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\.

ALFREDO MARTfNEZ ALBIACH


Doctor eo SCda. Tcologfa, y eo Pllosofla 1 Letras
Profesor de la Pacult.ad TeolóCfca dd Norte de Espada
lsede de Bureos!

RELIGIOSIDAD HISPANA
- -
y

SOCIEDAD BORBONICA

1969
PUBUCACIONES DE LA FACULTAD TEOLOGICA DEL NORTE DE ESPA~A

SEDE DE BURGOS
Nihil obstat:
DR. NICOLÁS LóPEZ MARTÍ.K'EZ

lmprima.se:
1J$ SEGUNDO, Arzobispo de Burgos

Depósito legal: BU.- 358. - 1968

Imprenta de Edic. Aldecoa. D iego de Siloe, 18. Burgos 18704


IN DICE

Páginas

IJ.'TRODUCCIÓN . •• •• • • . • • . • . .. . . . •. . ••. . . . . .• • .• . .. •.• •• . . .. • .. •.• 1

Parte I . - IDEOLOG IAS

CapitulO I: POSTURA DESINTERESADA FRENTE AL MUNDO .•• 15


Artículo l . - Teocracia.
A) Teocracia según Israel ........ . 16
a) Profetismo .. . . . . ... ... . . . . .. ... ... . . . . . . ... .. . 19
b) Vigencia normativa del Antiguo Testamento ... 41
B> Divulgación de una teología de la historia hispana ... 48
Articulo 2. - Cinco Guerras de Religión.
A) Guerras dieciochescas ... . . . . .. . .. . . . . . . .. . . . . . . . 66
a) Guerra de Sucesión ... ... ... . .. .. . . .. .. . ... 66
b) Guerras carlostercistas ... ... ... ... ... ... ... 77
e) Guerra contra la Francia revolucionaria ... 81
, B> Guerra de la Independencia ... ... ... 98
a) Anteredentes ... ... ... . . ... ... ... ... ... ... 100
b) Legitimación de la Revolución ... ... ... ... 104
e) Teologización (Josefinismo, Santiaguismo y Ma-
riología) ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 112
d) Bailén . .. . . . . . . . .. ... ... .. . . .. . . . . . . . .. . .. . . . 129
e) Mitos sacro-bélicos ... ... 139
•,_ C) Guerra contra el liberalismo . .. . .. ... . .. .. . . .. 156
a> Origen ... ... ... ... ... ... ... ... . .. ... ... ... ... ... 156
b) Tregua ... ... ... ... ... ... ... ... ... 160
C) 1808 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 170
d) Ofensiva detlnitiva ... ... ... ... ... ... ... ... ... 174
VI I N DICE

Página.s

Capitulo II: POSTURA INTERESADA FRENTE AL MUNDO ... ... ... .. . 201

Articulo l. - Afrancesados.
A> Precedentes cronológicos ... ... ... ... ... ... ... ... ... 215
a) Jove llanos ... ... ... ... ... ... ... . .. ... . .. .. . .. . . .. 215
b> Floridablanca ... ... ... ... .. . ... ... ... 217
B> Nue va temática .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. ... . .. 219
a) Etica de felicidad ... ... ... ... ... ... ... ... ... 220
b) Me todología ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 224
e) Revolución afrancesada ... ... ... ... ... ... ... 227
d> Dogma político ... ... ... ... ... ... ... 230
C> Sospechas de colaboracionismo ... ... ... ... ... 234
a) Segorbe . . . . .. . . . . .. . .. . . . .. . . . . .. . . .. . .. ... 235
b) Lugo ... .. . ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 236
e) Segovia ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 241
d) Avila ... ... .. . ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 244

L Artículo 2. - Liberales.

A) El púlpito y las Cortes de Cácliz 247


a) Elogio a las Cortes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
b) Elogio a la Constitución . .. . . . . . . . .. . .. 250
c) Superación de un complejo .. . ... ... ... . .. . .. ... 252
d) Teología mariana ... . .. ... . .. ... ... ... ... 257
e ) Sentimiento de gratitud ... ... ... ... .. . 260
f) Un diputado ruodelo . . . . . . . .. . . . . .. . .. . . . 262
B) La tribuna parlamentaria . . . . .. . . . . . . . . . . . . . .. .. . 266
a) Libertad . . . ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 268
b) Secularización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
C) Religiosidad constitucional ... .. . ... ... ... ... 322
a) Constitución de 1812 . . . .. . .. . . . . . . . . .. 323
b) Profetismo en las Cortes . . . . . . . . . . . . . . . 352

Parte II. - REALIDADES EXISTENCIALES

Ca pitulo I: INFRAESTRUCTURA ........ . S71

Articulo l. - Perspectiva Social.

A) Población ........... . 372


B> Coyuntura económica ... 378
C) Panorama c ult ural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. 387
INDICE VII

Pighuu

Artículo 2. -Estamentos sociales.

A) Clericales:
a) El Obispo .............. . 392
b) El Clérigo .............. . 399
e) El Capellán Castrense .. . 408
8) Seglares:
a> El Noble ..................... ... .. . 431
b) Clases medias, inferiores y rurales 435

Capitulo Il: Rl:CA.LISMO Y DESAMORTIZACIÓN ••. 441


Artículo l . - El siglo XVIIL

A) Felipe V ........... ... . 445


8) Fernando VI . .. ... .. . ... . . . . . . . . . .. . ... . .. . .. 451
C> Carlos m y Carlos IV 454

, Artículo 2. - Fernando VII.


A) 1814-1819 ........... . 465
8) 1820-1833 ................. . 478

'-Articulo 3. - Reinado i~abelino.

A) Las dos Regencias: M.• Cristina y Espartero ... ... ... 505
8 > Isabel II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . 535

.Capítulo ill: RELICIÓN Y SOCIEDAD 553


Artículo 1.- Aspecto social.

A) Carácter .. . .. . .. . .. . .. . 557
8) Moda ............... ..... . 562
C) Divers iones .. . . ............. . 568

Artículo 2. - Politica religiosa.

A) Sacralidad del absolutismo regio ... .. . .. . ... 576


a) Ambiente general ... ... ... ... ... ... ... ... 576
b > Presión directa ... .. . .. . ... .. . .. . ... .. . .. . .. . 593
8) Cuestión de los Regulares ... ... ... ... ... .. . ... 609
a) Recuperación de sus bienes ... ... ... ... ... 609
b) Restablecimiento de la Compañia de Jesús 613
vm IN.DICE

Pá gin<lS

'Articulo 3. - Visión política di:l siglo XIX.

A) Etapa fernandina:
a) 1814-19 ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 617
b) 182(}-23 . . . . . . . . . .. . . .. . . . .. . . .. . .. .. . .. . . . . 619
e) 1823-33 ... ... .. . . .. ... .. . . . . ... ... ... ... ... . .. ... ... 622
B) Etapa isabelina:
a) Regencias . .. . .. ... ... . . . . . . . . . . . . . . . ... . . . . . . . . . 623"
b) Isabel II . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 626

Epílogo ... ............... ·-· ...... ...... .......................... . 637

Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . .. . . . . . . 639·
INTRODUCCION

La actualidad española se halla fuertemente influenciada por


la sociedad borbónica. Desde 1700 a 1868 reina en España la Casa
de Borbón. la cual, en ese tiempo, deja una impronta en el modo
de ser hispánico; luego, la Restauración, con Alfonso XII y su hijo
póstumo, no tuvo tiempo de abrirse camino -para marcar su se-
llo- entre la selvática variedad de vivencias, tras una República y
otra dinastía como la de Saboya.
Emprendemos un estudio sobre las influencias mutuas entre
las fuerzas de la vida social y de la vida religiosa y moral en el
español -profundamente religioso- de 1700 a 1868. Nos movemos
en un plano más elevado, el de principios o ideologías, para sosla-
yar los peligros del empiric;mo; y profundizaremos en las vivencias
sin excluir las infraestructuras: las formas de vida están condicio-
nadas por lo económico y por lo político. Importa, pues, liberlir la
religiosidad hispana de todo aquello que no es la tradición cristia-
na genuina, sino la envo}tura, explicable sociológicamente, de una
estructura social, hoy quizás anticuada e inservible: formas religio-
sas verdaderamente vivas en aquella sociedad borbónica -porque
atinaron a encarnar la religión salvadora en la historia-, hoy tal
vez constituyen un lastre. Distinguir entre la auténtica religiosidad
hispana y las ideologías y formas de vida colectiva, ya fosilizadas,
que hizo cristalizar la dinastía borbónica en este periodo.
Nos proponemos investigar hasta qué punto la religiosidad in-
fluyó en la sociedad española de los Borbones, y hasta dónde, por
el contrario, las fuerzas sociales contribuyeron al desarrollo, estan-·
camiento o aniquilación de la religión.
.2 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Para tal propósito conviene realizar diversos sondeos; a mayor


abundancia de calas, mejor posibilidad de alcanzar una visión más
aproximada a la realidad.
Pese a la trascendental influencia de las minorías dirigentes, se
debe conocer la forma de vivir del español medio, del pueblo, de la
masa; para ello Groethuysen estrenó un método que revoluciona-
ria los estudios sociológicos: su obra "La formación de la concien-
cia burguesa en Francia" se funda en los sermonarios del siglo XVIII,
en ese diálogo que el párroco, prelado o predicador tiene con su
feligresía o auditorio. Además, en aquella coyuntura el púlpito se
convierte en el órgano oficial y cotidiano de información, en una
auténtica oficina de información para la opinión pública en medio
de una masa casi analfabeta y con escasa información laica -el
periódico mensual "El Mercurio histórico-político" se traduce del
francés desde 1738 y carecía de interés, según el testimonio de Co-
tarelo 1- . Nos referimos, claro está, al siglo xvm y a los períodos
absolutistas del xrx. Luego, la importancia social de tal fuente des-
aparece casi completamente.
También hay que practicar sondeos en la legislación (Recopila-
ción de Leyes, Decretos del Rey, Decretos de las Cortes, Diarios de
.Sesiones de las Cortes), en periodistas y literatos (Balines, Larra,
Estébanez Calderón, etc.), pensadores (Jovellanos, Donoso Cortés),
turistas que nos visitan (Vayrac, d'Aulnoy, Langle, Hamilton, etc.),
etcétera. Dentro de un marco histórico, formado por los de ayer
y los de hoy (Coxe, Tapia, Lafuente, Pirala, Pi Margall, Menéndez
·Pelayo, Sarrailh, Palacio Atard, Sánchez Agesta, Seco, Suárez, Vi-
cens Vives, etc.). Y aplicando los métodos de los sociólogos (Le
·Bras, Haring, etc.) .
Para conseguir una visión -lo más amplia posible- de aquella
vivencia histórica en sus ideologías, en su economía, en su políti-
ca. y er. lo social: las modas, el lujo, las diversiones, su modo de
orientar la vida actual y ultraterrens., motivaciones de su religiosi-
dad y formas de la misma (tradicionalista, revisionista), legislación,
enciclopedismo, afrancesamiento, movimientos revolucionarios, etc.
Nuestro primordial interés se cüra en el comportamiento colec-
tivo, en ~peci&.l, en su prospección socio-religiosa. Tal vez resulte
demasiado simplista polarizar las formas de vida colectiva en dos

1. CoTARELO, IriJ.ne y su época. Madrid, Suc. de Rivadeneyra, 1897, pág. 105 :


"Salla a luz mensualmente y contenia noticias generales europeas, ya retra-
sadas"; en 1772, D. Tomás de Iriarte lo remozó; no obstante, "fue siempre
periódico de poco o de ningún interés". Surge, en 1762, "El Pensador", "de clara
tendencia. enciclopedista" -según Reglá y Alcolea (El siglo xvm. Barcelona,
Sei.x Barra!, S. A~ 1957, pág. 144)-; s u autor. Clavija Fajardo; pero lo me-
nosprecian los extranjeros que nos visitan, como el Marqués de Langle (Voya-
_ge en Espagne. D.L.W., 1785, pág. 106) .
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD I!ORBONICA 3

extremos; pero aceptando como presupuesto la infinita y variada


gama que forma el eje unificador de los dos polos, facilita la inte-
ligencia de la conducta socio-religiosa de la España borbónica. Dos
grandes corrientes -siguiendo el esquema de Gründler (Filosofía
de la Religión)-: una posición desinteresada del mundo, y otra de
vuelta hacia el mundo.
Este simplismo no debe desfasar nuestra postura. No admitimos
una relación de causa y efecto entre la ideologia y la forma de vida,
pues la conducta humana queda condicionada en cada coyuntura
histórica por diversidad de elementos: la economta y la política no
los comprende todos; no se pueden excluir las condiciones perso-
nales y la fantasía del individuo en una circunstancia determinada.
Nuestro estudio, en dos partes, abrazará las ideologías, y lo exis-
tencial del problema, es decir, las realidades existentes.
Pero explicitemos nuestro interés por el método sociológico.
Al aplicar nuestro estudio a una tierra circundada de agua por
todas partes menos por una -la cordillera pirenaica-, recordamos
el interesante juicio del sociólogo francés Le Bras 2 : "Si la monta-
ña es con frecuencia más religiosa que el llano, no depende eviden-
temente de la temperatura ni de la vegetación, sino porque la tra-
dición se conserva mejor en las alturas inaccesibles que entre las
corrientes o entre los tumultos modernos. Además, creer, como ha-
bitualmente se hace, que una raza es mística por naturaleza -pala-
bra de que se abusa con frecuencia- nos hace caer en la exag2ra-
ción: la naturaleza colabora con la historia, ella no crea ni destruye
cualquier creencia ni disposición a creer". También tenemos en
cuenta su opinión sobre el Antiguo Régimen y los "ébranlements"
de los siglos XVI al xvm en Francia 3, y con respecto a la relación

~ LE BRAS. f:tudes de Sociologie R.eligieuse. Paris. Presses Universitaires de


France, \955, t. I. pág. 14.
3. LE BRAS, études de Sociologie R.eligieuse, l . 25-26. 68: "La práctica del
~tollcismo bajo el Antiguo Régimen se hallaba controlada y sancionada por
la autoridad religiosa, que en cierto modo secundaba el poder civil ... En el An-
tiguo Régimen la libertad se callaba restnngida... La sujeción jurídica sim-
plemente reforzó la presión de la costumbre y del medio social... Las conmo-
ciones de la Reforma, tiel jar.senismo y del filosofismo ~uya ampUtud resulta
difícil precisar- preparan la defección de un pueblo blando en sus creencias.
rutinario en su misión superficialmente evangelizada".
HARINC, Fuerza y jltU¡ueza. de la IU'ligi&n. Barcelona, Herder, 1958, pág. 166-
167. 169: "La tremenda apostasía del siglo xVI hubiera sido imposible de no
existir el grandísimo número de cristianos-masa en los que todo se reducía a
forma y ritualismo exterior ; los cuales, además, a causa de una inteligencia
insuficiente y a menudo del todo falsa del "opus operatum·• -de la eficacia
salvifica divina independiente de la acción humana- apenas conocían el en-
cuentro personal con Dios y la verdadera responsabilidad en lo religioso...
Cuando se habla de "conversiones en masa" y éstas son verdaderas, entonces
no tiene esto el mismo sentido que cuando se habla de sociología de •·masifi-
cación" o de " h ombres-masa": el hombre-masa ignora que la religión es una
4 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

fe-costumbre •. Y es que el sociólogo -según Le Bras- 5, busca y


estudia los lazos entre la sociedad católica y la sociedad profana:
cuál es la acción de la sociedad religiosa sobre la sociedad profana,
es decir, sobre la familia, sobre la economía, sobre la politica.
Tal es el objeto de la sociologia religiosa: las múltiples relaciones
mutuas que existen entre la religión y los fenómenos sociales. Así
lo aclara el teólogo alemán Haring 6 : la sociología religiosa prácti-
ca investiga, sobre todo, si la religión significa o no realmente el
fermento de la vida social y de la vida entera, en una actividad,
región o época determinadas. Al mismo tiempo, igualmente, hasta
qué punto el medio ambiente -todo el universo ideológico en que
se está sumergido- influye en favor o en contra de la religión.
El fin de la sociología religiosa, además de llegar a conocer las
relaciones mutuas más importantes entre religión y sociedad, tien-
de a fundamentar una pastoral que tenga en cuenta conveniente-
mente toda la coherencia del complejo social; cimentar una pasto-
ral misionera que no busca solamente la salvación del individuo,
sino ante todo la realización del Reino de Dios sobre la tierra.
Como hay que observar la sistemática de la sociología religiosa
desde la atalaya de la teología y de la fenomenología de la religión,
¡;1uestro trabajo -con miras pastorales- ha de cimentarse en el
conocimiento de los problemas esenciales y lineas generales de las
r elaciones entre catolicismo y vida social en la España borbónica.
Naturalmente, guardando un justo medio entre una mera teolo-
gía social y una interpretación sociológica de la religión.
La teología de lo social -la comprensión del mensaje religioso
sobre la esencia y sentido de cuanto dice relación a la vida de los
hombres en sociedad- es un presupuesto fundamental para te-
ner una idea respetuosa y justa de las profundísimas relaciones
mutuas entre estas dos realidades que son la religión y la sociedad:
partiendo de la Revelación, muestra el sentido profundo que tiene
lo social delante de Dios, estudia lo esencial sobre su origen y sobre
las fuerzas religiosas y divinas que lo afectan. Pero la sociología

actitud persona l ante Dios, una comunicación amorosa con El... El hombre-
mecl1o, en el que se descubreu fá.c.U mente las señales de la masificación, puede
entre sus iguales hablar de cosas religiosas y morales de una manera espan-
tosamente vulgar, y una conversación sobre religión con 1llL grupo mayor de
tales hombres resülta casi d el todo infructuosa" .
4. LE BRAS, Études de Sociologie Religieuse, I, 222-223: "Sin la f e la cos-
tumbre no habria podido impl?.ntarse, pero a su vez la costumbre conserva la
fe, y cuando ésta se debilita, los gestos de la fe la practican ... Discernir exacta-
mente la parte de la fe, de la costumbre, en los actos religiosos, está por en-
cima de las fuerzas del hombre. Pero cuántos datos nos ofrecen".
5. LE BRAS, Études de Sociologie Religieuse, ll, 471.
6. HARING, F uerza. y flaqueza. de la R eligión, 30-33. 35-36. 38-39. 64- 65. 72.
84. 103. 105. 122. 131-132. 140.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 5

religiosa analiza de una manera empírica las influencias que lo


religioso tiene sobre lo social, tomando los fenómenos religiosos
en su dimensión histórica real; estudia la totalidad de lo social,
buscando luego las influencias que proceden o se ejercen sobre el
campo de lo religioso.
Por otra parte, el sociologismo de Durk.heim, y de una manera
mucho más consecuente la sociología marxista, no ven en la reli-
gión otra cosa que una superestructura de lo social, que va evolu-
cionando con el tiempo: un mero p roducto del dinamismo social,
un reflejo que se adapta perpetuamente a cada mudanza. Sin em-
bargo, la sociología religiosa investiga hasta qué punto la doctrina,
-culto, comunidad, práctica y moral religiosas, etc., vienen realmen-
te influidas por las fuerzas sociales, y en qué medida se hallan por
encima de la evolución de la sociedad; no se propone, ante todo,
-exponer el influjo de lo social sobre la doctrina y constitución reli-
giosas, aun cuando esto cae también dentro del campo de nuestras
·preocupaciones, sino las exigencias de la cura de almas práctica: se
trata de las relaciones mutuas entre la religión vivida y las fuerzas
reales de la sociedad; comprueba cuánto contribuyen las fuerzas
religiosas en la formación del orden y estructuras sociales, y con-
trariamente también cuánto la vitalidad de la religión sufre del
influjo -favorable o desfavorable- del medio ambiente; muestra
si la religión se manifiesta realmente como el fermento de la vida
y de los órdenes sociales, comenzando por la familia y terminando
:por el Estado y las relaciones internacionales.
Nos salimos de la sociología religiosa puramente empírica, cuan-
do tratamos de cimentar filosófica y teológicamente nuestra investi-
gación positiva, y cuando aprovechamos los resultados de ella :para
fundamentar una sólida teología pastoral. El tener en cuenta socio-
lógicamente y de una manera estrictamente científica las raíces
sociales de no pocas fórmulas y conceptos teológicos, puede devol-
ver una mayor luz a la Revelación, que es indeductible. Así como
liberar la religiosidad hispana de todo aquello que no es la tradi-
ción cristiana genuina, sino la envoltura --eA-plicable sociológica-
mente- de una estructura social, hoy quizás anticuada e inservi-
ble. Para ello es necesario distinguir entre el origen histórico-social
de determinadas ideas y costumbres, y la esencia inmutable de la
religión católica; distinguir su verdad invariable y su constitación
fundamental de las fórmulas y métodos de actuación históricos,
subordinados a las transformaciones que sufre la sociedad. Siendo
el catolicismo una comunidad entre hombres, necesariamente debe
encontrarse implicado en las estructuras y fuerzas sociales de su
tiempo, sin que por ello deba dejarse formar pasivamente por las
-
6 ALFREDO MARTrNEZ ALBIACH

corrientes profanas. Cuanto más se concibe a sí mismo como el


alma, "el principio vital de la sociedad humana" -en repetida frase
de Pío XII 7- y cuanto más se afane por ser la levadura o fer-
mento en las relaciones sociales, tanto menos sucumbirá, aun sin
percatarse, al peligro de ser progresivamente modificado por el
medio ambiente que le rodea.
La religión muestra su fuerza -también en el campo de lo so-
cial- en cuanto procede de Dios y el hombre vive profundamente
enraizado en El. Y se ve la fiaqueza de la religión, cuando ésta se
aferra a las formas sociales pasadas, a las que tal vez se babia
acomodado en otros tiempos, en cumplimiento auténtico de su
misión. Ahora bien, al hacer hincapié en el aspecto sociológico, no
excluimos en lo más minimo la acción del Espíritu Santo; no hay
que pensar que la acción del Espíritu Santo tenga que ir siempre en
contra de la evolución social: Dios es a un tiempo Señor de la his-
toria humana, y de la historia de la salvación, y dispone a su grado
de la primera como de la última.
La historia de la religión muestra numerosos casos de entera
sumisión a lo social, sea a la tribu, al clan o al Estado. La misma
religión en estos casos se convierte en mundo, aun cuando en este
mundo religioso nacional y natural siempre se conservará una pe-
queña semilla de verdad y alguna alusión al inminente dominio so-
berano de Dios.
Al aplicar la sociología religiosa al servicio de la cura de almas,
nos encontramos con la sociografia. La sociografía científica inten-
ta llegar a registrar las realidades, instituciones, procesos y relacio-
nes sociales, sin hacer luego ninguna aplicación especial; su objeto
es solamente llegar a conocer hechos. La sociograffa religiosa, en
cambio, tal como la entiend~ Haring 8, vive de la impulsión apostó-
lica, de la voluntad de hacer una pastoral adaptada a las circuns-
tancias, pero debe guardarse de todo juicio determinado por el sen-
timiento o la situación. Llevar esto a cabo exige ciertamente una
gran neutralidad. Aquí se reclama al pastor de almas una imparcia-
lidad i.J1corruptitble. Su f.o no es nunC'.a demostrar cosa alguna, sino
dejar hablar a las realidades sociales.
Ahora bien, el análisis sociográfico de la vida religiosa puede en-
cerrarse en el área de una parroquia o de un arciprestazgo, así
como en el de un barrio industrial, una diócesis e incluso en el
de una nación entera. Con todo la parroquia es el campo fundamen-

7. Pío XII, A .A.S. 38 (1946) 149; 41 0949) 462.


8. HARINC, Fuerza y Jlaquez.a de la Religión, 382. 384-385. 387.
RELICIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD 80RBON1CA T

tal. Para nosotros los sermonarios descubrirán indirectamente una.


singular y amena estadistica acerca de la religiosidad hispana, que
ascendiendo por el púlpito parroquial, alcance a través del prela-
ticio un nivel nacional. Anticiparnos que bajo el nombre de pastoral
entendernos aquí no solamente la actuación de la jerarquía, sino,
además, todo el apostolado de los laicos en sus diversas manifes-
taciones, entre las cuales consideraremos particularmente el que-
hacer diario de las Cortes de Cádiz en su relación con la religiosi-
dad hispana.
ReaUcese como se quiera el análisis sociográfico, siempre habrá
que tener en cuenta, distinguiéndolos metódicamente, tres grados:
ver, juzgar y actuar. En efecto, procuraremos -aun a riesgo de
ofrecer un estudio demasiado denso- presentar al lector material
suficiente, capaz de alcanzar una visión amplia de aquella época, a
fin de poderla juzgar -sin que predeterminemos su juicio: ante
todo, gran neutralidad e imparcialidad-, y actuar consecuentemen-
te en la presente coyuntura. No ocultamos, pues, nuestra voluntad
pastoral o apostólica.
La pregunta clave de la sociografia pastoral se perfila así: ¿cómo
es la vida religiosa frente a las influencias del medio ambiente?
¿Cómo se refleja la religiosidad en la vida social, en la familia, en
el trabajo, en la economía, en la cultura, en la forma que toma la
libertad, en la formación de la opinión pública? Lo primero que
hay que observar son las manifestaciones exteriores de la vida de
fe, que son directamente religiosas; por ejemplo, asistencia domini-
cal y diaria a la iglesia, forma y modo dE: concurrir a ella, recepción
de los sacramentos pascuales, frecuencia de sacramentos, bautismo
de los hijos, re--...epción oportlma de la extremaunción, matrimonio
canónico, oración en familia, costumbres piadosas, asistencia a
ejercicios espirituales o misiones populares y otros actos organi-
zados por la Iglesia, número de vocaciones, etc. Para ello aceptamos
el criterio de Le Bras al clasificar a los franceses católicos -al me-
nos da nombre-- en tres categorías: los conformistas eu ocasiones
(bautismo, primera comunión solemne, matrimonio, sepultura), los.
observantes regulares (misa dominical, confesión anual, comunión
pascual) y los devotos (comunión frecuente, asistencia a los oficios,
inscripción en asociaciones piadosas) 9.
Sin embargo, nuestra preocupación en soslayar los peligros del
empirismo, nos hará prescindir generalmente de resultados numé-

9. LE BRAS, f :tudes de Sociologie Religieuse, II. 4í0.


8 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

ricos, de fichas de estadística, etc. 10, pues preferimos el análisis


cualitativo.
Por tanto, dividimos el presente estudio en dos partes : la ideo-
lógica -polarizada en las ya mencionadas posturas, interesada y des-
interesada frente al mundo--, y la existencial, o sea, las realidades
existentes, creadas por la problemática de la religiosidad hispana
.dentro de la sociedad borbónica desde 1700 a 1868.

10. HAR.tNc, Fuerza y flaqueza de la Religión, 39ó-400. 402. 405-420.

NOTA. - La transcripción de los texws antiguos es literal, pero no los acen-


;tos y subrayado$.
- ---- - - ......---- ~ - - - .-

PARTE I

IDEOLOGIAS

1
1
1

r.ti.ICIOSiD\D HISi" \ X.\ , .• - 2


Fieles al esquema de/aründle~.~ceptamos la tal vez simplista
polarización de una forma de vida colectiva, que denominamos pos-
tura desinteresada frente a la vida terrena, frente al mundo. Lo
fundamentamos en un personaje que influye poderosamente en los
siglos xvm y XlX, Fray Miguel Suárez de Santander; afirma clara-
mente: "un discípulo de Jesuchristo, un hombre muerto al
mundo" 1•
El principio se convierte en slogan tácito o explicito durante las
dos centurias como expresión de una ideología. Pero ésta aglutina
variedad de formas, de las que subrayamos algunas; 1I?rofetismo,
2vígencia normativa del Antiguo Testamento;Jteologización de la his-
toria hispana, yfguerras santas o de religión. Si quisiéramos hallar
su común denominador, lo circunscribiríamos en "teocracia". Teo-
cracia hispana según el modelo de IsraeL Forma de ViCia"'Soéial, hoy
plenamente rechazada: "les relents de la mentalité théocratique
doivent étre peu a peu évacués" 2•
Y es que el Evangelio -según el criterio de Paupert 3- ni es
teocrático o confusionista, ni desencarnado o apartado, y el hecho
de que la politica de la Iglesia o de los cristianos haya frecuente-
mente oscilado entre estos dos errores tiende a que existan los pun-
tos de aplicación de las dos tendencias divergentes. Los dos reinos
son distintos, pero el Reino de los Cielos implica una......ci~ eco-
nomía politi~. La teocracia y el cesaropapismo se 'asemej~ en
que ambos instituyen~universo en cjUe]3 polltica 'y;~gión
se confunden; sin embargo, en éste la cabeza te~ral u.,-urpa los
poderes religiosos, y en aquélla el pontífice se anexiona los pode-
res politicos. -

l. SANTANDER, Doctri7UI.S y Serrrwnes. Madrid, Imp. de la A. del R. A. de


Beneficencia, 1800, t. II. pág. 263.
2. Cm:mr, Préjace: PAUPERT, Puor une politique évangélique. Toulouse, Pri-
Tat, 1965, pág. 11.
3. PAUPERT, Pour une politique évangélique, 79-86. 151-153.
12 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Para que el Reino de Dios venga definitivamente, es necesaria


una larga evolución, w1a madurez. Y entonces, la Parusía. Por eso
vivimos en una estructura dualista: de una parte, el mundo en fer-
mentación; de otra, la levadura que le hace fermentar, el catolicis-
mo, el pequeño rebaño del reino futuro. Hasta la Parusía, debemos
pensar, vivir, actuar como Jesús, naturalmente fuera de la teocra-
cia. La Iglesia sólo será teocrática después de la Parusia, pues en-
tonces los dos reinos, el de Dios y el del mundo, coincidirán y
habrá uno solo. El mundo será un mundo nuevo. Y el fin de la
humanidad es la coincidencia de los dos reinos. El reino nuevo
está en marcha, y debemos trabajar en conseguir tal coincidencia.
El Evangelio es levadura y semilla en medio del mundo. El Reino
de Dios se inició con la Revelación y debe continuar.
El viejo error teocrático, por un exceso de celo apostólico, ima-
gina construir en seguida y completamente la Ciudad de Dios sobre
la tierra. Tal confusión será particularmente sensible - anota Pau-
pert- a partir del siglo rv, cuando en la euforia de la paz religiosa
Y de un príncipe favorable al cristianismo, y en una atmósfera to-
davía impregnada de escatologismo, los cristianos creyeron que el
imperio romano era la imagen, e incluso la realización del Reino
de Dios que ha llegado a este mundo. Y los españoles aplicaron
idéntico criterio ante sus m onarcas, apellidados "católicos".
Celo mal entendido, pues el Reino sólo se establece aquí abajo
incoativamente, y no se le puede adelantar -siguiendo el espíritu
del Evangelio- con las armas de las tinieblas : la fuerza, la astucia,
la guerra, la confusión. Tan sólo se le hará avanzar mediante el tes-
timonio, cambiando concreta:nente las est:::ucturas políticas, den-
tro del sentido del Evangelio, pero sin pretender destruir el mundo
antes de que Dios lo haga.
La Revelación, desde un punto de vista político, parte -con el
Antiguo Testamento- de una coincidencia de confusión en la duali-
dad entre los dos reinos para desembocar en la Parusia, a una coin-
cidencia de fusión en la unidad. Entre uno y otro término la políti-
ca del Evangelio supone el respeto -en el desprendimiento- al
mundo, cuya autonomía reconoce, exigiendo de sus discípulo~ una
pcrt·ección activa, capaz de hacer progresar el Reino hasta s u
unidad final.
La indiferencia evangélica concierne a la política formal en lo
que tiene de inadecuado y constantemente caduco -como de he-
cho los hombres se alimen tan, se agrupan, actúan, viven en patriar-
cado, tiranía, oligarquía, república, monarquía, democracia-, no
en lo que toca al fondo social huma..."lo. Una dialéctica permanente,
que sostiene las relaciones entre esta realidad y sus ro::mifesta-
RELJG!OS mAD lflSPANt~ Y SOCIEDAD BORBONICA 13

una especie de magma sustancial viviente pero inexpresable. Estas,


puras manifestaciones -fenómenos-; aquélla, pura realidad nou-
menal. Estas significan eficazmente -en parte- una realidad, de
la que - sin ellas- no se podría conocer, hablar ni hacer algo po-
sitivo. Indispensable, ellas en cambio son siempre imperfectas e in-
adecuadas, pues la realidad que expresan, estructuran y organizan,
es demasiado rica de vida concreta para poder ser plenamente ex-
presada y valorizada en una serie de esquemas racionales.
Indiferencia evangélica: la Iglesia atribuye poca importancia a
las diversas formas de poder - imperio, monarquía, república-;
las reconoce todas, sin entregarse a ellas; si se impone un cambio,
ella dialoga con los dos bandos y concordará con el vencedor. Su
objeto y su dominio se sitúan en otro plano. El movimiento inte-
rior de renovación cristiana, tal como lo describe el Evangelio
-amor, justicia, fraternidad, libertad, perdón, actitud para con el
dinero y los pobres-, alcanza al hombre en toda su actividad y
debe producir sus frutos "externamente" en todos los dominios.
Es en este nivel en el que se sitúa, y debe situarse, la acción evangé-
lica. Su reino no es originariamente de este mundo, pero debe pro-
pagarse en este mundo.
Insistimos en la necesidad para los cristianos de llegar al indi-
ferentismo evangélico con respecto a las formas gubernamentales,
sin dejarse encerrar en su pretendida lógica interna. En cada una
existen dificultades con relación al ideal evangélico, incluso analógi-
camente traspuesto a lo temporal; sin embargo, son también piedras
de esperanza, de valor, y complementarias, para la construcción pro-
gresiva de una ciudad terrestre más adecuada con la ciudad celes-
te, es decir, con el Reino. Si bien ambos coincidirán después de la
Parusía. El cristiano, pues, no debe oponerse a ninguna de estas
formas de gobierno en cuanto a tales.
Ahora bien, al indifere:ttismo evangélico importa añadir un se-
gundo aditamento, que le llace activo o positivo. En el progreso de
la humanidad hacia el Reino definitivamente establecido, se eviden-
cia la necesidad en que se halla el cristia.t10 evangélico, de trabajar
en el régimen temporal que se le ha dado; de tal modo que se esfu-
men o borrer. los defectos y los peligros inherentes al sistema esta-
blecido, y que, por el contrario, se desarrollen las virtualidades
evangélicas que se hallen alli integradas. La acentuación de su es-
fuerzo será, pues, diferente según el régimen. En uno, deberá tanto
con su ejemplo como por su testimonio más explicito atraer la
atención a salvaguardar las libertades -comprendiendo también
la de la Iglesia-, la dignidad humana, la justicia y los derechos,
14 ALFREDO MARTINEZ AI.BIACH

la trascendencia de lo sagrado; en otro, privarán la permanencia


y primacía de las exigencias de la fe, el peligro de universos mági-
cos de sustitución -culto de la personalidad y de "vedettes"- y
del deslumbramiento materialista -satisfecho de sí- ante el su-
plemento del alma de que tiene necesidad..
Una consideración particularmente interesante de Paupert 4 : la
evolución paralela de la Revelación que, expresada al principio en el
Antiguo Testamento en términos de jerarquía descendente y de auto-
ridad, ha experimentado con el Evangelio un cambio radical: llega-
mos a ser hijos adoptivos, hermanos, conciudadanos de un mundo en
mar'~ha, hijos de Dios, "partícipes de su naturaleza"; su pueblo se
ha hecho libre. He ahi una doble vigencia normativa de la Biblia:
la del Antiguo y la del Nuevo Testamento. Y en la mentalidad de
esta última vivió el afrancesado, fruto tnaduro del ilustrado die-
ciochesco; luego, el liberal trataría de recoger la mísma herencia,
pero en Cádiz se lo impidió la oposición de los integristas -o "ser-
viles"- y en 1820 su propio apasionamiento. En cambio, la cosecha
se perdería : los afrancesados, al regreso de su exilio, "contempo-
rizarían" con la otra vigencia normativa o caerían en el escepticis-
mo; también, los liberales beneficiados con las amnistías de María
Cristina.
Pero todos crearon una problemática, que debemos conocer,
para juzgar y actuar: liberar la religiosidad hispana de todo aque-
llo que no es la tradición cristiana genuina, sino la envoltura -ex-
plicable sociológicamente- de una estructura social hoy quizás
anticuada e inservible; liberarla de unas formas religiosas verda.-
deramente vivas en aquella sociedad borbónica -porque atinaron
a encarnar el catolicismo en la historia-.
Examinemos, desapasionadamente, ambas posturas, atrinchera-
das en las mencionadas vigencias normativas de la Biblia.

4. P AUPERT, Pour une politique évangélique, 152.


CAPÍTULO I

POSTURA DESINTERESADA FRENTE AL MUNDO

Aunque en la variedad de formas que aglutina la postura des-


interesada frente al mundo, hemos sacado como común denomina-
dor la "teocracia", nos referíamos a ella en un sentido muy amplio,
en cuanto que encierra toda actividad que suponga la realización
del Reino de Dios en este mundo.
Bajo tal significación incluimos las cinco guerras santas o divi-
nales, como una actividad más de la implantación, defensa o exten-
sión del Reino de los Cielos en esta tierra.
Sin embargo, en el articulo primero, consideraremos la teocra-
cia en un sentido más propio y concreto. Veremos dos estadios ideo-
lógicos: A) establecimiento de la teocracia en España, según el
modelo israelita, a través de la forma de vida del profetismo_y con
el respaldo bíblico del Antiguo Testamento; y B) superación del
modelo israelita en la divulgación de la teología de la historia his-
pana, pues se considera a España con mayores titulos que Israel
para ser el Pueblo de Dios.
En el segundo articulo, estudiamos las cinco guerras de religión:
A) en primer lugar, las del siglo xvm -la de Sucesión, las carloster-
cistas y contra la Francia revolucionaria-; después, B) la de la Gue-
rra de la Independencia; y por último, C) contra los liberales, que,
iniciada a mediados del siglo XTIII, se proyecta en la centuria si-
guiente.
Tales son -creemos- las formas más características - no las
únicas- de esa postura desinteresada frente al mundo. El método,
los sermonarios como sucedáneos de fichas de estadística, que nos
revelen esta forma de vida socio-religiosa en aquella era borbónica.
ARTÍCULO 1

TEOCRACIA

A) TEOCRACL'\ SEGÚN ISRAEL

Ante todo, insistimos con Paupert 1 que "el error teocrático su-
prime la perspectiva del Reino en devenir por el Reino definitivo
después de la Parusía". Ahora bien, la Iglesia española, durante la
vivencia borbónica de 1700 a 18Q8, recurrió al ideal que le ofrecía
el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento. Y es que el español,
profundamente religioso, reincidió en el mismo error histórico que
el cristiano constantiniano -en el siglo rv-: la euforia de la paz
social y religiosa de 1492, y de los Reyes Fernando e Isabel, apelli-
dados "Católicos", les hizo creer que la monarquía española era la
imagen, e incluso la r ealización del Reino de Dios que ha llegado a
este mundo; el complemento de tal ideal provino de una dinastía
heredera del absolutismo del Rey Sol: la disolución de los fueros
de la antigua corona de Aragón lo facilitó políticamente, el Despo-
tismo ilustrado socio-culturalmente, y la encarnación de la teocra-
cia israelita religiosamente.
El español, predeterminado por su tradición gloriosa y por el
carácter de la nueva dinastía -la borbónica-, va a vivir su his-
toria de un modo especial; concibe la historia -según diría Juan
Bautista Vico- como un desenvolvimiento cíclico de los aconteci-
mientos humanos que se cumple de una manera uniforme; de ahí
los "corsi" - avances-- o "recorsi" -retrocesos- de la humani-
dad, y en uno de esos "recorsi" España reencarna la vivencia israe-
lita: primero, en un proceso de mimetismo o adaptación del mode-
lo; luego, la superación por considerar a España con mayores títu-
los que Israel para ser el Pueblo de Dios.
La tradición política secular de I srael se la puede definir rápi-
damente con el nombre de teocracia: así lo atestigua Paupert2.
Con algunos matices la política y lo religioso se confunden; es Yah-
vé quien, a través de los patriarcas, jueces, reyes y profetas, gobier-
na al pueblo elegido. La ley "civil" del pueblo tiene un sentido in-
l. PAUPERT, Pour une politique évangél i que, 157.
2. PA UPERT, Pour une politique évangélique, 31-32.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA lT

trinsecamente religioso por el hecho de la elecc!ón, y los reglamen-


tos -los más religiosos, los más sagrados- tienen fuerza de ley
civil. Por otra parte, el yahvismo exclusivo de .Ia nación hebrea,.
correspondiente a la elección de Dios, lo sella fuertemente de na-
cionalismo; y el Mesías esperado será naturalmente un salvador·
espiritual y temporal, prácticamente sin distinción. Este pueblo
de agricultores, pastores y artesanos es teocráticamente dirigido por
un puñado de sacerdotes, levitas y, sobre todo, de Doctores de la
Ley o Escribas.
En la teocracia dominante en el Antiguo Testamento, la concep-·
ción y la vida religiosa estaban ligadas indisolublemente a las es-
tructuras sociales del pueblo escogido que habían ido naciendo en.
la historia. La unión con el pueblo de Israel y la unión con la co-
munidad de salvación del Antiguo Testamento llegan a ser una.
misma cosa. La teocracia de la Antigua Ley no es de ninguna ma-
nera la única forma de ganar al mundo para Dios ~n el Nuevo·
Testamento no sólo no es obligatoria: ni siquiera admisible-. La
religión nacional fue siempre una de las mayores tentaciones de la.
historia; tentación que, por otra parte, siempre se ha unido a la
teocracia, El peligro de la teocracia procede, de ordinario, de los.
señores de la tierra. En efecto, Zwinglio -testifica IDiring 3- acen-
túa el carácter mudable de las relaciones entre la Iglesia y el mun-
do; su ideal son los reyes del Antiguo Testamento; como él, creía
ver realizado en Zurích un estado cristiano; preocupado ante todo·
de que los ciudadanos viviesen según los mandamientos de Cristo,
estimó inútil una autoridad eclesiástica independiente d,e l.a del
Estado. En la doctrina de Zwinglio, pues, la comunidad eclesiástica.
queda prácticamente absorbida por la civiL
El estado teocrático no podrá jamás resistir a la tentación de
rebajar en un pais o en otro la religión al servicio de intereses te-
rrenos. Una iglesia teocrática terminará sen tándose en este mun-
do, en lugar de esperar al Señor que viene de los cielos; en lugar·
de iucha:r para reformar al mundo según la ley nueva y de predi-
car el señorío de Dios que todo lo redime y todo lo anima.
En el pueblo de Israel encontTamos dos opuestas tendencias. En.
las Sagradas Escrituras, con el desarrollo de la Revelación, se pa-
tentiza que el pueblo escogido ha de adorar a Dios en medio de los
gentiles, como una "estirpe sacerdotal" -Exodo 19, 5ss.- y que·
h.a de cumplir una misión especial en la conversación de los pue-
blos de la gentilidad. Esta linea encuentra su manifestación más
explicita en el cántico del anciano Simeón, así como en no pocos
salmos. Junto a ésta hallamos también otra dirección totalmente·

3. HARINC, Fuerza y flaqueza de la religión, 84-86. 88-89. 174. 214-215.


18 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

-distinta: el desprecio a las "gentes", a todos aquellos hombres que


no pertenecen al pueblo judío; esta actitud culmina en la casta de
los fariseos, que desprecian no sólo a los gentiles, sino incluso al
pueblo inculto y no virtuoso religiosa y moralmente -'am ha 'tlres-
Y en los judaizantes que se oponían primero a recibir a los gentiles
en la comunidad cristiana y les exigían después la aceptación de
todas las ceremonías religiosas judías, las cuales, según su verda-
dero sentido histórico, no debían de servir más que para segregar
al pueblo israelita de los gentiles hasta la venida del Mesias 4 •
Israel constituyó su unidad por su vinculación religiosa a Yahvé
La fe y las costumbres religiosas hicieron posible que este pueblo
conservara tal unidad nacional y hasta estatal, aun incluso después
de haber perdido su territorio. Los terribles reveses de fortuna le
despertaban y arrebatados profetas le conducían hacia una inte-
ligencia más espiritual de la religión. El pueblo judío se concibe a
sí mismo no como un pueblo como los demás, sino como "un reino
de sacerdotes y una plebe santa", el Pueblo de Dios por antonoma-
sia, que tiene una gran misión que realizar entre las demás na-
dones.
El español decidió revivir esta gesta bíblica, y escogió una deter-
.minada forma de vida social de la teocracia israelita: la de los pro-
fetas -no la patriarcal, ní la de los Reyes--. Por eso, la designa-
mos con el término PROFETISMO. Y quiso reglamentar su vivencia
se,oún Ja VIGENCIA NORMATIVA DEL ANTIGUO TEsTAMENTO.

4. SALO WI"ITMAYER BAROM, A Social ancl Religiou.s Histo;-y of the Jews. Co-
lumbia University Press, 1952: HARINc, Fuerza y flaqueza de la religión, 174.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 19

a) Profetismo

Sería muy fácil hallar testimonios de profetismo en el siglo xvm,


siglo denominado -no sin fundamento- "teológico", por pertene-
cer plenamente a la "edad teológica". A fines de dicho siglo, gra-
cias a la Paz de Basilea, el púlpito se impuso una tregua en su en-
carnizada lucha contra las '1uces", personificadas en el '1ibertino"
o liberal en terminología decimonónica; mediado el año 1813 reem-
prenderá la batalla contra el mencionado "libertino", la cual -tras
dos etapas victoriosas en 1814 y en 1823- tendrá, con la muerte de
Fernando VII, una orientación claramente favorable a los liberales.
Aprovechamos, pues, la coyuntura de mayor tranquilidad y aje-
na de apasionamiento para ver diversos datos que confirmen nues-
tra opinión sobre el profetismo español: la de la tregua. A fin de
conseguir un testimonio más completo, lo polarizamos en torno a
la Guerra de la Independencia --<:an importantes alusiones a los
años anteriores a 1808, que corroboren la doctrina expuesta-. La
cual vislumbraremos al principio tímidamente, para fijarse luego
con solidez. Y esta evolución en tres momentos históricos : a)) 1808;
b)) 1809-1810 y C)) 1812-1813.

a)) 1808
El religioso agustino Fray Vicente Facundo Labaig y Lassala, el
25 de septiembre de 1808, al agradecer al Patriarca San José su
-protección "por la áefensa de Valencia contra el Exército francés,
dia 28 de Junio 1808", imagina a la capital del Turia reviviendo las
gestas del Pueblo de Dios, Israel: "Valencia fue en esta ocasión el
pueblo de Dios, hecho el terror y espanto de los Moabitas y Amo-
nitas" s. Y amplia su ideología: "Valencia ni tiene ni confía en otro
auxilio sino el que le inspira la protecc1ón de San Joséf. Su santa
imagen es la que opon<! al enemigo; por sus manos despacha los
memoriales al cieio". Y en una nota al pie de página explicita su
intencionalidad : "A la imagen de San Joséf oolocada sobre la puer-
ta del Convento de Religiosas del mismo nombre, se le entregó un
memorial que contenía la más reverente súplica" 6• Resucita el an-
tropoformismo de lo sobrenatural. La honda piedad del pueblo
imagina fácilmente a su santo protector en su papel de mediador

5. LABAIC, Sermén. Valencia. Imp. Salvador FaUli, 1808, p . 1. 30.


6. LABAtC, Sermón. 33.
20 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

ante Dios. Como un vecino influyente ante la autor idad. Como una
garantía frente a futuros ataques franceses. Un vecino de excepción:
todopoderoso; e interviniendo diariamente en su vida, alternando
en su vida. Al hombre sencillo agradaba este intervencionismo de
lo sobrenatural, que le hacía vivir una euforia sobrenatural; y
disfrutaba de introducir su materialidad en ese mundo ultraterreno,
con la misma fruición que un niño mete sus manos en el pastel fa-
miliar. Todo ello encajaba dentro de la vivencia imaginada por el
fraile 7 para su nación, la de Pueblo de Dios con el sistema político
de teocracia.
Revivía la utopía de Pueblo de Dios, del "reino suscitado por
Dios". También el clérigo secular, influido por la mentalidad del
fraile: el Capellán de honor de S. M., Dr. D. Vicente Navarro. Y es
que concibe su momento histórico como un desenvolvimiento cí-
clico de las guerras religiosas, realizadas de un modo uniforme, vol-
viendo constantemente a sus habituales "recorsi": al epicentro is-
raelitico, en la época de Daniel, interpretando el sueño de Nabuco-
donosor -Daniel 2, 34. 44-45-: una piedra desprendida, no
lanzada por mano, hirió a la estatua en los pies de hierro y de ba-
rro, destrozándola; el Dios de los ejércitos suscitará un reino que
no será destruido jamás.
La cautividad de Fernando favorecía la pretensión. En un reino
acéfalo y profundamente católico cada clérigo se constituía en mi-
nistro plenipotenciario de la divinidad; seria el intérprete de los de-
signios celestes; a través de él se entablaría un diálogo entre el
Señor y su pueblo, y exteriorizarla la gerencia de la planificación
divina en la historia espo.ñola, en especial para conservar la tradi-
cional forma de vida. Como Matatías - vuelve al mismo epicen-
tro-: "Aunque todas las naciones obedezcan al rey Antíoco, yor
mis hijos y mis hermanos nos sujetaremos a la ley de nuestros
padres; no escucharemos las palabras de Antíoco para seguir el
nuevo camino que nos muestra ... ¿Quién es el que nos promete
tantos bie!'les? el mismo que en el día 2 de mayo ... " 8•
Rechaza, en nombre de Dios, Rey y Señor ele su pueblo, toda no-
vedad.
Nos desp!azamos a tierras andaluzas para escuchar al antiguo
Definidor general de !a S. R. de Trinitarios Descalzos, Fray Manuel
de la Virgen del Rosario, quien -"en las solemnes honras de los
militares difuntos en la jornada de Baylén y anteriores, mandadas

7. Tomamos este término -sinónimo de clérigo regular o religioso, que


también u tilizamos-, no en sentido despectivo, sino en el habitual, precisa-
mente como lo presentan los mismos religiosos, por ejemplo, Fr. Vicente Fa-
cundo Labaig en su Senn.ón, p . 31-32. Cfr. nota 236 de este capitulo.
8. NAVARRO, Sermón. Madrid, Imp. Viuda de Barco López, 1808, p. 9-10. 12-13_
P.EL!CIOS:::O!ID HlSP.'\NA Y SOCIEDAD SORBONICA 21

celebrar por la llma. Junta de la M. N. y M. L. Ciudad de Antequera,


el día 6 de Setiembre de 1808''- se siente profeta tremendista en la
pintura de la Corte de Carlos IV, a base de un terrorífico remedo de
Jeremías -cap. 52- e Isaías -52, 5-; nos interesa subrayar la
etiología del drama: "¡Ah! ¡Cómo se halla sola y desamparada de
s us hijos la ciudad populosa de Madrid; cómo se lamenta desnuda
de su mejor ornato con la ausencia de su Rey la señora de las gen-
tes . .. ! Ellos se han burlado de su Religión, insultado a sus ministros,
degollado a sus sacerdotes, y el nombre santo del Señor es blasfe-
mado a todas horas por estos monstruos infernales. Desgraciada
Madrid, infeliz España, ¿qué te queda esperar para en a delante? El
Señor te ha humillado por tus pecados·• ~-
El predicador percibe claramente la cumbre a que ha ascendi-
do: el intermediario entre Dios y su pueblo. Urge las exigencias
éticas del Decálogo como medio de regeneración de la sociedad es-
pañola -dentro de la responsabilidad colectiva, dentro de la soli-
daridad social-. Se siente or áculo, capaz de transmitir el juicio
sobrenatural recibido de Dios para su pueblo; el guardián de las
esencias tradicionales, de la ética socio-religiosa en su mayor pu-
reza. De ahí su tuciorismo y, en especial, su inmutabilidad en las for-
mas de vida; de ahí s u intrans igencia con la "novedad". Es el re-
formador de la sociedad. Su renovador: lanzará al pueblo hispano
hacia un futuro glorioso, a través de un periodo de prueba y puri-
ficación.
Su característica consistirá en la solución moral que da a un
_problema político-militar: "no temas, no desconfies; detesta tus
culpas, llora tus p ecados, clama sin cesar al Dios de las batallas, él
llenará de su espíritu a un Jepthé y a los demás príncipes de Galaad,
y protegiendo la justicia de su causa, entregará en sus manos el
exército de Ammón, que había invadido tu territorio" 1o. Solución
moral de un problema político-militar; una falta moral lo había
planteado: "¡Oh España! ¡Oh Andalucía! ¿No eras tu igualmente
que la Judea acreedora de este castigo? ¿No habías provocado la
justa ira del Señor con tus pecados y tus delitos? Pues ve aquí la
verdadera causa de tus calamidades y desgracias; ve aquí la razón
por qué Dios ha permitido que el enemigo haya saqueado nuestras
provincias; que se haya apoderado de unas riquezas que sólo ser-
vían para corrompernos" 11 •
Y esta mentalidad fue captada hasta por el General Castaños
en Bailén. Así lo testifica FTay José Ramírez, franciscano y Vocal de
9. M. V. DEL RoSARIO, Oración. M á lag a , Imp. Luis Carreras e Hijos. 1808,
.P· l. 13.
10. M. V . RoSARIO, Oración, 15.
11. M . V. ROSARIO, Oración, 16-17.
22 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

la Junta Superior de Sevilla, en su "sermón de acción de gracias a


Dios en cumplimiento del voto que antes de la batalla de Baylén
hizo el Excmo. Sr. D. Francisco Xavier Castaños, Capitán General
del Exército de Operaciones de Andalucía, al Santo Rey D. Fernan-
do el Tercero de este nombre; predicado en la S. Patriarcal Iglesia
de la ciudad de Sevilla".
Afirma: "Su decreto --el de Castaños-- en el Qüartel General de
Utrera a 27 de junio, declarando lo muy perjudicial que es a la San-
ta Religión que profesamos, y en cuya defensa hemos tomado las
armas; a la Patria a quien deseamos libertar, y a una buena polí-
tica militar, lo perjudicial que es la compañia frecuente y trato cri-
minal con las mugeres públicas; manda que desde luego sean arroja-
das todas de las cercanías de la tropa; asegurando lo vana que sería
la operación de congregar exércitos, sí al mismo tiempo se congre-
gasen pecados, que apartarían de nosotros la indispensable protec-
ción del Altísimo para triunfar de nuestros enemigos en defensa de
la Patria... Decreto circulado por todas las divisiones del exército
Español en sus campamentos d e Utrera y Carmona" 12•
El predicador devino profeta. El profetismo adquirió catego-
ría de estamento social dentro de la teocracia hebrea. Tal vez sea
una tendencia natural en un hombre con infiuencia eminentemente
religiosa: no sólo los israelitas, también los cananeos tenían sus
"nabis" - según Wellhausen y Kuenen-, como los árabes sus "ray-
yins" o videntes - según Cornill y Stade-. Así. pues, el predicador
español ofrecía a su pueblo un porvenir glorioso, pero tras un pe-
riodo de prueba y p urificación; y con voz adusta, con ribetes de
Precursor, denuncia desde Sevilla, el 26 de noviembre de 1808, "la
poca o ninguna r eforma que se ve, de costumbres, y tanto jrance-
sear todavía, con tanta desreputación y descrédito de la España, y
después de tanto aviso de Dios, tanto amaga, tanto, tan recio y tan
continuado golpe, aunque siempre de corrección y de Padre" 13 •
Y de aquella capital andaluza sur~ó la anónima Proclama Es-
piritual, "discurso muy preciso de leer en las actuales circunstancias
-1808-, dado a luz por un Sacerdote, que desea con eficacia la
salvación de la Patria"; coP..stituye el arsenal más compl~to para
la elaboración de la ideología profética. El simple contacto con la
Proclama nos facilita CO!nprender los motivos que el autor posee
para ocultarse en el incógnito. Exige mucho valor el inculpar a los
propios españoles de las desgracias que están sufriendo. Exige mucha
audacia fustigar las costumbres de un auditorio avezado a las mis-
mas. Exige mucha osadía oponerse rotundamente al mundo que

12. R.w:í:REz, Sermón. Imprenta Real, 1814, p. L VI-VII.


13. PRlETo, Sennón. Sevilla, Imprenta Mayor, 1809, p . XXXIV.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA

le circunda: un desinterés fabuloso. Y no valorar a Napoleón como


el auténtico enemigo, sino como un azote y castigo divino: "Des-
engañémonos, y apartemos de nosotros la persuasión de que Napo-
león y sus tropas son los únicos enemigos que nos hacen la guerra,
por el deseo grande de ambición y de gloria, que hace su carácter
horroroso. Persuadámonos firmemente a que él es un azote y cas-
tigo del cielo, que ha dispuesto el Señor contra nosotros, in.,aratos
hijos y desleales" 14•
El pueblo español, por elección divina, debe ser una nación san-
ta, perfecta, el Pueblo de Dios. Como tal ha de santificarse, elevar-
se en sus costumbres, identificarse con su Señor en lo moral y en
lo social. Se ajusta al modelo israelita, sin preveer que las cláusu-
las de la alianza del Sinai pertenecen a una civilización superada.
El clérigo careció de perspectiva histórica.
Si Dios condicionaba su protección para con el pueblo hebreo
al cumplimiento de leyes morales y rituales, como un valladar que
guareciese al pueblo elegido, idéntico pacto presuponía el predica-
dor para con España. Por eso, él se erige en el personaje intransi-
gente y fiel a las promesas sinaiticas, en el mejor representante de
los más puros intereses religiosos del pueblo. La socioeconomía y la
sociopolitica se subordinan a los postulados de la sociedad s~arada,
a las exigencias de la ciudad celeste, con el consiguiente desprendi-
miento de toda atadura con la ciudad terrena. Persiste el esquema
agustiniano de las Dos Ciudades.
Cuando el pueblo se alejaba de la vivencia de nación santa, Dios
se lo advertía mediante terribles "voces" y "visitas". El orador
-profeta- seria su intérprete, y recuerda a sus conciudadanos la
"visita" del Señor a caballo de dos siglos - "el año último del siglo
pasado y primero del presente"- en forma de epidemia 15• Sevilla,

14. ANóNDCo, Proclama. Sevilla, Imprenta Mayor , 1808. p . 3.


15. Prometimos aludir a los años anteriores a 1808, cuyos testimonios co--
rroboran la doctrina expuesta, revelando el profetismo en España como Pue-
blo de Dios. Aprovechamos esta alusión a aquella epidemia andaluza, para
comprender la vivencia de la misma. En primer lugar, en Sevilla, cuyos efectcs
mitigó s u Arzobispo como reconoció el Papa Pfo VII al crearle Cardenal :
"Lleg~ p:.~es el dia p:ua i'los de s = compla<-encla, en que a.d!nitamos en el
número de los Cardenales de la S.R.l. al Venerable hermano Luis d e Bor!Jón,
Arzobispo de Sevilla, hijo de Luis Infante de España, hermano de Carlos m
padre de Carlos IV, que felizmente reyna... ; encendiéndose un contagio en
Sevilla...• manifestó tanto su liberalidad por aliviar a sus ovejas en sus des-
dichas, que después de haber consumido gran suma de dinero en alimentar
a los necesitados y enfermos, no habiendo ya más renta de que echar mano,
mandó vender su vaxilla de plata, para que ninguno de ellos se viese privado
de su liberalidad" (SANTANDER, Retiro Espiritual . Madrid, Imp. de la A.R.A. de
Beneficencia, 1802. p. V. VITI>. También lo publicó el púlpito español: "¡Oh
Sevilla, Sevilla, las plazas son testigos irrefragables de esta verdad y tus calles
la publican con idioma persuasivo! Qüando la mano del Eterno disparaba rayos
temibles ele su justicia, qüando la desolación corría por tus habitaciones ...•
24 ALFREDO lldARTOOZ ALBIACH

sin embargo, no mejoró en sus costumbres a la vista de la muche-


dumbre de sus muertos, "creció en extremo la profanidad y des-

admiraste a tu padre y pastor solicito, y que qüal otro Joseph piadoso distri-
buía los alimentos para que no pereciese tanta \'lctima a golpes de la miseria"
! RooRicuEZ, Oración gratulatoria por la elevación del EXCTTW. y Emmo. Sr. D.
Luis de Borbón a la Silla Arzobispal de Toledo. Madrid, Imp. Mateo Repullés,
1301, p. 15). Esta "epidemia que tanto afligió a Sevilla en el pasado año de
!800, la anunció con tanta claridad en sus últimos sermones, que no hay géne-
ro de duda la vio y la predixo" el Beato J osé de Cadi.z -<:uya fama legenda-
ria veremos al estudiar la Guerra contra la Francia revolucionaria-, según
Fray Mariano José de Sevilla en su "sermón predicado en las solemnes exe-
qu.i as que el día 9 de Septiembre de 1801 celebró la Comunidad de RR. PP. Ca-
puchinos de la ciudad de Málaga por el alma del M .V.P. Fr. Diego Joseph de
Cádiz (Valencia, Imp. Joseph Estevan, 1801, p. 1, 42). ¿Cual fue la vivencia en
aouella coyuntura? El Canónigo de la Metropolitana sevillana D. Manuel Ro-
dríguez de Carassa decia, desde el púlpito de su Catedral, el 10 de mayo de
1801, "en la solemne función de acción de gracias, celebrada con asisten-
cia del Ilustre Ayuntamiento por haber cesado la epidemia": " ¡Ay Sevi-
lla, y cómo es cierto que ha llegado el tiempo de tu visitación! ¿Y en tanta
desgracia, te lisongearias del remedio? ¿Si no hubiese estado tan apagada tu
/e, bien podías haberlo aguardado? ... Vuelve en ti: vives aun, aunque no Jo·
mereces. Pues nosotros, que vivimos, bendigamos a Dios, acordémonos de lo
pasado; reconozcamos lo presente, enmendémonos para lo futuro" (Sevilla,
Imp. Joseph Velez Bracbo, 1801, p. 1. 10).
Y no solamente por corazón agradecido, sino también con el temor de un
mal que se avecina; por ejemplo en Valencia, Fray José Arnau se expresaba
asi en el "sermón que en la devota rogativa que hizo la Parroquia de San
Pedro Mártir y San Nicolas Obispo, a Nuestra Señora de Contra la Peste, día
12 de octubre de 1800, en ocasión de la fiebre contagiosa que padecían Cádiz,
Sevilla, y algunos lugares de Andalucía: "Cádiz el emporio de la suntuosidad,
de las riquezas, del comercio, lo llora, muchos de sus habitantes lo abando-
nan, una fiebre contagiosa se insinúa. y se propa@'a, el terrible mal se encrue-
lece, y la grástica biliosa martiriza; los dolientes no hallan consuelo, ni
en los medicamentos del arte, ni en las súplicas al cielo. Sevilla, el teatro
del Culto, d e la Disciplina, de la Religión, lo siente. Toda Andalucia lo ve
venir. Valencia, ¿y tú eres acaso la que puedes pensar en coyuntura tan
terrible, ser inmune y privilegiada? Sin C:.1da eres tú la que más debes
temer. La cercanía y comunicación de los mares, el continuo tran.,--porte de
los géneros... Sin querer hablaba d e lo politico; pero no: hablemos de lo
7TWTal. La libertad de los vicios, la incrE:dulidad, la arrogancia, la vanagloria,
la juventud corrompida, las irrisiones profanas e insensatas de los Misterios,
la injusticia, la intemperancia, la Ia.s;:ivia, qué sé yo qué más, acarrearán
semejantes infortunios. ¿Valencia; pero Valencia, quieres quedar inmune de
la epidemia, salva del contagio, y libre de los peligros? ... Levanta los ojos,
mira a esa Madre del amor hermoso... Ella fue en los años 1557 el ir..strumen-
to que detuvo el brazo del ~vino Juez que estaba para descargar el golpe
de su zaña tan temible ... ¿Y qüánto no nos favoreció en la pestt: del año
1647 .. ." <Valencia, Imp. Josc! Estevan, 1800, p . 1. 5-6. 21).
Cádiz contó entre sus víctimas a su Obispo (Rtnz RoldÁN, Oracién júne':Jre
que en las solemnes exequias que hicieron los Srs. Deán y Cabildo de la S. I.
Catedral de Cádiz, con asistencia del Excmo. Ayuntamiento, a la buena me-
moria de su Ilmo. Prelado el Sr. D. Antonio Martínez de la Plaza. dixo en la
misma S. I ., el día 2 de diciembre de 1800. Cádiz, Imp. Manuel Ximénez Carre-
ño, 1800?, p. l. 3 : "Esto sólo faltaba a la calamidad, que sufriese esta Iglesia
sobre el doloroso llanto de sus hijos el amargo de su viudez, y su orfandad.
Esto sólo faltaba a la afiicción pública. Ta, ha sido la Epidemia de Cadiz en el
año de 800, de cuya fiebre putrido maligna murió S. I ., el dia 11 de octubre).
· También Cádiz supo vivir la misma ideología: "Cádiz, engreída antes con su
RELIGIOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 25

envoltura, principiaron las mugeres a vestirse con más indecencia


opulencia y salubridad, había cansado la paciencia de Dios... Cádiz ya muy
afiigida desde el principio de la guerra, primeramente por la repetida pérdida
de caudales, y después por el bloqueo y bombeo. -¡Noches del 3 y 5 de julio del
año 97! ¡Bombardeos terribles nunca vistos en nuestra Patria!- ; sin embar-
go, en na.da se había corregido a pesar de tantas moniciones severas .. . ¡Dios
clemente! ¡Dios bueno! ... Si en sentimientos paternales os servisteis de este
estrago para despertar a los dormidos, y para que el terror de un fin próximo
reformaran su conducta otros que vinieron así a morir en disposición salu-
dable; también oisteis presto nuestros suspiros, y los oisteis como Dios. El
Angel de la muerte tuvo órden de cesar de herir, y luego tenninó en s u curso
la plaga fatal, sin que haya renacido otra vez en el presente afio, como lo
temia nuestra fe menos firme ... Nosotros habíamos merecido nuevo castigo por
nuestras nuevas iniquidades, y el Señor nos ha tratado según su misericordia
sin atender a nuestras culpas... ¡Ah! ¡Divino Jesús! ¿quién sino vos ante c uya
efigie se exhalaron durante la calamidad nuestros clamores? En el dia 22 de
setiembre de 1800, qüando estaba en su fuerza el contagio, fue qüando a instan-
cia del pueblo se hizo una procesión de penitencia. conduciendo la efigie de
Jesús Nazareno, e implorando por tan augusto Mediador la misericordia divi-
na" (Rico, Sermón que en la solemne fiesta celebrada por la V. Co!radia de
Jesús Nazareno, como homenage de acción de gracias a la divina bondad por
no haberse repetido en el presente año -según se temía- la epidemia que
afligió a Cádiz en el precedente año de 1800, dixo el día 15 de noviembre, en
la Iglesia de Religiosas de Santa Maria. Cádiz, Imp. Manuel Ximénez Carreña,
1801, p. l. 10. 13. 33. 39).
Otros patronos surgieron en sucesivas epidemias en aquella cosmopolita
ciudad gaditana, la más civilizada en aquel tiempo <MANul:L DE Cos, Oración
sagrada, que en la solemne acción de gracias celebró la M. N. y L. Ciudad de
Cádiz, de acuerdo con el Dmo. cabildo de la s. I . catedral, el dia 18 de no-
viembre de 1804, por el segundo beneficio que recitíó de la Providencia Di-
vina en haberla libertado de la Epidemia. que se renovó desde principios de
septiemllre, dixo. Dála a luz el M. I. Ayuntamiento. Cádiz, Imp. Casa de la
Misericordia, 1804 ; ORTIGOSA, Sermón que en la solemne fiesta celebrada en
la Iglesia del R. Hospital de esta ciudad de Cádiz en ac ción de gracias por
haber cesado la epidemia y de habernos preservado Dios N. S. de ella por
intercesión del Santo Angel Custodio, dixo el dia. 30 de noviembre de este año
de 1804, a presencia de los Excmos. Srs. Marqués de la Solana, Gobernador
Político y Militar, interino, de esta Plaza y Capitán General de los Reynos
de Andalucía; D. Ignacio Maria de Alaba, TenientP. General de Marina; el
Lic. D . Joseph Muñoz y Raza, Teniente Vicario General de los RR. Exérci-
tos; el Dr. D. Valentin de Nicolás, Arcediano de Cádiz, Provisor y Vicario
General de este Obispado, todos los Xefes Politicos y Militares de esta Plaza.
Cádiz, Imp. Antonio de Murguia, 1804>.
Y en Málaga con motivo de la mencionada epidemia: "Dios os dice, si se
acaba el pecado, sl hay arrep&nbmiento, si se muda de vida, yo me arrepen-
tiré también del mal, que estab~ prepl',rado y que ya, ya iha a venir sobre
·;osotros. Y? me arrepentiré, y con un arrepentimiento, que no sólo detendré
la corriente de las enfermedades, que sin ser tan malignas, ni tan executivas
como las de las otras partes de Andalucía, os han intimado tanto, sino que
dispondré de mc.do que logreis unos días de tranquilidad, de gozo y de salud
-Jeremías, cap. 18-" (RUTE PEÑVELA, Sermón que con ocasión de las enfer-
medades contagiosas que por agosto y septiembre de este año de 1800 han
afligido a Gádiz, Sevilla y otros pueblos de la Andalucía; de algunas estacio-
nales que por este año principiaron y siguieron en esta ciudad de Málaga ; y
del fervor de sus vecinos en estos días implorando la. divina misericordia por la
intercesión de Maria Santisima S. N. y sus SS. Patronos para su preservación,
que han logrado, dixo en la Iglesia de San Felipe Neri. el domingo segundo de
Adviento 7 de diciembre de este año. Málaga, Imp. Luis de Carreras y Ramón,
1800, p. 25).
~I;; IOSI0\0 II ISP \ :<A... - 3
26 ALFREDO MARTlNEZ ALJUACH

que hasta entonces 16, y ésta fue la acción de gracias y su agrade-


También en otras circunstancias como terremotos, sequías, etc. (CARLON,
Oración que en la solemne acción de gracias celebrada en la S. Apostólica Igle-
sia Catedral de Almeria, en el dia 3 de a~ril de este año de 1804. por los dos
Dmos. Cabildos Eclesiástico y Secular, con motivo de no haberse experimen-
tado desgracia alguna por el terremoto del dia 13 de enero del mismo año.
Granada , Imp. Moreno, 1804).
Para no fatigar con testimonios, cerramos esta ya larga alusión a 106
años anteriores a 1808, reveladora de esa predisposición a una interpretación
milagrera de la vida en cuanto a las eventualidades sociales y cósmicas: pestes,
guerras, t.erremot.os, sequías, etc.; en todas ellas se recurre al vecino omnipo-
tente, con quien se convive. En semejante ambiente todo es sobrenatural. Todo
son voces de Dios. En todas partes h ay hechos milagrosos; por ejemplo, en
Cádiz <RoiZ RoMÁN, Oración panegirica que en honor del glorioso San Felipe
Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, dixo en el de la de Cádiz,
a 26 de mayo de 18M. Cádiz, Imp. Manuel Ximénez carreño, 1804, p. 40:
•·vos de cuya imagen se refiere, que en el dia de vuestra canonización al
recibirla tus hijos en el oratorio, y exclamar uno de ellos sobre el púlpito
que bendixeras al pueblo ; tu mano pintada, ¡qué prodigio! se levantó, y dis-
pensó a los e!<pectadores ia bendición"). Una euforia sobrenatural. Se vivia el
milagro en propia carne.
16. Las modas y los trajes femeninos constituyen una verdadera obsesión
dentro de la mentalidad profética. Aunque en las notas 26 a 34 del capítulo
tercero de la segunda parte trataremos de ello, no resistimos la tentación de
aludir a las auténticas batallas que se libraron en el siglo xvm por tal moti-
vo. Prescindimos de la bibliografía profana (SEMPERE GoARINOS, Historia. del
Luxo y de üu leyes suntumias de España. Ma<.irid, Imp. Real, 1788. t. I-ll).
A principios de siglo, desde dos puntos de la peninsula se fustiga acremente y
con pasión: el Arzobispo toledano Monseñor VaJero : "Saca una muger vana
esta o la otra moda, siguenla otras de tan ligero juicio... D'! este modo con
el tiempo se va adelantando la corrupción ... , vanse destruyendo miserable-
mente los Pueblos.. . ¿Qüándo hemos visto en España más libertad en los
bayles, más profanidad en las mugeres, y más dissolución generalmente en
las costumbres, que en estos años de guerra (de Sucesión), en que Dios h a
esgrimido tan to su azote?" (V.u.ER.o, Carta Pastoral. Madrid, Imp. Francisco
xavier Garcfa, 1760, p. 45-416). Con viene advertir que, antes de publicar su
Carta Pastoral, pidió consejo al Cardenal B elluga, quít.>n le contestó: "Estos
son por lo general loo principales asuntos, que yo tomo para mi predicación,
porque me parece que oy es la doctrina de que hay :nás necesidad" (DE REYEs,
Vida de ValeTo. Pam;>lona, Imp. Benito Cosculluela, 1792, p . 211). F.o efecto,
lo demostró con su ejemplo -también el Prelado Valero, ocupando la silla.
episcopal de Badajoz <DE REYEs, Vida de Valero, 127-130)-: "el 13 de mayo
de 1711 publicó Belluga -según el testimonio de su biógrafo (BAGUEN-'. El
Carderuü BeUuga. Murcia, J. E. H. de la Universidad, 1935. p . 138-153)- en su
Palacio episcopal la Carta Pastoral ... , que indudablemente le sirvió de base
para su extensisimo libr o sobr e Jos Trajes ... La moda databa de pocos meses
antes, y consistia en haber "ei!Ip~do P. usar l&.s mugeres de los escotados,
que llaman petos"... Cuando vino a la di6cesis -a de mayo de 1705-, según
él mismo declara en la referida Pastoral las mujeres murcianas, sobre todo
las señoras, vestian un traje "llenos de honestidad, compostura y modestia". ..
Señaló excomunión mayor "ferenda" & todos los contraventores; y a los sas-
tres que hiciesen vestidos cortos, descotados o petos, mil maravedfs de multa.
Bajo excomunión mayor "latae sententiae", prohibió los bailes exóticos con
agarre d e hombr es y mujeres, los juegos deshonestos y que las mujeres fuesen
calzadas y afeitadas por hombres, agregando a la penalidad espiritual la
temporal de mil maravedfs de multa; y un mes de plazo para la reformación
de trajes y quince dias para las m angas de camisa y petos. .. El 13 de septiem-
bre de dicho año (1715) , publica un nuevo Edicto, inculcando la obligación de
guardar lo mandado sobre trajes, afe.ltes, bailes públicos, escotes, etc... De
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 27

cimiento al hallarse vivos casi por un milagro" 0 .


Peor ingratitud -según el predicador español- que la del pue-
blo hebreo en su idolatría en el desierto. El traje femenino con sus
modas erizaba la piel del clérigo como un culto a una divinidad
cananea: reputa el culto a la moda como idolátrico. Tampoco esca-
pará del anatema -luego volveremos sobre este término- el teatro:
"se puso la escuela pública de la impureza, a que se acudían con em-
peño toda clase de gentes; y se abria para satisfacer a la muchedum-
bre dos veces al día el teatro, donde con lecciones tan licenciosas,
salieron maestros consumados en toda clase de liviandad" ..... Su
desprecio por tales diversiones mundanas son efecto de una intrín-
seca repugnancia terminológica: al cristiano no le está permitida
siquiera la asistencia a semejantes representaciones 19•
Pero el pueblo español endureció sus oídos, y Dios volvió a '<vi-
sitarle": "siguió la hambre, creció la necesidad, subió el trigo a
donde no llegó jamás, ni babia noticia". En vano. No disminuyó el
"luxo", las "modas se mantenían". "Aun aquellas personas que ape-
nas probaban el pan, se vestían como los más ricos y poderosos".
Jamás comprendió aquel clérigo el prestigio de la moda, ni su vi-
talidad repercutiendo en lo social -a la paralización de aquélla
corresponde la esclavización de una sociedad-. A la vez deploraba
amargamente que "el torrente de los malos exemplos y los públicos
escándalos no se aminoraban". Pueblo de dura cerviz, mayor inclu-
so que Israel.

nuevo publicaba cuántas y cuáles cosas babia prohibido en el Edicto bajo


pena de excomunión mayor, y eran 1.• que las mujeres no usen jubones
escotados, debiendo cubrir sus pechos y pecheras hasta el hqyo de la garganta;
y atinnaba ... que descubrir un dedo de pecho por debajo del hoyueio era pe-
cado venial, y m.is de un dedo pecado mortal, en opinión de autores sapien-
tisimos; pero quP. él no era tan severo en este punto, y que descubrir dos de-
dos por debajo <!el hoyuelo, lo consideraba pecado venial, y más de doo pecado
mortal ... Y afirma que su proceder en esta materia está ajustado a la Sagrada
Escritura, Santos Padres, Concilios, etc., y a la Real mente de Felipe V, que
" ha apreciado tanto esta importancia y nuestros mandatos en r.uestra dióce-
sis, que se ha dignado mandar se nos den las gracias, y ordena a su R. Conse-
jo se Informe sobre el remedio de los excesos expresados, para expedir su
R. Pragmática, para la reforma de todo el Reyno, a.s1 en la profanidAd de los
vestidos y adornos en hombres y mugeres, como en la desnudez de éstas".
Podríamos añadir un sinfín de testimonios. Sólo mencionamoo al Obispo bar-
celonés Mons. Clíment (Pláticas Doctrinales, I , p . 227-233), al futuro Arzobis-
po compostelano Mons. Bocanegra (Oración /úMbre, p . 36), al Arzobispo d e
Ta.rragona Mons. Armañá (S~, 1, p . 49), etc.
17. ANóNn.t:o, Proclama Espiritual, p . 6-7.
18. ANÓNWO, Proclama, 7.
19. SANTANDER, Doctrinas y Se:T77t01U!S. Madrid, Imp. A. R. A. de la Bene-
ficencia, 1800 II, p. 263: "¿Será licito a un chrlstiano, a un discípulo de Je-
suchristo, a un hombre muerto al mundo y a sus pasiones autorizar con su
presencia la Comedia, y mantener con su dinero a unos hombres escandalosos,
que excitan en si mismo qüanto pueden, las pasiones de odio, cólera, furor,
envidia y amor propio, para inspirarlas en los demás?"
28 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

Dios tuvo -así lo interpreta el "profeta"- que dejar oir su "voz" :


la guerra. Una guerra insólita, en que "nuestros más sanguinarios
enemigos se llamarían nuestros libertadores··. Si el clérigo predica-
ba una Guerra de Religión -que después estudiaremos-, los bo-
napartistas proclamarían la guerra de liberación nacional. Libertad
de qué -se mofaba el predicador-; la realidad era bien distinta:
desolación, estragos y muerte en la capital de1 reino; incendio, sa-
queo y sangre en sus pueblos; " nuestro Rey engañado y cautivo y
apartado de su Reyno; sus ministros débiles y cobardes; sus Ge-
nerales preocupados y ganados por la mentira y dolo más abomi-
nable; los sacerdotes arcabuceados y muertos con ignominia, y sin
lugar de recibir los auxilios de la Iglesia; los templos profanados
con todo género de maldades; sus adornos pisados, destrozados, y
sirviendo a usos los más asquerosos; J esucristo perseguido con atro-
cidad inhumana, aun dentro del mismo sagrario : el adorado Reden-
tor de nuestras almas extraído de los vasos sagrados, arrojado al
suelo, después de haber sido violentadas las puertas que lo reser-
vaban, a fucilazos; no digamos nada de sus vírgenes, ni de tantos
excesos inauditos hasta ahora .. . Sucedió en Córdoba, y en Jaén, y
en otros pueblos de su tránsito; y se practicó por ·los que venian
a habitar entre nosotros, y a quienes se nos tenia mandado recibié-
semos como a los más estrechos amigos, y les franqueásemos con
toda generosidad qüanto necesitasen, pues venían a hacernos feli-
ces, y a que renaciese la gloria de la Nación, que estaba tan abatida" 20•
Inconcebible la conducta de su auditorio: "¿Pudo caber en la
cabeza de U.n cristiano, que mientras la Suprema Junta, que dis-
puso milagrosamente el Cielo para nuestro bien, se desvela y no
descansa por apre5tar exércitos, ordenar tropas y organizarlo todo
para nuestra defensa y gloria, los sevillanos y sus mugeres no pien-
sen en otra cosa que en diversiones, en presentarse en las concu-
rrenci2.s así profanas como sagradas, con todo el ayre de mugeres
públicas y abandonadas?" La única actitud correcta para un Pueblo
de Dios: "lágrimas, penitencia, reforma de costumbres, confesiones
generales y espíritu de compunción" 21•
Sin embargo, hay algo que le llega ~1 alma : la forma de vida de
la juventud. Fue un tópico del púlpito. Como s i la corrupción estu-
viera monopolizada por les jóvenes. Ciertamente gozan ellos de una
vitalidad primaveral, selvática, agresiva. Que surge de las cenizas
del invierno precedente. Quizá por eso despierta las suspicacias de
quien se ha avezado a una determinada perspectiva social. Es fácil
criticar a los jóvenes, porque en la juventud se sueña un mundo

20. ANÓNIMO, Proclama, 7-9.


21. AN6NTMO, Proclama, 10-11.
- -
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 29

sublime -asequible, con mayor o menor éxito, a cambio de agos-


tar la primavera en terrible lucha con la generación anterior-. Así,
pues, los jóvenes son inculpados por el otoño de la vida: ''Una tro-
pa de jóvenes de ambos sexos corre por las calles y paseos, llenán-
dolos con Jos exemplos de su liviandad. El color, la delgadez y forma
de los pantalones, que figuran el cuerpo torpemente, la posición des-
vergonzada e infame de las manos, la estrechura de trages en las
mugeres, el señalamiento de todos sus miembros, los calzados en-
lazados y brillantes, la desnudez de sus brazos, pechos y espaldas,
los artificios vergonzosos para abultarlos, aun las aberturas del
vestido deshonestamente colocadas. ¡Qüánto se ha estudiado en la
iniquidad! ¿Queda más que hacer? Se ha llegado al punto de que
el vestido, dado al hombre para la honestidad. sea más provocativo
que la total desnudez. En suma, su andar, sus movimientos todos,
su gesto, su atolondramiento y ligereza, todo es desenfreno, todo
descaro, todo escándalo, e incentivo de los vicios" 22•
Media un abismo de incomprensión. El clérigo entiende su pos-
tura desairada: uy son necios y preocupados los ministros del san-
tuario, que claman contra la desenvoltura. Y se les da el titulo de
hombres inciviles y ridículos. que ceban su zelo en pequeñeces;
como si lo fuera este escándalo portentoso, que en si mismo es
tin gran pecado, y que es origen de grandes pecados". Y desde su
perspectiva profética, cw:.l otro Isaias, habla en nombre del Señor:
"¿Hay crimen alguno, que no nazca de la desenvoltura? Faltando
el pudor, ¿puede quedar alguna virtud? La corrupción de costum-
bres en toda su exte!lSión, los delitos más enormes son efectos fre-
qüentes de la lascivia, y ésta nace y crece con el luxo y la desnudez.
Por eso el Dios de los exércitos condena - por Isaias- los adornos
inmoderados y la desenvoltura de las mugeres de Jerusalén, amena-
zando por esta causa la ruina de aquella ciudad". Y respaldado con
el testimonio de Isaias, conforta a sus colegas en la cátedra sagrada:
"Consoláos, ministros de la religión, oráculos de la moral cristia-
na, qüando seais tratados de insensatos, por declamar contra la
indecencia de las mugeres. Vuestro lenguage es el lenguage de Dios,
a qui€n el mt:.ndo, enamigo de su ley, ha ~onsa.,arado lo5 vituperios".
No se trata, pues, de una guerrilla, sino de una batalla celeste, pla-
nificada por Dios -anatematiz<:.dor- y dirigida por su represen-
tante principal: "El Prelado eclesiástico ha clamado contra esta des-
honestidaa pública, tan opuesta al espíritu del cristianismo, y tan
perjudicial en las actuales circunstancias de aflicción; ha exhortado
a los Curas y Prelados de las religiones lo prediquen así; y aunque
desea la modestia de las mugeres en todo lugar, manda se impida

22. ANÓNI.l\10, Proclama, 11-12.


30 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

principalmente en las Iglesias, lugares donde conviene toda santi-


dad y buen exemplo". Por ello, diagnostica con audacia impresio-
nante sobre el estado moral de su auditorio, respaldándose en la
moral de Cristo y en la doctrina patristica: " Concluyamos este dis-
curso con la doctrina de los Padres y con la moral de J esucristo :
las mugeres vestidas con desnudez, con trages muy ceñidos, y con
modos de andar libres y descompuestos, viven en pecado mortal,
son causa de muchas ofensas graves contra Dios, y aunque sean ab-
sueltas así, sus confesiones son sacrílegas. Los hombres que visten
descubriéndose, y con acciones tan torpes, viven en pecado mortal,
y son la ruina de muchas almas; y en tal estado sus confesiones, si
acáso confiesan, no los purifican, sino los hacen más criminales
delante de Dios... Estos hombres y mugeres, que por precisión están
envueltos en otros mil pecados de escándalo, de irreligión, faltos
de fe, de toda moralidad, y corrompidos en su corazón, siendo peste
de la r epública, bochorno de la humanidad y enemigos de Dios,
por necesidad son traydores a la Patria, maquinan contra su feli-
cidad, la desayudan en todos sus proyectos, y están pidiendo ven-
ganza a todas horas contra sí mismos" 23• Diagnóstico moral de un
problema socio-politico-militar.
b)) 1809-1810
A tal diagnóstico añadió en los años siguientes un medio más ex-
peditivo: el profeta se hizo guerrero. Con orgullo dice el Canónigo
malagueño Dr. D. Salvador Ximénez de Enciso: "puedo gloriarme
a la presencia de todos mis amados compatricios, de haber sido uno
de los primeros que enarboló en mi patria el estandarte de la reli-
gión y de la justicia, saliendo por calles y plazas, predicando; pue-
do lisonjearme de haber sido el que alistó en un solo dia, más de
quinientos soldados ... ; puedo tener la satisfacción de haber solici-
tado de la Suprema JU!lta de Sevilla, servir de capellán en el regi-
miento que se iba a formar de carabineros reales de Fernando VII".
También ofrendó su dinero y sus mejores galas oratorias "al me-
jor servicio de Dios, del Rey y de la Patria", y "al odio santo que
todo corazón sensible debe tener". En la contienda, la..5 Dos Ciu-
dades agustinianas, y en un momento critico: "en estos d.ias de
desolación y de miseria, y en los que parece que han triunfado ya
de la Iglesia de Jesu-Christo esos exércitos de ateístas, que por
tantas partes quieren a fuerza armada, introducir el espíritu de li-
bertinage que los anima" 24.

23. ANóND40, Proclama, 12-16.


24. XIMÉNEZ, Proclamas Sagradas, en la S. I . Catedral de Málaga, Domingo
Segundo de Qüaresma. del año 1809. Málaga, Imp. Ma.rtínez, 1809. Dedicato-
ria, y p . 6.
RELlCIOSIDI\D HISPANA Y SOCIEDI\D BORBONICA 31

¿Motivos para esta lucha armada? Cinco cargos imputa al Em-


perador de los ejércitos ateos. En primer lugar, la libertad de cul-
tos, especialmente por haber "permitido" las sinagogas judaicas:
es lo que más hiere al clérigo español que pregona la intransigencia
religiosa --como veremos después abundantemente- 2S_ Su odio anti-
senúta se halla íntimamente ligado con una trilogía, muy vigente
en aquellos tiempos 26 : Santo Domingo del Val, San Pedro de Arbués
Y Santo Tomás de Aquino; trilogía condensada después en Santia-
go --como luego veremos, especialmente en la Guerra de la Inde-

25. Xl:Mi:N!:z, Proclamas, 24..


26. Nueva alusión a los años que precedieron a la Guerra de la Indepen-
dencia. En la religiosidad de aquella época hay una devoción lógica y natural
que oculta tras de sí una mentalidad: la devoción zaragozana por su paisano
Santo Dominguito de Val trasciende a tierras sevillanas donde se le cuenta
como gran protector "en la terrible peste que padeció Sevilla el año de 1800,
sin más diligencia que encomendarse todos los días fervorosamente a su pa-
trocinio" (CAMILO DE SANTA TEREsA, Panegirico del Sanú>, en la solemne festi-
vidad celebrada el 26 de agosto del año 1806, en el S. Templo Metropolitano del
Salvador de Zaragoza. Zaragoza, Imp. Mariano Miedes, 1806, p. XXXII-XXXIII;
MANuEL MONTERO, Sermón panegírico-moral del glorioso infante Santo Do-
minguito de Val, Mártir de Zaragoza, en la solemnisima festividad celebra-
da el dia 21 de setiembre de 1806, por la Parroquia de San Miguel de los
Navarros de dicha ciudad, con motivo de haber nacido en ella el Santo Niño,
y de haber concedido el Rezo a la Silla Apostólica. Zaragoza, Imp. Miedes, 1806,
p. XL). En la ingenuidad infantil del mártir hay un sistema racista e inqui-
sistoria l (C. STA. TEREsA, Panegírico, p. XXV: " Yg. los sucesores de aquéllos que
crucificaron a Jesu-Christo, y que abundaban demasiado en Zaragoza por
entonces, se arman para su ruina. Ya ccltbran sus nocturnos conciliábulos en
su Judería, es decir, en los barrios destinados para su habitación"; MoNLERo,
Sermón, p. XXXV: "Pérfida Sinanoga, tú quedaste cubierta de confusión y
de ignominia ... "), completado por la devoción a San Pedro de Arbués (CARRERA,
Oración que en la festividad del B. Pedro Arbués pronunció en la S. I. M. de
la Seo de Zaragoza en 1801. Zaragoza, Imp. Mariano Miedes, 1801, p . 3. 5-6.
U-14) : el orado:: sagrado discrimina entre la feligresía eclesial tres tipos, y
e leva su voz de fiscal contra el "reformador" -en el siglo anterior "liber-
tino"- , y contra él resucita al brazo derecho de Torquemada para que sea
"terror de la impie<!ad, baluarte inexpugnable de la fe", y "fructifique" la
actual Inquisición. Esta d evoción se conserva vigente el 17 de septiembre de
1809, en Sevilla, donde "en la aniversaria solemnidad que le consagra el San-
to Tribunal de la Inquisición de Sevilla" Fray Francisco Alvarado lanza una
encendida apología inquisitorial (ALVARADO, Sermón. Sevilla, Imp. Real y Ma-
yor, 1809, p. IV··VITI. XI-XXI), C\!ya lectura causa escalofríos. Cier::a ffi. trilo-
gía la devo::ión a Santo Tomás de Aquino, en cuya festividad el Iuquisldor
General, Mons. Bertrán excomulgó al "libertino" ---<:amo veremos en la Gue-
rra contra el Liberal- y cuyos panegíricos proliferan; sólo citamos dos: el de
D. Jaime Creus, canónigo Doctoral de donde en 1822 sería Regente, Seo de
Urge!, y futuro disputado gaditano y Arzobispo tarraconense (Panegirico a
Santo Tomás de Aquino en los obsequios que le consagra el Seminario Con-
ciliar de Barcelona, 30 de mayo d e 1802. Barcelona, Imp. Compañia de Jordi,
Roca y Gaspar, 1802, p. 34: "Tú, episcopal conciliar Seminario, que veneras
como a tu guia, tu xefe, tu Maestro a un tan santo, y sabio Doctor. Guarda
fiel el depósito de su doctrina. Cuidado que ninguno te seduzca con vanas, y
engañosas palabras"); y D. Jaime Obrador (Sermón del celeste cíngulo del
Angélico Doctor, en la ciudad de Palma, día 13 de julio de 1800, Palma, Imp.
Buenaventura Villalonga, 1815).
32 ALFREDO MARTINEZ ALBL\CH

pendencia como "guerra santa" -santiaguismo- y en el duelo pro-


fético-liberal en las Cortes de Cádiz. Prescindiendo de los cuatro
motivos restantes que el Canónigo malagueño -de las que concluía
en su segunda proclama del cuarto domingo cuaresmal de 1809 "la
guerra justa y de religión" y con "causas aún mucho más graves que
qüantas han motivado en los anteriores siglos las guerras de reli-
gión"-, examinemos la recomendación final de neta indole profé-
tica pero con mayor belicismo : generosidad en la prestación
personal y económica bajo coruninación divina y patriótica; par-
ticularmente, con la oración y penitencia, pues en su perspectiva
teocéntrica hay que "aplacar la ira de Dios que nos aflige con el
azote de la guerra", que representa la tercera visita del Señor, ur-
giendo la observancia de la alianza sinaitica: España es el pueblo
de Diosn.
Las mismas palabras escuchamos en "las Rogativas por la gue-
rra contra Francia, el19 de marzo de 1809, con asistencia de ambos
Cabildos, en la S. I. Catedral de la ciudad de Valencia": "España
sufre el azote, porque ella misma armó contra sí la terrible mano
de Dios" 28• Solución moral de un problema socio-político; una falta
moral lo había planteado: la conducta de los cristianos españoles
dentro del lujo, forjador del carácter de aquel tiempo, dentro del
libertinaje, la relajación, las modas, el juego, el baile, la usura, el
comercio 29.
"¿Qué podemos esperar de la terrible justicia divina?... Los pe-
cados de Israel atraxeron sobre sus habitantes el castigo, el ham-
bre, la peste, la guerra" 30• Les recuerda los dos primeros "indican-
tes de la saña del Eterno", el hambre de 1803 y la peste de 1804 en
Sevilla, Cádiz, Jerez, Málaga, Cartagena, Alicante y Valencia- que
"advierte unas chispas de aquel fuego abrasador"-. Y ahora la
guel"Th: ".Aquellos lugares por donde el Angel exterminador no dexa-

27. XDIÉNEZ DE ENCISO, Proclamas, Domingos Segundo Y C\larto de Qüa-


resma de 1809, p. 24-25. 35. 4{). 44. 49-54: "No basta esto solo (auxilios tempo-
rales : alistándose para salir a campaña todo el que no tu•iese un legitimo.
cierto y podero impedimento, o con el servicio pecunia:io, todo el que tuviese
facultades y propo.-ción para ello> -ci no lo niciesen, seran dignos de los m ás
terribles castigos, no sólo de Zas potestad.es de la tierra, si también del Dios
de los exércitos-. Es necesario también el que les socorramos con nuestros
auxilios espirituales... , por medio de la oroción y de 1&. penitencia, para contri-
buir a la victoria. Si católicos: debemos practicar las más fervorosas peniten-
cias, por qüanto de ellas depende el apl4car la ira de Dios, que nos afiige con
el azote de la guerra, en justo castigo de nuestras graves culpas, y el conse-
guir que se compadezca de nuestros males y desgracias... Reformad ya vues-
tras costumbres y consagraos como debéis a los actos piadosos de nuestra Re-
ligión santa y verdadera".
28. FoRTEA, Sermón. Valencia, Imp. Salvalor Fauli, 1809, p. l. 4.
29. FORTEA, Sermón, 8-9.
30. FORTEA, Sermón, 9. 15.
RELIC[QSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON1CA 33

ba sino vestigios débiles de la venganza divina, acudían al templo,


sin acudir a la conciencia; llamaban a Dios con la boca, sin ofre-
cerle el corazón. Lejos de aplacar su ira, no hacia otro que provo-
carla. Pues el Altísimo, que es Dios de furores y de venganzas, tienta
nuevamente a los Españoles para convertirles, y manda sacudir su
hacha homicida al genio fatal de la guerra" 31 • No podemos menos
de interrumpir la lectura de tan desagradable y repulsiva caricatura
de Dios; pero son datos integrantes del complicado jeroglífico que
implica esta mentalidad, la cual se complace en la contemplación
de las ruinas provocadas por el Angel Exterminador -castigando
los pecados de España en sus pueblos-, y pregunta a su auditorio:
"¿Hay quien haya estado en la infeliz Zaragoza, en la triste Barce-
lona, en el desdichado Madrid, en el lamentable Burgos, en Valla-
dolid, en Rioseco, en Córdoba, en Uclés, en Tudela, en Ocaña y en
Toledo?" 32•
Alejémonos de tan terribles visiones. Sigamos subiendo. Hasta
Castilla. Y en Cuenca escuchamos al predicador, también converti-
do un profeta, transmitiendo un mensaje de ultratumba, el 15 de
junio de 1809: "Proclama de los Madrileños muertos el dia 2 de
Mayo de 1808: como amantes de Dios, del Rey y de la Patria, nos
envían desde el profundo del Purgatorio una Proclama, que yo a nom-
bre suyo debo haceros presente desde la elevación de este púl-
pito: Acordáos de nuestro juicio, porque así será el vuestro. Ayer
a nosotros y hoy a vosotros" JJ. Y la recomendación consiguiente es
de claro cuño profético: "Si desde hoy practicásemos todo lo que
las almas del Purgatorio, por quienes ofrecemos estos sufragios,
nos previenen en su Proclama, el mundo se veria rcnovad.o... Los
grandes y poderosos usarían de sus pingües rentas sin apego, y
como si no usasP.n, sirviéndose de ellas para la g!oria dP. Dios, y para
el bien de la Patria, con lo que se fabricarlan un tesoro inamisible
en el Cielo ... , y redimirían con limosnas sus pecados ... Los plumis-
tas, artesanos, oficiales y jornaleros dirigirlan fructuosamente sus
úbras a Dios, y no saldrían de sus labios los juramentos, maldicio-
nes, execraciones y palabras obscenas, con que escandalizan a sw:
farnilias, y ofenden les oídos de las gentes timoratas. Cuida.r ian
menos las .s eñoras de ~ouir las modas, y de presentarse con inde-
cible descaro, y una vergonzosa desnudez en estos lastimosos tiem-
pos, en que todos debíamos vestirnos de un saco de penitencia y
de cilicio, porque nuestro Dios y sus santos Templos se ven ultra-
jados con toda clase de abominaciones y de sacrilegios; nuestro

31. PORTEA, Sermón, 11-12.


32. PORTEA, Sermón, 15.
33. LóPEZ DE LA Ful:NTE, Oración. Valencia. Imp. Benito Monfort, 1809, p. 1. 9.
34 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

.Rey cautivo, y la Nación exhausta, agoviada, y expuesta al furor


de sus irreconciliables enemigos" 34 •
Y en nuestro viaje asce.n sional, llegamos a Ce rvera, en cuyo claus-
tro universitario oímos a su catedrático en Letras Humanas, Doctor
·don Agustin Torres, el 21 de junio de 1809, proclamando el motivo
·d e tal ideología: España es el Pueblo de Dios en "guerra santa" con-
tra el Emperador de los Franceses, como reencarnación del bíblico
Is rael, con un mismo espíritu -"Espíritu divino que soplasteis en
los corazones de los buenos españoles la sagrada llama del amor
para con la Religión, el Rey y la Patria, así como encendisteis los
pechos de los hebreos contra las naciones idólatras" 35• También
insiste en las mismas ilusiones regeneradoras 36•
Incluso el Teólogo Consultor y Capellán de honor del Presidente
-de la Suprema Junta Gubernativa de España, Conde de Altamira,
en la solemnidad del Corpus de 1809, sintiéndose profeta apocalip-
tico -Apocalipsis 21, 1-, pronuncia su oráculo: vi un cielo nuevo
·y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra ha-
bian desaparecido. Para evidenciar la realidad de su profecia, in-
terpela al auditorio: "¿Visteis toda nuestra Península, por espacio
de 18 años continuados, agitada con extremecirnientos políticos y
en triste expectativa de los estragos que amenazaba el fuego de-
-vorador que ardía en sus entrañas?" 37• Y aprovecha su privilegia-
da situación p olítico-profética para dictaminar ' 'España es el Pue-
blo de Dios" con las mismas "divisas" que el Pueblo de Israel 34,
las cuales va aplicando en· su largo sermón hasta concluir: "los
'Españoles Regenerados son el Pueblo del Dios verdadero, y éste el
.Dios Protector de los Españoles" •9, con todos los elementos que
integran semejante mentalidad -incluida la intolerancia religiosa

34. L. DE LA FtrEl'i"TE, Oración, 19-20.


35. T oRRES, Oración. Cervera, Ofic\na de la R. y ·ponti.f!cia Universidad,
1809, p . 11.
36. T oRRES, Oración, 53-54: " La España fixará su atención en los funda-
mentos de un nuevo orden, d e una nueva generación, y de un nuevo siglo:
mejorará sus leyes, cor.egirá los vicios del gobierno que la habia conducido
a l precipicio, abriti r.anaies, r estabiecerá Jos puertos, mentará la mz.rina,
arreglará la disciplina militar, fome>J.tará el comercio, honrará la agricultura,
a lentará las ciencias y las arte.;, opondrá un muro de bronce a la codicia, vi-
cios y perfidias d e nuestros malos vecinos, proscnOirá su.s trages, s<LS modas,
sus usos, su impiedad, y basta la sopecbosa sabiduría ó.e sus escritos, hará
r esplandecer y respetar el car ácter nacional entre las principales n aciones del
globo, y gozará un alto grado de consideradón entre las potencias de primer
orden. La historia de los extraordinarios acvntecimientos de la España llenará
de asombro todos los pueblos de la tierra. Ha. renacido el siglo de oro de
.su prosperidad". ·
37. GUTIÉRREZ POLOP, D iscurso. Valencia.. Imp. Viuda de Paris, 1809, p. 5.
38. G. POLOP, Discurso, 11.
39. G. POLOP, Discurso, 26.
RELlClOSlD.'Ul HISPAN.\ Y SOCIEi).\D BORBONl CA 35

de que hablaremos repetidas veces; como también la teología napo-


leónica : vivencia de las Dos Ciudades agustinianas.
Hay que advertir que la complejidad de tales elementos inte-
grantes no les hace a todos sinónimos, sino distintos, por más que
algunas veces se relacionen. Así, pues, la intransigencia o intole-
rancia religiosa tiene como predeterminante secundario -el prin-
cipal es la fe en el catolicismo como verdadera religión- el medieval
odio antisemita, que promueve la cohesión de dos miembros de la
trilogía de finales del siglo XVIII e inicios del XIX, época escogida
para el presente estudio: Santo Domingo del Val y San Pedro de
Arbués; trilogía, que al condensarse en Santiago, pierde la personi-
ficación de odio hacia los judíos para abrazar a cuantos se opongan
al catolicismo puro y tradicional. De ahí que al polarizarse dicha
mentalidad en tomo a Santiago, adquiera ésta aires más alegres y
limpios.
Si bien luego, en la Guerra de la Independencia, ampliaremos
nuestra opinión sobre la teologización santiaguista, importa sub-
rayar ahora esta característica del valor Santiago dentro del pro-
fetismo. Santiago es una constante histórica: no en vano "la Igle-
sia lo ha declarado Patrono principal de España", y por ello el
predicador hispano añade sus equivalentes de "abogado, defensor,
tutor, protector y padre". "No busquemos otro coducto". Y lo pro-
clama como "el clarín que hizo una llamada general en el mayo de
180S, o más bien, el trueno que despertó a los soñolientos Espa-
ñoles para que viesen la sima, que acababa de abrirles el opresor
universal". De esta forma "llegó el tiempo decretado por la Providen-
cia". Y a su Apóstol debe España sus "veinte y qüatro mil" santua-
rios marianos, "ocho Metrópolis, cincuenta Obispados y 3.041 Con-
ventos de Religiosos de uno y otro sexo" 40•
Además, el predicador se convierte en historiador de aquella
gesta, y reseñ.a ndo interesantes y valiosos datos militares, en espe-
cial los del Brigadier Lacarrera -segúl1 la Gaceta del Gobierno de
4 de julio de 1809, que cita-, los hace desembocar en el 23 de mayo
de 1809, "el dia de la Aparición de Santiago, aurora de nuestra fe-
l!cidad nacional". La conclusión se impone por su lógica: " ¿Y por
qué no atribuiré yo a la protección de nuestro Apóstol todos los
progresos de las armas españolas?" 41 • Todo, pues, ha de ser en
honor de Santiago. Siempre Santidgo, origen y patrono de la unidad
religiosa hispana, del integrismo católico español.
Corroboraríamos cuanto hemos expuesto con la reconsideración
del sermón del dominico Fray Francisco Alvarado -reseñado ante-
40. CANro, Eiogio, 13 agosto 1809. Murcia, Imp. J . V . Terue l, 1809, p . 13.
16-17. 19.
41. CANTO, Elogio, 20-25.
36 ALFREDO MARTU.'"EZ ALBIACH

riormente en la nota 26 de este capitulo-, del 13 de septiembre de


1809, "en la aniversaria solemnidad que el Santo Tribunal de la In-
quisición de Sevilla consagra al glorioso mártir e inquisidor San
Pedro de Arbués" ~; pero nos resistimos por considerar hiriente
en exceso la exposición de una forma de vida religiosa ya trasno-
chada, y que entonces integraba la mencionada trilogía. Preferimos
la consideración de la misma en su condensación santiaguista, de
aires más ruiseños y limpios.
Por ello, cerramos este bierúo con el testimonio de D. Blas Os-
tolaza, recién llegado a Cádiz desde V ale n~ay y donde ejercía los
cargos de Capellán de honor y confesor regio de Fernando VII. El
25 de julio de 1810 lanza su "sermón patriótico-moral" -que gozó
de múltiples ediciones-. Si bien después lo estudiaremos con am-
plitud, de momento reseñamos uno como mensaje que transmite
de su Rey: "Tolerados los incircuncisos entre vuestro pueblo, y
autorizada la mezcla de los cultos. ¡O Dios!. .. Haced resplandecer
contra las naciones sin religión, y a vuestra presencia la venganza de
la sangre inocente de vuestros siervos, derramada impúnemente. Y
haced que nuestros vecinos tengan que padecer mucho más que lo
que nos han dado que sufrir; que experimenten muchos oprobios
que los que os han hecho a ti, o Dios mio. Asi concluye Fernando".
A la lucha, exclama, con "las conciencias purificadas". Como "nues-
tros antepasados con los sarracenos". "El Dios de los exércitos ben-
decía entonces los debates, y asistía ellos VUESTRO APósTOL PRo-
TECTOR, porque se expiaban antes los delitos que habian excitado la
indignación divina". El pueblo español había roto la alianza sinaitica
con ''nuevas" costumbres e ideas, y debe expiar su falta. Pero oiga-
mos las palabras del orador sagrado: "Habitantes antiguos de las
grandes poblar-iones, en que el luxo precursor de la miseria, com-
petia con el refinamiento de todas las pasiones, vosotros que cono-
ceis con qüanta justicia sois condenados a las penalidades que os
afligen. Vosotros visteis erigida en moda la indecencia, entrorúzado
el vicio, envilecidos los empleos ... , adoptada la marcialidad francesa,
y venerada su licencia en escribir. Zl Señor escuchó el clamor de
'=Sto~ delitos, juró ve-:zgar .5US oprobios ... Vuestra ajemi1UJ.Ción, más
que el poder del enemigo será lo que os reduzca a la ñltima ruina,
así como no os libertará sino la virtud y las buenas costumbres .. . Yo
sé, Señor, que oyes aun los deseos de tus siervos -salmo 10, 17-.
Que la oración y gemidos de las almas inocentes abren más brecha
que un cañón de artillería y deciden la suerte de los estados mejor
que los planes formados en los gabinetes de los pollticos -Saave-
dra en sus Empresas. La Mourete, delicias de la religión-... Des-
42. ALVARADO, Sermón. Sevilla, Imp. Real y Mayor, 1809, p . IV-XXI.
RELIGIOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBON:CA 37

cubrid a vuestros enemigos domésticos , que minan en secreto el


edificio de nuestra libertad; confundid a los apóstatas de la patria,
y que vuestro ángel extermine a los Asirios enemigos de vuestro
pueblo, para que con plena seguridad cantemos vuestros cantares
aquí y después en la celestial Sión. Amén" •3 •
Un nuevo detalle aporta D. Bias Ostolaza: asocia toda esta doc-
trina profética a un partido ya constituido en Cádiz; sus adversa-
rios les denominarán despectivamente "serviles", pero ellos se auto-
designan "rancios", y en la nota 22 que añadió al publicar su sermón
hace presidir al Rey Fernando dicho partido, a la vez que afirma
que "como puro y rancio español aborrece todo lo que huele a
Francia" 44 • Resaltamos ahora el detalle por la referencia a Fernan-
do VII -profecía cumplida en mayo de 1814-, si bien el término
era frecuente en el púlpito; por ejemplo, escogemos un sermón
predicado exactamente un año antes y en torno a Santiago: "Sin
adoptar las novedades a que nos quieren inducir, la grandeza de fe
que heredamos de Santiago dará un éxito feliz a nuestra causa ...
Temblad, Filósofos, temblad, que aún dura en España la firmeza
del espíritu de Santiago ... ¿Queréis probar si habrá españoles, y
españoles que llamamos rancios, que aguardaban uno de aquellos
inesperados sucesos que resucitan los imperios ... ? Ea, ánimo, es-
pañoles, Santiago y a ellos, que la grandeza de su fe nos guia al
triunfo y a la victoria".,.
Pasemos al último bienio de la Guerra de la Independencia.
e)) 1812-1813
En este último bienio -supuesta la existencia del profetismo
español, manifestado en el origen y desarrollo de la Guerra de la
Independencia, con importantes alusiones a los años precedentes-,
sólo veremos una abreviada muestra de su conservación y w1a in-
teresante constatación de tal espíritu profético con el de Israel,
según exegetas de reconocida ortodoxia.
Nos estr enamos con el "sermón que en la Solemnidad de Acción
de Gracias al Todo-Poderoso por los Sucesos ventajosos ocurridos a
las Armas Aliadas baxo el Mando del Excmo. Sr. COnde de Welling-
ton, desde la Batalla de Salamanca hasta el levantamiento del Sitio
de Cádiz, p redicó en la Iglesia Católica de Gibraltar, el 29 de Agosto
de 1812, Su Vicario Apostólico y único Párroco, P. M. Isidoro Domín-
guez, de los Clérigos Menores", en presencia del "Ilmo. Sr. D. Fray
Marcos Cabello, Obispo de Guadix y Baza, el Excmo. Sr. D. Colin
43. OsToLAzA, Sermón. Valencia. Imp. B en!to Monfort, 1811. p . 29-36.
44. 0STOLAZA, Sermón, 58.
45. J . M . DE JESús, Sermón, 25 julio 1808. Reimpr-eso en Mallorca, Imp. Bue-
n a\·entura vma!onga, sin año. p. 5. 11. 17-18.
..
38 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

Campbell, Teniente Gobernador de la Plaza, los Excmos. Srs. Gene-


rales Smith y Widdrington, Ingleses, D. Antonio Valdés, Conde de
Fuentes y D. Carlos de Gand, Españoles, el Lord Malpas, el Como-
doro Penrose y toda la Plana mayor". En tales circunstancias, afir-
mó lo siguiente: "Vencerá Wellington, y la Península quedará ente-
ramente libre y redimida, porque así nos lo anuncian sus primeras
gloriosisimas empresas sobre ella; porque así nos lo hace esperar
LA REFORMA DE VIDA Y COSTUMBRES que deberán todos abrazar"~.
Y es que persiste la firme creencia de que España es el Pueblo-
de Dios: "nuestra España, nación escogida del Señor, en donde,
aunque malos, somos todos Católicos". Por eso el predicador pro-
fetiza: "Napoleón debe estrellarse en nuestra España" 47•
Todo ello supone una trinchera desde donde poder atacar al
enemigo que tiene dentro de casa, al liberal personificado en el
periodista, al que hostiga encarnizadamente. Al mismo tiempo, esta
lucha -<:entrada en La Coruña- le facilita especificar la pluriaplica-
ción de su ministerio profético a una nueva modalidad : "una nue-
va obligación ha venido a pesar sobre nuestros tristes hombros"-
Exigencia que alcanza instantáneamente la primacía -"el primero
de todos nuestros cuidados"-, "examina" a los fieles sobre los
papeles que leen y a que están suscritos. La justificación de tal
medida la brinda la llegada de la época vaticinada en los Hechos de
los Apóstoles -20, 29-30- y en la segunda carta de San Pedro
-2, l. 19-; no le basta apellidar al periodista con el nombre bibli-
co de Cam, ahora le agrega el de lobos rapaces, propaladores de
doctrinas perversas, falsos doctores que prometen libertad cuando
ellos son esclavos de la corrupción -"nuestra desdichada Patria se
ve cubit:rta de periódicos y otros papeles impios empeñados en
robarnos la Religión a cambio de una engañosa libertad"-. Y con
autosuficiencia audaz lanza su veredicto: "Los que estén subscritos.
o compren papeles semejantes, están incapaces de absolución". Pro-
nunciado el anatema, se percata de que el Santo Oficio ha sido abo-
lido por los diputados gaditanos, y con interpretación osada, a
la vez que sutil, advierte: "Las censuras que la Iglesia tiene justísi-
mamente f'.llminadas contra s~mejantt:s escritos y los que los leen,
no han podido ser suspendidas ni anuladas por nuestras Católicas
Cortes al abolir el Santo Tribunal de ia Inquisición". Fundamenta
su afirmación en la misma proclama de las Cortes -que respeutosa-
mente titula "Su Magestad"- sobre los Tribunales protectores de
la Religión; una frase muy vulgar: ''Dios le libre de entrometerse
en la jurisdicción eclesiástica". Así, pues, sentencia al periodista.

46. DO:MÍNCUEZ, Sermón. Gibraltar, 1812, p . l. 23.


47. G ó r.n:z, Oración. Coruña, Imp. Prieto, 1813, p . 4.
RELIGIOSiDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 39•

y al lector asiduo: "¡qüán grande no será el pecado de los que


los ayudan con sus subscriciones o con la compra de sus papeles!";
también señala las pretensiones del ministerio clerical: "Las pla-
zas, las calles, las tertulias, todo debe convertirse en púlpitos y
confesonarios al efecto". Pero si esto no se realiza, conmina en
nombre de Dios a España -"su predilecta"-, dentro de la nor-
ma del Levítico -26, 18-: "otro azote siete vezes mayor que el
actual" 48• Luego, tendremos ocasión de reconsiderar tan amenaza-·
doras frases con mayor amplitud, y las de otros colegas del púlpito.
Ahora nos sirven para introducimos en constatar tal espíritu
profético con el de Israel, dentro de su obsesión de considerar a
España como pueblo predilecto de Dios, de pueblo santo, de nación
sacerdotal. Sin embargo, la elección excepcional de Israel suponía
exigencias de tipo religioso y moral, ya que Yahvé se mostraba ce-
loso y no admitía la coexjstencia de otros dioses en el corazón de
los israelitas; como pueblo elegido, no podía vivir según las normas
de los gentiles, sino que había de "observar preceptos inhumanos y·
salvajes, cuya transgresión atraería sobre si la ira ~vina . El peca-
do de la idolatría se condena por el ANATEMA o exterminio de cuan- ·
to contiene; la idolatría es un crimen de lesa majestad divina y na-
cional dentro de una mentalidad teocrática. Era la ley del jérem O·
anatema, costumbre bárbara seguida por Israel y tomada del am-
biente histórico, dándola un supuesto sentido religioso: se hacia
voto a Yahvé de entregar al anatema o destrucción -jérem- las.
ciudades conquistadas si se obtenía la victoria" 49•
Nueva constatación con el espíritu profético de Israel, pues el
predicador del panegírico de San Fernando en la catedral sP-villana.
en 1813, tomó la vocación del profeta ísraeli como tema de su ser-
món: "Yo te he constituido sobre las gentes y los reynos, para que
arranques y destruyas, para que edifiques y plantes -Jeremías, 1,
10-". Prescindiendo de la intencionalidad politica del sermón, que
luego estudiaremos ampliamente, necesitamos valorar la gama de·
matices de su misión como profeta español, elaborando una imagen
compleja que, tras abrazar prerrogativas regias, cristaliza en una
personalidad absorbente de funciones a la par sacerdotales y reales.
El contexto escriturístico 50 comprende la vocación del profeta:
recibe la palabra de Yahvé o comunicación divina; es consciente
de la revelación y elección de Dios, pero anterio! a sus méritos, an-
terior a su existencia. Una presciencia amorosa y selectiva en or-

48. Gó:MEZ, Oración, 16-18.


49. COLUNGA-GARcfA CORDERO, Bi blia Comentada : Pentateuco. Madrid, B.A.C.,.
1960, p . 84S- M7. 954-955.
50. GARCÍA CORDERO, Biblia Comentada : Libros Proféticos. Madrid, B.A.C .,.
1961, p . 411-413.
40 ALFR~DC MARTI NEZ !\LBIACH

den a su misión. Y lo santifica. Le eleva a una atmósfera superior


-a la de los liberales- para que pueda entrar en relación con el
Dios santo. Implica la idea de pureza y la de trascendencia. Purita-
nismo y preeminencia socio-religiosa. Le designa para profeta de
pueblos: propiamente para sus compatriotas; por concomitancia
y en razón de las circunstancias políticas anunciara juicios conde-
torios sobre las naciones circunvecinas. Los escrúpulos de su in-
experiencia se disipan con el auxilio sobrenatural; por él se entre-
ga a la mas ingrata misión, la de aparecer ante el pueblo como cons-
pirador y traidor a su patria por mantener los principios de la teo-
cracia y una política estrictamente religiosa. Yahvé le consagra: le
toca la boca: es la respuesta a la petición que el predicador elevó
un momento antes de iniciar su sermón. Uno de los serafines puri-
ficó con un carbón encendido, tomado del altar del templo divino
-Isaías, 6, 7-, queriendo indicar que le purificaba. Será la boca de
Yahvé; ya posee la aptitud para hablar oficialmente en su nombre
a la vez que le inviste de cierta potestad magisterial para ejercer
su misión --cuyo sentido queda explicado en las palabras tema
de su panegírico-.
Con tan sublime preámbulo bíblico el predicador de la catedral
sevillana, en aquel 30 de mayo de 1813, se acercara al auditorio con
dos personajes que yuxtapondrá o· uniñcará según sus intereses,
Fernando ID y Fernando VII.
Muchos más testimonios podríamos aportar. Nos parecen sl!fi-
cientes, pues, luego, al e.xaminar las cinco guerras de religión que
abrazarán toda la sociedad borbónica, disiparán las posibles dudas
que hayan quedado; en especial, con relación a la mejor caracterís-
tica del profetismo: su diagnóstico moral para una situación polí-
tico-bélica junto con los demás elementos integrantes de su men-
talidad, lógicos en una teocracia como la que se pretende implantar
-en España.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 41

b) Vigencia normativa del Antiguo Testamento

Cualquiera que investigue los documentos del Magisterio ordi-


nario de la Iglesia española en los siglos xvm y XIX se sorprenderá
fácilmente del uso habitual del Antiguo Testamento. Se utiliza esta
parte de la Sagrada Escritura para corroborar la teología expuesta
a la feligresía. También - y ello provoca la sorpresa- como ideal
de una vida social, de una forma de vida social que se intenta apli-
car al momento actual. Con ropaje veterotestamentario se vesti-
rá a los héroes nacionales -convertidos en mitos- y cualquier ac-
tuación que pueda servir de modelo a los españoles.
La pregunta salta rápida: ¿por qué?
Nuestra respuesta -después de madura meditación- es la si-
guiente: el español, en aquella vivencia borbónica, trata de adaptar
su forma de vida social y religiosa a la vez, según Israel, pues tam-
bién España es el pueblo escogido por Dios con una gran misión
.que realizar entre las demás naciones: hispanizar. Más que colo-
nizar, evangelizará, misionará; será el auténtico representante de
Dios ante toda la tierra. Realización del Reino de Dios en el mun-
do. Una nación en que la religión y la política se confunden: sim-
biosis comprensible en el Pueblo de Dios.
Por eso, quiso reglamentar su vivencia según la norma del An-
tiguo Testamento. El será 12. regla por la que España se adaptará
al modelo israelita; la regla de su mimetismo.
Siguiendo el criterio precedente, escogemos la tregua impuesta
por la Paz de Basilea por tratarse de una coyuntura de r::1ayor tran-
quilidad y ajena a todo apasionamiento. En especial, los primeros
.años de la Guerra de la Independencia. Si bien luego aludiremos a
los años precedentes.

a)) Guerra de la Independencia

He aqui unos datos referantes a esta etapa:


Para teologizar el reinado de Fernando VII, Fray Vicente Fa-
cundo Labaig necesita revestir la "providencial" influencia de San
José con ropaje veterotestamentario, el 25 de septiembre de 1808:
"¿No fue San José el compasivo Mardoqueo, que recogiendo los
votos de la nación, arrancó la máscara al enemigo, derrocó al pri-
vado, y salvó a todo el pueblo? El dia 19 de marzo del presente año
¿no será en todos los siglos el día de la libertad de España cautiva,
el día de la ignominia de la Francia orgullosa, el día de la justicia?
ll&L ICJOSID \D H ISI'.\..'<A ••• - 4
42 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Entonces se descorrió el velo de la decantada alianza" -franco-


española-; y menciona al ejército del Marqués de la Romana "do-
losamente transportado". Y con tal vestuario bíblico imagina a Va-
lencia -piensa genéricamente en España-, convertida en "Pueblo
de Dios" "hecho el terror y espanto de los Moabitas y Amonitas" s•;
es decir, reencarnación de aquella lucha bíblica.
Ya el 25 de julio del mismo 1808, en la catedral sevillana Fray
José María de Jesús babia ampliado ese ropaje del Antiguo Testa-
mento a toda la historia hispana: "Arrianos, luteranos, mahometa-
nos, calvinistas, paganos, ningún enemigo de la Cruz resistió jamás
la grandeza de nuestra fe; y los Juanes de Austria, los Alvas, los
Garci-Pérez, los Corteses, los Pizarros, millares de capitanes han
inmortalizado sus nombres con no mePor gloria que los Josueses,
Jeptés, Gedeones y Jonatases". Los héroes veterotestamentarios ob-
sesionan al predicador, ansioso de dar el grito marcial y medieva-
lesco: "Ea, ánimo, españoles, Santiago y a ellos, que la grandeza
de su fe nos guia al triunfo y a la victoria... El Cielo en todos tiem-
pos peleó a nuestro favor y nos dio el triunfo qüantas ocasiones nos
hicimos dignos de él poniendo en el Señor nuestra confianza ... Has
conquistado no regiones, sino mundos enteros.. . A todas las Monar-
quías has aventajado, porque no la ambición de mundana gloria, sino
sostener tu justicia y extender la je de Jesucristo fue casi siempre
el móvil de tus guerras". Su terminología nos lleva a evocar la emo-
tiva alocución del obispo burgalés D. Alonso de Cartagena -"1a pri-
mera descripción de la íntima realidad de España" 52, vindicando la
precedencia de Castilla respecto de Inglaterra ante el Concilio de
Basilea, en 1434: "El señor rey de Inglaterra, aunque faze guerra,
pero non es aquella guerra divinal... Ca nin es contra los infieles,
nin por ensal~amiento de la fe cathólica, nin por estensión de los
términos de la cristiandat, mas fázese por otras capsas" 53• Y el
predicador de 1808 exhibe la lucha antinapoleónica como "guerra
divinal", confirmando la tradición de los "Pelayos, Sanchos, Alfon-
sos, Ramiros, Fernandos, Jaymes, Carlos, Felipes", quienes "a una
todos no tuvieron otras miras en sus empresas y nobles hazañas" 54•
Todo ello con un elenco de frases y gestos históricos en un tra$-
fondo bíblico ss.

51. LA!Wc, Sermón ele 25 de septiembre. Valencia, 1808, p . 18-20. 30. Cfr.
nota 5.
52. A. CASTRO, La. realidad histórica de España, México, 1954, p. 22.
53. A. CASTRO, La. realidad histórica ele España, 23.
54. J . M . JESús, Sermón 25 de julio. Reimpreso en Mallorca, p. 15-16. 18-19.
Cf. n. 45.
55. J. M. JESús, Sermón, 18-19 : " En las Navas se repiten las gloria.-; de
Josué, elevada en el ayre, no la vara de Afeysés, sino la Cruz de nuestro Sal-
vador ... , caen más enemigos del nombre de D ios, que los Filisteos a presencia
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 43

La conclusión, lógica y oportuna, la deduce de su slogan: "el


Cielo estuvo siempre a nuestro favor qüando, como ahora peleá-
bamos por la justicia, por la fe y por la Religión y nuestro Apóstol
Santiago asistió a nuestros combates como Angel tutelar o como
brazo de Dios"; junto con el cortejo celeste de San Isidoro, San
Paciano, San Cucufate y, sobre todo, Maria Santisima S6. Natural-
mente. Se trataba del "reino suscitado por el Dios de los cielos''
según la mentalidad vetE1rotestamentaria: concretamente, &JgÚD
Daniel -2, 24. 44-45-57. p también, según el recurso del :mlsmo
predicador, inspirándose en el primer libro de los Macabeos -2,
19--: "¿Qüál ha sido el voto de la nación? el mismo que el del
religioso Matatías: aunque todas las naciones obedezcan al rey
Antíoco, yo, mis hijos y mis hermanos nos sujetaremos a la
ley de nuestros padres" 58 • Una curiosa acomodación de personajes:
Antíoco = Napoleón, Matatías= Fernando VTI; que la mayoría de los
predicadores, obsesionados con tal vigencia normativa del Antiguo
Testamento, extienden a toda la corte de Carlos IV 59.
Aún m ás. El predicador de 1808, transformado en metempsico-
sis profética, en Jeremías -52- e Isaias -52, 5--, vaticina reen-
carnaciones bíblicas 60.
del Arca santa. Los milagros de Abrahán y G edeón se renuevan en Narbona ...
La espada de San Fernando se hace más célebre que la del Geteo, manejada
por David. En Tentudia y Orán se alarga el dia a la voz del Maestre de San-
tiago y fervorosa oración de Cisneros, como sucedió al sucesor de Moysés ... No
es posible r educir a breves páginas los prodigios que experimentan les nuestros
en México, en Lima, en Chile, en santa Cruz de la Sierra... ".
56. J . M. JESÚs, Sermón, 19.
57. NAVARRO, Sermón. Madrid, 1808, p . 9- 10. Cfr. n. 8.
58. NAVARRO, Sermón, 12.
59. M. VIRGEN DEL ROSARIO, Oración. M á laga, 1808, p . 10- a : "Una multitUd
de hijos de iniquid.lc!- conspiraban contra. su patria como en tiempos de los Ma-
cabeos -I. 1, 12-, y teniendo ocultas y criminales correspondencias con el
Antioco de nuestro siglo, hacian nna b orrib>e traición a su Religión, a su.
Soberano y a su patria... Un soberbio .Anuin, digno de la execración de todos
los mortales, tenía preocupado al más bondadoso A..suero -Esther 3, 1-12-, Y
sin haber una Esther que lo impidese, ~ ya aplazada la esclavitud y muer-
te civil del pueblo de I srael. Un alevoso Stilicón, un traidor Rufino, empapa-
do su :nalvado corazón er. el veneno d e la m &s neg!"a perfidia, habla llamado
hasta el interior del r eino a una nueva n ación -Ludov. Vives en Praemonit.
ad com.ment. Aug. De civ. V ei- de feroces scitas, enemigos declarados de S"\l
Soberano y de su patria, para levantar el coloso ce su ambición y de su
avaricia sobre las ruinas y escombros de nuestra Monarquía. El más amable
e inocente de nuestros Reyes había sido engañado con espera.nzss lisonjeras
por el más vil, perfido y astuto de todos los tiranos, y seducido con las halagüe-
ñas promesas de felicidad de sus vasallos, único móvil y centro de todos sus
deseos, había sido arrebatado de nuestra. vista. Las esforzadas tropas, que con
su valor y con su espada nos ponian a cubierto de todo insulto, hablan sido
arrancadas de nuestra península, p ara contribuir con su sangre a la ambición
y maquinaciones de un nuevo Nabuco, que pretende la sefioria de toda la tie-
rra. --Judit, 2, 3-".
60. M. VIRGEN DEL RoSARIO, Oración, 13-46: "El Sefior te va a escoge¡
como instrumento de su gloria. El suscitará en medio de ti unos j ueces sabios,
I.LFREDO MARTINEZ .\LBL'ICH

También el predicador de 1809 y 1810 prosigue en utilizar el ro-


paje veterotestamentario para con sus héroes de turno: los gene-
rales Reding 61 y La Romana 62 •
y de un modo especial, en torno a "los dos preciosos Siete".
el rey Fernando y el Santo Padre el Papa Pío 63, quien con su auto-
prudentes. valerosos, incorruptibles, que te librarán de las garr~s rapaces q~e
te devoran - Jueces, 2, 16- . Sevilla, la grande. la opulenta. la mmortal Sev•-
lla, levantará la primera <1e todas el estandarte de la lealtad, y de la religión;
y su voz, más poderosa y eficaz que la de Saúl - I Reyes 11, l. 7- contra los
Ammonitas... El Señor suscitará en ella muchos Othonieles -Jueces, 3, 10-,
que fortalecidos por su espíritu, humillarán la soberbia de Cusam, Rey de la
Siria. Tú verás en medio de tus campiñas muchos Aodes que ... confundirán la
soberbia de Eglon y de los Moabitas -Jueces, 12. 29---. BARAC y Di:voRA, esto
es, la PuRísiMA MARiA y nuestro invicto -Jueces, 4- Patrono y Apóstol SAN-
TIAGO, o el Santfsimo FERNANDO, conducirán nuestras visoñas tropas a las ori-
llas del Betis, y con ellas aterrarán al insolente y fiero Sisara DuponL., al
impío Jabin que oprimía al escogido pueblo. No te faltarán Gedeones, que con
un pequeño número de tropas, destrozarán los grandes y - Jueces 6-8- nume-
rosos exércitos de Madián y de Amelec, que como voraces langostas cubrían
toda la tierra de promisión. Aunque los A mmonitas, atravesando el Jordán,
talen y destruyan las campos de Ephraím, de Benjamín y de Judá: es decir,
aunque los franceses, atravesando el Guadalquivir, talen, quemen y saqueen
los campos y las ciudades de Córdoba, de Jaén y d~ Granada; no temas, no
desconfíes; detesta tus culpas, llora tus pecados. clama sin cesar al Dios de las
batallas, él llenará de su espíritu a un Jepthé y a los demás príncipes de
Gaüuzd, y protegiendo la justicia de su causa, entregará en sus manos el
exércíto de Ammón, que había invadido tu territorio -Jueces 10-11- en los
contornos del mismo río. Cada uno de tus soldados será un nuevo Sansón de-
lante de quien huirá un millar de Filisteos -Jueces 15, 15-... Pero ¡oh Espaful!
¡oh Andalucía! ¿No eras tú igualmente que la J udea acreedora de este cas-
tig.:>? ... "Gracias a la misericordia del Señor que nos ha preservado de su
furia, que nos ha dado a conocer en medio de nosotros las riquezas de su bondad
y de su misericordia) -Threnos, 3, 22-... Aquí es donde el Cielo peleó contra
nuestros enemigos -Jueces 5, 20-... ¿Y qüándo han ocurrido jamás motivos
tan piadosos para santificar la guerra, según las expresiones de un profeta
-Jeremías 6, 4 y Joel 3, 9-, como en la ocasión presente? ... Siempre ha sido
inveucible un pue::Jlo, que se presenta en el campo de batalla movido del zelo
de la religión, animado con la esperanza de una vida venidera, y puesta toda
su confianza en la justicia de su causa y en la protección del Dics de los
exé..-citos -1 Macabeos, 3, 20-22-... ¿No estamos experimentando en Murat y
sus subalternos un Holofernes y demás generales de los Asirios -Judit 3 y 5-...
Dice el Angel <1el Señor -Jueces 5, 23-, el que rehuse alistarse en el número
de los héroes que pelean, que sea maldito... ".
61. ESTAPER, Oración .fúnebre del General R eding. Tarragona, 1803, p. 7. 18:
"Hij!> S. E . dP. un guerrero CaJ)itáu, ~mo el ll!c.cabeo del valeroso ll1atat!as ...
Aquí -en Pont de Goya- nuestro General como un Macabeo el primero de to-
dos - ll Macabeos, 11, 7- , toma las armas, exorta a los demás a hacer cara
al peligro... ".
62. lV..AIUANO ABAD, El Español Judas Macabeo. Discurso fúnebre que en las
solemnes exequias celebradas en sufragio y honras del Excmo. Sr. Marqués
de La Romana, pronunció el día 27 d e mayo de 1811. Alicante, 1811, p. 1. 23:
"Año de 1811, día 23 de enero, a las tres de la tarde, cayó el Macabeo, murió el
Judas... en batalla de honor... ".
63. GoTii:RREz POLOP, D iscurso. Valencia, 1809, p. 19. 27-28: "La Espaful.
sabe que el Tirano altera con un cañón el silencio del Vaticano; que ha dis-
persado el Sacro Colegio, y bate con empeño la nave de San Pedro. Y muy
lejos de amilanarse, exclama con entusiasmo de amor : Pero no podrán las
RELIGIOSIDAD HlSPL~A Y SOC!ED...D BORBONICA 45-

ridad pontificia confirmó tal vestuario en su proclama a los es-


pañoles 64•
Y el predicador después de 1811 sigue utilizando idéntico ropa-
je, aplicando la metempsicosis macabea, tan manoseada, para Lord
Wellington ts o para los Vocales de la Junta Superior de Burgos 66,
como también la personalidad de los asideos para los hombres co-
mandados por el Cura Merino 67•
Semejante uso es tan general - incluso en la euforia de la libe-
ración 6S_ que, si bien ya lo apreciamos al estudiar el profetismo,
lo comprobaremos mejor en las p:lginas siguientes.

puertas del infierno prevalecer contra ella. Ve a Pío VII como otro Daniel ro-
deado de leones... Os pido, señor, que conserveis para nuestro consuelo los
dos preciosos Siete de nuestro siglo. Al magnánimo Eleázaro de la ley de gra-
cia, nuestro Pontífice Santo Pio Séptimo... También al pacientisimo Davúl, al
prudente Salomón, al piadoso Josia.s del Nuevo Testamento, al Joven predesti-
nado con mllagros, al número Séptimo de los buenos Fernandos... ". OsTOLAZA,
Sermón de 25 de julio de 1810 en Cádiz. Valencia, 1811, p. 7, 11: ("Fernando
VII) inocente perseguido David ... ilustrándole Dios como a Manasés en su
prisión ... ".
64. Pío VII, Proclama a los Espa1wles. Diario de Tarragona, Jueves 1.•
diciembre 1808, Separata, p. 1:&4: " Amados hijos: ... Levantáos y pelead como
David contra el imperioso Goliat de nuestros tiempos. Valerosos Españoles,
hijos de la Iglesia, Venid y romped las cadenas de vuestro Pastor. Ya mi cora-
zón me asegura de vuestra sensibilidad; no os detengais; levantad el estan-
darte de la Fe... ¡Ah! ¡con qüánto gozo sabrá el Católico Fernando la intre-
pidez y heroica lealtad de sus vasallos! La. estrecha situación a que, oomo
Yo, se ve destinado, impide los medios de manifestar los sentimientos de su
magnánimo corazón. No tengo aliento para ri"Cir. Si no sobeviviere a la calami-
dad, y derramáseis vuestra sangre por la Religión, por vuestra Patria, y vues-
tro Monarca. a quien pido que colme el Cielo de felicidad, el mundo será tes-
tigo de mi gratitud. (Extracto de la Gazeta de Gibraltar el 15 ele octubre)".
65. MANZANEDA, Oración de 30 de agosto de 1812. Palma de Mallorca, 1812,
p. 6: " Como Judas Macabeo a los enemigos de I srael así éste destruye y postra
a nuestros enemigos. Lord Wellington, el dígnisimo duque de Ciudad Rodrigo,
es el instrumento de que se vale la Providencia, para humillar al soberbio
Marmont .. :·.
66. D. Sn.os MoRENo, Oración de 2 de mayo de 1812. Burgos, 1813, p. 14:
"Rodeados por todas partes de bayonetas, circundados de enemigos desde que
empezaron a ocupar la Provinc!a, le.> ha sido preciso bu..c:car el asilo de los
montes, como lo hicieron Matatías y sus hijos (! Macabeos. 2, 28) para animar
desde alli :;. Loeo:; a la just:l. daf:msa ... ".
67. D. SILOs Mo!ü:No, Or.u:ión, p. 16-17 : " La congregación de los Asydeos
ce Castilla -alude a la de los Judíos, llamados así, y eran unos hombres zelo-
sisimos de su Religión, muy fue:-tes y los primeros que se unieron a Matatías
con la firme resolución de defenderse de los soldados de Antioco, aunque fuese
en sábado; como "de facto" lo hicieron, y se puede ver en el lib. I de los Ma-
cabeos 2, 42-49, los más fuertes de este leal y fidelísimo Reyno, que volunta-
riamente habían abrazado el partido de la justicia y de la ley, capitaneados
por su digno Gefe, el terror de los franceses, el Sacerdote del Altísimo, el insig-
ne Coronel D. Gerónimo Merino ...".
68. MAYORAL. Sermón de la reconquista de Zaragoza, 16 de julio de 1813.
Zaragoza, 1813. p. 5: "Un nuevo David <Espoz y Mina) ... pone en nombre del
Señor en precipitada fuga exércitos enteros de Filisteos (a la División de Clau-
sel y las de París) ... ".
46 ALFREDO MARTINEZ ALBIACE:

b)) Antes de 1808


El predicador dieciochesco, consecuente con la temática de su
época -edad teológica-, vive bajo la vigencia normativa del Anti-
guo Testamento. Como el eje en torno al cual hace girar toda su
vida y su ideal. En la festividad de Todos los Santos de 1785, Fray
Francisco Armañá -que acaba de dejar la sede lucense por la arz-
obispal de Tarragona- predica por vez primera a sus diocesanos
en su iglesia metropolitana; y a ellos presenta su gran preocupación,
la valoración del siglo xvm. Prescindiendo de su diagnóstico, cen-
tramos nuestra observación en el término de comparación, que en
realidad descubre la obsesión que gravita sobre todos los cléri-
gos: "¿Es más corrompido nuestro siglo que aquéllos en que flore-
ció la virtud beroyca de Tobías, de Daniel y de todos los Profe-
tas?" ta.
El futuro Obispo Auxiliar de Zaragoza -Obispo de Huesca, Go-
bernador del clero en Aragón y Arzobispo de Sevilla durante la
dominación napoleónica, Fray Miguel Suárez de Santander, el 26
de agosto de 1794, en el tercer dia de las Rogativas Públicas decre-
tadas por Carlos IV con motivo de la guerra contra la Francia
revolucionaria-, aplica la temática existente en el púlpito español
-del que fue impar y prestigioso representante-, la metempsico-
sis bíblica en los personajes de su época: "Ya habló el Soberano
por medio de su primer ministro, y a imitación del valeroso caudi-
llo de Israel, Judas Macabeo, al mismo tiempo que providencia
como Rey enviar tropas y socorros a su exé!"cito, acude como cris-
tiano a implorar la protección del cielo, mandando que se bagan
en todo el reyno estas santas rogativas, y que se suspendan las
diversiones públicas, y se cierren los teatros, como cosas desagrada-
bles a Dios, contrarias a las buenas costumbres de un cristiano, y
nada conformes a la triste situación de nuestros días" 70•
Y en la exhortación que Fray Miguel Suárez de Santander diri-
gió "a sus paisanos para la defensa de la Patria en la presente gue-
rra, el año 1795", evaluaba esta lucha como "un efecto d-:l la justa
indignación de Dios contra nuestras culpas, que causadas por el
valor de nuestros enemigos, de quienes se ha valido el Señor como
de un azote para corregirnos, así como en tiempo de Matatías se sir-
vió de Antíoco para afiigir a los Judíos". "Por eso debeis ante todas
cosas -seguiré diciendo con Matatías- observar puntualmente la
divina ley, apartándoos del vicio y practicando la virtud; aborrecien-
do con el dolor más verdadero vuestras culpas, confesándolas debi-
69. ARMAÑA, Sennones, t. IV, Madrid, 1818, p. 11.
70. SA!n'ANDER, Panegíricos, rr.
Madrid, 1814, p. 375.
RELICIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 47

damente, recibiendo el cuerpo y sangre del Señor, ajustando las


cuentas con vuestros corresponsales, aclarando y disponiendo vues-
tros asuntos; y confiando en el poder del Dios de los exércitos y
Señor de las batallas, salir animosamente a rechazar a vuestros
enemigos o morir en la demanda" 71 •
¿Para qué abundar en más testimonios? Tendremos ocasión de
apreciar esta vigencia normativa del Antiguo Testamento, especial-
mente en la guerras santas del siglo xvru. También en los sermones
que tal vez con excesiva prodigalidad ofreceremos al lector en las
siguientes páginas: ella nos dará la confirmación de nuestra creen-
cia, no sólo en este aspecto del uso del ropaje veterotestamentario
para su coyuntura, sino también en los diversos matices propios de
la posición desinteresada frente al mundo.

71. SA.t."TANDER. Panegiricos II, 355.


B) DIVULGACIÓN DE UNA TEOLOGÍA DE LA IDSTORIA IDSPANA

l . - El ministerio profético posee una gama inmensa de mati-


ces; su máxima peculiaridad reside en la de moralista. Mas antes
de asumir tan ingrata misión, prefiere disponer convenientemente
su auditorio mediante una teologización de la historia. Escogemos
nuestra Guerra de la Independencia, por su cercanía con el mo-
mento actual - para soslayar el "teológico" siglo xvrn-, y en una
coyuntura en la que no existe el apasionamiento contra el "liber-
tino" o liberal.
Fray Manuel Hurtado reconstruye la ideología antigua de Espa-
ña, pueblo de Dios, que "por defender su fe ha peleado desde la
ftmdación religiosa hasta ésta su milagrosa restauración" 72 : el 28
de agosto de 1813 celebra el dia "más memorable y glorioso" de
Carmona, liberada por "funesto inopinado accidente" 13 •
En primer lugar, alcanzamos los albores de ese pueblo escogi-
do, tal vez con mejores méritos que el hebreo. El suceso histórico
que realiza en Masdeu -"Historia crítica de España"- lo encua-
dra en rimbombante título: "Victoria de la Fe Católica y triunfo
de la Devoción Mariana que harán eternamente famosa entre las
naciones a nuestra confederada España, perseguida y expugnada
de la nueva confundida Babilonia de la Francia y de su monstruo-
sa humillada bestia, delineada una y otra en el pequeño qüadro de
este Discur so gratulatorio y de acción de gracias, que en la maña-
na del dia 30 de mayo de 1813 pronunció en la Iglesia Parroquial
del glorioso Mártir Señor San Bias de la Ciudad de Carmona, en
osequioso agradecimiento a su Patrona María Santísima de la Gra-
cia". Desde los tiempos gerundianos de la primera mitad del si-
glo xvm no habíamos leído rótulo tan sensacionalista en el enca-
bezado· de los sermones; al que se incorpora ur.a peculiaridad, el
trunfalismo católico.
La teologización de la historia hispana se inicia con los pri-
meros pobladores, los Tubalitas y Tharsianos, veinte siglos antes
de la redención y más de dos después del diluvio: "derramaron
las primeras semillas de la verdadera Religión, revelada por Dios
a Noé, y de éste transmitida a sus hijos y nietos, nuestros pri-
meros colonos; derramó el cielo sobre ellos y sus habitantes toda

~
72. H URTADO, D iscur so. Sevilla, H idalgo, 1813, p. 7.
73. HURTADO, Dis curso, 5.

1
RELIGIOSID.~D HISPANA Y SOCIEDAD BORBO:nCA 49-

suerte de bienes y bendiciones; les concedió las más insignes vic-


torias de sus rivales y puso baxo de sus pies todas aquellas gentes
y pueblos que perseguían su Religión". Sobre su ética de felicidad
-definida como ''paz, contento y gozo del espíritu", contrapuesta
a la afrancesada y liberal- crea el mito de "Celtas o valerosos
Celtíberos·· cuya fama se extiende por todo el mundo entonces co-
nocido: "rompieron la vez primera los Pirineos, y dominaron la
Francia un siglo entero. Pasaron los Alpes, y entraron en Italia, y
todo el Apenino; y aun se dice que se hicieron dueños de Roma, y
sus primeros legisladores. Y llevando sus conquistas por la Sici-
lia, Córcega y Cerdeña, penetraron hasta la Georgia, a quien die-
ron el nombre de Hibernia, como el de la antigua España" 74•
Su felicidad subsistió una era. Hasta. la llegada de los fenicios:
la idolatría del Mediterráneo oriental concluyó la etapa de las
"guerras divinales" y, con ella, el triunfalismo religioso : "chuparon
nuestra substancia y sufocaron nuestra Religión". Fenicios, grie-
gos, cartagineses y romanos 75• "Y desde luego hubiera fenecido
totalmente la Nación, si el altísimo Dios, que la tenia destinada
para fiel depositaria de el testa':Tlento de su eterno Hijo, y para in-
ventora sobre la tierra del culto y adoración de su temporal Madre.
(NOTA intercalada en el mismo sermón: Tiene sin duda nuestra Es-
paña la singular y emulada gloria de haber sido la primera que
dio culto y adoración a la Santísima Virgen en la primera de todas
sus Efigies, qüal es la de el Pilar de Zaragoza. Así lo testifica la an-
tiquisima y general tradición de todas las particulares Iglesias del
Reyno, cuyos documentos si los hubiera visto el Cardenal Baronio,
dice su Epitornista Henrique Spondano, no hubiera puesto en duda
una tradición, que como escribe el doctisimo Suárez en su tratado
de Religión, si no es cierta, ninguna otra de las demás I glesias par-
ticulares, lo es), no la hubiera hecho renacer, naciendo de María
el Príncipe de la Paz". Depositaria del testamento de Cristo, inven-
tora del culto y "adoración" de su temporal Madre: he ahí el fun-
damento de la predestinación divina, he ahí el motivo de constituir

74. HURTAJ>O, Discurso, 7.


75. HURTAJ>O, Discurso, 8: ·• Así prosperando de siglo en ¡;iglo, participaron
de estos frutos ·benditos de su Religión, hasta que los Fenicios desalvjados de
su pais por Josué, vinieron a ocupar esta tierra de promisión que corrompie-
ron con sus ídolos y falsas divinidades, como los Griegos con su mitología y
superstición. Hasta entonces no supo España lo que era ser infeliz; porque
hasta entonces no supo lo que era ser infiel, entregándose a ia idolatría más
infame. Por eso los de Fenicia chuparon primero toda nuestra substancia, y
sufocaron nuestra Religión. Por eso los de Cartago perturbaron después nues-
tra tranGuilidad, y los de Roma nos pusieron a punto de perecer con las gue-
J' rras más sangrientas, continuadas por más de dos siglos".
1

1
50 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

el pueblo de Dios: hispanizar el mundo, como "soldados de J esu-


cristo y de Maria". Su distintivo, los tres soles 76.
La Edad Media empieza con el signo de la alianza, no en el
Sinai, sino en el Vaticano. Se instaura la teocracia con el "prime-
ro de nuestros católicos reyes, el grande Recaredo". Luego. agare-
nos y judios serán el azote divino que la "perderán SEGUNDA VEZ
por su inobediencia al Papa". ¿Cuál? No lo dice; al clérigo le place
este lenguaje impreciso, en que insinúa cuanto no podria manifes-
tar sin faltar a la verdad histórica.
¡Ah! Un grito feliz para alcanzar la etapa que eleva a prototipo,
la Reconquista, "la historia más parecida a la de nuestra tempes-
tad". Don Pelayo capitanea "los pocos hombres de valor y de fe que
habían quedado sin corromperse". Para marianizar aquella epope-
ya, acude a las notas del P. Isla sobre la "Historia hispana del P. Du-
chesne". la invocación a Santa Maria de Covadonga, Patrona del
Principado asturiano. Palabra mágica: "dando principio con su
invocación a la conquista".
La gratitud de los reconquistadores es encauzada por el predi-
cador de la Guerra de la Independ~ncia hacia un interés localista
de gloria ciudadana, la imagen de María Santísima de Gracia. La
historia de la Patrona de Carmona conserva ese sabor de agrade-
cimiento como altar de la patria, "desde entonces hasta estos dias.
en que ha sido TERCERA VEZ perdida y asolada". Triunfalismo religio-
so, ahora más meritorio, porque, "aunque se ha visto atacada de
enemigos más universales ... , que los Bonapartistas Franceses en
España, aunque ésta no ha tenido jamás hijos más ingratos y
rebeldes que le hayan perseguido y hecho la guerra aún más que
los extraños; por eso mismo jamás ha logrado un triunfo que la
haya cubierto de mayor gloria... , ha tenido que vencer a unos
enemigos más poderosos y capitales, a unos enemigos que afec-
tando una Monarquía universal, y qu~riendo subyugar a toda la
Europa, salieron de la Francia ... , para llevar a su ocaso todos los
Imperios, hasta el de Jesucristo" 77•

76. HUR,.ADO, Discurso, 8-9: "Dustrada nuevamente nuestra España con


los rayos de tres Soles, que según el testimonio de Sto. Tomás (3.• p, q. 36,
a. 3, argum. 3. p. 383}, a-parecieron en nuestro hemisferio en el nacimiento
del Divino Sol, fcrtalecida con el nuestro de la fe Cristiana, que abrazaron
todos sus pueblos por la predicación Apostólica; y defendida con el antemural
de la protección de Maria santísima, que antes de su Asunción a los Cielos
se dignó visitarla en persona. dexándola como en arras su preferente amor,
el primero de sus retratos y templos que conoce y adora la Cristiandad, se
hizo con este escudo más y más inconquistable y victoriosa. Porque aun domi-
nada de los Romanos, ¿qué glorias no se adquirieron para sí y para los Cé-
sares los nuevos Españoles, soldados ya de Jesucristo y de Maria?"
77. H URTADO, Discurso, 10-11.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 51

Y recuerda con angustia el trast onw que provocó Francia ofre-


ciendo "el vino de su prostitución". Se afrancesaron los pueblos y
las costumbres; trocó el orden en confusión, la quietud en tumulto,
la razón en fatuidad, el honor en afrenta. Nueva idolatría: "¿No
adoraron a Francia, igualmente que a su Bestia muchos españoles,
que tomaron su carácter y la divisa de su legión de honor?" 78 •
La Gran Bretaña, en cambio, restauró la era de felicidad : "¿No
fue tal la política, la correspondencia y fiel contestación del Gabi-
nete de Londres y de todos los generales de su exército, que pare-
ción haber resucitado aquel siglo de oro en que la Nación Anglica
fue tan Angélica como Católica y tan Católica como Mariana, que
dixo un sabio historiador, Augustin Wicmane Premonstratense in
suo Sabatismo Mariano, c. 8? ¿No pareció haberse transformado
sus Reyes Jorges en aquellos sus Santos Príncipes Eduardos, que
en todas sus capitulaciones y tratados no interponian otro Sa,arado
Nombre para dar fuerza a sus más solemnes juramentos, que el
Santísimo Nombre de María? juramos, protestaban cumplir todo
lo prometido, "per Sanctum Mariae Nomen"? ... Así lo han acredi-
tado con sus obras en todo lo estipulado con nuestro Gobierno ...
.Ellos nos dieron desde luego sus brazos como a hermanos, qüando
poco antes les negábamos los nuestros como a enemigos. Ellos nos
facilitaron los recursos a la Dinamarca para la restitución de nues-
tras tropas expatriadas -las de La Romana-, y la navegción a
las Américas para la conducción de nuestras riquezas detenidas .
.Ellos nos han guarnecido nuestras plazas y puertos que antes olo-
quaaban, y nos han abierto los suyos, franqueándonos armas, gen-
tes y dineros hasta 60 millones de pesos con todos los auxilios para
nuestra defensa, hasta ponernos en libertad y en estado de llevar
la guerra hasta su decisión la más gloriosa. ¿No es éste un hecho
incontestable?" 79_
Con una perspectiva de siglo y medio, tal amalgama d e anglo-
_filia y teología mariana excitan la repugnancia del lector m ás en-
tusiasta de la rubia Albión. No obstante, el predicador de princi-
pios del xrx no había podido escoger la metodología de s u guerra
.santa; aceptaba las circunstancias que luego -gracias a su fanta-
sia gerundiana- teologizaba; se aferraba a la más sólida esperanza, la
divina. Cimentado en ella, soñaba en que cayese de la cabeza na-
·poleóncia "la corona con que se coronó él mismo, arrebatándob
·de las venerables manos del Santo Padre, a quien tan atrevida y sa-
.crHegamente llamó de Roma para su coronación" ro. Pero la con-
.fianza no es absoluta; aún teme : "¿qué sabemos si libres por ahora
78. HURT.'\00, Discurso, 18.
79. HURTADO, Discurso. 26-27.
80. HURTADO, Discurso. 28.
l
52 !..LrREDO M:ARTINEZ ALBIACB
1
de !ra.1ceses, volverán a dominarnos para siemp:-e?" Las dudas le
servirán para recomendar el remedio moral en una situación béli- t
ca: "Formemos la firme resolución de acusarnos al sacerdote de todo
qüanto la conciencia nos acusa, de corregir y enmendar todo qüan-
to la conciencia nos arguye, y condena. De este modo venceremos
a los franceses hasta su última derrota., 81 • El tradicional diagnóstico
profético que empaña las ambiciones del triunfalismo católico
espa.Tiol.
Pero nos hemos precipitado históricamente. Entre la segunda y
tercera "desolación" hispana queda un vacío de siglos. Hagan10s
marcha atrás. Para llenar el bache histórico, nos trasladamos men-
talmente a Cuenca, y escucharemos al Maestrescuela catedralicio,
añorando el 5 de mayo de 1813 la edad dorada : " ¡Tiempos felices, .
Patria mía! dichosos fueron tus días; venturosos eran tus años,
qüando el grande y el pequeño, el ciudadano y el campesino acos-
tumbrados al trabajo, al sudor y a la fatiga, esgrimían juntos la.
espada, para abrigarte y sostenerte; qüando tus fuertes membru-
dos Reyes eran los primeros en la justa lid y defensa de tus dere-
chos; qüando el ocio del guerrero era la sabiduría, y qüando el
valiente y animoso soldado gozaba en el telar las dulz¡¡ras de la
paz tan honrosamente ganada. Entonces ¡o gran Nación! imperabas
a la tierra, dominabas a la mar, dabas la ley a los pueblos, vene-
r ándote como señora las demás naciones y gentes. Entonces fue,
qüando en medio de la lozanía de tu edad la más florida, te sen-
tabas, qüal gallarda, hermosa y robusta matrona en el solio augusto
de tu sólido poder y verdadera grandeza" 62•
Una auténtica utopía, de posible encuadre en la reconquista me-
dieval. Concorde además con el contexto del sermón, que tras breve
referencia a la obra de los Reyes Católicos -"hizo doblegar ia cer-
viz del Sarraceno"- , exalta los imperios de los grandes Carlos y
Felipe -"nuestro siglo de oro"-, cuyo extenso poder minará los
cimientos de la libertad y los derechos. Es justo reconocer la valen-
tía del predicador; también su imparcialidad en profundizar y des-
cubrir la raíz de nuestro ocaso. Con audacia inusitada enjuicia a
nuestra patria a caballo de los siglos xvúr y x:rx como "famosa y
bien engalanada ramera" flirteando con la Francia borbónica; el
pacto de familia y, ei'l general, la actuación de la dinastía inaugura- J
da por Felipe V, son objeto de rabiosas críticas; por más que sus '
reticencias -en su pretensión, como buen hijo de Noé, de cubrir
las ignominias regias- agravan las censuras que flotan en la ima-
j
ginación de los oyentes SJ.
81. HURTADO, DisCUTSO, 32. 1
82. A.MAT, Or ación. CUenca, Viuda e hijos de la Mad1 id , 1813, p. 10-11.
83. AMAT, Oración, 11-14.
RELIGIOSIDAD IDSPAN.\ Y SOCIEDAD BORBOX!CA 53

Preferimos hurgar en esa manida podredumbre de 12. corte de


Carlos IV. Sin desconocer la inmoralidad de la decadencia borbó-
nica, creemos que, además de los agravios personales y las envidias
por la r á pida elevación de Godoy -nos convence su autodefensa ~
y la opinión de Seco s;_, la inquina del clérigo español se cifra en
un nombre, Basilea, que más adelante estudiaremos en Guerras de
Religión. Su fobia contra el valido se mantiene durante toda la Gue-
rra de la Independencia 66. También, acerca del mérito de la Junta
Central -en alguno de sus personajes: Floridablanca, Saavedra, La
Romana, etc. 87- , instalada el 25 de septiembre de 1808, a las diez
de la mañana según el vaticinio del fraile 88 •

84. GODOY, Memorias. Madrid, B.A.E., 1956, V. 88, t. I, p . 14-15.


85. SECO, Estudio preliminar: Godoy. Madrid, B .A.E., 1956, V. 88, t. I,
p . XI-XVII.
85. El trie.n io 1808-1810 lo estudiaremos ampiiamente en el apartado B de
Guerras de Religión: Godoy constituye la motivación primordial de la "Re-
volución" iniciada el 19 de = de 1808. Para 1811 presentamos la Oración
fúnebre del Dos de Mayo del Dr. D. Sebastián HERNÁNDEZ MoREJÓN, Pro-Te-
niente Vicario General castrense de las tropas de Aragón, en Utiel, en cum-
plimiento de la R. O. de S. M. por la Junta Superior de Gobierno de Aragón
y parte de Castilla, p. 2-4. Para 1812 ofrecemos las de DoMi:Ncm:z, en Gibral-
tar, el 29 de agosto, p. 20-21; MANZAI'<<:DA, el 30 de agosto en la catedral ma-
llorquina, p. 4; Mn:RA PAcm:co, primer Capellán Real de la Capilla del Palacio
de Arajuez, en la villa de Estepa, p. 18; y RULLAN, Oración fúnebre en las so-
lemnes exequias celebradas por el Cuerpo nacional de Artillería de Palma de
Mallorca, el 5 de dicie;nbre, p. 10, que reproducimos como un testimonio no
demasiado apasionado: "El conventículo de Bayona, la demisión ilusoria de
Carlos qUarto, la infame confesión de Maria Luisa, su esposa... el gobierno
despótic-o de un voluptuoso Visir, de una Sultana corrompida". Y para 1813,
el ya citado AMAT, p. 17-18: "Al aproximarse tan temidas fuerzas -las na-
poleónicas-. al ruido de la cercana ocupación de Mad.lid, despierta de su
letargo el voluptuoso valido; y entre sustos y sobresaltos, lleno dt> cobarde
terror. propio de un General de Palacio y de un Almirante ce sala, proyecta,
aunque tarde, la fuga, inclina::tdo con su parecó!r a ella a los Reyes NN. SS. El
pueblo fiel de la nueva Castilla, que como todos los de esta vasta Península,
atendía con el mayor cuidado, y con la paciencia m ás silenciosa y sufrida no
violar jam:ís los sagrados derechos del trono; al penetrar su triste situación.
al eco de su desamparo, y de la fuga, a que se impele a sus Reyes, sin agraviar
en nada su santo y devido r~peto, sin injuriar su decoro, invade intrépido,
atropella valeroso el palacio del ¡:rivado; se apo<!era de su trémula abominada
persona; y lo hubiera conducido a un pronto y bien merecido suplicio, si el
no:,le y genercso Príncipe, si Fernando VII el amado no hublera apagado, sólo
con su deseada presencia, el implacable furor de tan encen:iidas iras. ¡O l"!lU-
danza veloz de una ap:lrente y mal forjada fortur.a! Dexó ya de existir en lo
político el déspota codicioso y feroz".
87. CEREzo, Elogio fúnebre al Conde de Floridab!anca. Murcia, J . V. Te-
ruel, 1809, p. 3-33; RAMíR.cz, Sermón. Se,;ua, Im;:>renta P.eal. 1814, p. XXVI-
XXVll : "El Excmo. Sr. D. Francisco Saavedra ... "; ABAD, Discurso fúnebre al
Marqués de La Romana. Alicante, Viuda de España, 1811, p. 17-23; RULL!...'I,
Oración fil.nebre al Marqués de La .Romana. Mallorca. Serrá, 1811, p. 6-16.
88. LABAIC, Sermón del 25 de septiembre de 1808. Valencia, Fauli, 1808.
p. 23-24: "¿Y qu!én sabe si en este día. si tal vez en esta hora, o acaso en
este mismo momento en que le damos gracias por los beneficios rec!bidos, nos
dispensara el mayor y más deseado de todos ellos? ... Yo no lo sé, soy predica-
54 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

El Dos de Mayo S<J se reduce a una pluasible y tópica recorda-


dón patriótica, susceptible todavía de una u otra significación,
pues no estaba marcada de antemano en ningún sentido inequívo-
camente determinado 90• Lo que al clérigo importaba era la "justa
venganza" de la sangre de tan sagradas víctimas, fecunda y feliz
semilla en Valencia, Murcia, la Mancha, la "fiel y antigua" Castilla
con el "incomparable" Cuesta, el "honrado" leonés, el extremeño
"ilustre", el gallego "leal", el "noble" montañés y asturiano, Viz-
caya, Navarra, Aragón, el "membrudo" catalán y el "atrevido" an-
daluz 91• Todo se resume en Bailén, cuyo éxito no se explotó 92•
Con esa sangre hispana se legitimaba la Revolución del 19 de
marzo de 1808 -de que ampliamente hablaremos en la Guerra de
la Independencia-. Revolución justa y heroica 93, antagónica de
la francesa 94 ; una contra-revolución del contagio sufrido durante

dar y no profeta; mas en este caso todo lo espero del mismo protector de quien
estoy hablando -San José-. NOTA: Los votos del predicador no fueron vanos,
porque en el mismo día y aun en la misma hora en que se predicaba este Ser-
món, que fue el 25 de septiembre, sobre las diez de la mañana, se verificó la
instalación de la Suprema Junta Central, tan importante a la Nación, y de
la mayor desesperación para el enemigo".
89. Hf:RNÁNDEZ MoREJóN, Oración, 6: "El Dos de Mayo, el heroico sacrifi-
cio de sus víctimas, amanecerá todos los años sobre nuestro horizonte como
el sol; los españoles lo saludarán con alegria, y reunídos en el templo, enage-
nados sus nietos en un profundo gozo a vista del interesente qüadro de las
virtudes de sus padres, exclamarán diciendo: Hubo un t iempo en que la im-
piedad alzó su frente altiva en el seno de la Francia, derribó en ella el trono
y el altar ... " .
.AMAT, Oración, 19-22; luego completaremos esta idea en la Guerra de la
Independencia.
90. ARANC'OREN, Moral y Sociedad. Madrid, Edicusa, 1966, p. 40.
91. AMAT, Oración, 23-24.
92. .AMAT, Oración, 24-25: "Bien pronto se hubiera dado fin glorioso a los
amargos desastres y a las ominosas desgracias; bien pronto hubiera amane-
cido el claro y despejado día de triunfal felicidad; si el espíritu del pueblo, que
sin razón se llama baxo, hubiera sido, sin excepción, general, no alterándose
jamás el ímpetu de las pasiones. Empero la ambición de unos, la codicia de
los otros, las intrigas de éstos, las parcialidades de aquéllos; y el egoísmo fatal,
que a trueque de no incomodarse y sufrir, se presenta, no pocas veces, lloroso
y triste, predicando, qüal autorizado Jeremías, con cadena pesada al cuello,
el inexorable decreto de inevitable esclavitud, al que es ignorante \mprud~>.n­
cia oponerse y resistir". Tambifn iusistiremos después.
93. DolldNcm:z, Sermón, 7.
94. DoMfNcm:z, Sermón, 19-20: "Oíste, Francia, abrigaste las falsas doc-
trinas de tus Filf>sotos, y desapareció toda tu gloria. ¿Y qué encontraban en
ellas tus habitantes, sino las licencias de una moral corrompida que, aleján-
dolos, por una parte, del temor santo y saludable a su Dios, de las máximas
honestas del pudor y de la vergüenza; y, por otra, de las religiosas ideas sobre
la vida futura, los arrojaba sin miedo a los placeres sensuales, a los comercios
ilícitos y pecaminosos, y a todos los horrores de la impiedad y disolución? ¿Qué
frutos produxeron en ellos esos principios subversivos de todo orden, esa So-
beranía del Pueblo, esa igualdad, esa libertad, esos derechos del hombre...
Acuérdate de tu espantosa revolución ...". También ampliaremos este concepto
en Guerras de Religión.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON1CA 55

veinte años "con la facilidad y mania de adoptar todo lo que era


francés" 95• Tal conducta provocaría la ira divina, que envió su azo-
te, el moderno Atila -Napoleón-, dominador de la pen1nsu1a por
extrañas causas "que se han procurado ocultar" 96.
"Cinco años de una guerra tan desastrosa no podia menos que
aumentar el orgullo del enemigo, su engreimiento y sangrienta do-
minación; y enervar algún tanto la constancia siempre heroica de
los Guerreros Españoles, como la confianza de los oprimidos Pue-
blos" 97• En luctuoso balance -sin dejar de cantar a los héroes 98_
entre la derrota - Tarragona, Figueras, Valenci~ y la heroicidad
-Lacy, Mina, Mend.izábaJ.. Durán, Martín, Longa, Sánchez, Penne,
Morillo, Ballesteros- "vencer o morir por su Religión, por su
Rey, por su libertad e independencia" 99• El clérigo duda en la incul-
pación al Gobierno en tal coyuntura: ¿sordo o impotente?; cierta-
mente la ayuda americana en los apuros económicos de la nación
española era esencial -"de resultas de la terrible y espantosa re-
volución de aquellas Provincias, originada o de la impolltica de los
Gobiernos, o de la disposición de aquellos naturales cansados de
sufrir las vejaciones y violencias de los Gobernantes que se trasla-
daban allí de la Península, o de las intrigas y manejos incendiarios
que introducían en ellas los astutos y viles agentes del Tirano de
la Europa" 100- . Pero la situación se agravó con el estancamiento
del frente aliado en Portugal, si bien de allí surgirla Lord Wellington,
convertido en el último mito sagrado de la Guerra de la Indepen-
dencia, como luego veremos.
La confianza en el general inglés es ilimitada 101 ; estriba en dos.
razones, "porque así nos lo anuncian sus primeras gloriosisimas em-
presas" y "porque así nos lo hace esperar la reforma de vida y
costumbres que deberán todos abrazar para no desmerecer su li-
bertad y entera redención". "¡Cómo se unirán, estrecharán en sus
brazos, y se auxiliarán mutuamente los hijos de estos tres Reynos
-Inglaterra, España y Portugal-, mirándose como hermanos y
formando una sola familia. .. para vencer y dar la Ley a todos Sl.lS
enemigos" 102•

95. DOMÍNGUEZ, Sermón, 2Q-21.


96. DoiÓNGUEZ, Sermón, 21. 7-8.
97. DolláNGUEZ, Sermón, 8.
98. HERNÁNDEZ MoREJóN, Oración de 21 de julio de 1813. Zaragoza, Imp.
Junta S. Aragón, 1813, p . 8.
99. DolláNcm:z, Sermón, 8-9.
100. DoMiNGUEZ, Sermón, 9.
101.DoMiNGUEZ, Sermón, 23.
102. liERNÁNDEZ MOREJÓN, Oración, 7; DOIÓNCUEZ, Sermón. 23.
56 ALFR.EJ:O MJ\RTilotLZ ALBIACR

Tal es el porvenir que deseaba el clérigo español para su pa-


tria, desde su perspectiva profética, ensimismado en teologizar su
historia. Unica interpretación lógica para la teocracia hispana.

2.- Más sobre divulgación de una teología de la Historia hispana.


Tal vez los testimonios hasta ahora presentados para afirmar
una divulgación de la teologización de la historia hispánica, parez-
can insuficientes. 1751 es, para nosotros, la ruptura de hostilida-
des entre el español apegado a la tradición y el liberal, llamado
entonces "libertino". Desde entonces se estabiliza en el firmamento
español una borrasca preñada de odios y pasión. Sólo el enemigo
común --exceptuando el problema de los afrancesados que merece
consideración especial-, Napoleón, consigue imponer una tregua,
y la tensión se relaja. Ese es -lo repetimos- el momento que apro-
vechamos, e incluso seleccionamos los momentos de menor nervio-
sismo, producido por la Guerra de la Independencia: 1812-1813;
también la calidad sobre la cantidad de testimonios -en gracia de
la claridad de la ideología-, especialmente cuando gran número de
sermones -utilizados para algún tema en concreto-- nos corrobo-
rarán en el aserto a través de las siguientes páginas.
Sin embargo, aun a riesgo de ser pesados, porfiamos en ampliar
nuestra información, dentro de la misma época, si bien extendién-
donos a los primeros años de nuestra Guerra de la Independencia.
En primer lugar, Fray José Maria de Jesús, el 25 de julio de
1808 en la catedral sevillana, centra la clave de su teología históri-
rica en el Patrono de la "especialisima y particular posesión de
Jesu-Cristo, como llamó a España San Leandro en el tercer Con-
cilio de Toledo" 103• He ahí al Pueblo de Dios. Así, pues, lisonjea a
sus "ccmpatricios" por "afortunados", al constituir el "sello del
apostolado" de Santiago, nuestro maestro, doctor, padre, defen-
sor, vengador, etc. Por consiguiente, nuestros enemigos jamás ven-
cerán la firmeza de fe que nos imprimió Santiago, ni harán que ol-
videmos las obligaciones más sagradas, y sin adoptar las "novedades"
l'i que nos quieren inducir, la grandeza cie fe que heredamos de
Santiago dará a nuestra causa éxito feliz 104• Y es que Napoleón y
las "novedades" son condenadas simplemente como heréticas; lue-
go, volveremos sobre esta "antiteología".
El clérigo español concibe su momento histórico como un des-
envolvimiento cíclico de las guerras religiosas del Pueblo de Dios
-titulo que le pertenece, quizá con mayor derecho que Israel, se-

103. J . M. J ESús, Sermón. Reimpreso en Mallorca. B. Villalonga, s. f.. p. 5.


104. J . M. JESÚS, Sermón, 5.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 57

gún vimos en la parte precedente-, que se realizan de una manera


uniforme. Y vuelve a otro de sus habituales "recorsi". No al epi-
centro israelitico. Sino a las guerras franco-españolas de Roncesva-
lles, Pescara, "Vísperas Sicilianas", Nájera, Toledo, Pavía, San Quin-
tín, Fuenterrabía, etc. En ellas funda su esperanza c!e recuperar
Pamplona como en 1521, Barcelona como en 1652, y Madrid "como
salieron otros que la ocuparon contra la voluntad castellana" •<D. Y
grita la voz marcial y medievalesca: "Ea, ánimo, españoles, Santia-
go y a ellos, que la grandeza de su fe nos guia al triunfo y a la vic-
toria... El Cielo en todos tiempos peleó a nuestro favor y nos dio
el triunfo qüantas ocasiones nos hicimos dignos de él poniendo en
el Señor nuestra confianza. Pueblo español, a ninguna nación del
mundo tienes que envidiar. Como Griegos y Romanos has conquis-
tado, no regiones, sino mundos enteros. El Cetro del Imperio lo
mantuviese en Carlos con la gloria de un Constantino. Tú misma
has sido siempre la restauradora de tu suelo; el nombre español lo
has hecho respetable hasta en las extremidades del mundo; a to-
das las Monarqulas has aventajado, PORQUE NO LA AMBICIÓN DE
MUNDANA GLORIA, SINO SOSTENER TU JUSTICIA Y EXTENDER LA FE DE
JESUCRISTO FUE CASI SIEMPRE EL MÓVIL DE TUS GUERRMi"'. Y aporta
abundantes datos históricos 106•
Este concepto lo hallaremos repetido como nota dominante en
todas las Guerras de Religión que estudiaremos, en especial las del
siglo xvm, en los testimonios eximios de los PP. Gallo, Cádiz, San-
tander, etc.
Ahora bien, tal léxico evoca necesariamente, como vimos según
la nota 53 del presente capítulo, la apasionada alocución del Obis-
po burgalés Don Alonso de Cartagena -"la primera descripción de
la intima realidad de España"-, vindicando la precedencia de Cas-
tilla respecto de Inglaterra ante el Concilio de Basilea en 1434: "El
señor rey de Inglaterra, aunque faze guerra, pero non es aquella
GUERRA DIVINAL .•• CA NIN ES COmRA LOS INFIELES, NIN POR ENSALc;(A-
Ml:ENTO DE LA FE CATHÓLICA, NIN POR ESTENSIÓN DE LOS TÉR.MINOS DE
fázese por otras capsas. Exhibir !a lt.:cha antina-
LA CRISTIANDAT, ::n3S
poleónica como "guerra divinal" es la única interpretación lógica
para la toocracia hispana, fruto natural de la teologización de la
historia española.
En efecto, se trataba de establecer una perfecta teocracia, revi-
viendo la utopía del Pueblo de Dios, España, "reino suscitado por
Dios", aplicando la imagen profética de Da.'liel -2, 34. 44-45-. La
cautividad de Fernando -ya lo indicamos según la nota 8 de este
105. J. M . JEsús, Sermón , 17
106. J . M. JES ÚS, Sermón, 18-19. Cfr. n 45.
CEL ICIOSID \1> IIISI'AX \ ••• - 5
58 ALFREDO !LARTINEZ ALBIACH

capítulo- favorecía la pretensión. En un reino acéfalo y profun-


damente católico cada clérigo se imaginaba ministro plenipoten-
ciario de la divinidad, su intérprete, el gerente de la planificación
divino en la historia. Y sin cabeza visible la consideración del
intermediario sagrado se acrecentaba, y el 30 de mayo de 1813, des-
de la catedral sevillana, ya se atreverá a proclamar "por Monarca
a Dios y por General a F ernando" 101.
En la solemnidad del Corpus de 1809, el Teólogo consultor y Ca-
pellán de honor del Srnmo. Sr. Conde de Altamira, Presidente de
la Suprema J unta Gubernativa de España, distribuye en tres eta-
pas la historia nacional o en terminología del predicador" voy a
desplegar los caracteres del Pueblo por quien me intereso" 1011• En su
primer estadio, la España gloriosa, ideal, católica: nace con Reca-
redo, "mereciendo que el Vicario de Jesu-Cbristo lo distinguiese
entre todos con el sobrenombre de Católico"; "un Pueblo intrépido-
religioso, infatigable en procurar la honra de su Dios, que por es-
pacio de 800 años siguió hasta consumar su obra, el noble empeño
de purgarse de Judíos y Moriscos, baxo el cetro de los Alonsos,
Fruelas, RamiTos, Sanchos, J aymes y Fernandos"; " nación celosa,
que no contenta con mantener el catolicismo puro, floreciente y
contenido, c;tesde que el Apóstol Santiago lo plantó en su suelo, supo
marchar en Cruzadas a conquistar los Santos Lugares de nuestra
Redención, y a trasplantar el Arbol de la fe en los climas más re-
motos"; " la España grande por sus sabías leyes, grande por su buena
moralidad, grande por sus constituciones severas, la España que a
fines del siglo xvm descansaba en la inmutabilidad de sus costum-
bres; y conservando su propia grandeza qüando las otras Naciones
se hallaban gastadas por la corrupción, ella sola se decfa la GRAN
NACIÓN" 109.
La segun~a etapa arranca de 1795: miserable, servil, que com-
prende los dieciocho años de Godoy, " la pobre España" -en frase
del Conde de Floridablanca-: "Una Monarquía generosa, pero ser-
vilmente dominada por el más cruel dP. los déspotas, que en 18
años de favor, pudo usurp~ los bienes de la Corona , apropiarse
irnpúnemente los intereses particulares, el todo de los empleos, lo
mejor de los titulos, hasta el tratamiento de Alteza; y que tenien-
do ya palpitante entre sus piE:S a su moribunda Patria, quiso arre-
batarle la Corona, para ceñir con ella su testa taymada y criminal.
Un Pueblo magnánimo, pero sumergido en intenso dolor, por ver
a su inocente Príncipe calumniado, acometido y arrestado en El Es-

107. RoDRicm:z, Sermón. Madrid, Francisco de la Parte, 1814, p . 13.


108. GuntRREz PoLOP, Discurso. Valencia, Viuda de Perls, 1809, p . 9.
109. G. POLOP, Discurso, 9-10.
R.ELICIOSIDA.D HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 59

corial por el infame Manuel de Godoy, y empozoñado por el dien-


te viperino ¿de quién? ah! yo lo dirla si no me impusiese el respe-
to. La España abatida y degradada. Y para explicarme con las mis-
mas enfáticas palabras, que con previsión pronunció el más sabio y
leal de los Patriotas ~1 Conde de Floridablanca-, la 'pobre Espa-
ña'... Ella es el Pueblo de su Dios. Lealtad, amor y celo. Estas son,
Señor, las tres divisas con que iniciasteis el Pueblo de Israel al mis-
mo tiempo de formarlo. Fiel depositario de las leyes de su Dios;
amante verdadero de su Dios; defensor infatigable de los derer;bos
de su Dios, son los caracteres por los que babia de conocerse el
Pueblo que eternamente seria vuestro" uo.
El último y definitivo estadio, el actual, la "España regenerada".
Tal es el tema de su discurso-sermón. No pretende historiar, sino
restablecer una vivencia pasada, desandar dieciocho años, "re-
generar" la nación con una postura "teológica", desinteresada fren-
te al mundo, y con una antiteologia, fundada en Napoleón.
Sobre el Emperador francés cae un torrente de títulos denigran-
tes: hereje, impío, sacrílego, blasfemo, etc., y como resumiéndolos
todos, un Anticristo, con atributos divinos. Sorprende el comentario
del clérigo español a las proclamas napoleónicas, impregnándolas de
una peculiar antiteologia, ajena sin duda a la mente imperial. Así
pocL""á revivir la agustiniana lucha de las Dos Ciudades, asegurando
la victoria final de la Ciudad de Dios, a la vez que el objetivo de
su discurso-sermón: "reanimar a los ~pañoles en la defensa de la
justa causa".
Por ello interpela a España, exponiendo indirectamente las ba-
ses de la antiteologia: "¿Cómo podrás resistir ahora a un enemigo
que se dice "todopoderoso, invulnerable, irresistible, invencible"?
¿A un enemigo que se jacta de tener "el poder y la voluntad de
vencer todos los obstáculos" (Proclama de Napoleón desde su Cam-
po Imperial delante de Madrid, de 4 de diciembre), que es "terri-
ble como fuego del Cielo" (Proclama a los Soldados de tierra y mar
del Mediterráneo) y que viene a ti con todo eJ aparato de una Dei-
dad vengadora? ... Esos nombres de blasfemia t.:On que se presenta
el Tirano para aterrar; esa sacrllega usurpación de atributo:; que
hace a vuestra Divinidad. sólo servirán par4 empeñar más a este
Pueblo :m la venganza. ¿"Todopoderoso", dice España inflamada
en sant0 celo; "todopoderoso", un vil insecto que se ha levantada
del polvo? ¿"invulnerable", el que tímido se encaxona en las cora-
zas? ¿"irresistible", el s uperado por una pasión vergonzosa? ¿"in-
vencible", el "cobarde" que obra siempre con alevosía? ¿"vencedor
de todos los obstáculos", el que no puede vencerse a si mismo? ¿y

110. G . POLOP, Discurso, 10-11. Cfr. n. 37.


60 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

"fuego baxado del Cielo" una chispa obscura del infierno? ¿Qué
dices sacrílego Bonaparte? ¿No sabes, que yo no reconozco otro
Omnipotente que a un solo Dios?" lll.
Sobre esas dos teologías se asientan sendas ideologías, dos pos-
turas frente al mundo, dos éticas de felicidad, dos "regeneraciones
de España", la que ofrece el predicador y la que promete Napo-
león. Precisemos el término "regeneración", que constituye el tema
del discurso-sermón.
Asi dialoga con Espaiia: "El herege más que todos, Napoleón,
Emperador de los Franceses, y "aborto del abismo", intenta, pri-
mero, denigrar por Emisarios y Proclamas el honor de nuestros Re-
yes, para excitar contra los Barbones nuestro odio; en seguida nos
ofrece en su Dinastía la conservación de nuestra Religión y de
nuestros dogmas, la inmutabilidad de nuestras costumbres, la per-
petuidad de nuestras leyes, la integridad de nuesto territorio, y la
más completa felicidad. Y por último, nos intima que la R. Familia
ha renunciado la Corona en favor de los Bonapartes. España ¡pobre
España! ¿Qué será de tu libertad e independencia? ¿Qué de tus
fueros y privilegios? ¿Qué de tu Sacerdocio y de tu Altar, si das
crédito a las palabras de este "Sofista Impostor"? ¡Conservador de
nuestra Religión, "el hombre de todas las Religiones" ! ¡Protector
de nuestros Dogmas, el que a nuestros Ritos llama "superstición"!
¡El que se gloria de respetar al falso Profeta, ''más que los mismos
Mamelucos"! ¡El que se atreve a escribir, que "el Musulmán que se
embarca en buque donde haya una sola cruz, es peor que un In-
fiel"! ¡El que dice a los principios del Alcorán, "los Súlamente ver-
daderos, y que pueden producir la felicidad de los hombres" (Car-
ta de Napoleón al Diván del Cayro)! ¡Apoyo de nuestras costum-
bres, el que sienta por base de su Imperio "la licencia de vivir, y la
LIBERTAD DE CONCIENCIA"!. .. ¿Y qué otra cosa es esa decantada "fe-
licidad" que te promete, que el desconsuelo, la muerte, la miseria
y la más dura esclavitud?" m.
Libertad de conciencia, h e ahí uno de los primordiales motivos
con que el clérigo mueve al español hacia la lucha con Bonaparte:
López Becerra, el 8 de junio de 1808, !o señala como uno de los tres
·'motivos poderosos para inclinarnos a toll'..ar luego nuestras armas
contr a nuestro enemigo" 113; Fray José Maria de J esús, el 25 de ju-
lio de 1808, profundiza y descubre a la par el verdadero enemigo,
la ideología de los Filósofos, a quienes apostrofa: "impíos ¿os pare-
ce justo y racional que abracemos vuestras corrompidas máximas

111. G. POLOP, Discurso, 12. 21.


11 2. G . POLO?, Discurso, 12-13.
113. LóPEZ BECERRA, Sermón. Cádiz. Manuel Bosch. 1809, p. VII. XXV.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 61

en punto de TOLERANCIA, y que olvidemos nuestras sabias y santas


!eyes, con agravio de los Recaredos, de los Fernandos, de los Alfan-
sos, de los Carlos y de los Felipes"? m; Salvador Ximénez de Enciso
lo personaliza en Napoleón, el domingo segundo de Cuaresma de
1809 en la catedral malagueña: "¿No ha sido este impío, el que ha
protegido en su imperio la libertad del culto, sin excluir el judaismo,
a el que ha permitido por el vil interés, establecer sus sinagogas,
con escándalo de toda la Iglesia"? 115 ; y, para abreviar, concluimos
con el célebre confesor de Fernando en Valen~ay, quien recién llegado
del cautiverio y con el titulo de Diputado de Cortes, culmina su
sermón del 25 de julio de 1810 en Cádiz con las siguientes exclama-
ciones: "¡Tolerados los incircuncisos entre vuestro pueblo, y auto-
rizada la mezcla de cultos! ¡O Dios mio! ¿por qué nuestras vidas
no se acaban antes que ver insultado vuestro honor?" 116•
Libertad de conciencia: un término que comprende dos concep-
tos distintos: la libertad social y civil en materia religiosa, y el
indiferentismo -todas las religiones son igualmente verdaderas-.
Esta doctrina penetró ampliamente en España con los aires enci-
clopedistas, y era lógico que el clérigo español atacara denodada-
mente tal error, como lo hizo la Iglesia en especial desde Pio VI
a Pío IX. Sin embargo, nadie pudo advertir que el término entraña-
ba todavía otro concepto, el moderno de libertad religiosa como
libertad social y civil en materia religiosa: hubo de llegar el Conci-
lio Vaticano II para cl~rificar el problema, ya que la corteza his-
tórica lo habla obnubilado, particularmente la soberania política.
Comprendía ésta el paternalismo -"pater patriae"- del Rey -lue-
go en el Constitucionalismo se ampliaría a los diputados considera-
dos también como "patres patriae"-, y su poder paternal se exten-
día a la solicitud del bienestar total de sus súbditos-hijos, incluido
el bienestar religioso; además, el monarca español habla sido siem-
pre el protector y defensor de la Iglesia -los testimonios cleri-
cales nos llevan a la imagen de un Pontifice español-, por lo que
su poder alca.Il7..aba la solicitud por la unidad religiosa de sus súb-
ditos, siendo considerada desde los Reyes Católicos tal unidad reli-
giosa como esencial para su unidad politica, de ah1 - y por el prin-
cipio de la indivisibilidad de la soberania- se caia en el tan debati-
do probiema del regalismo: la prerrogativa religiosa del rey c;e
consideraba como un atributo esencial para st: unidad política. La
solicitud del bienestar religioso de sus súbditos no era un deber,
sino un derecho, y la extensión de su ejercicio se dejaba a su pro-

114. J . M. JESÚS, Sermón, 10-11.


115. X!MtNEZ, ProcW.ma. Málaga, Martinez, 1809, p. 24.
116. 0STOLAZA, Sermón d.e 1810. Valencia, Mon!ort, 1811, p. 29.
62 ALFSlEDO lllARTINEZ ALBIACH

pia y arbitraria determinación. Prescindimos para más adelante


de la cuestión regalista, y nos fijamos tan sólo en ese deber real
como sostén político y legal de los derechos exclusivos de la verdad
-la Religión católica-, con la consiguiente intolerancia hacia el
error, pregonada por el clérigo español contra la tolerancia que
ofrecía Napoleón a las restantes religiones.

,•

1
ARII'ÍCULO 2
.1
1 CINOO GUERRAS DE RELIGION

"Desde la época carolingia -afirma Paupert m_ parece que la


inspiración de la politica se ha cimentado mucho más en el Anti-
guo Testamento (¡las guerras santas de Israel!) que en el Nuevo".
Esta opinión con respecto a la universalidad del catolicismo, se in-
tensifica en España, "pueblo elegido de Dios con mayores títulos
que Israel".
Nos circunscribimos a la sociedad borbónica. Mediante tres eta-
pas consideramos la cristianización de la ideología profética en cin-
co guerras santas o de religión. El criterio lo impone la evaluación
del tiempo.
A) La primera etapa abraza las tres guerras dieciochescas: a) la
de Sucesión, b) las carlostercistas, y e) contra la Francia revolucio-
naria. B) La segunda, la Guerra de la Independencia. C) La tercera,
la apasionada lucha frente al "libertino" o Íiberal, iniciada en 1751
y que se prolonga en el siglo XIX.
A) a) Preteriendo la debatida cuestión sobre la participación
activa de los clérigos er. la Guerra de Sucesión española, especial-
mente la del Cardenal Belluga cuya intervención en la victoria de
Almansa es desmentida por su biógrafo Báguena 118, valoramos su
interpretación de tal contienda. Fueron los partidarios del Archi-
duque quienes le presionaron a tomar decidida posición a favor
del Borbón: aquéllos coaccionaban a los fieles murcianos "debaxo
de pecado ::nortal" a prestar juramento al pretendi~nte austrísco.
La Guerra de Sucesión escinde a los españoles: luctuoso aconte-
cimiento que, prescindiendo de los testimonios castellanos, estu-
diamos en las más difíciles circunstancias espaciotemporales -la
lucha civil en los estados de la antigua corona de Aragón que obe-
decen, sucesivamente, al Borbón y al Austriaco-; ello nos depara

117. PAUPERT, Pour une politique évangélique, 111.


118. BACUENA, El Cardenal Belluga. Murcia, I d e E . H. de la Universidad
de M., 1935, p. 30-33. 40- 74.
64 ALFREDO M:\RTI.NEZ ALBIACH

una perspectiva impar, con datos tal vez aún no suficientemente


valuados por la historia.
b) Resulta francamente asombrosa la sobrenaturalización de las
campañas carlostercistas. Para su inteligencia escogemos el testimo-
mio más imparcial a nuestro parecer: el de Fray Miguel Suárez de
Santander, uno de los clérigos regulares a quien su gran ilustra-
ción empujó al campo afrancesado, pero que en este momento his-
tórico gozaba de una admiración universal 119. La nota dominante
de semejante teologización la sacamos del P . Nicolás Gallo, maestro
de predicadores dieciochescos 120.
e) En 1793 estalla la guerra contra la Francia revolucionaria.
Para captar el momento, un marco histórico-militar que nos intro-
duce en la figura cumbre del púlpito español -"uno de los agra-
vios en que fundó la Convención francesa su declaración de gue-
rra" 121- , Fray Diego de Cádiz m. El testimonio más sublime y com-
pleto de una Guerra de Religión. En ella interviene el Pontífice regio
y Fray Miguel Suárez de Santander, vulgarmente conocido por el
P . Santander.

* * *
B) El 19 de marzo de 1808, el clérigo español estrenó una Re-
volución, o mejor, trató de aprovechar el derrocamiento de Carlos
IV, para subvertir violentamente el orden social establecido, para
imponer la reforma de la sociedad española, implantando una jus-
ticia con marchamo de profetismo israelita. Se intentó utilizar aquel
cambio violento y brusco por parte de espíritus ávidos de lo ab-

119. SANTANDER, Doctrina y Sennones: Carta del P. Fray Diegl) Joseph


de Cádiz al Editor de esta obra, I , pág. XVI: " Bástame lo que la fama nos pu-
blica de su edificante vida (del P. Santander), de su apostólico zelo, y de su
ferviente predicación, seguida de numerosos concursos, y de raras prodigiosas
conversiones; cuyos ecos, venidos de las Castillas, de las Montañas, de las As-
turias, de la Galicia, y singularmente de esa Corte, ha llegado y se ha dexado
oir por estas Andalucias, y aun han resonado en los p:úses extrangeros".
120. GALLO, Sermones, t. II, Madrid, 1778, Copia de Carta escrita por el
Ilmo. Sr. D . Fr.mcisco Alexa11dro de Bocanegra, Arzobispo actll2.1 de Santiago
al Autor de esta COlección: " ...al P . D . Nicolás Gallo ... debfic toda mi instruc-
ción en la Oratoria ~agrada, y él fue el que me guió y dirigió como maestro.
en el ministerio del Púlpito". Con relación a otros or&dores iltlStres, se puede
ver e.n los prólogos de lo:; tomos I y IV.
l21. GoDOY, Memorias. Madrid, B .A.E., 1956, v. 88, t. I, p. 35. 38.
122. DIEGO DE CÁDrz, Sermones Panegíricos: Relación circunstanciada de la
Misión que ha hecho en Valencia, I, p. 7: "Qüando salia del Palacio (del Arz-
obispo), apresuradas las gentes por verle y tocarle el Hábito, pasó a exceso en
algunos hombres, y más en las mugeres hasta llegar a cortarle pedazos del
sayal". Relación de lo ocurrido en la S. Misión y que hiZo en Murcia: I , 51:
"La gente sencilla de los campos y lugares inmediatos hasta cil1co y seis le-
guas. vinieron (a oírle)".
RELIGIOSIDAD lDSPANA Y SOClE:DAD BORBONICA 65

soluto, de soluciones rápidas, enérgicas y eficaces. No se advirtió, en


cambio, que la violencia engendra violencia, la cual es difícilmente
controlable, y que toda revolución desgarra a sus mismos progeni-
tores junto con la estructura pretérita, y se anarquiza frente a las
futuras. Y entre esas ruinas que provocaba, acabaría arrastrando
al mismo clérigo.
Unos antecedentes históricos (a) nos introducirán en la men-
cionada Revolución, legitimada (b) con la sangre que empieza a
derramarse el Dos de Mayo; (e) el clérigo, movido de su innata ten-
dencia, teologizó su Revolución y la Guerra de la Independencia con
un triple símbolo: josefinismo, santiaguismo y mariología; (d) ade-
más, cimenta su optimismo sobre una base real, Bailén; (e) la ofen-
siva bélica, en varias oleadas, mitificadas -las de 1809 y 1810- en
Reding, La Romana, Cárdenas y Fernando vn, cantado este últi-
mo por su Confesor en Valenc;ay, Blas Ostolaza, quien confinna ofi-
cialmente la mentalidad clerical de posición desinteresada frente
al mundo. Luego, en el articulo dedicado a los Afrancesados (C.-b,
e), añadiremos nuestras reservas acerca de la universalidad del es-
plritu de guerra santa en esta coyuntura.

• • •

C) La guerra contra el liberalismo supone un drama inicffido


en 1751 y que tremendamente se prolonga a lo largo del siglo XIX.
Tuvo diversas alternativas. Su origen (a), meramente dialéctico, se
agudiza con la guerra de 1793; (b) Basilea impuso una tregua, que
analizaremos detenidamente a través de dos nombres que polari-
zan una nueva mentalidad sociopolitica: Godoy y Trafalgar; (e) en
1808 se rompe la tregua: hay vislumbres de tormenta como pre-
anuncios, y al fin estalla la Revolución; (d) en 1812 se desencadena
la ofensiva definitiva en dos frentes : el bonapartista y contra el
enemigo interior, el "libertino" o li'beral enraizado ahora en Cá-
diz -una auténtitca g-..1erra sin cuartel a la "libertad filoc;óftca"--.
Su campaña se verá coronada por el éxito, el 4 de mayo de 1814.
1823 concedería a E:.sta Guerra de Religión contra los liberales otro
laurel -<iurante dos años se había luchado con el mismo espiri-
tu-. No obstante, a la muerte de Fernando VII la suerte favorece-
ría a los liberales con el consiguiente ocaso de la ideología de gue-
rra santa, si bien ésta perdurará durante la etapa isabelina en los
clérigos bélico-religiosos; sin embargo, renunciaremos a historiar
esta última etapa por el excesivo apasionamiento que envolvió a las.
guerras carlistas por uno y otro bando.
A) GUERRAS DIECIOCHESCAS

a) Guerra de Sucesión

Apenas tomó posesión el Rey Felipe V de su monarquía, el Em-


perador austriaco interesó en su favor a las potencias europeas para
destronarle. Una liga formidable se fonnó contra los Borbones 123• El
12 de abril de 1701 se descubrió la famosa conjuración de Nápoles
en favor del Archiduque Carlos 124 , por lo que Felipe hubo de des-
plazarse a Italia, dominando la sublevación.
Al comenzar la Guerra de Sucesión 125, "reduciase la marina a 19
galeras, algunas de ellas maltratadas, y todo el ejército de tierra a
20.000 hombres -según el Marqués de San Felipe 126_. "Una escua-
dra combinada de ingleses y holandeses, compuesta de 50 buques
de guerra y 14.000 hombres de desembarco, se habia presentado
delante de Cádiz con objeto de invadir Andalucía. La guarnición de
Cádiz no pasaba de 300 hombres, sin bastimentes y pertrechos de
guerra. Hallábase a la sazón Felipe combatiendo gloriosamente con-
.tra los austriacos en Italia, adonde habla pasado pocos meses
antes, después de haber jurado en las Cortes de Castilla y de Ca-
taluña. Rabia quedado de regente del reino con un consejo de go-
bierno la reina doña Maria Luisa de Saboya, quien después de ce-
lebradas las Cortes de Aragón, donde también fue jurado su augusto
esposo, vino a Madrid, que ansiosamente la aguardaba. Aunque de
tierna edad, pues aún no había cumplido los catorce años, dio des-
de luego muestras de un ánimo varonil y de una inteligencia supe-
rior a su edad. Recibida la noticia del desembarco de los enemigos,
~onvocó el consejo de gobierno, declarando en él que estaba re-
suelta a pasar a Andalucía, y a perecer en defensa de aquella pro-
vincia. Su elocuencia y su ejemplo animaron a sus apocados mi-
nistros, y cada cual ofreció su vida y sus bienes para tan gloriosa
demanda. El Cardenal Portocarrero, principal autor del testamento
de Carlos II, armó y mantuvo seis escuadrones de caballería; el
Obispo de Córdoba un regimiento de infantería; los nobles, los
eclesiásticos y el pueblo siguieron aquel ejemplo; y en suma, todos
tomaron las armas en los paises más inmediatamente amenazados
por el enemigo. Apoderóse éste del Puerto de Santa Maria, adonde
1.23. D& VAYRAC, Eta.t present de l'Espagne. Paris, Antonio des Hayes, 1718,
t. I , p. 45.
124. CAPMANY, Museo h istórico. Madrid, Casas y Diaz, 1858, l, 325.
125. COXl:, L'Espagne sous les Rois d e la Maison de Bourbon, tre.duite par
Don Andrés Muriel. París, Bure freres, 1827, I, 173ss.
126. SAN FELIPE, Comentarios de la Guerra de España e historia de Feli-
pe V. Madrid, 1756, t. I, p. 39.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA

los habitantes de Cádiz habían trasladado sus más preciosos efectos;


las tropas protestantes saquearon el pueblo, profanando los objetos
más sagrados del culto, con lo cual se encendió la indignación de los
católicos españoles. La plaza de Cádiz hizo una gloriosa resistencia,
Y los aliados, divididos entre sí, se embarcaron desordenadamente
y dieron la vela, dejando en los ánimos de un pueblo ultrajado el
mayor encono contra la causa y los defensores del Archiduque. Fe-
lipe hubo de regresar de Italia apresuradamente m, para oponerse
aqui a las fuerzas enemigas. Iban éstas tomando cada dia mayor
incremento con la declaración de Portugal a favor del Archiduque,
con la deserción del Almirante de Castilla y otros personages, y pos-
teriormente con el levantamiento de Valencia, Aragón y cataluña.
Habianse encendido con estas dos guerras en la pensinsula, una civil
y otra estrangera" 121.
En efecto, la escuadra angloholandesa pasa al Mediterráneo y,
aprovechándose de que Gibraltar está apenas guarnecida, el principe
Darmstadt, jefe de las fuerzas embarcadas, la ocupa en nombre del
Archiduque, si bien el almirante Rooke, jefe de la fiota, iza la ban-
zera inglesa, tomando posesión en nombre la reina Ana, en agosto
de 1704. En el verano siguiente, ante una escuadra angloholandesa,
llevando a bordo al Archiduque, Denia abre sus puertas y le pro-
clama Rey de España. La sublevación fue extendiéndose por el reino
de Valencia hasU. Cataluña, donde se facilita el desembarco de los
aliados qu~ se apoderan dE' Barcelona. El ejemplo de Cataluña y
Valencia cundió en Aragón y Baleares; también en el reino de Murcia.
"Dos veces tuvo que abandonar el monarca (borbón) la capital
del reino para que la ocupasen sus enemigos. En la primera de ellas
partió para Burgos, acompañado de la reina. Las acertadas operacio-
nes militares rlel Marqués de Berwick, general de las tropas de Fe-
lipe, obligaron a los aliados a abandonar la capital, a la que regresó
el :nonarca en medio de las más vivas aclamaciones. Al año siguien-
te (25 de abril de 1707) ganó Berwick la célebre batalla de Almansa.
La segunda vez que Felipe se vio precisado a abandonar la C3pital
-Starhemoerg entró en Madrid el 28 de septiembre de 1710- y re-
tirarse con la corte a Valladolid fue en 17Hi, de resultas de la derro-
ta que sufrieron sus tropas en Aragón, donde se hallaron en persona
los dos monarcas compet1dores. A la sazón llegaba a Fspaña el
famoso general Vendome para dirigir el esfuerzo del monarca y

127. MACANAZ, Obras escogidas. Madrid, Santiago Rojo, 1847, p . 48 : "Notas


individuales del Rey N. S. D. Felipe V desde el año de 1703 hasta el de 1706:
Carta primera: Salió S. M. a Guadalaja.ra a recibir al Rey y dio órden de
que no pasasen de Alcalá los señores que salían, donde besaron todos la mano
el dia 16 de éste (abril de 1703) .. :·.
128. TAPIA, Historia de la civilización española. Madrid, Yenes, 1840, IV, 12-16.
68 ALFREDO l\.1ARTINEZ ALBIACH

aprovecharse del celo que alentaba a los castellanos. Cercados los


aliados de obstáculos delante de un ejército contrario que diaria-
mente se acrecentaba, encerrados en un país donde apenas podían
mantenerse por la fuerza, y no contando ya con la cooperación de
los portugueses, los generales aliados no pensaron desde entonces
más que en retirarse, abandonando la capital. Volvió a entrar en ella
Felipe acompañado de Vendome, recibiendo nuevas demostraciones
del más acendrado amor de sus súbditos, cuyo entusiasmo sobre-
pujó a todo encarecimiento. Felipe, no obstante, se detuvo poco a
gozar de tan grata satisfacción; a los tres días dejó la capital para
incorporarse a su ejército, que atacando -mandaba la caballería
el Marqués de Valdecañas- la retaguardia a las órdenes del gene-
ral inglés Stanhope, en Brihuega, le obligaron a rendirse después
de un sangriento y obstinado - tres dias- combate. El general aus-
tríaco Staremberg, que mandaba el cuerpo principal del ejército
enemigo retrocedió para auxiliar al inglés, cuando supo el peligro
en que se hallaba; y sin haber podido evitar la rendición de Stan-
hope, hubo de hacer frente al ejército de Felipe -en las colinas
que dominaban las llanuras de Villaviciosa-. Valdec2ñas, al fren-
te de los walones y de la reserva cae sobre aquél y le desbarata.
La oscuridad puso fin al combate, y durante la noche hizo su reti-
rada Staremberg, clavando su artillería y tomando el camino de
Barcelona. Felipe se dirigió con Vendome a Zaragoza. Varió esen-
cialmente la poutica del gabinete inglés -en aras del equilibrio
europeo : muerto José, emperador de Austria, su hermano el Ar-
chiduque Carlos podía reunir las coronas española y austríaca-,
y se firmó la paz de Utrecht, en (30 de marzo de) 1713. Los cata-
lanes, aunque sin esperanza de socorros esteriores, y abandonados
de todo el mundo, no quisieron ceder, resueltos a morir antes que
someterse a Felipe. Finalmente, después de la más enca rnizada re-
sistencia, la ciudad de Barcelona (en 1714) hubo de rendirse a dis-
creción . Cuando el gobierno de Inglaterra logró atraer a los cata-
lanes para que tomasen las armas en favor del Archiduque, prometió
conservarles sus privilegios. En la correspondencia del ministro de
Estad:) inglés Eolingbroke con los pleniponteciarios de Utrecht se
hablaba de los privilegios de Cataluña como contrarios a los inte-
reses de la Gran Breta.'"ia, recomeudandc la constitución de Casti-
lla como la más favorable a los súbditos que quieren vivir bajo un
sistema de obediencia legitima a sus soberanos. Desamparados,
pues, los catalanes, y sujetados por la fuerza, perdieron su antigua
constitución, como la habían perdido ya los aragoneses y valencia-
nos por un decreto de Felipe, e1 29 de julio d e 1707" t29.

129. TAPIA, H istoria de la civilización, IV, 17-27; CoXE, L'Espagne, ll, 162-231.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 69

Ahora bien, todo este conflicto bélico fue elevado por el clérigo
español a la categoría de Guerra de Religión. Vimos a Portocarrero
y Salazar -Obispo de Córdoba- participar activamente para ex-
pulsar a la escuadra angloholandesa de tierras andaluzas. Valero, en
1706 -todavía Cura de Villanueva de la Jara, luego Arzobispo d e
Toledo- capitanea su feligresía en lucha contra el Archiduque uo_
Folch de Cardona, Arzobispo de Valencia, decepcionado por la cruel
venganza de Felipe V en el incendio y destrucción de la ciudad de
Játiva, toma el partido austriaco en 1710 m. El carmelita Centellas
se hace general, otro fraile italiano se asciende a coronel de migue-
letes, y en unión de comunidades religiosas armadas -"hasta los pa-
dres capuchinos con lazos pajizos en las barbas"- celebran que el
inglés, conde de Pretersburgo, comandante general de Valencia, les
diga ver en ellos la iglesia militante; la mayor parte de los clérigos
de la corona de Aragón, seculares y regulares, formados en tropas,
y fundiendo la plata de las iglesias en favor del Archiduque 132 • No
se trata de gestos patrióticos, sino de una auténtica guerra religiosa,
alentada por los clérigos españoles.
Los filoaustríacos imponen la obediencia "debaxo de pecado mor-
tal", y el Obispo de Cartagena-Murcia responde con la ''predica-
ción de la guerra santa", según el testimonio de su biógrafo Bague-
na 133, cuando la sedición de Cataluña,. Aragón y Valencia alcanzaba
las tierras murcianas. En diciembre de 1705 publica su Manifiesto 1l4
~n defensa de los derechos borbónicos: "Como el enemigo común
.. .en estos días ha llegado a nuestra noticia cómo su astucia ha sido
tanta, que ha procurado valerse de algunos Ministros de Dios, para
sembrar, no sólo en conversaciones privadas, sino es hasta en el
Confessonario mismo, assí en esta Ciudad, como en algunos otros
Lugares del Obispado, el sacrilego error, con que ha p rocurado tur-
bar las inocentes conciencias d e los más leales Vassallos de nues-
tro Gran Monarca Felipe V, nuestro Rey, y Señor natural, enseñán-
doles, e imponiéndolos en que no tenían obligación a conservarle
la debida obediencia; y que no sólo podían, sino debaxo de pecado
mortal debían r endirla al Archiduque Ca rlos, solicitar su entrada
en estos Reynos, y ayudar a su entronización, y que fuesse depues-
to nuestro Cathólico Felipe".

130. REn:s, Vida exemplar del Ilmo. y Rvdmo. Sr. D . Fra71Cisco Valero.
Pamplona, Benito Cosculluela, 1792, p. 52-57. 63-77. 136-157.
131. Ot.Mos, Prelados Valent1nos. Valencia. semana G:-áfica. S . A., 1949,
p. 226-228.
132. MACANAZ, Política eclesiástica. Palma, :-1iguel Domingo. 1813. p. 8.
133. BAGUENA, El Cardenal Belluga. Mure!:!.. Instituto de Estudios Históri-
COS de la Universidad áe Murcia. 1935, p. 39.
134. Bt::LLUGA, Carta que escrive a los Fieles d e su Obispado, p. 1-3. 11-15.
24-25. 32.
70 ALFREDO .MARTINEZ ALBIACH

Aun en el supuesto de un derecho dudoso, "estando oy en la


possessión de su Reyno", la duda se convierte en certeza, y el jura-
mento de fidelidad a Felipe era " licito, mientras la Suprema Cabe~
de la Iglesia no declarase lo contrario". Y a los clérigos propalado-
res del "sacrílego error" les advierte que su posición es merecedora
de "censura theológica", y "por coincidir con el error de la Iglesia
Anglicana" digna de castigo por el Santo Tribunal de la Inquisición,
junto con la excomunión de la Bula "In Coena Domini" promulga-
da contra los que ayudan a los herejes; además de la facultad regia,
otorgada por la Bula de Clemente XI, en 11 de julio de 1705, de
castigar a los clérigos y religiosos desleales hasta su degradación y
pena capital, "sin nota de incurrir en irregularidad". Culmina su
Manifiesto con un interrogante que deja gravitando sobre la reli-
giosidad de sus diocesanos: "¿Dónde está nuestra fe, que tal avia-
mos de permitir, aunque nos costasse la vida, y derramássemos una,
y mil veces nuestra sangre, por el que la derramó toda para esta-
blecer la Religión Christiana?" Complica en la guerra civil la misión
corredentora de los cristianos; es decir, eleva la guerra civil a l<t
dignidad de Guerra Santa o de Religión.
Comprendemos el impacto que produciría en el español, espe-
cialmente en la plebe inculta y supersticiosa, el peloteo de censuras.
y conminaciones canónicas y regias; también la deserción del Car-
denal Portocarrero. Mayo< aún la información oficial y diaria a tra-
vés del púlpito, única oficina de información para la opinión públi-
ca. Lo vislumbramos -prescindiendo de otros testimonios llS_ en
un análisis comparativo de sermones, que, con escasa divergencia.
temporal, se ofrecen al mismo auditorio. Nos reduciremos a los
estados de la antigua corona de Aragón, que obedecen, sucesiva-
mente, al Borbón y al Austriaco.
Resulta dificil profundizar en los cerebros de aquellos españoles
de principios del siglo xvm, apasionados temperamentalmente y·
por el fragor de una guerra civil, y a la vez religiosos hasta la m é-
dula, frente al magisterio ordinario de la Iglesia en un viraje radical
dentro de su credo politico-social. Por medio de éste santificaban

135. Vll.L&N11EVA, El Phenix de la Europa. Segovia, 1704, p. 4-5. 12. 14.


16-18. 23. 25-27 ; PuGA, Oración Panegjjrica. Bilbao, 1704, p . 3. 16. 19. 21-22.
28. 46-47. 49-51. 54-55; PER.EA, El Príncipe tres veces corcmado. Salamanca,
E . A. Garcla, 1711, p. 3. 9-10. 22-23. 25-29. 32-33; CASTEJÓN. SertiU)1UlS varios.
l1
Madrid, Zúñiga, 1738, m. 153; l. 75; II, 14. 24-37. 336; ABIUD, Sennón. Alcalá,
1707, p. 15. 19; AsENSIO, Sacra Púrpura. Valencia, 1707, p. 3. 5-7. 13; MAURo,
.Analogía. Sagrada. Oribuela, 1704, p. 1; RRBIO, Sermón. Toledo, 1705, p . 4. 6. 8 _
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 71

a sus reyes -Belluga 134 les denomina Vice Dios en la tierra, su Vi-
cario, escogido de la mano de Dios, anunciado por vaticinios no
oscuros, protegido por Dios con visibles señales, sin vicio alguno,
frecuentador de Sacramentos dos o tres veces por semana. etc.-,
condenaban a sus contrincantes como herejes y se excomulgaban
mutuamente. Tal impacto pudo provocar una escisión de la perso-
nalidad hispana, una ruptura de los mecanismos pslquicos norma-
les, una ruptura de contacto con la realidad; incapaz de establecer
relaciones adecuadas con el mundo externo, tenderá a refugiarse
más y más en su mundo interior, aislándose del ambiente: un ver-
dadero autismo con Ja consiguiente desconfianza hacia su maestrO>
religioso-politico; o con síntomas más alarmantes, cayendo en un
anticlericalismo, nota peculiar del siglo XIX.
Iniciemos el cotejo. Por ejemplo, la presentación de los derechos
de ambos pretendientes a base del testamento de Carlos II: la cor-
poración municipal de Barcelona pide a la Orden de Predicadores
que interprete y explicite sus sentimientos monárquicos, y un hábito.
albinegro con una diferencia de diez años expone desde la cátedra
sagrada una contradicción escalofriante:
"David fue ungido en la casa de su "Heroyco desinterés, que a impul-
Padre en Ramatha... y nuestro Rey sos de su fineza, y generosidad, exe-
(Felipe V) fue con júbilo aclamado en cutó la Real prudencia del Augustfs-
casa de su Christianisimo Padre en simo Emperador, qliando cedió a su
la Metrópoli de Francia. David fue querido Hermano (Carlos), nuestro
preferido a su hermano mayor Eliado Duefio, el derecho natural que tenia
en el Govierno de Jerusalén; y nues- a toda la Monarquia de España. Pues
tro Augusto Monarca es preferido a despojándose de un Manto tan pre-
su hermano mayor el Srnmo. Duque cioso, para vestir a nuestro Carlos
de Borgoña en la Corona de Espa- Tercero, se labró el h ábito más luzi-
fia" 136. do de sus glorias y triunfos" m.
También en el resto de la corona de Aragón lls_
136. BENEDICTO, Oración Evangélica. Barcelona, 1701, p. 24.
137. ABAD, Oración fúnebre. Barcelona, 1711, p. 22.
138. PRATS, Sermón. Valencia, 1701, BARCELÓ, Panegyric4 Ora.ción. Ma-
p. 3 : "Nuestro gran Monarca el Sefior llorca, 1707, p. 7 : "Y también como
Carlos n que Dios tiene en su gloria, la Escritura, y cláusulas de otro pri-
en su R. Testamento ha iust.ituido he- m=. y a.ntigUo Testam~to se apoya
redero de la Co=oua de &-pafia, a su el derecho, que N . veTleradO Monarca
sobrino el Sefior D:.tque de Anjou, Carlos Tercero tiene a estos sus Rey-
aora Sefior Felipe". nos, y etc. q¡¡e }'8 me entiend en los
Escm:R, Sermón. Valencia, 1702, Discretos Notarios".
p . 3 ; COSTA, Ora.ción. Madrid, 1701,
p. 4 : "En su último testamento".
S&RVERA, Oración. Valencia, 1707,
p. 36: " Hic cali.x novum Test.amentum:
impuso silencio a los que prevarica-
ron sobre el primero, revalizando las
promesas que en él avia, de ser nues-
tro Felipe el que reinasse después de
la muerte de nuestro Carlos".
--
ALFREDO MARTINEZ ALBIACH
1
En cambio, la sorpresa traspasa los limites de una regular y ra-
zonable lógica, cuando se intenta orear la pasión polltica con una
brisa de espiritualidad: la sucesión monárquica se ensalza con aura
de elección divina, con refrendo de profecías y milagros. y con alar-
des históricos y alambicadas disquisiciones onomásticas rn_
El máximo anhelo del clérigo reside en el proselitismo por me-
dio de la devoción. Sabe que su auditorio se impresiona fácilmente
con una estampa regia, ribeteada de santidad. Y desecha toda apren-
sión y escrúpulo en abusar de la religiosidad hispana. Sin embargo,

139. PIVJS, Sermón, 10: "Todas BARCELÓ, Panegf¡rica Oración, 51:


estas circunstancias juntas, y esta "Es nuestro adorado . Carlos Tercero
unión de tantos dictámenes, para que sucesor legitimo, a pesar de la mali-
fuese Rey de España el Sr. Duque de cia del segundo, y Monarca cierta-
Anjou, aora Sr. Felipe V, manifiestan mente de Dios a estos Reynos emb ia-
aver sido ésta elección de Dios, y que do".
el Señor le quiere por nuestro Rey". BARCELÓ, Panegyrica Oración, 25:
BACH. Sermón. Barcelona, 1702, " Dios con su dedo nos señalaba a Car-
p. ll: "Aquello de Profecía me hizo los Tercero por N . legitimo Rey, y
acordar de la que se tiene por verda- de su mano nos lo ha embiado, y en
dera Profecía de aquel tan célebre prueva de esto diré ingenuamente lo
Abad de Poblete. Habla de nuestro que mientras trabajava este Panegy-
Rey Felipe, que felizmente domina rico me aconteció: Vi, digo, un niño,
las Españas". aun de teta, a quien diziéndole otros
PUGA, Oración Panegf¡rü;a, 54- 55: de mayor edad: Viva carlos Tercero,
" Permitan llame hijo milagroso de Es- baxando aquél su ca~ita confinnava
paña, al que dio a luz, no por obra de !o Inismo, como diziendo: Si, que viva,
varón, sino por obra del Cielo, y por confieso con toda verdad, que al ver-
elección milagrosa". Jo se me enterneció el coracon".
CoSTA, Oración, 21: "Se hace un BARCELÓ, Panegf¡rica Oración, 3 :
Quinto que es quinta essencia de to- " Vendrá a ser nuestro amabillssimo
dos ellos, reuniéndose en el Quinto, la Carlos Tercero, como Felipe Primero
atención, y la liberalidad de Felipe ei Hermoso, como Carlos Primero y
Primero; la prudencia de Felipe Se- Quinto el Guerrero, como Felipe Se-
gundo; las religiosas costumbres de gundo el Prudente, como Felipe Terce-
Felipe Tercero; y la grandeza de áni- ro el Bueno, como Felipe Qüarto el
mo, bizarría, piedad, y benignidad de Grande, como Carlos Segundo el D e-
Felipe Qüarto! " seado".
BENEDICTO, Oración, 6-7. 14 : "El BARCELÓ, PanegDrica Oración, 26.
nombre de Filipo se interpreta afabi- 35: "Este R. nombre CAROLUS, en puro
lidad, y dul~ura. como dize Ugo Car- Anagr.1ma dize SoL ARcu: Sol con
denaL.. Doze brillantes preciosas p ie- Arco. Arco del Sol... Ar--..o Iris. Arco
dras servían de fundamento a la Ciu- de Paz. Nos amaneció de nuestro que-
dad Santa de Jerusalén, la quinta era rido Carlos el Sol or..llante. .. El R.
~a piedra S"il.:"áónica ... ; como díze Al- nomb:e de CARLOS, dE: las seis letras
cázar, esta piedra corresponde a San que contiene, precisamente las dos
Felipe, Quinto entre los Apóstoles ... CL son numerales. y dan cabalmente
Filipo Qu;.nto sólo tendrá empleos de Cifrado el número 150, y las restantes
Padre cariñoso con sus Vasallos ren- letras del mismo R. nombre ARos en
didos... Como lámpara luzida, Phili- puro Anagrama dizen ROSA; con que
pus os lámpadis". entre todos dizen de este Regio nom-
bre los caracteres: ROSA eL, Rosa cien-
to y cinquenta, expressa r epresenta-
ción del Sagrado Rosario, que de cien-
to y cinqüenta mysticas Rosas se
c-.ompone".
RELIG!OSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 73

las imágenes pintadas se convierten en grotescas caricaturas de la


virtud 1*'.
140. BELLO, Oración. Mallorca, BARCEI..Ó, Panegj¡rica Oración, 23.
1704, p. 6: "Desde que emp~o N. gran- 30. 32:·• N. Amabilissimo Carlos visi-
de Filipo a governar, se ha experi- tando el célebre Santuario de Mo!1Se-
mentado en S. M ., y en sus acciones rrate.. .. la constituyó Governadora y
una singular devoción: Todos los dias Generalissima de todos sus Exérci-
reparte en esta forma las horas: una tos. .. En Barcelona encontrando una
de Oración mental.. . Otra hora em- vez el Viático, que de la Parroquial
plea devoto en e¡ Oficio divino" . de Santa María salia para un enfer-
PuGA, Oración, 19: "Qué tierna de- mo ... , saltó al punto del cavallo, para
voción al Augustissimo Sacramento! venerar descubierto, y postrado en tie-
Acompañándole a veces en Madrid a rra ... , y tomando con una mano la
pie, y descubierto, y ofreciendo su luz, sacó de la otra su Rosario, y re-
Coche al Sacerdote ... Qué tino aman- zándole devoto, acompañó en esta for-
te de Maria! Visitándola en sus más ma el Viático... En Valencia en aque-
célebres Santuarios del Pilar y Mon- lla solemnisima Processión, con que
serrate. .. Qué freqüencia. tan común. la milagrosa Imagen de la Virgen de
de Sacramentos! Qué puntualidad en los Desamparados... la fue acompa-
las horas destinadas a la meditación, ñando, infundiendo tiernos afectos de
y devoción cada dia". piadosa devoción en los cora!rones de
PEREA, El Hechizo de España. Sa-la- los circunstantes".
manca, 1707, p. 14: " Qué será aquel BIIRCELÓ, Panegj¡rica Oración, 21:
amor con que libertando a muchos "Y essa. tan R. virtud de la clemen-
de las prisiones, ~n que cautivas por cia, y mansedumbre, se ve en N. Pia-
rebeldes sus voluntades, les perdonó dosíssimo Carlos Tercero como here-
benéfico sus vidas, y les eximió de los dada, y se manifiesta claramente en
severos, y justos castigos de la disi- sus R. edictos, en que pudiendo rigoro-
dencia? (Pu;:¡licóse indulto general sa.mente castigar según justicia a sus
para todos los notados de disidentes) " . rebeldes Va.ssallos, que no quieren su-
B~N""..DICTO, Oración, 26: "Oy el jetarse a su justo, y am.a ble Dominio,
Gran Filipo Quinto, renuevo d e Mar- quitándoles las haziendas, y aun las
te, Hércules invencible, Atlante ro- vidas, no lo haze".
busto, León brioso, Cordero apacible, BoNIIVENTUR/1 P As QuA L, Oración.
y Angel, que en Mar, y Tierra, y en Reus, 1705, p. 25-26: "Ha venido a
ambos Orbes fixa sus victoriosas plan- este Principado de Cataluña un Prín-
tas, entra en su Corte como Rey, todo cipe Soberano; poco he dicho, un Ar-
para sus Vassallos". chiduque excelso; punto más, un Rey
EsCUER, Sermón, 11-12: "Tan vale- poderoso ... para ser Protector de nues-
roso, como estos tiempos le piden, y tras ha.ziendas, de toda nuestra honra,
tan belicoso, qu¿ pone su R . Persona libertad, y vida. .. A no venir este ca-
en campafla, en medio de sus ~opas. riñoso Padre, hasta Sacerdotes, y R e-
Qüántos años ha, que España no se ligiosos peligravan en su honra, y tal
ha visto con esta fortuna, bien ha vez en su libertad.. . El Reparad.:>~ de
dos siglos, o cerca dellos, que la ha la libertad Catalana, en tantos pri-
desseado, pero no lo ha tenido ... Ven- vilegios, que con el valor de sus ar-
ciendo el peso del amor conyugal, ape- mas, perdiendo mares de sangre, en
nas cumplido el qüadrimestre de los defensa de s!.I.S Reyes, ganaron nues-
cariños nupciales, aya tomado la re- tros antepassados... ruustrador de una
solución valiente de salir a campa.ña, vida ajus::ada de un buen Christiano".
intermitiendo les regozijos de sus R. ARso=, Sermón. Gerona, 1706.
bodasu. p. 1: "Albricias, pues, señores, que
BELLo, Oración, 8-11. 19: "La ma- ya lo digo, desahoguen essos corac;ones
yor parte de los dias se emplea en que ya lo anuncio, de la nueva Exal-
audiencias públicas, y secretas... No tación digo al R. Trono de nuestro
quiere que le miren un instante con Amante y Cathólico Monarca Car-
reposo... Nuestra España pues goza los ID".
del m ás atento Monarca.. . Grande
Monarca es el Rey N. S. que n os go-
'Jierna".
r:.tt.TC I OS ID.\0 11 IS~.\X~•..• . - 6
··-
74 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Y el patriotismo de aquellos españoles se coloca en una situa-


ción vidriosa y embarazosa •••-
Pero el patriotismo contaba poco ante el carácter sagrado de su
empresa bélica : las batallas de Almansa, Brihuega y Villaviciosa
fueron celebradas como juicios de Dios -así lo confirma Domin-
guez Ortiz, a la par que amplia los datos que hemos aportado t42_
La teologización de la guerra civil en torno a la sucesión de Car-
los n fue la autojustificación clerical de una problemática socio-
politica. Los clérigos de la Corona de Aragón eran también ciuda-
danos, y como tales sentían la reacción federalista de su tierra fren-
te al absolutismo gubernamental, iniciado por el Conde-Duque de
Olivares y agravado por el sistema borbónico. Precisamente fue
Francia, quien mediante la guerra de los Treinta Años y su decla-
ración de ruptura bélica con España en 1635, abrió la brecha de la

141. PEREA, Sagrad4 CiUJ.ra. Sala- BARCELÓ, Panegj¡rica Oración, 14 :


manca, 1707, p . 14: "O r ebeldes d e "A N. Adorado Carlos tenemos ya dos
Cataluña! O engañados Aragoneses! vezes coronado, la primera en la casa,
O infelizes Valencianos... Ya viendo y Corte Imperial de s u Augustfssimo
el Sefior de los Exércitos la obstinada Padre, la segunda en Aragón, y la ter-
r ebeldía de vuestr os pechos con que cera que por momentos esperamos se
juntamente agravais a una y otra hará con la común aclamación de to-
Magestad : Deum timete, Regem ho- dos sus Reynos".
norificate".
BELLO, Oración, 5: En Mallorca, BARCELÓ, Panegj¡rica Oración, 2:
1704: " El empeño d e este día es pe- En Mallorca, 1707: "La feliz mutación.
dir a este Divino Señor assista a los con que los de un Reyno havian de
Estandartes de nuestro Rey (Felipe passar de la calamidad, en que ge-
V), y mantetlga en pacifica possessión mían antes oprimidos, al próspero y
la Corona que le ha jurado nuestra dichoso estado, que tanto d eseavan...
lealtad" . Y el !eliz logro de muta::ión semejan-
te, que a los benignos infiuxos de N.
deseado Rey, y Sefior Carlos Terce-
ro, ha experimentado éste su Reyno
Baleárico.
CoSTA, Oracíó:'¡, 2. 47-48: "A Dios B. PASQu.u., Oración., 30. 35. 38: "La
Uno en Trinidad de Personas, recono- siempre fiel, y leal Nación Catalana,
ce la gratitud catalana. .. La innata que valiente, y generosa, se ha ofre-
y a rdiente fidelidad catalana... Felipe cido a su Prfncipe, y a su Rey Carlos
con sangre Catalana... Mira, pues, m. Todos sabemos el estado en que
Principado Dustrfssimo, si puedes pro- se halla esta infe:.iz Monarquía; y lo
meterte de Felipe gracias a dos ma-
::tv~. y manos llenas! Los Privilegios
sabemos por la esp eriencia, la opres-
sión en que estava este Prindpado ...
..
Reales, que en servicios tan sin exem- Ea Catalanes mios, mirad que queda
plar, para créditos de tu fidelidad, lo r estante de la Monarquia en su
has merecido de la R . Beneficencia". más infeliz estado: Assistid a S. M..
BACH, Sermón, 12: "cataluña es la con vuestras armas" .
primera d~ todo el dominio Español, .ARBoZET, Sermón, 12: "España, ca-
en quien S. M. ha celebrado y con- taluña, Pueblo amado de Dios, a un-
cluido Cortes: concediéndole en ellas· que en estos años hasta aora no has
más que todos sus Srmos. Antecesso- tenido Monarca, ni Rey legitimo".
res juntos".
142. DOMÍNCUU 0RTIZ, La Sociedad española en el siglo XVIII. Madrid.
c.s.r.c .. 1955, p. 125-126.
RELIGIOSIDAD RISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 75

desunión política en lo que bastan entonces se reducia a una tiran-


tez entre el poder central y las regiones periféricas; facilitó a los
descontentos catalanes y portugueses el apoyo exterior que nece-
sitaban para declararse en abierta rebeldia contra su monarca: Por-
tugal consolidó su independencia en 1668 y Cataluña obtuvo el re-
conocimiento de sus libertades peculiares quince años antes. Y en
la Guerra de Sucesión los adversarios de los Borbones hurgaron
en la herida semicicatrizada del tradicionalismo politico de la an-
tigua corona de Aragón; quienes les secundaron, creyeron de buena
fe propugnaban la verdadera causa de España, no tan sólo un pu-
ñado de privilegios 143 : " Todos sabemos el estado en que se halla
esta infeliz Monarquía; y lo sabemos por la esperiencia, la opres-
sión en que estava este Principado -de Cataluña- ...Ea Catalanes
mios, mirad que queda lo restante de la Monarquía en su más in-
feliz estado, Assistid a S.M. -Carlos DI- con vuestras armas" 144•
Y con la sobrenaturalización clerical, vivieron aquellos españoles
una auténtica guerra santa.
El partido borbónico confirmó su ideología mediante un hecho
milagroso. La petición de la intervención mariana 145 fue atendida:
el 8 de agosto de 1706, en Monteagudo, en la huerta murciana, cuan-
do las tropas enemigas comandadas por el Conde de Santa Cruz
se disponían a atacar, la criada de un honrado labrador -Francisco
López Majuel<r- descubrió que una imagen de la Virgen -de yes<r-
lloraba, confirmándolo los de la casa y todos los Oficiales, gran nú-
mero de los soldados y los Capellanes de los Regimientos acampa-
dos a un cuarto de legua de distancia; a la media noche del dia
siguiente, llegó el prelado D . Luis Eelluga, qaien, p ese a no ver el
sudor y el llanto de la imagen, aún percibió en la mejilla derecha la
señal de las lágrimas y la humedad de los manteles y urna; en
ello y en el testimonio de los presentes basó su interpretación, pu-
blicada en el Mandato a todas las iglesias de la ciudad murciana,
el18 de agosto de 1706: "No podemos dudar que el mostrar nuestra
Piadosissima Madre este sentimiento de dolor, en estas circunstan-
cias de lugar, y tiempo, es, y be, sin duda, para enardecer con el
zelo de la Religión, y desagravio de tan sacrilegos desacatos de su
143. VICENS VlVES, Apro:rima.ción a la HiStoria de España. Barcelona, Cen-
tro de Estudios Históricos Internacionales, 1952, p. 127-129. 132-133.
· 144. B . PASQÜAL, Oración Panegírica en las Festivas Aclamaciones, que la
siempre Leal Villa. de Reus celebró en acción de gracias por los triunfos, y
victorias del Rey N. Sr. Don Carlos m, que Dios guarde, Rey de Castilla, y Ara-
gón, Conde de Barcelona, año 1705, p. 35. 38.
145. ARTETA, Sermón. Madrid, 1703, p . 32: "Alégrese, señora, el Rey -Feli-
pe V- en vuestra virtud; proteged su Imperio como Vencedora, y fecundad
las esperanc;;as de su R. sucessión como Madre Reyna. Esta es la sombra de
vuestro refugio, y el Laurel. que coronándonos en esta vida de gracia., nos
alienta eternidades de Gloria".
76 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

santíssima imagen, de la de su santíssimo Hijo, y demás santos.


Avían de mirar esta guerra, tanto por causa de justa defensa de su
Rey -Felipe V- y su Patria, como por causa suya, y de su núsma
Religión ... La debemos reputar, y defender por tal Gu:ERRA DE RE-
LIGióN; pues aunque el fin del Inglés no fuera, como para nosotros
es constante, el mantenerse fuera de la obediencia de la Iglesia, y
que no se les introduzga, como temen de la unión de las dos poten-
cias de Francia, y España, su legítimo Rey Católico, que les sugete
con la fureza a esta obediencia; bastava para juzgarla causa de Re-
ligión, saber, que lo mismo es rendir los hereges una Ciudad o Lu-
gar, que en entrar en odio de la Religión, no ya sólo saqueando los
Templos -que se pudiera atribuir a su codicia casi irremediable
en los Soldados-, sino haciendo los referidos estragos en ellos y
sus Sagradas Imágenes que veneramos" 146.
El "milagro de las lágrimas" constituyó el refrendo divino de la
guerra santa para los borbónicos.

146. BELLUGA, Mandato a todas las iglesias. Murcia, Jayme Mesnier, 1706,
sin numeración de páginas. Todavía en 1742, el sobrino del Cardenal Belluga,
D. Joseph Alcáraz y Belluga, obispo de Tarazona, daba fe de tal hecho: AI.-
CARA.z, Declaración de la Religión Católica. Dedicatoria del traductor de la cita-
da obra cuyo autor era su tío el Cardenal. Zaragoza. FDancisco Moreno, 1742.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 77

b) Guerras carlostercistas
El 9 de julio de 1746 moría Felipe V y, sosegada Europa por el
tratado de Aquisgrán, en 1748, se dedicó Fernando VI a conservar
la paz durante su reinado, especialmente en la Guerra de los Siete
Años (1756-1763) entre Francia e Inglaterra, no obstante las hala-
gadoras ofertas que una y otra le hicieron : Francia ofrecía Menor-
ca, que había conquistado a los ingleses, y ayuda para la recon-
quista de Gibraltar; Inglaterra prometía la devolución del Peñón y
de algunas posesiones en el golfo de Méjico. Fernando VI, hijo del
primer matrimonio de Felipe V con María Luisa de Sabaya, había
heredado la melancolia paterna que amargó toda su existencia - a
Luis I le dominaron la abulia y su excéntrica esposa Isabel de Or-
leans-, y fue también melancólico y tan pusilánime, que sin fuer-
za para soportar la muerte de su mujer, Bárbara de Braganza, mu-
rió loco un año después, el 10 de agosto de 1759, en Villaviciosa de
Odón 147 •
Le sucede su hermanastro Carlos III, en quien el genotipo de
su madre - Isabel de Farnesío---, enérgico, dominante, ambicioso,
avasallador, creó una mezcla extraña de abulia y voluntad, de me-
lancolía y fortaleza con sus manías y tesones 148• Ascendido al tro-
no en el transcurso de la Guerra de los Siete Años, las victorias in-
glesas sobre Francia en América e India le hicieron temer una
supremacia británica, por lo que -al enviudar de Maria Antonia
de Sajonia (1760) - firmó el Tercer Pacto de Familia - por el Pri-
mero (1731) el ministro P~,tiño reconquistó el r eino de Nápoles para
el Infante Don Carlos, y en el Segundo (1743) España intervino en
la Guerra de Sucesión de Austria que terminó en Aquisgrán- con
Francia -atraído por Choiseul, ministro de Luis XV- por medio
de1 Marqués de Grimaldi, .1n 1761. A este: pacto se adhirieron el
Rey da las Dos Sici.Cas y el Duque de Pru:ma, pe¡-o no Portugal, y
cuando Francia y España la obligaron a cerrar sus puertos a los
ingieses ésta se negó, por lo que le declararon la guerra, si bien
se desaprovechó la ocasión de invadirla en los primeros tiempos
cuando los portugueses no estaban preparados; en la campaña pos-
terior, dirigida por Aranda, sólo se conquistó Almeida. A su ve.z,

147. IzQUIERDO, Antecedentes y comienzos del reinc.do de Fernando VII. Ma-


drid, Cultura Hispánica, 1963, p . 15; Rl:PA RAZ, Los Borbones de Espa1ía. Ma -
drid, Pueyo, 1931, p . 110.
148. I ZQUIERDO, Antecedentes, 15.
78 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Inglaterra declaró la guerra a España, en 1762, antes que ésta pu-


diese completar las defensas de las colonias, y se apoderó de La
Habana y Manila, aunque las fuerzas españolas de Buenos Aires
ocuparon la colonia portuguesa del Sacramento. Por el tratado de
París (1763) Inglaterra nos devolvió La Habana y Manila, obligán-
dose a destruir las fortificaciones construidas en Honduras, mien-
tras que España le cedia La Florida y devolvía a Portugal todo lo
ocup~do tanto en la metrópoli como en ultramar; Francia nos com-
pensaba con La Luisiana. Después de la paz, se mantuvo la tensión
con Inglaterra, con incidentes como en de las Malvinas (1778), re-
suelto con el abandono voluntario de las islas por los ingleses. Hu-
milladas Francia y España por la paz de París, encontraron ocasión
de revancha en la sublevación de las colonias inglesas de América
del Norte; el reconocimiento de la independencia de los Estados Uni-
dos y el tratado comercial con los mismos nos arrastró a la gue-
rra de 1779, que culminó en la paz de Versalles (1783), donde reco-
bramos Menorca --conquistada por el Duque de Crillón-, La Flo-
rida y extensos territorios en Honduras y Campeche; pero todos los
esfuerzos se estrellaron ante el peñón de Gibraltar, asediado por
tierra y batido por mar con unas ingeniosas baterias flotantes,
inventadas por el francés D'ArQon; además, entregamos a Inglate-
rra las islas Bahamas y le confinnamos el privilegio de cortar el
palo del tinte en la costa de Campeche, a la vez que devolvimos a
Francia La Luisiana 149.
Asombra la teologización de unas guerras políticas y desgra-
ciadas para España, que salió empobrecida y desgastada 150• Sin em-
bargo, el orador evangélico continuó dirigiendo al pueblo fiel en
la porfia de inculcarle la espiritualidad. Hasta se agradecen desde
la cátedra sagrada "las treguas y paces, que entabló el inmortal
Carlos III con los turcos y todas las regencias berberiscas" 151 •
Es, justamente, el predicador Fray Miguel Suárez de Santan-
der 152, quien recapitula la actividad bélica del "despotismo ilustra-
do" en su sermón XIV "de acción de gracias por el nacimiento de los
Infantes Gemelos, y la Paz, predicado en el Convento de Capuchi-
nos de la ciudad de Toro el día de los Santos Reyes de! año 1784". Su
lectura, tan sabrosa, excusa todo comentario: "¡Qué aspectos tan 1

l
diferentes nos ha manifestado el año de ochenta y tres, amados
oyentes míos! ¡Qué horroroso semblante nos presentó en sus prin-
cipios, y qué rostro tan risueño en sus fines! En sus principio!'¡ rnirá-

149. COXE, L'Espagne, IV, 414-V, 409.


150. GoDOY, Memorias. Madrid, B.A.E., 1956, V. 88, t. 1, p. 18-19.
151. SANTANDER, Sermones Panegíricos. Madrid, Villalpando, 1814, t. I, p . 30.
152. SANTANDER, Sermones Panegíricos, II, 239-242.
j-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 79

bamos cubiertos los mares y la tierra de formidables escuadras y


poderosos exércitos, que con la fuerza de sus armas hacían estre-
mecer el universo. La América, esa inmensa porción de terreno que
por tantos siglos estuvo sin ser conocida de la desmesurada ambi-
ción de los mayores conquistadores; la América, ese país rico y opu-
lento, que tantos millares de leguas separó de nosotros el Ser Su-
premo; la América que aplicó la primera el fuego al incendio general
de las naciones de Europa, se miraba oprimida con las escuadras
Inglesas, Francesas y Españolas, y con los destruidores exércitos de
estas respetables potencias. Ella era el teatro de las batallas, y el
centro de la guerra, de donde salían las lineas que llevaban la con-
fusión y el espanto a las tres restantes partes del orbe.
. "El Asia, a pesar de la pacífica condición y suave índole de sus
habitantes, y de la inmensa distancia de sus costas, experimentó en
las de Coromandel el destrozo de sus exércitos, la ruina de sus ciu-
dades, y miró con espanto los mares vecinos aumentados con la
sangre de sus hombres.
"El Ajrica no pudo impedir con el horror que infunden los ate-
zados semblantes de sus naturales, que las naciones europeas la
insultasen, la demoliesen sus ricas factorías, y que el caudaloso
Senegal sirviese de sepulcro a millares de hombres, que no habían
hallado la tranquilidad en toda la longitud de sus costas, desde
el Mazagan &.1 cabo de Buena Esperanza.
"La Europa, en fin, vomitaba volcanes y arrojaba rayos de fuego
a los Texeles, Gibraltares y Mahones, tal era, oyentes mios, el triste
estado del mundo a principios del año de ochenta y tres. Inglaterra
afligida con desmembración de sus provincias, con la toma de sus
convoyes, con las pérdidas de sus batallas, y con el aumento de sus
inmensas deudas, clamaba ansiosa por la paz, haciendo sin embargo
los más heroicos esfuerzos de valor en la presente guerra. Holanda,
adormecida en su natural indolencia, sólo abría los ojos para llorar
el robo de sus islas, sus comercios y sus embarcaciones. Francia,
aunque llena de actividad, manejo y valor, sent1a las alternativas de
la fortuna con varios encuentros, ya prósperos, ya adversos; y a pre-
cio de caudales, escuadras y exército5, iba sacando a sus aliados
del país de su nacimiento y cuna. España, finalmente, para cubrir
sus costas, mantener sus naves, y defender los interminables terre-
nos de sus posesiones americanas, ponia en movimiento sus exér-
citos, exponía a los peligros sus tropas, agotaba sus tesoros 153, y
hacía volar por los mares sus escuadras. Todo era guerras en los
principios del año, todo proyectos para arruinarse los hombres,
todo buscar arbitrios para destruirse.

153. Confer GODOY, Memorias, I, 18-19.


80 ALFREDO MARTI.NEZ ALBIACH

"Aumentábase nuestra pena con las revoluciones Peruanas 154,


en donde se pretendía injustamente .sacudir el yugo de s u legitimo
Soberano; y multiplicá base nuestro desconsuelo con la temprana
muerte de dos Príncipes herederos de la corona de España, y su-
cesores del mejor de los Monarcas. Carlos Clemente y Carlos Euse-
bio habían sido trasladados al cielo en la tierna edad de tres años ...
"¿Quién pudiera persuadirse, si no lo hubiera visto, a que antes
de finalizarse el mismo año de 83 había de aparecer el mundo con
nuevo y favorable aspecto? .. . Retiráronse ímprovísamente los exér-
cítos, desarmáronse las escuadras, propusiéronse los preliminares
de la paz, fiirmáronse sus artículos, y se publicaron con la mayor
solemnidad ... La gran Bretaña, despedazando el cetro de los mares
que orgullosamente se abrogaba, pierde de un golpe la tercera par-
te de su imperio. La América septentrional mira en su emisferio la
primera república independiente, y la casa de Barbón, manteniendo
sus inmensas posesiones en las qüatro partes del globo, adquiere
nuevos dominios en las Antülas, las Floridas, el Senegal y Menorca,
firmando la paz más ventajosa que había visto el mundo en muchos
SiglOS. Y aumentando el CIELO SUS MISERICORDIAS PARA CON ESPAÑA,
añade al beneficio de la paz la total tranquilidad de la América con
la aprehensión y castigo de los sublevados, y el imponderable bien
de la fecundidad en nuestra incomparable Princesa Doña Maria
Luisa, dándola en un solo parto dos bellísimos infantes: Carlos y
Felipe".
Para el clérigo hispano era justo que el cielo distinguiera con
sus misericordias a España, siendo "la única entre las hijas de la
Iglesia que mantenía una guerra continua contra los enemigos de
la fe" 155 • La "guerra divinal" pertenecia a la esencia de la católica
España.

154. Confer Gooov, Memorias, I , 131.


155. GALLO, Sermones. Madrid, Manuel Martín, 1776-1781, I , 1-12.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 81

e) Guerra contra la Revolución francesa

A la muerte de Carlos m, el14 de diciembre de 1788, le sucede su


hijo Carlos IV, coincidiendo con la Revolución francesa. "Carlos m
-testifica Godoy 156- vivió bastante tiempo para ver y observar el
espíritu de innovación y de inquietud que se extendía en Francia, la.
incertidumbre y los errores de la marcha que seguía el Gobierno de
Luis XVI, la lucha abierta de los Parlamentos con la Corte, la uti-
lidad de los medios que se adoptaban para hacer cara a los peli-
gros y los presagios de una revolución incalculable en sus efectos
que se armaba en su vecindad. Mas la Historia no nos ha contado,
ni a mi noticia llegó nunca, que el monarca español acudiera a in-
fluir por medios eficaces en los consejos de Francia ni a romper un
camino, por su ascendiente sobre muchos Gabinetes de Europa para
prevenir con tiempo la tempestad que amenazaba. Contristado su
espíritu, y participando del temor y la zozobra que ganó a su mi-
nistro (Floridablanca) , puso fin a las reformas comenzadas en Es-
paña y se ciñó al cuidado de sus reinos con sombría y austera vigi-
lancia. El Conde de Floridablanca, para el cual no había más modo
de Gobierno que el poder ministerial absoluto, desconfió de todo
el mundo, se encerró en sus principios, cerró todas las vias a 1&. pu-
blicidad de los sucesos y de los actos del Gobierno, evitó las discu-
siones, acabó de anular al Consejo de Estado, y concentró en sus
manos todos los resortes de la Administración, sujetando a los de-
más ministros en sus respectivos ramos a deliberar en común bajo
Stl. presidencia".

Por recomendación del difunto monarca, Carlos IV conservó


en su puesto al Conde de Floridablanca, quien, al enterarse de la
huida de la familia real francesa y su detención en Varennes (20-22
de junio de 1791), se apresuró a protestar ante el Gobierno francés
contra dicha deiiencién; y el 18 de julio siguiente, comunicaba al en-
cargado de negocios de Francia en Madrid, M. d'Urtubize, que no
podía seguir considerándole como tal porque su rey se hallaba pri-
sionero. Aun considerando la buena fe del ministro español, su
actitud resultaba inoportuna en unos momentos en que el partido
moderado de los "fuldenses" se esforzaba en mantener la paz, es-
tabilizar la Revolución y salvar la Monarquía contra los propósitos.

156. G ODOY, Memoria s, I , 44.


ALFREDO MARTINEZ ALBIACH
l
belicistas y subversivos de los jacobinos, dirigidos entonces por
Brissot. M. d'Urtubize logró convencer a Carlos IV, en una audien-
-cia particular que le fue concedida, de que la salvación de la Mo-
1
narquía francesa dependía del apoyo que su Gobierno constitucio-
nal encontrase en las Cortes europeas, especialmente en la de Es-
·paña, ligada por lazos familiares tan estrechos a Luis XVI; el mo-
1
narca hispano se determinó consultar con las personalidades más
relevantes de la nación, entre ellas con el Conde de Aranda, que ta-
chó de "impolitica, inepta y temeraria" la conducta de Floridablanca,
·y de acuerdo con tal dictamen, éste fue destituido el 28 de febrero
de 1792 y reemplazado en sus funciones por el mencionado Conde
de Aranda m.
Contrariamente a las previsiones de Aranda, su política de con-
temporización y apaciguamiento con los revolucionarios franceses
no dio los resultados apetecidos por Carlos IV -salvaguardar el
trono y la vida de su primo Luis XVI-: el monarca francés se vio
·Obligado a aceptar un ministerio " girondino" que el 20 de abril de
1792 declaraba la guerra al nuevo Emperador de Alemania y a su
.aliado el Rey de Prusia, y por efecto de las primeras derrotas que
·de ella se derivaron para la estabilidad del constitucionalismo fran-
·Cés, el furor revolucionario del pueblo creció hasta el paroxismo,
·culminando el 10 de agosto con el asalto a las Tullerías, la destitu-
·ción del Rey y el encarcelamiento de las personas reales en el Tem-
_-ple. Bajo la impresión de tales acontecimientos, el Conde de Aran-
da planteó el 24 de agosto; ante el Consejo de Estado (por él
·restaurado), la cuestión de la ruptura con Francia, exponiendo el
·pro y el contra de tal medida; y a pesar de sus objeciones, la ma-
:yoría de los consejeros se declaró en favor de la guerra con Francia.
Carlos IV consideró definitivamente fracasada la política de apa;-
-ciguamiento propugnada por el Conde de Aranda y lo sustituyó, el
15 de noviembre del mísmo 1792, por D. Manuel Godoy 158• Explicar
.la caída de Floridablanca y de Aranda -advierte Seco Serrano 159-
como maniobras de la Reina para abrir el camino a Godoy es de-
masiado simple. Más bien hay que pensar que los derroteros de la
·Revolución en Francia fueron descartando d~ !'~chazo, por unos u
·Otros motivos, a los viejos minístros heredados de Carlos III. El vacío
dio paso al favorito; pero no había sido ocasionado por él. Lo cual
no quiere decir tampoco que necesariamente fuese Godoy el más a
propósito para llenarlo. En todo caso, lo creyeron así los Reyes.

157. ANDRÉS MURIEL, Historia de Carlos IV. Madrid, B.A.E ., 1959, V. CXIV,
l

l
:t. I, p. 85. 90.
158. MINISTERIO DEL E1ÉRcrro, EMCE, Independencia, I, 102- 108.
159. SECO, Godoy, p . XI-XXII.

