Módulo II
La evaluación psicopedagógica del
alumnado que presenta discapacidad
intelectual
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Detección, identificación e intervención escolar con el alumnado que presenta
Discapacidad Intelectual (DI)
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Javier Muñoz Blanco
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La AAIDD, anteriormente AAMR, es, en el plano internacional, la más influyente, numerosa y antigua asociación
profesional relacionada con la discapacidad intelectual. IASSID - International Association for the Scientific Study of
Intellectual Disabilities (Asociación Internacional para el Estudio Científico de la Discapacidad Intelectual
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debemos realizarse la evaluación psicopedagógica junto con los EOEPs
específicos.
3. En un individuo las limitaciones a menudo coexisten con capacidades. Las
cuales debemos reflejarlas en el informe psicopedagógico (romperlo si no
tiene al menos 3 líneas de aspectos positivos).
4. Un propósito importante de describir limitaciones es el desarrollar un perfil
de los apoyos necesarios.
5. Si se ofrecen los apoyos personalizados apropiados durante un periodo
prolongado, el funcionamiento en la vida de la persona con discapacidad
intelectual generalmente mejorará.
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encontrarse tipificadas y adaptadas a la cultura y grupo de referencia de la persona.
¿Por qué la aplicación ha de ser individual?, para que podamos analizar el
comportamiento de la persona durante a prueba. Wechsler considera la inteligencia
como un aspecto de la personalidad, por lo que es muy importante observar el
comportamiento de la persona durante la prueba - si está tenso o relajado, si se
bloquea -, ya que las características personales pueden obstaculizar el que la persona
muestre sus capacidades reales. Esta información es muy valiosa con vistas a la
correcta interpretación de los resultados de la prueba. Además permite obtener datos
de otras variables interesantes de la persona no estrictamente evaluadas por la
prueba.
Hasta el momento, se ha empleado CI como abreviatura de cociente
intelectual como la mejor manera posible para acreditar una capacidad intelectual
significativamente por debajo de la media (CI < 2 Desviaciones Típicas2, CI = ó <
70). En un principio, “cociente intelectual” era el resultado de la división entre la
edad mental (EM) y la edad cronológica (EC), y multiplicado ese cociente por cien (CI
= EM/EC * 100). Así, cuando existía un desarrollo equilibrado y la edad mental y la
cronológica eran iguales, el cociente era 1, que se convertía en 100 al multiplicarlo
por esa cantidad (EM = 4, EC = 4; CI = 100). Si existía desfase hacia “arriba”, el
niño presentaba una evolución mental superior a la cronológica y el resultado era
superior a 100 (EM = 5, EC = 4; CI = 125). Si el desfase se daba hacia el polo
inferior (una edad mental inferior a la cronológica) el cociente era inferior a 100 (EM
= 3, EC = 4; CI = 75). Sin embargo, no tiene sentido su utilización cuando la
inteligencia deja de evolucionar, ya que nos encontraríamos que el CI disminuye al
aumentar la edad cronológica. Además, un mismo CI perteneciente a personas con
edad cronológica diferentes no tiene el mismo significado psicológico. La razón está
en que la inteligencia no se desarrolla a la misma velocidad durante todo el período
de desarrollo. Para que la significación de las edades fuera equiparable, las
puntuaciones de todas las edades debían ser homogéneas, lo que en realidad no
sucede, puesto que el desarrollo intelectual no presenta una aceleración constante en
todas las edades. En la actualidad ninguno de los tests de inteligencia de CI emplea
este procedimiento directo con el fin de lograr una mayor precisión y validez.
Posteriormente, para que las puntuaciones fueran comparables entre sí fue preciso
“normalizar” las distribuciones, por lo que la misma sigla se ha identificado con
“coeficiente intelectual” o “cociente intelectual desviación”. La normalización
transforma a una media de 100 y una desviación típica (DT ó σ) de 15. En cualquier
caso, el CI sólo puede ser considerado como un resultado estimado que se aproxima
al funcionamiento habitual de una persona en un test de inteligencia particular, que
debe ser interpretado por el profesional junto con el resto de dimensiones que deben
ser evaluadas para identificar una discapacidad intelectual. El CI refleja el
rendimiento intelectual de la persona relativo al rendimiento de otras personas del
mismo nivel de edad y grupo cultural.
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Es una medida de dispersión que informa de la media de distancias que tienen los datos respecto de su media
aritmética, expresada en las mismas unidades que la variable. Para conocer con detalle un conjunto de datos, no
basta con conocer las medidas de tendencia central (media), sino que necesitamos conocer también la desviación que
presentan los datos en su distribución respecto de la media aritmética de dicha distribución.
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CI de BINET CI de WECHSLER
Nivel
(DT = 16) (DT = 15)
Ligera 68 – 52 70 – 55
Moderada 51 – 36 54 – 40
Severa 35 – 20 39 – 25
Profunda < 19 < 24
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toda la distribución de percentiles no tiene el mismo significado. En la zona media de
la distribución se necesita menor diferencia en puntuaciones directas para pasar de
un percentil a otro, en tanto que la distancia se acreciente a medida que se avanza
hacia los extremos. Sin embargo, los percentiles pueden ser útiles, sobre todo, para
facilitar los resultados de las pruebas estandarizadas a personas no expertas.
