comerciantes, en gene-
jor que la presente. ral, es la acción de la inmoralidad. El progre-
Nuestro pueblo, religioso y fanático, no so rápido del comercio, que es lo que busca
tiene hábitos Virtuosos y morales. Posee el comerciante, está basado en la acción de
una religión sin moral. la inmoralidad; en el engaño, en el fraude,
Hechos: el matrimonio del pobre es es- en la falsificación, en el robo, en la explota-
pecialmente consagrado por la Iglesia. ción más desenfrenada del pobrerío que es
Después de la ceremonia se entrega, en la la clientela más numerosa del comerciante
miserable vivienda, a la borrachera desen- inescrupuloso de los barrios pobres.
frenada y libertina llena de inmoralidades. ¿Y esto... también llamaremos progre-
El bautizo religioso de los niños ha sido so? Esto que ha progresado tanto en el
siempre un motivo de borrachera con todo transcurso de los últimos cien años, ¿tam-

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Nuestros clásicos

bién es digno de asociarle al entusiasmo de ¡Para este progreso no es tiempo aún de


las festividades centenarias? festejarle su centenario!
La clase rica no sufre por esto. Ella com- Se ha dicho muchas veces que uno de los
pra en sus grandes almacenes los frutos es- más apreciables bienes de la República ha
cogidos de la producción mundial. Se fabri- sido el progreso liberal del país, el cual no
ca y se produce especialmente para ella. El habría podido desarrollarse en la monar-
monopolio de la producción en sus propias quía. Yo creo que esto es una exageración y
manos y la posesión de la riqueza le garan- tal vez una mistificación.
tiza este privilegio. La clase pobre no puede La mentalidad, la inteligencia, ha hecho
gozar de estos privilegios. Ella es la escogi- mayores progresos en el proletariado espa-
da como víctima única de la voracidad in- ñol, bajo el régimen monárquico, durante
moral de la clase comercial. los últimos cien anos, que en el proletaria-
Una parte del pueblo, formada por obre- do chileno bajo el régimen de la llamada
ros, los más aptos, por empleados, peque- libertad republicana. Esto no prueba que
ños industriales salidos de la clase obrera y la monarquía o la república sean o no su-
algunos profesionales, pero todos conside- perior la una a la otra, pero prueba que la
rados dentro de la clase media, ha podido forma o clase de régimen social no influye
realizar algún progreso. Han constituido especialmente en el progreso moral, social
organismos nuevos: sociedades de socorro o intelectual, ni le detiene.
de ahorro, de resistencia a la explotación, En Rusia, a pesar del régimen de tiranía
de educación, de recreo y un partido popu- se ha desarrollado mucho la mentalidad
lar llamado Partido Demócrata. Esta mani- moral del pueblo y su acción para la defen-
festación de la acción es el único progreso sa de su progreso ha sido mucho más vigo-
ostensible de la moral y de la inteligencia rosa que en otros países de más libertades.
social del proletariado, pero es a la vez la La existencia de toda la organización
acusación perenne a la maldad e indolencia proletaria de España, y sus grandiosos fru-
común. tos: Casas del Pueblo, cooperativas, pren-
Para atenuar el hambre de su miseria en sa, cte., nos prueba que ese proletariado
las horas crueles de la enfermedad, el pro- ha podido desenvolverse y progresar en el
letariado fundó sus asociaciones de soco- seno de la monarquía en tales condiciones
rro. Para atenuar el hambre de su miseria que aún no lo sueña el proletariado chile-
en las horas tristes de la lucha por la vida no. Esto nos prueba que la República no ha
y para detener un poco de feroz explota- producido aquí aquel bien que se supone el
ción capitalista, el proletariado funda sus proletariado.
sociedades y federaciones de Resistencia, Digamos la verdad: el bien inmenso que
sus mancomunales. Para ahuyentar las nu- ha producido la República fue la creación
bes de la amargura creó sus sociedades de y desarrollo de la burocracia chilena y fue
recreo. Para impulsar su progreso moral, su también la posesión de la administración
capacidad intelectual, su educación, funda de los intereses nacionales. La burocracia
publicaciones, imprime folletos, crea es- que goza de esta situación, ella sí que tie-
cuelas, realiza conferencias educativas. ne motivo de regocijo justificado si mira
Mas, toda esta acción es obra propia del egoístamente su situación. ¡Nosotros no!
proletariado, impulsado por el espíritu de
conservación, y es un progreso adquirido a
expensas de sacrificios y privaciones.

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

II La situación intelectual y política del ser esto un motivo de alegría, pero la fi-
proletariado y la burguesía nalidad social que se busca como fruto del
progreso intelectual dista mucho aún y la
El desarrollo intelectual es una cir- labor del proletariado inteligente prosigue
cunstancia natural de la especie humana. vigorosamente su marcha. Cuando llegue a
En general hay siempre progresos. Podrá la meta entonces sí que habrá motivos de
encontrarse individuos que no progresen alegrías comunes.
intelectualmente, pero con dificultad se En cuanto a la situación política, es me-
encontrara una familia completa que no nester detenerse con alguna calma para
presente un caso de progreso. Pero en las estudiarla, para contemplarla. Esta confe-
sociedades que forman el género humano rencia escrita con ocasión del primer cen-
se ha constatado el progreso en una forma tenario de lo que se llama emancipación
natural empujado a un tiempo por los indi- política del pueblo, ha de dejar en sus pági-
viduos y por la sociedad. nas bien precisada la condición política del
Es el caso que un individuo alimenta a la país.
sociedad y que ésta alimenta al individuo. La burguesía por el conducto de sus es-
El individuo se forma intelectualmente del critores nos habla siempre de «los grandes
ambiente de la sociedad. Pero el ambiente hombres que nos dieron patria y libertad»
de la sociedad se ha formado del ambiente y esta frase ha pretendido grabarla en la
creado por los individuos. mente del pueblo haciéndole creer que es
La modificación de un ambiente social, propia para todos.
es obra del individuo pero obra paulatina, Yo mismo en torno mío... miro en tor-
lenta, gradual si se quiere. La modificación no de la gente de mi clase... miro el pasa-
del ambiente individual es obra propia y do a través de mis treinticuatro años y no
social y puede ser rápido su progreso o su encuentro en toda mi vida una circunstancia
transformación. que me convenza que he tenido patria y que
Es pues, el progreso intelectual del país he tenido libertad...
un hecho, y el regocijo que ello nos produce ¿Dónde está mi patria y dónde mi libertad?
se equipara al regocijo que sentimos por el ¿La habré tenido allá en mi infancia cuando
crecimiento y avance de la edad de nues- en vez de ir a la escuela hube de entrar al
tros hijos. El progreso intelectual está limi- taller a vender al capitalista insaciable mis
tado a las esferas en que se desarrolla y los escasas fuerzas de niño? ¿La tendré hoy
beneficios marchan en relación. cuando todo el producto de mi trabajo lo
Para las altas clases sociales el progre- absorbe el capital sin que yo disfrute un
so intelectual es un medio para conquistar átomo de mi producción?
mayor bienestar, porque poseen el dinero. Yo estimo que la patria es el hogar satis-
Para las bajas clases sociales ese mismo fecho y completo, y la libertad sólo existe
progreso no alcanza a producir bienestar, cuando existe este hogar. La enorme mu-
porque no tienen dinero. chedumbre que puebla campos y ciudades,
El progreso intelectual en esta época no ¿tiene acaso hogar? No tiene hogar...! No
es un progreso moral, pues, en muchos ca- tiene hogar... ! Y el que no tiene hogar no
sos la mayor capacidad conduce al indivi- tiene libertad! Todos los grandes creadores
duo, a la relajación. El progreso intelectual, y fundadores de la economía política han
creo decirlo sin pasión, se ha desarrollado afirmado este principio: «¡El que no tiene
notablemente en la clase media, y podría hogar no tiene libertad!»

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Nuestros clásicos

A ver, ¿quién puede contradecirme? Esto que decimos, lo probamos con los
Acaso los que vencieron al español en los dos siguientes decretos que hemos copia-
campos de batalla, ¿pensaron alguna vez en do en las páginas veintiocho y veintinue-
la libertad del pueblo? Los que buscaron la ve de la colección de Leyes y Decretos del
nacionalidad propia, los que quisieron in- Gobierno de 1810 a 1823, edición ordenada
dependizarse de la monarquía buscaban por don Manuel Montt y revisada por don
para sí esa independencia, no la buscaron Domingo Santa María. He aquí los decretos:
para el pueblo.
¡Celebrar la emancipación política del «Ha sabido el gobierno que a pesar de lo pre-
pueblo! Yo considero un sarcasmo esta venido en auto del Supremo Congreso Na-
expresión. Es quizás una burla irónica. Es cional de 11 de octubre de 1811, en algunas
algo así como cuando nuestros burguesitos parroquias subsiste todavía la costumbre
exclaman: El soberano pueblo...! cuando de asentar en las partidas bautismales de
ven a hombres que visten andrajos, poncho los individuos que nacen de madres escla-
y chupalla. Que se celebre la emancipación vas, la nota de esclavos; y teniendo presen-
política de la clase capitalista, que disfruta te que este abuso, ya provenga de malicia o
de las riquezas nacionales, todo eso está de falta de reflexión compromete la suerte
muy puesto en razón. de aquellos infelices y ofende la autoridad
Nosotros, que desde hace tiempo ya es- del gobierno, decreto: que respecto a que
tamos convencidos que nada tenemos que desde la fecha citada quedó por regla in-
ver con esta fecha que se llama el aniversa- alterable abolida la esclavitud en todos los
rio de la independencia nacional, creemos que naciesen en lo sucesivo, todos los pá-
necesario indicar al pueblo el verdadero rrocos deban desde entonces poner la nota
significado de esta fecha, que en nuestro de esclavos en las partidas que se hubiesen
concepto sólo tienen razón de conmemo- asentado, omitiendo, ponerla en adelante.
rarla los burgueses, porque ellos, subleva- Este decreto se imprimirá, y teniéndose con
dos en 1810 contra la corona de España, esto por bastante circulado, los subalternos
conquistaron esta patria para gozarla ellos cuidarán de su cumplimiento y se transcri-
y para aprovecharse de todas las ventajas birá al Obispo gobernador para que quede
que la independencia les proporcionaba; archivado en su juzgado y uno de los prin-
pero el pueblo, la clase trabajadora, que cipales puntos que deban examinar los Dio-
siempre ha vivido en la miseria, nada, pero cesanos en sus respectivas visitas para el
absolutamente nada gana ni ha ganado con cumplimiento de este auto.— PÉREZ —IN-
la independencia de este suelo de la domi- FANTE.—EYZAGUIRRE.— AGUSTIN DIAZ,
nación española. Tal es así que los llamados SECRETARIO.»
padres de la patria, aquellos cuyos nombres
la burguesía pretende inmortalizar, aque- «Acta del Supremo Congreso Nacional
llos que en los campos de batalla dirigieron Sesión del día 11 de octubre
al pueblo-soldado para pelear y desalojar al Aunque la esclavitud, por opuesta al espíri-
español de esta tierra, una vez terminada la tu cristiano, a la humanidad y a las buenas
guerra y consolidada la independencia, ni costumbres, por inútil y aun contraria al
siquiera pensaron en dar al proletariado la servicio doméstico que ha sido el aparente
misma libertad que ese proletariado con- motivo de su conservación, debería desapa-
quistaba para los burgueses reservándose recer de un suelo en que sus magistrados
para sí la misma esclavitud en que vivía. sólo tratan de extinguir la infelicidad en

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

cuanto alcance sus últimos esfuerzos, con siquiera a titula de premio para los que da-
todo, conciliando estos sentimientos con ban libertad.
las preocupaciones, y el interés de los ac- En la expresión de esos decretos se ve
tuales dueños de esta clase de miserable claro el sentimiento que dominaba a la so-
propiedad; acordó el Congreso que desde ciedad en aquella época y de ello se des-
hoy en adelante no venga a Chile ningún prende claramente:
esclavo y que los que transiten para países Que la esclavitud era ya considerada in-
donde subsista esta dura ley, si se demoran útil en cuanto a las ventajas económicas o
por cualquier causa y permanecen seis me- sociales que pudieran esperarse. Que la es-
ses en el reino queden libres por el mismo clavitud se aboliría entonces por estas cir-
hecho. Que los (esclavos) que al presente cunstancias y no por espíritu de humanidad
se hallen en servidumbre, permanezcan ni cristiano. Que la esclavitud no la abolía
en una condición, que se le hará tolerable el nuevo Estado independiente porque
la habitual, la idea de la dificultad de en- consideraba herir los intereses de los amos
contrar repentinamente recursos de que y porque comprendía que lanzar a la calle
subsistir sin gravamen de la sociedad, el en libertad a los esclavos que nada poseían
buen trato que generalmente reciben de era un peligro social que les amenazaba.
sus amos, y sobre todo el consuelo de que El espíritu de mezquindad y la falta de
sus hijos que nazcan desde hoy serán libres, moral incapacitó, entonces, a la burguesía
COMO, expresamente se establece por re- para darle a la República, que nacía por el
gla inalterable. Para evitar los fraudes de la esfuerzo de sus esclavos, el brillo de una
codicia, y que nos prive de estos beneficios, verdadera grandeza que pudiera denotar a
a las madres que sean vendidas para fuera la vez que los fundadores de la patria eran
del país, se declararán igualmente libres grandes hombres. Qué pequeños les vemos
sus vientres y que deben serlo por consi- hoy!
guiente sus productos en cualquier parte y Hasta el año 1823, fecha en que Chile se
que así se anota por cláusula forzosa en las dio la primera Constitución, no se encuen-
escrituras que se otorguen, y en los pases tra ninguna ley que demuestre una acción
de la aduana, a cuyo fin, se hará extender generosa para el pueblo, que le reconozca
a los escribanos y administradores» (Esta algún derecho o que siquiera piense en él
ley aparece en la colección entre las del año ,como personas dignas de figurar en la so-
1813, pero parece que es la ley a que se re- ciedad.
fiere el decreto de la cabeza, octubre 11 de Todo lo que existe son esas leyes que
1811).» acabo de citar. Eso en cuanto a los prime-
ros actos de la independencia nacional. Y
Si leemos con detención los dos decre- ahí se ve la parte que le tocó al pueblo en
tos anteriores podemos ver en ellos que el triunfo de esa jornada revolucionaria que
la clase burguesa no abolió la esclavitud, entregó a la burguesía la administración de
ni siquiera para los esclavos que pelearon la riqueza natural y social de esta región del
en calidad de soldados, obligados por sus planeta, dejando al pueblo sumido en su ya
amos. Todo lo que hizo esa burguesía triun- larga era de miseria.
fante fue abolir la esclavitud para los hijos Y si esto es la verdad, ¿qué cosa es lo que
que nacían de padres esclavos después de celebra el pueblo en este aniversario? Lo
esa fecha, cosa que en rigor no tiene méri- que en realidad hace el pueblo en esta fe-
to, alguno ni expresa una acción generosa, cha, estimulado por la burguesía, es gastar

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Nuestros clásicos

1º de Mayo en la Alameda, Santiago de Chile, en 1908 (Foto: Museo Histórico Nacional de Chile).

su dinero en torrentes de licor que la mis- cia al Director Supremo de la República.


ma clase burguesa le vende para guardar el Esto decía Irarrázaval comentando una
dinero en sus cajas insaciables. carta de O›Higgins en que recomendaba
Si los primeros pasos de la nación inde- la elección de algunos de sus amigos para
pendiente nada reconocieron en el pueblo, diputados. Pero este mismo Irarrázaval, a
mucho menos se hizo después, y en los pri- quien se le atribuyen propósitos magnífi-
meros actos electorales se prescindió del cos en favor del pueblo y de sus derechos,
pueblo, y aun podemos decir que los frau- reclamaba en la sesión del Senado del 5 de
des y la intervención oficial nacieron jun- agosto de 1874, cuando se discutía la ley de
tos con la república. Veamos lo que a este voto acumulativo, lo siguiente: «Advierta
respecto decía el caudillo conservador M. J. la Cámara que yo no digo ni sostengo que
Irarrázaval en el Senado, en la sesión del 11 cualquiera minoría tiene derecho de hacer-
de noviembre de 1889, cuando se discutía la se representar.»
ley de la comuna autónoma: Irarrázaval demostraba con esto que él
He aquí el primer acto de intervención no pensaba en el pueblo ni quería que se
oficial. No puedo menos que deplorar que creyese que al defender el voto acumulati-
haya iniciado O›Higgins esta serie de actos vo pretendiera él defenderlo en beneficio
por demás reprobables... Aquella interven- de las clases populares. Irarrázaval pedía el
ción que tenía, podría decirse, cierto aspec- voto acumulativo para que por medio de él
to de cortés, de vergonzante, se escondía, no se vieran representados en la Cámara todos
quería de ningún modo hallarse comprome- los intereses sociales de la burguesía. Los in-
tida, porque habría hecho perder su influen- tereses populares no se tomaban en cuenta.

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

Si éste ha sido el criterio dominante, ex- Esta independencia que posee el lector
puesto en diversas ocasiones desde 1810 para vender su soberanía a quien le ofrece
hasta la fecha, no vemos razón alguna para más dinero, ¿será lo que se invita a festejar
que la clase popular sienta regocijo por el en cada aniversario patrio? El criterio po-
advenimiento periódico de esta fecha. lítico del pueblo es lo más pervertido que
La fecha gloriosa de la emancipación del hoy existe en Chile. El derecho de sufragio,
pueblo no ha sonado aún. Las clases popu- la facultad de elegir, la acción popular para
lares viven todavía esclavas, encadenadas formar el Congreso Nacional y los Munici-
en el orden económico, con la cadena del pios del país, la soberanía del pueblo, ¿son,
salario, que es su miseria; en el orden polí- por ventura, realidades honrosas y con-
tico, con la cadena del cohecho, del fraude y cientes en Chile ?
la intervención, que anula toda acción, toda Esta democracia pura creada por la ley,
expresión popular y en el orden social, con que da a la República su aureola de gran-
la cadena de su ignorancia y de sus vicios, deza, de grandeza nacida en el seno mismo
que le anulan para ser consideradas útiles a del pueblo, no es sino una ficción, una sim-
la sociedad en que vivimos. ple ilusión... ¿Llamaremos emancipación
Un pueblo que vive así sometido a los política del pueblo el cúmulo de corrupcio-
caprichos de una sociedad injusta, inmo- nes electorales que hoy se realizan?
ral y criminalmente organizada, ¿qué le Si en un pueblo cualquiera se agrupan
corresponde celebrar en el 18 de Septiem- cien electores sanos, que no trafican con su
bre? Nada. El pueblo debe ausentarse, debe voto, y este número es suficiente para obte-
negar su concurso a las fiestas con que sus ner, por ejemplo, una representación mu-
verdugos y tiranos celebran la independen- nicipal, le bastará a la burguesía comprar o
cia de la clase burguesa, que en ningún caso suplantar ciento diez electores para anular
es la independencia del pueblo ni como :in- esa agrupación de conciencias. Así tenemos
dividuo ni como colectividad. que la venalidad vence a la pureza, y la pu-
Hubo un tiempo en que las elecciones reza vencida por la venalidad ¿de qué podrá
del Congreso, se hacían a balazos, poco sentirse satisfecha?; ¿Podrá exclamar viva
después de la guerra de 1879, por ejemplo. la libertad?
El progreso desterró la barbarie — que era Las que podremos llamar clases inferio-
el corolario lógico de cada campaña electo- res de la sociedad, atrasadas, sin educación
ral. Pero no puedo dejar de decir que todos suficiente, sin moralidad, sin criterio, no
aquellos actos de barbarie político-elec- saben comprender el valor de toda nuestra
toral realizados por los partidos en lucha, legislación política democrática. Las clases
fueron realizados desde la infancia de la llamadas superiores, en posesión de una
República. ilustración mediana, a lo menos, con com-
Pero si hoy, cien años después, no te- pleta conciencia de sus actos, legisladora y
nemos el crimen sangriento en acción es fundadora de la ley ¿ qué han hecho ?
porque ha nacido y se ha desarrollado otro Ah ¡cuánta tristeza siento cuando re-
crimen, que ya es adulto, el crimen de la ve- memoro o cuando contemplo la obra de
nalidad, el crimen del cohecho, el crimen de la burguesía de este país! ¡Ella es la que
la compraventa de la conciencia. ¡El merca- ha degradado al pueblo! ¡Ella, la que lo ha
do de votos! La prostitución política! ¿Cabe corrompido políticamente! Ella, la que ha
desmoralización mayor? Será esto lo que se destrozado su dignidad ciudadana y ha en-
llama emancipación política? vilecido la soberanía. Ella ha sido la funda-

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dora del comercio electoral y la que ha in- pueblo. De hoy en adelante, se procederá al
ducido al pueblo a este miserable comercio. castigo de estos perturbadores de la tran-
La burguesía de este país ha sido la que quilidad pública con aquel rigor que me-
ha creado ¡a prostitución política, la trata recen los malos efectos que causan con su
de blancos! Para ella toda la responsabili- imprudencia, o su malicia, aplicando a los
dad. Para ella toda la condenación. ¿ Acaso autores de estas especies doscientos azotes
alguno se atrevería a condenar al pueblo, si son gentes de baja esfera y extrañamien-
que miserable, andrajoso y hambriento, to de la Capital si pertenecen a otra clase
corrompido y vicioso acepte tina moneda más distinguida. Y para que llegue a noticia
en cambio de esa soberanía que él no com- de todos, y ninguno alegue ignorancia, pu-
prende, ni sabe para qué le sirve? blíquese por bando, fijándose en los lugares
La burguesía ha sido siempre la misma. públicos y acostumbrados e imprímase.
Su espíritu de clase privilegiada —aunque Hecho en la ciudad de Santiago de Chile a
ella misma haya creado y apropiado el pri- 23de marzo de 1814.—Antonio José de Iri-
vilegio— le ha hecho mirar a los demás se- zarri.— Agustín Díaz, escribano de gobierno.
mejantes, a los demás hombres, como se- Bando.— Todo aquel que no siendo oficial
res inferiores destinados por la naturaleza anduviese con armas de noche sin tener li-
—y por Dios, según algunos— a su servicio. cencia por escrito de esta intendencia para
Para convencernos de esto, veamos los tres cargarlas, sufrirá la multa de veinticinco
decretos o Bandos que siguen, porque ellos pesos por la primera vez, siendo persona
expresan el modo de ser de la burguesía en distinguida y si no lo fuere sufrirá la pena
los comienzos de la República, que muy de veinticinco azotes; reservándose este
poco difiere a lo que es hoy: juzgado las (penas) que crea necesarias
para los transgresores reincidentes.— Junio
«Santiago, enero 16 de 1818. 16 de 1819.José María de Guzmán, de orden
Estando ordenado por punto general que del señor Gobernador Intendente.— Jeróni-
todo individuo lleve un distintivo que des- mo Araos, escribano público y de la guerra.
cubra el cargo que ocupa en la sociedad,
no puede la corporación del ilustre cabildo Nacía la República con ideas democráti-
estar privada de esta divisa sin que sus in- cas, con ideas humanas, pero ello era en el
dividuos se expongan a ser privados de las nombre, en la práctica supervivía el espíri-
distinciones que merecen por su alto em- tu oligárquico, de superioridad y de clase.
pleo. Por este principio en lo sucesivo de- En estos tres decretos que acabo de citar
berán llevar indispensablemente, aun fuera fechados entre 1814 y 1819 se ve claro que
de las concurrencias del cuerpo, sombrero los gobernantes buscaban para ellos la de-
apuntado y bastón con borlas, la misma in- coración y la distinción y para el pueblo que
signia que es marcada al Tribunal de Apela- hizo la República, ¡para el pueblo que ven-
ciones.— Dios guarde a U. S. muchos años.— ció a la monarquía, para ese pueblo... los
Luis de la Cruz.— SS. del Ilustre Cabildo. azotes! Los azotes, el castigo que más de-
grada la dignidad. ¡Los azotes para la gente
Bando.— El gobierno ha visto con suma in- de baja esfera! ¡La multa para la gente dis-
dignación que algunos individuos parece tinguida! Ya veis cómo nació la República.
que se entretienen en andar inventando i Por esto yo no puedo asociarme a los en-
noticias funestas y especies terrosas con tusiasmos de la llamada alta clase, porque
que afligen a los espíritus pusilánimes del mientras ella tiene motivo de alegría, yo no

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

tengo sino motivos de tristeza! ra seria nuestras instituciones políticas de


Si la República ha llegado al más alto manera que merezcan el respeto público?
grado de la corrupción política, ya sea en No. Afirmarlo sería una indignidad.
el campo electoral con el cohecho y el frau-
de, ya sea en la administración de la cosa III La situación científica y económica
pública donde se procede en la forma más del proletariado y la burguesía
mezquina e irregular, es esto todo un mo-
tivo más que suficiente para sentirse ape- Las ciencias han adquirido apreciable
sadumbrado de que hayamos llegado a desarrollo a pesar del espíritu conservador
vivir en un ambiente tan dominado por la de nuestra sociedad, bastante refractaría
corrupción y por la falta de una verdadera a toda innovación, pero, por desgracia, las
dignidad. Tan arraigadas considero yo las ventajas de las ciencias son un monopolio
raíces de la corrupción que no diviso cerca- de clase que se aprovechan con el fin de uti-
no el tiempo en que podamos ver mejorarse lizarlas al beneficio y preponderancia eco-
esta situación. La clase burguesa no piensa nómica de la clase rica del país.
detener esa ola podrida porque es para ella, La última clase de la sociedad, aumen-
hasta cierto punto, un gran beneficio. Toca tada enormemente por la ley ineludible del
pues, a los elementos luchadores del prole- desarrollo de la población, no ha experi-
tariado realizar esta misión. mentado ni siquiera el más insignificante
¿Podremos regocijarnos de que a los cien progreso económico. ¡Vive al día... ! Vive
años de vida republicana nos encontramos con el fruto escaso de su trabajo diario. Su
en estas condiciones tan indignas? Yo educación económica es hoy como cien
siento no poder participar con la opinión años atrás. ¡Tan deficiente! que no le ayuda
de muchos que se sienten satisfechos en nada a bien vivir. El salario que gana esta
de esta caricatura de libertad política parte de la sociedad es tan pequeño que no
que poseemos, considerándola superior alcanza a costear la conservación de sus
a cualquier estado anterior de régimen fuerzas productivas.
tiránico colectivo o personal. La mortalidad infantil ha sido desespe-
Lo que más entristece es que la corrup- rante y si ha sido doloroso ver cegarse en
ción haya salido de la esfera de los indivi- flor tanto futuro productor, en cambio ha
duos para asilarse en las corporaciones y sido un consuelo, ha sido una atenuación a
sobre todo en las que tienen la misión de la enorme miseria que se hubiera desarro-
moralizar al pueblo con la acción de la ley. llado con la ,ida de tanta criatura troncha-
Así hemos constatado que en los últimos da por las epidemias, por el hambre y por
años la degradación cívica, la falta de dig- los vicios. En los últimos veinticinco años
nidad política ha sentado sus reales en el han muerto, no cabe duda, un porcentaje
Congreso de Chile. En cada calificación de de niños muy superior a los setenticinco
elecciones la Cámara ha obrado en más de años anteriores juntos. Esto es debido al
un caso indignamente, anulando eleccio- progreso de la situación antihigiénica de los
nes legítimas y sin mancha y haciendo di- barrios obreros, al progreso de la miseria, al
putados a ciudadanos que no hablan recibi- progreso de los vicios.
do mandato popular. Estos hechos que detallo, cuya eviden-
Cuando estos vicios se han consolidado cia nadie puede negar, ni atenuar, son la
en las practicas políticas, ¿podremos afir- huella indestructible de la esclavitud que
mar que se han consolidado de una mane- vive hasta hoy día, especialmente de la es-

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clavitud moral y económica que narcotiza de lo mismo con la clase burguesa.


el movimiento regenerador de los pueblos. En 1890 —veinte años atrás— un peón
Estos hechos que viven hoy mejores que ganaba $1.50 al día, a razón de veintidós
cien años atrás nos indican, nos dicen cla- peniques por peso obtenía treintitrés peni-
ramente, que esta parte del pueblo —la más ques al día. Hoy, en el año del centenario,
numerosa desgraciadamente— nada tiene 1910, ese mismo peón gana $3.00 al día —si
de qué regocijarse en el primer centenario los gana—, a razón de once peniques, obtie-
de la República. Esa clase social ha vivido ne un total de treintitrés peniques o sea el
económicamente durante los cien años de mismo salario de veinte años ha.
la República, tal mal, como todas las épocas Si nos remontamos al año 1870, aun
de la monarquía. veinte años más atrás o sea cuarenta años
El proletariado español, tronco de nues- atrás de hoy, con un cambio a 45% peni-
tra descendencia, vive hoy en el seno de la ques, ganado un peón setenticinco centa-
monarquía en iguales condiciones econó- vos al día, obtendría siempre un salario mas
micas, si no mejores que el proletariado o menos igual de treintitrés peniques al día.
chileno en el seno de la República. Para no El precio de la vida es hoy cuatro veces
extenderme demasiado, citaré un solo he- más caro que en 1870 y tres veces más caro
cho que prueba la superioridad económica que en 1890; luego, por esta misma razón el
e intelectual del proletariado español sobre salario del peón, es hoy más bajo que antes.
el chileno. En regla general, la vida del proletariado, en
En 1908 el proletariado español estable- su parte económica ha marchado regresi-
ció su Casa del Pueblo en la cual invirtió la vamente a medida que se deslizaban estos
suma de medio millón de pesetas... ¡500. últimos cien años, paso a paso llevando pro-
000 pesetas salidas de los bolsillos proleta- gresos a la burguesía, paso a paso iban au-
rios! El gremio de albañiles de Madrid apor- mentando también las miserias del pueblo.
tó la mitad: 250.000 pesetas; los cocheros El alquiler de una pieza que quince o
50.000 pesetas; los tipógrafos 10.000 pese- veinte años atrás era de seis a ocho pesos,
tas, etc. Si el proletariado español ha podi- hoy es, de quince a veinte, Tenemos que la
do invertir tanto dinero en obras sociales, habitación vale hoy el 200 por ciento más
prueba su mayor capacidad económica y caro que antes, mientras el salario sólo ha-
moral sobre el proletariado chileno. bría subido para algunos gremios un veinte
Me he esforzado en citar y señalar estos o treinta por ciento. Si hemos constatado
hechos para probar que los que afirman que que al pobre le cuesta hoy día el alquiler de
Chile bajo el régimen español no habría su habitación un 200 por ciento más caro
adquirido el progreso de hoy, están equivo- que veinte años atrás quiere decir que por
cados en gran parte. Bajo la continuación esta parte la renta del propietario de esa ha-
del régimen español, en Chile, la riqueza bitación ha aumentado en igual proporción.
habría tenido que repartirse entre burgue- Por el hecho de que un diez por ciento
ses españoles y chilenos, tocando la mayor de los obreros ganan salarios considerados
parte a los españoles. Hoy en la República altos, no ha faltado quien diga que la situa-
se prefieren los chilenos. Pero, ¿quién po- ción general del proletariado es magnifica.
drá negar que bajo la República se han en- Así también se afirma que hay falta de bra-
riquecido multitud de españoles? zos., lo que determina el alza de salarios. Yo
Pero mientras la clase más pobre del país creo y me atrevería a sostener que no hay
no puede acusar ningún progreso, no suce- falta de brazos; lo que hay es nivelación de

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

Delegados al congreso de la Federación Obrera de Chile en diciembre de 1919. Entre los


asistentes, Luis Emilio Recabarren (Foto: Museo Histórico Nacional de Chile).

ofertas y demandas y como la clase capita- el litro de 5 a 10 ctv. 20 a 40 ctv.


lista no puede formar una numerosa reser- leche 
va de desocupados, se encuentra con obstá- el par de
$10 $20
culos para determinar bajas de salarios, que zapatos
en el estado económico actual sería dema- el pan 20 ctv. 40 ctv.
el litro de
siado irritante. Sin embargo, a pesar de la 15 a 20 ctv. 35 a 40 ctv.
parafina
falta de brazos, el salario de los peones y de la carne 30 a 40 ctv. 80 ctv. a $1,00
muchos obreros de fábricas y construccio- el saco de
$3 $12
papas
nes, fluctúa hoy mismo entre $2.50 y $3.00.
¡Y nuestra burguesía se atreve a exclamar
que hay bienestar! Repito una vez más, el precio de la vida ha
Todos los artículos de más indispensable subido en los últimos veinticinco años más
consumo han subido en el último cuarto del 100 por ciento, mientras el salario ava-
de siglo más de un ciento por ciento en su luado en peniques no ha llegado al cuaren-
valor en el más simple de los casos, como ta por ciento de aumento. La vida es enton-
puede verse en el cuadro que sigue: ces hoy más angustiosa que antes. ¿Podría
decir el proletariado, ante esta evidencia,
Que valía Hoy vale que está emancipado, que es libre e inde-
el cajón de pendiente?
$7 a $8 $15 a $16
azúcar
Hay que tomar en cuenta también que
en la clase media la situación es más pre-

