Artículo
Una Organización de la teoría organizacional
FRANCISCO DE ASIS BLAS ARITIO
Profesor Titular de Psicología Social Universidad Complutense de Madrid
RESUMEN
Este artículo se propone ordenar-organizar el puzzle de teorías y enfoques que han caracteri-
zado, desde sus inicios, a la literatura organizacional. La tesis que subyace tras este propósito
de ordenación de la producción teórica en el campo organizacional es que los diferentes enfo-
ques y/o desarrollos teóricos sobre la organización han ido revelando «dimensiones» o face-
tas de la realidad organizacional, no necesariamente excluyentes o contradictorias, aunque
ninguna capaz por sí sola de dar cuenta global del fenómeno organizacional. De esta forma,
se va construyendo la teoría o comprensión de dicho fenómeno a través del descubrimiento
de nuevas dimensiones, proceso que no parece obedecer a una lógica de acumulación sucesi-
va y necesaria, aunque sí parece tolerar su comprensión integrada.
ABSTRACT
This paper attempts to arrange the puzzle of theories that have emerged since the beginning
of organizational literature. The statement underlying this attempt is that the various approa-
ches and/or the theoretical evolution concerning the organization have uncovered «dimen-
sions» or facets of the organizational realm. This dimensions are not necessarily mutually
exclusive or contradictory, although none of them by itself is able to account for the overall
organizational fact. Therefore, the theory or understanding of such an issue is being built
through the discovery of new dimensions. This process does not appear to follow a logic of
successive and necessary accumulation, although it does seem to tolerate its integrated com-
prehension.
PALABRAS CLAVE
Organización, teoría organizacional.
KEY WORDS
Organization, organizational theory.
Y -lo que produce aún más desasosiego- En efecto, la diversidad de tipos de orga-
con no poca frecuencia, en este escenario nizaciones plantea con frecuencia la duda de
multidimensional y multidisciplinar de teo- estar tratando con diferentes objetos de cono-
rías, enfoques, cuestiones objeto de trata- cimiento: ¿pueden realmente recibir el
miento y programas de investigación, se mismo tratamiento teórico una cárcel, un
producen citas cruzadas entre unos autores hospital, una empresa manufacturera o un
y otros, unas veces para apoyar las tesis despacho de abogados? Por otro lado, no es
propias, otras para destacar los diferentes ningún secreto que el campo organizacional
puntos de vista; pero no siempre se realizan es simultáneamente objeto de interés de la
estas operaciones de forma homogénea y sociología, la economía, la psicología, la
consistente. Por poner un ejemplo recurren- ciencia política, la antropología, ... cada una
te: según de qué autor se trate, del paradig- de las cuales «lleva el agua a su molino»,
ma teórico que asuma y de la cuestión con- esto es, enfatiza aquellas cuestiones y proble-
creta que esté abordando, los mismos mas organizacionales más afines con sus res-
textos de Weber (un «clásico» de la teoría pectivos campos de conocimiento. Por lo
organizacional, gracias a sus estudios sobre demás, es evidente que no existe un único
la burocracia) merecen una u otra interpre- paradigma o concepción de la realidad social
tación, sirven para apoyar tesis o teorías, en los estudios organizacionales: junto al
cuando no opuestas, sí a veces netamente funcionalismo (indudablemente el paradigma
distintas 1. dominante, cuyos desarrollos teóricos y
1 Que ello sea así, tampoco debe producirnos excesiva sorpresa. En el reino de las ciencias sociales no parecen abun-
dar los conocimientos objetivos y universales, y la expresión de conceptos o teorías que realiza un autor a través de un
texto es siempre objeto de interpretación y de re-construcción teórica por parte de quien acude a ella. Cuando alguien cita
a un autor, no está revelando una «idea» de ese autor, sino que en realidad está expresando su propia idea sobre lo que
interpreta que el autor quiso decir, está construyendo su propia idea a partir de una expresión textual utilizada por el
autor. Pero ello no garantiza en absoluto que ambas ideas coincidan. Podrán parecerse probablemente, pero toda interpre-
tación, toda re-construcción teórica del significado de un texto, supone destacar algo y silenciar algo, y con frecuencia ir
más allá de lo que el propio autor quiso o pudo decir. En el caso de Weber, ya fallecido, nunca sabremos cuál era la
auténtica -la suya- interpretación de sus textos.
