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Charles Darwin
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• 1 Biografía
• 1.3.4 Publicación
• 2 Árbol genealógico
• 6 Pensamiento religioso
• 8 Homenajes a Darwin
• 8.1 Eponimia
• 9 Abreviatura (botánica)
• 10 Abreviatura (zoología)
• 11 Véase también
• 12 Notas
• 13 Referencias
• 14 Bibliografía
• 15 Enlaces externos
Biografía
Darwin pasó el verano de 1825 como aprendiz de médico, ayudando a su padre a asistir a
las personas necesitadas de Shropshire, antes de marchar con Erasmus a la Universidad
de Edimburgo. Encontró sus clases tediosas y la cirugíainsufrible, de modo que no se
aplicaba a los estudios de medicina. Aprendió taxidermia con John Edmonstone, un
esclavo negro liberto que había acompañado a Charles Waterton por
las selvas de Sudamérica y se le veía frecuentemente sentado con aquel «hombre
inteligente y muy agradable».14
Charles Darwin tuvo que quedarse en Cambridge hasta junio. Durante este período leyó
tres obras que ejercerían una influencia fundamental en la evolución de su pensamiento:
otra obra de Paley, Teología Natural, uno de los tratados clásicos en defensa de
la adaptación biológica como evidencia del diseño divino a través de las leyes
naturales;20 el recién publicado Un discurso preliminar en el estudio de la filosofía natural,
de John Herschel, que describía la última meta de la filosofía natural como la comprensión
de estas leyes a través del razonamiento inductivo basado en la observación; y el Viaje a
las regiones equinocciales del Nuevo Continente, de Alexander von Humboldt. Inspirado
por un ardiente afán de contribuir al avance del conocimiento de la naturaleza, Darwin
planeó visitar Tenerife con algunos compañeros de clase tras la graduación para estudiar
la historia natural de los trópicos. Mientras preparaba el viaje se inscribió en el curso de
geología de Adam Sedgwick y posteriormente le acompañó durante el verano a trazar
mapas de estratosen Gales.21 Tras una quincena con otros amigos estudiantes
en Barmouth, volvió a su hogar, encontrándose con una carta de Henslow que le proponía
un puesto como naturalista sin retribución para el capitán Robert FitzRoy, más como un
acompañante que como mero recolector de materiales en el HMS Beagle, que zarparía en
cuatro semanas en una expedición para cartografiar la costa de América del Sur.22 Su
padre se opuso en principio al viaje que se planeaba para dos años, aduciendo que era
una pérdida de tiempo, pero su cuñado Josiah Wedgwood lo persuadió, aceptando así
finalmente la participación de su hijo.23
Viaje del Beagle
El viaje del Beagle duró casi cinco años, zarpando de la bahía de Plymouth el 27 de
diciembre de 1831 y arribando a Falmouth el 2 de octubre de 1836. Tal como Fitzroy le
había propuesto, el joven Darwin dedicó la mayor parte de su tiempo a investigaciones
geológicas en tierra firme y a recopilar ejemplares, mientras el Beagle realizaba su
misión científica para medir corrientes oceánicas y cartografiando la costa.124 Darwin
tomó notas escrupulosamente durante todo el viaje, y enviaba regularmente sus hallazgos
a Cambridge, junto con una larga correspondencia para su familia que se convertiría en
el diario de su viaje.25 Tenía nociones de geología, entomología y disección de
invertebrados marinos —aunque se sabía inexperto en otras disciplinas científicas; de
modo que reunió hábilmente gran número de especímenes para que los especialistas en
la materia pudieran llevar a cabo una evaluación exhaustiva.26 A pesar de sufrir
frecuentes mareos —que ya había acusado la primera vez que embarcó su equipaje a
bordo— la mayoría de sus notas zoológicas versa sobre invertebrados marinos,
comenzando por una notable colección de plancton que reunió en una temporada con
viento en calma.2427
En su primera escala, en Santiago de Cabo Verde, Darwin descubrió que uno de los
estratos blanquecinos elevados en la roca volcánica contenían restos de conchas. Como
Fitzroy le había prestado poco antes la obra de Charles Lyell Principios de Geología, que
establecía los principios uniformistas según los cuales el relieve se formaba mediante
surgimientos o hundimientos a lo largo de inmensos períodos,n. 1 Darwin comprendió ese
fenómeno desde el punto de vista de Lyell, e incluso se planteó escribir en el futuro una
obra sobre geología.28
Viaje del Beagle.
