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Revista de Psicología del Trabajo y de las Organizaciones - 1998

Volumen 14, n.º 1 - Págs. 9-31

Artículo
Una Organización de la teoría organizacional
FRANCISCO DE ASIS BLAS ARITIO
Profesor Titular de Psicología Social Universidad Complutense de Madrid

RESUMEN

Este artículo se propone ordenar-organizar el puzzle de teorías y enfoques que han caracteri-
zado, desde sus inicios, a la literatura organizacional. La tesis que subyace tras este propósito
de ordenación de la producción teórica en el campo organizacional es que los diferentes enfo-
ques y/o desarrollos teóricos sobre la organización han ido revelando «dimensiones» o face-
tas de la realidad organizacional, no necesariamente excluyentes o contradictorias, aunque
ninguna capaz por sí sola de dar cuenta global del fenómeno organizacional. De esta forma,
se va construyendo la teoría o comprensión de dicho fenómeno a través del descubrimiento
de nuevas dimensiones, proceso que no parece obedecer a una lógica de acumulación sucesi-
va y necesaria, aunque sí parece tolerar su comprensión integrada.

ABSTRACT

This paper attempts to arrange the puzzle of theories that have emerged since the beginning
of organizational literature. The statement underlying this attempt is that the various approa-
ches and/or the theoretical evolution concerning the organization have uncovered «dimen-
sions» or facets of the organizational realm. This dimensions are not necessarily mutually
exclusive or contradictory, although none of them by itself is able to account for the overall
organizational fact. Therefore, the theory or understanding of such an issue is being built
through the discovery of new dimensions. This process does not appear to follow a logic of
successive and necessary accumulation, although it does seem to tolerate its integrated com-
prehension.

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Una Organización de la teoría organizacional

PALABRAS CLAVE
Organización, teoría organizacional.

KEY WORDS
Organization, organizational theory.

1. INTRODUCCION estructura social común a la que llamamos


“organización», cuyo ámbito físico es no
Que las organizaciones constituyen un sólo local o nacional, sino también cada vez
objeto de interés teórico es un hecho indis- más internacional. El creciente alcance de su
cutible, ilustrado por la enorme y ya prácti- implantación permite comprender el mayor
camente inabarcable literatura científica y interés por su conocimiento: la proliferación
profesional que aborda su conocimiento. Y de consultoras, la inmensa oferta de cursos
ello no obedece únicamente al natural desa- de formación sobre el «management» y la
rrollo de cualquier campo de conocimiento, abundante literatura que produce este campo
que por definición tiende a expansionarse de conocimiento son expresiones que dan
en términos cuantitativos y cualitativos; sobrada cuenta de la importancia e interés
sino también -y sobre todo- a que, en cuan- que suscita el fenómeno organizacional.
to realidad social que pretende ser conocida
y comprendida, cada vez está más extendi- Ahora bien, ¿es realmente tan «común»
da y penetra a mayores ámbitos de nuestra esta estructura social? Cuando alguien se
vida cotidiana. Hay organizaciones econó- introduce ingenuamente en la literatura que
micas (empresas), políticas (partidos políti- aborda el estudio de las organizaciones,
cos), laborales (sindicatos), educativas acaba experimentando la sensación de hallar-
(centros educativos), sanitarias (hospitales), se atrapado en un laberinto, en el que coexis-
penales (prisiones), religiosas (iglesias), ten -no siempre en orden y concierto- dife-
deportivas (clubes), altruistas (ONGs), pro- rentes objetos de conocimiento, diferentes
fesionales (colegios y asociaciones profe- disciplinas interesadas por dicho conocimien-
sionales), científicas (sociedades científi- to, diferentes ópticas o corrientes de pensa-
cas), militares (ejércitos), ciudadanas miento que compiten por imponer su peculiar
(asociaciones de consumidores, asociacio- visión del mundo organizacional, diferentes
nes de vecinos), ..., en fin, incluso hay concepciones sobre la dimensión esencial
organizaciones criminales (mafias). que caracteriza y constituye lo que es una
organización, en fin, diferentes programas de
Por decirlo brevemente, nuestra sociedad investigación (en su caso, con la correspon-
occidental contemporánea cada vez está más diente apoyatura empírica) sobre las cuestio-
“organizada», cada vez articula más las acti- nes que se consideran relevantes para el desa-
vidades de sus individuos a través de esa rrollo de una teoría organizacional.

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Y -lo que produce aún más desasosiego- En efecto, la diversidad de tipos de orga-
con no poca frecuencia, en este escenario nizaciones plantea con frecuencia la duda de
multidimensional y multidisciplinar de teo- estar tratando con diferentes objetos de cono-
rías, enfoques, cuestiones objeto de trata- cimiento: ¿pueden realmente recibir el
miento y programas de investigación, se mismo tratamiento teórico una cárcel, un
producen citas cruzadas entre unos autores hospital, una empresa manufacturera o un
y otros, unas veces para apoyar las tesis despacho de abogados? Por otro lado, no es
propias, otras para destacar los diferentes ningún secreto que el campo organizacional
puntos de vista; pero no siempre se realizan es simultáneamente objeto de interés de la
estas operaciones de forma homogénea y sociología, la economía, la psicología, la
consistente. Por poner un ejemplo recurren- ciencia política, la antropología, ... cada una
te: según de qué autor se trate, del paradig- de las cuales «lleva el agua a su molino»,
ma teórico que asuma y de la cuestión con- esto es, enfatiza aquellas cuestiones y proble-
creta que esté abordando, los mismos mas organizacionales más afines con sus res-
textos de Weber (un «clásico» de la teoría pectivos campos de conocimiento. Por lo
organizacional, gracias a sus estudios sobre demás, es evidente que no existe un único
la burocracia) merecen una u otra interpre- paradigma o concepción de la realidad social
tación, sirven para apoyar tesis o teorías, en los estudios organizacionales: junto al
cuando no opuestas, sí a veces netamente funcionalismo (indudablemente el paradigma
distintas 1. dominante, cuyos desarrollos teóricos y

1 Que ello sea así, tampoco debe producirnos excesiva sorpresa. En el reino de las ciencias sociales no parecen abun-
dar los conocimientos objetivos y universales, y la expresión de conceptos o teorías que realiza un autor a través de un
texto es siempre objeto de interpretación y de re-construcción teórica por parte de quien acude a ella. Cuando alguien cita
a un autor, no está revelando una «idea» de ese autor, sino que en realidad está expresando su propia idea sobre lo que
interpreta que el autor quiso decir, está construyendo su propia idea a partir de una expresión textual utilizada por el
autor. Pero ello no garantiza en absoluto que ambas ideas coincidan. Podrán parecerse probablemente, pero toda interpre-
tación, toda re-construcción teórica del significado de un texto, supone destacar algo y silenciar algo, y con frecuencia ir
más allá de lo que el propio autor quiso o pudo decir. En el caso de Weber, ya fallecido, nunca sabremos cuál era la
auténtica -la suya- interpretación de sus textos.
Yendo aún más lejos. Nadie discutiría hoy que la interpretación que los teólogos medievales realizaron de los textos
de Aristóteles difiere significativamente de la que realiza actualmente la filosofía contemporánea. Y, con toda probabili-
dad, si Aristóteles resucitara ahora, seguramente no se identificaría ni acabaría de entender en todo su alcance ninguna de
las dos interpretaciones. Porque, en definitiva, las teorías o explicaciones razonadas de la realidad no son entidades obje-
tivas -ajenas al sujeto empírico y al contexto cultural/epistémico que las enmarca- a las que se pueda acceder a través del
«método científico» o mediante el privilegio de la «revelación divina», sino que son construcciones subjetivas, apoyadas
en supuestos epistemológicos determinados, orientadas por las cuestiones y problemáticas relevantes de la historia y cul-
tura del momento, y que precisan de un mínimo consenso para que su significado sea compartido por una comunidad y,
como consecuencia de ello, se conviertan en «públicas».
Las propias reflexiones de este artículo constituyen un ejercicio de re-construcción teórica que parte de una situación
histórica concreta, la cual determina y limita la percepción de una problemática asociada a la teoría organizacional y las
categorías epistemológicas desde las que se realizan dichas reflexiones; que se apoya en dichas categorías para interpretar
teorías y pensamientos de miembros de la comunidad científica interesados por el campo organizacional; que, precisa-
mente por ser construcción, selecciona los autores, conceptos y teorías que van a permitir llevarla al cabo, silenciando e
ignorando, por lo tanto, otros autores, conceptos y teorías; que, en fin, aun partiendo de un sujeto empírico (portador de
las categorías intelectuales de su época) y psicológico (cuya capacidad de razonamiento se halla mediatizada por intere-
ses sociales, ideológicos y profesionales, y por afinidades afectivas), aspira -a través de su publicidad- a trascender el
ámbito subjetivo y a que su significado sea compartido por otros miembros de la comunidad interesada por el conoci-
miento del mundo de las organizaciones.

