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PSICOLOGÍA EDUCACIONAL

La Psicología Educacional es la psicología aplicada al campo de la educación.

En este campo, los conocimientos psicológicos se aplican para comprender y modificar


el comportamiento de las personas, en los aspectos de la realidad vinculados con la
educación y el aprendizaje.

El Psicólogo Educacional es el profesional de la psicología cuyo objetivo de trabajo se


centra en reflexionar e intervenir sobre dichos comportamientos apuntando al desarrollo
de las capacidades de las personas, grupos e instituciones.

Desarrolla su actividad profesional principalmente en el marco de los sistemas sociales


dedicados a la educación en todos sus diversos niveles y modalidades durante todo el
ciclo vital de la persona.

Asimismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al aprendizaje o


que se derivan de éste.

Desde la psicología cognitiva, tres problemas se consideran en psicología educacional:


1) Aspectos del aprendizaje que afectan la adquisición de conocimiento escolar. 2)
Mejoramiento de la capacidad para resolver problemas. 3) Análisis de las variables
intrapersonales y situacionales que inciden en determinadas materias de estudio y
afectan la motivación para aprenderlas.

Entre las funciones del psicólogo educacional se encuentran:

1. Intervención ante las necesidades educativas de los alumnos


Detectar y prevenir discapacidades e inadaptaciones funcionales, psíquicas y
sociales.

Evaluar las capacidades personales, grupales e institucionales en relación a los


objetivos de la educación.

Proponer y realizar intervenciones que se refieran a la mejora de las


competencias educativas de los alumnos, de las condiciones educativas y al
desarrollo de soluciones a las posibles dificultades detectadas en la evaluación.

2. Orientación. Asesoramiento Vocacional, Profesional, Ocupacional.


Promover y participar en la organización, planificación, desarrollo y
evaluación de los procesos de orientación y asesoramiento vocacional,
profesional y ocupacional con el objetivo de colaborar en el desarrollo de las
competencias de las personas y en la clarificación de sus proyectos.
3. Prevención
Proponer las condiciones para un mejor desarrollo de las capacidades
educativas y prevenir las consecuencias que pudieran generar las diferencias
entre las necesidades educativas de la población y las respuestas de los
sistemas sociales-educativos; (adaptación inicial a la escuela, detección precoz
de alumnos con necesidades educativas especiales, estimulación y procesos

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dirigidos a permitir a los alumnos afrontar con progresiva autonomía las
exigencias de la actividad educativa).

4. Intervención en la mejora del acto educativo


Proponer intervenciones que apunten a adecuar las situaciones educativas a las
características individuales y/o grupales de los alumnos. Asesoramiento
dirigido a la planificación y programación educativas, y a la actualización del
educador.
Apoyar y asesorar al educador tanto en la adaptación de la programación a las
características evolutivas psicosociales y de aprendizaje de los alumnos, como
en su actuación educativa con alumnos con necesidades y/o en situaciones
educativas especiales.
También son objeto de la intervención del psicólogo los fenómenos
institucionales que configuran los centros educativos, presta su colaboración y
apoyo técnico en la elaboración y desarrollo de proyectos, en los cambios
organizativos y metodológicos requeridos por estos proyectos, y en la línea de
hacer competentes a las propias instituciones en la realización de los fines que
se proponen.

5. Asesoramiento Familiar
Intervenir para apoyar a los padres en el desarrollo integral de sus hijos,
promover la colaboración efectiva entre familia y educadores, y desarrollar la
participación familiar en la comunidad educativa y aprendizaje de sus
miembros.

6. Intervención Socioeducativa
Participar en el análisis de la realidad educativa, y de los factores sociales y
culturales que influyen en el proceso educativo de la comunidad
Asesorar técnicamente a los responsables de la toma de decisiones en una línea
de mejora de la atención educativa.

7. Investigación y Docencia
La investigación incluye actividades de análisis y reflexión sobre el propio
trabajo; la mejora y actualización de su competencia técnica, la profundización
y extensión de la teoría y los procedimientos propios de la psicología de la
educación.
La docencia está orientada a difundir su conocimiento entre los demás
profesionales de la educación, los grupos sociales implicados en ésta, los
propios psicólogos y estudiantes de psicología.

ÁMBITOS Y TAREAS

El profesional de la psicología educacional interviene en los ámbitos personal, familiar,


organizacional, institucional, socio-comunitario y educativo en general; con educandos,
receptores del proceso educativo, y agentes educativos, intervinientes directa o
indirectamente en el proceso educativo.

