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¿Por qué asertivamente?

Las habilidades sociales son la forma que tenemos de relacionarnos


con los demás. Dentro de éstas y su entrenamiento se contempla que
hay tres estilos de comportamiento social:

Agresividad Asertividad Pasividad

Tenderá a herir a los Respeta derecho de Tenderá a verse


demás en sus ambos y mantiene heridx y avasalladx
relaciones. Lenguaje sus propios por los demás por su
duro dominado por la principios. Pide/dice incapacidad para
cólera. las cosas defenderse.
adecuadamente, sin
herir ni sentirse
heridx.

Ser asertivo nos permite además canalizar mejor la conversación con


otra persona que no lo es, por ejemplo, un asertivo manejará mejor la
interacción con un agresivo o un pasivo, por muy difícil que lo pongan,
mejor que si el mismo estuviera abogando por actitudes más pasivas o
agresivas que complicarían la situación.

Técnicas de comunicación asertiva

Estas técnicas son todas asertivas y correctas, la otra persona puede


tomárselo mal pero ello dependerá de que esa persona tenga
también bajas habilidades sociales o estilos más agresivos, y eso ya
no depende de nosotrxs y es algo que debe trabajarse ella, por lo
general estas técnicas están diseñadas para no dar más problemas y
que la otra persona reciba de manera positiva la negativa a su
petición.

Para empezar, debemos cuidar nuestro lenguaje corporal, mirando


que la distancia entre ambos sea correcta (ni muy lejos que sería
pasivo, ni muy cerca invadiendo el espacio), además debemos cuidar
de tener una postura corporal que sea tranquila y relajada, no estar
tensos, sino cómodos. Esto es importante porque mucha de la
sensación que le transmitamos a la otra persona vendrá de esta
conducta. Para seguir deberemos observar y modular los aspectos
paralingüísticos, es decir, el tono de voz (ni muy alto ni muy bajo,
suave), la velocidad con la que hablamos (hablar de forma normal, no
rápido), etc…

Luego debemos tener claro el “qué” vamos a decir, el contenido


del discurso. Qué quiero decirle a esa persona.

Asi pues, teniendo todo esto en cuenta podemos pasar a ponerlo en


práctica. Los pasos serían:

1- Introducir el tema: lo mejor es ser naturales y si puede ser


encaminar el tema a algo relacionado con la petición, por ejemplo si
nos decían de llevarles en coche a algún lado, comentar un coche
que pase que nos gusta y luego decir, !Hablando de coches¡ Te
quería comentar lo que me dijiste el otro día… Otra forma es
simplemente entrar al tema diciendo algo del estilo: “Por cierto,
quería comentarte una cosa, sobre algo que me dijiste el otro día…”,
” Te acuerdas que me pediste si podía….”,”He estado pensando
sobre el favor que me pediste….”. Esta claro que el mejor momento
será aquel en el que la otra persona esté más receptiva, pero no
siempre esto es posible.

2- Utilizar las técnicas para manifestar el no deseo de llevar a


cabo la acción que nos piden. Estas técnicas están diseñadas para
ofrecernos un guión que seguir si la otra persona nos atosiga, como
veremos ellos también saben que técnicas utilizar para salirse con la
suya, y esto nos permitirá saber cómo reaccionar asertivamente. Las
técnicas son tres:

– Técnica del sandwich (o bocadillo): Consiste en tres partes:

1. La parte inicial inicial sería ser empáticos y agradables con la


otra persona, introducir el tema de forma agradable. Sería una
parte positiva del discurso.
2. A continuación introduciríamos la parte en la que decimos que
no, diciéndoles asertivamente que en este momento no puede
ser. Esta parte debe ser breve y no alargarse, además si es un
amigo cercano podemos dar algún motivo pero no debemos
justificarnos ni dar demasiados motivos. Debemos aplicar
escucha activa del otro, controlar el tono de voz y las palabras.
3. Y para acabar cerraríamos con otro comentario para cerrar la
conversación con buen sabor de boca.
Veámoslo con un ejemplo, cuando nos piden dinero, los pasos
serían:

1. Quería hablar contigo de lo que me comentastes el otro día,


sobre que necesitabas dinero, la verdad es que entiendo que
estas en una situación difícil, debe ser duro para ti. Entiendo que
me lo hayas pedido a mi…
2. PERO… En este momento no puedo prestarte el dinero, espero
que lo entiendas. No puedo prestarte el dinero, me es imposible.
3. Sin embargo espero que tu problema se solucione pronto, y si
hay alguna otra cosa en la que sí pueda ayudarte, estaré
encantado/a. Me ha alegrado mucho poder hablar contigo del
tema porque era algo que realmente me preocupaba, me alegra
que tengamos tan buena amistad.

