Las fracturas diafisarias de los huesos del antebrazo del adulto pueden afectar a uno o
dos huesos así como a la membrana interósea, medio de unión entre ambos. La
afectación de esta entidad anatomofuncional, que es el cuadro antebraquial, va a
perturbar la pronosupinación, la cual sólo puede conservarse mediante la restitución
quirúrgica de la anatomía del radio y del cúbito. La osteosíntesis mediante placa de
compresión es la técnica de referencia. Es la intervención quirúrgica utilizada con más
frecuencia. El enclavado con agujas centromedulares de los dos huesos del antebrazo
requiere condiciones particulares: implantes específicos y fracturas especiales. En caso de
fracturas abiertas, puede ser útil el fijador externo. La complicación precoz de este tipo de
fracturas es el síndrome compartimental, sobre todo en caso de traumatismos de alta
energía asociados a lesiones del húmero. Las seudoartrosis son secundarias a fracturas
abiertas, una estabilización inadecuada o un defecto óseo no rellenado. Se tratan
asociando una osteosíntesis estable con un autoinjerto esponjoso que rellena el defecto,
corticoesponjoso encastrado y fijado o injerto vascularizado libre de peroné, en función
de la pérdida de sustancia. Las sinostosis radiocubitales postraumáticas son frecuentes
en los traumatismos que dañan la membrana interósea y los tejidos blandos. El
tratamiento incluye la escisión de la sinostosis; los adyuvantes médicos no han
demostrado eficacia para evitar la recidiva. Los callos viciosos, si no son sintomáticos, no
requieren osteotomía.
© 2010 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.
Plan ¶ Seudoartrosis 12
Principios del tratamiento 12
¶ Anatomía aplicada a los huesos del antebrazo 1 Aspecto técnico del foco de seudoartrosis 14
Radio 1 ¶ Sinostosis radiocubitales postraumáticas 15
Cúbito 3 Principios de tratamiento 16
¶ Fractura de los dos huesos del antebrazo: ¶ Callos viciosos 18
mecanismos lesionales y principios terapéuticos 4 Generalidades 18
Mecanismos lesionales 4 Principios del tratamiento 19
Principios terapéuticos 4 ¶ Conclusión 20
¶ Fracturas diafisarias recientes de los huesos
del antebrazo 5
Colocación 5 ■ Anatomía aplicada
Técnica de osteosíntesis por placa 5
Otras técnicas 7 a los huesos del antebrazo
¶ Lesión de Galeazzi 7
Diagnóstico 8
Radio
Tratamiento 9 El radio presenta una doble curvatura cóncava por
delante y por dentro. En el plano frontal, la curvatura
¶ Lesión de Essex-Lopresti 9
por dentro forma la curvatura pronadora, indispensable
Diagnóstico 10
para que el radio ruede alrededor del cúbito durante el
Tratamiento 10
movimiento de pronación. La colisión entre los dos
¶ Fractura de Monteggia 10 huesos es el final de la pronación [1]. Cualquier modifi-
Diagnóstico 11 cación anatómica de la curvatura produce una disminu-
Tratamiento 11 ción del arco de supinación (Figs. 1 a 3).
Figura 1. La curvatura pronadora del radio en el plano frontal Figura 3. Restitución de las curvaturas de dos huesos gracias a
y la membrana interósea (disección del doctor Guyot, laborato- una osteosíntesis anatómica que permite al mismo tiempo la
rio de anatomía de Besançon). reducción de las luxaciones.
Cúbito
Como recuerda Lefèvre [1], el cúbito no es estricta-
mente rectilíneo ni estrictamente inmóvil durante la
pronosupinación. En el plano frontal, la diáfisis presenta
una doble curvatura invertida respecto al radio, que
Figura 7. Vía externa ampliada: las ramas sensitivas del nervio toma el aspecto de una S estirada, con una convexidad
radial se dejan en su paquete celuloadiposo. por fuera en la mitad proximal y una convexidad por
dentro en la mitad distal. En el plano sagital, el cúbito
es convexo por detrás (Fig. 10). En la mitad proximal de
La epífisis distal del radio presenta en el plano sagital la cara posterior de la diáfisis se observa una cresta que
una concavidad que es muy variable en función de cada separa las dos caras, superficiales, fácilmente palpables y
individuo; en consecuencia, la osteosíntesis por placa sintetizables mediante placas (Fig. 11). Siempre se
debe responder al siguiente imperativo: un diseño que accede a la diáfisis cubital por vía posterior, pero en su
permita evitar una implantación excesivamente distal parte distal la rama posterior del nervio cubital cruza el
que pueda provocar la rotura de uno o varios flexores [8] borde interno de la muñeca sobre la cabeza cubital y se
Figura 11. Cortes tomográficos de cúbito proximal que muestran las dos caras que pueden recibir las placas.