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El criterio para diagnosticar discapacidad intelectual en el funcionamiento de
un individuo continua siendo el de “dos o más desviaciones típicas por debajo de la
media”. Esto supone una puntuación típica por debajo de aproximadamente 70,
basándose en escalas con una media de 100 y una desviación típica de 15. Una
limitación significativa supone un rendimiento inferior al alcanzado por el 97% de las
personas de su grupo de referencia (en cuanto a edad y ambiente cultural).
Al evaluar un CI, hay que tener en cuenta que se produce un error de medida
de aproximadamente 5 puntos, aunque este error puede variar de un instrumento a
otro (p. ej., un CI de 70 en la escala de Weschler se considera que representa un
intervalo de 65-75). De este modo es posible diagnosticar discapacidad intelectual en
sujetos con cocientes intelectuales situados entre 70 y 75, pero que manifiestan
déficit significativo de su comportamiento adaptativo. Por el contrario, no se
diagnosticaría discapacidad intelectual en una persona con un CI inferior a 70 que
careciera de déficit o insuficiencias significativas en su capacidad adaptativa.
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déficits visuales, auditivos, discapacidades físicas, daño cerebral, autismo, trastornos
emocionales, pobre conocimiento del idioma). En estos casos, las modificaciones
realizadas sobre el procedimiento estándar de aplicación deben ser registradas con
detalle para poder interpretarlas de manera adecuada.
Precisión en el registro de las respuestas: las respuestas deben registrarse de
manera precisa. A ello ayudará el registro inmediato de las respuestas en los
espacios apropiados del protocolo de registro de la prueba y, también, haber
estudiado los criterios de calificación de la prueba. En caso de duda, consultar con el
manual.
Autocontrol del evaluador: debemos ser conscientes de todo lo que hacemos y
decimos y de cómo esto puede afectar a las realizaciones del examinado. Debemos
autocontrolar también las expectativas, puesto que está demostrado el efecto de las
expectativas del evaluador o de las impresiones personales acerca del evaluado sobre
los resultados de la prueba. La información previa de que se dispone del evaluado
influye en las calificaciones que los examinadores otorgan a las respuestas.
Para evitar sesgos en la utilización de los tests y para comprobar la adecuada
utilización de las estrategias expuestas anteriormente, una práctica muy
recomendable es cumplimentar la siguiente lista de verificación como instrumento de
autoevaluación después de la aplicación de una prueba.
Lista de verificación para las prácticas generales de aplicación de las pruebas
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SI NO 14. Colocó el manual para que el evaluado no pudiera leerlo
SI NO 15. Arregló los materiales de manera conveniente
SI NO 16. Manipuló los materiales con facilidad y confianza
SI NO 17. Leyó todas las instrucciones al pie de la letra
SI NO 18. Utilizó procedimientos precisos de manejo del tiempo
SI NO 19. Empleó procedimientos precisos de manejo del tiempo
SI NO 20. Registró las respuestas en el protocolo de registro
SI NO 21. Controló el ritmo de la evaluación para adecuarlo a la capacidad
del evaluado
SI NO 22. Explicó de manera adecuada los procedimientos de prueba
SI NO 23. Utilizó el vocabulario adecuado para el evaluado
SI NO 24. Mostró conciencia de los signos de fatiga
SI NO 25. Manejó de manera apropiada la fatiga
SI NO 26. Mostró conciencia de las perturbaciones emocionales
SI NO 27. Manejó de manera adecuada las perturbaciones emocionales
SI NO 28. Tomó los descansos necesarios
SI NO 29. Manejó de modo adecuado las manipulaciones del evaluado
SI NO 30. Dio explicaciones y aclaraciones apropiadas
SI NO 31. Utilizó preguntas adicionales para aclarar, no para mejorar, las
respuestas del sujeto
SI NO 32. Realizó la entrevista en un modo no amenazante
SI NO 33. Alabó en forma apropiada al evaluado (no alabó las respuestas
correctas, alabó el esfuerzo)
SI NO 34. Manejó de manera adecuada las interrupciones
SI NO 35. Respondió de manera honesta y positiva a las preguntas del sujeto,
en formas consistentes con la evaluación
Sattler, 1992
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Cuando se modifica la forma de aplicación de un test para aplicarlo personas
con alguna discapacidad sensorial, motora o de comunicación hay que proceder con
sumo cuidado. No hay una regla única para aplicar un test correctamente que sea
generalizable a todas las personas con algún tipo de discapacidad. Queda a juicio del
profesional si es mejor utilizar una forma alternativa de evaluación o modificar el
test, o su forma de aplicación. En la práctica no suele ser posible baremar los tests
modificados en muestras amplias de personas con discapacidades equivalentes, de
modo que se pueda asegurar la comparabilidad del test con la versión estándar.
Dada la escasez de información sobre el rendimiento en los tests (modificados o no)
de las personas con alguna discapacidad, suele ser más adecuado utilizar los
resultados de forma más cualitativa.
Las siguientes reglas generales pueden utilizarse como guía a la hora de
decidir si se modifica el proceso evaluativo y cómo hacerlo.
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- MSCA dan lugar a un índice general cognitivo.
Escala Manipulativa Roid y Miller 2 a 20 años Se diseñó con el fin de valorar de forma
Internacional de Leiter precisa y sin la intervención de
– R. componentes culturales. Particularmente
adecuada para niños y adolescentes con
retrasos cognitivos, problemas del
habla, de la audición, autismo, etc.