– Disco rayado: Esta técnica consiste en repetir la misma premisa


hasta que la otra persona se dé por vencida. NO hay que hacerlo de
forma agresiva o pasiva, sino asertiva. Es repetir, “entiendo tu punto
de vista pero no puedo”, “como ya te he dicho me es imposible”, “no
puedo”. Repetir la negativa hasta que el otro se rinda en insistir. Se
aplica después del sandwich y solo si este no ha funcionado y la otra
persona no acepta la negativa.

– Aplazamiento (solo si nos interesa): Cuando la otra persona se


pone muy pesada podemos aplazar la decisión, decirle que ahora
mismo no podemos prestarle el dinero (por ejemplo) pero que a lo
mejor la semana que viene si, o que necesitamos tiempo para
pensarlo. Esta técnica es opcional y solo debe alicarse si realmente
nos interesa aplazar la decisión, si en realidad es cierto que
deseamos prestarle el dinero pero ahora no podemos. Si lo que
queremos es decir que no, mejor hacerlo al momento. También
podemos hacer otra cosa, que es aplazar la conversación si la otra
persona se altera, es decir, comunicarle que hablaremos con ella
cuando este más calmada o tranquila.

3- Cerrar la conversación. Con cualquiera de las técnicas es


importante poner fin a la conversación quedando con un buen sabor
de boca. Manifestar lo agradable que ha sido poder hablarlo y llegar a
una conclusión sin enfadarnos, etc… Aquí es cuando evaluamos
(para nosotros mismos) cómo ha ido: si he conseguido mi objetivo o
no (que en este caso sería no prestarle el dinero y no perder la
amistad o enfadar a la otra persona). Si hemos conseguido el objetivo
es que lo hemos hecho bien.
Debemos considerar que tanto la ironía como el sarcasmo son
formas de agresividad y que mentir tampoco es asertivo. Así que no
los utilicemos.

¿Qué piensa la persona a la que le decimos que no?

Muchas veces el motivo de no poder decir que no es porque


tememos la reacción (o lo que vaya a pensar) la otra persona. Lo
cierto es que el que hace una petición también usa técnicas y aunque
no sea muy consciente sabe cómo usarlas. Se mueve por un interés,
como todos. Es normal que usen el chantaje, la presión, aludan a la
amistad como motivo, etc… Pero esto no debe intimidarnos pues es
solo una forma de conseguir algo que igual utilizaríamos nosotros
también en su lugar.

Otra cosa que puede pasar es que la otra persona se ponga más
agresiva en su estilo al ver que no cedemos, hay que mantenerse
firme aquí también porque sino lo que conseguiremos es que cada
vez sea más difícil decir que no y más grande la petición, nos habran
forzado a un estilo pasivo.

Debemos pensar que lo que dice no es la realidad, ni somos


malas personas por no prestarle el dinero, ni le estamos
haciendo “una putada”, ni le ponemos en una situación difícil, ni
le queremos menos, todo eso es chantaje, nuestro motivo para
no dejarle el dinero es objetivo y hay que mantenerse y no entrar
al trapo de hablar de la amistad ni nada que saque, en estos
casos seguir con disco rayado.

Debemos tener en cuenta que puede que la otra persona no tenga


las habilidades para expresarse de otra manera y que tenga un estilo
no asertivo, pero eso nos da aun más motivos para permanecer
asertivos. Debemos saber que los problemas de regulación
emocional también inciden, de manera que si estamos muy alterados
seremos incapaces de aplicar estrategias y ser civilizados. Cuando
el déficit es en la regulación emocional (y no en habilidades) lo
mejor es aplazar la conversación hasta que esa emoción intensa
disminuya y podamos aplicar las técnicas asertivas. Esto se
aplica para ambas partes.

