Anda di halaman 1dari 44

David Musto: Perspectiva Histórica

Período Grecolatino

En el Juramento Hipocrático no se menciona a la locura. En el mundo griego apenas


existían disposiciones legales para los locos, aunque la ley romana sí preveía la
administración fiduciaria de la propiedad de una persona incompetente y otras
limitaciones de sus derechos.
El tratamiento de los locos en la antigüedad clásica occidental incluía tanto métodos
severos como medidas más suaves. Los indicios de la locura consistían en un
comportamiento excéntrico, violento, suicida u homicida, sin una explicación posible
desde el punto de vista del observador.

Edad Media y el Renacimiento

La Edad Media no supuso avances médicos para los locos. La principal influencias sobre
las actitudes hacia el enfermo mental provenía de la religión.
El contexto ético en el que se tomaban las decisiones era la tradición religiosa local.
Las personas con comportamientos y creencias extrañas rara vez eran consideradas
pacientes y no existía un consenso amplio acerca de lo que se consideraba tratamiento
humanitario.

Del Siglo XVII a la Revolución Francesa

Fue un período de mayor creación de hospitales pero ello no implicó una mejora
significativa en la asistencia de los enfermos mentales. La visión religiosa tradicional de la
enfermedad mental fue controlada progresivamente por los avances en anatomía y
fisiología que sugerían cambios orgánicos en su origen. La corrección de lesiones
específicas justificaba las terapias más potentes y destructivas. Los terapeutas
consideraban que los procedimientos violentos eran necesarios. Como las sangrías,
purgas, medicamentos potentes, golpes, etc.

Siglo XIX

Muchos países promulgaron formulaciones éticas para la profesión médica.


Pesimismo en relación con la posibilidad de encontrar un método de curación para la
enfermedad mental.

Siglo XX

Tanto la psiquiatría como otras profesiones relacionadas con la salud mental se


encontraban en pleno desarrollo y manifestaban un nuevo optimismo respecto al futuro de
sus disciplinas. El optimismo se basaba en los avances llevados a cabo en el campo de la
investigación biológica y de la psiquiatría psicodinámica y social.
La psiquiatría y sus disciplinas afines abandonaron el enfoque hacia la asistencia a largo
plazo de los enfermos mentales a favor de las terapias y la búsqueda de métodos de
curación.
Como consecuencia de esta evolución, los psiquiatras han dedicado mayor atención que
nunca a cuestiones éticas y a los patrones profesionales.
Derechos Humanos. Efrain Pérez

Los derechos humanos son todos aquellos bienes inherentes, inderogables e inalienables
de la persona humana, los cuales se manifiestan como facultades que tienen su cimiento
en la intimidad intrínseca humana bus ejercicio reviste un carácter histórico social. Estos
bienes no son una creación del estado, si no se han de ser reconocidos o positivados por
el ordenamiento jurídico.
Para el derecho a la persona es un sujeto jurídico, es el centro y fin del quehacer estatal,
como sujeto capaz de adquirir derechos y contraer obligaciones.

La persona posee una dimensión ontológica que hace referencia a las características de
la persona que le confieren un valor único y supremo, tal valor se manifiesta en la
dignidad humana. La dimensión jurídica consiste en su aptitud para protagonizar la vida
jurídica. Por lo tanto la persona es titular de derechos y sujeto de obligaciones.

La personalidad jurídica se traduce en el derecho a ser reconocido y tratado como


persona en todo tiempo y lugar.

Los derechos humanos son facultades, esto es prerrogativas pertenecientes a la persona


que le permiten exigir del estado o de otras personas tensiones o prestaciones.
Para asegurar la protección de los derechos fundamentales estos deben ser positivados,
es decir convertidos en normas de derecho, en leyes exigidas por todas las personas que
habitan un territorio determinado.

El concepto de derechos humanos es el resultado de diversas fuentes y tradiciones del


pensamiento jurídico, político, filosófico e incluso religioso.
La dignidad como atributo de la persona hace del ser humano merecedor de respeto. En
virtud de ella se prescribe que se debe tratar a los seres humanos de acuerdo a sus
facultades volitivas (actos de la voluntad) e intelectivas, y no en relación con otras
propiedades sobre las cuales no tiene control.

De la dignidad se derivan dos principios:

-inviolabilidad de la persona, que prohíbe imponer sacrificios a una persona sólo en razón
de que ello beneficie a otros.

-Autonomía de la persona, que asigna un valor intrínseco a la búsqueda de planes de vida


e ideales de excelencia. Reconoce a todo ser humano la capacidad de autodeterminarse
y asignarse el propósito ya bien le convengan, aunque vayan contra el criterio de la
mayoría, mientras no atenten contra el ejercicio de los derechos ajenos y nos afecte el
justo orden público.

Los derechos humanos son todas aquellas prerrogativas o bienes inherentes, indivisibles,
inderogables, e inalienables de la persona:

Inherentes: emanan de la persona misma, son parte constitutiva.

Indivisibles: por su estructura interna no admiten fraccionamiento alguno.

Inalienables nos admite que éstos sean cedidos, traspasados o transferidos.

Inderogables: no pueden ser despojados, dejados sin vigencia, abolidos o anulados por el
orden jurídico.

Universales: son extensibles a todos y cada uno de los miembros del género humano sin
distinción alguna de los rasgos individuales que puedan caracterizar a un individuo.

El ejercicio de los derechos humanos se despliega de hecho cuando la persona a través


de actos pone en práctica las facultades o poderes de acción que le son propios al hacer
uso de un derecho fundamental. Dicha facultades o poderes de acción se manifiestan
como libertades que tiene la persona de operar o no, de una manera o de otra, pero debe
respetar los derechos de los demás, derechos de obligación como ser responsables de
sus actos. E inmunidades que es la protección total contra cualquier tipo de injerencia
externa y por lo tanto de ciertas inferencias o penas que pueden parecer necesarias para
legislar sobre sin la debida orden judicial.
La persona ejerce sus derechos mediante actos humanos, son acciones que la persona
realiza como ser dotado de razón, que es la aptitud de usar la razón para conocer y para
juzgar la realidad circundante, de la libertad que consiste en la facultad natural que tiene
el hombre de operar o no, de una manera o de otra, es la aptitud para autodeterminarse.

De responsabilidad que es la aptitud esencial que tiene todo sujeto activo de derecho
para aceptar y entender las consecuencias de un acto realizado libre y conscientemente.

Los actos pueden ser según el profesor Madrid-Malo:

. Acción: consecuencia o efecto que resulta cuando la persona y lleva la práctica el


ejercicio de un derecho fundamental, que ser interpretado como una cero.

. Abstención: se manifiesta cuando la persona se contiene, se refrena o se aparta del


ejercicio de un derecho. Es la privación voluntaria y libre de un derecho fundamental.

. Rehusamiento: es aquel día acción que manifiesta una objeción o negación a un deber u
obligación o que rechaza el ejercicio de un derecho.

La potestad se refiere al tipo de poder, dominio, jurisdicción o facultad que tiene la


persona como titular de un derecho fundamental de ponerlo en práctica o ejercerlo, lo cual
se manifiesta como potestades de:

Autonomía: su ejercicio queda un espacio de libertad en el cual el titular del derecho se


desenvuelve libremente sin injerencias del estado o de particulares.

Participación: son aquellos derechos que facultan al individuo para actuar y participar
activamente en las diferentes esferas del estado o su conformación.

Crédito: el titular del derecho puede exigir al estado o a particulares actuaciones positivas
para suplir una necesidad o la realización de un derecho.

Limitar los derechos humanos es fijar el ámbito y la extensión dentro de los cuales se
pueden ejercer dichos bienes fundamentales.

Los limites intrínsecos hacen referencia a los límites que poseen los derechos humanos
en el ámbito interno, los cuales a su vez pueden ser subjetivos (señalan la buena fe en el
ejercicio de los derechos humanos) y objetivos (demandan el ejercicio de los derechos
humanos sea racional y no abusivo).
Los límites extrínsecos son aquellos que se enmarcan en las limitaciones previstas en la
esfera exterior que poseen los derechos humanos cuando la persona ejerce estos bienes
fundamentales.

Derecho ajeno: los derechos humanos tienen una función social.


Orden público: está constituido por la tranquilidad, la salubridad, la seguridad y la
moralidad.

Las tres generaciones de los derechos humanos

1. La primera generación de los derechos humanos: la revolución francesa establece los


principios de igualdad, libertad y solidaridad. Esta primera etapa da origen a los derechos
de la primera generación, que se vienen gestando desde el siglo XII y que por su
naturaleza son también llamados derechos civiles y políticos. Se preservan los derechos a
la vida, la libertad de pensamiento y expresión, el reconocimiento al igual que todos los
ciudadanos ante la ley y la justicia, la integridad física, a la participación política mediante
las elecciones, a la propiedad. Es una limitación al poder del estado y contribución en la
protección de la persona frente a los excesos de. La libertad para esta primera
categorización de derechos se considera como un bien fundamental sobre el cual se
desarrollarían los demás derechos civiles (son derechos que reconocen y protegen las
libertades básicas de la persona) y políticos (facultan a la persona para tomar parte activa
en la gestión de los asuntos públicos).
El primer instrumento que les incluirá de manera global fue la declaración universal de
derechos humanos.

Algunos especialistas definen a la primera generación de los derechos humanos con el


nombre de derechos personalísimos entendiendo que son derechos subjetivos privados,
innatos y vitalicios que tienen por objeto manifestaciones interiores de la persona y que
por ser inherentes, extra patrimoniales y necesario, no puedan transmitirse ni disponerse
en forma absoluta y radical. Se consideran a los derechos relacionados con integridad
física del individuo, como el derecho a la vida y a vivir, el derecho al uso y desarrollo del
cuerpo como parte esencial del ser humano, así como también del derecho de morir con
dignidad, a la utilización del cadáver, a la libertad y integridad psicológica, a la libertad de
conciencia y de religión, al derecho al honor, al buen nombre y a la honra, derecho a la
propia imagen, a la intimidad personal en general y a todos los demás derechos que se
desprenden de este.

2. La segunda generación de los derechos humanos: igualdad es el bien cabría liderado


los derechos de la segunda generación o derechos económicos, sociales y culturales.
Con el advenimiento de la revolución industrial a mediados del siglo XVIII y su
correspondiente desarrollo en el siglo XIX llegó incorporación masiva del campesinado a
la industria y a la creación de una nueva clase obrera que se vio inmersa en condiciones
laborales precarias y extenuantes. Se plantea la necesidad de protección de los derechos
de los trabajadores y se deja atrás el antiguo papel del estado gendarme por el estado
social de derecho. Se le plantea al estado la función de hacer, los derechos se convierten
en una exigencia de intervención enfrenta la ausencia del sector privado cuando el vacío
que este sector de, en la cual el estado debe actuar y suplir las carencias y necesidades
sociales que demanda la comunidad. Esta segunda generación siga consolidando entre
los y las 19:20 a partir de diferentes grupos de presión obrera que buscan algunas
mejorías concretas en sus condiciones de vida laboral y social. El derecho al empleo,
salario justo, a la vivienda, a la salud, a la educación, la cultura, a la sindicalización y a la
huelga. No sólo se deben proteger los derechos civiles y políticos, sino que deben
complementar y amparar los demás derechos fundamentales que contribuyan a que la
gran mayoría acceda a este conjunto de bienes básicos e indispensables que permitan a
la persona vivir con dignidad.

3. La tercera generación de los derechos humanos: se va cimentar en la fraternidad iban a


tener como referente la solidaridad, mediante la adhesión asociación en la búsqueda de
los mecanismos necesarios que eleven el nivel de vida, fomenten el progreso social y
estimulen un desarrollo sustentable más acorde con el medio ambiente de las naciones y
pueblos en vías de desarrollo.

También se le suele llamar por extensión derechos de los pueblos, derechos del medio
ambiente o derecho al desarrollo sustentable. Esta generación es la más controvertida y
la que más debates o bien día genera. Se busca la cooperación y la participación de la
comunidad internacional para que hagan viable las condiciones adecuadas para su
puesta en práctica.

Son derechos que exigen a los estados una acción positiva, esto es la voluntad
económica y política del país y su compromiso de colaborar con esta misma línea con
otros estados, así como prestar atención a la voz de las organizaciones internacionales y
no gubernamentales, etcétera. Al ser derechos de cooperación, de solidaridad con otras
naciones y pueblos se van causando el diálogo Norte-Sur, lo cual ha generado una
conciencia internacional de respeto, protección y promoción de todo lo relacionado con el
patrimonio común de los pueblos, de su riqueza cultural y de su biodiversidad, como
legado para las futuras generaciones.

Abarca los derechos relacionados con: el derecho al desarrollo, el progreso económico y


social. El medio ambiente. La autodeterminación de los pueblos. Derecho de los pueblos
indígenas y de las minorías. La solución de los problemas alimenticios, demográficos,
educativos y ecológicos. La paz, la coexistencia pacífica. La propiedad intelectual. El
patrimonio común de la humanidad. La utilización del progreso científico y tecnológico.

