Historia
La historia de las cefalosporinas se inicia en 1948, con G. Brotzu en Cagliari-Italia, con el aislamiento de un
hongo Cephalosporium acremonium, cuyo extracto crudo mostraba acción bactericida frente a gérmenes
grampositivos y gramnegativos. Años más tarde (1951), en Oxford-Inglaterra, H. Florey descubrió varios
compuestos producidos por C. acremonium con actividad antimicrobiana: cefalosporina P, cefalosporina N,
cefalosporina C. Pero fue recién en 1963 que comenzó su aplicación clínica cuando se logró la síntesis de
cefalosporinas semisintéticas.
Farmacodinamia
Mecanismo de acción
Igual que otros antibióticos betalactámicos, las cefalosporinas ejercen su principal efecto
antimicrobiano bactericida interfiriendo la síntesis del peptidoglicano, que es el componente
estructural principal de la pared bacteriana, y activando enzimas autolíticas de la misma.
Indicaciones
Se indican para infecciones por Enterobacter; Providencia, Serratia, S pneumoniae, E. coli, Proteus
mirabilis, Klepsiella y H. influenzae.
■ Primera generación su espectro es estrecho y abarca a cocos gram positivos. Son el tratamiento
para S. aureus y en infecciones por estreptococos no enterococos (si se desea no administrar
penicilinas), no son útiles de primera elección en casos de sinusitis, otitis media y algunas infecciones
de vías respiratorias inferiores, en caso de colocación de prótesis se puede elegir la cefazolina.
■ Segunda generación actividad contra gram positivos y gram negativos. Se indica en pacientes con
neumonía comunitaria que requieren hospitalización, infecciones comunitarias como las de tejidos
blandos y piel, de vías urinarias, vías respiratorias.
■ Tercera generación espectro más definido para gram negativos. Indicación principal: infecciones
nosocomiales, pacientes con fiebre y neutropenia, en enfermedad pélvica, gonorrea, como segunda
elección en niños con meningitis que no respondieron a tratamiento inicial. En casos especiales se
ha descrito en otitis media en aquellos pacientes que no toleran la vía oral.
■ Cuarta generación amplio espectro contra gram positivos y negativos lo que incluye P. aeruginosa
y muchas de las Enterobacteriaceae.
Piel: Se han observado erupción, en especial en pacientes con cuadros activos de mononucleosis
infecciosa, urticaria y dermatitis con el uso de CEFALEXINA. En algunos casos han desencadenado
cuadros de pénfigo vulgar. Otros efectos indeseables observados con CEFALEXINA incluyen:
Síndrome de Stevens-Johnson, necrólisis epidérmica tóxica, fiebre medica-mentosa, tinnitus y
enfermedad del suero, aunque son poco frecuentes.
Farmacocinética
Absorción: algunas de las cefalosporinas se absorben por la vía oral. La aplicación intramuscular es
muy dolorosa. La mayoría de las cefalosporinas de generaciones más avanzadas solo se administran
por la vía parenteral.
Distribución: Aunque se distribuyen extensamente por el organismo, solo unas pocas de la tercera
generación entran en cantidad suficiente al sistema nervioso central para ser eficaces en el
tratamiento de la meningitis.
Metabolismo: hígado
Eliminación: La mayoría se eliminan principalmente por la vía renal; el mecanismo más importante
de eliminación es la secreción tubular, otras se excretan principalmente por la vía biliar.