¿Puede alguien enfadarse si le decimos que no? Pues es posible,


pero entonces debemos plantearnos la calidad de la relación, es
decir, si la otra persona decide que porque le digamos que no ya no
podemos ser amigos entonces es que igual esa amistad no era tan
fuerte o no nos interesa tener una amistad así. Una buena amistad no
tiene porque romperse porque digamos que no y si lo hace es
decisión de la otra persona, allá ella. Pero no podemos estar
cediendo continuamente a cosas que no queremos.

La cuestión es que todo reside en la práctica, llegará un momento en


que automaticemos estas conductas y no nos sepa mal decir que no.
Podemos empezar entrenando esta habilidad con cosas más fáciles
e ir subiendo en dificultad o malestar a peticiones más personales o
grandes.

CONSEJOS PARA DECIR NO


– Utiliza respuestas simples, de forma firme y directa; recuerda que
no estás pidiendo permiso para decir que no. No inventes excusas y da
tus razones para no aceptar.
– Pìensa en tu tiempo libre, y después de haberlo hecho, sé capaz de
decir no con mayor confianza.
– No te comprometas si no puedes, sólo hazlo si estás de acuerdo
con la petición, o te sientes capaz de hacerlo; puedes sugerir otras
alternativas, pero en ningún caso te comprometas, si no puedes.
– Recuerda siempre que la negativa es independiente del
rechazo; si rechazas la petición, no quiere decir que lo hagas con una
persona. Hay tanto derecho a decir no, como a pedir el favor.
– No te sientas culpable por decir no a tus hijos, porque ellos deben
de oír esa respuesta de vez en cuando para que desarrollen un sentido
de auto control y se puedan establecer límites.
– Sé fiel a ti mismo sobre lo que realmente quieres.
Ten en cuenta que la expresión de tus propios deseos requiere un
primer lugar; si tratas de complacer siempre a todo el mundo, dejas una
puerta abierta a que las personas se aprovechen de ti, aunque a veces
deberás de hacer ciertas concesiones y aceptar, no pasa nada por eso.

¿Por qué cuesta tanto decir no?


Decir que no es una habilidad que nos facilita establecer nuestros límites
personales, permitiendo que los demás conozcan lo que estamos o no
dispuestos a hacer. Al ser una habilidad, se trata de un comportamiento
aprendido, si bien es cierto que existen determinadas características de
personalidad que pueden facilitarnos dicho aprendizaje. Así por ejemplo,
los individuos extrovertidos a los que les gusta relacionarse con muchas
personas suelen adquirir más fácilmente esta habilidad que aquellos que
son introvertidos.

Pero, dejando a un lado las características de personalidad, ¿por qué nos


cuesta tanto “decir no” a los demás? Te explicamos los principales motivos
que pueden influir a una persona para que adopte este comportamiento:

 Elevada deseabilidad social: en muchas ocasiones buscan complacer al


otro, por lo que dicen que sí o dejan violar sus propios derechos personales
porque creen que es lo que se espera de ellos.
 Facilidad para sucumbir a la presión de otra persona o grupo: como
consecuencia de lo anterior acaban haciendo aquello que las otras
personas desean. Por ello, la ausencia de esta habilidad es especialmente
peligrosa en los adolescentes en lo que al consumo de drogas se refiere.
 Falta de asertividad: son incapaces de expresar de manera adecuada
aquello que piensan. Por ello, aunque crean que deben decir que no, no
se atreven a hacerlo o, cuando lo hacen, no resultan convincentes.
 Experiencias negativas previas: es posible que en algún momento hayan
intentado decir que no, o establecer sus límites, y les hayan respondido de
una manera inadecuada o hayan sufrido consecuencias negativas
importantes. Por lo tanto, a partir de estas experiencias pueden aprender
a “decir sí” para evitar las repercusiones que podría tener su negativa.
 Baja autoestima: en muchos casos es la causa (“no valgo nada como para
negarme”), y en muchas otras también es una consecuencia, ya que las
personas que no saben decir que no se sienten inferiores a los demás por
no verse capaces de establecer límites respecto a ellos.
 Miedo al rechazo o a una evaluación negativa: para ellos es importante
que los demás les acepten y no les evalúen negativamente. Creen que si
se muestran de acuerdo con todo lo que el otro les propone tendrán menos
posibilidades de ser rechazados y, por el contrario, serán “más queridos”,
y se les aceptará con facilidad.
 Temor a las consecuencias que imaginan que podría tener su negativa.
En algunas ocasiones no temen tanto el rechazo de los otros como el
hecho de que su negativa implique determinadas consecuencias; por
ejemplo, un despido.

