VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Violence Within the Family
The array of the traditional Colombian family (based on the marital union as a permanent bond and legitimated
by the prevailing law, biologic reproduction and shared custody of the children) expresses changes and
transformations in its historic dimension bound to modern life and social, cultural, economic or politic changes.
The implementation of new forms of autonomy and the access to power in different spheres of social order
have led to re-codification of family dynamics. The current notion of family contemplates a multiplicity of
couple relationships, the decrease of the leading role of the institutional figure of marriage and the transformation
of the patriarchal dominative structure that rules the traditional family. This has led to structural changes in
the forms of property and dependency, establishing new roles and functions for both men and women.
This changes, as seen from the perspective of the slow rise of the cases of violence within the family known
by the National Institute of Legal Medicine and Forensic Sciences, show, partially, the rupture of patterns that
have from yore prevailed in couple and family relationships between men, women and minors. The rise
indicates that violence starts to be seen as such, in light of a change in cultural patterns that reject bad
treats, which shouldn’t be interpreted as an increase in violent patterns in interpersonal relationships.
Introducción
1
Palacio Velandia, MC. Castaño de Romero, LC. La realidad familiar en Manizales. Violencia intrafamiliar. Ministerio
de Salud.-División de Investigaciones Especiales. Universidad de Caldas, Facultad de Desarrollo Familiar, Centro
de Investigaciones. Primera edición, 1994.
2
Rico de Alonso, Evaluación del abordaje de los procesos conciliatorios y resolución de conflictos en las comisarías
de familia de Santa Fe de Bogotá. Secretaría de Gobierno. Informe Final. Bogotá, 2000.
En la actualidad existen múltiples formas de unión erótico-afectiva; así
mismo, los vínculos de cuidado y protección a los menores no son ex-
clusividad de los progenitores biológicos. Las formas de unión están
caracterizadas por distintos arreglos de legalidad y duración del vínculo,
la residencialidad, la opción homosexual o heterosexual de la pareja, así
como de la finalidad misma de la constitución de la pareja: afectiva, eró-
tica, reproductiva, económica, dentro del mismo espacio o en espacios
duolocales. La reproducción, a su vez, tiene diferentes opciones: se
cumple dentro de las relaciones convencionales de pareja, las cumple
una de las personas sin cónyuge, se “prohijan” hijos de otras uniones,
hijastros, dando lugar a una combinación bastante compleja de relacio-
nes de parentesco y parentastro3.
3
Rico de Alonso, op. cit.
4
Rico de Alonso, op. cit.
5
Rico de Alonso , op. cit.
66
La violencia intrafamiliar se comprende como un problema que trascien- Características de las
de la familia y sale de ella para manifestarse en todos los campos de
acción social. También es vista como el resultado y, a su vez, la que pro-
personas sindicadas
duce conductas agresivas que conducen a formas de abandono, recha- de homicidio,
zo (gaminismo), prostitución, inducción a conductas homicidas y suicidas. valoradas en Pereira
La dinámica interior de la familia, en la cual hay violencia, es bastante Katterine Chavarro B.
compleja y en muchos casos difícil de erradicar, especialmente cuando Psiquiatra Forense Regional Occidente, Pereira.
Carmenza López V.
corresponde a patrones profundamente arraigados en las relaciones. En Epidemióloga Coordinadora CRRV Regional Occidente, Pereira.