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caria aún, pues, para esta clase, que ha pro- de distancia del pobre. Así la situación de
gresado en cultura, esta misma circunstan- la clase pobre es más miserable hoy que an-
cias hace que tenga mayores compromisos, tes, colocada al frente de la imponderable
mayores gastos que sus rentas no alcanzan riqueza de los poderosos.
a soportar. Para justificar en parte los progresos de la
Término medio, el más alto salario de los riqueza leamos lo que dice don Julio Zegers
obreros era en 1890 de cinco pesos al día, a en sus Estudios Económicos (pág. 6 y 7).
veintidós peniques por peso obtenía ciento La expansión de las industrias naciona-
diez peniques diarios. les que comenzó en 1904, se ha producido
Término medio, el más alto salario de los desgraciadamente acompañada de una fie-
obreros hoy día, en 1910, será de diez pe- bre ciega de negocios.
sos al día —que no es, pero hagamos esta Los grados de esa fiebre para organizar
concesión a los capitalistas—; al cambio de sociedades salitreras, mineras, ganade-
once peniques obtiene hoy un salario de ras, bancarias, de seguros, de transportes
ciento diez peniques diarios. ¿Ganará hoy, y otros negocios, espantan en los últimos
el obrero, más que 20 años atrás...? años.
El obrero pagaba en 1890 por el alquiler Presento en globo un cuadro de ellos, re-
mensual de una pieza —término medio— duciendo la moneda extranjera o nacional
siete pesos, o sea, ciento cincuenticuatro a razón de quince pesos por libra esterlina,
peniques; hoy paga dieciocho pesos, o sea, de fracciones.
doscientos peniques, todo en números re- Sociedades Anónimas
dondos. El saco de papas que se pagaba a
tres pesos, o sea, sesentiséis peniques, hoy Año Capital suscrito
vale doce pesos, o sea, ciento treintidós pe- 1900 37 millones
niques y en ciertos períodos del año a más 1901 23 id.
de dieciséis pesos, o sea, a más de ciento 1902 12 id.
setentiséis peniques. Así, en este orden, 1903 20 id.
marcha todo. Todas las gentes que viven 1904 74 id.
de salarios, de sueldos o de pequeñas y li- 1905 342 id.
mitadas rentas, viven en un estado inferior 1906 208 id.
al de antes. Pero, mírenlos bien; no ocurre
lo mismo con la clase rica; ella ha multi- Esto probará que la capacidad capitalis-
plicado el valor de sus rentas. Ella es más ta, en el espacio de esos seis años, se ha-
rica, mucho más que antes. Por ejemplo si bría aumentado en condiciones demasiado
al principiar su vida la República, la rique- asombrosas. Es decir, pudo comprometer
za social producía cien unidades, y de éstas, en 1905 un capital más de once veces supe-
noventa unidades eran para la clase rica y rior al de 1900.
diez para la clase pobre; hoy, cien años des- Pero algo tan fabuloso como eso o quizás
pués podemos apreciar la riqueza social en más, nos dice el mismo señor Zegers en sus
mil unidades, debido al progreso natural de páginas 308 y 309, dándonos los siguientes
la producción; de estas mil unidades ten- datos sobre la exportación del salitre, cu-
drán novecientas a los ricos y cien a los po- yos números sólo los tomo a partir del año
bres. En el primer caso el rico estaría a no- 1880.
venta unidades de distancia del pobre. En el
segundo caso está a novecientas unidades

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

Año Quintales Españoles decir lo mismo, ni cosa parecida, de la clase


1880 4.869.000 obrera.
1885 9.478.000 Dos circunstancias fatales determinan
1890 23.373.000 en alto grado la miseria permanente, pro-
1900 31.989.000 gresiva y heredable de las masas: la im-
1907 35.861.000 previsión y los vicios. Estas circunstancias
constituyen igualmente la característica de
Sobre el año 1880 hay un 600 por ciento de un pueblo.
aumento en la exportación del salitre que La civilización, la verdadera civilización
representa, en el peor de los casos un 600 no existe —en mi concepto— en pueblos
por ciento más de aumento en las rentas donde descuella y domina la imprevisión
sociales, pero bien sabemos que el precio y el vicio. Un pueblo que no pueda llamar-
del salitre subió mucho entre 1880 y 1907. se civilizado, es un pueblo semisalvaje. En
Don Eduardo Pérez Cangas, ilustrado co- Chile desgraciadamente, creemos que do-
merciante español que ha residido muchos mina la imprevisión y el vicio. Quien reco-
años en Chile, dio en Madrid una conferen- nozca esta verdad que afirmo, debe contri-
cia sobre Chile que fue publicada en El Dia- buir a reparar este mal por todos los medios
rio Ilustrado, del 27 de julio de 1909, de la que estén a su alcance.
cual sacamos estos datos: Fomentar la instrucción, en todos sus
Que en 1850 el comercio produjo el si- grados y en todas sus formas es el deber de
guiente movimiento: toda persona que se estime civilizada. Fo-
mentar la instrucción, así como queda di-
exportación: $ 25.464.925 cho, es debilitar las bases de la imprevisión
importación: $ 23.324.838 y del vicio; es iniciar su desaparición.
En 1908: La imprevisión y el vicio cuentan con un
exportación: $200.000.000 fuerte apoyo entre la clase comerciante y
importación: $138.000.000 usurera más relajada y más desprovista de
moralidad, que vive y cifra el progreso de
El comercio de exportación signifi- su fortuna a expensas de estos factores. De
ca la venta de los productos nacionales modo que el obstáculo es poderoso, pero
en el extranjero. Según los números cita- no indestructible. Hagamos nacer entre el
dos, en el espacio de cincuentiocho años, pueblo el amor por la instrucción. Estimu-
ese comercio ha obtenido un desarrollo lémosle a que lea, a que piense, a que ana-
equivalente al setecientos por ciento de lice. Hacer esto, conseguir de este modo
aumento. atenuar los efectos de la imprevisión y del
Es decir, en palabras claras, la renta de vicio, es encaminar al pueblo para que me-
la clase industrial y comercial, según esos jore sus condiciones de vida. El pueblo mas
números ha aumentado en cincuentiocho instruido será el pueblo más poderoso.
años siete veces la suma de su renta. El costo Por felicidad para el futuro triunfo de
de vida de la clase rica habrá aumentado nuestras ideas, confiamos que llegará un
cuando, más un treinta por ciento, lo que momento en que el valor del dinero o el
nos demuestra que su renta disponible valor de los valores y su poder desaparece-
para placeres, vicios, o nuevos negocios, rán. No hace mucho se ha constatado que
ha subido hasta hoy a un cuatrociento por en New York había más de mil familias ri-
ciento. Ya hemos probado que no se puede cas que carecían de servidumbre, a pesar de

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Nuestros clásicos

todo su dinero. Así marchando con los pro- ¿Será sectarismo de nuestra parte cuando
gresos y haciendo marchar el progreso de sostenemos este hecho? Exponer la verdad
la educación en las masas proletarias, que no es sectarismo. Deducir la consecuencia
tanto sufren actualmente, se llegará un día, lógica de esa verdad no es sectarismo.
por fatal determinación de los inevitables De lo expuesto en el transcurso de esta
fenómenos sociales, a la abolición absoluta conferencia, se deduce que de todos los
de los actuales valores, a la desaparición de progresos, de que el país se ha beneficiado,
esa riqueza que se creó con fines de la más al proletariado no le ha correspondido sino
inmoral especulación. contribuir a él pero para que lo gocen sus
La fiebre que hoy devora a la clase ca- adversarios.
pitalista, la fiebre de amontonar millones y En el progreso de la producción indus-
millones hará crisis y crisis honda para feli- trial, artística o científica, el proletariado
cidad del bienestar futuro de la humanidad, no desempeña otro papel que el de ins-
sin que los poderosos ejércitos puedan in- trumento o herramienta forjadora de ese
tervenir en estos sucesos. progreso; pero el oro que se produce sabe
guardarlo muy bien el capitalista solo.
Resumen En el progreso de la arquitectura y de la
ornamentación y belleza de las ciudades y
No me parece muy sencillo poder re- de sus edificios, el proletariado ha contri-
sumir en una breve expresión todo lo ex- buido a él con su sudor y parte de su vida,
puesto anteriormente. Yo hubiera querido entregando ese progreso y sus frutos al ca-
amenizar esta conferencia adornando sus pitalista, mientras se reserva para si la cue-
pasajes. Pero la verdad, aunque árida, es va hedionda del pestilente conventillo, o el
grande en sí misma y no admite adornos, cuarto sobre las calles llenas de miasmas.
mucho menos cuando ella va destinada a En el progreso del comercio, el proleta-
buscar la solución del problema social que riado ha contribuido entregando a la clase
ha de poner término decoroso a la lucha comercial toda aquella parte que pudo aho-
fratricida de los seres humanos. rrar, quedándose en la miseria y en la pri-
Hay progresos evidentes en el siglo trans- vación para proporcionar el progreso a los
currido, ello no puede negarse. Pero esos comerciantes de todas las especies.
progresos corresponden a la acción de toda Alguien podrá decir que el trabajador ha
la colectividad y en mayor proporción, si se tocado su parte en la producción de esta ri-
quiere, a la clase proletaria que es el único queza, considerando tal el salario. Y lo nie-
agente de producción, de creación, de ejecu- go terminantemente. El salario no es parti-
ción de las ideas y de los pensamientos. cipación de la riqueza producida; es apenas
Pero esos progresos ostensibles, son el salario un medio para conservar algún
precisamente la causa de la miseria prole- tiempo la vida del productor y por lo tanto
taria. El progreso está construido, pues, con la fuerza productiva. El dinero invertido en
cuotas de la miseria. conservar la fuerza productiva, es lo mismo
Pretenderá la burguesía destruir estos que si fuera empleado en materiales; luego
hechos pero no conseguirá destruir la ver- no puede llamarse el salario participación
dad. Ante estos hechos, ante estas verdades, de la producción. El salario es para el obre-
¿puede haber entusiasmo y motivo espon- ro lo que es el aceite para las máquinas. El
táneo y justificado para que el proletaria- salario es el aceite de la máquina humana y
do se asocie a las festividades centenarias? nada más.

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

En el progreso moral es donde tiene su siempre felices son mis votos.


mejor parte el proletariado. Ha perdido la Compañeros y compañeras: hagamos
dignidad y la vergüenza. Cuando vende su votos, y a la vez aportemos grandes es-
soberanía incitado por el oro que le ofrece fuerzos, para que el segundo siglo de vida
nuestra flamante burguesía; cuando jue- de esta república sea una era sin interrup-
ga su salario dejando sin pan a su familia; ción, de verdaderos progresos morales que
cuando en la taberna o en el prostíbulo eleven grado a grado el valor y la dignidad
consume su salario arrastrado por la ola de de los seres que formamos esta comunidad
la corrupción; cuando ostenta sus vicios en hasta llegar a un estado tal de perfección
el seno de sus hijos y los empuja a la co- donde haya desaparecido todo vestigio de
rrupción., etcétera. inmoralidad, todo sedimento de injusticias,
No me digáis que en estas frases, que y sin dolorosas transiciones lleguemos a vi-
en estas afirmaciones haya exageración o vir en un verdadero y completo estado de
sectarismo. No hay en ellas, sino una real felicidad y amor.
expresión de la verdad, de lo que ocurre en La felicidad reinará donde no haya injus-
nuestra época actual, hoy, cuando la Repú- ticias. El amor reinará donde no haya des-
blica libre cumple la edad de cien años. Ex- igualdades. Los imposibles se rinden ante
cusadme si creéis que os hiero. Cuando yo el poder de la ciencia humana y ante el que-
encuentro esta verdad, cuando yo admiro rer de la moral verdadera.
esta verdad, pienso que es insensata la ac- Hoy, cuando el hombre ha hecho hablar
ción del proletariado que quiere participar a los fierros (los fonógrafos); cuando trans-
en las festividades de homenaje a ese pro- mite la palabra, sin alambre a través del. es-
greso que le ha producido solamente mise- pacio; cuando domina el aire con maquinas
rias y corrupciones. voladoras, nadie tiene razón o base para
Pero, decidme la verdad, ¿en qué consis- declarar utopías o imposibles los ideales
te la participación del pueblo en todas las de perfeccionamiento social, que tienden a
grandes festividades? ¡Ah!, ¡vaciláis para hacer del ser humano un ser ideal. Quien
confesaros la verdad! La mayor cuota que abraza tan sublimes ideales y los propaga,
el pueblo aporta en estas festividades con- por cierto que no merece la mofa ni el in-
siste en embriagarse al compás del canto y sulto o la ofensa.
en embriagarse hasta el embrutecimiento
que los conduce a todas las locuras. Anexo (de El Mercurio)
Pero esa embriaguez es un progreso.
Si ella proporciona al pueblo abundancia Los grados de la miseria.
de miserias en cambio a los productores Poco después de escritas las páginas
de licor y a los intermediarios les produce precedentes se presentaron o salieron a la
torrentes de oro ganado a costa de la co- superficie de la opinión pública dos fac-
rrupción. ¡Verdad que todo esto es muy tores que acusan el alto grado de miseria,
triste! Es por todo esto que he dicho que de imprevisión y de vicios que corroen la
yo no siento entusiasmo espontáneo para parte mas desgraciada de la sociedad; ellos
festejar el centenario de la República que fueron la miserable vivienda del pueblo: El
ningún bien de verdadero valor moral ha Convenitllo y el Empeño de las máquinas de
producido para nosotros. Que se regocijen coser.
y se entusiasmen los que han aprovechado Para evitar una opinión nuestra, damos
y se aprovecharán del progreso y que sean cabida a parte de lo dicho por la prensa,

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 191-213 211


Nuestros clásicos

cuyos comentarios los hará cada lector. En «Una visita a los conventillos
todo caso esto prueba lo que hemos dicho Una madriguera muy oscura
en las páginas anteriores, esto es, que el Quisimos entrar a ella una vez que ya falta-
progreso del pueblo es muy insignificante. ba la luz del día. De súbito nos encontramos
He aquí lo que copiamos [1]: en un laberíntico corral. Está situado éste
en la calle de Bartolomé Vivar, entre San
«El problema de las habitaciones obreras Pablo y Sama. Ocupa una cuadra de largo
La cuarta parte de la población de Santiago por media de fondo. A primera vista se di-
vive en habitaciones insalubres e impropias visa incontable número de piezas. Las de la
para la vida humana. A esta conclusión, calle valen veinticinco mensuales. Siguen
profundamente desconsoladora y grave, en orden, divididos por unas especies de
llegamos agregando al total de habitantes zanjas, corredores, cuevas de dieciocho, die-
que figura en los 1251 conventillos mencio- ciséis, quince, catorce y doce pesos al mes».
nados en el Anuario Estadístico de 1909, la «Las piezas de dieciocho pesos
población que se alberga en ranchos, cuar- La señora Clara vive en una (le ellas, con su
tos redondos y conventillos no empadrona- marido, dos niñitas y una cuñada. Las dos
dos en este documento. niñitas estaban con la alfombrilla. Una bas-
Podemos decir, pues, que hay en Santiago tante demacrada, interrogaba con ojos sal-
cien mil personas que viven en un ambien- tones azules, rodeados de negras ojeras. La
te deletéreo, en medio de miasmas ponzo- otra tosía, lloraba, pedía algo a la mamá.
ñosas, respirando aires impuros y sufriendo Las pobres mujeres caminaban de aquí allá,
la influencia y el contagio de infecciones y afligidas, llorosas. La cosa no era para me-
epidemias. nos. Las dos criaturas se morían. Un médico
Cien mil personas que viven en habitacio- les había dicho en la mañana, que necesi-
nes, como inmundas mazmorras, estrechas, taban mudarse, que en ese cuarto se mori-
oscuras, sin ventilación, en que el organis- rían las niñas, que lo mejor seria llevarlas
mo se atrofia y degenera. Cien mil personas al campo. ¡Al campo! ¡Amargas ironías de
que viven en término medio, de a cuatro la ciencia! ¿Cómo salían, cuando no tenían
por pieza en veinticinco mil habitaciones, un centavo?
contándose a veces hasta ocho individuos Estaban algo atrasadas; más que algo; esta-
en cada una. Cien mil personas que viven ban en la ruina. Debían ya un mes al patrón
en el hacinamiento y la promiscuidad mas y éste las tenía amenazadas si no pagaban
repugnante. Cien mil personas para quie- en ocho días de embargarles las camas...
nes la santa palabra hogar es una expresión (¿Habrá miserias?)
vaga o sin sentido. Las mismas tristísimas escenas de costum-
Lo hemos dicho, y no cesaremos de repetir- bre, las mismas mujeres desamparadas, los
lo: la condición en que vive nuestro pueblo mismos hombres viciosos, la misma terri-
es el origen de los grandes males que lo afli- ble carestía de la vida... La misma inicua
jen y entristecen su existencia». falta de compasión».

1.–NOTA: Con satisfacción dejo copiadas estas expresiones «Los pobres del conventillo
de El Diario Ilustrado, que confirma todo lo que he dicho en A los infelices del conventillo, a aquella
mi conferencia anterior y que son un desmentido a expre- gente más miserable, y de más escasos re-
siones vertidas por el mismo diario en otras ocasiones en cursos, se le ha recluido al fondo del corral.
que ha sostenido nos quejamos sin razón. [Nota del Autor]

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Ricos y Pobres a través de un siglo de vida republicana Luis Emilio Recabarren

En piezas de tres varas de largo, dos y me- jan ocho caballos viven otras tantas fami-
dia de ancho y dos de alto se hacinan fa- lias. Son las últimas piezas. Por caridad el
milias, perros, zorzales, gallinas y hasta... patrón las arrienda en diez pesos al mes.
alojados. Con la mano se toca el techo, con A cuentas
las narices no se huele nada porque había ¿De quién era la propiedad que acabamos de
que precaver el desmayo... con los ojos no visitar? Una anciana llamada Elvira Amadora
miramos más que horrores, con los pies aun Solar nos dijo subarrendar las piezas a su
contra nuestra intención hollamos humil- propietario don Francisco Niquel. En total
dísimos jergones, nauseabundos harapos... son como cien piezas, a un término medio
¡Los pobres del conventillo! ¡últimos de veinte pesos, son dos mil pesos ($2 000)
restos deshechos del temporal de la vida, mensuales o sea veinticuatro mil pesos al
desperdicios lamentables de una sociedad año, suma que significa más o menos el va-
sin corazón, esos inútiles se revuelven sin lor total de todo lo construido. Habría que
protestas, sufren todos los rigores, todas agregar un modestísimo arriendo del suelo.)
las inclemencias, todos los desastres del ¡El ciento por ciento al año! ¡Nuestras
abandono, sin la conciencia siquiera de su leyes condenan la usura, y se habla de una
propio sacrificio! Sociedad que tiene moral!
Al lado de unas caballerizas donde se alo- ¡Inicuas y estupendas mentiras!».

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 191-213 213


Nuestros documentos

Introducción
José Babiano Mora
Fundación 1º de Mayo

1976 fue el año clave de la Transición sin Franco. En este punto, ha de aclararse
política. La muerte de Franco amplió la es- que el protagonismo no correspondió a los
tructura de oportunidades políticas para la partidos de la oposición, sino a los movi-
acción colectiva. De manera que las movi- mientos sociales y, por encima de todo, al
lizaciones por la negociación de los con- movimiento obrero. Fueron ellos, en efec-
venios de finales de 1975 se extendieron to, los que tuvieron la capacidad de intimi-
exponencialmente durante el primer tri- dar a un Franquismo terminal [2].
mestre del año. Con una peculiaridad: la Durante el segundo semestre, a partir
exigencia de amnistía para los presos y los del nombramiento del nuevo Gobierno, el
exiliados políticos, así como la demanda de 5 de julio, Suárez tomó la iniciativa hasta la
las libertades se generalizaron en las pla- aprobación de la Ley para la Reforma Polí-
taformas reivindicativas aprobadas en las tica (LRP), mediante el referéndum del 15
asambleas de empresa. Hubo además huel- de diciembre [3]. Una ley que el paro general
gas generales de tipo local, como en el Baix de 24 horas del 12 de noviembre no pudo
Llobregat o en Euskadi, además de situa- frustrar. De todos modos, los derechos y li-
ciones de huelga generalizada en práctica- bertades democráticas no fueron el resul-
mente todos los sectores de la producción tado directo de la LRP. Como se ha señala-
y los servicios, como ocurrió en Madrid. El do, fue preciso presionar más y sostener la
volumen de la actividad huelguística, me- movilización [4]. Así por ejemplo, los planes
dido en número de huelgas y huelguistas, iniciales del Gobierno Suárez no preveían
así como en la cantidad de horas de trabajo la inclusión de los comunistas dentro del
perdidas, resultó desconocido desde 1936 [1]. sistema político. Fue la respuesta en térmi-
Junto al movimiento obrero, las asociacio- nos de movilización, dada a los asesinatos
nes de vecinos, el movimiento estudiantil,
los colegios profesionales, etcétera, ocupa- 2.– Véase en este sentido, «El historiador debe ayudar a
la gente a pensar. Entrevista a Josep Fontana», Mientras
ron el espacio público en el combate por las
Tanto, 10/XI/2016. En http://www.mientrastanto.org/
libertades. Fue esta enorme movilización la boletin-152/notas/el-historiador-debe-ayudar-a-la-
que hizo fracasar los planes del primer Go- gente-a-pensar [consulta: 21 de febrero de 2017].
bierno de la Monarquía, que consistían en 3.– Ley 1/1977 de 4 de enero, BOE, 5/I/1977.
una suerte de continuidad de Franquismo 4.– Pere Ysàs, «La Ley para la Reforma y la Transición
a la Democracia», Revista de Estudios y Cultura.
1.– Los cálculos, en Nicolás Sartorius y Alberto Sabio, Fundación 1º de Mayo, nº 79, noviembre-diciembre
El final de la dictadura. La conquista de la democracia en 1916, pp. 18-19. En: http://www.1mayo.ccoo.es/nova/
España, noviembre de 1975-junio de 1977, Madrid, Temas NBdd_ShwDocumento?cod_primaria=1185&cod_
de Hoy, 2007. documento=4895 [consulta: 21 de febrero de 2016].

214 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 214-216


Presentación José Babiano Mora

de los abogados laboralistas que tuvieron Todavía en 1976 el proyecto unitario era
lugar la noche del 24 de enero de 1977 en la defendido desde CCOO. Y ello a pesar de
madrileña calle de Atocha, la que hizo in- que la celebración del congreso de la UGT
evitable la legalización del PCE así como de en abril de 1976, con la tolerancia del Go-
las organizaciones sindicales [5]. bierno Arias-Fraga, perfiló un claro y próxi-
Este fue, en síntesis, el contexto general mo horizonte de pluralidad sindical. Dadas
en el que se publicó el artículo de Nicolás las estrechas relaciones entre la socialde-
Sartorius «Dialéctica de la unidad en el mo- mocracia alemana y el PSOE-UGT, así como
vimiento sindical», en el número 7 de Zona el contexto de Guerra Fría, no era previsible
Abierta. La revista había aparecido en 1974, que los socialistas españoles accedieran a
aunque hasta dos años después no adquirió un modelo unitario, máxime teniendo en
una cierta regularidad, en un contexto de cuenta su posición de debilidad frente a
eclosión editorial de revistas de izquierda CCOO y al PCE [8]. En Portugal, de hecho, los
con ciertas pretensiones teóricas y que en socialistas crearon un pequeño sindicato
muchos casos no sobrevivirían más allá de frente a la Intersindical.
la propia Transición [6]. El caso es que CCOO solicitó autoriza-
No obstante, para situar el artículo de ción para celebrar su Asamblea General en
Sartorius, debemos referirnos también a un junio en Madrid. Pero ni Fraga, primero, ni
segundo contexto. Se trata del propio dis- Martín Villa, después, en su condición de
currir de las Comisiones Obreras a lo largo ministros de la Gobernación, la autoriza-
de 1976. Las Comisiones habían sido el eje ron. De manera que la Asamblea de Bar-
de la resistencia al Franquismo desde co- celona se celebró el 11 de julio, en la clan-
mienzos de los años sesenta y mantenían destinidad y todavía no hubo una decisión
esa posición hegemónica dentro del movi- clara en el sentido de comenzar a afiliar a
miento obrero. Ahora bien, como se sabe, los trabajadores y constituirse en sindicato,
nunca se definieron a sí mismas como una en competencia con la UGT o la USO. Di-
organización sindical, sino como un movi- cha decisión se aplazó hasta la vuelta del
miento sociopolítico de los trabajadores, verano y fue tomada en sendas reuniones
independiente de los partidos y del estado. del Secretariado y la Coordinadora General
Un movimiento que reivindicaba para si la de 17 de octubre [9]. De este modo, las orga-
pluralidad y la democracia en la toma de nizaciones territoriales se constituyeron
decisiones. Además, desde 1966 defendió muy avanzado el otoño y las federaciones
un proyecto de unidad sindical, articulado de rama lo hicieron en los primeros meses
en torno a una central sindical única que de 1977. El Congreso Confederal no tendría
nacería de un congreso sindical constitu- lugar hasta finales de junio de 1978. A todo
yente [7]. esto, en julio de 1976 CCOO, UGT y USO
habían llegado al acuerdo de constituir la
5.– Alejandro Ruiz-Huerta, La memoria incómoda. Los
abogados de Atocha, Córdoba, Utopía Libros, 2017.
6.– Son los casos de El Viejo Topo, En Teoría o Transición. el Secretariado de Comisiones Obreras (1971-1976)»,
Historia, Trabajo y Sociedad, nº 1, 2010, pp. 117-180.
7.– La definición que las Comisiones Obreras se daban a sí
mismas, puede seguirse en la recopilación de documentos 8.– Para las relaciones PSOE-SPD, véase Antonio Muñoz
efectuada por Miguel Ángel Zamora Antón y Fidel Sánchez, El amigo alemán. El SPD y el PSOE de la dictadura
Ibáñez, CCOO. Diez años de lucha (1966-1976), Zaragoza, a la democracia, Barcelona, RBA, 2012.
US de CCOO de Aragón, 1987. Véase también el dossier 9.– CCOO, «Comunicado de la Coordinadora General de
documental «CCOO, los papeles de la clandestinidad: CCOO», Madrid, 17 octubre 1977, en Historia, Trabajo y
documentos de la Reunión General, la Coordinadora y Sociedad, nº1, pp. 173-174.

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Nuestros documentos

Asamblea General de Comisiones Obreras. Barcelona, 11 de julio de 1976 (Foto: AHPCE).

Coordinadora de Organizaciones Sindi- marxista, como ya se anuncia en el mismo


cales (COS), cuya singladura se detuvo en título. En ese sentido se trataba de un tex-
abril del año siguiente al abandonar la COS to singular. Evidentemente el discurso de
la UGT [10]. las Comisiones se hallaba imbuido de un
La unidad, por lo tanto, era una preocu- lenguaje de clase que remitía al marxis-
pación central de los dirigentes de CCOO. mo, pero en él resultaba rara la apelación
En ese marco ha de comprenderse el artí- a la dialéctica. Como es lógico, los comu-
culo de Nicolás Sartorius, en el que repasa nicados y manifiestos de CCOO tenían un
las ideas centrales de las CCOO al respecto, carácter directo y estaban destinados a la
así como la posición del PCE. Se trata de un movilización. Desde ese punto de vista, ca-
artículo caracterizado en su línea argumen- recían de las pretensiones teóricas que una
tal por el recurso constante a la dialéctica revista como Zona Abierta podía requerir.

10.– José María Marín, «La Coordinadora de Organizaciones


Sindicales (COS): una experiencia de unidad de acción
sindical durante la transición», Espacio, Tiempo y Forma,
Serie V, Hª Contemporánea, t. 9, 1996, pp. 295-313.

216 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 214-216


Dialéctica de la unidad en el
movimiento sindical*
Nicolás Sartorius

El sindicalismo tradicional se encuentra de la que participan todos los trabajadores


ante un conjunto de contradicciones —unas en cuanto tales nos parece la base más fir-
nuevas, otras antiguas— que es incapaz de me de la unidad, el fundamento más sólido
resolver satisfactoriamente. Una de ellas es de la misma, en la que deben asentarse los
la que surge de la dinámica unidad-diversi- principales esfuerzos para su conquista.
dad de la clase obrera en cuanto tal, es de- No obstante, en sus formas, rasgos, ca-
cir, como clase explotada en su movimiento racteres y niveles de vida y de conciencia, la
A este respecto, lo primero que tenemos clase obrera es heterogénea y diversa. Esta
que decir es que si se plantea un proble- disparidad se deriva, de un lado, por la pro-
ma de unidad —y en la realidad, sin duda, pia división del trabajo y sus importantes
está presente— se debe a que el contenido secuelas —intelectual, manual, industrial,
del fenómeno de que se trate es homogé- agrícola o servicios, y así hasta niveles al-
neo y heterogéneo al mismo tiempo. Sólo tamente especializados—; por el mismo
se puede unir lo que es diverso, pues la desarrollo desigual de la producción ca-
unidad presupone la diversidad, si bien no pitalista, que se refleja en las condiciones
cualquier diversidad, sino aquella que sea materiales de existencia de los obreros, y
sintetizable. Desde nuestro punto de vista, en su conciencia —niveles dispares de los
como es bien notorio, el contenido esencial salarios, proporcionalidad entre los oficios
de la clase obrera es homogéneo; esta ho- y categorías profesionales—, cualificación,
mogeneidad, digamos objetiva, viene dada etc.; las variadas ramas de la producción;
por el lugar que los trabajadores ocupan en las diferencias regionales, zonales y na-
la producción, por las peculiares relaciones cionales, aun dentro del mismo Estado. De
sociales con las otras clases que de ahí se otro lado, las propias tradiciones culturales
derivan y, por ende, por su ubicación en la e históricas; las complejas influencias ideo-
sociedad civil y política: su carácter de cla- lógicas, políticas, religiosas, etc., muchas
se explotada, asalariada, bajo el régimen veces de origen y contenido burgueses, a
capitalista de producción y de cambio. De las que se ve sometida la clase obrera, a tra-
esta suerte común se desprenden, como es vés del abultado aparato «ideológico» que
bien sabido, toda una gama de condiciones permanece en manos del «sistema estable-
de trabajo y vida, básicamente similares, cido». Estos elementos no son esenciales a
que componen lo que podríamos denomi- la clase —pues de serlos la unidad sería qui-
nar «condición obrera» (de trabajo y vida en mérica—, mas no por ello dejan de tener re-
todos sus aspectos). Esta «esencia común» levancia e influencia notoria, en ocasiones
decisiva, en el lograrse o malograrse de di-
* Publicado originalmente en Zona Abierta, 7 (1976), pp. cha unidad. Pues bien, en la dinámica per-
15-32. Transcripción de Víctor Manuel Santidrián Arias. manente entre este carácter esencialmente

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 217-235 217


Nuestros documentos

Trabajadores del campo reivindicando mejores condiciones laborales en Andalucía a finales de la


década de 1970 (Foto: Manuel Sanvicente - Archivo Histórico de CCOO de Andalucía).

homogéneo y heterogéneo en los que se del trabajo, etcétera, y otras de orden subje-
manifiesta la clase obrera radica su movi- tivo, como el desigual grado de conciencia
miento contradictorio hacia la unidad o la de clase, diferencias ideológicas y políticas,
división. Con otras palabras podríamos ex- etc. La resolución de éstas es el proceso
presar la misma idea: la contradicción an- sintético que llamamos unidad (en la di-
tagónica que la relaciona y enfrenta —como versidad). Mas esas contradicciones si son
un todo— a la clase capitalista deriva preci- verdaderas y no inventadas —y cada clase
samente de su esencia unitaria —como cla- obrera, dentro de cada Estado, tiene las su-
se explotada—, al mismo tiempo que en su yas específicas, y de ahí para abajo hasta la
seno se dan una serie de contradicciones — fábrica—, se debe a que están en la realidad
internas— que no son antagónicas, pero que y únicamente en la realidad (entendida ésta
puedan llegar, en su irritación a convertirse como la unión de lo objetivo y lo subjetivo),
en un poderoso obstáculo a la unidad (y en como praxis, pueden resolverse. Por ello,
su exacerbación, hasta el choque violento) aunque sea en cierto sentido adelantar re-
si no se tratan con el método adecuado o sultados, vamos a dejar sentado un primer
propio a ese tipo de contradicciones, inhe- aserto: el sindicato tradicional difícilmente
rentes a esa totalidad históricamente con- puede pretender con éxito realizar esa uni-
cretada que llamamos movimiento obrero, dad si tenemos en cuenta que es en su pro-
clase obrera en su movimiento (luego ha- pia constitución interna, una organización
blaremos de ese método). de clase, sustentada sobre una base inor-
gánica-ideológica-afiliativa y no es, por lo
Delegados y afiliados tanto, la propia clase en su movimiento, en
su fundamento orgánico-productiva-ex-
Así, pues, partimos de que en el seno de plotada. Y las contradicciones reales, como
la clase obrera se dan contradicciones y con es bien sabido, no pueden resolverse en el
ello no creemos descubrir nada nuevo. Unas plano de la «voluntad ideológica» —expre-
de carácter objetivo, como pueden ser las sión más o menos mistificada de lo real—,
diferencias salariales, regionales, división sino en la realidad misma, en el propio mo-

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

vimiento como praxis de la clase obrera, UGT-CNT mas ¿sobre qué bases realizar-
orgánicamente explotada y dirigida por su la; cómo lograrla para que el resultado no
vanguardia revolucionaria. Si de la afirma- fuera ya ni socialista ni anarquista? ¿Acaso
ción teórica nos trasladamos a la realidad era posible alcanzar una síntesis de ambas
de la empresa, de la fábrica, donde funciona a nivel «ideológico»? Nosotros creemos que
el susodicho sindicato tradicional, observa- no, que el socialismo y el anarquismo no
remos con claridad cómo es cierto lo que eran sintetizables, como tampoco lo son,
decimos. como correctamente señala Víctor Suárez,
El afiliado a un sindicato o el conjunto de entre nosotros una posición revolucionaria
ellos, que han sido elegidos solamente por y otra reformista. Así, en cierto momento,
los adheridos al mismo, y que forman una los libertarios plantearon que la solución
sección sindical de empresa, no represen- estaba en la disolución de la UGT y su en-
tan ni la clase en cuanto tal, en su unidad trada en la CNT. Normalmente nada se con-
esencial, sino una parte «ideológicamente» cluyó pues esa «solución», no era aceptable
organizada y determinada (en la historia, para la UGT, y estamos convencidos de que
los sindicatos siempre han estado más o de haber culminado la fusión, una de dos, o
menos dominados por una ideología: CNT, se habría quedado en simple acuerdo direc-
anarquista; UGT, socialista), que a través de tivo —quizá a través de un congreso de uni-
una mediación —cuando logran entroncar ficación— pero manteniendo cada cual sus
con el movimiento pretenden representarla, posiciones; o de conseguirse una verdadera
al lado y en pugna, generalmente, de otros unidad, la agrupación resultante no apare-
representantes y secciones que igualmente cería ya como la suma de ambas, sino algo
intentan la misma delegación. El afiliado o cualitativamente diferente, con fundamen-
activista sindical tradicional no es, pues, el tos igualmente diversos.
núcleo o pivote, o reflejo, o concentración En cambio, un delegado de fábrica, un
de la unidad de la clase, sino un compo- representante de Comisiones, elegidos por
nente, unilateral, no sintético, no unitario; todos los trabajadores en cuanto tales, en
un elemento de la variedad subjetiva que una sección o taller, y no como afiliados a
existe en la clase obrera; que intenta, eso este sindicato de esta o aquella tendencia,
sí, junto con otros, lograr esa unidad, pero refleja y sintetiza en él la unidad de la clase
que muy pocas veces lo consigue, y cuando en el acto de la explotación, y no de cual-
tal acontece —normalmente en la acción—, quier explotación, sino de aquella precisa,
se mantiene en precario, precisamente por concreta a que son sometidos en esa deter-
tratarse de un componente ideológico y no minada sección de aquella especifica fábrica
orgánico-productivo de la clase. Aun en el (que por supuesto participa de la universa-
supuesto de que en su persona coincida la lidad de la explotación capitalista pero con
calidad de afiliado a un sindicato y la de de- sus propias particularidades). El delegado,
legado directo del personal, la primera fun- en embrión, como célula primaria de todo
ción prima sobre la segunda por el hecho de el edificio, concentra en si mismo la posibi-
que también es más importante el papel del lidad de la resolución de la contradicción-
sindicato que del organismo electivo den- homogeneidad-heterogeneidad de la clase
tro de la empresa. En la historia del sindica- obrera en el plano sindical. Si se nos per-
lismo español esto se ha visto bastante cla- mite un parangón metodológico, simple-
ro. En varias ocasiones se llega a plantear mente ilustrativo, podríamos decir que así
la cuestión de la unificación organizativa como la mercancía, célula primaria de la

