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TRASTORNOS DE LA LECTOESCRITURA EN N.E.E.T.

I.- INSTRUCTIVO PARA EL ALUMNO:

a) PARTICIPANTES: Alumnas y alumnos titulados y/o egresados de la


carrera Técnico de educación Especial.
b) ASISTENCIA Y HORARIOS DE CLASES:
c) EVALUACIONES:
d) MEDIDAS DISCIPLINARIAS:
e) QUEJAS Y RECLAMOS:

II.- INDICE:

a) OBJETIVO GENERAL: Utilizar estrategias metodológicas para intervenir


los trastornos de la lectoescritura en alumnos con necesidades
educativas Especiales transitorias.

b) DEFINICIÓN CONCEPTUAL:

Desarrollo histórico

Desde el siglo XVIII los trastornos en la lectura y la escritura de los escolares


ha sido preocupación de todos los involucrados en este quehacer, donde se
destacan padres, maestros, psicólogos y médicos.

El abordaje de dicha problemática ha estado en correspondencia con el


desarrollo de las ciencias, el momento histórico y el perfil ocupacional de los
especialistas que lo estudian.

Se considera que fueron Kussmaull (1877) y Berkham (1881) quienes por


primera vez hicieron referencia a las dificultades de la lectura y la escritura
como alteraciones independientes en pacientes que presentaban condiciones
intelectuales, lingüísticas y visuales conservadas, sin precisar si la afección era
congénita o adquirida.
Las consideraciones anteriores de estos autores, por lo general se referían a
los trastornos de la lectura y escritura como una manifestación casi absoluta
de retraso mental (F.Bachman, G.Wolf, B. Engles). Los médicos oculistas J.Kerr
y W. Morgan en sus trabajos científicos publicados en 1896, analizan
erróneamente como base de las dificultades del lenguaje escrito las
alteraciones de la percepción óptico-espacial sobre la base de la lesión en la
corteza cerebral. Según estos autores se afecta el modelo usual de la palabra
y de las letras por separado.

En años posteriores del siglo XX comenzó a establecerse una mayor relación


entre las dificultades del lenguaje oral y escrito. En 1900 Kerr señala la
existencia de afasias congénitas en niños disléxicos sin antecedentes
lesionales y en 1907 Guthiere valora el retardo en la adquisición del habla y
los trastornos en la pronunciación como elementos importantes que
anteceden a la disfasia específica de evolución.

Entre 1900 y 1907 D.Hinchelwod describe algunos casos de escolares


disgráficos utilizando los términos de agrafia y alexia tanto en casos severos
como en los más leves. Diferencia la “ceguera verbal congénita de la dislexia
de evolución” concediéndole un papel importante a la herencia en el
surgimiento de esta última.

Paulatinamente ya dentro del siglo XX las concepciones sobre la esencia de


los trastornos del lenguaje escrito y su naturaleza fueron cambiando.

Se distinguen, como hemos ya analizado, otras formas de disgrafias y


dislexias, no solo como consecuencia de alteraciones en la percepción óptica.
Se precisan los conceptos de “agrafia”, “disgrafia”, “alexia” y “dislexia”.

Entre 1925 y 1927, O. Orta realizó importantes investigaciones referidas a los


trastornos del lenguaje escrito. Inicialmente llama la atención sobre la
dominancia hemisférica como clave del problema de la llamada “ceguera
verbal” en escolares.

En trabajos posteriores señala la alta incidencia de los trastornos del lenguaje


oral y escrito en los niños y precisa que las dificultades que estos presentan
para aprender a leer y escribir se diferencian de los que aparecen en los
adultos como consecuencia de lesiones focales cerebrales, denomina a los
trastornos de la lectura y escritura en los niños como “alexia y agrafia del
desarrollo” o “dislexia y disgrafia de evolución”.

Orta además llegó a la conclusión que los trastornos del lenguaje escrito en
los niños se producen no solo por dificultades motoras sino también, pueden
tener un carácter sensorial, afirmación esta, que tiene gran vigencia en la
práctica logopédica.