J
RELIGlOSmAD HISPANA. Y SOCIEDAD BORBONICA 83

Los Reyes, no la Reina. Se impuso ahora la " tercera solución'', re-


presentada por el joven guardia de Corps. El Rey necesitaba un hom-
bre de quien poder fiarse como hechura propia suya, cuyo consejo
o cuyo juicio estuviese libre de influencias y relaciones anteriores.
Ante circunstancias políticas completamente nuevas, el monarca
precisaba de ministros totalmente inéditos.
En efecto; los Reyes españoles --<:onfiesa Godoy 160- "aftigidos e
inciertos en sus resoluciones, concibieron la idea de procurarse
un hombre y hacer de él un amigo incorruptible, obra sola de sus
manos, que unido estrechamente a sus personas y a s u casa, fuese
con ellos uno mismo y velase por ellos y su reino de una manera
indefectible. A un ministro perplejo y tímido hasta el exceso (F1o-
ridablanca) le sucedió un anciano, por el otro extremo, que de nada
se alarmaba (Aranda) . Uno y otro causaron espanto al Rey: el pri-
mero, por indeciso; el segundo, por confiado. En la hora del peligro,
cuando no babia bienes, sinos males, terrores, asombros, hundimien-
tos, torbellinos y humaredá, y volcanes reventando, me vi puesto,
¡Dios mio!, al timón del Estado".
Que a Godoy le faltaba la preparación y la experiencia indis-
pensables para desempeñar con acierto un. cargo de tanta respon-
sabilidad es, desde luego, indiscutible; pero hasta sus mismos
detractores 161 le reconocen un entendimiento despejado y el sufi-
ciente buen sentido para buscarse asesores competentes que guia-
sen sus primeros pasos, así como una gran aplicaciór. para suplir
con estudios apropiados y un trabajo asiduo las deficiencias de su
educación; sin olvidar que desde la elevación del Conde de Arand.a
al poder, el joven favorito asistía con frecuencia a su despacho con
el Rey, poniéndose al corriente de la tramitaciqn de los asuntos.
Lo cierto es que sus primeras medidas de gobierno fueron pru-
dentes y atinadas; lejos de romper de un modo terminante con la
política de su antecesor, continuó sus negociaciones para concertar
un pacto de neutralidad con Francia, pero subordinándolo a la sal-
vación de Luis XVI y su familia, preocupación fundamental de los
monarcas españoles de cuya voluntad se hizo Godoy fiel intérprete
y ejecutor. A tal fin, ini:!iado ya el proces o del Rey francés, envió
instrucciones a nuestro representante en París, D. José Ocáriz, para
que hiciese saber al Gobierno de la República que España estaba
dispuesta a firmar un tratado de neutralidad, reconociendo "de
facto" el nuevo régimen de Francia y retirando nuestras tropas de

160. GoDOY, Memorias, I, 15.


161. MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE, Guerra de la I ndependencia. Narración his-
tórica de los acontecimientos de aquellú época, t. I, p . 9; JosÉ GóMEz DE ARTE-
~HE, Reinado de Carlos IV : Historia G eneral de España, t. I, p . 127.
ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

la frontera, con tal que Luis XVI y su familia fueran puestos en


libertad y autorizados a trasladarse a España, bajo la promesa de
abstenerse en lo sucesivo de toda actividad política; promesa de
cuyo cumplimiento se hacía responsable el Gobierno hispano, ofre-
ciendo para ello la entrega de los rehenes que se juzgasen necesa-
rios. Tal propuesta fue leida ante la Convención el 28 de diciembre
de 1792, siendo rechazada despectivamente por imposición de Jos
diputados extremistas. Godoy no desistió, sin embargo, de sus ge-
nerosos propósitos y puso a disposición de Ocáriz un crédito ilimi-
tado para conquistar el voto de los convencionales en favor de la
absolución del monarca francés, o, por lo menos, de una apelación
al pueblo, en el caso de que la sentencia fuera condenatoria; mas
tampoco este procedimiento de captación obtuvo los resultados
deseados, porque la mayoría de los sobornados, después de embol-
sarse pingües cantidades, dejaron de cumplir sus compromisos. To-
davía el 17 de enero de 1793, cuando se estaban escrutando los votos
que habían de decidir la suerte de Luis XVI, Ocáriz entregó a la
Convención una nueva nota de nuestro Gobierno ofreciéndose a
mediar por la paz entre Francia y las potencias coaligadas, a cambio
de que se suspendiera la ejecución de la sentencia; pero esta vez la
nota no fue siquiera leída, y Dantón llegó a proponer la inmediata
declaración de guerra a España por haberla presentado. Decidió la
Convención, el 20 de enerc, por 380 votos contra 310, que la senten-
cia fuera ejecutada en un plazo de veinticuatro horas. Fracasadas,
pues, todas estas gestiones, en las que España no se vio secundada
por ninguna potencia, la muerte del Rey francés causó en nuestra
Corte la natural aflicción y provocó la indignación de nuestro pue-
blo, cuya tradicional devoción a la realeza se sintió vivamente ofen-
dida : al clamor popular se manifestaba con rara unanimidad en fa-
vor de la guerra con la vecina ~pública; pero Godoy, dándose
cuenta de la gravedad de tal paso, procuraba refrenar aún las an-
sias vindicativas de la nación. Mientras tanto, el representante fran-
cés, M. de Bourgoing, seguía insistiendo en nombre de su Gobier-
no para que el nuestro firmase el tratado de neutralidad que se
e$taba tramitando entre los dos paises; Godoy celebró con él una
última entrevista privada en la que expuso las condiciones en que
España se avendría a perrna:.necer neutral: que la República fran-
cesa aceptara nuestra intercesión en favor de la familia de Luis
XVI encarcelada en el Temple, y que el Gobierno de la misma re-
nunciase a propagar sus doctrinas subversivas a las demás naciones.
Bourgoing respondió que su Gobierno no admit!a otras condiciones
que la neutralidad pura y simple junto con el desarme reciproco,
reservá ndose Francia la facultad de mantener guarniciones sufi-
RELICIOSrDAD H1SPA!'IA Y S OCIEDA.D BORBO~ICA 85

cientes en los puertos inmediatos a la raya fronteriza. ··r.a guerra


-declaró el mencionado diplomático- es infalible, si España no
desarma". Ante esta respuesta terminante y amenazadora, Godoy
estimó indecoroso e inconveniente para nuestra patria aceptar el
tratado que se le proponía. En vista de lo cual, el representante
francés solicitó sus pasaportes y regresó a su país, el 23 de febrero.
La lucha, pues, se hacia inevitable. Sin embargo, el Conde de Aran-
da envió a Carlos IV, el dia 27, una memoria en que se declaraba
opuesto a la ruptura con Francia, fundándose principalmente en que
nuestra nación, peleando tao sólo por motivos desinteresados, tenia
mucho que perder y nada que ganar; a la vez manifestaba sus sim-
patías por la causa revolucionaria: "¿Y sería por ventura prudente
meterse a pelear contra los ardientes promotores de la libertad?
No irían por cierto nuestros soldados a acometerles con el mismo
fuego que si se tratase de una expedición a Tierra Santa o de la
conquista de algún reino. Muchos pensarían quizá del mismo modo
que los enemigos mismos a quienes iban a combatir. ¿Quién sabe
si no habria peligro de que se contagiase nuestro ejército con las
doctrinas fran~a!;? A esto se añade que el fanatismo por la liber-
tad dará suma fuerza a los ejércitos franceses. Es grande la diferen-
cia entre los que pelean por una opinión que les tiene preocupados
y los que van a la guerra por sólo cumplir con la obligación de su
oficio" 162. En consecuencia, Aranda proponia la neutralidad arma-
da; solución imposible, puesto que el Gobierno de la República
exigia imperiosamente que nuestra patria desarmase. Y, por otra
parte, no hubo lugar a discutir porque la Convención -que ya ha-
bía roto con Inglaterra y Holanda- se adelantó a declararnos la
guerra, el 7 de marzo, poniéndonos así en la precisión de defen-
dernos 161• Según el testimonio del propio Godoy •~. entre los a.,ara-
vios en que fundó la Convención su declaración de guerra -cuyo
redactor fue el famoso Barrére- señala uno que no tuvo en coosi-
deración Aranda para minusvalorar el valor español : "Que el Rey
de España toleraba que se predicase en los púlpitos contra los prin-
cipios adoptados en Francia".
A la declaración de guerra del Gobierno francés -precedida de
actos deliberados de hostilidad con nuestras naves de guerra y co-
mercio- hubo de respond~r Carlos IV, el 23 de marzo, explicando
al país sus fallidos esfuerzos por mantener la paz y la necesidad ine-
ludible de aceptar el reto que se nos lanzaba. En realidad, tales ex-

162. ANDRÉS MURIEL, Historia de Carlos IV, BAE .. v. CXIV, t. I, p . 153-154.


163. MnHSTERIO DEL EJÉRCITO, EMCE, Independencia, I, 110-113.
1S4. GODOY, Memorias. I, 38.
86 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

plicaciones resultaban innecesarias, porque la masa general de los


españoles se hallaba de antemano decidida a luchar contra la Re-
volución francesa: "no fue un partido, asegura Godoy 165, quien apro-
bó la guerra sino la nación entera, y no sólo la aprobó sino que clamó
por ella con entusiasmo generoso, y no clamó tan sólo sino que co-
rrió delante de ella con las personas, con sus riquezas, con sus bie-
nes todos no solamente los supertluos sino los necesarios, desde
los tesoros del grande de Castilla hasta el pobre maravedí del men-
digo (hasta los ciegos de Madrid y de otros pueblos que vivían de
sus balatas y romances, no contentos de cantar la guerra como los
bardos, desataron sus pobres y honestas bolsas e hicieron donati-
vos que habrían honrado a más de un rico). Los individuos que no
tenían dinero daban géneros y efectos de su comercio o de su in-
dustria; los que que no tenían nada ofrecian sus personas y pedían
ser alistados ... ¡Las viudas mismas presentaban a sus hijos! Baste
decir acerca de esta devoción y de este impulso general de lealtad,
de patriotismo y de instinto también conservador que no hubo ne-
cesidad de hacer sorteos y que el Ejército se puso en pie de guerra
con tan sólo gente prometida y voluntaria". La guerra, confinna
Seco Serrano 166, muy popular, fue un verdadero antecedente, por
su carácter y significación, de la de la Independencia. Godoy, no sin
justeza, la compara con las antiguas luchas de religión, y se hizo eco
de una ardorosa opinión nacional, sustentada en la fe religiosa y
monárquica del pueblo; esa opinión había sabido expresarla un
librito que se imprimió varias veces -un auténtico "bestseller"-
Y trascendió a la Guerra de la Independencia y a los bandazos po-
líticos de Fernando VII e Isabel II (Cádiz, Madrid, Córdoba, etc., lo
reeditan en 1813, 1814, 1855, etc.). Un verdadero catecismo. El hom-
bre que en aquella España de fines del siglo xvm encamaba, por
su significación y su ideario, el polo opuesto de Aranda, era Fray
Diego José de Cádiz, Misionero Apostólico de la Orden de Misione-
ros Capuchinos de la provincia de Andalucía. El nuevo San Bernar-
do. Su Obra: EL SOLDADO CATÓLICO EN GUERRA DE RELIGIÓN. "Carta
Instructiva, ascético-histórico-~olitica, en que se propone a un Sol-
dado Católico la necesidad de prepararse, el modo ceo que lo ha
de hacer y con qué debe manejarse en la actual guerra contra el
impío partido de la infiel, sediciosa y regicida Asamblea de la Fran-
cia; escribiala a su sobrinc D. Antonio Ximénez y Caamaño, solda-
do distinguido voluntario del ilustre y antiguo Regimento de In-
fantería de Saboya", fechada en Sevilla el 8 de diciembre de 1793 y

165. GODOY, Memorias, I, 41.


166. SECO, GodQy, XXIll-X:XV.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICII 87

dirigida expresamente al pueblo, según consta en la nota que cierra


las 91 páginas: "En esta Carta nada se trata de las obligaciones de
los Gefes, ni de Oficiales, porque sólo se habla en ella con un Sol-
dado, al qüal le conviene más saber obedecer que aprender a man-
dar" . Constituyó el grito de guerra; y no una simple guerra de-
fensiva, sino una auténtica "guerra santa" o de Religión. Según
atestigua un cronista extranjero de aquel tiempo, Mons. de Pradt,
Arzobispo de Malinas: "La nación española superó cuanto en
las demás épocas de la historia moderna se ha contado en materia
de ofrendas hechas por el patriotismo de los pueblos a los Gobier-
nos que han buscado su apoyo. Y así se vio que las ofrendas de la
Francia bajo la Asamblea Constituyente no ascendieron a más de
cinco millones, y que la Inglaterra, con todo su fervor, en 1793, no
llevó sus larguezas más allá de cuarenta y cinco, mientras que la
España ofreció en donativos voluntarios la enorme suma de sesenta
y tres millones, don patriótico, en verdad, el más crecido que se
encuentra en la historia de los pueblos modernos" 167•
Tanto entusiasmo (también en los grandes de España: encabe-
zados por GOOoy, los Duques del Infantado, Arión, Medinaceli, Osu-
na, Frias y Uceda, y otros muchos personajes titulados, reclutaron y
equiparon a su costa unidades de mayor o menor importancia, des-
tinadas a reforzar los Cuerpos activos del Ejército) 163, especialmen-
te en el pueblo, fue efecto de la ideologla bélico-religiosa aplicada a
ese momento histórico, cuyo intérpret~ -no el único (recordemos
el mencionado motivo de la declaración de guerra de la COnven-
ción francesa)- más fiel era el citado capuchino.
Examinemos la estructura de tal mentalidad.
Al clérigo le seduce revivir personalidades medievales, cuya aura
de santidad con.fl.rmen su profetismo: " No es esto impl"opio a mi
estado ni ageno de mi profesión en modo alguno. En la Ley esc.r ita
era del cargo de los Sacerdotes exhortar a los Soldados en guerra
santa y de Religión. En los tiempos de la Ley de Gracia son muchos
los exemplares q!.le pudiera a!.egar a mi favor; pero me basta el del
bendito Pad:-e &>.n Bernardo, San Antonio de Florencia, San Bernar-
dino de Sena, el Venerable Dionisio Cartujano, y otros Varones
piadosos, que escribieron y predicaron mucho a este mismo in-
tento" 1:a.
En dos ideas resume el mensaje de su Carta Instructiva: obli-
gaciones de un soldado católico en su necesaria preparación para

167. PRIIDT, Memorias históricas sobre la Revolución de España, Bayona,


1817, citadas por GoooY en sus Memorias, I , 50, y por MURIEL en Historia de
Carlos IV, 1, 157.
168. M.INlsn:Rlo DEL E.ri:RCJTO, EMCE, 1~, 1, 114.
169. CÁDlZ, Carta, p . 8-9.
88 AL FREDO MARTINEZ ALBIACH

la "presente guerra santa", y el modo de conducirse en el campo


de batalla. Las obligaciones se reducen a la ciencia y espiritu mili-
tar (páginas 11 a 30), y a los vicios "en que ha de precaverse" y las
,virtudes "en que debe excitarse" (pp. 30-70); luego, estudia el
··modo" en las páginas restantes.
Es curiosa la aplicación apodictica del principio bélico-religio-
so : "Debe estar el Cristiano persuadido, no sólo de que le es líci-
to el militar, mas también de que en algunos casos le es de obligación
y de necesidad el tomar las armas y pelear con los enemigos de Dios
y de su Rey. Tal es la presente guerra contra la revoltosa, impia y
escandalosa Asamblea de Francia, guerra tan justa y necesaria, que
atendidas sus circunstancias, parece que podrá tal vez posponerse
a ella por alguno la piadosa determinación de abandonar el siglo
y abrazar el estado Religioso" 170• Espantan las consecuencias de una
afirmación tan rotunda. El autor percibe el escándalo del lector, y
se escuda en una comparación con las demás guerras religiosas.
Por ejemplo, la de San Bernardo para la conquista de la Tierra
Santa (en la que intervino Hugo, caudillo de los Templarios, esta-
blecidos por el Patriarca de Jerusalén en 1130) y alentada por los
escritos del Venerable Dionisio Cartujano a los príncipes cristianos:
"no fue más justa". Tampoco la Reconquista española de "los Pe-
layos, los Alfonsos y los Fernandos". Ni "la que obligó a los grandes
Santos Raymundo de Serra, Domingo de Guzmán y Pedro de Verona
a que instituyesen Ordenes Militares y Hermandades" contra Sa-
rracenos, Albigenses y Maniqueos. ¿Cuál es el motitvo de esa super-
valoración?: "en ninguna de estas ocasiones se ha visto un conjun-
to de tal iniquidad y de irreligión, qüal es el que en 13. actualidad se
nos presenta en la perversa y perniciosa Convención del desgracia-
do Reyno de la Francia 171 • Superior a los "desafueros" de Novacia-
nos, Donatistas, Wiclefitas, Husitas, Waldenses y Protestantes;
"sobrepujan los que en la Francia han suscitado los Libertinos o
Filósofos Materialistas de este siglo" 172 ; y alega como cargo el
" obscurissimo, impío y sedicioso libelo Systema de la Naturaleza",
delatado "como reo de la Religión y del Estado" por el cler o fran-
cés a Luis XV el año 1770.
Y asegura la victoria al que "pelea con Dios, por Dios y para
Dios" m, en la actual guerra, ejecucióP- dP. la Justicia de Dios y de
la Religión. Considera la justicia divina a través de un parangón
entre el pueblo francés y el hebreo: la violación de un pacto con
su Señor fue causa suficiente para la cautividad del Pueblo escogi-
170.
171.
CÁlliZ, Carta, 3.
Ci.DIZ, Carta, 4.
1
172. CÁDIZ, Carta, 28.
173. CADrz, Carta, 17.
RELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 89

do, "¿cómo no lo será la de juramento público y solemne de m an-


tener la Religión y obedecer al Soberano (francés)?", además de
las "sacrílegas profanaciones de los Templos", de los "sacrificios"
de sacerdotes y del "horrendo Regicidio executado en el Cristia-
nísimo Rey LUis XVI y en su dignisima esposa la Reyna Maria An-
tonieta de Lorena" m.
Prevalece el radicalismo en el fraile capuchino. Rechaza toda so-
lución intermedia patrocinada por el Conde de Aranda: nada de
neutralismo; menos las deserciones. Sería compartir el crimen de
lesa Religión. Campea el lema Dros, REY y PATRIA. Bajo pena de
excomunión y ser declarado reo de la Inquisición. con tales ame-
nazas impone su doctrina: "La neutralidad en la ocasión presente
o el no estar en favor de los Católicos se juzga motivo suficiente
para · reputar por contrarios a los que en ella se mantienen, y esto
es conforme con lo que dice nuestro Señor Jesucristo en su Evan-
gelio (Mt. 12, 30): el que no está conmigo es contra mi. ¿Cómo pues
no lo será con mayor motivo el que así hace tránsito al Exército
contrario? En el mismo hecho de executarlo así, adopta todos los
errores, todas las injusticias y todos los crimenes de esas gentes
infieles y traidoras a Dios, al Rey y a su Patria, y haciéndose reo de
sus propias culpas, queda por consiguiente separado como ellos de
la Santa Iglesia, de la Católica Religión y del número de los fieles
que la profesan, y con el reato de mayor pena y castigo que la de
aquéllos. La S~arada Congregación de Roma los declara reos del
Santo Tribunal de la Inquisición, en su resolución de diez y nueve
de Mayo de mil seiscientos sesenta y seis" 175•
Precisada la única postura que plantea el P. Cádiz para el es-
pañol -soldado de la Religión-, lo introduce en el campo de bata-
lla, a la vez que le recuerda la "antigua costumbre" hispana: "invo-
car a nuestro gran Patrono Santiago" 1i 6• Entonces p romete la
victoria y una "eterna recompensa" que desdobla en laurel de de-
fensor de la fe o en la palma del martirio. Su lenguaje, de matiz
mahometano en cuanto a las promesas de ultratumba, lo sobrena-
turaliza con la autoridad de San Bernardo: "Puedes también pro-
meterte, si de este modo peleares, no sólo el pvdero:;o auxilio de la
diestra del Excelso para conducirte con todo acierto, mas también
su protección soberana para salir felizme..,te de los peligros de la
campaña y con la honra de vencedor en los más gloriosos triunfos;
y puede por último consolarte con la esperanza de una eterna re-
compensa, si gobernándote por estos sanos principios, obrares en

174. CÁDIZ, Carta, 30-33.


175. Ci.Drz, Carta, 51.
176. CÁDlZ, Carta, 68.
lc&t.ICIOSID.\D HISPASA ... - 7
90 ALFREDO KARTIN'EZ ALBIACH

todo como bu~n Soldado Católico; porque, si sobrevives, vivirás


con la gloria del zeloso defensor de la santa fe y sus profesores; y
si mueres en tu religiosa campaña, serás laureado en el Cielo con la
palma y corona del martirio, según el fundado juicio del Padre San
Bernardo, porque la causa de tu muerte es el odio que tu enemigo
tiene a la fe que tu defiendes" 177• Y le empuja a la lucha, previa la
entrega de las "armas" : el fusil, la espada, y "la más poderosa y
útil" la virtud contraria a "los errores y máximas del irracional sis-
tema que ellos (los enemigos) han querido establecer" rn.
Con este "vademecum" cruzaron nuestros soldados los Pirineos
en lucha con la Revolución francesa.
¿Cuántos? No más de 55.000. Conviene advertir que ni siquier a
durante la Guerra de la Independencia llegó a producirse un levan- 1
tamiento general o movilización en masa, no rebasando entonces los
150.000 hombres, equivalente a un 1,5 por 100 de la población espa- 1
ñola. En 1793, la totalidad de nuestras fuerzas en primera linea fue
dividida en tres ejércitos: el de cataluña, con un efectivo de 32.000
hombres, bajo el mando de D. Antonio Ricardos, que se destinaba a
operar ofensivamente, invadiendo el Rosellón y extendiendo, en caso
favorable, sus operaciones por el Languedoc; el de Navarra y Gui-
púzcoa, compuesto de 18.000, a las órdenes de D. V~ntura Caro,
para efectuar una operación demostrativa sobre Bayona y San Juan
de Pie de Puerto; y el de Aragón, integrado por 5.000, dirigidos por
el Príncipe de Castelfranco, con la misión de vigilar los pasos del
Pirineo Central y servir de enlace a los otros dos. Ricardos derrotó
al enemigo en Masdeu, el 18 de mayo, pero no pudo apoderarse de
la capital del Rosellón por falta de elementos con que forzar las
poderosas defensas de que los franceses la habían rodeado; Caro
triunfó más allá de la frontera, ocupando ventajosas posiciones al
otro lado del Bidasoa y de la desembocadura en Francia del paso
de Roncesvalles; pero el ejército de Aragón se limitó a rechazar
las incursiones enemigas por la vertiente sur de la divisoria. Este
balance favorable al término de la campaña de 1793 hay que con-
siderarlo al trasluz de la retirada francesa ante las fuerzas aliadas
(angloholandesas, austriacas y prusianas), tras la de:rrota de Neer-
winden (18 de marzo de 1793) y la deserción de Dumouriez (6 de
abril), junto con la insurrección realista en la Vendée, la rivalidad
entre "montañeses" y "girondinos", y la sublevación antijacobina
de Burdeos, L}On, Marsella y Tolón -más de las dos terceras partes
del territorio francés se hallaban en rebeldia contra el poder cen-
tral-. Además, nuestra escuadra, mandada por D. Juan de Lán-

177. CÁDIZ, Carta, 74.


178. CÁDIZ, Carta, 90.
R.ELIG10S1DAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 91

gara, se unía a la de! almirante inglés Hood para socorrer a los


rebeldes de Tolón, el 28 de agosto.
Los jacobinos reaccionaron y el 16 de agosto decretaron el le-
vantamiento en masa, constituyendo nueve ejércitos con un efec-
tivo de 750.000 hombres, que derrotaron a los angloholandeses en
Hondscboote, el 8 de septiembre, y en octubre a los austríacos en
Watignies, aplastando a la par la insurrección vendeana y la lyone-
sa, y levantando el sitio de Tolón. Unicamente los españoles logra-
ron aguantar por entonces las furiosas embestidas de las ms.sas
republicanas : Ricardos triunfaba en Trouillas (frente al impetuoso
D agobert) y en Boulou, y conquistaba las plazas marítimas de Port-
Vendres, Saint Elme y Collioure; a la vez que Caro se mantenia firme
ante un enemigo muy superior en número 179.
A principios de 1794, Godoy convoeó una reunión de generales y
al Consejo de Estado, provocándose la violenta disputa que originó
el destierro de .Aranda a Jaén y su reclusión en la Albambra de
Granada (tras un proceso, sobreseído un año más tarde, fue auto-
rizado el Conde de Aranda a retirarse a sus posesiones de Epila,
donde murió el 7 de enero de 1798, a los setenta y ocho años) . Godoy
salió al paso de los alegatos derrotistas de Aranda JJO; mientras, fa-
llecían Ricardos, y O'Reilly, su sucesor, cuando marchaba a incor-
porarse a su destino. Se hizo cargo del mando el COnde de la Unión,
lugarteniente de Ricardos.
El General Dugomier, al frente de 66.000 hombres (contra 18.000
españoles y 5.000 portugueses, de acuerdo con el tratado de 15 de
julio de 1793, a lo largo de los Pinenos), obligó a repasar la fron-
tera al Conde de la Unión, abandonando la mayor parte de su arti-
llería; los 20.000 hombres de Caro fueron contenidos por los 60.000
rtel General Muller, y desilusionado el general esp&iiol por no con-
SQguir refuerzos, solicitó el relevo, siendo sustituido por el virrey
de Navarra, D. Martín Alvarez d e Sotomayor, COnde de Colomera,
quien ante la invasión francesa cedió el Baztán (25 de julio), San
Marcial, Irún y Fuenterrabia {1.0 c!e agosto), San Sebastiá!l (las
autoridades franquearon las puertas el 4 de agosto~ y Tolosa (9 de
agosto), si bien resistió en Pamplona las dos ofensivas de Moncey.
En los Piri:leos orientales, el General Dugomier inició el 17 de
noviembre un nuevo ataque contra nuestras lineas de Figueras, Y
aunque el caudillo francés pereció (el 20) al comienzo de la acción

179. MnnsttR1o DEL EJtRcrro, Servicio Bistórlco Militar, Campaiúl.s en los


Pirineos a finales del siglo xvm, 1793-1795, 5 vol., Madrid, 1949- 1959; G . In4e-
pendencia, I , p. 115-120.
180. GoDOY, Memorias, I, cap. XVill-XXI ; M11RIEL, Historia de Carlos IV,
I, 198-211 ; LAFUENTE, H istoria General de España. Barcelona, Montaner y Simó,
1889, t. XV, p. 213-216.
92 ALFREDO lliARTlNEZ ALBlACH

en su puesto de mando de la Montaña Negra, sus lugartenientes


Augereau y Peringnon lograron romper nuestro frente por su .flan-
co izquierdo y tomar de revés el resto de nuestras posiciones. Acu-
dió el Conde de la Unión a remediar el daño, pero resultó muerto
también junto a la ermita de Roure (el mismo 20) ; lo que produjo
el natural desconcierto entre nuestras tropas, que, dirigidas por el
Marqués de las Amarillas, hubieron de replegarse a la linea del Flu-
viá, para cubrir Gerona. A retaguardia y debidamente guarnecidas
quedaban, sin embargo, las fortalezas de Figueras y de Rosas: la
primera de ellas estaba conceptuada como una de las mejores de
Europa, pero sus defensores capitularon vergonzosamente, el 28 de
noviembre, sin haber disparado un solo tiro; en cambio, la guar-
nición de Rosas resistió heroicamente hasta el 2 de febrero de
1795, en que se ordenó su evacuación por vía marítima 181 •
Mientras tanto, en el frente occidental la lucha alcanzaba la linea
del Deva, los montes de Elosúa, Lecumberri, la venta de Ulzama,
Eugui y Orbaiceta. El entusiasmo popular, excitado por los predi-
cadores, no conseguia la victoria en la guerra santa: ni siquiera
con las Rogativas públicas, decretadas en agosto de 1794 por Car-
los IV, asumiendo atribuciones pontificales "para hacer a Dios nues-
tro aliado" 182 -se le juzgaba "el medio más eficaz"-. Toda Euro-
pa se equivocó al no saber apreciar la capacidad de resistencia de
una nación rica y populosa, cuyos sentimientos patrióticos f ueron
exaltados hasta el máximo por las amenazas imprudentes de los
invasores. Idénticos sentimientos se apoderaron de los vizcaínos,
especialmente después de la traición de Michelena, alcalde de San
Sebastián, paralizando el avance francés. También los santanderi-
nos se alarmaron y pidieron ayuda "espiritual" a su paisano Fray
Miguel Suárez de Santander, quien les envió una vibrante exhorta-
ción, donde se nos descubre la visión e interpretación que tuvo el
clérigo español sobre el desarrollo de esta guerra. Lo valoramos
como documento de excepcional valor 183.
Inicia su proclama, recordándoles los "momentos felices" de su
apostolado en su tierra con un efecto sorprendente: "al oír la divi-
n a palabra que os propuse como ministro de Jesucristo, llorasteis
vuestros pecados a presencia de los cielos y la tierra"; pero ahora
les habla de la necesidad de armarse prontamente, de "adiestrarse
en evoluciones militares frecuentemente" y defenderse valerosa-

181. GODOY, Memorias, I, 89-99 ; MINisTERIO DEL E.rÉRCITO, Campañas en los.


Pirineos, l. c.; G . Independencia, I, 120-123.
182. SANTANDER, Sermones Panegíricos, II, p. 367-375: Tres Exordios de
otras tantas Pláticas hechas en los tres dias de Rogativas Púbiicas en cumpli-
miento de la R. Orden de S . M .
183. SAN:rANDER, Sermones Panegircios, n , 347- 359.
--
RELlClOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 93

mente de los "poderosos" enemigos. Nunca basta entonces se babia


hecho justicia a la potencia del ejército francés: en esto se dis-
tingue y supera Fray Miguel de Santander a todos sus colegas del
púlpito; nadie más realista que él: tal vez su realismo le movió a
contemporizar ante la invasión napoleónica y ser luego desterrado
como afrancesado. Juzgamos, pues, esta exhortación como el pun-
to inicial de su nueva actitud. "No espereis de mi, les decia a sus
paisanos, que yo os proponga a los Franceses como una tropa de
bandidos sin subordinación ni disciplina, como unos soldados débi-
les, "como unos xefes sin talentos militares que serán arrollados,
destruidos y aniquilados apenas incomoden a nuestra tropa y
sus xefes, a nuestros pueblos y sus vecinos, a nuestras forta-
talezas y sus comandantes, a nuestras Iglesias y sus ministros". Tan
supino y lamentable error habían propalado los demagogos predi-
cadores: "Idea insensata", así la conceptúa el P. Santander, y se lo
advierte con el ejemplo de los Saboyanos: "y os perdería infalible-
mente a vosotros". Como historiador critico, con la sinceridad de
un paisano que no quiere engañar a los suyos, les cita al pie de la
letra "uno de nuestros papeles públicos", donde se descnoe la cau-
sa de la perdición saboyana; considera "pecado contra el ~iritu
Santo" negar las verdades conocidas: nombra expresamente las vic-
torias de Dumoriere, Labourdonay y Custin apodarándose de las
plazas fronterizas, o las de Pichegn1 y Jourdan en provincias más
distantes. Así, pues, presenta una pregunta, incisiva como un pu-
ñal: "¿Serán una tropa de bandidos, unos soldados débiles y sin
disciplina los que arrollan los exércitos Austriacos, Ingleses y Pru-
sianos?" "Acaban de hacer una campaña que formará una é!)oca
memorable en los fastos de la historia": creemos no haber leído
mejor y más desinteresado t:logio a las armas revolucionarias.
A los encastillados en una orgull(lsa supervaloración les añade:
aun admitiendo que sean un tropa de bandidos o unos soldados dé-
biles, "mayor ignominia para nosotros al verlos triunfar sobre
nuestros mismos bogares". Porque la veracid:id del peligro actual
no es a.llirma de los derrotistas : "ellos han batido nuestros exer-
citos, tomado nuestras mejores plazas, abastecido sus tropas con
nuestros almacenes, nuestra artillería, n~estras municiones, hos-
pitales, tiendas y viveres". El peligro es evidente, para la provincia
de Santaner y para "toda la nación".
No ignora el fraile capuchino "los grandes horrores que oireis
haberse padecido y se padecen en aquel reyno"; los relata y los abo-
mina: "Por todos los siglos será aborrecible la memoria de Ega-
lité, Marat, Robespierre y otros monstruos que han estado al ti-
món de la memorable revolución úancesa. Mientras haya piedras
94
--- ALFREDO M.ARTINEZ ALBIACH

en León, Marsella, Tolón, Burdéos, Nantes, Aviñón y otras populo-


sas ciudades de aquel desgraciado pais, resonarán con espanto los
detestables nombres de los Carrieres, Collots, Maignets, Dumas,
Fouquieres y otros tiranos opresores de la humanidad. Lejos de
mi todo pensamiento de justificarlos. Abomino su conducta, y la
detesto con todo el esfuerzo de mi corazón".
Pero no es momento de recuerdos o sentimentalismos. Sino "de
inspiraros el que os defendais vosotros bien". Presenta una guerra
defensiva: "firmemente persuadidos de la evidente justicia de vues-
tra causa, contad con la protección de nuestro Dios, y preparaos
inmediatamente a defender vuestras posesiones, las dulces pren-
das de vuestros hijos, la honestidad de vuestras mugeres, la vida
de vuestros soberanos, la salud de nuestra patria y la santidad de
vuestra religión".
Sin exageraciones patrioteras, les ofrece la correcta ideología de
su situación bélica, a la vez que les excita a "registrar'' sus armas,
..adiestrarse en su manejo" y detener al enemigo "lleno de un en-
tusiasmo feroz por una fantástica libertad", como ya lo advirtió
Aranda -la frase citada es de Fray Miguel, p. 352-. "Un enemigo
insolente con las ventajas que han conseguido sus armas en la Sa-
boya, en Alemania, en la Flandes y en la Holanda, y que pretende
adelantar las que ha logrado en nuestra patria, aspirando a suje-
tarnos a sus impías leyes, y tratando de destruirnos enteramente".
Con su habitual y prodigiosa oratoria utiliza todos los recursos
para foguear a sus paisanos: lenguaje sentimentaloide, nada inte-
resante para una mirada objetiva, capaz de comprender los des-
órdenes y desmanes de un ejército de ocupación en aquella época:
doncellas, robos, sacrilegios, etc. Mayor importancia que "señores
de mayorazgos están hoy pereciendo de necesidad" reviste la noti-
cia de que "ya hubierais sido envueltos en la misma ruina, si vues-
tros vecinos los valerosos vizcaynos no se hubieran interpuesto
como una firme barrera entre vosotros y el enemigo común".
El P . Santander, al fin y al cabo, clérigo de su tiempo, no puede
despojarse -pese a su realismo y futuro afrancesamiento- de la
ideología de guerra santa, e incide en un campo sorprendente para
su incipiente personalidad pero acorde con la mentalidad de la
época: "No temais aunque ellos sean muchos y poderosos: el bra-
zo del Omnipotente los destruirá, cubriéndoos a vosotros con su
escudo impenetrable. ¡Qué! ¿Acaso que ahora peleais por motivos
tan sagrados, sereis menos valientes que en los siglos pasados qüan-
do combatíais con ese mismo enemigo y con otros mucho más po-
derosos, solamente por viles intereses de la tierra? Dios manda obe-
decer al Soberano, Dios manda evitar qüanto sea perjudicial a la
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 95

patria, Dios manda observar y sostener su santa religión. ¡Principios


inmutables! ¿Y dexareis vosotros pisar impunemente los campos
de la montaña a unos enemigos que conspiran contra todos los so-
beranos, que esclavizan cuantos países conquistan y destruyen la
religión de Jesucristo?" Cuando se editó esta exhortación, la amis-
tad hispano!rancesa se habla iniciado por medio de Basilea, y para
mitigar el impacto de estas frases, se añadió una interesante nota:
"Qüando se hizo esta exhortación aun no habla conseguido la Fran-
cia suficiente autoridad para contener los desórdenes que trae con-
sigo una revolución". Fue la justificación del afrancesamiento del
púlpito esp~ol, como luego tendremos ocasión de apreciar.
Conviene ahora resaltar la alusión a los "siglos pasados", que,
a continuación, explicita el orador capuchino: se refiere a la genera-
ción de los antiguos cántabros, "espanto de la romana lanza y de
alfange morisco", aportando el testimonio de Pacato en el panegí-
rico de Plinio.
No obstante lo dicho, el documento que estamos comentando,
alcanza el cenit de su trascendencia al oponer como dos estandar-
tes enemigos, sus respectivas ideologlas: la española, de guerra san-
ta, de profetismo biblico, de vigencia normativa veterotestamenta-
ria; y la francesa, de la Revolución, de la defensa de la libertad, del
filosofismo.
La espiritualidad hispana de aquel tiempo se manifiesta palma-
riamente en las siguientes palabras: "No disimularé que las derro-
tas que han padecido nuestros hermanos en el Rosellón, en Cataluña,
en Guipúzcoa y parte de Navarra, son un efecto de la justa indigrw.-
ción de Dios con nuestras culpas, que causadas por el valor de nues-
tros enemigos, de quienes se ha valido el Señor como de un azote
para corregirnos; asi como en tiempo de Matatías se sirvió de An-
tloco para afligir a los Judios, y como en los d1as de San León Mag-
no se valió de Atila para castigar las culpas de los Cristianos, y del
Saladino entre los Turcos para arrancarnos de entre las manos el
nuevo reyno de Jerusalén, que establecido por Godofredo después
de las desgraciadas Cruzadas, aún no coutaba con un solo siglo de
posesión. Por eso debeis ante todas cosas (seguiré diciendo con Ma-
tatías) observar puntw>Jmente la divina ley, apartándoos del vicie
y practicando la virtud; aborreciendo con el dolor más verdadero
vuestras culpas, confesándolas debidamente, recibiendo el cuerpo
y sangre del Señor, ajustando las cuentas con vuestros corresponsa-
les y disponiendo vuestros asuntos; y confiando en el poder del
Dios de los exércitos y Señor de las batallas, salir animosamente a
rechazar vuestros enemigos o morir en la demanda. ¿Qué acción
máS gloriOSa ni máS meritoria que DAR LA VIDA PúR LA RELIGIÓN, POR
96 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

LA PATRIA Y POR EL REY? Sí, nobles Montañeses, morir o vencer; ésta


debe ser vuestra dívísa. La ínmutable verdad de la ley natural y la
santidad venerable de nuestra religión os autorizan para repeler la
agresión injusta con una justa defensa. Sin la menor apariencia de
razón nos han declarado la guerra; ellos han sido también los pri-
meros en las hostilidades, apresando nuestras embarcaciones aun
antes de declararse auténticamente por nuestros enemigos".
Enfrentada a esta bandera de profetismo bíblico y de guerra di-
vinal, presenta la de la Revolución francesa, que con ánimo de
alentar a sus paisanos nos la describe como "entusiasmo de su li-
bertad que les da más calor para atacar que a vosotros para de-
fenderos". "Ellos arrostran todos los peligros y conducidos de una
vana filosofía desprecian hasta la muerte misma. Intentan ganaros
por la astucia de su persuasión. No los escuchéis si os proponen al-
gún armisticio o suspensión de hostilidades; si os ofrecen la segu-
ridad de las vidas y propiedades, y la conservación de la religión y
de las leyes; si os proponen su amistad, su igualdad y su libertad.
Sabeis mucho antes que ellos os lo vínieran a decir que Dios os ha
criado esencialmente libres para obrar con mérito la virtud". A tra-
vés de estos rasgos apreciamos la temática que ofrecía la Revolu-
ción francesa, contra la que lucha denodadamente el clérigo espa-
ñol, quien en la presente exhortación aduce como pruebas de la
falsedad de sus ofertas la suerte del Duque de Dos Puentes, la de
los holandeses y sobre todo las palabras -que cita- de Boissy de
Aglás en la Convención el 7 de enero de 1795.
Para finalizar su proclama, provoca el amor propio de las muje-
res y hombres de la Montaña 184.

1 84. SANTANDER, Sermones Panegíricos, U , 357-35S: "Señeras Montañesas:


ccn grande gozo de mi espíritu llegó a mi ñoticia que en el verano pasado al
primer rumor que se oyó en vuestros pueblos de que los Franceses habían he-
cho un desembarco a poco más de un legua de Santander, corristeis intrépidas
y armadas a arrojarlo3 de aquellas costas; y aunque el desem;,arco fue solo
figurado, mas no vuestra resolución valerosa., la qüal demostró a todo vuestro
pais que $i la Grecia se gloria de haber tenido sus Crátides y Cleomenias,
Roma sus Clelias y Porcia.;, :Sohemia sus Valascas, :Mitilene sus Marruilas, y
España S\!S Marias de Estrada, sus Antonas, sus Marias Pitas, y otras mugeres
ilustres que llenas de una laudable intrepidez defendieron su patria; la Mon-
taña, no inferior en espíritu a otra provincia, tiene también E'n el día sus
Ama?.onas... Decid a vuestros maridos e hijos: No volvais en nuestra vista, sino
con las armas abolladas con los fieros go!pes, y cicatrizados los rostros y los
cuerpos con las heridas. Entonces nuestros brazos y corazones serán el trono de
vuestro honor, y en ellos hallareis el más agradable descanso de vuestras
fatigas. Nobles Montañeses, a las armas ·para defenderos de vuestros feroces
enemigos. Lograis la felicidad de un Comandante lleno de espíritu. de valor
Y conocimientos militares que el Rey os ha enviado para la defensa de esa
p:-ovincia; teneis la dicha de un excelente Obispo ... Obedeced al uno, tomada la
bendición del otro, y todo os sucederá prósperamente".
-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 97

Unos años más tarde, Fray Miguel de Santander, consagrado ya


Obispo de Amizón y Auxiliar de Zaragoza, al publicar el comenta-
do discurso entre sus Sermones Panegíricos, justificó en el Pró-
logo su situación : "Una exhortación a mis paisanos para defen-
derse valerosamente de las tropas francesas qüando entraron en
Bilbao (17 julio 1795) y se acercaban a sus hogares. Hablaba en-
tonces más como ciudadano que como ministro del culto; y aun-
que no me olvidaba de este carácter, trabajaba por cumplir con las
obligaciones de aquél" •as. Tácito reconocimiento de no haber sido
plenamente fiel a la ideología habitual de sus colegas del púlpito,
si bien al final -"no olvidándose de su carácter sagrado"- des-
pliega la bandera de la guerra santa. Documento que marca la tran-
sición de una a otra ideología no sólo en este fraile capuchino sino
en los ilustrados españoles de aquella época. La ideología de
guerra santa empezaba a agrietarse, pero aún resistirla otras si-
tuaciones peligrosas.
185. SANTANllER, Sermones Panegíricos, I , p . IV.
-

.B) GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

Para comprender la ideología de "guerra santa" en nuestra lu-


cha por la Independencia, hemos de acudir al 19 de marzo de 1808,
en que el púlpito predicó una "Revolución" 186 contra el reinado de
Carlos IV, simbolizado en la Paz de Basilea. No debe parecer exage-
rado el término "Revolución": los datos encontrados han elaborado
nuestra opinión, en modo alguno preconcebida, pues ni siquiera to-
rnamos en consideración como precedentes al prelado barcelonés
Mons. Diaz de Valdés 187, ni al orador palatino Miera Pacheco 188,
por juzgarles de escaso influjo social en medio del alud de lisonja,
que caracteriza al púlpito español en los albores del siglo XIX y que
estudiaremos después en la "Guerra contra el Liberal". Aún más,
en la oración fúnebre que el insigne académico de la Historia, Fer-
.nández Varela, dedica a la memoria del Doctor Severo López, Mé-
dico de Cámara del Rey, en Madrid, el 17 de marzo de 1808, no
.aparece el menor atisbo de nerviosismo en el drama que se estaba
_gestando en Aranjuez.
Se rompió alli la tradicional devoción del pueblo español hacia
la sagrada persona del Rey 189, y los dlas van a tropezar con los su-
·cesos en precipitada carrera: la ilegal deposición de Carlos IV em-
puja a Fernando hacia Bayona, mendigando el reconocimiento na-
poleónico que " legitime" la usurpación, en cambio, el mandato
imperial de acelerar la ocupación de la península facilitará que el
_pueblo español "legitime" su Revolución. Precisamente lo que Bo-
:naparte desdeña conceder a Fernando consigue un efecto imprevi-
siblemente contrario.

186. VICENTE NAVARRO, Capellán de honor de S . M., Sermón de 7 de agosto


eLe 1808 en Madrid, p . 9 ; AGUSTÍN ToRRES, Pbro.. catedrático de la Universidad
de Cervera, Oración de 21 de junio de 1809 ante d.ichc claust;-o universitdrio,
p . 30. 56; etc.
187. DiAz DE V ...LDts, Sermón que en la solemne acción de gracias de el
Cabildo de la S . Iglesia de Barcelona por la dichosa llegada de los Reyes
NN. SS. y de sus Altezas, por los felices desposorios de los Srnmos. Srs. Prin-
cipe de Asturias y d e Nápoles. y por el venturoso alumbramiento de la Sra.
Reyna de Etruria, predicó el día 8 de octubre de este año 1802, p. XXI- XXII.
XXVI-:x::xv!II : donde el prelado lanza una velada acusación a la Corte por
la inmoralidad palaciega con desmedidas alabanzas al Principe Fernando.
188. MIERA, Discurso predicado en la R . capilla de San Antonio de Aran-
juez, el día 18 de marzo de 1805, p . 9-10. 31-32 : el Capellán Real ataca dura-
mente a Godoy, al que apellida -sin nombrarle- "valido infame y traidor»;
_pero no fue publicado hasta 1809.
189. DE VAYRAC, Etat :)Jresent de l'Espagne, I , p. 44-49.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 99

Los estentóreos festejos de la entronización del nuevo rey inten-


tan acallar la conciencia de un pueblo, lanzado a la calle, y que no
desea reintegrarse a su casa por no percatarse de su delito. El Dos
de Mayo le justificará su demora de no enfrentarse con su concien-
cia: la "Revolución", al principio vergonzante, se legitima con la
sangre que en dicha fecha empezó a derramarse. Hallamos un va-
cío de sermones hasta el mes de junio: se necesitaba tiempo para
formar una teoría que legalizara la Revolución. Y se elaboran dos
binomios: Carlos IV-Godoy = Napoleón, y Fernando = Indepen-
dencia nacional. La dificultad se centra en el despeje de incógnitas.
¿Cuál es el valor real del miembro Carlos IV-Godoy del primer bi-
nomio? Inmensas soluciones: ¿contra quién se levantó el pueblo?
También el otro miembro del segundo binomio, Fernando: ¿qué
supone para el pueblo español, un nombre o un sistema nuevo?
Veamos cómo se solucionaron estos problemas algebraicos de
la politica, desde la perspectiva del púlpito. Pero antes oigamos
el dictamen de los historiadores en un estudio previo de los ante-
cedentes.
100 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

a) Antecedentes.
Fundándose en declaraciones hechas en momentos de arrebato,
atribuyen a Napoleón el propósito deliberado de destronar a los
Borbones de España los historiadores Juan Pérez de Guzmán y
Gallo (El Dos de Mayo de 1808 en Madrid) y Cánovas del Castillo
(Breve reseña histórica de España bajo la Casa de Borbón, t. II),
que remontan tal designio al año 1801; Arteche (Guerra de la
Independencia), que cree descubrirlo en 1805; Muñoz Maldonado
(Historia política y militar de la Guerra de la I ndependencia, t. I),
Toreno (Historia del l evantamiento, guerra y revolución de España,
t. I), Ortega Rubio (Historia de España) y Omán (A History ot the
Peninsular War, t. I) , que lo retrasan hasta 1806; Vayo (Historia de
la vida y reinado de Fernando VII), Villa Urrutia (Las mujeres de
Fernando VII), Mayer (Die tranzosisch-spanisches Allianz in den
Jahren 1796-1807) y Desdevises du Dezert (Ideas de Napoleón acer-
ca de España, t. ll), que lo hacen datar de 1807, con anterioridad a
la firma del Tratado de Fontainebleau. Pero según Artola 190, "si Na-
poleón ha pensado expulsar a los Borbones desde épocas ta..."l remo-
tas, es cosa que no se puede afirmar ni negar; lo único cierto es que
en su política, que suponemos expresión de su verdadero pensa-
miento más que sus malhumoradas manifestaciones, no hay huella
que confirme sus propias palabras". No basta que una idea se ofrez-
ca a la imaginación, con mayor o menor insistencia, para decidirse
a ejecutarla. Y en el caso del Emperador francés, ni en su conduc-
ta ni en su correspondencia anteriores a la firma del Tratado de
Fontainebleau, se advierte el menor sintoma de que estuviera ya
resuelto a suplantar a los reyes españoles. Cierto es que Bonaparte
tenia motivos para desconfiar de unos aliados que hacía poco más
de un año habían estado a punto de pasarse al bando enemigo; y
por eso, tanto en P.l tratado como en la convención anexa, se inclu-
yen cláusulas que tendian a asegurarse, por el interés o por el te-
mor, de la fidelidad de la Corte hispana. "Aun reconociendo que la
maniobra ostensible que Napoleón desarrolla en oct:.lbre de 1807
contra Portugal, iba acompañada de una maniobra oculta destina-
da a precaverse contra una posible defección española, por aquel
entonces no había entrado en los planes definidos del Emperador

190. .ARTOLA, Los afrancesados, p. 6:!.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 101

el destronamiento y sustitución de la familia reinante" 191• Y lo con-


firman Lafuente 192, Artola 193, Seco 194, Izquierdo Hernández 195 y el
Servicio Histórico Militar de España 196• No fue, pues, el Tratado de
Fontainebleau el que abrió la puerta de nuestra patria a la invasión
en masa de los ejércitos franceses, ya que en el momento de firmar
dicho tratado, Napoleón no se había resuelto todavía a inmiscuirse
en nuestros asuntos internos, a pesar de las incitaciones que para
ello acababa de recibir del Príncipe de Asturias. Fueron los sucesos
de El Escorial, provocados por el bando "fernandino", los que obliga-
ron al Emperador a intervenir .en España para evitar que la discor-
dia entre los partidos sumiera a nuestro país en una situación
caótica de la que podrían aprovecharse los ingleses; y a tal .fin,
ordenó la urgente entrada en España de los Cuerpos de Dupont y
Moncey, que apenas habían empezado a constituirse. Además, le
disgustaba tener que mediar en las querellas intimas de nuestra
real familia, y no se fiaba del príncipe Fernando pues tenía muy
presente en la memoroia que en vida de su difunta esposa María
Antonia había encabezado el partido favorable a Inglaterra, por lo
que su repentina e interesada adhesión a la causa francesa se le
antojaba fingida; esta desconfianza del Emperador subió de punto
al enterarse de que Fernando había denunciado a sus más fieles
partidarios en el proceso de El Escorial: por eso, temía ser trai-
cionado en el futuro por tan dudoso aliado, sobre todo cuando no
podía ofrecer al Príncipe de Asturias una esposa dentro de su fa-
milia imperial, después que su hermano Luciano se n egó a última
hora a entregar a su hija Carlota, según informó José a Napoleón
el 31 de di~iembre de 1807.
Por todas estas razones, a partir de mediados de enero de 1808
todos los preparativos de Napoleón se orientaron más decididamen-
te hacia el derrocamiento de los Barbones españoles, tendiendo a
ocupar sólidamente las lineas del Ebro y del Duero y a preparar la
marcha sobre Madrid, y completando todas estas medidas militares

191. FociER, lvapoleón et l'Espagne. I!, 262-264.


192. LAFOl:NTE, Historia general á.e España, XVI, 188-189: "Por lo que hace
el pensamiento de destronar a los Borbones de España, si entonces bullía acaso
en su mente, por lo menos no lo confió a nadie, ni él lo confesó nunca después;
y aun creemos que, si bien una idea semejante había entrado mucho tiempo
hacia en su sitesma, ni la época ni los medios ni el modo eran todavía cosas
resueltas. Porque Napoleón, hombre de expedición y de resoluciones prontas,
daba a sus empresas el giro que las circunstancias y los sucesos, más bien que
los proyectos preconcebidos, le sugerían.
193. ARTOLA, Los afrancesados, l. c.
194. SECO, Godoy, p. CIV-CV.
195. I zQUIERDO, Informes sobre España al Emperador Napoleón I, B .R .A.B.,
t. CXXXVII, p . 347.
196. Mr:nsTERIO DEL EJÉRciTo, SHME, Guerra de la Independencia, I , 287-288.
-
102 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

con el nombramiento de su cuñado Joaquín Murat, Gran Duque


de Berg, como su lugarteniente en España, el 20 de febrero. La tota-
lidad de los efectivos franceses en España alcanzaba la cüra de
53.475 hombres, según el estado de fuerzas firmado por el General
Belliard el 31 de marzo.
A la vista de las sospechosas maniobras de Napoleón, la inquie-
tud de nuestra Corte se fue incrementando progresivamente a par-
tir del mes de diciembre de 1707: concretamente, en la segunda
quincena de dicho mes, hallándose aún en El Escorial, Carlos IV
decidió que se tratara la cuestión en Consejo extraordinario, que
se celebró de alli a poco. En él propuso Godoy que se invitara al
jefe del 2.° Cuerpo de la Gironda a suspender la entrada de sus
tropas en España, en espera de nuevas órdenes de su Emperador, y
si éste persistía en tratar de introducir sin ningún motivo poderoso
que lo justificase, se invitaría a la nación a oponerse con las armas
en la mano a la violación de su territorio, confiando el resultado a
la ayuda de Dios y a la justicia de nuestra causa -"Defendernos,
hablar a la nación, decirle lo que ignora, fiar en Dios, en nuestra
buena causa y en la España"-. Mas el Rey desechó tal propuesta
por considerarla una resolución desesperada -"Resolución heroi-
ca pero desesperada"-, y los demás Ininistros se adhirieron a su
opinión. Y hasta hubo alguno -el Ininistro de Marina, Gil y Le-
mus- que llegó a insinuar que si Napoleón abrigaba algún propó-
sito oculto, no sería en perjuicio de España ni de nuestra real fa-
milia, sino de "quien se opusiera en nuestra Corte a sus combinacio-
nes y proyectos contra la Inglaterra"; alusión clara y tenninante
al favorito, que hizo comprender a éste el creciente vacío que en tor-
no de él se iba haciendo entre los propios miembros del Gobierno.
Godoy aprovechó la ocasión para solicitar nuevamente de Car-
los IV que le concediera el retiro. El momento aparecía tanto más
oportuno cuanto que, por aquellos días, Junot invitaba al favorito-
a traladarse a El Algarbe para familiarizarse con sus futuros súb-
ditos y tomar medidas que hicieran tal región lusitana impenetra-
ble a los ingleses. Pero el atribulado monarca le pidió encarecida-
ment~ que no le óejara abandonado frente a los manejos del partido
"fernardino", que no se contentaría con que Godoy se alejase
del poder, sino que pugnaba por elevar al trono al Principa de As-
turias, atropellando para ello, en caso contrario, los derechos de
su padre. A tal objeto, los "fernandinos" creían contar con el apoyo
de Napoleón y habían llegado a convencerse y a convencer al pue-
blo de que la continua entrada en España de tropas imperiales se
hallaba destinada a secundar sus planes. En tales condiciones,
cualquier llamamiento a las armas por parte del Rey o del valido-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 10~

para oponerse a la insidiosa penetración francesa, no sólo babria.


quedado desatendido, sino que hubiera surgido un efecto contra-
producen te, adelantando en tres meses los acontecimientos de Aran-
juez. La única medida de seguridad adoptada frente a tan injustifi-
cada invasión francesa, fue el traslado directo de la corte desde El
Escorial a Aranjuez, verificado el 30 de diciembre, sin detenerse en
Madrid las dos semanas acostumbradas durante la fiesta de Navi-
dad. En febrero, Godoy aconsejó al Rey que se trasladara con la
Corte a Badajoz, al amparo de las tropas de Solano, a las que se
darla orden de retirarse desde Portugal sobre aquella plaza. En
realidad, no se trataba de una fuga propiamente dicha, sino de un
traslado de la Corte a Badajoz, Sevilla o Cádiz, para s ustrael'la de
la amenaza inminente que pa ra la seguridad de la misma represen-
taba el avance concéntrico ya iniciado de los Cuerpos de Dupont.
y Moncey sobre Madrid y sus alrededores. Godoy contaba con el
Capitán General de Valencia, Conde de la Conquista, quien debería
reunir y encaminar hacia la linea del Tajo a través de la Mancha un
efectivo aproximado de 30.000 hombres, suficiente al menos para.
imponer algún respeto a los generales franceses. Sólo en caso de un
grave revés estaba previsto el embarque de la real familia para Ba-
leares y, en último extremo, hacia nuestros dominios de Ultramar.
Así, pues, cuando Godoy intentó organizar la resistencia contra.
aquella invasión solapada, los partidarios de Fernando se opusie-
ron a sus sensatas iniciativas, promoviendo el inoportuno motin de
Aranjuez: Godoy era el único que en aquella desgraciada situación
vela claro 197.

197. GRASSa, La guerre d 'Espa.gne, 1, 25-29. 246-356; FtlciER, Napoléon.


et l'Espagne, TI, 306-440; BAINVlLLE, Napoléon, 280-283; lzQtJlERl)() :Hl:RNÁND.EZ,
Injormes sol>re España, B.R.A.H., t. CXXXVII, 315-357; Antecedentes y co-·
mienzos del reinado de Fernando VTI, 287-288; GRANDMAISON, L'Espagne et
Napol.éon, 1 , 128- 142; GóMEZ DE AlU't:CBE, Guerra de la Independencia, 1, 237-
560; I'tR.EZ DE GUZMÁN, El Dos de Mayo, 76-115; GoDOY, Memorias, V, 315-486;
$ALCEDO RUIZ, La época. de Godoy, 290; TORENO, Historia del levantamiento, 1,
39-40; MINISTERIO DE LA GUERRA, Histori.a. de l4 Guerra de España contTa Napo-
león, 1, 209-210. 224-225; MINlSTERIO DEl. E.TÉRCtTO, SHME, Guerra de l4 Inde-
pendencia, 1, 32S-380. 392-393; Qtr.N, Me'TM1i4s históricas sobre F errAn-
do VII, 1, 307-314; PI y M.\RGñl.L, Historia de España en el siglo XIX, 1, 170;.
LAFln:Nn:, Historia general de España, XXIII, 106-234.
104 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) Legitimación de la Revolución.

En torno al inicio de la Guerra de la Independencia, el sermón


de m ayor antigüedad que hemos podido hallar es del 8 de junio de
1808, desde un lugar relativamente cercano al primer rayo de la es-
peranza nacional, Bailén, con la importante diferencia temporal de
que aún era inconcebible tal coyuntura. Este dato acrecienta el va-
lor del presente testimonio.
La ocasión de tan ferviente proclama religiosa la depara el "ha-
ber ido a ofrecer a nuestro Dios el S. Sacrificio de la Misa, caminan-
do en devota procesión de penitencia los Vecinos de la villa de Al-
calá de los Gazules hasta la Iglesia de N. Sra. de los Santos, cuya
.milagrosa Imagen se venera extramuros de la misma Villa, para ro-
gar al Dios de los exércitos, que concediese felices sucesos a las
armas de nuestro Católico Monarca, el Sr. D. Fernando Vil, Rey de
España e Indias, contra los de Napoleón Primero, Emperador de
Francia y Rey de Italia" 198.
Pretende defender los "derechos" que Fernando VTI ha hereda-
do de sus "abuelos": rehuye expresamente el nombre de Carlos IV.
Sin embargo, lo más admirable es su optimismo en sentirse capaz
de "hacer temblar a ese usurpador de Reynos y de abatirle". Se han
olvidado los tiempos de adulación hacia Napoleón (como veremos
en la "Guerra contra el Liberal" ): hoy se le llama lobo, enemigo, ti-
rano, de., y "todos los Españoles a porfia se alistan por todas par-
tes pa;-a ir a la guerra". Y levanta el lábaro tridente: "Dios o Reli-
gión santa, Patria y Rey" 199.
No dirige una arenga. Es un estudio profundo que cimente luego
-una doctrina. Para ello hay que sopesar detenidamente los "moti-
vos que tenemos para ir a guerrear contra el Gefe de la Francia",
y, después, "las disposiciones interiores que debemos tener para lo-
grar la más completa victoria".
Como si el púlpito se convirtiera en cátedra de escuela, desarro-
lla pausadamente sus múltiples argumentos: doblez y engaño de
Napoleón; celo en vengar la injuria inferida al P..ey, a la R. Familia
y a la nación; y temor de una dominación bonapartista. Tr2s esbo-
zar las ideas, las desarrolla con lentitud.

198. S!::BASTIÁN LóPEz BEZERF-~, Sermón. Cádiz, Manuel Bosch y Compañia .


.1808, p. I.
199. LÓPEZ BEZERRA, Sermón, p. IV-VI.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 105

Aturde el contraste de la precedente omisión del nombre de Car-


los IV con el motivo segundo; en él exhibe un hipócrita respeto
como tapadera de un remordimiento de la conciencia hispana:
'·¿Quién olvida los respetos que tenemos con sus ancianos Padres?"
A continuación, para legitimar la Revolución, consagra el trono con-
virtiéndolo en altar: "Venguen nuestras espadas las injurias que
hacen al Rey de Reyes, qüando ultraja Bonaparte a aquel Monar-
ca, que la sabia providencia del Altísimo ha colocado a la cabeza
y frente de la España". Dios eligió al nuevo David y delegando su
providencia en un motin, le ba ungido. Después, contrapone dos
personalidades a quienes asigna sendos programas politices: "Se nos
pretende poner a la cabeza del Reyno en lugar de Fernando -reli-
gioso, dulce y amable- un Bonaparte - iniquidad, irreligión, libertad
de conciencia, desastres (..vuestras mieses servirán para sustento
de los caballos y mulas del cruel Napoleón"), rapiña ("robará los
sagrados vasos") y muerte 200- . Un lenguaje fácilmente inteligible
para aquellos labriegos.
Consecuente con la trilogía, tres disposiciones interiores: pure-
za de conciencia, oración y confianza en el Todopoderoso. Todo ello
tiene un símbolo, llamado Santiago, Patrón de España, con una
inmensa aureola de citas veterotestamentarias, condición esencial
para la ideologia de la teocracia hispana cuando carece de cabeza
visible; un ejemplo histórico, el Rey Alfonso el Bueno de Castill&,
haciendo confesar y comulga= a sus soldados; y un enercigo, el
mismo de 1793: "Ea, pues, hermanos, el que nos favoreció para ven-
cer a los disc1pulos del pérfido Mahoma, ¿os persuadís que no nos
ayudará para triunfar y vencer a los de los Ateístas Espinosa, Bayle,
Hobbes, Bolingbroke, Hume, Roseau, Voltaire y otros tales mons-
truos de impiedad e irreligión?" 201 • Se ha superado Basilea. Se han
retrocedido dieciséis años. y la vuelta a aquella situación justifica
la Revolución del 19 de marzo. Por aso, al final ya de su sermón
aborda el problema sin ambajes, bajo la perspectiva de la antigua
doctrina; en ~lla encajan perfectamente los dos binomios: "En el
reynado del Sr. D. Carlos !V, o por mejor decir de su privado, en
quien d~gó aquel Rey el peso de los caidados de toda la Monar-
quía. Qüando una repenti1UL mudanza de Gobierno -recordemos
la mancionada providencia divina en la elección de Fernando VII-
echa por tierra el edificio que babia empezado a edificar Napoleón;
suspende éste su venida a Madrid; permanece en Bayona; traza un
nuevo plan de intrigas; no se avergüenza de manifestar temor de
presentarse en la Corte de esta Monarquía a quien ponderaba ü1-

200. LóPEZ BEZERRA, Sermón, p. VI- XXV:;:I.


201. LóPEZ BEZmRA, Senniin, p . X-"'lQ~:VIIL
RI:L!C IOS!i>.\D lllSPAl'.\ .•• - S
106 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

quieta, sin haber entonces ya más inquietudes que las que él mismo
comenzaba a fomentar; con este pretexto alienta a nuestro joven
Monarca a caminar a Bayona para conferencias útiles a favor de
ambas Naciones" 202• Espléndida y curiosa interpretación de los ver-
daderos móviles de Fernando VII en su desacertado viaje; tal in-
advertencia -quizá tergiversación- de la realidad no le obnubila
la vista: descubre la auténtica situación de España en junio de
1808, las casi nulas esperanzas antes de Bailén: "Aun qüando Dios
permitiera que Napoleón quedase vencedor, podría quitar la vida
pero no dominar a los Españoles, que primero moriremos peleando
que someternos el cuello al yugo de este tirano". Termina su sermón
con el estremecedor pero emotivo grito: " Guerra, pues, hermanos,
guerra" 203•
Y es que la Revolución se legitimó gracias al Dos de Mayo. Honor
a sus héroes, aunque en Madrid se demorarán las primeras exequias
solemnes al 3 de noviembre de 1813, en la Parroquia de San Pedro
el Real; pronunció la oración fúnebre D. Antonio García Bermejo
quien el 2 de mayo de 1817 la repitió en presencia de Fernando VII,
en la R. Iglesia de San Isidro de Madrid 21ll_
Hemos hallado, sin embargo, las honras fúnebres a los héroes del
Dos de Mayo que suponemos las primeras en España, al menos con
la di...onidad suficiente de merecer la perpetuidad por la imprenta.
Su fecha, el 14 de junio de 1809. Lugar, la catedral de Cuenca. Orga-
nizador, la Junta Superior de la Ciudad y Provincia conquense.
Parece como si acabaran de llegar los primeros testigos. Su pre-
sencia presta al orador un coraje inusitado, y aspira prolongar su
eco a "las plazas públicas de París" para que "escuchen cómo caye-
ron los fuertes defensores de nuestra libertad, y qüán gloriosa les ha
sido su muerte, y ventajosa para nosotros" 205•
Rápidamente plantea el primer binomio con verbo tan cruel y
despiadado come apellidar a la España de Carlos rv "degnid.ada,
servil imitadora de la Francia, ramera más adornada que nunca al
gusto de su Rufián en aquellos dias" 21)6_ Profundiza, luego, en los
motines de El Escorial y Aranjuez con estas frías palabras: "Las
atroces y escandalosas disensiones de ia familia real parecían a algu-
nos, motivos suficientes para que el ánimo noble y justo de un Mo-
narca poderoso se hiciese el árbitro de la paz en favor de la ino-
cencia perseguida, libertando al sucesor legítimo del trono de los

202. LóPEZ BEZERRA, Sermón, p. LVII-LVITI.


203. LóPEZ BEzERRA, Sermón, p. LVIII.
204. ANTONIO GARCÍA BERMEJO, Sermón. Madrid, Imp. Real, 1817, p. 7.
205. J. A. RoDRICALVAREz, Orcu::ión fúnebre. Cuenca, Oficina de la Madrid,
1809?. p . 1-10.
206. RoDRICALVAREZ. Oración, p. 10-11.
RELIG10SlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONtCA 107

1 peligros a que estaban expuestos su reputación y su vicia" m_ Pronto


se habían forjado los mitos falaces de los atentados al Príncipe de
Asturias por parte de Godoy, que la historia serena y desapasiona-
da se ha encargado de desmentir. Mas el predicador conquense ba-
raja los tópicos con una penetrante finalidad, juega con dos elemen-
tos: "algunos" palaciegos, crédulos en la protección bonapartista,
frente al "vulgo": "No discurría así la multitud, y lo que se llama
vulgo, a quien por su candor y sencillez suele ilustrar más de lleno
en ciertos lances la razón natural" 208• La ciencia frente a la intui-
ción vulgar. La aristocracia frente al pueblo. La Revolución d~l 19
de marzo, intuida por el pueblo, realizada gracias al pueblo 209.
Tras quince años de casi ininterrumpida privanza, la animosidad
contra Godoy había ido creciendo en todas las clases sociales del
país: el pueblo le hacia único responsable de las calamidades y mi-
serias que padecía a consecuencia de la prolongada lucha con In-
glaterra, el clero le reprochaba que aun con la autorización de la
Santa Sede en 1806 hubiese puesto en venta la séptima parte de los
bienes eclesiásticos -con la obligación de abonar a sus propieta-
rios la renta correspondiente-- para allegar recursos al tesoro 210,
y la nobleza se sentía humillada por la prepotencia de un hidalgo
advenedizo, encumbrado por medios que se juzgaban indignos, has-
ta las gradas del trono. Este último sector constituía sin duda el
núcleo más activo e intransigente de la oposición al favorito, y en
él se reclutaba con preferencia el partido "fernandino", encabezado
por los Duques del Infantado y San Carlos, el Marqués de Ayerbe y
los Condes de Orgaz y de Bornos, bajo la inspiración y el asesora-
miento del canónigo Escoiquiz, antiguo preceptor y confidente asi-
duo del Príncipe de Asturias. Godoy se hallaba enterado, aunque
no tan a fondo como le hubiera convenido, de la conspiración que
contra él se tramaba en el " Cuarto del Príncipe". Unicamente el
temor egoísta de los jueces del proceso de El Escorial ante el

207. RoDRIGA.LVAREZ, Oración, 12.


208. RoDRIGA.LVAREZ, Oración, !2.
309. ABAD, Discurso jtínebre al Marqué$ de La RomaTUZ. Alicante, Viuda d~
Espafía, 1811, p . 18: "¿Pero la l)equeñez de un pueblo solo, Aranjuez leal. no
demuestra al Francés que nadie impunemente atentó contra el trono de su
reverenciado y legitimo Monarca? Con placer general, con júbilo indecible pasa
la corona de la débil cabeZa de un Padre alhucinado a las ó.ign.as sienes del
suspirado, aclamado e idolatrado Rey N . S . D. Fernando Séptimo. Digámoslo
mejor: la justicia de Dios arrancó d el Padre, y puso en la cabeza del IDjo la
corona". RULLAN, Oración fúnebre al Marqués de La RomaTUZ, Mallorca, Maree-
tina Serra, 1811, p. 11: "La feliz inauguración de Fernando vn nuestro legitimo
Soberano desconcertó por un momento el plan usurpador de Tilsit, pero el
imaginario congreso de Bayona, la ilegal protesta de Cs.rlos IV y la violenta
detención de nuestro desgraciado Monarca buelven a afirmarlo en sus ambi-
ciosas ideas".
210. FuGIER, Napoléon et l'Espagne, n, 52-60.
108 ALFREDO MARTINEZ ALBIACB

incierto porvenir político que se ofrecía por entonces en España,


puede explicar humanamente tan manifiesta prevariación. He aquí
lo que, según Godoy, le declaró D. Arias Mon Velarde, Gobernador
interino del Consejo de Castilla y presidente de la Junta que en-
tendió en dicho proceso, algunos días después de que se dictara
sentencia absolutoría de todos los acusados -se dictó el 25 de ene-
ro de 1808-: "Cuando el principal acusado ha obtenido la clemen-
cia real, y mañana o el otro podrá llegar a suceder que empuñe el
cetro, ¿nos tocaba a nosotros condenar a los que han sido sus
agentes?; ¿se puede hacer justicia en tales circunstancias como las
del día?" El monarca, por vía gubernativa, desterraría a los inculpa-
dos. Lo más notable de todos estos sucesos es la ceguedad de la
nación española, haciendo en general su ídolo y su esperanza a un
Prlncipe que sólo llevaba dadas muestras de malos sentimientos, de
torpeza y debilidad inauditas, haciéndose la idea de que Fernando
sacaría a España del atolladero en que tan continuados errores la
hablan metido; llegó en su ceguedad a encontrar disculpables los
actos que provocaran la deposición de Carlos IV. Tal era el pensa-
miento de nuestra nación según los historiadores 211 , o mejor, del
pueblo dirigido por el clero y la nobleza; estos dos estamentos hi-
cieron al menos justicia en reconocer como personaje principal de
todos los acontecimientos que inauguraron el reinado de Fernando
VII, al pueblo. Así lo proclama expresamente el púlpito: el Dos de
Mayo -legitimación de la Revolución del 19 de marzo- y los alza-
mientos de los "demás parages de la Monarquía", pertenecen, en
exclusiva, al pueblo. Todo honor es para el pueblo, para el vulgo,
pues "con ánimo de provoca r la insigne lealtad del pueblo de Madrid,
a presencia de un pueblo fiel, dispone Murat la salida de la Reyna
de Etruria con sus tiernos hijuelos, de modo que dé en rostro y
excite la indignación universal" m. Se consigue el efecto suficiente
para levantar el lábaro tridente: "a todos los habitantes abr-..sa el
ardor de la justa venganza y el celo por la religión -Dios- y la
dignidad del Reyno -Patria y Rey- los eleva sobre sí mismos" 213•
Sus mejores galas oratorias compiten con ~1 pincel de Goya para
formar un cuadro plástioo de aquella r.1emcrable jornada: "Quien
211. LAFVENTt:, Historia, :x::x:ni, 106-200; PI Y MARGALL, Historia, l, 128-
137; QUIN, M(;.morias histórica.s, I, 297- 306; GODOY, Memorias, V, 165-346; Co-
RONA BARATECH, Revolución y reacción en el Reinado de Carlos IV, 306-310:
PÉREZ DE Gl;;ZXÁN, El Dos d.e Mayo, 65-74. 541-588: PuciER, Napoléon et l'Es-
pagne, ll. 106-453; GRASSET, La gu!:rre d'Espagne, I , 221; TORENO, Historia del
levantamiento, I , 6-18; MARQUÉS m: LEMA, Antecedentes polfticos y diplomáticos
en los sucesoso de 1808, I, 5-6; OMÁN, Peninsular \Var, I, 12; GRANDMAtsON, L'Es-
pagne et Napoléon, I, 457-459; M . AcusrtN PRÍNCIPE, Guerra de la I ndependen-
cia, I, 411 ; MINISTERIO DEL EJÉRCITO, Guerra de la Independencia, I, 303-331.
212. RoDRIC-'LVAREZ, Oración, 13-14.
213. RODRICALVAREZ, Oración, 14-15.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD IIORBONICA 109

amartilla al momento la pistola y corre con ella a dividir en peda-


zos la cabeza del primer francés que se le presenta; quien arrebata
la escopeta y poniéndose en celada en una esquina o en UD portal
no dispara un tiro que no derribe alguno de los traidores que por
alli pasan; quien habilita el cañón de artillería y con su acertada
dirección postra de una vez multitud de enemigos; aqui el joben
brioso empuñando la espada y lanzando rayos con su vista encendi-
da, qüal si tubiera cien brazos acomete y se avanza contra UD es-
t¡üadrón de coraceros; alli un mancebo lampiño con denodado
esfuerzo, a manera de un gigante, arroja a sus pies un formidable
granadero al duro golpe del leño o la cuchilla; en otra parte el tré-
mulo anciano, a cuyos brazos áridos presta firme resorte la sangre
que vuelve a herir en su pecho, tiñe sus vestidos con el negro hu-
mor, que brota la herida abierta con su puñal en las hediondas
entrañas del mameluco. Las mujeres se apresuran por todo a colocar-
se a la par de los hombres, y los niños desean emular la impertérri-
ta audacia de los robustos campeones. Siémbranse de cadáveres las
calles y las plazas, y la sangre francesa que corre en abundancia,
expía de algún modo los crimenes cometidos en aquel pueblo hon-
rado y religioso. Confunde, trastorna, atropella el terror infundido
en los esclavos de Napoleón las cobardes falanges que junta a toda
priesa Murat para contener la invicta plebe, y viendo que la multi-
tud de sus tropas sólo sirve de aumentar trofeos a Madrid, implora
el auxilio del Magistrado para que cese la mortandad" 214•
Estremecedora descripción del Dos de Mayo. La más emocio-
nante que hemos leído; superior a la "oficial" del año siguiente en
Cádiz, ante el Presidente de la Regencia y pontificando el Cardenal
Borbón 215•
No tratamos de historiar aquella jornada gloriosa 216, sino de
· ofrecer la perspectiva del púlpito, o sea, la interpretación que el púl-
214. RoDRICALVAREZ, Oración, 15-16.
215. JOSEF DEL SALVADOR, Oración pa.triótico-júnebre. Madrid, Viuda de Bar-
co López, 11U5, p . 8-10: "Yo veo un hijo de Madrid, hecho un león contra los
enemigos de la humanidad, subirse sobre el caballo del tirano que los lllllnda,
quitarlo dl: en medio .. :•.
216. PElu:z DE GUZJ&ÁN, El Dos de Mayo, 251-461. 657-713; Gorov, Merrw:ias.
VI, 264-265; ALcALÁ GALIANO, Merrwrias, 1, 165-169; 5ALMON, Resumen histórico
de la Revolución de Espa.ñ<!, 1, 74; ClL'.IENTE CARNICERO, Historia razonada de
la revolución de Espa.ñ<!, l. 107; MUÑOZ MALooNADO, H istoria de la Guerra. de
la Tndependenda, I , 132-133; TORDIO, Historia del levantamiento, 1, 72-82.
~57-459 ; Góm:z DE A.RTECBE, Guerra de la. Independencia., 1, 285-286. 321. 342-
356. 546-559; ÜMÁN, Peninsular lVar, I, 61-62 ; GRANDMAISON, L'Espagne et Na-
poléon, l . 205; GRASSET, La guerre d'Espa.gne, ll, 17-27; F'ELIPE DE LA PLAZA, La
defensa. del Parque de Monteleón, Rev. ''Ejército", n. 71, p. 34-43; IzQUIERDO,
Antecedentes, 422-738 ; LAfirENTE, Historia,xxm. 322-339; QUIN, Memorias, 1,
86-90. 118-120; PI Y M!I.RCALL, Historia, I, 223-237; MD."lSTERIO DE L.-\ GUERRA,
H istoria de la Guerra contra. Napoleón, I , 370-376; M!NIST'EJUO DEL EJÉRCITO,
SHME, Guerra. de la. Independencia, I, 441-~72.
110 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

pito dio de aquellos hechos, que influían en semejante coyuntura


como provocadores de una guerra a muerte contra Napoleón.. Tam-
bién la interpretación patriótica de los sucesos en el Prado y en la
Florida, " lugares del Sacrifiicio del primer holocausto que ofreció
al Ser supremo la Patria en honor de su religión y libertad" 217• Ter-
minología enormemente atrevida en un arcediano catedralicio, pues
sirve de apertura para un tercer camino en la socio-politica españo-
la; el moderantismo que se convierte en lo que, en la actualidad,
denominaríamos progresismo católico español. La mágica palabra
" libertad" hiende brecha en el sólido edificio del conservadurismo
religioso hispano; ella, manando de la naturaleza humana, posee va-
riedad de afluentes que enriquecerán el cauladoso río de la dignidad
del hombre. Este adquirirá mayor conciencia de su dignidad en el
correr de los tiempos, y en cada coyuntura histórica valorará toda
su riqueza fluvial. El hombre ilustrado del xvm reclamó la liber-
tad económica; el español del XIX va a jugar con la palabra mágica
de la "libertad": ella posee doble vertiente en la socio-política, li-
bertad política e igualitarismo, después.
No nos precipitemos. En los albores de la Independencia el pre-
dicador, en medio de una ingenuidad infantil, retoza con la mágica
palabra, que añade a la que hasta ahora gozaba de exclusiva indis-
cutible, la religión. Ambas, saliendo de la Puerta del Sol madri-
leña alcanzarán radialmente los últimos rincones de la Patria; su
eco transformará " repentinamente el cuerpo lánguido y cadavérico
de la Monarquía en grueso, fuerte, de hermosa tez y saludables hu-
mores". Incluso "en todo el continente de América hasta donde se
extiende el dominio Español, y aun en las naciones extrañas, que
tomándonos por modelo, aprenden de nosotros a recobrar la exis-
tencia politica y los timbres que perdieron" 218• Entusiastas palabras
que resultaron profétitcas. Federico Suárez 219 lo afirma categórica-
mente - "la guerra de la Independencia española despertó en Euro-
pa el espíritu de resistencia a Napoleón"- y aduce importantes
testimonios: Stein escribía a su rey Federico Guillermo de Prusia:
"Los acontecimientos de España producen gran sensación y de-
muestran lo que puede hacer una nación que puede tener fuerza
y coraje". Anwld ]aggi recoge proclamas austriacas de 1309 en las
que se excitaba al pueblo a un levantamiento contra Napoleón, ter-
minando con la frase : "¡Mirad el ejemplo de España!" Eugen Tarlé
publicó su libro "Napoleón en Rusia, 1812 en Moscú", en 1938, bajo
los auspicios del Instituto histórico de la Academia de Ciencias de

217. RoDRIC.U.VAREZ, Oración, 17.


218. RoDRICALVAREZ, Oración, 19-20.
219. SUÁREZ, Conservadores, innovadores y renovadores, p. 13- 15.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 111

la Unión Soviética. La versión alemana apareció en Zurich, en 1944.


En el estudio de Tarlé, basado en fuentes de valor extraordinario,
recogida en Archivos públicos y particulares, con abundantes infor-
mes de generales y ministros, con epistolarios del Zar Alejandro
e importantes personalidades, España y la guerra española contra
Napoleón aparece insistentemente. El Emperador había convertido
en lacayos a todos los reyes de Europa, pero "lo cierto es -escribe
Tarlé- que sólo existía una inexplicable excepción: España. Los
españoles escupian a los oficiales franceses cuando les llevaban al
suplicio". En la entrevista en Moscú , entre Kutusow, generalísimo
ruso, y Lauriston, enviado del Emperador, las noticias recibidas de
España dan firme.z a al mariscal ruso para despreciar las propuestas
de paz de Napoleón: las guerrillas españolas aparecen constante-
mente casi sin poder evitar el parangón, cada vez que Tarlé alude
- y es con frecuencia- a la guerra popular rusa, a la participación de
los campesinos. Por lo que respecta a Prusia, ha sido Peter Rassow,
en 1943, qUien ha demostrado el valor que para la propa.,aanda na-
cionalista prusiana tuvieron los documentos españoles y el ejemplo
popular, desde la "Memoria" de D. Pedro Cevallos hasta el "Cate-
cismo civil".
Bonaparte apreció la trascendencia de tal insurrección y no la
consiente: "destaca grandes exércitos contra Castilla, Aragón, An-
dalucía y Valencia. ¡Pero qüál es su sorpresa al verse rechazado y
batido por los pueblos sin más murallas que los pechos de sus ha-
bitantes! ¡qüál su vergüenza al verse obligado a levantar el sitio de
Valencia y Zaragoza! ¡qüál su abatimiento, quedando como queda
vencido y prisionero en Baílén el más numeroso de sus exércitos!
¡y qüál su deshonra huyendo, como huye ignominiosamente su her-
mano el intruso Josef dejando la Corte a toda priesa" 220• Tales fueron
nuestws primeros pasos en la Guerra de la Independencia. Un
complejo ideal aúna todos los españoles como se percibe en el grito
que "con igual brío se ostenta en todas partes: Al arma, viva Fer-
nando, libertad, independencia, religión, muera el tirano" w. La mix-
tificación y abundancia de ideologías nos impide, de momento, des-
pejar la incógnita del segundo binomio.
220. RoDRICALVAREZ, Oración, 20.
221. RODRIC&LVAR EZ, Oración, 19. 21. 23.

l
112 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

e) Teologización (Josefinismo, Santia.,ouismo y Mariología).


1
No vamos a historiar - lo repetimos- la Guerra de la Indepen-
dencia : para ello nos remitimos al estudio que el Servicio Históri-
co Militar ha empezado a publicar en 1966, y a la historia de. La-
fuente 222 , o Pi y Margan m. 1
Para despejar la incógnita del segundo binomio, nos alienta el
testimonio de Izquierdo Hernández 224 : "Sólo las gentes del estado
1
llano, que por no tener nada, nada les importaba dar la vida, su
único patrimonio, en aras de la tierra que les vio nacer, defendieron
1a causa nacional, impulsadas por los sacerdotes y frailes que veía1.
en las tropas imperiales los propagadores del ateísmo; y las prue-
bas que de este ateísmo daban por doquier los franceses contribu-
yeron a que la guerra por la Independencia tomase también un
aspecto de guerra religiosa".
Intentamos captar la ideología que el púlpito divulgó en la mis-
ma a partir de la Revolución del 19 de marzo. Esta fecha va a cons-
tituir una constante histórica, formando un todo -quizá la base-
de la mentalidad b élico-religiosa, que rápidamente teologizará. Esta
elaboración abrazará tres simbolos: San J osé -19 de marzo-,
Santiago -inspirador del espíritu bélico-religioso- y María San-
tísima -alma de la religiosidad hispana-. Tres momentos de la
teologízación: a)) teología josefina, b) ) santiaguismo, y e)) mario-
logia.

a)) Teología josefina


~

Se crea una teología josefina tras la retirada del general francés


Moncey a las puertas de Valencia, "en acción de gracias al Patriar-
ca San J osef por la defensa de Valencia contra el Exército francés,
dia 28 de junio de 1808, y en reconocimiento a la protección del
mismo Santo invocada sobre los t.eridos en el combate de Qüarte
y ataque expresado". Su autor, Fray Vicente Facundo Labaig, agus-
tino, examinador sinodal del arzobispado de Toledo y- del R. Con-

222. LAFUENTE, Historia, XXIII, 322-337. 351-408. 447-550 ; XXIV, 17-64. 68-
74. 77-121. 133- 182. 189-261. 277-290. 310-316. 328-349. 359-407. 470-513 ; XXV,
5-96. 133-190. 218-277. 309-401. 447-468; ~. 36-66.
223. PI Y MARGALL, Historia, !, 331-361. 367-550. 580-586. 596-616. 675-678;
II, 65-95. 125-140. 151-154.
224. IZQUIERDO, Antecedentes y comienzos del reir..ado de Fernando VII, p. 488.
RELIGIOSIDAD KISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 113 -

sejo de las Ordenes. En la Iglesia del Hospital valenciano, el 25 de


septiembre del citado año m.
El predicador se fundamenta en "la doctrina de San Agustín
~o. sermón 100 de los Santos Fabián y Sebast1án".
Fortalecido con este espíritu exalta: "¡O Patria! ¡o amada Patria!
Ven a estrecharte amorosa con esos pechos que en las llanuras de
Qüarte te sirvieron de muralla antes que el enemigo encontrase en
las tuyas su ignominioso sepulcro: al ataque de la Ciudad había
precedido el combate de Qüarte, dia 27 de junio" 226• Tanta sangre
basta ra legitimar la Revolución his ana frente al primer bino-
mio; lo enjuicia pero ocúltando "los execrables nombres de un ti-
rano -Napoleón- y de un privado -Godoy-, que profanaron de-
masiado la santidad del templo del Señor" 227 : siente en su cara el
sonrojo de la adulación de cuantos le precedieron en la cátedra sa-
grada. Para compensarla, desanda el camino de la Historia hasta.
Basilea -molesta espinilla que quiere sacarse-. La interpretación
de aquella paz es peculiar: "su brazo cobarde -el de Bonaparte-·
sintió entonces todo el peso del enojo español: temió y tembló a
sus primeros impulsos, obligándole a tratar una paz que nada tuvo
de ventajosa sino la vileza del privado, que favoreciendo sus pro-
pias ideas, lisonjeaba a un mismo tiempo la ambición del extran-·
gero. ¡Qüánta más gloriosa nos hubiera sido una guerra sostenida,
que no una paz ajustada, cuyos laureles sirvieron solamente para
coronar a! pérfido que nos ha vendido, y para urdir la tela al tray-
dor que nos ha engañado" 228• El eclesiástico se resentía de aquella
paz congeladora de su ideología bélico-religiosa. Por eso caricaturi-
za cruel y falsamente la época de Godoy en desacertado cotejo con
Napoleón; los cargos son calumniosos: "bastardía; socavar el Tro-
no del Monarca que le exaltó; introductor de la guerra. en la fami-·
lia; vendedor de su patria con el precio de la inocencia de un Prín-
cipe, cuya virtud, reputación y vindicta afianza el cielo sobre el
testimonio público de todas las naciones" 229• Los infamatorios ale-
gatos del valido se trocan en glorificación desmesurada hacia el
"suspirado y adorado FP.rnando".
En este juego de comparaciones surge la temática del siglo: la
felicidad. Napoleón la ofrece y promete para las naciones que se
~
acoj&.n '
a su férula; frente a ella el clérigo presenta la religión como
única fuente de verdadera felicidad. Y en rápido balance del impe-
rio napoleónico muestra sólo el negativo, los inevitables desastres

225. V. F . LABAIG, Sermón. Valencia, Salvador Fau li, p . L Cfr. notas 5 y 51_
226. LABAIG, Sermón, 5-11.
227. L.~BAIG, Sermón, 14-15.
228. L\BAI G, Sermón, 15-16.
229. LA a~rc, Sermón, l. c.
114 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

de una dominación con las cautividades de Fernando y de Pío VTI.


Ante tal panorama el orador apela a la conciencia internacional,
cuyo auxilio -ante su silencio- rechaza: "el injuriado Español no
necesita la defensa agena, basta que Dios sea su protector, pues nada
debíamos temer y todo lo podíamos esperar -es el tema de un ser-
món celebérrimo cuya reimpresión llegó hasta los más apartados
rincones de la patria 230- , siendo nuestro protector el Patriarca
San J ose!" 23J. ---...... ..,__ ,.......

:;::=por fin, encuentra el ropaje adecuado para cubrir su Revolución.


Mediante una curiosa providencia josefina, una singular teología
josefina: "¿No fue San.Josef el compasivo Mardoqueo, que recogien-
do los votos de liñieión, arrancó la máscara del enemigo, derrocó
~~rivado, y salvó a todo el pueblo? El día 19 de marzo del presen-
te año ¿no será en todos los siglos el día de la libertad de España
-c~tiva, el día de la ignominia de la Francia orgullosa, el oía de la
justicia? Entonces se descorrió el velo de la decantada alianza"
- francoespañola-. Luego, alude al ejército del Marqués de La Ro-
.mana "dolosamente t ransportado" 232• Contrastan estas interpreta-
dones con la realidad histórica m.
La devoción josefina consagra la deposición de Carlos IV, a la
par que la legitima --dos años después, en 1810, Cádíz conocerá
.con falseamiento histórico esta teología josefina 234- ; y como feliz
230. JOSEF MARÍA DE JESús, Sermón, Sevilla 25 julio 1808. Reimpreso en Ma-
·uorca. Buenaventura Villalonga, sin fecha.
231. LABAIG, Sermón, 18.
232. L\BAIG, Sermón, 18-20.
233. 1 ) MoTÍN DE ARANJUEZ: GODOY, Memorias, VI, 29-73; PÉREZ DE Guz-
7d.\N, El Dos de Mayo, 118-145; FuGIER, Napoléon et l'Espagne, II, 441 ; TORENO,
R istoria del levantamiento, I , 41-47; IzQUIERDO, Antecedentes del reinado de
Fernando VII, 316-329; PI Y MA.RGALL, H istoria, I, 179- 189; QUIN, Memorias,
I, 315-317; LAFUENTE, Historia, XXIII, 234-255.
2) MARQUÉS DE LA RoMANA: Mlm:STER.IO DEL EJÉRCITO, SHME, Guerra de la
Independencia, I, 265-267; GoDOY, Memorias, IV, 303-304; FuciER, Napoléon et
l'Espagne, II, 168-174.
234. JOSEF DEL SALVADOR, Oración, p . 6-7: "El 19 de marzo, el día del glo-
J"iOSO Patriarca San Josef, asomó la cabeza la felicidad de España. .. El cielo
le puso la corona. Esta fue la primera ocasión en que el pueblo de Madria.
dirigido por Numen superior, proclama con las más vivas demonstraciones
.de regocijo a. >;U adoradc Fernando el V!I, y por él su amor y r espeto; no rom-
pe el inmenso gentío en una expresión contra sus augustos Padres, ni se man-
cha las manos con la menor alhaja c!e las que pasa. al fuego. ¡Qué prodigio,
Católicos! sólo por la virtud de Dios se hacen milagros. Especie de milagTo
.fue en la conmoción de Madrid el orden con que se proclamó a. Fernando, con
que se respetaron los r etratos Ge sus augustos Padres, con que se vituperó
al traidor, y se guardaron las manos limpias de las preciosas alhajas que en
el primer movimiento se tiraron a las llamas". PÉREZ DE GuzMÁN (El Dos de
Mayo, p. 149-151), fundado en Mesonero Romanos, Alcalá Galiano y en los
bandos dictados en aquellos dias por los Alcaldes de casa y Corte, lo desmien-
te: en aquellos bandos se exhortaba a los plateros a no adquirir alh.ajas de
las saqueadas. so pena de ser considerados "cómplices o fautores de aquellos
.robos".
RELlCIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 115

presagio será la panacea en todos los peligros de la Guerra de la


Independencia.
"Valencia, pues, fue en esta ocasión el pueblo de Dios, hecho el
terror y el espanto de los Moabitas y Amonitas". Con primorosa pin-
tura describe el movimiento de las tropas francesas en su paso por
las "inaccesibles alturas de Contreras y Cabrillas", y la "precipita-
da baxada al Llano de Qüarte donde entre el valor y la muerte,
aún se disputa la gloria del vencedor·• ns.
Modelada esta teología josefina, la coloca interesadamente sobre
el pedestal de la demagogia. El orador sagrado se autodesigna can-
tor del heroísmo del "pueblo en general, a quien se le debe toda
la gloria de la acción; se convierte en furibundo demagogo frente
a "los méritos que se fingieron y abultaron en los papeles públicos,
Y las representaciones que se acumularon". "El Gobierno atendió a
los ruegos de los importunos, sin atender el modesto silencio de
los moderados". También el predicador es parte interesada en el
elogio hacia el pueblo. Cuando especifica las distintas profesiones
que han luchado contra el invasor, subraya especialisi.mamente al
Fraile: "ese Frayle que para nada vale y fue entonces el alma, el
caudillo, el apóstol de una gente sin subordinación ni disciplina" 436.
Ansia la llegada de algún héroe de ultratumba para "arrancar de mu-
chas cabezas las coronas y las divisas con que engordaron y se enga-
lanaron a expensas del valor y sangre de sus hermanos". Nadie ha
reconocido el mérito del Fraile: representó siempre la re...--erva del
espíritu bélico-religioso, palmariamente manifestado en la guerra
de 1793 y, amordazado en Basilea, tuvo que aceptar la influencia
francesa de una moderna forma de vida, de interés por lo munda-
no. Ahora se congratulaba con la p:-ovidencia josefina para replan-
tear la postura desinteresada frente al mundo y la vida terrena, a
la vez que un profundo odio napoleónico por sus reformas entre
los regulares. Es el desquite para recuperar el predominio exclu-
sivo del siglo anterior.
Por elle insiste tanto en el elogio populachero, de donde ~spe­
ra el cetro social grac!r.s al sentimie:1to religioso del españo!: "Ni
el favor, ni la adulación, ni la intriga podrán jamás levantarse c-:>n
una gloria que en lo humano toda se le debe al pueblo. Valencia
ni tiene ni confia en otro auxilio sino el que le inspira la protección
de San Josef. Su santa imagen es la que se opone al enemigo: por
sus manos despacha los memoriales del cielo. A la imagen de San
Josef, colocada sobre la puerta del Com-ento de Religiosas del mismo
nombre, se le entregó un memorial que contenía la más reverente

235. LABAIC, Sermón, 30.


236. LABAIC, Sermón, 31- 32.
116 ALFREDO MMt71NEZ ALBIACB

súplica" m. Resucita el antropoformismo de lo sobrenatural. La


honda p iedad del pueblo imagina fácilmente a su santo protector en
su papel de mediador ante Dios, como un vecino influyente ante la
autoridad, como una garantía frente a futuros ataques franceses.
Moncey puede servir de caución al enemigo; triste remedo de César:
"llega, mira, y es vencido", a pesar de que "una mano infiel a la
patria cortó el agua del Xúcar abriendo el paso al enemigo" m.
Intransigencia y "condescendencia" hacia lo moderno cristali-
zan como dos polos, que el Fraile ofrecerá como dilema en curiosa
sinonimia: libertad-independencia nacional y esclavitud-bastardía.
Y para los primeros, optimismo y confianza josefinas: "Si para
colmar nuestros deseos nos falta conseguir aún muchos triunfos,
podemos y debemos esperarlo todo de la protección de San J osef,
que empezó la obra y sin duda quiere terminarla" m. La providen-
cia josefina, iniciada el 19 de marzo de 1808, se completará con la
restauración en el trono de la persona de Fernando y de la ideolo-
gía de sus "abuelos", no de sus padres -Carlos IV simboliza Ba-
silea-.
Ahora bien, tal ideología tuvo sus vacilaciones, pues el clérigo
-no fraile- poseía en general idéntica mentalidad con claudica-
ciones: empuña el lábaro tridente -"nuestro Dios, nuestro Rey y
nuestra Patria"-; a la vez que añade la mágica palabra "libertad",
rechaza despectivamente "el fátuo sistema de la igualdad" 2~.
La nación P.mpieza a tener conciencia de su situación politica.
Es un reino sin rey, aunque conserve el nombre en grito desespe-
rado : "nosotros tenemos nues tro Rey; el nombre de Fernando re-
suena aún en los rincones más ocultos de la España". Un gobierno
del pueblo, pero repudia el verdadero título de su posición: "nues-
tro Gobierno no es Republicano". Y proclama en flag;-ante contra-
dicción con el mencionado desprecio con la igualdad: "lexos de
nosotros la anarquía y la aristocracia". Una situación confusa. El
clérigo -no fraile- carece del rabioso odio hacia lo moderno -no
en balde es "secular", vive enraizado en el siglo, en e! mundo--,
mas no le es fácil olvidar la mentalidad que privó en su infancia,
y que como aiud viene a arrollarle. Así se comprende tanta vacila-
ción de ideas. Rechaza a "Volter y Espinosa", mientras sueña con la
"igualdad en condición asi como lo somos en naturaleza, si Adán
no pecara". Forja en su mente la imagen de "la Divina Providen-
cia estableciendo constituciones civiles, y Soberanos y sus Lugarte-
237. LABAIG, Sennón, 32-33.
238. LAB.UG, Sennón, 34-35.
239. LABAIG, Sermón, 42.
240. RoDRfGALVAREZ, Oración, 17; B !:RNALDO DE QUtRós, Sermón, Motril, 13
julio 1808. Granada, Man uel Moreno, 1808, 4-5.
RELIGlOSID.o\D RISP:\N.\ Y SOCIEDAD BORSONlCA 117

nientes -el único que a la sazón existía en España era Murat, como
delegado de Carlos IV, desde el 4 de mayo de 1808- como deposi-
tarios de su poder" :Nt_ Tal contradicción de ideas revela un espíri-
tu terriblemente agitado por el remordimiento de su Revolución
-naturalmente en el clérigo, no fraile, menos comprometido en
esa Revolución-, e inconsciente lanza acusaciones contra si mis-
mo. Observa aquel desorden universal de los primeros días de ju-
lio de 1808, y se le escapa tan escandalosa autodelación: "¿Qüál
será la causa de tan graves desgracias? La falta de obediencia a las
Potestades legítimas, la rebelión de los pueblos contra sus propios
Soberanos, y el poco zelo de sus vasallos en defender sus derechos;
sus derechos que son los mismos derechos de Dios". Cuando se per-
cata del alcance de su inculpación, echa mano de la teologia y pre-
senta la nación como "suspirando por la posesión de su propio Rey,
del Rey que Dios le ha dado, y cuya causa Dios visiblemente pro-
tege y protegerá". E incomprensiblemente vuelve a la simbiosis
ideológica: vasallo, ciudadano, trabajo, etc. m.

b)) Santiaguismo

Para superar tal crisis ideológica, se aferra a otro símbolo que le


permita desarrollar la teologizacióo iniciada: la imagen de Santia-
go, espíritu vivificador de la Guerra de Religión. Se consigue gra-
cias al sermón ya mencionado de Fray José Maria de Jesús. Apro-
vecha el 25 de julio de 1808 para proponer en la S. l. Catedral y
Patriarcal de Sevilla: "Debemos esperar o temer?" He aquí la "re-
solución que hizo de este problema en el "Sermón crítico, histórico,
pa.t'legírico, en los solemnes cultos al Apóstol Santiago, Patrón de
las Españas" 20•
La pregunta propuesta escinde a los españoles en dos bandos:
patriotas y afrancesados. Aunque nos desagrade el término, lo pre-
ferimos por su claridad para la inteligencia de las dos ~sturas que,
en un primer momento, tomó el español frente a Napoleón. Luego,
en el articulo primero del capítulo segundo de esta parte, estudia-
remos detenidamente a los afrancesados.
Oigamos ahora el planteamiento del trascendental -su temáti-
ca resonó en Valencia dos meses después 2~- sermón de Fray José
Maria de Jesús: "debemos temer o esperar? Esta qüestión no sin
escándalo de nuestra piedad se nos propuso el 11 de mayo por un
novador que fingiéndose ministro del Santuario, intentó mover a

241. BERNALDO, Sermón, 5-9.


242. BERNALDO, Sermón, 13-16.
243. J. M . JEsús, Sermón, p. l. C!r. n . 230.
24<4. LABAtG, Sermón, 18.
118 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

otros sacerdotes y personas de luces y carácter, para que descu-


briesen a las gentes menos instruidas el hondo abismo, en que ne-
ciamente se precipitarían resistiendo a los franceses, por ignorar
nuestra situación politica y el estado y relaciones de Europa, y por
faltarles la experiencia que da la historia de las revoluciones de
los imperios" 24s. Así esboza la situación del afrancesado, hombre in-
teligente, prudente; ansioso por evitar un desastre como el del
pueblo austriaco y limítrofes frente al coloso Bonaparte. Para el
11
afrancesado se reduce a un mero cambio de dinastía: la gigantesca
e indiscutible infiuencia politica del Rey Sol, en 1700, decidió que
Felipe V sustituyera a la Casa de Austria, con la consiguiente revi-
talización hispana; en 1808, el predominio político venia otra vez
de Francia, mediante una simple mutación dinástica, pero con la
importante novedad de una "moderna forma de vida". Justamente
contra el "novador" levanta el fraile la bandera, patrocinando una
Guerra de Independencia, aliciente subyugador para la indómita alma
hispánica; para él se trata de salvar el "Altar-Trono", correlativo del
siguiente: preponderancia del fraile-vuelta a la mentalidad de los
"abuelos" de Fernando. Y se expresa con hondo patetismo: "Evita-
ríamos entrar en esa qüestión, si no viésemos que el cáncer que se
intenta propagar, con la del Trono, con la del Estado y la Patria,
traería también la ruina del Santuario" 246_
Ante todo, centra la clave de su teología histórica -eligiendo el
25 de julio- en el Patrón de la "especialisima y particular posesión
de J esu-Cristo, como llamó a España San Leandro en el tercer Con-
cilio de Toledo" 247• Ya tenemos al ''pueblo de Dios". Por consiguien-
te, saluda a sus "compatricios" como "afortunados", y elogia a San-
tiago como maestro, doctor, padre, defensor, vengador, etc. En defi-
nitiva, Santiago, nuestro Apóstol, y nosotros el sello de su Aposto-
lado. Tal es el tema del sermón.
Y la consecuencia lógica: "nada tenemos que temer, y sí mucho
que esperar. Nada tenemos que temer, porque nuestros enemigog
jamás vencerán la firmeza de fe que imprimió en nosotros Santiago,
ni hará n que olvidemos nuestras obligaciones más sagradas; tene-
rr.os mucho que esperar, pt<es sin adoptar las "no-.redades" a que
nos quieren inducir, la grandeza de fe que heredamos de Santiago
dará un éxito feliz a nuestra causa". Napoleón y las "novedades" son
condenadas sencillamente como heréticas. Y "España, discípula de
Santiago, ahora como siempre, se presentará en el teatro del mundo
con el cristiano esplendor que formó nuestro carácter nacional" 248 •
245. J. M. J ESús, Sermón, 3.
24.6. J. M. J ESÚS, Sermón, 3.
247. J. M . JESúS, Sermón, 5.
248. J. M . JESúS. Sermón, 5-6. Cfr. n. 45.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 119<

Su optimismo religioso no le impide ver la triste realidad de la


nación. Incluso acepta la visión de los derrotistas: "Otro diario que-
precedió al que me he propuesto rebatir, y tan incendiario como él,
nos ahorra el trabajo de formar el qüadro de nuestra situación;
porque él nos da idea de lo que era nuestra Nación en el día que se
dio a luz. Un valido, dice, sin talento, ni costumbres, regulando los
destinos de las Españas, una Potencia sin exército, una administra-
ción sin reglas, un Estado sin hacienda ... ; nuestras fortalezas están
ocupadas por crecidos exércitos, y hay tropas hasta en la misma ca-
pital; el descuido, la ineptitud, las divisiones de nuestros Principes,
esas deplorables circunstancias que ellos han hecho nacer, y por las
que han dexado de reynar ... " 249. Nueva legitimación de la Revolución
del 19 de marzo: pues si ésta se debió a la providencia divina, con-
fía en el porvenir del "pueblo de Dios", por medio del carácter na-
cional forjado por Santiago. O sea, desde dentro: el afrancesado-
confía la salvación al milagro napoleónico. Ahí estuvo el éxito del
fraile: las renovaciones del exterior nunca son bien vistas; menos,
aceptadas. Ahí su acertada intuición, que refuerza, adulando la
vanidad hispánica: "si hablara hoy a otra Nación menos firme y con.
menos grandeza ·de fe que la nuestra, a vista de esta relación -del
qüadro de nuestra situación-, la diría que temiese el fatal pronós-
tico que nos hacen nuestros seductores. Aconsejaría que se dexasen
las armas, que cada cual se retirase a su hogar y al seno de su fa-
milia. Pero hablando a españoles, y a españoles en quienes San-·
tiago imprimié el carácter de su Apostolado, ni puedo, ni debo,
ni uso, ni usaré jamás de semejante lenguaje, y al contrario diré,.
que a pesar de todas nuestras desgracias, en verdad nada exagera-
das: que nada hay que temer guiados y protegidos por el Apóstol
Santiago" 250•
Su optimismo espanta: esperar contra toda esperanza. Una lu-·
cha en que se jugaba todo. El fraile, a la vista de las reformas bo-
napartistas con los regulares, columbraba el fin de su influencia.
social. Guerra sin cuartel. Mas con una estupenda fe e!l lo sobre-
natural, personificado en Santiago. El enemigo era el impío, el
"filósofo"; el problema, la tolerancia religiosa: reincide en la te-
mática que vimos propuesta a los habitantes de Al.:::alá de los Ga-
zules, el 8 de junio de 1808 251 , libertad de conciencia. Y seguro de
una respuesta unánimemente negativa, plantea: "¿Os parece jus-
to y racional que abracemos las corrompidas máximas en punto de'
tolerancia, y que olvidemos nuestras santas y sabias leyes con agra-

249. J. M. JESús, Sermón, 6.


250. J. M. JESÚS, Sermón, 7.
251. LóPEz BEZSRRA, Sermón, p . XXV.
120 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

vio de los Recaredos, de los Fernandos, de los Alfonsos, de los


Carlos y de los Felipes, de unos Príncipes de nuestro aprecio, y
beneméritos de nuestra atención por sus luces, por su piedad, por
su prudencia y sabiduría, que o las dictaron, o las establecieron, o
las confirmaron y mandaron observar?" 252• Se divulga, ostensible-
mente, la doctrina de la intolerancia como justa, racional, santa, sa-
bia, legal y tradicional. No es un testimonio aislado, ni de la exclu-
siva del fraile: es general en los púlpitos de aquella época; para con-
firmarlo, oigamos al canónigo malacitano en el sermón que predicó
en su Catedral, el domingo segundo de Cuaresma de 1809 03 : repudia
a Napoleón con esta pregunta: " ¿No ha sido este impío el que ha
protegido en su imperio la libertad del culto, sin excluir el judaísmo
a el que ha permitido por el vil interés establecer sus sinagogas con
escándalo de toda la Iglesia?". Otros testimonios los escucharemos
aplicados también a otras materias.
El clérigo, pues, pertrechado con la intolerancia religiosa, afron-
ta audazmente "las invectivas de los filósofos con apariencias de
humanidad, de sociedad, de civilización", y rechaza sus "felicida-
des" 254• Dos ideologías en torno a la felicidad, enfrentadas. Pero de
base distinta: una definida como bienestar material; otra, sobrena-
tural, fruto de la intolerancia religiosa como un amplio desinterés
hacia este mundo. Su audacia aumenta; de la defensiva pasa al
ataque, embiste al enemigo: "Temblad, Filósofos, temblad, que
.aún dura en España la firmeza del espíritu de Santiago". Y robus-
tece su espíritu de un "odio mortal, eterno e implacable de una
nación leal y religiosa como la nuestra", capaz de resistir sus "in-
justicias" -en las que encierra las expresiones humanitarias ya
citadas-. Su osadía raya en lo inverosímil: les inculpa la "trage-
dia" hispana, Trafalgar -"sacrificasteis nuestras esqüadras" 255- .
El primer lamento del origen de nuestra decadencia decimonónica;
se empezaba a tener conciencia del significado de tal desastre; hasta
ahora nadie se había atrevido a subrayarlo, quizá por la alianza fran-
coespañola: en otro lugar examinaremos cómo vivió España aque-
lla coyuntura. Pero ahora, en esa Guerra de la Independencia, P.l
predica dor es optimista; su fe trasciende las previsiones racionales :
" Creísteis bien que no nos quedaba otro arbitrio que el de someter-
nos y pasar por todo, miradas las reglas de humana prudencia; pero
ignorantes y poco cristianos olvidasteis que aún había Dios en Is-
rael, y que vuestras miras se ordenaban sobre los discípulos del

252. J. M . J ESús, Sermón , 10-11.


253. Xn!ÉNEZ DE E N CISO, Serm!meS. Má !ag a, M a r tinez, 1809. p. 24. Cfr. n. 24
y 115.
254. J . M . J ESÚS, S ermón, 11.
255. J. M. J ESÚS, S ermón, K
RELICIGSmA:l HlSPANA Y SOCLEl>AD 80RB0J).'1CA 121

gran Jacobo, o de aquel Santo Apóstol, dicho hijo del trueno por la
firmeza de su fe y por su gran confianza en el Señor" 2S6.
Raza indómita. Aguijonea el orgullo de raza. Ahonda en la histo-
ria gloriosa de "los Juanes de Austria, los Alvas, los Garci-Pérez, los
Corteses, los Pizarros, millares de capitanes han inmortalizado sus
nombres con no menor gloria que los Josueses, Jeptés, Gedeones y
Jonatases" m. Los héroes veterotestamentarios constituyen una ob-
sesión, y sirven de tipo para los nacionales, los de la nueva Israel,
originando un auténtico triunfalismo : "Arrianos, luteranos, maho-
metanos, calvinistas, paganos, ningún enemigo de la Cruz resistió
jamás la grandeza de nuestra fe. Ea, pues, venid ahora, filósofos im-
píos y des tructores, y probad si aún subsiste en nosotros la grandeza
de fe que la predicación de Santiago imprimió en nuestras almas.
Vívoras ponzoñosas acabais de derramar sobre nuestro suelo el ve-
neno que heredasteis y os transmitieron vuestros padres. Venid,
pues, que la fuerte Iberia aún engendra guerreros que venguen nues-
tras injurias. A renovarse van los días de Recaredo" m.
El clérigo --<:omo ya dijimos 105- concibe su momento histórico
como un desenvolvimiento cíclico de las guerr-..s re:igíosas que se
realizan de una maner.a uniforme, y vuelve a otro de sus habituales
"recorsi". No al epicentro israelitico. Sino a las guerras francoespa-
ñolas: Roncesvalles, Pescara, "Visperas sicilianas", Nájera, Toledo,
Pavía, San Quintín, Fuenterrabia, etc. Confortado en tal ejemplo,
mira el futuro : "Hombres pérfidos y sin palabra, España sabrá repa-
rar su decoro, volver por su honor, y si traidoramente h2béis ocu-
pado nuestro País, sabed que Pamplona será restablecida como en
1521, Barcelona volverá a sus dueños como en 1652; saldreis de
nuestra Corte como salieron otros, que sin más derecho que vos-
otros ahora, la ocuparon contra la voluntad castellana" m. Proféticas
palabras pronunciadas en el mismo momento en que José Bonapar-
te era coronado Rey en Madrid, cinco dias antes de su huida 2160•
Alentador presagio que "más pronto pero con más ignominia que los
moros evac'..lareis todo nuestro terreno", pues "la grandeza de fe que

~6. J . M . Jtsús, Sermón, 14.


257. J . M . JESÚS, Sermón, 15-16.
258. J . M . J ESÚS, Sermón, 16.
259. J . M. JESÚS, Sermón, 17.
260. También acertó en su "profecía" sobre la Junta Central: LA.B.uG, Ser-
mon, p. 23-24 : " ¿Y quién sabe si en este dia, 25 de septiembre de 1808. si tal vez
en esta hora, o acaso en este mismo momento en que le damos gracias por los
beneficios recibidos nos dispensará el mayor y más dee.ado de todos ellos?
NOTA DEL SERMóN: Los votos del Predicador no fueron vanos, porque en el mis-
mo dia y aun en la misma hora en que se predicaba este sermón. que fue el
25 d e septiembre, sobre las diez de la mañana, se verificó la Instalación d e la
Suprema Junta Central, tan importante a la Nación, y de la mayor desespe-
nción para el enemigo". Cfr. nota 88.
J:tLICIOSI0.\0 IIISP\XA .•. - 9
122 ALFREDO MA.RTrNEZ ALBIACR

heredamos de Santiago, he ahi la que nos nace esperar tan felices


sucesos". No puede menos de conmovemos el patético vaticinio.
Su carácter patriótico priva en las arengas, si bien se excede en
exclusivizar el alma hispana con el epíteto de "rancia", símbolo de
uno de los bandos políticos: "¿Quereis probar si habrá españoles,
y españoles que llamamos rancios, que aguardaban uno de aquellos
inesperados sucesos que resucitan los imperios y los sacan de un
estado de envilecimiento que no tienen merecido, y es justamente
en el que nos habia puesto vuestra malignidad?"241• Tras aludir a la
legitimación del 19 de marzo de 1808, reclama toda la gloria de la
Revolución y de la Guerra para el español "rancio", fruto genuino
de su interpretación de la historia nacional. Por idéntico motivo
al de la demagogia de Fray Vicente Facundo Labaig" 262 : exaltación
del fraile.
Señala, además, el resurgimiento de la patria mediante los acon-
tecimientos que se desenvolvieron durante los dos primeros meses,
en la Bética, Aragón, Valencia, Murcia, Galicia, Asturias, León, Extre-
madura, Cataluña y Castilla la Vieja. COn la seguridad de que "Na-
varros y Vizcaynos no tardarán en deciros que hay españoles, y
hasta Madrileños y Toledanos, a quienes teneis más oprimidos,
muy pronto os dirán qüánta es la honradez, nobleza y bizarría de
nuestros naturales". También mencioc.a a los generales CUesta, Pa-
lafox, Salinas, Filangieri, Santa Cruz, y Caro -"todos han comenza-
do sus ensayos, y por cierto que en sus primeras tentativas habeis
probado que sois invencibles mientras no peleais con españoles"-.
Prescindiendo de la intencionalídad de Fray José María de Je-
sús, justo es reconocer el mérito objetivo de su entusiasmo patrió-
tico, que le empuja a grib la voz marcial y medievalesca: "Ea, áni-
mo, españoles, Santiago y a eUos, que la grandeza de su fe nos guia
al triunfo y a la victoria... El Cielo en todos tiempos pel.eó a nuestro
favor y nos dio el triunfo qüantas ocasiones nos hicimos dignos de
él, poniendo en el Señor nuestra confi.anza. Has conquistado no re-
giones, sino mundos enteros ... A todas las Monarquías has aventa-
jado, porque no la ambición de mur.dana gioria, sino sostener tu
justicia y extender la fe de Jesucristo fue casi siempre el móvil de
tus guerras" 116J. Tal léxico evoca necesariamente una vez más 26$ la
apasionada alocución del obispo burgalés D. Alonso de Cartagena
ante el Concilio de Basilea, en 1434 -"El señor rey de Inglaterra,

261. J . M . JESÚS, Sermón, 17. Cfr. n . 45.


262. LABAlc, Sermón, 31-32.
263. J . M. JESús, Sermón, 17-18.
264. Confer nota 53 de este capitulo.
RELIGIOSIDAD RISPANA Y SOCIEDAU BO:u!ONlCA 123

aunque faze guerra, pero non es aquella guerra divinal, ca nin es


contra los infieles, nin por ensal¡;amiento de la fe católica, nin por
estensión de los términos de la cristiandat" como el rey de Cas-
tilla-.
El predicador de 1808 exhibe la lucha antinapoleónica como
"guerra divinal". Confirma la tradición de Pelayos, Sanchos,
Alfonsos, Ramiros, Fernandos, Jaimes, Carlos y Felipes, quienes "a
una todos no tuvieron otras miras en sus empresas y nobles haza-
ñas; todo ello en un trasfondo bíblico: Moisés, Josué y Arca Santa
frente a los Filisteos, ribeteando el gesto histórico de la batalla de
las Navas; Abrahán y Gedeón, la de Narbona; la espada del Geteo
manejada por David, la de San Fernando; el sol de Josué, en Ten-
tudia y Orán, o Jaime el Conquistador, Méjico, Lima, Chile, Santa
Cruz de la Sierra, etc.
Su compendio: "el cielo estuvo siempre a nuestro favor qüando,
como ahora, peleábamos por la justicia, por la fe y por la Reli-
gión, y nuestro Apóstol Santiago asistió a nuestros combates como
Angel tutelar o como el brazo y dedo de Dios", junto con el corte-
jo celeste de San Isidro, San Paciano, San Cucufate, Santa Olaya y,
sobre todo, María Santísima" 265.
Renueva su antropoformismo sobrenatural. Se inla.:,oina a Dios
en un Consejo de Estado, interviniendo en nuestros asuntos: "¡ O
Dios y Señor mio! tú nos miras, ves nuestra amargura y aflicción,
ves el dolor de nuestras almas, nuestros clamores penetran tus pia-
dosísimos oídos, y bien cerciorado de nuestra justicia, como quien
todo lo ve, de acuerdo con vuestra Santísima Madre, con su Esposo
castisimo el Señor San Josef, con nuestro Apóstol y Patrón Santia-
go, con San Fernando y todos nuestros Santos y tutelares, decretas,
¡o Dios excelso y poderoso! nuestra libertad!"
Dios inmiscuyéndose en nuestros problemas internos: "pone en
acción todas nuestras provincias, alarma todos nuestros pueblos,
organiza las cosas y nos congrega. dándonos triunfos y victorias":
las de los catalanes, castellanos, valencianos, gallegos, leoneses, ex-
tremeños, aragoneses -con alusión explicita de la "columna que
fixó en nuestro suelo nuestro común Apóstol"- y andaluces 266•
En esa perspectiva universa!ista <le nuestra geografía rehuye la
descripción de la batalla de Bailén; quizá por su delicadeza en no
plusvalorar !a gesta de sus "amados compatricios", a los que alec-
ciona para "no admitir las novedades de los filósofos" a fin de con-

265. J . M. JESUS, Sermón, 18-19. C!r. nn. 55 y 106.


266. J. M. JESÚS, Sermón , 19-20.
124 ALFREDO MART!NEZ ALBIACH

seguir "felicidades". "Nuestra España seguirá entre las naciones


con el cristiano esplendor que formó siempre nuestro carácter, y
el mundo confesará que Santiago, aunque para otros no sea Apóstol,
para nosotros lo es, y que nosotros somos el sello de su apos-
tolado" u 7•
Así, pues, el clérigo de la Guerra de la Independencia realiza la
teologización de su coyuntura por medio del símbolo santiaguista.
No obstan las dudas suscitadas en torno al mismo. Mas no olvide-
mos la doble cuestión planteada: una, la carencia de suficientes do-
cumentos históricos para disipar toda duda -para nosotros, capa-
ces de fortalecer la tradición oral con respecto a su apostolado en
el primer siglo de cristianismo-; otra, la problemática que se im-
pone el clérigo de aquel tiempo en su cometido de teologizar su
guerra. En realidad, un eslabón más que reafirme a España en su
"guerra divinal".

e)) Teología mariana

Ya advertimos la constante teológica que imprime Maria Santísi-


ma en la teologización de nuestra historia, y lo veremos abundante-
mente en innumerables testimonios. Por eso, en gracia de la breve-
dad, seleccionaremos el ofrecido en este apartado, que particulari-
zamos en la Virgen del Pilar, pues ella completa la clave teológica
de nuestra historia con matiz santiaguista. Para su inteligencia es-
cogemos el "sermón que a honra y gloria de la Stma. Virgen del
Pilar de Zaragoza, y en honor de las triunfantes armas españolas
dixo el Dr. D. Vicente Navarro, Capellán de honor de S. M., el día
7 de agosto del presente año de 1808, en la Iglesia del R. Hospital
de la Corona de Aragón". Era de esperar: "os habeis declarado
-se dirige el predicador a la Virgen- por espacio de tantos siglos
la protectora universal de esta ilustre Monarquía, que cifra toda su
gloria en reconoceros por su Patrona" 268_
También se trasluce la necesidad de legitima1 la Revolución, y
el clérigo bélico-religioso, fiel a su mentalidad bíblica, nos sitúa en
la época de Daniel, interpretando la visión de Nabucodonosor -li-
bro de Daniel, cap. 2, v. 34. 44-45-: una piedra desprendida, no lan-
zada por mano, hirió a la estatua en los pies de hierro y de barro,
destrozándola; el Dios de los cielos suscitará un reino que no será
destruido jamás, y que no pasará a poder de otro pueblo; destruí-

267. J. M. JESÚS, Sennón, 20.


268. NAVARRO, Sermón. Madrid. Viuda de Barco López. 1808. p . 7. Cfr. no-
tas 8 y 57. ·
R.ELlCIOSIDAD BlSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 125

rá y desmenuzará a todos esos reinos, mas él permanecerá para


siempre. Eso significa la piedra desprendida del monte.
Fernando, por elección divina, inauguraba un reino eterno, im-
perial, mesiánico y triunfalista, divinal: "España, esta nación paci-
fica y generosa, que ha dado en todos tiempos al mundo entero las
pruebas más gloriosas de su constancia en defender la religión de
sus mayores, y de una inviolable fidelidad en respetar los Sobera-
nos que le destinaba la Providencia, sufría en silencio los vicios
de un Gobierno que iba agotando por momentos hasta los últimos
recursos de su existencia... , hasta la agonía; la imprevisión y la in-
dolencia, la excesiva confianza de nuestro Augusto Soberano en los
que procuraban cortar todos los caminos por donde pudiera llegar
a su noticia la situación lamentable de sus pueblos, la devastación
y el desorden que se advertía en el tesoro público, la astucia de una
nación vecina, que ha mirado siempre con emulación este hermoso
y abundante suelo, todo esto anunciaba que estaba muy próximo el
momento de una GRAN REVOLUCIÓN. Llegó el 19 de marzo : una pie-
dra invisible se desprendió de la cima de la montaña, y vino a redu-
cir a polvo a aquel formidable coloso, que atendiendo solamente a
su grandeza individual, reduxo a toda la nación al último extremo
de abatimiento y de miseria. Oigamos con entusiasmo el respeta-
ble nombre de Fernando el vn, y como fuego eléctrico que recorre
rápidamente toda la vasta extensión del firmamento, así el augusto
nombre de Fernando resonó casi a un mismo tiempo en las partes
más remotas de esta dilatada Monarquía: vimos a nuestro desea-
do Soberano entrar en triunfo por las puertas de P.sta Corte... To-
dos los habitantes salieron de sus casas para ver de cerca a un
Príncipe perseguido y deshonrado por la calumnia más atroz; co-
rrían precipitadamente en busca de su.nuevo Rey, le vP.ían y le acla-
maban, y se aplaudían de haberle visto fuera del precipicio en que
estuvo, a riasgo de arrojarle la ambición y la perfidia... Alababan
a un Dios justo y poderoso, que jamás permite que la malicia triun-
fe constantemente de la inocencia. No, no eran las espadas, los fusi-
les y los cañones, estos funestos instrumentos de desola~ión y de
rnuerte, los que rodeaba.I! por toda la carrera a la augusta Pe.r sona
de Fernando, eran los corazones de los españoles que se exhalaban
en gritos de alegria para tributar su culto y sus homenages a un
Rey como ellos español, a quien esperaban dar con justicia el dulce
titulo de Padre: Viva Fernando el VII, gritaba todo el pueblo; y las
tiernas lágrimas de reconocimiento y de alegria que corrlan por su
R. semblante nos daban esta respuesta: Si, yo viviré para vos-
otros" w.

269. NAVARRO, Sennón, 9-11.


126 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Indudablemente. España vivía en 1808 una alentadora renovación.


O mejor, Revolución: se pretendía instaurar una perfecta teocracia,
revivir la utopía del "pueblo de Dios", del "reino suscitado por
Dios", según la profecía de Daniel. La cautividad de Fernando fa-
vorecía la pretensión. En un reino acéfalo y profundamente católi-
co cada clérigo se imaginaba ministro plenipotenciario de la divi-
nidad en tierra hispánica. A través de él se entabla un diálogo
entre el Señor y su pueblo. Seria el intérprete de los designios ce-
lestes. Exteriorizaría la gerencia de la planificación divina de nues-
tra historia. Su objetivo, la mesianidad española, la hispanidad.
Y sin cabeza visible la consideración del intermediario sagrado
se acrecentaba. Como tal se oponía a la felicidad y reforma napo-
leónicas; a su regeneración, abundancia y gloria. Gracias a la in-
fluencia social del púlpito consigue el voto de la nación, inspirado
en el pasaje bíblico del primer libro de los Macabeos, cap. 2, v. 19:
"¡Qüál ha sido el voto de la Nación? el mismo que el del religioso
Matatías: aunque todas las naciones obedezcan al rey Antíoco, yo,
mis hijos y mis hermanos nos sujetaremos a la ley de nuestros
padres; no escucharemos las palabras de Antíoco para seguir el
nuevo camino que nos muestra" m.
Como iluminado exegeta rechaza -en nombre de Dios, Rey y
Señor de su pueblo- toda novedad. Semejante al legendario horror
al vacío, el clérigo de 1808 recusa cualquier variación; máxime, si
procede del exterior. Una alergia a la alteración de su habitual for-
ma de vida. Tal vez en el subconsciente se revelara la pereza como
su centro de gravedad: pereza ante toda mudanza, que le lleva a
desconfiar de la persona que: se lo proponga. Sólo entra en la cate-
goría de bien lo propio; hasta el mal aceptado y sufrido se con-
vierte en bien como fruto amalgamado, que se halla.• adheridas
partlculas del sujeto p2.ciente. Tal subjetivación valorativa del bien
engendra una posición absolutista ante la vida. Y cerrada. El bien
y el mal son -para él- monocolores, blanco o negro. cuando la
realidad nos muestra que lo blanco es rara vez blanco del todo; sólo
se perciben tonos grisáceos. Naturalmente esta segunda postura
supone una franca apertura a toda influencia exterior - y extraña-,
evaluándola desde nuestro estable subsuelo y con la diligencia ne-
cesaria para adaptarnos a cualquier nueva situación.
Mas el desinterés hacia lo mundano encerraba al clérigo en su
caparazón, donde divisaba solamente el claroscuro de su perspec-
tiva tasadora del bien. Y a Bonaparte lo graduaba a través ae Mu-

270. NAVARRO, Sennón, 12.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 127

rat: "¿Quién es el que nos promete tantos bienes? el r.lismo que en


el d1a 2 de mayo ..." 211.
Su condición de testigo de aquel suceso y, a la par, de ministro
de la divinidad le permite imponer su criterio sobre el pueblo es-
pañol, ferviente devoto de la Virgen del Pilar, cuyos sentimientos
aprovecha: "Maria Santísima del Pilar quiso escoger Zaragoza para
proteger desde aquel sitio respetable a nuestra España" 272; canta
una elegía a los pueblos de Mallen y Alagón, y al monasterio de San-
ta Fe m; y con un desprecio imponente del ejército francés -"¿Qué
se ha hecho de aquel exército terrible que dominaba esta corte?
¿aquel ruido marcial que sonaba a todas horas por estas calles?
Todo se ha disipado como el humo" m. Describe conmovedoramente
el sitio de la capital zaragozana: "Los Aragoneses se presentan en el
santisimo templo del Pilar; y del templo salen como unos leones
hambrientos que atraviesan precipitadamente las selvas y las cam-
piñas en busca de su presa para devorarla... ; hombres, mugeres,
niños, ancianos, todos respiran los mismos sentimientos, en todos
es igual el valor, porque en todos es igual la confianza en la pro-
tección de Maria Santisi:ma del Pilar, a la que han declarado Gene-
ralisima de su exército.. . Catorce combates, oyentes mios, han sos-
tenido contra el enemigo, y en todos han vuelto a presentarse al
templo de su Generalisima a darle las más vivas y reconocidas
gracias por el felicisimo éxito de sus armas" m.
Aquellos primeros meses de nuestra Guerra de la Independencia
paladeaban un ingénuo optimismo, fundado en una simplista aco-
modación de personajes veterotestamentarios : An!íoco = Napoleón,
Matctfas= Fernando. Todo bajo la protección de la Madre de Dios,
elevada al rango de Generalisima de las tropas españolas. Como un
auténtico ejército. Sometido incluso a la disciplina castrense como
garantía para la protección divina: se conservará el derecho a la
dicha protección, evitando las represalias populac.h eras contra los
traidores; para ello menciona el desagradable suceso del 3 de agos-
to 276• Exige la disciplina como característica esencial en el ejército

271. N t.VARRO, Sermón, 13.


272. NAVARRO, Sermón, 15.
273. NAVARRO, Sermón, 19.
274. NAVARRO, Sermón, 21.
275. NAVARRO, Sermón, 20-21.
276. NAVARRO, Sermón, no nos haríamos dignos de que el Se-
24- 26: "¿Y
ñor n os abandonase como nación predilecta y puel>lo escogido, sin recurso a
todo el furor de nuestros enemigos, si después de estas últimas pruebas de su
protección y de su amor, excitásemos más vivamente su cólera con nuevos y
más horrendos atentados? Yo DO puedo hablar, amados oyentes mios. de la
tarde de! dia 3 del mes presente <agosto). sin que os manifieste mi justo temor
de que la inhumanidad y afrenta con que fue tratado el desgraciado que cayó
en las manos de U D pueblo furioso, es basta!1te para que el Dios protector de
128 ALFREDO MARTINEZ AL!HACH

de Dios, en la guerra divinal, y bajo las órdenes de la Generalísima


celeste, que en realidad corona tan singular teología.

una nación hasta el presente dulce, pacifica y generosa, reproduzca entre nos-
otros mayores males que los que acabamos de sufrir. Un traidor debe ser
oprimido con todo el formidable peso de la justicia, debe dar cuenta a la na-
ción de las secretas y pérfidas operaciones con que ha maqulnado su rulna,
debe perecer ignominiosamente en un cadahalso. ¿Pero acaso tenemos nosotros
derecho para trastornar a nuestro antojo el orden de la justicia, para seña-
lar los reos sin otro examen que la opinión, para condenarlos y executarlos
por nosotros mismos, sin insultar escandalosamente la nación. atentado con-
tra la respetable autoridad de nuestro Gobierno y contra la santidad de nues-
tras santas leyes?"
!U:LIC10SIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 12g.

d) Bailén.

La Revolución triunfa con los símbolos gloriosos de San José,


Santiago y la Virgen del Pilar, protectores nacionales. Pero en Bai-
lén. Tal es la base real de su optimismo. Por vez primera, Napoleón
suiria una derrota, que examinaremos a través del testimonio más
próximo espaciotemporal hallado: las solemnes honras a los mi-
litares difuntos en.la gloriosa jornada que la Junta de la cuidad de
Antequera mandó celebrar el 6 de septiembre de 1808, encargando
la oración fúnebre a Fray Manuel de la Virgen del Rosario,
ex-Definidor general de la S. R. de Trinitarios Descalzos. El predi-
cador, lleno de júbilo, exhibe este balance: "¿Qíial era nuestra
situación, y aun la de toda España, antes que estos esforzados
campeones con su valor y con su espada detuviesen, y aun fixasen
la voluble rueda de nuestros infortunios y desgracias que tan rá-
pidamente sucedían las unas a las otras? ¡Ah, tristes y lamentables
días del mes de mayo, qüánto más claros y brillantes por la natu-
raleza, tanto más cubiertos de luto, de negras y espesas sombras
de tristeza para nuestra España! ¡Qué noticias tan trágicas!" Al
especificar, menciona a Napoleón, a su ejército, a los afrancesados, a
Godoy, a Carlos IV y a María Luisa, arropados -es lo habitual-
con nombres bíblicos: en primer lugar, Antioco, el monarca orgu-
lloso, impio e insolente, que abusando de nuestra "bondad" y "pa-
ciencia", con sus tropas numerosas, aguerridas y arrogantes por sus
victorias, ocupando nuestras plazas y fortalezas, y -ya no- hasta
la misma capital del reino; con la ayuda de los afrancesados, "una
multitud de hijos de la iniquidad" que conspiraban contra su pa-
tria "como en tiempos de los Macabeos -I, 1, 12"-: "traidores a
su Religión, a su Soberano y a su patria", sacrificaban su "honor"
y su "conciencia". Sobre todo Godoy: '<un sobe.r bio Amán -ima-
gen utilizada por Labaig m_, digno de la execración de todos los
mortales, tenia preocupado ~.1 más bondadoso Asuero -Ester, 3,
1-12"-. Con la compliddad de María Luisa, a la que se inculpa,
por lo menos, de pecado de emisión: "sin haber una Ester que lo
impidiese".
Mas la exaltación del predicador le incita a hurgar en su cultu-
ra histórica amontonando cargos sobre el valido; le apellida "alevo-
so Stilicón, "traidor Rufino -Ludov. Vives in Praemonit. ad com-

277. LABAIC, Sermón, 22.


130 ALFREDO llolARTINEZ ALBIACH

.ment. Aug. De civ. Dei-", etc. También los acumula contra


Napoleón; le inviste de un nuevo nombre, Nabuco -Judit, 2, 3-,
vil, pérfido y astuto, que engañó al "más noble e inocente de nues-
tros Reyes" 178•
La elevación del púlpito deslumbra su fantasía. El orador se
siente profeta tremendista en la pintura de la Corte como terrorífi-
-co remedo de Jeremías e Isaias. Nos interesa observar cómo se
se desliza el pincel hacia la etiología del drama: "Diría con el Pro-
feta J eremías, cap. 52 : ¡Ah! ¡Cómo se halla sola y desamparada de
sus hijos la ciudad populosa de Madrid; cómo se lamenta desnuda
de su mejor ornato con la ausencia de su Rey la señora de las gen-
tes... Ellos se han burlado de su Religión, insultado a sus minis-
tros, degollado a sus sacerdotes, y el nombre santo del Señor es
blasfemado a todas horas por estos monstruos infernales -Jere-
mias, 52, 5-. Desgraciada Madrid, infeliz España, ¿qué te queda
que esperar para en adelante? El Señor te ha humillado por tus
pecados" 219•

El predicador percibe claramente la cumbre a que ha ascendido:


el intermediario entre Dios y su pueblo. Urge las exigencias éticas
del Decálogo como modo de regeneración de la sociedad hispana,
dentro de la responsabilidad colectiva, dentro de la solidaridad
socjal. Se siente oráculo, capaz de transmitir el jmcio sobrenatural
recibido de Dios para su pueblo; el guardián de las esencias tradi-
cionales, de la ética socio-religiosa hispánica en su mayor pureza.
De ahi su tuciorismo, y, en especial, su inmutabilidad en las for-
mas de vida; de ah1 su intransigencia con la ''novedad", y en la con-
·vivencia con otras confesiones religiosas. Es el reformador de la
.sociedad: su renovador, la nación española se ha lanzado -median-
te la Revolución- hacia un futuro glorioso, a través de un periodo
de prueba y purificación.
El preludio fue Balién, dentro del marco de Andalucía, ''noble,
rica, abundantE>", cuyo cielo se vio oscurecido por "unas águjlas ra-
paces" que "extienden ya sus alas para intimidarte con su sombra
y hacerte presa de sus picos y sas ufias". A la que conforta con una
profecía biblica: "El Señor te va a escoger por instrumento de su
gloria. El suscitará en medio de ti unos jue::es sabios, prudentes,
valerosos, incorruptibles, que te librarán de las garras rapaces que
te devoran -Jueces, 2, 16-" 2Sl_ Encantadora apología de los miem-
bros de todas las Juntas de la nación, en especial, la sevillana.

278. V. R os ARIO, Oraci ón. Málaga, L uis Car r eras e h ijos, 1808, p . 10-11.
279. V. ROSARIO, Oración , 13.
280. V. ROSARIO, Or ación , 14.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 131

Sevilla, pues, se proclamó capital de la España independiente:


••sevilla, la grande, la opulenta, la inmortal Sevilla, levantará la pri-
mera -Labaig reclamó para Valencia la principalidad el 28 de ju-
nio anterior 211 : "Valencia ... , por haber levantado la primera el
grito por la justicia en circunstancias tan climatéricas, ninguno por
eso te disputará la preferencia entre nuestras provincias .. . : Valen-
cia fue la primera que proclamó a Fernando VII"- de todas el es-
tandarte de la lealtad y de la religión; y su voz, más poderosa y
eficaz que la de Saúl -I Reyes, 11, 1.7- contra los Amonitas, reunirá
con celeridad increíble el espíritu de toda la nación, contra los ene-
migos de la religión y del estado". El Señor "suscitará" muchos
Otonieles -Jueces, 3, 1G- y Aodes -Jueces, 12, 29-, que harán
resonar la trompeta de la libertad en todas las provincias 282• No
olvidemos que para el fraile la mágica palabra "libertad" es sólo
sinónimo de independencia colectiva, nacional.
En toda esta metempsicosis de Jueces no podían faltar "Barac
-y Dévora, esto es, la Purísima Maria y nuestro invicto -Jueces, 4--
Patrono y Apóstol Santiago, o el Santísimo Ferru:rndo" -recordemos
que nos hallamos en Andalucía-. Ellos "conducirán nuestras viso-
ñas tropas a las orillas del Betis, y con ellas aterrarán al insolente
y fiero Sisara Dupont, orgulloso con sus primeras victorias, y llena-
rán de confusión, de rabia y de despecho al impío Jabin, que opri-
mía al pueblo escogido". Y prosigue el festival de nombres bíblicos
-Jueces, 6-8-; se detiene con fruición especial en colacionar los
campos de Efraim, Benjamín y Judá talados por los Amonitas tras
vadear el Jordán, con los franceses que, "atravesando el Guadal-
quivir, talan, queman, saquean los campos y las ciudades de Córdo-
ba, J aén y Granada".
El cotejo ha aplastado la euforia, para situarle ante la solución
moral de un problema politico-mílitar: una falta moral lo babia
planteado : "¡Oh España! ¡oh Andalucía! ¿No eras tú igualmente
que la Judea acreedora de este castigo? ¿No babias provocado la
justa ira del Señor con tus pecados y tus delitos? Pues ve aqui la
verdadera causa de tus calamidades y desgracias; ve aqui la razl)n
por qué Dios ha permitido que el enemigo haya saqueadc nuestras
provincias, que se haya apod~rado de unas riquezas que sólo servían
para corromperos" m. Diagnóstico moral de una situación socio-
política_
Pero no nos desviemos de Bailén, pues "si estos impios atheos,
estos insolentes libertinos, estas furias infernales con semejanza de

281. LABAIG, Sermón, 27-28.


282. V. RoSo\RIO, Oración, 14-15.
283. V. RoSo\RIO. Oracién. 16-17.
132 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

hombres ... , no han execu tado así en nuestra ciudad, como en Cór-
doba, en Jaén, en Andúxar, en Cuenca, en Cataluña y otros pueblos
y ciudades de nuestra desgraciada península; si no habemos expe-
rimentado iguales calamidades y desgracias; si habemos tenido la
complacencia de ver humillados, confundidos, encadenados estos
lobos de la Arabia, estos leones de la Libia, estos tigres de Hircania;
si habemos visto abatido el vuelo, quebradas las alas de estas de-
cantadas águilas, devoradoras de toda la Europa, desarmados y re- 1
ducidos a la clase de viles prisioneros estos tan fastidiosamente
repetidos y tan importunamente preconizados vencedores de Ma-
rengo, de Austerlitz, de J ena y de Eiland; gracias a la misericordia
1
del Señor que nos ha preservado de su furia, que nos ha dado cono-
cer en medio de nosotros las riquezas de su bondad y de su miseri- f
cordia - Thren. 3, 22-... ; que ha querido suscitar en medio de
nosotros jueces llenos de prudencia, unos generales dotados de 1
talento, y unos soldados, que penetrados de religión y de patriotismo,
han sabido conservarnos la libertad con s u valor, procurarnos la
tranquilidad con su denuedo, fixar el curso de sus triunfos y de
sus victorias con su heroísmo, y comprarnos la verdadera paz y
felicidad con su sangre y con su muerte" 284_
Jueces -miembros de las Juntas-, generales y soldados, for-
jadores de una hazaña que se transmitirá perpetuamente de gene-
ración en generación : "El decrépito anciano, apoyado sobre su bácu-
lo, al pasear el campo de batalla... , con voz trémola per o generosa,
dirá a sus hijos y a sus nietos: aquí, aquí, hijos mios, aquí es donde
el Cielo peleó contra nuestí·os enemigos -Jueces, 5, 20-, donde
quedó sepultado el orgullo de la Francia y asegurada para siempre
la libertad de la España, la quíetud de nuestra provincia y la san-
tidad de nuestra religión ... ¡Oh día diez y nueve de julio, digno de
ser escrito con letras de oro en nuestros anales! ¡Campos de Men-
xibar y Baylén, vosotros sereis más famosos en la his toria de nues-
tra libertad que los de Marathón y Platéas en la de los Griegos!".
Ahora bien, ¿quién fue el artífice de aquella victoria? Difícil in-
cógnita. Sin pretender resolverla, deseamos aportar datos para la
historia. El sermón que estudiamos -6 de septiembre de !808,
Antequera- , nos ofrece tres nombres; su orden supone preeminen-
cia: "Castaños, Reding, Cocpigni" comparados con los héroes grie-
gos Milciades, Leónidas y Temístocles 285• Tres nombres y tres re-
latos diversos de la misma batalla. Toda gloria castrense atrae siem-
pre la absorción, exclusiva o principal, del mérito. ¿A quíén se le
debió?

284. V. ROSARIO, Oración, 21- 22.


285. V. RoSARIO, Oración, 23 -24.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON!CA 133

Seleccionamos tres descripciones: a)) oraciones fúnebres al ge-


neral Reding en Taragona, 26-27 de abril de 1809 286; b)) "Sermón de
acción de gracias a Dios en cumplimiento del voto que antes de la
batalla de Baylén hizo el Exc. Sr. D. Francisco Xavier Castaños, Ca -

286. Fr. ANTONINO EsTAPER, O ración. Tarragona, Miguel Puigru:>i, 1809.


p. 10-15: "Convertid vuestros ojos acia Madrid, mirad cómo de alli salen milla-
res y más millares de franceses; colunas contra Andalucía, colunas contra Va-
lencia, colunas contra Aragón. El número de caballos es e:<ecesivo, los trenes de
artillería formidables, los infantes cubren el oriente, el mediodía. el septen-
trión de la corte. Asústase la nación entera, todo es sobresalto, todo estupor.
Si peligra un reyno en Valencia, un reyno en Aragón. en las Andalucias van
a perderse de una vez cuatro coronas... Dupont -el general francés que po-
seía toda la criminal confianza de Buonaparte y Murat en lo relativo a la injus-
tísima ocupación de la España: véase la primera carta confidencial de éste.
inserta en el manifiesto que hace la Junta Central a toda la Europa- conduce
m.á s de 20 mil hombres; Reding manda una división, otra diviSión un amigo
suyo, el Exc. Sr. Marqués de Coupigny. Teniente General y segundo Coman-
dante General del Exército de Cataluñ.a . Obran de acuerdo los dos, y no ex-
cediendo el número de 14 mil nuestra tropa, Mengibar ofrece teatro al primer
combate. Rómpese el fuego, empéñase la acción, queda derrotada la caballería
del contrario. Las tropas que ignoraban el movimiento retrógrado.... retiran
fugitivas hasta Baylén. No retrocedió el general de los coraceros Gubert, ni
los muchos que quedaron en el campo, mo¡·diendo la tierra. A buen seguro que
estos soldados franceses necesitan más que los pies para conquistar -expresión
de una gaceta francesa-; pues qué a la vista de nuestro Teodoro (Red.ing),
los que no mueren huyen con las armas en las manos. Huyen; nuestro exérci-
to corre y ocupa las alturas delante de aquel pueblo, se forma en batalla, y el
enemigo ataca: caballos, infantes, artillería, todo entra en acción; el comba-
te es duro, es largo -<1uró desde las tres de la madrugada hasta las 12 y media
del dfa- , es encar::üzado; pero no es incierta la victoria. "Los invencibles" em-
l>iezan a temblar, tiemblan y se consternan, se consternan y quedan arrollados,
arrollados capitulan. Reding ve a sus pies la espada del General enentigo,
veinte y dos triunfos -tantos había ganado Dupont fu era de nuestra penín-
sula-, más de 17 mil rendidos, tomadas 60 piezas de cañón ... Triunfa Reding :
le oye el intruso rey, túrb~U:e Herodes y toda su cone con él, se olvida la
conquista de Valencia, se abandona el proyecto sobre Zaragoza, Madrid de
noche a la mañana respira libre -acabaron de retirarse de alli los enemigos a
3 de agosto de 1803-, y aun el cautivo Portugal empieza a columbrar la liber-
tad que se le acerca. Triunfa R eding : se reanima el patriotismo de todos los
pueblos, se hace el levantamiento de tropas. se reunen los Diputados de las
Provincias, se instala la Junta S uprema Gubernativa del Reyno -a 23 de
setiembre de 1808-, logra consideración de Potencia, se firma el armisticio,
después la paz, ahora alianza con G ran Bretaña, y sobre bases sólidas se
entabla el reconocimi:mto del trono de nuestro suspirado Fernando. Triunf a
Reding : los Potentados del Norte toman un nuevo aspe.::to por ~os gioriosos
sucesos de la España empiezan a desarrollarse las miras secretas de los gabi-
netes, propenden a la formación de un \·asto plan. Por el bien de la Patria
sobre el mismo campo de la victoria con"inando un nuevo plan ccn los demás
Generales, deJ:a a los otros ltt gloria de executarlo. Cargado con los aplz.usos
de la Junta Gubernativa del Reyno y con el aprecio de todos ios buenos ha
de bolverse a Málaga -en calidad de Gobernador-... ¡Casas Consistoriales de
las Andalucias, vosotras honrasteis su mérito con los rótulos: " Reding L iber-
t ador de la Patria! ¡Magníficos arcos triunfales, vosotros hicisteis gloriosa
.sombra al Vencedor de Baylén!. ...
P . CAPELLÁN del Segundo Batallón del Regto. Suizo de Reding, n.• 3: ANÓN I -
MO, Oración , p. 18: "En aquel d ia vimos veinte mil franceses rendidos a los
]>ies de ese mismo héroe, que hoy miramos trofeo y victima de la muerte'".
134 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

pitán General del Exército de Operaciones de Andalucía, al Santo


Rey D. Fernando el Tercero de este nombre, predicado en la S. I gle-
sia Patriarcal de la ciudad de Sevilla" m ; y e)) la "Oración eucha-
rística" en presencia del Exc. Sr. Marqués de Coupigny, Capitán Ge-
neral de Baleares, el 19 de julio de 1815 288•

287. RAMiREZ, Sermón. Imprenta Real, 1814, p. IV-V. XXII-XXITI. XXVII:


"Confieso que admirando los sentimientos patrióticos de este mi amado Pue-
blo Sevillano, la elección acertad.ísima de los Vocales, varones virtuosos y
sabios de esa Junta que presiden la virtud y la prudencia; el nombramiento
de un General en Gefe de la fuerza armada -al Comandante General del
Campo de San Roque, D. Francisco xavier Castaños- para resistir las inva-
siones violentas y rápidas de su enemigo y las prontas disposiciones de este
hom::>re incomparable en organizar en el corto espacio de quince días un
Exército que cubra por su defensa a esta Capital, que marche con rapidez, o -
más bien que vuele sobre las tropas invasoras, que las bata en diferentes pu n-
tos, Y decida apenas llega su suerte última con una victoria la más com-
pleta: ¡Qué campaña tan gloriosa! ¡Qué esperanzas de los hombres sensatos.
Y modestos tan bien cumplidas! ¡Qué bien disipadas y con qüánta oportuni-
dad las desconfianzas de las gentes tímidas o pusilánimes! ¡Qué confundidas
las quejas insolentes de los murmuradores invidiosos y mal con tentadizos, que·
con papeles anónimos y sátiras mordaces insultaban la autoridad de ese R . Al-
cázar y la espada vengadora de los derechos ultrajados de la Nación en el
campo de Marte! ...Ese R. cuerpo de artillería, esos batallones de infantería,
esos esqüadrones de caballería que baxo las órdenes del virtuoso y esforzado
General en Gefe, D . Francisco Xavier Castaños fueron victoriosos en los cam-
pos de Andújar y Baylén... Se ha extrañado el que una pluma militar no hubie-
se escrito la relación histórica de la batalla de Baylén... Es muy sensible que·
la nación ignore lo que honra tanto y podria haberla intlamado sobre qüantas
proclamas se publicaron para este fin . Rendir las armas toda la división va-
liente de Dupont, quedando prisionera de guerra; deponerlas en calidad de
detenida la división no menos forzada de Vedel, llevar el espanto y el miedo
hasta Madrid, obligando al General francés Savari a pedir capitulación para
las demás tropas que estaban en Castilla a sus órdenes; ¡Qué lbatalli y qué
sucesos manejados por un historiador militar! Perdióse el tiempo más opor-
tuno ...".
288. ANTONIO DE ALFARO, Oración. Mallorca, Melchor Gaspar, 1815, p. 14-15.
54-56: "Si no temier-.t, Señor Excmo., ofend~ su delicada modestia con elo-
gios que justamente se le han prodigado por las acciones brillantes de esta
batalla (de Baylén), en que con su antiguo amigo y compañero de armas Theo-
doro Reding hizo servir unas tropas colecticias e indisciplinadas, baxo los aus-
picios del Exc. Sr. Castaños a la gloria del triunfo más heroico quizá que se
cuenta en los fastos militares: ¡qué cosas tan gloriosas podría decir! ... El em-
peño de impedir la reunión de 25 mil hombres VIctoriosos en Jena, Austerlitz y
Marengo, que havian impuesto a toda la Europa silencio con el terrot" de sus
rumas y s~ucción, cor. sólo 13 r.1i! i1oxr.bres la mayo;:- parte reclutas de guerri-
llas ioc!isciplinadas de soldados visoños, sin •·er.ursos ni fondos, victimas de
todas las privaciones... No tenían otras armas que hoces, chuzos, guadañas,
palos y pocos caiiones... presentando batalla a Dupont y Bedel: capituló el
primero, Bedel no admite capitulaciones; repite los choques, infiama sus.
)(:giones, entusiasma sus tropas, combate desesperado; sin embargo, V.E. (Cou-
pigny) con un valor sin exemplar havia por la mañana a bayoneta calada re-
chazado con tanto vigor al principio de la acción a Dupont, hacién-
dole retroceder más de una legua hasta el río Rumfar, contribuyendo tan-
lo a su forzada capitulación; renueva sus glorias en la misma tarde contra
Dedel, obligándole a que executase lo mismo y se sometiese a las condiciones
<·onvenidas entre V. E ., Reding y Dupont que había. rehusado admitir. De este-
modo dividió con su antiguo ami go y gu.errero heroico, la gloria de este triun-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 135"·

¿A quién se debió Ja victoria? Sin inmiscuirnos en semejante-


acertijo histórico, creemos más correcta la postura de Fray Manuel
de la Virgen del Rosario; tras citar a los tres generales, elogia a
los "jueces" y a los soldados 289• Después, se cuida de "santificar la

!o que fue la causa de que los franceses evacuasen las plazas todas basta el
Ebro ; del desembarco de los ingleses nuestros aliados ; de que el Austria declarase
la guerra, y la época de la restauración de la libertad nacional. 19 mil prisio-
neros, con 18 generales y más de 600 oficiales, 44 cañones y obuses, 200 carros
de artilleria, 4 mil caballos son los trofeos que publican el heroísmo de este.
triunfo... El Excmo. Sr. Marqués de Coupigny, mandando la vanguardia en Car-
mona a principio de la guerra por marchas muy sabias y conocimientos estra-
tégicos, obligó, quitando toda comunicación a Dupont, por la Sierra Morena
a la Mancha y Madrid, a retirarse a Andújar, con la esperanza de restable-
cer y facilitar su reunión con el General Vede!, a quien esperaba por instantes.
Habiendo organizado de nuevo el exército con motivo de la reunión de las
tropas de Granada, y la venida del General Reding, tomó el mando de la 2.•
división; tres dias antes de la batalla de Baylén, y la vispera del combare,
de Méngiba, tuvo uno d e los m ás brillantes y reñidos ataques con un cuer-
po del exército de Dupont, que intentó y logró pasar el Guadalquivir en Villa-
nueva de la Reyna, cortando de ese modo la comunicación que tenia con el
General Redi.ng, que se hallaba más arriba; de cuya resulta se trabó el com-
bate más reñido, que aunque al principio fue favorable a los franceses que·
rechazaron la ''anguardia y ocuparon las alturas de la izquierda y la bermita
de santa Ana; pero sin embargo, bien pronto se arrepintieron d e su osadía;
porque baviendo el General Marqués de Coupigny hecho adelantar la arti-
llería, sostenida por la infantería obligó al enemigo a abandonar sus posi-
ciones y repasar el rio precipitadamente; y poniéndose entonces a la cabeza
de la caballería, pasó este río casi a nado; atacó una Brigada italiana, que
formada tres veces en qüadro, hacia !rente con intrépido valor; con todo
eso la destrozó el Marqués; de modo que Jos que no fueron muertos, quedaron.
prisioneros; siendo esta ventaja presagio de la brillante victoria, que tres dias
después inmort.ali.z6 la España. Dupont con sacrílego estilo se burlava casi
en el mismo dia y sitio próximo al teatro de esta batalla, de la superstición
de los Españoles, que pocos días antes celebraron el triunfo de la cruz de
las Navas de Tolosa; ¡qué befa hacían de nuestras tradiciones! Pero en este
mismo tiempo el Dios poderoso de las batallas, y su Madre Santísima pro-
tectora de los Españoles les favorecieron. Se votó al Hijo y Madre Santisimos
en el furor del combate "una acción de gracias" ; y agradecido el exército
consagró al Dios dP. las batallas los trofeos de su valor. Los nuevos apostoli-
zantes, asalariados por el corzo, ridiculizaban en secreto como un fanatismo
español la persuasión de que esta victoria era obra de 1.:1 Providencia; pero
nadie dudó que fue un prodigio del cielo, que inspiró el valor y acierto a
nuestros Generales que se elevaron itasta el grado del heroismo. Las Juntas
decretaron un Te Deum. En esta brillante victoria se hallaron y distingUieron
por s!l valor, los célehres Venegas y Grimares&, segundos comandantes de las.
divisiones ele Reding y Marqués de Coupigny, el benemérito Mariscal de cam-
po D . Miguel de los Ríos, actual Gobernador de esta Plaza de Mallorca. el
Vizconde de Zolina tan conocido por su r eligión como por su valor; en que
igualmente se distinguieron el Barón de Morta.gne Jácome, Cruz, Copons, Aba-
día, Goicocea, Ximénez, Bazquez, Noyá, González, Cherif, Sevilla, carvajal,
el 2.• Brigadier Basecourt, ·Senseve Director del COlegio de Cavalleros de Gan-
dia, Lasala, Freire, Lapuente, Prats, Moreno, Mauri, 5a.ntiago, etc... Es imposi-
ble señalar nl por índice los nombres de todos los valientes guerreros, que·
acreditaron su valor como el de los famosos Walones, hijos del honor y de la
victoria que sobreexcedieron su antigua reputación".
289. V. RosAR.Io, Oración, 25: " La prudencia, la sabidurfa, la rectitud de
tantos Aristides, qüantos son los individuos que componen tu Suprema Juntar
136 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

guerra "según las exp resiones de J eremías --:6, 4- y de J oel -3, 9-


mediante los "tres grandes bienes de la sociedad", la Patria, el So-
berano y la Religión, y la habitual j ustificación política de la Revo-
lución del 19 de marzo 290•
Ya vimos que la ambientación teológica de la Revolución la
realizó Fray Vicente Facundo Labaig, cuyo josefinismo alcanza en
su obsesión del 19 a Bailén, a Zaragoza y Cataluña 291 •
En cambio, el fraile se revela como mal político: nunca com-
prendió los verdaderos motivos del viaje de Fernando, mendigando
el reconocimiento imperial de la deposición de Carlos IV; el predi-
cador excusa la decisión contra la desconfianza popular hacia todo
lo francés, a la vez que presume en el corazón de Fernan do deseos
de felicidad nacional y amor hacia sus vasallos 292•

harán que el "gran Emperador y Rey'', hasta aquí el terror de todas las na-
ciones, venga a ser en adelante el oprobio, la irrisión, el desprecio de la Europa.
Soldad.os to<Ws: vuestro valor ha libertado la patria, vuestra fidelidad endulza-
rá las cadenas de nuestro amado Soberano. "-uestra memoria quedará eterna-
mente grabada en nuestros corazones, y lo que vale más de todo, vuestra
piedad y vuestro zelo por la religión. os hace accreedores a que vuestros nom-
bres sean para siempre escritos en el libro de la vida".
290. v. RosARIO, Oración, 26-27: "Una concurrencia de circunstancias, cada
vez más crítica, y originadas las unas de las otras, habían reducido a la Es-
paña a una situación tan deplorable qüal era la de Grecia, qüatro siglos antes
de la venida de Jesucristo ... : la molicie y la indolencia esclavizaban el amor
de la libertad; una multitud de almas venales se abandonaba al ocio y a la
corrupción; la religión sólo conservaba la a!>ariencia; la magistratura y los
empleos eran la recompensa de ia cábala, de la adulación y de la baxeza;
una tropa mal pagada y descontenta se disminuía insensiblemente por sus
continuas alteraciones y mudanzas; unos pérfidos y viles aduladores y lisonge-
ros formaban una espesa nube alrededcr del trono y aun del santuario; y
para colmo de nuestras desgracias, un favorito tan lleno de orgullo como
de incapacidad denominaJa el corazón del más sencillo y bondadoso de nues-
tros monarcas. Entre tanto, un hombre r aro y singular, cuyos vicios y cuyas
virtudes civiles le hacen en igual digno de alabanza y de vituperio; grande
por sus talentos, elevado por su genio, favorecido de la for tuna, un intrépido
en sus empresas; un hombre astuto y combinador, que poseyendo el arte de
dividir para mandar, según el precepto del más abominable de todos los poü-
ticos, Maquiabelo, sabia sembrar disensiones entre sus vecinos, para aprove-
charse de sus discordias; que engañaba a los unos con falsas promesas y lison-
geras esperanzas mientras s ucesivamente acometía a los otros y los dE:Spojaba
de sus estados; que sólo observaba sus tratados qüando éstos no se oponían
a sus intereses ... ; dictaba nuevas leyes y constituciones. en que se prome-
t ía la fortuna, la felicidad, la gloria a las naciones mismas que acababa de
degradar con el mayor d'!Spotismo y '1-ilipendio: tal es... Napoleón Bonaparte".
291. LABAIG, Sermón, 22-23: "Se invoca a San Josef, y las victorias no se
cuentan sino por el número de los combates, y los campos de Baylén, las eras
de Zaragoza, los montes de Cataluña nos referirán la mayor parte de sus
triunfos con la fecha del 19, día consagrado por nuestra piedad al honor de
San Josef".
292. V. RosARio, Oración, 28: "Amado Fernando, ídolo de nuestros leales
corazones, ¡qüánto mejor te hubiera sido haber prestado oído al sordo grito
de la. nación y al innato sentimiento de tus españoles! Pero el deseo de su
felicidad aceleró tu desgracia. y el amor de tus vasallos te ha precipitado
j untamente con ellos sin culpa tuya, en la mayor miseria··.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 137

Con ese pensamiento ya es fácil entender el coraje que infun-


de el orador sagrado: "más vale morir con honra con las armas
en las manos, que ver con un ocioso abatimiento, con unas cobar-
des lágrimas los males que amenazan a nuestras vidas, a nuestra
libertad, a nuestros intereses, a nuestras familias, a nuestra patria,
a nuestro Soberano y a nuestra Religión" .
La religiosidad levantó a un pueblo sencillo contra el mejor
ejército europeo; el valor se lo infiltraba la religión: "Sepa Napo-
león, si no lo ha reflexionado hasta ahora, que un pueblo religioso
nunca es más fuerte que qüando se ve más atribulado; que una
nación unida no puede ser conquistada; que siempre ha sido una
loca temeridad despertar al león dormido; que la Religión católi-
ca, lejos de apocar los espiritus, como tal vez lo habrán oído en la
escuela de los incrédulos, los hace más adictos al Soberano y a la
patria, y que siempre ha sido invencible un pueblo que se presen-
ta al campo de batalla movido del zelo de la r eligión, animado con
la esperanza de una vida venidera, y puesta toda su confianza en la
justicia de su causa y en la protección del Dios de los Exércitos
- 1 Mac. 3, 20-22-" m.
El predicador sentla en su espiritu la reencarnación del de Ju-
das Macabeo. Se lucha contra la impiedad : se observan - y criti-
can- las órdenes castrenses de los franceses : los dias escogidos
para sus empresas, las águilas coronando banderas y estandartes
en abierta competencia con la cruz. Se pelea, no contra Murat, sino
contra Holofernes 294• y clama, angustiado, a Dios: "¡Hasta qüándo,
Señor, abusarán estos monstruos de tu paciencia! ¡Hasta qüándo
os insultarán estos Ateos!"

GóMEZ DE ARTECBE, Guerra de la Independencia, l . 285- 286; GRASSET, L4


Guerre d:Espa.gne, n . 4-77; GoDOY, Memorias, VI, 121-247; GRANDKA.ISON,
L' Espagne et Napolécm, I, 161- 176; EscoiQUIZ, Idea sencilla de las Tazmte$ que
motivaron el viaje del rey Fernando VIl a &lyona, 18-173; Tlm:Rs, Histoire du
Consulat et de l'Empire, vm. 548-559 ; lzQtrn:R.DO HERNhm~ . Antecedentes y
comienzos del rei1Ul.do de Fernando VIl, 358-388; ToRENo, H istoria del le~,an­
tamienLo, I, 67-68; MOOISTERIO DE L\ GUERRA, H istoria de la guer.-a de España.
contra Napolelm, 1, 281-292; PÉl\EZ DE GuzW.N, El D os cie Mayo, 304 ; Mn."ISTE-
RIO DEL EJtRcrro, SHME, La Guerra de la Independencia, I , 413-438.
293. V. RoSA!UO, Oración, 30.
294. V. RosA!Uo, Oración, 31. 35: "¿No estamos experimentando en Murat
y sus subalternos un Holofernes y demás generales de los Asirios (Judit, c. 3;
c. 5, 27)? ... Ellos han escogido siempre para sus malignas empresas los dias
de las mayores festividades <religiosas) ; y todo su fin. todo su empeño. todos
sus conatos se dirigen a borrar, si pudiesen, de sobre la tierra hasta el nombre
d e fe, d e iglesia, de evan gelio y de religión. Ellos han quitado d e sus casas, de
sus sitios públicos, de sus banderas y de sus estandartes la adorable y santísi-
ma Cruz, insignia del cristiano, y sostituido en su lugar unas decantadas águi-
las, simbolo propio y expresivo de su vanidad, de su impureza, de su rapacidad
y de su soberbia...
RELIOIOSn>AD IIISP.\:<.1•• • - 10
,,

--
138 }.LFREDO MARTINEZ ALBIACH

y Dios les escuchó en Bailén, cuyo relato constituye el más her-


moso cuadro bíblico que un 1W-hagiógrajo haya pintado; no sólo
por su antigüedad -cuarenta y nueve ellas después de la batalla- ,
sino por su aliento religioso se encuadra dignamente entre los libros
de los Macabeos o Jueces 295. Tal el espíritu religioso que se infun-
dió en los albores de la Guerra de la Independencia_ Tal su ideologia.
295. V. RosARio, Oración, 39-43. 46: "Trasladémonos en espiritu a los cam-
pos de Baylén, y colocados sobre uno de sus cerros o colinas, miremos con
atención los últimos esfuerzos de la impiedad y de la religión. Entonces qüan-
do el hábil y fiero Dupont considerándose encerrado entre dos fuegos, se apre-
sura y adelante desde la media noche, para sorprender a una parte de nuestro
exército; qüando nuestros diestros generales con una celeridad increible forman
su linea d e batalla para contener el audaz y osado furor del enemigo ..., veríais
en nuestros esforzados campeones, que teniendo siempre delante de su vista
las magnificas imágenes de la libertad, el honor, la ley, el Soberano, la Reli-
gión, la Patria rugen como leones sobre los esqüadrones enemigos, fuerzan
sus puestos, rompen su linea, arrollan sus columnas, destrozan su caballería,
arrebatan sus águilas, derraman el terror, la confusión. el de:sor:len sobre
unas tropas que parecian, hasta ahora, tener encadenada la victoria; y arma-
dos en lo exterWr con el fusü y con la espada, y en el interior con el zelo de
la Religiém y de la Patria, o triunfan victoriosos, o mueren como héroes, obli-
gando al enemigo a una capitulación ignominiosa... ¡Oh dichosa guerra, don-
de Jesucristo es la causa de pelear!. .. Regocíjate, gloriate ¡,obre todos, tú, que
has muerto en el campo de batalla, y desde él has volado a unirte con tu
Dios..., volando a recibir un premio eterno en la morada de los justos ... Cam-
pos de Jaén, de Merudbar, de Baylén. dad una eterna sepultura, y cubrid de un
oprobio e ignominia sempiterna a los áridos huesos, los corrompidos cadáveres
de los decantados vencedores de Marengo, de J ena, de Austerlitz y de Freir-
land.. S eparadlos para siempre de los respetables despojos de nuestros héroes ... ,
y para que no se confundan los unos con los otros, poned entre ellos un odio
más irreconciliable que entre los de Eteocles y Polinices... Dice el Angel d el
Señor (Jueces, 5, 23), el que rehuse alistarse en el número de !os héroes que
pelean, que sea maldito; que sea borrado del catálogo de los españoles... ".
.,

RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 139

e) Mitos sacro-bélicos

La ofensiva bélica tendria aún otras oleadas, mitificadas en Re-


ding en 1809, y en 1810 La Romana, Cárdenas y Fernando VTI -so-
lución del segundo binomio-.

a)) En 1809
En nuestro escurso -rápido y no completo- poi el primer año
de la guerra de la Independencia nos intrigó el dictamen del ya
mencionado capuchino P. Alfara sobre la batalla de Bailén: no se
explotó el éxito: "Quizá hubiera decidido la suerte de la Nación,
expeliendo los franceses de la Península, si en los sucesos ulteriores
se buviera adoptado la prudencia y los planes estratégicos de los
dos sabios generales que lo realizaron (Reding y Coupingny), y se
hubieran evitado los funestos reveses del año 9, tan trágicos para
la España" 296• No olvidemos que estas palabras fueron pronunciadas
en presencia del mismo Coupigny.
1809 amaneció con dramática perspectiva. En el diciembre ante-
rior, Napoleón recuperaba Madrid con un ejército de 160.000 hom-
bres, y dudamos de la prudencia y estrategia citadas frente al colo-
so; el mismo predicador, en una nota, intuye el verdadero motivo
del triunfo bonapartista: "La paz inesperada de Austria -habiendo
neutralizado las glorias de Baylén y demás esfuerzos todos heroi-
cos, pero muy mal dirigidos, que se hicieron en los años 8 y 9-
facilitó al tirano opresor, desembarazado ya del Norte, cargar todas
sus fuerzas por esta parte (de España), mirando la presa como
suya" m. Mas los viejos resentimientos se imponen, y acusa dura-
mente el heroísmo mal dirigido, sin atreverse a descubrir al pre-
sunto reo. Como positivo exhibe en su balance de 1809 "los sucesos
de Cuesta y Wellingtor-" m, en Tal!lvera, de Tamames por el Duque
del Parque, de la de Alcáñiz por Blake, y los del Cinca y demás en
Cataluüa a favor de la inmortal Gerona por el Marqués de Cou-
pigny" :m, y particular:n~nte el de la batalla de Ocaña 300; pero sobre
todo las rentas de Bailén: "el triunfo de Baylén ha sorprendido a

296. ALFARO, Oración, 15.


297. ALFARO, Oración, 62.
298. ALFARO, Oración, 61.
299. AI.FARO, Oración, 56.
300. ALFARO, Oración, 15.
140 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

los franceses, ha llenado de admiración a los ingleses, de gloria al


inmortal Reding y a toda la oficialidad" 301•
Bailén, pues, se transformó en un mito que, si colmó de honores
a castaños y a Coupingy 302, en 1809 protegió a Reding, corvirtiéndole
en héroe legendario; la muerte agostó en primavera su gloria, Y
disgustado el eclesiástico por no ver coronado a su héroe -que tal
vez pudiera alcanzar nuevas victorias-, no disimula sus ocultas que-
jas frente a posibles culpables. Es notable la exaltación del fabulo-
so militar. Si no estuviésemos habituados a las lecturas de sermo-
nes auténticamente gerundianos, nos asombraríamos de los elogios
que el púlpito obsequió a Reding.
Pronto se le sitúa en ambiente bíblico: Macabeo, hijo de Mata-
tías, y hermano de un mártir: "Rodulfo que en la revolución de
Parls, 10 de agosto de 1793, cubierto de heridas y vilmente asesi-
nado en la Abadie, a 2 de setiembre del mismo año, fue generosa
víctima de la lealtad por la adhesión a su legitimo soberano e infe-
licisimo Luis XVI" 303.
En cambio, antes de probar su nacionalidad española, se le some-
te en aduana imaginaria a un formulario para responder a la pre-
gunta de la Madre España: "¿Qué dareis a vuestra Madre Patria?
Responde el Sr. de Reding: ¡O Madre! Probadme, y sabreis mi
corazón; ved si en mi hai algún camino de infidelidad; decid vos
misma, ¿si nunca para el bien común he dexado de consagrarme
todo entero?" La fidelidad suiza es reconocida eu toda Europa, y
confirmada el pasado 2 de mayo de 1808 tras un emotivo diálogo
~n su "compañera" Málaga de donde es Gobernador 304: "arma
y adiestra en tan críticas circunstancias a qüantos puede, les ins-
pira el sagrado fuego del amor a la Patria, al Soberano y a la Reli-
gión" JOS.
Un héroe sin ambición, plenamente ajustado al esquema de gue-
rrero religioso, pues todo el mérito de Bailén lo confiesa de inspi-
ración de María Santlsima: "Ageno como siempre de toda ambi-
ción y firme en el concepto que tiene de si r.1ismo, tributa y hace
tributar gracias a el cielo por tan glorioso triunfo, reconociendo
y confesando que no a él, no a su dirección y pericia, no a su mag-
nanimidad e intrepidez, sino al poderoso patrocinio de Maria San-
tisima, Madre y Protectora de los españoles, se debla al feliz éxito
de esta memorable acción" 306• "Y después de haber trazado planes

301. ALFARO, Oración, 15-16.


302. ALFARO, Oración, 16.
303. EsTAPt:R, Oración, 7.
304. EsTAPER, Oración, 5-6. 8-9.
305. ANóNIMo. Capellán del 2.• Batallón de Reding, Oración, 17.
306. ANóNIMO. Capellán, Oración, 19; EsTAPER, 28.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y S OCIEDAD BORBONICA 141

para la organización e instrucción de nuevos exércitos y de fuerzas


superiores, dexando a otros la gloria de realizarlos y ponerlos en
execución, se retira a la ciudad de Málaga" m .
La Patria le va a pedir un nuevo y más duro sacrificio - "en ca-
lidad de segundo General del Principado" llega el 5 de diciembre
de 1808 a las puertas de Barcelona ~-. y aceptando como triunfos
las derrotas de Llinás -16 de diciembr~ y Molins de Rey, le as-
ciende a Capitán General del Ejército y Principado catalán, y Ge-
neral en Jefe del mismo en Tarragona .l09; allí fortificará la defensa,
y aun osará embestir contra el enemigo 31~: éste "nunca se atrevió
a atacarle en Tarragona, mucho tiempo después le amenaza en Pont
de Goya entre Valls y Alcover", y entonces el bíblico Macabeo - I I
Mac. 11, 7- reencarna en nuestro general, si bien "el combate re-
sulta más brillante que feliz, de más valor que fortuna" 311 • Y "el
que no habia sabido jamás rendirse al enemigo" cae víctima de
la caridad: ella le alberga en su palacio -Casa del Arzobispo- 312,
a la vez que la Patria le encumbra en majestuosa pirámide el 1 de
junio de 1809 Ju.
Así, pues, 1809 fue próspero en reveses, mas el español medite-
rráneo conservaba todavía sus ideales; incluso los que unos meses
más tarde se afrancesarían: el Dr. D. Pascual Fita, Inquisidor hono-
rario de Córdoba. pronuncia el 22 de mayo un patriótico panegírico a
San Pascual Bailón -"cuyo solo nombre aterra a los enemigos del
altar y del trono" 31 ~; aún tiene valor para provocar a los "incré-
dulos" e insultar a los franceses como "implacables enemigos"; aún
porfia en "un golpe que sea la señal de la victoria que nos reserva
el Dios de los Ex:ércitos" 31s. Sólo han pasado doce meses, y el eco
de los mártires del Prado y la F1orida resuenan en todos los rinco-
nes hispánicos; su sangre legitimó la Revolución del 19 de marzo
y trasfundió nueva vida a España: de ahi el optimismo que acaba-
mos de ver.
La Suprema Junta Central del Reino también comprende el valor
de aquella sangre y el 3 de mayo dicta una cir~ular para solemnizar
el "primer aniversario". Volvemos, de nuevo, a Cuenca, y el magis-
tral catedralicio nos confirma es ta orden J l6 de la citz.da Junta Ceo-

307. ANÓNIMO. Capellán, Oración , 19.


308. ANóN'IMO. capellán. Oración, 20.
309. EsTAPER, Oración, 16. 18.
310. ANó NIMo. capellán, Oración 21.
311. EsTAPER, Oración, 18-19.
312. EsrAPI:R, Oración, 23; AN ÓNU10 . Capellan, Oración 25.
313. Esl'APER, Oración, 26.28.
314. FlTA, Sermón de S. P a.scual, p. 7.
315. FlTA, S. Pa.scual, 35. 37.
316. Lón :z: oc: t..\ Ftn:NTE, Oraci ón f únebre. Valencia, Mon!ort, 1809, p. 10.
142 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH
'
tral, en la que puedP. envanecerse todo buen patriota por su repre-
sentación soberana y democrática 317• Después de un preámbulo de
humildad personal 318, el orador se convierte en profeta, en transmi- l
i
sor de un mensaje de ultratumba: "por su fe, por su lealtad, por su
inocencia y por su glorioso martirio nos hablan estas almas jus-
tas; y como amantes de Dios, del Rey y de la Patria, nos envian des-
de el profundo del Purgatorio una Proclama, que yo a nombre suyo ·\
debo haceros presente desde la elevación de este púlpito: Acordáos
de nuestro juicio, porque así será el vuestro. Ayer a nosotros, y
hoy a vosotros". Luego, se percata de su coyuntura histórica, y su-
poniendo a Napoleón "ya agonizante", en lenguaje poco digno de
la cátedra sagrada vocifera: "¡Guerra, venganza y odio eterno!",
incitando a alistarse en el ejército, en cuadrillas, en partidas de
guerrilla, en "milicia honrada" o en "corso terrestre". Todo es líci-
1
to: la guerra santa; por ello, "devore en nuestros corazones el celo
de Dios y del decoro de su Santo Templo para la erección de la
SANTA CRUZADA: Santa, sí: dexadme que lo vuelva a repetir: Santa:
y tanto que la crítica más mordaz nada pueda oponer a ella que
no sea despreciable". No le importa la crítica: sólo el objetivo de
la guerra santa. En la que han de encuadrarse todos. Aun los sacer-
dotes: "A,listaos, pues, baxo de su Bandera Sacerdotes, Religiosos,
seculares, solteros y casados, honrándoos de llevar al pecho la Santa
Cruz, en que se obró la redención, y con la que triunfamos de todos
nuestros enemigos; porque si para defender el honor del atrope-
llado injustamente, todos, aun los Sacerdotes, debemos ser soldados;
para defender el honor de D ios uitrajado con tanta osadía, todos,
aun los legos, deben ser, o considerarse Sacerdotes". Todos "con
el escudo irresistible de la Cruz ro:w.", pues Dios está de nuestra
parte, pelea por n osotros, no "protege a la Francia"; nuestra. pren-
da son "los Mirandas, los Quiroses, los Oneilles, los Redings y demás
Oficiales que han fallecido en los combates, defendiendo gloriosa-
mente la Religión y la Patria" 319.
El mismo ideal de guerra santa, en idéntica conmemoración, se
proclama desde el cl~ustro de la R. Universidad de Cervera, el 21
de junio de 1809: el Dr. D. Agustín Torres predica la "oración fú-
nebre en el aniversario decretado por S. M. la Suprema Junta Cen-
tral por el reposo de las almas de los Españoles, asesinados en Ma-
drid por el Gobierno francés, el día 2 de mayo de 1808, y de los
que han perecido en la SANTA GUERRA, que sostiene la Nación contra

317. LÓPEZ DE LA FUE.'1TE, Oración, 5-6.


318. LóPEZ DE LA FUENTE, Oración, 3-4.
319. LÓPEZ DE LA FUENTE, Oración, 9. 24-26. 28-29.
RELIGLOStDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 143

el Emperador de los Franceses, Napoleón I" 320_ También levanta


el lábaro tridente, alentado por el "espíritu divino" que ha "encen-
dido" los pechos de los nuevos "hebreos" contra las "naciones idó-
latras", contra Godoy - "impío español"- y contra el "nuevo
código y constitución".
El grito de Daoiz y Velarde -"generoso par de amigos"- cede
ante el derrotismo de "unos ministros", y un "espantoso silencio"
se posa sobre la familia hispana. La esperanza renació en "los cam-
pos de Baylén, y dentro de la temática del clérigo de 1809 allí sólo
ve a un hombre, el legendario Reding. Y la esperanza cubrió toda
la geografía: Zaragoza -"Numancia de nuestro siglo"-, Valencia
-que consigue "tender en los suelos las legiones de Moncey, re-
volcándose en su sangre"-, y " la generosa Cataluña, inflamada con
todo el entusiasmo por la Religión, el Rey y la Patria". Tanto heroís-
mo, en cambio, no nivela la balanza de nuestra Independencia, de-
bido a la "nueva irrupción con que aquel monstruo de tantas cabe-
zas decretó en medio de sus furores vengar el alto desprecio que hizo
la España de su poder". Y lo más terrible : ha surgido el traidor;
por ello, se dirige a los héroes muertos: "descansad en paz, almas
grandes, para no ver cómo algunos españoles, insensibles a tantos
desastres capaces de romper los pedernales y arrancar lágrimas a
los mismos peñascos, han opuesto al primitivo ardor de toda la
nación una indolencia criminal, al amor de la causa pública los
cálculos mal ajustados del propio interés, a la grandeza de senti-
mientos la insensatez más estúpida, a la fidelidad la traición, al
espíritu de independencia la vileza de la esclavitud, al noble des-
precio de la muerte el torpe miedo de perder una vida de que son
indignos". Su conducta es fruto genuino de su postura desinteresada
de la vida, frente a los afrancesados quienes procuran conservarla,
pese a someterse a la nueva dinastía: recordemos que para ellos
se trata de un simple cambio de dinastía, similar al de 1700.
La nueva alianza con Inglaterra le hace vislumbrar -al clérigo-
un "hermoso iris", cuando todavía el firmamento se halla preñado
de nubes. Justo es, pues, reconocer su hondo patriotismo, como su
clara visión de la trascendencia del 2 de mayo : fue el E!picentro
del seismo mundial antinapoleónico: "Toda la Europa y Améric2, y
hasta la misma Asia, se ponen en movimiento, ilustradas con el
exemplo de la España y persuasión de nuestro incomparable Gobier-
no, que les ha abierto los ojos para ver todos los horrores que
abriga en s u negro corazón el tirano, y que no es inmortal, ni om-
320. TORRES, Oración fúnebr e. Cervera, Oficina de la R. y Pontificia Uni-
versidad, 1809, p. 1; el "Imprímase" lo firma el 27 de julio, en Cervera, el Can -
celario D. Ramón Lázaro de Dou, futuro primer presiden te de las Cortes ga-
ditanas.
144 .ALFREDO II!ARTINEZ ALBIACH

nipotente, ni invencible, y que se estrellará siempre chocando con


hombres que quieran conservar seriamente su libertad" .
También el acicate de heroísmo hispano que, en nueva oleada, se
presenta "otra vez al campo del honor'': Aragón, Navarra, Asturias,
Galicia. "La victoria amanece segunda vez con sereno rostro a la
España".
l
Ciertamente, admira tanto optimismo. Consciente de él, procura
infundirlo a "aquellas ciudades gimiendo baxo el yugo francés" con
explicita alusión de la " esclarecida Barcelona" y de sus "cinco már-
tires"; y a la vez alienta a la Suprema Junta Central, sita en Sevilla,
y a Fernando "ultrajado por un padre y vilipendiado por una des-
naturalizada madre".
Su optimísmo se confunde en un sueño dorado. Anhela un nuevo
orden, una nueva generación, un nuevo siglo, una nueva España.
Con un programa muy peculiar en lo social, en lo económico, en lo
político y en lo moral: la meta de la "Grande Revolución" iniciada
el19 de marzo de 1808. El siglo de oro hispano : "La España ... .fixará
su atención en los fundamentos de un nuevo orden, de una nueva
generación y de un nuevo siglo; mejorará sus leyes, corregirá los
vicios del gobierno que la babia conducido al precipicio, abrirá ca-
nales, restablecerá puertos; montará la marina, arreglará la dísci-
plina militar fomentará el comercio, honrará la agricultura, alen-
tará las ciencias y las artes, opondrá un muro de bronce a la
codicia, vicios y perfidias de nuestros malos vecinos, proscribirá
sus trages, sus modas, sus usos, su impiedad, y hasta la sospecho-
sa sabiduría de sus escritos, hará resplandecer y respetar el carác-
ter nacional entre las principales naciones del globo, y gozará un
alto grado de coru;ideración entre las potencias de primer orden.
Ls historia de los extraordinarios acontecimientos de la España lle-
ñará de asombro a todos los pueblos de la tierra. Por todo se dirá
con razón que de la sangre de las primeras vic~. y de en medio
de las más espantosas convulsiones y torbellinos ha renacido el
SIGLO DE oRo de su prosperidad y grandeza. .. Y la época de su ver-
dadero esplendor será la GRANDE REVOLUCIÓN, en que los padres, los
hijos. les hE:rmanos y los esposos habrán conquistado la libertad
de la patria. Grac Dios! Consumad la gran obra" 321 • Sólo Dios
podría realizar semejante obra. Un sueño dorado, irrealizable, ana-
crónico. Con absoluto desinterés hacia la auténtica y profunda
perspectiva intramundana.
Mas esa nueva España es vísta también por el Teólogo consultor
y Capellán de honor del Srnmo. Sr. Conde de Altamira, Presidente
de la Suprema Junta Gubernativa. Asi lo declara en la solemnidad

321. T O RRES, Oración, 11-12. 5- 6 .17-19. 22. 25- 28. 30-34. 36-41. 49. 53-54. 56.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCfEDAD BORBONIC.-\ 145-

del Corpus de 1809. Se siente profeta apocaliptico - Apoc. 21, 1-;


pronuncia estas inspiradas palabras: Vi un cielo nuevo y una tierra
nueva, porque el primer cielo y la primera tierra hablan desapare-
cido. Para evidenciar la realidad de su profecía, interpela al audi-
torio : " ¿Visteis toda nuestra Península, por espacio de 18 años
continuados, agitada con extremecimientos politicos y en triste ex-
pectativa de los estragos que amenazaba el fuego devorador que
ardía en sus entrañas? ¿No la habéis visto apavilada a principios
de 1808, qüando de repente se miró inundada de numerosas hues-
tes extrañas, cuyos aparatos de guerra le hacían temer una sorpre-
sa? ¿No tembló el dia dos de mayo, qüando rompió sobre nuestra
Capital el estampido de la crueldad más inaudita? ... " m.
Luego, vuelve a su arrobamiento místico; prosigue en la mani-
festación del oráculo. Un politico balance en torno a 1808: Godoy
y las "lisongeras esperanzas" de la Revolución; Trafalgar y la actual
alianza inglesa, que facilita nuestro comercio maritimo.
Distribuye - ya lo vimos en la nota 108 de este capítulo- en
tres etapas la historia nacional, "los caracteres del pueblo". En pri-
mer término, la España gloriosa, ideal, católica; nace con Recaredo
y, "no contenta con mantener el catolicismo puro" a través de Don
Pelayo, Alonso, Fruela, Ramiro, Sancho, Jaime y Fernando -"con
el noble empeño de purgarse de Judios y Moriscos"-, "supo mar-
char en Cruzadas a trasplantar el Arbol de la fe en los climas más
remotos". La Gran Nación, hasta el siglo xvm.
La segunda etapa surge en 1795: miserable, servil, de una dura-
ción de 18 años: privanza de Godoy. La "pobre España", en frase
del Conde de Floridablanca.
La última, y definitiva, es la actual, la "España regenerada", el
"Pueblo de Dios". Y por tanto, se dirige a Dios para que reconozca
a su pueblo : "Lealtad, amor y celo. Estas son, Señor, las tres divisas.
con que iniciasteis el Pueblo de Israel al mismo tiempo de formar-
lo. Fiel depositario de las leyes de su Dios, amante verdadero de su
Dios, defensor infati~able de los derechos de su Dios, son los carac-
teres por los que había de conocerse el Pueblo que eternamente
sería vuestro".
No pretende hacer historia, sino restablecer una vivencia pasa-
da, desandar dieciocho años, "regenerar" la nación. Y se enfrenta
a una ideología, divulgada por el "mayor herege", Napoleón. Desde
una curiosa amalgama de Altar y Trono de Fernando estudia las
proposiciones bonapartistas en materia religiosa: conservación de
nuestra religión y de nuest ros dogmas, inmutabilidad de nuestras
costumbres, perpetuidad de nuestras leyes, integridad de nuestro
322. GontRREZ PoLOP, Discurso. Valencia, Viuda de Peris, 1809, p . 5.
146 ALFREDO K.ARTINEZ ALBIACH

territorio, y la más completa felicidad. Las rechaza: "¡Pobre Espa-


ña! ¿Qué será de tu Altar si das crédito a las palabras de este So-
fista Impostor, el cual nos intima la renuncia de la R. Familia a la
Corona en favor de los Bonapartes?" Para desconfiar de sus prome-
sas, aduce frases y hechos del Emperador: el hombre de todas las
religiones, el que a nuestros Ritos llama superstición, el que se gloria
de respetar al falso Profeta, el que siente por base de su imperio la
licencia de vivir y la libertad de conciencia. Definitivamente, la liber-'-
tad religiosa resultaba inconcebible e irreconciliable con la tradi-
·Cional intolerancia española.
Por ello, cuando el "león" español sabe de la extinción de la In-
quisición, r uge en Valencia: "Viva la Religión, viva Fernando". No
le importa que Pamplona, Barcelona y Madrid se hallen bajo las
garras napoleónicas, pues hay un juramento a su Dios y a su Rey:
es el "Pueblo de su Dios", guarda con fidelidad la ley que recibieron
sus mayores -Deuteronomio, 4, 8--. Doce millones de hombres
claman "Libertad, Patria y Religión". Seiscientos mil guerreros reli-
_giosos se han levantado en quince días; también heroínas como la
zaragozana Manuela Sancho 323• Un recuento de fuerzas. Las fuerzas
del P ueblo de Dios.
No hay lugar a duda sobre la interpretación religiosa que la na-
ción dio, al menos durante el primer año, a su Guerra de la Inde-
pendencia. Precisamente la figura del Papa se une a la de Fernando
como bandera bélica. Ya lo observamos implicit.amente en los docu-
mentos estudiados; sin embargo, importa ahora profundizar en este
tema: prescindiendo de la amplia resonancia que todo lo pontifi-
cio tuvo tradicionalmente en España, en particular Pío VII 324, n o
olvidamos aquel emocionado sermón de Fray Vicente Facundo La-
baig: "Dios es nuestro protector cuando luchamos por romper las
cadenas del Santo Padre" 325; también recordamos la invocación
que el magistral sevillano dirige al Señor: "Mira, mira preso al
Vicario de Jesu-Cristo, sin Senado, sin CUria, sin dominios, des-
atendido, injuriado, tratado de un modo -.ril, indigno, sacrílego, sin
exemplo" 326• Mas centramos toda nuestra atención en los ropajes

323. G . POLOP, Discuso, 6-7. 9-17.


324. Hay abundante bibliografía en torno al Papa y a sus discursos . Sirva
como ejemplo lo siguiente : ANTCNIO DE VARGAS. canónígo de la S . L M . de Se-
villa, " El triunfo de la Religión y de la I g lesia sobre todos los enemigos":
Oración Eucharisti ca, 11 mayo 1800. Sevilla, Hijos de Hidalgo, 1800. P ío VII,
Homilía de la Nauid.a.d. de 1797, siendo carden al Obispo de Isola, traducida del
i taliano. Málaga, Carreras, 1800. Pío VII, Oración inagural del Consistorio de 28
d e marzo de 1800 en Venecia. Madrid, Ortega, 1801. Pío VII, .A.Wcución en el
Consistorio de 29 de octul1re d e 1804. Mála ga, M . de Aguilar, 1804. Etc.
325. LABAIG, Sermón, 18.
326. PEDRO MANUEL P RIE'!O, Sermón, 26 00\"iembre 1808. Sevilla, Imp. Ma-
yor, 1809, p. XXXIII.
R.ELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICJ. 147

biblicos con que el Dr. Gutiérrez y Polop inviste a Pio VII: otro
Daniel rodeado de leones; mediante esa imagen aftictiva eleva el
fervor hispano hacia el Papam, quien ya se habia captado el entu-
siasmo de los españoles en esta guerra a través de su Proclama, muy
difundida en toda la nación. Les decía así: "Amados hijos: ... Le-
vantaos y pelead como David contra el imperioso Goliat de nues-
tros tiempos. Valerosos españoles, hijos de la Iglesia, venid y rom-
ped las cadenas de vuestro P astor. Ya mi corazón me asegura de
vuestra sensibilidad; nos os detengais; levantad el estandarte de
la fe ... Ah! ¡con qüánto gozo sabrá el Católico Fernando la intrepi-
dez y heroica lealtad de sus vasallos! La estrecha situación a que,
com o Yo, se ve destinado, impide los medios de manifestar los
.sentimientos de su magnánimo corazón. No tengo aliento para
decir. Si no sobreviviere a la calamidad, y derramaseis vuestra san-
gre por la Religión, por vuestra Patria y vuestro Monarca, a quien
pido que colme el Cielo de felicidad, el mundo será testigo de mi
gratitud" lll.
El mencionado Diario de Tarragona (pág. 124) completaba las
palabras ponti!icias sobre el carácter sagrado de la guerra con estas
dos preguntas y consiguientes r espuestas del Catecismo Patriótico:
"P. -Pero si al fin hemos de sacrificar con guerra nuestra vida y
nuestra hacienda; qué bienes nos vienen por ella?
R. -Con la guerra tan justa que tenemos, vamos a conservar
nuestra Santa Religión, nuestra libertad y nuestros bienes.
P.- ¿Perderíamos acaso la Religión Católica, si mandara Na-
poleón?
R. - Sí; porque habria en España Judíos, Moros, Hereges de to-
das clases, Ateístas, y tendriamos la misma fe que tienen ellos, y
nuestros sagrados Templos servirian para lo que han servido en los
pueblos en que han entrado los exércitos franceses".
Las palabras del Papa daban el espaldarazo de la guerra santa
de España contra Napoleón, y el predicador de la mis:na en un singu-
lar juego de palabras mezcla los ultrajes inferidos a las cabe7.as vi-
sible e invisible de la Iglesia, junto con su habitual amalgama de
.1\.ltar y Trono: N'..ataró, Molins de Rey, Córdoba, Jaén, Rioseco;
Salt, Bruch, San Lamberto y Santa Fe de Zaragoza, Valencia y Ma-
drid serán cargos contra el "sacrílego" Bonaparte 329•
También "blasfemo". Es francamente peculiar el comentario que
el clérigo hizo de las proclamas napoleónicas: las enmarca en una

327. G . POLOP, Discurso, 19.


328. Pío VII, Proclama.: Separata del Diario de Tarragona. jueves 1 de
diciembre de 1808, p . 124: Extracto de la Gazeta de Gibraltar del 15 de octu-
bre. Cfr. n . 64.
329. G. POLOP, Discurso, 19-20.
148 ALFREDO MIIRTINEZ /I..LBIACH

anti-teologia, extraña sin duda a la mente imperial. Se le toma por


un Anticristo, con atributos divinos. Una imagen enteramente fami-
liar para un asiduo lector de los sermonarios de la Guerra de la
Independencia. En realidad, un "aggiornamento" de la doctrina
agustiniana de las Dos Ciudades, y España representa la de Dios
frente a la del Anticristo: "Esos nombres de blasfemia con que
se presenta el Tirano para aterrar; esa sacrílega usurpación de atri-
butos que hace a vuestra Divinidad -se dirige al Señor Dios-,
sólo servirán para empeñar más a este Pueblo en la venganza .. . Mas
¿cómo podrás -interpela ahora al Pueblo de Dios- resistir a un
enemigo que se dice "todopoderoso, invulnerable, irresistible, in-
vencible"? ¿A un enemigo que se jacta de tener "el poder y la vo-
luntad de vencer todos los obstáculos" - Proclama de Napoleón des-
de su Campo Imperial delante de Madrid, de 4 de diciembre-, que
es "terrible como fuego del Cielo" -Proclama a los Soldados de
tierra y mar del Mediterráneo- y que viene a ti con todo el apa-
rato de una Deidad vengadora? ... ¿"Todopoderoso", dice España
inftamada en santo celo: "todopoderoso", un vil insecto que se ha
levantado del polvo? ¿"invulnerable", el que tímido se encaxona
en las cvrazas? ¿"irresistible", el superado por una pasión vergon-
zosa? ¿"invencible", el "cobarde" que obra siempre con alevosia?
¿"vencedor de todos los obstáculos", el que no puede vencerse a sí
mismo? ¿"y fuego baxado del Cielo" una chispa oscura del infierno?
¿Qué dices, sacrílego Bonaparte? ¿No sabes que yo no reconozco
otro Omnipotente que a un solo Dios?"
En esta alineación de mitos sacro-bélicos, en que privaba Re-
ding como sinónimo de victoria y Pío VII como definidor de la gue-
rra santa, acaba. de elaborar el de Napoleón, cuyas frases ha tergi-
versado para amañar una anti- teologoia, que completa la teologiza-
ción de su guerra. Si la sangre del Dos de Mayo sirvió para legitimar
la Revolución del 19 de marw, la tenaz y heroica Guerra de la
Independencia venía a. legalizarla, a introducirla en unos cauces
legales; al término de la misma ya nadie se acordarla del reinado
de Carios IV. Por eso resulta general --casi un tópico- recordar
en todos los sermones la fec!la de la Revolución, obra de ..tu Dios",
cuya providencia ha continuado en España "modificando" todas
las Juntas de Provincia en la Suprema Gubernativa, bajo la presi-
dencia sucesiva de Floridablanca y Altamíra. I.,crualmente, "tu Dios
inspiró" la alianza con la "generosa" Inglaterra, "salvó" a Valen-
cia el anterior 28 de junio, triunfó en Bailén, infundió el valor
"numantino-saguntino" a Zaragoza y "resucitó el patriotismo" a
los generales - una larga lista encabezada, como era de esperar,
por Reding-. Dios protege a España, reserva sólo a ella la gloria
---
RELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 149

de abatir el orgullo del "más soberbio de !os hombres": h"bertado-


ra de sí misma, salvadora del continente y regeneradora del universo.
Confiada, se abandona a la providencia divina, impetrando la
conservación de "los dos preciosos sn:n: de nuestro siglo" -Pío y
Fernando-. Sobre ambos lanza una lluvia de nombres veterotes-
tamentarios -Ele.á zaro, David, Salomón, Josfas-, mientras ana-
tematiza al "Hombre de muchos Dioses", rival del "Uno solo Om-
nipotente".uo. España, al fin, ingresa en su tercera -recordemos la
tripartita división de la historia patria según el Dr. Gutiérrez Po-
lop, teólogo consultor y Capellán de honor del Conde de Altamira,
presidente de la Junta Central Gubernativa- y decisiva etapa his-
tórica. Ya es la España Regenerada. Con sus triunfos de marchamo
inglés, celebrados en toda España. Como muestra elegimos el pa-
negirico de un "mitad monje y mitad soldado", el Cura Párroco
de Santa Ana de Sevilla y Capitán de Artilleros voluntarios de la
misma ciudad. Rápidamente se pone en trance, en situación. En
situación teológica: "El Dios de las misericordias, en Talavera, ha
destrozado a los Victores, Soules, Neyes, Loysones y demás qüa-
drillas de vandidos, que insultan nuestra tranquilidad, profanan
nuestros templos ... " 331 • Un triunfo memorable: "ha sido derrotado
un exército de 40.000 infantes y 7.000 de a caballo con nuestros es-
forzados y valientes guerreros los Excmos. Srs. D. Gregorio de la
Cuesta y Sir Arturo Wellesley, Inglés".
La victoria les espolea, reiterando los tópicos: defensa de la
religión frente a los ateos, materialistas y francmasones; recuerdo
de Fernando "cautivo en Francia''; admiración para con la "gene-
rosa" Inglaterra; y desprecio al "infame código". Y Bailén, en nue-
va y curiosa versión -venganza divina por haber ahorcado en
Córdoba la imagen de San Ellas, cuyo aserto trata de acreditarlo
documentalmente: "consta de cartas de sugetos de autoridad y ver-
dad de Córdoba, que conservo en mi poder" m.

b)) En 1810
l . - Llegamos a Ja campaña de 1810. Tu vi) su héroe. el de turno.
A Reding sustituyó el Marqués de la Romana. El clérigo aún lamen-
tará en 1815 que no se haya valorado la "sabia" ca:npaña del año
10, "ni en España ni en Europa", como se merece. No sólo descu-
brió nuevos valores; preside -con Bailén y Moscú- el podium de
la contienda napoleónica. Siempre, naturalmente, cabe la sombra
de la Providencia divina. Bailén fue el reactivo que Dios nos ofre-
330. G . POLOP, D iscurso, 21. 25-28.
331. G1u:s, Sermón. 6 agost~ de 1809. Sevilla. Viuda de Vúquez, 1809, p. 2.
332. GII.ES, Sennón, 7-8. 11-12.
1!>0 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH 1
ció despnés de Tilsit y la coronación de José I en Madrid; ~
obra del " ángel tutelar que vela sobre las naciones"; y en el inter-
medio, la esperanza providencial de Torresvedrás, "presagio pre-
cursor de la restauración de Europa" m_
No podía faltar la metempsicosis hispana. El espiritu de Vi- 1
riato se reencarna en el héroe mallorquín para las acciones milita-
res en los países del Norte 334, y en la liberación de Galicia m; y el
de Anibal para Torresvedrás, dejando a Masena "abandonado a la
desesperación" y compartiendo con Wellington "la gloria de sus
triunfos" 336.
Los personajes históricos, en cambio, no satisfacen al orador
sagrado: recurre a la Biblia para imponerle el más adecuado
dentro del ambiente religioso: " El Español Judas Macabeo". Tal
es el tema del discurso fúnebre que Novelda ofrenda a su señor;
aqui más en familia, se pul;>licará el verdadero diagnóstico de la
enfermedad del Marqués 337, que soslayarán sus paisanos después
en las solemnes honras funerarias cumplimentando el decreto de
las Cortes m.
2.- 1810 no detentó UD mito en exclusiva. La Marina presentó su
candidato con apoyo del eclesiástico: éste necesita UD personaje
para su ideología -La Romana "entre tiros de bombas y pesadas
balas de malicia, no pudiendo sobrevivir a s u honra pública e im-
punemente vulnerada, falleció de espasmo, sufocación al pecho y
executiva muerte" m_; aquélla, los elogios del púlpito. El elegido
es D. Pedro de Cárdenas, Teniente General de la R. Armada, Ca-
pitán General del Departame::lto de Cádiz. El elogio fúnebre adere-
za un nostálgico recuerdo de la historia hispana desde 1732 - fecha
del nacimiento de Cá rdenas-; época gloriosa para el integrismo ca-
tólico frente a la libertad religio~ : pri...mera parte de la historia pa-
tria según Gutíérrez Polop y sueño dorado del púlpito en la Guerra
de la Independencia. Aquel tiempo, el ideal al que hay que volver; y
Cárdenas, el modelo: en sus viajes a Holanda, en 1756 y 1760, "supo
conservar la pureza de su fe en la corrompida atmósfera de esos
paises desgraciados, donde la libertad de conciencia ha da.do entra-
da a toda clase de ahsurdos y no ha dexado ct!o !reno <\ los críme-
nes que el temor de lÓs hombres. Si el poder o la astucia pueden

333. ALFARO, Oración, 16. 56-57.


334. MARIANo AliAD, El Español Judas Macabeo. Oración jú.nebre a La Ro-
nta114. Alicante, Vi uda de España, 1811, p . 17. 19-20; RULLAN, Oración fúnebre
a La Roma114. Mallorca, Serrá, 1811, p. 10. 13; ALFARO, Oración, 57-58.
335. AliAD, Oración, 20-21 ;RULLAN, Oración, 13-14; ALFARO, Oración, 58-59.
336. ABAD, Oración, 22-23;ALFARO, 16-17. 59. 61-63.
337. AliAD, Oración, 23.
338. RULLAN, Oración, 16. 6.
339. RULLAN, O ración, 23.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON!CA 151

r burlar la vigilancia de las leyes, como a menudo consiguen, nada


hay prohibido a las pasiones. Dos veces comisionado en la conduc-
ción de caudales para el Banco pasó a Holanda, en 1756 en la Fra-
gata Industria, y en 1760 en la Venganza, y derramando lágrimas
sobre un terreno estéril, regado inútilmente con la sangre de nues-
tros Abuelos, supo conservar la pureza del Catolicismo entre esa
multitud de ponzoñosas Vivoras que ha brotado el abismo en todos
los siglos y parece haber encontrado un asilo, análogo a sus ideas
y origen de aquellas regiones pantanosas. ¡Ay! ¡Cómo quisiera yo,
Señor, que esos guerreros impios, más por moda que por conven-
cimiento, procurasen, a imitación de este difunto Xefe, estudiar los
principios de la Religión antes de decidirse a tomar un partido, en
que aventuran nada menos que su salud eterna!" 340.
En la R. Isla de León se han enfrentado dos ideologías con sus
respectivas vigencias normativas y posturas frente al mundo. El
fraile -Fray José M.a Laso de la Vega- se aferra a este héroe le-
gendario; sin embargo, deslumbrado en su oposición al "libertinage",
manosea excesivamente los méritos del General, y su retrato se
concierte en caricatura, el catolicismo del marino degenera en ac-
tividad de sacristán: "un General dexar la espada y bastón para
tomar la Cruz y dirixir los exercicios religiosos, alistándose, fo-
mentando, estableciendo esta Hermandad del Santo Christo de la
Espiración, sita en esta Iglesia -de San Francisco-" 34 1•
3. - El clérigo ha quedado completamente desazonado, al no po-
der exhibir un modelo atractivo, encantador, sugestivo. La tensión de
nervios a que le sujeta la otra ideologla dentro del cerco gaditano,
le empuja a una solución extrema: presentar al Rey Fernando
como ejemplar .del integrismo católico.
El 25 de junio de 1810, se recibe con L"lusitado regocijo al Ca-
pellán de honor y confesor regio, Bias Ostolaza; rápidamente per-
cibe el estado del problema ideológico-social, y con su habitual
osadía acepta el encargo. Un mes más tarde, el 25 de julio, en la
Igl~ia de los carmelitas áe Cádiz, lanza su "sermón patriótico-
moral". Se le sobrevalorará de un modo inim.a...ainable. Un éxito
editorial: se reimprime, por ejemplo, en Valencia en 1811, y en
1814 Juan José Sigüenza y Vera imprimirá la sexta edición, regen-
tando la madrileña imprenta de la Compañia, sin contar las edi-
ciones del burgalés Ramón Villanueva, etc. Un auténtico ''bestseller".
Las páginas del sermón son absorbidas con mayor fruición que
una fascinante novela. Son más que eso: la historia, la vida de "su

340. LAso DE LA VEGI\, Elogio fúnebre a Cárdenas. Isla de León, M . Segoviar


1811, p . 17-18.
341 . LAso DE LA VEGA, Elogio, 22.
152 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

Fernando". El autor revela su intención, plenamente acorde con


la sed popular: "como los enemigos de Dios, que son los del desea-
do Fe.m ando, no hacen sino esparcir libelos y especies falsas para
desacreditarlo en el pueblo santo que le adora". "El primer elogio
que se ha hecho del Rey más interesante". No obstante, dificulta-
des insuperables retrasaron la publicación de aquel "trabajo" - " tres
semanas invirtió para escribirlo y estudiarlo"- hasta el 30 de no-
viembre, "a pesar de que estuvo pronto para imprimirse a los ocho
dias de haberse pronunciado". En el prólogo añadia bibliografía
-de que era autor- "con el mismo objeto de dar al público una
justa idea de lo que es nuestro amable Monarca y su heroyco her-
mano el Sr. Infante Don Carlos" 342.
Treinta y seis páginas recogen todo el sermón, al que "no le ha
enmendado alguna palabra o cláusula de las que lo componían
qüando se pronunció". Los ocho dias después de la predicación los
empleó en redactar veintiocho ·notas, que enriquecen, históricamen-
te, la oración sagrada en veintinueve páginas -de la 36 a la 64-.
Consciente del abuso que sus colegas en el púlpito han hecho
·de las citas veterotestamentarias, inicia su proclama con San Juan
-15, 13--. Erige a Fernando en héroe de la caridad: dio la vida
por sus semejantes. Trata de recuperar el campo perdido por el
clérigo, el de la caridad - I Cor, 13, 4- y el de la hUI!lanÍdad, de-
tentado por "la filosofía destructora de este siglo de tinieblas, que
.se llaman, por ironía, de las luces" 343• Fernando -prodigiosamen-
te por Dios preservado de la envidia de Carlos III, su abuelo, y de
envenenamientos, enfermedades y atentados 344_ es el buen pas-
tor --Juan 10, 11- que "se sacrificó en Bayona por evitar la efusión
de la sangre de sus amados vasallos". Y con exagerado patetismo
describe la llegada a Valenl(ay y "los lazos que allí se le prepara-
Ion al inocente perseguido David". Imposible soslayar la vigencia
temática del Antiguo Testamento; incapaz de enfrentarse con la

342. Osrou.zA, Sermón. Valencia, Monfort, 1811. Prólogo: "tiene el autor


otras qüatro obras para la prensa, y son las siguientes: "El alma al pie de la
cruz", escrita en Valenc;ay para uso del Rey; "La verdade.-a. filosofía del alma",
para uso del Sr. Infante Don Carlos; " La oracióu que hace el Rey diariamen-
te" y "La visita al Stmo. Sacramento" que hace S. M. todos los dias. Todas
estas habrlan visto la luz pública, si hubiese logrado su Autor la protección
que creyó tener de los Españoles". La Imprenta de la Compañía las publi-
cará en 1814. Sirva para conocer el temario, la siguiente "tabla de los capítulos
contenidos" en "Verdadera filosofía del alma": cap. I . - SObre el fin del hom-
bre (pág. 6-9>; c. II. - SObre la dedicación a trabajar en la salvación del
alma (10-12) ; etc. En realidad, un comentario sobre los Ejercicios de San I g-
nacio de Loyola con una ext;E:nsión de 155 páginas.
343. OsTou.zA, Sennón de 1810, 1-2.
RZLICIOSIDA.J) HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 153

realidad de Fernando, le mitifica con ropaje bíblico, a la par que


escamotea la verdad histórica 344 •
Vanas todas las asechanzas: la providencia divina preside los
compromisos de Fernando y auxilia su virtud, y le preserva de
falaces propuestas y de la "compañia de cómicos·•, de espías y
saqueos. También él se hacía digno de semejante protección: des-
de su infancia, y con caridad heroica para con sus padres, reencar-
nando a J osías y San Martín.
El orador se inmiscuye en vida tan maravillosa y evoca, enva-
necido, las palabras que le dirigió personalmente el anterior Jueves
Santo; este privilegio le sirve de pedestal para enfrentarse a sus com-
pañeros del Congreso, los diputados: él os dio la libertad y vosotros
debéis sacarlo de la prisión, no dando oídos a las calumnias; él es
un puro y rancio español que aborrece todo lo que huele a francés
y a su "humanidad". El juego de palabras en torno a la libertad
supone una correlación casi contradictoria: a la libertad individual
del rey corresponde la libertad de la nación -no de la de los dere-
chos p ersonales defendidos en las Cortes gaditanas-. Libertad, si-
nónimo de independencia nacional frente a Napoleón. El orador,
pues, prefiere hablar de la libertad que "toma raíces sobre la ruina
de los cadáveres humanos y que se levanta regada con la sangre Y'
las lágrimas de los malos" -piensa en los afrancesados y similares-.
No olvidemos, en cambio, su asentimiento a las Cortes y a la
"sabia y justa Regencia, formada sobre las ideas de Fernando y
con arreglo a nuestra legislación" : en 1814 hubiese querido no
l!aber pronunciado tales frases; pero en 1810 las necesitaba para
captarse el auditorio y poder ofrecer el ejemplar fernandino al ca-
tolicismo integrista; sobre todo, al pueblo. A él dirige la exhorta-
ción: ''vale mejor el morir con honor, que vivir en la servidumbre
inf&.me que os amenaza"; le excita con el patriotismo de fugitivos
de prisiones franceses, mujeres, mutilados, gaditanos y americanos,
en contraste con los "traidores" afrancesados. Todos son útiles para
la patria: "principalmente denunciando a los traidores y sospecho-
sos y a todos los que esparcen falsos rumores o noticias adversas
con el á nima de extinguir el fuego nacional: estos oficios son dig-
nos de un verdadero español, obligan en conciencia y los consagra
la religión".
En su mentalidad religiosa despierta a Dios -salmo 73, 2,- a
fin de que destruya a "sus enemigos". Estos se caracterizan por los
siguientes rasgos: abusos de los soldados protestantes, prisión del
Papa, abolición de los institutos monásticos, extinción de la In-

344. I ZQUIERDO HERNÁNDEZ, Antecedentes y comienzos de Fernando VII, 354-


359. 415-437. 551-700.
.R•LJCi OSIDAD U ISP.\ ~.\ ... - ll
154 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

quisición, persecución de los clérigos, tolerancia religiosa, cuya


"quinta esencia" es la francmasonería. "Haced que vuestros vecinos
tengan que padecer mucho más que lo que nos han dado que su-
frir ... : así exclama Fernando". -Proféticas palabras para 1814 y
1823-. A la lucha, con las "conciencias purificadas", como nuestros
antepasados con los sarracenos: "El Dios de los Exércitos bendecía
entonces los debates, y asistía a ellos nuestro Apóstol Protector,
porque se expiaban antes los delitos que habían excitado la indig-
nación divina".
Dos años de guerra y nos hallamos en el mismo sitio de parti-
da, el profetismo. Con su diagnóstico moral a un problema socio-
político-militar. El pueblo español rompió la alianza sinaítica con
"nuevas" costumbres e ideas, y debe expiar su falta. La imagen de
Dios que nos pincela el predicador, es terrorífica, espantosa; incom-
prensiblemente airada frente al lujo, la moda y la "marcialidad
francesa". "Vosotros conocisteis con qüánta justicia sois condena-
dos a las penalidades que os afligen : el Señor escuchó el clamor
de esos delitos, juró vengar sus oprobios". La "filosofía francma-
sónica" se enfrenta al altar e "intenta descatolizam os para arrojar-
nos en los abismos de la revolución". Contra aquélla luchamos:
"por la fe, por la patria y por el rey".
El orador sagrado clama al Señor -Salmo 10, 17- , persuadido
de "que la oración y gemidos de las almas inocentes abren más
brecha que un cañón de artillería, y deciden de la suerte de los es-
tados mejor que los planes formados en los gabinetes de los polí-
ticos". Y como esbozando el programa de la obra divina, dirige la
recomendación final: "Descubrir a vuestros enemigos domésticos,
que minan en secreto el edificio de nuestra libertad; confundid a
los apóstatas de la patria, y que vuestro ángel extermine los Asirios
enemigos de vuestro pueblo, para que con plena seguridad cantemos
vuestros cantares aquí y después en la celestial Sión. Amén".
En su última nota, Blas Ostolaza siente no haber sido más ex-
plicito en su se.rmón; aspira a q¡;e el lector le comprenda perfecta-
mente: "nadie puede dudar después de estcs datos que la presente
guerra no sea sino de r eligión". Empecinado en tal empresa, sale
al paso de "algunos que critican y murmuran la conducta de los
heroycos eclesiást icos que se arman y se sacrifican por la defen-
sa de la f e": un "deber propio de todo fiel". Como ejemplar reitera
la figura del Angel Exterminador: "Dios mismo no creyó indecente
en un ángel suyo el oficio de exterminar a ciento ochenta y cinco
mil asirios". El orador se reconoce inferior a San Bernardo y envi-
dia "su espíritu para unirlos todos en una santa Cr uzada".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 155

Ostolaza, que en 1810 se enorgullece de ser Diputado en Cortes


-el primer titulo que añade a su nombre en la impresión de este
sermón-, aspira a algo más que avivar el fuego sacrobélico. No
olvida la misión encomendada: pregonar un ideal personificado del
integrismo católico. Para valorizar su posición de testigo de excep-
ción, describe su fortuito encuentro con Fernando en San Sebas-
tián 345• Y he ahí su sugestivo ejemplar, envuelto en ropaje biblico
y en una mezcla de datos verídicos y ficticios; con él soluciona el
segundo binomio Ferna.ndo=Independencia nacional: a la libertad
individual del rey corresponde la libertad de la nación, no la de
los derechos de la persona humana propugnados en las Cortes ga-
ditanas. Identifica su ideología de guerra santa con el español "ran-
cio", opuesto al liberal, contra quien emprenderá nueva lucha, o me-
jor, proseguirá la Revolución iniciada el 19 de marzo de 1808
contra el simbolo de Basilea, es, decir, contra el enciclopedismo,
contra el "libertino".
El sermón de Ostolaza, Capellán de honor y Confesor del rey,
equivale a una confirmación regia de la ideología.
4. - Todos los predicadores se gloriarán en ser sus resonadores.
Copiarán -y divulgarán- con voracidad impar la oración sa.,arada y,
especialmente, sus notas. Dos- meses después, el tornavoz del púl-
pito carmelita de Cádiz difundirá el eco retenido de Ostolaza por
medio de Fray Pablo de la Concepción: porfía en encajar el sentido
de guerra de religión, y apela a lo oído y visto por los refugiados
en la isla gaditana; tales son los testimonios: "Jesucristo rodando por
los suelos, destrozados sus ta~culos, derribados sus altares .. . ,
las Sagradas formas arrojadas al suelo, puestas en venta con irri-
sión... Y qué hemos de pensar de aquellos espurios Españoles, que
a sabiendas de los ultrages comel;idos contra su Dios, no temen
sujetarse al dominio de los que los cometen, y reverenciar por Xefes
y Señores a los que tan abiertamente tienen declarada la guerra
contra el Señor y contra su Cristo" ll6.
Inconcebible -para el fraile- la actitud de los afrancesados.
No se ajustan al esquema que tiene para los ''mores socialez" dentro
de su triple módulo: Dios, Patria y Rey. No encaJan en su ideologia
de guerra santa.

345. OSroLAz.~. Sermón de 1810, 5-64.


346. PABLO DE LA CONCEPCIÓN, Sermón. Cádiz, Murguia, 1810, p . VTII. XVI-
XVII.
r

C) GUERRA CONTRA EL LIBERALISMO

a) Origen
Aunque aparezcan muchos puntos de contacto con las preceden-
tes guerras estudiadas, vamos a tratar de separa rlas para entender
mejor el problema planteado y evitar malas interpretaciones. Ade-
más, el clérigo de la Guerra de la Independencia subrayó intencio-
nadamente el nombre de Napoleón, para cubrir una ideología contra
la que en realidad luchaba. Para el pueblo español la guerra anti-
bonapartista era una necesidad vital -de independencia-; para el
clérigo, una bandera a fin de reclutar elementos y poder batallar con-
tra su auténtico enemigo. Mas no nos precipitemos. Veamos el ori-
gen y planteamiento de esta guerra anti-liberal.
El miércoles después del primer domingo cuaresmal de 1751, el
P . Nicolás Gallo delata en presencia del Supremo Consejo de la In-
quisión al "libertino", al "Espíritu del Libertinage y d.issolución,
que va corrompiendo la moral y las costumbres de toda la Nación"
con su "critica religiosa, impía, irracional, cruel" 3{7.
Fue méritc del P . Gallo reconocer la personalidad jurídica, per-
sonalizar unos fenómenos sociales - lujo, diversiones, ·•relaxación",
etcétera-. Ya no se les considera como entes abstractos, ni como
un ambiente. Sino un "espiritu" viviente, que piensa, habla, critica
y actúa. Capaz de ser un enemigo. Y como a tal se le acusa.
Pero este adversa!ic se au totitula de "espíritu fuerte", término
que desagrada al aclesiástico: el arzobispo tarraconense, Fray Fran-
cisco Armañá , embiste contra él: "Jáctanse soberbios de su soñada
fortaleza esos filósofos presumidos, esos hombres arrogantes, que
no sé si por vanidad o por ironía se apropiaron el pomposo renom-
bre de espíritus fuertes, al paso que se dejan sujetar miserablemen-
te de las más viles pasiones" 348•
El personaje es muy reciente en España: "aunque, por la mise-
ricordia de Dios, no sea nuestra nación la que más .tenga que llorar
estos desórdenes -de disolución y libertinage-, reconocemos, sin
embargo, que mucha parte de la juwmtud empieza a imbuirse en los
principios de una sabiduría que no viene de lo alto, sino que es
terrena, animal y diabólica" 349•

347. GALLO, Sermones, I. 60-61. 79.


34S. ARW.ÑA, Sennones, IT, 518.
349. CARDENAL BORBÓN, CarUL al Clero Regular y Secular de Toledo, 22
mayo 1802: SANTANDER. Retiro Espiritual, p . XV-XVII.
RELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 157

¿En qué consiste el delito de disolucjón y libertinaje? Han inven-


tado caminos fáciles para ir al cielo y al mundo: ''Supo el amor
propio inventar caminos más fáciles, que puedan llamarse de la
moda, para ir al cielo con toda comodidad, asistiendo con frecuen-
cia en el templo al santo sacrificio de la Misa, aunque sea con el
corazón puesto en otros objetivos más ajenos de tan sagrado lugar
y de tan tremendo sacrificio; rezando cada dia bien o mal el santo
rosario; confesando y comulgando algunas veces al año como por
costumbre; dando algunas limosnas y practicando ciertos actos de
piedad nada costosos; pero todo sin perjuicio de los propios gustos;
sin dejar el juego, el baile, los convites, las visitas y diversiones
plausibles, aunque sean peligrosas, y tal vez indecentes, ni las mo-
das por más que sean ridículas y profanas; regalándose bien, ate-
sorando riquezas con insaciable codicia, buscando con ambición las
honras por cualesquiera medios; caminando a un tiempo según la
expresión del Profeta -m Reyes, 18, 21-, por ambos lados, de-
recho y siniestro; esto es, para el cielo, y para el mundo" 350• Tal sim-
biosis es catalogada como idolatría lSI, venida de más allá de los
Pirineos.
Justamente esa i.nft.uencia extranjera es lo que más duele al clé-
rigo, quien ve perjudicada a España, al pueblo de Dios; esa viña de
Dios "abrassada por la concupiscencia, descepada por la disolución,
descercada, sin vástagos, sin hojas de su piedad anti,.oua, por no sé
qué Fiera singular de mal ejemplo, contraído del trato de otras
Naciones más libres" m.
¿Dónde? En un prir!ler momento, de Inglaterra: "V. E. -se diri-
ge el P. Gallo al Supremo Consejo de Indias m_ sabe qüantos li-
bertinos e incrédulos se ocultan en Inglaterra con el nombre de
Naturalistas". Después, de Francia: "Muchos revienta."l de curio-
sos, muchos flaquean por la venida de eruditos. Contemplando que
toda la ciencia está en Francia., se echan a leer sin discernimiento,
ni juicio, qüantos libros vienen de aquel Pais. Los buscan, los soli-
citan, y aun los pagan a peso de plata. Después que los consiguen,
se engolfan en sus lecturas; y sea bueno o malo, lo que vieue de
ellos lo celebran, porque está en F!'ancés... Enamorados de tales
Maestros -Rosó y Voltér-, juran con tal tesón en su texto, que
ni el de la Escritura, ni el de los COncilios, ni el de los Padres, lli
aun el de sus mismos sentidos les pueden hacer volver atrás" 354.

350. ARMAÑA, St!1'7TWTLeS, n, 319-320.


351. ARMAÑA, St!1'7TWTLeS, n, 387-388. 395.
352. GAU.O, Sernumes, I, 107.
353. GA.UO, SeT17Wnes, ll, 288-289.
354. BOCANEGRA, Arzobispo de Santiago, Pa.storal " Saludc.ble m edicina",
252-25>1.
158 ALFRZDO MARTfNEZ ALBlACH

Sin embargo, el "libertino" español es cristiano. Lo reconoce el


clérigo: "Ha recibido el santo bautismo y educado en el gremio de
la Iglesia" m; también el mismo "libertino": "nacimos hijos de la
Iglesia, y nos va demasiado con ganar o perder un alma" 356.
La tensión crece, y el dia de San Agustín de 1776, el Inquisidor
General, D. Felipe Bertrán, condena y excomulga al "libertino" 357,
y en la fiesta de Sto. Tomás de Aquino del año siguiente le declara
la guerra 3S8, en la que interviene 3S9 rápidamente el Arzobispo de
Santiago, Mons. Bocanegra, con sus célebres Pastorales "Contra el
libertinage" y "Saludable medicina", de 1777 y 1778 -29 enero-,
respectivamente. Estalla la "guerra santa", y el Arzobispo de Santia-

355. AlwAÑA, Sermones, I, 163-164.


356. GALLO, Sermones, n.
292-293
357. BERTRÁN, Sermón de San Agustín, p. 13-14. 36-40: "Quisiera yo ahora
preguntar a los Sabios del siglo y espíritus sublimes, a quienes la superiori-
dad del ingenio eleva sobre el resto de los demás hombres: ¿Si hacen mejor
uso que Agustino de estos dones? ... ¡O lamentable trastorno de la presunción
y sobervia en tan superiores ingenios! Unos espíritus tan ilustrados, que de-
bian apoyar la Fe, son el escollo y ruina de 'ella... Diría a más de esto a los
incrédulos, rebeldes a la luz y al Evangelio de Jesu-Crisi.o, cuya Religión es
no tener ninguna ... ¿Quién os ha dementado para que dexando la Santa Re-
ligión de vuestros mayores, y en que habeis sido educados, confirmada con
tantos milagros, abraceis los devaneos de pervertidos Filósofos? La corrupción
de vuestras costun:mres es la raiz de todo, porque fácilmente se pervierte el
entendimiento del que tiene mui corrumpida la voluntad. Sois Libertinos, y de
:pervesisimas costumbres... No reparais en leer los perversos libros de los más
crueles enemigos de la Religión Católica... ¡O insensatos! ¿Acaso pueden te-
ner cotejo esos sabios con los que han florecido en nuestra Religión? ... ¡O te-
merarios y audaces! Blasfemais todo lo que ignorais... ".
358. BERTRÁN, Sermó:-~, de Sto. Thomás de Aquino, 30. 33-34: "Thomás de-
-claró la guerra, y peleó contra todos: contra los Ateístas, contra los Filósofos
y Sofistas, contra los Hereges e Impíos, contra los enemigos de los siglos pre-
sentes y contra los enemigos de los siglos venideros, porque escribió bien de
tod.o y contra todos... Es cosa muy lamentable ver a tantas Naciones, q11e se
tienen por cultas, y presumen haver penetrado todos los secretos de la natu-
raleza, y registrado todos los siglos anteriores, y qüanto en ellos ha sucedido,
vivir embueltas en tinieblas más densas que las de Egipto ... Y no sólo viven en
tan densas tinieblas, sine. que intentan embolber a todo el mundo en ellas, y
apagar la Fe en los Reynos más Católicos, por medio de perniciosos libros que
esparcen, cubriendo el veneno que llevan embuelto con el velo de una pompo-
sa erudición y de un lenguaje puro, de una elocuencia natura! y agradable para
engañar a los incautos y a tcdos aquellos que no se creen ni críticos, ni eru-
ditos, si no leen y alaban a todos los libros extrangeros".
359. Bo<:ANE::;RA, Saludable medicina, 204-206: "Nuestro Santo Pontífice se
quexa amargamente de ello -de la relaxación-; el Sr. Inquisidor G~meral,
que es en estos Reynos el primer Ministro de la Fe y el principal Zelador de la
Doctrina Católica, en los dos Sermones que predicó en Madrid, de San Agus-
tin y de Santo Thomás, cierra sus discursos con unas declamaciones tan paté-
ticas contra esta disolución, que no dexa de dudar de su Dustrisima, de que
su corazón está penetrado de lástima, por ver el ascendiente que toma el
error en nuestra Nación, y que de día en día se va propagando en ella más
y más, no obstante el zelo de los Ministros de la Fe, que le persiguen con gran
solicitud.; y el de su Magestaa mismo, que con el mayor ardor ha empeñado a
el propio fin todo el poder de su soberana autoridad".
R.ELICIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 159

go grita: "Santiago y cierra España" .360; también se suma el Arz.-


obispo de Tarragona 361 , seguido de todo el púlpito español J62. Su
expresión más fantástica fue la de guerra contra la Francia revolu-
cionaria de 1793, ya estudiada; en realidad, frente al Enciclopedismo,
instructor del "libertino" españoL

360. BocANEGRA, Saludab~ medici114, 293-295: "Asi como Santiago con su


espada vencedora desterró de ellos -nuestros antepasados- a los Profesores
del Alcorán, con Igual auxilio, aunque por dilerente modo, ba de exterminar
también a los del nuevo Evangelio, que por lo sutll de su doctrina, aún son más
adec¡üados para el engaño, y por tanto más acreedores a que nuestro Santo
Apóstol los upela de su distrito. .. Y no dexels de rogar también por estos
Infelices IncrédUlos, para que no se engafien a si mismos, ni engañen a otros.
Ellos son nuestros declarados enemigos, e impugnan con gran safia la verdad".
361. AR.MAÑA, Sermones, IV, Sermón de Gracias y Rogativas por el feliz
preñado y deseado de la Srma. Princesa nuestra señora. año 1788. p. 109-112:
" Nuestro país por la misericordia de Dios, es el campo dichoso, en que la
constitución del Estado no permite otra simiente que la de la doctrina cató-
lica; pero la perversa mano del hombre enemigo procura con sus ardides in-
troducir la cizaña; y ¿no temeremos que creciendo a la par de aquélla, llegue
con el tiempo a sulocarla y perderla? ... España ha sido en tiempos pasados tan
circunspecta en este punto -<le remirar todo lo que se nos presenta, especial-
mente por intluxo extrang~. que aun por éste ha sido baldonada de otras
naciones. Era insufrible al genio español toda .novedad extra.nxera, y más en
miximas de rellgión y de poUtica. Pero ahora, ¡o qüánto va de un siglo a
otro!, esas miximas por más nuevas que sea.n. se oye con gusto. se aprenden
con estudio, se propagan co.n insolente libertad, o por mejor d ecir, con fatales
pri.ncipios de libert.inage. Españoles, los que desea.ls mostraros dignos de este
nombre, abrid los ojos, y cerrar los oídos a las perversas máximas con que
una filosofía furiosa mtenta seducir a los Incautos. .. Los que modernamente
se arrogaron el pomposo titUlo de filósofos, aplican su mayor conaoo en imbuir
a todo el género humano en sus dictámenes, y sus esfuerzos en este punto son
mayores donde hallan mayor oposición, o por las leyes, o por las que su arro-
gancia llama preocupaciones vUlgares de un pueblo mal instruido. Como tienen
la avilantez de pintar asi al pueblo español, no será m ucho que aqui redoblen
sus esfuerzos para trastornar las ideas... Las máximas de (esta) filosofía
dctestai>le... han derribado tronos, altares, y todo lo que tenía de más estima-
ble la rellg1én y el Estado... Lejos de nosotros qüal(!U.ier intluxo de su ma-
llgnldad".
362. Recordemos lo expuesto en " Guerra contra la Francia Revolucionaria" :
uno de los motivos de la declaraclón de ¡uerra, de parte de Francia contra
España; también las proclamas de Fray Diego José de Cád.iz y Fray Miguel
Suár.:!z de Santander, junto con las Rogativas públlcas decretadas por el rey
Carlos IV.
160 ALFREDO lllARTINEZ ALBIACH

b) Tregua

La Paz de Basilea impone una tregua que el púlpito español


respeta con creces. Dado el apasionamiento de un meridional, re-
sulta imposible mantener un equih"brio razonable; por eso, el clé-
rigo se lanza a una campaña de adulación, de la que en 1808 se
arrepentirá. Justamente la Revolución del 19 de marzo reviste el
carácter de lucha contra el slmbolo de Basilea.

a)) Godoy

La adulación se manifiesta omnimodamente y por cualquier mo·


tivo, y lo más particular es que no redunda en alabanza al rey,
como en los sermonarios de las centurias precedentes, sino en
exaltación del mismo valido, contra quien luego se levantarla ban-
dera, tal vez por resentimiento de quienes tanto se habían humilla-
do. Al menos, se le dedican los sermones publicados, por ejemplo
-procuramos escoger los de época tardía, aproximándose a su
caída- el predicado el 1.0 de enero de 1804 por el Dr. D. Felipe
Rodríguez en la inauguración de la iglesia de la R. Fábrica de Armas
Blancas de Toledo 363 : "Dedicada al Excmo. Sr. D. Manuel de Go-
doi, etc.".
Vamos a ofrecei· an impresionante testimonio de lisonja, el más
cercano de su ocaso de entre los que hemos encontrado: el 5 de
Jnarzo de 1807. Autor: el Lic. D. José Maria Valenzuela, del Orden
de Santiago, Abogado de los RR. Consejos. Provisor Juez eclesiás-
tico de Mérida y su partido. Lugar: el Convento de Religiosas del
Monte de Piedad de Mérida. Ocasión: "acción de gracias con que
los Xefes y subalternos de l2.s oficinas reales celebraron la exdlta-
ción del Srmo. Sr. Prlncipe de la Paz a la dignidad de Grande Al-
mirante" 364.
El orador, fiel a su formación bíblica, envuelve a su personaje
con una aureola escriturista -Génesis, 41, 40- 365, que a la vez de
servirle de tema del sermón, ennoblece y "santifica" a1 valido: "Estas
son las magnificas recompensas, con que el Rey de Egipto quiso

363. FU.IPE RoDRÍGUEZ, Sermfm. Toledo, Tomás Angulano, 1804, p. 1.


364. VALEN Z U'ELA, Oración. Badajoz, Juan Patrón, 1807, p. l.
365. Justamente LABAic (Sermón. p. 24-25) utilizará esta imagen para su
teología josefina: "Si Josef el del Génesis nació para el bien del Egipto, San
Josef vino al mundo para la felicidad del género humano" .
R.ELICIOSmAD BlSPANA Y Socu:DAD BORBONICA 161

premiar los servicios de un Extrangero conducido a sus dominios


por la traición de sus hermanos: "tú serás sobre mi Casa, y al Im-
perio de tu boca obedecerá todo el Pueblo; únicamente en el Solio
del Reyno te precederé"; las almas débiles se asombarán tal vez, y
tacharán la conducta de un Monarca tan generoso; pero callad, vos-
otros hombres de corazón limitado. ¿Queréis por ventura ceñir al
agradecimiento de un Soberano, y sugetarlo dentro del ámbito de
vuestra pequeñez? ¿tendreis valor para contradecir la autoridad de
un Libro divino, que refiere con elogios la conducta del Rey Fa-
raón, y de su sabio Ministro José? ... Le decfa Faraón: "¿acaso po-
dré hallar otro más sabio y semejante a ti? He abi que te consti-
tuyo sobre toda la tierra de Egipto". Correspondió el éxito a las.
esperanzas del Rey ... Los Egipcios conocieron el acierto con que
había procedido Faraón en la elección de su Ministro. Este Mo-
narca descubría en José una sabiduría más que humana; y recibién-
dolo como un tesoro inestimable, que el Cielo le enbiaba, lo desti-
nó para poner en execución los mismos consejos, que babia dado.
Dichosos los Príncipes, que saben discernir el verdadero mérito, y
que mirando como más propio para el gobierno a los que tienen
mayor bondad, sabiduría y religión, los hacen buscar en el retiro,
donde su modestia los tiene ocultos. Y qué, Señores, si el Egipto se
gloria de haber sido el teatro de un suceso tan ilustre, ¿por qué
nosotros los españoles no podemos gloriarnos igualmente de que
el Rey N. S. baya elegido para sublime Dignidad de Almirante al
Srmo. Sr. Príncipe de la Paz, Generallsimo de los Exércitos de Mar
y Tierra? Ved aquí el glorioso motivo, que nos congrega hoy en este
Santo Templo. No necesito yo valerme de los fingidos colores de
una falsa eloqüencia para ensalzar un suceso, que acaba de llenar
de gloria el Reynado de Carlos Qtiarto" 366•
Mas la presente celebración es un laurel más. Necesita estudiar
la base de la elevación de Godoy, para aplicar el paralelismo bíbli-
co. Le encuadra en su momento histórico, la guerra de 1793 con una
interpretación curiosísima y osadamente sorprendente 367 : "Esta fue

366. V&.LENZ11ELA, Oración, 3-8.


367. V&U:NZITEL\, Oración, 12-16: " Aquellos tristes días de la reoolución de
Francia, días horribles que deben grabarse con sangre en los fastos de la
Hlstoria; días de llanto y aflicción para las Naciones cultas de la Europa, r ¡;rin-
cipalmente para. la Espafia; días, en fin, que derramaron el dolor por todo el
mundo. El Trono de Francia, Trono el más magnítlco del Universo, se vio derri-
bado, destrozado y pisado por unos hombres lmpios y miserables. La sangre
ilustre de los Clodoveos se vio correr en Parls en la Plaza de Luis XIV. Los
altares de nuestra Santa Religión se vieron profanados, los Templos destrui-
dos, y las Esposas de Jesu- Cristo forzadas a sallr de su retiro. El Universo
todo parece que sintió unas convulsiones terribles y espantosas, que amenaza-
ban su entera ruln.a. Las Naciones se pusieron en armas y levantaron Exérci-
tos formidables para contener los impetus furiosos de la Francia. La Espafia.
162 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

la época en que el Srmo. Sr. Almirante ocupó la plaza de Ministro de


Estado. Las circunstancias eran entonces escabrosas, árduas, com-
plicadas, y acaso las más oportunas para las maquinaciones de la
politi.ca ambiciosa; pero jamás Político alguno ha dado al mundo
mayores pruevas de moderación, de equidad, de justicia, de buena
fe y de amor a la felicidad de todas las Naciones. La guerra estaba
ya encendida qüando S.A.S. entró en el Ministerio, pero no era su
ánimo contribuir con sus auxilios a la debilidad general de Europa,
para que dos o tres Potencias dominasen luego sobre ella, y se tra-
gasen las riquezas de todo el Orbe. Obligado ya a seguir el impulso
de las Naciones preponderantes, que habían entrado en la liga, es-
peraban con una política prudente el éxito de los primeros sucesos
y sus resultas para conocer si los que al principio se reunieron por
ambición, procedían después de buena fe.
La adulación obnubila la mente del clérigo, enjuiciando a Godoy
como insigne estadista a escála internacional, que trata de "asegu-
rar la independencia politica de la Europa para hacer respetar la
fe del derecho público", y lo más asombroso, capaz de "obligar a
la Francia a que adoptase un gobierno sólido y estable", que inspi-
re "confianza en los tratados que se celebrasen con ella". Como
las "Naciones aliadas" no .pensaban "de esta suerte", "entonces un
Ministro prudente y sabio como S.A.S. conoció que debía separarse
de una liga, que no se encaminaba a la felicidad general"; ésta con-
sistía en "hacer la Paz y asegurar el influjo e independencia de la
España". "Rasgo heroico de politica", así lo valora, pues mediante
él, "saibó a la nación que descansa tranquila ya más de once años

más próxima que todas, no habia =a que no debiera temer de un vecino tan
peligroso. Los Franceses concibieron proyectos iniqüos, y una Junta de hombres
frenéticos y desalmados decretó la ruina de todos los Tronos del Universo.
Por todas parte derramaban libelos sediciosos, incitando a los pue;,los a sacudir
el yugo amable del gobierne Monárquico y de la Religión. Hasta en la España
pretendieron introducir este contagio pestilente; si, en la España, donde la
fid,elidad y el amor a los Reyes es tan antiguo como la Nación misma, y donde
es m~ fácil sacar a un Vasallo la última gota de su sangre. que !:lacerle co-
meter una traición contra el Monarca. No se trataba de entrar a pelear contra
\1!1 Exército <!isdplinado; er:1 preciso batirse con hombres furiosos, que no
daban qüartel ni lo pedian. Carlos Qüarto desprecia todo;; estos obstá~;u!os, y a
pesar de Jos sentimientos pacíficos de su corazón declara la guerra a Francia,
consultando a la seguridad de sus vasal!os, a la defensa de la Religión Cris-
tia114, y a! honor of.mdid<> de su sangre. Entonces sí que los Españoles manifes-
taron su amor al Rey y a la Patria en toda su extensión. Los Vasallos corrían
cor. pasos presurosos a ofrecer sus personas y haciendas a los Pies del Trono.
En un momento se vieron las fronteras de Francia guarnecidas por un Exér-
cito formidable, y ansioso de medir sus fuerzas con las del eneinigo. Las Tro-
pas Españolas penetraron hasta la Capital del Rosellón, y aturdidos los Fran-
ceses con el ardor de nuestros Soldados huían por todas partes como las nubes
acosadas del viento. La suerte de las batallas se mudó posteriormente y expe-
rimentamos algunos reveses, pero nuestras Armas conservaron su honor aun
en medio de las mismas retiradas".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONJCA 163

en la famosa PAZ DE BASILEA". Tal es el punto clave de la nueva si-


tuación político-religiosa. Incluso en lo internacional: "ha excitado
la admiración de toda la Europa no sólo por el profundo recato con
que S.A. la dirigió, sino también por las extensas combinaciones
que supone en su autor".
Sorprendido por tal portento de diplomacia, se extasia contem-
plando los efectos de la Paz de Basilea, y como intermediario entre
Dios y su nación predilecta, interpela a ambos en un monólogo po-
lítico-religioso: "Permitid, Dios mio, que alabemos el númen be-
néfico, que nos embiasteis, para que nos librase de los grandes pe-
ligros que nos amenazaban. Vos, Señor, que conocisteis la rectitud
de su corazón lo alumbrasteis con un rayo de V'..lestra inmensa Sa-
biduría; en efecto, Señores, es preciso mirar esta paz como nna.
OBRA DE Dxos, que atiende con particular predilección a la España
porque es el centro de la Religión Católica".
Luego, presenta las ventajas políticas, como si Godoy hubiera
escamoteado a los franceses su victoria -que al r econocerla contra-
dice el optimismo con que veía los "reveses" de esta guerra-:
"Qüando casi todas las Plazas de nuestras fronteras estaban en
poder de los Franceses ¿quien creyera que había de hacerse una
paz tan ventajosa y tan honorífica?" ¿Cuál fue la fuerza que incli-
nó la balanza de Basilea? ¿La potencia hispana o Godoy? Para el
clérigo "no hay duda"; se inclina por el último: "Inmensos son los
recursos que tiene una Nación tan opulenta como la nuestra, pero
no hay duda que mucho más se acobardarían los que eran entonces
nu~stros enemigos al considerar la mano diestra que los maneja-
ba". Y si el mérito, también el premio: "La España se cubrió de
gozo y de alegría, y nuestro amado Soberano, que recompensa el
mérito con una magnífica generosidad, cor.decoró a S.A. con el
eminente titulo de Príncipe de la Paz".
Una atmósfera pacifista se estabiliza en España y empieza a des-
arrollarse la temática de felicidad -ética de felicidad como sinó-
nimo de bienestar- gracias a Basilea: "Esta Paz vivirá eternamen-
te gr~bada en nuesr.ros corazo:1es porque ha sido el ori.gen de nues-
tra felicidad". Frente a ella los pertinaces y ambiciosos belicistas
que en realidad existen como fuerza de presión, que triunfarán doce
meses después: "Alábense enhorabuena los políticos ambic!osos,
que se desvelan en calcular los medios de destruir al géaero huma-
no; siempre serán mirados como el oprobio de la humanidad, y
atraerán sobre sí la execración de todos los Pueblos··.
Sigue la adulación al "héroe tan cristiano y religioso" que ha
"acrecentado nuestro poder", elevándonos a potencia de primer
orden -"el grande influxo que hemos recobrado en la Europa"-
164 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

y superando los tiempos de Utrech, que "nos habían despojado de


la preponderancia que teníamos" a la vez que "Inglaterra nos usur-
paba el lugar que no:; correspondía".
Situémonos ante la gran coyuntura en que Basilea nos colocó
a principios del XIX: Napoleón. Desechemos toda irónica sonrisa
ante el halago palatino, para afrontar con seriedad y sinceridad
aquel hombre-problema. Tal circunstancia histórica, a siglo y medio
vista, puede ofrecernos una perspectitva poco realista. Hay que si-
tuarse en ambiente, en el ambiente de 1807. Dada la mentalidad de
aquel clérigo hispano, tan predispuesto a teologizar su patriotismo,
nos parecería insincera e ilógica cualquier otra interpretación dis-
tinta de la que nos dapara la siguiente afirmación: "El Señor ha
colmado de bendiciones los proyectos de S.A.S., y qüando las de-
más Naciones esperaban que en Francia se perpetuara el desorden
y la rebolución, ha tenido la complacencia de ver que a un gobierno
sedicioso, ha sucedio un gobierno firme, sólido y fundado sobre
bases inalterables. La Francia no ha podido olbidar los grandes
beneficios que por tantos siglos ha debido a sus Monarcas, y en
nuestros días hemos visto con el mayor regocijo restablecido el Tro-
no y coronado Emperador el insigne Napoleón Bonaparte. ¡Que no
tubiera yo ahora la elocuencia de Cicerón y de Demóstenes para
elogiar las grandes qüalidades de este hombre célebre, de este asom-
bro del Universo! ¡O Dios mio! no me avergüenzo de que en vues-
tro Santo Templo resuenen las alabanzas del Emperador de los
Franceses; él es quien ha restablecido vuestra Santa Religión en ese
vasto Imperio; yo conozco que guiais todos sus pasos y protegeis
sus empresas: la victoria camina delante de sus Soldados, y el Dios
de los Exércitos a quien invoca con tanto fervor, lo hace triunfar de
todos sus enemigos'' 368.
No hay que rasgarse las vestiduras. Elogios como el anterior
proliferaron en aquel tiempo. También más allá de los Pirineos:
era el cenit napoleónico -el mismo Papa se desplazó para consa-
grarle-. Así comprendemos la disquisición política del orador sa-
grado, lisonjeando a Godoy 369, cuya inspiración es -sin duda algu-

368. VALENZUELA, Oración, 16-23.


369. VALENZUELA, Oración, 23-28: "Ya estamos, Señores, en una de las épo-
cas más brillantes del gc.biemo de S. A. S.; época, si cabe, más célebre y me-
morable que la de la Paz de Basilea ; época donde resplandecen su vasto talento,
su sabia política, su amor al Rey y a la patria, su moderación, su humanidad,
su tesón heroico, su vista perspicaz y finalmente un conjunto tan asombroso
que no es capaz mi débil lengua de explicarlo y apenas alcanzo a concebirlo.
Si yo no temiera profanar en algún modo la Sagrada Magestad de este sitio,
mezclando discursos y reflexiones políticas en estos Religiosos cultos, que ren-
dimos a l Ser Supremo, os har!a ver el origen de esas ligas que se forman con-
tra la Francia. Yo pondría deiante de vuestros ojos la ambición, la intriga la
falsa política y la mala fe de algunos gabinetes de Europa, que se han empe-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 165

na para el predicador- divina; no en vano encarna la figura bíbli-


ca de José 370. Y escudado con la "religión, la humanidad, la justi-
cia y la buena fe" de Godoy, reprocha a las naciones la alianza
antürancesa, sobre todo a la vecina Portugal 371 ; pero sus más acres

ñado en afligir a la humanidad y en derramar por todas partes la desolación


y el llanto: es preciso llenarse de asombro al considerar esta fermentación de
casi todO el Universo: LA FRANCIA INJ USTAMENTE ACOMETIDA se ve empeñada en
una gu erra d estructora, que parece ha d e acabar con todo el mundo; los
Exércitos están en movimiento, los caminos se encuentran cubiertos de Sol-
dados y cañones, las plazas más fuertes se hallan rodeadas de tropas, los
Soberanos se ven precisados a abandonar sus Cortes, los pacíficos habitantes
de las Ciudades p ierden s u tranquilidad y su reposo, las m adres lloran la muer-
te de sus h ijos, la esposa tierna derrama lágrimas amargas al verse separada
d e su esposo, la labor de los campos se abandona, las artes yacen olvidadas
y el Comercio, que necesita de la Pa.z para florecer, experimen ta los síntomas
d e u na d ebilidad terrible. El Austria y la Rusia no pueden en mucho tiempo
r epararse de las pérdidas que sufrieron en los campos de Austerlits; la Prusia,
ese terrible Coloso, que no podía mirarse sin respecto, yace postrada víctima
d e su inconsideración y de su temeridad ; sólo nosotros los Españoles gozamos
d e una profunda calma, y en medio d e tantas lágrimas que se derraman en la
Europa, nosotros solamente experimentamos la aflicción de que padezca tanto
la humanidad. Yo estoy muy distante de querer penetrar los secretos del Ga-
binete; pero me atrtt.x> a decir con una prudente seguridad que las Naciones
enemigas de la Francia habrán buscado con el mayor anhelo la alianza de Es-
paña, pero todo habrá sido inútil para doblar la consta.11CÚl del Srmo. Sr. Al-
mirante, y jamás lograrán separarlo de aquella r eligiosa fidelidad, con que se
ha propuesto conserbar la paz de Basilea. Qüando comparo nuestra situación
con la de las d em ás Naciones, me lleno d e un asombro r espetuoso, alabo pro-
fundamente las misericordias del Señor, y le doy las m ás humildes gracias por-
que se digna INSPIRAR tales sentimientos a nuestro Augusto Soberano y a
S. A. S .".
370. VALEN<:UELA, Oración, 28: " Sí, Dios mío, sólo de vuestra inmensa sabi-
duría pueden nacer unos Planes tan bien concertados y sólidos, en medio de
la complicación general de los asuntos de Europa; Vos so~s el que habeis
dotado a nuestro Monarca de una grandezA. de Alma tan admirable, y el que
poneis el acierto en todos los pasos de S. A. S.: con qüánta razón podrá decir
nuestro amado Soberano a su Almirante lo que Faraón a José: ¿acaso podré
hallar otro m ás saoio y semejante a tí?"
371. VALENZUEL~ . Oración, 28-31: "Vosotras Naciones embidiosas de nues-
tra grandeza y felicidad, que pretendíais empeñaros en una guerra injusta
y temeraria, sabed que tenemos Exércitos y tesoros; pero sabed también que
nuestro Monarca y su Almirante tanto como apr ecia.u la Religión, la huma-
nidad, la J~ticia y la buena fe; tanto más aborrecen esa política destru~­
tora, cuyas mira,; se Clrigen siempre a ~rpetuar las calarnidadP.S del Universo.
Nada, Señores, ha sido bastante para separar a S. A. S . de los sentimientos
religiosos y pacificos que la a niman; siempre ínvariablP. en sus principios,
tentó primeramente qüantos medios :;uaves dicta la moderación para separar
a P or t ugal de esa injusta. y perjudicial alianza, que tenia con la Inglaterra;
pero aquel Dios, cuyos juicios son impenetrables, y que muchas veces de.'ta a
los hombres en manos de sus consejos, permitió que todo fuera inútil, y que
la Corte de Lisboa cerrase sus oídos a las propuestas racionales que se la
hicieron ; al fin, se abrió la guerra entre Espaiia y Portugal; y S . A. S. vino
a mandar el Exército, condecorado con el eminente título de Generalísimo
Bien notorias son en esta Provincia s us acertadas y eficaces disposiciones para
surtir en p ocos días los almacenes militares y preparar los trenes d e Campa-
ña : todo se dispuso con la mayor celeridad, y el Exér cito Español entró en
166 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

y duras censuras son para Inglaterra, la agresora 372•

b)) Tratalgar

La Gran Bretaña nos asocia ineludiblemente con la idea de Tra-


falgar. A finales del xrx: se le dio mayor importancia que la valora-
da por sus protagonistas. Pérez Galdós inviste al nombre de Tra-
falgar con la dignidad del leimotif de sus Episodios Nacionales 3i3_
Es la obsesión del siglo, encarecida a finales del mismo al simpli-
ficar la historia patria en torno a tres desastres navales: Armada ¡
'
Invencible, Trafalgar y Santiago de Cuba. No obstante, aun recono-
ciendo la desaparición del poder marítimo español -en contraste
con la supremacía naval inglesa, afianzada en 1815 m_ con la con-
siguiente pérdida de la consideración de gran potencia y del impe-
rio colonial, Trafalgar -en acertada frase de Aranguren 375- no es
1
sino el preludio. Los coetáneos no intuyeron el alcance de aquella. 1
1

1
Portugal, cubriendo de terror a los enemigos, y haciéndolos huir por todas
partes. Qué fácil hubiera sido para el Srmo. Almirante conquistar todo este
Reyno en pocos días; mandaba S. A. S. un Exército aguerrido, ¡pero ay! que
en su corazón y en el del Monarca dominaban los sentimientos más tiernos y
pacíficos, y se embotaron muy pronto los filos de la espada de un Héroe, que
coloca su mayor felicidad en conservar los Pueblos, y no en destruirlos. La
paz se hizo a poco tiempo en Badajoz, y S. A. S. no quiso abandonar por un
solo instante los principios de equidad y moderación, que lo caracterizan: así
lo reconoció la Corte de Lisboa, y no pudo menos de manifestar su gratitud
y el reconocimiento al Srmo. Almirante".
372. VALENZUELA, Oración, 31-33: "¡O! Si esa Nación orgullosa, que quiere
mantener con nosotros y con la Francia una eterna rivalidad, adoptase seme-
jantes principios, ¡qué pronto cambiarla ia faz d e la Europa! pero ella pareee
que se ha propuesto dominar el mundo d estruyendo la mitad del mundo: esta
guerra injusta, esta AGRESIÓN, que ha hecho contra nosotros la Gran Bretaña,
sólo ha servido para que adquiera el odio eterno de las Naciones, y para que los
Españoles den una prueba de su valor heroyco, y S. A. S. la dé de humanidad,
de beneficencia y de amor a l Rey y a los Vasallos; en esta guerra es en la
que S. A. S. continúa colmando d e beneficios a la España, y defendiéndola vi-
gorosame::lte de los Ingleses: ¿de qué han servido sus tentativas contra el Fe-
rro! y contra Cádiz? a todas partes acude la vigilancia del Srmo. Almirante, y
sin aventvrar un pronóstico político, bien se puede asegurar o_ue jamás los
Ingleses adelantarán cosa alguna contra nosotros. En esas comhates terribles,
que se han dado, han visto prácticamente nuestra pericia marítima, unida
con un valor, que admirara la posteridad".
373. PÉREz GALDÓS, Memorías de un desmemoriado, ~ño 1916: Obras com-
pletas. Madrid, Aguilar, 1941, t. V, p. 1160: "A mediados d el 72 ... me encuen-
tro que sin saber por qué sí ni por qué no prepará.:>a una serie de novelas
históricas, breves y amenas. Hablaba yo de esto con mi amigo Albareda y, como
le indicase que no sabía qué título poner a esta serie de obritas, José Luis
me dijo: Bautice usted esas obritas con el nombre de Episodios Nacionales.
Y cuando me preguntó en qué época pensaba iniciar la serie, brotó de mis
labios, como una obsesión del pensamiento, la palabra Trafalgar".
374. BRUUN, La Europa del siglo XIX. México, F. C. E., 1964, p. 16. 22-30.
375. ARANGUREN, Moral y Sociedad. Madrid, Edicusa, 1966, 2.• ed., p. 46.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 167

derrota: les faltaba perspectiva y una élite como la generación


del 98.
Vamos a ofrecer tres testimonios: 21 de noviembre de 1805
-"Oración fúnebre en las exequias celebradas en la Iglesia del
Convento de N. Sra. del Carmen de la ciudad de Cádiz, por los
Excmos. Srs. Comandantes Generales de la Escuadra combinada,
D. Federico Gravina y Mr. Roselli, de acuerdo y en unión con el
de la Provincia, Marqués de Solana, en sufragio de los que murie-
ron en el combate naval del 21 de octubre del mismo año" 376_; 29·
de mayo de 1806 -"Oración fúnebre en las solemnes exquias del

376. Cos, Oración. Cá.diz, Casa de la Misericordia, 1805, p. 5-6. 20-21. 29-31..
36-38. 41. 43. 45: " Vosotros venís, bien lo conzoco, penetrados del más vivo dolor
con la memoria del sangriento destrozo que ha sufrido la esqüailia. combinada...
una armada que parecía merecer el imperio de los mares... ¿Qué deberemos
pensar de los que murieron en el combate?... La intrepidez con que arrostra-
ron la muerte por defender su patria, nos hace mirarlos como acreedores a
una recompensa extraordinaria, y no dudeis que el Dios de las misericordias
haya prodigado sus gracias a unas almas tan heroicas... Si no temiera traspasar·
los limites de mi encargo, y salir de la estrecha esfera de un discurso fúnebre
y sagrado, yo... dirigiría mi voz a esa nación nuestra aliada, para colmarla de
elogios, y consolarla de la pérdida de sus compatriotas, trayéndola a la memo-
ria que si sus armas navales han sido en esta ocasión poco afortunadas, sus
exércitos siempre victoriosos llevan por todas partes enarbolado el estandarte·
del triunfo. Levantarla el grito hasta los oídos del gran Napoleón, del incom-
parable Napoleón, de ese glorioso restaurador del Imperio Francés, y pacifica-
dor de toda la Europa. Hablarla con la fiel confianza de un fiel vasallo al
amable Carlos, a mi augusto Monarca, a ese Rey justo y piadoso, que precisa-
do a vindicar los derechos de su scberania, se ve en la dura necesidad de ·
sostener una guerra contra el usurpador del libre imperio de los mares. A uno
y otro les dirfa que Jos Franceses y Españoles por quienes celebramos estas .
religiosas exequias, fueran muertos pero no rendidos; que si alguno de sus
baxeles se vieron en poder del enemigo, fue qüando ya no hablan que<iado
manos para las operaciones nabales, para el manejo de la artillería y para
mantener enarbolado su pabellón; que los navíos escapados del exterminio,.
entraron a nuestra vista en el Puerto desmantelados y cargados de heridos ...
Una nación marítima, no menos temible por sus fuerzas navales que Antíoco·
-I Macabeos, 2, 7ss- por sus numerosos exércitos, meditaba a sangre fria
rr:uerte, destrozos, incendios, en una pal'ibra, el exterminio absoluto de nues-
tro Puerto y Arsenal. Para executar sus intentos conf.ere facultades amplias al
:nás valiente, al más intrépido de los Generales de su Armaáa - Nelson- ...
Pero de este terrible enemigo nos libertó el valor de nuestros conciudadanos.
Nelson no eY.iste, pereció a manos de nuestros combatientes y vino a ser con
otros muchos rle su armada, despojo de aquellos mismos a quienes quiso arro-
llar. Sus proyectos se desvanecieron, y la formidable esqüadra con que inten-
taba executarlos quedó, si no destruida, a lo menos abatida y muy maltra-
tada ... ¿Qué no debeis esperar, Españoles, de un ánimo tan liberal (del Mo-
narca) , a vista de la generosidad que ha usado (en la Gazeta de Madrid de
12 de noviembre), no sólo con vosotros, distribuyéndoos insignias de honor y
grados militares; no sólo con Jos que murieron, señalando a sus viudas y huér-
fanos pensiones extraordinarias, sino también con los que dieron auxilio a los
heridos y náufragos? Todos han sido gratificados por aquel magnánimo Rey que-
más que Soberano es padre de sus vasallos".
168 ALFREDO MARTH•""EZ ALBIACB

Excmo. Sr. D. Federico Gravina, celebradas por sus albaceas en la


Iglesia de los RR. PP. Carmelitas Descalzos de la ciudad de Cá-
diz m _ y el ya citado 5 de marzo de 1807 en ocasión de ser exal-
tado Godoy a la dignidad de Gran Almirante :ns.
No nos deben asombrar -menos desorientar- sus asevera-
ciones: el sol de Austerlitz les deslumbraba para imaginar una
pronta y fácil y victoria sobre Inglaterra, que les desquitara de Tra-
falgar. Así concebimos que la oración fúnebre de Gravina crista-
lice en una entusiasta apologia napoleónica; así también los elogios,
tal vez excesivos, para el nuevo Almirante -sin armada- m : aun-

377. Rmz RoMÁN, Oración. Barcelona. Brusi, 1806. p. 1-2. 4. 17: "Excmos.
Srs. (el Teniente General D. Juan Moreno. el Almirante Rosilly, el Contral-
mirante Guordon, y los Tte. Gris. D. Ignacio M.• de Alava, D. Antonio de Es-
caño y D . J osef d e Córdoba) : ¿Aún quedaba que sufrir esta herida a nues-
tro gravísimo dolor? ... Si os acordais de la escena trágica de nuestras armas
navales sobre Trafalgar... ¿Qué General, pues, será más acreedor a los gran-
des elogios, que el que en vida y en muerte todo fue de la patria y de la re-
ligión? ... Vivió para la religión y para la patria: murió entre los laureles de
la patria y las dulzuras de la religión. (Tras contar la vida privada y la fami-
liar de Gravina, para ena!tecerle, lo compara con Napoleón). Allí sobre la
escarpada de Faraón se divisa un jcroen sirviendo por si solo la artillería,
qüando sus compañeros son cadáveres o se revuelcan en su sangre: aqui se ve
un marino, que alentando sus tropas, e insensible a la suya que derrama, las
hace superar las asperezas del terreno. las ofensas del enemigo, y aun la
-muerte. ¿Quiénes son? Aquél es el intrépido Bonaparte, éste es nuestro Gra-
vina ... ". (Describe la •batalla de Trafalgar, en las páginas 22-23, y termina con
la muerte de Gravina en las páginas 23-25).
378. VALENZUELA, Oración, 33-35: "Dios mio, ¿habreis recibido en el seno
de vuestra gloria esos Marinos valerosos que se sacrificaron por su Rey y
por su Patria? Así lo esperamos de vuestra infinita clemencia. ¡Ay, Señores!
qué días aquellos de tanto terror y aflicción! Traed a vuestra memoria el
combate de Trajalgar tan funesto para las Armas Británicas. No, Dios mio,
no quiero yo profanar vuestro San';o Templo con la horrible pintura de tantas
-muertes y estragos: bien sabeis que los Ingleses nos han provocado y acome-
tido... S . A. S. inmediatamente corrió a los pies del Trono, y alcanzó del Rey
las gracias más relevantes de la Monarquía para los Generales que habían
mancado la acción, y consiguió promociones para toda la Oficialidad; dándose
despu-!5 las más eficaces disposiciones para reparar las averías de la Esqüadra
y ponerla en estad.J de contener al enemigo".
379. VAJ..ENZUELA, Orozción, 35-40: "Esta es una serie, aunque imperfecta, de
las acciones glorio.o;as, con que el Srmo. Sr. Almirante ba emobleciC:o su ilus-
tre carrera... Si el tiempo me lo permitiera, yo os hablarla de las benéficas
prov!dencias con que socorrió la Andalucía en los dos terribles contagios .... de
su amor a las artes y a las ciencias...• la educación ¡:oública... , de las reformas
hechas en el Exército y marina ... La conducta del Rey Faraón, que supo dis-
cernir el gran mérito de su Ministro José, se ve renovada en nuestros días ...
La voz de once millones de hombres dice a un mismo tiempo : viva el Al-
mirante... Vos sois, Señor, os diré con las mismas palabras de David,
el que habels ceñido de fuerza a nuestro Almlrante y el que babeis hecho que
su camino fuese sin mancilla ... : el que confiado en vos perseguirá a nuestros
enemigos y los alcanzará; y no se volverá ya hasta que desfallezcan ; el que
los quebrantará y no podrán tener en pie. y los hará caer debajo d e los pies
-de nuestro Soberano".
.----..

llELICIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBOloo'lCA 169

que nos suene a blasfemia la identificación de Godoy con el Mesías


davídico, encaja dentro de la tendencia clerical hispana apellidar
sus personajes con nombres bíblicos, polarizados en esta época en
tomo a Godoy y Napoleón. Mas la tregua impuesta en Basilea va
a romperse pronto: sin catalogarlos de precedentes, surgen algu-
nos preanuncios de la tormenta de 1808.

IIEL.IOIO!liDAD HISPAN,, , , - 12
170 ALFlÜ:Do MARTINEZ ALBIACH

e) 1808

a)) Preanuncios
No consiguen categoria de precedentes algunas notas discor-
dantes dentro del universal canto de la adulación palatina; ésta se
interrumpió bruscamente el 19 de marzo de 1808, que el púlpito
denominó con suficiente expresividad mediante el nombre de Revo-
lución. Sin embargo, debemos resaltar esos preanuncios, que se-
leccionamos según su personalidad.
En primer lugar, ofrecemos el del Prelado barcelonés, Monseñor
Dia.z de Valdés, el 8 de octubre de 1802, en su catedral, con triple
acontecimiento: "la dichosa llegada de los Reyes NN. SS. y de sus
Altezas, los felices desposorios de los Srmos. Srs. Príncipe de Astu-
rias y de Nápoles, y el venturoso alumbramiento de la Sra. Reyna
de Etruria" 380• Examinemos las siguientes conminaciones que al-
canzan su sentido con la exhortación final: "Con la voz de Dios, y
no con la de los homb:res, podré pronosticaras que con la paz y con
estos regocijos sereis dichosos, si conservais la virtud y las
costumbres ... ; series miserables, si el vicio llega a dominar entre
vosotros... La justicia, la virtud y las costumbres hacen prosperar
los pueblos; y que el vicio y el pecado los buelven miserables e infe-
lices, y aun acaban con ellos" 331 • Estas mesuradas palabras, preña-
das de velada pero indignada delación de la inmoralidad palaciega,
se complementan con la exhortación final, que -incluida la mani-
fiesta omisión del nombre de Godoy- es una plástica descripción
de la familia regia en artística competencia con el pincel de Goya 382;

380. DiAz VALDÉS, Sermón, 8 octubre 1802. Barcelona, Texero, 1802, p. l .


381. DÍAz VALDÉS, Sermén, 1802, p. XXI-XXII...,....,.....,.....,"TTT
382. DiAz VALDÉS, Sermón, 1802, p. XXXVI-XXXVIII: "Amor, respeto y
veneración a nue:;tros Soberanos. En todos tiempos fu.eron debidos a las Ma-
gestades tale.> obsequios; pero más que nunca ahor&. con la presencia de un Rey
el más piadoso, religioso y justo; de una Reyna la más discreta; y de u.n PRÍN-
CIPE DE AsTURIAS, a quien idolatra la Nación entera ... Los Nobles no serán so-
verbios, ni vanos, si atienden la dulzura de nuestro Rey y Señor. Las Madres
de familia criarán bien a sus hijos, si ponen los oxos en la sublime educación
que la Reyna n. Sra. ha. dado a los suios. Por fin todos los hijos deben aprehen-
der en nuestro Srmo. PRÍNCIPE a respetar y obedecer a sus Padres. Qué afor-
tu.nados somos los Españoles! Tenemos en nuestros Reyes exemplos de todas
las virtudes. Imitadlas, hijos mios; y entonces yo os pronostico y aseguro que
sereis felices y dichosos... Viva el Rey, que nos edifica con su exemplar virtud,
que nos trata con las dulzuras de Padre, y que es el Protector de la Religión
y de vuestros Ministros, Jesús mio! Viva la Reyna, que con su discreción nos
admira, que con sus fatigas y desvelos nos sostiene, que con sus hijos tan
R.ELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBOmCA 171

conviene destacar los epítetos que dedica al Príncipe de Asturias,


en cuyas alabanzas descubre un placer inmenso - ídolo de la na-
ción entera, delicia de los españoles y embeleso de los catalanes-:
Fernando atrae las esperanzas de un siglo nuevo y de un pueblo
"feliz".
Otro testimonio, el 18 de marzo de 1805, al atardecer en la R. Ca-
pilla de San Antonio de Aranjuez, por el "primer Capellán Real y
Cura castrense de la de Palacio", el Dr. D. José M.a de la Miera Pa-
checo -si bien no se publicó hasta 1809, en que lo dedicó al COnde
de Altamira, Presidente de la Suprema Junta Central- como "pri-
mer holocausto ofrecido en las aras de la Patria qüando este acto
era qüal fue para mi -dice-- un crimen imperdonable" 363.
Uno más; ahora desde Valencia: "un amante de la justicia" edi-
ta el sermón del futuro afrancesado Dr. D. Pascual Fita, del día 25
de febrero- de 1807 en la capilla del R. Palacio de Valencia 384.
No se crea, sin embargo, que tales testimonios forman la tónica
de la época. Antes, al contrario, son excepción. En cambio, los ofre-
cemos como preanuncios de la Revolución de 1808.

b)) La Revolución
El 19 de marzo de 1808 estalla la Revolución personalmente con-
tra el primer miembro del binomio Carlos IV-Godoy, realmente
bien ec!ucados, se adquirió el glorioso titulo de la me;or de las Madres... Viva
el Príncipe c!e Asturia.s, esse Joven gallardo, de figura esbelta, de exterior ri-
sueño, que es la delicia de Jos Españoles, y ahora es el embeleso de los Ca-
talanes".
383. MIERA, Discurso. Sevilla, Viuda d e Vázquez, 1809, p. l. 9-10. 31-32: "Ni
el vALIDO infame y traidor que, agente únicamente de su causa y de sus intere-
ses personales, sólo para este fin mueve Jos resorte,; del infiuxo y de la gracia
que :tis!ruta ... ; ninguno de estos seres contrahechos hallareis en el qüadro
del patriotismo. Monstruos indignos de vivir sobre la tierra, opresores tiranos
de la humanidad triste, insectos pestilentes y envenenados, J:acidos para nues-
tro daiJo, enemigos funestos y destructores del orden social, Verdugos des-
honrados y sanguinarios de la Patria... Llbrala, Dios bené1ico, de los males
que aftigen, de la esterilidad que la oprime, de los vicios que la deshonran,
y de los enemigos que la asedian y quieren aniquilarla. Haz, buen Dios, que
renazca en nosotros todo aquel a;nor patri?t:co, qut! inspira la naturaleza. que
prescribe la Religión y que tá mismo santificaste con t'.1 exemplo y coz;. tus
máximas. Da a nuestro augusto Monarca dias dilatados de serenidad y de
salud. Perpetúa h:J.Sta las últimas generaciones en el trono herederos dignos
de su estirpe. Conserva su exército. Humilla con el poder de tu ciiestra las Na-
ciones de los hereges y Paganos. Rescata y hora de sus pesados grillos a Jos
cautivos".
384. FrrA, Sermtm, 25 febrero 1807. Valencia, Fauli, 1807, p. 16. 20: "Tiendo
la vista por el inmenso espacio de los siglos, y veo millares de generaciones
llorando aun en sus nietos y descendientes las desgracias que les transmitie-
ron unos abuelos, indignos de haber manejado las Tiendas c!el gobier7u>, y de
que la posteridad lea sus nombres en los fastos de la Jurisprudencia --<:uyas
faltas descubre en las 24 páginas-. La verdad vendrá algún dia al través de
tantas nubes como la han eclipsado, a manifestarse en todo su esplendor".
172 ALFREDO MARTlNE'Z ALBIACH

contra lo que simboliza Basilea, es decir, contra el "libertino". Ya


lo vimos con amplitud, y no vamos a repetir lo mismo, pero sí
subrayar tres documentos con el fin de descubrir tras el segundo
miembro del primer binomio -Napoleón-, su bandera ideológica
-el Enciclopedismo o "libertinaje"-, contra la que lucha el cléri-
go español.
Recordemos aquella fabulosa teologización a base del símbolo
glorioso de Santiago. Vimos dos ideologías enfrentadas en torno a la
felicidad, y al clérigo con su optimismo arrostrando las "invectivas
de los filósofos con apariencias de humanidad, de sociedad, de civi-
lización", a la par que rechaza ollmpicamente sus "felicidades" e
insultaba con el calificativo de "impíos". Luego, pasaba al contra-
ataque, gritándoles: "Temblad, Filósofos, temblad, que aun dura
en España la firmeza del espiritu de Santiago" 385 •
No se trata de una mera frase cazada al vuelo, sino de una idea
tan en el trasfondo del sermón, que lo concluye no contra Napo-
león -el tema fue responder al interrogante· provocado por la inva-
sión bonapartista: "¿Debemos temer o esperar?"-, antes al con-
trario le da el siguiente giro: "Desengañáos, filósofos, no nos
intimida vuestra pérfida filosofía, no nos asustan vuestras terribles
amenazas, no nos enflaquecen ni vuestros insidiosos discursos ni
vuestras crueldades; nada temenos, ni tenemos que temer. Aunque
vuestra malignidad procuró abatirnos, aun hay ánimo en los espa-
ñoles; espera..-nos triunfos, tendremos felicidades, y sin faltar a nues-
tros deberes más sagrados, ni admitir las novedades a que quereis
inducirnos, nuestra España seguirá entre las naciones con el cris-
tiano esplendor que formó siempre nuestro carácter. El mundo
confesará que Santiago, aunque para otros no sea Apóstol, para
nosotros lo es, y que nosotros sornes el sello de st: apostolado" 386.
En segundo lugar, rememoramos la base verdadera, en que se
asentaba el optimismo del clérigo: Bailén. Después de descnoir los
preámbulos, teología y resonancia de esta victoria, trata de conse-
guir una explicación providencialista de los antequeranos: "habe-
mos tenido la complacencia de ve: humillados y .:mcadenadcs a l:>s
que han executado las calamidades y desgracias que han experimen-
tado en Córdoba, Jaén, Anduxar, Cuenca, Cataluña y otros pueblos
y ciudades de nuestra des.,araciada peninsula -no en nuestra ciu-
dad-". ¿De quién habla? ¿Del "Sisara Dup<mt", del "impío Jabin"?
De "estos impíos atheos, estos insolentes LIBERTINos" w.

385. J. M . JESÚS, Sennón, 10-11.


386. J . M . JESús, Sennó1~, 21.
387. V. RoSAR.ro, Oración, 21.
RELIGIOSIDAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 173

Y para no fatigar con repeticiones, cerramos estos recuerdos


con uno del 6 de agosto de 1809, pronunciado en su iglesia por el
Párroco de Santa Ana de Sevilla y Capitán de artilleros voluntarios
de esta ciudad. Reitera el alistamiento contra Napoleón, alentando
a sus feligreses con el auxilio de la ·•generosa" Inglaterra, con loe;
"gemidos de nuestro amado y desgraciado Fernando cautivo en
Francia" y con los "clamores de nuestra Patria"; pero, sobre todo,
"acordaos que esos monstruos que tanto nos insultan, se mofan de
la religión que profesamos y que vagueando por las sectas franc-
masona, Ateísta y Materialista, con qüantas condena la Santa Igle-
sia Católica nuestra Madre, ni reconocen más superior que a un
tirano -Napoleón-, ni más leyes que las de su infame código,
aborto de su maldad y avaricia" m.
Estos tres documentos nos introducen en la gran y definitiva
ofensiva que va a desplegar el clérigo contra el "libertino" durante
la Guerra de la Independencia.
388. GILES, Sermón, 11.
174 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

d) Ofensiva definitiva

a}) Primer frente

El clérigo no se abate por las desgracias bélicas a partir de la


llegada de Nápoleón a la península. Ya observamos su optimismo
teológico desde 1809 y 1810. Pero en 1812 emprende la nueva y de-
finitiva ofensiva, en dos frentes: el bonapartista, y contra el ene-
migo interior, el "libertino", el liberal enraizado ahora en Cádiz;
su campaña se verá coronada por el éxito, el 4 de mayo de 1814.
La lucha en pro de la independencia nacional es favorecida, im-
pensadamente, por la guerra napoleónica contra Rusia. Esta cir-
cunstancia y la derrota por el frío convierten la ofensiva hispana,
1
dirigida por Wellington --que había desembarcado en Lisboa con
30.000 hombres-, en definitiva. Ante el confiicto de hegemonía que
se anunciaba entre Rusia, apoyada por Inglaterra, y el Imperio fran-
cés, comprometido en una lucha a muerte contra la Gran Bretaña,
no era posible el compromiso. La política de preponderancia que
Napoleón había emprendido, no permitía ninguna organización de
equilibrio: debía imponerse a Europa entera o sucumbir. Sus ejér-
citos, cuyos efectivos eran extranjeros la mayor parte, contaban con
más de un millón de hombres; no obstante, tuvo que retirar tropas
de la península ibérica, para franquear la frontera rusa, al frente
de 550.000 hombres, el 24 de junio de 1812. Los rusos se batieron
en retirada, practicando la táctica de tierra quetnada, y en septiem-
bre -después de la victoria de Borodino- Napoleón entró en Mos-
cú, donde pensaba invernar. Pero al retirarse, el ejército del gene-
ral Kutuzov incendió la capital rusa, e imposibilitado de mantener
alli sus ejércitos por el frío, Napoleón ordenó la retirada en octu-
bre. Fue un desastre espantoso. La retirada, operada en un país de-
vastado y con el hostigamiento de los rusos --que no terminaría
hasta Sajonia- costó al Gran Ejército los dos tercios de sus efecti-
vos, destruidos por el invierno y por la estepa. La máquina militar
más poderosa que jamás había existido, y a la qu13 no pudieron
vencer los hombres, fue derrotada por los elementos. El aniquila-
miento del ejército francés provocó inmediatamente un levanta-
miento general en Europa y una aceleración en la Guerra de la In-
dependencia española.
Aprovechando tal coyuntura, la voz del predicador alcanzará la
retaguardia bonapartista, pisa:r:á los talones del ejército galo.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 175

l . - El 15 de agosto de 1812, AVILA estrena su liberación y uti-


liza la Asunción "en desagrabio de la fiesta que en el referido dia
hacian nuestros enemigos por el nombre de Napoleón". El canónigo
Aguado amontona calificativos en manifestar el motivo religioso-
politico por la elección de la fecha: "Ya que nos vemos libres de
las sacrílegas bayonetas de aquellos impíos que han querido quitar
este dia a la Madre de Dios, y dedicarle al más execrable de todos
los tiranos ... " 389• La euforia de la independencia castellana se orien-
ta hacia el Pilar zaragozano, a ltar de la teocracia hispana y esperan-
za de la completa liberación, si bien sospecha las salpicaduras de
una convivencia de " qüatro años entre unos hombres ateístas y
sensuales, predicadores d e la irreligión y del libertinage", y debe-
mos temer que se haya verificado en muchos de vosotros aquello del
Salmo : conmixti sunt inter gentes et didicerunt opera eorum. ¡Qüán-
tos se habrán manchado con sus máximas u opiniones como con
sus convites y viandas !" 390• El "deber" del profeta le impele a arran-
car la cizaña, purificando así el trigo.
No resulta incompatible con las prerrogativas proféticas la exis-
tencia de un mito. Al clérigo se le han desmoronado sus héroes
-Reding, La Romana, Cárdenas, incluso Fernando VII con las no-
ticias llegadas de Valen~y después de la adulación de Ostolaza-,
y crea el "Fabio de España" en Lord Wellington, Duque de Ciudad
Rodrigo - Tito Livio, 2 Dec. 5-. Mas no contento con un titulo
pagano, le añade el tan manoseado de Judas Macabeo, pues "el Se-
ñor dirije s us pasos y hace que el Gavinete de la Gran Bretaña nos
sea tan propicio" 391 • Lord Wellington desempeña perfectamente la
misión encomendada por el profeta, "instrumento de la Providen-
cia para humillar al soberbio Marmont y a su dueño el Tirano de
Europa, hasta dejarlos más abatidos que un leproso". Infundadas
las murmuraciones españolas -"que él despreciab a"- por su "cau-
tela" ante la ruina del exército de su nación al mando del General
Moore"; y reencarnando a Quinto Fabio, acepta batalla en Talavera,
se retira a Coria "empeñado en consumir a un enemigo a quien
por entonces no podía vencer", "lo deja tomar Ciudad Rodrigo y
A!meyda", triunfa en Busaco, y "a manera de fugitivo, corre a es-
perarlo en las formidables lineas de Torres Vedras"; frente a ellas
Masena "consume" cuatro ejércitos en cinco meses. "Entonces fue
qüando nosotros empezamos a desengañarnos y a hacer justicia al
gran General Wellington": vence en Albuera, reconquista Ciudad
Rodrigo y Badajoz, entra en los llanos de Salamanca, discurre p or

389. AGUADO, Sermón. Imp. d e A vila, 1812, p. l.


390. AGUADO. Sermón, 5-6.
391. MANZANEDA, Oración. P alma, Brusi, 1812, p. 6.
176 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

las márgenes del Duero, el "tete-ti-tete" de los dos ejércitos -des-


de el 16 al 22 de julio- se convierte en la victoria de los Arapiles
y Calvarrasa -"en que han tenido parte los Generales España y
Alava"-.
La capital del "pueblo elegido" revive la his toria hebrea: "Así
como Israel llevó el Arca del Testamento a los Reales para aplacar
a su Dios enojado, así los habitantes de Madrid abrieron las arcas
en donde descansaban los cuerpos de sus Patrones San Isidro y
Santa Maria de la Cabeza" ; el mimetismo bíblico fue prenda de su
liberación. El capuchino Manzaneda completa de este modo su cua-
dro: testigo de la entrada de Napoleón, describe aquella vivencia, y
"pide al Cielo venganza" para los afrancesados -"parricidas, trai-
dores y sanguinarios"-. Su petición es atendida: Madrid se ve libre
de bonapartistas gracias a Wellington, al "célebre Empecinado y los
demás guerrilleros, que han sido la polilla que ha carcomido el
manto del Rey intruso, al mismo tiempo que los exércitos derriba-
ban la Corona de su cabeza y arrancaban el Cetro de sus manos". Y
la liberación de Madrid será prenda de la de toda España: "por
ella el brazo de Dios ha peleado" m .
La fama del mito Wellington trasciende toda la geografía his-
pana: el sobrenombre de Fabio alcanza hasta el último rincón de la
nación : por ejemplo, el presbítero Vicepresidente de la Junta Supe-
rior de la provincia de Soria se hará eco en la oración fúnebre a
los Vocales de la Jun!a Superior de Burgos 391• Y en la Iglesia Cató-
lica de Gibraltar se le rinden honores de héroe sagrado, en pre-
sencia del Obispo de Guadix-Baza, Fray Marcos Cabello, del
Teniente Gobernador de la P laza. Mr. Colin Campbell, de los gene-
rales ingleses Smith y Widdrington, y de los generales españoles
D. Antonio Valdés, Conde de Fuentes y D. Carlos de Gand, de Lord
Malpas, del Comodoro Penrose y toda la Plana Mayor 394 •
Wellington, pues, es la bandera mítica que libera toda Castilla;
grncias a la cual el clérigo empieza a profundizar en las permeabi-
lidades afrancesadas, obsesionándole la vivencia de ocapación "bajo

392. MANZANEDA, Oración, 6. 10-13. 16-17.


393. NARCISO DE TORRES, Oración. Soria, Imp. de la Provincia, 1811?, p. 12.
394. DoxtNcUEZ, Sermón del 29 de agoste ele 1812. Gibraltar, 1812, p . 4.
10-12. 14 : "Wellington ... es el baluarte, la roca que ha puesto la Providencia,
para que sobre ella se estrellen las vanas ideas de Bonaparte. El moderno
Fabio ... Welllngton, lleno de piedad., parte inmediatamente después de la bata-
lla -Oe ArapUes--, a la catedral de salamanca, ordena se cante con solemni-
dad Misa y Te Deum en acción de gracias al Dios de los Exércitos, y él es el
primero que se postra delante del Ser Supremo para ofrecerle el homenage
de su gratitud, y confesarle que todo lo debe a su providencia; él entra en
Valladolid, y hace una visita exclusiva a su respetable Obispo; él protege por
todas partes la Religión y sus Ministros".
R.ELJClOSIDAD HISPANA Y SOCI:.EDAD BORBONlCA 177

la furia infernal": "¿A qúántos expatriaba? perturbaba todas las


sociedades y las leyes que las constitufan. Quien no reconocia como
rey legitimo al usurpador que introduxo él, incurria en toda mal-
dición legal. Si no perdia la vida a impulsos del arcabuz, de la trope-
lia, del ultrage en manos de una crueldad horrible era encarcelado
o arrojado a paises desconocidos ... Pero fue lo peor que introduxo
entre nosotros VARIEDAD EN LAS OPINIONES, juicios diferentes en Jos
cálculos, distintos modos de pensar ... Se rompieron casi todos los
lazos de la sociedad española". Y estalla en lamentaciones: ¡qué
estado de confusión y desorden! ¡cuán próxima se presentaba la
ruina de la nación española! Tal situación -similar a la de marzo
1808--- justifica una nueva Revolución : "Se hizo necesario insurre-
cionar la sociedad española contra enemigo tan feroz y aun algu-
nos españoles contra otros" m. A éstos les tildará de "espúreos" en
brutal discriminación ''para separarlos de Jos hijos legítimos", "fal-
sos hermanos". Dos éticas diversas : a la del bienestar contrapone la
del español "legitimo que cifra toda su felicidad en servir a la Pa-
tria" 396•
Justificada la "insurrección", la divide históricamente en épo-
cas. La primera la localiza espaciotemporalmente, para su audito-
rio, en Burgos, iniciándola en 1809. No puede menos de maravillar-
nos su optimismo bélico, cimentado en la religión: "Si Dios está
por nosotros, ¿quién podrá prevalecer? No necesitamos de otros
medios ni consuelo que los que nos ofrecen los libros santos que
tenemos en nuestras manos" m. Con semejante ayuda, se ve preci-
sado a cambiar el vestuario: a les Vocales de la Junta Superior de
Burgos -cuyo martirio canta- les asigna el sobado nombre de
"Matatías y sus hijos" - I Macabeos, 2, 28--- 398. La derrota de Oca-
ña señala la segunda etapa de la insurrección: lamenta reconocer la
persistencia del abatimiento de sus paisanos, que llegó a la "ago-
nia", si bien se recuperaron a ftn~s de 1810 "con los consuelos que
les daban los libros santos'' y con los "Aysdeos de Castilla" -me-
tempsicosis macabea: I Mac. 2, 42-49- comandados por el Cura
Merino 399. Mas en la aurora de la victoria -tercera etapa de insu-
rección- caen los mártires burgaleses -que Jos franceses deno-
minan "brigantes, salteadores de caminos"- e, ante cuya sangre
~1 predicador revistiéndose de su dignidad profética en la traducción

395. NARCISO D& TORRES, Oración, 5.


396. MoRENo, Orczción a los Vocales de lC1 Junlcz Superior de Burgos. Bur-
gos, Imp. de la Provincia, 1813, p. 15-16.
397. NARCISO D& TORRES, Oración, 7.
39e. MORENO, Orczción, 14; NARCISO D& TORR&S, Orczción, 7.
399. NARCISO DE TORRES, Orczción, 8-12; M ORENO, Orczción, 15-20.
400. NARCISO DE TORRES, Orczción, 13-15; MORENO, Oración, 21-29.
J
178 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

de feroz oráculo, anuncia: "El Cielo ha decretado vengar su sangre. l.