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Psicólogos y teóricos educativos influyentes
Las siguientes personas fueron seleccionadas y representadas en una importante historia
biográfica de la psicología educativa como autores de importantes contribuciones a la
disciplina:

• Albert Bandura
• Alfred Binet
• Benjamin Bloom
• Ann Brown
• Jerome Bruner
• Lee Cronbach
• John Dewey
• Nathaniel Gage
• Robert M. Gagné
• María Montessori
• Jean Piaget
• Herbert Simon
• Burrhus Frederic Skinner
• Charles Spearman
• Lewis Terman
• Edward L. Thorndike
• Lev Semenovich Vygotsky

https://areaspsicologia.wordpress.com/psicologia-educacional/

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PSICOLOGÍA CLÍNICA

1. Definición de la Psicología Clínica y de la Salud

La Psicología Clínica y de la Salud es la disciplina o el campo de especialización de la


Psicología que aplica los principios, las técnicas y los conocimientos científicos
desarrollados por ésta para evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir
las anomalías o los trastornos mentales o cualquier otro comportamiento relevante para
los procesos de la salud y enfermedad, en los distintos y variados contextos en que éstos
puedan tener lugar.

2. Definición del Psicólogo Clínico y de la Salud

Consecuentemente con la definición propuesta de Psicología Clínica y de la Salud,


definimos el Psicólogo Clínico y de la Salud como el psicólogo que aplica el
conocimiento y las habilidades, las técnicas y los instrumentos proporcionados por la
Psicología y ciencias afines a las anomalías, los trastornos y a cualquier otro
comportamiento humano relevante para la salud y la enfermedad, con la finalidad de
evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar o prevenir estos en los distintos
contextos en que los mismos puedan manifestarse.

3. Características a destacar de las definiciones

En las definiciones propuestas, cabe llamar la atención o destacar las siguientes


características. Ante todo, conviene resaltar que la Psicología Clínica y de la Salud
constituye un campo de especialización de la Psicología, aparentemente el más
relevante si se toma en consideración el número de psicólogos que realizan sus
funciones en este campo, mayor que el de cualquier otro ámbito aplicado de los
actualmente existentes. La consideración de disciplina especializada de la Psicología
conlleva, por su parte, la inseparable característica de que los expertos que la practican
han de ser necesariamente Psicólogos con una formación complementaria especializada
en el ámbito de la Psicología Clínica y de la Psicología de la Salud, de acuerdo con el
ordenamiento legal que actualmente esté vigente en nuestro país.

El nuevo ámbito de la Psicología Clínica y de la Salud integra, por su parte, dos campos
de especialización separados previamente existentes: la Psicología Clínica y la
Psicología de la Salud, dedicadas específicamente, una a los trastornos considerados
clásicamente clínicos o mentales y la otra a los fenómenos y problemas psicológicos en
su relación con los problemas médicos o de salud en general. Todo ello, de acuerdo con
la visión holística e integradora actualmente mantenida tanto sobre la salud como sobre
la enfermedad como un todo integrado biológico, psicológico y social.

En cuanto a los principios, los conocimientos, las técnicas y los instrumentos que la
Psicología Clínica y de la Salud aplica, en la definición se especifica que estos han de
ser científicos, indicando con ello que aunque ésta constituye más una disciplina
aplicada que una ciencia básica, los conocimientos en que se fundamenta han sido
derivados científicamente, al igual que la totalidad de los conocimientos que
constituyen la actual Psicología, definida como la ciencia dedicada al estudio de la
conducta o el comportamiento humano a través de las distintas manifestaciones en que

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éste pueda tener lugar (cognitivas, emocionales, motoras o manifiestas y
psicofisiológicas en general) y a la aplicación práctica y positiva de este conocimiento
en los distintos ámbitos o contextos en que los sujetos humanos pueden desenvolverse.

Respecto a los fenómenos a los que se aplica o que constituyen el centro de atención de
la Psicología Clínica y de la Salud, éstos son, en primer lugar, las denominadas
anomalías o trastornos mentales o del comportamiento, entendidos éstos en un sentido
amplio del término y no sólo en el estrictamente psicopatológico y más restringido
habitualmente concedido en los manuales estandarizados de clasificación de trastornos
psicopatológicos del tipo de la CIE-10 (OMS, 1.992) o del DSM-IV (APA, 1.994).
Además de los comportamientos anómalos o alterados, la Psicología Clínica y de la
Salud estudia y toma en consideración, igualmente, cualquier otro tipo de
comportamiento que sea relevante para los procesos de salud y enfermedad, sea éste
normal o patológico y referido tanto a un individuo como a un grupo.