Evalúa las áreas de Visualización,
Razonamiento, Atención y Memoria. No
precisa ni una palabra por parte del
examinador ni del examinado. No
requiere lectura ni escritura por parte
del niño o adolescente. Es fácil de
administrar y puntuar objetivamente. El
material manipulativo del test, así como
sus impresiones a todo color, lo hacen
muy atractivo para los niños. Útil para
utilizar con alumnado no hispano –
hablante.
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Test de Inteligencia S Roid y Miller 6 años a Es una escala totalmente no verbal que
– Bit. adultos no precisa por parte del sujeto ningún
tipo de lectura, escritura, habla o
audición de instrucciones. Ideal para
medir la inteligencia de niños,
adolescentes y adultos normales o con
cualquiera de los siguientes problemas:
retraso cognitivo, discapacitados,
problemas de habla y audición.
Específicamente es ideal para evaluar
sujetos con desórdenes de comunicación
y pensamiento como: afasia, Dislexia,
sordera, autismo, parálisis cerebral,
daños cerebrales y discapacidad
neurológica.
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en la inteligencia práctica y social, y afectan tanto a la vida diaria como a la habilidad
para responder a los cambios de vida y a las demandas ambientales.
Comunicación
Conceptuales Destrezas académicas funcionales
Autodirección
Autocuidado
Vida en el hogar
Prácticas Uso de la comunidad
Salud y seguridad
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Trabajo
Correspondencia entre las habilidades adaptativas de los modelos teóricos de 1992 y de
2002.
Comunicación.
Habilidades que incluyan la capacidad de comprender y transmitir información
a través de comportamientos simbólicos (palabra hablada, escrita, símbolos gráficos,
lenguaje de signos) o comportamientos no simbólicos (expresión facial, movimiento
corporal, gestos, tocar...).
Ejemplos: capacidad de comprender un consejo, una emoción, una felicitación,
un comentario, una protesta, un rechazo...
Academicas funcionales:
Habilidades relacionadas con aprendizajes escolares, que tienen una aplicación
directa en la vida cotidiana. Esta área no se centra en logros académicos concretos
correspondientes a un determinado nivel, sino en la adquisición de habilidades
académicas funcionales para llevar una vida independiente.
Ejemplos: escribir, leer, usar de modo práctico los conceptos básicos de
matemáticas, ciencias, conocimiento del entorno físico y de la propia salud...
Autodirección:
Habilidades relacionadas con hacer elecciones, aprender a seguir un horario,
iniciar actividades adecuadas a los lugares, completar tareas, buscar ayuda, resolver
problemas en situaciones familiares o novedosas, demostrar asertividad y habilidades
de autodefensa.
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Habilidades sociales:
Aquellas relacionadas con los intercambios sociales.
Ejemplos: iniciar, mantener y finalizar una interacción, reconocer sentimientos,
regular el comportamiento de uno mismo, ser consciente de la existencia de iguales,
ayudar a otros, hacer y mantener amistades, afrontar demandas de los otros,
compartir, adecuar la conducta a las normas...
Ocio y tiempo libre:
Desarrollo de intereses variados que reflejen preferencias y elecciones
personales.
Ejemplos: utilización y disfrute de las posibilidades de ocio en el hogar y en la
comunidad, jugar socialmente con otros, respetar el turno, finalizar o rehusar
actividades de ocio, aumentar el repertorio de intereses, comunicar preferencias y
necesidades, participar de la interacción social, exhibir habilidades de movilidad...
Autocuidado:
Habilidades implicadas en el aseo, comida, vestido, higiene y apariencia física.
Ejemplos: utilizar los cubiertos, lavar, aclarar y secar el pelo, quitarse o
ponerse prendas de ropa, uso del retrete...
Uso de la comunidad
Habilidades relacionadas con una adecuada utilización de los recursos de la
comunidad en cuanto a comportamiento en la comunidad, comunicación de las
preferencias y aplicación de las habilidades académicas funcionales.
Ejemplos: uso del transporte público, comprar en tiendas, utilización de
gasolineras, tiendas de reparación, asistir a consulta médica, asistencia a la iglesia,
escuela, parques, tránsito por calles y aceras, realización de visitas...
Vida en el hogar:
Habilidades relacionadas con el funcionamiento dentro del hogar.
Ejemplos: cuidado de la ropa, tareas y cuidado del hogar, preparación de
comidas, elaboración de la lista de la compra, seguridad en el hogar...
Salud y seguridad:
Ejemplos: identificar síntomas de enfermedad, prevención de accidentes,
seguir normas de seguridad en distintos entornos, utilizar el cinturón de seguridad,
cruzar calles, interactuar con extraños, buscar ayuda, protegerse de
comportamientos criminales...
Trabajo:
Habilidades relacionadas con poseer un trabajo con dedicación exclusiva o
parcial en función de las habilidades laborales específicas.
Ejemplos: finalizar tareas laborales, conocimiento de horarios, habilidades para
buscar ayuda, recibir críticas y mejorar habilidades, manejo del dinero, habilidades
relacionadas con ir y volver del lugar de trabajo, prepararse en el hogar para ir al
trabajo, interactuar con los compañeros/as...