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 217-235 219


Nuestros documentos

sociedad capitalista, encierra, según Marx, trabajadores para el logro de la misma; el


en germen, todas las contradicciones y esfuerzo continuo con el fin de unificar cri-
posibilidades de esa sociedad, el delegado terios sobre los problemas que se plantean
obrero es la célula primaria del nuevo mo- en las fábricas y al conjunto de la clase; la
vimiento obrero que reasume las contra- búsqueda, en relación permanente con la
dicciones y las posibilidades de resolverlas acción de los trabajadores, de una síntesis
de este movimiento. Si no se comprende la real en cada momento; la tarea que en este
diferencia que hay entre un delegado obre- sentido tienen que realizar los militantes y
ro y un afiliado al sindicato tradicional es dirigentes del movimiento obrero —en sus
difícil entender la novedad esencial que diferentes estructuras—; la conveniencia de
para nosotros existe entre el sindicalismo que esa concreción abarque la complejidad
tradicional y el nuevo sindicalismo de los real —de intereses, posiciones y situaciones
consejos y las comisiones que pretendemos de cada momento—, que se dan en el mun-
construir. Aquí radica, fundamentalmente, do obrero; todas estas ideas, repetimos, han
tal superación, a partir de la cual todos los germinado en el seno de Comisiones, en su
grandes problemas del sindicalismo exi- quehacer concreto. Otro ejemplo, posterior,
gen un enfoque y tratamiento diferente: de lo que afirmamos se encuentra recogido
la relación economía-política, la dinámica en el el punto b) del Comunicado final de la
partidos-sindicatos, la unidad, la democra- Primera Asamblea General de CCOO (junio
cia sindical, etc. 1967). Allí se dice: «Su carácter unitario (de
CCOO), entendiendo éste no en el sentido
Las ideas de comisiones de una federación de grupos o fuerzas, sino
en el sentido de la participación común, en
Estas ideas, por otra parte, han sido es- su movimiento, de los trabajadores en cuanto
bozadas, aunque quizá todavía no desa- tales, sin distinciones de ideologías políti-
rrolladas, en documentos fundamentales cas o filosóficas o creencias religiosas». El
de Comisiones Obreras, a partir de la ex- texto es claro, y no creemos sea necesario
periencia concreta de los trabajadores es- ningún comentario.
pañoles en estos últimos años. Así, en la Recientemente, ante el pleno de CC de
«Declaración de las Comisiones Obreras de PCE (1974), y en este mismo orden de ideas,
Madrid» (julio de 1966), leemos lo que si- Santiago Carrillo ha indicado una vez más
gue: «Es necesario luchar ya desde hoy por con claridad el papel que los militantes
lograr la síntesis eficaz de un sindicalismo comunistas deben de jugar en el seno del
unido en la libertad y la democracia». Ya en- movimiento de Comisiones Obreras... «Los
tonces, cuando Comisiones aún se encuen- militantes del Partido —señala el docu-
tra en los inicios de su andadura, se tiene la mento—, si bien tienen una latitud para
audacia y la clarividencia de adelantar una actuar dentro de éstas y lograr una síntesis
posición eminentemente dialéctica de la unitaria, que en cada momento responda a
unidad, fundamentalmente justa, que iría los intereses colectivos de los trabajadores,
desarrollando con el tiempo. La concepción no son personalmente independientes del
de la unidad, como el resultado de la lucha Partido». Ahí está, pues, la tarea esencial
y la discusión del conjunto de los trabaja- de la vanguardia en su trabajo entre los
dores y de la vanguardia; la unidad como trabajadores, en las Comisiones, y yo diría
proceso y síntesis; la necesidad de una per- que en todos los movimientos de masas;
manente participación democrática de los ahí radica la particularidad de su tarea diri-

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

gente: dirigir es sintetizar, concretar, hacer rigir la historia», que es papel del partido
avanzar una realidad sobre sus contradic- (en el sentido leninista de partido dirigen-
ciones. Y esta tarea eminente la vanguardia te), sino «dominarla». En su artículo «El
la tiene que hacer con los trabajadores, en Partido y la revolución», afirma el dirigente
cada momento, en cada situación concreta, italiano: «Sería lastimoso si, debido a una
a diversos niveles de complejidad. La sínte- concepción sectaria del papel del partido
sis no la hace a priori la vanguardia y se la en la revolución, se pretendiese constre-
entrega hecha a las masas —esto no sería ñir el proceso revolucionario a las formas
dirigir, sino dominar, pretender dominar, del partido... se logrará con ello ‘dominar’
pretender suplantar el papel de aquéllas—, la historia, pero el proceso real revolucio-
sino que surge de la praxis, en la particular nario escapará al control y la influencia del
dialéctica entre vanguardia y masas. partido, convertido, inconscientemente, en
organismo de conservación». Esta distin-
Dominar. Dirigir ción es fundamental, y vamos a intentar
una breve incursión en la misma.
La diferencia es esencial, y, como luego No es lo mismo, pues, dominar que di-
veremos, en ella se asienta la crítica más rigir un movimiento, un Estado, etcéte-
importante que se puede hacer a la tesis de ra. En el primer caso, se establece entre el
la «correa de transmisión», y la necesidad partido o los partidos (en una concepción
de superarla por medio de la «síntesis uni- políticamente pluralista del proceso) y las
taria». Por lo tanto, ésta es el resultado de instituciones de que se trate una conexión
aplicar, por otra parte, del partido o parti- mecánica, burocrática, muerta; en el se-
dos, el método dialéctico en la práctica de gundo, una relación dinámica, democráti-
la democracia obrera con el fin de resolver ca, viva. En aquel, no se resuelven las con-
los problemas existentes, en cada momen- tradicciones reales, sino que se las ahoga,
to, en el seno del movimiento obrero, en su se las tapa o esconde; en el mejor de los
lucha permanente con la clase antagónica casos, se alcanzan «pasteleos», «arreglos»
capitalista. Surge, pues, de las verdaderas coyunturales; a la postre, la contradicción
contradicciones que se dan en el movi- vuelve a surgir agravada, con más aristas
miento real de las masas en el transcurso de que antes, por donde uno menos se lo es-
la lucha de clases, en la continua relación pera, descontrolada. En éste, se resuelven
dinámica entre el partido o partidos (sus los encontronazos de la única manera que
militantes y el colectivo político como tal) y pueden resolverse: por medio de la praxis
el conjunto de la clase, que se expresa a tra- del partido o los partidos con los trabajado-
vés de su movimiento organizado, en este res, el pueblo, los ciudadanos, etcétera. Así,
caso las Comisiones Obreras. Por eso, no es pues, esta nueva unidad que supone todo
justo afirmar qua la síntesis la hacen sólo proceso de comprensión-transformación
o principalmente las masas, o únicamente de la realidad no puede hacerse —aunque a
y sobre todo el partido; en el primer caso veces se intenta con resultados negativos—
estaríamos ante una visión espontaneista de antemano; es decir, en la cabeza de unos
e idealista (liquidadora) del papel insusti- hombres, sino que debe de conseguirse en
tuible de la vanguardia consciente organi- la propia realidad contradictoria. Son, de
zada en partido; la segunda nos conduciría esta forma, los trabajadores en su conjunto,
a una posición burocrática, anti-dialéctica, como clase, con la vanguardia, quienes lo-
de pretender, como decía Gramsci, no «di- gran la síntesis, quienes resuelven las con-

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tradicciones y hacen avanzar la realidad. concretos, que cualquiera puede tener en


Por eso, el papel de las masas, del pueblo la mente y aportarlos por su cuenta, sino
o de los ciudadanos, no es meramente «pa- más bien resumir en sus líneas esenciales
sivo», de mero receptáculo de las elabora- los millares de ejemplos que se dan todos
ciones más o menos acertadas de la van- los días en el continuo fluir del movimiento
guardia (como, por otra parte, ocurre en la obrero.
dirección del Estado y la sociedad en la de- En la permanente lucha de clases entre
mocracia burguesa), sino que tienen que ju- el capital y el trabajo, el movimiento obrero
gar un papel activo, creador, pues son ellas, se desarrolla como todo fenómeno sobre la
en última instancia, quienes —iluminadas base, por una parte, de las contradicciones
y organizadas por la vanguardia— trans- antagónicas que le oponen al capital y, de
forman la realidad y la sitúan a un nuevo otra, por las contradicciones internas que
nivel (como debe suceder en la democra- anidan en el seno de la propia clase, a las
cia socialista). Además, conviene avanzar que anteriormente hemos aludido. (Con-
aquí que las masas no sólo participan, por viene tener claro que estas segundas no
decirlo así, de la síntesis (del momento de tienen ese carácter antagónico, si bien for-
la acción transformadora), sino igualmente man un todo con las primeras, pues es la
del análisis (del momento de la interpreta- propia sociedad burguesa, como sociedad
ción), pues la vanguardia no puede o, por de la división, del atomismo individual,
lo menos no debe, inventarse esos análisis de la explotación y la alienación, quien las
ex novo, sino que los elabora, generaliza y genera y alimenta). Por lo tanto, el movi-
teoriza sobre la experiencia de las propias miento obrero sindical tiene su propia dia-
masas. Igualmente, por otro lado, tampoco léctica especifica, distinta de la de otros
la vanguardia se limita a analizar, sino que fenómenos o instituciones, como pueden
contribuye a organizar y movilizar. Al igual ser el Estado, un partido político, la igle-
que en la realidad, el análisis y la síntesis sia, etcétera. Ello supone un método propio
son inseparables, así también la vanguardia para resolverlas y además, como es lógico,
y las masas forman una unidad, en la que presupone una forma peculiar de realizarse
no conviene plantearse «primacías». el binomio inseparable análisis-síntesis o,
En nuestro caso, que partimos de una lo que es igual, una manera a la vez parti-
concepción pluralista —pluralidad de par- cular y universal de verificarse el paso de
tidos políticos— de todo el proceso revolu- lo concreto a lo abstracto y de nuevo a lo
cionario, de la propia construcción del so- concreto. Descubrir y aplicar correctamen-
cialismo, y del ejercicio del poder dentro de te ese método específico, he ahí el quid de
él, la relación vanguardia-clase se hace más la cuestión. A ello dedicaremos las poste-
compleja y, por lo mismo, más real. riores líneas de este trabajo.
Este proceso discurre, ininterrumpida-
Un método propio movimiento obrero mente, a diversos niveles, desde una de-
sindical terminada sección o taller, pasando por la
empresa en su conjunto, la rama de produc-
Una vez explicado someramente el sen- ción, la localidad o zona industrial hasta el
tido que para nosotros tiene la síntesis uni- conjunto del Estado. Cualquier nivel que
taria, vamos a intentar reflejar cómo surge contemplemos, o el conjunto articulado de
en la práctica real, en su movimiento real. todos ellos, con mayor o menos comple-
Para ello no haremos referencia a casos jidad, la médula del proceso es similar. El

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

punto de partida es que los trabajadores se vimiento sindical, es cierto, tiene como si
encuentran con «problemas», es decir, con dijéramos, un «terreno privilegiado» de ac-
una realidad concreta que les aprieta, que tuación, en el que debe echar raíces y del
en cada momento pretenden resolver y su- que debe partir: el terreno de las reivindi-
perar. Ya sea conseguir un aumento de sala- caciones económico-sociales; más eso no
rios, la reducción de la jornada, la readmi- quiere decir que le esté vedado el campo de
sión de un despedido, la discusión de un la política, como si éste fuese un coto de los
convenio, oponerse al aumento del ritmo partidos; se lanza, de hecho, a incursiones
de trabajo, conquistar las libertades demo- en ese terreno, con sus propias posiciones y
cráticas o la amnistía, impedir un golpe a la actuaciones, en lo que afecta a los trabaja-
reacción, conseguir reformas de estructura, dores como clase, y ello es compatible con
etcétera, o cualquier otro de los mil proble- la unidad. Como, por otra parte, también
mas y necesidades —situaciones siempre hoy los partidos adoptan posiciones ante
nuevas—, que se presentan a la clase obre- los problemas económicos y sociales de los
ra en su lucha. Bien es cierto, que cuanto obreros. El problema no es, pues, de esferas
más general sea el objetivo de que se trate, exclusivas, sino de posición, de enfoque, de
cuanto mayor sea su ámbito, tanto espacial métodos, quizá de intensidad (a la relacio-
como de contenido, a medida que se aleja nes economía-política, en el movimiento
de la inmediatez «económica», tanto más sindical, se dedica la primera parte de este
complejo se hace el logro de la unidad. La ensayo).
coincidencia en la conquista de un salario Ante esta realidad problemática, siem-
más alto no suele ofrecer grandes compli- pre cambiante, la clase obrera no se mue-
caciones; cuajarla alrededor de utilizar los ve de una manera puramente espontánea,
cargos sindicales ya puede ser más compli- aunque a veces lo parezca al profano (con
cado, y si pasamos a la discusión sobre la cuánta ligereza suele oírse eso de que era
conveniencia o no de tomar posición ante «un movimiento espontáneo», etcétera).
un problema político que afecte directa- Por el contrario, siempre entra en juego,
mente al mundo obrero, la cuestión se hace con mayor o menor intensidad, con rasgos
más problemática todavía. Ello indica que más o menos precisos, la dinámica entre la
en el proceso de la unidad también hay que clase y su parte consciente, organizada y
ir de lo simple a lo complejo, de lo objeti- organizada a diferentes niveles; en nuestro
vamente unitario a lo subjetivo, etcétera. caso, al nivel de la comisión (como parte
Es decir, sentar los fundamentos en aquello organizada del movimiento), del partido o
que une como clase —manifestaciones di- partidos, e igualmente, sobre lodo en épo-
rectas de la explotación— para, a partir de cas de dictadura, consciente, aunque no
ahí solventar las diferencias y contradiccio- organizada en una concreta estructura, de
nes, que puedan darse a otros niveles. Hoy multitud de trabajadores. Las diferentes
el problema, como se ha explicado en otro instancias en las que se agrupa u organiza
lugar, no es que el movimiento sindical se la vanguardia —entendida ésta en su senti-
tenga que quedar en lo puramente «econó- do amplio (ya sea célula, comité o sección
mico» si quiere lograr la unidad; ésta es una de un partido)—; a otro nivel también, la
visión antigua y por lo demás reformista, ya comisión de empresa o rama, etcétera, in-
que lo «puramente económico», a la par de tervienen continuamente en los dos mo-
ser una abstracción como tal, en concreto mentos, si bien con papeles, distintos. Ante
es lo «económico» de la burguesía. El mo- todo, en las reuniones de militantes se in-

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tenta, y generalmente se logra, analizar la siquiera como hipótesis; supuesto que se


situación concreta («análisis concreto de da bastante a menudo. Mas no por ello hay
la situación concreta», que decía Lenin) ya que dramatizar, ni pensar que la unidad ya
sea de una fábrica, de una rama, localidad o no es posible. En el caso de plantearse esta
realidad de que se trate; esto es algo que se situación en un partido, verbigracia en una
hace todos los días en millares de «centros formación leninista, el método para salir
de análisis». Para ello se informa del ma- de ella y llegar a un resultado satisfactorio
yor número posible de aspectos de la rea- supone, después de una amplia discusión,
lidad; la precisión del análisis dependerá, la aplicación del centralismo democrático,
en buena parte, de la masa de información cuyo contenido no vamos a explicar aquí.
significativa (que venga al caso), capaz de En el movimiento obrero sindical, el mé-
aportarse en cada momento; se separan todo es otro, pues no se trata de un parti-
unos aspectos de otros (se abstraen) para do, sino de la clase en su conjunto. Aquí el
«verlos» mejor; se intentan descubrir los método es el de la democracia de masas, la
elementos principales (esenciales) y distin- democracia directa de los propios trabaja-
guirlos de los accidentales o secundarios; dores, pues son éstos en cada caso los que,
se procura encontrar el anillo fundamental en asamblea o en la acción, deben dilucidar
que «tire» de la situación en su conjunto, y zanjar, democráticamente, esas posibles
etcétera. Al final, se pretende. llegar a un discrepancias. En el movimiento obrero,
acuerdo resolución o resumen —sacar algo este análisis previo, esta hipótesis avanzada
en limpio, en una palabra—; es decir, elabo- por el colectivo de elegidos o de militantes
rar una síntesis unitaria «provisional» (más representativos, debe de ser discutida, de
bien, un análisis sintético) o una hipótesis alguna manera, con el conjunto de los afec-
de trabajo a verificar en la práctica, que re- tados, que son los que con su movilización
coja en un cuadro general el mayor núme- —aclarada y dirigida por esa vanguardia—
ro posible de elementos significativos de la van a transformar la realidad, van a realizar
realidad analizada en movimiento y su in- la síntesis unitaria real, posible en ese mo-
terpretación. De una manera más o menos mento, dadas unas circunstancias concre-
consciente, más primitiva o refinada, esto tas de orden objetivo y subjetivo, etcétera.
se hace continuamente en el movimiento Con lo que, a su vez, se crea una nueva si-
obrero, y no sólo por los que se esfuerzan tuación diferente a la anterior, que servirá
en aplicar el marxismo correctamente, sino de punto de arranque de un nuevo análisis
también por los que no lo conocen; lo que y así sucesivamente. Todo análisis, como
ocurre es que estos últimos lo hacen «peor» toda síntesis, son, en su inseparabilidad, a
y suelen «acertar» menos veces, pues su he- la vez premisa y resultado. Este proceso se
rramienta de trabajo —idealista, empirista, ve muy claro cuando en el transcurso del
etcétera— es más burda, menos precisa a mismo se dan profusamente las asambleas
veces inútil del todo; su foco de luz, más —de ahí la enorme importancia de esta pie-
tenue y reducido. En ocasiones, puede ocu- za clave de la unidad obrera—.
rrir que no se llegue a ningún «acuerdo», Los análisis, las propuestas, las opinio-
pues sucede que en el seno de esas reunio- nes de la vanguardia se contrastan en la
nes restringidas —ya sea un jurado repre- asamblea, pasan por el crisol de la demo-
sentativo, la comisión obrera, etcétera—, se cracia obrera, participativa y creadora;
presentan discrepancias momentáneamen- unas se rechazan, otras se aceptan; aqué-
te irreconciliables, no sintetizables ni tan llas se enriquecen, éstas se matizan, las

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

otras se emulsionan, etcétera. El resulta- órgano de dirección o coordinación, antes


do o acuerdo de la asamblea dejará de ser de tomar una decisión o postura tenga que
una hipótesis para convertirse en una idea consultar a la base su opinión? En ese caso,
fuerza, se hace carne con la clase como tal, sobrarían todos los órganos de dirección y
es ya una energía activa que transforma la el movimiento obrero caería en un estadio
realidad al poner en acción al conjunto de de incomprensible primitivismo. Hay que
los trabajadores implicados en el ámbito de tener en cuenta que estas dificultades se
que se trate —fábrica, rama, etcétera—. Por acentúan por la existencia de la dictadura
eso decíamos que, a nivel conceptual, al es- —una de cuyas razones de ser consiste pre-
cribir, o hablar, o pensar, podemos separar cisamente en cegar esos canales—. A nivel
estos momentos, pero en la realidad que de empresa, las posibilidades de una apela-
fluye son inseparables, pues se dan precisa- ción rápida son mayores, pues en el caso de
mente en su permanente fluir, en el paso o discrepancias puede acudirse a la asamblea,
tránsito continuo de uno a otro. pero, ¿y a partir de ahí hacia arriba, a nivel
de zonas industriales, ramas o localidades
El control de la practica enteras, etcétera? Aun dando por descon-
tado que en el sindicalismo moderno se
Empero, no pocas veces, el mecanismo tiende cada vez más a una consulta previa
de la toma de decisiones o acuerdos su- a la base sobre las líneas generales de ac-
fre estrangulamientos, a los que conviene tuación, sobre los puntos fundamentales
referirse, aunque sea someramente. En la de las plataformas reivindicativas, etcétera,
realidad, como es lógico la estructura del la realidad es que los órganos de la estruc-
movimiento obrero, tanto su manifesta- tura organizativa deben de gozar de una
ción autónoma —comisiones— cuanto la capacidad de decisión y tomar, a la postre,
legal —enlaces representativos, jurados, acuerdos y resoluciones por mayorías más
etc.— está formada por elementos que, en o menos cualificadas (en los asuntos de es-
la mayoría de los casos, pertenecen a diver- pecial trascendencia se puede hasta regu-
sas organizaciones políticas o sindicales, lar una determinada cualificación de éstas),
y ello con tendencia a crecer. El hecho es pues en caso contrario todo el movimiento
que en estos organismos de la estructura quedaría estancado, se caería en esterilidad
y en las relaciones entre ellos no siempre, más completa, en la pura discusión sin re-
como decíamos antes, se llegan a acuerdos sultados prácticos. Ahora bien, a diferencia
satisfactorios, pues surgen discrepancias de los partidos políticos, en el movimiento
y opiniones diferentes. Con la particula- sindical hay que partir de que las opiniones
ridad de que, por mucha paciencia que se minoritarias —que no han podido ser reco-
tenga, o por muchas horas que se discuta gidas en el acuerdo final— tienen derecho a
(paciencia y horas que hay que derrochar exponer y defender con entera libertad sus
hasta cierto límite) no se suele llegar a nin- puntos de vista ante los trabajadores (y has-
gún resultado. Antes señalábamos que en ta en los propios órganos de expresión del
el movimiento obrero la única salida era la movimiento), pues son únicamente aque-
«apelación» a la base y el respeto por to- llos quienes decidirán, en última instancia,
dos de dicho veredicto. No obstante, en la lo que haya que hacerse, dado que son los
práctica, el asunto es bastante más com- que tienen que ejecutarlo o abstenerse de
plicado de lo que parece. Pues, ¿es factible realizarlo. Cuando un órgano de dirección
que en todo momento y circunstancia, el —por ejemplo a nivel provincial— toma el

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acuerdo de llamar a una determinada ac- información significativa, tanto la del pa-
ción —de huelga u otra—, no puede imponer sado como la del presente y su proyección
una disciplina por decreto; los trabajadores hacia el futuro); esto conduce a «ver más
harán suya la acción o la toma de posición y con más claridad que nadie» en la rea-
si está bien planteada, si les convence; con lidad. Para ello cuenta —en el caso de los
ellos rectificarán la justeza de esa posición. partidos comunistas— con la «herramien-
En caso contrario, la rechazarán o la modi- ta», con el instrumento más perfeccionado,
ficarán, y la minoría disconforme podrá cri- más científico, refinado, etcétera, de análi-
ticar la decisión que se adoptó; de repetirse sis, el marxismo leninismo, el materialis-
la inadecuada dirección, y hasta el propio mo dialéctico e histórico; «herramienta» o
transcurso de la acción, pueden llegar a instrumento que, por otra parte, se va a su
invertirse las posiciones, y la minoría con- vez desarrollando y perfeccionando en este
vertirse en mayoría, etcétera. En cualquier continuo «trabajo». Mas el partido no es úni-
caso, el único criterio sobre la justeza o el camente una inteligencia colectiva —cuando
error de una acción, de una política sindical Gramsci habla del partido como un «intelec-
determinada, será el de la práctica concreta tual colectivo», no concibe al intelectual sólo
de los propios trabajadores, y a ella habrá como pensante y analizante, sino también
que referirse; ese es uno de los criterios actuante—; es, por lo tanto, igualmente, un
fundamentales del buen funcionamiento instrumento de combate, un combatiente
de la democracia directa. Se podrían poner, colectivo, un organizador, desde luego in-
a este respecto, ejemplos muy notables, su- separable de la primera, con la que forma
cedidos en las propias comisiones obreras. un todo: el partido revolucionario, en cuan-
to no sólo comprende la realidad, sino que
El papel de los sindicatos igualmente la transforma. De esta manera,
el partido de vanguardia es aquel que más
Ahora bien, hay que intentar profundizar elementos de inteligencia, de combate, de
un poco más en esta dirección. ¿Pues cómo organización, de acción consciente, en una
ayuda, ilumina, dirige realmente el partido palabra, aporta a la construcción de la sín-
o los partidos?, ¿cuál es su aportación a esa tesis unitaria, a la praxis de las masas en el
síntesis unitaria, a esta constante solución acto de transformar la realidad. El partido
de las contradicciones reales? A mi enten- analiza, ilumina, generaliza la experien-
der —siguiendo la tradición leninista— son cia de las propias masas, mas esto lo hace
dos sus contribuciones esenciales en su la- organizando, accionando, luchando con la
bor dirigente. En primer lugar, aportando el clase, emulsionando con ella, pero sin con-
mayor número posible de elementos de la fundirse o diluirse en ella. Es el resultado de
realidad en el momento de análisis, a base la inseparabilidad de la teoría y la práctica,
de la acumulación de experiencias de las de lo espontáneo y lo consciente, del mo-
propias masas, su generalización y teori- vimiento y la organización, de lo objetivo
zación (aquí podríamos hablar del partido y lo subjetivo. Y esta función la cumple, en
como «memoria revolucionaria» de la cla- el caso del sindicalismo moderno (en nues-
se, como instrumento cibernético de las tro caso), a partir de la célula primaria del
masas); es decir, descubriendo la mayor movimiento obrero: el delegado y repre-
parcela posible de realidad —en extensión sentante. El delegado obrero, que además
y profundidad—, de contradicciones rea- reúne la condición de militante del partido
les (lo que hemos denominado masa de o de un partido, establece la primera rela-

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

Manifestación de las centrales sindicales en Sevilla, final de la década de 1970 (Foto: Manuel
Sanvicente - Archivo Histórico de CCOOO de Andalucía).

ción básica vanguardia-masas, pues si bien, esto lo hace el movimiento sindical con to-
por una parte, debe de reflejar fielmente las dos los partidos políticos.
aspiraciones e intereses de un determinado
colectivo obrero que le ha elegido (los re- Partidos. Comisiones
presentantes de taller, de la fábrica) y que
ha puesto en él su confianza, no recibe el Desde este punto de vista, las relaciones
mandato pasivamente (unilateralemente), entre los partidos y el movimiento organi-
sino que, a su vez, «insufla», aporta con- zado —en este caso, las Comisiones Obre-
ciencia de clase (razón, entre otras, de su ras— sufren una auténtica revolución con
elección), política, retórica, a dicho colec- respecto a la anterior relación —conoci-
tivo, evitando así el posible deslizamiento da— entre las fuerzas políticas y el sindi-
del movimiento hacia posturas puramente cato tradicional. Se pasa de una conexión
corporativas. Esta misma relación y ayuda y indirecta del partido y el movimiento, que
función del partido a través de sus militan- se verificaba a través de la organización
tes se verifica en todos los escalones de la sindical, en la que ésta aparece, quiérase
organización del movimiento. Sin embargo, o no, como una correa de transmisión de
no creemos que se agote aquí la aportación aquélla, a una relación directa del partido
de la organización política al movimiento con la clase obrera en un movimiento or-
sindical; además de su labor a través de sus ganizado, cuyo resultado es dicha síntesis
militantes en el seno de aquél, el partido, unitaria. Es normal que un concepto saca-
como tal organización (sus instancias diri- do de la mecánica, como es el de «correa de
gentes, comités, prensa, etcétera) estable- transmisión», no podía ni puede expresar
ce igualmente una comunicación dinámica felizmente un tipo de conexión como el que
con el movimiento organizado, en un plano debe de existir entre el partido y la clase,
de igualdad, de independencia mutua, mas eminentemente dialéctico. La mecánica y
también de clarificación y lucha común. Y la dialéctica no se llevan nunca bien, y hay

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que cuidar de no aplicar a organismos vi- te se afilian, en base no solamente a estar


vos lo que puede ser válido para mecanis- explotados, sino de obreros explotados,
mos muertos. No obstante, en mi opinión, que piensan de una determinada manera, o
como he intentado explicar en otro lugar, la simpatizan con una orientación. Cuando un
concepción leninista de la «correa de trans- trabajador español de antes de la guerra se
misión», adopta contenidos más complejos adhería a la CNT, y no a la UGT, o vicever-
que los que se deducen de una connotación sa, no tenía en cuenta únicamente su con-
mecanicista, y que se irán perdiendo en sus dición de obrero explotado; también había
interpretaciones posteriores. Lenin hereda en dicho acto una opción ideológica, de si-
y contempla un determinado tipo de orga- milar sentido, o cuando alguien se inscribe
nización sindical, surgida y amamantada a éste o el otro partido político (y eso no
en la tradición de la Segunda Internacional, quiere decir que todos los inscritos a la CNT
con la que el partido tiene que establecer y UGT fueran anarquistas o socialistas), la
un tipo específico de relación en función adhesión era, pues, un acto de compromi-
de unos determinados caracteres y no de so individual, pero, como si dijéramos de
otros. ¿Por qué Lenin no habla para nada de «segundo orden» con respecto a la vincu-
«correa de transmisión» cuando se refiere lación que supone militar en un partido. Y
a los soviets?, ¿por qué utiliza esa expre- entre dos organizaciones de clase —ambas
sión únicamente para los sindicatos de en- formadas exclusivamente por afiliados— la
tonces, y además —cuestión que se olvida a de superior militancia, coherencia teórica,
menudo— para los sindicatos en el período etcétera, era normal que acabase casi siem-
de construcción del socialismo, y no antes, pre controlando o dominando a la otra,
y no para todos los socialismos, sino para el convirtiéndola en su correa de transmisión.
ruso? Porque los soviets, como es bien co- Y en cierto sentido, esto era lo mejor que
nocido, son un movimiento de delegados — podía ocurrirle a una organización de estas
ya sean obreros, campesinos o soldados—, características, siempre y cuando el «mo-
y para relacionarse con los cuales el parti- tor» fuera revolucionario, y no reformista,
do no necesita intermediario alguno. Vive como ha ocurrido en no pocas ocasiones. Al
dentro de ellos, emulsionado con ellos, al referirnos a los soviets y a los consejos, no
igual, durante un tiempo, que otros parti- lo hacemos porque creamos que se trata de
dos políticos de entonces. Lo mismo ocurre experiencias similares a las comisiones (ya
con Gramsci cuando se refiere a los conse- hemos explicado en otro lugar que tienen
jos de delegados de Turín de los años 20. muy poco que ver), sino simplemente para
Para nada aparece la tesis de la «correa de ilustrar polémicamente el nuevo tipo de re-
transmisión», pues el mentarla hubiera sig- lación de la que seguimos hablando.
nificado un auténtico contrasentido ya que Para cualquiera que conozca y viva el
los «consejos» no tenían que «transmitir» carácter de CCOO esta distinción resulta-
nada de las masas, pues era los trabajadores rá clara y fundamental. Está acostumbrado
mismos en su movimiento, con sus propias a no sentirse «miembro» de una organiza-
formas de autoorganizarse independiente. ción a secas; antes bien, se considera un
El sindicato tradicional, tal y como lo po- «elegido», un «participante», un represen-
dían contemplar Lenin o Gramsci, por el tante o delegado de un determinado grupo
contrario, no es el «movimiento de la cla- de trabajadores, de la cuantía o nivel que
se», sino una «organización de clase», for- sea. Sabe muy bien que en Comisiones no
mada por los obreros que voluntariamen- se «entra» o se «sale», sino que se es o no

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

elegido, se participa o no en las asambleas, tos inevitables fallos, que puedan aparecer
etcétera. Vive en la práctica ese carácter de en uno u otro sitio y momento, no invali-
CCOO como un movimiento organizado, a dan la superioridad de la nueva relación, ni
pesar de los esfuerzos que hacen algunos impide que ésa funcione en la mayoría de
—desde posiciones que se creen ultrarre- los casos. La diferencia fundamental radi-
volucionarias— por convertirlas en una or- ca en lo siguiente: mientras en la concep-
ganización más y, para mayor «inri», clan- ción tradicional la organización sindical y
destinas, con lo que demuestran no haber el movimiento viven separados —aunque
comprendido absolutamente nada, precisa- en ocasiones conecten—, y aquélla no es
mente, del «lugar» en el que radica el carác- la emancipación orgánica de éste (con lo
ter renovador-revolucionario de las CCOO que el partido en su relación con las masas
con respecto a la situación anterior y a las se encuentra con un mediador «organiza-
experiencias actuales. do»), ahora, con la Comisiones y experien-
cias similares, movimiento y organización
Movimiento-Organización tienden a formar un todo inseparable —una
unidad dialéctica—, en la que el segundo
En las generalizaciones, todo parece es una segregación «cultural» del primero,
sencillo, mas cuando nos intentamos ele- y esto permite que ambos, como conjunto,
var a lo concreto, aparecen las complejida- como movimiento organizado, establezca
des. Decimos que con el nuevo movimiento una conexión diferente con el partido, sin
obrero —CCOO—, los partidos establecen mediador, directa, dialéctica. Precisamente,
una relación directa y dinámica, sin in- los problemas se presentan cuando la parte
termediarios. Mas ¿es ello realmente así?, organizada de Comisiones se despega o se
¿acaso la estructura del movimiento, lo separa, pierde contacto con el movimiento
que llamamos parte organizada de comi- real, cuando se convierte en organización
siones, no puede convertirse en un nuevo a secas (se clandestiniza), pues entonces se
intermediario entre el partido y las masas, transforma casi inevitablemente en inter-
jugando con ello el mismo papel que antes mediaria, en simple transmisor de lo que se
hacía la organización sindical tradicional y decide en la sede partidista (en el aspecto
concluir, por lo tanto, en una nueva edición malo de esta «transmisión», en su lado me-
de la supuestamente superada «correa»?, cánico). Un órgano de concisiones [sic] no
¿acaso las comisiones de fábrica, de zona, es un colectivo de miembros de diferentes
etcétera, no juegan a veces ese papel, se- partidos o de un partido, aunque todos sus
gún sea el partido que domine en su seno componentes militen en uno de estos par-
en cada momento?, ¿no caen en ese vacío tidos; son delegados del movimiento, re-
con exceso precisamente aquellas «van- presentantes de un determinado colectivo
guardias», que no han comprendido a fon- obrero —sección, fábrica, localidad—, que
do las Comisiones, que, llevadas de un ra- pueden o no militar en este o aquel partido.
dicalismo infantil, pretenden transformar Creo que puede verse claramente la dife-
estas en un «grupo» reducido? Sin duda, el rencia entre el papel que juega una organi-
peligro existe, y de hecho se cae a veces en zación tradicional y la estructura orgánica
ese error, especialmente en las condiciones del nuevo movimiento obrero. Diferencia
de la dictadura, en que la falta de liberta- fundamental, que sigue subsistiendo aún
des dificulta, queramos o no, la relación cuando en el futuro el sindicato esté com-
entre vanguardia y masas. No obstante, es- puesto por delegados elegidos, como base