En este mismo sentido, conviene llamar la atención sobre el hecho de que la Psicología
Clínica y de la Salud no sólo se aplica o toma en consideración los fenómenos o
procesos anormales o patológicos, sino que estudia y se aplica igualmente y cada vez
con más dedicación, a los procesos y estados de salud y bienestar, tanto de los
individuos como de los grupos humanos, tratando de asegurar los mismos o de
reinstaurarlos en caso de que éstos se hubieran perdido, de acuerdo con las importantes
funciones complementarias de prevención y de educación para la salud desarrolladas
igualmente por la Psicología Clínica y de la Salud.

Entre las múltiples funciones que incluye o desempeña la Psicología y los Psicólogos
Clínicos y de la Salud, destacan, como se recoge en la definición, las siguientes:
evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir. Estas funciones incluyen, en
general, la práctica totalidad de la actividad normalmente desempeñada por el psicólogo
que trabaja en este ámbito, con la excepción, quizás, de la deseable actividad
investigadora que los psicólogos clínicos y de la salud también deberían realizar en sus
respectivos ámbitos aplicados. Estas funciones serán descritas posteriormente con una
mayor amplitud en este documento.

En la definición se menciona, por último, que la actividad desempeñada por la


Psicología o por el Psicólogo Clínico y de la Salud puede ejercerse o aplicarse en muy
distintos y variados contextos, en concordancia con la complejidad y variedad del
comportamiento y de la actividad humana y no sólo en el ámbito restringido del Centro
Clínico, del Servicio de Salud Mental o del Hospital en general, aunque estos continúen
siendo los principales ámbitos de aplicación de la misma.

LAS FUNCIONES del Psicólogo Clínico y de la Salud son variadas. No obstante, tal
variedad se puede agrupar en las siguientes actividades, que a su vez requieren
determinadas especificaciones.

1. Evaluación.- Consiste en la reunión de información relativa a los repertorios


conductuales, el funcionamiento cognitivo y el estado emocional de las personas. La
evaluación implica frecuentemente a más de una persona pudiendo tomar, a veces,
como objetivo central dos o más, como por ejemplo, una pareja, una familia u otros
grupos o colectivos. Esta información puede ser empleada para el diagnóstico de
problemas psicológicos, la elección de técnicas de intervención y tratamiento, la

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orientación vocacional, la selección de candidatos a un puesto de trabajo, la emisión de
un informe pericial, la elaboración de un perfil psicológico, la obtención de datos
complementarios a una evaluación previa, la selección de participantes potenciales en
un proyecto de investigación psicológica, el establecimiento de una línea-base de
conducta con la que comparar cambios postratamiento y otros numerosos propósitos.

En general, los instrumentos más usuales son algún tipo de test, cuestionarios,
entrevistas, observaciones y aparatos psicofisiológicos. A menudo estos procedimientos
se utilizan en combinación, constituyendo una batería de pruebas o una estrategia de
medida múltiple.

2. Diagnóstico.- Consiste en la identificación y rotulación del problema


comportamental, cognitivo, emocional o social, de la persona, grupo o comunidad de
que se trate. Debe entenderse como “resultado” del proceso de evaluación psicológica.
En el ejercicio de esa función, el psicólogo clínico y de la salud habrá de tomar
decisiones, entre las que hay que destacar las siguientes:

• Decisión sobre si se trata de un problema que cae dentro de su competencia o no.

• Decisión sobre el grado de severidad o gravedad de las primeras informaciones que se


ofrecen del problema.

• Diagnóstico, si procede.

• Especificación del problema en términos operativos.

• Indicación del tratamiento.

3. Tratamiento e Intervención.- El tratamiento supone intervenciones clínicas


sobre las personas con el objeto de entender, aliviar y resolver trastornos psicológicos:
emocionales, problemas de conducta, preocupaciones personales y otros. Se entiende
que todo tratamiento o intervención supone algún tipo de relación interpersonal y
situación social. Estas formas de ayuda pueden denominarse psicoterapia, terapia o
modificación de conducta, terapia cognitiva (o cognitivo-conductual), terapia
psicoanalítica, terapia sistémica, terapia existencial (fenomenológica o humanística),
consejo o asesoramiento psicológico, o puede todavía reconocerse con otros nombres
dependiendo de la orientación y preferencia del clínico.