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empíricos constituyen lo que Kuhn llamaría o procesos. A quienes no quieren o no pue-


«ciencia normal» de las organizaciones), den (¿se puede exigir a un profesional de la
coexisten el enfoque marxista, el pensamien- organización que se posicione sobre los
to crítico, el construccionismo, los enfoques grandes debates epistemológicos que subya-
postmodernos y -aunque sea sólo de forma cen tras unos u otros enfoques?) tomar par-
testimonial- enfoques anarquistas, cada uno tido a favor de una u otra concepción, les
de ellos con diferentes variantes. resulta enormemente difícil articular el sin-
número de investigaciones teóricas o empí-
En fin -y éste es el objeto singular de ricas que tratan de la estructura, de los pro-
análisis de este artículo-, la literatura orga- cesos de toma de decisiones, del liderazgo,
nizacional ofrece también y, sobre todo, del poder, de la cultura, de los procesos de
una compleja variedad de teorías sobre las institucionalización, del aprendizaje y la
organizaciones: qué son, en qué consisten, motivación laboral, de los procesos de
cuáles son sus elementos esenciales y típi- comunicación, del cambio organizacional,
cos, para qué sirven, cuáles son su estructu- de la tecnología, del entorno, de las relacio-
ra y funciones, cuáles son los tópicos o nes grupales, del clima, de la internacionali-
temas más relevantes que deben ser objeto zación, de los conflictos, … organizaciona-
del análisis organizacional, cómo nacen, les.
crecen y mueren las organizaciones, en qué
consiste el cambio organizacional, qué Y, sin embargo, probablemente es en
estrategias han de desarrollarse para mejo- torno a este núcleo de cuestiones donde se
rar el desarrollo organizacional,… está librando la batalla decisiva del desarro-
llo del conocimiento sobre las organizacio-
De toda la variedad de discursos teóricos nes. Sin duda, resulta revelador compren-
que se entrecruzan en el laberinto de la lite- der que las organizaciones son un objeto de
ratura organizacional, posiblemente sea este conocimiento diverso, así como conocer
último bloque de cuestiones el más comple- quién y desde qué disciplina aborda su
jo y el que al día de hoy se manifiesta como estudio e identificar la perspectiva o cate-
más «desorganizado». En efecto, es aquí gorías epistemológicas que arropan unas u
donde la literatura organizacional resulta otras teorías y concepciones; pero, en últi-
más desconcertante: unos y otros autores mo término, lo que caracteriza el estado de
desarrollan su concepción de las organiza- desarrollo de un campo de conocimientos
ciones y el análisis de las cuestiones rele- (y el mundo de las organizaciones pretende
vantes asociadas a la misma, a veces a tra- serlo) son los productos teóricos que ofre-
vés de discursos autónomos que ignoran su ce, los conceptos y teorías que aspiran a
relación con otros discursos, a veces apo- explicar, comprender o interpretar aquello
yándose parcialmente en otras aportaciones que constituye su objeto de conocimiento
teóricas, que, sin embargo, merecen un dis- (en nuestro caso, qué son las organizacio-
tanciamiento crítico para otros autores que nes y qué procesos y fenómenos las consti-
supuestamente comparten posiciones origi- tuyen). Por lo demás, son estos conceptos y
nales afines. Por otro lado, el énfasis e teorías los que enmarcan, tanto el desarro-
importancia atribuidos por unos autores a llo de programas de investigación, como la
procesos y fenómenos del mundo organiza- aplicación de estrategias e intervenciones
cional resulta cuestionado o ignorado por concretas en el seno de las organizaciones
otros autores, que destacan otros fenómenos (de ahí que también constituyan, lógica-

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mente, las cuestiones de mayor interés y La tesis fundamental que subyace tras la
relevancia para los profesionales que ges- «organización» de la teoría organizacional
tionan organizaciones o que ejercen servi- que propone este artículo es, en síntesis, la
cios de asesoramiento y consultoría organi- siguiente: desde las primeras formulaciones
zacional). teóricas sistemáticas sobre la organización
(Taylor, 1911) hasta nuestros días, la histo-
La pregunta evidente a la que conducen ria de la teoría organizacional ha registrado
las anteriores consideraciones es la siguien- concepciones o teorías de la organización
te: ¿puede en alguna medida ordenarse esta que han ido sucesivamente revelando
aparente desorganización de las contribu- «dimensiones» del fenómeno organizacio-
ciones teóricas al campo organizacional, nal, ninguna de las cuales es capaz por sí
puede organizarse de algún modo este apa- sola de dar cuenta global de dicho fenóme-
rente desorden? Por supuesto, esta cuestión no.
ya ha sido planteada y contestada en varias
ocasiones por prestigiosos expertos de la Que dicho proceso se haya producido
teoría organizacional (véase, Burrell y sucesivamente, no implica, en absoluto,
Morgan, 1979, Pfeffer, 1982, Morgan, que haya tenido un carácter «acumulativo»
1986, Scott, 1987 o, más recientemente, (en el sentido kuhniano del término). Entre
Clegg, Hardy y Nord, 1996, como algunas unas y otras concepciones no se aprecia
de las más significativas respuestas a esta una relación de causa-efecto, ni tampoco
cuestión). Desde estas modestas reflexiones parece que unas concepciones sirvan de
se pretende contribuir a esa respuesta, si apoyo a las siguientes. Por lo demás, es
bien -he de aclararlo inmediatamente- no evidente que entre algunas de ellas existen
desde la óptica de proyectos tan ambiciosos paradigmas y/o categorías epistemológicas
como los que se acaban de citar, sino más diferentes. Pero que el desarrollo no haya
bien desde una óptica más doméstica y ase- sido acumulativo tampoco supone que haya
quible, pensando sobre todo en los profe- sido «contradictorio», fruto de una supues-
sionales y en los estudiantes (a quienes no ta dialéctica (tesis-antítesis) que caracteri-
se pueden exigir las largas y tediosas lectu- zaría al desarrollo del conocimiento organi-
ras que requiere una exposición minuciosa zacional. Sin duda, cada una de las
de las diferentes teorías y concepciones que concepciones merece un análisis específico
configuran el estado de conocimiento que revele los mimbres históricos -sociales,
actual de las organizaciones). En otras culturales, epistemológicos, incluso acadé-
palabras, el orden u organización de la micos- que acunaron su emergencia (cues-
actual teoría organizacional que aquí se tión que desborda ampliamente los objeti-
propone apuesta claramente por ideas cla- vos de este artículo); pero ello no exige
ras y simples, con el propósito expreso de suponer que su desarrollo obedezca a un
suministrar unos instrumentos conceptuales progreso de corte lineal-acumulativo o de
sencillos, que faciliten a estudiantes y pro- corte dialéctico-finalista.
fesionales la categorización de sus lecturas
y estudios o, en su caso, de sus intervencio- La historia del desarrollo del conoci-
nes organizacionales, pero a costa de asu- miento de las organizaciones es la que es, y
mir el riesgo de que esta simplificación ya se encargarán los historiadores de la
pueda llegar a desvirtuar o ignorar algunas ciencia de analizar las posibles articulacio-
aportaciones teóricas relevantes. nes y relaciones identificables en dicho