Yendo aún más lejos. Nadie discutiría hoy que la interpretación que los teólogos medievales realizaron de los textos
de Aristóteles difiere significativamente de la que realiza actualmente la filosofía contemporánea. Y, con toda probabili-
dad, si Aristóteles resucitara ahora, seguramente no se identificaría ni acabaría de entender en todo su alcance ninguna de
las dos interpretaciones. Porque, en definitiva, las teorías o explicaciones razonadas de la realidad no son entidades obje-
tivas -ajenas al sujeto empírico y al contexto cultural/epistémico que las enmarca- a las que se pueda acceder a través del
«método científico» o mediante el privilegio de la «revelación divina», sino que son construcciones subjetivas, apoyadas
en supuestos epistemológicos determinados, orientadas por las cuestiones y problemáticas relevantes de la historia y cul-
tura del momento, y que precisan de un mínimo consenso para que su significado sea compartido por una comunidad y,
como consecuencia de ello, se conviertan en «públicas».
Las propias reflexiones de este artículo constituyen un ejercicio de re-construcción teórica que parte de una situación
histórica concreta, la cual determina y limita la percepción de una problemática asociada a la teoría organizacional y las
categorías epistemológicas desde las que se realizan dichas reflexiones; que se apoya en dichas categorías para interpretar
teorías y pensamientos de miembros de la comunidad científica interesados por el campo organizacional; que, precisa-
mente por ser construcción, selecciona los autores, conceptos y teorías que van a permitir llevarla al cabo, silenciando e
ignorando, por lo tanto, otros autores, conceptos y teorías; que, en fin, aun partiendo de un sujeto empírico (portador de
las categorías intelectuales de su época) y psicológico (cuya capacidad de razonamiento se halla mediatizada por intere-
ses sociales, ideológicos y profesionales, y por afinidades afectivas), aspira -a través de su publicidad- a trascender el
ámbito subjetivo y a que su significado sea compartido por otros miembros de la comunidad interesada por el conoci-
miento del mundo de las organizaciones.
mente, las cuestiones de mayor interés y La tesis fundamental que subyace tras la
relevancia para los profesionales que ges- «organización» de la teoría organizacional
tionan organizaciones o que ejercen servi- que propone este artículo es, en síntesis, la
cios de asesoramiento y consultoría organi- siguiente: desde las primeras formulaciones
zacional). teóricas sistemáticas sobre la organización
(Taylor, 1911) hasta nuestros días, la histo-
La pregunta evidente a la que conducen ria de la teoría organizacional ha registrado
las anteriores consideraciones es la siguien- concepciones o teorías de la organización
te: ¿puede en alguna medida ordenarse esta que han ido sucesivamente revelando
aparente desorganización de las contribu- «dimensiones» del fenómeno organizacio-
ciones teóricas al campo organizacional, nal, ninguna de las cuales es capaz por sí
puede organizarse de algún modo este apa- sola de dar cuenta global de dicho fenóme-
rente desorden? Por supuesto, esta cuestión no.
ya ha sido planteada y contestada en varias
ocasiones por prestigiosos expertos de la Que dicho proceso se haya producido
teoría organizacional (véase, Burrell y sucesivamente, no implica, en absoluto,
Morgan, 1979, Pfeffer, 1982, Morgan, que haya tenido un carácter «acumulativo»
1986, Scott, 1987 o, más recientemente, (en el sentido kuhniano del término). Entre
Clegg, Hardy y Nord, 1996, como algunas unas y otras concepciones no se aprecia
de las más significativas respuestas a esta una relación de causa-efecto, ni tampoco
cuestión). Desde estas modestas reflexiones parece que unas concepciones sirvan de
se pretende contribuir a esa respuesta, si apoyo a las siguientes. Por lo demás, es
bien -he de aclararlo inmediatamente- no evidente que entre algunas de ellas existen
desde la óptica de proyectos tan ambiciosos paradigmas y/o categorías epistemológicas
como los que se acaban de citar, sino más diferentes. Pero que el desarrollo no haya
bien desde una óptica más doméstica y ase- sido acumulativo tampoco supone que haya
quible, pensando sobre todo en los profe- sido «contradictorio», fruto de una supues-
sionales y en los estudiantes (a quienes no ta dialéctica (tesis-antítesis) que caracteri-
se pueden exigir las largas y tediosas lectu- zaría al desarrollo del conocimiento organi-
ras que requiere una exposición minuciosa zacional. Sin duda, cada una de las
de las diferentes teorías y concepciones que concepciones merece un análisis específico
configuran el estado de conocimiento que revele los mimbres históricos -sociales,
actual de las organizaciones). En otras culturales, epistemológicos, incluso acadé-
palabras, el orden u organización de la micos- que acunaron su emergencia (cues-
actual teoría organizacional que aquí se tión que desborda ampliamente los objeti-
propone apuesta claramente por ideas cla- vos de este artículo); pero ello no exige
ras y simples, con el propósito expreso de suponer que su desarrollo obedezca a un
suministrar unos instrumentos conceptuales progreso de corte lineal-acumulativo o de
sencillos, que faciliten a estudiantes y pro- corte dialéctico-finalista.