La cuarta generación de los derechos humanos: actualmente los derechos a la utilización


del progreso tanto científico como tecnológico son considerados como una categoría
aparte y se les ha llamado derechos de cuarta generación. Serán todos aquellos derechos
que se generan a partir del desarrollo científico, tecnológico, relacionados con el
ciberespacio. En el ejercicio de este derecho se ven vinculados estrechamente otros
derechos como el derecho a libertad de comunicación, pensamiento y expresión; y de una
manera indirecta de los derechos personalísimos que éstos afectan, como son los
derechos a la intimidad, honra y propiedad intelectual, etcétera.
Internet como medio masivo de comunicación ha rebasado los límites de difusión y
crecimiento más que cualquier otro descubrimiento de su género. Presenta diferencias
que le permiten alcanzar grado mayor de extensión, cobertura y aceptación frente a los
demás medios de comunicación, en los siguientes aspectos: el acceso abierto de la red.
Es un sistema interactivo de comunicación. Es un sistema sin límite de horario y continuo.
El acceso a la información es inmediato. No posee una ubicación real o geográfica
concreta.
Ética aplicada y democracia radical. Adela Cortina

10. El estatuto de la ética aplicada

La realidad irrumpe con sus exigencias en la vida filosófica y le pide respuestas, es por
ello que la filosofía se vio obligada a dar, tras los llamados “giro lingüístico” y “pragmático”,
un “giro aplicado”, sobre todo en el ámbito de la filosofía práctica.

La necesidad de dar respuesta con altura humana a problemas como el de la destrucción


de la ecosfera, el hambre en el mundo, el racismo, problemas de la decisión médica en
casos de conflicto moral, ha puesto la ética contra las cuerdas: o proporciona principios
que ayuden a la toma de decisión o quiera descalificada.

Tareas de la ética como filosofía moral: determinar en qué consiste lo moral, fundamentar
lo moral, intentar una aplicación de los principios éticos descubiertos a los distintos
ámbitos de la vida cotidiana.

Las éticas, a diferencia de las morales, intentan reflexionar sobre el fenómeno de la


moralidad en su conjunto utilizando para ello los métodos y lenguaje propio de la filosofía.

La ética aplicada intenta aplicar los principios descubiertos en el nivel fundamentador a


las distintas dimensiones de la vida cotidiana. Antes se esperaban respuestas de la
religión, pero tras la experiencia de vivir en sociedad pluralista, se pide a la ética dichas
respuestas que por racionales deberían ser comunes a todos. Sin embargo, no existe
ninguna ética filosófica en la que concuerde el común de los expertos, si no que en el
terreno de la filosofía moral existe un pluralismo tan amplio como el que se da en el
terreno de lo moral.

Ética aplicada: es la aplicación a los distintos ámbitos de la vida cotidiana de los principios
descubiertos en el nivel de fundamentación, que es la que admitiría Apel para lo que él
llama la “parte B” de la ética. Según Apel en la ética podemos distinguir una parte A,
referida a la fundamentación de lo moral y una parte B, que se ocupa del marco de
principios necesarios para la aplicación a la vida cotidiana de los principios descubiertos
en la parte A. Siendo así que los principios descubiertos en el nivel de fundamentación
son los mismos, hay una unidad formal entre los distintos ámbitos de aplicación.

La ética aplicada no puede ser una moral más, no hay ninguna ética aceptada por todos,
y los distintos con ámbitos de aplicación presentan peculiaridades ineliniminables.

Las éticas tradicionales se asientan sobre la base de la existencia de un código moral


único, por lo que la tarea del moralista consiste en aplicarlos a los casos concretos. En la
ética aplicada no debe solucionar casos concretos (lo cual es objeto de la casuística) sino
que debe diseñar los valores, principios y procedimientos que en los diferentes casos
deberían tener en cuenta a los afectados.

La ética se debe al diseño del marco de aplicación, no con la aplicación concreta, y con el
esclarecimiento del estatuto de ese marco que no puede ser, el del silogismo deductivo.

La casuística 2 se caracteriza según Gracia por utilizar un procedimiento de carácter


retórico y práctico, entendiendo por retórica el arte de realizar juicios probables sobre
situaciones individuales y concretas. En este tipo de juicios la solución de los conflictos se
basa por el criterio convergente de todos los hombres o al menos de los más prudentes y
sabios expresados en forma de máximas prácticas de actuación.

Importa la toma racional de decisiones y las máximas que la posibiliten.

La ética del discurso concibe la aplicación como un momento epistemológicamente


posterior a la fundamentación de los principios éticos: son éstos los que han de aplicarse,
como es el problema.

La ética del discurso se compone de una pragmática formal del lenguaje, una
antropología del conocimiento, una teoría de la acción comunicativa, una teoría de los
tipos de racionalidad, una teoría consensual de la verdad y de la corrección y una teoría
de la evolución social.
La ética tiene la misión fundamentadota de lo moral. Para Habermas la misión de la ética
es la de esclarecer el significado del término “correcto” cuando se aplica una norma,
mientras que Apel considera dos partes en la ética. La parte A de la ética se orienta por la
idea de fundamentación mientras que la parte B se orienta por la de responsabilidad.

Hipótesis para una ética aplicada:


1. el elemento distintivo de la ética aplicada no es siempre el necesario uso de
la racionalidad estratégica.
2. La estructura de la ética aplicada no es deductiva ni inductiva, cosa de una
hermenéutica crítica, trata de descubrir en los distintos ámbitos de la
modulación del principio común o de los principios comunes.
3. En los procesos en los procedimientos de toma de decisión se debe tener en
cuenta la actividad de la que nos ocupamos y la meta por la que es actividad
cobra su sentido. Los valores, principios y las actitudes excedentes a rozar
para alcanzar la meta propia, el bien interno a esa praxis. Los valores y
principios peculiares, que surgen de la modulación del principio ético
dialógico en esa actividad concreta. Los datos de la situación.
4. La ética del discurso no es la única que permite dar cuenta del fenómeno
moral, sino que precisamos distintas tradiciones de lo moral para responder
a los retos de la ética aplicada con los diversos ámbitos.
5. La ética aplicada es la resultante de un doble movimiento: del proceso
inductivo por el que se configura a partir de los valores surgidos de las
distintas actividades y del proceso deductivo por el que los principios y
valores comunes a una sociedad democrática se aplican a las distintas
dimensiones sociales.

11. Modos de entender lo moral

1. Moral del carácter: Si la moral puede entenderse como la formación del carácter
individual que lleva a los sujetos a enfrentar la vida con estado de ánimo determinado: a
tener la moral alta o bien a estar desmoralizado ante los retos vitales. Por lo cual lo moral,
resulta indispensable para un individuo tener algún proyecto vital de autorrealización e ir
ganando la confianza suficiente en sí mismo como para intentar llevarlo a cabo. Rawls
sitúa la autoestima entre lo que denomina los bienes primarios, para poder llevar adelante
cualquier proyecto.

2. Moral como búsqueda de la felicidad: Se denomina razón o intelecto moral, a los


modos de alcanzar dicho fin. La razón moral se presenta como razón prudencial, lo cual
difiere de la razón técnica en la medida en que ésta sabe también de medios pero
únicamente para alcanzar fines puntuales, mientras que la razón moral delibera sobre lo
que conviene a un hombre en el conjunto de su vida, sobre lo que es necesario para ser
feliz.

Los hedonistas identifican a la felicidad con el placer, los eudaimonistas incluyen en la


felicidad el elemento placentero, pero como elemento secundario: la felicidad consiste en
la realización de una actividad, que va acompañada de placer, pero no se identifica con él.

3. Moral del deber: Moral como cumplimiento de deberes hacia lo que es fin en sí mismo.

3.1. Conflictos entre lo justo y lo placentero: Kant descubrió que la vida moral no consiste
en buscar el propio bienestar a costa de lo que sea, sino en poner el mundo humano a
servicios de los hombres, ya que son fines en sí mismos, y precisamente porque este es
el sentido de la vida moral, en el terreno ético se ha ido produciendo un desplazamiento
es entender las exigencias morales como absolutas, como en condicionadas, en el
sentido tan tirano descrito, hasta interpretarlas como deberes prima facie.

Son deberes prima facie aquellos que han de ser cumplidos siempre que no entren en
colisión con otros que, en el caso concreto, pueden tener mayor fuerza exigitiva,
precisamente porque defienden mejor a los hombres.

4. Moral de las virtudes comunitarias: el individuo comunitario es un individuo concreto


que sabe que virtudes al ejercitar para desarrollar una vida plena en el seno de una
comunidad a la que pertenece.

12. Ética cívica

La ética no es ni civil ni religiosa, ni puede serlo, porque es filosofía moral, es decir,


aquella parte de la filosofía que reflexiona sobre el hecho innegable de que existe una
dimensión en los hombres llamada moral. La moral cívica es relativamente reciente, tiene
su origen en la positiva experiencia, vivida a partir de los siglos XVI y XVII en Europa.
La moral cívica consiste en unos mínimos compartidos entre ciudadanos que tienen
distintas concepciones de hombre, distintos ideales de vida buena, mínimos que les llevan
a considerar como fecunda su convivencia. Por eso pertenece a la esencia misma de la
moral cívica ser una moral mínima, constituir la base del pluralismo y no permitir a las
morales que convivan más proselitismo que he de la participación en diálogo común es y
del ejemplo personal. Aparte éticas de máximos y éticas de mínimos.

Las éticas de máximos tratan de dar razón del fenómeno moral en toda su complejidad y
por eso entienden la moral como el diseño que una forma de vida del visitante. Se trata
del tipo de éticas entienden lo moral desde un inmenso imperativo hipotético que diría si
quieres ser feliz, entonces debes. Por lo tanto son éticas conciliatorias, éticas que invitan
o dan consejos desde la experiencia vivida en primera persona o desde la experiencia
heredadas de quienes merecen confianza.

Éticas de máximos y éticas en mínimos

1) Las éticas de máximos tratan de razón del fenómeno moral en toda su complejidad y
por eso entienden la moral como el diseño de una forma de vida felicitante. Estas éticas
son éticas conciliatorias que invitan o dan consejos desde la experiencia vivida en primera
persona o desde la experiencia heredada de quienes merecen confianza.
Morales formales serían las que hacen una invitación universalizable para ser feliz. Se
debería incluir una ética filosófica como el utilitarismo y la moral como la cristiana.
El utilitarismo es una ética de móviles explica la existencia de la moral por la tendencia de
todos los seres vivos a la felicidad, entendida como placer, y propone como criterio para
medir la corrección de cursos alternativos de acción en masa a placer para el menor
número obtenido por cada uno de ellos. Una de sus dificultades sería señalar su carácter
de ética de máximos que como filosofía moral no has apelación alguna a la trascendencia.

El cristianismo se interesa por ser moral, será también una moral de máximos
expresamente remitida al Dios revelado por Jesucristo y que tiene como mensaje el amor
de Dios y al prójimo. Pero será una moral formal porque el amor es una actitud y un
cristianismo no saben más que cualquier otro modo de encarnarlo. El cristianismo si
quiere ser una moral será una moral de máximos.
Las morales de máximos individuales se refieren a la felicidad de los hombres concretos,
no sólo son conciliatorias sino únicas e irrepetibles. Porque la felicidad se identifica con la
gratificación que proporciona experimentar el propio proyecto vital se va abriendo paso y
que el horizonte encierra también una promesa de viabilidad.

2) La moral cívica se encuadra en el contexto de las morales de mínimos, es decir,


aquellas morales que únicamente proponen los mínimos axiológicos y normativos
compartidos por la conciencia de una sociedad pluralista, desde los que cada quien debe
tener plena libertad para hacer sus ofertas de máximos y desde los que los miembros de
esa sociedad pueden tomar decisiones morales compartidas en cuestiones de ética
aplicada.

La moral se ocupa de lo que debe ser y desde ese deber se critica lo que sucede.
Desde esta perspectiva es un hecho en las sociedades pluralistas se ha llegado a una
conciencia moral compartida de valores como la libertad, la tendencia al igualdad y la
solidaridad, que se concretan en la defensa de unos derechos humanos, no sólo políticos
y civiles (derechos de la primera generación), sino también económicos, sociales y
culturales (derechos de segunda generación) y en derechos ecológicos y en el derecho a
la paz, que componen la tercera generación. Si la libertad es el valor guía de la primera
generación, la igualdad lo es de la segunda y la solidaridad de la tercera. Precisamente
porque estos valores son los que dan sentido compartido a la existencia de las
mencionadas instituciones, pueden ser esta criticada por cualquier ciudadano que
considere que no lo encarnan debidamente. Su cumplimiento y respeto llevan aparejada
la práctica de las virtudes propias de un ethos dialógico, que parte de reconocer en cada
hombre es de carácter personal por el que tiene derecho a defender sus intereses y a ser
atendido en unas condiciones es obligado aproximar material y culturalmente a la
simetría. Se precisa un reconocimiento básico del otro como persona, el interés en
conocer sus necesidades, intereses y razones, la propia disposición a razonar, el
compromiso con la mejora material y cultural que haga posible el al máximo la simetría, la
disposición a optar por los intereses generalizables.
Los valores y derechos de nuestra mínima moral cívica son perfectamente defendibles por
creyentes, cuya fe, bien entendida ha ayudado y ayuda a configurarlos. Pero no debe
esperarse de ellos fraternidad o salvación, porque la moral cívica no pretende sino dar un
sentido compartido la vida y decisiones sociales y evitar el totalitarismo intolerante de los
incapaces de pluralismo. Hay dos corrientes capaces de dar razón de una moral cívica
dotada de las características que señalamos: el liberalismo político y la ética del discurso.
Ambas tienen precedente ético a la ética formalista, deontológica, universalista y mínima
de Kant, por lo cual se las denomina éticas kantianas. Las diferencias existentes entre
ellas proceden sobre todo del método filosófico empleado y del tipo de fundamento al que
digan.
En el caso de Kant el método empleado es el trascendental, que tiene sus dificultades en
el campo práctico porque el método de deducción trascendental empleado por tiene por
referente el conocimiento científico de experiencia y no una experiencia no empírica. El
punto de llegada es la autonomía de cada ser racional. Son capaces de darse sus propias
leyes, hecho por el cual tienen un valor en sí, es decir, un valor absoluto del sentido moral
y no se les puede utilizar como medios con vistas a fines egoístas porque son en sí
mismos fines.

