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Medición de la pobreza en Argentina:

¿Estratagema de ocultamiento o simple deterioro


institucional?

Marzo 2017
Contenidos

1. Introducción................................................................................................................... 3
2. Nueva metodología del INDEC 2016 ................................................................................ 4
2.1 – Cambio en los requerimientos calóricos de la CBA .............................................................4
2.2- Cambio de la composición de la canasta básica alimentaria (CBA) ......................................4
2.3– La población de referencia ...................................................................................................5
2.4- Estimación de la Canasta Básica Total (CBT) y de la inversa del Coeficiente de Engel (ICE) .7
2.5- Actualización de las canastas y el Coeficiente de Engel ......................................................10
2.6- Ingresos ...............................................................................................................................12
2.7- Encuesta Nacional de Gasto de Hogares 2012/2013 ..........................................................13
2.8 - Conclusiones.......................................................................................................................14
3. Universidad Católica Argentina ..................................................................................... 16
3.1 – Canastas .............................................................................................................................16
3.2 – Valor de la inversa del Coeficiente de Engel .....................................................................17
3.3- Ingresos ...............................................................................................................................18
3.4 - Conclusiones.......................................................................................................................18
4. Conclusiones Generales ................................................................................................ 21
Anexo .............................................................................................................................. 24
Bibliografía ...................................................................................................................... 26

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1. Introducción

Con la presentación de los nuevos datos de la incidencia de la indigencia y pobreza en


Argentina por parte del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) quedó en
evidencia la decisión de no empalmar los índices de indigencia y pobreza con la
información anterior y, al mismo tiempo, de omitir deliberadamente el cálculo de los
niveles de indigencia y pobreza a fines de 2015; impidiendo determinar con precisión
el impacto de las políticas económicas implementadas a partir del inicio de la gestión
de Cambiemos en diciembre de 2015, y de este modo ocultando el “salto” en el nivel
de pobreza en el primer semestre.
A la luz del análisis objeto de este informe, se desprende que el INDEC, en virtud de la
metodológica elegida, posee todos los instrumentos para estimar la incidencia de la
indigencia y pobreza desde el inicio de la gestión de Cambiemos. La estrategia de
publicación adoptada y de ausencia de empalme con series pasadas, poco común en
un organismo estatal que supone debe asegurar continuidades más allá de períodos
de gestión, no puede ser otra que deliberada.
Es más, lo mismo ha ido ocurriendo, al correr de los meses, con otros indicadores,
mediciones o instrumentos de mediciones tales las mediciones del IPC, la
modificación de la serie del PBI, la modificación de la EPH que ha afectado los
indicadores de desigualdad y los indicadores de desempleo. Por lo que es difícil creer
que el cambio metodológico que acompaña las nuevas cifras de indigencia y pobreza
no sean parte de una maniobra deliberada del organismo de cambiar el punto de
partida de las mediciones socioeconómicas, poner un velo sobre la evolución de los
indicadores en el primer semestre de 2016, y desprestigiar todas las mediciones de la
gestión anterior para evitar comparaciones.
Dentro de este contexto, las mediciones de indigencia y pobreza que realiza el
Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) desde
2010 aparecen como una coartada conveniente al estratagema del INDEC. Los valores
de la UCA entre 2010 y 2015 sustituyen a los valores del INDEC anteriores, del inicio
de la gestión de Cambiemos y del primer semestre de 2016. Poco importa que la
calidad de las mediciones de la UCA sea cuestionable y que no se trate de cifras
oficiales.
El presente trabajo tiene como objetivo central el análisis del procedimiento de
medición de pobreza utilizado por el INDEC y como corolario, en virtud del contexto,
de las metodología de medición del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad
Católica Argentina (UCA).

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2. Nueva metodología del INDEC 2016
En la presentación de las nuevas cifras de pobreza en septiembre 2016, el INDEC
introdujo reformas a la metodología con la que esta institución calculaba la pobreza.
Estos cambios han tenido un impacto significativo en las cifras de la incidencia de la
indigencia y pobreza en la Argentina que este capítulo intenta explicar.
Cabe destacar que la medición de la pobreza por ingresos reposa sobre la
comparación de canastas de consumo respecto de los ingresos de la población. Los
ingresos son un indicador de la capacidad de los hogares de satisfacer sus
necesidades, pero no son la satisfacción misma de ellas, por tanto el método es
considerado “indirecto”.

2.1 – Cambio en los requerimientos calóricos de la CBA


La canasta básica alimentaria (CBA) es una canasta que se compone de variedades de
alimentos que deben cumplir con proporcionar un número de calorías “normativas”.
Hasta 2016, los requerimientos calóricos de la canasta básica alimentaria del INDEC
provenían de un estudio realizado por una nutricionista en 1988, Elena Morales, y
habían sido la norma desde entonces (Morales, 1988). De aquel estudio se desprende
una tabla de requerimientos calóricos por unidades consumidoras (varones y mujeres
de distintas edades), el adulto equivalente es un varón de 30 a 59 años y su
requerimiento calórico es 2700 calorías (véase anexo).
En los cambios metodológicos introducidos por el INDEC de Jorge Todesca, la tabla de
requerimientos calóricos y unidades consumidoras ha sido modificada (véase anexo),
las unidades consumidoras son más detalladas y los requerimientos más elevados; el
adulto equivalente es un varón de 30 a 60 años con un requerimiento calórico de
2750 calorías.
Este cambio, si bien se basa en un trabajo de actualización de la CBA realizado en
2003 (INDEC, CEPAL, 2003) y presentado en un taller del MECOVI en 2003, resulta
poco sustentado a la luz de las complicaciones de comparación que produce con
mediciones anteriores. De hecho, el cambio se ha hecho un tanto a las espaldas de la
comunidad profesional (universitarios, académicos, profesionales) y sin un debate que
conlleve a evaluar sus ventajas y desventajas.
En definitiva el cambio calórico es un cambio de norma que impide la comparación
con cifras anteriores y el INDEC no ha hecho nada para asegurar la continuidad
histórica de la medición; una posición poco usual para una institución de estadísticas
nacionales.