Lo que hoy llamamos conducta adaptativa, es un concepto previo al de CI que
proviene de la psicología científica. La AAMR lo incluye en la definición de
discapacidad intelectual en 1959. Es una característica de las personas que no miden
los tests de inteligencia. Tiene que ver con conceptos como autonomía personal,
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autodeterminación, habilidades sociales, calidad de vida, inclusión... Relativo
culturalmente (aunque hay más similitudes que diferencias). Tiene un carácter
evolutivo y es más situacional que un rasgo de la personalidad. Es más modificable
que el CI. Mide la conducta habitual (lo que hace) y no la ejecución máxima (lo que
puede hacer). Hay relación entre CI y conducta adaptativa tal como las miden los
tests, aunque son constructos independientes. Es un concepto poco utilizado, aunque
no produce estigmatización en la persona. Crítica: se centra sólo en el individuo, sin
tener en cuenta el entorno.
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adaptativa de manera que proporcione medidas en cuanto a habilidades
conceptuales, sociales y prácticas (Escala de Diagnóstico de Conducta Adaptativa o
escala DABS según sus siglas en inglés). Está dirigida a personas con discapacidad
intelectual con edades comprendidas entre 4 y 21 años y se cumplimenta a partir de
la información proporcionada por una persona que conozca en profundidad a la
persona con discapacidad intelectual. El instrumento, construido en base a la Teoría
de Respuesta al Ítem (TRI), pretende medir el nivel de ejecución típico, medio, de la
persona con discapacidad intelectual, (lo que hace actualmente), no el
funcionamiento máximo a alcanzar en una determinada tarea. Se compone de 259
ítems, divididos en 3 subescalas: habilidades conceptuales (94 ítems); habilidades
sociales (85 ítems) y habilidades prácticas (80 ítems). Existen tres versiones:
Versión 4-8 años
Versión 9-15 años
Versión 16-21 años
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- Una prueba de problemas de conducta, que los analiza en base a ocho áreas de
las cuales se extraen cuatro índices normativos de problemas de conducta:
Interno, Asocial, Externo y General. Para su evaluación se utiliza el grado de
gravedad y la frecuencia de estas conductas. También se registra la respuesta
que habitualmente reciben estas conductas por parte de personas significativas
del entorno del individuo.
- El ICAP ofrece un índice, llamado Nivel de Servicio, que combina las
puntuaciones de conducta adaptativa en un 70% y de problemas de conducta en
un 30% para ofrecer una estimación de la intensidad de atención, supervisión o
enseñanza que requiere la persona.
- Se hacen constar los servicios y apoyos de los que disfruta el individuo en el
momento presente y una proyección de las necesidades futuras.
- También se recogen, de una manera estructurada, las recomendaciones sobre
rehabilitación, educación y de los objetivos del apoyo de los diversos servicios.
El ICAP es una prueba relativamente sencilla y rápida (se cumplimenta en unos
20 minutos cuando ya se conoce bien) que completa de manera independiente
(autoadministrada) alguien que conozca bien a la persona evaluada. Cualquier
profesional, con un mínimo de práctica en completar cuestionarios, puede
cumplimentar el ICAP (profesores, monitores, trabajadores sociales, psicólogos,
etc.). Ya que las evaluaciones pueden estar sujetas a sesgos, se puede pedir al
profesorado que cumplimente los ítems del ICAP que observa en su práctica
cotidiana, y los que no (los domésticos) que los estime. Después preguntar a los
padres estos ítems estimados. Los ICAP cumplimentados por profesores y padres
sobre el mismo niño o niña, suelen correlacionar.
Obviamente, la interpretación del ICAP y las decisiones posteriores sobre las
personas evaluadas las tendrá que tomar personal debidamente cualificado para ello.
El ICAP fue tipificado en la Comunidad Autónoma del País Vasco (Montero,
1996) utilizando una amplia muestra (N=900), representativa de la población de las
tres provincias. En lo relativo a la fiabilidad del ICAP, la investigación efectuada sobre
todo en muestras de personas con discapacidad mostró que posee una adecuada
consistencia interna, una satisfactoria fiabilidad test-retest y que las estimaciones
realizadas por evaluadores independientes son consistentes entre sí. Otra serie de
estudios pusieron de manifiesto su sólida validez de contenido y de constructo. Por
último, otras investigaciones realizadas señalaron su buena validez de criterio,
evidenciando la potencial significación de las puntuaciones ofrecidas por el ICAP en
decisiones profesionales vinculadas a la educación especial, residencias para
personas con discapacidad, centros especiales de empleo, centros ocupacionales,
centros de día y en el diagnóstico del retraso mental y de los problemas de conducta.
El ICAP posee un programa de ordenador que permite el tratamiento
informático de los datos obtenidos de un gran número de usuarios, corregir los
cuestionarios, generar informes, crear bases de datos y explotarlas con el objeto de
mejorar la planificación de servicios o centros (Hill et al., 1993).
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seleccionarlos cuidadosamente. Hay que considerar cuan profundamente conocen a
la persona con discapacidad (desde hace por lo menos tres meses y debe haberlo
observado o interactuado con él o ella) y los deseos de comprometerse con la tarea
(que no se encuentre a disgusto o escasamente motivado). En cuanto a los
autoinformes, tampoco hay diferencias significativas entre los informes
cumplimentados por profesionales y los autoinfomes cumplimentados por las propias
personas con discapacidad (cuando esto sea posible), salvo que en los primeros
indicaban un mayor número de problemas de conducta. Si bien es cierto que los
segundos pueden estar sesgados por actitudes defensivas de la persona con
discapacidad intelectual. Una desventaja de los autoinformes es que no es posible
usarlos en el caso de discapacidades muy acusadas. Los sesgos en las respuestas de
los informantes pueden ser controlados en parte promediando las puntuaciones hasta
alcanzar un juicio consensuado. En general, si los datos que obtenemos son
contradictorios, se debe cuestionar la información y apelar a la observación directa
del comportamiento.