El método empleado por Rawls es el equilibrio reflexivo que parte del hecho de que ya
existe en los países democráticos occidentales un consenso solapadamente entre
distintas posiciones, creyentes y no creyentes, posiciones que comparten determinados
valores. La tarea del filósofo consistirá entonces en ayudarnos a comprender mejor lo que
ya compartimos y propone con tal fin rastrear en nuestra tradición es cual o cuales darán
mejor razón de ello, para pasar después a configurar conceptualmente con su ayuda un
modelo que pueda devolverse a la sociedad para llevar a cabo la tarea social práctica de
reforzar sus convicciones morales.
Ética para psicólogos. Introducción a la Psicoética
Omar Franca-Tarragó

El ethos de una profesión es el conjunto de actitudes, normas éticas específicas, y


maneras de juzgar las conductas morales, que la caracterizan como grupo sociológico. El
ethos de la profesión fomenta tanto la adhesión de sus miembros a determinados valores
éticos, como la conformación progresiva a una tradición valorativa de las conductas
profesionalmente correctas.
Ética o filosofía moral con mayúscula es la disciplina filosófica que reflexiona de forma
sistemática y metódica sobre el sentido, validez y licitud (bondad o corrección) de los
actos humanos individuales y sociales en la convivencia social. Para esto utiliza la
intuición experiencia humana y depurada o reelaboración racional.
Escrita con minúscula o usada como objetivo ética o moral hace referencia al modo
subjetivo que tiene una persona o un grupo humano determinado, encarnar los valores
morales. Es la ética en tanto vivida y experimentada. En ese sentido el lenguaje popular
se refiere a que una persona no tiene ética o que la ética o la moral de fulano es
intachable.

La Psicoética es un intento sistemático de clarificar, de buscar interactiva y


consensudamente, los procedimientos adecuados para la correcta resolución de los
dilemas éticos que se presentan en la práctica psicológica y psiquiátrica.
La ética filosofía moral tiene como objeto valorar la objetividad de las acciones humanas
en la convivencia, a la luz de los valores morales. La ética trata de justificar racionalmente
si puede considerarse bueno para todo ser humano (criterio universal ético) el deber de
dejar vivir o de matar. La ética se ocupa de encontrar las convergencias racionalmente
justificables para todo ser humano, aún cuando las mismas sean muy reducidas.

La deontología se ocupa de los deberes profesionales. La relación entre un psicólogo o


psiquiatra y una persona que solicita su capacitación profesional, implica una relación
dual, entre dos sujetos activos. Es dicha relación diádica la que es objeto de estudio por
parte de la psicoética y no, exclusivamente, aquello que compete al deber del profesional.
La deontología, como ciencia del saber, implica que la perspectiva es adoptar a la
reflexión es la que surge de un polo de relación: el profesional. Sin embargo, también
paciente, tiene sus respectivos deberes y derechos en dicha relación. Ambos aspectos
son objeto de reflexión por parte de la psicoética.

Un código de ética profesional es una organización sistemática del ethos profesional, es


decir de las responsabilidades morales que provienen del rol social del profesional y de
las expectativas que las personas tienen derecho a exigir en la relación con un psicólogo
o psiquiatra. Representa un esfuerzo por garantizar y fomentar el ethos de la profesión
frente a la sociedad. Es un instrumento en la medida que expresa los principios y normas
que emergen del re social del psicólogo y psiquiatra. Por lo tanto es un medio útil para
promover la confianza mutua entre un profesional y una persona o institución.

Funciones de los códigos de ética:

b) Declarativa: fórmula cuáles son los valores fundamentales sobre los que está
basada una determinada ética profesional

c) identificativa: permite dar identidad y rol social a la profesión mediante la


uniformidad de su conducta ética
d) informativa: comunica la sociedad cuáles son los fundamentos y los criterios éticos
específicos sobre los que se va a basar la relación profesional-persona

e) discriminativa: diferencia los actos de los ilícitos; los que están de acuerdo con la
ética profesional y los que no lo están

f) metodológica y valorativa: dar cauces para las decisiones éticas concretas y


permite valorar determinadas circunstancias previstas por los códigos

g) coercitiva: establece cauces para el control social de las conductas negativas


desde un punto de vista ético

h) protectiva: protege a la profesión de las amenazas que la sociedad puede ejercer


sobre ella.

Aunque los códigos de ética son un instrumento educativo de la conciencia ética del
profesional, poseen limitaciones:

-pueden inducir a pensar que la responsabilidad moral del profesional se reduce a cumplir
sólo lo que explícitamente está prescripto o prohibido en esos códigos.

-Pueden ser disarmónicos, es decir, dar importancia a ciertos principios morales como el
de beneficencia pero dejar de lado otros como el de autonomía o de justicia, o las reglas
de veracidad y fidelidad.

-Pueden incurrir en el error de privilegiar la relación psicólogo-persona individual por


encima de la relación psicólogo-grupos, psicólogo-instituciones o psicólogo-sociedad.
La ética en psiquiatría

Sidney Bloch, Paul Chodoff y Stephen Green

La ética, voz precedente del griego ethikos, que significa disposición, encuentra su nicho
filosófico dentro del discurso de la filosofía moral, el estudio de la conducta en relación a
la corrección o incorrección de una acción y a la bondad o maldad de sus motivos o fines.
Los filósofos morales explican cómo se alcanzan los juicios de valor y abordan el
problema de cómo poner a prueba las proposiciones éticas. Examinan conceptos como
bueno, malo, correcto, incorrecto, deber, tener que, justicia, obligación, responsabilidad y
muchos otros términos de carácter valorativo. Una premisa básica, es que cuando los
sujetos pueden elegir entre varios cursos de acción y sus actividades no están totalmente
condicionadas, emerge inmediatamente la cuestión relativa a cómo se ha tomado la
decisión y a si la opción elegida es correcta o incorrecta.
El filósofo puede ofrecer una teoría para enfrentarse a estos problemas (éste es el nivel
más general de la ética).

Se han propuesto diversos modelos clásicos:

i) Posición Utilitarista: destaca la importancia de las consecuencias de los actos, el


equilibrio entre las consecuencias buenas y malas, entre beneficios y daños. Una
persona debería elegir la conducta que consiguiera los mejores resultados,
considerando los intereses de todos los sujetos que pudieran verse afectados por
ella. La consecuencia final sería el mayor bienestar posible de todos los implicados.

 Teoría Deontológica: la idea central es que ciertos actos son intrínsecamente


incorrectos y nunca pueden transformarse en correctos y que los juicios morales
son aplicables de forma universal.

 Teoría de la Justicia de Rawls (finales del siglo XX): su tesis central consiste en que
la moralidad se constituye sobre la base de los principios elegidos por la persona
racional (que es la persona que actúa en beneficio de sus propios intereses) con el
condicionamiento crucial de que realiza sus juicios tras un velo de ignorancia –el
sujeto ignora la posición que ocuparía en una sociedad en la que operasen sus
principios-. De esta manera, al elegir los principios desde esta posición velada, se
evita cualquier interés egoísta en la elección.

Aunque estas teorías sean coherentes y se argumenten minuciosamente, aún se plantea


la cuestión de cómo aplicarlas a las situaciones cotidianas concretas. Para los psiquiatras
que afrontan circunstancias desafiantes e intrincadas, cada situación es única y excluye la
aplicación de principios generales o de pautas generales de conducta. Los dilemas éticos
no se resuelven con recetas sencillas prefabricadas. La aproximación supone describir los
problemas con la mayor claridad posible, de forma que pueda apreciarse su naturaleza y
complejidad, proceso que facilita el camino para alcanzar juicios éticos razonados.
Las reglas de confidencialidad, veracidad y consentimiento informado en el contexto
sanitario. Sergio Cecchetto

Las reglas morales:

La confidencialidad: remito información que debe mantenerse en secreto. La regla ética


de confidencialidad podría entenderse como la conducta del personal biomédico que
consiste en guardar reserva de los hechos conocidos en el ejercicio una profesión,
quedando aquí englobados los datos que qué del paciente se conocen aunque no hayan
sido expresamente revelados por éste de manera confidencial. El secreto del cuerpo
médico forma parte de un tipo de secreto profesional. El cuerpo médico debe perseguir la
verdad el paciente tiene por contar y debe recoger y retener esa confesión para poder
establecer oportunamente un diagnóstico y ofrecer tratamientos adecuados.

La deontología profesional ha dictaminado el profesional deviene confidente obligado del


paciente y entonces el secreto aparece como un compromiso tácito que ésta quiere al
relacionarse con él.

La veracidad: es una regla derivada del principio de respeto por el autogobierno o


autonomía de las personas. Ocultarles datos esenciales es faltarle al respeto a su
condición personal misma. El problema de la veracidad en biomedicina pueden
sintetizarse en dos posturas principales: una apoyada en el principio de beneficencia que
admite sistemáticamente la negación en todo o en parte de la verdad con el pretexto de
evitar sufrimientos innecesarios al paciente, y otra apoyada en el principio de respeto por
la autodeterminación que considera inadmisible escamotear una noticia crucial al paciente
por dolorosa que ésta sea la que la verdad significa el otro cuando se lo reconoce como
agente moral autónomo.

El consentimiento informado: apareció como un requisito a la vez moral y legal, a ser


cumplimentado con el objeto de dejar constancia expresa de que tanto uno como otro
polo de la relación profesional, esto es, están del paciente moralmente capacitado para
decidir sin que mediara coacción y contando antes de tomar la decisión con toda la
información relevante del caso.

La práctica el consentimiento informado está justificada tanto por el respeto a la libertad


de los individuos como por la consecución de lo que más les conviene, en vista de la
maraña de problemas conceptuales y ricos afectan a la relación profesional-paciente en
nuestras sociedades multiculturales y pluralista. Se trata de una práctica compleja por
cuanto refiere al permiso otorga una persona capaz y competente así como también el
permiso que ofrece el representante legal o el tutor de una prosa incapaz para consentir
por sí.

No sabemos si el consentimiento del paciente informado se convierte en un deber médico


desorienta a hacer el bien o si se trata de un derecho a la autodeterminación del que el
paciente dispone por ser sencillamente hombres.
Confidencialidad, veracidad y consentimiento informado son reglas simples bajo una
primera mirada y se vuelven complejas apenas se pretende ahondar en su examen. Esta
dificultad no se despliega sólo en un nivel teórico sino que muestra especialmente su
riqueza y complejidad en un nivel práctico, cuando su aplicación para la toma de
decisiones que viene ineludible.

Consentimiento informado
Algunas cosas el paciente debe saber acerca de la terapia y de su psicoterapeuta: la
capacitación. Informaciones sobre el proceso psicoterapéutico. Como parte de mi ética
profesional se reconozco usted: tiene el derecho a decidir si quiere recibir o no
psicoterapia de mi parte. De dar por finalizada la terapia en cualquier momento sin
ninguna obligación moral, legal o económica. A hacer cualquier pregunta acerca de la
manera que tengo de proceder durante la terapia. De evitar el uso de ciertas técnicas
terapéuticas. A oponerse al registro electrónico de los datos. A revisar los datos objetivos
que se refieren a usted y que tengo en mis ficheros. A la confidencialidad. A saber cuáles
son las excepciones a mi deber de confidencialidad.
Otros aspectos prácticos. Puede hacer preguntas. Acuerdo mutuo para el inicio de la
psicoterapia.

Evaluación de la competencia

Categoría 1: paciente con un mínimo nivel de competencia

Criterios de competencia: conciencia básica de la propia situación. Asentamiento explícito


implícito de las opciones que se le propone.

Son competentes en esta categoría: niños, retrasados mentales, demencia senil es


moderado.

Son incompetentes en esta categoría: inconscientes, comatosos, autistas.

Decisiones médicas que pueden tomar: consentir en tratamientos eficaces. Rechazar


tratamientos ineficaces.

Categoría 2: paciente con mediano nivel de competencia

Criterios de competencia: comprensión de la situación médica y del tratamiento médico.


Capacidad de elección basada en las expectativas médicas.

Son competentes en esta categoría: adolescentes de más de 16 años, retrasados


mentales leves, ciertos trastornos de la personalidad.

Son incompetentes en esta categoría: trastornos emocionales severos, fobias al


tratamiento, alteraciones cognitivas.

Decisiones médicas que pueden tomar: consentir en tratamientos de eficacia dudosa.


Rechazar tratamientos de eficacia dudosa.

Categoría 3: pacientes con elevado nivel de competencia

Criterios de competencia: comprensión reflexiva y crítica de la enfermedad y tratamiento.


Decisión racional basada en consideraciones relevantes incluyen creencias y valores
sistematizados.

Son competentes en esta categoría: adultos con mayoría de edad legal, enfermos
reflexivos y autocríticos, poseedores de un mecanismo maduro de comprensión.

Son incompetentes en esta categoría: enfermos indecisos, cambiantes o ambivalentes,


histeria, defensas neuróticas.

Decisiones médicas que pueden tomar: consentir en tratamientos ineficaces. Rechazar


tratamientos ineficaces.
Para fundamentar la bioética. Ferrer y Àlvarez

Estructura del sistema moral:

j) teoría filosófica: aporta los presupuestos o mitológicos y epistemológicos


necesarios para desarrollar la teoría moral.
k) Fundamento moral: intenta establecer una base razonable aunque no demostrable
racionalmente, de la norma moral fundamental o canon moral. Este fundamento
moral es por qué de la norma moral fundamental, es la razón en que basamos la
obligación de la misma.
l) Norma moral fundamental: proporciona el que de la virtud, el que el valor moral,
que es merecedor de respeto.
m) Principios morales: son normativos, tienen contenido, pero su carácter es general y
su aplicación, por lo que deben ser especificado, concretizados en normas y reglas
de aplicación a los problemas.
n) Normas: son especificaciones de los principios para su aplicación a los problemas
como el consentimiento informado, la eutanasia, etcétera. Todavía con un carácter
general pero más concretas.
o) Juicio moral: la aplicación de las normas a las casas particulares, teniendo en
cuenta el contexto, las circunstancias, las consecuencias, haciendo o no
excepciones a las normas, llevará a hacer el juicio moral.