2.2- Cambio de la composición de la canasta básica alimentaria (CBA)


El INDEC cambia la composición de la CBA en su publicación de 2016 en relación a la
canasta histórica (INDEC, 2016b). Los nuevos requerimientos calóricos podían ser
acomodados con la misma composición de la canasta anterior, pero el INDEC
introdujo mayor variedad a la CBA y la regionalizó: presentó CBA distintas para las

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cinco regiones estadísticas del INDEC, a saber: GBA, región patagónica, región
pampeana, Cuyo, Noroeste y Noreste. Esto ha concitado bastante polémica, pero
estrictamente no es contrario a la metodología y no impide comparabilidad, ya que la
norma es calórica y no de alimentos específicos.
Por otra parte, cuando se compara la valoración de la canasta básica alimentaria del
Instituto de Economía Popular (CEPA, 2016a), que proviene de la INDEC original, con
la nueva canasta del INDEC, se detecta una diferencia de valor de canasta entre 2.3%
y -0.5% para la canasta del Gran Buenos Aires en los meses que el INDEC ha publicado
sus cifras (véase Cuadro 3). Esto implica que las 50 calorías adicionales por adulto
equivalente y la nueva composición varietal de la canasta producen una diferencia
leve con la anterior. En definitiva, no hay aumento del precio de la caloría.
Ahora, si bien el cambio de la composición de la CBA no resulta alejado de la
metodología y en sí no debiera implicar problemas, que la nueva composición
provenga de la Encuesta Nacional de Gastos de Hogares (ENGHo) de 1996/1997 es
llamativo y problemático. El INDEC informa que la composición de la CBA:
“[ ]… consiste en la utilización de las últimas canastas elaboradas disponibles, con
base en la ENGHo 1996/97, validadas con la ENGHo 2004/05. Dichas canastas surgen
de considerar, por un lado, los cambios en los hábitos de consumo alimentario de la
población del GBA (al reemplazar la ENGHo utilizada como base)”. (INDEC, 2016c, p8)
En efecto, los cambios de hábitos de consumo de la población deben ser
regularmente considerados, por ello presentar como una innovación metodológica el
uso de una encuesta vieja de 20 años para determinar los hábitos de consumo
actuales es sorprendente. Es inverosímil que la composición de una canasta
alimentaria de hoy tenga similitud con aquella de 1996/1997 aun cuando se trate de
alimentos básicos, sobre todo tratándose de una década en la cual las importaciones
de alimentos y la paridad cambiaria acostumbraron a los argentinos a consumir
regularmente alimentos importados.
Asimismo, no queda explicitado en ningún lugar la afirmación: “….con base en la
ENGHo 1996/97, validadas con la ENGHo 2004/05” (INDEC 2016c, p8). ¿Es la
composición de la CBA exactamente igual en 2004/2005 que en 1996/1997? ¿Qué
significa ser validada? Es difícil de creer que los consumos de la población hayan sido
los mismos en estos dos períodos, pero en cualquier caso el INDEC debería
demostrarlo en su informe metodológico, algo que omite.
2.3– La población de referencia
Por otra parte, se debe entender que la metodología de medición de pobreza mide el
comportamiento de consumo de una población de referencia en cuanto a su
capacidad para satisfacer sus necesidades básicas. No se trata de toda la población
sino aquella que se encuentra al umbral de la pobreza. Esta población está definida
por aquella que consume una cantidad de alimentos que se encuentra alrededor de la
cantidad que define la línea de indigencia, a saber 2700 calorías por adulto
equivalente según la norma vigente hasta 2016.

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De tal forma que la población de referencia en la ENGHo 1986/1987 se encontraba el
entre los percentiles de ingresos 21 a 40 de la distribución de ingresos per cápita del
Gran Buenos Aires. En ENGHo 1996/97, la población de referencia es nacional urbana
y se ubica entre los percentiles 23 y 42 de la distribución de los ingresos netos de
alquiler. En la ENGHo 2004/05, la población de referencia también es nacional urbana
y se ubica entre los percentiles 29 y 48 de la distribución de los ingresos netos de
alquiler (INDEC, 2016c). En otras palabras, la población de referencia va cambiando en
el tiempo.
Cuadro 1: Evolución de la estructura de consumo de la población de referencia en porcentaje
de gasto

Fuente: INDEC 2016c

Cambia tanto la población de referencia como sus consumos. El cuadro 1, muestra


que entre las encuestas de 1985 y 2005 el consumo cambió y en particular el
consumo el alimentos y bebidas cayó en términos relativos para la población de
referencia. Y el gráfico 2 muestra que el consumo en alimentos y bebidas cayó en
todos los quintiles de ingreso de la población total salvo en el quinto quintil.

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Gráfico 1: Peso de alimentos y bebidas en el consumo total en porcentajes

Fuente: INDEC, 2014

Estas constataciones se presentan para ilustrar varias cuestiones metodológicas que


no son obvias a primera vista. En primer lugar, la medición de la pobreza e indigencia
se realiza en relación a la población de referencia, ésta se va modificando a medida
que va cambiando la distribución del ingreso, y ello obliga a un cambio de base
periódico. Lo que tiene como corolario que no se pueden hacer extrapolaciones de
mediciones de pobreza más allá de cierto periodo temporal sin cambiar la población
de referencia. De ahí que se realizan encuestas de gasto de hogares cada cierto
tiempo.
En segundo lugar, como lo demuestra el propio documento del INDEC es evidente que
la población de referencia de 2016 no puede ser la misma que aquella de 1996/1997 o
2004/2005, y menos los consumos de dicha población pueden ser los mismos.
Por lo tanto, extrapolar una población de referencia de 1996/1997 o 2004/2005 a
2016 constituye un problema significativo y una estrategia metodológica inusitada
habida cuenta de la existencia de una encuesta de gasto de hogares realizada en
2012/20131. Más grave aún, la población de referencia en 1996/1997 no es la misma
que en 2004/2005, existe un velo sobre cómo el INDEC ha “validado” la composición
de la CBA entre estas dos fechas y no se ha explicitado si la población de referencia
utilizada para las estimaciones actuales es aquella de 1996/1997 o de 2004/2005.

2.4- Estimación de la Canasta Básica Total (CBT) y de la inversa del Coeficiente


de Engel (ICE)
El coeficiente de Engel mide la proporción del gasto de consumo de alimentos en
relación al gasto de consumo en otros bienes. En el caso de la metodología de
medición de pobreza, este coeficiente se estima para la población de referencia y se

