En el Perú existen 64.935 centros poblados de menos de 200 habitantes que suman una
población de 2.668.520 habitantes1. Poco se sabe de la tasa de cobertura en agua de esos
pueblos salvo que es dramáticamente baja. En Apurímac la mayoría de esos pueblos
pequeños no tienen acceso vial, luz eléctrica o posta de salud, son marginados entre los
marginados. Muchas veces son excluidos de los programas de lucha contra la extrema
pobreza debido a su dispersión, su bajo número de habitantes, sus pocos recursos y mala
accesibilidad, que hacen que los proyectos elaborados con tecnologías convencionales resulten
anti-económicos.
Este enfoque basado en la oferta institucional contrasta con el enfoque basado en la demanda
comunal. Aquí 2 actitudes son posibles. En la primera la institución busca satisfacer la
demanda comunal a partir de su propia percepción de los problemas comunales. En la
segunda-mucho más enriquecedora- la institución y la comunidad desarrollan conjuntamente
soluciones para los problemas vividos por las comunidades a través de un proceso
interactivo donde cada parte va conociendo mejor la cultura del otro y las soluciones
-tecnológicas o no-, nacen como producto de esta dinámica.
Si en este documento los comuneros hablan, comparten su historia, sus opiniones, sus
temores y esperanzas, es para recordarnos que una tecnología apropiada se desarrolla ante
todo, con los usuarios y en función a ellos.
Para eso los ingenieros deben ser sensibles y abiertos a la problemática social de las
comunidades, y ser creativos para desarrollar soluciones tecnológicas apropiadas a las
particularidades sociales, culturales y al entorno físico de las comunidades.
ProAnde está trabajando con este enfoque en beneficio de pequeñas poblaciones rurales
de la provincia de Andahuaylas desde
1997. Es parte de esta experiencia la que queremos compartir a través de este
documento esperando que sea tomada en cuenta y replicada por otras instituciones del sector.
(Orcconmarca, Rudiupampa y Chacchani)
El largo deciden separarse de los de la parte baja
camino hacia (Poccontoy y Tacana).
el agua potable
Es así que la principal dificultad del proyecto consistió en convencer a las comunidades de la parte
alta, a que renuncien a su sistema tradicional puesto que con un nuevo sistema de conducción,
almacenamiento y distribución eficiente sus aguas podían abastecer a todas las
comunidades de las partes altas y bajas algo difícil de creer debido a la escasez de agua que
siempre los afectó.
Las poblaciones solicitaron la instalación del agua potable al Ministerio de Agricultura (1984); la
Fundación Antoon Spinoy (1985); el Fondo Nacional de Compensación para el Desarrollo
Social, FONCODES (1993), el cual promovió la formación de un núcleo ejecutor; el
Programa Nacional para el Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos,
PRONAMACHCS (1996); la Municipalidad de Talavera (1997) y finalmente ProAnde
(1998). Ninguna solicitud se concretó antes de la de ProAnde.
Los pobladores eran concientes de las dificultades que debían superarse. Ante la pregunta,
¿Pensaban que en algún momento tendrían agua potable? respondieron:
Poccontoy y Tacana fueron las comunidades que más empeño pusieron en gestionar el agua
potable. En 1991, por 90 nuevos soles como pago único, obtuvieron de la comunidad de
Uchuhuancaray el derecho de usar 2 de los 9 manantiales de Curiminas para su futuro sistema de
agua potable: Tres Muritos y Curiminasyocc. Los manantiales eran utilizados por Chacchani pero
ubicados en el territorio de Uchuhuancaray.