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desarrollo. Lo que aquí se pretende es, más meta-concepciones de la realidad social


bien, ofrecer una fotografía sincrónica de implícitas o explícitas en dicha formaliza-
su progreso (salvo los partidarios del enfo- ción y aquellos elementos que prohíben o
que «anarquista», la práctica totalidad de ignoran la consideración de otras dimensio-
los estudiosos de la materia reconocen que nes).
se ha producido un «progreso» objetivo en
el conocimiento de las organizaciones: En definitiva, aquí se postula que la
todavía nos queda mucho por conocer, pero organización no es un fenómeno social
parece evidente que hoy día sabemos monolítico de un único significado, sino
mucho más de las organizaciones que hace que, por el contrario, es un fenómeno mul-
noventa años). Y, para llevar a cabo esta tidimensional y multisignificativo. La teo-
tarea, resulta imprescindible abandonar la ría organizacional ha ido desvelando a lo
obsesión por la búsqueda de «la» teoría o largo de su historia algunas de estas
concepción global y sistemática, que nos dimensiones (con toda seguridad, todavía
proporcione la seguridad de haber descu- no todas; entre otras razones, porque sigue
bierto «la» solución teórica a los complejos siendo un fenómeno social «vivo», cuyo
problemas que manifiesta el mundo organi- desarrollo da lugar a nuevos procesos y
zacional (obsesión típica de los científicos fenómenos hace unos años inimaginables).
sociales, que revela su recurrente depen- Todas estas dimensiones coexisten y for-
dencia de las ciencias naturales). man parte de la realidad organizacional,
pero su influencia y expresión en las dife-
En efecto, no parece que en la actualidad rentes organizaciones no son homogéneas
exista una concepción o teoría de las orga- ni uniformes, sino que varían según el
nizaciones sistemática e integradora que tipo, tiempo y lugar de cada organización.
ofrezca explicación suficiente y satisfacto- El análisis de cada organización real (y, en
ria de todos los procesos y fenómenos su caso, su intervención en ella) requiere
organizacionales que se manifiestan en los la consideración de todas las dimensiones
diferentes tipos de organizaciones (ni tam- que ha revelado la teoría organizacional,
poco parece que a corto o medio plazo se así como la identificación de las dimensio-
produzca su descubrimiento). Como se ha nes dominantes que la caracterizan, sin
apuntado hace un momento, la tesis de este incurrir en reduccionismos simplificado-
artículo defiende que cada una de las más res que ignoren a las otras. Que hoy día no
reconocidas concepciones de la organiza- se haya conseguido todavía articular la
ción ha intentado dar cuenta teórica de relación entre las dimensiones desveladas
alguna o algunas de las dimensiones que por la teoría organizacional no tiene por
caracterizan el «qué», el «por qué» y/o el qué suponer la apuesta exclusiva y exclu-
«para qué» de este fenómeno social, que yente por una de ellas (la que nos resulte
todas ellas han contribuido al desarrollo más atractiva, la más apoyada por la
progresivo de nuestra actual cultura teórica actual comunidad científica o la que con-
sobre el mundo organizacional y que todas sideremos más de moda), renunciando a
ellas siguen formando parte de nuestra caja utilizar también otras herramientas teóri-
de herramientas teóricas para el cas; si apostáramos por una concepción
análisis/investigación de y/o intervención exclusiva, no tendríamos nada que ganar
en las organizaciones (siempre y cuando (salvo una supuesta coherencia teórica
depuremos de su formalización teórica las interna) y sí mucho que perder.

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Vayamos, pues, sin más dilación, a iden- dades que conducen a la consecución de
tificar esas concepciones de la organización dichos objetivos (o, en el peor de los casos,
que revelan otras tantas dimensiones de la que asumen y aceptan las contrapartidas -
misma y que conforman el esqueleto teóri- fundamentalmente, el salario- que reciben a
co de la teoría organizacional actual. cambio de la realización de las tareas y fun-
ciones que les son asignadas).

2. LA ORGANIZACION COMO Desde otros supuestos -algunos de los


INSTRUMENTO DE cuales serán comentados más adelante- el
RACIONALIDAD PARA LA estudio de Weber sobre la burocracia
CONSECUCION DE OBJETIVOS («Economía y Sociedad», 1922) comparte
con la teoría de Taylor la concepción de la
Si bien esta dimensión es considerada organización como un proyecto de raciona-
también por otras concepciones, son sin lidad instrumental, si bien en este caso
duda las conocidas como teorías «clásicas» resulta más preciso hablar de racionalidad
de la organización (cuyo representante más «burocrática», en lugar de «mecánica».
genuino es Taylor, «Principles of Scientific Para Weber, la emergencia de esta forma
Management»,1911) las primeras que des- de racionalidad -la organización burocráti-
tacan el carácter de la organización como ca- es demandada por la peculiaridad de la
agrupación de una serie de individuos que cultura moderna y, específicamente, por
se ponen de acuerdo para conseguir con- sus bases técnicas y económicas que exigen
juntamente unos objetivos, en el entendi- la máxima predicción de los resultados. La
miento de que la división del trabajo, la organización burocrática puede definirse
especialización de tareas, su correspondien- como un tipo de organización cuyo sistema
te coordinación, la estructura jerárquica que de control está basado en reglas racionales,
expresa y articula dicha coordinación, y el es decir, en reglas que tratan de regular la
análisis científico de las funciones y tareas estructura y procesos de la organización en
que deben corresponder a cada puesto de función tan sólo del conocimiento técnico y
trabajo y de la estructura jerárquica de la para lograr el máximo de eficacia.
organización, permiten alcanzar con mucho
mayor eficacia los objetivos planteados. De Taylor y de los supuestos e implica-
ciones de su teoría sobre la gestión científica
La organización es, pues, considerada de las organizaciones se han hecho numero-
fundamentalmente como un «instrumento», sas críticas (véase, por ejemplo, la magistral
es decir, como un artefacto o artificio para caricatura de Chaplin en «Tiempos moder-
alcanzar unos objetivos, y cuyo funciona- nos») y es evidente que algunas de las obse-
miento más o menos eficaz dependerá del siones de su metáfora «mecanicista» (Mor-
diseño científico-racional del mismo. Los gan, 1986) carecen hoy día, no sólo de
elementos de este instrumento o artefacto, vigencia teórica, sino ni siquiera de soporte
que acaba equiparándose -en la versión empírico. Su consideración de la organiza-
típicamente taylorista- a una «máquina», ción como un sistema cerrado dependiente
son individuos intencionales y racionales, exclusivamente del análisis científico de los
que son capaces de asumir los objetivos de puestos de trabajo y de la estructura de rela-
la organización y por ello aceptan compro- ción y coordinación de tareas y funciones; la
meter su esfuerzo y capacidad en las activi- ignorancia de los sentimientos, las actitudes

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y los fines privados de los individuos, o de Weber no tiene por qué conducir necesaria-
su condición de seres sociales influidos en mente a su descalificación global. Resulta
su comportamiento por su vinculación con imposible ignorar que muchas organizacio-
la estructura social general y la cultura de nes se han creado y constituido efectiva-
los grupos con los que se encuentra; la rígida mente con el propósito de alcanzar unos
división entre la dirección -a la que corres- objetivos que requieren la división de las
ponde la «concepción» o diseño racional de tareas en función de especialidades, la
la organización- y los empleados o línea de coordinación de las actividades a través de
base -a quienes corresponde únicamente la una estructuración jerárquica y una disci-
«ejecución» o realización mecánica de las plina expresada a través de reglamentos, de
tareas asignadas; la ignorancia de la existen- procedimientos de supervisión y de siste-
cia de conflictos intraorganizacionales, con- mas de recompensa y castigo. Sin perjuicio
secuencia de suponer que todos los miem- de su coexistencia con otras dimensiones o
bros de la organización comparten y asumen significados de las organizaciones, parece
los intereses y objetivos de la organización; evidente que éstas emergen y se mantienen
la reducción de las funciones y objetivos de como creaciones instrumentales al servicio
la organización a la búsqueda solamente de de unos objetivos, que son en mayor o
la productividad; … son algunos de los ele- menor grado compartidos por sus miem-
mentos de su teoría que con el paso del bros y cuya consecución requiere simultá-
tiempo han sido, fundamentadamente, cues- neamente una división racional del trabajo
tionados y puestos en entredicho. y una coordinación eficaz de las activida-
des, las cuales se articulan y estructuran a
Han sido también numerosas las críticas partir de un proyecto de racionalidad (lo
que ha recibido el modelo ideal de raciona- cual no implica que todo en ellas sea racio-
lidad burocrática postulado por Weber nal, ni que la estructuración jerárquica
(véase Merton, 1949, Gouldner, 1948, Selz- resultante obedezca sólo a dicho proyecto
nick, 1948). Por citar sólo algunas de las de racionalidad).
más conocidas: la falta de flexibilidad de las
reglas burocráticas que impide atender La crítica unánime a las exageraciones
situaciones imprevistas, la conversión de los de la metáfora mecanicista o del tipo ideal
medios -el cumplimiento de las reglas buro- burocrático de la organización ha impedido
cráticas- en auténticos fines, la mayor a veces reconocer la racionalidad instru-
importancia concedida a los aspectos for- mental de las organizaciones, desplazando
males e instrumentales que a los aspectos el análisis organizacional hacia otras
sustantivos, la conciencia del funcionario dimensiones (que, sin duda, también con-
del mínimo comportamiento aceptable y, en forman la realidad organizacional, como
consecuencia, la tendencia a trabajar en los veremos inmediatamente) y ocultando que
mínimos niveles exigibles, la emergencia de muchos problemas de las organizaciones
subsistemas autónomos con intereses no residen sencillamente en la falta de actuali-
siempre coincidentes con los del conjunto zación del proyecto de racionalidad (rela-
de la organización, el abuso de los sistemas ción entre actividades-estructura-objetivos)
de control y supervisión, etc. que originalmente dio lugar a su creación.
Ignorar que millones de individuos son
Ahora bien, la crítica de muchos de los miembros de organizaciones porque las
componentes de las teorías de Taylor y de consideran, de algún modo, un instrumento