Procedimiento y metodología de la decisión moral

Esquema general de los procedimientos de decisión:

. Determinación de hechos: biológicos. Sociales. Creenciales. Legales.


. Problemas éticos
. Toma de decisión
. Justificación o razonamiento

Procedimiento de decisión:

. Recogida de datos: historia clínica. Informes social, jurídico, psiquiátrico, etcétera.


Entrevistas personales: médicos, enfermeras, etcétera.

. Discusión de los problemas biopsicosociales: todos los participantes en la decisión


deben comprender los datos biopsicosociales propios del caso que se está considerando.

. Identificación de los problemas éticos: diferenciar, enumerar y definir todos. Problemas


pasados, actuales y futuros. Construir el árbol de problemas.

. Análisis y discusión de cada uno por separado: árbol de cursos de acción.

. Toma de decisión: cada uno de los cursos de acción posibles deberá ser sometido a los
diferentes pasos o momentos del análisis.

. Canon o norma moral fundamental: el primer paso consiste en preguntarnos si el curso


de acción que estamos analizando cumple con el canon, con la forma de la moralidad, es
decir, si cumple la condición de posibilidad para ser considerado dentro de la clase de lo
moral. Si cumple con el canon se pasa al siguiente paso.
. Principios y normas morales: consiste en preguntarnos si la decisión analizada cumple
con los principios y normas morales. Si cumple con todos quiere decir que no había
problema moral, pues si no hemos planteado un problema ético que generalmente porque
no podemos satisfacer todos los deberes al mismo tiempo, existiendo un conflicto entre
dos o más de ellos.

Cuando existen conflictos sean proceder conforme a la jerarquía:

-nivel 1: normas de gestión pública: no-maleficencia. Justicia. Respeto las decisiones


autónomas. Beneficencia.

-nivel 2: normas de gestión privada: no-maleficencia. Justicia. Respeto las decisiones


autónomas. Beneficencia.

.Ponderación de consecuencias: en este paso se analiza las consecuencias previsibles


del curso de acción elegido o de los varios entre los que dudamos. Cuando el
cumplimiento un principio conlleva prever unas consecuencias indeseables plantearemos
si podemos hacer excepción a ese principio para evitar dichas consecuencias. Los
principios obligan prima facie, pero si las consecuencias suponen transgredir otro principio
incluso no cumplir con el canon, podremos hacer excepción al mismo por no considerarlo
un deber real, aunque sigue siendo un deber de prima facie.

. Justificación de la decisión: se debe elaborar el razonamiento que justifique el curso


acción que hemos elegido, dando razones a favor de la doble perspectiva de los principios
y de las consecuencias, como las razones en contra.

. Metodología dialógica: sin una metodología de este tipo es imposible tomar decisiones
moralmente legítimas, porque la interdisciplinariedad y la democracia son elementos
irrenunciables para la bioética.

. Actitud aplicación del procedimiento: hay dos actitudes distintas ante los problemas
morales y ante cualquier otro tipo de problemas. Hay individuos que se sitúan ante el
problema con actitud de búsqueda, de investigación, sin importarles la conclusión a la que
puedan llegar. Su preocupación se centra en las razones, los argumentos, etc. Hay otros
individuos que ante un problema, sobre todo si es moral, se adhieren a una solución
inmediatamente, toma partido por una postura y buscan hacia atrás las razones que
avalen esa solución, esa postura. Lo que les importa estar razones para una solución en
concreto. Ante cualquier problema y sobre todo ante los problemas morales se debe optar
por la primera postura. Una postura de búsqueda, de investigación, sin conclusiones
prefijadas, abiertos a los mejores argumentos y dispuestos a cambiar la solución, sin
miedo a de decirlo. Es una postura suele ser fruto de la inseguridad, de la escasez de
conocimiento y del miedo razonar por uno mismo, defendiendo soluciones diseñadas
desde otras instancias considera superior.

Gracia señala plantea el procedimiento funciona dependiendo del procedimiento mismo y


de la actitud o mentalidad de que lo utiliza, es lo que él denomina marco de referencia.
Los problemas morales se pueden abordar de una manera dilemática y de una manera
problemática. Las soluciones dilemáticas son poco realistas y por lo general inmorales.
Éste tipo de mentalidad se da entre los utilitarista y entre los deontologistas fuertes.
Ambos presuponen que los juicios morales se pueden resolver con certeza, con exactitud,
que sólo una respuesta es correcta y que la verdad moral es universal. La actitud
problemática cuando se plantea un conflicto no se logre en forma de dilema. Los
problemas morales son eso, problemas y no dilema. Pueden tener muchas soluciones y
varias de ellas pueden ser correctas la vez. La corrección de una implica necesariamente
incorrección de todas las demás.
Para fundamentar la bioética
Ferrer y Álvarez

Beauchamps y Childress formularon cuatro principios generales para orientar moralmente


las decisiones de los investigadores y de los clínicos en el ámbito de la biomedicina.
Los principios son las normas morales más amplias y generales que son a su vez fuente y
fundamento de otras normas más específicas. Estos autores toman los siguientes
principios:

1. Principio de respeto a la autonomía: la autonomía personal se refieren a la capacidad


que tienen las personas para autodeterminarse, libre de influencias externas y las
controlen. El individuo autónomo obra libremente en conformidad con un plan de acción
que él mismo ha elegido. Existen tres condiciones para que las acciones de una persona
sean autónomas: el sujeto debe obrar intencionalmente; con comprensión; y sin
influencias externas que determinen o controlen su acción. Existen diversos grados de
autonomía en las acciones humanas.

El respeto por la autonomía exige que se reconozca el derecho del sujeto moral: a tener
sus propios puntos de vista, a hacer sus propias acciones, y a obrar en conformidad con
sus valores y creencias personales.

La obligación de respetar la autonomía ajena exige acciones y actitudes, por ello, los
profesionales de la salud están obligados a revelar información necesaria a sus pacientes
acerca de su diagnóstico y de las opciones terapéuticas disponibles, para que el paciente
comprenda de qué se trata y que pueda decidir con conocimiento de causa. Éstas son las
exigencias del consentimiento informado.

El principio de respeto por la autonomía se puede formular como aquél exige que se
otorgue un trato respetuoso a las personas en la comunicación de informaciones, así
como que se favorezcan sus decisiones autónomas.

Cuando las personas tienen autonomía disminuida se pueden justificar las intervenciones
de índole paternalista.

2. Principio de no-maleficencia: afirma la obligación de no hacer daño intencionalmente y


es el fundamento de la ética médica.

Se trata de prescripciones negativas que prohíben una determinada acción. Dañar


significa frustrar o perjudicar los intereses de alguien. Este principio no prohíbe cualquier
daño, sino solamente aquellos que constituyen un agravio, es decir un injusto perjuicio a
los derechos e intereses fundamentales de personas.
En muchos casos obligaciones de no-maleficencia obligan con más fuerza que de
beneficencia.

3. Principio de beneficencia: además de respetar a los demás en sus decisiones


autónomas y de abstenernos de hacerle daño, la moralidad también nos exige que
contribuyamos a su bienestar. La beneficencia exige que pongamos actos positivos para
promover el bien y la realización de los demás. Exige que realicemos acciones que
produzcan una cantidad de beneficio suficiente para contrapesar los daños o cargas que
pudiesen seguirse de nuestra intervención.
Algunas normas o reglas de beneficencia son:
-proteger y defender los derechos ajenos
-prevenir los daños que podrían afectar a terceras personas
-eliminar las condiciones o situaciones que pudiesen dañar a otros
-ayudar a las personas con discapacidades o deficiencias
-rescatar a las personas que están en peligro
Estos autores distinguen entre beneficencia específica que nos obliga a obrar
benéficamente hacia las personas con las que nos vinculan relaciones especiales (hijos,
cónyuges, amigos, pacientes, etcétera) y beneficiencia general, que nos obligan a obrar
bien eficientemente más allá de las relaciones especiales, con todas las personas.
Una persona X está obligada a obrar benéficamente a favor de otra Y sólo en las
siguientes condiciones:
p) Y corre un riesgo significativo de pérdida o daño afectará su vida, salud o cualquier
interés fundamental.
q) La acción de X es necesaria para prevenir la pérdida o el daño de Y.
r) Existe una gran probabilidad de que la acción de X tenga éxito.
s) La acción de X no le supondría riesgo o cargas significativas.
t) El beneficio que Y obtendría sobrepasa los posibles daños o cargas que la acción
pudiese suponer para X.

4. Principio de justicia: en el ámbito biomédico y la dimensión de la justicia que nos


interesa más en la justicia distributiva, que se refiere a la distribución equitativa de los
derechos, beneficios y responsabilidades o cargas en la sociedad.

El principio formal de justicia, atribuido a Aristóteles, es común a todas las teorías de la


justicia y sostiene que en casos iguales se deben tratar igualmente y casos desiguales se
deben tratar desigualmente. Pero este principio carece de los contenidos concretos que
nos indiquen desde qué punto de vista los casos son o deben ser iguales no da los
criterios para determinar la igualdad, por eso es insuficiente por sí solo y exige criterios
materiales de justicia distributiva. Estos criterios identifican las características relevantes
para recibir un trato igualitario. La mayor parte de las sociedades usan varios de estos
criterios en la elaboración de la legislación y la formulación de políticas públicas.

Valoración crítica: Estos cuatro principios son demasiado generales e insuficientes por sí
solo para guiarnos en las decisiones, es por esto que existen especificación y
ponderación.
La especificación es el proceso por el cual reducimos la indeterminación de las normas
abstractas y las dotamos de contenidos aptos para guiar acciones concretas, es un
proceso de refinamiento para desarrollar el significado y alcance de los principios morales
generales en coherencia con los valores morales aceptados por el sujeto y por su
comunidad.

La ponderación de los principios supone un juicio acerca de su peso relativo en una


sociedad concreta, para determinar cuál es el principio, norma o derecho preponderante.

El criterio para decidir cuál es el valor o norma preponderante en una situación concreta
es de índole consecuencialista: el sujeto moral de optar por la alternativa que maximizan
bien en la situación.
A pesar de estas condiciones y del requisito de coherencia moral al que están sujetas
todas las decisiones morales, algunas veces ser imposible determinar cuál es el principio
o norma preponderante.

El paradigma casuístico de Jonsen y Toulmin


La deducción formal (matemática) es el paradigma del conocimiento teórico, episteme, y
sólo puede referirse a las cosas que no pueden ser de otro modo. Pero en lo que respecta
a las cosas que pueden ser de otra manera, como las que son objeto de la producción,
acción o actuación, la disposición racional no puede ser la episteme, sino en el caso de la
producción será la técnica o arte y la disposición racional para la acción será la prudencia.
La ética y la política son para Aristóteles, campos prácticos y no teóricos. Éste
conocimiento práctico es concreto, porque su verdad se apoya en la experiencia directa.
Casuísticas de los siglos XVI y XVII buscaban la solución para los problemas de
teleología moral y al obrar estaban en la tradición aristotélica.

Hay una semejanza entre razonamiento clínico y el ético, dado que en ambos casos se
trata de razonamientos prácticos, exigen el ejercicio de la prudencia aristotélica. El
elemento clave en el diagnóstico es el reconocimiento de las taxonomías (es la ciencia de
los principios de clasificación y su aplicación a las ciencias particulares) aprendidas
anteriormente, a través de lecturas o el contacto con casos paradigmáticos (ejemplo o
ejemplar). Mediante un razonamiento analógico procede por comparación.

Cuando no se ve con claridad cuál sería la solución moral para una solución problemática
se recurre a casos análogos de resolución moral ya se conoce y se acepta (casos
paradigmáticos). Pero: la solución no puede ser simplemente transferirse de un caso al
otro, porque son análogos pero no unívocos. El método casuístico no ni al valor de los
principios morales, sino que procura aplicar los principios a la nueva situación con
discernimiento, tomando en serio las circunstancias concretas del caso nuevo y
devaluación ponderada de las posibles soluciones.

El análisis de cualquier caso conlleva cierto número de pasos:

 Tópicos: los tópicos comunes son los pasos que hay que seguir para definir
cualquier caso, los tópicos especiales son los que hay que tener en cuenta para
analizar los casos que pertenecen a una disciplina en particular.

 Circunstancias: se debe describir las circunstancias de cada caso, no son datos


aislados sino datos que se insertan en un tópico. Las circunstancias clásicas son
quien, que, cuándo y dónde. Las circunstancias son importantes siempre porque
son las que configuran el caso. La casuística presta atención a las circunstancias
de cada caso porque tienen una relevancia en el análisis moral de los casos
clínicos.

 Entimemas: se invocan a modo de máximas que se suponen aceptadas por todas


las personas implicadas en la decisión, tales, lo primero es no hacer daño. Las
mismas deben ser cuestionadas por los hechos y las circunstancias del caso lo
cual podría llevar a una discusión filosófica.

 La comparación de los casos o razonamiento analógico: se procede a comparar el


caso nuevo con el conocido, buscando similitudes y diferencias, para discernir si
las nuevas circunstancias exigen una valoración moral inédita.