En Brasil, Darwin quedó fascinado por el bosque tropical, pero aborreció el espectáculo
de la esclavitud.2930
En Tierra del Fuego se produjo el retorno de tres nativos yagán que habían sido
embarcados durante la primera expedición del Beagle, con objeto de recibir una
educación que les permitiera actuar de misioneros ante sus semejantes. Darwin los
encontró amables y civilizados, aunque los otros nativos le parecieron «salvajes
miserables y degradados», tan distintos de los que iban a bordo como lo pudieran ser los
animales salvajes de los domésticos,36 si bien, para Darwin, esa distinción estribaba en
cuestiones culturales y no raciales. Al contrario que sus colegas científicos, empezó a
sospechar que no existía una diferencia insalvable entre los animales y las personas.37 Al
cabo de un año, la misión había sido abandonada. Uno de los fueguinos retornados, a
quien le habían dado el nombre cristiano de Jemmy Button, vivía con los demás nativos,
se había casado y manifestó no tener ningún deseo de volver a Inglaterra.38
Placa conmemorativa del ascenso de Charles Darwin al Cerro La Campana (hoy Parque Nacional La Campana,
Chile)
En Chile, Darwin fue testigo del terremoto de Concepción,39 donde observó indicios de un
levantamiento del terreno, entre los que se encontraban acumulaciones
de valvas de mejillones por encima de la línea de la marea alta. Asimismo, también
encontró restos de conchas en las alturas de los Andes, así como árboles fosilizados que
habían crecido a pie de playa, lo que le llevó a pensar que, según subían niveles de tierra,
las islas oceánicas se iban hundiendo, formándose así los atolones de arrecifes
de coral.4041
El HMS Beagle también investigó la formación de los atolones de las islas Cocos, con
resultados que respaldaban las teorías de Darwin. Por aquel entonces, Fitzroy —que
redactaba la «narración oficial» de la expedición— leyó los diarios de Darwin y le pidió
permiso para incorporarlos a su crónica.45 El diario de Darwin fue entonces reescrito
como un tercer volumen dedicado a la historia natural.46 En Ciudad del Cabo, una de las
últimas escalas de su vuelta al mundo, Darwin y Fitzroy conocieron a John Herschel,
quien había escrito recientemente a Lyell alabando su teoría uniformista por plantear una
especulación sobre «ese misterio de misterios: la sustitución de especies extintas por
otras [como] un proceso natural en oposición a uno milagroso».47 Ordenando sus
notas rumbo hacia Plymouth, Darwin escribía que de probarse sus crecientes sospechas
sobre los pinzones, las tortugas y el zorro de las islas Malvinas, «estos hechos
desbaratan la teoría de la estabilidad de las especies» (más tarde, reescribió
prudentemente «podrían desbaratar»).48 Posteriormente reconoció que en aquel
momento, los hechos observados le hacían pensar que «arrojaban alguna luz sobre el
origen de las especies».49
Inicios de la teoría
Charles Lyell, entusiasmado, se encontró con Darwin por primera vez el 29 de octubre y
pronto le presentó al prometedor anatomista Richard Owen, quien disponía de las
instalaciones del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra para poder trabajar en
los huesos fosilizados recolectados por Darwin. Entre los sorprendentes ejemplares que
clasificó Owen se encontraban los de perezosos gigantes extintos, un esqueleto casi
completo del desconocido Scelidotherium, un roedor del tamaño de un hipopótamo, que
recordaba a un capibara gigante, y fragmentos del caparazón de Glyptodon, un armadillo
gigante, tal y como inicialmente supuso Darwin.52 Estas criaturas extintas estaban
estrechamente relacionadas con especies vivas de Sudamérica.53
En su primera reunión para discutir sus detallados hallazgos, Gould le dijo a Darwin que
los pinzones de las distintas islas de las Galápagos eran especies diferentes.58 Los
dos ñandúes también eran especies distintas, y el 14 de marzo Darwin publicó el hecho
de que su distribución había cambiado, desplazándose hacia el sur.59
A su vuelta al Reino Unido, Darwin publicó la obra Diario del viaje del Beagle. Cuando las
«crónicas» de Fitzroy se publicaron en mayo de 1839, los diarios de Darwin eran ya un
éxito tal que el mismo Fitzroy costeó la publicación del tercer tomo.61 Durante más de
una década, se dedicó a realizar pruebas de cruce de animales y numerosos
experimentos con plantas, mediante los cuales encontró indicios de que las especies no
eran realidades inmutables que le permitieron profundizar las implicaciones de su teoría.1
Durante más de una década estos trabajos constituyeron el trasfondo de su investigación
principal, consistente en la publicación de los resultados científicos del «viaje del
Beagle».62
Panorámica del salón de la casa Down House, donde vivió Charles Darwin.