evita gracias a un acceso más dorsal que interno. En la rotativas con lesión plástica diafisaria. Pero el desplaza-
parte proximal, el canal medular presenta una sección miento de la fractura dependerá también de las acciones
triangular, ancha, que se va haciendo más cilíndrica y musculares sobre las diáfisis fracturadas. Tres músculos
más estrecha, de 4-6 mm de diámetro en su parte distal. favorecen la aproximación de los dos huesos en caso de
El enclavado de ese hueso queda limitado por las fractura diafisaria: el pronador cuadrado y el redondo y
dimensiones del canal medular en distal y en esa zona el supinador. Así, el nivel del foco de fractura sobre el
el fresado sólo puede realizarse mediante fresas flexibles radio determinará el desplazamiento y, en consecuencia,
que eviten falsas vías [1]. La epífisis proximal del cúbito las maniobras de reducción. Si el trazo sobre el radio se
es fácilmente accesible al enclavado en haz o no. encuentra entre el supinador y el pronador redondo, el
fragmento proximal quedará en supinación y el distal,
en pronación. Si el trazo pasa por debajo de la inserción
■ Fractura de los dos huesos del pronador redondo, el fragmento proximal queda
más bien en posición neutra [14]. A nivel del cúbito, el
del antebrazo: mecanismos fragmento proximal tiene una gran tendencia a aproxi-
lesionales y principios marse al radio.
Figura 12. Colocación del paciente, que debe permitir la Figura 13. Acceso posteromedial del foco de fractura cubital,
movilización y el acceso a la muñeca y el codo. codo flexionado.
■ Fracturas diafisarias
recientes de los huesos
del antebrazo
Colocación (Fig. 12) Figura 14. Se puede acceder con facilidad al segmento óseo,
Con independencia de la técnica de osteosíntesis muy superficial.
empleada, el paciente se coloca en decúbito dorsal sobre
una mesa corriente, con el miembro superior que se va
Acceso y características del foco radial
a intervenir descansando sobre una mesa de mano. Hay
que verificar el acceso a imágenes de escopia intraope- Se realiza a través de una vía de Henry que permite
ratoria a la altura del codo, especialmente en pacientes exponer el foco de fractura, liberando progresivamente
corpulentos. El cirujano diestro debe colocarse hacia la los músculos de la cara anterior sin alcanzar la mem-
cabeza del paciente mientras que el zurdo debe colo- brana interósea (riesgo de sinostosis radiocubital). Esta
carse a sus pies. Se coloca un manguito de isquemia en vía permite acceder al radio hasta la tuberosidad bicipi-
la raíz del miembro, preparado según el protocolo de tal. Puede ser necesario desinsertar el braquiorradial a
cada equipo. Se vacía el miembro y se hincha el man- nivel de su inserción distal sobre el radio, lo que
guito a menos de 300 mmHg. En caso de pacientes con permite una movilización más sencilla del foco. Para las
tratamientos corticoideos de más de 3 años de duración, fracturas del tercio superior se desplaza la placa por
nunca debe emplearse vendaje adhesivo debido a la fuera de la tuberosidad bicipital sobre la cara externa del
fragilidad de la piel. En caso de fractura conminuta o radio, que se prolonga de manera rectilínea con el borde
defecto óseo, se prepara el acceso a la cresta ilíaca. La anterior.
comprobación preoperatoria de la disponibilidad de
implantes puede ser útil.
Acceso y características del foco cubital
(Figs. 13 y 14)
Técnica de osteosíntesis por placa Se realiza a través de una vía posteromedial sobre la
cresta cubital situada sobre la línea de unión del vértice
Requiere un doble acceso para cada uno de los dos del olécranon con la estiloides cubital; el antebrazo se
focos, su reducción y su fijación. Se empieza por la mantiene flexionado con ayuda y la mano, en supina-
fractura más sencilla, que no siempre será el cúbito. ción. En ocasiones, las placas de osteosíntesis parecen
ovalado concebido para obtener este efecto de compre- Incluso en caso de foco abierto, un fijador externo
sión dinámica. En caso de fractura espiroidea larga, un puede evitarse gracias a la masa muscular que permite
tornillo puede cruzar el foco para comprimirlo [7]. La cubrir los focos de fractura. En cuanto al enclavado
normalidad de la pronosupinación debe conseguirse al desarrollado por Lefèvre [1], presenta riesgo de rotación
final de la osteosíntesis sin provocar desplazamiento de de la fractura y mal control de las curvaturas anatómi-
los focos estabilizados. Si existe algún déficit se debe cas; además, expone a una posible seudoartrosis. No
buscar algún defecto de reducción por rotación de los obstante, se puede pensar que en caso de fractura
fragmentos. Todo desplazamiento del montaje es fre- aislada de la diáfisis cubital, debido al pequeño calibre
cuentemente consecuencia de algún error en el empla- del canal medular, el enclavado puede evitar el acceso y
zamiento del material de síntesis. La comprobación permitir una buena consolidación.
intraoperatoria mediante radioscopia busca tres elemen-
tos: la perfecta reducción del foco, la buena colocación
de las placas y la longitud de los tornillos, los cuales
pueden provocar un conflicto con los elementos tendi-
■ Lesión de Galeazzi (Figs. 18 a 22)
nosos o membrana interósea y ser origen de sinostosis, La fractura de Galeazzi es una fractura de la diáfisis
así como de un brocado intempestivo. radial (de la tuberosidad bicipital a 5 cm de la radiocu-
bital distal [RCD]) asociada a una luxación de la RCD.