Sí, lo ha decretado de un modo tan palpable, que a sus clamores
confiesa deber el intrépido D. Gerónimo Merino401, la insigne victo-
ria de Ontoria de Valdearaos, en que aturdidos 669 de los que repu-
tan invencibles, fueron entregados en sus manos con sus fusiles,
caballos y caxas por el Dios de las victorias. A sus clamores se atri-
1
buye también la prodigiosa libertad de 21 cautivos que sorpren-
didos también con los Vocales el 21 de marzo, y encerrados en los
profundos calabozos de la cárcel de Aranda, se fugaron en una no-
-che venciendo tantas dificultades, que manilestaban bien los diri-
gía el dedo de Dios" 402• La venganza celeste debe alcanzar al afran-
cesado: "el que no ama al Rey (Fernando) debe ser expatriado" 403.
Con estos sentimientos, poco evangélicos, el clérigo se enfrenta con
la España independiente y liberada de la ocupación francesa, sus-
tentando monolíticamente toda su ideología.
2. -De Castilla pasamos al antiguo reino aragonés para con-
ñrmar esta mentalidad.
El 16 de julio de 1813, la capital zaragozana escucha emociona-
da el primer discucso de un auténtico guerrero religioso: "Llegó
ya el momento feliz de nuestra libertad -éste es el primer discur-
so que se ha pronunciado después de nuestra libertad-, después
de un largo silencio de cinco años de esclavitud... Alégrate, nación
santa, invicta e inmortal --conquistó Lanes en su rendición escom-
bros, nrinas, enfermos y moribundos, que más lo cubrieron de opro-
bio que de gloria, mas no conquistó nuestros corazones--" 404• El
predicador dhisa la dificultad de una verdad desapasionada y, para
soslayarla, prefiere teologizar la liberación. Avezado al ropaje bíbli-
co tanto él como sus partidarios, sabe que es el mejor sistema para
im{)oner su ideología; siempre el milagro, el prodigio : "Un nuevo
David ¡qué prodigio! un nuevo David -el Sr. Mariscal de Campo,
D. Francisco Espoz y Mina, Campeón invicto de Navarra y General
de la División de su nombre, es el Libertador glorioso de Zaragoza- ,
que confiado en el auxilio de Dios más que en la fuerza victoriosa
de sus armas y de su robü.Sto brazo, pone en nombre del Señor en
precipitada fuga -en Navarra- exércitos enteros de Filisteos -a

401. NARCISO DE TORRES, Oración, 15-16: "¡0 Comandante Merino, caudi-


llo de la insurrección. guerrero valiente! ¡O hombre verdaderamente religioso,
con qué fe, con qué afectos tan piadosos te expresas en el día de tus mayores
glorias, qüando rendiste 666 soberbios soldados de Bonaparte! ¡Con qué fran-
queza cristiana publicaste que aquellos triunfos eran más bien efecto de las
oraciones, del mérito, de la gloria que gozaban los dignos Vocales que de tu
valor y el de tus tropas".
402. MORENO, Oración, 30.
403. NARCISO DE TORRES, Oración, 16.
404. MAYORAL, Oración. Zaragoza. Imp. Andrés Sebastián, 1813, p . 3-4.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 179

la División de Clausel, y batió a las de París a la vista de Zaragoza,


día 8 de julio, de cuyas resultas tomo el alto de la Bemardona, la
Casblanca y Torrero, y obligó a aquel general a abandonar el día 9
esta Ciudad; día 2 de agosto al segundo día de fuego, rindió el
Castillo, dicho la Alfageria-" oos.
Con esta teologi.zación, invariablemente veterotestamentaria, ya
se atreve afrontar la vivencia de la ocupación. Cuatro pinceladas
le bastarán; también a su auditorio. No a la Historia. La simplifica-
ción sólo puede aspirar a una verdad a medias, que frecuentemente
.se transforma en la peor mentira. Tal es su pintura: '<unos exércitos
que llevaban por todas partes el horror y la desolación"; "un tribu-
nal de policía que se arrogó todo poder y aplicaba toda vigilancia
en perseguir a los buenos españoles"; la nación escindida en dos
grupos, como en el juicio universal, los buenos y los malos, los que
rechazan y aceptan la nueva dinastía : a aquéllos se les asigna la
emigración, el exilio, la fuga o la cárcel, con la consiguiente tur-
bación, llanto, miedo, silencio 406_
En su cuadro no excluye el aspecto religioso : "Visteis los Minis-
tros de la Religión oprimidos, encarcelados, desterrados -la mitad
del Cabildo preso en las Cárceles públicas entre los facinerosos- ;
las vírgenes de todos los estados que siguen al Cordero, despoja-
das, perseguidas, insultadas; los Templos del verdadero Dios sacri-
legamente profanados, hasta el exceso de atropellar al Santo de los
Santos, y echar por tierra la Sangre del Testamento en que hemos
sido santificados; las Imágenes sacrosantas, aun aquellas que se
merecían nuestra más particular veneración, y todos los afectos de
nuestra piedad, abatidas, mofadas, ultrajadas. Vos sufristeis este
ultrage, dulce Madre mia... del Carmen.. . Una tropa de vandidos
os conduce entre sus sacrílegas manos: os insulta, os maltrata, os
acuchilla, y vomita sobre Vos todos los excesos de su veneno, de su
malignidad y de su furor ... Una mano religiosa la saca de entre
aquellos furiosos Vándalos -la Señora Condesa de Bureta dispuso
sacar la Santa Imagen, a costa de algunos riesgos, del Convento del
Carmen, donde recibió los primeros ultrages de la tropa francesa.
D. Francisco Aguilar la saeó después de casa de aquella Señora, que
el gobierno francés había destinado para Qüartel, de ~.>ntre las ma-
nos de los Coraceros, y la conduxo a la suya, donde permaneció
hasta que puesto en mejor forma la colocó en la Iglesia de San
Gil" ..n. No pretendemos discutir la veracidad de semejante histo-
ria, pero si pensar en la complejidad de toda historia, para cuya

405. MAYORAL, Sermón, 5.


406. MAYORAL. Sermón, 6-8: HERNÁ:WEZ MOREJÓN, Oración, 3-4. 6.
407. MAYORAL, Sermón, 8-9.
1

180 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH


J!
inte1igencia se exige el conocimiento de los predeterminantes, mo- 1
tivaciones y p ersonalismos. Tan vivida y perspicaz relación hay que 1
matizarla a través de los testimonios que Mons. Santander y los 1

afrancesados nos ofrecerán luego; por eso valoramos la versión


1
del "púlpito de la liberación" como reticente, incompleta e intere-
sada; sin olvidar que en el ejército francés privaba la tolerancia
religiosa, es decir, no todos sus hombres eran católicos, y los ultra-
jes por éstos inferidos a las imágenes marianas son comprensibles,
sobre todo, en un ejército de ocupación.
Pero esta vez el fraile no osó ahondar más, tampoco el capellán
castrense - " Perdonemos de corazón a qüantos nos hubiesen ofen-
dido, compadezcamos su error, y aliviemos en lo posible su desgra-
cia" .cos__ Se reservó aquél para otra ocasión, la cual llegó, al ser
invitado a predicar el 19 de octubre de 1813 en la Capilla de N. Sra.
del Pilar, con motivo del solemne Octavario -el templo convertido
en iglesia nacional, a donde acuden agradecidos españoles de An-
dalucía, Extremadura, Galicia, Asturias, " atropellando riesgos y ha-
ciendo mil sacrificios" 409- ; después de lisonjear el orgullo regio-
nal con ese peregrinaje nacional y por el recuerdo de los asedios
-en que busca milagros marianos-, necesita desahogar su resen-
timiento contra los afrancesados: "El corazón de los Zaragozanos
será siempre invulnerable a los tiros de la irreligión, a excepción de
un pequeño número de prosélitos, almas débiles, que desmintiendo
el carácter aragonés, por hacer un ridículo papel entre los após-
toles del Tirano, han militado baxo sus banderas, han subscrito a
sus errores, y no han dexado de contaminarse con las impiedades
de Babilonia" 410 •
Les ha insultado con la delación; sin embargo, su venganza no
se ha saciado: ha de acusar a sus colegas en religión, y al fin se
decide: ·•¿Faltó la hostia y el sacrificio en este Santo Templo, por
más que falsamente, qué sé yo si por disminuir vuestras glorias, o
lisonjear a Napoleón y sus seqüaces indignos, se ha publicado en este
mismo Templo desde la cátedra de la verdad". A mitad de camino ha
frenado su dardo rnordaz; cuando lleve su sermón a la imprenta, a.."i.a-
dira una nota que supla su timide.z aunque no del todo - ni siquiera
entonces se aventura a escribir el nombre de Mons. Santander-:
"Se calla el sugeto por respeto a la Dignidad. Un "Nolite tangere
christos meos" me cierra la boca. Es un apasionado a Napoleón, y
basta. Bonaparte, dice el sabio Cevallos, está acostumbrado a las

408. RERNÁNDEZ MOREJÓN, Oración, 8.


409. MAYORAL, Sermón de 19 de octubre. Zar agoza, Andrés Sebastián, 1813 ?,
p. 3.
410. MAYORAL, Sermón del 19 de octubre, 23. 26.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 181

empalagosas alabanzas de los Obispos de su estructura, y en su elo-


gio se profanan hasta los púlpitos -Polit. pág. 18-" 411 •
No obstante, los momentos son más de exaltación de la epopeya
que de resentimientos rastreros, por más que éstos proliferarán
dentro de unos meses. Ahora se suspira -ya lo vimos en Burgos-
en revalorizar méritos; en especial, los del fraile, y en Valencia m,
el 16 de diciembre de 1813, en la oración fúnebre de un mártir -'<mu-
rió por Dios, por la Religión y por la Patria"- Fray Pedro Pascual
Rubert, a cargo de un colega y amigo •u. Rápidamente inviste a su
héroe con el manto profético: vaticina la ocupación francesa al ter-
cer intento "por nuestras culpas"; su diagnóstico moral en una si-
tuación bélica constituye un elemento indispensable para cumplir
correctamente con su misión de profeta: "Qüando vino el Genera l
Moncey contra Valencia, el P. Rubert animando a un Sacerdote
secular, le dixo: Anda a decir Misa, que los franceses darán un ata-
-que, pero no saldrán con la suya. Predicando de rogativa en este
Convento, qüando a la primera venida del Mariscal Suchet, dixo:
Ahora no entrarán los franceses, pero nuestras culpas harán que
vengan tercera vez, y entonces destruiran la Ciudad" 414.
El manto profético justifica la exaltación de la unicidad del hé-
roe: "sospechoso el gefe, el pueblo deposita en él su esperanza". Y
canta su martirio 415. Cuida celosamente su gloria; teme se la robe.
De ella dependerá el prestigio de su ideología, por la que predomi-
nará en la sociedad hispana.
3.- No sólo al norte de Despeñaperros, sino en la sensible An-
dalucí~. El 21 de febrer o de 1813, con motivo de la canónica erec·
ción y aprobación constitucional de la Congregación del alumbrado y
vela al Santísimo Sacramento, el canónigo doctoral de la catedral
malagueña lamenta la "opresión gala" -"profanaba los templos y
funciones sagradas, y tenía la osadía de insultar al Señor Sacra-
mentado"- en no autorizar la mencionada Congregación -"era un
delito irremisible"-, a la vez que "se promovía y fomentaba por el
Gobierno intruso el establecimiento de sociedades condenadas con
repetición por la Santa Iglesia" 416.
Más quE: la discriminación, el clérigo no podía tolerar sociedad
alguna, portavoz de la temática del "siglo de irreligión e impie-
dad"417, y "ateismo" 41 s, distinta de la pregonada hasta entonces por
411. MAYORAL, Sermón de 19 de octubre, 25.
412. LABAIG, Sermón, 31-32.
413. FoRTEA UBEDA, Oración. Valencia, Yernos de José Estevan, 1814, p . 3.
414. FORTEA UBEDA, Oración, 47.
415. FORTEA UBEDA, Oración, 50-60.
416. CoRRALES, Sermón. Málaga, Luis de Carreras, 1813, p. 9-10.
417. A.LARCÓN, SeT77t6n. Málaga, Luis de Carreras, 1913, p . 16- 19.
418. GARCÍA PALOMO, Oración. Málaga, Imp. de Martinez, 1814, p. 11.
182 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

el púlpito. Intenta recuperar la tradicional exclusiva. Por ella 1ucha


en doble frente: el bonapartista y el quintacolumnista, el de los
"nuevos filósofos", "críticos", "periodistas", etc.
Fray Juan Gómez Muriel, el 16 de marzo de 1813, en la Metro-
politana y Patriarcal Iglesia sevillana, plantea su pedagogía: El hom-
bre de bien formado por el espíritu del Evangelio. Tal será el tema
del sermón, y su personaje, Santo Tomás de Aquino, o mejor el
SANTO FRAILE. La oración sagrada posee tal voltaje de nerviosismo
y tensión que pronto saltan las primeras chispas eléctricas: el Aqui-
nate era un "hombre bueno" aunque les pese a los "nuevos filóso-
fos"; y esboza el ideal del patriota -"sobriedad, religión y piedad"-
frente a los "críticos": "estas tres virtudes son la disposición - mo-
derando sus acciones-, forma -lo forma dirigiendo a Dios como
a su principio y último fin- y complemento -útil a la Patria- de
un hombre de bien" 419.
Mas todo ello es un pretexto para denunciar, desde el púlpito,
al enemigo interior, que se halla dentro de casa. El documento re-
viste el sensacionalismo de ser la primera delación de "esos PERIO-
DISTAS indecentes, que a titulo de sabios, se han concedido la licen-
cia de insultar a toda clase de personas con su crítica mordaz y
anticristiana... Son la peste de la Sociedad, la polilla del Estado,
y el escándalo de nuestra Santa Religión ... ¿Qué hubiera dicho el
Apóstol Santiago -cap. 1, v. 26- al ver que los sabios de nuestro
siglo emplean sus talentos en producir vexaciones e insultos escan-
dalosos contra toda clase de personas, sin distinción del carácter?
¿Qué al ver los fraudes, los enconos, las intrigas y medios .que se
adoptan para destruirse los hombres unos a otros? ¿Qué al ver
las atroces perfidias contra el estado, las ocultas maquinaciones
co!ltra el Monarca, y la aversión y desprecio que se hace de la Igle-
sia, de sus leyes, y de sus Ministros?" 420•
He ahí el nuevo enemigo. Justamente cuando la nación va qui-
tándose de encima el "imperio de la tiranía" -bajo el cual "aun
gimen muchos de nuestros hermanos"- , gracias al medio más efi-
caz que nos ofrece la Religión", la devoción de María Santísima,
cuya imagen 421 =-y cíngulo 4zz_ se traslada a su primitiva iglesia. Ha
llegado el momento de descubrir, ya sin tapujos, al adversario. Se
va a iniciar una lucha secular, y el fraile se apresta resuelto. Utili-

419. GóMEZ MURIEL, Sermón. Sevilla, Imp. Real, 1813?, p. 3-6.


420. GóMEz MuRIEL, Sermón, 14-15. 23.
421. BurzA, Sermán. Ecija, Joaquín Chaves, 1813?, p . 5. 33.
422. OMELLA, Ora.cián. Zaragoza, Francisco Magallón, 1814?, p. III : "Hallán-
dose el sagrado cíngulo como preso y cautivo en poder de un enemigo atheo
de opresión, e irreligioso por principios y máximas de una filosofía anti-
christiana".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD IIORBONICA 183-

zará la fecha inaugural de la Independencia para lanzar su grito de


guerra, desde La Coruña, secundado definitivamente desde la citada
Metropolitana Patriarcal Iglesia de Sevilla veintiocho días después.

b)) Apertura del segundo frente

l. - El franciscano Fray Manuel Gómez Negrete acomete la


ofensiva en el segundo frente, desde la misma Colegiata coruñesa, el
2 de mayo de 1813. Estratégicamente -para reunir fuerzas y apli-
carlas a una sola trinchera- recuenta los triunfos logrados en
el frente bonapartista. Se retrotrae al cenit napoleónico -"Italia,
Nápoles, Holanda, Prusia, Polonia, la Alemania toda, y hasta el
Gran Imperio de las Rusias han tenido que sufrir su ley"-, y
profetiza: "debe estrellarse en nuestra España, nación escogicta del
Señor, en donde, aunque malos, somos todos Católicos" 423•
Valoriza el oráculo dentro del marco de la época, con la deserción
de la Junta Gubernativa y de hombres "sabios" como Ofárril, Ma-
zarredo, Azanza, etc. Ante plúmbeas nubes, la realidad profética.
afiara en la heroica jornada madrileña que describe con peculiar
información 424• Pero lo sustancial es, a vista de la ejecución de la
profecía y liquidación de las principales posiciones bonapartistas,
concentrar todo el fuego sobre el nuevo frente, completamente im-
previsible: "¡Oh España! -exhala luctuosos lamentos-- ¡Oh tris-
te España! ¡Oh malavent•.rrada Patria mia! ¿Podria esperarse de ti
ahora hace cinco años?" Nadie lo pudo preveer, excepto el profe-
ta, que ya trazó en 1808 y 1809 la senda de la salvación. "¿Podría.
creerse que en vez de hacer penitencia de aquellos pecados por que
nos veiamos castigados, todos nuestros esfuerzos se havian de diri-
gir a acabar con el .:ulto del Señor?" No puede ocultar su reseP-ti-
rrúento por ver burlado su esfuerzo bélico : la Guerra de Religión se·
convirtió en una simple Guerra de Independencia; y lo que más
odiaba: en beneficio de los "libertinos" , concretados por el orador
en el sector más acC'.esible a sus críticas -descl.e el púlpito no se
atrevía de momento con los diputados, padres de la patria-, los
periodisi:as, resonado!'es de los ilustrados en general
A ellos dirige su ataque: "¿Que los españoles tan sensatos y jui-
ciosos siempre sobre tan católicos, haviamos de llegar a sufrir que
las cosas más respetables de nuestra augusta Religión se ajasen
osadamente en todas partes con los viles epítetos de fanatismo,
superstición e hipocresía? ¿Que nosotros haviamos de alcanzar hi-
jos de nuestra misma Patria, que se atreviesen a imprimir qüantas.

423. Gó.MEz NEGRETE, Oración. Coruña, Prieto, 1813, p. 4.


424. Gó.MEZ NEGRETE. Qración, 5. 8-9.
184 ALFa.EDO MARTlNEZ ALBIACH

blasfemias y heregias les inspirara Lucifer hasta decir que ni hay


Juicio, ni hay Infierno, ni hay Purgatorio, ni hay Gloria; y que hom-
bres tan horrorosamente criminales en vez de ser castigados con
todo el rigor que reclamaban sus irritantes delitos, havian de ser
públicamente sostenidos y apadrinados? ¿Que hasta en esta misma
Ciudad que jamás ha conocido sino católicos Romanos, había de ha-
ver quien osase querer tiznar con su infernal tinta la asombrosa
santidad del actual Vicario de Jesu Cristo copiando de su Gazeta
-de la Coruña, del Miércoles 3 de Marzo de 1813- las calumnias e
insultos con que han querido ultrajar su autoridad sus encarniza-
dos enemigos los protestantes, adelantándose desde aquí a alarmar !
a los Católicos contra la infalibilidad de nuestra fe, y ·la obediencia
y veneración debidas a sus decisiones y preceptos, hasta avanzarse
a es·tampar con los enemigos de Dios, que "en dónde está la doc- 1!
trina inmutable de la Iglesia Católica Apostólica Romana".
El franciscano siente la inspiración ciceroniana, y remedando la
primera catilinaria, exclama: "¡Españoles! ¿En dónde estamos? ¿En
una Nación católica? ¿En la Católica España, o entre los desertores
del Evangelio?" El epíteto es duro, cruel: pero el disgusto provocado
por la lectura de la Gaceta le supera; en nota al pie de página, aña-
de cuanto no osó pronunciar desde el púlpito: "En uno de los pa-
peles públicos de Londres intitulado "Ambigu", su editor un Pro-
testante, se dice que coma la voz de que Napoleón y el Papa habían
firmado un Concordato por el que S. S. se obligaba a declarar lexi-
timo el último casamiento de aquel excomulgado con la bija del
Emperador de Austria. Con este motivo aquel editor se desata en
toda clase de improperios contra el Sumo Pontífice y contra nues-
tra misma Fe. "¿En dónde está la doctrina inmutable de la Iglesia
Católica Apostólica Romana?" Esta es entre otras una de las pro-
-posiciones heréticas y blasfemas que (sic) dicho papel, proposi-
ción, que si dicha en Londres es un obsequio hecho a su profesión,
escrita en España, es el insulto más sacrílego que puede hacerse a
nuestra Religión C.A.R. y a nuestra misma Constitución que la ha
dec:etado come ~nica verdadera; es un delito da lesa Magestad Di-
vina y lesa Constitución; es el mayor de todos los crímenes a que
puede atreverse la depravación. Yo debo confesar que tube que leer
dos, tres y más veces la citada Gazeta para no creermé equivocado.
Porque ¿cómo poderme yo persuadir que en España, y mucho me-
nos en la Coruña en donde hay tan pocos impíos todavía, se atreviera
nadie a escribir de un modo tan anticatólico? Quise, sin embargo,
disculpar a los editores. Esto ha sido, dixe, alguna de aquellas pre-
cipitaciones... Pero mi espanto llega hasta un punto inexplicable,
qüando tomo en la mano los "Ambigus" y leo en ellos -n. 356,
iU:LIGIOSIDAD Bl.SPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 185

p. 349- la siguiente nota: "Creemos de nuestro deber decir que


se duda mucho de la realidad de este nuevo Concordato". Gran
Dios, exclamé aquí.. ¡Un Protestante cree de su deber hacer esta
advertencia, y los que debieran hacerla aun qüando él no la traxe-
ra, poniéndolo todo menos esto! O atrevimiento! O abandono! O
depravación! y o tolerancia! Carnes insolentes e impíos: aun qüan-
do verdadera e indubitablemente nuestro V. Padre por un efecto de
la común fragilidad huviese llegado a privarse hasta el punto de
quedar tan vergonzosamente descubierto, ¿qué es lo que vosotros sus
hijos devisteis haber hecho? Sem, Japhet, hijos respetuosos, venid,
1 enseñad a vuestro mal hermano. Sí, cubrid con vuestra capa la ver-
güenza de vuestro padre. Impío Canaan ¿cómo podreis huir .la
maldición si has insultado a tu respetable Padre? ¿Si habeis impro-
perado a la· misma Iglesia de Jesucristo? Españoles: el Papa ni ha
11
1
firmado, ni por todos los intereses del mundo firmará jamás un
Concordato anticatólico. No : Pio Séptimo no es tan "liberal": no
1 venderá su fe por "todos los dineros".
1
En la habitual ambientación bíblica ha situado al periodista "li-
beral" en el personaje genesiaco de Cam. El fraile necesita de ese
ropaje; le sirve de marco en su actividad exotérica; con él intuye
mejor el peligro, puede delatar con mayor franqueza, y su solicitud
pastoral parece más divinamente respaldada, más profética.
Al especificar la pluriaplicación de su ministerio profético, añade
una nueva modalidad, "una nueva. obligación ha venido a pesar so-
bre nuestros tristes hombros". Exigencia. que alcanza instantánea-
mente la primacía, "el primero de nuestros cuidados": examinar
a los fieles sobre los papeles que leen y a que están subscritos". La
justificación de tal medida policíaca se debe a la llegada de la
época vaticinada en los Hechos de los Apóstoles 20, 29-30 y en la
segunda carta de San Pedro 2, 1 y 19; no 1e basta apellidar al pe-
riodista, cam: ahora le agrega el de lobos rapaces, propaladores de
doctrinas perversas, falsos doctores que prometen libertad cuando
ellos son esclavos de la corrupción: "nuestra desdichada Patria se
vP. cubierta de periódicos y otros papeles impíos, empeñados en ro-
barnos la Religión a cambio de una engaño:.a "libe:ta.cl"; en ellos
se motejan atrevidamente las mejores instituciones de la Iglesia, y
hasta se p::-etend~ hacerlas aparecer como invenciones del ~oismo,
de la tiranía y superstición; se sostiene que una nación puede des-
obedecer sus preceptos; y se ajan, y aun se calumnian con libertad
sacrílega todos sus Ministros, sin perdonar ni al Papa".
Tal postura, si no herética, la evalúa el clérigo como definitiva-
mente rechazable, y con autosuficiencia audaz lanza su veredicto:
"Los que están subscritos o compren papeles semejantes, están
ll&l.ICIOSID,\D HISPA:<A •. • - 13
136 ALFREDO MARTINEZ ALBlACH

incapaces de absolución" . Pronunciado el anatema, se percata de la


extinción del Santo Oficio, decretada por los diputados gaditanos, y
con interpretación osada, a la vez que sutil, advierte : "Las censuras
que la Iglesia tiene justísimamente fulminadas contra semejantes
escritos y los que los leen, no han podido ser suspendidas ni anuladas
por nuestras Católicas Cortes al abolir el Santo Tribunal de la In-
quisición". Fundamenta la aserción en la misma Proclama de las
Cortes -que respetuosamente titula "Su Magestad"- sobre los
Tribunales protectores de la Religión; una frase muy vulgar: "Dios
le libre de entrometerse en la jurisdicción eclesiástica". Revela
perspicacia enorme la consecuencia de una aseveración de los dipu-
1
tados, su principal adversario. Con ellos aún no se atreve, pero si 1

\~
contra los divulgadores de su ideología; a éstos les prqyecta, desde
su privanza de oráculo divino, la sentencia de Dios -según el augu-
rio paulino en su carta a los Romanos 1, 32- que condena a muer- 1

te a los factores y a quienes les aplauden. Fácilmente se percibe, 1•


a partir de 1812, la introducción, realizada por el fraile, de la vigen-
cia normativa neotestamentaria en su ideario, pero con un matiz
peculiar: las citas revisten carácter conminatorio e insultante. Una
adecuación del Antiguo Testamento al Nuevo. Idéntica mentalidad
con moderna ·terminología. Tiende a sentenciar al periodista y a su
lector: "¡qüán grande no será el pecado de los que los ayudan con
sus subscripciones o con la compra de sus papeles!"
El clérigo no podrá desdeñar esta modalidad profesional de la
que se responsabiliza ante Dios, centinelas del alcázar de la Igle-
sia, "canes místicos" del rebaño de Jesucristo. La realización de su
ministerio alcanzará pretensiones insosp~chadas : "las plazas, las
calles, las tertulias, todo debe convertirse en púlpitos y confesiona-
rios al efecto". Supondrá la Oilli".imoda hegemonía en lo social; por
ella santificó la Revolución del 19 de marzo de 1808, por ella pro-
clamó la guerra santa, por ella luchó tan denodadamente.
Para no perder esta baza ensombrece trágicamente el horizonte:
"¿Es posible que vuestros hijos estén ya sentenciados a morir sin
Religión y condenarse?" En tal coyuntura apel& a lo alto: "¡Gran
Dios! ¡La España, vuestra predilecta España, esa Nación tan singu-
larmente favorecida de vos, ingrata y dellilqüente hasta este extre-
mo!" Entonces reincide en el profetismo, prediciendo -dentro de
la norma del Levítico 26, 18- "otro azote siete vezes mayor que el
actual" - la guerra antinapoleónica-. Una amenaza imprecisa, in-
forme, y como tal más amendrantadora.
Cuando se convence de que el pavor ha prendido en su audito-
rio, indica un remedio. Remedio sumamente despiadado, brutal,
salvaje. Procura paliarlo cou calificativos, pero cayendo en macabra
..

RELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 187

Y repulsiva simbiosis, la "santa crueldad": "Si yo os dixera que


era meneste dar principio por no dexar impío a vida; que los pre-
liminares de nuestra alianza con Dios deben empezar por armarnos
de una santa crueldad contra los impíos de nuestra Religión, sin
perdonar ni a los parientes más allegados a nuestra alma; ¡qué
golpes tan fieros nos dispararían esos injustos y alborotados perio-
distas, cuya impiedad ha llegado hasta apellidar al Santo Tribunal
de la Inquisición "monstruoso, horrendo, bárbaro, feroz, cruel, ·san-
guinario, carnívoro, antihumano y aun antidivino!" <ClS. •

Mas no le intimidan las criticas periodísticas; a ellas opoae la


Constitución y legislación de Dios, cuyos atributos de justicia, bon-
dad, misericordia y amor subraya. El Deuteronomio -17, 2; 13,
1.6.12; 17, 8.18- en abierto antagonismo a la Constitución de Cádiz.
Con claridad, algo paliada, osa despreciar la inmortal obra gadita-
na. La lógica primacía de Dios sobre los hombres trasciende a una
rivalidad de Constituciones, en que se atrincheran dos mentalida-
des, la frailuna -con una ..Constitución verdaderamente divina"-
Y la liberal. Con semejante pantalla el fraile cae en lo más profundo
de su retrógada visión histórica; llega a la etapa más primitiva de
la teocracia hebrea, en su obsesión de "pueblo" predilecto de Dios,
de pueblo santo, de nación sacerdotal. La elección excepcional de
Israel suponía exigencias de tipo religioso y moral, ya que Yabvé
se mostraba celoso y no admitía la coexistencia de otros dioses en
el corazón de los israelitas; como pueblo elegido, no podrá vivir se-
gún las normas de los gentiles, antes al contrario ha de observar
preceptos inhumanos y salvajes, cuya transgresión atraerla sobre
si la ira divina; el pecado de idolatría se condena por el anatema o
exterminio de cuanto contiene, y la idolatría es un crimen de lesa
majestad divina y nacional, dentro de una mentalidad teocrática.
"Era la ley del jérem o anatema, costumbre bárbara seguida por
Israel y tomada del ambiente histórico, dándola un supuesto sentido
religioso : se hacia voto a Yahvé de entregar al anatema o destruc-
ción - jérem- las ciudades conqtústadas si se obtenía la victo-
ria" 426_ E! comentario :resulta espeluznante, a la par que revela l4s
auténticas intenciones del predkador coruñés.
Al percibir, en cambio, que se le desgarra el velo encubridor,
racurre nerviosamente al Nuevo Testamento con el mismo propó-
sito que antes. Su exégesis artificiosa - mezcla el perdón con el
castigo- concluye en que "perversos semejantes -los periodis-
tas- no debe tolerarlos ninguna nación que profese el Evangelio".

4 25. GóX&Z NEGRETE, Oración, 15-18.


426. COLUNGA-GARciA CORDLRO, Biblia Comentada. Pentateuco. Madrid,
B .A.C ., 1960, p . 846. 954.

.1
188 ALFREDO MARTlNEZ ALBL\C.H

El apasionamiento no embota su mente; comprende que su pin-


tura acerca de Dios no resulta halagüeña para los "reformistas" y
pretende enervar sus críticas tildándole~ de resonadores de Voltai-
re: aspira a que este nombre sitúe a sus seguidores en posición
desairada, como en el siglo anteríor. Ha agotado todos los resortes
de la persuasión y duda del éxito. Para redondear su sermón, se
inviste de las mejores galas; prefiere la megalomanía mosaica; escoge
el momento, "al acabar de intimar a su pueblo estas mismas leyes
de parte del Todopoderoso -Deuteronomio 30, 19--". Su delirio
de grandeza le empuja a adoptar el matiz legislativo en su pluriem-
pleo profético; y el legislador deuteronómico enfáticamente ponía
por testigos a los cielos y a la tierra de haber cumplido con su co-
metido de colocar ante Israel la vida y la muerte, la bendición y la
maldición. Aquélla, "si escrupulosos zeladores de la ley de nuestro
Dios, procuramos inexorables el exterminio de la impiedad, repre-
sentando a nuestro Soberarw los estragos de la irreligion, y pidién-
dole una, dos o qüantas vezes fuere menester repetirlo, aquellos re-
medios que se crean capazes de contener tan grandes males"; ésta,
"si seguimos tolerándolos como hasta aquí, porque ¡infelices pue-
blos, dice el Espíritu Santo -Proverbios 29, 2-, qüánto tendrán
que llorar si lluegan a mandar los impíos!" m.
La labor renovadora de las Cortes de Cádiz se había granjeado
-en poco más de dos años- anatemas tan destructores, había pro-
vocado el furor del fraile a tal grado que en nuevo "recorsi" a
1808 le situaba en una guerra sin cuartel. Así estrenaba la paz
napoleónica. Eclosión de una secular guerra civil: apertura del ot;ro
frente, y en torno a las trincheras dos Revoluciones, la del fraile y
la liberal.
2.- Descendamos novecientos cincuenta kilómetros para escu-
char el sermón del monje presbítero, Gregorio Rodríguez, " encar-
gado por la Secretaría Arzobispal" sevillana para la festividad de
San Fernando de 1813; el éxito del sermon le alcanzó el ser perse-
guido, procesado, suspendidas las licencias sacerdotales, "injuría-
do en los papeles públicos" y "arrojado" a Portugal como "agente
de una cor..spiración secreta". De ella se defendió en 1814, tras el
regreso de Fernando VII. Pagó la audacia de su pane,oirico, cuando
"estaba en Cádiz en su mayor calo:r el empeño de las novedades y
de las reformas", cuando "eran atacados impunemente los derechos
de Dios y dP-1 Rey por una multitud de hombres preocupados, con-
vertidos como por encanto en predicadores y maestros que traba-
jaban sin cesar para desmoralizar los pueblos y prepararlos a que
recibiesen gustosos la nueva investidura de la 1·egeneración". Juzgó
427. G ó"EZ NECRETE, Oración, 19-20.
RELIGIOSIDAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 189

su "deber hablar con aquella libertad santa que no reconoce los


peligros, ni teme la muerte, y más qüando tan sagrados derechos
exigen de nosotros el último sacrificio". Trató de "desengañar estas
gentes, manüestándoles del modo más claro y positivo el desenlace
de su laberinto, que han visto cumplido después de un año con uni-
versal asombro" 428.
Sus palabras, preñadas de honda satisfacción por el triunfo de
su ideología nos preparan para la auténtica inteligencia de la inten-
cionalidad de su sermón; completa el cuadro de triunfalismo católi-
co sevillano, si bien aun en esperanza. Nos hallamos, pues, en plena
lucha, entre dos fuegos, en medio de lo más encarnizado de la ba-
talla contra el liberal.
El tema del panegírico se centra en lo más esencial del profe-
tismo -Jeremías, 1, 10-. La gana de matices de su misión elabo-
ra una imagen compleja, que alcanzando las prerrogativas regias
cristaliza en una personalidad absorbente de funciones a la par
sacerdotales y regias. Profetismo y teocracia.
El contexto escriturista 429 comprende la vocación del profeta:
se le constituye árbitro de las naciones; su palabra, en cuanto tiene
el respaldo oficial de Yahvé, será como una espada con doble fun-
ción punitiva: arrancar y destruir naciones y reinos; también, res-
taurar y consolidarlos, edificar y plantar. Con tan sublime preámbu-
lo biblico se acerca al auditorio con dos personajes que yuxtapone
o u::lifica, según sus intereses oratorios, Fernando m y Fernan-
do VII.
Entroniza poéticamente el primero, ante cuyo solio coloca a todos
sus súbditos, a los "bellos regeneradores de sus antiguas, santas y
sabias instituciones", de una parte, y de otra, a los "hijos de Dios,
espa!íoles ranciosos, cristianos viejos, puros e intolerantes'' 01. El
santo rey, en juicio salomónico, escucha atentamente, en primer
lugar, las ''memorias interesantísimas, trabajadas con tanto pulso
para mejorar la policia universal de la Iglesia y del Estado, adulte-
radas ell: estos días tristes por los conatos de la supersticióú y de
la hipocresía". Todos acudirían presurosos a exponer sus memoria-
les: "cada qüal dulcemente engañado con las ideas lisonjeras de una
fortuna brillante querría ser el primero en presentarse a sus pies".
Mas la. paciencia de San Fernando se agota -según el predicador-
con la cuarta "notificación". El orador se complace en describir el
"sudor frlo que empieza ya a correr por la frente y semblante de

428. G. RoDRÍGUEZ, Sermón. Madrid, Francisco d e la Parte, 1814, p . 3.


429. MAxn.m..IANo GARCÍA CO!lDeRO, Bibli4 Comentada. Lilmls Protéticos. Ma-
drid, B.A.e., 1961, p . 411-413.
430. G. RoDRÍGUEZ, Sermón, S. 19.
190 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

€Stas desgraciadísimas criaturas, conociendo en esta pregunta -que


les hace Fernando III: ¿habéis tenido como último fin en todos
estos trabajos el bien de la Patria, el deseo de libertad, el amor
al Rey Fernando, y el zelo por la honra y gloria de Dios que me
ha puesto entre vosotros como Juez inexorable para arrancar y
destruir el delito y el crimen, y para edificar y plantar la justicia
y el orden, el cristianismo y la religión?- el fin que deberían tener
sus personas, sus folletos y sus miserables relumbrones, vi~ndo el
invicto corazón de Fernando tan mal dispuesto para recibir la re-
generación filosófica".
Con regusto inefable saborea las escenas -sus deseos se con-
virtieron en realidad- de principios de mayo de 1814. " ¡Qué placer!",
exhala, al imaginar el huracán otoñal, disperdigando las hojas perio-
disticas. Y se mofa de cuantos huyen, para escapar de la represión,
de la "espada vengadora". La chanza raya en feroz escarnio, com-
prensible ante el resentimiento de un espíritu pequeño y oprimido,
pero que inexplicablemente alcanzó carta de naturaleza en 1814.
Como si intuyera la recóndita personalidad de Fernando vn o
compusiera los moldes a que se acomodaría el "amado Fernando", el
predicador esboza el modelo: "¡Oh! no sería más cruel la osa, ro-
bados sus cachorros, ni el león más terrible en medio del anfiteatro
que Fernando m de Castilla entre esa caterva de hijos bastardos.
Corred, corred Diccionarios Critico-Burlescos, marchad Concisos,
precipitaos Duendes, no as detengais S~.Jillas libres, navegad Redac-
tores y Semanarios, Fernando os conoce, Fernando os proscribe, no
hay lay rú constitución 'q ue os ampare -me engañé qüaado quise
deteneros en medio de la fuga- , pronto, pronto desamparad la tie-
rra, porque Ferna."ldo .. . hizo ya resonar el clar1n, para destruir... ,
demoler ... , y para purgar la tierra de todo qümto huela o sepa a
-novedades traspirenaicas".
Fernando VII revestirá la personalidad ejecutora del profetismo,
su brazo armado; verifica la misión que Yahvé confió al profeta.
Su escudo: "¡Qué consuelo es para los hijos de la religión y de la
patria ver a Fernando en medio de ella, sirviéndola de escudo contra
los conatos de los extraños y domésticos que quieren desbaratarla!"
El predicador alude a su reconocido valor ante cuarenta bayone-
tas francesas --el primer frente--, y se encorajina para lanzarse
sobre el segundo frente -{)uarenta mil filósofos-. Su misión, "que
entiendan los pueblos y la soberanía nacional qüan distantes esta-
mos de nuestros principios, de las obligaciones y juramentos que
hizo la nación entera en los días gloriosos y eternos de nuestra santa
revolución, de morir o vencer por mantener puros e ilesos los de-
lr 1
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 191

rechos de Dios y el trono de Fernando" 431. La "Santa Revolución" del


19 de marzo de 1808 ha sido escamoteada; hábil y astutamente se ha
"robado" al fraile su mérito y privanza, como denunciara Fray Vi-
cente Facundo Labaig el 25 de septiembre de 1808 en Valencia m.
Acabado ya el juego de superposición de ambos Fernandos -gra-
,;1
•• cias a este juego ha sobrenaturalizado al Borbón con el Santo-,
~ yuxtapone sus respectivas misiones: "Fernando m y el VII Fer-
nando han sido puestos por Dios en el trono de las Españas, el
f primero para arrancar y destruir las supersticiones de la heregía
·1
Y del Alcorán, el segundo la zizaña maldita de la ilustración y la

'
l
filosojia, y entrambos para edificar y plantar la felicidad pública
en el árbol frondoso de la moral cristiana".
Los campos se deslindan, la silueta del enemigo se recorta, y al
abrir el segundo frente, apresta al auditorio a la lucha, más cruen-
ta aún que en la vieja trinchera: "Cristianos: todos los exércitos
dei usurpador (Napoleón) no son tan ominosos para la desconsola-
da patria como una media docena de regeneradores que han tomado
a su cargo el bárbaro proyecto de jubilar a Dios en el mundo, pro-
yecto bárbaro que no pudieron realizar con todas sus arterias el
Patriarca de Fernei con los demás corifeos aunque coronados del
ateísmo. Do quiera que encontreis alguno de esos espiones que vie-
nen a desbaratar la Religión antigua y el trono de Fernando, dela-
tadlos inmediatamente a Fernando m, y vereis cómo sin Inquisi-
ción el mismo Monarca lleva sobre sus espaldas la leña y enciende
con sus propias manos la pira donde deben consumirse los perjuros
de nuestra revolución y de nuestro bautismo".
La batalla de la teocracia: Dios, el Monarca supremo; Fernan-
do, el General; Cristo, la señal del combate; y la "santa crueldad"
tradicional: "¿Qué de satirillas arrojarán contra Fernando m nues-
tros delicados, qüando entiendan que este santo Príncipe no gasta-
ba esas formalidades ni ceremonias que usó después el santo Tribu-
nal, pareciéndole que qüalquier demora en castigar esta especie de
delinqüentes le podría hacer reo ante aquel Dios eterno, de cuya
mano había recibido el bastón, y en cuyo nombre empuñaba la es-
pada? Purgada así Castilla de esas raposas malignas que en todos
tiempos han infestado la viña del Señor, el exército castellano era
un exército de verdaderos leones que tenían por Monarca a Dios,
por General a Fernando, por señal del combate a Cristo, por com-
pañera la virtud, por regla la justicia, por inseparable la victoria,
por mote el honor, y por blasones las lunas y turbantes de toda la
morería.. . El procuraba imprimir en sus batallones el santo temor

431. G. RODRÍGUEZ, Sermón, 9-10. 12.


432. LABA~G, Sermón, 31-32.
192 ALFREDO MARTlNEZ ALBlACH

de Dios, de que estaba tan poseída su alma; él quemaba vivos qüan-


tos hereges encontraba sin esperanza de reconciliación, .o· los marca- 1!
ba en la frente, qüando esperaba de ellos algún saludable arrepen-
timiento .. . Dios inmortal, sacad de las cadenas al afligido Fernando
vn para que zele vuestra gloria y vuestro honor contra las impie-
dades de la filosofía por unas virtudes eminentes como las de Fer-
r
nando ID de Castilla contra el Alcorán. A la presencia del Rey Fer-
nando, protegido por vos, desaparecerán de repente esos bandoleros
que han profanado vuestro nombre, igualmente que su Monarquía.
A la presencia de Fernando caer án muertos qüantos han contribuido
al plan de la usurpación con sus maniobras. A la presencia de Fer-
nando entrarán en orden todos los ramos de la administración pú-
blica, y se conocerán en todas partes los derechos de Dios y del
César. A la presencia de Fernando se acabarán esas diversas opi-
niones que enervan la Patria, mantienen la discordia, y nos impo-
sibilitan el triunfo. A la presencia de Fernando no volverán a pisar
más la tierra esos filósofos que han declarado la guerra a la Igle-
sia, la persecución a sus Ministros, el odio a los Frayles, la corrupción
a la moral y su aversión a los dogmas. A la presencia de Fernando
¡o Padre ingénito! temblarán todos los ateistas, y conocerán a su
pesar que existís en lo alto, y que del seno de vuestra providencia
salieron estos dos Fernandos para arrancar y destruir el Alcorán
y la filosofia".
Tal es el dogma politico que ambiciona implantar, la "santa
Revolución". Y he ahi el grito de guerra: "Muera, muera en nuestro
corazón esa espantosa filosofía que quíere invertir este orden. Así
vivieron nuestros mayores en los dias de San Fernando, y peleando
por Dios, por la Patria y el Rey, ¿qüántas victorias no coronaron s us
sienes?"
Pero en el momento de lanzarles al ataque, se detiene en explici-
tar entre verdades y falacias el programa doctrinal de la ilustración:
exclusión de Dios, gloria, eternidad, infierno, orden, vergüenza, ho-
nestidad, virtud, Rey, Papa, Obispos, Canónigos, Curas y Cléri-
gos; "no quíeren sobre todo lo aborrecible en el mundo -p:-ocla-
ma el oraáor con orgullo-, no quíeren Frayles porque les impiden
,convertir la sociedad humana en u.>a República bestial". Estos
--casi los señala con el dedo- "viven entre nosotros, entran en las
tertulias, arrastran los pies a la francesa -segundo afrancesamien-
to-, se aprietan la guillotina, se encrespan el topé".
Luego, aborda los problemas de trascendencia: uno moral y otro
político. El primero lo desfasa con exagerados ribetes de amor puro
y negación de eternidad, para proteger la hegemonía frailuna sobre
la juventud a través de la omnímoda e indiscutida autoridad pater-
RELIGIOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 193

na; la libertad individual adquiere peculiar manifestación y viru-


lencia entre los jóvenes que claman por la autodeterminación Y elec-
ción de su estado y de su amor: el problema trascenderá a las Cor-
tes de Cádiz, que se declaran protectoras de pretensión tan justifi-
cada, y si bien la represión fernandina de 1814 protege al fraile, el
problema quedará como zanja abierta. Igual suerte mereció el se-
gundo problema, el politico: la soberania nacional es explicada
como derivación legítima de la Revolución francesa, a la que con-
sidera tan sólo como regícida, sanguinaria y anticlerical -"extraviar
la opinión y ascendiente que el Clero debía tener en los pueblos"-;
únicamente "el temor de tanta muerte humilló el espíritu republica-
no al mayor de todos los tiranos que han conocido los anales del
universo". Esas son las "criminales novelerías" que ansía "arrancar
o preservar'' al auditorio. Solamente "Dios, la Religíón y Fernando
nos podrán salvar de tan inminente peligro"; "ideas antiguas, temor
a Dios, amor al Rey Fernando, respeto a las autoridades, nos harán
vivir a la sombra de la felicidad nacional, y morir no como Velar-
de en la Albuera, y sí como Fernando m de Castilla entre las espe-
ranzas y gozos de la eternidad futura. Amén" 433•
¡Adelante! ¡A la brecha! Una auténtica guerra.
e)) Guerra sin cuartel a la libertad filosófica

Pero una guerra sin cuartel. El fraile vislumbra el futuro que


los liberales gaditanos han planificado sobre él. Nada halagüeños,
por cierto. Similares a los napoleónicos. En vano ha elevado, repe-
tiáas veces, humildes representaciones "a la sabia y católica nación
española con su deseada y digna cabeza el Sr. D. Fernando VII a
su frente, y Congreso de Cortes Nacionales": "El V. Clero Regular
de los vastos dominios de V. M. ha observado escrupuloso silencio,
sacrificando su honor a la aras y en obsequio de su amada Patria
por no agravar su dolor en la época más amarga .. ., y qüando por una.
disposición manifiesta de la Suprema Junta Central cerca de la con-
vocación y formación de Cvrtes generales y extraordinarias de am-
bos Emisférios, le excl!.1yó de voz activa y pasiva para di!!ho Con-
greso, para el qüal declaró hábil y con derecho al Clero secular,
seguramente honorable y dignisimo de t9m3r asiento de justicia .
por su naturaleza, por su carácter, por su sabiduría, por su alto in-
fl.uxo, por su nobleza, y por títulos en nada inferiores a los que
pueden presentar los honorables que adintegran el Estado lego de
España .. . Mas, Señor, ahora... , restituida la tranquilidad y propie-
dad con otras formas constituyentes de un Congreso Español baxo
un Rey, una fe, y un Dios Salvador, se considera el Clero Regular
433. G. RoDRÍGUEZ, Sermón, 10-22.
194 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

·de España en la segura y necesaria época de hablar en tiempo


oportuno, y baxo las reglas de juicio y justicia; no tanto por vin-
·dicar su honor, qüanto por el interés de ambos estados de la mayor
de las Naciones" 434.
Hay que subrayar dentro de la exhibición de méritos su pro-
funda animadversión a la forma de constitución de las Cortes ga-
ditanas: "El que tenga ojos lo verá en las conciliares Cortes de
Toledo, digno modelo de Cortes Españolas, como lo son todavía las
de Navarra, mi amado suelo, que, como dice un sabio (el señor Her-
mida) son el único precioso monumento que nos ha quedado, y que
(contra la novedad sansculótida) adopta, quiere, y prefiere el voto
sabio de la Nación, que desde su cuna ama la ancianidad, y que
jamás hará compatible con su magestuoso carácter la franclinerú:L
francesa, y contuso gobierno popular... El espíritu afrancesado de
los disfrazados españoles (de quienes abomino) ... No habrá prác-
tica (dirá el nuevo Republicano) de convocar a Cortes, ni tomar
asiento en ellas los Regulares. Esta falsedad está bien convencida
.hasta nuestros dias en las Cortes de Navarra (que el Señor Hermi-
da llama único monumento precioso de Cortes), donde concurren
·Con asiento y voto, en el Brazo del Clero siete Prelados Regulares".
Y acumula méritos pretéritos y actuales, "sirviendo en los exér-
citos no sólo a la manera de Moysés, si también de Josúes" como
Fray Julián de Delica, en hospitales y en trincheras como soldados:
merecen justicia, pues "no son delinqüentes, ni comprehendidos
en delito alguno, ni deudores a la Real Hacienda en criminalidad" 435•
Ante horizonte tan cerrado -reconoce el excesivo apasionamiento
de los liberales-, el fraile se lanza a una guerra sin cuartel; tam-
bién, el clérigo secular de credo similar, que tipifica al enemigo en
la "libertad filosófica", pues si el frente bonapartista giraba en torno
.a una ética da felicidad, el frente liberal se polariza er. la libertad.
Dos mentalidades, dos programas, dos libertades: la filosófica
y la que "se alberga donde habita el espíritu de Dios": el tema del
sermón que el exilado arcediano de Albarracin y Gobernador de
su Obispado, Dr. D. Pascual Jover, predica en la iglesia parroquial
áe Mahón, en 1813. Frente a la libertad filosófica, que intitula "dia-
bólica", cimentará en dos razones su afán de que "conocida la liber-
tad, que es un don del espíritu de Dios, no puede dexarse de exe-
crar y repudiar la libertad que predican los filósofos de esta edad":
..'primera, porque ella es la base y la guia de la más devergonzada
irreligión; segunda, porque ella revuelve los estados, destruye los

434. SOLCHACA, Representación. Impreso en Cádiz y reimpreso en Manresa,


1813, p. l. 3-4.
435. SOLCHAGA, Representación, 67. 17. 25. 27.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 195

tronos, introduce la anarquía que es la consecuencia necesaria del


espíritu de independencia y de la soberbia del hombre". En suma;
"la libertad que nos ha dado el espíritu de Dios, es el apoyo más
finne de la verdadera religión: la libertad filosófica la destruye de
1 raíz; la libertad que nos comunica el espíritu de Dios, mantiene la
armonía en los estados, sometiendo los vasallos a las leyes de los
Príncipes: la libertad filosófica revuelve los súbditos contra los
soberanos, mina en secreto los tronos, y llena el mundo de sangre,
de desórdenes y de ruinas" 436.
La preocupación primordial del clérigo es la alianza del Altar y
del Trono; por ello, se empecina en identificar la obediencia a Dios
y al Rey, la cual atraerá un premio infinito o un castigo eterno para
el rebelde a ia autoridad regia. Sorprende la audacia con que subra-
ya "esto debe entenderse sin restricción alguna, de suerte que aun-
que los que Dios eleva a los tronos deshonren su augusto carácter
--en una nota fustiga las teorias del famoso Contrato Social que
"un moderno escritor llama Teorias de los Prescindistas"- con
la injusticia y la regularidad de conducta, no por esto hay razón
suficiente para poder sacudir el yugo". Alude a Luis XVI y silencia
a Carlos IV y la "santa Revolución" de'! 19 de marzo de 1808. Ya no
tiene necesidad de legitimarla ni justificar.
Ahora se enfrenta a los modernos ateístas que confunde con el
deísmo; les escarnece, llamándoles frenéticos y seguidores del die-
ciochesco titulo "de su amor propio". Así va descubriendo las di-
versas escuelas filosóficas que pululaban entre los liberales junto
con la bibliografía correspondiente: "¿Qué filósofo hubo nunca ver-
dadero que se atreviese a formar problemas del ente Supremo, de
la causa necesaria, de Dios sumo en todo género de perfección? Los
mismos filósofos paganos le temían y respetaban; pero éstos del
.clia, más insolentes que Tántalo, lo burlan y ridiculizan. Estos son
los modernos ateístas que para servirme de la frase de Job le niegan
el imperio sobre la tierra, y le dexan sola la libertad de pasearse
sobre las nubes, ocioso espectado-r de los sublimes proyectos y cálcu-
los de su ilimitado saber. Lo constituyen indüerente sobre qüal-
quier ;.-eligión, que es lo mismo que decir, sobre el cult-o o desprecio
que se le dirija por los hombres , y sobre la alabanza o la blasfe-
mia que le quieren dz.r. Algunos de éstos en el acaloramiento de sus
brutales deseos llegaron a negarle la existencia, y a no admitir otra
ley de lo justo y honesto, más que el dictado de su amor propio, de
su interés personal, y de la física sensibilidad; y para estos frené-
ticos, la sensación agradable y la utilidad temporal, bien sea real

436. JoVER, Sermón sobre la libertad filosófica. Madrid, Repullés, 1814.


p. l. 5. 7-8.
196 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

o aparente, son las dos fuentes de la virtud y la recompensa del he-


roísmo. Otros haciendo arbitrarias las ideas de la virtud y del vicio,
pretenden derivarlas de las convenciones políticas, o del clima y el
temperamento; y para éstos una misma acción, por exemplo, que
es viciosa en Asia, puede ser virtuosa en América; el que en la ma-
ñana es un Sócrates, en la tarde puede ser un Epicúreo; y el que es
un impuro, ladrón o blasfemo, no lo es por determinación volunta-
ria, sino por necesidad inevitable de su física constitución. Aún pa-
san más adelante algunos otros, los qüales considerando al hombre
en su primitivo estado, quieren que fuese por naturaleza salvage, sin
domicilio fixo, sin voces articuladas, y con ideas tan limitadas como
su misma vista. Estos le dexan la libertad de dar o quitar el asenso
a las leyes, sean divinas o humanas, pues lo quieren independiente de
toda autoridad moral y religiosa; tales son los zelosos amantes del
escepticismo, cuyo afán está en lo que se extienda sobre toda la
sociedad, para que la especie humana fluctúe incierta entre todas
las verdades y errores. De éstos no falta quien humilla y degrada al
hombre hasta reducirlo a la condición del bruto, haciéndolo morir
como el jumento, y quien culpa la reflexión del entendimiento hu-
mano, como un manantial funesto de todos sus males; y éstos son
son los que justifican al robo, con~aran la luxuria, y canonizan al
libertinage. (Todas estas impiedades y dogmas infernales los he
recogido de los libros que ellos llaman escritos filosóficamente, sien-
do distinguidos entre ellos, el Espiritu, la Costumbres, Pensamientos
filosóficos, Filosofía del buen sentido, Pirronismo del sabio, Discurso
sobre la vida feliz, Origen de la desigualdad de los hombres, obras
filosóficas de la Metrie, el Hombre planta, Cartas filosóficas, Persia-
nas, Chinescas, .Judaicas, Tratado del alma, Intérprete de la natu-
raleza, Enciclopedia en difere:ctes artículos. El que quiera acertar,
lea la obra erudita del Timo. Sr. Zaguri, obispo de Vicenza, y tam-
bién la obra italiana intitulada: Tutti han ragione: en la qüal se
prueba muy bien que los filósofos a la moda enseñan y propagan
la li"re!igión, la libertad y la igualdad, y que sus máximas hao dado
E'l impulso a la horrorosa revolución de Francia)".
Documento excepcional, revelador del entusiasmo con que Es-
paña se aplica al estudio filosófico en escasos meses de libertad.
Esta euforia científica atemoriza al clérigo que la ve de diferente
forma: "la irreligión triunfante sobre el Sena estos años pasados,
asomándose a los Pirineos ha pretendido conmover a la España y
perderla". Sin embargo, él confía en la predilección de la provi-
dencia divina: "luego acudirá para preservarla, y le dará un ángel
tutelar con su Rey, quien con espada en mano la defenderá, y la
hará vencer, y la bestia desaparecerá"; "el espíritu de Dios a tiem-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 197

po nos traherá un ángel de paz en Ferdinando, el qüal como otro


sol apenas asomará sobre su horizonte, ya pasada la noche de sus
amarguras, qüando con sus activos y benéficos rayos, de un golpe
destruirá las tinieblas de la filosófica impieQ.ad, y asegurará los
días jel ices a todos sus amados hijos, que con tanto interés lo es-
peran y lo piden a Dios". Se halla seguro del triunfo final.
Su 9ptimismo le impele a despreciar la "idolatría" liberal: "Ra-
zón, filosofía, libertad, qüalidad, pueblo Soberano, éstos son sus
favoritos ídolos, y sobre esto vierte toda su ciencia". Su triunfalis-
mo religioso le insta a desarmar, pieza por pieza, todo el altar de la
libertad; eleva el problema al rango teológico, valorando como un
auténtico acto idolátrico el respeto por la libertad, preconizado
"descaradamente a pesar del carácter de cristiano que recibieron y
de las protestas con que renunciaron a las obras del mundo, de la
carne y de satanás". Y desarticula con paciencia todos los elementos
integrantes de la libertad, la de opinar, la de hablar o imprimir y la
de obrar; el "primer derecho del hombre; derecho sagrado, invio:..
Jable e imprescriptible" que menciona con ironía.
¿Por qué -reclama justamente airado- no se reconoce tal liber-
tad al fraile? Prácticamente se le ha declarado indigno de los dere-
chos comunes del ciudadano; peor que a los esclavos, se les niega
el domicilio y el alimento. Hay planteada una guerra sin cuartel a
causa de la libertad filosófica. Y exasperado, exclama: "Libertad
infame, ideada y producida en ~1 Pandemonio (o corte infernal se-
gún Milton), yo te abomino, te aborrezco, te maldigo, porque no
tienes por base más que la desvergon~da irreligión".
Una guerra defensiva: "la irreligión y la soberbia han declara-
do la guerra a Dios y a los hombres, al cielo y a la tierra, y quieren
triunfar". El clérigo sonríe. La victoria está de parte cte Dios. Gue-
rra defensiva y de religión. No hay duda alguna. Serenamente razo-
na el argumento: "La sola vida cristiana, unida con la fuerza su-
perior, nos puede salvar. Tendremos esta bella reunión de religión
_y fuerza en nuestro amado SobP.rano el Señor Don Ferdinando VII,
que Dios nos restitl.!ya". El triunfalismo se completará con la llega-
da de Fernando. De momento, reune a todos los cristianos "verda-
deros, buenos ciudadanos, súbditos fieles, hombres honestos", para
aplicar la ley judaica del jerém o anatema; se hace voto a Yahvé de
entregar al antema o destrucción al enemigo, cuando se consiga el
triunfo: "ANATEMA a esa atroz filosofía, porque tiene por base la
desvergonzada irreligión, por apoyo la malvada impostura, y por
consecuencia el trastorno universal; porque es el deshonor de la
naturaleza humana, y el oprobio de la razón; porque quiere alejar
·de nosotros el espíritu de Dios, para dar el imperio del mundo al
11

198 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

espíritu de las tinieblas, de la mentira y de la confusión. ¡Gran


Dios! todo vuestro pueblo fiel responde : Fiat, Fiat" m_ Asi con-
cluye su sermón. Mayo de 1814 traería la palma de la victoria. Pero
sólo el triunfo de la primera batalla.

1823 concederla a esta Guerra de Religión contra los liberales


otro laurel, pues durante dos años se había luchado con el mismo
espíritu. Sírvanos de ejemplo el escolapio -la Orden religiosa más
benévolamente aceptada por los liberales- P. Bartolomé Miralles de
San Antonio ~38 • Suceso que el 5 de julio de 1829 todavía recordará
437. JOVER, Sermón, 11- 12. 16-18. 24-29. 31-32. 35. 37.
438. MlRALLEs, Sermón. Zaragoza., Magallón, 1823?, p. 3. 6-10. 14-17: "En
España, enemiga natural de novedades, en la católica España querían los
jacobinos reforzar los r eales de la irreligión y tremolar el estandarte de la
más negra perfidia! En el pueblo más sensato y generoso, que hace dos siglos
desprecia la mofa y sarcasmos de la vana jil.osoji.a, quería ésta. colocar su va-
cilante trono, para derribar el trono de Dios y el de Fernando!... ¿Qué pueden
querer los impiisimos =ones, que juran en sus reuniones tenebrosas romper
la cabeza del Hon:f.:lre Dios que nos redimió con su propia sangre, y borrar de
la tierra su venerable y santo Nombre? De aquí su rabia contra todos Jos
ministros del Santuario; de aquí su despecho contra el Vicario de Jesu-cristo,
cuyos consejos paternales despreciaron insolentes, y se burlaron de su poder,
y quebrantaron sus preceptos, y ultrajaron a. su Nuncio, y le arrojaron con
ignominia de la España.. De aquí las negras calumnias que levantaron a los
Obispos más respetables por su ciencia y su piedad; a. los Obispos que hemos
visro insultados, presos y arrancados de sus sillas, y desterrados sin causa y sin
proceso; proceder que no se usa con los mismos malhechores. De aquí la violen-
cia y el descaro con quP. despojaron al clero de sus fueros, de sus propiedl!.des,
y hasta de la. necesaria. subsistencia; y lo que es peor y excede a todo encare-
cimiento, trataron a los sacerdotes como fora.gidos, llevándolos sin compa.c;ión,
ni miramiento, de cárcel en cárcel, arrastrándolos por los caminos en la cuer-
da, cual si fueran infames galeotes ... Sacerdotes y Obispos asesinados con :fie-
reza y crueldad. ¡O sombra respetabl~ de Vinuesa ! ... ¿Y qué delitos había
cometido el sabio, el venerable y piadosísimo Obispo de Vic, para que vendido
a. un satélite de la facción, fuese atrevidamente fusilado en l>razos de un ino-
cente compañero y hermano que cayó también al golpe de las balas?... ¿No era
bastante dar a.l través en una plumada con la obra del mayor poUtico español
que conocernos, con la obra del inmortal Cisneros. con el tribunal sanú> de la.
/e, que nos libró de tantas ca.lamidades, y que si algún vicio tenia era la
ind:llgcncia, con qce en es~.os últimos tiempos t.'"lltó &. los lib~? ¿No era
bastante haber suprimido de un golpe Jos monasterios, monumentos venerables
que fundaron nuestros piadosos reyes, confiando más en el canto de los monges,
que en el poder de sus armas? ... ¿No era bastante haber estrechado el circulo
de los religiosos, obligándoles a perecer de hambre, o a mendigar el sustento
de su mano fratricida, abandonar su profesión, y perder quizá el reyno de los
cielos? ¿No era bastante arrancar de los claustros, para. el servicio militar, a
los jóvenes que habían abrazado el estado r eligioso bajo la salvaguardia de las
leyes, esponiéndolos a los peligros y a la corrupción de una vida. licenciosa?.. .
¡Constitución! el pueblo español pedir constitución? este pueblo que la.
rasgó, la pisó, y la quemó el añQ catorce, este pueblo tan firme en su conducta
pide constitución? Mentira... Con esta imponente mentira sobrecogieron al
bondadoso monarca, el cual aunque conoce sus derechos estima sobre todo la
salud de su amado pueblo; con ella quitaron a Fernando el poder que recibió
i RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 199•

el franciscano Fray Pedro de Pina en presencia del Obispo murcia-


no 439• No obstante, a la muerte de Fernando VII la suerte favore-
cería a los liberales con el consiguiente ocaso de la ideología de.
guerra santa.

de solo Dios, le despojaron de la Soberanía, y al Señor del supremo derecho


que tiene para darla, o quitarla cuando quiera; porque el pueblo, gritaron con
más furia, es el único Soberano. Mayor mentira: el pueblo jamás ha sido, ni
es, ni puede ser Soberano por la evidentísima razón de que no puede ser a un.
mismo tiempo señor y criado de sí Inismo ...
El jacobino desvelado en la perdición del Rey cautivo prepara un nuevo
lazo, y el dia 7 d.e julio d.el 22 viene acelerando sus destinos. Mentirosos! ¿Quién.
sino vosotros fraguó la deserción de los guardias españoles, su salida de Ma-
drid a manera de paseo, su vuelta y entrada como en triunfo, y poco después
su descalabro, su condenación y su exterminio? ... Lo que vosotros deseasteis
fue, que Fernando a la cabeza de Jos guardias de palacio hubiera salido en.
socorro de los miserables que engañados morían por su Rey con entusiasmo.
¿Y entonces? entonces o Fernando perece en la refriega, o condenado como
reo de lesa nación que ellos decian, muere sin remedio en un cadalso ...
Con qué fin se propuso, se decretó, y se egecutó la salida d el Soberano de
Madrid, aquella violentisima salida, atropellando la delicada salud del Rey-
Y de la Reyna? Qué intención, decidme, fue la vuestra al derribar del trono
en Sevilla y arrastrarle como un reo a la cueva de Cádiz? Qué temeridad!
qué desacato! qué crimen!. .. Fer:!lando el deseado sale triunfalmente de Cádiz,
pisando Ja cerviz de los indomables jacobinos, y recibiendo las bendiciones y-
las lágrimas de sus amantisimos españoles".
439. PINA, Sermón que en la solemne función celebrada en la Iglesia de la
Purisima Concepción de la Ciudad d e Murcia, el dia 5 de julio d e 1829, con.
motivo de la reposición de R. 0 ., y bendición hecha por el Ilmo. Sr. Obispo de
esta D iócesis de la Imagen de la Señora en la piriLmide reedificada en la en-
trada del Malecón (d estruida por un terremoto) . Segovia, Espinosa, 1829, p. 6.
22-23: " Apoderada del gobierno la facción revolucionaria del año veinte, quiso
hacernos jelices introduciendo la anarquia, y quitándonos la Religión. ¡Qué
trastorno tan espantoso y universal en Jo divino y en lo humano! Oprimidos
y vejados de mil modos, no podíamos quejamos, y ni aun libertad teniamos
para llorar ; todo nuestro consuelo consistía en la paciencia y en la esperanza.
Confiados en el poder y amor de Maria Señora nuestra acudimos a su pro-
tección, la invocamos con fervor, y no fueron fallidas nuestras esperanzas. Se·
dignó oir nuestros suspiros, y enjugar nuestras lágrimas, intercediendo con su.
Santísimo Hijo para que pusiel.e fin a tanta calamidad. Así lo vimos verificado"-
j
CAPÍTULO II

POSTURA INTERESADA ANTE EL MUNDO

El fin de la sociología religiosa -afirma Haring 1- , además de


llegar a conocer las relaciones mutuas m ás importantes entre reli-
gión y sociedad, es, sobre todo, fundamentar una pastoral que t en-
ga en cuenta convenientemente toda la coherencia del complejo
social, sorteando aJa vez el peligro de clericalismo o de desmedida
voluntad de poder que la realización del Reino de Dios sobre la
tierra lleva consigo. Peligroso equivoco es el creer que la misión
de la cristiandad de constituir la levadura de la vida social significa
clericalismo o afán desordenado de dominio por parte de la Iglesia.
S ería simplificar abusivamente ias cosas equiparar en todo mo-
mento la Iglesia con el Reino de Dios, y mucho más aún con la do-
minación del mundo. La Iglesia es el cuasi-sacramento del Reino de
Dios. En ella, comunidad socialmente concreta, se hace visible el
Reino de Dios de una manera eficiente; algo así como los sacramen-
tos significan y causan realmente la invisiole gracia de Dios. El con-
cepto de Reino de Dios es más extenso que el de I glesia. Pero el es-
tado y la sociedad, que en el ejercicio de sus funciones no están
subordinados a la Iglesia, se encuentran enteramente sujetos a las
exigencias del Reino de Dios, el cual recibe en la I glesia una forma
visible sociológicamente: goza la I glesia de una constitución esencial
e inmutable en la que se refleja el carácter social del hombre, si bien
en la realización histórica de su imprescindible estructura social
acepta ella también ciertos elementos mutables del medio ambiente
en el que vive.

1. HARING, Fuerza y flaqueza de la religión, 31. 81-83. 93. 185-187. 227.


REL IGIOSIDAD HISP.\SA ••• -14
202 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

Las crisis más agudas pueden sobrevenir a la Iglesia cuando ésta


se entrega excesivamente a las corrientes sociales dominantes o
cuando la Iglesia considera como esenciales e intenta conservar a
todo precio, elementos estructurales sociológicos que se le queda-
ron adheridos procedentes de otra época y quiZá ya toda en ruinas.
La Iglesia debe ser la levadura d e toda estructura social -para ha-
cerla fermentar con el espíritu del Reino de Dios--, y se renuncia a
esta misión s iempre que se cae en uno de los dos extremos: limi-
tarse a plañir en la inacción al mundo social que se hunde, o empe-
ñarse en defenderlo encarnizadamente, en nombre de la religión, en
contra del nuevo mundo que se levanta.
Ahora bien, el hecho de que el clero en la alta y, en parte tam-
bién, en la baja Edad Media, fuese el portador casi exclusivo de la
cultura y, por desgracia, también de un cierto poder temporal, no
significa en si mismo enriquecimiento alguno de la vida de la Igle-
sia o de la sociedad, a pesar de que, por lo común, el clero medieval
vivió muy cerca de las gentes, siendo una verdadera élite entre ellas.
1
Aquello fueron los comienzos. La separación necesaria para un pe-
riodo de transición. Sin embargo, el grupo selecto de laicos no faltó
en absoluto durante la Edad Media: los laicos, además, no dirigían
sólo en la política; entre ellos hubo también grandes poetas, artis-
tas y hombres auténticamente religiosos que reclamaron sin amba-
ges los derechos soberanos de Dios. La misión educadora de la
Iglesia será colmada, cuando el laico, con propia responsabilidad y
en virtud de su formación religiosa y profana, pueda cumplir la mi-
sión que le ha sido encomendada aqui en la tierra del modo que
mejor se ajuste a los tiempos y circunstancias. Por otra parte, el.
sacerdocio que se constituye en señor temporal al mismo tiempo,
no sólo se enmaraña en negocios seculares, sino que corre también
el ~ligro de dejarse fascinar por el poder: la actividad politica de
un sacerdote contribuye siempre de un modo u otro a la honra o
desprestigio de su r eligión. Y el señor temporal, por su parte, que
reclama para sí la autoridad eclesiástica o las funciones sacerdotales,
se ve también tentado demasiado frecuentemente a valerse de la
religión como de un simple medio para alcanzar sus objetivos po-
líticos. Por este sistema, la ;:-eligión y el estado en los períodos de
crisis caen en el descrédito.
Y en el siglo xvm se produjo la primera crisis de la teocracia.
Fue precisamente un ministro de Fernando VI quien la fecundó:
"con el fin de dar impulso a la civilización, Ensenada envió a varios
españoles a los países extrangeros para perfeccionarse en las artes
y en las ciencias, y trajo además sugetos muy instruidos de otros
paises, proporcionándoles aquí colocación y otros medios decoro-·
RELIGIOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 203

•osos de subsistencia" 2• Fue el primer intento de destibetanización,


favorecida luego por el Despotismo ilustrado que, tras el bache pro-
vocado en 1793 por la guerra contra la Francia revolucionaria, cul-
minaba en el clima creado con la Paz de Basilea. Asi se provocó
una crisis de posiciones frente al mundo, y el clérigo -especial-
mente el regular que se babia impermeabilizado a la influencia trans-
pirenaica- se negó a reconocer al laico capacitación religiosa y pro-
fana -antes al contrario, le juzgaba completamente equivocado-.
Y, por consiguiente, reasumió el mando socio-religioso que deten-
tara en la Edad Media, creyéndose aún responsable ex~lusivo del
bienestar de su feligrés: efectos del paternalismo primitivo. Empe-
cinándose en su papel de indiscutible maestro, subraya - para im-
plantar la teocracia- los slogans de desprecio y desinterés frente
al mundo: el Reino de Dios, encarnando definitivamente en tierra his-
pánica una forma de teocracia, se convierte en un Israel pe r~grinan­
do por el desierto hacia su única patria, la celesté.
No solamente el ya citado P . Santander 3 : "Un christiano .. . no
debe suspirar sino por aquella patria celestial... Un christiano ... ,
un hombre muerto al mundo". También el Arzobispo de Santiago,
Mons. Bocanegra 4 : "Los que siguen la conducta (de la Iglesia Ca-
tólica), es tanta la satisfacción que experimentan, que casi gozan
ya del fruto de la Celestial Patria, y por la alegria que su conciencia
les da en este destierro, tienen ya en él una especie de Paraiso". El
Prelado barcelonés, Mons. Climents: " ¿No sabéis que el mundo es
nuestro enemigo declarado?" ... "Quisiera, digo, que os ocupárais
en todo este tiempo (de Adviento), no en prevenir costosas galas con
que desahogar vuestra pródiga vanidad, no en idear exquisitos abun-
dantes manjares con que saciar vuestra gula ... ". El Arzobispo de
Tarragona, Mons. Arraaña 6 : "renunciar al mundo y consagrarse a
Cristo".
La verdadera y única patria, la celeste; el mundo, su enemigo.
Su ideal más sublime, la guerra divinal. Su modo de vivir -su es-
tilo-, la renuncia y segregación del mundo. Los hombres son -se-
gún el decir del predicador palatino, Castejón ;_ "como los ríos,
unos brotan de les montes con ruido, otros van por los valles con

1. HARINc, Fuerza. y flaqueza. de la religión, 31. 81-83. 93. 186-187. 227.


2. TAPIA, Historia. de la civilización española, V. ll, t. IV, p. 79.
3. SANTANDER, Doctri114S y Sermones, n. Sermón contra las Comedias,
p . 261-262.
4. BocAmcRA, Carta Pastoral " Saludable medicina", p. 240-241.
5. CLIMENT, Pláticas dominicales, I, Plática, XX:Xvll para la Dominica
de QuinqUagésima., p . 360; I para la Dominica 1.:" de Adviento, p . 2.
6. AR.MA.ÑA, sermones, IV, Sermón en la fiesta de San Agustin, p. 30.
7. CASTEJ'ÓN, Sermones, I , Sermón IX de Ceniza, al Rei en su Capilla, año
de 1716, p . 145.
204 ALFREDO MARTINEZ !\UIIACH

silencio; unos son caudalosos, otros pobrecitos". Pero todos van a


dar al mar que es el morir: aún no hemos nacido y ya se nos va
disminuyendo la vida: "los ríos empiezan a correr desde su naci-
miento, nosotros antes de nacer empezamos a correr para la
muerte" 8• Todo esto en el xvm.
Al iniciarse el siglo XIX, el clérigo español conserva su mentali-
dad peculiar de postura desinteresada frente al mundo. Su petu-
lancia le lleva a enjuiciar la centuria anterior con una perspectiva
histórica de cuarenta y siete días. El Prelado barcelonés -y del
Consejo de S. M.- D. Pedro Diaz de Valdés se dirige a su grey, en
la S. I. Catedral, el 16 de febrero de 1800. Intitula su sermón de
Sexagésima "Mis angustias y mis consuelos". Tal impacto debió
producir en el auditorio, que su autor, emocionado, lo mandó publi-
car con una dedicatoria y bendición especial. He aquí una selección
de ideas 9 :
"La grata perspectiva de esta Capital brillante era el más dulce
consuelo de mi corazón sensible. La freqüencia en asistir a los
Templos; la generosidad en la magnificencia del Culto; las Confe-
siones y Comuniones a menudo; y por fin, la Religión en su trono,
protegida por nuestros Soberanos, y profesada por nuestros feli-
greses, forman la preciosa heredad que me ha confiado Dios, y son
mi consuelo, mi gow y mi alegría. Soy, pues, feliz ... Den otros al
siglo XVIII los elogios de ilustrado: Yo, examinadas las ciencias
qua hacen felices a los hombres, diré que fue el siglo de la ignoran-
cia, el siglo de la corrupción y el siglo del libertinage ... Prometamos
al pobre, que será rico; al plebeyo, que será noble; al que teme la
ley. que tendrá libertad; y con este engañoso cebo, ganaremos las
gentes, y acabaremos con los Ministros del Santuario. Con esto no
habrá ya quien dé a conocer nuestra malicia y nuestra depravación.
Yo confieso que en mi heredad no vive de asiento el incrédulo ...
Mas ¡ah! Demasiado cierto es, que asoló otros campos, y que de-
bastó otras regiones. ¿No he de temer? ¿No me he de angustiar? ...
Habitan en otros países infestados y arruinados con sus brutales
sistemas. ¿Pero sus obras, sus escritos, sus libros no llegan alguna
vez a nuestros Pueblos? ¿No se introducen en nuestras casas? Plu-
guiera a Dios que no llegaran .. . ¡Ah! ¿Qué se hicieron aquellos tiem-
pos, en que se notaran cerno monstruos y como apóstatas los que
leyeran el más pequeño libro contra la Religión y contra el Esta-
do? ¡Qué malos, qué ruines y qué peligrosos son nuestros tiempos
actuales!. .. ¿Mas no son de temer esos libritos, que con facilidad

8. c .u .ATAYUD,Exerci.cios Espirituales, p. 91.


9. DÍAZ, Sermón. Barcelona. Imp. del Diario. 1800, p. 10-13. 15.
RELIGlOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 205

se introducen, que a todas horas emponzoñan, y que una faltriquera


oculta y salva de la inspección de los Magistrados?"
Mentalidad dieciochesca, pero con nueva problemática: la feli-
cidad . El ideal de la Enciclopedia francesa -revalorizar al hombre,
mejorar la situación humana en todas sus vertientes- penetra en
la epidermis clerical, aunque provocando un concepto distinto, si
bien utilicen el mismo vocablo. Felicidad no es sinónimo de bien-
estar, sino que encierra un contenido diverso con aires de supe-
rioridad: una felicidad supraterrena por encima de las apetencias
sensibles. En tal sentido se siente feliz el Prelado barcelonés: la.
frecuencia en la asistencia a los templos, en las confesiones y co-
muniones; el boato y lujo del culto; la "protección" de los Reyes
para que la Religión se mantenga en su trono -la espada sostenien-
do la cruz-. Su criterio de felicidad le lleva al diagnóstico singular
sobre el siglo XVIII que pretende -mediante la libertad como enga-
ñoso cebo- romper el clasismo social, la igualdad; también a preveer
sus consecuencias: la destrucción de "los Ministros del Santuario",
sin los cuales ¿quién estará capacitado para desvelar la malicia y
la depravación? Aunque por el momento no hay incrédulos en Bar-
celona, teme los libros que, burlando el "cordón sanitario" 10 esta-
blecido por el Rey en los Pirineos -la tibetanización-, se introdu-
cen en algunas casas. Y añora tiempos pasados, cuando se i!Dponia
el sambenito de monstruo y apóstata a quien leyese el más peque-
ño libro contra la Religión y contra el Estado. Por eso, se angustia,
en el dintel del siglo, columbrando la maldad, la ruindad y el peli-
gro que aportan los "tiempos actuales".
Ahora bien, su preocupación pastoral se incrementará hasta
explosionar en amarga y atrevida advertencia a los mismos sobe-
ranos y real familia. Fue el 8 de octubre de 1802. El Cabildo Cate-
dral celebraba una "solemne acción de gracias por la dichosa llegada
de los Reyes .NN. SS. y de sus Altezas, por los felices desposorios
de los Srmos. Srs. Príncipes de Asturias y de Nápoles (Fernando
y Maria ft..ntonia), y por el venturoso alumbramiento de la Sra. Rei-
na de Etru:ia". En tal ~yuntura, el prelado barcelonés no duda en
revelar su problt!lllática de felicidad, apoyándose en los Proverbios
- 2, 21-22-: las virtudes hacen felices a los pueblos, los vicios los
vuelven miserables. En primer lugar -después dirigirá una velada
pero descarada acmación a los Reyes en estas palabras biblicas que
le sirven de tema para el sermón-, agradece en nombre de la in-
dustria catalana la paz alcanzada por los soberanos y adula la "Real
bondad" que ha preferido Barcelona en los desposorios del Prín-
cipe de Asturias sobre otros puertos mediterráneos -Cartagena,
10. REcu-ALCOLEA, El siglo xvm, p. 112-113.
206 ALFREDO .MARTINEZ ALBIACH

Valencia o Alicante-, para acabar con la atrevida amenaza que


vimos entre los preanuncios de la definitiva batalla contra el li-
beral11.
En los albores del siglo XIX, el clérigo español -con nuevos ma-
tices de " felicidad"- trata de revivir la mentalidad del siglo ante-
rior. Recordemos cuanto se ha expuesto en el primer capitulo; tal
vez podríamos añadir algunos detalles •z.
Pero el clérigo de principios del siglo XIX no había querido valo-
r ar h evolución y desarrollo del laico, su madurez y sus aspiracio-
nes /.~ tomar parte activa en todas las emp resas socio- religiosas, en

11. DíAZ, Sermón. Barcelona, Manuel T exero, 1802, p. XIX-XXII. XXXVI-


XXXVIII.
12. Aunque se vive la e uforia de estrenar siglo (FrrA, Sermón en la so-
lemne festividad celebrada por la R. Asociación de Caridad. Valencia, J oseph
Estevan y Hermanos, 1808. p . 30 : "Dios incomprehensible, ¡estaba r egistrado
en los decretos de tus eternos destinos que en el siglo diez y nueve ardería con
mayor actividad que nunca el fuego de la Caridad ... "). se procura vivir según
la mentalidad de la centuria precedente, proliferando las traducciones de los
sermones de Fray Adeodato Turchi., del Orden de Menores capuchinos, Obis-
po y Conde de Parma (TuRCJri, R omilia sobre la influencia de los Vestidos
sobre la Mm-al Christútn4. Valencia. Joseph Estevan, 1804; Homilia sobre el
culto exterWr, recitada en el dia de la Asunción de la Stma. Vugen María,
añ.o de 1790. Valencia, Esteven, 1805; Colección de las Homilías más interesan-
tes que dixo a su pueblo (de Parma> para preservarlo del contagW de la Filo-
sofú¡. Moderna. -Se alude a una colección editada en Barcelona-, Palma, F e-
lipe Guasp, 1812: Contiane Carta Pastoral al pueblo y cLero de Parma, año 1789,
pág. 1-:¿6; Homilia sobre la lección de libros, dicha al pueblo el dia d e Pente-
costés de 1791, p ág. 31-49; Homilia sobre tolerancia en asuntos de R eligión,
dicha al pueblo el d ía d e San Bernardo de 1795, pág. 56-75; Homilia sobre
hlablar en asuntos .de R eligión, dicha al pueblo el día de Todos los Santos de
1795, pág. 83-100). Con todos los símbolos ya considerados: Bula de la Cruzada
(FRANCISCO JOSEF DEL SALVADOR, Sermón del 30 de noviembre de 1800. Madrid,
Imp. Real, 1801, p. 3: "Qu e la Bula de la Sta Cruzada sea un tesoro espiritual
concedido por S. S. a los Raynos d e Espa:!ia a petición de n uestro Católico Mo-
narca; que la vigilancia y desvelo con que S. M . mantiene la pureza de la fe
en sus dominios a costa de una continuad4 disposición para hacer frente a
sus enemigos ...">; Santiago <Ml:DELA, Oración panegirica de 25 de julio de 1806.
Madrid, Hija de Ibarra, 1806, p. 23. 29: "Def€IlSOr acérrimo y vigilantisímo cen-
tinela de este su amado I srael ... , único y universal Padre de esta Monarqu!a ...
Si nos faltara su validlsíma defensa y protección. se n os acabarla también
la Iglesia, ~a Religión. el Sacerdc::.io, el Sacrificio; nos f:llta:ia el Estado, y ven-
dríamos a soportar el yugo d~ otras Naciones"; F'ERNÁNDEZ V11ru:u., Po.negirico
del 25 de julio de 1807. Madrid. Hija de Ibarra, 1807: Cincuenta páginas dedi-
cadas a una apasionadísima defensa de los mismos ideales frente a los que
tienen "motivo de duda y de controversia"); Sto. Tomás de Aquino eu plena
Guerra de Independencia (SALES, Elogio del 12 de 17I4T2Q de 1809. Valencia, Es-
tevan, 1809, pág. 36 : contra "el soberbio Antloco, con su código de sangre y
de libertinage") ; y toda exaltación a nuestro ejército (POSADA, Sermón de
20 novientbre de 1803. Madrid, Imp. Real, 1804. pág. XXXII: le elogia por
defender "los intereses de Dios y de la patria, y voluntad decidida a l marti-
rio"; GONZÁLEZ ELÍAS, Sermón del 31 de enero de 1805. Cádiz, Quintana, 1805,
p . 14 : "Estos estandartes y banderas asi benditos llevan grabados el nombre
grande del Dios de los exércitos... ; por eso temerán los enemigos de la religión
y del estado''.
!1
1
RELIGIOSIDAD msPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 207

que se hallaba enrolado. El cristiano, como ciudadano de dos mun-


dos ~n frase de Haring 13- tiene la tarea de hacer valer las exi-
gencias del Reino de Dios en su mundo social; y el español medio
deseaba realizarlo a su manera: no puede alejarse del mundo - I
Corintios 5, 10- pue;; el Reino de Dios ha de encarnarse en este
mundo; su misión de actuar en un medio mundano es peligrosa,
pero sin riesgo no hay éxito: el hombre redimido debe saber que
solamente se podrá libertar del deprimente peso del mundo si acier-
ta a arriesgarlo _todo para procurarle la fuerza redentora y salva-
dora del Reino de Dios.
Hubo tiempos en los que el clérigo fue el principal, cuando no el
único portador de la educación y de la cultura. Esto sólo puede
concebirse en una sociedad enteramente cristiana; y aun en este
caso, no es ni deseable ni ideal que sea el clero únicamente quien
fomente y determine la cultura. Las relaciones ideales entre Iglesia
y Estado, entre clero y laicos, exigen más bien que estos últimos
reciban una sólida formación, de modo que se constituyan en los
portadores principales de la cultura, y que tomen conciencia de su
primitiva mistón de poner por obra el dominio soberano de Dios
en la sociedad y en las actividades humanas. Naturalmente, los lai-
cos han de tener el más estrecho contacto con los maestros y pas-
tores eclesiásticos, que les han de mostrar las exigencias del Reino
de Dios, sin que por ello se crean autorizados a darles lecciones o
recetas concretas de vida profana, pues ya alcanzaron su mayoría
de edad.
Pero, en general, el clero, a principios del siglo xrx, no pensaba
de este modo; sí, en cambio, una minoría selecta e ilustrada, que
se acogió a la vigencia normativa del Nuevo Testamento, especial-
mente a esa temática politica que Paupert -según vimos en la in-
troducción al primer capítul~ descubre en el Evangelio. Tendre-
mos ocasión de contrastar los sermonarios d::! una y otra postura,
a través de la utilización de sendas vigencias normativas del Anti-
guo y Nuevo Testamento. No obstante la abundancia de datos "es-
tadísticos'' que aportaremos en este seg>.mdo capítulo -con los ser-
monarios-, queremos subrayar el primer testimonio - asi lo con-
sideramos- o la primera D12Ilifestación de la nueva postura -la
interesada frente al mund~. y considerando el explosivo que en-
cierra, decidimos exhibirlo, absteniéndonos de todo comentario:
sólo la imprescindible presentación.
Los ilustrados aprovecharon los funerales del Conde de Campo-
manes para desplegar al viento la nueva bandera. El personaje se

13. H ARINC, Fuerza y flaqueza de la religión, 96- 97. 99.


208 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

convierte en mito, en portaestandarte de una nueva espiritualidad 1• :


"Muy lejos de la detestable polltica de los que erradamente creen
que para asegurar los imperios conviene apagar las luces y mante-
ner los pueblos en la ignorancia y superstición, creyó por el contra-
rio que para la felicidad de los buenos príncipes y de las naciones
no hay medio más poderoso y eficaz que la extensión de los cono-
cimientos, y la ilustración y perfección de aquella parte de nuestro
ser, que hace al hombre semejante a Dios ... Enmudezca para siem-
pre la malignidad ignorante, o reconozca que un hombre sabio for-
mado por Dios para procurar grandes bienes a la nación , y que
coopera con todo su poder a tan honroso destino, se halla en ca-
mino de salvación, aunque carezca de otros dones que causan mayor
impresión en el pueblo. Y con el fin de poner en la mayor luz esta
importante verdad, para hacer el panegírico cristiano de un litera-
to de primer orden, tornaré por terna de mi discurso las palabras
de Salomón --Sabidurla, 6, 21-, que dicen: El deseo de la sabidu-
ría conduce al reyno perpetuo. Por ellas haré ver, que habiendo
trabajado con indecible ardor el Conde de Campomanes para ad-
quirir este don celestial, y sirviéndose el Todopoderoso de su cons-
tante laboriosidad para hacer señalados bienes a los hombres, es
de creer piadosamente que estas fatigas lo conduxeron al reyno
eterno de la gloria" 1s.
Tal es el prólogo de la oración fúnebre que le dedicó la Real
Academia de la Historia por boca del Dr. D. Joaquín Traggia, "indi-
viduo de número" y bibliotecario de la misma: Se trata de un com-
pendio de la postura interesada frente al mundo. Y con atrevimiento
inusitado en aquella época, critica duramente el método escolástico,
y no desaprovecha el vocabulario biblico de su tiempo para investir
a Carnpomanes con títulos davídicos pero de matiz modernisimo en
la interpretación de una locución de San Pedro, que habria que dar
un salto de siglo y medio para hallar su par. Como también para
comprender su postura regalista entre una proliferación de citas
neotestamentarias 16.

14. TRAcClA, Oración fúnebre del Conde de Campomanes. Madrid, Imp. San-
cha. 1802, p. 3-4: "Si no fue el fundador de la Academia (de la Historia), le
dio actividad y perfección habiendo sido su Director por el largo espacio de
treinta años hasta dos meses antes de morir. NOTA : Admitido el dia 29 de
marro de 1748, fue Director por reelecciones anuales desde 11 de noviembre de
1764 hasta fin de diciembre de 1792, y desde 1.• de este mes de 1799 hasta últi-
mos de noviembre de 1801".
15. TRACCIA, Oración, 4-7.
16. TRACCIA, Oración, 15-29: " No, no condeno absolutamente el método
escolástico: sé que ha producido grandes hombres, y que ha merecido elogios
a muchos sabios respetables. Pero es muy reprehensible el abuso de la metafí-
sica, y la falta de observación atenta de la naturaleza, vicio demasiado común
en los estudios a p rincipios del siglo pasado, y en que no cayeron ciertamente
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 209

Campomanes tipifica, en los albores del siglo xrx. una nueva es-
piritualidad: la ideología intrahumana, que marca el comportamien-

Aristóteles, ni los célebres escolasticos del siglo xvi ... Sin embargo, nuestro
joven... no halló en aquel sistema donde fixar el pie. Sucedióle lo que a la
paloma del Arca ...
- otos no lo llamaba para brillar en su santuario como Aa.rón. Pero siendo
cierto que todo cristiano pertenece, según la expresión del Apóstol -1 Pe-
dro 2, 9-, al llnage escogido y real sacerdocio. preparaba en el joven Campo-
manes un héroe que a manera de Daniel, Nehemias, Zorobabel y otros nacidos
fuera de la tribu sacerdotal, promoviese el TTUlyor decoro del culto y ministros
del altar ... El rey -Carlos m- lo había nombrado -en 1762- Fiscal para que
defendiese la regalía., nombre sagrado, pero temible, y que !reqüentemente ha
sido el escollo en que dieron al través muchos hombres grandes. Se conserva-
ba aún fresca la memoria del naufragio de uno de los más doctos predecesores
de nuestro nuevo Fiscal en el mismo empleo -Macana.z.-. Pide ciertamente
mucho tino la delicada operación de tirar la linea divisoria entre la potestad
temporal y espiritual, después que la costumbre, la piedad de los prlncipes, la
d.eferencúl de los obispos al xefe visible de la Iglesia, las sanciones y decretos
canónicos e imperiales han mezclado y confundido, por decirlo así. los limites
de una y otra jurisdicción. Sin este cúmulo de ordenamientos, variaciones y
concordatos humanos el negocio era muy sencillo; mas al reflexionar el estado
actual de esta antigua y nunca terminada controversia, al paso que a.clmi.ro
la valentia de ciertas almas superiores a las preocupaciones comunts, que se
atreven a restablecer los términos naturales de las dos potestades, no extraño,
y me parece digna de excusa la opos~ción que personas bien intencionadas, y de
no vulgar instrucción, suelen hacer a la pretendida novedad. Oxalá la dife-
rencia de pareceres no produxera sino la alegación de argumentos por uno y
otro extremo de la disputa! Seria esto un bien, que dando tiempo y libertad
para reunir como en un punto de vista, y examinar con sosiego qüantas razo-
nes se pudiesen producir por las partes contranas, acercaria infaliblemente a los
hombres, o los conducirla al hallazgo de la verdad. Asf Jo prac.t icaron los
Apóstoles -Hechos 15, 7-... Teniendo tal estado -no ha sido jamás asunto
de una definición legitima- la intrincada qüestión sobre los limites que divi-
den las dos potestades entre las naciones y los doctos católicos, es menester
ser muy atrevido, o lo que viene a ser lo mismo. muy Ignorante para censurar
de irreli~oso al que en semejantes materias sigue diversa opinión, o con el
honesto fin de concordar los pareceres abre uuevos caminos para encontrar,
si es posible, la verda<l Con estos presupuestos ninguno podri. reprehender
justamente lo que hizo nuestro Fiscal en favor de la regalía., y lo mucho que
trabajó por reformar los abusos, que el tiempo habla introducido en su perjui-
cio. .. No se le ocultaba lo que debía temer de las envejecidas preocupaciones
del pa.ls, de la ma.Jignjdad, y aun del zelo demasiado ardiente de los que opi-
naban de otro modo. Nada le detuvo ni lntJmidó ... La facilidad con que los bie-
nes SltiOS ~bl.n a las 4;lesias. recargan® a ios pocos que '1Uedaban en manos
legas todo el peso de las contribuciones del estado; la multitud corbiúmte de
lugares, que gozando el derecho del asilo protegía la impunidad d.e los cri-
m.:mes; la facilidad de imponer las manos a los que no tenian título ni medios
para subsistir con decoro; los inconvenientes mil veces reclamados y nunca
bien corregidos de l4 curio., y otros puntos de Igual trascendencia excitaron
el zelo de nuestro Fiscal, y le debieron enmiendas y mejoras que no era fácil
prometerse. La corona y los depositarlos del supremo poder, que la ciñen en
sus sienes, volvieron a conocer que el EvANCELIO -Mateo 22, 21; 17, 26; Juan
18, 36; 4, 23 = ccncluyó después de muchas reflexiones que el poder de la
Iglesia era espiritual y ceñid() por su naturaleza a conservar intacto e inviola-
ble el depósito de la fe, de l4 moral y de lo.s sacramentos- no habla menosca-
bado su autoridad. ni eximido de su jurisdicción a los ministros del culto. ni
hecho incompatible".

"210 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

to del hombre en este mWldo. Tal conducta no es incompatible con


lo que hay que hacer para asegurar la otra patria.
Se fWldamenta en una realidad socio-económica: nace un hombre
nuevo, denominado generalmente burgués; crece entre el bienestar,
el lujo y las diversiones; se educa -por vez primera en su histo-
ria- con maestros de más allá de los Pirineos; y alcanza una ele-
vada posición económica gracias a s u propio esfuerzo e industria,
sin tender la mano en demanda de favor palatino, ni aceptando
resignadamente el lugar en que la Providencia le colocó al nacer:
.se ha enriquecido con su trabajo y con el ahorro de su dinero.
Así, pues, su ideologia intramundana cristaliza en la felicidad.
Etica de felicidad. En sus dos vertientes, aquí y allá, pero de momen-
to su quehacer se halla enraizado aquí. La felicidad como bienestar
del mundo: éste será el bien supremo, por ahora.
Esa felicidad terrena se afincaba en lo más material, la riqueza.
.Pero riqueza en oposición a fortWla: aquélla como efecto de la pro-
videncia humana; ésta, de la divina. Dios, hasta entonces, babia
resignado el reparto de sus bienes en manos de Fortuna, tan can-
tada por los artistas medievales, que barnizaron la mentalidad gre-
colatina con ligera pintura cristiana. Los caprichos de Fortuna
elevaban y humillaban a los hombres que en mirada supraterrestre
vislumbraban a Dios en lontananza: el descubrimiento de metales
preciosos en América, las guerras, o los vaivenes politicos eran,
por lo general, los únicos caminos para alcanzar la felicidad intra-
mundana. Se aseguraba el porvenir -salvas las represalias politi-
cas- de una forma negativa: evitando el despilfarro; y para sos-
layar la tacañería, el ideal caballeresco se cifraba en el magnánimo
y dadivoso. Quien no se enriquecía con el sudor de su subordinado
-recortando tiránicamente sus beneficios-, su caballE:rosidad en
.mayor o menor plazo devenía en miseria; y su confianza en Dios se
identificaba con la esperanza en Fortuna, que, a veces, ayudaba a
los audaces en conquistas, descubrimientos o i.D.trigas palaciegas.
En tal situación encajaba perfectamente el binomio evangélico
Epulón-Lázaro como forma moral para ese comportamiento social:
rota la unidad social con el pecado de Adán, se impone la recíproca
.dependencia entre el pobre y el rico --o I!lejor, el afortunado-.
Dos imágenes del dogma: el rico representa el .poder de Dios Padre,
y el pobre al Verbo Encarnado, humillado por amor a la humanidad.
Idéntica imagen para la moral cristiana: al pobre se le recomiendan
las virtudes de la humildad y de la resignación; al rico, la caridad,
.a la vez que se le advierte la inestabilidad de las cosas humanas, o,
en otras palabras, los caprichos de Fortuna. Con tales virtudes
.ambos buscarán su única patria, la celeste: el pobre para descansar
RELlClOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBOfilCA 211

de sus tl:abajos, y el poderoso para sentarse en algo más sólido que


la voluble Fortuna, tras el hastío de la felicidad mundana con la
consiguiente sed de eternidad. Los dos representan su papel en el
"gran teatro del mundo". Nadie escogió su profesión: Dios los en-
roló. Nadie puede trasmutar los papeles; se debe mantener el orden
establecido por Dios. La limosna será la tasa fiscal que devengará
el rico en la aduana de la otra vida; y el pobre verá en él al "Dios
visible", la encarnación del poder y la grandeza divinas. Tal ideo-
logía en el siglo xvm.
Sin embargo, en el último tercio de dicha centuria alumbra una
nueva idea, la del trabajo. Y dentro de la caridad social: el Primado
Lorenzana elogia los Hospicios erigidos por su hermano, el Obispo
de Gerona, por encerrar la temática formativa del trabajo, contra-
viniendo la mentalidad tradicional -y generalizada- de la limos-
na 17 • Se implanta una nueva ideología: el P. Santander inaugura el
prólogo de sus sermones panegíricos con estas emotivas palabras,
casi extrañas en aquella época: "Benóvolo lector: Supongo no igno-
ras que Dios N. S. impuso el precepto del trabajo al primer hombre,
aun en el estado feliz de la inocencia; que le colocó en un paraiso de
delicias; mas no para que en él estuviese ocioso, sino para que le
guardase y cultivase; que cayó de aquel dichoso estado por su in-
obediencia, y se le volvió a intimar el precepto del trabajo acom-
pañado de la fatiga de su cuerpo". La ociosidad se crea como pro-
blema -"cundiendo demasiado entre las gentes, ha causado nota-
bles perjuicios en la Iglesia y :m el Imperio" 18- . Se impone a la
caridad social el deparar un oficio al pobre para que trabaje. Con
e l trabajo podrá mantenerse el individuo; y la familia que establez-
ca. Con el trabajo se capacitará para dominar al mundo, colaboran-
do .en la obra creadora de Dios y redimiendo al mundo con la sangre
de Cristo. El sudor y la fatiga ya no será oprobio de una clase ínfima:
se revalorizarán con la teología del pecado original -obediencia a la
voluntad divina- y a la soteriología -participar del slárimiento de
Cristo-. El trabajo, pues. se valuará como expresión de la persona
hu."'lana, resumen de sus valores, de su inteligencia y de su gracia
sobrenatur2.l. Por tanto, desaparece el concepto penal del trabajo;
de ahí que los nobles no trabajaran. Para desterrarlo definitivamen-
te, baria aún falta la cooperación del mismo Carlos III, cultivando
su pequeño huerto.

17. LoRENZANA, Cartas, Edictos y otras obras sueltas: Carta al nmo. Sr. D .
Tomás de Lorenzana, Obispo de la S . I . de Gerona. Toledo 25 de julio de 1783.
Madrid. Imp. Nicolás de Almanzano. 1786, pág. 1 ss.
18. SANTANDER, Sermones Panegíricos. Madrid, Villalpando, 1814, 3.• ed.,
t. I. pág. 1-II.
212 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

Además, con el trabajo el hombre conquistará su estabilidad,


previendo el futuro; escudado en la virtud de la prudencia, asume
!a responsabilidad de su propia vida 19• No se deja mecer en un fa-
talismo irracional. Sólo confía a Dios la presidencia del gobierno Y
el margen de lo imprevisto. El hombre, en cambio, aplica su inte-
ligencia para una previsión máxima; sin excluir el "daño emergente"
ni el ''lucro cessante" del dinero prestado, frente a la cerrada opo-
sición de la mayoría del clero 20. Con el trabajo se alimenta y se
enriquece. Con el trabajo disolverá el desnivel social de castas. Con
el trabajo alcanzará una previsión social, en que se disipe todo el
riesgo razonablemente intuido. Con el trabajo conquista su reposo.
Con el trabajo vive paso a paso la vida; no con la intensidad del
"afortunado" que se hastía fácilmente: a éste se le podia ofrecer el
cielo como única patria, tras el vacío de felicidad intraterrena, sor-
bida con rapidez. Aprecia su vida, saboreada con moderación; con
el orden que marca un trabajo bien planificado: con sus descansos,
con sus goces y con los sudores.
Todo sujeto a la previsión: cada cual -mediante la virtud de la
prudencia- se convierte en su propia providencia. Sin descartar a
Dios-Providencia. Se impone, pues, un cambio en la temática teo-
lógica: dogmáticamente, el hombre será imagen de la providencia
divina; moralmeute, -soslayando la humildad, la resignación y la
caridad como limosna para otras circunstancias- fija su norte en la
virtud de la previsión, rodeada de un cortejo de otras complemen-
tarias como la laboriosidad, la prudencia, la constancia, la puntua-
lidad y el orden en su trabajo y pagos, etc. En especial, la virtud
del ahorro; guarda el dinero con tranquilidad de conciencia y en
vista de consideraciones razonables: la economía para mejorar su
posición, hacerse rico y romper la casta social, elevándose sobre el
propio estado. Pese a la condenación del clérigo: so pretexto. de
rechazar la ambición, trata de proteger el "orden social divino" fren-
te al que viene a trastocar los papeles en el "gran teatro del mundo",
frente a quien rompe los limites puestos por Dios de una vez para
siempre. El otro, en cambio, se justifica con la solicitud por su
familia: no trabaja para si, sino para sus hijos; además de ser
señor de su destino, tiene responsabilidad familiar y debe preveer
el de los suyos. No se conforma con c;er su propia providencia, y
trata de ser también la de sus hijos.
Por ello, seguro de sí mismo, insiste en perfeccionar su arma, la
previsión. Calcula de antemano el resultado de sus empresas y ajus-
19. SÁNCHEZ AGESTA, El pensamiento politico del despotismo ilustrado. Ma-
drid. Artes Gráficas, Imp. Diana, 1953, p. 161- 166.
20. Ist..~. Sermones Morales. Madrid, Viuda de Joachin !barra, 1792, t. I,
p. 333; II, 44-55. 108-117.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 213

ta su vida a este cálculo. Prevee todos los males, recoge experiencias,


examina las razones de sus éxitos y fracasos, se adapta cada vez
mejor a las condiciones reales de la vida, y toma en cuenta la va-
riedad de las circunstancias. Los libros de contabilidad -advierte
Groethuysen 21 _ bien llevados, los balances de fin de año, contribu-
yeron, por lo menos, tanto como los tratados de física y los siste-
mas de los filósofos a destruir el viejo mundo del milagro. El hom-
bre confía en sus propias fuerzas. Ya no hay milagros: sólo trabajo
y cálculo. Trabajo, fruto, riqueza, forman un conjunto cerrado en sí.
Y el fruto de su trabajo, el dinero, ya no es estériL Surge la di-
námica del dinero: es menos improductivo que un campo; éste en
cuanto no es cultivado, hunde a su propietario a fuerza de impues-
tos y contribuciones. Si con dinero se adquiere todo lo que es nece-
sario para la vida, si con él cabe procurarse felicidad, abundancia,
consideraciones, favor, nobleza, honores y dignidades, el dinero
rinde provecho; constituye un valor que representa todos los de-
más, y se puede prestar o vender dinero. El capital ahorrado con el
trabajo para preveer la vejez, no se consumirá lentamente con el
correr de los años: se aprovechará su valor, al menos mediante
un módico interés por el "lucro cessante" como por el "damno
emergente" .
Elevándonos a un plano s uperior, el nacional, dirá Aranguren 22,
"ahora se cae en la cuenta de que la verdadera riqueza no es la im-
productividad tesaurizada por el Estado, sino la producida y capi-
talizada por la sociedad que, según la concepción sumamente indi-
vidualista de la época, no es sino la suma de los individuos". El
capital es ahorro invertido; y el ahorro, el fruto de la laboriosidad
y de la virtud de la economía. De aquí surge una curiosa identifica-
ción -hombre virtuoso: propietario enriquecido mediante su es-
fuerzo- y subsigt.aente discriminación, que habían de ser Lrlstitu-
·Cionalizadas en el régimen censitario del siglo XIX: solamente los
trabajadores-propietarios pueden ser considerados como ciudada-
nos "a part entiére", ciudadanos acreditados como tales, realmente
int~resados en esa gran empresa que, desde Locke, comienza a verse
como constitutiva de la sociedad o "asociación" nacional. Todo ello
culmina en lo que Gründler -"Filosofía de la Religión"- deno-
mina posición interesada frente al mundo, o vuelta hacia él.
En ésta colocamos, en primer lugar, al afrancesado. No ocultamos
nuestra simpatía por su posición doctrinal; no por su actuación
_politica. Lo advertirnos para no predeterminar el juicio del lector,
que a la vista de lo expuesto ha de juzgar y actuar en consecuencia.
21. GROETHUYSEN, La formación de la conciencia burguesa en Francia du-
crante el siglo xvnr. México, F. c. E., 1943, 2[• p. IV.
22. ARANGUREN, Moral y Sociedad, 16-17.
214 ALFREDO MARTINEZ A.LBIACH

Con respecto al liberal, segundo tema de este capítulo, repeti-


mos la advertencia de Haring 23 : bajo el nombre de pastoral ente-
demos no solamente la actuación de la jerarqula, sino además todo
el apostolado de los laicos en sus diversas manifestaciones. Entre
ellas valoramos particularmente el quehacer diario de las Cortes
de Cádiz en su relación con la religiosidad hispana. Así podremos
calibrar los primeros enfrentamientos de las dos posturas en nues-
tro siglo XIX.
Resaltando la posición interesada del español que descubre la
tierra como patria y que no quiere vivir sólo de esperanzas celes-
tes -también de ellas-, sino cabalgar entre la temporalidad y lo
eterno, amar al mundo -criatura de Dios, no sinónima de peca-
do- al que pretende mejorar omnímodamente. Y si buscamos una
idea que aglutine tales manifestaciones -una de las cuales será la
secularización de la Iglesia, encarnándola, interesándola con el mun-
do-, la designaríamos con el término de ética de felicidad como
bienestar.
23. HARINC, Fuerza y JILu¡uaa. de la religión, 387.
1
ARTÍCULO 1

AFRANCESADOS

A) PRECEDENTES CRONOLÓGICOS

a) Jovellanos

El debate no se centra en fórmulas de método ni en hipotéticas:


posturas. Nos parece poco acertada la afirmación del Dr. Marañón:
"yo no hubiera sido ni patriota absolutista, ni liberal de los de Cá -
diz, ni afrancesado; yo hubiera sido jovellanista" 24• Los años han
mitificado al gran J ovellanos; su mayor mérito -también el de Flo-
ridablanca- fue el de morir en los prolegómenos de las dos Revo-
luciones, la absolutista y la liberal. Son conocidas de todos las difi-
cultades -insuperables a nuestro juicio- que crearon a ambos
tales revoluciones; singularmente a Jovellanos porque vivió dos años
más. La Revolución absolutista no los apreciaba, la liberal descon-
fiaba de su estilo dieciochesco. La pervivencia en Jovellanos le hu-
bie..~ predeterminado a escoger un campo politico o desgranar les
últimos años de su vida entre resentimientos y nostalgias pretéri-
tas. Los futuribles son falacias. No sirven para las coyunturas his-
tóricas; se ha de escoger entre unas posibilidades concretas. La
Guerra de la Independencia no consintió la actitud jovellanista; ni
al mismo Jovellaoos: constituía una forma de vi.da de transición:
"abrazó con entusiasmo la causa de la libertad económica, pero
retrocedió ante la de la hoertad politica por considerar al pueblo,
todavia, como menor de edad" 25•
"Queriéndolo o sin quererlo, pasó de ser un ilustrado a ser un
ciudadano" 26. Aun en el supuesto de que esa transformación se
tradujo en su obra escrita, creemos que en su actuación demostró
no quererla. Y así lo enter;.dleron los liberales gaditanos. Su postu-
ra, vertida en lenguaje oral y en su comportamiento, no cambió:
los acontecimientos desarrollados desde el establecimiento de la.
Suprema J unta Central hasta el ostracismo de Jovellanos nos lo pa-

24. MARAÑÓN, PrólOgO: ARrou., Los A jrance$ados, p. XX.


25. A.RANGtTR.EN, Moral y Sociedad, p . 20.
26. ARANGUREN, Moral y Sociedad, 47.
216 ALFREDO .MARTINEZ ALBIACR

tentizan v_ Reconocemos, sin embargo, su atinada decisión, recha-


zando el bonapartismo que le ofrecía el Ministerio del Interior por
medio del General Sebastiani: la "regeneración de España" no podía
serie dada desde fuera, sino que habían de conquistarla todos los
españoles por sí mismos. Ahí estuvo su acierto. Y el de Florida-
blanca.
"Con esta reflexión Jovellanos -reitera Aranguren-, dlindose
cuenta o no, pasaba del despotismo ilustrado a la democracia". En
cambio, no acertó en la fórmula democrática, codiciada por los libe-
¡:
rales de 1809 y 1810. Eran tiempos de Revolución -que detestaba-,
no de simple reforma. Y reforma fue el común denominador que
aglutinaba a todos los ilustrados mayores de sesenta años y los
que se afrancesaron.
Jovellanos -en opinión de Angel del Rí~ encamó "en mayor
grado que ninguno de sus contemporá neos una contradicción histó-
rica". En tomo a la Revolución decimonónica -apostilla Artola 23- ;
y echa en cara a los críticos jovellanistas "de una y otra tendencia"
el error fundamental de ignorar, voluntariamente, la existencia de
una tercera posición o partido intermedio. Preferimos, no obstante,
otro término : transición. También nos place el elogio de Sáncbez
Agesta 29 : español rancio y resabiado de enciclopedismo, angustiosa
vacilación interna entre ideas y vocaciones opuestas : el espíritu
reformador ha de partir del ser tradicional de España. La muerte le
convirtió en mito, la oración fúnebre que en 1842 se le dedica -eon
motivo de la traslación de sus huesos desde el cementerio de la
Iglesia Parroquial de Gijón a un nuevo monumento sepulcral colo-
cado en una de sus paredes interiores a expensas de su familia-,
sobre unos datos biográ ficos le eleva por encima de un mítico pe-
destal de admiración europea ''por la integridad de su vida, y por
sus :::aros y sublimes conocimientos en todas las ciencias" JO_
Más tarde, la alabanza crecerá, merecidamente, como una bola
de nieve.

27. LAFUENTE, Historia, XXIV. 12-17. 71-75. 266-358. 410-456; XXV, 98 s.s.
28. ARTOLA, Estudio Preliminar a lc.s obras de JovellaTU>S, B . A. E., t . ill,
p . VII-VID.
29. SÁNCHEZ AGESTA, El pensamiento politico d e! despotismo ilustrado, p. 188.
219.
30. GoNZ.UEz VA:.I>ÉS GRANDA, Oración fúnebre al Ex. Sr. D . ~r Melclulr
de Jovellanos. Madrid, 1842, p . 20. 33-46.
RELIGIOSIDAD IDSPANA Y SOCIEDAD BOIUIONlCA 217

ji b) F loridablanca
1
El entusiasmo suscitado con ocasión de los funerales del Conde
t. de Floridablanca no tuvo par: circunstancia oportuna para reafir-
mar los ideales promulgados en las honras fúnebres de Campoma-
nes 31• El agustino Fray Luis Cerezo, Secretario de la Junta de Go-
bierno de Orihuela, restaura la temática neotestamentaria. Por no
dejar a su "héroe cristiano" desprovisto de indumentaria bíblica,
recurre al libro de Hechos de los Apóstoles -7, 35- como tema de
su oración fúnebre; a la vez elige como personaje modelo -al que
adaptará la vida de Floridablanca en " la espantosa noche de la
tiranía"- al "Hombre Dios abatido". Como tal será una "víctima"
consagrada a la libertad de la patria, la cual se hallaba en desga-
rradora crisis; o en terminología profética, "la Nación experimenta
el azote de Dios, en el tirano Bonaparte, -he aqui la gran novedad
que aporta para la interpretación histórica de su tiempo- de r esul-
tas de la calda del Excmo. Florida-Blanca" }1.
Necesita elevar a su héroe y como peana cita al Papa Clemente
Xlll y al rey Carlos m: aquél lE: honrará con el epíteto "el exemplar
de los políticos"; éste, designándole "Ministro de Estado y confidente
íntimo". Luego, escoge un contraste : el "Archicaco" -Godoy- en
su favoritismo; un claroscuro cabal para resaltar el desinterés del
Conde 33 y reemplazar la personalidad bíblica que veintidós meses
antes había creado el orador sagrado 3• para Godoy, la de José, mi-
nistro del Faraón -Génesis, 41, 40-44- 35; completa el pedestal
-plena:nente acorde con el apasionamiento dE:l tiempo- el triste-
mente célebre Manifieste del Príncipe de Asturias, "ahora nuestro
Rey y Señor". a su padre.
Tras la peana, examinemos la estatua. Sus labios promulgan un
singular santo y seña, en evidente antagonismo con el lábaro tri-
dente - Dios, Patria y Rey- dentro del rna:cu bélico de la Indepen-
dencia: "El modo de explicarse de la Nación es el del Srmo. Presi-

31. TRACGIA, Oración fúnebre al Conde de Campomanes. Madrid, Sancha.


1802.
32. CEREZo. Elogio fúnebre al Conde de Floridablanca. Murcia, Juan Vi-
cente Teruel. 1809, p . 4. 6-7.
33. CEREZO, Elogio, 11-12.
34. VALENZUELA, Oración para exaltación del Príncipe de la Paz. Badajoz,
Patrón, 1807, p. 3- 7.
35. CEREZO, Elogio, 12-13.
218 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

dente, y el lenguaje de S. A. va en todo conforme con !os votos de


la Patria, y en todo el ámbito de la Península, donde se respira el
saludable aliento de la libertad, no se conoce más que un labio, ni
se oye más que un dialecto: O vencer, o morir por la Ley, por la
Patria y por el Rey". La diferencia no es de ·matiz: se inicia, a las
claras, un profundo proceso de secularización, o desclericalización
de las estructuras nacionales. La metempsicosis se acerca a su
ocaso. Ya no se va a echar mano de reencarnaciones de héroes bíbli-
cos: se les sustituirá por hombres del dia, de carne y hueso. Surge
la historia y muere la mitología. Por eso, sin fondos escrituristicos,
se apellida a Floridablanca "Libertador". Un hombre que sin pro-
videncias especiales ni milagrerías, supera las tribulaciones, escapa
de los atentados y muere sencillamente, aunque víctima de la "augus-
ta y amable libertad de la Nación" 36.
Secularización, libertad y ley formarán la trilogía de la Revolu-
ción que las "luces" inauguraron en España y secundaron las Cor-
tes de Cádiz. También los afrancesados: No es cuestión de predis-
posiciones ni simpatias, sino afrontar la verdad histórica. Al menos
cronológicamente, consideramos a Jovellanos y Floridablanca como
preced~ntes de la nueva temática.

36. CEREzo, Elogio, 15. 31-33.


B) NUEVA TEMÁTICA

Para su inteligencia escogemos cuatro documentos: dos del año


1810 y otros dos de 1812.
La fecha nos sitúa en el sólido establecimiento de Bonapar;;e en
España. El lugar abraza estratégicamente la geografía hispana:
Granada, Zaragoza y Valencia. El auditorio presidido o por el mismo
Rey José con su Corte, o por los generales franceses.
El ideal de la temática nueva lo constituye la "ética de felici-
dad", promulgada en la catedral gTanadina, el 19 de marzo de 1810.
Medio para alcanzarla, la pacificación -según el Obispo Fray Mi-
guel Suárez de Santander, el 17 de junio de 181G-.
Los afrancesados emprendieron su "Revolución", divulgando, ante
. el Conde d e Suchet en Valencia, un programa polltico-religioso, un
"dogma politico" , y una "moral ilustrada y bienhechora". Su fina-
lidad, conseguir la felicidad temporal en la patria terrena y después
en la eterna. Una verdadera ética de felicidad.
220 ALFREDO MAP.TINEZ ALBIACB

a) Etica de felicidad

El canónigo magistral y arcipreste de la catedral granadina re-


sucita la vigencia normativa del Nuevo Testamento " en presencia
del Rey N. S. D. José Napoleón I, de la numerosa Corte que lo acom-
pañaba; de los Excmos. Srs. Duque de Dalmacia, Gran Mariscal del
Imperio, y Conde Sebastiani, General en Gefe del Qüarto Cuerpo
del Exército francés; de los Excmos. Srs. Patriarca de las Indias,
Arzobispo de Zaragoza, Limosnero mayor de S . M. (D. Ramón José
de Arce, antiguo Inquisidor general), y del Arzobispo de esta Dió-
cesis; de los Generales de División y Planas mayores, de los Minis-
tros y Secretarios de Estado, de los Consejeros de Estado, de los
Diputaciones, Nobleza, Clero y Comisionados de las ciudades de
Grandes de España y Gentiles Hombres de Cámara, de la Municipa-
lidad, del Real Acuerdo de esta Chancillería, del Cabildo Eclesiástico,
este Reyno" 37•
Granada, temporalmente capital de la España bonapartista, se
"transfigura" en Tabor, y por medio de su orador oficial exclama en
la onomástica real -19 de marzo de uno-: "Señor, bien está que
estemos aqui" -Mateo 17, 4-. E inicia su sermón con la palabra
clave de la temática decimonónica, el bienestar. Etica de felicidad 35 :
el bien s upremo es la felicidad intramundana, la felicidad en este
mundo, la felicidad como bienestar dentro de él; y los bienes condu-
centes a esta felicidad: la prosperidad o mejoramiento de la for-
tuna, la riqueza entendida dinámicamente como enriquecemiento,
y la libertad en todos los planos --€<!Onómico, político, etc.-.
La felicidad intramundana ha sido siempre el móvil principal
de todas las acciones humanas, el objeto de los afanes científicos e
investigaciones filantrópicas, y el impulso eficaz de "la industria,
las artes y las ciencias, hijas de la unión. de la oaz y del comercio
de los hombres" l 9. Nunca en el púlpito español se hatian pronun-
ciado ideas ta:t hermosas cie fondo y forma. El orador conoce la "vir-
tud magnética" del bienestar, capaz de atraerlo todo, pasiones y
virtudes. También , "movimiento feliz'', con la ayuda de "una reli-
gión divina"; de "una moral sana, ilustrada, bienhechora"; de " una
constitución social, sabia, benigna, protectora, que nos restituye al

37. ANDEYRO, Sermón. Granada, 1810. p. l .


38. ARANCUREN, Moral y Sociedad, 15.
39. ANDEYRO. Sermón. 4 .
R.ELJClOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD SORBONICA 221

goce y posesión de todos los derechos primordiales, sagrados e im-


prescriptibles, que nos dio la naturaleza".
La ética de felicidad, más que ideal, es perfectamente realizable:
"no hay estorbos que en su condición individual, impidan al hombre
ser feliz>'; ni siquiera "arduo como muchos se han empeñado en
ponderarlo". El magistral granadino se enfrenta abiertamente con
la mentalidad pretérita, quizá todavía presente entre sus colegas
catedralicios. La asequibilidad se funda en "fines rectos y acertada
elección de medios". En la selección de los mismos, opone dos te-
máticas, oriundas del siglo precedente: ocio, intriga sórdida y torpe
inmoralidad, todo ello simboliza la vivencia dieciochesca frente a la
nueva, traducida en sanidad del juicio, prudencia y constancia, vir-
tudes de la moral ilustrada.
Pero la felicidad intramundana no excluye la de la " otra vida":
la supone, y la explicita en el sermón. Para ello, precisamente, Dios
ha creado al hombre, y ha "removido todos los obstáculos para que
llegara a esta felicidad". Rechaza, por tanto, la excesiva alusión de
sus colegas de púlpito referente a la "transgresión" de Adán: la
gracia del Redentor superabUildó profusamente en la misma natura-
leza, que se babia cometido. Maravilloso optimismo religioso, fun-
dado en el Nuevo Testamento : "por eso decía Jesucristo que su
yugo e.r a suave, y San Pablo se jactaba santamente de que lo podia
todo con la virtud y asistencia del que lo confortaba en la carrera
de su vocación" ~.
Optimismo y pesimismo, atracción y desinterés, apertura y ne-
gación: todo en torno a un mismo eje, el mundo. Dos posturas. Dos
perspectivas. Dos tem áticas. · Dos vigencias normativas de la Sagra-
da Escritura. Dos mentalidades. Dos posiciones. Dos ideologías. Y
todo en la misma España, en los albores del siglo xrx.
La interpretación medieval de San Agustin abundó, excesiva-
mente, de neoplatonismo, y aun daba coletazos en los principios cte
aquel siglo en su fórmula de n~::gación del mundo, considerando la
renuncia hecha desde el hombre, desde abajo; no desde Dios, d.asde
arriba, coc ayuda de la gracia: "ayudado de una religiótí ciivina", el
hombre balla la felicidad y, como San Pablo, "lo puecle todo".
Salta a la vista el antagonismo doctrinal con el "hombre HUERTO
al mundo", predicado en el siglo xvm, incluso por quien luego evo-
lucionó, Fray Miguel Suárez de Santander ~• .

40. ANDEYRO, Sermón, 3-8.


41. SANTANDER, Doctrinas y Sermcmes. Ma.clrid, A. R. A. Beneficencia, 1800,
t. II, p . 263. 261 : "Un discipulo de Jesuchristo, un hombre muerro al mu1UW y
a sus pasiones... , no debe suspirar sino por aquella patria celestial para la
que Dios le ha criado".
222 ALFREDO MARTrNEZ ALBIACR

En cambio, no todos alcanzaron la nueva temática: el centro de


nuestra existencia es, indudablemente, ultramundano, pero regalado
por la gracia de Dios y no por la huida del mundo; no se acepta la
fórmula de "muerto al mundo". Ni el morir, ni el renunciar, ni el
.huir del mundo pueden de por si conquistar el "otro"· mundo: desde
abajo no se consigue la vida intima de Dios. El hombre no puede
forzar con su ascesis el mundo sobrenatural: sólo con la gracia
divina, y desde ella se desciende al mundo. En éste -laborando por
el desarrollo y bienestar, sirviéndole- encuentra el hombre a Dios,
y logra la felicidad "ayudado de una religión divina", de ese "don
inefable".
La felicidad en dos vertientes: "la eterna bienaventuranza", y
unido y enlazado con ella "el logro de la felicidad temporal". Den-
tro de "una convinación dichosa de objetos y de circunstancias". Y
"la regla, la pauta y la norma más segura de llegar sobre la tierra
a este término tan deseado" lo descubre "en el Evangelio de J esu-
cristo". He ahi otra vez la vigencia normativa del Nuevo Testamen-
to, con su cortejo de virtudes: "humildad" en contraste con el "or-
gullo fastuoso y la presunción temeraria" del antiguo régimen;
·•cumplimiento exacto" en la "respectiva" profesión y estado ("clase
o condición"); "armonioso concierto de intereses y voluntades" --el
egoísmo bien entendido conduce al buen ordenamiento social c:L-;
~nstancia y "afán" por obtener "una felicidad sólida y verdadera'',
no ideal, sino la que oscila "en esta balanza social en donde se con-
traponen, para unirse mejor, la debilidad y la fuerza, la mediocridad
y la abundancia, el trabajo y la recompensa" 43 • En franco contras-
te con la posición cerrada y absolutista del fraile ante la vida --el
bien y mal considerados en monocolor, blanco o negro-, el magis-
tral granadino exhibe otra, cimentada sobre tonos grisáceos, los
únicos perceptibles en la realidad humana; ella nos muestra que lo
blanco es rara vez completamente blanco: el balanceo social per-
manece constante, y su inteligencia supone una posición abierta al
mundo. ·
"No hay otras verdades más interesantes en la sana polltica,
ni en la cristiana. reltgión, que merezcan tanto nuestras primeras
.atenciones". Particularmente, en aquellos momentvs de guerra ci-
vil -para el afrancesado-: "qüánto importa serenar nuestras pa-
siones, poner en término racional a nuestros sueños y descarríos,
reunidos todos baxo la constitución que nos gobierna, protegidos por
el genio gigante que admira a la naturaleza, asombrada de haber
:Podido producirlo, por el Hércules de las edades presentes, por el

42. ARANCUR.EN, Moral y Sociedad. 13.


43. ANDEYRO, Senn(m, 8-11.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORSONlCA 223

G rande Emperador que ha llenado con su nombre todos los ámbi-


tos de la tierra y cuya fama será inmortal en las edades venideras;
constantes alrededor de esta columna invencible, de este robusto
apoyo del poder y de la existencia de tantos reynos y naciones, que
sólo puede hacer duradera nuestra común prosperid.o.JJ.".
Por eso, Granada, saboreando su temporal capitalidad de la na-
ción como preludio de la felicidad intramundana, exclama sincera-
mente por medio de s u orador oficial: "estamos bien así; no con-
viene de modo alguno alterar una situación tan agradable". Granada,
4
'trans.figurada" en el día onomástico del Rey, 19 de marzo -ani-
versario también de la Revolución fernandina-, "imagen viva de
Dios sobre la tierra, órgano de su poder, instrumento de sus mara-
villas" en "esta desgraciada nación, rendida a sus pies, fatigada de
la penosa lucha"; pero su término está ya muy inmediato". Grana-
da, en ese nuevo Tabor, ha visto al "sol" regio, disipador de "nie-
blas bélicas", al "mejor modelo de los príncipes que más la han
ilustrado con sus leyes y con sus costumbres". Bajo su "mano sa-
bia y bienhechora", " España subiri. al alto grado de prosperidad y
esplendor, a que la llaman imperiosamente sus destinos". También
...la religión que profesamos": "protegida" por la "piedad y virtu-
des" del Rey J osé, se "purificará" de la hojarasca barroca y brilla-
rá como "en los primeros siglos de la Iglesia".
Sus votos de paz, de abundancia y de justicia resumen su progra-
ma, cuya meta es la "felicidad temporal en la tierra, y después la
~terna" 44 • Etica de felicidad. Junto a una religión que la ilustración
purifique y 2.Semeje a la de la primitiva Iglesia, y protegida a la vez
.POr la piedad y virtud de la dinastla bonapartista. Todo eUo sin ol-
vidar la meta: el bienestar en dos vertientes, aquí y .allá; pero de
momento, un ruego: "Señor, b ien está que estemos aquí". Tal es
el tema del sermón. Y el de la temática nueva, pregonada por los
afrancesados.
«. ANDEYRO, Sermón, 12-16.
224 ALFlUDO MARTINEZ ALB1ACH

b) Metodología

Controvertida es en exceso la personalidad de Fray Miguel Suá-


rez de Santander, Obispo Auxiliar de Zaragoza, por su aceptación del
obispado oscense •s; pero el prestigio que alcanzó desde el púlpito
a la par con Fray Diego de Cádiz -según vimos en el estudio de la
Guerra contra Francia revolucionaria-, supera a todos los oradores
hispanos posteriores a Fray Luis de Granada. Hay, sin embargo,
una evolución doctrinal hacia la nueva temática. Escogimos un dato
suyo -en B) a)- como representación de la antigua mentalidad %:
pertenece a su primer obra, publicada en 1810, compendio de t rein-
ta y un años de predicación dieciochesca. La transformación de su
pensamiento se percibe a través de sus obras: Doctrinas y Sermo-
nes (Madrid, 1800, dos tomos); Retiro Espiritual para los Sacer-
dotes (Madrid, 1802 -<los años después se reeditó-); Sermones

45. M. S ., El P. Santander y los franceses en Huesca <Huesca, Enrique Co-


ronas, 1908) , p. I-IV. 6- 7: "Fray Miguel Suárez, de Santander, Obispo auxiliar
que a la sazón era del Arzobispo de Zaragcrza, D. Ramón José de Arce ... , nació
en 25 d e febrero de 1744, en la ciudad de Santander... ; ingresó en la religión
capuchina en 1764.. . Siendo Arzobispo de Zaragcrza D . Ramón José de Arce,
también santanderino, y habiendo de trasladar su residencia a Madrid para
desempeñar el cargo de Patriarca de las Indias e Inquisidor General, eligió
para auxiliar suyo al P . Miguel Suárez de Santander, que fue preconizado con
el título de Obispo Amizonense y consagrado en 20 de febrero de 1803 ... Ha-
biendo fallecido a principios de 1809 el Obispo de Huesca, D . Joaquin Sánchez
Cutanda. . que había formado _parte de la Junta suprema de defensa en Zara-
goza desde el primer sitio, el P. Santander fue nombrado en enero de 1810 por
José Napoleón, Obispo de Huesca. De la cual Sede tomó posesión, sin las Bulas
pontificias, el día 17 del mismo mes y año por pcderes otcrgados al Sr. Deán
D . Lorenzo López, e hizo su entrada solemne en la ciudad al día siguiente por
la tarde. Regresó pronto a Zaragoza para ejercer el cargo de Gobernador del
Clero en Aragón, cargo conferido por el mismo Rey ·José, por estar ausentes
la mayor parte de los Obispos de la provincia eclesiástica de Zaragoza. En los
primeros dias de julio de 1810, fue nombrado Arzobispo de Sevilla, de la
que no llegó a tomar posesión. Al evacuar los fran.:eses a Zarago?.a en junio
de 1813, huyó con el General París y el Intendente Jiménez a Francia ... Regresó·
a su patria, y parece que por los años 1820 a 1823 estuvo o residió en Santander.
Murió en Sant& Cruz de Iguña. en 2 de marzo de 1831, a los 87 de edad. '' Ex-
TRACTO de las Actas Capitulares del Ilmo. Cabildo de Huesca : 18 febrero de
1810: ...Precedió a la entrada de S. I . la de algunas compañfa.s de granade-
ros que formaron en la misma plazuela a derecha e izquierda y fueron siem-
pre acompañando al Cabildo hasta que hubo terminado todo el acto. A poco
de llegar éstos, una trompeta y una partida de coraceros anunciaron la llegada
de S . I . que llegó con Suchet (Conde del Imperio y Gobernador G. de Ara-
gón). .. 10 de julio : El General Buget da la noticia de que el Sr. O~ispo ha sid<>
nombrado Arzobispo de Sevilla... ".
46. SANTANDER, Doctrinas y Sennones, II, 263. 261.
RELIGIOSIDAD BlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 225-

Dogmáticos -primera apologética seria en España- (Madrid, 1805,


dos tomos); Sermones Panegíricos (Madrid, 1814, 3.a edición); Plá-
ticas doctrinales para Misiones (Barcelona, 1851, nueva edición eco-
nómica) .
El último estadio de la evolución se cifra en el "discurso que
pronunció el dia 17 de junio de 1810, en el metropolitano Templo
del Pilar, en la festividad celebrada en acción de gracias por la
Conquista de las Plazas de Lérida y Mequinenza" por los franceses.
Naturalmente dentro de la vigencia normativa del Nuevo Testamen-
to -Apocalipsis 6, 2- : "Salió el vencedor para vencer, y se le dio
la corona".
Con un exquisito saber bíblico distingue, en el texto, doble sen-
tido: el "obvio y literal", y el "virtuoso" o típico: aquél se refiere
a la victoria de Cristo sobre los "Angeles rebeldes" que "dominaban
el espíritu de los hombres por la idolatría, inspirándoles una reli-
gión vana, cruel y supersticiosa, que desterró J esu-Cbristo estable-
ciendo al christianismo por la publicación del Evangelio" : "victoria"
por "la fuerza superior del Todo-poderoso". El sentido típico lo
aplica al General Suchet 47 • No obstante, el literal encierra doble in-
tencionalidad.
Se protege de sus antiguos colegas del púlpito: no olvidamos sus
"Tres Exordios de otras tantas Pláticas hechas en los tres días de
Rogativas Públicas en cumplimiento de la R. C. de S. M. en 24, 25
y 26 de agosto de 1794", y la "Exhortación que hizo a sus paisanos
para la defensa de la patria en la presente guerra, el año de 1795"
contra la Francia revolucionaria 48.
PeTo ahora Sucbet es "el ir..strumento para la execución-de los
adorables designios de Dios", un "hombre grande y extraordinario",
que "sale siempre vencedor, protegido del Todo-poderoso -recorde-
mos la antiteología bonapartista creada por el orador bélicorreligio-
so-, porque el Dios de los exércitos los defiende con omnipotente
brazo, está con ellos en medio de las tropas, y pone baxo sus pias
a toáos sus enemigos"; y "raconoce nue~tro amado Geueral que
todas las conquistas las debe a la protección de Dios".
No ofrece ideas -mejor o peor teologiz&das en una guerra san-
ta- sino realidades: Maria, Belchite, Alcañiz, Daroca, Calatayud,
Malina, Almunia y otros del reino. Destacan las victorias de Lérida
y Mequinenza. Y "todos hemos visto más de 12.000 prisioneros pa-
sar en pocos días por Zaragoza".

47. SANTANDER, Discurso de 1810, 187-190.


48. SANTANDER, Sermones Panegiricos, II, 367-375. 347-359.
'226 ALFREDO MARTlNEZ ALBlACH

se nos eriza la piel con la simple lectura del dato histórico y,


·especialmente, al imaginar la osadía del P. Santander -rememoran-
·do sus exhortaciones de 1794 y 1795-- proclamando tal dato entre
las heroicas ruinas de la inmortal ciudad, y como "pastor" bendi-
·ciendo y alabando "con todos" las "misericordias del Altísimo" 49•
Para los españoles ilustrados, el 19 de marzo de 1808 fue la Re-
volución absolutista y retrógada, una vuelta al siglo anterior -sin
:precisar, tal vez su primera mitad-; y el 2 de mayo una insurrec-
·ción del pueblo inculto y supersticioso. Las renuncias de Femando
VTI y Carlos IV legitimaban a José Bonaparte, quien bajo la férula
napoleónica "ilustraba" a E<;paña en su religión, en su moral y en
su justicia: se traducía en una religión "más pura" y en la doble
felicidad. La "pacificación general" se imponía como medio esencial
.P ara alcanzar el bienestar. Por eso, el prelado que gobierna al pue-
'blo zaragozano, concluye su trascendental discurso con tan vehe-
mente deseo: "Ven, pues, a nosotros, oh santa paz, para que vivien-
.do inseparable de ti en la tierra consigamos tus inamisibles fru-
·tos en la gloria" so.
La paz, metodología para la ética de felicidad; y ésta en sus dos
·vertientes, aquí y allá, "en la tierra y en la gloria".

49. SANTANDER, Discurso de 1810, p. 189-195.


50. SANTANDER, Discurso de 1810, p . 196.
RELIGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 227

e) Revolución afrancesada

Incidimos ahora en un punto de extrema novedad. Valencia in-


augura el año 1812 celebrando solemnemente "la gloriosa entrada
del Excmo. Sr. Mariscal del Imperio, Conde de Suchet". Valencia,
el 19 -recordemos la teología josefina con su juego del 19- de
enero estrena Revolución. Sí; no nos sorprenda: también los afrance-
sados verificaron su Revolución: "¿Qué diremos de nuestra actual
Revolución?" s1.
La historia hispana del XIX sólo nos habla de la Revolución li-
beral; el clérigo de la Guerra de la Independencia "legitima" su
Revolución del 19 de marzo de 1808 con la sangre del 2 de mayo.
Nuestros "ilustrados" -vimos los casos de Jovellanos y Florida-
blanca- se sienten emparedados por ambas revoluciones, y la de-
dsión la toman ahora. Mejor, teologizan la Revolución aceptada en
las Cortes de Bayona. En un ambiente de profunda religiosidad hu-
biera sido evadirse de toda lógica, no barnizar su partido politico
con la teología, aun a costa de transigir un poco con la teocracia
hebrea. Prevalece la vigencia normativa del Nuevo Testamento, pero
conviene contrarrestar el profetismo hispano con un nuevo "pueblo
de Dios".
La Revolución afrancesada es obra de la Providencia: "Dios es
su autor", y el reino de Bonaparte "puede decir con 1'TU1yor razón
que el pueblo judaico: No hay otra nación tan grande, que tenga
tan cercanos a sí los dioses, como el Dios nuestro está presente a
todos nuestros ruegos". Como argumento exhibe, en primer lugar,
una cristología con doble matiz: teológico y político: Cristo, Dios
como el Padre, de quien ha recibido '<todo el poder en· el cielo y en
la tierra; siempre tan cerca y presente en los altares; vino al mundo
para redimirnos y salvarnos; víctima y sacerdote, de continuo se
ofrece y ruega por nosotros y por nuestro bien; no nos abandona a
la suerte ni nos niega su providencia". Entre ilneas pinta el retrato
del Rey José, a la vez que responde desde el mismo plano a aquella
teologla o antiteologia napoleónica.
Como segundo elemento de su demostración alude a las victorias
bélicas, impetradas con la oración de todos: "durante la guerra,
vosotros, Ministros del altar, vosotras, mugeres devotas, vírgenes
.inocentes, pueblo cristiano, os habeis ocupado en dar muy particu-

51. MAs, Sermón, Valencia. Estevan, 1812, p . 17.


'228 ALFREDO MARTINEZ ALBlACH

lar culto, visitar y rogar a Jesús Sacramentado, a Maria Santísima


su Madre, a nuestros Patronos para el feliz éxito de las armas". " ¿Y
cómo después de esto cabe dudar que el resultado no es obra de
la Providencia?" "Esta ha sido la voluntad de Dios". Voluntad espe-
cial, "fruto de nuestras oraciones, fervorosas, continuas, nacidas del
interior de nuestro corazón, acompañadas de penitencias, limosnas
y de exercicios piadosos". "Y escrito está, y dicho por boca del
mismo Salvador, que cuanto pidiéramos al Padre en su nombre,
todo se nos concederá".
Tras el argumento, la conclusión salta evidente: ésta es la volun-
tad de Dios: "ésta ha sido trasladar este nuestro Reyno a J osef
Napoleón l . Este es nuestro legitimo Rey; éste es el que nos ha dado
la Providencia; a éste debemos amar, honrar, obedecer y rogar por
él, para que su nombre sea ensalzado, le dé Dios acierto en el go-
bierno, nos proteja, nos defienda -no olvidemos la cristología pre-
cedente-, nos dé paz, tranquilidad y haga felices" . He ahí la temá-
tica nueva : la paz, metodología para la ética de felicidad.
En justa derivación, tales obligaciones se convierten en respec-
tivos derechos hacia las autoridades subalternas. Se pretende "jus-
ticia, orden y concierto" - sino, " todos seriamos despreciados y mi-
serables"-, bajo precepto paulino -siempre el Nuevo Testamen-
to- : "Todas estas obligaciones nos señala el Apóstol San Pablo",
y "no por temor del castigo, sino por conciencia, porque así nos
lo manda Dios".
Sin embargo, hay "otra obligación" que el Canónigo penitencia-
rio de Valencia precisa imponer a su "ilustrado auditorio". La gue-
rra civil -asi conceptúa el afrancesado la Guerra de la Independen-
cia- es '.IDa eclosión de odios y sangre fraterna, donde .los bona-
partistas polarizan el máximo desprecio de los fernandinos. La
escisión de los españoles no pasa desaper.::ibida para el orador, que
anhela atajarla mediante una política acomodación de la doctrina
del Cuerpo Místico y de frases de Jesucristo. La espiritualidad es
auténticamente evangélica, y en descarado antagonismo con la de
los predicadores bélico-sagrados 52 : "amor mutuo y fraternal, hasta
nuestros enemigos, como nos lo manda -Jesu Christo -Mateo 5, 4~-48;
22, 34-4(}---; formamos un cuerpo, una familia". La división de las
partes provoca la ruina de! todo : "según la seuten0ia de Jesu Chris-
to -Mateo, 12, 25--, todo Reyno que en si tiene división será des-
truido". "La unión de las leyes no es bastante, la más estrecha y
segura de todas es la de la caridad, o el amor fraternal". Y detalla
52. J. M . JESüS, Sermón de 25 de julio de 1808, p. 11; MANZANEDA, Oración
de 30 de agosto de 1812, p. 13. 16; NARCISO DE TORRES, Oración de 8 de noviem-
bre de 1811?, p . 15- 16 ; DOMINGO DE SILOS MORENO, Oración de 2 de mayo de
1812, p. 30.
IU:LICIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 229

la Carta Magna de San Pablo - I Corintios 13, 1- 13- en la especi-


ficación del amor fraterno -"evita injusticias, riñas, disensiones ..."-,
base politico-moral para que el reino de José Bonaparte sea "firme
y duradero" en su garantía de vida, bienes y derechos; y con su ob-
jetivo: "viviremos con paz y seremos felices".
Concluye su sermón ritualmente, implorando la providencia de
Jesucristo sobre el Rey y sus Ministros, a la vez que recomienda
obediencia, fidelidad y lealtad a cambio de la felicidad, producto de
la paz y tranquilidad: " Demos todo honor a Jesucristo, y pidá-
mosle, que con la misma providencia con que nos gobierna, derra-
me sus bendiciones sobre nuestro Rey y sobre sus Ministros, para
que nos gobiernen con amor, suavidad, con prudencia y justicia; y
a nosotros, para que le obedezcamos y sirvamos fiel y lealmente;
nos dé también paz y tranquüidad para que amemos a Dios sobre
todo en esta vida, y le gocemos después dulcemente en la eterna.
Amén" sl.
53. MAs. s~. 11-22.
230 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

d) El dogma político

Pero la recomendación hubo de urgirse en la misma catedral


valenciana, el Domingo de Ramos, por mandato arzobispal -"con
motivo de haberle nombrado el limo. y Excmo. Sr. Arzobispo para
el sermón de la Palma" 54, y esta vez por un predicador que había
desertado de las filas fernandinas. "La obediencia al Rey n. S. y
sus Ministros": tal es el tema del sermón de D. Pascual Fita.
Entra en situación, reviviendo la jornada del 14 de enero de
1812: Valencia estrenaba Rey y Revolución: "se abrieron las puer-
tas de esta Ciudad y salimos rebosando alegria a recibir al Excmo.
Sr. Conde de Suchet, que a nombre de su Soberano venia a abre-
viar de pronto los días malos de la opresión y del hambre, y a dar-
nos luego el sosiego y la paz". Con semejante preámbulo proclama
rotundamente: "El Eterno se ha acordado de su pueblo privilegiado
en el dia de sus misericordias". Apela a la ancestral "lealtad y amor"
regio de Valencia, previniéndola de la "envidia que puede venir aun
de lejos a soplar el espíritu de la discordia en el mismo seno de la
paz que gozas". Y promulga un programa político-religioso, "el
dogma político".
La discordia -problemática planteada en la "guerra civil"-, "los
peligros entre los falsos hermanos" -cita la frase paulina de la
n a de les CorL"ltios 11, 26-, agravan la inestabilidad sociaL Teme
con fundamento al "hacha de la guerra -aunque pisada, todavía
humea contra nuestra voluntad-, y puede alguna mano atrevida
encenderla de nuevo para abrasar los muros que perdonó la cle-
mencia del vencedor". Y en desacertada simbiosis político-bíblica
estimula al auditorio: " jamás se diga de nosotros lo que Jesucristo
diría hoy de los judíos: ¡traydores! ¡cómo se conoce que estais
dispuestos a teñir vuestras manos con la sangrP. del justo, qüando
ya engalanais con flores la víctima para el sacrificio!"
El predicador siente gravitar sobre su cabeza la universal con-
minación del Mariscal francés -"este hermoso pueblo reducido a
pavesas; se escriba en la historia con lápiz negro: aquí estuvo, pero
ya no existe"-, como espada damóclea, y "me ha parecido preveni-
ros esta mañana, que vivais con cautela, que cerreis los oidos a las
voces malignas de nuevos proyectos y esperanzas". La apelación
a la atávica lealtad se cifra en "como con los antiguos reyes y sus

54. FITA, Oración. Valencia , Estevan, 1812, p . l.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 23L

ministros, desempeñeis las obligaciones de vasallos con los nuevos


que ha d esti1uulo la Providencia". Se reduce a un mero cambio de
dinastía -también francesa- dispuesto por Dios "para gloria suya
Y utilidad del hombre". "Esto le basta al cristiano para adorar sus
incomprensibles juicios"; sin intento de comprensión, si bien es
capaz de columbrar algunos motivos: la paz bonapartista aleja el
temporal de la anarquía "de un delicioso país -Valencia-, que ya.
desde Madrid merece -es frase del Rey José- todo mi afecto".
Dentro de ese imperio napoleónico -similar al egipcio, medopersa,
griego y romano- de "millones de gentes con el dulce atractivo de·
ser dichosas a la sombra del árbitro supremo de los destinos" ss.
Ah1 está la meta, la felicidad, "ser dichosos". Y el camino: el RESPETo-
-no adulación- a la "secunda Magestad" - "como decia Tertulia-
no"-; la OBEDIENCIA "en lo civil, criminal y politico, y en lo con-
cerniente al gobierno exterior de la Iglesia -sin confusión de las·
prerrogativas del altar y trono 56; la ORACIÓN "por un César que no·
sólo saca del renombre de Católico el primero y xnayor de sus tim-
bres, no sólo concede el uso libre de la religión, no sólo protege a los
1 que la anuncian con gravedad y decoro, sino que se complace en
mantenerla con todo el esplendor y magnificencia que le correspon-
de" 57; el TRIBUTO, "don no voluntario sino de justicia"; y la FIDELI-·
DAD en la profesión de cada cual y en "sufocar" en sí y en los demás
"hasta el menor pensamiento de minar el trono o alterar el sosiego-
de la patria".
El orador ha toxnado, definitivamente, partido. Conoce sus ene-
migos -los colegas de ayer- y sus intenciones "de negra perfidia",.

55. FITA, Oración cU 1812, 7-11. 18.


56. Prescindiendo del comportamiento de Napoleón con Pio vn y de la
entronización del P . Santander en el obispado d e Huesca con las trepas <!e-
Suchet -a que timidamente alude el predicador Fita, cuando afirma que " los
enemigos de la Esposa del Cordero se tranformarlan en lobos devoradores sr
el brazo fuerte de la autoridad real no detuviera sus impetus" (Oración ck
1812, p . 12)-, se nos ofrece un nuevo programa de r elaciones entre Iglesia y
Estado. Por vez primera, desde un púlpito español se rechaza la fórmula de
la alianza Trono y Altar, y se aboga por una separación de ambas potestades,.
t:¡Ul <!escar.e las tradicionales interferencias: " Adictos al Soberano con una
inviolable fidelidad vuestros Obispos saben contenerse dentro ck los limites
ck sus facultades sin aspirar a 7TI4yores, y el Rey es de7nasúuW instruido y
piadoso para <¡ue nadie le aparte jamás de los camini.)S de la concordia. con
los Prelados de la Iglesia: la causa ck Dios, pues correrá siempre a la par
con la del César" (FITA, Oración ck 1812, p . 13).
57. Se completa el nuevo programa politico-religioso, el " dogma político"..
El Rey José se honra con el tradicio.n aJ titulo español de Católico y protec-
tor del catolicismo con esplendor y magnificencia, con la esperanza de una
predicación clerical grave y decorosa. A la par se garantiza la libertad. religio-
sa -"uso libre de la religión"- con una eficaz tutela juridica. La publicación
-desde la catedral valenciana- de tal programa representa un avance de siglo·
y medio en la mentalidad hispana. La derrota bonapartista supondrá una con-
gelación ideológica durante 154 años.
232 ALFREDO MARTINEZ 1\LBIACH

y devuelve las amenazas, pese a su carácter sagrado -"ministro de


paz y de caridad, mis labios no deben dar respuestas de muerte"-,
atrincherándose en el Antiguo Testamento: "Oigan al Espíritu San-
to : Absalón, dice, muere en el mismo campo de batalla, donde se
jactaba romper el centro de David su padre; poco después Joab,
por igual crimen contra Salomón, sin que 1e valiera el asilo del
altar y del templo". La conminación en ropaje veterotestamentario
aspira a disuadir a los fernardinos -tan habituados a tal vestimenta
literaria- y disolver sus teologizaciones. No se apaga el fuego de
la guerra santa con el rocío del Evangelio, porque aquél se alimenta
de una indomable ansia de independencia nacional: la felicidad his-
:pana no podia proceder desde fuera, sin su "regeneración". Nunca
se aprecia suficientemente el regalo: sólo la propia conquista. En
ello estriba la lamentable y espantosa equivocación del afrancesado:
ni siquiera la vislumbró.
Tan sólo le inquieta restañar las heridas de la guerra, "correr el
·velo sobre un qüadro tan lastimoso", incluso en los resentimientos
.a ntifranceses: "olvidemos sucesos infaustos que afligen demasiado
la humanidad y aun el corazón de los mismos que creíamos enton-
·ces enemigos". Para los caídos: "descansen en paz"; pero no incul-
par "al Emperador ni a su enviado el Conde de Suchet", sino "a los
igrwrantes y perversos que os empeñaron en una porfiada lucha con-
tra la razón y la experiencia", "hados malignos", "genios enemigos
de nuestra fortuna que abusaron de nuestra constante fidelidad a
la .dinastía antigua para retraernos de ofrecerla a los pies de la nueva,
.que por uno de aquellos secretos que el hombre no debe escudriñar,
nos tenía reservada el cielo". Napoleón constituía uno más de los
-misterios incomprensibles para el afrancesado con visión teológka
de su historia; la aureola victoriosa que ribeteaba su sombrero, le
-deslumbraba para intuir la intencionalidad política del Emperador,
y se resignaba a sus decisiones con fatalismo árabe -"estaba escri-
to en el libro de los destinos"- mixtificado de piedad cristiana
-un simple "exercicio de nuestra fe y esperanza"-- Las disposicio-
nes bon2.partistas "llevan el sello de la bondad divina, l' de nuestra
dicha". Les alienta la esper&nza G.e felicidad, dentro de la temática
étic&. Aún es tiempo: "todavía hay lugar de resarcir con ventajas,
por medio de una razón ilustradc; y una aplicación infatigable, pér-
didas que a la industria, artes, ciencias, agricultura y comercio han
<>casionado agitaciones continuas de tres años". Felicidad corno bien-
estar material.
El mal se concreta en la guerra. Se difunde un interesante paci-
fismo . Paz a toda costa, mientras se salve la religión, la vida y la
justicia o derechos humanos : ello se lo "garantiza" el "Gran Na-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 233

poleón", quien, además, "enxugará las lágrimas que nos arrancaron


la calamidad de los tiempos y la inacción de los que debían preca-
verlas o remediarlas" . La paz, metodología de la felicidad en sus
dos vertientes: "en el tiempo y la eternidad".
Al "obstinado -si aún queda alguno"- ofrece la LECCIÓN de la
"temeridad de haber querido detener el rápido vuelo de las águilas
imperiales"; el CONSUELO "de hallar demostraciones las más tiernas
y cariñosas en un exército victorioso, que a no ser francés, se hu-
biera presentado vengativo y cruel"; y la AMARGURA de "resistir a
los decretos siempre benéficos de la Providencia". Así estimula al
auditorio a "ofrecer dóciles el suave incienso de su constancia y
amor en las nuevas aras que la misma Religión ha señalado para
sus sacrificios". Se excede, en cambio, en su proselitismo: su adula-
ción por el "Héroe del Ebro y del Turia, el Duque de la Albufera",
le convierte --en su misma presencia : se excusa de "ofender su
modestia"- en resonador del indulto del anterior 19 de marzo:
" Valencianos, amad al Emperador y a vuestro Rey: mi sentencia
sólo son un eco de su voz poderosa, y mí clemencia un arroyo de
aquélla, que como un caudaloso río inunda sus corazones". En se-
mejantes palabras se escudará en la interpelación a los oyentes:
"enseñadme --en vuestros anales- otro rasgo siquiera de benefi-
cencia tan completo, tan desinteresado, tan digno de ser coronado
por la mano misma del Dios de las misericordias"; sin embargo, "no
digais que excedo los limites de mi ministerio", "el elogio que aca-
bais de oir no es profano, digno solamente del Pórtico y del Liceo".
Habla como fiel intérprete del Evangelio: "a más de la moral y del
dogma prescribe también reglas para la vida civil".
Ha ofrecido un programa politíco-religioso. Un "dogma políti-
co" con miras a la formación de "un solo. pueblo, una sola familia,
un solo corazón" según "los designios de la Providencia". Para la
ética de felicidad -"aumentar J.as delicias de la sociedad"-: "ad-
mirable conjunto de intereses y voluntades, que en el orden de la
naturaleza y de la gracia ha sido siempre uno de los principales
objetos de la misericordia del Criador con sus criaturas. Así sea" sa_
La Revolución afrancesacia form:'J una nueva temática con su dog-
ma político, su metodología y su objetivo: la ética de felicidad.

58. FITA, Oración de 1812, 11-16. 18- 25.

RELICIOSID.<O H ISPANA •. . - 16
C) SoSPECHAS DE COLABORACIONISMO

La ocupación de casi todo el territorio nacio~ por las tropas.


francesas, además de reclutar adeptos leales -tildados de afrance-
sados-, creó una atmósfera turbia, capaz de manchar o de poner
en tela de juicio el patriotismo de muchos personajes. Naturalmen-
te en nuestro estudio socio-religioso nos interesa conocer la con-
ducta del episcopado español, en líneas generales. Escogemos cuatro
figuras, que, por el lugar geográfico de su sede, juzgamos de vital
importancia: los Srs. Obispos de Segorbe, Lugo, Segovia y Avila.
Toda elección supone un riesgo, el de preterir otras figuras que
-en opinión de otros- tuvieran mayor trascendencia. Por ejem-
plo, el Arzobispo de Valencia, Fray Joaquín Company y Soler, na-
cido el 3 de enero de 1732 en Penáguila -provincia de Alicante y
diócesis de Valencia-, franciscano, Arzobispo de Zaragoza desde
1797 a 1800 en que tomó posesión de la mitra valenciana; Vicepre-
sidente de la Junta Superior de Gobierno en 1808, exhorta a sus
diocesanos, en las inmediaciones de la muralla, contribuyendo al
fracaso de los planes del Mariscal Moncey para conquistar Valen-
cia; pero ocupada ésta por el General Suchet comparte con sus
diocesanos las penalidades y peligros de aquellos dias hasta el 13
de febrero de 1813, en que falleció 59 •
Sin embargo, nuestras preferencias se mantienen. También el mé-
todo: las oraciones fúnebres de los mencionados prelados. En ellos
·distinguimos varios estilos de comportamiento ante aquella situación ..

59. OLMOS CANALDA, Los Prelados valentinos, p. 265-273.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 235

a) Segorbe
El Revdmo. Sr. D. Lorenzo Gómez de Haedo 60 ocupaba la igle-
sia segorbicense desde el 3 de marzo de 1784, y ante el famoso De-
creto de Urquijo de 5 de septiembre de 1799 supo dar una "res-
puesta corta pero llena de sabiduría", a juicio de su Canónigtl. pe-
nitenciario, D. Miguel Cortés y López 61. Sus exequias se demoraron
hasta el 7 de abril de 1814, debido a la ocupación francesa, que no
las permitió a s u muerte -1 de noviembre de 1809- por tratarse
de una víctima de la situación: "Qüando sucedió la tragedia de Ba-
yona, qüando se puso a meditar las desgracias que iban a agolparse
sobre la Iglesia y el Estado, qüando ya comenzó a experimentar los
horrores de la anarquía destructora del orden social .. ., su comple-
xión se fue debilitando" 62.
Fue un estilo. El más patriótico. El más limpio.

60. CORIES, Oración fúnebre del Ilmo. Sr. Ob.i spo de Segorbe. Valencia,
Monfort, 1815, p . 16. 3'1-38. 40: "Nació el 22 de octubre de 1738 en Biañes, en
el Valle de carranza. Señorlo de Vizcaya ... Doctoral de Burgos en el año 1760... ,
gobernó la Archidiócesis en la Sede Vacante -por fallecimiento de D. Onési-
mo de Salaman~ y en la Sede Plena del Sr. D. Francisco Diaz Santos Bu-
llón, y en la de su sucesor el Sr. D. Josef Xa.vier Rodriguez de Arellano, en los
qüatro afíos que este Prelado estuvo ocupado en la Corte en asuntos del Real
servicio".
61. CORTES, Oración, 79: "En el uso de mis facultades, dice (en la respuesta),
para las dispensas que Sé han considerado como propias de la Silla Apostólica,
procederé con aquellos miramientos y economía prudente que exijan las nece-
sidades y la conformidad con el espíritu de los Cánones antiguos, de suerte
que en esta delicada materia sea un dispensador que edifique y no destruya".
<Véase esta respuesta impresa en la Colección Diplomática publicada en Ma-
drid, año 1809).
62. CORTES, Oración fúnebre, 87.
236 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) Lugo

Muy salpicado de sospechas de colaboracionismo resultó el de


Lugo, quizá por haber vivido más tiempo o en peor coyuntura. La
discusión le acompañó basta sus funerales, el 4 de septiembre de
1811: se había iniciado en 1786 -al tomar posesión del obispado
lucense-- por su evidente contraste temperamental y apostólico
{!On su antecesor Monseñor Armañá, a la sazón Arzobispo de Tarra-
gona, en torno a la problemática de "contemporizar con las costum-
bres de Francia y el filosofismo" 63.
El predicador de su elogio fúnebre se identifica con su héroe
mediante una frase lapidaria que nos recuerda el tema del sermón
del prelado barcelonés D. Pedro Díaz de Valdés ante Carlos IV en
1802 : "¡Miserable de aquel pueblo donde no reina la justicia! ¿Qué

63. F'ERNÁNDEZ VARELA, Oración fúnebre por el Ilmo. Sr. Obispo de Lugo.
Coruña, A Rodríguez, 1811, p. 7-8. 14: " La diócesis de Lugo había logrado el con-
.suelo de gozar por un Prelado suyo a uno de aquellos hombres singulares
capaces de honrar un Siglo. Hablo del sefior Armañá, cuyas virtudes eminentes
igualaban a s u doctrina, y cuya amabilidad y talentos le harán memorable por
siempre. Pero el Sr. Armañá, lalborioso, infatigable, sabio y santo a un mismo
tiempo, aunque hizo mucho por su Iglesia, no había podido hacerlo todo. Tras-
ladóse a Tarragona de este país que no lo merecía; y con esto muchos pro-
yectos quedaron sin verificarse, y sin reformar muchos abusos; o por no haber
tenido tiempo. o por no haber tenido acaso el valor suficiente para extirparlos.
Sucedióle el señor Páramo en la elección del gobierno; pero el cielo quiso
arrebata:le antes de haberse consagrado. ¿Quién puede penetrar en sus jui-
cios? Era el tiempo precisamente en que las costumbres de Francia parecían
serlo igualmente de las demás naciones vecinas; sus errores y sus delirios se
propagaban con aceptación; una revolución sanguinaria amenazaba a toda la
Europa, y desenfrenados los vicios baxo la pr otección del libertinage, preten-
dían sublevarse hasta destruir con su fuerza el imperio de las virtudes. ¿Quién
sabe si en aquellos tiempos sería conveniente a la Iglesia la contemporizttción
y la dulzura que caracterizaban al señor Páramo? ¿Quién sabe si los males
públicos clamarían para su remedio por un carácter más fuerte y más deci-
dido? Lo cier t.o es que en una época en que las cfoligaciones principales dal
-cristianismo iban a ser abolidas, o por lo menos despreciadas ; en qut los d es-
órdenes de los legos se justificaban más cada día por los de los eclesiásticos;
en que la libertad y la osadía, la desatención y el desprecio de las fórmulas y
de las cosas santas, eran un motivo de jactr.ncia, no solamente a los necios,
.sino también a los ilustrados; se necesitaban Obispos dotados de un alma
fuerte, de un valor sacerdotal; igualmente indiferentes a los aplausos que a
las amenazas; al favor que a las desgracias del mundo; e incapaces de envi-
lecerse con aquella cobardía que sacrifica a los respetos las obligaciones y las
reglas; ni de prostituirse tampoco en aquella política infame que produce los
mismos efectos, aunque provenga de diversas causas. Tales eran las qüalida-
des del Ilmo. Sr. D. Felipe Peláez Caunedo ... Los dogmas del filosofismo no
sólo nos perjudicaban dando rienda suelta a los vicios; sino que poniendo en
ridiculo los cuidados de los Pastores, inutilizaban los r emedios ... ".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 237

pueden hacer los profetas -tiene conciencia dP.l profetismo-, ni


los centinelas de Israel -reencarnación hispana-, aunque clamen
y se desvelen" 64 • Achaca a Carlos IV las desgracias del "poder de
la soberanía popular'', aunque agradece a Dios el haber aminorado-
los "horrores de la anarquía" 65.
Con tal precedente conocemos la posición doctrinal del orador
que enjuicia a su Obispo D. Felipe Peláez Caunedo. Ante todo, aviva.
la memoria del auditorio acerca de "aquellos días en que la espada.
de la guerra estaba sobre nuestros cuellos. en que las legiones ene-
migas se aproximaban a nuestras murallas" 66• Dificil coyuntura se
imponía al español; el predicador lo sabe y señala los distintos ca-
minos de la encrucijada.
UNo: "quedarse en los poblados y conservar el carácter de ver-
daderos patriotas, es una acción más generosa qüanto más útil y
dificil. No hablo de aquellos ciudadanos que se hallaban en circuns-
tancias de incorporarse a nuestros exércitos, ni menos hablo de
aquéllos que habiendo tomado las armas son los brazos de la
nación constituidos para su defensa. Estos deben seguir peleando has-
ta vencer o dar la vida, y lo contrario es un crimen que debe expiar-
se en la infamia": SEGUNDO CAMINO. TERCERO: "aquéllos que no
pelean ni sirven para eso tampoco"; ¿es patriótica la fuga? El pre-
dicador es resueltamente pragmático: "¿qué adelantaremos con que
huyan? COnfesemos con todo eso que los que no tengan aliento,
sagacidad y fumeza para sostenerse con honor, deben huir a las
montañas". Juicio, en extremo cruel y discutible: prescribe la fuga
para los no-beligerantes cobardes. En aquella guerra ¿cabían !os
no-beligerantes? El dictamen de un predicador como D. Manuel
Femández Varela -de tanto ascendiente ante Fernando VII en el
decenio absolutista- hunde la generalización de la "guerra santa":
si, en realidad, existía motivo y necesidad para promulgarla, ésta
no debía excluir a nadie, y así lo divulgaba un amplio sector cleri-
cal, como vimos.
Nos hallamos ante un problema fundamental: si el espiritu de
"guerra santa" procedía de resucitar una tradición dieciochesca,
¿por qué la manifestación del mismo no fruct.ificaba monolitica.men-
te? Creemos que sólo los frailes - y los clérigos diocesanos influidos
por ellos- se empecinaban - y lo consiguieron- en tal revalori-
zación para recuperar su predominio socio-religioso, abusando de
la profunda fe del pueblo español. Aprovecharon la ausencia de ca-
64. F'ERNÁNDEZ VARELA, Oración fúnebre por el Ilmo. Sr. Obispo de Lugo,
p . 15.
65. F. VARELA, Oración. 18 : -Qüando son débiles los r eyes. siempre padece
la religión, y la Iglesia ... ".
66. F . VARELA, Oración, 26.
beza regia, e implantaron una teocracia al estilo hebreo, en la que se
constituyeron profetas; su autoridad prevaleceria sobre cualquiera
otra hum;:1na: oráculos de la divinidad, cabezas visibles del poder
divino. Para ellos, la Guerra de la Independencia fue una lucha sin
cuartel: la ilustración carlostercista -prolongada en Carlos IV-
babia iniciado la secularización y la postura napoleónica aceleraba
este proceso por exigencias de la época. La civilización medieval ne-
cesitó la asistencia de los frailes en todos los órdenes; cuando el
hombre alcanzó su madurez, abandonó las andaderas en lo socio-
político con nueva perspectiva religiosa hacia la felicidad en doble
vertiente: temporal y eterna. Lamentablemente, los frailes de prin-
cipios del siglo XIX carecieron de visión futurista y no sabiendo re-
tirarse con oportunidad, su forcejeo en perdurar un anacronismo
les incitó a crear una mentalidad con residuos medievalescos, con-
servados en el subconsciente hispano : diecisiete siglos de lucha por
el espacio vital frente al paganismo, Arrío, el Islam, el mosaísmo y
el protestantismo, con el aditamento del despotismo borbónico he-
redado del Rey Sol y con el brazo ejecutivo de la Inquisición - "de
abolengo judaico" 67- , bastan para impregnar la naturaleza del es-
pañol.
El fanatismo obnubiló la mteligencia de aquellos frailes; perdie-
ron el concepto de la historia como civilización en marcha o como
evolución de la civilización humana, y en "recorsi" extravagante re-
trocedieron a la era premesiánica con su idiosincracia trasnochada,
con sus crueldades y religiosidad veterotestamentaria, ilusionados
quizás en la reencarnación del "pueblo elegido" y del Meslas en Fer-
nando VII. La Guerra de la Independencia como "guerra santa" fue
la doctrina del sector frailuno, valiéndose de la generosidad, piedad
y autonomía hispánica. No existió como auténtico espíritu univer-
sal; sí, en cambio, en muchísimos españoles : individualmente, fue-
ron soldados en "guerra santa" , dignos de máximo respeto y vene-
ración.
El testimonio del Canónigo lucense y Académico de la Historia,
Dr. D. Manuel Fernández Varela nos corrobora en tal creencia. En-
juicia quizá con excesiva crueldad a los fugitivos, tildándoles de
cobardes; en abierto contraste sitúa a los valerosos -y entre ellos
a su héroe-: "si deben queda>se son aquéllos que por su carácter
abrazan sentimientos pacíficos, los Ministros del Santuario, y sin-
gularmente los Pastores que deben consolar a sus ovejas en los
tiempos de tribulación; mientras que les queden algunas, y se les
:permita dar el pasto, no deben abandonarlas, ni aun con peU.,aro
de. la vida".
67. A. CASTRO, La realidad histórica de España, 509.
R.ELICIOSIDA.D BISPANA Y SOCIZDAD BORBONlCA 239

Su atrevida doctrina la cimenta en San Agustin, "en un caso zcuy


parecido" -Epístola 228, t. II, fol. 830, edición de los Padres de la
Congregación de San Mauro-, y en Jesucristo -Juan, 10, 11-: el
buen pastor da la vida por sus ovejas. Nueva problemática de pe-
renne vigencia en la historia eclesiástica: ¿los mejores pastores
son los que se exilan ante las dificultades sociales, frecuentemente
personales, o quienes "contemporizan" para alimentar su rebaño,
conservando la Iglesia -en su esencia dogmática y moral-, incluso
tras el "telón"? No olvidemos los epítetos que los predicadores béli-
co-religiosos propinaban a Napoleón: sacrílego, blasfemo, ateo, etc.
El Canónigo lucense, el 16 de enero de 1813, defiende valientemen-
te su opinión y a su héroe, en las respuestas episcopales a los con-
sejos de huida, en aquel "espantoso y memorable 9 de enero de
1809": "Los eclesiásticos y los legos entrábamos en su palacio, los
unos para consolarle, los otros para aconsejarle que pusiese a salvo
su persona; pero ¿cuál era su respuesta? ¿Quieren Vmds., nos de-
cía, que marchándome yo del pueblo, no quede un solo sacerdote
para auxiliar un moribundo? ¿Quieren Vmds. que con esto se enfu-
rezcan los enemigos, y que talen a fuego y sangre hasta las paredes
del santuario? ¿Quieren Vmds. que los infelices queden sin ningún
consuelo de los que ofrece la religión? ¿Quién seria responsable de
los incendios y destrozos, de las profanaciones y torpezas que pu-
diese ocasionar mi fuga? No; yo no puedo abandonar una iglesia con
quien me hallo despcsado tantos años hace: saldré al encuentro a
mariscales, me echaré a sus pies si fuese preciso, les pediré por mi
pueblo, por mis ovejas, por este augusto tabernáculo donde reside
nuestro Dios, y lograré tal vez de este modo impedir las devastacio-
nes a que nos hallamos amenazados. Quizás moriré en la demanda,
pero moriré entonces en mi ministerio".
Y aplaude con entusiasmo dichas respuestas: "¡Qué valor! ¡Qué
animosidad! ¡y qué amor nos ha mostrado!" A continuación, pinta
la imagen del valor personificado en su Obispo: "Parece que le estoy
viendo con el semblante decaido, reprimiendo su agitación y cubierto
de un color pálido marchar resuelto al enemigo, y contener su vo-
racidad con las armas del sufrimiento que le suministraba su pru-
dencia". ¿Exito? "Sus riegos fueron eficaces, su política fue
atendida". Sin embargo, nadie le comprendió, ni estimó su be-
roismo: se le "correspondla con atentados, murmuraciones y dic-
terios" : "En tanto que nuestro Obispo sufría por rescatarnos los
horrores de la esclavitud, en tanto que se condenaba a una reclu-
sión permanente sin querer salir de su casa durante la estancia de
los enemigos, mientras que esperaba h muerte entre continuas
desazones y no tenía otro consuelo que el de visitar todos los dias
240 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

al Señor Sacramentado para pedirle nuestra libertad, ¿no es bue-


no que estos mismos súbditos por quienes tanto padecía, y que
tanto lugar tenían en su entrañable corazón, trataban de asesinarle,
murmurando de sus virtudes y correspondiendo con dicterios a los
a los beneficios que recibían?" 68.
Las circunstancias hacen al hombre; también su virilidad - la
cual ha sido repartida en variada gama-. Tal coyuntura persiste
en el devenir histórico. Se agrava con la amargura del exilio, que
enfebriza la pasión perennemente, y entonces el juicio imparcial se
imposibilita. Pese a futuras críticas, originadas por resquemores y
autojustificaciones, nos identificamos con el orador en la exaltación
de Monseñor Peláez, símbolo de una posición histórica. Al men~s,
más de acuerdo con la vigencia normativa del Nuevo Testamento.

68. F. VARELA, Oración, 27-30.


RELIGIOSIDAD HISPAN.<\ Y SOCU:OAD DORBONICA 241

e) S egovia
Monseñor Sáenz de Santa Maria 69, caritativo prelado segoviano,
murió exilado -el 14 de enero de 1813- en Cádiz 10, cuyo Cabildo
catedralicio "después de haber el funeral más suntuoso" 71, "con
asistencia del Excmo. Sr. Obispo de Nicea, Nuncio de S. S. en
estos Reynos, y de los Timos. Srs. Obispos de Calahorra, Plasencia,
Sigtienza, San Marcos de León y Albarracin, el 16 de enero" 72, "co-·
locó en el mismo Panteón de sus propios Obispos el venerable ca-
dáver'' 71.
Sbrprende la atmósfera de excesiva normalidad en que se des-
envuelve la oración fúnebre gaditana: un elogio personal con acerba.

69. MOI'lGE DOKÍNCUEZ, 0TCU:ión fúnebre del Ilmo. Sr. Obispo de Seg{n,ia_
5egovia, Espinosa, 1813, p. 9. 11. 17. 23. 28-29. 36-37: ~ Nació en la Villa de
Muro de Cameros. Obis;>ado de Calahorra en 16 de enero de 1726. .. Estudió en.
Valladolid ... Canónigo Doctoral de Zamora... Canónigo de Toledo, y Vicario
Capitular, y General con el Cardenal Lorenzana.. . Obispo de Segovia: Santa
Iglesia de Segovia, hubieras quedado acaso privada para siempre de las be-
néficas in!luencias de su zelo, si una resistencia generosa a las pretensiones
de un Mlnlstro, que procuró inconsideradamente traspasar y atropellar los
sagrados derechos de la Iglesia y la disciplina, no hubiera conseguido lo que
pudieron lQ&rar las más enérgicas y vivas Instancias por el cuidado personal
de su grey. Si : un destierro disfrazado con el especioso pretexto de gracia
concedida a sus justos d eseos, descarga de sus hombros el peso del gobierno
de la Diócesis de Toledo, y restituye a tu seno el que va a hacer todo tu
esplendor, tu felicidad y tu gloria . .. Mil fanegas trigo entregadas de una vez
para alivio de las necesidades comunes; qüatro mi! ducados auualmente repar-
tidos en asignaciones a familias indigentes ; cinco mil pesos distribuidos cada
un año en aquellas secretas linlosnas... En el misero año de 804 distribuyó
diariamente a más de trescientos mendigos el pan de la palai>ra de Dios cou
el alimento corporal ... " ; PABLO DE U CONCEPCIÓN, Oración fúnebre por el Ilmo.
Sr. Obispo de SegOVia. Cádiz, Imp. Patriótica, 1813, p . 34. 50. 52-55: "El nuevo
Arzobispo, el Cardenal Lorenzana, le nombró su Provisor, Vicario General y
Arcediano de Madrid, gobernando en más de 18 años... " .
71.1. JosEF DEL SALVADOR, Oración 1J(ttriótica del Dos de Mayo en Cádiz, 1810.
Madrid, Viuda de B<>.rco López, ltll5, p. 13: •·si. poderoso y caritativo pueblo-
gaditano! Dentro de tus muros tienes mil testimonios que a creditan y te reco-
miendan esta apreciable verdad. Por tus calles y plazas andan en trage hu-
milde las primeras personas de la Nación, los m ás respetables prelados, los
ministros más zelosos, los sacerdct~ y religiosos m ás recomendables... ".
MANZANEDA, Oración del 30 de agosto de 1812 en la Catedral de Palma de
Mallen-ca. Palma, Brusi, 1812, p. 20: "Gloria y reconocimiento a los defensores
de la Patria, y a vosotros felices Mallorquines ... : Vosotros babeis sido obe-
dientes a las autoridades, babeis embiado vuestros hijos a derramar su sangre
en el campo de la justicia y los que permaneceis en vuestros hogares habe.is.
recibido y dado asilo a tantas familias fugitivas ... ".
71. MONGE, Oración fúnebre, p . 47.
72, PABLO DE LA CONCEPCIÓN, Or·ación fúnebre. Cá diz, 1813, p. l.
73. MONGE, Oración, p . 47.
442

critica para Urquijo y recuerdo emocionado para el cardenal Lo-


renzana; se prescinde de los problemas planteados en la capital de
la España independiente. Ni siquiera alude a la ocupación francesa,
motivo de exilio episcopal, y en presencia de tan insignes prelados:
seis meses después el Cabildo segoviano afrontará la cuestión, y en-
tonces se ofrecerán excesivas excusas -quizá porque el orador no
hallaba ninguna convincente-.
Pero es necesaria su lectura completa en aras de la imparciali-
dad: "el conocimiento de su inflexible constancia, la anterior ex-
·periencia (en la primera ocupación francesa de 1808) y la previsión
de los criminales sacrificios que se pretenderían exigir de su digni-
dad en el primer fuego de la entrada, el deseo de evitar males al
pueblo y de conservarse para mayor bien de su Iglesia, la esperanza
de una pronta serenidad y regreso que le hacen concebir los conse-
jos y vivas instancias de un Gefe encargado en la defensa de laPa-
tria, la ninguna necesidad de su presencia en algunos pocos dias le
·Obligaron en la separación momentánea de s u rebaño a un sacrificio".
Luego, dramatiza la vivencia de su Obispo en el peregrinar y
-destierro, presuponiendo una angustia mortal en su posición: "se
la persigue, se le busca, y es necesario que después de haber pro-
visto de socorro y consuelo a sus ovejas, errante por malezas y mon-
·tes, fatigado con vüÍ.ges, cansancio y privaciones, busque su seguri-
·dad baxo las alas del gobierno legitimo; detenido aquí como en una
ciudad de refugio, se considera desteiTadO de su Iglesia, y esta se-
:paración dolorosa le aflige a proporción de lo mucho que la ama" 74•
La angustia vital -también económica 75- del exilio será la

74. MONGE, Oración, 42.


75. DIARIO de Sesiones de las Cortes de Cádiz, t . ll, p. 116. 371; t. XIV,
·p . 132: "Sesión del 26 de tearero de 1812: El R. Obispo de Guadix y Baza, ha-
ciendo presente la triste situación a que se hallaba reducido de resultas de
ñaber abandonado su residencia por no prostituir su conciencia. su fidelidad.
y el honor propio de su carácter, ni dar al pueblo español el escándalo d.e
rendirse a las pretensiones injustas del Gobierno francés, pedf.a que para reme-
diar su mdigencia se le destinase alguna consignación ... Habiendo manifesta-
·uo los señores diputa1.lS que era mcy justo que se soc.:~rriesen los pre-
lados que habie.n acreditado su adhesión a nuestra santa c&usa en loo
términos que la babia hecho el Obispo de Guadix.. .. Sesión dd 31 =
1812: Resolvieron las Cortes, a propuesta del Sr. Presid:mte, que se remitise a
de

la Regencia del Reyno, para que dé su áicto.men, copia del dictamen presen-
. tado por la Comisión de Hacienda con los expedientes del .M. R. Arzobispo de
Tarragona y R. Obispo de Guadix, que solicitan se les haga alguna asigna-
·ción, mediante a hallarse en suma necesidad, para proporcionar a los mencio-
nados prelados y demás eclesiásticos emigrados lo puramente preciso para su
subsistencia... Sesión del 7 de julio de 1812 : La Regencia del Reyno comunicó
por medio del Secretario de Gracia y Justicia. haber expedido circular a los
MM. RR. Arzobispo, RR. Obispos y prebendados de las diócesis de la pen-
insula que habian emigrado de ellas, exhortándolos a que se restituyan a los
puntos libres de las mismas, y en su defecto a los más inmediatos y seguros...
ll.SL!CIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD 80IUIONICA 243

única justülcación que, tras la liberación del territorio nacional, se


ofrendará a los Obispos fugitivos : "No temais aunque os veais cer-
cados de enemigos, aunque os veais precisados a correr las qüatro
partes del mundo: Dios está a la vista, y jamás desampara al justo.
Tiene ofrecido estar con vosotros en la tribulación, sacaros de ella
con felicidad, y glorificaros en premio de vuestra resignación, y
antes faltará el cielo que su palabra. La Religión y la Patria, por
quien padeceis, os harán sombra donde quiera que existais" 76• Los
que volvieron del exilio se identificaron con los sentimientos de su
Rey que regresaba de Valen~y .
"1
<con> las asigna.ciones que tenia.n indicadas para socorrer a los referidos ecle-
.slástlcos". .
76. JOSEF DEL S&LvA.DOR, Oració'lt patriótica del Dos de Mayo , p. H..
244 ALFREDO MARTI.NEZ ALBlACH

d) Avila

Fray Diego de San José, carmelita descalzo, es designado por el


Cabildo Catedral abulense, para el elogio fúnebre de su Obispo,
fallecido "a las dos y cvarto de la mañana del día tres del presente
mes de noviembre" de 1815. Un prelado que contemporizó con la
dominación francesa. Las heridas de la guerra· se habían cicatrizado,
pero no la francofobia. No obstante, el predicador de 1815 se mues-
tra tan comprensivo como el de la apología del prelado lucense.
En circunstancias similares: "ofreciéndose gustoso a exponer su
vida por la libertad del pueblo, salió para presentarse a un exérci-
to, aún más sanguinario que el de Holofernes, y se consiguió la sus-
pensión de los sanguinarios decretos" 77 •
Suficiente panegírico en momentos tan turbulentos como los de
una victoria reciente. La historia de 1815 lo confirma. Y justamente
en boca de un fraile, es significativa la postrer alabanza, la definiti-
va: "Sagradas religiones: Perdimos un bienhechor, que acababa

77. DIEGO DE SAN JosÉ, Oración f únebr e en las honras del Ilmo. Sr. D. Ma-
nuel Gómez de Salazar, Obispo de la ciudad de Avila. Madrid. Imp. de la Com-
pañía, 1816, p. 4. 6. 10-13: "Supo mediar ente su amada grey y cator ce mil
hombres del exercito del Usurpador al mando d el mariscal Lefebre, que a
pretexto de vengar agravios, y en cumplimiento de los decretos tle un ho:nbre,
aún más soberbio que Antioco, tenían dispuesto el incendio, la desolación d e-
la ciudad y el exterminio de todos sus habitan~. Suponiase entre nosotros
ventajas conseguidas por n uestras tropas contra los enemigos sobre el puente
de Almaraz; transitaban por esta ciudad escuadrones de caballería francesa,.
<;ue creíatr.os dis¡:;erso:;; y en la tarde del cuaL-o de enero de mil ochocientos
nueve se dexa ver en esta misma ciudad dentro de su plaza una avanzada de
sesenta a ochenta caballos del exército del mariscal Lefebre. La ciudad nada
sabe de la marcha d e este exército; y atendido el corto número de enemigos,
se conmueve, manda tocar a rebato sus campanas, concurren sus habitantes.
en masa para impedirles el tránsito; se les a:-roja fuera de la ciudad; se les
persigue, y se les hace fuego desde algunas eminencias, cuando a pocas horas
después se recibe un parte en que se dice : Que catorce mil hoiif.lres enemigos se
hallan en estas inmeciiacionP.s. ¡Ay Señores ! ¡CUánto fue nuestro susto ..., cuando
en la ma'éana del dia siguiente, víspera de los Santos Reyes, vimos a nuestro·
frente catorce mil hombres, cercada la ciudad con su f()rmidable caballería y
su artillería en disposición de batirnos en venganza del agTavio de la tard e
antecedente y en cumplimiento de los decretos de su Emperacor... Ofreciéndose
gustoso a exponer su vida por la libertad del pueblo, salió nuestro Dustrisi-
mo, acompañado del Sr. Arcediano de esta S. Iglesia D. Antonio de la CUesta
Y Torre ...• para presentarse a un exército, aún más sanguinario que el de Ho-
lofernes... No se pudi eron evitar una infinidad de desórdenes de una tropa
incircuncisa; pero se consiguió por entonces la suspensión de los sanguinarios
decretos, y pocos dias después el perdón general de la ciudad (del Usurpador
desde Valladolid, y de su hermano desde Madrid) ".
R.ELICIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 245

~n 21 de octubre de 1814- de represen tar al Soberano la necesi-


dad y utilidad de las Ordenes Religiosas'' n. Asi limpia -ante la
maledicencia- las salpicaduras de la "contemporización". Mucho
más que el haber enjugado lá.,crrimas durante la guerra a militares,
religiosos y a s u Cabildo Catedral 79•
La problemática, siempre vigente, seguirá imperecedera. Aun
preteriendo la casuistica: tras ella se esconde una sugestiva doctri-
na de virilidad y responsabilidad, que unida a la "nueva temática"
nos ofrece una espiritualidad moderna de estilo netamente evangé-
lico - no superada en nuestros días-, gracias a los afrancesados.
Una flor agostada prematuramente por la derrota napoleónica. De
no haber sucedido esta circunstancia político-bélica, la "ilustración"
hubiera remozado la civilización humana, sin excluir los aspectos
teológicos y sociológicos. Waterloo congeló esta ideologia, que se
manifestó en España como primer intento de progresismo católico.

78. D. DE SAN JoSÉ, Oración, 23.


79. D. DE SAN Jost, Oración, 14-17: "Lloran las Juntas de armamento de
esta ciudad y villa de Arévalo, porque deseando levantar el cuerpo de volun-
tarios, que tan gloriosamente sacrificaron sus vidas en defensa de la plaza de
Ciudad Rodrigo, se ven sin fondos para vestir y armar éstos nunca bien ponde-
rados y alabados patriotas; y el Ilmo. Prelado les coasuela entregando en metá-
lico a la de esta ciudad cincuenta mil reales vellón, único caudal del F ondo Pío
Beneficia!, y seis mil y más reales de su propio haber. y a la de Arévalo por-
ción de granos de las rentas que en dicha villa percibe la dignidad. Lloran los
generales del exército, porque sus soldados perecen de hambre; porque se ven
desnudos en el tiempo de la mayor intemperit:; y nuestro Ilmo. Prelado remite
al Excmo. Sr. D. Francisco xavier Castaños quince mil reales vellón por me-
dio de la Junta Superior de esta ciudad y provincia, y cinco mil reales más para
la Junta misma. Lloran los desgraciados religiosos, porque arrojados de sus
conventos, se hallan a punto de perecer, y el piadoso y compasivo corazón de
nuestro Ilmo. se afilge. se compadece: coloca a unos en esta ciudad, a otros
en varias parroquias de su diócesis; habilita sin temor del Intruso sus licencias
a toc!o,c: los que juzga beneméritos, y fueron muchos los de diferentes obispados
que le debieron la subsistencia y la vida. Lloran las religiosas de Burgos, de
Lerma, de Segovia, del Espinar, de Valladolid ... , y el Dmo. Salazar las recoge
en los conventos de esta ciudad, y las liberta de lnnumerabl~ peligros, solici-
tando de los generales franceses gtW.rd.ia$ para los conventos y parroquias, y
aunque la guardia no se puso en todas partes se consig11ieron los deseos de
S. I~ evitándose tantos males... Llora este llmo. y venerable Cabi!do, cuando
e:t una noche de la mayor in~periP, siL piedad y sin compasión de enier-
m os. son conducidos ous individuos a un encierro, sin que sepan el motivo de
su prisión; pero se consuelan cuando se les manda trasladar al palacio epis-
copal, donde el Prelado mismo re halla también arrestado: ¡qué escena tan
triste Y dolorosa! O ser conducidos todos presos a Bayona de Francia, se les
dice, o pagar la multa de un mt? lón de reales para indemnizarse. El Prelado
hace ver al mariscal SoUlt su inocencia, la de su llmo. Cabildo, y consigue la
libertad para todos".
ARTÍCULO 2

LIB ERALES

Los liberales decimonónicos mitificaron la obra de Cádiz. Tanto


en 1820, como en la revolución de La Granja del 12 de agosto de
1836 y en los movimientos extremistas del siglo XlX, siempre se
vuelve la vista hacia Cádiz. Y si después de 1823 ya no se vive
bajo 1 a constitución gaditana, la labor realizada por los prime-
ros liberales influirá en la sociedad borbónica.
Por eso, en esta primera parte dedicada a las ideologías importe
tanto profundizar en la mentalidad vivida en aquella época.
Aunque dividamos este articulo en tres partes, realizamos el
estudio desde dos p erspectivas: Cádiz entre el púlpito y la tribuna;
la tercera parte se refiere a la religiosidad constitucional, es decir, la
Constitución de 1812 y el profetismo que encontramos en las Cor-
tes.
Nos hallamos frente a una materia diversamente valorada por
unos y otros. Pretendemos acercar al lector a las fuentes, procuran-
do no predeterminarle en el juicio. Para ello buscamos ansiosamen-
te la imparcialidad.
Al introducirnos en tal estudio, sólo nos permitimos subrayar el
mérito de la antología dirigida por D. Enrique Tierno Galván quien .
la prologa con interesantes consideraciones so.

80. TIERNo, Prólogo a la Antología, p . 7. 10-15 : "Las Cortes hicieron lli!a


una revolución que definió el proceso posterior de la sociedad espafíola... De-
la onda. cuyo centro está en las Cortes que promulgaron la Constitució::l de
1812 no hemos salido todavía.. . Las Cortes de Cádiz pretendieron hacer en Es-
pafia. la Revolución francesa. sin sz.lir de los limites de la Asamblea. Nacional
Francesa.; en otras palabras: quisieron hacer la revolución sin el p u eblo .. _
Los diputados de Cádiz no ernn gentes del pueblo ni, p r opiamente hablando,
representaban al pueblo. Quizá mej:>r a la "nación" , palabra que repiten
basl.a.nte y defendieron en la Constitución... Las Cortes representaban una
idea, la nación, no una entidad jurídico-política., el pueblo. Nadie ignora que el
proceso posterior, incluso en el orden normativo constitucional, se encaminó
en España, al igual que en Francia e Italia a. conjugar ambos supuestos, el
metafisico de nación y el legal del pueblo. Hasta la Constitución republicana
de 1931 es perceptible en España este proceso... El profesor Ferrando Bad1a
ha demostrado la persistencia de la Constitución gaditana hasta casi la mitad
del siglo XIX, tesis a mi juicio válida., en el orden ideológico, durante todo el
siglo pasado... El profesor Morado ha demostrado que la estructura interna de
las Cortes continuaba siendo estamental, predominando la alianza entre el
A) EL PÚLPI"l'' y LAS CORTES DE CÁDIZ

La temática afrancesada no caló en el alma hispana. Tal vez.


por demasiado genérica, idealista y precipitada -la cultura espa-
ñola no babia madurado lo suficiente-; o por haber sido elaborada
y aplicada "desde el exterior". Su ''revolución", unida a la dinámica
de las armas napoleónicas, corrió también su desafortunada suerte:
fracasó.
Y quedaron dos ''revoluciones" en pie, disputándose la hege-
monia sobre el territorio hispano: la de los frailes y la posterior-
mente denominada liberal -"libertinos" en el siglo xvm (Gallo,
Bertrán, Armañá, Bocanegra, etc., según lo estudiamos en Guerras
de Religión); enemigos de dentro de casa. nuevos filósofos, críticos,
periodistas de 1813 ' 1• y liberales sz.
Pero en 1811 y algo menos en 1812 España vive una euforia par-
lamentarista, coreando las Cortes gaditanas; basta los predicadores
sacro-bélicos se envanecen con la· dignidad de diputados, Blas Os-
tolaza por ejemplo; incluso el fraile que en vano pretendió escaño
alguno en aquella novedad revolucionaria de único estamento. Sin
duda el español ambicionaba oponer una mentalidad instruida -no
decimos ilustrada para salvar la universalidad de nuestra afirma-

clero ilustrado y la clase media, compuesta por mllitares y mieml:>ros de las


actividades comerciales cultas y progresistas. ¿Por qué la Constitución de Cá-
diz fue una Constitución revolu~ionaria sin revolución?, o dicho en otras pa-
labras: ¿por qué fue una pseudoutopf'l.? ... Los constituyentes de Cádiz en-
tienden revolución en el sentido de radicalismo sin viol.mcia, es decir, en el
sentido burgués moderno... ¿Por qué no hubo revolución en el sentido recto
de radicalismo con violencia total? ... No había revolucionarios; babfa conser-
vadores con ideas más o menos revolucionarias. Paltó el revolucionario autén-
tico, la minoría radical convencida que ejecuta la revolución; un tipo en
Espa5a sumamente raro... La novedad id~lógica de las Cortes está también
condicionada por la cont\nuidad leg!slat!tva en los casos concretos. No es exac-
to que las Cortes de Cádiz partieran de cero... Los diputados tenLm siempre
presente la legislación anterior, y no se puede decir que la Novisima Recopila-
ción no les caia de las manos. Es menester no olvidar que una mayoría abru-
m&dora de las Cortes se componía de especia1!stks en Derecho canónico Y
civU ... Unas Cortes compuestas, más o menos, por 90 eciesiá.sticos, 56 abogados.
15 catedráticos, 39 militares, 49 funcionarios. H nobles, 8 comerciantes y 20-
diputados no profesionalizables, pero en su mayoría intelectuales... A veces
toman un tono demagógico, pero el conservadurismo sin ambages del siglo-
xvm español prevalece... En una ciudad sitiada, entre rogativas, cañonazos y
críticos furiosos ... ".
81. GóMEZ MUR.IEL, Sermón. Sevilla, Imp. Real, 1813?, p. 4. 14-15. 23.
82. PI y MA.RGALL, Historia de Espa.ña en el siglo XIX. Barcelona, Segui..
1902, t. I, p . 634-635.
24~ ALFREDO MAR.TlNEZ ALBIACK

-cwn- a la afrancesada, que sinceramente reconocía superior. De


este modo se comprende la realidad, quizá sorprendente, de un púl-
pito elogioso y deferente con la Constitución y con las Cortes, es-
pecialmente en las ciudades que, entusiastas, reciben, a la par, la
liberación de la ocupación napoleónica, y la renovación -"regene-
ración"- de las estructuras socio-religiosas.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 249

a) Elogio a las Cortes


Utiel, en 1811 -todavia no se ha publicado la Constitución-
J exhibe su confianza y satisfacción, en nombre de la Junta Superior
de Gobierno de Aragón y parte de Castilla, por "el estado político,
civil y religioso" alcanzado: "Somos libres e independientes baxo
el gobierno nacional que nos hemos establecido; nos dictamos sa-
bias leyes que deben regimos, corregimos los vicios de nuestrá
administración interior, y organizamos el orden en todos los ramos;
ponemos férreas bailas al poder real, que no traspasarán jamás la
arbitrariedad y el despotismo; restablecemos la pureza de la religión,
la santidad del culto y la bondad de nuestras costumbres, levanta-
rnos el derribado edificio del crédito nacional, y estrechamos 'nues-
tros vinculas con las Potencias extranjeras: la Inglaterra nos ama
y nos respeta, y unidos a ella, el universo entero tiembla y se eStre-
mece; después de vencidos en mil batallas, somos vencedores de los
más aguerridos mariscales del imperio, humillamos esas águilas alta-
neras cuyo vuelo habla llegado hasta las columnas de Hércules y
los muros de Cádiz, hemos disipado los prestigios del temor, y los
fantasmas pavorosos de una imaginación sombría; familiarizádos
con la muerte, vivimos en paz en medio de los estragos, y el tirano,
vacilante sobre su trono, no halla resistencia contra los embates
de nuestra constancia" aJ.
Y es que preside la nación, "no un gobierno profano, sino la
religiosa España reunida en Cortes, un pueblo ilustrado a la luz de
la revelación" 84.

83. HER.NÁNDEZ MOllEJÓN, Oración. Utiel, Imp. de la Junta S . de Aragón .Y


parte de Castilla, 11!11, p. 5-6.
84. Hl:RNÁ!'o"llEZ MoREJóN, Oración, p . 1.

R t;t.iCJ JOS J0.\ 0 HISPASA •. , - 17


250 ALFREDO MARTINEZ ALBIACa

b) Elogio a la Constitución

Cinco meses después de promulgada la Constitución, tras un emo-


cionado voto de "acierto, prosperidos y felices progresos del So-
berano Congreso de las Cortes" 85, en el panegírico de San Lorenzo
de Cádiz, un Calificador del Santo Oficio se acoge a la misma en
su alegato: "Padres de la Patria, el más ínfimo de los Sacerdotes del
Señor llama vuestra atención para que continuando vuestra solici-
tud por los intereses de Dios y de su Santa Religión hagais prohibir
esta clase de papeles impíos, que atacan tan sagrados objetos y en
los que se da a beber al ·pueblo incauto el más mortüero veneno
-se refiere a un artículo que traía el Diario Mercantil el 17 de agos-
to, criticando al predicador-; advertid, sabios diputados, que des-
de que se ha establecido por vuestra acreditada piedad la sagrada
ley, que eternamente honrará vuestra memoria de que la Religión
de la nación Española es, y será perpetuamente la Católica, Apos-
tólica, Romana, única verdadera; que la nación la protege por leyes
sabias y justas, y prohibe el exercicio de qüalquiera otra; parece que
ha revivido en algunos aquel espíritu de error, que combatió a la
religión de Jesu-Cristo en los anteriores siglos; los ministros del
Señor podemos sufrir, y tolerar nuestras propias injurias, y las
calumnias e invectivas con que se nos procura ridiculizar y des-
acreditar para con los fieles; pero los errores, que se propagan
contra nuestra adorable creencia, ni debemos, ni los podemos disi-
mular: Somos responsables a Dios por nuestro sagrado Ministe-
rio, al Pueblo cristiano por el alimento, que para este fin nos sub-
ministra su piedad, y a la sabia y piadosa constitución de la
Monarquía Española que nos ha dictado vuestra piedad y Sabiduría
y a la que debemos prestar la más ciega y justa obediencia".
Se trataba de delatar como "herético en lo que habla del Pon-
tificado" el mencionad.:> a.l'ticulo; ei orador está doildc por cuatro
reparos que una "muger curiosa" puso al sermón en la "parte his-
tórica tanto eclesiástica como profana", y por ello generaliza su
desdén a la crítica periodística. La publicación del sermón se debe
al derecho de réplica -grancias a que tuvo "la precaución de escri-
birlo y aprenderlo al pie de la letra"-. En dos ideas condensa su
mensaje: la esencia del verdadero y legítimo español -tipificado en
San Lorenzo y fundado en Santiago y el Pilar, cuya historicidad pro-

85. Xl:MtNEZ DE ENoso, Panegírico. Cádiz, Viuda d e Comes. 1812, p. 24.


R.ELICIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 251

pugna en las páginas 58-61 y 62-67, respectivamente-, y la Santa


Causa protegida por Dios y defendida por "nuestros fieles y heroi-
cos aliados", con el aval de una carta papal, la de Pío vn al Obispo
de Segovia -"Sostener a la faz de todo el universo, la indefectible
doctrina de la Católica Iglesia en la cruel guerra, que tan impía y
malvadamente, y con tanto furor, y esfuerzo se está haciendo en
nuestros días, contra la república cristiana, y contra la r eligión de
Jesu-Cristo" M .

86. XIMtm:z, Panegírico, 18. 20-21. 23. 25. 30. 33. 41. 57. 6'7~.

f
252 ALFREDO MAR'l'INBZ ALBIACH

e) Superación de un complejo

La liberación de la dominación napoleónica supone el desp ertar


de una pesadilla. Se tomó un partido, el fernandino, y luego hubo
li
1

que vivir en terrible complejo de inferioridad; al sentimiento de su-


frir una ocupación extranjera se añadía el reconocimiento de una
l
cultura muy superior en el afrancesado. Por eso, el español "lib e-
rado" abre sus ojos, gratamente sorprendido por las noticias que
llegan desde Cádiz a finales de 1812 -"mientras la mitad de la
península yace aun en el silencio más profundo" 87_ y atiende ex-
clusivamente a los dos grandes beneficios recibidos en "nuestra"
libertad: la conservación de la santa religión y el código de las
leyes más sabias 88• Ya puede mirar a su España "ilustrada" -al
menos instruida-, sin los complejos precedentes.
Sin embargo, sueña todavía con la metempsícosis israelitica, per-
sonificada en los reyes españoles que desde Recaredo "han hecho
continuas centinelas" en pro de la intolerancia religiosa ~on exclu-
sión de cualquier otr o culto 89- ; en 1812, ésta se ve protegida por la
Constitución. Se conserva aun -nominalmente- la Inquisición y
la "santa sencillez" ancestral cuyos últimos crepúsculos pudo con-
templar. En vano "hombres apostólicos suscitados por Dios clama-

87. MUÑoz DE Acun.AR, Sermón . Granada, Imp. del Exérc1to, 1812, p. 5.


88. MuÑoz, Sermón, 6.
89. MuÑoz, Sermón, 6-7 : "Desde que el Apóstol S antiago, viniendo a nues-
tra España con la rapidez de un rayo ilustró con su doctrina los entendimien-
tos de sus habitantes, jamás por nuestra dicha se ausentó la religión de entre
nosotros, a pesar de los furores del paganismo, y de los delirios de la heregia,
que a la vez se suceden en algunos lugares de nuestro reyno; y desde la
abjuración solemne del Arrianismo baxo el reynado del religioso príncipe Re-
caredo, debida ciertamente a la doctrina y zelo del grande Arzobispo San
Leandro, el catolicismo se colocó sobre el tTCi710 de la ncción, se declaró domi-
nante con e;tclusión de qüttlquier oiro culto, sancionando los príncipes las penas
de destierro y pérdida de bienes, wntra los profanos q'.le se atreviesen a man-
cillar la pureza de la Religión (FLORES, España Sagrada, tomo 6) . Epoca glo-
riosa, desde la qüal la Igles~a de España con sus cánones, en los Concilios
3.•, 4.•, 6.•, 8.• y 16.0 de Toledo (GARRANZ, Sum . Conc. pág. 276), los Reyes con
sus privilegios, y todos con la espada en la mano, a imitación de los más
fuertes d e Israel, han hecho continuas centinelas en rededor del místico lecho
d el verdadero Salomón (Cant. Cant. 3, 7-8), para no verse sorprehendidos de
las íncursiones nocturnas del error. El fuero juzgo, o leyes de los Godos, las
de las partidas, empezadas en el reynado de San Fernando, y concluidas des-
pués por los doce sabios de su consejo real, las recopiladas en una multitud de
lugares, y en títulos enteros con.fumaron como a porfia esta augusta sanción
que declara dominante el catolicismo en España por const itución y profesión
pública de sus habitantes...
R.ELICIOSIDAD mSPANA Y SOCIEllAD BORBONICA 253

ban como en otros tiempos los Profetas -Isaias, 3, 12 y Oseas c. 4-•


contra la ética de felicidad: ''no hay felicidad donde no reyna la
virtud". Los franceses cruzan los Pirineos y ocupan la península,
"cierran la mayor parte de los templos, profanan otros, y hacen
cesar absolutamente con sus continuas vexaciones, aquellos estable-
cimientos literarios que servían de baluarte contra la grosera igno-
rancia, y la supersticiosa irreligión ... ; humillan y desprecian al res-
petable clero, como el medio más seguro de destruirlo; privan del
exercicio de.sus funciones a una muchedumbre de sacerdotes sabios
e irreprehensibles, y ensalzando sin moderación -el predicador es
Cura de la Iglesia Parroquial de Santiago de Granada- la autori-
dad y privilegios de los párrocos, a quienes desprecian en su inte-
rior, dexan a éstos solos el exercicio del sagrado ministerio, obli-
gando de este modo a los fieles a retirarse de los Sacramentos por
falta de Ministros". Examinando desapasionadamente los cargos
contra los franceses, valoramos aquella situación como correcta -el
catolicismo actual se adaptarla a la misma-, si bien precipitada
-la cultura hispana de aquel tiempo no había madurado lo sufi-
ciente--.
Influido por la mentalidad de la época, suspira por la alianza
del Altar y Trono: "la religión afirmó el trono en esta ciudad" el
dos de enero de 1492, día tan alegre como el 17 de septiembre de
1812, "día el más hermoso para Granada"; a la vez, execra la "mofa
del Evangelio" que se hizo tantas veces e."l el templo metropolitano
"a pesar de su venerable cabildo" 90• No puede olvidar que desde ese
mismo púlpito el magistral y arcipreste de la catedral granadina,
Dr. D. Pablo de Andeyro y Aldao desarrolló una nueva temática
-una ilustrada ética de felicidad 91- , indudablemente más elevada
que la sostenida por el actual orador, y trata de superar su com-
plejo dirigiendo su mirada a la ilustración gaditana, a las leyes
"más sabias que las del antiguo Areópago". La "providencia" divina
dispuso que los diputados pulverizasen al "coloso del despotismo" .
Se ha conseguido otra ética de felicidad, "hemos llegado a aquel pe-
riodo de ilustración de que es susceptible una Nación que desea ser
j eliz y trabaja por serlo", pese a que "la ignorancia levanta todavía
su asquerosa cabeza, y esforzando su débil y moribunda voz y atrae
a su partido algunos viciosos prosélitos que alarman a la muchedum-
bre que no está acostumbrada a largas convinaciones con sus dis-
cursos revolucionarios, pero como son tan claras las ventajas que
nos resultan del sistema de nuestra nueva legislación, pronto son
convencidos de su ignorancia, y de su error".
90. MUÑOZ, Sermón, 7-10.
91. JWDI;YRO, Sennón. Granada, 1810. p. 316.
254 ALFREDO IIIARTINEZ ALBIACH

La legislación de Cádiz compensa -para el predicador- la pre-


eminencia de la ilustración afrancesada. En realidad, fue bastante
\
inferior, un pastiche, fruto de dos movimientos reaccionarios o
"revolucionarios" -lo retrógrado de unos y el republicanismo libe-
ral de otros- pero con la ineludible ventaja de una regeneración 11
hispana realizada desde dentro; no podía serie dada desde fuera,
ni siquiera por el mismo Napoleón. Con semejante presupuesto no
nos asombran los elogios con que el púlpito lisongea la Constitución
gaditana: "Un código de leyes, que reune un gran pueblo baxo su
sombra, que le hace conocer a cada individuo sus derechos, que
prescribe limites a sus acciones, y que no dexa a los Jueces el
menor arbitrio para tergiversar según su opinión o sus intereses
los derechos que reclama qüalquiera de los ciudadanos; un libro
así, un libro que compendia lo más delicado de la meditación del
conocimiento más estenso de los hombres, y del genio particular
de la Nación ¿no es el tesoro más apreciable que hemos adquirido
después de la libertad que recobramos?"
Ese código les instala en un nuevo estilo de felicidad, en otra
ética de felicidad. Verdaderamente es la misma, al menos en aspira-
¡
ción -la tendencia hacia el bienestar terreno-, aunque recubier-
ta de añosa corteza religiosa: "De aquí en adelante podremos y
deberemos llamarnos verdaderamente felices, y nada me seria más
fácil que haceros una enumeración de los bienes que hemos reci-
bido ·desde el fausto día en que JURAMos LA CONSTITUCIÓN de las
Cortes. Sí, este libro precioso entra en los grandes intereses del im-
perio, manifiesta las bases sobre que estriva la felicidad pública e
individual, y los lazos que ligan a los pueblos con los Reyes que son
los primeros ciudadanos. Señalan los límites a todas las autoridades
les indica sus atribuciones, y descendiendo hasta los más pequeños
·' pormenores, fixa a los Reyes las cantidades que deben asignárseles
para la decencia de sus personas, y libra de este modo a los pueblos
de las vexaciones que padecían ordinariamente para sostener el
luxo de una Corte, que desmintiendo el carácter austero y moderado
del español, se asemejaba a la voluptuosidad y afeminación de los
habitadores del Asia" 9z.
El epiteto tan desdeñosamente endilgado a los ilustrados de
1751 93, recibe un nuevo barniz y mejor aplicación: "los Padres de
la Patria son unos verdaderos FILÓSOFOS". Y los aplaude entusias-
tamente por su labor en el título noveno de la Constitución, la
instrucción pública que capacite al hombre español a recobrar la
confianza en si mismo, descubriendo su dignidad humana y la ela-
92. MUÑOZ, Sermón, 11-12.
93. GALLO, Sermones. Madrid, Manuel Martín, 1776, t. I , p. 60-61. '79.
RELIClOSmA.D BlSPA..'íiA Y SOCIEDAD 80RBON1CA 255

boración de un mejor porvenir: "conociendo que la educación que


se recibe en su infancia es en cierto modo indeleble, por más que
-el torrente de los vicios quiera encenagarla con sus malignas impre-
siones, recomienda y manda el establecimiento de las escuelas lite-
rarias, las toma baxo su protección, y quiere que los exes sobre que
estriben todas las instrucciones sean el respeto a la religión y el
.amor a la patria" 94•
Tales elogios para la Constitución gaditana llegan también del
Mediterráneo, de la isla mallorquina: "Poseemos ese CÓDIGO SAGRADO,
.monumento eterno de la sabiduria de los dignos representantes de
la Patria, ese famoso contrato social, producción heroica de su pa-
triotismo, esa gran carta de libertad con que se nos restituyen nues-
tros naturales y primitivos derechos, escandalosamente usurpados
por la superstición y el despotismo" 95• Muchos más podrian ser los
testimonios laudatorios que ofreceriamos -desde todas partes de
Ja nación-, si no temiéramos caer en la reiteración; nos parece
suficiente la calidad de los testimonios aportados.
La compensación de su complejo trae obsesionado al clérigo, im-
pulsándole a una terminología exagerada; en el cotejo de las dos
-culturas, la afrancesada y la fernandina, se resarce con venganzas
rastreras devolviendo el precedente exilio: "En vano ya los ignoran-
tes partidarios de nuestros enemigos moverán su cabeza sobre nos-
otros, y burlarán nuestros esfuerzos; su insolencia atrevida queda
suficientemente vengada, al ver que nosotros prosperamos baxo la
protección de nuestras leyes, mientras que ellos viviendo baxo un
gobierno de rapacidad y de violencia, donde no se habla sino de
espias, y de estorsiones, de suplicios y de miseria, y donde la espa-
da decide de la verdad, y de los dogmas, lo mismo que de la ptopie-
dad y de la vida, se consumen de dolor, y viven errantes, lexos de los
lugares agradables que los vieron nacer". Para él ya acabó el tiem-
1>0 de la opresión y de la intriga -de momento, apostillaría algún
malicioso oyente: pronto gran parte de los clérigos abririan el "se-
gundo frente"-. Ahora son momentos de euforia: "la santa lioer-
tad., hija siempre de la ilu.c;tración y de la felicidad de las naciones,
truena sin temor en las tribunas, y en el foro, y sin miedo de que
un gobierno concusionario cierre la boca del que siente vulnerados
los sagrados derechos de la naturaleza y de la sociedad, no habrá
uno que no bendiga el venturoso dia, en que LA CoNSTuucróN NOS
TRAXO TODOS LOS BIENES REUNIDOS" 96• Abunda en calificativOS elo-
giOSOS para instaurar nueva temática ilustrada: la libertad fundada

94. MOÑOZ, Sermón, 12-13.


95. ROLLAN, Oración. Palma, Guasp, 1813. p. 13.
96. MuÑoz, Sermón, 13.
256 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

en la divina religión: "Sois libres, pero con una libertad digna del
ciudadano español, sancionada por el augusto congreso nacional,
y asegurada para siempre en las caracteres indelebles de la sabia
CONSTITUCIÓN de la monarquía. Tenéis en vuestras manos la llave
del Estado salvado por vosotros a costa de lágrimas y sangre, y
esta augusta prerrogativa os hace SUPERIORES A LOS REYES. La divi-
na. religión de vuestros padres sirve de fundamento y apoyo al
nuevo orden social, y en sus leyes y preceptos hallais el gran secre-
to de una vida venturosa y feliz" <n.
Sin embargo, no media el alcance de sus elogios, pues todavía
conservaba su añeja mentalidad. Demasiado viejo para despojarse
de ella, pese a su buena voluntad. Intenta una renovación material
con diagnóstico equivocado; demasiado crédulo en milagros, sólo
confía en el antropoformismo divino, desestimando medios materia-
les: "Qüando vean nuestro comercio restablecido y floreciente, nues-
tro exército subordinado y aguerrido, desterrado para siempre de
nuestros oidos el grito estudiado de la ociosa mendicidad, y reinan-
do en todas partes la abundancia y la alegria, frutos preciosos de la
paz, nos tendrán por felices. Pero se engañarán : porque no hay
pueblo verdaderamente dichOso sino el que teme a Dios, obedece a
sus superiores, evita las divisiones siempre ruinosas para el estado,
y tiene por bases de su dicha, la rectitud y la justicia: Beatus popu-
lus cuius est D ominus Deus eius". Ciertamente, el progreso material
no basta: no de sólo pan vive el hombre; pero el clérigo de princi-
pios del siglo XlX minusvaloraba la in.f raestructura económica de la
regeneración española. Ahí estuvo su fracaso, y su desencanto con
los liberales que no reconocían que todo se babia recibido del cielo;
tal vez exageraban éstos la estimación del esfuerzo humano y, por·
ello, no entendían las palabras del orador sa.,arado: "Ved aqui los
grandes motivos que tenemos para rendirle a Dios el tributo de
nuestra gratitud; ningunos más urgentes para un cristiano, y un
español. Tenemos la dicha de haber conservado nuestra adorable
religión, hemos adquirido un sistema de legislación el más sabio y
acomodado a las circunstancias, y siendo estos beneficios los más
apreciables en toda linea, resulta sP-r un deber de todo hombre sen-
sato, que conoce que todo lo ha recibido del cielo, manifestar su
gratitud por el canal de la religión, al Ser Supremo, que se ha digna-
do bendecin1os" 9s.
Carencia de realismo por parte del clérigo, que no -quiso- pudo
vislumbrar que se babia desvanecido la edad teológica, y que su
lenguaje no era captsdo por la parte más ilustrada de su auditorio.
97. HERNÁNDEZ MO!u:.róN. Oración. Zaragoza, Imp. Junta S . de Aragón,.
1813, p. ll.
98. MUÑOZ, Sermón, 13. 15.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 257

l
11
d) Teología. mariana
1 Corren todavía aires de exaltación irreflexiva, y todo se traduce
i
'
en alabanzas al símbolo de Cádiz -"Sólo resta a España un puña-
do de hombres exánimes, inermes, desnudos, que a duras penas en-
cuentra suficiente terreno donde detenerse y reponerse. Cádiz sola
guerrea, y Cádiz está asediada, bombardeada y sin comunicación
con las provincias" 99- , y a sus legisladores congregados por María
Santísima, si es capaz de mirar más alto, de tener visión sobrena-
tural: "Mirad más alto, y ved a Maria congregando nuestros legis-
ladores, inspirando leyes a los padres de la Patria, ilustrando a
nuestros generales, inflamando a nuestros soldados, conmoviendo al
universo contra el tirano multiplicando los héroes, aterrando a los
enemigos y llevando a su campo el disgusto, el temor y la muerte".
Idéntica visión para comprender los triunfos de Wellington y
la tradición afrancesada: "Mirad más alto, y ved cómo conduce a
los valerosos hijos de Albión en nuestro socorro, comandados por
el genio tutelar de la guerra, por el héroe britano, por el inmortal
y glorioso Wellington. No estará fuera del orden natural que nues-
tros enemigos hayan caído en tantos errores pollticos y militares,
ya descubriendo sus ideas ambiciosas antes de tiempo, ya exaspe-
rando los ánimos con su petulancia, ya debilitando los exércitos
con su división, ya dando h1gar a las provincias para reunirse con
su lentitud, ya despertando el patriotismo con sus robos, y ya final-
mente provocando nuestro zelo con su brutal lascivia y sus inaudi
tos sacrilegios. No estará fuera del orden el útil y oportuno descu-
brimiento de tantos malvados, traidores a su RELIGIÓN, a su REY y
a su PATRIA," ni la muerte o la infamia eterna a que han sido conde-
nados por una nación incorruptible". Queriendo dársela de ilustrado,
concluye: Nada de esto será tal vez :>obrenatural ni prodigioso. Pero
él lo cree firmemente, y el auditorio lo ·sabe. Fácilmente se trasluce
en su ~cmentario a las Cortes y Sll Constitución -entra pasiones
encontradas e intereses personales-, a la generosidad inglesa y al
patriotismo americano: "No lo será tampoco el voto universal de
la nación toda por la reunión de unas Cortes, y que éstas se celebran
felizmente a pesar de las pasiones encontradas, de los intereses per-
sonales y de las dificultades que presenta la tiranía, la esclavitud, la.
rivalidad, la discordia, el egoísmo y la ignorancia. No lo será que,

99. MIERA, Oración. Osuna, Gálvez, 1812, p . 16.


.:258 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

después de tanto tiempo, tanta persecución y borrascas como han


padecido, sobrevivan aún y vengan a salvar su Patria malhadada
aquellos sabios perseguidos antes arrinconados por la devoradora
embidia. No lo será que ellos hayan obtenido una preferencia hono-
rífica y justa, y que a su mérito rinda vasallage la clase, la distinción,
la fortuna y el rango. No lo será tampoco que la generosidad inglesa
haya depuesto sus resentimientos antiguos contra nuestro gobierno,
y que, unida en indisoluble lazo a la España, la prodigue sus rique-
-zas, sus fuerzas, sus auxilios y su interesante amistad. No lo será
que desde los remotos y elados paises septentrionales oyesen nues-
tros valerosos soldados la traición y la perfidia del vil isleño, ni que,
despreciando los peligros y la muerte viniesen sobre las alas del
"Viento a unirse con sus compatriotas, y participar de sus victo-
rias y sus triunfos. No lo será que el fuego eléctrico que nos anima,
-corra más allá de los mares y que el español americano, zeloso, en-
tusiasmado, e indignado grite no menos que nosotros, y que jure
guerra eterna contra la tirania del vil usurpador. No lo será que
en medio del peligro y del fuego, se idee y se publique la más sabia
y meditada Constitución para la Monarquía, qüando ésta se halla-
ba reducida a una Ciudad, sola, aislada, sin soldados, ni gefes, ni
recursos humanos".
La liberación le ha sumido en confusión de conceptos. No olvi-
da la "filosofía libre", adversaria de la piedad y devoción, "los es-
cudriñadores profanos y la censura injusta": todos desaparecieron
••felizmente". "Las ideas han variado de un modo prodigioso, y el
que antes dudaba o negaba los milagros más circunstanciados de la
raligión, hoy publica a gritos que el Señor los ha multiplicado en
nuestra Patria. Y ved aquí una nueva prueba, acaso la más demos-
trativa y convincente de la prote~ción de Maria y de que sólo son
.suyas las victorias y los triunfos que admiramos. Los testimonios
de ello se han hecho demasiado creibles sin duda, qüando la impie-
dad ha enmudecido. Ya no se teme la injusta nota de supersticioso
o de fanático, con que se profanaba la piedad y la fe; ya no hay
quien la imponga. Tcdos a U!'la voz claman, prodigio, y todos que-
dan convencidos interiormente de que es un obsequio justo y ra-
cional el que tributan a Maria. Dios s e ha servido de Maria, dicen
todos, como Ozias a Judit, para librarnos de nuestro mayor y más
peligroso enemigo" . Un hermoso himno mariano -"la fuerza es
de Maria"- para excitar el valor de los Estepenses, soldados del
"joven campeón" Ballesteros y para interpretar la historia españo-
la desde 1808 a 1812 100.

100. M IERA, Oración, 10-24.


RELICIOSID&D mSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 259

Resucita la teología de la historia, una vez más. Un pueblo " ilus-


trado" a la luz de la revelación, el cual desde Zaragoza ruega por
Pío vn, por Fernando y por las Cortes 101. También Valencia, recién
liberada -5 de julio de 1813-, capaz de captar "hasta lo intimo
del alma la sensabilidad por los desvelos que supisteis tomaban por
vuestra suerte los augustos Representantes de la Nación en las
Cortes extraordinarias"; satisfecha, a la par, bendice al Señor en la
publicación de la "sabia Constitución -que aseguraba la felicidad a
la España y afianza en su trono a nuestro Rey- en la misma plaza
y en el mismo lugar donde nuestro amor le erigió una estatua que
derribó la perfidia" 102• Diez meses más tarde se borrarla tan fausto
suceso en aquel mismo sitio.
101. Fi.ERNÁNDEZ MoR&JóN, Oración, 9.
102. PoRTEo\, Sermón. Valencia, Manuel López, 1814, p . 23-24.
.260 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

e) Sentimiento de gratitud

Tal entusiasmo constitucionalista brota de un sentimiento de


gratitud. Gratitud por la liberación del bonapartismo, y por moti-
vos personales. Los abulenses, que ya celebraron su independencia
en la Asunción de 1812, agradecen -€n la primera quincena de oc-
tubre de 1812- a las Cortes su decreto de Patronazgo hispano en
favor de Santa Teresa, después del Apóstol Santiago. El canónigo
catedralicio se deshace en alabanzas hacia los padres de la patria,
"sabios Representantes de nuestra católica e invencible Nación, re-
unidos constantemente por la religión y por el patriotismo"; ambos
a la par constituyen la fuerza de cohesión para toda obra española.
Patéticamente imagina la elaboración de la Constitución entre el
cerco francés y el horrible estruendo de su ar tillería, a la vez que
se exalta al considerar de que desde Cádiz -"roca firme" en que "se
han estrellado las soberbias olas de la ambición y de la tiranía"-,
lugar glorioso "donde el infame Corzo y sus seqüazes han hallado
e:n cada Español una columna inmoble que a ellos les dice: "Non
plus ultra, siendo como el término que puso Dios al mar borrasco-
so de la ambición de Bonaparte"-, llegó la Constitución y el Patro-
nazgo teresiano. Aquélla supone "el testimonio de la fe de nuestros
padres", al establecer y jurar el catolicismo como religión perpe-
tua en España, y única verdadera, "probiviendo el exercicio de
qüalquiera otra"; el Patronazgo supone el refrendo divino a su labor
legislativa: los diputados "han experimentado bien claramente el
divino auxilio por la poderosa intercesión de los Santos Patronos
de nuestros Reynos, y que entre ellos debemos contar muy especial-
mente a la incomparable Heroyna y nuestra Ciudadana Santa Te-
resa de Jesús" 100.
"¿Quién no ve que todo es obra del cielo?" Todo, "los extra-
ordinarios e ir.esperados acontecimientos que han ocasionado estas
célebres Cortes". A fuer de sincero, el clérigo reconoce qt.Ie el éxito
gaditano ha superado las más halagüeñas esperanzas, especialmente
CU&r.do él auguraba un estrepitoso fracaso. Lo milagroso, en caml)io,
es "la reclamación del Patronato por los del mundo nuevo -debió
su primer impulso al Reyno de Goatemala por medio de su Dipu-
tado el Sr. D. Antonio Larrazábal, Canónigo Penitenciario de aquella
S. I. Metropolitana, el qüal por encargo del M. I. Ayuntamiento hizo

103. AGUADO, Sermón. Abila, Viuda de Ruiz e hij os, 1813, p . 6- 8.


R..E.LlClOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 261

la proposición del Compatronato en la sesión de 3 de Setiembre


del año 1811"-. Una providencial elección: a mediados de marzo
de 1812 se inició la lluvia de granadas francesas sobre Cádiz y los
diputados se ven forzados por la Providencia a cambiar el lugar
1~ para agradecer religiosamente la Constitución el día de San José; al
preferir un convento teresiano en vez de la catedral, los carmelitas
descalzos renovaron la petición de Larrazábal 10l.
El milagro perdura. El beneplácito de Dios se manifiesta: al mes
siguiente de decretarse el Patronazgo -27 de julio-, se obtiene la
1 victoria de Arapiles, "de que ha resultado la libertad de ambas
Castillas, y esperamos <.¡':le de ella ha de resultar la del todo Reyno.
·1 Luego que nuestra Nación invocó a su nueva Patrona pidiendo al
1
Señor que por su intercesión nos librase de los incrédulos del nor-
te, van éstos siendo vencidos, y huyendo de todas partes" 1a;. Perma-
nece el antropomorfismo religioso.

104. AGUADO, Sennón, 9-10.


105. AGUADO. Sermón, 22.
.262 ALFREDO :MARTlNEZ ALBIACH

f) Un diputado modelo.

Dios ha re!rendado la Constitución. Cumplir lo preceptuado por


las leyes coincide con la obediencia divina, y a ella se apresta -con-
cretamente el articulo 86--- el canónigo zaragozano, el 28 de octubre
de 1813, en el mismo "momento" en que se anunciaba la liberación
de la plaza y fortaleza de Pamplona. Su sensibilidad clerical se per-
sonifica en la alegría que siente la iglesia metropolitana del Salvador,
"llena de regocijo al recibir en su seno a los Electores de los Par-
tidos de esta Provincia, reunidos para el nombramiento de Diputados
en las Cortes ordinarias, que son los que han de consolidar y per-
feccionar el augusto y mag:n.í.fico edificio de la independencia y liber-
tad de las Españas". Y emocionado les interpela: "Si, señores, de
vuestro acierto en la elección depende nuestra felicidad, nuestra sal-
vación politica; sólo el interés de la Patria, de la Religión, de la Na-
ción entera debe dirigir vuestros procedimientos" 106.
Testimonio impar, tal vez. El púlpito esboza el modelo de una
Diputado en Cortes. Dos cualidades: amor, a toda prueba, hacia su
patria y "zelo üustrado" por la conservación de la "Santa Religión
de nuestros padres, única verdadera". La primera característica la
explicita de un modo p~<7!Ilático : "Mirad a los que no han aban-
donado la Patria cobardemente en sus desgracias; a los que la han
sostenido casi casi en su agonía; a los que han sufrido persecución
por parte de sus enemigos". Y luego se complace en desarrollar la
segunda: "Sin Religión no puede haber Estado, ni hasta ahora se ha
descubierto sobre el globo, pueblo alguno de ateos. Todos han re-
conocido la necesidad de sujetar al hombre a la práctica de una Re-
ligión ... Ved, pues, si es preciso que las personas, que habéis de ele-
gir para Diputados a Cortes tengan un zelo ilustrado por nuestra
Santa Religión. Este les hará conocer basta dónde llegan las facul-
tades de las Autoridades civil~s eP. materias religiosas, no sea que
traspasando los delicados límites, que dividen al Imperio del Sacer-
docio, extiendan su mano al incensario, e introduzcan el desorden y
confusión, origen fatal de las convulsiones y caídas de los Estados.
Este mismo zelo ilustrado les hará encontrar medios, sin mengua
de los derechos de la Nación, para dexar libre y expedito el curso
de la autoridad y jurisdicción de los supremos Pastores, impedir se

106. FERNÁNDEZ D& NAVARR&TE, Discurso. Zarazoga, Imp. de la Diputación.


1813, p . 1-3.
RELIGlOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 263-

les mofe y ponga en ridiculo sus acertadas providencias en el gobier-


no de la Iglesia, que se les ha confiado por Dios mismo" 101•
Sin duda alguna, el canónigo Fernández de Navarrete compren-
dió la nueva temática predicada en el mismo púlpito por el Prela-
do Fray Miguel Suárez de Santander; sus palabras no pueden disi-
mular el complejo de inferioridad. Mide perfectamente el alcance
de su terminología: distingue entre religión ilustrada -la afrance-
sada- y celo ilustrado -acepta resignado la ilustración pero como
calificativo del celo tradicional de la religiosidad hispana, como·
expresión de un catolicismo agresivo-. Ambiciona una perfecta
regulación entre I glesia y Estado, que disipe el h ab itual regalismo
borbónico; en cambio, intensifica más los derechos eclesiásticosr
como si pretendiese que el altar protegiera al trono.
La recomendación final confirma su preocupación primordial:
"Conservarán los Diputados entre nosotros pura y sin mancilla esta
creencia consoladora, que por más de diez y ocho siglos ha sido el
apoyo y las delicias de nuestros mayores, y por cuyo testimonio de-
rramaron su sangre los Mártires, que santificaron nuestro suelo" 101_
Restaura otra ética; comprende ella, ciertamente, "felicidad y pros-
peridad", pero consecuencia de una obligación religiosa, del "ser-
vicio de Dios".
Ese modelo de diputados fue incluso personalificado por el púlpi-
to, concretamente, en Don Isidoro de Antillón. La ocasión se le
deparó con el atentado del 3 de noviembre de 1813, aprovechada por
"varios amigos y apasionados", quienes celebraron una "acción de
gracias". Citamos, por ejemplo, la de Palma de Mallorca "en la so-
lemnisima fiesta consagrada a Ntra. Sra. del Pilar en la iglesia .
parroquial de San J ayme", el 21 de diciembre, "con motivo de haber
preservado el Altísimo la vida de este acérrimo defensor de los de-
rechos del pueblo español". La reunión -de índole esotérica-, ne-
tamente "ilustrada", no exhala venganza alguna -"abandonando a
los infames agresores a sus propios e inseparables remordimien-
tos, como dixo el ilustre y sabio diputado Cepero, por haber alzado la
mano contra el mejor de sus amigos y el más ardiente defensor
de los derechos del pueblo"-, sino que se afana pcr ser posi.tiva;
anhela sentar principios, una temática de altura, similar a la afran-
cesada, pero auténticamente española -desdP. dentro-. Y lo consi-
guió. Desde una perspectiva religiosa hace balance de los decretos
de las Cortes extraordinarias: "Reconozcamos los grandes bienes
que nos ha dispensado la mano bienhechora del Señctr en medio de
tan grandes males. ¿Hubiéramos tenido esa magestuosa obra for-·
:.·
'
1'
107. Discurso, 4-5. 7-8.
.
FERNÁNDEZ, o
108. F'ERNÁNDEZ, Discurso, 8.
264 ALFREDO HARTINEZ ALBIACH

mada por la más sublime filosofía y el patriotismo m ás puro, en


donde están altamente proclamados los imprescriptibles derechos
de la nación y del ciudadano? ¿y hubiéramos visto a la religión y a 1
la justicia presidir soberanamente en el consejo de nuestros reyes, lt
y derrocado para siempre el monstruo horrendo que nos tenía su-
midos en la miseria y en el oprobio? ¿y hubiéramos derribado las
formidables puertas de esas tenebrosas mansiones, en donde inhu-
r
manamente se sacrificaban millares de víctimas inocentes a la su-
pers tición y a la ignorancia? ¿y hubiéramos reivindicado esa noble
atribución del hombre que enfrena con los vfnculos de la ley .l a
arbitrariedad de los gobernantes, y asegura en el juicio público la
virtud y la inocencia de los ciudadanos? ¿y hubiéramos conseguido
abolir de golpe esas degradantes distinciones arraigadas por la
preocupación de tantos siglos, esos injustos privilegios ya viciosos
en su mismo origen, esos odiosos feudos, y esas corporacúYnes es-
tancadas, tan enemigas de la propiedad individual, como del interés
general del estado? ¿hubiéramos, en fin, gustado los preciosísimos
frutos del árbol sagrado de la l ibertad civil, a cuya apacible sombra
pro~erarán las ciencias, las artes, el comercio y la agricultura?" 109

No soslaya el problema de la religión; lo afronta con una termi-


nología que no desdice mucho en el cotejo con la de los afrancesa-
dos. Aspira a "una religión más pura y magestuosa" , con el acompa-
ñamiento de las virtudes ilustradas, "la dignidad del ciudadano, la
dulce amistad, la sinceridad santa", etc.; en ellas "se apoya la socie-
dad civil como en sus bases", y el fruto se concretará en su "poli-
tica más accesible y popular, una filosofía más liana y despejada",
y, en definitiva, la ética de felicidad: "los jelices españoles de ambos
· emisferios no serán m ás que una gran familia organizada con
los resortes y vínculos del más puro amor".
Entusiasmado canta un espléndido himno a los diputados: con
gratitud para los de las Cortes extraordinarias, y con esperanza
para los de las ordinarias. Es de peculiar interés la mención de Lu-
ján, Mejia, Argüelles, Calatrava, Villanueva, Toreno, Herrero y Mo-
ragues: ¿una alabanza genérica o a UP partido? También recuerda
a los representantes mailorquines -"¡0 Despuig, o Flu.x:á, que ocu-
pais el lugar tan distinguido de nuestro meritisimo y sabio prelado,
de un Bernardo Nadal nuestro honor y nuestra gloria!"-; a ellos
se confía con una recomendación esencial: " Conservad religiosa-
mente el depósito sagrado que el pueblo español ha confiado en
vuestras manos. No permitais que se quebrante el más mini.mo de
los a rtículos sancionados en ese código precioso, cuya observancia

109. RULLAX, Acción. Palma. M iguel Domingo, 1813, p. l. 4. 10-11. .


RELIGIOSmAD HISPANA Y S OCU:OAD BORBONIC.l 265

hemos jurado solemnemente en presencia de los altares, y en el que


1 está consignada toda nuestra presente y futura prosperidad" 110•
1813 finalizaba, esperanzado en la Constitución y en los diputados,
1!l a la vez que aumentaban los temores ante los clérigos sacro-bélicos;
el frente que éstos habían abierto, se extendía lentamente: el op-
timismo teológico que infundió valor antes de Bailén, y no les des-
corazonó ante la presencia del mismo Napoleón, emprendia la ofen-
siva definitiva contra el francés y contra el enemigo interior, el libe-
ral enraizado en Cádiz. Todos miraban ansiosamente el camino que
conduela a Valen~ay. Minoritariamente cristalizaron las dos posicio-
nes extremistas; la masa informe saldría a recibir a Fernando, lle-
vando dos representaciones; según la cara del rey, mostrarían una
u otra, y éste prefirió la que le devolvía sus poderes absolutistas,
conservados celosamente por la misma ideología que sustentaba
las Guarras de Religión como aplicación bélica de una posición
desinteresada frente al mundo.
110. Rtn.UN, Acción , 13-14.

l:I: I. ICIOS ID.\1) HISPANA .•• - 18


B) LA TRIBUNA PARLAMENTARIA

Las Cortes de Cádiz se inauguran auténticamente con el dis-


curso de Don Diego Muñoz Torrero -canónigo, extremeño, anti-
guo Rector de la Universidad salmantina y distinguido entre los del
bando ''jansenista" por su saber y por la austeridad de sus cos-
tumbres 111- , después de la ceremonia religiosa y oficial 112, comp le-
tada con la elección del primer Presidente D. Ramón Lázaro de Dou,
Cancelario de la Universidad de Cervera, por 50 votos m.
"El Sr. Muñoz Torrero expuso qüán conveniente sería decretar
que las Cortes generales y extraordinarias estaban legítimamente
instaladas; que en ellas reside la soberania; que convenía dividir
los tres Poderes, legislativo, executivo y judicial, lo que debía mi-
rarse como base fundamental al paso que se renovase el reconoci-
miento del legitimo rey de España el Sr. D. Fernando VII, como
primer acto de soberania de las Cortes; declarando al mismo tiempo
nulas las renuncias hechas en Bayona, no sólo por la falta de liber-
tad, sino muy principalmente por la del consentimiento de la
nación. .. Concluyó macifestando que uno de los diputados traía
preparado un trabajo sobre este importante asunto, que podía mi-
rarse como una minuta del decreto que convenía sancionar sobre
estos puntos. Convinieron las Cortes en que se leyese, y lo verificó
el Sr. Luxán, que era quien lo trala" 114 •
Se aprobó y sancionó el decreto 11 s, cuya aplicación a la Regen-
cia provocó un desagradable "affaire" al no comparecer su Presi-
dente, el Sr. Obispo de Orense, al juramento prescrito 116•
El antiguo Rector de la Universidad de Salamanca dirigió la :proa
del Congreso hacia una nueva singladura, cuando en la mente de

111. MENÉNDEZ PELAYO, Heterodoxos. Mad.r!C:, Maroto e hijos, 1881, t. ill,


p. 443; G . Vn.LOSLADA, Historia c;e la Iglesia Católica. Madrid, B.A.C., 1951,
t. IV, p . 576.
112. DIARIO cW las discusiones y Actas de las Cortes. Cádiz, Imp. Real. 1811,
t. I, p . 1-4.
113. DIARIO, I, 5; M . PELAYO, Heteredoxos, m, 474.
114. D.wuo, I , 6.
115. Colección de los DECRETos y Ordenes que han upedido las Cortes ge-
nerales y extraordinarilUl. Cádiz, Imp. Real 1811, t. I, p. 1-3.
116. DECRETOS, m, 56; DIARIO, I, 8; M. PELAYO, Heterodo:J:OS, III, 443-444 ~
J . L. VILLANOEVA, Mi viMe a las Cortes. Madrid, B.A.C., 1957, t. II, p. 22-25.
RELitólOSii>AD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 267

todos se había düuminado la imagen de las vetustas Cortes de


Castilla 117•
Vamos a estudiar, por separado, algunas de las etapas. Unica-
mente las que arrojen luz sobre la religiosidad hispana en aquella
época.
117. M. PELAYO, Heterodoxos, ill, « 2.
268 ALFREDO MARTINEZ ALBlACH

a) Libertad
a)) Libertad de impren.t a

"Provocó en seguida Argüelles -el famoso asturiano que, an-


dando el tiempo, llegó a ser uno de los santones del bando progre-
sista y a merecer el renombre de Divino, pero que entonces era
sólo un mozo de esperanzas, de natural despejo, y fácil aunque
insípida afluencia, que sabia inglés y había leído algunos exposito-
res de la constitución británica, sin corregir por eso la confusa
verbosidad de su estilo, y a quien Godoy había empleado en diver-
sas comisiones diplomáticas- la cuestión de libertad de imprenta" 113 •
Sentado el principio de la soberanía nacional y delimitados los
poderes, la tan suspirada libertad impuso su presencia: se había
luchado contra el despotismo de Godoy y el napoleónico bajo la ban-
dera de la libertad e independencia. Ahora se pasaba factura. Cons-
tituía el primordial signo de aquellos tiempos. La manüestación
más elemental de la libertad era la de expresión, la de las letras
de molde.
En la sesión vespertina del 27 de septiembre de 1810, D. José
Mejía, diputado americano -"elegante y donoso en el decir" 119-
propuso que "mientras llegaba el caso de pensar sobre la libertad
que convendría dar a la imprenta, y para suplir por ahora la luz
que debía esperarse de aquella libertad bien entendida, convenía
establecer que se recibiesen en las Cortes por medio de los Srs. Se-
cretarios todas las memorias y esc:rítos que se presentasen, las que
deberían estar firmadas por sus autores, a quienes se podría dar
un papel por donde constase que habían tenido el honor de presen-
tar la memoria o escrito. Este pensamiento fue adoptado en qüanto
a que se admitiesen las memorias o escritos que se presentasen.
Tomó entonces la palabra el Sr. Argüelles, y habló sobre la impor-
tancia y necesidad de per..sar er. el punto de la libertad de impren-
ta, aunque con los limites que fuesen convenientes para contener
su abuso; añadiendo que qüando llegase el caso de tratar sobre la
materia, debería nombrarse una comisión que propusiese a las
Cortes sus meditaciones acerca de dichos limites. El Sr. Pérez de
Castro dixo que pues el preopinante le babia prevenido en este pen-
samiento, se contentaría con dar un paso más, pidiendo que desde

118. M. PELAYO, H eterodoxos, III, 443- 444.


119. M. PELAYO, H eterodoxos, ITI, 443.
RELICIOSIDAD HISPANA Y S OCIEDAD BORBONlCA 269

luego se nombrase la comisión que deberla encargarse de este tra-


bajo. El Sr. Zorraquin apoyó la proposición, y la apoyaron también
otros muchos diputados. Alguno de ellos la contradixo, y el Sr. (Mu-
ñoz) Torrero la sostuvo alegando varias razones. Finalmente, la
qüestión vino a parar en si se nombraría una comisión que prepara-
se los trabajos para proceder a deliberar sobre la libertad política
de imprenta. Y habiéndose resuelto que se nombrase, y que el Sr.
Presidente designase las personas que la debían componer, nom-
bró él mismo, acto continuo, a once diputados, que fueron los
Srs. Hermida, Oliveros, (Muñoz) Torrero, Argüelles, Pérez de Cas-
tro, Vega, Capmany, Couto (D. José María), Gallego, Montes y Pa-
lacios" 120•
Diéronse prisa los nombrados l2l. El 8 de octubre, "abierta la
sesión, el Sr. Argüelles, como uno de los once diputados nombrados
para meditar y presentar un proyecto de ley sobre la libertad de
imprenta, y como que hizo el primero la proposición sobre este pun-
to, leyó el proyecto de ley formado por la comisión. El Congreso lo
mandó imprimir para que los Srs. Diputados pudiesen meditar la
materia, y prepararse a la discusión. La impresión se encargó a
los Srs. Argüelles y Aguirre" 122• Cuatro días después se repartían
los 110 ejemplares 123 del proyecto, señalándose la discusión para la
siguiente sesión 124, si bien la primera lectura se demoró al 14 de
octubre. "Quiso aplazar la discusión el diputado D. Joaquin Tenrey-
ro, opinando que, para obrar con madurez, debía solicitar el consejo
y el parecer de los Obispos, de la Inqui<;ición, de las Universidades,
y aguardar la llegada de algunos diputados que faltaban. Contes-
táronle acaloradamente los liberales, ahogando su voz con descom-
puesto murmullo la vocería de las tribunas" m. "Después de haber-
se discutido con bastante calor sobre este asunto en general, al fin
se procedió a la lectura del citado proyecto de ley.. . En seguida
tomó la palabra el Sr. Argüelles, y discurrió sobre la libertad de la
imprenta en general, expcniendo en un animado discurso las ven-
tajas que en su opinión debían resultar de esta libertad política
bien entendida" 126• Desenvainadas las es!)adas, se zanjaron las trin-
cheras. "Contestóle con lisura el Sr. Morros, diputado eclesiástico,
que la libertan de imprenta era del todo inr.onciliable con los Cá-

120. DIARio, I, 18- 19.


121. M. PELAYO, Heterodcxos, ID, 444.
122. DIARIO, 1 , 33-34.
123. DIARIO, !, 35.
124. DIARIO, ! , 39-40.
125. M. PELAYO, Heterodcxos, ID, 444.
126. DIARIO, 1, 42.
270 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

nones y disciplina de la Iglesia, y aun con el mismo dogma católico,


en que reside la inmutable verdad" m.
El 15 de octubre, intervinieron los Srs. Terrero, Rodríguez de la
Bárcena, Garcia Herreros, González, Oliveros, Gallego, Mejia y Lu-
ján 123• Al día siguiente, "tomó la palabra el Sr. Presidente discu-
rriendo sobre los graves inconvenientes que se seguirían de esta
ley". Peroraron en su favor los Srs. Gallego -"la libertad de publi-
car sus ideas es un derecho el más legitimo del hombre en sociedad,
como lo es el derecho que tiene a hablar y no verse sin que obste
·el abuso que pueda hacer"-, Morales Duárez, Pérez de Castro -"la
libertad de imprenta es el único medio seguro de conocer la opi-
nión pública, sin la qüal no es posible gobernar bien, ni distinguir
ni dirigir convenientemente el espíritu público, y que sin esa liber-
tad no podrá jamás la nación, que es el comitente de las Cortes,
rectificar las ideas de sus diputados, dirigirlos en cierto modo y
manifestarles su opinión"- y el "clérigo jansenista de los de San
Isidro de Madrid" 129, D. Antonio Oliveros -"la censura previa que
·encadena a la imprenta, es contraria a la propa,aación de las luces,
y obra de los tiranos que aman necesariamente las tinieblas ... ; la
religión ama y necesita la libertad, porque sus verdades triunfan
infaliblemente del error desde que pueden publicarse libremente,
y que sin ella, prudentemente enfrenada, todo es esclavitud y ma-
les"-. A la oposición del Sr. Morales Gallego -"medida antisocial
y antipolitica el que no hubiese previa censura; el abuso que la
perversidad podrá hacer, particularmente en las delicadas circuns-
tancias del día, no podría remediarse con ninguna medida poste-
rior, que siempre llega tarde; y para escribir todo lo que ilustrase
y fuese útil, no era necesario quitar la previa censura, que sería
muy útil bien manejada"- contradijo el Sr Argüelles -"recorrien-
do la serie de males que en los tiempos pasados y presentes había
producido la esclavitud en que se había tenido la pluma de los hom-
bres ilustrados y amantes de la patria ..."- 00•
El 17, el Sr. Creus, futuro Arzobispo de Tarragona y Regente de
Seo de Urgel, responde a los Srs. Quintana y González: "era muy
conveniente dexar expechtos todos los medios de ilustrar a la na-
ción, y de conocer la opinión pública; no debían sufrirse las tr-abas
que hasta aquí habían sujetado la imprenta arbitrariamente; pero
debería preceder a la impresión a!guna censura para examinar si el
escrito contiene alguno de los delitos, difamaciones o errores que
no deban correr según las leyes; pues conviene más impedir los ma-
127. M. PtLAYO, H eterodoxos, Ill. 444.
128. DIARIO, I. 44.
129. M . PtLAYO, Heterodoxos, ill, 444.
130. DIARIO, I, 45-46.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 271

les que remediarlos después de sucedidos". Le contestó D. Diego


Muñoz Torrero : "es necesaria una salvaguardia para enfrenar la
voluntad de las Cortes y del Poder executivo, en caso que quisiesen
separarse de la voluntad de la nación; esta salvaguardia no podía
ser otra que el tribunal pacífico de la opinión pública, es decir, la
facultad de hablar y de escribir, que es la barrera del despotismo,
y del poder inmenso de la corona; lo qüal se conseguía con la li-
bertad política de la imprenta ... ; los tan ponderados males de la
libertad de imprenta eran infinitamente menores comparados
con los bienes y ventajas que de ella resultaban: era cosa
de justicia el establecimiento de dicha libertad". Sigue el debate
entre los Srs. Llaneras -"era perjudicial; no ha llegado aún a mi
provincia de Mallorca el deseo de la libertad de imprenta"-, Ro-
drigo, Dueñas de Castro, Cea, Llano, Oliveros -"era indispensable
que la opinión designase por medio de la imprenta los sugetos que
no tengan buenos principios, por cuya falta se corrompió la religión
en Francia, se introduxo el despotismo y se perdió el -estado"-,
Leyva y Mejia 1)1.
En la otra sesión, la apoyan los Srs. Garcia Herreros, Argüelles
y Golfín, mientras que la impugnan los Srs. Llaneras, Creus -"li-
bertad o amplitud pero algo limitada, con cierta inspección pre-
via"-, y Tenreyro, quien "como señaladamente se propuso refutar
los argumentos que el día anterior había hecho el Sr. Muñoz Torre-
ro, contestó éste en defensa de la sobredicha libertad. La discusión
fue vivisima.: hablaron muchos más señores en pro y en contra.
Finalmente se declaró casi por unanimidad que el primer artículo
del proyecto estaba suficientemente discutido" 132.
El 19 de octubre, hecho el escrutinio, resultó que treinta y dos
vocales desecharon el articulo; a saber : los Srs. Bárcena, Ros, Vi-
llagómez, Abadin, Pardo, Papiol, Vega, Martínez (D. Bernardo), Co-
lombres, Morales Gallego, Santalla, Montoliu, Amat, Sanz, Utgés,
Calvet, Hermida, Lladós, Tenreyro, Llaneras, Riesco (D. Francisco),
el Obispo Prior, Creus, Aytes, Morrós, Mosquera, Lavandeyra, Váz-
quez de Parga, Valcárcel y Saavedra, Vinyals, Del Pan, Dou, nueve
de e!los con el "correctivo" cie "por ahora''. Los que le aprcbaro11 fue-
ron sesenta y ocho; es a saber : los Srs. Luxán, P érez de castro,
Morales de los Ríos, Del Monte, Power, Becerra, Oliveros, Muñoz
Torrero, Payan, Rodrigo, Ribera, Caneja, Savariejo, Palacios, Ga-
llego, Núñez de Raro, Aguirre, Zorraquin, Garcia Herreros, Aróste-
gui, Quintana, Durán, Bahamonde, Terán, Cerero, Terrero, Velas-
co, Arg üelles, Obregón, Caicedo, Parga, Goyanes, Valcárcel, Alonso

131. DIARIO, 1, 46-48.


132. DIARIO, 1, 48-49.
272 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

y López, La Serna, Laguna, Vera, Qwntano, Golfín, Llano (D. An-


drés), Morales Duárez, Garoz, Sanmartín, Maldonado, Leyva, Feliu,
Riesco (D. Miguel), Zuazo, Eguia, Marqués de San Felipe, Manglano,
Conde de Puñonrostro, Marqués de Villafranca, Escudero, Valcárcel
Dato, González, Herrera, Martínez de Tejada, Capmany, Clemente,
Llano (D. Manuel), Mexía, Couto, Vázquez Aldana, Lisperguer, Gu-
tiérrez de la Huerta, Inca y Santa Cruz. "Publicado este escrutinio,
resultó por consiguiente aprobado el articulo 1.0 , que dice así: To-
dos los cuerpos y personas particulares, de qüalquiera condición y
estado que sean, tienen libertad de escribir, imprimir y publicar
sus ideas politicas sin necesidad de licencia, revisión o aprobación
alguna anteriores a la publicación. baxo las restricciones y respon-
sabilidades que se expresarán en el presente decreto". Fueron tam-
bién aprobados los articulas 2.0 , 3.0 y 4.0 , y al dia siguiente, el 5.0 m.
El 21 de octubre, "se leyó el articulo 6.0 , que es el siguiente: To-
dos los escritos sobre materias de religión quedan sujetos a la pre-
via censura de los Ordinarios eclesiásticos, según lo establecido en
el Concilio de Trento. El Sr. Mexía pidió que se ampliase la liber-
tad de imprenta aun a las obras religiosas. Opúsose el Sr. Muñoz
Torrero y otros, por estar adoptado el proyecto solamente en qüanto
a ideas politicas; y el Sr. Gallego manifestó que esto debía enten-
derse en contraposición a ideas religiosas; de suerte que las mate-
rias de ciencias, artes, etc., podrán escribirse e imprimirse sin pre-
via ce.n sura". También quedó aprobado el articulo 134 •
El 24 de octubre, tras la elección del segundo Presidente de las
Cortes, D. Luis del Monte -por 67 votos contra los 27 del Sr. Mo-
rales Gallego-, se adoptó mayoritariamente refundir en uno los
artículos 7.0 y 8.0 según la decisión del día anterior 135. El 26, se
aprueban los artículos 9.0 y 10.0 con el número 8.0 y 9.0 , mientras
que el ll.0 se suprime como innecesario 1!6; el 29 de octubre, se
aceptan el 12.0 y el 13.0 con el número 10.0 y 11.0 137, y el 2 de no-
viembre, ell4.0 con el número 12.0 "sin discusión": todos soslayaron
la controversia en materia tan vidriosa : "Los impresores de es-
critos sobre materias de religión, sin la previa licencia de los Ordi-
narios, deberán st.úrir la pena pecl.illÍaria que se les imponga, sin
133. DLUUo, l. 49-51.
134. D!ARlo, l , 52; M. Pl:IAYO, Heterodoxos, i l l, 445-446: " Muchos, casi to-
dos los fautores del proyecto hubieran querido extender Jos términos de aquella
libertad más que Jo hicieron, pero les contuvo el tener que ir contra el uná-
nime sentlmlento nacional, y nadie lo indicó, ni aún por asomos, como no
fuera el americano Mejia, volteriano de pura sangre, cuyas palabras, aunque
breves y embozadas, hubieran producido grande escándalo, sin la oportuna
Intervención del grave y majestuoso Mu.ñoz Torrero".
135. DIARIO, I , 55·56.
136. DIARIO, I, 58-59.
137. DIARIO, I, 65.
l'.ELICIOSIDAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 273.

perjuicio de las que, en razón del exceso en que incurran, tengan ya


establecidas las leyes". En cambio, después de leerse el 15.0 -"Para
asegurar la libertad de la imprenta, y contener al mismo tiempo su
abuso, las Cortes nombrarán una junto. suprema de Censura, que
deberá residir cerca del Gobierno, compuesta de nueve miembros,
y a propuesta de ellos otra semejante en cada capital de provincia
compuesta de cinco"-, solicitó "un señor diputado que los suge-
tos que han de componer las juntas deberán ser precisamente los
más sabios e ilustrados de la nación. Otro pidió que entrase en di-
chas juntas en número determinado de eclesiásticos; es a saber,.
tres en la suprema, y dos en cada una de las provinciales. No ale-
gándose nada contra el tenor del artículo leido, se resolvió que se
procediese a su aprobación, dexando para otro articulo el fixar las.
calidades de las personas que han de componer las juntas Censo-
rias. Así se verificó; quedando aprobado por votación el citado ar-
tículo, que será el 13 de los ya admitidos" ua. En efecto, al siguiente
dla, fue aceptada como artículo 14.0 la proposición con respecto a
las "calidades de los sugetos" que compondrlan "las Juntas Censo-
rias" ll9. Se creyó politico -opina Lafuente 1 ~- halagar al clero
dándole esta representación; medida propia -cautelosa para evitar·
la absorción, estima Menéndez Pelayo 141 - de un tiempo en que el
clero era numeroso y venía ejerciendo una influencia de siglos, y
de unas Cortes en que babia 90 eclesiásticos y entre ellos algunos
de gran valer.
Aprobados en la sesión siguiente los artículos 16.0 y 17.0 como'
0
15. y 16.0 , el 18.0 por su indirecta relación con el Santo Oficio sus-
citó controversia, "queriendo algunos señores diputados que qüan-
do SP. dice al fin "ningún tribu7llll podrá embarazarlo", se exprese·
determinadamente que se excluye el conocimiento que en su caso
puede tomar el tribunal de la Inquisic)ón. "Declarado suficiente-
mente el punto", se resolvió igualmente que el articulo necesitaba
de algún "correctivo". Se habló sobre el que debia adoptarse, y al fin
se p uso a votación el propuesto por el Sr. Luxán; es a saber: cp1e
se supriman enterameate las últimas palabras : "Y ningún tribuna!
podrá embarazarlo". Resultaron 57 de los primeros ~taban en
pie-, y 55 ----'J.Uedaron sentados- de los segundos, quedando por
consiguiente aprobada la proposición del Sr. Luxán. Se dio por vo-

138. DIARIO, I , 72-73.


139. DIARIO, l, 73-74.
140. l.APm:NTE, Historia general de España. Madrid, Mellado, 1855- 1862 7
t. XXIV, p. 449-450.
141. M . Pl:u.YO, Heterodozos, ill, 446.
274 ALFltEDO lllARTINEZ ALBIACH

tado y aprobado con la sobredicha corrección el articulo que deberá


ser el 17" 142•
Son admitidos, el 5 de noviembre, el 19.0 como 18.0 y el 20.0 como
19.o -"Aunque los libros de religión no puedan imprimirse sin licen-
cia del Ordinario, no podrá éste negarla sin previa censura y audien-
cia del interesado"-, y se debate el 21.0 y último : "Pero si el Or-
dinario insistiese en negar su licencia, podrá el interesado acudir
con copia de la censura a la junta Suprema, la qüal deberá exami-
nar la obra, y si la hallase digna de la aprobación, pasar su dicta-
men al Ordinario, para que más ilustrado sobre la materia, conceda
la licencia a fin de executar recursos ulteriores". "Pidieron algunos
señor es individuos de la comisión que extendió el proyecto, que al
fin del articulo podía decirse: "conceda la licencia si le pareciere".
Con esta adición quedó aprobado este último artículo del proyecto,
y terminada enteramente la discusión de esta ley'' 143, "sin hablarse
palabra del Santo Oficio, aunque lo solicitó el diputado extremeño
Riesco (D. Francisco Maria) , inquisidor de Llerena" 1'": "pedia se
hiciese alguna mención honorifica y especial". El Presidente respon-
dió que "se tendria presente en otra ocasión, 145 • Los liberales, sagaz-
mente, supieron eludir el verdadero problema, la Inquisición; esta-
ba entonces demasiado sólidamente fundamentada como para inten-
tar derruirla: el rebote del ataque podria dañar al agresor. La pru-
-dencia les recomendaba esperar a que la libertad madurara; ésta
señalaría indudablemente el ocaso del Santo Tribunal.
El 9 de noviembre se nombraron los nueve componentes de la
..Junta Suprema de Censura 146, y el dia 10, en la sesión secreta ex-
traordinaria, "con motivo de proponer el Sr. Secretario Pérez de
Castro algunas dudas sobre el modo de avisar a los nueve individuos
de la Junta de Censura, y habiendo indicado que iba ya a pasar al
Consejo de Regencia el decreto de la libertad de la prensa para su
publicación, renovó el Sr. Riesco la proposición que tenía hecha
..anteriormente sobre que se insertase en este reglamento un nuevo
.artículo o se hiciese una declaración por donde constase que este
decreto en nada perjudicaba a la facultad del Santo Oficio en orden
a la prohibición y expurgación de lo3 libros. Apoyó esta mocién el
Sr. Tenreyro, y habiéndose opuesto a ella generalmente casi todo
t!l Congreso, tomó su apoyo el dicho Tenreyro con gran calor, pi-
diendo constantemente que este punto se tratase y decidiese en
público, como los demás artículos de la libertad de imprenta. Es

142. DIARIO, I , 74- 75.


143. DIAIUO, I . 77.
144. M . PELAYO. Hetercxro::r;os, Iil. 445.
145. DIARIO, I , 77.
146. DIARIO, I , 81-82.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCLEDAD BORBONIC.\ 275

de las contestaciones más acaloradas que ha habido hasta ahora en


las Cortes. Al cabo, por mayor número de votos se resolvió que el
decreto, conforme está, se publique y circule" •47• Y se firmó con
!echa del 10 de noviembre 13• No parecería hoy -enjuicia Pi y Mar-
gall 149- este decreto liberal; pero cuando se le dictó, signifiCó un
atrevimiento, y muchos años después le hubieran querido vigente
nuestros escritores; además, la controversia sobre dicha libertad
marcó con toda claridad en las Cortes "dos partidos: el reformis-
ta o liberal y el reaccionario o tradicionalista. A la cabeza de los
liberales, dice el Conde de Toreno, campeaba D. Agustín Argüelles.
Entre los eclesiásticos del mismo partido adquirieron justo renom-
bre D. Diego Muñoz Torrero, D. Antonio Oliveros, D. Juan Nicasio
Gallego, D. José Espiga y D. Joaquín de Villanueva. De los eclesiás-
ticos que se adhirieron a la opinión anti-reformadora (o servil:
D. Eugenio Tapia, en una composición poética bastante notable y
separando maliciosamente con una rayita dicha palabra, escribióla
de este modo: SER-vn.: Nota de Toreno), deben con particularidad
notarse los Srs. D. Jaime Creus, D. Pedro Ingüanzo y D. Alonso
Cañedo".
De momento, se impuso una tregua, interrumpida el 28 de enero
de 1811, en que fueron derrotados los liberales. Apartándonos de
la visión de Menéndez Pelayo •so, nos acercamos al Diario de Sesio-
nes, para conocer el desarrollo de este debate.
El Sr. Quintana denunció el "papel" titulado "La Triple Alianza",
e intervinieron los Srs. Mejia (dos veces), Aner (otras dos). Dou,
Leyva, Esteban, Pelegrin, Cañedo (dos veces) , López, Martinez (Don
Joaquín), Gallego (tres veces), Mendiola, Alcacer, Lera, Garoz, Mo-
rales Gallego, Morros, Villanueva, Argüelles (dos veces), Creus, y
el Presidente Sr. Pérez -"Yo no creo que por la libertad de impren-
ta, en el modo que la tenemos, se haya derogado el Tribunal de la
Inquisición-, quien redactó la siguiente proposición que fue apro-
bada: "Sin perjuicio de las penas civiles, se remitiese al tribunal de
la Inquisición el papel titulado La Triple Alianza, número segundo,
para que reconocido use de las facultades a que prestare mérito,
informando a S. M. a la mayor brevedad'' 151 • Perc en la siguiente
sesión, rápidamente se levanta el Sr. Argüelles: "Sin éinimo de inte-
rrwnpir al sesión, pido a V. M. que usando del derecho que me con-
cede el reglamento, se me permita leer antes que pasen las veinte y
qüatro horas mi voto sobre la resolución de ayer". Resolución
147. V1LLANUEVA, Mi viaje a las Cortes, n. 39.
148. DECRETOS, de las Cortes, I. 14.
149. P . MARcA.L I., Historia de Espaii4, l. 625. 634-635.
150. M . PELAYO, Heterodoxos, m, 448-449.
151. DIARIO, Ill, 126-139.
276 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

"contraria al decreto de la libertad de imprenta". Fue coreado por


todos sus partidarios. Luego, se participó a las Cortes la "repre-
sentación de D. Antonio Romero y Pavón, unos de los editores del
periódico titulado La Triple Alianza, en la qüal aclarando su doctri-
na, pedía que el Congreso sobreseyese en la providencia anterior
hasta que examinado el papel estuviesen las Cortes mejor infor- 1
1
madas; y habiéndose opuesto algunos señores a que se admitiese 1¡
el recurso, se procedió a la votación, en cuya virtud fue admitido 1
por mayoría. En vista de lo qüal, habiendo diversidad de opiniones-
-hablaron los Srs. Villafañe, Pérez (D. Antonio Joaquín), Martinez,
Argüelles, Creus y Aner-, el Sr. Presidente (Sr. Pérez), interrum-
piendo a este último, levantó la sesión 152•
El 31 de enero de 1811, volvió al Congreso una "segunda repre-
sentación" del mismo D. José Antonio Romero y Pavón, implorando
le dejase "expedito el uso de su libertad, y la posesión del mejor
patrimonio que es el honor, baxo la formal protesta que repite de
publicar en el número tercero de dicho periódico las dos expli-
caciones católicas, y el decreto que S. M. expida a conseqüencia de
sus reiteradas y sumisas súplicas, conforme a la alta idea que el
pueblo español tiene de la justificación de las Cortes". Así se lima-
ron muchas asperezas, y el Sr. Presidente declaró: "La necesidad
nos obliga imperiosamente a mudar de ruta. Si V. M. es servido,..
convendría que pasase este expediente a la junta provincial de Cen-
sura; porque tengo entendido que no está organizado el tribunal
del Santo Oficio, ni reunidos los ministros que lo compone". Sus
palabras provocaron tremenda explosión: apasionadamente inter-
vienen tres veces el Sr. Riesco -"el Tribunal de Sevilla tuvo que·
pasar a Ceuta donde está trabajando. En Cádiz hay tres Inquisido-
res, Amarillas, Ibarnavarro y Etenar. Aunque haya un ministro-
sólo, hay bastante y tiene las facultades absoiutas"-; dos veces,
los Srs. Villanueva., Garcia Quintana, Argüelles m, Oliveros y Cañe-
do; y una vez, los Srs. Villagómez, Palacios, García Herreros, Creus 154,..
152. DIARIO, ID, 141-148.
153 DIARio, m. 17t': "Qüando se presentó :1 V. M. el proyecto o la fórmu-
la d~l tlecreto de libertad de imprenta, los Srs. ecelsi:isticos de &te Congreso·
hallaron una falta esencial en el decreto, y se quejaron porque no se habían.
comprebendido en las juLtas de Censura algunos E:Clesiásticos, diciendo que
mezclándose muchas veces en escritos políticos asuntos religiosos, era indis-
pensable que hubiese en estas juntas cierto número de eclesiásticos. Conven-
cido el Congreso de estas reflexiones, determinó y accedió".
154. DIARlO, Ill, 174-175: "Qüando se trató del proyecto del decreto de-
la libertad de imprenta se dixo por todos que quedaban expeditas las facul-
tades del tribunal de la Inquisición. Y quién duda que la Inquisición tenia antes
facultad para esaminar las proposiciones que hubiese sospechosas en algún.
libro o escrito, y que de hecho le examinaba y mandaba recoger? Estas facul-
tades, pues, subsisten integras... , para examinar si las proposiciones son o no·
conformes al dogma".
---.