A principios de 1842, Darwin escribió una carta a Lyell exponiéndole sus ideas, quien
observó que su camarada «se negaba a ver un origen para cada grupo similar de
especies». Tras tres años de trabajo, Darwin publicó en mayo sus estudios sobre
los arrecifes coralinos, y comenzó a esbozar su teoría.63 Para escapar a las presiones de
la capital, el matrimonio Darwin se mudó a su Down House rural en septiembre.64 El 11
de enero de 1844 Darwin comentó sus especulaciones con el botánico Joseph Dalton
Hooker, admitiendo con humor que era «como confesarse culpable de asesinato».6566
Hooker replicó que en su opinión había «series de producción en diferentes puntos, así
como un cambio gradual en las especies», y le manifestó su interés en «escuchar su
explicación sobre cómo puede producirse este cambio, dado que por el momento las
opiniones al respecto no me satisfacen».67
Hacia el mes de julio, Darwin había ampliado su esbozo a un ensayo de 230 páginas,
destinado a completarse con el resto de sus investigaciones en el caso de una muerte
prematura.68 En noviembre la opinión pública reaccionó con polémica ante la publicación
anónima de la obra Vestigios de la historia natural de la Creación, escrita por Robert
Chambers. Se trataba de una obra bien redactada que llamó la atención sobre el tema de
la transmutación. Darwin le censuró su bisoñez en geología y zoología, pero las críticas
que recibió esta defensa de la evolución hicieron que revisara cuidadosamente sus
propios argumentos.6970
Preocupado por su enfermedad crónica, Darwin acudió en 1849 al balneario del doctor
James Manby Gully, y descubrió con sorpresa las virtudes de la hidroterapia.73 En 1851
su querida hija Anne Darwin enfermó, avivando los temores de Darwin de que su mal
pudiera ser hereditario, y tras una serie de crisis falleció.74
A lo largo de ocho años de trabajo sobre cirrípedos, la teoría de Darwin le había ayudado
a encontrar homologías que indicaban que mínimas alteraciones morfológicas permitían a
los organismos cumplir nuevas funciones en nuevas condiciones, y el hallazgo de
minúsculos machos parásitos en organismos hermafroditas le sugirió una progresión
intermedia en el desarrollo de seres sexuados.75 En 1853 este trabajo le valió la Medalla
Real concedida por la Royal Society, trayéndole así la celebridad como biólogo.76 En
1854 continuó su trabajo sobre la teoría de las especies, y en noviembre ya había
anotado que las diferencias en los caracteres de los descendientes podían obedecer a su
adaptación a «diversos entornos» en la economía natural.77
Los esfuerzos le pasaron factura, y en junio tuvo que permanecer varios días en cama
con problemas estomacales, dolor de cabeza y síntomas de afección cardíaca. Durante el
resto de su vida se vio repetidamente incapacitado con episodios de dolores de
estómago, vómitos, abscesos graves, palpitaciones, temblores y otros síntomas, en
particular durante las épocas de estrés como la asistencia a reuniones o visitas sociales.
La causa de la enfermedad de Darwinsigue siendo desconocida, y todos los intentos
de tratamiento tuvieron poco éxito.84
En octubre de 1838, esto es, quince meses después de comenzar mi indagación sistemática, sucedió que
leí por diversión el ensayo sobre la población de Malthus, y comencé a estar bien preparado para apreciar
la lucha por la existencia que se da en todas partes a partir de observaciones a largo plazo de los hábitos
de animales y plantas, y de inmediato me impactó el hecho de que bajo tales circunstancias las
variaciones favorables tenderían a ser preservadas, mientras que las desfavorables serían destruidas. El
resultado de esto sería la formación de nuevas especies. Aquí, por tanto, por fin había una teoría con la
que trabajar.88
Charles Darwin, con 31 años, en un retrato en acuarela realizado por George Richmond hacia finales de los años
1830.
El 11 de noviembre volvió a Maer y se declaró a Emma, contándole una vez más sus
ideas. Ella aceptó, y en los intercambios de cartas de amor mostraba cómo valoraba su
apertura a compartir sus diferencias, y exponiendo también sus creencias unitaristas y su
preocupación por que sus dudas honestas pudieran separarlos más adelante.91 Mientras
estaba buscando casa en Londres, los accesos de enfermedad continuaban y Emma le
escribió apremiándole a que se tomara algún descanso, comentando de modo casi
profético «No sigas poniéndote malo, mi querido Charley hasta que pueda estar contigo
para cuidarte». Él encontró una casa que llamó una «cabaña de guacamayos» (por sus
llamativos interiores) en Gower Street, y trasladó allí su museo durante las navidades. El
24 de enero de 1839 Darwin fue elegido miembro de la Royal Society.92
Publicación
El libro de Darwin estaba a la mitad cuando el 18 de junio de 1858 recibió una carta de
Wallace. En ella, Wallace adjuntaba un manuscrito para ser revisado en el que defendía la
evolución por selección natural. A petición de su autor, Darwin envió el manuscrito a Lyell,
mostrándole su sorpresa por la extraordinaria coincidencia de sus teorías, y sugiriendo la
publicación del artículo de Wallace en cualquiera de las revistas que este prefiriese. La
familia de Darwin estaba en crisis, y los niños de su pueblo estaban muriendo
de escarlatina, de modo que dejó el asunto en manos de Lyell y Hooker. Finalmente se
decidió por una presentación conjunta en la Sociedad Linneana de Londres el 1 de julio
bajo el título Sobre la tendencia de las especies a crear variedades, así como sobre la
perpetuación de las variedades y de las especies por medio de la selección
natural compuesta por dos artículos independientes: el manuscrito de Wallace, y un
extracto del no publicado Ensayo de Darwin, escrito en 1844, junto con un resumen de la
carta de Darwin a Asa Gray. No obstante, la hija de Darwin murió pronto de escarlatina y
estaba demasiado abatido como para asistir.95
Como de cada especie nacen muchos más individuos de los que pueden sobrevivir, y como, en
consecuencia, hay una lucha por la vida, que se repite frecuentemente, se sigue que todo ser, si varía, por
débilmente que sea, de algún modo provechoso para él bajo las complejas y a veces variables
condiciones de la vida, tendrá mayor probabilidad de sobrevivir y, de ser así, será naturalmente
seleccionado. Según el poderoso principio de la herencia, toda variedad seleccionada tenderá a propagar
su nueva y modificada forma.102
Hay grandeza en esta concepción según la cual la vida, con sus diferentes fuerzas, ha sido alentada por
el Creador en un reducido número de formas o en una sola, y que, mientras este planeta ha ido girando
según la constante ley de la gravitación, se han desarrollado y se están desarrollando, a partir de un
principio tan sencillo, una infinidad de las formas más bellas y portentosas.103
Hacia 1879, un cada vez más famoso Darwin llevaba años aquejado de una enfermedad crónica.