Cierre Kapandji señala que si la descripción de la lesión de
Se realiza antes o después de quitar la isquemia y Galeazzi fue realizada en 1934, ya era conocida por
controlar la hemostasia sobre un drenaje aspirativo para Cooper en 1922 y fue confirmada por Darrach y Milch
cada vía de acceso según la costumbre del cirujano. Las en 1912 y 1926,respectivamente [22]. Failla demostró que
aponeurosis musculares no se cierran para evitar un el radio se lesiona a proximal y a continuación la
posible síndrome compartimental [18]. El plano celular energía se transmite distalmente al cúbito por las fibras
subcutáneo se cierra con puntos sueltos o continuos. El de la MIO [23]. Es una lesión poco frecuente que plantea
cierre cutáneo se realiza según la costumbre del ciru- dos problemas: el diagnóstico en ocasiones se ignora
jano. No se debe emplear material adhesivo sobre (toda lesión aislada de la diáfisis radial debe ir acompa-
segmentos con dos huesos afectados por la posible ñada de una exploración de la articulación RCD) y la
aparición de flictenas. El antebrazo se inmoviliza con pronosupinación, en caso de tratamiento inadecuado,
una férula braquioantebraquial en supinación para
«abrir» el espacio interóseo, con el codo flexionado a
45°.
Postoperatorio
La rehabilitación es inmediata: movilización pasiva y
activa de los dedos, muñeca y codo, retirando la férula
una vez que el dolor disminuye [19]. La movilización
activa del codo se estimula gracias a ejercicios simples
de autorrehabilitación.
La carga de peso y el apoyo sobre el miembro inter-
venido están prohibidos hasta la consolidación
(3 meses). En caso de fractura difícilmente estabilizada
o de paciente que no sigue las recomendaciones, se
puede inmovilizar el miembro con una férula termo-
plástica durante 3 meses, a pesar del riesgo de rigidez.
Los controles radiográficos se efectúan el 8.° día, el 15.°
día, el 1.er mes, el 3.er mes y el 6.° mes. La extracción
del material debe discutirse con el paciente, explicán-
dole los riesgos de la nueva cirugía. Sobre todo, es la
placa del cúbito la que molesta. La extracción de la
placa del radio debe realizarse según el caso; siempre
existe un riesgo de lesión nerviosa, sobre todo en el
tercio proximal del antebrazo. Las fracturas como
consecuencia de los tornillos de gran diámetro son
excepcionales si se respetan los consejos postoperatorios:
inicio de esfuerzos de torsión y carga a partir del 3.er
mes tras la extracción de las placas (baja laboral en
función de la actividad y capacidad de adaptación del
paciente). El simposio de la Société Française de Chirur-
gie Orthopédique et Traumatologique (SOFCOT) acerca
de las fracturas de los huesos del antebrazo, no publi-
cado, recomienda no extraer el material.
Otras técnicas
Bégué ha informado de los resultados de las series con
pacientes tratados con placas, así como de las tasas de
consolidación (más del 95%) y las tasas de complicacio-
nes (seudoartrosis e infecciones alrededor del 2%) que
hacen que el uso del fijador externo y el enclavado
deban ser realizados por cirujanos expertos. Basándose
en su experiencia, Schuind encuentra hasta un 9,4% de
Figura 18. Fractura de Galeazzi abierta; el paciente ha sufrido
pérdida de reducción, con tasas de infección variables
una lesión por sierra (A a D).
según las series de fijadores externos del 4 al 16% [20, 21].
Diagnóstico
Un mecanismo lesional por torsión violenta debido a
una fuerza externa es en ocasiones difícilmente descrip-
tible por el paciente. Un dolor en el borde cubital debe
alertar en caso de fractura de radio. La luxación no
siempre es visible en las imágenes del antebrazo en la
urgencia. Las imágenes centradas sobre el codo y la
muñeca, en proyección anteroposterior y lateral, en caso
de fractura de uno o dos huesos del antebrazo, deberían
ser sistemáticas. Las imágenes en pronación y supina-
ción de urgencia son difícilmente realizables en un
paciente con dolor. Una valoración intraoperatoria tras
la estabilización ósea con ayuda del fluoroscopio aporta
grandes ventajas (Fig. 23) a la hora de buscar una
Figura 21. Aspecto a los 3 meses tras la resección de la aguja inestabilidad en pronación para las luxaciones «poste-
a nivel de la radiocubital distal (RCD) realizada al mes y medio: riores» y una inestabilidad en supinación para las
la RCD es estable (A, B). luxaciones «anteriores». La artrografía de urgencia ya no
se solicita. Mansat mostró que en un 68% de los casos
la fractura se situaba en la unión del tercio medio con
el tercio distal, con un trazo transversal u oblicuo [24].
