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Las Meninas. Magia catóptrica. La reconstrucción tridimensional del cuadro, pp. 89-98 ANTONIO SÁSETA VELÁZQUEZ
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(2, 3, 4) Las dimensiones en planta de la sala son deducibles relación es la proporción áurea de la Pirámide y el Partenón,
de la planimetría existente del antiguo Alcázar. Se han usado es la proporción de Platón y Vitruvio, la divina proporción de
los planos de Juan Gómez de Mora de julio de 1626, autor de Pacioli. Antiquísima tradición que llega hasta nuestros días
la reforma moderna consistente en la ejecución de una nueva representada en el sistema de medidas de El Modulor de Le
fachada meridional superpuesta a las antiguas fábricas mili- Corbusier: dos series de números, la serie roja como una se-
tares de la alcazaba árabe y el plano de Teodoro Ardemans rie de Fibonacci y la serie azul formada por los duplos de los
de 1705 que ya recoge las obras, que primero como super- términos de la serie roja.
intendente en 1643 y luego como veedor en 1647, realizó el Las dos series de Velázquez para la sala de Las Meninas
mismo Velázquez en esta parte principal de Palacio. Estas son: 10, 16, 26 y sus duplos: 20, 32, 52. El cuarto del Prín-
obras consistieron principalmente en la misma sala de Las cipe está compuesto de dos espacios: uno de 20 x 20 x 16 y
Meninas, en la planta primera, rotulada en el plano de Mora otro de 52 x 20 x 16. Este segundo espacio es el visible en
como Quarto Bajo del Príncipe y con este nombre recogida, el cuadro y a su vez está compuesto de cuatro celdas espa-
descritos sus cuadros y por tanto reconocible, en documentos ciales vitruvianas de 10 x 16 x 26, términos que forman una
posteriores como la testamentaria de Carlos II, la demolición serie de Fibonacci y cuyas relaciones aproximan el número
de la antigua torre que había quedado embebida detrás de la de oro. Nos encontramos con un módulo espacial de 10 x 16
nueva fachada, lo que le supuso no pocas críticas de otros x 26 que racionaliza las dimensiones ideales de un paralele-
profesionales, y la construcción en los espacios liberados de pípedo cuyos lados están en proporción armónica, 1, Phi. Phi
la escalera llamada del Rubinejo, que aparece en el cuadro cuadrado.
al fondo detrás de la puerta abierta, «por donde bajaban los
Reyes a tomar los coches» y por donde salía de incógnito el
Austria cuando se iba de picos pardos, y que comunicaba con
sus actuaciones en la segunda planta, que consistieron en la
ejecución y decoración de las salas principales del palacio,
la Galería del Mediodía, también llamada Salón de los Espe-
jos, y la famosa Sala Ochavada que abría sus balcones sobre
la puerta principal del viejo Alcázar de Madrid. Velázquez,
como arquitecto moderno, complacía el gusto de sus regios
clientes por la moda venida de París de los salones en enfila-
de y satisfacía las necesidades de representación y protocolo
de la corona. Para la decoración de estos nuevos espacios fue
comisionado el pintor, en su segundo viaje a Italia, con la
misión de comprar pinturas, esculturas y espejos y contratar 6
fresquistas que pintaran los techos del Alcázar y del nuevo
palacio del rey en el Retiro.
El arquitecto reconoce a los suyos y comprende el deseo de
representar un espacio construido previamente por el pintor
y su corazón se enternece cuando comprueba que ese espacio
estaba decorado íntegramente con cuadros de su yerno.
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un pequeño bufetillo, no está claro y no es fácil de ver en el posición donde el lienzo está escuadrado y es proyectante.
cuadro. La perspectiva confirma que la puerta del fondo es De momento eso es todo en cuanto al lienzo, aunque el hecho
de dos hojas, una, invisible, estaría apoyada sobre el muro de que esté representado en un estado deficiente, como para
y la otra está abierta en un ángulo de 60º para dejar entrar el ser usado para un fin efímero, poco digno de ser un lienzo
rayo de sol. que va a convertirse en una pintura del maestro de esas di-
Los postigos de las ventanas que se representan abiertos, mensiones, tenga intrigado al arquitecto.
en el espacio visible, son los únicos compatibles con el
cuadro. Es posible y así se muestra, que los postigos de las
dos ventanas delanteras, que no se ven en el cuadro, estén
abiertos para dejar entrar la luz que inunda el primer plano,
pero no se ha hecho un cálculo detallado de la maravillosa
e intangible luz de Las Meninas. Resultan siete ventanas,
o mejor dicho balcones, como se verá, en el espacio de
Velázquez, congruentemente con representaciones de la
fachada meridional del Alcázar, y aunque hay varias versiones
contradictorias sin embargo el cálculo por proyecciones es
incontrovertible.