68
Lesiones no fatales Hasta el momento, la información
analizada y publicada por la Insti-
tución corresponde a la víctima. El
Centro de Referencia sobre la Vio-
Hablar de violencia en la familia requiere de distintas aproximaciones lencia de la Regional Occidente
desde muchos saberes. En este capítulo sólo se analizará a partir de su quiso utilizar los datos producidas
manifestación en lesiones de causa externa. Las lesiones son un indica- en la Sección de Psiquiatría
dor que permite conocer sus tendencias, las cifras de denuncia, y de- Forense sobre los victimarios y sus
conductas para obtener un aborda-
más características. je diferente en torno al homicidio.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses evaluó El promedio de edad de las perso-
68.585 lesionados por violencia intrafamiliar, lo que significó un aumento nas sindicadas de homicidios fue
de 10% frente al número de casos atendidos el año anterior (diferen- de 33 años, dato que comparado
con el de sus víctimas es muy
cia no significativa estadísticamente, p > 0,05). Durante el periodo com- similar (32 años), las edades osci-
prendido entre 1996 y 2000, el aumento en el número de casos ha sido laron entre 19 y 49 años, con
importante, pasando de 51.451 en 1996 a 68.585 en 2000, es decir, una mayor proporción en el grupo
17.134 casos más. De igual forma, la tasa ha presentado un incremen- de personas entre 35 y 45 años
(36,4%), seguido del grupo entre
to estadísticamente significativo (p<0,05): de 130 personas lesionadas
25 y 35 años (31,8%). 95% (21)
por 100.000 habitantes en 1996, pasó a 162 víctimas por 100.000 ha- de los sindicados valorados perte-
bitantes en el 2000. Probablemente sea más acertado decir que sobre necían al género masculino;
la población en la que el Instituto tiene cubrimiento la tasa por 100.000 54,5% (12) eran personas casa-
habitantes es de 257.8 das y 72,7% (16) pertenecían al
grupo de trabajadores no califica-
dos, especialmente dedicados a
los trabajos del campo. El grado
La distribución según el tipo de maltrato se comportó de forma similar de escolaridad en su mayoría no
que en años anteriores, así: el mayor porcentaje correspondió a casos excedía la formación básica
de violencia conyugal y de pareja (63%), seguido por violencia entre (63,6%) y correspondían a un
nivel socioeconómico deprimido
otros familiares (21%), y maltrato a menores de edad (16%). (pobreza absoluta) en 85% (17)
de los casos.
69
Distribución según edad y género
70
Distribución según elemento causal de homicidios por violencia
intrafamiliar que la víctima man-
tiene una relación afectiva intensa
con el victimario; en los demás
Las lesiones producto de la violencia en la familia no siempre son única casos, la relación entre víctima y
y exclusivamente ocasionadas con elementos físicos. Con frecuencia la victimario es bastante distante
violencia se inicia con expresiones verbales despectivas, humillantes, con aunque haya conocimiento previo.
actitudes de desprecio, y limitando las relaciones con otros 9. Estas con-
La mayoría de los victimarios co-
ductas, que son expresiones de dominación y poder, son frecuentes en meten los hechos cuando se en-
relaciones violentas, que pueden presentarse antes de iniciarse la con- cuentran en estados de
vivencia, y son el preámbulo para actitudes mucho más agresivas, como embriaguez I y II. Son excepciona-
los golpes y lesiones con armas y objetos. les los estados de embriaguez pa-
1
tológica , pero sí es especialmente
importante que la mayoría de los
Este tipo de relaciones se alimenta de la sumisión, dependencia afectiva sindicados evaluados han tenido el
y económica por parte de la víctima, y por parte del agresor(a) por las primer contacto con el consumo
ansias de mantener el control sobre el ser “amado” mediante expre- de alcohol desde edades muy tem-
siones que combinan la agresividad y la afectuosidad. Esta última expre- pranas (8 a 10 años) y como diag-
nóstico clínico cuadros de abuso o
sión es frecuente después de recurrir a la violencia, y en ocasiones se
dependencia alcohólica.