R.ELlCtOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 277

Aner, Muñoz Torrero, Espiga, Barón de Antella, Morros, Borrull,


Villafañe, Rovira 155, Gordillo, Gallego, Ostolaza, López del Pan y
Morales Gallego. Se acordó que no se sobreseyese y que pasasen al
tribunal de la Inquisición dichos papeles. El primero de febrero
se leyeron los votos de los Srs. Vázquez de Parga --expresando las
razones de su oposición al sobresiemiento-, Oliveros -advirtiendo
que "en virtud de lo prescrito en el reglamento de libertad de im-
prenta debían las Cortes remitir por medio del Consejo de Regencia
dicho papel a la Audiencia de Sevilla, para seguir en todo el orden
prescrito por la ley; y protestando contra lo resuelto, pidió que se
insertase este voto en las actas"-, Becerra -concebido en iguales
términos que pidieron firmar varios señores diputados, y "otro
firmado ya en el mismo sentido por los Srs. Rocafull, Muñoz Torre-
ro, Caneja, Aguirre, Feliu, Valcárcel Dato, Rodrigo, Maldonado, Cer-
vero, Herrera, Suazo, Clemente, Terán, Cauto, Calatrava, Polo Cata-
lina, Golfin, Escudero, Alcacer y Quintana" 156. El resultado fue nulo,
atestigua Menéndez Pelayo 157.
El 18 de mayo de 1811, se comunicó a las Cortes ..una exposición
del tribunal de la Inquisición d~l distrito, que remitió D. Raymundo
Ettenhard y Salinas, solicitando el restablecimiento del consejo de
que es individuo. El Sr. Presidente (D. Vicente Cano Manuel) propu-
so que este expediente pasase a la comisión de arreglo de tribuna-
les. Opusiéronse algunos señores diputados diciendo que no existía
semejante comisión. El Sr. Obispo de Calahorra pidió que se tratase
-desde luego este asunto, inculcando la necesidad de restablecer el
tribunal de la Inquisición". Y tras la intervención de los Srs. Pérez,
Polo, Presidente Cano y Martinez, el Sr. Argüelles 1sa, reveló su
155, DIARIO, In, 185: "Habiendo oído que sólo se halla en la ciudad de
Cádiz tres Srs. Inquisidores, y que aun no esti formado el Consejo de la Su-
prema, pido formalmente que se pase un oficio al Consejo de Regencia, para
que mande que a la mayor brevedad se reunan todos los emigrados que sea
posible, y formen el Santo Tribunal de la F-e, y trabajen en su propio insti-
tuto, y mucho más en unos tiempos en que tanto se necesita para lustre de
nuestra religión. Porque sin religión no h4y estado, y el estado con religión
podrá vencer a sus enemigos, cuya arma más poderosa es la impiedad y el
:l.csarreg!o de las costumbres. Y que vea todo el mundo ~ue nos gloriamos de
se1· católlccs".
156. DIARIO, Ill, 171-189.
157. M. PELAYO, Heterodoxos, ill, 449.
158. DIARIO, VI, 8-9: uMomentos de calma, de otra tranquilidad y bonanza
que los que gozamos en el dia serian muy a propósito, y aun en vez del Congreso
un Concilio nacional parecerla más adeqüado para semejante deliberacón. Mas
ya que por una fatalidad inconcebible se llama la atención de las Cortes; ya
que no se ha querido imitar el sabio exemp!o que se ha dado en ellas qüando
se discutía la libertad de imprenta, evitando esta disputa, y manifestando con
la mayor discreción, juicio y sensatez al Sr. Riesco, que insistía en añadir
por apéndice a aquella ley una declaración análoga al presente negocio, que
una discusión sobre esta materia no podría ser provechosa al objeto que se
proponia; ya que se ha despreciado, digo, tan notable moderación; delibérese
278 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cautela en evitar la lucha, pero se aprestaba a ella ante semejantP.


provocación; sus palabras, solemnes y graves, reanudaron el com-
bate, que, secreto por entonces, saldría a la luz pública el 8 de
diciembre de 1812. De momento se resolvió que la solicitud "pasase
a una comisión especial, para la qüal nombró el Sr. Presidente a
los Srs. Obispo de Mallorca, Muñoz Torrero, Pérez, Valiente y Gu-
tiérrez de la Huerta" 159_
Todavía en la sesión siguiente, el Sr. Ministro de Gracia y Justi-
cia tuvo que participar la "orden comunicada a D. Alexo Ximénez de
Castro, D. Raymundo Ettenhard y Salinas y D. José Amarilla y
Huertos, ministros del Supremo Consejo de la Inquisición ... , que les
mandó que se abstuviesen de formar consejo, y exercer sus fun-
ciones hasta que S. M. tome la resolución oportuna. El Sr. Riesco
justificó en público su conducta; leyendo la orden de primero de
agosto del año anterior en que el Consejo de Regencia los mandó
venir para formar su Consejo ... Interrumpióle el Sr. Presidente,
proponiendo que este negocio debía pasar a la comisión especial
nombrada en la sesi6n anterior: lo qüal pareció bien al Congreso,
y así quedó acordado 160• Pero antes de emprender la batalla defini-
tiva, los liberales necesitaban sentar un precedente "sagrado", "pe-
gadiza cláusula que amañadamente -en criterio de Menéndez Pe-
layo 161- ingirieron, y que luego les dio pretexto para abolir el Santo
Oficio: La nación protege el Catolicismo por leyes sabias y justas",
la Constitución.

b)) Obstáculos a la l ibertad

Sería inexacto suponer que la Inquisición fuera, exclusivamente,


el obstáculo de la libertad. Era uno de tant.os embarazos.
l.-Otro fue la TORTURA y la ESCLAVITUD, impugnadas por el
Sr. Agüelles el 2 de abril de 1811: "No pudiendo subsistir en vigor
en el código criminal de España ninguna ley que repugne a los sen-
timientos de humanidad y dulzura que son tan propios de una na-
ción grande y genexosa, sin ofender la liberalidad y religiosidad de
los principios que ha proclamado desde su feliz instalación el Con-
greso nacional; pido que declaren las Cortes abolida la tortura, y

enhorabuena. La materia es árdua y grave... Los grandes puntos que hay que
examinar son la autoridad y la jurisdicción que en el dia no existen en mi
entender, como lo demostraré. Ventilados éstos, es preciso ver si las circuns-
tancias en que ya se halla la nación son las mismas que al tiempo de su erec-
ción; y si es compatible con las declaraciones y decretos de las Cortes su r es-
tablecimiento en el modo y forma que hasta aquí...".
159. DIARIO, VI, 7-9.
160. DIARIO, VI, 17-18.
161. M. PELAYO, H eterodoxos, III, 446.
RELIGIOSIDAD HISPANA 7 SOCIEDAD BORBON1CA 279

que todas las leyes que hablan de esta manera de prueba tan bár-
bara y cruel como falible y contraria al objeto de su promulgación,
queden derogadas por decreto que al efecto expida V. M ... Segunda
proposición: Que sin detenerse V. M . en las reclamaciones de los
que puedan estar interesados en que se continúe en América la in-
troducción de esclavos de Africa, decrete el Congreso abolido para
siempre tan infame tráfico; y que desde el ella en que se publique
el decreto no puedan comprarse ni introducirse en ninguna de las
posesiones que componen la monarquía en ambos hemisferios baxo
~ ningún pretexto esclavos de Africa, aun qüando le adquieran di-
1 rectamente de alguna potencia de Europa o América. Que el Consejo
de Regencia comunique sin pérdida de momento al Gobierno de
S. M . B. el decreto, a fin de que procediendo de acuerdo en medida
tan filantrópica, pueda conseguirse en toda la extensión el grande
objeto que se ba propuesto la nación inglesa en el célebre "bill (de
Wilberforce") de la abolición del comercio de esclavos" -5 febre-
ro de 1807-.
La primera propuesta fue unánimemente aprobada, previo deba-
te a cargo de los Srs. Golfin, Villanueva, Terrero, Martinez, Gallego,
Giraldo, Villafañe, Pelegrin, Arnáez y Argüelles; se encomendó a la.
Comisión de Justicia el proyecto de ley 161, presentado diecinueve
días más tarde entre animadísima discusión -intervinieron los
S:t:S..-Luján (dos veces), Pelegrin, Argüelles (tres veces}, Garcia
Herreros, Aner, Mejia, Creus, Dou, Borrull, Hermida, Mendiola, Ga-
llego, Morales Gallego, Presidente M. Torrero, Villagómez y Barón.
de Antella- , aconsejando el Sr. Presidente fuese devuelto a la Co-
misión 163; la cual, en la siguiente sesión, ofreció nueva formulación
de la ley "relativa a la abolición del tormento, y apremios con que
se aftig1a a los reos en los juicios, y después de una viva contesta-
ción sobre los términos en que se estaba expresada, se acordó expe-
dir. el decreto siguiente: Las Cortes generales y extraordinarias con.
absoluta unanimidad y conformidad de todos los votos, declaran
por abolido para siempre el tormento en todos los dominios de la
monarquía española; y la práctica introducida de aftigir y molestar
a los reos, por los que ilegal y abusivamente llamaban apremios,
prohiben los que se conocían con el nombre de esposas, perrillos,
calabozos extraordi.n.a_rios y otros, qüalquiera que fuese su denomi-
nación y uso, sin que ningún juez, tribunal ni juzgado, por privile-
gi2.do que sea, pueda mandar ni imponer la tortura, ni usar de los
insinuados apremios, baxo responsabilidad y la pena por el mismo
hecho de mandarlo, de ser destituidos los jueces de su empleo y dig-·

162. DIARIO, IV, 439-443.


163. DIARIO, V, 131- 141.
280 ALFREDO MARTINEZ ALSIACH

nidad, cuyo crimen podrá perseguirse por acción popular, derogan-


do desde luego qüalquiera ordenanzas, leyes, órdenes y disposicio-
nes que se hayan dado y publicado en contrario" 164.
D. Agustín Argüelles tuvo que dilucidar su segunda propuesta,
aquel 2 de abril de 1811: "No se trata de manumitir los esclavos de
las posesiones de América, asunto que exige la mayor circunspec-
ción atendido el doloroso exemplo acaecido en Santo Domingo. Me
limito por ahora a que se prohiba solamente el comercio de esclavos
El tráfico de esclavos no sólo es opuesto a la pureza y liberalidad de
los sentimientos de la nación española, sino al espíritu de su reli-
gión. Comerciar con la sangre de nuestros hermanos es horrendo,
es atroz, es inhumano".
El pavor corrió por las venas de gran parte de la concurrencia
con pretensiones de demora; las intervenciones del Sr. Mejia y de
otros siete liberales tan sólo consiguieron que el problema fuese
estudiado por una Comisión particular en vez de la de Constitución,
que difícilmente se abría camino entre una selva de intrincadas cues-
tiones 165•
El 13 de agosto de 1813 se planteó una sangrante cuestión en ín-
tima relación con este problema: "se dio cuenta de la siguiente
exposición: Señor: Los procuradores y demás ciudadanos de los
partidos de esta provincia de Truxillo de Perú, gozosos al ver re-
nacer en nuestro patrio suelo la libertad personal de sus naturales
en la abolición del tributo que humillantemente pagábamos, dimos
a V. M. las debidas gracias ... ; manifestábamos los deseos de con-
tribuir a la par de los demás españoles y conciudadanos con pro-
porción a nuestras facultades, para los inmensos gastos de la nación,
y hasta rendir la vida en defensa de nuestra santa religión, patria,
rey y libertad... Muchos que acaso ingratos pisan este abundante
y benéfico suelo ... , nos estrechan y amenazan, a nosotros infelices
indios, que si no pagamos el tal tributo, nos han de quitar nuestras
tierras, nuestras casas, y hasta vendernos nuestros vestidos, casas
Y tierras. Nosotros repetimos que somos ciudadmws españoles por
la sabia constitución politica de la nación que hemos jurado; y en
su virtud, tanto por el artículo 8.0 como el 339.0 , sabzmos estamos
obligados a contribuir a proporción de nuestras facultades. AsinÍis-
mo, como cristianos católicos hacemos presente a V. M que gusto-
sos nos ofrecemos a pagar los diezmos y primicias como los demás
españoles; deseamos uniformarnos en esta paga, así como nos uni-
formamos en una misma santa ley de Dios, de su iglesia y santa fe.
Mas, Señor, aquí suplicamos a V. M. se digne abolir por ley funda-
164. DIARIO, V, 143-144; D <:CRETOS de las Cortes, I, 133-134.
165. DIARIO, IV, 443- 447.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 281

:nental la que ordena la infamante pena de AZOTES Y cÁRCEL AL INDIO


que no asista en su parroquia a la doctrina. ¡Ha, Señor! ¿Es esta
ley conforme al espíritu del Evangelio? ¿Comprehende esta ley a los
demás españoles y castas? ¿Y por qué esta odiosa distinción? Nos-
otros necesitamos, como todo viviente que nace ignorante, de la
educación sagrada y politica. ¿Y se nos informa en esta educación? ...
Ante V. M. el Común de Lambayeque del Perú, 13 de febrero de
1813".
La exposición fue ardientemente apoyada por los Srs. Mejia,
Cabrera -"nada es más común hoy que dar veinte y cinco azo-
tes a qüalquier indio, no sólo por no asistir a la doctrina, sino por
qüalquiera otra bagatela, diciéndole: aunque ciudadano, recibe vein-
te y cinco azotes"-, Arispe, Argüelles, Navarrete, Presidente Mora-
les de los Ríos, Castillo -"los mismos curas que por su carácter
son los que debían dar más testimonios de lenidad, han sido por
desgracia los que tal vez han contribuido más a este abuso"- ,
Garcia Herreros, Antillón - "en las Islas Baleares hay una ley ex-
presa, por la que no se puede imponer semejante pena a ninguno
de sus habitantes; la Comisión encargada del plan de instrucción
pública tenga presente la abolición del castigo de azotes en todas
las escuelas de la monarquia, y que esta pena como degradante
desaparezca del código criminal de las Españas"-, y Guazo -"nada
demostrará más a los indios la santidad de nuestra religión que el
ver que hasta ellos se extiende la caridad cristiana"-.
Se accedió a la petición de los indios, y el Sr. Antillón formalizó
su propuesta que, apoyada por los s;-s. Morales Gallego y García
Herreros, quedó aprobada; además, el Sr. Morales Gallego pidió se
hiciera extensiva a las casas de corrección, como la Casa de Tori-
bios de Sevilla: adición que también fue aceptada 166. Todavía el
15 de agosto del mismo 1813, el Sr. Antillón, no conforme con la Co-
misión de Constitución para demorar la resolución sobre la pena
de azotes hasta la publicación del nuevo código penal, propuso su
inmediata abolición; admitida a discusión tal propuesta, "se man-
dó pasar a la Comisión de Justicia" 161, la cual, el 5 de septiembre
presentaba su dictamen que fue aprobado : "1.0 Se declara aboli-
da la pena de azotes en todo el territorio de la monarquía espa-
ñola. 2.0 Que en lugar de la pena de azotes se agrave las correspot!-
dientes al delito por que el reo hubiere sido condenado, y si ésta
fuese a presidio u obras públicas, se verifique en el distrito del tri-
bunal qüando sea esto posible. 3.0 La prohibición de azotes se ex-
tiende a las casas o establecimientos públicos de corrección, semi-
166. OtARIO, XXI, 447-452.
167. DIARIO, XXII, 37-40.
J'J:I.IC IOSID .\D HI SPA S A••• - 19
282 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

narios de educación y escuelas". Los artículos 4.0 , 5.0 y 6.0 se


re.fer ian a los indios 168.
2. - La libertad creó nueva problemática en el CONSENTIMIENTO
PATERNO DE LOS MATRIMONIOS. El púlpito ya lO aCUSÓ -según vimOs-,
y el 6 de agosto de 1811, las Cortes "cont:ormándose con el dictamen
de la Comisión de Justicia, denegaron la solicitud de M. Miguel de
Castro, en la qüal pedía se modificase la pragmática de 23 de abril de
1803 sobre casamientos, o se hiciese una ley que conciliase la autori-
dad de los padres con el derecho de elección que tienen los hijos" 169.
No se desanimó la libertad con semejante fracaso; envalentonada con
la Cons titución, triunt:a en la remozada Comisión de Justicia, cuyo
parecer -discutido en el Congreso, el 2 de abril de 1812, entre los
Srs. García Herreros y Caneja- fue aceptado : "pasar a la Comisión
encargada de la formación del Código Civil, una exposición de
D . Nicolás Tap y Núñez de Rendon, en la qüal intenta probar ser
contrarios a la libertad de los ciudadanos, perjudiciales al estado,
y opuestas a la m oral cristiana, las leyes establecidas para que los
hijos de familia y menores de veinte y cinco años no puedan con-
traer matrimonio sin el consentimiento o licencias de sus padres,
abuelos, curadores, y sin las demás formalidades que en las mismas
se previenen; y pide, por tanto, su derogación" 170• Lástima que no
llegara a ver la luz pública el soñado Código Civil; pensando en él,
propuso el Sr. Argüelles se cortara la agria polémica que absor-
bió los días 16, 17 y 19 de junio de 1812, entre los Srs. Gómez Fer-
nández, O-Gabán, Martinez (D. José), Sierra, Argüelles, Dueñas,
Golfín, Terrero, Oliveros, García Herreros, Caneja, Mejia, Castillo,
Vázquez Canga, Andueza, Ramos de Arisp e, Garoz y Rus 171 •
3. - Aquella libertad, implantada por las Cortes de Cádiz, No
devenía LIBERTINAJE. Ya el 3 de enero de 1811, D. Agustín Ar-
güelles .frente a la utopia del Sr. Luján -" el poder executivo no
debe tener a ningún ciudadano detenido ni preso a su arbitrio ni
un instante, porque esto corresponde al judiciario; y qüando por
una providencia gubemativa sea preciso arrestar a uno, inmediata-
mente debe entregarlo al poder judiciario, sin que pase en su poder
ni un instante"-, defendió un temporal sacrificio de la libertad,
inserto en el articulo 3.0 , capítulo mo del proyecto de Reglamento
del Poder Ejecutivo, aprobado tras el apoyo del Sr. Mej ia: "Las
actuales circunstancias -afirmaba el Sr. Argüelle~ en que nos
hallamos, obligan a que no se hagan en el dia los que deberán ha-
168. DIARIO, XXII, 407; DECREroS de las Cortes, IV, 220.
169. DIARIO, Vll, 332.
170. DIARIO, XII, 389.
171. DIARio, XITI, 267-270; XIV, 4-9. 12- 22. 26-30.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 283

cerse en tiempos más tranquilos; es cierto que a los tribunales de


justicia toca lo que dice el señor preopinante. Pero puede suceder
que el poder executivo, por la alta política que le corresponde, deba
arrestar a ciertas personas sospechosas, las qüales será necesario
detener por espacio de qüarenta y ocho horas. Y aunque es verdad
que en este 'e spacio pueden hacer vexaciones terribles, es necesario
permitir por ahora este sacrificio de la libertad del ciudadano, dan-
do esta facultad al poder executivo" 112.
Y el mismo Sr. Argüelles, el 30 de noviembre de 1810, había pro-
puesto la formación de un plan general de policia que no excluyese
a extranjeros ni transeuntes; el plan fue confiado a la Comisión
de Justicia, que al presentar su dictamen el 3 de julio de 1811, pro-
vocó una "acalorada discusión", que se prolongó en los días 20, 22
y 23 del mismo mes, pero sin lograr la aprobación del nuevo regla-
mento de policía m.
También el 6 y 7 del mencionado julio de 1811, se condenaba al
periódico "Robespierre español" por abusos de libertad de impren-
ta 174• El "Semanario patriótico", "El Comercio", ''El Tribuno", "El
Redactor de Cádiz" y otros liberales mantenian acres polémicas
con "El Diario Mercantil", "El Censor", y "El Procurador de la Na-
ción y del Rey", conservadores. Alternaban con estos periódicos en
la lucha entre el pasado y el presente, la aparición de folletos, como
las "Cartas del filósofo rancio", "El tomista en las Cortes" y "La.
Inquisición sin máscara". Contestación a nno de estos folletos, ti-
tulado "El diccionario manual", tradicionalista, fue el "Diccionario
critico burlesco", obra del bibliotecario de las Cortes, D. Bartolomé
José Gallardo, liberal, quien en su sátira se mostró "más despreocu-
pado en materia religiosa de lo que le permitían los tiempos" 175• Y
el 20 de abril de 1812, se mandó recoger el citado Diccionario y en-
carcelar a su autor, Sr. Gallardo 176•
Se manifiesta perfectamente comprensible para quien desee
abrir los ojos, los excesos de una libertad estrenada en España: fal-
taba equilibrio. Admitimos los datos -no el juicio- aportados por
Menéndez Pelayo 177, sobre el "diluvio" literario que inundó aquella
ciudad, ''marco único para el ensayo de un .régimen político cons-
titucional" 178, cuyo primordial signo era la libertad.
172. Dwuo, II, 256-257; DECR.EroS de las Cortes, I, 55.
173. OIARio, VU, 18. 128. 159- 176.
174. Dwuo, VII, 32-65.
175. LAFUENTE, Historia general de Españ4, XXV, 212; PI Y MARCALL, His-
toria de Españ4, II, 117-118.
176. .M. f>ELAYO, Heterodczos, ill, 449-458 ; VILLAN"UEVA, Mi via;e a las Cor-
tes, II, 295-296.
177. M. PE.i.AYO, H eterodoxos, ill, 446-449.
178. A RANCUR.EN, Moral y Sociedad, 51-52, apoyándose en ALcAlÁ GALIANO,
284 ALFREDO MARTlNEZ ALBIAC<I

4. -Indudablemente el mayor obstáculo del signo primordial


de aquellos tiempos lo constituía la INQUISICIÓN. Así se expresó,
por escrito, ante las Cortes, el 8 de diciembre de 1812, la Comisión
de Constitución, si bien estuvieron "a punto de triunfar por sorpre-
sa los amigos de la Inquisición que pedían su completo restableci-
miento, y sólo a fuerza de energía y de maña, consiguieron los dipu-
tados liberales que se suspendiera la discusión de asunto tan grave,
y que para mayor ilustración y para que se pudiera deliberar sobre
él con toda meditación y con entero conocimiento, se encomendó
a la Comisión de Constitución" 179; ésta presentó el siguiente escrito:
"El día 4 de junio se votó por la Comisión la incompatibilidad
del ttibunal de la Inquisición con la Constitución política de la mo-
narquía. Concurrieron los Srs. Leyva y Pérez de Castro, que fueron
de este dictamen, y que al presente se hallan ausentes; faltaron los
Srs. Huerta, Cañedo y Bárcena; el Sr. Ríe quiso instruirse aún por
más tiempo para dar su voto, y el Sr. Pérez convino en que el modo
de enjuiciar de la Inquisición era incompatible con la Constitución,
pero opinaba que por la autoridad competente se formase un re-
glamento que lo hiciese compatible, quedando con el nombre de
Inquisición ... El Sr. Ríe, que se había reservado dar su dictamen, lo
ha dado en los términos siguientes: que siendo incompatible con
la Constitucón la forma de proceder del Santo Oficio de la Inqui-
sición, se debe examinar a fondo si se puede, y conviene hacerla
compatible, a cuyo fin se forme una junta compuesta de tres RR.
Obispos, tres ministros del Tribunal Supremo de Justicia, y tres
inquisidores de la Suprema, cuya junta exponga a las Cortes lo que
su sabiduría, experiencia y zelo le dicte ser más útil a la religión y
al estado, y en su vista se determine por las Cortes lo que parezca
más conveniente. La Comisión no ha podido convenir con los
Srs. Ríe y Pérez por las razones que constan en el dictamen que
demuestran en su juicio, que es impracticable esta medida en las
circunstancias presentes, y también por lo mucho que urge tomar
alguna providencia sobre tan importante asunto. Los Srs. Huerta
y Cañedo se han reservado dar su voto particular sobre esta mate-
ria. El 13 del mes pasado se concluyó por la Comisión este asunto,
y se determinó esperar quince o veinte días, para que dichos señores
expusieran su dictamen; y habiendo pasado más de los veinte ó.ías,
y por otra parte teniendo presente que mientras se imprime el in-
forme de la Comisión y se enteran de él los señores diputados, pue-
da transcurrir el que juzgan suficiente dichos señores" tso.
Recuerdos de un anciano, primeros capítulos, y en RAMÓN SoLis, El Cádiz d e
las Cortes, Madrid, 1958, p . 85.
179. LAFUENTE, H istorül, XXV, 306-307; PI Y MARGALL, H istoria., ll, ll8.
180. DIARIO, XVI, 304-305.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 285

También fue leído el dictamen -según el parecer de Lafuen-


te 181- "diestramente concebido y redactado, y de la manera más a
propósito para conseguir el objeto, sin que los hombres timoratos
y las conciencias más escrupulosas y místicas pudieran temer, ni
menos alegar con razón que, suprimido el tribunal del Santo Oficio,
quedase la religión sin amparo y sin la protección conveniente y de-
bida"; por su extensión la lectura concluyó en la siguiente sesión:
"La Comisión comenzaba con manifestar la necesidad de la religión
para conservar el orden público, mantener las buenas costumbres,
y dar firmeza y estabilidad a las leyes; exponía en seguida el sis-
tema de legislación antigua sobre el castigo de los bereges; los mo-
tivos por qué se varió; los que mediaron para el establecimiento
de la Inquisición, y sus circunstancias; la resistencia de las provin-
cias a que se plantease en España; las reclamaciones de las Cortes
y de otras autoridades contra la Inquisición; la ilegitimidad de este
establecimiento por defecto de autoridad, y su incompatibilidad con
la soberanía e independencia de la nación, con la Constitución y
la libertad individual; y después de demostrar la necesidad de res-
tablecer la ley II, título XXVI, partida VII, proponía la minuta de
decreto". Estaba fechado en 13 de noviembre con :Ja firma de los
Srs. Muñoz Torrero como presidente de la Comisión, Argüelles, Es-
piga, Mendiola, Jáuregui y Oliveros como vicesecretario de la misma
Comisión. Luego, se leyó el voto de D. Antonio Joaquin Pérez y la
exposición de D. Francisco Gutiérrez de la Huerta, D. Alonso Cañedo
y D. Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena; hablaron los
Srs. Presidente Baile, Argüelles, Toreno, Cañedo, Muñoz Torrero~
Oliveros, Bárcena, González, Gutiérrez de la Huerta a Ingüanzo.
Tras la votación favorable a la impresión del dictamen de la Comi-
sión, fue rechazada -por la intervención del Sr. Argüelles- la pro-
puesta de D. Blas Ostolaza de que se imprimiese también el infor-
me de los tres diputados que babian disentido de la Comisión 182.
Tampoco prosperó -por votación mayoritaria- la exposición
leída el 29 de diciembre por el Sr. Sánchez de Ocaña y "firmada por
los Srs. Caballero del Pozo y Aparicio Santiz, diputado:; de Salaman-
ca, la qüal concluía con la siguiente proposición que pedía se votase
r.ominalmente: Que se suspenda la discusión del decreto sobre los
tribunales ¡l!·otectores de la religión, presentado por la Comisión
de Constitución, basta que se oyga el juicio de los Obispos y ca-
bildos de las iglesias catedrales de España e islas adyacentes" l&l_

181. LAFUENn:, Historia, XXV, 404-405.


182. DIARIO, XVI, 306-319.
183. DIARIO, XVI, 457.
285 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

"La Inquisición -informa Menéndez Pelayo IM_ hallábase en


1812 como suspendida de sus funciones, por el abandono y afran-
cesamiento de D. Ramón José de Arce, y la falta de Bulas pontifi-
cias que autorizasen el nombramiento del Obispo de Ore.n se, pro- .,
puesto, en su lugar, por la Junta Central. Interrumpidas las comu-
nicaciones con Roma, y no atreviéndose los mismos inquisidores
subalternos a proceder sin autoridad pontificia, de nada sirvió que 1
la Regencia mandara reorganizar los tribunales, ni que en la sesión
de Cortes de 22 de abril propusiera su restablecimiento D. Francis-
co Riesco".
El 16 de enero de 1813 -tras prolongada discusión: del 4 al 16,
excepto el 7 y el 14 185- se aprobó con votación nominal por cien
contra cuarenta y nueve la primera de las dos proposiciones preli-
minares como artículo 1.0 del capítulo !.0 : "La Religión Católica,
Apostólica y Romana será protegida por leyes conforme a la Cons-
titución" 186• Seguia a éste otro articulo en que se declaraba que "el
tribunal de la Inquisición es incompatible con la Constitución". "Y
aunque era también una verdad -anota Lafuente m_, y una conse-
cuencia ingeniosamente sacada y puesta al lado de la proposición
primera, los defensores de aquella institución, que los había muy
ilustrados, comprendieron el artificio, penetraron que en los dos
artículos estaba la sustancia de todo el proyecto, y por eso se fija-
ron en ellos, se quejaron de la forma, y los atacaron con vehemen-
cia". Pero el 22 -después de otro animado debate: del 18 al 22 188-
fue aprobado por 90 votos contra 60 la segunda de las menciona-
das proposiciones como articulo 2.0 • ''Desplcmóse así, dice un ilus-
trado historiador, aquel tribur..al cuyo nombre sólo asombraba y
ponían aún espanto. La abolición del Santo Oficio fue de tanto o
más efecto en España que la obra y promulgación de la Constitu-
ción misma; más todavía en los países extrangeros" 189•
Al dia siguiente -23 de enero-, "se dio cuenta de un voto par-
ticular, en que varios señores diputados expresaban que habiendo
ayer declarado el Congreso, a propuesta del Sr. Luxán, que la pro-
posición segunda del dictamen de 1& Comisión de Constitución, re-
lativo a la Inquisición, sobre la qaal "muchos señores diputados te-
nian pedida la palabra, P.staba suficientemente discutida, había sido
de opinión contraria. Firmaban los Srs. Vázquez de Parga, Creus,
Salas (D. Juan), Liados, Roa, Melgarejo, Morros, Marqués de Ta-

184. M. PELAYO, Heterodo:r:os, ID, 459.


185. DIARIO, XVII, 14-44.
186. DIARIO, XVII, 44.
187. LAFUENTE, Historia, XXV, 405.
188. DIARlO, XVII, 47-55.
189. LAFol:NTE, H ístoria, XXV, 406. 409-410.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 287

marit, Papiol, Aparicio Santiz, Alcayna, Lera, López del Pan, SOm-
biela, de la T orre, Obispo Prior de León, Serres, Bárcena, Nieto,
Vera, Garcés, Riesco (D. Francisco), Ostolaza, Dou, Salas (D. José).
Caballero, Key, Andrés, Ruiz, Borrull, Ramirez, Garcia Coronel,
Ric, Valcárcel Dato, Llamas, Ocaña, Larrazábal, y Gordoa. Se mandó
agregar a las actas", iniciándose la controversia en torno al articu-
lo 1.0 del proyecto que fue adoptado cuatro días después como 3.0
del decreto: "Se restablece en su primitivo vigor la ley II, título
XXVI, Partida VII, en qüanto dexa expeditas las facultades de los
Obispos y sus Vicarios para conocer en las causas de Fe, con arre-
glo a los sa,arados Cánones y Derecho común, y las de los jueces
seculares para declarar e imponer a los hereges las penas que se-
ñalan las leyes, o que en adelante señalaren. Los jueces eclesiásti-
cos y seculares procederán en s us respectivos casos conforme a la
Constitución y a las leyes" 190.
El 27 de enero del mismo 1813, "leyóse, a propuesta del Sr. Con-
de de Toreno, la exposición de los Oficiales del Estado Mayor gene-
ral de los exércitos nacionales, tributando las más reverentes gra-
cias por haber abolido el tribunal de la Inquisición, y con "prolixa
discusión" fue aceptado el artículo 2.0 como 4.0 del decreto: "Todo
español tiene acción para acusar del delito de heregía ante el tribu-
nal eclesiástico; en defecto de acusador, y aun qüando lo haya, el
fiscal eclesiástico hará de acusador" 191•
Las Cortes, dos dias más tarde, "oyer on con particular agrado,
y mandaron insertar en este diario dos representaciones del Regi-
miento de Voluntarios distinguidos de linea de Cádiz, y de los pro-
fesores de nobles artes de Cádiz, que agradecen la abolición del tri-
bunal de la Inquisición" 192 • Luego, reprobaron por unanimidad los

190. DIARIO, XVIT, 55-67.


191. DIARIO, XVll, 69.
192. DIARio, xvn, 73 : La primera representación decia: "Fieles católicos,
pero espafioles al mismo tiempo suspiraban por que llegase el dia en que su
adorada religión y su libertad civil se hallasen baxo la salvaguardia de leyes
sabias y justas''.
La segunda enjuiciaba la Inquisición como "apoyo de la tiranía y enemigo
declarado de la ilustración; este interesante paso consolida nue:;tra libertad y
rompe los grillos en que gemian las ciencias y las artes; y dexando abierto y
expedito el camino al ingenio humano, proporciona a los profesores que per-
feccionen sus estudios, fam.iliarizfuldose con las producciones magistrales de
todos Jos siglos. que la ignorancia y despotismo tenian interceptadas por una
vergonzosa estupidez".
Hubo aún otra tercera - la de Jos Regidores constitucionales de Madrid,
D. Francisco Gutiérrez de Sosa y D. Joaquín Garcia Domenech-: "rompe de
una vez las cadenas con que amarrados por tanto tiempo los españoles al carro
del despotismo más terrible. no osaban resplra' libres de la proscripción y el
anatema·•.
288 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

artículos 3.0 y 4.0 del proyecto, referentes a consiliarios del juez


eclesiástico y calificadores de los escritos 193•
El primero de noviembre, la Comisión de Hacienda mostró su
opinión sobre la aplicación de los bienes de la Inquisición, pero su
examen se dilató hasta que concluyese el del proyecto sobre tribu-
nales protectores de la religión; aquel mismo día se adoptaron los
restantes artículos del capítulo primero 194; y en la sesión siguiente
el articulo 1.0 del capítulo segundo, además de escuchar "con espe-
cial agrado la representación de los Jefes y Oficiales del segundo
Batallón de Cazadores distinguidos en Cádiz", agradeciendo la abo-
lición de la Inquisición, "cuya autoridad ilimitada sirvió para des-
terrar de las Españas los conocimientos humanos, y poner a sus
habitantes en la última degradación, siendo juguete de la arbitra-
riedad y despotismo" 195.
"A las doce en punto del 3 febrero se interrumpió la discusión
por haberse presentado el Ayuntamiento constitucional de Cádiz,
presidido por el Gefe político D. Cayetano Valdés, Gobernador
de esta plaza, y Teniente General de la Armada nacional. Acompa-
ñábanle el Estado Mayor general, los Cuerpos de la guarnición, mul-
titud de Oficiales de todas las graduaciones, muchos eclesiásticos
seculares y regukJ,res, dos individuos del Ayuntamiento de Madrid,
y un inmenso y lucido concurso". El Sr. Valdés expresó el motivo
de la visita, " tributar el más cordial homenage de su gratitud" por
la supresion de la Inquisición, pues "el catolicismo de todo el mun-
do lloraba la suerte de los católicos de España: el que tiene la
honra de hablar a V. M. ha corrido el globo, y p uede asegurar con
verdad que en todas partes los católicos le reconvenían con el tri-
bunal de la Inquisición, cuyo temor los alejaba de un país a donde
hubieran traído de buena voluntad su industria y sus ccnocimien-
tos; los sectarios de otras religiones se burlaban de que el depósi-
to de nuestra santa fe no estuviese confiado a los Obispos; no había
modo de hacerles comprehender su autoridad ni sus facultades; nin-
gún camino había que temar para eludir sus argumentos; ara pre-
ciso pasu por impolítico, po:- insocial o por igncrante para huir de
estas cuestiones, y confirmarles en el errado concepto de no saber
uno su propia religión; pero gracias a Dios llegó el dia en que el
convencimiento, y no el temor, sea el que dirija a los católicos de
España; español y católico son sinónimos; una ley y una religión
harán una sola familia". Contestó el Sr. Presidente del Congreso,
D. Miguel de Zumalacárregui y, retirándose el Ayuntamiento gadi-·

193. DIARIO, XVli, 73. 78.


194. DIARIO, XVli, 93-96.
195. DIARIO, XVll, 102.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 289

tano con su acompañamiento, prosiguió el debate con el articu-


lo 2.o 196, que fue aprobado el día 5 junto con los restantes articulas
del segundo capitulo 197.
El 6 de febrero, habló el Sr. Capmany, "apoyando la excelente
1: exposición del Sr. Terán sobre que en tres domingos consecutivos
en las parroquias antes del Ofertorio de la Misa mayor se lea el
manifiesto o proclama acerca de la extinción del tribunal llamado
del Santo Oficio, y el decreto"; a la vez, sugería: "para que fuese
más solemne y públicamente auténtico el acto de esta lectura, y
para asegurar su complimiento y execución por todos los medios
posibles, a fin de que llegue a noticia universal de todos los españo-
les; desearía que el Ayuntamiento constitucional del pueblo res-
pectivo asistiese a dicho acto en cuerpo con los alcaldes. constitu-
cionales, y acompañado de todos los vecinos del mismo; ya se sabe,
y es sensible el decirlo, que en España, generalmente hablando, con-
curre muy poca gente a la Misa mayor, porque ya se ha tomado la
costumbre de oir Misa desde las once a la una, esto es, después de
concluida la mayor; y siendo el objeto que V. M. se propone en este
manifiesto el que llegue a noticia de todos para que se desengañen
los que hasta aquí han vivido engañados, y se forme y rectifique la
opinión pública, extraviada hasta ahora por los que cifran su interés
particular en las preocupaciones. en la superstición y en la ignoran-
cia del pueblo; para lograr tan saludable objeto, juzgo de absoluta
necesidad la adición que yo propongo al pensamiento del Sr. Terán,
aprobado por V. M. en la sesión de ayer; de lo contrario, o no se exe-
cutará la lectura, o se hará mal, y tal vez para burla y escarnio de
V. M.: se leerá; también se leen las amonestacion€s; pero ya sabe-
mos lo que pasa; que el sacristán las lee a trote y tropezón, casi
siempre farfullado, y entre dientes, que apenas hay quien le oyga
bien por más que le escuche". Tal propuesta fue rechazada en se-
gunda votación -empatada la primera- 198.
El 8 de febrero fue aceptado el dictamen de la Comisión de Ha-
cienda 199• Mientras tanto, llovían las felicitaciones 200, arropando las
postreras áeliberacíones, admitidas mayoritariamente, prev.a pre-
sentación de la Comisión de Consitución, y decretadas el 22 de fe-
brero del citado 1313 201.

196. DIARio, XVII, 107-108.


197. DIARIO, XVII, 147.
198. DIARIO, XVII, 151-152. 205.
199. DIARIO, XVII, 194.
200. DIARIO, XVII, 215. 239. 264. 304. 318. 323. 329. 340. 354. 409. 436. 458_
485. 493.
201. DIARIO, XVII, 292-297; DECRETOS de las Cortes, ID. 199-207
"290 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

e )) Triunfalismo liberal

Los liberales cayeron en un triunfalismo: "La orden en que se


mandaba que el decreto sobre Inquisición se leyera por tres días
festivos en todas las iglesias del reino fue tomada por los partida-
rios de aquélla como un alarde del triunfo de sus contrarios, insul-
tante para ellos. Llevólo muy a mal una parte del clero; asustó a
otra el rápido progreso que veía llevar las ideas que llamaba revo-
lucionarias; observábanse síntomas de manejos y maquinaciones con-
tra los autores de la reforma, que fueron denunciados a algunos
diputados" 202•
La propuesta del Sr. Terán con afanes informativos devenfa
vulgar desquite. Por eso, el "desatentado" --compartimos la opinión
-de Menéndez Pelayo 203- decreto, "mandando que en las Misas ma-
yores se diese cuenta de la abolición del Santo Oficio, promovió
desde luego negativas y propuestas, a que las Cortes respondieron
con violencia inaudita, desterrando y persiguiendo al Arzobispo de
Santiago y al Obispo de Santander, recluyendo en un convento al
de Oviedo, formando causa a los de Lérida, Tortosa, Barcelona, Ur-
ge!, Teruel y Pamplona por una pastoral que juntos dirigieron a sus
diocesanos, y haciendo que a viva fuerza, y con el eficaz auxilio de
gente armada, se diese lectura al decreto. El Cabildo eclesiástico
de Cádiz (Sede vacante), previa consulta a los Obispos de Calahorra,
Albarracin, Sigüenza, Plasencia y San Marcos de Lón, que residían
en la isla gaditana, protestó en 23 de febrero de 1813 contra la
profanación de las iglesias••.
"El Nuncio de S . S., que lo era D. Pedro Gravina, hermano del
célebre marino, ofició directamente a la Regencia (5 de marzo),
calificando el decreto sobre Inquisición como contrario a los de-
rechos y primacía del Romano Pontífice, que la había establecido
como necesaria y muy útil al bien de la I glesia y de los fieles. Ayu-
daban al Nuncio en esta cuestión, y se agrupaban en derredor suyo
varios Obispos, algunos de ellos refugiados en la misma plaza de
Cádiz; y no le disgustaba esta actitud, dado que secretamente no
la alentára, el regente Villamíl ... Súpose con sorpresa la noche del
6 de marzo que la Regencia había exonerado del cargo de Gobernador
de Cádiz a D. Cayetano Va!dés, distinguido marino, hombre de se-
vera legalidad, y que inspiraba omnímoda y completa confianza; y
que le había reemplazado D. José Maria Alós, Gobernador de Ceu-
ta, reputado entonces como enemigo del partido reformador, que
pocos días antes había llegado a Cádiz... El domingo 7 de marzo,
202. LAFUENTE, Historia, XXV, 417.
203. M. PELAYO, Heterodoxos, Ill, 481.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 291

primer día en que habían de leerse en los templos de Cádiz, con-


forme a lo mandado, los templos de Cádiz permanecieron silencio-
sos y mudos... No tardó en descürar el Gobierno mismo la causa
de aquella extraña omisión. Hízolo al día siguiente (8 de marzo) el
Ministro de Gracia y Justicia con un oficio en que daba cuenta de
tres esposiciones que había recibido para que no se leyese en las
parroquias el decreto y manifiesto sobre la abolición de la Inquisición,
una del Vicario Capitular de Cádiz, otra de los párrocos, y otra del
Cabildo Catedral". La Regencia "del Quintillo" fue destituida, y al
día siguiente (9 de marzo) "se aprobó una proposición de D. Miguel
Antonio Zumalacárregui para que en la mañana siguiente y luego
en dos domingos se leyesen los decretos, lo cual ejecutó el clero sin
oposición ni réplica" 201.
"Pusieron la tropa sobre las armas, y apenas amaneció el día 10
de marzo, llenóse la catedral de constitucionales y turbas pagadas,
que con vociferaciones y descompuestos ademanes interrumpían los
Sagrados Oficios. Hízose correr la voz de que se había descubierto
una gran conspiración tramada por los Obispos, iglesias y Cabildos
contra las Cortes y su Constitución. Los revolucionarios más fogo-
sos discurrían por Cádiz, pidiendo la cabeza de algún Canóm.,ao o
fraile, que sirviese de escarmiento, y especialmente la del Obispo de
Orense. La nueva Regencia, en 24 de abril, comenzó a instruir con-
tra el Vicario Capitular de Cádiz y los Cabildos de aquella ciudad,
de Málaga y de Sevilla, un inacabable proceso, que en breve llegó
a cuatro enormes legajos" 205.
El 25 de abril, "D. Antonio Cano Manuel, Secretario de Gracia
y Justicia, consulta el caso de suspensión de jurisdicción en el Pro-
visor y Vicario Capitular de Cádiz, D. Mariano Martín Esperanza, que
con el Cabildo y párrocos se opuso a que se leyese el decreto de
abolición de la Inquisición, procurando interesar a los Cabildos de
Sevilla, Málaga, Córdoba y Jaén. El Sr. Presidente (del Congreso,
D. Pedro Gordillo), propuso que este oficio pasase a la Comisión
de Arreglo de Tribunales en unión de la Eclesiástica ordinaria, para
que oyendo su dictamen resolviesen lns Cortes lo cocveniente". Ante
la oposición de los Srs. Zurnalacárregui, Calatrava, Argüelles y Es-
piga, se resolvió "pasase sólo a la de Arreglo de Tribunales" 2116•
Dos días más tarde, fue aceptado el dictamen de la Comisión de
Arreglo de Tribunales : "La Regencia tomó las providencias corres-
pondientes a la conducta observada por el Cabildo de Cádiz y Se-
villa, y duda respecto del Vicario Capitular de Cádiz si podrá pre-

204. L AFUENTE, Historia, XXV, 417-420. 424.


205. M. PEUYO, HeterodOXOS, ill, 481.
206. DIARIO, XVIII, 425.
292 .U.FREDO MARTINEZ .U.BIACH

venir quede suspenso del exercicio de la jurisdicción, así como lo ha


prevenido en orden a las temporalidades, sin contravenir el articu-
lo 294 (de la Constitución : embargo de bienes) ... y suspenso en
el exercicio de los derechos de ciudadano. Es, pues, su dictamen
que la Regencia del reyno puede hacer entender al repetido Vicario
Capitular, que se abstenga de exercer las funciones de su ministe-
rio hasta que se concluya la causa que se le está formando, proce-
diéndose con arreglo a los sagrados cánones al nombramiento de
la persona que haya de exercerlas en su lugar por este tiempo". Sin
embargo, en la sesión siguiente, quedó "inser tado en las actas" el
voto contrario de los Srs. Sombiela, Garcés, Ingüanzo, Borrul, Lla-
mas, Cañedo, Ramirez, Marqués de Tamarit, Caballero, Andrés,
Ruiz y Sanz, Martinez (D. Bernardo) , Ortiz y Alcayna 2117•
En cambio, "el Vicario Capitular D. Mariano Esperanza y los
demás Capitulares, atropellados tan inicuamente, no se dejaron
intimidar por la violencia, y acudieron a las Cortes en demanda con-
tra los atropellos de que los habia hecho víctimas el Ministro de
Gracia y Justicia, con evidente infracción de la ley constitucional" 208•
El 7 de mayo, la citada Comisión de Arreglo de Tribunales presen-
tó su dictamen sobre las representaciones del Vicario Capitular
de Cádiz, y de los prebendados de la misma Catedral, D. Matías de
Elejaburu y Urrutia y D. Manuel de Cos; concluida, también, la
lectura del voto contrario de D. José Miguel Gordoa, D. José
Morales Gallego y D. Ramón Feliu, individuos de la mencionada
Comisión, "se acordó que se pasasen al Secretario de Gracia y Jus-
ticia las representaciones indicadas para su inteligencia el dia que
se señalase para la discusión de este punto", la cual tuvo lugar del
11 al 17 de mayo w_
"Alzóse en la Cámara a defenderlos con voz estentórea el Cura de
Algeciras (Sr . Terrero) . promoviendo uná. tempestad, que no logra-
ron calmar las explicaciones del Ministro Cano Manuel" 210• "Desde
que comenzó a discutirse el dictamen, observóse la misma diversi-
dad de pareceres entre los diputados; y era que entre éstos los ba-
bia que conviniendo en ideas políticas con las que entonces susten-
taba el Ministro, achacábanle inconsecuencia de conducta, y no les
pesaba verle, y aun contribuir a ponerle en tal aprieto. Defendióse
bien el Ministre, pronunciando U.! excelente discurso en propia de-
fensa, y tal que el mismo Conde (de Toreno) historiador, compa-
ñero suyo en el Congreso, y que por cierto no se muestra ni amigo
suyo, ni siquiera benévolo hacia él, confiesa y dejó consignado haber
207. DIARIO, XVIII, 447. 449.
208. M . PEI.AYO, Heterodo:u>S, IIl, 482.
209. DIARIO, XIX, 41-55. 77-300.
210. M . PELAYO, H eterodoxos, ID, 482.
RELIClOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 293

sido un discurso que le honrará siempre, y quizá superior a cuan-


tos de su boca había oído. La cuestión, por unas y otras causas, se
complicó y encrespó en términos, que después de varios días de
debate, confundidos en las votaciones hombres de opuestos prin-
cipios, no alcanzó los honores de la aprobación ninguno de los dos
dictámenes de la Comisión. Otras proposiciones que se presenta-
ron para suplir a aquéllas fueron también desechadas; y por último,
deseando ya el Congreso hallar salida a aquel laberinto en que la
confusión de las votaciones le había ido poniendo, no dejando dis-
cernir bien la opinión que predominaba, optó por la proposición
del Sr. Zorraquin, que decía: Sin perjuicio de lo que resuelvan las
Cortes, para no entorpecer el juicio de la causa, devuélvase el ex-
pediente al juez que conoce en ella. Quedó as! indecisa la cuestión
de responsabilidad ministerial: el proceso se devolvió, y a su tiempo
el juez condenó a los Canónigos a ser expulsados de Cádiz" 211 •
Hemos utilizado alternativamente dos testimonios históricos,
distintos, pertenecientes a dos tendencias, a fin de valorar mejor los
matices de su respectivo grupo. Escogimos a Lafuente como origen
de una pléyade de historiadores liberales como Pi y Margall, etc. Por
ambos caminos nos confirmamos en nuestro anterior aserto: el
triunfo de la abolición de la Inquisición embriagó a los liberales,
cayendo en lamentable triunfalismo. La victoria exige mesura. y
ésta les faltó . Pronto recogieron los frutos : si la lucha los organizó
-90 votos-, el triunfo los desunió, situando al Ministro Cano Ma-
nuel en dificil postura, y sembrando odios y resentimientos que se
cosecharían al año siguiente.
"Faltaba sólo el último toque y primor del sistema progresista,
la expulsión d~l Nuncio... Tan sencilla reclamación -la del 5 de
marzo de 1813 a la Regencia, según ya vimos-, juntamente con las
cartas del Nuncio al Obispo de Jaén y a los Cabildos de Granada y
Málaga exhortándolos a suplicar contra el decreto, bastó para que
el Ministro de Gracia y Justicia le declarase sospechoso de ocultos
ma!lejos contra la seguridad del Es~do, y propusiese su expulsión
del territor.o, como enerrJgo de la nacién española, rtefe.n sor de las
máximas ultramontanas e ins:;rumento del tirano qua nos oprime
y que quiere precipitarnos en la anarquía religiosa" 212 • En efecto, el
12 de mayo D. Antonio Cano Manuel expuso a las Cort~ su parecer,
proponiendo diversas penas a la conducta del Nuncio m y a la de
algunos prelados españoles: "Mi dictamen es que se pase al Nuncio
un oficio, en el que asegurándose de parte de S. M. que tiene noti-

21L LAFU&l\:TE, Historia, XXV. 426-427.


212. M . ~LAYO, Heterodoxos, m. 482.
213. V UL\NU EVA, M i ;;icje a l :J.S Cortc?s, !I, 419-421.
294 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

cías positivas de que ha escrito a diferentes Prelados y Cabildos de


España, excitándoles por medios indirectos a que d ilaten y aun
nieguen el cumplimiento de los decretos expedidos sobre la aboli-
ción de la Inquisición ... , se le haga salir de Cádiz, y de los dominios
de España, dentro de veinte y qüatro horas, ocupándose las tempo-
ralidades ... No puedo concluir sin llamar su atención sobre la co-
municación que le hice 214 r elativamente a la pastoral de los RR.

214. DIARio, XIX, 57-62. 347-348. 360-365: Sesión 8 mayo : Presentóse al


Congreso el secretario de Gracia y Justicia: "señor, traygo por escrito esta
proposición con motivo de una pastoral expedida por seis RR. Obispos refu-
giados en Mallorca Oos de Lérida, Tortosa, Barcelona, Urge!, Teruel y Pam-
plona>, y las providencias que en su virtud se han tomado hasta ahora ... El
primer titulo que comprehende la pastoral, se dirige d emostrar (al clero
y pueblo de sus diócesis) que la Iglesia está ultrajada en sus ministros. El 2.•
que la Iglesia está combatida en su <lisciplina y gobierno. El 3.0 que la Igle-
sia se halla atropellada en su inmunidad y fundamentos. El 4.0 que la Iglesia
se ve atacada en su doctrina... El Obispo de Cuenca, sobre cuya conducta se
formó el célebre expediente de que V. M. tiene noticia, no se dirigió al pueblo
de su diócesis, como h acen éstos, sino que dirigió sus cartas reservadamente al
religiosisimo D. Carlos m, quien las mandó pasar al Consejo de Castilla
para que diese su informe. Bien sabe V. M. lo que alli sucedió. Pero qüando
se va a sublevar a los pueblos, atacando el der:!Cho más grande que tiene la
soberanía, ¿no deben temerse las más funestas conseqüencias, especialmente
en un tiempo en que se han echado de antemano las semillas para promover
una guerra tan temible como la de r eligión?... La Regencia en vista del dic-
tamen de la Junta de Censura, ha tomado la providencia anoche mismo de
mandar Wl2. orden al Juez d e primera instancia de Mallorca, para que con
arreglo al articulo 15 del reglamento detuviese los exemplares. Lo mismo se
ha prevenido al de Alicante, adonde tiene noticia la Regencia de que se
había r emitido una gran porción de exemplares de la pastoral. Igualmente se
ha d.irigido orden al Capitán General de Cataluña para que prevenga a los
Juect:S de primera instancia de aquel Principado hag-.m la misma operación;
pues es natural que por a lli se hayan extendido exemplares con toda profu-
sión . Se comunicó orden al Juez de primera Instancia de esta ciudad para que
pasase a la imprenta "Patriótica", donde se reimprimia la pastoral.. . Por
último, Señor, en esta pastoral se ataca la posesiór:: en que se halla la nación
de las regaifas . ¿Y por quién? Por seis RR. Obispos, que en todos tiempo¡; han
r econocido la autoridad del Gobierno en esta parte, y que han recurrido a él
para reedificación de iglesias y demás actos de disciplina exterior de la Igle-
sia; por cuyo motivo se ha v'..sto la Regencia obligada a tomar estas providen-
cias... En tiempo de la Regencia anterior... (se) tuvo noticia de que se iba a
imp1imir en La Coruña una obra, no sólo contraria a los decretos de V. M., sino
a la misma Constitución. en cuya. obra se hablan de poner ciertas estampas.
Una de ellas rc!presentaba un dragón vomitandc; CCD!tituciones, y la fuerza
armada al frente del monstruo en ademán de matarle. Se detuvo la impre-
sión de este papel y se halló una licencia dada por el Obispo de Santander a
favor de D . CleiT.ente Pastor d e la Montaña, nombre simbólico, que a~udia al
mismo Obispo ... " . A propuesta del Sr. Presidente (del Congr eso> se acordó
que pasase (todo) a la Comisión de Libertad de Imprenta, para que diese su
dictamen acerca de este asunto. Sesión 23 mayo: Se leyó el siguiente dictamen
de la Comisión de Libertad de Imprenta, y el Sr. Presidente r emitió su <liscu-
sión a pasado mañana : "El dictamen de la Comisión se reduce a las tres pro-
posiciones siguientes, que si mereciesen la aprobación de V. M. formarán otros
tantos artículos del d ecreto adicional de 10 de noviembre sobre Ja libertad de-
imprenta. 1.• Las obras que los Prelados eclesiásticos, así seculares como regu-
lares, publicaren baxo el concepto de escritores particulares, seguirán Jos.
RELJGlOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 295-

Obispos de Mallorca, y sobre el oficio que se ha recibido del R. Obis-


po de Oviedo. Su lenguage es el mismo que han tenido el Cabildo de
Cádiz y su Vicario Capitular. El Sr. Obispo de Oviedo, después de
exponer los inconvenientes que tiene para no publicar el decreto,
dice: "Suplica a V. A. S. se sirva admitir esta su exposición comO>
una prueba de acatamiento y fidelidad, no estrechándole a lo que
por ahora mira en oposición con su deber". Un Obispo que por
ahora mira incompatible el cumplimiento de una ley temporal con
el de sus obligaciones religiosas, ¿no lo mirará también mañana?
Si no es así, V. M. y todos debemos temer a mañana" 215• Proféticas.
palabras, que empezaron a realizarse el 4 de mayo de 1814.
Entre tanto, el 9 de julio de 18-13, se leía en el Congreso "el
siguiente oficio del despacho de Estado: "De orden de la Regencia
del reyno remito a V. S. para las Cortes generales y extraordinarias.
doce exemplares del manifiesto que ha mandado publicar, con el
fin de hacer ver las justas y poderosas razones que S. A. ha tenido

trámites que las de los demás ciudadanos. 2. • Si alguna vez ocurriere que las.
pastorales, instrucciones o edictos que los MM. RR. Arzobispos, .RR. Obispos y
demás Prelados y Juece:: eclesiásticos impriman y dirijan a sus ciudadanos
en el e.xercicio de su sagrado ministerio, contengan cosas contrarias a la
Constitución o a las leyes, el Rey, y en su caso la Regencia, oyendo al Con-
sejo de Estado en el modo y forma que previene la Constitución, respecto de
los decretos conciliares y Bulas pontificias, suspenderá su curso, y mandará
recoger los impresos. Si además hallare méritos para formación de causa con-
tra el autor o autores, pasará a este fin el impreso al Tribunal Supremo de-
Justicia siempre que éste sea de Arzobispo u Obispo; y a la Audiencia terri-
torial, si fuere de alguno de los demás Prelados y Jueces eclesiásticos. 3. En
0

ultramar, por evitar los inconvenientes de la distancia, el Gefe político supe-


rior de cada provincia, consultando a los fiscales de la Audiencia d el terri-
torio, podrá recoger el impreso ante tanto que remitido al Rey se observa lo
prevenido en el artículo antecedente".
Sesión 25 de mayo. "Se procedió a la discusión del dictamen (interviniendo-
los Srs. Muñoz Torrero, López (D. Simón) y Argtielles). Fue aprobada la pri-
mera proposición del dictamen, con la adición propuesta por el Sr. Muñoz
Torrero "en las causas que producen desafuero", y (al ser) leida la segunda,
(hablaron los Srs. Creus, Argüelles, Porcel y Larrazábal; y) se procedió a la
votación, y la proposición fue aprobada. También la proposición tercera. El
Sr. López extendió la (propuesta) que indicó al principio de la d.L~usión en los
términos siguiente.>: "Que la pastoral con la denuncia que se hizo por el Mi-
nistr!> y demás pertenecientes al asunto, que se pasó a la Comisión de Liber-
tad de Impren~ que pase a la de Justicio~. para que e.xponga el Congreso la
providencia que convenga". No se admitió a discusión. Admitióse y se mandó
pasar a la expresada Comisión de Libertad de Imprenta, la :¡ue en segui<Ll
hizo el Sr. Antillón, reducida a estos términos: "Que los regulares en mate-
rias tocantes a la ley de libertad de imprenta queden sujetos al tribunal del
Ordinario, no obstante qüalquier:. exenciones de que se h a llen hoy en po-
sesión".
DlARIO, XX, 3: Sesión 1 de junio: "A solicitud -del Juez de pximera instan-
cia de Cádiz, D. Joaquín José de Aguilar, concedieron las Cortes permiso a
los Srs. Obispos de Calahorra, Sigüenza y Prior de León, para reconocer en.
la forma que corresponde las contestaciones que dieron a los comisionados del
Ordinario, no obstante qüalquiera exenciones de que se hallen hoy en po-
215. DIARIO, XIX, 125-147.
296 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

para extrañar de estos reynos y ocupar sus temporalidades al M. R.


Nuncio de S . S., D. Pedro Gravina, Arzobispo de Nicea. Cádiz, 8 de
julio de 1813. Pedro Labrador". También fue leido el mencionado
manifiesto y la correspondencia con el Nuncio, si bien se rechazó
la petición del Sr. Terrero - "se pidan a la Regencia todos los ante-
cedentes", pues "en el apéndice de documentos faltaban algunos muy
interesantes, citando solamente la consulta del Consejo de Esta-
do"- , motivándose un voto particular, al dia siguiente, firmado por
66 diputados 216•
Fue el primer acto del Nuncio - atestigua Menéndez Pelayo 217-
apenas tomó tierra en Portugal, lanzar una protesta contra el Go-
bierno español, el 24 de julio, mientras proseguia la lluvia de en-
tusiasta felicitaciones a las Cortes por la abolición del Santo Ofi-
cio 215 •
Privaba la euforia de la libertad, primordial signo de aquella
época.

216. DIARIO, XX, 552-570; XXI, 3.


217. M. PELAYO, Heterodcxos, m. 482.
218. DIARIO, XX, 243-244. 369; XXI, 50-52. 348-349.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 297

b) Secularización
El proceso de secularización se había puesto en marcha, estre-
nándose con los religiosos -privándoles de voz activa y pasiva en
el Congreso 219_. Era otro signo de aquella época.
El 27 de octubre de 1810 fueron admitidas por las Cortes las
r eiteradas renuncias del Consejo de Regencia, y al dia siguiente son
nombrados el General D. Joaquín Blake, el Jefe de la Escuadra don
Gabriel Ciscar y el Capitán de fragata, D. Pedro Agar, Director de la
Academia de Guardias marinas. Ausentes los dos primeros, se acordó
sustituirlos por interinos, y se designó al Marqués del Palacio y_ a
D. José M.a Puig del Consejo Real. Habiendo "perdido el Marqués
del Palacio la confianza de la nación" por sus escrúpulos en el jura-
mento, fue reemplazado por el Marqués de Castelar, por más que
el 19 de marzo de 1811 prestaba el Marqués del Palacio "el jura-
mento en la forma que se le exigía" 220• Tal vez el problema de la
libertad precipitó la renovación de la Regencia.
Ahora bien, disipada la tensión entre los poderes ejecutivo y
legislativo, éste arrostró otro problema de tanta gravedad con aquél,
el de las prebendas eclesiásticas.

a)) Secularizac'.ón de bienes eclesiásticos

l . - Acercaron la máquina de la secularización para que hinca-


ra el diente en la infraestructura económica del clero con el propó-
sito de subvenir los gastos bélicos. El artífice, D. Agustín Argüelles.
El 27 de noviembre de 1810, tres días después de que D. José Mora-
les Gallego ocupara la presidencia 221 • El 30 de noviemb:re, la pro-
puesta del Sr. Argüelles 222 es admitida a discusión :23, que tuvo lu-
gar el primero de diciembre. En ella el Sr. An.e r manifestó los pre-
cedentes que en Cataluña existían y que abrazaban casi todas las
resoluciones de la propuesta, que decididamente apoyaba. Pronto
se enzarza la controve~sia entre los Srs. Ros, Caneja, Zorraquin,
Morales Duárez, Lera y otros. El Sr. Argüelles responde al reparo
del Sr. Cañedo -"no había iacal.tad en los reyes para suprimir las
PREBENDAs y piezas eclesiásticas sin consentimiento de la misma Igle-
219. DIARIO, l, 39. 58.
220. PI Y MARCALL, HistorüL, I , 627-631; DIARIO, ! , 60. 110; ID. 229. 387;
IV, 311 ; LAFtTENTE, HistorüL, 435.
221. DIARIO, I, 101.
222. DIARIO, I, 106.
223. DIARIO, 1, 112.
li&LIGIOSIDAD fi.! SPAXA .•• - 20
298 ALFREDO MARTINEZ ALRIACH

sia o del Pontífice"- de esta forma: "es una medida que pertenece
al Estado".
Terció el Sr. Garcia Herreros : •·para quitar toda duda o escrú-
pulo, traer las bulas que se habían impetrado para suspender en.
España la colación de prebendas para la consolidación y otros ob-
jetos". Se conformaron los Srs. Creus y Dou. Entonces D. Antonio
Oliveros, con un desinterés y euforia sin precedentes, ~ó: " los.
clérigos no debían disputar sino decir: aqui está cuanto tenemos;
no tratar qüestiones de derecho sino de hecho; San Agustín vendió
hasta los vasos sagrados, aunque entonces no había una urgencia
tan terrible como la del día". Luego, el Sr. Freire leyó una memo-
ria, en que después de establecer claramente que las Cortes represen-
taban al rey, quiso probar que no era conveniente echar mano de
las rentas de la Iglesia para socorrer las urgencias del día. Tras el
apoyo prestado por muchos diputados al Sr. Oliveros, D. Diego Mu-
ñoz Torrero rectificó al Sr. Freíre con respecto a la representación
regia por parte de las Cortes: era un error. . 1
Atajó al Sr. Presidente, proponiendo se nombrase "una comí-·
sión para examinar este negocio y los papeles que ha citado el.
Sr. García Herreros, y proponer a las Cortes la regla que deba se-
guirse; pasándose hoy mismo orden a la Regencia para que sus-
penda la provisión de prebendas y beneficios, de qüalquiera clase
que sea, a excepción de las prebendas de oficio y de cura de alma$,
poniéndose en tesorería las rentas que produzcan, y entendiéndose
que la suspensión debe ser con r esponsabilidad y nulidad de los
nombramientos que se bagan, de qüalquiera clase que sean los be-
neficios o prebendas que se provean; comunicándose para ello la
orden correspondiente a los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos, Ca-
bildos, Comunidades particulares, de patronato laycal, y de qüal-
quiera condición y clase que sean; previniéndose que los RR. Obis- ·
pos suspendan igualmente las provisiones en los meses ordinarios,
y que todo esto se entienda por ahora, y con extensión a España e
Indias". Quedó aprobada en todas sus partes tal proposición 124, sos-
tenida también por los clérigos Muñoz Torrero y Villanueva, hacien-
do val~r las bulas concedidas por Su Santidad en el anterior reina-
do para objeto y atenciones similares m_ Se convirtió en al decreto
XVI 226.
Pero la cosa no debió resultar muy clara: el 15 de diciembre, "se
suscitó alguna discusión sobre la duda que proponía el Consejo de
Regencia acerca de s i el deanato de Teruel, vacante, se hallaba
224. DIARIO, I, 115- 116.
225. LAFul:NTE, H istoria, XXIV, 457 ; VILLANUEVA, Mi viaje a las Cortes, II~
72-73.
226. DECRETOS de las Cortes, I , 32-33.
R.EL1Gl0SIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 299

comprehendido en la suspensión de provisiones decretada, siendo


como es la primera silla de aquella iglesia. Se r esolvió que q uedaba
comprehendido en dicha suspensión, y que se manifestase así al
Consejo de Regencia" m. Aún el 6 de mayo de 1811, el Secretario
Sr. Zumalacárregui firmó en Cádiz la "orden por la qüal se decla-
ra que la provisión de prebendas hecha antes de la fecha del mis-
mo decreto no queda comprehendida en su resolución" m. Y es que
"algunos prelados, según el testimonio de Menéndez Pelayo ~. se
resistieron a obedecer, y en 28 de abril fueron delatados al Con-
greso como malos y desobedientes ciudadanos españoles. Las Cor-
tes decidieron en s u profundo saber canónico, que los Jefes políti-
cos y los fiscales velasen atentos el cumplimiento de lo mandado
e inspeccionasen y amonestasen a los Obispos. No faltó quien pro-
pusiera declarar nulas las colaciones de prebendas, hechas por el
metropolitano de Santiago". Se babia insistido hasta la saciedad;
incluso en el articulo 7.0 del Reglamento provisional del Poder eje-
cutivo 230, que, por cierto, suscitó un interesantísimo debate, digno
de estudio en este proceso de secularización -secularización del
prestigio social-, como luego veremos.
La preocupación de acopiar dinero en auxilio de las necesidades
bélicas y sus consecuencias desastrosas, deparó la oportunidad de
una con traofensiva antiliberal, el establecimiento de la Manda Pia
Forzosa. Unico tipo de subvención que perduró en la época absolu-
tista, tal vez por los motivos previstos por el Sr. Argüelles -"se
trata de hacer un monopolio de la aristocracia: todos han de ser
Obispos, consejeros, Capitanes Generales, etc" 231-.. El 19 de
diciembre de 1810, "se dio cuenta del informe de la Comisión de
Justicia, que aprobaba la propuesta del consejo sobre estableci-
miento de manda forzosa de 12 reales en cada uno de los testamen-
tos que se reciban en la península, y de tres pesos en los de Améri-
ca, a ben~ftcio de las viudas, (hijos ), cautivos, y personas desvalidas,.
con la condición, que esto sea durante la guerra, y diez años des-
pués; este noble pensamiento ocasionó una discusión útil... En se-
guida se puso a votación, y se aprobó" m.
El 7 de abril de 1811, se leía el dictamen "con que la Comisión
de Justicia aprobaba en todas sus partes el reglamento formado
por el Consejo Real para la recaudación e inversión de la manda
fcrzosa, según lo acordado" en la citada sesión del 19 de diciembre.
227. DIARio, I, 140.
228. DECRETOS de las Cortes, I , 34.
229. M . Pl:t.AYO, Heterodoxos, m. 479.
230. DECRETOS de las Cortes, I, 50.
231. DIARIO, V, 11.
232. DIARIO, ll, 50. 56.
300 ALFREDO MARTil\'"EZ ALSIACH

La controversia fue larga y dificil, pero el 3 de mayo, D. Vicente


Cano Manuel como Presidente firmaba el Reglamento 233•
2.- Los liberales no cejaron. El 20 de marzo de 1811 volvían a
morder la economía eclesiástica, "continuando, según el parecer de
Menéndez Pelayo 234, la obra de Godoy y Urquijo, e invocando como
ellos la regalías de S. M.". Se dio lectura a un escrito explosivo del
Sr. Rodríguez Bahamonde: "Para que la nación no dexe de soco-
rrerse por todos los medios posibles, propongo: 1.0 Que los pro-
ductos de lOS BENEFICIOS SIMPLES Y CURADOS VACANTES, que existan O
deban existir en economato, se apliquen a las urgencias de la pa-
tria, rebaxándose únicamente de ellos los que están destinados al
socorro de obras piadosas, absolutamente necesarias al bien del
estado, y a otros objetos precisos por estatuto inalterable, disposi-
ción conciliar, o por soberana resolución; pasándose desde luego
por los ecónomos los sobrantes productos a la tesorería real respec-
tiva para la aplicación indicada. 2.0 Que los ecónomos por razón de
tales, o por arrendar y cobrar los importes de los arriendos de los
frutos de dichos beneficios simples y curados vacantes, no puedan
cobrar en lo sucesivo el diez por ciento, como hasta aquí cobra en
muchos obispados de la península, y mientras duren las penosas
necesidades de la patria, solamente exigirán por su trabajo o co-
.misión un tres por ciento; cediendo lo restante con lo más ex-
puesto en beneficio de aquélla" Zls. ·
La primera propuesta eclosionó "viva discusión". Por un lado,
los Srs. Cañedo -"las vacantes eran de la Iglesia, y aunque se des-
tinaban a otros fines su producto, siempre se había mirado con
gran respeto"-, López (D. Simón) -"estos bienes no están sujetos
a la autoridad temporal del soberano, y que para servirse de ellos
es necesario un rescripto del Roma.r:.o Pontífice, quien concedí2. el
uso de ellos por vía de subsidio"- y Ostolaza; y de otro los Srs. Vi-
llanueva -" en esta extrema necesidad de la patria, el Congreso
como protector de los cánones, mientras no se verifica la celebración
de un concilio nacional que pusiese remedio al abuso de algunos
Ordinarios en la. inversión de los referidos bienes, podia aplicar a
beneficio de la causa nacional, la parte de estas vacantes que no
esté destinada ya por la misma iglesia, pues siendo est.os sobran-
tes el patrimonio de los pobres, era conforme al espíritu mismo de
la religión, que en las actuales circunstancias se aplicasen a la pa-
tria, que es el pobre más necesitado, y de cuya libertad depende que
se conserve en el reyno la misma religión católica"-, Mejia y Rovi-

233. DIARIO, V, 10-19. 149. 304; D ECRETOS de las Cortes, 1, 140.


234. M. P&LAYO, Heterodoxos, ill, 479.
235. DIARIO, IV, 287-288.
RELIGIOSID,\D HJSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 301

ra. Este, gastando mucha prosopopeya, apeló al Congreso, al pú -


blico y a la nación : " ¿en el Credo había alguna cosa que hiciese
alusión a economatos?; pues es punto de disciplina, no hay nece-
sidad de entrar en discusión; pido encarecidamente al Congreso que
no se vuelvan a reclamar las facultades de la Iglesia, sino que se
haga lo que convenga a la salvación de la patria, pues sin ella ni
hay Iglesia ni facultades". La primera proposición quedó aprobada;
también, la segunda con la adición del término "gen erales" al de
"ecónomos" - tras animado debate entre los Srs. Cañedo, Luján,
Mejía, López (D. Simón), Oliveros, Villanueva y Esteban 236.
Aquel mismo día, en la discusión sobre la memoria del Ministro
de Hacienda, el Sr. Argüelles, apenado y dolorido con los Srs. Bo-
rrull y Pascual, afirmó : "La impugnación compromete mi r eputación
como católico apostólico romano ... Evitando ahora una disputa so-
bre el origen y derecho que tienen los eclesiásticos a los diezmos,
y sentando por principio que V. M. puede gravarlos, miraré la ma-
teria baxo el aspecto económico.. . En la memoria se dice entre
otras cosas, que los desembolsos sigan la razón directa de lo que
cada uno se expone a perder en esta guerra, y del riesgo mayor o
menor que se corra. Entre nosotros, ¿quién corre más peligro, quién
puede ser más perjudicado, si somos vencidos, que la clase ecle-
siástica? Dlgalo el enemigo por mi. Luego no puede haber exceso
en el sacrificio, qüando de rehusarle se aventura todo ... Los diez-
mos siendo un impuesto sobre el producto liquido sin deducción
de gastos, riesgo ni ganancias, lleva embebidas todas las contribu-
ciones; los diezmeros no hacen más que percibir aquel tributo sin
poner de su parte ningún género de industria ... Por su sagrado mi-
nisterio están exentos del trabajo que otros necesitan arrostrar
para existir. Su vida no sólo es cómoda por lo general, sino opulen-
ta con respecto a las clases más numerosas del estado ... Hágase el
cómputo de los individuos del clero esp3ñol, y el del resto de la po-
blación en la peninsula; súmese después la riqueza entera de aquél,
y en seguida la que corresponde a ésta, y se verá la enorme dife-
rencia, la prodigiosa daBgualdad que resulta de la aproximadón
de los dos resultádos ... ¿Cómo podremos creer, por exemplo, q'.le
ia mitra de Santiago que aproximadamente rinde 400.000 ducados
anuales, haya de ser excesivacente gravada por el impuesto que se
discute? Supongamos que las urgencias del estsdo le aumenten has-
ta reducir la renta a 12.000 ducados al año 237; ¿qué? ¿un prelado

236. DIARIO, IV, 288.320-321.


237. CONDESA D'AtJLNOY, La Cour et la ville de Madrid vers la j in du XVII"
si.ec!e. París, P lon et Cie., 1874, p. 548-556: Lista de los Obispados y sus domi-
nios: El Arzobispado de Toledo tiene 150.000 escudos de renta y su clero 400.000;
el de Sevilla, 350.000 ducados de renta, y un ducado vale 30 francos en moneda
302 AI.F1lEDO KARTINEZ ALBIACH

en los apuros da! día no se creerá completamente dotado con esta


qüota, mientras el residuo se aplica a continuar la santa guerra que
ha de redimir su misma diócesis? Lo mismo digo de la de Valencia
y otras provincias y demás prebendas eclesiásticas con dotación
qüasi episcopal. que siendo tantas hacen a la iglesia de España la
má.s rica y opulenta de qüantas hubo en la cristiandad. Enhorabue-
na que a los pastores y otros eclesiásticos que tienen anexa cura de
almas se les regule una cantidad la qüal no pueda ser gravada con
impuestos excesivos; pero los que no se hallen en este caso, no
pueden repugnar la contnoución que determina la memoria del
Ministro, porque atendidas todas las circunstancias nada tiene de
inmoderada. En verdad, según se ha dicho, que el sobrante de los
bienes de la Iglesia tiene ya asignada por los cánones su aplicación;
esto es, a los pobres. Pero el primer pobre en el día, es el estado" 238 •
Extenso es, ciertamente, el texto, pero con claridad meridiana
plantea la lucha de los dirigentes de la nación frente al poderío eco-
nómico de la Iglesia española, considerada por los liberales como
un Estado dentro de otro; el desenlace se produciría con Mend.izábal,
veinticinco años más tarde. Pero de momento se ha enfilado la proa
hacia la infraestructura económica de la Iglesia española, y la nave
con lentitud y decisión cubre sus singladuras.
3.- El 22 de marzo de 1811, se revitalizaba el decreto de la Jun-
ta Central de 6 de diciembre de 1809 sobre aplicación de los PRO-
DUOTOS DE TODA OBRA PÍA -que "no tenga aplicación a hospitales,
hospicios, casas de misericcrdia, educación pública, o escuelas de
cualquier ramo de instrucción, u otros de igual utilidad"- a las
urgencias del Estado, cubriendo de este modo una singladura
rná.s 2J9.
Otra, el 3 de mayo del mismo 1811. La Comisión Eclesiástica de
las Cortes presentó el siguiente dictamen: "En 11 de abril se sirvió
V. M. encargar a una Comisión de eclesiásticos que formara un
plan de las ALHAJAS necesarias para la decencia del culto, y que
indicara los medios oportunos para llevar a efecto la aplicacién de
las restantes para la salvación de la patria... Como la decencia del
culto no es absoluta, sino respectiva al número de ministros de
cada iglesia, y a las circunstancias de los pueblos, serian supe:.1luas
en una las alhajas que en otra fuesen absolutametne necesarias. Lo
que se tendría por suficiente para una parroquia de la Sierra, seria

francesa ... ; el Obispado de Almeria. 5.000 ducados; el de Tuy, 4.000 ... ". Com-
pletaremos esta referencia en la nota 16 del capítulo segundo. de la parte se-
gunda.
238. DIARlO, IV, 325-327.
239. DECRETOS de las Cortes, l. 110- 111.
RELJCIOSIDA.D HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 303

lndecente en otra de Cádiz; lo que pudiera parecer magnífico en la


catedral de Segorbe, se reputaría mezquino en la de Valencia, y lo
que se presentase decente en la iglesia monasterial de una aldea,
seria miserable en la de San Martín de Santiago. Conoce la Comi-
sión que no es esencial para el culto el uso del oro y la plata; pero
se persuade a que desazonaría mucho a los pueblos ver introduci-
dos otros metales en las alhajas de sus iglesias, que vio siempre
fabricadas en aquellas materias preciosas, porque la mayor parte
de los hombres se gobiernan por los sentidos. La Iglesia desde su
origen procuró sacar partido de las mismas preocupaciones de los
fieles, que comúnmente torma la idea de rna.gnlficencia de los ob-
jetos por su aparato exterior. Por eso cuúrptó el uso de los metales
preciosos, y la sagrada pompa de s us festividades para conducir a
los hombres a que formasen ideas sublimes del Ser Supremo, a quien
tributan sus adoraciones por medio de la magnificencia del culto.
Es cierto que aunque la Iglesia adoptó el uso de los metales precio-
sos en los templos, no por eso dexó de erwgenarlos para socorrer la
miseria de los hombres qüando lo exigiese la necesidad, porque
conoció que eran más preciosas sus almas que los metales. Así ve-
mos que establecen los cánones la venta del oro y plata destinado
al culto para redimir con su precio a los cautivos, para vestir a los
desnudos, para sustentar a los hambrientos, y aun también para
fabricar cementerios en que de.scansen las cenizas de los fieles di-
funtos. La administración de los bienes y alhajas de las iglesias está
encomendada a los Obispos, no sólo por los cánones anteriores a la
disciplina de las falsas decretales, sino también por las leyes y cá-
nones posteriores. Los Concilios III y IV toledano, que han sido
igualmente Cortes, o Congresos civiles, encargan a los Obispos ex-
clusivamente la custodia y administración de los bienes eclesiás-
ticoso, para que dispongan de ellos según ordenan los antiguos
cánones. Conocen los Prelados españoles que la patria necesita
del oro y plata de las iglesias para vestir y sustentar a los soldados
que defienden la religión y el estado; saben que las alhajas de nues-
tros templos están expuestas a !a profanación y al saqueo de unos
hombres más impíos que los asirios, y haría una atroz injuria &. les
Obispos de España, quien los creyese indolentes en los males de
la patria. Sólo ellos pueden conocer las circunstancias de sus igle-
sias, para asignar las alhajas que sean necesarias para la moderada
decencia del culto. Sólo ellos pueden y deben saber los utensilios
de oro y plata de cada uno de los templos de su diócesis, Y nadie
:puede extraer con tanta facilidad como los Obispos las alhajas,
que podrá ocultar al zelo indiscreto de algunos clérigos, por una
piedad mal entendida; sólo su autoridad es capaz de acallar las
304 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

quejas que han de suscitarse contra esta providencia... Cree la Co-


misión que V. M. debe indicar a los Obispos las necesidades ur-
gentes de la patria, para que la socorran con qüanta plata y oro
no sea absolutamente necesario para el culto, en cumplimiento
de lo qüal tienen ordenado los cánones".
El dictamen disgustó profundamente a los liberales, que res-
pondieron con agresividad: concretamente, los Srs. Aner -"acaso
no entreguen lo que deban; no me sería difícil citar algún parage
donde hay escondidas una porción considerable de arrobas de pla-
ta"-, Laguna -"en Badajoz se perdieron más de quinientos quin-
tales de plata sólo por andarse con estas consideraciones"-, Mejia
y Garcia Herreros con profusión de testimonios históricos, desmen-
tidos violentamente por el Sr. Terrero e interpretados con suavidad
por el Sr. Obispo de Mallorca, quien hubo de volver a intervenir
para contestar el duro ataque de D . Agustín Argüelles. Tras el par-
lamento del Sr. Bárcena, el Presidente cortó la desagradable con-
troversia, para proceder a la votación en la que se aceptaba el dic-
tamen de la Comisión, si bien todavía se añadió una propuesta del
Sr. Zorraquín -"se dé aviso a V. M. de la plata que se haya entre-
gado, y de la que reste de cada iglesia"-, interpretada por el Sr. Lla-
neras como si desconfiara de los Prelados 240•
4.- El 11 de agosto de 1812, tras el amplio paréntesis concedido
por la Constitución, el Sr. Alonso y López volvía a aplicar la má-
quina de la secularización a la economía eclesiástica. El calor ca-
nicular le enfervorizaba en sus afanes de refo:-ma. Justamente en el
agosto anterior las Cortes habían adoptado la convocación de un
Concilio nacional; ahora lo urgía "a la mayor brevedad". Y dentro
de este contexto subrayamos dos de sus interesantes proposídones,
que pasaron a estudio por las Comisiones respectivas, según acuer-
do del Congreso. Nos referimos a la quinta y sexta: "Pido se pon-
ga ahora en práctica el espíritu y la letra de la ley IX, título XX,
del libro I de la Novísima Recopilación, en que se expresa que
cuando los DIEZMos y prirr>..icias alcancen a la dotación de la decente
cóngrua de los eclesiásticos no deben éstos exigir derechos de es-
tola, ni los feligreses pagarlos. Para calificar los curatos que deben
quedar exentos de esta supresión de derechos por faita de cóngrua
suficiente en la reunión de los diezmos y primicias, proponga se
convoque con toda brevedad Concilios provinciales que examinen
este punto ... , a fin de que pueda el Concilio general, qüando se
forme, arreglar con acierto y circunspección qüanto pertenezca a
la disciplina eclesiástica. Sexta: Siendo muy visible la relajación

240. DIARIO, V, 309-322; DECRETOS de las Cortes, I, 155.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDA.D BORBONICA 305·

de la disciplina eclesiástica con grave perjuicio del decoro de nues-


tra sagrada religión y de las buenas costumbres de los ciudadanos;
y siendo también muy patente el menoscabo que sufre la circulación
unificadora de la riqueza nacional por las enormes riquezas que se
difunden en el estado eclesiástico, cuyos beneficios anuales, en los
años próximos anteriores a esta época, excedían en mucho a la to-
talidad de las rentas del erario público, pues alcanzaban el impor-
te de unos quinientos veinte y tres millones de reales, de los qüales
había doscientos treinta y un millones que procedían de los solos
diezmos, propongo que se convoque a la mayor brevedad posible-
un Concilio general nacional, después de celebrados los provincia-
les, para que reprima la relajación de la disciplina, distribuya los.
distritos eclesiásticos con proporción a la comodidad de los pue-
blos, designe el número de conventos, colegiatas, capillas y santua-
rios que deban reformarse y que excedan a la necesidad del pasto
espiritual, como lo están indicando desde hace tiempo el espíritu
de lo que se declara en el libro I de la Novísima Recopilación, en
las leyes I, II y VI del título XVII, y en la primera del titulo XXVI;
y finalmente que arregle la decente cóngrua de los ministros del
altar en todas sus clases y jerarquías" 2~ • 1

Tal vez la canícula gaditana exageraba la forma de tan gravisi-


mas acusaciones, pero descubría un problema de injusticia social,.
que subyacía en la infraestructura económica de la Iglesia española.
Un año más tarde, en idéntica estación, el 26 de agosto, el ca-
nónigo D. Antonio Oliveros leyó una espeluznante exposición a las
Cortes, que ordenaron se estudiara por las Comisiones Eclesiástica.
y de Hacienda - según pedía su autor- con el encargo de que "a
la mayor brevedad posible" informasen 2~. Sin embargo, no fueron.
admitidas a discusión, dos días después, las propuestas del Sr. Cale-
llo 243, si bien el 3 de septiembre se mandaba "pasar a la Comisión
Eclesiástica una representación de más de cien ·labradores de Gali-
cia, en la qüal exponían la grave extorsión que se causaba a todos
los de su clase por la exacción de los derechos de estola, y suplica-
ban que dotándose suficientemente a los curas, se les redimiese·
de tan pesada co!ltribución" 244 •
Descubrían arabas exposiciones una flagrante injusticia social
en el clero. La Iglesia española poseía fabulosos ingresos -recorde-
mos el testimonio del Sr. Argüelles 245, con la nota 237 de este ca-
pítulo, que aportamos referente a los datos informativos de la.
Condesa d'Aulnoy, a finales del siglo xvn-, pero el bajo clero vivía.
241. DIARIO, XIV, 347-348.
242. DIARIO, XXII, 224-229.
243. DIARio, XXII, 251- 254.
244. DIARIO, XXII, 375.
245. DL~RIO, IV, 325-327.
·306 ALFREDO MARTrNEz ALBIACH

pobremente: en el Congreso gaditano había noventa clérigos que


daban fe de ello, confirmado también por el resto de los diputados,
llegados de todos los rincones de la nación 246•
¿Causas? En primer lugar, los diezmos y la "Casa excusada".
Los diezmos, cuyo principal objeto reside en "la manutención
de los ministros del altar y los gastos necesarios para el culto divi-
no", veían frustrada su finalidad con " las concesiones de la Silla
Apostólica, impetradas por los mismos Reyes" y con "las preten-
siones encontradas de los diversos partícipes de las diezmos". Así,
pues, las "sumas cuantiosas se emplean en objetos muy extraños
de los santos fines que se concedieron, mientras los curas párrocos
'"gimen en la pobreza", y "poblaciones enteras" ~espués de reco-
ger "muchos miles" de los diezmos-- "se hallaban en la necesidad
de expender nuevas limosnas y contribuir con derechos odiosos",
para que "la casa del Señor esté con alguna decencia y no mendi-
guen el sustento aquellos sacerdotes mismos en cuyo nombre y
con el pretexto de alimentarlos se les exige el diezmo de los frutos
de sus propiedades y sudores".
Además, "no tengo noticia -proclamaba el canónigo Oliveros--
de que hay algún Obispo que no esté dotado con la munificencia de-
bida a su alta dignidad y correspondiente a la religiosidad de la
nación española". Añadía la conveniencia de una redistribución de
diócesis y parroquias, " qüando los sucesos favorables de la guerra
·restituyan la libertad al Sumo Pontífice" 247•
La renta del Excusado consistía en un subsidio eclesiástico so-
'bre el diezmo, que adquirió perpetuamente la Casa de Austria:
.S. Pío V quiso atender a los gastos que en España ocasionaba la
guerra contra turcos y holandeses en tiempos de Felipe ll, conce-
diéndole un diezmo de una de las casas contribuyentes en cada pa-
rroquia después de las dos mayores; hubo dificultad en la recauda-
ción, y por ello el breve pontificio no se llevó a efecto y también por
ser muy corto el auxilio; el 21 de mayo de 1571 se reitera la gracia
·por cinco años pero sobre la casa que más diezmase en cada parro-
quia; la prorrogación se fue perpetuarrdo hasta que en i757 otro
Breve la vinculó a la Corona mientras no se estableciera la única
·contribución. Esta renta produjo valores considerables: en 1804,
cerca de treinta y dos millones de reales, y en 1819, veinte. El nom-
'bre de "excusado" se tomaba del vecino que pagaba mayor canti-
dad de die.z mos en la parroquia, el cual quedaba exento de llevar
los suyos al acervo común, entregándolos a la Real Hacienda y no
·a la I glesia. Esta renta, pues, agravaba el problema. Además, "los

246. PI Y MARGALL, H istoria, I. 269-271.


247. DIARIO, XXII, 224-225.
R.ELlClOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 307

largos y custosos litigios que deben sostener los curas para conse-
guir la asignación competente con los diversos partícipes de los
diezmos".
Frente a tales dificultades, el canónigo Oliveros recomendaba:
4
'La cantidad necesaria para la conveniente dotación y la convenien-
te para el culto divino deben ser las primeras porciones que se de-
duzcan de la masa decimal de la parroquia, y después entren en-
horabuena a participar de ella la casa escusada, el noveno real, el
cabildo y demás personas que tengan y aleguen títulos justos". Y
solventa las dificultades: "En las numerosas poblaciones que no
viven de la industria agrícola no hay, es verdad, esta masa decimal
de la que puedan ser dotados sus curas; pero también es cierto que
en todas existe gran número de propietarios que contribuyen en
-otra parte con los diezmos, y será muy rara la ciudad o villa que
no cuente entre sus vecinos el suficiente de hacendados que con
los productos del diezmo de sus fincas no forme la suma bastante
para la dotación de los curas del lugar de su residencia".
Propuestas concretas: ante todo, reglamentación de la cóngrua
suficiente para mantener al clero y al culto. El trámite, el siguiente:
<>bispos y demás Prelados eclesiásticos, dictamen del Consejo de
Estado y Regencia por medio de la Secretaria de Gracia y Justi-
cia para su aprobación; sin excluir las jurisdicciones exentas, pasan-
do después "los expedientes respectivos al territorio de su jurisdic-
ción y remitirlos a la Regencia para que igualmente los resuelva,
oyendo antes al Consejo de Estado, y pasando después los avisos
correspondientes al tribunal especial de las Ordenes y a la asam-
blea de San Juan en su caso para que lo tengan entendido".
Las asignaciones se deducirán "de la masa total de los diezmos
de la respectiva parroquia, ya erigida o que de nuevo se erija, com-
_prehendiéndose en ella el noveno real y la casa escusada, siempre
que no sea suficiente el resto de los diezmos para llenar las asigna-
ciones expresadas"; y r.uando no exist3 "el cúmulo de diezmos ne-
-cesario", se sufragará de "!a tercera parte de las rentas de la respec-
tiva mitra en que el Rey, autorizado por la Silla Apostólic::t, pueda
pensionarla o de la supresión de alguna de las dignidades o bene-
ficios ecclesiásticos que no juzgen necesarios los Obispos u demás
_prelados ordinarios"; del mismo fondo se cubrirá la dotación de
los Seminarios conciliares. También proponía el Sr. Oliveros que
los Prelados expusiesen a la Regencia "si convendrá suprimir en
un todo los derechos de estola, o arreglar los aranceles con tal uni-
iormidad y equidad que no den lugar a los inconvenientes que se
308 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

han notado, particularmente en las parroquias de la capital y demás


ciudades principales del reyno" 2.;s.
No obstante tan a!armente exposición, la del Sr. Calello debió
parecer explosiva; en cambio, sentó un precedente del que se echa-
ría mano cinco lustros más tarde. Ofrecía la misma etiología, si
bien con mayor virulencia: "la pequeña parte de las rentas ecle-
siásticas que disfrutan los más; la desigual distribución de és-
tas, y otras causas que omito, infiuyen demasiado en la pobreza y
miseria de los más de los curas; y la misma necesidad les hace
envolverse en negociaciones profanas, indecentes a la pureza de su
estado, indecorosas a la religión, y perjudiciales a la nación". Re-
calca los calificativos: escandalosa distribución del diezmo, soez
indecencia de algunos clérigos, iglesias indecentisimas en la mayor
parte de la peninsula, sacrificios sin edificación; "un Dios sacra-
mentado en perpetua tiniebla y obscuridad, reservado en el sagra-
rio sin luminaria perenne y sin luces fuera de él qüando la ne-
cesidad religiosa lo exige". etc.
Las aristas hieren en exceso; también sus diez propuestas, en
las que sobresale -en su intento de solucionar la injusticia social,
tironeada por "la miseria de los más de los curas y escandalosa
opulencia de otros"- la regulación mensual de los sueldos con tri-
ple graduación -según las poblaciones- de 8, 12 y 18 mil reales
para los párrocos; y de 3, 5 y 7 mil para sus respectivos coadjutores;
junto con la preexigencia de la oposición en el ascenso a los dos
grados más elevados 2~9. No olvidemos que tal oposición fue una.
auténtica obsesión para los Srs. Ostolaza y Caneja 250 con la cerra-
da negativa de los liberales 231 •
Muy dignas de consideración especial son la séptima propues-
ta del Sr. Calello -limitando la ordenación para quien poseyera
una cóngrua mínima de cuatro mil reales efectivos-, y la novena
-preceptuando la intervención de los seglares en la administración
de la fábrica de las iglesias-. Sin embargo, nos parece completa-
mente comprensible que un Congreso con un treinta por ciento de
representación clerical rechazara tan explosiva proposición. Hubiera
supuesto la plena secularización de la infraestructura económica
de la Iglesia española; especialmente en el clero alto, a que hacia
referencia el Sr. Muñoz Torrero, el 28 de septiembre de 1811, sobre
la cual se asentaba su independencia moral y su prestigio social m.
249. DIARIO, XXII, 251-254.
248. DIARIO, XXII, 225-229.
250. DIARIO, IX, 76.
251. DIARIO, XII, 24. 28. 67.
252. DIARIO, IX, 23: "El clero de España no recibe su subsistencia del Go-
oierno. sino de los mismos pueblos que le pagan sus diezmos y demás rentas.
Y así es como debe ser para que el clero sea verdaderamente nacional, y que-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 309

b)) Secularización del prestigio social

l . - El inmenso prestigio social de que gozaba el clérigo fue


-indirectamente- puesto de manifiesto el 21 de diciembre de 1810,
con ocasión del Reglamento provisional del Poder ejecutivo, en
el ya mencionado artículo séptimo: "El Consejo de Regencia pro-
veerá todos los empleos civiles, y presentará los beneficios, DIGNI-
DADES y prebendas de patronato real, a excepción de aquéllas cuya
provisión se hubiese suspendido, o se prohibiere por decreto de las
Cortes" 253_ Tal, la primera parte del artículo. Pero el proyecto se
describía en estos términos: "El Consejo de Regencia nombrará
todos los empleos civiles y eclesiásticos, a excepción de aquéllos
cuya provisión se hubiese suspendido, o se prohibiese por decreto
de las Cortes".
El Sr. Espiga censuró el texto de ultra-regalista -"el rey no tie-
ne más que el derecho de presentación, previa la consulta de la Cá-
mara, y no en todas las piezas eclesiásticas, sí sólo en las que llaman
y son de patronato real,.-. D. Agustín Argüelles defendió la bue-
na fe de la Comisión, "pero si la delicadeza del Congreso exige que
se baga esta distinción, no tengo -advirtió- el menor inconvenien-
te". Ante la insistencia del Sr. Villafañe, D. Diego Muñoz Torrero
sinceró la intención de la Comisión: "el objeto ba sido que las Cor-
tes no diesen empleo alguno". Se perfeccionó el texto.
Sin embargo, el Sr. Traver abrió un nueve camino a la discusión:
..He notado también en este reglamento que el nombramiento que
haga el Consejo de Regencia de los Generales en Jefe ... etc., debe
hacerlo saber a las Cortes en sesión secreta antes de su publicación.
¿Por qué no ha de ser lo mismo en los nombramientos de Obispos,
Arzobispos y otras dignidades eclesiásticas de alta jerarquía, sien-
do éstas de tanta importancia e INFLuxo para con la Nación, y acaso
mayor que las ot:-a.s? El nombramiento, pues, o presentación de aque-
llas dignidades debe noticiarse a V. M. antes de su publicación, y
así pido que se añada a este artículo".
La nueva brecha, apoyada. por D. Vicente Morales, no es siquiera
vislumbrada por el Sr. Villanueva, pese a una nueva intervención
del Sr. Traver -"el soberano debe velar sobre sus Obispos, Arz-
obispos, Abades, etc. por el grande in/luxo que estos señores tienen

la juerUL moral de este cuerpo respetable no esté en manos del Gobierno, por-
que de lo contrario en vano trataríamos por medio de la Constitución de po-
ner trabas al mismo Gobierno, si tiene a su disposición todo el poder moral
del clero, como sucede ahora en Francia., en donde por estar asalariado por
aquel Gobierno, y depender enteramente de él, dispone Napoleón del clero
a su arbitrio".
253. DECRETOS d e las Cortes, I, 50. _
-.... ::·_,...~
·3 10 ALFREDO MARTfNEZ ALBIACH

en la nación"-. El Sr. Mejía arrojó potente luz: "La qüestión de


ahora es sobre el nombi-amiento de estos empleos, y si deben ha-
cerse o no con previa noticia de V. M. Me parece que las razones
de los Sres. Morales y Traver son absolutamente concluyentes. El
influxo de qüalquiera eclesiástico, no digo ahora de un Obispo o
Arzobispo, sino de un simple eclesiástico de mediana conducta,
tiene más fuerza que 20 regimientos, particularmente en las Amé-
ricas; pues anunciándose con el aparato de la virtud, dominan en
todos los corazones, especialmente en aquellos paises por la reli-
giosidad de sus habitantes".
Sorprendentemente, la misma intencionalidad reune diputados
de diversas tendencias: los Srs. Creus y Valiente 254 con D. Antonio
Oliveros, quien afirma: "Apoyo todo lo que han dicho los señores
preopinantes, pues me parece muy conforme al derecho canónico
que el pueblo intervenga en los nombramientos de los pastores de
la Iglesia".
La respuesta adecuada tuvo que venir de D. A.,oustin Argüelles
-preocupado en la separación de los tres poderes: "no parece con-
siguiente el que V. M. confiera empleo alguno"-, quien, tras el
apoyo manifestado por el Sr. Leyva, satirizó la idea del Sr. Valiente
con estas palabras: "Yo no me he olvidado de la simonia, y lo que
preveo es que por este sistema cada diputado vendrá a ser un ca-
marista". La ironía molestó a los propugnadores del intervencionis-
mo de las Cortes -quizá para avivar la esperanza de una prebenda
mediante el control de los nombramientos eclesiásticos-, y D. Vi-
cente Morales, no bastándole la tajante precisión del Sr. Villagó-
mez, se empecina en que los diputados examinen, al menos, las
aptitudes políticas de los presentados. ¿Qué clase de polltica habría
que exigir? El Con~eso babia evidenciado ya su división; unificar
los criterios para una elección resultaba imposible: así lo procla-
mó el Sr. Pelegrin, confirmándolo el Sr. Gordillo.
Y habló la esfinge -sólo había hablado en sesión secreta :zss_
D. Bias Ostolaza, personaje misterioso e indescürable ~. llegado seis
meses antes con la aureola de Confesor regio en Valen~y; encor-
vando su palabra -abrumado quizá por la responsabilidad que sen-
254. DIARto, II, 78: "El Sr. Creus: Me parece que si aquellJI. noticia se pide
únicamente para saberla, importa poco que se anuncie antes o después del nom-
branúento hecho por el COnsejo de Regencia; pero si el objeto de aquella
noticia es para ver si el sugeto es digno, y a propósito para el destino, en-
tonces me parece que de antemano de:>e presentarse la consulta de la Cámara
para su resolución. El Sr. Valiente: Tengo por muy justa la proposición del
Sr. Traver; porque ¿quién ha de dudar de la gran infl~ que tiene la. dig-
nidad de un Arzobispo y de un Obispo en toda la nación... ?"
255. DIARIO, I , 88.
256. M. PELAYO, Heterodoxos, III, 454.
R.El.JGIOSIDAD BlSPANA Y SOCIEDAD BOR.BONlCA 311

tía como portavoz de Fernando VII- , descifra el enigma cuyo pri-


m er concepto provoca las risas de la concurrencia -el Diario de
Sesiones discretamente subraya "hubo murmullo"-: "Tengo que
deshacer una equivocación: qüando se ha dicho aqui que venga a
V. M. el nombramiento antes de la publicación de la gracia de Arz-
obispo u Obispo, no es porque venga a la aprobación del pueblo,
pues no es lo mismo la nación que pueblo - hubo murmullo-. P or
lo demás, en mi concepto deben anunciarse a V. M. antes de la
publicación r especto a ser de la mayor importancia que se averi-
güen todas las calidades de los agraciados".
El Sr. Gómez Fernández porfió en otro frente, flanqueado por
el Sr. Dueñas, intermediario para salvar la propuesta, variando la
fórmula "aprobación" por "notificación"; el papel de mediador gus-
tó al Sr. Capmany, iluminándole su erudición en la búsqueda d e
una paridad para el pretendido control de las Cortes: el derecho de
exclusiva ejercido por España, Viena y Francia en el nombramiento
del Romano Pontífice. El Sr. Cañedo vuelve a presionar en favor de
la propuesta, reducida a una vulgar rivalidad de soberania entre
la Regencia y las Cortes, sólo que esta vez provenia de los propug-
nadores d el absolutismo regio. Triunfaron. Una victoria por can-
sancio de los miembros de la Comisión: "Pareciendo al Congreso
que estaba ya suficientemente discutida la materia, hubo alguna
variedad en los términos precisos en que debla quedar el articulo.
Al fin, se tixó y aprobó del modo siguiente: El Consejo de Regen-
cia pondrá en noticia dE> las Cortes, antes de su publicación la
presentación que hiciere en ambos h emisferios de los Arzobispos,
Obispos y Prelados mitrados con jurisdicción episcopal o qüasi
episcopal". Se reincid e en el ultra-regalismo que el Sr. Espiga trató
de salvar al principio del debate; justamente con "la propuesta
que con política hizo el Sr. Traver y que apoyó con sabiduría el
Sr. Valiente" -en opinión del Sr. Dueña:; m__
Cuando, el 15 de octubre de 1811, se apruebe la sexta facultad del
rey, según el artículo 171 de la Constitución - "Presentar para todos
los Obispados y para todas las dignidades y beneficios eclesiásticos
de r eal patronato, a propuesta dei Consejo de Estado"-, advertirá
el Sr. Muñoz Torrero : ''Aqui no se habla m ás que de las propues-
tas que hacia la Cámara. En lo demás no se hace novedad. En todo
caso podía añadirse: con arreglo a las leyes". 'I'ambién, el Sr. Es-
piga : "En España los curatos se dan por concurso. El Sr. Obispo
remite la terna, el rey provee, con la diferencia que en América
en las prebendas de menor qüantla el virrey provee en virtud de:

257. DIARIO, ll, 74-82.


312 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

las facultades que delega el rey'' 258• Proseguía la trayectoria regalis-


ta, consagrada por el Concordato de 1753, y revitalizada para jus-
tificar el intervencionismo de las Cortes en el nombramiento del
clero alto por su prestigio social en la nación -"por el grande in-
fluxo que estos señores tienen en la nación"- . Ingenuamente los
"serviles" facilitaron a los "liberales" el camino de la seculariza-
ción del prestigio social del clero: el intervencionismo parlamenta-
rio supeditaría la independencia y prestigio social del Episcopado al
Gobierno: en el trienio constitucional de los años veinte se atre-
verán ya a clasificar a los Obispos como funcionarios estatales. En
efecto, el 6 de abril de 1821 las Cortes expresaron en una Orden
comunicada al Ministro de la Gobernación de Ultramar lo siguiente:
" a más de la jurisdicción inherente al Obispado disfrutan los Pre-
lados eclesiásticos la correspondiente al fuero de que trata el artícu-
lo 249 de la Constitución; como también que la presentación para
las prelacías es atribución de S. M., previa consulta del Consejo de
Estado (art. 171) ; y que aunque según nuestra actual disciplina, debe
recaer la confirmación de S. S., no por eso dejan de reputarse como
de provisión del Gobierno, al cual toca exigir del agraciado, a la
toma de posesión, el juramento que prescribe el articulo 374: no
pudiendo, pues, dudarse por las expresadas razones que EL EPISco-
PADo ES UN CARGO PÚBLICO, PARA EL CUAL NOMBRA EL GoBIERNO ..• " 259.
Con el CLERO BAJO la secularización de su prestigio seria más fá-
cil, pese a haberse luchado con tanto coraje para conservarlo, el 23
de septiembre de 1811, con motivo del artículo 46 de la Constitución
--que luego veremos al estudiar la religiosidad en la mi.sma Cons-
titución 260_; entonces, el Sr. Moragues protestó airadamente, cuan-
do se pretendió parar la máquina de la secularización, p!"opugnan-
do la voz parlamentaria, activa y pasiva, de los regulares.
2. - La secularización del prestigio social de los REGULARES cons-
tituye una obsesión en los diputados gaditanos desde los albores
de aquel insigne Congreso. El 12 y 26 de octubre de 1810, las Cor-
tes rechazan la solicitud del P. Traggia 261; el 12 de novi~mbre del
misr.1o año, el Sr. García Rerreros, con ocasión de elegir a Fray
J aime Villanueva como redactor del periódico de las Cortes, pre-
tende -sin éxito- que "los Regulares estén excluidos de todo
cargo e:n ellas" 262; el 9 de febrero de 1811 se recusa "casi unánime-
mente" la restauración de los jesuitas en América "para el cultivo

258. DIARIO, IX, 283.


259. DECRETOS de las Cortes, VII, 30.
260. DIARIO, VTII, 410-453.
261. DIARIO, I , 39. 58.
262. D IARIO, I, 85.
RELJGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 313

de las ciencias y progreso de las misiones" 263 ; y, por fin, el 23 de


septiembre de 1811 se desechan las insistentes peticiones de voz
activa y pasiva que formularon los Srs. Creus, Güereña, Uría y La-
rrazábal -y Villanueva, tres dias más tarde 216C_ _
Ya el 15 de enero de 1811 se había producido el primer roce de
jurisdicción con los regulares. Fray Francisco Jerónimo Suárez,
provincial de San Francisco en Extremadura, " reclamaba un corista
incluido en la quinta por el General Mendizábal contra lo estable-
cido por el reglamento", y exhibía la respuesta del General recor-
dándole "los servicios hechos a la patria con las armas por el Car-
denal Cisneros, y la obligación en que estaba el mismo Provincial
de imitarle para conservar la seráfica Orden". Las Cortes traslada-
ron la representación a la Regencia para que dispusiese "lo conve-
niente", después de un mordaz juego de palabras de D. Agustín
Argüelles en contestación al Sr. López: "Yo soy de la opinión del
señor preopinante, en que V. M. ha de tratar seriamente de conser-
var la religión católica; pero en la providencia del General Mendi-
zábal, yo no veo más que un equivocado zelo por el bien de lapa-
tria. En todo caso será una infracción de la ley, que existe hasta el
día de hoy en favor de los regulares y de otros eclesiásticos; pero,
Señor, de la misma doctrina del preopinante, se infiere, que aun
en esto debe haber orden, porque sin orden, ni religión habría; ni
nunca la habrá, no habiendo patria. El orden exige, pues, lo que
ha dicho el Sr. Utgés, que el agraviado acuda a la autoridad a quien
V. M. ha encargado el castigo de esta infracción. Y aun en la hipóte-
sis de que esto sea un sacrilegio, debe pasar a la Regencia, puesto
que la misma Iglesia nos enseña que siempre hemos de obedecer a
las autoridades constituidas. Ellas tienen leyes para delitos como
éste. Y yo prescindo que sea sacrilegio como lo ha insinuado el
señor preopinante, siendo este caso sólo una infracción de ley; pres-
cindo, repito, de si es o no sacrilegio; debe el Consejo de Regenc.i a
tomar conocimiento y providencia de él. Los delitos de esta clase
se castigan por ese orden y de esa manera. Jamás deben venir acá.
Nunca se acudía al rey, ni aun en delitos de sacrilegio" 26S_ Siete dias
más tarde, el Sr. Argüelles profundizaba en la barida, aprovechando
la euforia patriótica de los Srs. Esteban -"ningún fuero"-, Villa-
nueva - "he visto que muchos artilleros han enseñado a varios re-
ligiosos en términos que muchos saben perfectamente el exercicio
del cañón; pudiera adoptarse este plan en todas partes'' - y Llamas
-"la Junta Central dio un decreto: todo el mundo era ya solda-

263. DIARIO, Ill, 305.


264. DIARIO, Vlll, 414. 449.
265. DLUUO, ll, 402-403.
llELIC IOSI D\ D III S P.\ ;< ' ··· - :2~
314 ALFREDO KARTINEZ &LBIACR

do"- : " V. M., decía D. Agustín ArgüeUes, ha declarado que no de-


xará las armas de las manos hasta recobrar su rey y su indepen-
dencia: cese, pues, todo privilegio, toda exención y toda la nación
sea guerrera; no haya más impedimento para ser solodado que la
imposibilidad física ... Qüando se dice que todo español sea solda-
do desde diez y seis años hasta qüarenta y cinco, no se entiende que
todos los hombres, desde aquella edad, deben ir en coluna al exér-
cito, sino que se vayan instruyendo para qüando sea menester; y
especialmente quiero que sepan todos que desde los diez y seis has-
ta los qüarenta y cinco son soldados". "Votóse la proposición del
Sr. Argüelles, y habiendo quedado aprobada, se remitió a la Co-
misión de Guerra a fin de que formase un reglamento para realizar-
la" 266• So capa de patriotismo el fuero eclesiástico -en especial, el
de los religiosos: el Sr. Esteban proclamaba que "el fuero que
debe haber es sólo para un párroco, un beneficiado o algún otro
sujeto, lo qüal exige se haga un reglamento particular"-, babia
sido suprimido.
En cambio, "no se atrevieron las Cortes de Cádiz -informa Me-
néndez Pelayo 267- a intentár de frente la llamada reforma o más
bien extinción de regulares, pero aprovechándose de los efectos de
la llevada a cabo por el rey J:osé, empezaron por decretar en 17 de
junio de 1812, que fueran secuestrados en beneficio del Estado todos
los bienes pertenecientes a establecimientos públicos, cuerpos se-
culares, eclesiásticos o religiosos de ambos sexos, disueltos, extin-
guidos o reformados por resultas de la invasión enemiga o de
providencias del gobierno intruso, entendiéndose lo dicho con cali-
dad de reintegrarlos en la posesión de sus fincas y capitales, si lle-
garan a restablecerse, señalándose además sobre el producto de sus
rentas los alimentos precisos a los regulares, que se hubiesen am-
parado en las provincias hores y que no tuviesen otro modo de
subsistencia. Así, insensiblemente, y como por consunción, se iba
caminando a la total ruina del monacato. En el mes de agosto si-
guiente mandó la Regencia a los Intendentes asegurar y cerrar
todos los conventos, ya disueltos, extinguidos o reformados por el
gobierno intruso, haciendo el inventario de sus bienes, que deVÍ2D
quedar a disposición del gobierno. La Regencia, no obstante, cuyo
espíritu era en general muy opuesto al de las Cortes, fue permitiendo
paulatinamente a algunos regulares de Sevilla, Extremadura y otras
partes, que volviesen a ocupar sus casas" . En efecto, de las 2.051
casas religiosas de varones y de las 1.075 de mujeres -albergando
a un total de 92.727 de ambos sexos- "sólo subsistían o en los

266. DlARJo, m , 52-59.


267. M . PELAYO, HeteTodo:r:os, ill, 476-477.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 31S

pocos puntos que quedaron libres, o en los que habían ocupado


pasageramente los franceses" MI.
El 18 de septiembre de 1812, fue rechazado por 63 votos contra
53 el dictamen de la Comisión de Hacienda, después de la interven-
ción de los Srs. Martínez (D. José), Villanueva, Toreno, Obispo de
Calahorra, Argüelles, Calatrava, Dou, Caneja, López (D. Simón),
Creus, Villa!añe, Polo y Gutiérrez de la Huerta :!tr9. A continuación
D. J oaquín Lorenzo Villanueva, "si bien parecla desear la reforma
de los regulares, introdujo en la discusión cuatro proposiciones
que favorecían su restablecimiento y conservación" 270, pero las re-
tiró el 30 de septiembre, manüestando ver "con satisfacción que el
espíritu de ellas estaba embebido" en el escrito de D. Antonio cano
Manuel, Ministr o d e Gracia y J usticia 271 • ''En él se propone: 1.0 Que
para el restablecimiento de cualquiera casa religiosa preceda permi-
so de la Regencia. 2.0 Que se presenten los regulares al alcalde poli-
tico o jefe constitucional, que han de vigilar sobre la inversión de
sus rentas. 3.0 Que no haya en un mismo pueblo muchos conventos
de la misma Orden. 4.0 Que ninguno tenga menos de doce religio-
sos. 5.0 Que no se reedifiquen los conventos destruidos del todo.
6.0 Que no se proceda en nada sin consulta de los Ayuntamientos
constitucionales. 7.0 Que los bienes sobrantes se destinen a las
necesidades de la patria. 8.0 Que se nombren visitadores en el tér-
mino de un año. 9.0 Que los novicios no profesen antes de los ve.i n-
ticuatro años, ni se exijan dotes a las religiosas. 10.0 Que se pro-
hiba toda enagenación de bienes ralees a favor de las casas religio-
sas, sin que los mismos novic.i.os puedan disponer de sus bienes a
favor del conven to" m. El escrito pasó a estudio por una Comisión
especial de tres reunidas: la de Hacienda -según el deseo del
Sr. Villafañe-, Eclesiástica -por el Sr. Key- y Secuestros -por
los Srs. Argüelles y Mejia: "d e donde babia tenido origen este ne-
gocio"- 273•
D. Joaquín Lorenzo Villanueva cuenta detalladamente las 32 se-
siones que tuvieron lugar desde el 4 de octubre de 1812 al prime-
ro de enero de 1813 274.
A tan compleja Comisión "se mandaron pasar tres representa-
ciones remitidas por el Secretario de Gracia y Justicia de los con-
ventos de monjas óel Esp~ritu Santo, santa Florentina y Santa Inés

268. LAFuEN'tt, H istorúi, XXV, 410.


269. DIARIO, XV, 203-232.
270. LAF"UENTE, H istoria, XXV. 411; DIARIO, XV, 232-233.
271. DIARIO, XV, 307.
272. M. PELAYO, Heterodoxos, ill, 477.
273. DIARIO, XV, 307.
274. VILLANUEVA, Mi viaje a las Cortes, rr. 342-4{)7.
316 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

de la ciudad de Ecija, con las qüales solicitan se les sujete a la ju-


risdicción del Ordinario eclesiástico" 275• ¿Adulación? Enreda de tal
modo el problema, que provoca la perplejidad en una visión im-
parcial.
El 29 de enero de 1813, el Sr. Traver "anunció que las Comisio-
nes Reunidas habían evacuado su informe sobre el expediente ge-
neral acerca del restablecimiento de conventos y reforma de regu-
lares. Para la lectura de dicho informe señaló el Sr. Presidente el
día primero de febrero" li6•
Pero en la fecha indicada su lectura fue interrumpida "difirien-
do al día siguiente su continuación para procederse a discutir otra
cosa pendiente del día anterior" m. La misma interrupción por idén-
tico motivo sucedió el dos de febrero, y fue aprovechada por el
Sr. Zorraquín para acusar al Ministro de Hacienda, D. Cristóbal de
Góngora: "He tenido noticia de haber el Gobierno, sin contar con
V. M., ni esperar su resolución, dado órdenes para que se resta-
blezcan varios conventos en Sevilla". Le apoyaron los Srs. Llane-
ra y Traver, y se exigió la presencia del Ministro dos días des-
pués" 278 , quien se escudó en la obediencia a una orden de la
Regencia, dada en presencia del Ministro de Gracia y Justicia,
"alegando que los religiosos andaban hambrientos y a bandadas por
los pueblos, implorando la caridad pública, y era forzoso en algún
modo recogerlos y mantenerlos" m; "intentó dar esplicaciones, que
lejos de satisfacer, ni en el fondo ni en la forma, produjeron gran-
de irritación en los ánimos, y dieron lugar a una discusión empeña-
da y viva, en que hicieron fuertes cargos al Ministro y a la Regencia
misma; tanto más, cuanto que aquellas medidas, sobre haber sido
tomadas po.- un Ministro incompetente, no eran conformes al die-
también de las tres comisiones reunidas, presentado ya en enero" 280•
Lo hecho tenia ya difícil remedio; entonces moderó la discusión
D. Ramón Gíraldo, ofre::iendo una propuesta que fue aceptada:
"Pasen a las Comisiones que han entendido en el r~stablecimiento
de conventos las copias de l&.s órdenes comunicadas por el Secre-
tario de Hacienda, para que en su vista, y de lo que se ha dicho
en la discusión, informen lo que les parezca" 231 •

275. DIARIO, XVI, 414.


276. DIARIO, XVII, 78.
277. DIARIO, XVII, 93.
278. DIARIO, XVII. 100.
279. M . P ELAYO, Heterodoxos, lll. 478.
280. LAFUE.'ITE, H istoria, XXV. 411-412.
281. DIARIO, XVII. 110-146.
RELIGIOSIDAD EaSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 317

"Desde entonces creció la hostilidad antes encuoierta, entre Cor-


tes y Regencia, que terminó en marzo de 1813 con la destitución
de los regentes" 282•
Las Comisiones Reunidas presentaron el 8 de febrero el siguien-
te dictamen: "Las Comisiones ban examinado las órdenes que en 25
de diciembre, y en 4, 14, 26 y 29 de enero ha expedido la Regencia,
a fin de que se restablezcan los conventos de capuchinos y de San
Antonio de Sevilla, de observantes franciscanos, de mercenarios
descalzos y de carmelitas descalzos de Andalucía; los dominicos de
Andalucía, Extremadura, Mancha y parte de Murcia; de carmelitas
descalzos de la provincia titular de San Juan de la Cruz, y de me-
nores descalzos de la de San Diego, mandando que a los religiosos
de estas Ordenes y provincias se les entreguen sus conventos e
iglesias, y los bienes de su uso; y que a los individuos de comuni-
dades que poseyeren bienes raíces, se les asista de sus productos
con los alimentos, conforme a lo determinado en la orden de 22 de
octubre último, que se expidió en conseqüencia de lo prevenido en
el artículo 7 del decreto de 17 de junio del año próximo pasado ...
Juzgan las Comisiones: que sin perjuicio de las medidas generales
que se sirva adoptar V. M. en vista de su informe, pudiera resol-
ver desde luego: Que la reunión de las comunidades, acordada por
la Regencia, se lleve a efecto en conventos que no estuvisen arrui-
nados, no permitiéndose por ahora que se pida limosna para reedi-
ficar estos edificios o sus iglesias. Que no se restablezcan si sub-
sistan restablecidos que no tengan doce individuos profesos; a
excepción de que fuese único en un pueblo, en el qüal deberá com-
pletar este número el prelado superior con religiosos de la misma
Orden. Que en los pueblos donde hubiese muchos conventos de un
instituto, se restablezca uno solo donde deban reunirse todos los
de aquel pueblo. Los individuos pertenecientes a las casas supri-
midas, serán agregados a las de su Orden que se hayan restablecido
o restablezcan. La Regencia se abstendrá de expedir nuevas órdenes
sobre restablecimientos de conventos; y los prelados de dar hábitos,
hasta la resolución del expediente generaL Si al recibo de este de-
creto se hubiese ya verificado el restablecimiento de alguna casa
religiosa en virtud de las providencias del Gobierno, y le faltase
alguna de las circunstancias en él prescritas, quedará sin efectc,
debiendo arreglarse inmediatamente al tenor de estos artículos. Con
esto se consigue desde luego que los religiosos se recojan como de-
sean vivir en comunidad conforme a su profesión, y se evite su
mendiguez".

282. M. PE!.AYO, Heterodoxos, ill, 478.


:ns ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

El 12 de febrero se aprueba la primera de estas propuestas; el


13, de la 2.a a la s.a; y el 15, el resto del dictamen 283. Y el 22, se
:publicaba el decreto 284 •
Ahora bien, el 26 de febrero fue trasladada a la mencionada Co-
misión la exposición de los religiosos de San Francisco, observantes
de la ciudad de Jaén, que "suplicaban se suspendiese para con ellos
la reunión de súbditos, solicitada con la mayor insistencia por los
prelados superiores"; de ella "se seguían gravisimos inconvenien-
tes, permitiéndoles continuar baxo la obediencia y subordinación
de su diocesano, que los tenía ocupados en destinos que siendo pro-
pios de su ministerio les proporcionaba su subsistencia" 285. Repe-
timos la pregunta: ¿adulación? En realidad, nos sume en profun-
da vacilación e incertidumbre. ¿Tenían razón? A partir de mayo de
1814 se les perseguirá y castigará como malos frailes. ¿Se les es-
cuchó? ¿Fueron atendidas sus pretensiones? Creemos que no. De
todos modos, los liberales les halagaron con el decreto CCLXVII, de
14 de junio de 1813: "pueden ser Diputados a Cortes los catedráti-
cos y regulares secularizados, pero no los profesos de las Ordenes
militares" 286• Era el premio de la secularización.
A la ya citada Comisión, se llevó también el 4 de mayo de 1813,
a. solicitud. del Sr. Larrazábal, lo que proponía la Comisión de
Guerra ante el dictamen de la Regencia por la co~ulta del Prior
del convento-hospital de San Juan de Dios de la ciudad de Ubeda:
"se mandE: fixar en cada hospital el número de camas y el de re-
religiosos puramente precisos para la asistencia de los enfermos,
en el qüal deberán incluirse los respectivos prelados y los que pa-
sen de la edad prescrita para el alistamiento en la instrucción de
4 de enero de 1810; y si faltare alguno o algunos se complete por
suerte entre los demás de la propia casa; todos los religiosos so-
brantes después de este arreglo queden comprehendidos en la se-
gunda clase de que habla la citada instrucción para ser empleados
en el servicio militar, sin perjuicio de los que puedan ser destinados
a los hospitales de campaña, siempre que, atendidas las circuns-
tancias, lo juzgasen conveniente los respectivos Generales en
Jefe" m. El 18 de octubre de 1813, se resolvió en forma de orden
comunicada al Ministro de la Guerra, D. Juan Odonojú 288•
Constituia la única consideración que se tenia con los regulares,
en atención a los de vida activa. Se crea, injustamente, una animosi-

283. DIARIO, XVII, 196-200. 213. 228. 236.


284. DECRETOS de las Cortes, III, 195.
285. DIARIO, XVII, 317.
286. DECRETOS de las Cortes, I V, 102.
287. DIARIO, XIX, 25-26.
288. DECRETOS de las Cortes, V, 6.
RELIGlOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 319

dad contra la vida contemplativa y con el ministerio espíritu&. En


cierto que como uno de los signos de aquellos tiempos aparece la
sociologia; ésta penetra en la religión, desarrollando la acción hacia
la caridad social y la enseñanza, que acaparan las simpatías de los
liberales - p ensemos en las únicas excepciones de Mendizábal
cinco lustros más tarde-. Ellas son comprensibles y justificables
como realidades contemporáneas, pero nunca la fobia liberal con-
tra los frailes, por más que se valorice la lucha competitiva en de-
tentar la influencia social y en dirimir la hegemonia de la postura
interesada frente al mundo.
No se cerraron, en cambio, en la intransigencia. Supieron dar
providencias transitorias. El 21 de mayo de 1813, el Congreso acep-
tó el " dictamen de las Comisiones que extendieron el proyecto de
d ecr eto para el restablecimiento y reforma de regulares, las qüales
a conseqüencia d e la proposición del Sr. Ramirez Castillejo -en la
sesión de 19 de febrero último- proponía que los regulares obser-
vantes de la Orden d e San Francisco se les autorizase en la posesión
de s u convento llamado la Casa grande de Córdoba; y que sin de-
volverse a los mismos el convento de extramuros llamado d e la
Arrizafa, se reuniesen los que pertenecían a d icho convento en la
expresada Casa grande qüando ésta quedase desocupada d e t ropas
y quintos, todo .en calidad de por ahora, sin perjuicio de lo que se
resolviese después" 289• O también confiaban al Gobierno su resolu-
ción "con arr eglo al decreto de 18 d e febrero último" 290•
El plan general de reforma de los r egular es no cuajaba. Ante la
oposición de los Srs. Argüelles y Mejía, el Sr. Traver medió con una
propuesta 291 t raducida en el decreto CCLXXXVII de 26 de agos-
to d e 1831 292• Por otro lado, D. Simón López, en la sesión extraor-
dinaria y nocturna del 8 de septiembre, acusaba de robo a la polí-
tica seguida por el Gobierno con los bienes de los conventos
- " robar lo que han dexado los franceses"-. El Sr. Mejia da las si-
guientes explicaciones: "Estos bienes (de los conventos) conforme a
los decretos existentes del Congreso, están en administración, en
manos de los varios dependien tes o subalternos del Gobierno. Lo que
se trata aqui es de que se pasen a manos donde se consigan dos 5nes
a qüal más laudable. El primero demasiado claro lo dice la Comi-
sión, para que se atienda a la decencia del culto y cóngrua susten-
tación de sus ministros, y el segundo, que la parte sobrante de estos
bienes, porque se consid era que respecto d e los individuos que
hay, no han de consumir todas estas r entas, supuesto que no se
289. DIARIO, XIX, 333.
290. DIARIO, XIX, 353-355.
291. DIARIO, XXII, 221-222.
292. DECRETOS de las Cortes, IV, 173- 174.
320 ALFREDO M.ARTINEZ ALBIACH

han de arrrojar a la calle, ni se trata de. que cada uno fuese un


propietario; cosa que no pasó por las mentes de los fundadores,
como se ve en sus testamentos; que este sobrante sea invertido en
la cosa más religiosa, al paso que justa, en obsequio de los ecle-
siasticos así regulares como seculares. El fondo de consolidación
estaba establecido por una Bula Pontificia (10 de septiembre de
1802) ... A quienes se trata de satisfacer por la nación es no sólo
a los eclesiasticos sino a la Iglesia, porque sus bienes se enagenaron
en uso de Bula Pontificia".
El arbitrio presentado por la Comisión especial de Hacienda fue
aprobado con el voto particular -contrario a la entrega de parte
de los bienes conventuales a la Junta nacional del Crédito Públi-
co- de los Srs. Borrull, Obispo de Ibiza, Leaniz, Pozo, Alcayna,
Ceballos, Caballero, Andrés, Montero, Ocharan, Guazo, Llaneras,
González López, Ortiz Bardají, Calderón, Alaja, Villafranca, Liados~
Melgarejo, Sánchez, Romero, Gárate y Ocerín 293.
El asunto ingresaba en la jurisdición de la infraestructura eco-
nómica de la nación, en la competencia de la Comisión especial
de Hacienda; a ella se confiaron, el 10 de septiembre de 1813, el
dictamen sobre la propuesta del Sr. Obispo de Sigüenza y las es-
crituras de la devolución de sus conventos, iglesias y muebles a
varias comunidades religiosas de las provincias de Córdoba, Grana-
da, Jaén, Mancha y Cádiz, remitidas por el Ministro de Gracia y
Justicia; proponia aquel prelado: "Que no obstante las anteriores
disposiciones para alejar las Cortes qüalesquiera concepto menos
conforme a la rectitud de sus sentimientos, manden se les entre-
guen a los religiosos respectivametne todos sus conventos y per-
tenencias; que zelen los Ordinarios su reunión y observancia ínte-
rin se verifica la reforma conveniente; que cada comunidad lleve
una cuenta exacta de sus ingresos de renta y emolumentos, y en el
principio de cada año con intervención del sindico personero de
cada pueblo y de una persona señalada por el Ordinario se tomen
las cuentas, y abonando por cada religioso a razón de seis reales
diarios, y destinando al que pareciere prudente al culto divino,
lo sobrante, sin dispendio algt¡no, se entregue para el fondo del
Crédito PúblicG" 294.
La rivalidad económica agudizaría la ideológica de postura abier-
ta o desinteresada frente al mundo. El liberal, profundamente en-
raizado en el mundo -su pueblo, su familia, su trabajo, su sus-
tento, sus amistades- no podía segregarse de él, ni menos consi-
derarle como pecado. Puesto en el dilema de elegir entre Dios y el

293. DIARIO, XXI, 486-506. 517.


294. DIARIO, XXI, 528.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 321

:nundo -sinónimo de pecado-, acertó en un tercer camino: por


el mundo hacia Dios. Sin embargo, no superó el resentimiento para
quien le apremiaba con el dilema, el fraile. Su odio, comprensi-
ble, nunca será justificable.
Al principio de su hegemonia en el Congreso, ya le había ce-
rrado sus puertas; ni siquiera la voz activa, como ciudadano sos-
pechoso por su posición desinteresada frente al mundo. El ideal
lo centrará en el casado o viudo -"más apegados al país que los
célibes" 295, según luego veremos-, si bien tuvo que transigir con
el clérigo secular y aún con el fraile secularizado" 296.
se añadia un elemento primordial que le predeterminaría deci-
didamente a una guerra sin cuartel: las riquezas del fraile. Ante
todo, destruiría lo que consideraba un Estado dentro del Estado
español, aniquilaría esa potencia competitiva en la dirección de la
opinión pública y su inftujo social en el pueblo español -convir-
tiendo al fraile en un enemigo público y al Obispo en un funciona-
rio-. Además, como miembro de la nación también se enriquece-
ría con los bienes conventuales desamortizados. Ante tales venta-
jas, la decisión era obvia, y se aprestó al combate. Tal vez no le
resultaría fácil -y en verdad fue derrotado en 1814 y en 1823-,
pero valla la pena arriesgarse. Mend.izábal consiguiria la victoria.

295. DIARio, VITI, 453.


29€. DECRETOS de las Cortes, IV, 102.
C) RELIGIOSIDAD CONSTITUCIONAL

Asombroso puede parecer el título; más aún lo serán las con-


secuencias que pensamos sacar. Por ello, procederemos con suma
cautela, escuchando atentamente los debates parlamentarios con su
pesadez habitual. Sin embargo, juzgamos el tema de tal gravedad,
que preferimos valorar la paciencia del lector -sometiéndole a
intrincadas e interminables discusiones- a fin de que intuya él mis-
mo que nuestras consecuencias son lógicas --estaban en la mente de
los oradores, y alguna vez en sus palabras-, no producto de nues-
tra imaginación.
Además; apreciará en su justo valor la religiosidad media de
aquellas Cortes gaditanas, la de los dos partidos en lucha, con mu-
tuas influencias, y los atisbos de una espiritualidad ilustrada.
Primeramente, estudiaremos en la Constitución su religiosidad,
su clericalismo y su intolerancia religiosa.
Después, el Profetismo en las Cortes con sus tipismos y carac-
terísticas, y con un apasionante duelo profético-liberal en torno a
dos mitos religiosos: Santiago y Santa Teresa: su respectiva devo-
ción es utilizada como bandera -mi~ de guerra.
Las dos partes no son, en modo alguno, inconexas. Tienen una
base común, la religiosidad profunda del español y, concretamen-
te, la religiosidad media de aquellas Cortes. Así, pues, se puede ha-
blar de una relación intima del aspecto religioso de la Constitución
·de 1812 con la mentalidad profética.
RELIGIOSIDAD msPANA Y SOCIED&D BORBONICA 323

a) Constitución de 1812

1, l . - Una rápida lectura de la Constitución de 1812 desorienta


por sus aparentes contradicciones ideológicas. Para su inteligencia,
hemos de enmarcarnos históricamente en esa poderosa fuerza de pre-
sión - que luego ampliaremos- denominada profetismo clerical
-en un Parlamento donde el 30% eran clérigos, cuyo número al-
canzaba los 90-. A pesar del proceso de secularización iniciado.
"Presentó el diputado D. Gabriel de Ayesa, en la sesión del 18
de octubre de 1810, un proyecto de Constitución que se mandó re-
servar para ocasión oportuna" m . El 7 de diciembre del mismo año,
se leyó una comunicación de D. Pedro Cevallos desde Londres, ma-
nifestando "lo conducente que será formar la Constitución del rey-
no" 298, y dos días después se adoptaba la propuesta del canónigo
Oliveros, "que se nombre una Comisión de ocho individuos qüan-
do menos, para que teniendo presentes los trabajos preparados
por la Junta Central, proponga un proyecto de constitución políti-
ca de la monarquía" m .
Cuando el 3 de julio de 1811 fueron admitidas a debate dos pro-
posiciones del Sr. Ramos y Arispe sobre la Constitución, D. Diego
Muñoz Torrero le atajó rápidamente, notificando que "presto se
presentaría a discusión la parte de Consti.tución relativa al poder
legislativo" 300 ; pero no logró ~pedir que la propuesta del Sr. Mora-
les del Río, hecha al día siguiente, se disputara el 8 del mismo mes 301•
La curiosidad por conocer la Constitución precipitaba las contro-
versias.
El dos de agosto, D. José Batlle y Jover, diputado catalán, presen-
tó un proyecto de Constitución, y cuatro dias más tarde, el Sr. Gar-
cés un papel titulado "Sistema para la reforma constitucional de
España", manifestando que "se había entregado para que lo eleva-
se a la consideración del Congreso su mismo autor, cuyo nombre
no era conveniente constase"; ambas pasaron a la Comisión encar-
gada 302.
Por fin, el 17 de agosto, el Sr. Presidente, D. Juan José Güere-
ña -el 24 de julio anterior con 71 votos había sustituido 303 al señor
Creus 304_, señaló la sesión del día siguiente para la lectura de h
297. PI Y MARCALL, Historia I, 626.
298. DIARIO, !, 124.
299. DIARIO, I , 130.
300. DIARIO, VII, 16.
301. D IARIO, Vil, 22. 68.
302. DIARIO, Vil, 286. 331.
303. DIARIO, Vil, 177.
304. DIARIO. VI, 416.
32~ ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

parte de Constitución que había anunciado el Sr. Pérez de Castro,


secretario de la Comisión 305• Llegó el momento cumbre: D. Agustín
Argüelles leyó el discurso preliminar, y el secretario las dos pri-
meras p artes del proyecto. Luego, se resolvió su edición en la im-
prenta nacional 306• Y el citado Presidente, el 23 de agosto, designó
"la sesión del domingo próximo para comenzar a discutir la Cons-
titución, disponiendo que no se interpolase otro asunto alguno, a
no ser de mucha gravedad e importancia" Jal.
El nuevo Presidente, D. Ramón Giraldo, elegido el día anterior
por 70 votos.JOS, abrió la histórica sesión del 25 con estas palabras:
"Ha llegado felizmente el deseado día en que vamos a ocuparnos
en el más gra.1de y principal objeto de nuestra misión. Hoy se em-
pieza a discutir el proyecto formado para el arreglo y mejora de la
Constitución política de la nación española" 300•
Agresivamente irrumpe el Sr. Creus: uno de los quince miem-
bros de la Comisión no ha firmado su aprobación. Las respuestas
están a cargo de los Srs. Pérez de Castro, Cañedo, Leyva, Presiden-
te Giraldo y Golfin. Y el Sr. Muñoz Torrero descubre al rebelde,
D. Juan Pablo Valiente, quien contesta. Con tan violento prólogo
se abría el debate en torno a la invocación que encabezaba la Cons-
titución. El incidente sirvió una vez más para delimitar los partidos
y para expresarse luego con sinceridad, sin compromisos previos,
en la obra cumbre de aquellas Cortes.
Plenamente acordes con Aranguren 310, consideramos la Cons-
titución gaditana "como un gesto romántico, como una muestra
-la primera en España- de Romanticismo: romanticismo en la
vida, no en la literatura. El Romanticismo político se adelanta aqui
casi treinta años al Romanticismo literario. O, dicho de otro modo,
de un modo entre hegeliano y sartriano; España es romántica, o
aparece como romática en sí, sin saberlo; sólo tardía y escasamente
-Romanticismo reflejo o literario- llegará a serlo para sí, con
conciencia y voluntad deliberada de romanticismo. España es ro-
mática mucho más pour-autrui, p ara los otros, que para sí misma".
1, 2.- Pi y Margan , enjuiciaba la Constitución "exageradamente
religiosa" 311 : empezaba en el nombre de Dios Topoderoso, Padre,
Hijo y Espíritu Santo; "otra concesión" - reconoce Menéndez P ela-
yo 312- de los "innovadores que procedían cautelosa y solapadamente".
305. D IARIO, VII, 433.
306. DIARIO, VII, 434.
307. DIARIO, VII, 473 .
308. DIARIO, VIII, 3.
309. DIARIO, VIII, 6.
310. ARANGUIU:N, Moral y Sociedad, 52-53.
311. PI Y MARGALL, H istoria, II, 101.
312. M. PEl.AYO, Heterodoxos, ill, 446.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICJI 325

Ahora bien, ¿qué opinaban sus artífices? Conviene escucharles


e intuiremos mejor la atmósfera que se respiraba en aquellas Cortes.
Al anterior Presidente, Sr. Güereña, le supo a "escasa" la ex-
presión o "demasiado concisa", poco concorde con la dignidad de
"un Congreso tan augusto como el que representa a la católica
nación española que ha jurado con solemnidad defender nuestra
religión sacrosanta"; sobre todo, con el "ilustre exemplo que ad-
vertimos en nuestra legislación, examinada desde sus más remo-
tas épocas: Notamos en los Fueros Juzgo y Real, en el sabio Códi-
go de las Partidas, en las Recopilaciones Nueva y Novísima de
Castilla, y en la que se formó para las Indias, el esmero con que
se preconiza nuestra santa fe, y el elogio con que se recomiendan
todas sus máximas".
No satisfizo la respuesta de D. Diego Muñoz Torrero -"aqui se
considera a Dios con respecto a la sociedad; por eso le invocamos
baxo aquella relación y el objeto principal de establecer leyes, po-
niendo la expresión de supremo legislador"- al Sr. Riesco, quien
arguye a base de los testamentos como leyes particulares en su afán
de resucitar las glorias medievales: "si en los testamentos, que son
leyes particulares de cada familia, se pone la protestación de la fe,
mucho m ás se debe poner en esta que es una ley constitucional; por
lo qüal pudiera añadirse alguna expresión, con la qüal diese V. M.
al mundo entero un testimonio de que renueva los sentimientos del
gran Recaredo, Sisenando, Suintila y otros; los Concilios de Toledo
IV, VI y XVI, y qüantas protestaciones de fe ha hecho la nación".
D. Simón López desnuda la motivación de la dificultad; la decla-
ración se especifir.a como un contraataque a la herejía de la "filoso-
fía", enemiga de la religión católica - recordemos aquella guerra sin
cuartel a la "libertad filosófica"- : "Es conveniente, dice el futuro
Arzobispo de Valencia, que hagamos una protestación más solem-
ne de nuestra fe; es net'...esario que se haga la de la encarnación del
Hijo de Dios, como que de ahí nace la religión católica, apostó-
lica, romana ... , y como tai se debla hacer mención de él y de la
purísima Virgen María, conforme se hace en los Concilios, y se
previene en la ley de Partida. Esta declaración es tanto más nece-
saria, qüanto que estamos en un tiempo en que reyna mucho la
h er egia de la tüosofí.a, tan contraria a esta religión que tanto nos
honra, y sin la qüal nada se puede salvar".
El Sr. Leyva, en nombre de la Comisión, trata de calmar el triun-
falismo religioso con el anuncio del articulo 13.0 del proyecto, que
más tarde se aprobará con el número 12.0 porque el artículo 4.0
pasó a ser el 13.0 : satisfacer tales pretensiones supone salirse del
orden. Insisten en lo mismo los Srs. Mendiola y Oliveros, quien la
326 ALFREDO KARTlNEZ A.LIUACJ:i

presenta como fórmula teológica: "No hay teólogo alguno que no


conozca que se halla bien expresado el misterio de la Santísima Tri-
nidad: en el nombre está la unidad de la esencia y por esto dicen
los teólogos que no se dice en los nombres; la distinción de las per-
sonas está clarísima; las adiciones que otros señores proponen son
santas, pero no necesarias. San Pablo exige sólo que hagamos en
nombre de Dios las obras que hagamos. La Comisión ha añadido
a esto autor y legislador de la sociedad por las razones que ha ex-
puesto sabiamente el Sr. (M.) Torrero. Se invoca a la divinidad como
es quien pueda dar una sanción a las leyes que los hombres no pue-
den dar".
Pero, en vano. El diputado eclesiástico Sr. Lera se obstina, va-
liéndose irónicamente de una afirmación liberal -los niños apren-
derán a leer con la Constitución-; moneda que le devuelve D. Die-
go Muñoz Torrero : "en las escuelas se ha de enseñar con un ca-
tecismo"; como "si no se hubiera de dar otra educación cristiana
que hacer leer la Constitución".
La discusión se enzarza: de una parte, por los Srs. Obispo de
Calahora y Creus; de otra, por los Srs. Pérez y Espiga; y brujulean-
do en zona intermedia, los Srs. Villanueva y Villagómez. D. Agustin
Argiielles ap:-ovecha la dispersión de criterios y corta el debate de
este modo: "La intención de la Comisión está bien manifiesta. Las
ideas de los señores preopinantes indican claramente qüán difícil
hubiera sido expresarse en unos términos que acomodase a todos,
pues cada uno quiere que se ponga lo que mejor le parece. Y así
pido que se vote". Quedó aprobada la invocación m.
1, 3.- No vamos a estudiar el desarrollo de las sesiones sobre la
Constitución: sólo cuando ilumine nuestra problemática, la religio-
sidad cor~titucional. Por ello, saltamos al 28 de agosto de 1811, a fin
de oir la proposición del Presidente Giraldo: "Que se diga al Consejo
de Regencia comunique las órdenes convenientes para que el clero
secular y regular haga!). rogativas secretas, implorando del Padre de·
las luces las que este Congreso nacional necesita para hacer el arre-
glo y mejora de la Constitución política de la monarquía; de modo
que logre la naczón por este medio toda la felicidad a que aspira,
principaLmente la de conservar para siempre su santa religión, y ver
restituido al tr::mo a nuestro deseado rey el Sr. D. Fernando VU".
No obstante, los maximalistas no se satificieron: "pidió el Sr. don
Joaquín Martinez que las rogativas fuesen públicas, y que se invo-
case la protección de la Virgen Santísima, como especial patrona
de las Españas, para lograr por su intercesión las bendiciones del

313. Duruo, vm, 10-13.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SO..."''EDAD BORBONICA 327

cielo. Quedó aprobada la proposición del Sr. Presidente con la va-


riación y adición propuestas por el Sr. Martinez'' n•.
1, 4.- Después de discutir y aprobar la introducción y el artículo
1.0 de la Constitución el 25 de agosto, el 2.0 y 3.0 sobre la soberanía na-
cional el 29 JJS, el 4.0 y el 5.0 el 30, y el 6.0 el 31, el dos de septiembre
- tras la aceptación de los artículos 7.0 al 12.0 JJ6_ se leyó el 13.0 : "La.
nación española profesa la religión católica, apostólica, romana, úni-
ca y verdadera, con exclusión de q üalquiera otra" . Entonces, el Pre-
sidente Giralda sugirió, profundamente emocionado, que se votase.
por aclamación este articulo, "aunque en los términos hubiera que
hacer alguna m odificación".
En cambio, no tuvo éxito, pues no colmaba las exigencias reli-
giosas de D. Pedro Ingüanzo, caudillo y adalid del partido "servil" ..
luego Cardenal Arzobispo de Toledo : "Decir que la nación españo-
la profesa la religión católica, es decir un puro hecho. Un hecho no·
es una ley, no induce obligación, y aquí se trata de leyes, y leyes
fundamentales. La r eligión debe entrar en la Constitución como una.
ley que obligue a todos los españoles a profesarla, de modo que
ninguno pueda ser tenido por tal sin esta circunstancia. La religión.
es la primera de todas las leyes fundamentales, porque todas las
demás estriban en ella ... Es también la más esencial, porque la na-
ción será tan nación siendo monárquica como democrática, u otro
qüalquiera gobierno; pero no será tan r eligiosa no siendo católica...
Propóngase como ley primera y antigua fundamental de estado, que
deba subsistir perpetuamente, sin que alguno que no la profese·
pueda ser tenido por español , ni gozar los derechos de tal".
Hubo de intervenir D. Diego Muñoz Torrero -"La Comisión tuvo
presente varias fórmulas: se adoptó ésta por parecer la más conve-
niente; si se quiere se puede añadir: y en conseqüencia se prohibe-
el exer cicio de t odas las sectas"- y el Sr. Villan!leva quien hizo un.
alarde de su erudición histórica: "Quisiera yo que aqui se dixese
algo de la protección que debe dispensar la nación a la religión que
profesa. Tampoco estaría de más indicar la antigüedad de la fe
católica en España. Porque si bien desde el Concilio m de Toledo,
celebrado a fines C::.ei. siglo v;., se proclamó y juró la ;-eligión católi-
ca como única en España, con exclusión de toda secta; es notorio

314. DIARIO, VIII, 43-44.


315. PI Y MARcALL, H istoria, Il, 102-104 : ''No han admitid.., nunca esta
soberanía los conservadores. .. La Monarquía hereditaria y la soberanía nacio-
nal son incompatibles. No es soberana la nación que una. familia gobierna por
la. gracia de Dios, o sea por derecho propio. .. No se ha ido tan allá (como en.
Cádiz) en los posteriores tiempos... En nuestra opinión, acertaron los legisla-
dores de Cádiz".
316. DIARIO, VIII, 14- 45-!16. 89-96. 99-103. 107-119: artículos del 1.• al 12.""
de la Constitución.
628 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

que a esto dio ocasión la peste del arrianismo, que había cundido
por nuestras provincias; y de ningún modo prueba que no fuese
antes general en ellas la religión católica. De esto dan testimonio
clarísimo los Concilios de Braga, de Lugo, el I y II de Toledo, y
otros celebrados desde el Iliberitano; y aun antes de éste los in-
numerables mártires que consagran nuestro suelo con su sangre
desde los tiempos apostólicos".
"Se resolvió que pasasen a la Comisión de Constitución estas
observaciones de los Srs. Muñoz Torrero y Villanueva, para que
conforme a ellas traxese mañana arreglado y perfeccionado este ar-
tículo; y se levantó la sesión" 317•
El 3 de septiembre, "la Comisión persentó el artículo 13.0 exten-
dido en estos términos: La religión de la nación española es y será
perpetuamente la católica, apostólica, romana, única verdadera. La
nación la protege por ·leyes sabias y justas, y prohibe el exercicio de
qüalquier otra. Quedó aprobado" 318•
La sencilla transcripción del Diario de Sesiones nos ofrece el
cálido realismo de la religiosidad de un Congreso como aquél. So-
bran las malas interpretaciones de historiadores de uno u otro par-
tido. Luego, volveremos sobre la adición de D. Diego Muñoz Torre-
ro, afrontando el problema de la intolerancia religiosa como se plan-
teó dos años más tarde, en 1813, ya sin preocupaciones de crear le-
yes fundamentales.

2, l . - Siguiendo nuestro estudio sobre la Constitución, damos


otro salto. Terminado el debate acerca de la nación y de los españo-
les -título 1.0 , arts. 1-10-, del territorio - título II.0 , arts. 11-12-
y de la religión -art. 13-, el mismo 3 de septiembre se analizaron
los artículos del 14.0 al 20.0 sobre el gobierno y los ciudadanos es-
pañoles dentro del título II.0 que alcanza hasta el artículo 26.0 • La
controversia no es homogénea: en 4 de septiembre los artículos
21. 0 y 22.0 , el cual comprende hasta el día 7 y también la sesión del
10, si bien en la anterior se aprobaron los artículos del 23.0 al 25.0 ;
el dia 11 se vuel'Je al artículo 25.0 y se sigue con el 26.o. 319.
El J 2 de septiembre se inicia el título de Jas Cortes 32~ con el ar-
tículo 27.0 , cuyo debate comprende has ta el día siguiente; el 14 se
acepta el articulo 28.0 y se discute el 29.0 , que se prolonga al 15 y
al 20, por más que en este último día se llegará al artículo 33.o. En
la sesión del 23, de nuevo sobre el artículo 33.0 hasta el 45.0 ; el 25,
317. DIARIO, VIII, 119-120.
318. DIARIO, VIII, 125.
319. DIARIO, VIII, 125-143. 145-165. 168-189. 191-205. 215-225. 227-231. 23+-
246. 248-254.
320. Pr Y MARGALL, Historia, Il, 104-105.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 329

del 46.0 al 77.0 ; el 26, del 78.0 al 91.0 ; el 27, otra vez el 91.0 ; el 28, del
92.0 al100.0 ; el29, del101.0 al109.0 ; y el 30, dell10.0 a1117.0 • El prime-
ro de octubre, del 118.0 al 128.0 , y el 2 retorna al 128.0 pero se pro-
gresa hasta el 130.0 . El día 3, los artículos 104.0 , 110.0 , 125.0 , 130.0 ,
y 131.0 ; el 4, del 131.0 al 147.0 ; el 6, el 148.0 y el 149.0 ; el 7, del 150.0
al 157.0 ; y el 8, del 158.0 al 167.0 321•
2, 2. -Así, pues, del 12 de septiembre al 8 de octubre de 1811 se ha
desarrollado el tema de las Cortes. Vamos a profundizar en él para
alcanzar una visión sobre la realidad vital del clérigo. El 23 de sep-
tiembre aprueba el Congreso el articulo 35.0 de la Constitución:
"Las Juntas electorales se compondrán de todos los ciudadanos ave-
cindados y residentes en el territorio de la parroquia respectiva,
entre los que se comprehenden los eclesiásticos seculares". Sin em-
bargo, son rechazadas sistemáticamente las adiciones propuestas
por los Srs. Creus -"los prelados regulares y todos los que esta-
ban en posesión de asistir a las Cortes"-, Güereña -"los regula-
res sean admitidos a la voz activa"-, Uría -"supuesto que el no
haber sido admitida la adición de los regulares era por no haber
distinción de voz activa y pasiva, que se les diese una y otra"-
Y Larrazábal -"habiendo en América muchos regulares que exer-
cen la cura de almas y por dispensa del Sumo Pontífice viven se-
parados del claustro, podían tal vez disfrutar en esta parte de las
atribuciones de los eclesiásticos seculares" m_, Tres días después,
con respecto al artículo 91.0 -"Para ser diputado a Cortes se re-
quiere ser ciudadano ... bien sea del estado seglar o del eclesiástico
secular"-, pretende D. Joaquín Lorenzo Villanueva añadir "o pre-
lado eclesiástico regular". A ello se oponen resueltamente tanto
D. Diego M~;ñoz Torrero como el Sr. Obispo de :Mallorca, Presiden-
te a la sazón. Se empecina el Sr. Creus, y le contrarresta el Conde
de Toreno 323; perc tras la respuesta d~l Sr. Capmany al Sr. Villa-
nueva, el Sr. Moragues lanza un ataque despiadado contra el clero:
"Los eclesiásticos son individuos de una corporación que se pre-
tende independiente y separada, de cuyo espíritu no es posible se
desentiendan absolutamente, y pudiera esto dar lugar a pretensio-
nes y acuerdos que no fuesen los más convenientes al bien ele la na-
ción y del estado". Es interrumpido por "varios" diputados, y pro-
sigue: "Aparece la inmensidad de pretensiones que hay opuestas
entre la potestad eclesiástica y la se':ular en perjuicio de ésta y con
grave daño del bien y tranquilidad de la nación. Así resulta en los
321. I>I~IO, \fiii, 255-280. 282-299. 300-315. 328-337. 382-397. 407-419. 425-
439. 442-460; ]J{, 7- 18. 21- 37. 39-52. 54-60. 61-67. 76-92. 94-99. 101-113. 118-132.
133-151. 153- 165.
322. I>IARIO, VIII, 410. 414.
323. M. PELAYO, Heterodoxos, III, 454-455.
R&~!C!OSIO.\D IIISPA:'(A ..• - 22
330 ALFREDO MARTINEZ ALBiACH

puntos de jurisdicción, inmunidades, exenciones, privilegios y otros


de trascendencia. ¿Cómo, pues, a vista de una absoluta preponde-
rancia que se acaba de ganar en la representación nacional -en
la sesión del 23 de septiembre-- al ser aprobado el articulo 45.o
sobre elector parroquial con la supresión de la última condición
"y casado o viudo", a instancias de los señores Creus, Dou, Obispo
de Calahorra y Terrero, pese a las explicaciones de los Srs. Argüe-
lles 32•, Oliveros J2S y Espiga 326 a favor del clero secular, hay aún
valor para manifestarse no satisfechos, y querer introducir a los
del estado regular, que ni son vecinos, ni viven en el siglo? Es pre-
ciso que se reformen y pongan como estaban los articulas 45.0 y
46.0 " m_ Con similar crueldad, el Sr. Calatrava remacha el clavo:

324. DIARIO, Vill, 419: "El Sr. Jáuregui está célibe, y yo también para siem.-
fJTe, porque aunque no tengo impotencia física, la tengo moral por escasez de
facultades. Hemos hecho con gusto esta renuncia en obsequio de lo que ha.
creido justo la. Comisión: promover los matrimonios que aumenten la poble-
ción, la qüal por todos los medios directos y justos deberlan fomentarse".
325. DIARio, vnr, 419: "Los casados y viudos están más apegados al país
que los célzoes".
326. DIARIO, vm, 419 : "Es grande el número de ce1i1>es que viven en este
estado por su comodidad e intereses particuia.res, y la nación debe declararse
contra éstos, que son los zánganos de la república. No se les priva de ser dipu-
tado, ni elector del partido, sino de parroquia; en lo qüa1 cree la Comisión que:
se logrará aumentar la población, que es el fin polltico que se propuso".
327. DIARio, vm, 425-432. 453 : Sesión del 25 de septiembre de 1811 : "'Ar-
ticulo 46.0 : La Juntas de parroquia serán presididas por el corregidor, alcalde
o juez de la ciudad... El Sr. Terrero: Aqui falta y debe ponerse: será presi-
dida por el cura párroco, corregidor, etc. La Junta Central ordenó que presi-
diese juntamente con el juez. Los reglamentos para las reuniones de vecinos.
con el objeto de verificar los sorteos de quintas, formados y mandados cum-
plir por Jos Reyes Católicos y piisimos, as1 lo prescriben: de manera que el
párroco concurre por ley u obligación... , y con cuya asistencia entienden los.
populares haberse practicado aquellos actos justa y legalmente. Yo me ade-
lantarla a. decir que no solamente en el predicho acto, sino en todas las con-
vocaciones del pueblo para las subastas de arbitrios, de propios, de pósitos, y
qüa.ntos de algún interés ocurran, deberla. asistir: de este modo se evitarian.
horrores escandalosos, extraord.inaris!.mas dilapidaciones y robos, que produ-
cen sinsabores, quejas y lamentos.
"'Sr. Villanu.eva: Yo no soy del dictamen de que presida el cura párroco es-
tas juntas, porque entiendo que las juntas civiles deben ser presididas por los
jueces civiles de los pueblos. Esto lo pide el orden público y la diferencia de
Jos derechos. Jamás la Ig;esia h&. pretendido tener autoridad en la.<; asambleru.
civiles. Por tanto, no m~ ccnformo con la &.dicién que propone el Sr. Terrero;
pero estoy muy de acuerdo con la substancia y espíritu de ella.; a saber: que
no se celebren estas juntas sin la asistencia del cura párroco. Esto puede aca-
rrear muchos bienes, y evitar mu.:hos ~les.
"Sr. Argüelles: Precisamente en los tiempos en que en España ha. brillado
más la religión, y en que los ciudadanos no se veían atacados por la nota de
irreügiosos, hereges, y ateístas, con la que se ven insultados freqüentemente y
con el mayor descaro los de nuestros dias por personas que llevando siempre
en la boca la religión, acaso acaso están muy agenas de su espíritu; en aque-
llos tiempos, digo, vemos que nuestros reyes, que ya. tuvieron el renombre de ca-
tólicos, separaron a los eclesiásticos de los actos civiles, siempre que no consi-
deraron necesaria su asistencia. Se trata aqui de unas asambleas puramente.
RELIGfOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 331

"Hemos sufrido qüatro ataques sobre que los eclesiásticos regula-


res tengan representación en el Congreso. ¿A qué viene esa tena-
cidad, habiendo visto el señor autor de la adición que se ha negado
esta solicitud por tres veces?" m.
El proceso de secularización había empezado con los religiosos:
se les privaba de voz activa y pasiva en el Congresom; incluso se
recusó "casi unánimemente" la propuesta de 9 de febrero de 1811
sobre el restablecimiento de los jesuitas en América "para el cul-

civiles, a las qüales son admitidos también los eclesiásticos como ciudadanos.
La mayor piedad y devoción que puedan tener los curas párrocos, ¿será razón
para que se les dé esta presidencia, privando de este derecho, que justamente les
compete, a los jueces, alcaldes y demás autoridades civiles? Si nos dexamos
a:rrebatar de estos principios, será preciso que la presidencia que se dé a los
curas párrocos en estas asambleas, se baga extensiva a todos los demás actos
civíles; y entonces, ¿qilal será el resultado? Excuso el decirlo. Asi que, no vale
sentar una proposición con la esperanza de que siendo piadosa se aprobará
sin examen. Yo scry püldoso, y por tal me tengo; pero no puedo admitir que
un articulo que está conforme a los principios de la sana razón y política que
han dirigido a la Comisión, se quiera trastornar de este modo, porque nada
tiene que ver lo uno con lo otro. ¿Qué necesidad, pues, hay de que intervenga
en él la persona eclesiástica, qüando acaso en aquella hora tendrá precisión
de cumplir con las obllgaciones de su cargo? Esto indirectamente es decir que
sólo los actos en que intervengan los eclesiásticos pueden ser justos, gratos a
Dios y convenientes al bien de la patria. El que así piense, ¿no hace una inju-
ria manifiesta a todas las demás clases del estado? A más de que ¿quién priva
al cura párroco de asistir a estas asambleas? ¿No es ciudadano? Y como tal
¿no tiene derecho a asistir? ¿No puede hacer presente a la junta lo que le
parezca oportuno, y le dicten su zelo e ilustración, a fin de que no se cometa
fraude alguno, y no se introduzca el desorden? ¿A qué más? ¿Se pretende
acaso que la asistencia del párroco sea una condición "sine qua non"? Esto
es ur:. absurdo, y pcdr1R. acarrear los más funestos resultados... Es menester
también qu e no nos desentendamos d el poderoso extraordinario influ:ro que
tienen los eclesitúticos con los pueblos; prueba de ello este mis-ntO Congreso.
"Sr. Obispo de Calahorra: En los pueblos pequeños donde no hay otra per-
sona que tenga 1n.fl.uencia más que el escribano, por ser él solo quien sabe leer
y escribir, él es quier. hace toCo el negocio, y por esta razón se habla mandado
que asistiesen los curas párrocos como testigos de autoridad a los sorteos para
quintos y contribuciones. encargándoles que estuviesen siempre a la mira con
el fin de evitar los fraudes que sollan intervenir'". (Los Srs. Larra.zábal y Urla
hablaron en favor de la propuesta del Sr. Villanueva; el Sr. Dueña por la del
Sr. Argüelles. Qued5 aprobado el articulo).
" Sr. Muñoz Torrero (acerca df> la adición propuesta por el Sr. Terrero) : ¿Baxo
qué concepto ha <!e &.sistlr el cura párrooo? Asi confundimos las materias
civiles con las eclesiásticas.
"Sr. Gallego: Los párrocos, como ciudadanos, tienen obligación de asistir a
estas juntas; y aun qiiando no la tuviesen, es de creer que e! zelo por promo-
ver el bien de su pueblo les moverla a asistir. Pero si se pone como una condi-
ción precisa la asistencia del cura párroco, resulta una cosa. y es. que no
queriendo él asistir, no habrá elección".
(Arriba en el texto, veremos el duelo dialéctico entre los Srs. Terrero y
Argtlelles. y otros en tomo a ell.o s. Se aprobó la adición: "con asistencia del
cura párroco para mayor solemnidad del acto").
328. DLUUO, Vlll, 452-453.
329. DIAR.Io, l , 39. 58. 85.
"332 ALFREDO MARTINEZ ALBlACH

tivo de las ciencias y progreso de las misiones" llO. Como un signo


de aquellos tiempos, allí estaba la máquina de la secularización
que seguía perforando. Justaménte los clérigos Oliveros y Espi-
ga llt descubrieron el motivo de los artículos 45 y 46 del proyec-
to: los casados y los viudos están más apegados al país que los
célibes, y la nación debe declararse en contra de "los célibes por
comodidad e intereses particulares".
La Constitución se abría exclusivamente para quienes adopta-
ren una postura interesada frente al mundo, al "país", a la patria
terrena. Sólo pueden interesarse por el mundo quienes están com-
prometidos en él, quienes le aprecian como algo hermoso y deli-
cioso -destello de las perfecciones del Creador-, y no como pe-
cado. El mundo es una criatura, como el ángel y el hombre, actor
de maldad pero también de cosas dignas y sobrenaturales por me-
dio de la gracia divina: su esencia no supone una rebeldía habitual
contra Dios. Y en ese mundo el hombre "constitucional" tiene un
puesto; es auténticamente ciudadano con voz activa y pasiva, porque
se halla en él implicado: allí tiene su pueblo natal, su familia, sus
-padres, su esposa, sus hijos, sus amistades, su lugar de trabajo. No
podrá ya separarse de todo ello. Ni segregrase. Ni morir a sus cir-
cunstancias. Es decir, un programa completamente distinto al que
había predicado el clérigo, en especial, el regular. Al que se le con-
sidera como enemigo de la Constitución, y, en general, a los propug-
nadores de la posición desinteresada frente al mundo. Por eso, se
tilda a los del estado regular de "que ni son vecinos, ni viven en el
siglo". Se impone el afecto hacia el mundo, al "siglo" , a lo secular.
Hasta los mismos clérigos liberales se alistaron en el proceso de secu-
larización, obligando a rectificar lo proyectado por la Comisión de
Constitución.
2, 3.- Ganada esta baza, el intervencionismo cierical raya en lo
absorbente, pretendiendo la presidencia de las "juntas parroquiales
de parroquia" 317, por encima del corregidor, alcalde o juez de la ciu-
dad : el artículo 46.0 . Contra la propuesta del Sr. Terrero arremeten
D. Joaquín Lorenzo Villanueva y D. Agustín Argüelles: parace qut: se
trata de atanentar el "poderoso e~raordinario influxo que tienen
los eclesiásticos con los pueblos, prueba de ello es este Congreso" ;
pero la ideología liberal propugna la separación de lo eclesiástico
de lo civil, rechazando la alianza del Altar y del Trono. El debate
se extiende a los Srs. Larrazábal y Uria -prefiriendo las medias
tintas del Sr. Villanueva-, Obispo de Calahorra -recurriendo sen-
timentalmente al proteccionismo de los párrocos en favor de los

330. DIARIO, lli, 305.


331. DIARIO, Vlll, 419.
RELIClOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 333

pueblos analfabetos-, y Muñoz Torrero, Galiego y Uria -defen-


diendo la nueva postura-.
Tan colosal oposición mueve al Sr. Terrero a lanzar algo muy
parecido a un chantage: "Contra la experiencia no hay argumentos
que valgan. Esta es palpable y constante. Supuesto que el reglamen-
to anterior previene que los curas párrocos asistan a estas juntas,
el privarlos ahora será degradarlos. ¿Qué han hecho los curas para.
que se les excluya? ¿Será demérito de ellos el haber contribuido
a la salvación de la patria? ¿Será demérito el conservar el sa.,arado
fuego de la insurrección? SI por imposible SE REUNIESEN Los PÁRRO-
cos, no lo harán, Señor, Y CANSADOS DE TAN LARGA LUCHA PREDICASEN
A SOS FELIGRESES LA TRANQUILIDAD, SE ACABABA LA GUERRA".

La maniobra molesta al Sr. Argüelles, quien apoyado por el


Sr. Villafañe, responde airadamente: "Es necesario no confundir los
actos civiles con los eclesiásticos. ¿Seriamos admitidos los legos
en un concilio? No, Señor. ¿Y no podríamos decir que aill se trata-
rían asuntos meramente civiles, o por lo menos que tengan mucha
relación con ellos? Si los señores eclesiásticos tienen zelo por los
negocios eclesiásticos, yo le tengo patriótico y civil. Yo quisiera que
me dieran razones; porque no basta decir que debe asistir el cura
párroco, y que no pueda haber nada bien dirigido sino donde inter-
vienen los eclesiásticos. Es cierto que el cura párroco tiene grande
injluxo en sus feligreses, y que se le respeta con veneración; pero
¿y qué? ¿Acaso no son respetadas también en los pueblos las auto-
ridades civiles? ¿Qué necesidad hay, pues, de que aquéllos asistan?
Hay empeño en que sí; pues yo me empeño en que no, mientras no
se me den razones que me convenzan".
El Sr. Garoz quiso mediar, apoyando la anfibológica propuesta
del Sr. Viilanueva, pero no pudo evitar la intervención apasionada
-del diputado eclesiástico Sr. Morrós, presentando dos medidas en
el mutuo intervencionismo: "Se pide que se den razones para con-
vencer que los párrocos deben asistir a estas juntas. Ya el Sr. Te-
rrero ha dado las más convincentes. La costumbre antigua. la pie-
dad de los reyes, la misma Junta Central mandó que asistiesen.
Seguramente que no lo harían sin tener razones para ellos. Juntas
de esta naturaleza no son conforme a justicia y razón si no asiste
el cura párroco; y que no me digan estos señores, si han asistido
a estas juntas, ¿quién ha calmado las disputas y disensiones? ¿Ha
sido el alcalde ordinario, el escribano, u otra persona? Antes al
contrario: todo lo que falta de confianza en el juez o el escribano,
la tienen los pueblos en el párroco. Yo estoy seguro que a no ser la
mediación del párroco, porque él procura calmar los espíritus, na-
die habría que pudiese contener los alborotos y desórdenes que
334 ALFREDO MARTI.NEZ ALBIACH

suele haber en las juntas populares. Se dice que parece ofensivo


el mandar a los curas asistir a estas juntas; ¿y no lo es que se les
mande asistir a las de sorteo, capitación y otras que son las más
odiosas que pueda haber? Es decir, que para las odiosas vaya el
cura párroco, y para las otras, en que hay algún beneficio, no. Se
dice que a las juntas políticas quieren asistir los curas, qüando en
los concilios no se admiten a los seglares: y digo yo, ¿no exigen
éstos que asista en los conflictos un comisionado real? Y este co-
misionado ¿es para autorizar el acto, o es para entender en los
asuntos puramente eclesiásticos? ¿No es para ver si se deprimen
los derechos del rey? Además ¿quién no entiende que el eclesiás-
tico tiene derecho como superior en las cosas civües, y no el seglar
en las eclesiásticas? Pues lo civil no se extiende a lo espiritual; pero
lo espiritual puede si extenderse a lo civil".
El apasionamiento dominaba los ánimos aquel 25 de septiembre
de 1811: hubo que declarar ''por suficientemente discutido este pun-
to", aprobándose la adición, reducida a estos términos: "con asis-
tencia del cura párroco para mayor solmenidad del acto" 112•
2, 4.- Volvamos a aquella furibunda y despiadada andanada que
el 26 de septiembre lanzó el Sr. Moragues: su ataque, genérico al
principio contra todo lo eclesiástico, fue concentrado contra el cléri-
go regular, motivo de la discusión aquel dla, y objetivo primero del
proceso de secularización iniciado en las Cortes; pero luego prosi-
guió: "y si no me opongo a que aun los eclesiásticos seculares pue-
dan ser nombrados diputados, para lo qüal me asisten además de
lo dicho dos razones a mi parecer muy poderosas: primera, que
en esto no pido otra cosa que lo que su virtud y religiosidad desea,
a saber, conformarse con lo prevenido en los sagrados cánones y
con el espíritu de la Iglesia, y según éste y aquéllos no deben Los
eclesiásticos entrometerse en asuntos y negocios políticos; y la se-
gunda, que no dexa de ser reparable el que siendo la nación sobe-
rana absoluta y dueña de sí misma, que ha p..trado la religión
católica apostólica romana, única verdadera, teniendo ésta una extre-
ma. influencia. en el bien y tranquilidad del estado, no haya de po-
der tomar inspección en materias de religión, siquiera a fin de pre-
caver la introducción de abusos que puedan turbar su tranquilidad,
o suceder en perjuicio, y que se quiera que el estado eclesiástico siN
INTERÉS y DISTRAYÉNDOSE además del espíritu de su ministerio, haya
de tener no sólo intervención sino aún preponderancia en el arreglo
de los negocios temporales y políticos" m.

332. DIARIO, Vill, 425-432.


333. DIARIO, VITI, 453.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 335

La máquina de la secularización profundizaba: después del clé-


rigo regular "que ni son vecinos ni viven en el siglo", el clérigo secu-
lar "sin interés en los asuntos y negocios temporales y políticos".
"Los casados y viudos están más apegados al país -había procla-
mado el canónigo D. Antonio Oliveros- que los célibes", a quienes
-los "que viven en este estado por su comodidad e intereses par-
ticulares"- consideraba el futuro Arzobispo electo de Sevilla, señor
Espiga, "zánganos de la república" lJ.I. Pese a la infiuencia eclesiás-
tica en el pueblo español: extrema, poderosa, extraordinaria, y otros
mil calificativos más que aparecen en aquellos discursos parla-
mentarios.
Trágico fue, pues, aquel 26 de septiembre, en el primer aniversa-
rio de las Cortes, y bajo la presidencia del Sr. Obispo de Mallor-
ca 335, quien en la siguiente sesión manifestó el profundo enojo cle-
rical con bastante moderación: ''En la sesión de ayer ocurrieron
dos incidencias seguramente desagradables. La una parece que era
injuriosa al clero, y particularmente a los diputados eclesiásticos
que nos hallamos aquí. Yo estoy bien persuadido de que sólo se nos
puede injuriar con las palabras, pero no en los efectos; porque el
clero secular y regular español tiene tan bien sentado su crédito
en el Congreso y fuera de él, que no puede recibir agravio alguno
por la opinión de un diputado, que no es la de las Cortes; V. M. y
el pueblo tengan en consideración qüánto deben a uno y otro clero
en ambos hemisferios: los más de los individuos de todas clases
s u educación, otros su dirección y consejo, los españoles pobres su
beneficencia y el exercicio de todas las virtudes... Uno y otro clero
siempre y de rigurosa justicia, han merecido bien de la patria; nin-
gún menoscabo, pues, pudo acarrearle el mencionado incidente. En
nada han podido deprimir su justo crédito, su veneración y respe-
to que por tan legítimos titulas se han conciliado del pueblo espa-
ñol. El segundo incidente, como V. M. vio, fue aquella especie de
desorden que se advirtió en las galerías, nacido de una expresión
que soltó el señor diputado que estaba hablando, qüando d.ixo: "soy
diputado, tengo la palabra, quiero hablar, yo soy responsable a la
nación" 336• Esta fue la causa impulsiva de lo que llamamos desorden.
Según el reglamento me correspondía levantar la sesión al instan-
te, y no lo hice en consideración a que esta conmoción provino de
oir un lenguage, de que hasta ahora ha estado privada la España.
¿Qüándo se ha podido hablar así hasta el 24 de septiembre? ¿Qué
español habrá que no se conmueva al oir estas expresiones, qüando

334. DIARIO, VIII, 419.


335. DIARIO, VIII, 423.
336. DIARIO, VIII, 452.
336 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

hemos visto que ni se nos permitía hablar ni quejarnos siquiera de


nuestros males? Y qüándo ya somos un pueblo libre, ¿qué extraño
será que nos alegremos al oir un lenguaje tan nuevo y tan glorioso?
Sin ir más lejos, en el último reynado, qüando alguno hubiese di-
cho "yo soy responsable a la nación", no lo hubiera pagado con me-
nos que con su cabeza. Por esta razón no extrañé que el pueblo,
que tanto ha debido a V. M., se sobresaltase de gozo ayer con dicho
motivo, después de haber gemido hasta el año pasado en el lecho
de la ignorancia y de la esclavitud. Esta consideración, Señor, hizo
que yo disimulase el desorden que hubo: me parece que obré con
justicia. Pero al mismo tiempo no puedo convenir en que se repi-
tan semejantes escenas. .. En Inglaterra, Suiza, Venecia y Estados
Unidos americanos siempre ha sido respetado el cuerpo delibera-
tivo; a nadie se permite s iquiera chistar" 337•
El lenguaje moderado del Sr. Obispo de Mallorca, a la sazón Pre-
sidente del Congreso, no convencía a ninguno de los dos bandos
contendientes; no obstante, fue lo único sensato que se podía decir
para echar tierra encima. La secularización estaba en marcha. Na-
die sería capaz de pararla.
2, 5. - En tal sentido evolucionó la sesión del 28 de septiembre del
mismo 1811 acerca del artículo 92.0 de la Constitución. Se perfilaba
el ideal de comprometerse con el mundo, y para incrementar la
posición interesada, se exige al diputado tener una renta anual
proporcionada, procedente d~ bienes propios, o sea, debe ser pro-
pietario, poseer algo como propio. Entonces el Sr. Borrull, prote-
giendo la postura de desafecto hacia todo lo mundano, alega una
argucia jurídica: " Un sinnúmero de eclesiásticos muy instruidos no
pueden considerarse propietarios, siendo de la Iglesia los bienes
de las prebendas o beneficios, y ellos administradores de los mismos".
El Sr. Villanueva le sigue el juego bajo una tendencia moraliza-
dora frente a la avaricia y ambición clericales: " Nunca jamás pue-
de llamarse procedente de bienes propios la renta de cada uno de
los eclesiásticos en particular, aunque estos bienes sean propios de
la Iglesia. Son m1.1-y contados los clérigos de España que además
de las rentas de sus prebendas o beneficios tengan otras propor-
cionadas procedentes de bienes patrimoniales u otros que con ver-
·dad puedan llamarse propios. Me parece que d e cien eclesiásticos
habrá qüatro o cinco propietarios... Apenas hay clérigo en España
que se haga propietario con las r entas de una prebenda o beneficio.
Si alguno ha caído en este lazo, no ha tenido hasta ahora más estí-
mu1o que el de la avaricia; pero si se aprueba este articulo, se aña-
dirá a aquel estimulo el de la ambición; por lo menos se verán
337. D IAR IO, IX, 6-7.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONtCA 337

tentados a hacerse propietarios para poder ser diputados en Cor-


tes algw1os eclesiásticos que hasta ahora han dado esclarecidas
pruebas de caridad y desprendimiento. A V. M. toca precaver al
clero de esta nueva tentación, que no dexa de ser fuerte, atendida la
fragilidad humana. Por lo mismo soy de la opinión que de este
artículo se quiten las palabras : procedentes de bienes propios".
D. Diego Muñoz Torrero centra el problema, aclarando la esen-
cia del articulo, a la vez que desecha las ridículas sutilezas. Con-
sideramos este testimonio de trascendental importancia, pues re-
vela la infraestructura económica del clérigo español, sobre la que
se asienta su independencia moral: "El clero de España no recibe
su subsistencia del Gobierno, sino de los mismos pueblos que le
pagan sus diezmos y demás rentas. Y así es como debe ser para.
que el clero sea verdaderamente nacional, y que la fuerza moral
de este cuerpo respetable no esté en manos del Gobierno, porque
de lo contrario en vano trataríamos por medio de la Constitución
de poner trabas al mismo Gobierno si tiene a su disposición todo
el poder moral del clero, como sucede ahora en Francia, en donde
por estar asalariado por aquel Gobierno y depender enteramente
de él, dispone Napoleón del clero a su arbitrio. De aquí se infiere
que por el articulo de que se trata, no están excluidos los eclesiás-
ticos, porque prescindiendo de la q_üestión indicada por algunos
señores preopinantes, sobre si son o no dueños o administradores
de aquella parte que se les da para su manutención, no puede ne-
garse que nuestras leyes consideran los bienes eclesi~sticos como
propios del cuerpo mismo del clero, y que éste en virtud de dichas.
leyes tiene un verdadero derecho civil de percibir los diezmos y de-
más rentas que posee" 338.
El 26 de agosto de 1813, el canónigo D. Antonio Oliveros volverá.
sobre el asunto, creando una sangrante problemática l39, según vi-
mos en la Secularización de bienes eclesi~sticos -a)) , 4: diezmos--.
La secularización del clero bajo "secular" aún no se había em-
prendido, pese a esporádi<;os e individuales intentos. Pero el señor
Key, 3Il~iosamente temeroso de un ataque contr~ la intervención
clerical en las Cortes, se empecina en la agudeza del Sr. Villanueva
en torno al articulo 92.0 , en aquella sesión del 28 de septiembre de
1811; también el Sr. Bárcena, por más que se hablan sinc'3rado los
Srs. Gallego y Argüelles, quien manifestó: "No creía yo ... , ni menos.
era de esperar que se atribuyesen a la Comisión miras tan mezqui-
nas como la suponen de que el objeto del artículo es excluir a ésta
o a la otra clase .. . Que los eclesiásticos no son excluidos por el ar-

338. DIARIO, IX, 22-23.


339. Dx..uuo, XXII, 224-229.
;338 ALFREDO KAR.TINEZ &LBIACH

tlculo se ve a poco que se reflexione. Nuestras leyes permiten a los


clérigos adquirir bienes y disponer de eUos como qüalquiera otro
·ciudadano. No son pocos los que poseen bienes propios, ya here-
dados, ya comprados, la Comisión se desentendió de examinar si
era o no conforme a los cánones que los eclesiásticos poseyesen
bienes propios; si el sobrante le debían distribuir a los pobres, y
otros puntos de disciplina que no eran de su incumbencia. Exami-
nó la materia, y halló un hecho, a saber, que los clérigos pueden
poseer bienes propios, y que muchos están en este caso: luego ni
..quiso ni pudo excluirlos".
El articulo 92.0 fue admitido~-

3, L- El 9 de octubre, se inaugura el título sobre la inviolabilidad


y autoridad del rey: los artículos del 168.0 al 171.0 341 ; conviene su-

'brayar la afirmación que en dicha sesión hizo D. Alonso Cañedo,


diputado asturiano y gran amigo de Jovellanos: "El Sr. Conde de
'Toreno ha dicho muy bien que el título de Católico es propio de
los reyes de España, y es tratamiento que tienen desde el año 638
en que se reunió el Concilio VI de Toledo nacional, y en él por
haberse declarado con consentimiento del rey que no se permitía
residiese en España ningún individuo que no fuese católico, se de-
terminó que el rey de España, por coasidaración particular a este
zelo, tuviese el tratamiento de Católico. Esto supuesto, no hay duda
de que ninguna nación tendrá dificultad en que se le dé un trata-
miento que ha usado hasta aquí" 342• Un dato que debemos conser-
·var para luego, cuando tratemos de la intolerancia religiosa.
El articulo 171.0 ocupó el trabajo de las sesiones del 10, 11, 13 y
15 de octubre de 1811; en esta última sesión se estudió también el
172.0 , que siguió hasta la del 16: en ella se llegó al artículo
189.0 30_ Ahora bien, el capitulo segundo, referente a la sucesión de
la corona -art. 174.0 al 184.0 - fue admitido en la sesión secreta
del 28 de fehrero de i812 y leído públicamente el 17 de marzo del
mismo 1812 34-1_
El 19 de octub!'e de 1811, se debate acerca de los artículos 190.0 -
212.0, es decir, sobre la minoría real, la Regencia, la familia real Y
-el reconocimiento del Príncipe de Asturias; y el 20, los artículos
.213.0 -220.0 , y el 21 del 221°, o sea, sobre la dotación de la familia

340. DIARIO, IX, 23-24.


341. DIARIO, IX, 167-185.
342. DIARIO, IX, 170.
343. DIARIO, IX, 188-209. 212-220. 234-240. 2'76-299, 305-315 .
.344. DL~RIO, XI, 294.
JLELIGIOSID&D HISPANA Y SOCIED&D BORBOI'fiCA 339

real. El tema de los Secretarios de Estado y del Despacho absorbe


la labor de los días 22, 23, 24, 27 y 29 de octubre, a la vez que obli-
ga añadir un nuevo articulo con el número 223.0 , haciendo correr el
resto de la numeración: artículos 222.0 -230.0 • Y las Cortes finaliza-
ron esta primera etapa con el examen del proyecto acerca del Con-
sejo de Estado, en los tres últimos días de octubre 345.
El 5 de noviembre de 1811, anunció el Sr. Argüelles que si el
Congreso lo tenia a bien se presentaría y leerla en la sesión del día
siguiente la parte del proyecto de Constitución relativa al Poder
judicial" 346• Natu.r almente la noticia tuvo entusiasta acogida, favo-
reciendo la expectación que se produjo el dia 6, para escuchar el
discurso preliminar de D. Agustln Argüelles y los artículos leídos
por el Sr. Pérez de Castro, secretario de la Comisión. Se r esolvió
su impresión. Luego, la Comisión de Constitución dictaminó sobre
varias proposiciones y adiciones hechas con respecto a la primera
parte, ya aprobada -artículos 20.0 , 171.0 , 189.0 , 198.0 , 208.0 , 234.0 y
235.0 - 347• Y desde el 15 de noviembre al 13 de diciembre -excepto
el 27 de noviembre y el 9 de diciembre- se discutió el título quin-
to sobre los tribunales y la administración de justicia en lo civil
y criminal -al artículo 279.0 acerca del juramento se intercaló des-
pués-. En los d1as 14, 17 y 18 giraron las miradas hacia el artícu-
lo 202.0 , y en el 19 del mismo diciembre a los artículos 253.0 , 261.0
y 263.0341•
El 24 de diciembre de 1811, "el Sr. Pérez de Castro, secretario de
la Comisión de Constitución anunció que, si S. M. lo tenia a bien
en la sesión del dia 26 de este mes se presentarla y leería la última
-parte del proyecto de Constitución; d e lo qüal quedaron enteradas
las Cortes, y se señaló para ello la hora de las once de dicho día".
Y "según lo acordado en la sesión del dia 24, -en el momento
fijado- se procedió a la lectura de la última parte del proyecto de
Constitución, leyendo el Sr. Argüelles el discurso preliminar, y el
Sr. Pérez de Castro el proyecto. Las Cortes acordaron que todo se
imprimiese con la mayor brevedad, y con preferencia a qüalquier
ot:o papel". Despué3, la Comisión de Constitución Gio su tiictam:m
referente a la parte ya aprobada: artículos 278.0 (279.0 definitivo) .
'281.0 (283.0 ) y 260.0 (261.0 ) 349.
345. DIARIO, IX, 338-347. 350-354. 357-371. 377-387. 389-390. 414-422. 433-439.
441-449. 452-468.
346. DIARIO, X , 45.
347. DIARIO, IX, 46.
348. Dwuo, X , 110- 113. 117-129. 129- 150. 152- 165. 166-178. 179-182. 183-193.
197-207. 209-212. 213-219. 219-220. 221-222. 240-251. 252-261. 262-265. 268-273.
273-279. 286-288. 289-296. 297-310. 312-314. 317-325. 337-345. 348-352. 353- 363.
366-373. 375-376. 393-405. 406-408. 410-415.
349. DIARIO, XI. 3. 5.
'340 ALFREDO l\IIARTINEZ ALBIACR

Del 10 al 23 de enero de 1812 -excepto el 19 y el 21- se discu-


tieron los titulos VI-X: gobierno interior de las provincias y de
los pueblos, contribuciones, fuerza militar, instrucción pública, ob-
servancia de la Constitución y modo de proceder para hacer varia-
ciones en ella lSO.
3, 2.- El Congreso aceptó el proyecto firmado el 24 de diciembre
por los miembros de la Comisión: D. Diego Muñoz Torrero, presiden-
te, D. José Espiga, D. Vicente Morales Duárez, D. Agustin Argüelles,
D. Antonio Joaquin Pérez, D. Antonio Oliveros, D. Mariano Meo- .
diola, D. Joaquín Fernández de Leyva, D. Alonso Cañedo, D. Pedro
Maria Ric, D. Andrés de Járegui, D. Francisco Gutiérrez de la Huer-
ta, D. Francisco de Sales Rodríguez de la Bárcena y D. Evaristo
Pérez de Castro, secretario.
Para la fiesta de la promulgación del Código fundamental del
Estado, se señaló la fecha del 19 de marzo, aniversario de la re-
nuncia de Carlos IV en su hijo Fernando 351.
El 11 de marzo manifiesta el Sr. Presidente, D. Vicente Pascual,
que "el Congreso había resuelto que se publicasen las solemnidades
acordadas en sesión secreta para celebrarse la publicación de la
Constitución"; y por tres veces -15, 16 y 17 rlel mismo mes- cita
a los diputados ''para que en los dias 18 y 19 concurriesen con
puntualidad a la sesión a las nueve de la mañana para firmar y jurar
la Constitución, sin disculpa alguna". En efecto, el 18 de marzo, tras
la lectura de la Constitución y el discurso del Presidente del Con-
greso, los diputados presentes firman dos ejemplares -hallándose
veinte diputado ausentes con licencia. Después, se decreta la im-
presión y publicación de la Constitución, las solemnidades con que·
debe publicarse y jurarse, y la exclusión de algunas personas reales
a la sucesión de la corona; y el 19, el juramento de los diputados y ·
la Regencia con los discursos de ambos Presidentes, y la solemne·
función religiosa m.
A las granadas con que los franceses corearon la Constitución
en el asedio gaditano, sucedieron ininterrumpidamente los elogios
de las ciudades españolas conforme eran liberadas de la ocupación
napoleónica. Los valientes diputados prosiguieron su cotidiano tra-
bajo. Las dificultades que surgieron al paso, les incitó a proteger
su obra: la Comisión de Arreglo de Tribunales preparó para el 18
de agosto de 1813 un proyecto-ley, castigando a los infractores
de la Constitución.
350. DIARIO, XI, 210-225. 227-233. 236-250. 254-263. 266-275. 279-282. 286-
300. 303-319. 320-333. 336-355. 360-362. 366-370.
351. PI Y MAJICALL, Historia, li, 116.
352. DIARIO, XII, 235. 268. 290. 311-320; DECRETos de las Cortes, ll, 94-157_
165-173.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 341

4, 1. - Ahora bien, el estudio del mencionado debate en tomo a la


ley contra los infractores de la Constitución nos ofrece una ocasión
impar para comprender la INTOLERANCIA RELIGIOSA en aquella épo-
ca, después de la abolición del Santo Oficio. En las discusiones so-
bre la Constitución hemos apreciado, varias veces, tan interesante
aspecto, sobre todo, en las afirmaciones del Sr. Ingüanzo, el 2 de
septiembre de 1811, y de D. Agustín Argüelles, veintitrés dias des-
pués. Nos parece exagerado el juicio menospreciativo de Menéndez
Pelayo referente al trabajo realizado por las Cortes m.
Ciertamente, el español siempre fue muy propenso a personifi-
car todos sus sentimientos; tal vez su temperamento meridional le
impele a ver con mayor claridad y concretar sus afectos, identifican-
do los sistemas con las personas. De la veneración respetuosa ha-
cia el clérigo a principios del siglo xvm Jsa se llega a finales de la
centuria a un anticlericalismo rabioso -exento en cambio de ateís-
mo- en la ilustración española m; y emparedado por ese matiz
personificador y por el tradicional desquite, así se ha expresado
siempre el criticismo religioso en España. Pero despojémonos de
esta segunda naturaleza y tratemos de alcanzar la "revisión" de
la realidad vital que tocó en suerte a los diputatdos gaditanos.
Aquella época conservaba el medievalesco espíritu de guerra
santa, manifestando un aspecto agresivo en el catolicismo: se plan-
teaba la fe como un ideal de defensa o de ataque por el espacio vital,
enmarcado pcr aguas mediterráneas y atlánticas; en un plano más
.filosófico, supondrá una lucha entre la verdad -el catolicismo- y
el error -no el arrianísmo, ni el Alcorán, ni el judaísmo, ni el
protestantismo, sino la "herejía de la filosofia"-. En tal sentido,
!e vimos expresarse, el 25 de agosto de 1811, a D. Simón López, insa-
tisfecho con la respuesta de D. Diego Muñoz Torrero sobre la in-
vocación de la Constitución: deseaba "una declaración más solemne
de nuestra fe"; ella es "tanto más necesaria, qüanto que estamos
en un tiempo en que reyna mucho la heregia de la filosofía, tan con-
traria a esta religión que tanto nos honra" 356. Catolicismo y filoso-
fla, enemigos irreconciliables en disputa encarnizada por la misma
presa.
Frente a tal postura surge otra, que entiende la religión como
verdad vital con vigencia permanente y sustan~iable con métodos
pacíficos -oración, tralJajo, comprensión, amor-. Hoy la deno-
minariamos progresismo católico. Ya se manifestó entre los afran-
cesados, como producto neto de la ilustración hispana, pero toda
3S3. M. PEUYO, Heterodo:ros. ill, 458.
354. DE VAYRAC, Etat present de l ' E:spa.gne, I. 55-56.
355. SAR.RAHn., L ' Espagne éclairée, n . 677.
356. DIAlllO, vni, 10.
342

ella no cambió de dinastía; también se hallaba en las Cortes -entre


los liberales, si bien tironeados por presiones "serviles" y revanchis-
mo de fabricación nacional-: por eso, preferimos el catolicismo
de los afrancesados como más limpio, más independiente, si bien
genérico en extremo; careció de realismo, ya que no llegó a experi-
mentarse en la piel del toro hispánico. Asi., pues, el antiguo rector
de la Universidad salmantina, sin preocupaciones belicistas de de-
fensa ni de ataque, le bastaba considerar a Dios como legislador,
en la invocación del código politico. La Comisión no rezumaba ateís-
mo -si filosofía, y cristiana-: "ha creído -testificaba el Sr. Ley-
va 357- que siendo la invocación de la Santísima Trinidad el prin-
cipio de nuestras instituciones y la primera señal del cristiano, debió
concebirse en los términos del proyecto"; seria la norma-resumen
de todos los códigos, además de satisfacer las exigencias teológicas
de San Pablo, según los Srs. Mendiola y Oliveros m.
En cambio, todo esto fue un simple preámbulo del verdadero
debate, polarizado en los caudillos de sendas posturas, D. Pedro
Ingiianzo y D. Agustín Argüelles. La comprensión y el amor -me-
todología de la nueva temática católica- impulsaban a la toleran-
cia a que saliera a superficie, inconscientemente: no obstante, aque-
llos paladines de la libertad no eran capaces de vislumbrar todas
las consecuencias de la misma. Faltaba perpsectiva a los diputados
liberales, no valentía. Por tanto. incongruentemente rechazaron el
proyecto de Constitución que el luego famoso economista asturia-
no D. Alvaro Fló:::ez Estrada presentó a la Junta Central de Sevilla,
el primero de noviembre de 1809, en uno de cuyos artículos se pro-
ponía que "ningún ciudadano fuese incomodado en su religión, sea
la que quiera" lS9.
La Comisión de Constitución, por boca de su presidente, con-
testó al Sr. Ingüanzo, identificándose con su intolerancia, el 2 de
septiembre de 1811, y en tal punto abundó el Sr. Villanueva, anti-
guo Consultor del Santo Oficio 360, y en general todo el Congreso,
que adoptó la adición propuesta en la sesión siguiente 361; y el 9 de
octubre se reafirmaba D. Alonso Cañedo, el cual citaba al Sr. Conde
de Toreno 362.
Comprensivo aparece Lafuente con semejante intolerancia: "De-
claración - la del articulo l 2- que en paises extrangeros pudo ser
tildada de intolerante, y en alguno de sus términos impropia de la
potestad politica y civil; pero necesaria por una parte en las cir-
357. DIARIO, Vlll, 10.
358. DIARlO, Vlll, 11.
359. M . PI:LAYO, Heterodo3XJS, m, 446.
360. M. Pl:l.\YO, Heterodo3XJs, m , 468.
361. DIARIO, Vlll, 107-125.
362. DIARIO, IX, 170.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 343

cunstancias de aquel tiempo, y acomodada por otra a las cr eencias,


a las tradiciones y a la historia de nuestra nación. Además, en me-
dio de la proscripción que envolvia, de otro culto que no fuese el
católico, descubriase ya el intento y propósito de proscribir al pro-
pio tiempo la institución añeja del Santo Oficio, en el hecho de
asentar que el Estado mismo se encargaba de proteger la religión
por medio de leyes sabias y justas, lo cual era relativamente un
progreso no pequeño con respecto a la situación en que estaba bajo
aquel terrible tribunal" .363.
No olvidemos que el mismo D. Agustín Argüelles, en su célebre
respuesta al Cura de Algeciras, Sr. Terrero, el 25 de septiembre de
1811, revelaba su catolicismo -un catolicismo nuevo, ''progresis-
ta", insultado frecuentemente y con el mayor descaro en "nuestros
días por personas que llevando siempr e en la boca la religión, acaso
acaso están muy agenas de su espíritu"-: "Yo soy piadoso, y por
tal me tengo", pero trataba de separar lo eclesiástico de lo civil,
rechazar la alianza del Altar y del Trono : ¿separación de la Igle-
sia y del Estado? 364.
Y no solamente una ''piedad" entre defsta y escéptica, como han
pretendido sus más benévolos impugnadores. Al menos, en 1811 se
defiende con energía de quienes le atacan como ateo y "hereje de
la filosofía". Le importan tales criticas. Y el 23 de marzo proclamó
lo siguiente: "La impugnación -de los Srs. Borrull y Pascual-·
compromete mi reputación como católico apostólico romano" 365 •
4, 2.- Con tales preámbulos nos podemos acercar al m encionado
debate de 18 de agosto de 1813. A la protesta del Sr. Silves por la se-
veridad con que el proyecto-ley sobre infractores de la Constitución
castiga a los clérigos, responde el Sr. Calatrava, distinguiendo
entre confiscación de bienes, ocupación de temporalidades, y bie-
nes patrimoniales y propios 366; también tuvo que contestar a la.
363. l..AFt1ENt:E, H istoria, XXV, 196-197.
364.. DlAR.lO, VIII. 427-428.
365. DlAR.lo, IV, 325.
366. DIAIUo, XXII, 106: "Se ha fundado en el decreto de V. M. de agosto
de !812, dado a conseqüencia de Jo ocurrido con el Obispo de Orense... Luego
V. 111. reconoció terminantemente que la ocupación de temporalidades no es
la confiscación de bienes que ha prohibido la Constitución. La Comisión no ha
entendido por temporalidades los b ienes patrimt>niales o que han heredado de
sus padres o que hayan comprado; ni de consiguiente ha entendido que se
les confisquen éstos porque se les ocupen aquéllas. En la la.rguisima discusión
del asunto del cabildo de Cádiz, convenimos todos en que sólo se compre-
hendian las rentas eclesiásticas en la denominación de temporalidades. Y esto
es ta.n cierto como que la Regencia al disponer la suspensión de las tempora-
lidades, no les ha tocado los bienes patrimoniales y propios. Porque si no se
les ocupan estas rentas, habrá una grande desigualdad entre ellos y los secu-
lares, los qüales perderán sus honores, empleos y s ueldos, y los eclesiásticos-
se quedarán percibiendo las rentas que les paga la nación ".
ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

inusitada petición del Sr. ·Alaja 367 con una protesta de fe de la


Comisión 368•

367. DIARIO, XXII, 115: "Concluyo, pues, pidiendo que se añadan tres
solas palabras, colocadas de modo que diga el artículo -2.0 - así: El que cons-
pirare directa o indirectamente, de hecho, por palal:lra o por escrito a estable-
cer otra religión en las Españas, o a que Ja nación española dexe de profesar
la religión católica apostólica romana, será perseguido como traydor. Y me
opongo a que la primera línea del articulo se apruebe como se halla estam-
pada en el proyecto, porque resultaría ilusoria esta ley, y de poder sólo servir
de un salvoconducto a los enemigos de nuestra santa religión".
368. DIARIO, x:xn, 328-331: "La Comisión seguramente no esperaba que
después de hacérsele la justicia de conocer su religiosidad y buena fe, se le
hiciese por el señor preopinante unos cargos tan terribles como el de suponer
que por este medio intenta dexar impunes todos aquellos delitos contra la
religión que no sean una conspiración directa y de hecho para que no se pro-
fese en la monarquía o para que se profese otra. SObre esta equivocación, o
más bien sobre un verdadero sofisma ha versado todo el discurso d el señor
preopinante. Infringe este articulo -12.0 de la Constitución: 13.• en el pro-
yecto, pues el articulo 4.• pasó a ocupar este Jugar-, no el de qüalquiera modo
delinca contra la religión, sino únicamente aquel que conspire a que la reli-
gión católica no sea la religión de los españoles, o a que se introduzca otra
en el reyno. Le impone una pena más grave que la de los hereges, porque por
más que diga el señor preopinante, bien sabido es que éstos no son declarados
traydores por la ley de Partida, aunque sí se les imponga la pena de muerte.
¿Qué más se quiere pues? ¿O se trata por ventura que todos los delitos contra
la religión, grandes o chicos, de esta u de la otra clase se castiguen como
infracciones del articulo 12 de la Constitución? La Comisión dexa intactas to-
das las leyes buenas o malas que hoy rigen, respecto de los delitos contra la
religión: el herege y los demás serán castigados con arreglo a las leyes según
el grado de su crimen... No confundamos unas cosas con otras, ni lo que es
heregia con lo que es infracción del articulo 12 de la Constitución. Uno, por
exemplo, escribe una obra sembrada toda de proposiciones heréticas, el Ordi-
nario las declara tales y contumaz al reo si no reconoce su error: el reo será
castigado como herege, pero no como infractor de la Constitución, mientras
que limitándose a negar algún dogma o a proferir otro error contra la fe, no
diga que la religión católica no debe ser la que se profese en Esp~.ña o que
ademá.> debe profesarse el luteranismo, el mahometismo, etc.; al coatrario, si
uno trata de introducir qüalquiera de estas sectas o de desterrar del reyno la
religión católica, la autoridad citñl por sí sola sin necesidad de declaración
alguna del Ordinario, procederl. desde Juego contra el reo como un perturba-
dor del orden público, como un infractor de las leyes fundamentales, y le
castigará aunque no sea herege, porque podrá no serlo y tratar de que se in-
troduzca otra religión en Espafu.... La Oomisión no propone pena sino contra
los que conspiren directamente y de hecho.... porque ios i11directos no hay
naojje en est.e mundo que pueda de~rminarlos. ¿Y qué reglas ~e han de dar
para que l3 arbitrariedad o la ignorancia no graduen de atentados indirectos ffi.s
acciones más indiferentes? ¿Dónde vamos a parar? .. . Tampoco debe añadirse
" o de palabra", porque si uno conspira directamente procurando persuadir a
otros t!n :;us conversaciones o ccn sus discursos o a.¡:engas que dd".oe c¡esterrar-
se de España la religión católica o admitirse otra, éste es un hecho, y " de
hecho" es la conspiración aunque el conspirador no haya llegado todavía a
emplear más que la palal:lra. Si hace lo mismo por escrito, también es un
hecho ; y de uno o de otro modo "de hecho" anuncia y pone por obra sus
malas intenciones; y " de hecho" procura suscitar un partido para conseguir-
las. Se dice conspirar "de hecho" para que se sepa que no queremos castigar
lo que uo pase de intención. Concluyo, por último, recordando a V. M. qne el
.demasiado zelo puede extraviamos en la presente qüestión•·.
RELIGIOSIDAD HlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 345

Las palabras del Sr. Calatrava tuvieron que provocar -también


a los actuales lectores-- un impacto escalofriante, como las del
Sr. Luján 369 -en respuesta a la petición del Sr. Guazo, empeñado
en la postura del Sr. Alaja- y del Sr. Muñoz Torrero m.
Prescindimos de los maximalistas 371 a efectos de conseguir una
opinión media en el Congreso gaditano. Y no se crea que los dipu-
tados liberales estuviesen enajenados por una euforia colectiva;
·~ran plenamente conscientes de practicar una intolerancia reli-
giosa sin precedentes en la historia hispana; lo advierte el Sr. ·Me-
jla, a quien Menéndez Pelayo califica -como vimos 1.14 en este ar-
tículo- "volteriano de pura sangre, jurisconsulto regalista con
animosidad anticlerical, inclinado más que otro alguno a la tole-
rancia civil, mal intencionado, etc." m: "La Comisión con haber ex7
tendido el articulo en qüestión se ha acreditado de más piadosa JI
zelosa por la religión que los reyes antiguos de España más cele-
brados por su piedad y catolicismo, puesto que en sus reinados
se toleraban varias sectas... ¿Nosotros que tratamos de imponer la
pena de muerte, por un zelo laudable aunque por un falso princi:
pio, a los que conspiren contra la religión, sujetaremos a todos les
que delincan contra ella baxo la misma pena capital? ¿Será opor-
tuno ir ahora detallando las penas que se han de imponer a cada

369. DIARIO, XXII, 116 : " Como de la Comisión digo que no tengo incon-
veniente en que se e:rprese queden vigentes todas las leyes que tratan de los
delitos contra la religlón".
370. DIARIO, xxn, 116: "Yo por exemplo puedo manifestar una opinión
contraria a alguna o algunas disposiciones constitucionales, porque puedo estar
persuadido de que hubiera convenido más haber resuelto otra; pero siempre
que yo respete la ley, la obedezca y execute, cumplo con mi deber, y no incu-
rro en la pena que señala el expresado articulo. No sucede así en las mate-
rias de religión : porque si yo manifiesto una opinión contraria a alguno de
!os dogmas detbidos por la Iglesia, ya soy crimi nal ar.te la. ley civiL, e incurro
en la pena impuesta por ella ; sin embargo de que resulta de este principio que
están prevenidos por las leyes todos los delitos contra la religión, la Comisión
no se contenta con eso, sino que quiert prevenir el caso que uno intentase intro-
ducir en España la TOLERANCIA CIVIL de los impíos., judíos y demás sectarios
separados de la lglesia Romana, y a éste le declarn traydcr, y le impone la
pena que le corresponde como a tal".
371. DIARIO, XXII, 117-118: "5r. Ceoo.llos: Se debtn i.nponEr penas no só!o
al que conspire, sino al que cometa qüalquiera otro delito, no sólo infundir
principios contra la religión, aunque sea una sola persona, sino al que por sí
no cumpl:!, porque éste falta a la Constitución, y en qüanto está de su parte
procura destruirla'".
"Sr Gonzá1u López: ¿Estan comprehend.idos en esta proposición aquellos
QUE' enseñan un solo error, por exemplo. que no debe ayunarse qüando lo
manda la Santa Madre Iglesia?"
"Sr. CaLatrava -eontestandole-: Si el señor pregunta si está comprehen-
dido este delito en los cometidos contra la religión, le diré que sí; pero si
quiere decir, si está sujeto a la pena de muerte que aquí se impone, le diré
que no".
372. M . PELAYO, Heterodoxos, ill, 445. 469-470.
r.CLICoOl<I0\0 111 51',\~A .•• - 2J
346 ALFREDO M.ARTINEZ ALBIACH

clase de los referidos delitos? No, Señor; porque nosotros no vamos


a establecer de nuevo la religión en España: NO QUEREMos OTRA QUE
LA QUE FELIZMENTE EXISTE, QUE ES LA CATÓLICA, APOSTÓLICA, ROMANA,
para cuya protección y conserVación tenemos leyes ... Y aun -des-
pués de ver muy conducente insertar en el articulo la adición del
Sr. Guazo : "por escrito"- aprobaría con el Sr. Alaja que se aña-
diera " de palabra", a no conocer qüánto se abusa de las palabras,
y con qüánta facilidad nos expondríamos a que ardiera la nación
en discordias, producidas por falsas delaciones de supersticiosos,
impostores y vengativos" 373• Unicamente se afana en podar las hi-
pérbolas religiosas y por los previsibles abusos.
En similares matices inciden los Srs. Briceño y Villanueva, quien
expresamente subraya que los Cortes gaditanas son más papistas
que el Papa, el cual "permite judios en la misma Roma" nc. Paten-
temente se les advierte del recrudecimiento de la intolerancia: una
ley nueva, por la que será crimen de Estado cuanto no había sido
hasta ahora; ley, única en su género, "hará época en los fastos
de los estados católicos". Y envanecidos con el snobismo, la acep-
taron orgullosos, sin excluir la adición indicada por el Sr. Calatra-
va -"Los demás delitos que se cometan contra la religión, serán
castigados con las penas prescritas o que se prescribieren por las
leyes" m_, por más que no satisfizo a la piedad del Sr. Ostolaza:
en la sesión siguiente se agregó a las actas su voto contrario a la
resolución 376• Tampoco el Sr. Alaja, obsesionado en su "indirec-

373. DIARIO, XXII, 117-118.


374. DIARIO, :x:xn, 119: "Va V. M. a decretar una pena nueva para un
delito nuevo: delito que no es contra la religión, sino contra la actual Cons-
titución poUtlca del estado. La religión católica no es vulnera<'.a, porque en un
estado donde es dominante se toleran sectarios. Si así fuese, pudiera decirse
que la vulnera el Santo Pad..Te, porque permite ;u.dios en la misma Roma. Tam-
poco ha sido entre nosotros HASTA AHORA esta tolerancia delito de estado. Noto-
rio es que 1.a España católica desde Recaredo hasta. Don Fernando y Doña
Isabel, al paso que profesaba como dominante nuestra santa religión, no
excluyó absolutamente a todos los sectarios: ... las reglas de prudencia y las
condiciones, baxo las qüales se toleraban los judios en nuestro.o; pueblos. Aúr.
después de la expulsión absoluta de estos sectarios, a nadie se le ha prohi-
bido controvertir de palabra o por escrito, si convendría que fuesen otra vez
admitidos en alguno de nu~tros put'bl<>S. Y asi es que nadie ba cl2.mado con-
tra los expedientes que sobre este punto se promovieron en los reynados ante-
rl~res. Por eso he dicho que ésta es una ley nueva, por la qüal será crimen
de estado el que no habia sido hasta ahora. Y añado que esta ley, única en su
clase, hará época en los fastos de los estados católicos. La palabra "directa-
mente" la tengo por necesaria, para evitar el abuso que la malicia hace de
expresiones muy inocentes, torciéndolas hasta darles un sentido odioso que
comprometiese a su autor". ·
375. DIARIO, XXII, 120.
376. DIARIO, XXII, 127.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 347

tamente". La cerrazón de su postura provocó la ira de D. Agustín


Argüelles m .
En realidad, los liberales -tras proclamar entusiásticamente la
intolerancia religiosa, sancionando su transgresión como crimen de
Estado- no columbraban que el otro partido del Congreso prepa-
raba una soga para ahorcarles, después de tildarles de materialis-
tas, ateos e irreligiosos. Al fin, el Sr. Alaja, presionado por el señor
Gordoa, lo descubrió 378 • Y la propuesta fue rechazada como inútilr

377. DIARio, XXII, 127-128: "Por este medio veo renovada en el Congreso
la controversia sobre la Inquisicf(m. No babrla osado aquel tribunal en sus
.Ceroces tiempos imponer la pena de tra.ydcr, y la muerte al que indiTecta'TMn-
te elogiase las leyes que habían permitido y protegido a los judíos en España ;
pues la adición del señor preopinante precisamente iba a dar al proyecto que
se discute este grado de atroci.d4d... Si yo diese la pre.{erencia a la sabidurla
de las leyes godas sobre las leyes de Felipe ll (1558) y m (1609), conspiraria
indirectam.e nte.. . Seria un conspirador indirecto si dixese que el Papa. como
soberano de Roma. tiene leyes más políticas y benéficas que los Reyes de Es-
paña... Si yo discurriese o compusiese un libro en que examinando las leyes
de Alfonso X dixese que la protección que habían dispensado a los moros y
judíos establecidos en España fue la causa del adelantamiento de la agricul-
tura, de la industria, de la medicina, alitronomia, matemática y otros ramos
del saber en aquella época; y que por el contrario la política de los Reyes de
la Casa de Austria dio el golpe más funesto a la población, a la riqueza y
prosperidad del reyno con haberlas abolido; el Sr. Alaja o los que siguen su
doctrina...• discurrirían asi: elogiar unas leyes que toleraban en España unas
religiones diversas de la dominante, y darles la pre.{erencia sobre las que rigen
en el dia, que son contrarias a aquéllas, es deprimir el mérito de éstas, es indu-
cir por este medio a los españoles a que deseen el restablecimiento de las an-
tigU4S, pues que son mejores; y es por lo mismo conspirar indirectamente
a que establezca en el reyno otra religión ... Yo vendría al fin a ser decapitado
y traydor como conspirador indirecto por sostener que en Roma había ideas
más exactas acerca de la religión y de la política que en España.; y o el Papa
estaría en contradicción como príncipe temporal con los principios de la Igle-
sia católica, de que es cabeza, centro de la comunión católica, o las Cortes
aprobando la adición del señor preopinante introducirían una doctrina políti-
co-religiosa desconocida, fundada eu un .absurdo".
378. DIARio, XXII, 131-137 : "Verdad es que tenemos leyes penales contra
los judíos, hereges, mahometanos, y contra los que pretenden establecer Qiial-
qUiera otra r eligión; pero no sé que las tengamos con aquella expresión quP.
necesita toda le y penal, para que la e¡:iqueya no la restrinja., contra los KAn:-
RIALISI'AS, ATEISTAS, Y OI:ROS que IlE'I.ESL\NDO toDA RELIGIÓN, lejOS de pretender
establecer algunas, se empeñan en atentar contra todas; y ya se ve que siendo
asi no encontrarú:.n estos -mem!gos de la relig!ón. le-s m& ccmtra:iru y L"mi-
bles en el día, impedimento alguno para. acometer!as a su placer, ni seria
extraño en dicho caso que la irreligión comenzase desde hoy - si tal vez ya
no progresa del modo más lamentable- a propagarse en las Españas a ma-
nera de un contagio, aunque no se advirtiesen conspiraciones ni ruidos... Reú-
nense qüatro o seis en algún punto de nuestra monarquía; se circuncidan,
abren sinagogas., celebran el sábado, la pasqüa de los judíos, las neomenias, etc.
Este es un v. g., de los que conspiran "directamente y de hecho" contra el
articulo 12.0 de la Constitución. Los que sin circuncidarse conviniesen en asis-
tir a esta ceremonia, fabricar la sinagoga, escuchar a los rabinos, tapar y
cubrlT a estos sectarios, etc., conspirarian ''indirectamente y de hecho". Se
convocan ·s eis u ocho en un CAFÉ y ocupan el tiempo en blasfemar sin miramien-
to ni disimulo de nuestra santa religión, contradecir sus dogmas, ridiculizar
'348 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

inoportuna y perj udicial por inexacta, por confusa, porque daría


ocasión a que jueces "ignora11tes y malignos'' impusieran la ú ltima
pena a su antojo, según el por tavoz -Sr. Gordoa-, si bien él mis-
mo estaba dispuesto a rubricar la adición con la sangre de sus ve-
nas, después de envanecerse en proclamar que "esta ley se estable-
ce en una nación que tiene y se gloria más del timbre de católica
que de española" 379• Naturalmente, los "serviles" presentaron su

SU$ misterios, etc.; éstos conspiran " directamente por palabras'' contra el ar-
ticulo constitucional citado. No lo hacen así tan franca y abiertamente, sino
con disimuw, por rodeos, cubriendo el anzuelo con cebo proporcionado para
pescar a los incautos, persuadiendo, amenazando, prometiendo; éstos son los
que conspiran "indirectamente por palabras". se convienen tres o qüatro. cir-
culan cartas. escriben libros dirigidos a ateizarlos, etc.; éstos conspiran ''direc-
tamente por escrito". Los que imprimen, venden o conducen estos libros, o
reparten estas cartas conspiran "indirectamente por escrito"... Mi adición no
sujeta responsabilidad alguna al que no ayune, no oyga misa, ni guarde cas-
tidad, ni respete hacienda, honra o vida agena, ni al que DE soroNES ADENTRO,
o sin conspirar, sea herege, judío, mahometano, francmasón, o lo que quie-
ra... No estaria jamás por la pena de muerte, mientras pudiese subtituirsele
otra no menos temible, pero más próbida en favor de la sociedad; y del mismo
delinqüente".
379. DIARIO, XXII, 141-146: "La Comisión en su informe de 20 de enero
último ofreció al Congreso uno comprehensivo de las reglas que estimase con-
ducentes para hacer efectiva la responsabilidad de los infractores de la Cons-
titución política de la monarquía. Consiguiente a su oferta, no debió en esta
tercera parte de su plan hacer otra cosa que cumplir con el encargo que S. M.
se sirvió hace-rle en 27 de noviembre ant.erior, para que propusiese el conve-
niente remedio de los casos no de contravención a los <trtículos de la !e, a sus
divinos dogmas y prácticas piadosas, sino a los artículos de la Constitución
política, porque ésta era la que necesitaba de esas leyes, que asegurasen y pro-
tegiesen su observancia, como que ni en ella misma, sino en muy pocos casos;
ni en nuestros códigos estaban determinadas: necesidad que no tenía entre
nosotros nuestra sagrada religión, cuyos dogmas, sacramentos. moral y culto
en todas sus partes han sido objeto muy principal de todos nuestros códi-
gos... Leído en la Comisión este articulo, se observó por uno de sus indivi-
duos, que podría extrañarse faltaba en él lo que ahora pretende el Sr. Alaja
se le añada. Contestó el autor del proyecto que como no podia derogarse, ni se
derogaban por el articu!.o las leyes religiosisimas de que abundan nuestros
códigos contra los que INDIRECTAMENTE atentan a la religión católica apostólica
romana, era ésta una ley nueva, contra los que directamente conspiren de he-
cho a establecer otra en las Españas, o a que la nación española dexe de pro-
fesarla; pues háganlo por ignorancia, y sin protervia, o maliciosamente, y con
obstinación. deben sufrir por el solo hecho calificado de la conspiración direc-
ta, la pena capital que expresa el articulo. Esta respuesta sath;fizo justamente,
Y debió satisfacer a la Comisión, y convencerá al Sr. Alaja, de que ella lejos
de ver con indiferencia este punto, ha estado muy atenta a todo lo que pue-
de conducir para que el precioso depósito de m religión que nos transmitieron
nuestros padres se conserve siempre puro, íntegro, ileso; teniendo muy presen-
te que esta ley se establece en una 1U1Ción que tiene y se !IWria más del tim-
bre de católica que de española.. . !<o tenemos leyes generales contra los ma-
terialistas, ateístas y otros; es decir, que no las tenemos contra tooa especie
de enemigos de la religión católica, y que por esto en qüanto a ·ia protección
que le debe la nación, está defectuoso el proyecto. pues omitió el inmenso
catálogo de hombres y sectas que no la profesan o la niegan. que la combaten
o abandonan. etc... Tal empresa lejos de ser loable, pasarla por una extrava-
gancia ridícula, y sus autores por unos pedantes despreciables antes que le-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 349'

voto particular contra la votación, en la sesión siguiente de! 20 de-


agosto de 1813 380, a la vez que respetaban la religión de los extran-
jeros 381 •
El 22 de agosto se aprobaba el 11.0 y último articulo 382 del pro-
yecto-ley sobre responsabilidad de los infractores de la Constitu-
ción. Su estudio nos ha deparado una coyuntura singular, condu-
cente a la comprensión de la intolerancia religiosa en las Cortes
gaditanas.

Desde Gregorio VII, Inocencia ID y Bonifacio VIII privó la


doctrina de las dos espadas: la espada temporal -<:onservando in-
tegra la inmunidad de la Iglesia en los asuntos internos y en su
apostolado- se empleaba al consentimiento y al mandato del sacer-
dote para la protección de la unidad religiosa de la cristiandad y
para la exterminación de la herejía, si bien por razones político-
económicas se toleraba a judíos y paganos, por ejemplo, en los
reinos de Castilla y Aragón. Prosiguió esta doctrina en los teólogos
durante los conflictos siguientes a la Reforma: el Rel Católico de-
bía exterminar el protestantismo, pero donde se hallaba bien es-
tablecido y organizado, autoriza la tolerancia como mal menor para
no turbar la paz pública -Carlos I en Alemania, en el ocaso de su
imperio-. En sí y en principio, el deber del Rey -según el concep-
to paternalista de la época- alcanzaba la solicitud de todo el bien-
estar de sus súbditos-hijos, constituyéndole protector de la religión
católica y guardián de la unidad religiosa como aglutinante esencial
de la unidad politica de los españoles. Tal es el ideal, realizado en la.
peninsula, islas adyacentes y domirüos de ultramar, hecha la ex-
cepción de Carlos I en Alemania como una concesión necesaria en
atención a las circunstancias.
gisladores... Rubricaria. con la sangre de mis venas la adición, si no la creyese-
inútil, inoportuna, y perjudicial, por inexacta, por confusa, porque dará oca-
sión a que los jueces ignorantes y malignos impongan la última pena a su
antojo".
380. DIARIO, XXII, 146 : "Se mandó agregar a las actas el voto particular
del Sr. A!aja, ::uscrito por :c3 S!"s. Llaneras, TerrE'ro, Sl:las <D .•luan) , Sánchez,
Rulz (D. Lorenzc> Lladós,Monten4;gro, Lasauca, Moreno, Garino, Borrull, G!ll"-
cés, Alcayna, González López, Ocharán, Ger, Ortiz <D. Tiburcio), Obispo de
Ibiza, Calderén, y Andrés, contrario a la resolución del dia anterior".
381. DIARio, XXII, i57-158: "Sr. Güazo: ... De ninguna. manera trato yo
de que se obligue al extrangero, ~ turco, sea griego, u de otra qüalquiera
nación, no católica -y exista en España por relaciones diplomáticas, comer-
ciales, u de otro motivo que dimane de los convenios y tratados de paz y alian-
za-, a que dexe de vivir en su religión, considerándolos como infractores de
una ley fundamental del estado".
"Los Srs. I..a.rrazállal y calatrava hicieron presente que el articulo 3.0 com-
prehendia también a los extrangeros, pues que estaba concebido en términos
generales... El articulo 3.0 fue aprobado sin discusión".
382. DIARIO, XXII, 206.
"350 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

En las Cortes de Cádiz se presentó la cuestión desde la perspec-


tiva de los derechos exclusivos de la verdad -la religión católica-
-y de la consiguiente intolerancia legal para el error -las restantes
religiones-. Y como subrevivencia de la teoría medieval de las dos
espadas, el poder real debía favorecer la causa de la verdad reli-
giosa y perseguir el error. En los albores del siglo XIX se había con-
seguido un progreso -también por parte de los "serviles"-: una
valoración mayor de la dignidad humana, y la lógica deducción de
aceptar el principio de la libertad de conciencia -nadie debe ser
casti~ado por la conciencia: "no sujeta responsabilidad alguna de
botones adentro", en frase del Sr. Alaja-. En cambio, ni siquiera
por los liberales se admite el principio del libre ejercicio de la re-
ligión no católica, la expresión pública de otra fe religiosa. Aun
n o se había intuido el intimo lazo entre la libertad de conciencia
-y el libre ejercicio de la religión, ni de que aquélla perdía su senti-
do cuando se prohibían las expr esiones públicas: esto supondría
un paso más, el de la intolerancia a la tolerancia -la libertad re-
ligiosa sería todavía un paso posterior-: estos dos signos de los
tiempos no serían leidos en aquella sociedad borbónica sino en su
restauración por Alfonso XII -Constitución de 1876-, implantando
1a tolerancia religiosa, por la presión sociológica de la libertad de
cultos decretada en la Constitución de 1869 tras el destronamiento
de Isabel II; el segundo signo, el de fa libertad religiosa, espera-
ría los tiempos del Concilio Vaticano Segundo.
Y es que en los primeros años del siglo XIX, el Rey -durante
1as Cortes de Cádiz, S. M. era el Congreso- r epresentaba, siguien-
do la analogía de la familia, el de padre de la patria - también los
diputados gaditanos-, cuyo poder paternal se extendía a la solici-
tud del bienestar total de sus súbditos-hijos, incluso el bienestar
religioso. Por tanto, merecía el título -como Rey Católico- no sólo
<le miembro principal de la I glesia, sino de su protector, sobre todo
al considerar la unidad religiosa de España como necesaria para su
unidad política. Se trataba de una consecuencia lógica de la indivi-
sibilidad rte la soberanía. del Rey - y de la nación reu.."lida en Cor-
tes-, es decir, de la prerrogativa religiosa de S. M. como un atribu-
to esencial de su soberanía política. De ahí que la solicitud de S. M.
por el bienestar religioso pase a ser de un deber un derecho, y la
extensión de su ejercicio queda a su propia y arbitraria determina-
ción. As1 interpretamos el regalismo borbónico y el de las Cor-
tes gaditanas. El glorioso título de Rey Católico -D. Alonso Ca-
ñedo confirmaba al Sr. Conde de Toreno .m_ confería· al de España

383. DIARIO, IX, 170.


RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 351

un poder de algún modo eclesiástico -no ya el de Pontífice regio


del siglo XVIII, "Vice-Dios, su Vicario en la tierra"384-, extendiendo
su solicitud a la unidad religiosa hispana como aglutinante impres-
cindible de la unidad política, desde Fernando e Isabel. El estado
católico no es un concepto univoco; cubre toda una gama de reali-
zaciones históricas, y los diputados gaditanos, sabedores de ello,
pretendieron des-regalizar al poder ejecutivo. El éxito no les acom-
pañó por su división ideológica : para unos volver al siglo xvn, para
otros "saltarse" el XVIII europeo poniéndose al día. Lamentable
anacronismo histórico; también en los liberales, ya que el hombre-
masa no babia madurado. Tampoco los dirigentes -el mito de So-
ciedad-Estado empezaría a destintegrarse a finales del XIX-.
Así, pues, elevan la intolerancia religiosa a "ley constitucional"
con un rigor jamás superado en la historia española ni por los
Pontifices Romanos, respetando tan sólo !la libertad interna de con-
ciencia y la de los extranjeros en su profesión pública. La ley se
establecía en una nación que tiene y se gloria m ás del timbre de
católica que de española, según el diputado Sr. Gordoa 385 • Cons-
tituía un hecho social: "la nación profesa la religión católica", pro-
clamaba el articulo 12.0 de la Constitución. Y de ahí concluía el
futuro Cardenal Arzobispo de Toledo, D. Pedro Ingüanzo : "sin que
alguno que no profese la religión católica pueda ser tenido por es-
pañol ni gozar de los derechos de tal" 386; naturalmente como buen
canonista no juzgaba el fuero interno de la conciencia -"de boto-
nes adentro" 387- . La intolerancia era fruto del tiempo.

384. BEr.LUCA, Cart.a que escrive a los Fieles de su Obispado, p. l-3.


385. DIARIO, XXII, 141.
386. DIARIO, VTII, 119.
387. DIARIO, XXII, 135.
'352 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) Profetismo en las Cortes


Tal vez pueda extrañar el título. Tal vez se pueda pensar sólo,
en un grupo de diputados, concretamente los ''servilistas".
Sin embargo, creemos que el titulo es justo, y responde a una
realidad. Se ha tergiversado tanto la labor de aquellas Cortes gadi-
tanas, que parece se sinonimizan con la herejía o con la antírreli-
giosídad. Ulteriores estudios, más desapasionados, han revelado su
~esencanto al no hallar cuanto la propaganda extremista anunciaba_
No vamos a caer en el extremo contrarió de canonizarlas.
Para mantenerse en el justo. medio, el mejor método es apro-
ximar el lector a las fuentes, a fin de que éstas le comuniquen di-
rectamente -sin intermediarios- su mensaje.
En primer lugar, observaremos once manifestaciones de profe-
tismo; no las únicas, pero si las más interesantes. Luego, aprecia-
remos un duelo, parapetado en unos símbolos religiosos, muy al
estilo de la época.
Consideremos tales datos con ecuanimidad, para juzgar y ac-
tuar según nuestra responsabilidad cristiana.
a)) Once manifestaciones del profetismo
l . - El 25 de septiembre de 1810, el Presidente del Congreso,
D. Ramón Lázaro de Dou, decretaba cantar el T e D eum en acción
de gracias por el establecimiento de las Cortes, y "hacer salvas y
rogativas públicas por tres días, implorando el auxilio divino para.
el acierto" 388.
2.- El 26 de octubre del mismo 1810, "a las siete y media :ie la
noche se dio principio a la sesión secreta para elegir el nuevo Con-
sejo de Regencia. Antes de la votación, viendo yo -atestigua don
Joaquín Lorenzo Villanueva 359- que nadie hahlaba de invocar la
asistencia del Espíritu Santo, dije estas palabras: "Señor, vamos a
tratar de un negocio que por ventura es el más grave de la nación
y el que tiene mayor influencia en su libertad y felicidad. Somos
católicos y debemos dar muestra de ello: antes de proceder a la
ele~;ción invoquemos brevemente el Espíritu Santo, rezando el him-
no "Veni Creator" con su versículo y oración". Levantáronse mu-
chos a un tiempo apoyando mi propuesta, y, aprobada por aclama-
mación, me mandó el Presidente que me encargase yo de dar prin-
cipio a esta oración. "Tenemos, dije, un Obispo (el de León) en eL
388. D ECJU.-ros de las Cortes, I , 6.
389. VII.UNUEVA, M i v iaje a las Cortes. IL 19.
JU:LlClOSIDAD HlSPA."VA Y SOCIEDAD BORBONlC.\ 353

Congreso; más regular es que dé esta comisión a tan digna per-


sona". Así se hizo, acompañándole yo y algunos otros eclesiásticos,
alternando con los demás individuos del Congreso".
3. - El 3 de noviembre del ya mencionado 1810 390, el Presiden-
te D. Luis del Monte "mandó suspender la discusión para que el
Sr. Villanueva tuviese lugar, como lo deseaba algunos dias había,
para hacer una proposición. Asi lo executó, leyendo un papel, en que
después de varias reflexiones, proponía que el modo de aplacar la
ira de Dios era mandar lwcer rogativas y penitencias públicas, for-
mando un decreto para ello. Este pensamiento fue apoyado por el
Sr. Dueñas de Castro, leyendo también otro papel sobre la misma
materia" 391 •
4.- El primero de diciembre del varias veces citado 1810, bajo
la presidencia de D. José Morales Gallego, se publicó la Carta Mag-
na del profetismo. Por la noche, "en la sesión reservada, se leyó el
proyecto de decreto encargado al Sr. (M.) Torrero sobre las exhorta-
ciones que debe hacer nuestro clero para desmentir los errores y
equivocaciones de los eclesiásticos infidentes, y la publicación de
rogativas, invitando a los Prelados y demás superiores a que inspiren
la reforma de costumbres. Pareció bien y se acordó igualmente
que se lea en la sesión pública de mañana" m. En efecto, fue leido
y aprobado el decreto "sobre los RR. Obispos y demás ecle-
siásticos prediquen contra los que intenten probar que la dinas-
tía de los Napoleones debe reynar en España, y sobre que se man-

390. DIARIO, ! , 74.


391. La propuesta, reproducida con insistencia en muchas sesiones, costó
al Sr. Villanueva no pocos disgustos por la critica que de ella y aun de la
persona hicieron El Conciso y algún otro periódico de los que entonces se
publicaban (LAFtll;IfTE, Historia, XXIV, 456). El 7 de noviembre, "D. José Ma-
zarrasa se quejó de un memorial del periódico intitulado El Conciso, por lo
que habla del Sr. Villanaeva, y pidió que se le mandase dar una satisfacción
pública. Se acordó que se pasase con un exemplar del Conciso a la Comisión
de Justicia" <Dwuo, I, 79>. Pero D. Joaquin Lorenzo Villanueva prefirió aliarse
con los liberales, a costa de perdonar la hum.l1.lación y desairar a su redentor :
el 15 de noviembre, "se dio cuenta del expediente suscitado contra el pertó-
díco intitulado El Conciso por D. José Mazarrasa, y se leyó el informe de le
Cemisión que censura a dicho periódico. Tomando la palabra el Sr. Villanue-
va leyó un papel, en que después de condonar la injuria. pedia que se sobre-
seyese en el negocio, y qüando, lo que no esperaba, se nombrase tribunal, se
acompañase este papel que presentaba. Algunos señores diputados exp;.rsieron
que no babia motivo para haber hecho Mazarrasa la representación, ni para
perseguir la injuria personal hay un acción popular, y qüando no haya lugar a
una demostración seria contra el recurrente, a lo menos no debe elogiarse
su zelo indiscreto. Un señor diputado dixo que efectivamente El Conciso con-
tenia alguna idea censurable; lo qüal impugnaron otros \-arios seflorcs. Conclui-
da la discusión. quedó desaprobado el dictamen de la Comisión, y según lo
pedido por el Sr. Vlllanueva se resolvió que se sobreseyese en este asunto"-
<DIARIO, I, 89-90) .
392. VILLANUEVA, Mi viaje a las Cortes, ll, 73.
1
'354 ALFREDO loi!ARTINEZ ALBIACH

den hacer oportunas rogativas" :193• Las Cortes gaditanas ofrecían 1


un diagnóstitco ~oral para una situación politico-militar. La re-
forma de costumbres, panacea en la Guerra de la Independencia.
Al fin y al cabo, una guerra santa, en boca del mismo Argüelles 394,
contra "unos hombres más impíos que los asirios" según el dicta-
men de una Comisión parlamentaría 395• La santa ca~ promovida
y sostenida por el espíritu de los Macabeos. El profeta desarraigará
todos los vicios, particularmente los que debilitan las fuerzas físicas
Y arruinan la salud del ejército; arranca la cizaña. Tal es el espí-
ritu del decreto 396, cuya temática no comprenden historiadores
como Lafuente 397_

393. DIARlo, I, 116-117.


394. DIARIO, IV, 327.
395. DIARIO, V , 310.
396. DECRETOs ele las Cortes, l, 30-32: "Las Cortes generales y extraordina-
1
rias ven con el más profundo dolor la astucia y pérfidas artes con que el inva-
SCYr de la nación procura seducir a los incautos, y hacer instrumentos de su
iniquidad aun a las personas distinguidas de la monarquía, y que convencido
del grande y poderoso injlu:xo ele la religión en un pueblo todo católico, obliga
a los Obispos a que apoyen sus injusticias por pastorales que intenta dirijan
a sus diocesanos y a otros eclesiásticos, que prediquen ser la VOLUNTAD DE Dios
que se sujeten a su cetio de hierro, haciendo en España como en Francia
de la cátedra de la verdad la escuela de la mentira. Por tanto excitan el sabio
zelo de los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos, PTelados, Párrocos, y demás ecle-
siásticos a que impugnen con solidez y energía los perniciosos escritos de aqué-
llos que por desgracia se han extraviado, sucumbiendo a la seducción y a la
fuerza; anuncien a los pueblos que el amot" a la Patiia, de su libertad e in-
dependencia es una obligación de rigorosa justicia; manifiesten que la defensa
de las leyes, del decoro y honor del estado es la acción más gloriosa que reco-
miendan las sagradas letras; enseñen, penetracos del espíritu de los Macabeos,
que se debe promover y sostener la SANTA CAUSA que se ha emprendido, usando
como aquellos héroes de palabras y discursos convenientes a vigorizar el ánimo
de los jóvenes, y acrecentar el valor característico de la Nación p2.rll. la lucha
y pelea; y por último hagan presente que es indispensable sacrificarlo todo,
y guerrear hasta morir, po..-que peligran la Religión y la Patria; que ésta es
la voluntad ele Dios, autor y protector de las sociedades, y un precepto natu-
ral que repiten e inculcan nuestios códigos. Asimismo exhortan las Cortes
generales y extraordinarias a los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás
PTelados eclesiásticos, seculares y reg>Jlares, que para atraer las bendiciones
del cielo ordenen oportunamente rcgativas privadas y públicas, dispongan que
sean acompañadas de exhortaciones crisf;iaw.s y fervorosas, y procuren por
todos los medios qt•.e dicta 1;. religión, y. que les insvire su ilustrado zelo, el
que sE REi'ORMEN LAS coSTUMBRES, se extingan las discordias, y se reunan todos
pera rechazar al enemigo, y triWlfar de sus armas y ardides. También encar-
gan a lvs GenP.rales de los exércitos y Vicario Castrense que por sí y sus
subalternos velen el puntual cumplimiento de las ord.e nanzas que prescriben
los actos religWsos, conservadores de las bu.m.as costumbres del soldado, la más
exacta disciplina militar, el respeto, unión y armonía con las autoridades ci-
viles, tan necesarias para mantener el orden público, y traten de desarraigar
todos los vicios, y particularmente aquéllos que debilitan las fuerzas físicas. y
arruinan la salud de los exércitos. Tendrálo entendido el Consejo de Regencia,
y dispondrá que se imprima, publique y circule. R. Isla de León, 1 diciembre
1810. José Morales Gallego, Presidente".
397. LAFUENTE, Historia, XXV, 415 : "No eran las reformas administrativas,
1
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 355
1 5. -Generalmente se echa mano de la agresividad cuando la in-
teligencia no es capaz de superar una temática más elevada, y en-
tonces se manifestó a través de la guerra santa. En ella pretendió
el clérigo, concretamente el presbítero D. Pedro de Cárdenas y
Mora, pelear y obtener grados militares, con el aval de las Cortes;
no se aprobó en la sesión del once de diciembre de 1810 398• Sorpren-
de tal anotación en el Diario, cuando los taquígrafos no hicieron
acto de presencia hasta cinco días después: su labor quedó paten-
te a partir del segundo volumen -el primero fue confiado a la me-
moria y buena voluntad de los asistentes-.
6.- El 20 de febrero de 1811, el quinto Presidente D. Antonio
Joaquín López -elegido el 24 de enero por 69 votos 399, sustituyen-
1 do a D. Alonso Cañedo designado el 24 de diciembre anterior por
71 votos 400- , levantó la sesión de las Cortes instaladas en la isla
de León, "anunciando que según lo decretado <lllt por S. M. acerca
de trasladarse las Cortes a Cádiz, la sesión inmediata se celebraría
a las diez de la mañana del día 24 próximo en la iglesia del oratorio
de San Felipe Neri de dicha cuidad" 402• En efecto, la abrió el día
señalado en el templo de San Felipe Neri, preparado para tal fin,
y en ella se procedió a la elección del sexto Presidente, que recayó
en el Sr. Barón de Antena por 78 votos 403• Y al siguiente día, el
Sr. Quintana se apresuró a plantear en las Cortes la temática pro-
fética: "La nación española, representada por V. M., ha sufrido y
sufre de mucho tiempo a esta parte tan grandes y terribles golpes,
que parece que la Providencia los ha destinado para castigo de los
gobernantes. Suplico a V. M. que me preste atención, pues el nego-
cio no es para menos. Este castigo de los gobernantes se ha exten-
dido: según parece, para ser azote de los pueblos; y siempre ha
sido asi: esto la experiencia nos lo enseña; por .-::onseqüencía, si
está Dios justamente indignado contra los gobiernos y los pueblos,
y descarga el azote de su justicia, ¿qué medio queda sino mitigar-
le? Ciertamente poco podemos esperar del "asilo" ("Asilo de la na-
ción española", libelo que fue rechazado en la sesión del primero de
abril «l4), que nos indica ese p apel -memorial de D. José Maria

ni otras aunque fuesen más radie2.les que éstas, las que más agriaban los áni-
mos de los apegados al antiguo régimen. que constituían aun la inmensa ma-
yoría de los españoles, sino otras que se rozaban con cosas, costumbres Y per-
sonas eclesiásticas".
398. DIARio, I , 133.
399. DIARIO, Ill, 78.
400. DIARIO, II, 109.
401. DECRErOS ele las Cortes, I, 81.
402. DIARIO, III, 395.
403. DIARIO, IV, 3. 5.
404. DIARIO, III, 436-438.
356 ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

Puente, corregidor que fue de Salamanca- que se nos ha presentado,


porque no hay más asilo que la r eligión y las armas. Este es el
verdadero asilo de la nación española; y me parece que aquel re-
frán que dice A Dios rogando y con el mazo dando, es el que nos
conviene en el día, tanto más, qüanto la moderna filosojia va des-
arrollando estas máximas. Pero sean qüales fueren sus maliciosas
imputaciones, convendría hacer mañana una procesión y peniten-
cia pública, presidida por V . M ., la Junta, el ayuntamiento, el
clero, y todo el pueblo detrás. Para esto V. M. tiene en el dia dos
consideraciones: la primera es que acaba de establecerse en esta
ciudad, y que por lo mismo vendría muy bien qüalquiera rasgo de
religión; y la segunda por la época, es decir, porque estamos en
carnaval, tiempo que por lo regular es destinado a la prostitución.
y a todos los excesos. Esto hago presente a V. M. para que si hu-
biere lugar me permita ponerlo a discusión" 405•
Los intentos del Sr. Villafañe para soslayar el debate se estrella-
ron frente al decidido apoyo de D. Simón López y a la macabra
relación del Sr. Garoz. Pero el Sr. Mejia, sabia y documentadamen-
te, supo mediar entre las propuestas de los Srs. Quintana y Villa-
fañe 4()6. Entonces D. Joaquin Lorenzo Villanueva, sintiéndose pisar
el terreno en que "El Conciso" tantos sinsabores le deparó y DO
queriendo, a ·la par, desertar de las filas liberales en que se acababa
de iniciar, presentó una contrapropuesta para conciliar extremos:
tres dias de rogativa, a la quP. asistirian todos los residentes de Cá -
405. DIARIO, IV, 11- 12.
406. DIARio, IV, 12-13: "Sr. Mexía: La r eligión, las costumbres y las leyes
van siempre unidas, y tienen entre si el más íntimo enlace. Las leyes son nada
sin las costumbres, y éstas son nada sin la religión. El hombre es esclavo de
sus pasiones, y la más fuerte de todas es la del interés individual, el egoísmo.
El remedio de éste es la religión. La natural, aunque buena y verdadera no
basta, ha sido necesaria la revelada: ésta la tenemos ya ; debemos pues con-
servarla. Este ha de ser nuestro empeño, y este empeño ha de ser el mayor
lustre de los diputados. Pero es necesario hacer distinción entre los medios
extraordinarios de la Providencia y el curso ordinario de las cosas". Aquí
citó el <'rador varios exemplos de la historia sagrada, por los qüales se maci-
fiestan los muchos prodigios que obró Di(JS en favor del pueblo de I srael, que
muchas veces con su auxilio había venc!dc a sus enemigos. Hiz<> mención
también de algunos sucesos igu,ales de nc.estra historia; y continuó: "Sólo
quiero evitar los f unestos efectos que podrían resultar de un zelo indiscreto.
La jilosojia, que es el modo de conocer la virtud, no se contraria a la religión.
Así que cor.vengo con la opirtión de mis dignos compañeros, y con lo ql!e el
Sr. Quintana ha di<:ho, que puesto que V. M. está en esta ciudad populosa, y
puesto que se acerca el tiempo de penitencia, para sancionar con sus obras
este espíritu de r eligión que le anima, concurra personalmente al templo de
Dios en el primer día de qüaresma, que creo es pasado mañana, y que desde
allí nos vengamos a trabajar. De este modo haremos ver que somos cristia-
n~; evitando s.iempr~ que nos suceda lo que a la vieja de la fábula, que
~entras oraba a Minerva, dexaba la rueca. Por lo qüal es necesario que
Sigamos, como bellamente ha dicho el señor preopinante, aquel famoso adagio:
A Dios rogando y con el mazo dando".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON"lCA 357

diz, pero no el Congreso como cuerpo~. sino particularmente 401;


fue aprobada -pese al apoyo del Sr. Creus a la propuesta del señor
Quintana- en todas sus partes sin más alteración que la omisión
de la palabra "con su exemplo", aviniéndose el autor con la sagaz
reftexión del Sr. Pérez de Castro -"no convenía obligar al Consejo
de Regencia a asistir a la rogativa, pues pudieran ocurrir mo-
mentáneamente negocios de mucha importancia para el bien de la
patria que se lo estorbasen"-: transacción con que restablecía su
prestigio entre los liberales quienes le apoyaron para que su pro-
posición triunfara sobre la del Sr. Quintana 409•
7. - El Presidente, Sr. Barón de Antena. el cinco de marzo, tomó
una asombrosa iniciativa, "diciendo que una de las cosas que más
lustre da al Congreso es haber jurado la religión católica; que sien-
do costumbre de lo.. mayor parte de las corporaciones oir misa todos
los días antes de ocuparse en sus funciones, cuyo exemplo ofrecía
el mismo Consejo de Regencia, y presentando el recinto comodi-
dad para esto. le parecía de su obligación hacerlo presente a fin de
que si las Cortes aprobasen el que se celebrase misa diaria para los
señores diputados que quisiesen asistir a ella, un qüarto de hora
antes de principiarse las sesiones, podría nombrarse una comisión
de dos o tres individuos para que dispusiesen lo necesario a este
objeto". Nadie osó contrariarle: "aprobóse unánimemente". La co-
misión la integración de Srs. Obispo Prior de San Marcos de León, Es-
piga y Vill&nueva 410; la cual se demoró cuatro dias en notificar que,
tomadas ya las disposiciones pertinentes, "podía haber Misa des-

407. Siendo Presidente D. Pablo Valiente - elegido el 24 de mayo de 1811


por 6::! votos tDIARIO, VI, 72>- se conseguirla la asistencia de las Cortes "como
cuerpo" a Ja procesión del Corpus (DIARIO, VI, 289).
40& DIARIO, IV, 13-15: "Sr ViHanueva: ... Notorio es ta:nbién que la religión
nos presenta. siempre la guerra y las demás calamidad& públicas conw un azo-
te de la ira de Dios... Está persuadida la Iglesia de que con guerra castigc Dios
nuestros pecados; por cuya ccusa implora su misericordia. Es cierto que los fran-
ceses son peores que nosotros, pero también lo es, que Dios para castigar a
los reynos que ama, no se 1:1ale de apóstoles ni de mártires, sino de gentes que
suelen ser abominables a sus ojos, como lo eran los asirios, cuyas huestes affi-
gieron a /sra~!.. . Para el •buE:n éxito de est:. empresa (de 1t:. cxpe:llció::l de varias
divisiones> y de las demás procura tener grato (el Congreso) al que manda a
los vientos y al mar, que es nuestro señor Jesucristo. Sólo el hecho de dis-
poner esto el soberano, comienza a aplacar la ira de Dios; como la aplacaron
por iguales medios el rey de Ninive y otros monarcas". Propuesta: "Que se
diga al Consejo de Regencia ser la voluntad de S . M. que en los tres días
siguientes contados desde mañana se haga una rogativa general en esta ciu-
dad con el fin de implorar el auxilio de Dios así por la expedlción que se em-
prande por este exército, como para las demás en que ¡:e hallan empeñadas
todas nuestras provincias... Esperando que el Consejo de Regencia con su
e:xemplo ... estimule a todos ... ".
409. DIARIO, IV. 12-15.
410. DIARIO. IV. 130.

/
-~
G58 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

de mañana a la hora que fi.xase el Sr. Presidente, en el oratorio del


desde mañana comenzase a celebrarse Misa en dicho oratorio para
los señores diputados, un qüarto de hora antes de la señalada para
la celebración de las sesiones" ~ 11 •
8.- Presidiendo D. Diego Muñoz Torrero -elegido el 24 de mar-
zo de 1811 por 78 votos ~ 1L.., se hizo constar -el 31 del citado mes-
en el Diario de Sesiones la presentación -por parte de D. Estanis-
lao Fita- de su discurso manuscrito, donde pretende demostrar
"que la presente guerra es más de religión, que de libertad e inde-
pendencia" 413•
9.- El 8 de abril de 1811, el Sr. Dueñas enmienda el artículo
22.0 del Reglamento de la Manda pia forzosa, anteponiendo a la
palabra "rey" la de "patria". No es una disquisición bizantina: dos
mentalidades se atrincheran en este sencillo juego de palabras, y
el diputado necesita descubrir las tres razas de gentes que acaba-
rían -según él- con el Congreso, si éste no acaba antes con ellas.
"La primera de aquéllos que no reconoclan la soberanía de la na-
ción, y calificándola de quimera decían, que no hay más soberanía
que el rey; la segunda de aquéllos que desconfiaban de nuestra
causa, diciendo que los pocos millones de hombres que contiene
la España no eran capaces de hacer frente a toda la Europa; y la
tercera de aquéllos que suponían, que así como los franceses ven-
cen sin contar con Dios, lo mismo podfamos hacer nosotros". "Yo
aquí -asegura el mismo- he oído en arengas y escritos, hablan-
do de V. M. invertir el orden, diciendo que el rey y la nación, qüan-
do debían decir la nación y el ~:ey, porque la nación es primero que
el rey. V. M. así lo tiene declarado, y es preciso que lo sostenga así,
y debe tenerse por sospechoso a todo el que se exprese de otra
manera"~~~.

10.- Y el 21 de mayo de 1811, bajo la presidencia de D. Vicente


Cano Manuel -elegido el anterior 24 de abril 415- "a propuesta del
Sr. Aner se pasó a la Comisión de Hacieda, por existir en ella los
antecedentes, una consulta del Consejo de Regencia, remitida por
el Ministerio de Hacienda sobre el restablecimiento c!el Tribunal
de Cruzada" 4 16. "Conformándose las Cortes -el 27 de junio- con
el dictamen de la Comisión de Hacienda, igual en todo al del Con-
sejo de Regencia, acordaron el restablecimiento del Tribunal de la

411. DIARIO, IV, 163.


412. DIARIO, IV, 328.
413. DIARIO, IV, 428.
414. DIARIO, V, 17- 18.
415. DIARIO, V, 166.
416. DIARIO, VI, 35.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 359

Cruzada, según el plan formado de orden del mismo Consejo para


el arreglo interino de la renta de Cruzada por el COmisario general
D. Francisco Yañez Bahamonde en unión con el Administrador ge-
neral de Rentas unidas D. Rafael Ruiz de Arana" 4 17 • La COmisión
de Hacienda presentó, el 16 de marzo de 1812, su dictamen -que
quedó aprobado- con relación al oficio del Ministro de Hacienda
del precedente diez de enero, sobre restablecimiento del Tribunal
de Cruzada, según la resolución de las Cortes de 29 de junio del
año anterior; "ponía a su cargo la dirección general y arreglo de
los ramos de Excusado y Noveno decimal, con objeto de uniformar
la administración de todas las rentas procedentes de gracias ponti-
ficias" 418• Y el 12 de septiembre del mismo 1812, fue aceptada la
propuesta de la COmisión de Hacienda junto con la minuta del
decreto para "la próxima predicación de la Santa Bula - y sucesi-
vas- y del indulto qüadragesimal, y la tasa de la limosna con que
deben contribuir los fieles por cada sumario, hecha por el Comisario
general de Cruzada" 419.
Y es que la Bula de la Cruzada suponía el elemento cohesivo del
espíritu que animaba la guerra santa: herencia del siglo ante-
rior 01, en cuya leche se babia amamantado la cultura de la gene-
ralidad del clérigo.
11. -Si la inauguración de las Cortes en la Isla de León se babia
manifestado bajo el signo liberal, su estreno en la ciudad gaditana
se realizó cabt: la sombra de la temática profética, y el 21 de octu-
bre de 1811 se r esucitan las proposiciones que siete meses antes.
hiciera el Sr. Quintana. Las actuales, en boca del Sr. González Co-
lambres, rezan así: "l.a Que en Cádiz y pueblos libres de España se.
h agan inmediatamente misiones por sacerdotes exemplares, como
medio eficaz de conseguir la saludable penitencia, y con esto la li-
bertad de la religión, la del Santo Padre, vicario de Jesucristo, y la
de nuestro Católico Monarca. 2.a Que por ahora y durante las asom-
brosas y terribles calamidades que España padece, cesen los tea-
tros públicos de comedias en qüalquiera de sus pueblos libres
donde los baya. y no se permita abrir o restablecer alguno, comu-
nicándose al Gobierno estas resoluciones :Para su pronto y efec-
tivo c\.illlplirniento, y que dé oportunos avisos de quedarse exe-
cutado".