A pesar de los repetidos brotes de su enfermedad durante los últimos 22 años de su vida,
Darwin continuó infatigablemente su trabajo. Habiendo publicado El origen de las
especies como un resumen de su teoría, continuó desarrollando líneas de investigación
que allí solo habían sido esbozadas y que incluyeron objetos tan dispares como
la evolución humana, diversos aspectos de la adaptación de las plantas o
la belleza decorativa en la vida salvaje.
La primera parte del «gran libro» planeado por Darwin, y titulado Variación de las plantas
y los animales en estado doméstico creció hasta convertirse en dos enormes volúmenes,
obligándole a dejar de lado otros objetos de estudio como la evolución humana y
la selección sexual. La obra se publicó en 1868 y a pesar de su extensión tuvo una amplia
acogida, alcanzando un número considerable de ventas y siendo traducida a varios
idiomas. Más tarde, Darwin escribió una segunda sección dedicada a la selección natural
que sería publicada a título póstumo.107 En 1869, Darwin utilizó por primera vez la frase
acuñada por Herbert Spencer: «la supervivencia del más apto», como sinónimo de
la selección natural; en la quinta edición de El origen de las especies.
El siguiente reto de Darwin tuvo por objeto la evolución humana. Lyell ya había
popularizado el tema de la prehistoria, y por entonces Thomas Henry Huxley organizaba
sesiones de anatomía en las que se comparaban cráneos de simios y humanos en
distintos grados de desarrollo. Con El origen del hombre, y la selección en relación al
sexo, publicado en 1871, Darwin ofreció múltiples evidencias que situaban al ser humano
como una especie más del reino animal, mostrando la continuidad entre características
físicas y mentales. Así mismo, expuso la teoría de la selección sexual como una
explicación de determinadas características no adaptativas, como el plumaje de la cola
del pavo real, así como la evolución cultural y las diferencias sexuales, raciales y
culturales, al mismo tiempo que enfatizaba la pertenencia de todos los humanos a una
misma especie.108 Su investigación fue ampliada en su siguiente libro: La expresión de
las emociones en el hombre y los animales (1872), una de las primeras publicaciones
acompañada de fotografías impresas, que discutía la continuidad de la psicología
humana con la conducta animal. Ambos libros fueron enormemente populares y el mismo
Darwin se declaró sorprendido de que «todo el mundo hablase de ello sin demostrar
sorpresa alguna».109 Su conclusión fue que
el hombre, con todas sus nobles cualidades, con su compasión hacia los que siente desarraigados, con
su benevolencia no sólo hacia los otros hombres sino hacia la más humilde criatura; con su intelecto, que
parece divino y ha penetrado en los movimientos y la formación del sistema solar —con todos estos
elevados poderes— todo hombre sigue cargando en su condición corporal el sello indeleble de su
modesto origen.110
La tumba de Charles Darwin en la Abadía de Westminster.
Árbol genealógico
Erasmus
Mary
Darwin
Howard
(1731-
(1740-1770)
1802)
Josiah
Sarah
Wedgwood
Wedgwood
I
(1734-
(1730-
1815)
1795)
Sarah Mary
Susannah John Josiah Thomas Catherine Richard
Elizabeth Anne
Wedgwoo Wedgwoo Wedgwoo Wedgwoo Wedgwoo Wedgwoo
Wedgwoo Wedgwoo
d d d II d d (Kitty) d
d d
(1765- (1766- (1769- (1771- (1774- (1767-
(1778- (1778-
1817) 1844) 1834) 1805) 1823) 1768)
1856) 1856)
Josiah Wedgwood I, abuelo materno de Charles Darwin, contrajo matrimonio en 1764 con
Sarah Wegdwood, abuela materna del mismo. De este matrimonio nacieron ocho hijos
(cuatro varones y cuatro mujeres). Su primer hijo fue Susannah Wedgwood, madre de
Charles Darwin.