emplea para culpabilizar a la víctima por lo sucedido (¡No vuelvas a com-
portarte mal porque no quiero volver a golpearte!). Para realizar el diagnóstico clínico
de los victimarios se tuvo en
Algunos de los efectos de estas formas violentas “lesionan” la esfera cuenta el Manual de diagnostico y
estadística de las enfermedades
mental produciendo depresión, autocompasión y baja autoestima, lo
mentales DSM IV (Global
que genera en la víctima la certeza de que se merece el maltrato y que Assement Mental, GAF)2 . De
2
este no es una condición grave para denunciar. Pero lo cierto es que la acuerdo con esta clasificación,
lesión más severa ya se produjo, a nivel psicológico. 54,5% (12) de los sindicados se
registraron con un funcionamien-
to laboral, social y afectivo de
A continuación se describen algunos de los elementos que con frecuen- acuerdo con sus condiciones
cia se utilizan en situaciones de violencia en la familia, y que ocasionan socioculturales normales; segui-
lesiones físicas. Sin embargo, no todos los casos de violencia intrafamiliar dos de personas con rasgos de
registrados por el Instituto presentaron huellas o patrones de lesión oca- personalidad psicopática o
sionadas con elementos físicos o armas. sociopática (9,1%). Del total de
personas estudiadas, registraron
adicciones 63,6% (11 casos al
Del total de casos de violencia intrafamiliar conocidos (68.585), al 64% alcohol, 1 a sustancias
se le describió algún tipo de elemento causal de la lesión, teniendo la psicoactivas y 2 a ambos).
mayor proporción los mecanismos contundentes (86%); en proporcio-
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
nes menores se presentaron heridas con elementos cortocontundentes,
cortopunzantes10 y arma de fuego, entre otros. (Cuadro1)
9
La limitación hace referencia a aquellos casos en los que a la víctima se le impide salir y relacionarse con otras
personas e, incluso, con sus familiares; se le impide trabajar, se le restringe el dinero, la ropa, etc.
10
Mecanismo contundente hace referencia a golpes con puños, patadas y otros elementos que ocasionan
hematomas y/o edema (morados e hinchazón) sin generar una herida externa. Elementos cortocontundentes
son aquellos que combinan filo y masa, producen heridas de bordes nítidos y regulares con edema y equimosis
alrededor de la piel. Elemento cortopunzante es el que tiene punta y filo.
RENÉ MAGRITTE. L’ INTELLIGENCE,1946.
71
brazos, empujones o golpes contra el suelo o paredes, marcas de apre-
tones en brazos, que se encuentran con alguna frecuencia en los casos
que atiende el Instituto, pero que no son registrados estadísticamente.
Lo anterior denota un alto riesgo de muerte, pues las armas de fuego tie-
nen una alta letalidad. Adicionalmente, esto puede ser un indicador de la
población armada existente en estas ciudades, ya sea de forma legal o ilegal.
72
Distribución según mes Según este análisis, la mayoría de
los valorados tenían un funciona-
miento global esperable de acuer-
do con sus condiciones
El promedio mensual durante el año 2000 fue de 5.715 casos de vio- socioculturales. Los rasgos de
lencia intrafamiliar, equivalente a 190 casos diarios, y 8 cada hora. Aun- personalidad sociopática se refie-
que la distribución mensual fue bastante uniforme mes tras mes, en ren a la manera como las perso-
marzo, mayo, junio y octubre se presentó la mayor proporción de ca- nas se adaptan al medio y como
se comportan en lo cotidiano; es-
sos (6% cada uno), siendo estadísticamente no significativo (p>0.05). tas son unas pautas de comporta-
miento que inician en la niñez, se
establecen después de los 15
En los años anteriores tampoco se observan picos importantes, debido años y se caracterizan por un pa-
a que el consolidado de los datos no permite observar estos picos; sin trón general de desprecio y viola-
ción de los derechos de los
embargo, se observa que los casos referentes a violencia de pareja y demás, dificultad para adaptarse
maltrato a menores de edad se incrementan en los meses de mayo, a las normas sociales, y no confi-
junio, octubre, diciembre y enero. Esto coincide con los periodos de guran un trastorno mental en tér-
vacaciones de los escolarizados y con las festividades de navidad, día de minos del artículo 33 del código
penal. Las adicciones se definen
la madre y día del niño (o día de brujas).
como patrones desadaptativos por
consumo de sustancias como el
alcohol y/o las sustancias
psicoactivas.