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racional para la consecución de determina- ciones sociales existentes en el seno de la


dos objetivos supondría eliminar de la organización (abriendo de esta forma las
intencionalidad de la actividad humana su puertas de los estudios organizacionales a
componente más genuino. Lo cual no signi- la psicología social y a la psicología indus-
fica que los individuos formen parte de las trial). En efecto, tras realizar numerosas
organizaciones por este único motivo, ni entrevistas, llegaron a la conclusión de que
que el proyecto de racionalidad instrumen- los principales determinantes del comporta-
tal sea la dimensión única o dominante de miento laboral deberían ser buscados en la
todos los tipos de organización. Ahí preci- estructura y cultura del grupo que se forma
samente reside el error fundamental de las espontáneamente en la empresa por la inte-
teorías clásicas: suponer que la organiza- racción de los individuos en su trabajo; a
ción es sólo y fundamentalmente eso, un partir de aquí, el objeto de interés fueron
proyecto de racionalidad instrumental, sea los factores psicosociológicos (el compor-
ésta mecánica o burocrática. tamiento de los sujetos en el interior de
«grupos informales»).

3. LA ORGANIZACION COMO El descubrimiento de esta nueva


CAMPO DE RELACIONES E dimensión organizacional -las organiza-
INTERACCIONES SOCIALES Y ciones no son máquinas constituidas por
GRUPALES piezas mecánicas, sino, en todo caso,
máquinas «humanas», constituidas por
No fue Elton Mayo, como a veces erró- individuos dotados de sentimientos, moti-
neamente se cree, quien desveló esta nueva vos, capacidad de relaciones sociales y en
dimensión de la organización, sino el grupo permanente interacción intra e intergrupal
de investigadores a los que se encargó rea- con los demás miembros de la organiza-
lizar los conocidos como «estudios de ción- matizó y complicó la simpleza
Hawthorne» (una sede de la Western Elec- racionalista de las teorías clásicas y obli-
tric Company), quienes inicialmente orien- gó a reconsiderar muchos de sus princi-
taron su objetivo al análisis de los efectos pios y postulados: por ejemplo, que los
físico-ambientales en la productividad de incentivos laborales no podían reducirse
los trabajadores. Sin embargo, poco a poco únicamente al salario y otros incentivos
se empezaron a dar cuenta de que las varia- económicos, sino que también había que
bles físicas -por ejemplo, las condiciones considerar la satisfacción de las necesida-
de iluminación- no podían ser tratadas con des sociales de los trabajadores; que el
independencia del significado que los indi- estilo de dirección no podía limitarse a la
viduos les atribuían (Roethlisberger y aplicación fría y coercitiva de las pautas y
Dickson, 1939). reglas derivadas del «análisis científico»
de la organización, sino que había que
Este desplazamiento del interés hacia las entrenar a los supervisores a ejercer su
variables sociales (frente a la consideración autoridad mediante un estilo de «relacio-
exclusiva de las variables físicas que debí- nes humanas» que motivara y promoviera
an caracterizar a un puesto de trabajo, típi- su aceptación; que la cantidad de trabajo
ca de la teoría de la administración científi- desarrollada por un trabajador no viene
ca de Taylor) les condujo a plantear un determinada sólo por su capacidad física,
genuino objeto de investigación: las rela- sino también y fundamentalmente por su

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capacidad «social»; que, junto a la organi- Aunque los debates académicos suelen
zación «formal» establecida por la estruc- destacar los elementos opuestos o alternati-
tura jerárquica, en toda organización se vos de los enfoques «clásico» y de «relacio-
produce una red de relaciones «informa- nes humanas» (y, sin duda, existen postula-
les», cuya importancia y consideración dos y principios de ambos enfoques que lo
resultan decisivas; que la máxima «espe- son en cierta medida), ello no debe conducir
cialización» de los trabajadores no es a posicionarse globalmente a favor de uno u
siempre la forma más eficiente de la divi- otro (o, como se planteará más adelante, de
sión del trabajo; que la comunicación y la cualquier tercer enfoque). Resulta más positi-
participación desempeñan un papel clave vo abandonar los juicios de valor totales y
en el comportamiento laboral de los tra- cerrados sobre las respectivas propuestas teó-
bajadores;… ricas, para extraer de ellas las dimensiones
que han sido capaces de revelar y que toleran
No obstante, en un trabajo publicado en su mutua coexistencia o compatibilidad.
1988, Gillespie denunció la manipulación a
la que fueron sometidos los resultados y las En este sentido, parece evidente que la
publicaciones que dieron cuenta de los consideración de la organización como un
experimentos de Hawthorne, demostrando sistema social, en el que tienen lugar rela-
que sólo fue hecho público aquello que ciones e interacciones sociales y grupales
interesó y coincidía con los intereses y que afectan al desempeño de las activida-
objetivos de los directivos de la empresa, des y tareas de sus miembros y al funciona-
siendo silenciados los hallazgos que se miento de su estructura formal, no impide
oponían a la filosofía empresarial. considerar que, además, la organización sea
un proyecto de racionalidad instrumental
En todo caso, y con independencia de para la consecución de determinados obje-
las conclusiones discutibles a las que lle- tivos. La identificación de ambas dimensio-
garon los investigadores de Hawthorne, nes obliga, a partir de entonces, a que cual-
estos estudios fueron relevantes porque quier análisis organizacional las tenga
hicieron evidente que las organizaciones presentes, en ningún caso a que la segunda
no son meras estructuras mecánicas, sino anule a la primera.
que más bien son «sistemas sociales»,
constituidos por individuos y grupos que
interaccionan entre sí y cuyo desempeño 4. LA ORGANIZACION COMO UN
está en cierta medida mediatizado por los SISTEMA ABIERTO,
procesos psicosociales que se producen en CONTINGENTE A SU
su seno. (La literatura organizacional ADAPTACION CON EL
suele identificar esta dimensión con el ENTORNO
nombre de «relaciones humanas»; pero, en
realidad, aunque indirectamente relaciona- Inspirado en la teoría general de los sistemas
do con los experimentos de Hawthorne, el procedente del pensamiento biológico (Von Ber-
movimiento propiamente dicho de las talanfly, 1950), el enfoque que considera a las
«Relaciones Humanas» surge más bien organizaciones como un sistema, es decir, como
como resultado de los trabajos de Mayo una serie de partes interdependientes que se rela-
durante la Segunda Guerra Mundial sobre cionan entre sí, de modo que la interacción o
el absentismo laboral). efecto recíproco de cualquiera de sus subsiste-