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esencial, y afiliados voluntarios. cable, queda al margen de la organización u


Quizá a partir de aquí se vea mejor el por organizaciones —pues generalmente se tra-
qué de esa dificultad casi insuperable de ta de más de una—, lo que quiere decir que
establecer una relación dialéctica entre el en muchas ocasiones, las plantillas, en su
partido —organización de clase política— y conjunto, sigan las orientaciones de acción
el sindicato tradicional —organización de de aquéllas. Un dato a retener es el de que
clase económica—. La relación de depen- cuando la organización sindical es unitaria
dencia se hace inevitable y hasta necesaria, —única—, la tasa de sindicación es mucho
pues, no nos engañemos, el reparto de pa- más elevada que cuando existen varias. La
peles era tradicionalmente ése: en la prác- pluralidad sindical «inhibe» a muchos tra-
tica, aun cuando ahora se intenta superar bajadores, les desmoraliza, como dijéramos
al calor de la propia transformación y reno- (y ello es —no siempre, pero sí muchas ve-
vación de las agrupaciones sindicales. Por ces— una expresión del instinto de clase
eso decíamos que Lenin, en el fondo, quizá que repudia esta división). Mas con uno o
tenía razón, referido a este tipo particular con varios, siempre que se parta exclusiva-
de sindicatos; no la tendría, en cambio, en mente de los afiliados, el problema sigue
relación a lo que entendemos hoy como sin resolverse. En la fábrica producen y son
movimiento organizado socio-político de explotados los trabajadores —en su mayo-
la clase. Fundándonos en lo anterior, en la ría no sindicados y, menos aún, organiza-
propia práctica de Comisiones, es por lo que dos políticamente—, que forman la clase, el
creemos que la tesis de la «correa de trans- movimiento real; están también las orga-
misión» debe ser sustituida en la teoría y en nizaciones sindicales —con sus afiliados y
la práctica, por la concepción de «síntesis secciones— y los partidos políticos de base
unitaria», reflejo de esa relación dinámica obrera —con sus militantes, células, comi-
entre vanguardia y trabajadores, a partir tés, etcétera—. En ocasiones, igualmente,
de la propia fábrica. Veamos, pues, cómo se funciona un organismo de carácter «legal»,
manifiesta esta diferencia en el propio lu- —establecido por ley—, elegido por todos
gar de trabajo. los trabajadores que quieran votar (que cu-
riosamente es la única expresión del movi-
La fábrica como fundamento miento en cuanto tal y, sin embargo, no es
un organismo del sindicato), con particu-
El sindicato tradicional se estructura, lares funciones, que varían según los sitios
normalmente, a partir de la empresa (en el y que recibe diferentes nombres según los
mejor de los casos, pues hasta época recien- países; comité de empresa en Francia; co-
te, en varios países, no eran reconocidos en misión interna (prácticamente desapareci-
la fábrica, actuando a nivel local, etcéte- das) en Italia; consejo obrero en Alemania,
ra) sobre la base de la organización de los etcétera. Generalmente, este último orga-
afiliados —la sección sindical de empresa, nismo no tiene poder de contratación —que
generalmente—. Estos afiliados suelen re- radica en los sindicatos—, sino más bien de
presentar una proporción determinada del control y gestión de lo contratado entre la
total de trabajadores, y varía considerable- empresa y las formaciones obreras; tampo-
mente de unas empresas, ramas, localida- co tiene, por otra parte, expresión organi-
des y países a otros. El hecho es que, aún en zativa fuera de la fábrica. Vemos, pues, que
el mejor de los casos, una proporción ma- entre el conjunto de los trabajadores y es-
yoritaria de la base, potencialmente sindi- tas diferentes instituciones —e igualmente

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

entre ellas mismas— se establece una gama tar un nuevo tipo de relaciones bilaterales
de relaciones bastante complejas, variables y multilaterales, en un plano de igualdad e
de unos lugares a otros, que constituyen, independencia sobre las cuestiones de in-
en resumen, el entramado sobre el que se terés común. Vemos, pues, cómo la relación
desarrolla la lucha dentro de los lugares partidos-sindicato moderno es doble; de
de trabajo. Nuestra opinión es que sobre la un lado, interna al movimiento como tal a
base de este esquema, que refleja bastante través de los militantes; de otro, externa,
exactamente lo que llamamos el sindica- como corresponde a dos estructuras orga-
to tradicional, es fácil que la organización nizadas independientemente, aunque una
sindical (formada realmente por el militan- de ellas —la sindical— no pierda en ningún
te de los partidos y algunos más o muchos momento su carácter de movimiento.
más sin partido, extremo que no cambia el En el caso de las empresas españolas ac-
problema) funcione de hecho como una co- tuales el esquema es, ya hoy, distinto del
rrea de transmisión de la organización po- tradicional descrito anteriormente. El pro-
lítica y, en cambio, muy difícil que se logre blema es saber si seremos capaces, entre
una sólida unidad de clase. Tendencia, en el todos, de conservar los aspectos positivos
primer caso, que viene dada no solamente y desarrollarlos con la libertad, al tiempo
porque en el movimiento obrero predomi- que eliminamos los negativos derivados
ne esta concepción, por otra parte ya supe- de la situación de dictadura. De un lado
rada en teoría, sino porque en la práctica, impera la afiliación obligatoria, de corte
como hemos apuntado antes, la parte fun- corporativo-fascista, que todas las fuerzas
damental de la necesaria relación dinámi- obreras rechazan; de otro, en condiciones
ca entre los partidos y las masas se realiza de represión, funcionan en precario las or-
indirectamente, a través de la mediación ganizaciones clandestinas, ya sean sindica-
de la organización sindical (simple organi- les, ya políticas. Su presencia, lógicamente,
zación). Relación indirecta, cuya justifica- es francamente desigual, aleatoria y cam-
ción anterior —si la tuvo algún período— se biante, especialmente en el caso de las pri-
pierde cada vez más ante la actual vocación meras, aunque parezca paradoja, realmente
de los partidos a transformarse en forma- mínima; en el de los segundos, igualmente
ciones de masas. No entramos aquí en la variable, pero con predominio y abundan-
exposición de lo que eso significa, ni en sus cia universalmente reconocida del partido
consecuencias, pero nos parece claro que comunista. No obstante, en estos últimos
hoy en día el partido o partidos, instalados años, la clase obrera como tal, ayudada y
abundantemente en los centros de trabajo, dirigida por algunos partidos, ha logrado
no tienen necesidad de «intermediarios» segregar a nivel de movimiento dos órde-
para relacionarse con el movimiento obrero nes de realidades diferentes (pero en múl-
organizado, pues son plenamente capaces tiples aspectos inseparables), que tienen y
de establecer con él, con la base en su con- tendrán una trascendencia indudable; nos
junto —en las asambleas, organismos de referimos a la realidad de los miles de car-
delegación, coordinación, etcétera—, a tra- gos sindicales representativos (que no son
vés de sus militantes, la oportuna conexión una organización, sino expresión del mo-
dialéctica en busca de esa síntesis unitaria. vimiento) y a la realidad incontestable de
Por otro lado, esto es lo que permite que el las Comisiones Obreras (que son también
movimiento sindical (como estructura) y emanación del propio movimiento obrero).
cada uno de los partidos puedan implan- De esta manera, la dialéctica de la unidad

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se está estableciendo ya, esencialmente, nacional, es lógico y conveniente que entre


dentro de este movimiento organizado que sus tareas y preocupaciones, en su lucha
hemos calificado de «bifronte» (legal de un ocupe un lugar central todo aquello que
lado, enlaces; ilícito de otro, comisiones, más directamente atañe a los trabajadores,
pero que con la libertad formará un solo al pueblo. Por eso nos parece desenfocar la
cuerpo, convenientemente transformado), cuestión pretender que los partidos, en aras
y en su relación con los partidos políticos de una mal entendida independencia o au-
con presencia real en las empresas y las si- tonomía del movimiento sindical, adopta-
glas sindicales reacias aún a integrarse en la ran posiciones inhibitorias o pasivas acerca
estructura orgánica (comisiones), pero que de las cuestiones que afectan a dicho movi-
de una u otra manera participan algunas de miento. Se trataría de una verdadera «alie-
la legal (con enlaces, jurados) y, sobre todo, nación» y con ello se empujaría a la clase
del movimiento asambleario. En el proceso obrera en brazos de sus peores enemigos:
hacia el futuro la cuestión radicará en lo- sus explotadores (a los que les gusta mu-
grar que la unidad sindical en las empresas cho eso de los sindicatos «apolíticos», etc.
a partir de ahí, hacia arriba, se establezca cuestión que no tiene nada que ver con que
sobre la base de un movimiento organizado sean partidistas, que no deben serlo). Los
como el descrito, que sin perder el carácter militantes de los partidos, en el seno de és-
de tal sea capaz de integrar —a base de la tos, deben y pueden tratar de todos los pro-
presión de la base y las flexibilidades y dis- blemas que afectan a los trabajadores (la
cusiones necesarias de las estructuras— a independencia de los sindicatos es insepa-
todos los componentes sindicales actuales. rable de la de los partidos), sin necesidad de
entrar en sutilezas, incomprensibles para
Desde los partidos la mayoría de los obreros, acerca de cuáles
temas pueden ser «tocados» y cuáles evi-
Veamos ahora brevemente cómo se tados. La independencia de comisiones no
abordaría la cuestión desde el lado de los sufre «por lo que se discuta o acuerde en el
partidos políticos. El militante de un par- seno de los partidos», sino en todo caso —y
tido obrero, revolucionario o no, tiene ge- únicamente— por el método que se utilice
neralmente una «vida política» en el seno a la hora de llevar lo discutido o acordado
de su organización —en la célula, sección, al movimiento —ya sea a sus órganos, ya a
comité, etc.— en la que discute, elabora, la expresión asamblearia—. Los documen-
analiza y asimila mejor o peor una deter- tos del partido comunista, por ejemplo, han
minada línea política-táctica estratégica; señalado en innumerables ocasiones que
en la que se realizan unos determinados las organizaciones del partido no deben
análisis de la situación política, social, etc.; intentar sustituir —decidir por ellas— a la
en los que se toman diversos acuerdos de Comisiones, a las asambleas, etc.; no de-
acción, se programan actividades. Y ello se ben de pretender «dominar o controlar» el
hace a la luz de un método de una teoría movimiento, es decir, establecer una rela-
específica —ya sea el marxismo leninismo ción mecánica (correa de transmisión) con
u otra, según el partido de que se trate—. las Comisiones o con cualquier otro movi-
Pues bien, aún estando claro que un partido miento de masas; por el contrario, su obje-
obrero debe de dar respuestas a los proble- tivo debe de ser el «dirigir» el movimiento,
mas del país en su conjunto, como corres- en ser capaces de construir una relación
ponde a un partido de clase pero también dialéctica —de síntesis unitaria-. Esto quie-

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

re decir, en la práctica, que no es en los or- mocracia, en cualquiera de sus previsibles


ganismos de los partidos donde se realiza fases, incluida la socialista. Mas esa plural
la síntesis, sino en la relación permanente presencia política, si no quiere quedarse en
con los trabajadores, en el propio movi- una ficción, va a exigir un juego completa-
miento de lucha de éstos, en la transforma- mente libre y democrático de las diferentes
ción real de la situación. Así, el partido que fuerzas políticas en sus relaciones con las
dirige o «el que más dirige» —en nuestra distintas clases y capas de la sociedad, con
visión pluralista de la dirección política ge- todos los movimientos de masas que en ella
neral de la sociedad y del Estado— es aquel surgen, en las diferentes instituciones del
que más aporta a la realización de la sínte- Estado, con el fin de ganarse su voluntad y
sis unitaria (que mejor analiza, más organi- acceder al poder. Y esos partidos, especial-
za, lucha y moviliza, etc.). Por lo tanto, se mente los que cuentan con una base obrera
podrían resumir los caracteres de esa nueva y popular, van a competir, están compitien-
relación entre los partidos y el movimien- do ya, en el interior de los diferentes mo-
to sindical como una relación directa y no vimientos, ya sea obrero, campesino, es-
indirecta; de dirección —mejor de codirec- tudiantil, profesional, de barrios, etc. Pues
ción— (aunque quizá la palabra no sea la bien, esa competencia, esa pugna política y
más justa) y no de dominio; dialéctica y no teórica a todos los niveles es buena, sana
mecánica; viva y no burocrática; en resu- y positiva si se aplica y respeta, por parte
men, de síntesis unitaria y no de correa de de todos, el método correcto de funciona-
transmisión. Pues el problema es ser capa- miento, si se establecen unas reglas claras
ces de alimentar ese flujo permanente, en que le den solidez y estabilidad.
el interior del propio movimiento, entre la La duda que puede asaltar a algunas
vanguardia y los trabajadores, en el que la fuerzas y que en ocasiones plantean sus mi-
primera no sólo enseña, sino que también litantes como interrogante es la siguiente:
aprende y, sobre todo, extiende, generaliza, si existe un partido dirigente por excelen-
memoriza y teoriza las experiencias de las cia que debido a su clarividencia, fuerza y
masas; experiencias que ha ayudado a sus- organización impera con sus criterios, ¿qué
citar, a provocar con su permanente tarea papel les está reservado a los demás parti-
práctico—teórica. dos en una posible colaboración? A nadie
le gusta, ni está dispuesto a ser, comparsa
Pluripartidismo y unidad sindical de otro. El problema es real y la propagan-
da de la burguesía se ocupa de agrandarlo
Ahora bien, en el caso de un movimiento y, sobre todo, caricaturizar y tergiversar su
como el de Comisiones Obreras esta tarea planteamiento y resultado, en el seno del
de dirección o codirección adquiera una movimiento sindical también puede surgir
complejidad mayor, tanto en la actualidad esta preocupación: la de fuerzas previsible-
como cara al futuro. Por un lado, ya desde mente minoritarias que temen participar en
hoy nos esforzamos por crear un movimien- su conjunto dominado, según ellas, por una
to sindical unitario que aglutine en su seno fuerza prepotente y en la que sus plantea-
a todos los trabajadores como clase y, por lo mientos no se vean reflejados, etc. Hemos
tanto, que en él convivan todas las tenden- dicho en otro momento que cada fenómeno
cias del mundo obrero. Por otro lado, igual- social, cada institución estatal, cada parti-
mente defendemos el pluripartidismo en el do político o movimiento social tiene su
desarrollo y construcción de la nueva de- propia «forma de moverse» y de progresar,

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avanzar o retroceder. El problema, pues, ra- nes minoritarias»); un esfuerzo por apro-
dica en descubrir o aplicar el método ade- vechar todas las fuerzas reales, aun cuando
cuado que permita ir resolviendo los anta- no hayan discrepado de la opinión mayo-
gonismos y alcanzar esa síntesis de la que ritaria; el establecimiento de un clima de
venimos hablando. Y ese método propio no confianza mutua en el que todas las co-
es algo que pueda inventarse «desde fue- rrientes se sientan «cómodas» dentro del
ra» o por «analogía» y ser aplicado al fenó- organismo unitario y no porque ingenua-
meno de que se trate posteriormente; por mente pensemos que no debe haber pug-
el contrario, hay que deducirlo del propio nas y competencia, sino porque pensamos
movimiento en cuestión. Ya hemos dicho que esto puede y debe darse sin maniobras
cómo, por ejemplo, métodos propios de un disolventes, abierta y franca ante los traba-
partido político (centralismo democrático, jadores, con unas reglas democrática clara-
etc.) no son aplicables a un movimiento de mente establecidas y respetadas. Estos son
masas. ¿Cuál sería, pues, el método que se para mí los aspectos esenciales para que la
deduce de un movimiento de las caracte- concepción de un funcionamiento plura-
rísticas de Comisiones Obreras? Creemos lista de la participación de un movimiento
que no puede ser otro, repetimos, que el de obrero unitario se quede en meras palabras
la democracia directa de los trabajadores; y adquiera un basamento sólido de credi-
es decir, lo que en cada momento y lugar bilidad. Es evidente, repetimos, que nadie
acuerden los propios obreros a través de quiere ser satélite de otro, ninguna forma-
las asambleas, cualquiera que sea el nivel ción política acepta el padrinazgo de otras
en que éstas se desarrollan. Este tipo de o el hecho de que se pretenda una situación
democracia exige unos cauces reales de de privilegio.
participación, la posibilidad de una dis- Sin embargo, la respuesta a estas inquie-
cusión abierta donde todos los puntos de tudes, especialmente por lo que respecta
vista puedan expresarse y defenderse, y so- al movimiento obrero, quizá merezca una
lamente deben de ser eliminados aquellos exposición más explícita. Ante todo cuando
que los propios trabajadores rechacen en se parte, como lo hacemos nosotros, de la
cada momento; obliga igualmente a some- proposición de una vía pluralista en todas
terse —a respetar— la opinión de la mayo- las fases del proceso democrático, estamos
ría, como expresan numerosos documentos planteando varias cuestiones fundamen-
de Comisiones; evitar que se formen mayo- tales: la primera es la de que no existe un
rías burocrático—mecánicas que cristalicen partido dirigente por antonomasia, cuyo
en tendencias permanentes, con posiciones título de tal le venga dado por no se sabe
rígidas decididas de antemano; un esfuer- qué fuerza extraña, de una vez y para siem-
zo contante por parte de los sectores más pre; por lo tanto, ésta es una cualidad que
conscientes para que en la síntesis unitaria hay que ganársela a pulso todos los días en
—en el acuerdo práctico final— se recojan contracto vivo con los trabajadores, con el
todos los elementos válidos que han sur- pueblo, con los problemas del país, a base
gido en la discusión, todos los aspectos de de acertar en los planteamientos políticos,
la realidad que hayan sido desvelados por de ser capaces de organizar y movilizar, en
unos u otros en el proceso de elaboración cada momento, las fuerzas necesarias para
de las decisiones (lo que hemos llamado en lograr los objetivos que se pretenden. Y esta
otro lugar «incluir en la decisión final los posibilidad debe de tenerla toda formación
aspectos no contradictorios de las opinio- política en un plano de estricta igualdad.

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Dialéctica de la unidad en el movimiento sindical Nicolás Satorius

Ello quiere decir, también, a mi entender, zá fuera conveniente subrayar un aspecto


que se establece, en la inmensa mayoría de que, a mi entender, tiene especial relevan-
los casos, una especie de dirección colegia- cia teórica y práctica. Se trata de lo siguien-
da, de pluridirección de los distintos mo- te: cuando entre nosotros se ha tratado,
vimientos e instituciones, que no incluye en un momento u otros, de definir unos
sino que, por el contrario, presupone la dis- caracteres fundamentales que expresarán
cusión franca y abierta, la lucha ideológica, el contenido de lo que llamamos Comisio-
el control mutuo, la crítica sincera, etcéte- nes Obreras, contenido esencial que pre-
ra, entre los diferentes partidos. Codirec- tendemos informe nuestro futuro sindical,
ción real, en última instancia, pues todos hemos coincidido en cuatro que parecen
los militantes, desde sus propios plantea- claves: movimiento organizado de masas
mientos programáticos, desde sus específi- (de clase), unitario, democrático e indepen-
cas experiencias particulares, apoyándose diente. Pues bien, lo que queremos resaltar,
en sus respectivas bases sociales, contribu- en este momento, es que esos principios y
yen en mayor o menor grado a la elabora- caracteres esenciales forman, en nuestra
ción de esa unidad concreta en que consiste concepción, un todo inseparable, que co-
toda tarea de dirección política. Ahora bien, bran sentido en su concatenación dialécti-
no sería realista pensar, ni sensato preten- ca, en su articulación, y que, por lo tanto,
der, que todos vayan a aportar siempre lo nos parece ignorancia, ingenuidad o, en el
mismo a esa tarea común. En la realidad, las peor de los casos, demagogia, pregonar la
cosas suceden de otra manera. El hecho es defensa de alguno de ellos al tiempo que
que hay partidos que por aplicar un método se intenta evitar la realización práctica de
de análisis más científico, tener una mayor otros. En el caso de la unidad, que nos ocu-
organización, combatividad y entrega de pa, está muy claro. Por ejemplo, nos pare-
sus huestes, son capaces de elaborar una lí- ce una flagrante contradicción defender la
nea política más ajustada a lo que exige la independencia de los sindicatos respecto
realidad de cada momento y aportar más a a los partidos, etcétera, y al mismo tiempo
esa función directiva. Mas estas «virtudes» optar por la pluraridad sindical; o preten-
no se las regalan a nadie, y será solamente der la unidad y la independencia partiendo
el veredicto de las diferentes capas y clases del sindicalismo tradicional, a base única-
populares de la sociedad las que en una par- mente de la organización de los afiliados y
ticipación cuidadosamente democrática van así sucesivamente. En una palabra, la uni-
a dilucidar, en el transcurso del proceso, cuál dad es posible, por todo lo dicho, siempre y
es la formación dirigente o, mejor dicho, la cuando se parta del movimiento de la clase
«más dirigente» entre los partidos políticos. en cuanto tal, de que la parte organizada
No creemos que después de lo dicho sea forme una unidad con aquél, que se respete
necesario sacar conclusiones, pues confia- escrupulosamente la democracia directa y
mos en que hayan quedado suficientemen- el conjunto sea independiente de cualquier
te apuntadas en el texto. No obstante, qui- institución ajena al mismo.

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Lecturas

Los cambios climáticos. La Pequeña


Edad del Hielo en España, de Armando
Arbeola Romá*
José Luis Gasch Tomás
Colaborador en la Universidad Pablo de Olavide (UPO)

La consciencia de la destrucción del me-


dio ambiente por la acción antrópica y, muy
particularmente, del calentamiento global
llevó a tomar conciencia de la situación y el
problema a la sociedad civil, movimientos
políticos y organismos internacionales en
el último tercio del siglo XX. Tales preocu-
paciones cristalizaron en movimientos po-
líticos tales como el ecologismo, que en sus
múltiples vertientes y con diferentes enfo-
ques planteaba y plantea la protección del
medio ambiente, y el ecosocialismo, que
también en sus múltiples variantes hace
hincapié no sólo en la contradicción social
entre capital y trabajo sino también en la
contradicción entre capital y medio am-
biente, y en cómo ambas contradicciones
se encuentran indisolublemente unidas. De
la misma manera que la situación política,
social y económica posterior a la II Guerra
Mundial condicionó la eclosión de los gran-
des paradigmas historiográficos del mo-
mento, la situación en el último tercio del
siglo XX también favoreció la aparición de climáticos de Armando Alberola Romá cons-
preocupaciones historiográficas de las que tituye una de las más recientes obras pro-
la historia ecológica o ambiental es uno de ducidas en España que utiliza un enfoque
los más destacados ejemplos. Los cambios estrictamente ecológico para el estudio del
pasado, concretamente de la Edad Moderna.
* Armando Arbeloa Romá, Los cambios climáticos. La Peque- De la misma manera que los movimien-
ña Edad del Hielo en España, Madrid, Cátedra, 2014,. tos políticos ecologistas y ecosocialistas

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Armando Alberola Roma, Los cambios climáticos. La pequeña Edad... José Luis Gash Tomás

no han tenido el arraigo suficiente en Es- toria nacen de preocupaciones del presente
paña como para cuajar en organizaciones es una obviedad, por mucho que algunos
políticas lo bastante sólidas como para historiadores e historiadoras aún (sorpren-
condicionar el sistema de partidos, cosa dentemente) se nieguen a aceptarlo. Las
que sí ha ocurrido en países del centro tendencias historiográficas nacidas alrede-
y noroeste de Europa, la historiografía dor de 1990 lo explicitan de forma muy cla-
ecologista tampoco ha tenido un impacto ra. El primer capítulo del libro de Alberola
tan notable como el de otras tendencias Romá así lo explica: la obra nace como un
historiográficas nacidas al calor del ago- intento de mirar al pasado, concretamen-
tamiento de las grandes tendencias his- te a un pasado en el que los seres humanos
toriográficas, como es el caso de la histo- sufrieron las consecuencias de un cambio
riografía feminista. Casos notables son los climático importante, precisamente porque
del economista Joan Martínez Alier, que ha las civilizaciones actuales están inmersas
influido notablemente en la historiografía en otro cambio climático relevante, quizás
ecologista latinoamericana y española, y el irreversible, en este caso por causas antró-
propio Alberola Romá, que lleva trabajando picas y caracterizado, entre otros elemen-
en el impacto de las variaciones climáticas tos, por un incremento de la temperatura
sobre el medio y las sociedades de la penín- del planeta. El segundo capítulo del libro
sula ibérica durante la Edad Moderna en los presenta una aproximación a la bajada de
últimos de veinte años. las temperaturas, el incremento del rigor
Los cambios climáticos es una aproxima- invernal, los temporales y el avance de gla-
ción muy completa y detallada a los princi- ciares alpinos, así como sus efectos sobre
pales cambios en la meteorología ocurridos las cosechas y, en consecuencia, la alimen-
entre mediados del siglo XIV y principios tación de las poblaciones en Europa. Cabe
del XIX en España, aunque teniendo en mencionar especialmente la consciencia de
cuenta el contexto europeo y mundial de las personas que vivieron entre mediados
tales cambios, sus efectos socioeconómicos del siglo XIV y principios del XIX de que
y las respuestas de las sociedades del mo- efectivamente estaban viviendo un periodo
mento. El libro, organizado en torno a seis climático distinto, así como el hecho de que
capítulos y una reflexión final, se ocupa del hubiera, dentro de la PEH, etapas que fue-
periodo conocido como Pequeña Edad del ron especialmente rigurosas, como el Míni-
Hielo (PEH), que consistió en una bajada ge- mo de Maunder, entre 1645-1715. Durante
neralizada de las temperaturas en el plane- el Mínimo de Maunder se produjo la práctica
ta con respecto a la Plena Edad Media, así desaparición de las manchas del Sol, lo que
como en un extremismo meteorológico que provocó una caída de su actividad y de las
provocó constantes inundaciones y sequías temperaturas, tal y como científicos de la
de consecuencias humanas catastróficas. propia época detectaron por medio de in-
Las bajas temperaturas y la ocurrencia de ventos como el telescopio. El tercer y cuar-
precipitaciones extremas fueron más acusa- to capítulos se ocupan de los efectos de la
das que en los periodos anterior y también PEH entre los siglos XIV a XVII en la pe-
posterior (los siglos XIX y XX), de ahí que nínsula ibérica, que como en otros espacios
merezca la pena un estudio sobre el tema y de Europa se tradujo en heladas, avance
sobre las reacciones de las sociedades huma- de los glaciares, combinación de veranos y
nas del momento en los territorios ibéricos. otoños húmedos y fríos con inviernos lar-
Que los enfoques del estudio de la his- gos y extremadamente fríos, y una fuerte

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 236-238 237


Lecturas

variabilidad hidrometeorólogica que pro- garias, rogativas y procesiones, se pusieron


vocó sequías, riadas e inundaciones, muy en marcha remedios naturales tales como
especialmente en el norte y noreste penin- la creación de pantanos y sistemas de rie-
sular. El quinto capítulo lo dedica el autor go para hacer frente a las sequías y el le-
al siglo XVIII y presta especial atención a vantamiento de defensas y malecones para
cómo el Mínimo Maunder dio paso a la lla- enfrentar riadas e inundaciones en pueblos
mada Anomalía Maldà, entre 1715 y 1800, ciudades.
cuya principal característica consistió en La influencia de la escuela de Annales, y
la alternancia entre fuertes sequías (espe- muy particularmente del historiador Em-
cialmente graves en Andalucía) y violentos manuel Le Roy Ladurie, es evidente en todo
aguaceros otoñales, que fueron generali- el libro. No obstante, el autor explicita que
zados. La consecuencia más destacable fue no plantea que el factor climático sea el
la pérdida de cosechas con la consecuente único que explica los cambios en los proce-
subida de precios del grano y el incremen- sos históricos, ni hoy ni en la Edad Moder-
to de las crisis de subsistencias, las cuales na. Sí plantea la necesidad de incluir dicha
no pueden entenderse sin el contexto eco- variable para entender fenómenos históri-
nómico e institucional pero tampoco sin cos y sociales que tuvieron y están teniendo
tener en cuenta las alteraciones climáti- un impacto extraordinario en las socieda-
cas mencionadas. La situación no mejoró des humanas. Si su objetivo es que el lector
en los primeros años del siglo XIX, en los tome conciencia del factor climático como
que a la inestabilidad política y la Guerra componente histórico determinante antes
de Independencia habría que añadir la ba- y después de las transformaciones econó-
jada generalizada de las temperaturas, de micas y sociales ocurridas en Europa alre-
la que la ausencia de verano en 1816 no es dedor de 1800, como así menciona tanto en
sino ejemplo elocuente, como factores de las primeras páginas como en la reflexión
crisis económica y demográfica generali- final, el autor lo logra. Se trata de una obra
zada. El sexto y último capítulo se centra altamente recomendable para quienes tie-
en la manera en que las sociedades enfren- nen interés en comprender que las varia-
taron los rigores climáticos indicados. Las ciones climáticas no son cosa únicamente
poblaciones ibéricas utilizaron dos medios del presente sino además del futuro y del
para combatir los efectos más perniciosos pasado, esto es, de la historia, por mucho
del frío y el extremismo hidrometeoroló- que las causas de los cambios climáticos de
gico. Junto a los remedios espirituales, que la Edad Contemporánea no sean las mismas
estaban enraizados en la religiosidad popu- que las de los cambios anteriores a media-
lar y consistían en la organización de ple- dos del siglo XIX.