tiene consecuencias sobre la osteosíntesis y la evalua- Describió la constante lesión del TFCC con tres patrones
ción de la estabilidad de la RCD. En este sentido, para característicos: lesión estable y aislada del complejo,
que la RCD sea inestable tras la estabilización ósea se lesión acompañada de inestabilidad y luxación, a
debe de asociar una rotura del complejo triangular menudo «dorsal», de la cabeza cubital. Rettig y Raskin
(TFCC, por sus siglas en inglés) y de la MIO distal. han demostrado que cuanto más proximal es el trazo de
Diagnóstico
Para que se produzca un desplazamiento de la frac- 1
tura de cabeza radial o que ésta sea conminuta, se
requiere una lesión del ligamento medial del codo
(secundario a un traumatismo en valgo) o a un daño en 3
el TFCC y la MIO (secundario a un desplazamiento
proximal violento del radio). Así, ante una fractura 2 1
desplazada o conminuta de la cabeza radial, el diagnós- Figura 26. Esquema del crisscross injury donde las dos articu-
tico de lesión de Essex-Lopresti debe realizarse ante: laciones radiocubitales pueden ser inestables con integridad de
• una modificación de la varianza cubital mayor de la membrana interósea. 1. Ligamento interóseo; 2. pivote;
2 mm (comparada con el lado contralateral); 3. fuerza axial.
• dolor, edema y/o inestabilidad de la RCD;
• un aumento doloroso postraumático del volumen del
antebrazo.
Deben solicitarse radiografías del codo y la muñeca y
también del hombro, el codo y la muñeca en el mismo
plano. Más recientemente, varios autores han demos-
trado el interés de la ecografía y la resonancia magnética
(RM) para la valoración de la afectación de la banda
central [29, 30]. Durante la cirugía, como señala Stabile, la
presión axial ejercida sobre el radio (shuck test) permite
desenmascarar la migración proximal dinámica del
radio [31].
Tratamiento
Edwards y Jupiter demostraron que los resultados son
malos cuando el tratamiento se retrasaba (más allá de
las 6 semanas) [32]. El tratamiento en la urgencia con-
siste en devolver la longitud al radio (evitando a toda
costa la resección de la cabeza radial) y estabilizar la
RCD. En caso de resección de la cabeza, la MIO trasla-
dará las presiones entre ambos huesos, pero no podrá
ser así en caso de lesión de Essex-Lopresti. La recons-
trucción de la cabeza radial a menudo es imposible y el
reemplazo protésico es la única solución para garantizar
la estabilidad longitudinal. El implante de Swanson
inicialmente desarrollado para las fracturas irreducibles
ha mostrado sus limitaciones: incapacidad biomecánica
para resistir el colapso y riesgo de sinovitis [33-36]. Las
series de prótesis metálicas, a pesar de su breve desarro-
llo, se han publicado a partir de 1981. Si las especifica-
ciones técnicas se respetan, son fáciles de implantar y
dan buenos resultados, vistas las series de fracturas no
reconstruibles de la cabeza radial [37]. La estabilización
de la RCD se realiza durante 4-6 semanas según los
autores, asociada a una inmovilización para evitar la
rotura de la aguja. La posición de esta inmovilización
no ha sido aún consensuada. Failla propone la repara-
ción de urgencia de la banda central, para evitar inter-
posiciones musculares que puedan impedir la
cicatrización de la MIO [29] . Debido a la potencial
iatrogenia y a la actual ausencia de técnica, Stabile
recomienda prudencia a la hora de reconstruir la MIO
con carácter de urgencia. Recientemente, Leung ha Figura 27. Lesión de Monteggia con luxación posterior de la
publicado un estudio anatómico y clínico que pone en cabeza radial difícilmente visible en la radiografía anteroposterior
entredicho el carácter aislado de las luxaciones de la (A), evidente en la lateral (B), donde la conminución del foco
articulación radiocubital proximal o distal en caso de cubital también es perceptible.
afectación de uno de los dos huesos [17] . Este autor
observó algunas fracturas Mason 2 asociadas a luxación
de la articulación radiocubital proximal y distal que no
podían ser explicadas como lesiones de Essex-Lopresti.
Pudo demostrar en cadáver y confirmar, gracias a una ■ Fractura de Monteggia
serie clínica, que era posible obtener una luxación de (Figs. 27 a 30)
una de las articulaciones radiocubitales seguida de una
luxación en el sentido opuesto de la otra articulación La asociación de una fractura del tercio superior del
radiocubital sin lesión de la MIO, asociada a una cúbito y una luxación anterior de la cabeza radial fue
fractura Mason 2 de la cabeza radial (crisscross injury). El descrita por primera vez por Monteggia en 1814. En
.1
interés de esta publicación era demostrar la posibilidad 1967, Bado [38] extendió el término de fractura de
de tener las dos articulaciones radiocubitales luxadas Monteggia a todas las lesiones que asociaran una frac-
(Fig. 26). tura de cúbito y una luxación de cabeza radial (sin tener
Diagnóstico
Toda lesión fracturaria de cúbito debe hacer sospechar
una posible lesión de Monteggia, es decir, una luxación
asociada de la cabeza radial o una inestabilidad de la
articulación radiocubital proximal.