18 REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Francisco de Asís Blas Aritio.

mas afecta al todo, resulta ya indiscutible (si bien abierto, el enfoque predominante para
ha de reconocerse que en cierta medida el con- explicar las estructuras y procesos organi-
cepto de «sistema» ya había sido insinuado por zacionales ha sido desde los años sesenta el
el enfoque de «relaciones humanas»). «enfoque contingente», que comparte con
otros enfoques organizacionales la impor-
A finales de los años cincuenta y, sobre tancia de la eficiencia, pero que además
todo, en la década de los sesenta, los resul- sostiene que el diseño de la organización
tados de numerosos estudios organizacio- depende de diversos factores estructurales
nales conducen a añadir a esta concepción internos y externos a la organización. Tanto
de la organización un adjetivo decisivo: desde el punto de vista macro (estructuras,
que se trata de un sistema «abierto», es procesos, tecnología…, de las organizacio-
decir, de un sistema que interactúa con el nes), como desde el punto de vista micro
medio ambiente y que es contingente y (comportamiento individual y grupal en las
debe adaptarse al entorno (Katz y Kahn, organizaciones), han ido surgiendo investi-
1966, formalizaron y sistematizaron las gaciones que resaltan el carácter contingen-
características del sistema abierto aplicadas te (es decir, dependiente de circunstancias
a la organización). y condiciones diversas) de los modelos
organizacionales propuestos. Un desarrollo
En realidad, la concepción de la organi- característico de estos enfoques son los
zación como sistema abierto, más que una numerosos y variados estudios sobre la
teoría de contenidos referentes a situacio- tipología de las organizaciones (Burns y
nes concretas, es una teoría de relaciones Stalker, 1961, Blau y Scott, 1963, Chand-
entre elementos, a través de la que puede ler, 1962, Woodward, 1965, Emery y Trist,
abordarse, utilizándola como enfoque y 1965, Perrow, 1967, Thompson, 1967,
marco de referencia, la múltiple variedad Lawrence y Lorsch, 1967, Hickson y cols.,
de temas y fenómenos específicos que tie- 1969, Child, 1972, Porter, 1975, etc.).
nen lugar en las organizaciones, y que de
modo particular han sido tratadas por dife- El paradigma o conjunto de presupues-
rentes escuelas y teorías. tos teóricos que desveló esta nueva dimen-
sión de la organización ha sido -y sigue
A lo largo de la historia de la teoría de siendo- el paradigma dominante de los
las organizaciones ha ido surgiendo poco a estudios organizacionales durante las cua-
poco la convicción más o menos generali- tro últimas décadas, tanto en términos
zada de que no hay un único modelo de cuantitativos (número de trabajos e investi-
organización eficaz y válido para todos los gaciones desarrollados) como en términos
casos y circunstancias, ni unos principios cualitativos (desarrollo de nuevas teorías y
de comportamiento constantes, permanen- tratamiento de cuestiones). A él correspon-
tes y universales que den cuenta de la con- den el bloque de investigaciones más
ducta de las personas en cualquier contexto comúnmente citadas en la literatura organi-
organizacional y cultural. El carácter abier- zacional: los trabajos de Burns y Stalker
to del sistema organizacional refuerza esta (1961), de Chandler (1962), de Woodward
convicción. (1965), de Perrow (1967), de Lawrence y
Lorsch (1967), a quienes debe atribuirse el
Derivado del marco de referencia o con- término «teorías contingentes», de Hage
cepción de la organización como sistema (1965), de Blau (1970), etc. También deben

REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 19


Una Organización de la teoría organizacional

relacionarse con este paradigma las más toma de decisiones, etc. Por lo demás, no
recientes teorías oganizacionales de los parece tampoco incompatible que la orga-
setenta y de los ochenta, tales como la teo- nización sea considerada como un proyecto
ría de la dependencia de recursos (Pfeffer y de racionalidad instrumental para la conse-
Salancik, 1978), la ecología poblacional cución de objetivos con la consideración de
(Hannan y Freeman, 1977, Aldrich, 1979), sus relaciones contingentes con el medio
o las teorías de enfoque económico organi- ambiente, siempre y cuando se interprete
zacional, como la del fracaso de mercados que dicho proyecto de racionalidad instru-
(Williamson, 1975), la «agency theory» mental no es algo estático y fijo, sino que
(Eisenhardt, 1989) o la teoría de la «gestión se reactualiza y se adapta (redefinición de
estratégica» (Rumelt, 1974). Donaldson objetivos, innovación tecnológica, rediseño
(1996) califica expresamente a este para- de estructuras y tareas, …) precisamente en
digma y a sus desarrollos como «ciencia función de sus relaciones con el entorno.
normal», en el sentido kuhniano del térmi-
no, ya que dispone de unos presupuestos
teóricos y epistemológicos compartidos 5. LA ORGANIZACION COMO
(que coinciden con el funcionalismo socio- ESCENARIO Y EXPRESION DE
lógico: las funciones crean las estructuras RELACIONES DE PODER
sociales), de un método común (positivista)
y de un conjunto importante de desarrollos Esta cuarta dimensión ha sido destacada
empíricos. por autores procedentes de la tradición
marxista y de la teoría social crítica, que
Sin perjuicio de los debates epistemoló- entienden que, como ocurre en cualquier
gicos que pueda merecer el análisis de este agrupación social, las organizaciones son
paradigma, aquí una vez más nos interesa escenarios y expresión de relaciones de
destacar la nueva dimensión organizacional poder.
por él descubierta. Dicha dimensión no es
otra que la consideración de la organiza- La tradicional versión marxista de este
ción, no como un sistema cerrado, autosufi- enfoque concibe a las organizaciones como
ciente y autorregulador, sino como un orga- formaciones sociales donde tiene lugar el
nismo o sistema abierto y en contacto enfrentamiento de intereses y la lucha por
permanente con el medio ambiente que le el poder, asociada al control de los medios
rodea, obligado a interactuar con él y a de producción (Braverman, 1974, Edwards,
adaptarse a él, contingente o dependiente 1979, Carchedi, 1977, 1987; ver Clegg y
en gran medida de él, aunque también con Dunkerley, 1980). La supuesta racionalidad
cierta capacidad de influencia sobre él. de las organizaciones no es tal, sino que
disfraza los intereses de los poseedores de
Que esta dimensión pueda coexistir con los medios de producción, y la estructura
la desvelada por el enfoque de relaciones organizacional, la división del trabajo y el
humanas, es algo que ya asumen y recono- sistema de recompensas y castigos no
cen muchos de los autores que abrazan este hacen sino reproducir las relaciones de
paradigma dominante, al incluir en sus poder en el seno de las organizaciones. Los
estudios e investigaciones el análisis de las conflictos organizacionales no son fruto de
relaciones sociales y grupales, de los proce- inadecuados diseños funcionales o inadap-
sos de comunicación, de los procesos de taciones con el medio ambiente, sino

20 REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Francisco de Asís Blas Aritio.

expresión de los distintos intereses que per- espacio social en el que coexisten intereses
siguen los diferentes individuos y grupos divergentes que compiten y luchan entre sí
de la organización. (Clegg, 1975, Clegg y Dunkerley, 1980,
Ranson y otros, 1980, Hardy, 1985,
Por supuesto, esta versión hace hincapié Knights y Willmott, 1985, Barnes, 1988,
en el papel que desempeña la «ideología» Knights y Morgan, 1991, Kerfoot y
como falsa conciencia de la realidad para Knigths, 1993), las relaciones de poder son
ocultar las contradicciones y las verdaderas mucho más complejas: no sólo tienen
relaciones de intereses que entran en juego poder quienes ostentan la autoridad formal
en la práctica organizacional, y como ins- (los directivos), sino que los empleados y
trumento de legitimación de las estructuras los diferentes grupos organizacionales tam-
y reglamentos formales que articulan la bién tienen un cierto poder (por ejemplo,
autoridad organizacional y están al servicio obstaculizar la producción, reservarse
de las relaciones de poder organizacionales. información, acudir a los reglamentos o
reglas formales de la organización, …). La
Como señalan Hardy y Clegg (1996), situación de las relaciones de poder en el
existe una segunda versión de este enfoque seno de las organizaciones suele ser fluida,
inspirada en el pensamiento de Weber, variando -en función de las estrategias y de
quien completa y matiza a Marx al conside- las alianzas que desarrollan unos y otros
rar que el poder se asocia no sólo a las rela- grupos- el poder que en cada momento
ciones «en» la producción, sino también y tiene cada uno.
sobre todo a las relaciones «de» la produc-
ción; en otros términos, el poder no es sólo En todo caso, para una y otra versión las
propiedad de los medios de producción, sino organizaciones son arenas o escenarios en
también control de los mismos. El poder los que los individuos y grupos buscan fun-
organizacional no sólo depende de quién damentalmente conseguir poder, no instru-
posee los medios de producción, sino tam- mentos de racionalidad para alcanzar deter-
bién de cómo se desarrolla dicha produc- minados objetivos asumidos y compartidos
ción, esto es, de quiénes tienen el conoci- por todos los miembros. Los principales
miento de las operaciones que precisa el procesos organizacionales (diseño de
desarrollo de la producción, de quiénes con- estructuras, división del trabajo, toma de
trolan los métodos de producción y de cómo decisiones, acceso a recursos escasos,
y por quién se realizan los procesos produc- obtención de información y formas de
tivos (los empleados, trabajadores o miem- comunicarla, sistema de recompensas y cas-
bros de una organización, de quienes depen- tigos, conflictos, cultura organizacional,
de la realización efectiva de los procesos formación y procesos de socialización orga-
productivos). Frente al poder de los dueños nizacional,…) son analizados por este enfo-
de los medios de producción, los miembros que, no desde la tradicional óptica funcional
de una organización tienen la capacidad de que caracteriza a la mayor parte de los res-
ofrecer resistencia (que no es sino otra tantes enfoques, sino desde la óptica de la
forma de poder) y de utilizar dicho recurso lucha por el poder (mantenimiento y, en su
para conseguir beneficiar sus intereses. caso, incremento del poder obtenido). El
«conocimiento», en cuanto recurso e instru-
De acuerdo, pues, con esta segunda ver- mento decisivo de poder en la sociedad
sión o concepción de la organización como occidental contemporánea, es considerado

REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 21


Una Organización de la teoría organizacional

por esta concepción de la organización bién -y sobre todo- como expresión de los
como uno de los objetos de estudio clave. distintos intereses que están en juego en el
quehacer organizacional.
Posiblemente ésta es la dimensión orga-
nizacional que, aparentemente, resulta más Evidentemente, el poder no ha sido una
difícil hacer coexistir con las demás, debido cuestión tratada exclusivamente por los
a que tanto el paradigma epistemológico enfoques marxistas o críticos. Como es evi-
que la ha revelado, como los métodos de dente, el paradigma funcionalista dominan-
investigación propuestos para el desarrollo te también ha abordado el análisis del
de su análisis, como los procesos y fenóme- poder en las organizaciones. Desde los tra-
nos por los que se interesa, son netamente bajos pioneros de Thompson (1956) o de
diferentes a los que se corresponden con el Crozier (1964) hasta la más formalizada
tradicional paradigma funcionalista. Sin teoría de las «contingencias estratégicas»
embargo, una vez más debe reiterarse que la (Hickson y otros, 1971) o la propia teoría
exageración del alcance de esta dimensión de la «dependencia de recursos» (Pfeffer y
organizacional -la existencia de relaciones Salancik, 1978), el poder ha sido conside-
de poder en el seno de la organización- con- rado por este paradigma como una contin-
duce a posiciones forzadas y a ignorar otras gencia estratégica, asociado a la capacidad
dimensiones. Que la organización sea tam- de acceso a recursos escasos y/o a la capa-
bién escenario y expresión de relaciones de cidad de controlar las incertidumbres
poder no significa que sea «sólo» esto, ni ambientales con las que se enfrenta la orga-
que siempre y en todo tipo de organizacio- nización. Pero el punto de vista funciona-
nes sea la dimensión dominante que anule lista, en primer lugar, no considera en nin-
la significación de la organización como gún caso el poder como la dimensión
proyecto de racionalidad instrumental, central que ilustra sobre el verdadero signi-
como sistema de relaciones psicosociales o ficado de las prácticas y estructuras organi-
como sistema obligado a adaptarse e inte- zacionales; y, en segundo lugar, considera
ractuar con el medio ambiente. que el poder es un efecto funcional deriva-
do de las reglas y estructuras formales a
Pero qué duda cabe que esta nueva través de las cuales se articula la «autori-
dimensión forma parte indiscutible de la dad» (consustancial a cualquier ordenación
compleja realidad organizacional y merece jerárquica organizacional), no una relación
ser considerada de forma específica. Por lo de «dominación» a través de la cual se
demás, esta nueva dimensión aporta luces a enfrentan los intereses encontrados de los
la comprensión del proyecto de racionalidad diferentes grupos organizacionales.
instrumental, al establecimiento de la estruc-
tura y reglamentos formales de la organiza-
ción, a los sistemas de promoción, recom- 6. LA ORGANIZACION COMO
pensas y castigos propios de la organización, EXPRESION DE LA CULTURA
a los procesos de comunicación (la informa- INSTITUCIONAL EN LA QUE
ción es poder), a los procesos de toma de ESTA ENMARCADA
decisiones y, por supuesto, a los conflictos
organizacionales, que ya no pueden ser con- Si bien ya con anterioridad algunos auto-
siderados únicamente como defectos funcio- res habían abordado el significado institu-
nales del diseño organizacional, sino tam- cional de las organizaciones (por ejemplo,

22 REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Francisco de Asís Blas Aritio.

el propio Weber, 1922, y, posteriormente, nes o realidades sociales llegan a cobrar un


Selznick, 1948, Silverman, 1971), suele estatuto similar al de reglas en el pensa-
atribuirse a un artículo -ya clásico- de miento y la acción sociales. La institucio-
Meyer y Rowan (1977) el nacimiento de un nalización explica la persistencia y perpe-
nuevo enfoque en el análisis de las organi- tuación de la actividad. Otras teorías apelan
zaciones, que ha recibido el calificativo de al vínculo con la meta, al refuerzo o a la
«institucional». presión grupal para explicar la perpetua-
ción de la actividad. La teoría de la institu-
Aunque algunos autores consideran que cionalización sostiene que ninguna de esas
la «teoría institucional» viene a ser un causas son necesariamente requeridas para
desarrollo más -como las teorías contingen- que la acción se emprenda y persista.
tes, o la teoría de la dependencia de recur-
sos o la teoría del fracaso del mercado- En otras palabras, los actos instituciona-
derivado del funcionalismo sociológico (y lizados se efectúan por la única razón de
es obvio que comparte con este paradigma que «así se hacen las cosas», otros actos
importantes puntos de vista), sin embargo son insensatos, son impensables… «la ins-
desde la perspectiva adoptada por este artí- titucionalización se arraiga en el confor-
culo -esto es, la identificación de dimensio- mismo… se arraiga en los aspectos de la
nes organizacionales que merecen una con- vida cotidiana que se dan por sentados.
sideración singular- la teoría institucional Dentro de una organización, la institucio-
revela y destaca una dimensión de las orga- nalización actúa para producir interpreta-
nizaciones que apenas había sido tratada ciones comunes de lo que es un comporta-
hasta entonces. miento apropiado y, fundamentalmente,
con sentido significado. La institucionaliza-
El punto de partida de la teoría institu- ción, cuando es externa a una organización,
cional de las organizaciones es la observa- conduce a la adopción de prácticas comu-
ción y el reconocimiento de una serie de nes: finalidades, posiciones, metodologías
regularidades que se producen en el ámbito y reglas de procedimiento que caracterizan
organizacional: prácticas y procedimientos a las organizaciones formales» (Meyer y
que se llevan a cabo y se transmiten sin Rowan, 1977).
objeción, significados que se comparten sin
crítica ni evaluación, procesos y obligacio- La teoría de la institucionalización abar-
nes que se dan por supuestos por todos los ca dos aspectos: la institucionalización
miembros de la organización. La teoría de como variable, esto es, qué factores o insti-
la institucionalización intenta dar una res- tuciones determinan el comportamiento
puesta al cómo y al por qué se dan por sen- «institucional» de las organizaciones; y la
tados los significados, las formas, las acti- institucionalización como proceso, esto es,
vidades y los procedimientos en las cómo se generan y se incorporan a la orga-
organizaciones y cuáles son las consecuen- nización las diversas prácticas instituciona-
cias de ello. Los procesos de «instituciona- les. Como señalan Tolbert y Zucker (1996),
lización» son esa respuesta. el cada vez más numeroso grupo de investi-
gadores que abrazan el enfoque institucio-
Tal y como la definen Meyer y Rowan nal de las organizaciones se ha decantado
(1977), la institucionalización involucra los por el estudio de la institucionalización
medios por los que los procesos, obligacio- como variable, y sólo recientemente se está

REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 23


Una Organización de la teoría organizacional

empezando a prestar atención a los proce- viduos desarrollan actividades simbólicas,


sos de institucionalización. Por lo demás, a través de las cuales construyen y nego-
debe señalarse que, aunque inicialmente los cian continuamente el significado de la rea-
promotores de este enfoque creían que la lidad social), «normativas» (conjunto de
institucionalización permitía explicar pro- valores y prescripciones sobre lo que es
cesos y actividades sólo de un determinado deseable y perseguible; valores y normas
tipo de organizaciones (preferentemente, que definen lo que hay que hacer y cómo
las públicas y de servicios; en concreto, el debe hacerse, qué se espera que hagan los
estudio inicial de Meyer y Rowan trata de demás, qué es lo más idóneo) y «regulado-
las organizaciones educativas), en la actua- ras» (conjunto de reglas sobre cómo hay
lidad (ver Scott y Meyer, 1994) el análisis que actuar en situaciones determinadas;
institucional de las organizaciones se incluyen reglamentos, controles, supervi-
extiende a cualquier tipo de organización, siones, sistemas de recompensa y castigo,
incluidas, por supuesto, las de carácter pro- etc). Así, pues, toda institución está consti-
ductivo. tuida por un sistema de concepciones y
valores que dotan de significado a las acti-
Ahora bien, ¿qué significa concretamen- vidades cotidianas, por una serie de normas
te aquí el concepto «institución» (término que orientan y sirven de referencia a dichas
que ha sido tan frecuentemente utilizado en actividades y por un repertorio de protoco-
la literatura sociológica y no siempre con el los técnicos que regulan y facilitan el desa-
mismo significado)? Cuando se alude a que rrollo de las mismas. (La diferente impor-
las prácticas, procedimientos y significados tancia atribuida a cada uno de estos tres
atribuidos a la actividad organizacional por tipos de características da cuenta de la
los miembros de una organización están variedad de desarrollos teóricos dentro del
institucionalizados, ¿qué se pretende decir marco de la teoría institucional). Las orga-
exactamente? nizaciones encarnan elementos de las insti-
tuciones que les rodean, proceso (de insti-
Los principales impulsores de este enfo- tucionalización) mediante el cual
que (ver Meyer y Scott, 1994) definen a las constituyen la identidad de sus miembros,
instituciones como «sistemas simbólicos y sus prácticas y procedimientos, sus normas
de conducta que contienen reglas represen- y las pautas reguladoras de su actividad.
tacionales, constitutivas y normativas, junto Por tanto, según la teoría institucional, las
con mecanismos reguladores que definen organizaciones están interpenetradas por
un sistema común de significados y dan sus entornos, que pueden constituir (más
lugar a actores singulares y rutinas de que afectar) sus identidades, estructuras y
acción. Las instituciones operan en diver- rutinas de actividad.
sos niveles, y sus elementos pueden ser
encarnados y transportados -procesos de La tesis innovadora o dimensión organi-
institucionalización-por culturas, regímenes zacional desvelada por el enfoque institu-
y organizaciones formales» (Scott, 1994). cional reside en haber puesto en evidencia
que numerosas prácticas, procedimientos,
Según ellos, las instituciones se definen regulaciones e intereses organizacionales
a través de tres tipos de estructuras y activi- no dependen tanto de un proyecto de racio-
dades: «cognitivas» (conjunto de creencias nalidad instrumental, ni de los procesos
sobre el significado de la realidad; los indi- psicosociales producidos en el seno de la

24 REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Francisco de Asís Blas Aritio.

organización, ni de contingencias ambien- ha ido resolviendo sus problemas y ha ido


tales, ni de la lucha por el poder, sino que abordando sus incertidumbres y conflictos
vienen a ser sencillamente la expresión ins- con el medio ambiente; mientras que los
titucionalizada de las características cogni- procesos de institucionalización aluden a
tivas, normativas y reguladoras de institu- variables externas, esto es, a la influencia
ciones más amplias y externas en cuyo que ejercen sobre las prácticas y procedi-
contexto tiene lugar la actividad organiza- mientos organizacionales, así como sobre
cional. En este sentido, no cabe duda que el el significado que les atribuyen los miem-
enfoque institucional -al postular la obliga- bros de la organización, instituciones exter-
da sintonía y mimetismo que una organiza- nas y más amplias que conforman el con-
ción debe tener y mantener con su contexto texto organizacional. Podría, pues,
institucional y cultural, para dotarse de concluirse que los procesos de instituciona-
legitimidad- comparte en cierta medida la lización afectan también a la cultura orga-
concepción de la organización como siste- nizacional propiamente dicha. Una segunda
ma abierto y obligado a adaptarse al con- diferencia entre los procesos culturales y
texto ambiental que le rodea. Pero con la los procesos de institucionalización de las
particularidad -lo cual le hace merecedor de organizaciones puede situarse en que aqué-
su tratamiento singularizado- de que no llos proporcionan fundamentalmente
alude a la tradicional adaptación funcional «seguridad» y coherencia a las prácticas y
(típica de los enfoques asociados a las teo- procedimientos organizacionales, mientras
rías contingentes), sino que hace descansar que estos últimos suministran, sobre todo,
la relación adaptativa en el ya clásico con- «legitimidad» a los mismos.
cepto, anticipado por Weber, de «legitimi-
dad». Por lo demás, debe señalarse que los
estudiosos de la cultura organizacional uti-
Profundizando un poco más en los con- lizan en ocasiones el término «ideología»
tenidos definitorios del concepto «institu- para referirse a ese conjunto de sistemas
ción», pueden apreciarse claras resonancias cognitivos, normativos y reguladores que
de los mismos con el concepto de «cultura» conforman la cultura de la organización.
organizacional. En efecto, el desarrollo Por otro lado, junto a su fundamental fun-
durante las dos últimas décadas de estudios ción instrumental al servicio de las clases
sobre la cultura organizacional ha permiti- dominantes (o, en su caso, dominadas), la
do asociar su concepto a un conjunto de tradición marxista ha atribuido también al
sistemas de creencias y valores, normas y concepto de ideología un significado simi-
pautas reguladoras de la actividad organi- lar: la ideología no sólo se manifiesta en
zacional (ver Trice y Beyer, 1993). Apa- creencias sobre cómo es la realidad, sino
rentemente, algo bastante similar a lo que que también es ideología la aceptación de
los impulsores del enfoque organizacional determinadas normas, prácticas y estructu-
definen como institución. Si bien, con una ras reguladoras de las relaciones sociales,
diferencia fundamental: que los procesos y que se consideran y se aceptan como «natu-
contenidos culturales de una organización rales» y obvias, que se dan por sentadas y
emergen y se configuran «desde dentro», es no son objeto de cuestionamiento crítico.
decir, a partir de la historia y desarrollo de
la propia organización, a partir de las solu- De acuerdo con ello, puede concluirse
ciones propias con las que la organización que la teoría institucional ha tenido el méri-

REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES 25


Una Organización de la teoría organizacional

to de desvelar que determinadas prácticas, En su excelente colaboración al «Hand-


procesos, estructuras y significados en las book of Organizational Studies» de Clegg,
organizaciones son, básicamente, expresio- Hardy y Nord (1996), Michael Reed señala
nes de la ideología de la cultura institucio- que, ante la crisis de certidumbres («quema
nal que les rodea. Adviértase que aquí el de certidumbres», en expresión de Law,
término «cultura» (institucional) tiene un 1994) que caracteriza al estado actual de los
significado diferente al de «cultura» (orga- estudios organizacionales, se han producido
nizacional). Esta última también es ideolo- dos tipos de respuestas: la vuelta a la ortodo-
gía de la organización, pero una ideología xia, preconizada -entre otros- por Pfeffer
que emerge desde dentro y que tiene una (1993) o Donaldson (1985, 1994), mediante
relación expresa con la historia interna de un consenso que permita reconstruir un
la organización y su peculiar forma de paradigma compartido que sirva de marco
desarrollo. Por el contrario, la cultura insti- de referencia común para el desarrollo de
tucional hace referencia a ideologías futuras investigaciones; o «permitir que flo-
«externas» a la organización, que se impo- rezcan miles de flores», posición que adop-
nen y penetran desde fuera a la organiza- tan algunos enfoques postmodernos, como
ción y que no tienen por qué tener relación los de Jackson y Carter (1991), Boden
alguna con sus objetivos e intereses parti- (1994) o Willmott (1994), quienes rechazan
culares. cualquier posibilidad de que los discursos en
debate puedan ser compartidos y defienden
En definitiva, la dimensión descubierta un radical relativismo cultural e intelectual.
por el enfoque institucional pone de mani-
fiesto que las organizaciones no son sólo Compartiendo el punto de vista de Reed,
proyectos de «racionalidad» instrumental ni la «vuelta a las cavernas» de la ortodo-
orientados por la consecución de objetivos, xia, ni el «todo vale» característico de la
sino también -al asumir y encarnar en sus epistemología anarquista y del relativismo
prácticas y estructuras la ideología de la cul- radical, son las únicas salidas que ofrece
tura institucional que les rodea- proyectos de hoy día la encrucijada en la que se encuen-
«legitimidad» institucional, sin la cual sería tra la teoría (racionalidad) de los estudios
muy difícil su supervivencia, pero con fre- organizacionales. Particularmente, compar-
cuencia ajenos a la lógica de la eficacia. tir con los enfoques postmodernos que la
teoría es fundamentalmente una construc-
ción subjetiva (en tanto que opuesta a la
7. A MODO DE BALANCE ilusión de su «objetividad»), pero también
social (en tanto que sus significados deben
Llegados a este punto, parece obligado ser compartidos por una mínima comuni-
realizar un balance sobre las consideracio- dad que los hace también suyos), determi-
nes desarrolladas hasta aquí. Pero, antes de nada por el contexto sociohistórico en el
ello, debe hacerse una breve alusión a una que se produce y mediatizada por la diná-
posible sexta dimensión (quizá sería más mica política de su desarrollo (intereses
preciso llamarla «no-dimensión») organiza- ideológicos, académicos, de escuela, de
cional, postulada desde ciertos enfoques patrocinadores de las investigaciones, …)
postmodernos, desde posiciones que adop- «no tiene necesariamente que abocar en la
tan un relativismo radical y desde episte- total deconstrucción como única alternativa
mologías de corte anarquista. a la recuperación de la ortodoxia».