La prestación del tratamiento puede ser en aplicación individual, en pareja, o en grupo,


y ser llevado por uno o más psicólogos constituídos en equipo. Los clientes pueden ser
pacientes externos o pacientes internos (residentes en una institución).

La duración del tratamiento suele ser por lo general entre cinco y cuarenta sesiones
(comúnmente a razón de una o dos por semana), pero también pueden ser tan corto
como una sesión y tan largo como que lleve varios años. La duración más frecuente de
una sesión está entre media y una hora, pero también puede variar según las
circunstancias y la naturaleza de la terapia. En cuanto al formato de las sesiones, pueden
ir desde una relación colaboradora altamente estructurada hasta interacciones menos
estructuradas, así como consistir en construcciones sistemáticas de nuevas conductas, en

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la promoción de manifestaciones emocionales, y en toda una variedad de maneras,
incluyendo las aplicaciones fuera de la clínica en contextos de la vida cotidiana.

Los objetivos del tratamiento (convenidos con el cliente) pueden concretarse en la


solución de un problema específico, proponerse la reconstrucción de la personalidad, o
algún propósito entre estos dos extremos. Igualmente, además del interés en el
entendimiento, el alivio de la solución de un trastorno dado, la actuación del psicólogo
clínico puede incluir la prevención de problemas mediante la intervención en
instituciones, contextos y ambientes, así como la intervención centrada en personas con
riesgos o en toda una comunidad.

En algunos casos, la actividad del psicólogo clínico y de la salud ha de ser entendida


como intervención, más que como Tratamiento en el sentido estricto. Se trata en este
caso, de un conjunto de acciones destinadas a resolver un problema (previamente
identificado y analizado) de forma indirecta. Como por ejemplo, modificar los flujos de
información en una sala médica para reducir los niveles de ansiedad de los enfermos,
ejecución de una campaña de sensibilización de una comunidad para aumentar su
participación en programas de prevención, etc.

La intervención puede consistir igualmente en organizar una sistemática para el estudio


y conducción de los factores individuales, ambientales y relacionales, que puedan
favorecer y/o perturbar la calidad del proceso de adaptación a la enfermedad. Esta
función implica objetivos como:

• Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en la calidad de la


atención recibida por el paciente.

• Identificar y evaluar factores psicosociales que incidan en el bienestar de los


pacientes durante su enfermedad.

• Identificar los problemas psicosociales causados por la enfermedad


(diagnóstico, curso, tratamiento y recuperación).

• Diseñar y ejecutar programas de tratamiento de las disfunciones psicosociales


que acompañan el proceso de enfermar o a la propia hospitalización y
tratamiento correspondiente.

Esta función incluye el diseño y la realización de programas de ajuste a la enfermedad


crónica, programas de preparación para la hospitalización, programas de entrenamiento
para afrontar el proceso de hospitalización y conseguir una buena adaptación, que
pueden ser de carácter general o referidos específicamente a determinados
acontecimientos diagnósticos o de tratamiento especialmente estresantes (por ejemplo,
programas de preparación para la cirugía, programas para procedimientos diagnósticos
invasivos como biopsias, endoscopia, arteriografía, etc.).

4. Consejo, Asesoría, Consulta y Enlace.- Se refiere aquí al consejo de experto


que el psicólogo clínico y de la salud proporciona para una variedad de problemas a
petición de alguna organización, incluyendo, en primer lugar, el contacto continuado
entre un psicólogo como consultor técnico y los otros profesionales de cualquier
servicio dentro del sistema sanitario. En este caso, el trabajo del psicólogo se integra en

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el del cuidado general de estos pacientes de forma permanente. La intervención del
psicólogo, en este caso, es la de un “consultor técnico”. El psicólogo diseña en
colaboración y colabora en la ejecución, de programas para modificar, o instalar
conductas adecuadas, como es el caso de programas referidos a las conductas de
cumplimiento o adherencia al tratamiento; o para modificar conductas que constituyen
un factor de riesgo añadido para la salud del paciente, o que pueden dificultar su
recuperación o rehabilitación.

