El documento está dividido en cuatro grandes partes. La primera parte, titulada “Defi-
niendo las Actitudes”, comprende las Lecciones 1 al 4 y recoge el tratamiento de las
actitudes desde la psicología social. Básicamente aborda una sencilla clasificación y
distingue entre actitudes sanas o positivas y actitudes negativas o enfermizas.
La tercera parte, que comprende un solo capítulo, Lección número 10, lo hemos deja-
do como capítulo central y se llama “La actitud de Cristo”. Creemos que la humillación
de Cristo, su mansedumbre y obediencia al Padre, es ejemplo y modelo universal de
toda actitud creyente.
Quiera el Señor forjar nuestro carácter a la imagen de Cristo y hacer de nuestra amada
Iglesia un testimonio vivo de la presencia de Dios en nuestra sociedad mexicana.
LECCION 1
NATURALEZA DE LAS ACTITUDES
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto,
todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable,
si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, piense en estas cosas.
Filipenses 4:8
Objetivos de la Lección
Base bíblica: Filipenses 2: 3-5; Hechos 2:44; Filipenses 2: 3-5; Romanos 8: 35-39
INTRODUCCION
La palabra actitud (postura) viene del italiano attitudine y esta es una deformación del
latín aptitudine (m), acusativo de la palabra aptitudo, aptitudinis, la misma que nos dio
la palabra aptitud.
Este término actitud tiene una aplicación particular en el estudio del carácter, como
indicación innata o adquirida, relativamente estable, para sentir y actuar de una mane-
ra determinada1.
DEFINICIONES PSICOLÓGICAS
Actitud es una capacidad propia de los seres humanos con la que enfrentan el mundo y
las circunstancias que se les podrían presentar en la vida real.
La actitud, desde un punto de vista más general, puede ser simplemente buena o mala,
la correspondencia de esto está estrechamente relacionada con la personalidad de
cada quien2, con sus valores y su cosmovisión. En la fe cristiana tiene que ver, además,
con la manera cómo el creyente entiende su salvación y cuál es su posición frente a
Dios.
Los hijos de Dios tienen una actitud positiva ante la vida, pues basan su fe en Cristo
Jesús el vencedor, autor y consumador de la fe (Heb 12:2). Consideran que "ni lo alto,
ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es
en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:39). Aunque hayan problemas o dificulta-
des pueden decir como el apóstol Pablo “prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Ahora bien, detengámonos un momento en las definiciones científicas sobre las acti-
tudes. J. R. Eiser, en su libro sobre Psicología social,3 enumera diversas definiciones de
actitud hecha por algunos famosos psicólogos, a lo largo de la historia:
Kimball Young: “Se puede definir una actitud como la tendencia o predisposición
aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bas-
tante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en
contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materia-
les, o a una persona o grupo de personas”. Una actitud, Según Kimball Young, es esen-
cialmente una forma de respuesta anticipatoria, el comienzo de una acción que no
necesariamente se completa. En este sentido, resulta mucho más dinámica y permite
1
"Actitud". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/actitud/ Consultado: 14
de enero de 2018
2
"Actitud". En: conceptodefinición.com. Disponible en: http://conceptodefinicion.de/actitud/ Consul-
tado: 13 de enero de 2018
3
J. R. Eiser, Psicología Social: Actitudes, cognición y Conducta social. Madrid: Ed. Pirámide, 1989
predecir más fácilmente las tendencias del comportamiento que una mera opinión o
idea4.
Floyd Allport: “Una actitud es una disposición mental y neurológica, que se organiza a
partir de la experiencia que ejerce una influencia directriz o dinámica sobre las reac-
ciones del individuo respecto de todos los objetos y a todas las situaciones que les co-
rresponden”.