1 El INDEC realizó la última encuesta nacional de gastos de hogares entre 2012/2013

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utiliza su inversa para derivar el monto monetario de la CBT a partir del monto
monetario de la CBA. Ello supone que las cantidades de consumos de las canastas se
mantienen fijos y sólo varía la relación entre CBA y CBT con la variación de precios.
Este es un supuesto fuerte ya que, como se ha visto, los consumos de la población
varían por diversas razones: cambios en oferta, cambio de costumbres, cambios de
precios relativos etc. No obstante en la metodología clásica la población de referencia,
las canastas y el coeficiente de Engel se modifican por medio de encuestas de gastos
de hogares periódicas, entre las encuestas se acepta la actualización de las canastas y
coeficiente de Engel por medio de la actualización de precios y no cantidades.
Como se mencionó anteriormente, el INDEC usa la Encuesta de Gasto de Hogares
(ENGHo) de 1996/1997 para establecer la CBA, tanto en composición como en
cantidades, pero usa la Encuesta de Gasto de Hogares (ENGHo) de 2004/2005 para el
cálculo del coeficiente de Engel, y por consiguiente de la CBT. Ello es particularmente
cuestionable por dos razones: (i) el coeficiente de Engel trata de establecer una
relación monetaria entre el consumo de alimentos y el consumo de los demás bienes,
a partir de cantidades consumidas que luego son valorizadas. Por ello se debe usar el
mismo punto de partida. Sin duda hubo cambios en la composición de los consumos y
precios relativos entre 1996 y 2005, como mínimo debido la devaluación de 2002; y
(ii) los cambios en los hábitos de consumo deben ser, como ya se ha indicado, muy
marcados entre 2005 y 2016, por lo tanto extrapolar el coeficiente de Engel desde
2004/2005 a 2016 es una operación que no puede trasladar los cambios en los hábitos
de consumo que afectan la composición y cantidades consumidas.
Llamativamente en su informe metodológico el INDEC indica lo siguiente:
“Es un hecho conocido que los hábitos de consumo de la población argentina tienden a
cambiar con el transcurso del tiempo. La población de referencia no queda exenta de
este fenómeno y, por lo tanto, se requieren actualizaciones metodológicas cada cierto
tiempo a fin de lograr una mejor adecuación entre la medición de la pobreza y los
hábitos de consumo de la población. El procedimiento habitualmente seguido para la
actualización mensual del CdE [Coeficiente de Engel] no logra reflejar estos cambios en
los patrones de consumo, dado que lo que hace es mantener, a través del tiempo, la
relación del consumo alimentario y no alimentario observada en el momento de la
encuesta de gasto de los hogares. Es necesario, por lo tanto, un cambio de base del
CdE, para poder reflejar dichas diferencias.” (INDEC, 2016c, p11)
El párrafo arriba citado no ha impedido que el INDEC use el patrón de consumo de
1996/1997 para establecer la composición de los consumos básicos alimentarios, el
patrón de consumo de 2004/2005 para establecer la relación entre los consumos
básicos totales y alimentarios (coeficiente de Engel) y aplicarlo a la realidad de 2016.
Esto constituye un profundo problema metodológico, en particular habida cuenta de
la existencia de una encuesta nacional de gasto de hogares de 2012/2013.
Adicionalmente, el INDEC introduce como innovación metodológica la estimación de
la inversa de Coeficiente de Engel y CBT regionales, bajo el supuesto de diferencias en
el patrón de consumo entre regiones. Este aporte metodológico introduce mayor

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especificidad y precisión al cálculo, que hasta la fecha se basaba únicamente en el
Gran Buenos Aires con fórmulas de poder de paridad de compras entre regiones para
ajustar las canastas a las realidades regionales.
“A los cambios respecto de la encuesta de gasto utilizada para el cálculo de la inversa
del coeficiente de Engel, se adiciona una modificación respecto de la especificidad de
las pautas de consumo regionales. Anteriormente, la CBA y la CBT se basaban
exclusivamente en los hábitos de consumo del Gran Buenos Aires. Al igual que con la
CBA, esta actualización incorpora un avance al considerar las diferencias observadas
en las pautas de consumo regionales en el componente no alimentario, elaborando un
coeficiente (ICE) específico para cada región. En el cuadro 2 se presentan los
principales resultados” (INDEC, 2016c)
Cuadro 2: Inversa del coeficiente de Engel por Región según nueva metodología del INDEC

Fuente: INDEC 2016c

Como se advierte en el Cuadro 2 y el Gráfico 2, el ICE y la proporción del gasto en


consumo de Alimentos y Bebidas muestra una clara diferencia regional y un cambio a
lo largo del tiempo. Estas diferencias, que no son objeto del presente informe,
simplemente demuestran que no se puede fijar la población de referencia y el ICE por
períodos largos, mucho menos basar estimaciones de pobreza en base a poblaciones
de referencia e ICE’s viejos de más de 12 años.

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Gráfico 2: Participación del gasto en Alimentos y Bebidas en proporción del gasto en consumo
total de los hogares (en porcentaje)

Fuente: INDEC, 2014

2.5- Actualización de las canastas y el Coeficiente de Engel


Una vez obtenida la CBA, el coeficiente de Engel, y la CBT correspondiente en el año
de referencia, estos se deben actualizar para obtener los valores en un punto inicial
de 2016 y luego son actualizados mensualmente para publicaciones de los
indicadores.
Puesto que la CBA es un conjunto de bienes cuya cantidad se fija (50 alimentos) estos
pueden ser valorizados en cualquier horizonte temporal si los precios han sido
medidos. También se puede actualizar el monto de la CBA desde el año de referencia
por medio de índices de precios. En esta opción, tiene dos variantes: (i) se pueden
usar los precios de los alimentos de la CBA, o (ii) el rubro Alimentos y Bebidas del IPC
general. Por otra parte, hay dos periodos de actualización de la CBA: el primero, desde
el año de referencia en 1996/1997 o 2004/2005 (el INDEC no especifica el año) hasta
el mes y año de estimación (en este caso abril 2016) y, el segundo período, se
corresponde con las actualizaciones mensuales a partir del punto de partida de la
estimación y publicación de los datos (en este caso abril 2016).
“Para la valorización mensual de la CBA, a partir de 2016 se valorizan sus
componentes mediante la utilización de los precios medios relevados por el Índice de
Precios al Consumidor (IPC). El procedimiento utilizado anteriormente consistía en
actualizar el valor de la canasta aplicando la variación promedio de los precios para
los ítems correspondientes. Dada la forma en que se construyen los promedios de
precios y de relativos de precios en el IPC, los resultados arrojados por ambos métodos
difieren, aunque como se verá más adelante, la discrepancia es leve.” (INDEC, 2016c,
p9)
El párrafo citado informa sobre la actualización de la CBA posterior al mes y año de

