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DIFERENDO TERRITORIAL, INSULAR Y MARÍTIMO ENTRE

GUATEMALA Y BELICE

Desde hace mucho tiempo, Guatemala ha reclamado sus derechos sobre el territorio de Belice.
Luego de distintas negociaciones y como resultado de las gestiones del Secretario General de la
Organización de Estados Americanos (OEA), Guatemala y Belice acordaron convocar a sus
respectivas poblaciones a una consulta popular en la que decidirán su intención de acudir a la
Corte Internacional de Justicia como vía única, definitiva y pacífica para resolver la controversia.
Es importante que los guatemaltecos estén enterados del proceso para tomar una decisión
acertada.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
El territorio de Belice, al igual que Guatemala, formó parte del territorio maya. Asimismo,
perteneció a la Real Audiencia de los Confines y Capitanía General de Guatemala en tiempos de la
colonia.
Fue durante el año 1638 que el pirata Peter Wallace instaló su centro de operaciones en un islote
que se conoció como Cayo Cacina o Cocina, frente a la desembocadura del río Belice, por lo que su
costa se constituyó como refugio pirata hasta mediados del siglo XVIII. Conforme pasaba el
tiempo se adentraron en el territorio para explotar y comercializar el palo de tinte.
Prueba de que se consideraba parte del territorio guatemalteco es que en 1676 el misionero
español Fray José Delgado gestionó ante la corte española la construcción de un camino que se
iniciaría desde Cahabón (Verapaz) hasta Bacalar (Yucatán), pasando por Belice.
Tanto en 1724 como en 1753, los españoles lograron derrotar a los ingleses e impedir que
siguieran extendiéndose, tanto en el río Belice como en Izabal, en donde los obligaron a desalojar
el castillo de San Felipe. Finalmente, el sargento mayor, don Melchor de Mencos, consiguió
derrotarlos y tomar San Felipe Bacalar, en el hoy territorio mexicano de Quintana Roo. Años más
tarde, el gobierno de Guatemala le dio su nombre “Ciudad Melchor de Mencos” al pueblo de
Fallabón (del maya Payab-bon) llamado Firebone por los ingleses.
En 1763, por medio del Tratado de París, España concedió permiso a Inglaterra para cortar
madera, sin mencionar un lugar específico en la Bahía de Honduras y solo se colocó como
referencia el nombre del río Belice. Se hizo la salvedad que los españoles seguían siendo los
legítimos propietarios. Por el Tratado de Versalles en 1783, los españoles extendieron el área
concedida a 4,804 kilómetros cuadrados, ubicados entre el río Hondo por el norte y el río Belice
por el sur, haciendo hincapié que se reservaban el derecho de soberanía.
De 1785 a 1787, la Capitanía General de Guatemala implanta el Régimen de Intendencias, con el
cual la parte sur y central del territorio de Belice forma parte de la Alcaldía Mayor de la Verapaz.
En 1786, con el Tratado de Londres, España amplió en 1844 kilómetros cuadrados el área de
concesión, haciéndola extensiva por el sur hasta el río Sibún. Les repitieron a los ingleses que no se
trataba de ninguna concesión territorial ni renuncia de soberanía, sino un permiso para el corte de
palo de tinte. Los límites, entonces, quedaron ubicados entre el río Hondo al norte, límite con la
provincia de Yucatán y el río Sibún por el sur, límite con la Alcaldía Mayor de la Verapaz. Estos
límites se conocen como los Límites indelebles. En esa ocasión quedaron de crear una comisión
mixta que velara por el buen cumplimiento de los tratados y que no se extralimitaran.