Carl G. Jung: “Tener una actitud es estar dispuesto a una cosa determinada, aunque
sea inconsciente; lo que significa: tener a priori una dirección hacia un fin determina-
do, representado o no. La disposición que es para mí la actitud consiste siempre en la
presencia de una cierta constelación subjetiva, combinación determinada de factores o
de contenidos psíquicos que determinan esta o aquella dirección de la actividad o esta
o aquella interpretación del estímulo externo”.5
Después de ver estas definiciones, conviene que nos quedemos con la que mejor ex-
presa la actitud cristiana ante Dios, nosotros mismos, nuestra familia y la sociedad en
el tiempo.
Adoptamos actitudes diversas en relación con nuestra manera de ver el mundo (cos-
movisión), nuestro conocimiento de él (ciencia), nuestra cultura y creencias, y también
con nuestros sentimientos.
ACTITUD POSITIVA
ACTITUD NEGATIVA
Las actitudes pueden ser negativas o positivas y tienen varios componentes. El psicólo-
go Aroldo Rodríguez, distingue por eso tres componentes básicos de las actitudes: el
cognitivo, el afectivo y el conductual6.
4
Cf. Kimball Young, J.C. Flügel y otros, Psicología de las Actitudes Buenos Aires: Editorial Paidós,1967
5
J. R. Eiser, Op.Cit.
6
Aroldo Rodríguez, Psicología Social. México: Trillas, 1991
El componente cognitivo está formado por las percepciones y creencias. Actuo en base
a lo que creo
Toda acción o componente conductual de mis actitudes está orientada por mi razona-
miento. Precisamente al modelo general de las relaciones entre actitudes, conviccio-
nes, presión social, intenciones y conducta, se la ha llamado “Teoría de la acción razo-
nada” 7
Todas nuestras acciones y gestos están mediados por nuestros razonamientos. ¿Por
qué, por ejemplo, un blanco podría mirar a un negro con desprecio o viceversa? Una
respuesta posible es porque maneja estereotipos o conjeturas acerca del color de la
piel8.
Según los psicólogos Edward E. Jones y Harold B. Gerard, nuestras actitudes aunque
son duraderas y persistentes, están sujetas a cambio. No permanecen inalterables a lo
largo de nuestra vida. Son modificables.
7
Teoría desarrollada por los psicólogos Martin Fishbein e Icek Ajzen (1975, 1980).
8
Muchos cristianos identifican erróneamente el color negro con el pecado. Esto puede llevar a interpre-
taciones erróneas acerca de los diferentes grupos humanos. “Es necesario recordar lo que ella significó
en su historia: fue una herida, pues fue usada para legitimar la opresión del señor, del capataz, del ma-
cho, del juez: del poder blanco”, dice el investigador y teólogo Heitor Frisotti. Cf. Heitor Frisotti, “Pueblo
negro y Biblia. Replanteamiento Histórico”, en: Revista Latinoamericana (ReLat Nro. 154). Disponible en
línea: http://servicioskoinonia.org/relat/154.htm Consultado el 16 de enero, 2018.
vierte a Dios, producen necesaria y notoriamente un cambio de actitud ante la vida y
ante el grupo de convivencia.
Empieza por un cambio de mentalidad (metanoia)9 y por lo mismo una postura distinta
en las relaciones humanas. Luego empieza un proceso de cambio que no siempre ocu-
rre de la noche a la mañana.
Ahora bien, el cambio de actitud necesariamente pasa por un proceso (Ver gráfico)
que incluye varios pasos, según apreciamos en el gráfico circular:
De acuerdo con el Dr. Kimball Young, especialista en Neurocirugía en Lone Tree, Colo-
rado, USA, las actitudes ofrecen, un indicio para desenredar la maraña de las motiva-
ciones humanas. Una actitud es por eso la tendencia o la predisposición aprendida,
más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante per-
sistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra),
9
La palabra metanoia viene del griego metanoien (μετανοῖεν) cambiar de actitud, arrepentirse. Está
compuesta de dos palabras “meta” = más allá y “nous”, de la -mente. Su significado literal del griego
denota una situación en que de en medio de un trayecto ha tenido que volverse del camino en que se
andaba para tomar otra dirección. Por eso se aplica muchas veces a la conversión a Cristo sobre la base
del arrepentimiento. El ingeniero Peter Senge, de la universidad de Stanford, decía que captar el signifi-
cado de metanoia es comprender lo que significa aprender en relación con la metacognición, como un
cambio de enfoque, un cambio de perspectiva a otra, lo que a su vez está en relación con la percepción.