Padres y hermanos
Robert Susannah
Waring Darwin Wedgwood
(1766-1848) (1765-1817)
La mayoría de los hijos de Darwin tuvo carreras distinguidas logradas, en parte, gracias al
honor de ostentar su ilustre apellido.113 George, Francis y Horace se convirtieron con el
tiempo en miembros de la Royal Society, distinguidos así por sus trayectorias
en astronomía, botánica e ingeniería, respectivamente.114 Su hijo Leonard, por otra parte,
fue sucesivamente soldado, político, economista y estudioso de la eugenesia, además de
maestro del estadístico y biólogo evolutivo Ronald Fisher.115
La teoría de Darwin: comunidad de descendencia y selección
natural
Artículos principales: Evolución biológica y Selección natural.
La explicación propuesta por Darwin del origen de las especies y del mecanismo de la
selección natural, a la luz de los conocimientos científicos de la época, constituye un gran
paso en la coherencia del conocimiento del mundo vivo y de las ideas sobre evolución
presentes con anterioridad. Se trataba de una teoría compuesta por un amplio abanico de
subteorías que ni conceptual ni históricamente fueron indisociables (véase el artículo
dedicado a El Origen de las Especies para una revisión completa de todas ellas).116117
Fundamentalmente, las dos grandes teorías defendidas en el Origen fueron, por un lado,
la teoría del origen común o comunidad de descendencia, en la que se integran
evidencias muy variadas en favor del hecho de la evolución, y, por otro, la teoría de la
selección natural, que establece el mecanismo del cambio evolutivo.118 De este modo,
Darwin pretendía resolver los dos grandes problemas de la historia natural: la unidad de
tipo y las condiciones de existencia.
En relación con la publicación del Origen de las especies, gran parte de la comunidad
cristiana hasta hoy en día rechaza la teoría darwiniana de la evolución, ya que la
considera incompatible con el relato de la creación narrado en la Biblia, en el Libro de
Génesis.127128 No obstante, también surgieron ramas y denominaciones más liberales
que la han incorporado a sus creencias. La reacción de la Iglesia de Inglaterra, por
ejemplo, no fue unívoca. Los antiguos profesores de Darwin en Cambridge, Adam
Sedgwick y John Stevens Henslow descartaron su teoría rotundamente. Sedgwick, en su
momento, incluso llegó a declarar que la aceptación del público general del libro podría
traer consigo «una brutalización de la raza humana, como nunca antes se haya visto».
Contrariamente, algunos teólogos liberales como Charles Kingsley interpretaron la
selección natural como un instrumento del diseño divino,129 En 1860, siete
teólogos anglicanos publicaron la obra Essays and Reviews, en la que Baden
Powell elogiaba la obra de Darwin por «apoyar el gran principio de los poderes
autoevolutivos de la naturaleza».130 Asa Gray mantuvo largas discusiones teológicas con
Darwin, quien importó y distribuyó su obra en defensa de la evolución teísta, titulada La
selección natural no es inconsistente con la teología natural.129131 Ese mismo año tuvo
lugar en Oxford el célebre debate en torno a la evolución, durante un encuentro de
la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia. En él se enfrentaron filósofos,
teólogos y científicos a favor y en contra de la teoría de Darwin. El obispo de
Oxford, Samuel Wilberforce, aunque favorable a la evolución, se mostró contrario a la
explicación darwinista de la transmutación de las especies. Entre los defensores de
Darwin se encontraban Joseph Hooker y Thomas Huxley, llamado desde entonces el
«bulldog de Darwin» por su feroz apoyo al darwinismo.132129
Los amigos más cercanos de Darwin, Gray, Hooker, Huxley y Lyell, continuaron
expresando ciertas reservas, pero le ofrecieron su apoyo, al igual que otros muchos
naturalistas, especialmente los más jóvenes. Gray y Lyell buscaron la reconciliación de la
evolución con la fe, mientras que Huxley planteó un enfrentamiento radical entre religión y
ciencia, luchando contra la autoridad del clero en la educación y el control de la ciencia
por parte de los clérigos y los aristócratas amateurs, encabezados por Owen, en defensa
de una nueva generación de científicos profesionales.129 El 3 de noviembre de 1864, día
en que la Royal Society concedía a Darwin la medalla Copley, Huxley organizó el primer
encuentro del más tarde influyente Club X, dedicado a «la ciencia, pura y libre, liberada de
dogmas religiosos».133
Caricatura de Darwin en la revista Hornet donde él es representado con características propias de un primate, a
manera de burla por su teoría evolutiva.