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punto de partida de la estimación e indica haber optado por una actualización por IPC
en lugar de una actualización por componente de la CBA. Esta opción de modificación
metodológica puede considerarse un retroceso en relación al estado del arte en la
materia, según el Manual de Naciones Unidas para las Estadísticas sobre la Pobreza,
que da cuenta de una “reducción de confiabilidad” en caso de actualización por IPC:
“El uso de índices de precios generales [para actualizar canastas de consumo] reduce
considerablemente el costo para los estadísticos, pero reduce la confiabilidad de las
mediciones” (traducción propia) (United Nations, 2005, p42).
En otras palabras, mientras que antes la CBA se actualizaba mensualmente en base a
la variación de precios de los bienes que contiene, y por lo tanto aplicaban los
ponderadores de la misma, hoy el INDEC optó por actualizarla en base al rubro
“Alimentos y Bebidas” del IPC general. El problema con esto es doble: (i) el IPC
contiene muchos productos más que pueden variar de otra manera que los básicos; y
(ii) los ponderadores de consumo corresponde a aquellos de toda la población y no de
la población de referencia. El efecto de esta opción metodológica es de subestimar el
salto de precios de la CBA entre noviembre 2015 y la actualidad ya que fueron sobre
todo los alimentos básicos los que aumentaron en el período.
En segundo lugar, el INDEC no indica, en su documento metodológico (INDEC, 2016c)
qué IPC está utilizando mensualmente para actualizar las CBA regionales y esto es de
importancia ya que el INDEC de Todesca desechó la metodología del IPC-nu
implementada por la anterior administración que justamente medía el IPC por región.
Actualmente el INDEC mide el IPC sólo en el Gran Buenos Aires. En la publicación
sobre los datos de pobreza y de canastas del Gran Buenos Aires (INDEC, 2016b) sí
indica haber utilizado el IPC del Gran Buenos Aires.
En tercer lugar, pero no de menor importancia, el INDEC no indica cómo actualiza la
CBA, coeficiente de Engel y CBT del año de referencia, o sea 1996/1997 o 2004/2005,
al año de estimación, 2016. Ya se estableció que para llevar la CBA al año de
estimación ésta se puede valorizar en el año de estimación puesto que se trata de un
conjunto de productos y sus cantidades. Sin embargo, para el coeficiente de Engel se
trata de una relación de precios entre la CBA y CBT en el año de referencia, por lo
tanto la única manera de “llevar” la relación de la CBA y CBT del año de referencia al
año de estimación es por medio de la actualización de precios. La CBT es una
consecuencia de la valorización de la CBA y de la aplicación de la inversa de
coeficiente de Engel actualizado. Sin embargo, el INDEC se mantiene silencioso sobre
este procedimiento, y con razón puesto que esta administración ha declarado que
todo lo realizado en el INDEC en materia de precios después de 2006 es sospechoso.
La pregunta entonces es: ¿qué IPC se utilizaron para llevar la CBT y coeficiente de
Engel desde 1996/1997 o 2005/2006 hasta 2016, para cada una de las regiones de
cálculo?

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2.6- Ingresos
Para obtener la distribución del ingreso de la población, el INDEC utiliza la Encuesta
Permanente de Hogares (EPH) que se realiza en todas las aglomeraciones urbanas de
más de 100.000 habitantes. La EPH cubre un universo de aproximadamente 26
millones de personas. De la EPH surge numerosa información muy relevante en
relación al nivel de vida, la evolución del mercado laboral y los ingresos de la
población, entre otros. Varios indicadores se calculan utilizando los resultados de la
encuesta: la tasa de desempleo, la tasa de ocupación y la distribución del ingreso y, de
ahí, se calcula la proporción de personas cuyos ingresos no alcanzan para adquirir la
CBA y la CBT.
Con el ascenso del Gobierno de Cambiemos y las nuevas autoridades del INDEC en
diciembre de 2015, se decretó la Emergencia Estadística y el organismo dejo de
publicar todos los indicadores por más de seis meses. La “normalización” implicó que
desde junio de 2016 se comenzara a publicar información, aunque con importantes
diferencias en la metodología. Estos cambios y las dudas sobre la veracidad de los
datos, dificulta la comparación de los indicadores previos a la emergencia estadística.
Es importante aclarar que la EPH no estuvo bajo sospecha hasta el momento de la
promulgación de la Emergencia Estadística. La elaboración del producto estadístico
dependía de una coordinación distinta respecto del IPC. Asimismo, los datos que
surgían de la EPH, a diferencia del IPC, eran consistentes tanto respecto de los
diversos estadísticos, como del cruce con información externa.
Sin embargo, el 24 de enero de 2017 el INDEC publicó una recomendación para la
lectura de los cuadros estadísticos trimestrales sobre distribución del ingreso que
indica que las series estadísticas divulgadas con posterioridad al primer trimestre de
2007 y hasta el cuarto trimestre de 2015 deben ser consideradas con reservas, debido
a que la publicación no tuvo en cuenta la estacionalidad a las que están sujetas las
estadísticas distributivas.
Un estudio de CEPA, Tiempo del Antifaz (2017), en el que se analizan los cambios
realizados por la nueva administración del INDEC a la EPH, indica que el cambio en las
proyecciones poblacionales en la nueva metodología tienden a sobreestimar los
ingresos medios y los ingresos de los deciles de menores ingresos. Lo que tendría el
efecto de subestimar la incidencia de la indigencia y pobreza (y lo mismo para la
brecha de desigualdad entre ricos y pobres).
Esta conclusión se ve corroborada con la comparación realizada entre los números del
INDEC y aquellos estimados por CEPA-INDEP para la medición de la incidencia de la
indigencia y pobreza. El Cuadro 3 muestra que la diferencia entre el valor de la CBA de
CEPA-INDEP y del INDEC de Jorge Todesca arroja poca diferencia y en general la CBA
del INDEC es más cara. Cuando comparamos la incidencia de la indigencia, sin
embargo, la indigencia estimada por INDEC es inferior a la estimada por CEPA-Indep
indicando que el INDEC está utilizando ingresos sensiblemente superiores a los de
CEPA-Indep, ya que las canastas de INDEC son más caras que las de CEPA-Indep.

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Esta segunda comprobación indicaría que los cambios a las proyecciones
poblacionales de la EPH están arrojando niveles de ingresos superiores a aquellos que
venia reportando la EPH previamente.
Cuadro 3: Comparación del valor de la Canasta básica de alimentos del Adulto Equivalente
INDEC 2016 y del IndEP-CEPA para Gran Buenos Aires (abril a agosto 2016)
CBA Abril Mayo Junio Julio Agosto
CBA IndEP-CEPA 1481,5 1525,9 1622,4 1639,7 1657,9
CBA INDEC-2016 1514,5 1561,4 1614,3 1666,7 1675,1
Diferencia 2,2% 2,3% -0,5% 1,6% 1,0%
Fuente: Elaboración propia en base datos de CEPA/Indep e INDEC

Cuadro 4 : Comparación de la indigencia calculada con CBA del Adulto Equivalente INDEC
2016 y del CEPA-IndEP para Gran Buenos Aires (abril a agosto 2016)

Indigencia Abril Mayo Junio Julio Agosto


Canasta IndEP 7,48 7,58 8,47 6,48 8,48
Canasta INDEC-2016 Promedio Segundo Trimestre 6,2
Diferencia 19,7% 22,2% 36,6% n/d n/d
Fuente: Elaboración propia en base datos de CEPA/Indep e INDEC