Cf. Peter Senge, La quinta disciplina. Barcelona: Granica. 1995.
con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a
una persona o grupo de personas”10.
ACTIVIDAD DE REFORZAMIENTO
1. De las diversas definiciones que dan los psicólogos acerca de las actitudes, ¿con
cuál de ellas se quedaría usted y por qué?
2. En su opinión, ¿qué relación puede haber entre una actitud pesimista y una situa-
ción de pecado?
3. Identifique cuáles actitudes negativas querría usted cambiar en su vida. Coménte-
las con sus compañeros y reciba de ellos sugerencias para superarlas.
10
Kimball Young, Op. Cit.
LECCION 2
LAS ACTITUDES, CUESTION DE VIDA O MUERTE
No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir,
considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen solo de sus propios in-
tereses, sino también procuren interesarse en los demás.
Tengan la misma actitud que tuvo Cristo Jesús.
Filipenses 2: 3-5
Objetivos de la Lección
INTRODUCCION
La actitud depende mucho de la manera cómo se ve cada persona. Actitud es esa peque-
ña cosa que hace una gran diferencia.
En la vida social existen fuerzas contrarias
que tratan de apuntalar las actitudes que ya
poseemos. Para que las actitudes positivas
puedan persistir, han de sobreponerse a las
presiones que compiten con ellas.
En la vida social los individuos por lo general adoptan diferentes actitudes frente a
Dios y a la religión. Algunos abrazan la fe en una actitud de humildad y disponen su
corazón a Dios cuando alguien les presenta el mensaje del evangelio o de salvación.
11
Edward E. Jones y Harold B. Gerard, Fundamentos de Psicología Social. México: Editorial Limusa
SA.,1980
Otros, por el contrario, rechazan todo lo que tenga que ver con Dios porque estiman
que no les ayudará sino que por el contrario, piensan que ellos, por sí mismos, pueden
alcanzar objetivos de felicidad en esta vida.
John C. Maxwell cita un famoso pensamiento de Lou Holtz, entrenador del equipo de
fútbol de Notre Dame, que ubica la actitud superior frente a las motivaciones y las ca-
pacidades: «Capacidad es lo que le permite hacer algo. Motivación es lo que determina
lo que usted hace. Actitud es lo que determina cuán bien lo hace»12.
“La derrota es un riesgo constante. La estrategia no vale de nada sin la operativa, y és-
ta es la que duele. La actitud se transpira hacia fuera y hacia dentro. La derrota está en
la actitud. El objetivo no es llegar a la victoria, si no conseguir no ser derrotado"13.
Desde el punto de vista pragmático o práctico el boxeador quiere evitar a toda costa
ser derrotado, y en eso tiene razón. Su actitud es la de un ganador, pero sabe que an-
tes de lograrlo tiene que evitar ser derrotado. Sabe que puede perder la contienda
pero aun así ser un vencedor. Lo dice claramente: “Solo se llega a la victoria si no se es
derrotado, y es ahí donde está la clave”
Muchas veces los seres humanos vamos por la vida con una mentalidad derrotista. El
derrotismo es una actitud de pesimismo y escepticismo en cuanto al éxito de una ac-
12
John C. Maxwell, Actitud de Vencedor. Nashville, TN. Editorial Caribe, 1997
13
Javier Echaleku, "La derrota está en la actitud" Disponible en: https://echaleku.es/la-derrota-esta-en-
la-actitud/ Consultado el 14 de enero del 2018
ción o emprendimiento. En ese sentido, una actitud derrotista es ya el preludio de la
muerte, la “crónica de una muerte anunciada” como decía el novelista colombiano
Gabriel García Márquez.