Figura 3. Violencia intrafamiliar distribuida según mes. “La gran tragedia no es la cruel-
Colombia, 2000 dad de la gente mala sino el silen-
cio de la gente buena”
Martín Luther King.
REFLEXIONES
Es preocupante el hecho de que
en Pereira durante el año 2000 se
haya registrado una tasa de muer-
tes por homicidios (97 por
100.000 habitantes/año) muy
11
Por lo expuesto anteriormente, no se calcularán las tasas de violencia intrafamiliar en los departamentos de
Vichada, Amazonas, Guaviare, Putumayo, Caquetá y Chocó, porque cuentan con un punto de atención para el
cubrimiento de grandes áreas geográficas y poblacionales, y tampoco se llevan a cabo reportes de médicos
rurales que son un importante recurso de apoyo del Instituto para el reporte de personas lesionadas o fallecidas
violentamente en municipios donde no se cuenta con un punto de atención propio.
74
Figura 4. Municipios que superan en dos o más veces la tasa nacional de violencia intrafamiliar.
Colombia, 2000
75
En la primera categoría, es decir, departamentos que superaron la tasa
nacional de 162 personas lesionadas por 100.000 habitantes, a causa
de violencia intrafamiliar, se encuentran: San Andrés, Boyacá, Meta,
Quindío, Cundinamarca y Santander (Cuadro 2). Cabe destacar que es-
tos departamentos han presentado tasas altas, que han superado la na-
cional durante los años anteriores.
76
VIOLENCIA DE PAREJA mación básica primaria. Es co-
mún encontrar relación entre la
ocurrencia del homicidio y el por-
te ilegal de armas.
Introducción
Diferentes teorías psicológicas
intentan dar una explicación
etiológica a la conducta que se
Las relaciones de poder en el seno del grupo familiar, al igual que en aparta de las normas sociales,
cualquier otro grupo social, suponen dominación, y pueden sostener- donde hay un patrón de violación
se por medios tan diversos como la coerción y el castigo (violencia visi- y trasgresión de la ley. Estas con-
ductas son denominadas, en tér-
ble) o comportamientos de subordinación entramados en la cotidianidad
minos clínicos, psicopáticas o
de los sujetos como forma “natural” de organización de la vida diaria, sociopáticas. Sin embargo, para
sobre los cuales sus propios protagonistas no tienen conciencia, o si la sacar el tema del contexto patoló-
tienen, le otorgan consenso precisamente porque son “naturales”, y por gico y realzar la determinación
su legitimación no son fácilmente identificables12. social de este comportamiento, se
propone denominarlas “conducta
3
desviada” .
La familia reproduce, mediante la crianza, modelos que mantienen –por
el tradicionalismo cultural– los patrones de dominación, predominan-
do en algunos el ejercicio de la violencia; podría decirse que la mujer
ha tenido cierta cuota de responsabilidad frente a esta situación, bien
por su rol de socializadora, mediadora, o por su función de reproductora
social de valores y normas que sustentan esta forma de organización
basada en la división del trabajo para hombres y mujeres, más fuertes o
arraigados en algunas zonas del país.
15
Moreno Martín F. La violencia en la pareja. Revista Panamericana de Salud Pública. Pan Am J Public Health 5
(4/5), 1999, pág. 245.
16
Palabras del biólogo y filósofo chileno Humberto Maturana encontrados en Violencia familiar y abuso sexual.
Buenos Aires: Editorial Universidad SRL, 1998, pág. 34.
78
Lesiones no fatales subcultura, la cual sostiene que
en una sociedad los valores y nor-
por violencia de pareja mas de la capa o clase media son
los que se hacen dominantes para
el resto de la comunidad. Dice
también que en la capa media los
Durante el año 2000 el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias procesos de socialización en la fa-
Forenses evaluó a 43.210 víctimas de violencia de pareja, que represen- milia ofrecen las motivaciones y
ta un aumento de 4% en relación con el año anterior. Con respecto a la normas requeridas para el logro de
población colombiana, por cada 100.000 habitantes fueron maltratados los objetivos como el éxito y el tra-
bajo, y por tanto, es muy factible
146 personas, lo que representó un aumento de 2% respecto a 1999. que las expectativas se cumplan.