La sala visible está completa.
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(23, 24) En el caso de la linterna mágica el sistema es más La cortina (25, 26, 27, 28)
sofisticado pero más eficaz. Se necesitaría: un espejo cóncavo El arquitecto ya sabe que lo que Nieto sostiene sobre la
(un plato de plata bien bruñida) que concentrara la luz sobre escalera es un espejo, pero le inquieta el trozo de cortina que
un condensador formado por dos lentes plano-convexas (las se ve y la luz que envuelve a la figura. El espejo de Nie-
más comunes en aquel tiempo), la luz atraviesa una peque- to está a 45º respecto al eje longitudinal, si se construye la
ña imagen pintada en una transparencia, seguidamente la luz sala virtual simétrica respecto al plano del espejo, es fácil
se difracta en una lente objetivo, biconvexa que forma una comprobar que lo que nos refleja el espejo de Nieto es la luz
imagen invertida en el infinito que puede ser proyectada en que entra por una ventana abierta de par en par, la segunda
una pantalla. Esta es la linterna mágica descrita por Kircher. ventana del descansillo y una cortina recogida a ambos lados
Se sabe que Velázquez era un gran miniaturista, género muy de la ventana de la cual vemos uno de sus extremos reflejado
popular en el siglo XVII y era frecuente el uso de «talcos», en el espejo. La luz que envuelve a Nieto llega hasta el borde
láminas muy finas de mica transparente, donde se pintaban inferior del espejo, eso significa que la segunda ventana del
distintos vestidos que podían superponerse sobre el retrato descansillo está a ras del suelo, ya que en otro caso se vería
y como los recortables de muñecas, cambiarlos de vestua- parte del antepecho reflejado en el espejo, quizás la cortina
rio. Para el maestro no supondría ninguna dificultad construir (la única cortina) actuara de quitamiedos. El que la ventana
una diapositiva. del descansillo llegue hasta el suelo puede ser un inconve-
niente funcional provocado por la dificultad de concertar una
obra nueva, la de la escalera, con fábricas antiguas y una fa-
chada de nuevo trazado, en todo caso no sería un problema
demasiado grave, una cortina y quizás un mueble que se ha
retirado pueden evitar el posible vértigo. Lo más interesante
es que este espejo es el indicio del que se deduce la altura
de los antepechos, suponiendo los huecos alineados como se
puede ver en grabados del viejo Alcázar. Esta altura de an-
tepechos resulta ser de 3 pies y 2 pulgadas, una altura muy
razonable para no llamarlas ventanas sino balcones.
Dos balcones en el espacio de la escalera y el descansillo,
abiertos ambos de par en par, por el primero se cuela el sol
como fuente de luz para la magia de los fantasmas y el segun-
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do nos deja ver a través del espejo de Nieto, envolviéndole
con su luz, el cielo de Madrid en un atardecer despejado,
limpio y cristalino. Haría frio aquella tarde en el descansillo.
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tiene la pose de pintar pero no pinta, los reyes están pero por que el Quarto Bajo del Príncipe es la sala perfecta.
otro artificio, no hay modelo ni por supuesto somos nosotros Lo de su yerno no merece más que alabanzas por la
el modelo, el pintor se exhibe, elegante, rejuvenecido, en modestia, el apego familiar y la buena crianza del pintor.
una pose característica, al estilo de cómo se exhiben los
personajes en sus obras. Si hay un modelo en el cuadro ese Los Palacios son sepulcros... aún a las figuras de los tapices
es el pintor, el lienzo oculto se revela en el espejo, el infinito de Palacio tendría lástima si tuviesen sentimientos
(Lope de Vega)
se interrumpe, la ambigüedad desaparece, el espacio se cierra
y acota, ya no hay enigmas, queda sólo el pintor. Velázquez
supera a su maestro Pacheco, este decía «...la imagen debe El escenógrafo se imagina a Velázquez recorriendo las
salir del cuadro», del cuadro no sale nada, el ciclo se cierra, dependencias del lóbrego Alcázar, buscando el espacio
todo queda consumado, sólo sale la mirada del pintor. Parece idóneo, probando, calculando, para preparar la tramoya de
que toda esa inmensa y complicada tramoya barroca esté una fiesta de Navidad para los niños y las damas. Falta hacía
dispuesta exclusivamente para construir esa mirada. en aquel entonces alguna alegría en Palacio. Léase lo que
Y si el mejor retratista quiere autorretratarse, ¿cómo se Ortega nos cita de los Avisos de don Jerónimo de Barrionuevo:
retrata, como se ve a sí mismo o como lo ven los demás? ...dos meses y medio ha que no se dan en Palacio las ra-
En el primer caso debe mirarse en un espejo y la imagen ciones acostumbradas, que no tiene el Rey un real, y el día
resultante en el lienzo será invertida, así nos vemos a nosotros de San Francisco le pusieron a la Infanta en la mesa un ca-
mismos. En el segundo caso debe pintarse a derechas, como pón que mandó levantar porque hedía como perros muertos.
