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CENTRO PREUNIVERSITARIO

MAYO-JULIO CICLO REGULAR 2016-II

CURSO: ACTUALIDAD DOCENTE: JORGE LUIS DEZA RODRIGUEZ

DEMOCRACIA, DERECHOS HUMANOS Y GOBERNABILIDAD EN EL PERÚ, AMERICA


LATINA Y EL CARIBE

1. DEMOCRACIA
El término democracia fue inventado en la Grecia clásica (500-250 a.d.C.). Originaria y etimológicamente significa
gobierno del pueblo, donde el pueblo (demos) se refería a los ciudadanos.
La democracia es una forma de organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía.
En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son
adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e
iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia se puede definir a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno realizada por Platón,
primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los
mejores» para Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia (gobierno «de la multitud» para Platón y «de los
más», para Aristóteles).
Hay democracia indirecta o representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el pueblo
como sus representantes. Hay democracia participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos
su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una influencia directa en las decisiones
públicas o cuando se facilita a la ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios consultivos.
Finalmente, hay democracia directa cuando la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo,
mediante plebiscitos vinculantes, elecciones primarias, facilitación de la iniciativa legislativa popular y votación popular
de leyes, concepto que incluye la democracia líquida. Estas tres formas no son excluyentes y suelen integrarse como
mecanismos complementarios en algunos sistemas políticos, aunque siempre suele haber un mayor peso de una de
las tres formas en un sistema político concreto.
No debe confundirse República con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno de la ley
mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.
1.1 Características mínimas del modelo democrático
En ese sentido pareciera más útil señalar algunos caracteres de un régimen político democrático, sin los cuales
no podría considerarse que existe una democracia, al menos como se la entiende en la cultura occidental. Tales
elementos serían los siguientes:
a) Elecciones periódicas libres, competitivas y en condiciones de igualdad ciudadana.
b) Un estado de derecho, donde el orden jurídico sea de implantación nacional, orientado al bien común, esté
sustentado sobre una distribución de poderes con independencia de funcionamiento; y un sistema de
equilibrios, frenos y contrapesos, que garantice efectivamente la libertad ciudadana y el control de los poderes
públicos y el ejercicio de las funciones gubernamentales por sus titulares.
c) Un régimen de libertades públicas que garantice, permanentemente, las libertades de pensamiento,
información, expresión, movilización, organización y petición, así como las de religión y culto, etc.
d) Un orden social orientado a la justicia, que garantice al ciudadano común el acceso a ciertos derechos
fundamentales, tales como la educación y la cultura, la salud, el trabajo seguro y bien remunerado, la
vivienda, el derecho a la privacidad, el ocio creador, el disfrute y preservación de un sistema ecológico
equilibrado y de una paz cimentada en el ejercicio de la libertad en un marco de seguridad. Es claro que el
énfasis, tanto histórico como políticamente, ha sido colocado de diversa manera, según la época y el lugar,
dando origen a distintas versiones de democracia o modelos, que traducen no solo visiones sociales muchas
veces diferentes y hasta contradictorias, sino también orientaciones éticas que pueden resultar
contrapuestas. Como bien ha sido señalado, "La disputa sobre el significado contemporáneo de democracia
ha generado una extraordinaria diversidad de modelos democráticos: de las visiones tecnocráticas de
gobierno a las concepciones de una vida social marcada por una extensa participación política"

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2. Derechos Humanos y Democracia