238 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 236-238


El pasado en construcción.
Revisionismos históricos en la
historiografía contemporánea, de C.
Forcadell, I. Peiró y M. Yusta (eds.)*
José Gómez Alén
Sección de Historia FIM

En el segundo lustro de los años noven-


ta del pasado siglo, coincidiendo con una
etapa de gobierno conservador, emergió
un movimiento revisionista que recupera-
ba una visión heredada de la propaganda
franquista de la posguerra argumentada
por la oficialidad historiográfica durante
los años cincuenta y sesenta. Se trata del
retorno a un discurso justificador del golpe
de 1936 que responsabiliza del «necesario»
levantamiento militar y de la Guerra Civil
al desastre político, social y económico de
la II República, al tiempo que equipara la
represión franquista entre 1936 y 1939 con
la que se había ejercido en el campo repu-
blicano y minimiza al máximo la represión
de la dictadura, convertida por los teóricos
del franquismo en un régimen autoritario.
Durante el periodo entre siglos, la res-
puesta de los historiadores españoles a los
«nuevos» revisionismos fue tenue, apenas
si fueron merecedores de ser rebatidos.
Solamente a partir del primer lustro del
siglo XXI comenzó a percibirse un movi- tico y la aprobación de la llamada Ley de la
miento más amplio, aunque insuficiente y Memoria Histórica contribuiría, a pesar de
fraccionado, que combatía las visiones re- sus insuficiencias, a fomentar las investi-
visionistas. En ese sentido, el cambio polí- gaciones sobre la represión y a facilitar las
actividades de los movimientos por la re-
cuperación de la memoria que trasladaron
* Carlos Forcadell Álvarez, Mercedes Yusta Rodrigo e Igna-
también a la sociedad el debate y la batalla
cio Peiró Martín (coords.), El pasado en construcción. Revi-
sionismos históricos en la España Contemporánea, Zaragoza, por la historia y los usos de la memoria. En
Institución Fernando el Católio, 2015 esa fase creció la nómina de historiadores

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 239-244 239


Lecturas

que incorporaron a su agenda investigado- bre los revisionismos en la historia contem-


ra la atención a los temas en debate, mien- poránea con un marcado carácter compara-
tras los «expertos del pasado» encontraban tivo que le da coherencia interna al análisis
aliados ideológicos en el ámbito universi- y a las propuestas defendidas por sus au-
tario, en algún antiguo hispanista e incluso tores. En un primer bloque el profesor de
en la Real Academia de la Historia, tal como Filosofía Aviezer Tucker defiende la nece-
el controvertido Diccionario Biográfico Es- sidad de una revisión historiográfica cons-
pañol evidenció en varias voces. tante ante el hallazgo de nuevas pruebas
El retorno conservador al Gobierno, si documentales o nuevas teorías y métodos
bien paralizó los efectos de la Ley de la Me- de trabajo que conducen a nuevas hipótesis
moria, no frenó el movimiento memoria- de investigación y nuevos resultados. El au-
lista ni las investigaciones historiográficas tor considera ilegítima la historiografía que
que combaten el revisionismo imperante se asienta en valores terapéuticos porque
desde la universidad o desde otros ámbi- difumina la distinción entre ficción y co-
tos, como muestran los estudios sobre la nocimiento para debilitar la frontera entre
represión y las diversas aportaciones sobre verdad histórica y falsedad y defiende una
la relación entre memoria e historia, los historiografía revisada sostenida en un sis-
trabajos de exhumación de los asesinados tema de valores científicos cognitivos con
y desaparecidos o la demanda de una co- la mirada puesta en la verdad.
misión de la verdad siguiendo la estela de La historiadora del feminismo, Christine
países como Brasil o Chile. Bard parte también de una diferenciación
El libro objeto de este comentario, una entre revisionismo y revisión para analizar
muestra más del interés sobre la cues- la relación entre memoria, historia del fe-
tión, recoge las intervenciones realizadas minismo y lucha política desde el caso fran-
por historiadores de diferentes países en cés. Entra en cuestiones generales sobre el
el contexto de dos encuentros celebrados origen de esa historia; lamenta los escasos
hace ya algún tiempo pero cuyo contenido debates sobre feminismo en la izquierda
no ha perdido actualidad [1]. En una atina- política; analiza el revisionismo interno y
da y combativa introducción, los editores apenas hace una mínima referencia al tema
trazan sintéticamente los rasgos de mayor de la feminización de la lengua para centrar
interés de las diferentes aportaciones para su interés en el combate por la visualiza-
terciar en algunas cuestiones como la teo- ción de la mujer en la sociedad ejemplifica-
ría de la responsabilidad compartida y la do en el Panteón de los «Grandes Hombres»
equidistancia represora frente al revisio- y en el callejero urbano, para concluir que
nismo hispano que sostiene esa «especie la lucha feminista no puede separarse de la
de profesionales paralelos» defensores del lucha por los derechos humanos y otras lu-
negacionismo a la española, que trata de chas sociales.
mantener viva la herencia de la dictadura En este bloque Pedro Ruiz transita por el
y la coherencia ideológica de los herederos origen de los movimientos de recuperación
del franquismo movilizados políticamente de la memoria y el surgimiento de un revi-
en torno al PP. sionismo de derechas que descarga sobre la
El volumen ofrece una visión global so- II República la responsabilidad de la Guerra
Civil y entiende que ese revisionismo fue
1.– Batallas por la Historia: los caminos de los revisionismos,
Jaca, 2012 y Colloque international, cultures politiques en Eu- recibido con «displicencia» por los histo-
rope: mémoire, historiographie et révisionismes, París, 2013 riadores profesionales que, sin embargo, se

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C. Forcadell, I. Peiró y M. Yusta (eds.), El pasado en construcción. Revisionismos... José G. Alén

enzarzaron en un intenso debate cuando chazando «la postura de los historiadores


los movimientos memorialistas cuestiona- que contraponen la historia a las memorias
ron el «relato oficial» sobre la Transición y y el conocimiento a los usos sociales y polí-
el papel de la Ley de Amnistía entendida ticos del pasado» y apuesta por una historia
como una ley de punto final. Entre los que diferente de la memoria y una memoria que
critican el relato «oficial» y la política del contribuya «al conocimiento de la comple-
olvido iniciada con la Transición menciona jidad del hecho histórico y a la búsqueda de
a Francisco Espinosa quien responsabiliza la verdad».
a los sucesivos gobiernos del abandono del El punto final del bloque lo pone Massi-
patrimonio documental y de las dificulta- mo Mastrogregori para ofrecernos algunos
des para acceder a las fuentes documen- rasgos de la biografía de Marc Bloch e in-
tales imprescindibles para investigar la dagar en la relación del historiador con la
política represiva de la dictadura; además acción política, advirtiendo de las dificulta-
responsabiliza a la historiografía académi- des que implica la insuficiencia de fuentes
ca por su escaso interés en el estudio de la documentales disponibles para enfrentarse
represión lo que, en su opinión, contribuyó a esa tarea. Mastrogregori repasa el origen
a mantener la política del olvido que favo- de la actividad política de Bloch y su com-
rece la idea de la equidistancia de respon- promiso frente al nazismo en la Francia
sabilidades entre el legítimo gobierno de la fragmentada entre el colaboracionismo y la
República y los que apoyaron el golpe mili- resistencia en la que finalmente se integra-
tar [2]. De otro lado sitúa a Santos Juliá que ría. Se refiere a las responsabilidades que
rechaza la revisión de la etapa de la Transi- asume deteniéndose en algunos aspectos
ción o a Fernando del Rey y otros revisio- del Bloch crítico de la obra de sus colegas
nistas neoconservadores que se posicionan en la búsqueda de elementos explicativos
en una línea equidistante entre lo que con- que puedan clarificar la experiencia políti-
sideran una historia frente populista y una ca del historiador francés finalmente asesi-
historia neofranquista. Estos contraponen nado por los nazis.
la historia a la memoria y defienden la posi- Bajo el título «El revisionismo histórico
bilidad de una historia académica liberada en la historiografía internacional», ocho
de batallas «absurdas». Por las páginas del historiadores nos introducen en algunas de
texto pasan las referencias a otros historia- las cuestiones a debate en el revisionismo
dores para tratar la relación entre memo- internacional. La austríaca Brigitte Bailer
ria e historia, sus fines y su uso público y la traza los rasgos generales de la tradición
ideología del revisionismo contextualizada negacionista originada a finales de los años
en el actual debate sobre la memoria histó- cuarenta en Austria y Alemania relaciona-
rica en España. Pedro Ruiz diferencia entre da con la ultraderecha política, como un
revisiones y revisionismo para finalizar ter- revisionismo que alcanzó su apogeo en los
ciando en el debate y defender una historia años setenta con todo tipo de documentos
alejada tanto de la imparcialidad reclamada y testimonios exculpatorios que rechaza-
por unos como de la memoria de buenos y ban el Holocausto, las cámaras de gas y los
malos que percibe en otros. Concluye re- asesinatos. Por su parte Michal Kopecek,
desde la referencia al modelo del revisio-
2.–Una posición similar defiende Francisco Erice, autor de
nismo conservador seguido en Polonia,
diversas aportaciones al tema y del libro Guerras de la me-
moria y fantasmas del pasado. Usos y abusos de la memoria nos ofrece los rasgos del caso checo. Desde
colectiva, Eikasia, Oviedo, 2009. 1990 y frente a la historia oficial dominante

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 239-244 241


Lecturas

en la etapa comunista se inició un proceso nismo francés se relaciona con el alza del
revisionista dedicado a rechazar el pasado neofascismo del Front Nacional, que ha ido
y legitimar el nuevo orden democrático, moderando su discurso a la par que avanza-
exculpando de responsabilidades a sus eli- ba su influencia ideológica y su peso elec-
tes políticas y a sus ciudadanos. Se trata de toral. Vergnon se refiere sintéticamente al
construir una nueva Historia Nacional y de debate sobre el antifascismo relanzado en
rehabilitar aspectos anteriormente elimi- Francia en la década de los noventa desde
nados o distorsionados. Ese revisionismo, la posición de Vidal-Naquet a la de Furet
dirigido por el Estado desde el Instituto de con incursiones en Hobsbawm y en Giu-
Memoria Nacional, da forma a una inter- liano Procacci. Mientras que Forlin analiza
pretación unificada de la etapa comunista en la obra del israelí Zeev Sternhell el uso
como parte de la batalla política contra el político del término fascismo para indagar
peligro que supone la presencia de un sen- en sus orígenes y determinar su naturaleza.
timiento nostálgico de ese pasado, detecta- Sternhell ve en el siglo XIX el origen de la
ble hoy en algunas capas sociales de un país extrema derecha que apuesta por el nacio-
donde el Partido Comunista sobrevive con nalismo, el racismo y el antiparlamentaris-
un sustancial apoyo electoral [3]. mo para en «Ni droite ni gauche» establecer
El caso de Francia es tratado por Gilles los lazos de la confluencia entre extrema
Vergnon y Olivier Forlin en unas aportacio- izquierda y extrema derecha y explicar el
nes que entran en el tema del colaboracio- régimen de Vichy «aceptado por una mayo-
nismo y el antifascismo y la incidencia que ría de franceses». Esas ideas y la polémica
tiene en ese debate el anticomunismo de la que generaron fueron instrumentalizadas
historiografía liberal francesa. El negacio- por la extrema derecha para su emergen-
cia política y Forlin encuentra en ellas los
3.–Kristen Ghodsee, que en los últimos años ha realiza- argumentos para establecer un paralelismo
do aportaciones de gran interés al tema, sitúa esa guerra con Italia donde el debate sobre el fascismo
por la memoria en un escenario dominado por las conse-
trataba de legitimar el acceso al poder de la
cuencias sociales y económicas de la crisis actual del ca-
pitalismo. Ghosee pone de manifiesto la existencia de una derecha berlusconiana.
estrategia global en Europa con la firma de la Declaración Por su parte Xavier Tabet y Antonio Be-
de Praga en 2008 y la creación de la Platform of European chelloni tratan el revisionismo italiano, que
Memory and Conscience en el 2011 con miembros de 13
cuenta también con su correspondiente
países de la Comunidad Europea para desarrollar una po-
lítica memorialista común que promueva la equiparación cuota de periodistas y escritores para edul-
del nazismo con el comunismo. Así se exculpa a naciones corar el pasado fascista y difundir un men-
y personas que colaboraron con la Alemania Nazi al tiem- saje exculpador que recupera la memoria
po que se denigra como agentes del estalinismo a los que
de los vencidos con la mirada política en el
lucharon en la resistencia. Uno de los objetivos de esa
estrategia es frenar la crítica al capitalismo y combatir el presente. Tabet lo hace a través de la obra
auge del sentimiento nostálgico de un pasado que ga- del periodista Giampaolo Pansa quien se
rantizaba seguridad, empleo, sanidad, educación y dere- mueve entre la ficción y la historia para ar-
chos sociales y que hoy han perdido importantes sectores
ticular un discurso revisionista y neofascis-
de esas sociedades. Véase Kristen Ghodsee, «Tale of ‘Two
Totalitarism»: The Crisis of Capitalism and the Historical ta, mientras Bechelloni, partiendo del de-
Memory of Comunism», en History of the Present: a Journal bate que originó en su momento el libro de
of Critical History, nº 4, 2014 y «Red Nostalgia? Comunism, Renzo de Felice «Rosso e Nero», se centra
Women´s Emancipation and Economic Transformation in
en el origen y la caída del fascismo a través
Bulgaria» en L´Homme, 2004. Nuestra Historia publicará en
su próximo número un artículo de Kristen Ghodse sobre de la controversia que mantienen sobre sus
estas cuestiones. respectivas obras y visiones contrapuestas

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C. Forcadell, I. Peiró y M. Yusta (eds.), El pasado en construcción. Revisionismos... José G. Alén

el resistente e historiador Claudio Pavone y En la última parte del libro sobre los re-
el antiguo fascista Roberto Vivarelli. visionismos españoles, Ricardo Robledo in-
En este bloque Sergio Campos presenta cide en algunos aspectos que caracterizan
una panorámica comparativa de los casos la literatura revisionista publicada en la
portugués y español desde una perspectiva última década sobre el periodo 1931 a 1936
histórica que va desde el siglo XIX al XX; y rechaza la idea de la República excluyen-
y Enrique Fernández Domingo analiza el te manejada por el revisionismo universita-
debate sobre los revisionismos argentino y rio para realizar un repaso de sus plantea-
chileno con las implicaciones que también mientos generales, incidiendo en la escasa
tiene en estos casos el uso de la Historia en atención que estos revisionistas prestan a
las luchas políticas del presente. En el caso las investigaciones de otros historiadores
argentino, la creación del Instituto Dorre- en temas como el origen de la CEDA y su
go impulsado por el kirchnerismo y alen- práctica política, que contraponen al com-
tado por no profesionales se decanta por portamiento revolucionario de la izquier-
un neorrevisionismo histórico de carácter da; pone además en cuarentena el tipo de
nacionalista, popular y federalista, frente fuentes utilizadas y su parcialidad. Recha-
al que se sitúa una diversidad de historia- za las conclusiones que convierten a la iz-
dores profesionales. En el caso de Chile, quierda en culpable del uso de la violencia;
el debate sobre el golpe de Pinochet, sus el pretendido desorden de la República o la
causas y objetivos se reactivó con la deten- visión que ofrecen de la reforma agraria y
ción del dictador en Londres y con la pu- la defensa del régimen de la Restauración
blicación de sus justificaciones que fueron convertido por la literatura revisionista en
rechazadas en el «Manifiesto de historia- el paradigma de la democracia, si bien reco-
dores» que provocó un debate entre estos noce algunos aspectos positivos en los tra-
y el historiador Gonzalo Vidal, uno de los bajos de Fernando del Rey, al que el autor
autores del Libro Blanco que justificaba la separa del resto de autores revisionistas.
necesidad del golpe de 1973. Posteriormen- Alejandro Quiroga desbroza el discurso
te, la inauguración en el 2010 del Museo de conservador que niega el carácter demo-
la Memoria y Derechos Humanos creado crático a la II República para establecer la
con el objetivo de recuperar la memoria de equidistancia del periodo 1931 a 1936 con
las víctimas de la dictadura atrajo la críti- la dictadura franquista. Entiende que el re-
cas de los neopinochetistas que se oponen visionismo neofranquista fue alentado por
al movimiento por historiar esa memoria y el Partido Popular desde la segunda legisla-
se plantean crear también un Museo de la tura de Aznar y difundido por los medios de
Verdad que condene al Gobierno de Allende comunicación afines y que en la actualidad
y justifique el golpe de 1973 y la represión está siendo sustituido por una historiogra-
pinochetista [4]. fía neoconservadora universitaria repre-
sentada entre otros por Fernando del Rey
4.–En el combate por la Historia y la memoria en Chile los
o Álvarez Tardío, que tachan a los historia-
historiadores encuentran aliados en un activismo social
capaz de promover iniciativas como el Parque por la Paz dores vinculados a la izquierda y a los mo-
Villa Grimaldi donde se mantiene viva la memoria de los vimientos de recuperación de la memoria
desaparecidos y asesinados, presente también en el pavi- como frentepopulistas para colocarse en
mento del céntrico barrio París-Londres donde otro centro
una posición intermedia entre estos y los
de tortura de la DINA es un espacio para la memoria. La
presión política y social no fue ajena a la Declaración de
la Asociación de Magistrados de Chile pidiendo perdón por la complicidad de la judicatura con la represión.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 239-244 243


Lecturas

revisionismos neofranquistas y argumen- el diseño de los contenidos de una Historia


tar así la idea de una República excluyente Nacional y la promoción de instrumentos
que caminaba hacia la revolución social di- de control ideológico como editoriales y
rigida por el PSOE. Elevan a la CEDA a los revistas. Por las páginas del texto pasa la
altares y reivindican la Restauración como historiografía revisionista de la época y los
un sistema garante de las libertades. Qui- nombres que llevaron adelante el control de
roga se refiere también a lo mal que estos las instituciones de investigación; la univer-
historiadores neoconservadores encajan sidad o la Real Academia de la Historia que
las críticas negativas sobre sus libros. definió la Historia oficial en España.
El punto final lo pone Miquel Marín Ge- En suma, nos encontramos ante un li-
labert para repasar los orígenes del revisio- bro denso y temáticamente poliédrico que
nismo de 1936 a 1943 como un proceso que aporta luz historiográfica para entender los
desde el Estado reconstruye la comunidad actuales revisionismos en España y fuera
de historiadores con el objetivo de hacer de nuestras fronteras, las grandes cuestio-
una lectura ideológica del pasado nacional. nes a debate y la diversidad de propuestas
Ese revisionismo requería la eliminación revisionistas en la Historia Contemporánea
del modelo profesional anterior; la institu- mediatizadas, en mayor o menor medida,
cionalización de la censura y la propaganda; por las batallas políticas del presente.

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Cartas presas. La correspondencia
carcelaria en la Guerra Civil y el
franquismo, de Verónica Sierra
Santiago Vega Sombría
Universidad Complutense de Madrid

Verónica Sierra, profesora de la Universi-


dad de Alcalá, acaba de publicar un brillante
trabajo que va a dejar huella en la historio-
grafía sobre la Guerra Civil y el franquismo.
Se trata de un completísimo estudio sobre
la comunicación escrita en el universo pe-
nitenciario, centrado fundamental —pero
no exclusivamente— en la correspondencia
entre los presos y sus familiares. Este ám-
bito es ampliado con otras realidades en
las que los escritos son protagonistas de la
vida carcelaria: cartas en capilla, instancias
ante las autoridades, memorias de estancia
entre rejas, informes sobre la vida militar
para los soldados prisioneros en campos
de concentración... Verónica Sierra atesora
ya una importante trayectoria en la inves-
tigación sobre las prácticas sociales de la
escritura y de la lectura. Destacan, por en-
cima de los demás, sus trabajos: Aprender a
escribir cartas. Los manuales epistolares en
la España contemporánea (2003) y Palabras
huérfanas: los niños y la Guerra Civil (2009).
Su carácter de especialista en este campo
ha sido reconocido con el desempeño del convertir en un libro de referencia por los
cargo de editora de la revista internacional múltiples aspectos tratados y la profesio-
Cultura Escrita&Sociedad. nalidad del estudio. El cientifismo no está
En Cartas presas se hace eco de las vici- reñido con el sentimiento y la empatía con
situdes literarias de la población peniten- los encerrados. Escrito con el corazón, una
ciaria de ambas retaguardias, durante la sensibilidad recorre sus páginas, como se
guerra y la prolongada posguerra. Se va a aprecia desde la dedicatoria inicial: «Las
cartas, en tus manos quedarán por fin li-
bres, como siempre debieron estar ellas y
Verónica Sierra Blas, Cartas presas. La correspondencia car-
celaria en la Guerra Civil y el franqiusmo, Madrid, Marcial quienes las escribieron, con la complicidad
Pons, 2016. de quienes se sienten, se reconocen y se

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 245-249 245


Lecturas

aprenden rescatando nombres, voces, vi- guerra. La cárcel de la democracia está en-
das, historias y memoria». carnada por la prisión de Carabanchel con
Ha manejado una completísima biblio- el documental La otra orilla, realizado por
grafía, entre la que abunda la historiografía presos sociales en 1987 para Tele—Prisión,
que recoge testimonios de presas y pre- cadena de emisión interna que aprovecha-
sos. En 1976, recién enterrado el dictador, ba los nuevos vientos de la política peni-
se publicó el Libro blanco sobre las cárceles tenciaria del PSOE.
franquistas, pionero en la recopilación de Si bien con menor intensidad, no sólo
escritos de los protagonistas encarcelados, se analiza la cultura escrita carcelaria de
elaborado por el Colectivo 36, editado bajo nuestra historia de guerra y dictadura, sino
el seudónimo Ángel Suárez. Por su parte, también del periodo democrático de la II
La memoria de las presas de Franco, de Ali- República y del Carabanchel de la Transi-
cia Ramos (2011), representa los estudios ción y la Democracia. Como es lógico, pues,
más recientes. Fuente primordial son las en definitiva, se trata de seres humanos
memorias de las políticas como los clási- encarcelados, hay una línea de continui-
cos de Juana Doña, María Salvo o Dolores dad entre todos ellos, principalmente los
Botey Alonso, así como los de los hombres deseos unánimes de que los familiares y
entre los que destaca el literario y delicioso amigos del exterior no les olviden, les man-
Decidme cómo es un árbol de Marcos Ana. tengan informados de la vida que continúa
Los presos de la República también tienen sin ellos más allá de los barrotes que les re-
su espacio, representados por las memo- tienen.
rias publicadas recién finalizada la guerra A pesar de la diferente ideología que se-
(las únicas que se podían editar en España) paraba a los presos en ambas retaguardias
y utilizadas desde la dictadura para demo- durante la Guerra Civil, Verónica Sierra
nizar la democracia asesinada a través de identifica las percepciones comunes que
su represión carcelaria y las sacas de pre- sentían todos ellos: su incomprensión ante
sos. De igual manera, demuestra un cono- la injusticia de verse presos por sus ideas y
cimiento exhaustivo de la bibliografía in- la reafirmación en esas ideologías que les
ternacional, especialmente la centrada en ha costado tan caro defender. En el caso de
realidades carcelarias contemporáneas a los condenados a muerte, se aferran has-
la española como la Francia ocupada, los ta el final a sus convicciones políticas y/o
campos de concentración nazis o la Italia religiosas, escriben una especie de testa-
fascista. mento ideológico en el que dejan constan-
La bibliografía se complementa con la cia de su sentir más profundo. Reclaman a
reseña de dos documentales sobre inscrip- los familiares que mantengan su memoria
ciones y grafitis aparecidos en paredes u más allá del desenlace fatal y que les ha-
otros lugares no apropiados para un «dis- blen a los hijos sobre la injusticia que les
curso mural» aunque sí tradicionales mues- ha llevado a desaparecer, así como su rei-
tras de literatura espontánea. Representan vindicación como «buenas personas» y/o
dos momentos de la historia penitenciaria: «buenos» padres, hijos, maridos o herma-
la franquista queda reflejada en Memorial nos. No faltan los que piden perdón a sus
de Camposancos, dedicado al colegio jesui- seres queridos por las desgracias y el dolor
ta del mismo nombre situado en A Guar- ocasionado a causa de la militancia políti-
da (Pontevedra), utilizado como campo ca. Son especialmente sentidos los escritos
de concentración casi desde el inicio de la de los padres de familia que dejan de ser

246 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 245-249


Verónica Sierra, Cartas presas. La correspondencia carcelaria en la Guerra... Santiago Vega Sombría

el sustento económico de esposa e hijos; siados por las autoridades franquistas con
se hace necesario recordar que la mayoría las instancias de los presos presentadas
de las víctimas son trabajadores. Aparecen para recuperar la vida carcelaria «normali-
también otros sentimientos de los presos, zada» perdida cuando habían sido sancio-
como la decepción sentida al ser liberados, nados. Estos escritos se obligaban a rebosar
provocada por el desinterés de la gente de arrepentimiento, ese sentir tan propio del
la calle, los no ideologizados, no compro- catolicismo, que debían ejercitar los presos
metidos políticamente, quienes en el me- políticos republicanos, muchos de ellos no
jor de los casos, cuando llegan a conocer la practicantes. Suponía, pues, otro castigo
existencia de lucha contra la dictadura en añadido a la pena de prisión. La institución
las cárceles, muestran su desidia o se dis- celebraba como un triunfo lo que para los
tancian de los ex-presos. políticos representaba una humillación. La
A las comunicaciones de carácter per- muestra de arrepentimiento era condición
sonal, se añade la denominada «escritura sine qua non para obtener la cancelación del
impuesta», es decir, toda aquella elaborada castigo penitenciario (pérdida de recepción
por imposición de la institución peniten- de paquetes del exterior, de visitas familia-
ciaria. Era abundante y muy variada, pues- res, de salida al patio, prohibición de sali-
to que cualquier circunstancia requería una da al exterior de las manualidades realiza-
instancia del preso ante la autoridad de la das...).
cárcel. Por ejemplo, era necesaria la au- El mismo arrepentimiento se premiaba
torización para disponer de agujas, hilo u en el semanario Redención («elaborado»
otros utensilios para confeccionar manua- por los presos, bajo la «supervisión» de las
lidades, costuras, prendas y cualquier artí- autoridades penitenciarias para ensalzar
culo que poder vender y con el que obtener las bondades de las cárceles de Franco)
algunos ingresos para afrontar compras en con la concesión de visitas extraordinarias
el economato de la prisión que pudieran para aquellos presos que se atrevían a ha-
completar la alimentación deficitaria. Las cer pública su aversión a las ideas que an-
navajas de barbero cumplían una función tes habían dado sentido a sus vidas, aunque
similar para lograr metálico y poder inver- después les habían llevado a prisión. Estos
tir en salud. En este campo de la literatura arrepentimientos públicos causaban una
impuesta se hallan inmersos los escritos honda satisfacción al régimen que henchía
obligados a los recién ingresados en cam- de orgullo católico pues, con la recogida
pos de concentración donde debían relatar de las ovejas descarriadas, crecía, al menos
sus vicisitudes durante la guerra (militan- formalmente, el «rebaño» del Señor.
cia política/sindical previa al 18 de julio A través de los escritos de los prisione-
de 1936, alistamiento voluntario o forzoso ros y prisioneras de la Guerra Civil y del
al Ejército Popular o a las milicias previas, franquismo, la profesora Sierra pretende
ascensos militares,…). Como es lógico, en presentar los espacios de reclusión como
todos estos escritos «impuestos» debía pre- «universos gráficos» y vaya si lo consigue.
dominar el tono patriótico de exaltación a La prensa manuscrita supone una «fuente
Franco, con los «vivas» y «arribas» propios sin igual para sacar a la luz la vida secre-
de la dictadura. ta de la resistencia» (Claude Bellanguer,
El carácter nacional católico del fran- 1961). Debido a los condicionantes explica-
quismo impregnaba el universo peniten- dos anteriormente, la única escritura com-
ciario y vivía uno de los momentos más an- pletamente sincera era la «comprometida

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 245-249 247


Lecturas

y militante». Las cárceles se convertían en taje de encarcelados semianalfabetos hacía


ciudades clandestinas donde el protagonis- necesaria la colaboración de los «letrados»,
mo principal lo copaban los que provenían como hacía María Salvo con sus compa-
de militancias anteriores a la reclusión. Or- ñeras en Ventas o Segovia. La «delegación
ganizaban las estructuras partidarias para gráfica» y la «elaboración conjunta» consti-
mantener y extender la resistencia anti- tuían la «comunidad de escribientes», acer-
franquista tras las rejas. La prensa artesanal tado concepto acuñado por el paleógrafo
autogestionada, imaginativa y magistral — Armando Petrucci. Matilde Landa, en el
dados los recursos de que disponían— les verano de 1939 organizó una «oficina» de
mantenía en guardia frente a los captores, reclamaciones, recursos y todo tipo de pe-
activos intelectualmente y cohesionados ticiones para ayudar a sus compañeras de la
como presos políticos de una dictadura. A cárcel de Ventas. En esta comunidad de es-
la importancia como fuente histórica y me- cribientes participaban los familiares, cóm-
moria de lucha democrática antifranquista, plices necesarios de los internos, a la hora
se añade que, siendo un prodigio de cali- de elaborar códigos para eludir la censura o
grafía, en ocasiones letras microscópicas, introducir las cartas de forma clandestina a
con increíbles ilustraciones, han logrado través de los paquetes de comida o de ropa.
que sean consideradas, incluso, como obras Además de la afinidad de contenidos, las
artísticas dignas de contemplarse en un formas de transmitir el mensaje eran muy
museo (Régulo Martínez). similares, como detectó el lingüista aus-
La comunicación clandestina entraba y triaco Leo Spitzer en su estudio sobre las
salía con mayor o menor facilidad en fun- cartas de los prisioneros italianos durante
ción del centro y de las épocas de control la Primera Guerra Mundial y que Verónica
más o menos intenso. En su mayor parte, Sierra corrobora para el caso español. Los
y especialmente en las prisiones con ma- presos leían, en muchos casos colectiva-
yor concentración de políticos (Ventas, Les mente, además de sus propias cartas, las de
Corts, Segovia y Málaga para las mujeres, y sus compañeros, familiares y vecinos, por
Ocaña, Burgos, Carabanchel, para los hom- lo que aprendían unos de otros y se servían
bres), los presos estaban informados por de ellas para confeccionar las suyas poste-
sus organizaciones de las orientaciones riores. En muchos casos influenciadas por
marcadas por la dirección. En las galerías los habituales manuales epistolares de ven-
se celebraban debates sobre los documen- ta al público en general de los años treinta
tos llegados del exterior, que a veces eran y cuarenta. Su generalización era debida a
memorizados antes de ser destruidos para las carencias de estudios de una gran ma-
evitar ser sancionados en caso de descubri- yoría de la población, precisamente en una
miento. Era la misma estrategia utilizada época en la que la escritura manuscrita era
con la literatura con mayúsculas cuando les mucho más necesaria y más habitual que
llegaban obras de Neruda, Alberti y otros en la actual era digital.
autores prohibidos. La abundante documentación gráfica
Además del profundo estudio temáti- acerca al lector a la caligrafía del preso, a
co relativo a las circunstancias de los pre- veces cuidada y escrupulosamente delinea-
sos políticos republicanos o franquistas, da, en tanto que otras denotan un fugaz
la profesora Sierra investiga con la misma paso por la escuela, tan habitual entre la
diligencia y exhaustividad los aspectos lin- mayoría de los trabajadores de comienzos
güísticos de la escritura. El elevado porcen- del siglo XX. Es el mejor modo de empati-

248 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 245-249


Verónica Sierra, Cartas presas. La correspondencia carcelaria en la Guerra... Santiago Vega Sombría

zar al lector con los protagonistas de esta el silencio y el olvido de los que debían ser
historia. Cuidado hasta el último detalle, sus modelos venerados oficialmente. La ca-
las ilustraciones elaboradas por los presos rencia de memoria democrática del Estado
durante su reclusión culminan la ambien- se contrarresta con obras como ésta en la
tación de la triste e injusta realidad de pos- que cientos de defensores anónimos de la II
guerra de muchos de los defensores de la República adquieren relevancia. Sus nom-
legalidad republicana. bres, junto a sus escritos, quedan labrados
Se trata, en definitiva, de un gran ejerci- en las piedras de la Historia, se hacen pú-
cio de visibilización de las presas y presos blicos para siempre. Como escribe Verónica
silenciados y olvidados por la democracia Sierra, «nuestra historia no es, sino en gran
surgida en la Transición cimentada sobre medida, la historia de nuestra escritura».

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 245-249 249


De la hegemonía a la autodestrucción.
El Partido Comunista de España (1956-
1982), de Carme Molinero y Pere Ysàs*
David Ginard i Féron
Universitat de les Illes Balears
Desde la década de los noventa, la inves-
tigación histórica sobre el Partido Comu-
nista de España ha conocido una evolución
muy favorable, dejando atrás —parece que
ya definitivamente— la época de predomi-
nio de la literatura apologética o policial.
Prueba de ello, son los dos congresos sobre
historia del PCE y las múltiples tesis doc-
torales y monografías que han permitido
avanzar a nivel temático, territorial y cro-
nológico en el conocimiento de la historia
de este partido. El período franquista ha
constituido, sin duda, la etapa más tratada,
destacando la preferencia de los estudio-
sos por el análisis del fenómeno guerrille-
ro, las biografías de dirigentes estatales y
regionales, y los avatares de los sucesivos
núcleos resistentes de posguerra. Las últi-
mas décadas de la dictadura también han
sido trabajadas en investigaciones relativas
a la evolución ideológica y estratégica, la
relación del PCE con los movimientos so-
ciales urbanos y rurales, su organización
en algunas zonas concretas del Estado, o la
evolución de Radio España Independiente el XX Congreso del PCUS y el inicio de la
entre otras muchas cuestiones. Quedaba Política de Reconciliación Nacional y que
pendiente, sin embargo, la elaboración de prefiguró la actuación del partido hasta la
una obra de conjunto relativa al período crisis de la década de los ochenta.
posterior a 1956, cesura básica marcada por El último libro de Carme Molinero y Pere
Ysàs cubre esta importante laguna histo-
* Carme Molinero y Pere Ysas, De la hegemonía a la au-
riográfica con eficacia y brillantez. Se trata
todestrucción. El Partido Comunista de España (1956-1982), de historiadores con una larga trayecto-
Barcelona, Crítica, 2017, 509 pp. ria y contrastada solvencia, que fueron de

250 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 250-253


Carme Molinero y Pere Ysàs, De la hegemonía a la autodestrucción... David Ginard i Féron

hecho pioneros en el estudio del antifran- del eurocomunismo. En el cuarto, se aborda


quismo desde el ámbito académico con el posfranquismo inmediato hasta las elec-
su libro L’oposició antifeixista a Catalunya ciones del 15 de junio de 1977; un período
(1939-1950) (La Magrana, Barcelona 1981) de esfuerzos constantes por parte de la di-
fundamentado en buena medida en el uso rección comunista por evitar la perpetua-
de prensa clandestina y del exilio. Es obvio ción del régimen bajo la forma monárquica
que desde entonces las condiciones para y de salida a la superficie con el objetivo de
la investigación sobre el fenómeno comu- impedir la exclusión del partido del futuro
nista en España se han transformado radi- sistema democrático.
calmente. La apertura de las fuentes queda En la segunda parte, integrada igual-
patente en las páginas del libro objeto de mente por cuatro capítulos, se trata en pri-
comentario, que se ha beneficiado —en- mera instancia de la actuación del PCE en la
tre otros— de los ricos fondos del Archivo etapa de las Cortes constituyentes de 1977-
Histórico del PCE, del relativo al PSUC en 79. Los relativamente discretos resultados
el Arxiu Nacional de Catalunya, del Ar- electorales obtenidos el 15 de junio de 1977
chivo General de la Administración, y del precipitaron la apuesta por un gobierno de
Archivo Histórico del Trabajo de la Funda- concentración democrática que asegurase
ción 1º de Mayo. Molinero e Ysàs ya habían el establecimiento de una democracia ho-
tenido ocasión de analizar la historia del mologable con la del resto de Europa. El
PSUC entre 1956 y 1981 en una obra publi- nuevo contexto generó también algunos
cada en 2010 (Els anys del PSUC. El partit virajes en la relación del Partido Comunista
de l’antifranquisme (1956-1981), Barcelona, con los movimientos sociales, que en todo
L’Avenç, 2010). Ahora abordan la del PCE en caso no implicaron —más bien al contra-
un trabajo con el expresivo título De la he- rio— el abandono de la función estratégica
gemonía a la autodestrucción. El Partido Co- atribuida al sindicalismo y al activismo ve-
munista de España (1956-1982) (Barcelona , cinal. Entre los éxitos de aquel momento,
Crítica, 2017). debe destacarse la exitosa transición de Co-
El volumen se estructura en dos grandes misiones Obreras desde movimiento socio-
partes, relativas respectivamente al perío- político a confederación sindical, converti-
do anterior y posterior a la legalización de da de inmediato en la primera central del
abril de 1977. Así, en el primer capítulo se país con una fuerte implicación de los mili-
trata de la etapa comprendida entre los ini- tantes comunistas tanto en la base como en
cios de la Política de Reconciliación Nacio- la dirección. Pese a la notable implantación
nal en junio de 1956 y la declaración del es- conseguida por el PCE a las alturas de 1978,
tado de excepción de 1969. En el segundo, el IX Congreso celebrado aquel año preparó
se estudia la consolidación del Partido en el terreno para la posterior polémica inter-
1969-75, uno de cuyos hitos fundamenta- na al generarse un duro debate en torno a
les fue el VIII Congreso (1972). Se asistió, distintas cuestiones, entre las que descolló
entonces, a un fortalecimiento de la es- por su repercusión mediática la supresión
tructura organizativa, gracias a la llegada de la definición leninista del partido. Fi-
de un aluvión de militantes procedentes nalmente, el último capítulo aborda la cri-
de los más diversos estratos sociales. En el sis interna con las tensiones abiertas en el
tercero, se desmenuza la política de alian- último trimestre de 1980, el catastrófico V
zas iniciada en 1956 y que culmina con el Congreso del PSUC de enero de 1981, el X
manifiesto programa de 1975 y la asunción Congreso del PCE de julio siguiente y los

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 250-253 251


Lecturas

conflictos de una dirección anclada en la Partido.


defensa del centralismo democrático con el Carme Molinero y Pere Ysàs dibujan un
llamado sector renovador, que fragmenta- balance francamente positivo de esta etapa
ron sobre todo las organizaciones del País de la historia de los comunistas españoles.
Vasco y Madrid. De este modo, se pusieron Las renovadas fórmulas de activismo social
las bases para la debacle electoral de octu- y político consiguieron, sin duda, ampliar
bre de 1982 que culminaría con la dimisión las grietas del régimen franquista a través
de Santiago Carrillo como secretario gene- de la construcción de «espacios de libertad»
ral. El texto se cierra con unas conclusiones y fueron eficaces en tanto en cuanto contri-
y una relación de los integrantes del Comi- buyeron a hacer inviable la continuidad del
té Central elegidos en el VIII, IX y X Con- régimen más allá de la muerte del dictador.
gresos y de los diputados comunistas de las El prestigio alcanzado por el PCE durante el
tres primeras legislaturas. Un estudio de la segundo franquismo entre los sectores so-
procedencia geográfica, edad y extracción ciales más movilizados y en el ámbito cul-
socioprofesional de los componentes de tural hizo creer factible que la futura Espa-
esta lista sería sin duda un buen punto de ña democrática conociera una correlación
partida para profundizar en el perfil de la de fuerzas en la izquierda semejante a la de
dirigencia del PCE en el tardofranquismo y Italia. Además, se asistió al neto distancia-
la primera transición. miento del comunismo mediterráneo res-
Lejos de una lectura en clave exclusi- pecto al modelo del «socialismo real» a raíz
vamente política y descriptiva, el libro de del aplastamiento de la Primavera de Praga
Molinero-Ysàs se esfuerza por analizar el (1968) y el surgimiento del eurocomunismo.
rol del Partido Comunista en el contexto de Por contra, el PCE se mostró incapaz de
las intensas transformaciones sociales de la forzar su proyecto de ruptura democrática,
España del segundo franquismo y la Tran- obtuvo en las elecciones de junio de 1977
sición. El PCE supo en la segunda mitad de unos resultados inferiores a algunas vo-
los cincuenta diseñar una línea de lucha a luntaristas previsiones y pagó las conse-
largo plazo fundamentada en la moviliza- cuencias del desencanto generado en una
ción social y la unidad antifranquista. La parte de la base militante por la política
estrategia comunista se reveló como acer- de moderación y consenso impulsada en
tada a partir de los cambios sociales de la aquellos años. Aun así, los autores mati-
década de los sesenta, y propició que el zan la percepción, ampliamente difundida,
PCE se convirtiese en el partido por exce- de un PCE raquítico y desacreditado en los
lencia del antifranquismo, hasta el punto inicios de la Transición. Tal y como ponen
de atraer a multitud de personas muy aleja- de relieve en el capítulo 5, la implantación
das del perfil del militante tradicional. Las alcanzada en las elecciones municipales de
nuevas hornadas de jóvenes comunistas 1979 permitió al Partido Comunista contar
vinieron dotadas de una cultura política con un notable peso en la administración
radicalmente democrática que cuestiona- de las principales ciudades de España y
ba de manera abierta las prácticas propias aplicar muchas de las políticas promovidas
de la etapa cominteriana. La convivencia, desde el movimiento vecinal. La clave de la
desde la década de los sesenta, de obreros, debacle de los años ochenta se explicaría,
estudiantes, intelectuales, profesionales más bien, por la incapacidad de la dirección
y católicos fue un elemento clave para para gestionar la pluralidad de la militan-
ampliar la capacidad de implantación del cia en un contexto muy complejo por las

252 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 250-253


Carme Molinero y Pere Ysàs, De la hegemonía a la autodestrucción... David Ginard i Féron

limitaciones democráticas de la Transición extraños, se hundió en la práctica irrelevan-


posfranquista, la crisis económica, el inicio cia al consolidarse el régimen democrático.
de la «revolución conservadora» a ambos Sería de desear que en un futuro próximo
lados del Atlántico y el declive del movi- tuviese su continuación con un volumen
miento comunista en Europa. relativo a la trayectoria del comunismo es-
El libro constituye, en definitiva, una pañol en la década de los ochenta, en la que
aportación de primera magnitud al conoci- la división del PCE en tres familias aparen-
miento de la fuerza política que protagoni- temente irreconciliables estuvo a punto de
zó la resistencia clandestina en el interior dar el golpe de gracia al que había sido «el
de España y que, para sorpresa de propios y partido del antifranquismo».