nos ven los demás, y por tanto debe mirarse en dos espejos Seguíole un pollo de que gusta, sobre unas rebanadillas como
perpendiculares entre sí para evitar la inversión. Se supone torrijas llenas de moscas y se enojó de suerte que por poco no
que el pintor no pinta de memoria sino con pose del modelo. da con todo en tierra. Mire Vm. Cómo anda Palacio. Todo esto
Es plausible que Rembrandt utilizase sólo un espejo, él es como lo cuento, sin añadir ni quitar un ápice (octubre 11 de
quería pintarse a sí mismo tal como se veía, nada le importaba 1656).
el resto del mundo, a Velázquez, el cortesano, el aspirante a
caballero santiaguista, por el contrario, le importa mucho la Despedida
opinión de los demás. El arquitecto apuesta por que utilizó dos No sé si a estas alturas alguien ha reparado en que el
espejos para retratarse, para que nadie tuviera duda alguna de cuadro mide 120 pulgadas de ancho y 138 pulgadas de alto,
su identidad. Como en el cuadro aparece con el pincel en la si se multiplica 120 por 138 resulta 16 560, si dividimos por
mano derecha y ya que la imagen no está invertida respecto 10 nos da 1656, el año en que se pintó...pero no adelantemos,
a la realidad hay que concluir que Velázquez no era zurdo. todo esto será tratado en el siguiente capítulo donde se
Las Meninas es el único retrato de Velázquez en que la luz hablará de símbolos, premoniciones, jeroglíficos, horóscopos
incide por la izquierda de los modelos, esto quiere decir que y manipulaciones cabalísticas filo-judaizantes.
la luz la recibía el pintor mientras pintaba por la derecha y Continuará.
como no era zurdo esa luz debía resultarle muy incómoda ya
que se haría sombra con su propia mano mientras pintaba. Bibliografía
Esto lo puede solventar el pintor colocando un espejo a su BUERO VALLEJO, ANTONIO: Las Meninas (Madrid, Espasa Calpe,
izquierda que refleje la luz de los balcones de su derecha por 1999).
los que la luz entra para iluminar a sus modelos. Este espejo CAMPO FRANCÉS, ÁNGEL DEL: La magia de Las Meninas. Una
proyectaría la luz por su izquierda, así evitaría la sombra de iconología velazqueña (Madrid, Colegio de Ingenieros de Caminos,
su mano sobre la labor. Resulta, no obstante, un artificio un Canales y Puerto, 1978).
CONSEJERÍA DE CULTURA. J. DE ANDALUCÍA: Actas del Symposium
poco incómodo el que esta sala obliga a realizar a Velázquez Internacional sobre Velázquez (Sevilla, Junta de Andalucía, 1999).
ya de 57 años y con la vista necesitada de tantos «antojos D. G. DE BELLAS ARTES: Corpus velazqueño (Madrid, D. G. de Bellas
de larga vista». El arquitecto se pregunta por qué eligió una Artes. Ministerio de E. C y D., 2000).
sala como ésta, con orientación sur, la menos deseable por DOMÍNGUEZ ORTÍZ, A.; PÉREZ SÁNCHEZ, A. E.; GÁLLEGO, J.:
Velázquez (Madrid, Museo del Prado. Ministerio de Cultura, 1990).
los pintores para instalar el obrador, y decorada íntegramente GAYA, RAMÓN: Velázquez, pájaro solitario (Granada, B. de Cultura
con obras de su yerno. Pero si se estudia la planimetría del Andaluza, 1984).
palacio, se comprueba que la sala elegida es la única favorable ORTEGA Y GASSET, JOSÉ: Velázquez. (Madrid, Espasa-Calpe, 1963).
para construir el artificio escenográfico para proyectar PACIOLI, LUCA: La Divina Proporción (Buenos Aires, Losada, 1946).
PALOMINO, ANTONIO: El Museo Pictórico y Escala Óptica. III. El
fantasmagorías, se necesita un espacio al sur, para poder parnaso español pintoresco laureado (Madrid, Aguilar, 1988).
utilizar la luz del sol, con otro espacio anexo o alcoba que SÁNCHEZ CANTÓN, FCO. JAVIER: Velázquez. Las Meninas y sus
esté muy iluminado y tenga suficiente tamaño para instalar personajes (Barcelona, Juventud, 1943).
los espejos que orientarán la luz. Búsquese y se comprobará VVAA.: Otras Meninas (Madrid, Siruela, 2007).
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