Otra fórmula de evaluación es la observación directa en escenarios naturales o
en situaciones de test (West Virginia, rol playing).
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INTELIGENCIA GENERAL: 58
INTELIGENCIA VERBAL: 58
INTELIGENCIA NO VERBAL: 68
MEDIA: 5;
PUNTOS FUERTES: FIGURAS INCOMPLETAS E HISTORIETAS;
PUNTOS DÉBILES: INFORMACIÓN Y VOCABULARIO.
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Unamunzaga, 2009) consiste en un currículum de enseñanza de habilidades de
adaptación. Otro currículo destacable son los Programas Conductuales Alternativos
(PCA) que incluyen un Programa de Habilidades Sociales (PHS), un Programa de
Habilidades de Orientación al Trabajo (POT) y un Programa de Habilidades de la Vida
Diaria (HVD) (Verdugo, 1989/1997, 1996, 2000), todos ellos de amplia difusión y uso
con personas con discapacidad intelectual, y que también sirven para identificar
necesidades y planificar apoyos.
El CALS complementa los usos del ICAP. El CALS es un instrumento criterial
compuesto de 814 destrezas adaptativas, destinadas a ofrecer una detallada
evaluación de las habilidades precisas para que adultos y niños, con y sin
discapacidades, se desenvuelvan de forma autónoma en muy variados escenarios:
educativos, residenciales, laborales, el propio hogar y otros entornos comunitarios.
Las pruebas de tipo criterial suelen ser más adecuadas que las normativas para
identificar la carencia o presencia de habilidades adaptativas con vista a la
elaboración de un programa de adquisición de habilidades. Lo que diferencia a los
tests referidos a un criterio de aquellos referidos a una norma es que los primeros no
comparar a los individuos entre sí como hacen los segundos, sino en relación a
criterios de ejecución que el individuo muestra o no. La información para completar el
CALS la puede proporcionar todo aquel que haya tenido un contacto diario con la
persona evaluada durante tres meses o más. Este informante debe valorar si la
persona puede desempeñar las conductas de cada elemento de una forma
independiente. Es decir, tiene que pronunciarse sobre si la persona realiza las
conductas bien (con una buena calidad), la mayor parte del tiempo (el 75% o
más), cuando sea necesario, y sin que se le pida o recuerde que lo haga. La
aplicación del CALS, en cualquiera de sus módulos, se detiene cuando la persona no
es capaz de realizar independientemente 10 elementos consecutivos.
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UN EJEMPLO DE CALIFICACIÓN (CALS):
“Traga líquidos de una taza mientras alguien la sostiene”.
DEBERIA MARCARSE SI:
• BEBE DE LA TAZA QUE OTRO SOSTIENE.
• EN EL MOMENTO APROPIADO (CUANDO SE LE OFRECE UNA TAZA DE
LÍQUIDO).
• NADIE LE RECUERDA QUE LO HAGA.
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1. DESTREZAS DE LA VIDA PERSONAL
1.1 Socialización
1.2 Comida
1.3 Higiene y Presencia
1.4 Uso del Retrete
1.5 Vestido
1.6 Cuidado de la Salud
1.7 Sexualidad
4. DESTREZAS LABORALES
4.1 Búsqueda de Empleo
4.2 Conducta y Actitud ante el Empleo
4.3 Relación con los Empleados
4.4 Seguridad en el Trabajo
Una vez realizada la evaluación con la ayuda del CALS, pueden seguirse dos
estrategias a la hora de seleccionar contenidos del plan de intervención:
a. Escoger aquellas áreas en las que la personal evaluada muestra una ejecución
peor en relación a otras.
b. Elegir los contenidos de la intervención analizando qué conductas son más
funcionales en los entornos habituales de la persona. La elección de esas
conductas pudiera hacerse mediante entrevista a personas significativas de
ese entorno.
En cualquier caso, conviene dar prioridad a las siguientes destrezas:
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A. Las que le van a exigir a la persona con frecuencia en su vida cotidiana.
B. Las que puedan proporcionar a la persona mayor independencia, aceptación
social e integración.
C. Las que sean de gran utilidad para la persona (aquellas que desarrollan otras
personas de su misma edad sin discapacidades).
D. Las que la propia persona y otras personas significativas, como su familia,
consideran que sería importante aprender.
E. Las que, siendo realistas, se considera que la persona puede llegar a dominar
en este momento.
F. Las que aumenten las oportunidades de la persona en el ámbito educativo, en
el hogar, ocio y / o laboral en este momento o en el futuro.