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 250-253 253


El guardián de la Revolución. Historia
del Partido Comunista en Cantabria
(1921-1937), de José Manuel Puente
Fernández*
José Hinojosa Durán
Sección de Historia de la FIM

Actualmente contamos con todo un


elenco de obras de gran rigor científico que
abordan las diferentes etapas de la historia
del Partido Comunista de España e igual-
mente vamos disponiendo de trabajos so-
bre temáticas específicas relacionadas con
la actuación política de dicho partido. No
obstante todavía queda por completar otro
aspecto que consideramos fundamental a
la hora de aproximarnos al conocimiento
histórico del PCE, como resultan ser los es-
tudios de carácter territorial.
Desde hace años se han dado importan-
tes avances en el análisis de algunas orga-
nizaciones territoriales comunistas, como
por ejemplo Galicia, Asturias o Baleares, a
las que habría añadir los numerosos traba-
jos sobre el PSUC. Sin embargo, si hacemos
un repaso a la bibliografía de otras zonas
del país nos encontramos como mucho con
algunos estudios parciales, cuando no con
verdaderos espacios vacíos. Por ello debe
destacarse el trabajo de José Manuel Puen- anexos. En los cuatro primeros capítulos
te Fernández titulado El Guardián de la Re- el autor se aproxima al discurrir histórico
volución. Historia del Partido Comunista en del PCE en tierras cántabras siguiendo el
Cantabria (1921-1937). esquema cronológico de los períodos his-
Se trata de un libro estructurado en sie- tóricos de la primera mitad del siglo XX
te capítulos complementados por siete en España y en los que se enmarca el sur-
gimiento y actuación del PCE (años finales
del régimen constitucional de 1876, la dic-
* José Manuel Puente Fernández, El guardián de la Revo-
lución. Historia del Partido Comunista en Cantabria (1921- tadura de Primo de Rivera, la II República
1937), Santander, Librucos, 2015, 532 pp y finalmente la Guerra Civil), capítulos que

254 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 254-255


J. M. Puente Fernández, El guardián de la Revolución. Historia del Partido... José Hinojosa Durán

van aumentando en extensión en cada nue- marcas de la región, ofreciendo gran canti-
va etapa respecto a la anterior y que mani- dad de datos a nivel local. Finalmente el ca-
fiestan el desarrollo del PCE en Cantabria. pítulo VII busca «recuperar la memoria de
El esquema seguido en estos cuatro capítu- muchos militantes comunistas» cántabros
los parte de la necesaria contextualización y para ello ofrece más de 250 breves biogra-
estatal para pasar al examen de la actuación fías de dirigentes y afiliados comunistas en
comunista en esta región. En este bloque estas tierras.
debe destacarse el capítulo dedicado a los Independientemente de que estemos de
años de la II República, donde se describe acuerdo o no con la estructura del libro (por
la labor de los comunistas cántabros en los ejemplo los capítulos V y VI podrían haber-
principales acontecimientos del quinque- se integrado en los dos anteriores), debe-
nio republicano (citas electorales, unidad mos destacar el enorme esfuerzo realizado
antifascista, Revolución de Octubre, etc.). por el autor a la hora de tratar la abundante
Asimismo, resulta de gran interés el capí- documentación archivística utilizada. Así,
tulo que examina el papel del PCE en Can- el lector podrá encontrar en este libro la
tabria durante la Guerra Civil, dentro del reproducción de un buen número de docu-
cual destacan en especial las páginas dedi- mentos originales de procedencia comunis-
cadas a su participación institucional, a «la ta, que se complementan con una impor-
cuestión campesina» y al deseado «Partido tante cantidad de fotografías que recogen
Proletario Único». tanto las actividades partidarias como los
El autor sigue un esquema similar en rostros de militantes comunistas y a ello
el capítulo V, dedicado a las denominadas se le añaden diversos listados de afiliados
«organizaciones de masas» auspiciadas por comunistas en diferentes organizaciones
el PCE y a las Juventudes Socialistas Uni- locales o en diversas instituciones.
ficadas. El desarrollo y acción del Socorro En definitiva nos encontramos ante un
Rojo Internacional, el Hogar Femenino An- interesante aporte a la historia del PCE en
tifascista o la Unión de Escritores y Artistas Cantabria que viene a enriquecer la ya con-
Revolucionarios ocupan ahora la atención solidada y científica bibliografía sobre la
del autor, que cierra este capítulo con un historia del Partido Comunista de España,
estudio de las JSU cántabras. El capítulo VI pero que además reduce los espacios vacíos
aborda con gran detalle la organización e en el ámbito territorial. Esperemos que en
implantación del PCE en las diferentes co- el futuro ese mapa se complete.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 254-255 255


Jesús Bayón: Un asturiano al frente
del PCE. De la secretaría general
aguerrillero en el centro de España
(1936-1946), de Benito Díaz Díaz*
Carmen García
Universidad de Oviedo

Notas en torno a los «olvidados» y


¿proscritos? del PCE

«La verdad es que los dioses no le habían


facilitado ni la vida ni el talento a Jesús Ba-
yón, campesino astur y de zona agreste, la
de los míticos Llanos de Soberón (sic), en
los límites entre Asturias y León. Lo suyo
era la acción…»[1]

De haber sido casi un perfecto descono-


cido hasta fechas recientes, contamos aho-
ra con una amplia y muy bien documentada
biografía política de Jesús Bayón, obra del
historiador y especialista en la guerrilla,
Benito Díaz.
Ya en 2013, tras la publicación de su mo-
nografía Huidos y guerrilleros antifranquis-
tas en el centro de España 1939-1955, supi-
mos del importante papel que Jesús Bayón
desempeñó en la organización de la guerri-
lla entre los años 1944-1946.

* Benito Díaz Díaz, Jesús Bayón: Un asturiano al frente del A primeros de junio de 2013 tuvo lugar
PCE. De la secretaría general aguerrillero en el centro de Es-
un emotivo homenaje a Jesús en su aldea
paña (1936-1946), Toledo, Almud / Ediciones de Castilla-La
Mancha, 2015. natal, Llanos de Somerón, organizado por
1.– Gregorio Morán, Miseria y grandeza del PCE. 1939-1985, el Ayuntamiento de Lena y en el que parti-
Barcelona, 1986, p. 60. El título de esta obra es un tanto cipó Benito Díaz, su «descubridor», a quién
engañoso; la grandeza del PCE, como el valor al soldado, definió como uno de los guerrilleros más
se le supone, pero de la miseria da cumplida cuenta, y de
sus aceradas críticas no se salva ni uno de los nombres
importantes en la lucha antifranquista.
propios mencionados en sus páginas. Interesado en ahondar en la trayectoria

256 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 256-258


Benito Díaz Díaz, Jesús Bayón: Un asturiano al frente del PCE... Carmen García García

del que fuera dirigente político y guerrille- batallones de trabajadores hasta que con-
ro de primer nivel en el PCE en los tiempos sigue la libertad en 1941, instalándose en
más duros de la clandestinidad, nos ofrece Madrid. Es entonces cuando Jesús, ya alias
ahora una densa biografía, hecha de reta- «Manolo», se incorpora al Buró Político del
zos, tras escudriñar hasta la última fuente PCE en el interior bajo la dirección de He-
susceptible de aportar el más mínimo de- riberto Quiñones; su posterior oposición a
talle sobre el personaje. El profesor Díaz los métodos de Quiñones así como su in-
recurre profusamente al Archivo Histórico tento de asesinato, son episodios apenas
del PCE, y desde luego a un amplio reperto- esclarecidos. De igual modo, la pertenencia
rio de fondos del Estado: Servicio Histórico a la dirección quiñonista, que supuesta-
de la Guardia Civil, Archivo General Histó- mente esgrimió el Partido para apearle del
rico de Defensa, Archivo del Tribunal Mili- pedestal de los héroes comunistas, está aún
tar Territorial Primero, Centro Documental por demostrar.
de la Memoria Histórica; sin olvidar, por En la misma línea argumental, se arguye
supuesto, archivos particulares y relevan- que Jesús habría sido apartado de la orga-
tes testimonios orales. nización tras haberse fugado de la cárcel de
A la profesionalidad de Benito Díaz al Carabanchel junto a su camarada Ramón
abordar su investigación se añade la que- Guerreiro sin contar con la venia del Par-
rencia por el biografiado que se trasluce tido. Únicamente será reincorporado, tras
en las páginas de una muy estimable obra, haber sufrido meses de ostracismo, cuan-
rigurosa, bien estructurada, y desenvuelta do el PCE intente organizar a los huidos en
con pluma ágil de grata lectura. un verdadero ejército guerrillero capaz de
El autor nos ofrece una semblanza del combatir con éxito a la dictadura y derro-
personaje rica en matices y le califica como tarla. Pero, en esos momentos, al mando de
«buen guerrillero, con tesón, honrado, algo la organización del interior estaban Gabriel
sobrio y falto de carisma», quien, sin em- León Trilla y Jesús Monzón, dos de los más
bargo, «trasmitía confianza, que en aque- preclaros «herejes» del PCE.
llos duros momentos, era una cualidad muy Ya con Carrillo controlando con puño de
valorada», habiendo logrado aglutinar «en hierro el Partido, se habría producido la úl-
un pequeño ejército guerrillero de poco tima humillación de la que fue víctima Jesús
más de cien hombres, a comunistas, socia- Bayón, esto es, su destitución en el mando
listas, libertarios y hombres sin partido». guerrillero, relegándole a la condición de
Aun así son muchas las sombras de la soldado raso; castigo absolutamente incom-
vida de Jesús Bayón; en Asturias su rastro prensible para Bayón pero que acató disci-
apenas dejó huella alguna incluso entre los plinadamente dada su fidelidad al Partido y
más cercanos, su familia, sus vecinos, sus la ortodoxia de sus posiciones. Quizás fue-
camaradas… Emigrado a la Argentina, pa- ra conveniente llegar a aquilatar y conocer
rece haberse politizado tras su regreso a mejor el complejo entramado de las relacio-
España una vez iniciada la guerra. Militan- nes en el seno de la guerrilla comunista.
te del PCE, combate en distintos frentes y En fin, con el laudable afán de reivindi-
desempeña cargos intermedios en la orga- car su figura, se deslizan aquí y allá veladas
nización cuando la resistencia republicana acusaciones a la dirección del PCE de haber
toca a su fin. maltratado a «Carlos» tanto en vida como
Bayón correrá la suerte de millares de en su memoria, y se le conceptúa como otro
vencidos pasando por campos, cárceles y más de los «malditos», ninguneado prime-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 256-258 257


Lecturas

ro y olvidado después por aquellos que se Tabernero el 13 de septiembre de 1946 en


apropiaron, y a su vez construyeron la his- las cercanías de Talavera de la Reina. Tan-
toria oficial del comunismo español. to Nuestra Bandera como Mundo Obrero,
Es verdad que en la Historia del Partido Lluita, o Euzkadi Roja, aludían al asesinato
Comunista de España, publicada en París en cometido contra hombres heridos, o a las
1960 y redactada por una comisión del Co- «heroicas muertes» de ambos guerrilleros.
mité Central que presidió Dolores Ibárruri, En México España Popular comparaba su
no se cita su nombre entre los héroes de la gesta con la de otros carismáticos guerri-
guerrilla; ni es mencionado en las memorias lleros como Cristino García.
de numerosos camaradas de lucha, pero no Los años del estalinismo, la dramática
es menos cierto que otro tanto ocurre con agonía de la guerrilla, y la renovada dureza
muchos otros militantes y dirigentes de los de la represión franquista añadió nombres
que apenas tenemos noticia, máxime en los y nombres para recordar u olvidar… Jesús
años más implacables de la dictadura. Bayón era ya pasado.
No obstante, como se encarga de referir En todo caso, estamos ante un magnífico
Benito Díaz, si hubo amplia repercusión, en trabajo, seguramente definitivo, sobre uno
la prensa comunista y en distintos medios de los dirigentes del PCE más desconocido
del exilio, del violento enfrentamiento que hasta que Benito Díaz se puso con empeño
puso fin a la vida de Jesús Bayón y Manuel manos a la obra.

258 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 256-258


Encuentros

«Las otras protagonistas de la


Transición. Izquierda radical y
movilizaciones sociales»
Eduardo Abad García
Universidad de Oviedo

Los días 24 y 25 de febrero tuvo lugar en


Madrid el congreso «Las otras protagonis-
tas de la transición. Izquierda radical y mo-
vimientos sociales». El acto fue organizado
por la Fundación Salvador Seguí, vinculada
a la CGT, con la colaboración de la Univer-
sidad Complutense de Madrid y la Interna-
tional Oral History Association. El evento
resultó especialmente relevante por ser la
primera vez que la izquierda revolucionaria
y los movimientos sociales eran analizados
de forma monográfica en un congreso, lo
que generó amplias expectativas. Por tan-
to, el congreso abordaba específicamente
un aspecto clave en la Transición españo-
la: la movilización popular que frustró los
proyectos estrictamente continuistas del
franquismo, a la que las organizaciones y
sectores analizados en este congreso con-
tribuyeron de forma importante junto al
PCE y CCOO. Durante toda la semana pre-
via los organizadores desarrollaron varias del momento. Además, se puso en marcha
actividades para ir calentando motores so- un ciclo de cine titulado «La transición cá-
bre algunos aspectos poco difundidos de la mara en mano», donde, en tres sesiones su-
Transición. Del 20 al 28 de febrero estuvo cesivas, se proyectó una selección de pelícu-
accesible al público la exposición «Las bases las de largometrajes y cortos, que ofrecieron
de la transición», una muestra participativa una muestra de la variada actividad política
que, sin tratar de elaborar un discurso úni- de base que nutría al antifranquismo duran-
co, pretendía ofrecer un retrato  de la cul- te la segunda mitad de los años setenta.
tura material del activismo político y social En los últimos años han ido cogiendo

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 259-261 259


Encuentros

mayor impulso las revisiones críticas del Por esa razón, se resaltarán solo algunas de
periodo de la Transición a la democracia, las que destacaron por su especial relevan-
especialmente las que analizan los movi- cia, aunque esto sea exclusivamente según
mientos sociales y la izquierda revoluciona- el criterio de quien escribe estas líneas.
ria, aunque hasta el momento no tuvieran La mañana del viernes 24 comenzó con
un foro de debate común. Es por eso que las una muestra muy representativa de los
21 mesas del congreso se enmarcan dentro principales archivos públicos y privados,
de una nueva dinámica en la que predomina que expusieron pósteres sobre sus fondos
cada vez más un enfoque científico o acadé- referidos a la temática del congreso. Fue la
mico para pensar históricamente todos los única mesa dedicada a los archivos, que tan
actores de este periodo de nuestra historia importantes son para la comunidad inves-
reciente. El enfoque de los organizadores tigadora. Esa misma mañana también tuvo
buscaba dos objetivos: dar voz a las perso- lugar otro interesante encuentro sobre
nas protagonistas, es decir, a la militancia y los enfoques plurales en las huelgas, con
el activismo, pero al mismo tiempo contar especial peso de los conflictos en el País
con una visión rigurosa sobre el objeto de Vasco. Por la tarde, hubo otra mesa sobre
estudio, siempre desde una perspectiva crí- el movimiento obrero, pero más centrada
tica, multidisciplinar y abierta. Durante esos en la problemática de la propia organiza-
dos días se puso la guinda a todo un trabajo ción, con algunos puntos especialmente
previo que tanto comunicantes como orga- polémicos como el de los curas obreros o
nizadores fueron desarrollando durante los la organización del personal administrati-
últimos meses. Como ya viene siendo habi- vo. También destacaron los debates sobre
tual, los textos provisionales de las comuni- los jornaleros o el rol de género en el mo-
caciones y los testimonios fueron colgados vimiento libertario. La sesión de tarde del
en la página web del congreso, de cara a faci- primer día destacó especialmente por una
litar el debate posterior y agilizar las propias mesa sobre la experiencia militante, donde
presentaciones generando dinámicas más desde el respeto a la pluralidad, se produjo
participativas. un productivo intercambio de memorias y
La apertura corrió a cargo del periodis- relatos, entre el propio público y las per-
ta y escritor Guillem Martínez, impulsor sonas que componían la mesa. También se
del concepto Cultura de la Transición (CT) desarrolló otra sobre las distintas visiones
y guionista del conocido programa satírico del movimiento feminista en la Transición.
Polònia. Guillem realizó un recorrido perso- El sábado fue un día bastante intenso
nal por su visión de la Transición desde una en asistencia, que se incrementó respecto
perspectiva libertaria, aunque con ciertos a la del día anterior, moviéndose en todo
tintes presentistas que nutrieron el debate momento en unas buenas cifras de parti-
posterior. En cuanto a la propia estructura cipantes para un congreso de estas carac-
de las mesas, éstas se desarrollaron parale- terísticas. De la primera tanda la mesa que
lamente, coincidiendo siempre tres mesas mayor interés suscitó fue sin lugar a dudas
con temáticas bien distintas en dos espa- la que trataba sobre la vía armada, con una
cios diferenciados, lo que dificultaba lige- original combinación de testimonios y co-
ramente el seguimiento. Con este formato municaciones que abarcaban desde ETA (p-
resulta totalmente imposible acudir a todas m), hasta el FRAP, pasando por los Coman-
las mesas y tampoco habría espacio en es- do Autónomos Anticapitalistas. Más tarde,
tas páginas para analizar todo lo abordado. destacó la mesa sobre las «experiencia ra-

260 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 259-261


«Las otras protagonistas de la Transición. Izquierda radical y...» Eduardo Abad García

dicales en el ámbito local, regional y nacio- se habilitó un servicio de streaming y los


nal», ya que se ofrecían visiones periféricas vídeos de todas las comunicaciones están
sobre la Transición, mostrando otras reali- disponibles en la red para garantizar una
dades no tan estudiadas y que tienen unas mayor difusión [1]. A lo largo de los debates
singularidades muy relevantes. Durante la también salió a relucir la invisibilización
tarde, la mesa que abordaba la lucha contra de las mujeres en los estudios sobre estas
la impunidad ofreció un interesante repaso organizaciones y sus luchas. Se recalcó la
de cómo el régimen franquista blindó a sus necesidad de impulsar no solo los estudios
asesinos, existiendo hoy en día una total específicos sobre la lucha feminista, sino
vulnerabilidad de las víctimas, y de qué ini- la importancia de transversalizar esta rei-
ciativas se están desarrollando para rom- vindicación a todas las áreas. Además, la
per de una vez por todas con esa injusticia. participación de comunicantes del género
En la última sesión, las alternativas fueron masculino fue muchísimo mayor que la de
bastante diversas, desde una mesa sobre los las mujeres presentes, lo que viene a ser un
comunistas ortodoxos y otras fuerzas, hasta síntoma más de la hegemonía androcéntri-
otra sobre el punk y la cultura underground. ca instalada en la academia.
Fue especialmente relevante el debate so- Destaca por parte de los organizadores
bre «la izquierda radical como impulsora de la intención de no dejar a ningún movi-
cambio político», donde se profundizó sobre miento, ni corriente política fuera de las
las posibles explicaciones a la derrota políti- mesas, lo que es realmente de agradecer,
ca de los planteamientos rupturistas, el mito ya que muchos de los asuntos abordados
de la traición del PCE y otros factores rele- no suelen tener espacios propios para la
vantes en el discurso de la izquierda revolu- reflexión colectiva. También resultó muy
cionaria sobre su autodestrucción. El broche positivo el número de comunicaciones que
final al congreso lo puso la actuación de la trataban aspectos hasta ahora periféricos o
Solfónica que amenizó el muy emotivo acto marginales respecto a los relatos históricos
de cierre con canciones populares y com- más clásicos. Aun así, es cierto que exis-
bativas, como «Grândola, Vila Morena» o el tió una pequeña descompensación entre
«Canto a la libertad» de Labordeta. las distintas mesas, algunas de ellas por su
Cabe resaltar de qué forma en la mayoría especial calidad eclipsaron a otras de me-
de las mesas se contrastaba la presentación nor interés para el público. En conclusión,
de los testimonios de ex-militantes, impul- se puede decir que el congreso resultó un
sados por aspectos más pasionales y lógica- acto muy heterodoxo donde se mezclaron
mente subjetivos, con ponencias de carác- a la perfección el rigor científico e investi-
ter más académico, llevadas cabo tanto por gador de la academia con los sentimientos
veteranos profesores como por una nueva y la nostalgia militante que supone la cons-
generación que comienza a sumarse a estos trucción colectiva de la memoria democrá-
estudios. En todo caso, esta combinación tica y antifascista sobre la lucha popular en
favoreció la aparición de un enriquecedor el periodo de la Transición. Esperemos que
debate sobre ciertas cuestiones que reco- este marco tenga continuidad en el tiempo
rrieron de forma transversal los debates: y que se puedan celebrar futuros congresos
el sectarismo, los mitos de la traición y el sobre los —cada vez esperemos que me-
desencanto, las distintas tácticas enfrenta- nos— olvidados/as de la Transición.
das, los límites de la ruptura, entre otros.
Para poder seguir el congreso en directo, 1.– https://congresotransicion2017.wordpress.com/

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 259-261 261


«El antifranquismo asturiano en (la)
transición»
Francisco Erice
Colectivo Historia Crítica

Los pasados 6 y 7 de abril tuvieron lugar


en Oviedo las Jornadas «El antifranquismo
asturiano en (la) transición». Las organiza-
ba el Colectivo Historia Crítica, correlato en
Asturias de la Sección de Historia de la FIM,
con la colaboración y el apoyo de diversas
entidades (Grupo de Investigación de His-
toria Sociocultural, Facultad de Filosofía
y Letras, Fundación Municipal de Cultura
de Oviedo, Fundación Juan Muñiz Zapico,
Asociación Lázaro Cárdenas y Asociación
Cultural La Ciudadana).
Las Jornadas pretendían, aprovechando
la conmemoración del 40º aniversario del
fin de la dictadura, poner al día los estudio
sobre la izquierda asturiana, política y so-
cial, en el último franquismo y la transición
democrática, desde perspectivas críticas
con respecto a los mitos acuñados y difun-
didos al respecto, particularmente las visio-
nes armonistas y apologéticas del proceso,
pero también algunas versiones negativas
simplistas y esquemáticas. La discusión sertación de Juan Andrade Blanco, «Relatos de
se articuló en cinco mesas temáticas, que la transición española: idealización, legitima-
abordaron respectivamente las «institu- ción y crítica de un proceso de cambio».
ciones, resistencias y violencia política»; el Puede decirse que, con las limitaciones
papel de los movimientos sociales; la «ex- típicas de tiempo para abordar temas tan
plosión cultural» en sus diversas facetas; amplios y a menudo complejos, la veinte-
el protagonismo de las fuerzas políticas; y na de intervinientes, historiadores en su
la acción de los sindicatos y el movimien- mayoría, aunque también algún sociólo-
to obrero. A ellas se añadió una sexta sesión go y filólogo, ofrecieron claves suficientes
de debate con representantes de asociacio- para fundamentar una lectura crítica de la
nes implicadas en las tareas de la memoria Transición, y particularmente de su papel
democrática. Finalmente, en la clausura, una en ella del antifranquismo, inevitablemen-
nutrida asistencia disfrutó de la brillante di- te vinculada a los debates políticos del pre-

262 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 262-263


«El antifranquismo asturiano en (la) transición» Francisco Erice Sebares

sente. Y eso sin abandonar el tono acadé- actuales, puede tal vez ayudarnos a romper
mico y sin poder obviar las interferencias los bloqueos del presente y a reflexionar
de la memoria, toda vez que algunos de los sobre el futuro: no tanto en clave de de-
ponentes fueron además participantes, más monización ahistórica de un proceso con
o menos destacados, de los sucesos y fenó- sus luces y sus sombras, como en términos
menos de los que se discutía. La presencia que nos permitan plantearnos si lo que en-
en el público de algunos otros protagonis- tonces no se pudo o no se supo hacer so-
tas contribuyó también a orientar a veces la mos capaces de abordarlo ahora en mejo-
discusión en ese sentido. res condiciones. Al fin y al cabo, las luchas
Hoy que las hipotecas de lo políticamen- por la igualdad y la libertad desarrolladas
te correcto han empezado a levantarse so- durante el franquismo no se acabaron con
bre el sistema de la Constitución de 1978 y la transición ni con la post-transición, y
las instituciones que lo sustentan (incluida siguen abiertas en una etapa en la que el
la monarquía), una reflexión histórica sere- neoliberalismo dominante sigue empeñado
na y a la vez implicada con los problemas en negar ambos objetivos.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 262-263 263


Memoria

Sobre la Querella Argentina


Pablo Martínez Corral
Profesor de Educación Secundaria IES La Magdalena – Avilés

En la cafetería de la plaza Carlos Lobo Penal del Tribunal Supremo acusó al juez
de Avilés esperan la llegada de los demás Baltasar Garzón de delitos de prevaricación
denunciantes. Los dos abuelos ya octoge- por considerarse competente para juzgar
narios están decididos a dar el paso, «para dichos crímenes. El auto del 27 de febrero
algo tiene que servir», comenta Aurelio a del 2012 cerraba la posibilidad de juzgar en
José Luis, los dos comparten el mismo pe- España estos crímenes apoyándose en la
sar, los dos son hijos de desaparecidos y lle- Ley de Amnistía de 1977.
van varios años buscando a sus padres víc- La nueva vía abierta en Argentina por
timas de la represión sublevada en el Avilés la jueza María Servini permitía ir más allá
de postguerra. Es su última carta para po- que la propia estrategia del Juez Baltasar
der encontrar algo de justicia, llevan años Garzón porque ampliaba el marco temporal
preguntándose donde están los restos de de la causa, ya que ésta tenía un recorrido
sus padres. La Querella parece convencer- cronológico más largo, mientras que el juez
los pero siguen recelando, como si estuvie- Garzón fijaba en la década de los cincuen-
ran condenados a un destino fatal. Los dos ta el final del proceso. La Querella avanza-
barruntan sus miedos y, aunque deciden ba hasta las postrimerías del franquismo
participar y dar su testimonio, en el fondo y esto abría la posibilidad de encausar y
se muestran pesimistas. tomar declaraciones a los represores aún
La Querella Argentina nace como una vivos. Casos cómo la Querella interpuesta
batalla más dentro de los movimientos de por el Chato Galante contra Billy el Niño,
memoria en España. Fue presentada el 14 Antonio González Pacheco, uno de los te-
de abril del 2010 en Buenos Aires a raíz del midos inspectores de la Dirección General
bloqueo por parte del Tribunal Supremo es- de Seguridad en el Madrid de los 70, abrían
pañol de juzgar los crímenes del franquis- una nueva vía dentro de la lucha contra la
mo. En los últimos siete años familiares, impunidad del franquismo. La jueza dictó
asociaciones y ayuntamientos han presen- en septiembre de 2013 una orden de cap-
tado más de 400 querellas y denuncias con tura internacional acusándole de crímenes
el apoyo de una coordinadora internacio- de lesa humanidad, pero la Audiencia Na-
nal (CEAQUA) que facilita a las personas cional volvía a defender los principios de la
interesadas la denuncia de los crímenes del transición española fallando que el delito
franquismo. La Querella venía a buscar lo había prescrito hacía ya treinta años, en
que en España se estaba negando, la po- abril del 2014. Este era un hecho insólito
sibilidad de juzgar los crímenes del fran- porque demostraba la negativa del Estado
quismo, en un momento en el que la Sala español a reconocer a las víctimas del fran-

264 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 264-266


Sobre la Querrla Argentina Pablo Martínez Corral

Viudas e hijas de fusilados enterrados en La Barranca, Lardero, La Rioja (Fuente: publico.es).

quismo como delitos de lesa humanidad. do con las alegaciones basadas en la Ley de
La Querella Argentina siguió creciendo y Amnistía, la irretroactividad de la Ley y po-
en la actualidad la labor de los abogados si- niendo en tela de juicio la Querella tratán-
gue siendo frenética, puesto que las decla- dola de una «causa general» sin fechas y sin
raciones y los exhortos dictados por la jue- fundamento.
za a los jueces españoles abría también la Otra de las estrategias que ha ido cua-
posibilidad de tomar declaración in situ sin jando en estos últimos años es la apari-
la necesidad de desplazarse a Argentina. ción de querellas colectivas por parte de
El caso del histórico dirigente antifran- los ayuntamientos, caso importante es el
quista asturiano Gerardo Iglesias ejempli- de Pamplona, que presentó a principios del
fica la labor de los jueces y fiscales en Es- año 2017 una querella contra los crímenes
paña para con la Querella y los exhortos. contra la humanidad durante el franquismo
Detenido y torturado en la transición por en la ciudad. Otras ciudades gobernadas en
su militancia en el PCE y en CCOO, Gerar- la actualidad por los ayuntamientos auto-
do Iglesias acompañado por la abogada Ana denominados del «cambio» han impulsa-
Messuti, del equipo de abogados de CEA- do una red de Ciudades por la Justicia y la
QUA, pretendía declarar por los crímenes Memoria, aunque hay ausencias destacadas
sufridos por su persona y por su familia el como la del Ayuntamiento Madrid.
4 de octubre de 2016 en el Juzgado de Ins- A la hora de analizar los resultados que
trucción número 4 de Oviedo. Pero la jueza hasta hoy en día ha tenido la Querella hay
titular suspendió su declaración respon- que tener en cuenta primero el estado de
diendo a una petición del fiscal presentada los movimientos de memoria desde la Ley
minutos antes de su comparecencia en el de Memoria aprobada por el PSOE en 2007.
Juzgado. Los exhortos se han ido denegan- Esta ley parecía no cumplir las expectativas

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 264-266 265


Memoria

de gran parte de las asociaciones y de las las asociaciones de la búsqueda de niños


familias. La Querella llegó pues en un mo- robados.
mento de horas bajas, parecía que el gran En Avilés, los dos abuelos escuchan aten-
boom de la memoria estaba condenado a tamente las explicaciones de Javier Rodrí-
retroceder ante el gobierno del Partido Po- guez Amorín, miembro de CEAQUA e im-
pular en el 2012. pulsor de la Querella en Asturias, éste les
Sin duda, la Querella consiguió darle un explica los procesos a seguir, no iba a ser un
impulso a la lucha por la reparación so- camino fácil. Todas las aportaciones y ayu-
metiendo a un proceso judicial incómodo das iban a ser importantes. Sus casos como
a ciertos actores de la represión de los úl- el del resto de los avilesinos eran muy pare-
timos años del franquismo. Pero también cidos, víctimas de la represión en la comarca
se ha demostrado como un altavoz de la desde octubre de 1937, todos secuestrados e
actual impunidad del Estado Español para internados en la Quinta Pedregal, una «chu-
con las víctimas y represaliados contra la padero» donde las brigadas de Investigación
dictadura. La Querella reforzaba una es- y Vigilancia aplicaban la tortura y la desapa-
trategia que ya había sido trabajada por el rición forzosa. El resultado fue una primera
movimiento asociativo como era dirigirse a declaración tomada en marzo de 2014 ante
los organismos internacionales: la ONU o el cónsul argentino de Vigo que se había
el Parlamento Europeo, pero como todas desplazado hasta Asturias. Fue un momen-
las iniciativas anteriores el Estado español to difícil para los ancianos, era la primera
se ha negado a colaborar. vez en 80 años que iban a declarar la des-
Otro de los aspectos a destacar es que la aparición de sus padres y no resultaba fácil.
Querella ha ayudado a conocer otras cate- Ya han pasado tres años de aquella declara-
gorías de víctimas del franquismo, visua- ción, uno de ellos aún vive, Aurelio. Con sus
lizando y mediatizando la etapa final del ojos vidriosos en esa misma cafetería donde
franquismo rompiendo el discurso de tran- le convencí para tomar parte de la denuncia
sición modélica. Y posibilita la lucha por el me miraba fijamente mientras intentaba ex-
derecho de reparación de nuevas catego- plicarle el porqué todavía no habíamos sido
rías de víctimas como el colectivo LGTB o capaces de encontrar a su padre.