Cómo aprender a decir no


Te damos algunos consejos para que aprendas a decir que no y seas
capaz de negarte a hacer todo aquello que no deseas:

 Pierde el miedo a lo que los demás puedan pensar: dentro de unos límites
razonables, tú eres la primera persona que debe estar satisfecha con su
conducta.
 Acepta la ansiedad como parte del proceso. Es normal que te pongas
nervioso o te sientas incómodo a la hora de decir que no, pero no
sucumbas a este malestar diciendo que sí y tratando de quitarte el
problema de encima cuánto antes, porque así solo conseguirás diferir una
situación indeseada, pero no resolverla.

 En relación a lo anterior, recuerda las consecuencias negativas que te


puede acarrear aceptar, y que seguramente no se verán compensadas por
el alivio emocional momentáneo que experimentarás si aceptas.

 Colócate frente a un espejo y entrena un estilo de comunicación asertivo;


piensa en situaciones cotidianas en las que tengas que decir que no, y
observa mentalmente tu comunicación no verbal, escuchando también tu
lenguaje verbal. ¿Suena convincente?

 Haz una jerarquía de esas situaciones, y clasifícalas para analizar desde


aquellas en las que más difícil te resulta negarte a lo que te piden, hasta
aquellas en las que te cuesta menos decir que no, y comienza desde hoy
mismo a dejar claro a los demás todo lo que no deseas hacer.

 Di que no sin dar demasiadas explicaciones; así ofrecerás menos


argumentos a aquellos que te quieran convencer de lo contrario.
 Interioriza esta idea: “es posible que no hagas ni seas aquello que deseas, pero
siempre tienes la opción de no hacer ni ser aquello que no quieres”, y ponla en
práctica cada vez que te enfrentes a una situación en la que no desees
hacer lo que te proponen.
Cómo decir no: te ponemos un ejemplo
Imaginemos el caso de dos enfermeras compañeras de trabajo. Una de
ellas está cansada de que habitualmente la otra le esté pidiendo que le
cubra las guardias, a lo que siempre accede para complacerla y evitarse
problemas con ella. Sin embargo, decide no continuar haciéndolo más.
¿Cómo debe actuar? Debe decir que no desde un primer momento sin temer
lo que su compañera piense de ella. Si una persona te aprecia de verdad,
no va a dejar de hacerlo porque un día le digas que no puedes cubrir su
guardia.
Es importante no dar demasiadas explicaciones pues, de lo contrario, la
otra persona puede dar la “vuelta a la tortilla” y hacerte ver que ella tiene
motivos más importantes por los que te solicita el cambio. Para evitarlo,
existe una técnica denominada disco rayado que consiste en repetir una y
otra vez tu opinión sin añadir más información. Por ejemplo: “lo siento, pero
hoy no puedo hacerte la guardia…, sí, entiendo, pero hoy no puedo…, lo
sé, lo siento de veras, pero hoy es imposible…”.

11 consejos para aprender a decir No


1) Decir “No” no tiene por qué ser algo negativo.

Hay que cambiar el chip que tenemos en la cabeza el cual nos hace creer
automáticamente que cuando decimos No estamos enojando o rechazando a la
otra persona.

Si la otra persona es abierta, flexible y tiene sentido común aceptará un No por


respuesta.

2) Argumenta por qué dices No.

No se trata de decir No, darte media vuelta y largarte. Seguro que existe una
razón por la que dices que No: hay que ser sincera/o para poder autoafirmar
nuestra identidad y aumentar nuestra autoestima.

3) No fomentemos el egoísmo.

Di No esta vez pero seamos algo solidarios, empáticos. Dile que en otra
ocasión estarás a su disposición. Busca el mejor momento para ti y para ella o
él y sorpréndele con algo que de verdad necesite.

4) Aprende a decir “No”.

No se trata de un “No” seco, corto y que deja frustrado a tu interlocutor. Utiliza


la educación.