Un aporte significativo a la disgrafia y a la dislexia es realizado por autores


soviéticos en los años treinta del pasado siglo, F. A. Rau, M. E. Juatsev, R. M
Baskin, R. R. Levina, C. C. Liapidevsky (1930). Ellos profundizaron en el nivel
de relación entre los trastornos de la lengua oral y escrita planteando en sus
trabajos que los niños que presentan dificultades en el aprendizaje de la
lectura y escritura, en su gran mayoría, manifiestan retardo en el desarrollo
del lenguaje tanto en su aspecto impresivo como expresivo.

Los estudios realizados posteriormente por Luria permitieron profundizar en


los complejos mecanismos del lenguaje escrito y sus alteraciones desde el
punto de vista psicofisiológico. En este sentido, definió las operaciones que
debe asimilar el niño para el dominio del complejo proceso de la lectura y la
escritura y expuso en detalles los trastornos del lenguaje escrito en casos de
lesiones en la corteza cerebral.

En investigaciones especiales llevada a cabo en los años 1950 en la URSS se


precisó el papel que desempeñan analizadores auditivos y analizador del
lenguaje visual, en la diferenciación auditiva de los sonidos, la formación de
hábitos sonoros precisos a través de la sinestesia y la conservación de la
imagen visual de las letras. La afectación de uno o varios de estos eslabones
puede estar condicionado por el retraso en la formación de determinados
sistemas funcionales, a consecuencia de daños que actúan en diferentes
períodos de la vida así como en casos de trastornos orgánicos del lenguaje, lo
que a su vez puede derivar en dificultades específicas y estables del proceso
de formación de la lectura y escritura (Luria, C. C Liapidevsky, C. M. Blinkov)

En las últimas tres décadas del pasado siglo XX (1979-1999), diversos autores
de habla hispana (L. Giordano, Fernández Baraja, Julio B Quiros, Santiago
Molina, José Portello, Sos Abad) entre otros han realizado estudios en el
campo de la dislexia y disgrafia escolar fundamentalmente. Reconocen en su
mayoría la existencia de estos trastornos, con un carácter primario, cuando
no se acompañan de trastornos sensoriales, neurológicos, afectivos o del
lenguaje y secundarios cuando aparecen acompañados de dichas
alteraciones. Un peso importante se atribuye a los factores de carácter o
índole madurativo que pueden condicionar el surgimiento de dificultades en
el aprendizaje de la lengua escrita especialmente a la madurez psicomotriz y
sensorial.

Evolución de los criterios de disgrafia y de dislexia

Los criterios acerca de la digrafía y dislexia han ido evolucionando de


posiciones localizacionistas estrechas a considerar cada vez más el carácter
multifactorial en el análisis de la naturaleza de estos trastornos, lo que
confirma la actualidad del tema y la necesidad de continuar profundizando en
el complejo mecanismo del trastorno, su sintomatología y en la búsqueda de
soluciones más efectivas para el tratamiento.

En el libro “Psicopatología clínica”, H. Castro López (1983) define los


trastornos del lenguaje como: “Desordenes verbales y vocales que ocupan un
lugar importante dentro de la gama de alteraciones que pueden incidir en la
conducta de un individuo.”

Para él los trastornos del lenguaje comprenden:

1. Trastorno de articulación – dislalias, rinolalias, disartrias.


2. Trastorno del ritmo y la afluencia verbal – tartamudez, tartaleo,
taquilalia, bradilalia.
3. Trastorno de la aparición y el desarrollo del lenguaje - I.G.D.L., retardo
oral.
4. Trastorno en la simbolización - afasias, dislexias, disgrafias.
5. Trastorno en la fonación – distonías, trastornos mutacionales,
fonastenias, afonías.
6. Alteraciones del lenguaje secundarias a trastornos psiquiátricos –
mutismo, neologismo, musitaciones, ecolalia, verbigeración,
estereotipia verbal.
c) MEDIOS DIDÁCTICOS:

1. TRASTORNO EN LA LECTURA: DISLEXIA.


La dislexia es un trastorno de la lectura, en el cual, las personas que la
presentan tienen dificultades para leer. Estas dificultades no son debidas ni a
deficiencia intelectual, ni a problemas físicos o psicológicos.
Las estadísticas apuntan que la dislexia afecta a un 10% o un 15% de la
población escolar y adulta aproximadamente. Por lo tanto, según esta
estadística se puede esperar que en cada aula de 25 alumnos haya al menos
un alumno disléxico.
Afecta en igual medida a niños y niñas, aunque en la práctica real se
encuentran un mayor incide de varones afectados.
La definición de M. Thomson, sobre la dislexia es la siguiente:
“Es una grave dificultad con la forma escrita del lenguaje, que es
independiente de cualquier causa intelectual, cultural y emocional. Se
caracteriza porque las adquisiciones del individuo en el ámbito de la lectura,
la escritura y el deletreo, están muy por debajo del nivel esperado en función
de su inteligencia y de su edad cronológica. Es un problema de índole
cognitivo, que afecta a aquellas habilidades lingüísticas asociadas con la
modalidad escrita, particularmente el paso de la codificación visual a la
verbal, la memoria a corto plazo, la percepción de orden y la secuenciación.”

1.1. Detección.
En el aula la dislexia se puede detectar inicialmente por el retraso en el
aprendizaje de la lectoescritura, la lentitud al leer, la tendencia al deletreo, la
escasa comprensión lectora debida a la falta de ritmo, la ausencia de
puntuación… A medida que los cursos pasan, los problemas se agudizan, ya
que el estudio y el trabajo escolar en general se basan en las habilidades que
el niño no tiene y se retrasa progresivamente.
Siendo la dislexia en principio un problema de aprendizaje, acaba por crear
una personalidad característica que en el aula se hace notar o bien por la
inhibición y el retraimiento o bien por la aparición de conductas disruptivas,
hablar, pelearse, no trabajar, como formas de obtener el reconocimiento que
no puede alcanzar por sus resultados escolares. En ocasiones, los niños
experimentan en sí la aparición del mal auto concepto que se llega a generar
por las dificultades que encuentra en el aprendizaje.
En algunas ocasiones estos alumnos son tachados de inmaduros. Sin embargo
con esta actitud se pierde un tiempo muy importante para la intervención
con estos niños y se podría evitar los problemas de personalidad
anteriormente citados.

1.2. Diagnóstico.
Debemos insistir en la importancia de la detección precoz de estos
problemas.
En vez de ignorar las dificultades atribuidas a alumno distraído o inmaduro.
Se recomienda la derivación al psicopedagogo/a escolar con el fin de
descartar problemas de deficiencia intelectual, problemas emocionales,
problemas visuales o auditivos… y orientar el diagnostico hacia la dislexia.
Algunas de las pruebas para detectar a los niños con dislexia son las
siguientes:
_ El WISC (Escala de inteligencia de Wechsler para niños): en el WISC los niños
disléxicos puntúan más alto en la escala manipulativa que en la verbal Las
pruebas de Dígitos, Información, Aritmética y la de Claves están asociadas a
los problemas de dislexia, los niños con este problema puntúan bajo en ellas
por cuanto las habilidades que se exigen en ellas tienen que ver con la
memoria a corto plazo.
_ Pruebas de lateralidad, pues la lateralidad cruzada o no definida, suele ir
ligada a la dislexia.
_ T.A.L.E. (Test de Análisis de Lectura y Escritura), que permite una análisis
detallado por niveles de edad y escolarización de los problemas que aparecen
en todas las áreas y modos de la lectoescritura: letras, sílabas, lecturas,
comprensión lectora, dictado, copiado...
_ El ITPA (El test Illinois de Aptitudes Psicolingüísticas), para detectar
problemas en el lenguaje.
_ Test de Frostig: para la percepción visual.
_ Lateralidad Usual de Margarite Auzias. Para comprobar las dificultades que
posee respecto a la lateralidad.
1.3. Tratamiento.
Thomson recomienda el "sobreaprendizaje". Volver a aprender la
lectoescritura, pero adecuando el ritmo a las posibilidades del niño,
trabajando siempre con el principio rector del aprendizaje sin errores,
propiciando los éxitos desde el principio y a cada paso del trabajo de
sobreaprendizaje. Se trata de hacer el reaprendizaje correcto de las técnicas
lecto-escritoras, haciéndolas agradables y útiles para el niño, propiciando el
éxito, en lugar del fracaso que está acostumbrado a cosechar.
El maestro en el aula debe tener en cuenta algunas consideraciones con estos
niños y al mismo tiempo orientar a las familias para que también las hagan
desde casa.
Son las siguientes:
1. Evaluar sus progresos en comparación con él mismo, con su nivel inicial, no
con el nivel de los demás en sus áreas deficitarias. Ayúdele en los trabajos en
las áreas que necesita mejorar.
2. Darle una atención individualizada siempre que sea posible.
3. Asegurarse de que comprende las preguntas escritas antes de que proceda
a resolverlas.
4. Proporcionar el tiempo que sea necesario para que termine las tareas.
5. Hacer observaciones positivas sobre su trabajo, para aumentar su
autoestima y que él mismo aprecie que está avanzando.
6. Contemplar la posibilidad de una grabadora para el estudio, ya que su
problema esta en la lectoescritura.
7. Expresar actividades y exámenes oralmente para facilitar su comprensión.
8. Colaboración familia y escuela, comentando avances y dificultades. Esto
fomentará un correcto desarrollo del alumno.
9. Proporcionarle fichas o programas educativos que refuerce la
lectoescritura.