Las radiografías centradas sobre el codo y la muñeca,
en proyección anteroposterior y lateral, deben solicitarse
inmediatamente en caso de fractura de uno o dos
huesos del antebrazo, al igual que en las fracturas de
Galeazzi. La alineación de tres referencias (diáfisis radial,
cabeza radial, cóndilo humeral) debe controlarse en las
radiografías laterales con independencia de la flexión
del codo [41].
Figura 29. Lesión de Monteggia compleja con fractura de
cabeza radial pero también fractura de la epífisis radial distal que Tratamiento
subrayan la posibilidad de lesión bipolar de las dos articulaciones
radiocubitales «alrededor» de la membrana interósea (MIO) Como en las lesiones de Galeazzi, el tratamiento de la
(A, B). fractura de Monteggia es quirúrgico en el adulto y
consiste en una reducción anatómica y una síntesis
estable del foco cubital que permite la reducción de la
cabeza radial. La colocación del paciente se realiza en
decúbito supino con el fin de realizar primero la fijación
en cuenta el nivel de la fractura o el sentido de la del cúbito. Las fracturas diafisarias o del tercio proximal
luxación de la cabeza radial) y propuso una clasificación se sintetizan habitualmente mediante una o varias
descriptiva de estas asociaciones lesionales (Cuadro I). placas colocadas por vía anteroexterna a lo largo de la
La clasificación de Bado se basa en el sentido de la cresta cubital. Así, se puede plantear el enclavado en
luxación de la cabeza radial, mientras que la de Tri- caso de fractura a nivel del tercio medio sobre un hueso
llat [39], retomada por Comtet [40], se basa en el nivel de de pequeño diámetro, pero sólo en caso de cabeza radial
la fractura de cúbito con consecuencias diagnósticas y reducible y estable. La forma ideal de sintetizar las
pronósticas (Cuadro II). fracturas de la región olecraniana es mediante cerclaje o
3
4
2
A B
Figura 34. Esquema del peroné vascularizado (A, B). 1. Tibia; 2. vasos peroneos; 3. músculos peroneos laterales; 4. peroné.
Zona 5
Zona 3
Zona 4
Zona 2
Zona 3
Zona 2
Zona 1
Zona 1
Generalidades
El callo vicioso siempre es la consecuencia de una
reducción insuficiente (antes de la colocación del
material) o de un desplazamiento secundario (estabili-
dad insuficiente). Con la osteosíntesis con placa, que
permite una estabilización fiable así como la restitución
de la anatomía de las curvaturas, la frecuencia de los
callos viciosos de fractura de los huesos en el adulto ha
disminuido: Se trata de una cirugía poco frecuente y
difícil, sobre todo si la corrección debe hacerse sobre dos
huesos al mismo tiempo. Por otra parte, un gran
número de callos viciosos se toleran bien. Sea cual sea
el plano de la deformidad (callos viciosos rotatorios o
angulares), la afectación de la pronosupinación guiará la
actitud terapéutica. El papel de los tejidos blandos es
importante en las consecuencias funcionales; una
rehabilitación bien realizada debe preceder a cualquier
cirugía. La consecuencia clínica de los callos viciosos del
antebrazo asocia tres grandes síntomas; la disminución
de la amplitud, sobre todo en pronosupinación, posible
dolor con o sin inestabilidad de una de las articulacio-
nes radiocubitales y un aspecto morfológico del seg-
mento antebraquial antiestético. El estudio previo a la
intervención comprende imágenes de los huesos del
antebrazo incluidas las articulaciones supra y subyacen-
tes en posición lateral y anteroposterior, en pronación y
supinación máxima, con imágenes comparativas. Se
realizará una TC de ambos antebrazos (estudio compa-
Figura 45. Imagen intraoperatoria de la sinostosis que va a ser rativo) en posición de supinación máxima y de prona-
resecada subperiosticamente (A) y resultado obtenido intraope- ción máxima. En los tres planos se mide el valor
ratoriamente sobre la pronación y la supinación (B, C). angular de la deformidad.
Preguntas
cotilo [60], donde en ocasiones se emplea sin complica- Las preguntas que se plantean ante un callo vicioso
ciones ni retraso cicatrizal (si la vía de acceso ha sido permiten establecer el plan terapéutico adaptado.
excluida del campo de irrigación) o sarcomas radioindu-
¿Cuántos huesos y cuáles? ¿Cómo son
cidos cuando las dosis son inferiores a 30 grays en un
las articulaciones radiocubitales supra y subyacentes?
período de 3 semanas [61]. Las dosis propuestas están
comprendidas entre 6 y 10 grays fraccionados en cuatro Si sólo está afectado uno de los huesos, el callo
o cinco veces o, más recientemente, una dosis única de vicioso se integra hace parte de una secuela de Galeazzi
6 grays que tendría la misma eficacia biológica [62]. No o Monteggia. En caso de secuelas de fractura de Galeazzi
obstante Jupiter [58] , en una serie de 18 sinostosis con callo vicioso sobre el radio, los pacientes presentan
intervenidas, no encuentra ningún beneficio con ese a menudo una pronación limitada con o sin inestabili-
tratamiento. En consecuencia y teniendo en cuenta la dad del muñón cubital. Si el muñón es reducible, se
baja incidencia de las sinostosis y la diversidad de deben plantear los mismos tratamientos que las lesiones
formas clínicas, es imposible argumentar a favor de agudas. En el caso contrario, debe considerarse una
estos tratamientos. intervención de Sauvé Kapandji.