79
Cuadro 4. Violencia de pareja según edad y género.
Colombia, 2000
reacciones violentas.
80
VIOLENCIA ENTRE OTROS
MIEMBROS DE LA FAMILIA
Introducción
{
- Entre hermanos
Violencia entre otros - De hijos a padres
Centro de Referencia Nacional sobre Violencia - INML y CF
83
Con respecto al año anterior, hubo un aumento considerable en el
número de personas lesionadas por algún miembro de la familia fue-
ra del núcleo (51%), seguido del incremento registrado en los casos
de agresiones entre hermanos (16%) y de las personas lesionadas por
un hijo (15%).
Los adultos agredidos por sus hijos generalmente lo fueron por proble-
mas económicos de estos últimos, al reclamar su herencia, al igual que
por diferencias ideológicas de su compañera (o) o cónyuge con los pa-
dres y, en ocasiones, por problemas que involucran drogadicción y al-
cohol de los hijos. En esta manifestación de violencia intrafamiliar se ataca
por igual a padres y madres, pues finalmente lo que prima es la obten-
ción de dinero y bienes económicos. Esta situación plantea que las re-
laciones entre padres e hijos se descomponen y se transforman en
intereses de diferente índole en los que no se incluyen los afectuosos.
Las relaciones familiares entre padres e hijos se van transformando al
transcurrir el tiempo, quizás por esta causa los adultos mayores son los
mas afectados. (Cuadro 6)
84
Agresiones entre familiares fuera del núcleo Homicidio-suicidio
en Bogotá durante
Los problemas entre otros miembros de la familia se ven favorecidos
por la convivencia, es decir, que en un mismo espacio físico se encuen- el año 2000:
tran conviviendo padres, hijos, y otros miembros del grupo familiar. Los un hecho real, un
problemas familiares en este tipo de relaciones se presentan con ma- evento desconocido
yor frecuencia por el espacio físico que tienen que compartir, los hijos,
bienes, etc. Las manifestaciones violentas entre los miembros fuera del Jorge González
núcleo19 presentaron la magnitud más alta de los conflictos familiares co- Psicólogo-Epidemiólogo CRNV, INML y CF
Iván Jiménez
nocidos (62%), y la proporción más alta (51%). La mayoría de las vícti- Psiquiatra Forense, INML y CF
mas pertenecían al género femenino (60%), lo que equivale a decir que Andrea Rodríguez A.
por cada hombre agredido se valoró a dos mujeres, aproximadamente Estudiante de Psicología Universidad El Bosque
19
Los familiares fuera del núcleo son aquellos que no pertenecen a la conformación familiar nuclear de padres e
hijos, es decir, tíos, primos, sobrinos, nietos, abuelos, cuñados, etc. FRANCIS PICABIA. COSTUME DESIGN FOR RELÂCHE, 1924.
85
reconoce sus derechos que empoderan su papel dentro de la socie-
dad; de igual forma, podría explicarse por la intolerancia hacia algunos
patrones de conducta adoptados por los hombres con cierta frecuen-
cia, como el embriagarse o llegar tarde.
Introducción
en miniatura20.
20
Castro de Restrepo. Maltrato infantil. Fundación Universitaria Konrad Lorenz. Revista Suma Psicológica. Vol. 2,
No. 2, sept. 1995.