El concepto de derechos humanos es una construcción social, política, histórica, y geográfica, inclusive, ya que su
definición esta intrínsecamente ligada y trastoca todos los elementos que coexistencialmente confluyen y subyacen
dentro de un núcleo social, esto es: las condiciones sociales bajo las cuales vive esa comunidad, como está organizada
políticamente, cuáles son sus orígenes y costumbres y en donde se ubica, como viven, sus necesidades y mucho más,
se dice que existirá mayor tutela efectiva y respeto a los derechos humanos tanto que determinamos la evolución social,
histórica y política de una comunidad. Los derechos humanos son universalísimos por excelencia, existen tanto existan
seres humanos en virtud de la dignidad que estos poseen y merecen por el solo hecho de serlo, pero es importante
destacar que existen ciertos factores, elementos o condiciones necesarias para que se concrete positivamente el
desarrollo evolutivo, defensa, protección y tutelabilidad efectiva de ellos.
Uno de esas condiciones necesarias para el reconocimiento, defensa y protección de los derechos humanos es el
régimen político imperante socialmente en un territorio determinado, para entenderlo mejor, cabe recordar el tema de
la libertad ante la necesidad y la libertad ante el miedo. Recordemos que uno de los pilares, y porque no decirlo la
naturaleza de la existencia misma de estos derechos, se debe a la limitación que debía y debe existir para con el poder
que ha sido otorgado a los administradores del estado, para que en ejercicio del mismo se garantizara a los particulares
ciertos derechos fundamentales o esenciales: el respeto a la dignidad humana, a la libertad, igualdad, la vida, el libre
tránsito, la salud, la educación, etc., pero esto solo se podría dar si dentro de un estado existe un régimen político y
social que reconozca abiertamente y defienda en condiciones cónsonas estos derechos, ya que muy difícilmente se
podría favorecer el respeto a los derechos esenciales si se desarrolla dentro de territorio determinado un régimen
autocrático, autoritarista o absolutista, como por ejemplo una monarquía antigua o una dictadura instituida de hecho o
simuladamente, ya que el mismo no tendría límites legales más que su mera voluntad, de hecho es lo que sucedía
antes de desatarse las revoluciones de hace dos siglos: la norteamericana, la francesa y la latinoamericana
(escenificada en el siglo XIX aun cuando existen vestigios anteriores a esta fecha), las cuales pretendieron el
reconocimiento de que el poder soberano lo poseía el pueblo, dando así origen a nuevas formas o sistemas de
gobiernos, que ese soberano tenia derechos y libertades que merecían protección, y que el estado debía tener límites
legales o constitucionales, naciendo así el concepto de Estado de Derecho moderno o constitucionalismo moderno,
produciéndose a la par de estos hechos la progresiva institucionalización de mecanismos nacionales de protección de
derechos humanos mediante su efectiva constitucionalización.
"El Estado democrático de derecho es quizás el producto más acabado del constitucionalismo moderno", e
indudablemente ha sido ápice fundamental en cuanto al reconocimiento y defensa de los derechos humanos de los
ciudadanos[1]la democracia es un régimen político destinado a asegurar el gobierno del pueblo, cuya voluntad debe
expresarse siempre mediante mecanismos que garanticen al pueblo, configurado en los ciudadanos, el derecho a la
participar en la gestión de los asuntos públicos, conforme a los principios de igualdad, libertad, pluralismo y tolerancia.
Esa expresión de voluntad puede manifestarse directamente por el pueblo, mediante instrumentos de democracia
directa; y además, en el mundo contemporáneo, siempre, mediante la elección de representantes, dando origen a la
democracia representativa. Los gobernantes representantes, en ella, siempre tienen que estar sometidos tanto al control
del propio pueblo y de sus organizaciones políticas y sociales, como al control por parte de los diversos poderes
públicos, asegurando un balance entre ellos.
La democracia no se constituye únicamente en la facultad que tiene el pueblo de elegir a sus gobernantes y el la
posibilidad de los ciudadanos de participar activamente en la políticas públicas que diseñen los gobernantes, es mucho
más que eso, implica que para hablar verdaderamente de un estado democrático deben confluir por lo menos cuatro
principios cruciales: el principio de la limitación y control del poder, que es la base del estado de derecho con el objeto
de garantizar los derechos esenciales y la democracia misma, en segundo lugar el reconocimiento de que la legitimidad
popular reside intransferiblemente en el pueblo quien podrá ejercerla de manera directa o indirectamente y el estado
debe promover la participación efectiva de los ciudadanos, en tercer lugar el principio de la legalidad, mediante la cual
todas las actuaciones del estado deben estar apegadas a la constitución y a las demás leyes formuladas válidamente
y como cuarto principio y no menos importante esta la declarativa de los derechos humanos y su garantía mediante el
constitucionalismo de los mismos, ello va desde el reconocimiento de la existencia de los mismos, la defensa,
protección, y los distintos procesos que han atravesado como la universalización y ampliación progresiva, la
constitucionalización e internacionalización, el fortalecimiento de los organismos y acciones judiciales[3]Pero quizás el
aspecto más importante que encierra es el de la necesaria consolidación de los elementos de la democracia
representativa como condición indispensable para el funcionamiento de los mecanismos nacionales de protección de
los derechos humanos, ya que difícilmente bajo un sistema absolutista sería imposible navegar bajo el umbral de la
libertad, la igualdad, el principio de la legalidad y por ende el respeto a los derechos fundamentales.
3. ¿QUÉ SON LA GOBERNABILIDAD Y EL BUEN GOBIERNO?
El complejo conjunto de ideas y prácticas abarcado por las palabras gobernabilidad y buen gobierno tiene antiguas
raíces. Cómo organizarse socialmente, cómo articular y regular las relaciones entre las personas, cómo organizar la
provisión de servicios colectivos, cómo definir los ámbitos apropiados para lo público y lo privado y cómo establecer
controles y contrapesos para el ejercicio del poder han sido preocupaciones de pensadores y líderes políticos a través

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de la historia de la humanidad. En el Perú contemporáneo, caracterizado por la gran complejidad de sus procesos
sociales y por carencias de toda índole, estos temas han adquirido gran importancia debido a que el buen gobierno, en
su sentido más amplio, es condición necesaria para lograr el desarrollo económico, el bienestar social y la estabilidad
política.
Los conceptos de gobernabilidad y de buen gobierno se refieren al ejercicio eficiente, eficaz y legítimo del poder y la
autoridad para el logro de objetivos sociales y económicos. Las ideas de gobernabilidad y buen gobierno están
asociadas a la noción de eficiencia, en el sentido de alcanzar los objetivos de gobierno en forma transparente y sin
dispendio de recursos; a la de eficacia, en el sentido de lograr estos objetivos manteniendo la estabilidad y la credibilidad
de las instituciones y el sistema político; y a la de legitimidad, en el sentido de que la ciudadanía reconoce el derecho
de los gobernantes a ejercer el poder y la autoridad, y se identifica con las instituciones del Estado, siempre que ellas
estén sujetas a ciertos límites establecidos de antemano y respeten las reglas del juego.
La gobernabilidad surgió como tema de preocupación central en las democracias occidentales hacia mediados del
decenio de los setenta, cuando se puso en evidencia la limitada capacidad de respuesta de las instituciones políticas
en Europa, Norteamérica y Japón para enfrentar las crecientes exigencias sociales y la diversidad de intereses que era
necesario conciliar para lograr el buen gobierno. De manera más dramática, el colapso del totalitarismo en Europa
Oriental y la antigua Unión Soviética hacia fines del decenio de los ochenta puso sobre el tapete los temas de legitimidad,
eficacia y eficiencia de los regímenes políticos dentro de un orden internacional que experimenta profundas
transformaciones.

CUESTIONARIO

1. Etimológicamente la palabra democracia


significa:
a. Gobierno de la clase Alta
b. Gobierno de la clase media
c. Gobierno de la autoridad
d. Gobierno de los partidos políticos
e. Gobierno del pueblo

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