fesionales la categorización de sus lecturas
y estudios o, en su caso, de sus intervencio- La historia del desarrollo del conoci-
nes organizacionales, pero a costa de asu- miento de las organizaciones es la que es, y
mir el riesgo de que esta simplificación ya se encargarán los historiadores de la
pueda llegar a desvirtuar o ignorar algunas ciencia de analizar las posibles articulacio-
aportaciones teóricas relevantes. nes y relaciones identificables en dicho
Vayamos, pues, sin más dilación, a iden- dades que conducen a la consecución de
tificar esas concepciones de la organización dichos objetivos (o, en el peor de los casos,
que revelan otras tantas dimensiones de la que asumen y aceptan las contrapartidas -
misma y que conforman el esqueleto teóri- fundamentalmente, el salario- que reciben a
co de la teoría organizacional actual. cambio de la realización de las tareas y fun-
ciones que les son asignadas).
y los fines privados de los individuos, o de Weber no tiene por qué conducir necesaria-
su condición de seres sociales influidos en mente a su descalificación global. Resulta
su comportamiento por su vinculación con imposible ignorar que muchas organizacio-
la estructura social general y la cultura de nes se han creado y constituido efectiva-
los grupos con los que se encuentra; la rígida mente con el propósito de alcanzar unos
división entre la dirección -a la que corres- objetivos que requieren la división de las
ponde la «concepción» o diseño racional de tareas en función de especialidades, la
la organización- y los empleados o línea de coordinación de las actividades a través de
base -a quienes corresponde únicamente la una estructuración jerárquica y una disci-
«ejecución» o realización mecánica de las plina expresada a través de reglamentos, de
tareas asignadas; la ignorancia de la existen- procedimientos de supervisión y de siste-
cia de conflictos intraorganizacionales, con- mas de recompensa y castigo. Sin perjuicio
secuencia de suponer que todos los miem- de su coexistencia con otras dimensiones o
bros de la organización comparten y asumen significados de las organizaciones, parece
los intereses y objetivos de la organización; evidente que éstas emergen y se mantienen
la reducción de las funciones y objetivos de como creaciones instrumentales al servicio
la organización a la búsqueda solamente de de unos objetivos, que son en mayor o
la productividad; … son algunos de los ele- menor grado compartidos por sus miem-
mentos de su teoría que con el paso del bros y cuya consecución requiere simultá-
tiempo han sido, fundamentadamente, cues- neamente una división racional del trabajo
tionados y puestos en entredicho. y una coordinación eficaz de las activida-
des, las cuales se articulan y estructuran a
Han sido también numerosas las críticas partir de un proyecto de racionalidad (lo
que ha recibido el modelo ideal de raciona- cual no implica que todo en ellas sea racio-
lidad burocrática postulado por Weber nal, ni que la estructuración jerárquica
(véase Merton, 1949, Gouldner, 1948, Selz- resultante obedezca sólo a dicho proyecto
nick, 1948). Por citar sólo algunas de las de racionalidad).
más conocidas: la falta de flexibilidad de las
reglas burocráticas que impide atender La crítica unánime a las exageraciones
situaciones imprevistas, la conversión de los de la metáfora mecanicista o del tipo ideal
medios -el cumplimiento de las reglas buro- burocrático de la organización ha impedido
cráticas- en auténticos fines, la mayor a veces reconocer la racionalidad instru-
importancia concedida a los aspectos for- mental de las organizaciones, desplazando
males e instrumentales que a los aspectos el análisis organizacional hacia otras
sustantivos, la conciencia del funcionario dimensiones (que, sin duda, también con-
del mínimo comportamiento aceptable y, en forman la realidad organizacional, como
consecuencia, la tendencia a trabajar en los veremos inmediatamente) y ocultando que
mínimos niveles exigibles, la emergencia de muchos problemas de las organizaciones
subsistemas autónomos con intereses no residen sencillamente en la falta de actuali-
siempre coincidentes con los del conjunto zación del proyecto de racionalidad (rela-
de la organización, el abuso de los sistemas ción entre actividades-estructura-objetivos)
de control y supervisión, etc. que originalmente dio lugar a su creación.