266 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 264-266


Breve crónica de la Asociación
Memorial Campo de Concentración de
Castuera (2006-2017). Entre la Historia
y la Memoria
Antonio D. López Rodríguez
Historiador

El 20 de marzo de 2002 El Periódico Ex- morial Campo de concentración de Castue-


tremadura publicaba en su portada el si- ra (en adelante AMECADEC) tras optar con
guiente titular: «Investigan las fosas del sus proyectos de intervención a la línea de
franquismo en la región». Y al abrir el pe- subvenciones que entre 2006 a 2012 con-
riódico, en su primera página, se encon- vocó el Gobierno socialista de José Luis Ro-
traba un nuevo titular: «El ADN permitirá dríguez Zapatero. Los hallazgos de las dos
identificar a los ejecutados en Castuera». La campañas no merecieron por parte de la
información de la noticia la aportaba Emilio prensa regional ningún titular en portada,
Silva, como miembro de la Asociación para y el despliegue informativo más importan-
la Recuperación de la Memoria Histórica. te fue la realización de un documental por
Anunciaba que un equipo de investigado- parte de la Productora «Libre Produccio-
res de la Asociación tenía previsto estudiar nes» y que emitió en la televisión regional
«una de las más importantes fosas del fran- en su programa «El lince con botas».
quismo en España», y que según ellos esta- Entre una y otra noticia han transcu-
ba en el que fuera campo de exterminio de rrido 9 años. Precisamente los de mayor
Castuera. Su objetivo con esta intervención auge de la «memoria histórica», tomando
era «ayudar a conocer la identidad de los al año 2006 y 2007 cómo los de más pre-
hombres y mujeres que fueron asesinados sencia mediática en torno a la Guerra Ci-
tras la Guerra Civil española gracias a la vil, las víctimas, las fosas, los símbolos del
aportación de la ciencia a través de pruebas franquismo… Y a día de hoy la situación, en
de ADN». El plazo que se daban para actuar lo esencial, no dista mucho del panorama
era de dos meses, por lo que a principios de de principios de siglo: donde los gobiernos
junio de 2002 hubieran tenido que iniciar democráticos del Estado Español siguen
la mencionada investigación. Además, con sin actuar judicialmente ante la existencia
un planteamiento muy ambicioso ya que la de fosas detectadas y denunciadas por las
idea que expresaban era la de hacer son- Asociaciones de familiares. Atrás queda-
deos en el pozo de la mina de «La Gamoni- ron el pionero y esclarecedor Informe del
ta», aledaña al espacio que ocupó el Campo. Equipo Nizkor [1], o las denuncias de Am-
Finalmente, las exhumaciones de las fo-
1.–Equipo Nizkor. «La cuestión de la impunidad en España
sas se realizaron en dos campañas. La pri-
y los crímenes del franquismo» (2004). http://www.
mera en 2011 y la segunda en 2012 gracias derechos.org/nizkor/espana/doc/impuesp.html (consulta:
a las ayudas que recibió la Asociación Me- 14 de abril de 2017).

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273 267


Memoria

nistía Internacional, como también, y más 2. Julio-octubre de 1939. Clasificación,


cercano en el tiempo, el informe y la re- represión, prisión preventiva y reubicación
primenda del relator especial de Naciones de los prisioneros en otros campos y prisio-
Unidas para la promoción de la verdad, la nes.
justicia, la reparación y la no repetición, 3. Noviembre de 1939 a marzo de 1940.
Pablo de Greiff. Sin olvidar las negativas Funciones como Prisión Central, pasando a
de la fiscalía española el año pasado a los depender de la Dirección General de Prisio-
intentos indagatorios de la jueza argenti- nes [3].
na María Servini. Incluso si queremos ser
alarmistas podemos decir que vamos a peor El Campo fue una pieza fundamental
ya que, por ejemplo, la Fundación que lleva en la gestión de los prisioneros republica-
el nombre del Dictador, además de recibir nos, civiles y militares, llevada a cabo por
dinero público, concede premios que son los franquistas tras finalizar la Guerra en
seguidos y comentados por los medios de Extremadura [4]. Su creación respondió a un
comunicación. Y precisamente dos de esos organigrama represivo perfectamente dise-
premios fueron recogidos por cargos públi- ñado. El 4 de marzo de 1939 se daba la or-
cos extremeños [2]. den de su creación y para mediados de ese
mes ya había asignados dos batallones de
La Historia trabajadores, formados por prisioneros re-
publicanos, levantando sus instalaciones. A
El Campo de concentración de prisio- principios de abril, los barracones desmon-
neros de Castuera formó parte del sistema tables ya estaban albergando un importan-
de campos de concentración creado por los te número de soldados republicanos que se
franquistas. El Campo de Castuera no de- habían entregado a las unidades franquis-
pendió de la Inspección de Campos de Con- tas a pie de trinchera. Los Campos provisio-
centración, que empezó a funcionar en julio nales establecidos en el Frente Extremeño
de 1937. La organización fue encomendada fueron concentrando y clasificando a los
a una División militar del Ejército del Sur (II soldados republicanos que poco a poco fue-
Cuerpo de Ejército) que lo creó al finalizar ron trasladados al Campo de Castuera.
la Guerra. Las funciones que desempeñó a Otro aspecto importante que indica la
lo largo de su año de existencia (marzo de intencionalidad represiva que las autori-
1939 a marzo de 1940) están dentro de las dades militares franquistas depositaron en
tres principales que indicaba el IPCC: clasi- el Campo de concentración ubicado a las
ficación de la disidencia, reeducación en los afueras de Castuera fue el nombramiento
valores de la «Nueva España» y represión. de Ernesto Navarrete Alcal como primer
Esos objetivos fueron desarrollándose du- Jefe de Campo. El historial de este Guardia
rante su funcionamiento en esta cronología Civil sublevado desde el primer instante
aproximativa: del Golpe de Estado, y ya contrastado por

1. Marzo-junio de 1939. Clasificación, 3.–López Rodríguez, A.D. Cruz, bandera y caudillo. El Campo
represión y aniquilación selectiva. de concentración de Castuera, Badajoz, CEDER La Serena,
2006, p. 253.
2.–La noticia tuvo una gran difusión, diario HOY: http:// 4.–González Cortés, J. R., «Orígenes y desarrollo de los
w w w.hoy.es/ ex t r e m a du r a / 2 0 1 6 1 2 / 1 3 / p o d em os - campos de concentración franquistas en Extremadura»,
denuncia-cargos-sido-20161213145347.html (consulta: Revista de Estudios Extremeños, n.º 1, Tomo LXII, 2006,
14 de abril de 2017) pp.257-288.

268 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273


Breve crónica de la Asociación Memorial Campo de Concentración... Antonio D. López Rodríguez

importantes monografías [5], explica lo que Campo [7]. Las muertes por enfermedad y los
ocurrió en los primeros tres meses de fun- asesinatos arbitrarios dentro de sus insta-
cionamiento del Campo. Junto a Navarrete laciones completan el panorama de un es-
actuó el Servicio de Información de Poli- pacio represivo del que se siguen recaban-
cía Militar (SIPM), con el también Guardia do datos importantes como los listados de
Civil Manuel Carracedo al frente. Como ya altas y bajas que aparecen en el fondo del
expresamos en otra publicación, la Comi- Tribunal de Cuentas, ahora depositado en
sión de Clasificación que actuó en el Cam- el Centro de Documentación de la Memoria
po de Castuera estuvo controlada por dicho Histórica en Salamanca. Aunque como ya
SIPM que practicó además «limpieza» de se ha expuesto reiteradamente por diversos
los pueblos recién ocupados por los rebel- autores sigue siendo escandalosa la dificul-
des llevando a cabo «un plan de represión y tad de acceso, incluso de nulo acceso, a la
exterminio» [6]. documentación histórica de la represión
Pero el listado provisional de «desapare- franquista [8].
cidos» no sólo se nutre de las sacas periódi-
cas realizadas desde los barracones de in- AMECADEC y la gestión de la Memoria
comunicados donde estaban hacinados los
oficiales del ejército republicano además En uno de los artículos que componen el
de políticos y sindicalistas que habían de- monográfico que dedicó la Revista de Estu-
fendido la legalidad republicana. Hubo bús- dios Extremeños al Campo de concentra-
quedas individuales y colectivas de prisio- ción de Castuera, se hace un recorrido por
neros por parte de elementos que llegaban los tres aspectos fundamentales que carac-
procedentes de distintos pueblos con lis- terizan en el presente el espacio represivo
tados preparados. Ya se documentaron los del que estamos hablando:
casos de Cabeza del Buey o de Valle de La 1. Su historia como espacio represivo.
Serena. Sin olvidar las extracciones indivi- 2. Su consideración como «lugar de me-
duales de prisioneros como lo ocurrido con moria».
el Alcalde de Zafra, José González Barrero, 3. Su consideración como recurso didác-
sacado del Campo por dos Guardias Civiles tico y museístico a la luz de su declaración
y entregado a unos falangistas de su pueblo, como Bien de Interés Cultural, denomina-
que lo asesinarían en las inmediaciones del ción «sitio histórico» [9].
Pero, para la configuración y desarrollo
5.–Valgan como ejemplos: Espinosa, Francisco, La columna de esos tres puntos ha sido fundamental la
de la muerte, El avance franquista de Sevilla a Badajoz,
creación en febrero de 2006 de la Asocia-
Barcelona, Editorial Crítica, 2003. Ibarra, Cayetano, La otra
mitad de la historia que nos contaron. Fuente de Cantos,
República y Guerra 1931-1939, Badajoz, Diputación de 7.–Lama Hernández, José María, Una biografía contra
Badajoz, 2005. el olvido: José González Barrero, Alcalde de Zafra en la II
República, Badajoz, Diputación de Badajoz, 2000.
6.–Barrero Arzac, F. «Historia de la 109ª BM en el Campo
de Zaldívar (Badajoz)». Publicado en la web Todos los 8.–Véase el resumen de la situación de los archivos
Nombres y en López Rodríguez, A. D., «Del Campo de referentes a la represión franquista en: Castro, Luis, Héroes
concentración y la Prisión al cementerio: breve introducción y caídos. Políticas de la memoria en la España contemporánea,
a la represión franquista en el Partido Judicial de Castuera», Madrid, Libros de la Catarata, 2008. pp. 294-319.
en Muñoz Encinar, L., Ayán Vila, X., y López Rodríguez, 9.–León Cáceres, G., López Rodríguez, A.D. y González
A.D. (Ed.), De la ocultación de las fosas a las exhumaciones. Cortés, J.R.. «El Campo de concentración de Castuera: del
La represión franquista en el entorno del Campo de olvido forzado a lugar de memoria y recurso didáctico».
Concentración de Castuera, Santiago de Compostela, Revista de Estudios Extremeños, n.º II, Tomo LXVI, 2011, pp.
AMECADEC-Ministerio de la Presidencia, 2013. 527-594.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273 269


Memoria

Marcha al Campo, ejemplo de «memoria peregrina» (Foto: AMECADEC).

ción Memorial Campo de Concentración de y con el fin de que no hubiera reticencias


Castuera (AMECADEC). Su formación está por parte de familias vinculadas a otros
dentro del auge del movimiento memoria- partidos diferentes a IU. Si se leen los fines
lista a escala nacional. En el momento de que aparecen en el artículo 3 de sus Esta-
su constitución aún estaba muy presente tutos, podrían resumirse en dos sus objeti-
la emisión en octubre de 2004 de un docu- vos principales, por un lado dar respuesta a
mental titulado «La Pesadilla de Castue- las familias de las víctimas de la represión
ra», en el ya desaparecido programa «Línea franquista y, por otro, promover el conoci-
900» de la segunda cadena de Televisión miento de lo que ocurrió en el Campo de
Española. De hecho al año siguiente, e im- concentración [11]. A partir de ese momento
pulsado por la Asamblea Local de Izquierda todos los Homenajes han sido organizados
Unida, que lanzó sin éxito al Ayuntamiento por AMECADEC.
de Castuera su propuesta, se realizó el pri- Entre las primeras acciones que se reali-
mer Homenaje a las víctimas del Campo de zaron desde la Asociación fue la lucha por
concentración y de la dictadura franquis- la protección del espacio en el que estuvo
ta [10]. Uno de los actos fue una marcha des- el Campo. Los terrenos donde se ubicaba
de la Plaza de España al espacio que ocupó son privados y el propietario quiso cons-
el Campo de concentración. Se seguía así el truir por aquellos años una granja porci-
recorrido constante de cuerdas de presos, na. A partir de conocer esa iniciativa, y a
terminada ya la Guerra, entre dicho Campo título individual por dos componentes de
y la Prisión del Partido situada en el centro la futura Asociación, se elaboró la petición
del pueblo. Además se proyectó un docu- y solicitó ante la Administración regional
mental y se programaron charlas informa- la declaración de Bien de Interés Cultural
tivas. Consecuencia de esta convocatoria (BIC). En paralelo, y ya constituida la Aso-
fue la creación de AMECADEC en febrero ciación, se realizó la petición a la Admi-
de 2006. La idea de partida por parte de los
socios y socias fundadores fue crear una 11.–Para más información sobre los primeros años de
plataforma apartidista, desvinculando por AMECADEC y sobre sus objetivos principales véase, León
tanto la lucha por la memoria de las vícti- Cáceres, G., y López Rodríguez, A. D.; «La ‘recuperación de
la memoria’ de la Guerra Civil y de la represión franquista
mas del franquismo de la brega partidista,
en Extremadura: la experiencia de la Asociación Memorial
Campo de Concentración de Castuera». Entelequia: revista
10.–Ibidem. p. 565. interdisciplinar, 7 (2008), pp. 173-186.

270 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273


Breve crónica de la Asociación Memorial Campo de Concentración... Antonio D. López Rodríguez

nistración regional para que se legislase a Asociaciones culturales extremeñas, línea


favor de los prisioneros con menos de tres suprimida por la Junta hace dos legislatu-
años de detención en prisiones o campos ras, se pudo realizar una exposición sobre
de concentración y que, por tanto, no esta- la figura general de los campos de concen-
ban contemplados en la legislación que en tración desde una perspectiva histórica y
los años 90 benefició a los que pasaron por de defensa de los Derechos Humanos. Di-
las prisiones de Franco. Esta reivindicación cha exposición en estos momentos está en
no fructificó pese a la insistencia por parte activo y expuesta en un centro educativo de
de AMECADEC. Galicia y Extremadura son la región.
las únicas Comunidades Autónomas que no Como se ha señalado, la lucha de AME-
han aprobado esta simbólica pero necesaria CADEC por proteger el espacio físico del
compensación para un colectivo que a día Campo de Concentración y declararlo BIC
de hoy y por ley de vida ya estará a punto se inició antes incluso de su fundación.
de desaparecer. Otra constante en las rei- Esta petición tuvo que tomar protagonis-
vindicaciones ha sido y es la construcción mo cuando de nuevo un proyecto privado
de un Centro de Interpretación del Campo planteaba la posibilidad de construir una
de concentración de Castuera. De hecho es planta fotovoltaica en dichos terrenos.
el origen del nombre de la Asociación ya Desde la Asociación se realizó una campa-
que en los presupuestos de 2004 de la Junta ña dando la voz de alarma sobre dicha ini-
de Extremadura aparecía una partida pre- ciativa y reclamando se actuara desde las
supuestaria de 15.000 euros para este fin y instituciones, Ayuntamiento de Castuera
que los integrantes de la Asociación siguen y Consejería de Cultura. Respondieron rá-
sin conocer su paradero. pidamente a la convocatoria asociaciones
Un apartado importante ha sido, y sigue y colectivos de memoria de todo el Estado
siendo, la divulgación científica y didácti- Español y también del extranjero. Además,
ca de lo que fue el Campo de concentración hubo apoyos desde el mundo académico y
de Castuera y el contexto en el que surgió. también muestras de adhesión de familia-
Desde hace más de diez años se está traba- res y personas sin vinculación con el mo-
jando con los Departamentos de Historia vimiento memorialista, apoyos, en fin, que
de los Institutos de la región. El profesor de muestran el marcado carácter simbólico
Secundaria y especialista en el sistema de que atesora el espacio. Finalmente el Dia-
campos de concentración extremeño, José rio Oficial de Extremadura (DOE) publicó el
Ramón González Cortés, realizó una uni- 12 de agosto de 2008 la resolución de 31 de
dad didáctica del Campo de Castuera que julio por la que se incoaba por parte de la
fue editada en papel y pdf por la Asociación. Consejería de Cultura el expediente de de-
Las visitas guiadas también se realizan para claración de «Bien de Interés Cultural. Sitio
cualquier institución o colectivo que lo so- histórico» para el Campo de concentración
licite. Además, la Asociación colaboró con de Castuera en los términos municipales de
la Universidad de Extremadura durante los Castuera y Benquerencia de La Serena [12].
años que se celebraron en la localidad los Finalmente, la declaración como BIC se ha-
Cursos de Verano dirigidos por el Profesor ría firme con la publicación en el DOE del
del Departamento de Historia de la Univer- 13 de mayo de 2009, convirtiéndose en el
sidad Julián Chaves Palacios. Finalmente, y primer campo de concentración franquista
gracias a la convocatoria de ayudas que la
extinta Consejería de Cultura abría para las 12.– Diario Oficial de Extremadura, 12 de agosto de 2008.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273 271


Memoria

del Estado Español que consigue la máxima


figura de protección.
Pero la lucha de la Asociación continuó
cuando las obras de la fotovoltaica se pusie-
ron en marcha. Podrían destacarse dos he-
chos, por un lado la denuncia ante la Admi-
nistración de que la empresa había iniciado
los trabajos sobre el terreno sin seguimiento
arqueológico, y por otro, las continuas recla-
maciones, ya en octubre de 2009, por parte
de la Asociación ante la Administración re-
gional para que se cumpliera sobre los pla-
nos de instalación de la fotovoltaica los 200
metros de protección del BIC.
Otro objetivo en el que ha trabajado in-
tensamente la Asociación ha sido la bús-
queda de las fosas clandestinas asociadas,
tanto al Campo de concentración, como a la
Prisión de Partido. La dificultad para conse-
guir su localización ha sido enorme. Pese al
gran número de asesinatos perpetrados por
los franquistas en Castuera, es necesario
subrayar que por la localidad pasaron pri-
Plano de la declaración BIC del Campo de
sioneros de todas las regiones de España, concentración (Fuente: DOE, 13 mayo 2009).
y que con periodos de más o menos viru-
lencia se extendieron hasta 1949, sólo se ha paralela en los terrenos que ocupó el Cam-
conseguido un testimonio que dijera abier- po de concentración de Castuera. Todo lo
tamente dónde estaba alguna de las fosas asumió el equipo del CSIC-Incipit de San-
con represaliados. Sin embargo, gracias a tiago de Compostela dirigido por Alfredo
la referencia encontrada en un documento González Ruibal que ya había intervenido
y a la línea de subvenciones que el último en el espacio del Campo en septiembre de
Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero 2010, siendo la primera vez en Extremadu-
convocó desde el Ministerio de Presidencia ra que se realizaba una excavación arqueo-
pudieron presentarse dos proyectos de in- lógica en un centro de represión tan rele-
tervención que se fraguaron en dos campa- vante como el Campo de Castuera [14]. Los
ñas de prospección y exhumación de fosas. resultados fueron tres fosas exhumadas
El primer año, 2011, fue contratada para di- con un total de 38 cuerpos y una fosa más
rigir las excavaciones la arqueóloga Laura detectada que no pudo ser exhumada por
Muñoz, dependiente del Proyecto para la falta de dinero. Se pudo asignar cada fosa
Recuperación de la Memoria Histórica de a distintas fases de la represión ejercida
Extremadura. En el proyecto del segundo por los vencedores tras la Guerra pero fi-
año, 2012 [13], se incluyó una intervención nalmente no se pudo identificar a ninguna

13.–Digital CSIC: http://digital.csic.es/handle/10261/72371 14.–Digital CSIC http://digital.csic.es/handle/10261/34407


[consulta: 14 de abril de 2017]. [consulta: 14 de abril de 2017].

272 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273


Breve crónica de la Asociación Memorial Campo de Concentración... Antonio D. López Rodríguez

persona. Por tanto, al número provisional


e indeterminado de «desaparecidos» se le
unía el de 38 «desconocidos».
Finalmente, la Asociación ha consegui-
do construir un Monumento-Memorial en
el Cementerio Municipal de Castuera. Las
cinco piedras que lo constituyen recogen
el listado provisional de los represaliados
del franquismo relacionados con la repre-
sión franquista en Castuera, o bien por ser
vecinos de Castuera y asesinados dentro o
fuera de la localidad, o por haber sido ase-
sinados en Castuera, aunque procedieran
de distintos lugares. La construcción de
este Monumento Memorial viene a mate-
rializar un anhelo de muchas familias que
a día de hoy desconocen el lugar de reposo
de sus deudos, tratando de restañar heridas
que llevan demasiado tiempo abiertas. Sin
embargo, lo significativo es que se ha cons- Exhumación de la fosa en el Cementerio de
truido con el respaldo unánime del Ayunta- Castuera, año 2011 (Foto: AMECADEC).
miento que así lo expresó en el Pleno de 27
de noviembre de 2015 y por iniciativa pre- «[...] reivindicar la memoria de la Guerra
sentada por la Asociación. Una unanimidad Civil y su plena asimilación cultural no im-
que, sin embargo, no se pudo alcanzar para plica aficiones pirómanas obsesionadas en
la declaración de condena del franquismo reavivar fuegos ya venturosamente extin-
en el pleno extraordinario celebrado el 14 tos o aficiones obsesivas consistentes en
de abril de 2007 [15]. estar dando siempre vueltas sobre lo mis-
Asociaciones de familiares como AME- mo, cuando se trata justamente de lo con-
CADEC desarrollan una labor fundamen- trario. Primero, como reparación histórica
tal por la actividad que realizan tanto en de aquellos a quienes se cercenó su memo-
el plano reivindicativo de los derechos de ria, vencidos y exiliados; segundo, como
las víctimas del franquismo, como en el di- aviso de propagandistas y navegantes, y
vulgativo y de visibilidad de un problema tercero, como simple reafirmación demo-
básico en cualquier democracia como es el crática del pueblo español y asentamiento
cumplimiento de la Declaración Universal de su cultura política» [16].
de los Derechos del Humanos. Y para ter-
minar, unas palabras de Alberto Reig Tapia
que de alguna manera condensan el espíri-
tu que anima el activismo de asociaciones
como AMECADEC:

15.–León Cáceres, G., y López Rodríguez, A. D.; «La


‘recuperación de la memoria’ de la Guerra Civil y de la
represión franquista en Extremadura: la experiencia de la 16.–Reig Tapia, A., Memoria de la Guerra Civil. Los mitos de
Asociación..», p. 4. la tribu, Madrid, Alianza Editorial, 1999. p. 20.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 267-273 273


«España en guerra: violencia en
las retaguardias», una exposición
necesaria
José Emilio Pérez Martínez
Universidad Complutense de Madrid

El Foro por la Memoria de Segovia con-


tinúa con su encomiable labor de recupe-
ración de la Memoria Democrática, incide
especialmente en labores divulgativas con
exposiciones como «La II República, espe-
ranza de un pueblo» o «La dictadura fran-
quista, cuarenta años de represión» y libros
como «Segovianos al servicio de la Repú-
blica» y «Tras las rejas franquistas», este
último también en documental. Reciente-
mente ha puesto en marcha la exposición
itinerante «España en guerra: violencia en
las retaguardias», que ha recorrido, desde
septiembre de 2015 una quincena de bi-
bliotecas públicas municipales y centros
culturales de la ciudad de Madrid, cuyo pe-
riplo culminó el pasado marzo en El Pozo explicativos. Y sin embargo, y teniendo esto
del Tío Raimundo, en Vallecas. en cuenta, se reconoce que, y cito textual-
Dirigida y documentada por Santiago mente, «es labor de los historiadores expli-
Vega Sombría, con la colaboración de Juan car e interpretar las causas, mecanismos,
Carlos García Funes, José Luis Ledesma y naturaleza y dimensiones de los procesos
Glicerio Sánchez Recio, y el diseño de Pe- represivos» que hubo tras las muertes de
dro J. Llorente, la muestra acerca al visi- todas y cada una de estas víctimas.
tante al fenómeno de la represión en las Nos encontramos ante unas 150.000 víc-
retaguardias franquista y republicana du- timas de la represión en las retaguardias
rante la Guerra Civil española, a través de —casi el mismo número que el de los caí-
una serie de minuciosos y cuidados pane- dos en los frentes de batalla, que ronda los
les que ilustran detalladamente las formas 160.000— que se concentran sobre todo en
y dimensiones del fenómeno represivo en 1936, cuando afloraron los conflictos socia-
ambas zonas. les y políticos labrados durante los últimos
El principio básico del que parte el pro- años: jornaleros frente a terratenientes ante
yecto es que todas las víctimas merecen la reforma agraria, laicos frente a la Iglesia
respeto, memoria y dignidad, algo que se- ante la libertad de conciencia, maestros
gún se avanza en el recorrido se hace pal- frente a la Iglesia ante la enseñanza laica,...
pable en cada uno de los diferentes paneles También se aprovecharon las circunstan-

274 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 274-277


«España en guerra: violencia en las retaguardias», una exposición... José Emilio Pérez Martínez

cias bélicas para dar rienda suelta al ajuste republicana. El apoyo directo y abierto de la
de rencillas personales y móviles privados. jerarquía eclesiástica a la sublevación hizo
Aunque ambas represiones persiguieran que la misma se convirtiera en blanco de la
los mismos fines —asegurar las retaguar- violencia de retaguardia. Unos 6.000 miem-
dias y eliminar a los adversarios— vemos, bros del clero fueron víctimas directas de la
gracias a la exposición, que existen diferen- misma en un ejercicio represivo que desoyó
cias cualitativas y cuantitativas entre las de los llamamientos del gobierno republica-
ambas zonas. Así, mientras que el número no a parar dicha violencia. Los tribunales
de víctimas por la represión ejercida por los populares, las cárceles y las «checas», con
republicanos puede cifrarse en 42.582, en la sus «sacas» y «traslados», los campos de
zona franquista asciende a 144.755 (si in- trabajo —con sus condiciones de vida de-
cluimos las cifras de posguerra). Parece que plorables—, la depuración de desafectos, o
los números hablan por sí solos. el Tribunal de Responsabilidades Civiles,
Pero no es tan solo cuestión de cifras. son otros de los fenómenos del repertorio
Y es, acercándose a los diferentes paneles, represivo en la retaguardia republicana que
cuando el visitante percibe esas diferen- la exposición trata.
cias cualitativas entre una retaguardia y Paracuellos —«¿Y Paracuellos qué?»,
otra a la hora de ejercer la represión. Unos habremos oído cientos de veces— tiene su
paneles, a ojos del que escribe, ecuánimes propio panel. En el mismo se contextualiza
y justos, en caso de que algún lector esté y explican la sucesión de hechos que lle-
pensando en que la exposición se rige por varía al desgraciado episodio de los fusila-
principios partidistas. mientos de unas 2.000 personas en Torre-
Así, las piezas en las que se trata la repre- jón de Ardoz y Paracuellos del Jarama.
sión y la violencia en la retaguardia repu- La represión en la retaguardia suble-
blicana hablan de cómo ésta no fue unifor- vada adoptó, y así lo explican los paneles
me ni en todo el territorio que permaneció dedicados a la misma, unas características
fiel a la legalidad democrática, ni durante diferentes. Estaba prevista y planificada de
toda la guerra. Explican cómo no respondió antemano —por el general Mola en las «Ins-
a ningún plan sistemático de eliminación trucciones reservadas» de mayo del 36—,
de enemigos por parte de las autoridades, estuvo dirigida por las autoridades milita-
y señalan que hubo, incluso, voces discor- res, enfocada contra todos aquellos que se
dantes dentro del gobierno de la República. opusieron al golpe y que eran considerados
De este modo, concentrada principal- adversarios políticos —autoridades civiles,
mente en el verano de 1936 —los primeros dirigentes políticos, militantes republica-
compases de la contienda— la represión fue nos, socialistas, comunistas, anarquistas,
orquestada por toda una estructura paraes- etc.—, tuvo un marcado componente de
tatal dependiente de partidos y sindicatos. clase y, por el resultado de la contienda, se
Una violencia cuya dureza dependió en mu- prolongó en el tiempo hasta 1975.
chas ocasiones de la crudeza de la suble- Amparados en el Bando de Guerra del
vación, habiendo episodios represivos que 28 de julio, que se mantuvo en vigor has-
se produjeron como respuesta a diferen- ta 1948, se realizaron fusilamientos sin
tes bombardeos a objetivos civiles u otras procedimiento judicial alguno a manos de
agresiones por parte del ejército subleva- la Guardia Civil, del ejército y las milicias
do. La violencia anticlerical es otro de los nacionales (Falange, etc.), y ajusticiamien-
temas tratados al hablar de la retaguardia tos bajo el paraguas de una justicia mili-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 274-277 275


Memoria

tar ficticia, en forma de


Consejos de Guerra que
eran verdaderas farsas.
En un ejercicio de resig-
nificación notable, todos
aquellos que permane-
cieron leales a la Repú-
blica y se opusieron al
golpe de Estado fueron
acusados de rebeldía,
siendo Julián Grimau el
último de los aproxima-
damente 40.000 ejecu-
tados por su actuación
durante la contienda.
La prisión, los traba-
jos forzados, los campos
de concentración, la de-
puración de cargos pú-
blicos de todo tipo —con
especial incidencia en el
cuerpo de docentes—, la
censura, la ilegalización
de partidos políticos y
sindicatos que no fue-
ran aquellos que darían
forma al nuevo Estado,
la censura, la imposición
de unas pautas de vida y
de un adoctrinamiento
ideológico, el Tribunal
de Orden Público, fue-
ron, entre otros, algu-
nos de los mecanismos
represivos de los suble-
vados. Una violencia ge-
neralizada que adoptó
formas concretas contra
determinados colectivos
como las mujeres, los ni-
ños o los homosexuales.
Un régimen de terror
sistemático sobre el que
se construiría la España
nacional-católica que Panel de la exposición «España en guerra. La violencia...».