Para Jonsen la casuística no es una alternativa a los principios. Los principios son como
la armazón estructural del edificio ético, pero los principios sin la casuística carecen de la
sustancia concreta de la vida moral.
Valoración crítica: Beauchamp y Childress señalan en su crítica del modelo casuístico en
bioética, los casuistas parecen sugerir que los casos hablan por sí mismo, pero los casos
tienen que ser clasificados e interpretados y en eso juegan un papel crucial en las teorías,
los principios y las normas morales. Son precisamente estas normas generales las que
nos permiten elaborar taxonomía para el análisis moral. Además, así como en conflictos
entre los principios generales, también puede haber conflictos entre las analogías que un
caso puede evocar casos análogos que sugieran soluciones conflictivas entre sí.

El paradigma de las virtudes de Thomasma y Pellegrino

Las éticas de la virtud son e ideológicas. Las virtudes son rasgos de carácter y capacitan
al sujeto moral para alcanzar el fin propio de la actividad particular está realizando. En una
sociedad pluralista como la nuestra es imposible desarrollar una teoría robusta de las
virtudes porque falta el acuerdo acerca del telos de la vida humana, de cual sea la vida
buena para el hombre. Diversas comunidades morales proponen fines incompatibles entre
sí.
Las éticas de la virtud florecen en una comunidad moral que pueda aglutinarse en torno a
un consenso teleológico, y puede alcanzar un consenso con respecto al bien o fin que la
define. Para los autores la medicina es una comunidad moral. Esto se debe a la
naturaleza de la enfermedad; la índole comunitaria de los conocimientos médicos; el
juramento profesional.
La virtud es un trabajo de carácter que dispone habitualmente a la persona que lo posee a
la excelencia, tanto en intención como en la ejecución, en relación con el telos propio de
una actividad humana. Las virtudes médicas son fidelidad a la promesa, benevolencia,
abnegación, humildad intelectual, justicia y prudencia.

Valoración crítica: los autores admiten que las virtudes por sí solas no bastan para la
elaboración de una teoría ética suficientemente abarcadora, se deben incluir además los
conceptos de deber y principio así como anclar la relación entre esos.

Una de sus limitaciones es su circularidad: el acto moralmente bueno es aquel realizado


por la persona virtuosa, conforma la virtud y del otra parte la persona virtuosa es aquella
que realiza acciones conforma la virtud. La única manera de escapar de este
razonamiento circular es aceptando que existen unos principios fundamentales objetivos
con los que se debe conformar la acción humana, si ha de ser auténticamente virtuosa.
Por sí sola la ética de las virtudes podría caer en el subjetivismo hemos vista como esos
reconocen. La ética de los principios divorciada de las virtudes se quedaría en un
formalismo abstracto que puede servirnos para determinar la rectitud o corrección de las
acciones, pero que prescinde de la formación del carácter de las personas.

La ética del permiso de Engelhardt

El autor propone elaborar una bioética mínima para permitir la colaboración de los
ciudadanos en empresas comunes en el seno del estado moderno. Se trata de una
sociedad pluralista, sin una visión compartida de la vida buena.

Existen cuatro caminos para resolver los conflictos y desacuerdos entre las personas: la
fuerza; la conversión de una parte al punto de vista de la otra; la sólida argumentación
racional; el acuerdo. Pero cuando no existe una visión compartida la única fuente
autoridad moral es el acuerdo o consenso democrático. Esta concepción de la bioética
exige un mínimo de suposiciones morales previas. Los dos principios fundamentales de la
tal moral son:

El principio del permiso: implica el respeto mutuo y la prohibición de usar al otro sin su
consentimiento, este es el principio cardinal de la vida moral. Sin permiso o
consentimiento de autoridad moral. Las acciones que lesionan este principio son acciones
vituperables y colocan a la gente fuera de la comunidad de los seres morales en general.
El uso de la fuerza, defensa o castigo es moralmente lícito.

El principio de beneficencia: es el fundamento de la moralidad de la solidaridad social. El


autor sostiene que la mayoría de los argumentos pasados en la justicia por principio de
justicia, son en realidad argumentos de beneficencia, porque parten de una concepción de
la justicia que presupone una comprensión particular de la vida buena, de la que se
deduce una distribución ideal de los bienes.

Frente al principio beneficencia, el del permiso goza de una prioridad conceptual, porque
el principio del permiso se pueda aplicar sin necesidad de recurrir al de beneficencia pero
no a la inversa.

La ética médica comunitaria está liberal de Emmanuel

El autor plantea una filosofía política alternativa que permite afirmar el pluralismo a la vez
que sostiene que es necesario invocar las visiones de la vida buena para justificar las
leyes y las políticas de acción en la sociedad. El líder político de la democracia
deliberativa, en la que los individuos autónomos participan activamente en la vida de una
pluralidad de comunidades. En ellas, los ciudadanos interpretan y crean los valores
comunitarios y especifican como éstos van a configurar la vida en común. Cada uno de
los miembros se compromete con la comunidad y no sólo con su propia prosperidad.

El autor reconoce tres problemas fundamentales de su propio paradigma: el tamaño, la


complejidad y la pertenencia.

La ética del cuidado de Gilligan, Noddings y Tong

La bioética debe desarrollar una metodología feminista, de tal manera que contribuya a la
articulación de políticas públicas que reduzcan la opresión de las mujeres en el mundo de
la biomedicina. Esta metodología consiste en el diálogo práctico feminista, en lugar de
comenzar con la articulación de principios o normas morales generales, parte de
oportunidades para que los participantes hablen acerca de sus propias experiencias
morales.

La bioética utilitarista de Singer

Las acciones humanas son moralmente buenas si maximizan la felicidad un bienestar y


evitan el dolor o sufrimiento para la mayor parte de las personas afectadas por esas.

Este autor presenta una versión distinta de la tradición filosófica: el utilitarismo basado en
el principio de igual consideración de intereses. Extiende la protección de las exigencias
morales a todos los seres sensibles.

Sostienen que una persona y una vida moral cuando está convencida de que sus
acciones son correctas y puede justificar racionalmente sus opciones morales. La
justificación debe ser aceptable desde una perspectiva universal.
El autor propone el principio igual consideración de intereses que exige que otorguemos
el mismo peso en nuestras consideraciones morales a los intereses iguales de todos los
afectados por nuestras decisiones.

Valoración crítica: rechazo del especieismo. Conflicto de intereses.

El pragmatismo clínico

Se presenta como un método procedimental, propone un modelo democrático para la


resolución de los problemas éticos.

El paradigma de la moralidad común

El sistema moral es la moralidad común, que incluso en los juicios morales ponderados
que la generalidad de las personas sostiene con partes. La teoría moral describí justifica
el sistema moral. Lo que existe primero es el sistema moral.
Valoración crítica: La teoría de la moralidad común nació como una crítica al
principalísimo. La crítica básica es la ausencia de una teoría que unifique y de coherencia
los principios.

La bioética laica de la tolerancia de Scarpelli

Le ética no es verdad. La ética es arbitraria en cuanto sus principios lógicos aunque esto
no significa que sea arbitraria desde el punto de vista humano. La ética no se basa en
principios que se puedan establecer como verdaderos indiscutibles. Por lo tanto, la ética
es siempre una opción radicalmente individual.

La ética formal de bienes y el principalísimo jerarquizado de Gracia

El principalísimo de Gracia intenta solucionar los problemas del modelo de Beauchamp y


Childress. Para él todas las teorías de fundamentación de la bioética se han constituido
en diálogo con el principalísimo de los autores mencionados.

Una de las críticas señala la carencia de un sistema de referencia previo, así como la
ausencia de jerarquía de los principios. En la propuesta de Beauchamp y Childress los
principios pueden ser justificados las diferentes posturas, por lo tanto no es relevante su
fundamentación. Gracia niega que deontología y teleología sean justificaciones
metaéticas, si no que son momentos necesarios de la racionalidad moral, el momento del
esbozo y el de la experiencia. Niega que los cuatros principios sean posibles sin un
sistema de referencia previo que los fundamente y dota de sentido. Para este autor, los
principios son similares a máximas o principios subjetivos de la acción de Kant, pues
definen móviles de la voluntad compatible con el sistema de referencia o canon moral.
Afirma, con Brota y contra Beauchamp y Childress que “deben llamarse deontológicos
todos aquellos sistemas morales que defienden la posibilidad de afirmar la existencia de
principios morales absolutos de contenido material y carácter deontológico, y teológicos
los que afirman que los principios absolutos son formales y canónicos, y que los
materiales y deontológicos no pueden tener más que valor relativo.”

En cuanto a la ausencia de jerarquía, Gracia cree que la no maleficencia y justicia se


diferencian de la autonomía y la beneficencia en que obligan con independencia de la
opinión y la voluntad de las personas implicadas, y que por lo tanto, tienen rasgos
superiores a los otros dos. El primer nivel es exigible coercitivamente, es la ética del
deber, de lo correcto, el autor lo hace corresponder con el derecho. El segundo nivel
depende del propio sistema de valores de cada individuo, del ideal de perfección, es la
ética de la felicidad, de lo bueno. No es exigible más que por el propio sujeto.

Gracia justifica la jerarquización apelando a la tradición ética occidental (Aristóteles, Kant,


Tomás). Desde el punto de vista genético, los principios de autonomía y beneficencia
tienen prioridad puesto que la vida moral comienza por la autonomía.

Los principios bioéticos tienen el carácter de deberes prima facie. Lo importante no es


negar las excepciones, si no exigir que se realicen correctamente, es decir con prudencia,
moral, son siempre deontológicos y están jerarquizados para poder resolver los conflictos
entre los principios, en cambio las excepciones se justifican siempre teológicamente, en
experiencia moral.

Para el autor los deberes se van gestando históricamente, los principios deben ser
siempre complementados con la evaluación de las consecuencias y circunstancias. Son
dos momentos intrínsecos de todo razonamiento moral. El principialismo es compatible
con el análisis contextual. En el razonamiento moral hay un momento principialista y un
momento contextualista, narrativista o hermenéutico.

Conflicto

Se habla de conflicto moral cuando el agente moral se encuentra ante una encrucijada
moral, es decir tiene que elegir entre dos o más alternativas, pero ninguna de ellas está
libre de problemas éticos. El dilema moral en cambio planteados alternativas o soluciones
posibles, percibiendo argumentos morales a favor y en contra de cada una de ellas,
quedando en una situación de perplejidad moral, lo cual dificulta la toma de decisiones
con buena conciencia.

Gracia ha sido crítico con la mentalidad que él llama dilemática en bioética, pues ha
venido a usarse como sinónimo de conflicto moral. Esta manera de hablar resulta
problemática porque induce a pensar que ante cualquier conflicto moral existen solamente
dos soluciones posibles, opuestas incompatibles entre sí.

Las teorías éticas no garantizan que ser siempre posible resolver de modo satisfactorio
todo los conflictos morales, en la vida moral, a veces no existe la absoluta certeza sino
más bien decisiones prudentes. Por eso puede existir el desacuerdo moral. En el
desacuerdo a diferencia del conflicto los sujetos morales no están en un estado de
perplejidad, si no se sienten seguros de la justeza o del acierto de sus propios
argumentos para apoyar sus respectivas posiciones, no pudiendo considerar los a
ninguno de ellos es una persona inmoral o ha querido emitir un fallo.
Para fundamentar la bioética
Teorías y paradigmas teóricos en la bioética contemporánea
Jorge José Ferrer / Juan Carlos Álvarez
Capitulo Primero: Ética, Moral y Bioética
I- Clarificación terminológica

1. Ética
Proviene del griego éthos (éthos  páthos).
Pathos: refiere a todo lo recibido pasivamente.
Ethos: refiere al esfuerzo activo y dinámico de la persona.
La autonomía humana esculpe en los materiales recibidos del páthos la propia identidad
personal. Con el éthos entramos en el ámbito de la libertad y por ende en el ámbito de lo
biográfico y de lo estrictamente moral.
Éthos en griego tiene dos grafías diferentes:
I- Escrita con eta significaba morada, lugar de residencia, luego llegó a significar
país. Por último, significaba carácter o talante que es la disposición fundamental
de una persona ante la vida. La palabra carácter en castellano tiene dos
sentidos:
a- Psicológico: el carácter es el conjunto de cualidades psíquicas y afectivas que
intervienen en la conducta de una persona y la distinguen de las demás, es la
personalidad, concepto que refiere al temperamento y estructuras fundamentales
de la configuración psicológica de la personalidad.
b- Moral: es la disposición de una persona frente a la vida, su modo de ser estable
desde el punto de vista de los hábitos morales (disposiciones, actitudes, virtudes y
vicios) que la marcan y le confieren el talante que la distingue. El carácter moral, a
diferencia del temperamento, que posiblemente sea innato, no es fruto del páthos.
Es la configuración estable que una persona ha elegido para su vida. Se refiere a la
clase de persona que hemos elegido ser. La vida moral tiene que ver con la
formación del carácter, es decir, con la configuración de la propia personalidad.
II- Escrita con épsilon se puede traducir por hábito o costumbre. Se refiere a los
actos concretos y particulares a través de los cuales la persona realiza su
proyecto de vida. Esto interesa a la ética porque el carácter moral se va
formando a través de las opciones particulares que hacemos en nuestra vida
cotidiana.