2. TRASTORNOS EN LA ESCRITURA: DISGRAFÍA Y DISORTOGRAFÍA


Dentro de los trastornos en la escritura nos podemos encontrar la disgrafía y
la disortografía. La primera afecta a la forma o contenido de la escritura y la
disortografia es un déficit específico y significativo de la ortografía.
2.1. Detección
En el aula los alumnos tienen que realizar continuamente producciones
escritas: dictados, comentarios, descripciones… a partir de ellas los docentes
podrán detectar estos dos tipos de trastornos.
Para la disgrafía los síntomas son: postura inadecuada, soporte incorrecto del
lápiz, mala presión del mismo o velocidad de escritura excesivamente rápida
o lenta, gran tamaño de las letras, letras inclinadas, deformes, excesivo
espaciado entre letras o muy apiñadas, letras irreconocibles y, en definitiva,
texto de difícil comprensión.
Para la disortografía los síntomas son: omisión o confusión de artículos,
plurales, acentos o faltas de ortografía debido a desconocimiento o
negligencia en las reglas gramaticales, dificultades relacionadas con la
correspondencia fonema-grafema y aparecen errores de omisión, confusión y
cambio de letras, sílabas, palabras, adiciones y sustituciones.

2.2. Diagnóstico.
Al igual que la dislexia, debemos insistir en la importancia de la detección
precoz de estos problemas. En vez de ignorar las dificultades atribuidas a
desidia, distrabilidad o inmadurez, se recomienda hacia la derivación al
psicopedagogo/a escolar con el fin de descartar problemas de deficiencia
intelectual, problemas emocionales, problemas visuales o auditivos… y
orientar el diagnostico hacia la disgrafía o disortografía.
La evaluación individual del niño con disgrafía o disortografía es muy parecida
a la evaluación para la dislexia ya que muchas de las pruebas específicas
están dirigidas a los procesos lecto-escritores.

Algunas de las pruebas que se pueden utilizar son:


- Wisc-R o Test de Matrices Progresivas de Raven, ambas son pruebas que
sirven para medir el nivel intelectual.
- El TALE, que investiga el proceso lecto- escrito del niño.
- PROESC, que evalúa los procesos de la escritura.
- FROSTIG. Desarrollo de la percepción
- Test de Bender: Con esta prueba se obtiene una valoración de la madurez
viso-motora del niño así como diferentes aspectos de su temperamento.

