NUEVAS TECNOLOGÍAS AL
ENTRENAMIENTO.
Los avances de la tecnología han creado nuevas oportunidades en la investigación deportiva. Ahora
es posible analizar aspectos del deporte que antes se encontraban fuera del alcance de nuestra
comprensión. Técnicas como la captura de movimientos o las simulaciones por ordenador han
incrementado el conocimiento acerca de las acciones de los atletas y el modo en que estas pueden
mejorarse. Las nuevas tecnologías han servido para mejorar los sistemas de entrenamiento, en
ocasiones asistidas por maquinas diseñadas para tal efecto.
En ciertas categorías deportivas el deportista se vale de diversos instrumentos para llevar a cabo la
actividad, como los bates usados en béisbol o los balones usados en fútbol o baloncesto. Todos ellos
han visto como sus características han ido variando con el paso de los años para mejorar el
rendimiento deportivo. Asimismo en deportes de contacto físico se hace necesario el uso de equipo
protector por parte del deportista, como por ejemplo en fútbol americano. Estas protecciones
también han ido evolucionando con el paso de los años y la propia evolución de la tecnología,
dirigiéndose hacia elementos mas cómodos y seguros.
La tecnologia y el deporte son dos materias condenadas a entenderse. Hay deportes en donde la
vestimenta y la tecnología aplicada a ella hacen la diferencia a la hora de marcar un record o
accionas con mayor comodidad y proteccion.
Si hace unos pocos años algún visionario del ejercicio físico nos hubiera anticipado que en el futuro
las decisiones sobre el diseño de programas de entrenamiento para la salud las iba a poder ejecutar
un procesador mediante algún tipo de aplicación informática “inteligente” hubiéramos parpadeado
con perplejidad, incluso habríamos dado argumentos en contra tratando de desacreditar dicha
“imposible” realidad. Sin embargo, actualmente ya puede ser una realidad emergente, cuyas
dimensiones pueden hacer que en los anales de la historia se recuerde como el origen de la
revolución industrial del ejercicio físico (quién sabe). Lo verdaderamente importante no es que esto
vaya a suceder, sino que con ello mejoremos como colectivo profesional y como verdaderos
promotores y prescriptores de salud en una sociedad enferma por un estilo de vida cada vez más
sedentario y unos hábitos alimenticios cada vez más in-saludables.
Sabemos que cualquier ejercicio físico es un conjunto de movimientos corporales que sirven de
formato o medio para que el resto de componentes de la dosis de ejercicio puedan manifestarse.
También sabemos que para que estos movimientos tengan un cometido dentro de todo un proceso
deben ser seleccionados atendiendo a una serie de procesos emanados desde entidades o fases
superiores (Planificación, Programación, Periodización, y Prescripción), que finalmente catalicen el
resultado final, que nos es otro que suministrar la dosis de ejercicio justa y necesaria. Pero lo cierto
es que, constantemente, cada vez que tenemos que enfrentarnos al desafío de diseñar un programa
de entrenamiento para la mejora o mantenimiento de la salud, y entendiendo como tal al “proyecto
ordenado de operaciones y actividades, en forma de estímulos (dosis) que guardan un vínculo de
interdependencia para lograr un objetivo” , nos encontramos ante un panorama complejo a la vez
que jerarquizado e interrelacionado. Y es que los procesos que se llevan a cabo respecto del diseño
de dicho programa de entrenamiento se basan en intentar definir adecuadamente los objetivos,
determinar y controlar de forma pre-activa las variables que pueden condicionar dicho proceso de
diseño (valoración), determinar herramientas y recursos para el desarrollo y control del programa y
sus efectos, establecer las fases y su temporalización, definir las variables que definen el programa
y concretarlas finalmente en forma de ejercicios para su desarrollo en unidades de entrenamiento …
casi nada. Por tanto, y sin temor a equivocarnos, la correcta toma de decisiones en todo este proceso
es crucial, y la misma estará basada en multitud de variables que no siempre son oportunamente
dimensionadas por el técnico a la hora de diseñar programas de entrenamiento.
Los avances tecnológicos forman parte de nuestro día a día prácticamente en cualquier ámbito y,
por supuesto, el deporte no podía ser una excepción.
Estas herramientas irán encaminadas a mejorar el rendimiento deportivo del atleta con el fin de
conseguir mejores registros y así poder ser más competitivos, marcando la diferencia en aquellos
pequeños detalles tan difíciles de alcanzar.
Estas nuevas tecnologías variarán en función del deporte en el que estén implementadas. Es por ello
que podemos destacar nuevos diseños y materiales en prendas deportivas, determinado software
para detectar posibles lesiones y ventajas motrices, etc.
Avances destinados a determinados deportes