2. Moral
Moral viene del latín mos que puede significar tanto costumbre como carácter o género de
vida. De mores (plural de mos) se derivó el término moralis para traducir el griego éthika.
Ética y Moral, desde el punto de vista etimológico, ambas tienen idéntico contenido
semántico, por ello, muchos autores usan ambos términos indistintamente.
El término ética se reserva para la disciplina filosófica (o teleológica) que estudia
racionalmente la conducta humana, desde un punto de vista de los deberes y las virtudes
morales. La ética es saber racional, en cuanto reflexión crítica sobre el hecho de la vida
moral. En el saber ético se puede distinguir tres tipos o grados del mismo:

u) Ética Descriptiva: presupone el hecho moral. Es la ciencia positiva de los hechos


morales, ya sean éstos individuales o colectivos. Hay distintos tipos de éticas
descriptivas en función del criterio de descripción: psicológico, sociológico o
caracterológico.

v) Ética Normativa: consiste en repertorios de juicios prescriptivos, es decir, de


normas morales. Los sistemas normativos nos dicen cómo deben actuar los
agentes morales, dándoles normas prácticas de acción. Los repertorios normativos
forman sistemas o códigos éticos. En dichos sistemas o códigos, las normas se
apoyan o fundamentan unas en otras. Frecuentemente los códigos poseen una
norma fundamental que expresa el núcleo moral del sistema.
w) Ética Filosófica: es la reflexión moral, es ka reflexión racional profunda de los
supuestos, de los fundamentos, de los sistemas de normas morales. Pretende
descubrir las verdades necesarias para que un sistema moral sea válido. Es la
fundamentación filosófica es la reflexión crítica sobre los fundamentos y la
coherencia de los sistemas normativos.

Mora: son los códigos normativos concretos, vigentes en las diversas comunidades
humanas. Se trata de la moral vivida aceptada por las personas y los grupos, sin que
haya sido necesariamente sometida a la mediación de la crítica racional sistemática, por
ejemplo, moral islámica, moral cristiana, etc.
Se debe distinguir entre la vida moral (moral vivida) y el saber moral (moral reflexionada).
La vida moral se da biográficamente en cada uno de los seres humanos. La biografía
moral de cada sujeto es el conjunto de acontecimientos que van dando forma a su núcleo
moral, al ethos del sujeto.
El saber moral es el reconocimiento fundamentado de la moralidad, que nosotros
llamamos ética.

II- Pluralidad de sistemas morales y universalidad de la experiencia moral

La moralidad es un hecho universal e inevitable. Al lado del pluralismo de los códigos


morales es preciso reconocer la universalidad de la experiencia moral la cual se da en
todos los pueblos y culturas y en todas las personas con un desarrollo psíquico e
intelectual normal.
En la mayor parte de las cuestiones morales existe un acuerdo fundamental en la
sociedad, hasta tal punto en que la mayor parte de las personas no tienen que tomar
decisiones conscientes al respecto, pero no se puede pretender reducir el hecho de la
moralidad a un código o sistema único, o no ser que se utilice la fuerza (lo que sería
ineficaz o contraproducente) o que convirtamos a todos a una sola fe religiosa o a un
único sistema filosófico, opciones altamente improbables.
El pluralismo moral es inevitable y se debe convivir buscando los acuerdos posibles en la
sociedad cada vez más pluralista y democrática. Sin embargo, no es menos cierto que el
hecho moral, la moral como estructura (que el hombre ha de hacer, según Aranguren), es
un dato universal, aunque la concreción material en normas, en códigos y sistemas, es
decir, la moral como contenido (lo que el hombre ha de hacer, según Aranguren), es muy
variable. Lo sorprendente no es el pluralismo de los contenidos morales, sino la
universalidad de la moralidad como estructura del ser humano. El hecho moral es
omnipresente en la experiencia humana.

III- Génesis de la moralidad

1. Dos respuestas insuficientes


Mary Midgley señala que en nuestra tradición occidental se han dado dos respuestas
radicales a la pregunta por el origen de la moralidad:
*La explicación del contrato social que encuentra su formulación clásica en el
pensamiento de Thomas Hobbs (1588-1679). Para Hobbs, el hombre no es un ser social
por naturaleza como señalaba Aristóteles, en el individuo humano predomina el egoísmo,
el ansia de dominio y la hostilidad hacia los demás. Los hombres llegan a organizarse en
sociedad por el imperativo de la razón, de la prudencia egoísta. En el estado de
naturaleza reina el egoísmo, siendo la propia utilidad la única regla de conducta. El
resultado es un estado permanente de guerra de todos contra todos y para asegurar la
paz se da el paso del estado de naturaleza al contrato social. La moral y la misma
comunidad política son el resultado de la prudencia egoísta, que aconseja al hombre
terminar con la guerra permanente del estado natural, aunque no haya en él sentimientos
de altruismo hacia sus semejantes ni inclinación alguna a vivir en sociedad, sino todo lo
contrario. Migdley señala que esta explicación no da cuenta del fenómeno moral por dos
razones: 1) los seres humanos no somos tan prudentes y congruentes como implica el
mito hobbesiano, 2) los seres humanos tampoco somos tan egoístas como el mismo mito
parece suponer.
Si el ser humano no es ni tan racional ni tan egoísta como pretende el mito, el egoísmo
prudente o ilustrado, no basta para explicar el fenómeno universal de la moralidad.
*La explicación cristiana. Según Migdley, la tradición cristiana explica la moralidad como
nuestro intento necesario por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de
Dios. En su opinión, tampoco la propuesta cristiana logra dar una respuesta satisfactoria
porque en vez de resolver el problema lo desplaza. Es una visión positivista de la
moralidad, en clave de obediencia a un mandamiento externo.

2. La moralidad como exigencia de la estructura constitutiva de los


seres personales humanos.
Elementos constitutivos de la estructura óptica del ser humano que hacen que sea un
animal moral:
 La insuficiencia del instinto: el ser humano es un animal con características
particulares que lo separan del resto de las especies animales, como por ejemplo,
su estructura moral que da origen al hecho de la moralidad. La insuficiencia de los
instintos para regular el comportamiento humano en la sociedad impone la
necesidad de elaborar códigos de conducta y de comunicarlos a través de la
enseñanza y del ejemplo.
 La racionalidad: la vida del ser humano no ser organiza por el solo instinto sino
más bien, se guía conforme a las exigencias de la razón. Gracias a su inteligencia
racional puede elegir sus fines y decidir cuales son los medios idóneos para
conseguirlos. Dicha inteligencia también permite discernir que no cualquier manera
de obrar es buena para la persona y para la comunidad en la que ella vive y
convive; permite elaborar códigos de moralidad, los cuales son múltiples y
mutables.
 Autonomía: la insuficiencia de la programación instintiva, junto a la inteligencia
racional, dan al ser humano una característica que está en el corazón de toda la
vida moral: la autonomía. Es la capacidad que tienen las personas para
autodeterminarse en orden a la propia realización eligiendo entre los diversos
bienes que tienen ante sí. Todos los sistemas morales y legales presuponen la
autonomía como condición de posibilidad. Solamente si las personas pueden elegir
sus conductas podemos premiarlas y castigarlas, alabarlas o censurarlas, teniendo
en cuenta que la autonomía humana no es absoluta dado a que está condicionada
por múltiples factores biológicos, culturales, etc. Lo que nos condiciona es lo que
nos posibilita el ejercicio humano de la libertad. Somos libres porque ante una
situación concreta podemos elegir decir no, por muy condicionado que estemos.
La autonomía moral es la capacidad que tiene todo ser humano por el hecho de serlo,
de proponerse fines y de proyectarse hacia el futuro. Mientras que la capacidad de
elegir realmente, prácticamente, aquí y ahora entre determinados bienes, entre
determinados cursos de acción que se abren ante nosotros y es lo que se llama
autonomía práctica. Todo ser personal tiene una autonomía moral pero no en todo
momento de su vida tiene la misma autonomía práctica, que variará según su
biografía, sus condiciones fisiológicas.
En bioética se usa frecuentemente la palabra autonomía para referirse al principio
ético de respeto por la autonomía que nos manda a respetar las decisiones autónomas
de las personas.
La autonomía moral y práctica de los seres humanos están en la raíz de su identidad
como seres inevitablemente morales.
 Responsabilidad: puede tener un carácter legal o jurídico cuando se trata de
acciones que están previstas por el sistema formal de derecho de una comunidad
humana. Pero aún cuando no haya responsabilidad jurídica, sigue estando vigente
la responsabilidad estrictamente moral a la que están sujetas todas nuestras
acciones genuinamente autónomas.
 Índole comunitaria de la persona humana: los seres humanos compartimos un
mismo proceso evolutivo, constituimos una única especie, habitamos un mismo
planeta y somos copartícipes de una única historia. La solidaridad se presenta
como un hecho y el dato de la solidaridad se convierte en un imperativo moral que
me constriñe a ejercer mi autoridad con responsabilidad social.
 La vulnerabilidad humana: todos somos vulnerables física y biológicamente. La
moralidad es necesaria porque somos seres comunitarios y porque la comunidad
humana está inevitablemente constituida por seres vulnerables, que necesitan la
protección y el calor de la comunidad moral para poder subsistir y florecer.

Las seis características constitutivas del ser humano explican por qué el ser humano es
un ser animal que construye sistemas morales. La moralidad está arraigada en nuestra
estructura óptica como seres personales.

IV- Moralidad y Derecho

Están relacionados pero no son idénticos. Hay cuestiones morales que también suelen
ser cuestiones legales porque afectan la convivencia social y el orden público.
Historia de la discusión sobre la relación entre la moral y el derecho positivo.

 Aristóteles (384-322 a.C.): la justicia tiene una parte natural (que debe tener la
misma fuerza en todas partes) y otra legal (que comprende las normas que tienen
fuerza vinculante en el pueblo o nación que las ha adoptado o promulgado).

 El estoicismo (siglo IV a.C. al siglo I d.C.): la justicia natural se realiza cuando el ser
humano obra según las exigencias de la recta razón.

 Santo Tomás de Aquino (1225-1274): define a la ley como “un mandato establecido
por la razón, para el bien común y promulgado por el responsable de la
comunidad”.

La ley humana tiene que ajustarse a las exigencias de la ley moral natural. Es natural lo
que se ajusta a las exigencias de la razón y la ley no puede ir contra los requisitos de la
justicia natural. La ley injusta no sería verdadera ley.
Una vez promulgadas, las leyes justas y realizables obligan en conciencia a todos los
ciudadanos. Su cumplimiento es un deber moral.
Una ley es justa:
a) por razón de su fin, si se ordena al bien común.
b) Por razón de su autor, si la promulga la legítima autoridad y dentro de los límites de
su competencia.
c) Por razón de su forma, si es conforme a la justicia distributiva.

Una ley es injusta si no cumple con los requisitos anteriores:


d) por razón de su fin, si no mira al bien común.
e) Por razón de su autor, cuando no la dicta la legítima autoridad o cuando la
autoridad excede su competencia.
f) Por razón de su forma, cuando las cargas y beneficios se distribuyen entre los
ciudadanos de modo desigual.

4.La tradición “iusnaturalista” secular: Locke hay una prioridad del orden moral sobre el
orden jurídico, de lo moral sobre lo legal. Hay circunstancias en las que la ley positiva debe
ser desobedecida, por ser contrarias a las exigencias del orden moral.

5.La tradición liberal: Mill. el valor supremo es la libertad individual. El principio


fundamentadle la ética política del liberalismo se conoce como el “principio de daño”. La ley
que interfiere injustificadamente con la libertad individual se invalida porque ha violentado las
exigencias más fundamentales del orden moral.

V. Moral y Religión

Ambas están emparentadas pues indican una experiencia del absoluto. La auténtica
experiencia religiosa permitirá siempre a la moralidad como su signo de verificación. Si
bien es posible una moral sin religión la mejor fundamentación de la moral se encuentran
experiencia religiosa.

VI. Ética y bioética

La bioética es una disciplina o sub-disciplina dentro de la familia de la ética.


Potter concibió la bioética como una nueva disciplina, que combinaría los conocimientos
biológicos con el conocimiento de los sistemas de valores humanos. Bio representa los
conocimientos biológicos y ética el conocimiento de los sistemas de valores humanos.
Esta nueva disciplina debería construir un puente entre estas dos culturas, la cultura de
las ciencias naturales y la cultura de las humanidades, superando la brecha que existe
entre ellas.
Hellegers posee una visión de la bioética diferente a la de Potter por dos razones
fundamentales: su mayor atención a las cuestiones biomédicas y su adopción a la
herencia teórica y metodológica de la tradición filosófica y teológica de occidente. Su
legado hace de la bioética una rama de la ética ordinaria, aplicada al reino de la
biomedicina.

Para conceder el nacimiento de la nueva disciplina se debe considerar dos corrientes


culturales en la segunda mitad del siglo XX el progreso científico tecnológico,
particularmente en el campo biomédico y los grandes cambios sociales y políticos, que
transformaron la convivencia humana en la mayor parte de los países de nuestro planeta.
Implican una transformación científica y la transformación cultural.
La transformación científica implicó un periodo de crecimiento explosivo en medicina.
Comenzaron a utilizarse los medicamentos, diagnóstico prenatal, legalización del aborto
en Estados Unidos, transplantes de órganos, nuevas técnicas de reproducción asistida,
etc.
Los culturales y políticos implicaban la búsqueda de una nueva cultura, basado en la
libertad, la justicia y la igualdad. Lucha contra la discriminación racial, ley de los derechos
civiles, ley sobre los derechos electorales de las minorías, integración racial en las
escuelas. En los países del tercer mundo surgen movimientos de liberación política
económica.
El nacimiento de la bioética nos hubiese dado cita el contexto de esta nueva cultura de la
autonomía y de la igualdad. Por eso es indispensable unir ambos polos, la tecnología y la
nueva cultura moral de la autonomía y la igualdad para dar luz a la nueva moderna
bioética.
La primera generación de y electricistas se ocupó de problemas étnicos planteados por el
nivel micro, como la protección de los sujetos humanos en investigación y los derechos
del paciente.
Definición de la bioética de Reich: el estudio sistemático de las dimensiones morales-
incluyendo la visión moral, las decisiones, las conductas y las políticas-de las ciencias de
la vida y del cuidado de la salud, utilizando una variedad de metodologías éticas en un
contexto interdisciplinario.
¿Quién es el sujeto de la bioética? reflexiones sobre la vulnerabilidad

Bonilla, Losoviz y Vidal

La manifestación más evidente del giro ético es el auge de la ética aplicada, definida
como la parte de la ética que brinda una atención particular y directa a cuestiones y
controversias prácticas. Dada la índole de los modos conflictos es necesario superar el
enfoque estrictamente disciplinar de la ética filosófica con un tratamiento más adecuado a
la complejidad de los problemas que General exhibe cuatro rasgos distintivos: se da en un
continuun teórico-práctico, es interdisciplinario, tiene una orientación social y ostenta un
carácter ideológico que posibilita la práctica de consenso.