417. DIARIO, VI, <lSS.


418. DIARIO, XII, 269.
419. D•.ARJo. XV, 168; DECRETOS ~ las Cortes, ill, 72.
420. GAU.O, Sermones, I, 1-56; n , p . XIX-XX. 13-152; LoRENZANA, Cartas
Pastorales, p. 18-19. 36-37; Cartas, edictos y otras obras sueltas : Edicto sobre-
carnes y lacticinios, p . n - vni ; DE REYEs, Vida ~ Va lero, Arzobispo ~ Toledor
p . 220- 226; BACUENA, El Cardenal Belluga, p. 171-190.
·..360 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

La primera de estas propuestas fue admitida a discusión; pero


.no la segunda "por haberse ya resuelto en la sesión del día 19
del corriente que no había lugar a deliberar sobre este asunto por
pertenecer exclusivamente al Gobierno" 421 • Esta vez no prosperó
la maniobra 422, pesa a la presidencia del Sr. Obispo de Mallorca.
Sin embargo, se patentizó una vez más la postura desinteresada
.frente al mundo. Recordamos el siglo xvrrx en su encarnizada lucha
frente a las diversiones: óperas, comedias y toros. Pero ahora su
embestida fracasa con el teatro, y con los toros: suprimidas las co-
·rridas de toros el 25 de febrero de 1805 423 , el 12 de septiembre de
1813, la Comisión de Justicia informando sobre el expediente de
.D. Francisco La I glesia y Darrac -pidiendo el anterior 4 de agosto
que según lo pactado con el Gobierno "continúen las corridas de
novillos en esta ciudad, o se permitan las de toros de muerte" 424- ,
presentó las dos proposiciones siguientes : " La Se dispensa en esta
·plaza la prohibición de corridas de toros o de novillos de muerte,
por el solo tiempo que fuese necesario para cumplir la contrata
del Gobierno; 2.a el Gobierno, a su conseqüencia y en uso de sus
facultades, dispondrá qüanto juzgue conveniente para llevar a efec-
to esta providencia". "Opúsose altamente" el futuro Arzobispo de
·valencia, D. Simón López, " y condenando como perjudiciales a la
agricultura, a la ilustración y a las cotumbres las funciones de to-
ros, formalizó la siguiente proposición: Que se decrete que de hoy
en adelante se suspendan generalmente en toda la península . las
corridas de toros de muerte". En cambio, el Sr. Capmany hizo la
apología de "estas funciones que consideró como nacionales". La
votación aprobó lo propuesto por la mencionada Comisión, mien-
tras que rechazaba lo del Sr: López 423•
Dos mentalidades en lucha, atrincheradas en sendos símbolos.
Ellos polarizan dos posiciones dis tintas frente al mundo con sus
grandes y pequeños problemas -entre éstos, las diversiones (tea-
tro, toros, etc.)-; y ellos van a desembocar en un dramático duelo

421. DIARIO, IX, 333-334: Sesión del 19 de octubre de 1811: "Con motivo
en la próxima esta.::ión S':! hace indispensable un recr~o en e¡ue JJaSCi.r Zas iargas
cia, o por mejor decir, necesidad que tiene de alguna diversión esta población,
compuesta en el día, a más de la ordinaria, de tantos forasteros como aquí
se han r eunido, ccn tropas extrangeras, gen tes tedas acostumbradas a esta
. honesta diversión de todos los pueblos civi lizados, y la consideración de que
en la próxima estación se hace indispensable un recreo en que pasar las largas
noches, siendo tan perjudiciales los juegos que con tanto empeño persigue el
· Gobernador de Cádiz, D . Juan d e Villavicencio, y nada convenientes otras dis-
:t racciones, a que por falta de las inocentes se dedica la juventud".
422. DIARIO, IX, 356.
423 . PI Y MARGALL, Historia, I , 297.
424. DIARIO, XXI, 344.
425. DIARIO, XXII, 593.
RELICIOSIDAD HISPAN.~ Y SOCfEDAD BORBONICA 361

que denominamos "profético-liberal", pese a que los mismos libera-


les habían adoptado las once manifestaciones de profetismo que
acabamos de ver.

b)) Duelo profético-liberal

l . - La religiosidad de los liberales -ante los duros ataques de


los "serviles"- hubo de atrincherarse en un súnbolo, netamente his-
pano, en que concluyesen sus ideales de libertad, pacifismo, ilustra-
ción, reforma, comprensión, amor, trabajo y oración. Con ellos subs-
tanciarían la fe como verdad vital de perenne vigencia. Sin ideales
agresivos de defensa o ataque de la fe: ambicionan la sustitución
de esta temática -personificada en Santiago- por otra que encar-
nan en Santa Teresa. Fue un signo de aquellos tiempos, columbra-
dos ya tímidamente por la Ilustración hispana de fines del siglo xvm.
El mismo día de la promulgación del código politico los religio-
sos carmelitas les depararon tan soñada coyuntura; incluso para el
clérigo -una providencial elección de un convento de la reforma
de Santa Teresa y la provocación del "milagro" de Arapiles, según
vúnos 426• Por más que ya el 3 de septiembre de 1&11, el diputado
guatemalteco, D. Antonio Larrazábal, Canónigo Penitenciario de la
metropolitana iglesia de su país, hizo -por encargo de su Ayun-
tamiento- la proposición de compartir Santa Teresa el patrona-
to español con Santiago.
Desechamos la interpretación que aportan historiadores de uno
u otro partido 427, a este ca-patronazgo, decretado en las Cortes de
1617 y de 1636, "siquiera impidiese llevarlos a efecto la oposición
de los devotos de Santiago" 428 ; éstos -<>pinamos- impusieron
siempre la exclusiva: lo oúnos en los sermones bélico-religiosos de
los siglos xvm y xiX, si bien el 30 de noviembre de 1800, Fray Fran-
cisco José del Salvador contemporizaba el honor de predicador
regio -luego conviviría con los absolutistas fernandinos sumando
el titulo de Misionero Apostólico y restando el primer nombre-
con la temática ilustrada; reestrenaba el predicador carmelita una
piedad capaz de frenar la santiaguista: súnoolo de una espiritua-
lidad nueva de índole pacifista: la mística contrapuesta a la apo-
logética. No valoramos a los diputados gaditanos como místicos;

426. AGUADO, Sermón. Avila, 1813, p. 9.


427. MENÉNDEz PELAYO (Heterodoxos, m , 476) lo interpreta como "satis-
facción al pueblo católico por la abolición del Voto de Santiago". LAFUENTE,
(Historia, XXV, 280) , PI Y MARCALL, (H istoria, II, 119), y otros no entendieron
tales motivaciones y, por eso, les sorprenden estas cuestiones que juzgan "de
una índole en verdad bien extraña y no muy propia e!e una asamblea nacion al".
428. M. PELAYO, Heterodoxos, III, 476.
R ELICIOSJD•D li iS PASA ••• - 24
362 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

tampoco como ateos, materialistas ni irreligiosos. Pero sí procla-


mamos el enfrentamiento de dos posturas, parapetadas en sendas
ideologías o mitos religiosos.
A los motivos históricos se agregaba la oportunidad: nueva fuer-
za contra los invasores y las semillas de la impiedad. Además de
dudarse, seriamente, de la bula pontificia que revocaba el ca-patro-
nazgo, se le niega todo valor, en especial ante un decreto de las Cor-
tes de España. Fue también "efecto de sorpresa y cesión a la violen-
cia" con evidente protesta de Felipe IV; ahora, las Cortes gadita-
nas "supl1an la falta de resolución" de aquel rey de la Casa de Austria
con el actual decreto, aprobado "sin discusión" el 27 de junio de
1812, junto con el dictamen de la Comisión Eclesiástica expuesto
cuatro d1as antes 0 . Y el 28, el Presidente D. Juan Polo y Catalina
lo decretaba con su firma 01•
Ya en la sesión siguiente "las Cortes oyeron con especial agra-
do" el habitual cortejo de felicitaciones: Comunidad de carmelitas
Descalzos de Cádiz, la de la Isla de León, Junta Superior de la pro-
vincia de Avila, Provincial de Carmelitas Descalzos de Castill,a
la Vieja, Prior del Convento de Santa Teresa de Avila, Comunidad
de Carmelitas Descalzas de Avila, etc. 431 • No obstante, declinaron
la invitación de la Regencia para que con su asistencia solemniza-
ran las Cortes la festividad del 15 de octubre en el Convento de
Carmelitas 4l2. Sin necesidad de exhibicionismos triunfalistas, los li-
berales pod.íz.n presentar a Santa Teresa como el escudo de su re-
ligiosidad. En especial, para la dura batalla emprendida contra la
ideología santiaguista.
2. - Treinta y seis diputados rompieron el fuego el primero de
marzo de 1812, impetrando la abolición de la carga conocida en varias
provincias de España con el nombre de Voto de Santiago "en aten-
ción a los graves perjuicios que de su cobranza se siguen a los
pueblos, y a haberse declarado falso e ilegitimo el privilegio en
que se funda, por sentencia dada - por el Consejo de Castilla- en
pleno el año de 1628" m. "Medida de gran trascendencia" 434 , apo-
yada el 15 de agosto por la representación de D. Francisco Muñana
Calzas, procurador general, "sexmero" de los 25 pueblos del par-
tido caC6reño de Trujillo 435, y de un modo decisivo ~tor"..e días

429. DIARIO, XIV, 55-65.


430. DIARIO, XIV, 94; DECRETOS de Ü1S Cortes, ill, 33.
431. DIARIO, XIV, 96. 103. 199; XV, 141. 237.
432. DIARio, XV, 360.
433. DIARIO, XII, 135-137.
434. PI Y MARGALL, H istoria, U, 119.
435. DIARIO, XIV, 387-388.
RELlGIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 363

más tarde- por la de D. José Cavallinas, ministro de la Audiencia


gallega y juez protector del mismo Voto de Santiago 436•
Las Cortes despacharon tal asunto con una orden al Ministro de
Gracia y Justicia, firmada por los diputados secretarios D. Juan
Nicasio Gallego y D. Juan Bernardo 0-Gavan, el primero de sep-
tiembre de 1812 m.
Tan sólo era la primera escaramuza. La segunda y definitiva se
inicia seis días después, oyendo las Cortes "con especial ag.:.;ado"
la exposición de D. Luis Alonso de Castro (procurador sindic<> ge-
neral de las jurisdicciones de la vida de Lara connominadas del
Conde) y D. Diego y Coto de Currocbouso (en nombre de 16 con-
cejos) : "Quéjanse del insoportable feudo del Voto de Santiago,
publicando a voces que fue un establecimietno tiránico en su prin-
cipio, medio y tln" 436• Dos días más tarde, el Sr. Calatrava "recla-
mó la importancia de que se discutiese la exposición de varios se-
ñores diputados sobre la abolición del Voto de 5antiago; para lo
cual señaló el Sr. Vicepresidente -Presidente en funciones- (don
Francisco Morros) la sesión del lunes inmediato, 12 del corriente" 439•
El día señalado, lanzó una andanada contra la propuesta del primero
de marzo el diputado D. Manuel Ros, Canónigo doctoral de Santia-
go - luego, procesado, arrestado cerca de un año y arrojado del
Congreso como indigno de pertenecer por ser autor de la "Carta
Iri.siva" ...o_; propugnaba la representación del administrador del
Hospital de Santiago, solicitando se desestimase dicha propuesta,
pues "con una parte del producto del expresado Voto se socorría
aquel establecimiento" 441 • La lucha fue encarnizada y larga 442 con
deserciones episcopales 443•
El 14 d2 octubre de 1812, puesta la mencionada propuesta "a vo-
tación nominal -a petición del Sr. Calatrava- hasta las palabras
Voto de Santiago inclusive -según propuso el Sr. Muñoz Torre:::o-
!ue aprobada por 85 votos contra 26 444• Los Srs. Giralda y Con-
436. DIARIO, XV, 59.
437. DECRETOS de las Cortes, ID, 61- 62.
438. DIARio, XV, 142.
439. DIARlO, XV, 349.
<!40. DlARIO, :A."VI, 13-270.
440. DIARIO, XVI, 113-270.
442. DIARIO, XV, 361-436.
443. DIARio, XV, 419-436: En la sesión del 14 de octubre, el Sr. Capmany los
delató : "los dos señores obispos se han ausentado; este es muy extraño". Res-
puesta del Sr. Alcayna: "el Sr. Obispo de C&.!aborra se ha puesto malo del
estómago, por esto se ha retirado a su casa".
DJARIO, XIV, 66: "El Sr. Obispo de Mallorca se había marchado con licencia
por falta de salud el 23 de junio".
444. Advertimos una diferencia de votos según el Sr. Villanueva: 86 contra
75 en este decreto "muy aplauclido de los que conocen el infiujo que tiene en
la prosperidad de la agricultura nacional" (VILLANUEVA, Mi viaje a las Carte.s,
11, 354).
364 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

de de Toreno pidieron que por la secretaría se extendiese con ur-


gencia el decreto" 445, "lacónico y descarnado" --en opinión de La-
fuente .1.:6_ coleccionado con el número CCIII 447• Su ejecución
promovió la correspondiente casuística y miscelánea religiosa 448•
3.- También resquemores. La tirantez entre los liberales, de un
lado, y el Arzobispo y Cabildo de Santiago, de otro, ya se había produ-
cido el 5 y 6 de junio anterior. El 5 de agosto, el Congreso, oído el dic-
tamen de la Comisión de Justicia sobre la queja de la Junta supe-
rior de Galicia de 29 de junio 449 y la defensa del Cabildo a cargo
del Sr. Ros --contestado por los Srs. Garcia Herreros y Muñoz
Torrero-, no quiso precipitar acontecimientos y remitió el emba-
razoso asunto a la Regencia 450.
El 12 de mayo de 1813, avivó el fuego de los resquemores el
arcediano santiagués D. Manuel Acuña, delatando a sus primeras
autoridades políticas y eclesiásticas como infractores de la Cons-
titución y demás decretos de las Cortes 451• A los dieciséis días, se
recrudece la inquina contra el Cabildo de Santiago, haciéndose eco
del disgusto del Ayuntamiento constitucional: "se le negó la entra-
da que pidió en la capilla mayor para asistir al aniversario del 2
de mayo, pretextando no haberla franqueado jamás a corporación
alguna"; la corporación municipal lo desmentía ~52 • Las Cortes elu-
dieron la responsabilidad, secundando la decisión del año anterior
(5 de agosto de 1812) "por igual motivo" 453_
Sobrevinieron las represalias. El Congreso adoptó !a protección
del arcediano D. Manuel Acuña 454, mientras el Arzobispo composte-
lano huía "disfrazado" para Arcos de Portugal 45s_
4.- Menéndez Pelayo reconoce que el Voto de Santiago es apócri-
fo, y piadosamente lo arropa con una suposición -"más hondo arrai-
go hubG de tener en su origen"-- Para profundizar en tal estudio
nos remitimos a la Historia Compostelana 456 y a las Memorias del
Arzobispado de Santiago del Cardenal Jerónimo del Hoyo 457• Acep-
tamos el juicio de Menéndez Pelayo: la carga era mínima, "pero

445. DIARIO, XV, 436.


456. HISTORIA COMPOSTELANA, Santiago de Compostela, Ed. Porto, 1950.
447. DECRETOS de las Cortes, ill, 127.
44!1. DIARIO, XVI, 322. 45'5.
449. DIARIO, XIV, 99.
450. DIARIO, XIV, 304-320.
451. DIARIO, XIX, 98-99.
452. DIARIO, XIX, 379.
453. DIARIO, XIX, 393.
~54. DIARIO, XX, 210.
455. DIARIO, XXll, 358.
456. HISTORIA COMPOSTELANA, Santiago de Compostela, Ed. Porto, 1950.
457. HoYo, Santiago de Co•mpostela, Ed. Porto.
RELICIOSIDAD HlSPáNA Y SOCIEDAD BORBONICA 365

a los legisladores de Cádiz no les enfadaba el tributo, sino el nom-


bre" 458, la trinchera en que se guarecía la ideología profética. Y
contra ella libraron encarnizado duelo, barriendo cuanto pudiera
recordarles tal espiritualidad. Ejemplo lamentable, la aversión con-
tra el Arzobispo y Cabildo santiagués, y sobre todo, contra la tra-
dición en torno al simbolo de Santiago, que constantemente será el
origen y la gloria del catolicismo español.
El odio que trae consigo la lucha entre dos bandos contendien-
tes, salpicó los símbolos de nuestro cristianismo: Santiago y San-
ta Teresa. Si las circunstancias político-económicas les depararon
este campo de batalla, en que derrochar sus odios y resquemores,
las mismas circunstancias impidieron que esa lucha se prolongara
en otro campo, que inconscientemente solicitaban una y otro ban-
do: un Concilio Nacional.
5.- No fue exclusiva de los liberales. No fue --como pretende Me-
néndez Pelayo .s9_ "furor de legislar en materias eclesiásticas de
parte de aquellas pedantescas Cortes". Fue también genialidad de
D. Blas Ostolaza con la aureola de Confesor de Fernando Vil en
Valen~y. quien el 15 de julio de 1811 "fixó por escrito: ... Q~e se
exhorte a los RR. Obispos a que en el tiempo más breve se congre-
guen en concilio para tratar entre otras medidas conducentes a sal-
var la religión, que peligra con la patria, si convendrá declarar que
la presente guerra es de religión, y que como tal se den para el con-
cilio las providencias para que el clero contribuya con todas sus
fuerzas y arbitrios al fomento de la guerra". Respondió D. Joaquín
Lorenzo Villanueva: "En qüanto al Concilio Nacional que se pro-
pone, debo hacer presente a V. M. que éste es uno de los puntos que
trata la Comisión encargada de concluir los trabajos de la Junta
eclesiástica de Sevilla. Como individuo de esta Comisión puedo
anunciar a V. M. que tenemos ya preparada una proposición arre-
glada a los cánones, y a la loable práctica de nuestra monarquía
sobre el plan del Concilio, y todo lo que acerca de este importantí-
simo negocio debe elevarse a la sobe:-ana consideración del Con-
greso. Como esto s~ ha de verificar en breve, '¡>arece que convendría
no resolver nada por ahora sob:ce esta proposición, reservándolG
para qüando la Comisión presente el fruto de sus sesiones". Esta
última propuesta queció aprobada -'60.
El 22 de agosto del mismo año, esta Comisión expuso su infor-
me, lleno de ponderación, con mejor afán que éxito en superar el
regalismo a fin de garantizar "la libertad eclesiástica, a la qüal en

458. M. PELAYO, Heterodoxos, ill, 475- 476.


459. M. PtLAYO, Heterodoxos, III, 482-483.
460. DIARIO, VII, 93.
ALFREDO MARTlNEZ ALBIACH

ningún caso puede oponerse el gobierno católico que la protege,


mientras no contradiga las pretensiones del sacerdocio a los dere-
chos imprescriptibles del imperio" 461. Solicitud estatal para la liber-
tad y s uperación del intervencionismo renacentista o del regalismo
carlostercista. Un principio que, desarrollado, cubriría la libertad
religiosa de todas las creencias, pero aún faltaban dos etapas -la
primera, la tolerancia-, y aquel tiempo se habla estabilizado en la
intolerancia religiosa : habrá que esperar al desarrollo de la con-
ciencia personal y politica, a que adquieran una conciencia más

461. DLUUo, VII, 463-466 : "La Comisión Eclesiástica presentó los siguien-
tes informes: "Señor, la Comisión Eclesiástica nombrada por V. M. para pre-
parar las materias de disciplina externa en que d~ intervenir la autoridad
soberana, y completar la obra emprendida por la Junta que con el mismo ob-
jeto formó en Sevilla la Central el año 1809 ... ba formado la memoria: El
único punto que desde luego juzga digno de la soberana sanción de! Congreso
es la celebración de un Concilio Nacional, que renueve en España los tiempos
dichosos en que nuestros principes con todo el lleno de su sobecana autoridad
excitaban el celo de los prelados para que por los medios que desde su origen
tiene consagrados la Santa Iglesia, promoviesen en estos reynos la conserva-
ción Y defensa de la !e católica, el fervor de la disciplina, y la pureza de las
costumbr es... Ape.n as hay Concilio de los diez y nueve nacionales celebrados
desde el Diberitano hasta el Complutense del siglo XIV, en que directa o indirec-
tamente por parte de nuestros príncipes y prelados no se exhorte a la conti-
nua celebración de sinodos, no se reprehendan, o conminen, o condenen los
morosos en asistir a ellos... En esta interrupción pueden haber influido las
causas siguientes... : Qüarta: El rezelo de que la Corte romana intentase por
m edio de los Obispos congregados en Concilio introducir en estos reynos cier-
tas pretensiones politicas, agenas del pri77UUk> de orden y de judisdicció:J. que
reconoce Espafía como católica en el Romano Pontifice, y por lo mismo perpe-
tuamente contradichas por nuestra Corte y por algunos de nuestros sabios
prelados. En prueba de lo qüal pudiera alegar la Comisión, además de varias
reclamaciones de nuestro Gobierno, que son públicas, sobre puntos controver -
tidos entre ai!lbas Cortes en los reynados de Carlos V, Felipe II, m. IV y V,
y Carlos m ; las enérgicas representaciones del Cardenal Belluga, Obispo de
Cartagena, a Felipe V sobre la despedida del Nuncio de España, y el parecer
dado al mismo rey en 1710 por el Obispo de Córdoba D. Fr. Francisco de SO!is
sobre el agrav:!o que le babia hecho el Papa Clemente XI ... Séptima: El ha-
berse diferido por parte del Gobierno la publicación de algunos sinodos y con-
cilios provinciales, de lo qüal r esultaba perjuicio a la causa de la religión, por
la qüal se hablan celebrado; y ofensa al parecer de la libertad. eclesiástica, a
la qüal en ningún caso puede oponerse el Gobierno católico que l4 protege,
mientra.s no con.t radigan Zas pretensiones del sacerdocio a los derechos impre:-
crlptioles del imperic. En esta excesiva deltcadeza con que de algún tie:npo
a esta parte se babia propuesto nuestra corte examinar las actas de los Con-
cilios y Sinodos, retardando a veces su promulgación por algunos años, han
hallado algunos prelados un titulo cierto o apareLte para darse por libres en
esta parte de la observancia del Tridentino, alegando que no se hace de ellos
la confianza con que les fue encargado el gobierno de sus diócesis. Octava:
La repugnancia manifestada por nuestra Corte hace muchos años a toda re-
unión del estado clerical, acaso por sospechar que este cuerpo reclamase de-
rechos y libertades que a su juicio no le competen. o que pudienm oponerse
en algún modo a las regalúl.s; de lo qüal tenemos un claro exempto en las
contestaciones de la Corte con el estado eclesiástico de Toledo en el siglo an-
terior, con motivo de las enérgicas r epresentaciones que éste en sus juntas
hizo al rey sobre puntos en que se creía agraviado... ".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 367

viva de su dignidad, si bien de momento tal desarrollo había alcan-


zado participar activamente en los negocios públicos y exigir que
las estipulaciones del derecho positivo del Estado garanticen la
inviolabilidad de los derechos personales del español, por medio
de la Constitución.
El amplio informe con sus medidas y propuestas~ fue reduci-
do por el Sr. Villanueva a lo siguiente: "se proceda a resolver este
importantísimo negocio, notándose si ha de decretar V. M. la ce-
lebración del Concilio Nacional, y el tiempo y modo de sn cele-
bración".
Del debate, iniciado al día siguiente, s ubrayamos las interven-
ciones de los Srs. Obispos de Mallorca y Calahorra 463. Y por vo-
tación se decretó el Concilio Nacional 060. Pero el 11 de agosto de
1812, el Sr. Alonso y López urgia la convocación del mismo "a la
mayor brevedad posible"~; también el 12 de septiembre de 1813,
un dia antes de regresar a su provincia con licencia~. el Sr. Obispo
de Ibiza apremiaba a las COrtes con una exposición y propuesta,
que tras su discusión pasó a la Comisión Eclesiástica para sn estu-
dio 461• Las circunstancias politico-económicas evitaron que ese Con-
cilio Nacional, tan solicitado por uno y otro bando, se convirtiera
en un nuevo campo de batalla para el duelo profético-liberal. Es-
pecialmente, en una época de transición, desde el profetismo -ela-
borado en la edad teológica- a un catolicismo progresista, por más
que las reaccion~>,s y desquites, inaugurados en 1814, prolongaron
el canto del cisne del profetismo español.

462. DIARIO, VII, 466-472.


463. DIARIO, VII, 477-479 : "Sr. Obispo de Mallorca: De los recientes tiem-
!)OS de Carlos IV han procedido todos nuestros males, y vemos que la general
relaxaclón que reynaba en la Corte, y se dlfundla a las provincias, produxo la
lnntensa serie de desgracias que sufrimos. No me detengo a amplilicar esta
Idea por ser demasiado conocida, as! como lo es que la conservación de las
buen4S costumbres O!S la 77UÍS firme base de la prosperidad de los imperios.
Este Concilio es... conveniente, necesario y urgent.lsimo.
"Sr. Obispo de Calahorra <muerto el 9 de septiembre de 1813 : Dwuo, XXII,
589) . Todas las naciones han sucumbi1.o en esta t>poca, menos España y Por-
tugal por :ener mejores costumbres que las otras . . El COncilio es necesarie~.
46-l. DIARIO, Vll, 479.
4.65. DIA.UO, XIV, 348.
466. Dwuo, XXII. 607.
467 DIARIO, XXII. 591-592.
-...---....~--_--.,----

PARTE II

REALIDAD ES EXISTENCIALES
_._ __ ....____, _____ ~

¡
CAPITULO l

INFRAESTRUCTURA

Aceptamos el término "realidades existenciales" en un sentido


-amplio, en cuanto tratamos de ofrecer unas realidades hispanas co-
mo independientes de toda ideología o "esencia", como libres de
la influencia que puE:dan ejercer las ideologías estudiadas en la
primera parte.
Al acercarnos a tales realidades palpamos la existencia de una
infraestructura, que sirve de soporte al edificio del problema que
nos hemos planteado. Por eso, iniciamos esta segunda parte con el
·estudio de la infraestructura socioeconómica y la cultura a ella co-
rrespondiente.
Dicha consideración inicial la reaUzamos en dos artículos: l. -
Perspectiva social, y 2.- Estamentos sociales.
En la perspectiva social observamos la población, la coyuntura
ec:>nómica y el panorama cultural de la sociedad borbónica.
Con respecto a! segundo artículo aprovechamos el término con
que -en la corona de Aragón- se distinguían los Estarios que con-
currían a las Cortes. Y así dividimos -quizás artificialmente- la
sociedad borbónica en dos estamentos: A) clericales, y B) seglares.
Comprende aquél la distinción clásica de obispo y clérigo, si bien
- por motivos personales- añadimos el estudio del Capellán Cas-
trense. En el estamento seglar consideramos al noble y a las clases
medias, e inferiores y rurales.
\
1

ARTICULO 1

PERSPECTIVA SOCIAL

A) POBLACIÓN.

a) Si la POBLACIÓN mundial pasa de 450 a 1.500 millones desde-


el siglo xvu al xx, en España debía repercutir necesariamente este
aumento demográfico, sin excluir variaciones dentro de los posibles
errores ya que el primer censo data de 1768. De los veinte millones,
según la mayor parte de los autores, o dieciseis, en un cálculo más
verosímil que Laborde 1 atribuye a la población hispana en el rei-
nado de Fernando e Isabel, se desciende considerablemente por la
mortalidad y emigración al continente americano.
En 1688 y 1700 se oscila entre diez a siete millones de habitan-
tes 2, pero la Guerra de Sucesión hizo bajar la cifra a seis millones 3
o siete según Jerónimo de Ustáriz, quien utilizando diversos em-
padronamientos hechos en 1712-1717 calcula un millón y medio de
vecinos -ante la pregunta de cuántas almas equivale un vecino
Dominguez Ortiz responde 4 : "a lo sumo cinco, probablemente un
poco menos"-.
Con Fernando VI se in\cia la curva ascendente: Ward evalua-
ba la población en ocho millone~. y un cómputo de 1747 asigna
5.85C.OOO a los reinos de Castilla y 1.600.000 a la corona de Aragón,
arrojando un total de 7.450.000 habitantes 5; sin embargo, las diver-
gencias entre las fuentes son tales que no permiten edificar sobre
tan frágiles bases consecuencias sólidas. Hay que lle~ar a los tiem-
pos de Garlos II! para encontrar los primeros censos de población
completos y exactos, hasta donde la desconfianza de los pueblos
bac!a este género de operaciones permite ap!icarles estos epítetos.
El de 1768 -conocido por Censo del Conde de Aranda-, hecho

l. LA.BoRDE, It:nerario descriptivo. Valencia, Imp. José Ferrer de Orga, 1826,


2.• ed., pág. 22.
2. LA.I!oRDE, Itinerario, 22; REClA·ALcoLEA, El siglo x-vm. Barcelona. Seix Ba-
rra! S . A., 1957, pág. 31.
3. LA.BoRDE, Itinerario, 22.
4. DoMiNcut:z 0Rnz, La sociedad española en el siglo :~:vm. Madrid, C.S.I.C. ~
pág. 57.
5. RECLA·ALCOLEA, El siglo xvm, 31.
JU:UCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 373

por diócesis, fue el primero que abarcó todo el territorio peninsu-


lar, incluso Canarias y Ceuta; a la vez, se abandonaba la antigua
clasificación por vecinos, vaga y ambigua, y se expresa la pobla-
ción por almas, con separación de estados, sexos y edades. El total
general: 9.307.804.
b} El REPARTO SOCIAL daba a la nobleza el 7, 2% (722.794}, al
clero el 2, 2% (226.187}, y el resto a la masa sujeta generalmente
al campo; también una distribución por estados y edades, similar
a la actual: 5.720.927 solteros y 3.439.072 casados.
El censo de 1787 fue preparado con el mayor cuidado. El pri-
mero impreso en España, y uno de los más antiguos del mundo; y
por su exactitud aventajó a los que se hacían en el extranjero. La
cifra que se obtuvo, fue la de 10.409.879 6•
Se distribuían así: el 4,6% nobles (480.589} , el 1,8% clérigos
.(191.101}, el 3% artesanos o incipiente burguesía (310.739) , y el
17,3% labradores (1.871.768) 7, salvando las variaciones: Reglá-Al-
colea y Dominguez Ortíz coinciden, pero no Sarrailh a ni Laborde 9 ,
quienes, respectivamente, cifran el número total en 10.268.150 y
10.043.968.
Había 5.679.433 solteros y 3.890.661 casados, es decir, el 1,46%
de casados, mientras que en 1930 el 1,56.

e} Se contaban 19.219 POBLACIONES que variaban en el número


-de habitantes según las provincias : Cataluña 814.421 -Barcelona
capital con más de cien mil-, Valencia 783.084 -Valencia capital
con 40.000- , Murcia 337.686 -Murcia capital con 40.000-, Andalu-
cía 1.837.024 -las capitales de Granada, Málaga, Sevilla y Cádiz con
·4!>.000 cada una-, La Mancha 206.160, Extremadura 416.922, Castilla
la Nueva 933.858 -Madrid capital con más de cien mil-, Castilla
la Vieja 1.196.964, León 665.432, Galicia 1.345.803, Asturias 347.776,
Vizcaya 308.157, Navarra 227.382 y Aragón 623.308 -Zaragoza capi-
tal 40.000-; habría unas treinta ciudades con más de diez mil ha-
bitantes, sm embargo eran las grandes urbes las que aglutinaban
las diversas clases sociales: n0bles -ricos o pobres-, burgueses, la-
bradores, mendigos y vagabundos 10.
Durante el reinado de C4rlos IV, el censo de 1797 se verificó no
:ya por diócesis sino por intendencias, alcanzando un total de
10.541.221 habitantes, con el siguiente reparto social: nobleza el

6. DoMiNcm:z Onnz, La sociedad española en el sigLo xvru, 44. 57-58. 60.


7. RtcLA·ALcoLEA, El siglo xvm., 32.
8. S o\RRAILH, L'Espagne éclairée. Paris , Imp. Na tionale , 1954, pág. 57.
9. Lt.llOnoE, Itinerario, 22.
10. SARRo\ILH, L'Espagne, 57; Lt.llORDE, Itinerario, 19.
374 ALFREDO MARTINEZ ALB lACB

3,8% (402.059), clero el 1,6% (172 ..231). artesanos o burguesía er


5% (533.769) y labradores el 15,2% (1.677.172) distribuidos en
364.514 propietarios, 507.423 arrendatarios y 805.~35 jornaleros del
campo 11 •
Creemos exageran el geógrafo Antillón y el historiador Pi y Mar-
gall al evaluar la población total del pais en unos 12 y 18 millones,
respectivamente, al inicíarse la Guerra de la Independencia 12, pues
cuando Napoleón negociaba el Tratado de Fontainebleau, pidió in-
formes sobre España, y Champagny. su Ministro de Asuntos Exte-
riores, le remitió, el 25 de octubre de 1807, la siguiente estadistica
de la población: Castilla la Nueva: Madrid 220.000 habitantes, Tole-
do 340.000, Guadalajara 115.000, Cuenca 267.000, La Mancha, 206.000;
Castilla la Vieja: Burgos 161.000, Segovía. 167.000, Soria 171.000,
Avila 116.000; Reino de León: León 252.000, Palencía 113.000, Toro
1
93.000, Zamora 74.000, Valladolid 197.000, Salamanca 210.000; Astu-
rias 348.000; Galicia 1..350.000; Extremadura 427.000; Andalucía: Se-
villa 735.000, Córdoba 237.000, Jaén 118.000, Granada 661.000. An-
tequera 26.000; Murcia 360.000; Aragón 624.000; Navarra 190.000;
Cataluña. 1.200.000; ValenCia 930.000; Mallorca 205.000; Vizcaya: Gui-
púzcoa 93.000, Alava 72.000, Vizcaya 135.000. Total: 10.413.000 13•
También nos parece excesiva la cifra que Pi y Margall asigna al
clero a principios del siglo XIX, 266.000, a no ser que el término cte
"sirvientes" sobrepase al de clérigos y religiosos, es decir, sacrista-
nes, etc. 14•

d) Realmente el EMPUJE DEMOGRÁFico durante el siglo xvm llegó


a cuatro millones. o sea, más del 50 por 100. Los escritores del xvnx,
atentos sólo a reducir el número -verdaderamente elevado- de
personas aptas para la procreación que permanecían solterns, veían
la solución del problema demográfico en el incremento de nacimien-
tos y no en una reducción de defunciones 15, porque el estado de la
ciencía no permitía adivinar los importantes resultados que más
adelante habían de obtenerse en este aspecto. Sin embargo, en un
punto se apartaron de esta linea, en el que el interés del Estado
coincidía con los imperativos de la caridad y de la filantropía sen-

u . RlxaA·Al.CoiZA, El sigw xvm, 32.


12. Rll:;u.·.Al.Col.EA, El sigw xvm, 32; PI y MARG.ALL, Historia de España en el
riglG XIX, t. I, pág. XI.
13. IzQuiERDO, Antecedentes y comienzos del reinado de Fernandc VII, pág.
363-364.
14. PI Y MARGALL, Historia de España, I, pág. 269.
15. Dol\ÚNCOEZ Oanz, La. sociedad española en el sigw xvm, 59: "La peste
de 1800 estuvo confinada en Cádiz, Sevilla y lugares adyacentes; en algunas ciu-
dades arrebató la tercera parte de la población, pero estuvo lejos de tener la
intensidad que alcanzó la de 1649".
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 375-

timental que trataba de reemplazarla: la suerte de los asilados y ex-


pósitos 16 había preocupado a muchas almas cristianas, y no falta-
ban fundaciones para atender a su cuidado, pero por mala adminis-
tración o falta de rentas, el estado de la mayoría de estos estableci-
mientos era deplorable, y la mortalidad de los recién nacidos espan-
tosa. Martínez Mazas atestiguaba en 1794 que de 289 que habían
entrado en los cinco últimos años en la Casa de Expósitos de Jaén
sólo vivian seis, y esto sucedía en una ciudad donde había un buen
establecimiento de esta clase. En favor de los expósitos se dictaron
varias providencias en 1794 y 1796 r1.
Si añadimos ciertas mejoras higiénicas en Madrid y otras capi-
tales, la reorganización de los estudios de Medicina. la introducción
1 de ciertos medios curativos "· de la quinina liberalmente distribuida
a las comar cas azotadas por el paludismo, de la vacuna antivarióli-
ca; las órdenes para crear cementerios fuera de las poblaciones 19,
etc., tenemos reunidos los elementos de lo que podemos llamar po-
lítica demográfica de los Borbones en el xvm.

e) La DESPOBLACióN se hace patente ante el espectáculo de laS


grandes extensiones poco o nada cultivadas, por lo que el remedio
se concebía, ante todo, en relación con los planes de reforma agra-
ria y de colonización interior; ésta podía ser fruto de la iniciativa
privada, que a principios del xvm dio gallarda muestra con el sanea-
miento de los pantanos y saladares del bajo segura, y la creación
en aquellos lugares de tres prósperos pueblos alicantinos --San Fe-
lipe. San Fulgencio y Delor es :zo__ Sin embargo, por lo común, el
incremento de población se traducía simplemente en un aumento

16. Como dos puntos axiales, en tomo a los cuales giran la caridad y fi.
lantropla dieciochesca, los hallamos en el Cardenal Belluga y .m el Principe de
la Paz <BAGUENA, El Cardenal BeUugo., capitulo XIV; GoooY, Memorias, B.A.E.,
v . 88, t.; r. pág. 212·214).
17. Novísima Recopilaci6n, horo VII, titulo xxxvn, ley IV'; L VI.I. t _
XXXVIII, L IV-VIL
18. LA1:N ENTRALGO (Historia de la Medicírul, pág. 117-201. 3J.2.331) estt:dia la
historia de la Medicina del Buroco (160CH740' y la de la Dustración (1740-1800);
y MA..'UÑÓN (Las ideas biofd9íi:as del P. Feijóo, pág. 91-aEi) la de la época del
P . Feijóo.
19. La ofensiva empezó con la obra de B . Bails - "Pruebas de ser contrario
!l 1z prnctica de todas las naciones y a la di.Sc.lpllin eclesiástica y perjudicial
a la salud de los vivos enterrar a los difuntos en las iglesias•, Madrid, 1~.
Al año siguiente se dictaba una ley -NOf1f.stma Recopil4ci6n, I, m, l'-, reite-
rada en 1804: aunque fundada en motivos de higiene, pudo también estar en·
lazada con el anticlericalismo de ciertos ministros, y los pueblos -por esta
causa, por inercla o por excusar gastos- demoraron su cumplimiento, si bien
se construyeron muchos cementerios en grandes y pequeñas poblaciones (LA·
I'UENn:, HistOria general de EspaiUz, t. XXII, pág. 234; Px Y MARc.w., Historia
de Espaiül, I, 298; DoMi:NCUEZ 0Rnz, La sociedad espaiiola en el sfglc xvm, 69)_
20. BAcut:NA, EL Cardenal BeUuga, cap. XV.
376 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

de núcleos existentes. La originalidad de la acción gubernativa con


Carlos III estriba en haber proyectado, y en parte realizado, colo-
nizaciones en gran escala, incluyendo la creación de numerosas lo-
calidades. Sólo uno de estos ensayos tuvo pleno éxito: la coloniza-
ción de Sierra Morena y carretera de Andalucía, en que campea la
figura de Olavide 21 •
Comenzaba el éxodo rural y el empobrecimiento del agro por ten-
dencia al absentismo de los propietarios; para contrariarla, se reba-
jó a la mitad la contribución a los propietarios que residieran en sus
pueblos -Floridablanca en su ·instrucción al Consejo de Estado,
CCLXII-.
Así, pues, no todas las regiones de España se beneficiaron en igual
proporción del aumento demográfico de cuatro millones -en el
:xvn.r-: algunas permanecían estacionarias, mientras que otras du-
plicaron y aun triplicaron su población, intensificándose la ten-
dencia centrifuga hacia las comarcas del litoral, iniciada en el si-
glo xvn; en las del litoral cantábrico este fenómeno se relaciona
con la revalorización económica de aquellas regiones, y en las me-
diterráneas con un mejor aprovechamiento de sus posibilidades agrí-
colas y marítimas ante la disminución de la terrible amenaza que
la piratería representaba para los habitantes de las costas. Las más
retrasadas resultan las regiones de la Meseta, donde Soria, Guada-
lajara y la Mancha mantienen densidades muy de'biles; y Extre-
·madura 10 habitantes por kilómetro cuadrado. Además, la inmen-
sa mayoría de la población rural vivía -como hoy- dispersa en
caseríos y lugares o concentrada en pueblos de mayor vecindario 22•
En el siglo x1x seguía el crecimiento. Su causa, la gran cifra de
natalidad -con un índice de 3,51%- que compensaba la mortalidad
-índice de 2,59%- y la emigración. En 1857, se realiza el primer
censo oficial con quince millones y medio de habitantes; en 1860 al-
canza los dieciséis y a finales de siglo los dieciocho. si bien er índice
·de natalidad -2,04%- ha disminuido como también el de morta-
lidad -0,93%-.

f) El artículo 10.0 de la Constitución de 1812 admite la l>IVISIÓN


DEL TERIUTORIO NACIONAL en provincias, partidOS, ayuntamientOS y
parroquias, y aquéllas en Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla
·¡a Nueva, Cataluña. Córdoba, Extremaciura, Galicia, Granada, Jaén,
León, Molina, Murcia, Navarra, Provincias Vascongadas, Sevilla, Va-
lencia, Baleares y Canarias con las demás posesiones de Afríca; y el

21. DEFOORNEAUX, Pablo de Olavide ou l'Afrancesado, pág. 1-470; Ou.VIDE, El


Evangelio en triunfo, pág. 1 ss.
22. DoMÍNGUEZ ORTIZ, La sociedad española en el siglo xvux, 64. 67-70. 72-73.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 377

artículo 11.0 prometía una división más conveniente cuando las cir-
cunstancias políticas lo permitiesen. De acuerdo con esto las Cortes
extraordinarias de 1821 discutieron y aprobaron la nueva división,
promulgando con carácter provisional el decreto de 27 de enero de
1822: se establecían 52 provincias, coincidiendo con las actuales, sal-
vo que denominaban Chinchilla a la actual de Albacete, Pamplona a
la de Navarra, San Sebastián a Guipúzcoa, Vigo a Pontevedra, Vito-
ría a Alava, y tenia además las provincias de Calatayud, Játiva y Vi-
llafranca, creadas con los territorios pertenecientes a las actuales
provincias de Teruel, Valencia y León (El Bierzo).
Esta división no llegó a regir: fue anulada en 1823, pero se copió
en el Decreto-ley de 30 de noviembre de 1833 con escasas modifica-
ciones -supresión de las provincias de Calatayud, Játiva y Villa-
franca del Bierzo, y el cambio de Albacete por Chinchilla y Ponte-
vedra por Vigo-. Por decreto de 1927, la provincia de Canarias se
desdoblaría en Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.
La población española representaba en 1800 el 5,8% de la de
Europa -182 millones-, el 4,87( en 1900, y el 5% en 1950.

IC&LICIOSIDAD II IS?.\ ~ \ ..• - 25


B) CoYUNTURA ECONÓMICA.

La situación económica de España al comenzar el reinado de la


dinastía borbónica era deplorable, pero la preocupación de sus mo-
narcas y ministros por fomentar la riqueza hispana fue prodigiosa
y persistente, consiguiendo las mayores realizaciones.
a) Pierre Vilar -"Dans Barcelone du ~ siecle. Transjorma-
tions économiques, élain urbain et mouvements dessalaires dans le
báptiment": Estudios históricos y documentos de los archivos de
protocolos. Colegio Notarial de Barcelona, TI, 1-51- afirma que entre
los progresos realizados por España en el siglo XVIII ocupa un lugar
destacado -entre las regiones peninsulares- de un equilibrio sen-
siblemente distinto del que había caracterizado al Siglo de Oro. Des-
de el punto de vista demográfico -ya observamos la tendencia cen-
trüuga hacia el litoral- y económico, la España central pierde su
posición dominante y se vuelve a la situación de la antigüedad y de
la Edad Media, en que la perüeria -particularmente la mediterrá-
nea- representa el nivel máximo de la població?, de la utilidad y
de la producción. Los focos urbanos que caracterizan el XVIII son
Barcelona y Cádiz. En la década de 1761}.1770, sin esperar por tanto
a la libertad oficial de comerciar con América, Barcelona se convier-
te en un puerto de acusado dinamismo. La riqueza así acumulada se
va consolidando porque se emplea en creaciones industriales viables,
lo que no sucede en Cádiz. De este modo, bajo la acción de los co-
merciantes de América y de los fabricantes de indianas -a menudo
se t rata de las mismas personas- nacen las hilaturas de algodón
en Cataluña.
La disociación entre el centro de dirección política en España y
bu centro de gravedad económico y humano -de tantas repercusio-
nes en un futuro inmediato- com(>nzó en los años 1770-1775, cuando
la curva de los SALARios barceloneses remontó francamente la de los
salarios de Madrid. Hacia fines del xvm, el impulso es tan conside-
rable que Barcelona casi duplica a Madrid por el tenor de los sala-
rios pagados. A su vez, las curvas de precios revelan un fenómeno
de tendencia idéntica, según demuestra mediante gráfico Reglá-Al-
colea 23 que lo confecciona con datos de Hamilton - Madrid- y de
Vilar -Barcelona- .

23. REcu· A.LOOLEA, El siglo XVUI, 45-46.


R.EUCIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 379

No obstante, hay que aceptar la afirmación de Dominguez Ortiz ~·:


el estudio de los salarios en el siglo xvm no está hecho: los datos
que aporta Hamilton 25 son muy pobres; sólo cuando empiezan las
obras del Palacio Real de Madrid adquieren mayor continuidad. En
opinión de Hamilton, la baja de salarios en la segunda mitad del
XVIU favoreció la ~pitalización y expansión industrial. Uno de los
mayores obstáculos que presenta el estudio es determinar cuándo el
obrero recibía además del jornal- subsidios en especie o incluso
asistencia completa, como sucedía frecuentemente en los aprendi-
ces y aun en oficiales que vivían con su maestro: Jovellanos -Dia-
rios, 12 de mayo de 1795- vio en Logroño una fábrica de sillas cuyo
maestro tenia "dos aprendices por siete años, les da de comer y ves.
tir, y dos oficiales que ganan real y medio, comida y cama".
Las diferencias de salario entre una región y otra, entre distintas
profesiones, entre peón y obrero calificado, entre hombres y muje-
res, eran grandes y dificultan toda generalización, pero en todas par-
tes bastaban a la normal subsistencia, y en muchos casos podían
calificarse de altos, atendiendo al nivel ordinario de vida y al pre-
cio de los artículos de primera necesidad. Sarrailh 26 relaciona la fru-
galidad española con la pereza, a la vez que insiste en la superioridad
del salario barcelonés sobre el madrileño a partir de 1774. Sin em-
bargo, comparando las curvas de precios y salarios se advierte en-
tre ellas discordancias notables: la retnoución ele! trabajador ape-
nas varió a lo largo del xvm, mientras que los precios bajaron algo
hasta mediada la centuria, y luego emprendieron una subida que co-
menzó siendo suave y al terminar se convirtió en precipitada. Así,
pues, los salarios r eales tuvieron se p'..lnto óptimo en el reinado de
Fernando VI, se mantuvieron con escasa diferencia en el de Car-

24 . D. Oanz, La sociedad española en el siglo xv111, 208-213.


25. HAim.ToN, War cmd Prices in Spain, 1651-1800, pág. 34-26il.
26. SARRAILH, L'Espagne éclairée, 64-65. 59: •Le travailleur espag:ool, al.:>rs
t:amme aujourd'bui, dépense en breves rejouissanres ce qu'il a durement gagné,
sans aucun souci d 'épa.rgne. La !rugalité de nos Espagnols est en grande partie
cause de Jeur parcsse: c;etui que se contente de peu pour mange.r et se vetir,
s'il gagne en trois jours de qoi subsister six, ne travaill~na que t!"cis j'Jurs. Cette
•!rugalitéw, bélas! n'empecbe pas le peuple des villes d'etre miserable et trop
souvent réduit a l'emprunt. Les usuriers sont si nombreux que le besoin l;e fait
sentir d 'ouvrir des monts de piété -obra que ensalzarla al Marqués de Ponte-
tos en el siglo XIX, según reseiia Mesoneros Romo.nos ("Memorias de tm seten-
tón", t. Vlll, 2.•, pág. 138-145)- pour venir en aide aux pauvres gens... Quand
on compare les salalres de Barcelone et de Madrid. .. elles sont presque paralle-
les et au meme niveau, a partir de 1774 leur divergenoe divient considérable. Les
salaires barcelonais gagnent de 66 a 110% sur leur posltion de départ; les salai-
res madrilenes, de 14 a 30... Jusque vers 1773, a Barcelone, le manuevre de ma-
oon recevait 7 sous, le compagnon 12 et le maitre 14. En 1787, ces chiffres pas-
salent respectivement á 11, 22, 44; en 1793 a 12 sous 9 deniers, 20 sous 7 deniers,
29 sous; en 1798, a 15 sous 5 deniers, 23 sous 11 deniers, 30 sous."
"380 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

los III, y en el de Carlos IV descendieron fuertemente porque el al-


za determinada por las malas cosechas, la guerra 21 y la inflación no
tuvo una contrapartida adecuada en la subida de los jornales.

b) El ALOJAMIENTO no constituía entonces ningún problema: lo~


maestros solían ser propietarios de su vivienda-taller, y para los obre-
ros existían viviendas pequeñas y desprovistas de comodidades, pero
baratas. Una casa para familia de clase media podía alquilarse en una
capital por treinta o cuarenta reales mensuales. Los trabajadores
más pobres h abitaban cuartos de una o dos piezas en casas de ve-
cindad que costaban de tres a seis reales. Los alquileres eran por
tiempo indefinido, y rara vez se producía un desahucio. El aumento
de la población progresó más de prisa que el de las nuevas edifi-
caciones, advirtiéndose en Madrid, Barcelona y otras capitales un
cierto encarecimiento, más señalado en las viviendas de la clase
media que en las clases trabajadoras.

e) El capítulo fundamental de presupuestos de una familia


obrera estaba consagrado, naturalmente a la ALlMl::NTAC;ÓN. Era és-
ta bajo los Barbones menos carnívora y más variada que en los
siglos anteriores: su base continuaba siendo el pan, la carne y el
vino 28 ; el primero, de trigo en casi toda España, y de excelente ca-
lidad, elogiado por los extranjeros, proporcionaba los carbohidra-
tos; la carne -vaca o carnero-, muy encarecida, había tenido que
ser sustituida en los hogares más pobres por el tocino y las legum-

27. Godoy (M emorias, I, 18) achaca el desastre económico y financiero


-"poco menos que bancarrota del Banco de San Carlos"-, "cuando entró a r ei-
nar el Sr. D. Carlos IV", a las guerras carloster cistas. Sin embargo, Hamilton
(War and Prices in Spain, 217) minusvalora tal influjo: "The protacted wars in
wbich .Spain engaged during the second half of the seventeenth century were
fought on foreing soil with inexpensive equipment and improductive labor. Ex-
cevt for a slight influence in two or theree y.aars, througb exchange depreciation
resulting from remittances to support military oper ations abroad, the wars had
little eject upon commodity prices."
28. Langle (Voyage en Espagne, ~. pág. 85. 204; II, 137) nos visita en aquella
época y habla así de la comida, y ~speci2.L'T1ente del pa., y del vino: "LP.s vivres
ne sont pas tres chP.rs. QuatrE: personnes peuvent fao:::ilment se nourrir avec scpt
francs par semaine. Le mouton frais ou salé, boulli avec des carottes, des oig-
nons et des pois est la nurriture ordinaire du peuple. Les pauvres mangen~ des
pommes de terre ... La farine d'Espagn~. quoiqu'admirable par sa blancbeur, fait
en général du pain cassant; mal lié, qui seche et ne vaut rien au bout de deux
jours. La farine d"Andalousie et du royaume de Valence passe pour etre plus
pesante, plus oncteuse que celle des autres parties de l'Espagne. Aussi a Séville,
a cadix, a San-Lucar de Barameda on mange du pain délicieux qui, tout sec,
tout dur qu'il devient, fait de bon chyle et a bon góut... C'est a Horiguela, ville
d'Espagne, au royaume de Valence, que j'ai mangé la meilleur pain. ce n'est
pas du pain, c'est du gateau, on jureroit qu'on y a melé de la creme, des oeufs
et de la fleur d'orange. .. Le vin de la Manche, et particuliérement le vin de
Valdepenas, est le vin que ron boit ici."
REUGIOSlDAD HISPAN A Y SOCIEDAD BORBONICA 381

bres, menos ricas en nitrógeno; el consumo de vino era abundan-


te, pero sólo en calidad de alimento energético; no se conocía ape-
nas la embriaguez 29 : "sólo la h ez del pueblo, y en pequeñísima
cantidad, se embriagaba; no he visto en ningún país la infamia que
aquí se atribuye a ese vicio", escribía -según testimonio de Do-
minguez Ortiz 30- un extranjero que no nos era muy afecto - "Etat
poli tique.. . de l'Espagne l'an 1765", cap. IX- . El aceite era otra
gran fuente de calorías, y los huevos - por su baratura- estaban
al alcance de todas las fortunas.
También podían señalarse puntos flacos en este régimen ali-
menticio: las frutas y hortalizas no se consumían en la proporción
debida; los productos lácteos eran tan rr..al elaborados que los pa-
ladares algo refinados pedían al extranjero la mantequilla - man-
teca de Flandes- y el queso de Holanda; el pescado fresco era un
lujo en las provincias del interior, y no en todas las marítimas
abu ndaba, pues la pesca estuvo casi abandonada, hasta que en las
Ultimas décadas del siglo XVIII los catalanes la reanimaron; y el
azúcar era un artículo raro que se vendía en las boticas y se rega-
laba a los catedráticos como propina aneja a la colación de grados
académicos.
De todos estos artículos el de precio más variable era el pan 31 :
excluyendo los años de excepcional carestía, su coste osciló de 8 a
16 maravedís la libra; una libra de carnero valió de un real a dos,
según los lugares y épocas; una gallina costaba cinco reales en la

~. El jesuita P. José Francisco Isla que ataca duramente los excesos de


ucomilonas y glotonerías" en los "tres días de Carnestolendas", parece que se
refier e a tales excesos sólo en aquellos días (lsu., Sermones Morales, I, 79·101.
131-144}. A id éntica co;::¡cl•JSión llegamos , tras una lectura d e gran númerC> de
sermonarios de aquella época.
30. D. 0Rnz, La sociedad española del s. xvni, 211.
31. El Cardenal Lorenzana, Arzobispo de Toledo, publicó su "dictamen so-
bre el libre comercio d e granos": "Desde que se establecieron las primeras le-
yes, poniendo tasa a los granos de trigo, ce~teno y cebada, tuvieron presente
los sabios Legisladores, que como el pan es primero, necesario e indispensa-
ble aliment'J de los ho1Jlbres d e tocas ~feras y clases, y principalmente de los
pob!"es, que por carecer de otros regalos, casi con él hacen toda su comida, y
con solo su alimento acuden a todos los trabajos y fatigas corpOrales; era pre-
ciso que su más alto precio fuese equitativo: de modo que los jornaleros, ope·
rarios de todas artes, y casi el mayor número de soldados y vasallos pudiesen
comprar aquella cantidad que necesitaban s us personas, mugeres y familias ...
Por lo común en toda España el salario d e un jornalero del campo, peón, u ofi-
cial ínfimo de las Artes prácticas, no sube de qüatro, o cinco reales. El, su
muger y familia, si consta de cuatro personas, necesitan por lo menos seis li-
bras de pan; y si la fanega de trigo pasa de qüarenta reales, salen las dos li-
bras de doce qüartos, que componen t reinta y seis, y el que gana cada día qüa-
tro reales, no puede mantenerse ... " (LORENZANA, Cartas, Edictos y otras obras
suel tas, pág. I-I X).
382 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

primera mitad del XVIII en Castilla la Nueva, y de siete a ocho en la


segunda; etc. ·
Todos los precios subieron del 50 al 100% reinando Carlos IV.
La extraordinaria impopularidad de Godoy tiene sin duda relación
con este hecho. La divergencia entre unos salarios estables y unos
precios en constante cambio fue la tragedia de las clases modestas.

d) No obstante tal cRISIS de finales del xvnr - y la que suce-


dió a la Guerra de la Independencia-, lógicas en situaciones pos-
bélicas, hay que valorar el gran esfuerzo de los Borbones. Incluso
a pesar de que Sánchez Agesta lZ denomine "tópico común" la de-
cadencia económica del siglo xvu, y de que Godoy 33 pinte un triste
panorama social al final del reinado de Carlos III.
El impulso de la REGENERACIÓN provino de las Sociedades Econó-
micas de Amigos del Pais. Como precedente cita Reglá-Alcolea 34 la
tertulia inaugurada en Sevilla en 1697, en la que se reunían los mé-
dicos de la ciudad, y en 1733 la constitución de la Academia de Me-
dicina de Madrid. Hacia 1748 aparece en Azcoitia, el embrión de la
famosa Sociedad Vascongada de Amigos tiel País -su gran propul-
sor fue el Conde de Peñaflorida-. En 1770 aparecerá en Barcelona
la Academia Real de Ciencias. El fin primordial perseguido por las
Sociedades económicas es la prosperidad del pais, y su principal
impulsor fue el Conde de Campomanes, personaje mitüicado en la
postura interesada frente al mundo -según consideramo~ en la
introducción del capítulo segundo de la primera parte-. El 18 de
noviembre de 1774, el Conde de Campomanes dirigió una circular
ordenando la fundación de las Sociedades Económicas, acompañada
-de sus "discursos sobre el desenvolvimiento de la industria popu-
lar" y "sobre la educación popular de los artesanos" 3s. En 1776, se
fundaba la de Zaragoza, una de las más activas de España, y Barce-
lona poseía su Junta de Comercio desde 1758.
Pero al poderío de máximo entusiasmo por las Sociedades Eco-
nómicas fue el quinquenio 1781-17E5. El examen de las listas de
socios con predominio de clérigos, nobles y legistas doGnmenta
uno de los raros ejemplos de asociación de individuos pertenecien-
tes a las diversas categorías sociales en vista de un ideal común
-similar a la composición de las Cortes de Cádiz-. El número to-
tal de Sociedades llegó en el siglo XIX a 233, más 110 en Indias 36•

32. S. AcESTA, El pensamiento político del despotismo ilustrado, pág. 117·121.


33. GoDOY, Memorias, I, 19
34. Rn;LA·ALcOLEA, El siglo xvm, 98-99.
35. ALVAREZ R~UEJO, El Conde de Campomanes. Oviedo, 1954.
36. D. ORTIZ, La sociedad espa1íola, 195.
REUGIOS!DAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 383

e) Ministros y Sociedades Económicas consideraron la AGRI-


CULTURA como la principal fuente de riqueza del país y le dedica-
ron atención preferente. Como casi la totalidad de las tierras esta-
ban vinculadas a la nobleza y a la Iglesia, la clase labradora, desti-
nada a cultivar las grandes propiedades como simples jornaleros,
estaba s umida en una triste situación. A fin de aumentar el nú-
mero de pequeños propietarios, se intentó una reforma agraria ge-
neral, a cuyo fin se pidió informe a los más famosos economistas.
como Jovellanos -"Informe sobre la ley agraria", 1795- . La refor-
ma se aplazó, pero se consiguió remediar parcialmente algunos ma-
les y mejorar la agricultura mediante obras de regadío, repoblación
forestal, la colonización interior y la desamortización, como luego
veremos.
Además, los privilegios de la Mesta -ganadería trashumante-
fueron limitados -no suprimidos-: la poderosa corporación per-
duró legalmente hasta 1839. Un Real Decreto de 1788 facultaba a
los propietarios para cercar y cerrar los olivares, viñedos, huertas
de hortalizas con frutales, etc., contra la ganadería trashumante.
Verdadero carácter revolucionario tuvo la disposición de 1785,
que prohibía expulsar a los arrendatarios, aun cuando el popieta-
r io hiciera constar que deseab a cultivar la tierra directamente,
siempre que éste no fuese ya labrador y tuviera s u residencia en un
lugar cercano al enclave de la finca.
El establecimiento del libre comercio y transporte de granos
constituyó el mayor impulso que indirectamente recibió la agricul-
tura -a pesar de las lamentaciones del Cardenal Lorenzana, según
vimos-. El gobierno no descuidó el crédito agrícola mediante la
reorganización de los antiguos pósitos.
La constante alza en los precios agrícolas en la segunda mitad
del siglo XVIII indujo a muchos propietarios a convertir sus cotos
y pastizales en tierras de labor . A fines de dicha centuria, el culti-
vo de la patata era todavía una curiosidad en España; el maíz, en
cambio, hizo posible la gran transformación económica que supo-
nía para el norte dP.l país disponer de un cereal de elevado rendi-
miento, a la vez panüicable y forrajero, en tierras que sólo dispo-
nían de mijo y de centeno, donde el pan de trigo era un lujo reser-
vado a las clases privilegiadas.

f) OBRAs PÚBLICAS: Una Real Cédula dio al Canal Imperial de


Aragón - iniciado por Carlos V en 1529 y abandonado después- el
impulso necesario para que llegase a feliz término: dos años des-
pu és de morir Carlos III, se concluía la presa, alcanzando entonces
la superficie regable de 31.000 hectáreas. Los canales de Tauste
384 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH
t
-6.500 h ectáreas-, Tortosa, Urge!, etc., y los pantanos de Lorca,. 1
Valdeinfierno y Puentes pertenecen a la época dieciochesca; al si-
glo x.rx, el canal del Ebro hasta San Carlos de la Rápita, el de He-
nares por una empresa particular, y el de Lozoya -el Sr. Bravo Mu-
rillo dispuso el 30 de marzo de 1848 que los ingenieros de caminos,
Srs. Rafo y Rivera, examinasen los proyectos anteriores del inge-
niero Siere y del arquitecto Villanueva en la centuria anterior, y de
Bar ra y Cortijo en 1830; se completaba la obra mediante la ley de
19 de junio de 1855.

g) Al subir al trono Carlos m. hizo suyos los proyectos del


Marqués de la Ensenada referentes a la coLONIZACIÓN interior de
los territorios despoblados mediante súbditos extranjeros: sometió
al Consejo la propuesta del Coronel Thürriegel, para que determi-
nara sobre la conveniencia de dedicar los colonos alemanes y fla-
mencos a la repoblación de Sierra Morena; contando con el patro-
cinio del fiscal Campomanes, el Consejo aprobó la idea en 1767, y
el proyecto de colonización fue sancionado por Real Decreto de 28
de febrero ~e 1767, siendo director de la empresa, D. Pablo de Ola-
vide, simpatizante con todo el grupo reformador y revolucionario.
Fray Romualdo de Friburgo, capuchino alemán que tenía a su car-
go la cura de almas, denunció a Olavide ante la Inquisición en 1775,
y al año siguiente se encargaba de la dirección de las colonias
D. Miguel Ondeano. quien unos años después se mostró partidario
de suprimir los privilegios de que gozaban los colonos, los cuales,
no obstante, persistieron hasta 1835.

h) Renació la !NDUSTRIA y el trabajo que fuer on protegidos ofi-


cialmente. En tiempo de Felipe V se establecieron numerosas Rea-
les Fábricas de Paños e:n Guadalajara, Segovia, Brihuega, etc.; da
sedas en Talavera; de cristalería en La Granja; y de tapices en Ma-
drid. Fernando VI y Carlos III, siguiendo las nuevas teorías de la
libertad industrial, abrieron ·paso a la iniciativa privada, pero sin
abandnna:c por completo la creación de industrias estatales como
b fábrica de algodones de Avila y 13. de rJorcelailas del Retiro, es-
"ta.blecidas por Carlos m . Godoy hace u na ardorosa defensa del rei-
nado de Carlos IV con relación a esta materia 37•
En 1750, cerca de Ronda se estableció una de las primeras ma-
nufacturas de hojalata de Europa, y en el n orte el Marqués de Sa-
gardelos trabajó por echar las bases de una metalurgia moderna.
En 1763 se constituía la Jun ta Particular de Comercio de Barcelo-
na, y el proceso de equiparamiento industrial en el campo textil
37. GoooY, Memorias, I, 205-211.
- -
REUCJOSIDAD BlSPANA Y SOCIEDAD BORBONlC.\ 385

fue acelerado por la rápida introducción de las máquinas de vapor.


Y así Modesto Fernández González podía gloriarse, mediado ya el
siglo XIX: en Sans, la España Industrial, fábrica construida en 1848,
cuenta siete máquinas de vapor, que producen una fuerza de 550
caballos efectivos, y abraza todas las industrias y todas las mani-
pulaciones necesarias para convertir la rama de algodón en géneros
blancos de diferentes clases y anchos, en percalinas de multitud
de colores y dibujos, en indianas de una variedad continua y adap-
tada a los gustos de todas las provincias de España, y en telas lla-
madas cretonas y persas; da trabajo a mil setecientas personas de
ambos sexos, y gasta en jornales y p rimeras materias 19 millones
de reales. En la Barceloneta, la Maquinista Ter restre y Marítima,
funde metales, construye buques, calderas, locomotoras, en una pa-
labra, toda clase de maquinaria para las industrias fabril, agrícola
y metalúrgica; tiene un capital de 20 millones de reales, y los talle-
res, contiguos al mar, ocupan una extensión de 16.000 metros su-
perficiales. Dignas de mencionarse, entre centenares, son las sede-
rias de Reig y Escuder; la de tejidos, de Solá; la de hilados, de Batlló;
el almacén de muebles de Pons y las fábricas de lanas y algodones
de Sabadell.

i) En cuanto al COMERCio, sus progresos fueron más sólidos, en


gran parte, por la paulatina extinción de las aduanas interiores y
la abolición del monopolio gaditano -Casa de Contratación- en
el comercio indiano. El propio Carlos m definió su política liberal
en el comercio y la industria cQn las siguientes palabras: "La pro-
tección de los fabricantes naturales y extranjer os, y su premio, la
estimación de todo oficio mecánico y de aquel que lo ejercite, guar-
dándose mis providencias para que no perjudique a la nobleza la
disminución de cargas, gabelas y gravámenes de las manufactura.5
nacionales y de los artistas, la libertad en éstos para la ejecución
de sus ideas y la persecución de los ocio~os y desaplicados, son los
medios aprobados y experimentados generalmente para la prospe-
ridad de las fábricas.. . Toda manufactura nacional circule dentro
del reino y salga de él sin cobrarse derecho alguno por su tráfico,
venta o extracción."
SI Decreto y Real Instrucción de 1765, dtclarando la libertad
de comercio de los principa!es puertos de la peninsula con las is-
las de Barlovento, ampliado después por disposiciones posteriores,
especialmente la de 12 de octubre de 1778, y otras de América, re-
presenta un cambio total en el concepto cerrado que hasta enton-
ces tuvo la economía española: dieron al traste con las característi-
cas cerradas que tenían las poderosas organizaciones gremiales.
ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Durante el mismo siglo xvrrr se fundaron compañías mercantes


:privilegiadas -Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, la de La
Habana, la de Barcelona, etc.-. Y el Banco Nacional de San Carlos:
nació al parecer de un proyecto de Cabarrús; la Real Cédula de 2
cte junio de 1782 autorizaba el establecimiento de una institución
·de crédito público, cuya misión debía consistir ·en descontar las
letras de cambio a un interés más reducido del que era común,
facilitar el dinero necesario para las empresas de carácter nacio-
-nal, satisfacer las obligaciones del giro real en el extranjero y des-
empeñar por asiento las provisiones del ejército y la armada. El
"Banco contaba con un capital efectivo de 240.000 reales suscritos
-por la familia real, los particulares y algunos capitales del Estado
como las Temporalidades de los .Jesuitas, Pósitos, etc. Sin embargo,
·el carácter semiestatal con que se fundó, fue la causa principal de
:su relativo fracaso algún tiempo después de la muerte de Carlos m ,
según vimos antes en cita de Godoy.
Triste es el panorama que se ofrece después de las guerras pro
-y anti napoleónicas, la época absolutista de Fernando VII y la gue-
rra carlista, hasta la presencia del Marqués de Salamanca, verda-
dero mito financiero 38.
Breve pero suficiente resulta este panorama sobre la coyuntura
económica de la sociedad borbónica a fin de introducirnos en el
<estudio de la religiosidad hispana.

38. R.ExiiA.·ALCOLEA, El si{¡U} lMil, 47-48. 101. 103-107; FERNÁ.NDEZ GoMZÁU:Z, La


.Hacienda. de nuestros abuews, ·260-261. 277-278.
C) PANORAMA CULTURAL.

a) "Quel dommage que les t rois quarts d e l'Espagne soient in-


cultes!" Cuando oímos semejante afirmación del Marqués de Lan-
gle 39 en el último tercio del siglo xvm, nos molesta por provenir
de un extranjero. También, si es de un indígena: "en el orden in-
telectual el BACHE de los últimos d ecenios del xvn se continúa y
ahonda hasta tocar la tierra virgen de la indigencia mental" 40. o
si se trata de una exposición ministerial, como la del Sr. Fernán-
d ez Negrete, Secretario de Gracia y J usticia, en 1861: "de los 24.259
penados, 16.755 no sabían leer y escribir; 200 saben leer pero no
escribir; 5.539 leían y escno ian imperfectamente; 1.229 leían y es-
cribían; 85 tenían instrucción de segunda enseñanza; 54 superim:,
y 579 desconocida" 41 •
Sin embargo, hemos de afrontar el problema. Incluso cuando
se habla de un gran bache intelectual, experimentado entre 1680 y
1730 42, o de "obscuridad de la vida intelectual" 41•
"Hacia 1726, aparece la primera generación importante del sete-
cientos, que representa Feijóo en la esfera intelectual y Patiño en
la polltica4 ' -Palacio Atard, Un escrito polttico de 1714, ARDE,
xvm, 642-654-. En su defensa de la ciencia españo~a de esta cen-
turia, Menéndez Pelayo pudo citar hasta ocho o diez nombres in·
signes, pero -como advierte Marañón en la mencionada obra- la
ciencia de una época no puede medirse por la altura de las cum-
bres solitarias en el desierto, sino por el nivel medio del ambien-
te. Y éste era desgraciadamente muy bajo.
En el cultivo de las ciencias del espíritu durante la primera mi·
tad del setecientos una cosa aparece clara -según el P . Mindán en
"J..a filosofía española en la primera mitad d el siglo xvm": Rev. Fi-
losofía, xn. 1953, 46-: las continuadas polémicas entre escolásti-
cos y modernos, bien representativos de la lucha entre las super-
vivencias barroquistas y el nuevo espíritu critico; por lo general,
los primeros tienen su refugio en las Universidades, mientras que
los segundos, ávidos d e devorar toda clase d e novedades proceden-

39. I.ANci.E; Voyage en Espagne, rr. 10.


40. D. 0Rnz, lA sociedad espaiíola en el s. xnn, 23.
41. F'ERNÁNDEZ GoNZÁLEZ, lA Hacienda de nuestros abuelos, 255.
42. RECI..A·ALcoLEA, El siglo xvm, 62-71.
43. MARAÑóN, lAs ideas biológicas del P. Feijóo, 29.
388

tes del extranjero, predominan en las tertulias y en las nacientes


Academias; más tarde se transformarían en polémicas entre la fi-
losofía cristiana y las corrientes enciclopedistas 40•

b) En 1712, Felipe V decidió fundar una BIBLIOTECA en el pasa-


dizo del Palacio Real de Madrid; la base de ella fue una colección
de 8.000 volúmenes, entre impresos y manuscritos, siendo nombrn-
do bibliotecario mayor D. Juan Ferreras. El jesuita P. Guillermo
Daubenton, confesor regio, redactó las primeras constituciones en
1716 ""· Tanto nuestra primera Biblioteca como las particular~ 'J
las librerías serán fuertemente atacadas por el Marqués de Lan-
gle ' 5•

e) El fundador y el primer director de la Real ACADEMIA Espa-


ñola fue D. Juan Manuel Fernández Pacheco, Marqués de Villena
y Duque de Escalona, en 1713: una Academia encargada de velar
por la elegancia y pureza del castellano. El 13 de mayo de 1714 san-
cionaba el rey la fundación de este cuerpo, que había de constar
de 24 plazas, según sus primeros estatutos.
En 1735, en casa del abogado D. Julián de Hermosilla se reunían
algunos literatos, y de esta tertulia nació' la Academia de la Histo-
ria, a la que se dio carácter oficial definitivo por reales despachos
de 1738 46•
Un personaje que preside la superación del bache intelectual,
Feijóo. Pero para su estudio nos remitimos a Marañón y a cuan-
tas monografías han tratado sobre el insign€: benedictino o de su
obra, el Teatro Critico 47.
-{\·...,..~ ~ ¡¡,..
d) Cuando Carlos m subió al trono en 1759, la EDUCACIÓN no
se consideraraba un servicio público y en la organización y distri-
bución de las escuelas y colegios reinaba la más completa anarquía.
Sólo los estableci.-nientos regentados por los jesuitas poseían una
unidlld de doctrina y de método. Las Universidades mantenían su
!ndependencia y vinculación a la tradición escolástica; había tres
mayores: Alcalá, ValladoliG y Sa!amanca, esta últiroa uno de los cua-
t ro estudios generales del orbe con París, Bolonia y Oxford; las me-
nores en número de 40 primero; 23 más tarde, a fines del siglo XVIII,

44. H URTADO PAILNCIA, Historia de la Literatura española. 745.


~5. LANcu:. Voyage en Espagne, 1, 126. 217; n, 31 : La BibUothéque de Ma-
U

drid composée de quarente mille volumes a peu pres n'a ríen de remarquable,
si ce n'est le tres graneL."
46. H URTADO, Historí4 de la L i teratura española, 746-747.
~7. MARA.~ÓN, Las ideas biológicas del P. Feij óo, 29-78. 308.
REUGIOSIDAD BISPANA Y SOClEDf<D ilOROO:-oiC.\ 38S

y 12 en 1807. La de Barcelona, suprimida por Felipe V, se restable-


ció en 1837. Mediado ya el XIX, existían once Universidades.
La primera enseñanza era en el siglo XVl.II la más descuidada.
Con los bienes de los jesuitas expulsados, se ordenó en 1767 la
creación de escuelas de niños en todos los pueblos importantes. El
gobierno, las Sociedades Económicas de Amigos del País y algunos
filántropos, como el Conde de Fernán Núñez, influido por las ideas
de Rousseau y Pestalozzi, fundaron también escuelas de niños y ni·
ñas. Sarrailh nos habla del "affaire", provocado por la fundación
de diez escuelas gratuitas, en Barcelona, por el Obispo Clim.ent,
frente a la Municipalidad: "les maitres d'écoles la"íques protesté·
rent inmediatament auprés du Conseil municipal, clamant qu'ils
seraient ruinés et n 'auraient p!us d'éléves" ~- En 1795, las Cortes
de Navarra decretaron obligatoria la enseñanza primaria; en 1793
Godoy proyectaba generalizar la enseñanza primaria gratuita y en
1806 fundó el Real Instituto Militar Pestalozziano, regentado por
oficiales suizos.
Fernández González 49 nos ofrece la siguie~te estadística: en 1797,
asistían a las escuelas públicas 393.726 niños de ambos sexos; en
1846, llegaban a 662.611, y en 1867, la cifra era de 1.425.339. De los
72.000 y tantos concejales que formaban en primero de marzo de
1866 los ayuntamientos del reino, 12.484 no sabían leer ni escribir,
921 sólo sabían leer, y 59.393 que conocían ambas cosas. En 1836
había 11.190 escuelas públicas y, rebasada la segunda mitad del XIX
se alcanzaban las veintisiete mil, gastándose -en 1865- con car-
go a los presupuestos provinciales y municipales 67 millones y me-
dio de r eales exclusivamente en la enseñanza primaria.
La enseñanza secundaria, en manos de los jesuitas, sufrió gran-
des reformas, al ser expu!sados éstos. El equipo ilustrado prestó
gran ~tención a los estudios de cultura general y preparatorios de
los universitarios, militares y marinos: cabe citar el Colegio de
Estudios Reales de San Isidro -antes el Imperial de los jesuitas-
tn Madrid, el Real Seminario de Vergara - fundación de la Socie-
dad Vascongadz. de Amigos del País- y el Insti~.1to Mturiano -ftm·
dado en Gijón en 1794 a instar.cias de Jovellanos. En 1845, el Sr.
Gil y Zárate escribió la Historia de la instfl.lcción pública, a la par
que propuso la creación de un instituto de enseñanza media en
cada provincia, como se consiguió con el sostenimiento por fondos
generales o provinciales, además de los colegios particulares - los·
tituto de Vizcaya en 1844, Colegio de J erez en 1834, Instituto Cán·
tabro de Santander en 1839, etc.-.
48. SARRAU.H, L'Espagne éclairée, 65.
49. F. GoNZÁLEZ. La Hacienda de nuestros abuelos. 243·253.
390

También en el XIX se establecieron las escuelas dominicales pa~


ra aprender a leer y escribir en días festivos quienes estuviesen ocu-
pados el resto de la semana; las de párvulos para evitar que los
hijos de labradores y artesanos estuvieran abandonados en campos,
calles y plazas; las normales, verdadero aprendizaje para el noble
ejercicio del magisterio; las de artes y oficios, estudios preparato-
rios; las de noche para el conocimiento y práctica del dibujo; las
bibliotecas populares para la lectura de la juventud; la Biblioteca
de Autores Españoles, por iniciativa de Nocedal; las escuelas de
ingenieros civiles de caminos, minas, montes, industriales y agró-
nomos; la Academia de ciencias exactas, en 1847; la de ciencias mo-
rales y políticas, en 1857; etc. so_
Con respecto al vidrioso problema de los Colegios Mayores y a
la reforma carlostercista nos remitimos a la obra de Desdevises du
Dezert 51 , quien afirma: "Le vrai remede eút été la suppression pu-
re et simple de tous les colleges, qui ne s'efectua que beaucoup-
plus tard, 1836."

e) Las REVISTAS y el PERIODISMO COntribuyen al empeño peda-


gógiCO del siglo xvm y a la difusión del espíritu científico. El "Dia-
rio histórico, político, canónico y moral" -Madrid, 1732- sigue en
antigüedad a la "Gaceta" que data de 1661, y fue fundado y redac-
tado por Fray J. Alvarez de la Fuente; en el único año de su pu-
blicación apararecieron dos volúmenes. El "Diario de los literatos
de España" es una revista trimestral que vio la luz bajo la protec-
ción del ministro Campillo -1737 y 1742-. En 1738, se traduce
del francés "El Mercurio histórico político•·, que se publicaba men-
sualmente y contenía noticias generales europeas, ya retrasadas;
en 17n, D. Tomás de Iriarte lo re:nozó; no obstante - reconoce Co-
tarelo S2__ fue siempre periódico de poco o de ningún interés; el
primer traductor había sido Salvador .Toseph Mañer y en 1758 bajo
el titulo "El Diario noticioso, curioso, erudito y comercial" lo edi-
taba Nipho, aragonés, espíritu cristiano de estilo moderno, y de él
procede el "Diario Oficial de Avisos" que subsistió hasta HH8.
De clara tendencia enciclopedistica surge, en 1762, "El Pensa-
dor", cuyo redactor es Clavijo Fajardo, pero lo menosprecian los
extranjeros que nos visitan 53_ Notable difusión alcanzaron "El Cen-
sor" en 1781-1786, y el "Memorial literario y curioso de la corte de·

50. F. GoNZÁLEZ, La Hacienda de nuestros abuelos, 253. 257.


51. D. DEzERT, Les Colegios Mayores et leur réforme en 1771, pág. 9-27.
52. COTAR.ELO, Iriarte y su época, 105.
53. LANcLE, Voyage en· Espagne, I, 106.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 39L

Madrid" en 1784-1808 con algunas interrupciones, sin olvidar los.


de carácter científico 54•
D. José M .a de Carnerero pudo obtener de Fernando VII el pri-
vilegio exclusivo de publicar un periódico o revista literaria que
tituló "Cartas Españolas", y a la muerte del rey fundó el periódi-
co "La Revista Española", según el testimonio de Mesonero Roma-
nos ss, quien además descnl>e el origen de la prensa periódica bajo
la égida isabelina. Naturalmente suponemos la variedad salvática de
periódicos y revistas en las dos primeras épocas constitucionales 56 ..
La libertad de prensa -con más o menos restricciones- impi-
de simplificar las ideologías del siglo XIX. Ni siquiera en el XVIII se
ponen de acuerdo los autores: Rodríguez Casado distingue cuatro
-conservador a ultranza, tradicional, modernista tradicional o cris-
tiano ilustrado, y revolucionario extranjerizante S7_; a tres los r e-
ducen Palacio Atard y Seco sa; pero Reglá-Alcolea S9 discrimina cin-
co clases sociales: nobleza, milicia, clero, burguesía y plebe.

54. REcu.-At.oOLEA, El sigw XVIII, 143-144.


55. M. RoMANOS, Memorias de un Setentón, VIII, 2.•, 73. 179-186.
56. Mayor información la podemos hallar en las 595 páginas que PEDRO Gó-
MEZ .APAJUCIO ha escrito en MHistoria del Periodismo Español desde la Gaceta
de Madrid hasta el destronamiento · de Isabel ll" <Madrid, Ed. Nacional, 1967>-
57. R. CAsADo, La monarquía española del barroco, lZ-126.
58. P. ALUID, Derrot4, agotamiento y decadencia en la Espafitl. del siglo =~
p . 103-140; SD:x>, Godoy, p . XLVU.
59. Rll;u-AI.coLl:A, El siglo rvm. J3..3t. 39.
ARTÍCULO 2

ESTAMENTOS SOCIALES

.A) CLERICALES.

a) El obispo.
En una época, cuya principal -no única- característica es la
secularización e incluso el anticlericalismo, sorprende el testimo-
nio casi unánime de críticos y turistas en resaltar las virtudes del
episcopado español, sobre todo en el siglo xvm: 60• El apasionamien-
to entre "liberales" y "servilistas", herencia de las Cortes de Cádiz,
nos impide estudiar con serenidad la figura de los Arzobispos de
Toledo, Tarragona y Valencia, Mons. Ingüanzo, Creus y Pérez -D.
Simón-, antiguos diputados gaditanos.
Es justo enaltecer aquellos Obispos de la sociedad borbónica,
hombres extraordinarios en ciencia y piedad, que mantuvieron la
admiración de los no-simpat-izantes 61 , y consiguieron las más tras-
cendentales reformas en lo social y en el seno de la misma Iglesia.
Si toda sitmción social es cambiante, se halla en devenir cons-
tante, la de !a sociedad borbónica resulta u..'la auténtica época de
transición: paso del anquilosamiento medievo-renacentista de la di-
nastía austríaca a la mentalidad contemporánea. Por ello vamos a
presentar diversos tipos que aglutinen a los personajes de cada pe-
ríodo, no sin antes manifestar nuestro asombro por la acertada
elección de Obispos por medio del Patronato regio -que databa
de 1523 62-- en un mar de presiones políticas y de ambiciones ras-
treras ante las pingües rentas episcopales 6J.

60. S ARRAILH, L' Espagne éclairée, 1:17-130; AULNOY, La Cour et l!l. ville de
Madrid, 451-458. 469-483; etc.
61. 1\iACANAZ, Polftica eclesiástica, 10: "dignos de veneración por su carác·
"ter".
62. AZCONA, Isabel la. Católica. Madrid, B.A.C., 1964, p ág. 448.
63. BACUENA, El Cardenal Belluga, 11·20. 64; REYES, Vida del Arz:>bispo Valero,
64·73. 136-155; OLMos, Prelados valentinos, 248; Aut.."'OY, La Cour et la ville de
Madrid , 543-556; CASIEJóN, Sermones, II. 245: ~El que pretende un Obispado.
¿Cüánto vale? Tanto. Es renta corta : lo renuncio. Pero no se renuncia porque
es Obispado, sino porque es Obispado corto; y si se admite, es con la mira a
Jograr después otro mayor."
-- -
REUCIOSIDAD HlS!'ANA Y SOCIEDAD BOR30NICA 393

a)) Para PRINCIPIOS DEL SIGLO XVIn exhibimOS COmO tipo al Ar·
wbispo de Valencia, Fray Antonio Folch de Cardona -prescindien-
do de otros más belicosos y discutidos como el Cardenal Portoca-
rrero, el Obispo cordobés Mons. Salazar, el de Cartagena Cardenal
Belluga, o el Arzobispo de Toledo Mons. Valero-. El escogido pue-
de considerarse conio standard en el episcopado español: hijo se-
gundo de un noble -el Almirante de Aragón, Marqués de Guada-
les~. se inicia en la carrera militar hasta alcanzar el grado de
Capitán en las fronteras portuguesas; luego, viste el sayal francis-
cano en Palencia. Colegial Mayor de San Pedro y San Pablo en la
Universidad de Alcalá de Henares, y lógicamente una rápida ca-
rrera eclesiástica: Ministro de su provincia religiosa, Vice-Comisario
y, desde el 2 de febrero de 1697, Comisario General de las Indias.
y el 3 de febrero de 1699, Inocencio xn confirmaba la propuesta
regia para Arzobispo de Valencia: allí defiende la jurisdicción de su
dignidad episcopal contra las pretensiones del Lugarteniente Gene-
ral de la Orden Militar de Montesa 64; y cuando las tropas del pre-
tendiente austriaco, mandadas por el General Bassés, ocupan la ca-
pital levantina y asaltan el palacio arzobispal el 16 y 28, respecti-
vamente, de diciembre de 1705, sale para Madrid, donde trató in-
útilmente de impedir el incendio y destrucción de la ciudad de Já-
tiva, decretada por Felipe V; y al entrar el Archiduque en Madrid,
tomó su partido, acompañándole hasta Viena, en que murió el 21
de julio de 1724 65_
El modelo se repitió en el fragor de una lucha fratricida de la
Guerra de Sucesión. También en cuantos prelados osaron levantar
s u voz contra el poder real -recordemos al Obispo de Cuenca y
otros 6L-, en quien -como el Cardenal Belluga- apoyándose en
un pasado brillante, trató de h acer frente a los atr opellos de Feli-
pe V contra la dignidad papal en 1709 67 • De todas aquellas crisis
siempre salia victorioso el rey, mediante pactos politicos con la
S:mta Sede. Pero debemos destacar 'la energía con que muchos pre-
lados dP.fendieron las prerrogativas ec!esiásticas contra la autoridad
regia, O• denes Militares y pretensiones de cabildos catedralicios.

64. FoLcH, Carta que escriui6 a algunos Srs. Regentes del S..S. y R.C. de
Aragón, 42: uDeseo teroissimamente se aclare la lt:Sticia, o por medio de la
conferencia, o por el medio Iuridico, según, y como lo ha practicado el Sr.
Cardenal de Toledo, y los Srs. Obispos de España.~
65. Owos, Preliu:Ws valentinos, 224-227.
66. TAPIA, Huwria de la cit1ilizaci6n española, IV, 94: Or.Mos, Prelados t~alen­
ttnos, 251-253.
67. BACUENA, El Cardenal BeUuga, 100-116.
JIELIOIOSID\0 IIISPA!oiA ••• - 26
394
- ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Junto a esta bravura resplandecía su piedad y un corazón que


se enternecía ante la miseria, conocida personalmente en sus fre-
cuentes visitas pastorales y en su íntimo contacto con el pueblo 61•

b)) MEDIADO EL xvm, evoluciona la personalidad episcopal: la


influencia eclesiástica ante la Corte empieza a decrecer; desaparece
la importancia del confesor regio; y Mons. Orbe Larreátegui es el
postrer Obispo acumulador de cargos - Arzobispo de Valencia, Go-
bernador del Real Consejo de Castilla, Inquisidor General y "Lega-
do a látere" de la Santa Sede-. Se vislumbra otro tipo, el de los.
reformadores en la cultura y en lo social.
Monseñor Climent funda escuelas gratuitas en Barcelona fll, como-
los Arzobispos valencianos Mayoral y Fabián, además de bibliote-
cas públicas 10• Pero nuestras preferencias se inclinan hacia el Car-
denal toledano Lorenzana, admirado por los extranjeros n, y es-
pléndidamente cantado en sus oraciones fúnebres por el Canónigo-
magistral de Toledo 72, por el académico Dr. D. Francisco Antonio
González n y el franciscano Fray Ramón de las Navas 74 como "pa-
dre de los pobres"; sin embargo, es el segundo quien esboza una
silueta plenamente identilicada con la ilustración: "asigna pensio-
nes a los sabios para que planten y rieguen oportunamente en el
campo del Señor, establece el método conveniente en las conferen-
cias morales... ; considerando que la abundancia y facilidad de li-
mosnas suele dar muchas veces ocasión a la ociosidad, raíz de todo
vicio, sin decaer un puntO su prontitud y eficacia en socorrer al
verdaderamente imposibilitado, proporciona medios con que pue-
dan sobrevenir a sus necesidades qüantos eran aptos al trabajo;
emprende con este objeto las obras públicas ... ; acogió benignamen-
te a los amantes de las bellas artes .. . ; mejor te alaba, o carder.al
amantísimo de la humanidad en la sociedad civil ... el artesano,
porque le surtiste de materiales para el trabajo... " Esta labor social
podemos confirmarla con sus mismos escritos 75, sobre todo, la Car-
ta que dirigió a su hermano, D. Tomás de Lorenzana, Obispo de
Gerona.

68. R-'"YES, Vida de Valero, 00.195; B.~CUENA, El Carc!enal BeUuga, 19·100. 118
ss.; SANTAND~. Retiro espiritual para los sacerdo!es, p. I·XII.
69. SARIWLH, L'Espaqne éclairée, 65.
70. OLMOs, Prelados valentinos, 235-236. 248·249.
71. BOuRCOINC, Tableau de l'Espagne moderne, m, 4-5.
72. DÍAZ DE RÁBAGO, Oración, 3 SS.
73. GomÁLEZ, Oración, 3-21.
74.. NAVAS, Sermón, 3 SS.
75. LORD-'ZANA, Cartas pastorales y Edictos; Cartas, Edictos •t otras obras
sueltas.
R.ELICIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON1CA 395

También hay que destacar su labor en la resurrección de la ora·


toria sagrada, en que se inmortalizaron los nombres del Arzobispo
tarraconense Mons. Armañá 76, del Arzobispo compostelano Mons.
Bocanegra 77, del prelado barcelonés Climent 11, del Obispo auxiliar
de Zaragoza Fray Miguel Suárez de Santander 19, etc.
Domínguez Ortiz 80 confírma cuanto hemos presentado acerca de
los prelados dieciochecos con nuevos datos sobre los Arzobispos tole-
danos Valero, Astorga y Borbón; prelados ovetenses D. Juan de Ave-
llo, D . Gaspar Vázquez, D. Felipe Martín Ovejero y D. Juan 1\i.mnri-
que de Lara; los de León Fray José de Lupia, D. Alfonso Fernández
Pantoja, D. Pascual Herreros, D. Baltasar de Junta y D. Cayetano
cuadrillero; y otros prelados como D. Marcelino Siuri, Fray Juan
de Montalván, etc. "En conjunto puede decírse que la I glesia espa-
ñola estuvo dignamente regida; el obispo vivía exteriormente con
cierto fausto, en el ínterior con sencillez; en la segunda mitad del
siglo xvm es visible la tendencia a sustituir las copiosas limosnas,
r epartidas muchas veces sin discernimiento -el obispo malagueño
-1 Fray Francisco de San José dio, entre 1704 y 1'713, 732.000 duca-
dos- , por obras de utilidad, como hizo otro Obispo de Málaga, D.
José MoliDa Lario, que, entre 1776 y 1783, gastó dos millones en
llevar agua a la ciudad por medio de un acueducto e imprimió una
Pastoral sobre la Industria popular, materia predilecta de campo-
manes." Y cita otros prelados ilustrados : Gonzalez Pisador, Fa'bián
y Fuero, González Lazo, Rubín de Cf:lis, etc.

e)) Pero, a un reconociendo la ínteligencia , piedad y talla social


de los Obispos del SIGLO xrx, no nos atrevemos a especificar nues-
tro estudio, pues todos sus per sonajes se hallan envueltos de ex-
cesivo apasionamiento que impide observar serenamente el hori-
zonte. Citamos tan sólo los prelados valencianos, que pese al gran
prestigio de su sede, influyeron poco en la religiosidad nacional:
Arias Tei.xeiro, López García, López Sicilia, Garcia Abella, y Ba-
rrio ••.

76. ARMAÑÁ, Sermones, tomos I ·IV; CE:sAT, Oracf6n fúnebre del flmc. Sr. D.
Fr . Franci..~Cf) Annaiiá, 14 ss.; ! ZQOIERDO CAPDEVILA, Elogio a la buena memoria
del Ilmo. Sr. D. Fr. Francisco Annaií4, 3 ss.
77. BocAmcRA, Sermones, tomos I·II; Cartas pastorales: Juicio del mundo,
Declamacf6n contra el libertmage, Saludable medicina.
78. CLIMENT, Püiticas dominicales.
79. SANTANDER, Doctrinas y Sermcmes para M isión, t . l ·II; Sermcmes Dog-
mdt icos; Sermcmes Panegíricos, t. HI.
80. D. ORnz, La sociedad. española en el siglo :xvm, 133-139.
81. OLMos, Prelados valentinos, 274-316.
396 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

d)) La Guia del Estado Eclesiástico para el año de 1848 nos


ofrece el siguiente panorama episcopal: El Arzobispado de T oledo
restaurado el 25 de mayo de 1085 - D. Juan José Bonel y Orbe-
comprendía como sufragáneas: Córdoba (restaurada en 1236) -D.
Manuel Joaquín Tarancón y Morón-, Cuenca (r. 21 septiembre de
1170) - D. Juan Ruiz de Capuchin- , Sigüenza (r. 1082) -D. Joa-
quín Fernández Cortina-, J aén (r. 1246) D . José Escolano-, Car-
tagena (r. 1243) - D. Mariano Benito Barrio Fernández-, Osma
(r. 1083) - D. Gregario Sánchez-, Valladolid (r. 1084) -D. José
Antonio Rivadeneira- , Segovia (r. 1072) -D. Francisco de la Puen-
te-. La Orden de Santiago de Uclés (1174) - ... - y en San Marcos
de León - ...- . El Arzobispo de Sevilla (r. 1248) -D. Judas José
Romo y Gamboa-, las sufragáneas: Málaga (r. 18 de agosto de
1487) -D. Salvador de Reyes-; Cádiz (r. 1264) -D. Domingo de
Silos Moreno-; Ceuta (conquistada el 14 de agosto de 1414) - . . .- ;
Canarias (1425) -D. Buenaventura Codina-, Tenerife (1819) - ...- .
El Arzobispo de Santiago (r. 829) -D. Rafael de Ve1ez, y Obispo
auxiliar D. Manuel Maria de San Lucar-, las sufragáneas: Sala-
manca (r. 901) -D. Agustín Lorenzo Varela y Temes-, Tuy (r.
809) - D. Francisco García Casarrubios y Melgar- , Avila (r. 1088)
D . Manuel López Santistevan-, Coria (r. 1142) -D. Manuel An-
selmo Nafria-, Palencia (r. 1180) - D. Cipriano Sánchez Varela-,
Astorga (r. 747) -D. Félix Torres Amat, fallecido, y D. Víctor Ma-
gaz Rodríguez, electo-; Zamora (conquistada en 1053) - D. Miguel
.José Irigoyen-, Orense (r. 890) -D. P edro José de Zarandia-, Ba-
dajoz (r. 1208) -D. Francisco Javier Rodríguez Obregón-, Mon-
doñedo (r. 870) - ...- , Lugo (r. 739) -D. Santiago Rodríguez Gil-,
Ciudad Rodrigo (r. 1160) - ...- , Obispados exentos: León (r. 915)
-D. Joaquín Barbarejo-, Oviedo (r. 812) -D. I gnacio Díaz Cane-
ja-. Arzobispo de Granada (r. 2 Enero 1492) -D. Luis Folgueras
y Sion; con las sufragáneas de Guadix y Baza (r. 1489) - ... - , Al-
roería (conquistada el 26 de Diciembre de 1490) -D. Anacleto Meo-
ro-. Arzobispado de Burgos (r. 884) -D. Ramón Montero-; con
las sufragáneas de Pamplona (r. 1130) -D. Severo Leonardo An-
dria."'lÍ-, Calahorra y la Calzada (r. lú54 y 1083) - ...- , Palencia
(conquistada en 1030) -D. Carlos Laborda-, Santander (poblada
nuevamente en 1174) -D. Manuel Ramón de Arias Tejeiro y Cas-
t!"o-, Tudela (conquistada en 1114) - ...- . Arzobispado de T arra-
gona (r. 1088) -Antonio Fernando de Echanove y Zaldivar-; con
las sufragáneas de Barcelona (r. 1146) - D. Pedro Martínez de San
Martín-, Gerona (r. 786) - D. Florencia Lorente-, Lérida (r. 1149)
-D. José Domingo Costa y Borrás-, Tortosa (r. 31 Diciembre
1141) -electo D. Damián Gordo Sáez-, Vich (r. 880) - ... - , Urgel
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIED.~D BORBONICA 397

(r. 820) -D. Simón Guardiola- , Solsona (r. 819) - ... -, Ibiza (30
Abril 1782) -D. Basilio Antonio Hernando y Carrasco-. Arzobis-
pado de Zaragoza (r. 1117) - D. Manuel Gómez de las Rivas-; con
las sufragáneas de Huesca (r. 1096) - ...- , Barbastro (r. 1102) - D.
Jaime Fort y Puiz.-, Jaca (r. 709) -D. Miguel García Cuesta-,
·Tarazona (r. 1110) -D. Vicente Ortiz-, Albarracín (r. 1170) - ...- ,
Teruel (r. 1557) -D. Antonio Lao-. y el Arzobispado de Valencia
(r. 28 Septiembre 1238) -D. Pedro García Ave~; con las sufragá-
neas de Segorbe (r. 1245) -D. Domingo Canubio-, Olihuela (1564)
- D. Félix Herrero y Valverde-, Mallorca (conquistada en 1229)
-D. Rafael Manso-, y Menorca (conquistada en 1230) - .. .- 32•
e)) El Concordato de 1851, en su articulo quínto, conservaba
las sillas metropolitanas de Toledo, Burgos, Granada, Santiago, Se-
villa, Tarragona, Valencia y Zaragoza, y elevaba a esta clase la su-
fragánea de Valladolid. Se mantuvieron las diócesis sufragáneas de
Almería, Astorga, Avila, Badajoz, Barcelona, Cádiz, Calahorra, Ca-
narias, Cartagena, Córdoba, Córía, Cuenca. Gerona, Guadix, Hues-
ca, Jaén, Ja.ca, León, Lérida, Lugo, Málaga, Mallorca, Menorca, Mon-
doñedo, Orense, Orihuela, Osma, Oviedo, Palencia, Pamplona, Pla-
sencia, Salamanca, Santander, Segorbe, Segovia, Sigüenza, Tarazona,
Teruel, Tortosa, Tuy, Urge!, Vich y Zamora. La diócesis de Alba-
rracín quedó unida a la de Teruel; la de Barbastro, a la de Huesca;
la de Ceuta, a la de Cádiz; la de Ciudad Rodrigo, a la de Salaman-
ca; la de Ibiza, a la de Mallorca; la de Solsona, a la de Vich; la de
Tenerife, a la de Canarias; y la de Tudela, a la de Pamplona. Se
erigieron nuevas diócesis en Ciudad Real, Madrid y Vitoria. La
silla episcopal de Calahorra y La Calzada se trasladó a Logroño; la
áe Orihuela, a Alicant~; y la de Segorbe, a Castellón de la Plana
"cuando en estas ciudades se halle todo dispuesto al efecto y se es-
time oportuno". Expresamente se establecían Obispos auxiliares en
Ceuta y Tenerife.
Hubo nueva distribución de sufragáneas en torno a las sedes me-
tropolitanas: Burgos : Calahorra o Logroiio, León, Osma, Palencia,
Santander y Vítor'~; Granada: Almería, Cartagena o Murcia, Gua-
dix, Jaén y Málaga; Santiago: Lugo, Mondoñedo, Orense, Oviedo y
Tuy; Sevilla: Badajoz, Cádiz, Córdoba e Islas Canarias; Tarragona:
Barcelona, Gerona, Lérida, Tortosa, Urge! y Vich; Toledo : Ciudad
Real, Coria, Cuenca, Madrid, Plasencia y Sigüenza; Valencia: Ma-
llorca, Menorca, Orihuela o Alicante, y Segorbe o Castellón de la
Plana; Valladolid: AStorga, Avila, Salamanca, Segovia y Zamora;
y Zaragoza: Huesca, Jaca, Pamplona, Tarazana y Teruel.

82. GuiA del Est.turo Eclesiástico para el año de 1848, pág. 14-16.
398 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Tal redistribución -artículo sexto- suponía el cese de las exen-


ciones de León y Oviedo -artículo octavo-, y del "territorio di-
seminado de las cuatro Ordenes Militares de Santiago, Calatrava,
Alcántara y Montesa" -artículo noveno-; también todas las ju-
risdicciones privilegiadas y exentas, "inclusa la de San Juan de
Jerusalén", "salvas las exenciones siguientes: L 3 La de Pro-Cape-
llán mayor de S . M. 2.3 La Castrense. 3.a La de las cuatro Ordenes
militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa en los tér-
minos prefijados en el artículo 9.0 de este Concordato. 4.• La de
los Prelados regulares. 5." La del Nuncio Apostólico" - artículo
once- 8l .
La dotación episcopal acordada osciló entre 160.000 reales anua-
les y 80.000, menos los Obispos auxiliares de Ceuta y Tenerife y el
Prior de las Ordenes, a quienes se asignó 40.000; a los Cardenales
se les aumentaban 20.000 sobre su dotación. Todo ello según el ar-
tículo 31 del mismo Concordato 84 •

83. GACE:!A DE MADRID, Lunes, 12 mayo 1851, n.• 6146, t. 1, pág. l.


84. GACE:IA, lb., pág. 3.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 399

b) El clérigo.

Supuesta la habitual división entre clérigo regular y clérigo se-


cular, junto con el reparto social que estudiamos en la población,
apreciamos fácilmente la curva descendente del número de cléri-
gos, repartidos desigualmente 85• También la pérdida en el influjo
social, pese a la talla de algunos como el P. Gallo, Fray Diego de
Cádiz, el párroco L6pez de Aguirre, etc. 86.
Ya el clérigo del siglo xvm se reconocía culpable de la atmósfe-
ra adversa, que empezaba a envolverle 87 : en los albores de ambos
hallamos dos personajes de inmensa influencia en la Corte - Ma-
canaz y Godoy-, quienes testifican el anticlericalismo ss, detecta-
do además por los extranjeros 89•
¿Motivos de tal decadencia? Según los lamentos episcopales en
sus cartas pastorales, la patria potestad -al conservar el riguroso
romanísmo de un dominio despótico sobre la vocación de los hi-
jos- repartía "los estados en sus hijos, diciendo: Este será Reli-
gioso, el otro Clérigo, fulana monja, y a la otra la casaremos" 90_ Sin
tener en cuenta la libertad -recordemos uno de los obstáculos que
trataron de vencer los diputados gaditanos, defensores de la liber-
tad-, ni "el camino q_ue el supremo Autor tiene trazado para cada
cual, el que más le conviene según sus circunstancias" 91 • Así, pues,
el púlpito deploraba "el Orden Sacerdotal, solicitado sin vocación,
adquirido por conveniencia, profesado sin fruto, empleado en el
ocio, y envilecido con el escándalo" 92•

85. SARRAll.H, L'Espagne éclairée, 645.


86. GI\ILO, Oración fúnebre al Párroco Agu: rre, p . 1-102; Sermones, I, Prólo-
go; Sermones, IV, Plática 6.• a los Sacerdotes, 155, CÁmz, Obras, Relación de
lo ocu.-·rido en la Santa Mi~ión que hizo en la Ciudad de Murcia, 55-80.
87. ZA."40RA, El Eclesiástico Perfecto, Consideración de la luz de doctrina,
pág. 418: "¿Qué maravilla que los Eclesiásticos seamos ya tan despreciados; si
nosotros mismos hemos dexado, por ociar, aquellas tareas Apostólicas, que nos
habian de dar esplendor, abatiéndonos al trato de los mundanos, r. la conver-
sación del vulgo, y aun de mugercillas, que ... juegan y se burlan con el Sacer-
dote, que va a pasar, o perder, para decirlo menos mal, el tiempo en su ter-
tulia?n
88. MACANAZ, Discursos Políticos, 24; GoDOY, Memorias, I , 19.
89. VAYRAC, Etat present de l'Espagne, t. 1, pág. 38-39; SARRAILH, L'Espagne
éclairée, 83.
90. VALERO, Carta Pastoral, 145.
91. ARMAÑÁ, Sermones, I, 153.
92. GAU.O, Sermones, III, 162.
400

Consecuencia lógica de la organización de una sociedad, que re-


parte sus puestos, atendiendo a la prioridad de su ingreso: "se su-
jeta uno a las cargas del matrimonio sin más motivo que haber na-
cido primero, y querer perpetuar con su nombre y sucesión el ma-
yorazgo de su casa"; "el que nació primogénito, por más que su in-
clinación y genio le lleven a un sagrado retiro, precisamente se ha
de destinar a Jos negocios del mundo". Y "al que nada aborrece
más que las armas, se le obligará a la milicia; porque ocupado ya
el patrimonio por otro hermano, se le dice: Esau, tendrás que 'bus-
c.arte la vida con la espada". "Finalmente, "se dedica otro a la Igle-
sia, porque tuvo la desgracia de nacer más tarde, y el patrimonio
de Cristo le ofrece bastante renta" 93.
Ante dicha lacra social, los Obispos no se amilanaron; trataron
de superarla, tras la denuncia oficial: "Pedir Tonsura y assignación
a Iglesia, para librarse de Levas, es pretensión corriente; y para un
Prelado de honra, es insultante" 94•
La batalla, valientemente desarrollada a lo largo de la centuria
dieciochesca, fue ganada, mediante la implantación del decreto tri-
dentino sobre Seminarios. A finales de dicha centuria, el clero ha-
bía recuperado el prestigio -como subrayamos al estudiar las Cor-
tes de Cádi.z-, y después del apasionamiento liberal del XlX. se
aprecia una curva ascendente desde aquel Fray Gerundio, mordaz-
mente criticado por el jesuita P . Isla.

a)) El más típico representante del CLÉRIGO SECUL AR lo cons-


tituye el párroco rural, rector y consejero de su grey, con frecuen-
cia el único elemento intelectual del lugar, sin e::::cluir sus defectos.
Las cartas escritas por ellos a D. Tomás López, respondiendo al
cuestionario de este geógrafo real y cartógrafo en el último tercio
del XVIII, nos los muestra identüicados con los intereses de sus
feligreses, conocedores de la historia y a veces de la arqueología
lo~al, defensores de los pobres contra los poderosos y señores.
Mucha menor consideración gozaban los beneficiados y los or-
denados patrimoniales - 22.000 y 13.000, respectivamente, durante
el siglo xvxn-. Eran el centro de las quejas sobre el exceso del cle-
ro y su vida irregular, pues la mayoría de estos beneficios y cape-
llanías, sobre innecesaria, no rentaba lo suficiente para asegurar
una decorosa sustentación.
El gran estimulo para la dotación de capellanías de sangre y
fundaciones diversas tuvo lugar en el siglo XVII con el incremento
de la religiosidad y también con las terribles dificultades económi-
93. ARMAÑÁ, Sermones, I, 154·155; IV, 73.
94. RooRicm:z m:: ARELLANO, Pastoral a los Sacerdotes, 5.
REUCIOSJDAD KISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 401

cas, que hacían deseable colocar los bienes al abrigo de los excesos
del fisco. Prosiguió la afición a las fundaciones, sobre todo en for-
ma de memoria por el alma de los donantes, hasta que una ley de
1763 las cortó en seco. La preocupación de unir las ventajas mate-
rial~ con los bienes espirituales hizo que en muchos casos los fun-
dadores reservaran a miembros de su familia el disfrute de las ca-
pellanías, lo que traía como secuela que muchos individuos fueran
incitados a ordenarse para disfrutar la prebenda familiar, que sus
estudios fueran de lo más somero y sus costumbres dudosamente
ejemplares 9S.

b)) El CLERO REGULAR, a principios del siglo xvur, comprendía .


2.141 Conventos religiosos con 44.915 personas de ambos sexos 96•
Domínguez Ortíz n nos ofrece estos datos referentes a la mencio-
nada centuria: 2.067 casas de varones con más de sesenta mil per-
sonas -37.000 profesos, 2.200 novicios, cerca de ocho mil legos,
otros tantos criados y más de cuatro mil donados-; 1.122 monas-
terios y conventos de religiosas con 24.000 profesas. Los religiosos
pertenecían a cuarenta Ordenes distintas, pero sólo una docena te-
nían verdadera importancia y arraigo. La distinción entre monaca-
les y mendicantes era fundamental en muchos aspectos; en un ter-
cer grupo - religiosos de vida activa con bienes- destacaba la
Compañia de Jesús. En principio, los monacales debian morar en la
soledad; de hecho la mayor parte de los monasterios estaban em-
plazados en las proximidades de las ciudades, aunque -como re-·
cuerdo de su primitiva institución- se mantuviesen a cierta dis-
tancia de sus muros. Los benedictinos, en sus dos ramas, eran los
más numerosos, seguidos de los jerónimos, cartujos y basilios. Sal-
vo excepciones, estas Ordenes vivían en plena decadencia religiosa
e intelectual, al punto de ser casi imposible citar varcnes sobresa-
lientes en estos aspectos. Tormo y Zarco han referido la inutilidad
de los esfuerzos hechos durante el reinado de Carlos m para con-
vertir el monasterio de El Escorial en un centro de actividad inte-
iectual, aciecuado a las r.quezas bibliográficas que encierra; en ca.m-

95. D . Oanz. La sociedad española, 144-146.


96. VAYRAC, Et.at present de fEspagne, n, 586: "Franciscanos, 859 conventos
y 14.000 religiosos; Dominicos, 238 7 6.280; Agustinos, 150 y 3.300; Mínimos, 77 y-
1.650; Trinitarios mitigados, 85 y 2.500; Trinitarios reformados, 13 y 300; Carme-
litas mitigados, 84 y 2.710; Carmelitas descalzos, 72 y 1.780; Meroedarios miti-
gados 85 y 3..560; Meroedarios reformados, 13 y 250; Agustinos reformados, 30
y 500; Premostratenses, 18 y 350; Bernardos, 42 y UlOO; Jerónimos, 56 y 1.500;
BasiUos, 30 y 300; Jesuitas, 110 y 1.650; Dominicas, 116 y 4.060; Jerónimas 4 y
200; religiosas Carmelitas, 49 y 925. Total, 2.141 y 44.915, sin hablar de otras.
Ordenes."
97. D . ORTIZ, La sociedad española, 149·155.
-402 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

bio, aquella comunidad vigilaba muy atentamente la procedencia de


los postulantes, para que no ingresaran en ella los que hubiesen
ejercido ''oficios bajos y viles".
Las Ordenes dedicadas a los ministerios de la confesión, la pre-
dicación, la enseñanza y la beneficencia gozaban de una populari-
dad grande y merecida, como lo demostraron en la Guerra de la
Independencia. Manteniéndose del producto del trabajo y las li-
mosnas, es natural que se aglomerasen en las ciudades y las regio-
nes de mayor riqueza: según datos de 1787, había en el reino de
Sevilla 6.723 religiosos, y sólo 507 en Asturias; la Corte contaba
2.376, incluyendo novicios y criados; un cronista de Sevilla refiere 1
que en la procesión del Corpus en dicha ciudad, en el año 1758,
asistieron 1.419 frailes; en Salamanca -que a la sazón excedía po-
co de 15.000 habitantes- se contaban 23 conventos de religiosos
-diez de ellos extramuros- y 18 de religiosas, con 24 colegios
1
seculares, 5 hospitales, 2 hospicios, 5 ermitas y 25 parroquias.
Ahora bien, la calidad de este personal, demasiado numeroso
para ser muy selecto, era desigual. El dominico Lavat se enteró en
Cádiz con asombro de que en los conventos gaditanos -incluso el
de Capuchinos- se tocaba por la noche a Maitines "para edifica-
ción del pueblo", pero no se levantaban; en cambio, dormían sies-
ta; también le sorprendió la multitud de cuestaciones -los deman-
daderos pululaban pidiendo limosna por todas partes, hasta en los
barcos-. Sin recurrir a testigos sospechosos de enciclopedismo po-
drían aducirse muchas más quejas sobre la tibieza en los claustros.
Tales quejas no eran por cierto nuevas: la diferencia estriba en que
en la época austríaca la masa de los tibios se hallaba contrapesada
por el celo de los grandes fundadores y reformadores de religiones
- I gnacio de Loyola, Pedro de Alcántara, Teresa de Jesús-; figuras
de esta talla faltan por completo después de 1700 - lo que las cró-
nicas monásticas nos ofrecen como más sobresaliente son algunas
monjas milag!"eras, algunos frailes en(!erra dos en la pura ascesís,
sin altüra mística ni acción profl.lnda en las masas, como no fuera en
la actividad misional, que ésta sí fue intensa en la etapa borbóni-
ca: Fray Diego de Cádiz, Fray Miguel Suárez de Santander-.
El pueblo amaba, más que a los monjes a los frailes, que con-
vivían con él, salían de su seno, participaban de sus defectos y vir-
tudes. A su cuenta circulaban historietas sin hiel. La opinión po-
pular que fustigaba a los relajados con blandura, tenían para los
fervorosos admiración sin limites que sorprendía a los extranjeros
y que en parte era la recompensa de una función social de contor-
R.&UCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BOR.BONICA

nos múltiples 91. En general, mantenían un más alto nivel moral e


intelectual que los monacales: las "cartas edilicantes" de los jesui-
tas, las biografías y crónicas locales de otras Ordenes perfilan los
rasgos de una multitud de varones de mortificada y piadosa vida
que no se limitaban a la consecución de su santidad personal: apa-
ciguaban querellas, componían discordias, aconsejaban a los pode-
rosos y protegían a los humildes. Como en la antigua Roma fue
costumbre introducir a los filósofos en las grandes casas aunque
no se siguiesen sus consejos, así en la sociedad borbónica tener a
un fraile por comensal habitual y consejero oficioso de la familia.
La reacción antigerundiana cristalizó en el movimiento misio-
nal del último tercio del siglo xvm. Junto al panegirista barroco
-en los albores de dicha centuria- había surgido el misionero
tremendista, es decir, con fondo y forma gerundiana. Fray Miguel
Suárez de Santander nos da testimonio de lo que él mismo deno-
mina " revolución" 99• Aquel movimiento influyó de manera decisiva

98. VAYRAC, Etat presenl., I, 55-56: •J"en ai vú de si achalandez qu"ils avoient


toute leur manche dechirée et toute pleine de crasse qui se fonnait du souffie
de ceux qui la leur baisoient."
99. SANTANDER, Doctrinas y Serrru:mes para Misión, Prólogo, pág. XX-XXIV:
•Nosotros -los antiguos predicadores- conducidos de nuestros caprichos, in·
fatuados con los elogios que un vulgo ignorante tributaba a nuestros disparates,
llegamos hasta el extremo de ser el desprecio de las naciones cultas, la risa
de los hombres sabios, y el dolor de los j,)iadosos, que miraban con sentimien-
tc nuestros extravíos. No referimos desgracias de la antigüedad: no nos las han
contado nuestros abuelos: lo que hemos visto por nuestros propios ojos, lo
que hemos oído y tocado, nosotros mismos referirnos. Centenares de libros con
eJ. titulo de sermpnes, de que están atestadas nuestras librerías, y que será."!
siempre el oprobio d e la nación, son también irre!ragables testigos de esta
verdad. ¡ Qüántos títulos de comedia por asunto principal de los panegíricos o
elogios de los santos! ¡Qüántas ideas caprichosas! ¡Qüántos equívocos pueriles!
¡Qüánta violencia en Jos sagrados textos, o en su aplicación! ¡Qué enumeración
de circunstancias en Jos exordios! ¡Qué razonamientos! ¡Qué pruebas! ¡Qué ... !
Nuestros Granadas, Lanuzas, B:J.rcias, Dieces, Avilas, Villanuevas, Ddefonsos,
Braullos, Isidoros, y otros, serán siempre nuestra gloria, y todos los siglos Jos
mirarán con el justo aprecio que se mere::en. Nuestra desgracia ha sido no
imitarlos no tomarlos por modelo para explicar las verdades de la fe y las COS·
tumbres. Nuestla des,'T.I.Cia ha sido que sin tener su virtud o.; sus talet:tcs a!lra-
zamos los mismos ministerios, y acompañamos la palabra de Dios de var'.as
mamobras ruidosas, que debilitaban su virtud. y ridiculizaban al predicador:
No han olvidado los oyentes todavía el crugir de las cadenas. los faroles para
buscar las almas perdida:;, los hachones encendidos para hacer como que se
quemaban Jos brazos, y otros inventos semejantes que manifestaban bien a las
claras la pobreza de nuestros talentos, la miseria de nuestros sermones, la ig·
norancla de nuestros oyentes, su estupidez y rudeza; y que co sólo no habíamos
estudiado el arte de persuadir el entendimiento, ni mover el corazón, pero ni
aun siquiera formábamos un razonamiento seguido sobre el asunto propuesto,
sino que presentábamos al auditorio un caxón de sastre, en que a la par de una
máxima sublime de la religión se hallaba un chiste; y un cuento de mera fáb.u·
la junto a una verdad eterna. El actual Ernmo. Sr. Cardenal Arzobispo de To-
ledo, en la instrucción latina que nos dio impresa el año de 17'18, qüando hice
404

en la fisonomía moral de nuestro pueblo, y en lo esencial fue obra


de franciscanos, capuchinos y jesuitas; aquellos misioneros, aun-
las misiones de Madrid y en la villa del Prado, nos mamüz omitir todas las
maniobras extraordinarias que hablan sido jreqüentes en otTas misiones; y nos
propone el modo justo de anunciar la palabra de Dios, para que aproveche en
las almas : "D. Franciscus Antonius Lore:nzmuz ... : Alli quodam oestro, et furore-
arrepti vocijeTantur, strepunt, ambonem pedibus protundunt... Mortuorum CTa·
nia, horrida damnatcrum Spectra, et alía similia populo ostendunt... SS. Pa·
trum opera perpendant, et perscrutentur sacri concionatores. nullasque in eis
r ecentiorum exclamationes, puerilia ratiocinia, aut terriculamenta, sed símpli·
cem sacri textus explanationem, eloquentem, perpolitum , et omatum sennonem,
vividamque vitiorum obiurgationem tantum reperient, ita ut Oratoris cbarltas
resplendeat, et iniquitas, non peccator odio haber! videatur... Toleti, die 4 No-
vembris anni 1776." En este tiempO, en este estado de cosas llegué al convento
de esta ciudad de Toro el año de 1774, nueve años después de establecido en
seminario de misiones pOr N. Rdmo. P. General Fray Pablo de Colindres, de
buena memoria. TiempO sin duda destinado pOr la divina providencia para obrar-
se una feliz y provechosa REWUJCIÓN en el modo de anunciar la palabra del
Señor. Porque ya los Villalpandos, los Zamoras, Jos Benaocaces, los Cádices y
otros célebres capuchinos, rompienao como a fuerza de brazos las espesas ti-
nieblas que nos rodeaban, acababan de presentarnos unos modelos dignos de
la oratoria sagrada, y unos elogios de los santos capaces de exercitarnos a la
virtud, y movemos a s u imitación. Ya el P. D. Nicolás Gallo de San Felipe Neri
seguía de muy cerca las huellas de aquellos grandes predicadores que babian
admirado las naciones cultas; ya los Antonios de San Alberto entre los carme-
litas descalzos daban lustre a la nación con sus sermones panegíricos y mora-
les; ya Jos castros y Jos Marines de la regular observancia, y los Andreses de
la descalcez sacaban a luz sus belias producciones; ya los Tabiras, Zalbides,
Mahamuces y otros sacerdotes seculares hacían oir su voz con respeto y vene-
raciGn en los palacios y capillas reales de r.uestros soi>eranos; ya también Jos
venerables individuos de mi comunidad acababan de desterrar para siempre
todas aquellas exterioridades estrepitos:lS que por tanto tiempO se habian de-
xado ver en las misiones.. . En nuestros Carabantes, Castejones, Calatayudes y
algunos otros escritores de misiones, no me parecía hallar todo el remedio que
necesitábamos. Busquéle en los célebres capuchinos italianos La Pieves, Bar·
berinis, Aiecios; le busqué en los Bourdalues, Masillones, Segands y otros auto-
res franceses, y hallé ciertam.e nte modelos excelentes de la oratori:l sagrada;
¿pero tenia la mayor parte de mi nación la instrucción competente en los prin-
cipios de la religión para entender aquellos razonamientos sublimes? ¡Ay! Es.
menester tocarlo para verlo; es preciso ver la estupidez de los pueblos en esta.
parte para creerla. Yo, en fin, me resolví abrirme un camino pOt este país tan
montuoso, y aprovechándome de los preciosos materiales que las mencionadas
obras me suministraban, formé la presente colección de sermo:1es de misión
con igual número d~ óoctrir.as, que lograJ·on pOr una particular miscrioord:ia
dl'l Altísimo un efecto mayor que todas mis esperanzas. No dexó de extrañarse
un pOCO en este venerable seminario el modo de su compOsición, pOrque a la
verdad les pareció nuevo qüand.o empecé a predicarlos tales como van aquí e¡;.
critos; pero al ver y oír Jos admirables frutos que producía el Señor sobre las
almas en los Obispados de Zamora, Valladolid, Palencia, Santander, Mondoñe-
do, Astorga, León, Segovia, Toledo, y otros, entraron en el saludable deseo de
abandonar el método antiguo, y seguir éste. Además aconteció que habiendo
venido pOr visitador a este convento el M. R. P. Fr. Isidoro de Fermoselle, uno
de los primeros y más beneméritos padres de esta santa casa cuando se esta-
bleció el seminario de misiones por autoridad real y pontificia, mandó pOr auto
de visita se trabajase pOr Fr. Joaquin de Portillo y pOr mi un cuerpO completo
de exercicios espirituales para el venerable clero, como ya lo insinué en el pró-
logo que puse al frente de dicha obra: otro de misiones y doctrinas que traba-
---
REUCIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONIC.\ 405

que a veces predicaban ante grupos sociales especialmente escogi-


dos, tenían como auditorio ordinario al pueblo entero, sin distin-
ción de clases, reunido en la iglesia más espaciosa o en la plaza pú-
blica; en los mismos años en que el Estado absoluto igualaba a to-
dos en la categoría de vasallos, el misionero practicaba una orato-
ria de raiz popular, niveladora, accesible a todos. Así, pues, las máxi·
mas apoteosis fúnebres, que reunían a la población de ciudades en-
teras para el tributo de los últimos homenajes, iban dirigidas casi
sin excepción a los dos tipos eclesiásticos que más veneración su-
pieron conquistar: el obispo caritativo y el fraile misionero.
Franciscanos y jesuitas fueron también los que sintieron mayor
dedicación por la enseñanza; los primeros establecieron escuelas
gratuitas de primera enseñanza en casi todas las poblaciones don-
de tenian conventos, lo que es tanto más de loar porque no lo te-
nian -como los escolapios- por instituto propio. Otras Ordenes
suministraban en sus conventos a los jóvenes de la localidad un
equivalente de lo que hoy son los estudios de la Enseñanza Media,
muy reducidos en verdad, pues se limitaban al latín y un poco de
Filosofia escolástica con un carácter formalista y rutinario en ar-
monía con la mezquindad del ambiente intelectual. La enseñanza
de los jesuitas alcanzó merecida reputación de ser más completa
y suministrada por métodos pedagógicos más eficaces y atrayen-
tes; no desdeñaban las Matemáticas, las Ciencias Naturales y, aun
en ciertos casos, las lenguas vivas, proscritas en los dem~ centros;
incluso el latín se enseñaba con mayor gusto, con más sentido de
la belleza, de la forma clásica: era una educación que tendía a
combinar el ideal cristiano con el humanista y con la preparación
necesaria al hombre de mundo
A falta de bibliotecas públicas, las conventuales y episcopales
eran las únicas que estaban a disposieión de los estudiosos; sus de-
ficiencias eran indudables, pero la Iglesia llenaba -mejor o peor-
necesidades que hoy la sociedad abandona gustosa al Estado, lo
mismo er. el terreno de la enseñanza que en el de la beneficencia;
en este último, si la principal labor incumbía -por las gruesas
rentas que clisfrutaban- a los prelados y cabildos, taffibién el cle-
ro regular coadyuvaba de diversas formas, ya en tareas hospitala·
.,
jé sólo por haber pasado a América el mencionado P. Portillo, y es el que 3.1
presente damos, porque así Igualmente me lo mandan... Viajar con inc<>modi·
dad a pie, sin zapatos, sin provisiones, entregado al cuidado de la divina p~
videncia. .. Vivir únicamente ocupado en juntar dinero, en acomodar a sus pa·
rientes, en dexarse dominar de las pasiones, entregándose a los placeres de la
gula, la caza, el naype y los teatros, abusando de su sagrado carácter, para
manchar con su vista los altares, dar mal exemplo a sus feligreses, ser gravo-
so a Estado, y un brazo inútil en la Igles ia ... "
. \
406 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

rías, ya con hospederías liberalmente abiertas, ya con limosnas


individuales cuya manüestación más íntima era la "sopa boba" de
los conventos • 7.
La desamortización creó una problemática ---<le la que luego tra-
taremos-. En la Guia del Estado Eclesiástico para el año de 1848
-suspendida su publicación desde 1835-- se reseña únicamente en
Institutos Regulares a los Clérigos regulares pobres de la Madre de
Dios de las Escuelas Pías, con un Comisario apostólico de España
sobre 8 casas en la provincia de Aragón, 5 en la de Cataluña, 6 en
las dos Castillas y Andalucía, y 3 en la de Valencia 100•

e)) Contrariamente a lo que hoy sucede, el número de RELIGio-


SAs era bastante inferior al de religiosos en el siglo xvm: 23.554
con 1.005 novicias y 1.605 criados. Esta inferioridad numérica no
se debía, naturalmente, a que las mujeres sintiesen con menor in-
tensidad el atractivo del claustro, sino a circunstancias económi-
cas: la mayoría de los conventos de mujeres vivían pobremente, y
la falta de ingresos adecuados obligaba a exigir una dote elevada
a las postulantes, mientras que los conventos de hombres estaban
dispuestos a recibir a cuantos se presentaran. Muchas mujeres, con-
trariadas en su deseo de entrar en religión, tomaban el camino de
apartarse del mundo aislándose en alguna pieza reducida, de donde
vino el llamarlas "emparedadas". Con el tiempo se amplió este con-
cepto y se denominaron también "emparedamientos" -más tarde
"beaterios"- a recintos particulares donde grupos de mujeres pia-
dosas hacian vida común sin regla canónica ni votos solemnes.
Los residuos de picaresca que aun conservaba en el siglo xvn la
vida conventual habían ido desapareciendo; la última mención de
comedias en conventos se halla -salvo mejor información- en un
decreto p:rohibitorio de D. José Molina, Obispo de W..álaga, de 1776
a 1783. Las famosas y sacrílegas "devociones de monjas" habían
sido exterminadas por las vigorosas medidas de precaución dicta-
das por las autoridades eclesiásticas •o•; las visitas y tertulias fue-

100. GUÍA, pág. 258.


101. LoRENZANA, Cortas Past.orales y Edictos , Pastoral VI : Se exhorta y man-
da a las Religiosas, guarden vida común (México, 6 Diciembre de 1769): " ...Los
inconvenientes que se siguen de no observar Vida común y Santa Pobreza son
palpables: en un Convento de cier.t Religiosas suele haber de Sirvientas más de
doscientas Mugeres Seculares, Doncellas, Viudas, y otros Estados, que intro-
ducen en el Santuario el Mundo, sus pompas, chismes y malas costumbres no
pocas veces ... ; a lo que se agrega el estar entrando, y saliendo de la Clausura
las Sirvientas, con mucha freqüencia, tanto, que ocupan inútilmente el despa·
cho del Prelado las licencias, para que las Seglares entren, o salgan de la
Clausura, y tener las Porteras ocupado todo el día en el afán de recados...
Comprando en particular cada Religiosa lo que necesita para comer y vestir,
le cuesta más caro, que por junto; y se hace enfadosa a los Parientes, tal vez
REUCIOSIDAD RISPANA Y SOCIEDAD BORBONtCA 407

ron reducidas a lo estrictamente indispensable, la claustración se


hizo más rigurosa que nunca y los altos muros -sólo interrumpi-
dos por férreas ventanas -celaban cuidadosamente su secreto; sin
embargo, todavía se conservaba la costumbre de que en los conven-
tos de monjas morasen señoras seculares •02.
Fruto de esta reforma dieciochesca fue el respeto de la des-
amortización ante los conventos de religiosas. En 1848, sólo en Ma-
drid, se conservaban los siguientes: el de las Descalzas reales -fun-
dado en 1557- , el de la "Encarnación" de Agustinas recoletas
- 1611- , Sto. Domingo el Real-1618--, Calatrava-1623- , Santiago
-1650-, Agustinas recoletas de la Visitación -1589-, Mercedarias
descalzas - 1626-, Carmelitas descalzas - 1648--, Salesas - 1757- ,
Concepción Jerónima -1508--, Concepción Francisca "La Latina"
- 1512- , Jerónimas de Corpus Christi - 1607- , Mercedarias Descal-
zas "D. Juan de Alarcón" - 1609-, Trinitarias descalzas - 1603-.
Bemardas descalzas -1615-, Capuchin.a s -1617-, Benedictinas de
San Plácido - 1623- , Carmelitas " Las Maravillas" -1650-, Merce·
darot.s descalzas de San Fernando -1676-, Franciscas del Caballe-
ro de Gracia -1603-, y las entonces recientes Hermanas de la Ca-
ridad o Hijas de San Vicente de Paúl 103•

por satis!acer a su apetito... Donde bay Vida Común están más sanas las Reli·
giosas, se experimentan menos enfermedades o epidemias, que suelen introdu·
cirse con la multitud, y no se estragan con golosinas en la comid9., u otras:
COSP.s nocivas... ~
102. D. 0Rnz, La socidad española, 15>156.
103. GuíA del Estado eclesiástico, pág. 41.
·408 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

e) El capellán castrense.

a)) La presencia de sacerdotes seculares o regulares en los


Ejércitos españoles -para su asistencia espiritual- consta DESDE
PRINCIPios DEL siGLo xVI: en aquellos fabulosos Tercios había un
Capellán en cada Compañía, además de otro -denominado Mayor-
dependiendo directamente del Coronel. Tales Capellanes castrenses
recibían la jurisdicción de los Obispos territoriales por donde se
.acantonaban las tropas; la jurisdicción especial llegaba a los Ca-
pellanes de la Armada en 1569, a los de Flandes en 1592, y a los 1
de la península ibérica en 1644 por el Breve de Inocencio X.
Este documento pontifício -según D. Félix Ruiz García 104- tu-
vo vigencia, exactamente, hasta el 17 de abril de 1706, en que se
i
prolongó por otro de Clemente XI, fechado en el mencionado dia.
Sin embargo, por Decreto de 21 de enero de 1716, con firma de
D. Miguel Fernández Durán, se le dice al ya Patriarca de las Indias,
Vicario General de los Reales Ejércitos, que cese en el ejercicio de
la jurisdicción, porque, después de una consulta a los teólogos, se
ha reconocido que la ejercida en virtud de la Bula "que se dio a
"V. S. l. -de 1706-, ni era para todos los militares de sus Rei-
nos, ni para todos los tiempos, ni para todos los doininios de S. M."
Y desde esta fecha no hubo jurisdicción castrense en España hasta
el Breve de Clemente XII, de 4 de febrero de 1736 tos.
No nos sorprendan E:stos datos relativamente tardíos. España
entró en el siglo XVIII prácticamente inerme, y a la dinastía bor-
"bóuica incumbió la tarea de dotarla de un ejército que, sin perder
-contacto con la tradición, se acomodara a las nuevas directrices cas-
trenses surgidas en Francia y Prusia. Dada la falta de vocaciones
militares, la implantación del servicio militar obligatorio se perfi-
laba como necesidad insoslayable y, al par, como medio de llegar
a la creación de un ~uténtico ejército nacior12l en el que estuvieran
representadas todas las clases sociales. Dicha tarea requería un tra-
baje inmenso de organización material, pero, previamente, una re-
habilitación moral de la milicia como profesión, !'in la cual no po-
día esperarse que atrayera a los elementos sanos de la nación.

104. R uxz, Jurisdicción eclesiástica militar: "Ejército", n .• 316 (1966) pág.


72-74.
105. Rutz, Patriarcado de Indias y Vicarülto G. Castrense, p . 468: ambos
cargos acumulados desde 1761.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONIC& 409

Un alto nivel de consideración social y una pag9. decorosa ha-


bían conseguido lo que los últimos Austrias, a pesar de todas las
exhortaciones, no pudieron lograr: resucitar en la nobleza espa-
ñola su vocación guerrera, y desde Felipe V suministró la oficiali-
dad necesaria al Ejército -cadetes- y a la Marina -guardias ma-
rinas-, llegando -en tiempo de Carlos III- a numerarse dos mil
pretendientes para doscientas plazas de cadetes, a pesar de que el
sueldo asignado cubría apenas sus necesidades.
Se reguló el alojamiento, se creó la Intendencia, cesaron las ve-
jaciones y tropelías de la soldadesca, y los pueblos que antes huían
como la peste, comenzaron a pedir -como ventaja y honor- te-
ner una guarnición.
La distinción entre la oficialidad -noble y bien pagada- Y la
tropa -procedente de leva o reclutamiento-, sometida a una dis-
ciplina rigurosa, sin posibilidades casi de ascenso, se hizo tajante.
La consecuencia fue que, mientras sobraban candidatos para la ofi-
cialidad, fue siempre un árduo problema superar la repugnancia po-
pular a la "quinta". Concesiones a este sentimiento, las numerosas
exenciones que la ley de reclutamiento reconocía, y el designio de
reservar los mozos sorteados a los regimientos de Milicias, donde
el servicio era menos duro que en las tropas de linea, que habían
de nutrirse con levas de vagabundos y, sobre todo, con voluntarios
españoles y extranjeros; pero la escase.z de éstos obligó a recurrir
en escala cada vez mayor al reclutamiento for-..oso. El tie!Dpo de
permanencia en filas era muy elevado -ocho año&-!-, porque era en-
tonces creencia general que no podían obtenerse tropas sólidas con
un plazo de servicios reducido. Así no podía llegarse a inculcar en la
masa el convencimiento de que el ser'!Ício armado era un deber
general que no exigía demasiados sacrificios. Sólo un Estado sólido,
un gobierno respetado y temido podía imponer un gravamen tan
pesado sin provocar una revuelta general 106. Antes del siglo xvm

106. MACANAZ, Obras escogidas : Carta primera, pág. 64-65: "Añado a ella lo
que se ha ofrecido !:last& hoy 26 de mayo de 1703... Del Regimiento de la Reina
se han formado dos; del primero, que queda con su primer título, ~e ha dado
la coronelía al duque de Veraguas; del segundo, a quien se intitula regimiento
de Asturias, se ha hecho coronel a don Francisco Ronquillo sin innovar en el
corregimiento."
D. ORTIZ, La sociedad española, 371-374. 377-381 : "Felipe V tuvo que recurrir
a improvisaciones por las exigencias de la Guerra de Sucesión. En 1702 se crea-
ron doce tercios de a mil hombres, que desde 1704 se llamaron regimientos, y
coroneles sus antiguos "maeses de campo". En su armamento - fusil bayone-
ta-, organización e instrucción se siguió el patrón francés, imitación explica-
ble habida cuenta de su incontestada supremacía en aquella sazón. Para ordenar
la gente precisa se ordenaba sacar un hombre por cada cien vecinos, conforme
a los reglamentos del reinado anterior. Pero la extensión que tomaba el con-
flicto bélico exigía la adopción de medidas mucho más enérgicas. Disponía la
JI ¡ LJC IOS JD.<D JI ISPA :'<A••• - 27
410 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

hubo en España militares de carrera, pero no se podía hablar del

Real Cédula de 8 de noviembre de 1704 el reclutamiento inmediato de cien re-


gimientos de a 500 hombres entre las provincias de castilla con arreglo a las
siguientes n ormas : los coroneles se escogerían "entre los más calificados y ti-
tulados de cada partido"; los demás jefes y oficiales •entre los cavalleros hidal-
gos, o los que vivieren noblemente, aWlque fuesen hijos de comerciantes"; los
sa.--gentos, entre los que se hallaren más a propósito, sin exigirles otra cualidad;
los soldados, de entre los vecinos de todo estado y condición. "Y porque es mi:
voluntad -añadía el monarca- que estos regimientos sirvan de escuela a la
nobleza de mis Reynos... , mando que se puedan recibir hasta diez cadetes, hi-
dalgos y cavalleros, en cada compañía, los qüales se distinguirán de los otros,
asi en el vestuario como en las pagas." Entre otras mercedes, se concederían
hábitos a los oficiales nobles al cabo de cierto núm.e ro de años de servicio
-desde cinco para los coroneles a veinte para los alféreces-. "Y para los que
no son nobles de extracción, se les concederá por estos términos que el peche-
ro que huviese cumplido el referido tiempo de servicios no pueda ser empadro-
nado él ni su hijo.. ., logrando por este camino la distinción que le corresponde
entre los demás pecheros." Las exenciones de quintas no eran tan numerosas
como más tarde llegaron a serlo; sólo se les reconocía a los menores de veinte
años y mayores de cincuenta; a los nobles "por ser ellos los capitanes y alfé-
reces y estar todos obligados a acudir a los llamamientos con armas y caballo";
los estudiantes, cierto número de miembros de la Inquisición, los n otarios, es-
cribanos, procuradores, oficiales de las casas de la Moneda, los de rentas rea-
les, criados de caballeros, sacristanes, labradores d e dos arados, padres de cua-
tro hijos, un maestro de escuela y otro de gramática por localidad. Una orden
posterior precisó que en los sorteo:; se hiciesen, para mayor garantía de impar-
cialidad, en presencia del párroco y que se sacara Wl mozo de cada cinco
-Auto de 7 de marzo de 1705--. La primera quinta verificada en Cataluña fue
la de 1726; la mayor resistencia pasiva fue en Reus, donde a pesar d e todas
las conminaciones no se presentaron los mozos al sorteo ... casi toda la carga
recaía sobre Andalucía -14 regimientos- y Galicía ~ reg.-... En el reinado
de Fernando VI, tenia entonces España 133 batallones y 68 escu adrones, pero
c!escont2.ndo los de guarnición quedaban para campaña 59 y 43, respectivamen-
te ... En 1773 hubo en Barcelona y otras localidades de cataluña graves distur-
bios con ocao;ión de los sorteos; se restableció el orden, pero Madrid cerró los
ojos acerca de la forma en que las ciudades se procuraban los mozos requeri-
dos. Aún más graves fueron los acontecimientos de Valencia en 1801 al recib ir
la orden de procederse a la quinta para los seis regimientos de milicias: el 11
de diciembre estalló el violento motín, el Intendente huyó y las demás autorida-
des sólo pudieron restablecer la calma suspendiendo el sorteo; al año siguien-
te, se reiteraron las órdenes de realizarlo y se produjo el tumulto, tan amena-
zador que las comisiones enviadas a Madrid obtuvieron su revocación... Los
sueldos militares eran muy decorosos: un coronel percibía 30.000 reales anua-
les; un teniente coronel, de 18 a 2J .000; un capitán, de 11 a 14.000; un alférez.
de 4 a 5.000. El haber del svldacio variaba, según los cuerpos, de cinco cuartos
a dos reales diarios."
LANGLE, Voyage en Espagne (1785?), I , 151; 11, 47-49 : "La gamison de Madrid
doublée d epuis la derniere révolte -squi.lace-, consiste maintenant en di.x
mille homme. Des habits sales, déchirés, remplis de taches, des cheveux sans
poudre, des cadenettes malfaites, des queües inégales, des catogans inégaux
ótent aux regirnens espagnols tout le charme du coup-d'oeil ... L'Infanterie Es-
pagnol est composée: 1 Régiment d es gardes Espagnols, 1 Rég. des gardes Wa-
llones, 3 Rég. d 'infanterie nationale, 3 Rég. Irlandois, 3 Rég. Wallons, 2 Rég.
Italiens, 4 Rég. Suisses, 4 Rég. de volontaires étrangers. Cbaque régiment est
de deux bataállons, dont cbacun a buit compagnies de fusiliers, et une oompagnie
de grenadiers, composée d'un capitaine, d'un lieutenant, d'un sous-lieutenant,.
d'un premier, dun second sargent, de six caporaux., d'un tambour et de 54 sol-
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 411

ejército cqmo clase social. Esta es la gran novedad: el espíritu de


cuerpo, la conciencia de tener intereses comunes 101.
El título sexto del libro segundo de la Novísima Recopilación
de las leyes de España, publicada en 1805, consigna legalmente el
"restablecimiento del empleo de Capellán mayor, Vicario general
de los Reales exércitos a favor del Patriarca de las Indias, con la
jurisdicción eclesiástica militar" , según decreto de Carlos m, de
11 de mayo de 1762; también la "observancia del Breve en que se
prorrogan las facultades del Vicario general de los exércitos", por
Real Orden de Carlos IV, el 18 de diciembre de 1795, y auto del
Consejo de 4 de febrero de 1796; junto con la declaración del men-
cionado Vicario General sobre los "individuos de marina corres-
pondientes a la jurisdicción eclesiástica castrense", según la Real
Orden de Carlos m, ell2 de diciembre de 1787. Además, la ley dé-
cima del título XX en el libro primero regula "los premios de los
Capellanes del exército y armada, y su ascenso a Canongías y Ra-
ciones de las Iglesias de España", mediante el reglamento Sal':\Cio-
nado por Carlos IV en Aranjuez, el 30 de enero de 1804 108•
El 5 de noviembre de 1812, las Cortes de Cádiz decretaron -con
la firma del Presidente Sr. Morrós- "sobre los limites de las Juris-
dicciones eclesiásticas castrense y ordinaria, quedando sin ningún
valor ni efecto la R. Orden expedida por la Junta Central en 25
de julio de 1809 como opuesta en varios artículos al Breve Apostó-
lico de la materia, dado por la Santidad de Pio VII en 12 de junio
de 1807: gozarán únicamente del fuero eclesiástico castrense las
personas comprehendidas en las qüatro clases que señala el citado
Breve, según y en la misma forma que allí se determina" 109•

b)) El REI>P.ESO DE FERNANDO VII desde Valen~y ruarca una


segunda etapa en la jurisdicción eclesiástica castrense.
Una de sus primeras preocupaciones al llegar a su palacio de
Madrid se refleja en el decreto que firma el 17 de mayo de 1814:
"en atención a los méritos y servicios de D. Francisco Antonio Ce-
brián y Valda, Obispo de Orilmela, !le ~renido e."l nombrarle por mi
Pro-Capellán Limosnero mayor, y Patriarca de las Indias, e igual-

dats ... La marine espagnole consiste en sept vaisseaux de ligne du premier rang,
en 41 du second, 11 de troisieme... , 4 gallotes a bombes, 2 goelettes, 7 demi·gá-
leres, 8 hourques, 3 brigantins, une corvette, 7 paquebots."
MINISTERIO DEL EJÉRCITO, Servicio Histórico Militar, en Guerra de la Inde-
pendencia t. I , pág. 198. 235. 260. 265, nos detalla la composición del Ejército
y de la Marina en los albores del siglo xrx.
107. D . 0Rnz, La sociedad española, 36-371 . 300.
108. N. REcoPll.ACIÓN, pág. 254-259. 156.
109. DttREI'OS DE LAS CoR'IES. III, 155.
412 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

mente por Vicario gen.rral de los EgéTcitos y Armada" 110• Y uno de


los últimos documentos que firmó en su primera etapa absolutista,
fue su sustitución: "Habiendo fallecido el Sr. Cardenal Patriarca
de las Indias D. Francisco Cebrián y Valda, Vicario General de los
Reales Ejércitos y Armada, ha resuelto el Rey que interinamente
ejerza la jurisdicción Eclesiástica Castrense el Teniente Vicario y
Auditor general D. Manuel Oliván en los mismos términos, modo y
forma que la ejerció D. Josef del Castillo en 16 de diciembre de
1781 por muerte del Cardenal Delgado, y que el mismo Olivan lo
ha verificado en 7 de abril de 1806 en la vacante de D. Antonino
de Sentmanat, y en las posteriores que han ocurrido... Palacio, 12
de febrero de 1820" 111 •
Idéntica preocupación tuvo su esposa Maria Cristiana como Rei-
na Gobernadora. El 28 de junio de 1839 se extiende la siguiente e<r
municación: " A consecuencia de haber fallecido en esta Corte en
11 del presente mes D. Pedro José Fonte, Arzobispo que era de
Méjico, Patriarca de las Indias y Vicario General Castrense, se ha
comunicado por el Ministerio de Gracia y Justicia a éste de la
Guerra en 17 del actual la R. Orden, dirigida por aquella Secreta-
ria del Despacho con la misma fecha a D. Juan López Pelegrín,
juez de la R. Capilla y Teniente Vicario general del ejército y ar-
mada: S. M. la Reina Gobernadora quiere que V. S. continúe ejer-
ciendo la jurisdicción eclesiáStica ordinaria de la R. Capilla e igual-
mente la del Vicario General de los ejércitos y armada nacionales
en los mismos términos, modo y forma por RR. resoluciones lo ha
ejercido V. S. y sus antecesores en todas las vacantes del Patriar-
cado y Vicariato general de los ejércitos 112• Per o el 23 de Julio del
mismo año expedia el real decr eto, "confiriendo el Vicariato Gene-
ral de los ejércitos y armada, el Pro-Capellán Real, Limosnero ma-
yor Y Patriarca de las Indias a D. José Bonet y Orbe, Obispo de
Córdoba y Arzobispo electo de Granada 'u.
Con m otivo de una cuestión particular de retribuciones --que
incluye una curiosa casuística 114- , se planteó un problema de gran

110. DEcRETOS DEL REY, t. 1, pág. 17.


111. DECRETOS DE U JUNTA, t. VII, pág. lil.
112. Cou:cclON ilE LAS LEYEs, t. VI, pág. 383-384.
113. CoL LEYEs, VII, 53.
114. DECRETOS DEL REY, n, 542-543: MCiTcular del Mi71isterio de 14 Guerra: He
dado cuenta al Rey de la instancia apoyada por su augusto Hermano el Srmo.
Sr. Infante D. Carlos, en que D. Miguel Blazquez, Capellán Párroco de la R .
Brigada de Carabineros, ha solicitado se le aumente su sueldo de 450 reales
mensuales que disfruta, en términos que logre el beneficio del ascenso por que
se le ha conferido el dicho empleo estando sirviendo en Caballería; y tenien-
do presente que los Capellanes d el cuerpo de Guardias de la Persona de S. M.
gozan 700 reales vellón mensuales, y que por el último reglamento de Caballe-
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 413

importancia. Fernando VII "desea unilormar y atender con igualdad


a la bel\emérita clase eclesiástica castrense, según se propuso ha-
ria se señaló dic.h a cantidad a los de la linea, y 740 a los de la ligera. .. , se ha
dignado S. M . señalar el mismo sueldo de 700 reales vellón mensuales, tanto al
citado Capellán de la R. Brigada de Carabineros, como a los de Alabarderos,
Guardias de Infantería Española y \"<alona, Artillería, ZapadOTes e Infantería,
manda:odo que se les abone desde esta fecha , y que los fondos destinados para
este aumento por el expresado r eglamento cuide de recaudarlos la Tesorería
general, para que se verifique sin gravamen del R. Erario, prohibiendo que nin·
guno disfrute otra gratificación ni au:dlio en dinero... Palacio, 1.• Agosto de
1815."
DECREr. REY, Ili, 291·292: "R. Orden comunicada por el Ministerio de Guerra
al Secretario del Despaclw de Hacienda: Excmo. Sr.: Enterado el Rey de la
instancia de D . Francisco :Marcos, Capellán del primer batallón del regimiento
1 de infantería de la Princesa, en solicitud de que sin embargo del sueldo que
disfruta por la circular de 1.• de Agosto del año próximo pasado se le conti-

1 núen pagando los 150 reales vellón mensuales que se le concedieron en 21 de


Diciembre de 1808, como a los demás de su clase que regresaron del Norte con
la expedición del difunto General Marqués de la Romana, por el particular
mérito que contrajeron en ella; y teniendo presente que los referidos 150 reales
vellón mensuales que se le señalaron a los Capellanes fue un premio equivalen·
te al grado inmediato que se le concedió a los Gefes y Oficiales, que también
regresaron del Norte con dicha expedición, se ha servido S. M. resolver que
tanto el citado Marcos corno a los demás de su clase que se hallen en igual
caso, se les continúe abonando los referidos 150 reales vellón mensuales a cad2
uno como un aumento de su sueldo, respecto a ser una gracia particular dis-
pensada al mérito que contrajeron en la heroica empresa de la mencionada ex-
pedición. Madrid, 10 Agosto d e 1816."
DECR. REY, IV, 133: "Circular del Min. de la Guerra: se manda no tengan
efecto el pago del sueldo aumentado por reglamento de 1.• Junio de 1815 a los
Capellanes y Cirujanos de Caballería y demás del egército, hasta que desaho-
gado el R. Erario perciba cada uno de las clases más superiores en esta y otras
carreras el sueldo que por su empleo les corresponda, confirmando el aumento
de s ueldo que por el citado reglamento de 1.• de Junio de 1815 se di,gnó conce·
der a los Capellanes y Cirujanos de Caballería, y el de los demás Capellanes
del egército que designa la R. Orden de 1.• de Agosto del núsmo año. Madrid,
1.• Abril de 1817."
DECR. REY, IV, 692: "R. Orden comunicada por el Min. de Hacienda al TesO·
rero general: se desestima la solicitud que han hecho, reclamando las gratifi·
caciones que go.z aban, los Capellanes D. Josef Ferrea y D. Josef Santos Garcia,
de los regimientos de A1mansa y Príncipe -al r especto de 150 reales al mes
asignados por el reglamento de 1803-, por estar prohibido por R. O. de 6 de
Junio último y 10 de Diciembre de 1808 la duplicidad de sueldos, pensiones y
gratificaciones. El reglame r.to de caballería de linea y ligera de 1803 señala a
!os Capellanes de la primera arwa 340 reales, y a los de la segunda 380 de suf'J·
c!o mensual, sin que en ninguno de sus capltulos se exprese que la R. Haci~nda
pague la gratificación de 150 reales que ahora reclaman; que ésta salía de las
cajas de los cue.rpos por convenios partil:ulares que tenían hechos con los Ca·
pellanes y Cirujanos, la cual cesó d&spués que por el reglamento de 1815 se les
aumentó por la R . Hacienda más de 300 reales de sueldo; pero como la orden
de 1.• de Abril último previene que ambas clases queden reducidas a los goces
que antes tenían con obción a disfrutar los del r eferido reglamento de 1815 lue-
go que desahogado el Erario entren las clases superiores en general a disfrutar
mayor haber de 40.000 reales. Madrid, 30 de Diciembre de 1817."
Da:. REY, III , 282: "R. orden com. Mm. Guerra al Sec. de Hacienda D. Fran-
cisco de Paula Giraldes ..., agregado al rgto. caballería de Borbón... se les abo-
ne 700 r. v., hállense o no en clase de agregados. Madrid, 28 Julio de 1816."
414 ALFREDO MARTINEZ ALBIACB

cerio su augusto Padre por el reglamento de 30 de Enero de 1804,


que no ha tenido efecto hasta ahora en esta parte, primero por no
haberse recaudado los fondos destinados para hacerlo, y después
por las pasadas gloriosas ocurrencias, en las que dicho Clero cas-
trense se ha hecho tan digno de su particular soberano aprecio ... ;
y previene que en adelante se observe lo dispuesto en el enunciado
reglamento de 30 de Enero de 1804 acerca de la admisión de Ca-
pellanes precisamente por oposición o concurso correspondiente,
del modo que se practica en el arzobispado de Toledo para los cu-
ratos, según se expresa en él, a fin de conseguir de este modo, y
con las demás recompensas que les están señaladas, el importante
objeto con que se dictó, y que tanto se necesita en las actuales cir-
cunstancias de que se nombren Capellanes que auxilien el resta-
blecimiento y consolidación de la disciplina moral de los cuerpos 115

DEc. R.I:Y, Apéndice, 455: MR. O. comunicada por el Min. de Guerra al Secr.
de E. y del D. de Ha.cíenda: se declara por resolución al expediente de Fr. Ju.s-
tino de Barcelona, Capellán del regimiento Suizo de Wimpfien, que a los Ca·
pellanes de los regimientos debe hacerse el abono del aumento de su haber des-
de la fecha de su concesión -R. O. 1." Agosto 181~ basta la de la reforma en
que se mandó suspender -1 Abril 1817-. En los repartimientos hechos por los
cuerpos con los caudales sacados de las Tesorerlas han completado a los Cape-
llanes los 700 reales que les pertenec:ian, no siendo culpa de ellos que por las
escaseces del erario y trastorno de las pasadas ocurrencias de la nación no se
hayan completada tos haberes ni formalizado ajustes. Madrid, 25 Diciembre
1817."
DEc. REY, VIII, 352-353: MCapellán de Infanteria y Caballeria de la Guardia
Real, sueldo 750 reales. Aranjuez, 1 Mayo 1824."
DEC. REY, XV, 62-63: MR . O. de 16 de febrero de 1830 para que la Administra-
ción de Hacienda militar suministre pienso para tos caballos d e los capellanes."
115. DEc. REY, III, 430-432: " Circular del M in. de la Guerra: En vista de lo
.que ha expuesto a S. M. s u Consejo supremo de Guerra, después de haber oido
al Patriarca de las Ind!as y Vicario ~neral del egército en punto a que las
tropas de los diferentes cuerpos de tndas las amtas del egército deben oiT misa
de un modo propio de la profesión del cristianis mo, ha tenido a bien resolver
el Rey N. S que se observen las reglas siguientes: 1.• Hallándose los cuerpos
en los eg~rcitos de campaña acordarán los ~erales con el Teniente Vicario
general de ellos lo conveniente acerca de este punto, atemperándose en cuanto
sea posible a las reglas generalmente adoptadas. 2.• A los que estuvieren de
guarnición, de descanso o de tránsito, ya sea en el cuartel, ya en alojamientos,
se les Mrá saber en la orden ó.e la vi:;-pcra ec qué iglesia, y a qué hora se dirá
la misa para la tropa el dia siguiente, procurando ~ terr.p't1lll0, y llamando
al toque de caja en !t)S cuarteles un cuarto de hora antes, y media cuando la
tropa estuviere aleja:ia. 3.• Se formarán dichos cuerpo¡; para ir a la iglesia
sin armas ni mochilas, a excepción de los casos en que la tropa tuviere que
salir del pueblo inmediatamente después de la misa, pues en éstos podrán lle-
var las armas basta el parage más proporcionado y más inmediato a la misma
iglesia, en donde las dejarán todos. no arrimadas a las paredes de la iglesia,
porque está expresam.e nte prohibido por la consagración o bendición que reci-
bieron, sino en el suelo o en pabellones, o arrimadas a otra parte. 4.• En lle-
gando la tropa a la iglesia, entrará en ella con el mayor orden y compostura,
debiendo hallarse despejado el centro de la misma, donde habrá de colocarse
desde la inmediación del presbiterio abajo. s.• Siendo la práctica general de
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 415

basta el grado posible de perfección que corresponde en obsequio


de la religtón y mayor bien del Estado" 11'.
La preocupación que el monarca revela en el citado documento
de 1.0 de agosto de 1815, tuvo solución adecuada en la célebre pro-
videncia de 14 de septiembre del año siguiente, confirmando lo dis-
puesto por Garlos IV en la mencionada ley décima del titulo XX
en el libro primero de la Novisima Recopilación 117•

tos cristianos siempre que entren en el santo templo de Dios tomar agua ben·
dita y santiguarse con ella; y no debiendo carecer la tropa de los beneficios
y saludables efectos que causa, se dispondrá que de los Sargentos que según
el articulo 9, tratado 3, titulo 10 de la Ordenanza general deben estar a la parte
interior de la puerta para que Jos Soldados se coloquen de mejor modo posi·
ble, se destine uno que con una calderilla de agua bendita, o en otro receptácu·
lo, la presente al primero de la lúlera, y éste con s u mano la dé a los dos com·
pañeros, cuya operación entrando por lúleras, es muy fácil, nada entretenida,
y muy edificante y útil. 6.• En los dias de Domingo, y en los más clásicos del
año, el capellán del cuerpo que ba de celebrar la misa, explicará antes un pun-
to de doctrina CI'istiana, o el misterio del dla, egecutándolo con brevedad, de
modo que no exceda de un cuarto de hora, con lo cual irá adquiriendo la tropa
una mstruccíón que le es tan necesaria. 7.• A fin de que reine en los circuns-
tantes todo recogimiento, silencio y devoción no se permitirá que en adelante
al tiempo de oir la tropa el santo sacrificio de la misa baya música alguna mi·
litar, que es motivo muy poderoso de distraoción, ooocurrlendo únicamente las
cajas de guerra en los cuerpos de infanteria. 8.• Al prlnclpiarse la misa, se
arrocWla.rá la tropa a la señal de la campanilla, que se ba.rá por el que ayuda
la misa; permaneciendo as1 basta el evangelio, que se pondrá en pie, cootinua.n·
do de este modo basta el Sanctus, -fuera de cuando baya Credo en la misa,
que se arrodillarán todos con el Sacerdote al •~ncarnatus est"-, y proseguirán
en esta postura basta después de haber sumido el Sacerdote el cáliz, que se
pondrá en pie hasta el "Ite missa est•, a cuyo tiempo se arrodillarán todos para
recibir la bendición , y se volverán a poner en pie durante el evangelio de San
Juan, e hincando la rodilla derecha a su termL"lación cuando el Sacerdote dice
"'et Verbum caro ractum est", se quedarán en pie hasta q ue aquél se baya en·
trado en la sacristía, que podrá salir la tropa con el mismo orden que entró .. .
Madrid, 30 Nov., 1816."
116. DECRETOS DEL REY, Il, 543.
117. Dr.c. REY, III, 34.4-351 : "Circular del Min. de la Guerra: Con esta lecha
comunico al Sr. Secretario interino del Despacho de Gracia y Justicia lo que
sigue: En consecuencia de lo que dije a V. E . con fecha de 16 de Marzo último,
.ha hecho presente al Rey N . S. la Cámara de Guerra, presidida por su augusto
Hennano el Srmo. Sr. Inlante D . Carl<lS Maria, Genera.llsimo de los RR. egérci·
tos, en consulta ~ 12 <12 Agosto próximo pasado, <!espués de la más seria me-
ditación, cuanto ba estimado convenimte acerca del asunto sometido a su ez:a.
men !)ara asegurar de l:D modo estable las debl.:ias re:o~ a los indivi-
duos del benemérito clero castrense. manilestando todo lo ocurrido desde que
se promcvió y libró al efecto el reglamento de 30 de Enero de 1804., basta que
por RR. órdenes dictadas por ese Ministerio con fechas d'! 4 de E!lero y 26 de
Setiembre de 1815 se dejó sin efecto la de 19 de Diciembre de 1814 expedida por
éste, por la cual tuvo a bien conceder, por una vez, qwnce prebendas entre ca-
nongias y raciones para premio de los eclesiásticos castrenses que más se bu·
biesen distinguido en la pasada gloriosa revolución, y aun por la citada de 26
de Setiembre se anuló además el expresado reglamento de 30 de Enero de 1804,
que es la ley 10, titulo :20, libro 1.• de la Novísima Recopilación, confirmada por
S. M. por su R. decreto d e 10 de Octubre de 1814, y también cuando sucedió con
motivo de haberse opuesto ese Minis terio en 21 de dicho mes y año a la provi-
416 ALFREDO MARTINEZ ALBL... CH

Las Cortes de 1820, ante el proyecto de un Reglamento General


de Dotación de Curas Diocesanos, revocaron los privilegios del Re-
sión hecha por Guerra en 17 del mismo de dos canongias de las santas iglesias
de Valencia y Córdoba señaladas en el indicado reglamento en eclesiásticos
castrenses, de que resultó el R. decreto de 24 del propio mes, mandando llevar
a efecto inmediatamente la provisión de las re.! eridas dos canongias, no obs-
tante cualquiera determinación tomada sobre el particular por esa vía, y que
en lo sucesivo no se hiciese novedad en Guerra en la práctica seguida hasta
entonces acerca de las provisiones hechas a favor de los castrenses; y conformán-
dose el Rey con cuanto ha propuesto la Cámara de Guerra para asegurar de
una vez en el clero castrense las gracias que tanto su R. justificación como la
de su augusto Padre le han concedido, se ha servido mandar : 1.• Que queden
sin ningún valor ni efecto las enunciadas órdenes expedidas por ese Míniste.r io
en 21 de Octubre de 1814, 4 de Enero y 26 de Setiembre de 1815, esta última a
consulta de la Cámara de Castilla; y ratificadas sus soberanas deteiTilin.aciones
libradas por el de Guerra de mi cargo en 10, 17 y 24 de Octubre y 19 de Di-
ciembre de 1814, la circular de 1.• de Agosto de 1815, y lo prevenido en R. cé-
dula de 12 de Febrero último, a consulta de la misma Cámara de Guerra, en
todas las cuales se ha dignado confirmar el mencionado reglamento expedido
por su augusto Padre e incorporado en nuestras leyes patrias. 2.• Que en cum-
plimiento de la indicada R. orden de 19 de Diciembre de 1814 proponga de nue-
vo el M. R. Patriarca Vicario General, con presencia de las variaciones ocurri-
das desde que dirigió las anteriores propuestas, las mencionadas quince pre-
bendas entre canonefas y raciones, concedidas por una vez para premio de los
Tenientes Vicarios generales y capellanes del egército y armada que más se
hubiesen distinguido en dicha última desastrosa guerra, sin perjuicio de lo·
prevenido en el indicado reglamento de 1804. 3.• Que igualmente se lleve a
erecto la propuesta que el mismo R . P . Patriarca hizo en 16 de Enero de 1815
de un beneficio y un préstamo, u otros equivalentes, si éstos estuviesen ya pro-
vistos, y quince pensiones cortas sobre la'> mitras de Sevilla y Teruel, en fa-
vor de capellanes del egército y armada muy beneméritos, por no tener mu-
chos lugar en el expresado reglamento por ser interinos. 4.• Que en cumpli-
miento de la citada R. resolución de 10 de Octubre de 1814, en que tuvo a bien
mandar se ampliara el enunciado reglamento de 30 de Enero de 1804, aten-
dido el mayor número de capellanes, que se han creado por los nuevos cuerpos
que se han aumentado, quede aprobada, como se verüica en R. cédula de esta.
fecha, la adición a dicho reglamento presentada por el M. R. Patriarca Vicario
General, la cual se entienda en lo relativo a la propuesta de estos ramos, con
arreglo a lo que se expresa en la enunciada de 12 de Febrero último. 5.• Que-
en la mencionada circular de 1.• de Agosto d e 1815, en que se igualó el sueldo
a los capellanes de las diferentes armas que expresa, sean comprendidos tam-
bién los de la R. armada. Y 6.• Que ese Ministerio ni la Cámara de Castilla
tengan la menor intervención en la propuesta de las prebendas señaladas en
los indicados reglamento y adición para el premio del clero castrense, res·
pecto a que las propuestas de esta clase deben hacerse por la Cámara de Gue·
rra, según se expresa en la citada R. cédula de 12 de Febrero de este año
- R. Cédula de S. M ., en la que comete a su Consejo y Cámara de Guerra el
cO?Wcimiento de varios negocios qve estaban radicados en la Secretaria de Es-
tado y del despaclw unitlersal de ~te ramo : ... Negocios que han de desempe-
ñarse par la Cámara:... JZ. Aunque las propuestas de los capellanes de Los re-
glamentos del egército y lwspitales militares son de la atribución del Patriarca
Vicario general de mis egércitos, conforme Lo dispuesto par mi augusto Padre
en el reglamento de 30 de Enero de 1804, la Cámara me consultará los premios
que están señalados a diclws capellanes en el referido reglamento, que para su
puntual observancia se halJ.a incorporado en la Novísima Recopilación de las
leyes del ReinO, y es la ley 10, título 20, libro 1.• (DEC. REY, III, 63. 73-74}-; y
que por esta vía reservada de la Guerra de mi cargo se expidan, como se ha.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 417

glamento de Carlos IV -30 enero 1804- y de la Adición al mismo

hecho hasta aquí, los RR. decretos en que se digne nombrar a los agraciados,
dirigidos al Presidente de dicha Cámara de castilla, para que sin demora, ni
más consulta ni resolución se les libren Jos RR. titulos correspondientes... Ma-
drid, 14 Setiembre de 1816.•
M AlltCIÓN AL REClAM:Dml. R. Cédula: El Rey. Atendiendo a que Jos premios que
se dignó señalar mi augusto Padre en el reglamento de 30 de Enero de 1804.,
que es la ley JO, tít. 20, lib. 1.• de la Nov. Recop., a los capellanes párrocos de
mis egércitos y armada por Jos importantes servicios que contraen, no son en
el dia suficientes por su mayor número en la nueva creación de los cuerpos de
todas armas, tuve a bien resolver por mi decreto de JO de Octubre de 1814 se
ampliaran dichos premios para proporcionar a Jos citados beneméritos ecle-
siásticos del clero castrense, que tanto mérito han contraido en la última de-
sastrosa guerra en el egercicio de su ministerio, y a los Tenientes Vicarios cas-
trenses la condigna remuneración a que son tan acreedores; y a su consecuen-
cia, conformándome con lo que me han propuesto el M. R. Patriarca Vicario
General de mis egércitos y armada, y la Cámara de Guerra presidida por mi
muy amado Hermano el In!ante D. Carlos Maria, Generalísimo de mis egér-
citos, de cuyo zelo por el mejor servicio e instrucción tengo tan repetidas prue-
bas, he venido en declarar como adición al referido reglamento los articulos
siguientes: 1.• Los Tenientes Vicarios generales de egércitos de operaciones, de
escuadras o expediciones marítimas que Yo tuviese a bien nombrar a propues-
ta de dicho M. R. Patriarca Vicario General, serán premiados al fin de la
campaña o expedición con dignidades o canongias proporcionadas a su mérito
y servicios; y los que ya las Wvieren, con alguna dignidad o condecoración co-
rrespondiente; proponiéndome el mismo Prelado, por mi Cámara de Guerra en
ambos casos, el premio o condecoración a que los considere acreedores; así
como premiare también por igual propuesta la antiguedad, buenos servicios y
méritos de. los Tenientes Vicarios territoriale:o; con mejora de sus prebendas o
condecoraciones cuando lo merecieren. 2.• Los capellanes párrocos de mi egér-
cito y armada que hayan cumplido bien en el egerclcio de su ministerio veinte-
Y cinco años, veinte o quince, tendrán derecho a ser premiados con treinta pre-
bendas, entre canongias y raciones de las catedrales de España, en lugar de las
veinte y una que señ4la el mencionado reglamento de 30 de Enero de 18V4, en
los términos siguientes: Para lo~ de veinte y cinco años cumplidos de servicio
se señalan once canongías en las catedrales de Vlllencia, Cuenca, Toledo, Sevi-
lla, Cartagena, Jaén, Santiago, Córdoba, Zaragoza, Granada y Málaga; para Jos
de veinte años diez canongías en las iglesias de Salamanca, Plasencia, Zamora,
Segovia, León, Palencia, Tarragona, Tortosa, Huesca y Ciudad Rodrigo. Y !os
que hayan :;ervfdo quince años obtendrán nueve raciones en las catedrales de
Salamanca, Plasancia, Zamora, Segovia, Córdoba, Cartagena, Málaga, Sto. Do-
mingo de la Calzada y Orihuela; quedando fijas en el reglamento las canongías
de Santiago y Palencia, como tuvo a bien declarar mi augusto Padre en 6 de
Noviembre de 1804, y excluidas de él llis raciones de León, Palencia y Ciudad
Rodrigo. :S.• En Ja.o; vacantes que ocurran de :iichas treinta prebenáas consigna-
das como premio del clero castrense, avisarán a mi Secretmo de Estado y del
Despacho de Guerra no sólo el Secretario de la Cámara de Castilla y de Aragón,
sino también los M. RR. Arzobispos y RR. Obispos en las respectiva.-; dióoesis
en que se Cl>USe la vacante; y dado el aviso correspondiente por el Ministerio
de la Guerra al M. R. Patriarca Vicario General, hará este Prelado la propues-
ta en tres sugetos para cada una, dlrigi.é ndola a mi Cámara de Guerra por
medio de su Secretario, cuando toque el tumo a los capellanes de egército,
para los fines que tengo prevenidos en el articulo 12 de mi R. Cédula de 12
de Febrero de este año. 4.• Se arreglará el Patriarca Vicario General en estas
propuestas a las RR. resoluciones expedidas por mi augusto Padre en el mi.s-
mo año 1804, con motivo de las dudas que entonces se suscitaron, y deben te-
nerse como parte del reglamento dicho de 30 de Enero. y son las siguientes:
-418 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

por Fernando VII -14 septiembre 1816-, si bien retribuyeron su-


Primera: Eñ R. Orden de 20 de Julio de 1804 se previno que tanto a los cape-
llanes del egército como de la armada se les cuente la antigüedad para obtar
a los premios señalados desde que tengan R. nombramiento; que los capellanes
de marina que hayan pasado a ocupar las plazas llamadas de ventaja en los de-
partamentos, y también los Subdelegados, Tenientes Vicarios, que por razón de
utilidad y mejor servicio de la armada han pasado desde capellanes a Tenien·
tes Vicarios, sean comprendidos en estos premios por su antigüedad de ca·
pellanes; y finalmente que para establecer una justa alternativa entre los cape·
llanes del egército y armada se provean dos prebendas de cada clase en los
del egército, y una en los de la armada, empezando por los del egército. Se·
gunda: En R . Orden de 3 de Setiembre de 1804 se previno que debiendo que-
darse la alternativa establecida entre unos y otros capellanes para estos premios,
no habiendo capellanes del número de años de servicios que prefija el regla-
mento, proponga el Patriarca Vicario General los que más se acerquen y sean
beneméritos. Tercera: En R. orden del 12 de Setiembre del mismo año de 1804
se declaró que siempre que un capellán del egército o armada que tenga cum·
plidos veinte y cinco años de servicio sea provisto en canongía de segunda
clase por no haber vacante de la primera, tenga opción a ésta, precediendo nue-
va propuesta, y que se guarde la misma regla con los capellanes del egército
que en virtud de R . orden de 3 del mismo mes y año sean igualmente provistos
en canongias de segunda clase, cuando al tiempo que ocurra la vacante d e pri·
mera correspondiente a su alternativa, no se halle ya en el egército algún ca-
pellán que siendo benemérito tenga más años de servicio que los que hayan
cumplido en el egército los que estén ya provistos en canongias de segunda
clase; bien entendido que el capellán que obtuvo canongia. nunca ha de contar
más años de servicio que los que cumplió en el egército o armada. Por R . re-
solución de 5 del propio mes de Setiembre de 1804 se mandó que a los cape-
llanes párrocos de marina a bordo, y en casos de embarque a los de egército,
se les alojará como a los capitanes del egército; y por otra de 12 del mi~mo
mes y año, que se les considerase como Capitanes para el abono de pabello-
nes. 5.• Con presencia de estas Reales resoluciones de mi augusto Padre, que
han de tenerse como parte del reglamento de 1804, hará el Patriarca Vicario
General sus propuestas, teniendo muy presente no sólo la respectiva antigüedad
de los capellanes, y el más exacto desempeño en su ministerio, sino principal-
mente su conducta privada; y si en el trage que les está señalado a los cape-
llanes del egército, armada y hospitales militares se han arreglado a las RR.
resoluciones de mi augusto Padre de 5 de Noviembre de 1798, y 20 de Enero
de 99, en que le!; está proh!"bido el use de sombreros redondos de copa alta,
pantalones y pañuelos en el cuello, para que conocidos por su trage modesto,
sea distinguido y respetado de todos su carácter sacerdotal. 6.• En todo lo
demás que no se oponga a lo que va aquí prevenido, ~ mi voluntad que quede
en todA su fuerza 7 vigor el referido reglamento de mi augusto Padre de 30
de Enero d e 1804 ... En Palacio a 14 de Setiembre d.e 1816. Yo el Rey. Francisco
Bernaldo de Quirós, Sec. E. y D. de Guerra."
DEC. REY, Apéndice, pág. 19:>: "R. o:-den ccm.unicada por el Min. de Marirw.
al Secretario del Consejo supremo de Almirantazgo: se declara que -co:t mo-
tivo de haberse concedido a D. Agustín Viturro, Capellán de los del número
del departamento del Ferro!, el retiro del servicio con el goce que según sus
años de servicio señala la novena advertencia del reglamento de retiros de
1.• de Diciembre de 1813 que trata de capellanes de la Armada- sólo se ha
de considerar el retiro a los Capellanes que se hayan inutilizado en el servicio
de la mar o en el del egército; respecto a que los que se hallan en los bospi·
tales o en otros destinos, establecidos en tierra, siempre tienen opción a colo-
carse en beneficios y piezas eclesiásticas a los veinte años de servicio por el
derecho que les dan los artículos 5.0 y 8.• del reglamento de 30 de Enero de
1804, en que les está asegurado el premio de sus servicios a Jos años que en
ellos se señalan... Madrid. 1.• Setiembre de 1816."
RELICIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 419

ficientemente al clero castrense 115, y demostraron su aprecio in-


cluyéndole entre los exentos en sus rigurosos decretos 119•

118. DtlCREI'OS DE US Coan:s. VI, 277-278: "Las Cortes, usando de la facultad


que se les coooede por la Constitución. han decretado : Articulo 1.• Los Capella-
nes Párrocos Castrenses de infantería ligera y de linea y los de ciudadelas go-
zarán de sueldo para su cóngrua subsistencia, 700 r eales vellón cada mes; los
de caballeria, 800; y los de tropas de Casa Real, 850. 2.• Los Capellanes Párro-
cos Castresnes de los cuatro Colegios militares percibirán cada mes, el prime-
ro mil reales, y el segundo novecientos. 3.• No se proveerá en lo sucesivo para
la admi.ni.stración espiritual de cada uno de di.c hos cuatro Colegios sino un
solo Capellán, o sea Capellán Párroco Castrense, que gozará de la asignación
que se señala ahora al primero; debiendo hacerse la provisión de este destino
previa oposición, y en sugeto que haya sido Capellán Párroco Castrense al me-
nos 10 años. 4.• Los Capellanes de número de la Armada gozarán, estando a
bordo, el sueldo de 700 reales vellón cada mes, y la mitad menos estando en
departamento. Los de batallones de brigadas de artillería y Capellán mayor del
hospital; 700 reales; los de Guardias marinas, 800; los Curas de departamento,
900; y los tres Subdelegados a mil cada uno. 5.• Los Capellanes Párrocos cas-
trenses y de la Armada en las provincias de Ultramar gozarán de sueldo. so-
bre el haber que disfrutan por sus reglamentos vigentes, 400 reales mensuales.
6.• Todos tos destinos eclesiásticos de la Armada que estén vacantes o vacaren
en lo sucesivo no se proveerán en propiedad hasta que las Cortes ha.,aan el
arreglo conveniente para el mejor servicio espiritual de un cuerpo tan digno
de su atención y cuidado. 7 .• Todos los destinos eclesiásticos del Ejército se
proveerán en adelante por rigorosa oposición. 8.• Se revocan los privilegios
exclusivos hasta ahora concedidos a los Capellanes del Ejército y Armada para
obtener cierto número de prebendas, quedándotes la puerta abierta para que
aspiren a todas, según creyesen convenirles, atendidos sus méritos. Lo cual se
entenderá por ahora hasta que se sancione el reglamento general de dotación
de Curas diocesanos, que está presentado a las Cortes, en que se trata del mis-
mo asunto. 9.• Con arreglo a la ley 3.•, tít. 3.•. libro 1.• de la Nov. Recop.,
sobre los comentarios de las iglesias, se prohibe a todos los Capellanes Párro-
cos Castrenses y de la Armada, y cualquiera eclesiástico que haga sus veces,
el que con ningún titulo exijan ofrenda ni cuarta funeral de los militares, sean
de la clasP. que fueren. 10.• Con respecto a los Curas del E jército y Armada, y
de cualquiera eclesiástico que haga sus veces, quedan abolidos los emolumentos
ordinarios, que con el título de derechos de estola se han cobrado hasta aho-
ra; y también el reconocido con el nombre de derecho de soltería, debiendo lo~
respectivos Curas dar "gratis" a los militares, cuando lo pidan, el certificado
de soltería. Madrid, 6 de Noviembre de 1820. Josef Maria Calatrava, Presidente."
DtlCRErOS DE us CoRn:s, IX, 4»456: HLas Cortes, usando de la facultad que
se les concede por la Constitución, han decretado lo siguiente: Art. 1.• Los Ca·
pellanes Párrocos Castrenses de Incilidos y de fábricas militares gozarán de
sueldo para su cóngrua subsistencia 500 reales al mes. 2.• Del mismo sueldo
gozarán l<'s Capellanes Párrocos Castrenses de castillos de primer orden; del
de 400 rs. los de segundo, y del de 200 rs. los de tercero. 3.• Para que se lleve
a debido efecto lo dispuesto en el artículo anterior. el Gobierno dividirá en
tres clases los castillos, atendiendo a su rango y pcsición, a ll\ graduación de
sus Gobernadores y a su :nayor o menor guarnición. 4.• Los Capellanes Párro-
cos Castrenses de ciudadelas gozarán del mismo sueldo que los de castillos de
de primer orden, continuando los actuales poseedores en el goce del que les
está anteriormente consignado. s.• Habrá un solo Capellán mayor Párroco Cas-
trense en cada uno de los hospital ~ militares, el cual percibirá 500 rs. de suel-
do al m es; y habrá además los que fuesen necesarios temporalmente en la cla-
se de auxiliares, según la alta o baja de los enfermos, percibiendo a razón de
200 r s. a mes por e l preciso e indispensable tiempo que se los ocupe. Madrid,
26 de Junio de 1822. Alvaro Gómez, Presidente."
119. DECRETOS o.E us CoRn:s, X, 169-170: HLas Cortes. después de haber ob-
420 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Sin embargo, el gobierno del trienio constitucional consiguió


que las Cortes suprimieran el Cuerpo de Capellanes de número en
la Armada, sustituyéndoles por provisionales 120• En cambio, el real
decreto de 8 de noviembre de 1848 - restableciéndolo- alude a la
supresión de 31 de agosto de 1825 121 • No obstante, fue siempre pre-

servado todas las formalidades prescritas por la COnstitución, han decretado


lo siguiente : Art. 1.• La nación española no reconoce ningún beneficio eclesiás·
tico sin la obligación de residir personalmente... 3.• Todos los prebendados, ca-
nónigos y beneficiados titulares que en el día no residan en sus respectivas
iglesias, se presentarán a residir personalmente, en el preciso término de un
mes los que existan dentro de la península, y de seis meses los que estén fue-
ra de ella. Los que no lo verifiquen en el término prefijado, no acreditando en
debida forma imposibilidad fisica o moral razonable, a juicio de sus respecti-
vos cabildos o prelados, dando cuenta al gobierno para su calificación, se en-
tiende que renuncian su beneficio o prebenda. 4.• Se esceptúan de lo prevenido
en el precedente articulo: primero, los catedráticos de las universidades y co-
legios, los empleados en establecimientos de beneficencia, y cuantos obtengan
cargo o comisión en servicio del público; eligiendo precisamente entre el suel-
do, dietas, dotación y honorario del destino, y la renta de la prebenda o bene-
ficio, de modo que sólo disfruten aquélla que prefieran; segundo, los beneficios
simples cuya renta no llegue a 300 ducados; tercero, los que hayan obterúdo
beneficios d e la misma clase en premio de relevantes servicios hechos a la igle·
sia o al estado; cuarto, los mismos beneficiados que antes fueron párrocos o
catedráticos de urúversidades y colegios, o capellanes del ejército y llTTIUlda, o
provisores en algunas diócesis, con tal que hayan servido en sus respectivos
destinos por tiempo de quince años, o tengan cincuenta de edad; y quinto, los
párrocos que posean un beneficio simpla cuya renta sea parte de la cóngrua
del curato ... Madrid, 23 Febrero de 1823. Publiquese como ley: Fernando. Ma-
drid, 2 Marzo de 1823. Publicada en las COrtes en este día."
120. DEC. CORn:s, VIII, 138-170: "Las cortes extraordinarias, usando de la
facultad que se le concede por la COnstitución, han decret<l.do le siguiente: ...
Art. 98 • Se suprime P.! cuerpo de Capellanes d e número de la Armada. 99.• N()
se proveerán las vacantes que ocu....-an en este cuerpo. 100.• Para hacer el ser·
vicio en los buques y arsenales de la Armada .s e nombrarán Capellanes provi-
sionales, que mientras estén empleados gozarán las mismas g-ratüicaciones, que
los actuales de número, y el sueldo señalado por las COrtes... Madrid, Z7 Di-
ciembre de 1821. DiP.go Clemencin, Presidente."
121. COLECCIÓN LEGISLATIVA DE ESPAÑA, t . XLV, pág. 257-258: "R. DecretO: Art.
1.• Se restablece el cuerpo de capellanes de la Armada que fue suprii!lido por
R . orden de 31 de Agosto de 1825. 2.• Este cuerpo se compondrá por ahora y
mientras las necesidades del servicio no exijan s u aumento de 8 primeros ca-
peilanés, 16 seguudos y 24 terceros. Te::1drá por jefe superior eclesiástico en
los mismos términos y con las mismas facultades que antes de su el.i:inción el
Vicario General de los E j ércitos y Armada quien hará definitivamente las pro-
puestas al Gobierno así de entrada como de ascensos; y por jefes inmediatos a
los Tenientes Vicarios de los departamentos. 3.• Los primeros capellanes dis-
fretarán el sueldo de 400 rs. mensuales, 300 los segundos y 200 los terceros,
teniendo además la asignación y ración correspondiente cuando se hallen em·
barcados. 4.• La entrada en este cuerpo será por rigoroso concurso de oposi-
ción convocado en las subdelegaciones castrenses de los departamentos, previa
la presentación de certüicaciones de buenas costumbres y moralidad expedidas
por los respetivos diocesanos a favor de los sacerdotes aspirantes. s.• A este
cuerpo corresponderán los párrocos castrenses de los citado departamentos,
los de los arsenales y los del colegio naval; pero continuarán disfrutando los
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 421

-ocupación española la asistencia religiosa en la marina 122, sin des-


cuidar la retribución 123•
sueldos -que les están asignados o se les asignen por los reglamentos especiales.
6.• Las funciones de estos capellanes, su alojamiento a bordo Y los derechos a
retiro, jubilación y demás premios por sus servicios, serán los mismos que te-
nían declarados antes de la extinción del cuerpo. Sus ascensos serán por anti-
güedad, exceptuados los casos de un mérito extraordinario. 7.• En caso del ar-
mamento de buques sólo se embarcarán en ellos capellanes provinciales cuando
no los haya disponíbles de la Annada... Palacio, 8 de Noviembre de 1848. A
D. Mariano Roca de Togores, Min. de Marina."
122. DEC. REY, 111, 249: "R. orden expedida por el Ministerio de Marina:
·expresa la ampliación que se da a la R. O. de 5 de Diciembre último, para
que en cierta clase de buques ---{!Ompongan el número de cuarenta- que via-
_gen a Ultramar vaya en ellos Capellán y Cirujano ... Madrid, 20 de Julio de 1815."
DEC. REY, Apéndice, pág. 347: "R. orden comunicada por el Min. de Marina al
Secretario del Consejo supremo de Almirantazgo: se manda que los Gefes de
las provincias marítimas en las costas del mar del Sur por sí o por sus segun-
·dos visiten los buques mercantes que a ellos lleguen, y que no encontrándolos
debidamente dotados de CapeUán, Pilotos y Cirujanos, como está prevenido
-20 Julio de 1815 y 19 de Agosto de 1815-, se les mulle a proporción de su
exceso ... Madrid, 23 de Junio de 1817."
CoLECCIÓN LEGISLATIVA DE ESPAÑA, XLV, 292: "R. 0. mandando que se Observe
la de 27 de Marzo de este año, preceptiva d e que los buques que conduzcan
cierto número de pasajeros para Ultramar lleven las plazas de capeUán y ciru-
jano, y autorizando a los Comandantes generales de los respectivos departa-
mentos, después de justüicar debidamente los dueños o armadores de buques
no han podido encontrar capellán, dispensen que salgan a la mar sin esta pla-
za; pero de ningún modo sin la de cirujano y competente botiquín... Madrid,
28 Noviembre de 1841:1. Mariano Roca de Togores, Marqués de Molins."
123. DEC. REY, Apéndice, 197: "Circular del M in. de Marina.. . Enterado el
Rey de lo que ha representado el Capitán de compañías de Guardias Marinas
-a S. A. R . sobre que es insuficiente el abono de diez reales mensuales que se
hace para gastos de capilla a los Capellanes de las de Cádiz y Ferro!, y el 22
de la de Cartagena por su obligación de celebrar misa diariamente con arreglo
al art. 16, tít. 4.•, trat. 7.• de las ordena¡1zas de la Armada del año de 1748; se
ha servido S. M. resolver, de conformidad con lo propuesto por S. A., que se
les aumente hasta cuarenta rs. al mes en cada departamento ... Madrid, 20 Se-
tiembre de 1816."
DEC. REY, Apéndice, 346: "R. orden com. por el Min. Marina al Secr. del Con-
sejo supr. de Almirantazgo: previene que los Capellanes, Pilotos y Cirujanos
eventuales de la Annada no deben sufrir descuento de inválidos... Madrid, 21
Junio 1817."
DEC. REY, XIII, 196 : "R. decreto s;:>bre la distribución de los 40 millones de
rs. aplicados a las atenciones de la R. Armada: Sueldo de xní Secretario de
E . y D. dP- Marina, 120.000. .. Cuerpo de Capellanes, 73.034. .. Bilbao, 11.1 Junio de
1828. A D. Luis Maria de Salazar."
DEC. REY, XIII, 3()(}-302: "Reglamento de sueldos. Cuerp<~ general de la R. Ar-
mada: Capitán general, 120.000, ---{!On baja tanto por ciento- 108.000; Teniente
general empleado, 90.000, 81.000; Brigadier, 24.000, 21.000; Capitán de navío,
18.000, 16.200; Capitán de fragata, 12.000, 10.800; Teniente de navío, 6.600, 6.204;
Alférez de navío, 3.600, 3.492; ... CapeUanes: Teniente Vicario general, 9.600, 9.216;
Curas castrenses, 4.800, 4.800; Capellanes, 2.400. 2.400.. . Madrid, 19 Septiembre
-de 1828. Salazar."
DEC. R EY, Xlll, 352-355: "R. decreto señalando los retiros que han de gozar
los individuos de Marina : ... Art. 5.• El primer haber de retiro, que serán las
·cuatro vigésimas partes del sueldo entero de vivos para el Cuerpo del Ministe-
:rio de Marina, el de Pilotos, el de Médicos-Cirujanos, el de Oficiales de Marine-
422 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

En general, esa atención espiritual alcanzó a todas las fuer-


zas arm adas, las ordinarias 124, y las especiales com o la Milicia Na-

ria y Capelü:mes se obtendrán a los veinte años cumplidos de servicio, supuestas


las circunstancias que quedan expresadas en el art. 1.• -por imposibilidad
fisica natural de continuar la carrera, o por inutilidad absoluta ocurrida de-
resultas de heridas o golpes en funciones de guerra, naufragio u otras seme-
jantes, bien justificadas todas estas causas-; y en la misma forma 6 vigésimas
a los 25 años, 8 a los 30, 11 a los 35, y 16 a los 40. que es el máximo señalado-
a todas las clases, incluyéndose en estos tiempos como hábiles los abonos de
campaña... A los Capeuanes -se les contarán los años- desde que hayan em -
p ezado su servicio con mi R . despacho, aumen tándoles e l tiempo e n que hayan
servido de Capellanes provisionales en buques de mi R . Armada o con destin o
en los depar tamentos y Arsenales... San Lor enzo, 24 Octubre de 1828. A D. Luis
Maria de Salazar."
DEC. REY, XVI, 222: "R. d.ec... : Gastos Min. Marina, Capellanes, 265. 515...
S . Dde!onso, 16 Julio, 1831. Salazar."
124. DEc. REY, XV, 394-395: •R. O. En 4 de Marro de 1785 se expidió por
este Ministerio la R. O. siguiente: Para que no falte quien administre el pasto
espiritual a los individuos del Ejército en las vacantes de capellanes de todos
los Cuerpos de él, comprendidos los de casa Real, de las ciudadelas, fortalezas
y hospitales militares, ha r esuelto el Rey q ue a los Capellanes interinos, q ue
en virtud de comisión del Vicario General de los Ejércitos nombrasen sus Sub-
delegados en las p r ovincias respectivas, se abone el mismo sueldo que a los.
propietarios, sin otro requisito que presentar el nombramiento del Subdelega-
do del territorio. Y habiendo manifestado el R. Patriarca, Vicario General de
los RR. Ejércitos, las dificultades que con frecuencia ocurren para el abono del
sueldo a los capellanes interinos, se ha servido el Rey N. S. mandar se circu-
le nuevamente la preinserta R. O. para su observancia; en el bien entendido
que es la soberana voluntad de S. M. que cuando el nombramiento interino fue-
se para reemplazar a un propietario ausente, sea c ualquiera el motivo de su·
ausencia, ha de ser de cuenta de éste el abono del sustituto... Madrid, 15 de
Octubre de 1830. Zambrano."
CoUJCC¡óN DE LEYEs, I V, 121: "Habiendo llegado a noticia de S. M. la Reina
Gobernadora que una gran parte de los cuerpos de las diferent.E's armas der
ejército están sin capellanes; y que los que se separan no ponen sustitutos; se
ha servido resolver para corregir este abuso, que V. E. prevenga a los geles de-
los cuerpos que están a sus órdenes, que cuando los respectivos capellanes se
ausenten de las filas sin motivo justo, legítimamente acreditado, se pongan de-
acuerdo con el subdelegado castrense del territorio donde se bailen para que-
nombren inmediatamente un sustituto a costa del propietario; y que de ningún
modo se espidan sus pasaport2s a los que obtuvieren R . licencia temporal, sin
que acrediten haber dejado intelino satisfecho de su cuenta con la debida ha·
bilitación del subdelegado ... IV"i3drid, 28 Marro de 1833 <Guerra)."
CoLECCIÓN LECIS!.ATIVA, XLVIII, 510: ueon arreglo a las circulares de 13 de
Agosto de 1829 y 20 de Diciembre de 1846, siempre que fallezca un individ uo
dP. tropa, cuyos alcances no lleguen a 25 rs., se entregue todo su ireporte al ca-
pellán, y los mismos 25 rs. que es la cuarta parte de ciento desde dicha can-
tidad basta ciento, y de allí en adelante basta 400 la cuarta parte de lo que
sea, sin que pasando de 400 tengan los capellanes más derecho que a la suma
de cien reales, en pago de las cuartas funerales ... Madrid, 24 Noviembre 1849.w·
CoLECCióN LECISUTIVA, LI, 258: •R. orden, declarando que no deben los regi-
mientos abonar derechos a los subdelegados castrenses por el examen de los
libros parroquiales -80 reales por cada libro-, porque el trabajo indicado es
peculiar a las atr ibuciones de los r eferidos sub delegados... Madrid , 29 Octubre·
de 1850 (Guerra)."
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIED.\D BORBONlCA 423

cional 125, hospitales militares 126, la célebre "Guardia Real Provin-


125. DEC. CoRTES, VIII, 16-18 : "Decreto XI .· se estabece y organiza la Milicia
Nacional activa: ... Art. 16.• La Plana mayor de cada batallón se compondrá
de... un capellán ... Madrid, 18 Noviembre de 182L Francisco Martinez de la
Rosa,~-~
126. DEC. REY, X, 216-217 : "R. orden comunicada por el Min. de Guerra.· He
dado cuenta al Rey N. S. de una exposición del M. R . Patriarca Vicario Gene-
ral de los R.R. Ejércitos, en la que manifiesta que a consecuencia de la contra-
ta que el Asentista del Hospital militar de Algeciras D . Francisco cantilló acaba·
ba de recibir del Intendente de Andalucía, trataba de remover al capellán ma-
yor interino de dicho hospital D. Agustin Josef Mendez Pacheco, y a su auxiliar
Fr. Antonio de Burgos, y poner en su lugar al Presbítero secularizado D . Josef
Barranco, fundado sin duda en la cláusula 6.• de la referida contrata, que le
concede igual facultad a la que tenía en la condición 8.• de la que celebró en el
referido año de 1822, por la que se le autorizaba para nombrar y despedir los
capellanes destinados a él para la asistencia espiritual de los enfermos, cuya
condición fue derogada por R . O. de 29 de Julio de aquel año... Enterado S. M.
de todo, y conformándose con lo que sobre el particular le ha expuesto su Con-
sejo Supremo de la Guerra, se ha servido declarar nula la cláusula 6.' de la
citada nueva contrata, y que subsista y se lleve a efecto la R. O. de 29 de Ju-
lio de 1822, aunque expedida en tiempo inhábil, haciéndola extensiva no sólo a
los capellanes sino a los demás empleados en el Hospital militar de Algeci.ra.s .. .
que obtienen nombramiento R., y que esta medida se adopte generalmente para
los demás Hospitales militares... Madrid, 11 Julio 1825.~
DEC. REY, XVI, 341: "R. orden <Min. Guerra>: He dado cuenta al Rey N. s_
de la exposición del M. R. Patriarca, Vicario General de los RR. Ejércitos, de
30 de Junio último, por la que después de hacer presente lo manifestado por
su Subdelegado castrense en el obispado de Calahorra, sobre el establecimiento
en Logroño de un nuevo hospital militar y nombramiento por los contratistas
de un capellán, a quien se habían asignado cuatro reales diarios, recuerda lo
resuelto en las RR. OO. de 11 de Julio de 1825 y 30 de Mayo próximo pasado,
y pide se comunique a las Autoridades que corresponda las órdenes más termi-
nantes para que en lo sucesivo no se admita en las contratas de esta clase una
tal condición, injuriosa a la Iglesia, a la vez que depresiva de la autoridad del
mismo Vicario General; y S. M., enterado al mismo tiempo, según lo expues·
to por V. S. en 11 de Setiembre último, así de las causas que hicieron jnexcu-
sable el establecimiento provisional de dicha enfermería, como de que habiendo
ya cesado aquéllas, ha debido extinguirse el hospital, se ha servido resolver que-
a lo sucesivo .;;e excluya de todo pliego de condiciones para las contratas de hos-
pitalidad militar la condición de que los asentistas hayan de poner y pagar de
su cuenta los capellanes y Cacultativos que fuese menester; que con nspecto a
los hospitales provisionales, que accidentalmente fuese preciso establecer, se
reclame del respectivo Subdelegado del Vicario General la elección y destino
del eclesiástico que le parezca a propósito para e l C3.SO, a quien, miect.ras dure-
su ocupación, se le abonará una pequeña gratificación remuneratoria del tra-
bajo y desvelos que le ocasioue la enfermería... Madrid, 20 Octubre de 1831.
Zambrano.n
Fernando VII exceptuó a los clérigos regulares que asistían a los hospita·
les militares co;no ~pt>llane.;, del mandato general, de reincorporación a sus
conventos: DEc. REY, III, 309: "R. O. com. por Min. Guerra al Secr. del D . de-
Hacienda: Excmo. Sr.: Con esta fecha digo al M. R . Patriarca Vicario Gene-
ral lo que sigue : Enterado al Rey de cuanto V. E. ha expuesto en 9 de Marzo
último, dando cuenta de la dificultad que le manifestó su Subdelegado de Ali-
cante de hallar eclesiástico secular a propósito que reemplace en el ministerio
de capellán pá.r.roeo de aquel hospital militar a Fray Tiburcio Miranda, religio-
so carmelita calzado, que desempeñaba con zelo y caridad dicho encargo; Y
conforme a su parecer se ha servido S. M. determinar que no sean comprendí·
dos los regulares que sirven de Capellanes en los hospitales militares en la R .
r esolución de 27 de Enero últ.lmo y demás expedidas, para que los de su clase
424 ALFREDO MARTU."EZ ALBIACH

cial" 127, "los presidios del reino" w, "el Colegio general para todas
las armas" 129, Guardia Civil 130, Alabarderos 131 , Colegio naval l.32, etc.
Con la edición de los Breves Pontificios para conocimiento de
la jurisdicción eclesiástica castrense y sus privilegios m. Dentro del

que se bailaban sirviendo de capellanes en los cuerpos del exército se retirasen


a sus claustros; mandando que por ahora no se baga novedad sobre este punto,
tanto en dicho hospital militar como en los demás de su especie, sino en al·
gunos casos o con algunos regulares que sea conveniente retirar o trasladar...
Madrid, 29 de Agosto de 1816."
127. DEC. REY, XVII, 77-85 : "R. decreto constituyendo la Guardia ReaL Pro-
vincial. .. Art. 44.• En las vacantes de los Capellanes de batallones se podrá
atender a los que lo sean de los regimientos de Milicias que más se hayan dis·
tinguido por su mérito, espíritu de Religión y zelo en el desempeño de su mi·
nisterio, y los que fuesen nombrados obtendrán RR. despachos como los de
los otros Cuerpos de la Guardia. .. Capellán, haber liquido -mensual-, 750 rea-
les... Madrid, 9 Junio de 1832. Zambrano."
128. Cou:ccróN DE LEYEs, I, 364: "Ministerio de Fomento: Orderumza general
de los presidios del r eino: ... Art. 158.• Nombrará el director general un cape-
llán para cada presidio en que no le hubiese, eligiéndolo de la clase de cape-
llanes retirados, o próximos a serlo, del ejército o a171UUÜl, y el cual gozará,
además de s u r etiro, la gratificación asignada a s u cargo. Art. 159.•. Si dentro
.del recinto del presidio no hubiese iglesia o capilla, se deberá construir en lo-
cal decente y a propósito un altar en que se diga misa, y en que los presidiarios
puedan cumplir con los preceptos religiosos sin necesidad de salir del estable-
cimiento... Aranjuez, 14 de Abril de 1834. A D. Javier de Burgos."
129. CoL. LEYEs, XII, 531: "Sueldo de los dos Capellanes del Colegio General
para todas las armas: el primero, 800 r eales, y el segundo, 600... Palacio, 18 de
Diciembre de 1844. Narváez."
DEC. REGENcrA Y REY, VII, 135: al suprimirse los Colegios militares, los Ca-
pellanes quedan a disposición del Vi.c ario General. Madrid, 27 Setiembre 1823:
Or. comunic. Mm. Guerra.
130. CoL. LEYES, XIV, 464 : Decreto 462: "Los individuos de la Guardia Civil
pertenecen a la jurisdicción privilegiada castrense, según R. orden circular de
9 de Noviembre de 1846, por sclicitud del Patriarca Vicario General de 30 de
Octubre de 1845."
131. CoL. LEYEs, XXXV, 504: "Reorganizando el R. Cuerpo de Guardias Ala·
barderos : Un Capellé.n, haber íntegro, 6.0GO r eales -Capitán, 24.000; Teniente,
18.000; Médico-Cirujano, 14.400; Sargento primero, 10.800; Sargento segundo,
6.600-. Palacio, 16 Noviembre de 1845 Narváez."
132. CoL. LEGI SLATIVA, XLV, 343: "Sueldo de l primer Capellán del Colegio Na-
val, al año 8.000 reales; segundo, 6.000. Madrid, 29 Noviembre de 1848. Molins."
133. CoL. LEGISL.~TIVA, XLVIll, 454 : "CiTcular <!e la Dirección general de Infan .
.teria: El Vicario General Castrense en fecha 29 del próximo pasado me diCf. :
Se ilan impr eso los dos Breves pontificios más esenciales de la jurisdic-
ción eclesiástica castrense, habiendo llevado este Vicariato General el objeto de
que no se ignoren en el ejército las gracias especiales e indultos que le están
concedidos por la Silla apostólica. .. Dichos Br eves aun cuando deben h2.llarse
siempre en poder de los capellanes de los b atallones a fin de que puedan desde
luego satisfacer a sus feligreses en cuanto les consulten sobre sus privilegios e
indultos, sean sin embargo propiedad de los batallones a cuyos gefes los .debe-
rán entregar cuando por promoción o por otras causas salgan de aquéllos para
que éstos los entreguen al nuevo capellán que le reemplace ... Madrid, 14 No-
viembre de 1849. Leopoldo O 'DoneU."
Ya el 8 de febrero de 1817 se publicaba entr e los DEcR<.-ros DEL REY (Apéndice,
·282-286) los privilegios eclesiásticos castrenses, en especial el de ayuno y abs·
·tinencia, e indulgencias plenarias y parciales.
R.EUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDA'D BORBONlCA 425

habitual interés por el fuero 1j4, la religiosidad rn y moralidad -que


en su proyección al matrimonio de militares 136 planteó una proble-
134.. DEc. CoRTES, VI, 16-17: Orden de 22 de Julio de 1820 con relación a las
providencias del Patriarca como Vicario General Castrense.
Dn:. ISABEL II, XXI, 61: 30 de agosto de 1836 en juicios de conciliación en
eclesiásticos y militares, firmado en Palacio el 3 de junio de 1821.
135. Dn:. REY, I, 25: •cucu1ar del Min. de Guerra por la que se previene a
todos los cuerpos del egército, que siempre que las tropas entren en las igle-
sias lo egecuten sin gorras, cumpliendo en todo acto público perteneciente a
la religión los articulos 2 y 3 del titulo 1.•, y tratado 3.• de las RR. or denanzas.
Madrid, 23 de Mayo de 1814."
DEC. REY, XIII, 290-291 : "R. orden circular (Min. Guerra): Con motivo de
cierto incidente ocurrido en la ciudad de Almena el dia del Corpus, sobre mé-
todo de rendirse las banderas al tiempo de pasar por su !rente el Stmo. Sacra-
mento, se ha dignado S. M. mandar se circule nuevamente la R. O. de 18 de
Enero de 1778 que dice asi : Habiendo ocurrido en la ciudad de la Coruña el
dia del Corpus del año próximo pasado el lance de haberse detenido algún
tiempo la procesión, con sentimiento de los vecinos, por el modo con que la
tropa hizo los honores al Stmo. Sacramento, solicitando el Cabildo Eclesiásti-
co de la Colegiata que se siguiese la práctica hasta entonces observada, y se
hallaba autorizada por R. O. de 1.• de Mayo de 1725, a que se opuso el Coman-
dante General interino de aquel Reino, fundado en los artlculos 2.• y s.•, tratado
3.,• titulo 1.• de las RR. Ordenanzas. Hecho cargo el piadoso ánimo del Rey
N . S . de que cuantos honores, humildes rer.dimientos y actos de veneración
puedan dedicar los militares a Dios sacramentado, son insuficientes y cortos
respecto de lo que corresponde a tan Soberano objeto, para evitar disputas,
interpretaciones y duda en adelante, uniformar que el método sea igual en to-
das partes y que en nada se rebaje de las demostraciones de sumisión y res-
peto que hasta ahora ha ideado en este punto la religiosidad de los Ge!es Mi·
litares, y que hayan visto practicar los fieles en honor del Stmo. sacramento;
se ha dignarlo S M. resolvP.r por punto general, sin embargo de lo prevenido
en los citados artículos de la Ordenanza: Que cuando la tropa esté formada o
deba formarse con banderas, y pase pública y procesionalmente entre filas o
a su frente el Stmo. Sacramento de la Eticaristfa, se avancen y rindan las
banderas, tendiendo sus tafetanes. para que situados sobre ellas los sacerdotes
o Preste que conduzcan la Eucaristfa, eche éste su bendición a las armas... Ma-
drid, 17 Setiembre de 1828. zambrano."
136. DEc. REY, IV, 432: "Circular del Min. ck Guerra: expresa có:no S . M.
no ha tenido a bien mandar se admitan las demandas de esponsales contra los
militares en los términos que ordenan las RR. órdenes de 28 de Setiembre de
1774 y 29 de Setiembre de 1775, de que en su exposición ha hecho mención el
M. R . Cardenal Patriarca Vicario General; no ha tenido a bien alterar la ob-
servancia de las RR. OO. de 2Jl de Febrero de 1787 y 31 de Agosto de 1801, que
son consiguientes a lo prescrito en las leyes del remo, de que no admitan los
j•1eces e.!lesiásticos d2oand:ls de esponsales sin las licencias ~revenidas, y el
consentimiento paterno, o la resolución judicial de ser irracion:l! el disenso, en
los términos establecidos en la pragmática de 28 de Abril de 1803 -Ley 18,
tit. 2.•, lib. 1.• de ia NOfJ. R.ecop.- , que comprende también a los jueces cas-
trenses -Los Vicarios eclesiásticos que autari24sen algww para el que no es-
tuviesen lulbilitados los conJ.rayenus con los requisitas referidos sean e:rpalria·
dos y ocupadas sus temporalidades-. Esta ley general , que tanto beneficio cau-
sa a las familias, las cuales pueden impedir de este modo ciertos enlaces de
los incautos jóvenes, que sin reparar en la desigualdad de la contrayente lle·
nan de deshonor a sus padres y parientes... Hasta llegar a desheredar al hijo
de familia que se casare sin obtener dicha licencia... Se observe a la letra el
art. 18, cap. 1.• del reglamento del Monte pio Militar, que previene que si por
hallarse comprometido el honor de una muger u otro motivo tuviere a bien
J:l:l.JCIOSJ0.\0 11 lSPA~A . •• - 23
426 ALFREDO liL\RTINEZ ALBIACH

mática que relacionarnos con la de la libertad, debatida en las Cor-

S . M. no negar a un Oficial la licencia para casarse, aunque en la contrayente


no concurran las circunstancias prevenidas en dicho reglamento, quede privado
de su empleo... Para los Oficiales o Soldados se baga constar la licencia Real
o de su Ge!es -Capitanes o Coroneles para Sargentos. Cabos o Soldados-, y
la paterna, o la resolución del tribunal de ser irracional el disenso... Madrid,
2 de Setiembre de 1817 .~
Dm CORn:s, X , 167: "Las Cortes, después de haber observado todas las for-
malidades prescritas por la Constitución, han decretado lo siguiente: Se obser-
vará uniforme y puntualmente en toda la monarquía española lo dispuesto en
los cap. L• y 7.• de la sesión vigésima cuarta del Concilio de Trento sobre la
reformación del matrimonio. En su virtud los párrocos procede rán a la cele-
bración de los matrimooios sin licencia del Ordinario cuando sea entre feligre-
ses propios o naturales o domiciliados en sus mismas diócesis, comprendidos los
soldados licenciados que presenten la competente certificación de libertad, es-
pedida por su respectivo párroco castrense, y autorizada por los gefes de su
cuerpo... Madrid, 23 de Febrero de 1823. Alvaro Gó.m ez, Presidente."
Dm REY, XI, 38-40: "R. Orden (Min. Guerra): Al R. Patriarca de las Indias,
Vicario General de los &R. Ejércitos con esta fecha digo lo que sigue: Las di-
ferentes dudas que se han suscitado sobre la inteligencia que deba darse a la
circular de 29 de &etiembre del año próximo pasado, por la que el Rey N. S.,
usando de su R. piedad, y conformándose con lo expuesto por V _ E., se dignó
conceder indulto de pena a que se hayan hecho acreedores por haberse casado
sin la competente licencia a todos los nillitar<!S que gozan del fuero de Guerra
o Marina; pero sin opción sus familias a los beneficios del Monte pío Militar,
con la calidad de delatarse a sus respectivos Gefes, extendiéndose dicho indulto
a los que fraudulentamente se tienen por casados sin serlo, debiendo éstos prac-
ticar las diligencias para realizar legítimamente su matrimonio en el preciso
término de veinte día:;, separándose entre tanto los contrayentes, han produci-
do varias consultas acerca de si compete privativamente el decisivo conocimien-
to de los expediente!. de esta naturaleza a los Capitanes generales de las Pro-
vincias; si los comprendidos en el primer caso del indulto necesitan R. aproba-
ción de sus casamientos; si los que están en el segundo, han de solicitar pre-
viamente la licencia según su clase, pues entonces no seria suficiente el térmi-
no señalado de veinte días para la realización de los matrimonios; y si los que
a pretexto de estar comprometidos vivian maridablemente con mugeres de las
que tienen prole que legitimar, se hallan o no comprendidos en el mismo se-
gundo caso, aunque no gocen del concepto público de casado. Enterado S . M .... ,
se ha dignado declarar que su Soberana intención es que cesando el escándalo
público de los amancebamientos pueda legitimarse la prole habida c!e ellos, y
se rE:medien extravios de consecuencias tan trascendentales; y a su consecuen-
cia se ha servido S . M. mandar se observen los art. siguientes: 1.• Los Oficiales
que a consecuencia del R. indulto de 29 de Setiembre último se hayan delatado
espontáneamente a sus Gefes de haberse casado s in R. licencia, no necesitan
solicitarla por los coadu~tos que prescribe el Reglamento del M.o::1te pio Mili-
tar. 2.• Los mismos que por estar comprendidos tln el segundo caso del propio
indulto se hayan declarado a sus Gefes de no estar legitimamente casados, aun-
que gozan el concepto de talc!S, pueden proceder desde luego a realizar legal-
mente sus matrimooios, sin que necesiten pedir previamente la R. licencia, ni
que preceda la declaración de indulto por el Consej'.> Supremo de la Guerra.
3.• Los que tengan prole que legitimar por haber vivido maridablemente, aur
que hayan tenido la reputación de solteros, serán considerados y comprendidos
en el segundo caso del referido indulto, bajo la misma condición de manifes-
tarlo a sus Gefes, extendiéndose a ellos la regla del articulo anterior. 4.• Todos
los Oficiales que se acogen a dicho indulto y esta ampliación, deberán acudir
para que sea válido, con sus respectivas instancias, acompañando los documen-
tos del Reglamento, excepto las escrituras de dote, los obligados en otro caso a
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 427

tes gaditanas y que ya estudiamos como uno de los obstaculos al


primordial signo de aquellos tiempos--.
presentarlas, en solicitud de R . aprobación de sus matrimonios, tanto para hacer
constar la calidad y opinión de sus consortes, cuanto para patentizar con este
acto de sumisión el arrepentimiento de su !alta. s.• Estas mismas reglas son
respectivamente extensivas a los Sargentos, Cabos y Soldados según sus casos,
observándose lo prevenido en cuanto a la realización de sus matrimonios, licen-
cias, conocimiento y aprobación de sus Geles para gozar del indulto; sin que
se suscite duda, por deber procederse respecto a estas clases sobre sus licen-
Cias, como está concedido a los Oficiales por la suya. 6.• Sóla y exclusivamente
para gozar el referido indulto, y ésta su adición, se suspenden los requisitos ne-
cesarios prefijados para celebrar los matrimonios con las licencias y consenti-
mientos marcados por las leyes, Ordenanzas y RR. órdenes vigentes, que han de
conservar en lo sucesivo toda su fuerza y vigor. 7.• Para que los ausentes de los
Cuerpos en comisiones, los enfermos, los que por ballarse con licencia tempo.
ral, llmltada o indefinida, diseminados en pueblos distantes de las capitales, y
demás a quJenes pueda alcanzar esta gracia, tengan facilidad de acogerse a ella,
proroga S . M . por dos meses más este indulto, mandando se cJrcule a los Cuer-
pos nuevamente por el Ministerio de la Guerra de ml cargo, y a las Autoridades
civiles por el de Gracia y Justicia para que en adelante ninguno alegue igno-
rancia. 8.• Finalizado el término del indulto, se impondrán rigorosamente., sin
contemplación ni disimulo, las penas señaladas en la misma citada circular de
29 de Setiembre último, sin tolerar la menor alteración de lo que se ordena en
la de 2 de Setiembre de 1817, reiterada en 4 del mes presente; y manda de
nuevo S . M . que los Geles y Capellanes Párrocos zelen con exactitud sobre este
punto tan interesante por el debido cumplimlento de sus obligaciones... Madrid,
27 de Enero de 1826. Zambrano.•
Dr:c. REY, XIV, 277: •R. ord-en circul4r (Min. Guerra): El Patriarca Vicario
General de los RR. Ejércitos hizo p r esente al Rey N. S. que a pesar de las re-
petidas RR. OO. comunicadas en diversas épocas para atajar la inmoralidad de
algunos militares, y cortar de raJz los compromisos en que frecuentemente 5e
encuentran con personas del otro sexo, llevados de una ciega pasión, se nota por
desgracia e l poco efecto q ue causan tan sabias resoluciones, adoptadas para
reprimir los progresos d e la r elajación de costumbres, a lo qu e acáso ba podi·
d o contribuir la indulgencia que n otan en el castigo de unos excesos que com e-
ten sin r eparo, traspasando los lim1tes del pundonor, a que despu és se acogen
para apoyar las solicitudes de r ealizar sus matrimonios por la via re:;ervada;
y S. M. penetrado de las poderosas razones que manifiesta este Prelado, ba
vcn1do en mandar se prevenga a los capitanes generales de las Provincias, Ins-
pectores y Directores generales de las armas, y demás Autoridedes \1 quienes
corresponde, que se lleve a efecto lo mandado en R. O. de 2 de Setiembre de
1817 sin ninguna contemplación ni disimulo, conforme que se previene en el
R. indulto de 29 de Setiembre de 1825 y su ampliación de 27 de Enero de 1826...
Madrid, 10 de Setiembre <!e 1829. Zambraoo."
:::>u:. REY v R:nM, xvm, lll-114: ~ Il. mden (Miu. C.uerra): Al ~o del
Consejo Supremo de la G\!erra digo hOy lo que sigue: Los casos apurados de
hOnor y de conciencia que en punto a matrlmonlos de militares suelen ofrecerse
con circunstancias urgentes y agravantes de prole habida o presunta, y de pe-
ll&ro próximo de muerte de algunos de los contrayentes, que las más veces no
dan tiempo a solicitar la R. licencia en el orden establecido, ni aun a pedirla
como asunto reservado por conducto del Patriarca Vicario General de los RR.
Ejércitos, han llamado la soberana atención de S. M., que deseando evitar las
consecuencias de mayor trascendencia en tan grave materia y criticos momen-
tos, cubrir el honor comprometido, y legitimar la inocente desgraciada prole,
dando tranquilidad a los que se bailan en el articulo de la muerte; y con el fin
de prevenir al propio tiempo por reglas de prudencia los abusos de la desmo-
ralización ... S . M. ba tenido a bien mandar que en lo su cesivo se observe pun-
-428 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

La Guía del Estado Eclesiástico para el año 1848 ofrecia una


tualmente lo que se establece en los artículos siguientes: t.o Aunque no deba
presumirse de la religiosidad y honor de los Oficiales de Ejército que vivan en
compañía de mugeres con quienes están comprometidos para casarse, si no
obstante esto sucediese alguna vez, y en tal estado acaeciese la enfermedad,
será la primera diligencia indispensable la separació.n de la muger de la casa
del enfermo con el pretexto más honesto que la prudencia arbitre, desaten-
diendo las razones que en contrario se aleguen, y sin cuya diligencia ninguna
otra se practicará relativa al matrimonio . Lo mismo se efectuará con el Oficial
s i la muger con quien tratase de casarse fuera la enferma. 2.• El Oficial que así
comprometido enfermare de peligro y tratase d.e remediar los daños con el cum-
plimiento de su obligación, dará cuenta del estado en que se vea, con certifica-
ción del médico, al Subdelegado castrense del territorio, con todas las circuns-
tancias que concurran en el caso, asi por su parte como por la de la muger
comprometida, y el Subdelegado, si esto ocurriese en el pueblo de su residen-
ca, pasará luego con su Notario a la casa del Oficial enfermo. y se extenderá
])Or diligencia del expediente como reservado la misma relación del Oficial,
que firmará si pudiese, y seguidamente practicará la misma con la muger com-
prometida, con aquella atención y cautela que merecieren los inter esados y el
-asunto. Si sucediese el caso en otro pueblo distinto del de la residencia del
Subdelegado, comisionará éste al Cura castrense o a la persona eclesiástica más
de su satisfacción y confianza para la referida diligencia y demás que después
se dirán. 3.• Seguidamente el Subdelegado dispondrá que otro médico de su con-
fianza visite al enfermo, y certifique el estado y gravedad de su dolencia, a cuya
diligencia, de oficio, ninguno podrá excusarse; y estando conforme los dos facul-
tativos, conferenciará con ellos si ,Probablemente dará treguas el mal para acu-
-dir a S . M. por el conducto de Patriarca para impetrar la R. licencia, y creyén-
dose que n o dará estas treguas el mal, practicará el Subdelegado las diligencias
d? libertad, soltería y carencia de todo impedimento por parte del militar, pa-
sando oficio al Diocesano para las mismas para la contrayente, si fuese de su
jurisdicción, el cual tendrá también acción y derecho para tomar, si quisiese,
-otros informes sobre la gravedad de la enfermedad; cuyas diligencias, constan-
do a los dos Jueces, quedarán terminadas a cos ta de los r espectivos interesados
y a punto de concederse la respectiva licencia por el Ordinario y castrense, ob-
tenida que previamente sea la de .que se trata el articulo siguiente en el caso
que a continuación se expresa. 4.• Continuando la enfermedad sin alivio, y ad-
ministrado ya el Viático por dictamen del médico, si éste considerase al enfer-
mo como deshauciado, y sin esperanza de remedio, se avisará al Subdelegado,
quien dispondrá que vuelva a visitar al enfermo el facultativo que de oficio an-
tes le vio, y estando los dos conformes en el deshaucio, y en caso d e discordia,
cortándola con su dictámen otro tercer facultativo, si constase por certificació.n
de dos la probabilid3d del fallecimiento del Oficial o de la contrayente, si ésta
fuese la enferma, se acudirá por el Subdelegado, o persona! u oficialmente y
con las diligencias origmales al Oficial de mayor graduación que hubiese en el
pueblo o punto m ás inmediato de d onde el caso ocurre, quie~ ~n vist>l de es-
tar cumplido lo qae esta instrucción previene, declarará estar concedida la
R. licencia para tal matrimonio, y libradas seguidamente las de los Jueces
eclesiásticos se verificará aquél con la asistencia da los Cui-..s de los contrayen-
tes, preparados éstos para recibir el Sacramento; y el Subdelegado dará cuen-
ta de todo al Patriarca Vicario General por el más próximo correo, así como
en los su cesivos del fallecimiento o de la mejoría del e nfermo que casó en aquel
estado. 5.• Los Oficiales que con tales circunstancias y en los términos expre-
sados contrayesen m atrimonio, no d ejarán a sus mugeres ni hijos derecho al-
guno a viudedad, no opción al monte pío, aun cuando sus causantes hubiesen
tenido en su tiempo la graduación de ordenanza. 6.• Y últimamente es la sobe-
rana voluntad de S. M. que los Capellanes y Gefes de los cuerpos del Ejército
respecto de los Oficiales que en ellos sirvan, y los Capellanes generales y de-
REUGIOSmAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 429

panorámica espléndida del clero castrense, un cuerpo completamen-


te organizado 137, y, por tanto, el Concordato de 1851 con la Santa
más Ge!es militares, con relación a los que de su respectiva autoridad depen-
dan, velen con el zelo que corresponde y les está encargado, el evitar el escán-
dalo y mal ejemplo que tales compromisos públicos causan, y procuren cortarlos
del modo más conveniente para que no lleguen al punto critico de que el pe-
ligro de muerte les avise su estado y obligación ... Madrid, 9 de Mayo de 1833.
Cruz."
137. GuiA DEL ESTADO ECUSJÁSTJCO PARA EL AÑO 1848, pág. 14. 25-29: "CUERPO CAS-
TRENSE. Prelado : Excmo. e Dmo. Sr. Obispo Patriarca de las Indias, Capellán
mayor d e S. M ., Vicario General de los ejércitos de 11Wr y tierra, D . Antonio de
P osada Rubin de Celis. - Juez de la R . Capilla, Teniente Vicario auditor general
del ejército y aT11Wda, Dr. D. José Duaso, Capellán de ho no r de S. M.-Fiscal
general, Dr. D. Marcos ADiano González, Cap. de honor de S. M . - N otario 11W-
yor, D . Leandro Pulido. - Notario segundo, D . Joaquín Maria Coronado.- Se-
cr etario d e la R. Capilla y Vicario General Castrense, Ex. Sr. D. Nicolás Luis
d e Lezo, Cap. de honor de S. M. - Srs. Subdelegados castrenses de l a Diócesis
d e Alicante: ... ; Almena : D. Francisco de Paula Gómez; Avila : D . Juan Garcia
Tejero; Astorga : D. Victor Magaz Porras; Burgos: Dmo. Sr. D . J oaquín Bar-
barrejo, Obispo d e León; Barcelona : D. Benito Pigem; Badajoz: D . Patricio
Vivas Barroso; Barbastro : D. Felipe de Abrega; Córdoba : D. Andrés Trevil1a;
cart.agena : D. Andrés Pacio Rolando; Canarias : Dmo. Sr. Obispo, D. Buenaventura
Codina; Cádiz: D . J osé Villaverde y Rey; Ceuta: El Gobernador eclesiástico,
Sede Vacante; Calatayud: D. Pedro Segovia; Ciudad Rodrigo: D. Patricio Ga-
b riel de Sambade; Coria: D . Joaquin de la Torre y Trejo; Cuenca: D. Juan José
Aguirr e; Calahorra y la Calzada: D. Manuel IUarraza - reside en Logroño-;
Ferro! : D. Mateo García; Guadix y Baza: D . J oaquín Villena; Gerona : D. Mateo
Matute; Granada : D. Francisco Llorente; Ibiza : Dmo. Sr. Obispo D . Basilio An-
tonio Hernando y Carrasco; Jaén : Dmo. Sr. D . José Escolano; Jaca : D. Tomás
Nolivos; Lérida : D. J osé Castel; León : D. Gregorio BaJbuena; Lugo : D. José
Maria Padilla; Málaga: D . Lorenzo Sáncbez Cuesta; Mallorca : D. Juan Pale.r m;
Menorca : D . Juan Pons; Mondoñedo : D. Mateo García; Orense: e l de Ferro!;
Oviedo : D. Miguel Femández Hermida; Oribuela: el de Alicante; Osma: el d e
Va lladolid; Palencia: D. Manuel Rojo y Soto; Pamplona: Ilmo. Sr. D. Miguel
J osé I rigoyen, Obispo de Zamora; Pla::;en cia: D. Mariano Villanueva; Santiago:
el de Ferro!; Santander : D. Felipe Dionisio Quijano; Salamanca: D. Gregorio
Sta. Maria Pérez; Segorbe: Excmo. Sr. D . Valentin Carnicer, Gran Cruz de Isa-
bel la Católica; Sevilla: D. Ramón Muari; Segovia: D. Antolin G2.rcía Lozano;
Sigüenza : ... ; Solsona: D. Domingo Sala; Tarragona : D. José Mallo!; Tortosa :
D. Vicente López Oliván; Tuy : D . Telmo Maceira; Teneri!e: Ilmo. Sr. Obispo;
Teruel : D . Pedro Gómez; Toledo: D. José Duaso; Tudela : D. Cosme Marrodan;
Vlch: D. Luciano Casadevall; Urge!: D. Francisco Serra; Valencia: D . Andrés
Bartolomé Alvarez; Valladolid : D. Santos Majada; Zaragoza : D. Valentín Mora-
les de Rada; Zamora : Ldo. D . Pedro Celestino Samrutiego.
Srs. Capellanes Parrocos del E jército: R . Cuer]X' de Alabarderos: Cuerpo de
Artillería -31 capellanes en 5 departamentos: Barcelona, va:encia, Sevilla, Co-
ruña y Segovia- ; 3 Regimientos de Ingerueros; 18 Rgtos. del Arma de Caba-
lleri:l, 2 de Cazadcres y 2 escuadrones de la Remonta.; Arma ~ Infllllteria: 16
Rgt.os. con 3 batallones en cada uno y 3 capellanes, 28 Rgtos. con 2 y uno fijo
en Ceuta también con 2; 16 Batallones de cazadores; Colegio general militar
con 2 capellanes; 25 en Castillos y P!a?.as -había 33 vacantes-; 13 vacantes
en 49 Rgt.os. d e In!anteria de la reserva; 7 capellanes párrocos e n s ituación de
reemplazo con sueldo; 38 hospitales militares -15 con 2 capellanes y el de
Melilla con ~-
Cuerpo eclesiástico castrense de Marina: Teniente Vicario genaral de Cádiz:
Ldo. D . José Villa verde y Rey; Tte. Vic. gen . de Ferro! : Ldo. D. Mateo Garcia;
Tte. Vic. gen. d e Cartagena: D. Andrés Facio y Rolandi; 9 párrocos castrenses
430 ALFREDO MARl'INEZ ALBIACH

Sede reconoció lo privilegiado de su jurisdicción en el artículo dé-


cimo 135 •
del Ferrol, Colegio de San Telmo de Sevilla, Colegio de San Telmo de Málaga,
del arsenal de Cartagena, de la isla de San Fernando, del arsenal de la Carra-
ca, del departamento de Cartager.a, del Colegio de aspirantes de Marina, y
del Hospital militar de San Carlos; 8 tenientes de parroquia: 3 del Ferrol, 1
del departamento de Cartagena, 2 del arsenal de Carraca y 1 sacristán mayor
de dicho arsenal, y 1 de Cádiz; 8 capellanes de número y 11 provisionales em-
barcados y con destino en tierra : fragatas Cristina, Perla, Isabel II y Esperan-
za, corbetas Luisa Femanda, Colón y Villa de Bilbao, bergantín Nervión, en
Porton Marte -Habana-, 3 en Ferro!, Madrid, Vigo, Hospital de San Carlos
-Ferrol- , Cartagena, Cuba, 2 Hospital de la población de San Carlos; batallo·
nes de Artillería de Marina en Ferro! y San Fernando."
138. GACEIA DE MADRID, n .• 6146, 12 Mayo 1851, t. I pág. 1 : MConcordato cele·
brado entre S. S. y S. M . C .... Art. 10.•... salvas las excepciones siguientes: 1.•
La de Pro-Capellán mayor d e S. M. 2.a La Castrense: .•••
ESTAMENTOS SOCIALES

B) SEGLARES

a) El noble.

La división tripartita de la sociedad - afirma Domínguez Or-


tiz U9_ se produjo en la Edad Media como resultado de la combi-
nación de dos divisiones binarias: la de los clérigos y seglares, y
la de nobles -o militares- y villanos de origen laico.
España se caracterizó por un fenómeno muy peculiar, de índo-
le entre espiritual y racista: el aprecio de la limpieza de sangre,
cosa muy distinta de la nobleza, pero que indirectamente -por
analogía- reforzó el hermetismo de los grupos, manifestado en
la endogamia, las "probanzas" y otros síntomas que excedían los
limites de la clase o estamento para rayar en los de la casta. La
familia que se enriquecía, el artista famoso, el particular que pres-
taba un servicio al rey, reclamaban como recompensa la ejecutoria
o el hábito de las Ordenes Militares. Todas las relaciones, todas las
categorias sociales tendieron a regularse por este patrón.
El sentimiento del honor, el "punto de honra" llevado a la ma-
yor exaltación que ha conocido pueblo alguno, inspirador de subli-
mes heroísmos y de crímenes atroces, tenia raíces en la fiera indi-
vidualidad del español, pero tal como se presentó en un momento
dado de nuestra hi:>toria era más que nada un fenómeno socioló-
gico. Resultó decisivo el hecho de que las declaraciones de testigos
fueran la parte esencial en las pruebas de limpieza e hidalguía, con
lo cual el puesto de cada uno en la sociedad dependía de la opinión
de los demás, y no de las riquezas o de las cualidades individuales.
Una mancha en la honra e;;:cluia del grupo social correspondiente;
contra esto, un solo remedio: la sangre del ofensor. Esta tiranía de
la opinión remitió mucho en el siglo xrm; cada w1o dejó de ser
un censor y un espía de los demás; se dio un poco de paz a los
muertos y el revolver genealCJgias no fue ya el principal tema de
conversación 140.
139. D . 0RTIZ, La sociedad española en el siglo XVIII, pág. 44 S.
140. BAGUENA, E l Cardenal BeUuga, pág. 10-11 : Belluga, canónigo lectora! de
Córdoba, a principios del siglo XVIII, se hizo célebre en s u "sermón de los li-
bros verdes"; ueran unos antiguos manuscritos odiosamente redactados, en los
432 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Carlos III prohibió los matrimonios entre personas de diferen-


te categoría social sin expreso permiso de las familias y, en ciertos
casos, del mismo rey: según la pra.,omática de 1775, completada con
otras posteriores, en parte consideradas en el apartado del Cape-
llán Castrense.
El estado noble se mantuvo hasta 1808 sin ninguna variación
en su estatuto legal, definido por un conjunto de privilegios que,
cada vez más atenuados, no por ello dejaban de señalar la fronte-
ra entre plebeyos e hidalgos. Los castigos de las deserciones en la
Guerra de Sucesión contribuyeron a disminuir el poder político de
la nobleza, pero no deben interpretarse en el sentido de que la di-
nastía borbónica le fuera hostil; si castigó a algunos de sus indivi-
duos, nada hizo contra ella como cuerpo. Antes al contrario, Feli-
pe V, que en los cuarenta y cinco años que reinó creó 200 títulos
de Castilla, desarrolló en este sentido una actividad con la que
sólo puede compararse la de Felipe IV que creó 215, e incluso re-
conoció -según las estipulaciones del Tratado de Viena en 1725-
los títulos creados por el Archiduque 141 ; Fernando VI sólo conce-
dió dos, pero sus descendientes -Carlos ITI, Carlos IV, Fernan-
do VII e Isabel II- usaron con prodigalidad su real prerogativa.
Si a pesar de todo la aristocracia disminuyó en número e influen-
cia, se debió al progreso lento y tranquilo de una corriente de ideas
y hechos que tendía a desvalorizarla: el número de Grandes subió
de 24 -cifra que e:n su creación fijó Carlos V- a más de cien en el
siglo xvm, para llegar posteriormente a 300.

que se consignaban tachas de muchas familias, unas públicas (procesos, perse-


cuciones, etc.), otras secretas (bastardías, linaje de moros o judíos, etc.), pero
todas ya olvidadas; cuando algún in.d íviduo de estas familias quería hacer prue-
bas para cruzarse, tomar hábito, aceptar empleo, etc., sacaban estos libros s us
poseedores y les amenazaban con publicar tachas ... , si no les daban tales o cua-
les cantidades de dinero ... "
141. D. 0 Rnz, La. sociedad española, pág. 339-341 : "En el siglo xvm, por pri·
mera vez, y en contrco.ste con los anteriores, no se crearon nuevos señoríos; al-
gunas raras excepciones podrían apuntarse : en 1708, Felipe V donó Cunera al
Duque de las Torres para cl'.stigar s~ rebeldía; como extensión del privi!egio
alfonsino, Cc.rlos 111 premió con limitada jurisdicción la la.bor colonizadora de
algunos señores en Valencia (Nov. Recop., Apéndice 111, 3, 1). Pero estos casos
quedan compensados por exceso con las reversiones d e pueblos a la Corona,
bien de oficiC' -<:omo Piedrahita y Lucena- , bien a instancia de los Concejos
interesados... La nueva dínastia no entró con propósitos revolucionarios ... Sólo
una decisión enérgica tomó la monarquía en el asunto de los señoríos, y pre-
cisamente con los que menor reparo necesitaban : nos referimos al R. Dec. de
25 de febrero de 1805, que incorporó a la Corona todas las jurisdicciones de
las Mitras y otras dignidades eclesiásticas con todos los derechos, fincas y ren-
tas que procedieran del R. Patrimonio, cuyo importe se capitalizaría en la Caja
de Consolidación de vales reales al tres por ciento, medida que hay que inte-
grar en el cuadro de la funes ta actividad desamortizadora de Godoy (N. R.,
IV, 1, 14)."
REUGIOSIDAU HmPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 433",

Los altos cargos políticos -cuya importancia se definía cada


vez con mayor claridad-, sobre todo los Ministerios, eran desde-
ñados por la primera nobleza como impropios de su alcurnia, pre-
firiendo las minucias del servicio palatino. En este absurdo desdén
por cargos en los que afectaban sólo ver un grupo superior de la
"covachuela" hay que ver, más que en un designio deliberado de
los reyes, la causa del escaso poder político que gozaron los Grandes.
y títulos. Ya en la segunda mitad del reinado de Carlos ID, una
fracción de ellos --el llamado "partido aragónes" de acentuado·
cuño aristocráticomilitar -se dio cuenta del error que habían co-
metido dejando el gobierno efectivo en poder de Moñino, Campo-
manes y otros hidalgos de poco pelo: propiamente la lucha por el
poder, entablada entre militares y "golillas", no fue entre nobles y ·
burgueses, sino entre la baja y alta nobleza, porque hasta el fin del
Antiguo Régimen pocos fueron los plebeyos que consiguieron car-
gos militares o civiles; pero su tardía reacción tropezó con la iner-
cia de aquel soberano, y aunque con su hijo -Carlos IV- pareció-
iniciarse una nueva orientación bajo el ministerio de Aranda, pron-
to fue sustituido por el de Godoy, de corte aún más b~rgués que
los anteriores.
Hasta cierto punto, las Ordenes Militares y su Consejo podía
considerarse como el organismo capacitado para dar cohesión y
unidad a este gran cuerpo, para hablar en nombre de la Nobleza.
y representar su continuidad y sus tradiciones. También competía
al Consejo de Ordenes repartir las encomiendas, vigilar la forma
en que eran gobernadas y decidir las diferencias y pleitos que sur-
gieran en sus territorios.
La Novísima Recopilación reitera todas las leyes anteriores acer-
ca de los privilegios y exenciones nobiliarias: exención de pechos,
de ser encarcelados por deudas, de ser prendados sus armas, casas.
y caballos, de ser sometidos a tormento y a penas afrentosas, etc_
Algunos de estos privilegios eran ya puramente simbólicos, pero el
hecho de que el legislador no se de.::idiera a suprimirlos es indicio
de la prudencia cor. que se trataba ~n asunto que despertaba tan-
tas susceptibilidades. Otros, bastante sustanciales, siguieron vigen-
tes: los estudiz.ntes plebeyos aprobaban el bachillerato en cuatro
años, los nobles en tres; de alojamiento de tropas estaban libres,
salvo casos de fuerza mayor; no eran sorteados para las quintas,
si bien se les reservaban las plazas de cadetes y guardias marinas,
y aunque en este punto no se llevó con rigor más que en algunos:
regimientos de caballería, lo cierto es que hasta 1811, y luego de-
finitivamente en 1836, no se abolieron las pruebas de nobleza para.
el ingreso en las Escuelas Militares y Navales.
434 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Cuando Carlos III, el monarca reformador por excelencia, fun-


dó en 1771 una nueva Orden Militar que habría de llevar su nom-
bre, a despecho de la divisa "virtuti et mérito" que le otorgó, no
acertó a realizar más que una servil y anacrónica copia de las vie-
jas Ordenes: al requerir para su ingreso "noblaza de sangre y no
de privilegio por la linea paterna al menos", la nueva Institución
-permanecía cerrada a la clase media burguesa como lo estaban las
antíguas 142•

142. D . ORTIZ, La sociedad española, pág. 4546. 49-50. 54. 77-78. 81-ro. 87. 93.
108. 110. 118. 121.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBOUICA 435

b) Clases medias, e i nferiores y rurales.

Todo lo que no pertenecía a la nobleza y al clero era el estado


general, el cuerpo no privilegiado de la nación. Pero dentro de la
falaz unidad definida por este concepto negativo se encerraba una
extraordinaria diversidad: la población rural constituía su núcleo
más importante, y dentro de esta categoría podrían incluirse los
que en pueblos y aldeas ejercían el pequeño comercio y los oficios
más comunes, pues la mayor parte de ellos simultaneaban su pro·
fesión con la labranza.

a) ) Quedaba en las ciudades y villas de alguna importancia una


población urbana de la que, descontando los más bajos estratos
sociales, puede afirmarse que componían lo que con término im-
preciso pero insustituible, llamamos clase media, o mejor clases
medias, pues en realidad aglutina compartimientos estancos inso-
lidarios: comercio, profesiones liberales, rentistas, funcionarios pú-
blicos; incluso la aristocracia del trabajo, es decir, los artesanos
agremiados -por la respetabilidad que trataban de dar a sus pro-
fesiones, pues lo que distingue a la clase media no es una categoría
económica, sino algo subjetivo, un sentimiento de suficiencia, de
superioridad, ligado a la naturaleza de su actividad profesional, ya
en forma positiva por la excelencia que se atribuye a ésta, ya ne-
gativa por no participar de actividades r eputadas inferiores-.
En las profesiones liberaJ.es la plétora era mucho menor que
hoy. En ciertos sectores más bien se notaba escasez. Tal sucedía
con los médicos que apenas pasaban de 4.000 en toda España. No
existía una clase de intelectuales puros entre otras razones por-
que la ciencia pura no daba para comer, ni siquiera en los más ele-
vados empleos docent~ . Los preceptores de Gramáttca latina cons-
tituían una clase social bien definida: por lo general, eran hom-
bres fracasados, estudiantes que no habían terrr'.inado sus estudios
o frailes que habían ahorcado sus hábitos. Con respecto al profe-
sor de primeras letras y demás estudios superiores nos remitimos
al precedente estudio del Panorama Cultural. También considera-
mos en el apartado del Capellán Castrense la formación moderna
-del Ejército y Armada durante el siglo xvm; luego, en la siguiente
centuria, ejerció una influencia decisiva en el acontecer político
español. El censo de 1787 cifraba los abogados en casi 6.000, pero
4-36 ALFREDO MARTINEZ ALBlACH

el parlamentarismo decimonónico les ofreció una perspectiva ha·


lagüeña. Lain Entralgo posee un interesante estudio sobre la His-
toria de la Medicina, de la que prescind.irr.os en aras de la brevedad
como de otras monografías referentes a las clases liberales, cuy(}
número era düicil de precisar: todavía en 1829 los arquitectos so-
licitaban que se les considerase arte liberal.
Las profesiones liberales no conferían un elevado rango social
sino en cuanto encarnaban las supremas magistraturas del Estado.
La influencia que en el régimen liberal obtendría el abogado era
en el siglo xvur algo que ni remotamente podía sospecharse. El
"tercer estado" constituía una gran masa amorfa, de la que sólo
emergía la alta burocracia militar y civil; la masa de medianos y
pequeños empleados significaba muy poco en el siglo xvrrr: el cen-
so de 1787 arroja la cüra de 36.485 "empleados del Rey", que en
el de 1797 aparecen reducidos a 27.243, sin duda por una düerente
apreciación de dicho término; pero la inmensa mayoría de los fun-
cionarios civiles se dedicaban a la recaudación y administración de
las rentas públicas: en 1818 Canga Argüelles evaluaba en 25.479 los
empleados de Hacienda; realmente a través del constitucionalismo
podemos calibrar el crecimiento de la burocracia y sus honorarios
mediante los presupuestos.
Prescindiendo de las cüras que Pi y Margall 10 asigna a las altas
jerarquías de Carlos lV, nos ajustamos estrictamente a los presu-
puestos oficiales:
l. - El 14 de septiembre de 1813, José Miguel Gordoa y Barrios.
como Presidente de las Cortes gaditanas firma el decreto CCCXIII
-de acuerdo con el artículo 341 de la Constitución- sobre los gas-
tos del año: Ministerio de Guerra, 776.761.217 reales vellón; Mari-
na, 80 millones; Estado, 6.676.650; Gobernación de la Península,
7.315.790; Gob. de Ultramar, 1.642.745; Gracia y Justicia, 18.387.200;
Hacienda, 59.416.398. Total, 950 millones •44•
H3. PI MARCALL, H istoria de España en el siglo lCJX, I , pag. 31-32: ~Pdida.
en una ocasióa al Consejo ncticia de los sueldos que percibían )JO-: la t~oreria
II13yor los consejeros, se formó el siguiente estado: !!:! Sr. Conde de Acanda.,
decano del Consejo, por sueldo y emolumentos corresponc!if'ntes a esta plaza,
134.'176 reales vellón; Id. como Capitán General de los P.R. ejércitos, empleado,
120.000; total, 254.'175. El Sr. Conde dt" Alcudia ~oy- como Consejero por
sueldo y f'.lllOlumentos, 134.776; Id. como primer Secretario de Estado y del des-
pacho, 480.000; Id. como Cap. Gral. de los RR. ejér., 120.000; Id. como Sargen-
to mayor de Guardias, el sueldo de Capitán, 60.000; Id. por franquicias, 8.400;
total, 803.176. El Sr. D. Antonio Valdés como Secr. de E . y del D . de Marina,
400.000; Id. por emolumentos de la plaza de Consejero de Estado, 44.776; total,
444.776. El Sr. D . Jerónimo Caballero por em. de Cons. 44.776; Id. como Decano
del Consejo de Guerra con el sueldo que goza ele Secr. de E. y del D. de Guerra.
310.000; total , 354.776 .. ...
144. DECRE.TOS DE LAS CoRTES, IV, 271-272.
RELICIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 437

2. - En la segunda época cons titucional José M .a Calatrava co-


mo Presidente en las Cortes de 1820 firmó el 8 de noviembre el
decreto LXXXIV referente al presupuesto de gastos para el año ini-
ciado en julio hasta el próximo junio: Casa Real, 45.090.000 (para
el Rey, 40.000.000; para los Srs. Infantes, 3.300.000; para gastos de
cámara y alfileres de la Reina y Sras. Infantas, 1.790.000); Minis-
terio de Estado, 12.000.000; Gob. de la Península, 8.410.375; Gob.
Ultramar, 1.368.235; Gracia y Justicia, 11.131.110; Hacienda, 173.
453.499,23; Guerra, 355.450.916,09; Marina, 96.000.000; total, 702.
904.135,32 145.
3. - José María Moscoso de Altamira firmó como Presidente el
presupuesto para el año económico 1821-1822: Casa Real, 45.212.000
(SS. MM. 40.640.000); Estado, 11.460.813; Gob. Península, 69.363.155;
Ultramar, 1.699.500; G. y J., 19.620.954; Hacienda, 156.000.000; Gue-
rra, 355.450.916; Marina, 89.273.639; Cortes, 8.133.240; total, 756.
214.217 l46_
4.-Alvaro Gómez firmó el de 1822-1823 : Casa Real, 45.212.000
(SS. MM., 40.640.000); Cortes (149 diputados de la península y 5
de ultramar, dietas: 4.637.325), 5.522.365; Estado, 5.760.917; Gob.
Penin. (Secretario del Despacho, 120.000; 52 Jefes políticos, 1.908.400;
Instrucción pública, 4.004.948; Agricultura, Artes y Comercio, 487.914;
Beneficencia y Salud pública, 2.000.000; Correos, Caminos, Canales
y División territorial, 16.342.074; Armamento de la Milicia nacional
local, 3.000.000), 32.448.028; Ultramar, 941.465; G. y J., 16.897.899;
Hacienda, 148.894.075; Guerra (364 Oficiales Generales, 10.253.772),
.328.633.324; Marina (Estado Eclesiástico, 371.682), 80.502.590; total,
664.813.324 147 •
Pero el Duque del Parque Castrillo firmaba el 4 de diciembre
de 1822 un presupuesto adicional para el misrr.o año: Estado, 400.000;
Gob. Península (armamento Milicia Nacional, 3.000.000; gastos ex-
traordinarios, 3.000.000; ben eficencia pública, 6.000.000), 13.904.000;
Ultramar, 87.392'15; G. y J ., 4 .466.957'23; Guerra. 288.433.667'24; Ma·
rina, 20.000.000; Hacienda, 21.600.000; extraordinarios, 95.000.000; to-
tal, 443.392.017'28 14&_
5. - Fernando VII dirigió a su nunistro BallestRroz un real d~
creto, fechado en Zaragoza el 28 d e abril de 1828: " Aunque por mi
R. D ec. de 14 de Noviembre de 1826 149 tuve a bien dictar las reglas,
que tanto e n el siguiente de 1826 como e n los sucesi vos, debían ob-

145. DEC. CoRTES, VI, 327.


146. DEC. CoRTES, VII, 345.
147. DEC. CoRTES, IX, 507.
148. DEC. CORTES, X, 42.
149. DEC. REY, X, 310.
438 ALFREDO MART!NEZ ALBlACH

servarse para conocer y calcular con la debida anticipación el pro-


ducto de las rentas de mi Corona, y para distribuirlo con justa
proporción entre todas las obligaciones del Estado por medio d e
presupuestos generales, no pudo llevarse a efecto el arreglo de és-
tos ... ; pero habiendo conseguido por fin el concluir este interesan-
te arreglo .. . , vengo en señalar y aplicar para los gastos que por cada
Ministerio deben hacerse en el término de un año las cantidades
siguientes: A la Casa Real, 50.589.500; al Min. de Estado, 10.893.000;
G. y J ., 14.510.742'24; Guerra, 253.084.810; Marina, 40.000.000; Ha-
cienda, 79.410.637' 10; cuyas partidas reunidas componen la suma
de 448.488.690". Y en otro R. decreto asignaba como sueldo el men-
cionado Ministro 120.000 rs. y al de Marina idéntica cantidad como
también al de Guerra 150
El 16 de mayo de 1829 conservaba el presupuesto citado hasta
1830 y adaptaba el año económico al civil, " para que pueda regir
desde 1.0 de Enero", previendo su preparación "desde 1.0 de Setiem-
bre de cada año" 1s1_
En efecto, el 31 de diciembre de 1829 aprobaba el presupuesto
para 1830, propuesto por el mismo Ballesteros: Casa Real, 53.429.500;
R. Caja de Amortización, 172.978.826; Estado, 11.344.500; G. y J,
14.510.742'24; Guerra, 253.084.810; Marina, 41.200.000; Hacienda,
46.207.710'18; total, 592.756.089'08. Conservaba el sueldo ministerial
de 120.000 rs. 152_
El presupuesto -manteniendo los sueldos- variaba ligeramen-
te para el año 1831 -también con Ballesteros-: Casa Real,
54.899.345'09; R. Caja de Amortización, 177.354.422'30; Estado,
11.513.496'19; G . y J ., 14.136.120'09; G u erra, 254.608.326; Marina,
40.000.000; Hacienda, 46..516.563'08; total, 599.033.274'07 153 •
6.- Durante la minoría de Isabel II, su madre Maria Cristina
mantenía los presupuestos "antíguos", concretamente para 1835,
mientras las Cortes aprobaban el que sancionó en Aranjuez el 26
de mayo del citado año: Casa Real, 43.500.000 (Reina, 28.000.000; Rei-
na Gobe!'nadora, J.2.000.000; Infante Francisco, 3.500.000); R. C. de
Amortización, 233.834.823'09; Estado, 10.058.300 ; G. y J ., 14.011.873'10;
Interior. 116.145.002'15; Guerra, 251.247.003'17; Marina, 58.249.046'01
(Capellanes, 73.359'31); Hacienda, 121.532.005'09; total, 894.984.630'14.
Y seguían congelados los sueldos - Ministros ~m 120.000-- 154•

150. DEC. REY, XIII,


93·94. 196. 218.
151. DEC. REY, XIV,
173.
152. Dn::. REY, XIV,
340. 345.
153. DEC. REY, XVI,
165-166.
154. DEC. REmA ISABEL, XIX, 483; XX, 180-183.
RELIGIOSID.u> HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA

Si el presupuesto firmado el 15 de junio de 1838 apenas varía 155,


el de 1•. de septiembre de 1841 acusa esta variación: Casa Real,
43.500.000 (Reina Viuda, 3.011.764; Regente, 2.000.000); Cuerpos le-
gisladores (Senado, 332.470; Congreso de Diputados, 584.110); Caja
de Amortización, 328.378.980; Estado, 11.469.710; G . y J ., 18.617.851
Hacienda, 300.133.462; Gobernación, 99.597.798; Guerra, 513.012.881;
Marina, 56.543.468 156. Prácticamente el mismo para 1842 y 1844, man-
teniéndose idéntico sueldo miniSterial 157•
7. - Tras las turbulencias de la primera mitad del siglo, Bravo
Murillo impuso el siguiente presupuesto para 1851: 1.029.577.291
reales: Casa Real, 45.900.000 (Reina, 34.000.000; Rey, 2.400.000; Rei-
na Madre, 3.000.000); Cuerpos legisladores, 1.251.085 (Senado,
435.190; Congreso, 815.895) ; Estado, 10.001.372; G. y J., 18.277.573;
Guerra, 286.435.953,31; Marina, 76.630.046; Gobernación, 42.102.302;
Comercio, Instrucción y Obras Públicas, 61.117.719; Hacienda,
107.277.297; Clases pasivas, 132.102.450'28; Atrasos por personal y-
material, 64.771.508; Cargas de justicia, 18.508.488; Deuda del Esta-
do, 131.066.094'20; Clero secular conforme a la ley de 20 de abril
de 1849 y Religiosas en clausura, 150.432.258 (Personal, 80.542.197;
Id. Vascongadas, 4.611.434; Material culto, 47.864.928; Id. Vasconga-
das, 1.319.614; Religiosas clausura: personal, 12.085.523; sus cape-
llanes y sacristanes, 1.290.845) ISS.

b)) El espíritu burgués hemos de buscarlo entre los dedicados.


a las actividades mercantiles, en las agrupaciones de mercaderes
de Cádiz, Sevilla, Madrid, Barcelona, Bilbao y otros núcleos urba-
nos. Sin embargo, no se desarrolló h asta ya avanzado el siglo XIX,
quizá por la hostilidad de la masa del pueblo, dirigida y manifes-
tada por boca de los misioneros populares, que a veces desplegaron
en esta materia un ceio e;;ccesivo, reprobando práctic9.S populares
que hacia tiempo estaban admitidas en todas las naciones.
Además; ciertas profesiones aparecían taradas con una desca-
lificación suplementaria: la aversión que inspiraban no puede acha-
carse a humos nobiliarios, ya que de ella participaban basta los
!Dás humildes menestrales. Capmany m enciona entre éstas las de
taberneros, caldereros, peltreros y amoladores, que por la repug-
nanc:la que inspiraban a los naturales estaban en gran proporción
en manos de extranjeros; por esta misma razón, una buena parte
de los herreros, esquiladores, carniceros y mesoneros eran mula-

155. Da:. R. IsABEL, XXIII, 249.


156. Da:. R . ISABEL, XXVII, 602.
157. DI.C. R . IsABEL, XXIX, 121; XXXIII, 106.
158. CoU'lOClÓN LEGISLATIVA, LIII, 42.
440 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

tos y gitanos. Aun después de la R. Cédula de 1783 ciertos oficios


continuaron siendo infamados.
Sin estar afectado de descalificación social, mucho más acucian-
te y real era el problema del pauperismo y vagancia: en los censos
de población, los pobres de solemnidad formaban una categoria
especial, y no de las menos numerosas. Entre el pobre vergonzante,
el mendigo público y el holgazán vagabundo las fronteras eran bo-
rrosas.
La población campesina representaba la parte más numerosa de
la nación: el esbrato fundamental. Un microcosmos compuesto de
·diversas clases, bien o mal diferenciadas, según los lugares.
Las transformaciones sociales, muy lentas, seguían las leyes de
.su propia evolución interna, y sólo en limitada medida fueron ace-
leradas por la acción gubernamental. Esta acción fue, sobre todo,
indirecta: favoreciendo el desarrollo económico y el incremento de
la población, el Estado borbónico ayudó a la formación de una bur-
guesia; con la reforma de estudios preparó el nacimiento de una
clase intelectual; la desamortización de Godoy preludiaba la apa-
rición del "cacique" decimonónico, producto de la mezcla de hidal-
·gos rurales con los campesinos enriquecidos. Especialmente, un he-
cho de incalculable trascendencia: al crear un ejército profesional,
presto a llenar el vacío de poder que produciria la caída de la mo-
narquia absoluta, preparaba sin Saberlo uno de los rasgos esencia-
les de nuestra historia contemporánea L'ó9.

159. D . ÜRTIZ, Le. SOCiedad española, p. 166-170. 18().183 . 193. 217. 22().221. 255-
"256. 395
CAPÍTULO II

REGALISMO Y DESAMORTIZACION

En todo nuestro trabajo nos afanamos por seguir la metodolo-


gía recomendada por Haring, como apuntamos en la Introducción.
Especialmente en este capítulo. No ocultamos nuestros impulsos
apostólicos; sin embargo, nos guardamos -en lo posible- de todo
juicio determinado por el sentimiento o la situación. No tratamos,
pues, de demostrar nada en concreto, sino de dejar hablar las rea-
lidades sociales, aportando datos para que el lector se replantee el
problema y se dé a sí mismo la adecuada respuesta. Le ofrecemos
un material, suficiente para alcanzar una visión amplia de aquella
época, a fin de que la juzgue y actúe luego consecuentemente en la
actual coyuntura.
Nunca nos gustaron las valoraciones halladas en torno al rega-
lismo y a la desamortiución. Contradictoriamente se desfasa el
problema por actitudes extremistas. Y es que unos y otros se fun-
dan en ideologías y en anécdotas histórico-políticas. En cambio, nos
preocu;>a más la dialéctica de las fuerzas históricas reaies. Ona
perspectiva socio-económica: desde el punto de vista económico,
protegido por una legislación que se conserva con gran seriedad
-la linea legislativa se convierte en axial de la conducta del espa-
ñol-. Por ejemplo, el Concordato de 1851 se aplicará de acuerdo
con la Novísima Recopilación de las leyes hispanas 1, cuya vigencia
gravita definitivamente sobre toda la dinastía borbónica, incluso
en los períodos extremadamente liberales; tal vez por el apego y
l. DecnE:Tos DE LA REINA o Colección legislativa, t . LIII, pág. 495.
RELICIOS IOA O HISP AXA . .• - 29
ALFREDO XARTINEZ ALBIACH

cariño que el español presta a su tradición. Aun en los momentos


de mayor moderación política no se prescinde de todo lo legislado por
la tendencia contraria: se respetan los bienes enajenados a la Igle-
sia; la Manda Pia Forzosa se halla jalonada por tan diversas dispo-
siciones oficiales como 3 de mayo de 1811, 16 de septiembre de
1819, 8 de agosto de 1825, 30 de mayo de 1831, 12 de octubre de
1832 y 29 de noviembre de 1834 2; etc.
Pese a tener un juicio terminante, no lo proclamamos. No trai-
cionamos la metodología sociológica que nos hemos impuesto. Aun-
que alguna vez descubramos nuestro pensamiento. Evitamos, por
encima de todo, predeterminar el juicio del lector. Neutralidad, im-
parcialidad: tal es nuestra pretensión. Nos hallamos entre realida-
des existenciales. Tan sólo deseamos brindar al lector un material
que le capacite para replantearse la cuestión y deducir sus con-
clusiones.
Ahora bien, advertimos un artificio en la estructuración del pre-
sente capítulo: el articulo primero reune en el siglo XVIII cuatro
reinados. También lo utilizamos en la otra parte al descubrir las
Guerras de Religión, y volveremos sobre lo mismo en el capítulo
siguiente. ¿Motivo? Procuramos resumir un siglo que ya estudia-
mos en otro lugar -"Etica sociorreligiosa de la España del si-
glo XVIII"-, si bien con distinta intencionalidad y metodología. Al
fin y al cabo, habría que repetir muchos datos.
En el artículo 1.0 valoramos a Felipe V a trav~ de historiado-
res nada sospechosos de liberalismo, a fin de profundizar --con
lentitud pero con seguridad- en la indagación de las fuerzas his-
tóricas reales : ellos (Menéndez Pelayo, Montalbán, Lamadrid, Mi-
guélez), indirectamente -quizás al margen de su voluntad, descu-
bren un trasfondo económico en la ideología regalista que se deba-
te. Idéntico sistema aplicamos al reinado de Fernando VI con su
"regalista" concordato de 1753. Pero no con los dos Carlos.
El juicio de García Villoslada -fundado en Menéndez Pelayo-
sobre el jansenismo español -que identifica con el rega!ismo-
nos introduce en la infraestructura del prcblema: conjugamos las
cifras aducidas en el capítulo primero con otras sobr~ la mendici-
dad española y las riquezas de la Iglesia; y prescindiendo de !a
historia política, anecdótica o ideológica, nos acercamos a la fuente
legislativa acrecentada desde 1567 con diversas impresiones -1581,
1592, 1598, 1640, 1723, 1745, 1772, 1775 y 1777- hasta la de 1805;
concretamente los dos primeros libros -por su relación sociorre-
ligiosa- de la Novísima Recopilación. Así podemos comprender la

2. CoUX:CIÓN DE LEYEs, t. l, pág. 535;536.


REliGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 443

atmósfera de asfixiante regalismo y aire de desamortización de Go-


doy: en ella nace el español decimonónico. Y como testimonio el
del jesuita Masdeu, no excesivamente condenado por Menéndez
Pelayo.
El artículo 2.0 lo ocupa el reinado de Fernando vn. Tras una
breve alusión al regalismo de las Cortes de Cádiz, consideramos la
peculiar política religiosa de Fernando VII. Pero sin califir.arla:
eso lo reservamos al lector.
Dos grandes etapas: 1814-1819 y 1820-1833.
(A) En aquéUa, tres momentos : (a) expresión de la voluntad
del Rey; (b) colaboración del clero, si bien Fernando observa una
conducta dentro de la línea de sus antepasados, alguna vez con más
elegancia y desinterés, pese a sus errores económicos; y (e) gestión
de D. Martin de Garay, "el Nécquer de España".
(B) Aunque el trienio liberal de 1820 y 1823 no corresponde
exclusivamente a Fernando vn, sí, en cambio, de un modo indi-
recto -moderando los impulsos de las Cortes y del Gobierno, al
que elige y destituye-. Por eso, le dedicamos el primer apartado
(a); (b) en 1823, vuelve el Rey a la "senda" absolutista, sin dejarse
llevar del apasionamiento de los extremistas, por más que la Jun-
ta Provisional de Vitoria y la Regencia de Madrid le predeterminan
en su fobia contra los religiosos secularizados: el clero regular cons-
tituye una fuerza histórica a lo largo del siglo XIX: inicia la "Revo-
lución del 19 de marzo de 1808" contra la tendencia reformista de
Carlos IV con el mencionado clero; otro elemento, digno de inte-
rés: persiste la temática de la contribución y del subsidio eclesiás-
tico en favor del Real Erario, con modificación de la cifra -se re-
bajan en 10 los 30 millones-; lo más característico, el absolutismo
del monarca en disponer de todo, incluso antes de contar con la
autorización papal: existía la seguridad de que ésta no faltaría;
tampoco su bendición; ní la conminación para los católicos espa-
ñole3 que no se sometieran al Rey; un trato de favor, que se disi-
pó con respecto a su hija.
Artículo 3.0 : Reinado Isabelino: (A , a) Ni siquiera con su espo-
sa, Doña Maria Cristina, Reina Regente en la minoría de Isabel II,
se mantuvo dicho trato de favor. Se puede alegar como motivación
la guerra carlista, la cual excita el legítimo deseo materno de conser-
var el trono de su hija a costa de fundamentar la nación sobre Cádiz
y sobre el trienio liberal: estas épocas presionarán sobre las dos
Regencias, en especial (b) la de Espartero, en la que Mendizábal
confirma la desamortización realizada con la firma de Doña Maria
Cristina -la cual, por otro lado, hizo concesiones a los ''modera-

·'
.
ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

dos" por medio de Istúriz, Bardaji, etc.-. Subrayamos el Manifies-


to del General Espartero de 30 de julio de 1841, revelando la actua-
ción de la Santa Sede con relación al reinado isabelino.
(B) La mayoría de edad de Isabel II la evaluamos en torno al
Concordato de 1851.
(a) Antes de él. Existe doble preocupación: que el Santo Pa-
dre reconozca a la Reina y que se normalicen las relaciones Iglesia-
Estado. Los esfuerzos de todos los gabinetes se orientan a facilitar
el Concordato, pues se necesita "la cooperación del clero para arrai-
gar la paz y el orden público".
(b) Bravo Murillo consigue el Concordato. Con él se solventan
las dos principales cuestiones : la desamortización -artículo 42-
Y la "confirmación y vigencia" del Concordato "regalista" de 1753
-art. 44- 3•
Después, -y hasta 1868 en que Isabel II es destronada- la si-
tuación oscila entre dos polos: Narváez y Espartero, quien hace re-
vivir su pretérita Regencia, aboliendo el Concordato, repuesto, lue-
go, por los "moderados". Y cerramos el capítulo con el grato re-
cuerdo del Concordato de 1851, que tanto influyó en la política
eclesiástica de España.
3. Aceptamos el concepto que sobre el regalismo nos ofrece el jesuita Mon-
talbán (Hist.oria de la Iglesia Católica, IV, 86): ~La palabra regalismo, vaga y
elástica en su etimología, signilic:\ en historia eclesiástica la intrusión il.egitima
del rey y sus consejos en materia religiosa. En cierto sentido es sinónimo de
cesaropapísmo; pero éste lleva su intromisión hasta los asuntos dogmáticos. El
regalismo de los pasados siglos es, en frase de Menéndez Pelayo, una guerra
hipócrita, solapada y mañera contra los derechos. inmunidades y propiedades
de la Iglesia ... "
ARTÍCULO 1

EL SIGLO XVlll

A) FELIPE V

Varia -enjuicia Menéndez Pelayo •- como las alternativas de


la Guerra de Sucesión, fue la conducta del Papa Clemente XI 5 res-

4. M . PEI:AYO, Heterodo:ros, ill, 45-59.


s . El carmelita Antonio de Reyes, en 1792, nos descn"be así una de tales ma-
ni!estaciones, en su biografia del Arzobispo toledano Valero (Pág. 220-226): Los
M

principios del glorioso reynado de Felipe V !ueron tan rebueltos, que pasaron
muchos años primero que se lograse el establecimiento de una perfecta tran-
quilidad. Subió aquel gran Monarca al trono Augusto heredado de sus Mayo-
res, abriéndose el camino con la espada cont.ra ribales y émulos, que preten-
dieron obscurecer e inutilizar sus Jegitimos derechos. Aunque el año de 1714,
mediante el tratado de Utrecht, se dio fin a la guerra de succesión, no cesaron
por esto del todo los rumores, ni Jos disgustos suscitados por los mismos ému-
los. Entre los demás Príncipes que se declararon partidarios de Jos enemigos
de la Monarquia Española, fue uno Clemente XI que a la sazón reynaba so-
bre la Cáthedra de San Pedro, quien en un Consistorio se declaró abiertamente
por Carlos VI, Emperador de Alemania, reconociéndole por legitimo sucesor a
la Monarquia Española por muerte de Carlos II, paso verdaderamente abaoza-
do y q ue fue origen de muchas controversias y de rompimientos entre la Corte
de España y la de Roma, y de Jos resentimientos que en tales ocurrencias son
regulares... A finales del año de 1718, recibió e l VenE:rable Arzobispo (Valero)
una carta del Cardenal Secretario de Estado de S. S . en que :se le reconvenia
de haber permitido a publicación de la Bula de la Cru?.ada en su Arzobispado,
hallándose ésta suspendida por Decreto expreso de S. S ., emanado el qüatro
de J unio de el mismo año... No se podia ignorar en Roma, y "DUcho menos por
el Papa, ni por su Secretario de Estado, que lo era el Cardenal Paulucl, que el
acto de la publicación de la Bula no está cometido a los Prelados de la Iglesia
de España, sino privabl>o del Comisario go . .neral de Cruzada; pero se dirigió
esta carta al Vene::-abie Arzobispo con el fin de... la composición entre ambas
Potestades... Pul>licó un E:lictv... para obviar escrúpulos en las conciencias... :
por su facultad ordinaria cont:edia a todos sus súbdiU>s usar de lacticinios y
a todos los Confesores el poder de absolver de casos reservados, etc... Entre
tanto se repetú>n las cartas de Roma, instando al Venerable Arz.obispo para
que no permitiera la publicación de la Bula en su Arzobispado para el año pró-
ximo de 1720... Formó el Venerable Arz.obispo sobre Jos escritos y pareceres
de Prelados, Canonistas y Teólogos un memorial razonado en que añadiendo
su parecer imparcial, lo puso todo en las manos del Rey, quien después de
haberlo considerado, dixo una expresión digna de la piedad y religión de su
grande alma, qüal fue : Que no sólo no quería con el menor escrúpulo de con-
ciencia los intereses que le resultaban del dinero de la Bula, pero que ni tam-
poco el Cetro ni la corona. En vista de estos pareceres se resolvió S . M. a pe-
dir al Papa alzase la suspensión... El Papa concedió de nuevo a instancia tan
446 ALFREDO MA.RTIN<:Z ALBIACH

pecto de Felipe V. Pero en general se le mostró desfavorable, lle-


gando a reconocer por rey de España al Archiduque, cuando los
austríacos -dueños de Milán y de Nápoles- amenazaron con la
ocupación de los Estados Pontificios. En represalias, Felipe V, por
decreto de 22 de abril de 1709 -al CUal precedió cons!.llta con el
P. Robinet, su confesor, y con otros teólogos- cerró el tribunal de
la Nunciatura, desterró de España al Nuncio y cortó las relaciones
con Roma. Los regalistas vieron llegado el siglo de oro. Una junta
de consejeros de Estado y de Castilla mandó escudriñar en los ar-
chivos cuantos papeles hallasen favorables al regio patronato, y con·
traríos a lo que se llamaba abusos d e la Curia Romana. Contra ellos
clamaron también las Cortes de 1713, célebres por el establecimien-
to de la ley Sálica. Al frente de los regalistas estaba el Obispo de
Córdoba y virrey de Aragón, D. Francisco de Solis, que -en 1709-
resumió en un virulento Memorial las quejas de todos los restan-
tes: "el único remedio humano o recurso a la reformación suspi-
raba por la cristiandad de la Curia de Roma y libertad de las igle-
sias de España es hoy la autoridad soberana del monarca; también
el Intendente de Aragón, D. Melchor Rafael de Macanaz, personaje
famosísimo, a quien designó el rey español -en 1713- para ir de
plenipotenciario a París, donde debía tratarse del arreglo de las
cuestiones pendientes con Roma. En nombre de la Santa Sede, di·
rigia la negociación el Nuncio Aldobrandini. Mandóse entregar a
Macanaz todos los papeles de la junta magna de 1709 y del Conse-
jo, y recopilar en un Memorial todos los agravios que el gobierno
español pretendía haber recibido de los tribunales de Roma y de
la Nunciatura.
Macanaz recibió los papeles de manos del Cardenal Giudice, In-
quisidor General, y los extractó en cuatro tomos en folio, que le
sirvieron de aparato y de pruebas para su famoso Memorial, co·
munmente llamado el de los 55 puntos, presentado como informe
fiscal al Consejo de Castilla en 19 de diciembre de 1713.
Abundando en los argumentes expuestos por el Obispo So!ís,
Macanaz afirmaba que los reyes soberanos -según orden y dispo-
sición de Dios- no están en manera alguna sujetos en las cosas
temporales directa ni indirectamente a ninguna potencia eclesiá.s-
tica, ni dependen sino de Dios solo, que los ha establecido. Más am-
plia información podemos hallarla en Miguélez (El jansenísmo y

religiosa de S. M. la Bula de la Cruzada con la misma amplitud que se había


concedido por lo pasado; y recibida por el Rey, la comunicó al punto a nuestro
Venerable Arzobispo, para que por s u conducto se comunicase por aquella vez
a Jos demás Prelados del Reyno."
RELICIOSmAD m5PANA Y SOCIEDAD BORBONICA 447

regalismo en España. Valladolid, 1895) y en la obra citada de Me-


néndez Pelayo 6•
Tenía Macanaz -según testimonio de Menéndez Pelayo 7- po-
derosísimos adversarios, y más que ninguno el Cardenal Inquisidor
General D. Francisco Giudice, resentido con el fiscal desde que és-
te se habla opuesto a su pretensión de ser Arzobispo de Toledo, ale-
gando las leyes recopiladas que prohibían dar prelacías a extranje-
ros. A este primer disgusto se añadió en el ánimo del Cardenal el
de no haber sido nombrado para ajustar el Concordato, aunque
Felipe V, como para desagraviarle, le envió a París con una misión
extraordinaria. Hallábase en aquella Corte, a un tiempo que un con-
sejero llamado D. Luis Curiel --que luego reemplazó a Macanaz en
la fiscalía del Consejo de Castilla- delató a la Inquisición el pe-
dimento de Macanaz, faltando al secreto que había jurado observar.
Examinado por varios teólogos, los pareceres se dividieron, siendo
de los más favorables el del P . Polanco, celebre impugnador del
gassendismo. Pero la mayoría le calificó de sedicioso, ofensivo de
los oídos piadosos, y aun de herético y cismático, extremándose en
la censura el P . Blanco, de la Orden de Santo Domingo, porque el
era de los teólogos que habían aconsejado a Felipe V, años antes,
la expulsión del Nuncio y la clausura de su tribunal En vista de
los dictámenes, el Inquisidor General, por edicto fechado en Marly
el 30 de julio de 1714, condenó el informe fiscal. Alberoni, aprove-
chándose de una breve ausencia de Macanaz en Francia, volvió a
llamar a Giudice y le restituyó su cargo. Desde entonces el cambio
<le politica fue nctable, y la perdición de Macanaz segura, porque
la condición de Felipe V era tan débil y pueril, que jamás acertó a
defender ni aun a sus más fieles amigos y servidores; y quedó ex-
puesto sin defensa a la venganza de sus enemigos.
Con la caída de Macanaz parecieron allanados los obtáculos que
se oponían a la celebración del Concordato. Los tratos entre el
Nuncio Aldobrandini y D. José Rodrigo Villallando -después Mar-
qués de la Compuesta- en tratos se quedaron, y es dudoso que nin-
gún convenio - ni siquiera provisional- llegara a firmarse. A Al-
berooi le valió el capelo cierto convenio -!lO Concordato t:n rigor
juridico-, mediante el cual volvió a abrirse el tribunal de la Nun-
ciatura el 17 de junio de 1717. Pero vino al traste con todo la co-
dicia simoniaca de Alberoni, el cual, no satisfecho con el obispado
de Málaga que contra toña ley del reino había alcanzado, y con las
rentas del Arzobispado de Tarragona que malamente detentaba, qui-

6. M . P.El.AYO, Heterodoxos, III, 48-49.


7. M . PELAYO, Heterodoxos, III, 5()-51.
448 ALFREDO MARTIN EZ ALBIACH

so y obtuvo de Felipe V que le presentase para la mitra de Sevilla.