2.7- Encuesta Nacional de Gasto de Hogares 2012/2013


La herramienta fundamental para el análisis de la incidencia de la indigencia y la
pobreza en la metodología de medición de la pobreza por ingresos es la encuesta
nacional de gasto de hogares (ENGHo). A partir de ella se deducen los patrones de
consumo, las cantidades y montos que consumen la población.
La elaboración, desarrollo y análisis de resultados es un trabajo largo y oneroso. En
promedio son encuestas que requieren dos años de trabajo y cientos de miles de
dólares de inversión. Históricamente la ENGHo se ha realizado cada 8 años
aproximadamente 1985/1986, 1996/1997, 2004/2005, 2012/2013 por nombrar las
últimas cuatro. Por ello, llama poderosamente la atención que el INDEC de Jorge
Todesca haya descartado, sin más, el uso de la última ENGHo.
“A partir de 2016, se decidió actualizar la base utilizada para el CdE tomando los
resultados de la ENGHo de 2004/05. No se consideraron los resultados de la ENGHo de
2012/13 debido a que la misma contiene serias deficiencias, entre ellas, una alta tasa
de no respuesta y la falta de documentación adecuada que permita evaluar, entre
otros aspectos, los procedimientos de imputación de los gastos de los hogares. La tasa
de no respuesta de la ENGHo 2012/13 es demasiado alta en comparación con la
encuesta de 2004/05. Menos de 27% de los hogares de la muestra en la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires informó datos (en comparación con el 53% en 2004/05),
mientras que informaron datos aproximadamente 40% de los hogares de la muestra
en el Gran Buenos Aires (comparado con el 69% de 2004/05). La calidad de los datos
de la ENGHo 2012/13 no pudo ser evaluada dado que no existen registros
pormenorizados de los métodos utilizados para recoger y compilar la información.”
(INDEC, 2016c)

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El rechazo al uso de la ENGHo 2012/2013 en base a la tasa de no respuesta y a la
ausencia de documentación, no se condice con el accionar de un instituto de
estadística nacional. Se supone, que más allá de las diferencias en gestión que
ocurren, debe haber continuidad institucional, por lo que “ausencia de
documentación” parece inverosímil como argumento.
Descartar un trabajo de la magnitud de una encuesta de gastos de hogares tan
ligeramente, sin análisis detallado de las falencias, sin estadísticas de errores,
coeficientes de variación de las variables, sin un informe específico, resulta poco serio.
Si los errores convierten a la encuesta en inutilizable, ello se debe probar y los
funcionarios que la realizaron asumir sus responsabilidades.
La tasa de no respuesta no es un argumento de descarte de una encuesta, puesto que
justamente datos como ingresos suelen tener una tasa de no respuesta elevada y la
práctica común es la imputación de valores para completar los datos faltantes en base
a modelos calibrados con los datos que no faltan. Argumentar que los modelos de
imputación utilizados no tenían la documentación completa reviste de un nivel de
amateurismo alarmante. Por último, si no existía la documentación bastaba con
rehacer las imputaciones necesarias para las variables faltantes.
2.8 - Conclusiones
Lo que ha hecho la gestión de Jorge Todesca se encuentra muy lejos de las buenas
prácticas en materia de manejo estadístico para una institución de la importancia del
INDEC. Los desmanejos se pueden resumir de la manera siguiente:
 Si bien era razonable actualizar la base de la estimación de la pobreza, vale
decir revisar la composición de la CBA, modificar la población de referencia y
reestimar el coeficiente de Engel y la CBT para dicha población, lo correcto era
hacerlo en base a la encuesta más reciente posible. Es aceptable actualizar las
canastas de consumo durante un período por medio de índices de precio o
variación de precios, pero es un procedimiento que debe ser limitado en el
tiempo, porque los hábitos de consumo cambian y ello implica cambios en
contenido y cantidades de consumo. Por ello, se realizan encuestas nacionales
de gastos periódicas, y la actualización de canastas por precio se limita a los
períodos entre encuestas, particularmente si ha habido cambios bruscos en los
precios relativos que pueden incitar a cambios en los consumos. Basar
mediciones de pobreza de 2016 en hábitos de consumo de 1996/1997 y
2004/2005 es inusitado.
 Lo arriba mencionado reviste aun mayor gravedad habida cuenta de la
existencia de la ENGHo 2012/2013. Descartar esta encuesta sin un informe
estadístico que compruebe su inutilidad, sin una discusión con académicos que
valide ese diagnóstico, es un procedimiento grave. La tasa de no respuesta no
puede ser un argumento válido para descartar semejante trabajo en una era
en la cual la imputación de variables de ingreso es moneda corriente.
 Desarrollar la composición de la CBA en base a la ENGHo 1996/1997 y el
coeficiente de Engel y, consiguiente, CBT en base a la ENGHo 2004/2005 es

14
sorprendente, ya que la metodología consiste en determinar las capacidades
de consumo de una población de referencia en un momento temporal dado.
La población de referencia y sus consumos cambian en el tiempo. Utilizar dos
momentos temporales para determinar consumos parciales es llamativo.
 Un cambio en la norma energética que define la CBA es concebible y
aceptable, siempre y cuando dicho cambio tenga un sustento y la institución
asegure el empalme y comparabilidad con las mediciones anteriores. Lejos
de hacerlo el INDEC pareciera querer impedir toda comparabilidad con la serie
precedente al punto de no publicar su serie de incidencia de la indigencia y
pobreza desde noviembre 2015, cuando la metodología se lo permite.
 El INDEC no da información sobre cómo las canastas y el coeficiente de Engel
estimados en 1996/1997 y 2004/2005, son llevados a 2016. Ello es
particularmente intrigante puesto que la gestión de Jorge Todesca ha
descartado las mediciones de precio entre 2007 y 2015 de la institución.
¿Cómo y con qué serie de precios se han llevado las variables estimadas al año
2016? La única manera institucional de hacerlo es usando el IPC del INDEC que
ha sido cuestionado. Estaría fuera de todo procedimiento institucional usar
otro índice de precio.
 Las nuevas canastas son regionales y de ahí surge otra interrogante. El INDEC
no mide precios y no dispone de un IPC por región, ¿cómo, entonces se ha
procedido para estimar las canastas entre abril y agosto de 2016, fuera de la
canasta del Gran Buenos Aires? Si utilizaron índices provinciales se debe
explicitar cuales ya que los índices provinciales tienen distintas metodologías y
miden una cantidad de productos completamente distintos. Su
comparabilidad es cuestionable.
 La administración de Jorge Todesca ha optado por utilizar el índice de precio
general para actualizar la CBT y el rubro alimentos y bebidas para la CBA
cada mes, mientras que la metodología anterior utilizaba los precios
promedios de los componentes de la CBA. Esto es un retroceso metodológico
desaconsejado por Naciones Unidas entre otros especialistas, porque se basa
en una cantidad de productos mayor que el contenido en la CBA y porque
introduce el patrón de consumo de toda la población (ponderadores del IPC)
mientras que la pobreza se mide para un subconjunto de la población.
 El análisis de la EPH luego de un cambio en las proyecciones poblacionales
operadas por la nueva administración del INDEC, indicaría que el cambio de
proyección resulta en una distribución de ingresos que arroja mayores
ingresos medios y bajos, que, por consiguiente subestimarían la incidencia
de la indigencia y la pobreza. Esto es corroborado en la comparación de la
incidencia de la indigencia calculada por CEPA-IndeP en comparación al INDEC,
que a pesar de utilizar una CBA más cara los resultados de indigencia son
inferiores a los estimados por CEPA-IndeP, con una canasta más económica.