Las organizaciones consultantes pueden ser muy diversas, además de la sanitaria: desde
médicos y abogados en práctica privada, hasta agencias gubernamentales, entidades
judiciales y corporaciones multinacionales, así como centros educativos y de
rehabilitación, sociedades y asociaciones.

Se incluye en esta actividad de consulta el servicio de asesoría clínica proporcionado a


otros psicólogos que lo requieran. Consiste en recibir asesoramiento de un experto sobre
un caso que está siendo objeto de atención profesional por parte del psicólogo clínico.
Igualmente, se incluirá la supervisión clínica, donde el experto evalúa la competencia
profesional del psicólogo clínico (pudiendo emitir una certificación a petición del
interesado).

La consulta se puede tipificar por el objetivo, la función desempeñada y el lugar de la


responsabilidad. El objetivo puede estar orientado al caso, de modo que a su vez el
consultor trate con él directamente o bien proporcione consejo a terceros, o puede estar
orientado a la organización o programa (como sea, por ejemplo, la evaluación de
programas en curso). La función desempeñada se puede resolver como consejo (acerca
de casos, organizaciones o programas), servicio directo (evaluación, psicodiagnóstico,
tratamiento, intervención en cambios organizacionales, arbitraje de experto), o
enseñanza (formación en tareas específicas, entrenamiento de personal, orientación en el
uso de instrumentación psicológica) y otras formas. En cuanto al lugar de la
responsabilidad, se refiere a si la responsabilidad por las consecuencias debidas a la
solución ofrecida al problema de una organización recae en el clínico consultado o
permanece, como es más frecuente en la propia organización consultante.

5. Prevención y Promoción de la Salud.- Este apartado recoge


fundamentalmente el trabajo de intervención comunitaria de los psicólogos de la salud.
Sus funciones preventivas y promotoras de salud se centrarán en:

• Capacitar a los mediadores de las redes sociosanitarias de la comunidad diana para


desempeñar funciones de promoción de la salud y de prevención.

• Analizar la problemática de las personas con prácticas de riesgo, elaborando


estrategias encaminadas a aumentar el contacto con ellas y valorando la adecuación de
la oferta real de tratamiento a dicha problemática.

• Incrementar el nivel de conocimientos de las personas en situación de riesgo de la


comunidad, sobre la enfermedad o enfermedades correspondientes, o sobre los factores
de riesgo.

• Fomentar y promover los hábitos de salud en la población general.

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• Promover una mayor accesibilidad a los instrumentos preventivos.

• Dar a conocer diversos recursos humanos y materiales para la prevención y


promoción.

https://www.cop.es/perfiles/contenido/clinica.htm#Funciones

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PSICOLOGÍA SOCIAL

La Psicología Social Comunitaria es un campo de especialización de la


psicología en el que se privilegia una óptica analítica que considera los
fenómenos de grupos, colectivos o comunidades a partir de factores sociales y
ambientales, a fin de realizar acciones orientadas al mejoramiento de las
condiciones de vida de la gente. La metodología que utiliza privilegia un
enfoque territorial, participativo para quienes están involucrados en sus
procesos de intervención, intentando generar cambios de largo plazo en los
sistemas sociales en los que esos grupos están insertos.

El uso de los términos psicología comunitaria (PC) y psicología social-


comunitaria (PSC) suelen significar un mismo campo profesional, en particular
el nombre psicología social-comunitaria tiene su origen en la necesidad de
diferenciación disciplinar percibida por los grupos de profesionales psicólogos
de centro y sud-América a finales de los años setenta, en lo que comúnmente
ha sido denominado crisis de relevancia de la psicología social. Como bases
fundamentales de esta propuesta es posible identificar el trabajo en terreno,
aplicado sobre problemas concretos in situ (en el lugar de manifestación del
fenómeno social), con un carácter participativo que permite involucrar a
diversos actores en un contexto determinado resguardando el protagonismo de
los sectores más vulnerables en la búsqueda de sus propias soluciones.