La negativa de Roma puso fuera de sí al Cardenal, quien, echando
por los mismos atajos que Macanaz, víctima suya, expulsó de estos
reinos al Nuncio, cerrando su tribunal; mandó salir de Roma a los
3.000 españoles pretendientes de beneficios, cobró -sin solicitar
Bulas ni concesiones pontificias- el subsidio eclesiástico, y pidió
informe a una junta magna sobre los consabidos abusos de la Curia
romana en materia de reservas, expolios y vacantes, apelaciones,
dispensas, cédulas bancarias, presentación de Obispos, etc. Tales.
violaciones duraron poco: no tardó en caer Alberoni, odiado igual·
mente por España y por Roma 8•
En 1720, llegó a Madrid en calidad de Nuncio Alejandro Aldo-
brandini, a quien Clemente XI -en 1721, poco antes de morir- le
enviaba plenos poderes para negociar un acuerdo, sobre todo, para.
hacer con autoridad apostólica la reforma que pedían los Prelados.
más austeros y menos sospechosos de regalismo, llevando entre
ellos la voz el insigne Obispo de Cartagena, D. Luis Belluga, Carde-·
nal desde 1720. En cuanto a la reforma del estado eclesiástico los
pareceres se dividieron: unos, como el ejemplar y venerable Ar-·
zobispo de Toledo, D. Francisco Valero, se inclinaban a reanudar
los Concílios provinciales -interrumpidos desde el siglo XVI con
pretextos de etiqueta que ocultaban males más hondos-; el Car-
denal Belluga, o porque temiera ver desarrollarse algún germen
cismático en estos Concílios provinciales, o por no querer asistir
como sufragáneo al Sínodo de Toledo -siendo Cardenal y Obispo
de la antigua metrópoli cartaginense, de la cual en los cinco pri-
meros siglos dependió Toledo-, opinó que la reforma debía impe-·
trarse de la Santa Sede, y él por su parte la solicitó, autorizado por·
el Rey - que el 30 de marzo de 1721 había recomendado a los Pre-
lados la pronta celebración de Sínodos provinciales y diocesanos.
"conforme a las disposiciones de los sagrados Cánones y del Con-
cílio de Trento, y bajo la real protección, sin atender a usos, esti-
los ni costumbres contrarias"- y apoyándole varios obispos. Tal
fue el origen de la famosa Bula "Apostólici Ministerü" , dado por
Inocencio XIII el 13 de mayo de 1723.
En Roma se temía que la Cámara real se constituyeia en órga-
no de las provisiones eclesiásticas, pues de Madrid emanaban va-
rios decretos en este sentido. El Cardenal Aquaviva, en nombre de·
Felipe V, propuso en Roma que la Santa Sede despachara gratui-
tamente las dispensas apostólicas, cediera los expolios y suprimiera

8. MoNTALBÁN, Historia de la Iglesia Católica, IV, 92-93; M. PE:LAYo, Heterodo-


xos, III, 54-55.
RELIGIOSIDAD ID.SPAN·A Y S0CIEDAD BORBONICA

la j!.lrisdicción de la Nunciatura. Tal propuesta fue desechada por


Spinelli a nombre de Clemente Xll. Entonces Aquaviva desenterró
el proyecto del Marqués de la Compuesta, planeado en París en
1713. Las negociaciones yacían estancadas, cuando Gaspar Molina,
Obispo de Málaga y desde 1735 Presidente del Consejo de Castilla,.
giró en redondo, sin duda movido por la esperanza de conseguir el
capelo en el próximo consistorio, y propuso al rey se contentase
con pedir simplemente que los bienes eclesiásticos tributaran como
los demás. Así se llegó a firmar el concordato provisional de 1737,
que dejaba sin resolver el punto capital de la existencia o no exis-
tencia del patronato universal. Efectivamente, en 1738 el Cardenal
Gaspar de Molina proponía se procediese al examen de la existen--
cia del patronato universal. Pusieron manos a la obra el Nuncio
Valenti Gonzaga con su auditor y el Cardenal Molina con D. Pedro-
de Montalvo. Pero la intransigencia de Molina cerraba el paso a
toda solución aceptable. Con la elección del gran Pontüice Bene-
dicto XIV la contienda había de hallar una solución largo tiempo
buscada: el 6 de abril de 1741, el mismo Papa se ofreció a interve-
nir personalmente -su preparación canónica le hacía el sujeto
más apto para el caso, y la plenitud de sus poderes y sus tenden-
cias amplias y generosas le allanaban las dificultades-, y comen-
zaron las negociaciones, que llevaban por parte del Rey el Carde-
nal Aquaviva y Belluga.
En el punto de la . competencia de la Cámara real, tanto Bene-
dicto XIV como la Corte de España estaban a cual más intransi-
gentes. Como prueba del derecho de la Cámara real, el Marqués de
los IJanos había presentado la costumbre inmemorial, pero :aene-
dicto XIV .:._como observa Lamadrid 9- estaba más dispuesto "in-
cluso a ceder un crecido número de provisiones antes de consentir
que la Cámara entendiese en la declaración de las piezas del patro-
nato real. Era, en efecto, poco decoroso para la Santa Sede proce-
der de otra manera, aun en el supuesto de que la regia Cámara.
sentenciase conforme a las normas del Derecho canónico". La con-
cordia no aparecía por ninguna parte. En 1742, el Cal·denal Belluga
dio un corte al asunto: puesto que la declaración dei patronato
real era imposible -por ser indemostrable, propone proceder por
via de transacción: el Papa concede al Rey de España todas las
provisiones, y éste no se empeña en sostener la competencia de la
Cámara real; que se sometan todas las provisiones a la expedición
apostólica y se conserven las bancarias, pero sin las revocatorias.

9. LAMAI>Rro, El Concordato español de 1753. Jerez de la Frontera, 1937, pá-


gina 43.
--
-450 ALFREDO MARTINEZ ALBL\CR

El proyecto fracasó en Madrid por la terquedad del Cardenal


Molina, el cual insistía en el patronato universal y en mantener
la competencia de la Cámara real.
Sin embargo, volvamos al Concordato de 26 de septiembre de
1737 -confirmado por Breve de 14 de noviembre del mismo
.año-. En él se restringía la inmunidad local; se trataba de po-
ner remedio a los fraudes y ficciones de ventas y contratos he-
chos a nombre de eclesiásticos para lograr exenciones de impues-
tos; se prohibían los beneficios por tiempo limitado; se concedia
al Rey un subsidio de 150.000 ducados por cinco años; se suje-
taban a contribución, desde la fecha de la Concordia, los bienes
·que de nuevo pasasen a manos muertas; se prevenía a los Ordi-
narios moderación y cautela en las censuras; se anunciaba una
-visita de Regulares hecha por los metropolitanos; se reservaba
.Roma las causas de apelación más importantes -matrimoniales,
decimales, jurisdicciones, etc.-, confiando a jueces "in partí-
bus" las inferiores; se mandaba formar un estado de los réditos
ciertos e inciertos de todas las prebendas y beneficios, para tasar
y regular las imposiciones y medias anatas. No obstante, queda-
ban en suspenso -aplazadas más al menos indefinidamente-- las
-cuestiones 'más importantes: además del patronato regio -que
ya vimos--, las reservas, los expolios y vacantes, y las coadjuto-
rías. El Concordato fue letra muerta, excepto en lo relativo al
derecho de asilo: los abusos siguieron en pie, y Mayans llegó a
decir que aquella Concordia no era válida de hecho ni de derecho.
Pero ni del derecho ni del hecho puede dudarse, ya qae ambas
partes lo aceptaron y dieron disposiciones para hacerle cumplir 10•

10. MoNTALBÁN, Historia de la Iglesia Católica, IV, 93-96; M. PELAYO, Hetero-


-doxos, m, 55-58.
B) FERNANDO VI.

En 1743. moria en Roma el Cardenal Belluga. Tres años más


tarde, Felipe V. Y el 1.0 de septiembre de 1747, el Cardenal Mo-
lina.
Entran en escena nuevos personajes: el rey Fernando VI, el
Marqués de la Ensenada y el P. Rávago, confesor regio. Con esto
se creyó llegado el momento propicio para solucionar de una vez
esta espinosa cuestión de las reservas pontificias y de la com-
petencia de la Cámara real. Las negociaciones comenzaron se-
cretamente en 1750: por parte de Roma las llevaban el Papa Be-
nedicto XIV en persona y su Secretario de Estado, Silvio Va-
lenti Gonzaga, antiguo Nuncio de España; y por parte del Rey
D. Manuel Ventura de Figueroa, enviado a Roma por el Marqués
de la Ensenada y el P. Rá vago.
"El Concordato de 1753 -el más ventajoso que nunca había
logrado España- es todo él obra de aquel sabio Pontifice, doc-
tisimo canonista, hasta en sus términos literales".
En él se reconocen los derechos patronales que se fundaban en
bulas y privilegios apostólicos u otros títulos sobre arzobispados,
obispados, monasterios y beneficios consistoriales, y el patronato
especial sobre los reinos de Granada y las Indias; se deniega la
existencia del patronato universal, pero se viene al siguiente "tem-
peramento" o "componenda" para en adelante: el Papa se reserva
la libre colación de 52 beneficios -que se detallan- para premiar
eclesiásticos españoles que prestan servicios a la Santa Sede, que-
dando ileso el derecho anterior de los obispos y patronos particu-
lares y la manera de provisión de beneficios por concurso.
Fuera de las 52 reservas mencionadas, "Su Santidad acuerda a
la Magestad del Rey Católico y a los reyes sus sucesores perpetua-
mente el derecho universal de nombrar y presentar indistintamen-
te en todas las iglesias metropolitanas, catedrales y diócesis de los
reinos de las Españas, y a mayor abundamiento S. S. subroga al
Rey Católico y a los reyes sus sucesores el derecho que por razón
de las reservas tenia la Santa Sede de conferir los beneficios en los
reinos de las Españas por si o por medio de la. Dataría y Cancillería
Apostólicas, Nuncios de España o indultarios, dado a S. M. el dere-
ALFREDO MARTJNEZ ALBIACH

rho universal de presentar a dichos beneficios" -según el articu-


lo 13-.
En el articulo 16 se advierte que por esta ocasión y subrogación
tic nómina, presentación y patronato no se concede jurisdicción al-
l!una eclesiásti'!a ni sobre las iglesias ni sobre las personas, si no
~uedan sometidas a sus Ordinarios asi en la colación canónica co-
mo en la jurisdicción.
Como por esta concesión generosa y renuncia pontüicia sufría
l'l Papa un grave quebranto en su estado económico, el Rey, por
~u parte, en varios artículos -desde el 17 al 21- se compromete
a entregar por varios conceptos allí detallados la suma global de
1.143.330 escudos romanos y asigna a la Nunciatura de Madrid una
pensión anual de 5.000 escudos.
La lucha entre las reservas pontüicias y el patronato, que tra-
taba de acaparar las provisiones y sus emolumentos, terminó con
el Concordato de 1753.
Benedicto XIV -según el juicio de Montalbán 11- , por bien de
la paz, cedió amplia y generosamente sus derechos a Fernando VI.
Demasiado ampliamente, tal vez, por la deslealtad de su Secreta-
rio de Estado, Valenti, que favoreció la parte contraria; cedió sus
derechos a favor de la corona española, que, si no presentaba de-
rechos innatos, ciertamente tenia razones atendibles para obtener
t.nn excelso privilegio en los servicios prestados a la Iglesia con
In secular lucha contra el moro y con la propagación del Evange-
lio en el Nuevo Mundo.
Poco profundo nos parece el último m0tivo aducido de tipo
históricoideológico para justificar una concesión pontüicia valora-·
dn. como "demasiado amplia" y acusando l·a " deslealtad" de un
S~cretario de Estado, precisamente de Bened;cto XIV, a quien pre-·
cedentemente se elogia como único autor -"es todo él obra de
aquel sabio Pontifice hasta en sus términos legales" u.__
Creemos oportuno subrayar la infraestructura económica sobre
la que se montaba el Concordato de 1753: recordando los datos
~ocioeconómicos aportados en el primer capítulo, va!orar las can-
tidades concordadas al trasluz de la agitación política dP.i reinado
:u1terior con relación a la Santa Sede, y sobre todo, con los reina-
dos posteriores, que vamos a estudiar.
El problema regalista es más serio y profundo como para con-
~iderarlo como un suceso político o anecdótico. Ni siquiera ideoló-

11. MO!Io"TALBÁN. Hi$toria de la lgU1súz Católica, IV, 96-99; L.u!ADRID, El Con-


rorclato español de 1753, 23-43; M . PEUvo, Heterodcnos, Ill, 60-61.
12. M. PEUYO, Heterodoxos, lli, 61.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 453

gico. Hay que situarlo en la dialéctica de las fuerzas históricas


reales; y entre ellas la evaluación económica de la riqueza de la
Iglesia española que llegaba hasta Roma - mediante este Concor-
dato 1.143.330 escudos, además de los 5.000 para la Nunciatura-,
los intereses particulares de ciertos elementos -sin olvidar a so-
lis, Giudice, Alberoni, Belluga, etc.- , y la responsabilidad del Car-
denal Molina como Presidente del Consejo de Castilla.
Con tal consideración aceptamos el juicio -en parte exagera-
do- de Miguelez: "el Rey se puso la tiara y los ministro oficiaron
de obispo in partibus infid.elium" n_

13. Mlcutu:z, El jansenismo 11 regalismo en Espaiia, pág. 211 : REcú-ALcoLEA,


El siglo xvur, 93.
C) CARLOS ID Y CARLOS IV.

"El escaso y pobre jansenismo español se confunde casi ente-


ramente con el regalismo: a unos los descarría el entusiasmo por
ciertas épocas de nuestra historia eclesiástica, entusiasmo nacido
de largas y eruditas investigaciones, no guiadas por un criterio
bastante sereno, como ha de ser el que se aplique a los hechos pa-
sados; otros son abogados discretos y habilidosos, que recogen y
exageran las tradiciones de Salgado y Macanaz, y hacen hincapié
en el "exequatur" y en los "recursos de fuerza"; a otros que fueron
verdaderamente varones piadosos y de virtud, los extravía un celo
falso y fuera de medida contra abusos reales o supuestos; y por
último, el mayor número no son, en el fondo de su alma, tales jan-
senistas ni legalistas, sino volterianos puros y netos". Tan apasio-
nada valoración 14 nos va a servir de introducción para considerar
las consecuencias del Concordato de 1753.
ConjuguE'mos las cifras aportadas en el capitulo de la infraes-
tructura sobre la tétrica, panorámica de la mendicidad: Campoma-
nes habla de "un ejército de 140.000, pero sólo 30.000 estaban verda-
deramente necesitados", y Vicens Vives los enumera en 150.000 pe-
se a la real orden de 1749 prohibiendo limosna; e incapaces los hos-
picios y horf~.natos pa.ra acogerlos, llenaban las calles 1s.
Sobre tan negro fonde contrasta la riqueza de la Iglesia españo-
la, que apreciaremos en tres puntos elaboradores de una linea axial
de estudio: la Condesa d'Aulnoy -a finales del siglo xvn 16-, el

14. GARciA VIUOSI.ADA, Historia de la Iglesia Católica, IV, 287; M . PD.\YO, He-
terodoxos, III, 112.
15. SARRAILH, L ' Espagne éclairée, 68-71; VlCENS, Aprox. Hist. Espaiio., 140;
L'NCU:. Voyage en Espagne, I , !17.
16. Completamos la referencia iniciada en la primen parte de este trabajo,
nota 237 del capítulo segundo. AULNOY, La Cour et la Vüle de Madrid, pág. !>49.
556 : wEl Arzobispado de Toledo tiene 150.000 escudos de renta y su cl<!ro 400.000;
el de Sevilla 350.000 ducados de rtnta -y un ducado vale 30 francos en moneda
!rancesa- ; el de Santiago, 60.000; Granada, 40.000; Burgos, 40.000; Zaragoza,
50.000; y Valencia, 40.000; el Obispado de Avila, 20.000; Astorga, 12.000; Cuenca,
50.000; Córdoba, 40.000, Sigüenza, 40.000; Segovia, 25.000; Calahorra, 20.000; Sa-
lamanca, 20.000; Plasencia, 50.000; Palencia, 25.000; Jaca, 30.000; Málaga, 40.000;
Osma, 22.000; Zamora, 20.000; Coria, 20.000; Ciudad Rodrigo, 10.000; Islas Cana·
rias, 22.000; Lugo, 8.000; Mondoñedo, 10.000; Oviedo, 20.000; León, 22.000; Pam·
plona, 28.000; Cádiz, 12.000; Orense, 10.000; Almería, 5.000; Badajoz, 18.000; Tuy,
-4.000; Valladolid, 15.000; Huesca, 12.000; Tarazona, 14.000; Barbastro, 7.000; Al-
bsrracin, 6.000; Teruel, 12.000; Jaca, 6.000; etc."
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 455'

censo de 1797 17, y en 1809 18, revelando una desigualdad social ecle-
siástica, públicamente denunciada por el oanónigo D. Antonio Oli-
veros en las Cortes de Cá d.iz, según ya vimos en la primera parte.
Prescindimos de la historia politica, a necdótica e incluso ideo-
lógica de un matiz" -también el problema de los jesuitas .lD_ y de-
otro 21 , para enfrentarnos con la doctrina legal entonces vigente,
dentro de la sociedad borbónica, especialmente en la época absolu-
tista. Nos referimos a la Novísima Recopilación que debió formar
la mentalidad del español.
La Recopilación de leyes españolas publicada por Felipe II en·
1567 se reimprime y amplia en 1581,1592, 1598,_1640, 1723, 1745, 1772,.
1775, 1777 y, por último, en 1805. Se realiza esta última con la cola-
boración de eminentes jurisconsultos y pese a su nueva metodolo-
gía, resultó defectuoso el intento de sistematización.
De sus doce libros vamos a limitarnos a los dos primeros por
su relación sociorreligiosa: t.• sobre la Santa Iglesia; sus derechos,
bienes y r entas; Prelados y súbditos, y Patronato real. 2.0 Jurisdic-

17. D . 0Rnz, La sociedad española, 299: "El censo de 1797 propor ciona laS'
siguientes cifras : de 148 ciudades, 126 son de realengo, 7 de señorfo eclesiástico
y 15 de señorio secular; de 4.716 villas, 1.703 son de realengo, 135 abadengo, 260
señorio eclesiástico, 2.286 señ. secular, y 332 de Ordenes Militares; de 14.525 lu-
gares, 7.870 realengo, 948 abadengo, 1.254 señ. eclesiástico, 4.26'7 señ. secular,
y 186 Ord. Militares; de 1.821 aideas, 879 r ealengo, 42 abadengo, 123 señ. ecco.,
671 señ. sec. y 106 Ord. Mil.; de 2.251 granjas, 934 realengo, 46 abadengo, 644 señ.
ecco., 612 señ. sec., y 15 Ord. Mil.; de 837 cotos redondos, 118 realengo, 129·
abadengo, 154 señ. ecco., 400 señ. sec. y 36 Ord. Mil.; de 932 despoblados, 291
realengo, 25 abadengo, 149 señ. ecco., 430 señ. sec. y :n Ord. Mil.•
18. PI Y MARGALL, H ist oria de España, I, 270-271: "La comisión de contribU·
ciones r.tanifest6 er: 1809 que el valor total del capital territorial de España
ascendia a 50.000.000.000 de reales, y según Cabarrús que examinó los catastros,
el clero poseia un cuarto de este capital, o sea 12.500.000.000 de reales... Adem.ás'
de los bienes raices, poseía el clero diferentes ramos de renta cuya evaluación
según varios economistas ascendia a la suma de 951.400.000 reales. Que no eran
estos cálculos exag~rados queda bien demostrado cuando, años después, en el
primer cuarto d el siglo, los datos sobre el personal y las rentas del clero en
España resultaron ser... 1.5-:n.882.144 reales vellón. La distribución de tales ri-
quezas tenia poco de equitativa, pues mientras babia arzobispado, como el de
Toledo cuya renta pasaba de 11.000.000 de reales al año, pá.."TTCC había que no
disfrutaua ni dP. 1..2n reales anualPs."
19 GARciA VILLOSLADA, H istoria de la iglesia Católica, IV, 319-325; M. PEI..AYO,
Heterodoxos, III, 130·l:r7. 152-157. 163·297.
20. EcuiA, Los ·ie~uitas y el Motín de Esquilache, i31-132. 164. 177-180. 34..3;
G. Vn.LOSLADA, H. Iglesia, IV, 333-361; M. PnAYO, Heterodoxos, lll, l:n-152. 157-163.
2!. TAPIA, Historia de la civilización española, IV, 90-96: " ...para contener
las usurpaciones de la curia r omana... se había expedido en 1762 un real de-
c r eto previniendo, 1.• que no se ejecutase n i cumpliese bula alguna o rescripto·
del papa, cualqiliera que fuese su objeto, sin haber sido antes presentada a
S . M. por el conducto correspondiente; 2.• que toda bula o breve relativo a ne-
gocios entre partes o personas particulares, hubiese de presentarse al consejo
luego que se recibiese en E spaña, sin poder ejecutarse hasta haber obtenido er
pase... Este decreto tan racional ... "
-456 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

ción eclesiástica, ordinaria y mixta; y tribunales y juzgados en que


.se ejerce.
1.- L . I .": Las 23 leyes del TÍTULO 1.0 "oE LA SANTA FE CATÓLICA..
.sientan así las bases de la religiosidad hispana, y las podríamos sis·
-:tematizar así:

A) Obligación de :
a) todo cristiano y modo de creer en los artículos de la
fe: ley 1.~ (Ordenamiento Real, I, I, I) .
b) cristiano en:
a)) no pisarla: 5." (Ju~n I , 1387) .
(Juan, I, en Birbiesca, en 1387);
b)) confesar y comulgar al tiempo d e s u muerte: 3 .~
(Alonso I y Enrique ill, 1400).
(Comunión del condenado a muerte: 4.3 (Felipe II.
1569).

E) Respeto:
a) a la Cruz:
a)) no pisarla: 5.• (Juan I, 1387).
b)) con ella se recibe al Rey, Príncipe e Infantes: 6."
(Juan I, 1387) .
b) al día festivo:
a)) trabajos y tiendas en domingo : 7.• (Juan I, 1387) .
b)) trabajo público en festivo no dispensado: 8."
(Carlos III, 1777).
e) al entierro: llanto y duelo : !1.• (Juan I, 1379).
d) a los Divinos Oficios: 10.~ (Fernando e Isabel, 1502).
e) a lo sagrado :
a)) disciplinantes, bailes, etc.: 11.• (Carlos I11, 1777) .
b)) danzas, gigantones, etc.: 12.• (Carlos III, 1780).

·C) Obediencia al:


a) Concilio de Trente: 13." (Felipe 11, 1564).
b) Calendario y Breve de Gregorio XIII: 14." (Felipe 11,
1582).

TI) Ofrenda a Santiago Ap.: 15." (Felipe IV, 1643).


:E) Veneración a la Inmaculada Conc.:
a) Patrona de España: 16." (Carlos III, 1761).
b) Juramento de defensa en Universidades de Salamanca,
Alcalá y Valladolid: 17.• (Felipe IV, 1664).
R.EUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBON'ICA 457

c) Extensión de dicho juramento a: resto de las Universi-


dades : 18.2 (Carlos m, 1779) .
d) Su Junta unida a la Orden de Carlos m : 19.2 (Carlos
m, 1779).
F) Modo de rogativas: 20.2 (Carlos IV, 1804}.
G) Establecimiento del Rosario diario: 21.2 (Felipe IV, 1655).
H) Condenación del Sínodo de Pistoya: 22. 2 (Carlos IV, 1800).
I) Modo de predicar doctrinas y opiniones no dudosas: 23.3
(Carlos IV, 1801).

2. -Las seis leyes del TÍTULO SEGUNDO protegen los derechos de las
Iglesias y Cofradías: 1.• fuerza en iglesia o cementerio (Fuero Real) ;
2.• privilegios "franquezas" y ocupación de bienes (Enrique II, 1371):
3.• posadas y bestias en iglesias (Enrique II, 1371); -l." obras con
real licencia en Granada (Carlos m, 1773); 5." modo de realizar
obras en iglesias (Carlos m, 1777) ; y 6.2 aprobación real para Co-
fradías y su reforma (Carlos m. 1783) .
3. - Otras seis leyes regulan el TÍTULO mosobre cementerios, entie-
rros y funerales: 1." imponiendo el Ritual Romano en el uso y cons-
trucción de cementerios (Carlos m , 1786) ; 2! formalidades en en-
tierros y exequias (Felipe II, 1565); 3.• ataúdes y ceremonial de
entierros (Felipe V, 1723); y casos particulares en Guipúzcoa (4.":
Carlos m , 1771), en Lugo (5.•: Carlos m, 1787) y en la jurisdicción
castrense (6.•: Carlos III, 1781) .
4. - Las once leyes del TÍTULO CUARTO tratan "óe la reducción de asi-
lo y extracción de refugiados a las iglesias": contra los delincuen-
tes (1.•: Fuero IU>..al), deudores (2.a: Fernando e Isabel, 1498) y de-
sertores (3.": Felipe V, 1708); cumplimiento del Concordato de 1737
(4.•: Felipe V, 1737) y de un Breve pontificio (5.2 Carlos m, 1773);
modo de extracción (6.•: Carlos IV, 1800); y sobre reos militares
(7.": Carlos m, 1?65; 8.•, 9! y n.a: Carlos IV, 1796. 1798-1799;
10.•: Fernando VI, 1'?51).

5. - E! TÍTULO v.· -con 24 leyes- comprende el tema más sugesti-


vo para estudiar el regalismo borbónico en el siglo xvm: se inicia
con un criterio diametralmente distinto del de sus últimas leyes
-desamortización-: la primera ley -también la primera del tí-
tulo V.0 del libro !.0 del Fuero Real- afirma "las cosas legitima-
mente dadas a las iglesias se guarden siempre en ellas"; la 2.• y 3.•
-la 2.•, 3." y 5! del citado título del Fuero Real- especifican "el
modo de recibir los Prelados los bienes de sus iglesias y monaste-
r.t:LICICSIDI:> !IISP.\S,I ••• - 30
458 ALFREDO l!4ARTINEZ ALBIACH

rios, y la prohibición de enagenar lo acrecentado con ellos, y de


comprar y tomar a empeño los cálices, libros, cruces y otros orna-
mentos de las iglesias". La 4.3 revitaliza la 53." -tit. 32- del Or-
denamiento de Alcalá sobre "conservación de los tesoros, reliquias,
imágenes y ornamentos de las iglesias. La 5.• y 6.• garantizan las
rentas y bienes eclesiásticos, según Enrique Il en Toro el año 1371 ;
la 7 .a los derechos de los hijos del difunto Patrono (Juan I, 1290);
e incluso la 8.3 obliga al Rey a restituir lo que tomó "en caso de
necesidad" (Juan Il, 1409). Y la 9.• regula "el arrendamiento y co-
branza de rentas de las iglesias y beneficios por personas eclesiás-
ticas" (D. Carlos y Doña Juana, 1534).
El Voto de Santiago queda protegido por la ley décima -"se
cobre sin hacer novedad en lo acostumbrado" (D. Carlos y Doña
Juana, 1537).
Dos leyes -la 11.3 y la 13.3 - de Felipe V (1744. 1708) -sobre
casos particulares de Galicia, Asturias y Valencia- emparedan la
12.•, que sirve de justificación a la política borbónica: aquella ley,
dada por Juan Il en Valladolid el 13 de abril de 1452 -"los bienes
raíces que pasen enagenados a Manos muertas y personas exentas
de la Real jurisdicción, paguen a S. M. la quinta parte de su va-
lor"-, va a formar con la 18.• una linea axial de la nueva política:
en 1795, Carlos IV ordena "la exacción de un 15 % de todos los
bienes que adquieran las manos muertas", cuando -según Rodrí-
guez Casado :u..._ "las alcabruas consistían en el derecho de la Coro-
na de cobrar un impuesto, no superior al 14 % de su valor, en todo
comercio o contrato de compraventa de bienes mueb!es, inmuebles,
raíces o frutos y mercaderías de cualquier clase". Naturalmente se
hallaba precedida por la ley 17.•: "no se admitan instancias de Ma-
nos muertas para la adquisición de bienes" (Carlos m, 1763); taro-
bien de sendas instrucciones -leyes 14.•, 15.• y 16.•- de Felipe V
(1745). Carlos Ili (1760) y Carlos IV (1793) "para el cumplimiento
del inserto artículo 8 del COncordato de 1737 sobre coctnoución
de los bienes adquiridos por los eclesiásticos y Manos muertas".
Las leyes, 19!. 2C! y 21.• daban normas particulares sobre idén-
tica materia para los reinos de Valencia y IV..allorca y para la ciu-
dad de Córdoba (Carlos IIT, 1769-1770, y Carlos IV, 1796).
Finalmente, completaban el título V.0 -leyes 22.a, 23.• y 24.a- el
Real Decreto de Carlos IV, el 19 de septiembre de 1798 sobre la
"venta de bienes de Hospitales, Hospicios, Casas de Misericordia,
COfradías, Memorias, Obras pías y Patronatos de legos" - la 23.•
regula "el conocimiento correspondiente a las jurisdicciones ordi-

22. R. CASADO, Política interior de Carlos 111, pág. 53.


RELIClOSmAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 459

naria y eclesiástica sobre la venta de bienes de Obras pias"-. y la


''incorporación a la R. Hacienda de los bienes de las Temporalida-
des de los Regulares de la extinguida Compañía de J esús"; canti-
dad esta última que vino a reforzar el capital efectivo de 240.000
reales, suscritos por la Familia Real y particulares, con que conta-
ba el Banco Nacional de San Carlos n.

6. -También en diezmos y novales - TiTULO VI.· - la dinastía bor-


bónica marca una nueva trayectoria, en la segunda parte - leyes
10 a 18-. Una ley de Juan I (1390) encabeza esta materia prote-
giéndola -"prohibición de ocupar los diezmos de las iglesias, y pena
del que lo hiciere"-. Con tal garantía ya la ley 2.a proclama "la ge-
neral obligación de pagar diezmos cumplidamente, y el modo y di-
ligencias con que se deben hacer" -<lesde el rey D. Alonso en 1355,
quíen en 1348 ya preverúa "no se haga pesquisa contra los malos
diezmeros. y sí contra los terceros que encubrieron algo de lo reci·
bido de ellos", junto con el " modo y tiempo en que los tenedores
de frutos de diezmos deben guardarlos y venderlos, en el caso de
que sus arrendadores no los demanden": leyes 4.• y 5.•-; la 3.· pro-
viene de Juan I (1386) y se refiere al " recibo de los diezmos en el
tiempo y lugar acostumbrados"; y la 6.a de los Reyes Católicos
(1491), preceptuando que "el grano de los diezmos y tercias se pa-
gue limpio y enxuto sin mezc.l a d e paja, tamo ni otra cosa".
La dinastía austríaca, en las leyes 7.•, s.• y 9.•, prescribe que "en
el caso de pedirse nuevos diezmos no se lleven hasta que se deter-
mine en el Consejo si son o no debidos" (D. Carlos y Doña Juana,
1525); que "los Prelados no hagan novedad en llevar los r ediezmos"
(D. Carlos y Doña Juana, 1518); y que paguen diezmos y tercias
los que traen Taos del Orden de San Juan" (Felipe II, 1593) . Esta
tendencia centralista se ve enormemente ampliada por la dinastía
borbónica: Felipe V - R. Orden de 12 de enero de 1745: "los re-
cursos de nuevos diezmos se substancien y determinen en el Con-
sejo con audiencia de su Fiscal"-, Fernando VI -R. Decreto de 3
de octu!>re de 1748 soore ·•cono::imiento de las causas respectivas
a exacción de diezmos eclesiásticos secularizados"-, Carlos m -re-
ferente al "pago de diezmos de todos los frutos de los bienes ocu-
pados a los regulares expulsas de la Compañía de Jesús" (1767), y
al cese del "Juez executor de la bula de NO'lales" (1765)-, y sobre
todo Carlos IV con motivo del Breve de S. S. de 8 de enero de 1796,
en cuya virtud revoca y anula las exenciones de pagar diezmos - ley
14."-, extendiéndolo a las reales tercias - ley 15.a-. y normalizan-
/ -.
23. R. CASADO, Política interior de Carlos 111, 56.
460 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

do el modo de proceder los Ordinarios en la ejecución del mencio-


nado Breve -ley 17.a- junto con el "conocimiento privativo de
las exenciones de pagar diezmos en el Consejo de Hacienda" y el
"conocimiento entre la Comisión gubernativa de consolidación de
Vales Reales y el Consejo de Hacienda de las incidencias del pago
de diezmos por los antes exentos de ellos" - leyes 16." y 18...- .

7. - Las tercias reales estaban constituidas por dos novenas partes


de los diezmos eclesiásticos; pero si la tercera novena parte se des-
tinaba siempre a la construcción y reparación de las iglesias y pa-
rroquias, servidas por el clero secular 24, en cambio el rey tenía de-
recho a las tercias o dos novenos de todos los diezmos, como co-
rrespondientes a su Real Patrimonio -ley P del TÍT. vn-, según
la pragmática de F elipe II, de 30 de marzo de 1565, si bien ya Juan I
(1370) declaraba la "obligación de los Consejos a dar alhories, tro-
xes y vasijas para la recolección del fruto correspondiente a las ter-
cias reales, y el tiempo en que han de guardarlo"; luego, Carlos II
(1696) reglamentó el "modo de contribuir las tercias reales para
las obras y reparos de las iglesias" - ley 3." y última del TÍT. VII-.

8.- En los títulos siguientes es cuando la Novisima Recopilación de


leyes españolas compite con el Código de Derecho Canónico: los
TÍTULOS vrn AL XI componen un tratado sobre personas eclesiás-
ticas (prelados, cZérigos, clérigos de la cor ona, y seminarios y casas
de educación y corrección) pero ofreciendo una imagen deprimen-
te; otra similar la que muestran los TÍTULOS XII A XXV, sirviendo
de aglutinante el nombre genérico de prebendas (fundación de ca-
pellanías y patrimonios; benefícios, naturaleza exigida para tales
benefícios; su residencia, e incongruidad; real patronato -princi-
pio (en D. Alonso, en 1328, y en Felipe II, en 1565: leyes 1.~ y 4 .a del
tít. XVII) y tramitación de expedientes (leyes lP a 18.")-; "pre-
sentación y provisión de piezas eclesiásticas, conforme al Concor-
dato con la Santa Sede", ratificado por Fernando VI el 31 de enero
de 1753 -leyes ¡_a a 5.• y 17.· del tít. xvm-, con modificaciones
de Carlos III -ley~ 6! a 9..., 11.• a 14! y 18.'"- y Carlos IV -leyes
10.", 15... y 16.•; prebendas de ofício -cuatro leyes en el título XIX
(desde 1528) ; beneficios curados y capellanías castrenses -ley 10."
del tít. XX (Reglamento de Carlos IV, de 30 de enero de 1804)-;
oenefícios patrimoniales; dispensas en materia beneficial; pensiones
sobre rentas de los beneficios; mesada y media anata; y tondo pio
beneficial) .

24. R . CASADO, Política interior de Carlos III, 53.


REUCIOSIDAD HISPANA Y SOClEDAD BORBVNlC.\ 461

9. - Si el enfermizo Garlos n se atre\'ió -repetidas veces en 1677r


1678 y 1691- a establecer los "medios de reformar y reprimir la.
relaxación del estado religioso" -ley 1.• del TÍTULO XXVI-, la oca-
sión fue aprovechada por Garlos m para imponer unos "requisi-
tos" sin los cuales "no se permitan por el Consejo desmembracio-
nes ni erecciones de provincias" de religiosos (1775), y para incluir
como leyes 3.2 y 4.• de este título XXVI la expulsión y la observan-
cia de la extinción de los jesuitas (1767 y 1773). También hay leyes
para los religiosos -TÍT. XXVIT-, cuestores -TÍT. xxvm-, los de
Redención de cautivos -riT. XXIX-, y romeros y peregrinos
- TÍT. XXX-.

10.- LIB. ll: El libro segundo se halla dedicado a la jurisdición ecle-


siástica, ordinaria y mixta, y a sus tribunales y juzgados, en quince
títulos: jurisdicción eclesiástica y sus jueces ordinarios, y fuerzas
de jueces eclesiásticos y recursos al real auxilio, en los oos PRIME-
Ros TÍTULOs; el TERCERO trata de las Bulas y •Breves -modo de su
publicación y examen previo según Fernando e Isabel (1480 y 1500),
su retención (Fernando VI, 1747, y Carlos Ill, 1768), prevía presen-
tación en el Consejo y "prohibición de acudir a Roma derechamen-
te en solicitud de dispensas, indultos y otras gracias" (Carlos m,
1768 y 1778); el TÍTULO CUARTo regula las facultades del Nuncio
(Carlos m -1767- y Garlos IV -1804-- a base de un mandato de
Felipe ll en las Cortes de Madrid de 1593); el QUINTO las del tribu-
nal de la Rota -la ley 4.• le otorga el conocimiento de las apelacio-
nes y recursos de la Vicaria General Castrense--; el SEXTo sobre el
Vicariato General Castrense -su resta blecimiento (Carlos III, 1762) ,
observancia del Breve pontificio en que se prorrogan las facultades
(Carlos IV, 1795) y designación de ''individuos de marina corres-
pondientes" a dicha jurisdicción (Carlos III, 1787)-; el SÉPTIMO
versa acerca de la Inquisición; el ocTAvo del Ccmsejo de las Orde-
nes Militares, junto con el NOVENO Y DÉCIMO sobre el juzgado de
iglesias de las Ordenes de Santiago, Calatrava y Alcántara, y sobre
la Real ,Tunta A})Ol>'tólica, res,¡)E)Ctivamente; el UNI.oÉCn.iO acerca del
Comisario General de Cruzada, el ouooÉcll40 del Tribunal del Ex-
cusado, y el DÉCIMOTERCERo del Colector General de Espolios y Va-
cantes; finalmente, los oos ÚLTIMos títulos se refieren a los notarios
y otros oficiales, y al uso de aranceles y papel sellado en los juzga-
dos eclesiásticos.

Comprendemos la sorpresa del lector al considerar el regalismo


borbónico de los dos Carlos: tras la breve introducción de García
Villoslada y de Menéndez Pelayo, la infraestructura económica nos
462 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

revelaba una riqueza desigualmente repartida sobre un gran índice


de mendicidad; todo ello junto con la resumida visión de la legis-
lación entonces vigente y conocida por el español inteligente crea
una atmósfera de asfixiante regalismo que nos hace pensar si po-
día alguien librarse del mismo. Opinamos que la respuesta es ne-
gativa, y como testimonio ofrecemos el del jesuita Juan Francisco
Masdeu, quien no sale demasiado mal parado de las apasionadas
criticas de Menéndez Pelayo por su regalismo zs : en 1841, se publi-
ca su "Iglesia Española, obra escrita en Roma y dirigida al M. R.
Cardenal Primado y a los M. RR. Arzobispos y Obispos de España
en 1815. Añádase otro opúsculo del propio autor, titulado Bosquejo
de una reforma necesaria en el presente mundo cristiano en mate-
ria de jurisdicciones, y presentado al Gobierno de la misma en 1799".
Aconsejamos su lectura, pero en aras de la brevedad sólo subraya-
mos la "adición" del mismo autor: "Si la nación española no qui-
siere solicitar, o no pudiere conseguir un Concilio ecuménico, po-
drá reformar la disciplina de su Iglesia con un Concilio nacional,
cuya convocación según nuestros usos antiguos, puede tomar el Rey
a su cargo. Logrará con esto no sólo su fin particular, pero aun el
general, porque las demás naciones, con buen fin o torcido, que-
rrán examinar las mismas materias, y por fin toda la Iglesia habrá
de hacer lo mismo para fijar alguna especie de uniformidad. Los
Obispos de España por su religiosidad y número han dado ley otras
vP.ces a todo el mundo cristiano, y pueden darle asimismo en el
día."
No obstante no nos atrevemos a transcribir los artículos que
aconseja se han de tratar en el Concilio acerca de los Papas - se-
sión 1.•-, Obispos - ses. 2.•-, Cardenales, Prelados, Párrocos, Ca-
bildos, Clérigos, Religiosos, Reyes, etc. 26•
También Menéndez Pelayo reconoce la universalidad del rega-
lismo entre los intelectuales -"a tan vergonwso estado de abyec-
ción y despotismo ministerial había llegado España en los prime-
ros años del 8.glo XIX" 17- . Los efectos perduraron largo tiempo
durante la centuria decimonónica.

25. M. PEL\YO, Heterodcxos, I/1, 194-196. 345.


26. MAsDro, IgLesia Española, pág. 141-164.
'n. M. PElAYo, HeterodOxos, 111, 196
ARTÍCULO 2

FERNANDO VII

El siglo xnr se abría en España inmerso en una atmósfera re-


galista y con aires desamortizadores, bajo el reinado de Carlos IV.
La "revolución" de 19 de marzo de 1808 sienta en el trono a Fer-
nando VII, pero dias después sale para Bayona y Valenc;ay; luego,
en su nombre se inauguran las Cortes de Cádiz. En la primera par-
te tuvimos ocasión de exponer nuestra opinión sobre las Cortes ga-
ditanas; tan sólo añadiremos el juicio que Lázaro Martínez de Men-
dijur hace sobre "el Regalismo en las Cortes de Cádiz", aun inédi-
to 2S.

28. M. DE MD.'DDUR, El Regalismo en las Corle$ ck Cád.iz, pág. :?tl9-287; •No


sabemos basta qué punto los diputados coilstitucionales estaban tocados de las
corrientes enciclopédicas del momento, pues no seria temerario afirmar que
varios de ellos, sobre todo los que habían corrido por el erlranjero, padecían
resabios de las mismas. Lo que si, en cambio, podemos afirmar es que quizás
los oradores dijeron lo qv.e no pensaban o pretendieran lo que no dijeron; pero
nunca en sus discursos parlamentarios se mostraron adictos a filosofias ex-
tranjeras, sino fieles hijos de la Iglesia, propugnadores de su pristina pureza;
ni citaron textos extraños a nuestras tradiciones pa~ y religiosas, sino auto-
r es consagrados por nuestra tradición y devoción. Al hacer estas afirmaciones
nos r eferimos a las actas de las COrtes... Los diputados de estas COr tes más
bien parecen Padres de COncilio ciñendo tiaras de Obispo, legislando del san·
tuario por principios religio:;os, nunca al parecer por principios ateistas o en·
ciclopedistas... El espiritu de las COrtes bajo la capa de lfuertad se hallaba im-
buido de un despotismo mucho más acentuado que el del Antiguo Régimen. El
regalismo y afán de reforma eclesiástica no había hecho más que pasar de
manos del poder absoluto a la soberanía de las COrtes, acentuándose en este
traspaso, al amparo del movimiento de independencia y encendid o con las dia-
tribas públicas que envenenaban el ambiente. Las COrtes trataron de so~ter
la I~le.>ía a la autoridac civil, cespojándola de la poca independencia de acción
que conservaba... Habia en España entn- catóiicos fu~rte corriente regalista,
puesta al rojo vivo en estas COrtes, como si al conjuro de la libertad de im-
prenta y de palabra en las mismas desp<>..rtaran de sus tumbas las ideas, todas
las concepciones regalistas, bien formen escuela o no, pero que si antes batían
tenido una vida clandestina, aunque efectiva, desembocaban ahora en tropel,
furiosas , en estas COrtes, vindicando la autoridad de los Obispos a pesar de la
del Papa, suspirando por la fuerza de la antigua disciplina tan maltrecha por
los abusos medievales de la Curia Romana, con franca tendencia a un robu.s-
teclnúento de la autoridad real en materia eclesiástica y una I glesia Nacional ...
No vamos a hacer la apología de estas COrtes, pues si no las condenamos por
infieles o h erejes, las condenamos por cismáticas o próximas a la herejía .. .
Podemos asegurar que las logias (masónicas) ni d irigieron ni gobernaron el
464 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

El 4 de mayo de 1814, Fernando VII vuelve a la "integridad" de


sus funciones regias, desplegando una política religiosa muy pecu-
liar. Técnicamente no se la podrá calificar de regalísta. Pese a nues-
tra íntima y firme creencia vamos a prescindir de calificativos.
Indicaremos el desarrollo de tal actividad en las dos épocas absolu-
tistas, y desde la perspectiva de cuanto hemos expresado, dejare-
mos al lector en plena libertad para que la califique : sólo aporta-
remos fuentes.

pensamiento liberal y regalista al mismo tiempo, de los diputados doceañistas.


Si el Nuncio Gravina -Manifiesto del Arzobispo de Nicea- afirma que los di-
putados parecían Santos Padres; se.r á juicio temerario ver a través de los dis·
cursos que nos han trasmitido las actas más que malévolas intenciones secta-
rias, envueltas en r efinada hipocresía.. . Las Cortes de Cádiz como cuerpo o
colectividad se mostraron siempre católicas; ... tuvieron valor, si se nos permi-
te la expresión, de legislar contra la opinión del pais en la cuestión religiosa,
pues a su lado y a su favor sentían una fuerte corriente que procedía de la
misma Iglesia, integrada por muchos clérigos y algunos Obispos... No podemos
hoy regatear el titulo de piad= a las Cortes de Cádiz. Quizás la iniciativa
partie ra de unos pocos, que es lo que ocurre en toda c olectividad; pero n o ha-
bría lugar a iniciativas si éstas no tuvieran ambiente, no cuajaran o no hallaran
eco en la masa... Confundían la religión con la política, y por medio de ésta
trataban de reformar aquélla. D. Rafael Labra dice que los diputados eclesiás·
ticos fueron 97 .. . Este número representa un 30% de la totalidad de los dipu-
tados, y una supremacía sobre las otras profesiones y que en el pueblo había
algunas zonas de absoluta confianza en el clero ... No es temerario afirmar que
la obra de las Cortes en su cariz religioso fue obra de eclesiásticos... Esto fue
una Asamblea, si n o clerical, predominantemente c lerical, y si hubo anticlerica-
lismo, es porque procedió de los mismos clérigos. Ahora bien, este anticlerica-
lismo no fue negativo, pues quería ser reformista; tampoco fue legitimo, pues
las reformas en la Iglesia n o se hacen, ni deben hacerse por m edio de asam-
bleas popülares, ni por decisiones de la soberanía temporal ... Las r eformas de
la Iglesia debe hacerlas la misma Igle5ia; no un Príncipe o Parlamento laico. ..
Sí Roma se excedió algo en el uso de sus atribuciones durañte la Edad Media,
ahora los representantes del pueblo toman la revancha sobremanera y allá don-
de encuentra una representación o baluarte, grande o pequeño, de Roma, allá
arremeten en franca ofensiva; si el Nuncio, contra el Nuncio; si monjes, contra
los monjes; si la Inquisición, contra la Inquisición... Todo Jo positivo o cons·
tructivo, defendiendo a los Obispos, aunque par ezca absurdo o paradójico, no
tiene otra base que lo negativo o destructivo de una animadver sión a Roma ... "
-- ---

A) 1814-1819.
a) Con respecto a la selección del personal para puestos de
mayor o menor influencia eclesiástica, recién llegado a Madrid, el
24 de mayo de 1814, Fernando VII dirige un importante decreto a
D. Pedro de Macanaz, ordenando que "en las presentaciones para
curatos y beneficios eclesiásticos, a esto se atienda principalmen-
te, a que las ternas y provisiones recaigan en personas que no es-
tén imbuidas en tales opiniones (erróneas y peligrosas, asi en Io-
politico como en lo moral), y hayan dado pruebas de adhesión a
los sanos principios por donde han ido los hombres sabios que en
España florecieron en virtud y doctrina, y con ella dieron gloria a
la Iglesia y al Estado. Pero si por desgracia los Prelados hallaren
que alguno o algunos pusieren estorbo al logro de tan saludable
providencia, o algún otro hecho abusivo, al cual no puedan en uso
de sus facultades ordinarias proveer de remedio, me informarán
de ello, pasando a mis manos las noticias puntuales y exactas que
tuvieren, para que Yo provea lo que convenga. Y espero de su zelo y
de sus obligaciones como tales Prelados, y que son del mi Consejo,
que no excusarán diligencia en cosa tan importante para el bien de ·
la Iglesia y del Estado; de cuya armoniosa unión y mútua 2yuda
pende la felicidad del reino" 29•
Dicho decreto despertó las apetencias de muchos clérigos que
superpoblaron la Corte, provocando drásticas medidas en una Cir-
cular del Ministerio de Gracia y Justicia, con fecha de 26 de sep-
tiembre de 181-1 30•
29. DEcRETOS DEL REY, I, 28.
30. Dlx:. REY, I, 283-288: ~ .. .Los que obtienen Dignidades, Prebendas y Be-
neficios eclesiásticos.... desentendiéndose del cumplimiento de sus sagradas obli·
gaciones, se ocupan exclusivamente en promover (en la Cortel importunas soli·
citudes de las Prebendas más pingües de la Iglesia de España, sin los requisi·
tos indisp.msab~es par.. aspinr a~; nunca ila <Aebicto ser mayor el escktdalo
de este abuso que en la época pres<>...nte, en que reducido en gran manera el nú·
mero de los Ministros del altar por una consecuencia necesaria de haberse
prohibido por las llamadas Cortes generales y extraordinaTias la p::o~.sión de
las vacantes eclesiásticas, son muchas las Iglesias cuyos individuos actuales no
bastan para el desempeño de sus obligaclones con respecto al culto divino, y
todas generalmente claman por su aumento mediante la provisión de las va·
cantes... Imitando el religioso egemplo de sus antiguos predecesores, según se
advierte en las leyes IV, V, VI y VII del título XV, libro 1.• de la Novisima Re-
copilación, y en el XIII de título XVIII del mismo libro...• (S. M.) se ha ser-
vido mandar que se guarde, cumpla y observe con la mayor religiosidad lo
contenido en Jos artículos siguientes. 1.• Todos los eclesiásticos, de cualquier
clase que fueren, que actualmente existan en la Corte sin empleo ni domicilio ·
·466 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Previa la selección del personal -completada posteriormen-


te 31- , funciona su politica económica sobre la riqueza de la Igle-
fijo en ella, y que tengan su residencia en otra parte por ra.zón de sus Preben-
das o Beneficios, deberán trasladarse a la mayor brevedad posible a sus res-
pectivas residencias, presentándose o dando aviso de haberlo verüicado a sus
Diocesanos para los efectos que se expresarán en los artículos siguientes. 2.•
Los eclesiásticos que tuvieron algún motivo justo y legitimo para permanecer
en la Corte lo deberán manifestar en el término de tres dlas, contados desde
la publicación de esta circular, al Presidente del Consejo Real, quien les dará
el competente permiso para que puedan subsistir en ella por el tiempo que con
conOcimiento de causa estimare suficiente. 3.• Ni a los eclesiásticos que deben
salir inmediatamente de esta Corte, según lo dispuesto en el articulo 1.•, ni a
los que puedan permanecer en ella con arreglo a lo prevenido en el art. 2.•, se
les admitirá ni dará curso a las Secretarias de Estado y del Despacho, ni en
las de la Cámara, a ninguna representación, instancia o recurso que hicieren en
solicitud de Dignidad, Prebenda, Beneficio o cualquiera pieza eclesiástica vacan-
te a la Real provisión, mientras no hicieren constar hallarse en su residencia
-desempeñando personalmente las cargas y obligaciones de sus respectivas Pre-
bendas o Beneficios. 4.• Tampoco podrá la Cámara consultar de su motivo a
ninguno de los eclesiásticos existentes en la Corte sin residencia, empleo ni
<iomicfcio fijo en ella; y en el caso de que lo hiciere por equivocación, o a ta-
les eclesiásticos se les dispensare alguna gracia de las indicadas, se tendrá nula
-y de ningún efecto, y no podrán pretender los agraciados que se les expidan los
despachos y titulos correspondientes. 5.• Los ecl.e siásticos que desde el pueblo
<ie su residencia dirigieren, sea por el Tribunal de la Cámara, sea por la Vía
reservada de Gracia y Justicia, cualquiera instancia en solicitud de Dignidad,
"Prebenda, Beneficio u otra especie de pieza eclesiástica vacante a la Real pro-
-visión, acompañarán indispensablemente su representación con las correspon-
dientes testimoniales o letras comendaticias de los respectivos Diocesanos, quie-
nes deberán expresar en ellas la circunstancia de que el eclesiástico en cuyo
favcr las expidieren no ha sido adicto al Gobierno intruso, ni d§dose a conocer
·por la exaltación de sus opiniones durante la ausencia de S. M.; a cuyo efecto
deberán expedirse dichas testimoniales con fecha posterior a la llegada de S . M.
a la capital de sus dominios, despreciándose en un todo las expedidas anterior-
mente. 6.• Para que los eclesiásticos que tuvieren que evacuar negocios de ur-
gencia en esta Corte, o motivo justo y legitimo para venir temporalmente a
ella, lo puedan verificar sin impedimento ni obstáculo de parte de las Autori-
dades encargadas de vcU\r sobre el cumplimiento de esta soberana resolución,
lla tenido a bien mandar S . M., que dichos eclesiásticos manifiesten la causa
de su venida a la Corte a su respectivo Diocesano, quien tomándola en consi-
-deración, les otorgará la correspondiente licencia por el tiempo que considerase
.suficiente; pero bien entendido, que aun cuando vengan a la Corte por motivos
calificados de justos y legítimos. y con licencia del Ordinario, no por ~ les se-
rá admitida solicitud alguna, ni podrán ser consultados ni provistos mientras
no <;e restituy-...n a s u residencia. 7.• Ultimamente se E:nr.ar¡f<l a los M. RR. AI-
:wbispos, venerables cabildos y demás Autoridades y per:;onas eclesiásticas a
<tuienes se manda comunicar esta circular, que le den el más puntual cumpli-
miento en la parte que a cada uno corresponda... "
31. DEX:. REY, II, 753-759 : "R. Cédula de S . M .... : De mi R . orden se remitió
-al mi Consejo en 19 de Agosto de este año (1815) por Don Pedro Cevallos, mi
.Primer Secretario de Estado y del Despacho, para que se expediese la circular
correspondiente, un decreto de S . S., cuyo tenor y el de la traducción al cas-
tellano dice así : ... Beatísimo Padre: Harto notoria es a V. Santidad la fatal
necesidad que ha obligado a los habitantes de España a rechazar al implacable
enemigo Emperador de los franceses Napoleón, quien por medio de una refi-
nada maldad y de una inaudita perfidia tuvo la audacia de ocupar desde el
año de mil ochocientos y ocho una región tan fértil y tan opulenta como des-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y socu:DAD BORBONICA

sia española: con fecha de 1.0 de febrero de 1815 lanzaba el siguien-


te decreto, primer eslabón de una larga cadena: ..He procurado
trulr a san..are y fuego ciudades, gentes y campos. En este peligro común, y en
tal trastorno de cosas, muchos españoles, tanto legos como eclesiásticos secu·
lares y regulares, ya voluntariamente, ya llamados a las banderas encendidos
en el amor de la Religión, del Rey y de la Patria, pelearon con frecuencia de-
nodadamente con el astuto y ag-<1errido enemigo, y consiguieron lúriendo y ma-
tando inexplicables triunfos. Por cuya razón, conociendo muy bien, o a lo me-
nos temiendo hallarse ligados por causa de estas muertes y mutilaciones, aun·
que justas, con el impedimento que se llama irregularidad ob defectum lenitatis,
ha parecido al muy piadoso y al mismo tiempo muy aman.t e de sus vasallos el
Rey Católico Fernando VII acudir ·humildemente a V. Santidad... La sagrada
Penitenciaria habiendo hecho relación a nuestro muy Santo Señor el Papa Pío vn,
por especial y expresa autoridad apostólica comunica la facultad a los vene-
rables en Cristo Padres Arzobispos, Obispos y demás Ordinarios locales del
reino de España, para que por sí, o por otras personas eclesiásticas idóneas
que para esto han de disputar especialmente ellos mismos en cada uno de los
-casos, absuelvan en ambos fueros, imponiendo perutencia saludable, tanto a los
legos como a los eclesiásticos, ya seculares, ya regulares de sus respectiva dióce-
sis, de las censuras y penas eclesiá&icas, si de algún modo por lo arn"ba expre-
sado hubiesen incurrido en algunas; y respecto a los Clérigos y Presblteros que
obtienen beneficios eclesiásticos, condonen plenariamente los frutos hasta ahora
percibidos, y convaliden en cuanto sea necesario los Utulos de los mismos be-
neficios; ~ respecto de los Religiosos los rehabiliten para el egercicio de
sus cargos, y para la voz activa y pasiva, y además dispensen misericordiosa-
mente asimismo en ambos fueros con las mismas personas, tanto legas como
eclesiásticas, sobre la irregularidad contraída de cualquier modo por las cau-
sas alegadas en las preces; de suerte, que si aun no estuviesen alistados en la
milicia eclesiástica, con tal que sean idóneos, y no les obste otro impedimento
canónico, puedan libre y licitamente recibir la tonsura clerical y las órdenes
menores, y aun las sagradas, guardando lo que sea de guardar, pero si ya están
promovidos al sacerdocio, o iniciados en algunas ó rdenes, egercer las recibidas,
y ser promovidos legítimamente a las demás hasta la del Presbiterado inclusive,
y promovidos a ellas servir también en el ministerio del altar, y celebrar misa
-con licencia del Ordinario local, y asimismo recibir y r etener cualesquiera be-
neficios eclesiásticos, aunque tengan aneja la cura de almas, que canónicamen-
te se les confiera, y exigir sus frutos, y convertirlos en sus propios usos y
11tilidad ... Dada en Palacio a 6 de Noviembre d e 1815. Yo el Ray... "
DEC. REY, III, 98-99 : " R . Orden expedida pOr la Secretaria de Gracia y Justi-
cia, renovando la R. resolución de Carlos IV, de 14 de abril de 1804, sobre so-
licitud de presentaciones de prebendas o beneficios, y toma de posesión en los
-60 dias fijados. Madrid, 21 febrero de 1816."
DEC. REY, m, 104-105: "Circular del Consejo Real: En el articulo 1.• del R. de-
creto de S. M. de 30 de Mayo de 1814 (DEC. REY, I , 49) se mandó entre otras co-
sas que los Capitanes Gener&les, Comandar•tes, Gobernadores y Justicias de los
pueblos de la frontera no permitiesen que entrasen en España con ningún pre-
texto a las personas de titu!os, y cualquier Prelado o persona condecorada con
alguna dignidad eclesiástica que le hubiese conferido el Gobierno intruso, e
-estándolo ya por el legítimo hubiese seguiao el partido de aquél, y expatrián-
dose en su seguimiento; previniendo también que si alguna o algunas personas
hubiesen entrado ya en el reino, las hiciese salir de él; pero sin causarles otra
vejación que la necesaria, para que esta providencia quedase egecutada. Y ha-
bi.éndose ofrecido la duda de si los simples Canónigos se hallaban comprendidos
en el citado art. 1.•, o si éste era limitado a los investidos de dignidades ecle-
siásticas de conocida preeminencia; tuvo a bien S . M.... declarar que los Ca-
.nón.igos de iglesias metropolitanas y catedrales se hallan comprendidos en el
citado R. decreto de 30 de Mayo de 1814 ... Madrid, 8 de Marzo de 1816."
468 ALFREDO MARTJNEZ ALBIACR

remunerar a los beneméritos de la patria, publicar sus servicios


y suministrar auxilios ... ; reduciendo extraordinariamente los gas-
tos de mi Real casa, be podido emplear parte de las rentas de mi co-
rona, aunque asombrosamente disminuidas, y una muy principal
del producto de la tercera parte de las mitras de la Península e
Islas adyacentes, sobre las que puedo cargar pensiones en virtud de
indultos apostólicos, y de otra también principal de los fondos de
Expolias y Vacantes, y de la Santa Cruzada... Llama imperiosamen-
te mi atención el restablecimiento, socorro y dotación de las escue-
las de primeras letras, de los curatos, de las fábricas de las parro-
quias, de las universidades o estudios generales, de los hospicios.
casas de expósitos, hospitales y demás establecimientos de caridad...
No he dejado sin embargo de tomar ya bastantes providencias para
el mismo fin, cuales han sido mandar suspender la provisión de los
más pingües beneficios simples, prestameras y prioratos, cuyos po-
seedores no han tenido obligación de servir estos beneficios ... ; he
venido en mandar, que por ahora y hasta nueva orden mia se sus-
penda la provisión de todos los beneficios simples, préstamos ente-
ros y medios, pontificales y toda otra pieza eclesiástica, de cual-
quier denominación que sea, que por costumbre, por tolerancia, o
por otro título no se hubiese residido por sus anteriores poseerlo-
es, y se halle!l vacantes o vacaren a mi R. presentación, o a la de
los Ordinarios, u otros presenteros eclesiásticos; que asimismo no
se concedan más pensionas sobre los obispados de la pe!linsula e
islas adyacentes, porque mi voluntad es que con el producto de es-
tas piezas eclesiásticas y el de la parte que reste cargar sobre las
mitras, se provea a los importantes objetos que dejo manifestado" 32.
El mismo día con otro real decreto encomendaba a la Cámara de
Castilla la supresión y reunión de capellanías y beneficios incón-
gruos 33.
El Ministerio de Hacienda se convertía en la oficina adminis-
trativa de les bienes eclesiásticos. Por ejemplo, en lo relativo al
Noveno y Excusado 34, etc. 35.

32. D.x:. REY, U , 85-86.


33. DEC. REY, II, fn.
34. DEX:. REY, II, 108-109. 466-467: " Circular dt:l H. de Hacieru:la: Habiendo
dado cuenta a S. M. del expediente relativo al Nuevo y Excusado, se ha servido
tomar en su soberaaa consideración el actual estado que tiene, a consecuencia
de las RR. resoluciones circuladas para la celebración de las concordias a que
fueron ezcitadas las santas Iglesias (Doc. REY, I, 90); y deseando S. M. acreditar
al Clero en esto y en los demás alivios que le dispensó con la supresión de al-
gunas contribuciones con que estaba gravado, el aprecio y estimación que le
merece esta clase tan recomendable, hallándose S. M. bien persuadido que co-
rresponderá siempre como hasta aquí lo ha hecho, a su R. comianza en la
Véase nota 35, página siguiente.
JEUGIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 469

b) Ciertamente fue general la colaboración del clero: así lo


reconoció Fernando vn, justamente en una contraorden suya :
"Habiéndose prestado generosamente el clero secular de España a
socorrer las necesidades del Estado, haciendo efectivo el donativo
de la novena parte de las rentas eclesiásticas, a que fue excitado
por circular del 27 de Junio último, y esperando S. M. que en lo
sucesivo le acreditará igual interés al que actualmente ha tornado
por el R. servicio, considera haber cesado el motivo principal que
produjo la R . orden de 27 de Febrero anterior l6, por la que se man-
dó suspender la provisión de prebendas eclesiásticas, hasta que la
Cámara formase un arreglo de las absolutamente necesarias para
el servicio de las Iglesias, y de las que no fuesen tanto. En su con-
secuencia, y habiendo provisto después S. M. las que ha estimado
necesario para premiar los distinguidos servicios hechos a la Reli-
gión y al Estado por diferentes eclesiásticos, y para hacer más plau-
sible el dia del glorioso San Fernando, se ha servido mandar que la
Cámara sobresea en el indicado expediente, y proceda a consultar
los sugetos que considere más dignos para la provisión de todas las
prebendas vacantes en las iglesias metropolitanas, catedrales y co-
legiatas de la Península e Islas adyacentes, excepto las que lo es-
tuvieren en las de Canarias, y q•1e igualmente los M. RR. Arzobis-
pos, RR. Obispos y demás presenteros eclesiásticos puedan proveer

prestación de auxillos que los apuros del reino exijan ... , es su R . voluntad que ...
se expidan al ·intento las órdenes correspondientes para la entrega de los Lrutos
concordados que existieren, y los documentos que n ecesitaren para el benefi-
cio de ellos y las sucesivas recolectaciones , s in perjuicio de que el importe de
los granos y demás especies procedentes de ambos ramos que los Cabildos, ha-
yan aprontado o aprontaren en adelante para la s ubsistencia de las tropas, va-
luados a precios corrientes, se admita en Tesoreria como dinero en cuenta de
plazos... ; siendo también del cargo de los Cabildcs la fom::ación y rendición en
cada año de las cuentas respectivas a los !rutos de ambos ramos del anterior ,
las cuales habrán de remitir a la Contaduria general de la Dirección general
d e Rentas, de cuya at.ribución es la inspección y conocimiento inmediato de
los referidos ramos, para que las ~xamine y se verüique la correspondiente
a!)ro~cióc Callán<tolas confonnes... Mad.- id, 18 Febrero de 1815.~
" R. Orden expedida por el M. de Haczend4: se previene a los C3bildos de Lls
S . I . Catedrales que tengan en adminlstración el Excusado y Noveno -<:Ul/OS
ramos corren por R. O. de 24 de SeptieTI'Iére de 1814 (Dtr.. REY, I , 282),. confinna-
da por la de 18 de Fe'tn"uo último (Dn:. REY, n . lOS-109}-, se entiendan direc-
tamente bajo el sistema que regia en 1808 con la Dirección general de Rentas...
Madrid, 30 de Junio de 1815."
35. Dtx:. REY, II, 397: "Ci rcular del 111. de Hacieneúl : previene se circula la
d e 7 de Noviembre último para que los Colectores de anualidades y vacantes
egecuten con actividad la recaudación de sus productos. y evitar las dudas que
puedan ocurrir a algunos venerables Cabildos eclesíástlcos... Madrid, 7 de Ju-
nio de 1815 . ~
36. DEC. REY, II, 85-86.
470 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

las que estén vacantes o vacaren en lo sucesivo a su presentación


ordinaria" 37•
El 26 de junio del año siguiente, -para "poner a cubierto su
conciencia de toda responsabilidad"- confiaba a los Ordinarios los
informes para la provisión de empleos eclesiásticos ;s_ Sin embargo,
el Ministerio de Hacienda apremiaba en sus exigencias -"se man-
da que los Cabildos eclesiásticos paguen sin demora ni descuento
los caudales que adeudan con atraso a la R. Hacienda" 39; "prestar-
se voluntariamente los concordados a aumentar las cantidades es-
tipuladas en sus contratas" 40- , a la vez que el propio monarca se
enfrentaba con la desamortización iniciada por su padre -de acuer-
do con la Santa Sede por el Breve de 26 de diciembre de 1806--:
"es mi voluntad que la Dirección del Crédito público proceda des-
de luego a cobrar los plazos vencidos antes de la invasión del ene-
migo, aunque se hayan pagado a éste, y asimismo los vencidos y
pagados durante su dominación, si dentro de un mes, contado des-
de la publicación de esta mi R. cédula (lO de marzo de 1817), no
propusieren y acreditaren los compradores la excepción de fuerza
o violencia q11e han sido obligados al pago de dichos plazos" 41_
No nos ensañamos con Fernando VII: exhibimos documentos
que revelan su conducta. Una conducta dentro de la linea de sus
predecesores, e incluso alguna vez con más elegancia y desinterés,
pese a sus errores en materia económica, provocados por el apasio-
namiento antiliberal. Nos referimos al R. decreto de 19 de mayo de
1816 42•

37. DEC. REY, II, 589-590: Palacio, 16 agosto 1815.


38. DEC. REY, III, 235-237.
39. DEC. REY, 111, 95: Circ. de 9 de febrero de 1816.
40. DEC. REY, 11!, 168: Circ. de 11 de mayo de 1816.
41. DEC. REY, IV, 102-106.
42. DEC. REY, III, 174-177: "El Emperador Carlos V trató de enriquecer los
reinos de Aragón y Navarra sangrando los rios Ebro y Jalón; y los Pontífices
Clemente VII y Paulo 11, penetrados de la necesidad y utilidades de este pro-
yecto, concedieron al mismo y a sus sucesores en el reino de Aragón, por ra·
zón de los gastos necesarios para las obras, la percepción perpétua dt<l aumen-
to de diezmos y primicias que resul~ en las tierras puestas en riego, después
de satisfacer a los per ceptores respectivos lo que, recibida información c!el !)ro-
dueto del último trienio, les correspondiese percibir. Las ventajas que logra-
!'On sus vasallos con este auxilio movieron al Emperador a solicitar la extensión
de esta gracia para los reinos de Castilla, León y Toledo, la cual le fue conce·
dida por el Papa Julio m ; y posteriormente a ruego de D. Felipe TI fue am-
pliada por la Santidad de Gregorio XIII a todos los nuevos riegos de las de·
más provincias de España e Islas Canarias. De estas concesiones hizo uso
D. Felipe V, abriendo cauces para regar con las aguas de Jarama y de Tajo.
D. Fernando VI, doliéndose de ver terrenos feraces cubiertos de maleza e in-
cultos, especialmente en la provincia de Extremadura, quiso rducirlos a culti·
vo, y para suplir los gastos necesarios obtuvo de Benedicto XIII el derecho
del aumento de diezmos de estas tierras puestas en labor, del mismo modo que
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 471:'

e) Y de una manera especial y digna ue todo encomio, el de-


creto de 30 de mayo de 1817, en que después de recurrir al Romano·
Pontífice -"siguiendo el egemplo de mi piadoso tio el Sr. Fernan-
do VI"- en busca de ayuda económica, aprueba el primer presu-
puesto de gastos, que le presenta D. Martin de Garay 43 •
si provienieran de nuevos riegos, y con la expresión de que las tierras que in-
cultas no pagaban diezmo alguno estén exentas de todo otro que el correspon-
diente al Rey ... La España regalada con un suelo aventajado ha sido llamada
al eger cicio de la agricultura. Esta d ebe ser la primera fuente de su riqueza...
Esta verdad no ha sido respetada: la novedad de las teorías, la seductora mues-
tra de los trabajos de la industria, sus valederos tan activos en el fomento de·
ésta como sordos a las reclamaciones del modesto labrador, han librado sobre
la agricultura todas las gracias y exenciones dispensadas a favor de la indus-
tria y comercio. .. He tenido a bien excitar el zelo e interés de los A,yuntamien-
tos, cabildos eclesiásticos y sugetos particulares, nacionales o extrangeros, para
que cometan estas empresas -<>bras de riego-; en la inteligeDci.a de que renun-
ciaré en su favor las utilidades que resultarían a mi corona. costeando de su
cuenta dichas obras... Para aliviar el coste de estas obras, no desviar al labra-
dor de las ocupaciones de la agricultura, endurecer al soldado con un modera-
do trabajo, libertarle de los e3tragos d el ocio, y darle un interés individual en
estas empresas con economía del R . Erario, dispondré que la Tropa se emplee·
en sus trab!ljos, bajo de los convenientes arreglos que deben preceder al
efecto ... "
43. DEc. REY, IV, 210-241: " ...Siguiendo el egemplo de mi piadoso tio el Sr.
Fernando VI -que en paz descansa- y otros augustos predecesores, recurrí al
Sumo Pontífice por medio de mi Embajador en Roma, manifestando las ansie-
dades de mi corazón, los apuros de que me veia rodeado, y el pensamiento que·
había concebido de arreglar el sistema de la hacienda en todas sus partes so-
bre pr-incipios de ri¡r..u-osa justicia; por lo cual le supliqué, que mediante estos
r einos habían quedado destruidos con la última guerra, en la cual mis vasallos
heroicamente sostuvieron la santa causa de la r eligión y del trono, del altar y
de sus ministros, se dignase concurrir por su parte concediendo amplias fa-
cultades para que aquel arreglo pudiese verificarse con la perfección que Yo.
deseaba, de la que S. S. había dado ilustre egemplo en las reformas última-
mente había adoptado para sus estados pontificios... E l Stmo. Padre accedió-
en todo a mis ruegos, y a la Secretaría d el Despacho de Estado llegaron cuatro-
bulas, cuya publicación dispondreis (Da:. REY, IV, 247-275), expedidas en R oma
e 15, 16, 17 y 18 del mes de Abril último por las cuales S. S. se ha dignado
conceder amplias facultades para que durante las presentes circunstancias de
penuria en la nueva contribución de setenta millones, que hipotéticamente se
había pr0puesto en las rentas equivalentes de la corona de Aragón, en la con-
tribución d e p aja y utensilios, y en cualesquiera territoriales que se carguen y
recaigau sobre la riqu:!za general, se com:9rendan, sin excepción, les bienes
eclesiásticos del estado secular y regular, guardándose las inmunidades, come
Yo lo había pedido, en las contribuciones indirectas o de pueblos administra-
dos que recaen sobre las rentas, cambios y consumos, y en los diezmos (no
secularizados) y der echos de estola o pie de altar, porque la separación de
éstos y las circi.II'.stancias esenciales de aquéllas lo permiten; también para que
el mismo Clero auxilie las necesidades del Estado por el término de seis años
con un d07Ultivo de treinta millones de reales, repartido por una junta de tres
eclesiásticos que señala (compuesta del Comisario general de Cruzada, Colector
de Espolios, y otro eclesiástico que Yo tenga a bien nombrar), sin Iringuna in-
tervención del Gobierno; asimismo para que los fondos sobrantes de espolios·
y vacantes meyores (de Arzobispados y Obispados) se apliquen a las obligaciones
piadosas del Estado (como son montes pios, viudedades, pensiones, limosna u ·
·-472 ALFREDO MARTINEZ A.LBIACH

El momento era de una gravedad suma, y el Ministerio de Ha-


cienda emprendió severas medidas : derogación de privilegios de
importación sin exceptuar a las Comunidades eclesiásticas 44, aplica-
ción estricta del decreto mencionado 4S sin excluir a la Orden de
San Juan de Jerusalén 46 -sí, en cambio, "los ramos no poseídos
por eclesiásticos" ' 7- ; con lo cual se creó una amplia casuística,

otros semejantes); y últimamente para que Yo con segura conciencia pueda apli-
car libremente, según más convenga en el arreglo del sistema, al tesoro Real
o al Crédito público los caudales y fondos procedentes de gracias pontificias
concedidas... A cuyo fin se observarán y cumplirán inviolablemente los artícu-
los siguientes: 1.• Los gastos necesarios se ajustarán precisamente en lo suce·
--sivo a un presupuesta fijo de cada Ministerio y de mi Casa Real, al valor líqui-
do de las rentas y contribuciones, a la posibilidad de los contribuyentes, Y a
las verdaderas necesidades del Estado. 2.• Estos presupuestos se fijan para el
presente año de 1817 del modo siguiente: Casa Real, 56.973.600 reales; M. Estado,
15.000.000; M. G. y Justicia, 12.000.000; Guerra, 350.000.000; Marina, 100.000.000;
Hacienda, 110.000.000. Y se reservan para gastos útiles en beneficio y fomento
de la agricultura, artes y comercio, 10.000.000; además 30.000.000 para gastos im·
previstos eventuales de todos los Ministerios; y otros 30.000.000 para pago de
· deudas atrasadas preferentes de Tesorería ... "
44. Da::. REY, IV, 292: "Cir. M . Hacienda: se derogan los prit•ilegics que es-
taban concedidos a Cuerpos militares y particulares, comunidades eclesiásticas
y otras personas para la introducción de géneros extrangeros con libertad de
derechos, aun los destinados para objetos de la Real Hacienda; en las aduanas
·.se cobren todos los derechos a los frutos, efectos y géneros extrangeros que se
introduzcan. Madrid, 7 Junio de 1817."
45. Da::. REY, IV, 403: "R. Orden comunicada por el M. Hacienda al Tesorero
general: se manda -en aclaración a las dudas propuestas por el Tesorero gen.
sobre el R. decreto de 30 de Mayo último- que para la entrega del producto
liquidado de Espolios y Vacantes se entienda el Colector con dicho Tesorero.
Madrid, 21 Agosto de 1817."
46. DEC. REY, IV, 443: "R. O . com. p . M. Hac. a la Dirección de Rentas: ex-
presa que los bienes de la Orden de San Juan de Jerusalén están sujetos como
los demás de los regulares, en el sitio o lugar en que se hallen, al pago de la
contnoución general del reino y subsidio extraordinario de los treinta millones
del Clero secular y regular : a todo lo cual el Stmo. Padre se dignó acceder sin
ninguna restricción y en los términos más amplios. Madrid, 8 Septiembre de
. 1817."
Da::. REY, IV, 528-529: " R . C. com. p . M . Hac. a la Dir. de Rentas: El Rey
N . S. ha tenido a b ien declara¡- que las anualidades de prebendas eclesiásticas
concedidas para extinción de la deuda del Estado, están sujetas al pago del
subsidio extroordinario de los tre:nta millon.e s del clero secular y regular, y de
la ccntribución general del reino, según la naturaleza de los bienes que formen
la dotación de las prebendas; y que dichas anualidades deben entregarse por
los Cabildos a los c.:>misionados del Crédito público con las deducciones co-
rrespondi.e ntes a la contribución, al subsidio, o a ambos puntos, como si hu·
biesen de hacerse a los Prebendados cuyas vacantes se hallan aplicadas a aquel
establecimiento. Madrid, 10 Octubre de 1817."
47. Da::. REY, IV, 528: "R . O. com. p . M . Hac. a la Dir. de Rentas: se declara
que los ramos de Tercias Reales, Excusados, Noveno, Diezmos novales y exen·
tos, Y demás, como rentas del Estado, no se hallan sujetos a la contribución
general, Y tampoco al Subsidio extraordinario temporal del Clero, en atención
a no hallars e poseídos por eclesiásticos, que es la circunstancia señalada por
-el Sumo Pontifice para su concesión. Madrid, 10 Octubre de 1817.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCUJ>.-\D BORBONICA 473

atendida diligentemente por el Ministerio de Hacienda 48•

48. Da:. R.F:Y, IV, 529-530 : " R. O. com. p. M . Hac. a l4 Dir. de Rentas: Con
esta fecha digo al Intendente de Gataluña lo siguiente : Enterado el Rey N. S.
del papel de V. S . de 19 de Setiembre último , y de la representación de la Jtm·
ta principal de la contribución general de esa provincia de la misma fecha, en
q ue manifiesta la resolución que ha tomado interinamente bajo la R. aproba-
ción de q ue pagasen la cuota de contribución general que les correspondiese
todos los perceptores de diezmos, atm eclesiásticos que no son Curas Párro-
cos, mintras no justifiquen que los que poseen no son rigurosamente espiritua--
lizados; se ha servido S. M. declarar que su soberana intención a l tiempo de
impetra r del Sumo Pontífice la bula de 15 de Abril de este año ha sido de de-
jar inmtmes y exentos de contribución los derechos de estola o pie de altar,
Y todos los diezmos que posee el Estado secular y regular, y se llaman vulgar-
mente no secularizados; a diferencia de los diezmos que poseen los legos, como
sin violenta interpretación se entendió en todas las provincias. Por consiguien-
te ha tenido a bien S. M. mandar al mismo tiempo que no se imponga en ésa
contribución a todos los diezmos que posee el Clero secular y regular, y q ue
tome V. S . las más enérgicas providencias para que la cuota de contribución
de los dos tercios vencidos de este año se subsane y se devuelva inmediatamen-
te a los perceptores eclesiásticos de diezmos lo que por esta razón se les haya
exigido indebidamente. Madrid, 10 Octubre de 1817."
DtX:. R.F:Y, IV, 534: "R. O. com. p. M. Hac. a l4 Dir. de Rentas: expresa que
los diezmos que posee la Universidad de Alcalá de HenareS están exentos del
pago de contribución general., pero no de la del Subsidio eclesiástico a que per-
tenecen: estos di.e zmos consisten en varios beneficios curados, servideros y sim-
ples que el cardenal Cisneros agregó con autoridad apostólica al Colegio ma-
yor de San Ildefonso para su d otación y otras ftmdaciones, cuyas cargas des-
e m peña la Universidad por medio de Curas o Tenientes. Madrid, 12 Octubre d e
1817."
DtX:. R.F:Y, IV, 640: " R. O. circular de la Dir . de Rentas: Habiendo acudido al
Rey N. S. las abadesas y Comunidades de monjas de la ciudad de Oviedo soli-
citando que los diezmos de todos los convent.os de monjas se miren con la
misma consideración que los de todas las demás comtmidades y personas ecle-
siásticas, y en consecuencia exentos como los otros de la contribución civil, de-
volviéndoseles las cantidades que se les hubiere :!xigido... Disponga no se in-
cluyWl los diezmos ~r.ecientes a monjas en ia C'Jntribución ~eneral . y se las
devuelvan cualesquiera cantidades percibidas; pues es bien sabido que las co-
munidades de religiosas corresponden al Clero regular, y están sujetas por sus
ó.iezmos al Subsidio eclesiástico. Madrid, 1 Diciembre de 1817.~
DtX:. REY, IV, 689 : uR . O. com. p . M . Hac. a la Dir. de Renl4s: expresa que
no están exentas de la contribución general del reino l'lS propiedades territo-
riales de la Orden de San Francisoo. Madrid, 23 Dicietr.bre de 1817."
DtX:. RI:Y, IV, 689: uP... O. com. p. M. Hac a la Dir. de Rentas: se declaran
exentos de la cor¡tribución general del reino los de rechos de Pilas (qu e consis-
ten en diezmos no secularizados, o como poseidos por eclesiásticos que per-
tenecen a la fábrica de la S . l. Catedral con aplicación al culto divi.:lo, y al
ornato y subsistencia del templo). pero no los llamados de Tercias o Be-
neficios tercer os (que consisten en cierta parte de diezmos que del acervo co-
mún perciben los Curas o Beneficiados por e l cuidado y trabajo de colectar
los !rutos decimales, atendiendo a que este premio, atmque sea en diezmos y
no en dinero, es de la misma naturaleza que e l salario dado por motivo pura-
mente temporal a los Administradores, en cuyo caso dejan de considerarse ecle-
siásticos, y se reputan seculares los mismos diezmos que lo son en su primera
y directa pertenencia). Madrid, 29 Diciembre de 1817."
R! LICIOS IDAO H l S PA!(A.•• - Jl
474

Sorprende el frecuente uso de los términos "exactitud y reli-

DEC. REY, Apéndice, pág. 407: "R. O. com. p. M . Hac. a la Dir. de Provisiones :
se declaran sujetos al pago de la contribución ~eneral y Subsidio eclesiástico
los bienes territoriales propios de Maestrazgos de las Ordenes, como los diez.
mos y bienes del estado regular, según R. O. de 8 de Septiembre de 1817 (DEC.
REY, IV, 443). Madrid, 16 Octubre de 1817.·
DfX:. REY, Apéndice, 438: "R. O. com. p . M . Hac. a 14 Dir. del Créditc público:
se manda que por las vacantes de capellaoias y patronatos se perciba sólo una
media anualidad con que únicamente están gravadas por R. cédula de 10 de Fe·
brero de 1805, y que el exceso que se ha exigido se devuelva a sus poseedores por
derecho de sucesión. Madrid, 12 Diciembre de 1817."
. DfX:. REY, V, 7: "R . O. com. p . M. Hac. a la Dir. de Rentas: se declaran exen-
tos por R. decreto de 30 de Mayo de 1817 (DfX;. REY, IV, 210) de la contribución
general los bienes que están gravados con misas, responsos, aniversarios, ofren-
das y otras fundaciones piadosas, que causan derechos de estola o pie de altar
como tales; pero no los bienes gravados con fundaciones que causan tales de-
rechos, sin ninguna otra deducción más que la del caudal anticipado que hace
productiva la propiedad, pues después de deducidos todos los participes de sus
productos han de satisfacer la cuota proporcional de contribución que a cada
uno corresponda en conformidad de la R. O. de 12 Septiembre de 1817 (l)Ec.
REY, IV, 466). Madrid, 3 Enero 1818."
DfX:. REY, V, 15: "R. O. com. p. M . Hac. a la Dir. de lientas: Habiendo dado
cuenta al Rey N . S. de la adjunta exposición de Fray Alonso de Santa Maria de
Guadalupe del Orden de San Gerónimo, quien se queja de la equivocación con
que proceden los Intendentes a incluir en la contribución general las Tercias
Reales que poseen, se ha servido S. M . nuevamente declarar no deben incluirse
en la contribución como diezmos que son. Madrid, 15 Enero de 1818."
DfX:. REY, V, 155: "Circular de 14 Dir. de Rentas: expresa que en la contri-
bución general no deben incluirse las fundaciones piadosas tanto como sea la
parte de !lquélla repartida y satisfecha, pero sí los productos de los bienes y
fincas de Ia.c; fundaciones (ante el Doctor D. Patricio .Magano, Capellán mayor
de Trinitarias de esta Corte, e indivíduo eclesiástico de la Junta principal de
contribución de la provincia, que no alcanza a penetrar cómo pueda verificarse
queden salvos, inmunes e <ilesos los derechos de estola o pie de altar, como
exige la bula de 15 de Abril de 1817). Madrid, 4 Abril de 1818."
DfX:. REY, V, 131: "R. O. com. p. M. Hac. a la Dir. de Rentas: se reitera cuan-
to está prevenido para que sobre los diezmos poseídos por personas eclesiásti-
cas no se exija contribución con motiv:> de la reclamación de la Comunidad
de Religiosas Franciscanas de la Purísima Concepción de la villa de Almonacid
de Zurita (Madrid), devolviéndosele las cantidades exigidas por la Justicia de
la villa de Escaricbe sobre los diezmos de la tercia. Madrid, 16 Marzo de 1818."
DfX:. REY, V, 'll:17 : " R . O. com. p. M. Hac. a 14 Dir. de Rentas: se declaran
como eclesiásticos los diezmos del Priorato de Sar {cuyas ro..ntas disfruta la
R. Academia de San Fernando en la diócesis de Santiago), sujetos al pago del
subsidio eclesiástico, y no a la contiibución; pero que la.c; demás propiedades
y bienes están sujetos a la contribución y su!lsidio, como se verifica con las
de todos los eclesiásticos del clero secular y regular. Madrid, 26 Abril de 1818."
DEC. REY, V, 238: "R. O. com. p . M. H!lC. a la Dir. de Rentas: se declaran
sujetas al subsidio eclesiástico de los treinta millones las Encomiendas que ad-
ministra el Crédito público, y no a la contnoución general. Madrid, 25 Mayo
de 1818."
DEx:. REY, v, 452-454: "Circular del Consejo Real: se previene por la R.. O.
inserta cuanto ha de observarse para la más breve colectación del subsidio ex-
traordinario de los treinta millones: Jos Párrocos de la capital y de.m ás del Obis-
pado de León cobren el contingente del subsidio en sus parroquias, y lo en-
treguen en tiempo oportuno a sus respectivos Arciprestes, con una razón cir-
cunstanciada de los individuos que no le hayan satisfecho, para que a su con-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 475

giosidad" para exigir los pagos, por ejemplo los diezmos 49 , mante-
niendo incluso la Manda P ia Forzosa establecida por las Cortes de
Cádiz de 3 de mayo de 1811 so. Tal rigorismo procuraría enormes
antipatías y resentimientos clericales para D. Martín de Garay, lla-
mado el Nécquer de España s• : el audaz Ministro de Hacienda, que
desde el 23 de diciembre de 1816 interinamente y desde el 29 de
enero de 1817 en propiedad, había luchado denodadamente, en sus
últimos días conseguía un decreto complementario de su obra 52,
secuencia procedan conforme a derecho en virtud de comisión, y con subordina-
ción a los Subdelegados d e la Comisión apostólica; que los Arciprestes estén
obligados a hacer efectivo al fin del plazo en la tesoreria del r a mo todo el con-
tingente de su arciprestazgo, y no egecutándolo o acreditando las diligencias
j udiciales o extrajudiciales practicadas para el cobro, se proceda contra ellos
por los citados Jueces subdelegados a solicitud del Cabildo, como encargado de
la colecta general de la diócesis o de sus comisionados al efecto; y finalmente
que lo mismo se practique con las comunidades religiosas. colegios y otras
corporaciones que por tener diezmos y fincas en muchos pueblos pagan reuni-
do lo que les corresponde en todo, entend!éndose con el Cabildo a este fin. y
por cuya razón se llaman de plana mayor... Madrid. 25 de Agosto de 1818 .~
4.9. DEc. REY, IV, 587: "Circular del consejo Real: se reencarga a las Justi-
cias de todos los pueblos del reino cuiden que los pagos de diezmos que se
egecutan para la Iglesia y el Estado se efectúen con la exactitud y religiosidad
que previene la circular de 9 de Septiembre de 1807 (según las leyes 2.• y 3.•,
tit. VI, lib. 1.• de la Novfsima Recopilación) para contener Jos fraudes y usur-
paciones de diezmos. Madrid, 8 de noviembre de 1817."
50. DEc. REY, IV, 628: •Circular del M . Hacienda: sobre que la 17U1nd4 pía
forzosa establecida por las Cortes en 3 de Mayo de 1811 se continúe exigiendo
en la forma y orden que se encarga : de doce reales en España y de tres pesos
en América y Asia, en todos los testamentos y herencias ab intestato de aque-
llos y estos dominios; como asignaciones a viudas, hijos, madres viudas y pa-
dres pobres de los que fallecieron o quedaron inutilizados de resultas de la
gloriosa lucha pasada; su dirección y cobro corra desde ahora al cargo de la
Colecturia general de Espolios y Vacantes (no de las Juntas pías religiosas crea-
das por dicho decreto). Madrid, 26 Noviembre de 1817."
51. CARNE, Ecsamen critico, 252-256.
52. DEc. REY, V, 383-395: kR. decreto: ... Las medidas prudentes y económi-
cas adoptadas en aquel decreto (de 30 de Mayo de 1817) no han podido produ-
cir aun todo el efecto deseado atendiendo la gravedad del mal que nos aqueja-
ba. .. Por estos motivos y consideraciones Me be limitado por ahora a distribuir
entre Jos acreedores, según la diferente naturaleza de los créditos, los fondos
que permiten las circunstancias de la nación : ... Artículo 16. Para el pago dé
réditos de amortización de la deuda aplico los arbitrios siguientes: ... Los pro-
ductos liquidas de las E:lcomiendas vacantes y que vacaren de las Ct.at.ro Or-
denes Militares y de la de San Juan de J erusalén. Una anualidad además de
la vacante de las m.io;mas Encomiendas, a excepción de las piezas curadas de
las cuatro Ordenes Militares y de la de San Juan de Jerusalén, inclusas sus
Dignidades mayores y menores que por motivos muy singulares tenga Yo a
bien proveer, debiéndose satisfacer aquélla por el provisto, y contarse desde el
dla que correspondan a éste los productos de e1la según los estatutos de las
Ordenes. El producto de dos años inmediatos a la vacante de todas las Digni-
dades, Canonicatos, Prebendas y Beneficios ecle..c:iásticos de cualquier especie de
presentación Real o eclesiástica que se conou:an con cualquier titulo o deno-
minación, así de seculares como de regulares , a excepión de las Dignidades con
presidencia en el Cabildo, las prebendas de oficio y las piezas curadas, confo-r-
me a la bula expedida por S. S. el Papa Plo VII en Roma el día 26 de Junio
476 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

pero la oposiCIOn rabiosamente absolutista y ~lerical consiguió su


destitución y destierro junto con sus colegas ministeriales de Es-
tado -D. José García de León y Pizarro- y Marina -D. José Váz-
quez Figueroa-, el 14 de septiembre de 1818.
Pronto se :percibió el cambio, presidido por el Marqués de Casa
Irujo y secundado por D. José Imaz en Hacienda -y en Marina por
D. Baltasar Hidalgo de Cisneros-: en una R. Orden comunicada
por el Ministerio de Hacienda a la Comisión Apostólica del subsi-
dio extraordinario se comunicaba que " en el presente año se re-
duzca a veinte y cinco millones el repartimiento del subsidio en
lugar de los treinta a que están afectadas satisfacer las rentas ecle-
siásticas -siguiendo los principios de consideración en favor del
Clero secular y regular, según las RR. Ordenes de 26 de Octubre de
1817, 3 de Enero de 1818 y 4 de Agosto de 1818. Madrid, 5 de Octu-
bre de 1818" sJ.
Pronto también aparecieron las primeras exenciones~ y privi-
legios 55• Y la administración se situó en pendiente de bancarrota,
último, que acompaña a este mi R . decreto (DEC. P..EY, V, 412-428) ... Los frutos
y rentas que ha cobrado el Crédito público en virtud de las concesiones ante-
liares de las prebendas que se hallan actualmente sin proveer, se entiendan
percibidas a cuenta de los citados dos años, y se difiera la provisión de ellas
sólamente por el ti.e mpo que baste a completar los dos años expresados que en
calidad de vacante debe percibir íntegros el establecimiento del Crédito públi-
co, quedando el prev<i.sto después con la obligación de pagar la anualidad que
a continuación se expresa. Una anualidad además de la vacaute de los dos años
que queda citada de las mismas pi.e zas eclesiásticas, que áeb¿rá satisfacer el
provisto por iguales partes en los cuatro primeros años contados desde que
hace suyos los frutos, o sea desde la posesión, comprendiéndose tam!>iP.n en el
pago de esta anualidad las Dignidades con presidencia en el Cabildo y las pre-
bendas de oficio, exceptuándose sólamente las piezas curadas, según se expresa
en la misma bula. El producto de todos los lJenefícios simples de presentación
Real y de libre colación eclesiástica o patronato, suspendiéndose su provisión
por el espacio de seis años contados d esde ahora en los" t é1minos que manifiesta
la citada bula. El d e todos los frutos de los economatos desde el fallecimiento
del Párroco ha:;ta la institución canónica del sucesor, pagando antes al Ecóno-
mo, y cubriendo las demás cargas de justicia conforme a la citada bula. El pro-
ducto liquido de los Maestrazgos de las cuatro Ordenes Militares... La quinta
parte del producto de las bulas de Cruzada para vivos y difuntos, y una mitad
de las de ilustres y lacticinios, de composición y demás que se expidieren en
los dominios de España... Las fincas d e obras pías y bienes eclesiásticos secu-
lar"..zados que se administran por el Crédito público... Palacio, 5 de Agosto de
1818."
:i3. Dtc. REY, V , 585.
54. Doc. REY, V, 601. 618 : "R. O. com. p. M. Hac. a la Dir. de Rentas: se de·
ciaran exent os de la contribución general los Ministros del Santo Ofício por lo
que respecta a los sueldos o emolumentos que como tales disfrutan. Madrid, 24
de Octubre de 1818."
"R. O. com. p. M . Hac. a la Dir. de Rentas: expresa que el Voto de Santia-
go en concepto de limosna, está por ahora exento del pago de la contribución
general. Madrid, 3 Noviembre de 1818."
55. DE:c. REY, VI, 1. 11. 97. 164: "R. O. com. p. M . Hac. a la Dir. de Rentas:
-se manda permitir la entrada en esta capital a los artículos de consumo que
RELIGIOSIDAD HISPA.."'A Y SOCIEDAD BORBONICA 4.77

aunque se conservara -Fernando VIl seguía en la linea de sus pre-


decesores 56_ la metodología de recurrir a los bienes eclesiásticos 57,
dentro de un ambiente de euforia en la solicitud de prebendas Y
dignidades, excitado por la autoridad regia 58_

necesitan las comunidades religiosas entre tanto no se formalicen los expedien-


tes para fijar los ajustes mandados hacer : las comunidades eclesiásticas de
esta villa han representado al Rey N. S. que los ajustes que previene el art. '1:7,
cap. 2 de la instrucción de puertas para el abono de refacciones estaban he-
chos por lo determinado en la R. cédula de 25 de Octubre de 1725, señalando
lo que gasta cada religioso, religiosa o comensal de dentro y fue ra de los claus-
tros, y por la certificación que dan los prelados del número de éstos, y que
las era imposible en su pobreza pagar los derechos según la misma, si antes
no se las adelantaba lo correspondiente. Madrid, 2 de Enero de 1819."
"R. O. com. p . M. Hac. a la DiT. de Rentas: se confirma a la Compañia de
Jesús el privilegio que tenia (de Felipe V, en 10 de Marzo de 1723, confirmado
por el Consejo de Castilla en 28 de Julio de 174.4., y Fernando VI en Febrero de
1751) como Religión mendicante para poder usar en todos los negocios del papel
sellado de pobres. Madrid, 15 de Enero de 1819."
"Circular de la Dir. de Rentas: encarga se guarde el privilegio que gozan
los religiosos del Orden d e San Gerónimo de usar el papel sellado de pobres
en todos los asuntos que se les ofrezca, en virtud de la bula expedida por el
Papa San Pio V, en 1567, y después por Clemente VIII, mandada guardar por
el Sr. D. Felipe V por R. decreto de 5 de Marzo de 1739 y el Sr. D. Fernando VI,
por acuerdo y R. cédula del supremo Consejo de Castilla de 11 de Junio de 1756.
Madrid, 16 de Febrero de 1819."
"Circular de la DiT. de Rentas: acuerda la misma que el privilegio concedido
a los religiosos del Orden de San GerónimO para poder usar del papel sellado
de pobres, sea y se entienda sin perjuicio de cumplir las órdenes ya expedidas
o que en lo sucesivo se expidieren por la Cámara u otras Autori.d ades. Madrid,
29 de Marzo de 1819."
56. Ya lo comprobamos tanto en el decreto de 30 de mayo de 1817 (DEc. REY,
IV, 210-241), como en el de 19 de mayo del año anterior (DEC. REY, III, 174-177),
y cuando "destinó la tercera parte de la renta de las mitras para restablecer la
Marina, y que al efecto se obtenga el breve de Su Santidad que autorice esta
aplicación", fechada el 12 de junio de 1816, hallándose de Ministro de Hacienda
D. Manuel López Araujo (DEc. JLry, Apéndice, pág. 162).
57. Da::. REY, VI, 139. 179-181: "Circular de la Dir. de Rentas: expresa el es-
tar sujetas al pago del Noveno las vacantes de beneficios simples, como todas
las demás prebendas y beneficios eclesiásticos por los artículos del capitulo 12
de la instrucción general de Rentas de !6 de Abril de 1816. Madrid, 7 de Marzo
de 1819.r
•R. O. com. p . M . G. y Justicia cl Presidente del Consejo: expresa la aplica-
CIÓn que por ahora 1m de darse a los productos de los Economatos que bmgan
que cubrir: ... 1.• regla: Que los obispados en que administren aun los Ecónomos
las vacantes de beneficios curados, y con cuyos productos se atienda a los ob-
jetos pilidosos de rigurosa justicia a que en la !echa de la bula d~ 26 de Junio
del año último (DEC. REY, V, 412-4..28) estaban afectadas, continúen dichos Ecó-
nomos la administración.. . Madrid, 2 de Mayo de 1819."
58. DEC. REY, VI, 454: "R. decreto, por el que S. M. determina que los M.
RR. Arzobispos, RR. Obispos, Rectores y Cancelarios de las universidades, Aba-
des con jurisdicción vere nuUius, y demás personas constituidas en dignidad
remitan listas e inform.e s de todos los eclesiásticos seculares y regulares de sus
respectivas diócesis, que por sus virtudes y méritos deban ser colocados en las
prebendas y dignidades eclesiásticas, debiendo continuarlas después a fin de
B) 1820-1833.

Adivinamos el asombro del lector ante la fecha, y merece una


explicación. Aunque la segunda etapa absolutista de Fernando Vll
no empieza hasta finales de 1823, nos parecería incompleto el pre-
sente estudio, si prescindiéramos del trienio liberal, al que dedica-
mos el primer apartado: en ese período, pues, el monarca español
influye de una manera indirecta, especialmente en los dos primeros
años, a l menos m oderando las decisiones de las Cortes y del Go-
bierno -sin olvidar que los ministros eran de elección y destitu-
ción r egia-.

cada año, dando lugar preferente a los párrocos que más hubiesen sobresalido
en el cumplimiento de sus obligaciones, y a los catedráticos de universidades y
seminarios que mejor hubiesen llenado sus destinos. Palacio, 13 de Noviembre
de 1819.w
El 30 de :-eptiembre de 1815, una circular de la Cámara del Consejo aun de-
cidia "acerca del valor legal de los concursos a curatos prebendas de oficio y
dignidades con cura de almas, celebrados bajo la dominación enemiga~ (DEc.
REY, Apéndice, pág. 61-65).
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 479

a) Dentro de esta etapa constitucional fernandina vamos a


prescindir -para un estudio posterior, especüico y más amplio del
que en este articulo podemos darle- de la actividad antijesuíta 59
y antimonástica 60, incluidas las enajenaciones 61 , y nos dedicamos
a examinar varios puntos de carácter regalista.
Ante todo, las relaciones con la Santa Sede, entre las que sub-
brayamos los pases de bula 62 y los problemas económicos que se
p lantean 6J.

59. DECRETOS DE lAS CoKIES, VI, 43-45. 310.


60. DEC. CoRTES, VI, 155-159. :J03..3M. 396; VII, 6; IX, 53. 55. 175. 417. 440; X. 31.
6L DEC. CoRTES, VI, 256; VII, 108. 114. 233.
62. Drc.. CORIES. VI, 226; Vil, 37-44; IX, 31: "Las Cortes, habiendo examina-
do la propuesta de S . M. sobre pase de una bula, por la cual S. S., condescen-
diendo con sus deseos, manda que la IIrlsa y rezo propio del Beato Siervo de
Dios Fray Juan Bautista de la Concepción, fundador de los Religiosos Trinita-
rios descalzos, se extienda a todo el Clero secular y regular en los dominios de
España, han dado su con.sentimiento al Rey para que conceda el pase de dicha
bul4, usando en esta oarte de la facultad prevenida en el articulo 171 de la
Constitución por lo respectivo a bulas pontificias; sin perjuicio de lo que al
tiempo de su presentación puedan decir o manifestar los Ordinarios diocesanos.
Madrid, 19 Octubre de 1820. Jose! M.• Calatrava, Presidente.w
"Las Cortes, después de haber observado todas las formalidades prescritas
por la ConstituC:.ón, han decretado lo siguiente : Artículo ... 6.• Además de lo
dispuesto en los artículos anteriores, el Rey, oyendo al COnsejo de Estado en
el mod() y forma que previene la Constitución respecto de los decretos concilia-
res y bulas pontificias, podrá susp~r el curso, y recoger las pastorales, ins-
trucciones y edictos que los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás Prelados
o Jueces eclesiásticos di.r ijan a sus diocesanos en el ejercicio de su sagrado
ministerio, s i se creyese contener máximas contrarias a la Constitución; y se
mandará formar causa siempre que se hallaren méritos para ello... Madrid, 17
Abril de 1821. Josef M.• Gutiérrez Terán, Presidente. Palacio, 26 abril de 1821.
Publiquese como ley, FERNANDO. Como Secretario de E. y D. de G. y Justicia,
Vicente Can.o ManueL Orden de ~ de Abril de 1821 : Publicada en las Cortes en
este día."
"Las Cortes, en uso c!e sus facultades prevenidas en el art. 171 de la Consti-
tución, habiendo examinado la propuesta de S. M. sobre el pase de un breue
e~:~did.J a ruego suyo por 8. S. en ~de Ncviembre de 1819, con el fin de dis-
pensar de coro y residencia a los directores d~ Hospicios, Casas de Misericor-
dia y Expósitos, que tengan beneficios, conservándoles el mismo derecho a los
frutes y emolumentos como si residiE:Sen, han dado su consentimi.e nto para que
se conceda el pase de dicho breve, con la condición de que los referidos eclP..
siásticos sirvan el encargo de la dirección sin estipendio alguno, como se ex-
presa en el mismo breve, percibiendo sólo el producto de sus prebendas o
beneficios. Madrid, 25 Marzo de 1822. Rafael de Riego, Presidente."
63. DEC. CoRTES, VII, 36-37. 59; IX, 106. 144-146. 454 : uLas Cortes, después de
haber observado todas las formalidades prescritas por la Constitución, han de-
c retado lo siguiente: Art. !.•Cesará de todo punto la prestación de dinero u otra
cosa equivalente para RoTTUl con motivo de las bulas de Arzobispados, Obispa-
dos, de dispensas matrimoniales, y de otros cualesquiera rescriptos, indultos o
480 ALFREDO MARTTh""EZ ALBIACH

Pero nuestro interés se cifra en la inter-relación de la economía


del Estado constitucional fernandino y la de la Iglesia española. La
gracias apostólicas. 2.• Siendo conforme a la piedad y a la gener osidad de la
Nación española contribuir cuanto esté de su parte al decoro y esplendor de
la Silla apostólica, y para los gastos necesarios en el gobierno urúversal de la
Santa Iglesia, consignan las Co~ a S. S. "por a.Jwra, y por tria de ofrenda
volunteria", la cantidad anual de nueve mil duros sobre las cantidades que es-
tán señaladas en los anteriores concordatos, sin perjuicio de aumentar esta
nueva asignación si se hallase el Reino en adelante en estado de hacerlo. 3.•
Siendo justo que esta ooriación accidental, acordada por las Cortes en el modo
de obtener las dispensas matrimoniales y demás gracias apostólicas, no induz-
ca en su impetración el menor retraso, adoptará el Gobierno a este fin las
medidas más eficaces para que, despachando de oficio las diligencias interme-
dias los Empleados dotados ya, o que se dotaren en España y en Roma por la
Nación con este objeto, hallen Jos interesados sin costo alguno expeditos los
recursos para obtener las gracias que desean, mandándolo publicar a su tiempo
en la gaceta para conocimiento de todos. 4.• El Gobierno hará presente a S . S.
esta ley por medio de las respetuosas gesti.ones que competen a su autoridad y-
que contribuyan a la buena armonía y reciproca correspondencia entre ambas
potestades, que desean conservar las Cortes, a las cuales dará cuenta de su
resultado. Lo cual presentan las Cortes a S. M. para que tenga a bien dar su
sanción. Madrid, 17 Abril de 1821. Josef M.• Gutiérrez de Terán, Presidente. Pa-
lacio, 15 Mayo de 1821. Publiquese como ley, FERNANDO. Como Secretario de-
E . y D. de G. y Justicia, Vicente Cano Manuel. Orden de 16 de Mayo de 1821:
Publicada en las Cortes en este día."
~orden de 28 de Abril de 1821: Las Cortes se han enterado de la exposición·
que hizo V. E . (Secr. E . D. de G. y Justicia) a las Cortes en 1.• de Marzo últi-
mo, y en que con motivo del nombramiento hecho por S. S . a propuesta del
Rey en D. Gabriel Josef Gil, CUra d e la parroquia de San Gil de Ceuta, para
la dignidad de Tesorero vacante en la iglesia catedral de la misma ·ciudad;
consulta de R . orden si las prebendas reservadas como ésta a la Santa Sede
por el concordato de 1753 está o no comprendida en el decreto de las Cortes
generales y extraordinarias de 1.• de Diciembre de 1810. Y en su consecuencia
se han servido declarar que debe correr la provisión citada como no compren-
dida en el mencionado decreto; y que tanto las proposiciones que entonces se
hicieron, como la resolución que se tomó, se contrajeron expresamente a los
beneficios de Patronato Real o particular y de provisión ordinaria, en que no
se comprenden los reservados a la Silla apostólica, los cuales no puedE;n suje-
tarse a una medida de que los excluye la fe sagrad4 de los tratados."
"Orden de 29 de Abril de 1822: Las Cortes han tomado en consideración
cuanto manifiesta V. E. (Secr. E. D. de G. y Just.) en oficio de 26 del corriente
acerca de la necesidad de autorizar al Gobierno y determinar el fondo para que
se satisfagan los gastos que se llamar. "de ejercicio" por las 6.267 bulas de pre-
ces que en 1.• del presente mes se hallaban pendientes en la Agencia general
d€ Ro~a, o las más que se puedan solicitar Jw.sta el arreglo clej imtivo <ie las
di ficultades que ba encontrado en aquella corte la ley de 17 de Abril del año
último. Y en vista de todo se han senido las Cortes resolver que dichos gastos
deben pagarse o por el resto de los nueve mil duros de la ofrenda acordada e!l
dicha ley, o por el fondo de imprevistos, reintegrándose el Erario de Jos inte-
resados en las bulas."
"Las Cortes, usando de la facultad que se les concede por la Constitución,
han decretado el siguiente arancel de los derechos que se bao de eltigir por
los R . titulas, presentaciones eclesiásticas y otros despachos que se expidan
por las Secretarias del Consejo de Estado, conforme a lo prevenido en el art. l'i
del cap. S.• del reglamento del mismo Consejo: ... 19. Por las ejecutorias de las
mitras, en que se comprenden las abadias y prioratos que gozan esta dignidad,
se exigirá el uno por ciento de la r enta que haya de percibir el agraciado. 20 ..
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONIC., 481.

consideración de datos nos ahorrarán comentarios, fácilmente in-


terpretables como tendenciosos.
Sigue la costumbre de disponer de fondos eclesiásticos 64, espe-

Los Obispos auxiliares pagarán seiscientos y sesenta reales. 21. Por las repre-
sentaciones para curatos o beneficios que tengan aneja la cura de almas se·
observará la misma regla del uno por ciento de su valor. 22. Por las respecti-
vas a toda clase de prebendas y beneficios el tres por ciento. 23. Por las cédu-
las auxiliatorias de planes beneficiales, nombramiento de Provisores, redotacio-
nes de Curatos, separación o desmembración de ellos, permutas eclesiásticas,
y otras de esta clase, doscientos reales. 24. Por las certificaciones que se dan
a los pases de bulas o rescriptos de Roma o del Nuncio, cuarenta reales. 25. Por
las de dispensas matrimoniales, ctiez reales. Por los duplicados y triplicados
que se ctieren de cualquiera clase de despachos, la cuarta parte del principal . ..
Madrid, 15 Mayo de 1822. Miguel de Alava, Presidente."
"Orden de 25 de Junio de 1822: Las Cortes han examinado la consulta que
V. E . (Secr. E . D. de G. y Just.) les dirigió en 4 del corriente acerca de añadir
al presupuesto de gastos de la Secretaria de su cargo los sueldos de los Jueces
de primera instancia, de los empleados en el tribunal de la Nunciatura y gas-
tos de la Agencia de Preces en Madrid y Roma, y en su consecuencia se han
servido declarar: . .. 2.• Que en cuanto al tribunal de la Nunciatura está ya acor-
dado se satis!agan sus sueldos por el imprevisto general, y por lo mismo no
hay necesidad de tomar nueva resolución; y 3.• Que no siendo justo satisfagan
los pueblos a costa de sus contnouciones los sueldos de los empleados en la
Agencia de preces a Roma, cosa jamás usada, se prevenga al Gobierno que forme
una tarifa de los derechos que deban exigirse a los que solicitasen bulas y gra-
cias de Roma, con cuyo producto se mantengan aquellos empleados, presentán-
dola a las Cortes para su aprobación, o llevándola a efecto interinamente, siem-
pre que ~tas concluyeren sus sesiones antes de la aprobación... "
64 . DEC. CoRTES, VI, 116. ~302: "Orden de 14 de Septiembre de 1820: Las
Cortes autorizan el Gobierno dP. S. M. para hacer uso de los fondos de Espo-
lios, Pio e Indulto cuadragesimal, con el fin de atender a la desinfección de
los pueblos cte la isla de Mallorca que han sido invactidos del contagio... Sr. Se-
cret. E . D. de la Gobernación de la Peninsula."
"Las Cortes, usando de la facultad que se les concede por la Constitución,
han decretado : 1.• Que el derecho post mortem y los demás que por concesiones
pontificias o estatutos se observan en las iglesias, se perciban desde la muerte
del obtentor, y se cueoten los do!c años de vacante5, despaés de cumplidas aque-
llas obligaciones si son por tiempo determinado; y en caso de serlo por tiempo
indefinido, después de cuatro meses, aplicando Jos !rotos de éstos a los obje-
tos que tengan derecbo a percibirlos. 2.• Que el Consejo de Estado, como está
mandado, exijan de los Cabildos, y la Junta nacional del Crédito público de los
Colectores, noticia del ctia en que haya vacado cada prebenda, de las obligacio-
nes que tenga de las que habla el articulo anterior, y de las demás que consi-
de:-e oporwno. 3.• Que no Sf; hagan l3s consultas hasta pasado el ténr.ino de
las mencionadas obligaciones, y un año y medio nuis, es decir, medio año RO-
tes de concluir los dos aiios de vacante. 4.• Que en los titulos se exprese el
ctia en que fenecen, imponiendo al provisto la obligación de tomar en el mismo
la posesión, y continuando en el ctis!rute de las r entas de la prebeda que deja
hasta aquel mismo ctia, en que fenecen los referidos dos años: s.• Que en la
anualidad que debe percibirse en cuatro años empiece a contarse desde la to-
ma de posesión; y si no se toma al vencimiento de los dos años, queden los
!rotos desde este ctia al de la toma de posesión, a quien correspondan por de-
recho común o peculiar de la Iglesia. 6.• Las reglas anteriores son aplicables a
las ctigniclades, canongfas, prebendas y ben.e ficios de patronato particular, lai-
cal o eclesiástico, cuyas rentas sean de la misma naturaleza que las de los
beneficios de R. Patronato. Y 7.• Lo son asimismo a Jos beneficios patrimonia-
482 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cialmente de la Bula de la Cruzada 65 , urgiendo pagos (diezmos, "asig-

les que no tienen gravamen de cura de almas, a las capellanías dotadas con
rentas decimales o bienes y gracias de la Corona, y a las de libre presentación,
aunque no tengan rentas de igual naturaleza; pero no a los que además de no
tener otras propiedades ni rentas que las del patrimonio del fundador o de su
familia, pertenecen a parientes o personas determinadas por llamamientos que
hacen forzosa la presentación. Madrid, 7 Noviembre de 1820. Josef M.• catatro-
va, Presidente."
65. DEC. Conn:s, VII, 8-9. 10.11; IX, 37. 541-542: "Orden de 20 de Marw de
1821: Las Cortes se han enterado de Jos dos expedientes remitidos por el an-
tecesor de V. E. (Secr. E . D. de Hacienda) con oficio de 28 de Febrero último,
uno formado a consulta del Comisario general de Cruzada sobre si ha de se-
guirse la costumbre de repartir bulas a los que asisten a los actos de su pu-
blicación, a los Secretarios del Despacho y demás Empleados y Cuerpo racio-
nes de beneficencia; y otro de la Casa de Expósitos de esta Corte y colegio de
la Paz, cuyos individuos han sido socorridos con los sumarios precisos por vía
de limosna, y no regalía, según R. orden de 26 de Enero último; y en su vista
se han servido resolver que se distnouya bula a los que asisten a su publica-
ción, como una honorífica recompensa de su asistencia.; que en caso contrario,
como manifiesta dicho Comisario general d.e Cruzada, seria menester satisfacer
en dinero mucho más que el valor de los ciento y cincuenta o ciento y sesenta
sumarios que se distribuyen; que así se mandó por orden de la Regencia de
24 de Enero de 1812, mayormente cuando ninguno de los que concurren a la
publicación sea empleado co.n sueldo, que son a los que se les ha privado per-
cibir más que el que disfrutan a pretexto de regalías, gratificaciones o actea-
las, por lo cual ninguno del Tribunal de Cruzada ni los demás empleados de
la dependencia tomarán las bulas de gracia que hasta aqui; que siga la aboli-
ción que decretaron las Cortes generales y extraordinarias en 19 de Abril de
1811, en cuanto a las bulas que se repartían a las Secretarias del Despacho, M.a-
yordomia mayor, Consejos, Ayuntamiento de Madrid y otras corporaciones; pues
si las urgencias de la Nación hicieron adoptar estos ahorros y economías, no SOl:!
menos perenlorias y graves las del día, en que se tocan los apuros del Erario, y
por lo mismo la necesidad de economizar la distribución y reparto de 16.062 bu-
las de vivos, 488 de ilustres y 2 de lacticinios, y apoyado en estos fundamentos
mandó el Gobierno en 27 de Noviembre de 1820 que se llevara a efecto la su-
presión de esta regalía, a excepción de las bulas para SS. MM_ y AA., y que con-
tinue la limosna que hasta aqu.i 'han estado disfrutando las casas de Expósitos
y Niñas de la Paz, cuya costumbre debe respetarse por la naturaleza del esta-
blecimiento, a cuyo favor está concedida esta limosna."
"Las Cortes, habiendo ex.a:ffiinado la propuesta de S. M.. sobre la tasa hecha
por el Comisario general de Cruzada de la limosna con que han de contn1luir
los fieles de todas las provincias de la Monarquía Española por las bulas del
año próximo de 1822, han aprobado: Por cada sumario común de vivos se p;;.-
garán i;rcs reales de vellón. De difuntos, id. de i.:l. De ilustres, diez y ocho rea-
les de vellón. De composición, cuatro reales die2. y ocho maravedis vellón. De
lacticinios de primera clase, 54 rs. v. De segunda, 18 rs. v. De tercera, 13 rs. y
8 mrs. v . De cuarta, 9 rs. v. De quinta, 4 rs. y 18 rnrs. v. De indulto de primera
clase, 36 r s. v. De id. <!e segunda, 12 rs. v. De id. de terce:::a, 2 rs. v. Como es
posible que en algunas de las provincias de Aragón, Cataluña, Mallorca, Nava-
rra, Valencia, Orihuela y canarias, en cuyos s umarios se estampaba la limos-
na en moneda peculiar a ellas, no tengan conocimiento exacto de la de vellón;
se añadirá a los sumarios destinados para las mismas la cláusula, después de
la limosna, o su equivalente en moneda del país. Madrid, 21 Marzo de 1821. An-
tonio cano Manuel, Presidente ...
"Orden de 27 de Marzo de 1822: Las Cortes, al mismo tiempo que se han ser-
vido relevar al Comisario general de Cruzada de la responsabilidad que se le
tiene impuesta de poner a disposición del Gobierno 20.000 reales para la apli-
R.EUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 483

naciones" con la amenaza de ocupación de "temporalidades",


etc.) 66_ En cambio, como marco que encuadre nuestra considera-
ción definitiva, tomamos los decretos contra vinculaciones 67 y pro-

cación de limosnas que se distribuyen por San Juan y Navidad, han declarado
que debe cesar esta práctica, por ser primero pagar las atenciones y cargas de
justicia que se bailen en descubierto que las de gracia... Sr. Secr. E . D. de
Hacienda."
"Las Cortes, usando de la facultad que se les concede por la Constitución,
han decretado lo siguiente: Art. 1.• El Comisario general de Cruzada hará in-
dependientemente de toda otra Autoridad la distribución de las bulas a sus Sub-
delegados en las diócesis, en cantidad suficiente intervenida por la Contaduría
general del ramo. 2.• Los Subdelegados las distribuirán a los Párrocos de la
capital y pueblos subalternos con intervención del Administrador gene.r al. 3.• Los
Párrocos las distribuirán a los vecinos en la forma y método basta aquí ob-
servado. 4.• A los Párrocos se les abonarán dos maravedises por bula de las
que expidieren. Madrid, 29 Junio de 1822. Alvaro Gómez, Presidente. n
66. DEc. CoRTES, VI, 196. 222-223; IX, 68-69: «Orden de 11 de Octubre de 1820:
Las Cortes se han enterado de la exposición del Intendente de Valladolid y
ejemplar de la circular expedida por los Gobernadores de aquel obispado, con
motivo de la resistencia al pago de diezmos, que V. E. (Secr. E. D. de Ha-
cienda) dirigió de R. orden con fecha 5 de Setiembre último, para la resolución
de las mismas; y en vista de exposición de la Junta de diezmos de Avila y con-
testaciones de aquella Diputación provincial sobre el propi.o asunto, dirigidas
por V. E. en 22 del mismo Setiembre, y de otras reclamaciones de igual na-
turaleza, se han servido resolver que no habiendo hecho las Cortes hasta aho-
ra novedad alguna en el pago de diezmos, use el Gobierno de sus facultades."
«Orden de 17 de Octubre de 1820: Las Cortes, en vista de la exposición que
acompañamos a V. E. (Secr. E. D. de la Gobernación de la Península) de la
Junta de Se!ioras encargadas de la Inclusa y Colegio de la Paz, manifestando
el extremo de indigencia a que ha llegado dicha casa por el atraso en el pago
de las asignaciones que le están hechas, han acordado que el Gobierno, exci-
tando todo su zelo, emplee el lleno de su autoridad en hacer que el M. R. Arzo-
bispo de Granada sin la menor dilación h2.ga efectivo el pago de los 200.000 rea-
les que adeuda por la pensión de 40.000 que le fue impuesta el año de 1815 a
favor de esta =- Que en iguales términos cumpla e! R. Obispo de Oribuela
con la entrega de 95.000 reales que también parece adeudar su tesorería por
los 38.500 reales que anualmente debe suministrar a la misma casa, aunque sea
necesario que a uno y a otro Prelado, si lo resistilOren ~mo basta aqui, Si! les
o::upasen las temporalídades; disponiendo el Gobierno que se hagan efectivas
las demás pensiones eclesiásticas concedidas por S . M. a esta casa."
•r.as Cortes, habiendo ex:aminado la propuesta de S. M. sobre que ei Colec-
tor general de Espolios y Vacantes verifique la cobranza de los atrasos de me-
dias anatas y mesadas eclesiásticas, han aprobado lo siguiente: Que la Colec-
:uria general, mientras subsista, tenga el encargo de determinar cuanto antes
sea posible los negocios pendient.es en ella, usandC' de las facultades que por
las Bulas y R. decretos competían al Colecto:; entendiéndose que la SUf,lresión
del Tribunal o Autoridae. que conocía en la exacción de mesadas y medias anatas
eclesiásticas hecha en el decreto de 29 de Junio de 1821 era sólo para lo veni-
dero, y no para lo pasado y todavía pendiente. Madrid. 13 de Abril de 1822. Ca-
yetano Valdés, Presidente."
67. DEc. CoRTES, VI, 145-149 : "Decreto XXXVIII : Supresión de toda especie
de vinculaciones: ... Art. 15.• Las iglesias, monasterios, conventos y cualesquie-
ra comunidades eclesiásticas, así seculares como regulares, los hospitales, hos-
picios, casas de misericordia y de enseñanza, las cofradías, hermandades, en-
comiendas y cualesquiera otros establecimientos permanentes, sean eclesiásti-
cos o laicales, conocidos con el nombre de manos muertas, no pueden desde
484 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

visión de beneficios 68, si bien es justo reconocer la preocupación por

ahora en adelante adquirir bienes algunos raíces o inmuebles en provincia al-


gua de la Monarquía, ni por testamento, ni por donación, compra, permuta, de-
comis o en los censos enfitéuticos adjudicación en p renda pretoria o en pago
de réditos vencidos rú por otro titulo alguno, sea lucrativo u oneroso ... Madrid,
'Z1 de Setiembre de 1820. E l Conde de Toreno, Presidente."
68. DEc. CoRTES, VII, 31. 231-232; IX, 398 : "Orden del 8 á.e Abrü d e 1821: Las
Cortes han determinado que, mientras acuerdan lo conveniente sobre el plan
general del clero de España, se suspenda la provisión de los beneficios y cape-
llamas que no tengan aneja cura d e almas, y no fueran comprendidas en el de-
creto de l.o de Diciembre de 1810; que durante la misma época tampoco se
provean las capellanías de sangre, rú se erijan títulos de patrimonio;; y que
estas medidas no sean por ahora extendidas a las provincias del Ultramar; pero
los RR. Obispos, al ordenar a título de capellarúa de sangre o de patrimonio,
exigirán que todos los que se presentaren a órdenes con semejantes títulos
queden en lo sucesivo obligados a la administración de Sacramentos, y para
ello sufra el examen ad curam animarum... Sr. Secr. E. D. de Hacienda."
MOrden de 29 de Junio de 1821: El Dr. D. Francisco Rafael Golmayo, Subdiá-
cono, vecino de Córdoba, D. Bartolomé Pinto, Presbítero, vecino de esta Corte,
y D. Vicente Graos, D. Pedro Pascual Llovet , D. Vicente Chafer, D. Vicente En-
guídanos, D. Josef Belda y D. Vicente Moreno, todos Presbíteros secularizados.
vecinos de Valencia han ocurrido a las Gortes, los dos primeros en solicitud
de que se declare que la orden de 31 de Marzo último prohü>itroa de la erec-
ción y provisión de nuevos beneficios y capellanías hasta el arreglo general
del clero, no les obste para tomar posesión de unas, cuyos litis tenían pendien-
tes; y los demás que se haga igual d eclaración respecto a los beneficios parro-
quiales que gozaron como secularizados en el tiempo de la incomunicación con
la Silla Apostólica, y de que fueron pr~vados a virtud del decreto de la extin-
guida Cámara de Castilla de 21 de Marzo de 1817, en que declaró nulas estas
secularizaciones, obligando a los referidos a volver a la fuerza a sus religiones,
cuyo decreto se halla revocado por S. M. por orden d e 30 de Junio de 1820. Y
en vista de las referidas solicitudes se han servido las Cortes declarar que su
objeto en la resolución de 31 de Marzo citado fue únicamente evitar que se
ordenasen nuevamente a titulo de capellarúas y beneficios, para que no se au-
mentase el número de clérigos con perjuicio del Estado y de la misma I glesia;
pero de ningún modo el perjudicar el derecho c;ue tuviesen los ya ordenados
in sacris a las capellanías y beneficios no comprendidos en la citada suspen-
sión por orden de 1.o de Diciembre de 1820, y exceptuados en la de 27 de Abril
de 1814, pueden y deben por regla general conferirse a los que acrediten dere-
cho a ellas, con tal que estén ya ordenados in sacris ... Sr. Secret. E . D. de G.
y Justicia."
"Or den de 1'J. CW. .1unio de 1822: En vista de la consulta de la Junta diocesana
de Cuenca sobre la inteligencia dei art. 3.0 del decreto de 29 ce Junio último
en la parte que trata de las vacantes, y con presencia también de la opinión
del Gobierno, manifesta:ia por V. E. (Secr. E. D. de G. y Just.) en su oficio mi-
sivo de 11 del próximo pasado, se han servido las Cortes declarar que estando
como debe estarse al rigor de la letra d e dicho decreto y a su verdadero e:;pí-
ritu, no debe entenderse otra cosa sino que el Estado renuncia pa:-a la dota-
ción del clero y del culto las vacantes que se comprenden en la supresión pro-
puesta en el proyecto de ley sobre la reforma de aquél, y son las que resulten
de las dignidades, prebendas, y demás que no han de proveerse hasta quedar
reducidas al número de diez y seis y un Deán en las Metropolitanas, y de doce
con su Deán en las Sufragáneas; pero las que fuesen vacando después de redu-
cidas a este número dado son las que por el citado d ecreto se reserva el Es-
tado, y no otras ... "
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 485

el bienestar social del clero en sus cóngruas ~r~ y en las exigencias


intelectuales en forma de oposición a prebendas y curatos 70•
69. Do:. CORTES. IX, 32-33. 390-391 : ~onren de 25 de !lfar~o de 1822: Las Cortes
se han enterado del expediente instruido con motivo de haber ocurrido a S . M .
D. Antonio de Umbría, Obispo electo de Valladolid y Gobernador nombrado del
mismo obispado, en solicitud de que se le señale con qué subsistir; y han venido
en aprobar la resolución por la cual el Gobierno le asignó la cantidad de 8.000
ducados... , siendo como es la dotación del Obispo electo Gobernador del obis-
pado de Valladolid de rigurosa justicia, y una carga forzosa de las rentas de
la mitra ... El Gobierno proceda mientras se establezca una regla general, re-
solviendo todos los casos de igual naturaleza, a cuyo fin le autorizan competen-
temente ... Sr. Secr. E. D. de G. y Just."
"Orden de 9 de Junio de 1822: Las Cortes han tomado en consideración la
consulta de la Junta nacional del Crédito público, que V. E . (Serc. E . D. de
Hacienda) remitió a las mismas en 29 de Marzo último acerca del cumplimien-
to de los decretos de las Cortes sobre amortización de memorias de misas en
oertos días clásicos o funciones de iglesias en las Pascuas, Minervas u otras
solemnidades semejantes, así como de las fundaciones puramente de misas sin
determinar ni llamar capellán cumplidor, y que se cumplen por los capltulos o
(:8.bildos parroquiales, expresando éstos hacer parte de su cóngrua. Y conocien-
do las Cortes que de declararse atendidas estas solicitudes habrán de ser in-
eficaces e ilusorias las disposiciones de las Cortes sobre la materia, consigna-
das expresamente en el artículo 4.• del decreto de 29 de Junio de 1821, en que
no se hace distinción del destino a que estén aplicados estos bienes; y observan-
do también con el Consejo de Estado, consultado en este asunto, que toda la
dificultad consiste en averiguar si estas fincas son o no precisas para cubrir.
la dotación d.el clero y culto, en cuyo caso está expedito el arbitrio que conce-
de el art. 7.• de dicho decreto, acudiendo las Juntas diocesanas al crédito pú-
blico para la reservación de los bienes necesarios a dichos objetos, tomándolo
-éste en consideración de acuerdo con la comisión de Visita nombrada por las
Cortes ;y últimamente, no encontrando justo que la cóngrua de los eclesiásti-
cos se haga extensiva a toda clase de rentas que disfruten, pues que las Cortes
las han destinado para cubrir otras obligaciones del Estado no menos sagra-
das; y con presencia de las r esoluciones 10.• y .!l.• dadas en 23 de Mano úl-
timo a las dudas presentadas por la comisión de visita del Crédito público, se
han servido acordar se amorticen dichas memorias, si las corporaciones que
las disfrutan no acreditan competentemente ante el Crédito púNico, con apro-
lnción de dicha comisión de Visita, que forman parte de su cóngrua, en cuyo
caso se les reservará la parte precisamente necesaria hasta el arreglo del clero,
-o hasta que las Cortes acordaren otra providencia ... "
70. Do:. CORres, VII, 117; IX, 47-48 : uurden de 25 de t.fyo de 1821 : Las Cor-
tes han resuelto que Jos ejercicios literarios para la oposición de prebendas y
curatos sean en Jo sucesivo los siguientes: la composición y lectura de una
disertación canónica o dogmático-moral, según la c&rrera literaria de Jos opo-
sitores, y un ce:.enidc. CX3men sobre ~ di.sartación y materias canónicas y dog-
máticomoral.e s. ASimismo ron resuelto que !os Ju~ para la oposición de pre-
bendas sean Ganónigos, Y Curas para lOS Curatos, debiendo lle\'3r los primeros
dos años de prebendados, y los segundos doce de Curas ... Sr. Secret. E. D. de
-G. y Just."
uord.en de 31 de Marw de 1822: Las Cortes ordinarias. enteradas de las con-
sultas hechas al Gobierno por los RR. Obispos de Tuy, Astorga, Lugo, Teruel,
Huesca, por los Gobernadores del Arwbispado de Tarragona y Obispado de
Mallorca, y remitidas por éste a las Cortes sobre el cumplimiento del decreto
de las mismas de 24 de Mayo del año pasado, en el que se previene... los ejer-
cicios literarios en la oposición (00:. CORTES, VII, 117?) a prebendas y cura-
tos... , se han servido declarar : Que el citado decreto de las Cortes no está
~n oposición alguna con Jo que se previene en el cap. 18 de la sesión 24 del
486 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Dicha inter-relación económica podríamos observarla bipolarmen-


te: el campo magnético correspondería a los presupuestos guberna-
mentales 71 y al proyecto de pago de la deuda nacional n, localizan-

Concilio de Trento, en el que se dice expresamente que el Obispo o su Vicario


pueda elegir examinadores clérigos regulares o seculares que parezcan más
idóneos, cuando los RR. Obispos de nombrar a los Curas examinadores con las
mismas formalidades que se han acostwnbrado en el nombramiento de los que-
se decían examinadores sinodales. Declaran también que la provisión de cura-
tos de presentación ha de preceder en adelante oposición, y así han de obser-
varse en éstos las reglas prescritas en los demás; y que en los Obispados donde
no baya Curas canonistas, si se presentasen opositores de esta clase, el Obispo
nombrará examinadores teólogos Curas que tengan más aptitud, dejando en li-
bertad a los RR. Obispos y Prelados eclesiásticos de ordenar lo que les parez-
ca más conveniente sobre el tiempo del ejercicio, medios que se han de propor-
cionar a los opositores para formar la disertación, y sobre otra cualquiera me-
dida, con tal que sea conciliable con la resolución de las Cortes del 24 de Mayo,
que será enteramente observada ... Sr. Secr. E. D. de G. y Just." ·
71. DEC. CoRTES, VI, 327; Vil, 345; IX, 507; X , 41-42: "Las Cortes, usando de-
la facultad que se les concede por la Constitución, han decretado los presu-
puestos de gastos para el año que principió en 1.• de Julio último, y concluirá
en !in de Junio próximo : Casa Real, 45.090.000; Min. Estado, 12.000.000; Gober-
nación de la Península, 8.410.375; Gob. de mtramar, 1.368.235; G. y Justicia,
!1.131.110; Hacienda, 173.453.499'23; Guerra, 355.450.916.09; Marina, 96.000 000; te-
tal, 702.904.135'32. Madrid, 8 Noviembre 1820. Josef M.• Calatrava, Presidente."·
"Las Cortes... han decretado los presupuestos de gastos para el año económi-
co que principia en 1.• de Junio próximo, y concluirá en fin de Junio de 1822,
cuyo pormenor es el siguiente: Casa Real, 45.212.000; Estado, 11.460.813; Gob.
Penín., 69.363.155; Gob. mtramar, 1.699.500; G. y Just. 19..620.954; Hac., 156.000.000;
Guerra, 355.450.916; Marina, 89.273.639; Cortes, 8.133.240; total, 756.214 217. Madrid,
29 Junio de 1821. Josef M .• Moscoso de Altamira, Presidente."
"Las Cortes... decretan los gastos de la administración pública para el año·
económico, que empezará el dia 1 de Julio próximo, y acabará en 30 de Junio
de 182J, del modo siguiente : Casa Real, 45.212.000; Cortes, 5.522.365; Estado,
5.760.917; Gob. Penín., 32.448.028; Gob. Ultramar, 941.465; G. y Just., 16.897.899;·
Hacienda, 148.894.075; Guerra, 328.633.983; Marina, 80.502.590; resumen gen erar.
664.813.324. Madrid, 28 Junio de 1822. Alvaro Gómez, Presidente."
"Las Cortes ... decretan los gastos extraordinarios que exige la administra-
ción pública durante el presente año económico, que acabará en 30 de Junio de-
1823, y son los siguientes : Estado, 400.000; Gob. Penin., 13.904.000; Goi>. mtr.,
ff1.392'15; G. y Just., 4.466.957'23; Guerra, 288.433.667'24; Marina, 20.000.000; Hac.,
21.60'J.OOO; Extraordinarios, 95.000.000; suman 443.392.017'28. Madrid, 4 Diciem-
bre de 1822. El Duque del Parque Castrillo, Presidente."
72. DEC. CoRTES, VI, 385-390; VII, 3~359; IX, 528-529: "Decreto Cll: sobre ef
pago de la <lauda nacional : ... Todos los bienes r-..í=, derec!los, rentas y ac::io-
nes de capellanías vacantes y que vacaren. que no son de llamamiento de fa-
milias, ermitas, santuario!", cofradías, hermandades, memorias o fundaciones
(que no estén ~iritualizadas y bagan parte de la cóngrua de los ministros del
altar), y cualquiera otro establecimiento piadoso (que no sean h ospitales en.
ejercicio de enfermería o de hospitalidad doméstica, hospicios. casas de expó-
sitos y de educación, y pertenencias de famflias o personas particulares, o do-
tes para casar doncellas) quedan desde ahora aplicados a la extinción de la.
deuda pública, y la Junta nacional del Crédito público se posesionará de ellos,
los venderá y los administrará mientras no se vendan, pagando las cargas de·
Justicia ... Se formará un fondo de amortización para extinguir progresivamente
la deuda consolidada con los arbitrios siguientes: ... los censos consignativos y
reservativos, enfitéusis, foros, misas y pensiones, y toda carga perpétua o tem-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 487

do los dos polos en el subsidio eclesiástico - revelador indirecto de


la importancia e influencia de las distintas diócesis españolas en la
infraestructura de la politica religiosa 73- , y en el medio diez-

poral que pertenezca a la Nación o al Crédito público por la reforma de los


regulares, bienes de patrimonio Real, pertenencias de la inquisición, redención
de cautivos, temporalidades de los jesuitas, obras pias, santuarios, memorias
Y fundaciones, que están aplicadas y se apliquen al pago de la deuda pública y
graviten sobre bienes y rentas de dominio particuiar, podrán redimirse con cré-
ditos consolidados. .. Madrid, 9 Noviembre de 1820. Jose! M.' caiatrava, Presi-
dente...
"Las Cortes... han decretado acerca del Crédito público: Art.... 3.• Se extin-
guen todos los capitales y réditos procedentes de amortización eclesiástica, que-
dando sus resuitados a favor de la deuda nacional, además de los señalados en
los artículos de que trata el 17 del decreto de 9 de Noviembre de 1820, excep-
tuándose los réditos pertenecientes a capellanes, y los capitales y réditos de
las capellanias laicales y colativas de llamamiento y patronato pasivo de !amí-
llas, que muertos los actuales poseedores deben volver en clase de bienes secu-
lars y libres a las familias respectivas, y todo lo demás que exceptúa dicho art.
17 de 9 Nov. 1820 ... 8.• Las rentas vitalicias, las pensiones de los Manacales
extinguidos y de los Regulares secularizados y que se secularicen, y las de los
capellanes de capellanias colativas y establecimiento de beneficencia, serán pa-
gadas puntualmente a dinero efectivo... 15. Siendo como son tantas las cargas
eclesiásticas y espirituales de misas, aniversarios y otras de esta especie, que
pesan sobre los bienes aplicables al Crédito público, y absorven la mayor parte
de sus productos, se suspenderá su pago, sin perjuicio de acudir a la Autoridad
legitima para la conmutación o reducción de ellas, y se encargará a las Parro-
quias, Seminarios conciliares, casas de beneficencia u otros establecimientos
de lgual clase a juicio de los diocesanos... Madrid, 29 Junio 1821. J . M . Mosco-
so de A., Presidente...
"Las Cortes... bao decretado lo siguiente: Articulo. .. 2.• Para cubrir dich!>s
gastos (del citado decreto de presupuesto de 28 Junio de 1822) se señalan las
rentas y contribuciones que siguen: contribución territorial por rs. v., 150.000.000;
Id. del Clero, 20.000.000; ... Cruzada, 12.000.000... Madrid, 28 Junio de 1822. A. Gó-
mez, Presidente."
73. DEC. CORn:s, VI, 306; VU , 54-55; 251-252; IX, 452. 534-536: "Las Cortes...
bao decretado : l.• Que en los quince millones de reales a que las mismas reba-
jan el subsidio del clero no debe incluirse su propiedad territorial, por estar
sujeta a la contribución civiL 2.• Que de los :r..0'/6.777 rs. que resta ei clero
por los años anteriores se le deben rebajar y abonar en cuenta lo correspon-
diente a la propiedad territorial de fincas rústicas y urbanas, y a los bienes
afectos al subsidio que fueron enagenados en virtud de providencias del Go-
bierno y cuyos réditos ha dejado de satisfacer a sus poseedores el Crédito pú-
blico, quedando a cargo de éste reintegrar a la tesoreria del impone de esta
última partida, de que se descar¡;a <!! subsidio del Clero. 3.• Que cwmdo las con-
tribuyentes eclesiásticos requeridos primera y segunda vez por la JWita apostó-
lica o cuerpos colectores de! subsidio no cumplan con el pago de sus respecti-
vos cupos, pasarán notas certificadas de sus contingentes a los Intendentes de
sus provincias, y éstos les compelerán por ejecución y venta dt: las t.emperali-
dades y bienes necesarios para cubrir sus respectivos descubiertos, arreglán-
dose a la Constitución y las leyes, y sin proceder contra las personas que han
de ser siempre respetadas. Madrid, 8 Noviembre de 1820. Josef M.• Calatrava,
Presidente."
Subrayamos la importancia m!ormativa del siguiente decreto de las Cortes
-29 Junio 1821- y también el que después apartaremos -29 Junio 1822-, los
cuales nos revelan la importancia e influencia de las distintas diócesis espa-
ñolas no sólo en la economía nacional, sino también en la politica religiosa del
488 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

mo 74, fórmula liberal que pretendió sortear las dificultades estu-

Estado: es un medio indirecto -pero esencial- para entender la trascendencia


de ciertos nombramientos episcopales tanto en la época fernandina como en la
isabelina de las Regencias y de la propia Isabel II.
Así, pues, necesitamos examinarlo detenidamente :
"Las COrtes... han decretado el siguiente repartimiento de 30 millones de
·reales v. por contribución al clero por las diócesis de la Monarquia : Albarra-
cín, 48.850; Ager (nullius), 42.829; Almeria, 320.556; Astorga, 723.000; Avila, 532.976;
Badajoz, 259.075; Barbastro, 77.917; Barcelona, 147.733; Burgos, 523.356; Cádiz,
419.417; Calahorra, 484.749; Canarias, 241.000; Cartagena, 614.550; Ciudad Rodri·
·go, 113.004; Córdoba, 1.213.328; Coria, 275.225; Cuenca, 409.700; Gerona, 809.398;
Granada, 512.037; Guadix, 259.194; Huesca, 253.875; Ibiza, 21.976; Jaca, 57.265;
.Jeén, 799.704; León, 433.701; Lérida, 702.274; Lugo, 412.617; Málaga, 694.490; Ma-
llorca, 470.713; Menorca, 63.093; Mondoñedo, 313.300; Orense, 837.594; Orihuela,
·429.957; Osma, 392.294; Oviedo, 943.705; Palencia, 791.964; Pamplona, 769.326; Pla-
sencia, 433.800; Salamanca, 547.015; Santander, 61.042; Santiago, 1.341.124; Segor-
·ve, 120.500; Sevogia, 437.181; Sevilla, 1.747.250; Sigüenza, 573.819; Solsona, 545.021;
·Tarazona, 270.192; Tarragona, 532.389; Teruel, 229.832; Toledo, 2.309.485; Tortosa,
116.403;· Tudela, 27.642; Tuy, 517.230; Valladolid, 227.742; Valencia, 939.900; Vich,
582.015; Urge!, 597.318; Zamora, 358.278; Zaragoza, 1.069.080. Madrid, 29 Junio de
1821. J . M.• Moscoso de A., Presidente."
"Orden de 25 de Abril de 1821: Las Cortes se han enterado del expediente
-que V. E. (Secr. E. D. Hac.) acompañó a su oficio de 15 de Marzo último, sus-
dtado por la Diputación provincial de Burgos, acerca de si las rentas que per-
·Ciben los Cabildos y Curas párrocos con el título de Primicias deben sujetarse
.a la contribución directa; y en su vista se han servido las mismas COtres de-
clarar... deben estar sujetas al subsidio eclesiástico, están exentas de la con-
tribución directa."
"Las COrtes... han decretado ... : Se fija la cantidad con que el clero debe
·acudir por via de subsidio en el año próximo económico, que empezará en 1.•
de Julio del corriente, y a<".abará en 30 de Junio de 1823, en 20 millones de rea-
les. Madrid, 25 Junio de 1822. Alvaro Gómez, Presidente."
"Las COrtes... han decretado el siguiente repartimiento de 20 millones de rs .
·sobre el clero, dividido entre las diócesis de España e Isias adyacentes: Alba-
·rracín, 32.566 rs. v. 22 2/ 3; Ager (nullius), 28.552'22 2/3; Almeria, 213.704; Astor-
ga, 482 .000; Avila, 355.317'11 1/ 3; Badajoz, 172.716'22 2/3; Barbastro, 51.944'22
2/ 3; Barcelona, 98.483'22 2¡3; Burgos, 348.904; . Cádiz, 279.611'11 1/3; Galahorra,
.323.166; C~arias, 160.666'22 2/3; Cartagena, 409.700; Ciudad Rodrigo, 75.336; Cór-
doba, 808.885'11 1/3; Coria, 183.483'11 1/3; Cuenca, 273.133'11 1/3; Gerona,
539.598'22 2¡ 3; Granada, 341.358; Guadix, 172.796 ;Huesca, 169.25ú; Ibiza, 14.650'22
.2/3; Jaca, 38.176'22 2/ 3; Jaén, 533.136; León, 289.134; Lérida, 468.182'22 2f3; Lugo,
275.078; Málaga, 462.993'11 1/3; Mallorca, 313.808'22 2¡ 3; Menorca, 42.062; Mondo-
ñedo, 208.866'22 2/3; Orense, 558.396; Orihuela, 286.638; Osma, 261.529'11 1/3; Ovie-
·do, 629.136'22 2/ 3; Palencia, 527.976; Pamplona, 512.884; Plasencia, 289.200; Sala-
m anca, 361.6'?6'22 2¡3; Santander, 40.694'22 2/3; Santiago, 894.082'22 2/3; SP.gorve,
80.333'11 1¡'3; Segovia, 291.454; Sevilla, 1.164.833'11 l / 3; Sigüenza, 382.546; Solso::l.a,
363.347'11 1/3; Tarazona, 180.128; Tarragona, 354.926; Teruel, 153.221'11 1¡ 3; Toledo,
1.539.656'22 2/3; Tortosa, 77.602; 'l'udela, 18.428; Tuy, 344.820; Valladolid, 151.828;
'Valencia, 626.600; Vich, 388.010; Urge!, 398.212; Zamora, 238.852; Zaragoza, 712.720.
Mo.drid, 29 Junio 1822. A. Gómez, Presidente."
74. DEC. CoRTES, VII, 245-249. 249·250; IX, 89-90. 149·150. 406-407. 416. 418.
·439. 439-440; 547-553 : "Las Cortes... han decretado: Art. 1.• Todos los diezmos y
primicias se reducirán a la mitad de las cuotas que ahora se pagan o deben
pagarse, y se percibirán del mismo modo y de las mismas especies que hasta
aquí se han percibido. 2.• Este producto decimal se aplica exclusivamente a la
·dotación del clero y del culto; exceptuándose las porciones que pertenecen a los
.establecimientos de instrucción y beneficencia por las prebendas y beneficios
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORSONICA 489

diadas en las Cortes de Cádiz con vistas a una justa remuneración

que les están unidos, cuyas rentas continuarán percibiendo por ahora hasta el
arreglo definitivo del clero. 3.• Por esta aplicación el Estado r enuncia el nove-
no, excusado, tercias Reales en Castilla, y tercio décimo en la corona de Ara·
gón, diezmos novales y de exentos, y de nuevo r iego, y cualesquiera otros que
la Nación perciba; y los seculares poseedores de diezmos cesan en la percepción
de las rentas y partes decimales que perciban, exceptuando por lo r espectivo
al Estado las vacantes de las mitras y de las dignidades, canongías y preben·
das de las iglesias catedrales, colegiatas y magistrales, no siendo de las que
se comprendan en la supresión propuesta en el proyecto de ley para la refor·
ma y reducción del clero. 4.• Para indemnizar a los seculares partícipes de diez-
mos se aplicarán todos los bienes raíces rústicos y urbanos, censos, foros, ren-
tas y derechos que poseen el clero y las fábricas de las iglesias. Gozarán de la
indemnización las personas y corporaciones que posean rentas en grano o di·
nero, a cuya satisfacción estén obligados los diezmos; y en cuanto a las fincas
pertenecientes a prebendas, capellanías o beneficios de patronato pasivo de san-
gre, muertos los actuales poseedores, deben volver a las respectivas fanu1ias.
5.• Se exceptúan de lo determinado en el artículo anterior los bienes prediales
y casas rectorales poseídos por los Curas párrocos o Curas beneficiados que tie-
nen la cura de almas, como asimismo las que los RR. Arzobispos y Rr. Obispos
habiten en las capitales, inclusas las huertas o jardines. .. 10.• Se establecerá
una Junta diocesana en la capital de cada obispado para hacer la distribución
de las dotaciones al clero y a las iglesias, con arreglo a las bases que adopta-
ren las Cortes en el plan eclesiástico. .. Queden suprimidos todos los subsi dios
que pagaba el clero, las medias anatas y las anualidades; pero las pensiones que
se hallan impuestas sobre las mitras y sobre las dignidades y otros benefcios
eclesiásticos de cada diócesis, se pagarán del total de las rentas de ella... 17.•
El clero pagará por via de subsidio 30 millones de reales sobre el valor de los
diezmos, repartiéndolos por esta vez la Dirección de contribuciones directas en-
tre las diócesis, por el presupuesto que ofrezca el producto del noveno en el
año común del último quinquenio; debiendo concurrir a este pago los Comen-
dadores de las órdenes militares que existen, conforme han concurrido al pa-
go del subsidio anteriormente. 18.• La Junta diocesana pagará por tercios en
la Tesorería d e la provincia respectiva al contingente que le quepa, y si no lo
hiciese, el Intendente y empleado de la Hacienda harán efectiva la cuota, em-
bargando sin prorrateo las cillas de los diezmos más bien parados. Madrid, 29
Junio 1821. J . M.• Moscoso de Altarnira, Presidente."
"Las Cortes. . . han decretado: Art .... 5.• La r.llsma Junta queda encargada de
que ningún Párroco carezca de la debida y decente cóngrua; y para ello sobre
los predios reservados a los Curas en dicho decreto (primero de las Cortes so-
bre el sistema general de hacienda), y los derechos de estola que sean compa-
tibles,. les asignarán del acerbo común de diezmos y primicias la porción de
frutos que sea necesaria, incluyendo en este repartimiento a los Párrocos de
aquellas iglesias en que los Cabildos ecles iásticos ejercían o pretendian ejercer
c¡¡ra de almas... 7.• Si en alguna dió~esis el medio diezmo y primicia no alcan-
zase a cubrir la dotación del clero y del culto, lo hará presente al Crédito pú-
blico la Jur1.ta diocesana para la reservación de los bienes necesarios a dichos
cbjetos, y éste toman'. en consideración de acu~rdo con la visita nombrada por
las Cortes ... Madrid, 29 Junio 1821. J. M. Moscoso de Altarnira, Presidente."
"Las Cortes. .. han decretado: Art. 1.• Las Juntas dioces<mas que no hayan
distribuido todo el producto del medio diezmo y primicia recolectado hasta el
dia, perteneciente al año próximo pasado, harán inmediatamente bajo su res-
ponsabilidad la participación de existencia, quedando r esponsables los percep-
tores a la parte que les toque pagar del subsidio, hecha que sea la r ebaja in-
dicada en el art. 5.•. 2.• El "mínimum" de la cóngrua de los Párrocos, de que
habla el art. 5. del segundo decreto de las Cortes de 29 de Junio de 1821, será
únicamente por el año anterior la cantidad de 300 ducados, regulando los fru-
lt:!: l..ICtOSID.\0 HISP/SA ... - 32


·._
490 ALFREDO 14ARTINEZ ALBIACH

del clero parroquial, a instancias del canónigo D. Antonio Oliveros

tos de cada diócesis al precio del año de 20, último del quinquenio, y enten-
diéndose en los mismos términos que en dicho art. 5.• se expresan. 3.• Verifica·
da que sea esta cóngrua de los Párrocos, éstos con Jos demás participes de la
diócesis entrarán a percibir del sobrante que resultare, Jo que respectivamente
les corresponda en la forma que prescn"be el art. 4.• del citado decreto de 29
de Junio. 4.• Para que pueda. realizarse la cóngrua de que habla el art. 2.•, las
Cortes autorizan la rebaja del subsidio que sea necesaria en cada Obispado. 5.•
Al efecto las Juntas diocesanas, en unión con los Gefes politicos, Intendentes y
un individuo de las Diputaciones provinciales, o las personas que éstos desig·
naren cuando aquellas Juntas no residan en la capital, barán la regulación de
la rebaja de que habla el artículo anterior con respecto al producto del medio
diezmo y primicia de cada diócesis, y a las obligaciones que graviten sobre el
mismo producto. 6.• El Gefe político de cada provincia cuidará de que tenga
el debido cumplimiento lo dispuesto en los artículos anteriores. Madrid, 23
Abril 1822. cayetano Valdés, Presidente."
MOrden de 16 de Mayo de 1822: D. Vicente Antonio García del Valle, comisio-
nado especial por el Crédito público en la diócesis de Avila, ha hecho presente
que convendría se acordase por un artículo adicional al decreto de 23 de Abril
último la asistencia de la Junta de participes seculares, establecida por el de
29 de Enero anterior al repartimiento del medio diezmo y primicia para hacer
efectiva la cóngrua de los Párrocos. Y habiendo declarado las Cortes que por
el decreto de 23 de Abril no se ha derogado el de 23 de Enero, ni deja de te-
ner expeditas sus facultades la Junta de participes seculares de diezmos para
todo lo relativo a la averiguación del verdadero valor del medio diezmo y ma-
nifestaciones convenientes, lo comunicamos a V. E . {Secr. E . D. de G. y Just.)
de orden de las mismas Cortes para los fines que puedan convenir, acompañán-
dole adjunta la exposición que da motivo."
MLas Cortes... han decretado... : Art. 1.• Continuarán por el presente año las
Juntas diocesanas en la capital de cada obispado de que habla el art. 10.• del
decreto de 29 de Junio del aiio próximo anterior, para entender en la recauda·
ción y administración del medio diezmo y primicia, cuya cobranza se hará con
arreglo a las leyes y a la práctica, y en conformidad a los art. 1.•, 2.• y 3.• del
mismo decreto. 2.• Se sujetan al pago de medio diezmo y primicia los frutos
cie los novales o nuevas roturaciones que a la fecha de este decreto hayan cum-
plido y cumplieren en adelante el tiempo de su respectiva exención. 3.• Las
Junt&.s diocesaL.as se compondrán de las personas que se expresan en el art. 11.•
del citado decreto, y además del Gefe poHtico, Intenden~. un individuo de la
Diputación provincial nombrado por ella, y del comisionado especial del Crédi·
to público, o las perscnas que éstos designen cuando las Juntas no residan en
la capital. 4.• En todas las Juntas diocesanas se nombrarán suplentes de la
clase de párrocos y beneficiados que reemplacen a éstos en sus precisas ausen-
cias y enfermedades ... 11.• Las Juntas diocesanas remitirán al Gobierno en todo
el mes de Febrero del próximo año de 1823 estados puntuales y exactos del to-
tal producto del medio diezmo y prin:úcia que hay¡:n r ecolectado. 12.• El Go·
biemo formará un estado generai y circunstanciado d~ lc.s productos de que
habla el artículo anterior, y lo presentará a las Cortes con la posible brevedad,
a iin de que ástas lo tomen en consideración, y puedan en su vista acordar
definitivamente lo necesario a la decorosa subsistencia y dot4ci6n del culto y
clero. Madrid, 17 Juni? 1a22. Alvaro Gómez, Presidente.•
"Orden de 18 Junia de 1822: La Junta diocesana de Mallorca ha acudido a
las Cortes exponiendo las dificultades que ha encontrado de parte de algunos·
individuos, y especialmente en el Ayuntamiento del pueblo de Santa Margari-
ta, para colectar el medio diezmo, por considerarlo aquellos isleños como pres-
tación señorial, que pagaban antes del decreto de 29 de Junio del año último ar
Conde de Santa Maria de Fonniguera, y que por haber cesado las prestacio-
nes creen que no deben continuar el pago. En su vista, y de lo demás que ex-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 491

-en aquella espeluznante exposición, estudiada por las Comisiones

pone la Junta, con presencia también de las bulas de los Papas Gregorio vn y
Urbano n , según las cuales no puede quedar duda fundada de la calidad de
die=os eclesiásticos y legos en los varios partcipes de la isla de Mallorca; y
sin embargo de no ofrecerla lo determinado en el citado decreto, considerando
las Cortes que mezclándose intereses suele obscurecrse lo más claro, bao ve-
nido en declarar: Que las Juntas diocesanas deben colectar y distribuir la mi-
tad de cuanto los partícipes decimales eclesiásticos y legos colectaban y per-
cibían antes del decreto de 29 de Junio de 1821; y que los contribuyentes a este
pago no puedan eximirse de él mientras no hagan constar no ser décima lo
que hasta dicha época se ha pagado con este nombre ... Sr. Secr. E. D. de G. y
Justicia."
"Orden de 20 de Junio de 1822: La Junta diocesana de Jaén ha representado a
las Cortes varias dudas que le ocurren sobre la inteligencia del d ecreto de 23
de Abril último; y considerando su importancia y la dificultad de resolverlas
en la presente legislatura por el p oco tiempo que queda de sesiones, y el cú-
mulo de negocios que imperiosamente exigen decisión; se bao servido las Cor-
tes acordar que se autorice a la misma Junta, para que en el repartimiento pre-
venido en el citado decreto de los fondos del medio die=o y primicia del año
anterior proceda del modo que mejor le parezca, consultando a un mismo tiem-
po a que las fábricas de las iglesias parroqujales queden compleúzmente dota-
das, el cuUo 120 sufra mengua alguna, y los tenientes o sea coadjutores y de-
más pequeños partícipes 120 carezcan de la subsistencia necesaria... Sr. Secr.
E . D. de G. y Justicia."
"Orden de 24 de Junio de 1822: En vista de lo expuesto por los Beneficiados
de los pueblos de la ribera de Pamplona sobre que su dotación se estime como
la de los Párrocos de que habla el decreto de 23 de Abril de este año, respecto
a que habiendo admitido sus benefícios con sujeción a las cargas de aquellas
iglesias, asisten al confesonario, y a los enfermos y moribundos, explican la
doctrina, y suplen en las ausencias y erúermedades del Párroco; se bao servi-
do las Cortes resolver que siendo estos Beneficios unos verdaderos Coadjuto-
res de los Párrocos, se les considere como a tales Coadjutores en su asigna-
ción y preferenaia entre los que no tengan la cura de almas, cuidando aquella
Junta diocesana de que no les falte su cóngrua correspondiente ... Sr. Secr. E.
D . de G. y Justicia."
"Orden de 24 de Junio de 1822: Los Curas Párrocos individuos de la Junta
diocesana de Ca.rtagena bao acudido a las Cortes, quejándose de que la ma-
yoría de la misma Junta haya acordado privar a los Curas cuya dotación se
completase con el mínimum de trescientos ducados, de la percepción del resí-
duo c¡ue hubiese en el acervo común después de verificado aquel complemento.
En su vista se han servido las Cortes declarar que es voluntaria la inteligencia
dada por la mayoria de la expresada Junta al decreto de 23 de Abril último, en
el cual se establece con bastante claridad que el Párroco cuya c6ngrua no hu-
biese alcanzado anteriormente a trescientos ducados, se le dé ésta por el míni-
mum de! único acervo comúa de cada obispado, y se previene con la miSTJlZ-
claridad que verificada que sea esta cóngrua de los Párrocos, se dé del pro-
pio acervo a éstos y a los demás participes, si resulta sobranú, tanto CUII1lto
hayan percibilfo en el último quinquenio en praporción a los frutos repartibles ...
Sr. Secr. E. D. de G. y Just.•
"Las Cortes... bao decretado: Art. 1.• Se distribuirá el medio die=o y pri-
micia en la forma siguiente : M. R. Cardenal Arzobispo de Toledo, mínimum
500.000 rs. v., máximum 800.000; M. RR. Arzobispos, 100.000, 200.000; RR. Obispos,
80.000, 100.000; 2.• No se comprenden en la dotación anterior los gastos de Pro-
visorato y Secretaria. Para ellos y los Vicarios se señala al M. R. Arzobispo car-
denal la cantidad de 100.000. A los M. RR. Arzobispos, 40.000 A los RR. Obispos,
30.000. 3.• Los Gobernadores de mitras vacantes percibirán la mitad de la de>-
tación señalada a los r espectivos propietarios. Se consideran vacantes para
492 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Eclesiástica y de Hacienda, según vimos al examinar el fenómeno

este efecto las Sillas cuyos propietarios se hallen extrañados de estos reinos.
El Tesoro público, o el fondo de Espolios, no percibirán en el caso de vacante
sino la mitad de los productos de la mitra. Los Gobernadores de sede plena,
cuyos propietarios no se hallen en el ejercicio de su jurisdicción por cualquie-
ra causa, percibirán una tercera parte de la dotación de la mitra, y el propie-
tario las otras dos. 4.• La primera Silla de los Cabildos de las iglesias metropo-
litanas tendrá, 16.000, 24.000; Las Dignidades y Canónigos, 12.000, 18.000; los Ra-
cioneros, 8.000, 12.000; medios id., 6.000, 9.000. 5.• La primera Silla de las igle-
sias sufragáneas disfrutará, 14.000, 20.000; Dignidades y Canónigos, 10.000, 15.000;
Racioneros, 6.000, 9.000; medios id ., 5.000, 8.000. 6.• La primera Silla de los Ca-
bildos de las iglesias COlegiatas gozará, 8.000, 12.000; Dignidades y Canónigos,
6.000, 9.000; Racioneros, 5.000, 7.000; medios id., 3.000, 5.000. Donde no hayan
llegado antes las Dignidades y Canongías de dichas iglesias a estas dotaciones
per cibirán con respecto a las antiguas, no siendo nunca el mínimum y el máxi-
mum inferiores a 3.000 y 5.000. 7.• Las Raciones y medias Raciones de las igle-
sias Catedrales, y las Canongías de COlegiatas que por sus rentas anteriores han
sido estimadas como premio y descanso de los Curas de término, y que en el
último quinquenio han percibido un duplo del mínimum que en los anter iores
artículos se les señala, tendrán igual dotación mínima que los expresados Pá-
rrocos. 8.• Los curatos de tercera clase o término obtendrán, 8.000, 15.000; los
de segunda, 6.000, 10.000; · los de primera, 4.000, 6.000. En esta dotación se com-
prenderá el valor a renta de los censos y predios; pero no el de las casas rec-
torales destinadas para su habitación, ni los derechos de estola, que reserva-
dos exclusivamente a los Párrocos, no se hará m érito de ellos en las asignacio-
nes respectivas. En las diócesis en que los curatos no estuviesen clasüicados,
se hará esta clasilicación por las Juntas diocesanas, poniendo en primera clase
los curatos que se r eputan de entrada; en segunda los que se consideran de as-
censo; y en tercera los de término; y t;erjendo por tipo para est2. clasilicación
el haber que antes te;úan, y las circunstancias particulares de los puP.blos en
que vivan. En los pueblos servidos por dos o más eclesiásticos, no Párrocos
propios de una misma iglesia, se regulará la dotación a juicio de las mismas
Juntas. 9.• Los Vicarios, Ecónomos u otros que r egentan in cápite la cura de
almas, se consideran Párrocos para reclamar las r espectivas dotaciones. Los Te-
nientes, Vicarios u otros colaboradores con título de tales, que prestan s u ser-
vicio bajo la dirección del propietario, percibirán por dotación la ter cera parte
de la señaladl:.. al curato respectivo . En las parroql:.ias donde éstos ya existan,
o se crearen de nuevo con la competente aprobación, por reputarse necesanos
para ayudar a los Párrocos a comunicar el pasto espiritual en sus feligresías,
percibirán la dotación que se les asigna en este articulo del acervo común de
diezmos, aunque hasta ahora hayan sido pagados por los Párrocos. 10.• Los be-
neficios, préstamos u otros cualesquiera oficios eclesiásticos cuya dotauión coc-
sista en diezmos, percibirán una quinta parte menos que la señalada al cura·
te> donde estén instituidos, si aqu.ma cubie-;e ~ido h3sta ac:;.ui mayor que :a de
éste; una cuarta parte menos si era igual; y siE:ndo inferior percibirán la pro-
porcional a la que antes d~frutaban con respecto a la que ahora queda seña·
lada al Cura, el que siempre en su parroquia ha de tener renta superior a los
bene/i':iados y prestamistas. Si la dotacióa de los referidos beneficios , présta-
mos u oficios consistía en predios rústicos o urbanos, continuarán percibien-
dola por entero. Pero si consistía parte en predios y parte en décimos comple-
tarán sobre éstos la cuota que les corresponda, según lo dispuesto en este ar-
ticulo. 11.• Los predios rústicos o urbanos, correspondientes a los beneficios,
préstamos u oficios vacantes o que vacaren, y que no deben proveerse según los
decretos y órdenes vigentes, entrarán desde luego en la masa de bie nes destina-
dos a la indemnización d e los partícipes legos de diezmos. Se exceptúan sola-
mente las fincas o bienes que constituyen la dotación de las capella nías o be·
neficios de patronato pasivo de familias, conforme a lo ya dispuesto por otros
decretos sobre este punto. 12.• Las dotaciones de que hablan los articulas an·
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 493

de la Seculari2ación de bienes eclesiásticos (P p ., c. II0 , art. 2, B,


b, a)), 4)- y del Sr . Calello, el 26 y 28 de agosto de 1813, respecti-
vamente .s.

teriores acrecen proporcionalmente desde el mrmmu:m lulsúz el maxmumz, sin


que pueda exceder de éste; y decrecen con la misma proporción en el caso de
que los rendinüentos del medio diezmo y primicia no bastasen para cubrir el
minimum de todos los perceptores, salvo lo que para este caso se dispone en
el art. 17.•. 13.• Aunque por la reciente aclaración de las COrtes el art. 3.• del
decreto de 29 de Junio del año anterior deben entrar en el acervo común las
prebendas vacantes y que vacaren, n o siendo de las que han de quedar según el
plan gen eral del clero, no se contarán sin embargo para la distribu ción de las
porciones q ue van señaladas en los artículos anteriores, puesto que las dota-
ciones p ersonales no pueden exceder del m áximum. Si resulta excedente des-
p ués de cubierto éste, se aplicará a la indemnización de los partícipes legos
cuyos b ienes tienen contra sí la carga de suplir a la dotación del clero donde
no baste el medio diezmo. 14.• La distribución de las porciones que forman la
dotación personal se hará en frutos o dinero, según el método que las Juntas
diocesanaos hallaren más económico para la colectación y administración del me-
dio diezmo y primicia; si se hiciere en frutos , se adjudicarán éstos por el va-
lor medio que hubieren tenido en todo el año en la capital del partido en que
el perceptor resida o deba residir. 15.• El pago de pensiones sobre mitras u
otros beneficios se verificará bajo las reglas siguientes: 1.• las que constituyen
cóngrua de personas eclesiásticas se satisfarán a los respectivos interesados,
según la clase a que pertenezcan, con arreglo a lo dispuesto en los artículos an-
teriores; 2.• las adjudicadas a los hospitales, hospicios u otros establecimientos
de beneficencia se satisfarán por entero; lo mismo se practicará con las que
disfrutan los establecimientos de instrucción pública para su dotación y de las
personas empleadas en ellos; se comprenden en esta clase los seminarios con-
ciliares; las pensiones de que babia esta regla tienen lugar, cubierto que sea el
mínimum de las dotaciones personales expresadas anteriormente; 3.• todas las
demás pensiones quedan suspensas mientras que no resulte s;,brante del medio
diezmo y primicias d espués de satisfechos los gasto del culto, la dotaciones de
!os ministros del altar en la cantidad media del mbimum y má3:imum de cada
uno, y las pensiones d e que habla la regla anterior 16.• Las Juntas diocesanas
señalarán la cuota n ecesaria a la decencia y decoro del culto divino y a la ma-
nutención de los minist ros inferior es en las respectivas iglesias, oyendo a los
Páriocos con mérito a las suyas; cuya consignación cubrirá a la par con las
dotaciones per..onales ::le los r::llnis::ros del altar. 17.• El el medio diezmo y pri-
micia no bastasen para cubrir el término medio de las dotaciones personales,
los gastos del culto y las pensiones de justicia de que hablan las reglas 1.• y
2.• de la base l4, se reservarán en todo o parte los predios rústicos y urbaLos
necesarios para completar estas obligacio:c.es; a cuyo fin las Juntas diocesanas
instruirán los oportuncs expedientes, que remitirán al G<:>bierno para la Ct>rres-
pondiente resoluci~n . Estcs experientes se instruirán con audiencia e informes
de las Juntas de participes legos de oue habla el decreto de 29 de E:lero de
este año. 18.• Se faculta al Gobierno para que resuelva las duGas que puedan
ocasionarse en la ejecución del presente decreto. 19.• Asimismo para rectificar
la estadistica de perceptores y de productos del medio diezmo y pritricia, y en
general para facilitar cuanto antes el arreglo definitivo del clero, se encarga al
zelo del Gobierno la creación de una Junta auxiliar, compuesta de tres o cinco
eclesiásticos, sin otra retribución que la percepción por entero de sus respec-
tivas prebendas o benefcios, como si personalmente residiesen en sus iglesias,
Y una ayuda de costa, que podrá dárseles sobre el fondo de imprevistos gene-
rales del Ministerio para indemnizarles de mayores gastos de su residencia en
la Corte, con tal que no esced a de 50.000 rs. repartibles entre todos; cuyos tra-
bajos presentará el Gobierno con s u informe al principio de la próxima legis-
latura. Madrid, 29 J unio 1822. Alvaro Gómez, Presidente."
75. D IARIO DE SESIONES DE CoRTES, XXII, pág. 224-255.
494 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) Los Cien Mil Hijos de San Luis barrieron la segunda etapa


constitucional, y a fines de 1823 proliferaron obras como la de José
Gómez de Hermosilla para "disipar la funesta ilusión en que los
jacobinos han procurado mantener al pueblo español por espacio
de tres años, prometiéndole felicidades cuando le sumían en la más
espantosa miseria; hablándole de libertad cuando le tenían en la
más c~ura esclavitud, y llamándose regeneradores de la España cuan-
do por todos los medios imaginables consumaban la ruína de este
país desventurado" 76• Tan apasionado coro arúmó a Fernando VII
sobre la "senda" absolutista; en realidad, fueron sus más exaltados
partidarios quienes encauzaron los pasos de un monarca tan irre-
soluto, quien paradójicamente se resistió a reponer la Inquisición
pese a las insistencias de los "feotas", título con que eran conocidos
-según el testimonio de Fernando Fernández de Córdova 77- los
defensores de la fe o voluntarios realistas 11.
Las primeras medidas de éstos que prepararon el camino al Du-
que de Angulema, se encaminaban en favor del clero regular y en
contra de los secularizados, volviendo "al ser y estado que se halla-

76. GóMEZ HI:RMosiLU, El JacobísmO, I , pág. 5. Se compone la obra de un


discurse preliminar -<>rigen, progresos, decadencia, r enacimiento y estado ac·
tual del jacobinismo en las naciones civilizadas del antiguo y nuevo mundo-,
introductorio para describir los "errores d e los jacobinos" en tres tomos : SO·
beranía del pueblo (tomo I, pág. 75-137), contrato social (I, 137-194), derechos
del h ombre y d el ciudadano (I, 194-III, 445) : libertad (I, 194-450) - "la libertad
es mayor con la ley d e la censura que con las llamadas represivas"-, igualdad
(ll, :i-139), propiedad (II, 139-340) - incluye la d esamortización (II, 272-340) -, se-
guridad (TI, 340-446), resistencia a la opresión (ill, 3-352), derecho de reunión
(III, 352-399) y de petición (ID, 399-445).
77. F. CóRDOVA, Mis memorias inti:m.ls, I, 32. 46.
78. DEcRE:ros DEL REY, vm, 1; x, 225; XI, 77 : El primero de enero de 1824 a
través del Ministro de Hacienda, D . Luis López Ballesteros, se comunicaba a
la Dirección general del Crédito público q ue el eclesiástico Colector general d e
Expolias cuidara de ~las !)ropiedades de toda especie correspondien!es al 'I'ri-
bunal de la Inquisición, en las cuales se com prenden las pensiones y rentas de
las Canon.,aias r.onsignadas al mismo ... y que subsista s:.n embargo empleados en
las Oficinas y dependencias del Crédito público las que antes lo fueron de la
Inquisición; y que el Sr. Colectcr general de Espolios cuide del pago de los
s ueldos correspondientes a los individuos de dicho TnOunal".
Al año siguiente -el 15 de julio-, por el mismo Ministro, d eclaraba "las per-
tenencias de la Inquisición sujetas a la contribu ción de !rotos civiles y que de-
ben satisfacerse los atrasos d esde 1794".
Y el 17 de marzo d e 1826, en una R . orden comunicada por Calomarde, para
"evitar la e ntrada y circulación de los libros impíos, estampas y pinturas obs-
cenas", se renovaban unas providencias, "interim señala dia para tratar de la
Inquis ición".
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 495

ban antes del 7 de Marzo de 1820", antes de que Fernando vn sa-


liera del Puerto de Santa María 79_
79. DEc1u:ros DE 1.A JUNTA PROV1StONAL, Rtcf::I;CIA DEl. Roso Y DE S. M., t. Vll,
pág. 1-2. 14. 35. 87: •r.a Junta provisional de Gobierno de España e Indias, con-
siderando los 77UJles que puede traer al EsUJ.do y a la misma Reügi6n el con-
servar en la clase de Curas, servidores y ecónomos, y en el uso de las lioeDcias
de confesar y predicar a los Regulares que han obtenido su secularización en
virtud de los últimos decretos de las pretendidas Cortes, y con presencia de
los informes que ha tenido a bien reunir sobre la conducta observada por los
mismos durante esta última desgraciada época de calamidades, asi como el
modo con que han obtenido las secularizaciones, y lo mucho que importa que
el pasto de la doctrina se distribuya a los fieles por Eclesiásticos Ubres de toda
nota, en quien es no pueda r ecaer alguna sospecha de adhesión al sistema de in·
novación introducido por las expresadas pretendidas Cortes; se ha servido S.
A. S. resolver se encargue muy particularmente a los MM. RR. Arzobispos, RR.
Obispos y demás Prelados con jlli1isdicción vere nuUíus, y a los Vicarios capitu-
lares de las iglesias vacantes procedan i.n mediatamente a recoger las licencias
de confesar y predicar que se hayan expedido en favor de los Regulares secu-
larizados, como también los títulos de economatos de Curatos, servidores de
beneficios, capellanfas y administraciones que se les hayan concedido en estos
últimos tres años, encargándoles también muy estrechamente ejecuten esta re-
solución sin excusa ni pretexto alguno, procurando sustituirles Eclesiásticos
seculares o Monges de los que hayan salido del claustro en fuerza de las ex-
pulsiones arbitrarias decretadas por el Gobierno revolucionuio; y en su defec-
to Religiosos que hayan permanecido en el claustro sin dar motivo de censura
con su conducta. Y por último que dispongan se restituycm a sus respectivos
pueblos de su naturaleza, con encargo a los Vicarios foráneos y Curas Párrocos
de que estén muy a la mira de su conducta, y les den cuenta de cualesquiera
excesos que adviertan, para que por su coooucto se eleve a noticia del Gobier-
no... Cuartel gen.e ral de Vitoria, 28 Abril de 1823. EcuiA. Presidente.•
~ordenes circul4das pcrr el Ministcio del Interior: La Regencia del Reino
quiere que se lleve a puro y debido erecto la orden expedida por la Junta pro-
visional de Gobierno de España e Indias en el Cuartel general de Vitoria a 28
de Abril último, sobre que los MM. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás Pre-
lados con junsdicción ver e nuUíus, y los Vicarios Capitulares de las Iglesias
vacantes procedan inmediatamente a recoger las licencias de confesar y pre-
dicar que se hayan expedido en favor de Jos r~gulares secularizados; como tam-
bién los t!tulos de economatos, de curatos, servidores de beneficios, capellanías
y administraciones que se les hayan concedido en estos últimos tres años, con
Jo demás <;ue en eU;. se espresa... Palacio, 31 Mayo de 1823.~
-r.a Regencia del Reino, ocupada con zelo infatigable en el resablecimiento
del orden, y deseosa de restituir a todas las clases del Estado el goce de sus
derechos, de que violentamente fueron despojados por el pl'etendido Gobierno
constitucional, ha venido en repOner uxros los institutos religiosos al ser y es-
tado que se hallaban antes del 7 de Marzc de 1820; y qu!ere que se b:lga ente.Tl-
der a los Prelados, cabezas áe los mismos, que declarados nulos tocU>s los actos
y decretos del Gobierno constitucional sobre Regulares. queda expedita su ju-
risdicción como la ejercían antes de las novedades introducidas por él. y re-
movidos cuantos óbices opuso a su ejercicio : en su consecuencia procederán
desde luego por medio de la convocación de sus capítulos provinciales, definito.
rios, o los que dicten sus respectivas reglas o estatutos, a la elección canónica
de Prelados y demás funionarios, cesando todos los que hubieren sido elegidos
a virtud de los mencionado<; decretos, reemplazándose estos oficios hasta su
canónica elección por medio de Presidentes o de aquellos que estén prevenidos
para tales casos, conforme a los propios estatutos ... Madrid, 11 Junio de 1823."
"Orden circular del Min. de G. y Just icia: Diferentes comprobadores de fin.
cas pertenecientes a los monasterios suprimidos por las llamadas Cortes han
496 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

El Rey seguiría estos pasos que le harían grato a los ojos del cle-
ro regular 80, en especial por la res tauración de los jesuitas 8' .
También los cimientos de su política económica fueron puestos
por la Regencia: el indulto pontificio de los 30 millones había ca-
ducado y se solicitaba otro para que "el clero secular y regular con-
tribuya desde este año y durante la escasez del R. Erario con la
cantidad anual de diez millones de reales". Idéntico sistema, pero
más llevadero para el clero, al que devolvían el diezmo completo 82
recurrido a la Regencia del Reino solicitando la revalidación de tales ventas y
subsanación de los perjuicios que suponen habérseles irrogado por el despojo.
Asimismo han representado varios Prelados de Comunidades religiosas, pidien-
do se declare perl.enecerles los frutos pendientes en las mencionadas fincas. En·
terada S. A. S., ha venido en resolver que estando acordado el reintegro de los
monasterios e iglesias de la quieta posesión de sus bienes y rentas injustamente
usurpados por consecuencia de la nulidad ya declarada de todos los actos pú-
blicos y administrativos y todas las providencias del Gobierno erigido por la
rebelión, se hallan resueltas las solicitudes de los compradores que aspiran a
retener los bienes comprados; mas en cuanto a los frutos pendientes ha tenido
a bien declarar S. A. que deben pertenecer íntegramente a los mismos compra-
dores o a los arrendatarios, con la obligación de pagarse por éstos a las igle-
sias o monasterios las cantidades estipuladas en sus escrituras de arrendamien·
tos, y aquéllos el arrendamiento que convinieren entre si o por señalamiento
de peritos nombrados por ambas partes; entendiéndose sólo por el presente
año, y con la condición de dejar en libertad a las iglesias o monasterios de dis·
poner de las fincas y cada una de ellas a su arbitrio, alzados que sean los fru-
tos pendientes, sin perjuicio de que tengan efecto las transacciones hechas has·
ta la fecha... Madrid. 12 Agosto de 1823."
80. DEC. REY, VIll, 47-48; IX, 32().321; XI, 5: El 13 de enero de 1824, a ins-
tancias del Procurador general de la Orden de San Benito, basándose en la
declaración de la Regencia del 11 de junio anterior, anulaba los testamentos de
monjes exclaustrados fallecidos en favor de sus parientes, umandando que los
agraciados devolvjesen a los monasterios todo el dinero, alhajas y demás efec-
tos", pues los ureferidos Monges, no habiéndose secularizado... , no podian tes·
tar."
Una R. orden comunicada por el Ministro D. Luis López Ballesteros, el 19
de octubre de 1824, a la Dirección gener-..1 de Rentas, volvía sobre el menciona-
do decreto de la Regencia, de 15 de agosto de 1823 (DECR. R:EX:ENCIA Y REY, VIl,
87), insistiendo: udeberán percibir íntegramente los frutos pendientes al tiem-
po de la !)ublicación de la R . cédula de 2 de Febrero del anterior los que hu-
biesen llevado en arrendamiento los mencionados bienes, entendiéndose esto só-
lo por el p;:esente año... "
La R. cédula de 16 de enero de 1826, a solicitud de los Procuradores gene-
rales de la Compa.ilia de Jesús y de las Orden~s de San Benito y otr:ls, decla-
raba unulas todas las redenciones de censos pertenecientes a los Regulares he-
chas en la época de la Constitución .. ., y los censualistas deben pagar a las
r~spectivas Comunidades Religiosas las pensiones que hayan vencido desde las
redenciones."
81. DEC. REY, VTI , 243; VIII, 208; IX, 429-430: el 16 dt> diciembre de 1823,
ordenaba la entrega a los jesuitas, de sus temporalidades; pero el 19 de febre-
ro de 1824, D. Luis López Ballesteros comunicaba la R . orden -a petición del
Superior general de los Jesuitas- de entregar "todos los atrasos, beneficios y
obligaciones, sin que vuelva a tener más el gobierno que intervenir en esta ma-
tria".
82. DEC. RExiENCIA, vn. 18-20: uLa indiscreta pasión de la novedad y el cri-
minal empeño de engañar a los pueblos con falaces y seductoras teorías hizo
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIED.'\D BORJIONICA 497

con la colaboración de "los que perciben los legos" -"contribuyan

que el Gobierno revolucionario en 29 de Junio de 1821 redujese a la mitad las


cuotas que se pagaban por razón de diezmos y primicias. Esta medida dejó in·
dotado al Clero, y de aquí la indigencia a que se han visto reducidos los minis-
tros del altar, y el abandono del culto por !alta de fondos precisos para sos-
tenerlo, sin que resultase de ella ninguna ventaja real y efectiva o /a:oor del
pueblo, en cuyo obsequio quiso hacerse esta gracia. LOs Est.cldcs tienen CCirgCIS
Jijas que de ninguna manera pueden desatender : es preciso que se cubran con
contribuciones; y cualesquiera que sea su clase o nomenclatura, d e ellas debe
sacarse necesariamente el importe de los gastos El Gobierno revolucionario dis-
pensó a los pueblos el pago de la mitad del diezmo, pero los cargó con otras
inmensas contribuciones para llenar aquel déficit; y esta disposición no pro-
dujo otros erectos que el variar los nombres de las exacciones, y el s uprimir
una contribución cmtigua, y a la que el pueblo español estaba acostumbrad(),
subrogando en su lugar otras muchas nuevas y de dificil distribución por la
!alta de bases que deben preceder a su establecimiento. Aquel Gobierno, lejos
de minorar, aumentó de una manera escandalosa sus presupuestos; y éstos ha
debido cubrirlos el pueblo, al paso mismo que se les trataba de seducir con
hala,oüeñas esperanzas de efímeros alivios. Las tierras sobre que principalmen-
te gravita la contribución decimal vienen gravadas desde la más remota anti-
güedad con aquella carga que ha hecho disminuir el valor intrinseco de las
fincas. En su adquisición se ha considerado con menos valor aquel gravamen,
y este mismo se ha tenido siempre presente en los arrendamientos. S . A. S.,
que no se deja de llevar de1 espiritu de novedad, y en cuyas resoluciones influ-
yen la justicia y la equida(l con exclusión del material sonido de las voces no
ha podido menos de conocer que el decreto d e 29 de Junio de 1821, por el que
se r edujo a la mitad la cuota de diezmos y primicias, no trae ninguna vent.clja
al pueb lo, porque de él r esulta un déficit en las rentas del Estado, que es pre-
ciso sea cubierto por los mismos españoles; y es además injusto. porque aumen-
tando el V3.1or de las propiedades, llace una donación de su importe a favor de
una sola clase de1 Estado en perjuicio de tGdas las d<mlás; altera el orden y
método de contribuir a que se estaba acostumbrado, y por último ataCCI a unos
bienes que la relígiosidad española ba mirado siempre con el mayor respeto, y
forman uno de Jos ingresos más considerables de la R. Haciend¡.. La Regencia
de l Reino, consiguiente en sus principios, se ha servido resolver que quede sin
efecto e l referido decreto de las Cortes de 29 de Junio de 1821; y que des de este
año inclusive se paguen los diezmos y primicias íntegramente, y en los mismos
términos que se hacia basta el precitado decreto, corriendo por ahora la ad-
ministración y dirección de sus productos bajo las propias bases y forma que
se hacia antes del 7 de Marzo de ur..o. Por bula expedida en Roma en 15 de
Abril de 1817 se sirvió S . S. conceder indulto al Rey N. S. para que válida, li-
bre y licltamente pudiese por el espacio de seis años exigir para el alivio de
su R. Erario de todos y cada uno de los !rutes del Clero, tanto secular como
regular, el subsidio anual de 30 millones de reales. Se ha cumplido el térmi-
no de esta g;aci!l ;x>ntiflcia; y aunqve 1¡, Regencia. atend!das las necesidade!=
áel :Estado, podr'.a solicitar su continuación, teniendo presentes los t.raOOjos y
persecuciones que el estado eclesiástico ha sufrido en los tres años de desorden
por un efecto de su acendrado zelo y ac:l.hesión al Rey N_ S ., se ha dignado re-
solver se impetre de S. S . la gracia de que el Clero secular y regular contribu-
ya desde este año, y durante las escaseces del R . Erario, con la cantidad de
diez mtUones de reales; y conru en que dicho Clero se prestará desde Juego a
este desembolso, para cuya distribución y apronto r egirán las reglas y m étodo
que S. M. se sirvió establecer en su R. decreto de 30 de Mayo de 1817, quedan-
do refundido en esta exacción el antiguo subsidio llamado de Galera. La Regen-
cia espera que tanto el estado eclesiástico como los pueblos y sus ayuntamientos
repetirán en su pronta ejecución las pruebas que tienen dadas de su constante
fidelidad y amor al Soberano; y que convencidas del sagrado objeto a que se
·498 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

los diezmos secularizados al cupo anual de los diez millones" 83- .


El 4 de diciembre de 1823, Fernando VII mandaba publicar la Bula
pontificia, otorgando el subsidio de diez millones, con fecha del an-
terior primero de agosto: "Os concedemos y permitimos que por
espacio de seis años, que deberán empezar a contarse precisamente
-desde el tiempo en que comenzasteis a percibir aquellas sumas pe-
cuniarias procedentes de todos los bienes eclesiásticos del reino,
de las décimas laicales y de las tercias que llaman decimales, po-
dais recibir en cada uno de ellos el subsídio de diez millones de
:rs. v." M.
El 4 de febrero de 1824 establecía la Caja de Amortización de la
deuda pública 85, pero los fondos seguían escaseando 86, pese a los
esfuerzos de exigir los atrasos -lo que el Gobierno constitucional
no había podido cobrar 87- . Reconocemos su encomiable deseo de
·cubrir todas las necesidades, especialmente las de beneficencia 88,

hallan destinados los diezmos, de las escaseces del Estado, y de las grandes aten-
ciones que hay que cubrir para consumar la grandiosa obra de la libertad del
Rey N. S. y del restablecimiento del orden, se prestarán a estos desembolsos
con el mismo zelo que lo han hecho anteriormente... Madrid, 6 de Junio de
1823."
83. DEC. REGENciA, VII, 61: Madrid, 3 Julio de 1823.
84. DEC. REY, VII, 22().230
85. DEC. REY, VIII, 106-109: " ...Art. 3.• Para desempeñar estas obligaciones
señalo a la Caja de Amortización una consignación anual de ochenta millones,
pagadera particularmente sobre el producto de los arb!trios siguientes: ... 16. El
de dos años de vacante de todas las Prebendas y Beneficios eclesiástcios con-
forme a la bula de S. S. de 26 de Junio de 1818; 17. El de una anualidad de las
mismas Prebendas cuando después de dos años de vacante se confieran, la cual
deberá satisfacerse por el agraciado en los cuatro años inmediatos a la toma
de posesión, con arreglo:> a la citada bula; 18. El de todos los Beneficios sim-
ples de presentación Real y de libre colación eclesiástica o patronato, con arre·
-glo a la misma bula; ... 20. El de los Maestrazgos de las Ordenes Militares; ... 24.
E l de la q:.linta parte del producto de la bula de la Cruzada, y de la mitad de
la de ilustres, Lacticinios y Composición... Palacio, 4 Febrero de 1824. A D. Luis
López B2.llesteros."
Por R. O. de 24 de septiembre de 1824 se incluían "en toda clase de exac·
·ciones" las prebendas de patronato particulares -ron motivo de la consulta del
Colector de anualidades y vacantes de la Colegiata de Ampudia, de patronato
particular del Duque del Infantado- (DEC. REY, IX, 205).
86. DEC. REY, V!II, 365: "Habiendo h echo presente al Rey N. S. el Colector
·general de Espolios y Vacantes lo recargados que se hallan los fondos de la
Colecturia, manifestado que haciéndose nuevas consignaciones no podrán pagar-
se éstas ni las anteriore~ que ~an sobre ellos; se ha dignado S . M. mandar
que desde hoy en adelante no se dé curso a ninguna instancia en solicitud de
pensiones o socorros por aquel ramo... Madrid, 20 de Mayo de 1824. Luis Ló-
pez Ballesteros."
87. DEC. REY, VII, 201-202; VIII, 139. 307. 385. 401-402. El 1 de septiembre de
1824 se dejó de eobrar lo "correspondiente al tiempo de la revolución" (DEC.
REY, IX, 174).
88. El 20 de abril de 1824 creaba el Rey una Junta, presidida por el Obispo
de Ciudad Rodrigo, "para que entienda en la mejora de Hospicios, Casas de
Expósitos y otros establecimientos piadosos"; advertía el monarca, por medio
RELIGIOSIDAD HISPA.NA Y SOCIED.'U> BORBONIC.\ 499

atrayéndose al clero con promesas de pr ebendas 89 -si bien éste

del Ministro de Hacienda D. Luis López Ballesteros, que "si las circunstancias
apuradas de algunos de dichos establecimientos. como las Casas de Eli.'Pósitos
de Oviedo, Mondoñedo, Madrid y otros exigiesen pronto y eficaz remedio, la mis-
ma Junta lo hará presente con anticipación, para que se les atienda con prefe·
rencia al tiempo de ;imponer las pensiones sobre la tercera parte de las Mitras
vacantes, actualmente muchas" (DEC. REY, VIII, 317·319).
El 20 de marzo de 1827, todavía se publicaba la siguiente circular del Con-
sejo Real: "Con fecha 30 de Abril de 1816, se comunicó a todos los Prelados del
Reino, la circular (encargándoles manifiesten el número de casas de expósitos
que hay en sus respectivas diócesis, su estado y las que convendrá erigir: DEc.
REY, III, 153) ... Reunidos todos los informes evacuados por los M. RR. Arzobis-
pos Y RR. Obispos, a virtud de la preinserta determinación, se pasaron con el
expediente general que los motivó, a los Srs. Fiscales, quienes no llegaron a
dar dictamen en el asunto por las desagradables ocurrencias de Madrid de
1820. En tal estado, y con R. orden comunicada al Consejo por el Excmo. Sr_
primer Secretario del Despacho en 19 y 2:1 de Abril del año próximo pasado, se
le remitieron a consulta los expedientes formados en aquella Secretaria sobre
el estado de los Hospicios y Casas de Expósitos de las ciudades de Tarazona
Y Galatayud y de la de Toledo; con cuya inteligencia y la de los citados antece-
dentes del asunto, teniendo dicho Supremo Tribunal en consideración que de
los indicados informes resultó que las más de las casas de Expósitos se halla-
ban en suma decadencia, unas por falta de fondos proporcionados, y otras por
no percibir los réditos de sus fincas enagenadas, ni las asignaciones correspon-
dientes, y que debían haberse agravado aquéllas los diez años transcurridos, por
dichas causas y las ocurrencias del trastorno político, ejecutó en 16 de Diciem-
bre último la consulta que por las indicadas RR. OO. le estaba encargada, y
por resolución a ella, conforme a su parecer, se ha ~rvido el Rey N. S. man-
dar, entre otras cosas, que se circule de nuevo la de 30 de Abril de 1816, que
queda inserta, con el recurso además de que los Arninistradores de dichos pia-
dosos establecimientos presenten inmediatamente sus créditos a liquidar en la
Dirección de la R. Caja de Amortización, pues que con arreglo a los RR. decre-
tos de 4 de Febrero (DEC. REY, VIII, 106·109) y 8 de Marzo de 1824 no puede ve-
-rificarse pago alguno sin que preceda liquidación, r econocimiento, expedición
de nuevos títulos en subrogración d~ los antiguos, y su inscripción en el Gran
Libro, y el de que reclamen con urgencia cuanto se les adeude por cualquiera
otro concepto" (DEC. REY; XII, 73-75).
89. DEC. REY, VIII, 261·262; IX, 113·114 : "Deseoso de premiar a los Eclesiás-
"ticos que se han distinguido más en la época fatal de la revolución, me dediqué,
en cuanto permitía la atención que me merecen las demás clases del Estado y
la gravedad de los negocios que me ocupan, a examinar por Mí mismo sus
servicios y su adhesión a mi R. persona, haciendo en consecuencia diversos nom-
bramientos de beneficios y prebendas eclesiásticas para recompensar sus pa-
·decim.ientos y s u acmo:aca baltad; pero no siéndome posible continuar en este
examen con la detención y exactitud que exigen la justicia y el bien de la Igle-
sia, quiero que se pasen a la Cámara todas las solicitudes y expedientes que
existan en mi Secretaria de Gracia y Justicia para que me consulte desde lue-
go las dignidades y prebendas que hubiere vacantes en sugetos de virtud y
mérito, sin dejar de tener en consideración a los que me han hecho servicios
en estos tres últimos años, y se han señalado más por su fidelidad; en cuya
-regulación espero que se conducirá aquel Supremo Tribunal con el zelo y dete-
nimiento que conviene para dar a la Iglesia Ministros dignos, teniendo presente
las leyes 4.• y 5.• de la Novísima Recopilación en el libro 1.• , tít. 15, y las de-
más RR. OO. comunicadas repetidamente par aque los Eclesiásticos residan en
sus iglesias y diócesis ... Firmado de la R. mano. Palacio, 13 Marzo de 1824. A
D. Francisco Tadeo Calomarde."
500 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

trataba de resarcirse económicamente 90 ante las cargas statales


aunque exigía su residencia 91 y los alejaba de la Corte -al me-
uR. o. comun!cacla al Secr. de Haciendiz: H e dado cuenta al Rey N . S. del
oficio de V. E . de 31 de Mayo último, relativo a la medida propuesta por la
Duección general de Rentas para la exacción de las anualidades, a cuyo pago
están sujetas las prebendas y beneficios eclesiásticos vacantes, y acerca del
cumplimiento de lo mandado sobre su provisión en R. decreto de 5 de Agosto
de 1818; y enterado S. M. de todo, se ha servido prevenirme manifieste a V. E.
que la justa recompensa. debida a los servicios hechos por el clero de España
e n la última desgraciada época de los tres años, y la falta de Ministros que cau-
só en las Iglesias la furiosa persecución que sufrieron del gobierno revolucio-
nario, han hecho y hacen necesaria la presentación de las citadas prebendas y
beneficios, asl por S. M. como p or los Ordinarios; y que al mismo tiempo que
merece su sober ana aprobación la propuesta de los Directores sobre que se
deje a los provistos la mitad de la renta desde la posesión por todo el tiempo
que baste a cubrir el pago de la vacante y anualidad, no tiene a bien mandar
suspender la presentación por los dos años que estaban prevenidos; porque
no seria polltico adoptar esta medida en las presentes circunstancias, ni puede
considerarse de absoluta neces:dad para conservar el crédito de la R . Caja de
Amortización, siempre que no se prive a ésta de los ingresos señalados para el
cumplimiento de sus obligaciones, como no se la priva por el medio expresa-
d:>. Madrid, 22 Julio de 1824. Francisco Tadeo de Calomarde."
90. DIC. REY, X, 149-150: •R. O. com. al Secr. de Hac.: En oficio de 6 de-
Octubre del año próximo pasado me dijo V. E. que al mismo tiempo que el Rey
N. S. se había servido mandar que D. Jose! M .• Muñoz, Cura propio de la igle-
sia mayor parroqulal de Almuñecar, y electo Racionero de la Catedral de J aén,
pagase sus adeudos de anualidades y media anata en el tiempo que bastase a
cubrirlos. percibiendo solamente la mitad de las rentas, como se previno por
punto general en Orden de '1:1 de Julio último para todos los nuevamente agra-
ciados con prebendas y beneficios eclesiásticos, se babia enterado S. M. de la
propuesta de V. E. acerca de si podrían subsistir los Curas párrocos e!l sus
curatos mientras pasasen los dos aiWs de vacantes; pero que correspondiendo
la decisión de este asunto al Ministro de mi cargo, tuvo a bien resolver el
Rey N. S . que V. E . me diese conocimiento de la expresada propuesta para la
determinación que fuese de s u soberano agrado... Han manifestado los Prela-
dos diocesanos que... la medida propuesta es contraria a las disposiciones ca-
nónicas y a !a discipliru. eclesiástica, porque ~ prebendas y curatos son bene-
ficios incompatibles entre si, como que amboo ohligan a precisa residencia, y en
el momento en que el Cura toma posesión de la prebenda deja de ser párroco,
sin que tampoco pudiese ganar a un mismo tiempo la renta de dos beneficios
residenciales, además del perjuicio que resultaría al R. Patronato... El Rey
N. S. se ha servido resolver... que los Curas párrocos agraciados con preben-
das tomen inmediatamente posesión de ellas, sin Q1Ae de nin¡;ún modo subsistan
en sus curatos durante los dos años de vacantes... Palacio, 14 Mayo de 1825.
F. T. de Calomarde."
91. OEC. REGENCIA Y REY, VII, j7. ~- 75; VIII, 13 : "Orden ciro:ular expedida
por M . de G. 11 Justicia: Una de las facultades que con el titulo de medidas
concedieren las llamadas Cortes extraordinar'.as al pretendido Gobierno cons-
titucional por decreto de 1.• de Noviembre de 1822 en su articulo primero, fue
la de poder trasladar de sus respectivas diócesis a otras los Párroccs y demás
Eclesiásticos que por su conducta politica Inspirasen desconfianza a dicho Go-
bierno; y penetrada la Regencia del Reino de que la referidas traslaciones son
contrarias al espiritu de la Iglesia, com o hechas sin la madurez y circunspec-
ción con que debe concederse en asunto de tanta gravedad y trascendencia, ha
venido en declararlas nulas, quedando sin ningún valor ni electo el art. 1.• del
mencionado decreto, y cualesquiera otras providencias que en los tres años an-
teriores se hubiesen dictado en el particular; y es la voluntad de S. A. S. que
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD SORBONICA 501

nos durante la época calomardina, hasta el 23 de octubre de 1832 t!__

todos los Eclesiásticos trasladados a otras parroquias o catedrales en virtud


de tales disposiciones se restituyan a servir las iglesias. prebendas o beneficios
que obt.enian en el tiempo de la traslación, tan lue¡o como los pueblos vayan
quedando libres de la facción desoyganizadora.. .. Palacio. 5 Junio de 1823. ~
~o. c. del M . de G. y J. : En medio del desorden y anarqula que desgraciada-
mente ha reinado durante el pretendido sistema constitucional se han encarga·
do muchas parroquias vacantes a eclesiásticos de cuya suficiencia Y demás
cualidades que recomiendan los sagrados cánones no constaba a los respecti-
vos Ordinarios, dejando por otra parte al cuidado de mercenarios el cargo de
las suyas propias; y solicita la Regencia, como protectora del santo Concilio
de Trento durante el cautiverio de S . M., de remediar los males que pudieran
provenir de esta práctica desconocida en las iglesias de España, ha venido en
r esolver que los MM. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás prelados con ju-
risdicción vere nullius, y los Vicarios capitulares de las Iglesias vacantes pro-
cedan desde luego a separar de las mencionadas parroquias a esta clase de
Ecónomos, restituyéndose a las suyas, y proveyendo inmediatamente al pasto
espiritual en las primeras por medio de Eclesiásticos adornados de cualidades
necesarias, y de C07U>Cida adhesión al Rey N . S., loterim se sacan a concurso,
como ordena el mismo Concilio de Trento... Madrid. 16 Junio de 1823.•
·o. c. del 14. de G. y J .: Para ocurrir la Regencia a la sensible decadencia
del culto divino que en general se advierte en las Iglesias catedrales y Cole-
g¡atas, y al lastimoso abandono de muchas Parroquias, causado por la ausencia
voluntaria de un excesivo número de Prebendados y l'trrocos, contra lo deter-
minado por los Cánones y Estatutos particulares, ha creído necesario excitar
el zelo de los MM RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás Prelados eclesiásticos
con jurisdicción vere nullíus; a fin de que en ejecución de lo dispuesto por el
Sto. Concilio de Trento en el cap. 1.•, sesión 23, y en el cap. 12, sesión 24 de
Re/OTTTUltione, compelan a los susodichos a residir por todos los medios allí dis-
puestos, hasta llegar en su caso a la privación de sus respectivas prebendas y
~eficlos... Madrid, 22 Julio de 1823."
•R. Orden comunicada al Consejo y Cámara: Nunca más que en el día se
hace indispensable 14 residencia de los prebendados y párrocos en sus respecti-
vas iglesias para instruir y dirigir al pueblo en las sanas doctrinas r eligiosas
y polít icas. Penetrado de esta necesidad el R.ey N . S ., y enterado del contenido
de la circular expedida por la Regencia del Reino en 22 de Julio último CDEc.
REo. VIl, 75), quiere que se lleve a efecto como muy conforme a los sagrados
Cánones y RR. Ordenes; sin Que esta medida pueda perjudicar a los que hubie-
sen hecho servicios a la causa de S. M. o padecido por ella, pues serán recom-
pensados en su carrera según sus méritos , inst.uyéndose sus expedientes en la
forma prevenida en la circular de 30 de Octubre próximo pasad:> (Do:. REY, VII,
172), comunicada por la Secretaria de E . y D. de G . y Justicia de mi cargo...
Madrid, 8 Enero de ~-·
92.. DEx:. Rrc, X. 309: -n Rey N. S . ha observado que diferentes Eclesiásti-
COl. se ausentan a largas distancias ~e 13[, !'arroqmas quP. están a su ;:ar¡;o, y
aun de las Diócesis a que pertenecen, viniéndose algunos de ellos, sin conod-
mlento de suo; Superiores a las inmediaciones de la Corte y Sitios Reales, en
d onde tmtran y salen para sus a...cuntos particulares, !l\ltando a sus obligacio-
nes, a los respectos que deben sus Prelados, que tJenen como una de sus prin-
cipales oblígaciooes la de velar sobre la conducta de tos Ministros del Altar, y
dando tal vez motivos a s<'spechas indecorosas a su sagrado carácter. Y con
el justo fin de evitar tales abusos, y el desdoro del es tado sacel'dotal, se ha
servido resolver que no se expidan pasaportes a tos Eclesiásticos seculares o
regulares, que no exhiban previamente la licencia de sus Prelados o Superio-
r es; absteniéndose de despacharlos para la Corte, Sitios Reales y su rastro, si
no precede e l soberano permiso de S. M., según está prevenido... Madrid, 10
Novie mbre de 1825. F . T . de Calomarde. "
502 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Surgió también la casuística, habitual en semejantes circuns-


tancias 9l, agravadas por una situación nueva: el pueblo empezaba
a enfriarse en su devoción religiosa para con los diezmos: el Con-
sejo Real acusa una "defraudación escandalosa por efecto de la des-
moralización general de los pueblos, producida por la libertad y
desenfreno con que en las dos últimas épocas de revolución se ha-
bían difundido doctrinas erróneas y contrarias a la Iglesia y al Tro-
no; y para remediar tales abusos -a pesar de lo prevenido por las
leyes en razón del pago de los diezmos-" revitalizó las leyes 2.a,
3! y 6! del libro !.0 , tit. 6 de la Novísima Recopilación; además
recomendaba a la autoridad eclesiástica "inculcase, por medio de
la predicación y exhortación de sus Ministros, principalmente a
los fieles sobre la necesidad de reformar sus costumbres y de obe-
decer las leyes del Soberano para hacerse dignos de los frutos de
la tierra y de las bendiciones del cielo",._
Podía permitirse tal lenguaje, pues se contaba siempre con el
beneplácito del Romano Pontífice que accedía complacido a todos
los deseos de Fernando VII, ampliando - por seis años más- el
subsidio de los diez millones 95 y "la aplicación de los frutos de
Beneficios al alivio de las necesidades públicas" -conminando a
los españoles al sometimiento de su soberano- 96•
La prohibición duró toda la época calomardina, revocándose el 23 de octu-
bre de 1832 por R. O. de la Reina Maria Cristina al nuevo Ministro de G. y Jus-
ticia, D. J osé de Cafranga, durante la enfermedad del Rey: u convencida la Reina
N. S . de que la prohibición que tienen los eclesiásticos para venir a Madrid y
Sitios Reales, es una medioo depresiva y que los luJce de peor cond.ición que las
demás clases del Estado; y deseando dar una prueba del alto aprecio que le
merece el clero espafiol, que en todos tiempos se ha distinguido por su cons·
tante !idelidz.d y virtudes, se ha servido resolver que en lo sucesivo los ecle ·
siásticos que tengan justa y razonable causa pued4n venir libremente a Madrid
y Sitios Reales, observando lo prevenido en las soberanas disposiciones y !.ll·
grados cánones• (DEC. REt, XVII, 229).
93. Da::. REcl':NCIA Y REY, VII, 105 (2 sept. 1823); IX, 333 (5 nov. 1824) XI, 135
(19 jun. 1826). 180 (29 setp. 1826); XII, 20-21 (2 febr. 1827: sobre una declaración
de aplicación del subsidio eclesiástico en Aragón y Cataluña, se afirma que el
pago de este subsidio "se entienda desde el 2 de octubre de 1823~). 153 (24 jul.
1827); XIV, 149 (14 abr. 1829). 150-151 (16 abr. 1829). 182 (22 rnay. 1829). 316-319
(20 nov. 1829 : referente a la Rota). 324-325 (30 nov. 1829); XV, 266-269 (29 jun.
1830 : referente al Nuncio); XVI ~272 (3 sept. 1831). 375 07 ciic. 1831); XVTI,
281 (2 dic. 1832; XVIII, 79-80 (30 marz. 1833).
9-1. DEc. REY, XI, 221-222: 14 dic. 1826.
95. DEc. REY, XITI, 61: •R. cédul4: ... Tuve a bien remitir al mi Consejo,
para que examirwto y no hallando inconveniente, se le diese el pase correspon-
diente, un Breve expedido por N. Stmo. Padre León XII en 4 de Diciembre
(1827), declarando exentos del subsidio del clero los diezmos laicos de Catalu-
ña, y las primicias que en Aragón administnul los Magistrados; y al mismo
tiempo se proroga por otros seis años más la facultad de exigir el citado sub-
sidio de diez millones, impuesto por otro Breve de 1.• de Agosto de 1823... Bar-
celona, 31 Marzo de 1828. Yo el Rey.•
96. DElC. REY, XIV, 18-21: • R céd.. :. .. COncluido el tiempo de la concesión
del indulto apostólico -de Pio VII, de 26 de Junio de 1818, por R. O. de 20 de
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD EORBONlCA

El monarca hispano disponía de los fondos de la Cruzada 97, de


la Manda Pía Forzosa lll y de las colectas de Redención de cauti-
vos 99; eximía a Franciscanos y Capuchinos del pago de derechos
de puertas 100, o a los Seminarios Conciliares del pago de derechos
en los géneros de consumo 101; prohibia -ampliando la ley 15.a. tít.
20, lib. 10 de la Novís. Rec.- "las mandas hechas en la última en-
fermedad a los confesores sus conventos o deudos", extendiéndolo
"a las de herencias dejadas a los confesores, sus parientes, religio-
nes o conventos" 102; intervenía en las causas matrimoniales 103 y en
las mortajas de la Orden de San Francisco 101; etc. Su autoridad era
omnimoda y universal, extendiéndose de la aprobación de presu-
puestos gubernamentales las hasta urgir el cumplimiento de un Bre-
ve de Pio vm sobre el Tribunal de la Nunciatura 106• Un poder ab-
soluto, nunca imaginado, respaldado siempre por la bendición del
Sumo Pontífice.

Julio de 1818--, en el año pasado de 1824, mandé a mi Embajador extraordina-


rio y Ministro plenipotenciario cerca de la Santa Sede, suplicase a S. S. que-
prorogase por otros seis años 1a gracia sobre la aplicación de los !rotos de Be-
neficios -Dignidades, canongías, Prebendas, y Be&eficios seculares y regulares
de mi R. presentación, y de presentación y colación eclesi4stica que vacaren
en lo sucesivo, exceptuados los que en el mismo se expresaban- al alivio de
las necesidades públicas, y que se subsanase y revalida.se el uso que se lulbía
Mello de aquel tndulto por más tiempo del prefijado, a todo lo cual ha accedi-
do ~ Beatitud -León xn-, expidiendo al efecto el correspondiente Breve
-de 18 Noviembre de 1828-: ... Principiarán a contarse desde la elata de las
presentes... MCl114:11u:to en su consecuencia, en VJrtud de santa obedlen.c1a, 11 so
peru¡ de nuestra indig7ulción... que obedezcan, auzilien 11 se sometan a V. M . en
todo y por todo ... ; reprimiendo a cualesquiera contradictores 11 rebeldes por sen-
tencias, censuras 11 peru¡s eclesiásticas, y otros oportunos r emedios de derecho
y de hecho, sin admitir apelación y declarando le¡¡ftimos los procesos que se·
hayan formado sobre esto, agravar r epet idas veces las mismas penas 11 censu-
ras, e invocando también para ello, s: fuere necesario, el auxilio del brazo secu-
lar... El Pardo, 8 Febrerc. de 1829. Yo el Rey.~
97. DEC. REY, VII, 80-81.
98. DEC. REY, X. 23q; XI, 186; XVI, 176; XVII, 298.
99. OEC. REY, XI, 132.
100. DEC. REY, XI, 11Yb203; Xlll, 282.
101. DEC. REY, XV, 405.
102. DEC. REY, XV, 225.
103. IIEC. REY, XIV, !85-166.
104.. Dtc. REY, XVTI, 103.
105. DEC. REY. XID, 93; XIV, 173. 340. XVI, 165.
\06. OEC. P..ET, XV, 48-49.
,ARTÍCULO 3

REINADO ISABELINO

Desde 1833 a 1868 hubo demasiadas variaciones políticas para


considerarlas en una sola visión. Por ello se impone una división
en torno a la mayoría de edad de Isabel II: en primer lugar, las
dos Regencias -con estudio distinto con respecto a la Reina Ma-
dre y al General Espartero-, y después a partir de 1843, en que
en que la bija de Fernando VII empezó a actuar directamente.
A) LAS DOS REGENCIAS: M.a CRISTINA Y ESPARTERO.

a) El 29 de septiembre de 1833, al firmar la Reina María Cris-


tina el primer decreto como Reina Gobernadora -en nombre de
su hija Isabel IT-, no podría sospechar quizá las dificultades que
la Santa Sede crearía a su política eclesiástica: desde el 6 de agos-
to de 1832 se había avezado a la situación privilegiada con que el
Romano Pontífice había distinguido a su esposo, en el "despacho"
de todos los asuntos; y pese a la "carta gratuladora" que Fernan-
do vrr le dirigió, el 4 de enero de 1833, compartiendo el "despacho"
"para la más completa instrucción en los negocios cuya dirección
ha llevado" 107, con la muerte del Rey se disipó el trato de favor.
Tal vez el eje en torno al cual evolucionaría la nueva situación
lo creara el carlismo. Si Fernando VII fue un monarca afortuna-
do, no así su esposa: D. Carlos le privó de gran número de incon-
dicionales partidarios, y la necesidad de conservar el trono de su
hija le obligó a buscar ayuda en los liberales con las correspondien-
tes concesiones; pero al finalizar la guerra carlísta con el "abrazo
de Vergara", su héroe le sustituyó en la Regencia.
No tratamos de historiar ese período. Sin embargo, tales indi-
caciones nos empujan a excitar el recuerdo de cuanto expusírnos
sobre las Cortes de Cádiz -en la primera parte-- y sobre el . trie-
nio constitucional de 1820 a 1823, ya que todo el reinado isabelino
-en su política eclesiástica- se fundamenta en ambas etapas li-
berales: la problemática suscitada en torno al clero - regular y
secular- se inició en Cádiz y se amplió en el trienio mencionado.
De ningún modo puede examinarse un solo decreto de este reinado,
especialmente durante las dos Regencias, al margen del imprescin-
dible contexto de las dos primeras etapas liberales.
P~ra evitar repeticiones, únicamente haremos brev~s alusiones
a las mismas. No obstante, insistimos en esa evolución del sistema
liberal, que desde 1833 se ve activada por la oposición carlista y de
la Santa Sede.
Prescindiendo de antecedentes históricos -que luego valorare-
mos-, el decreto de exoneración de Calomarde -el primero de
agosto de 1832- marca el origen de la escisión hispana, y al ale-

107. DEC. REr, XVII, 221·222; XVIII, 8-9.


m:t.J¡;!OSIO\D H ISP., l'A ••. - 33
506

jarse D. Carlos de Madrid, desgaja abundantes ramas de tradicio-


nal felicidad fernandina. Las hostilidades se rompen con la muerte
de Fernando VII. El 17 de octubre de 1833, María Cristina respon-
de a la "resolución hostil" de D. Carlos, decretando "el embargo de
todos los bienes ... así precedentes de las encomiendas como de cual-
quiera otras !incas pertenecientes en propiedad, posesión o disfru-
te al expresado Infante D. Carlos" 1os. Los indultos prorrogados el
18 de diciembre de 1833 109 y las amenazas del 21 de enero de 1834 no
no consiguen paralizar la guerra; y seis días después de dichas
conminaciones, el Ministro de Gracia y Justicia, D. Nicolás M.a Ga-
relly, publica: "La Reina Gobernadora ... se ha servido encargar y
mandar que los Prelados del clero secular y regular, bajo su res-
ponsabilidad, acuerden las medidas preventivas y más enérgicas pa-
ra que ni en el púlpito ni en el confesonario se extravíe la opinión
de los fieles, ni que se enerve el sagrado precepto de la obediencút
y cordial sumisión al legítimo gobierno de S. M., que tan encareci-
damente recomiendan las leyes divinas y humanas, y que dicten las
providencias más eficaces que les sugiera su celo ilustrado y su ad-
hesión sincera a la noble y justa causa de la legitimidad" 111 •
La primera providencia importante la dictaba el mismo Minis-
tro el 17 de febrero de 1834 contra el Obispo de León - "que aban-
donando su diócesis, se ha trasladado a Portugal, uniéndose al ban-
do de los rebeldes"- : "se le declara extrañado para siempre de
estos reinos, se le ocupan sus temporaliades, se le borra del catá-
logo de los consejeros de Estado, y que la Cámara promueva la
formación de causa, ante quien por derecho corresponda, para la
declaración de la vacante" 112 •
Ante las dificultades económicas, propias de una guerra civil,
María Cristina utiliza la fórmula farnandina: "deseando robm;tecer
por todos los medios legales el crédito de la nación, en que tanto se
interesan su prosperidad y gloria, he venido en mandar: 1.0 Que por
ahora quede suspendida la provisión de prebendas, canongias y be-
nefícios eclesiásticos, exceptuando los que llevan aneja la cura de
almas, las preber:das llamadas de oficio, y las dignidades con presE:n-
cia en los cabildos. 2.0 Que los rendimientos de las vacantes se apli-
quen exclusivamente según las bulas pontificias, a la extinción de la
deuda pública. 3.0 Sin embargo de lo dispuesto en el primer artícu-

108. Cor... LEYEs, I, 68-69.


109. COL oLEY'ES, I, 153.
110. Cor... LEYEs, I, 224.
111. DEC. REINA, XIX, 36.
112. Cor... LEYEs, l . 271.
REUCIOSIDAD IDSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 507

lo, me reservo premiar servicios eminentes en favor de la Iglesia y


del Estado" m.
Recordemos en la primera parte la "Revolución del 19 de mar-
zo de 1808", dirigida por el clero regular; también -dentro de las
Cortes de Cádiz con un 30 % de clero secular- la sistemática opo-
sición a los religiosos, iniciada al negarles voz activa y pasiva en
dichas Cortes y consumada con el "arreglo" que se pretende im-
poner. Es de todos conocida la importante participación de ios re-
gulares en la lucha contra los liberales de 1820 a 1823. Y no olvi-
demos los primeros decretos de la Regencia -en 1823- en favor
de los religiosos que no se habían secularizado. Con tales preceden-
tes, escuchemos de nuevo a la Reina Gobernadora en otro decreto
que dirige a su Ministro D. Nicolás M.• Garelly, el 26 de marzo de
1834 114 : "Los asilos que la religión ha consagrado al retiro y a la
virtud, no pudieran convertirse en centros de re1Jeli6n, sin men-
gua y daños de los mismos institutos que son objeto de veneración
de una nación católica. Mas como una lamentable experiencia ha
hecho conocer que algunos monasterios y conventos han sido y
son profanados con hecho~ y planes subversivos; deseando atender
juntamente a la seguridad del estado, y al decoro y santidad de
los claustros, he venido en decretar lo siguiente: Art. 1.0 Queda
desde luego suprimido el monasterio o convento, sea cual fuere su
instituto, del que se hubiere fugado para. pasarse a los rebeldes
algún indivíduo de la comunidad, si dentro del término de 24 ho-
ras no diere parte el prelado a la autoridad más inmediata, y acre-
ditarse haber comenzado contra el fugado el procedimiento com-
petente. A. 2.0 También se suprimirá el monasterio o convento de
que se hubiere fugado a los rebeldes la sexta parte de la comuni-
dad. A. 3.0 Se suprimirá igualmente el monasterio o convento en
que se recepten, con connivencia del superior, pertrechos de gue-
rra, vestuarios, armas o municiones. A. 4.0 Asimismo se supr. el
mon. o con. en que se justifique haberse celebrado, con permiso o
noticia del superior, juntas clandestinas para subvertir el orden o
<'On.c;pirar contra el estado. A. 5.0 Los objetos consagrados al culto,
pertenecientes a los monasterios o conv. que se suprimieren a vir-
tud del !)resente decreto, se distribuirán por los respectivos dioce-
sanos entre las parroquias más necesitadas, dándome cuenta de
haberlo ejecutado. A. 6.0 Los bienes muebles e inmuebles pertene-
cientes a los monasterios o conv. así suprimidos se venderán in-
mediatamente en pública subasta con arreglo a las leyes. A. 7.0 El

ll3'. DEc. REmA, XIX, 1:12: 9 marzo 1834.


114. DEc. REINA, XIX, 170-171.
-..,

508 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

fondo de temporalidades que resulte de lo prevenido en este mi


R. decreto se aplicará al pago de pensiones que Yo señalare a los
padres, viudas o huérfanos de los españoles leales que murieren en
defensa del trono y de la patria, y el residuo, si lo hubiere, se des-
tinará a la extinción de la deüda pública. A. 8.0 Las disposiciones
anteriores se entenderán sin perjuicio de la formación de causa
contra los que apareciesen reos de conspiración contra el estado" m.
También "algunos individuos dei clero secular" seguían a D. Car-
los, pero solamente se les podía castigar -económicamente- con
la ocupación de temporalidades 116•
115. DEC. REINA, XIX, 190 : "Deseando que se respeten debidamente la in·
munidad personal de los religiosos y la de los templos, en el doloroso caso de
que se suprima algún monasterio o convento con arreglo a mi R. decreto de
26 de Marzo último, he venido en mandar lo siguiente: A. 1.• Los religiosos mo-
radores de los mon. o conv. que se suprimieren según el citado decreto, se tras-
ladarán a otras casas de su orden que designaren los prelados superiores, pu-
diendo conservar con conocimiento de éstos el peculio que permitan la regla
y constituciones de su instituto. A. 2.• Las iglesias de los conventos o mon. su-
primidos permanecerán cerradas bajo el cuidado de los respectivos diocesanos
que las destinarán para parroquias, o dispondrán que sirvan para otros obje-
tos de piedad o de beneficencia según lo estimen más necesario al bien espiri·
tual de los pueblos... Aranjuez, 10 Abril de 1834."
116. DEC. REINA, XIX, 172-173. 195: MLa criminal obstinación con que algu-
nos individuos del clero secular han desoido las reiteradas amonestaciones de
mi gobierno, y abandonando la ejemplar santidad y mansedumbre esencial de
su estado, se han convertido en fautores y cómplice:; de la facción que pertur-
ba y aflige a la patria, reclama medidas severas para mantener el lustre y dig-
nidad del clero mismo, y para velar por la seguridad del estado; y a fin de lle-
nar objeto tan importante, he venido en mandar lo siguiente: A. 1.• Se ocuparán
las temporalidades de los eclesiástico~ seculares, de cualquier clcse o gP.rarquia,
que hayan abandonado o abandonaren en lo sucesivo sus iglesias, reuniéndose
a las filas de los rebeldes o a sus juntas revolucionarias, o emigrando de estos
reL'los sin la competente licencia. A. 2.• Como los actos c.rirninales de que tra-
ta el art. anterior son de nudo hecho, fácil de conocer por notoriedad, se rea-
lizará la ocupación de temporalidadi!S inmediatamente que conste de público
la fuga del eclesiástico. A. 3.• Igualmente serán ocupadas las temp. de los ecle-
siás. que auxlien a los facciosos, facilitándoles armas, municiones o dinero para
que lleven adelante sus inicuos planes. A. 4.• También se ocuparán las de aque-
llos eclesiásticos que receptaren o encubrieren a Jos rebeldes, o sedujeren a al-
gunas personas para que se incorporen a ellos, o promovieren en los pueblos
m0tines o sediciones pan. sustra<.!rlo~ de la o?ediencia debida al gobierno. A. s.•
Pan. que la ocupación de temp. tenga efer.to en los casos preven:dos en los dos
art. anteriores precederá una breve y sumaria información, sin necesidad de
otros trámites. A. 6.• El procurador sindico del pueblo de la residencia del ecle-
si&stico cuyas temp. se ocuparen, promo7erá de oficio que ástru; pasen a poder
del subdelegado de rentas de la provincia, dándome cuenta por el ministerio de
vuestro cargo (de G. y Jus.). A. 7.• Si el eclesiástico poseyere beneficio con cura
de almas, se deducirá de sus temp. la cantidad, que según las sinodales del res-
pectivo obispado, corresponda al teniente que se nombre para desempeñar aquel
cargo." ( En los art. 8 y 9 se repiten el 7 y 8 del 26 de marzo de 1834 contra
los regulares, ya citado.) "Palacio, 26 marzo 1834."
" Los produtos de las temp. ocupadas y que en adelante se ocuparen, los r e-
caudará en cada obispado una comisión compuesta de un eclesiástico de acre-
ditado celo, virtudes y conocida lealtad a mi excelsa hija Doña I sabel 11, nom-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 509

Actuación tan anticlerical de parte de la Reina Gobernadora pue-


de ser valorada como una contraofensiva, en la que sólo halló co-
laboración en realistas moderados y liberales; éstos últimos apro-
vecharon la coyuntura para realizar su ilusión, concebida en el
trienio constitucional: "el arreglo del clero": el decreto se consi-
guió el 22 de abril de 1834 con las oportunas aclaraciones 117 •
Si la obligación del diezmo perdió -durante los últimos años de
Fernando VII na "la religiosidad y puntualidad" en el pago, la gue-
rra carlista lo agravaba; por ello se dieron normas para urgirlo, re-
caudando fondos -"nadie eluda el pago decimal" ll9_ a costa de
la Cruzada 120, de los bienes de la Inquisición que "se suprime de-
finitivamente" 121 , y de los de los J esuitas otra vez "suprimidos" 122 •
El Conde de Toreno, encargado de la cartera de Hacienda en
el Ministerio de Martinez de la Rosa, le sustituyó, formando nuevo
gobierno, para cuya Secretaria de Hacienda se nombró a D. Juan
Alvarez y Mendizábal, el 13 de junio de 1835, pero basta principios
de septiembre no empezó a actuar por ballarse en Londres.
El 25 de julio del citado 1835, Maria Cristina firmaba en San
lldefonso un trascendental decreto : "los monasterios y conventos
de religiosos que no tengan doce individuos profesos, de los cua-

brado por el respetivo prelado; de otro eclesiástico que designará el intendente


de rentas de la provincia, bajo su responsabilidad pudiendo en caso necesario
nom brar una persona seglar; y del procurador sindico general del pueblo en
que hubiere residido el e::lesiástico de cuyas temporalidades se trate... Aran-
juz, 10 Abril 1834."
117. DEc. REINA, XIX, 21~214. 310 : El PatrO'TUZto universal de la iglesia de
N

España que me está encargado; la especial protección del Sto. Concílio de Tren-
to con que se honra mi gobierno; y la intima convicción de que la re ligión ca-
tólia apostólica romana lejos de menoscabar la potestad civil es su más robus-
to apoyo... he venido en mandar : 1.• Que se forme desde luego una junta com-
puesta de eclesiásticos del clero secu.lar y regular recomendables pOr su virtud,
ciencia, dignidad y adhesión sincera a legitimidad, y de seglares, que a la pie-
dad, madurez y experiencia reunan los sólidos conocimientos de las r egalías de
la corona, que son necesarios para que no se vulneren. 2.• Que esta junta se
ocupe desde luego de examinar el es'..ado actua.l de todo el territorio español en
lo formal y material concerniente al cu.lto divino y sus ministros. .. 3.• Que con
presencia de antecedentes propcngan a mi aprobación el plan de mejoras que
crey~r~ m:ts útil, con 1& t:linuta de pr-er.es par.1 aq_uél.ias en que Si! necesitase
interpelar la antondad de la Santa Sede sirviéndola de base para sus opera-
ciones la instrucción que me habeis presentado (pág. 211-214)... Aranjuez, 22
Abril de 1834. A D. Nicolá:; M.• Garelly.n
u La Junta eclesiástica creada... antes de proceder a la enagenación de bie-
nes inmuebles, alhajas o muebles preciosos... , acudan a S . M. en solicitud de
licencia ...Madrid, 17 Junio de 1834. Nicolás M.• Garelly."
118. D.tX:. REY. XI. 221-222.
119. DEc. REINA, XIX, 32&-327: 5 Julio 1834.
120. DEc. REINA, XIX, 35~351: 9 Agosto 1834.
121. DEc. REINA, XIX, 331·332. 401 : 15 Julio y 8 de Agosto de 1834; XX, 276
277: 1 Julio de 1835, basándose en el decreto de 9 de marzo de 1820.
122. DEC. REINA, XX, 280-281: 4 Julio 1835.
510 ALFREDO KARTINEZ A.L BIACR

les las dos terceras partes a lo menos sean de coro, quedan desde
luego suprimidos; y lo mismo se verificará en lo sucesivo, respecto
de aquéllos cuyo número venga a reducirse con el tiempo a menos
de lo establecido; los monasterios y conventos de que se hallan ac-
tualmente cerrados por efecto de las presentes circunstancias, se
entenderán suprimidos también por este decreto si no tuviesen el
número de religiosos asignado". Sin embargo, valoramos como de
importancia suma el preámbulo, en que se expresan los motivos
para tales disposiciones: "El aumento inconsiderado y progresivo
de mcnasterios y conventos, el excesivo número de individuos de
los unos y la cortedad del de otros, la relajación que era consiguien-
te de la disciplina regular, y los males de que aquí se seguían a la
religión y al estado, excitaron más de una vez para su corrección
el celo de los reyes de España, el del reino junto en Cortes, y aun
el de la Santa Sede. Así es que por una de las condiciones de mi-
llones se previno que no se concediesen licencias para nuevas fun·
daciones de monasterios, aunque fuese con titulo de hospederías,
misiones, residencias u otro cualquiera... De aquí procede que exis-
tan hoy en España más de 900 conventos, que por el corto número
de sus individuos no pueden mantener la disciplina religiosa ni ser
útiles a la Iglesia. Teniendo, pues, pr~nte que conforme a varias
constituciones apostólicas de diferentes Sumos Pontífices, se re-
quiere en todo convento a lo menos el número de 12 religiosos pro-
fesos, cuyas dos terceras partes sean de coro ... " ¿Respondia esa
tensión antimonástica a alguna razón interna? 1u.