86
del orden colectivo preestablecido. Visto así, el castigo simboliza la re- El término “homicidio” se deriva
probación moral de un grupo social. Dentro de la ejecución de este se de las palabras latinas homo
(hombre) y caedere (matar), las
encuentran diferentes elementos que establecen distinciones en la va- que etimológicamente significan
riación e intensidad de la sanción21, y dependiendo de esto algunos “muerte de un hombre”. Muchos
pueden llegar a considerarse maltratantes. países al estudiar la muerte violen-
ta distinguen entre homicidio
2
Otro aspecto que tiene un profundo efecto sobre los niños se relacio- culposo y homicidio doloso , este
último caracterizado por ser una
na con el ambiente en el que crecen en su hogar. Si en este se presen- muerte premeditada o en el que
tan manifestaciones continuas de violencia, por diversos motivos, los media el elemento de culpabilidad.
menores de edad sufren un abuso permanentemente, bien por presen-
ciarla o porque son víctimas directas de esta. En Estados Unidos, según Entre las diferentes teorías expli-
3
cativas del suicidio expuestas
estadísticas, se estima que de 3,03 a 10 millones de niños son testigos
por Durkheim, llama la atención
de abuso doméstico cada año. el subtipo cuatro, suicidio fatalis-
ta, aquel que ocurre en presencia
En diversos estudios en el país y fuera de este se mencionan los efectos de estados de desesperación lle-
de presenciar el abuso o ser víctima de este. Estos efectos se pueden vando al sujeto a descargar la ira
contra sí mismo o contra otras
describir en los siguientes aspectos22:
personas. Este subtipo podría
ayudarnos a comprender el even-
• Problemas de conducta: Los niños pueden tener problemas resol- to que queremos caracterizar: el
viendo tareas, dificultades de concentración, de pasividad o de agre- homicidio-suicidio.
sividad. También pueden demostrar comportamientos dependientes
Un caso de homicidio-suicidio es
o hiperactividad; algunos desarrollan una especie de insuficiencia res- aquel en el cual una persona se
pecto a los límites y la disciplina, e inhabilidad para comunicarse. suicida hasta una semana después
4
También pueden llegar a perder autoestima y aprecio hacia la gen- de haber cometido un asesinato .
te que los rodea. Generalmente los agresores son
• Desarrollo tardío: Muchos de estos niños tienen dificultades de cre- hombres y las víctimas sus com-
pañeras sexuales o los familiares.
cimiento físico. El principal mecanismo utilizado
• Estrés relacionado con dolencias físicas: Muchos de los niños testi- en estos casos es el arma de fue-
gos de violencia o de abuso reflejan su sufrimiento quejándose de go. El hecho se realiza en dos eta-
5
dolores de cabeza, dolor abdominal, neurosis, insomnio y estrés pas : 1. homicidio(s) y 2. suicidio
postraumático. del sujeto agresor.
• Aislamiento: Los niños pueden tener miedo de llevar amigos o fa- Durante el año 2000 la Regional
miliares a su casa, de jugar con ellos, o de compartir. Bogotá del Instituto Nacional de
• Sentimiento de responsabilidad respecto a la agresión: Cuando el Medicina Legal y Ciencias Foren-
niño se siente responsable, tiende a complacer al agresor y a con- ses realizó 4.459 necropsias, cu-
87
En este aparte se presentan únicamente los casos de maltrato físico, que
en la mayoría de las veces son perpetrados por los padres o por una
persona cercana al menor de edad. Aunque en la actualidad se han re-
conocido otras formas de maltrato hacia los menores de edad, diferen-
tes a las físicas y psicológicas en espacios familiares y escolares 23, vale la
pena preguntarse si en nuestra interacción con los menores de edad
generamos modelos inapropiados, con conductas que no reconocen
sus condiciones humanas, anatómicas, fisiológicas y de desarrollo men-
tal (en la calle, en el transporte urbano, entre otros espacios) que po-
drían ser consideradas agresivas o maltratantes por ellos.
inclinó por un género en especial, pues por cada niño lesionado tam-
bién se maltrató a una niña, independientemente del tipo de agresor.
23
Como el exceso de trabajo, o empleo de los niños y niñas en pornografía y prostitución.
88
Distribución según edad y género Figura 1. Distribución según mes
de homicidios-suicidios.