Un caso típico de actitud de derrota en la Biblia la vivieron 10 de los espías que fueron
enviados a ver cómo era la tierra de Canaán. Cf. Números 13:1-33; 14:1-38.
En efecto así fue. En Canaán vivía gente mala. Por eso Moisés envía 12 espías y les di-
ce: "Averigüen cuánta gente vive allí, y cuán fuertes son. Averigüen si la tierra es buena
para sembrar. Y no dejen de traer algunos de los frutos"
Cuando los espías vuelven a Cades, le dicen a Moisés: "En verdad es un buen país" Y
para probarlo, le muestran algunas frutas. Pero 10 de los espías dicen:
"La gente que vive allí es gente grande y fuerte. Si tratamos de quitarles el país,
nos matan". "No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte
que nosotros. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían
reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra
que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son
hombres de grande estatura. También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza
de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les
parecíamos a ellos." (Números 13: 31-33).
Claramente es una actitud de derrota. Con esa actitud, pensaron que si entraban ha-
brían de morir. Una actitud pesimista necesariamente conducirá a la muerte.
“Mejor hubiera sido morir en Egipto o hasta aquí en el desierto" dicen. "Mori-
remos en batalla, y nuestras esposas y nuestros hijos serán capturados. ¡Vamos
a escoger un nuevo líder en vez de Moisés, y regresar a Egipto!" (Números
14:1-3).
Sin embargo, dos de los espías confían en Jehová, y tratan de calmar al pueblo. Se lla-
man Josué y Caleb. Ellos, por el contrario, con una actitud optimista, de vencedores,
dijeron:
“No tengan miedo. Jehová está con nosotros.
Será fácil tomar esa tierra” (Números 13:30;
Pero el pueblo no oye. Y hasta quiere matar a Josué y Caleb. Esto enoja mucho a Jeho-
vá, quien le dice a Moisés: “Ninguna de la gente de 20 años de edad y más va a entrar
en el país de Canaán (Números 14:23). Han visto los milagros que yo hice en Egipto y
en el desierto pero todavía no confían en mí. Por eso van a vagar por el desierto 40
años hasta que el último muera. Solo Josué y Caleb entrarán en la tierra de Canaán”.
El texto termina con la muerte de los 10 espías que tuvieron una actitud derrotista y la
salvación de Josué y Caleb:
Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían he-
cho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país,
aquellos varones que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delan-
te de Jehová. Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida,
de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra” (Números 14:
36-38)
Como hemos podido apreciar en el texto de números 14: 36-38 sólo de los 12 espías
vivieron por su actitud positiva, de fe y de esperanza en Dios. En nuestra vida cristiana
no podemos seguir a Cristo con una mentalidad derrotista, nuestra mentalidad es y
tiene que ser una mentalidad de vencedores. Podrá venir sobre nosotros lo peor, pero
de hecho ya somos ganadores. Podrán presentarse “Gigantes” pero como David los
venceremos en el nombre del Señor nuestro Dios.
El apóstol Pablo reflexionaba y con una actitud positiva llegaba a la conclusión que aun
la muerte era ganancia. Aunque estaba preso, tenía una actitud de ganador y veía a
sus enemigos como gente que sin saberlo hacía la voluntad de Dios. Examine con
atención la actitud del apóstol en esta escritura:
Quiero que sepáis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redun-
dado más bien para el progreso del evangelio, de tal manera que mis prisiones
se han hecho patentes en Cristo en todo el pretorio, y a todos los demás. Y la
mayoría de los hermanos, cobrando ánimo en el Señor con mis prisiones, se
atreven mucho más a hablar la palabra sin temor (…) sé que por vuestra ora-
ción y la suministración del Espíritu de Jesucristo, esto resultará en mi libera-
ción, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado; an-
tes bien con toda confianza, como siempre, ahora también será magnificado
Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y
el morir es ganancia.