40°
“ Punto esencial
La osteotomía del cúbito no debe plantearse hasta
que la angulación no sobrepase los 15°; se asocia
25°
siempre resección de la cabeza radial.
■ Conclusión [4] Chapman MW, Gordon JG, Zissimos AG. Compression plate
fixation in acute fractures of the diaphyses of radius and ulna.
El cuadro antebraquial se constituye por dos huesos J Bone Joint Surg Am 1989;71:159-69.
que presentan varias curvaturas que permiten la prono- [5] Heim D. Forearm shaft fractures. In: Rüdie TP, Murphy WM,
supinación. La fractura diafisaria de ambos huesos editors. Principles of fracture management. Stuttgart:
requiere una reducción anatómica (para evitar proble- Thieme; 2000. p. 341-55.
mas en la pronosupinación) gracias a una fijación del [6] Strachan JC, Ellis BW. Vulnerability of the posterior
foco mediante placas (ya que los dos huesos no son interosseous nerve during radial head resection. J Bone Joint
rectilíneos). El acceso al radio se hace a través de una Surg Br 1971;53:320-3.
vía anterior y el del cúbito, a través de una vía posterior. [7] Bégué T. Fractures des deux os de l’avant-bras de l’adulte. In:
Las ramas sensitivas deben respetarse en la muñeca. Se Cahiers d’enseignement de la SOFCOT n°79. Paris: Elsevier;
debe evitar el acceso externo combinado, que permite 2002. p. 187-206.
acceder a ambos huesos pero puede provocar lesiones [8] Obert L, Rochet S, Leclerc G, Rheby L, Garbuio P, Tropet Y.
iatrogénicas del nervio radial en proximal. Las fracturas Intérêt de plaques ITS dans la chirurgie du radius distal.Allieu
diafisarias sin afectación de las articulaciones radiocubi- Y, Roux JL, Meyer Zu Reckendorf G. éd. Fractures du radius
tales se estabilizan con el acceso el foco de fractura mas distal de l’adulte. Montpelliers: Sauramps Médical;
Montpellier; 2006. p. 161-9.
sencillo y, después, el más conminuto. Las lesiones de
[9] Singer BR, McLauchlan GJ, Robinson CM, Christie J.
Galeazzi asocian una fractura de la diáfisis radial y una
Epidemiology of fractures in 15 000 adults. The influence of
luxación de la RCD que requerirán una estabilización de
age and gender. J Bone Joint Surg Br 1998;80:243-8.
la fractura y una inmovilización de la RCD por BABP
[10] McQueen MM. Epidemiology of fractures of the radius and
con o sin artrodesis temporal. La lesión de Essex-
ulna. In: Radius and ulna. Musculoskeletal trauma series.
Lopresti se caracteriza por la migración proximal del
Oxford: BH Editions; 2000. p. 1-1.
radio asociada a una fractura de cabeza radial y una
[11] Cheng SL, Rajaratnam K, Raskin KB, Hu RW, Axelrod TS.
luxación de la RCD posible a causa de una lesión de la ″Splint-top″ fracture of the forearm: a description of an in-line
MIO. Como la fractura de Galeazzi, tiene como pro- skating injury associated with the use of protective wrist
blema el diagnóstico, que pasa fácilmente desapercibido. splints. J Trauma 1995;39:1194-7.
Las lesiones de Essex-Lopresti deben tratarse devol- [12] Birkbeck DP, Failla JM, Hoshaw SJ, Fyhrie DP, Schaffler M.
viendo la longitud al radio (evitando a toda costa la The interosseous membrane affects load distribution in the
resección de la cabeza radial) y estabilizando la RCD. forearm. J Hand Surg [Am] 1997;22:975-80.
Las lesiones de Monteggia asocian fractura de cúbito y [13] Lundy DW, Lourie GM. Two open forearm fractures after
luxación de la cabeza radial y requieren tratamiento airbag deployment during low speed accidents. Clin Orthop
quirúrgico para fijar el foco anatómicamente, lo que Relat Res 1998;351:191-5.
permite la reintegración de la cabeza radial. La seudoar- [14] Kapandji IA. La pronosupination. In: Physiologie articulaire
trosis de uno o dos huesos plantea dos tipos de proble- 1. Membre supérieur. Paris: Maloine; 1980.
mas; el de todas la seudoartrosis (la causa, el defecto, la [15] Obert L, Lasserre G, Lepage D, Garbuio P. Les fractures
fijación a emplear, séptica o no, etc.) y el de la especi- fraîches de Galeazzi et d’Essex-Lopresti. Herzberg G. éd.