123. DEC. REINA, XX, 335-337: " ... A. 3.• Si circunstancias particulsres de uti-
lidad pública reclamasen la conservación de alguno o a lgunos monasterios o
conventos que no tengan dicho n~ero. se completará éste con idividuos de
otros del mi.!mo instituto. 4.• Qued2n exceptuados de estas reglas las casas de
los clérigos regulares de las Escuelas Pías, y los colegio de Misioneros para las
provincias de Asia. 5.• Los religiosos de los monasterios y conventos suprimí·
dos en virtud de este R. decreto, se trasladarán a otras casas de su orden que
designarán los respectivos superiores, a las que podrán llevar consigo los mue-
bles de su uso particular. 6.• Las parroquias que dependan de monasterios o
conventos suprimidos pasarán a ser seculares con todos los derechos y con·
decoraciones que coroc :-. tales les han correspondido basta aquí. 7." ~ bienes,
rentas y erectos de cualquier clase qo..te posean los monasterios y conventos qu~
deban quedar suprimidos, se aplican desde luego a la extinción de la deuda pú·
bllca o pago dP. sus réditos; pero con sujeciór: a las cargas de justicia que ten-
gan así civiles como eclesiásticas. Se exceptúan con todo de esta aplicación los
archivos, bibliotecas, pinturas y demás enseres qne puedan ser útiles a los ins-
titutos de ciencias y artes, así como también los monasterios y conventos, sus
iglesias, ornamentos y vasos sa.,"l'lldos, de los que me resevo disponer, oidos los
ordinarios eclesiásticos y prelados generales de las órdenes en lo que sea ne-
cesario o conveniente. 8.• Si resultare que las rentas de algún monasterio o con·
vento a donde se trasladasen individuos de otro suprimido no alcanzaren para
la necesaria manutención de la comunidad, se le adjudicará la parte de bienes
de las casas suprimidas que sea suficiente al efecto".
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 511

otro decreto de similar alcance dirigió la Reina Gobernadora a


D. Manuel García Herreros, Ministro de Gracia y Justicia en el ga-
binete Toreno, "restableciendo a su fuerza y valor, y al estado que
tenían el día 30 de Setiembre de 1823, las ventas de aquellos bie-
nes, que habiéndose aplicado al crédito público por efecto de la
supresión de las casas de las órdenes monacales y otros institutos
religiosC's, y de la reforma de los demás regulares, y decretadas por
las Cortes y sancionadas por mi augusto esposo en (23 de) Octubre
de 1820 u 4 fueron enagenados a nombre del Estado desde esta épo-
pa hasta fin del expresado mes de setiembre de 1823, no obstante
lo dispuesto por el R. decreto de 1.0 de octubre del propio año; y
en su virtud se devolverán desde luego estos bienes a sus respecti-
vos compradores; si por consecuencia de esta devolución quedasen
sin rentas suficientes para mantener alguna o algunas casas reli-
giosas existentes en el dia, cuidarán los respectivos prelados supe-
riores de trasladar los indivíduos de ellas a otras de la misma or-
den que puedan sostenerlos; y en el caso poco probable de que por
este medio no P'l:leda atenderse a su subsístencia, suplirá el gobier-
no el déficit que resultare" m.
Maria Cristina aprovechó la Bula de Gregorio XVI, que babia
impetrado en nombre de su esposo para solucionar el problema de
los religiosos secularizados, pendiente desde 1814 y agravado en
1823: dedicarse a la cura de almas y gozar de algún beneficio para
"sustentarse" •2l6.
Repetimos el testimonio de Menéndez Pelayo (Heterodoxos, 111, 478): "Antl·
guo err. el proyecto de la reforma de los regulares, y ya en 10 de Setiembre de
1802, habla impetrado los ministros de Carlos "IV una Bula de Pio VII conce-
diendo facultades de Visitador en todos los dominios de España al Carde=l
Borbón."
La Novisima Recopilación, en los utulos XXVI a XXIX del primer libro, trae
abundantes leyes, muy depresivas por cierto contra los regulares, 16 de Car·
los m, 3 de D. Alonso (1329 y 1348), y una de Carlos IV, Carlos U dos, Feroal:-
do VI tres, y otras de reyes medievales, de Fernando e Isabel, Carlos I y Doña
Juana, y F<>.lipe n (pág. 1~197).
Pemú~ una pregunta: ¿]a Revolución del clero regular, de 19 de mar-
zo de 1808 -e.-tudiada en la primera parte- respond.i.a a una acción de defensa
frente a Carlos IV, simbc>lo d~ 12. re!o:ma q~ se le !)repat'llba? Aunque opina-
mus a.!im!at:iw.mente, no deseMiamos que nuestro parecer inílU!-ese en la im-
parcial exposición de unos documentOS, que puedan infonnar al lector, sin pre-
SlOnes ideolóeica.s: nos hallamos entre I3S realidades existenciales.
124. DrlC. Com:ES, VI, 15S-159.
125. DEc. .REINA, XX, 372, San llde!onso, 3 septiembre 1835.
126. Du:. RJ!INA, XX, 385-386: • ... Nos hizo exponer nuestro muy amado en
Cristo hijo el rey católico de España (Fernando VU), que desea vehemente que
todos los alumnos de cualquiera orden religiosa residentes en los reinos de Es-
paña, que estén ordenados de sacerdotes, y legftimameote dispensados de las
reglas de la orden, y del hábito r eligioso por la autoridad de la Sede Apostóli-
ca, se dediquen a procurar la sa.lud de la.s alma.s, y gocen de algún beneficio
eclesiástico, con el cual puedan su stentarse: y para que este pensamiento ten-
512 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Además, los gabinetes Toreno y Mendizábal -diputados en Cá-


diz y en el trienio constitucional- secundaron la política liberal
de dar trato de preferencia a los religiosos secularizados como hi-
cieron los gobiernos de las dos primeras etapas 127•
"El déficit - por término medio- ascendia con Carlos V a 62
millones, con Felipe II a 75, con Felipe V a 272, con Fernando VI a
18, con Carlos III a 61, con Carlos IV a 720, y con Fernando VII
-sin haber pagado los intereses de las deudas anteriores y en des-
cubierto obligaciones sa.,o-radas- a 44. La deuda ascendía durante
el reinado de Carlos IV a 7.294 millones; procedióse, previa autori-
zación del Santo Padre, a la venta de la séptima parte de los bienes
del clero, hospitales, obras pías y órdenes militares, y al cobro del
impuesto de 76 millones sobre los productos eclesiásticos" 128• Con
tales precedentes y en medio de la guerra carlísta, se reclama la
presencia de Mendizábal para que económicamente realice el ''mi-
lagro español"; la Reina le nombra Presidente del Consejo de Minis-
tros y la nación le ofrece unas Cortes de completa fidelidad -Y que
el periodísta Larra sarcásticamente critica-: se lo dio un incom-
parable margen de C<:>nfianza, y él -prescindiendo de los resulta-

ga su efecto, el expresado rey desea sobremanera que Jos mismos religiosos sean
destinados al gobierno de las parroquias... Os damos facultad que ba de valer
perpétuamente ... con tal que el indulto apostólico hubiese sido puesto en ejecu-
ción por el ordinario.. . Roma, 6 Agosto 1833. .. R. Agencia general de Preces a
Roma en Madrid 27 Agosto 1835... Madrid, 21 Setiembre 1835. Manuel García
Herreros" (Min. de G. y Just. en el Gobierno del COnde de Toreno).
127. DEc. REINA, XX, 443-449: "Se ha servido resolver S . M.: 1.• Que en las
ternas que remitan al gobierno Jos prelados diocesanos para la presentación de
curatos y beneficios curados, propongan con toda preferencia a estos eclesiás-
ticos (secularizados, habilitados por el Breve de S. S. en circular de 21 de se-
tiembre), siempre que por su conducta moral y politica, y censura que den de
sus ejercicios 2xaminadore!:. diocesanos, sean considerados merecedores y aptos
para su desempeño, sin perjuicio empero del derecho qu puedan tener a los as-
censos los actuales párrocos, esperando S. M. con entera confianza que, pene-
trados los mismos prelados y los patronos, así eclesiásticos como laica!es., de
las miras de humanidad que guían su R. ánimo en esta parte, y de las venta-
jas que de ello han de n:sultar al Estado y a la Iglesia misma, harán Jos nom-
bramientos de las piezas eclesiásticas de la clase de que se trata y que les co-
r.-esponda por derecho C:e entre los mismos secularizados, con la indicada !i-
mitación. 2.• Que los diocesanos confieran a éstos Jos economatos de dichas pie-
zas vacantes en la actualidad, y que vacaren en lo sucesivo, y les encarguen el
desempeño de las cargas eclesiásticas de aquéllas cuya provisión está suspen-
dida por las RR. disposiciones vigentes, sin desatender, no obstante, el particu-
lar mérito y ~ervícios que puedan haber contrabido individuos del clero secular;
Y últimamente, que a fin de que pueda cerciorarse S. M. si se cumple lo man-
dado y si se llenan como debe s us benéficas intenciones, remitan Jos diocesa-
nos a la secretaría de mi cargo cada tres meses notas de los curatos y benefi-
cios curados que vacaren ... y una razón nominal de Jos secularizados que resi-
dan en su respectiva diócesis, expresando su destino actual ...Madrid, 6 Octu-
bre 1835. Alvaro Gómez" (Min. de G. y Just. en el Gobierno de Mendizábal).
128. F'ERNÁNDEZ GoNZÁU:Z, La Hacienda de neustros abuelos, pág. 17. 30. 40_
REUCIOSJDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 513

dos- pretendió crear una burguesía con los bienes eclesiásticos


-a los que tradicionalmente se habia recurrido en España en todas
las emergencias del Estado-.
Tres clias después de prohibir a todos los Prelados el " conferir
órdenes mayores 129, el 11 de octubre de 1835 desde El Pardo Maria
Cristina dirigia al Ministro D. Alvaro Gómez el célebre decreto con-
tra los monasterios 130, completado por el de 8 de marzo del año si-

129. DEC. REINA, XX, 453: "Deseando remediar los gravisimos perjuicios que
se siguen al Estado y a la Iglesia de ser tan e:rcesivo y desproporciorzcuW el nú-
mero de eclesiásticos en la mayor parte del r eino, con tanto daño de éstos mis-
m os como de los demás espaiiDles, que su/Ten exclusivamente las cargas públi-
cas de que están exentos aquellos, he venido en decretar... que por ahora y
basta que con todo el examen necesario de los trabajos hechos por la Junta
eclesiástica se determine, de acuerdo con las Cortes lo que más convenga sobre
refonna del clero, los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás prelados a
quienes competa, se abstengan absolutamente de e:rpedir dimisorias y conferir
órdenes mayores bajo ningún título, ni por ningún motivo ni pretexto, aunque
bien podrán promover al presbÍterado o al ruacona.do a los que respectivamen-
te estuvieren ya o ordenados de diáconos o de subdiáconos, y ordenar in sacris
a Jos que el rua de la publicación de este decreto en la Gaceta de Madrid, ten-
gan obtenida la presentación y colación canónica de algún curato o de algún
beneficio con cura de almas, o hecha ya y aprobada alguna oposición en virtud
de la cual se les haya dado o se les diere dicha colación, antes o después del
expresado dia ... El Pardo, 8 Octubre 1835. A D . Alvaro Gómez."
130. DEC. REINA, XX, 457-460 : •Aunque por mÍ R . decreto de 25 de julio de
este año apliqué el remedio que me pareció exigían entonces más de pronto los
graves males que causaban a la religión y al Estado la subsistencia de tantos
monasterios y conventos faltos del número canónico de fnditñdtws que se nece-
sita para la observancia de la disciplina religiosa, todavía las representaciones
que se me han dirigido de varias partes de la monarquia, me bacen estimar in·
dispensable y muy urgente 1tna reforma más e:rtensa, considerando cuán des·
proporcicmado es a los m edios actuales de la nación el número de cosas m onás-
ticas que qued!l, cuán inútües o innecesarias son la mayor parte de ellas para
la asistencta espiritual de lOS fieles, Cuán GRANDE EL PERJUICIO QUE AL REINO SE lE
SIGUE DE L\ AMORTIZACIÓN DE LAS FINCAS QUE POSED:, Y COÁNTA lA CONVENIENCIA PÚ-
BLICA DE PONEr. ÉSTA EN CIRCULACIÓN PARA AUMl!NTAR :.OS REC"Oa!:OS 11!1 ESTADO Y A3R1R
NUEVAS FUENTES DE RIQUEZA : Por tanto, y teniendo presente Jo que ya el rey mi
augusto esposo !q. e . p . d .) determÍDÓ de acuerdo con las Cortes t:n 23 de Oc-
tubre de 1820; be venido en decretar... : 1.• Quedan suprimidos desde luego, co-
mo se dispuso por la expr esada determinación, todos los )IONASIERros de órdenes
17101WCales, los de canónigos regulares de San Benito dP. la congregación claus-
tral tarraconense y cesaraugust:aoa; los de San Agustin y los premostratenses,
cw.lqu!era que sea el número de m:>nges o religiosos de que en la actualidad
se compongan. 2.• Exceptúa>e por z.bora de la supr~sión, si actualmente se ha·
liaren abiertos, Jos monasterios de la orden de San Benit.o el de Monserrate en
Cataluña; San J •ran de la Peña y San Benito de Valladolid; de la de San Geci-
nimo, el del Escolia! y Guadalupe; de la de San Bernardo el de Poulet; de la
de carrujos el del Paular; de la de San Basilio la casa que tiene en Sevilla, pero
con absoluta prohibición de dar hábitos y admitir a profesión los novicios que
ahora hubiere, y con calidad de que los b ienes raíces y rentas de estos monas-
terios queden también aplicados al crédito p úblico como los de las casas su·
primÍdas. 3.• Los monges de los monasterios suprimÍdos de las mismas órdenes
que los que se conservan, podrán respectivamente, si quieren y tuvieren cabida
en estos últimos, trasladarse a ellos, llevando consigo los muebles de su uso·
particular. 4.• De los demás conventos de religiosos que subsistan con arreglo
'514 ALFREDO KARTINEZ A.L BIACH

·guíente contra el clero regular en general 131 , suavizado éste último

a mi citado R. decreto de 25 de Julio último. basta que otra cosa se determine


con acuerdo de las Cortes, no podrá haber más que uno de una misma orden
en cada pueblo y su término. exceptuado el caso extraordinario de alguna po-
blación agrícola que haga parte del vecindario de una capital, y que a juicio del
gobierno necesite la conservación de algún convento que hubiere en el campo
hasta que se erija la correspondiente parroquia. Donde haya más de un convento
de una misma orden, el gobierno civil de la provincia, oyendo a la diputación y
al ayuntamiento del pueblo respectivo, propondrá al gobierno cuál de aquéllos
debe conservarse. y quedarán suprimidos los demás, observando respecto a sus
religiosos lo dispuesto por el art. s.• de mi R. decreto mencionado. s.• Habién-
dose pedido a mi gobierno por varios prelados regulares que se cierren sus con-
ventos, aunque comprendidos en el número de los que conserva mi sobredicho
R. decreto de 25 de Julio, me reservo suprimir todos aquéllos respecto a los
cuales lo solicitan, ora el prelado local y las dos terceras partes de los religio-
sos de coro. ora el ayuntamiento del pueblo respectivo con apoyo de la dipu-
tación de la provincia. 6.• Los monasterios y conventos que, aunque no sean de
los que deban quedar suprimidos. se hallaren cerrados en la actualidad por
cualquiera causa que sea, permanecerán en el mismo estado basta que con la
debida concurrencia de las Cortes se acuerde lo que más convenga. 7.• Lo dis-
puesto en los art. 6.• y 7.• de dicho mi R. decreto de 25 de Julio último se apli-
cará igualmente a las parroquias, bienes, rentas y efectos de los monasterios y
conventos suprimidos o que se supriman en virtud del presente decreto. 8.• Los
méritos y graduaciones que en sus respectivos institutos hayan contraído y lle-
gado a obtener los monges y religiosos de las casas suprimidas, serán atendidos
muy particularmente por el gobierno en la provisión de mitras, prebendas y
demás beneficios eclesiásticos. 9.• Por las respectivas secretarias de Estado y
del Despacho se comunicarán inmediatamente las órdenes e instrucciones opor-
tunas para la más pronta, puntual y ordenada ejecución de este mi R . decreto,
y para que se recojan y pongan a buen recaudo los efectos de los monasterios,
colegios y conventos suprimidos. El ministe.rio de Hacienda me propondrá des-
-de luego los medios conducentes para asegurar de una manera estable la deco-
rosa manutención de los monges y religiosos, así de estos establecimientos co-
mo de los comprendidos en el art. 2.•; y entre tanto se les auxiliará con cmc:o
REALES DIARIOS de los fondos de amortización... El Pardo, 11 Octubre 1835. A
D. Alvaro Gómez."
131. DEc. REINA, XXI, 120-129. 191 : "Considerando que la SUPRESIÓN DE LAS
CASAS DE LOs INSTITUTOS R.EGULA.RES es una NFCES.IDA.D reclamada por razones de
ALTA CONVENIENCIA PARA EL ESTADO Y PARA LOs INDIVÍDUOS que han formado O for-
man las comunidades de los monasterios y conventos; que en la mejora de la
suerte de los acreedores a la nación se libra el bienestar de inmenso número de
Jamüias, y en mucha parte el fomento de la riqueza pública; que la cuantia de
la deuda exige medios grandes y eficaces que es forzoso buscar sin gravamen
de los pueblos, y sin menoscabo de los recursos requeridos por la guerra inte-
rior; y en fin que al dispon!!r de los bienes, rectas y derecho::: de los RECtJI.ARES
DE UNO Y onto seo, es de .rigurosa justicia, y de la suma predilección en mi R. y
piadoso ánimo, el asegurar a todos una existencia honesta y deCOrosa, propia
de los sentimientos religiosos de esta nación católiC3; . .. he venido en decretar
lo siguiente: A. 1.• Quedan suprimidos todos los monasterios, conventos, cole-
gios, congregaciones y demás casas de comunidad o de instituto religioso de
varones, inclusas las de clérigos regulares, y las de las cuatro órdenes milita-
res y San Juan de Jerusalén, existentes en la Península, Islas adyacentes y po-
sesiones de España en A!rica. A. 2.• Se exceptúan de lo dispuesto en el artícu-
lo anterior: 1.• los colegios de misiones para las provincias de Asia, de Valla-
dolid, Ocaña y Monteagudo; 2.• las casas de clérigos de las Escuelas Pías, y los
conventos de hospitalarios de San Juan de Dios que se hallen abiertos en la
actualidad. El gobierno se reserva la facultad de fijar la residencia de los
REUClOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 515

"en consideración a las representaciones de algunas religiosas que


manüiestan el vivo deseo de acabar sus días en los conventos en

misioneros escolapios y hospitalarios del modo que juzgue más oportuno, para
llenar tos di!erentes objetos de su instit>.1to... A. 4.• Quedan suprimidos desde lue-
go todos los beaterios cuyo instüuto no sea la hOspiúüidad o la enseñanza pri·
maria. A. 5.• Las juntas que se crean por este decreto en las cabezas de todas
las diócesis, reducirán el número de conventos de monjas al que sea absoluta-
mente indispensable, para contener con comodidad a las que quieran continuar
en ellos, distribuyendo las de tos suprimidos entre los demás de la misma or-
den que subsistan, arreglándose para la supresión a las bases siguientes: 1.• no
se conservará abierto ningún convento que tenga menos de veinte religiosas pro-
fesas; 2.• no se permitirán en una misma población dos o más conventos de la
misma orden. A. 6.• Se prohibe la admisión de novicios de uno y otro sexo en
tos conventos y beaterios que quedan subsistentes por este decreto. A.. 7.• El
gobernador civil de la provincia dispondrá desde luego se restituyan a sus casas
tos individuos de ambos sexos que habiendo tomado el hábito religioso en al·
gún convento o beaterio de cualquier orden, instituto o denominación que sea.
no hayan profesado a la publicación de este R. decreto en las respectivas pro-
vincias ... A. 11.• Se prohibe el uso público del hábito religioso a las personas de
ambos sexos. A.. 12.• Los regulares exclaustrados ordenados in sacris quedan
como tos eclesiásticos seculares bajo la jurisdicción de tos respectivos ordina-
rios. Los que no hubiesen recibido órdenes mayores vivirán en clase de segla·
res sujetos a las mismas autoridades que tos demás españoles... A.. 14.• La ju·
risdicción eclesiástica que egercfan tos prelados de las comunidades suprimi-
das se devuelve a los ordinarios en cuya diócesis estén enclavados los territo-
rios exentos hasta aquí. Si estos territorios están en los confines de dos dióce-
sis, corresponderá la jurisdicción a aquélla cuya capital esté más próxima. A. 15.•
En los monasterios y conventos suprimidos que tenían aneja la cura de almas,
se erigirán parroquias con el suficiente número de ministros a cuya subsisten-
cia se proveerá por los medios &COStumbrados. A.. 16.• Los beneficios seculares,
unidos a los monasterios y oonventos suprimidos, quedan r estituidos a su pri-
mitiva libertad y provisión real y or dinaria; pero sus actuales poseedores con-
tinuarán en el ejercicio y disfrute de ellos, y en el pago de pensiones con que
se hallen gravados. A. 17.• En cada diócesis y en la vicaria de Madrid, se esta-
blecerá una casa, que se denominará de Venerables, para los exclaustrados que
voluntarlamente solicite:l ser admitidos en ella, con tal que a la publicación del
presente decreto hayan cumplido sesenta años, o acrediten padecer alg¡.:na en-
fermedad habitual que les impida absolutamente dedicarse al ejercicio de su
ministerio... A. 19.• La Junta distribuirá por los pueblos de las áiócesis, y el
ordinario asignará a las parroquias, los exclaustrados ordenados in sacris que
hayan de disfrutar de la pensión que se les señala en este R. decreto. Se excep-
tuan los que no hayan terminado su carrera literaria , que quedan en libertad
para continuarla en las universidades, seminarios y demás colegios aprobados.
A.. 2C.• Tod03 los bi~ raíces, muebles y samovieute:;, :-eneas, derecbcs r ac-
ciones de todas las casas de comunidad de ambos sexos. asi suprimidas como
subsistentes se aplican a la R . caja de amortización para la extinción de la deu-
da pública, quedando sujetos como hasta aquí a las cargas de justícia civiles y
eclesiásticas a que estén afectos. A. 21.• Se exceptúan de la disposición conte-
nida en el articulo anterior los bieneo;, rentas, derechos y acciones pertenecien-
tes a la Comisaria general de Jerusalén, y los que se hallen especialmente afec-
tos a Objetos de beneficencia o instrucción pública; como asimismo la parte
de los bienes del monasterio del Escorial que resulten corresponder al R. Pa-
trimonio, verificada la clasificación que se está practicando por mi Secrectario
de Estado y del Despacho de Hacienda. A. 22.• Los ordinarios podrán, con la
aprobación del gobierno, dedicar a parroquias las iglesias de los conventos su·
primldos que sean necesarias. A. 23.• Del mismo modo podrán disponer en fa-
516 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

que se hallan, y el dolor que les causaría su salida de ellos" -una


"R. orden" comunicada por el Ministro de Gracia y Justicia de 18

vor de las parr oquias pobres de sus diócesis de Jos vasos sagrados, orna-
mentos y demás objetos pertenecientes al culto, excepto aquéllos que por su
rareza o mérito artístico. convenga conservar cuidadosamente, y Jos que por su
inconsiderable valor no corresponderían a la pobreza de las iglesias. A. 24.• Po-
drán destinarse para establecimientos de utilidad pública los conventos supri-
midos que se crean a propósito. A. 25.• Asimismo se aplicarán Jos archivos, cua-
dros, libros y demás objetos pertenecientes a los institutos de ciencias y artes,
a las bibliotecas provinciales, museos, academias, y demás establecimientos de
instrucción pública... A. TI.• Los religiosos pertenecientes a los institutos no
suprimidos por este decreto, percibirán una pensión diaria, que será de cinco
reales para Jos sacerdotes y ordenados in S4Cris -{Por el decreto de 29 de julio
de 1837, 4 reales a Jos de menos de 40 años, 5 rs. a los menos de 60, y 6 rs. a
los más de 60)-, y de tres para los demás profesos asi coristas como legos
-{Por el decreto citado de 1837, 3 rs. a Jos impedidos de trabajar y con menos
de 60 años; y con más de 60, 4 rs.; a Jos DO impedidos y con menos de 40 años,
3 rs. durante dos años)-. Los hospitalarios a quienes prohibe su instituto des-
cender a las órdenes sagradas percibirán también oinco r eales diarios -{Por
el decreto de 1837, si han sido prelados, como sacerdotes; sino, como legos)-.
A. 28.• Los regulares actualmente exclaustrados o que en adelante se exclaus-
traren, y Jos secularizados en las épocas anteriores que DO lo hubiesen sido a
titulo de patrimonio o cóngrua suficiente, y DO hayan obtenido después cape-
llanía u otra renta eclesiástica, disfrutarán la pensión señalada por el articulo
anterior a los individuos de las casas no suprimidas. A. 29.• Las religiosas se-
cularizadas en las épocas anteriores, y las actualmente exclustradas o que se
exclaustraren en lo sucesivo, gozarán de la asignación de cinco reales diarios,
percibiendo solamente cuatro las que prefieran continuar en la vida monástica.
A. 30.• La beatas que continuaren dedicadas a la enseñanza y hospitalidad disfru-
tarán la pensión de cinco rs. diarios. A. 31.• De los fondos aplicados a la sub-
sistencia de los regulares se satisfarán mensualmente por las Juntas el importe
rte las pensiones señaladas en los articulas precedentes A. 32.• Estas cesarán
desde el momento en que los interesados obtengan renta eclesiástica o del Es-
tado, mayor o igual a la de la asignación ; pero si fuere menor, continuarán
percibiendo la diferencia ... A. 35.• Perderán todo derecho a la pensión respec-
tiva los religiosos de ambos sexos -G'or el decreto de 1837, si han servido en
faccicnes y condenadcs por delitos pollticos después de la amnistla de 1832)--
que se rallen en algunos de Jos casos siguientes: 1.• haberse ausentado del rei-
no sin Ucencia del gobierno, ni pasaporte de la autoridad competente ... ; 2.• salir
de la provincia de la respectiva residencia para cu9lquiera otra del reino sin
beneplácito óe la junta de la diócesis y sin pasapone de la autoridad; 3.• ha·
1ll:.rre ausente con licencia del gobierno, residiendo añora en el extrangero, y
r.o presenta.TSe a! embajador, ministro o enviado, y en su defecto al cónsul es-
pañol c!entro del término que respectivamentt> señalaren p:u-a b:lc'!rlo, man;.
!esta!" el pasaporte que obtuvieron de r.utoridad competente española, declarar
su intención de regresar al reino, recibir su pasaporte al efecto y llegar a Es-
paña en el plazo q ue ¡r.efije este documento; 4.• negarse sin causa justa y le-
gitima, a juicio de la junta, a servir el destino o empleo que se le confiera, se-
gún las respectivas circunstancias. .. A. 46.• Los exclaustrados y secularizados
que desempeñen temporalmente capeUanias o economatos que después confie-
ran a otros en propiedad, volverán a d..is!rutar de la pensión, presentando cer-
tificación del ordinario de haber cesado de su encargo. A. 47.• En la cabeza
de cada diócesis se formará una junta, compuesta del ordinario, del goberna-
dor civil, del intendente, de un vocal de la diputación provincial, y de un dig-
nidad, canónigo o racionero nombrado por la misma diputación... El Pardo,
8 Marzo 1836. A Alvaro Gómez Becerra" (Mio. de G. y Just.) .
REUGIOSIDAD HtSPANA Y SOCIEDAD llORScN:C.; 517

de abril de 1836, "autorizando a las Juntas diocesanas de regulares


para que cuando concurran circunstancias especiales, propongan
queden abiertos algunos conventos con menos de veinte religiosas,
ya para que subsistan en algunas capitales dos conventos de una
m isma regla, y ya para que se reunan religiosas de reglas diversas
en un mismo edilicio" m_
Si con las religiosas se tuvieron éstas y otras llJ atenciones, la
actitud se endureció ante las conspiraciones de los religiosos 134 Y

"R. Orden (Min. G. y Jusl.), disponiendo que por ahora no se haga novedad
en la jurisdicción que egercen los RR. Obispos priores (de órdenes militares)
de Uclés y de León, no obstante lo dispuesto en el art. 14.• del decreto de 8
de marzo último... Madrid 25 Abril 1836. Alvaro Gómez."
132. Doc. REINA, XXI, 185.
133. Dn:. REINA, XX, 510-511: "He dado cuenta a S. M. la Reina Gobernado-
ra del espediente promovido por la priora y comunidad religiosa de Sto. Do-
mingo del Valle de Flores, extramuros de la villa de Vivero, p rovincia de Lugo,
solicitando se les mantenga en posesión de la gracia que les está concedida de
.ser enterradas en sus conventos, y de lo que espone el gobernador civil de di-
cba provincia, proponiendo se derogue la R. cédula de 10 de mayo de 1818, por
la que se concedió aquel privilegio a todos los cadáveres de las religiosas pro-
fesas... Se ha servido mandar que ccmtinúe llevándose a efecto lo prevenido en
la citada R. cédula bajo las reglas siguientes: 1.• Que hayan de sepultarse los
cadáveres de las religiosas precisamente en los atrios o huertos de los monas-
terios o conventos, señalándose en ellos para este destino un parage, con pro-
hibición de que pueda hacerse en los coros bajos y en las iglesias. 2.• Que
los gobernadores civiles reconozcan los huertos y atrios asegurándose de su ven-
tilación y demás requisitos necesarios antes de prestar su aprobación para la
inhumación en ellos. 3.• Que los cadáveres de las rel\giosas que fallecieren en
monasterios o co.n ventos en que no hay huerto o atrio ventilado donde sepul·
tarlos, se conduzcan a los cementerios públicos, en los cuales se demarcará el
lugar que pareciese más a propósito. 4.• Que los gobernadores civiles, asocia-
dos de un regidor y del sindico procurador general, reconozcan todos los mo-
nasterios y conventos de religiosas de las capitales para asegurarse de la exis-
tencia en ellos de huertos o lugares proporciona1os pa.""a el enterramiento, pro-
hibiendo desde luego que éste se verl!ique en otra parte. Y 5.• Que en los pue-
blos subalternos de la capital den comisión Jos gobernadores civlles 111 sugeto
que tuvieren por oportuno, para que en unión con un regidor y el sindico pro-
curador general ejecute la visita con el objeto indicado. .. Madrid, 30 Octubre
1835. Martín de Jos Heros" (Min. Interior).
134. Doc. REINA, XX, 485-487: ·s. M. la Reina Gobernadora con fecha 17 del
actual se ha servido dirigirme el R. decreto siguiente: Las contestaciones qu<!
se l'>abian suscitado en diferentes ~iones entre la jU..'"isdicción real y la ec<e-
.siástica acerca de la competencia, conocimlen~o y procedimiento de las causas
contra eclesiásticos por delitos atroces o graves, movieron el R. ánimo de mi
augt¡sto abuelo el Sr. Rey D. Cari('S IV a IDllndar en R. O. de 19 de Noviembre
de 1799... conociese de estas causas, desde su principi\), el tribunal real con el
eclesiásti~. hasta ponerlas en estado de sentencia, y que entonces la remitiese
al gobierno por via reservada, para lo que hubiere lugar. 1\'luy luego principa-
ron a sentirse los funestos efectos de esta disposición, por el entorpecimie.n to
Y dilaciones a que da lugar en la sustentación, en el pronunciamiento de los
rauos y en la egecución de éstos; pero tamaños males se han hecho aún más
patentes e intolerables en estos últimos tiempos, que por desgracia muchos
eclesiásticos olvidados de los deberes que les impone su sagrado ministerio y
.su cualidad de ciudadanos. han lomado una parte más o menos activa en la
518 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

demás clérigos llS -por más que persistía la preocupac10n por el


problema de los párrocos incóngruos 136 y el del pago de pensiones
a regulares exclaustrados 137• Y se dispuso de los inmuebles del cle-
ro regular us_

rebelión, conspiraciones y tramas contra el trono de mi augusta lúja, cuando


es más necesario que la acción de la justicia sea pronta y rápida para castigar
a los delincuentes, y que su castigo contenga a los que intentaren imitarlos...
Vengo en decretar lo que sigue: 1.• Queda derogada y sin efecto alguno la dis·
posición contenida en la R . O. de 19 de Noviembre de 1799, las demás anterio-
res a que ésta se refiere, y las posteriores declaratorias de ellas. 2.• Las cau-
sas contra eclesiásticos ¡:tor delitos atroces o graves, se formarán desde el prin-
cipio, sustanciarán y lallarán en todo el reino, sin intervención alguna de la.
autoridad eclesiástica, por los jueces y tribunales reales... s.• Dada sentencia
que merezca ejecución, en la que se imponga al reo alguna de las penas re-
feridas (pena capital, estrañamiento perpétuo, minas, galeras, bombas o arse-
nales), pasará el juez testimonio literal de ella con el oportuno oficio, sin in·
cluir ninguna otra cosa, al prelado diocesano para que se proceda en su caso
la degradación correspondiente del reo en el preciso término de seis días. 6.•
Si dentro de este término no se verificase la degradación, se procederá sin.
más dilación a la ejecución de la sentencia, cualquiera que sea la pena im·
puesta al reo; y si fuere la capital será conducido al patíbulo en hábito laical
y la cabeza cubierta con un gorro negro. 7.• Si de la causa y de la defensa del
acusado no resultaren méritos bastantes para imponerle ninguna de las penas
mencionadas pero si otra inferior estraord.inaria, y la condenación de costas,
se le aplicará ésta por el mismo juez o tribunal que hubiere conocido el pr o-
ceso ... Madrid, 20 Octubre 1835. Alvaro Gómez."
135. DEc. REINA, XXI, 92: "R. O. para que los gobernadores civiles vigilen
el que no ejerzan el ministerio de la predicación y confesión los ecl~cos
que hayan dado pruebas de infidelidad al gobierno... Madrid, 26 Febrero 1836.
A. Gómez."
136. DEC. REINA, XXI, 89: "R. O. para que los párrocos incóngruos opten
entre novenar (para el pago del noveno) o aceptar la cóngrua que señ!lla la
R. Hacienda, dejando a favor de ésta todos los frutos, rentas y emolumentos
que les correspondan, a tlscepción de los derechos de estola... Madrid , 25 Fe-
b rero 1836. Mend.izábal."
137. COL. LEYEs, II, 327: "Dirección gen. de Rentas y Arbitrios de amortiza·
ción: P..eglas que han de observar se para el pago de peruiones a regulares ex-
claustrados ... Madrid, 19 Noviemb re 1835. José de Aranalde."
DEC. REINA, XXI, 154: "R. O. declarando el haber (la cuarta parte de la
pensión) de los exclaustrados (religiosos, coristas, profesos y legos), a quienes
toque la suerte de soldados... Madrid, 21 Marzo 1836. Alvaro Gómez."
138. DEc. REINA, XXI, 30. 32. 77. 99. 113 : "R. decr., rlisponiendo una Junta y
las obras de reforma, demolición y construcción con los edificios que fueron
monasterios y conventos para llegar a tener : 1.• cuartE'les cómodos y ventiladvs
en que plleda alojarse W13 guarnioió!l de 10.000 hombres de infantería y 2.000 de
caballería; 2.• hospitales y cárceles; 3.• nuevas calles y ensanche de las actua·
les; y 4.• plazas y mercados de nueva planta... El Pardo, 25 Enero 1835. .1'.1 Pres.
int. del Consejo de Ministros.H
"R. O. sobre destino de los edificios que fueron monasterios y conventos,
tanto para que se mejore el aspecto público, las cárceles, cuarteles y ·estable-
cimientos de beneficencia, como para que se dé trabajo al gran número de
brazos que se encuentran hoy en la inacción por efecto de las circunstancias
políticas... Madrid, 26 Enero 1836. Mendizábal. ~ .
"R. Decr., declarando en venta todos los bienes (raíces) que hayan perteneCI·
do a las suprimidas corporaciones religiosas con la escepción de los edificios
que el gobierno destine para el servicio público, o para conservar monumentos.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCJ 519'

El espíritu de reforma alcanzó a los Seminarios conciliares 139•


Sin embargo, el exuberante entusiasmo que había elevado aMen-
dizábal, le hundió rápidamente: la Reina Gobernadora y los parti-
dos políticos le retiraron su apoyo. No obstante la " revolución" de
La Granja y las "concesiones" al General Espartero, los últimos
gobiernos de la Regente Maria Cristiana fueron de matiz mode-
rado 140•
En primer lugar, el gabinete Istúriz, además de frenar la revo-
lución económica de Mendizábal, descubre los primeros efectos de-
la desamortización en dos reales órdenes de sus ministros de Ha-
cienda y Gracia y Justícia, D. Felix D'Olhaberiague y Blanca, y D..
Manuel Barrio Ayuso, respectivamente 141 •

de las artes o para honrar la memoria de hazañas nacionales. Atendiendo a la


necesidad y conveniencia de disminuir la d.e uda pública consolidada. y de m-
TR.ECo\R .u. INTERÉS n."Drvmu.u. la masa de bienes rafees que han venido a ser
propiedad de la nación, a fin de que la agricultura y el comercio saquen de ello-
las ventajas, que no podrían conseguirse por entero en su actual estado ... El
Pardo, 19 Febrero 1836. A D. J . A. y Mendizábal."
~Aprueba S. M. la instrucción (del Mio. de Hacienda) para la venta de bie--
ces nacionales que según el art. 1.• debe estar a cargo de la Dirección gen. dP.-
Rentas y arbitrios de amortización. .. Madrid, 1 Marzo 1836. Mendizábat.•
~R. Decr. declarando en estado de redención todos los censos, importacio-
nes (o imposiciones) y cargas de comunidades monacales y regulares, así de-
varones como de religiosas, que ya han sido suprimidas o que se supriman en:
lo sucesivo... El Pardo, 5 Marzo 1836. A D . J . A. y Mendizá'bal."
139. DEC. REINA, XX. 460-463: "Deseando S . M. que los seminarios concilia-
res y las casas de regulares sean un plantel de dignos ministros del culto por
su saber y virtudes evangélicas y patrióticas, se ha servido mandar... Madrid,
12 Octubre 1835. Alvaro Gómez" (Mio. de G . y J ust. del Gobierno de Mendizábal)_
140. F. DE CóRDOVA, Mis memorias í ntimas, Il, 75-81. 112-117. 163-168. 208-219.
233·242. 258-272. 387; PI RAJ.A, Historia contemporánea, III , 284·323; IV, 259-269; V,.
116-140. 304-308.
141. CoL. LEYES, III PrelL-ninar, 157-158; DfX:. R EINA, XXI, 250-252: "El S r.
Secretario del D. de G. y Just. me dice con fecha 15 del corriente lo que si-
gue: La junta especial de regulares de esta corte ba hecho p r esente a S. M. que-
a pesar de todas sus más exquisitas diligencias no ha podido reunir <:antidad.
alguna de los fondos y arbitrios que le e<>tán destinados para cubrir sus pe--
rentorias y sagradas obligaciones y que h&biendo acudido a la amortización·
para que en cumplimlento de lo dispuesto en el art. 31 del Reglamento de 24-
de Marzo (CoL. LEYES, ID Preliminar, 75 : wCuando los fondos designados en el
R . decreto r..o basten e ~ todos les gastos, la$ juY~tas librarán contra los
CO'r.lisionad.os de la R. caja de amorüzaci6n en las prcnñr..cias, lo. cantidad que
Se4 necesaria, da1!do cuenta al gobierno para su conocim.ieniQ•) le facilitase la-
suma que conceptuase necesaria por el mo mento para dicho objeto, no sólo
no ba tenido este efecto, sino que m aun le luz dado ccmtestaci611 alguna; por
lo cual se ha visto obligada la junta a suspender la ejecución del arreglo c1tr
con:t>ent<>s de religiosas de la vicaria de Madrid, que está ya acordado. Casi
diariamente se reciben en este ministerio exposiciones más o menos enérgicas
de las juntas diocesanas, dando cuenta de su absoluta falta de caudales para
cumplir sus obligaciones y poder realizar y ejecutar el decreto de 8 de Marzo,
por no haberse hecho efectivos ninguTI() o casi ninguno de dichos fondos, ya
porque en gran parte y con mucha anterioridad se habla dispuesto de ellos por
ese IIÚnisterio, ya porque otros son nominales, y ya también porque no se han>
.-

520 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Superado el paréntesis " revolucionario" que elevó al poder a


D. José M.• Calatrava con los Ministros de Gobernación, de Gracia

comunicado por él mismo oportunamente las órdenes convenientes en cuanto


a otros, y pintando con los colores más vivos la triste y deplorable situación
de los esclaustrados, a quienes tan solemne y justamente re había prometido
una decorosa subsistencia. S . M. la Reina Gobernadora se ha enterado con el ma-
yor sentimiento de un estado de cosas tan lamentable, y que la humanidad, la
causa pública y del trono, la dignidad y buena fe del gobierno exigen imperio-
samente que sin la menor dilación se haga cesar para no ponemos en la dura
e indispensable necesidad de tener que hacer suspender la ejecución del decre-
to de 8 de Marzo, cuyas graves y trascendentales consecuencias son palpables.
Por lo mismo es la soberana voluntad de la augusta Reina Gobernadora que
por ese ministerio se comuniquen las órdenes más precisas y terminantes con
toda urgencia a las autoridades dependientes de e1 que recaudan ahora fondos
destinados a dicho objeto, para que entreguen los existentes a las juntas dio-
cesanas; y dispongan lo conveniente, a fin de que en adelante sean éstas las
<¡ue recauden y distribuyan; y que también se mande con la misma urgencia a
la caja de amortización dé las disposiciones necesarias a fin de que mientras
ingresan en dichas juntas las cantidades indispensables para hacer frente a sus
obligaciones, paguen sus comisionados en las provincias con puntualidad y exac-
titud los libramientos que espidan m ensualmente aquéllas conforme al citado
art. 31, para atender a su ccmetido, y que los comisionados satisfagan desde
luego las pensiones de los esclaustrados vencidas antes del dia 1.• de Mayo
último, desde cuya fecha correrán a cargo de las mencionadas juntas ... "
"R. O. circular (Min. de G. y Just.): Enterada S. M. la Reina Gobernadora ... ,
ha tenido a bien acordar las disposiciones siguientes: l.• Que los gastos indis-
pensables y absolutamente necesarios a la instalación de las juntas diocesanas
de regulares, y para llevar a cabo su cometido, se satisfagan de los fondos que
recaudan las mismas corporaciones, ciñéndose éstas en todo a la más severa
economia, y dando cuenta al gobierno de cu'lnto en tales objetos invirtieren. 2.•
Que cuando no pueda escusarse la traslación de algunas religiosas d e unos pue-
blos a otros, se haga con la decencia correspondiente a costa de los fondos que
las juntas recaudan y no de las pensiones, y si las religiosas hubiesen de pa-
sar a otro dis trito, serán los gastos de la traslación de cuenta de la junta en
cuyo territor io existía el convento o monasterio. 3.• Que los fondos que el
art. 36 del R . decreto de 8 de Marzo de este año se a plica al pagc de las pen·
siones señaladas a los regulares de ambos sexos, para cuya realización se co-
munican por este ministerio al de Hacienda las órdenes convenientes, deberán
percibirse por las juntas desde el 1.• de abril, corriendo a cargo de las mismas
el pago de las pensiones señaladas a los r egulares de uno y otro sexo desde
1 .• de Mayo, conforme a la circular de 26 de Abril anterior -(Conforme a la
circular de 18 del mismo m es de Junio las juntas diocesanas de regulares, en
l ugar de administrar y recaudar por s i los totales de las rentas que hasta aqui
ha recaudado la 'R caja de amortización d e las que compr'3nde el art. :!6 de!
R. decreto de 8 de Marzo último, se lirnfta=á.• a percibir mensualmente de sus
comisionados en las provincias la cantidad liquida que ingresen en sus cajas,
proveniente de dichas rentas o arbitrios.. Y para satisfacer las pensiones deven-
gadas t:n el mes de Abril, las m encionadas juntas espedirán un libra;niento es·
pecial de su importe contra los r eferidos comisionados de la R. caja de amorti-
zación}-. 4.' Que se paguen a los religiosos d e ambos sexos sus pensiones por
las juntas diocesanas del punto de su r esidencia en el dia 1.• de Mayo de este
año, cualquiera que sea su procedencia y el convento a que pertenecieron, de-
biendo llevar el cese correspondiente, siempre que por justos titulas y con la
autoridad debida hubiesen de !ijar con posterioridad su residencia en otra dió-
cesis . s.• Que no siendo las juntas provinciales sino diocesanas, recaudarán to-
das las rentas d e cualquier clase que en sus distritos hayan cobrado las co-
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 521

y Justícia y de Hacienda, D. Joaquín M.a López 142, D. José Landero 143


munidades de ellos, y también todas las rentas que en ellos se pagasen a co-
munidades existentes fuera de los mismos; para lo cual pasarán unas juntas a
otras las noticias convenientes. 6.• Que a los religiosos profesos a quien baya
cabido la suerte de soldados se abone por las juntas a cuyo distrito pertenece
el pueblo en que les cupo aquélla el esceso hasta completar con el prest los
tres reales que les están asignados por la ley. 7.• Que interim se espiden por
el ministerio de Hacienda las órdenes más eficaces para que sean efectivos to-
dos -los fondos designados para la subsistencia de los regulares de ambos se-
xos, las juntas libren contra Jos comisionados de la R. caja de amortización en
las provincias las cantidades necesari.a s para completar las que importen todos
sus gastos y atenciones. 8.• Que pueda designarse tanto de la clase de esclaus-
trados como de la del clero secular el sacerdote que bajo el nombre de rector
haya de gobernar la casa de Venerables... Madrid, 15 Junio 1836. Manuel Barrio
Ayuso.~

142. APÉNDrCE A COL. LEYEs, I, Octubre, pág. 13: "R. decr. para recoger las
alhajas de oro y plata labrada y objetos preciosos de las iglesias y santuarios,
y de frutos en especie y papel. a fin de evitar la ocupación que hacen los fac·
ciosos ... Palacio, 6 Octubre 1836. A D. Joaquín M.' López.w
143. APÉNDICE A COL. LEYEs, I, Setiembre, pág. 21. 152; Octubre, p. 17; APÉNDI·
CE A COL. LEYEs, II, p. 20. 43-44. 51. 69. 146-247; COL. l.EYES, lll, 53: "Ocupación
de sus temporalidades a los Arzobispos, Obispos y eclesiásticos que se ballen
separados de sus iglesias por desafección al trono o Constitución... Madrid. 9
Agosto 1836. ~
"R. decr., disponiendo la ocupación de temporalidades a los eclesiásticos
ausentes del reino sin permiso del gobierno... Palacio, 24 Setiembre 1836.w
"R . decr., imponiendo penas (estraiiado de estos reinos, y se les ocuparán
sus temporaUdades) a los prelados diocesanos que confieran órdenes mayores,
o den para ello d.l.r::l.isorias contra lo mandado en 8 de Octubre de 1835.~
"R. 0 ., mandando suspender por ahora la provisión de piezas eclesiástic:lS,
baciélldo cesar las dud:l.s q~e se han suscitado con motivo del decreto de 9 de
Marzo de 1834 ... Madrid, 10 Enero 1837."
"Circular reencargar:do de R. O. se recojan y custodien con todo esmero los
libros de los conventos suprimidos (sustraídos ya para el uso de los particula-
res, ya para inutilizarse con su venta, perruéndose así lastimosamente un tesoro
literario de gran precio que S . M. desea ofrecer un dia, en medio de las dul-
zuras de la paz, a la ilustración de los españoles)... Madrid, 25 Enero 1837.~
"Se restabl~ el decreto de 26 de Junio d:! 1822 sobre religiosos... Palacio, 27
Enero 1837."
"Se restablece el decreto de 20 de Marzo de 1821 sobre tribunales eclesiás-
ticos... Madrid, 31 Enero 1837.w
~ Decr. de Cortes, acordando que los RR. Obispos consagrados que residan
en Madrid, pasen a sus propias diócesis; y que los electos que no lo verifiquen
igw,.lr.l~nte se ~nt!enda han renunciadCI el derecho que les da ia presentación,
e inserc ión de la ley de 12 de Mayo de 1823... Madrid. 21 Febrero 1837.~
"El R. Obispo de esa diócesis (Tortosa) D. Vicwr Damian Sáez, lejos de
haberse presentado y manifestado E:l punto de su residencia, a pesar del largo
tiempo que ha transcurrido desde que violando las órdenes del gobierno des·
apareció de la ciudad de Sigüenza, y se le ocuparon por ello sus tempOralida·
des -12 Noviembre 1834-, continúa en tma permanente desobediencia, desco-
nociendo la autoridad del gobierno de S. M., ya se balle oculto en el país leal
o en el extra.ngero, o unido a los rebeldes... S. M. se ha servido declararle es-
trañado de es tos reinos, y privado de todos sus honores, condecoraciones y con-
sideraciones ... Madrid, 24 Mayo 1837.w
"Otra R. O., haciendo igual declaración respecto del M. R. Arzobispo de Ta-
rragona D. Fernando Ecbanove... Madrid, 24 !'.1ayo 1837."
RELIGIOS IDAD HIS PA NA. •• - 34
522 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

y D. Juan A. Mendizábal -quien completó su obra desamortiza-


dora con el clero regular y secular 144 , culminando con la supresión
"Decreto de las Cortes, extinguiendo en la península, islas adyacentes y po-
sesiones de España en A!rica, todos los monasterios, conventos, colegios, con-
gregaciones y demás casas de religiosos de ambos sexo. Se esceptúan Jos cole·
gios de misioneros para las provincias de Asia, establecidos en Valladolid, Oca·
ña y Monteagudo los cuales subsistirán con la denominación de colegios de la
misión de Asia.. Se autoriza al gobierno para que provisionalmente, y donde Jo
juzgue necesario, mientras se provee por otros medios a la enseñanza, conser·
ve algunas casas de escolapios; pero estas casas no se consideran ya como CO·
munidades religiosas, sino como establecimientos de instrucción pública, de-
pendiente del gobierno, que les dará reglamentos para su régimen interior, y
con sujeción, en cuanto a la en.c:eñanza, a los planes generales que rigen o rigie-
ren en adelante. Igualmente algunas casas de Jos antiguos conventos lwspitala·
rios como establecimientos civiles de hospitalidad, y bajo Jos reglamentos que
les dé el mismo gobierno; también algunas casas de las hermaiUlS de caridad
de San Vicente de Paúl. Y algunas casas de beatas dedicadas a la lwspitalidad
y enseñanza. Las religiosas profesas que quieran perseverar en el género de vida
que han abrazado, podrán continuar en ella bajo el régimen de las preladas
que elijan, y sujetas a Jos ordinarios diocesanos. No se conservará abierto nin-
gún convento o monasterio que tenga menos de 12 religiosas profesas, ni se
volverán a abrir los que estén ya cerrados, aunque antes de cerrarse tuviesen
aquel número. No subsistirá en una misma población más de un solo convento
de la misma orden. Si por circunstancias especiales creyesen las juntas dioce-
sanas que es útil o necesario conservar en una población dos conventos de una
misma orden, lo harán presente al gobierno, que queda autorizado para resol-
ver sobre ello lo que convenga. Los novicios y novicias, escepto los de los co-
legios de la misión de Asia, no podrán ya continuar en Jos conventos. Se prohi·
be a las personas de ambos sexos el uso público del hábito religioso. Los regu-
lares esclaustrados ordenados in sacris quedan en la clase de eclesiásticos secu-
lares bajo la autoridad de los respectivos ordinarios. Los que no hubieren re·
cibido órdenes mayores gozarán de los mis~os derechos y estarán sujetos a las
mismas obligaciones que los demás españoles. (Repiten Jos artículos 15, 16, 19,
20, 21, 22, 23, 24, 25, '%1, 29, 30 y 35 del decreto de 8 de Marzo de 1836) .. . Palacio,
29 Julio 1837."
144. .APtNlliCE A COI.. LEYEs, I, Setiembre, pág. 26. 27. 42; AYÉN. C. LEn:s, II,
6. 39. 128; CoL. LEYEs, III, 24. 51; "Creación de una junta en las provincias para
la enajenación de conventos, y efectos de las comunidades suprimidas.. . Pala-
cio, 13 Setiembre 1836."
"R. 0 ., orientando a la junta superior de edificios de comunidades religiosas
suprimidas sobre el destino que ba de darse a los mismos... Madrid, 21 Set:em·
bre 1836."
"R.. O., previniendo a Jos comisionados del ramo de amortización concluyan
inmadiatamente de posesionarse de Jos bienes, rentas y demás de las comuni-
des s uprimidas y subsistentes, aplicaeas a la estinción de la <!euda pública ...
.Madrid, 30 Diciembre 1836."
"R . O. sobre el puntual pago de las pensiones de las religiosas asi enclaus-
tradas como fuera del claustro... Madrid, 21 Enero 1837. •
"R. O. por la que se manda que desde el 1.• de Abril se abone po:- el tesoro
público a los regulares de ambos sexos el importe de sus pensiones ... Madrid,
l3 Marzo 1837.·
"Decreto de las Cortes mandando que se cobre en el presente año decimal
todos los derechos que componian la contribución conocida basta ahora con el
nombre de diezmOs y prim.ícias: todos los productos de esta contribución per-
tenecen exclusivamente al Estado, como la parte correspondiente a la agricul-
tura, de la contribución del culto y de la extraordinaria de guerra. Su importe
se aplicará una mitad a las obligaciones del culto, clero y participes legos eo
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOC1EDAD BOR.BONlCA 523

de la agencia de preces a Roma 16- , el gabinete "Bardaji-Esparte-


ro" inicia la vuelta a la linea del de Istúriz. Si bien no se puede
anular lo legislado 146, se suavizan las relaciones con el clero regu-
lar y secular 147 y se regula la "dotación de culto y clero" con una.

proporción a sus respectivos derecllos, y la otra mitad a las atenciones del te-
soro público. En la mitad aplicada a la nación se entienden y quedan compren-
didas todas las prestaciones que se haciaD a la misma con el nombre de rentas
decimales y subsidio del clero... Palacio de las Cortes, 15 Julio 1837. Yo la
Reina Gobernadora, 16 Julio 1837. A D. J. A. Mendizábal."
• Decreto de las Cortes de 24 circulado en 29 de Julio, suprimiendo la con-
tribución de diezmos y primicias, adjudicando además a la nación todus las
propied4des del clero secular. Se esceptúan los bienes pertenecientes a preben-
das, capellanias, beneficios y demás fundaciones de patronato pasivo de sangre.
Los edilicios de las iglesias, catedrales, parroquias, anejos o ayudas de parro-
quia, el palacio de cada prelado, las rectorias, casas o habitaciones de párro-
cos y sus tenientes, y los seminarios conciliares con sus huertos y jardines ad-
juntos, continuarán aplicados a sus actuales destinos. El producto total de es-
tos bienes servirá en parte de pago del presupuesto de la dotación del clero, y
entrará en cuenta de su haber. El déficit basta el completo de la dotación del
clero y los gastos del culto, se supliiá por un repartimiento que se hará en la
nación con el nombre de contribución del culto, al cual estarán sujetos en pro-
porción a sus haberes todos los contnouyentes a las demás cargas del Esta-
do... Palacio, 29 Julio 1837. A D. J . A. y MendizábaJ.•
145. Dic. R.I::INA, XXII, 315: MR_ decreto, suprimiendo la agencia general de
preces a Roma; todas las funciones quedaráo a cargo de la pagaduría del mi-
nisterio de Estado ... Palacio, 7 Junio 1837. A D . José M.• Calatrava."
El 3 de enero de 1835 (DEc_ R.f:1m, XX, 1-2), D. Nicolás M.• Garelly, Ministro
de G . y Justicia en el gabinete de Martinez de la Rosa, defendia con celo esta
agencia frente a los despachos que daban Mla cancilleria de la Santa Sede y la
Nunciatura Romana", que p<>r "'v:>luntad de S. M." consideraba "sin efecto al-
guno y contra el tratado vigente con la corte de Roma".
146. CoL. LEYEs, III, 122. 150. 161: sobre Ordenes sagradas a un corista ex-
claustrado ("según está dispuesto en el art. 15 de la ley de 29 de julio último":
15 septiembre 1837), alhaj as de aglesias ("al tenor de lo prevenido en el R. de-
creto de 6 de Octubre de 1836, para atender a los gastos de :a guerra en virtud
de la aprobación de las Cortes de 15 de Setiembre de 1837": 28 septiembre 1837),
y sobre distribución del diezmo (según "la ley de 16 de Julio próximo pasado":
4 Octubre 1837), respectivamente.
147. CoL. LEYES, IV, 70; VIII, 65; Dic. RaNA, XXIV, 277 : "P.. 0 ., declarando
no hay inconveniente en facilitar pasaportes a Jos exclaustrados que lo solici-
ten para el extrangero con el objeto de proporcionarse mejor y más segura sub-
sis tencia que la que aquf tienen__ _ Madrid, 23 Febrero 1838."
"R. O. dirigida a aliviar la situación en que se encuentran las comunidades
de r e ligiosas ;>er el atraso c;m.~erabte er. el percibe> d~ sus consignaciones
(una m ensualidad de sus pensiones en trigo del que existe en varias provincias
perteneciente a los arbitrios de amortizació n; d o nde no, en metálico}... Madrid,
5 Febrero 1840. •
•r.. decr.: A. 1.• La cobranza del diezmo y primicia mandada continuar por
el art. 1.• de la ley de 16 de Julio de 1837, seguirá por el presente año decimal,
que concluye en fin de Febrero de 1839, en la forma que se ha verificado basta
ahora. A. 2.• El gobierno pere1oirá sobre todos los frutos y productos decima-
les, antes de ninguna otra deducción, tres novenos, o sea una tercera parte ín-
tegra sobre toda la masa decimaL A. 3.• El gobierno aplicará los seis novenos,
o sea las dos terceras partes restantes por este orden: 1.• a la dotación del
culto y fábrica de las iglesias; 2.• a pagar las cóngruas individuales del clero,
según el arreglo definitivo o provisional que se adopte; 3.• a satisfacer la mi-
524 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

ley provisional -asignando al Primado de Toledo el mismo sueldo


que al ministro de la Corona ·~-. que la "Guía del Estado Eclesiás-

tad de las asignaciones de los regulares exclaustrados y de las religiosas den-


tro o !ue.r a del claustro; 4.• a dar a Jos participes legos y a 1os establecimientos
de instrucción, hospitalidad y beneCicencia la mitad de las cuotas que debiesen
percibir según la posesión y usos anteriores a la ley de 16 de Julio de 1837...
Madrid, 30 Junio 1839 . ~
148. DEC. REI:o:A, XXIV, 321 ss.; CoL. LEn:s, Vlll, 230. 289 : wLey de las Cor-
tes, acordando se lleve a efecto durante el presente año el proyecto de ley pro-
visional acerca de la dotación del culto y del clero con las modificaciones que
se expresan: 1.• Se suprime la primera sección del cap. 1.• que trata de la cla-
sificación de las ctiócesis. 2.• Los art. 7 y 8 se refundirán en uno solo, concebido
en estos términos: El Arzobispo Primado de Toledo gozará la asignación de
120.000 rs. v. -{El 28 de septiembre de 1836 se decretaba mantener el tradicio-
nal sueldo de Ministro en 120.000 rs. : AJ>Él.."DICE CoL. LEn:s, 1, Setiembre, pág.
69; también el 19 de mayo de 1844: DEC. REINA, XXXIII, 106)-, cada uno de los
demás metropolitanos la de 90.000, y los sufragáneos 70.000. La dotación del
R . ObisPo Prior de Uclés será de 40.000 rs. 3.• Los gobernadores eclesiásticos
~sede vacante", siendo prelados electos, y teniendo el carácter de obispos con•
sagrados disfrutarán la misma asignación que Jos prelados titulares; y los de-
más a quienes falte la última circunstancia la dotación de 50.000, en lugar de
la que se les señala respectivamente en el art. 16. 4.' Para gastos y dotación
de empleados de la secretaria de cámara, tribunales eclesiásticos y otras de-
pendencias se abonarán en Toledo 60.000 rs. y en las demás ctiócesis y prioratos
de las cuatro órdenes militares de 10 a 20.000 rs. a juicio del Gobierno, cuya
disposición queda sustituida al art. 19 del proyecto. S.• El deán de la iglesia
primada tendrá 18.000 rs. Las ctignidades primeras sillas de las otras metropo-
litanas de 15 a 18.000 rs., y de las sufragáneas de 12 a 15.000; las decás ctigni-
dades y canónigos de las metropolitanas, inclusa la primada, de 12 a 15.000 rs .•
y de las sufragáneas de 11 a 14.000; los racioneros de 7 a 9.000, y de 5 a 7.000;
los medios racioneros de S a 7.000, y de 4 a 6.000; los capellanes de 4 a 5.000, y
de 3 a 4.000; respectivamente, en las metropolitanas y sufragáneas. La escala
de estas asignaciones se graduará por el gobierno atcnctidas las circunstancias
de la población, las generales del pafs y demás que conduzcan al acierto. Las
restantes disposiciones del art. 21 del proyecto del gobierno que no han sido
alteradas por la precedente se ejecutará., como allí se expresan. 6.' En el art. 26,
desp:.~és de las palabras y demás eclesiásticos de dichas iglesias se añadi.rán las
siguientes : por el concepto de tales eclesiásticos. 7.' Se suprime el art. 27.
8.' Disfrutarán los abades mitrados de 11 a 15.000; las ctignidades primeras si-
llas con presidencia de cabildo colegial o capilla, de 7 a 10.000 si están situadas
las iglesias er.. capital de provincia, y no estándolo de 4 a 8.000; las demás dig-
nidades y canónigos en su respectivo caso de 5 a 8.00il, y de 3.300 a 6.600; los
racioneros de 3.500 a 5.000, y de 3.000 a 4.000; los mectios racioneros de 3.000 a
4.000, y de 2.600 a 3.300; y los ca.,ella.nes ~::n ambc.s casos de 2..200 a 3.000 rs. L2
graduación se hará por el go!:>ierno en la manera indicada para las iglesias ca·
tedrales. 9.• En lugar de las palabras y CU4Lro arti culos siguientes se sustituí·
rán en el 29 las de y articulos siguientes del capitulo 2.•. 10.• La dotación de
los curas párrocos de que trata el art. 33 será para los de entrada de 3.300 el
minimo, 4.000 el máximo; para los del primer ascenso 4.500 y 6.000; para los de
segundo 5.500 y 8.000; y para los de término 7.000 y 10.000 el máximo. Este no
se percibirá sino después de cubiertas todas las atenciones. 11.• Entre las dis-
posiciones generales se pondrán las siguientes: Primera: el quinquenio de 1829
a 1833, a que hacen referencia varios artículos del proyecto del gobierno, será
el del valor dado a las piezas eclesiásticas para el repartimiento del subsictio
eclesiástico en los mismos afios. Segunda: Cuando la cantidad disponible de la
masa común no produgere lo suficiente para completar el mfnimo respectivo,
REUCIOSmAD :HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 525

tico para 1848" ofrece como vigente '''·

todos los párrocos sin distinción percibirán desde luego la cantidad de 3.300 rs_
En seguida se repartirá a todos los individuos de las iglesias catedrales, cole-
g¡atas y capíllas la tercera parte de sus respectivas asignaciones; y hecho esto
perc1birán integro et mínimo de las suyas los párrocos de ascenso y término;
quedando el resto para completar sueldo a libra las demás asignaciones. Ter-
cera: no se aplicará ni estraerá de una diócesis a otra el importe del diezmo
adeudado en ella mientras no esté cubierto el mínimo de las dotaciones y ha-
yan percibido los demás interesados en el diezmo la parte señalada en el art. 3.•
de la ley para su continuación; ni de un pueblo a otro mientras no estén CU·
b!ertas las atenciones del culto del mismo. Cuarta : el gobierno de acuerdo con
los ordinarios formará a la brevedad posible los aranceles de derechos parro-
qwales ... Pa lacio, 21 Julio 1838. A D. Francisco de Pauta Castro y Orozco" (Mi-
nistro de G. y Justícia del gabinete del Conde de Ofalia).
·R. 0 ., incluyendo la ley de dotación del culto y clero aprobado por el Con-
greso de Srs. Diputados ---e1 25 de Junio de 1&1.1~--: A. 1.• Las iglesias de Es-
paña y el clero secular de las mismas continuarán en posesión y goce de sus
b1enes y fincas sin poder enajenarlas, empeñarlas ni hipotecarlas, a no ser con
autorización del gob ierno. A. 2.• También continuarán percibiendo los dere-
chos de estola... MadiUd, 29 Junio 184D.w
• Instrucción aprobada para la ley de 16 de Junio último sobre dotación del
cwto y clero... 25 Julio 1~ (Min. Hacienda).
149. GotA DEL EsT. Ea.. PARA 1848, pág. 22.
526 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) Desde Valencia, el 12 de octubre de 1840 Maria Cristina re-


nuncia a la Regencia; al siguiente dia, se constituía el Ministerio-
Regencia, presidido por el General Espartero, a quien constituye-
ron único Regente las Cortes el 8 de mayo de 1841.
Pese a algunos atisbos iniciales de contemporización con los
"exclaustrados" 150, los gabinetes de esta Regencia son abiertamente
"exaltados" J.Sl que urgen el estricto cumplimiento de lo legislado y

150. CoL LEYEs, VITI, 375: "los exclaustrados que cumplan 60 años de edad
perciban seis reales diarios. Circular de la Dirección gen. del Tesoro Público.
Madrid, 31 Octubre de 1840."
151. CoL LEYEs, VITI, 536; IX, 183. 199. 470. 624: El 13 de diciembre de 1840,
D . Manuel Cortina, Ministro de la Gobernación de la Península , dirige al Co-
rregidor político de Guipúzcoa lo sjguiente: "Por R . decreto de 4 de Julio de
1835 fue suprimida en todo el territorio de la monarquia la Compañia de Jesús,
prohibiéndose que bajo ningún pretesto pudiesen volver a reunirse sus indivi-
duos; y los bienes, rentas y efectos que entonces poseían se aplicaran a la es-
tinción de la deuda o al pago de sus intereses. Por el de 8 de Marzo de 1836
fueron también suprimidos todos los monasterios, conventos, colegios, congre-
gaciones y demás casas de comunidad o de instituto religioso de varones, inclu-
sas las de clérigos regulares y las de las cuatro ordenes militares que a la sa-
zón existían en la península, islas adyacentes y posesiones de Africa, esceptuán-
dose únicamente los colegios de misioneros para las provincias de Asia e5ta·
blecidos en Valladolid, Ocaña y Monteagudo, las casas de c!érigos de las Es·
cuelas Pías, y los cohventos de hospitalarios de San Juan de Dios que se ha·
liaban abiertos en aquells fecha. Probibióse además a los '"eligiosos hacer vi-
da común en lo sucesivo, así como usar públicamente el hábito de su orden
respectiva; y sus bienes raíces y semovientes, rentas, derechos y acciones fue-
ron aplicadas a la caja de amortización para la estinción de las cargas públi-
cas. La ley de las cortes de 22 de Julio de 1837, sancionada en 29 del mismo
mes, reprodujo estas mismas disposiciones, las cuales tuvieron cumplido efecto
en todas las provincias de la monarquia; mas no obstante lo que previenen
existen en la del mando de V. E . institutos ;-e!igiosos, cuyos individuos llac:en
vida común, visten el hábito que a ellos corresponde; y aun Jos que residen en
el santuario conocido por de San Ignacio de Loyola están dedicados a la ense-
ñanza pública sin haberse sujetado a las reglas que la ley establece. La orden
de la Regencia de 6 del corriente tuvo por objeto remediar el mal que de esto
últ!mo resultaba; pero siendo de absoluta nt!Ce3idad cortar e n su raíz <m abu-
so tan reparable y que no puede sostenerse ni a un bajo el pretesto de los
fueros, cuya modificación está pendiente; y que en lo que no se oponga a la
unidad constitucional deben respetarse únicamente, la RegPncia provisional del
reino ha acordado prevenga a V. E .... llevando a efecto en todas sus partes la
ley de 29 de Julio de 1837."
"R. O., mandando que se recojan los títulos, cartillas de órdenes y las licen-
cias de celebrar, confesar y predicar a todos los que hayan sido ordenados de
mayores después de publicado el R. decreto de 8 de Octubre de 1835 por pre-
lados estrangeros o por los que seguian la causa del Pretendiente... Palacio, 11
Abril 1841. (Min. de G. y Justicia)."
"Se previene no se den pasaportes para el extrangero a individuos de la ca-
rrera eclesiástica que se sospeche se dirijan a Roma con objeto de ser allí ha-
REUGIOSIDAD WSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 527

la "adhesión a las actuales instituciones" 152• Pero donde mues-


tran su matiz extremista es en los dos problemas principales de
la época: los bienes nacionales 153 y la dotación del culto y ele-

bilitados para ejercer el ministerio sacerdotal... Madrid , Z1 Abril 1841. Manuel


cortma.·
• ...Todas (las órdenes de los Reyes y de las Cortes) tenían por objeto con-
servar los cánones y la disciplina en su debido vigor; y de este principio y res-
petable objeto se desvió notablemente la R . O. de 18 de Diciembre de 1839, por
la que dejando sin efecto la circular de 5 de AgOsto de 1837, enteramente con·
forme a las disposiciones de la Iglesia y de las leyes, se autorizó a los ecle-
siásticos, ya para alejarse de su domicilio, ya para venir a esta corte, sin otras
restricciones en materia de policía y seguridad que las a que estaban sujetas
las demás clases del Estado, aunque sin perjuicio de aquellas obligaciones y for·
malidades que prescribían las disposiciones canónicas, las sinodales de sus dió-
cesis a las costumbres recibidas en sus iglesias. Aun los regulares esclaustrados
a quienes se impuso la obligación de residir en la iglesia a que los adscribiese
la junta diocesana, se desentendieron de esta obligación.. . El Regente del Rei-
no, enterado de todo lo que queda referido, queriendo que las disposiciones de
la Iglesia y de sus concilios en este punto importantfsimo sean exactamente
acatadas y cumplidas ... , se ha servido mandar: l." Queda derogada la R . O.
de 18 de Diciembre de 1839... 2.• En conformidad a lo ordenado por la Iglesia
y cánones conciliares y a lo dispuesto en las leyes 2, 3, S, 6, 7 y 8, tít. r.•, lib. 1.•
de la Novisima Recopilad6n, en las circulares y R. O. consignadas en las no-
tas S, 6, 7, 8 y 9 del mismo título, y en las de las cortes de 9 de Febrero de
1837, y respecto de los esclaustrados en la de 29 de Julio de 1837, todos los
eclesiásticos ausentes de sus respectivas iglesias se restituirán a éstas en el pre-
ciso término de 15 dlas, contados desde la publicación de esta resolución en
la Gaceta de Madrid, a residir sus prebendas y beneficios, y los esclaustrados a
vivir los pueblos que les fueron designados por las juntas diocesanas... 4." Se
esceptúan de las disposiciones anteriores aquellos eclesiásticos que con justa
causa canónica y aprobación del gobierno estuvieren autorizados para no resi-
dir en sus iglesias respectivas; pero deberán manifestar al prelado y al ge!e
polltico la causa o autorización; y por una y otra autoridad se dará cuenta al
gobierno por este ministerio (de G. y Justicia), acompañando lista espresi'l"a en
bastante forma de la causa y autorización de cada uno. 5.• Se esceptúan igual·
mente los eclesiásticos confinados en diversos puntos por autoridad del gobier·
no o de los tribunales, respecto de los que se acordarán las providencias co-
rrespondientes por separado. 6.• Ningún eclesiástico podrá en lo sucesivo salir
de su residencia sin las correspondientes testimoniales de su prelado, que en
su concesión deberá arreglarse bajo de su responsabilidad a las disposiciones
canónicas y civiles ; y nunca las expedirán para venir a la corte sin previo co-
nocimiento y permiso del gobierno en con!orn:idad a la ley 7 del cit4do título
lS, lib. 1.• de la Novfsima Recopüo.ción... Madrid, 5 Setiembre 1841. José
Alonso."
"Cesen todas las co!radias y cualesquiera otras asociaciones religiosas que
no hayan obtenido la autorización del gobierno, :;egún las leyes 6, tít. 2, lib. 1.•
y 12, tít. 12, lib. X!I.•... Madrid, 18 Noviembre 1841. Alonso. •
152. Do:.. REmA, xxvn, 844; CoL. LEYEs, IX, 220 : "No se provea curato ni
destino eclesiástico alguno sin previa certificación de adhesión a las actuales
instituciones según R . O . de 20 de Noviembre de 1835 ... Alonso."
"Los eclesiásticos comprendidos en el convenio de Vergara pueden obtener
certificados de buena conducta politica (que previene la R. O . de 20 de N<>-
viembre de 1835) posterior de este convenio ... Madrid, 9 Mayo 1841."
153. Dtc. REmA, xxvn, 614. 649 : "Decr.: se consideran bienes nacionales
las propiedades del clero y se declaran en venta. A. 1.• Todas las propiedades
528 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

ro 154. Ya indicamos -al empezar este estudio sobre las dos Regen-
del clero secular en cualesquiera clase de predios, derechos y acciones que con-
sist3Jl, de cualquier or igen y nombre que sean, y con cualquiera aplicación o
destino con que hayan sido donadas, compradas o adquiridas, son bienes na-
cümales. A. 2.• Son igualmente nacionales los bienes, derechos y acciones de
cualquier modo correspondientes a las fábricas de las iglesias y a las cofradías.
A. 3.• Se declaran en venta todas las fincas, derechos y acciones del clero ca·
tedral, colegial, parroquial, fábricas de las iglesias y cofradías de que tratan
los artículos anteriores. A. 4.• El gobierno se encargará desde 1.• de Octubre
próximo de la administración y recaudación de todas las rentas y productos de
las propiedades de toda especi.e pertenecientes basta aqui al clero catedral, co-
legial y parroquial, a las fábricas de las iglesias y a las cofradías, lleV2Ddo
cuenta separada de sus rendimientos, los que se aplicarán a la dotación del
culto y clero, conforme a la ley presentada por el gobierno a las cortes en 23
de J unio último. A. 5.• Pertenecerán a los actuales poseedores las rentas y pro-
ductos que rindan los bienes del clero, fábricas y cofradías hasta 30 de Setiem-
bre de este año. A. 6. • Se esceptúan de lo dispuesto en los artículos anterio-
res: 1.• los bienes pertenecientes a prebendas, capellanías, beneficios y demás
fundaciones de patronato de sangre activo o pasivo; 2.• los bienes de cofradías
y obras pías procedentes de adquisiciones particulares para cementerios y
otros usos privativos a sus índivíduos; 3.• Jos bienes, rentas. derechos y accio-
nes que se hallen especialmente dedicados a objetos de hospitalidad, benefi·
cencia e instrucción pública; 4.• los edilicios de las iglesias catedrales, parro·
quíales, anejos o ayuda de parroquia; 5.• el palacio morada de cada prelado y
la casa en que habiten los curas párrocos y tenientes, con sus huertos o jardi·
nes adyacentes... Madrid, 2 Setiembre 1841. Instrucción para la ejecución de la
ley sobre la ena.gennción de los bienes del clero secular... Madrid, 2 Setiembre
1841. Pedro Surrá y Rull" (Min. de Hacienda).
"Reglamento para llevar a efecto la venta de los bienes del clero secular ...
Madrid, 15 Setiembre 1841. Surrá."
154. DEC. REI.NA, XXVII, 584; CoL. LEYEs, IX, 493. 506; X, 519: "Ley de dota-
ción de culto y clero: A. 1.• Para los gastos de conservación y reparación de
las iglesias parroquiales y sus anejos y los del culto en las mismas, se destina
la parte de los derechos de estola o píe de altar, que hasta ahora se ha exigi-
do con este objeto y los demás recursos que han tenido igual destino, excepto
el producto de las propiedades, derechos y acciones que las leyes han aplica-
do o aplicaren en lo sucesivo a ctras atenciones. Lo que faltare para cubrir es-
tos gastos, según las prácticas relig:iosas observadas en cada pu~blo, se com-
pletará por un reparto entre los vecinos que tengan r esidencia e n el mismo pue-
blo en proporción a sus haberes. A. 2. Los gastos del culto en las catedraies,
Jos de las colegiatas y abadías, mientras subsistan, los de reparación y con-
servación de sus respectivos templos y de Jos palacios episcopales, los de ad-
ministración de la diócesis, lo:; de Jos seminarios conciliares existentes, y las
asignaciones personales de Jos M. RR. Arzobispos y Obispos, gobernadores ecle-
s~ücos e individuos que componen el clero catedral, cc.legia l, abacial y pll!"ro-
quial se satisfarán con los derechos de estola y pie de altar y con Jos productos
de la contribución general del cc.lto y clero que por la presente ley se establece,
E:n la cual deberán ser compr~didos en proporción de sus haberes todos Jos
contribuyentes a las demás cargas del estado, y Jos que perciban sueldo del
tesoro público A. 3.• Todos los gastos enumerados en el artículo anterior, ex-
cepto las asignaciones personales, se agregarán a las cuotas determinadas en
la ley de 21 de Julio de 1838. A. 4.• Las asignaciones personales enumeradas
en el mismo articulo, re compondrán de los derechos de estola y píe de altar
que a cada oficio eclesiástico corresponden según las tarifas y prácticas vígen-
tes, y los que tenían alguna renta procedente de propiedades territoriales, de
diezmos o primicias, o de cualquier otro origen cuya exacción termina, tendrá
también una asignación fija igual a dicha renta, determinada por el año co-
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 529•

cías- la existencia de otro elemento importante: la actuación de


la Santa Sede con respecto a Isabel n.
Reviste una importancia extraordinaria el Manüiesto del 30
de julio de 1841 -prescindiendo de antecedentes •ss y consecuen-

mún del quinquenio de 29 a 33, ambos inclusive; pero sin que pueda exceder
del máximo establecido respectivamente para cada clase en la citada ley de
21 de J ulio de 1838. A. 5.• Se aumentará la dotación parroquial con las memo-
rias, obras pías, aniversarios y misas que debían cumplirse por las comuoida·
des religiosas supr imidas, y que se hao de cumplir en la iglesia parroquial, en
cuya feligresía se hallen las fincas afectas a las expresadas cargas; y si éstas
no estuvieren impuestas sobre fincas determinadas sino sobre varias colectiva-
mente, se satisfarán en la parroquia donde se hallaba situado el convento en
que debiao cumplirse. A. 6.• Los ecónomos percibirán todos los derechos even-
tuales que en los anteriores artículos se asignan a los respectivos curas párro-
cos, y la cuota fija además que a éstos correspondiera en su caso, siempre que
no exceda de 3.000 rs. anuales máximum de dicha cuota que se determina para
esta clase. A. 7.• El presupuesto de la contribución general del culto y clero
será la cantidad de 105.406.412 rs., a que queda reducida la suma total de la
estadistica personal y material presentada por el gobierno, bec.ha la deducción
correspondiente de 33.525.605 rs. importe del culto parroquial que queda por el
art. 1.• a cargo de los respectivos pueblos. A. 8.• Se deducirán de la suma to-
tal del presupuesto y rebajarán de la que haya de repartirse a los pueblos 30
millones de los productos o rentas de los bienes del clero, o la suma a que
quedaren éstas reducidas si se verificare su enagenación ... A. 15.• Queda dero-
gada la ley de 16 de Junio de 1840... Palacio, 14 Agosto 1841.•
~lnsti"UCCWn para llevar a efecto la ley de 14 de Agosto de 184J.•
"!.a Dirección general del Tesoro encarga el puntual cumpllmiento de la ley
relativa a la dotación del culto y clero ... Madrid, 19 Setiembre 1841. "
•El Ministerio de G. y Justicia manda formar un nuevo arancel rle derechos-
de estola y pie de altar, según el art. 16 de la ley de 14 de Agosto último.. . Ma-
drid, 29 Setiembre 1841."
"No paguen los eclesiásticos contribución del culto y clero, sin embargo de·
lo dispuesto en el art. 2.• de la ley de 14 de Agosto de 1841... Madrid , 27 Octu-
bre 1842. Calatrava."
155. Cot.. LEYEs, vm, 579: "Decreto de la Regencia mandando cerrar la Nun-
ciatura y el tribunal de la Rota, y estrañando do estos reinos al vicegerente-
D. José R.amirez de Arellano, recogiéndose los breves de 11 y 14 de Marzo de
1839 que le conferían ciertas facultades {DEC. REmA, XXV, 573: "Rescripto pon-
tificio de Gregario XVI, dando facultades al Vicegerente D . José Ramí rez de Are-
llano en lo espiritual de la Nunciatura apostólica de España. para conceder dis-
pensas a los eclesiásticos... Rom4. 9 Enero 1839... Madrid, 20 Setiembre 1839"),
ocupando y reteniendo sus rentas eclesiásticas, los sueldos y obvenciones que
r ecii>a del Estado, y c-.lalquiera otras temporalidade:; que le correspondan co-
mo eclesiástico... El Tribunal :;upremo de justicia, previa la instrJcción del opor-
tuno espediente, consultará lo que se le ofrezca y parezca para que ninguno de
Jos negocios pertenecientes al tribunal de la Rota sufra retraso ni falten a los
españoles las gracias que concedian los M. RR. Nuncios, y por los citaó.os bre-
ves R.amirez de Arellano, sin necesidad de acudir a Roma, lo cual evacuará el
Tribunal supremo como Jo requiere la urgencia e importancia del asunto... Pa-
lacio, 29 Diciembre 1940. A D. J oaquin M.• Ferrer" (Min. de Estado). (Se co-
munica la "Tealización" del decreto en 31 de diciembre de 1840).
Cot.. LEYEs, IX, 185. 189. 225. 297: "Se mandan recoger todos los egemplares:
publicados y que se publiquen a consecuencia de la alocución del Papa de 1.0 "
de Marzo en consistorio secreto, por no haber obtenido el regio execuatur....
Madrid. 17 Abrll 1841. Manuel Cortina."
--
!530 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cias- 156 : expone unos datos que el lector imparcial debe conocer
antes de emitir un juicio sobre aquella época m:
" M anijiesto del gobierno español contestando a la alocución de
S . S . de 1." de Marzo último: una violenta invectiva en que el Go-
bierno y la nación española se ven acerbamente acusados de perse-
troidores de la Iglesia, de sospechosos en la fe, y como amenazados
de ser excluidos del gremio de la cristiandad si no vuelven en sí. ..
Por fortuna no estamos ya en los tiempos de odiosa memoria en
que a un amago del Vaticano temblaban los tronos y se agitaban
las naciones... Los españoles sabrán en esta ocasión, como ya lo
"han hecho en otras muchas, distinguir perfectamente bien entre lo
·que deben a su fe, no maculada jamás, y lo que deben a su seguri-
dad e independencia; entre los intereses verdaderamente respeta-
bles de la Iglesia de Jesucristo, y las pretensiones injustas y nunca
abandonadas de la curia romana... La cuestión politica o de reco-
nocimiento (a Isabel TI) quedó finida por entonces con la contes-
tación categórica dada a nuestro embajador en Roma y con las ins-
trucciones enviadas al Cardenal Tiberi, Nuncio de S. S. en esta cor-
-te, y al Arzobispo de Nicea, nombrado para suceder pero que no
sucedió a aquél, reasumiéndose todo en negarse S. S. a reconocer
a la reina Isabel mientras no lo fuese también por sus aliados ... ,
librándose en seguida los pasaportes de estilo al Nuncio de S. S.
para restituirse a su país... Negóse al princípio a reconocer al Co-
misario de Cruzada nombrado por S. M ., y no pudiendo menos de
ceder en este punto la concesión del indulto cuadragesimal a un
año, cuando la costumbre era de concederle por diez. Esto aun no
era bastante, y para inutilizar en lo posible esta gracia, se introdu-
jo clandestinamente un breve de S. S. dirigido al Cardenal Arzcbis-
-po de Toledo, autorizando a los confesores a dispensar por sí mis-
mos el indulto a sus penitentes mediante una corta retribución
para pobres. Suprímase por razones gravisimas de Estado el insti-
ucircular (del Min. de G. y Just.) mandando recoger las bulas, breves, res-
criptos o cualquiera otro despach'J de Roma que no haya obtenido el pase del
-gobierno, en cumplimiento de la ley 14, tít. 3.•, lib. 2.• de la Novísima Recopila-
ción... Madrid, 19 ,O_bril 1841. A!varo Gómez."
MSe manda recoger una pastoral del Arzobispo de Zaragoza, D . Bernardo
Francés caballero, impresa en Burdeos, en sentido depresivo de la autoridad
"temporal, como ravon>ble a ~ doctrinas de la curia romana... Madrid, 15 Ma-
yo 1841."
uSe publique un manifiesto del gobierno vindicando su conducta respecto a
la corte d e Roma, y esponiendo los agravios que la España y su iglesia ha re-
-cibido de aquélla desde el reinado de Isabel II; y se recojan los ejemplares de
la alocución del Papa d e 1.• de Marzo último ... Madrid, 28 Junio 1841."
156. DEC. REINA, XXVIII, 116: uSe recojan unas letras apostólicas dadas en
22 de Febrero último que mandan hacer rogativas por el estado de la religión
-de España... Madrid, 13 Marzo 1842. Alonso" (Min. de G. y .!ust.>
157. COL. LE:n:s, IX. 339-347.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORB(.INICA 531

tuto de los jesuitas, y por parte de S. S. se reclama contra esa su-


presión, calificándola oficialmente de atentado contra la religión y
la Iglesia. El Padre Santo en persona hace en el consistorio de 2
de Febrero de 1836 una alocución análoga al documento que ahora
nos ocupa; y dignamente precursora suya en doctrina y en inten-
ción. Cita y emplaza el Tribunal supremo de justicia al Obispo de
León, primer agente y consejero de D. Carlos, para que comparez.
ca en la causa que tiene alli pendiente, y al instante la curia roma-
na reclama en su favor la inruuoidad eclesiástica y declina de fuero,
como si pudiera tenerle privilegiado el promovedor principal de la
rebelión y de la guerra civil. Y para no dejar duda en la simpatía
de aquella corte con el interés y objeto de la facción, este mismo
obispo sedicioso y sanguinario es en quien se delegan las facultades
pontificias para atender a las necesidades del pais ocupado por las
tropas de D. Carlos; conceder dispensas y gracias -entre ellas la
del indulto cuadragesimal y por dos años-, y salvar las irregulari-
dades que pudieran cometer los eclesiásticos, o lo que es lo mis-
mo, abrirles la mano para que prosiguiesen sin freno en sus abomi-
nables desórdenes ... El abrazo de Vergara vino a deshacer todo es-
te vano aparato de esperanzas e ilusiones (del Pretendiente y de
Roma) ... Era, en fin, de esperar, y la razón, la convivencia y el in-
terés mismo de la Iglesia parece que lo aconsejaba, que el Santo
Padre se decidiese a reconocer los derechos y regalías de España,
y confirmase los Obispos nombrados por ella.. . Y cuando treinta
iglesias de España, huérfanas de pastor propio, se les estaban pi-
diendo tantos años ha con lágrimas, él sordo, insensible a sus cla-
mores, les da por respuesta esa agria declamación pronunciada en
su consistorio... Es la eterna disputa entre el sacerdocio y el im-
perio sobre lo temporal de la Iglesia; es la contienda inacabable
entre las pretensiones de la curia romana y las REGALÍAS DE LOS
PRÍNCIPES... El vice-gerente del Nuncio en el tribunal de la Rota, Y
vice-gerente más bien tolerado que autorizado, se ingiere en lo que
no le corresponde y atropella los respetos de la nación y de! gobier-
no en sus impertinentes y hostiles gestiones ... ; se manda extrañar-
le del reino, pue~to que se ponía en contradicción con la autoridad
suprema del Estado, y cerrar el tribunal de la Rota. Clama el Sumo
Pontífice contra esta providencia, q•.1e califica de violación maní·
fiesta de su jurisdicción sagrada y apostólica, ejercida, dice, sin
obstáculo en España desde los primeros tiempos de la Iglesia. Mas
el gobierno niega este hecho con la autoridad de uno de los conci-
lios de Toledo de la historia antigua de España, y con la seguridad
de que los Nuncios de la Santa Sede jamás ejercieron jurisdicción
en España hasta que lo pidió el Sr. D. Carlos I en 1527, conservan-
532 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

do por esto para sí y sus sucesores el derecho de renunciar a es te


privilegio concedido a su favor. Está además seguro el gobierno de
que tal jurisdicción no ha podido ejercer en el reino, ni de antiguo
ni de ahora, sin el beneplácito de los príncipes. No hay necesida d
a este propósito de ir con la memoria muy lejos para ver en el
reinado del Sr. D. Felipe V cerrado por orden del gobierno el tri-
bunal de la nunciatura, y en el del Sr. D. Carlos m suspendido por
siete años, hasta que por consecuencia del breve de 26 de Marzo
de 1771 se subrogó en su lugar el tribunal de la Rota .. .
"Con no menor dolor y amargura se consideran en el discurso
de S. S. la supresión de las casas religiosas, la agregación de sus
bienes a los fondos nacionales, la conversión de los templos en usos
profanos, el atropellamiento que supone la inmunidad eclesiástica
en cosas y en personas, la suspensión de conferir sagradas órdenes,
los bienes del clero secular amenazados ... Se da por sentado el prin-
cipio tan acepto a aquella curia de que no es permitido a la autori-
dad civil ingerirse a disponer de las cosas temporales del clero sin
conocimiento y conformidad de la autoridad eclesiástica. De aquí
parte el Santo Padre para reprobar como reprueba delante de sus
cardenales todo cuanto se contiene en sus quejas; CASAR Y ANULAR
todos los decretos del gobierno sobre los puntos a que ellas se re-
fieren y todas sus consecuencias, y declarar que han sido y serán
eternamente nulos y de ningún valor. Jamás la Santa Sede, desde
los tiempos de Gregario VII hasta ahora ha tenido pretensiones tan
altas, ni las ha manifestado de un modo tan imprudente y temera-
rio. ¡Casar y anular! ¿De dónde ha venido a la Silla apostólica esa
nueva prerogativa que, si reconocida fuese, pondría otra vez los rei-
nos en la mano del Sumo Pontífice y los príncipes a sus pies? ¡Ca-
sar y anular! Nunca se atropellaron con tan poco mira1nirmto los
fueros y las facultades de la potestad temporal, ni se ha hecho in-
sulto mayor a las regalías siempre reconocidas de la España y de
sus monarcas. Como si los puntos contro"Yertidos a las altas regio-
nes del dogma y de la fe y no fuesen evidentemente de la mera
administración civil y de interés temporal, el Papa se arroga el de-
recho de revolverlos por sí mismo, y se erige en superior de quien
para el ejercicio de su autoridad en benfício del estado, en nadie
debe, en nadie quiere reconocr la menor sombra de supremacía .. .
"Marcado tiene S. M. el camino que para semejantes casos le
señala el ejemplo de muchos predecesores suyos que sin menosca-
bo de su religión y de su piedad han sabido atajar con mano firme
y resuelta estas demasías de los pontífices romanos. Al verse re-
convenido el rey de Castilla Juan el 11 por la prisión de un prela-
do, contestó: "que a todo obispo que fuese revolvedor en sus rei-
REUGIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 533

nos le haría prender la persona, y limpiarla y doblaría su hábito


para lo enviar al Santo Padre". Ofendido Fernando el Católico de
la comisión que llevó al reino de Nápoles un cursor pontificio, se
mostró muy descontento de que no se hubiese castigado con el úl·
timo rigor el atrevimiento y la insolencia de aquel curial, y ame-
nazó, si el Papa no cedía en su injusta demanda, de hacerle quitar
la obediencia en los reinos de Castilla y Aragón. En las cuestiones
suscitadas entre la Santa Sede y los príncipes de la casa de Austria
luego de éstos se convencieron de la inutilidad de sus reverentes
esposiciones a S. S., adoptaron las medidas que correspondían a la
dignidad de sus reinos y a la conservación de sus derechos. Y se-
gún la naturaleza de los casos en que aquellas cuestiones ocurrie-
ron, amenazaron unos cortar y otros cortaron en efecto la comu-
nicación con Roma, espulsaron al Nuncio de sus reinos, cerraron
el tribunal de la nunciatura, prohibieron acudir a Roma sino en
casos especiales y precisos, según lo estimase el mismo rey, y pro-
hibieron también impetrar bulas y remitir dinero para ello, hicie-
ron salir de aquella capital a todos los que allí disfrutaban rentas
de España, y encargaron por último a los obispos que en uso de sus
facultades nativas, como en los casos en que estaba imposibilitado
el acceso a la Santa Sede. Espídese por ésta un breve o monitorio
contra el gobierno de Parma en que se atacaban las regalías de un
estado independiente; y el piadoso Carlos III, considerando ataca-
das las suyas y las de los otros príncipes católicos en esta tentati-
va ambiciosa, mandó recoger el breve, y lo mismo cualesquiera otros
papeles, letras o despachos de la curia romana que pudiesen ofen-
der a sus regalías, inquietar las conciencias y poner en peligro la
tranquilidad de sus reinos. Altamente adicto al servicio de los Pa-
pas y favorecido altamente por ellos era el instituto de los jesuítas,
tan poderoso, tan popular. Mas tiene la desgracia de ponerse en
contradicción con la seguridad del estado, y el mismo religioso mo-
narca le suprime en sus reinos, espulsa a sus individuos, ocupa sus
temporalidades reservando en sí mismo las causas urgentes de esta
vigorosa disposición, y sin consultarla previamente ni contar con el
asenso de la corte romana. Superfluo sería amontonar m:is ejem-
plos, de todos resultaría lo mismo que de los que van espresados, y
es que los reyes de España, aun los más piadosos, no se han dejado
subyugar por estas pretensiones de la Santa Sede, y han defendido
sus regalías en las cosas temporales de la Iglesía con un tesón y un
vigor que debe servir de norma a sus sucesores. La reina doña Isa-
bel II tiene los mismos derechos, y su gobierno actual está resuel-
to a defenderlos con no menor energía. Y una vez que el Sumo
Pontüice, negándose como príncipe a reconocer a S. M. legítima su- ...
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534 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cesora en el trono de sus mayores, se niega también en calidad de


padre espiritual de los fieles a remediar las necesidades de la igle-
sia de España; y no· contento con esta prolongada resistencia, alza
de repente su voz en su consistorio para atacar la autoridad supre-
ma del estado, anular sus disposiciones y erigirse en superior de
quien en esta parte no le reconoce, ni aun como igual, él mismo es
quien levanta un muro de separación entre las dos cortes, que cie-
rra por ahora la puerta a toda relación amistosa, a toda especie de
transacción. En suma, la violenta alocución del Santo Padre no pue-
de considerarse sino como una declaración de guerra contra la rei-
na doña Isabel II, contra la seguridad pública y contra la consti-
tución del estado. Es en realidad un manifiesto en favor del vencido
y espulsado Pretendiente, y una provocación escandalosa de cisma,
de discordia, de desorden y de rebelión. No puede ya por lo mismo
el gobierno de S. M. sin mengua de lealtad y de su honor guardar
silencio sobre tan enorme atentado, ni dejar de emplear para con-
tenerle todos los medios justos que ponen en su mano la razón, la
conveniencia, la disciplina de la Iglesia y el poder de una nación
grande y noble, tan indignamente agraviada. Madrid, 30 de Julio
de 1841. Como Ministro de Gracia y Justícia, José Alonso."
El documento que acabamos de extractar, es de una importan-
cia que valoramos de trascendental: descubre la sistemática opo-
sición de la Santa Sede al trono de Isabel ll, durante las dos Re-
gencias, haciéndonos revivir los sucesos de Felipe V y sus tirantes
relaciones con el Sumo Pontífice; por otra parte se desvela - una
vez más- el regalismo que llega a la desamortización, con un ma-
tiz digno de resaltar: sucesor del ejemplo de Carlos Ill y de Car-
los IV -en el d ecreto "Urquijo" y el início de desamortización de
Godoy-, remontando el curso de la historia hispana hasta Juan II
de Castilla.
Pero al igual que con Mendizábal, el mismo entusiasmo que
elevó a Espartero a la Regencia, lo hundió en 1843 -unidos en ex-
traño m~.trimonio "exaltados" y "moderados"- : "desde la cúspide
de la fort1ma -testifica F. F. de Córdova 158- , qu~dó solo en dos
días el General Espartero y, acompañado únicamente de algunos
generales y de una pequeña escolta de lanceros... , marchó al Puer-
to de Santa :Ma ría, se embarcó a bordo del ''Betis" y firmó allí su
protesta a la nación, de fecha 30 de Julio."

158. F. CóRDOVA, Mis memorias íntimas, m, 63-64.


B) IsABEL II

a) Antes del Concordato.


Las Cortes, convocadas el 30 de julio de 1843 para el 15 de oc-
tubre 159, proclamaron el 10 de noviembre la mayoría de edad de
Isabel II 160• El primer documento "rubricado de la real mano" fue
conservar el "gobierno provisional" de D. Joaquín M." López 161 , aun-
que diez dias más tarde "nombraba" a D. Salustiano de Olózaga 162 ,
"exonerándole" luego a los nueve días 163; en su lugar ponía a D. Luis
González Bravo como Ministro de Estado y como Presidente del.
Consejo de Ministros, el 1.0 y el 5 de diciembre, respectivamente 164,
con lo cual se iniciaba una etapa de gabinetes de tendencia "mo-
derada" con la preocupación de que el Santo Padre reconociera a
la Reina y se normalizaran las relaciones con un Concordato. Fa-
recia que habíamos dado un salto atrás en la historia hispana. Jus-
tamente un siglo. Parecía volverse al reinado de Felipe V, tratando
de conseguir un acuerdo con la Santa Sede, que legalizara la des-
amortización de MendizábaL
La politica eclesiástica que van a seguir estos gabinetes, tiende
a facilitar el Concordato: a tal fin se dirigen los decretos y órde-
nes 165_

159. CoL- LEYEs, XI, 212.


1&0. DEC. REINA, XXXI, 345.
1151. DEC. R.ElNA, XXXI, 346.
162. DEC. RElNA, XXXI, 356.
163. DEC. REINA, XXXI, 368.
164. DEC. REINA, XXXI, 370, 3TI.
165. DEC. REINA, XXXII, 100. 152. 19L 23!>-237. 293. 296. 352-353. 444; CoL. LE·
YES, XII, 185: "Se restituya a su diócesis el Emmo. Sr. cardenal Arzobispo de
Sevilla, D. Francisco Javier Cienfuegos y Jovellanos, alzando el confinamiento
desde 18 de Febrero de 1836... Mzdr:id, 19 Enero 1844. !gtll'.l oomu'licación al
M. R. Arzobispo de Santiago."
"Se derogan las órdenes de 20 de Noviembre de 1835, 14 de Diciembre de
1841 y 5 de Febrero de 1842 sobre exPedición por la autoridad civil de atesta-
dos de conducta a los eclesiásticos. .. 23 Enero 1844. Mayans" (Min. de G. y ·
Justicia).
"Relevando del confinamiento al Excmo. Sr. Obispo de Canarias. También a
los RR. Obispos de Calahorra y la Calzada, y Palencia; y alzando el e:rtra-
ñamient.o al M. R . Arzobispo de Tarragona y al R . Obispo de Pamplona... Ma-·
drid, 6 Febrero 1844 Mayans."
"Señora: El 11UBUNAL DE LA RoTA de la nunciatura, creado en 26 d e Marzo de·
1771 a virtud de un breve expedido motu propio por el pontifice Clemente XIV...
tuvo por objeto mantener mtegra e ilesa a la jurisdicción p r ivativa de los·
536 ALFREDO M ARTINEZ ALBIACH

Al gabinete de González Bravo le sustituye el primero del Gene-


ral Narváez, el 3 de mayo de 1844 -siguiendo Mayans en el Minis-
ordinarios locales y de los jueces sinodale,, y asegurar en las últimas instan-
cias la expedita, madura y justa determinación de los negocios eclesiásticos por
medio de un tribunal colegiado, único d e apelaciones últimas en la monarquía,
y compuesto de jueces presentados por la Corona y nombrados por el Santo
Padre entre personas naturales de estos dominios, e instruidas en sus leyes Y
costumbres. Ejerció este tribunal sin interrupción hasta 20 de Diciembre de
1840 las funciones de su cargo con ventajas conocidas sobre el de la nunciatu-
ra apostólica, que le había precedido, ora en virtud de las facultades otorgadas
por la Santa Sede a los Nuncios apostólicos delegados suyos en España, ora
como resultado de la que los mismos nuncios subdelegaron a su vez en indi-
viduos del mismo tribunal, cuando por diversas causas llegaron a salir de nues-
tra corte. La postrera vez que sucedió esto último fue en el mes de Agosto de
1835, al regresar de Madrid a Roma el M. R- Nuncio electo Monseñor Amat de
San Felipe, quien nombró vicegerente a su auditor asesor D. Francisco Fernán-
dez de Campomanes, delegando en él como consecuencia precisa su autoridad
para despachar los negocios relativos al tribunal de la Rota con aprobación ex-
presa de la Corona acerca de su desempeño y ejercicio, y reemplazando a
Campomanes por su fallecimiento en los referidos cargos y atribuciones el fis-
cal del mismo D. José Ramírez de Arellano en 12 de Julio de 1838, usando de la
autorización necesaria que le estaba concedida, y se ratificó después por dos
rescriptos pontifícios expedidos en 9 y 12 de Febrero de 1839, que obtuvieron
0portunamente el execuatur regio. Tres comunicaciones dirigidas por éste últi-
mo en 5, 17 y 20 de Noviembre de 1840 a la Regencia provisional sobre diferen-
tes providencias adoptadas por ella en materias eclesiásticas produjeron un
·decreto de 20 de Diciembre del mismo año, mandando que cesase el tribunal
de la Rota, extrañando de estos reinos a D. José Ramirez de Arellano, y resol-
viendo que el Tribunal supremo de justicia, previa instrucción del oportuno
expediente, consultase lo que se le ofreciera y pareciera para que ninguno de
los negocios pertenecieutes al de la Rota que ce~ba, sufriera retraso alguno en
su persecución y despacho. A pesar de esta providencia han permanecido por
·espacio de más de tres años paralizados con gravísimo perjuicio aquellos asun-
tos que pueden contarse entre los de mayor trascendencia, por hallarse íntima-
mente enlazados con el bien de la Iglesia española y la tranquilidad e ínte-
rés de los particulares, en cuanto se refiere a la jurisdicción eclesiástica y espi-
ritual desempeñada en última instancia por la Rota, según lo comprueba, fuera
de otros datos y razones, un voluminoso expediente formado en el ministerio
de Gracia y Justicia de las reclamaciones que se han elevado sobre el particu-
lar íncesantemente y en diversas épocas... Ha ocurrido el fallecimiento lamen-
table en todos conceptos del vicegere;1te de la nunciatura D. José Ramirez de
Arellano, única persona facultada por la Santa Sede para cometer a los jueces
de la Rota en el conocimiento en las últimas instancias de los negocios ecle-
siásticos, a quien se había alzado el extrañamiento de estos reinos, y se iba a
reponer en todas las funciones prcpias de su cargo... Tenemos el ilonor de
presentar a V. M. para que se sirva concederle su R. aprobación al adjunto
R. decreto. Madrid, 20 Febrero de 1844. Señora. A los RR. pies de V. M. Luis
González Bravo. Luis Mayans. Manuel de Mazarr~do. Juan José García Carras-
co. El marqués de Peñaflorida . .José Filiberto Portillo.
"En vista de las ronsideraciones espuestas por mi consejo de Ministros, acer-
ca de la justicia y conveniencia de que vuelva nuevamente al desempeño de sus
atribuciones el tribunal de la Rota, vengo en decretar lo siguiente: A. 1.• Se
alza la prohibición de ejercer las facultades jurisdiccionales impuesta al tribu-
nal de la Rota de la nunciatura de España por decreto de la Regencia provi-
sional de 20 de Diciembre de 1840. A. 2.• Las causas incoadas en este tribunal
respecto de las cuales exista comisión especial de conocer, emanada del último
·vicegerente o de sus antecesores, seguirán sustanciándose hasta su resolución
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONIC,\ 537

terio de Gracia y Justicia, y entrando en los de Estado y Hacienda


el Marqués de Viluma y D. Alejandro Mon, respectivamente. Va-
mos a demorar el estudio de los vaivenes políticos: tendremos me-
jor ocasión en el capítulo siguiente. No obstante, necesitamos en·
cuadrarnos históricamente, para subrayar el papel que realizaron
durante el presente reinado los tres personajes últimamente cita-
dos:
El l. o de julio de 1844 Martínez de la Rosa sustituye en el Mi-
nisterio de Estado al dimitido Marqués de Viluma 166 , a quien luego
Isabel II ofrece formar nuevo gabinete, por más que -ante la opo·
·.sición de Narváez- el gobierno será presidido por D. Manuel Pan-
do, Marqués de Miraflores, el 12 de febrero de 1846 167, con Istúriz
en Gobernación, Arrazola en Gracia y Justicia, Peña Aguayo en

·definitiva con arreglo a las leyes y a los cánones. Palacio, 20 de Febrero de


1844. Presidente del Consejo de Ministros, Luis González Brabo."
"Mandando que se entregue a cada iglesia el importe de un tercio del presu·
puesto del culto para cubrir los gastos de las funciones de Semana Santa...
Madrid, 24 Febrero 1844. García Carrasco" (Min. de Hacienda}.
"Al hacer los diocesanos las propuestas para la provisión de curatos se
atendrán al art. 1.• de la instrucción dada en 31 de Julio de 1838 para la ejecu·
'Ción de la ley provisional de dotación de culto y clero. En los curatos y bene-
fícios curados que no hayan de proveerse en propiedad, sino en economato,
conforme al art. 2.• de dicha ley provisional, serán colocados los presbíteros
esclaustrados ... Madrid, 26 Febrero 1844. Mayans."
"En diversos tiempos ha sido necesario renovar las medidas dirigidas a que
los clérigos usen de su correspondiente trage, distintivo que autorizado por la
costumbre, está además determinado, no sólo por el Concilio tridentino, bulas
y disposiciones apostolicas, sino también por las leyes civiles, y señaladamente
por la 12, tít. 10, lib. U, y la 15, tít. 13, lib. 6.• de la Nov:.Sima Recopilación.
Poco menos que infructuoso ha sido sin embargo cuanto se ha dispuesto en
este punto hasta el dUz, puesto que lejos de haberse remediado el abuso, se le
ve tomar cada vez m.ás incremento, no contentos aun algunos sacerdotes aficio-
nados a lo profano con imitar en et color y forma del vestido, borrada la co·
rona y depuesto el trage clerical, a los más modestos seglares, sino propasán·
dose a usar de colores impropios y de prendas y dijes de puro lujo y adorno,
que muy mal cuadran con la vida retirada y austera que su santo ministerio
requiere ... S. M. se ha servido mandar que se recuerde el celo pastoral de los
prelados diocesanos con estrecho encargo el puntual cumplimiento de las leyes
eclesiásticas y civiles sobre la materia... Madrid, 28 Febrero 1844. Mayans."
"Para confe-rir órdenes sacerdotale:; se observe:n los artículos 4 y 5 de la ins·
trucción de 31 de Julio de 1838, y aclaraciones contenidas an l:tR. OC. de 24 de Fe·
brero de 1839 y 6 de Mayo de 1843, y RR. decretos de 8 de Octubre de 1835 y 1836 ...
Madrid, 28 Febrero 1844. Mayans."
"Mandando satisfacer al clero superior el tercer tercio del segundo año ecle-
siástico que comprende los meses de Junio, Julio, Agosto y Setiembre de 1843,
-con preferencia a aquellos cabildos que no hubieren percibido aun las asigna-
ciones de los tercios anteriores .. . Madrid, 27 Marzo 1844. Mayans."
··sigan las comunidades religiosas existentes en el uso de sus derechos de
patronato, como antes del R. decreto de 8 de Marro de 1836. .. Madrid, 30 Mar-
zo 1844. Mayans."
166. DEC. REINA, XXXIII, 106.
167. DEC. REINA, XXXVI, 347.
.REL!CIOS ID,\0 HISP.\ lH ... - 35
538 ALFREDO .MARTINEZ ALBIACH

Hacienda, Roncali en Guerra y Topete en Marina. Vuelve Narváez


el 16 de marzo de 1846 168, pero a los diecinueve dias deja el gabi-
nete en manos de D. Javier de Istúriz -reservándose la cartera de
Estado- 169, con Egaña en Gracia y Justícia -sustituido pronto por
Diaz Caneja-, Pidal en Gobernación, Mon en Hacienda, Sanz en
Guerra y Armero en Marina.
El 28 de enero de 1847, preside el Consejo de Ministros -Y re-
tiene la cartera de Estado- D. Carlos Martinez de !rujo, Duque de
Sotomayor y Marqués de Casa Irujo 17o, con Seijas Lozano en Go-
bernación, Santillán en Hacienda, Bravo Murillo en Gracia y Jus-
ticia, Pavía y Lacy en Guerra -sustituido pronto por Oráa-, Oli-
ván en Marina, y D. Mariano Roca de Togores, Marqués de Molins,
en el recién creado Ministerio de Comercio, Instru.cción y Obras
Públicas (Fomento) 171 •
D. Joaquín Francisco Pacheco reemplaza en ambos cargos a So-
tomayor, el 28 de marzo de 1847 m, con D. Antonio Benavides en
Gobernación, D. Florencio Rodríguez Bahamonde en Gracia y Jus-
ticia, D. Nicomedes Pastor Diaz en Fomento, D. José Salamanca en
Hacienda, y los Generales Mazarredo y Sotelo en Guerra y Marina,
respectivamente.
En el mismo año, en septiembre -el 3 y el 12- D. Florencio
Garcia Goyena es nombrado Presidente del Consejo de Ministros
y encargado de Gracia y Justícia 171, con Cortazar en Estado, Sala-
manca en Hacienda, Escosura en Gobernación, Ros de Olano en
Fomento, Córdova en Guerra y Sotelo en Marina. Sin embargo, el
4 del siguiente mes vuelve -por tercera vez-- Narváez - reserván-
dose la cartera de Estado 174 hasta el 23 de octubre, encomendándo-
sela a Sotomayor 17S y el 29 de julio de 184& a D. Pedro José Pidal,
Marqués de Pidall76-; completan el gobierno D. Lorenzo Arrazo-
la en Gracia y Justicia, D. Luis José Sartorius -Conde de San Luis-
en Gob~rnación, Bertrán de Lis en Marina, Córdova en Guerra
-destituido el 3 de noviembre de 1847 177, encargándose el propio
Narváez hasta el 24 del mes siguiente, en que nombró a D. Francis-
co de Paula Figueras 178_, Ros de Olano en Fomento -Bravo Mu-

168. DEC. REINA, XXXVI, 464.


169. COL. lr.."ES, XIV, decreto 129.
170. Dl:C. REINA, XL, 145.
171. DEC. REINA, XL, 148.
172. DEC. REINA, XL, 319.
173. DEC. REINA, XLI, 690. 693.
174. CoL. I..Ens, XV, decreto 320.
175. CoL. I..Ens, X:V, decr. 334.
176. DEC. REINA, XLIV, 247.
177. COL IEYl:s, XV, decr., 348.
178. COL. LEYES, XV, decr. 382.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 539

rillo desde el 10 de noviembre de 1847 179 y Seijas Lozano desde el


31 de agosto de 1849 1. , - , y D. Francisco Orlando en Hacienda, sus-
tituido en junio de 1848 por el Conde de Romera, Mon y Bravo Mu-
riUo -del 19 de agosto de 1849 al 29 de noviembre de 1850 11l - . Pres-
cindimos del "gabinete relámpago" del Conde de Cleonard que duró
unas horas entre el 19 al 20 de octubre de 1849 112•
De momento cerramos el marco histórico con la sustitución de
Narváez por D. Juan Bravo Murillo, a principios del año 1851 -10
y 14 de enero l&l__
D. Luis Mayans, Ministro de Gracia y Justicia en los gabinetes
de González Bravo y primero de Narváez, el 12 de junio de 1844,
"proporciona datos positivos para conocer el importe de los habe-
res del clero y gastos del culto" 1&4; y el 15 del mes siguiente, su co-
179. CoL. LEYEs, XV, decr. 356.
180. ~- REINA, XLVll, 689.
181. DflC. RI:INA, XLVU, 651; LL 351.
182. 00:. RI:INA, XLVIII, 214, 223-224..
183. Dlx:. REINA, Ln, 73. 96.
184. DtX:. REINA, xxxn. 749; XXXDI, 87-89; CoL I.En:s, XITI, 94. m. 1(1.
376. 385; XV, decreto 257; DflC. REINA, XLIV, 221-224. 293; XLVI, 356; XLVll,
34-35: •Se proporcionan al gobierno datos positivos para conocer el importe
de los haberes del clero y gastos del culto: En una memoria presentada a las
Cortes en 30 de Mayo de 1837 se reguló la cantidad de 153 millones como sufi-
ciente para atender la dotación del culto y clero, y en otra de 21 de Febrero de
1838 se hizo subir el presupuesto a la suma de 380 millones. La ley provisional
de 21 de Julio de 1838 se limitó a fijar bajo equitativas bases las asignaciones
del personal y estableció ciertas reglas generales para determinar los gastos del
culto, quedando encargada su aplicación a los intendentes de las províncias Y
a las juntas diocesanas con la inmediata inspección de la superior de esta cor-
te; pero siendo desconocido el producto que podrfan dar los acerbos decimales
y las rentas de los bienes del clero, con qu~ se contaba todavla para cubrir las
asignaciones y gastos, y siendo también poco conocido el presupuesto de estas
mismas obligaciones al tiempo de formarse la ley, se adoptó especialmente con
respecto a! clero parroquial el término medio y la ~cala del minlmo y máximo
que aparece en su capítulo 4. •, dando ocasión de infinidad de dudas y reclama-
ciones más o menos fundadas, que aun no se han podido acallar. Tomando pcr
pauta la ley de 21 de Julio el Ministerio de Hacienda ideó en 1839 para la
subrogación del diezmo y primíci.a. un reparto de 212.696.833 rs. que sometió en
13 de Setiembre a la aprobación nacional; y por último en 13 de Junio de 100
la contaduria general de la junta superior de dotación fijó el presupuesto del
culto y clero en 180.886.617 rs. Depurado este cálculo sobre la base Gel m.inimo,
quedó reducido a 159.802.547 rs.; y a pesar de que el gobierno lo rebajó en su
proyecto a 138.932.017 rs., tan sólo se votó definitivamente como exig¡ole la can-
tidad de 75.466.ill rs. partiendo al efecto de supuestos cuya inexactitud ba ve-
nido a demostrar la esperiencia. No tardó en hacerse sentir que las SI.UD8S pre-
fijadas por la ley de 14 de Agosto de 1841 para atender a los gastos del culto y
clero guardaban poca armonía con sus disposiciones relativas al abono de cuo-
tas, y estrechado el gobierno prescindió hasta cierto punto del contesto literal
del art. 4.• y espidió la circular de 20 de Abril de 1842. Por ella se mandaba que
a ningún párroco se abonase más cantidad que la de 3.300 rs., a los tenientes,
coadjutores y beneficiados la de 2.200, y aun este máximum no comprendió a
los que hablan percibido menos en el quinquenio designado por el art. 4.". Tal
resolución produjo un clamor que se dejó oir en la prensa de todos los colores,
~40 ALFREDO lloL\RriNEZ ALBIACH

lega de Hacienda, D. Alejandro Mon, previa exposición de los mo-


tivos, proponía a Isabel II -que firmaba el 26- un decreto "sus-
y penetrado hasta el senado, obligó al gobierno a comunicar en 9 de J ulio una
nueva orden para suspender los efectos de la de 20 de Abril. Pero como por
más justas que las reclamaciones pareciesen era imposible satisfacerlas con los
recursos acordados, hubo que ceder a las observaciones de los jefes principales
de la hacienda y dar fuerza a lo mandado con anterioridad. Desde entonces que·
daron bajo un nivel los hombres que habian encanecido administrando el pasto
espiritual a los feligreses con los que pisaban el umbral de la carrera, y se pe-
saron en una misma balanza las necesidades de la vida del párroco q ue habita
en una aldea y del que sirve en una populosa capital. Gran parte de los con·
flictos proceden d e n o haberse hecho conocer en detalle y con irrecusables d e·
mostraciones el importe d e los ha beres personales del clero y de los gastos que
el culto origina según su estado actual, y tiempo es ya de que se ponga coto
a los cálculos hipotéticos y vagos... Los M. RR. Arzobispos y gobe rnadores ecle·
siásticos de las diócesis sede vacante formarán y r emitirán a esa j u nta superior
las r elaciones... Madrid, 12 Junio 1844. Mayans."
"Señora : ... La imposición conocida con el nombre de contribución de culto
y cle.r o ha sido infructuosa en algunas partes, en otras se ha resistido su eje-
cución, y en m uchas los clamor es del clero han venido a aumentar los apuros
del Tesoro público y a afligir el ánimo de V . M .... Respetar y hacer que todos
respeten, como de todo punto inviolables, las propiedades adquiridas proceden·
tes de los bienes del clero regular y secular que han sido enagenados en estos
últimos años con arreglo a las leyes que en ellos mismos se die.r on... El go-
bierno no ha podido atenderlas -a las comunidades de religiosas- hasta aho-
ra como debía, y la caridad pública por si misma ha procurado satisfacer tan
urgente necesidad y tan sagrada deuda, ya formando asociaciones que excitasen
la composición de los pueblos, ya valiéndose de otros medios, j ustos y legiti·
mos todos a la verdad, pero que envolvían, sin embargo, cierta mengua y bal·
-dón para el gobierno, y como una acusación constante contra sus providencias
y decretos ... Madrid, 15 Julio 1844. Alejandro Mon. Decreto: Se suspende :a ven·
ta de los bienes procedentes del clero secular y de las comunidades religiosas
de las monjas; los productos en r enta de dichos bienes se aplicarán íntegros al
mantenimiento del cle ro secula r y de las religiosas. .. Barcelona, 26 Julio 1844.
Madrid, 8 Agosto 1844. Mon."
"Suspéndase la venta de edificios-conventos de las comunidades religiosas
s uprimidas, acordada por decreto de 26 de Julio de 1842 ... Pa lacio, 11 Abril 1845 ...
Mon."
"Se decretan (por las Cortes) 159 millones de rs. para la dotación d er culto
Y mantenimiento del clero en el año de 1845. La distribución se hará con arre·
glo a la ley provisional de 21 de Julio de 1838, quedando autorizado el gobierno
-para reparar los agravios que la esperiencia baya demostrado o demuestre ...
Palacio. 23 Febrero 1845... Vengo en nombrar Presidente de la junta de dota-
ción al Arzobispo electo de Toledo D . Antonio Posada Rubin de Celis ... Palacio,
23 Mayc ¡845. .. l.\lion."
"El haber personal de los párrocos de entrada será de 3.300 rs., :!.400. 3.500
y 3.600 según las circunstancias locales y del curato; a los ecónomos, 3.300; y
a los beneficiados propietarios, 2.200. Curatos de p!"!mer ascenso: párrocos,
4.500; ecónomos, 3.600, y beneficiados propietarios, 2.600. Curatos de segundo
-ascenso: pár., 5.500; ec., 4.000; ben. prop., 3.000. Curato de término : pár. 7.00Ó;
ec., 4.500; ben. prop. 3.500. Los vicarios perpét.uos como los párrocos de en·
trada. Los vicarios y tenientes amovibles que erigidos antes del 10 de Enero de
1837 han venido disfrutando una asignación personal, tendrán la de 2.500 rs.
sirviendo en los anejos, y 2.200 si residen en la iglesia matriz; a los creados
con posterioridad, se les abonarán respectivame nte las mismas dotaciones,
siempre que hubieren acreditado la necesidad de la provisión en la forma pres-
crita por las disposiciones vigentes... Madrid, 26 Mayo 1845. Mayans. Presupues·
541

pendiendo la venta de los bienes procedentes del clero secular Y de


las comunidades religiosas de las monjas, aplicando íntegramen te
to del Culto pa.rroqutal: 33 millones; culto superior : 6.500.000, y gastos de ad·
minístración diocesana: 1.500.000."
-eonrorme a lo dispuesto en el articulo único de la ley de 3 de Abril de este
año se devoluerán inmediatamente al clero secular sus bienes no enagenados
-o1ya venta se mandó suspender por R . decreto de 26 de Julio de 11144... Ma·
drid, 1 Agosto 1845. Mon." <•No los pertenecientes a ermitas. santuarios y co-
fradías : 24 Setiembre de 1845"- según "Guia del estado eclesiástico para 1848",
pág. 84).
"Ley de p resupuestos para 1845: 1.184 millones... Obligaciones del clero secu·
lar y de las monjas, 125.495.447'1... Palacio, 23 Mayo 1845. Mon ."
"Son acr eedor es a la asignación diaria q ue estableció la ley de 29 de Julio
d e 1837 todos a que llos m isione ros (religiosos de diferentes conventos que antes
de la exclaustración habían pasado a las misiones) de Filipinas y Santos Lu-
gares de Jerusalén que regresen a su patria después de c ump lido su sagrado
ministerio en el tiempo que les estaba señalado, o bien por causa de enferme-
dad justificada u otro motivo igualmente poderoso y legitimo, mas no asf los
que Jo hacen sin haber cumplido el término de su misión o proceden de las
religiones y colegios de Valladolid, Ocaña y Monteagudo, hoy subsistentes, de-
biendo por consiguiente todos éstos ser considerados sin opción a los benefi-
cios de la ley de esclaustración, pues se comprometieron a ir y vivir perpétua-
mente en Filipinas, en cuyo supuesto su venida a la Metropoli debe tener pre-
cisamente pcr objeto el ejercicio de clgún cargo de su religión, a menos que
hayan renunciado voluntariam.e nte sus derechos... Madrid, 19 Agosto 1847."
"El periodo de revueltas y discordias civiles que tuvo origen en el falleci-
miento del último Rey el Sr. D. Fernando VII ... , al paso que se ha becbo notar
por la abolición de gravosos y envejecidos abusos, y por la adopción de fecun-
das y útiles reformas, ha producido también en ciertas épocas hechos y resolu·
clones r elativos a las materias eclesiásticas en los cuales ni se escucharon siem-
pre los consejos de la razón y la p rudencia, ni siempre se respotaron en toda
su extensión los lúnites establecidos por los sanos princip ios. Perturbado así
por los lamentab les sucesos indicados e l orden asentado de antiguo entre am-
bas potestades, el objeto más importante que ocupó sin tregua ni descanso el
ánimo piadoso de la Reina (q. D. g.) desde que entró e n el ejer cicio de la
a utoridad suprem a, y el celo de su Gob ierno, fue el de aquietar las conciencias
de los fieles acordando al cler o la consideración y el amparo que les dispensa-
ron sierr..pre la religi'.lsidad y el santo celo de sus antepasados en el Trono...
Restablecidas con leves y transitorias excepciones la paz y el orden público,
que S. M. y el Gobierno esperan arraigar .!lonclamente en nuestro suelo, conlLJ:n.
do con la cooperación del clero, sustituida la interrupci1n lamentablemente pro-
longada por tantos años, de las acostumbradas relaciones con la Santa Sede
por actos y propósitos benévolos de ULa y otra parte, que han allan!ldo y hecho
fácil la avenencia y el completo restablecimiento de los estrechos -ñnculos an-
tiguos.. ., el Gobierno de S . M. creó, de acuerdo con el Delegado aposcólico, tma
Junta de carácter m.is'..o, que ocupándose de las cuestiones eclesiásticas, pre-
pusiese los medios oportunos de resolverlas bajo los principios indica.:it'S, como
también el ARIUX:LO definitivo del cl:rro español. Importantes cuestiones ha re-
suelto ya la Junta, y el Gobierno espera del celo e ilustración de los individuos
que la componen, que muy en breve terminará sus tareas con aplauso de todos
los buenos españoles. Una circunstancia sin embargo hace que el Gobierno de
S . M. no aguarde a este suspirado día para dirigir su voz a las autoridades
eclesiásticas y civiles. Terminada la lamentable triudez qu e por tanto ti.e mpo ha
gemido la Iglesia de España, mer ced a la solicitud de S. M. y a la piedad de
N. S. Padre con el nombramiento, confirmación y consagración de prelados ... ,
al llegar a sus diócesis los nuevos prelados, prob able es que encuentren m arca-
da en muchas par tes la huella de la revolución y abusos que r eformar.. .; en tal
542 ALFREDO MARTINEZ ALBIACK

los productos en renta de dichos bienes al mantenimiento del cle-


ro secular y de las religiosas"; y otro ~1 11 de Abril de 1845---

situación, los prelados necesitan desplegar, y S. M. con!la en que desplegarán.


toda la actividad y energia de un celo verdaderamente apostólico, así como ha·
brán menester también del a:urilio y cooperación que el Gobierno, en el circulo
de sus atribuciones, y en todo lo que aconseja el interés recíproco de la Iglesia
y del Estlldo, está resuelto a prestarlas... S . M.. se ha dignado ordenar la pu-
blicación de las disposiciones siguientes : 1.• Los M. RR. Arz.obispos y RR. Obis-
pos expondrán al Gobierno las necesidades que noten en sus respectivas igle-
sias, seguros de que éste atend.eTá a su remedio con eficacia y decisión. 2.•
S . M., q ue reconoce el gran fruto que han de producir las conferencias mor ales
de los eclesúisticos y las pláticas dominicales de Jos párrocos, espera que los
M. RR. Arzobispos y RR. Obispos las promoverán con el celo que les es propio,
y cual recomiendan la conveniencia pública, los sagrados cánones y las sinoda·
les de Jos obispados. 3.• Es asimismo la voluntad de S. M. que se excite el celo
de Jos Obispos y prelados diocesanos para que sin cesar inculquen y propaguen
en los fieles aquel espritu de paz y reconciüación. tan propio de su evangélico
ministerio, como conveniente para afianzar la tranquilidad y cimentar la mú-
tua Cln7W1IÚ% entre La Iglesia y el Estlldo. 4.• Igualmente es la voluntad de S. M.
que el Gobierno por su parte adopte las disposiciones oportunas para que se
creen sin demora seminarios eclesiásticos en las diócesis donde DO se hallen
establecidos, a fin de que en lo sucesivo DO haya en los dominios españoles
iglesia alguna que DO tenga al menos un seminario suficiente para la instruc-
ción de su clero. Serán admitidos en los seminarios y educados e instruidos
del modo que establece el sagrado Concilio de Trento los jóvenes que los Ar-
?.Obispos y Obispos juzguen conveniente rec1oir según la necesidad o utilidad de
las diócesis, y en todo lo que pertenece al arreglo, enseiíanza y administración
de los bienes de los seminarios se observarán los decretos del mismo Conci-
lio de Trento. s.• Siendo uno de los cargos de dichos sagrados pastores velar so-
bre la doctrina de la je y de las costumbres, y sobre la educación religiosa de
los jóvenes, no se les pondrá impedimento alguno en el ejercicio de este cargo,
aun en las escuelas públicas. 6.' Tampoco se pondrá Impedimento alguno a
dichos prelados ni a los demás sagrados ministros en el ejercicio de sus fun-
ciones, ni los m olestará n adie bajo ningún pretexto en cuanto se r efiera al
cumplimiento de los deberes de su cargo, antes bien cuida rán todas las autori-
dades d~ guardarles y que se les guarde el r espeto y consideración debidos, y
de que no se haga cosa alguna que pueda atraerles desdoro o mecosprecio.
S . M. dispensará a l propio tiempo su poderoso patrocinio a los prelados en
los casos que le pidan, principalmente cuando hayan de oponerse a la maligni-
dad de los hombres que intentan pervertir los ánimos de los !!eles y corrom-
per sus costumbres, o cuando hayan de impedir la publicación de los boros
malos y nocivos. 7.• Todo lo demás perteneciente a personas o cosas eclesiás-
ticas sobre que no se provee en las reglas anteriores, será dirigido y adminis-
trado según la disciplina eciesiástica vigente. 8.• Us disposiciones que prece-
den se comunicarán a la Junta de arreglo del clero, para que tl!lliéndolas pre-
sentes, comprenda el plan general y definitivo de dicho arreglo las que con el
mismo tengan relación en Stl letra o en su esplritu... San Ddefonso, 13 Julio
1848. Lorenzo Arrazola• CMinistro de Gracia y Justicia del gabinete Narváez>.
"Ha lleg:¡do a conocimiento de S. M. que algunos RR. Obispos en virtud de
lo dispuesto en el art. 6.• de la circu.l2.r de 13 de Julio último, se preparan a
conferir órdenes sagradas, dando por removidas las prohibiciones temporales
impuestas hasta el arreglo general del clero, mientras otros prelados consultan
si las mismas están del todo punto alzadas... Se ha dignado mandar la Reina
(q. D. g.) que hasta nueva resolución, oido el parecer de la Junta superior de
arreglo del clero, los M. RR. Arz.obispos, RR. Obispos y gobernadores eclesiás-
ticos se conformen en la colación de sagradas órdenes a lo prevenido por las
R.EUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 543

también "suspendiendo la venta de edilicios-conventos de las co-


munidades religiosas suprimidas". Por otra parte, conseguía Mon
que las Cortes decretaran "159 millones de reales para la dotación
del culto y mantenimiento del clero en el año de 1845", a la vez
que se facultaban al Gobierno para adaptar la ley de 21 de julio de
1838 a las necesidades entonces planteadas.
Con tales resoluciones -y con la devolución de los bienes no
vendidos al clero secular (excepto los de ermitas, santuarios y co-
fradias)- se afrontaba positivamente el árduo y delicado proble-
ma de la economía eclesiástica con una nueva y más justa valora-
ción de los haberes del clero -con algunas limitaciones a los
exrreligiosos "misioneros"- y de los gastos del culto; y en el pre-
supuesto nacional para 1845 de 1.184 millones se reservaban 125
millones y medio como obligaciones para con el clero secular y para
con las religiosas.
¿Motivos para tal cambio de política? Prescindimos de los ex-
puestos por los liberales extrerrústas -que luego estudiaremos des-
de un punto de vista no tan rigurosamente legislativo-: "como
los moderados, gente práctica y atenta siempre al negocio, habían
sido los únicos que se aprovecharon de las reformas de los progre-
sistas, y la mayor parte de los b ienes nacionales habían sido adqui-
ridos por los hombres del partido conservador, de aquí que la ma-

dJsposiclones vigentes, y obsen•ado hasta la !echa de la circular de 13 de Ju-


lio último... San Dde!onso, 14 Agosto 1848. Arrazola."
"Ley señalando los productos y recursos para la dotación del culto y clero: ...
A. 7.• El importe total de la dotación del culto y clero en el año corriente será
de 153.511.346 rs.... Palacio, 20 Abril 11149. A D . Alejandro Mon" (Ministro de Ha-
cienda en el gabinete de Narváez).
"Ley, autorizando al Gobierno para que con acuerdo con la Santa Sede, en
todo aquello que fuere necesario y conveniente, verifique el arreglo general del
clero, y procure la solución de las cuestiones eclesiásticas pendientes, concilian-
do las necesidades de la Iglesia y del Estado ... Tendrá presente las siguientes
bases: 1.• Establecer una circunscripción de diócesls que se acomode, en = ·
to sea posible a la mayor utilidad y conveniencia de la Iglesia y del Estado, p~
curando la armonia correspondiente en el número de las iglesias metropolita-
nas y sufragáneas. 2 • Organizar con uniformidad, en cuanto sea dable, el clero
a:.tedra.l, colegial y pa.-roquial, pr<!Seriblendo l.:>s rE:Qwsitos c!e aptitud e iecnei-
dad, asi como las reglas de residencia e incompatibilidad de beneficios. 3.• Es-
tablecer convenientemente la enseñanza e instrucción del clero, y la organización
de los seminarios, casas e institutos de misiones, de ejercicios y cor:ección
de eclesiásticos, y dotar de un clero ilustrado y de condiciones especiales a 125
posesiones de ultramar y demás estableclmientos qW! sostiene la nación fuera
de España. 4.• Regularizar el ejercicio de la jurisdicción eclesiástica, robuste-
ciendo la ordinaria de los Arzobispos y Obispos, supriiruendo las privilegiadas
que no tengan objeto, y resolviendo lo que sea conveniente sobre las demás
particulares exentas. 5.• Resolver de WUl manera definitiva lo que conv~aa res-
pecto de los institutos de religiosas, procurando que las casas que se conser-
ven, añadan a la vida contemplativa ejercicios de enseñanza o de caridad ...
Aranjuez, 8 Mayo 1849. A D. Lorenzo Arrazola."
J
~
544 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

yoría del Congreso se opusiera a las exageradas pretensiones del"


elemento clerical -deseaban todos los bienes enajenados por el de-
creto de Mendizábal, exigiendo además fueran castigados sus com-
pradores ...-; el Marqués de Viluma y los diputados absolutistas .
mostráronse ofendidos por la tenaz resistencia de la mayoria mo-
derada y abandonaron el Congreso, tachando de revolucionarios a
Narváez y a los ministros." Atendiéndonos a los documentos de las
Co!ecciones legislativas, parece que la motivación de las "devolu-
ciones" y de favorecer al clero se funda en que se le necesita: "se
cuenta con la cooperación del clero para arraigar la paz y el orden
público" ; "S. M. espera que los M. RR. Arzobispos y RR. Obispos
promuevan las conferencias morales de los eclesiásticos y las plá-
ticas dominicales de los párrocos con el celo que les es propio y
cual recomiendan la conveniencia pública ..."; "es asimismo la vo-
luntad de S. M. que se excite el celo de los Obispos y prelados dio-
cesanos para que sin cesar inculquen y propaguen en los fieles
aquel espíritu de paz ... "; etc. Un contrato. A cambio, "arreglo de-
finitivo" del problema económico, seminarios, escuelas y, sobre to-.
do, respeto y consideración de las autoridades y el "poderoso pa-
trocinio de S. M. a los prelados en los casos que le pidan". Sin em-
bargo, el gabinete Narváez se hallaba en una difícil y complicada.
situación: su Ministro de Hacienda D. Alejandro Mon seguía man-
teniendo en el último año de su gestión ministerial los 153 millo-
nes para la dotación del culto y clero, y el de Gracia y Justicia,
D. Lorenzo Arrazola, autor del mencionado "contrato", debia rec-
tificar la mala interpretación del mismo por parte de los Obispos,.
quienes tradujeron el ''respeto, consideración y patrocinio" como
omnímoda libertad para conferir órdenes sagradas.
No obstante, el Sr. Arrazola conseguía el 8 de mayo de 1849
una "ley" que era un voto de confianza para un "arreglo general y·
definitivo con la Santa Sede". Así se solucionaría todo el problema.
eclesiástico. No podemos sustraernos al recuerdo de similar pre-
ocupación de España exactamente un siglo antes: el Concordato
de Felipe V pretendió y su hijo Fernando VI alcanzára en 1753. Los
gabinetes de Isabel II habían recorrido un gran paso: además de
ciertas deferencias para con los clérigos 185 , con la Santa Sede (res-
135. DEC. REINA, XXXIII, 40-41. 45; CoL. LEYEs, XIII, 55; DEC. REINA, XLI,
267; XLIII, 197; XLIV, 255; XLVIII, 83. 303: "Señora: Desde que me encargué
del ministerio... , he procurado... aliviar en lo posible la aflictiva suerte de la
Iglesia. Pero eran tales las necesidades de ésta, y tal el abandono en que habían
quedado por la turbación de los tiempos las cuestiones más graves e impor-
tantes, que n o han bastado los constantes esfuerzos del gobierno a remediar a
la vez todos los males. FrecuentelTiente ha sucedido que una nueva medida ha
demostrado la conveniencia o producido la necesidad de otras, y el gobierno
de V. M. ha tenido que dcitarlas, o que lamentar en silencio la imposibilidad:
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 545

tableciendo las relaciones: preces, " pase" de letras apostólicas de


un Jubileo, y , por fin, la ''reinstalación" del tribunal de la Rota de
de hacerlo por la expresada causa. En 26 de Febrero último tuve el honor de
proponer a V. M. que se encargase a los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos Y
gobernad or es eclesiásticos que pidieran la autorización que estimaren necesa-
ria para sacar a concurso los curatos vacantes; y apenas circuló por el r eino
el R. decreto en que se p rescribió esta providencia, cuando fueron tantas las
autorizaciones pedidas, tantas las reclamaciones hechas para que se dotara a
los pueblos de párrocos propios, que seria obra casi interminable la de r esol-
verlas por casos particulares. A la par que estas r eclamaciones han venido otras
muchas, ya manifestando la absoluta falta de presbíteros en algunas diócesis,
ya proponiendo para las órdenes sagradas a multitud de jóvenes que las solici-
tan, ya demandando la devolución de las licencias para aquéllos que se orde-
naron en contravención de los decretos vigentes... Madrid, 9 Julio 1844. El Mi-
nistro de Gracia y Justicia, Luis Mayans."
"Se autoriza a los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y gobernadores eclesiás-
ticos para sacar a concurso todos los curatos vacantes y que vacaren, y no
estuviesen servidos por ex-regulares pensionistas; para conferir órdenes y espe-
dir dimisionarias; para devolver los títulos y cartillas de órdenes, y conceder ·
licencias de confesar y predicar a los presbíteros a quienes hubiesen sido re-
cogidos aquéllos y negadas éstas sin otro motivo que haberse ordenado en el
estrangero, y la devolución por casos particulares -<iándome noticia- a los or-
denados en territorio enemigo o que hubieren ido en el ejército rebelde... Bar--
celona, 16 Julio 1844. Mayans." ("No es aplicable ni a los que no se ordenaron
con todos los requisitos prescritos por los cánones. ni a los que han obtenido
las ordenes sagradas con anterioridad a aquel decreto del 16 de Julio de 1844.
Madrid, 10 Noviembre 1845. Mayans.": Guia del estado eclesiástico para 1848,
pág. 86).
"Ley (de Cortes> sobr e reinstalación del instituto de Escuelas Pías al estado
antes de la ley de 29 de Julio de 183'1 y del decreto de 22 de Abril de 1834, que-
dando s ujeto en la parte relativa a la enseñanza a las disposiciones generales
sobre instrucción pública y a las órdenes especiales del gobierno... Palacio, 5
Marzo 1845. MRyans."
"Declarando exen tos del reemplazo del ejército a Jos individuos profesos de
las Escuelas Pías y a Jos novicios de las r:n.ismas que demuestren una verda-
dera vocación, como consecuencia de la ley de 5 de Marzo de 1845.... extremo
que debía acreditarse con un certificado del prelado y padres del convento res-
pectivo... Madrid, ~ Jlliio 1847. Benavides" (Gob.).
"Ley, declarando e::entos del servicio militar los novicios y profesos de los
' colegios de misioneros de Filipmas, establecidos en Valladolid, Ocaña y Mon-
teagudo; si no llegasen a cumplir el objeto de su instituto, quedarán sujetos a
la suerte que respectivamente les hubiere correspondido... Palacio, 15 Marzo
1848."
"R. O. (Comer., Instru~. y Obr. Públicas): se considera vigente por el térrni-
no de seis meses la R. O. de 10 de l!.'nero de 1836, po; la que se mandó que pu-
dieran incorporarse en las Universidades los estudios de filosofía y teología
hechos en los conventos por regulares exclaustrados ... Madrid, 6 Noviembre
1848. Bravo Murillo."
"Señora: Suspensa la provisión de prebendas por R. O. de 10 de Enero de·
183'1, r epr oducida con fuerza de ley en el decreto de las Cortes de 21 de Febre-
ro de 1837, el clero catedral de:;pués de un largo transcurso de tiempo ha veni-
do a tal grado de reducción, que en la mayor parte d e las iglesias catedrales
se han resentido y resienten más cada dia las necesidades y hasta el esplendor
del culto.. . Las felices disposiciones y carácter conciliador del digno represen-
tante del Santo Padre cerca de V. M., y la autorización dada al Gobierno por
la ley de 8 de Mayo del presente año, facilitan el medio de acudir a una n ece-
sid ad perentoria, y de hacer ver a la I glesia de Eapaña que toca a su término·
546 ALFREilO M.o\RTINEZ ALBIACH

la Nunciatura) 156, con las religiosas y con el tan debatido (especial-


mente desde las Cortes gaditanas) " Voto de Santiago" 111, se esta-

la angustiosa situación e n que la había colocado la fuerza de los acontecimien-


tos, con no menos dolor de un pueblo de creyentes que del corazón m agná-
nimo y piadoso de V. M. ... Madrid, 24 Setiembre 1849. Lorenzo Arrazola.
R. Decreto: Teniendo presente las razones manifestada en la exposición que
precede, vengo en decretar : A. 1.• No obstante lo dispuesto en el art. 6.• de la
ley de 21 de Febre r o de 1837 y en el 1.• de la ley provisional de dotación de cul-
to y clero, se abrirá desde luego oposición a las prebendas de oficio vacantes
en todas aquellas iglesias catedrales en que así lo reclamaren perentoriamente
las atenciones de las mismas, a juicio de mi Gobierno, observándose al efecto
las disposiciones canónicas y civiles vigentes, y las prácticas recibidas en las
respectivas iglesias. A. 2.• La provisión de las m encionadas prebendas se en-
tenderá con sujeción a lo que se resuelva sobre el particular en el arreglo ge-
neral del clero, y así se consignará en los edictos de convocación. A. 3.• Como
la simultaneidad de las oposiciones pudiera hacer menos numerosa la concu-
rrencia de opositores a cada una de ellas, los M. RR. Arzobispos, los RR. Obis-
pos y los Gobernadores eclesiásticos, teniendo presente la mayor utilidad de la
Iglesia y las circunstancias de cada caso, me consultarán siendo necesario, lo
que más convenga como r egla general o limitada luego que fuere conocido el
número de los firmantes. A. 4.• Cerrado el concurso, se r emitirá al Gobierno
nota individual de los opositores y de los jueces de la oposición : los nombres
de éstos se publicarán en la Gaceta, y a su tiempo los de aquéllos que obtuvie-
ren las r espectivas prebendas, con expresión del lugar que hubieren ocupado
en las temas... Palacio, 24 Setiembre 1849. Arrazola."
"R. 0 ., mandando a varios prelados y cabildos eclesiásticos que abran opo-
~ciones a prebendas de oficio: Arzob. de Toledo, una de las doctorales y otra
de las prebendas de oficio que estime de provisión más urgente; Arz. de Ta-
rragona, dos vacantes que conceptúe más útiles; Ob. de Badajoz, dos en igual
caso; Ob. de Cádiz, dos que se hallen vacantes; Ob. de Canarias, dos; Ob. de
Cartagena, dos; Ob. de Cór doba, dos; Ob. de León, dos; Ob. de Lugo, dos pero
cuidando, como lo está prevenido, de proveer una sola de las doctorales; Ob. de
Málaga, dos; Ob. de Valladolid, dos... Madrid, 6 Noviembre 1849. Arrazola."
186. DEC. REINA, XXXIII, 343. XL, 242; CoL. LEYEs, XV, decreto 262: "Quede
s in efecto la orden de 5 de Agosto de 1812 por la que se :¡lrohibió dar curso a
las preces dirigidas a S. S., escepto las r elativas a dispensas matrimoniales y
a breves de penitenciaría ... Madrid, 23 Noviembre 1844. Mayans.•
"Concediendo el pase a las letras apostólicas sobre publicación de un jubi·
leo general con motivo del fausto advenimiento de S. S. al Solio pontificio ...
Madrid, 3 Marzo 1847. Bravo Murillo" <Min. de Gr. y Justicia).
"R. O. circular (del M. de G. y Just.) participando quedar reinstalado el tri-
bunal de la Rota de la Nunciatura, volviendo a ejercer sus funciones -desde
el día 20-- con arreglo al :areve de su creación bajo la presidomcia y en virtud
de la comisi6n de! Sr. Delegado apostólico en los dominios de S . M. C.... Ma-
drid. ~ Julio 184'1. Vaamonde."
187. DEC. REI..-A, XLIV, 238-239; XLVI, 361; XLVII, 45: "La situación de cri-
tico apuro en que se halla el noviciado de las congregadas de San V icente d e
Paúl, ha llamado muy particulannente la atención de S. M. El extraordinario
celo con que estas hijas d e Caridad se ocupan en bien de las clases necesitadas
cuidando al doliente y dando consuelos al desvalido, han hecho indispensable
su existencia en multitud de establecimientos de Beneficencia que acuden soli-
citando sus servicios. Afortunadamente se acrece la vocación conforme se va
haciendo más necesaria la institución, y el Noviciado establecido en Madrid re-
cibe con frecuencia considerable número de jóvenes que no temen consagrarse
a una vida llena de penalidades y desvelos para hacer más ostensfble su cari-
tativo celo en bien de la hwnanidad; pero al tomar más extensión el Noviciado
para satisfacer las exigencias de los establecimientos benéficos, se halla más
REUGIOSmAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 547

ba a las puertas de un nuevo Concordato, el de 1851.

imposibilitado de sostener un número crecido de novtc1as que tienen que reci-


bir una extensa educación antes de ocuparse de la dirección interior de los
hospitales o del manejo de los hospicios o casas de upósitos a donde se desti-
nan. No bastando ya la consignación que sobre el Estado disfruta el Noviciado,
y en la imposibilidad de aumentar ésta, atendidas las diliciles circunstancias
que rodean al Gobierno... ; y al efecto ha sido propuesto y aprobado por S. M.
que todos los establecimientos tanto públicos como particulares que se sirvan
ya de hermanas de la Caridad, y los que en lo sucesivo obtengan concesiones
satisfagan la módica cantidad de un duro anual por cada una de las congre-
gadas que tengan destinadas o que se les destine, entendiéndose que ha de con-
signarse la suma correspondiente en los respectivos presupuestos provinciales
o municipales. Que en las concesiones ya hechas debe co.ntarse el pago desde
el año actual, y que las cantidades correspondientes pueden entregarse a la
bermana que tenga ei carácter de superiora en cada uno de los establecimien-
tos de esa provincia... San Ddefonso, 20 Julio 1848. Sartoriusw (Min. de la Go-
bernación).
uR. O. (del lo!. de Gobernación), autorizando al M. R . Arzobispo de Toledo
para formar . bajo su presidencia, una comisión encargada de abrir suscripcio-
nes voluntarias en todas las provincias para la continuación de la obra de la
nueva casa de Noviciado de las hermanas de Caridad y para el fomento de este
instituto humanitario, y recomendando a los Jefes politicos del Reino secunden
sus esfuerzos y cooperen a los fines caritativos... Madrid, 23 Abril 1849.•
•R. O. (del M . de Gobernación), mandando que continúe indefinida la pro-
hibición de enterrar los cadáveres y de trasladar y colocar sus restos en las
iglesias, panteones o cementerios que estuvieren dentro de poblado; que el per-
miso concedido por la regla 2.• de la R. O . circular de 19 de Marzo de 1848 para
trasladar cadáveres a cementerios o panteón parti.c ular, se entiendan si éstos
se hallan situados fuera de las poblaciones; y que sólo queden vigentes las ex-
cepdones que en favor de los M. RR. ArzobispOs, RR. ObispOs y religiosas es-
tablecieron las RR. OO. de 6 de Octubre de 1806, 13 de Febrero de 1807 y 30 de
Octubre de 1835... Madrid, 12 Mayo 1849.~
DEC. RErn.~. XLIV, 107 : "R. O. (del M. de G. y Just.), declarando que co-
rresponde al Gefe político de la Corona (antes los Capitanes generales como
autoridades civiles en s u calidad de presidentes de los acuerdos) representar
la persona de S. M., en virtud de la R . O . de 4 de Febrero de 1846, la ofrenda
de 1.000 escudos de oro al glorioso Apóstol San!:iago el día de su festividad en
la S. L Catedral de Santiago; debiendo ocupar el primer puesto en dicha cere-
monia. Madrid, 8 Junio 1848. Arrazola. ~
El 27 de Octubre de 1834, la Reina Gobernadora Doña M.• Cristina babia
decretado la abolición del Voto de Santiago (DEc. REINA, XIX, 439-«1).
548 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

b) El Concordato.
Como ya dijimos, el 10 de enero de 1851, Isabel II aceptaba la
dimisión del General Narváez como Presidente del Consejo de Mi-
nistros, y cuatro días después nombraba como sustituto a D. Juan
Bravo Murillo y como Ministro de Estado a D. Manuel Bertrán de
Lis y Rives •aa.
En el presupuesto nacional para 1851 -eon 1.029.577.291 rs.-
se atendía al clero secular, conforme a la ley de 20 de abril de 1849
de la siguiente forma: personal, 80.542.197 y para las Vascongadas,
4.611.434; en concepto de material de culto, 47.864.928, y para las
Vascongadas, 1.319.614; y para las religiosas de clausura, 12.085.523
para el personal, 1.290.845 para sus capellanes y sacristanes, y
2.717.717 para material de culto y enfermería. Un total de 150.432.258
de reales 189•
Por fin, el lunes 12 de mayo de 1851, la Gaceta de Madrid en su
número 6.146, tomo 1.0 , páginas 1-4, publicaba íntegro el Corcor-
dato entre S. S. Pío IX por medio del Nuncio Brunelli, y D. Manuel
Bertrán de Lis en nombre de la Reina. En el artículo 1.0 se decla-
raba que "la religión católica, apostólica, romana, que con exclusión
de cualquier otro culto continúa siendo la única de la nación es-
pañola, se conservará siempre en los dominios de S. M. C., con to-
dos los derechos y prerrogativas de que debe gozar según la ley de
Dios y lo dispuesto por los sagrados cánones".
En los tres siguientes artículos se garantizaba "plena libertad,
respeto y consideración, poderoso patrocinio y apoyo" por parte de
las autoridades en favor de los "sagrados ministros en el ejercicio
de sus funciones". como enseñanza, educación y ministerio.
Del attículo cinco al once se hacía "una nueva división y cir-
cunscripción de d:ócesis en la península e islas adyacentes", a que
ya nos referimos en el primer capítulo de esta segunda parte, cul-
minando el estudio del episcopado. En el doce se suprimían la Co-
lecturía general de expolias, vacantes y anualidad, y el Tribunal
apostólico y R. de la Gracia del E:Acusado. La estructuración de las
prebendas catedralicias y su residencia comprendía los artículos 13

188. DEC. REINA, Lll, 73, 96.


189. DEC. REINA, LIII, 42; Madrid, 4 mayo 1851.
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOClEDAD BORBONlCA 549

al 19. El 20 versaba sobre la elección de Vicario Capitular "sede va-


cante". Y el 21 sobre capillas especiales y colegiatas - de cuya com-
posición y reglamento se ocupaban los artículos 22 y 23-.
El 24 exigia "un nuevo arreglo y demarcación parroquial". Con
mejor organización -art. 25-. Con provisión en fonna de concur-
so -art. 26-. "Sin lastimar los derechos" adquiridos -art. 27-.
Los seminarios conciliares acaparaban la atención del 28.
También se afrontaba el problema del clero regular: por el 29
"para hacer misiones en los pueblos, auxiliar a los párrocos, asistir
a los enfermos y para otras obras de caridad y utilidad pública",
podían establecerse "casas y congregaciones religiosas de San Vi-
cente de Paúl, San Felipe Neri y otra Orden de las aprobadas por
la Santa Sede", entre las que fue admitida en 1852 la Compañía de
Jesús como Orden misionera y abrió el noviciado de Loyola como
Colegio de Misiones 190; y el 30 se refería a las religiosas, especial-
mente a las Hijas de la Caridad y a las que "a la vida contemplati-
va reúnan la educación y enseñanza de niñas u otras obras de ca·
ridad".
Luego, se ocupaba de la dotación : el 31 de la de los prelados
-Toledo, 160.000 rs. anuales; Sevilla y Valencia, 150.000; Granada
y Santiago, 140.000; Burgos, Tarragona, Valladolid y Zaragoza,
130.000; Barcelona y Madrid, 110.000; Cádiz, Cartagena, Córdoba y
Málaga, 100.000; Alm.ería, Avila, Badajoz, Canarias, Cuenca, Geror.a,
Huesca, Jaén, León, Lérida, Lugo, Mallorca, Orense, Oviedo, Palen-
cia, Pamplona, Salamanca, Santander, Segovia, Teruel, y Zamora,
90.000; Astorga, Calahorra, Ciudad Real, Coria, Guadix, Jaca, Me-
norca, Mondoñedo, Orihueia, Osma, Plasencia, Segorbe, Sigüenza,
Tarazona, Tortosa, Tuy, Urgel, Vich y Vitoria, 80.000; Patriarca de
las Indias, 150.000; Cardenales, 20.000 sobrt su dotación; Auxiliares
de Ceuta y Tenerife y Prior de las Ordenes, 40.000; conservando to-
dos sus palacios y jardines, huertas o casas no enajenadas-. El ar-
tículo 32 concretaba la dotación de las prebendas catedralicias y co-
legiales, oscilando entre 24.000 y 3.000 rs.; el 33 la de los párrocos
-entre 10.000 y 2.200-- y cowjutores y ecónomos -entre 4.GOO 1
2.000-- con sus bienes no enajenados y derechos de estola y pie
de altar.
El 34 se cuid3.ba de los gastos del culto metropolitano -de 90
a 140.000-, catedralicios -de 70 a 90.000--, colegial -de 20 a
30.000- y parroquial con un mínimum de 1.000, y de los gastos de
.administración y extraordinarios de visita -de 16 a 30.000-. Y el

190. G . VJU.OSL\llA, Histori4 de la I glesia Católica, IV, 588.


550 ALFREDO MARTINEZ ALiiiACH

35 de los seminarios conciliares -de 90 a 120.000- y del manteni-


miento de las comunidades religiosas a las que se devuelven sus
bienes no enajenados, convertibles -previa venta- en "inscripcio-
nes intransferibles de la Deuda del Estado del 3 % , cuyo capital e
intereses se distribuirán entre todos los conventos en proporción
de sus necesidades y circunstancias ... sin perjuicio de que el Go-
bierno supla como hasta aqui lo que fuere necesario".
El artículo 36 provee un aumento en los gastos del culto y cle-
ro junto con la reparación de templos. El 37 regula las rentas de-
las vacantes, y el 38 señala '1os fondos con que han de atenderse
a la dotación del culto y clero" - asegurando el cumplimiento de
las "cargas" de los bienes eclesiásticos por el articulo 39-.
Los artículos 40 y 41 proclaman la propiedad de los bienes de
la Iglesia -y su administración- y el derecho de adquirir por cual-
quier título legitimo, respectivamente. Y el 43 la administración
"según la disciplina de la Iglesia canónicamente vigente".
El 42 era el más anhelado por todos: los compradores de bienes
eclesiásticos "no serán molestados en ningún tiempo ni manera por
S. S. ni por los sumos pontífices sus sucesores", "disfrutando se-
gura y pacíficamente".
Zanjada la cuestión de la desamortización de Mendizábal, que-
daba la del regalismo, y a ésta se dirigía el artículo 44: "El Santo
Padre y S. M. C. declaran quedar salvas e ilesas las RR. prerroga-
tivas de la Corona de España en conformidad a los convenios an-
teriormente celebrados entre ambas Potestades. Y por tanto, los
referidos convenios, y en especial el que se celebró entre el Sumo
Pontüice Benedicto XIV y el Rey Católico Fernando VI en el año·
1753, se declaran confirmados y seguirán en su pleno vigor en to-
do lo que no se altere o modifique por el presente." Se volvía a
1753.
Los dos últimos artículos --45 y 46- revocaban cualquier dis-
posición contraria, elevando el Concordato a "ley del Estado", y
disponía "el canje c!e ratüicaciones en el término de dos meses, o-
antes, si fuere pcsible".
El óocumento se hallaba fechado el 16 de marzo y fue publicaóo-
como ley del Estado el 17 de octubre, pero el 13 de mayo -al si-
guiente dia de su publicación- Bravo Murillo mandaba de R. O.
que, entre tanto, "se suspendie.ra la venta y redención de los bienes,
censos y demás pertenencias, procedentes de las extinguidas comu-
nidades regulares de ambos sexos, clero secular, ermitas, santua-
rios, hermandades y cofradías 191 • Y su Ministro de Gracia y Justí-

191. DEc. REINA, Llli, 140.


REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 551

cia, D. Ventura González Romero, el 23 de mayo, advertía que


"mientras no se publique en debida forma el COncordato y se dic-
ten las correspondientes instrucciones, se conserve el orden exis-
tente en todas las materias eclesiásticas"; y entre tales instruccio-
nes señalaba los párrafos 12, 13 y 14 de la ley 12, tít. 18, lib. I.0
para la provisión de las mitras, y la regla 1.2 , art. 18, lib. I.0 también
de la Novísima Recopilación para dignidades y prebendas eclesiás-
ticas -el 25 de julio de 185119L._
Desde esta fecha hasta el 3 de octubre de 1868, en que la "re-
volución" -tras destronar a Isabel TI- entraba triunfante en Ma-
drid, presidida por el General D. Francisco serrano, el cumplimien-
to del Concordato se balancea entre Narváez y Espartero, quien lle-
ga a abolirlo -por lo que Pío IX protestó en el consistorio de 26
de julio de 1855-. Un periodo en que parecen revivirse las dos Re-
gencias, y para evitar repeticiones terminamos este estudio sobre
el regalismo y la deamortización, conservando el recuerdo del Con-
cordato de 1851, trascendental punto de referencia en todas las re-
laciones entre Iglesia y Estado de España. Confiamos en que los.
datos aportados hayan servido al lector para replantearse el pro-
blema, dándose a sí mismo la adecuada respuesta.

192. Dlx:. REINA, Lil1. 191. ~-


CAPÍTULo m
RELIGION Y SOCIEDAD

España nace con los Barbones. Pese al atrevimiento y osadía


que encierra tal afirmación, no por ello carece de verdad. España,
como hoy la conocemos y la apreciamos, surge gracias a aquella
dinastía francesa que se afinca en la península después de ensan-
grentarla. Antes del sigio xvrrr -aclara Dominguez Ortíz 1- Espa-
ña e;:a una expre:;ión geográfica sü1 contenido político. Un térmíno
culto, de raigambre clásica, divulgado por el Renacimiento, sobre
todo por medio de la historiografia e ignorado casi completamente
por la terminología oficial. Designaba la Península entera: y en
tal sentido, aun los portugueses, tan celosos de su individualidad,
no tenían reparos en llamarse españoles. Todavía en 1708, Tomás
de Puga -en "Crisol de la española lealtad"- dividía a España en
Castilla, Aragón y Portugal.
Fue, pues, lenta la elaboración de la unidad interior y exterior
de España, realizada finalmente gracias a la f~erza centrípeta de
los Borbones. Su t"n criticado centralismo. Luego, se crearía pau-
latinamente la unidad mítica que exigía el nuevo sentimiento nacio-
nal: Carlos ill adoptaba para la Marína de guerra la bandera bi-
color, expresión gráfica de la unidad nacional, en la que se funden
el rojo y oro de Castilla y Aragón 2 ; y una melodía de orígen mal
conocido se acomodaría para Marcha Real, convirtiéndose en him-
no de la nación hispana. Quizá también de entonces, la más antí-

l. DoMÍNGUEZ ORTiz, La sociedad española en el siglo ~-vm, pág. 40. 43.


2. ANToNIO M.• PuELLES, Símbolos nacionales de España. Cádiz, 1941.
RELlClOS IDAO H ISPANA• . • - 36
554 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

gua de las personüicaciones poéticas de España: "una beldad ro-


busta, varonil, grande y seria", en cuyo vestido figuraban las pro-
ducciones del sueló patrio 3• La Guerra de la Independencia fue el
despertar de una conciencia -la conciencia de una imagen ideal,
simbólica y plástica de la Patria tal como la concebimos hoy-. Por
eso, nos parece oportuna la introducción histórica de William Coxe
--el título de su obra lo justüicará con creces 4- : a) desde los tiem-
pos más remotos hasta la muerte de Felipe IV de la Casa de Aus-
tria, b) de 1666 a 1697 -"la triste existencia de Carlos n fue una
continua enfermedad"-, y e) basta el primero de noviembre de
1700.
Ahí se encierra el origen de nuestra historia auténtica. Y va-
loramos, por tanto, el entusiasmo de Viñas y Mey s: "en el siglo XVIII
llega España por primera vez a su unidad nacional, en lo político
y en lo espiritual; también por vez primera logra tener la estructu-
ra de un Estado moderno, merced al proceso de unüícación que fue
para España inestimable instrumento de eficacia nacional y de pro-
greso".
He ahí la importancia de la mencionada fecha.
En ella España estrenaba siglo, dinastía y sociedad. También po-
lítica, evolucionada en el siglo XIX.
Así, pues, consideraremos el aspecto social; después, la política
religiosa; y con mayor detalle nos esforzaremos en una visión po-
lítica del siglo xrx.

3. CÁNDIDO M.• TRIGUEROS, El viaje al cielo. Sevilla, 1777.


4. CoXE·MURIEL, L'ESpagne sous les Rois de la Ma~on de Bourbon, t. I, p ág.
1·18. 19-50. 51-104.
5. VIÑAS, Prólogo. La sociedad española en el s. xvm, de D. ORriz, pág. 8.
ARTÍCULO 1

ASPECTO SOCIAL

Felipe V 6 llegó a Madrid el 18 de febrero de 1701, si bien de-


moró su entrada oficial al 21 de abril; el 18 de mayo seria solem-
nemente jurado ante las Cortes de Castilla y León. Depositó toda
s u confianza en el Cardenal Portocarrero, p ermitiéndole formar
nuevo ministerio "a su gusto" y distribuir "a su antojo" los cargos
públicos 7• En cambio, Portocarrero -según asegura el Marqués de
San Felipe 8- para conservar sin rivales su autoridad, introdujo
en el gobierno a los franceses, por quienes sería después arrojado
de él.
En parte nos parecen excesivos los elogios de los historiadores
contemporáneos del xvm y primera mitad del XIX. No obstante,

6. CoXE·SALAS, España bajo el Rei1UUÜ) de la Casa de Borbón, t . I, pág. 7S.79.


83: "Apenas exhaló el rey su postrimer suspiro, rew:tiéronse según el uso anti·
guo, los ministros y primeros funcionarios del estado, a fin de publicar las
cláusulas del testamento real... Declaraba el testamento a Felipe, duque de
Anjou, hijo d el Delfin, heredero de toda la monarquía española, y en caso de
que falleciese éste sin dejar hijos, o que heredase el trono de Francia, habria
de- pertenecer el trono a su hermano, el duque de Berry, con las mismas condi·
ciones. Designábase, en seguida, el archiduque Carlos, hijo segundo del empe-
rador, con la misma dáusula de que no pudieran reunirse ambos cetros de
España y Austria; el último llamado era el duque de Saboya y sus herederos...
Salió al punto un correo para Francia, portador de esta comw:ticación --<12 la
muerte del soberano español- y del testamento, el cual había recibido orden,
en caso de que no aceptase la herencia la corte de Fr-ancia, de seguir su viage
hast2 Viena y ofrecer la corona al archiduque Carlos , con arreglo a las dispo-
siciones del rey difunto... Luis XIV se negó a recibir al embajador español,
cuando se presentó éste a entregarle el testamento, hasta tanto que hubiese
oído el parecer del consejo de Estado... El Delfín, des¡;ués de hablar de sus
derechos, declaró que se hallaba satisfecha su ambición, por cuanto, mediante
la aceptación d el testamento, seria hijo y padre de rey. El soberano francés, ha·
biendo escuchado con atención y júbilo el parecer de los individuos del con-
sejo, hizo como que se dejaba ganar por las razones de su hijo, y anunció la
resolución que tomaba de aceptar el testamento... El 4 de enero salió el nuevo
soberano de la corte de Francia.•
7. CoXE-SALAS, España bajo el Reinado de la Casa de Borbón, t . I, pág. 86. 90.
8. M . SAN FELIPE, Comentarios de la guerra de España e historia de Felj..
pe V. Madrid, 1756, t . I, pág. 30.
556 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

c.;ubrayamos justamente con Tapia 9 que "el influjo moral y político


de la Francia desde el establecimiento de la dinastía borbónica en
España dio a esta nación una nueva fisonomía": "la entrada de una
familia extrangera -advierte Sempere Guarinos 10- en el trono de
qüalquiera nación que sea, debe producir naturalmente una revo-
lución notable en el sistema político, carácter y costumbres".
Vamos a examinar tal "revolución". Dentro de la temática so-
ciológica del presente artículo, el carácter, la moda y las diversio-
nes.

9. TAPIA, Historia de la civilización, IV, 3.


10. S. GUARINOS, Historia del luxo, II, 139.
A. CARÁCTER

Prescindiendo del aspecto histórico-político en Felipe V y en sus


dos hijos del primer matrimonio -con Maria Luisa de Saboya- ,
Luis I y Fernando VI n, nos ocupamos en primer lugar del carácter.
Nos introduce el Abate de VayTac, "el estrangero que -recordamos
la opinión de Sempere Guarinos rL- h abla con menos precipita-
ción y con más fundamento de nuestras cosas". Advierte Sempere
Guarinos que Vayrac escribió su "Etat present de l'Espagne" hacia
1710, tras una estancia de diez años. Nos conviene, pues, pensar en
su interesante juicio 13• También en el del Barón de Bourgoing, se-

11. Con;.MURIEL, L'Espagne, I , 104-IV, 413.


12. S. GUARINOS, Ensayo de una Biblioteca. Española de los mejores escrito·
tores del Reynado de Carlos III, I , 3.
13. VAYRAC, Etat present de l'Espagne, I, 36-40. 44-63. 69. 71·78: "El gusto de
esta nación consiste en dedicarse especialmente al estudio de la filosofía, de
la teología escolástica, de la medicina, de la jurisprudencia y de la poesía, pero
de un modo muy diferente del nuestro; pues en filosofía son tan esclavos de
las opiniones de los entiguos, que es imposible hacerles abrazar los modernos;
y lo mismo en m edicina. Aristóteles, Escoto y Sto. Tomás son oráculos tan in-
falibles según ellos, que quien intentara no seguir servilmente a alguno de los
tres, no ose aspirar a la dignidad de buen filósofo; y si un médico no jura
por Hipócrates, Galeno o Avicena, los enfermos que envie al otr o mundo, no
se cree están muertos según las formas ... -En cambio, son excesivamente ne·
gligentes con los antiguos como Aristóteles u Horacio en cuanto a la poesía.
Con lo que se desprende que casi nunca son buenos filósotos, ni médicos, ni
poetas, pues entregándose demasiado a unos, adoptan todos sus errores, y des-
cuidando en exceso a otros, introducen en su poesía una especie de irregulari-
dad que borra el fuego de esta imaginación viva que brilla en sus versos y que
les hace degenerar en pomposas galimatías. Y si descuidan las reglas de la
poesía, no son más exactos en las de la prosa; también se aprecian pocos bue-
nos orador es, exceptuando algunos predicadores, que buscando una elocuencia
natural, parecen no necesitar socorro alguno del arte. - E n lo que !especta a teó-
logos moralistas, se puede decir que España sola ha pr oducido más que el resto
~e la cristiar:dad, si bien su r..úmero es infinitame:J.te más consitierable que su
autoridad, siendo rr.uchos los qu e han enseñado opiniones censuradas por la Igle-
sia o por las más célegres Universidades. Sin embargo, han sobresalido en obras
de piedad y han enriquecido a la Iglesia con una infinidad los libros sobre la
vida espiritual, por lo que todas las demás n aciones se han h onrado traducién-
dolos a sus lenguas. - El número de jurisconsultos es infinito, y se podría afir-
mar con justicia que la J urisprudencia es enseñada tan bien como la más refi-
nada política. -si pasamos a otras buenas cualidades de éstos, hallamos que
son finos, hábiles, prudentes, secretos, misteriosos, pacientes en las adversida-
des, ardorosos en las empresas, constantes en seguirlas, lentos en decidirse pe-
r o sólidos en sus deliberaciones; son generosos, magnificos, liberales, solícitos,
caritativos, buenos amigos, delicados en el honor, sinceros en sus amistades,
dulces y agradables en la conversación, graves en s us discursos, enemigos de
558 ALFREDO J4ARTINEZ ALBIACH

cretario de la embajada francesa en Madrid, de 1777 a 1785, y luego

la maledicencia, sobrios en la comida, y tan alejados del espiritu de libertina-


je que si un hombre de distinción se emborracha una sola vez en la vida, pier-
de para siempre su reputación; y en las personas que están por encima de lo
común, hay más vergüenza en España de entrar en un Cábaret, que en Francia
para meterse en un lugar sospechoso. -Para hacer comprender a mi lector de
la elevada idea de su exactitud en cumplir lo que han prometido, reseño el
suceso que ocurrió en el reinado de Felipe... Gna dama de primera calidad dio
asilo a un perseguido por haber matado a un hombre que luego resultó ser el
hijo único de dicha dama, y pese a ello le dejó marchar, advirtiendo que si le
volvía a encontrar, vengaría a su hijo ... -Innumerables ejemplos podría aña-
dir, pero paso a describir otras cualidades no menos estimables: No hay pue-
blo en la tierra -se puede decir sin miedo a equivocarse-, donde el rey sea
tan tiernamente amado, y por eso César, tras la conquista de España, quiso te-
ner una guardia de españoles en tomo a su persona. Y aun no habiendo solera
para garantizar esta inviolable fidelidad, nos basta abrir Jos ojos -para persua-
dimos- ante la conducta qu e ellos han observado con Felipe V.. Toda Francia
sabe que después que Garlos II le declaró sucesor de sus Estados, una muche-
dumbre de españoles llegó a Versalles para darle muestras de su profundo r es-
peto. ¡Qué aplausos no recibió a su llegada a la frontera! Ciudades y campos
fueron abandonados para salirle al paso. Ancianos encorvados por el peso de
sus años parecían recobrar todo el vigor de s u mejor juventud para salir de
las más escondidas provincias y derramar lágrimas de alegria a los pies de su
nuevo soberano. El dia que este monarca hizo su entrada en Madrid, el concur-
so de gente fue tal que muchas personas fueron aplastadas por la muchedum-
bre, y otras accidentadas. Pero no eran apariencias. Vayamos a las pruebas.
Apenas hubo tomado posesión el rey de su monarquía, el Emperador interesó
en su favor a todas las potencias de Europa para destronarle. Una liga formi-
dable se formó contra éL. Después de la batalla de Zaragoza ... , el rey se afectó
sensiblemente, al ver tanto amor y fidelidad en el corazón d e sus súbditos, que
disipó todo s u miedo, manifestando der:-amar hasta la última gota de su san-
gre antes de abandonarles... -Los más severos críticos deberán admitir que los
españoles son excelentes soldados, que, tras expulsar a los m oros de España,
su coraje les impulsó a tomar la generosa resolución de cruzar mares descono-
cidos, para conquistar un nuavo mundo. Su caballería er a la m ejor, s in duda,
que había en Europa, y el valor de su infanter ía es invencible para el ataque y
d efensa de una plaza ... - Los españoles son naturalmente muy devotos, y s i se
aprecia que se dan en exceso a las apa..--iencias externas de la devoción, tal falta
hay que atribuirla a sus pastores que no se cuidan de explicarles suficiente- ·
mente en qué consiste la verdadera piedad; o mejor a los monjes que, ¡:oor una
politica tan interesada como cond enable, los entretienen en un culto aparente
por medio de sus Cofradías, cuya piadosa institución tiene por finalidad la
edificació<t de los fieles, per o de la que Jos mocjes se sirven con provecho para
establecer un rico patrimonio sobre Jos restos de la verdadera devoción. Invio-
lablemente fieles a 1ll fe de sus padres, todos ellos profesan la religión católica,
apostólica y romana, y no sufren convivir con judíos, h erejes ni cismáticos, por
miedo a que el aire viciado de su comercio empañe . la pure.z a de los dogmas
d e la Iglesia. Se asustan a! oir cualquier doctrina nueva ... , pero or.u..-re con
frecuencia que por no separar la cizaña del buen grano, se • mantienen, por
sus prejuicios, en la ignorancia -incluso en hombres de letras- sobre impor-
tantes materias que podrían llevarles a la perfección cristiana. - Poseen tan ser-
vicial devoción a la Virgen Santísima, que en el exceso de su celo se descuidan
-por piadosa ignorancia- en rendir con frecuencia a la Madre el culto debido
al Hijo. - Tienen tal profunda devoción a la Santa Sede, que para no tener la
menor cuestión con el Papa, pasan por donde el quiere, y r eciben cuanto vie-
ne de su parte con una sumisión verdaderamente filial : capillas, imágenes,
Agntts Dei, jubileos, indulgencias y, en general todo lo que sale de la mano del
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 559

redactor de las bases de la Paz de Basilea - recordemos la influen-

SOberano Pontfice es sagrado para ellos. y desgraciado el que osare decir la


menor cosa contra su infalibilidad: si es denunciado, ya puede verse dentro
de las cárceles de la Inquisición y ser condenado por hereje. -Guardan edifi.
cante respeto a los sacerdotes y religiosos con la siguiente diferencia en cuan-
to a los honores de ambos: creen suponer que la santidad sólo reside en la
persona de los primeros, y se extiende a los hábitos de los religiosos, de tal
modo que besan la mano de aquéllos y la ~1\W(CHE" de éstos en la que juzgan hay
grandes indulgencias incluidas. Yo be visto tanta clientela que tenían su *MANCHE"
desgarrada y toda llena de mugre !onnada por la saliva de los que la habían
besado. Yo no pretendo condenar absolutamente esta costumbre, pues existe el
principio de honrar a Dios en sus ministros; pero con frecuencia degenera en
piadosa mojigaga. - No se cuidan menos de respetar a las mujeres que a los
sacerdotes y re.ligiosos. Se puede decir que son verdaderos ídolos a los que
prodigan su incienso. Cualquier razón que tengan de lamentarse de ellas, no
les permite decir nada enojoso: los que se vanaglorian de conocer su mundo,
ponen su rodilla en tierra al abordarlas, besan s u mano y no se levantan hasta
haber sido rogados: su deferencia para con las que se hallan en cinta es tal,
que cuando ven ellas una joya y la desean, se sienten en la obligación de dár-
sela. Esta atención va tan lejos, que se me ha asegurado que en el reinado de
Felipe n ... fue atendida por el rey la petición de perdón de una mujer en cin-
ta en favor de su esposo que babia defraudado fuertes sumas al tesoro real.. .
-Tales son las virtudes de los españoles, que be podido apreciar durante los
diez aiios que he vivido con ellos... -Pero como sólo Dios está exento de de-
fectos, no hay que extrañarse que este pueblo tenga algunos que compensen sus
virtudes. Uno de los mayores que yo be apreciado en ellos, es el tener dema·
siada buena opinión de si mismos y excesivo menosprecio por las demás na·
clones; para hacer algo grande, hay que haber nacido español, de suerte que al
hablar con un extranjero, afectan cierto aire de superioridad, llegando a la
arrogancia. Todos los demás pueblos de Europa se preocupan de rectificar
cuanto hay de defectuoso en sus costumbres, &.doptando lo bueno de las otras.
y asf los padres se cuidan de hacer viajar a sus hijos. a fin de que, por medio
de un estudio serio de las máximas de los extranjeros, se despojen de los pre-
juicios con que sobrevaloran a su país; pero los espa."ioles se creerían reba-
jarse con tal práctica, siendo los primeros en elogiarse y en condenar lo de
las restantes naciones. Nada acostumbrados a viajar, tanto ignoran las bellezas
de otros paises, que !alsamente se convencen de que, excepto los Campos Elí-
seos, nada hay semejante a España. Y así un predicador, en el primer domingo
de CUaresma, al presentar la tentación del diablo al Salvador ofreciéndole to-
dos los imperios, afirma que le ocultó España con los Pirineos, pues si él
hubiera pOdido descubrir todas las belleza.s que encierra, yo no sé si hubiera
sucumbidQ a la rentar.ión... -Es necesario estar de acuerdo en que España es
el mejor país del mundo y que produciria riqu~ inmensas, si estuviera bien
culth-a.do ... La economía es una cualidad casi desconocida en ellos. No se pre-
ocupan del porvenir de su fanúlia; viven at dia, y se puede decir q1:e no hay
pueblo romplldor de las leyes del Evangelio, que mejor g\Uirde a Iz letra el
precepto que ordena a los fieles de no preocuparse par el mañana. -No sin razón
todo el mundo se admira al ver un país tan rico, tan fértil y favorecido del cielo,
el más puro y el más sano, esté tan despoblado. No es por la esterilidad de
sus mujeres, como algunos viajeros han afirmado. Yo acusarla a los hombres,
y por tres causas. La primera, la incontinencia de Jos jóvenes y de los casados:
los primeros, recién llegados a la edad de la procreación, ya se unen con las
que en España llaman amancebadas -término algo más dulce y menos moles-
to que el de concubinas-, unos las toman al menos como domésticas, algunos
para un año, y otros para siempre. Temperamento tan extremadamente ardien-
te. provoca tales desgracias, que se incapacitan en el cumplimiento de deberes
matrimoniales y ocasionan en sus hijos las tristes marcas de los desórdenes de
560 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cia de esta "tregua" en la ilustración hispana, según vimos en el


cap. segundo de la r.a parte- y Ministro plenipotenciario en 1792 14•
sus pac!Ies, a la vez que las esposas quedan en casa reclusas como religiosas.
La segunda causa, la expulsión de moros y judíos, que bajo Felipe III dejó
casi desierta Andalucía y Murcia; junto con las guerras sostenidas du.-ante dos
siglos en Flandes e Italia. Pero lo que ha colmado el despoblamiento es el des·
cubrimiento de las Indías... -Gustan tanto del énfasis e hipérbole, que frecuen-
temente a fuerza de querer expresar demasiado una cosa, exageran hasta caer
en un galimatías ridículo, haciéndose tan oscuros que no se entiende lo que
desean decir ... Avezados a semejantes hipérboles, desprecian la ingenuidad de
nuestra lengua, sobre todo de nuestra poesía: Comeille, Racine, Boileau, la Mo-
the y Rousseau ... -Podiia añadír infinidad de otros defectos que se atribuyen
a los españoles, pero como son comunes a los de otras naciones, los paso en
silencio, y me contentaré con decir que el pueblo no es nada limpio, insolente,
borracho y orgulloso en exceso; que cierto espíritu hiperbólico reina tanto en
pequeños como en grandes cuando se trata de hablar de sus proezas, de su ca-
lidad y de su devoción. La juventud es disoluta como en Francia, los médicos
tan charlatanes, los monjes igual intrigantes, los aguaciles lo mismo de bribo-
nes, los Procuradores tan ávidos, los abogados idénticamente embrollones, los
jueces tan susceptibles del tibi dabo y las mujeres de la vida tan astutas... Los
defectos de la nación en general; si bien hay que exceptuar a infinidad de per-
sonas, que son las primeras en condenarlos en los demás. Y por decirlo en
una palabra, si se hace una justa paralela de virtudes y vicios que se les puede
atribuir, se hallará que las virtudes superan infinitamente a los vicios; lo cual
no se puede decir de otras naciones."
14. BoORGOL'IG, Tableau de l'Espagne Moderne, II, 287-298: "Carácter del es-
pañol: Tiene una alta idea de su nación y de si mismo, y lo expresa ante quien
sea. Cuando se envanece, lo hace con toda la pompa de su leng>1aje. Pero estoy
muy inclinado a creer que el genio de su lengua toma origen en su estilo am-
puloso. No sólo ha adoptado palabras y expresiones árabes, sino que también
se ha impregnado del espiritu oriental de ese pueblo naturalizado en Espa-
ña. Tal espiritu aparece en todas las producciones de la imaginación española,
en sus obras de piedad, en sus comedias, en sus novelas... Pero esta fuerza, que
seria noble de ser moderada, esta gravedad que siempre impone y alguna vez
repugna, son compensadas por cualidades muy estimabla!:, o mejor, ellas son
su fuente. La fiereza, indívidual y nacional, eleva el alma, la pone en guardía
contra el desánimo : tal es el efecto de la fuerza española. Hay en España co-
m o por doquiera, vicios y crímenes, pero ellos llevan este rasgo saliente del
carácter nacional. Es sensible hasta en las cárceles, hasta en los andrajos de
la miseria... Esta gravedad aparente guarda con frecuencia, y en todas las cla-
ses, una alegria que para explotar, sólo pide que se la provoque ... Además de
la pereza, existe el vicio de la lentitud. .. El español, naturalmente frio y re-
flexivo, cuando nada de extraordinario le inmuta, se inflama hasta el entusias-
mo; cuando la fiereza, el resent:im.iento o cualquiera de las pasiones que com-
ponen su carácter, es despertada por t>l ultraje o la contrariedad. Tal es el mo-
tivo de porqué la nación más ~ve, la más fria, la más lenta de Europa en
apariencia, se convierte en una de las más violentas, cuando alguna circunstan-
cia le hace salir de su calma habitual para someterla al imperio de su imagina-
ción. Observa al león : su cara es tan grave como su caminar; sus movimientos
tienen su objeto; su voz no se exhala en vanos gritos; en lo que mira a su
inacción, ama el silencio y la paz; provocadle; un fuego sangriento anima sus
ojos, ruge sordamente, y se le reconoce por rey de los animales. No quiero de-
cir con ello que España sea el rey de Europa, como ya tuvo la pretensión de
serlo. Sólo quiero decir que ello prueba -más que en cualquier otro pueblo
del mundo tal vez- que cualidades en apariencia tan contrarias, pueden rewúr-
se en un carácter, la violencia y la lentitud, gravedad fría e irascibilidad ex-
trema. !Jeva esta mezcla en los d os principales afectos de su alma, la devoción
REUGIOSIDAD mSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 56!

Sarrailh u y otros 16•

y el coraje. Bajo fonnas igualmente calmosas, llega hasta el fanatismo una de


ellas, la otra hasta el furor.» Bourgoing aduce ejemplos de fanatismo en las
páginas 298-314, y describe costumbres que se van modificando bajo la inOuen·
cia de Carlos m en las pág. 315-355.
15. Souuwl.H, L'Espagne éclairée, 3-56. 64. 107·711 : •Masa y élite : ésta redu-
cida pero animada de una confianza y de un ardor generosos en su misión de
apostolado y de educación; aquélla, inmensa, inamovible en su rutina y su in-
diferencia por las cosas del espiritu...•
16. PAUL HAz.uul, El pensamiento europeo, pág. 557; SÁNCHEZ AGESTA, El pen·
samiento polltico del despotismo ilustrado, pág. 13-286; 114AR.UióN, Las ideas bio-
lógicas del P. Feijóo, 29--308; Do!IÍNCUEz 0Rriz, La sociedad española, 23; PAlACIO'
ALUUl, Derrota, agotamiento, decadenci4 en la EspaiitJ del S. XVIII, 140; RoDRÍ-
GUEZ CAsADo, Politica tnteTior de Carlos 111, 5-66; JULIÁN MARIAS, La EspaiitJ po-
lítica, 31·118; ARANGuREN, Moral y Sociedad, 46-50 particularmente sobre Jovella-
nos, y en general todo el libro.
B) MODA

"Es la hora de Francia" -sentencia Paul Hazard 11__ Cuando


"las modistas de la calle Saint Honoré enviaban a las grandes ciuda-
des del extranjero para ser expuesta en sus escaparates la muñeca
vestida a la última moda de Paris, ejercían su parte de influencia
.social 18• Un decisivo influjo. Francia se convierte en el país que
impone su palabra en el dominio de la moda: cada mes - incluso
en la Guerra de Sucesión- se enviaban los maniquíes de tamaño
natural, primero a Londres y luego a otras grandes ciudades euro-
peas. Los maniquíes famosos -"la gran Pandora y la pequeña Pan-
·dora"- mostraban el traje de vestir y la ropa casera y de viaje,
respectivamente. Renunciamos a la descripción de las vicisitudes
de la moda 19 cuyo "yugo de tirana" -según el "Marqués del Ziga-
:rral" en "Collección de los Caxones de Sastre Cathalán en manual
de honesta diverción"- cubre todos los campos y "era aun tolera-
ble si no se atreviera a profanar el decoro del Templo y hacerse
·obedecer aun en la misma devoción" 20•
Tal provocación equivalía a una rotura de las hostilidades con
el clero, y éste se aprestó rápidamente a la lucha. Escojamos a sus
:máximos representantes, en el siglo xvrrr, cuando se planteó la pro-
blemática:
1.0 El futuro Arzobispo de Toledo -sustituto del Cadrenal Por-
tocarrero-, D. Francisco Valero y Losa, ocupando la sede de Ba-
dajoz -desde el 11 de junio de 1708- "extendió un edicto, en que
bajo de obediencia y pena conminatoria de Excomunión, prohibía
a las mügeres aquellos trages que a los ojos de todos son provoca-
tibos. La muger de un Coronel se dio por ofendida de la providen-
cia; y llegaron sus quejas contra ella y contra el Prelado al Consejo
Supremo de Castilla ... , y el Consejo sin más informe ordenó al Ve-
nerable Prelado moderase su providencia. Obedeció puntualmente
el orden del Consejo... No se entibiaron en el Señor Valero con el
discurso del tiempo, ni con la seria amonestación del Consejo

17. HAzARD, La crisis de la conciencia europea, 58.


18. HAzARD, El pensamient o europeo, 554.
19. liENRY HARALD HANSEN, Historia gráfica de la moda, pág. 131 SS.; FREI·
·XAS, Historia gráfica del traje, 135 ss.; LOZOYA, Prólogo. Trajes de España, pág.
~ ss.; Prólogo. El traje español en la época de Goya, pág. I ss.; ORTEX:A Y GASSET,
.Papeles sobre Velázquez y Goya, 282-286.
20. ZIGARRAL, Caxones de Sastre, 217.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 563

-después le pidieron perdón- estos saludables sentimientos de re-


forma, a que su zelo Apostólico le conducía. En la Pastoral que pu-
blicó siendo Arzobispo de Toledo -desde el 9 de junio de 1715 has-
ta su muerte, el 23 de abril de 1720- nos da otro testimonio 21 en
esta parte... El Emmo. Cardenal Belluga, Obispo de Cartagena -des-
de el 8 de mayo de 1705-, le contestó en esta forma : Estos son
por lo general los principales asuntos que yo tomo para mi predi-
cación, porque me parece que oy es la doctrina de que h ay más ne-
cesidad" 22•
2.0 D. Luis Antonio Belluga y Moneada - según su biógrafo Bá-
guena 23- "en los abusos del vestir fue verdaderamente incansable;
en 13 de mayo de 1711 publicó en su palacio episcopal la Carta Pas-
toral que el Obispo de Cartagena escrive a los fieles de su D iócesis
a cada uno en lo que toca, para que todos concurran a que se des-
tierre la profani dad de los trages, y varios e intolerables abusos que
aora nuevamente se han introdUCido. Dice que los escotados hones-
tos se usaron en lo antiguo en España, pero de veinte o treinta años
a entonces se abandonaron por las predicaciones frecuentísimas de
los famosos padres Tirso González y Gavarri; pastoral que induda-
blemente le sirvió de base para su extensísimo libro sobre los tra-
jes... La moda databa de pocos meses antes, y consistía en haber
empe~o a usar las mugeres de los escotados, que llaman petos,
llevan la mitad de los pechos de f uera, y no pocas más, lo que algu-
na vez con gran dolor nuestro hemos llegado a ver por nuestros
propios ojos; la vista de tales desnudeces y arrumacos asustó a Be-
lluga, tanto más, cuanto que cuando vino a su diócesis, según él
mismo declara en la referida pastoral, las mujeres murcianas, so-
bre todo las señoras, vestían un traje lleno todo de honestidad, com-
21. VALERO, Carta. Pastoral, pág. 206. 372. "-15-416 : "Qüándo hemos visto en
España más libe.r tad en los bayles, más profanidad en las mugeres, y más dis-
solución generalmente P.n las costumbres, que en estos años de guerra, en que
Dios ha esgrimido tanto su azote ... Lo cierto es que experimentamos que en el
Púlpito se clama contra los trages, y no obstante é:.--tos cada día se adelantan_
lo qüal da que recelar, o que sobre esto no se pregunta (en el Con!essonario),
como se hace de las otras culpas de que prudentemente se sospecha, o que los
dictáme!les del Púlpi~ son distintos de los del Con!essonario.. . Se encontrará
razón para gastar en una función de boda de un particular en bebidas, dulces,
encages y tisues, más que pueden contribuir al Rey dos o tres medianos Luga-
res, después de trabajar todo el año más que si fueran esclavos, y comiendo, y
vistiendo pobrisimamente. .. Tampoco faltará pretexto para que nuestros forlo-
nes sean tan lucidos, que Jos puedan envidiar aun los mismos Sagrarios. Y para
echar en un relox de repetición lo que un pobrecito Pastor, viviendo a la in-
clemencia, y durmiendo en el s uelo, gana de salario en veinte años, haciendo
-con estas compras, y otras semejantes más poderosas las potencias enemigas
de nuestra Religión Cathólica, y aniquilando cada día más esta pobre Monar-
quia."
22. REYES, Vida de Valero, 128-130. 132. 210-211.
23. BÁCUENA, El Cardenal BeUuga, 138-141. 146-147. 152·153.
564 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

postura y modestia; grima y dolor daba a Belluga que tales abomi-


naciones se cometiesen en circunstancias tan tristes y düíciles, oca-
sionadas por la epidemia y enfermedades, de que habían muerto en
la diócesis cartaginense 10.000 personas; después de t res años de
sequía horrible, y de sufrir la plaga de la langosta, de la que no
estaban libres los campos al tiempo de dar Belluga su pastoral.
"De esta carta pastoral hizo Belluga una reducción, dejando las
212 páginas a 30 -"Compendio de la carta pastoral", Murcia, 1711-,
extractando al final de ella, en forma de lista, los excesos que se
prohibían in extenso en el edicto anterior, y eran los escotados y
petos, las faldas cortas por delante, el calzado bordado, los velos o
tocas llamados puntas de humo, el llevar los brazos desnudos, las
colas de vestido de más de cuatro dedos de larga, los adornos en
los hábitos; y además prohibió que en los oratorios particulares se
dijese misa sin que las mujeres llevasen cubierta la cabeza; que se
confesase y comulgase en dichos oratorios sin licencia in scriptis
del prelado, y el que en ellos se recibiesen visitas, o se convirtiesen
dichos oratorios en piezas de labor. En punto a penalidad, señaló
excomunión mayor jerenda a todos los contraventores; y a los sas-
tres que hiciesen vestidos cortos, escotados o petos, 1.000 marave-
dis de multa. Bajo excomunión mayor latae sententiae, prohibió
los bailes exóticos con agarre de hombres y mujeres, los juegos des-
honestos, y el que las mujeres fuesen calzadas o afeitadas por hom-
bres, agregando a la penalidad espiritual la temporal de 1.000 ma-
ravedís de multa; dio un mes de plazo para la reformación de tra-·
jes y quince días para las mangas de camisa y peto, aconsejando a .
los que tuviesen dudas que consultasen con sus confesores .. .
"Cuatro años después, en el edicto de 1715, recapitula los ante-
riores ... : En 13 de septiembre de dicho año (1711), publica un nue-
vo Edicto 24 •• • ; en 26 de noviembre de 1712... publicó Belluga un.
Edicto alzando varias censuras de los edictos anteriores, dejando
las puestas por derecho; declarando pecan mortalmente los que des-

24. B.~CUENA, El C. Belluga, 140-141: uManifestó Belluga en esta hoja volante


qut: no sélo tales rumores y decires -de que las disposiciones !:llteriores esta'!>an
del todo o casi del todo reformad.as-- eran falsisimos, sino que el obispo no
podía permitirse tales licencias, a menos de !altar a su obligación y engañar la
conciencia de sus súbditos, por lo que de nuevo publicaba cuántas y cuáles co-
sas babia prohibido en el edicto bajo pena de excomunión mayor, y eran: 1.•
Que las mujeres no usen jubones escotados, debiendo cubrir sus pechos y pechf!·
ras hasro el hoyo de la garganta.; y afirmaba, ¡oh inocencia bellugana!, que
descubrir un dedo de pecho por debajo del hoyuelo era pecado venial, y más
de un dedo pecado mortal, eo opinión de autores sapientisimos; pero que él no
era tan severo en este punto, y que descubrir dos dedos por debajo del hoyuelo,
lo consideraba pecado venial, y más de dos dedos pecado mort4l. 2.• Que nin-
guna mujer use mangas de ángel, sino mangas con puños, abrochadas: y que
sólo in voce ha permitido que mientras no se hacen otros otras mangas, usen
R.EUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 565

obedecen sus edictos 2S ••• La recapitulación de 1715 la dio en publi·


cidad el 2 de junio 26... En la pastoral de despedida de la diócesis
-en 1724-, recomienda a los murcianos la observancia del edicto
de 1715."

las de ángel atadas al puño con una cinta. 3.• Que llevando los pies cubiertos.
no usen las mujeres en sus poUeras o basquiñas colas de más de tres o cuatro
dedos, ni tampoco petillos, que son muy provocativos. 4.• En cuanto al exceso
en la p ro[anidad y adorno, lo dejaba , por ser materia muy extensa, a juicio de
los confesores, los cuales dirían cuándo era pecado venial y cuándo mortal,
s iempre que el exceso fuese notable, ya por Jo provocativo, ya por lo inmo-
d erado. Reitera todo lo contenido en el Edicto y Carta pastoral de referencia, Y
afirma que su proceder en esta materia está ajustada a la Sagrada Escritura,
santos Padres, Concilios, etc. y a la real mente de Felipe V, que ha apr eciada
tanto esta importancia y nuestr os mandatos en nuestra diócesis, que se ha dig-
nado mandar se nos den las gracias, y ordena a su Real Consejo se l e informe
sobr e el remedio de los excessos e:rpressados, para e%pedir su Real pragmática,
para la reforma de toda el Reyno, assí en la pro/anidad de los vestidas y ador-
nos en hombres, y mugeres como en la desnudez de éstas.n
25. BAGUENA, El C. BeUuga, 147 : "Resumía nuevamente en doce párrafos lo·
do Jo prohibido en sus edictos anteriores: 1.• Prohibe Jos escotados: manda
que las mujeres cubran sus pechos y pecheras basta el cuello. 2.• Que lleven
Jos brazos cubiertos basta el puño. 3.• Que las basquiñas les cubran los pies.
4.• Que no entren las mujeres a Jos templos con las cabezas descubiertas, ni
con tocas, puntas o mantos transparentes. S.• Que no lleven las colas de más
de 3 o 4 dedos. 6.• Que no lleven adornos en los hábitos. 7.• Que ni hombres
ni mujeres lleven trajes excesivos a su calidad, y a juicio de Jos confesores, a
los que no se enmienden se les niegue confesión y comunión. s.• Que los sas-
tres no puedan labrar las cosas prohibidas. 9.• Prohibición de los bailes públi·
cos. 10.• Prohibición <!e bailes y juegos en que los hombres y mujeres se abra·
cen, secreteen, etc. etc. u.• Juegos de naipes de hcmbres y mujel"!S en familia.
12.• Que las mujeres no sean afeitadas por barberos ni calzadas por zapateros."
26. BELLoCA, Contra los trages, y adarnos profanos, pág. 827 : Prohibe "Jo 1.
la desnudez de Jos pechos, y pecheras de las mugeres , y que los cubriesen b &.Sta
el cuello, y n o usassen los petillos, que usaban, para que comprimido el cuerpo
se entumeciessen los pechos, y se descubriessen más bien; prohibiendo éstos,
assi pcr esta razón, como por la profa.cissima, y vanissima preciosidad, que
algunas usavan en ellos de bordados d e orfl, plata, sedas, piedras preciosas, per-
las, etc. Lo 2. el llevar la ropa por delante tan corta. que d escubriessen el cal-
c;ado, y sus adornos, y que ésta la alargassen de !orma, que les cubriessen todo
el ple. Lo 3. que el entrar en los Templos descubiertas las ~. o cubiertos
con velos trasparentes. Lo 4. el llevar descubiertos los b~. que no llevassen
las mangas de ángel al ayre, sino mangas que pudiesse :levar abrochadas por
el puño. Lo 5. el uso de las colas, que nunca pudiessen exceder de tres, o qüa-
tro dedos. Lo 6. el que (.;()D los Abik>s <!e devoción no se ::rueden llevar sobre-
puestos de oro, plata, sedas, 1~. o cin~ de colores, con qut! se profanicen.
Y últirn2.lllente en este punto de trages, comprebendiendo a hombres, y muge-
res, declarava la suma profanidad, y excesso, que avia en ellos assf por las pre·
ciosas y costosas telas, como Tisúes, y otros semejantes, como también por los
sobrepues tos en los vestidos de galon es de oro, o plata, fluecos de lo mismo,
bordados: excesibos oros en las mugeres, J~s. costosissimos excaxes, afeytes,
etc. y otros adornos, y sobrepuestos semejantes: y finalmente en las mismas mu-
geres, por lo pomposo de sus vestidos, y superfluisíssima magnib.ld, gastando
doblada porción de tela de la que es necesaria para vestirse con decencia una
Señora. Prohibiendo a juicio prudente de los Padres Con!essores doctos, y píos
todo aquello, que les pareciesse notable excesso, respectivamente a la calidad,
y condición d e las personas."
566

3.0 Fue una empresa perfectamente realizada por el púlpito es-


pañol 21 : el jesuita Agustín de Castejón, predicador regio desde
1695 23; el campeón antigerundiano, también jesuita, el P . Isla 29; el
prelado barcelonés Mons. Climent 30; el P . Nicolás Gallo, renovador
de la cátedra sagrada 31 y maestro 32 del Arzobispo compostelano,
Zl. Confer nota 16 del capítulo 1.• de la parte primera.
28. CASTEJÓN, Sermones, año de 1714 viernes IV de cuaresma, t . II, pág. 224:
uQuéjense muchas, que las munnuran, que les levantan testimonios, que les vul-
neran la honra, y ven todos la profanidad, las galas sin renta alguna, o sin aqué-
lla, que alcance para arrastrar tantos tisúes"; pág. 236-237 -domiitica IV de cua-
resma de 1709 "a la villa"-: "En las casas de los Señores, en las de los Ministros,
en las de media esphera? Qtiántas superfluidades en muchas casas de Ma-
drid? Qüántas galas donde no hai para comer?"
29. IslA, Sermones Morales, I , pág. 8 -Sermón del Ciego (Juan cap. 9) en
MediDa, en 1729-: "Si en la ilustre clase de la nobleza se encuentran sugetos
que den muchos traspieses en el orgullo, en el fausto.. . "; I, ~Zl -Doctrina y
Discurso del Escándalo, en Valladolid, 1730-: "Dime: ¿no gustas de andar con
los pechos indecentemente descubiertos? Padre, es verdad que traigo la casaca
escotada; pero qüando estoy en casa tengo gran cuidado de poner encima un
pañuelo blanco, de manera que nada se ve. Qüando salgo fuera de casa, y voy
a alguna parte, especialmente si hay mucho concurso, me quito el pañuelo;
pero esto yo no lo hago por m'll, sino porque asf lo hacen las otras. ¡Linda dis-
culpa!... De manera que qüando estás en casa, donde por lo común hay menos
riesgo, entonces te recatas más, y qüando sales a funciones, donde hierven los
peligros, entonces te recatas menos... Lo mismo digo de las que de propósito
y con estudio traen los guardapieses cortos, de manera que se les vea buena
parte de la pierna. Quieren enseñar la media colorada, dice un fervoroso Mi-
sionero, y manifiestan un corazón sin color, y sin vergüenga. Dicen que no lo
hace por mal fin; y que como andan enfaldadas, lo hacen por no tropezar."
30. CLI:MENT, P:Gticüs dominiccles, I, pág. 2 -dominica I de adviento: 3 cli-
ciembre 1741, 28 noviembre 1745-: "Quisiera, digo, que os ocuparais en todo
este tiempo, no en prevenir costosas galas con que desahogar vuestra pródiga
vanidad... "; 1, 330-331. 333 -dominica de Quincuagésima: 4 febrero 1742, 16 fe-
brero 1744- : "Qüántos plebeyos y aun pobres llenan sus vestidos de plata y
oro, porque los más nobles y los más ricos qüatro días ha comenzaron a usar-
los?... ¿Qué hacen las mugeres de nuestro siglo? Emplean gran parte del día
a1 peynarse y en vestirse: tien~ la ;:merta abierta a la conversación, al juego,
o al bayle: inventan o imitan con primor una moda... Fabriquemos un palacio,
hagámonos una gala rica, compremos coche o un tiro de mulas, aunque no
haya caudal, y gima el pobre. Busquémos modas como ser bien parecidas, va-
mos al paseo o a tal iglesia para ver y ser vistas: esto re concluye a plura-
lidad de votos en el consejo de las mujeres."
31. GALLO, Sermones, n, 284 -feria IV de 1a dominica m de cuaresma,
~sermGn predicad') al S;.¡premo COnsejo da Indias"-: M¿Qué cosa bl>y más dig-
na, no digo de la reprobación de Jesú Cbristo, sino es de su indignactón y de
sus rayos, que ver entronizadas y aplauclidas las costumbres y dictámenes más
opuestos al Evangelio. con el nombre de precisión, de moda... Q'.le no sólo ha
desterrado de España aquella modestia y gravedad que era el propio carácter
de la Nación, sino es que la ha infamado, con la nota de extravagancia y de
ridiculez... "
32. GALLo, Sermones, t. II, pág. 1 : "Carta escrita por el Ilmo. Sr. D. Fran-
cisco Alexandro de Bocanegra, Arzobispo actual de Santiago, al Autor de esta
colección (D. Francisco Ignacio de Cortines): Muy señor mio: El P . D. Nicolás
Gallo fue en vida un objeto que< arrastró todo mi cariño. Debfle toda mi ins-
trucción en la Oratoria sagrada, y él fue el que me guió y dirigió, como Maes-
tro, en el ministerio del Púlpito... Santiago 13 de Enero de 1777."
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 567"

D. Francisco Alejandro de Bocanegra 33• Hasta por los sermonarios.


franceses traducidos -de gran popularidad y fama a mediados del
siglo xvm- 34• Además; la campaña se hallaba respaldada por la.
autoridad regia JS _

33. BocANEGRA, Oración fúne bre de D . Maria A1Z(l de Austria, pág. 36 -5 no-
viembr e 1754--: "¡Ha mugeres del siglo, las que no pensais sino en las vanas.
ctiversiones, en los paseos, en los bayles, en los saraos, y si alguna vez pensais
en el Templo, es sólo para buscar en él vuestro ídolo... "; Sermones, I , 32-33 -ser-
món para el miércoles del Ceniza-: "Si considerásemos bien nuestro ser y el polvo
en que últimamente hemos de venir a parar, ¿cómo babia de haber tanto luxo
en los vestidos... , tanta indecencia en los trages, tanta desenvoltura en los bay-
les .. . "; I, 132-133.144 -dominica III de cuaresma-: ~Aun los templos sagrados no
están esentos de su loca pasión. Delante de los Altares... Aquí se buscan, aquí se ci-
tan, aquí se ven, aqui se hablan, aquí se enamoran... Las modas que cada dia se
inventan, los bayles, los saraos... , los demasiados adornos... "; I, 304-305 -dominica
V de cuaresma-: ~¿De qué deberes no se juzga una mujer dispensada, qüando pue-
de decir : ésa es la moda, ése es el gusto del tiempo, eso es lo que ahora se-
usa? Esta sola autoridad basta para eludir todas las leyes de la I glesia. Predi-
que el Obispo, cánsese el Obispo, mátese el Obispo por desterrarla, nada lo-
grará: porque la moda es primero que todo : la moda lo vence todo: la moda.
se aprecia más que todo: y así aunque el mismo Oráculo de la I glesia se em-
peñe en ello y fulmine a este mismo fin los decretos más terribles -como en
estos dias ha sucedido-, nada conseguirá su soberana potestad."
13ocAmx;RA, Sermones, II, 165-166 173-174 -Sermón de la Purisima Concepción.
de Ntra. Sra., como Patrona de España, hacia 1770 porque en las pág. 100-161
se habla de "los años que llevamos de Patronato son muchos~ (y el Patronato
se estrenó al principio del reinado de Carlos ill) y la edición está fechada en
1773- : "Esas Modas perniciosas y provocativas que ahora se usan? ¿Esas in-
decentes desnudeces de los pechos? ¿Esos trages tan acomodados a la obsce-
nidad y a la disolución? ¿Ese corte de vestido con los altos tan bajos y con
los bajos tan altos? ¿Esas mantillas de clarin o de perspectiva, con que por·
lucir más nuestra pompa y nuestra gala baceis más reparables vuestra torpe-
za e inmodestia? ¿Finalmente será efecto de tan santa raíz esa profanidad y
luxo meretricio con que os presentais muy frecuentemente en los paseos e
Iglesias, con esos meneos y ademanes provocativos, más propios de rameras que ·
de señoras?... ¡Qüinto os darán entonces -en la última hora- en rostro esos
peynados feos, en que gastais tan inútilmente el tiempo! ¡Qüánto desaprobareis
esos calzados de brillo, e:;os qüadrazos de relumbrón, y otros semejantes arreos
del mundo mugeril, para cuya memoria es menester un vocabulario más que
regular!"
34. LA&RRE, Sermones en francés traducidos, II, 3-4: Sermón sobre la inuti-
M

lidad de la vida d e los christianos de estos tiempos".


3!i. SEMPERE GUAP.INOS, Historie del Lu:ro, II, 153. 156-157: ~castigos según
la Pragmática de 15 de Noviembre de 1723 sobre el luxo: A los que con~vi­
nieren se les impone desde luego por la primera vez, el perdimiento de lo de-
nuncmdo, y además qüatro años de presíctio cerrado de Africa; y por la se-·
gunda, ocho años de galeras... Se ruega a los Obispos, y Prelados, que con zelo ,
y discreción procuren corregir los excesos de las modas escandalosas en los
trages de las mugeres, recurriendo, en caso necesario, al Consejo, al que se·
manda, que les dé todo el auxilio conveniente... Como quiera que sea, poco
tiempo después de publicada la Pragmática, ya no se observaba: porque a las·
causas que inclinan nattu-..l.mente a los hombres a desear lo más raro, y más
costoso, se añadió el que el Marqués Escoti, con motivo del matrimonio del
Infante Don Carlos, sacó licencia para que se tolerara entrar vestidos, y otras~
manufacturas de Francia."
C) DIVERSIONES

A la protección del Marqués de Scoti se debe la introducción


·de la ópera 36• No obstante haber servido de terapéutica real rr la
ópera --encuadrada entre los espectáculos teatrales- recibe la
ofensiva cerrada del clero "por intrínseca repugnancia", en frase
del prelado Mons. Santander, luego ilustre afrancesado 38• Y en ge-
neral, cualquier diversión mundana. Los carnavales 39• "Las dos má-

36. CAPJ.W<Y, Museo histórico, 67-68; I!AzARD, La crisis de la conciencia euro-


pea, 331-332.
37. REPARAZ, Los Barbones de España, 79.
38. SANTANDER, Doctrinas, II, 261-263.
39. CASTEJÓN, Sennones, I, 128-129. 137-138 -"Sermón VIII de Quinqüagési-
ma, al Rei N . S . en la Capilla Real, año de 1708"-: "El tiempo es de Carnabal,
qüando se rien y alegran los hijos de los hombres... Pues éste es un tiempo.
en que muchos se valen de la licencia de la risa para la indecencia de la cul-
pa... Los Españoles blasonan mucho de su docilidad en creer, y no se congo-
jan de su torpeza en el obrar: tiénense por los mejores hijos de la Iglesia,
porque creen todo lo que manda, y no reparan, en que muchos no hacen cosa
de lo que creen. Un monstruo, dice Salviano que vio en el Pueblo catb.ólico, que
tenía corazón, y cabeza de hombre, manos de barpia, y pies de elefante: éste
dijen yo, que era el día de boi el Reino de España : si miramos a la cabeza, es
mui d6cil en sujetar el entendimiento ::. una verdad cathólica: si al corazón. es
mui fácil en dar assenso a lo que cree; pero si reparamos en las manos, halla-
remos unas harpías prontíssimas para el mal; si reparamos a los pies, veremos
unos elefantes perezosíssimos para el bien; pues éste es el monstruo de Salvia·
no; y éste es en gran parte nuestro Reino."
VALERO, Carta Pastoral, 165·166. 68 -hacia 1717- : "Si un Príncipe Gentil vi-
niera a España con desoo de professar la Religión Cath.ólica, y el Domingo de
Septuagésima particulzrmer:te, que es quince días antes de Carnestolendas, en-
trara ·en la Iglesia, acompañado del Cura, y de los primeros de la República,
al tiempo que se empezara a cantar alguna Missa, y oyera entonar en el Coro
aquellas voces melancólicas con que empieza el Introito... , y preguntara el Gen-
til, de quién era aquellos lamentos? Y le respondiera el Cura que eran en nom·
bre de la Iglesia, la qüal desde la tarde antes havia empezado a prepararse
para sentir dignamente la muerte de Jesu.cbristo, su Esposo ... Si el Infiel pre-
gcr¡t.ár<l: Qnién es la Iglesia? havia de costar gnm veTgiieD7.a ~! responderle;
porque con qu.; cara le llavian de decir, que era la Ccmgregaci6n de los Fiele.•
Christianos, al considerar, que este tiempo está reducido al presente en la
Christiandad a fiestas y regocijos; porque dixera el Infiel (y con razón) que le
parecía hypocresia ir a manifestar a Dios sus quebrautos en la Iglesia, y luego
públicamente hacer theatros de su alegria las ealles y las plazas."
IsLA, Sermones, I, 79 -"Sermón de Qüarenta Horas" en Segovia, en 1732-:
"Parasceve Sathanae llamó un Gran Padre de la Iglesia a los tres días de Car-
nestolendas... Las glotonerías, las disoluciones, los bayles peligrosos, las tor-
pezas infames son las víctimas freqüentes que se ofrecen al Dios de los Infier·
nos en esta Pascua del Diablo."
IsLA, Sermones, I, 137-138 - "Sermón de Qüarenta Horas" en Santiago, en
1733-: "Pues veis aqui que ésta es puntualmente la materia, y aun la forma de
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORSONICA 569

ximas creaciones artlsticas de nuestro pueblo en aquel siglo" 40 : las


corridas de toros y el teatro ~ 1 •
En definitiva, toda diversión -bailes 41, juegos, cafés 4.1, etc.-
que asignando las horas de la mañana a los oficios sagrados, se re-
serve las horas vespertinas -"la devoción al gusto de la moda"~-:
por ejemplo, los Arzobispos de Toledo - Cardenal Lorenzana 45- 46,
de Tarragona -Mons. Armañá 47- " ' y de Burgos -Mons. Rodri-

casi todas vuestras conversaciones en este tiempo de Antruidos o de Carnesto-


lendas. N I peosais, ni hablals más que de ollas, de convites, de comilonas, de
meriendas. Y si os dicen que esas glotonerías os quitan la vida del alma, y os
abrevian la vida del cuerpo, ¿qué respondeis?... Comamos y bebamos , que este
mundo acá se ha de quedar; y en fin, más vale morir atravesando un capón,
que atravesado de una bala.•
ISLA, Sermones, n , 309-316. 318-322 - "sermón de Quinquagésima'., en la Ca·
tedra1 de Santiago, en 1738-: describe los carnavales.
:Bo<:ANI:GRA, Sermones, I , 38 -sermón para el miércoles de Ceniza-: "¿En es·
tos dias de carnaval qüáles han sido vuestras diversiones? ¿No dabais a en·
tender en ellas que os apresurabais a desordenaros, porque hoy había que pen·
sar la Iglesia en corregiros?"
Ct.Do!NT, Plcüicas, l , 336. 346 -años de 1742 a 1748--.
40. OJrnX:A Y GAssEr, Papeles sobre Velózquez y Goya, 286-304; eor.uu:u.o,
lrio.rU 11 su época, 44-45. 58-59. ?Zl. 290-291. 371·374; SA.RIWLH, L'Espagne éclairée,
62; HAu.Ro, El pensamiento europeo, 293. 566; LANcu:, Voyage en Espagne, l, 74;
BouRcoiNc, Tableau de l'Espagne 71'U>de1'm, n, 356-408; Cossto, Los Toros, n.
92-146.
41. VALERO, Carla Pastoral, 1SG-151. 153-154. 159-161 - hacia 1717, r eproducida
en 1762 por el prelado Bocanegra en su carta Pastoral Juicio deL mundo, n ,
pág. 73-116, donde asigna a Mons. Valero los títulos de "gloria de nuestra Es-
paña, y nonna de todas las Mitras en la eloqüencia, y en el zelo" (pág. 94)-.
4:!. ZICARRAL, Sastre Cat1ullán, 217; R$LÁ·Al.cou:A, El S . XVIII, 144-145; CoTA·
R ELO, Irlarte y su época, 55-56.
43. !.ANCLE, Voyage en Espagne, 11, 35.
44. ZICARJW., Sastre Cat1ullán, 218.
45. NA~AS. Sermón fúnebr e del Card. Lorenzana, pág. 3 ss.; F . A. GoNz,\u;z,
Orac!ón fúnebre al Card. Lorenzana, 3-21; D ÍAZ Dt: RAvACO, Oración fúnebre al
Card. Lorenzana, 3 ss.
46. LoREN:u..-u., Respuesta a un Párroco, pág. VI: "En ningún siglo se ha
hecho Igual mezcla, ni más freqüente de Sacramentos y pecados, Sermones en
Jos Templos, y concurrencia a los T~tros, confesiones ¡ comuniones sin .:iexar
los a:nancebamientos y cortejos. hablar con po;:a reverencia de Jos Misterios y
ceremonias de n~,;estra sagrada Religión, y Wl modo de v~""tir en las mugeres
tan profano y provocativo, que me hue le a mucho infierno, según d.ixo ei
Maestro Avila a una gran Señora... Toledo y Mayo 26 de 1775. Francisco, A:rzo-
bispO de Toledo."
47. CESAT, Oraci6n fúnebre al Ilmo. Armañá, 14 ss.: se cita como bibliogra-
fía en tomo a tal personaje a Fr. Nicolás Nadal, a Fr. Vicente Coll, al P . Ris-
co, al Canónigo Magistral de Tarragona Sr. Amat, a Fr. Juan Izquierdo y al
Canónigo Sr. Foguet; IZQUIERDO CAPDE.VlllA, ElOgio al Ilmo. Armaiiá, pág. 3 ss.:
también se cita como bibliografía al P . Risco, en el tomo 41 de la España Sa-
grada , desde la pág. 269 hasta 289.
48. ARMAÑÁ, Sermones, I , 49. 156; II, 285-286. 298. 303. 312. 319-320. 367. 369-
370. 405-407; m. 149-150; IV, 85. 89. 92. 96.
aniOIOS IDAO HUI'ANA . . • - 37
570

guez de Are llano- 49, junto con otros insignes predicadores 50• Y
por su influencia indirecta, hasta el "contrabando" de libros 51•
Es necesario reseñar la Pragmática carlostercista de 9 de no-
viembre de 1783, en que tras varias disposiciones sobre costumbres,
"se prohiben las fiestas de toros de muerte en todo el reyno, a ex-
cepción de los en que huviere concesión perpétua, o temporal, con
destino público de sus productos, útil o piadoso: esta Pragmática
tuvo origen en una representación del Excmo. Sr. Conde de Aranda,
Presidente del Consejo, en 1770, en la que manüestando los daños
y perjuicios que experimentaba el estado en general, y el común de
labradores en particular, por el uso excesivo de mulas en los co-
ches y carruages, y por las corridas de toros de muerte, que se
executaban con freqüencia, propuso la necesidad de tomarse pro-
videncia para contener semejantes perjuicios" 52 • Entre los intelec-
tuales dieciochescos de fama antitaurina, enumeramos a Sarmiento,
Feijóo, Cadalso y Jovellanos, para cuyo ideario nos remitimos a
lo expresado en la primera parte de este trabajo y a las monogra-
fías anf:eriormente citadas en relación al carácter español (c. m,
art. 1, A) . Pero la "fiesta nacional" seguiría arraigando en el alma
popular gracias a la protección de Carlos IV -en las fiestas de su
coronación, del 22 al 28 de septiembre de 1789 53- , de Fernando Vil
-con su asistencia frecuente y estableciendo una cátedra de Tau-
romaquia en Sevilla- e Isabel II -en "las bodas reales"- 50•
Similarmente, las costumbres, capitaneadas siempre por la vo-
luble e inconstante moda, evolucionarla con la vigorosidad y apa-
sionamiento de la juventud. A la par de las diversiones propias de
cada época, manifestaciones del vitalismo de una sociedad. Fernán-
dez de Córdova pinta la madrileña del siglo XIX -1824, 1835, 1836,

49. RooRicUEZ DE AR.ELIANo, Pastoral, 5. 13 -4 diciembre 1766-.


50. ISLA, sermones, 1, 92. 270 -1732 en Segovia y 1734 en Santiago-: •¿Pues
qué si mirais a otros muchos personages devotos a la moda, y piadosos por ra-
zón de estado, de los qüales suele haber cosecha en todas clases y sexos...
Los que igualmente acuden por la mañana al Sermón, que por la tarde a la
ccmedia.n
51. ARMAÑÁ, Sermones, IV, 109-112 - "Sermón de Gracias y Rogativas por el
feliz preñado, y deseado parto de la Srnma. Princesa n. S . en la Catedral de
Tarragona, en 1788, ocurriendo la Dominica de Pasión, ;¡ expuesto el Stmo. Sa-
cramenton- : • ... hay contrabandos... en la religión, intrOduciéndolos la impie-
dad extrangera ... : esos librejos, esos papelones... son verdaderos contrabados,
no menos contrarios a las sagradas leyes, que a la voluntad soberana del Mo-
narca• (Carlos ill); REGtÁ·ALrol.EA. El s. xvm, 112-113; IIAZARD, El pen.samient.o
europeo, 135.
52. SElo!PERE G OARINOS, HistOT'úl del lu:w, ll, 172-173.
53. CoT.um.o, Iriarte y su época., 371-374.
54. F . CóRDOVA, Mis memorias íntimas, 1, 49-89; 111, 124-130; MEsoNERo RoMA·
NOS, Memorias de un Setentón, VIII, 2.•, pág. 98.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 571

1838, 1846... - ss, con su CortP. 56, cafés 57, ópera ss, teatros 59, bailes
de máscaras 60• Otro contemporáneo que retrata su sociedad, Me-
sonero Romanos -a quien Fernández de Córdova nunca "trató"
pero elogia por sus reformas municipales 61- describe "El Parna-
sillo", los poetas, los literatos, los espectáculos, la prensa, "El Ate-
neo" y "El Liceo", el "Madrid filarmónico y social" y las ''mejoras
realizadas por el Ayuntamiento" 62.
Emerge sobre todos 63 la acerada pluma de Larra~: cafés, toros~
Corte, defectos sociales -"empeños", "casarse pronto y mal", pe-
reza en "vuelva usted mañana", "los calaveras", "el duelo", etc.-,
periodistas, "El Ateneo", literatos y espectáculos 65•

55. F . CóRDOVA, Mis 171e11Wrias, I, 4~ . 186-190. 228-234; II. 168-195. 242. 253-257.
56. F . CóRDOVA, Mis memorias, I , 67-72; ill, 130. 415-419.
57. F . CóRDOVA, Mis 171e11Wrias, I, 89; Il, 186-187.
58. F . CóRDOVA, Mis memorias, I, ~92; II, 181-186; III. 415-419.
59. F. CóRDOVA, Mis memorias, I, 89; Il, 179-180. lll, 128.
60. F. CóRDOVA, Mis memorias, I , 119.
61. F. CóRDOVA, Mis memOrias, I, 188; Il, 1~191.
62. M. RoMANos, Memorias de un setentón, VIII, 2.•, 61-76. 89-90. 96-97. 133-
145. 147-176. 179-186. 197-214.
63. MODEsTO F'ERNÁNDEZ, La Hacienda de nuestros abuelos, 282-291.
64. F . CóRDOVA, Mis memOrias, I , 180; M. RoMANOs, Memorias de un Setentón,
vm, 2.•. 00.92; Al.M.'IGRO SAN MAlrriN, Prólogo. Artículos Completos de !..ARRA.
pág. XV-CXV; ARANGUREN, Moral y Sociedad, 81-84. ~91.
65. I.ARRA, Artículos completes, 5-18. 21. 29-41. 49-66. 176-177. 206-218. 257-264.
281·285. 337-668. 671-837. 1167-1169.
ARTÍCULO 2

POLITICA RELIGIOSA

Por los documentos clericales, aducidos en el artículo anterior,


cabe vislumbrar la religiosidad que se pretende depurar. Tal vez no
carecería cíe interés si se constatara con otras fuentes 66• Pero no nos
hagamos excesivas ilusiones : existen demasiadas posturas precon-
cebidas para endilgar rápidamente una etiqueta a cada situación y.
época, y ya sabemos que las etiquetas son fórmulas de pereza in-
telectual que facilitan la estructuración histórica a costa de irre-
-parables confusiones y errores. Por eso evitamos ofrecer con libe-
ralidad juicios al lector, avezado a que se le proporcionen medios
para una '~dea general". Incluso el juicio de Domínguez Ortiz so-
bre la Iglesia y sus problemas dieciochescos -regalismo, riqueza,
desamortización incipiente- 67 hay que clasificarlo como una cala
más, que nos ayude a desvelar la profundidad del espíritu español.
Nos aventuramos, sin embargo, en afirmar que el hombre hispá-
nico, profundamente religioso, confunde con sorprendente facilidad
lo espiritual con lo denominado en gracioso tipismo "temporal".
Así entendemos el regalismo. Como un fenómeno enraizado en la
naturaleza del español: y agrandado por una tradición multisecular
-recordemos las regias disposiciones del medioevo en la Novísima
Recopilación-, y por el número de sus habitantes, se convierte en
un fenómeno social. También la desamortización 68 ante la excitan-

66. BouRGOii-IG, Tableau de l'Espagne moderne, I, 3:-sG; II, 298·314; S.-.RRAILH,


L'Espagne éclair ée, 613. 653; LANcu:, Voyage er.. Espagne, I , 87. 109. 138. 166. 187.
211; II, 14; SÁNCHEZ AGESTA, El pensamiento político del despotismo ilustrado,
15S-161; etc.
67. D. 0Rliz, La sociedad española, 12S-165.
68. D. ORrtz, La sociedad española, 165-166 : "Si la tendencia de los ministros
de Carlos m era peligrosa para la I glesia, por venir de hombres inteligentes
que sabían lo que querían, los de carlos IV se mostraron en ocasiones más du-
ros; aquéllos prohibieron la fundación de nuevas capellanías y obtuvieron de
algunas Ordenes, por vias amistosas, la promesa de no acumular más bienes
(D. Pedro Obes, inquisidor de Sevilla, visitador de los Trinitarios calzados,
los persuadió, entre otros capítulos de reforma, a que renunciasen a la adqui-
sición de más bienes raíces; el rey sancionó esta resolución en 1769; al año si-
guiente tomaron igual acuerdo los agustinos r ecoletos); mas, a pesar de los es·
fuerzos de Campomanes. la ley desamortizadora que proyectaba no pasó ade-
lante. Fue Godoy quien r ealizó la primera desamortización, aprovechando los
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BOR.BONICA 573

te y envidiable riqueza de la Iglesia -en franca superioridad com-


petitiva con el potencial económico del monarca- dentro de un
contexto de impresionante miseria entre la. masa de los españoles
y de una agobiante penuria en las arcas nacionales, ya célebres por
su habitual vacío ante las constantes guerras -Felipe V en torno
a la "sucesión" y a los "pactos de familia", los cuales atan a car-
los III y a Carlos IV, quien además lucha en contra y en favor de
la Francia revolucionaria; Guerra de la "Independencia"; luchas ci-
viles entre absolutístas y liberales; guerras "carlistas"-. Predeter-
minantes secundarios -quizá pretextos-: un mejor reparto del
bienestar económico-social en todo el clero y el proceso de secula-
rización planteado a escala europea desde los albores del siglo XVlli.
Secularización, sinónimo de desclericalización. Al llegar Feli-
pe V a España, encuentra el poder central en manos del Prelado
económicamente más poderoso, el Primado -a la sazón, el Carde-
nal Portocarrero- y con la influencia omnímoda del "Confesor re-
gio": si el primero cae pronto, el segundo conservará su influjo
decísivo hasta Carlos m y de una manera más o menos terminan-
te hasta el 2 de diciembre de 1823, en que Fernando VII nombra
Obispo de Tortosa a D. Víctor Damián Sáez ffJ, seguramente para
alejarle de la Corte tras el cese como primer Secretario de Estado.
Muchos de los Presidentes de la Chancillería de Valladolid fueron
clérigos, pero desde las postrimerías del reinado de Felipe V todos
fueron seglares 10• Melchor df: Macanaz se lamentaba 71 de que pre-
sidiera el Supremo Consejo de Castilla, "según costumbre, un obís-
po, cuyo solo carácter le baste, aunque no tenga los requisitos de
científico, letrado y resuelto"; en cambio, el 11 de abril de 1766, el

apuros financieros que causaba la guerra con Francia. Con suprema injusticia la
hizo recaer :;obre los bienes de capellanías y fundaciones benéficas, dejando sin
fondos a multitud de establecimientos de enseñanza, en la miseria a los enfer·
mos y asilados y a la más completa indigencia a muchos sacerdotes. "¿Cuántos
vemos ya pedir limosna en las puertas ele los templos cuyos altares servían;
vagar en solicitud de ella por las calles y casas, y aun presentarse en los cam-
ms a recoger la espig:~ ~ntre miserables clUldrilla.! de ambos sP.Xos?" (RmUERA
VALDELOMAR, Peticiones sobre reparo de agravios causados en el fatal reinado de
Carlos IV, dirigidas a la nación españo!a reunida en Cortes, Madrid, 1810, Intro-
ducci6n). Godoy quiso disculparse de aquel despojo, alegando que la venta de
los bienes de hospitales y otras fundaciones benéficas se hizo durante los tres
años que P.Stuvo apartado del Poder <Cuenta dada de su vida política ... , t. n.
cap. 50). La cifra de 1.633 millones para el producto de la desamortización de
Carlos IV se halla en Fernández González (La Hacienda de nuestros abuelos).
Este inicuo despojo produjo algo más de 1.600 millones de reales, que se eva·
poraron sin dejar huellas, asi como otros muchos pedidos y donativos."
69. DECREI'OS DEL REY, Vll, 211.
70. D. oartz, La sociedad española, 161-162.
71. MACANAZ, Testamento de España, 11.
574 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

·Conde de Aranda corta la tradición definitivamente, sustituyendo al


Obispo de Cartagena 72• Pierden influencia politica los prelados; no
de un modo absoluto: ésta se mantendrá aun a princípios del si-
glo xrx con el Cardenal Barbón a la cabeza del Consejo de Regen-
cia en el primer período constitucional, y con la presidencia de las
Cortes liberales de 1820 en la persona de D. José Espiga, arzobispo
electo de Sevilla 1;_
No confundamos ese proceso de secularización, o mejor, de des-
clericalización con otras medidas de depuración de una religiosi-
dad en decadencia por populachera -prohibición de disciplinantes,
<lanzas y gigantones, romerías, altares de mayo 74- ; por abusos
-restricción del derecho de asilo a una iglesia en los lugares pe-
queños y dos en los mayores-; o por higiene --establecimiento de
cementerios fuera de poblado y cese de enterramiento en las igle-
sias--.
Ciertamente, el pueblo español poseía de Dios un concepto pue-
ril y antropomórfico, a la par que inmiscuía la divinidad en todas
las manifestaciones de su vida, incluso las más insignificantes, por
lo que cae pronto bajo el influjo paternal del clero, cuya dirección
espiritual trasciende a lo social, a lo "temporal". De ahí que se bo-
rren las fronteras de Iglesia y Estado. De ahi que las mencionadas
medidas de depuración religiosa hacia un Dios de sublime trascen-
dencia y de delicada comunicabilidad se interpretaran como pérdi-
da -de parte de un grupo d el clero- de sus más eficaces medios
<le acción sobre las almas rudas y sencillas. Tal vez todos creyeran
tener razón: en los "ilustrados" un deseo de mejorar la Iglesia des-
pojándola de hojarasca trasnochada y nociva, en algunos clérigos
temor de que se les desplazase de su universal -y hasta entonces
indiscutible- hegemonía social. Luego, iniciadas las hostilidades
-tras hostigarse e insultarse-, se consideraban mútuamente como
enemigos, ya en abierta lucha por el poder: los "ilustrados" por ex-
clusivizar el del monarca -encarnación eminente del Estado-, des-
truyendo toda autonomía, todo poder, que no emanara directamen-
te del soberano, con la cor.sigu1ente supresión de todos Jos privile-
gios; y el clero regular -quien detentaba mayor preponderancia
en la sociedad- amprend.ió con más virulencia la lucha contra la
ilustración. Esta, a su vez, influía en los monarcas, pidiendo la re-

72. R. CASADO, Política interior de Carlos III, 32.


73. DECRETOS CoRTES, !V, 4-5; DIARIO ACTAS CoRTES DE 1820, !, 21.
74. LoRENZANA, Cartas, Edictos y otras obras sueltas: Edicto para que los
Rosarios vayan por las calles con el decoro debido; Edicto contra las que se
llaman cencerradas; Edicto en que se prescribe el moderado uso del toque de
campanas; etc.
RELIGIOSIDAD WSPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 575

forma de los religiosos, para encerrarlos en sus conventos y acabar


con su hegemonía social.
Una parte del clero secular hizo causa común con los "liberales"
en ese proceso de secularización, confiando ingenuamente en apro-
vecharse de la supresión de los religiosos : heredarían sus iglesias,
sus tesoros y -lo más importante-- su preponderancia en el pue-
blo; y los obispos les someterían a su autoridad. Tales señuelos
:pulularon en los discursos pronunciados en las sesiones de las Cor-
tes de Cádiz, compuestas -lo repetimos basta la saciedad- por
un 30 % de clérigos seculares. Así se comprende el favor que se
presta a los regulares que abandonan el hábito -los "seculariza·
dos"-, cuando a los que se mantenían dentro de sus "reglas" -''re-
gulares"-, se les privaba de voz activa y pasiva en el Parlamento.
Y así se entiende que el 19 de marzo de 1808 fuera valorado por
los religiosos como su Revolución, cuyo espíritu -pese al fracaso
bélico en los primeros años de guerra frente al insuperable poten-
cial napoleónico, y pese a su exclusión en las Cortes- se mantellÍ2
en 1814.
Consideramos de vital importancia e interés completar ei salto
que dimos en el capitulo primero de la parte precedente, al estudiar
la guerra "religiosa" contra el liberalismo : la campaña de 1813 que-
daba coronada por el decreto regio de 4 de mayo de 1814 y lo cali-
ficábamos como el triunfo de la prime.r a batalla, y el de 1.0 de oc-
tubre de 1823 como el segundo laurel -atestiguándolo con los ser-
mones del escolapio P . Bartolomé Miralles y del franciscano Fray
Pedro de Pina, en 1823 y 1829 respectivamente--; si bien a la muer-
te de Fernando VII los liberales se impondrían.
Deseamos llenar el salto de la etapa fernandina; justamente en
lo que, a nuestro entender, supuso el predeterminante de su políti-
ca religiosa. es decir, la problemática planteada en 1814.
Para ello sería de excepcional trascendencia conocer la expec-
tación del clero ante el regreso de Fernando VII desde Valen!(ay.
¿Qué esperaban de él? ¿Cómo influyeron en él? ¿Podria su políti-
ca --en la primera E:tapa absolutista- baoer sido dictada por el
:púlpito?
Ya subrayamos la presión de los decretos de la Junta Provisio-
nal de Vitoría y los de la Regencia madrileña de 1823 en torno a los
..secularizados".
En dos puntos polarizados la preocupación de la cátedra sagra-
-da en 1814: A) sacralidad del absolutísmo regio; y B) cuestión de
los "regulares" -recuperación de sus b ienes y restablecimiento de
la Compañía de Jesús-.
A) SACRALIDAD DEL ABSOLUTISMO REGIO

a) Ambiente general.

El 12 de noviembre de 1813, Napoleón, decidido ya a liquidar el'


problema de España y la cautividad de Fernando, envía al Conde
de Laforest para estipular con aquél un tratado de p az. Firmado
el 8 75 -o en la medianoche del 10 al 11 76- de diciembre del cita-
do 1813, el Duque de San Carlos lo trae a Madrid en busca de su
confirmación por las Cortes. La Regencia -el 8 de enero de 1814-
contestó al Rey: "La Regencia que en nombre de V. M. gobierna
la España, se ve en la precisión de poner en noticia de V . M . el
Decreto que las Cortes generales y extraordinarias expidieron el
día primero de enero de 1811 -declarando nulos cuantos actos rea-
lizara el Rey mientras no recuperase la libertad-". Además, el 2
de febrero, D. Antonio Joaquín Pérez, como Vice-Presidente de las
Cortes, firmaba el decreto XXXVIII 77 sobre "reglas y precauciones
para recibir al Sr. D. Fernando vn, en el caso de presentarse en
las fronteras del reino". Poco debió agradar esta actitud al mo--
narca.
Entre tanto, Napoleón había resuelto la libertad de Fernando
-también la de Pio Vil-, llegando los pasaportes a Valen!(ay, el
7 de marzo, y al siguiente domingo, 13, tras oír su última Misa en
la capilla del castillo, "se despiden de todos democráticamente, agi-
tando sus sombreros" 78•
Los historiadores 79 nos ofrecen los precedentes del célebre de--
creto de 4 de mayo de 1814 ao, piedra angular del absolutismo regio.

75. LAroENn:, Historia General de E spaña, XXVI, 9.


76. I ~QOIERDO, Antecedentes y comienzos del reinaao dot Fernando V 11, 665-
77. DECREl'OS CoRTES, V, 88-91.
78. IzQuiERDO, Anteced-."'ntes, 700.
79. I ZQUIERDO, Antecedentes, 714-718. 726-731. 734; LA."UENTE, Historia G. de·
España, XXVI, 87-98; QUIN, MemoTi4s hist6ricas SObre Fernando VII, I, l.ID-137; .
Px Y MARGAU., Historia de España, ll, 137-138. 156-157. 160; MENÉNDEZ PELAYO, His-
toria de Los Heterod.<Jxos españcles, m, 492-493.
80. DECREros DEL REY, I , 1-9: "EL REY. Desde que la divina Providencia por
medio de la renuncia espontánea y solemne de mi augusto Padre me puso en
trono de mis mayores, del cual me tenía ya jurado sucesor el reino por sus
Procuradores, juntos en Cortes, según fuero y costumbre de la nación española
usados de largo tiempo ... (Por) la perfidia de Buonaparte... íui privado de mi
libertad, y de hecho del gobierno de mis reinos, y t rasladado a un palacio con.
mis muy caros Hermano y Tio, sirviéndonos de decorosa prisión casi por espa-
R.ELICIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORJ!ONICA 577

El púlpito sacralizó este absolutismo regio. ¿Cómo? Ausculte-


mos sus latidos en la geografía hispana. Tomando a Valencia -lu-
cio de seís años aquella estancia... En tan lastimoso estado expedí, en la for·
ma que, rodeado de la fuerza, lo pude hacer, como el único remedio que que·
daba, el decreto de 5 de Mayo de 1808, dirigido al Consejo de Castilla, Y en su
defecto a cualquiera Chancillería o Audiencia que se bailase en hl>ertad, para
que se convocasen las Cortes...; pero este mi Real decreto por desgracia no fue
conocido entonces. Y aunque después lo fue, las provincias proveyeron, luego
que llegó a todos la noticia de la cruel escena provocada en Madrid por el gefe
de las tropas francesas en el memorable dia Dos de Mayo, a su gobierno por
medio de las Juntas que crearon... De los Diputados que nombraron las Juntas
se formó la Central: quien ejerció en mi Real nombre todo el poder de la so-
beranfa desde Setiembre de 1808 basta Enero de 1810; en cuyo mes se estable·
ció el primer Consejo d e Regencia, donde se continuó el egercfclo de aquel
poder hasta el dla 24 de Setiembre del mismo año, en el cual fueron instaladas
en la Isla de León las Cortes llamadas generales y extraordinarias, concurrien·
do al acto del juramento, en que prometieron conservarme todos mis dominios,
como a su Soberano, ciento cuatro Diputados, a saber, 57 propietarios y 47 SU·
plentes, como consta del acta que certificó el Secretario de Estado y del Des·
pacho de Gracia y Justicia D. Nicolás Maria de Sierra. Pero a estas Cortes,
contiOCildas de un modo jcmuis usado en España aun en los casos más árduos
y en los tiempos turbulentos de minoridades de Reyes, en que ha solido ser
más numeroso el concurso de Procuradores que en las Cortes comunes y ordi·
narias, no fueron llamados los Estados de Nobleza y Clero, aunque la Junta
Central lo babia mandado, habiéndose ocultado con arte al Consejo de Regen-
cia este decreto, y también que la Junta le babia asignado la presidencia de las
Cortes: prerogativa de la soberania, que no babria dejado la Regencia al ar-
bitrio del Congreso, si de él hut-iese temdo noticia. Con esto quedó todo a la
disposición de las Cortes; las cuales el mismo dla de su instalación, y por prin-
cipio de sus actas, me despojaron de la soberania, poco antes reconocida por
los mismos Diputados, atribuyéndola nominalmente a la 111lci6n para apro¡:iár-
sela a sf ellos mismos, y dar a ésta después, sobre tal usurpación, las leyes que
quisieron , imponiéndoie el yugo de que forwsamente las recibiese en U111l nueva
Constitución, que sin poder de· Província, pueblo ni Junta, y sin noticia de las
que se declan representadas por los suplentes de España e Indias, establecie·
ron los Diputados, y ellos mismos sanciona-ron y publicaron en 1812 ... A la ver-
dad casi toda la formP. de la antigua Constitución de la monarquía se inno11ó;
y copiando Jos principios revolucionarios y democráticos de la C-onstitución
francesa de 1791, y faltando a lo mismo que se anuncia el principio de la que se
formó en Cádiz, se sancionaron, no leyes fundamentales de una Monarquía mo-
derada, sino las de un gobierno popular, con un Ge/e o Magistrado, mero ege-
cutor delegado, que no Rey, aunque alli se le dé este nombre para alucinar y
seducir a los incautos y a la nación. Con la misma f'llta de hl>ertad se firmó
y juró esta nuev::\ Constitución; y es conocido de todos, no sólo lo que pasó
con el respetable ObispO de Orense. pero tambi6l la pena con que a !os quE'.
no la firmasen y jurasen se amenazó... Para precaver los (abusos de poder)
cuanto sea dado a la previsión humana, a sab<>...r, conservando el decoro de la
dignidad Real y sus derechos, pues los tiene de suyo, y los que pert.enecen a los
pueblos, que son igualmente inolvidables, Yo trataré con sus Procuradores de
España y de las Indias: y en Cortes legítimamente con¡regada.s, compuestas de
unos y otros, lo más pronto que, restablecido el orcle¡) y los buenos usos en
que ba vivido la nación, y con su acuerdo han establecido los Reyes mis augus-
105 predecesores, las pudiere juntar... Declaro: que mi Real ánimo es no sota-
mente no jurar ni acceder a dicha Constitución ni a decreto alguno de las Cor-
tes generales y extraordinarias y de las ordinarias actualmente abiertas, a sa·
ber los que sean depresivos de Zos derechos y prerogativas de mi soberanía.,
establecidas por la Constitución y las leyes en que de largo tiempo la nación .
'!'78 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

:gar donde se redacta el mencionado decreto- como epicentro, ha-


remos un recorrido por el territorio nacional. Epicentro del seísmo
..que barrería el constitucionalismo.
l . - Valencia:
Predicador, el presbítero Dr. D. Manuel Fortea y Ubeda, que el
19 de marzo de 1809 pronunciara en la catedral valenciana el Ser-
món de Rogativas por la Guerra de la Independencia" con asisten·
cía de ambos Cabildos" denominando " la revolución más feliz" al
aniversario entonces celebrado, y que el 26 de diciembre de 1811
-según declaró el 16 de diciembre de 1813 en el elogio fúnebre de
Fray Pedro Pascual Rubert, héroe de la Independencia como Vocal
-de la Junta valenciana de resistencia frente al Mariscal Suchet, quien
ordenó fusilarle el 18 de enero de 1812, en Murviedro, con otros
-cuatro religiosos- había escapado de la suerte de sus compañeros
"por cumplir una orden del Real y Supremo Consejo de España e
Indias para reintegrarse en el Convento de la Virgen de Orihuela
·en el oficio de Secretario de la Provincia de Descalzos, a que enton-
-ces pertenecla" 11 •
Púlpito, la Real Capilla de la Patrona, Ntra. Sra. de los Desam-
parados, donde el 21 de noviembre de 1813 había exaltado "los des-
-velos que tomaban los au.,oustos representantes de la Nación en las
Cortes extraordinarias", y había "bendecido al Señor al publicarse
la sabia Constitución que aseguraba la felicidad a la España y afian-
-za en su trono a nuestro Rey" sz.
Fecha, el domingo 5 de junio, festividad de la Stma. Trinidad;
·elegida tal coyuntura como "acción de gracias por el feliz regreso
de nuestro adorado Monarca el Sr. D. Fernando Séptimo al trono
·de sus mayores".
Ahora el ex-reHgioso ya podía gritar: "Si Fernando el Católico,
·en 1474, estableció en España la Inquisición, por concesión de Mar-

ha vivido, sino el declarar aquella Constitución y tales deaetos nulos y de


nillgún vaior y efec"..o, ahora ni en tiempo alguno, CI)77W si no hubiesen pasado
ja:nui$ tales actos, y se quitasen de en mediQ del tiempo, y sin obligación en
mis pueblos y súbditos, de cualquiera clase y condición, a cumplirlos ni guar·
darlos. Y como el que quisiese sostenerlos, y contr..digere esta mi Real decla·
ración... , declaro reo de lesa Magestad a quien tal osare o intenta:"e, y que como
a tal se le imponga la pena de la vida, ora lo egecute de hecho, ora por escrito
· O de palabra, moviendo o incitando, o de cualquier modo exhortando y persua·
dúmdo a que se guarde y observe dicha Constitución y decretos... Que así es
mi voluntad, por exigirlo todo así el bien y la felicidad de la nación. Dado en
Valencia a 4 de Mayo de 1814. YO EL REY."
81. FoRn:A, Sermón del 19 de Marzo de 1809, pág. l. 12; Oración fúnebre
.del 16 de Diciembre de 1813, pág. 3.
82. FoRTEA, Sermón del 21 de Noviembre de 1813, pág. 23-24.
REUGIOS1DAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 579

tino V, Fernando vn, digno h eredero d e su zelo, la establecerá en


1814"1J.
La ''profec ía" se cumplió el 21 de julio de 1814 14•

83. FoRTI:A, Sermón del 5 de Junio de 1814, pág. 48.


84. DECRETOS DEL Ra, I. 132-134: MEI glorioso Utulo de Católicos, con que los
Reyes de E spaña se distinguen entre los otros principes cristianos por 7W tole·
rar en el reino a ninguno que profese otra religión que la cat61ica, apostólica,
romana, ha movido poderosamente mi corazón a que emplee, para luJcerme
digno de tl, cuantos medios ha puesto Dios en mi mano. Las turbulencias pa·
sadas, y la guerra que afligió por espacio de seis años todas las provincias del
reino; la estancia en él por todo este tiempo de tropas extrangeras de muchas
sectas, casi todas in!icionadas de aborrecimiento y odio a la religión católica;
y el desorden que traen siempre tras si estos males, juntamente con el poco
cuidado que se tuvo algún tiempo en pro~-eer lo que tocaba a las cosas de la
Tel.lgión , dio a los malos suelta licencla de vivir a su libre voluntad, y ocasión
a que se introdugesen en el reino, y asentasen en muchas opiniones po...miciosas
por los mismos medios con que en otros paises se propagaron. Deseando, pues,
proveer d e remedio a tan grave mal, y conservar en mis dominios la santa re-
ligión de J esucristo, que aman, y en que han vivido y viven dichosamente mis
pueblos, asi por la obligación que a las leyes fundamentales del reino imponen
al Prlncipe que ha de reinar en él, y yo tengo jurado guardar y cumplir, como
por ser ella el medio más a propósito para preservar a mis súbditos de disen-
siones intestinas, y mantenerlos en sosiego y tranquilidad; h e creído que seria
muy conve:Uente en las actuales circunstancias volviese al egercicio de su ju-
rlsdicción el tribunal del Santo Oficio. Sobre lo cual me han representado Pre-
lados sabios y virtuosos, muchos cuerpos y personas graves, asi eclesiásticas
como seculares, que a este tribunal debió España DO haberse contaminado en
el siglo XVI de los errores que causaron tanta aflicción a otros reinos, norecien-
do la nación al mismo tiempo en todo género de letn:s. en grandes hombres Y
en santidad y virtud. Y que uno de los principales medios de que el opresor
de Europa se valió para sembrar la corrupción y la discordia, de que sacó
tantas ventajas, fue el destruirle socolor de no sufrir las luces del dia su per-
manencia por más tiempo; y que después las llamadas Cortes generales y ex-
traordinarias con P.! mismo pretexto. y el ñe la Constitución que hicieron, tu-
multuariamente, con pesadumbre de la nación la anularon. Por lo cual muy
ahincadamente me han pedido el restablecimiento de aquel tribunal; y accedien·
do yo a sus ruegos, y a IQ~ deseos de los ;¡ueblos, que en desahogo de su amor
a la religión de sus padres han restituido DE si MISMOS algu1Ws de Los trü>unales
subattemos a sus /UT!Ciones, he resuelto qce vuelvan y c.>ntinúen por ahora el
Consejo de Inquisición, y los demás tribunales del Santo Oficio al egerclcio de
su jurisdicción, así de la eclesiástica, que a rue&O de mis augustos predeceso-
res le dieron los Pontlfi~. juntamente con la que por su Ministerio los Prela-
dos locales tienen, como de la Real que los Reyes le otorgaron; guardando en
el uso de una y otra las orden= o.:on que S!) iObetnaban '!D 18C8, y 12s le-
yes y providencias, que para evitar ele~ abusos, y mooerar :l.lgunos pri.Ue-
gJOS, conviDO tomar en distintos tiempos. Pero como además de estas provi-
dencias acaso pueda convenir tomar otras, y mi intención sea mejorar este
establecimiento de manera que venga de él la mayor utilidad de mis súbditos,
quiero que, luego que se reuna el Consejo de Inquisición, dos de sus indivi-
duos, con otros dos de mi Consejo Real, unos y otros les que yo n077Wrare, exa-
minen la !orma y modo de proceder en las causas que se tiene en el Santo
Oficio, y en el método establecido para la censura y prohibición de libros ...
Palacio 21 de Julio de 1814. YO EL REY.~
Dlx:. REY, I, 185-186: Circular del Mmisterio de Hacienda -15 agosto 1814-,
d evolviendo al Santo Oficio "todas las lineas... , titulos de propiedad y legitl·
mación".
580 ALFREDO MARTINEZ ALBU.CH

2. - Alicante:
Bajando por la península, escuchamos al párroco de Aspe, del
Obispado de Orihuela (Alicante), Dr. D. Ignacio Gutiérrez Polop,
quien alli mismo, ·•en la solemnidad del Corpus de 1809", había
pronunciado su discurso "España regenerada" como Teólogo Con-
sultor y Capellán de Honor del srnmo. Conde de Altamira, Presiden-
te de la Suprema Junta Gubernativa de España y de las Indias, ''pa-
ra reanimar a los españoles en defensa de la justa causa" 85 • En 1814,
otro discurso, "La Redención de España = el Sr. D. Fenando VII";
con ocasión de "las solemnes fiestas, a expensas del Ayuntamiento
y Clero de la Villa de Aspe con el plausible motivo del feliz adveni-
miento de nuestro suspirado Monarca". Y naturalmente, al publi-
carlo, lo dedica " al Rey N. S.", ya que, después de la confesión de
su "sinceridad -la de un español que no es bastardo ni está corrom-
pido por las máximas y sofisterías de los novato res-", pide a la Vir-
gen Santísima "prospere la vida del Sr. D. Fernando Séptimo en
largos años de gobierno para nuestra felicidad: haced que jamás
Olvide que es REY POR LA GRACIA DE DIOS" 16•

3. - Murcia y Cartagena:
Casi al mismo tiempo -19 y 22 de mayo de 1814, respectivamen-
te- se oyen idénticas palabras: el Párroco de San Miguel de Mur-
cia, D. Jerónimo Alarcón, en su iglesia, da gracias a Dios ''por la
feliz colocación del Rey N. S. en el trono de sus mayores", recordan-
do - según el relato de D. Bias Ostolaza, el 25 de julio de 1810, en
Cádiz 87- la religiosidad de Fernando y su familia en Valen~y:
"apenas se ausenta Tayllerand, tratan de hacer un muy decente ta-
bernáculo, una hermosa custodia y sagradas vestiduras" ss; y en la
Catec:Ir-a.l cartagenera, "con asistencia del Sr. Obic;po, ambos Cabil-
dos, Gefes Militares y demás autoridades, e inmenso Auditorio de
toda clase de personas", el Canónigo Lectora!, D. J osé Escrich, alu-
de a una anécdota del regreso de Fernando para esperar una cola-
boración de Altar y Trono, sac.!"alizando el absolutismo femancfulo:
"la Igle5ia se l!onrat-a con que los Reyes oc•.1p"sen el lugar de honor
y distinción, y Fernando como es bien sabido, no quiso admitir es-
ta preferencia en el coro de Zaragoza, mucho menos pensará en ser
árbitro de las leyes eclesiásticas; él invitará los Prelados de España
para que juntos con arreglo a los sagrados cánones, ordenen y re-
formen según ellos lo que sea digno de reforma; Fernando sosten-

85. G. PoLOP, Espaii4 regenerada, pág. l.


86. G . PoLOP, La Redención de E spafú:r., pág. 25. 28.
87. Osrou.zA, Sermón de 1810, pág. 9. 44.
88. Al.ARcóN, Sermón de 1814 en Murcia, pág. 33.
ltEUCIOSmAD BISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 581

d rá y hará obedecer tales decretos, manifestándose de este modo


el verdadero protector de la Iglesia" 19•
4. - Granada:
a) Ya el 5 de abril de 1814, el Párroco de los Angustias, D. Ma-
riano J osef Sicilia, "en solemnisima función de acción de gracias
por el feliz regreso de nuestro augusto soberano el Sr. D. Fernan-
do VII al seno de sus vasallos" -término abolido por las Cortes de
Cádiz.-, celebrada por "el Cuerpo de Srs. Oficiales de la guarni·
ción", elevaba la voz desde su iglesia: "Venid, Rey querido, ven
Príncipe ador ado, ven a ocupar tu solio, y en nuestros corazones
hallarás otros tantos. Cíñete ya tu espada sobre tu muslo"90• Así se
incitaba a que los militares realizaran el gesto que el Capitán Ge-
neral de Valeneia, D. Francisco Javier Elio, ejecutaría días más tar-
de en Valencia: el primer pronunciamiento del siglo xuc.
b) Otra voz granadina, el párroco de San Cecílio, D. Antonio
Covian, el 26 de junio de 1814, ponderaría con halagos los primeros
decretos absolutistas: "La harmonía, la tranquilidad y el buen or-
den serán los saludables efectos que necesariamente han de produ-
cir los decretos de 1.0 de Junio, que cubre con la política de un
denso velo cuanto la libertad babia dado margen a pensar; y el de
4 del mismo, que concilia con la mayor sabiduria los intereses de
nuestros hermanos de América. No hai que dudarlo: la virtud ha·
hitará en medio de los tribunales, la justicia presidirá a los magis·
trados, ella se administrará por verdaderos intérpretes de la ley y
-órganos de la equidad, sin que se pueda inclinarla el favor, el terror,
la amistad, ni el parentesco. Tal es el decreto de 27 de mayo que
restablece el Supremo Consejo de Castilla, y tales las esperanzas
que debemos tener por la acertada elección de los más sabios y jus·
tos varones d~ la patria que en el dia le componen" 91 • El error de
esta "profecía" lo podemos comprobar, leyendo el Sermón que Fray
Joser del Salvador dirigirá al mismo Fernando vn, en su Real Ca-
pilla, el 24 de febrero de 1815, cuando consideremos la presión di·
recta que el púlpito ejerce sobre el monarca, en el número 2.
S.-Málaga:
a) El 12 de abril de 1814, el Canónigo Doctoral, Dr. D. Anto-
nio C0rrales y Luque, que el 21 de febrerc de 1813 había fustigado
a los afrancesados -"españoles indignos de tales" tz...- . divulga "con
motivo de la restitución de Nuestro Rey y Señor D. Fernando Vll"
89.ESCRtCH, Sermón de 1814, p ág. 27.
90. S tCiuA, Sermón de 1814, p ág. 21.
91. COVIAN, Sermón de 1814, pág. 10-11.
92. CORRALES, Sermón de 1813, p ág. 10.
582

la única intencionalidad de la convocación de las Cortes: "Su céle-


bre orden de 5 de Mayo de 1808, época en que ya estaba cautivo,
dispuso que se reunieran Cortes, a fin de cuidar de la defensa del
reyno contra el enemigo invasor" 93.
b) También en el convento malagueño de Santa Clara, el 5 de
junio de 1814, "en acción de gracias al Dios Todopoderoso por la
libertad de N. Stmo. Padre Pío Vil y N. Católico Monarca el Sr.
D. Fernando VII y su restitución a su Silla y Trono", Fr. José Gar-
cía Palomo, Comendador del R. y Militar Orden de la Merced -duro
azote de los "ateístas insensatos" según "las luces de la nueva filo-
sofía del siglo XIX" en su sermón del 16 de diciembre anterior 9L-
ofrece a su auditorio el cumplimiento de una profecía: para el re-
ligioso, 1814 suponía el "triunfo de la Religión" sobre sus enemi-
gos 9s.
e) Y en Antequera (Málaga), el Ex-Definidor general de trini-
tarios descalzos, Fr. Manuel de la Virgen del Rosario -autor de
la más hermosa oración fúnebre por los caídos en Bailén, según
"mandato" de la Junta de la Ciudad, el 6 de septiembe de 1808 96- ,
vuelve a ocupar la cátedra sagrada, de nuevo con carácter oficial,
en "oración panegíricogratulatoría por la feliz restitución a el tro-
no de las Españas de nuestro amado monarca y soberano Fernan-
do Vll de Borbón"; un auténtico programa político, justamente el
de Fernando en su primera etapa absolutista 97•
6.-Cádiz:
Llegamos a Cádiz, cuna del liberalismo. El Capitán General y
demás autoridades eclesiásticas, civiles y militares de la Plaza asis-
ten, el 28 de mayo de 1814, a la "solemne acción de gracias por la
libertad de nuestro amado Soberano y su restitución al trono de

93. CoRRALES, Sermón de 1814, pág. 11.


94. G . PALOMO, Sermón de 16 de Diciembre IÜ 1813, pág. 11.
~- G. PALOMO, Sermón de 5 de fu~o d~ 1814, p . 21-22: •Dexadme que os re-
cu::rde las proféticas expresiones de N. Stmo. Padre Pío Vil en los primeros
dias de su prisión dolorosa; después de agradecer los obsequios que el emba-
xador español en nombre de su corte hace, le despide diciendo: Ahora princi-
pia la tribulación: será larga; pero Dios N. S. se compadecerá y volverá a
triunfar la Religión de sus enemigos."
96. V. DEL RosARIO, Oración 6 septiembre de 1l>08, P. I SS.
97. V. DEL RosARIO, Oración, 1814, p. 50: -ven, ocupa el trono, renueva la
memoria, imita la piedad, la religión; trae otra vez a la España la felicidad de
tus antecesores, el Cató.hico y el Santo. Empuña el cetro, toma las rie7uü1s del
gobierno... Compadécete de los infelices regulares, que son el antemural de la
ciudad de Dios. Restablece el tribunal santo de la I nquisición, que es el terror
de los implos. Premia a los beneméritos militares ... Reforma los abusos ... "
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA

las Españas", escuchando palabras bastante contemporizadoras" del


Maestro de Teología de los Franciscanos Observantes, Fr. José M.'
Lazo de la Vega, quien el 19 de noviembre de 1810 hizo el elogio
fúnebre de D. Pedro de Cárdenas, Teniente General de la Arma·
da 99 , y el 16 de octubre de 1814 agasajaría a D. Pedro Gravina, Nun-
cio Apostólico, dedicándole -"por los favores especiales con V.S.I.
se ha dignado honrar mi pequeñez"- su sermón en la Primera
Misa de Fr. Antonio de Odena 100.
Pero el 8 de junio de 1814, con ocasión de la festividad de San
Fernando, "celebrada por el Dmo. Cabildo de la S. I . Catedral de
Cádiz, con asistencia del M. I . Ayuntamiento", desde la cátedra sa-
grada se escucha un fortisimo ataque a las Cortes 101 • Era previsible.
Procedia de D. Manuel de Cos, de aquel prebendado, célebre predi-
cador -designado por las autoridades eclesiásticas, civiles y mili-
tares para agradecer, el 18 de noviembre de 1804, a la "Providencia
Divina en haber libertado a Cádiz de la Epidemia que se renovó
desde princípios de Septiembre" anterior y el 21 de noviembre de
1805 en la "oración fúnebre de los que murieron en el combate na·
val del 21 de octubre del mismo año", en Trafalgar, según vimos.
en la parte primera-, procesado por las Cortes de 7 de mayo de
1813 en tomo al "affaire" de la Inquisición taz y expulsado de Cá-
diz IOl,

7.-Sevilla:
24 de Septiembre de 1814. Fr. José M.' Fariñas, en la catedral
sevillana, da "gracias al Altísimo" en nombre del "Santo Tribunal
de la Fe por su restablecimiento, al regresar a sus respectivos tro·
nos los dos invictos Soberanos ambos Séptimos Pío y Fernando".
Una apología de la Inquisición. Tal vez la más apasionada. La que
rezuma un resentimiento impar. Hasta la elección de la fecha -ani-
versario de la instalación de las Cortes en la Isla de León- es apro-

9t'. lAzo, Discurso, 28 mayo 1814, p. 26: •*<mémonos mütuamente; reyne la


candad en todas las clases del Estado; seamos no sólo útiles sino agradables-
los unos a los otrcs. Obcd'!ZC&mos las lt>yes santas ce la Patria... ~
!19. LAzo, ElOgio, 19 1100iembre 1810, p . 1·22.
100. L'W>, Sermón, 16 octubre 1814, p. • .
lCl. Cos, Sermón, 8 jimia 1814, p . s-!1 : •eon esas brillantes opiniones de li-
bertad e igueldad los charlaülnes de nues'..ros dias han procurado alucinar a
los Ignorantes... Las Cortes, tan !reqüentes y repetidas desde la fundación de-
nuestra monarquía, eran unos congresos de la Nación reunida y representada
por los diputados de las tres gerarqu!as o estamentos de que se compone, se-
gún su primitiva constitución. En ellas se proclamaba al Rey, y éste a petición
suya dictaba las leyes que se promulgaban en su nombre, y empezaban a obli-
gar desde que se aceptaban por los pueblos."
102. D IARIO DE SESIONES DE CORTES, XIX, 41·55. '17·300.
103. LAroENTE, Historia de Espaf!a, XXV, 427.
584 ALFREDO KARTINEZ A.LBIACH

vechada para fustigar a dichas Cortes. Una epopeya doctrinal 104

104. FARlÑAS, Sermón 24 sept.iembre 1814, p. ~ = "El Rey sabio disipa los
impios, e Inclina sobre ellos el castigo (Prov. :.!, 26). Triunfó, en !in, la Reli-
gión, de ese horrendo monstruo de la impiedOO que pretendió ocultarse baxo
la brillante máscara de la filosofía, disimulando sus pezversos planes de des-
trucción con los especiosos pretextos de lilustra.ción y reronna general: bolló, por
último, la amada patria con magestuosa pisada la cerviz altanera del feroz dragón
de la división escandalosa, que solicitaran fomentar sus desnaturalizados hijos, au-
xlliando en las pretensiones más injustas la bárbara conducta de sus encarni-
zados enemigos: se desquiciaron ya las puertas del infierno, que hicieron los
más obstinados esfuerzos para prevalecer contra la Iglesia, cubriéndola de ig-
nomJnia, y estrelló su rabioso corage contra la roca innoble de la fe: ya cayó
por tierra la soberbia estatua de ese poder tan decantado colosal, por sus deli-
rantes adoradores, quedando reducida a menudos fragmentos por la fuerza irre-
sistible de una pequeña piedrecita, que se desprendió del alto monte de la cons-
tancia Española, y el enorme gigante, que insultó con arrogancia insolente a
la pundonorosa España quedó cubierto de la confusión más vergonzosa, porque
pretendió temerario medir sus ponderadas fuerzas con las irresistibles de una
Nación proclamada en todos los siglos fecunda madre de Héroes. cat6licos Es-
pañoles, triunfó la Religión, venció la patria, y vuestros gloriosos triunfos, hi·
jos siempre de nuestra fe, afianzaron la tierra, y aseguraron la corona de los
dos inclitos Soberanos Pio y Fernando, ambos Séptimos de este nombre res-
petable.
MSeñor Ilmo., ya no puede duda.rse : Pio Vicario de Jesu-Cristo, y sucesor de
San Pedro, reside en Roma, y desde ella dirige, y hace la satisfacción de la
Universal Iglesia: Fernando desde Madrid gobierna con equidad y justicia su
Reyno, que le han conservado la fidelidad y la sangre de los Españoles, con-
tra las ambiciosas miradas de unos déspotas obscuros, sin religión, sin talen-
to, sin educación y sin politica: se cumplió a la letra en Roma y en Madrid el
oráculo divino: el Rey que se sienta en el Solio del juicio, con su vista disipa
todo mal (Prov. 20, 8). El Rey que sentándose en el alto trono de su elevada
dignidad dice un Escriturario, ilustra, gobierna, dirige y juzga a sus pueblos,
sólo con su vista destierra todas las maldades, y los malvados; porque temien-
do éstos el juicio, la ir.:., el castigo y 13 venganza del Rey, huyen y se esconden,
hasta los que maquinan, o después habían de maquinar alguna maldad, d esis-
ten de sus proyectos, viendo la firmeza del Rey en la administración de justi-
cia; porque ven que lejos de descuidarse, entregándose al ocio, ocupa el solio
velando, haciendo uso de su autoridad y exerciendo a quel poder que recibió
de Dios, para acreditarse~ con :os buenos, y terrible juez con los malos:
concediendo a aquéllos grandes premios, y a éstos duros castigos. Asi habla el
Maestro de la expositlva Comelio Alápide (in ezp. ver. 8, cap. 20 lib. Prov.).
"Sólo el i."'lSOlente descaro que engendra el resentimiento, y la obscura r.en-
sura que puede formar una escasez miserable de principios politicos, podrá
echar menos en los dos invictos Pio ~- Fernando, aq~lla firmeza y tesón, que
recomiendan la autoridad soberana; mas los que conocen las ingentisimas difi.
cultades de la delicada arte de gcbe= los Pueblos, y en unos tiempos en que
la más escandalosa arbitra..-iedad babia trastornado todo el orden, sepultando
a los reynos en la anarquía más espantosa, saben que si aun no l:1a obrado con
entera libertad la justicia, no tarda este suspirado mo::nento, t'n q'lle deba des-
plegar su magestuosa energía; y están ciertos que llegado, no deben esperar su
comp~eto desahogo las pasiones resentidas de unos Soberanos, que sí saben
apreclar el verdadero mérito y detestar ios delitos; desean también respetar las
leyes, y complacer la humana flaqueza. ..
"He aqui los triunfos más gloriosos de la Religión y de la patria. Pero ¿qué.
católico creyó completos estos triunfos, permaneciendo obscurecido, y sin re-
presentación el Tribunal Santo de la Fe? ¡Ha! Los Pastores del rebaño de
..Jesu-Cristo repitieron aquellos fervorosos clamores, que las insensatas opinio-
REUGIOSWAD HISPA.."<A Y SOCIEDAD BORBONIC" 585

--que preferimos no comentar- de indudable influencia en la po-

nes de la impiedad entronizada, o habían desatendido. o habían contestado con


escandalosos insultos... El llmo. Cabildo de esta S . y Patriarcal Iglesia, el cuer·
po síempre respetable de Párrocos, las Comunidades reunidas, después de su
dilatada y ominosa dispersión, y la insigne Universidad literaria de esta heroy-
ca Metrópoli, manifestaron con dignidad, al pie del trono, los piadosísimos de-
seos, que con tanto honor de la religión abrigaron en sus pechos, y con tan ma·
¡estuosa energía habían sab1do sostener, y dirígieron al Altísimo sus ardientes
votos, y al católico Fema.'Y.I.o sus respetuosas exposiciones, por el restablecí·
miento de la Inquisición. Convencidos Pio y Fernando de las importantisimas
ventajas que este esclarecido Tribunal ofreció, desde su institución, a la Iglesia
y al E stado, le restituyen su antiguo y casi obscurecido esplendor, y éste para
desempeñar, a la faz de los Cristianos, uno de sus principales deberes, se pre-
senta hoy en este templo, a labando las misericordias del Altislmo. Dia 24 de
Septiembre del aiio 1814, ¡qué multitud de ideas presentes en este instante, y
como d e tropel a mi imaginación! En el mimw de 1810 se instalaron las Cortes,
las aciagas Corl.e$, que nutrieron en su seno a los ingratos e irreligiosos hijos
de la desgraciada .España, que no content.Os con improperar al Santo Oficio,
minaron sus cimientos, lo echaron por tierra, y lo cubrieron de polvo despre-
ciable: de entre él, y en el dla aniversario levanta el Tribunal su cabeza, mira
hacia una y otra parte, y viendo correr con precipitación y miedo a sus ene-
migos, viene a besar y a bendecir la mano, que los ahuyenta, que los atemori-
za y persigue.
"Dios re da por satisfecho, Sr. Dmo.: se cumplieron los votos de sus fieles
hijos: Pio está convencido de que sí no bub1era Tribunal las circunstancias del
d.ia exig:fan imperiosamente su erección : Fernando sabe, y ha tocado por la
experiencia, que ahora más que nunca debe dispensarle su más decidida pro-
tección: todos sabemos que depositada la autoridad Ponti/ícic. y Real en un Tri·
bunal, que vela constantemente par /.a conservact6n del ALTAR Y TROKO, su vista
podrá disipar los malvados y los males que afligen a la Iglesia 11 al EstadO ...
•No podemos reputarlo hijo del curialismo de los P:\pas, y del despotismo
de los Reyes, sanguinario, <.:ruel y a= feroz; y lejos de creerlo antievangélico,
como se decidió en los Estados Unidos de América, a presencia de WlO que se
llamó Católico en una asamblea de más de veinte Ministros protestantes (Dic-
tamen sobre la Inquisición, del Dr. D. Antonio José Ruiz Padrón), siempre lo
confesaremos ventajosísímo a la Religión, porque contiene el descaro insolente
de los impíos : díssipat ímpios ...
"Odioso carácter de nuestros reformadores, 1~ ilustrados filósofos de los ob~
euros siglos diez y ocho y diez y nueve... Obscuros, y de bnieblas deberán lla-
marse en los anales de una critica racional y cristiana, por más que lo resis-
tan qüatro miserables charlatanes o sabws de café, que los decantan de luoes
y de ilustración ... Basta tirar una rápida hojeada sobre el sistema de la llama-
da filosona reynante, enemiga declarada del Tribunal, porque lo es de la Fe ...
Filósofos animales, o más bien animales !iloso!antes... Tanto pedante escritor-
c!Uo ha pl'()CUr,l.dO poner en ridículo a la Iglesia y a sus Ministros...
"Tiró el abismo sus planes, valiéndose de tanto c<:>rrompido reformador :
protegió la execución, mediante la libertad sin limite de la imprenta: auxilió
a los filósofos en la conquista, y lo que es más, aun esperan /.a vktoria. Pero
miserables, con!unóios: s:ilid de aqui, corred precipitadamente a guareceros eu
incultas malezas, si es que las fieras os toleran : tirad ya vuestros planes fue-
ra de la católica España, porque en esta nación heroyca acaba de completar
sus triunfos la Religión del Crucificado, levantándose el antemural más inex-
pu¡nable de la re ...
~ los dfas claros de Swmtila (Sex. Conc. Toled. can. 3. Año 638) se sancio-
nó aquel célebre canon del Sexto Concilio Toledano... por el que los Padres de
acuerdo con el SOberano resolvieron que a ninguno que no fuera católico se le
p ermitiera vivir en España. ¿Y qué injuria se le hace a los herejes, qüando por
REL!C t OSIDAI) HISPANA••• - 38
586 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

lítica gubernamental 105• De tono muy similar --con una curioSISl-


ma interpretación de la libertad religiosa- el sermón que, veinte
días después, predicó el Rector de la Universidad de Osuna, Dr. D-
Juan Nepomuceno Cascalla y Ordóñez, ante el claustro universitario,
"en el día del cumpleaños de S. M. por la restitución de su trono" 106_
8.-Madrid:
Este ambiente intelectual acucia nuestra curiosidad por conocer
la máxima representación del pensamiento español: la Real Aca-
demia Española. También dedica una "oración al Rey N. S. D. Fer-
nando VII con el plausible motivo de su feliz regreso al Trono de
las Españas". Pero ya remontamos Despeñaperros. No se percibe la
fogosidad meridional. Son aires no tan cálidos; más moderados 101_

los oficios del Tribunal se les obliga a respetar la fe que profesaron? Infelices~
me valdré d e las mismas expresiones del gran Agustfn (Epist. 185 ad Boni!~
cap. 3, n . 13): una grande misericordia se les dispensa. qüando pOr la fuerza
de las leyes son separados de la secta en que se extraviaron: es verdad que·
primero se les hace fuerza; pero esto es para que después sanen de la enfer-
medad, acostumbrándose en la religión católica a los preceptos, para formar
buenas costumbres. Enmudézcan ya los implos contra el Tribunal, o dlgannos ¿en
que se obscurecen los recomendables privilegios de la naturaleza racional, y
padece la heertad del hombre, qüando los oficios del Tribunal dirigidos a sos-
tener la Religión y hacerla conocer, y cumplir el mayor de sus deberes, lejos
de obscurecer los unos, los ennoblecen; y en vez de debilitar la otra, la per-
fecciona, separándola del crimen?... Cba=latanes, por no decirles blasfemos ...
"Ya vela la Inquisición, y :os esuuros se miran apoya4os firmemente en el
orden que los sostienen: los =cas reposan tranquilos a su sombra: EL ALIAR
Y EL TRONO se afianzan sobre unas bases solidlsimas: la a!ligida humanidad res-
pira, y la sociedad prospera: viviendo la Inquisición, vive la Religión, vive la
patria, y el católico español respira una libertad santa, capaz de hacerlo feliz-
en esta vtda y en la eterna bienaventuranza. Amén ."
105. Docru:ros DZL REY, I, 132-134. 185-186; ll, 4-11. 159. 178. 207-212; ID, 111·
112; Apéndice, 1S6; VI, 144.
106. CASCAL.LA, Sermón, 14 a<:tubre 1814, p. 28-29. 32-33. 41 : " ¡Libertad reli-
giosa! QUalidad sobrenatural del hombre, concedida a su naturaleza desde el
momento mismo en que el supremo Hacedor le forma a su imagen y seme-
janza... La verdadera libertad del hombre consiste en estar Ubre del pecado, y
sujeto a la justicia. .. No, no hay libertad verdaderamente religiosa, donde no
habita el espíritu de Dios... Fernando restablece el santo tribunal de la fe, para
que jamás triunfen, ni aun existan en España los enemigos de aquélla. .. Mez-
quitas, Sinagogas, y Pagodas : no el'teis jamá3 en los dominios de Fernando. La
libertad de imprenta tan decantada y tan úb! a los !ilósofos, ~ ya abolida;
y las prensas sólo sudarán para damos escritos que en nada manchen la pure-
za de nuestra creencia... ¡Bendito seas Príncipe amable y dichoso!.. . '!ü has
sido el protector de nu~tra hbertad religiosa, defendiendo el dogma, conser-
vando la disciplina, y respetando los ministros del culto, qüando todo era ata-
cado por los filósofos impios de nuestro siglo.~
107. ANÓNDIO, Oración de la R. A. E. , p. 14: •Será el restaurador de la feli-
cidad y opulencia de la monarquía; y en cuyas primeras providencias y elec-
ciones encontró este cuerpo motivos de exercitar su gratitud, viéndose reinte-
grado en sus antiguas prerogativas, y colocados en altas dignidades y distin··
guidos empleos algunos de sus individuos. No es de dudar que por estos me-
dios volverán aquellos siglos de ilustración y de grandeza para España.•
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 587

En cambio, los madrileños no se resignan con su seriedad caste-


llana e invitan al Vice-Regente de Estudios en el Colegio de San
Basilio el Magno de Sevilla -Gregorio Rodríguez Carrill~ para
que, "en la solemne novena dedicada en la Parroquia de San Mar-
tín, de esta Villa y Corte, a Jesús Nazareno, por el feliz restableci-
miento del Rey N. S.'', componga :a más fantástica teologización
de la historia, que se acaba de vivir. El titule del sermón -editac!o
por un "impr esor de Cámara de S. M."- ya es eminentemente su-
gestivo: Triunfos r ecíprocos de Dios y de Fernando VII. CUanto
ocurre desde que Fernando rebasó el Fluviá hasta su llegada a la
capital pertenece a un "plan divino trazado desde la eternidad" 1C4!.
Aunque luego volveremos a Madrid para captar la presión di-
recta ejercida por el púlpito sobre Fernando VIl - asistiendo per-
sonalmente a los sermones que presentaremos-, cerremos el círcu-
lo del seísmo arrasador de la Constitución gaditana -el epicentro
lo habíamos detectado en Valencia- con Aragón, Cataluña y Balea-
res.

9. -Aragón:
Los aragoneses, más o menos conscientemente, habían prepara-
do la gran transformación politico-social de España -Lafuente 109
108. Ro&RJCUEZ CARRIU..O, Triunfos, p. 3-15: ~Este Nazareno hermoso ha con-
!und.ido la arrogante y vergonzosa sabidurla del siglo d.iez y nueve... En Ma.d rid
donde se sabe tanto, y donde a la presencia del Rey Fernando no tiene lugar el
ateismo, nl el natural:ísmo ... ¡Ob necios, necios! renunciad estos proyectos cri-
minales de ilustración ... Fernando viene, Fernando llega, Fernando avanza al
Fluviá, ya entra en Gerona, ya se postra rendido a los pies de la soberana Ma-
dre de P.ste Hijo Divino que desde la eternidad tenia trazado este plan (para
vosotros desconocido) de hermosísima poUtlca.. Alli valancean las novedades;
alll se resienten las instituCiones; de alli sale la ch1spa eléctrica que in!1ama
los pueblos para recibir con el mayor entusiasmo al enviado del Señor qllf' tie-
ne impreso en el alma. Ya se desploman las lápidas; ya se abrasan los códigos;
ya se sofocan los escanda!os; ya se encadenan las Curias : Fernando triunfante
entra en su corte, sube a su trono, se sienta en su pabellón, el telón se corre;
desaparece el drama; y Cnisto, autor de tamañas obras, vive; Cristo, reyna;
Cristo impera; Cristo '1'IUlTida... Fernando, el rellgiosisimo Fernando da testimonio
de s u Divinidad, manillesta su reconocimiento, y empuñando de nuevo m su
nombrz el cetro y la corona, declara altamente Cpan. la última coa~ de
los ateos) que el Señor ha conservado SJ.D mancha su Ce, qüando de aquí iba,
y qüando allá miraba, y qüando de allá volvla. Del trono de Fernando salen
decretos sabios para defender 14 religión sar.ta de Wl Dios que ha obrado tan-
tos prodigios por defender el trono de Fernando. Por Fernando triunfa hoy el
Evangelio; se alegra su Iglesia; se consuelar: sus ministros; se levantan los des-
tierros; se terminan las causas; se acaban las dilapidaCiones; se ordena la ad-
ministración; vuelve a su trono la just:feia; se sofocan las opiniones. y la paz
de Dios, firmada por el Rey Fernando, empieza a reparar los males infinitos
de la regeneración francesa; tanta verdad es que Dios solo por el ministerio de
Fernando ha salvado nuestra religión, ha salvado nuestra política, y ha obra-
do la salud universal de la España en rned.io de su corte."
109. Lm1ENn:, Historia de España, XXVI 93-94.
588 ALFREDO MA.RTINEZ ALBIACH

ubica la decisión regia en la jULta de Segorbe, el 15 de abril, no en


la de Daroca por la oposición del General Palafox, en la noche del
once-. Y el 15 de junio de 1815, la presencia del "Capitán General
y de los principales cuerpos" de Zaragoza, alentarán al Deán de la
Metropolitana, Dr. D. Benito Femández Navarrete -siendo simple
Canónigo había elogiado espléndidamente el sistema constitucional
el 28 de octubre de 1813 110- , para superar pretéritas contempori-
zaciones, exaltando "la causa del Escorial y el cautiverio de Valen-
~ay" 111.

10. - Cataluña:
La última tierra hispana que abandonó Napoleón. Fernando ya
se hallaba "restituido al trono de sus mayores". Por eso los prime-
ros entusiasmos de la liberación van dirigidos a sus héroes: el 6 de
junio de 1814, Manresa celebra "la solemne acción de gracias a la
Virgen por el triunfo del Bruch", y se apresura su predicador -el
capuchino Fr. Silvestre de Barcelona- en "dedicarlo al Rey N. S.
por el M. I. Ayuntamiento de la ciudad" 112 ; el servita Fr. Martín
Estaper canta en la catedral barcelonesa "la fidelidad de Eulalia a
los deberes del christianismo y la de Barcelona a los del patriotis-
mo", en la festividad de la santa -año de 1815-, historiando "sie-
te años de dominación francesa" con sus héroes y sus "solos seten-
ta renegados" 10; y el agustino calzado Fr. Alberto Pujo! -que ya
110. F . Discur so, 28 octubre 1413, p. 1-8.
NAVARRETE,
111. F . Oración, 15 de junú> 1815, p . XVIII-XX. XXV-XXIX: "Re-
NAVARREIE,
cordemos la causa del Escorial, para hacer saber a la Europa culta que... to-
davia conserva España la integridad y las virtudes de los Lain Calvos y Nuños
Rasuras. .. Burlado tari extraño y temerario proyecto pof l'l superior perspica-
cia del Pueblo Español que previó la grosería de esta trama, dirigida sin duda
a menoscabar las altas ideas que casi por instinto habla formado de un Prín-
cipe amable y d~graciado; tiembla la mano oculta, y desconfiando del exter-
minio de aquél a quien defienden su inocencia y el amor de los pueblos, qüal
Leona furiosa, que ve arrancada la infeliz presa que lleva entre sus gli.IT3S, se
vuelve sobre sus fieles · servidores y leales amigos del perseguido Príncipe, para
saciar en ellos su desesperada rabia... En el cautiverio de Valenc;ay: ... lazos
que se les arman,... tramas urdidas con tan siniestros fines,... mezquindad y
groseria con que se iba estrechando la suerte de los Príncipes... "
112. S u . = ill: BAR~m.. Elogio, 6 :le junio 1314, ¡>. 18. 23 : ~7c..dos 1~ es-
fuen:os del general Swarts r.o pudieron penetrar, y qut:daron cortados en les
sitios del Brucb: al pue.bw santo se prometió que cinco de ellos perseguirían
a ciento de los extraños CLev 28, 8); pues esto vio Manresa, desde las alturas
del Bruch fueron perseguidos los .tranceses hasta acorralarse en Barcelona .. .
Sin perder un solo h ombre (no hubo más que un solo herido) ¡qué prodigio! .. .
Entre los Lloveras, Monterdits, Bagets, Ramblas, Clérigos de la Palma todos
intrépidos, nos ha dado un Manso, la gloria del catalán, el azote del enemigo,
nacido para ruina de los franceses: D. José Manso."
113. ESTAPER, Panegírico, p. 3. 11-13. 17-21: "Después de siete años de duro
cautiverio los unos, y de dolorosa expatriación los otros celebrais por prime-
ra vez en el seno de la más dulce libertad, y presididos por vuestras legitimas
autoridades (celebró el Pontifical el Ilmo. Sr. Obispo, y asistió a la función el
REUCIOSlDAD HISPANA Y SOClEDAO BORBONICA 589

el 16 de abril de 1815 halagó los oidos del General en Jefe del Prin-
cipado en torno a su "admirable" caridad y la de Fernando vn nL-,

M. I. Ayuntamiento), la fiesta de westra ilustre paisana. .. Aquellos b3.rcel~


neses de todos estados, de todas parroquias, de todas condiciones, que no cre-
yendo conciliable la dominación francesa con el cumplimiento de sus deberes,
hicieron generosa dimisión de sus togas, de sus magisLraturas, de sus insig-
nias, de sus disticiones, de sus bonorincos empleos; aquéllos que prefirieron
una dolorosa expatriación, en la que llegó a faltarles hasta lo más preciso para
su sustento, a la vista lastimosa de los males de la patria ... <Está probado ofi-
cialmente por las m ismas listas que formó el gobierno, que entre tantos núlla-
res de habitantes, como cuenta esta populosa ciudad, solos setenta han sido
los renegados)... Confúndanse aquellos Gal~hispanos, entes anfibios, egolstas,
refioados, que con una politica semejante a la del Urano, han presentado de
sf m!smos en su conducta a la faz de todo el mundo el más ridiculo proble-
ma... Espurios, oprobio del nombre español...
•Edfctos sanguinarios, proclamas amenazadoras, prisiones, cadenas, confis-
cación de bienes, deportación de familias, destierros, suplicios, cadalsos... Opri-
mieron y sacrificaron un sin número de victimas sin más delito, que el de ser
Españoles fieles. (Sin más delitos que éstos -por una mera palabra, por una
leve expresión de pabiotism~ fueron ahorcados dos bon.r ados paisanos el
dla 23 de Octubre de 1811, y otro el dla siguiente)...
•Qilántos eran los barceloneses en no dar la menor muestra de obsequio y
respeto a ninguno de los soberbios Ammzes, <No pudiendo su!rir con paciencia
semejate desaire los franceses y agentes de Pollcia más de una vez se les vio
levantar el bastón, o el sable para hacer saltar los sombreros de la cabeza de
los fieles barceloneses) que ufanos paseaban estas calles, sin que les impusiera
el marcial magestuoso tren, que les acompañaba. .. No nos detengamos en con-
tar las qUantiosas sumas de dinero con que contribuía Barcelona al manteni-
miento de las tropas; las confidencias secretas, que atropellando por una infi-
nidad de peligros, sallan y entraban de la ciudad para proteger la buena cau-
sa; las grandes remesas de sables, pistolas, charreteras, uniformes, y demás
fornituras que, allanando dificultades, y venciendo obstáculos, se enviaban a
todos los cuerpos de la milicia española...
MEI dia 9 de Abril de 1809.. ., un tribuna se levanta en esta ciudad, ante el
cuaJ, llamadas todas las Autoridades civlles y militares, se les exige imperiosa-
mente el juramento de fidelidad al intruso Rey baxo la pena de incurrir en la
indignación del "gran Napoleóne... No se dobla la firme rodilla. .. Se decreta
que lt)S unos sean ~aducidos a Mo~ui. y los otros a la Ciudadela..., escolta-
dos de bayonetas... (Nadie ignora el modo vil con que el enemigo se apoderó
de dichas fortalezas en Febrero de 1808) . .. Ahogando en su pecho todos los sen-
timientos de carne y sangre como otros tantos cautivos se dexan conducir a
Francia, antes que faltar a su fidelidad-.. Centenares del cuerpo Eclesiástico
de uno y otro clero se fugan de ~1.a ciudad; siendo una <señal no menos c!er-
ta de honor y de fidelidad el huir de la presencia del tirano por no comprome-
terse, que mantener--...e fume de!ante d2 él {único medio de ev&dir el jura!lleilto,
o a la deportación a los que no quisieron exponerse a ésta, ni sujetarse a
aquél : el dla 30 de Enero de 1810, en que efectuó la deportación a Prancia de
estos beneméritos españoles, el Sr. Comisario general de Policia dei orden del
general francés Augeruu pasó oficio a los Prelados de ambos cleros, para
que le presentaran una lista de todos sus respectivos súbditos, notando en
ella quiénes jurarian, y quiénes no)..."
114. P'OJoL, Discurso, 16 abril 1815, p . 6-7. 18-19: "Vuestro digoisimo Ge!e
ha renovado una obra que vieron con admiración los años anteriores (Apenas
S . E. el Sr. Marqués de Campo Sagrado se encargó del mando de esta Pro-
vincia, reinstaló la R. Junta de Caridad en 21 de Octubre de 1814). Esta R. Casa
de C8ridad baxo los auspicios del más benéHco de los Reyes (Se han declara-
do su Protector D. Carlos IV en 13 de Noviembre de 1803 -había sido instala-
590 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

en la misma catedral, el 18 de octubre del mencionado año, enco-


mia la gesta de los ocho héroes muertos el 3 y el 27 de junio de
1809 junto con otras hazañas catalanas: Gerona, Alvarez y el Re-
gimiento Ultonia, Lérida, Tortosa, Tarragona, I gualada, Cerver a,
Bellpuig 115•

da en 3 de Enero de 1803- y D. Fernando VII en 20 d e Noviembre de 1814) ...


es el abrigo de todos los necesitados (A más de la instru.c ción en el Catecismo
de la doctrina cristiana, que se verifica todos los días, se enseña a los niños
el arte de escribir y leer, Aritmética, Gramática castellana, Ur banidad y cuan·
to puede disponer a ser un hombre útil a la Religión y a la Patria. En cada
un ru1o se da Certámen público en donde se hacen manifiestos los adelanta·
mlentos en cada una de las instrucciones. Y com o el P . Antonio Artés -en
cuya primera Misa se predica este di.scu.rso-:- y otro compañero suyo también
Sacerdote en el dia, hubiesen manifestado los deseos de vestir el hábito r eli·
gioso, la Junta avocó, intercedió, y les prestó todo lo necesario hasta llegar al
día de la Profesión)... Ministros del Santwirio : el decreto de S . M. -22 febre-
ro de 181S- es la apologia de nuestro carácter ... Con una mano empuña la
espada, y con la otra defenderá el Santuario. Colocará Ministros en el lugar
que señala la Providencia...
"¡O tiempos, o costumbres! ¡O siglo filosóf ico! oxalá renacieran aquellos
tiempos que vosotros llamais góticos y bárbaros. Tal vez renacieran con ellos
las costumbres sencillas de vuestros ancianos. ¡Necios! os alucina el título de
novadores : contra vosotros clama, no digo la historia sagrada, sino la econo-
mla de las Naciones cultas. Ya el abuelo de Cicerón veía con dolor la intro-
ducción de las artes extrangeras, y deploraba la pérdida de las costumbres
y disciplinas de sus mayores. Su nieto nos ha conservado un dicho tan Jacó.
nico como terminante: Los hombres de estos tiempos se parecen a los escülvos
Siros: qüanú) mejor hablan griegO, son menos hombres de bien {De Orat. 2,
66). Sabios fueron los Escitas qüando fulminaron pena de muerte al que intro-
duxera la menor mudanza en las costumbres (Compen. de Hist. Univer. por
MR. ANQuon:t.). Sabiamente prevenido el grande Agustino hizo mal pronóstico
de los Romanos, desde que les vio adaptar vestidos, usos y máximas ~xtrange·
ras <De Civ. Dei, lib. 1, c. 31). En esta época los h ombres se glorian de m ás
sr.b ios; pero oxalá fueran tan inocent es como sus abuelos. Estos con la i;wcen·
cia en los labios y Dios en el corazón, veian en los Sacerdotes unos prodigio-
sos Moyséses cuyo poder se extiende, no sólo a convertir el agua en sangre,
sino lo finito en infinito, la C'riatura en creador, el al.ir:lento temporal en una
substancia eterna ...
MDos mU trescientos Pobres mantenidos hasta el año ocho ... Cuando las ex·
presiones con que la ha distinguido S . M. no elevaran su concepto (En 23 de
Diciembre de 1814, cada día S. M. se complacía más de haberse declarado pro-
tector de un Establecimiento que tanto se desvela yor mejorar la s uerte de
los vasallos oobres. S . E. el Sr. D. Pedro Cevsllos: Un establecimiento que
hace honor ai siglo presente); recibiría hoy su mérito una extensión particcl:s.r
al ver en el nuevo Cele!>rante los frutos de stO solicitud... ; ochocientos Pobres
que gemian baxl) el peso de la indigencia panegirizan vuestro celo ... "
115. PUJOL, Ora..'ión, 18 octubre 1815, p. 4-5. 27-28: "Barcelona, cuna del va·
lor, depósito de la fid elidad (En el Noviembre y Diciem bre de 1808 dio Barce-
lona un tes timonio de su acendrada lealtad, trazando con anuencia de los
Excmos. Srs. Marqués del Palacio, y D. Juan Miguel de Vives un plan para
libertar la Capital y con ella el Principado) ... La muerte de los ínclitos D. Joa·
quin Pou <Cura Párroco de la Ciudadela, natural de Vich, de 61 años de edad),
D. Juan Gallifa (Clérigo Regular Teatino, natural de San Bou de Llussanés, de
36 años), D. José Navarro {subteniente del Regimiento de Soria, natural de
Novelda en el Reyno de Valencia, de 38 a 40 años), D. Juan Massana {natural
de Barcelona, Oficial de Consolidación de Vales en la misma Ciudad, de 22 a
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 591

También Cataluña escuchó los más extremados sermones anti-


constitucionales: no sólo las alusiones de Fr. Alberto Pujol 114 ; el
15 de enero de 1817 -Y el 14 de abril del citado año 116- en boca
del Custodio de PP. Menores Observantes de la Provincia catalana,
Fr. Joser Rius m. Y en el "sermó que la antiquíssima vila de San-
ta Maria de Piera, Bisbat de Barcelona, dedicá a la Magestat Supre-
ma de Christo Crucificat en sa miraculosa sagrada imatge venerada

23 años), D. Salvador Aulet (Corredor Real de Crunbios, natural de Barcelona,


de Z1 años), D . Ramón Mas (carpintero barcelonés), D. Pedro Lastortras (ce-
rrajero barcelonés, D. Julián Portet (espartero barcelonés), fue un manto de
horror Oos cinco primeros el 3, y Jos otros tres el Z1 de Junio de 1809), que
cubrió el corazón de Jos buenos españoles... Los Gerundenses menos bárbaros
y más decididos que Jos Numantinos (Un puñado de paisanos Indisciplinados,
sostenidos por su entusiasmo, y ausiliado por un corto número de militares,
que formaban el valiente regimiento de Ultonla. bastarOn a poner en vergon-
zosa fuga al enemigo, que en número considerable, y con todos los aparatos
de guerra, intimaron a Gerona la rendición en 20 de Junio de 1808), los Gerun·
denses, cuyo valor dirigido por Fabio, burló las esperanzas de Anibal; los Ge-
nmdenses, a quienes la posteridad ha de rendir Jos más tiernos homenages;
los Gerundenses sufrirán UD yugo sanguinario más temible que el dragón del
Apocalipsis (12, 13) (Alvarez, cuyo solo nombre es UD acabado elogio, dio a
Gerona las mayores pruebas de su bizarrfa militar. La guarnición se cubrió
de gloria en Jos siete meses que sostuvo el sitio más obstinado; el paisanage
se distinguió en su heroico valor y sufrimiento. Gerona no cuenta siDo esque-
letos animados, y éstos bastan a Imponer a UD enemigo que recibía todos los
dias considerables refuerzos). Lérida, Tortosa. serio contadas entre las plazas
que pasaron a manos del enemigo. Tarragona sufre la desastrosa suerte de
Persépolís (antigua capital de Persia) <La pintura que hizo de ella en el d.ia
quarto de los suntuosos funerales el Dr. n. José Prats, canónigo magistral de
aquella metropolitana Iglesia, obligará a todo buen español, a mezclar sus lá-
grimas con la sangre de Jos seis mil inocentes que perecieron el 28 de .Junio
de 1811), y la provincia sin egército y en el centro de la miseria, presenta un
esqueleto con ojos, para ver la irúquidad, con oldos para escuchar los tristes
ayes de los infelices; sin otro espíritu que el de algunos inseparables ilijos que
la alientan con sus voces (Solos unos ochocientos hombres quedaron del egér-
clto de Cataluña. Este Principado vio :-enacer su entusiasmo con las enérgicas
y sabias dispooiciones que se tornaron para organizar batallones y transformar
a todos los catalanes en otros tantos sold:ldos. En pooos meses se formó una
división que bastó a sorprender al enemigo, estaclooado en Igualada, y rendir-
le, aunque pertrechado en Cervera y Bellpuig. Y a pesar d~ la estremada indi-
gencia y de la continua invasión. fue en breve el !)rimer egtrcito el azote de UD
enerrugo vencedor).•
116. Rros, Elogio, 14 abr'.l 1817. p . 13: ~Amabillsi:no Francisco; con!undld
las orgulloo;as ideas de los que qulen:n gloriarse, mas no en el Señor, sino en
el fasto, en la opulencia, en la elevación, en la vana ciencia, y otras vanidades
del mundo."
117. Rros, Oración, 15 enero de 1817. p. 13·14: ~Desde que el autor del Con·
trato SOC.ial, por uno de los más monstruosos extravios de nuestra razón mez-
quina, !ixando la soberanía en el pueblo, quiso hacer de cada hombre un pe-
queño reyezuelo, y de la reurúón de muchos un grande Soberano; ¿ha habitado
por ventura hombre más odioso que el de vasallo para los ciegos adoradores
de aquel maligno Genio? Ya llegó a haber espiJ'itu tan altanero y enemigo d e
toda sujeción, que llegase a pronunciar en tono de energúmeno, que ni de Dios
quería ser vasallo : blasfemia lucererina, que hizo estremecer las bóvedas de
San Felipe de Cádiz."
592 ALFREDO MA.RTINEZ ALBIACH

ja desde una antiquitat molt remota en dita parroquial iglesia, que


a1s 28 Abril de 1815 en los annuals y solemnes cultos predicá Pau
Aguilera, Prébere y Rector de la Iglesia Parr oquial de Sant Martí
de Sesgleyoles del Bisbat de Vicb" , "contra lo descaro y lliberti-
natge del d ía" us_
11. - Baleares:
Completemos el círculo sísmico en Mallorca. 3 de julio de 1814.
El carmelita calzado, Fr. Jaime Goñalons, con la "acción de gracias
por la libertad y colocación en el trono de nuestro amado sobera-
no el Sr. D. Fernando VII" : ansioso de profetismo, alude al sermón
d e Ostolaza, de 25 de julio d e 1810 (La parte, cap. 1.0 , art. 2.0 , B , e,
b)),) 119• Y el capuchino Fr. Antonio Alfaro -quien el 19 de julio de
1815, en la catedral mallorquina, babia pronunciado un soberbio
sermón, relatando toda la Guerra de la Independencia hasta el Con-
greso de Viena y la victoria de Waterlóo 120- , veintiocho días más
tarde pide con vehemencia "por nuestro amabilísimo y religiosísi-
mo Soberano el Sr. D. Fernando vn para que desempeñe el augus-
to carácter de Protector d e la Religión Católica, sancionando de-
cretos religiosos, y exterminadores de toda novedad de doctrina, y
de los que aman la guerra, la rebelión y la anarquía, que turba la
harmonía social de los Estados" 121•

118. Acuun::RA, Serm6n, 28 ::le abril 1815, p . L 22: uC&stas donselles, zelosas de
vostre honor, veniu al Sant Christo de Piera, igualment que en lo Calvari veu-
reu a vostra Princesa la Verge Santissima, que vos animará a conservar vostra
virginitat contra lo descaro y Uiberti7Ultge del dia.n
119. GoÑALONS, Sermón, 3 Julio 1814, p _ 14 : use verificará; sí, podemos es-
perarlo; se verificará el vaticinio de los leales madrileños, qüando al ir a im-
poner el nombre de seis Reyes de mérito inmortal, exclamaron transportados
de gozo: és!.e, si, que nos ha Ge hacer felices."
120. ALFARO, Oración, 19 Julio 1815, p. 1-64; Cfr. 1.• parte, cap. L• , art. 2.•,
B, d.
121. ALFARO, Oración, 16 Agosto 1815, p. 40.
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 593:

b) Presión directa.