Más si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé enton-
ces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo
deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedar en
la carne es más necesario por causa de vosotros. Y confiado en esto, sé que
quedaré, que aún permaneceré con todos vosotros, para vuestro provecho y go-
zo de la fe, para que abunde vuestra gloria de mí en Cristo Jesús por mi presen-
cia otra vez entre vosotros (Lea Filipenses 1:12-30)
ACTIVIDAD DE REFORZAMIENTO
Objetivos de la Lección
Base bíblica: Lucas 15: 11-32; Deuteronomio 21:17; Salmo 51:17; Marcos 7:24-30
INTRODUCCION
Observaremos dos actitudes, la de los dos hijos del Padre. El hijo menor, que comienza
con una actitud negativa que podríamos llamar de despilfarro, y se muestra como
irresponsable, inmaduro y disoluto. Sin embargo, luego de su tragedia, reflexiona y
cambia de actitud. Deja la vida de perdición para reencontrarse con su Padre en una
actitud de humildad y reconocimiento de sus faltas.
El hijo mayor, que vive con el Padre, al parecer nunca adoptó una actitud de despilfa-
rro, siendo que recibió también su herencia y mucho mayor que la del hijo menor. No
obstante aparece en la narración con una actitud negativa, reprochando al Padre por
recibir al hijo perdido.
El relato muestra dos actitudes negativas o enfermizas. La del Hijo menor al solicitar y
recibir su herencia y la del hijo mayor al molestarse por la misericordia del Padre para
con el hijo menor que regresa.
Cuando observamos la conducta del hijo menor, vemos que una actitud irresponsable
en la vida lo lleva a solicitar su herencia siendo muy joven, sin pensar en las conse-
cuencias. No sólo para su vida, sino también para su familia, provocando así una deses-
tabilidad económica. El relato muestra las consecuencias de una vida sin planificación,
hija de una actitud inmadura:
Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la
parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos
días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apar-
tada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hu-
bo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltar-
le. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a
su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las al-
garrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. (Lucas 15: 11-16)
El hijo mayor reacciona mal y muestra una actitud negativa, diríamos enfermiza, frente
a su hermano y a su padre. Tal vez los celos le ganan y no le deja ver la necesidad de su
hermano ni la condición en la que regresa. Lejos de alabar la misericordia del padre, lo
reprocha. No solo eso sino que especula y acusa a su hermano de consumir los bienes
de su padre con rameras o prostitutas.
Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó
la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era
aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro
gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería en-
trar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo,
dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás,
y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando
vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar
para él el becerro gordo. (Lucas 15: 25-30)
La expresión “dame lo que me toca” (15:12) habla de una desconsideración del hijo
menor hacia su padre y también del despilfarrar de la parte de la herencia que le toca-
ba, es decir un tercio de todo, ya que según Deuteronomio 21:17 el hijo mayor tenía
derecho a dos tercios de la herencia. “…más al hijo de la aborrecida reconocerá como
primogénito, para darle el doble de lo que correspondiere a cada uno de los demás;
porque él es el principio de su vigor, y suyo es el derecho de la primogenitura”.
14
Kenneth E. Bailey El Hijo Pródigo. Lucas 15 a través de la mirada de campesinos de oriente próximo.
USA: Editorial Vida, 2009:51; Joachim Jeremías, Las parábolas de Jesús, Verbo Divino, Estella, Navarra,
2003:128
merece al amor del padre producto de su obediencia y constancia. "…ni un cabrito me
has dado" En oriente, un cabrito es una pieza menor más cara que un becerro gordo.
Se siente abandonado y es movido a celos. Disfruta de la presencia de su padre, pero
para él eso es poca cosa.