30
25
Del total de casos atendidos por maltrato a menores de edad en el 2000, 20
la mayor proporción correspondió a niñas (54%). A pesar que el géne-
Porcentaje
ro femenino ha presentado la mayor proporción de menores de edad 15
0
Con relación a 1999, el aumento en el grupo de hombres fue mayor al
Ene. Feb. May. Jun. Jul. Ago. Dic.
Mes
de mujeres: hubo incrementos de 12% en el grupo de hombres y 8%
en el de mujeres. Este comportamiento ha venido observándose en los
últimos años, probablemente debido a la sensibilización, al conocimiento cometieron homicidio y luego se
suicidaron. En el momento de la
de los derechos de los niños y niñas y al avance de las políticas públicas. muerte, 37%, eran separados,
27% casados, 18% solteros y
La gran mayoría de los menores maltratados presentaban edades en- 18% vivían en unión libre.
tre 5 y 14 años (57%), grupo que históricamente ha mostrado la pro-
porción más alta de casos (56% en 1999, 56% en 1998, 66% en 1997 Todos usaron arma de fuego, tanto
para cometer el homicidio como
y 58% en 1996). Este grupo de edad también presentó la tasa más alta. para el suicidio; 62% de las muer-
tes ocurriendo en el lugar de resi-
Cuadro 11. Maltrato a menores de edad, dencia, 11% en otra residencia,
según edad y género. 11% en el lugar de trabajo, 11% en
Colombia, 2000 la vía pública y 4% en automóviles.
Automovil
Vía pública
Otra resid.
Trabajo
Residencia
0 10 20 30 40 50 60 70
24
Ressler R, Burguess. Sexual Homicide , Patterns and motives. Cap 3. Preocupación con el asesinato: Respuestas
con patrón; El papel de la fantasía, pp. 34 y 35. Ed Free Press Copyright 1992.
90
En los casos de menores de edad fallecidos por maltrato, la mayoría Del total de las víctimas de homi-
presentó aspecto descuidado y signos de desnutrición, caracterizada por cidio, 60% era la compañera sen-
timental, y de ellas 34% eran la
bajo peso y talla, lo que indica la negligencia y el descuido que sufrieron esposa, 33% la ex esposa, 11% la
durante su corta existencia. compañera en unión libre, 11% la
pareja sexual y 11% la novia.
En algunos casos, los anteriores cambios han estado asociados al aban- 20% eran los hijos de la pareja,
dono de los padres, intencional o no. En ocasiones han sido dejados 13% un compañero de trabajo y
el 7% restante otra persona.
por largos periodos de tiempo al cuidado de otras personas que no son
aptas para el cuidado de menores de edad, como ancianos, otros me- Aunque el presente informe con-
nores de edad, adultos en estado de embriaguez, entre otras. Lo ante- tiene sólo un avance del estudio
rior se ha observado con más frecuencia en familias uniparentales que está desarrollando el CRNV, se
considera importante su divulga-
(madres/padres solteras/os) debido a la necesidad de trabajar para sos-
ción para alertar a las autoridades
tener el hogar. sobre un hecho real, que es parte
de nuestra realidad pero del cual
Las muertes por lesiones en la cabeza fue la causa más común en los poco conocemos y que, por lo tan-
niños. Los golpes en la cabeza producen hemorragias extensas, fractu- to, tendremos que caracterizar con
el fin de intervenir, pues afecta a
ras craneanas y hematomas subdurales. Esto supone el uso de una fuerza
una parte de nuestra población.
mecánica moderada o severa, e indica que el niño/a estuvo sometido a
severas lesiones: arrojado con violencia, empujado por las escaleras,
sostenido de los tobillos de manera que la cabeza se golpeó contra una
pared u otro objeto sólido, golpeado repetidamente en la cabeza con
el puño u otro objeto o se le dejó caer al suelo.
ruptura del duodeno son las más comunes heridas a nivel abdominal.
2
Archila C, Díaz J, Lemus J, et. al, 2000.