Cada ítem del CALS se transforma en el ALSC en un objetivo de enseñanza. El
Currículum de Destrezas Adaptativas está unido conceptualmente con el ICAP y el
CALS, de forma que es posible determinar el abanico de objetivos y estrategias más
adecuadas de acuerdo con la capacidad funcional de la persona, según es evaluada
por los dos instrumentos anteriores. El ALSC es un currículum comprensivo en el que
se sugieren estrategias de enseñanza (simulación, enseñanza en pequeños grupos,
demostraciones, audiovisuales, etc.), actividades, entornos más adecuados para la
instrucción y procedimientos necesarios para evaluar si han sido adquiridas destrezas
adaptativas relacionadas con el cuidado de sí, independencia personal y
funcionamiento adaptativo en la comunidad, el trabajo y otros relevantes entornos
sociales. Las unidades de enseñanza están ordenadas según dificultad creciente y
pueden ser utilizadas en personas con diferentes grados de discapacidad. Las
estrategias de instrucción o enseñanza que se sugieren enfatizan la adquisición de
aprendizajes funcionales en entornos naturales, más que el aprendizaje de destrezas
aisladas. Los objetivos específicos y las conductas-criterio están formuladas en
términos de conductas precisas, de forma que contengan:
- Las condiciones del entorno en el que la destreza será requerida o valorada,
- Las conductas observables,
- Instrumentos precisos para valorar el resultado funcional de las conductas.
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La selección de las destrezas puede realizarse a través de las áreas y módulos
mencionados en la misma, aunque igualmente el Currículo puede usarse
transversalmente escogiendo las unidades no tanto por entornos sino por áreas de la
conducta de las persona. Estas son las categorías que se presentan para este
segundo uso del ALSC:
- Destrezas Motoras Finas
- Destrezas Motoras Gruesas
- Destrezas Pre-Sociales y Sociales
- Destrezas de Comunicación
- Destrezas de Lectura
- Destrezas de Escritura
- Destrezas Cuantitativas (p.e. manejo del reloj, de dinero, etc.)
Aunque el ICAP, el CALS y el ALSC puedan ser empleados de una manera
independiente, supongamos que quisiéramos utilizarlos de una manera conjunta en
la valoración y diseño de un plan de intervención para mejorar las destrezas
adaptativas de una persona con discapacidad intelectual. Si hiciéramos esto,
pasaríamos habitualmente por las siguientes fases:
- FASE 1 Valoración normativa con el ICAP de los puntos fuertes y débiles de las
destrezas adaptativas de la persona evaluada y de sus problemas de conducta.
Permite, entre otras cosas, identificar las áreas en las que sería precisa una
evaluación más detallada y concreta, a través de un instrumento criterial (CALS).
- FASE 2 Si se desea realizar esa valoración más detallada debe completarse el
Índice de Destrezas Adaptativas del CALS. Facilitará la labor del profesional
convertir las puntuaciones del ICAP, para establecer un subconjunto de elementos
a valorar.
- FASE 3 Una vez valoradas las áreas anteriores, es el momento de seleccionar
objetivos y estrategias de enseñanza del ALSC, para elaborar un plan de
intervención concreto.
- FASE 4 La evaluación continuada del plan, puede hacerse siguiendo los progresos
de la persona mediante el Cuestionario de Respuestas del CALS.
- FASE 5 Finalizado el plan de intervención propuesto, se valora el mismo y se
planifican los próximos procesos de enseñanza / aprendizaje.
- FASE 6 En el caso de que el plan de intervención no haya tenido éxito, deben
revisarse las estrategias de intervención, contenidas en el ALSC, o bien volver a
evaluar utilizando módulos seleccionados del CALS. Si se hubiere tenido éxito,
habría que aplicar el CALS de nuevo, para valorar con precisión las áreas de
intervención y poner al día el plan de intervención, volviendo a iniciar los procesos
antes descritos.
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Discapacidad Intelectual (DI)
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Esta dimensión resalta el destacado papel que tiene la participación en la vida
de la comunidad. Se dirige a evaluar las interacciones con los demás y el rol
desempeñado por la persona.
La participación se evalúa por medio de la observación directa de las
interacciones del individuo con su mundo material y social en las actividades diarias.
Se trataría de identificar sus competencias y limitaciones en este aspecto. Esta
información la recogeríamos en el apartado “Competencia Socio – afectiva” del
Informe Psicopedagógico.
Métodos de evaluación: observación directa, entrevista familiar (ver más
adelante) y a la propia persona (si es posible), cuestionarios. Algunos instrumentos:
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Discapacidad Intelectual (DI)
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del comportamiento de la persona se da en la medida en que está activamente
involucrado (asistiendo a, interaccionando con, participando en) con su ambiente.
Los roles sociales (o estatus) se refieren a un conjunto de actividades valoradas
como normales para un grupo específico de edad. Y pueden referirse a aspectos
personales, escolares, laborales, comunitarios, de ocio, espirituales, o de otro tipo. La
falta de recursos y servicios comunitarios así como la existencia de barreras físicas y
sociales pueden limitar significativamente la participación e interacciones de las
personas. Y es esta falta de oportunidades la que más se puede relacionar con la
dificultad para desempeñar un rol social valorado.
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EVALUACIÓN DEL CONTEXTO SOCIOFAMILIAR
DATOS PERSONALES.
Nombre y apellidos.
Lugar de nacimiento.
Domicilio.
Teléfono.
Centro escolar.
Nivel en que se encuentra escolarizado.
Fecha realización entrevista.
DATOS FAMILIARES.
¿Quiénes conviven en la casa?
Nombre y edad de los padres.
Situación familiar.
Número de hermanos.
Lugar que ocupa entre sus hermanos.