276 Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 274-277


«España en guerra: violencia en las retaguardias», una exposición... José Emilio Pérez Martínez

habría de durar cuatro décadas, durante las su especial contribución a la recuperación


que muchas de estas formas represivas se de la memoria de todas aquellas personas
perpetuaron. que fueron víctimas de la violencia. Nece-
El visitante tiene, gracias a estos deta- saria porque desde el respeto a todas las
llados paneles —repletos de ilustraciones, víctimas y el rigor historiográfico, reconoce
gráficos, recortes de prensa de época, car- la existencia de fenómenos represivos en
teles, etc.—, los datos, la información nece- ambas retaguardias, a la par que a través de
saria para, aun no siendo historiador, poder la explicación de los mismos, nos permite
interpretar y construir su propio juicio. Una entender que, digan lo que digan —y esto
exposición necesaria por su tono divulga- no debemos olvidarlo nunca— no fueron lo
tivo, por la calidad de los materiales y por mismo.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 274-277 277


Lina Molina Rivero, el drama de una
joven comunista comprometida
Encarnación Barranquero Texeira
Universidad de Málaga

El caso de Lina Molina es el de las mu-


jeres que perdieron la guerra y vieron frus-
trados los proyectos por los que se habían
entregado de lleno durante los años de su
juventud. Su trayectoria revela con clari-
dad todo aquello que no fue durante la larga
dictadura. Es, como tantos perdedores, una
desconocida, incluso entre el PCE en el que
militó y solo algunos supervivientes de la
guerra en la etapa de la Transición la recor-
daban, como Adolfo Sánchez Vázquez, Luis
Abollado, José Sánchez Santos y otros viejos
militantes que pudieron contarlo. Su familia
ha sido de las que han seguido manteniendo
el vínculo con Málaga y han ayudado a que
su memoria y la de su compañero, también
comunista Luis González, no se perdiera,
cediendo fotos, documentos, los propios re-
cuerdos escritos por Lina, que en este artí-
culo se utilizan y completan con documen-
Lina Modina (Foto cedida por su familia).
tación de archivos y artículos de prensa, se
ordenan y exponen a continuación.
La familia Molina era de un pueblo de la café llamado La cantina del parador y allí na-
provincia de Málaga llamado Colmenar. A su ció el otro hijo, Paco, en 1920. Poco después,
padre, durante el servicio militar le tocó ir a sus padres dejaron el café y pusieron una
Melilla, donde participó en la guerra de Ma- tienda de comestibles, también en el centro
rruecos durante más de tres años. A la vuel- de la ciudad, en el Muro de Puerta Nueva,
ta, José Molina se casó con Ana Rivero, que donde estuvieron hasta la ocupación de Má-
aún no había cumplido los 17 años, el hada laga por las fuerzas fascistas y franquistas. A
de la casa, según Lina, que también adoraba finales de marzo de 1926 nació Pepita, con
a su padre. El matrimonio decidió trasladar- la que compartió Lina su vida prácticamente
se a la capital y, para entonces, ya había na- hasta su muerte.
cido su hija Catalina, el 29 de diciembre de Corrían los últimos años de la dictadu-
1915. ra de Primo de Rivera cuando, a los cator-
El padre tomó el traspaso de un pequeño ce años, preparó el examen de acceso a la

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Lina Molina Rivero, el drama de una joven comunista comprometida Encarnación Barranquero Texeira

Escuela Normal, ya que sus padres la ha- trolando el poder, boicoteando las medidas
bían animado para que fuera maestra. La progresistas, la reacción del bienio negro y la
carrera duraba cuatro años y el período de esperanza recobrada con el Frente Popular.
estudiante no pudo ser más ilusionante: de Lina Molina estaba ya muy implicada y se le
1931 a 1935. Ella misma se ha definido como puede reconocer en algunas fotos publica-
muy responsable: «[…] Estudiosa, seria, con das en la prensa malagueña: en un mitin en
deseos de no perder el tiempo, sacar mis la plaza de toros y citada en sus actividades,
cursos… supe encontrar dos o tres compa- como conferencias y escritos editados o, ya
ñeras que pensaban como yo. Juntas pre- en la guerra, inaugurando la radio del PCE.
parábamos nuestros trabajos ayudándonos Dicho partido en Málaga era relativa-
mutuamente» [1]. Tuvo su título de Maestra mente fuerte. En 1931, por un distrito de la
Nacional pero las oposiciones que debían capital, fue elegido el primer concejal comu-
celebrarse en 1936 no se convocaron a causa nista andaluz: Andrés Rodríguez, asesinado
de la guerra. antes del golpe de Estado de 1936. Por Mála-
El análisis que hacía la joven Lina de la ga, en noviembre de 1933 había sido posible
situación lo exponía así: configurar una candidatura unitaria con so-
cialistas y republicanos, el Frente único an-
«España era una monarquía y el poder es- tifascista, con la que consiguieron el primer
taba en manos del clero, los militares y los diputado del partido: Cayetano Bolívar [2] y
terratenientes. Esas clases dominantes eran en las elecciones de febrero de 1936 en to-
responsables de las miserias y los sufrimien- dos los distritos de la capital ganaron las
tos de la mayoría de españoles obreros y candidaturas del Frente Popular, lo que le
campesinos… La proclamación de la Repú- valió el apelativo de Málaga la roja, tan pre-
blica fue un momento mágico, las represio- sente, más tarde, a la hora de la represión.
nes, atropellos y abusos acumulados tantos El PCE consiguió publicar un periódico
y tantos años quedaron detrás del inmenso como órgano del comité provincial llama-
avance de esperanzas… una nueva vida más do Vanguardia, en el que escribió en varias
humana iba a comenzar en España…» ocasiones. El 10 de mayo de 1936 salió el
primer número y en él Lina firmó un ex-
La proclamación de la República la vivió tenso artículo titulado La mujer y la guerra,
con grandes esperanzas y recuerda cómo en que es un agudo análisis, bien redactado y
Málaga, la bandera tricolor desplegada en lleno de ejemplos del pasado y de la coyun-
el Ayuntamiento la marcó profundamente. tura de la primavera de 1936, destacando
Discutía a menudo con otros jóvenes acer- la carrera bélica alemana. El llamamiento a
ca de la situación política y social y uno de las mujeres para que se posicionaran por la
ellos le propuso algunas lecturas del PCE. paz y el antifascismo estaba lleno de argu-
Con su inquietud, su despierta inteligencia mentos. En el número del 22 de mayo, otro
y su formación no es extraño que ingresara titulado Acordaos de Asturias, analizaba los
pronto y, que a medida que avanzaba la Re-
2.– Encarnación Barranquero Texeira, Cayetano Bolívar.
pública, su trabajo fuera más activo. Se iban Su trayectoria política, Cedma, Málaga, 2006; Eduardo del
decepcionando bastante cuando observaban Rosal Fernández, Cayetano Bolívar, Málaga, Cedma, 2004;
que realmente las derechas seguían con- Encarnación Barranquero Texeira, «El Frente Único An-
tifascista de Málaga en 1933 como primera experiencia
1.– Las citas en cursiva forman parte de su autobiogra- del Frente Popular», en Varios Autores, Estudios sobre la II
fía escrita, cedida gentilmente por su hija Luisa González República en Málaga, Servicio de Publicaciones de la Dipu-
Molina, archivo particular de la familia González Molina. tación Provincial de Málaga, 1986, pp. 177-204.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 278-284 279


Memoria

problemas que tenía la República con las rando, aunque desconocían la envergadura
fuertes resistencias reaccionarias y la críti- de las conexiones, los concretos apoyos y
ca al gobierno tibio que miraba hacia otro otros datos. Tras el 18 de julio de 1936, Má-
lado sin enfrentar a una oposición podero- laga quedó para la República, pero la vida
sa que acabaría por destruir los proyectos y se tornó sumamente peligrosa y el frente
los objetivos previstos. Esa primavera Lina fue atenazando la capital en unos meses.
la vivió intensamente con las mismas en- Las dificultades de la ciudad en guerra au-
contradas emociones de ilusión y temor que mentaban: los bombardeos —224 muertos al
compartieron los sectores más progresistas. menos por esta causa en la capital—, la es-
Un tercer amplio artículo sobre La mujer y la casez de alimentos y medicinas y el miedo a
URSS [3] describía los avances para las mu- la muerte, a los emboscados o las tensiones
jeres tras la revolución socialista. Ya estaba entre los vecinos.
en el comité provincial del partido, por el El Comité de Enlace se reforzó y se con-
secretariado femenino, donde había otros troló mejor la situación. Lina reconoce que
compañeros también jóvenes y con una había grupos que cometían atropellos y
formación y madurez política extraordina- detenciones y hubo que dedicar medios y
rias. En Málaga, un comité de enlace de ju- energías también con ellos. La creación de
ventudes comunistas y socialistas funcionó comités que se ocuparan de cada problema
desde enero de 1936, en abril fue la unifica- fue marcando la situación y uno de los más
ción orgánica pero el congreso provincial de importantes fue el de los refugiados. A Má-
unificación fue suspendido por el estallido laga llegaban miles de personas que huían
de la guerra. Entre estos jóvenes de las JSU de la ocupación de sus pueblos del Campo
estaban Adolfo y Gonzalo Sánchez Vázquez, de Gibraltar, de la provincia de Sevilla y sur
Luis Abollado, Muñoz Zafra, Tomás García de Córdoba, de las comarcas de Anteque-
(que fue el primer diputado por Málaga en ra, Ronda o Marbella. «Málaga era un gran
la Transición), José Cerezo y algunas chicas centro de concentración», recordó siempre
como María Arrabalí o Carmen Gómez [4], en- Lina Molina, que fue nombrada presidenta
tre otros. del Comité de Alojamiento. Esa mujer tan
Sabían, porque contaban con algunos joven —solo tenía 24 años— y menuda ad-
compañeros dentro de los cuarteles que los quiría así una de las principales responsabi-
tenían al corriente, lo que se estaba prepa- lidades y el partido le pedía que procurara
representantes de otras organizaciones para
3.– Vanguardia era órgano del Comité Provincial del PCE. configurarlo y empezar a dar respuesta a tan
Algún número está en los fondos del Archivo del PCE, y
agudo problema. Ella como presidenta debía
al menos, otro, en un proceso sumarísimo de guerra. La
colección prácticamente completa está en la Hemeroteca asumir la tarea de facilitar techo a tantos
Municipal de Madrid. miles de refugiados que llegaban y queda-
4.– Carmen Gómez Ruiz escapó a Marruecos. Era compa- ban desamparados en las calles malagueñas.
ñera de Luis Campos Osaba, de la dirección del PCE, que El comité decidió incautar las casas vacías.
ingresó a España a fin de reconstruir el regional de Anda-
Lina escribió:
lucía, pero fue detenido y fusilado en Sevilla. Para conocer
su causa, véase: Alejandro Sánchez Moreno (Edición, in-
troducción, estudio preliminar y notas) ¿De qué se nos acu- «las mejores eran las abandonadas por los
sa?, Córdoba, FIM-Utopía, 2014; y para el epistolario entre huidos o detenidos de derechas y las reparti-
Carmen Gómez y Luis Campos, véase: Encarnación Lemus,
mos con equidad… después recurrimos a los
(Documentación, introducción y estudio preliminar), Cárcel
de amor. Una historia real en la dictadura franquista, Funda- conventos y a añadir camas y utensilios…
ción El Monte, Sevilla, 2005. después tuvimos que recurrir a la población

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Lina Molina Rivero, el drama de una joven comunista comprometida Encarnación Barranquero Texeira

que fue generosa y dieron camas, comidas y tes y destrozaban la carretera. Si la primera
techo… finalmente tuvimos que ocupar va- noche transcurrió en las afueras de Málaga,
rias iglesias… pusimos nuestra voluntad en en la segunda vieron las luces de las fuer-
hacerlo lo mejor posible y, finalmente, la Ca- zas motorizadas italianas, que habían llega-
tedral…» do desde Vélez a la costa en Torre del Mar
y aceleraban por la carretera hasta Motril.
Igualmente el comité se ocupó, a través de El grupo de la familia de Lina fue alcanzado
la radio y los periódicos, del reagrupamiento y todos cayeron a un lugar inclinado hacia
de las familias, que se habían perdido. el mar donde era difícil retenerse y perma-
La situación era desesperada ya en enero necieron así toda la noche hasta que vieron
de 1937, en que se empezaban las primeras una especie de gruta y allí se metieron. Has-
maniobras para la batalla de Málaga. Unos ta que llegaron a sobrepasar Motril, en cu-
días antes del 8 de febrero, fecha en que con- yas cercanías quedó estabilizado el frente,
fluyeron las tropas antirrepublicanas, sobre fue una odisea, como la de tantas personas
todo italianas sobre Málaga, la población que han dejado sus testimonios de la huida.
refugiada, que debió ascender a unas 60.000 Un drama. Desde el 8 de febrero estuvieron
personas, y la malagueña comenzaron a huir escondidos, ayudados por algunos vecinos
por la única vía libre que había quedado: la con comida, tratando de llegar a zona repu-
carretera de Málaga a Almería. blicana, lo que no consiguieron hasta el 19
Lina salió el día 7 por la noche de forma de marzo de 1937. Para entonces, en Málaga,
que lo hacía con los últimos grupos de per- según fuentes oficiales franquistas, ya ha-
sonas, con sus padres y hermanos, con la bían fusilado a 1240 personas con responsa-
familia del que ya era su novio, Luis Gonzá- bilidad igual o menor de la que había tenido
lez y la madre y hermana de su compañero Lina Molina.
del comité y del PCE, Manrique. Casi todas A partir de entonces emprendieron un
las personas partieron en grupos familiares viaje menos agitado hacia Almería. Allí ha-
relativamente numerosos, que se ayudaban bía una casa del comité provincial del PCE
mutuamente a veces como única estrategia de Málaga donde estaban casi todos sus an-
frente a la desolada situación. Su salida tar- tiguos compañeros y su novio Luis, respon-
día y a pie demuestra que no es cierto que sable de organización del PCE de Málaga,
los responsables y dirigentes salieran los con el que se casó el 12 de mayo. Ella siem-
primeros y con los mejores vehículos: pre conservó la curiosa acta de matrimonio
«Cuantos ancianos y mujeres procurando comunista en la que se ponen los datos de
tener a los niños sujetos, no importa cómo, los comparecientes y las consideraciones
con sábanas, cuerdas, como rebaños… ma- expresadas por el secretario del partido, mo-
dres que buscaban enloquecidas, heridos, rales y materiales, como el respeto, la ayuda
ancianos empujados en carretillas, incluso mutua y la crianza de los hijos en las ideas
vi a una anciana que la llevaban sus hijas en de cultura, libertad y progreso. Se anotó la
un somier, gentes cargadas de bultos…, un conformidad de ambos así como la promesa
mar de gente cubriendo la carretera. En la de fidelidad, apoyo y asistencia. El secretario
oscuridad se oían nombres, nos llamábamos de organización del Comité Provincial del
con miedo de perder el contacto los miem- PC de Almería dio fe y todos firmaron.
bros de la familia…» Fueron a vivir a Espinardo (Murcia) y, más
Lina recordaba cómo los barcos cañonea- tarde, a Valencia. Como Luis, destinado en
ban a la población civil, destruían los puen- Lérida veía aproximarse el corte de Catalu-

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Memoria

Refugiadas de Romorantin 1939. Lina es la primera sentada por la derecha con su niño (Foto
proporcionada por la autora).

ña con el resto de la zona republicana, quiso los hombres y los miembros de familias que
que la familia fuera a Barcelona. De hecho, se habían perdido.
tomaron el último tren que se desplazaba Así supieron que Luis González había ido
entre Valencia y Barcelona, pero solamente a parar a Burdeos. Primero estuvo en Arge-
Lina, su madre y su hermana Pepita pues el lès, pero por ataques de asma fue llevado al
padre quiso esperar en Valencia la llegada hospital de Perpiñán, desde donde escapó
del hijo, que estaba movilizado en Silla, en la y tomó un tren para evitar ser llevado de
comarca de la Huerta Sur de esa provincia. A nuevo al conocido campo. En Burdeos fue
ellas las llevó Luis a un pueblo de Lérida, Pla acogido por una familia que estaba en una
del Cadí, y allí nació otro hermano de Lina, asociación de ayuda a España, que le buscó
José Luis, en septiembre de 1938. A las po- el contacto con su familia en Romorantín. El
cas semanas tuvieron que cruzar la frontera 8 de abril de 1939, apenas unos días después
su madre con el bebé, la hermana Pepita y de finalizar oficialmente la guerra, Lina tuvo
Lina embarazada, a través de Puigcerdá ha- a su hijo Luis.
cia la Tour de Carol y, desde allí en tren ha- En España, el padre y el hermano de Lina,
cia Blois. Pararon en el famoso castillo para cuando acabó la guerra volvieron a Mála-
partir hacia Romorantin, en cuyo hospital ga y fueron detenidos y juzgados. Al padre
fue alojado su grupo de unas 200 personas, le echaron 6 años y un día y lo llevaron a la
eran solamente mujeres y niños pero, con el cárcel de San Sebastián, por el único delito
comité de ayuda, algunas mujeres como Lina de ser padre de Lina Molina y al hermano lo
y una amiga llamada Virtudes, escribieron mandaron a una compañía disciplinaria y al
cientos de cartas a los campos de refugiados final tuvo que irse de legionario. Las auto-
y a todos los organismos para preguntar por ridades franquistas desde el principio tam-

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Lina Molina Rivero, el drama de una joven comunista comprometida Encarnación Barranquero Texeira

bién se interesaron en su búsqueda a fin de Luis y la evolución de la guerra quisieron


hacerla pagar por su actividad roja. En la do- pasar a zona libre e indagaron la forma de
cumentación conocida como Causa General, que alguien les mostrara la línea, que cruza-
ese extenso proceso de investigación impul- ron tres mujeres con tres niños muy peque-
sado por el Ministerio de Justicia franquista ños buscando a unos familiares lejanos del
sobre crímenes y abusos en la zona republica- padre de Lina que estaban en Chateauroux
na, con relación de sus responsables, se afir- y lo hicieron en un tren que les llevó desde
maba que Lina Molina estaba muerta. La Reole. Lina encontró un trabajo en una
Como empezaron los alemanes a ocupar fábrica, la hermana ayudaba en una tienda
Francia, el hospital de Romorantín se con- y la madre lavaba para una lavandera profe-
virtió en hospital militar y las refugiadas sional. La zona libre donde estaban dejó de
españolas fueron a parar a un campo en el serlo por el avance alemán y con esa familia
mismo departamento, Le Bois Brule. Eran que los acogió estuvieron un año y Lina es-
barracas con letrinas en malas condiciones, tuvo limpiando en un almacén de abastos de
hacinadas y sobre terreno fangoso, que vi- los alemanes y en una casa con su hermana
gilaban guardias senegaleses humillando a y así iban sobreviviendo.
las personas refugiadas y rodeadas de alam- En los alrededores de Chateauroux había
bradas. Hasta finales de noviembre no con- españoles, algunos trabajaban en la resis-
siguieron reagruparse con Luis en Burdeos, tencia y ellas ayudaron todo lo que pudieron
en unas fechas dramáticas porque ya había y así, entre bombardeos y escasez terminó
empezado la Segunda Guerra Mundial. Em- la guerra y revivió momentáneamente en
pezaron a buscar trabajo y se organizó toda la familia la idea de volver a España, pero
la familia en una sola habitación, para salir la realidad fue frustrante cuando a Franco
adelante. se le respetó su aislamiento. Lina encontró
En Burdeos, Luis González, el marido de trabajo en talleres de aviación Deol, la her-
Lina, seguía realizando labores de partido, mana Pepita en un almacén de tejidos y los
manteniendo contactos entre la dirección tres niños (los dos hijo de Lina y su hermano
y los grupos de base. El 19 de diciembre de pequeño) iban creciendo. Supieron que el
1940 tardaba en volver a casa y Lina con su hermano mayor en España había termina-
hermana salieron a buscarlo donde creían do el período de la legión y que el padre iba
que estaría. Sonaron disparos y ellas regre- a ser pronto liberado, los camaradas de las
saron a casa con rapidez, quitaron de en granjas les ayudaban y ya no pasaron más
medio cualquier papel que comprometiera necesidades, pero cerraron los talleres de
a alguien para cuando llegara la policía, que aviación y las mujeres decidieron irse a Pa-
lo hizo para registrar y enviar a la familia al ris, ya en el año 1947.
hospital a fin de reconocer el cadáver. Al día En París estaba el novio de la hermana
siguiente Lina fue interrogada y le pusieron Pepita, que había sobrevivido en Buchen-
un gran fichero para que reconociera a sus wald y también la amiga Virtudes, que había
amigos. Ella siempre recordó irónicamente vuelto del campo de Ravensbruck. Ya, en el
que en todo momento le preguntaron si su marco de la posguerra europea, su cuñado
compañero tenía amigos y nunca si tenía encontró trabajo y Lina, su madre y la her-
enemigos. Para entonces Lina estaba emba- mana se pusieron a coser. Planificando los
razada de su otro hijo, una niña, que nació gastos de la mejor forma pudieron comprar
en febrero de 1941 a la que puso el nombre una máquina de coser eléctrica, ayudar al
de Luisa. Viendo lo que había pasado con hermano que había quedado en España a

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 278-284 283


Memoria

Lina de pie, quinta por la izquierda, junto a su madre y su hermana en un acto del PCE en el exilio
francés (Foto proporcionada por la autora).

estar dos meses con ellos y a que el padre les bombardearon cuando huían por la ca-
consiguiera su pasaporte y se fuera a Paris rretera de Almería (un concejal del PCE en
con el resto de la familia. la Transición, Leopoldo del Prado promovió
En Ivry, el distrito parisino donde vivían, el cambio de nombre, que pasó a ser Manuel
había españoles exiliados y la presencia co- Altolaguirre). Sin embargo, Lina pudo saber
munista era muy significativa. El PCF era que en España, que en Málaga, había interés
fuerte allí y Lina participaba en sus activi- en recuperar aquella memoria, que se em-
dades. Además, cuando alguien del PCE iba pezaban a rememorar los aniversarios de la
a París paraba en su casa y hay bastantes fo- tragedia de la huida por la carretera de Al-
tografías que han plasmado esos momentos mería, y que ya su hija Luisa y su yerno Luis,
de hospitalidad y ayuda. El padre de Lina co- como sus nietos en París y Angulema han
noció a su hijo y a sus nietos cuando tenían venido participando en actos conmemora-
ya alrededor de 10 años. Para Lina lo más tivos. Cuando Lina Molina falleció el 11 de
importante ha sido la familia, el nacimiento mayo de 2006 se estaba preparando un ho-
de los nietos y los biznietos. menaje a las personas que vivieron aquellos
En los años setenta compró un piso en episodios dramáticos, de los que se conme-
Málaga y pasaba algún tiempo, como tam- moraban 70 años y parte del mismo fue la
bién sus hijos y los nietos lo siguen hacien- edición de un libro en el que se reivindicó su
do. Quizá fue doloroso que nadie la conocie- figura y se describió su labor en el comité de
ra, porque la ruptura del PCE de la República alojamiento [5].
y la Guerra con el de la Transición ha sido
5.– Lucía Prieto Borrego y Encarnación Barranquero Texei-
demoledora, y que su calle se llamara Cru- ra, Población y Guerra Civil en Málaga: caída, éxodo y refugio,
cero Canarias, que es uno de los buques que Cedma, Málaga, 2007.

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In Memoriam

Olga Ulianova
Rolando Álvarez Vallejos
Universidad de Santiago de Chile

Las investigaciones sobre la izquierda


chilena y su papel en la historia del país
durante el siglo XX, tuvieron en la figura
de la historiadora ruso-chilena Olga Ulia-
nova, uno de sus nombres más importan-
tes. Fallecida el 29 de diciembre de 2016 a
los 53 años de edad, producto de un cáncer
contra el que dio una larga batalla durante
muchos años, su partida ha dejado un vacío
en la comunidad de historiadores chilenos
que no podrá ser reemplazado. Nacida en
la Unión Soviética en 1963, se convirtió en
historiadora en la Universidad Estatal de
Lomonosov, en Moscú. Influida por las no-
ticias provenientes desde América Latina,
azotada por dictaduras militares durante
la década de 1980, Ulianova trabó amistad
con el numeroso exilio chileno en Moscú.
Aprendió castellano y se convirtió en tra-
ductora de las delegaciones de dirigentes
políticos chilenos que llegaban a la Unión
Soviética. Los vínculos con el país se estre-
charon, lo que se reflejó en su matrimonio
con un chileno y, posteriormente, en la Chile de acuerdo los procesos globales que
oportunidad que se le ofreció de trabajar en ocurrían en el mundo. Experta en Historia
Chile. Esta puerta se la abrió especialmente Internacional Contemporánea, su idea era
en la Universidad de Santiago de Chile, casa sacar la historia del país de la mirada me-
de estudio que la albergó durante 23 años, ramente local, y conjugarla con los ismos
hasta su partida el año pasado. mundiales. Así, los trabajos basados en el
Autora de numerosos libros y artículos cruce de lo nacional y lo internacional ela-
publicados en diversas revistas especiali- borados por la profesora Ulianova, dejaron
zadas, el principal aporte a la historiogra- un programa de investigación que hoy día
fía chilena realizada por la profesora Ulia- tiene continuación en muchos de sus dis-
nova, se centró en visualizar la historia de cípulos y estudiantes de postgrado que tra-

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 285-287 285


In Memoriam

bajaron bajo su alero. al historiador chileno Alfredo Riquelme


En efecto, de acuerdo a unas de sus hi- Segovia. El plan de la obra contemplaba
pótesis más influyentes, Ulianova insistió cinco volúmenes, de los cuales se han pu-
que en el proceso de la imagen internacio- blicado dos. El primero cubre los años 1922
nal de Chile, los actores no estatales de la a 1931 (publicado el año 2005); el segun-
política chilena, fueron más importantes do, 1931 a 1935 (2009). El tercero, que llega
e influyentes que los agentes de la política hasta comienzos de la década de 1940, se
exterior del país. Así, la proyección inter- encuentra en imprenta y será publicado de
nacional de Chile como país democrático y manera póstuma. Cada volumen se divide
que resistió a los embates de la dictadura de en dos partes. Primero, un artículo escrito
Augusto Pinochet, muy influyente dentro y por Ulianova y luego documentos inéditos
fuera de Chile hasta la actualidad, fue fruto sobre el PC chileno y sus relaciones con la
del papel de los partidos políticos, en espe- Komintern. Así, en los dos tomos publica-
cial de la izquierda chilena. De esta forma, dos, se contabilizan seis artículos a cargo
Ulianova dedicó sus numerosas investiga- de la extinta historiadora, junto a una nu-
ciones a la recepción nacional de la histo- merosa masa documental, que dan formas
ria mundial y cómo estos hechos tenían su a los volúmenes, cada uno de ellos de casi
desarrollo propio a nivel local. Opositora al 500 páginas.
traslado mecánico de los «factores interna- Este material provino de las indagacio-
cionales» a la realidad nacional, optaba por nes en el Centro Ruso para la Conservación
complejizar las miradas, evaluar las recep- y Estudio de los Documentos de la Historia
ciones y analizar de qué manera se reenvia- Contemporánea (RTsJIDNI). Parte impor-
ban a la esfera local e internacional estas tante de ellos fueron traducidos del ruso,
dinámicas. alemán y francés por un pequeño equi-
En este marco, el objeto de estudio pre- po encabezado por la profesora Ulianova.
ferente de la investigaciones de Olga Ulia- Como lo señala la introducción general a
nova fue el Partido Comunista de Chile. esta ambiciosa obra, su objetivo era salir
Por un lado, tenía un amplio conocimien- al paso de interpretaciones contenidas en
to de sus dirigentes y su cultura política, obras como la editada por Stéphane Cour-
producto de las relaciones que desarrolló tois El libro negro del Comunismo. Desde
en la Unión Soviética durante la década de la perspectiva de Ulianova, la perspectiva
1980. Por otro lado, era poseedora de una unilateral del comunismo como ideología
amplísima erudición y conocimiento de la criminal, no se condecía con la complejidad
Historia Mundial, incluyendo regiones y de la historia de esta corriente política. Se-
países muy desconocidos, como algunos gún sus propias palabras «la historiografía
que integraron la Unión Soviética hasta su del comunismo debe dar cabida a los sig-
disolución. De esta forma, la suma de estos nificados que aquél tuviera para quienes
conocimientos, le permitió desarrollar de fueron sus adherentes y sus adversarios
manera brillante la interconexión entre el durante el siglo XX, pero no puede quedar
papel local del comunismo en Chile, con las atrapada en antinomias reduccionistas y
aristas y significado mundial de estas ma- simplificadoras».
terias. Un poco antes de caer definitivamente
Así, sin lugar a dudas que su obra mas enferma, Olga Ulianova había iniciado una
influyente fue el libro «Chile en lo archi- investigación sobre otro fundamental actor
vos soviéticos 1922-1991», editado junto no estatal de la política nacional e interna-

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Olga Ulianova Rolando Álvarez Vallejos

cional chilena: el Partido Demócrata Cris- perteneciente a la Universidad de Santiago


tiano. Protagonista de la historia de Chile y del cual era directora hasta el momento
desde su fundación en 1958, también se ca- de caer enferma. La segunda dimensión en
racterizó por entretejer su trayectoria de la que destacó Olga Ulianova, fue su presen-
mano de los ismos y las coyunturas interna- cia en los medios de comunicación, lo que
cionales. Esperamos que algunos de los re- la volvió un rostro conocido a nivel nacio-
sultados de sus investigaciones sobre esta nal, más allá de los círculos especialistas.
organización puedan ser publicados algún Su proverbial conocimiento y capacidad de
día. explicar conflictos en los más recónditos
Por último, cualquier nota sobre el lega- lugares del mundo, si hicieron célebres en
do que dejó el quehacer de Olga Ulianova, los informativos de noticias chilenos. Su
no puede dejar de mencionar dos dimen- última aparición televisiva fue solo a sema-
siones. Primero, su papel como formadora nas de su partida, cuando fue invitada a co-
de nuevas generaciones de investigadores y mentar la figura y el legado de Fidel Castro,
investigadoras, ya sea a través de sus semi- fallecido a fines de noviembre de 2016.
narios y clases en su querida Universidad de Las masivas exequias que le dieron el
Santiago de Chile o a través de la ayuda de último adiós, contaron con la participación
todo tipo que prestaba a quienes daban sus de una amplia gama de personas y sectores
primeros pasos como historiadores/as. Es que se sentían cercanos a ella. No quisieron
decir, la profesora Ulianova no fue solo una estar ausentes sus colegas pertenecientes
destacada investigadora, sino que conjugó al mundo académico, político y también
esto con una acentuada dimensión forma- los de la comunidad de rusos residentes en
dora. Asimismo, destacó como gestora de Chile, así como sus amistades y estudiantes.
iniciativas de investigaciones y proyectos Todos se emocionaron cuando se entonó La
de colaboración nacionales e internaciona- Internacional, momento que simbolizó el
les, así como por su labor administrativa al interés de Olga Ulianova por el presente y
frente del Instituto de Estudios Avanzados, el futuro de la humanidad.

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 285-287 287


Autores
Autores de las secciones Dossier, Autora Invitada y Miscelánea

Claudia Cabrero Blanco es doctora en Historia por la Universidad de Oviedo. Sus


líneas de investigación giran en torno a la historia de género, la historia oral y
la historia social, con especial atención al papel de las mujeres en la resistencia
al franquismo. Es autora del monográfico Mujeres contra el franquismo. Asturias,
1937-1952. Vida cotidiana, represión y resistencia (2006) y coautora de los libros Ma-
teriales para el estudio de la abogacía antifranquista, Vols 1 y 2 (2010 y 2012) y Abo-
gados contra el franquismo. Memoria de un compromiso político. 1939-1977 (2013).
Cuenta, además, con numerosos artículos en revistas especializadas y contribu-
ciones en obras colectivas como Del hogar a la huelga, trabajo, género y movimiento
obrero durante el franquismo (2007), «Nosotros los comunistas». Memoria, identidad e
historia social (2009), El movimiento obrero en Asturias durante el franquismo. 1937-
1977 (2013); Represión, resistencias, memoria. Las mujeres bajo la dictadura fran-
quista (2013) o Heterodoxas, guerrilleras y ciudadanas: resistencias femeninas en la
España moderna y contemporáneas (2015).

Anamaría Cofiño nació en la ciudad de Guatemala en 1955, en el periodo contra-


rrevolucionario que inició con el derrocamiento del gobierno democrático de Jacobo
Árbenz. Estudio Antropología en la Escuela de Antropología e Historia en la Ciudad
de México, donde residió durante los años de la guerra antisubversiva en su país, y
obtuvo la licenciatura en la Universidad de San Carlos de Guatemala, con una inves-
tigación sobre los sentimientos de las mujeres kaqchikeles en la exhumación de San
Juan Comalapa. Es fundadora, junto con otras mujeres, de la Asociación Feminista
La Cuerda que publica la revista laCuerda, desde 1998. Hizo estudios de maestría en
la Escuela de Historia de la Universidad de San Carlos y ha realizado investigaciones
independientes sobre historia de las mujeres comunistas en su país. Es directora de
Ediciones del Pensativo y de la Casa Pensativa, proyectos que promueven el pensa-
miento crítico y una cultura de emancipación. Es columnista del diario elPeriódico
desde 1997. Activista por la defensa de los territorios en el colectivo MadreSelva.

Cristian Ferrer González (Barcelona, 1988) es historiador en el Centre d’Estudis


sobre les Èpoques Franquista i Democràtica de la Universitat Autònoma de Barce-
lona (CEFID-UAB). Sus líneas de investigación giran en torno a la historia social y
política del antifranquismo, con una especial dedicación al PSUC. Destaca su inte-
rés por la protesta campesina, el movimiento obrero fuera del cinturón industrial
barcelonés o cuestiones relacionadas con pautas de sociabilidad popular durante
el franquismo, temáticas sobre las que ha publicado en numerosas obras colectivas
y en diversas revistas especializadas. Es autor de Lluitadors quotidians (2014) y está
ultimando su segunda monografía, Sota els peus del franquisme (prevista para 2018).

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Autores

Mª Candelaria Fuentes Navarro es doctora en Historia por la Universidad de Gra-


nada (2012). Ha realizado su tesis doctoral sobre la influencia de la actividad del
Partido Comunista de España en la movilización y democratización y empodera-
miento democrático de la sociedad rural andaluza durante el Tardofranquismo y
la Transición, recientemente publicada. Es autora de varios artículos de revistas y
colaboraciones en obras colectivas. Ha realizado estancias investigadoras interna-
cionales en el Cañada Blanch Centre adscrito a la London School of Economics en
Londres, en la Universidad París VIII de París y en el Colegio de México en México
DF. Igualmente, ha impartido conferencias y seminarios en universidades naciona-
les e internacionales en Francia y México.

J. Alberto Gómez Roda (Requena, 1969), es Licenciado en Geografía e Historia


en 1992 por la Universitat de València, en la especialidad de Historia Contempo-
ránea. Desde 2001 es responsable del archivo histórico de CCOO del País Valen-
ciano. Ha investigado sobre la política y la sociedad de la posguerra franquista en
Valencia, participando en el proyecto El franquismo en Valencia: formas de vida y
actitudes sociales en la posguerra (Episteme, 1999), dirigido por Ismael Saz. Desde la
publicación de Comisiones Obreras y represión franquista, València 1958-1972 (PUV,
2004) ha participado en proyectos sobre el antifranquismo y el movimiento obre-
ro. Es coautor, con Carlos Fuertes Muñoz, de la obra El Tribunal de Orden Público
en el País Valenciano. Testimonios de la represión política y el antifranquismo (FEIS-
CCOOPV, 2011).

Francisco Rojas Claros (Alicante, 1972) es doctor en historia por la Universidad


de Alicante, colaborador honorífico del Departamento de Humanidades Contem-
poráneas e investigador responsable de la contextualización histórica del proyecto
en línea «http://devuelvemelavoz.ua.es/» sobre grabaciones sonoras radiofónicas.
Ha publicado diferentes trabajos sobre censura y medios de comunicación en el
siglo XX, donde destaca el libro Dirigismo cultural y disidencia editorial en España,
1962-1973 (UA, 2013).

Nuestra Historia, 3 (2017), ISSN 2529-9808, pp. 288-289 289


www.fim.org.es

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