Entre las críticas científicas, uno de los escollos fundamentales para la aceptación de la
evolución afectó a la edad de la Tierra, que según los cálculos de lord Kelvin era
demasiado breve como para posibilitar la evolución gradual defendida en el Origen. Más
tarde, la cuestión sería explicada con una teoría en relación con el descubrimiento de
la radiactividad y su aplicación al fechado de la edad de la Tierra.
El gradualismo defendido por Darwin en el Origen fue otra de las grandes fuentes de
controversia, como Huxley le señaló en su célebre advertencia: «Se ha cargado usted a sí
mismo con una dificultad innecesaria al adoptar el Natura non facit saltum de manera tan
incondicional». Las objeciones al gradualismo se concentraron en dos cuestiones
fundamentales: desde la paleontología, se señaló la ausencia de formas intermedias en
el registro fósil, mientras que otros autores como Lyell y George Jackson Mivart insistieron
en las dificultades asociadas a la evolución gradual de órganos complejos, arguyendo la
inviabilidad de las etapas incipientes de estructuras que solo al haber alcanzado un alto
grado de complejidad podrían resultar útiles.134
Por otra parte, otros puntos de fuertes críticas contra la teoría de Darwin y su descripción
de la naturaleza humana incluyen la relación de la teoría darwiniana con la eugenesia, el
desarrollo del darwinismo social y la tesis de «la supremacía del más fuerte» como
argumento para los países neoimperialistas europeos de imponer poder político en África
y América. Además, existen otras controversias sociales respecto a la posible
postura machista o sexistaen la tesis de Darwin.136
En su libro El origen del hombre (1871), Darwin describe al sexo masculino con un
cerebro «absolutamente más grande», con una «mente» y un «genio más inventivo», con
una «eminencia» y un grado «superior» en comparación a la mujer:
El hombre es más valiente, combativo y enérgico que las mujeres, y tiene una genialidad más inventiva.
Su cerebro es absolutamente más grande.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871), Cap. XIX: «Hombre - Diferencias sexuales», página 557.
La distinción principal entre las facultades intelectuales de los dos sexos es mostrada por el logro del
hombre en una eminencia superior', en todo lo que toma, de lo que la mujer puede —ya sea la
exigencia de una profunda reflexión, razón o imaginación, o simplemente el uso de los sentidos y
manos—. Si se hicieran dos listas sobre los hombres y mujeres más eminentes en la poesía, la
pintura, la escultura, la música (inclusive tanto en composición como en interpretación), la
historia, la ciencia y la filosofía, con media docena de nombres en cada materia, las dos listas no
podrían ser comparadas. También podemos inferir, a partir de la ley de la desviación de los
promedios, tan bien ilustrada por el Sr. Galton, en su obra sobre «Genio hereditario», que si los
hombres son capaces de una determinante preeminencia sobre las mujeres en muchos temas, el
promedio de la facultad mental en el hombre debe estar por encima de la de la mujer. [...]
Así, el hombre ha llegado a ser finalmente superior a la mujer.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871), Cap. XIX: Hombre - Diferencias sexuales. págs 564-565
A fin de que la mujer pueda llegar al mismo nivel que el hombre, ella debería, cuando sea casi adulta, ser
entrenada con energía y perseverancia, y tener su razón e imaginación entrenada al punto más alto, y
entonces ella probablemente transmitiría estas cualidades sobre todo a sus hijas adultas. Todas las
mujeres, sin embargo, no podrían crecer de esta manera, a menos que durante muchas generaciones
aquellas que destacaran en las virtudes más vigorosas se casaran, y produjeran descendencia en un
mayor número que las demás mujeres.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871), Capítulo XIX: «Hombre - Diferencias sexuales», pág. 565.
La creencia de que existe en el hombre alguna estrecha relación entre el tamaño del cerebro y el
desarrollo de las facultades intelectuales se apoya en la comparación de los cráneos de las razas salvajes
y las razas civilizadas, de los pueblos antiguos y modernos, y por la analogía de toda la serie de
vertebrados. El Dr. J. Barnard Davis ha demostrado por muchas medidas cuidadosas, que la capacidad
interna media en el cráneo de los europeos es 92,3 pulgadas cúbicas, en los americanos es de 87,5 y en
los asiáticos es de 87,1 y en los australianos es de sólo 81,9 pulgadas cúbicas. El profesor Broca ha
encontrado que en el siglo XIX los cráneos de las tumbas en París eran mayores que las de las tumbas
del siglo XII, en el periodo de 1484 a 1426, y que el aumento de tamaño, comprobados por mediciones,
era exclusivamente en la parte frontal de la cráneo - la sede de las facultades intelectuales.