15
3. Universidad Católica Argentina

El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) realiza


una encuesta de condiciones de vida que denomina “Encuesta de la Deuda Social
Argentina (EDSA)”, de similares características a la Encuesta Permanente de Hogares
(EPH) del INDEC aunque con más detalles sobre cuestiones de condición de vida de los
hogares. La encuesta EDSA es realizada en aglomerados urbanos con una muestra de
5.683 hogares 2 . Vale recordar que la muestra de la EPH del INDEC es de
aproximadamente 20.000 hogares y es representativa de todo el país.
A partir de la EDSA la UCA ha procedido a calcular periódicamente la incidencia de la
indigencia y la pobreza en el país, además de haber publicado recientemente el
documento “Pobreza y desigualdad por ingresos en la Argentina Urbana 2010-2015.
Tiempos de Balance” con el análisis del quinquenio 2010-2015 (UCA, 2016).
3.1 – Canastas
De la metodología de la UCA sobresale el hecho de que nunca midió ni mide los
precios.
Sus canastas, denominadas en el texto “canastas no oficiales”, provienen de distintas
fuentes, pero no son propias. El mismo informe mencionado no explicita la
metodología del uso de las “canastas”, es decir si las promedian o agregan, o cómo
éstas son actualizadas, aunque se mencione el uso de los IPC-CABA, y San Luis. En el
apartado sobre la actualización de las “canastas” en sus proyecciones a marzo y abril
se menciona el uso de las canastas de FIEL y del ISEPCI3 (UCA, 2016, p24) y de ahí
surgen dos inconvenientes.
En primer lugar, la canasta del ISEPCI es del Conurbano y la de FIEL de CABA, mientras
que el dominio estadístico de la EDSA es nacional. Es a partir de la EDSA que la UCA
obtiene los ingresos de la población para comparar con las canastas de precios, con lo
cual se estarían comparando ingresos nacionales con canastas del Área Metropolitana
de Buenos Aires. Sin embargo, la UCA presenta una “canasta” y no varias canastas
regionales, por lo que surge el interrogante de cómo utiliza las canastas.
La ausencia de información metodológica en los informes de la UCA impide resolver
esta interrogante, y puesto que los organismos que producen las canastas no publican
los precios de los alimentos, surge la duda de cómo procesan las canastas. Cabe

2
Aglomerados urbanos con 80.000 habitantes o más agrupados en 3 grandes conglomerados (Gran
Buenos Aires, Otras áreas metropolitanas y Resto urbano del interior). GBA: Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, Conurbano Zona Norte, Conurbano Zona Oeste y Conurbano Zona Sur. Otras áreas
metropolitanas: Gran Rosario, Gran Córdoba, San Miguel de Tucumán y Tafí Viejo, y Gran Mendoza.
Resto urbano del interior: Mar del Plata, Gran Salta, Gran Paraná, Gran Resistencia, Gran San Juan,
Neuquén-Plottier-Cipolletti, Zárate, La Rioja, Goya, San Rafael, Comodoro Rivadavia y Ushuaia-Río
Grande.
3
Consultar: http://www.isepci.org.ar; http://www.fiel.org

16
resaltar que es improcedente metodológicamente promediar las canastas o sumarlas,
ya que se podría tratar de productos distintos.
Cuadro 5: Canasta Básica Alimentaria y Total por Adulto Equivalente utilizada por UCA
2010 2011 2012 2013 2014 2015 Marzo-16 Abril-16

CBA 295 369 469 641 885 1089 1197,9 1219,7


CBT 614 769 978 1341 1850 2276 2491,6 2536,9
Inv. CdE 2,08 2,08 2,08 2,08 2,08 2,08 2,08 2,08
Fuente: Elaboración propia a partir de UCA, 2016

En segundo lugar, va de suyo que la actualización de la CBA de la UCA depende de


terceros y no de la UCA, por lo tanto es imposible saber si son canastas que se
actualizan por IPC o por el promedio de precios de sus componentes. De hecho,
puede ser que cada canasta se actualice de manera distinta, agregando a las
inconsistencias metodológicas ya mencionadas.
3.2 – Valor de la inversa del Coeficiente de Engel
En cuanto a la CBT, es decir a la construcción de la línea de pobreza, la metodología
de la UCA es aun más cuestionable. En la página 24 sobre las proyecciones a marzo y
abril ya mencionadas se habla indistintamente de la CBA y CBT, en cuanto a canastas
proyectadas. Sin embargo en el pie de página de la página 14, se indica lo siguiente
(UCA, 2016 p.14):

En otras palabras, la UCA adoptó las canastas de terceros como FIEL e ISEPCI pero sólo
las CBA y aplicó su propia inversa de coeficiente de Engel, a saber de 2,08. Esta
metodología es muy sorprendente, ya que la UCA podría haber adoptado la CBT de
FIEL, centro de investigaciones que mide y calcula un coeficiente de Engel mensual
(FIEL, 2016). Esto es más llamativo aún cuando la inversa del coeficiente Engel de FIEL
para los meses en cuestión ronda los 2,30 y está muy lejos del 2,08 adoptado por la
UCA. Esta diferencia significa un sensible impacto en la cifra de la pobreza.
Asimismo, el mantener una inversa de coeficiente de Engel fijo para todo el período
analizado 2010 a 2016 es contrario a las buenas prácticas en materia de medición de
pobreza porque elimina la posibilidad de tomar en cuenta la variación de precios
relativos entre la canasta de alimentos y la canasta total. Imposible entonces para la
UCA evaluar los efectos de los tarifazos de los servicios en la incidencia de la pobreza,
por ejemplo.