En Amiens, Francia, se firmó el tratado de paz entre Francia e Inglaterra en 1802, en el cual se
comprometía esta última a devolver a España, como aliada de Francia, todas las posesiones que
habían ocupado durante la guerra. Amparados en los tratados de 1783 y 1786, no devolvieron
Belice, sino continuaron como usufructuarios. En 1805, el Vizconde de Castlereagh, Ministro de
Guerra y Colonias de Inglaterra, declaró que, el Establecimiento de Belice estaba “dentro de
territorio y jurisdicción extraña”, no siendo en consecuencia, colonia inglesa.
Durante la época en que Bonaparte colocó a su hermano en la corona española, los ingleses
trataron de ganar terreno en América. Por esa razón, los españoles, temerosos de que los ingleses
conquistaran Bacalar en Yucatán, la fortificaron. Al no poder avanzar al norte, en 1812 iniciaron,
sin autorización, los cortes de madera al sur del río Sibún, límite establecido con España. Los
españoles de Yucatán sabían que ese territorio le pertenecía a la Capitanía General de Guatemala
y, por ende, su defensa.
En 1820 se publica en Londres el mapa de R. Holmes Laurie, cartógrafo del Almirantazgo Británico,
y localiza el establecimiento inglés en Belice así: norte río Hondo limitando con la provincia de
Yucatán y sur el río Sibún limitando con la Alcaldía Mayor de la Verapaz, lo cual señala como
«Territorio Británico». Asimismo, en 1817 y 1819, el Parlamento inglés reconoció que Belice no
estaba dentro de los límites y dominios de la Corona Británica.
ÉPOCA MODERNA
Cuando la Capitanía General de Guatemala se independiza de España, hereda todos los derechos
de soberanía establecidos en los tratados entre España e Inglaterra. Pese a que Guatemala se
anexa a México, en 1823 se independiza por lo que carece de validez el tratado entre México e
Inglaterra firmado en 1826 para establecer los límites de Belice.
En la primera Constitución de Guatemala, como Estado de la Federación de Centroamérica, en
1825 se describe el territorio que conforma el Estado, así:
«Al norte todos los pueblos de los partidos de Chiquimula con Izabal y el Castillo de San Felipe en
el Golfo Dulce, Verapaz y el Petén. Al sur,… » En dicha Constitución figura la Verapaz con costa
sobre el Golfo de Honduras, al sur del río Sibún.
En el Archivo de Honduras Británica existe un mapa inglés de 1826 que señala tres zonas de
ocupación inglesa en el territorio de Belice. La primera corresponde a la del Tratado de Versalles
de 1783, la segunda a la ampliación concedida en el Tratado de Londres de 1786 y la tercera al
territorio ocupado hasta el río Sarstún por el «derecho de conquista» que según ellos adquirieron
en la llamada por ellos «gran batalla» en el cayo San Jorge en 1789, la cual no pasó de ser un
simple intercambio de disparos y, que por percatarse de lo bien armados que estaban los ingleses,
los españoles decidieron no continuar batallando. No hubo muertos ni heridos de ningún bando,
por lo que carece de legitimidad argüir que tienen derecho de conquista (by force of arms).
En abril de 1850, los Estados Unidos e Inglaterra firmaron el Tratado Clayton-Bulwer en donde se
comprometieron, entre otros, a no adquirir ningún territorio en Centroamérica. De alguna manera
no escrita pero evidente debido al condicionamiento de Inglaterra para ratificarlo, de excluir
cualquier alusión al establecimiento de Belice, puede deducirse que el tratado reconocía dos
Belices:
1. El establecimiento inglés, por las concesiones españolas de 1783 y 1786, claramente definida su
ubicación entre el río Hondo y el río Sibún (límites indelebles), y
2. La región comprendida entre los ríos Sibún y el río Sarstún perteneciente al departamento
guatemalteco de la Verapaz.
Ese mismo año, el gobierno de Guatemala emite el decreto No. 49, por el cual ordena la
presentación de documentos que comprobaran la concesión de tierras para corte de madera en la
costa norte, desde el río Sibún hasta el río tinto, con lo cual seguía reivindicando sus derechos
territoriales y estaba dispuesta a reconocer la autorización concedida por España. Inglaterra hizo
caso omiso y siguió apoderándose de la región sur del río Sibún y se protegieron militarmente por
si Guatemala intentara algo violento para sacarlos.