Otras personas que conviven en el núcleo familiar.
Otras personas con las que mantenga relación directa (abuelos, tíos, primos, personas que
lo cuidan, vecinos...).
Profesión y estudios de los padres y hermanos (¿A qué se dedican?).
Condiciones de la vivienda.
Espacios en la vivienda de uso o destinados al niño o niña (dormitorio, cuarto de juego...)
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¿Cómo reaccionan / se enfrentan a esto que me están describiendo ustedes / los miembros
de su familia?
¿Se han planteado / recibe / ha recibido algún tipo de ayuda? De que tipo. Con qué
resultados.
3
Alergias, dietas, hospitalizaciones, defectos físicos, vacunas. ¿Los hermanos han sufrido algún problema
importante?
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(Si convive con otros miembros de la familia) ¿Cómo se lleva con ellos?
¿Cómo es cuando están todos juntos?
¿Cómo se organizan / reparten las tareas?
¿Cómo se organiza la disciplina / quien se encarga?
¿Cómo se divierten?
VIDA AFECTIVA
¿Qué tipo de cosas le hacen sentirse feliz / triste / enfadado / miedo / ...?4
¿Qué hace cuando está alegre / triste / enfadado / asustado / ...?
¿Qué cosas le preocupan?
¿Qué tipo de cosas piensa con frecuencia?
¿Qué tipo de cosas pregunta con frecuencia?
4
¿Sabe expresar afectos? (tristeza, alegría...). ¿es excitable, impulsivo, agresivo, absorbente, dependiente?
¿rabietas?
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- Trabajo interesante y remunerado.
En esta dimensión no solamente hay que atender a los ambientes en los que la
persona se desenvuelve sino también a la cultura, pues muchos valores y asunciones
sobre la conducta están afectados por ella. En este sentido, se puede destacar
nuestra relación con la naturaleza, nuestro sentido del tiempo y orientación temporal,
las relaciones que tenemos con los demás, nuestro sentido del yo, el uso de la
riqueza, el estilo personal de pensamiento, y la provisión de apoyos formales e
informales.
La evaluación del contexto no se suele realizar con medidas estandarizadas
sino que es un componente necesario del juicio clínico e integral para una
comprensión del funcionamiento humano y de la provisión de apoyos
individualizados. Se puede obtener información a través de cuestionarios y
entrevistas.
Este apartado lo reflejaremos en el Informe Psicopedagógico en los apartados
“Contexto de aula”, “Contexto de centro” y “Contexto socio familiar”. A través del
asesoramiento organizativo y curricular y del asesoramiento familiar, podemos influir
para que los ambientes en los que se desenvuelve el alumnado con discapacidad se
aproximen lo más posible a los ambientes óptimos que hemos descrito
anteriormente.
Con el paso acelerado hacia una sociedad multicultural que en Europa y
España ahora se está teniendo adquieren cada vez más importancia los aspectos
diferenciales relacionados con la cultura, y ello tanto en aspectos diagnósticos como,
sobre todo, a la hora de planificar y organizar los apoyos e intervenciones necesarias.
La comprensión completa de las características y necesidades de apoyo de niños
inmigrantes con discapacidad intelectual, y con otro tipo de limitaciones, requerirá
atender bien a los aspectos culturales que les son propios, y eso en relación con
cualquier contexto ya sea escolar, laboral o comunitario.
Para finalizar este apartado, en pocas palabras, podemos decir que el modelo
multidimensional propuesto por la AAMR viene a plantear que la discapacidad
intelectual no es algo que tú tienes, ni es algo que tú eres, y tampoco es un trastorno
médico o mental: “Retraso mental [discapacidad intelectual] se refiere a un estado
particular de funcionamiento que comienza en la infancia, es multidimensional, y está
afectado positivamente por apoyos individualizados” (Luckasson y cols., 2002, p.
48). Como modelo de funcionamiento incluye los contextos en los cuales las personas
funcionan e interactúan, a diferentes niveles del sistema, por lo que se puede decir
que la definición propuesta requiere un enfoque multidimensional y ecológico que
refleje la interacción de la persona con sus ambientes así como los resultados
referidos a la persona en esa interacción relacionados con la independencia,
relaciones, contribuciones, participación educativa y comunitaria y bienestar
personal.
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ordinaria el profesorado debe considerar los siguientes aspectos para su atención
educativa:
a) Cuando se proporcione una información deberá ser simple, concreta,
precisa, organizada y secuenciada. Igualmente, las instrucciones deben ser lo más
simples posible y reiterativas, partiendo de lo que el alumno o alumna realmente
sabe y asegurándonos que lo ha comprendido estimulando al escolar a que lo
verbalice. El profesorado debe proporcionar la información en distintos formatos para
así facilitar que el escolar la perciba por el mayor número de vías posible, procurando
no excederse en la exposición oral en detrimento del resto, enfatizando lo dicho,
hablando despacio y haciendo visible lo manifestado.
b) En un contexto de aprendizaje cooperativo, las tareas individuales o
grupales deberán ser cortas, fraccionándolas en pequeños pasos, reduciendo la
complejidad de los aprendizajes y el número de respuestas, de forma que haya una
respuesta por tarea. Para mantener la motivación y la concentración, se deben
modificar frecuentemente las tareas, procurando que éstas sean asumibles por el
escolar, pero sin poner límites a su capacidad. Se aumentará el tiempo para la
ejecución de las actividades o tareas, incorporando algunas que propicien su
autonomía, reforzando mediante el modelado, las habilidades sociales, los hábitos
higiénicos y otras conductas adaptativas.
