SORDAS SONORAS
OCLUSIVAS /p, t, k/ < /p,t,k/ iniciales o postcons. /b, d, g/ < /b, d, g/ iniciales o postcons.
< /-pp,-, -tt-, -kk-/ también /t/ < /-pt-/ < /-bb-/, /-dd-/
< /-p-, -t-, -k-/
/ts/ < /kk + e, i/ /dz/ < /k + e,i/, /tj/, /kj/ intervoc.
< /k + e,i/ inicial o postcons.
< /tj, kj/ postconsonánticas /dy/ < /j, dj, gj/
</g + e, i/ inicial o postcons.
FRICATIVAS /f/ < /f/ inicial o postcons. /v/ < [w] (= /u/ consonante)
< /-ff-/ y /-nf-/ < /-b-/, /-f-/
/s/ < /s/ inicial o postcons. /z/ < /-s-/, /-ns-/
< /-ss-/, /-rs-/ y /ps/
/--/ < /-ks-/, /-ssj-/
/δ/ < /-d-/
/γ/ < /-g-/
NASALES /m/ < /m, mm/
< /mb/ en algunas zonas
/n/ < /n/
// < /nn, nj, gn/
LÍQUIDAS /l/ < /l/
/λ/ < /lj, kl-, pl-, fl-, k’l, g’l, t’l, -ll-/
/r/ < /-r-/ intervocálico
/r/ < /r-/ inicial y /-rr-/ intervocálico
El fonema latino /f/ en posición inicial pasa en castellano a ser primero una aspiración y
más tarde se pierde (FARINA > /harína/ > /arína/). En la Península, sólo se produce en
castellano, pero también se encuentra en otros dialectos romances (varias partes de Italia, sur de
Suiza, Cerdeña).
En España, el proceso presenta tres soluciones:
a) f- > f-: en gallego, Asturias, mitad occidental de León y Zamora, extremo norte de la
provincia de Zaragoza y en catalán.
b) f- > h-: mitad occidental de Santander, extremo oriental de Asturias, noroeste de
León y Salamanca, desde el sur de Salamanca hasta la mitad suroeste de Granada,
Córdoba, Málaga, Sevilla, Cádiz y Huelva. En América: norte de Méjico, Nuevo
Méjico, sierra del Ecuador, zonas de Colombia, Perú y Chile.
c) f- > cero: en el resto de territorios de habla española.
Sin embargo, f- se ha conservado ante /r, l, ie/ y, a veces ante /ue/: FRIGIDU > frío.
1. Hipótesis sustratísticas: se atribuye el fenómeno a un sustrato vasco o ibero, una lengua que
no poseía /f-/.
/v/ procede de los fonemas latinos /u/ consonántica inicial o intervocálica y /b/
intervocálica. Estas consonantes debieron pasar por un estadio fricativo // antes de convertirse
en el v romance: LAVARE > fr. laver, prov. lavar, esp [laβár]; DEBERE > fr. devoir, prov. deber,
esp. [deér]. Frente a la distinción que pervive en gran parte de la Romania, el español
confundió b y v en un solo fonema /b/. Esta se originó en el norte de España, pero como
fenómeno extendido. Este proceso estaría ya bien iniciado a principios del siglo XIV en zonas
norteñas y casi generalizado en el norte y centro entre fines del XIV y principios del XV. En el
sur, en el siglo XVI ya se había consumado también esta unificación.
Para explicar este fenómeno, se ha pensado en la influencia sustratística vasca, ya que
esta lengua no posee /v/ y sí la serie de oclusivas [b, d, g] y fricativas [β, δ, γ]. Menéndez Pidal
atribuye el fenómeno a las lenguas ibéricas.
Frente a la teoría estrictamente sustratística está la sustratístico-estructuralista de
Martinet, Alarcos y Jungemann: al consumarse el paso /f-/ > /h-/ se quedó aislado /v/ como
correlato sonoro de /f/, quedándole como rasgo el fricativo, frente al /b/ oclusivo.
Oclusivas sordas p t k
Oclusivas sonoras b d g
Fricativas v δ γ
Pero en la región cantábrica existían tres fonemas sonoros /b, d, g/ con dos alófonos en
distribución complementaria: fuerte después de pausa y consonante [b, d, g] y débil en posición
intervocálica [β, δ, γ]. Con el alófono [β] en posición intervocálica, confluyen /v/ y /b/
intervocálicos, desarrollando /v/ otra variante fuerte que coincidiría con la de [b] del cántabro.
De igual forma, estos hablantes, que poseían los alófonos [d, g] para posición fuerte y
[δ,γ] para posición débil, hicieron coincidir los fonemas romances /d, g, δ, γ/ en su distribución
alofónica, desfonologizándolos. Los seis fonemas sonoros en español quedaron reducidos a
tres /b, d, g/, con las realizaciones que hoy conocemos en distribución complementaria1.
La documentación latino-vulgar atestigua la confusión entre las grafías /dj/, /gj/,/g + e,i/, que
prueban el trueque de tales sonidos y el acercamiento de sus realizaciones fonéticas. Pero no
hay una absoluta unificación y confluencia en un solo sonido.
Estos sonidos latinos se distribuían así:
1
Ver cuadro página 151
POSICIÓN INICIAL CASTELLANO
g + e, i Desapareció
j- // con dos alófonos según
contorno2
dj- Muy escasa
Vimos que los grupos /lj/ primero y /kl/ después daban en castellano /λ/. Pero cuando /ll/
latinas se palatalizan también en /λ/, la anterior procedente de /lj/ y /kl/ adopta otra articulación:
Al aparecer el nuevo [] (< lj, kl) este ocupa el espacio vacío en posición intervocálica.
Pero esta evolución /λ/ > [] posiblemente se realizó a través de una [d] cacuminal 4 o una
geminación de la misma /λ/ (PALEA > *paλya > * paλλa > * padda > *pada > paa > paja).
No es necesario acudir a la teoría del sustrato celta para explicar esta evolución, pues
muchas consonantes latinas implosivas se han modificacado o se han perdido por su débil
posición y su escaso rendimiento, como el grupo /ks/ (x).
La evolución sería:
/kt/ > /it/: se produce una sonorización e inestabilidad articulatoria de /-k/ que se convierte en
fricativa y llega a la vocalización en [i], debido al lugar de articulación de [t] y su carácter
cerrado.
Prosigue la acción palatalizadora de [i]: [it’] > [it] > [c], con desaparición de [i], al
quedar embebida en la consonante palatal.
En castellano aparece en el siglo XI. El estadio [ìt] está documentado desde el X ( FACTU
> feito), pero fue anterior al IX, pues en esta fecha diptongaron /ǒ, ĕ/ y la [i] de [it] impidió esta
diptongación en NǑCTE >noche, PĔCTO > pecho. Straka lo sitúa hacia finales del siglo III.
2
[] es el fricativo palatal sonoro ([ž] según la RFE) que tiene dos realizaciones: una como fricativo palatal
sonoro y otra como žˆ (creo que es el alófono africado)
3
[y] para la RFE, africado palatal sonoro
4
Las cacuminales se articulan con la lengua elevada hacia los alveolos superiores o el paladar, de modo que los
toque con el borde o cara inferiores de su ápice. Se utiliza el símbolo ˇ debajo de la consonante.