Ignorar que millones de individuos son
Ahora bien, la crítica de muchos de los miembros de organizaciones porque las
componentes de las teorías de Taylor y de consideran, de algún modo, un instrumento
capacidad «social»; que, junto a la organi- Aunque los debates académicos suelen
zación «formal» establecida por la estruc- destacar los elementos opuestos o alternati-
tura jerárquica, en toda organización se vos de los enfoques «clásico» y de «relacio-
produce una red de relaciones «informa- nes humanas» (y, sin duda, existen postula-
les», cuya importancia y consideración dos y principios de ambos enfoques que lo
resultan decisivas; que la máxima «espe- son en cierta medida), ello no debe conducir
cialización» de los trabajadores no es a posicionarse globalmente a favor de uno u
siempre la forma más eficiente de la divi- otro (o, como se planteará más adelante, de
sión del trabajo; que la comunicación y la cualquier tercer enfoque). Resulta más positi-
participación desempeñan un papel clave vo abandonar los juicios de valor totales y
en el comportamiento laboral de los tra- cerrados sobre las respectivas propuestas teó-
bajadores;… ricas, para extraer de ellas las dimensiones
que han sido capaces de revelar y que toleran
No obstante, en un trabajo publicado en su mutua coexistencia o compatibilidad.
1988, Gillespie denunció la manipulación a
la que fueron sometidos los resultados y las En este sentido, parece evidente que la
publicaciones que dieron cuenta de los consideración de la organización como un
experimentos de Hawthorne, demostrando sistema social, en el que tienen lugar rela-
que sólo fue hecho público aquello que ciones e interacciones sociales y grupales
interesó y coincidía con los intereses y que afectan al desempeño de las activida-
objetivos de los directivos de la empresa, des y tareas de sus miembros y al funciona-
siendo silenciados los hallazgos que se miento de su estructura formal, no impide
oponían a la filosofía empresarial. considerar que, además, la organización sea
un proyecto de racionalidad instrumental
En todo caso, y con independencia de para la consecución de determinados obje-
las conclusiones discutibles a las que lle- tivos. La identificación de ambas dimensio-
garon los investigadores de Hawthorne, nes obliga, a partir de entonces, a que cual-
estos estudios fueron relevantes porque quier análisis organizacional las tenga
hicieron evidente que las organizaciones presentes, en ningún caso a que la segunda
no son meras estructuras mecánicas, sino anule a la primera.
que más bien son «sistemas sociales»,
constituidos por individuos y grupos que
interaccionan entre sí y cuyo desempeño 4. LA ORGANIZACION COMO UN
está en cierta medida mediatizado por los SISTEMA ABIERTO,
procesos psicosociales que se producen en CONTINGENTE A SU
su seno. (La literatura organizacional ADAPTACION CON EL
suele identificar esta dimensión con el ENTORNO
nombre de «relaciones humanas»; pero, en
realidad, aunque indirectamente relaciona- Inspirado en la teoría general de los sistemas
do con los experimentos de Hawthorne, el procedente del pensamiento biológico (Von Ber-
movimiento propiamente dicho de las talanfly, 1950), el enfoque que considera a las
«Relaciones Humanas» surge más bien organizaciones como un sistema, es decir, como
como resultado de los trabajos de Mayo una serie de partes interdependientes que se rela-
durante la Segunda Guerra Mundial sobre cionan entre sí, de modo que la interacción o
el absentismo laboral). efecto recíproco de cualquiera de sus subsiste-
mas afecta al todo, resulta ya indiscutible (si bien abierto, el enfoque predominante para
ha de reconocerse que en cierta medida el con- explicar las estructuras y procesos organi-
cepto de «sistema» ya había sido insinuado por zacionales ha sido desde los años sesenta el
el enfoque de «relaciones humanas»). «enfoque contingente», que comparte con
otros enfoques organizacionales la impor-
A finales de los años cincuenta y, sobre tancia de la eficiencia, pero que además
todo, en la década de los sesenta, los resul- sostiene que el diseño de la organización
tados de numerosos estudios organizacio- depende de diversos factores estructurales
nales conducen a añadir a esta concepción internos y externos a la organización. Tanto
de la organización un adjetivo decisivo: desde el punto de vista macro (estructuras,
que se trata de un sistema «abierto», es procesos, tecnología…, de las organizacio-
decir, de un sistema que interactúa con el nes), como desde el punto de vista micro
medio ambiente y que es contingente y (comportamiento individual y grupal en las
debe adaptarse al entorno (Katz y Kahn, organizaciones), han ido surgiendo investi-
1966, formalizaron y sistematizaron las gaciones que resaltan el carácter contingen-
características del sistema abierto aplicadas te (es decir, dependiente de circunstancias
a la organización). y condiciones diversas) de los modelos
organizacionales propuestos. Un desarrollo
En realidad, la concepción de la organi- característico de estos enfoques son los
zación como sistema abierto, más que una numerosos y variados estudios sobre la
teoría de contenidos referentes a situacio- tipología de las organizaciones (Burns y
nes concretas, es una teoría de relaciones Stalker, 1961, Blau y Scott, 1963, Chand-
entre elementos, a través de la que puede ler, 1962, Woodward, 1965, Emery y Trist,
abordarse, utilizándola como enfoque y 1965, Perrow, 1967, Thompson, 1967,
marco de referencia, la múltiple variedad Lawrence y Lorsch, 1967, Hickson y cols.,
de temas y fenómenos específicos que tie- 1969, Child, 1972, Porter, 1975, etc.).