c) Con frecuencia se deben utilizar estrategias de refuerzo positivo y potenciar
aquellas acciones que faciliten la autorregulación de su propia conducta dentro del
aula. Para ello, debe disponerse de cierta rutina en las sesiones de trabajo, con un
ambiente muy estructurado, que facilite la compresión de la situación y de la tarea
solicitada. Es necesario comunicar los cambios de rutina por distintas vías y con
antelación. Debemos ser pacientes al recibir la repuesta del escolar, comunicándole
información de cómo lo ha hecho y enfatizando los avances.
d) La adaptación en los procedimientos e instrumentos de evaluación, a que
hace referencia el artículo 29.8 de la Orden de 13 de diciembre de 2010, sin
diferenciarlos excesivamente del grupo clase, deben tener en cuenta que las pruebas
escritas se proporcionen con frases sencillas y con preguntas en las que no se
requiera de mucho desarrollo, incorporando respuestas de elección múltiple,
verdadero o falso, etc. Para este tipo de pruebas se debe conceder más tiempo que
al resto de los escolares. Es recomendable el desarrollo de las pruebas escritas en
varias sesiones, facilitando durante éstas las oportunas indicaciones de apoyo, tales
como el control del tiempo y la recomendación de repaso de lo realizado previo a su
entrega.
Educación infantil.
La etapa de Educación Infantil tiene un marcado carácter preventivo y
compensador para todo el alumnado y especialmente para aquellos alumnos y
alumnas que presentan discapacidad intelectual. La respuesta educativa debe
contemplar los siguientes ámbitos:
1. Interacción social con iguales, con adultos y con el entorno físico, con el fin de
adquirir una adecuada socialización.
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2. Autonomía personal en aspectos tales como la alimentación, el aseo, vestirse,
control de esfínteres, cuidado de sí mismo y de sus pertenencias.
3. Comunicación verbal y no verbal que le faciliten la adquisición de experiencias
significativas.
4. Habilidades cognitivas elementales como emparejar objetos semejantes,
captar series sencillas, prestar atención a estímulos relevantes, etc.
5. Habilidades de control postural, coordinación y equilibrio como caminar,
correr, saltar, coger un objeto que se le indica, desenroscar tapas, coger un
lápiz, reseguir, imitar...
Educación Primaria.
En esta etapa van a seguir desarrollándose la autonomía personal, la
comunicación orientada hacia un lenguaje funcional, y la socialización. Además, va a
adquirir una serie de aprendizajes tales como:
• La lectura
• La escritura
• Las matemáticas
• Su cultura
• Expresión artística, música y ritmo
• Conocimiento de uno mismo y de los demás
• Su medio
Estos aprendizajes básicos van a determinar el éxito o fracaso en otras etapas
educativas y son fundamentales para la integración personal, social y laboral del
alumnado. Orientaciones para su consecución:
1. Partir del nivel de competencia real, de lo que sabe hacer.
2. Resaltar claramente lo que ha de ser aprendido, mediante instrucciones
claras y sencillas, utilizando un vocabulario comprensible, utilizando
dibujos e imágenes, colores y formas, sonidos que indiquen claramente
lo que se ha de aprender.
3. Comprobar que realiza bien las tareas iniciales.
4. Evitar situaciones de fracaso en el aprendizaje.
5. Partir de lo funcional, de lo concreto, de lo significativo, del aquí y del
ahora.
6. Enfatizar el qué y el cómo en lugar del por qué (lo racional).
7. Utilizar ilustraciones y demostraciones prácticas en lugar de
exposiciones prolongadas.
8. Fragmentar las tareas en pequeños pasos.
9. Motivar y reforzar cada aspecto del aprendizaje.
10.Programar explícitamente cómo vamos a generalizar los aprendizajes.
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Educación Secundaria
En esta etapa es donde las diferencias entre el alumnado con discapacidad
intelectual y el resto son más acusadas. Además, los aprendizajes son más
complejos, por lo que se produce un mayor desfase entre este alumnado con
respecto al resto. En cuanto al desarrollo evolutivo, es en esta etapa dónde se
producen muchos cambios a nivel fisiológico, sexual y emocional, adquiriendo gran
importancia la relación con iguales. Esta relación con iguales puede llegar a ser muy
beneficiosa para el alumnado con discapacidad intelectual, auque suelen presentar
déficit en cuanto a habilidades sociales. Habilidades sociales que habría que entrenar:
1. Hacer cumplidos.
2. Quejarse adecuadamente.
3. Saber decir no.
4. Pedir favores.
5. Hacer preguntas adecuadamente.
6. Pedir al otro que cambie de conducta
7. Asertividad.
8. Iniciar, mantener y finalizar una conversación.
9. Reconocer las emociones en los otros y en uno mismo.
10. Habilidades comunicativas no verbales.
11. Interacciones con el sexo opuesto.
12. Toma de decisiones.
13. Resolución de conflictos.
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ninguno de los chicos de su edad del barrio desean hacer esas cosas.
Supongo que no ha madurado aún.
Heward, W. L.: Niños excepcionales. Ed. Prentice Hall. Madrid, 2001, p 117.
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