En el Oriente, la segunda persona con autoridad sobre el hermano menor después del
padre no es la madre, sino el hermano mayor. Al padre se le llama «padre de fulano»,
usando el nombre del hijo mayor. En el Antiguo Testamento, cuando el padre muere,
el hermano mayor debe recibir el monto más grande de la herencia y hacerse respon-
sable de la familia. Estos privilegios producen a veces una arrogancia insufrible. Quizás
sea este el trasfondo de la parábola. La arrogancia del hermano mayor podría haber
contribuido a la ruptura de la relación del hermano menor con su padre15.
Eso quiere decir que tal actitud puede ser justificada, pero en realidad es enfermiza e
intolerante.
El hijo menor ha aprendido la lección. Ahora ni siquiera quiere hacer valer su condición
de hijo. Se había peleado con la familia, había deseado la muerte de su padre; no le
importó abandonar a su hermano y despilfarrar lo que le correspondía, poniendo así
en riesgo la supervivencia de toda la familia. Por eso volvió arrepentido y en una acti-
tud humilde, solicita ser tratado aunque sea como un jornalero.
15
Kenneth E. Bailey El Hijo Pródigo. Lucas 15 a través de la mirada de campesinos de oriente próximo.
USA: Editorial Vida, 2009:56.
Según refiere el comentarista bíblico Kenneth E. Bailey16, había distintos tipos de jorna-
leros esclavos en los pueblos rurales del Oriente Medio:
Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió,
y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a
sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y
calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos
fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es ha-
llado. Y comenzaron a regocijarse. (Lucas 15: 17-24)
Es el amor del padre el que se resalta en el relato. Es el padre quien corre a recibir a su
maltrecho hijo, lo abraza y lo besa. No hay rencor en el padre ni un sentimiento de
rechazo por la mala cabeza del hijo. No solo lo recibe sino que le pone una vestidura
nueva, porque ha de empezar una nueva vida. Le pone un anillo en su mano, represen-
tando un nuevo pacto, el sello o alianza de una nueva comunión. Le pone calzado en
sus pies porque este hijo que anduvo en malos pasos, empezará un camino nuevo.
Ordena un gran banquete porque ha recuperado a un hijo que prácticamente se le
consideraba muerto y ha revivido. Esta es una actitud digna de imitar.
Por otra parte no debe pasar desapercibida la buena actitud la de los siervos que se
regocijan con el padre de familia y el hijo pródigo.
16
Kenneth E. Bailey, Poet & Peasant and Through Peasant Eyes: A Literary-Cultural Approach to the
Parables of Luke . Grand Rapids: Eerdmans, 1983: 176
ACTIVIDAD DE REFORZAMIENTO
Objetivos de la Lección
Base bíblica: Filipenses 4:8; Romanos 12:18; Salmo 37:5; 1 Corintios 12:9; Filipenses
2:13
INTRODUCCIÓN
Las actitudes son fundamentalmente expe-
riencias individuales, pero tienen efectos
sociales, repercusiones históricas y conse-
Radio de acción de nuestras actitudes cuencias insospechadas. Pueden afectar
esferas interpersonales y espirituales. Es
decir, siendo privadas, pueden afectar la
esfera pública. Esto es así porque somos
seres con relaciones familiares, culturales,
sociales, económicas, políticas y religiosas.
En relación con la espiritualidad cristiana,
tendríamos que decir una actitud insana o
perversa se contrapone al estilo de vida de
una persona regenerada o un creyente convertido a Cristo.
Esta es la razón por qué el apóstol Pablo recomienda: “Por lo demás, hermanos, todo
lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo
lo honorable, si hay virtud alguna, si hay algo digno de alabanza, piense en estas cosas”
(Filipenses 4:8)
En esta lección observamos cómo nuestras actitudes afectan para bien o para mal
nuestra convivencia humana. Nuestras actitudes tienen un radio de influencia no solo
horizontal y vertical (sincrónico), sino también histórico (diacrónico). Las actitudes
buenas o malas ocupan un lugar en la memoria de las personas. Las acciones se olvi-
dan, pero las actitudes se recuerdan porque son más profundas.