En 1856, debido a la tensión entre Estados Unidos e Inglaterra por la construcción de un canal en
Centroamérica, firman el tratado Dallas-Clarendon. Allí, a cambio de que Inglaterra desocupara La
Mosquitia en Nicaragua, y las islas de la Bahía en Honduras, los Estados Unidos le reconocerían su
posesión del Establecimiento de Belice. Asimismo, disponen que se realice un acuerdo entre
Inglaterra y Guatemala, antes de dos años después de ratificarlo para fijar límites hacia Petén. A
pesar que todo esto se los prohibía el Tratado Clayton Bulwer, Inglaterra decide hacer un tratado
para fijar límites con Guatemala.
El 30 de abril de 1859, Guatemala e Inglaterra firmaron el tratado de límites —fue una cesión
territorial— Aycinena-Wyke. Inglaterra nombró al señor Wyke como Ministro Plenipotenciario y
Guatemala al señor Pedro Aycinena, Consejero de Estado y Ministro de Relaciones Exteriores
quien solo exigió una compensación por la cesión territorial que se agregó en una cláusula
compensatoria, el artículo 7o. Fue ratificado por el gobierno de Guatemala el 1 de mayo de ese
mismo año (al día siguiente de haberse firmado). Al ser sometido al Consejo de Estado, algunos
consejeros se pronunciaron en contra. El voto en contra de Pedro J. Valenzuela fue razonado así:
“No hay ninguna garantía para Guatemala por la vaguedad del artículo 7o., e Inglaterra no
cumplirá jamás con lo pactado”. También Antonio de Aguirre votó en contra, argumentando que
el tratado era inoportuno porque debía de haberse esperado el tratado pendiente con España
para darle mayor fuerza a los derechos de Guatemala. Otros más, manifestaron que el Ejecutivo
no tenía facultades para celebrar un tratado de límites y que, por lo tanto, el tratado era
inconstitucional.
En agosto de 1863 se firmó un tratado entre Guatemala e Inglaterra en Londres, en el cual se
comprometieron al pago de 50 mil libras esterlinas para ser destinados a la construcción de la
carretera, en cumplimiento con lo convenido en el artículo 7o. del tratado firmado en 1859.,
siempre y cuando, las autorizara el Parlamento inglés. Se estipuló que el tratado fuera ratificado
en no más de seis meses. Ninguno lo ratificó y cuando finalmente lo hizo Guatemala, Inglaterra
indicó que el tratado había caducado y, por lo mismo, no le debían nada a Guatemala.

Después de varios reclamos para que Inglaterra cumpliera su parte, en 1884 Guatemala presenta
su protesta por la ocupación que los ingleses mantenían en el territorio de Belice.
En 1889-1890, en la Primera Conferencia Internacional Americana celebrada en Washington, D. C.,
por primera vez ante un foro internacional Guatemala declaró que los ingleses habían ocupado la
región comprendida del río Sibún al río Sarstún en el territorio de Belice sin la autorización del
gobierno guatemalteco. Sin embargo, en 1898, Inglaterra estableció un gobierno propio en todo
el territorio de Belice.
En 1936 se le propone a Inglaterra que devuelva Belice y reciba una compensación por
cuatrocientas mil libras o, por el contrario, que le pague esa suma a Guatemala y le dé salida al
mar y a cambio Guatemala aprobaría la demarcación de frontera. No fue aceptada.
En las constituciones de 1945, 1956 y 1965, Guatemala establece que Belice es parte del territorio
guatemalteco y considera de interés nacional su reincorporación al dominio del país.