Existen disensos sobre el objeto de la psicología comunitaria en tanto las


diferentes realidades sociales hacen que la disciplina se desarrolle en modos
igualmente diferentes. Así, resulta natural que no exista uniformidad ante la
diversidad que caracteriza al comportamiento social de masas, grupos e
individuos; empero, existen propuestas conceptuales que permiten realizar una
aproximación disciplinar al objeto de la disciplina, como por ejemplo la de
Maritza Montero, quien señala que la Psicología Comunitaria es:

La rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores


psicosociales que permitan desarrollar, fomentar y mantener el control y poder
que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social para
solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en
la estructura social. (Montero, M., 1984 p.390)

Esta definición permite entender que el campo de esta disciplina contempla la


relación funcional entre individuo y su ambiente social, lo cual, puede dar lugar
a distintas formas de comprensión. Entre las diferentes posiciones existentes
alrededor del objeto perseguido por las corrientes contemporáneas tenemos a
las siguientes:

Empoderamiento Ciudadanía Lucha contra la pobreza Salud mental

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Como se señaló líneas arriba, existen disensos sobre el fin último de la
psicología comunitaria, lo que se expresa en lo diversos que resultan los
objetos de interés de la disciplina, pero lo que queda claro es que alrededor de
cualquiera de ellos existen factores psicosociales que favorecen o dificultan su
logro.

La disciplina fue fundada en los Estados Unidos de América por psicólogos que
buscaban superar las limitaciones de la psicología clínica tradicional en la
promoción de la salud mental. Estos psicólogos tenían interés en ampliar la
práctica psicológica a un mayor segmento de población, asimismo en superar
el paradigma de daño-y-cura para trabajar en base a un enfoque preventivo.

Las ideas base de esta nueva visión de la psicología se evidencian en el


constructo "Sentido de Comunidad o Pertenencia" (Sense of Community),
introducido el año 1974 por Seymour B. Sarason, un destacado psicólogo
educativo profesor emérito de la Universidad de Yale. Por estos mismos años
se produjo la propuesta del modelo educativo piramidal hecha por Edward
Seidman y Julian Rappaport, donde se proponía que psicólogos expertos en
consejería trabajaran en forma conjunta con psicólogos de menor experiencia y
'promotores comunales' realizando un trabajo educativo comunitario que
permitiera aliviar los problemas de las personas y prevenir sus dificultades.
Además, se produciría un intercambio de saberes que a futuro permitiría a las
personas solucionar por si solas sus dificultades, es decir serían autónomos
para ejercer poder sobre su bienestar emocional. Este modelo fue un
planteamiento osado y revolucionario para la época, siendo la piedra
fundacional del enfoque de empoderamiento.

En el año 1986, luego de 22 años de trabajo tras la senda de la propuesta de


Seymor Sarason, se dio un salto mayor al publicarse la Teoría del Sentido de
Comunidad y el Índice del Sentido de Comunidad (Theory of Sense of
Community and Sense of Community Index). Esta teoría es bastante amplia y
permite aplicar el modelo a comunidades de distinta índole, como las religiosas,
políticas, grupos atareos, e incluso a organizaciones, como por ejemplo los
centros laborales y las escuelas. Sus autores son David McMillan (la teoría) y
David Chavis.

En la actualidad, la Psicología Comunitaria ha tenido un amplio desarrollo en


América Latina, lo cual tiene sus raíces en las reflexiones académicas y
prácticas de la década del ochenta. Entre sus principales representantes se
encuentra Maritza Montero, Irma Serrano-García, Gerardo Marín e Ignacio
Martín-Baró (S.J.), entre muchos otros. Sus principales referentes son la
educación popular, la investigación acción participante de Orlando Fals Borda,
la teología de la liberación, la sociología militante, la tecnología social de
Jacobo Varela, la sociología del desarrollo, el trabajo comunitario, y las
influencias de la psicología social aplicada europea de finales de los setenta.
Junto a ello, las críticas de diversos profesionales en torno al auge de una
psicología de corte empirista, técnica y alejada del estudio de los problemas de
desarrollo y justicia social en América Latina (que durante al menos tres
décadas habían marcado el desarrollo de las ciencias sociales en el
continente), terminaron por sentar las bases para la apertura de un campo

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profesional de marcada orientación al terreno y al contacto directo in-situ con
las situaciones de precariedad.

Herramientas metodológicas.- La psicología comunitaria es una disciplina


orientada a la solución de problemas y optimización de recursos. Debido a
esto, los psicólogos comunitarios cuentan con una serie de métodos y técnicas
eficientes tanto para generar conocimiento como para intervenir en la realidad
social. Cabe señalar que muchas de estas herramientas son compartidas con
múltiples disciplinas sociales pero que ya en el contexto contemporáneo vienen
a ser un elemento compartido multidisciplinar.