ficidad del cuadro antebraquial y su dificultad para la Pathologie traumatique radio ulnaire distale. Montpellier:
reconstrucción anatómica. Una fijación estable y aporte Sauramps Médical; 2005. p. 73-86.
de autoinjerto son los pilares del tratamiento. Las [16] Essex-Lopresti P. Fractures of the radial head with distal
nuevas técnicas (membrana inducida) o factores bioló- radio-ulnardislocation. J Bone Joint Surg Br 1951;33:244-7.
gicos (factores de crecimiento, células madre) permiten [17] Leung YF, Ip SP, Ip WY, Kam WL, Wai YL. The crisscross
alcanzar una consolidación en el caso de grandes injury mechanism in forearm injuries. Arch Orthop Trauma
defectos. Toda intervención ambiciosa sobre el esqueleto Surg 2005;125:298-303.
antebraquial se concibe si las articulaciones proximal y [18] Gelberman R, Garfin SR, Hergenroeder PT, Mubarak SJ,
distal son funcionales y uno solo de los dos huesos Menon J. Compartment syndromes of the forearm: diagnosis
requiere alguna intervención. La sinostosis radiocubital and treatment. Clin Orthop Relat Res 1981;161:252-61.
corresponde a la existencia de una osificación en el [19] Munshi P, Neale G, Maclellan G. Detachable functional
espacio interóseo, lo que conlleva una anquilosis de la forearm focused rigidity cast. A ″one-off″ definitive treatment
pronosupinación. El tratamiento consiste en una resec- for stable forearm greenstick fractures. Injury 2000;31:
ción quirúrgica asociada o no a adyuvantes, cuya 239-42.
eficacia se conoce pero es difícil de extrapolar al ante- [20] Schuind F, Andrianne Y, Burny F. Treatment of forearm frac-
brazo (radioterapia, AINE). La maduración de la osifica- tures by Hoffmann external fixation a study of 93 patients.
ción es importante pero no debe retrasar la operación Clin Orthop Relat Res 1991;266:197-204.
más allá de 1 año. El callo vicioso aislado pocas veces [21] Smith D, Cooney W. External fixation of high energy upper
es la parte más difícil de tratar. El rigor quirúrgico debe extremity injuries. J Orthop Trauma 1990;4:7-18.
asociarse, más que en otro sitios, a un proyecto terapéu- [22] Kapandji AI. Dislocation et instabilité post traumatique de la
tico construido a medida para el paciente, que debe radio cubitale inférieure. In: Conférence d’enseignement de
haber comprendido los riesgos y beneficios de la chirurgie de la main. Monographie du GEM. Paris: Expansion
reconstrucción de las curvaturas del cuadro Scientifique Française; 1991. p. 69-89.
antebraquial. [23] Failla JM, Amadio PC, Morrey BF. Post-traumatic proximal
radio-ulnar synostosis. Results of surgical treatment. J Bone
.
[29] Failla JM, Jacobson J, Van Holsbeeck M. Ultrasound diagno- [47] Tamai S, Sakamoto H, Hori Y. Vascularized fibula
sis and surgical pathology of the torn interosseous membrane transplantation: a report of 8 cases in the treatment of
in forearm fractures/dislocations. J Hand Surg [Am] 1999;24: traumatic bony defect of pseudarthrosis of long bones. Int
257-66. J Microsurg 1980;2:205-12.
[30] Starch DW, Dabezies EJ. Magnetic resonance imaging of the [48] Murray RA. The one bone forearm: a reconstructive
interosseous membrane of the forearm. J Bone Joint Surg Am procedure. J Bone Joint Surg Am 1955;37:366-70.
2001;83:235-8. [49] Grace TG, Eversmann WW. The management of segmental
[31] Stabile KJ, Pfaeffle HJ, Tomaino MM. The Essex-Lopresti bone loss associated with forearm fractures. J Bone Joint Surg
fracture-dislocation factors in early management and salvage Am 1980;62:1150-5.
alternatives. Hand Clin 2002;18:195-204. [50] Haddad RJ, Drez D. Salvage procedures for defects in the
[32] Edwards GS Jr, Jupiter JB. Radial head fractures with acute forearm bones. Clin Orthop Relat Res 1974;104:183-90.
distal radioulnar dislocation. Clin Orthop Relat Res 1988;234: [51] Rosen H. Compression treatment of long bone
61-9. pseudarthroses. Clin Orthop Relat Res 1979;138:154-66.
[33] Gordon M, Bullough PG. Synovial and osseous inflammation [52] Anderson LD, Sisk TD, Tooms RE, Park W. Compression
in failed silicone-rubber prostheses. J Bone Joint Surg Am plate fixation in acute diaphyseal fractures of radius and ulna.
1982;64:574-80. J Bone Joint Surg Am 1975;57:287-96.