República de Colombia. Ministerio de Justicia. Código
de cicatrización indican episodios múltiples y diversos de maltrato. Las Penal.
Bobes J, González JC y Sáiz PA. Prevención de las
fracturas de las extremidades pueden ser ocasionadas cuando se gol-
3
son también frecuentes múltiples fracturas en las costillas, por lo gene- Uribe, G. Contagio en el suicidio: Medicina Legal,
5
91
Especialmente en los menores de 4 años es común encontrar que los
perpetradores del hecho pretenden ocultar lo sucedido mencionando
caídas accidentales, desobediencia extrema, o que los menores realizan
actos a propósito con el fin de hacer enojar al adulto, refieren que los
castigos obedecieron a hechos como mojarse en la cama o vomitar25.
25
Departamento de justicia de los Estados Unidos. Programa Internacional para el Adiestramiento en la
Administración Criminal (ICITAP). Crímenes Violentos. Versión en español por Miranda Associates, marzo de
1991, pp. 219-220.
26
Principles and practice of forensic psychiatry. Editado por Robert Bluglass and Paul Bowden. Foreword by Niger
Walker. London: Churchill Livingstone, Primera publicación 1990, p. 525.
92
5. Estímulos que provienen de la víctima. En estos casos las madres son
jóvenes, con frecuencia inmaduras, o no se encuentran prepara-
das para asumir este rol. Los esposos por lo general no tienen so-
porte social, son inestables y presentan antecedentes criminales.
Frecuentemente están ausentes. La muerte del menor ocurre como
resultado de la frustración, limitada tolerancia, ausencia de lazos
familiares e ira. La madre no es capaz de suplir las demandas del
menor, quien es luego lesionado y en últimas fallece.
27
Bluglass, Robert; Bowden, Paul. Principles and practice of forensic psychiatry . London: Churchill Livingstone,
1990, p. 538.
93
Por el alto el riesgo de continuar siendo lesionado(a) en una escala más
alta e incluso muera por el maltrato, es importante mejorar el abordaje
del problema para una identificación y prevención de sus consecuen-
cias por parte del personal de salud, tanto médico como de enferme-
ría, odontólogos y otros especialistas como trabajadores sociales,
educadores, madres sustitutas, y autoridades.
Conclusiones
94
De las diferentes manifestaciones violentas en las familias, las mujeres
adolescentes y adultas son grupos poblacionales que con mayor frecuen-
cia son agredidos. Sin embargo, el notorio aumento en el registro de
hombres afectados, especialmente jóvenes y en relaciones de pareja,
puede considerarse otro indicador social de cambio en las relaciones
familiares y sociales.
Recomendaciones
95
que atienden, previenen y protegen a las víctimas y agresores de
la violencia intrafamiliar.
• Coordinar los flujos de atención en forma armónica entre las insti-
tuciones, con una comunicación continua que permita una remi-
sión oportuna y adecuada a los diferentes servicios de protección,
atención, manejo terapéutico familiar e individual y de conciliación,
además de otros.
• Reorientar las estrategias de promoción de servicio y de los pro-
gramas institucionales con base en las necesidades de la población.
• Hacer una mejor ubicación estratégica de los centros de atención
y denuncia, acorde con las necesidades de la población.
• Realizar evaluaciones periódicas de los productos y servicios pres-
tados, de la formación otorgada o exigida a las personas que atien-
den, de la capacidad institucional para la atención con respecto a la
población objeto, y de la efectividad de los programas y el impacto
de estos en la población, entre otras.
Otro punto tiene que ver con la efectividad en las acciones y recursos
jurídicos disponibles para atender la problemática. Debido a la actual
exigencia que se hace a quienes atienden e intervienen en los casos de
violencia intrafamiliar, se requiere una formación en el uso adecuado de
planteamientos éticos que permitan solucionar la problemática con he-
rramientas sociales de convivencia pacífica.
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Cuadro 13. Tasa de violencia intrafamiliar por punto de atención.
Colombia, 2000
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