26 REVISTA DE PSICOLOGIA DEL TRABAJO Y DE LAS ORGANIZACIONES


Francisco de Asís Blas Aritio.

Que toda teorización sea, por naturaleza, podrán dejar de ser en el futuro partes cons-
parcial y selectiva, y que no pueda escapar titutivas de la misma).
ni de la historia ni del juego de la cultura
(Perry, 1992, citado por Reed) no significa Evidentemente, esta versión de la racio-
que cualquier teorización «valga lo mismo» nalidad actual de la teoría organizacional es
y que cualquier discurso teórico contribuya también una reconstrucción y una interpre-
de la misma forma al proyecto de racionali- tación de su desarrollo y, en cuanto tales,
dad de la teoría de las organizaciones. Que no son neutrales ni aspiran a ser «objeti-
la racionalidad sea un evento fragmentado - vas». Como cualquier interpretación teóri-
que, sin duda, lo es- no supone que cual- ca, son discutibles y debatibles. Algunos
quier fragmento tenga el mismo valor. Que discutirán la vigencia de algunos de los
el sujeto sea una mera entelequia descentra- fragmentos o dimensiones aquí identifica-
da y relativa, a la que le cabe únicamente la dos, otros echarán en falta otras dimensio-
modesta función de ser portador de discur- nes no consideradas; en todo caso, bienve-
sos determinados por el contexto sociohis- nidos sean estos debates si contribuyen
tórico y cultural, en vez de ser la sede origi- -como, en definitiva, pretende este artículo-
nal y esencial del pensamiento y de la construir socialmente el significado y el
razón, no conduce necesariamente a consi- alcance de la racionalidad de la teoría orga-
derar como imposible cualquier proyecto nizacional actual (construcción, resulta rei-
de racionalidad. terativo insistir en ello, que también está
determinada por el contexto sociohistórico
Precisamente este artículo pretende ins- y cultural, pero que no es indiferente en su
talarse en una óptica que, en primer lugar, valor teórico).
descarta la siempre cómoda y tentadora
vuelta conservadora a la ortodoxia mono- Así, pues, parece que el conocimiento
paradigmática (la identificación de diversas actual de las organizaciones reposa sobre
dimensiones organizacionales desveladas una concepción de las mismas como
por paradigmas, enfoques y desarrollos teó- hechos o fenómenos sociales de carácter
ricos diversos da cuenta suficiente del multidimensional, siendo muy heterogénea
rechazo de la perspectiva ortodoxa); que, la incidencia de las distintas dimensiones -
en segundo lugar, supone que, en todo así como el modo en que unas mediatizan a
caso, existe una racionalidad de la teoría otras- en cada organización concreta a la
organizacional, si bien al mismo tiempo hora de caracterizar sus señas de identidad.
reconoce que la misma se halla fragmenta- Constituyen un proyecto de racionalidad
da; pero que, en tercer lugar, considera que instrumental orientado a la consecución de
dichos fragmentos que la constituyen en la objetivos (que no siempre manifiestan el
actualidad no son cualesquiera, sino sólo mismo grado de definición y son, por natu-
aquellos que a lo largo de la historia de su raleza, dinámicos, reformulables y readap-
desarrollo teórico parecen seguir mante- tables). Dicho proyecto de racionalidad ins-
niendo su vigencia (lo cual significa tam- trumental se encuentra matizado o
bién que «otros» fragmentos que en otro mediatizado por procesos psicosociales
momento histórico constituyeron parcial- (actitudes, motivaciones, relaciones e inte-
mente la racionalidad de la teoría organi- racciones de los individuos y grupos que
zacional hoy día ya no forman parte de ella, las constituyen); por las contingencias
y que algunos de los fragmentos actuales ambientales de un entorno que, en términos

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Una Organización de la teoría organizacional

de marco jurídico y legal, coyuntura econó- dimensiones; análisis que es posible gracias
mica, contexto político, competitividad a las herramientas o instrumentos teóricos
externa, demandas de los clientes, desarro- que nos ha ido suministrando la teoría
llo de la innovación tecnológica, acceso a organizacional y que han sido tratados en
recursos escasos, relaciones interorganiza- estas -ya excesivamente prolongadas- refle-
cionales, …, exige un permanente cambio xiones. A ésta, a la teoría organizacional, le
adaptativo de las estructuras y pautas orga- corresponde seguir desarrollando el alcance
nizacionales; por las relaciones de poder y el significado de los instrumentos teóri-
que, en forma de conflictos, alianzas, estra- cos (racionalidad) que ha producido y, en
tegias, resistencias, negociaciones, regla- su caso, revelar o producir otros nuevos
mentos, sistemas de recompensas y casti- que enriquezcan el análisis organizacional
gos, acceso y ocultación de información de las organizaciones concretas.
privilegiada, …, expresan la lucha entre
intereses diferentes de los individuos y los
grupos de la organización; en fin, por la 8. BIBLIOGRAFIA
ideología (creencias, normas y valores, y
pautas reguladoras de la actividad) de la ALDRICH, H.E. (1979): Organizations and
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Por supuesto, cada una de estas mediati- BARNES, B. (1988): The Nature of Power,
zaciones no opera únicamente respecto al Cambridge: Polity Press.
proyecto de racionalidad instrumental, sino
que todas ellas también se mediatizan entre BERTALANFLY, L. VON (1968): Teoría
sí. Cabría, pues, plantearse el análisis de las General de los Sistemas, México, ICE.
formas que, con carácter general, adopta
esa mutua mediatización. Particularmente, BLAU, P.M. (1970, 1974): La burocracia
no recomendaría este ejercicio teórico, por- en la sociedad moderna, Buenos Aires, Pai-
que considero que está condenado al fraca- dós.
so. En otras palabras, no creo que existan
regularidades en las formas en que se afec- BLAU, P. Y SCOTT, W.R. (1963): For -
tan y se influyen mutuamente las diferentes mal Organizations: a Comparative Appro -
dimensiones que coexisten en una organi- ach, London, Routledge and Kegan Paul.
zación. Más bien, creo que cada organiza-
ción concreta es el resultado de una singu- BODEN, D. (1994): «The Business of Talk:
lar articulación (influencia, mediatización, Organizations in Action. Cambridge, Polity
dependencia, relación dominante-subordi- Press.
nada, …) de todas estas dimensiones, arti-
culación que, sin duda, puede variar en el BRAVERMAN, H. (1974): Labor and
tiempo. Monopoly Capital, New York, Moutly
Review Press.
Por tanto, es únicamente el análisis orga-
nizacional de cada organización concreta el BURAWOY, M. (1979): Manufacturing
que puede permitirnos acceder al conoci- Consent. Chicago, Chicago University
miento de esa articulación singular de sus Press.

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