En la tradición metodológica latinoamericana se ha destacado la original


producción en torno a la Investigación-Acción; al elaborado desarrollo existente
originada en los aportes de Kurt Lewin, la integración de las propuestas de
Argyris y Schön se sumaron al compromiso militante de los 70'. Esta
confluencia dio como resultado la IAP (investigación acción participación) que
fundó la originalidad de la PC Latinoamericana.

Construcción de conocimiento.- En la psicología comunitaria cobra crucial


importancia la construcción de conocimiento debido a que usualmente la
información que permite tomar decisiones y alcanzar los objetivos de trabajo
tienen significado únicamente para las poblaciones con las que se trabaja, por
consiguiente, todo proceso de intervención requiere necesariamente que se
construya conocimiento significativo para sí mismo.

Encuesta

Entrevista

Historias de vida

Grupos focales

Talleres participativos.

Contextos Colaborativos.

Intervención.- La psicología, y en general otras disciplinas, buscan solucionar


problemas u optimizar procesos a partir de una serie de procedimientos
llevados a cabo sistemáticamente. Este proceso se puede comprender como
'intervención'. Aunque la noción de "intervención" ha sido asociada a formas de
construcción relacionales asociadas al modelo experto/destinatario, el término
expresa los modelos de estrategias más utilizados en los que la "intervención
externa" produce cambios. Campos de "intervención"

Proyectos sociales (Desarrollo Social Local, socioeconómico, cultural y


psicosocial)

Proyectos de Construcción de Ciudadanía. (Equidad, participación comunitaria,


desarrollo de redes sociales y comunitarias)

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Proyectos de mejora de la Calidad de Vida (Salud, educación, Habitat,
relaciones interpersonales)

Proyectos de Fortalecimiento Cultural (recuperación de Capital Social y


Cultural, trabajo sobre procesos de des-colonización y reconocimiento de las
identidades socioculturales exluídas)

Los instrumentos más habituales han sido:

• Investigación Acción Participativa (IAP)


• Animación Sociocultural
• Capacitación, fortalecimiento de saberes locales, sistematización de
experiencias locales.
• Detección, reconocimiento, creación y movilización de Redes (sociales,
comunitarias y familiares)

http://datateca.unad.edu.co/contenidos/90016/2013_2/Lecturas_de_referencia_Le
cciones/Leccion_Evaluativa_Unidad_2/psicologa_comunitaria.html

PSICOLOGÍA ORGANIZACIONAL

La psicología del trabajo y de las organizaciones o psicología organizacional es una


ciencia aplicada perteneciente a la psicología, la cual se encarga de estudiar el
comportamiento del ser humano en el mundo del trabajo y de las organizaciones, a nivel
individual, grupal y organizacional.

La psicología del trabajo y de las organizaciones es un área especializada de la


psicología cuyos antecedentes más inmediatos son la psicología industrial y la
psicología social.

Es una disciplina científica que estudia la conducta del ser humano y sus experiencias
en el contexto del trabajo y la organización desde una perspectiva individual, grupal y
organizacional. Tiene por objetivo describir, explicar y predecir estas conductas, pero
también resolver problemas concretos que aparecen en estos contextos. Su finalidad
principal se resume en dos: mejorar el rendimiento y la productividad así como
potenciar el desarrollo personal y la calidad de vida laboral de los empleados en el
trabajo.

De este modo la psicología del trabajo y de las organizaciones intenta conocer,


describir, evaluar y diagnosticar diferentes aspectos de la organización, como su
estructura, clima, cultura, sus sistemas sociales y sus procesos. En los procesos sociales
cabe señalar el poder, influencia, cultura, dirección y negociación, que juntan lo social y
lo organizacional dentro de la entidad organizacional, como aspectos en los cuales se
interesa la psicología organizacional.

Asimismo, aunque haya una estrecha relación entre la psicología del trabajo y la de las
organizaciones, también existen algunas diferencias. Por su parte, la psicología del
trabajo, se preocupa de la actividad concreta de cada trabajador y se interesa más por el

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tipo de tareas que tiene, el ambiente laboral, los horarios laborales, la carga de trabajo,
conflictos de rol, el síndrome de burnout y el error del trabajador. Mientras que la
psicología de las organizaciones tiene un enfoque más amplio y estudia más allá del
trabajador: la organización en la que está inmerso y su relación con ésta. Ambas
perspectivas se consideran complementarias para poder entender la conducta de los
trabajadores en sus empresas y cada una se centra en unos objetos de estudio (Peiró,
1996)

Estructuras organizacionales.- Una de las cuestiones más importantes de la psicología


organizacional tiene que ver con los distintos tipos de estructuras. Para Henry
Mintzberg la estructura significa la forma de dividir y repartir las tareas y los
mecanismos de coordinación de ellas mismas.