17
3.3- Ingresos
La UCA calcula los ingresos que utiliza para contrastar con las canastas de su propia
encuesta, la EDSA. Dicha encuesta tiene una representatividad nacional.
La UCA presenta los datos de indigencia y de pobreza utilizando sus canastas no
oficiales (con la inversa del coeficiente de Engel de 2,08) y usando su encuesta y la
EAHU del INDEC en un ejercicio de comparación de resultados (UCA, 2016 pp15-16).
Los resultados indican que no hay diferencia significativa en el resultado de la
indigencia pero si lo hay en el de la pobreza entre ambas encuestas.
Cuadro 6: Incidencia de la indigencia y la pobreza según la UCA con la EDSA y la EAHU (2010-
2015), en porcentajes
2010 2011 2012 2013 2014 2015
EDSA Indigencia 6,4 6,1 5,7 5,4 6,4 5,3
Pobreza 28,2 24,7 26,2 27,4 28,7 29,0
EAHU Indigencia 6,5 5,4 5,7 4,9 6,5 5,4
Pobreza 22,2 18,8 19,2 19,9 23,5 23,7
Fuente: Elaboración propia a partir de UCA, 2016

La comparación de los resultados de la indigencia y pobreza calculados por la UCA con


las mismas canastas e inversa de coeficiente de Engel, y sólo variando los ingresos a
partir de las distintas encuestas, indica que hay una gran diferencia en los ingresos de
la población cercana a la línea de la pobreza entre ambas encuestas. Dado que la
EAHU es representativa de aglomerados de más de 2000 habitantes y tiene una
muestra de 46 mil hogares, mientras que la EDSA de la UCA es representativa de
aglomerados de más de 80.000 habitantes con una muestra de 5.683 hogares, es
altamente probable que la EDSA y no la EAHU tenga problemas de sesgo hacia ese
sector poblacional.
3.4 - Conclusiones
El trabajo de la UCA adolece de deficiencias metodológicas llamativas que la
descartarían como metodología de medición de la pobreza por ingresos en cualquier
lado del mundo y se resumen a continuación:
 La CBA que utiliza la UCA no la genera ella misma, sino que proviene de
varios organismos distintos. La UCA no indica: cómo procesa las canastas, si se
ponderan las mismas, cómo procede a obtener una sola canasta y cómo
maneja canastas de distinta cobertura geográfica. En definitiva, la UCA no
tiene injerencia en la generación de la CBA y no informa como la procesa. Las
consecuencias de esta falencia metodológica pueden ser múltiples y
profundas, ya sea desde canastas que no reflejan los precios correctos hasta
canastas que no contienen las mismas variedades.
 El dominio estadístico de las canastas no coincide con el de los ingresos. La
EDSA por medio de la cual se obtienen los ingresos es representativa a nivel

18
nacional, pero las CBA que UCA está utilizando provienen de CABA y del Gran
Buenos Aires. Esta inconsistencia tendería a sobreestimar la pobreza al
comparar ingresos nacionales con precios metropolitanos que suelen ser en
promedio más altos que los del resto del país.
 Cuando se compara la incidencia de la indigencia y de la pobreza entre ambas
encuestas la EDSA y EAHU, éstas coinciden en la estimación de la indigencia,
pero en cuanto a la pobreza, la EDSA se muestra alrededor de 6 puntos por
encima de la estimada por la EAHU. Ello demuestra que la EDSA sobre estima
la cantidad de personas con ingresos por debajo de la línea de pobreza, pero
coincide con la EAHU en la cantidad de personas que se encuentran por
debajo de la línea de indigencia.
 Un ejemplo de ello resulta que según la UCA habría 3,6 puntos porcentuales
de nuevos pobres y 0.9 puntos porcentuales de nuevos indigentes entre abril
2016 y el promedio de todo el año 2015, en ambos casos utilizando su
encuesta, la EDSA. Esta estimación tuvo, de hecho, mucha difusión mediática.
Sin embargo, no resulta satisfactoria por varias razones. Primero, porque
compara un promedio anual con uno mensual. Además, en el promedio del
año 2015 está contenido el mes de diciembre, en el que hubo un salto
importante en los precios. Por lo tanto, el promedio anual de pobreza 2015
sobreestima la pobreza del fin del gobierno kirchnerista.
 Por último, y tal vez lo más sorprendente, la UCA ha utilizado una inversa de
coeficiente de Engel fijo todos los años de 2,08, lo que es contrario a la
metodología estándar e impide dar cuenta del efecto de las variaciones de
precios de la canasta no alimentaria. Más aún, el centro de investigaciones
FIEL, del cual se nutre la UCA para sus canastas, estima inversas del coeficiente
de Engel que rondan los 2,30 para el periodo en cuestión. Por lo tanto, el
coeficiente de UCA es bajo comparado al estimado por otros organismos para
el mismo período. El uso de una inversa del Coeficiente de Engel fijo por
parte de la UCA produce una subestimación de la pobreza en situaciones
donde opera un aumento en las tarifas, ya que estos consumos forman parte
de la CBT y por ende de la línea de pobreza, y son relativamente inelásticos.
El aumento tarifario del inicio de 2016 no es internalizado correctamente en el
cálculo de pobreza de la UCA. La consecuencia es que esta medición subestima
la pobreza en marzo y abril de 2016. El ejemplo más claro de esto se observa
en la medición de pobreza de la UCA entre marzo y abril de 2016, donde la
pobreza desciende de 34,5% a 32,6%, en un período donde si bien aumentan
los ingresos de la población, se produce un sensible impacto en lo referido a
tarifas (incluso el IPC de la CABA estimó en 7% la variación de precios de dicho
mes). Asimismo, si con los datos de CEPA sobre la evolución de CBA se
mantuviera fijo la inversa de Engel en 2,08, el aumento de la pobreza entre
noviembre y junio hubiera sido de 10,64 puntos porcentuales, es decir, 1,6
puntos porcentuales por debajo del valor estimado con un aumento de Engel
de casi 5% (que arroja un incremento de la pobreza de 12,24 puntos
porcentuales en igual periodo).