La ética aplicada es una parte del giro ético, dicho giro ha de convertirse en motor de un
nuevo proyecto de convivencia nuevo, de otras costumbres y hábitos de pensamiento y
de acción, de un lugar propio, un ethos en su sentido más antiguo demora de cobijo,
construido por los hombres para todos.
La bioética designa una vertiente de la ética aplicada que se propone el estudio de los
aspectos éticos relacionados con la vida.

El término bioética pretende centrar la reflexión ética en torno del fenómeno de la vida.
Las áreas de estudio y aplicación de la bioética tienen un carácter mural.
La caracterización de todas las formas de vida como intrínsecamente vulnerables se hace
patente en diversas investigaciones de la ecología y las ciencias ambientales, en
documentos internacionales y en proclamas de diversos movimientos ecologistas y
ambientalistas. Casi todos estos textos coinciden críticamente en idea de que la mayor
parte del pensamiento moderno sostiene una ética que afirma la autonomía del hombre,
las bondades del progreso técnico y tecnológico y carece de normativa para las acciones
humanas que se ejercen sobre la naturaleza. Como resultado de este proceso, la biosfera
posee dos problemas: la polución y la degradación de los ecosistemas y la destrucción del
hábitat de numerosas especies vivientes y la crisis de la biodiversidad.

La enfermedad es una forma específica de vulnerabilidad afecta a los seres humanos. La


reflexión sobre este fenómeno conduce una crítica del modelo tradicional del sujeto de la
ética en general (el hombre perfecto) y de la bioética particular y plantea la necesidad de
recurrir a éticas de la responsabilidad y del cuidado en las que la voz del otro prevalezca.

Ricour plantea que la vulnerabilidad y autonomía se componen entre sí: la autonomía es


la de un ser frágil, vulnerable. Y la fragilidad no sería más que una patología, si no fuera la
fragilidad del ser llamado a ser autónomo, dado que siempre lo es de alguna manera. La
reelaboración del concepto de autonomía integra niveles de vulnerabilidad: no potencia o
potencia menor o disminuida, que se corresponden igualmente con aquel día: el no poder
decir, fuente de desigualdad básica, dado que lo distintivo del ser humano es el lenguaje.
La fragilidad es en el ámbito de lograr, que provienen del curso del mundo (enfermedades,
envejecimiento, accidentes) o son inflingidas por otros seres humanos. Y la incapacidad
de concluir la vida de acuerdo con idea de coherencia o identidad narrativa desde la
perspectiva insustituible de la singularidad, de ser autónomo en sentido pleno.

La idea de vulnerabilidad aplicada al sujeto enfermo integra todos los aspectos del haz de
poder y de no poder enunciados por el autor.
Sontag escribió dos textos sobre la enfermedad, donde trata de desmontar la compleja
red de metáforas construidas en torno de la enfermedad, las cuales hacen del enfermo
uno. De este modo se desconoce la enfermedad como un aspecto constitutivo de la
condición humana y el reverso obligado de la salud.

Laplantin pone el acento en la diferencia entre la enfermedad experimentada


subjetivamente y su objetivación científica y clínica, a la vez que denuncia el intento de
subordinar la primera a la segunda con el olvido del sufrimiento de los enfermos o trato
discriminatorio hacia ellos.
Algunas éticas actuales de la responsabilidad del cuidado se hacen cargo de ese desafío
esbozamos caminos.

Jonas y Levinas plantean la necesidad de una ética de la responsabilidad como cuidado y


la idea de la vulnerabilidad la cual expuesta en relación con respecto a la responsabilidad
por las generaciones futuras en tanto perduración de la imagen del hombre. También se la
puede relacionar con la mutua vulnerabilidad del hombre y la naturaleza.

Gilligan esta autora también participa en debate ético contemporáneo acerca de la


responsabilidad. Al igual que los autores antes mencionados esta autora insiste en el
carácter unilateral de una ética de la responsabilidad basada en la reciprocidad que parte
la definición del sí mismo y de la moralidad en términos de autonomía individual y de
responsabilidad social puesto que siempre retorna a sí mismo y redunda un olvido del
otro, aun cuando se exprese como imperativo categórico o como regla de oro.
Estas discusiones no dan cabida a las situaciones de vulnerabilidad en los cuales los
sujetos involucrados, actores y pacientes pertenecen a culturas ajenas al occidental y
respecto de los cuales la ciencia y la filosofía occidentales están cargadas de prejuicios y
su puesto. La comunicación de interpretaciones se torna compleja.
Reglas éticas
Omar Franca-Tarragó

La norma de la confidencialidad: el profesional de guardar secreto de todas las


confidencias que sea una persona durante la relación profesional y/o laboral.

Psicología: confidencialidad sería el derecho que tiene cada persona de controlar


información referente a sí mismo. Hay una trayectoria continua en la práctica de las
profesiones en defensa de que toda persona tiene derecho a que se guarde como secreto
lo que ella haya confiado al profesional los códigos de ética más modernos son explícitos
en afirmar este deber no es absoluto.

Empresa: en la trayectoria continua en defensa de que los individuos tienen derecho a


que se guarde como secreto tal información que se relacione con la intimidad. No se
consideran obligación absoluta y subordinada al deber de no perjudicar al inocente.

Intimidad: es el conjunto de características biológicas, psicológicas, éticas, espirituales,


socioeconómicas y biográficas de una persona, en la medida que forman parte de su
vivencia o conciencia. En este sentido se puede señalar específicamente: aspectos y
circunstancias de la vida familiar, de la vida profesional, de los esparcimientos, del
pasado, económicas, religiosas, sanitarias, proyectos de futuro y vida de relaciones.

Privacidad: es el derecho de todo ser humano de disponer de un ambiente geo social


donde ciertos aspectos de su intimidad puedan ser preservados para sí, si así lo desea,
sin que hayan intrusiones físicas o psíquicas impuestas por otras en ese ámbito que el
individuo tiene derecho a reclamar como propio o como íntimo. El concepto de
confidencialidad se refiere a la cualidad de reservados o restringidos que tienen ciertos
datos sobre uno mismo o ciertas informaciones u opiniones privadas que son dichas con
la suposición de que su difusión permanecerá controlada por el sujeto que les limite. En
un sentido estricto sería la protección de la comunicación entablada entre personas y en
un sentido amplio, el derecho a controlar la información referente a uno mismo.

La información vinculada a la confidencialidad del individuo tiene tres niveles concéntricos


temen ahora a más sobre exigencia ética:

 nivel más superficial: información respecto a sí mismo que el individuo quiere dar a
conocer como parte de su imagen pública. El problema ético surge cuando los
datos relacionados con intimidad o privacidad una persona desea hacer público,
puede ser distorsionado por medio de la calumnia o la difamación afectando de esa
manera su buena fama u honra.

 Nivel intermedio: noticias, opiniones o imágenes que el titular hace partícipes de


ellas a determinadas personas de particular confianza mediante manifestaciones
orales o escritas o audiovisuales. Introduce todas las informaciones que el sujeto
quiere controlar específicamente en relación a su propia imagen corporal o a
actitudes correspondientes a esta, así como el conjunto propio de opiniones,
valores o creencias.

 Nivel más íntimo: aquellos eventos o informaciones que individuo exclusas


voluntariamente del posible escrutinio por parte de quienes son ajenos a los
mismos, por ejemplo secretos documentales, diarios o notas íntimas.

Excepciones al deber del secreto: el secreto merecido de las personas puedes llegar a
romperse por dos tipos de circunstancias diferentes:

1. En contra de los intereses de las personas ponen contra de su voluntad.

Cuando las empresas de trabajo quieren obligar al profesional contratado a revelar los
problemas si como semanales que puedan tener los trabajadores de la empresa con el fin
de lograr el máximo de rendimiento y efectividad o con el fin de controlar los ascensos en
el escalafón de la empresa o institución.

Cuando los agentes del gobierno, la policía, los abogados de la parte contraria o las
compañías de seguros, quieren ejercer presión o aun coercitiva sobre la empresa un
profesional para que revele datos de sus clientes.

Cuando el profesional sabe la posibilidad de determinadas enfermedades genéticas que


la persona se niega a que otros lo sepan pero que podría poner en riesgo la vida o la
seguridad de terceros dentro de la empresa.

Cuando hay amenaza o perjuicios materiales contra la sociedad entera o contra individuos
particulares.

2. A favor del interés y la voluntad de la persona.

El individuo podría exigir al profesional o la empresa que los datos que le han sido
revelados se divulguen por motivos que interesan primariamente a la persona personal
profesional. Puede ser por motivos económicos o legales.

Contenía justificación de la confidencialidad: en un sentido utilitario está relativo valor


instrumental en la medida que contribuye a facilitar la confianza entre las personas y la
revelación de datos a los estratos gerenciales que de otra manera no se revelarían. Se
produce un buen fin merecería ser mantenida si es al contrario habría que quebrantarla.
Serían los resultados favorables que se obtendrían con el mantenimiento esta regla los
que justificarían que se respete la confidencialidad.

La argumentación deontológica sostiene que aunque la confidencialidad favorece la


intimidad interpersonal, el respeto, el amor, la amistad y la confianza, su valor no proviene
de que con esta norma se alcancen buenas consecuencias. Al contrario, el derecho al
secreto se considera por la tradición deontológica como una condición derivada
directamente de la dignidad humana y sobre nuestro estatuto de ser personas
conscientes, libres y comunitarias. Se trataría de un derecho humano básico.

La confidencialidad es una obligación del profesional. No obstante, la confidencialidad no


es una obligación absoluta cuando se está en juego la vida del mismo individuo o de las
otras personas, os existe riesgo de que por guardar el secreto se provoquen gravísimos
daños a la sociedad otros cilindros concretos, esta norma que ha subordinada al principio
de beneficencia que incluye velar no sólo por la integridad de la vida de cada persona sino
también por el bien común.

Confidencialidad en la empresa: los trabajadores de la empresa deben informar a sus


superiores de las faltas éticas o legales al interior de la empresa. La empresa como tal
tiene derecho a que se guarden secreto los datos revelados que le pertenecen y que son
producto del saber hacer propio.

La norma de veracidad: la fundamentación ética de la norma de veracidad, están el


principio de respeto por la autonomía de las personas. No defender el derecho de las
personas a tomar decisiones sobre sus vidas, que no perjudican a otros, sería violar su
derecho a la autonomía. Y las personas no pueden tomar decisiones sobre sí misma sino
recibir información veraz para hacerlos.

El derecho fundamental del individuo es a ser respetado como fin y no utilizado como
medio. Cada persona en la medida que es centro de decisiones tiene derecho a auto
disponer de sí en aquella esfera que le compete así. El respeto a la autonomía se
posibilita por la regla de veracidad y se instrumenta por el consentimiento.

Las dos características básicas que debe tener un consentimiento para ser considerado
válido son:
 La persona debe ser competente: tiene que ver con la capacidad racional general
del individuo para comprender las informaciones recibidas y decidir en
consecuencia.

 La persona debe recibir la suficiente y adecuada información: deben tener los


siguientes datos tales como procedimientos están previstos para una determina
intervención del profesional, los procedimientos alternativos disponibles, los viejos
anticipados y los beneficios que puede obtenerse de esa intervención, así como las
fuentes donde adquirir una mejor información si se desea. Información debe ser
adecuada, apta para ser comprendida en esta ocasión.

 Voluntariedad: ser libre para tomar una decisión no sólo tiene que ver con estar sin
coerción exterior. Pueden haber problemas de inmadurez afectiva, miedos,
angustias, experiencias del año previo, etcétera. La presión psicológica que ejerce
el profesional en su posición de poder puede ser una causa más para que la
voluntad de la persona se ve afectada en su libertad.

La decisión informada o el consentimiento válido desplaza la decisión a su verdadero


lugar: la propia persona.
La norma de fidelidad a las promesas hechas.

La fórmula del juramento hipocrático introduce los tres elementos que componen una
verdadera promesa:

x) Formula el objetivo del juramento que es hacer todo lo posible por el bien de los
enfermos

y) el juramento hipocrático está hecho delante de testigos

z) establece que el médico está dispuesto a reparar los posibles daños que se
deriven de no cumplir la promesa que se jura solemnemente

Por promesa puede entenderse el compromiso común asume de realizar omitir algún acto
en relación con otra persona.
Por fidelidad o lealtad se puede entender al mismo tiempo una virtud y una norma. Nos
referimos a la fidelidad como la obligación que genera en una persona el haber prometido
una promesa o haber aceptado un acuerdo.

Una promesa diferente a un propósito, este último implica la voluntad de tener un


determinado comportamiento sin que por ello se generan obligación.

Desde un punto de vista utilitarista puede decirse que la fidelidad a las promesas es lo
que garantiza el mayor día en para él mayor número.

Desde una perspectiva deontológica, sede en la fidelidad a las promesas, el principio ético
básico y fundamental a partir del cual todos los demás principios morales se derivarán.

Hay dos tipos de promesas que por su misma característica generan obligaciones
distintas:
-promesa solemne: es la que cumple con las siguientes condiciones, en el momento de
proclamar la equidad se declara contraer el deber de recuperación en caso de no
cumplirla. Que hace solemnidad en la promesa es decir que se hagan presencia de
testigos o con la firma de un documento escrito. Quizá un juramento ratificado revela
promesa.