Hoy en día se considera que las estructuras más comunes se pueden dividir en las
estructuras tradicionales y las nuevas estructuras, que se varían según las dimensiones
de la estructura. Peiró señala que las tres dimensiones principales son la diferenciación
vertical y horizontal y la formalización.

La formalización es el grado en que las normas están por escrito en la organización. Una
dimensión importante que podemos añadir es la centralización, que hace referencia a la
toma de decisión y a la distribución del poder dentro de la organización.

Temas en la psicología organizacional del empleo

Análisis del empleo.- El análisis del empleo tiene algunos métodos diferentes pero
implica principalmente la recogida sistemática de información acerca de un trabajo.

El análisis de trabajo orientado a la tarea, implica un examen de los deberes, tareas, y / o


competencias requeridas por un trabajo, mientras que un análisis de trabajo orientado al
trabajador, implica un examen de los conocimientos, destrezas, habilidades y otras
características necesario para realizar con éxito el trabajo.

La información de análisis del trabajo se utiliza para muchos propósitos, incluyendo la


creación de procedimientos de trabajo relevante de selección, evaluaciones de
desempeño y los criterios, o los programas de capacitación. Cuestionario de análisis de
posición es un análisis particular que se utilizan para determinar las características de un
individuo en el trabajo y los relaciona con características humanas.

Reclutamiento y selección de personal.- Psicólogos suelen trabajar con especialistas


en recursos humanos para diseñar:

(a) los procesos de reclutamiento

(b) los sistemas de selección de personal.

Selección de personal es el proceso sistemático de la contratación y promoción del


personal. Los sistemas de selección de personal emplean prácticas basadas en la
evidencia para determinar los candidatos más calificados.

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La selección del personal implica tanto al recién contratado como a las personas que
puedan ser promovidas desde dentro de la organización. Las herramientas de selección
más comunes incluyen pruebas de habilidad (e.g., cognitivas, físicas, or psico-motor),
pruebas de conocimiento, pruebas de personalidad, entrevistas estructuradas, la recogida
sistemática de datos biográficos, y muestras de trabajo. Psicólogos deben evaluar las
pruebas en relación con el grado en que las herramientas de selección predicen el
desempeño laboral, la evidencia que apoya sobre la validez de las herramientas de
selección.

Psicólogos no sólo ayudan en la selección y evaluación de personal para puestos de


trabajo, sino que también ayudan en la selección de los estudiantes para el ingreso a los
colegios, universidades y escuelas de posgrado y profesionales, así como la evaluación
de los logros de los estudiantes, la aptitud de los estudiantes, y el desempeño de los
maestros y escuelas.

Cada vez más, los psicólogos están trabajando para la evaluación educativa y las
organizaciones de evaluación y divisiones.

La evaluación del desempeño/gestión.- La valoración del desempeño evaluación del


desempeño es el proceso de medición de comportamientos en el trabajo de un grupo o
de un individuo y los resultados contra las expectativas del trabajo.

La evaluación del desempeño se utiliza con frecuencia en las decisiones de promoción y


compensación, para ayudar a diseñar y validar los procedimientos de selección de
personal, y para la gestión del rendimiento.

La gestión del rendimiento es el proceso de proporcionar retroalimentación sobre el


desempeño en relación con las expectativas e información de mejora (e.g., coaching,
mentoring). La gestión del rendimiento también puede incluir la documentación y el
seguimiento de la información de desempeño para fines de evaluación a nivel
organizacional.

Un psicólogo utiliza la información del análisis de trabajo para determinar las


dimensiones de desempeño de un trabajo, y luego construir una escala de clasificación
para describir cada nivel de rendimiento para el trabajo. A menudo, el psicólogo será
responsable de la formación del personal de la organización cómo utilizar el
instrumento de evaluación del desempeño, incluyendo formas de minimizar el sesgo
cuando se utiliza la escala de calificación, y cómo proporcionar retroalimentación sobre
el desempeño eficaz. Además, el psicólogo puede consultar con la organización en que
formas puede utilizar la información de evaluación del desempeño para las iniciativas
de gestión del rendimiento más amplio.

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