El versículo de mateo 4:24 muestra cómo se difunde la fama de Jesús, gracias a su acti-
tud de misericordia para con los pobres y necesitados. Si bien estaba actuando en fun-
ción de su ministerio, Jesús estaba siempre dispuesto a escuchar el gemido de la gente.
Claramente ese fue el caso del milagro que obró con la mujer Siro fenicia, de quien no
tenía necesariamente el deber de atender (Marcos 7:24-30)
Claro, este es un consejo bien intencionado y hay que tomarlo en cuenta con sus limi-
taciones. Desde el punto de vista pastoral, no solo debemos alejarnos de las personas
sino orar por ellas, a menos que estén en pecado y malogren el testimonio de la iglesia
(Cf. El caso de incesto juzgado en 1 Corintios 5: 11. En ese caso el apóstol Pablo reco-
mienda “no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o ava-
ro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”.
El segundo consejo tiene que ver con poner nuestra mirada en Cristo Jesús, y no en los
hombres, “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo
puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra
del trono de Dios” (Hebreos 12:2)
La regla de oro en este tema debe tomarse de este versículo bíblico: “Digo, pues, por la
gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la
medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3)
Esta misma corriente, sugiere diversas actitudes positivas que elevan su autoestima y
aquí, con algunas modificaciones para superar el puro humanismo, se las entregamos.
Son consejos que nacen de la experiencia y pueden tener un correlato y sustento bíbli-
co:
17
"Definición de autoestima alta como actitud positiva en: http://crecimiento-personal.innatia.com/c-
aumentar-la-autoestima/a-definicion-de-actitud.html
No te compares con los demás. Es fatal. Tanto las comparaciones como las
idealizaciones de cómo deberías ser tú y de cómo deberían ser las cosas, son
muy perjudiciales para tu salud mental y tu autoestima. A cada uno le ha sido
dada la gracia de parte de Dios. La frustración y la envidia que se genera al ver
en otros lo que uno quiere ser o tener, son pensamientos altamente negativos
que debes controlar para evitar sentirte deprimido.
Valora todas las cosas y experiencias de tu vida. Dice un refrán popular, “Nadie
sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Valora las pequeñas cosas, los momen-
tos simples, todo. No te imaginas el mundo que se abre ante ti, cuando lo ha-
ces.
Vive el presente. Suena fácil, pero no lo es. La mayor parte del tiempo estamos
ansiosos por el futuro, preocupados por lo que va a sucedernos, o tristes car-
gando con sucesos de nuestro pasado. Incluir en nuestro día a día, el mayor
número de momentos de conexión con el presente, requiere dedicación, estar
atentos, conscientes y despiertos. La meditación, la oración y la lectura de la
Biblia, son excelentes herramientas.
Cuida tu Cuerpo y tu Mente. Cuida tu alimentación, haz ejercicio, y vigila tus
pensamientos. Evita encerrarte en la casa.
Sal aunque sea a caminar, a sentir el en-
torno, a comunicarte con otras personas, a
colocarle un “pare” a la repetición de pen-
samientos que te pasan por la mente.
Además, te obligará a arreglarte y a modi-
ficar tu aspecto. Verse bien es una manera
de sentirse bien. Realizar una actividad fí-
sica, elevará tus niveles de adrenalina y se-
rotonina, aumentando el optimismo y
disminuyendo los pensamientos negativos.