2.3. Tratamiento.
El tratamiento deberá centrarse principalmente en aquellos aspectos
negativos que se hayan detectado en la evaluación del alumno. Para el
tratamiento de problemas en a escritura deberemos centrarnos en todos los
aspectos de esta: una correcta posición al escribir, sujeción del instrumento
de escritura, ortografía, lectoescritura, morfología de las palabras e incluso
sintaxis de una oración o frase.
Hay que potenciar el refuerzo positivo, el reconocimiento de sus logros hará
que el niño se sienta más motivado para corregir sus dificultades en la
escritura.
Algunas de las orientaciones específicas para el tratamiento de la disgrafía
son: corregir la postura de los alumnos en el aula (al sentarse, la distancia al
escribir, como coger el lápiz…), realizar ejercicios que mejoren la coordinación
visomotriz (trabajo con punzones, tijeras…), controlar la excesiva presión o
fluidez al escribir, trabajar con cuadriculas para mejorar la letra…
En cuanto al tratamiento de la disortografía algunas son: enseñar normas y
reglas de ortografía, acostumbrar al niño al uso del diccionario, proporcionar
técnicas y métodos para el estudio de nuevas palabras, hacer consciente al
alumno del cambio de significado de una palabra si comete faltas de
ortografía…
Al igual que la dislexia, es importante la coordinación familia- escuela. Pues
esta contribuirá a un mejor desarrollo del alumno. Las medidas que se estén
tomando en clase, deben aplicarlas también en casa.

d) BIBLIOGRAFÍA:

Castro López, H. (1983). “Psicopatología clínica”. Guantánamo: Editorial de


libros para la educación.

Navarro Quintero S. M y Galdós Sotolongo, S A. (2007). ¿Dislexia y disgrafia?.


La Habana: Editorial Unidad de Producciones Gráficas MINREX

Portellano Pérez, J. A. (1985). “La disgrafia. Concepto, diagnóstico y


tratamiento de los trastornos de la escritura”. España, Madrid. Editorial CEPE.

Rivas Torres, R. M y Fernández Fernández, P. (1994). “Dislexia, disortografía y


disgrafia”. España, Madrid: Ediciones Pirámides.

Martínez, M. J. et al (1981). Problemas escolares. Dislexia, discalculia, dislalia.


Madrid: Cincel-Kapelusz
Oltra, V. La dislexia. Recuperación de los problemas de lectoescritura.
Recuperado en septiembre 15, 2010. Disponible en
http://www.psicopedagogia.com/dislexia.

Guía de psicología. Trastornos del Aprendizaje: dislexia, disgrafía y discalculia.


Recuperado en septiembre 15, 2010. Disponible en
http://www.guiadepsicologia.com/infantil/aprendizaje-trastornos.html

Banús, S (2010).Trastorno de la escritura (Disgrafía). Recuperado en


septiembre 16, 2010. Disponible en
http://www.psicodiagnosis.es/areaclinica/trastornosenelambitoescolar/trast
ornodelaescrituradisgrafia/in dex.php

THOMSON, M.E. (1992): Dislexia. Su naturaleza, evaluación y tratamiento.


Alianza. Psicología.

e) ANEXOS: Actividades para la Intervención Pedagógica:

Ejemplos de fichas:

Para dislexia:

a) Rodea la letra p.
pqppqpppqqqqqppqpqpqpqpqpqpq

b) Coloca b o d en cada caso


__oda __edo a__banico __ inero __ienvenida

c) Responde a la siguiente adivinanza: oro parece, plata no es. Si quieres que


te lo diga, vuelve a leer. ¿Qué es? ___________________.

d) Lee las siguientes palabras: problema, plátano, plomo, primo, princesa.


e) Lee el cuento de Los tres cerditos y contesta a las preguntas: ¿Qué cerdito
tardó menos en construir la casa?, ¿qué le pasó?, ¿Cuál es la moraleja del
cuento?...

Para disgrafía:

a) Repasa las figuras sin salirte de las líneas:

b) Ante una serie de objetos ordena de mayor a menor. El más


grande debe estar e la derecha y el menor a la derecha.

c) Escribe 15 palabras que contengan b y 15 que contengan d.

d) Ordena las sílabas para formar palabras:

ci – prin – pio mi -a – go cie – mur – go – la

Para disortografía:

a. Busca en el diccionario el significado de: tuvo y tubo.

b. Coloca la tilde a las siguientes palabras: camion, arboles,


murcielago, Maria y sillon.

c. Une las palabras de ambas columnas para formar palabras


compuestas:

Saca pájaros

Espanta corchos
d. Escribe dos palabras que empiecen por pl- y dos que empiecen
por pr-

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