nen lugar en las organizaciones, y que de
modo particular han sido tratadas por dife- El paradigma o conjunto de presupues-
rentes escuelas y teorías. tos teóricos que desveló esta nueva dimen-
sión de la organización ha sido -y sigue
A lo largo de la historia de la teoría de siendo- el paradigma dominante de los
las organizaciones ha ido surgiendo poco a estudios organizacionales durante las cua-
poco la convicción más o menos generali- tro últimas décadas, tanto en términos
zada de que no hay un único modelo de cuantitativos (número de trabajos e investi-
organización eficaz y válido para todos los gaciones desarrollados) como en términos
casos y circunstancias, ni unos principios cualitativos (desarrollo de nuevas teorías y
de comportamiento constantes, permanen- tratamiento de cuestiones). A él correspon-
tes y universales que den cuenta de la con- den el bloque de investigaciones más
ducta de las personas en cualquier contexto comúnmente citadas en la literatura organi-
organizacional y cultural. El carácter abier- zacional: los trabajos de Burns y Stalker
to del sistema organizacional refuerza esta (1961), de Chandler (1962), de Woodward
convicción. (1965), de Perrow (1967), de Lawrence y
Lorsch (1967), a quienes debe atribuirse el
Derivado del marco de referencia o con- término «teorías contingentes», de Hage
cepción de la organización como sistema (1965), de Blau (1970), etc. También deben
relacionarse con este paradigma las más toma de decisiones, etc. Por lo demás, no
recientes teorías oganizacionales de los parece tampoco incompatible que la orga-
setenta y de los ochenta, tales como la teo- nización sea considerada como un proyecto
ría de la dependencia de recursos (Pfeffer y de racionalidad instrumental para la conse-
Salancik, 1978), la ecología poblacional cución de objetivos con la consideración de
(Hannan y Freeman, 1977, Aldrich, 1979), sus relaciones contingentes con el medio
o las teorías de enfoque económico organi- ambiente, siempre y cuando se interprete
zacional, como la del fracaso de mercados que dicho proyecto de racionalidad instru-
(Williamson, 1975), la «agency theory» mental no es algo estático y fijo, sino que
(Eisenhardt, 1989) o la teoría de la «gestión se reactualiza y se adapta (redefinición de
estratégica» (Rumelt, 1974). Donaldson objetivos, innovación tecnológica, rediseño
(1996) califica expresamente a este para- de estructuras y tareas, …) precisamente en
digma y a sus desarrollos como «ciencia función de sus relaciones con el entorno.
normal», en el sentido kuhniano del térmi-
no, ya que dispone de unos presupuestos
teóricos y epistemológicos compartidos 5. LA ORGANIZACION COMO
(que coinciden con el funcionalismo socio- ESCENARIO Y EXPRESION DE
lógico: las funciones crean las estructuras RELACIONES DE PODER
sociales), de un método común (positivista)
y de un conjunto importante de desarrollos Esta cuarta dimensión ha sido destacada
empíricos. por autores procedentes de la tradición
marxista y de la teoría social crítica, que
Sin perjuicio de los debates epistemoló- entienden que, como ocurre en cualquier
gicos que pueda merecer el análisis de este agrupación social, las organizaciones son
paradigma, aquí una vez más nos interesa escenarios y expresión de relaciones de
destacar la nueva dimensión organizacional poder.