19
 Resulta particularmente llamativo el aumento de la pobreza publicado por la
UCA para 2015, dado que en dicho año se produce un incremento de los
salarios registrados reales, de las jubilaciones, del salario familiar y la AUH, en
el marco de un significativo crecimiento económico. En ese contexto, la UCA
estima una caída de los “ingresos laborales mensuales” superior al 6%. En
2015 además, hay un sensible crecimiento del empleo, lo cual debería devenir
en una reducción de la pobreza, ya que tal como suele mencionar el titular de
la UCA, esta seguiría la tendencia del empleo.
 En definitiva las inconsistencias e interrogantes de la metodología de la UCA
son tan profundas que es difícil considerarla una medición confiable.
En síntesis, el salto de la pobreza ocasionado por el gobierno de Cambiemos resulta
subestimado por la medición de la UCA, tanto por la utilización de Engel fijo como por
lo mencionado previamente: subestimación de ingresos y ausencia de medición de
CBA (con proyecciones poco confiables y no explicitadas)

20
4. Conclusiones generales
 En primer lugar, se ha revisado críticamente la metodología del INDEC,
señalando como punto central el deliberado cambio metodológico realizado
por el organismo, con la finalidad de impedir el empalme hacia atrás en las
series de pobreza e indigencia y soslayar el salto de pobreza con Cambiemos,
gobierno asumido el 10 de diciembre de 2015. Asimismo, esta decisión
intenta deslegitimar la reducción de la pobreza durante la gestión del gobierno
anterior, en el marco de la actual instalación de un discurso de austeridad
fiscal, dirigido al recorte de importantes partidas del gasto social.
 Como siguiente paso, se ha instalado que el empalme natural a los datos de
pobreza publicados por el INDEC es la serie provista por la UCA para el
periodo 2010 – 2016. Esta estimación de pobreza carece de consistencia
metodológica y los elementos que la componen (ingresos, valor de canastas y
coeficiente de Engel fijo, entre los principales) demuestran que el empalme
tiene una explicación política antes que técnica.
Gráfico 3: Evolución de la pobreza según Indec, UCA e Indec Todesca

50
45
40
35
30
25
20
15
10
5
0

Indec UCA Indec Todesca

Fuente: Elaboración propia a partir de Indec y UCA

En efecto, una eventual desautorización de parte del órgano oficial de


estadísticas -INDEC- a los datos elaborados por la UCA, también conllevaría
una deslegitimación del conjunto del discurso construido por la UCA para el
periodo anterior, que señaló niveles de pobreza cercanos al 30% (y un piso

21
elevado de pobres favorable a Cambiemos) y contribuyó a erosionar la política
pública y orientación del gasto social del kirchnerismo.

Diario Clarín, 28/09/2016

El objetivo político de la instalación mediática de este empalme lo resumió


hace sólo unos dios atrás el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio
Monzó al expresar que “en treinta y tres años de democracia el peronismo
gobernó el 90% del tiempo y tenemos 30% de pobres", es decir, las políticas de
corte social del gobierno anterior no permitieron reducir la pobreza en nuestro
país.
 La metodología, dominio de estimación, y distintos inconvenientes
metodológicos de la UCA mencionados anteriormente, impiden que dichas
estimaciones sean confiables. Al contrario, los datos de la UCA parecen
basarse una fuerte subestimación de los ingresos de la población viviendo con
ingresos alrededor de la línea de pobreza y una canasta básica total muy
subestimada basada en una inversa del coeficiente de Engel de 2,08 muy por
debajo de cualquier coeficiente utilizado por otros organismos. Por lo demás,
UCA usa un coeficiente fijo que le impide tomar en cuenta los efectos de los
aumentos de precios fuera de los alimentos.
 Esta estrategia se adecúa a los intereses del presidente Mauricio Macri, quien
indicó al momento de anunciar la nueva medición de pobreza que “este es el
punto de partida desde el cual acepto ser evaluado". La decisión de pretender
juzgar el gobierno de Cambiemos a partir de ese momento implica ocultar el
impacto de las propias medidas económicas impulsadas por el macrismo
desde su asunción.

22
 En efecto, la medición de pobreza por ingresos resulta muy sensible a las
variaciones tanto del ingreso como de los precios de la canasta alimentaria. En
este sentido, la decisión de devaluar la moneda a mediados de diciembre
conjuntamente con la quita de retenciones y sumado a ello, el tarifazo
posterior han golpeado severamente el ingreso de bolsillo de las mayorías
argentinas. Resulta oportuno mencionar que el método de estimación de
pobreza por ingresos es "indirecto", en tanto considera pobres/indigentes a
aquellos que no cuentan con recursos monetarios suficientes para satisfacer
sus necesidades básicas, tomando para el análisis sólo una dimensión. En
efecto, existen métodos "directos" que consisten en verificar si los hogares
han efectivamente satisfecho una serie de necesidades previamente
establecidas (no sólo de ingreso monetario), es el caso de medición de NBI
(Necesidades Básicas Insatisfechas) o la Medición de Pobreza
Multidimensional (IPM).
 De la misma manera que el gobierno realizó con la tasa de desocupación, la
publicación del INDEC omite deliberadamente la evolución de la pobreza
desde el inicio del gobierno de Cambiemos. En efecto, la evolución de los
precios de los alimentos en los meses de diciembre y enero (por las medidas
económicas del gobierno nacional) se tradujeron en un consecuente y
previsible aumento de la indigencia y la pobreza medidas por ingresos.
 Finalmente mencionar que ante el vacío creado por la ausencia de publicación
de un empalme oficial por parte del INDEC, hubo intentos, de parte de
diversos centros de estudios, de reconstruir la serie de pobreza entre 2003 y
2016, tomando como punto de partida el II trimestre de 2016. Esto se basa en
un error metodológico importante que constituye en mantener canastas fijas
en variedades y cantidades y proyectarlas por medio de índices de precios.
Está demostrado que ante fuertes cambios de precios relativos los
consumidores varían su estructura de consumo y por ende el valor de la CBA y
CBT no sigue estrictamente la evolución del IPC. Este ejercicio ha arrojado una
sobrestimación de la pobreza reconstruida “hacia atrás”, con valores ubicados
entre el 25 y 30% para 2015.

23
Anexo
Cuadro 7: Necesidades energéticas y unidades consumidoras por adulto equivalente de la
metodología basada en el estudio de Morales (1988)

Edad Sexo Necesidades Unidades


energéticas consumidoras
por adulto
equivalente

Menor de un año 880 0,33


1 año 1.170 0,43
2 años 1.360 0,50
Ambos
3 años 1.500 0,56
4 a 6 años 1.710 0,63
7 a 9 años 1.950 0,72
10 a 12 años 2.230 0,83
13 a 15 años Varones 2.580 0,96
16 a 17 años 2.840 1,05
10 a 12 años 1.980 0,73
13 a 15 años Mujeres 2.140 0,79
16 a 17 años 2.140 0,79
18-29 años 2.860 1,06
30-59 años Varones 2.700 1,00
60 y + años 2.210 0,82
18-29 años 2.000 0,74
30-59 años Mujeres 2.000 0,74
60 y + años 1.730 0,64

Fuente: INDEC 2012a

24
Cuadro 8: Necesidades energéticas y unidades consumidoras por adulto equivalente de la
metodología nueva basada en informe INDEC (2003)

Fuente: INDEC 2016c

25
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