Existe en las sociedades civilizadas un obstáculo importante para el incremento numérico de los hombres
de cualidades superiores, sobre cuya gravedad insisten Grey y Galton, a saber: que los pobres y
holgazanes, degradados también a veces por los vicios se casan de ordinario a edad temprana, mientras
que los jóvenes prudentes y económicos, adornados casi siempre de otras virtudes, lo hacen tarde a fin
de reunir recursos con que sostenerse y sostener a sus hijos. [...] Resulta así que los holgazanes, los
degradados y, con frecuencia, viciosos tienden a multiplicarse en una proporción más rápida que los
próvidos y en general virtuosos [...] En la lucha perpetua por la existencia habría prevalecido la raza
inferior, y menos favorecida sobre la superior, y no en virtud de sus buenas cualidades, sino de sus
graves defectos.
En algún periodo del futuro, no muy distante, como en cuestión de siglos, es casi seguro que las razas
civilizadas del hombre exterminarán y reemplazarán a las razas salvajes en todo el mundo. Al
mismo tiempo, los monos antropomorfos, tal como el profesor Schaaffhausen ha señalado, será sin duda
exterminados. La ruptura entre el hombre y sus aliados más cercanos entonces será más amplia,
porque intervendrá en el hombre en un estado más civilizado, como podemos esperar, incluso que el
de los caucásicos, y algunos monos tan inferiores como el mandril, en lugar de como ahora [pasa] entre el
negro o el australiano y el gorila.
Charles Darwin, El origen del hombre (1871), Cap. VI, «En el lugar de nacimiento y la antigüedad del
hombre»
Durante la segunda mitad del siglo XX, el darwinismo siguió recibiendo un profundo
rechazo por parte de grupos religiosos, conservadores, etc, especialmente, del sector
del fundamentalismo cristiano en Estados Unidos, quienes se oponían a que la teoría de
la evolución fuera enseñada en las escuelas.
Pensamiento religioso
En 1851, Darwin quedó destrozado por la muerte de su hija Annie. Su fe quedó tan resentida que dejó de acudir a la
iglesia.149
A su retorno, sin embargo, Darwin era mucho más crítico con el pensamiento creacionista,
y se planteó por primera vez la posibilidad de que otras religiones, o incluso todas ellas,
fuesen igualmente válidas. Los siguientes años, de intensa especulación en torno a
cuestiones geológicas y a la transmutación de las especies, hicieron que se plantease
muchas cuestiones relativas a la fe, y así lo discutía frecuentemente con Emma, su mujer,
quien apoyaba su fe en un estudio y un cuestionamiento igualmente serios.
La teodicea de Paley y la obra de Malthus abrían otro frente crítico al admitir el hambre o
la extinción como efectos de una Creación que él suponía buena y perfecta. Para Darwin,
la selección natural generaba de por sí esa «perfección», pero eliminaba la necesidad de
un «diseño divino»,151 al tiempo que comprometía el lugar de ese «Dios bondadoso» en
la Creación, al observar cómo algunos organismos paralizaban a otros para convertirlos
en comida viviente para sus crías. Sin embargo, consideraba la vida como un conjunto de
organismos perfectamente adaptados, y en el Origen exponía algunos argumentos
teológicos. Aunque por entonces consideraba la religión como un mecanismo estratégico
de supervivencia, Darwin aún creía que, en último término, Dios era el «dador de
vida».152153
Darwin continuó desarrollando un papel muy activo en las tareas de su parroquia, pero
hacia 1849 comenzó a dedicar el tiempo que su familia pasaba en el templo a dar paseos
en soledad.154 Aunque era reticente a manifestar su opinión sobre cuestiones religiosas,
en 1879 afirmó que nunca se había considerado un ateo, y que el
término agnóstico «sería una descripción más correcta de mi mentalidad». En 1880,
Darwin escribió una carta a su abogado Francis McDermott, en que se declaraba ateo o
no creyente ni en la Biblia ni en la divinidad de Jesucristo.155
Lamento tener que informarle que no creo en la Biblia como una revelación divina, y por lo tanto tampoco
en Jesucristo como el hijo de Dios.
La Historia de Lady Hope, publicada en 1915, describía cómo Darwin había vuelto
al cristianismo en su lecho de muerte, aunque despertó las protestas de sus hijos y fue
posteriormente refutada por historiadores.156 Sus últimas palabras fueron para su familia,
diciéndole a su mujer Emma: «No tengo miedo de la muerte. Recuerda qué buena esposa
has sido para mí. Dile a mis hijos que recuerden lo buenos que han sido todos conmigo».