Regresamos a Madrid, para fijar el grado de presión que el púl-


pito ejerció sobre la política de Fernando. No nos referimos ya a
un ambiente general. Sino a la presion directa de los sermones, a
que personalmente el monarca concurrió:
l. -El 8 de noviembre de 1814, Fernando VII con los !rúantes
D. Carlos y D. Antonio asiste a las "reales exequias de S. M. la Rey-
na de las Dos Sicilias, Maria Carolina, Archiduquesa de Austria, ce-
lebradas en la Iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, por
disposición del Excmo. Sr. D. Pedro Gravina, Arzobispo de Nicea,
Nuncio y Legado Pontificio de S. S. en los dominios de España, y
del Caballero D. Vicente Ugo, del Orden de San Juan, Encargado
de Negocios de S . M. Siciliana". Fr. Manuel Martínez, "del R. y Mi-
!itar Orden de la Merced Calzada", tras biografiar a la madre de
Maria Antonia, primera esposa del monarca español con una emo-
tiva alusión a los funerales de ésta, hace referencia a la expulsión.
del Nuncio Gravina por las Cortes gaditanas m.
2. - En su Real Capilla, diecinueve días después, el carmelita
descalzo, calificador de la Inquisición, Misionero apostólico y can-
tor del "Dos de Mayo" el año 1810 en Cádiz 123, Fr. Josef del Salva-
dor.
Nunca -ni siquiera en el jesuita Castejón 124 con Felipe V, ni
en los predicadores de los reyes austríacos-- leimos una intromi-
sión tan descarada en los asuntos de gobierno: al inaugurar los ser-
mones de la primera "pequeña Cuaresma" - l.a dominica de Ad-
viento- de Fernando como Rey, Fr. Josef del Salvador aduce un
texto, no el de la liturgia del dia, sino otro que facilite el marco
apropiado a s:JS exigencias políti<'as: San Lueas (16, 2): '·da cuen-

122. MARTÍNEZ, Oración, 8 Noviembre 1814, P . 69: MUn Prelado (el Excmo.
Sr. D. Pedro Gravina, Nuncio de S. S .) tan ilustre por su nacimiento; pero
más ilustre por sus virtudes, y por la firmeza y apostólico zelo con que en
tiempos borrascosos se opuso al torrente de la tmpied4d, haciendo y padecien-
do con muy es!or73do ánimo."
123. SALVADOR, Oración, 2 11UlyO 1810, p. 6-14; Cfr. 1." parte, cap. 1.•, art_
2.• B, b .
124. CASTEJÓN, Sermones varios, t. I -III; Luis el Grande. Oración fúnebre,.
p . 3-18; Oración fúnebre de Luis el Delfín, p . 3-70.
594

ta de tu administración". Son las palabras que Dios dirige al ma-


yordomo infiel. Se reviven los tiempos de la teocracia, en que Yah·
vé es el soberano, Fernando su Ministro y el predicador s u pro-
feta 123•

125. SALVADOR, Ser77Wn. 27 NooierrüJre 1814, p . 5-17: "Ya está en costumbre


que dirija a V. M. mi palabra. Ya es preciso que aunque sea a costa de mi pro-
pia confusión os insinúe algu110 de los cargos que Dios os puede hacer qüando
os pr esenteis en s u respetable tribunal. Yo os hallo, Señor, figurado en aquella
viña escogida que el gran Padre de familias plantó y cultivó con innefables be-
neficios; y es el cargo a que tenefs que responder como perscma. particular. Yo
os considero elevado al trono de las Españas, y precisado a dar el más copioso
fruto al Padre de familias, que prodigiosamente os puso en él; y es el cargo a
que teneis que responder como Rey ...
HPor lo que toca a V. M. me parece que estoy oyendo al supremo Juez aquel:
VINEA MEA ELECTA, ECO n: Pu.NTAVI (mi viña elegida, yO te planté). YO te di el ser ,
siervo mio Fernando, en medio de la mejor nación. hice que nacieses de padres
católicos, y que lo fueses desde luego, te cerqué desde niño con vallados de
.religión; te di Maestros que te la enseñasen, y previnisen contra el veneno d e
la heregia, que dominaba en gran parte de la Europa; te enriquecí con un co-
razón r ecto, y naturalmente inclinado a lo justo y a lo honesto; pues QUID DE·
BOl FACEJIE VINAE MEAE, ET I'."ON FECI? (¿qué debi hacer por mi viña, y no hice?)
¿Pude hacer más por ti? Sí: yo te libré de la muerte, que con mil dolencias te
acometió, qUando apenas podías andar sobre tu pie; yo puse a tu lado un án·
gel, en la persona de tu Esposa, que a m odo de r elámpago del cielo te ilustró,
te previno, y te enriqueció con avisos, que con ayre de profecia.s te anunciaron
como a Pablo lo mucho que habías de padecer en Jerusalén, esto es, en medio
de la Europa; yo m e puse al frente de tu honor, y en la persecución más sen-
sible y delicada que puede suceder a pura criatura, te saqué a salvo: hice en
tela de fu$ticia viese todo el mundo tu inocencia (Causa del Escorial, que in·
~ortalizó la eatereza de los jueces que la sentenciaron>: ¿pude hacer más por
ti? Sí : yo permiti para hacer más respetable tu nombre que la Fiera de Europa
te tragase, y con mil intrigas diese contigo no en las nl>eras de Nineve como
J onás, sino en el lago de los leones, como Daniel; te defendí en la prisión de
innumerables enemigos y peligros del alma y cuerpo, ¡bien lo sabes! te di para
templar tu pena por compañeros a tus amantes y amados Carlos y Antonio;
(¡qué consuelo no te sirvieron!); te facilité la vuelta a tu solar venciendo tan·
tos imposibles como pasos, haciendo una prodigiosa ostentación de mi omnipo-
tencia en la humillación de los Goleates, Holo!emes y soberbios Atlantes que
se declan dueños del mundo, y que lloraban como el de 1\face<ionia, porque no
babia más que uno para sugetarlo a su tiranía: ... ¿pude hacer más por ti? Si :
la España se hallaba hecha una sala de fieras; DOS PARTIDOS extremadamente
opuestos lidiaban en el teatro que debla ser de la paz; la Religión y tu Monar-
quía eran el juguete de los más poderosos, el ser · justo era el mayor delito; el
olJede<:Gr h m¡ Iglesia la última disposición para S3r expatriado; y declarado
indigno del nombre de español (Digalo el Venerable Obispo de Orense). ¡Qué
horror! Pues por cima de tanta confusión te conduxe milagrosamente a tu so-
lar; y con sola tu presencia hice que se estrellase el fu.'"Or, que desapareciese
el desorden, al modo que desaparece la tempestad con la presencia del iris,
las tinieblas con la del sol, y todas las fieras al sentir la presencia del león
qüando sale a pasear la campiña: ... ¿pude hacer más por ti? Sí: yo hice, que
habiendo pasado el rio Fluvia con el bastón en la mano, como otro Jacob e l
Jordán, a punto te vieses rodeado de innumerables españoles, que postrados a
tus pies y con lágrimas de amor en los ojos te ofreciesen su corazón, su vida,
sus haciendas, sus carros, sus bestias, sus cab allos, sus coches, basta tirar del
tuyo una multitud de heroycas y honestisimas doncellas, que hicieron su entra·
·da en Zaragoza más célebre que la de los Trajanos, Constantlnos, Fillpos y Ale-
REUGIOSlDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 595

Un éxito de imprenta: lo edita Francisco de la Parte en Madrid,


en el mismo 1814, y en idéntica fecha Juan Francisco Piferrer de

x:andros en sus respectivas cortes; pero aun es poco: yo hice que los Jlilitares
agraviados se olvidasen del abat:il!úento en que yaclan y electrizasen la nació n
a tu favor (Sabido es que el Militar fue tratado de mercenaria en el Gobierno
antiguo y que fue el primero en ponerse de parte de Fernando VII en Gerona,
Zaragoza, Valencia, Sevilla, Xerez y otras provincias, a quien siguió generosa la
parte sana de la nación); que Zaragoza, Valencia y su carrera donde disfrutaste
las más dulces protestas de su amor y de tu soberania; que los Reynos de An·
dalucia y Provincias más distantes que carecieron de tu deseada vista, en fin,
hice que todo español recto reuniese sus votos, levantase las manos al cielo, y
te proclamase en medio de mil peligros, basta aterrar a los enemigos, basta
abrirte las puertas de la Corte y conducirte al Trono, quedando aquéllos a tus
pies confusos y sin manos como Dagón al frente del Arca del T estamento: ...
¿pude hacer más por tí? Ahora bien, Fe.mando mio, ¿con qué r esponder a tan-
tos beneficios? ¿Qué has hecho o haces por mi, por mi causa y por mi pueblo?
ROlO& RATIOta:M VIU.ICATIONIS ro.u: (Dame cuenta de tu administración). Señor,
esta insinuación basta para un corazón fiel y agradecido como el de V. M .: bas-
ta para que V. M . entienda la obligación que tiene a unirse cada dla más y más
con un Dios, que tan particularmente lo distingue en su cariño; basta para de-
cirle allá en el retiro del corazón con toda la ternura de que es capaz V . M.
Qum REI'RIJIUAM DoJm.'"O PRO OJINIBUS QUAE REI'RIJIUIT JaHT? ¿Qué podré baoer,
Dios de mi vida, para llenar la grande obligación en que me habeis puesto con
tantos Y tan grandes beneficios? QuiD RITRIBUAM? j Ah Jesús de mi corazón! Ya
sé lo que haré: poco es el sacrificio de mil vidas que tuviera en aras de vues-
tra ley, echaré mano al Cáliz de vuestra Pasión para que os pagueis de vuestra
propia sangre lo infinito que yo os debo : CALleo& SALt."TAJUS ACCIPIAM. Señor, si
asf lo hacels, habrels respondido a Dios C077W persona po.rticular... Resta ver
cómo habels de responder a los cargos que os haga C077W Rey.
MQue la primera dignidad de un Reyno es imposible desempeñarse a gusto
de todos, es tan cierto que sólo puede ocultarse a quien no tiene uso de razón ...
Qüando entra a reyoar en una Nación dividida en facciones. que se devoran mú-
tuamente, que s u principal empeño es r eprobar unos lo que hacen otros, poner
al Reyno en confusión, y vivir cada uno a su Hbertad. Pero no desmaye V. M.,
porque este mismo desorden hace resaltar más la conducta pacüica de V. M .,
y descubre el carr.ino que ~ debe tomar en medio de tan penosos extremos.
V . M . ya se ha manifestado repetidas veces lzuho todo a todos como Pablo (El
más discolo que observe la vida, movunlent.os y providencias que da Fernan-
do VII por la felicicüul de sus tl(l.S(tllos, se convencerá que nada le resta para
hacer como Rey y como Padre; pero la felicidad de los vasallos y paz de la
Nación no se verá hasta que depongamos el espiritu de partido que sostiene
la división que Ms devora. La experiencia va enseñando ser el negocio princi-
pal de España acabar con esta discordia. El Rey tiene muy en el corazón la
sentencia del SalVAdor, que anuncia la desolació11 de un ReynQ divid:d.ci .m sf,
DESOLAIIITUR, y es menester que los Sabios, Consejeros y Politi.::os ayuden a S . M.
a buscar W3 medios, para tocar en este tan digno objeto. No hily fdlcidad sin
umón; pues a trabajar por :a unión de todos; y cada UD(I en su respectivo es-
tado), para traer a todos sus vasallos al punto de la equidad, al seno de su
paternal corazón. Estos oficios de bondad han de llevar a su roano derecha la
justicia que S . M. debe sostener, como que hace la causa de un Dios que lo ha
puesto en su lugar; contando con que a pesar de tan recomendables diligen-
cias, los malos reprobarán y los buenos aprobarán; pero no sacó más partido
Jesucristo. SI V. M. no lo hace asl, PEJIDERÁ la tranquilidad del corazón; y el
mismo Dios, que para V. M . ha sido tan bueno, se convertirá en Juez riguroso ...
MBaxo este pri'ncfpio vamos a prevenir los cargos que Dios puede hacer a
V. M . en esta parte; vamos a examinar : no delitos que V. M. haya cometido,
596 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

Barcelona, Miedes de Zaragoza, Padrino de Sevilla, y al siguiente


año en Valencia tanto Manuel López como Francisco Brus ola.
sino escollos en que puede dar como Rey, viviendo en un horizonte tan carga-
do de densas nieblas del egoismo.
"El primer cargo que Dios puede hacer a V. M. en su juicio, es sobre la vi-
gilancia en reunir y pacificar los corazones de sus vasallos. No hablo aquí de
ese Pueblo inocente, que ninguna parte tiene en la discordia; porque éste, gra-
cias a Dios, está unido, dispuesto a obedecer qüanto v . M. le mande, a seguir
el coche de V. M. con aclamaciones, y a llevarlo en sus hombros hasta el fin
del mundo. El Dios de amor, que revela a los párvulos sus misterios, los ocul-
ta a los soberbios y pretendidos sabios. De esta segunda clase son los que hay
que pacificar. A las palabras y ofertas no se dan por entendidos; a las obras
no deberán negarse, y así, la instalación de un gobierno que sólo sepa el idioma
de la justicia, la elección de Ministros y Consejeros, que antes de la revolución,
en ella, y después hayan acreditado su incorrupción y afecto a la causa justa;
el despego y abominación de validos, que exponen la tranquilidad del Rey y del
Reyno; la vigilancia y prudencia para distinguir el verdadero mérito del demé-
rito de los vasallos, a fin de que ninguno (si es posible) padezca agravio en el
repartimiento de los empleos: todo esto contribuye a la reunión de los ánimos
y felicidad de la Nación, que V. M. desea a toda costa...
"El segundo cargo a que tiene que responder V. M. como Rey, es sobre el
zelo santo que debe mantener por la execución de lo que manda a favor de la
piedad y de todo necesitado. V. M. como puesto por Dios, abunda de luces
para conocer que un Reyno católico sólo descansa con seguridad en los bra-
zos de la Religión; que en tanto estarán seguros el trono y el cetro, en qüanto
sus amados vasallos teman a Dios, y observP.n su santa ley. En virtud de estos
conocimientos ha dado Y . M. mil Decretos a favor de la Iglesia, de sus Minis-
tros, Casas de piedad y Familias religiosas. Pero ¿se observan, Señor? ¡Ah! No
soy yo el que t engo de deponer en esta causa. Hable esa multitud de Ministros
del Altísimo, enriquecidos con los Decretos de V. M. a s u favor, y sin embargo
oprimidos de la necesidad, careciendo de su propio pan por falta de execucion.
Hable esa multitud de militares estropeados y golpeados de la indigencia; esa
multitud de padres y madres de los que murieron en el campo del honor, pre-
venidos con otros mil decretos de vuestra piedad, y pordioseando por calles,
plazas y caminos por falta de execución. Hable esa multitud de Religiosas, de
almas verdaderamente heroycas, sacrilicadas a Dios en una clausura, visitadas
y favorecidas de V. M. y con otras tantas disposiciones caritativas, y pereciendo
de nec~sidad por falta de execución.
"No hay que decir, Señor, NO HAY DINERO, porque remitiendo esta respuesta
a otro examen, los más claman por lo que es suyo, por su hacienda, por su
casa, por sus alhajas, por sus bienes que existen; pero existen en manos del
lobo; en manos de !os que aspiran a enriquecerse con la sangre de los pobres;
en :nanos de los que saben hace!' elásticos vuestrcs decretos, extendiéndoles y
limitándolos a favor de su codicia; en manos que hacen mi! mártires de otros
taittos ne~esitados y afligidos, que tocan en las p uertas de sus respectivas ofi-
cinas. Ya se dexa entender, Señor, que esta escandalosa conducta arguye poca
piedad, poca adhesión, al caritativo Gobierno de V. M. : mucho afecto al anti-
guo "antimonárquicc"; y un empeño tenaz, au:1que disimulado por llevar ade-
lante sus proyectos contra la Iglesia y sus Ministros. Todo esto hay, Señor, pe-
ro ¿qué? ¿lo ignora V. M.? ¿No lo entrevé V. M. en tantas r epresentaciones y
discursos como bar. hecho y hacen a V. M. los necesitados? ¿Y ha de quedar
sin remedio tanto mal? No, no es posible esta omisión, no es compatible con
la vigilancia y caridad de V. M. DE LO CONTRARIO, Dios piadosísin'lo para v . M.,
seria el Juez más riguroso en el día del Juicio : DEUs DE suo óPTIMUS, DE NOSTRO
IUSTUS.
MPor· último, manda V. M. que se zele sobre la reforma de costumbres, que
a toda costa se corten los rápidos progresos que hacen el libertinage y la im-
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 597

Y .no desagradó al monarca, quien vuelve a escucharle en su Real


Capilla, el 24 de febrero de 1815 -viernes tercero de Cuaresma-
piedad, consiguientes a la terrible revolución y guerra desoladora; y que a este
fin se prediquen Misiones (Cfr. DECRETOS DEL REY, I, 76 -16 junio 1814--. 308-309
-9 octubre 1814--) en todas las Ciudades, Villas y Lugares del Reyno_ ¡Qué he-
roísmo de Religión! .. _ ¡Inmortal Fernando! ¡Hombre de Dios! Tu memoria se-
rá eterna. Tu nombre pasar á de generación en generación. Tu conducta_ Pero
aguardad, Señor, que también ha de guzgar Dios las justicias, las que se pre-
sentan obras buenas: EGO IUSTÍTIAS IUDICABO. Es menester prevenir los cargos
que pueden resultar aun de esta disposición tan conocidarnente santa. Es decir,
Señor, ¿teneis presente en esta grande Providencia la reforma de vuestra casa?
No hablo aquí, Señor, de Vos ni de los Srnmos. Infantes que os acompañan,
antes miro como uno de los mayores cargos que Dios ha de hacer a los Espa-
ñoles, los notorios ejemplos de vuestra virtud. (La honestidad y pureza del Rey
con respecto a su edad, y a los malos exernplos que no pueden esconderse a sus
precisas modestas miradas, es prodigiosa, y sobre todo lo que se pueda ponde-
rar. Los que se persuaden que todos pagan tributo a la impureza, deben con-
fesar que esta exención de S. M . es cierta especie de milagro. ¡Dios lo conser-
ve!). Todos os miramos como la zarza de Moysés, sin quemaros, en mitad del
fuego; y cobardes no os imitarnos: nos contentarnos con admirar el prodígio de
vuestra honestidad. ¡Qué cargo contra nosotros! Volviendo, pues, al asunto, os
pregunto a nombre del Señor.- ¿cuidais de la reforma de los que os rodean, en-
tran y salen en vuestro gabinete, y os acompañan en vuestra Corte? ¿Habeis
averiguado si se mezcla entre los muchos que se d icen confidentes de V. M.
alguna Dalida en cuyos brazos pierden las fuerzas los valerosos Sansones, a
cuyas instancias se descubren los secretos más importantes, y cuya codicia se
satisface con el precáo de la sangre inocente? Pero hay más: ¿estais seguro de
que las Autoridades y Jueces a quienes se encarga la execución de tan exem-
plar decreto, están libres de los escándalos que van a contener, del libertinage
-que van a extinguir, de la impureza que van a castigar, d e las impiedades que
van a reprimir, y de las discordias que van a componer? ¡Ah Señor! Preguntad
a esa multitud de pueblo que todos los días os proclama: ellos os dirán el mal
estado de esta causa; os dirán que corren torrentes de impureza por las calles
y plazas de vuestra Corte; que la impiedad triunfa, que los templos están en
la mayor parte desiertos, que sus Ministros se ven despreciados; que los es-
cándalos son tantos como los pasos; que la inquietud domina con cierto salvo-
conducto, porque n o hay quien saque la cara por la causa de Dios; porque los
-que han de remediar el mal tienen la viga en el ojo, y no se les dexa sacar la
pajilla del ageno, os dirán.
"¿Pero c..ué, Señor, he de recurrir a que os hablen los inocentes del pueblo,
qüando teneis a vuestro lado tantos sugetos de primer orden que pueden y de-
ben avisaros de esto, y de qüanto hace el acierto de vuestras providencias? ¿Se-
rá posible que habiendo tantos sabios y prudentes en su opinión que os acom-
-pañan, que no se apartan de vuestro lado, y tai vez aspiran a ser Maestros er..
Israel, no ha haber uno, uno siquiera. que con des!nteré..« os ayude a llevar ia
cruz? ¿Entre tantos que os cubren de solicitudes, que os arrebatan los empleos
Y prebendas de las manos, no ha de haber un Profeta, un Miqueas desengañado
que saque la cara por vuestra causa y la de Dios, que se olvide de sí por un
momento, y cuide del bien de la Nación y de vuestra tranquilidad? ... Levantáos,
gran Dios; juzgad vuestra causa, que es la de Fernando ___ Levantáos, y caigan
a tierra esos muros de "egoísmo" y ambición que lo rodean; esos lobos rapaces
que muerden disimuladamente, e impiden los efectos d e la justicia .. _ Todo es
efecto de la desunión, del furor y ambición de los PARTIDOS. _. (La moderación y
economía a que ha r educido el Rey N. S. su palacio, su mesa y su tren se arri-
ma a la perfección Evangélica, porque si ésta permite lo preciso para la vida y
decencia, el Rey no gasta más en su Augusta persona, y no llega con mucho a
lo que exige su dignidad. Así ahorra muchísimos millones al Erario; uno y otro
598 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

con tonos de un profetismo mucho más subido y terrible, y con


la amenaza concreta de un "Saúl Rey, escogido por Dios, ungido
por su Profeta y desechado por Dios, perdiendo la vida, el alma y
el reino, por no cumplir con su obligación'' : el personaje bíblico
-siempre veterotestamentario- será otra espada de Dámocles a
a fin de que Fernando acepte la política de "un grupo de presión":
es la primera advertencia de que su hermano Don Carlos pueda en-
carnar el papel de David 126_

con el fin de que se ayude al pobre soldado y demás necesidades del Reyno.
¡Bendito sea!). .. Te presentaste en ese Hospital General, y enternecido al ver
tanta calamidad exclamaste en tu corazón con el Apóstol: ... Sabed probrecitos
pacientes, que siento en mi corazón vuestras dolencias. .. Te metiste por esas
cárceles y calabozos, animando a los pacientes, dando libertad a qüantos per-
mitía la justicia, y aliviando a todos en sus prisiones, y sustento... ¡Gran Dios!...
Haced que obren en nuestro corazón los exemplos de su virtud, para que reu-
nidos en caridad, observemos vuestra ley en esta vida; y con el amable Fernan-
do a la cabeza, os alabemos por una eternidad de siglos en la gloria. Amén. N

126. SALVADOR, Sermón, 24 Febrero 1815, p . 3-16: "MALos MALE PERDET, ET VI-
NEAM SUAM LOCABIT ALIIS ACRICOLIS (Mt cap. 21; Le cap. 20) (Hará perecer de mala
muerte a los malvados, y arrendará la viña a otros viñadores). El Señor lo dice,
y lo cumplirá. El colono que no trabaja bien la hacienda, el Rey que no admi-
nistra con equidad el Reyno, se expone a ser despojado de él ¡Terrible anate-
ma!. .. Pues si quereis, Señor, hacer vuestra felicidad y la nuestra; si quereis
evitar el golpe de esta sentencia, debeis velar, y aplicarla a los colonos a quie-
nes encomendais el cultivo, qüando no cumplen con su obligación... La grande
Teresa de J esús como Embaxadora del Rey eterno comunicó a vuestro inmortal
abuelo el justo, el prudente Felipe II, en solas dos líneas de una carta: Acor-
daos, Señor, que Saúl fue Rey escogido y U71.gido. Al leer este papel aquel gran
Principe, dice la historia, que se sobrecogió un poco; que luego conoció la pa-
labra de Dios por medio de aquella celestial heroína; que volvió sobre si de
ciertos d escuidos, que le ponían en peligro; que veló, y oonsiguió en gran par-
te la felicidad de su Reyno; y que se perfeccionó en términos de que a poco
tiempo la V. Estefania de los Apóstoles, hija de la Santa, le vio salir triunfan-
te del tribunal de Dios, favorecido de la Virgen Stma., a quien había hecho
particularmente servicios...
"Os repito con mi Santa Madre: "Acordáos, inmorlill Fernando, que Saúlfue
Rey, que fue escogido por Dios, que fue ungido por su Profeta, y que al fin
fue desechado de Dios, que perdió la vida, el alma y el Reyno, por no cumplir
con su obligación... Ahora bien, ¿no podré yo contar con vuestro inocente co-
razón para iguales o mayores frutos que los que prodw:eron estas palabras
en el vuestro heroyco abuelo Felipe II? ¡Ah! Sí. No me queda la menor duda.
Ya os •~ vigila:lte CiTTOjan~.o de 7Uestrc lado a los q-._¡e no os aman, rJ o~ di-
cen la verdad. Ya os veo entresacando de las Oficinas y Secretarias ((-recorde-
mos los continuos cambios de Ministros de Fernando VII en esta etapa-)) la
basura (si me es permitido decirlo así) que inicuamente se ha introducido en
ellas en los últimos tiempos de confusión ...
"Por exemplo, hay en la viña de España operarios de Hacienda: éstos de-
ben tener manos muy limpias, intenciones muy puras, y obras muy calificadas
para no interesarse injustamente por sí, por sus amigos, por sus parientes, por
sus aliados, por los que no tienen mérito alguno, en el uso de los caudales del
Reyno, en el repartimiento de los empleos. ¿Pero qué sucede? ¡Ah, señor! Yo
salgo de considerar esta grande obligación, y encuentro al Pueblo que ve, que
suspira, que llora todo lo contrario. Encuentro que apenas entra alguno de es-
tos operarios en un elevado empleo, qüando se levanta ·con él toda su casa,
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 599

Tampoco careció del favor popular: conocemos tres ediciones


del madrileño Francisco de la Parte, y otras del valenciano Fran-
su familia, sus amigos; y esto a la faz de la Nación, olvidados de que los están
mirando mil ofendidos y defraudados en su conocido mérito; mil, que tenien-
do derecho de justicia a un empleo, se les niega, y se da a quien no lo merece,
tal vez en pago de alguna iniquidad, por mediación e interés de la cómplice
de sus delitos. ¡Qué horror, Señor! Pero ello sucede así. La viña no fructilica
más que abrojos y espinas; esto es, sentimientos, cla."l!ores, quejas que no po-
dreis remediar, sino fulminando la sentencia del padre de familias, y quitando
de en medio a tan perversos colonos: MALos MALE PERDET.
"También hay en la viña de España operarios de guerra. Los individuos de
este ramo como defensores de la Patria tienen derecho a que se baga justicia
a su heroísmo : a que se observe el orden debido en la dispensación de gra-
dos y de premios; a que se atienda con preferencia al mayor mérito; a que
jamás se vean pospuestos el valor y el trabajo a la cobardía y ociosidad. Este
exige grandemente una profesión en que tienen tanta parte el honor. ¿Pero su-
cede así? Miles de militares de mérito lloran la falta de equidad, el desorden
escandaloso que contra vuestras justas intenciones hay en esta parte. Miles de
hombres de valor ven saltar sobre sus personas a otros tantos que por intrigas
y empeños hacen pasar un mérito figurado, y obscurecen el verdadero para
que no sea conocido. Miles de hombres valientes y fieles a la Patria ven a otros
tan tiznados con la infidencia, que cubren con el velo del interés, y se levan-
tan con los grados que a otros se debían de justicia. Miles de hér oes llenos
de heridas, cosidos a balazos, acreedores a los mayores premios, se hallan pos-
trados de necesidad, dispersos por todo el ámbito de la Nación, y tal vez en
una cárcel, porque no tienen quien se compadezca de su desgracia, quien sa-
que la cara por su justicia. Estos claman, levantan las manos al cielo, y piden
la justicia a V. M. que aplique a los malos colonos de esta clase la sentencia
del Padre de familias: MALos MAIL PEru:n. Hay, por fin, en la viña de España
innumerables operarios de justicia repartidos en Tribunales, Gobiernos y va-
riedad de destinos, en que deben administrarla. ¿Pero qué de confusión y des·
orden no se ofrece en esta clase de operarios? Yo doy una vuelta de vista por
toda la Peninsula, examino los sentimit:ntos de sus habitantes, oygo sus vo-
ces, reflexiono sobre sus quejas, y se me ofrece todo el ámbito de España como
un Hospital semejante al de la piscina de Siloé, donde cada uno llora su des-
graciada suerte. Unos claman porque el poder obscurece su justicia, porque el
empeño ha inclinado el peso hacia la parte contraria, porque se ha sepultado
su derecho, sin espe= d e que aparezca hasta el fin del mundo. Otros sus-
piran la falta de dinero para hacer valer su derecho y su justicia, sin ~uyo
auxílio ven perdidos sus trabajC's y fatigas. Miles de agraviados se quejan, por-
que con el titulo de Mderecbos" el seguimiento de su causa, les han robado
qüanto tenían, los han dexado postrados en el lecho de la miseria, de que no
se levantarán jamás, si Jesucristo no baxa a darles la mano al Paralitico del
Evangelio. Señor, esta conducta de tan malos colonos desconsuela a la Nación,
ia llena de dolor, la lleva al término fatal de una peligrosísima desconfianza,
y exige poderosamente que V. M. les aplique la sentencia ó.el Padre de fami-
lias: MALos MALE PERDET. ¿Pero qué, Señor, hemos de ser tan desgraciados, que
después de cantar las victorias sobre los enemigos extraños, nos pongan en
tanto peligro los domésticos? ...
~una mano oculta, un hombre enemigo siembra cizaña... ¿Pero quién será
esta mano oculta? ¿Quién será este h ombre enemigo, que inutiliza las sanísimas
intenciones de V. M. y el trabajo de los colonos? ¡Ah, Señor! Alerta, que no
está lejos quien hace tanto mal. Entre nosotros anda. Es fácil descubrirlo si
lo buscamos con cuidado. Ya lo veo. Voy a decir quién es. Pero, no. En este
lugar no puede nombrarse el pecador. Daré las señas sin descubrir la perso-
na. Esto bastará para nuestro remedio. Oidlo. Hombre enemigo es el que no
quiere la paz; el que come y se engruesa con las discordias, el que se recrea.
600 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

cisco Brusola, del barcelonés Agustín Roca, de los sevillanos Padri-


no y Anastasia López, del zaragozano Heras, y de Miguel de Sego-
via en la isla de San Fernando; todas en 1815_
3.- El 14 de diciembre de 1814, el Rey ~omo "Hermano Ma-
yor de la R. Archicofradía Sacramental"- y los Infantes Don Car-
los y Don Antonio acuden, en la madrileña parroquia de San An-
·drés, al sermón de Don Antonio Garcia Bermejo. La cálida pala-
bra 127 de este sacerdote, párroco de Pinto, movería a Fernando a

mirando a los españoles desunidos y encontrados ... , el que gritando a voces


viva Fernando, la Patria y la Religi6n, se introduce en el Gobierno, trastorna
el orden con disimulo, hartando entre tanto su furiosa ambición con empleos,
rentas y honores a costa de la inocente Nación. Este enemigo es fácil de cono-
cer. Observe V. M . a los que se le presentan aunque sea con planes y proyec·
tos de economía a favor de la Patria; mireles V. M . a las manos qüando se
retiran; y si llevan carne en las uñas, esto es, algún empleíto, etc. etc., no hay
que dudar que son los que buscamos, los que nos hacen tanto mal, los que
han dado ocasión al nuevo adagio, que repiten hasta los níños por las calles;
a saber: viva Fernando, y vamos robando ... Pero ¡qué de consecuencias funes-
tas no trae consigo este desorden! ¡Ah! Los Minístros del Altar las experimen-
tan, vuestros Militares las lloran, y los enemigos del Trono toman de ellas oca·
síón para censurarlo y batírlo en qüanto alcanza su maledicencia. En fin. Se-
ñor, este hombre enemigo, díce San Agustin, que es el diablo vestido de car-
ne; pero tan sutil que trabaja por meterse hasta e.n vuestro mismo Gabinete
a sembrar cizaña, y separaros de esos dos Ange.les que Dios puso a vuestro lado
para haceros compañía, y procurar por todos los caminos vuestro oonsuelo. Ya
entendeis, Señor, que hablo de loS Srs. Infantes. El fin es bien oonocído; es el
dexaros solo, sin arrimo alguno, para que acometan oon más desembarazo a
vuestra grande alma el demonio, el mundo y la carne.
u Aquí, Señor, deben resplandecer vuestra vígilanci!l y justicia, descubriendo
y quitando de en medío este monstruo de la especie humana. .. Luego podreís
·dar la más exacta cuenta al Padre de famílías, diciéndole con verdad y oon-
fianza: ... Yo, Señor, recibí este Reyno sin paz, sin unión, sin obediencia, sín
tranquilidad, dívidído en facciones y partidos, hecho un r emedo del infierno;
.ahí lo teneis en unión, en paz, en tranquilidad, reoonoiliados los ánimos, sumisos
a Vos, a v-.zestra Iglesia, y a vuestro siP.IVo: ... baxo de un techo los españoles más
opuestos y encontrados en sus opiniones. Cooperad, Señor, a esta grande obra, y
vereis sobre V . M.. y sobre vuestro Reyno las bendíciones del Altísimo. (Qüando se
exhorta a S. M.. a que coopere a la reconciliación y unión dP. los Españoles, no es
a bulto y a discreción. Los desunidos están en tres clases: la primera es la de los
muy malos, inoorregibles, y de oonsiguiente irreconciliables. Estos se deben quitar
de en medío. En la segunda cUi.se están !os que se apartaron de la causa del Rey
por flaqueza o por cálculo equivocado. Si éstos se reoonocen y dan a partido, es
comeniente rf'cibirl~ ; pero no a la confianza y a la participación de ~mpleos, has·
!a que con su conducta, bien observada por el Gobierno, vaya mereciendo uno y
otro. Así queda la autoridad en su vigor, y el Gobierno oon trescientos enemigos
menos, que lo serían otros tantos parientes., amigos y apasionados. El Rey N. S.
nos ha dado un buen exemplo de lo que aquí se exige, admitiendo la r econci-
liacion y aun a los empleos a quien ha sabido merecerlos después de ser
adicto al partido contrario. Esto es muy justo y muy preciso entre Católicos.
En la tercera c.l ase están los débiles y volubles a modo de veletas; de éstos no
.se hace caso, aunque se vela sobre ellos) .. . Fernando el justo, el pacífico, ha
eternizado su nombre, cuyo amable aspecto desean ver todos sus fieles vasa-
llos. Tanto bien, Señor, me prometo de la vigilancia a que os he exhortado.n
127. G . BERMEJO, Sermón, 14 Diciembre 1814, p . 34-41 : "Sus vasallos fran·
-~os para confiarle el poder y la autoridad, qüando le ensalzaron (19 de Marw
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONIC.\ 601

-oírle, de nuevo, el 2 de mayo de 1817, después de haberle nom-


de 1808) a esta dignidad antes que Cuera el trono hereditario, sólo fueron ava-
ros de su zelo y de su vigilancia. A cambio de ésta pusieron en sus manos su
libertad, su vida y sus fortunas, y Vos, señor, seriai.s injusto con vuestros va-
sanos si no os ocuparais enteramente de su felicidad ... La felicidad de vues-
tros Reynos pende, Señor, principalmente de la buena elecci6n de los Ministros,
auxiliares de V. M. Para acertar en la elección es menester conocerlos; para
conocerlos es preciso tratarlos, observándolos de cerca y examinar si su pro-
bidad es real o fingida, si sus luces son efímeras o profundas, si es un Amán
hipócrita o un honrado Mardoqueo; y nada de esto podrá averiguar V. M. si
con una BONDAD paternal no dexa rodear su trono de sus vasallos. Qüanta ma-
yor facilidad tengan éstos para llegarse a vos, señor, tanto mejor los conoce-
r eís. No creais las persuasiones de la fementida política, que tal vez pretende-
rá reduciros a la clase de aquellos Príncipes invisibles, que son todos para sí
-y nada para sus pueblos. Si alguno, señor, os quiere persuadir, que padece el
decoro de la Magestad con la facilidad de acercarse a ella, escuchádle con
desconfianza ___ El poder de los que rodean al Soberano crece a proporción que
-éste se hace más inaccesible, y la malicia palaciega sabe muy bien, Señor, que
tanto enflaquece su autoridad qüanto es más fácil al pobre presentar sus gemi-
-dos y sus quexas a los pies del trono.
"Rigor de la Justicia. Pero, Señor, si debeis mostraros humano y benigno
con el vasallo dócil a vuestra voz y que os ama con todo corazón, apareced
inexorable y terrible con el que delinquió por malicia o por proterbia. Salga
de vuestro Solio un rayo abrasador que aleje para siempre de entre n osotros
al que con sus discursos o su conducta perturbe el orden público, y al malva-
do que inspire desafecto a vuestra R _ Persona. ¡Eh! ¡Miserables ! La malicia os
sedujo; la virtud os desengañará, os hará enmudecer, y vuestra frente quedará
cubierta de una vergüenza eterna. Podrá, señor, parecer ageno de un Ministro
de paz invitaros a que desenvaineis la espada de la justicia; pero, Señor, V. M.
debe a sus pueblos la tranquilidad y la seguridad pública, y éstas no pueden
conservarse si no se castiga el crim.e n. La maldad se hace más atrevida, qüando
cuenta con una excesiva indulger:cia, y los delitos se aumentan en proporción
con la impunidad. Hoy más que nunca es necesaria la sant4 severidad de las
leyes, y que el que maliciosamente cometió un delito, sufra su pena sin la me-
nor esperanza de perdón. Una gran parte de la nación se ha desmoralizado con
los malos exemplos, y por un resultado funesto de la guerra: entre sus furores,
y a la sombra de la revolución, los vicios se han hecho menos horrorosos, los
delitos más comunes, y los castigos más raros. El Estado perece, Señor. sí,
perece infaliblemente li no se reforman las públicas costumbres: la santa vir-
tud tiene una voz muy débil para penetrar hasta el corazón de los malvados;
sólc el freno del castigo !)Uede contener su malicia. Si le aflojais, Señor, si
sois excesivamente indulgente con el criminal, se precipitará en mayores de-
lites, y los buenos vendrán a ser la victi= de sus excesos y de vuestra indul-
gencia. Bien conozco, Señor, que tendre.i s que hacer una penosa violencia a
vuestro compasivo corazón para imponer la pena de la ley a un desgraciado
-que se hizo digr!o de ella; J)E:ro ésta es la dura y terrible condición d e los
Rayes: tener que sacrificar muchas veces sus tiectos personales en la Ara de
la Justi.c ia. Qüando V. M. haya gobernado de este modo sus pueblos, ningún
Rey de la tierra será tan poderoso como V. M.: el amor de vuestros pueblos
os hará invencible, y os acompañará más allá del sepulcro: las generaciones
futuras aprenderán de nosotros a bend ecir vuestro nombre, y desearán haber
Yivido baxo vuestro imperio ...
"O I sidro Santo! (La capilla de San Isidro -donde se babia d epositado su
cuerpo desde el 15 de mayo de 1669 hasta el 4 de febrero de 1769- estaba con-
tígua a la Parroquia de San Andrés). Tú libraste a nuestro amado Fernando d e
la peligrosa enfermedad que le puso a la muerte apenas tenia tres años y
medio (en el año 1787); tú con tu intercesión conserva su preciosa salud para
bien de la España_•
RELICIOS IDAO HISPA ~ -' - -· - 39
602 ALFREDO MARTINEZ ALBIACS:

brado Capellán de Honor, Predicador regio y Canónigo de la S. L


Catedral de Segovia 12ll.
4.- No debió quedar muy satisfecho Don Bias Ostolaza del "dis-
curso" que el 18 de diciembre de 1814 -tercer domingo de Advien-
to- dirigió al Rey a los Iniantes en la R. Capilla 129 según se des-

128. G. BERMEJO, Oración, 2 Mayo 1817, p . 6-7. 12-14 : Cfr. 1.' parte, cap. t.•,
art. 2.•, B, b .
129. OSTOI.AZA, Discurso, Domingo 3.0 Adviento, 1814, p, 4-30: ~Gracias sean
dadas al Dios de nuestros padres porque con el regreso de V. M. nos ba liber·
tado de los males que nos amenazaban, y ha pagado con exceso nuestras fati·
gas presentándonos un rey el más a propósito para unos tiempos en que el
espfritu de irreligión amenazaba apoderarse de las clases más interesadas en
apagarlo; un rey que junta a una piedad sólida una laboriosidad que casi toca
la raya de la imprudencia; un rey en (in que por su vida pública y privada
realiza un antiguo anuncio, de que será modelo de reyes (~ nota alude al
apéndice de su sermón en Cádiz: Cfr. 1.' parte, cap. 1.•, art. 2.•, B, e, b ))-)
¡Qué fe! ¡qué religión tan sincera! ¡qué defensor tan ardiente de la iglesia y
de los altares! Si señor, lo palpamos; la causa del cielo es la de V. M. Como
DO conoceis en las p:rosperi.d ades sino los beneficios de Dios, adorais en toda
suerte de acontecimientos las órdenes secretas de su providencia, y como DO
obrais sino por Dios y para Dios, en todo encontrais ocasión para rendirle bo-
menage. Por esto ha querido el Señor bendecir vuestras santas intenciones, y
confundir el orgullo de vuestros enemigos implos, para dar a los pueblos una
lección práctica de que la piedad, como dbro el Apóstol, es útil para todo, y
que proporciona no sólo la fel.icid4.d futura, sino también la presente... (S. M.)
nos da un grande testimonio mezclándose con nosotros en la iglesia para oir
las amonestaciones de los ministros del altar con más placer que las liso~as
de los cortesanos humillándose como el Bautista ante ~1 acatamiento divino,
no reconociéudose digno de tocar aun los zapatos del Señor... ¡Qué contraste
tan grande entre la astucia de los fariseos y la santa sencillez del Bautista;
entre el orgullo secreto de los primeros y el santo desprendimiento de éste!
DIPUTADOS de un CONGRESO corrompido, afectando deseo de reconocer la autori·
dad del Meslas, no buscan sino pretextos para disputarle sus derechos. Ellos
temen perder aquella influencia que hablan logrado violentando las leyes e in·
terpretándolas a su antojo. ¿Tú quién eres. le dicen, con qué autoridad exerces
un ministerio tan alto? ¿Y v~tros quiénes sois, pod:ía replicar el Bautista,
para exigir de mi los titulos con que exerzo mi comisión? Vosotros, intrusos
legisladores, que- habeis trastornado vuestras antiguas leyes, y babeis reducido
a la nulidad el precepto de Dios por vuestras tradiciones arbitrarias... ¿Qüántos
bay de estos fal.sos devotos que ayer eran del número de los JACOBINOS? ¿Qüántos
afectan hoy un zelo ardiente por la gloria de-l mismo que ayer hubieran visto
sacrWcar a sangre fria? ¿Qüántos aparentan amar lo que antes aborrecían de
muerte. y ~ manc>s santas que poco hace habrían dese&do ver quemadas?.. .
Españoles desnaturalizados, que haciendo traición a la causa más santa. expa-
tricuros vosotros mismos, todavia aumentais los males de la patria, sembrando
la discordia en medio de los españoles verdaderos, espa.! ·ciendo rumores falsos
y folletos incendiarios entre los hermanos que babeis dexado para vuestras ma·
:úobras... Mug~es inmodeslas, que sin el pudor y la devoción, únioos adornos
que dan valor a vuestro sexo, concurrls al templo con la misma desenvoltura
que al teatro para servir de distracción a los fieles devotos, y acáso con la in-
tención de robarle al Señor las almas que le pertenecen; y quiera Dios que no
baya algunas templadas al estilo del tiempo, que se avergüencen de que las
vean leyendo un libro devoto, o con el rosario encomendándose a la Virgen.
¡Insensatas! ¿por qué no os quedais en vuestra casa haciendo labor antes de
venir a insultar a Dios en su misma casa ... ? ...
RELIGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA

prende de la nota que apostilla en la publicación oo, y en su afán de

M E m~ púbUcos, que juzgais que el destinO se os ha dado para solo vues-


tro beneficio y no para el servicio público; que creeis que vuestras obligaciones
DO tienen relación alguna con la coocieDcia, y que sois árbitros para la dis-
pensación de las gracias, sin respons:abillda alguna, y sin consultar a la jus-
ticia distributiva que debe dirigirlas; y dais los empleos no tanto a los que lo
merecen más, qüanto a los que lo solicitan; DO tanto a los que más han traba-
jado, qUanto a los que más padrinos tienen... Mlrai.s con tibieza la mejora de
lo que está sujeto a vuestra inspección; prot.egeis a los enemigos del m<Cl3.I"C8,
que lo son también de la iglesia; y quiera Dios que DO veals con fastidio el
servicio del soberano, o que no seals discfpulos ocultos del jacobinismo; y con
vuestras notas, o dudas, o consultas, hagais inútiles sus benéficos decretos pa-
ra desacreditar su gobierno y sembrar la desconfianza. .. No diré con el vulgo
que en la coi'U todo son vicios...; sigo la corte más de cerca: veo al contrario
entre pocos egofstas, o republicanos, o uno y otro, que DO han hecho ni son
capaces de hacer nada por la religión y el monarca, muchos héroes de todas
clases... Comunmente se dice que en la corte hay mucho riesgo para los vir·
fuosos; y a decir verdad es preciso confesar que si no es cosa fácil mantener
una conciencia pura en el siglo, es más dificil mantenerla aqul donde se reunen
todos los intereses más encontrados, todos los refinamientos de la política.,
todas las astucias del arte de suplantarse unos a otros, todos los disfraces del
egolsmo, todos los esfuerzos de la ambición. toda la mala fe de la chismeria,
y todas las solicitudes de los hombres más frivolos, de los entes más inútiles
y de los seres más perjudiciales. Aqui es donde o la ansia por sobreponerse
a lo otros, o la mani.a de figurar. y las más veces sin fundamento, o el cuidado
para mantenerse en favor, o el miedo de DO deD.r el bastón, tapa la boca a
los más zelosos del bien público; oscurece la vista de los más perspicaces, in-
tima hasta a los valientes, los hace condescendientes y blandos para con los
crinlinales más furiosos, y donde la verdad huye de temor de verse desairada.
¡Ah! qué pocos hay, Señor, en la corte que digan al principe con entereza cris-
tiana y con el valor del Bautista: ~ no es licito hacerlo s in comprometer la
conciencia y el honor. (-Alude luego a Val~y. en cuyo cautiverio acompañó
al Rey el orador-)... L3 virtud que debe distinguirle e.« el zelo por la honra
de Dios que formó el carácter de San Fernando: zelo tanto m ás necesario,
qilil.nt.o son más furiosos Jos enemigos que hoy combaten a la religión. Permí·
tame V . M . que le diga, y esto recibalo como sUplica y no como amonestación,
lo que San Bernardo decía a su hijo espiritual el Papa Eugenio m : de nada
sirve que la cabeza esté buena si los miembro3 están malos. Nada tene:nos que
advertir a un Soberano que sobrepuja nuestras esperanzas, y de quien tenemos
mucho que aprender. Sólo desean Jos buenos españoles que continúe V . M. co-
mo basta aqul siendo CI17U> ~ su casa. sentado sobre el trono de la justicia,
como se explica el boro de los ProverbiOS (31, 8), dísipand.o los males con solo
una 77UT!Ida, gobernando por si mismO, sin d!Dr que natlie se lisonjée ee otra
cosa que de auxill.ar con sus luces y trabajo. Asf, Señor, cada uno se contendrá
en los limites de S11 obligación; reynará la vi..rtu.1; el vicio no triunfará en pú-
blico; habrá costwnbres, sin las que no hay reli¡ión nl estado; y V . M . tendrá
el consuelo de poder decir con entera confiam:a como el rey Datrid: Dios que
me libertó en d desierto de la furia de los leones unidos para acobarearme,
me b"bertará también de las manos de este filisteo del jacobi7ÚS77W que insulta
a mi pueblo fiel ... Haz (Señor) que vivan siempre (con S. M.) esos dos ángeles
tutelares que le ha destinado para su consuelo y para su alivio; para partici·
par de sus penas y de sus glorias... "
130. 0SroiAZA, Disccurso, .Domi7zgo 3.• AdvienU>. 1814, p . 31: ~NaiA : El orador
no ha tenido más tiempo para formar este discurso que quince días, en cuyo
intervalo ha tenido que distraer su atención a los sennones que tuvo que pre-
dicar el 21 y 29 de diciembre; circunstancia que Jo hace acreedor a la indulgen-
cia pública."
~04 ALFREDO MARTmEz ALBIACH

compensarlo amplió con interesantes notas el sermón que pronun-


ció tres dias más tarde u•_
5.- Para "celebrar el aniversario de su restitución al solio y de
su regreso al seno de la nación", el 28 de marzo de 1815, Fernan-
do vn -siempre con los Infantes- escucha en su R. Capilla cómo
el Dr. D. Pedro Antonio de Eguía, Canónigo Magistral de la S. L
Catedral de Cartagena, Predicador supernumerario de S. M., tras
una larga descripción de la Resurrección de Jesús -ocupa treinta
páginas impresas-, señala las "obligaciones del rey con su Liber-
tador, Cristo" uz_
131. OSrot.\ZA. Sermón, 21 Diciembre 1814, p . 26-80. Con sus notas opinamos
que éste fue su mejor sermón, en que historia la realidad cortesana de 1814 Y
.sus precedentes. Pero no asistió el Rey, sino su hennano don Carlos •con mo-
tivo de una Misa solemne que los Oficiales de s u Secretaria costearon en ac-
ción de gracias por el regreso de S . M. y AA." Por tal ausencia, no lo trans-
cribimos.
132. EGt.ru., Sermón, 28 MaTZQ 1815, p. 32-37: •Cüáles, pues, Señor, deberán
ser vuestras obligaciones con este Libertador que ha redimido vuestra vida de
la muerte, que os ha dado tantas señaladas demostraciones de su paternal pro-
tecclón, y que ha cubierto vuestro trono de tan augustos resplandores? ¡Ah!
Señor, yo veo pendiente de e1 el cetro, la espada y la corona; yo veo grabadas
en esa suprema silla que ocupais la sublime preeminencia de Protector de la
Iglesia que este mismo J esús adquirió con su sangre. De él habeis recibido el
poder, la dignidad y la soberania; sus intereses son los vuestros, y su conducta
el modelo de la vuestra. ¿Con qué zelo, pues, con qué ardor no debereis imitar
sus oficios a efectos de inspirar un soplo de vitalidad en todos y en cada uno
de los cuerpos religiosos, políticos y militares, a quienes debe animar vuestro
aliento? Ellos, ah! Señor, (séame licito desahogar mi conciencia en desempeño
del ministerio que ocupo), ellos deben recibir cierto género de resurrección a
proporción del estado (atal a que conduxeron a algunos de sus miembros las
temerarias opiniones, los exemplos ruinosos y las costumbres licenciosas trans-
portadas al suelo español en las alas de una filosofía altanera y en las manos
enemigas del culto, de la piedad y de la religión . Se ha hecho, Señor, de todos
modOS por aquellOS genios la GUERRA más Obstinada CONTRA D.. ALTAR Y D.. TRONO:
se ha procurado por ellos desmoralizar a vuestros vasallos : se ha suspirado
para extinguir la divisa d:! su catolicismo, y erigir sobre sus ruinas el edilicio
de la incredulidad, desde donde dispara acia todas clases del estado sus má-
ximas subversivas. El trastorno, la confusión, el estruendo de las armas enemi-
gas caminaron de acuerdo con este ominoso proyecto. En medio de su catás-
trofe hubo aimas heroycas que escudadas con su fe opusieron barreras impe-
nP.trables a la sefiucción y conservaron ilesos los principios de una sana doc-
trin3. Pero, Señor, la violencia y las ~ del engaño contarun con sus vícti-
mas en la timidez y en la credulidad de otros que dexaron apagar por desgra-
cia la llama sagrada de su creencia, y el fuego divino del moral del Evangelio.
Sus cadáveres se presentan hoy delante de vuestros ojos. Su ;::orrupción, capaz
de comunicar el más funesto contagio, exige de vuestra mano un remedio ac-
tivo, eficaz y poderoso. La potestad confiada a vuestro brazo por el Arbitro
único de los que dominan, es el instrumento de una obra tan enlazada con su
gloria. Este solo titulo debe haceros tomar la representación del que sois ima-
gen sobre la tierra. Volad, pues, volad presuroso, a semejanza de este Dios hom-
bre resucitado, a personaros, no sólo por una conducta irreprehensible, sino
también por unas leyes de vigor delante de esos mismos miembros deformes
en su aspecto, y desfigurados por la relaxación de su disciplina. Aparecéos
hasta en los más ocultos rin.c ones con todo el carácter de integridad a corregir
R.EU!:IOSIDAD BlSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 605

6.- También conmemora Fernando - con los Infantes- el Dos


de Mayo -en 1815-, asistiendo a la oración fúnebre del Canónigo
de San Isidro de Madrid, D. Isidoro Francés y Cabañas, el cual aven-
tura la "hipótesis" de que una anticipación del "suceso memorable
del 19 de marzo en Aranjuez al mes de noviembre de 807... habría
quizá conjurado más pronto la nube que tanta piedra descargó des-
pués años enteros" w .

el vicio, a reprimir la audacia, y a cortar de raiz la fatal semilla que ba pre-


tendido sofocar al Crucificado, y sus disclpulos, a la Igle:;la y sus hijos, a la
palabra y sus ministros, a la disciplina y sus cánones, a la autoridad y sus
derechos, a la sociedad y sus lazos, a la divinidad misma y su culto. Corred
con la velocidad del rayo a interiorizaros en la situación de cada una de las
clases y personas del estado para analizar sus costumbres, y aplicar el debido
cauterio a los vicios que les degradan. Asociaos a la desnudez, a la debilidad,
y al dolor de esos labios que elevan de dia y de noche su grito acia vuestro
solio. Visitad con entrañas de misericordia la horlandad del pupilo y el lamen-
to de la viuda. Sentaos, en fin. Señor, en medio de vuestro reyno para darle
la paz como lo hace boy JesucrWo según la expresión del Evangelio; esto es.
para prot.e¡er el decoro del sacerdocio, para aumentar la magestad del templo,
para ceñir en sus limites el poder subalterno, para abolir toda arbitrariedad
en la interpretación de vuestros soberanos decretos, para desterrar la super-
fluidad de los trages de escándalo, para acoger y dar nuevo auge a las ciencias
y las artes, para proveer de asilo y hospitalidad al enfermo y al desvalido,
para engrosar las fuerzas conservadoras de la tranquilidad pública, para aliviar
las fatigas de la agricultura y prosperar sus sudores; para ahogar las miras de
una ambición enemiga del comercio y del bien público, y para borrar basta el
nombre de una aceptación mercenaria que obscurezca el mérito y le prive de
los premios debidos a su carácter. Así, Señor, recibirá de vuestra Real mano
toda esta monarquia un influxo de Resurrección moral y politica, y V. M. al
mismo tiempo habrá llenado las funciones subllmes en que os ru. encargado el
Rey de los Reyes, y el Señor de los que dominan. Oh! ¡Y qué años tan felices,
y qué dlas tan venturosos deben prometerse todos y cada uno de vuestros va-
sallos al ver reclinada sobre vuestro corazón, y apoyada sobre él, la creencia
de sus dogmas y la !e de sus padres! ¡Qué abundancia, qué prosperidad, qué
paz tan Inalterable deben presagiar sus espíritus al recordar que en la mano
de su Monarca descansan la espada, el arco y la Oecha para zelar los derechos
de la divinidad, y cortar lll cabeza C:e la hidra de la inc:-edulidad y del mons-
truo del vfcio!. .. "
133. FRANds, Oraci6n, 2 M(l'.JO 18i.5, p . 1-31: El orador empieza por exami-
nar los movimientos de las tropas de Napoleón, que provocaron la suspicacia
del pueblo español. Después, el Msuceso" del 19 de marro de 1808, que citamos
arriba, y como preámbulo del Dos de Mayo, !a actuación de Murat: HMurat no
reconoce a nu~tro legiti!Ilo Rey, y buye dt> darle tratamiento alguno. Conce-
derti de ¡;rado, que después del reconocunie."lto solemne con qu~ Mad.-id ~la­
mó al Rey de las Españas a Fernando VII en la entrada pública que hiciera
a su veruda de Aranjuez. concederé, digo, que ya nada babia qne desear o so-
breponer a esta espontánea inauguración y grandiosa; y a5ado más, Señor, y
pemútaseme decirlo asi. que si algún dia tuvo V . M. motivo de envanecerse hon-
rosamente, sin duda el 24 de Mar-zo de 808, y sólo el que lo vio, puede imaginar
la embriaguez y rapto de Madrid... A pretexto de que era muy del caso salir
Fernando en persona a cortejar a Napoleón, que venia viniendo y nunca llega-
ba. Salisteis, Señor, de esta Corte el 10 de Abril, salisteis en dias de pasión y
de dolores, porque pasión ibais a padecer. y pasión van a sufrir vuestros fie-
l~ Madrileños en defensa de vuestra causa y de sus hogares, pues en paz sea
dicho, y sin que desmerezca para mi pueblo alguno de España, no hay duda
7.- Parece que complació al monarca la lección política de Fr.
Ramón Manrique, Profeso del R. Monasterio de El Escorial y Pre-
dicador de S. M., pues el 28 de octubre de 1815 vuelve a dicho mo-
nasterio para que se le "repita" el mismo sermón que, en igual fe-
cha, el año anterior, babia dado sobre "el arte de reinar", con el
escalofriante ejemplo davídico -3 Reyes 2, 2-9-•l4_
8. - Cerramos esta rápida visión sobre la presión directa que el
púlpito ejerce sobre Fernando VII - prescindiendo de otros mu-

que Madrid el 2 de Mayo bebió hasta las heces del cáliz d e la tribulación ... ~
Y sigue una hermosa descripción, similar a las que vimos en la 1.• parte, cap.
1.•, art. 2.•, B, b . COncluye: "El disparo, aquel dia en Madrid, del cañón fran-
cés enardeció al león de España que bramó desde la cumbre del Guadarrama
do preside con magesta.d, y a su bramido que se oyera en todas partes, se dis-
-ponen como de concierto l4s provfncias, y juran ame el Dios que registra los
-<:Orazones, morir y morir muerte gloriosa antes que mancillar su nombre con
bastardía, ni r ec()'fi()Cer otro Rey que Fernando vn ... "
134. MANRIQUE, Sermón, 28 Octubre 1815, p . 12-31: • ..•Paréceme, Señor, que
-está bien clara la düiculta.d del arte de reinar y de regir la multitud, y no me-
nos lo está la necesid4d que tienen los Reyes de veni r al templo, según lo man-
da el Señor , para consultarle y pedirle la luz en el desempeño de su alto y di-
:ficil ministerio... A esta simplicidad de corazón con que debemos buscar a
Dios, debemos añadir, entre otros medios, tres muy principales: ... (1 .•) cuando
negándoos por algún tiempo a los negocios del Estado, cerrais vuestros oídos
a los cuidados de a1uera y los abrís en vuestro retraimiento y en el secreto de
-vuestro corazón por medio de la oración; ... (2.• ) acercarse a los hombres a pe-
dir consejo;... (3.•) la lección de los libros que están escritos con sinceridad y
buena fe, señ11ladamente los libres santos... Leed, pues, y meditad esta ley del
Señor dia y noche, y en ella bailareis consejo y salida a las dificultades que
ofrecen los dias de vuestro reinado, t.octama turbado, todauia revoltoso ..• (para)
-arrancar en su ra1z esas intrigas, esas ramificaciones de insurrección e i:nde-
pendenc'.a, y al~jar, ojalá para siempre, de vuestrc Reino esos chispazos de
.alarmas escandalosas ... Permitidme, Señor, os diga: que vuestro corazón sen-
sible propende mucho hacia la clemencia, porque vuestro corazón generosam.en-
te compasivo os hace mir:lr con sobrecejo a aquella parte de la justicia lla-
mada vindicativa, y que hace esgrimir la espada contra el malvado incorreg:i
ble. No, no es asi la conducta que debeis guardar generalmentE.. La demasia-
da compasión deja a las veces impunes los delitos, así como la crueldad en la
justicia hace odioso al Rey más justo... Os traeré a la memoria un ejemplo
solamente; y sea para V. M . el modelo que debeis imitar en esta parte de la
justicia, que toma venganza de los delitos. Aquel Rey mitisin:!o y que hace alar-
de de mucha m&n.Sedumbre (David : Ps 100, 8) ... dej;;. encomendlido al pacüi-
co Salomón : ... Yo muero... No ignoras la mala paS4d4 que a mí 17U! hizo Jo-
ab, hijo de Saroia..., y 110 pe;-mitirá$ que sus canas iiesciendan en paz al se-
pulcro. Cerca está de tu persona Semey de Ballturin, quien me llen6 de maldi-
ciones bárbaras y atroces cuando yo huía de Absalón: 110 debes dejar impune
su delito (3 Reyes 2, 2-9J. Ved aquí, Señor, cuál debe ser vuestra conducta. ..
Y esto ¿en qué tiempo, en q ué momento de tiempo? cuando debe perdonarse
toda injuria, cuando va a presentar a aquel Soberano y Juez Supremo... Y en
estos dias de V. M. ¡ qüántos! Pero basta, Señor, que V. M. los conoce y los
llora con toda la amargura de corazón. Hombres malvados, enemigos de Dios,
del Rey y de la Palria,... prestáos dóoiles al yugo suave de la ley; minorad los
cuidados de l más amable de los Reyes, Fernando el Deseado... COmo Rey ha.ced
valer las leyes, si quereis r einar e n vuestros pueblos, y conservar vuestros Es-
tados."
R.EUCIOSJDAll HISPANA Y SOCIEJ)AJ) BORBQNlCA 607

chos que no valoramos de tanta trascendencia llS_ con la espeluz-


nante acusación acerca de la inmoralidad administrativa IJo ante la
real presencia en su propia capilla, el 12 de marzo de 1817, a cargo
de Fr. José Amau, Ministro Provincial de los DesCalzos de la Pro-
vincia de San Juan Bautista de la Reforma de San Pedro de Alcán-
tara en el reino de Valencia, y Predicador del Rey.
Con semejantes preámbulos comprendemos la política religiosa
de Fernando VTI, según se trasluce en sus decretos y órdenes. A
los examinados en los precedentes capitulos, añadimos otros: ini-
ció su política con el famoso decreto de 4 de mayo de 1814 137, y en
piadosa envoltura de rogativas 138, funerales m y T e Deum 140, tiende
a una alianza entre el Altar y el Trono con ayuda de misioneros 141
y "enseñanzas político-religiosas" 142• Los limites entre el poder ci-

135. HOERTA, Serm6n a la Asamblea 11 C4pftulo de la R_ M. 11 B . Orden de Ca-


balleros de San Fernando, 1JTesidida por el Rey el di4 2 de Junio de 1817, p . 26:
"Esta nobillsima Asamblea que por primera vez se ha reunido en Capitulo... "
136. ARNAU, Serm6n, 12 Marzo 1817, p . 10-19: ~¿Se ban de tener por falsas e
infundadas todas las quejas de agravios y de injusticias, que se oyen con fre-
cuencia en los tribunales? ... MuchO!' de los procesos se atestan de mentiras;
ya se abultan los hechos.... y la sabia legislación española se baila dividida en
dos partes: la una para el pobre y la otra para el rico y b ien apadrinado... En
suma: la simulación y la mentira ba llegado a ser el idioma más [amillar de
los hombres... El único remedio para los inconvenientes que se hallan en el
amor de la verdad, es elegir el Rey algunos amigos, que no tengan otro inte-
rés que el del Principe, y que hayan recibido de él UD mandamiento expreso
de decirle cuanto juzguen útil, con entera confianza y reserva... Su adhesión
tierna y generosa a su Señor, ha de ser su principal carácter, y han de estar
siempre prontos a retiral'se, cuando el Principe lo quiera. No han de pensar
en hacerse necesarios; no han de formar enlaces secretos con personas podero-
sas para asegurarse en su lugar; no han de tomar precaución alguna para lo
venidero. .. Bendita sea para siempre la gran misericordia de Dios sobre V. M.!...
V. M. tiene inmediata a sr a la prudente y cristiana Doña Isabel Francisca,
nuestra Reyna y Señora, quien como alma grande, ni las riquezas ni los ho-
nores, ni los homenages y alahanzas. podrin hacer olvidar jamás, que su ma-
yor timbre es el bautisl:::lo... Con esta buena compañera, y con el enlace de UD
conveniente número de amigos rieles, que hagan conocer a V. M. tos adulado-
res y las personas bajamente interesadas.... V. M. tendrá armas poderosas
para rebatirlos... Un Rey, que habiendo recibido a la Reyna por Esposa, no por
causa de la intemperancia, sino por solo el amor de los hijos, en tos que será
bmdlto el santG nombre de Dios.. ~ ya levanta las manos al cielo, para que
descienda l\1 auxilio de lo alto, para el feliz alumbrarruento di! su consorte, del
que tanto bien ha de resultar a la Nación. . Españoles: rocuemos al Señor por
la [elicidad del parto de nuestra Reyna y Señora, } que con él nos vengan las
bendiciones del cielo a la tierra, para que algún dla las rec:bamos ante el di·
vino Rey de la gloria. w
137. DECREI'OS DEL REY, I, 1-9.
138. Do:. REY, I, a; m, 92; IV, 60; V , t58.
139. Dte. REY, V, 713; VI, 74. 83.
1-w. Do:. Rn, n. 151; m. 109. 183.
141. Do:. Rn, 1, 76. 308-J09; n, 11-l2. 133. 134. 233; V, 123; Cfr. 2.' parte del
presente trabajo, cap. 3.\ art. 2.•, A, b, 2.
142. DEX:. REY, 1, 26-27. 117; III, 60-62.
608 ALnu:DO MAR'TINEZ ALBIACH

vil y el eclesiástico se bor ran, y el monarca legisla sobre dispensas.


matrimoniales 10 , sobre la "Manda pia forzosa" 144 , sobre cemente-
rios 1"-' , cofradías 146, "cobr anza de la Bula de la Cruzada" 147 , cari-
dad social por medio d e bienes eclesiásticos 141, etc. 1•9.

143. DEC. REY, Il, 198; m, 311.


144. DEC. REY, ll, 252; IV, 628.
145. DEc. REY, 1, 104; V, 220.
146. Dte. REY, ll, 724.
147. DEC. REY, m, 420; V , 8.
148. DEC. REY, 1, 353; Il, 142; 111, 153. 362.
149. Dte. REY, 11, 300-301; V , 571.
B) CUESTIÓN DE LOS "REGULARES"

Otra preocupación de la cátedra sagrada de 1814, la cuestión de


los regulares". Es decir, a) recuperación de sus bienes, y b) resta-
blecimiento de la Compañía de J esús:

a) Recuperación de los bie-u.es de los "Regulares".


1.- "¡Viva el Rey!" Tal es el tema del sermón de Fr. Bartolomé
de Santa Maria, Definidor secretario de la Provincia de Carmeli-
tas Descalzos de San Joaquín de Navarra, en el Capítulo Provincial,
celebrado en el Burgo de Osma, el 2 de julio de 1814. Un canto de
gratitud 130 por los decretos en favor del clero regular, en que se

150. B. SANTa MARiA, Sermón, z Julio 1814, p . 1·29: "Nuestro idolatrado Fer-
nando, nuestro por tantos títulos amado Fernando es el que con su mano bien-
hechora ha firmado el decreto vivillcante, el decreto reparador, el decreto be-
néfico que nos restituye la vida politica y religiosa que se nos habla quitado.
Fernando es el que con una sola firma repara tantas ruinas, levanta tantos tem-
plos, restituye tantos derechos, enjuga tantas lá¡rlmas, mitiga tantas penas,
remedia tantos infelices, recibe en su regazo tantos desvalidos, ensalza tantns
humildes, humilla tantos soberbios, cierra la boca a tantos impíos, consuela a
tantos buenos ... Un decreto nos perdió: otro decreto nos salva ... La España,
aun arrojados los enemigos de su suelo, aparecerá en trage Francés, basta que
aparezca por su Orizonte el amado Fernando, que la gobierne a la Española...
¿Y quién podrfa contener los progresos de la !ilosoria? ¿Acaso el Santo Tribu·
nal de la Inquisición? Ah! El solo bastaba par.; esta empresa; pero previnieron
su vigilancia, extinguiéndolo de antemano. Para tomar el fuerte de la Religión
de Espafia, destruyeron primero su más robusto baluarte. ¿Acáso las Ordénes
Religiosas? Mucho hubieran hecho, si se hubieran conservado con honor; pero
con.servatlos por algún tiempo por una politica astuta, infamados después por
todas partes con ljbelos escandalosos, al fin se dio con una ocasión frivofa (El
hacer el heroico pueblo de Madrid demostraciones de júbilo y afecto a los Re-
ligiosos por la proximidad de las tropas Espcl)olas) el golpe fatal, que nos re-
duxo a la nulidad. Qué espectáculo! Dios mio! QUarenta mil Españoles benemé-
ritos basta entonces de b Patria y de la Iglesul fueron arrojados ignominiosa-
mente de sus casas, y abandonados a todas las desgracias... Era lo más sensible
el VE:r los Conventos y Monast.E:rios prof:mados oor. borro:"CSOS ~egios, con-
vertidos en establos de bestias, &caSO destinados a lugares de prostitución, qui-
zá marcados para Logias Mazórucas, en donde celebrasen sus misterios infer-
nales, o en fin arruin.a.clcs en odio del patriotisr.lo; como sucedió con el que
para su ruina se babia entregado a mi cuidado (El Colegio de Carmelitas des-
calzos de Logroño)... ¿Pudo darse decreto más bárbaro y cruel, que el que con·
dena a una multitud de hombres... a perecer de hambre y necesidad, despoján-
dolos de todo qtianto tienen? ¿Puede darse espectáculo más digno de lástima,
que el ver Prelados superiores, sugetos condecorados con los más altos grados
por sus singulares méritos, reducidos a vivir en una choza o guardilla, y a man-
tenerse con el pan de sus lágrimas, que apenas podian adquirir? ¿Quién los
~lO

apoyará, al menos en toda su primera etapa absolutista hasta

vio sin compasión con unos vestidos indecentes, más propios para cubrir un
mendigo, que para presentarse con la decencia debida a su clase?... Se arreba·
taba y atropellaba a un Religioso desde su retiro a la prisión, y desde la pri·
sión a Francia, o al cadalso... (Son varios los Religiosos, que por poner cuida·
d o en no hablar, en no salir, en no j untarse con otros, y en no procurar notí·
cías, se hicieron sospechosos, y fueron conducidos a Francia como rnalechores) ...
A mi mismo hacían una especie de violen cia los Religiosos, a quienes servia,
queriéndome arrancar una licencia, que entonces juzgaba prematura, para ir
a vengar los agravios hechos a la Religión, al Rey, a la Patria, y a la humanidad.
(Al fin se les concedió esta licencia con anuencia de la superioridad, y se les
arúmó con una proclama la que puestos de rodillas delante del Santisimo le-
yeron con atención, y ardiendo en el sagrado fuego del Patriotismo, partieron
-desde allí en número de doce presididos por su Maestro de Estudiantes a pre-
sentarse a la junta insurrecciona! de Sato de Cameros, ésta hizo imprimir la
Proclama, que después se reimprimió en las Provincias entonces libres del
mediodía. A los Religiosos puso baxo la conducta de D. Máximo Náxera indiví·
duo suyo, que por r esultas de su zelo fue sacrüicado por los Franceses. Algu·
nos de estos Religiosos han hecho importantes servicios, y concluida la gue-
rra han vuelto a vivir entre nosotros, siguiendo la misma estrecha observancia,
que todos, sin pretender otro premio, que la dulce satisfacción y gloria de
haber contnouido por su parte a la defensa de la Religión, y restitución de su
amado Rey. Los Franceses, y lo que es más cierto, los indignos Españoles
afrancesados hicieron arruinar desde los cimientos este Conve:1to Patriótico, el
principal que teniamos en esta Provincia, y como el corazón de toda ella) ...
Nuestra Nación ha arrojado de su suelo a los bárbaros extrangeros, que lo pro-
fanaban ... Hemos adelantado muy poco. Aun no tenernos Patria. Todavía la ve-
mos dividida en facciones. Y si es Patria la facción dom.i:nan1e, ella nos repele
como a indignos de ser Ciudadanos. La Religión debemos llorar en peligro. Se
~rmiten llDelos, que públicamente la deshonran. Nuestro instituto, y los ciere-
chos que le están anexos, perseveran casi abolidos. Con decretos ilusorios se
pretende contentarnos, y alucinar al Pueblo, que nos quiere, y con manejos
secretos se consigue el que no lleguemos al fin de nuestro restablecimiento.
Rulna y despojo teniamos, ruina y despojo prosigue, y en algunas partes se
aumenta. Aun se pretende privarnos d e la consideración, que nos tributa la
-veneración de los Pueblos. ¿Quién podrá decir en pocas palabras las negras
pinturas, con que nos han icsultado? Las calumnias, los dicterios, los sarcas-
mos, las sales picantes, la irrisión, que hemos sufrido? La pública burla, que
se ha hecho no sólo de nuestras personas, sino también de nuestros institutos?
Que se atreva alguno a hablar en nuestro !avor aun en público congreso, donde
se deben reprimir las licenciosas libertades; la carcajada y la rechifla será su
fruto ... Mas ay! que muchos de les que dirige!!. esa facción conspiradora, están
sobre nuestras cabezas. Quien nos librará de ellos? O! Dulce Femand::~! Espe-
ranza úni.::a de todos los buenos, ven a romper nuestras cadenas. Ven a lll>rar-
nos de este despotismo. .. Nuestro amado Fernando DOS repone en todos los
bienes y derecilos, de que habíamos sido privados. Todo lo debemos a l"ernan·
do ... ¿Qué podremos hacer por un Rey a quien tanto debemos?... Que los exer-
cicios espirituales de nuestro instituto, que DOS ha restituido, le comprendan
como a nuestro insigne bienhechor, y en cierto sentido, como a nuestro Fun-
dador, o reparador. Y en fin que la justa libertad, de que gozamos, quede sa·
crificada a su voluntad, salvos solos los fue ros de la Revelación Divina.. . Qui·
ternos al filosofismo la aldava de la relaxación, de que se ase para insultarnos.
No demos ocasión a que tanto se vocifere por bocas incompetentes : Rela:roci6n,
Relaxación; y a que con prete.xto de relaxaclón nos saquee y nos destruya, como
si éste fuese medio para hacemos más observantes... ¿Hay dia, en que en to-
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONTCA 611

1820, la política fernandina 151 -sin excluir los asuntos particula-


res de las "Ordenes Redentoras" 152 , las "Ordenes Militares" m y el
fuero eclesiástico 154, además de la enemiga contra los "seculariza.
dos" m__ Y el Real Erario se beneficiaría de esta protección hacia
los "Regulares" 156_
2. - También Fr. Manuel Carrera. O. P. "Oración que en las so-
lemnes fiestas celebradas por los RR. PP. Dominicos del Convento
de San Esteban de Salamanca, en acción de gracias al Todopodero-
so, con motivo de su deseada reunión y apertura de su magnüico
templo, hecha por disposición de su amado Monarca el Sr. D. Fer-
nando VII, dixo en el mismo, el dia 17 de Julio de 1814" 157_
3.-Para no fatigar al lector con abundancia de sermones "gra-
tulatorios", examinemos algunos argumentos indirectos que mues-
tran idéntica temática: el 12 de mayo de 1815 en la "oración fúne-
bre que Fr. Francisco de Soto, Lector de Sgda. Teología del Con-
vento de San Francisco de .Arrizafa. extramuros de la ciudad de
Córdoba, en las solem.nisimas exequias celebradas en la Iglesia del
Convento de N. P. San Francisco de la ciudad de Montilla, a expen-
sas del Excmo. Sr. D. Luis Joaquín Fernández de Córdoba y Bena-

dos nuestros Conventos no se bagan oraciones particulares por el Rey, y la fa-


milia Real? CEs una especie de indevod6n entre nosotros no MChaT la Colecta
Et fámulos , aun en las Misas rezadas). En las oraciones comunes, en los exer-
cícios de penitencia, en los sacrificios, en las necesidades, que se recomiendan
al zelo y cuidado de los P.eligiosos, el Rey, el estado, la familia Real ¿no tie-
nen siempre un lugar muy distinguido? (De tres disciplinas que hay por sema-
na en todw nuestos Convento-;, !a una desde el principio de la Reforma está
ofrecida por el Rey, y en todas se Mclul la oración pro Rege. Con el azote en
la mano, y el espíritu de penitencia en el corazón imploran los hijos de Teresa
la clEmencia del Cielo sobre nuestros Reyes. Todas las noches o las más, en-
carga el Prelado a los Religiosos, que tengan cuidado de encom~ a Dios
las necesidades urgentes, que ocurren; y siempre t:ncarga en particular la ora-
ción por el Rey y la Iamilia Real). .. O Dulce Teresa! (- Nunca alude al Patro-
naz.go de España, decretado por las COrtes de Cádiz-) Gloria de España. ami-
ga de los Reyes! renovad en vuestra bumllde !amllla el espiribJ, que entablas-
teis de orar continuamente por ellos... Viva el Rey para mayor lustre y esplen-
dor de la Religión Católica: viva el Rey para protección de los Reli~ y
de la virtud."
151. Do:;. REY, I. 19. 25. 125-126. 137. 138.
152. Dlx:. REY, I , 402; II, 303; IV, 532.
153. DEC. REY, I , 242-245.
154. DEC. REY, II, 552-555; IV, 6Hi2. 107-110; V, «O; VI, 42-45. 55.
155. DEc. REY, 1, 379-381; II, 39; V, 550; VI, 175.
156.. DEc. REY, II, 540.542.
157. CARRERA, Oración, 17 Julio 1814, p . 8-!0: Después de citar literalmente
la promesa de Ferna:1do VII de reedificar el templo del Pilar de Zaragoza, ha-
llándose en Valenl(ay, según el sermón de Ostolaza en Cádiz, aiiade : "Y no
habrá atrevimiento, para pintarnos a este J óven humilde y piadoso, como un
Tirano y un Déspota, como lo hicieron las Abejas, los Redactores. y Concisos?
Gran Dios, no duermas: levántate, y juzga tu causa (Ps 73, 22)."
612 ALFREDO MARTINEZ A.LBIACH

vides, Duque de Medinasidonia" 155; el "Panegírico apologético que


en honor y alabanza del Instituto Capuchino, la mañana del 19 de
Noviembre de 1815, pronunció Fr. Fernando de F regenal'' t59; etc. 160•
158. Soro, Oración, 12 Mayo 1815, p. 46. 69 : "En estos tiempos tan ilustra-
dos... tantas veces se ha dicho, maldita caridad la que se emplea en mantener
holgazanes (alimentando frayles) ... Con osadia y atrevimiento se arrojan a cri·
ticar la exempla.risima conducta de nuestro amadisimo Rey el Sr. D. Fernan-
do Vil, diciendo con la mayor avilantez: que no piensa en otra cosa que
en visitar mcnja.s y !rayles. ¡O malvados calumniadores! ... Doctos han de ser
los ministros del altar... , pero no con esa sabiduria que en el mismo hecho de
enseñar cosas extrañas a las que hemos recibido de nuestros padres, desagra-
da tanto como dec1a el Padre San Agustln. .. Saludable decreto q ue a pocos
dias de entrar en la corte, día 24 de mayo de 1814, dio nuestro católico mo-
narca sobre esta materia, y conocerán cómo son los sabios que quiere V. M.
en su reyno, y los requisitos que han de tener para obtener curatos y benefi-
cios eclesiásticos."
159. FREGEN.u., Panegírico, 19 Noviembre 1815, p. 3. 13: MQUa.odo los liberti-
nos y füósofos de nuestros dias han afilado sus lenguas venenosas, pestíferas
y mordaces, como la de la serpiente, contra los Institutos Religiosos... qüando
no ha habido sarcasmo picante, ni sátira burlesca, que no hayan empleado, para
desacreditamos, llamándonos zánganos, gente inútil al EsUJdo y a la Iglesia,
/awíticos, viciosos, regalones y perturbadores de la pública tranquilidad ... In-
justamente aseguran haberse entrometido los institutos religiosos sin ser llama-
dos al ministerio de la divina palabra... Lo son por disposición Divina; lo son
por las necesidades de la Iglesia; lo son también por el deseo de los pueblos,
y por el celo de los Prelados Eclesiásticos."
160. R..oáREz, Sermón en acci6n de gracias al Señor por lw.bérsenos entrega-
do el convento de San Antonio de Sevilla, p. XII: "Este Real Decreto... •
LEóN SOrELo, Sermón en acción de gracias por... cteDolverles sus templos y
haberes, p. 32: MPreséntese el Rey Fernando en España como prodigiosa vara
de justicia ... , la del terror a los malos, y la de Consuelo a los Religiosos y Sa·
cerdocio."
PÉREZ VIME, Sennón... para ®r gracias a Dlos por los singulares beneficios
que 1w. dispensado a sus Ordenes Religiosas, y pedirle por la prosperi®d del
Rey, que con tanta munificencia 1w. explicado su piP.ckJd sobre ellas, p . 32: "Un
Monarca, un Padre y un Redentor. que sacándonos del abatimiento y de la es-
clavitud en que yacfamos... , nos honra y nos eleva del modo más distinguido.
poniéndonos a nivel de aquella respetuosa s;tuación y de aquella gloriosa li-
bertad, de que gozaron nuestros Padres."
REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD 801UION1CA 613

b) Restablecimiento de la Compañía de J esús.


¿Quién influyó sobre quién? ¿Fernando VII sobre el clero? Tal
vez no hayamos conseguido presentar al lector, con suficientes ga-
rantías de seriedad e imparcialidad, la influencia clerical: antes de
que Fernando se acomodara en su trono, ya existia ese ambiente
general, que le circunda entre lisonjas y amenazas proféticas -Saúl
se convertía en espada de Dámocles ante la previsión de un David
encarnado en su hermano Don Carlos- , orientándole hacia una
peculiar política religiosa. Y no solamente en la Corte, o en la pe-
nínsula. Vamos a alejarnos de la presencia regia, para percibir cómo
se forma la atmósfera pro-jesuítica en torno al restablecimiento de
esta Orden religiosa: Mallorca. en la iglesia de Montesión, 10 de
octubre de 1814; el Doctor en Sgda. T eología. D. José Amengual,
"por encargo del M. I . Ayuntamiento de la ciudad de Palma, con
motivo de la fiesta que dedica anualmente a San Francisco de Bor-
ja, uno de sus patronos", dice: "Cuanto la malicia, la impiedad, y
la embidia habian esparcido, quedando desvanecido ya con las lu-
ces que despide la Bula de N. S. P. Pio VII, cuyas palabras bastan
para formar el elogio de la Compañía de J esús ... A la voz del su-
premo pastor acude luego su caro hijo el católico Monarca D. Fer-
nando VII, cooperando por su parte al socorro de aquella nave que
peligra: y los padres de la Patria, y el M. I . Cabildo de esta Sta.
Iglesia se dan priesa para lograr, si es posible luego, tan esclareci-
dos operarios de la viña del Señor" 161• Y el 29 de mayo de 1815, Fer-
nando VII firmaba la Real Cédula 162•
El mencionado predicador repite el 6 de agosto de 1815 en
la Iglesia de las MM. Capuchinas el panegírico de San Ignacio
de Loyola aue el anterior 31 de julio pronunciara en la iglesia
de Montesión, por vez primera denominado "antiguo Colegio de
les Jesuitas". Saboreando sus frases 1ol, se explican los decretos

161. ~CUAL. Sermón, 10 Octubre 1814, p . 19.


162. DIX:. REY, II, 354-357.
163. AMDICUAI., Sermón, 31 Julio y 6 Agosto 1815, p. 4-5. 26-27: ucuarenta y
ocho años ha sido casi delito tomar en la boca el ojeto de esta solemnidad sólo
porque fue el autor de una corporación hecha el blanco de todos los tiros de
la malevolencia. ( La !ata! suerte que a los libros de los Jesuitas, que a sus ta-
reas apostólicas, que a sus prácticas de devoción, que a s u instituto, cupo
también a los Santos que había dado el Cielo. Eran proscritos. y s us estam-
pas miradas con desprecio, de lo que puedo alegar testimonios dignos de fe. y
614 ALFREDO KARTINEZ ALBIACR

regios 164•
Y desde la alejada y "liberal" Cádiz nos llega el eco de la "ora-
ción que Fr. José Maria Lazo de la Vega, Lector de Sgda. Teología
en el Convento de San Francisco de Cádiz, Teólogo consultor de la
Nunciatura de España, dixo en la S. I . Catedral de esta ciudad, en
3 de Setiembre de 1815, repetición de la pronunciada el 30 de Julio
en la Iglesia de las Madres de la Compañia de la Enseñanza de Ma-
ria en la ciudad de San Fernand o - fu e la primera comunidad en
dar gracias al Todopoderoso por el restablecimiento- (se publica.
a expensas del Exmo. Ayuntamiento}" 165.

me acuerdo haber leido en un anónimo, que a San Francisco de Borja le pesa-


ba haber hecho su profesión en la Compañia, al ver sus desórdenes y escán-
dalos... Finjían quejas del mismo contra el instituto que profesó)... Aora las
dos autoridades supremas, la cabeza visible de la Iglesia, y el mejor de nues-
tros Soberanos acaban de poner un candado indisoluble a los calumniadores ...
Yo mismo me doy el parabién viéndome elejido para formar el primer elogio
de San Ignacio, después del largo y dilatado silencio... Doze mil autores ron-
taba la Compañia de Jesús antes de su estinción, y de Jos libros que escnllie-
ron los Españoles en la dolorosa época de su espatriación hay formada una
Biblioteca ... ¡Inmortal Fernando! Si llenaste de consuelo al SS. P . Pio VIr
qüando después del Breve que espidió para el restablecimiento de la Compa-
ñía, le mostraste el aplauso con que lo babias recibido; ¿qué complacencia ten-·
drá aora al ver los elogios de que oolma a los Jesuitas autorizados y confir-
mados con los tuyos en el Real Decreto?.. . Tú quitaste la máscara al hipócrita
malvado... Bendecid al Señor: dad gracias a Fernando : y publicad en alta voz
las glorias de San Ignacio, y de la Compañia de Jesús.•
164. OEc. REY, U , 716-717; m , 158-162; V, 321-322. 322-323; VI, 382.
165. LAzo DE u Vl:CA, Oración, 3 Setiembre 1815, p . 3-29: ·vinisteis al pie de·
los altares para desahogar vuestra gratitud electrizada por la vu"!lta de un
Soberano, precio de tantas lágrimas y sangre, y objeto de tantos votos y sacri-
ficios; todavía el sabroso llanto de la p iedad inundaba nuestras aras, qüando ·
un nuevo favor le fertiliza. El vicario de Jesucristo es libre. Nuevos cánticos.
La Esposa de Jesús vuelve a su gloria. Nueva alegria. Las institu.c iones religio-
sas brillan en el Cielo hermosc de la Iglesia. Nuev3S gracias. na caíd<.> el tira-
no que aprisionaba reyes. Nuevos himnos. ¡Gran Dios! O suspended vuestros.
fa11cres o fortaleced y ensanchad nuestros pechos demasiadamente limitados
por tanta gratitud y beneficios. Uno falúlba aun que debía marcar oon el sello
indeleble que caracteriza las obras de la Divinidad, todos l?s otros: ¿qüál era?'
Hacerlos perpétuamente estables. ¿Cóll'o? Restituyendo a la Religión sus más
valientes defensores, a la Iglesia Católica sus más esforzados campeones, a
los Reyes las colum11as firmes de su trono, a las naciones 1os maestros de la
virtud y de las artes, a las ciencias su antorcha, a los altares sus ministros.
De dónde? quiénes! No oisteis llorar a nuestros Padres ancianos al hablar de
nuestra educación? lamentar otros tiempos felices, echar de menos unos maes-
tros expertos, clamar por la Compañia de Jesús...? Este Dmo. Cabildo y Excmo.
Ayuntamiento, cuyo particular afecto a la Compañia d2sde remotos tiempos se
mani!iesta... ; a la primera noticia de su restablecimiento solicitaron del Mo-
narca su admisión en los dominios de España ... ~
Se trata del sermón más entusiasta de los que conocernos en favor de los
jesuitas : con amplia bibliografía y notas abundantes; Incluso con un "presagio~
de Fernando VII, s iendo niño -"A esos, a los Jesuitas los he de hacer volver
a España"- . El sermón publicado comprende setenta páginas, sin excluir las
notas.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONTCA 61S

De todas partes se eleva idéntico clamor en pro de la Compañia


de Jesús 1 ~. Y el P . Buenaventura Prats, S. J ., Catedrático de Retó-
rica en el Colegio valenciano de San Pablo, inicia una serie de ser-
monarios jesuíticos que se publican, el '"10 de octubre del año 1817.
dia de San Francisco de Borja" 167.
Ahora bien; si deseamos penetrar en toda la polltica religiosa
de Fernando VII -y la de su hija, incluidas las dos Regencias-, nos
remitimos - para soslayar repeticiones-, especialmente, al anterior
capítulo sobre "regalismo y desamortización". Completaremos algu-
nos conceptos indirectamente religiosos en el siguiente artículo.
Tal vez supervaloremos el precedente capitulo, pero es que pre-
tendimos reflexionar sobre la politica religiosa española desde un
punto de vista económico: evitamos un estudio de ideologias y
anécdotas -objeto de la primera parte del presente trabajo-, para
considerar lo que, a nuestro entender, evaluamos como dialéctica
de las fuerzas históricas vitales.

166. LllóN Som.o, Sermón que en la función de acción de gracias que hizo
el llmc. Sr. Deán y cabi1d.c, de la S. M . P. Iglesia de Setñlla por la reposiciórr
del S. O. de la Compañia de Jesús, en el día JO de M ayo del año de 1817, p . 22:
"El intento de los enemigos era acabar con los Jesuitas y después con la Igle-
sia.•. • Y otros muchos.
167. PRATS, S. J ., Oración, JO Octubre 1817, p. 36 : "Huyendo de una creen-
cia helada, toda dudas, y de una tuosofia falsa, toda delirios ..."
ARTÍCULO 3

VISION POLITICA DEL SIGLO XIX

En este último artículo intensificaremos nuestra reflexión des-


de una perspect iva política en su sentido más amplio. Y sólo den-
tro del siglo xxx : la primera parte del presente trabajo casi se ex-
clusivizó en la anterior centuria y principios de la mencionada:
aprovechamos las fuentes clericales de los sermonarios, que pier·
den importancia histórica a medida que la imprenta se va "libera-
lizando" -fechamos esa coyuntura hacia 1830-. Así, pues, procura-
remos compensar el hipotético vacío.
Los Borbones, desde su establecimiento en el trono español, pre-
tendieron "modernizar" nuestra patria. No obstante la actividad de
los ilustrados carlostercístas y la de Godoy, el poder re.gio -a prin-
cipios del XIX- no se había impuesto al potencial económico de
la Iglesia -y consiguiente influjo social- , ni había reducido la
nobleza como en los países ultrapirenaícos. Menos aún podía so-
ñarse en los dos primeros ideales de la Revolución francesa: liber-
tad e igualdad -recordemos las tres últimas guerras "religiosas"
reseñadas y los debates de las Cortes de Cádi~. Ara."'lguren con-
ceptúa semejante situación como "feu dalismo tardío", a la vez que
explica el fra<'.aso de la Constitución de 1812 por afirmarse de un
modo inconsistcntP. y por tanto "irrealísta", como siempre que la
ideología -la Constitución no era un "instrumento" sino una re-
ceta o mejor una panacea, "palabra mágica" de cuyas bellezas se
esperaba todo- precede a la estructura; lección que aprendieron los
políticos de la emigración --durante el reinado de Fernando VII- :
reai!smo político y necesidad de una correspondencia entre la es-
tructura política y la estructura socio-económica 161 •
En primer lugar, A ) la etapa fernandina : a) 1814-19, b) 182(}23,
·C) 1823-33; despu~. la isabelina (B) : a) Regencias, y b) Isabel TI.

168. ARANCURDi. Moral y Sociedad. p . 37. 53. 55. 65.


A) ETAPA fERNANtiiNA

a) 1814-1819.
En el precedente artículo observamos que la problemática plan·
teada en 1814 predetermina la política fernandina 169• Llamémosla
- mal que nos pese-- por su propio nombre : alianza de Altar y
Trono, con el repudio de la ilustración carlostercís ta -ése es el
símbolo político de la restauración de los jesuitas-. Un "ricorsi"
hacia un pasado fantástico, cuya fecha histórica nadie intenta pr e-
cisar: cada cual imagina una ubicación : Felipe n , Isabel la Católi·
ca, la Reconquista o la monarquía hebrea. La iglesia española, de-
seosa de conservar la propiedad de sus bienes ~1 clero regular
los acaba de recuperar- y su influjo en la sociedad, quizá median·
te la Inquisición no, se compromete socialmente en la política, y
por lo general dentro de la "derecha" - la amenaza con que Fr. J o-
ser del Salvador presionara directamente al monarca, el 27 de no-
viembre de 1814, se convierte en realidad a finales de su reinado-.
Destacamos, como añadidura de cuanto llevamos expresado, la
polít ica "educacional" 171 de la primera etapa fernandina, fundamen-
tada en la economía 172 e influencia clerical m, incluyendo los
Colegios Mayores 114 y el Plan de estudio 1n -derogación del de 1807
y restauración del de 1771- . También su posición favorable hacia
la Nunciatura 176, como colofón del "fervor papal" tan t radicional en
el pueblo español -siempre ha existido el más vivo interés, devo-
ción y amor por todo lo que procedla del Santo Padre, y concre-
tándonos a aquella época: los escritos de Pío VI y Pio Vil m.

169. lzQ111ERDO, A71l.ecedentes del r P.i1UitÜ) de FeTTIII.ndo VII, p . 759-776; SUÁREZ,


Conservadores, p . 13-35; Tendencias, v. 8-10; Documentos de FeTTIIlndo VII, p .
1 ss.; BRUUN, La Europa del siglo lllX, p . 14-16. 20. 22. 26; QuiN, Memorias hi.s·
t6rlca.s sobre Fernando V11, 1, p. 194-196; L&n:n:N1:E, Hutoria de Espafí4, XXVI,
p . 100-446; Pl Y Miútc&u., Historia de Es;>aña, O , p . 161·183; M. R.m.t.UiOS, Memo-
nas de un SetenMn, VI!I, 2.•, p . 93; P. GoNtiLEz, lA Hacicu:ül de r.uestros ab:u:·
los, p . 345; CM-ovAS DEL CASnu.o, El SolUario, I , P. 19-20.
170. ?oNs VAJ.J.É:S, La I nquisición tie Mallorca, p. 7 ss.
171 . AlUNCVREN, Moral y Sociedad, p . 61.
112. Dtx;. REY. n. 2!1Z-293. 345-346.
173. DEc. REY, n . 767-768; m . 257·261; rv, 559.
174. DEc. REY, O , 11S.U8.
175. DIX:. REY, V , 611 .
176. D~ R EY, 1, 29; V, 190-191.
177. Plo VI, Palinodia de Febronio; Pro VII, Alocución en el Consist orio, 26
Septiembr e 1814, p. S. 7 : "lbamos presos por varias provincias d e Italia y Fran·
B &LIOIOS IDAO ll ISPAS A... - 40
618 ALFREDO MA RTINEZ ALBIACH

La tan controvertida Inquisición no superó las sociedades secre-


tas 178, que en 1820 -con el triunfo de su ideología- apuntillarían

definitivamente a aquélla: tras las terceras nupcias reales 179, Fer-


nando VII firma el decreto, por el que acepta la celebración de Cor-
tes, el 6 de marzo de 1820 1 *~.

cia. .. ¿Quién sino el Dios de los Exércitos excitó el ánimo generoso de los Es-
pañoles... "; Cfr. G . PALOMO, Sermón, 5 Junio 1814; FARIÑAS, Sermón, 24 Septiem-
bre 1814; etc.
178. ARANCUREN, M o ral y Sociedad, p . 61.
179. DEC. Rxr, VI, 406; M. Rmwros, Memorias de un Setentón, VIII, 2.•, 48-
49. 51-52.
180. Dn:. J . P ., R. R. y por S. M., VII, 37-38.
RELIGIOSIDAD BISPANA Y SOCIEDAD BORBONlCA 619

b) 1820-1823.
Se inicia la etapa liberal 181 • Las Cortes ordinarias para 182()-1821
-después de unas jornadas preparatorias 1~ se "constituyen" el
6 de julio de 1820, bajo la presidencia de D. José de Espiga y Gadea,
Arzobispo electo de Sevilla y Diputado por la provincia de Catalu-
ña 11D. Tres días más tarde, según la orden del dia "a las once me-
nos cuarto de la mañana de este dia ha prestado S. M. ante las Cor-
tes, en el salón de sus sesiones, el juramento solemne prevenido por
la Constitución; habiendo concurrido a tan augusto acto la Reina y
los Infantes con todos los Gefes de Palacio y Real servidumbre, los
Secretarios del Despacho, Tribunal SUpremo de Justicia, Generales
de mar y tierra, y un inmenso pueblo, que arrebatado de gozo pro-
rrumpió en los más tiernos sentimientos de amor y respeto al Rey
en el seno de la Representación nacional" 114• En efecto, Cortes y
monarca estrenan un régimen nuevo 1as, con envoltura profundjt·
mente religiosa 1ar.
No obstante, en agosto, y con la renovación de Presidente 117, las
Cortes "suprimen" la Compañía de Jesús y "restablecen" el Cabil-
do madrileño de San Isidro 1ss, revigorizándose las disposiciones ga-
ditanas 1119•
Subrayamos el decreto XVTII, fechado el 2 de septiembre de
1820, en que se designa al Gobierno "Protector de los cánones de
la Iglesia" 190; pero bajo la presidencia del Conde de Toreno -des-
de el 9 del septiembre mencionado 191- modifican el "fuero ecle-
siástico" 192 y reanudan la lucha contra el clero regular •93 con la

181. LAFUEN'IE, Historia de Españtz, XXVll, 155. 173-175; CóRDOVA, Mis memo-
rias íntima.s, ! , 23-28; Aa!AGRO, Prólogo a Larra, p . XJX-XXV!ll; C.ú."O'IAS, El
Solüario, I, p. ~25; PI y ~ HistOria de España, II, 184-202.
182. DIARIO DE SESio:-'ES, ! , p . 1·21.
183. Dn::. CoRTES, VI, l.
184. Dn::. CoRTES, VI, 2.
185. DIARIO SESIONES, !, 22-78.
186. Dn::. Coan:s, VI, ~-
187. Dn::. CoRTES, VI, 33.
188. Dn::. CoRTES, VI, 43-44. 45. 310.
189. Dn::. CoR'IES, VI, 84. 256.
190. DEX:. CoRTES, VI, 85-86.
191. DEC. CoRTES, VI, 97.
192. DEC. CoRTES, VI, 141-142; VII, 9-10. 57·58; IX, 219-318; X, 86, 159-160.
193. Dn::. CoRTES, VI, 155-159. 256. 278. 303-304. 396; VII, 6. 108-109. 164; IX,
30. 52-53. 55. 78-79. 165-166. 168-169. 175. 417. 440; X, 31.
620 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

secuela de "secularizaciones·• 19' , sin abandonar el formalismo de


piedad y de religión c::-mo en la bendición de banderas de la Mili-
cia nacional 195, ni eficaces conminaciones a los Obispos en favor de
la caridad social 196, la cual empieza a secularizarse 197•
D. José M .a Calatrava, como Presidente, firma el decreto sobre
libertad de imprenta 19S y cierra la primera legislatura 199 • Fue en la
segunda -concretamente el 6 de abril de 1821- cuando se procla-
mó que "el Episcopado es un cargo público" 200•
Contra la habitual y tópica opinión de la irreligiosidad e impie-
dad de las Cortes liberales, resulta imprescindible destacar -ade-
más del Reglamento general de Instrucción pública 201 y de su es·
merada sobriedad 20L. dos documentos (sobre todo el segundo) pro-
mulgados e114 y el 17 de abril de 1821, respectivamente. No necesitan
comentario; sí, en cambio, una lectura muy meditada m. Testimonio

194. Dr.c. CoR'IES, VII, 19-22. 25. 137-138. 160; IX, 33-34. 78. 1Z7·128. 132. 132.
151. 161·162. 169. 2tYl·203. 456-457.
195. Dt:e. CORTES, VI, 196-197.
196. Dr.c. CoRU:S, VI, 258-259.
197. DEC. CoRU:S, VIII,• 115-137; IX, 173.
198. Dt:e. CoRTES, VI, 234; VII, 75.
199. DEC. CoRTES, VI, 397.
200. DEC. CoRTES, VII, 29-30.
201. DEC. CoRTES, VII, 362 SS.
202. DEC. CoRTES, IX, 121·122. 140-141.
203. Dt:e. CoRTES, VII, 35. 37-44: "Estando justamente mandado en la ley
de las Cortes de 22 de Febrero de 1813, cap. 2.•, art. 1.•, que el Rey tome todas
las medidas convenientes para que no se introduzcan en el reino libros ni es-
critos prohibidos o contrarios a la Religión; y acreditando una triste experien·
cía que públicamente se ver.den muchos libros e impresos de esta clase, y otros
que corrompen las buenas costumbres y ofenden la decencia pública, y aun
estampas que abren los ojos a la inocencia, y frustran y destruyen por sus ci·
mientos la sana y religiosa educación que en todas las clases del Estado de-
sean promover las Cortes, y está recomendada en la Constitución polltica :le
la Monarquía, han acordado las mismas se excite el zelo del Gobierno, para
que en uso de sus facultades , y por los medios prescritos en la citada ley, pro-
ceda. a la formación de la lista de libros que no deban correr; y entre tanto
dicte las más enérgicas y prontas providencias que atajen desde luego este
daño, y curen y p;ecavan el estrago que del libre curso y venta de estos escri·
tos y estampas obscenas se siguP. a la causa pública, y especialmente a la Re-
ligión que 1& !Jación ~tá obligada a proteger con leyes sabias y justas."
~La:; Cortes, después de haber observado todas las formalidades prescritas
por la Constitución, han decretado lo siguiente: Art.... 2.•: El que conspirase
directamente y de hecho a establecer otra Religión en las Españas, o a que la
Nación espafiola deje de profesar la Religión católica, apostólica romana, sera
perseguido también como traidor, y sufrirá la pena ele muerte. Los demás <!eli-
tos que se cometan contra la Religión serán castigados con las penas prescritas,
o que se prescribieren por las leyes... 4.• Si incurriese en el mismo delito (de
palabra o por escrito no impreso -la ley de imprenta legislaba sobre los im·
presos- tratare de persuadir que no debe guardarse en las Españas o en algu·
na de sus provincias la Constitución política de la Monarquía en todo o en par·
te) un empleado público, o un eclesiástico secular o regular, cuando ejerce su
ministerio, en discurso o sermón al pueblo, carta pastoral u otro escrito ofi·
- · -,

REUCIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 621

de intransigencia religiosa, y de regalismo, el cual llega a disponer


minucias clericales 2114•
La guerra civil estalló, y el clérigo -no todos :!OS_ se aprestó a
ella con soflamas de "guerra de religión" 101>, agravada por los libe-
rales extremistas que presiden entonces las Cortes m .

cial, será declarado indigno del nombre español, perderá todos sus empleos,
sueldos, honores y temporalidades, sufrirá ocho años de reclusión, y después
será expulsado para siempre del territorio de la Mooarquia. El cura o prelado
de la Iglesia, que presida, en que se pronuncie el discurso o sermón al pueblo,
el Secretario que autorice la carta pastoral, edicto o escrito oficial ... , su!rlrá
una multa de treinta a seiscientos pesos fuertes ... 6.• Además de lo dispuesto en
los a:rtfculos anteriores, el Rey, oyendo al Consejo de Estado eo el modo y for-
ma que previene la Constitución respecto de los decretos conciliares y bulas
pootllicias, podrá suspendeT el curso, y recoger las pastorales, instrucciones
o edictos que los M. RR. Arzobispos, RR. Obispos y demás Prelados o Jueces
eclesiásticos dirijan a sus diocesanos en el ejercicio de su sagrado ministerio,
si se creyese contener máximas contrarias a la Constitución; y se mandará
formar causa siempre que se bailaren méritos para euo.. . 35. El Tribunal com-
petente de los M. RR. Arzobispos y RR. Obispos en las causas de esta ley será
el supremo de Justicia; y para los demás Prelados y Jueces eclesiásticos la
Audiencia territorial ... Madrid, 17 Abril de 1821. Josef M .• Gutiérrez de Terán,
Presidente."
~ - DEc.. CoJm:S, vn, 233; PI Y MARGALL, H istoria de España, n, 224-254. 257·
266. 270-288. 309-310. 323-326. 345-346. 347. 350-356.
205. DEc.. ConlD, vn, 127-128. 173.
3)6. DEc.. CoRTES, VTI, 6().83. 114. 163; IX, 95-97. 120. 440-441. 556-559; X, 16-17.
17·18. 31; SuAREZ, Realistas, p . 19-225; CóRIJOVA, Mis memorias íntimas, I, 31-46;
PRADT, De la Revolución actual de España; PI Y MARGALL, Historia de Espafw, II,
203-361 .
'lffl. DEX:. CoRTES, VIII, 274; IX, l. 646-647; X, 162. 167.
622 ALFREDO KARTINEZ ALBIACR

e) 1823-1833.
El desembarco de Fernando VII en el Puerto de Santa María
(Cádiz) supuso la vuelta a 1819 n, con el restablecimiento de las re-
laciones con la Santa Sede 21l9, si bien en 2 de diciembre de 1823 es-
boza una liberalización de su politica 210 dentro del "proceso occi-
dental de creciente secularización" 211 •
Rectifica rápidamente -un mes después- con Calomarde 212 me-
diante una peculiar secularización del Santo Oficio: "la Superinten-
dencia general de la Policía del Reino" de gran influencia socio-re-
ligiosa: la Inquisición civilm, estableciéndose el "primer Estado
policíaco" 214 •
Se sigue el camino marcado por la Regencia 21S hasta que la Rei-
na María Cristina accede al poder 216.
El sectarísmo de Calomarde se impuso a su pretensión liberali·
zadora en un singular indulto 217, a la vez que se mantuvo dentro de
la habitual religiosidad 21' y protección clerical 219; sin embargo, es
digna de consideración la politica sobre Instrucción pública 220 y el
retorno a los presupuestos gracias a Don Luis López Ballesteros 221 •

208. OEC. REY, VII 147-149. 151. 152. 154. 155. 173. 192. 210. 211. 211. 251. 254;
CóR.DOVA, Mis memor.as intimas, I , 4&47. 51-54; PI T MARCALL, Historia de Espaiía,
II, 361-370.
2C9. Dr.c. REY, VII, 57. !08. 167; XIII, 61; XIV, 1S.21
210. PI y MARGALL, Historia de E spaña, 11, 372-373.
211. ARANCUREN, Moral y Sociedad, 60.
212. ALMAGRO, Prólogo o Larra, p. XXXIV-XLIV; PIRAIA, H istoria- de la Gue·
rra Civil, 1, p . 1~56 ( 1, p. 20-86); M. RoMANOS, Memorias de un Setentón, VIII,
2.•, 43-47; BOBCOS, E.rposición dirigida a S. M ., p . 3 ss.; PI Y M.t.BCAU.. Historia de
España, II, 373. 380. 389. J90.3S6.
213. DEC. REY, VIII, ~-
214. ARA!'IGUBEN, Moral y Sociedad, 61-62.
215. OEC. REGENCIA, VII, 124; Dr.c. R.l."Y, IX, 120-123. 221-224 . 224-227; X , 262·
263; XII, 36. 119; XIV, 11!!·114. 141. 197·198; XV, 69. Z7S.284. 287-288; PI Y MAR·
GAU., Historia de España, n . 373. 381. 383-387.
216. Dr.c. REY, XVII, 57; XVIII. 2:!1; Puw. A, H&Storia de Ul Guerra Civil, I
56-69 (1, 86-111); M. ROMANos, ~femorias de un Setent6n. VIII, 2.•, 52-60; CóR.DOVt.,
Mis 1M7710!'ias intimas, l . 11~116; PI y MARCALL, Historia de España, II, 399-401.
217. DEC. REY, VIII, 325--333. 368; CóROOVA, Mis memorias íntimas, I, 126-128;
PI Y MABGALL, Historia de España, II, 37~377.
218. DEC. REY, IX, 207; XIII, 290.
219. Dr.c. REY, IX, 221; X, 28; XII, 88-89; XIII, 204. 214; XV, 75; XVII, 19.
59; XVIII, 90; PI y MABGAU., Historia de España, ll, 385.
220. DEC. REY, VII, 128; VIII, 282; IX, 23G-288. 331·332; X, 51-88. 95; XI,
6-31. 110·111. 182-190; XV, 24~244; XVI, 5~94. 306; XVII, 192; ARANCUREN, Moral
y Sociedad, 63; PI y MABCAU.. H istoria de España, 11, 380-381. 383. 390. 396.
221. DEC. REY, XIII, 93·94; XIV, 173. 340. 345; XVI, 165. 166; A RANCUBEN, MO·
Tal y Sociedad , 63·64. 107-108; PI Y MARCALL, H istoria de España, II. 373. 389.
B) ETAPA ISABELINA

a) Regencias.

El nacimiento de Isabel marca una apertura hacia el liberalismo,


intensificada ante los acontecimientos de La Granja - 18 septiem-
bre de 1832-; se culmina con la muerte de Fernando VII m. Y es-
talla la primera guerra carlista m.
María Cristina, tal vez por motivos maternales -para asegurar
el trono a su hija- contemporiza con los liberales mediante indul-
tos IN y una "nueva" política tanto en la enseñanza 225 corno en la
administración 226 y en lo eclesiástico - fuero m, clero m, Inquisi-
ción m, jesuitas m, quema de conventos Da, regalismo nz, Voto de
Santiago m, Ordenes !t!üitaTes nc, etc. m_ _ Todo ello frente a la opo-
sición "carlista" 236.

222. CoL. LEYEs, 1, preliminar, 3-7. 25. 25. 52. 60; PlRALA. Historia de la Gue·
rra Crvfl, I, 69-113 (1, 111·156); M . RoMANOS, Memorias de un SeUntón, vm, 2.•,
118-119; PI Y MARGAU., Historia de Espoiía, II, ~ -
223. PIRAL\, Historia de la Guerra Civil, I, 103-156. 161-270; II, 5-116. 167·213.
294-312; 111, S-83. 83-165. 179-269. 323-IV, 170. 181-232. 241-259. 271-343; V, 7-115 (I,
156-206. 211-379. 410.583. 657-801. 846-873. 874-896; II, 3-145. 166-301. :m-794. 794-887.
899-934. 953-1065; m, 3-161. 207-575); CóRDOVA, Mis memorio.s intimas, I , 60. 96.
126-131. 133-l-l4. 146-184. 190-227. ~291. 3~: II, 83-155. 198-206. 279; Pl T MARCAU.,
HIStoria. de España, II, 702-744; ARANctlllEN, Moral y Sociedad, 63-64. 85-87.
224. Cot... I.rns, I , preliminar, 4. 74. 245. 400; Do::. Rl:INA, XIX. 269.
225. DtX:. REINA, XIX, Apéndice, p . 190; Cot... LEns, 1, preliminar, 5. SOi.
509; 11, prel., 271. 336; III, prel., 2. 15. 102; I, octubre, 55. 60.
226. CoL. LEYEs, I , prel., 10. 19. 23. 120. 207. 412. 422; m, prel., 100. 171; DI!C.
I'.EWA, XX, 555.
227. D t:e. REINA, XIX, 200; Cot.. LEYEs, I , prel., 321. 390. 493; I , diciemb1e, 15.
228. Col... LEYEs, I , prel., 395; Dfx:. RElNA, XJX, 310.
229. DtX:. REINA. XIX, 401; Co!.. LEns, II, prel ., 164.
230. Cot... LEYES, Il, prel., 167.
231. Cot... LEYES, I, prel., 454; II, prel., 201. 218. 226.
232. CoL. LEYES, 1, prel., 430. 500.
233. Cot... LEYEs, I, prel., 522.
234.. CoL. LEYES, III, prel,, 194.
235. Cot... LEYES, 1, prel., 205. 535. Il, prel., 38.
236. CoL. LEYES, I, prel., 14. 51. 68. 153. 224. 517; Il, prel., 231.
624 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

La "novedad" del régimen liberal desgastó r ápidamente los mi-


nisterios de Cea Berrnúdez 237, Martínez de la Rosa 238 , Conde de To-
reno 239 y Mendizábal 240.
En 1836, la Reina Gobernadora se apoya en el partido moderado
de Istúriz 241 hasta la sublevación de la Guardia en La Granja, res-
tableciéndose la Constitución de 1812, sustituida luego por la de
1837 142•
Calatrava 243, Bardaji2'1", Ofalia 24S, Frias 246, Pérez de Castro, Gon-
zález, Cortina y Sancho 247 se suceden, a la par que la estrella del
General Espartero intensifica su esplendor hasta quedar fija en el

237 CoL. LEYEs, I. prel., 216; PIRALA, Historia. de la Guerra Civil, I, 156-159
<I, ~211); PI y MARGALL, Historia de España, III, !>-8.
238. CoL. LEYEs, I, prel., 217. 327; DEC. REINA, XIX, 270--271; Puw.A. Historia
de la Guerra Civil, I, 270--277. 281·303; II, 116-138 (1, 379-390. 394-410. 583-615); CóR-
DOVA, Mis memorias intimas, I, 184-186. 201-229. 235; PI y MARGALL, Historia de Es·
paña, III, 10-23.
239. CoL. LEYEs, II, prel., 155; PIRALA, Historia. de la G.u erra Civil, II, 138--165
U, 615-655); CóRDOVA, Mis memorias íntimas, I , 235. 293-307; PI Y MARGALL, Historia
de España , m, 23. 28.
240. DEc. REINA, XX, 439; CoL. LEYEs, II, prel., 268. 312. 329; III, prel., 116;
PIRALA, Historia. de la Guerra Civil, II, 263-265. 269-294; III, 277-284 (I, 801-806.
809-845; Il, 311·321); CóRDOVA, Mis memorias intimas, I , 307·317; Il, 2-74; PI Y MAR-
GALL, Historia. de España, III, 28-36.
241. CoL. LEYEs, III, prel., !29; I , agosto, 10--17; Pr.RALA, Historia de la Guerra
Civil, III, 284-301 (Il, 321·345); CóRDOVA, Mis memorias intimas, II, 75-81. 112-
117; PI 7 MARGALL, H istoria. de España, III, 36-40.
242. DEC. REINA, XXII, 343; CoL. LEYES, I, ligOSto, 17. 23; septiembre, 24;
novieobre, 17; II, 11. 331; PIRALA, Historia. de la Guerra Civil, III, 301-309 (II,
346-357); CóRDOVA, Mis memorias intimas, II, 163-168. 208-218; PI Y MARGALL, HistO·
ría. de España, III, 40-42.
243. PIRALA, Historia. de la Guerra Civil, ill, 309-323; IV, 259·268 (II, 357-377.
934-947; CóRDOVA, Mis memorias íntimas, II, 163-168. 208-218; PI y MARGALL, Histo-
ria. de España, :::rr, 44 : a partir de ahora prescindiremos de este testimonio por
su proximidad con tales acontecimientos, ya que puede parecer al lector exce-
~ivamente apasior.ado.

244. CoL. LEYEs, IIJ, 87. 90; PIRALA, Historia de la Guerra Civil, IV, 268 (II,
947-948); CóRDOvA, Mis memorias intimas , II, 100. 218-219.
245. PIRALA, Historia de la Guerra Civil, IV, 268-269; V, 116-121 (II, 948-952;
III, 161·170); CóRDOVA, Mi.~ memorias intimas, TI, 233-242. 258·272.
246. PIRALA, Historia de la Guerra Civil, V, 121·140 (!TI, 171-206); CóRDOVA,
Mis memorias intimas, II, 272.
247. PIRALA, Historia de la Guerra Civil, 1.• y 2.• edición: V, 304-308; 2.• edi-
ción: VI, 90-108 (3.• edición: IU, 576-592); 2.• edición: VI, 123-174 (3.• edición:
III, 606-653); a partir de ahora prescindiremos de la primera edición, pues fue
en las siguientes ediciones donde Pirala historia las periodos que estudiamos.
CóRDOVA, Mis memorias intimas, II, 387. 424-437.
REUC:IOSIDAD JnSPANA Y · SOCIEDAD BORBONICA 625·

poder central, como Presidente del Gobierno 1 48 y, después, como


Regente 149•
"Una nueva forma de vida" se estrena en España 230• Y entre las
ideologías que se desarrollan, subrayamos la descrita por Larra 2SI.
248. CoL. ~. I, septiembre, 37; UI, 63-332; IV, 25-74; V, 114·287; VI, 317;
VII, 132-178; VIII, 41. 212. 253-266. 322-349; P'Uw.A, Historia de la GtUrra Civil,
2.• ed.: VI, 175-200 (3.• ed. : m , 653-6'76); CóRDOVA, Mis memorias intimas , I, 119-
120. 146-149; JI, 154-155. 441-467.
249. Cot.. LEYES VIII, 356. 359-374; IX, 220-221. 231. 338. 339. 347. 353. 428. 559.
585. 621; X, 241; XI, 129-136.
250. ARANCURDI, Moral y Sociedad, 64-67. 75-85. 107·109. 120-125; BRUUN (La
Europa. del siglo XIX, pp. ol5-78) examina los avances liberales y las frustracio-
nes románticas en toda la Europa del siglo :nx (1830-1848), subrayando la téc-
nica dinámica, la fe en la wcontinuidad" como ley de la naturaleza, y la efica·
cia de la máquina de vapor, además del fenómeno romántico; M . RoMANos, Me-
morias de un Setentón, VIII, 2.•, 112-113. 127. 133-145. H7-176; CÁNOVAS, wEZ Soli·
tario" y su tiempo, I, 209-335; II, 8-113; PASTOR DíAz, Vida del autor: el Duque
de Rivas, I , 37-85.
251. AUIAGRO, Larra, su tiempo y su obra, p . XV-CXV; LARRA, Obras com-
pletas, II, 209-2H : El dogma de los hombres libres. Cuatro palabras del traduc-
tor; Artículos completoS: Artículos políticos, pp. &41-1088.
'626 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

'b) Isabel II.a


El General Serrano y D. Joaquín M.a López, desde el 2 ~ de ju-
lio de 1843, empiezan a firmar decretos en nombre de Isabel n 2S2,
quien "rubrica con la real mano" en 10 de noviembre del citado
.1843 253 •
El 3 de mayo del siguiente año, se estrena la época Narváez 254,
-con algunos vaivenes 255• Se trata de " la forma moderada de exis-
·tencia", cuyos supuestos soci~conómicos estudia Aranguren jun-
to con su religiosidad y moral peculiares, y su proceso de desinte-
gra ción 256• El ocaso físico de Narváez señalará el fin del reinado isa-
'belino m.
Por ello conviene resaltar cinco puntos que, según nuestra opi-
nión, dejan impronta en la religiosidad hispana: a)) la ideologia que
Donoso Cortés -el " teórico de la Dictadura de Narváez 25&_ asigna
positiva y negativamente al General; b)) el cual envía la expedi-
. ción española para que el Papa Pio IX recuperara los Estados Pon-
tifícios -expedición con ribetes de guerra religiosa, según el testi-
monio de Esteoanez Calderón 259, tras la ambientación de Balmes :zc,o

252. CoL. LEYEs, XI, 204-250.


253. CoL. LEYEs, XI, 388-XII, 24. 190; CóRDOVA, Mis memorias íntimas, III,
5-87; M. RoMANOS, Memorias de un Setentón, VIII, 2.•, 187-195; RIVAS hijo, Rese-
ña biográfica, 95-99.
254. C'.OL. LEYEs, XII, 264.
255. CoL. LEYEs, XIV, dec. 42-129; XV. dec. 31-74. 291-356; CóRDOVA, Mis me-
·morias íntimas, III, 88-519; RtvAS hijo, Reseña biográfica, 118-138.
256. ARANGUREN, Moral y Sociedad, 93-110. 113-119. 129·146.
257. CóRDOVA, M~ memorias intimas. m , 519-525.
258. ARANGUREN, Moral y Sociedad, 63.
259. CóRDOVA, Mis memorias íntimas, III, 241. 306.
260. BALMES, Obras completas, v. IX, pp. 98-99: "Conversa de un pagés de
la montanya sobre lo Papa (-publicada a principios de 1842--) : Ara los papas
· cúidan de las cosa.s de la iglesia, y los reys y demés prínceps cúidan de las
cosas temporales; y com han anat presentantse duptes y dificultats, y a vega-
das encara se n'preséntan, per evitar desavinensas, y cuestions, que sempre són
-danyosas al bé deis pobles, se fan lUla especie de convenis entre los reys y los
papas per arreglar las dificultats que bi pugan haver: y perque las dos potes·
· tats la civil y la eclesiastica púgan córrer ab bona pau y armonia. Aquestos
convenis se anoménan concordats." En plan polémico escribió mucho en tomo
al Concordato, que luego estudiaremos. Vol . XXV, PP. 135-148: ."La Religión en
España (-"El Pensamiento de la Nación", 6 marzo 1844--): La Religión es quien
debe :r;egenerar a la Sociedad." Vol. XXXI, p. 163-176 : "Conjeturas sobre el nue-
·vo Pontificado" (-"El Pensamiento de la Nación", 8 julio 1846-). Vol. XXXII,
p . 7 : "El segundo tema es la política católica, o mejor diríamos eclesiástica. El
folleto "Pio IX" (v. XXXII, p. 247-350), escrito los últimos dias d e 1847, es el
·.t r abajo más importante."
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 627

y Donoso cortés 261 ; e)) además, Balmes presenta el problema de la


reconciliación nacional después de la primera guerra carlista y con
miras a evitar la segunda ante el entonces futuro matrimonio de la
reina Isabel; d)) también el problema de la reconciliación con los
liberales durante la gestación del Concordato con la Santa Sede;
e)) por último, examinaremos la visión que Donoso Cortés tuvo
con relación al catolicismo español frente al liberalismo y al socia-
lismo.

a)) Ante todo, conviene enmarcar a Donoso Cortés según


le han visto sus comentadores. Por ejemplo, Legaz Lacam-
bra 2162 -profundo conocedor de Kelsen 263 - , Diez del Corral 264,
Dietmar Westemeyer 265, Fagoaga 266, Suárez Verdeguer 267, Monse-

261. DoNOSO CoRús, Obras escogidas, v. II, p . 7-47: "Pio IX"; p . 112-114: Dis-
curso en el Congreso, 4 enero 1849: "El puñal sangriento, ése es hoy el idolo
de Roma. Ese es el ídolo que ha derribado a Pio IX... Es necesario que el Rey
de Roma vuelva a Roma... "
262. La:Az, La idea del Estado en Donoso Cortés y Vázquez de Mella, 1945,
p. 13: "Para Donoso Cortés, el ideal está en la libertad dentro del orden. Liber-
tad no para todas las manüestaciones del pensamiento y de la acción; no la
libertad formalista del liberalismo, pero sí para que el hombre pueda realizar
sus fines esenciales frente a Jos cuales el Estado no puede imponer ninguna
actitud."
263. LEGAZ, Kelsen, p. 196 : "La teoría dE;l Estado se halla, aún, e.n el estado
mitológico porque, a la mar.e•a de la Teología, l)pen>, con un dualismo; Dios y
naturaleza son los correlatos teológicos de Estado y Derecho. .. Existe un real
paralelismo entre los procedimientos de la Teología y de la Teoría general del
Estado ... "
264. DiEz, El liberalísmo doctri1'.ario, 1945; tras estudiar el pensamiento po-
lftico desde la Guerra de la Independencia (p. 417-491), desemboca en Donoso
Cortés (p. 493-528) : p. 528: "La contienda entre las falanges socialistas y católi-
cas no ~ encu~ntr~ proyectad:. sobre un vago porvenir, sino que se especifica
en el momento político inmediato, y la decisión es arma que se pone en la mano
de personajes de carne y hueso. El aparatO teológico no sólo se mueve en ele-
vadas regiones, sino que funoiona también al servicio de muy singulares politi·
cos: un buen dia, Luis Napoleón resulta ser el instrumento de la Providencia:
"Dejad p'l.Sar -escribía señalándolo desde París- la justicia de Dios."
265. WESTEMFYER. Donoso Cortés, hOmbre de Estado y teólogo, 1957, p . 73.
.366: "El pensarntento y trahaJOS de su último periodo están b3jo la divisa de
la "tevlogía política". .. La doctrina teísta del Estado sostiene que el Estado va
unido a leyes fijas de moralidad; reduce todo el poder del Estado a Dios y re-
<:haza con obstinación firmemente todas las concepciones contrapuestas ... "
266. FAGOAGA, El pensamiento social de Donoso Cortés, 1958, p . 53-54: " Que-
remos resumir las notas más sobresalientes de la posición de Donoso. En pri-
mer lugar, figura su visión profética ...; en segundo lugar, su entrega incondi·
cional a la verdad, a los principios eternos... ; finalmente, s u intransigencia doc-
trinal.. ."
267. SuÁREZ VERDEX:UER, Donoso Cortés en el pensamiento europeo del síglo
XIX, 1954, p. 26: "Lo que Donoso supo ver como nadie es el carácter metafísico,
el tono de credo religioso con que se presentaba el socialismo, el erigirse esen·
<:ialmente en una religión que aspiraba a suceder al cristianismo. Ese fondo
628 ALFREDO MARTINEZ ALBI.ACH

gú 16&, Edmund Schramm 218 y Carl Schmitt no.


Tal preámbulo nos introduce en los célebres discursos parla-
mentarios de 4 de enero de 1849 271 y de 30 de enero de 1850 212 , pues
"el régimen político constitucional español, a lo largo del siglo XIX,
ha sido una sucesión de Dictaduras milítares, con ideología más o
menos liberal, instauradas casi siempre por Pronunciamiento" m.

teológico subyacente en el socialismo y el comurúsmo sólo con teología podía


combatirse... "
268. MONSEGú, Clave teológica de la Historia según Donoso Cortés, 1958, p . 305:
~A una Europa liberal y descreída, pagada de un progresismo racionalista y
aburguesado, reñida oficialmente con Cristo y su Iglesia, tenían que darle en
rostro a la oratoria y la prosa de un tribuno y un escritor que se dedicó de
lleno, en el último período de su vida, a clamar contra el peligro de una civi·
lización sin sentido cristiano, mejor dicho, anticristiana, vaticinando males sin
cuento a un m~mdo que iba, por el camino de una libertad mal entendida y de
un racionalismo a ultranza, a dar de bruces en el comunismo ateo y en el caos
social y político más espantoso, amparado o motivado precisamente por una
exaltación técnica a espaldas de toda consideración ética y de todo sentimíen·
to religioso."
269. SCHRAMM, Donoso Cortés, ejemplo del pensamiento de la Tradición, 1961,
p. 41-42: "Odiaba apasionadamente a los liberales burgueses, que, en su opinión,
con su indecisión, y buscando refugio en la polémica por temor a actitudes
terminantes, desbrozaban el camino a la Revolución. Mientras concedía al li·
beralismo que tal vez dominaría los espíritus en tanto no exigiesen un • si" o
•no" terminantes, consideraba al socialismo, con su teología satáruca, cc.mo
1m poder político-espiritual muy concreto. Con el afilado bisturí del anatomis·
ta espiritual puso al descubierto la verdadero esencia de ese socialismo, su
edificio intelectual cimentado sobre premisas ateas."
270. ScHMITT, Interpretaci6n europea de Donoso Cortés, 1963, 2.• edición,
p . 133: uEse filósofo de una dictadura rodical ha dicho de si mismo que no
"tendría la dureza necesaria para ser dictador; testimonio éste que no habla en
contra, sino a favor de su teoría, pues demuestra que sus ideas de lucha y
decisión fueron fruto de la meditación sobre las cuestiones y la situación po-
!íticas, y no de la particular maldad de un espíritu mísant::-ópico. En su ca·
rácter personal, Donoso acusa un rasgo liberal, en la mejor acepción de este
término."
271. DoNOSO, Obras escogida.~. II, 93-116; u •• • La dictadura en ciertas circunstan-
cias, en circunstancias dadas, en circunstancias como las presentes, es gobierno
legítimo .... bueno... , provechoso... , racional ... Sin que nadie tenga derecho a im·
pedirlo, las fuerzas resistentes por si mismas se concentran en una mano ... Es un
bache con:;t:mte en el ordea históric:>. Citadme una sociedad qu~ no haya tenido
la dictadu.-a, citádmela... ¡La libertad se ac:1b6! No resucitará, señores, ni al
tercer día, ni al tercer año, ni al tercer siglo quizá. ¿Os asusta, señores, la ti·
ra!lia que sufrimos? De poco os asustais; vereis cosas mayores... Se trata de
escoger entre la dictadura de la insurrección y la dictadura del Gobierno: pues-
to en este caso, yo escojo la dictadura del Gobierno, como menos pesada y me-
nos a!rentosa ... Yo escojo la dictadura del sable.n
272. DoNoso, Obras escogidas, II, 145-166 : ~ ...Señores, yo no sé si bay aquí
algún señor diputado que no crea que hay relación entre las cosas religiosas y
las políticas; pero si hay alg=o, voy a demostrar su relación necesaria, de una
manera tal, que la vea por sus propios ojos y que la toque con sus propias
manos... Si coosiderais la santidad del ministerio militar, la milicia cuasi os
parecerá un verdadero sacerdocio ... "
273. ARANGUREN, Moral y Sociedad, 67; Confer p. 87-88.
REUGIOSIDAD lDSPANA Y SOCn:l'AD BORBONICA 629

Con el habitual reflejo en el regalismo m. Sin olvidar que el fenó-


meno de la dictadura aparece también más allá de los Pirineos, en-
tre 1848 y 1867, según Bruun m, quien señala dos principios políti-
cos, formadores de la mencionada era --creación de las naciones y
democracia parlamentaria-, además del progreso técnico e inte-
lectual.
b)) Narváez envía la expedición española a Italia, que histo-
riaron Córdova Tt4, Casdeu m, Gutiérrez de la Vega m y otros m. Sin
embargo, subrayamos la versión de Serafin Esteoanez Calderón 280,
testificando la conservación del espíritu de guerra religiosa en 1849:
completa cuanto expusimos en la primera parte de este trabajo.

274. NIDO, Estudio sobr e las Regalias, p. 1-230: uRestauren las Cortes con el
Rey la libertad religiosa que imperó en nuestra nación basta fines del siglo n ...
Estatuido el Patronato, a medida que nuestros Reyes adelantaban la conquista
sobre las tierras y pueblos conquistados, estuvieron en su tranquilo ejercicio,
sin controversia, con Roma basta el siglo XI los Reyes y las Cortes... Cánovas
observó que el Concordato de 1851, bajo la base de su articulo adicional, que
dice quedan a salvo las Regalías de Corona, o lo que es lo mismo, que todos
los puntos concordados se interpretarán, según mandan las Regaifas que jamás
fueron ni pueden ser concordadas... Con estos antecedentes (pp. 189-212) vino la
desamortización de Mendizábal mediante autorización de las Cortes del Reino.
¿Fue ésta justa? Sin duda lo !ue. Lo lamentable del caso es que no fuese me-
tódica, tranquila y ordenada, como pudo serlo en los dlas de Carlos III.. ."
275. BROUN, L4 Europa del siglo XIX, 82; Cfr. p. 79-122.
276. CóltDOVA, Mis memorias mtimas, m, 213-236. 237-327. 433-438; Cfr. Ci.N~
VAS, El Solitario, II, 149.
2TI. CASDEU, L4 Revolución de Ro7Tul y 14 ~dición espaiWl4 a Italia ~
1849.
278. G. o& u. VEGA, Viajes por Italia en la expedición espcñol4.
279. RtvAS hijo,Reseña biográfica, 104-117.
280. EsrtBANEz CALDERÓN, Cartas sobre 14 expedición español4 a Italia: C.\·
NOVAS, El Solitario, n, 281·316: "t.• : Barcelona, 22 (de mayo de 1849), a las doce
de la noche. Excmo. Sr. Duque de Valencia: Henos ya, m1 siempre querido Ge-
neral, con el pie en el estnl>o... Me admiró el contento y satis!a.cción que to-
dos llevaban pintados en el rostro, y 110 irian de otra manero nuestros a:n1epa·
S4d.Os cuando sallan de aquí seguros de triunfar en Oriente y en Itali!l. .. Todos
(los barceloneses) probaban cierto orgullo viendo que ya españoles iban a to-
rnar parte en cuestiones y paises en donde se agitaban las grandes naciones de
Europa ... Creo que ei espíritu de la tropa es inmejorable: !>ay en ella algo de
aquel espíritu ernprez:dedor y de aventuras de nuestros b:1enos tiempOS. No qui·
siera ver la!: cosas derilasiadamente color ñe rosa; pero me parece quE: ~..e país
ha de tomar algún respeto vieudo llevar a cabo estas empresas por parte del
gobierno, y que con habilidad no seria extrailo que tomase parte en ella con
toda voluntad y con orgullo. A los C'ltalanes siempre lla sido cosa de tocarles
sonajas cuando se les ha hablado de Oriente y d.e Italia. Dentro de una hora
nos iremos al "Vulcano~. y dentro de cuatro dlas estaremos ya viendo, si no
abrazando, las costas de la Italia...
II.•: Terracina, 5 de Ju.nia de 1849. Excmo. Sr. Duque de Valencia. Mi siem·
pre querido General : Ya estamos en Terracina, sin;iendo a un tiempo ta causa
del Santo Padre y a los intereses militares del Rey de Nápoles... La división
expedicionaria tiene por principal y casi exclusivo objeto el restablecimiento
de 14 autoridad pontificia ... La tibieza aquí es tanta, que casi raya en desafecto,
630 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

e)) Balmes Ul orientó su apostolado hacia la reconciliación na-


cional. Prescindimos de si fue acertada u oportuna la solución bal-
y que se necesitan manos muy idóneas y una inteligencia muy proiUDda para
remediar esto ...
"m.• : Terracina, Z1 de Junio de 1849... : Napolitanos, Cardenales y embajado-
res, cada cual a su manera, y según sus intereses, miras y preocupaciones, han
p retendido dirigir nuestros movimientos. No parecla sino que tenian al gene-
ral Córdova como a escolar de primeras letras, que para que diese gusto a to-
dos babia de dejarse llevar la mano por los mal torcidos renglones de la mala
plana que cada uno se babia trazado en su fantasia o magfn... El bajo pueblo
es idiota, y si tiene creencias, no tiene, en cambio, el conocimiento de que debe
defenderlas; las otras clases tienen un egoismo glacial, sin tomar en cuenta la
corrupción revolucionaria, que en verdad ha ganado mucho en Jos últimos tiem-
pos; y, por último, el clero ha adquirido tal timidez, que con dificultad po-
drá esperarse de sus individuos ni de sus corporaciones los rasgos de valor,
entusiasmo y abnegación que hemos admirado tantas veoes en el nuestro... No
variando los elementos actuales, el éxito lo deberá el Santo Padre a la Provi-
d encia, que ha de mirar al fin por su causa ..•
-v.•: Valmonte, 12 de Julia de 1849... : Le apuntaba a V., mi querido General,
en mi anterior, la inexplicable tibieza de los amigos de S. S. y su ninguna vo-
luntad de poner en j uego las medidas que son necesarias para llamar la vida
d e nuevo a este cadáver ...
"Vl.a: Rieti, 20 de Julio de 1849... : En mis dos cartas últimas, mi querido Ge-
n eral, le dejé bosquejada a V . la situación moral y politica en que se encuentra
este país y la influencia que tal estado de cosas puede tener para lo suéesivo,
influencia que puede ser fatal a los intentos de las potencias católicas...
"VVII.• : Roma, 10 de Agosto de 1849... : ... Yo creo que con tales preceden·
tes... se está en el caso de tocar llamada hacia España. Nuestra situación aquí,
por otra parte, ni es gloriosa, ni útil, ni segura. No hay que com batir, se gasta
el dinero en país extraño, y no ocupamos p laza ni punto que nos ponga a cu-
b!e...-to de un golpe d e mano, ni de una sub levación ... "
281. UNAMUNO, E l pedestal, II, p. 646: "Como publicista d e cuestiones poli-
ticas y sociales honrarla cualquier pais."
MÉNDEZ l3EJAIWIO, Historia de la Filosofía en Espaiía hasta el Siglo XX, p. 440-
441 : "Balmes, el primer o e ntr e los apologistas m odernos, profundamente reli-
gioso, de penetrante mirada, tan amplio e n s us concep tos que se asfixiaba en
la estrechez escoiástica, basta sintiendo antipatia por su tecnicismo se nos m ues-
tra más preocupado del triUO.::o de su idP.a religiosa q ue de la con.o;ecuencis fi.
losóúca, más polemista que investigador ... ; poeta, escritor politico, alma vi-
b rante ... "
GoNZÁLEZ HERRERO, Estudio histórico-crilico sobre las doctrinas de Balmes,
p. 7 : ~Balmes fue un escritor independiente, y hasta original, en casi todo lo
qu e brotaba de su inagotable pluma; por eso no se puede decir de él, como se
dice de otros escritores, que es discípulo esclavizado de un bando o escuela
deter.:n.inada."
Roca:luo SÁNCHEZ, Discur: o ~:n el Cf;n:teruzno de Balmes, P . 14-15. 17. Z:l: ~No
encuentra reparo en suspender su tarea (El Protestantismo) para salir otra vez,
rápido y contundente, contra la tiranía pclitica, que, representada por Esparte-
ro, babia llegado a disponer de España... Ante la amenaza inminente de la die·
tadura que babia de usurpar la regencia d el trono, lanza las Consideraciones
políticas sobre la sittuu::ión de España: medita sobre las circunstancias que d~
bian haber dado la paz a la España escarmentada por la guerra civil, aparen-
temente terminada. .. Busca Balmes los medios que pueden ser conducentes a
restablecer, si no la paz anhelada, si la convivencia dentro de un cauce regu-
lador que, por la amplitud que ofrezca, acoja con holgura las diversas fuerzas,
basta lograr de ellas algo convergente al bien social ... El malogrado propósito
d el matrimonio de la reina Is:lbel con el conde de Montemolln, que tal hoy
REUGIOSmAD HISPANA Y SOClEDAD BORJIONlCA 631.

mesiana: hay que reconocer su hondo patriotísml), tratando de su-


perar las fronteras de vencedores y vencidos. Tal vez no fuera la
solución "ideal''; pero si valoramos los inconvenientes políticos de
las otras propuestas, apreciaremos el predeterminante de cuanto
sucedió en el reinado isabelino y en etapas posteriores 212•

nos parece defendido con razones poco convincentes, si se considera en el mo-


mento preciso en que el proyecto se abrigó, no hay duda de que hubiera sido
hecho de consecuencias favorables para el sosiego entre los españoles. Esa an-
helada concil.iación, que en definitiva era la unidad de los espiritus en el su-
premo ideal de la patria, fue el impulso motor de la actividad de Balmes,
asombrosa y abnegada, aunque por entonces aparentemente estéril. Sin embar·
go, avanzarán los tiempos, y cuando nuevas conmociones hayan encendido otra
guerra civil, cuando la Monarquía baya sido abolida, cuando a ella de nuevo
se vuelvan los ojos y se restaure la institución que, por encima de los intereses
partic:ulans, pod1a prometerse la unificación, será aquella conciliación la que
afanosamente busquen los hombres del Gobierno representados en sus dos fi.
guras más características: Cánovas y Sagasta.•
282. :&uas, Obras compleúls, v. XXIII, p . 2>153: COMiderOC'ioru!s políticas
sobre la situtu:ión de España: • ... Tenemos ya la paz, es decir, que ha cesado·
ya la efusión de sangre; pero la verdadera paz... ¿la tendremos?... Como prin-
cipio moral y social, el principio vive aun: es el mismo que ba combatido sie-
te años; aun hay más, es imposible sofocarle, porque está arraigado pro.f tm.
damente en el pais... "
XXIV, 8>110: (en La Civilización, 1 febrero 11143): La esterilidad de la retl<>-
lucfón española.
XXIV, 113-128: (en La Sociedad, 1 marzo 1843): Situación de EspaiUl: " ..•El
casamiento de la reina es otro de los sucesos en que se fijan todas las miradas
y en que se fundan grandes esperanzas... La polémica está intacta. ..•
XXIV, 131·146: (en La Sociedad, 15 marzo 11143): Md$ sobre la situación de
España: " ... Un atinado enlace de la jóven soberana, en que se combinasen
de una manera conveniente el interés polftlco y el dinástico... , ésta es la pri-
mera incógnita que ha d e ser despejada... "
XXIV, 277-301 : . (en La Sociedad, 18 Julio 1843): Y después? <Efectos de los
pronunciamientos): " ... Van ya nueve años que la E spaña está en revolución;
las revoluciones, para cambiar la organización d el pafs, comienzan saliendc- del
terreno de la ley y ninguna termina en el terreno de la ley. Ahí está la histo-
ria. ¿QuEorels columbrar el porvenir? Dad una ojeada sobre ese S'..telo l'Olcáni·
co, y recordad que la excelsa huérfana que ocupa el trono no llega t.odavia a
Jos trece años.•
XXV, 43-51 : (en El Pensamiento de la Nación, 7 febrero 1844): Pol.i.tica utran-
jera: " ... El gabinete francés abandona definitivamente el proyectco de casa-
miento de Isabel con un prineipe de la dinaslia de Orl~... Como quiera que
esto no po<Ua consentirlo la Inglaterra, ni lo llevaran a bien las potencias del
Norte, la I'rancia de !..uis Felipe, que dista mucho de ser la ~ Luis XIV ni la
de Napoleón, se resigna tranquilamente a su suerte, y se contenta con presen-
tar como efecto de altas concepciones polfticas lo que es resultad:> de indecli-
nable necesidad."
XXV 171-177: (en El Pensamiento de la Nación, 13 marzo 1844): Pol.itica
u:tranjera: "... La Providencia alejará de nosotros tau terrible calamidad (de
una segunda ¡:uerra civil), y estamos seguros de que la inmensa mayorla de
los bombres, cuyas convicciones los llevaron a simpatizar con el principio que
sucumbió en Vergara, recbaza.rfan con espanto todo plan que se enca,inase
a aventurar a los trances de las armas el triunfo de sus Ideas."
XXVI, 11-17: (en El Pensamiento de la Naci6n, 15 mayo 1844): El nueoo mi-
nisterio: " ... Cayó el ministerio González Bravo y ocupó su puesto el m.ini.ste-
632 ALFREDO MARTINEZ ALBIACR

d)) Balmes no desdice su sacerdocio. Su afán apostólico le lleva


a otra reconciliación: la Santa Sede con los liberales. No consi-

río Narváez ... El país está esperando hombres a quienes levantar estatuas: por
ahora no se presentan candidatos."
XXVI, 249-265: (en El Pensamiento ere la Nación, 14 agosto 1844) : Alianza ere
los part.idos: Tocante a la alianza entre todos los hombres monárquicos, sea
M •••

cual fuere su bandera que hayan seguido en la última guerra, no sólo la con-
sideramos posible, sino también necesaria; y si dudas nos ocurrieran sobre su
posibilidad, las disiparla en nuestro ánimo la evidencia de la necesidad."
XXVIII, 59-188 (en El Pensamiento ere la Nación, 29 enero, 5, 12, 19 y 26 fe-
brero, y 5, 12 y 19 marzo 1845): Examen ere la cuestión ere! matrimonio ere la
Reina Doña 1sabel II.
XXIX, 31-114 : (en El Pensamiento ere la Nación, ll, 18 y 25 junio, y 1 julio
1845) : Documentos ere Bourges.
XXIX, 117-134: (en El Pensamiento ere la Nación, 16 julio 1845): Sobre el co-
municado erel Sr. Marqués ere Miraflores.
XXIX, 137-152: (en El Pensamiento ere la Naci6n, 23 julio 1845): Reuni6n Pa-
checo.
XXIX, 175-189 : (en EL Pensamiento ere la Nación, 6 agosto 1845): Ccmdidatura
erel Infante Don Enrique.
XXX, 247-260: (en El Pensamiento de la Nación, 25 febrero 1846) : Más sobre
la última crisis: " ... La existencia de ese poder militar que con admirable ino-
cencia no querían ver los ministros y los ministeriales... Seria de desear que
nadie se embriagase con tl poder y los honores, hasta el punto de creerse dis-
pensado del deber de más consideración al público, porque el público es la
nación. La España no es patrimonio de nadie."
XXX, 263-273: (en El Pensamiento ere la Nación, 4 man:o 1846) : Nombra-
mienta del General en Jete: " ... Pocas mudanzas han ocurrido en España que
hayan producido una alegria más general y más viva que la dimisión del ge-
neral Narváez... Creemos que el señor marqués de Mira!lores, con su noble
resolución de manifestar paladinamente al general Narváez la conveniencia de
que éste no formase parte del nuevo ministerio, hizo un señalado servicio a l
pais... Pero el noble marqués cometió una !alta política d e mucha gravedad,
al pensar en el titulo de generalísimo o de general en jefe para consolar al ge-
neral Narváez. Aquel era el momento critico en que convenía aprovechar la
oportunidad de destruir no sólo la rea!idad, sino hasta la más rem<Jta aparien-
cia de la preponderancia militar del general Narváez... Todo lo que no sea
impedir el que un militar se eleve sobre los demás por su designación previa
para el mando en jefe de las armas; todo lo que no sea esto, es dejar enerva-
do el poder, es preparar la ruina, es amontonar tempestades sobre el país ... "
XXX, 293-303 : (en El Pensamiento ere la Naci6n, 18 marzo 1846): La prepcm-
erercncia militar: M... Mucho se hahla en estos últimos tiempos de la necesidad
rte destruir la preponderancia militar para fortalecer el poder civil; parécenos
que la ~uesti ón se ha planteado al revés, y que más bi~:n debiera p€:nsarse en
robusteC€:r el poder civil para destruir la preponderancia militar; no creemos
que el poder civil sea flaco porque el militar sea fuerte; sino que, por el con·
trario, ~1 poder militar es fuerte porque el civil es flaco. Desde la muerte de
Fernando VII la preponderancia ha estado en el poder militar... El disminuir.
el quitar del todo la preponderancia militar, no ha de ser un medio, sino un
resultado. cuando se hayan reunida en torno del poder civil los elementos de
fuerza moral que ahora le faltan, la preponderancia militar habrá desapareci-
do: no será necesario combatirla: se desvanecerá; porque no hay fuerza ma-
terial que r esista la acción de la moral, cuando es tan abundante como lo
puede ser en España."
XXX, 11-21: (en El Pensamiento ere la Nación, 26 n oviembre 1845) : El ma-
trimonio ere la Reina y la diplomacia.
REUGIOSIDAD HISPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 633

-guió llegar a ver el Concordato del año 1851, pero trabajó intensa-
mente por el mismo. Y dentro del excesivo apasionamiento de la
XXX, ZHO: (en El Penscmziento de la Nación, 3 diciembre 11145): El gabine-
te francés 11 el Ccnuk de M ontemolín.
XXX, 43-55: (en El Penscmziento de la Nacfón, 10 diciembre 11145): La polüi-
ca inglesa 11 la cuestión del matrimonio de la Reina.
XXX, 153-168: (en El Penscmziento de la Nacl6n , 21 enero 1846): El manifiesto
del Infante Don Enrique.
XXX, 189-200: (en El Pensamlenú> de la Nacfón, t febrero 1846) : Las mani·
/estaciones contra el Ccnuk de Trápani.
XXX, ~216 : (en El PensamientO de la Nación, 11 febrero 1846) : Resultados
de la manijest.aci6n contra el Ccnuk de Trápani.
XXXI, 23-33 <en El Pensamiento de la Nación, 13 mayo 1846>: Ideas y situa-
ción del partido monáTquico: u . • • La conducta del principe de Bourges será
naturalmente la regla de la conducta de sus partidarios: la templanza de la
cabeza se hará sentir en los miembros; las exageraciones no son posible, cuan-
do las aborrece la persona en cuyo nombre se pudieran sostener."
XXXI, 147-159 (en El Pensamiento de la Nacfón, 1 julio 1846) : El matrimonio
de la Reina con el Ccnuü de Mcmtemolin: • . .. LO que desea el partido carlista
es que se constituya un estado de cosas en que no sea tenido por ilegitimo, y
en el cual pueda acomodarse sin sacrüicar sus convicciones, ni !altar a sus
compromiSOS. Esto se lograría con el casamiento; y no le parecería tan poco
al partido carlista, que no es exclusivo como se supone, y está muy lejos de
hacerse las ilusiones que sus adversarios se !iguran. Además, y esta considera-
ción es Importante, el partido carlista es eminentemente monáTquico y religio-
so, y por esta razón es más manejable, cuando se encargan de ello las personas
en quienes reconoce autoridad. Ignoramos hasta qué punto se prestaría el
conde de MootemoUn a transigir en las pretensiones dinásticas; pero estamos
profudamente convencidos de que, fuera cual !uese el curso y el resultado de
las negOCiaciones, bastaria una palabra del principe para que el partido carlis-
ta callase y obedeciese. Esta, r epetimos, es una conslderción importante. Las
exageraciones de los partidos monárquicos nunca son temibles como las de los
partidos revolucionarios; a quéllos tienen un resorte con el cual se los m u eve,
o se los comprime: el principio de la autoridad. Estos son una especie de pr o-
testantes poUtlcos; cada cual piensa lo que q uiere, y h ace lo que le viene en
talan te, si no se lo impide la fuerza. De esto se tuvo un ejemplo en los ú!timos
años del rey Fernando. E l p:utido monárquico dueño del gobierno, dueño del
ejército, dueño de la administración del pais , fuerte con una organización r eli-
giosa que disponia de rentas considerables, y contando con innumerables ro-
tallones de voluntarios rea.!.ístas, se dejó destituir y desarmar, y contempló
tranquilamente su ruina por no !altar al principio de la obediencia. Ningún par-
tido revolucionario es capaz de una abnegación tan heroica."
XXXI, 179-185: Documentos políticos dirig'.dos al marqués de Viluma (inédi-
to!= hasta 1910, son de la primavera de 1M6) : sobre el matrimonio de la Reina
-con el Ccmde ele Mcmtemolin.
XXXI, 189-203. 207-223. 227·24.1. 245-257. 261-274. 307-322 (f'.n El Pensamie.UO de
la Nación, 15, 22 y 29 julio, y 5, 12 y 26 agosto 1846): Sobre el matrimonio de la
~na; A El E~l. a El Heraldo y a El Tiempo; Ez.amen de los argumentos
contra el mal.rimonio de la Reina con el c07Uk de Montemolin; Las Cortes, la
prensa 11 el ruido público uaminados como criterio para conocer la fuerza del
paTUdo monárquico; A El Español; Los tres criterios 11 el partido monárquioo.
XXXI, 325-338: (articulo fechado en Vich el dia 27 de agosto de 1846, desti-
nado al número 135 de El Pensamiento de la Naci6n, de 2 de septiembre; el ar-
ticulo llegó a Madrid cuando ya se babia hecho pública la elección hecha por
la Reina, determinando tomar por esposo al Infante Don Francisco de Asís.
Por esto Garcia de los Santos, asesorado con el parecer del marqués de Vilu-
ma y el Sr. Isla Fernández, suspendió su publicación): Todo de una vez.
RCLtCtOSID.\0 11 IS PAS.\ ••• - 41
634 ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

época, los escritos balmesianos -incluso en el problema de la des-


amortización m_ son modelo de serenidad en la información -Y
formación- de la opinión pública 284• Sobre todo, si le comparamos
XXXI, 341·346: (articulo de primeros días de septiembre; también se sus-
pendió su publicación) : lA eleCCión del InfaTIU Don Francisco de Asis: ~ ... El
resultado político, seguro, inevitable del enlace con el Infante Don Francisco es
dejar las cosas en el mismo estado en que se hallan ahora, exceptuando quizás
la vuelta del general Narváez, que en la actualidad es t.odavia difícil, pero que
entonces tal vez sea tenida por necesaria."
XXXI, 349-360 (en El Pensamiento de la Nación, 16 septiembre 184S): Casa-
miento de la Reina: u ••• Todavía sentimos un poco que el articulo Todo de una
vez no se publicase... El matrimonio de las dos hijas de Fernando que debía
inaugurar una época de conciliación de los partidos... se convierte en un suce-
so triste que divide más profundamente a los hijos de una misma patria... ¿A
dónde vamos a parar?... ¿Qué días nos aguardan? ... ¿Es posible que se haya
excogitado la combinación que más conflictos nos acarrea?"
283. B.u.MEs, Obras completas, IV, 43-147 (abril 1840) : Obsel"1l4Ciones sociales,
politica.s y económic4s sobre los bienes del Clero.
IV, lS7 (articulo en el primer cuaderno de lA Civiliz.aci6n, 1 agosto 1841, como
apéndice al folleto anterior) : Nuevos datos y algunas reflexiones sobre los bie-
nes del clero.
IV, 261·287. 291-299 (artículos publicados, respectivamente, en los cuadernos
43 de lA Citriliz4ción -segunda quincena de febrero de 1843- y 19 de lA Socie-
dad -1 marzo 1844-): Instrucción del clero.
IV, 303-343: (en lA Sociedad, 21 y 30 diciembre 1843, y 15 febrero 1844):
Porvenir de las Comunidades Religiosas en España.
XXVI, 345-356 (en El Pensamienú> de la Nación, 25 septiembre 1844) : Entra-
da del Sr. Martfnez de la Rosa en el ministerio: u ••• Se le pintará al clero co-
mo intratable, como exigente sin consideración alguna, como fanático y pertur-
bador: pero sepa que su perturbación consiste en haberse presentado a usar de
su derecho electoral en uno que otro punto; su fanatismo no es otro que el
empeño de sostener la independencia de la Iglesia; sus exigencias se limitan a
pedir siquiera un poco de justicia y reparación después de tantos años de in·
justicia, despojos y atropellamientos."
En general, Sobre los bienes del clero <IV, 361-406; XXVIII, 39·56. 191·232>;
Suspensión de la ven14 de los conventos <XXVIII, 279-289)1; Polémica sobre la.
cuestión de los confesores no abs~ cxxvm. 293-315); Dotación del culto
y clero cxxvm. 333-361; xxx. m-289>.
ARANCOREN, Moral y Sociedad, 67-71. 95. 98; FERNÁNDEZ GoNZÁLEZ, lA Hacienda
de nuestros abuelos, 41. 46-47. M-99. 108. 117-119. 242. 274.
Resulta interesante constatar, en sus detalles, los presupuestos d e culto y
clero, por ejemplo, para los años de 1847 y 1849, cotejándolos con los dates
aportados en el capítulo segundo sobre Regalismo y Desamortización. A dicho
caj)itulo remit!mos al lector. en uusca de Ut'..a Ulayor información sobre tal
tema.
284. :8ALMES, Obras completas, XXIll, 157·179 (en lA Civili.wció11, 1 septien:.-
bre 1&41): El Papa y el Gobierno.
XXIII, 29~ (en lA Citrilización, 15 febrero 1842): Sobr~ el proyecto de ley
relatioo a asuntos eclesúisticos.
XXIV, 173-320 {en lA Sociedad, 15 abril y 1 mayo 1843): Situación del clero
español y urgente necesidad de un Concordato.
XXV, 383-397 (en El Pensamienú> de la Naci6n, 28 febrero y 15 mayo 1844):
Sobre la jurisdicción de algunos gobernadores eclesiásticos.
XXVlli, 235-247 (en El Pensamiento de la Nación, 9 abril 1845): Negocios de
Roma : " . ..Si es verdad que para Roma esté concluida la causa, para nosotros
lo está también."
REUCIOSIDAD l:llSPANA Y SOCIEDAD BORBONICA 635

con Pirala m o periodistas de la época 216•

e)) Completamos el presente estudio con la intuición donosia-


na sobre el catolicismo español frente al liberalismo y al socialismo.
La juzgamos acertada. Pero, siguiendo el método impuesto al prin-
cípio de este trabajo ~1 método sociológico-, renunciamos a in-
fluir en el lector, quizá dudoso en aceptar una distinción completa
entre el socialismo actual y el del siglo XIX, o una evolución más o
menos previsible por Donoso Cortés y cuya aparición en España
detecta en 1848.
Acerquémonos, pues, a aquel catolicismo híspano 281, tironeado

XXVIU, 251·275 <en El Pensamiento de la Nación, 16 abril 1845): Asuntos ecle-


súisticcos: • ... Ese clero ... sabrá callar cuando el Pontifice hable... , soportar
con paciencia y calma la irritante sonrisa de la Injusticia triunfante.•
XXIX, 21»-223 (en El Pensamiento de la Naci6n., ~ agosto 1845) : El conrenio
con Rom4 : • ... Somos católicos; la sum.isíón, ante todo. ¿Se nos insulta? ¿Qué
Importa? ... Ni hemos insultado la derrota de nuestros adversarios, ni siquiera
les hemos dirigido ninguna recriminación. Hemos cre.ido que a nosotros nos
bastaba el silencio, a ellos el recuerdo de su conducta.•
XXX, ~243 (en El PensamientQ de la Ncu:Wn , 18 febrero 1846): Anmtos de
Rom4.
285. PIRAJ.A, Historia contemporánea, edición 1875, t. I , p . 313-318. 383-389; JI.
238-239. 246. 248-249. 276. 313-314. 348-349 (edición 1895, t . I, 232·236. 284-289. 656-
657. 663. ~- 686. 713-714. 743-744).
286, BI.ASCO IIIÁÑEZ <Historia de la Revolución, t. In, p . 154-155} repite lo
que habla aprendido en su juventud.
287. CIA.REr, Apuntes que para su uso perso114l y para el régimen de la cfi6.
cesis escribfa y tema siempre a la vista, p . 1&17: EMmigos del Papa: " ... 3.•
Hay también enemigos Internos, que se alaban de católicos apostólicos y ro-
manos y son Jos peores, y se componen de filósofos (jansenistas y Jos que pro-
ceden como Rousseau, Voltalre y todos sus secuaces), literatos (con sus come-
dias, novelas de mal género, y otros poemas a cual peores), y de algunos ju-
ristas f.:nLuidos en las m3.las doctrmas (con sus regallas exorbitantes de que
son autores; con el pretexto de quitar abusos, Injusticias, y proteger al inocen-
te, forjando recursos de fuerza, etc., ~te)... Sus miras son destruir toda ~
r!dad : 1.• la eclesiástica, 2.• la civil, para hacerse ellos Papas, Reyes y dueños
de todo y de todos; tanta es su ambición, orgullo y despotismo, que quieren po-
seerlo todo, dominar a todos, y es-:Javizar a todos con el nombre de la filan-
tropla Y de la libertad!w
PAOOAG/. Alm.J..AN, La Jglesia y el ESUJdo v. 335. 454 : *Q.rlos m !ue el precur·
sor de la era nvoludonaria en nuestra patria. .. La Iglesia es de importancia
superior al Estado y de consiguiente éste le es tá subordinado en cuanto puede
rozarse con el orden espiritual."
CANovAS, Problemas contemporáneos, t. 1, p . 209 : *Por ouarta y última vez,
señores, Inauguro esta noche (25 de noviembre 1873) las cátedras del Ateneo. Preo-
cupába.me la vez primera los hechos, y por eso traté entonces principalmente de
los dos mayores de nuestra edad, que son la caida temporal del Papa, y la sus-
titución de la primacía latina por la germánica (1, 5-52: 26 noviembre 1870} .. .
De hechos traté también la segunda, estimulado por el horror de la erupción
atea y demagógica que acababa de Incendiar a Parls; mas no sin fijar los
ojos atentamente en los errores que aquel volcán rorma.r.m, señalando de una
parte el deber general de refugiarlos, y de otra las útiles tareas con tal objeto
636 ALFREDO KARTINEZ ALBIACH

entre el liberalismo 2ll8 y el socialismo 289, según Donoso COrtés 290•


emprendidas por las cátedras y secciones del Ateneo, durante el curso anterior
(1, 55-109 : 25 n oviembre 1871). En el tercer discurso tomé ya directa participa·
ción en la empresa; y examinando ante todo el estado del problema religioso,
resumen a mi juicio de cuantos al presente provocan la espeeulación cientüica,
traté de otros muchos puntos luego, por ejemplo : del renacimiento de las per·
secuciones religiosas, a un tiempo acometidas por el cesarismo alemán y de la
democracia suiza (I, 113-205: 26 noviembre 1872}... Hoy, señores, propóngome
disertar principalmente sobre las dos ideas-madre, en quienes todos los gran·
des hechos contemporáneos se han engendrado , que sin duda alguna son la de
libertad y la de progreso; demostrando al paso el error gravísimo que incesan·
temente comete nuestra raza latina al dar valor práctico, por medio de sus re·
voluciones, a cualquiera tentativa o capricho de la razón pura y teórica : error
que hace de las hermosísimas regiones que h abita, como un sangriento anfitea·
tro de experiencias prematuras y estériles" (I, 209·302).
288. BRUUN, La. Europa del sigo XIX, p. 143-145.
289. BALMES, Obras completas, XI, 215-302 (siete articules en los cuadernos
19, 20 y 22 de La Sociedad, en 1 y 15 marzo, y 7 septiembre 1844): El Socialis·
mo (Roberto Owen, Tomás Moro y Luis Reybaut) : " ... El socialismo, o bien
aquella escuela que se propone destruir el orden social existente sobre nuevas
bases y arreglarlo con diferente forma... Los desgraciados... claman como in·
sensatos contra la sociedad entera, blasfeman contra la bondad divina, o la
atribuyen falsos designios; viven en las tinieblas del error... "
BRUUN, La Europa del siglo XIX, p. 91·95.
ARANCUREN, Moral y Sociedad, p . 143-146.
290. DoNoso CoRTÉS, Obras escogida.s, v. 1, p . 13·363: Ensayo sobre el Cato-
licismO, el Liberalismo y el Socialismo: "En toda gran cuestión política va
envuelta siempre una gran cuestión teológica. .. La esc:.~ela liberal es la única
que entre sus doctores y maestros no tienen ningún teólogo... De todas las es·
cuelas, ésta es la más ~;Stéril, porque es la menos docta y la más egoista ... Las
escuelas socialistas, hecha abstracción de las bárbaras muchedumbres que las
siguen, y consideradas en sus doctores y maestros, sacan grandes ventajas a
la escuela liberal, cabalmente porque se van derech as a todos los grandes pro·
blemas y a t odas las grandes cuestiones, y porque proponen siempre una re·
solución perentoria y decisiva. El socialismo no es fuerte sino porque es una
teología satánica. Las escuelas socialistas, por lo que tienen d e teológicas, pre·
valecerán sobre la liberal por lo que ésta tiene d e antit.eológica y de escéptica;
Y por lo que tienen de satánicas, sucumbirán ante la escuela católica, que es
a un mismo tiempo teológica y divina... Nadie sabrá d ecir d ónde está en el tre·
mendo dia de la b atalla, y cuando el campo esté lleno con las falanges católi·
cas y las falanges socialistas ... "
EPILOGO

Terminamos con un "epilogo". No "conclusiones": serán las apos-


tólicas del lector. Epilogo. Recapitulación. Recordar sumariamente
nuestra intención y nuestro trabajo: !.0 IDEOLOGÍAs: postura desin-
teresada frente al mundo (teocracia, guerras de religión) y postura
interesada frente al mismo (afrancesados y liberales); ll.0 REALIDA-
DES EXISTENCIALES: infraestructura (perspectiva social y estamentos
sociales), regalismo y desamortización, religión y sOCiedad (aspecto
social, política religiosa y visión polltica). Todo en la RELIGIOSIDAD
HISPANA Y SOCIEDAD BORBÓNICA.
A lo largo de este trabajo hemos partido siempre de la diferen-
cia que establece Aranguren 1 entre la "sociología de la moral" y la
"filosofía moral o ética normativa". Nos hemos introducido en el
campo de aquélla, limitándonos a describir la moral y la religiosi-
dad de la sociedad española entre 1700 y 1868. Prescindimos de
toda critica y revisión -siquiera filosófica- de tal :-eligiosidad y
moral histórica. Naturalmente h emos considerado brevisimamente
-cada uno merece sendas monografías- las ideologías de Donoso
Cortés, Balmes, Larra, JoYellanos, etc. Pero buscando y ~studiando
los lazos entre la sociedad religioso-moral y la sociedad profana, su
interacción, las múltiples relaciones mútuas que existen entre la
religión y los fenómznos sociales, relaciones entre el catolicismo y
la vida social en la España borbónica - hasta 1868-.
Pretendimos, pues, fundamentar una pastoral que tuviera en
cuenta, convenientemente, toda la coherencia del complejo social:
una pastoral que no buscase solamente la salvación del individuo,

l. ARANGUREN, Lo que sabemos de Moral, p. 42-43. 47.


ALFREDO MARTINEZ ALBIACH

t.nmt>ién -y sobre todo- la realización del Reino de Dios en nues-


t.ra tierra.
'I'tll vez no hayamos graduado suficientemente la influencia de
la religión como fermento de la vida social y de la vida entera es-
pm\ola, y la del medio ambiente en la religiosidad y en los "mores"
o formas de vida colectiva, dentro de España.
Y esa influencia se ha realizado no con palabras, sino mediante
runlidades existenciales.
No quisimos "demostrar" cosa alguna, sino dejar hablar a las
realidades sociales, presentando al lector material suficiente, capaz
ele nlc:.mzar una visión amplia de aquella coyuntura, para que él la
pudiese juzgar.
Puede que hayamos abusado excesivamente de textos. Para nos-
oLros, una manifestación de realidades existenciales y de ideolo-
~lns .
Y a fin de no predeterminar el juicio del lector, descubrimos
nuestras simpatias, por ejemplo con los afrancesados; también nues-
Lrn finalidad apostólica, deseando transmitirsela, y que él actúe li-
berando a la religiosidad y a las formas de vida colectiva de cuanto
no constituye su tradición cristiana genuina, sino la envoltura de
unu estructura social, actualmente quizá fosilizada e inservible.
BIBLIOGRAFIA
·~
.,..~
A) FuENTES:

a) civiles,
1. Novísima Recopilación de la.s Leyes de España. Dividida en :xn
libros. En que se reforma la Recopilación publicada por el Señor
Don Felipe II en el año de 1567, reimpresa últimamente en el de
1775. Y se incorporan las pragmáticas, células, decretos, órdenes
y resoluciones Reales, y otras providencias no recopiladas, y ex-
pedidas basta el de 1804. Mandada !oonar por el Señor Don Car-
los IV. (Madrid. - Imp. Real. - 1805).
2. Colección de los Decretos y Ordenes que han expedido las Cortes
generales y extraordinarias desde su instalación en 24 de Septiem-
bre de 1810 h~Uta igual fecha de 1811. Mandada publicar d e orden
de las mismas. (Cádiz.- Imp. Real. - 1811). Tomo 1.0
3. Colección de los Derechos y Ordenes que han expedido la.s Cortes
generales y extraordinarias desde el 24 de Septiembre de 1811 has-
ta el 24 de Mayo de 1812. Mandada publicar de orden de las mis-
mas. (Cádiz. - Imp. Nacional. - 1813). T. 11.
4. Colección de los Decretos y Ordenes que han expedido las Cortes
generales y extraordinarias desde el 24 de Mayo de 1812 hasta el
24 de Febrero de 1813. Mandada publicar de orden de las mismas.
(Cádiz. - Imp. Nacional. - 1813). T . fii.
5. Colección de los Decretos y Ordenes que han expedido las Cortes
generales y extraordinarias desde ~ 24 de Febrero de 1813 hasta
t!l 14 de Septiembre del mismo afu>, en que terminaren sus sesio-
nes. Comprehende además el decreto expedido por las Cortes ex·
tra ordinari3s en 20 de dicho mes. Mandada publicór de orden de
las mismas. (Cádiz.- Imp. Nacional. - 1813). T. IV.
6. Coiección de los DeC'Tetos 1J Ordenes que han expedido las Cortes
Ordinarias desde el 25 de Septiembre de 1813, día de su instala-
ct.m. hasta el 11 de Mayo de 1814, en que fueron disueltas. Man-
dada publicar de orden de las actuales. fMadrid . - Imp. Nacional.
- 1820). T. V.
7. Colección de los Decretos y Ordenes generales de la primera legis-
latura de Zas Cortes Ordinarias de 1820 y 1821. Mandada publicar
·642 BIBLIOCRAFIA

de orden de las mismas. (Madrid. - Lnp. Nacional. - 1821-1822).


T . VI-VII.
8. Colección de los Decretos y Ordenes generales expedit:U;s por las
Cortes Extraordinarias, que comprende desde el 22 de Septiembre
de 1821 ha.sta el 14 de Febrero de 1822. Impresa de orden de las
mismas. (Madrid. - Imp. Nacional. - 1822) . T . VIII.
9. Colección de los Decretos y Ordenes generales expedidos p or la~
Cortes desde 1.• de Marzo hasta 30 de Junio de 1832_ Impresa de
orden de las mismas. (Madrid. - Imp. Nacional. - 1822) . T . IX.
10. Colección de los Decretos y Ordenes generales expedidos por las
Cortes Extraordinarias que comprende desde 3 de Octubre de 1822
hasta 19 de Febrero de 1823. Impresa de orden de las mismas.
(Madrid . - Imp. Tomas Albán y Compañia. - 1823). T. X.
11. Diario de las Discusiones y Actas de las Ccrtes. (Cádiz.- Imp.
Real. T. I-XVI), Imp. Nacional (T. XVII·XXI), Imp. D. Diego Gar-
cía Campoy (T. XXII). - (1811·1813 >.
12. Diario de las Actas y Sesiones extraordinarias de las Cortes ge·
nerales y extraordinarias. (Cádiz. - Imp. D. D iego G a rcía Cam-
poy. - 1813) .
13. Diario de las Actas y Discusiones de las Cortes ( 1820-1821 J. (Ma-
drid. - Imp. D. Diego García Campo y, y Compañia. - Sin fecha).
T. I-VI.
14. COlección general de Códigos antiguos y modernos de España.
(Barcelona. - D. Ramón Martín Indar. - 1846).
15. Decretos del Rey Don Fernando VII. Por Don Fermin Martín de
Ealmaseda: (Madrid. - Imp. Real. - 1816-1819; T . I·V y Apéndice
a los cuatro números). (Madrid. - Imp. Nacional. - 1820; T. VI).
16. Decretos y Resoluciones de la Junta Provisional, Regencia. del Rei-
no, y los expedidos por S. M. desde que fue libre del tiránico poder
r evol·u cionario, comprensivo al año de 1823 por D. Fermín Martín
de Balmaseda, Intendente del Ejército Honorario. (Madrid. - Imp.
Real. - 182~ ; T. VII) .
17. D ecr etos del Rey N. S. Don Fernando VII. Por Don Josef Maria de
Nieva. (Madrid. - Imp. Real. - 1824-1832; T. VIII-XVI) .
.18. Decretos del Rey N. S. Don Fernando VII y de la Reina su August a
Esposa. Por Don Josef Maria de Nieva. (Madrid . - Imp. Real. -
1833-1834 ; T. XVII-XVIU) .
.19. Decretos de la Reina N. S. Doña I sa bel II, dados en su Real nombre
por su Augusta M adre la Reina Gober-nadora. Por Don Josef Maria
de Nieva. (Madrid. - Imp. Rea l.- 1835-1836; T . XIX-XX). (Madrid.
- Imp. NacionaL - 1837; T. XXI> .
.20. Colecctón de las Leyes, D ecr etos y Declaraciones de las Cortes, y
de los Reales Decretos, Ordenes, Resoluciones y Reglamentos ge-
nerales expedidos por las Secretarias del Despacho desde 1.0 de
Enero de 1837. (Madrid. - limp. Nacional. - 1837-1844; T. XXII-
XXXI).
BIBLIOCRAFIA

21. Colecci ón de las L eyes, D ecretos y Declaraciones de las Cortes, y


de los Reales Decretos, Ordenes, Resoluciones y Reg.Zamenws ge-
nerales expedidos por los respectivos Ministerios desde 1.0 de Ene-
ro de 1844. (Madrid.- Imp. Nacional .- 1844-1846 ; T. XXXII-XXXV).
22. Col ección L egislativa de España. (Continuación de la Colección de
Decretos).'· (Madrid. - Imp. Nacional. - 1848-1851; T. XXXVI-LII:
desde 1846 hasta 1851 ).
23. Colección L egislativa de España. (Continuación de la Colección d e
D ecretos) 1• (Madrid. - Imp. Ministerio de Gracia y Jus ticia.- 1851
y ss.; T. LIII y ss.).
24. Colección d e las Leyes, Reales Decr etos, Ordenes, Reglamentos,
Circulares y Resoluciones generales expedidas sobre todos los ra-
mos de la administración y gobierno del Est ago. 2. Tomos prelimi-
nares I-III. (Madrid. - I.mp. del Castellano. - 1840).
25. Apéndice a El Castellano o Colección de Zas Leyes, D ecret os, Orde-
nes y Circulares expedidas por todos l os Ministerios y Autoridades
superiores. 2.Tomos I-II. (Madrid. - Imp. de El Castellano. - 1837).
'.f 26. Colección de las Leyes, Reales Decretos, Ordenes, Circulares y -Re-
soluciones expedidas sobr e todo·s los ramos de la administración y
gobierno del Estado. 2_ Tomos III-XITI. (Madrid. - Imp. de El Cas-
tellanc·. - 1838-1846) .
27. Colección de Zas Leyes, Reales Decr etos, Ordenes, Circulares y R e-
soluciones expedidas sobre todos los ramos d e la administración y
gobierno de! Estado. 2. Tomos XIV-XV. (Madrid. - Imp. El Popu-
lar. - 1847-1848) .
28. Gaceta de Madrid. Número 6.146. Lunes, 12 Mayo 1851.
29. P apeles varios: Renuncia de Fernaniio VII (Trasladado de un Real
Decreto); Renuncia de Carlos IV (Traslado de un RE:al Decreto);
Proclama d el Papa Pío VII a los Españoles (Separata del Diario de
Tarragona, jueves, t.• Diciem bre 1808) ; etc.

( 1) La Colección d e Decretos comprende desde Fernando VII, iniciada por


D. Fennín Martín de Balmaseda : núme ros del 15 al 23. r.a c:tamos con estas
siglas : DEC. REY, REGENCIA o RF.YNA.
(2) Utilizamos la sigla COL. LEYES para los números 24 al 27.
644 BIBLIOGRAFIA

b) clericales.

l. ABAD CFr. Antonio, O. P.), Oración fúnebre en las Exequias del


Augustísimo Señor Emperador Joseph Primero, que celebró la Ex·
celentísima Ciudad de Barcelona en su Iglesia Cathedral, día 11
de Julio de 1711. (Barcelona. -1711).
2. ABAD (Fr. Mariano, O . P .), El Españo.l Judas Macabeo. Discurso fú-
nebre que en _las solemnes exequias celebradas en sufragio y hon-
ras del Excmo. Sr. D. Pedro Caro Sureda, Marqués de La Roma-
na... etc., por la M . I. Villa de Novelda, pronunció el día 27 de Mayo
de 1811. (Alicante.- Viuda de España. - 1811).
3. ABRID (Fr. Francisco de, O. P.>, Sermón en Solemne acción de gra-
cias, que hizo a Dios N. S. tributando Reverentes Cultos a María
Santísi.JD.a N. S. de las Mercedes, la muy Noble, y Leal Ciudad de
Alcalá la Real, en la Santa Iglesia Abacial, día primero de Sep-
tiembre de 1707 por el Feliz Suceso y Alumbramiento de la Reina
N. S. Doña María Luysa Gabriela de Saboya. (Alcalá. - 1707) .
4. AGuADo (Josef) , Sermón que por encargo del Ilmo. Sr. Cabildo de
la S. I. Catedral de Avila predicó este año en el día de la Asunción
de N. Señora, en desagrabio de la fiesta que en el referido día ha·
cían nuestros enemigos por el nombre de Napoleón. ([mprenta de
Avila, de Orden de la Junta Superior de dícha Ciudad y Provin-
cia.- 1812) .
5. AGUADO (José) , Sermón que por encargo del M. I. Ayuntamiento
Constitucional de la Ciudad de Abila predicó en su I. Catedral, en
el prámer día de las fiestas, que se celebraron por haber declarado
nuestras Cortes a Sta. Teresa de Jesús por Patrona de las Españas
después del Apóstol Santiago. (Abila. - Viuda de Ruiz e hijos.-
1813) .
6. AGUILERA <Pau), Sermó que en la antiquíssima vila de Santó. Ma-
ría de Piera, Bisi::>at de Barcelona, dedicá a la Magestat s uprema de
Chrísto Crucificat en sa mir&culosa sagrada imatge venerada ja
desde una antiquitat molt remota en la parroquial iglesia, que als
28 Abril de 1815 en los annuals y solemne!> cultos predicá. (Tarrago-
na. - Miquel Puigrubi Estamper. - 1816).
7. ALARcóN (Garónimo), Sermón que an la solemne función celebra-
da en el dia diez y nueve de Mayo· de mil ochocientos catorce en
la I. Parro(!uial del Arc¿ngel San Miguel de la ciudad de Mur-
cia, a expensas del Sr. Conde de Clavijo para dar gracias a Dios
por la feliz colocación del Rey N. S. en el trono de sus mayores,
díxo. Cimp. del Gobierno Militar Político, a cargo de Horca jada.-
1814?).
8. ALARcoN y Mo~ (Miguel) , Sermón que en la solemne acción
de gracias, celebrada en la villa de Gaucin, del Obispado de Mála-
ga, con motivo de la pérdida y feliz hallazgo de la prodigiosa Efigie
del Sto. Niño Dios, ultrajada en la Ermita del Castillo donde se
BIBLIOGRAFIA 645

veneraba, y arrojaba por el peñasco que lo rodea en una de las


invasiones de los soldados Franceses, dixo en la l. Parroquial de
dicha Villa, el día 8 de septiembre de 1813. (Málaga. - Luis de Ca-
rreras. - 1813) .
9. ALFA.RO (Fr. Antonio de), Triunfos de la Providencia. Oración
eucharistica que en la solemnidad de acción de gracias, que cele-
bró en la S. I. Catedral de Palma de Mallorca, en día 19 de Julio
de 1815, el M. I. Ayuntamiento de la misma, presidida por el Excmo.
Sr. Marqués de Couplgny, Capitán General de las Islas Baleares ...
etc., por los triunfos de los exéroitos aliados. que nuestro augusto
Soberano Don Fernando VII (q. D. g.) ba decretado en 1." de Julio
de este mismo año, dixo. (Mallorca.- Melcbor Guasp. - 1815).
10. ALFARO (Fr. Antonio), Oración panegírica que en el día 16 de Agos-
to de 1815 pronunció en el R. Convento de RR. PP. Predicadores de
esta ciudad de Palma de Mallorca, en honor de San Jacinto, Após-
tol del Septentrión. (Palma.- Felipe Guasp. - 1815).
11. ALVARADO (Fr. Francisco, O. PJ, Sennón del glorioso mártir e in-
quisidor San Pedro de Arbués, predicado en la aniversaria solem-
nidad que le consagra el Sto. Tribunal de la Inquisición de Sevi-
lla en el R. Convento de San Pablo. Orden de Predicadores, de la
misma ciudad, en 17 de Septiembre de 1809. (Sevilla.- Imp. Real
y Mayor. - 1809?)_
12. .AMAT Y Socou (Crtstoval), Oración fúnebre que en el solemne ani-
versario celebrado en la Iglesia de San Felipe Neri de la Ciudad
de Cuenca, el día 5 de Mayo del presente año de 1813, por los Srs.
Intendente, Gefes y Empleados en las oficinas de la hacienda na-
cional, en sufragio y digna .memoria de los beroycos Patriotas de
la Villa Imperial de Madrid, que en el día dos de dicho mes del
año de 1808 sellaron con su sangre el voto e libertad e indepen-
dencia, dixo. (Cuenca. - Viuda e hijos de la Madrid.- 1813>-
13. AMENGUAL (José), Sermón que predicó el día 10 de Octubre de este
año, en la Iglesia de Montesión por encargo del M. I. Ayunta-
miento de esta Ciudad, con motivo de la fiesta que dedica anual-
mente a San Francisco de Borja uno de sus Stos. Patronos. (Palma.
- Felipe Guasp.- 1814)_
14. AKENCUAL (José), Sennón de San Ignacio de Loyola, fUndador de
la Compañía de J esús, que predicó el dia 31 de Julio de este año,
en la Iglesia de Montesión, antiguo Colegio de los Jesuitas; y re-
pitió el 6 de Agosto del mismo año en la Iglesia de las MM. Capu-
chinas. (Palma. - Felipe Guasp. - 1815) .
15. ANDEYRO Y AU!AO (Pablo de), Sennón que en preseucia del Rey
.'V. S. D. José Napoleón 1, de la numerosa Corte qu~ lo acompañaba,
de los Ecmos. Srs. Duque de Dalmacia, Gran Mariscal del Imperio,
y Conde Sebastiani, General en Gefe del Qüarto euerpo del Exér-
cito Francés, de los Excmos. Srs. Patriarca de las Indias, Arzobispo
de Zaragoza, Limosnero mayor de S. M., y del Arzobispo de esta
Diócesis, de los Generales de División y Planas mayores, de los Mi-
nistros y Secretarios de Estado, de los Consejeros de Estado, de los
Grandes de España, y Gentiles Hombres de Cámara de la Muni-
cipalidad, del Real Acuerdo de ~sta Chancillería, del 'cabildo Ecle-
Siástico, Diputaciones, Nobleza, Clero y Comisionados de las Ciu-
646 BIBLIOGRAFIA

dades de Este Reyno, predicó en esta S. I. Catedral Metropolitana


de Granada, el día 19 de Marzo de 1810. (S. l. - s. f.): .
16. ANÓNIMO, Proclama Espiritual. Discurso muy preciso de leer en las
actuales circunstancias. Se da a luz por un Sacerdote, que desea
con eficacia la salvación de la Patria. (Sevilla. - Imp. Mayor. -
1808) .
17. ANONIMO, Oración fúnebre que en las exequias del Excmo. Sr. D.
Teodoro de Reding, Capitán General del Exército y Principado de
Cataluña, celebradas el dia 26 de Abril de 1809, en la Iglesia de los
PP. Franciscanos de la Ciudad de Tarragona, dixo el P. Capellán
del Segundo Batallón del Regimiento suizo de Reding n .0 3. (Ta-
rragona.- Miguel Puigrubí. - 1809).
18. ANoNIMo, Oración de la R. Acadmnia Española al Rey N. S. D.
Fernando VII con el plausible motivo de su feliz regreso al Trono
de las Españas. (Madrid. - !barra. - 1814).
19. ARBoZET (Fr. Mariano, O. F. M.), Serm-ón, y Oración Laudatoria,.
que se dixo a los 3 de Enero de 1706, en las Fiestas, que se hizieron
en la Real, y Cathólica Villa de Figueres, en Acciones de Gracias,
por la nueva Exaltación a la Corona de nuestro Amabilíssimo Mo-
narca, y Cathólico Rey Carlos III de Austria. (Gerona. -1706) .
20. ARMAÑÁ (Fr. Francisco, Ob. de Lugo y Arzobispo de Tarragona).
Sermonzs. (Madrid. - Fermín Villalpando. -1818.- 2.a edición). To-
mos I-IV.
21. .ARNAU (Fr. Jose!). Serm'Ón que en la devota rogativa, que hizo·
la Parroquia de San Pedro Mr. y San Nicolás Ob., de esta ciudad
de Valencia a N. Sra. de la Peste, dia 12 de Octubre de 1800, en
ocasión de la fiebre contagiosa que padecían Cádiz, Sevilla, y al-
gunos lugares de Andalucía. {Valencia. -Josef Estevan.- 1800).
22. ARNAU (Fr. José), Sermón del Miércoles tercero de Qüaresma, pre-
dicado al Rey N. S. en su R. CapiUa, el día 12 de Marzo del año
1817. (Alicante. - Nicolás Carratalá e Hijos.- 1817) .
23. ARTETA (Fr. Francisco), Sermón Panegírico, a la Concepción de
Maria Stma., en la Capilla de N. Sra. de los Remedios, en la Mer-
ced, y Corte de Madrid, en ocasión de consagrarla el triunfo de Lan-
da u, como a R. Protectora de las Armas Católicas. Fiesta qGe ce-
lebró el día nueve de Diziembre del año 1703 la devoción, y lealtad
Española, solicitando su milagrosa protección en los progresos de
la Monarquía. (Madrid. - 1703).
24. ASSENSIO (Fr. Raymundo), Sacra Purpura, Real Corona, Mantillas,
y Dosel, que en Acción de Gracias a Dios N. S . por el fel.i z Naci-
miento del Srnmo. Sr. Luis Primer'>, Príncipe de Asturias, en Om-
ción EvangéUca Panegyrica gratulatoria, y laudatoria, día de la
Señora Santa Ursula en su Religiosissimo Convento de Agustinas
Descalzas de Valencia. (Valencia. - 170'7).
25. BACH (Juan), Sermón P<megyrico Gratulatorio en las Fiestas So-
lemníssimas, c;ue a la Trinidad Beatíssima en Acción de Gracias
por el feliz, y perfecto recobro de la salud de Nuestro Rey, y Señor
Felipe Qüarto de Aragón, y Quinto de Castilla Cq. D. g.), dedicó la
Excma. Ciudad de Barcelona, a 15 de Enero de 1702. (Barcelona.
- 1702).
26. BARCELó <Fr. Thomás, O. P.), Panegírica Oración, que dixo en la Ce-
lebridad Festiva, que a la Suprema Emperatriz, y soberana Reyna
BIBLIOGRAFIA 647

del Rosario Maria, consagro en el Magmfico Templo del R. Con-


vento de Predicadores de Mallorca, el discreto Colegio de los No-
tarios, Domingo a los 7 de Noviembre de 1706 por la feliz Restitu-
ción del Reyno Balear al legitimo, y suave dominio de tan desea-
do Monarca, y Rey Legítimo de lCl$ Españas D. Carlos el Tercero
q. D. g. CMallorca. - 1707) .
27. BARCELONA <Fr. Silvestre de>. La fiesta mayor de los Mo.nresaoos.
Elogio patriótico, histórico, moro.l, que en la solemne acción de-
gracias a la Virgen por el triunfo del Bnu:h, dixo en la Seo de
Manresa, el dia 6 de Junio de 1814. (Manresa. - Martin Trullás.
- 1814?).
28. BELLO <Fr. Juan Antonio), Oración Evangélica. Célebre, y Devota
Rogativa a Christo Sacramentado, que por el feliz sucesso de las.
Armas de N . Invectissi.mo Rey, y Señor D. Felipe V, Rey de las
Españas, y Emperador de la América <q. D. g.) hizo el M. L y
Rvdo. Cabildo de la S. I. Catedral de Palma, en el fidelissimo·
Reyno de Mallorca; con la asiStencia del Excmo. Sr. D. Francisco
Miguel de Pueyo, Virrey, y Capitán General; el nmo. y Rvd.mo.
Sr. D. Francisco Antonio de la Portllla, de el Consejo de S. M., y
Obispo de dicha S. Iglesia; los MM. II. y Mgncos. Srs. Jurados; y
la Nobleza de d.icbo Reyno. (Mallorca. - 1704) .
29. BELLUGA (Luis, Ob. de Cartagena, Cardenal}, Carta que escrive-
a los fieles de su Obispado, principalmente a la gente senciUa,
previn.i éndolos del riesgo de dar crédito a una fo.lsa doctrine y
error. <Murcia? -1705?).
30. BEU.UGA (Idem) , Mandato a todas las iglesiCl$ de dicha ciudad.
(Muréia? -1706?).
31. BELLUGA (Id.), Contra los tro.ges, y adornos profo.nos. (Murcia.-
Jayme Mesnier.-1722).
32.- BELLUGA (Id.), Declaración de todo lo que contiene y enseña la Re-
ligión Católica. compuesta en italiano, traducida en español por
el Ilmo. Sr. D. Joseph Alcaraz y BeUuga, Obispo de Tarazona, su
sobrino. (Zaragoza.- Francisco Moreno. - 1742) .
33. BENEDICTO (Fr. Isidoro, O. P.), Oración Evangélica en la solemnissi-
ma Fiesta, que hizo la Excma. Ciudad de B2.rcelona en su I. ca-
tedral. en acción de gracias, por el Feliz arribo del Rey N. S. D .
Felipe IV en Aragón. V en CCl$tiUa, Conde de Barcelo'Tia (q. D. g.)
a su R. Corte de Madrid. Dia 11 de Mar¡;o, en que se celebravan
las glorias de San Olaguer Arcobispo de Tarragona, r Obispo de
Barcelona. (Barcelona. - 1701).-
34. BE'kNARDO DE Qumos (Vicente), Sermón que por \a felicidad C.e las
armas españolas, y libertad de su Augusto Monarca D. Fernando
Séptimo, predicó en la Función Sacramental que la nustre Junta
de Gobierno de la Ciudad de Motril ctlebró el dia 13 de Julio de
este año de 1808. (Granada. - Manuel Moreno. - 1808).
35. Bl:RTRÁN (Felipe, Ob. de Salamanca, Inquisidor General), Sermón
del Gran Padre, y Docf:<>T de la Iglesia San Agustín, predicado en
el Colegio de Agustinos de esta Corte. <Madrld. - 1776).
36. BERTRÁN (Idem), Sermón que en alabanza del Angélico Doctor Sto
Thomás de Aquino, predicó en el Colegio de RR. PP. Dominicos:
de Madrid (Valencia. - 1776) .
648 B IB LIOG R&FIA

37. Boc.J.NEGRA Y XlvA.JA <Francisco, Arcediano de Almeria, Ob. de Gua·


dixBaza, y Arzobispo de Santiago) , Juicio de el mundo y expul-
sión de su Príncipe, por el santo leño de la cruz. Carta Pastoral.
(Madrid. - Gabriel Ramirez.. - 1762). T. I-IL
38. BOCANEGRA (Id.). Oración fúnebre de D. Maria Ana de Austria.
Reyna Viuda de PortugaL (Madrid. - Francisco Xavier García.-
1770).
39. BOCANEX;RA Ud.), sermones. (Madrid. - Joachín Ibarra. - 1773 -
2.a edición). T . I -ll.
40. BOCANEGRA (Id.), Saludable medicina para las dOlencias del siglo.
Carta Pastoral. (Madrid. - J oachin !barra. - 1778).
·41. BoCANEGRA (Id.), Declamación oportuna contra el liberttnage de
el tiempo. Carta Pastoral. (Madrid. - Antonio Femández. - 1779).
42. BoRBóN {Luis de, Cardenal Arzobipo de Toledo), Pastoral: SAN-
TANl>ER, Retiro espiritual para los sacerdOtes. T . L (Madrid. - Imp.
de Administración del R. Arbitrio de Beneficencia. - 1802).
43. BuiZA v GIL (Manuel), Sermón panegirico-histórico-rru;ral, que en
la solemnisima !unción de acción de gracias que celebró la vene-
rable Confraternidad del Stmo. Rosario por la traslación de la
imagen de Maria Stma. de este título (que existía en la R. l. Pa-
rroquial del Salvador de la ciudad de carmona desde la invación
de los franceses) a su templo del Convento de Religiosas Dominicas,
dixo en éste el día 19 de Abril, segundo de Pascua de Resurrección.
de 1813, con anuencia del M. R. P. Presentado Prior y Comunidad,
qUienes cedieron el altar, púlpito y coro de la referida Parroquia.
(Ecija. - Joaquín Cbaves.- 1813?).
44. CADrz (Fr. Diego Josef de). El Soldado Católico en Guerra de Reli-
gtón. Corta Instructiva, ascético-bistórico-politica, en que se propone
a un Soldado Católico la necesidad de prepararse, el modo con
que lo ha de hacer. y con que debe manejarse en la actual guerra
contra el lmpfo partido de la infiel, sediciosa, y Regicida Asamblea
de la Francia. Escribíala a su Sobrino D. Antonio Ximénez y Caa-
maño, Soldado distinguido Voluntario del ilustre y antiguo Regi-
miento de Infantería de Saboya. (Barcelona. - Viuda Aguas Vivas
- 1794) .
45. CADrz (Id.), Colección M las Obras. Sermones Panegíricos. (Madrid.
- Pa.checo. - 1796). T. 1-II.
-46. CAL>\TAYUD (Pedro, S. J.) , Missiones y Sermones. (Madrid. - Eugenio
Bieco. - 1754).
47. CALATJ.Y'Ol> Ud.). Exercicios Espirituale~ para los Eclesiásticos y
Orc!enandos. (Salamanca. - Antonio Villarg()rdo. - ! 76::!).
48. CANTo (Miguel). Las glorias de España. Elogio histórico-sagrado que
abraza los sucesos del día, y que en la festividad que celebraron a
honor de Santiago sus devotos en la l. Parroquial de la Villa de
A.spe, en 13 de Agosto de 1809, dixo. (Murcia. -Juan Vicente Te-
roe!. - 1809) .
-49. CARLON <Diego), Oración que en la solemne acción de gracias cele-
brada en la S. Apostólica I . catedral de Almería, en el día 3 de
Abril de este año de 1804, por los dos Timos. cabildos Eclesiástico
y Secular, con motivo de no haberse experimentado desgracia al-
guna por el Terremoto del día 13 de Enero del mismo año, ni
otros que le s iguieron, dixo. (Granada. - Moreno. - 1804) .
BIBLIOCRAFIA 649

'SO. CARRERA (Fr. Manuel, O. P.), Oración que en las solemnes fiestas
celebradas por los RR. PP. Dominicos del Convento de San Este-
ban de Salamanca en acción de gracias al Todopoderoso, con mo-
tivo de su deseada reunión, y apertura de s u magnifico templo,
hecha por disposición de su amado Monarca el Sr. D. Fernando
VII, dlxo en el mismo, el día 17 de Julio de 1814. (Salamanca. -
Vicente Blanco.- 1814?) .
51. CARRERA y DEL SoL (Miguel) , Oración que en la festividad del B .
Pedro Arbués pronunció en la S . I. M . de la Seo de Zaragoza en
1801. (Zaragoza. -Mariano Miedes. - 1801?) .
.52. CASCAUJ. Y OR.DOÑEZ (Juan Nepomuceno), Sermón que en la mag-
nifica función que celebró el claustro de la Universidad de Osuna
por la restitución a su trono de nuestro Soberano el Sr. D. Fer-
nando vn (q. D. g.), predícó en el día del cumpleaños de S. M.,
14 de Octubre. (Sevilla. - Imp. del R . Acuerdo, a cargo de D. Ma-
nuel Valvidares.- 1814).
53. CASTE.JóN (Agustín de S. J .), Luis el Grande. Oración fúnebre del
muy alto, muy poderoso. y muy excelente Principe, Luis Catorze,
Rey Chrlstianissimo de Francia, llamado comúnmente el Grande.
Dixose en la Iglesia del R. Convento de la Encamación de Ma·
drid, a catorze de Mayo de 1716. (Madrid. - 1716?).
54. CASTE.JON Ud.). Oración Júnebre del muy alto, muy poderoso, y
muy execelente Príncipe Mon.seiim Luis Delfín, Padre del Rey N.
S . <Madrid. - 1711).
55. CASTE.JÓN Ud.). Sermones varios. (Madrid. -Juan de Zúñiga.-
1738). T . l·TII.
.56. CEREZO (Fr. Lais), Elogio fúnebre en las exequias que en hon01' del
Smmo. Sr. Presidente de la So~erana Junta Centrnl de España e
Indias y Conde de Florida-Blanca, D. José Moruno, celebró la M. I .
Junta particular de Gobierno de la ciudad de Orihuela, en la S . l .
Catedral de la misma día 24 de Enero de 1809. Murcia. - Juan Vi·
cente Teruet. - 1809?) .
57. CESAT (Jaime), Oraeí'ón íúnebre en las solemnes exequias que la
amante y agradecida familia del Ilmo. Sr. D. Fr. Francisco Armañá,
Arzobispo de Tarragona, celebró en alivio del alma de s u difunto
Amo, en el día 13 de Julio de 1803, en la Iglesia del R. Colegio de
PP. Agustinos. (Tarragona. - Maria Canals, Viuda. - 1803?).
58. CLARET Y CLARA <Antonio M.•, Arz:obispo de Santiago de Cuba),
Ap1mtes que para su use personal y para el régimen de la diócesis
escribia y tenía siempre a la vista. {Madrid. - Imp. de la Espe-
ranza, a cargo de D. Miguel Arca<;. - - 1857) .
59. CLn.tENT (Josef, Ob. de Barcelona) , Pláticas dominicales. (Madrid.
- Benito Cano. -1793) .
~. CoNCEPCION (Fr. Pablo de la), Sermón Dogmático-Moral para la
solemne fiesta que celebró la ilustre Archi-Cofradía de Maria Stna.
con el titulo de la Bendición de Dios, sita en la Iglesia de los RR.
PP. Carmelitas Descalzos de la Ciudad de Cádiz, en desagravio de
los ult.rages cometidos por los enemigos que han invadido nues-
tra España, contra N. Señor Sacramentado. Predicado a presencia
del mismo Adorable Sacramento la mañana del Domingo 16 de
Septiembre de 1810. Se imprime a experu;as de vanos afectos al
'r.$LIC IOSID\D IIISPISA .•• - 42
650 BIBLIOCRAFIA

Orador por la importancia de su doctrina en las críticas circuns-


tancias del día. (Cádiz. - Antonio de Murguía. - 1810?) .
61. CONCEPCION Ud.), Oración fúnebre que en las solemnes exequias
celebradas por el Ilmo. Cabildo de la S. Iglesia de Cádiz en honor
de la Buena Memoria del Ilmo. Sr. D. José Antonio Saenz de Sta.
Maria, dignísirno Obispo de Segov.ia... etc., con asistencia del
Excmo. Sr. Arzobispo de Nicea, Nuncio de S. S. en estos Reynos,
~ de los Ilmos. Srs. Obispos de Calahorra, Plasencia, Sigüenza,
San Marcos de León y de Albarracín, dixo en la S. I. Catedral.
(Cádiz. --:- Imp. Patriótica, a cargo de Verges.- 1813).
62. CoRRALES Y LUQUE (Antonio), Sermón que en la solemne función
de acc.ión de gracias, hecha por la religiosa Congregación del alurn-
r.ado y vela continua al Stmo. Sacramento de la Ciudad de Má-
laga, el 21 de Febrero de 1813, en la Iglesia de RR. MM. de San
Bernardo, con motivo de su canónica erección y aprobación de·
sus Constituciones, dixo. (Málaga. - Luis de Carreras. - 1813).
63. CoRRALES Y LuQUE ~Id .) , Sermón que en la solemne función de
acción de gracias celebrada en 12 de Abril del presente año por·
el Ilustre Colegio de Abogados de esta ciudad en la Iglesia del R.
Convento de la Merced, con motivo de la restitución de N. Rey y
Sr. D. Fernando VII, predicó. (Málaga. - Luis de carreras.- 1814) .
64:-t:oRTES Y LoPEZ (Miguel), Oración fúnebre del Ilmo. Sr. D. Loren-
zo Gómez de Haedo, Obispo de Segorbe. Dedicada a s u memoria.
por su Ilmo. Cabildo. (Valencia. - Benito Monfort. - 1815) .
65. Cos (Manuel de), Oración sagrada, que en la solemne acción de
gracias celebró la M. N. y L. Ciudad de Cádiz, de acuerdo con el
Ilmo. Cabildo de la S. r. Catedral, el día 18 de Noviembre de 1804,
por el segundo beneficio que recibió de la Providencia Divina en
haberla libertado de la Epidemia, que se renovó desde principios
de Septiembre, dixo. Dála a luz el M. I. Ayuntamiento. (Cádiz. -
Casa de la Misericordia. - 1804).
66. Cos (Id ), Oración fúnebre que en las exequias celebradas el dia
21 de Noviembre del año 1805 en la Iglesia del Convento de N. Sra.
del Carm-en de la Ciudad de Cádiz, por los Excmos. Srs. Coman-·
dantes Generales de la Esqüadra Combinada D. Federico Gravina
y Mr. Roselli, de acuerdo y en unión con el de la Provincia, Mar-
qués de la Solana, en sufragio de los que murieron en el combate
naval del 21 de Octubre del mismo año. Dáse a luz por los dichos
señores. (Cádiz. - Casa de la Misericordia.- 1805).
67. Cos (Id), Sermón Panegírico, que en la solemne fiesta de San Fer-
nando, Rey de España, celebrada por el Ilmo. Cabildo de la S.
I. Catedral de Cádiz, con asistencia del M. I. Ayuntamiento, el día
8 de Junio de 1814, dixo. Dáse a luz por acuerdo del dicho Cabildo.
(Cádiz. - Nicolás Gómez de Requena, impresor del Gobierno, y
del Ayuntamiento por S. M. -1814?) .
68. COSTA (Fr. Raymundo, O. P.), Oraci!Yn Panegírica, en acción de·
gracias a Dios Uno en la T rinidad de sus Divinas Personas, por
el acertado llamamiento, feliz venida, y gloriosa exaltación de el
Rey N. S. Felipe Quinto de Castilla, y Qüarto de Aragón, en la
solemnissima fiesta, que celebró el Domingo de Passión de este·
Año de 1701, el muy ilustre, y fidelísimo Consistorio de la Dipu-·
BIBLIOGRAFIA 651

tación del Principado de Cataluña. Dedicada al Ernmo. Sr. Car-


denal D. Luis Manuel, Cardenal Portocarrero. <Madrid.-1701).
69. COVLUI (Antonio), Sermém predicado a la R. Universidad y Cabil-
do de Beneficiados, en la I. Parroquial de San Matías de la Ciudad
de Granada, el día 26 de Junio de 1814, en acción de gracias por la
libertad y restitución a su legítimo Trono de nuestro Soberano el
Sr. D. Fernando VII, a quien te dedica y consagra. (Granada.-
Imp. Nueva de Valenzuela. -1814).
70. CREUS (Jayme), El Espíritu Singular. Panegírico a Sto. T01i1ás de
Aquino, que en los obsequios que le consagra el Seminario Conci-
liar de Barcelona, en la Iglesia de N. Sra. de Belén, a los 30 de
Mayo de 1802, dixo. (Barcelona. - Compañía de Jordia, Roca y
Ga$par. - 1802?l.
71. DIAZ DE VALDES (Pedro, Ob. de Barcelona), Mis angustias y mis con-
suelos. Sermón que en su S. Iglesia predicó en la Dominica de Se-
xagésima el día 16 de Febrero de el año 1800. (Barcelona. - Imp.
del Diario, por D. Pedro Hussón de Lapazaran.-1800?).
72. DIAZ DE VALDES (Id.), Sermón que en la solemne acción de gracias
de el Cabildo de la S. Iglesia de Barcelona, por la dichosa U.egada
de los Reyes NN. SS. y de sus Altezas: por los felices desposorios
de los Smmos. Sres. Príncipe de Asturias, y de NápOles; y por el
venturoso· alumbramiento de la Sra. Reyna de Etruria, predicó el
día 8 de Octubre de este año. Publicale el Cabildo, con una su-
cinta noticia de las funciones practicadas en la misma S. I . con
tan plausibles motivos. <Barcelona.- Manuel Texero.- 1802).
73. DIAZ DE R.AVAGO (Mateo), Oración fúnebre, que en las solemnes exe-
quias celebradas en la S. Iglesia de Toledo, Primada de las Espa-
ñas, el día 9 de Junio del año 1804, a la piadosa memoria del
Excmo. y Emmo. Sr. D. Francisco Antonio Lorenzana, por t:l Excmo.
y Emmo. Sr. Cardenal de Borbón, actual Arzobispo, y el Cabildo,
con asistencia de la M. I. Imperial Ciudad, dixo. (Madrid. - Gó-
mez Fuentenebro y Compañía.-1804L
74. DoMlNGUEZ (P. M. Isidoro), Sermón que en la Solemnidad de Ac-
ción de Gracias al Todo-PoCleroso por los sucesos ventajosos ocu-
rridos a las A..""TDas Aliadas baxo el Mando del Excmo. Sr. Conde
de Wellington, desde la Batalla de Salamanca hasta el levanta-
miento del Sitio de Cádiz, predicó en la Iglesia CatóUca de Gi-
braltar, el 29 de Agosto de 1812, Su Vicario General Apostólico y
único Párroco. Lo publican los .AI:ligos del Vicario en dicha Plaza.
(Gibraltar. - 1812?).
75. EGUIA (Pedro Antonio de>. Sermón dogmáticc"1110rrz.l sobre al ado-
rable misterio de la Resurrec!!ión de Jesu Cristo, predicado al Rey
N. S. en su R . Capilla, con asistencia pública de S. M. y Srnmos.
Sr. Infantes, el día 28 de Marzo de 1815. (Madrid. - Núñez.-
1815).
76. EsCRICH (José), Sermón que en la solemnísima función. celebrada
en la Catedral de la S. Iglesia de Cartagena, en acción de gracias
a Dios por los beneficios conseguidos por la intercesión de su
Stma. Madre en el fin de la guerra y venida de nuestro augusto
Soberano, con asistencia del nmo. Sr. Obispo, ambos Cabildos,
Gefes Militares y demás Autoridades e inmenso Auditorio de toda
652 BIBLIOCRAFIA

clase de personas, dixo en el día 22 de Mayo de 1814. (Murcia.-


Teruet. - 1814?).
77. ESCUER (Fr. Juan Bautista, O. P.), Sermón en la solemne, devota,
y pía Rogativa, que en el día primero de Agosto del año 1702, dan-
do en el fin al t riduo de rogativas, hizo la S. I. Metropolitana de
Valencia, assistiendo la M. l., Leal, y Coronada Ciudad: al Señor,
y Dios de los Exércitos, en el Augustíssimo Solio del Digníssimo
Sac ramento de la Eucaristía. Por la incolumidad del Rey N. S.
Felipe Quinto, puesto en campaña en el Ducado de Milán, por la
prosperidad de los processos Mllit.ares de sus Armas Católicas, y
por la felicidad de sus victorias. (Valencia. - 1702).
78. EsrAPER (Fr. Antonino, O. P .) , H clocausto del Patriotismo en la per-
sona del Excmo. Sr. D . Teodoro de Reding, Capitán G eneral del Exér-
cito y Principado de Cataluña y General en G éfe del mismo. Ora-
ción fúnebre que en las exequias celebradas a su compatriota por
los cuerpos Suizos de Wunpf!en n.• 1, Reding o.• 3 y Zey n.• 4 en
la I glesia de N. P. San Francisco, de Tarragona, a 27 de Abril de
1809. (Tarragona.- Miguel Puigrubi. - 1809?).
79. Esv.PER <Fr. Martin), La fidelidad de Eulalia a los deberes del
Christianismo, y la de Barcelona a les del Patriotismo. Panegírico
que en el día de su Festividad del año de 1815 en la S. L Catedral
d.ixo. <Barcelona. - Agustín Roca.- 1815) .
.80. FARIÑAS (Fr. JoSé María), Sermón que en la acción de gracias que
dio al Altísimo en la S. Patriarcal I glesia de Sevilla el Sto. Tribu-
nal de J.a Fe, por su restablecímiento, al regresar a sus respectivos
tronos los dos invictos Soberanos, ambos Séptimo Pio y Fernando,
dixo en el día 24 de Septiembre de este año de 1814. Se imprime
por disposición del Sto. Tribunal. (Sevilla. - Imp. del R. Acuerdo,
a cargo de D. Manuel Val vida res.- 1815). -·~
:81. FERNANDEZ DE NAVARRETE (Benito), Discurso que con arreglo a lo
prevenido· en el artículo 86 d e la Constitución de la Monarquía
Española dixo a la Junta Electoral de la Provincia de Aragón en
el santo templo metropolitano del Salvador de la Ciudad de Za-
ragoza, día 28 de Octubre de 1813. Impreso por acuerdo y a ex-
pensas de la Diputación Provincial de Aragón. (Zaragoza. - Imp.
de la expresada Diputación. - 1813) .
82. FERNA.NDEZ NAVARRETE (Id.), Oración fúnebre que en las solemnes
exequias del Excmo. Sr. D. Pedro Jordán María de Urries y Fuen-
buena. Marqués de Ayerve y Lierta, mandadas celebrar por su es-
posa e hijos en 15 de Junio de 1815, con motivo de la traslación
de sus Cenizas al Panteón de sus Mayor€s en lé. ! glesia de los PP.
Predicadqres de la Ciudad de Zaragoza, con asistencia del Excmo.
Sr. Capitán General y de los principales cuerpos de la misma, dixo.
(Zaragoza. - Miedes. - 1815) .
1!3. FERi'lANDEZ VARELA (Manuel), Oración fúnebre por el Doctor D. Jo-
se! Severo López, Médico de Cámara de S. M. y Catedrático del
R. Instituto de la Clinica, predicada en las exequias que celebra-
ron por su alma sus fieles y agradecidos discípulos el 17 de Marzo
de 1808 en la Iglesia de PP. Dominicos del Colegio de Sto. Tomás
de esta Corte. (Madrid. - Imp. de la Calle de la Greda. - 1808).
84.. FERNANDEZ VAR.EI.A (Id), El Abrahán de la Ley de Gracia: Panegí-
rico del Apóstol y Patrono de las Españas, Santiago el Mayor, pre-
BlBLIOGRAFlA 653

dicado a la R. y venerable Congre¡;aclón de naturales y oriundos


del Reyno de Galicia en la Iglesia de San Felipe el Real de esta
Corte, en 25 de Julio de 1807. (Madrid. - Hija de !barra. -1807).
85. F'ERNANDEZ VAREIA Od.), Oracidn fúnebre por el nmo. Sr. D. Feli-
pe Pelaez Caunedo, Obispo y Señor de Lugo, que en la Exequias
que por el Anima de S. s. I. celebraron en la S. L Catedral de dicha
Ciudad sus agradecidos Sobrinos y Familiares, el día 4 de Setiem-
bre de 1811, dixo. (Coruña. - Antonio Rodríguez. - 1811) .
86. FITA (Pasqüal), Sermón al acuerdo de la R. Audiencia que el
miércoles de la segunda semana de Qüaresma, dia 25 de Febrero
de 1807, predicó en la Capilla del R. Palacio de Valencia. Sácalo a
luz un amante de la justicia . (Valencia. - Salvador Fauli. - 1807).
87. FrrA (Id.), Sermón que en la solemne festividad celebrada por la
R. Asociación de Caridad, establecida para socorro y alivio de los
Encarcelados en San Narciso, dixo en la l. Parroquial de San Mi-
guel de Valencia, dia 1 de Enero de 1808. (Valencia. - Joseph Es-
tevan y Hermanos. - 1308).
88. FITA Od.), Serm'ón del Glorioso San Pasqüal Baylón, que en la
solemne fiesta que anualmente le comagra su ilustre cofradía, di-
xo en el Convento de San Juan de la Ribera, extra muros de esta
ciudad, el dia 22 de Mayo de 1809. (Valencia. - J oseph Estevan y
Hermanos. - 1809?) .
89. FrrA (Id.), La obediencia al Rey N . S. y sus Ministros. Oración que
el Domingo de Ramos dixo en la S. Metropolitana Iglesia de esta
ciudad, con motivo de haberle nombrado el Ilmo. y Excmo. Sr.
Arzobispo para el sermón de la Palma. (Valencia. - Estevan, im-
presor del Gobierno. - 1812) .
90. FORTEA Y UBEDA (Manuel), Sermón que en las Rogativas por la
guerra contra Francia, dixo, el 19 de Marzo con asistencia de am-
bos Cabildos en la S. I. Catedral de la ciudad de Valencia. Año
1809. (Valencia. - Salvador Fauli. - 1809} .
91. FORTEA Y UBEDA Ud.), Oración fúnebre que en las solemnes exe-
quias del venerable siervo de Dios, el M . R. P. Provincial, Fr. Pe-
dro Pasqiial Rubert y Lozano, del R. y Militar Orden de N. Sra.
de la Merced, Redt!nción de Cautivos Cristianos, celebradas en la
Iglesia de su Orden de la Ciudad de Valencia, día 16 de Diciembre
de 1813. (Valencia. - Yernos de José Estevan. - 1814}.
92. FoRTEA Y UBEDA (Id.), sermón de gracias a nuestra singular bien-
hechora y especial Pa~;rona María Stma. de los Desamparados, que
en la solemne función que consagró a esta Soberana Reyna en su
R. Capilla, el domingo 21 de Noviembre úituno. día de su glorio-
sa presentac1ón en el Templo d e J erusalén, su Capellán mayor,
Dr. D. Francisco Cayetano Nogués, d ixo. (Valencia. - Manuel Ló-
pez. - 1814).
93. FoRTEZA Y UBEDA Ud.), Sermón a la singular bienhechora y especial
Patrona del Pueblo valenciano María Stma. ele los Desamparados
que en la solemne función de gracias que consagró en su R. ca-
pilla su capellán Mayor, el domingo 5 de Junio, dia de la Stma.
Trinidad de este año, por el feliz regreso ele nuestro adorado Mo-
narca el Sr. D . Fernando Séptimo al trono de sus mayo'Tes, dixo.
(Valencia. - Esteban. - 1814).
654 BIBLIOGRAFIA

94. FRANCES Y CABAÑAS (Isidoro), Oración fúnebre que en el aniversa-


rio solemm.e deL Dos de Mayo dtxo este año de 1815 delante de S.
M. y de Los Srnmos. Srs. Infantes. La da a luz el Excmo. Ayunta·
miento de esta Villa y Corte de Madrid. Q.iadrid.- Ibarra. -
1815).
95. FREcENAL (Fr. Fernando de), Panegírico apologético que en honor
Y alabanza del Instituto Capuchino con el plausible motivo de la
recepción de ocho jóvenes que vinieron de Irlanda, para vestir el
santo hábito en el Convento extramuros de la ciudad de Sevilla,
la mañana del 19 de Naviembre de 1815, pronunció. (Sevilla?-
Imp. Castellana y Latina.-1816}.
96. GAU.O (P. Nicolás). Sermones. (Madrid. - Manuel Martin. - 1776-
1778) . T. I-V.
97. GARCIA BERMEJO (Antonio), Sermón que en la tiesta que celebró a
su Patrona Maria Santísima en el Mysterio de su Inmaculada Con-
cepción la R. Archicofradia Sacramental de las Iglesias Parro-
quiales de San Pedro el Real y San Andrés de Madrid, en esta úl-
tima Parroquia, el dia 14 de Diciembre de 1814, con asistencia de
su Hermano Mayor el Rey N. S. (q. D. g.) y Los Srnmos. Srs. In-
fantes D. Carlos y D. Antonio; dixo. (Madrid. - Collado. - 1815).
98. GARCÍA BERME.Jo (Id.} , Oración fúnebre de Las víctimas de Madrid
en el Dos de Mayo de 1808, en La R . iglesia de San Isidro de Ma-
drid. (Madrid.- Imp. Real. -1817).
99. GARCIA PALOMO (Fr. José), Oración fúnebre que en las honras ge-
nerales, que celebró la religiosa Congregación del Alumbrado y
Vela continua al Stmo. Sacramento, el dia 16 de Diciembre de este
año de 1813, por la buena memoria de sus congregantes difuntos
en la iglesia del R. y Militar Orden de N. Sra. de la Merced de esta
ciudad de Málaga, dixo. (Málaga. - Imp. dP. Martinez. - 1814).
100. GARCIA PALOMO (Id.), Sermón que en la solemne festividad que el
R. Convento de Sta. Clara de esta ciudad de Málaga celebró el
5 de J unio de 1814, en acción de gr acias a l Dios Todo-poderoso por
la libertad de N. Stmo. Padre Pío VII y N. Católico Monarca el
Sr. D. Fernando VII y su restitución a st~ Silla y Trono, dixo. (Má-
laga. - Mart.í nez. - 1814?).
101. Gn.F.S Y LEYBA (Rafael), Sermón en acción de gracias por La vic·
toria ganada a Los Franceses en los campos de Talavera, por el
exP.rcito anglo-español desde el 26 de Julio al 29 de 1809: cuyos
cultos a Jesucristo Sacramentado consagra el Clero y Hermandad
del Stmo. de la R. y Parroquial Iglesia de Señora Santa Ana de
Sevilla, el dia 6 de Agosto del mismo a5.o. (Sevilla.- Viuda de
Vázquez y Compañia. - 1809).
102. GoMEZ MURIEL CFr. Juan), El hombre de bien. formado por el es-
píritu del Evangelio. Sermón que en elogio del Angélico Doctor
Sto. Tomás de Aquino, predicó ante el Ilmo. Cabildo de la Metro-
politana y Patriarcal Iglesia de dicha Ciudad (Sevilla), dia 16 de
Marzo de 1813, en el que celebró la Festividad del Sto. Doctor. (Se-
villa. - Imp. Ral. - 1813?).
103. GoMEZ NEGRETE (Fr. Manuel), Oración panegíriCO-fúnebre en loor
de los héroes del Dos de Mayo, pronunciada en la Colegiata de la
Ciudad de la Coruña. 1813. (Coruña.- Prieto. - 1813).
818 LIOC RAFIA 655

104. GoNZALEZ (Francisco Antonio>. Oración fúnebre que en las solem-


nes exequias celebradas el día 27 de Junio del presente año por
la Venerable Congregación del Apóstol San Pedro de Srs. Presbí-
teros naturales de esta Corte a la buena memoria del Emmo. y
Excmo. Sr. Cardenal, Arzobispo de Toledo, D. Francisco Antonio
Lorenzana, dixo. (Madrid. - Viuda de Ibarra. - 1804).
105. GoNZALEZ EUAS (Antonio) , Sermón que en el día 31 de Enero de
1805 predicó en la Iglesia de los RR. PP. Carmelitas Descalzos de
la R. Isla de León en la solemne bendición de las Banderas y Es-
tandartes de las nuevas tropas que con el nombre de Tercios es-
pañoles ha creado el gobierno, y dlrige a la provincia de Texas y
demás posesiones de España en la América septentrional; cuya
sagrada ceremonia fue executada por el Sr. Ldo. D. Jose! Muñoz
y Raso, Canónigo Doctoral de la S. L Catedral de Cádiz, y Te-
niente Vicario General de los Exércitos y Esqüadras de S. M. en
este Departamento. (Cádiz. - D. Manuel Santiago de Quintana. -
1805?).
106. GoNZALEZ VALDES GRANDA (Justo), Oración Fúnebre al Excmo. Sr.
D. Gaspar Melchcr de JoveUanos, con motivo de la traslación de
sus huesos desde el cementerio de la l. Parroquial de Gijón a un
nuevo monumento sepulcral colocado en una de sus paredes inte-
riores a espensas de su familia. (Madrid. - 1842).
107. GoÑALONs (Fr. Jayme), Sermón eucarístico predicado en la Igle-
sia del Monasterio de la Consolación de la ciudad de Palma en el
Reyno de Mallorca, en acción de gracias por la libertad y coloca-
ción en el trono, de nuestro amado soberano el Sr. D. Fernando
VII, en 3 Julio de 1814. <Barcelona. - Gaspar y Compañia. - 1814).
108. GUTIERREZ Y POLOP (Ignacio), España regenerada. Discurso que pa-
ra reanimar a los Españoles en defensa de la justa causa, dixo en
la I. Parroquial de la Villa de Axpe, y solemnidad del Corpus. Año
1809. (Valencia. - Viuda de Peris.- 1809) .
109. GUTIERREZ POLOP (Id.), La Redención de España: el Sr. D. Fernan-
do VII . Discurso que en las solemnes fiestas que a expensas del
Ayuntamiento y Clero de la viUa de Aspe, Obispado de Orihuela,
Reyno de Va lencia, se celebraron en su I . Parroquial con el plau-
ble motivo del feliz advenimiento de nuestro suspirado Monarca,
dixo. Año 1814. (Valencia. - Benito Monfort. - 1814).
110. HERNANDEZ MORE.JON (Sebastián), Oración fúnebre que a los ilus·
tres mártires del 2 de Mayo que en las solemnes honras celebra-
das en la Iglesia Mayor de Utiel eo cumplimiento de la R. O. de
S. M . por la Junta Superior de Gobierno de Aragón y parte de
Castilla., ctixo. {Utiel. - Imp. de la Junta Superior de Aragón y
parte de Castilla. - tan, Imp. Miedes. - 1811? >.
lll. RERNANDEZ MoRE.TON Ud.), Oración que en la solemne fiesta de
gracias a N . Sra. del Pilar por la libertad C:e esta Capital y Pro-
vincia celebrada en su templo metro¡Y.>litano el 21 de Julio de 1813,
por la Junta Superior de la misma, dixo. (Zaragoza. - Imp. de la
Junta Superior de Aragón. - 1813) .
112. HtTERTA (Fr. Miguel, O. S. A.) , Sermón de San Fernando, Rey de
España, predicado a la Asamblea y Capitulo de La Real, Militar y
Be11R1TI.én"ta Orden de Caballeros de San Fernando, presidida por
el Rev N . S. D. Fernando VII, Gefe y Soberanf> de este N obilísimo
6~ BlBLIOCRA FI A

Orden de Caballería, el día 2 de Junio de 1817. <Madrid. - Repu-


llés.. - 1817).
113. HURTADO (Fr. Manuel, O. F. M.), Victoria de la Fe Católica y triun-
fo de la D evoción Mariana, que harán eternamente famosa entre
las naciones a nuestra confederada España, perseguida y expug-
nada de la nueva confundida Babilonia de la. Francia, y de su
monstruosa humiUada bestia: delineada una, y otra en el pequeño
qüadro d e este Discurso gratulatorio y de acción de gracias, que
en la mañana del día 30 de Mayo de 1813 pronunció en la l. Pa-
rroquial del glorioso Mártir San Blas d e la Ciudad de Carmona,
en osequioso agradecimiento a su Patrona Maria Stma. de Gra-
cia. (Sevilla. - Joseph Hida lgo. - 1813) .
114. IsLA (José Francisco), Sermones Morales. (Madrid. - Viuda de
Joaquín Ibarra. - 1792). T. 1-II.
115. IZQUIERDO l CAPDEVll.A (Fr. Juan, O. S. A.), El J usto. Elogio que en
las solemnes exequias, que el R . Convento de los PP. Agustinos de
Barcelona celebr ó a la buena memoria del Ilmo. Sr. D. Fr. Fran-
cisco Armañá, Obispo que fue de Lugo, i Arzobispo de Tarragona,
el dia 6 de Junio de 1803, dixo. (Barcelona. - Francisco Suriá y
Bu rgada. - 1803?) .
116. JESus (Fr. Josef María de), Debemos esperar o temer? Resolución
que hizo de este problema. en el Sermón crítico, histórico, panegí-
rico, qüe en el 25 de Julio de 1808, en el que la S. L Catedral y Pa-
triarcal de Sevilla consagra anualmente solemnes cUltos al Após-
tol Santiago, P atrón de las Españas, dixo en la misma S. Iglesia.
(Reimpreso en Mallorca. - Buenaventura Villalonga. - sin fecha) .
117. Jovn CPasqüal), Sermón predicado en el día de Pentecostés, en la
I . Parroquial de Mahón (Año d e 1813) sobre la libertad filosófica.
(Madrid.- Repullés.- 1814).
118. LABAic Y LAssA.LA (Fr. Vicente, O. S. A.), Sermón en acción de gra-
cias al Patriarca San .!osef por la. defensa de Valencia contra el
Exército francés, d ia 28 de Junio de 1808, y en reconocimiesto a la
protección del mismo Santo invocada sobre los heridos en el com-
bate de Qüarte y ataque expresado. Lo dixo en la Iglesia del Sto.
Hospital General, día 25 de Septiembre del mismo año. <Valencia,
- Salvador Faulí. - 1808).
119. LABARRE (Nicolás de, traductor), Sermones sobre varios asuntos,
escritos en francés. <Madrid. - Joseph Doblado. - 1773). T . I·ll
120. LAso DE LA VECA (Fr. J osef Maria, O. F. M.), Elogio fúnebre del
Exr;mo. Sr. D . Pedro de Cá;denas .. ., Tte. General de la R. Arma-
da..., etc., pronunciado en la Iglesia de RR. PP. Observantt's de la
R. Isla da Leén , en sus exeouias celebradas el 19 dé Noviembre de
181<i, con asistencia de los Xefes de Marina y Exército, y Oficiales
de ambos Cuerpos (Isla de León. -Miguel Segovia, Impresor Real
de Marina. - 1811).
121. LAzo DE LA VECA (Id.), Discurso que en la solemne acción de gra-
cias por la libErtad de nuestro amado Soberano, y su restitución
al trono de las Españas, celebrada por la R. Sociedad de Señoras,
baxo la advocación de F ernando VII, pronunció en la Iglesia de
RR. PP. Franciscanos Observantes de la Ciudad de Cádiz en 28 de
Mayo de 1814. Con asistencia del Excmo. Sr. Capitán General y
demás autoridades eclesiásticas, civiles y militares de esta plaza.
BIBLIOGRAFJA 657

CadJz. - Imp. Tormentaria, a cargo de D. Juan Domingo Villegas.


- 1814?).
122. LAzo DE LA VEGA (Id.), Sermón moral sobre la dignidad y obligacio-
nes del Sacerdocio, que en la primera Misa del P. Fr. Antonio de·
Odena, de la regular observancia de N. P. San Francisco, predicó
en la L Parroqwal de la ciudad de Algeciras, en 16 de octubre de
1814. Dedicada al Dmo. y Excmo. Sr. D. Pedro Gravina, Nuncio
Apostólico en estos Reinos. (Cádiz. - Imp. de la plaza de San An·
tonio. - 1814).
123. LAzo DE LA VEGA Ud.), Oración que en la solemne acción de gracias
por el restablecimiento de la sagrada Compañía de Jesús, cele-
brada por el Ilmo. Deán y Cabildo, y Excmo. Ayuntamiento de Cá-
diz, en la S. l . Catedral de esta dudad en 3 de Septiembre de 1815,
dixo. Se publica a expensas del Excmo. Ayuntamiento. (Cádiz. -
Nicolás Gómez de Requena, impresor del Gobierno y Ayuntamien-
to por S. M. - 1815?).
124. LEoN SoTELO (Jacobo de), SeM'I'Wn que a la función que hicieron las
sagradas comunidades de Religiosos en la ciudad de Sevilla, en
acción de gracias por el decreto de S. M. el Sr. D. Fernando VII,
17Ulndando devoLverles sus templos y ruweres, predicó en el R.
Convento de San Pablo. (Sevilla.- Imp. de la calle del Mar. -
1814).
125. LEoN SoTELO (Id.), Sermón que en la función de acción de gracias
que hizo el Ilmo. Sr. Deán y Cabildo de la S. Metropolitana Pa-
triarcal I glesia de Sevilla por la reposición del sagrado Orden de
la Compañía de Jestls, predicó en la Iglesia del Noviciado de San
Luis, en el dia 30 de Mayo del año de 1817. (Madrid. - Leonardo
Ntiñez de Vargas. - 1818).
126. LoPEZ BEZERRA (Sebastián), Sermón que en el dia 8 de Junio del
presente año de 1808 con motivo de haber ido a ofrecer a nuestro
Dios el Sto. Sacrificio de la Misa, cammando en devota procesión
de penitencia, los vecinos de la v111a de Alcalá de los Gazules hasta
1a Iglesia de N. Sra. de los Santos, cuya milagrosa imagen se ve-
nera extramuros de la misma villa, para rogar al Dios de los exér-
cltos, que concediese felices sucesos a las armas de n~estro Cató-
lico Monarca, el Sr. D. Fernando VII, Rey de España, y de las In-
dias, contra los de Napoleón Primero, Emperador de Francia, y
Rey de Italia, precticó en aquella Iglesia. <CAdiz. - Manuel Boscb
y compañía. - 1808) .
127. LoPEZ DE LA FuENTE Y ZER.ECEDA (J o~eph), Prcclama de l os !fadri-
leños muertos el día 2 de Mayo de 1808 a los Españoles vi vos. Ora-
ción /1lnebre que en el sole!ll;le aniversario celebrado el dia 15 de
Junio del presente año de 1809, 90r la M. N. y M. L. Ciudad de
C~\enca, en cumplimiento de la circular de la Suprema Junta
Central del ~!'DO de 3 de Mayo último, y en sufragio de las almas
de los citados madrileños, y de los soldados muertos de la presen-
te guerra, dixo. (Valencia. - Benito Monfort. - 1809).
128. LoRENZANA (Francisco Antonio, Cardenal Arzobispo de México y
de Toledo), Cartas Pastorales y Edictos. (México. - Imp. del Su-
perior Gobierno, del Dr. D. Josepb An tonio de Hogal.-1770).
129. LoRENZANA (Id.), Cartas, Edictos y otras obras sueltas. (Toledo. -
Nicolás de Almazano. - 1786).
·658 BIBLIQGRAFIA

130. LoRENZANA (Id.), Respuesta a un Párroco de su Dfócesis sobre la


treqüente exposición del Santísimo. (S. L - s. !.) .
131. MANRIQUE CFr. Ramón>, Sermim de aniversario de la muy solemne
traslación de la Santa Forma, celebrada el dia 28 de Octubre del
año pasado de 1814 en el R. Monasterio de San Lorenzo del Esco-
rial, repetida en el mismo dia de 28 de Octubre de este año de
1815, con la augusta presencia de su Patr~ y Rey el Sr. D. Fer·
nando VII. (Madrid. - Imp. ReaL - 1815).
132. MANZA.NED& (Fr. Daniel de), El Fabio de España, Lord Conde We-
llingúm.., Duque de Ciudad Rodrigo: Oración que en la solemne
acción de gracias celebrada el 30 de agosto del presente año de 1812
por los triunfos de las armas inglesas, españolas y portuguesas, y
la libertad de la Corte de España, con la. asistencia del Excmo.
Sr. Capitán General, Ilmo. Cabildo Eclesiástico, R. Audiencia, y
todas las demás Corporaciones y pueblo de Mallorca, dixo en la I.
Catedral de la misma. (Palma. - BrusL -1812).
1.33. MARTINEZ <Fr. Manuel), Oración fúnebre en las reales exequias de
S. M . la Reyna de las Dos Sicilias Maria Colina, Archiduquesa de
Austria, con asistencia. de S. M. CatóUca el Sr. D. Fernando VII y
de Los ST'nmOs. Srs. Infantes D. Carlos y D • .Antonio, celebradas en
la. Iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, en 8 de Noviembre
de 1814, por disposición del Excmo. Sr. D. Pedro Gravina, Nuncio
y Legado Apostólico de S. S. en los dominios de España, y del Ca·
ballero D. Vicente Ugo, del Orden de San Juan, Encargado de Ne-
gocios de S. M. Siciliana. (Madrid.- Imp. ReaL -1814).
.134. MAs (Joaquín), Sermón que en la solemne fiesta de acción de gra-
cias celebrada en la L Catedral de Valencia, en el dia 19 de Enero
del a.ño 1812, por la gloriosa entrada del Excmo. Sr. Mariscal del
del Imperio, Conde de Suchet, dixo. (Valencia.. - Imp. de Estevan,
impresor del Gobierno. - 1812) .
:135. MAURO RISSON (Fr. Mariano), Analogía Sagrada de las Coronas
de Christo Nuestro Bien Sacramentado, y del Rey de España Fe·
lipe Quinto N. S. (q. D. g.) Monarca de dos mtmdos. Descifrada en
un Sermón que en la S. Catbedral I glesia. de Orihuela pre<ilcó, el dia.
26 de Mayo; estando presente el Stmo Sacramento; con asisten-
cia del Ilmo. Sr. Obispo, del M. I. Cabildo, y de la M. N. y L. Ciu-
dad: en ocasión de cantarse el Te Deum Laudamus, por las victo-
rias que las Cathólicas Armas de S. M. (q. D. g.) obtuvieron en el
Reyno de Portugal (Orihuela. - 1704).
1.36. MAYORAL DE STO. Doll.IINGOIJ'r. J~e!), Sermón de litaría Stma. del
Carmen, que en los días de la reconquista de la ciudad de Zara-
goza, y en desagravio de s u santa imagen predicó en la L Parro-
quial de San Gil, d!a !6 de Julio de 1813. (Zaragoza.- Andrés Se-
bastián. - 1813) .
l:S7. MAYORAL DE STO. DOil.IINGO (Id.), Sermón de Maria Stma. del Pilar,
que en su angélica capilla predicó, día 19 de Octubre de 1813. (Za-
ragoza. - Andrés Sebastián. - 1813?).
::138. MEDELA <Fr. Benito Antonio), EZ Conquistador y d efensor de EstA·
ña, Santiago el Mayor. Oración panegírica que en la I glesia de
San Felipe el Real de esta Corte, por la R. Congregación de Na-
turales y originarios del nobilísimo y fidelísimo Reyno de Galicia,
BIBLIOCRAFIA 659

pronunció en 25 de Julio de 1806. (Madrid. - Hija de Ibarra.-


1806).
139. MDnu PACHECO (J osé Maria de), Discurso predicado en la R. Ca-
piUa de San Antonio de Aranjuez, el día 18 de Marzo de 1805. De-
dicado al Srnmo. Sr. Presidente de la Suprema Junta Central,
Conde de Altamira. (Sevilla.- VIuda de Vázquez y Compañía. -
1809).
14a. MrER.A PACBECO (Id.), Oración que en la Iglesia de N. Sra. del Car-
men de la Villa de Estepa pronunció en acción de gracias a di-
cha señora por las victorias multiplicadas de nuestros exércitos.
(Osuna. - Gá.lvez. - 1812) _
141. MlRALLES DE SAN ANTONIO (P. Bartolomé), Sermón que en la fieSta
que celebró la ciudad de Daroca, por el restablecimiento del Rey
D . Fernando VII a la plenitud de su Soberanfa, predicó en la in-
signe Colegial de la .misma. (Zaragoza. -Francisco Magallón. -
1823?).
142. MONCE DoMINCUEZ (Francisco). Oración fúnebre del nmo. Sr. D.
Josef Antonio Saenz de Sta. María, dignísimo Obispo que fue de
Segovia y Colector general de Espolios y vacantes del Reyno, pre-
dicada en las solemnes Exequias, que hizo a su buena memoria el
Cabildo Catedral de aquella S. Iglesia el dia 15 de Julio de 1813.
(Segovia. - José Espinosa.- 1813).
143. MoNTERO (Fr. Manuel), Sermón panegírico-moral del glorioso infan-
te Sto. D<mringuito de Val, Mártir de Zaragcna. que en la solem-
nisima festividad, celebrada el dia 21 de Setiembre de 1806, por la
Parroquia de San Miguel de los Navarros de dicha ciudad. con
.mntlvo de haber nacido en ella el Sto. Niño, y de haber concedido
el Rezo la Silla Apostólica, predicó y publican algunos devotos del
mismo Santo, deseosos de promover su culto y devoción. (Zarago-
za. - Miedes.- 1806) .
144. MoRENO (Fr. Domingo de Silos), Oractón fúnebre, que dixo a la
buena memoria de los vocales de !a Junta Superior de Burgos,
del Intendente interino y su Secretario, el dia 2 de Mayo del año
de 1812, en la función que con orden y asistencia de ella y de más
Autoridades de la Provincia, celebró en la Iglesia de Sta. Maria de
Salas de los Infantes. (Imp. de la Provincia de Burgos. -1813) .
145. MUÑoz DE ACUILAR (José Maria), Sermón que en la solemne ac•
ción de gracias a Dios N. S., por la expulsión de los franceses de
las Andalucias, y demás beneficios que hemos recibido con nuestra
libertad, celebrada con la mayor magnilicencia en la Iglesia del
Convento de RR. MM. Agustinas de esta ciudad de G:-anada, a
expensas de los más insignes Patriotas de ella. y muy principal-
mente por D. Mariano de Figueras, encargado principal de Rentas
Nacionales de esta Provincia, y demás individuos de su oficina, en
el dia 30 de Noviembre de 1812, dixo. (Granada. - Imp. del Exér-
cito. - 1812?).
146. NAvARRo (Vicente), Sermón que a honra y gloria de la Stma. Vir-
gen del Pilar de Zaragoza, y en honor de las triunfantes armas es-
pañolas dixo el dia 7 de Agosto del presente año de 1808 en la
Iglesia del R. Hospital de la Corona de Aragón. (Madrid.- Viu-
da de Barco López. - 1808) .
660 BIBLIOGRAFIA

147. NAVAS (Fr. Ramón de las), El Padre de los pobres. Sermón fúnebre-
que en las solemnes honras, celebradas de orden de la Junta de
gobierno de la R. Casa de Caridad, sita en los RR. Alcázares de la
ciudad de Toledo, en sufragio y memoria de su fundador el Emmo.
Excmo. Sr. D. Francisco Antonio de Lorenzana y Buytrón, Carde-
nal de la S. I. Romana, Arzobispo de Toledo, Inquisidor General,
etc., dixo, el día 1.0 de Agosto de este año de 1804 en la Parroquia
de Sta. María Magdalena de Toledo. (Toledo. - Tomás Anguiano.
-1804).
148. OBRADOR (Jayme), Sermém d el celestial cíngulo del Angélico Doc-
tor Sto. Tomás de Aquino, que en la annual fiesta de las qüarenta
horas, que celebran sus discípulos, en el R. Convento de Predica-
dores de la Ciudad de Palma, dixo, dfa 13 de Julio de 1800. (Palma.
- Buenaventura Villalonga. - 1815).
149. OMEt.I.A (Mariano), Oraciém compuesta para solemnizar los cUltos
tributados a María Stma. por la villa de Calaceyte, en el Reyno de
Aragón, el dia 13 de Febrero de 1814 en manifestación de su agra-
decimiento por haber sido trasladada a ella, y depositado en su I.
Parroquial el Sgdo. Cíngulo, extraído de la Catedral de Tortosa,
en ocasión de haber sido evacuada esta ciudad por su Clero y
feligresía. tZaragoza. -Francisco Magallón. - 1808). N. B.: Cree-
mos un error de imprenta la fecha de 1808: debe ser 1814.
150. ORTIGOSA (Fr. Francisco), Sermón que en la solemne fiesta celebra-
da en la Iglesia del R. Hospital de esta ciudad de Cádiz en acción
de gracias por haber cesado la epidemia y de habernos preservado
Dios N. S. de ella por intercesión del Sto. Angel Custodio, dixo, el
día 30 de Noviembre de este año de 1804. (Cádiz. - Antonio de
Murguía. - 1804).
151. OsTOLAZA (Bias), sermón patriótico-moral, que con motivo de una
Misa solemne, mandada celebrar el día 25 de Julio de 1810, en la
Iglesia de los RR. PP. Carmelitas de la Ciudad de Cádiz por los
españoles emigrados de los paises ocupados por el enemigo co-
mún, dixo. (Reimpreso en Valencia.- Benito Monfort. - 1811.)
1S2. OsTOLOZA (Id.), Discurso que en presencia de S. M. y AA. dixo en
la R. Capilla el Domingo 3.0 de Adviento. (Madrid.- D. Miguel de
Burgos. - 1814).
153. OsToLAzA (Id.), Sermón predicado el 21 de Diciembre de 1814, en
la I glesia de N. Sra. del Carmen Calzado, con asistencia del Srnmo.
Sr. Infante Don Carlos, con motivo de una Misa solemne, que los
Oficiales de su Secretaria costearon en acción de gracias por el re-
greso de S. M. y AA. Ov'ladrid. - Francisco Ma;:tir.cz Dávila.-
1815?).
154. PASQÜAL (F r. Bonaventura, O. F. M.), Oración Panegírica en las Fes-
th:as Aclamaciones que la siempre Leal Villa de Reus celebró en
acción de gracias por los triunfos, y victorias del Rey N. S. Don
Carlos 111 (q. D. g.), Rey de CastiUa, y Aragón, Conde de Barce- Ji
lona. El día VIII de Noviembre, en que España celebró el soberano
Patrocinio de Maria Stma. en esta feliz Monarquía, año 1705.
(Reus? -1705?) .
155. PEREA Y PoRRAS (Francisco de), Sagrada Cítara de la Cruz, en que
la M. N., y Fidelissima Ciudad de Salamanca cantó el Día tres de-
Mayo de este presente año de 1707, las m ás rend idas gracias al
BIBLIOCRAF¡A 661

Sto. Christo de las Batallas, que se adora en su s .. e llustrissima


I. Cathedral, por la gran victoria que consiguieron el dia veinte y
cinco de Abril del mismo año en el Campo de Alrrnznsa, las Chris-
tianissimas, y Cathólicas Armas de Nuestro Gran Monarca, y Augus-
tíssimo Rey el Señor Felipe Quinto de Borbón, y Castilla El Beli-
coso. (Salamanca. -1707).
156. PEREA Y PORRAS Cid.), El Hechizo de España.. Oración Panegírica
en la Solemnissima Fiesta, con que la S. l. Cathedral de Salaman-
ca, assistiendo su Ilmo. Prelado (D. Francisco Calderón de la
Barca), y la Nobilissima Ciudad, celebró, y coronó en acción de
Gracias al Stmo. Sacramento, el Domingo 13 de Noviembre de 1707,
Día del Patrocinio de María Stma., y último de sus sagrados cul-
tos, los Salmantinos festejos, por el Feliz Natalicio del Srnmo.
Principe Luis de Borbón y CastiUa, El Primero, y por la dichosa
restauración de Ciudad Rodrigo. (Salamaoca.-1707).
157. PEREA Y PoRRAS (Id.), El Princi pe tres veces corcnado. Oración
fúnebre en las reales lúgubres honras, que la M. N., Leal, Nombra-
da, y Gran Ciudad de Salamanca consagró el día 30 de Junio de
1711, en su S. L Catedral a la Inmortal Memoria del Srnmo. Sr.
Luis de Borbón y Austria, Príncipe De!Iin de Francia, y Augustíssi-
mo Padre de nuestro amado Dueño el Sr. Felipe V el "Animoso",
Rey de las Españas. (Salamanca. - Eugenio Antonio García. -
1711).
158. PEREZ VIME (Fr. Nicasio), Sermón que en la solemnidad que cele-
braron los RR. Prelados Regulares de Salamanca el Domingo 24
de Julio de este año de 1814, en la magnifica Iglesia de San Este-
ban del Orden de Predicadores para dar gracias a Dios por los
singulares beneficios que ha dispensado a sus Ordenes Religiosas,
y pedirle por la prosperidad del Rey, que con tanta munificencia
ha explicado su piedad sobre ellas, dixo. (Salamanca. - Juan Va-
llegera. - 1814).
159. PINA (Fr. Pedro de, O. F. M.), Sermón que en la solemne función
celebrada en la Iglesia de la P urísima Concepción de la ciudad
de Murcia, el día 5 de Julio de 1829, con motivo de la reposición
de R. 0., y bendición hecha por el Timo. Sr. Obispo de esta Dió-
cesis de la Imagen de la Señora en la pirámide reedificada en la
entrada del Malecón, dijo. (Segovia. - Espinosa.- 1829).
160. Plo VI, Palinodia de Febronio en la Alocuctón al Consistorio cele-
brado e:-t 25 de Diciembre de 1778. Copiada en latín de la que en-
tonces se imprimió en Roma, y traducida al castellano para como-
didad de los que no posean aquel idioma. (Palma. - Felipe Guasp.
- 1814).
161. Pro VII, Oración inagural (bilingüe) pronunciada en el Consistorio
Secreto de 28 de Marzo de 1800 e11. Venecia, en su exaltación al
PontificadO; fielmente vertido ::~ nue¡,tro idioma por el R. P . M.
Fr. Plácido Vicente.... (Madrid. - D. Gerónimo Ortega. - 1801).
162 Pro VII, Alocución pronunciada en el Consistorio secreto del lunes
29 de Octubre de 1804, con motivo de su viage a Paris para la co-
ronación del Emperador de los Franceses, y el ccnvenio anterior-
mente ajustado entre S S. y el G obierno francés para el restable-
cimiento de la R eligión Católica Apostólica Romana en Francia.
(Málaga. - Francisco Martínez de Aguilar. - 1804?).

. _,. .
662 BIBLIOCRAFIA

163. Pxo VII, Alocución en el Cons~torio Secreto, el lunes veinte y seis


de setiembre de 1814. La publica traducida al castellano el Pbro.
D. Agustín Muñoz Alvarez. Acompaña el texto latino. (Sevilla. -
Imp. de la Calle del Mar. - 1814?).
164. POSADA RUBIN DE CEUs (Antonio), Discurso pronunciado en la R.
Iglesia de San I sidro de esta Corte, el día 20 de Noviembr e de
1803, en el aniversario de los Militares Españoles. (Madrid. - Imp.
Real'. - 1804).
165. PRATS (Antonio), Sennón Gratulatorio en la Fiesta de Gracias, que
hizo la M. l. Ciudad de Valencia, en la S. I. Metropolitana, con
acuerdo de N. Timo. Prelado, y su M. L Cabildo, luego que tuvo no-
ticia de aver llegado a España, el Señor F elipe Qüarto de Aragón
y Quinto de Castilla, Nuestro Rey, y entrado ya con salud, y feliz
viage por sus Reynos, y Señoríos. (Valencia.-1701).
166. PRATS (P. Buenaventura, S. J.), Oración que en el día de San
Francisco de Borja, Qüa rto Duque de Gandia, y Tercero General
de la Compañia de Jesús, dixo en la Ciudad de Gandia, Patria del
mismo Santo, el día 10 de Octubre del año 1817. (Valencia.-Be-
nito Monfort. -1817).
167. PRIETo (Pedro Manuel), Sennón predicado el día 26 de Noviembre
de 1808 en la profesión de Soror María de la Concepción y de J e-
sús Maestre y Maestre, Religiosa de Sta. María de las Dueñas de
Sevilla. (Sevilla. - Imp. Mayor. - 1809) .
168. PucA (P. Gregario Jacinto de, S. J.), Oración Panegyrica al Cum-
plimiento feliz de los veinte años de S. M. Cathólica D. Phelippe
Quinto N. S.., que celebró el día 19 de Di.ziembre de 1703 el M. N.,
y M. L . Señorío· de V~aya. <Bilbao. - 1704).
169. Pu.JOL (Fr. Alberto, O. S. A .), La Caridad Exaltada. Discurso que
en 16 de Abril de 1815, dia en que cele'!>ró su primera Misa U!l Re-
ligioso, individuo que tue acogido y educado en la R . Casa de la
Caridad de esta capital, habiendo presidido la función el Excmo.
Sr. General en Gefe de este Exército y Principado, en la Capilla
de dicha R. Casa, cillco. (Barcelona.- Garriga y Aguasvivas. -
1815).
170. Pu.JOL (Id.), La prudencia y el premio de los héroes, garantidos
en las empresas y triunfos de los ocho generosos Ciudadanos que
dieron su vida, en los días .3 y 27 de Junio de 1809 por S'entencia
del gobierno intruso. Oración apologético-fúnebre, que en el día
18 de Octubre de 1815 y tercero de los suntuosos funerales que
dispuso la gratitud barcelonesa. Dijo en la S. I . Catedral. (Barce-
lona.- Juan Ignacio Jordi.-181 6).
171. RAMIREZ tFr. Josef, O. F. M.), Sermón de acción de gracias a Dios
en cumplimiento del voto que antes de la batalla de Baylén hizo
el Excmo. Sr. D. Francisco Xavier Castaños, Capitán General del
Exército de Operaciones de Andalucía, al Sta. Rey D. Fernando el
Tercero de este nombre: predicado en la S. Patriarcal Iglesia de
la ciudad de Sevilla. (Sevilla? - Imprenta Real. - 1814).
172. R.u.mu:z (Id.), Serm.i:m en acción de gracias al Señor por habérse-
nos estregado el convento de San Antonio de Sevilla. (Sevilla? -
Imp. ReaL -1815).
173. RA:MIREZ DE LUQUE (Fernando), Sermón en honor de María Stma.
de Araceli, Patrona única de la ciudad de Lucena, con motivo de
BIBLIOGRAFIA 663"

dedicarle un magnífico carro triunfal. (Sevilla. - Imp. Real y Ma-


yor. - 1815).
174. Rico (Juan Nicolás), Sermón que en la solemne fiesta celebrada
por la venerable Cofradía de Jesús Nazareno, como homenage de·
acción de gracias a la divina bondad por no haberse repetido en
el presente año (según se temía) la epidemia que afligió a Cádiz
en el precedente de 1800, dixo el dia 15 de Noviembre, en la Iglesia
de Religiosas de Sta. María. (Cádiz. - D. Manuel Ximénez Ca--
rreño.- 1801) .
175. R.Ius (Fr. Josef, O. F. M.), Oración fúnebre de las solemnes exequias
que la agradecida Comunidad de PP. Franciscanos del Convento de·
San Bartolomé de la vi.l la de Bellpuig celebró en alivio del alma
de su difunto protecto r el Excmo. Sr. D. Vicente Joaquín Osorío
de Moscoso ..., etc., Marqués de Astorga, Conde de Altamíra, etc.,.
en el día 15 de Enero de 1817 en su propia Iglesia. ('Lérida.- Bue-
naventura Corominas. - 1817?).
176. R.Ius (Id.), El humilde glorificado. Elogio del glorioso Patriarca.
San Francisco de Paula, que en su fiesta celebrada el día 14 de
Abril de 1817, en la Iglesia de su Convento de la ciudad de Cerve-
ra, siendo Correct.Qr el P. Fr. Josef Morera, dixo. (Cervera.-Imp.
de la P. y R. Universidad, por Josef Casanovas.-1817? ).
177. RoDRIGUEZ (Felipe), Sermón que en la solemne dedicación de la.
nueva I. Parroquial Castrense de Sta. Bárbara, erigida por nues-
tro augusto monarca D. Carlos Qüarto <q. D. g.) en su R. Fábrica .
de Armas Blancas de Toledo, dixo su primer Cura Párroco Cas-
trense, en el día 1.• de Enero de 1804. (Toledo.- Tomás Anguia-·
no. -1804?).
178. RoDRicm:z (Gregorio), Se1'7TÚ)n panegírico que en la festividad de·
San Fernando, celebrada en la S. I. Patriarcal de Sevilla, dixo en
el ctia 30 de Mayo de 18j_3. (Madrid. - D. Francisco de la Parte. -
1814).
179. RODRIGUEZ <Fr. Teobaldo), Oración gratulatoria que por la eleva-
ción del Excmo. y Emmo. Sr. D. Luis de Borbón a la Silla Arzo-
bispal de Toledo dixo en la Villa de Cadahalso en el tercer día.
de sus funciones. <Madrid.- D. Mateo Repullés. - 1801) .
180. RcDRIGUEZ DE ARELLANo (Joseph Xavier, Arzobispo de Burgos) , Pas-
toral. (Burgos? - 1766?).
181. RoDRIGUEZ DE AREILANO (Id.), Edicto Pastoral a todas los SaceTilo-
tes de su Diócesis y a lDs que desean ordenarse. {Villa de Arcos? -
1765?).
182. RODRIGUEZ DE CARASSA (Manuel), Oración que en la solemne fun-
ción de acción de gracias, celebrada en la S. I . Metropolita!'la de
Se-villa, en el día 10 de Mayo del presente afio de 1!!01, co!'l asisten·
cia del ilustre Ayuntamiento, por haber cesado la epidemia. (Se-
villa.- D. Joseph Vélez Bracbo. - 18(11}.
183. RoDRIGUEZ CARRILLO (Gregario), Triunfos reciprocos de Dios y de
Fernando VII. Sermón panz.egírico, que en la solemne novena de-·
dícada en la Parroquia de San Martín de esta Villa y Corte de ·
Madrid, a Jesús Nazareno, por el feliz restablecimiento del Rey
N. S. a su augusto trono, dixo, en el día cinco de setiembre del
presente año de mil ochocientos catorce. (Madrid. - Francisco -
Martínez Dávila impresor de Cámara de S. M. - 1814).
-664 BI BLI O CR AF I A

184. RODRIGUEZ HERNANDEZ (J osef) , Sermón en aCClOn de gracias a N.


S. Jesu-Christo por las repetidas victorias de las armas españo-
las sobre los exércitos franceses, predicado el domingo 25 de Sep-
tiembre de este año de 1808 en la R. Iglesia de Señoras Comenda-
doras de Santiago el Mayor de esta Villa y Corte. Lo dedica (el
a utor) al valor de los exércitos patriotas españoles, cediendo el
producto d e la venta en beneficio del exército de Castilla la Vie-
ja. (!Madrid. - Joser Doblado. - 1808).
185. RooRIGALVAREZ (Juan Antonio), Oración fúnebre que en las solem-
nes exequias celebradas por la J unta Superior de la Ciudad y Pro-
vincia de Cuenca, en su S. I. Catedral, el día 14 de Junio, en ho-
nor y sufragio de los fieles Patriotas Españoles, muertos por de-
fender la Patria y la Religión e.n Madrid el día 2 de Mayo de
1808, y después en todos los demás parages de la Monarquía, dijo.
(Cuenca. - Oficina de la Madrid. - 1809?).
186. RUBIO DE LAR.\ {Fr. Gil, O. P.) , Sermón en la Muy Devota, y Céle-
bre Rogativa, que hizo la Imperial, y Leal Ciudad de Toledo, el
primer día de su célebre Octavario, a la Milagrosíssirna Imagen
de Maria Stma. con el titulo del Stmo. Rosario, el día seis de Di-
ziembre de este año de 1705, por los buenos Sucessos de las Ar-
mas cathólicas, y feliz éxito a la Campaña de D. Sr., y Rey Phi-
lipo Quinto (q. D. g.) . (Toledo.-1705).
187. Ruxz Y RoMAN (Joseph) , Oración fúneore que en las solemnes exe-
qUias que hicieron los Srs. Deán y Cabildo de la S. I . Catedral de
Cádíz, con asistencia del Excmo. Ayuntamiento, a la buena memo-
ria de su Timo. Prelado el Sr. D. Antonio Ma rtínez de la Plaza
<que de Dios goze), dixo en la misma S. I., el día 2 de Diciembre
de 1800. (Cádiz. -D. Manuel Ximénez Carreño. - 1800?).
188. Ruxz Y ROMAN (Id.), Oración panegírica que, en honor del glorio-
so San Felipe Neri, fundador de la Congregación del Oratorio, di-
xo en el de la de Cá diz a 26 de Mayo de 1804. (Cádiz.- Manuel
Ximénez Carreño. - 1804?) .
189. Rurz Y RoMAN (Id.), Oración fúnebre quE\ en las solemnes exequias
del Excmo. Sr. D. Federico Gravina... etc., celebradas por sus al-
báceas, en la I glesia de los RR. PP. Carmelitas Descalzos de la ciu-
dad de Cádiz, a 29 de Mayo de 1806, dixo. (Barcelona.- Brusi y
Ferrer. - 1806) .
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celebradas al Excmo. Sr. Marqués de la Romana, a expensas de
unos honrados patriotas en la Iglesia de Sto. Domingo de PP. Pre-
dicadores de esta Ciudad de Palma el dia 7 de Junio de este año
1811, dlxo. t'Maüorca. - Ivlarcelina Serrá, impresora ReaL-1811) .
191. RuLLAN (Id.) , Oración júnebre que en las solemnes exequias cele-
bradas por el Cuerpo Nacional de Artillería de esta Plaza y Ciu-
dad de Palma, en la Iglesia de San Francisco de P aula, el dia 5
de Diciembre del año de 1812, en memoria de sus beneméritos in-
dividuos que fallecieron en la p resente guer ra, dixo. (Palma.-
Felipe Guasp.- 1813) .
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sagrada a N. Sra. del Pilar en la l. Pa rroquial de San J ayme de
la ciudad de Palma, el día 21 de Diciembre de año de 1813, por
v arios amigos y apasionados del Sr. diputado en cortes D. Isido-
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ro de AntiUón, con motivo de haber preservado el Altísimo la vida


de este acérrimo defensor de los derechos del pueblo español en
la noche del 3 de Noviembre último, en que tue asaltado por unos
asesinos al retirarse del congreso. (Palma.- Miguel Domingo.-
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!ermedades contagiosas que por Agosto y Septiembre de este año
de 1800 han afligido a Cádiz, Sevilla y otros pueblos de la Anda-
lucia, de algunas estacionales que por este otoño principiaron y
siguieron en esta ciudad de Málaga, y del fervor de sus vecinos
en estos días implorando la divina rnlsericordia por la intercesión
de Maria Stma. Sra. N. y sus Patronos, para su preservación, que
han logrado, dixo en la Iglesia de San Felipe Neri, el domingo se-
gundo de Adviento 7 de Diciembre de este año. (Málaga. - D.
Luis de Carreras y Ramón. - 1800) .
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de Marzo de este año. (Valencia. - Oficina de Miguel Estevan.-
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Cruzada que al Supremo Consejo de Castilla y Tribunal de la Co-
misaria General de la Cruzada dixo el 30 de Noviembre de 1800,
en la L Parroquio.l de Sta. Maria de esta Corte. Impreso de orden
del Excmo. Sr. Comisario General de Cruzada para la instrucción
y bien espiritual de los fieles de estos Reynos y Dominios de
América. (Madrid. - Imp. Re:ll. - 1801 >:
196. SALVADOR Ud.), Epoca de España o día dos de Mayo de Madrid.
OraCión patriótico-fúnebre, que en el solemnisimo aniversario del
año 1810, celebrado a diligencia de los fieles emigrados de aquella
coronada villa, para sufragio de sus hermanos sacrificados en aras
del patriotísmo, y para estimular a toda la nación a imitar sus
admirables exemplos de valor, dixo en la I gl€Sia del Carmen de
la Cittdad de Cádk, a que asistió el Presidente de Za Regencia del
Reyno, y ~ que ofició de pcmti/ical el Excmo. Sr. Arzobispo de To-
ledo, Cardenal de Borbon. (Madrid. - Viuda de Bar<:o López.-
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acción de gracias por la Conquista de Zas Plazas de Lérida y Me-
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zaragozano Domingo de Val, que en la solemne festividad celebrada
el 26 de Agosto del año 1806, en el S . Templo Metropolitano del
Salvador de Zaragoza, predicó, y da a luz el nmo. Cabildo de la
S. I. Metropolitana. <Zaragoza. - Mariano Miedes. - 1806).
208. SERVERA (J ayme), Oración Evwngélica, en la Solemníssima Fiesta,
que la S. Metropolitana I glesia de Valencia celebró en Acción de
Gracias a Dios N. S., a Maria Stma. de los Desamparados, y a to-
dos los Stos. Patronos, que asistieron a nuestro católico Monarca
Felipe V, assi en la feliz Victoria del día 25 de Abril, como en la
justa recuperación de Valencia, día 8 de Mayo del presente año de
170'7. <Valencia. - 1707).
209. SEvn.I.A (Fr. Mariano J oseph de), Sermón fúnebre predicado en las
solemnes exequias que el día 9 de Septiembre de 1801 celebró la
Comunidad de RR. PP. Capuchinos de la ciudad de Málaga por el
alma del M. V. P . Fr. Diego Joseph de Cádiz. (Valencia. - Joseph
Estevan. - 1801?).
210. SICILIA. (Mariano JoseO, Seranim predicado en la solem.nísima
función de acción de gracias, que por el feliz regreso de nuestro
augusto soberano el Sr. D. Fernando Vil al seno de sus vasallos,
celebró en la Parroquial de N . Sra. de las Angustias de la ciudad
de Granada, el Cuerpo de Srs. Oficiales de la guarnición, día 5 de
Abril de 1814. <Madrid. - Fermin Villalpando, impresor de Cámara
de S . M. C. - 1816).
211. SoLCHAcA (Fr. Francisco de), Representación que en juicio y jus-
ticia dirige un Prelado Provincial Capuchino de las dos Castillas
a la sabia y católica nación española e<m su deseada y digna ca-
beza el Sr. Rey D . Fernando VII (q. D. pro!.-pere) a su trente, y
Congreso de Cortes NaciO?UJles. Escribíala para la luz e interés
público. (Impreso en Cádiz.- Reimpreso en Manresa. - Ignacio Aba-
da!. - 1813).
212. SOTo CFr. Francisco de, O. F . M.) , Oración fúnebre que en las so-
Iemnisimas exequias celebradas en la Iglesia del Convento de
N. P. San Francisco de la ciudad de Montilla, día 12 de Mayo de
1815, a expensas del Excmo. Sr. D. Luis Joaquín Femández de
Córdoba y Benavides, Duque de Medinaceli.. . etc., en la traslación
BIBLIOCRAFJA

que se ha hecho de los huesos de los primeros Marqueses de


Priego, sus glosiosos ascendientes, desde el convento arruinado de
San Francisco extramuros de esta dicha c iudad al que hoy viven
dentro de la misma, dixo, con asistencia de dicho Sr. Excmo., su
muy amada consorte, el M. l. Ayuntamiento, RR. Prelados, res-
petable clero y Comunidades Religiosas. (Madrid.- Ibarra.-
1815).
213. ToRRES (Agustín), Oración fúnebre, que en el aniversario, decre-
tado por S. M . la Suprema Junta Central por el reposo de las al-
mas de los Españoles asesinados en Madrid por el Gobierno fran-
cés el día 2 de Mayo de 1808, y de los que han perecido en la. Santa
Guerra,que sostiene la Nación contra el Emperador de los Fran-
ceses, Napoleón I, por comisión del claustro de la R. Universidad
de Cervera, dixo el día 21 de Junio de 1809. (Cervera. - Oficina de
la R. y Pontificia Universidad. - 1809) .
214. ToRRES (Juan Narciso de) , Oración fúnebre que con motivo de la
traslación de los cadáveres del Pbro. D. Pedro Gordo, cura de
Santibáñez; de los licenciados D . Eulogio José de Muro, abogado
de los RR. Consejos, y D. José Ortiz de Cobarruvias, intendente de
la provincia de Burgos, vocales de la Junta superior de la misma;
D. José Navas, secretario de la intendencia; del teniente coronel
D. Gregorio Saldaña., regidor perpétuo de esta ciudad; D. Cristó-
bal Garcia, capitán de Numantinos; y de otros Oficiales y solda-
dos que murieron, y que aun se hallaban en el campo de Sta. Bár-
bara al pie de la horca, y se conduxeron a la insigDe L Colegial
de San Pedro, en la tarde del día 8 de noviembre con toda piedad
y aparato que les fue posible a las corporaciones así eclesiásticas
como civiles, cofradías y concurso inumerable de todas condicio-
nes: a solicitud y diligencia de la M. N., M. L. ciudad de Soria en
desagravio de los ultrages que el enemigo babia executad a tan
honorables cadáveres. (Soria?- Imp. de la misma Provincia.-
1811?) .
215. TRAGCIA (Joaquín). Oración fúnebre que en las honras que el día
2 de Mayo de 1802 celebró en la R. Iglesia de San Isidro de esta
Corte, la R. Academia de la Historia por el Excmo. Sr. D. Pedro
Rodríguez de Campomanes, Conde de Campomanes .. ., su Director.
(Madrid.- Sancba. - 1802).
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dos sobre la Moral Christiana, recitada el día de Todos los Santos
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219. VALENZUELA (José M...) , Oración que en la solemne acción de gra-
cias con que los Xefes y subalternos de las oficinas reales de la
ciudad de Mérida celebraron la exaltac1én del Srmo. Sr. Príncipe
de la Paz a la dignidad de Grande Almirante, pronunció en la
Iglesia del Convento de Religiosas del Monte de Piedad, el dia 5 de
Marzo de 1807. (Badajoz. - Juan Patrón. - 1807?).
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ción celebrada en acción de gracias por la elección y exaltación
de N. M. S. P. Pío VII, en la S. Metropolitana y Patriarcal Iglesia
de Sevilla, con asistencia del Excmo. Sr. Arzobispo D. Luis de Bor·
bón, y del ilustre Ayuntamiento y Cabildo Secular, el día 11 de
Mayo de 1800. (Sevilla. - Hijos de Hidalgo, y González de la Bo-
nilla.- 1800?).
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pulcro de Christo y el Fuego de la L ealtad Segoviana, el Gran M c-
narcha de ambos Mundos, el Señor Phelipe V de Barbón, Rey Ca-
thólico de las Españas. Sermón que predicó, el día 19 de Diziembre
de 1703. La Ciudad de Segovia celebró los veinte años de S. M.
Cathólica. (Segovia.- 1704).
223. VIRGEN DEL RosARio (Fr. Manuel de la), Oración fúnebre que en las
solemnes honras de los militares difuntos en la jornada de Baylén
y anteriores, mand adas celebrar por la Ilma. Junta de la M. N. y
M. L. Ciudad de Antequera, el dia 6 de Setiembre de este año de
1808, dixo. (Málaga.- Luis Carreras e Hijos. - 1808?).
224. VIRGEN DEL ROSARIO (Id.) , Oración panegírico-gratulatoria que en
la solemne función, que en acción de gracias al Todopoderoso por
la feliz restitución a el trono de las Españas de nuestro amado
monarca y soberano Fernando VII de Borbón (q. D. g.), celebró el
ilustre Cabildo de la insigne y real iglesia colegial de la ciudad
de Antequera, quien lo dedica al Rey N. S., dixo. (Málaga. - Mar-
tinez.- 1814).
225. XIMENEZ DE ENCISO Y COBOS PADILLA (Salvador), Proclamas sagradas
o Sermones patrióticos morales, predicados en la S. L Catedral de
Málaga, en las Dominicas Segunda y Qüarta de Qüaresrna del
presente año de 1809. (Málaga.- Martínez. - 1809).
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