por él descubierta. Dicha dimensión no es
otra que la consideración de la organiza- La tradicional versión marxista de este
ción, no como un sistema cerrado, autosufi- enfoque concibe a las organizaciones como
ciente y autorregulador, sino como un orga- formaciones sociales donde tiene lugar el
nismo o sistema abierto y en contacto enfrentamiento de intereses y la lucha por
permanente con el medio ambiente que le el poder, asociada al control de los medios
rodea, obligado a interactuar con él y a de producción (Braverman, 1974, Edwards,
adaptarse a él, contingente o dependiente 1979, Carchedi, 1977, 1987; ver Clegg y
en gran medida de él, aunque también con Dunkerley, 1980). La supuesta racionalidad
cierta capacidad de influencia sobre él. de las organizaciones no es tal, sino que
disfraza los intereses de los poseedores de
Que esta dimensión pueda coexistir con los medios de producción, y la estructura
la desvelada por el enfoque de relaciones organizacional, la división del trabajo y el
humanas, es algo que ya asumen y recono- sistema de recompensas y castigos no
cen muchos de los autores que abrazan este hacen sino reproducir las relaciones de
paradigma dominante, al incluir en sus poder en el seno de las organizaciones. Los
estudios e investigaciones el análisis de las conflictos organizacionales no son fruto de
relaciones sociales y grupales, de los proce- inadecuados diseños funcionales o inadap-
sos de comunicación, de los procesos de taciones con el medio ambiente, sino
expresión de los distintos intereses que per- espacio social en el que coexisten intereses
siguen los diferentes individuos y grupos divergentes que compiten y luchan entre sí
de la organización. (Clegg, 1975, Clegg y Dunkerley, 1980,
Ranson y otros, 1980, Hardy, 1985,
Por supuesto, esta versión hace hincapié Knights y Willmott, 1985, Barnes, 1988,
en el papel que desempeña la «ideología» Knights y Morgan, 1991, Kerfoot y
como falsa conciencia de la realidad para Knigths, 1993), las relaciones de poder son
ocultar las contradicciones y las verdaderas mucho más complejas: no sólo tienen
relaciones de intereses que entran en juego poder quienes ostentan la autoridad formal
en la práctica organizacional, y como ins- (los directivos), sino que los empleados y
trumento de legitimación de las estructuras los diferentes grupos organizacionales tam-
y reglamentos formales que articulan la bién tienen un cierto poder (por ejemplo,
autoridad organizacional y están al servicio obstaculizar la producción, reservarse
de las relaciones de poder organizacionales. información, acudir a los reglamentos o
reglas formales de la organización, …). La
Como señalan Hardy y Clegg (1996), situación de las relaciones de poder en el
existe una segunda versión de este enfoque seno de las organizaciones suele ser fluida,
inspirada en el pensamiento de Weber, variando -en función de las estrategias y de
quien completa y matiza a Marx al conside- las alianzas que desarrollan unos y otros
rar que el poder se asocia no sólo a las rela- grupos- el poder que en cada momento
ciones «en» la producción, sino también y tiene cada uno.
sobre todo a las relaciones «de» la produc-
ción; en otros términos, el poder no es sólo En todo caso, para una y otra versión las
propiedad de los medios de producción, sino organizaciones son arenas o escenarios en
también control de los mismos. El poder los que los individuos y grupos buscan fun-
organizacional no sólo depende de quién damentalmente conseguir poder, no instru-
posee los medios de producción, sino tam- mentos de racionalidad para alcanzar deter-
bién de cómo se desarrolla dicha produc- minados objetivos asumidos y compartidos
ción, esto es, de quiénes tienen el conoci- por todos los miembros. Los principales
miento de las operaciones que precisa el procesos organizacionales (diseño de
desarrollo de la producción, de quiénes con- estructuras, división del trabajo, toma de
trolan los métodos de producción y de cómo decisiones, acceso a recursos escasos,
y por quién se realizan los procesos produc- obtención de información y formas de
tivos (los empleados, trabajadores o miem- comunicarla, sistema de recompensas y cas-
bros de una organización, de quienes depen- tigos, conflictos, cultura organizacional,
de la realización efectiva de los procesos formación y procesos de socialización orga-
productivos). Frente al poder de los dueños nizacional,…) son analizados por este enfo-
de los medios de producción, los miembros que, no desde la tradicional óptica funcional
de una organización tienen la capacidad de que caracteriza a la mayor parte de los res-
ofrecer resistencia (que no es sino otra tantes enfoques, sino desde la óptica de la
forma de poder) y de utilizar dicho recurso lucha por el poder (mantenimiento y, en su
para conseguir beneficiar sus intereses. caso, incremento del poder obtenido). El
«conocimiento», en cuanto recurso e instru-
De acuerdo, pues, con esta segunda ver- mento decisivo de poder en la sociedad
sión o concepción de la organización como occidental contemporánea, es considerado
por esta concepción de la organización bién -y sobre todo- como expresión de los
como uno de los objetos de estudio clave. distintos intereses que están en juego en el
quehacer organizacional.