-La promesa ordinaria: no tiene solemnidad ante testigos, ni juramento rectificador, y no


explicita cuáles la pena específica de reparación en caso de no cumplimiento.

En el sentido de un acuerdo bilateral, hay que considerar el acuerdo que se entabla entre
el empresario y el cliente se recurre a sus servicios para satisfacer sus necesidades.
Responsabilidad e imputabilidad. Omar Franca
La responsabilidad como categoría ética debe reflexionar sobre las condiciones de
imputabilidad de nuestros actos o nuestras omisiones. Este concepto incluye los
siguientes aspectos:
aa)Se refiere a los sujetos imputables: sala de la responsabilidad de los padres, los
presidentes, de los ciudadanos, de las empresas y de los estados.
bb)Se refiere a las tareas imputables: la tarea que se asigna como imputables de
responsabilidad es específica, en sentido que sólo puede ser atribuida a
determinado tipo de individuos o de grupos divididos.
cc) Forma de valorar imputabilidad una tarea: la forma de llevar a cabo la tarea
imputable por el sujeto imputable, debe ser ella misma imputable de
responsabilidad. Debe ser libre y una tarea se ejerce de forma responsable,
imputables, cuando se ejecuta de forma razonada. La tarea imputable de
responsabilidad se ejerce en forma responsable cuando es prudente. Lo cual
significa que se eligen los medios proporcionados al fin que se quiere lograr.
Responsabilidad es sinónimo de imputabilidad o de conductas éticamente así de ser
evaluadas como correctas o incorrectas.

Sólo son imputables de responsabilidad por Comisión o por omisión de sujetos que tienen
el deber de saber las consecuencias de los medios utilizados para lograr justificables.

Culpa
Este término indica la infracción involuntaria de una norma en contraposición al delito que
su infracción proyectada y voluntaria.

La culpa moral es el acto de la voluntad libre que supone al orden racional. Cuando este
orden se funda en la esencia divina este acto deviene pecado. La culpa moral supone la
conciencia de la ley moral y y el contraste entre esta ley y el acto de la voluntad. La
libertad de la voluntad en la búsqueda del objeto opuesto a la ley moral. Razones de
carácter normal o de carácter patológico constituyen elementos atenuantes.
Cuando la acción es el objeto de la voluntad de modo directo o indirecto trae
consecuencias en cuanto imputabilidad de los aspectos previstos o previsibles. En caso
contrario, se habla del problema del doble efecto.

En la culpa jurídica, el legislador no puede conocer la conciencia de los ciudadanos salvo


por una confesión espontánea o forzosa. Debe exigir el resarcimiento del daño de quien
más culpable y proporcionar una pena a la entidad del daño causado en el orden social.
De aquí la importancia en el derecho civil y penal entre dolo (voluntad de colocar un acto
prohibido a la ley y conocido como tal) y la culpa (como acto dañoso contraría el derecho,
libremente querido pero sin que la gente haya querido el daño que no debía o no podía
surgir).

Culpa religiosa: se entiende como la trasgresión a una ley religiosa. Implica una
cosmovisión del mundo, por eso la culpa también implica una falta contra el hombre
mismo.

Culpabilidad y responsabilidad son dos estados de una misma exigencia. Es la misma


culpabilidad la que racionalizada es vivida como responsabilidad. Se llama culpa objetiva
al estado del que es culpable y culpa subjetiva al estado del que se siente culpable sea
justificadamente o como sentimiento patológico.

El sentimiento o complejo de culpabilidad es un fenómeno general humano de profunda


resonancia interior y si es debido de modo anormal puede coartar el actor humano
empujarla finalmente a la desesperación. Hace sentir al sujeto culpable o inclinado a
infligirse un castigo que a veces termina en suicidio, antes de tener conciencia de una
falta determinada y con independencia de ella.
Teorías éticas

Se encuadran básicamente dentro de la ética normativa.

Ética de la virtud

La eudaimonía (felicidad)

La filosofía moral antigua tiene una concepción ideológica del mundo en donde todas las
cosas tienden hacia un telos o sin propio, en donde todas las cosas poseen su lugar
natural en el cosmos y en donde una fuerza metafísica y las impulsa a realizar su esencia.
Los griegos se interesaban por la eudaimonía (felicidad) al igual que Aristóteles. El que el
teleologismo aristotélico: el bien es aquello hace lo cual todas las cosas tienden. En ética
se trata de hallar el bien del hombre, esto es, el fin hacia el cual tiende el hombre. Lo que
se busca es la
Eudaimonía (felicidad) la cual es para Aristóteles un fin querido por sí mismo, un fin último
por el cual queremos todos los demás.

El argumento de Aristóteles que prueba que la vida contemplativa es la más propia del
hombre y por ende es equivalente a la eudaimonía:

 El día se define como el fin y por lo tanto el bien supremo como el fin final

 el fin final es la eudaimonía (felicidad)

 la eudaimonía (felicidad) del hombre reside en su érgon (función propia) y por lo


tanto es una actividad, no un estado

 el érgon humano consiste en la actividad del alma racional, esta es la diferencia


que distingue al hombre del resto de los animales

 la actividad del alma racional se ejercita en la contemplación

 por lo tanto, el bien supremo (la eudaimonía) es la vida contemplativa.

El mero vivir no es específicamente humano pues el vivir lo compartimos con las plantas y
los animales. La vía sensitiva tampoco es meramente humana pues los animales también
sienten. Es por lo tanto la vida conforman la razón lo que es más propio del hombre. La
función propia del hombre es una cierta vida en la que se ejerce la actividad del alma
racional; y el hombre bueno ara estudie infructuosamente. Y todo esto es una vida entera.
El hombre feliz y virtuoso no busca el placer como un fin final, pero su vida es placentera.
El obrar y vivir bien causan en el placer. El hombre feliz no tiene a la riqueza como meta
final de su vida, pero es preciso contar con ciertos bienes materiales sin la vida feliz ha de
llevarse a cabo.

La virtud ética

Aristóteles se ocupa de la virtud moral. Virtud significa excelencia, milito, perfección,


pericia o fuerza.
Aristóteles distingue entre virtudes éticas (se adquieren por la costumbre, el ejercicio
constante de aquellas naciones que llamamos virtuosas) y dianoéticas (se adquieren a
través de la enseñanza).

Todas las cosas incluidas las virtudes se cruzan o bien por defecto o bien por exceso. Las
virtudes morales es la disposición que nos permite manejarlos debidamente las acciones
con respecto a los placeres y dolores. Por lo cual la virtud moral tiene que ver con las
acciones y las pasiones y se refiere a los placeres y dolores pues hacemos el mal a causa
del placer y nos apartamos de todo lo bueno a causa del dolor. Las acciones morales
deben ser realizadas por el agente de acuerdo con cierta disposición. El agente debe
saber lo que hace, debe elegir las acciones virtuosas por ellas mismas y debe hacerlas
con firmeza, con cierto estado de ánimo.

La virtud moral es un modo de ser selectivo, un hábito. La virtud no es una pasión, exige
deliberación y selección. Nos disponen a ser una cosa u otra. Es un hábito, un modo de
ser. Una acción virtuosa realizada por casualidad no cuenta con una acción virtuosa.
Dado que el agente tiene que haber elegido, después de deliberación, la acción que
realiza. La virtud es un término medio, en todas las cosas puede haber exceso, defecto el
término medio. Ese hábito en qué consiste la virtud de estar determinado por la razón, lo
que significa que la virtud exige deliberación, un proceso de ponderación de diversos
cursos de acción que le otorga el estatus selectivo, racional y cognitivo a la virtud ética. El
hombre virtuoso es aquel que, habiendo contemplado diversas posibilidades de acción,
razonando correctamente elige la acción virtuosa por sí misma y por las razones
correctas.

Las virtudes dianoéticas: la prudencia

En el alma humana hay dos partes, la irracional y la racional. Posee tres cosas que rigen
la acción y la verdad: la sensación, el intelecto y el deseo. La acción virtuosa exige la
articulación correcta de razonamiento y deseo. El deseo debe apuntar al fin correcto y la
deliberación debe proveer los medios más adecuados a ese fin el hombre prudente se
caracteriza por desear lo que es correcto.

El deseo postula un fin, que evaluará la parte deliberativa del alma, pero si el agente dice
algo incorrecto de manera sistemática, no podemos decir que las allì haya verdad
práctica. La verdad práctica exige un fin moralmente correcto y la determinación mediante
deliberación de los medios más adecuados a ese fin.

El hombre prudente es aquel que es capaz de deliberar rectamente sobre lo bueno y


conveniente para sí mismo y para vivir bien en general. La prudencia no es ciencia, ni
arte. Es un modo de ser racional verdadero impráctico respecto de lo que es bueno y
malo para el hombre. La prudencia no se limita el conocimiento del universal, sino que
atiende a lo particular porque es práctica y la acción siempre tiene que ver con lo
particular. La función propia el hombre se lleva a cabo gracias a la prudencia y la virtud
moral porque la virtud postule los fines correctos mientras que la prudencia ofrece los
medios adecuados para ellos. La virtud no es prudencia pero va acompañada siempre de
ella.

Deontologismo

La filosofía moral de Kant


Sostiene que ni la experiencia por sí sola ni la razón por sí sola nos brindan conocimiento.
Para conocer debemos intuir y pensar. Debemos buscar el reino de la moral fuera del
reino de la naturaleza, la moral tiene que ser independiente de lo que sucede en el
mundo. La buena voluntad más buena por lo que efectúe o realice, no es bueno por su
adecuación para alcanzar algún fin que nos hayamos propuesto, es buena sólo por el
querer, es decir es buena en sí misma. La voluntad humana determinada de un modo a
priori por la razón en tanto facultad práctica. El concepto de beber contiene idea de una
voluntad buena, bajo restricciones u obstáculos subjetivos.

En esta teoría hay niveles de análisis:

dd)las acciones que son sucesos naturales ocurren en el mundo fenoménico

ee)las máximas particulares que rigen a esas acciones. Esas reglas de acción pueden
ser de dos tipos hipotéticas o categóricas

ff) el imperativo categórico como principio supremo de la moralidad. Dicho principio se


aplica directamente sobre las máximas que rigen a esas acciones.

La voluntad se legisla a sí misma. El hombre al ser autónomo brinda sus propias leyes.

Deontologismo contemporáneo

En la actualidad, la concepción ética de Kant ha tenido diversos desarrollos de


importancia. Las dos teorías más importantes al respecto son materia de la justicia de
Rawls y la ética del discurso defendida por Apel y Habermas.

Los dos principios propuestos por Rawls: toda persona tiene derecho a libertades básicas
iguales compatible con libertades similares para todos. Las desigualdades sociales y
económicas deben respetar dos condiciones: deben estar ligadas a empleos abiertos para
todos, con igualdad de oportunidades y deben beneficiar a los menos favorecidos.

La justicia como equidad es una concepción liberal de la justicia, que no abarca todos los
aspectos de la vida de las personas, sino únicamente sus aspectos políticos.

Utilitarismo

Para el utilitarismo (corriente de la filosofía moral- Bentham y Mill) las consecuencias de


nuestras acciones son las que deben tomarse en consideración a la hora de evaluar el
valor moral de una acción. Sostiene que la utilidad es el criterio de lo que justo e injusto.
Que una acción sea útil significa que produce un determinado rango de placer o ausencia
de dolor. El principio de la utilidad o principios de la mayor felicidad constituye el
fundamento de la moral, este fundamento es empírico. Este principio sostiene que las
acciones son justas en la proporción con que tienden a promover la felicidad e injustas en
cuanto tienden a producir lo contrario de la felicidad. Se entiende por felicidad el placer y
la ausencia de dolor; por infelicidad el dolor y la ausencia de placer. Las acciones son
justas únicamente se promueve la felicidad general o del mayor número posible de
personas. Hay placeres corporales y placeres intelectuales. Mill defiende la superioridad
de los placeres del intelecto por sobre los del cuerpo debido a la masa de permanencia,
seguridad y facilidad de adquisición de los primeros. Este autor piensa que los placeres
pueden ser evaluados tanto cuantitativamente como cualitativamente. El placer y la
exención del dolor son las únicas cosas deseables como fines. Toda acción moral correcta
tiene que poder producir cierta utilidad general. La principal causa de insatisfacción ante
la vida es la falta de cultivo intelectual.

La ética discursiva: Habermas

El elemento básico de esta ética está expresado en el principio de universalidad, análogo


al imperativo categórico de Kant, usa función es ser una regla argumentación para probar
la legitimidad de las normas que estén en discusión. El principio complementario de este
principio es el fundamento D de la ética comunicativa, solamente pueden reclamar validez
las normas que han obtenido o podrían obtener la aceptación de todos los involucrados
como participantes en un discurso práctico.

Las interacciones comunicativas son aquellas en las cuales los participantes coordinan de
común acuerdo sus planes de acción, el consenso que se consigue en cada caso se mide
por el reconocimiento interés subjetivo de las pretensiones de validez.

Se trata de un tipo de racionalidad práctica fundada en la comunicación, que permite un


modo de realización basado en mínimos aceptables por todos los sujetos.
Este autor se encuentra dentro de lo que se denominó giro lingüístico de la filosofía, el
cual consiste en considerar al lenguaje como el fundamento del pensamiento porque no
se reduce a su materialización sino que también es su condición de posibilidad.
Introduce una razón superior a la razón instrumental: la razón comunicativa. El
pensamiento está bajo el lenguaje es lo que compone la conciencia, el sujeto tiene esta
característica inter subjetiva. Para ser sujeto debe reconocer y ser reconocido por otros
sujetos con quien mantiene el diálogo.

Anda mungkin juga menyukai