Comprométete con lo que decides hacer. Esta es una actitud muy sana. Si
piensas una cosa y terminas haciendo otra totalmente diferente, te sentirás in-
conforme contigo mismo. Trata de evitar las conductas contradictorias, sobre
todo si no quieres que te invada un profundo sentimiento de fracaso. Enco-
mienda a Jehová tu camino, y confía en él; y él hará (Salmo 37:5)
Deja el perfeccionismo de un lado. Si deseas que todo esté de acuerdo a tu es-
quema de valores te pasarás parte de la vida tratando de acomodar esos deta-
lles, para que se vean perfectos; pero te quitará la posibilidad de disfrutar las
cosas tal cual se presentan. Busca un equilibrio y te sentirás mejor. Dios se glo-
rifica en nuestras debilidades (1 Corintios 12:9)
Sintonízate en la estación del bienestar. Enfócate en disfrutar “todo”, lo que
este a tu alcance por más simple que parezca. La vida es más corta de lo que
pensamos.
Detente, revisa tu visión personal. Dedica un poco de tiempo, a revisar tu brú-
jula personal, para que no te pierdas en el camino. Contacta contigo mismo,
siéntete, trátate con amabilidad y evita la constante autocrítica. Tu vida tiene
un propósito y Dios se encargará de que cumplas su voluntad (Filipenses 2:13)
Dedica el tiempo necesario a un sueño reparador. Mejorará tu estado de áni-
mo durante el día y te será más fácil mantener una actitud positiva. Una sieste-
cita que no pase de una hora como mucho te rejuvenecerá. 18
Como creyentes gran parte de nuestra vida transcurre en la iglesia y nuestras actitudes
asumen formas y colores cristianos. Adoptamos actitudes de relacionamiento religio-
sos y posturas que imitan muchas veces a los personajes bíblicos, empezando con Je-
sucristo nuestro modelo por excelencia. Por esa razón una actitud de humildad, man-
sedumbre, franqueza y transparencia, si es genuina y no es pura apariencia, es bien
recibida y admirada y puede convertirse incluso en un modelo de vida a imitar.
Son varios los líderes pioneros de nuestras iglesias quienes, con una vida plena de acti-
tudes cristianas, han sido motivo de inspiración para muchos seguidores de Cristo.
Estos hombres y mujeres de Dios han reflejado en sus vidas una comunión profunda
con el Señor y su unción ha ejercido un influjo poderoso especialmente a los nuevos
creyentes. Su actitud de valentía frente a las adversidades ha sido muy estimulante y
ha animado a muchos a seguir a Cristo pese a las adversidades.
San Pablo decía en esa misma dinámica: “estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo
profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en
Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39)
Ahora bien, nuestras actitudes tienen que ver con nuestra relación con Dios. Si hemos
sido perdonados, ya no cargamos con la culpa existencial, pues hemos sido perdona-
dos. Quizá podamos cargar con alguna culpa neurótica por haber reincidido en alguna
falta o pecado, pero como dice el apóstol Juan:
Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pe-
cado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo (1 Juan 2:1)
Tal vez todavía no nos hemos despojado de actitudes negativas aprendidas en el mar-
co de la familia, el centro educativo o la cultura de nuestro contexto social. No obstan-
te, nuestra diaria comunión con Dios nos exige un cambio permanente o constante de
actitudes que desdicen el gozo y la alegría de haber sido liberados.
Saber que Cristo ha vencido en la cruz del calvario al que tenía el imperio de la muerte
(Hebreos 2:14) nos coloca en una actitud de vencedores. Somos la ekklesía de Jesús,
es decir los elegidos a quienes Dios ha convocado para terminar su obra.
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Doce actitudes que elevan tu autoestima en: Tuestima.com. Disponible en http://www.tuestima.com
/12-actitudes-positivas-que-elevan-tu-autoestima/ Descargado el 15 de enero, 2018.
ACTIVIDAD DE REFORZAMIENTO
1. Discute con tu grupo. ¿Cómo afecta la actitud de desprecio o bullying (acoso esco-
lar) en la autoestima de un niño o adolescente? Considera también el caso de mu-
jeres violentadas.
2. ¿Cómo crees que repercutirá sobre tus seres queridos una actitud de vencedor
motivado por la esperanza cristiana?
3. ¿Qué consejos le darías a una persona cristiana que frecuentemente muestra una
actitud de derrota en su vida cotidiana?