Contrario a los requerimientos guatemaltecos, la Asamblea General de la ONU dispuso que
Inglaterra debía preparar la independencia de Belice, lo cual ocurrió el 21 de septiembre de 1981,
agregando, además, el listado de islas y cayos adyacentes a sus costas.
Aunque en 1991, el presidente Jorge Serrano Elías reconoció la independencia de Belice, estipuló
que este reconocimiento no significaba la solución del diferendo territorial, insular y marítimo.
Ahora bien, esa decisión no fue consultada ni al Congreso de la República ni al pueblo de
Guatemala, por lo que el diferendo con Belice continúa abierto.
En 1999, el canciller Eduardo Stein de Guatemala envió una nota al Canciller Said Musa de Belice,
en la que se plantea la posición respecto al diferendo y delimita la pretensión guatemalteca pues
se menciona la usurpación del área entre el río Sibún y el río Sarstún; asimismo, la necesidad de
someter el diferendo a un procedimiento jurídico internacional y convenir en solicitar el auxilio del
Secretario General de la OEA.
Es así como Guatemala y Belice se encuentran finalmente en la situación de convocar a sus
respectivas poblaciones a una consulta popular en la que cada pueblo decidirá si acepta que la
corte internacional decida con relación al diferendo.
¿QUÉ ESTÁ EN JUEGO?
• Más de 22,000 kilómetros cuadrados de superficie y más de 370 kilómetros de costas
atlánticas, de los cuales unos 12 mil podrían ser recuperados por Guatemala.
• Gran cantidad de islas y la segunda barrera coralina más grande del mundo.
• Ruta Maya y gran potencial turístico.
• Recursos pesqueros.
• Potencial petrolero y gasífero.
• Potencial minero.
• Recursos forestales.
• Una delimitación válida de fronteras.
• En la actualidad, la zona de adyacencia es fuente de contrabando, tráfico de personas y
narcotráfico.

LA PREGUNTA EN LA CONSULTA

Todos los guatemaltecos mayores de edad que participen en la consulta popular podrán votar por
una de dos opciones: SI - NO.
La pregunta que se realizará tanto al pueblo guatemalteco como al beliceño es:
«Está usted de acuerdo que cualquier reclamo legal de Guatemala en contra de
Belice sobre territorios continentales e insulares y cualesquiera áreas marítimas
correspondientes a dichos territorios sea sometido a la Corte Internacional de
Justicia para su resolución definitiva y que esta determine las fronteras de los
respectivos territorios y áreas de las Partes?
¿POR QUÉ DIRIMIR ANTE LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA?
La Corte Internacional de Justicia contempla métodos y procedimientos idóneos para la solución
pacífica de las controversias entre Estados.
Este caso es eminentemente jurídico y habiéndose agotado todos los medios pacíficos, Guatemala
y Belice suscribieron el Acuerdo Especial para que, en caso sus poblaciones lo aprueben, someter
el diferendo a dicha Corte y aceptar lo que esta decida.
¿QUÉ SUCEDERÍA SI LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA FALLA A FAVOR DE GUATEMALA?
Se recuperarían 12,272 km² del territorio que comprende las áreas entre el río Sibún y el río
Sarstún.
Se obtendrían certeza jurídica de una frontera definida, así como certeza de la relación entre
pueblos hermanos y la integración de los pueblos indígenas que habitan en Belice como en
Guatemala, tal el caso de comunidades q’eqchí.
Proyección hacia el mar (hasta 186 kilómetros de línea de base recta, así como soberanía en
espacios marítimos.
Espacio geográfico para el desarrollo económico basado en turismo.
¿Y SI LA CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA FALLA EN CONTRA DE GUATEMALA?
Igualmente se obtendría la certeza jurídica de una frontera definida, con lo cual podría resolverse
el daño de las relaciones entre ambos países. Al no tener esa frontera definida se creó un área
gris que no permite el control y que ha provocado incidentes con ciudadanos guatemaltecos.

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