5) Propón una alternativa.

Esto es totalmente optativo y puedes hacerlo en aquellos casos en los que


consideres oportuno. Si piensas que no eres la persona más indicada para
hacerlo puedes proponer a otra. Si quieres hacer lo que te proponen pero
piensas que no es el momento adecuado puedes proponer otro momento.

6) No te muestres tan accesible.

A veces parece que llevas un cartel en el cuello que pone ONG. Tu tienes tus
prioridades e intereses. Primero atiende estas prioridades y luego si quieres
muéstrate más accesible a los demás.

7) Diciendo No aumentas tu autoestima.


Si quieres aumentar tu autoestima tienes que decir No a aquello que no te
agrada o no te interesa. Tu autoestima se verá fortalecida. Tu elijes.

8) Demora tu respuesta.

No tienes por qué responder inmediatamnete a las peticiones de los demás.


Quizás necesites un tiempo para pensarlo.

9) No tienes por qué ser complaciente con todo el mundo.

Hasta los grandes personajes de la historia tenían sus detractores. Tienes una
lista de intereses y prioridades. Si a alguien le sienta mal que te dediques a
aquello que te gusta es su problema.

Cómo Decir NO En Situaciones Sociales

Decirle NO a la familia y a los amigos es usualmente difícil porque


sencillamente nos sentimos obligados o comprometidos a aceptar lo
que sea con tal de preservar y mantener nuestras relaciones.
Por supuesto es grandioso ayudar si te es posible, y de hecho,
deberías ser condescendiente y generoso con los miembros de tu
familia y personas más allegadas… Pero eso no significa que debas
pasar por encima de tu tiempo y de tus prioridades y sueños.

En ocasiones, sencillamente la demanda sobre tu tiempo puede llegar


al punto de quitarte un espacio vital para ti mismo, y a menos que
aprendas a decir “NO”, te será imposible dedicarte parte de tu vida…
¡A ti mismo!

Existen límites, y creo que vas entendiendo el punto, así que a


continuación te muestro algunas técnicas valiosas que pueden servirte
para decir NO sin generar fricción ni rechazo en otras personas.

El “NO” Sin Explicación

Esta es una de las mejores técnicas. En vez de buscar una “buena


excusa” simplemente dices algo como: “Lo siento, ya tengo algunos
planes importantes que llevar a cabo”. Y dejarlo así como tal.
No hay necesidad de explicar qué planes son los que tienes. E
incluso, si estos “planes” son relajarte en tu casa y descansar, aún así
son TUS Planes, y no hay necesidad de justificarlos ante nadie.

El “NO” De La Política Personal

Otra forma poderosa de decir no, es utilizar una política personal. Por
ejemplo, si estás cansado de recibir llamadas de vendedores a tu
teléfono, puedes decir algo como: “Lo siento, pero tengo una política
personal de no comprar cosas por teléfono”.

También puedes referirte a una política familiar, por ejemplo: “Lo


siento, me queda imposible ir con ustedes, porque en mi casa los
viernes en la noche son de cena familiar”.

Lo bueno de referirse a una política personal o familiar, es que por lo


regular las personas no ven la respuesta como un rechazo.
Simplemente estás ajustándote a una regla que tú mismo creaste, o
que existe en tu núcleo familiar.

Por supuesto, para responder algo así, debes primero tomarte el


tiempo para identificar cuáles son las políticas familiares que tienes, y
cuáles son las políticas personales que has creado o vas a crear.

El “NO” De La Pareja

En ocasiones simplemente necesitas algo de tiempo para pensar las


cosas. Una de las formas en las que puedes lograr esto,
respondiéndole a alguien, es diciendo algo como: “¡Muchas gracias!
Voy a consultarlo con mi pareja primero, y luego te llamo”.

Esta aproximación es buena para cuando un vendedor agresivo nos


intenta convencer de comprar algo ya, a pesar de que no le veamos el
verdadero valor.

El “NO” Del Plato Lleno

Otra forma es que simplemente digas algo como: “Lo lamento, tengo
demasiados proyectos en mi plato por el momento”.
El “NO” De La Promesa Personal

Una estrategia similar a la de la política personal, es la de la promesa


personal. En este caso, simplemente es posible decir algo como: “Lo
siento, pero me prometí a mí mismo no aceptar más
responsabilidades por el momento”.