Entonces, mientras se apagaba, le decía repetidamente a Henrietta y Francis «Casi ha
merecido la pena estar enfermo para recibir vuestros cuidados».157
Eugenesia
Darwinismo social
Algunos autores han empleado la selección natural como argumento para varias
ideologías, a menudo contradictorias, como el capitalismo radical, el racismo, el belicismo,
el colonialismo y el neoimperialismo. Al mismo tiempo, el enfoque holístico de la
naturaleza sostenido por Darwin y que incluía la «dependencia de unos seres con otros»
sirvió de fundamento a ideologías diametralmente opuestas: el pacifismo, el socialismo,
el progresismo y el anarquismo, como en el caso del Príncipe Kropotkin, enfatizaron el
valor de la cooperación sobre la lucha entre las especies.164 El mismo Darwin insistió en
que la política social simplemente no podía guiarse por los conceptos de lucha por la
supervivencia y selección natural.165
El término darwinismo social, acuñado por Herbert Spencer, no era muy frecuente en la
última década del siglo XIX, pero se popularizó como una expresión despectiva en
los años 1940 cuando fue empleado por William Graham Sumner, oponiéndose al
reformismo y al socialismo. Desde entonces el término se utiliza para referirse
peyorativamente a los que defienden las consecuencias morales de la evolución.166160
Homenajes a Darwin
Eponimia
Abreviatura (botánica)
La abreviatura Darwin se emplea para indicar a Charles Darwin como autoridad en la
descripción y clasificación científica de los vegetales.172
Abreviatura (zoología)
La abreviatura Darwin se emplea para indicar a Charles Darwin como autoridad en la
descripción y taxonomía en zoología.
Véase también
Anexo:Bibliografía de Charles Darwin
Anexo:Bibliografía sobre Charles Darwin en español
Alfred Russel Wallace
Biología
Darwinismo
Down House
Evolución biológica
Historia del pensamiento evolucionista
Abiogénesis
Mutación genética
Eclipse del darwinismo
Anexo:naturalistas y epónimos
Notas
1. Volver arriba↑ Robert FitzRoy acabaría siendo conocido tras el viaje del Beagle por su interpretación literal de la Biblia,
pero en ese momento tenía considerable interés en las ideas de Lyell, y se conocieron tras el viaje cuando este le
pregunto por las observaciones realizadas en Sudamérica. En el diario de FitzRoy durante el remonte del río Santa Cruz
en la Patagonia registra su opinión de que las llanuras son playas elevadas, pero en retroceso. Casado en segundas
nupcias con una señora muy religiosa, se retractó de esas ideas. (Browne, 1995, pp. 186, 414)
2. Volver arriba↑ Los Genetistas estudiaron la herencia humana como herencia mendeliana, mientras que los
movimientos eugenésicos buscaban controlar la sociedad, mirando en especial a la clase social en el Reino Unido y en
la discapacidad y etnicidad en los Estados Unidos, lo que llevó a los genetistas a ver a ésta como
una pseudociencia inútil. El cambio de un control voluntario a la eugenesia «negativa» incluyó las leyes de esterilización
obligatoria en Estados unidos, copiados por la Alemania nazi como la base de la eugenesia nazi, basado en un racismo
virulento y la «higiene racial». Véase Thurtle, Phillip (Actualizado el 17 de diciembre de 1996), «the creation of genetic
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3. Volver arriba↑ Darwin no compartía entonces el punto de vista común de que otras razas eran inferiores, y recordaba a
su tutor de taxidermia, John Edmonstone, un esclavo negro liberto como una persona «muy agradable e inteligente».14
En los primeros momentos del viaje del Beagle casi pierde el puesto cuando criticó la defensa y el orgullo de las ideas
esclavistas de FitzRoy. (Darwin, 1887, p. 74) Escribió a casa sobre cómo «había crecido firmemente el sentimiento
general, como se demostraba en las elecciones, contra la esclavitud. ¡Qué orgullo sería para Inglaterra si fuera la
primera nación europea que acabara aboliéndola! Se decía que tras dejar Inglaterra y vivir en países con esclavos mis
opiniones cambiarían. Del único cambio que soy consciente es que me he formado una estima mucho mayor del
carácter de los negros». (Darwin, 1887, p. 246) En cuanto a los fueguinos, «no me podía figurar cuán grande era la
diferencia entre el hombre salvaje y el civilizado: es mayor que la que hay entre un animal salvaje y uno domesticado,
puesto que en el hombre hay una mayor capacidad de mejorar», pero él conocía y apreciaba a los fueguinos civilizados
como Jemmy Button: «Aún me parece maravilloso cuando pienso sobre todas estas buenas cualidades que deberían
ser de la misma raza, y sin duda participarían del mismo carácter que los salvajes miserables y degradados que me
encontré aquí por primera vez».(Darwin, 1845, pp. 205, 207-208)
En el Origen del hombre mencionó a los fueguinos y a Edmonstone cuando argumentaba contra «clasificar a las
llamadas razas del hombre como especies diferentes».163 Rechazó los abusos contra los pueblos nativos, y por
ejemplo escribió sobre las masacres de hombres, mujeres y niños en la Patagonia: «Todo el mundo aquí está
completamente convencido de que esta guerra es la más justa, puesto que es contra los bárbaros. ¿Quién podría creer
en estos tiempos que se podrían cometer tales atrocidades en un país cristiano y civilizado?»(Darwin, 1845)
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