Posiblemente ésta es la dimensión orga-
nizacional que, aparentemente, resulta más Evidentemente, el poder no ha sido una
difícil hacer coexistir con las demás, debido cuestión tratada exclusivamente por los
a que tanto el paradigma epistemológico enfoques marxistas o críticos. Como es evi-
que la ha revelado, como los métodos de dente, el paradigma funcionalista dominan-
investigación propuestos para el desarrollo te también ha abordado el análisis del
de su análisis, como los procesos y fenóme- poder en las organizaciones. Desde los tra-
nos por los que se interesa, son netamente bajos pioneros de Thompson (1956) o de
diferentes a los que se corresponden con el Crozier (1964) hasta la más formalizada
tradicional paradigma funcionalista. Sin teoría de las «contingencias estratégicas»
embargo, una vez más debe reiterarse que la (Hickson y otros, 1971) o la propia teoría
exageración del alcance de esta dimensión de la «dependencia de recursos» (Pfeffer y
organizacional -la existencia de relaciones Salancik, 1978), el poder ha sido conside-
de poder en el seno de la organización- con- rado por este paradigma como una contin-
duce a posiciones forzadas y a ignorar otras gencia estratégica, asociado a la capacidad
dimensiones. Que la organización sea tam- de acceso a recursos escasos y/o a la capa-
bién escenario y expresión de relaciones de cidad de controlar las incertidumbres
poder no significa que sea «sólo» esto, ni ambientales con las que se enfrenta la orga-
que siempre y en todo tipo de organizacio- nización. Pero el punto de vista funciona-
nes sea la dimensión dominante que anule lista, en primer lugar, no considera en nin-
la significación de la organización como gún caso el poder como la dimensión
proyecto de racionalidad instrumental, central que ilustra sobre el verdadero signi-
como sistema de relaciones psicosociales o ficado de las prácticas y estructuras organi-
como sistema obligado a adaptarse e inte- zacionales; y, en segundo lugar, considera
ractuar con el medio ambiente. que el poder es un efecto funcional deriva-
do de las reglas y estructuras formales a
Pero qué duda cabe que esta nueva través de las cuales se articula la «autori-
dimensión forma parte indiscutible de la dad» (consustancial a cualquier ordenación
compleja realidad organizacional y merece jerárquica organizacional), no una relación
ser considerada de forma específica. Por lo de «dominación» a través de la cual se
demás, esta nueva dimensión aporta luces a enfrentan los intereses encontrados de los
la comprensión del proyecto de racionalidad diferentes grupos organizacionales.
instrumental, al establecimiento de la estruc-
tura y reglamentos formales de la organiza-
ción, a los sistemas de promoción, recom- 6. LA ORGANIZACION COMO
pensas y castigos propios de la organización, EXPRESION DE LA CULTURA
a los procesos de comunicación (la informa- INSTITUCIONAL EN LA QUE
ción es poder), a los procesos de toma de ESTA ENMARCADA
decisiones y, por supuesto, a los conflictos
organizacionales, que ya no pueden ser con- Si bien ya con anterioridad algunos auto-
siderados únicamente como defectos funcio- res habían abordado el significado institu-
nales del diseño organizacional, sino tam- cional de las organizaciones (por ejemplo,
Que toda teorización sea, por naturaleza, podrán dejar de ser en el futuro partes cons-
parcial y selectiva, y que no pueda escapar titutivas de la misma).
ni de la historia ni del juego de la cultura
(Perry, 1992, citado por Reed) no significa Evidentemente, esta versión de la racio-
que cualquier teorización «valga lo mismo» nalidad actual de la teoría organizacional es
y que cualquier discurso teórico contribuya también una reconstrucción y una interpre-
de la misma forma al proyecto de racionali- tación de su desarrollo y, en cuanto tales,
dad de la teoría de las organizaciones. Que no son neutrales ni aspiran a ser «objeti-
la racionalidad sea un evento fragmentado - vas». Como cualquier interpretación teóri-
que, sin duda, lo es- no supone que cual- ca, son discutibles y debatibles. Algunos
quier fragmento tenga el mismo valor. Que discutirán la vigencia de algunos de los
el sujeto sea una mera entelequia descentra- fragmentos o dimensiones aquí identifica-
da y relativa, a la que le cabe únicamente la dos, otros echarán en falta otras dimensio-
modesta función de ser portador de discur- nes no consideradas; en todo caso, bienve-
sos determinados por el contexto sociohis- nidos sean estos debates si contribuyen
tórico y cultural, en vez de ser la sede origi- -como, en definitiva, pretende este artículo-
nal y esencial del pensamiento y de la construir socialmente el significado y el
razón, no conduce necesariamente a consi- alcance de la racionalidad de la teoría orga-
derar como imposible cualquier proyecto nizacional actual (construcción, resulta rei-
de racionalidad. terativo insistir en ello, que también está
determinada por el contexto sociohistórico
Precisamente este artículo pretende ins- y cultural, pero que no es indiferente en su
talarse en una óptica que, en primer lugar, valor teórico).
descarta la siempre cómoda y tentadora
vuelta conservadora a la ortodoxia mono- Así, pues, parece que el conocimiento
paradigmática (la identificación de diversas actual de las organizaciones reposa sobre
dimensiones organizacionales desveladas una concepción de las mismas como
por paradigmas, enfoques y desarrollos teó- hechos o fenómenos sociales de carácter
ricos diversos da cuenta suficiente del multidimensional, siendo muy heterogénea
rechazo de la perspectiva ortodoxa); que, la incidencia de las distintas dimensiones -
en segundo lugar, supone que, en todo así como el modo en que unas mediatizan a
caso, existe una racionalidad de la teoría otras- en cada organización concreta a la
organizacional, si bien al mismo tiempo hora de caracterizar sus señas de identidad.