Otra alternativa, es despersonalizar la promesa, algo como: “Lo


lamento, le prometí a mi madre que la visitaría hoy en la tarde”.

El “NO” Honesto

Y finalmente, una forma bien simple y sencilla de decir NO, en


situaciones sociales, es ser honesto con algo como: “Eso suena
genial, me encantaría, pero esta semana quedé agotado con tanto
trabajo y realmente me gustaría tomarme el fin de semana para
recargar baterías”.

Esta es quizás la mejor aproximación y no hay necesidad de crear


excusas (nota que en las anteriores tampoco realmente, sólo que si no
te tomas el tiempo para definir cuáles son tus políticas o promesas
personales, tendrás que inventarlas, o decir SI sin querer).

Cómo Decir “NO” En Entornos Laborales

A pesar de que no estoy de acuerdo con conseguir un empleo,


comprendo que muchos de mis lectores tienen uno en este momento.

Y una estrategia poderosa para poder decir NO a trabajos adicionales,


a ayudas que requieran otros compañeros, o simplemente a cualquier
otro tipo de actividad que no estés dispuesto a hacer, es la de crear
una lista de prioridades.

En tu computador, puedes redactar un documento, e imprimirlo y


luego pegarlo en la pared, o simplemente colocarlo sobre tu escritorio.
El documento debería decir algo como: “Prioridades Actuales”.

En cualquier momento, deberías tener entre 3 y 5 actividades dentro


de la lista.
Cuando tu jefe, o algun colega tuyo trate de pedirte que realices
trabajo extra, muéstrales la lista y diles que eso es lo que tienes
pendiente por realizar en el momento.

Pregúntales si la nueva tarea se ajusta a tus prioridades (y en qué


orden) y confirma con ellos si dicha actividad puede llegar a tener un
impacto negativo en las demás tareas. En tal caso, ellos verán por qué
no es buena idea que aceptes, a menos que sea algo que realmente
puedas manejar.

En la mayoría de los casos comprenderán que sencillamente no


puedes, y buscarán a otro para que les ayude. En otras ocasiones,
tendrán actividades que no te tomarán mucho tiempo… En ese caso, y
dependiendo de tu lista, podrías aceptar.

Cómo Decir “NO” Si Trabajas Desde Casa

Similarmente, si trabajas desde casa, muchas personas no


comprenderán que lo que haces es realmente tan valioso (o más
valioso) como lo que haría un empleado en su oficina.

Por lo regular los emprendedores, que regulamos nuestro tiempo y


llevamos a cabo las tareas que decidimos, ponemos mucha más
importancia y enfoque en su ejecución.

Sin embargo, ante la percepción de las personas que no están


acostumbradas a esto, uno simplemente “está en la casa”. Y para
ellos, estar en la casa no necesariamente implica estar trabajando.

Y comprendo que para muchos puede ser difícil o incómodo explicar


con detalle lo que se hace, sobre todo si es algo bien diferente a lo
que los demás hacen, así que la estrategia es la siguiente.

Similar a la estrategia para entornos laborales, vas a crear una lista, y


puedes pegarla en tu pared, o tenerla cerca del computador.

Sin embargo, a esta lista, vas a añadirle al lado derecho de cada ítem,
un tiempo en horas.
De esta manera, nadie podrá decir: “¡Vamos! que no tienes nada para
hacer”, porque podrás mostrarles la lista, y decirles: “Mira, tengo
pendiente hacer esto, y me toma 3 horas… Me encantaría ir, pero no
puedo dejar este trabajo a medias”.

Finalmente, todo se trata de hacerles saber que sencillamente no


puedes. En ocasiones, el que no quieras hacer algo, implica que no
puedas hacerlo. Muchas veces si no quieres ir a una reunión o fiesta,
la explicación real es que no puedes porque necesitas tiempo para
descansar y relajarte.

O porque necesitas tiempo para algo importante, independientemente


de lo que sea.

Decir NO te ayudará a tener más tiempo para ti, a retomar el control


sobre tu vida, y por supuesto apelar a la honestidad con otros
asertivamente, sin aceptar cosas que no quieres, ni mucho menos ir
en contra de tus deseos.

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