[34] Morrey BF, Askew L, Chao EY. Silastic prosthetic [53] Coulet B, Chammas M. Synostoses radio ulnaires. Fontaine
replacement for the radial head. J Bone Joint Surg Am 1981; C, Liverneaux P, Masmejean E. éd. Cours de chirurgie de la
63:454-8. main et du membre supérieur de l’HEGP. Montpellier:
[35] Tomaino MM. The importance of the pronated grip x-ray view Sauramps Médical; 2008. p. 77-85.
in evaluating ulnar variance. J Hand Surg [Am] 2000;25: [54] Razemon JP, Decoulx J, Leclair HP. Les synostoses
352-7. radiocubitales post-traumatiques de l’adulte. Acta Orthop
[36] Worsing RA Jr, Engber WD, Lange TA. Reactive synovitis Belg 1965;31:5-23.
from particulate silastic. J Bone Joint Surg Am 1982;64:581-5. [55] Garland D, Dowling V. Forearm fractures in the head injured
[37] Obert L, Lepage D, Huot D, Givry F, Clappaz P, Garbuio P, adult. Clin Orthop Relat Res 1983;176:217-25.
et al. Fracture de tête radiale non synthésable : résection, [56] Vince KG, Miller JE. Cross-Union complicating fracture of
implant de Swanson ou prothèse ? Étude rétrospective the forearm. Part I adult. Part II children. J Bone Joint Surg Am
comparative. Chir Main 2005;24:17-23. 1987;69:654-61.
[38] Bado JL. The Monteggia lesion. Clin Orthop Relat Res 1967; [57] Hastings H 2nd, Graham TJ. The classification and treatment
50:71-86. of heterotopic ossification about the elbow and forearm. Hand
[39] Trillat A, Marsan C, Lapeyre B. Classification et traitement Clin 1994;10:417-37.
des fractures de Monteggia. A propos de 36 cas. Rev Chir [58] Jupiter JB, Ring D. Operative treatment of post traumatic
Orthop 1969;55:639-58. proximal radio ulnar synostosis. J Bone Joint Surg Am 1998;
[40] Comtet JJ. Franco-venetian orthopedic days. May 4-5-6, 80:248-57.
1978. (Common meeting between SOFCOT and venetian [59] Kamineni S, Maritz NG, Morrey BF. Proximal radial
medico-surgical society) Monteggia’s fractures. Abstracts. resection for post traumatic radioulnar synostosis: a new
Rev Chir Orthop 1979;65:57-64. technique to improve forearm rotation. J Bone Joint Surg Am
[41] Giustra PE, Killoran PJ, Furman RS, Rodt JA. The missed 2002;84:745-51.
Monteggia fracture. Radiology 1971;110:45-7. [60] McLaren AC. Prophylaxis with indomethacin for heterotopic
[42] Hughston JC. Fractures of the distal radial shaft mistakes in bone. J Bone Joint Surg Am 1990;72:245-7.
management. J Bone Joint Surg Am 1985;39:249-64. [61] Bosse M, Attila P, Reinest C. Heterotopic ossification as a
[43] Stern PJ, Drury WJ. Complications of plate fixation of complication of acetabular fracture. J Bone Joint Surg Am
forearm fractures. Clin Orthop Relat Res 1983;175:25-9. 1988;70:1231-7.
[44] Obert L, Deschaseaux F, Garbuio P, Tropet Y. Bioingénierie [62] Ayers DC, Evarts CM, Parkinson JR. The prevention of
osseuse dans la chirurgie des os longs : cellules souches ou heterotopic ossification in high risk patients by low dose
BMP ? Obert L, Deschaseaux F, Crollet JM. éd. Bioingénierie radiation therapy after total hip arthroplasty. J Bone Joint Surg
et reconstruction osseuse. Montpellier: Sauramps Médical; Am 1986;68:1423-30.
2007. p. 117-32. [63] Taleb C, Liverneaux P. Cals vicieux diaphysaires des 2 os de
[45] Masquelet AC, Fitoussi F, Begue T, Muller GP. l’avant bras chez l’adulte. Fontaine C, Liverneaux P,
Reconstruction des os longs par membrane induite et os Masmejean E. éd. Cours de chirurgie de la main et du membre
spongieux. Ann Chir Plast Esthet 2000;45:346-53. supérieur de l’HEGP. Montpellier: Sauramps Médical; 2008.
[46] Kujala S, Raaitikainen T, Ryhanen J, Kaarela O, Jalovaara P. p. 87-93.
Composite implant of native bovine morphogenetic protein [64] Matthews LS, Kaufer H, Garver DF, Sonstegard DA. The
(BMP) collagen carrier and biocoral in the treatment of effect on supination-pronation of angular malalignment of
resistant ulnar nonunions: report of five preliminary cases. fractures of both bones of the forearm. J Bone Joint Surg Am
Arch Orthop Trauma Surg 2004;124:26-30. 1982;64:14-7.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Obert L., Lepage D., Garbuio P. Fractures récentes et
anciennes des deux os de l’avant-bras chez l’adulte. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Techniques chirurgicales -
Orthopédie-Traumatologie, 44-342, 2009.
Disponible en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias clínico