reconoce que la misma se halla fragmenta- Constituyen un proyecto de racionalidad
da; pero que, en tercer lugar, considera que instrumental orientado a la consecución de
dichos fragmentos que la constituyen en la objetivos (que no siempre manifiestan el
actualidad no son cualesquiera, sino sólo mismo grado de definición y son, por natu-
aquellos que a lo largo de la historia de su raleza, dinámicos, reformulables y readap-
desarrollo teórico parecen seguir mante- tables). Dicho proyecto de racionalidad ins-
niendo su vigencia (lo cual significa tam- trumental se encuentra matizado o
bién que «otros» fragmentos que en otro mediatizado por procesos psicosociales
momento histórico constituyeron parcial- (actitudes, motivaciones, relaciones e inte-
mente la racionalidad de la teoría organi- racciones de los individuos y grupos que
zacional hoy día ya no forman parte de ella, las constituyen); por las contingencias
y que algunos de los fragmentos actuales ambientales de un entorno que, en términos
de marco jurídico y legal, coyuntura econó- dimensiones; análisis que es posible gracias
mica, contexto político, competitividad a las herramientas o instrumentos teóricos
externa, demandas de los clientes, desarro- que nos ha ido suministrando la teoría
llo de la innovación tecnológica, acceso a organizacional y que han sido tratados en
recursos escasos, relaciones interorganiza- estas -ya excesivamente prolongadas- refle-
cionales, …, exige un permanente cambio xiones. A ésta, a la teoría organizacional, le
adaptativo de las estructuras y pautas orga- corresponde seguir desarrollando el alcance
nizacionales; por las relaciones de poder y el significado de los instrumentos teóri-
que, en forma de conflictos, alianzas, estra- cos (racionalidad) que ha producido y, en
tegias, resistencias, negociaciones, regla- su caso, revelar o producir otros nuevos
mentos, sistemas de recompensas y casti- que enriquezcan el análisis organizacional
gos, acceso y ocultación de información de las organizaciones concretas.
privilegiada, …, expresan la lucha entre
intereses diferentes de los individuos y los
grupos de la organización; en fin, por la 8. BIBLIOGRAFIA
ideología (creencias, normas y valores, y
pautas reguladoras de la actividad) de la ALDRICH, H.E. (1979): Organizations and
cultura institucional que enmarca y contex- Environments, Englewood Cliffs, NJ: Pren-
tualiza a la organización. tice Hall..
Por supuesto, cada una de estas mediati- BARNES, B. (1988): The Nature of Power,
zaciones no opera únicamente respecto al Cambridge: Polity Press.
proyecto de racionalidad instrumental, sino
que todas ellas también se mediatizan entre BERTALANFLY, L. VON (1968): Teoría
sí. Cabría, pues, plantearse el análisis de las General de los Sistemas, México, ICE.
formas que, con carácter general, adopta
esa mutua mediatización. Particularmente, BLAU, P.M. (1970, 1974): La burocracia
no recomendaría este ejercicio teórico, por- en la sociedad moderna, Buenos Aires, Pai-
que considero que está condenado al fraca- dós.
so. En otras palabras, no creo que existan
regularidades en las formas en que se afec- BLAU, P. Y SCOTT, W.R. (1963): For -
tan y se influyen mutuamente las diferentes mal Organizations: a Comparative Appro -
dimensiones que coexisten en una organi- ach, London, Routledge and Kegan Paul.
zación. Más bien, creo que cada organiza-
ción concreta es el resultado de una singu- BODEN, D. (1994): «The Business of Talk:
lar articulación (influencia, mediatización, Organizations in Action. Cambridge, Polity
dependencia, relación dominante-subordi- Press.
nada, …) de todas estas dimensiones, arti-
culación que, sin duda, puede variar en el BRAVERMAN, H. (1974): Labor and
tiempo. Monopoly Capital, New York, Moutly
Review Press.
Por tanto, es únicamente el análisis orga-
nizacional de cada organización concreta el BURAWOY, M. (1979): Manufacturing
que puede permitirnos acceder al conoci- Consent. Chicago, Chicago University
miento de esa articulación singular de sus Press.
THOMPSON, J.D. (1956): «Authority and WILLIAMSON, O.E. (1975): Markets and
power in identical organizations», Ameri- Hierarchies: Analysis Antitrust Implica -
can Journal of Scoiology, 62. tions, New York: Free Press.